correspondencia de andreu nin con trotsky y ambrogui

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  • 7/28/2019 Correspondencia de Andreu Nin Con Trotsky y Ambrogui

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    Correspondencia de Andreu in conLev Trotsky y con Ersilio Ambrogi

    Edicinde

    Sergi Ross Cordovillay

    Agustn Guillamn

    BALACE. Cuaderno 37Barcelona, enero de 2013

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    PRESETACI GEERAL DEL CUADERO 37DEBALACE

    El presente cuaderno recoge dos selecciones de la correspondencia que AndreuNin mantuvo, por una parte, con Lev Trotsky y, por otra, con Ersilio Ambrogi, en el

    periodo de 1930 a 1932.En la primera parte publicamos la traduccin al castellano de los extractos de lacorrespondencia entre Trotsky y Nin. Estos extractos fueron publicados por primera vezen el Bulletin international de l'Opposition communista de gauche no. 2-3 en abril de1933, y fueron editados por el propio Trotsky para informacin de todas las seccionesde la Oposicin de Izquierda Internacional (O.I.I.), como documentacin sobre la luchamantenida por el propio Trotsky y el Secretariado Internacional (S.I.) de la O.I.I. con ladireccin de la organizacin oposicionista espaola (primero la Oposicin ComunistaEspaola (O.C.E.) y despus la Izquierda Comunista Espaola (I.C.E.)) y, en especial,con Andreu Nin.

    Traducidos al castellano y publicados en el Boletn interior de discusin del

    Comit Regional de Castilla la ueva y el Comit acional de Jvenes de la IzquierdaComunista Espaola n 5 (1933), esta seleccin no ha vuelto a ser editada en castellanodesde entonces. En 1969 fue reeditada en el volumen La rvolution espagnole,suplemento de la revista tudes marxistes n 7-8 y, en 1972, Pierre Brou que haba

    participado en la edicin de este suplemento- incluy slo los extractos de Trotsky parala edicin de los escritos de ste sobre la revolucin espaola, que aparecieron con elmismo ttulo de La rvolution espagnole, 1936-1939 (traducida al castellano por laseditoriales Fontanella en 1977 y Akal en 1978). Estas traducciones de los extractos delas cartas de Trotsky se han incluido en las posteriores versiones que se han realizado,tanto en papel como en Internet, de los escritos de Trotsky sobre Espaa. Sin embargo,los extractos de la correspondencia que pertenecen a Andreu Nin no han sido incluidos

    jams en ninguna de las recopilaciones que se han hecho de sus escritos, y lospresentamos al lector de habla castellana por primera vez desde hace ochenta aos, enuna traduccin nueva y manteniendo su formato original, es decir, presentando primerolos extractos de las cartas de Nin y despus los de Trotsky.

    Las razones de este silencio no pueden atribuirse a un desconocimiento de estacorrespondencia por parte de los estudiosos y los herederos polticos de Nin, ya quetanto los boletines internos como la reedicin de tudes marxistes les son conocidos.Ms bien, parecera que la imagen que presenta Nin en estas cartas, criticado implacabley justificadamente por Trotsky, podra alterar sustancialmente la exaltacin hagiogrficaque pretenden sus continuadores. Sin embargo, no nos anima ninguna actitud ofensiva

    en la decisin de publicar esta seleccin. Ni hagiografa ni injuria, sino simplementeofrecer al lector interesado todos los materiales de la historia del movimiento obrerorevolucionario, sin omisiones ni olvidos.

    Sigue a esta primera parte, que contiene la correspondencia de Nin con Trotsky,una segunda parte con la correspondencia que Nin mantuvo en 1930-1931 con ErsilioAmbrogi, oposicionista italiano exiliado en Berln. Los temas tratados en estacorrespondencia son de temtica relacionada con los que aparecen en lacorrespondencia de Nin con Trotsky, por lo que su lectura complementa a aquella yaporta mayor conocimiento sobre el conflicto del S.I. con la posicin de Nin. Adiferencia del primer apartado, realizado conjuntamente, este segundo apartado es obraen solitario de Agustn Guillamn y reproduce con escasas modificaciones el cuaderno

    n 2 deBalance, editado en marzo de 1994. Como es natural, las opiniones vertidas encada apartado ataen solamente a sus respectivos autores.

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    1. PRESETACI DE LA CORRESPODECIAETRE TROTSKY Y I

    En abril de 1933 el nmero 2-3 del Bulletin international de l'Oppositioncommuniste de gauche public largos extractos de la correspondencia mantenida porLev Trotsky y Andreu Nin entre septiembre de 1930 y noviembre de 1932. La seleccinde las cartas y de los extractos de stas, as como la decisin de publicarlas en el boletninterno de la Oposicin de Izquierda Internacional (O.I.I.), fue de Trotsky, con laintencin, segn sus propias palabras, de que "los camaradas espaoles conozcan en

    profundidad estos extractos para comprender mejor la historia de las divergencias, ypara ayudar a la Oposicin Internacional a dirigir su seccin espaola por la vaadecuada" (1). Tres meses despus, estos extractos fueron publicados en su traduccincastellana en elBoletn interior de discusin del Comit Regional de Castilla la ueva yel Comit acional de Jvenes de la Izquierda Comunista Espaola n 5. Despus de

    esto, esta correspondencia no volvi a ser publicada -en su original en francs- hasta1969, en el volumen La rvolution espagnole, 1936-1939, suplemento a la revistatudes marxistes n 7-8. Desde entonces, slo los extractos correspondientes a Trotskyhan aparecido, no slo en castellano y en francs, sino en muchos otros idiomas, en lasrecopilaciones de los escritos dedicados a Espaa por Trotsky. Pero ni la seleccin de lacorrespondencia cruzada entre los dos, ni especialmente los extractos correspondientes a

    Nin, se han vuelto a reeditar.En el caso de los textos de Trotsky, este vaco no es tan importante, ya que sus

    extractos s que han sido editados, por lo que la inexistencia de los extractoscorrespondientes a Nin slo inciden en la imposibilidad de poder seguir el dilogo entrelos dos dirigentes oposicionistas. Pero en el caso de los textos de Nin, el hecho es grave,

    ya que ha impedido poder acceder al ncleo de su polmica con Trotsky en un periodoclave para la creacin y crecimiento de la primera organizacin trotskista en Espaa, laOposicin Comunista Espaola (O.C.E.); es un hecho, adems, incomprensible, ya que,aunque desgraciadamente no existen todava unas obras completas de Nin, s se han

    publicado muchas antologas que recogen sus escritos sobre la revolucin espaola. Esevidente que la correspondencia con Trotsky debera haber tenido su lugar en cualquierade estas antologas, y ms si se tiene en cuenta que, desde la aparicin de esta seleccinentudes marxistes, su acceso era fcil para cualquier investigador o editor interesado.Su ausencia, pues, no puede atribuirse a un desconocimiento de esta correspondencia

    por parte de los estudiosos y los herederos polticos de Nin, sino probablemente alhecho de que su publicacin alterara sustancialmente el discurso hagiogrfico que

    pretenden sus continuadores.Llenar este vaco y presentar al lector interesado una polmica poltica de

    primera magnitud entre dos reconocidos dirigentes comunistas nos ha llevado a lareedicin de esta seleccin de su correspondencia. Para ello hemos mantenido laestructura de la edicin original: una breve presentacin de Trotsky, seguida de laseleccin de las cartas de Nin ordenada cronolgicamente y, por ltimo, la seleccin delas cartas de Trotsky, tambin ordenada cronolgicamente. Como sealaron los editoresde tudes marxistes, esta estructura "impide seguir el intercambio de ideas y deargumentos, pero restituye en cambio la lnea general de las posiciones de cada uno"(2).Para hacer la presente edicin hemos utilizado la edicin original gentilmente

    1 "A modo de prefacio", 21 de febrero de 1933.2La rvolution espagnole, 1936-1939, supplment tudes marxistes n 7-8 (1969), p. 79.

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    facilitada por el C.E.R.M.T.R.I.-, aparecida en el Bulletin international de l'Oppositioncommunista de gauche no. 2-3, lo que nos ha permitido incluir un extracto que noaparece en la reedicin de 1969 y corregir un error de fecha (3). No nos ha sido posible,sin embargo, utilizar la traduccin castellana del Boletn interior de discusin delComit Regional de Castilla la ueva y el Comit acional de Jvenes de la Izquierda

    Comunista Espaola n 5, ya que el ejemplar que hemos podido consultar, depositadoen la Fundacin Pablo Iglesias, tiene pginas ilegibles. Es por ello que hemos realizadouna nueva traduccin al castellano a partir del original en francs.

    Antecedentes

    La Oposicin Comunista Espaola (O.C.E.) se fund en febrero de 1930 enLieja (Blgica) por Francisco Garca Lavid ("Henri Lacroix"), a partir de trabajadorescomunistas exiliados en Blgica y Luxemburgo. Un antiguo dirigente del PartidoComunista de Espaa (P.C.E.), Julin Gmez ("Julin Gorkin"), exiliado en Pars, entr

    pronto en la organizacin. Tras la cada de Primo de Rivera, Lacroix regres a Espaa,

    en concreto a Madrid, donde encontr el apoyo del ncleo comunista alrededor de JuanAndrade, uno de los primeros fundadores del P.C.E. La incipiente O.C.E. tambindispona de influencia en Asturias, con el periodista Jos Mara Loredo Aparicio, y enEuskadi, con un grupo dirigido por otro antiguo dirigente del P.C.E., Esteban Bilbao.

    La O.C.E. recibi un gran refuerzo con el regreso a Barcelona de Andreu Nin enseptiembre del mismo ao. Nin, que haba pasado casi una dcada en Mosc, haballegado a ser secretario general adjunto de la Internacional Sindical Roja, y se habaalineado con la Oposicin en la lucha interna dentro del Partido Comunista de la UninSovitica. Despus de la derrota de la Oposicin a finales de 1927 y del posterior exiliointerior de miles de oposicionistas, la prioridad de Nin era regresar a Catalunya, lo cualconsigui en agosto de 1930, tras un largo enfrentamiento con las autoridadessoviticas. Con toda probabilidad, el hecho de ser extranjero y, sobre todo, el de serampliamente conocido a nivel internacional no slo por los militantes comunistas sinotambin por los sindicalistas evit su paso por el exilio interior y las crceles.

    En su viaje de regreso a Barcelona, Nin permaneci unos pocos das en Berln yen Pars. Como miembro del Bur Internacional de la Oposicin de IzquierdaInternacional (O.I.I.) -fundada unos meses atrs, en abril de 1930-, Nin mantuvoentrevistas con Kurt Landau y con Ersilio Ambrogi en Berln, y con Alfred Rosmer enPars. Pero por lo que se puede leer en la correspondencia con Trotsky que publicamos acontinuacin, su puesta al da de las luchas fraccionales dentro de la organizacin fue

    bastante superficial: probablemente su inters se centraba prioritariamente en el regreso

    a casa.Nin lleg a Barcelona en septiembre. Su llegada slo poda causar alegra yesperanza no slo en los oposicionistas espaoles, sino tambin en el propio Trotsky.Aunque Nin nunca fue en realidad el "secretario de Trotsky", como tantas veces se haescrito, los dos revolucionarios se conocan bien, sobre todo a partir de 1926, cuando

    Nin se haba unido a la Oposicin, y Trotsky valoraba sus cualidades. En una reunin dela presidencia del Comit Ejecutivo de la Internacional Comunista en septiembre de1927, donde la fraccin estalinista consigui la expulsin de Trotsky de ese organismo,ste respondi retricamente a la camarilla estalinista: "Y del camarada Nin -uno de losmejores miembros de la vanguardia proletaria, un importante colaborador de la

    3 La carta del 4 de abril de 1931 no aparece en la reedicin detudes marxistes; asimismo, la fecha del 3de diciembre de 1930 desaparece y el texto de esta carta aparece incluido como final de la carta del 12 denoviembre.

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    Internacional Sindical Roja- qu haris? Qu destino le prepararis? Qu medidastomaris en su contra?" (4). Trotsky, por lo tanto, saba que tanto la O.I.I. como laO.C.E. ganaban, a priori, un peso pesado con el regreso de Nin.

    Los dos revolucionarios entablaron rpidamente una correspondencia que resultaimprescindible para nuestro conocimiento de la primera organizacin trotskista en

    Espaa. No es una correspondencia en exclusiva, ya que Lacroix tambin mantuvo unacopiosa correspondencia con Trotsky, y ste adems escribi no slo a estos dos lderessino a otros miembros de la organizacin, as como a sus organismos dirigentes y a sus

    publicaciones. Sin embargo, la correspondencia entre Trotsky y Nin es especialmentereveladora de los problemas que deba encarar la O.C.E. y de las diferentesconcepciones de construccin de la organizacin en Trotsky y en Nin.

    El conflicto

    Las diferencias que separaron a Trotsky de Nin desde la inmediata llegada deste a Espaa no fueron slo tcticas, como una lectura superficial de la

    correspondencia podra hacer pensar, sino que responden a una profunda divergencia deconcepcin de qu tipo de organizacin deba construirse, y de cmo hacerlo.Probablemente los dos temas en los que ms claramente se manifiesta esta divergenciasean el caso Rosmer, y la tctica utilizada por Nin en su trabajo orientado hacia laFederaci Comunista Catalano-Balear (F.C.C.B.) dirigida por Joaquim Maurn, aunque,como se puede ver en los extractos, las fricciones son constantes y afectan a otrosasuntos.

    a) El caso Rosmer

    A la salida de Nin de la U.R.S.S., Alfred Rosmer era el principal dirigente de laLigue Communiste francesa, adems de uno de los miembros del Bur Internacional dela O.I.I. Hombre proveniente del sindicalismo revolucionario, pas al bolchevismo conla Revolucin rusa, y vivi largas temporadas en la U.R.S.S., donde se ocup enespecial del trabajo sindical internacional. Era amigo de Trotsky y mantena una muy

    buena relacin con Nin.La seccin francesa mantena un enfrentamiento entre la direccin de la

    organizacin, con Rosmer y Pierre Naville a la cabeza, y el grupo opositor de RaymondMolinier y Pierre Frank. El conflicto giraba principalmente en torno a la cuestinsindical: la Ligue haba creado la Opposition Unitaire dentro de la ConfdrationGnrale du Travail Unitaire, dirigida por el P.C.F. Esta Oposicin Unitaria desafiaba a

    la direccin estalinista dentro de la confederacin sindical, pero Trotsky la critic porconsiderarla un bloque con elementos derechistas recientemente expulsados del P.C F.que ceda al oportunismo y a prejuicios sindicalistas en su lucha contra la direccinestalinista. Ante esta orientacin propugnada por Rosmer y Pierre Gourguet y apoyada

    por Naville, Molinier y Frank opusieron las posiciones de Trotsky, con lo que recibieronel apoyo de ste y, finalmente, la victoria dentro de la organizacin. El conflicto sesald con el cambio de direccin a finales de 1930 y el abandono de Rosmer y de

    4 Ver, por ejemplo, el artculo de Reiner Tosstorff "Nin i la ISR: un esbs", en Andreu in i elsocialisme. 1a ed. Barcelona : CEHI, Centre d'Estudis Histrics Internacionals. Publicacions Universitatde Barcelona, 1998, p. 53-61, donde se cita la fuente original (p. 59).

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    algunos (5) de sus partidarios de la organizacin, fundando poco despus la GaucheCommuniste.

    De este conflicto, Nin apenas saba nada. Tras su breve paso por Pars, seentrevist slo con Rosmer, viejo conocido personal, y por su experiencia personal en elmundo sindical as como por su relacin con Rosmer se inclin a aceptar las

    explicaciones de ste. Una vez informado Trotsky de la toma de posicin de Nin ante lacrisis en la seccin francesa, le reproch tanto la forma como el contenido de suposicin. En primer lugar, Nin no haba escuchado a las dos partes, slo a una; ensegundo lugar, y ms importante, Nin -como Rosmer- no entenda cmo deba encararla Oposicin el trabajo de fraccin. Lo que criticaba Trotsky en la orientacin deRosmer era su bloque con los elementos que atacaban al partido desde la derecha. ParaTrotsky, la Oposicin no deba llamar por un nuevo partido (6), sino luchar por elenderezamiento de los partidos comunistas y de la Internacional Comunista. En suconcepcin, la fraccin estalinista conformaba el centro del partido, una burocracia

    parsita que se colocaba por encima de la clase obrera, pero que dependa de las formasproletarias de propiedad establecidas tras la Revolucin y, que por tanto, se vea

    obligada a defender el estado obrero. La derecha del partido, en cambio, aunque enalgunos momentos estuviera a favor de una mayor democracia interna (y esto slo endeterminados casos, pues dentro del partido sovitico haba hecho frente comn junto alos estalinistas contra las demandas de democracia interna de la Oposicin Unificada)tena un programa social y econmico que en ltima instancia llevaba a la restauracindel capitalismo en la U.R.S.S. Era, pues, imperativo que la Oposicin mantuviera suindependencia orgnica y no se aliara con elementos de derecha en su oposicin a ladireccin estalinista.

    Las respuestas de Nin a los requerimientos de Trotsky tardaron muchos mesesen ser lo suficientemente claras. As como con la cuestin Landau (una lucha fraccionaldentro de la Oposicin alemana) Nin haba escrito al Secretariado Internacional el 5 deabril de 1931 que "las proposiciones formuladas por el camarada Trotsky en su cartadel 17 de febrero me parecen justas, y me asocio a ellas sin reservas" (posteriormente,sin embargo, Nin dara marcha atrs y criticara la "poltica falsa" de la Oposicin eneste asunto, contradiccin que le mostrara Trotsky (7)), en la crisis francesa Nin alargtodo lo que pudo su condena a Rosmer, llegando incluso a ocultarle a Trotsky la visitaque Rosmer le hizo en una fecha tan tarda como el verano de 1931, medio ao despusde la salida de Rosmer de la organizacin (8). Las presiones de Trotsky no dieron sufruto hasta finales de agosto de 1931: el 17 de enero de ese ao Nin haba escrito, a

    propsito de la crisis en la seccin francesa, que "debo confesar que an no comprendodel todo las causas reales de la crisis", casi las mismas palabras que empleaba el 15 de

    julio: "debo decirle sinceramente que, en estas cuestiones, no veo an con bastanteclaridad"; el 25 de agosto, sin embargo, ya declaraba que "En lo que concierne aRosmer, comparto enteramente su punto de vista", opinin que corroboraba el 18 deseptiembre, tras la visita de Molinier, que entusiasm en un principio no slo a Nin,sino a toda la direccin de la O.C.E.:

    5 Naville, por ejemplo, permaneci en la Ligue, donde se convirti en un opositor constante al grupoMolinier.6 El llamamiento por una nueva internacional, la cuarta, slo se hizo tras la traicin estalinista enAlemania que facilit el ascenso de los nazis al poder, y por la posterior absoluta falta de autocrtica de ladireccin estalinista por esta poltica, lo que a los ojos de Trotsky mostraba que los partidos comunistas

    oficiales estaban muertos para la causa revolucionaria.7 Ver su comentario a esta carta de Nin.8 Ver la carta de Nin del 15 de julio de 1931.

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    "Durante estas dos ltimas semanas, he estudiado a fondo todos losdocumentos concernientes a la cuestin francesa. He conversado algo mslargamente sobre esta cuestin con M quien, como usted sabe, ha estado entrenosotros. Pues bien, todas mis dudas se han desvanecido. Ahora estoyconvencido de que la razn no est del lado de aville y de Rosmer. (Esta vez

    no he visto a Rosmer). Por otra parte, estoy muy contento de haber conocido aM, de quien he apreciado su abnegacin y en quien he visto a un verdaderorevolucionario Debo confesarle que lo que Rosmer haba dicho sobre M mehaba producido una cierta impresin. Pero lo repito, ahora ya no tengo dudas.

    La posicin de M me parece absolutamente justa, y la adquisicin de militantescomo l, la juzgo como un gran bien para la Oposicin."

    Sin embargo, a pesar de esta declaracin de acuerdo poltico, Nin manifest eneste asunto una actitud opaca, no exponiendo claramente desde el principio sudesacuerdo sino adoptando una posicin ante Trotsky de doble cara: manifest acuerdo

    poltico con Trotsky a la vez que declar que no comprenda las causas reales de la

    crisis (17 de enero), ocult la visita de Rosmer hasta el 15 de julio, y no admiti quemantena una posicin contraria a Trotsky hasta que declar su total acuerdo con l (18de septiembre). Todo esto no ayud en la percepcin que tena Trotsky de la poltica de

    Nin.

    b) El trabajo en la F.C.C.B.

    La particular forma de Nin de entender el trabajo en la Federaci ComunistaCatalano-Balear (F.C.C.B.) dirigida por Joaquim Maurn alert todava ms a Trotsky y,avisado ya tanto por la posicin de Nin ante la cuestin de la Ligue como por la manerade ste de presentarle sus posiciones, Trotsky no poda sino relacionar el semi-apoyo de

    Nin a Rosmer con la actitud de Nin ante Maurn.La F.C.C.B. haba sido en origen la federacin del P.C.E. en Catalunya y

    Baleares. Dirigida por Maurn, estaba a punto de ser expulsada del partido por diversasdiferencias polticas (cuestin nacional, cuestin sindical, poltica espaola). Sinembargo, en poltica internacional no haba roto con la I.C. y no se aline con laOposicin de Izquierda, siendo sus propuestas muy cercanas a las de la Oposicin deDerecha de Nikolai Bujarin. De nuevo se presentaba ante una seccin de la O.I.I. el

    problema de una colaboracin con una fraccin de derecha. Sin embargo, tanto Trotskycomo la direccin de la O.I.I. y la direccin de la O.C.E. vean que el trabajo de cara ala F.C.C.B. era imperativo: a diferencia de la O.C.E., que en aquel momento tena slo

    unos puados de militantes en toda Espaa, y del P.C.E., que en Catalunya tambintena una representacin escasa, la F.C.C.B., aunque minoritaria, contaba con ncleosslidos y activos, y pareca el medio idneo donde la O.C.E. -cuyo nico miembro enCatalunya en aquel momento era Nin- poda desarrollar su poltica de captacin demiembros para construir su propia fraccin.

    Pero adems del factor poltico, se una a ste un factor personal: Nin y Maurnse conocan desde haca muchos aos, y juntos haban dirigido la oposicin dentro de laC.N.T. en los aos del trienio bolchevique; Maurn haba viajado a la U.R.S.S. -dondese entrevist con Trotsky- cuando Nin era un alto dirigente de la I.S.R.; y, adems, larepresin de la "dictablanda" de Berenguer encerr a ambos en celdas contiguas en lacrcel en el invierno de 1930-31. La colaboracin entre los dos era, pues, lo que caba

    esperar; con diferentes objetivos, sin embargo: la F.C.C.B intent captar a Nin a suorganizacin, pues el prestigio de Nin era amplio tanto en Catalunya como en Espaa, y

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    Nin crey ver en una colaboracin amistosa y sin polmica pblica la mejor manera deganar a la F.C.C.B. al programa de la Oposicin.

    As pues, no fue la orientacin hacia un trabajo en la F.C.C.B. lo que separ aTrotsky de Nin, sino cmo se hizo ste. Para Trotsky, lo esencial era que losoposicionistas que trabajaran dentro de la F.C.C.B. -en este caso, Nin- lo hicieran

    conservando su independencia poltica, presentando -y no ocultando- su programa, yconservando tanto ellos como la organizacin exterior -la O.C.E.- la libertad de crticahacia esa organizacin. As lo expresa en su carta del 20 de abril de 1931:

    "Hace dos o tres meses, usted estimaba que la organizacin seraconquistada sin dificultades por usted; elabor junto a Maurn las tesis, etc.;algn tiempo despus, result que la Federacin, a causa de sus equvocasrelaciones con la I.C., encontr inoportuna su entrada directa en sus filas. Estahistoria es, en mi opinin, una razn contra las tentativas de influenciar a la

    Federacin slo personalmente, individualmente, pedaggicamente, al margende una fraccin de izquierda organizada que interviene en todas partes con labandera desplegada. Trabajar en el interior de la Federacin? S. Trabajar

    con paciencia, amistosamente, sin temer los fracasos? S, s y s. Pero trabajarabiertamente, como oposicionista de izquierda, como bolchevique-leninista quetiene su fraccin, y que exige para esa fraccin la libertad de criticar y deexponer sus opiniones."

    La posicin de Nin fue, como en el caso de la crisis en la seccin francesa,equivoca. Pretendi conquistar a la F.C.C.B. sin atacarla pblicamente:

    "Algunas palabras sobre Maurn. o s si sabe usted que estoy unido a lpor una vieja amistad. Maurn est muy cerca de nosotros, y estoy seguro de queacabar pronuncindose dentro de poco a favor de la Oposicin. Sera unaadquisicin de gran valor, puesto que es, como ya le he dicho, muy estimado ymuy honesto. Podramos estropearlo todo si le atacsemos de una formademasiado injustificada."(Carta del 12 de noviembre de 1930)

    e incluso adaptando el programa de la Oposicin al de la F.C.C.B.:"El prximo mes debe reunirse el congreso de fusin. Maurn est

    encargado de redactar las tesis sobre la cuestin poltica y las tareas del partido.Pues bien, aprovechando el hecho de que somos vecinos (vive al lado mo)redactamos las tesis conjuntamente Sera tonto renunciar a una accin comn,cuando es posible hacerlo en base a una plataforma poltica que escompletamente aceptable."(Carta del 17 de enero de 1931).

    La misma idea se reproduce en las cartas del 7 y 15 de marzo, del 12 y 15 deabril, etc.: no atacar a la Federacin, no rehusar la colaboracin pblica, callar lasdivergencias... Para Nin, se trataba bsicamente de convencer a la direccin (endefinitiva, a Maurn), y se ganara as a toda la F.C.C.B. a la causa de la Oposicin. Lacombinacin de las crticas constantes de Trotsky con las de otros oposicionistas comoAmbrogi, las incipientes crticas de Lacroix y otros camaradas de Madrid, la actitudambivalente de la propia F.C.C.B. hacia Nin, todo esto condujo a la claudicacin de Ninde su poltica y su adopcin resuelta de la lnea del S.I. a partir de junio de 1931,explicitada en su conferencia en el Ateneo de Madrid el da 9 de ese mes, cuandodefendi las posiciones de la Oposicin y atac la poltica confusionista de Maurn,

    tanto en el plano espaol como en el internacional. Como declar Trotsky,

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    "Para conquistar al ncleo proletario de la Federacin Catalana, esnecesario crear un ncleo firme de la Oposicin de Izquierda en Catalua y las

    publicaciones adecuadas, al menos un boletn en lengua catalana. Hace faltasometer a Maurn a una crtica despiadada e incesante, que los acontecimientosconfirmarn brillantemente". (Carta del 29 de junio de 1931).

    El curso posterior

    El abandono por parte de Nin de su tctica con la F.C.C.B. debera habermejorado las relaciones con Trotsky, pero en realidad no fue as. En la sucesincronolgica de los hechos, una vez que se solucion la cuestin del trabajooposicionista abierto de la O.C.E., con su organizacin y prensa propias, estall elasunto Rosmer, con el viaje de ste a Barcelona y su visita a Nin. Evidentemente, no fuela visita sino el silencio de Nin respecto a sta lo que motiv las suspicacias de Trotsky,ya que hasta ese momento Nin no haba manifestado una posicin clara y resuelta sobrela crisis de la seccin francesa, escudndose en la falta de informacin, etc. A ojos de

    Trotsky y del S.I., esta falta de claridad unida a la ocultacin de informacin podasignificar maniobras en la sombra.

    A finales de agosto y septiembre de 1931 el conflicto pareci resuelto, comohemos sealado, tras la visita de Molinier y la toma de posicin, no slo clara sinoincluso entusiasta, de Nin (y del resto de la direccin de la O.C.E.) por Molinier y, portanto, por el S.I. Sin embargo, nuevos acontecimientos alimentaron el conflicto. El

    principal fue provocado precisamente por Molinier, que en su viaje a Espaa habaprometido ayuda financiera para la publicacin del semanarioEl Soviet. Cuando sta nolleg y El Soviet tuvo que cerrar despus de publicar slo tres nmeros, toda ladireccin espaola carg contra lo que calificaron como aventurerismo de Molinier.Trotsky, sin embargo, defendi tanto a Molinier como a los dems miembros de la O.I.I.(sobretodo de la seccin alemana) que haban prometido ayuda a la prensa espaola,considerando que la seccin espaola haba recibido ms ayuda que las demssecciones, incluida la alemana, cuando a partir del segundo semestre de 1931 el polo deatencin revolucionario se haba trasladado de Espaa a Alemania, cuya seccin era enese momento la que ms recursos y atencin deba recibir. Trotsky carg tambin contrala forma "diplomtica" por parte de la O.C.E. de presentar el cierre de El Sovietcomo

    producto de la censura y no exponiendo francamente la verdad: la falta de apoyo de laorganizacin internacional y de los obreros para financiarlo.

    El razonamiento de Trotsky, corroborado por el S.I., no convenci ni a Nin ni alresto de la nueva direccin espaola, que en marzo de 1932 celebr su Tercera

    Conferencia, en la que la fraccin Nin reemplaz a la fraccin Lacroix, empezando casiinmediatamente una lucha fraccional entre ambas que durara ms de un ao. La nuevadireccin espaola manifest de manera ostentosa su independencia de criterio y suenfrentamiento con Trotsky y el S.I.: cambi su nombre de Oposicin Comunista aIzquierda Comunista, y nombr a M. Mill como su representante en el S.I.

    a) El cambio de nombre de O.C.E. a I.C.E.

    Con el cambio de nombre de Oposicin Comunista a Izquierda Comunista, lanueva direccin al mando de Nin no slo indicaba una posicin ambigua sobre lacuestin del "segundo partido", sino que tambin reabra el fantasma del caso Rosmer.

    Para Trotsky y el conjunto de la O.I.I., como ya se ha sealado, la tarea de la Oposicinno era la de crear nuevos partidos, sino enderezar a los partidos comunistas

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    estalinizados, poltica que se abandon en 1933. Es por esto por lo que la organizacininternacional se llamaba "Oposicin", nombre que los fundadores de la seccin espaolatambin haba elegido para su organizacin. Cambiar ahora el nombre a IzquierdaComunista poda implicar la voluntad de crear un nuevo partido y, en todo caso, a losojos de Trotsky, no aclaraba a los obreros que se segua siendo una oposicin. No era,

    pues, el hecho de que la Oposicin cambiara de nombre (las organizaciones francesa yestadounidense, por ejemplo, se denominaban "Liga"), sino que se abandonaba ladenominacin original, ms clara, por otra que llevaba a confusin.

    El golpe de efecto de cara a la O.I.I. era doble, adems, porque para la nuevadenominacin se escogi precisamente la misma denominacin que Rosmer habaelegido para la suya: Gauche Communiste (Izquierda Comunista). Aunque Nin negcualquier vinculacin con Rosmer, la sospecha de concordancia poltica entre lafraccin Nin y la organizacin de Rosmer no era algo que pudiera extraar.

    b) El nombramiento de Mill

    El segundo embate de la nueva direccin espaola fue nombrar a M. Mill comosu representante en el S. I. Mill haba sido el secretario administrativo del S.I. desdeoctubre de 1930 hasta principios de 1932, cuando fue cesado a instancias de Trotsky, yaque los continuos vaivenes polticos de Mill contradecan las directrices del propio S.I.Por ejemplo, en el inicio de la revolucin espaola, Mill viaj a Espaa y envi doscartas, que fueron publicadas en La Verit y en The Militant, en las que contradeca lalnea de trabajo fraccional respecto al P.C.E. No ha quedado esclarecido si en esta pocaMill era an un agente estalinista (9). En todo caso, suponiendo que no lo fuera, s escierto que sus posiciones polticas no concordaban con las mayoritarias del S.I. y deTrotsky, y que por esto fue apartado de la secretara administrativa.

    Cuando a principios de 1932 se reorganiz la composicin del S.I. y Ninrenunci a su puesto en l por no poder -o no querer- una responsabilidad que leobligara a dejar de lado el trabajo en Espaa, la nueva direccin espaola propuso quefuera el destituido Mill el representante de la seccin espaola en el S.I.; adems

    propuso tambin que Rosmer y Landau pudieran participar en la proyectada conferenciainternacional para exponer su caso. El desafo a Trotsky y al S.I. era evidente, yevidenciaba que, o bien haba una oposicin consciente desde Espaa a la poltica delS.I. o, en el mejor de los casos, tal como escribi Trotsky a Nin, una incomprensin ydesinters de la direccin espaola por los asuntos de la organizacin internacional:

    "Mi impresin sobre el papel que la Oposicin espaola juega en losasuntos internacionales continua siendo excesivamente desfavorable. Durante

    los tres aos de mi estancia en el extranjero, se ha producido un proceso deseleccin de los elementos verdaderamente revolucionarios en la Oposicin y suseparacin de los filisteos que simplemente desertan. En este trabajo, loscamaradas espaoles no han tomado parte alguna. o intervienen en lascuestiones internacionales salvo en el caso en que se consideren personalmenteafectados y, en este caso, intervienen de tal manera, que ayudan a los desertoresde nuestras filas." (carta del 17 de enero de 1932)

    Nin, sin embargo, manifest en todo momento un completo acuerdo polticoformal con el S.I., y atribuy las divergencias con Trotsky a cuestiones de tipo personal,especialmente al hecho de que el ncleo del enfrentamiento era la crtica de la I.C.E. a

    9 Ver la biografa de Mill en el glosario.

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    Molinier y la defensa de ste por Trotsky. En su carta del 7 de febrero de 1932 escribaque:

    "Lo que agrava la situacin no es su aspecto poltico, sino su carcter personal.En el caso de Francia, esto tiene una importancia decisiva", y cuatro meses despus, el7 de junio, repeta lo mismo:

    "Quiero subrayar adems que entre nosotros no existe ningunadivergencia poltica y que es muy penoso que el hecho de no compartir suopinin sobre un militante (militante?) francs haya determinado una rupturareal, cuya responsabilidad recae enteramente sobre usted."

    Realmente fue as? La lectura de los extractos de la correspondencia, as comola trayectoria posterior de Nin y de la I.C.E. muestran, al contrario, que s existandiferencias polticas y que las divergencias no pueden restringirse slo al mbito de lasrelaciones personales: en todo este periodo la organizacin espaola conoci una serialucha interna entre la fraccin Nin y la fraccin Lacroix, y ni Trotsky ni el S.I. utilizaronlas crticas a Nin como elemento en esta lucha fraccional interna; es ms, cuando la

    fraccin Lacroix intent utilizar la correspondencia de Trotsky con Nin paradesacreditar a Nin, fue desautorizada expresamente por Trotsky, para quien ninguna delas dos fracciones demostraba el necesario ajuste al programa. Para Trotsky, no setrataba de una cuestin de relaciones personales, sino de aplicacin de un programa

    poltico.Y es aqu, naturalmente, donde se encuentra el ncleo de los conflictos: una vez

    que Nin acept la poltica de Trotsky -corroborada por el S.I.- en junio de 1931,mantuvo un punto de vista diferente sobre la conveniencia del tipo de organizacin(fraccin o partido), que se tradujo en la voluntad de crear un segundo partido antes deque Trotsky y el S.I. dieran por muerta a la I.C. Seguidamente, la seccin espaoladefendi la constitucin de frentes obreros amplios (las Alianzas Obreras) en contra del

    parecer de Trotsky de construir el partido ganando a las fracciones radicalizadas de lospartidos socialistas entrando en stos. Por ltimo, la I.C.E. persigui una poltica deunidad orgnica con todas las fuerzas socialistas que quisieran unirse a ese proceso, loque llevara a la fusin con el B.O.C. de Maurn y, finalmente, a la firma del FrentePopular.

    Nin y su fraccin tenan perfecto derecho a mantener una posicin diferente dela propugnada por Trotsky y por el S.I. Sin embargo, ms all de la justeza decualquiera de las dos polticas -y la experiencia negativa posterior del POUM avala anuestro parecer a Trotsky y no a Nin-, los extractos de la correspondencia Trotsky-Ninde 1930-1932 muestran una lnea divisoria entre los dos centrada en el concepto de

    independencia poltica del proletariado, con un Trotsky claro y resuelto frente a un Ninopaco incapaz de mostrar claramente sus propias posiciones polticas cuando divergande las de Trotsky. Esto no resta nada ni a las capacidades ni, sobre todo, al compromisode Nin, pero muestra errores que se deben evitar en la construccin de una organizacinrevolucionaria.

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    2. Prefacio de TrotskyA modo de prefacio

    El camarada Nin, al mismo tiempo que se ha encontrado en lucha casipermanente con la direccin de la Oposicin Internacional y las direcciones del resto desecciones, niega la existencia de divergencias tericas o polticas. A menudo, se refiereen ese sentido a nuestra correspondencia, sin hacer por otra parte ninguna otra precisin.Pero, en realidad, mi correspondencia con el camarada Nin, que dura ya dos aos ymedio, no ha sido ms que una constante polmica, pese a un aspecto formal de lo ms

    amistoso. Esta polmica ha englobado casi todas las cuestiones que concernan a la viday a la actividad de la Oposicin Internacional. Aunque es cierto que el camarada Ninaceptaba formalmente las premisas fundamentales, llegado el caso, rehusaba siempreextraer las necesarias consecuencias. Fren durante mucho tiempo la formacin de laOposicin espaola. Hizo todo lo posible para aislarla y enfrentarla a la OposicinInternacional. Lamento no poder reproducir ntegramente la correspondencia, ya queabarcara un grueso volumen. Dos camaradas me han ayudado en mi trabajo,encargndose de seleccionar los extractos ms significativos. Es lamentable perder eltiempo en semejante tarea. Al menos, que los camaradas espaoles conozcan en

    profundidad estos extractos para comprender mejor la historia de las divergencias, ypara ayudar a la Oposicin Internacional a dirigir su seccin espaola por la va

    adecuada.Prinkipo, 21 de febrero de 1933.L. TROTSKY.

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    3.- Extractos de la correspondencia de in a Trotsky

    23 de octubre de 1930.En Francia he visto a muy poca gente. Gracias a usted, me he informado de la

    situacin interna de la Oposicin. Ellos slo me han hablado muy vagamente,presentndome los desacuerdos existentes como meramente personalistas. Por otraparte, estn contentos del trabajo.

    Ahora, tenemos: 1) el partido oficial (10), que no tiene ninguna fuerza efectiva yque no tiene influencia alguna entre las masas; 2) las federaciones comunistas deCatalua y de Valencia, que han sido excluidas del partido y que, en realidad, con losgrupos ms influyentes de Asturias y de algunos otros lugares, constituyen de hecho un

    partido independiente...; 3) el partido comunista cataln, que cuenta con una buena litedirigente, posee cierta influencia entre los obreros portuarios de Barcelona y domina el

    movimiento obrero de Lrida; 4) la Oposicin de Izquierda. Esta ltima en Catalua notiene ninguna influencia.*

    12 de noviembre de 1930.La situacin en Francia me inquieta mucho. Una escisin en nuestras filas

    tendra consecuencias catastrficas. Esperemos que el acuerdo que usted ha conseguidorecientemente no sea efmero, y que sea posible el trabajo en comn. Personalmente, noestoy demasiado al da de los desacuerdos existentes. Sus cartas han contribuido aorientarme un poco. Espero las cartas, anunciadas por los camaradas franceses, paraformarme una idea ms completa de la situacin.

    Partido comunista oficial: Hay algunos grupos en Vizcaya, Asturias, Andaluca,

    pero su influencia es nula.Federacin comunista catalano-balear: Hasta hace muy poco estaba adherida alpartido oficial. Su lder ms destacado es Maurn. A su llegada a Espaa, el C.E., quenunca ha visto a este camarada con buenos ojos (pues, a pesar de sus dudas, es uncamarada muy inteligente y sobre todo muy honesto), le ha pedido que hiciera unadeclaracin contra el trotskismo y de renuncia a sus antiguos errores. Rechaz taldeclaracin, y entonces se le expuls. La Federacin catalana-balear se solidariz conMaurn, siendo expulsada en bloque.

    La Federacin tiene un rgano, un semanario, La Batalla, que tira ocho milejemplares. El peridico es muy confuso y por ello no hay que dar demasiadaimportancia a la publicacin en sus pginas del desgraciado informe de Stalin. Se ha

    publicado eso como podra haberse publicado otra cosa. Quizs lo han insertado porfalta de material. Ese mismo peridico, por ejemplo, el da del aniversario de Octubre,ha publicado los retratos de los jefes de la revolucin, y entre ellos, el suyo

    La dificultad de nuestra tarea es consecuencia de que an no tengamos unpartido A esa gente a quien es necesario ensear las primeras nociones decomunismo, no se les puede empezar haciendo propaganda de la Oposicin EnEspaa, lo repito, no hay partido En el partido unificado, o en los grupos existentes,reivindicaremos nuestro derecho a defender nuestra posicin. Algunas palabras sobreMaurn. No s si sabe usted que estoy unido a l por una vieja amistad. Maurn est muycerca de nosotros, y estoy seguro de que acabar pronuncindose dentro de poco a favor

    10 Se refiere al Partido Comunista de Espaa; hemos reseado las personas y organizaciones msimportantes citadas en las cartas en un Glosario al final del documento.

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    de la Oposicin. Sera una adquisicin de gran valor, puesto que es, como ya le hedicho, muy estimado y muy honesto. Podramos estropearlo todo si le atacsemos deuna forma demasiado injustificada.

    *3 de diciembre de 1930 (11)

    Estoy convencido de que en Espaa el proletariado organizar su partidofuera del partido oficial (que de hecho no existe) y en su contraQuerra decirle alguna cosa sobre los asuntos franceses, pero esta carta ya es

    demasiado extensa y reservo el tema para una prxima carta.*

    17 de enero de 1931Y llegamos a una cuestin esencial: aqu el partido se formar fuera del

    partido oficialHay que aadir que la Federacin Catalana cuenta con la simpata de los mejores

    elementos del resto de Espaa y que una accin conjunta es muy factible.Mi proceder me parece muy claro (y digo mi porque soy oficialmente el nico

    miembro de la Oposicin de Izquierda que existe aqu): debo entrar en la Federacin.Andrade y Lacroix, los mejores elementos que tenemos en Espaa, comparten miopinin. Ya he enviado portavoces y sera admitido con toda seguridad sin renunciar,naturalmente, para nada a mis posiciones Hay que actuar con mucho tacto. La mayor

    parte de los militantes (excepto Maurn, que es el ms inteligente y que en realidad estcon nosotros) dicen que no estn con la Oposicin; pero, cosa sorprendente, cuando noles hablo de la Oposicin, pero les expongo nuestro punto de vista sobre las cuestionesesenciales de estrategia, de tctica, de organizacin, se muestran de acuerdo connosotros ste es un ejemplo chocante.

    El prximo mes debe reunirse el congreso de fusin. Maurn est encargado deredactar las tesis sobre la cuestin poltica y las tareas del partido. Pues bien,aprovechando el hecho de que somos vecinos (vive al lado mo (12)) redactamos lastesis conjuntamente Sera tonto renunciar a una accin comn, cuando es posiblehacerlo en base a una plataforma poltica que es completamente aceptable.

    Ahora, dos palabras sobre la crisis francesa. Suscribo enteramente sus tesis.Pero debo confesar que an no comprendo del todo las causas reales de la crisis.Rosmer me ha escrito hace algunas semanas una larga carta para demostrarme que noexistan divergencias de principio y que todo se limitaba a la incompatibilidad entreellos y M (13), a quien presenta como a un hombre bizco muy desacreditado en elmovimiento obrero francs. Hay que decir que otros camaradas, que no pertenecen a laOposicin, me han expresado la misma opinin. Qu opina usted? Esto no resuelve

    naturalmente el fondo de la cuestin, pero tambin tiene su importancia. Me apresuro,por otra parte, a decirle que comparto su opinin sobre Nav (14). Sufre algo de laenfermedad de otros muchos militantes franceses, resultado de su falta de contactodirecto con la masa obrera.

    *26 de enero de 1931

    Hablo de coincidencia fundamental porque, detalladamente, no compartocompletamente su punto de vista Empecemos por la cuestin de las Cortes Hay

    11 Este extracto aparece errneamente como el final de la carta del 12 de noviembre de 1930 en tudesmarxistes, n 7-8, no indicndose en esta publicacin ninguna carta del 3 de diciembre de 1930.

    12 Nin y Maurn se hallaban en aquel momento presos en la crcel.13 Raymond Molinier.14 Pierre Naville.

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    que boicotearlas? Entre los republicanos, existe una opinin muy favorable a laabstencin Si la mayor parte de los partidos de oposicin boicotean el parlamento,creo que los comunistas debern hacer lo mismo

    Usted habla de mi candidatura. La Federacin Comunista Catalana (es la seccinque ha roto con la Internacional Comunista y cuyo lder es Maurn) debe reunirse,

    dentro de poco, en un congreso y fijar su lnea para las elecciones. La Seccin deBarcelona y el Comit Ejecutivo provisional han aceptado las tesis presentadas por m ypor Maurn (tesis que he redactado yo mismo casi completamente), y han decididocandidatos en varios lugares, en el caso de que los partidos de oposicin no decidieranel boicot. Una de las resoluciones tomadas es la de presentar mi candidatura por eldistrito de El Vendrell.

    Una condicin indispensable del xito es la lucha sin piedad contra los partidosrepublicanos. Desde mi llegada, se ha avanzado mucho en ese sentido. Cuando llegu,no slo los anarcosindicalistas, sino tambin gran parte de los comunistas iban aremolque de las izquierdas burguesas y pequeo-burguesas. Eso se acab.

    *

    5 de febrero de 1931Coincidimos por completo en la lnea general y me alegro muchsimo por ello.

    Las tesis polticas de la Federacin Comunista Catalana -creo que ya le dije que fueronredactadas por m y por Maurn- se han inspirado exactamente en el mismo sentido.Aado adems que la Federacin me ha confiado la redaccin de la respuesta oficial, enlas pginas deLa Batalla, a la Declaracin poltica del Partido No es interesante?

    *7 de marzo de 1931

    He tenido que luchar contra la idea de la creacin de un partido obrero ycampesino. Esta idea ha sido ahora definitivamente rechazada. No he podido evitar, sinembargo, la adopcin de un proyecto de creacin de un Bloque obrero y campesino.Pero he conseguido obtener algunas garantas necesarias. El Bloque ser provisional, su

    programa ser el del PartidoLa Federacin Catalana estima que mi adhesin directa a esta ltima podra

    agravar sus relaciones con la I.C. Es justo. Pero hemos encontrado una frmula. Me headherido al Bloque y, como miembro de ste, participar en todos los mtines. Por otra

    parte, escribira todas las semanas, bajo seudnimo, enLa Batalla. Si la ruptura con laI.C. se hace definitiva (y es inevitable), sera admitido inmediatamente en la Federacin.

    Ignoro totalmente las divergencias existentes entre nosotros (los miembros de laOposicin espaola). Nadie me ha dicho nada, nunca. Es algo extraordinario! Si por lomenos hubiese divergencias, eso significara que la Oposicin vive.

    *15 de marzo de 1931En abril, tendremos (o deberamos tener) elecciones municipales Aqu

    tendremos una candidatura comunista presentada bajo la bandera del Bloque Obrero yCampesino (una candidatura comunista no sera autorizada, puesto que el Partido esilegal)

    Pese a la etiqueta, el Bloque se presentar bajo una plataforma netamentecomunista Con toda probabilidad, ser uno de los candidatos La candidatura estformada por miembros de la Federacin catalano-balear, del grupo del Partido catalnque no se ha fusionado con la primera y por m. Es, pues, una primera tentativa de frentenico comunista. He propuesto invitar tambin al partido oficial. Mi proposicin ha

    encontrado gran resistencia, pero no es imposible, a fin de cuentas, que sea aceptada

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    He recibido muy recientemente su carta sobre la crisis alemana, que me hainteresado enormemente. Debo confesarle que veo ms claro en esta crisis que en la dela Oposicin francesa...

    *4 de abril de 1931 (15)

    La propaganda abierta de los principios de la Oposicin ha provocado mi rupturacon la Federacin Catalana o, mejor dicho, con sus dirigentes. Los obreros tienen unaactitud muy diferente y me manifiestan una simpata evidente...

    *5 de abril de 1931

    (Carta de Nin al Secretariado Internacional).La crisis de la Oposicin de Izquierda en Alemania podra tener desastrosas

    consecuencias para el futuro de nuestro movimiento, si no adoptsemos medidasenrgicas y rpidas. La crisis debe ser cortada de raz por los eficaces medios que nosofrecen los mtodos del centralismo democrtico. En este sentido, las proposicionesformuladas por el camarada Trotsky en su carta del 17 de febrero me parecen justas, y

    me asocio a ellas sin reservas.ota de Trotsky: Esta proposicin (Trotsky-Nin) fue aceptada. Despus de esto,

    Nin ha acusado a la Oposicin Internacional de tener una poltica falsa respecto aLandau.

    *10 de abril de 1931

    Pasemos a las famosas divergencias con los camaradas de Madrid Alparecer, la cuestin de mi entrada en la Federacin catalana, calificada comoincondicional, era la diferencia ms preocupante. Dado que los camaradas de Madrid nohan dicho nunca nada al respecto, no puedo precisar en que consisten esasdiferencias(16).

    *12 de abril de 1931

    A mi parecer, si empezramos a atacar de forma violenta a la Federacin, losresultados seran de hecho deplorables Hay que entrar en la Federacin y llevar acabo un trabajo sistemtico para crear nuestra fraccin. Ello es posible. Estoy seguro deque si hoy mi entrada no ha sido posible, lo ser muy pronto, quizs antes de un mes.

    *15 de abril de 1931

    ...La Federacin catalana ha solicitado mi colaboracin. No poda rehusarla yahora me encuentro ya trabajando de forma inmediata (en realidad en tareas dirigentes

    en amplia medida) en el Comit Central de esa organizacin Publicamos una hojadiaria de la que soy redactor.*

    25 de mayo de 1931Exagera usted sus temores en lo que concierne a la posibilidad de una accin

    prematura en Catalua Toda la tctica de los anarcosindicalistas en Catalua, queejercen la hegemona sobre el movimiento, consiste en retener las acciones del

    proletariado. En cuanto a los comunistas, la Federacin catalana (la nica que cuentaaqu como fuerza comunista) tiene una concepcin muy justa (exactamente la nuestra)del movimiento y es decididamente adversa a toda poltica aventurera o golpista

    15 Este extracto no aparece entudes marxistes, n 7-8.16 En la segunda parte de este cuaderno, "Relaciones y correspondencia entre Nin y Ambrogi, 1930-1931", se encuentra un fragmento mucho ms amplio de esta carta.

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    *25 de junio de 1931

    La Federacin catalana, de la cual yo no defiendo, ni he defendido nunca supoltica, no ha adoptado una poltica de conciliacin frente a los anarcosindicalistas

    *

    29 de junio de 1931[La Federacin catalana]. Su orientacin es, como siempre, vacilante, indefinida,Mis relaciones con sus dirigentes han pasado por diversas etapas: colaboracin, ruptura,de nuevo colaboracin, de nuevo ruptura. Actualmente nos encontramos en este ltimocaso hasta el congreso de unidad [los puntos suspensivos son de Nin].

    *7 de julio de 1931

    Hasta el presente, no habamos realizado aqu ningn trabajo sistemtico yorganizado No podamos actuar de otro modo En los ltimos tiempos funciona ya,sin haberla creado, y sin que exista formalmente, una clula de la Oposicin

    *

    9 de julio de 1931Dentro de dos das se harn en Barcelona las elecciones complementarias.

    Oficialmente, ha habido negociaciones entre la Esquerra (17) (de Maci) y Maurn. Laprimera apoyar oficiosamente a este ltimo, y es casi seguro que saldr elegidoOficiosamente, la Esquerra me haba propuesto que presentase mi candidatura. Les hecontestado que slo aceptara en el caso de hacerlo por la Federacin catalana y acondicin de que la Esquerra no hiciese ninguna declaracin a mi favor. La Federacin,naturalmente, ha presentado a Maurn. An quedaba la provincia de Barcelona, dondedeben elegirse a tres candidatos. Amigos de provincia me propusieron que me

    presentara como comunista independiente, pero lo he rechazado decididamente.*

    13 de julio de 1931Para el nmero 3 de la Revista (18) , he escrito un artculo sobre los errores de

    Maurn. No puede guardarse silencio sobre ellos, sin gran peligro para el movimiento.La campaa electoral que el Bloque ha hecho estos ltimos das tena muy poco decomunista

    *15 de julio de 1931

    En Espaa an somos slo un pequeo ncleo. Trabajamos en acuerdo perfectoy con el mayor de los entusiasmos De los camaradas del Secretario Internacional (SI)slo conozco a Mill. Me ha producido buena impresin. Sobre M y F (19) he odo las

    opiniones ms contradictorias, y debo confesarle que me inclino ms bien del lado delas peyorativas. Pero, lo repito, todo esto no son ms que suposiciones, presentimientos.No me creo lo bastante informado como para expresar una opinin definitiva, como laque ya he expresado sobre Alemania, sin duda alguna, porque conoca a las personas yvea claro el conflicto.

    Dos palabras sobre uno de los puntos en los que, injustamente, usted semanifiesta inquieto, porque ve en mi actitud elementos de diplomacia. Quierohablar de la visita de Rosmer. Debo decirle, ante todo, que estoy convencido de haberle

    17 Esquerra Republicana de Catalunya.18 Se trata de la revista Comunismo, rgano de la O.C.E. En su nmero 3 el artculo de Nin trata sobre la

    cuestin nacional; seguramente Nin se refiere al artculo que finalmente se publicara en el nmero 4, "Adnde va el Bloque Obrero y Campesino?"19 Raymond Molinier yPierre Frank.

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    hablado de esa visita. Pero en realidad no haba demasiado que contar. Ha sido muysobrio en sus juicios y no se ha pronunciado respecto a los asuntos espaoles en elsentido que usted indica. Sobre las cuestiones francesas, me ha explicado cosas que yono conoca lo suficiente. Y debo decirle sinceramente que, en estas cuestiones, no veoan con bastante claridad. Necesitara ver personalmente a Molinier y Frank para

    conversar con ellos *20 de julio de 1931

    Si pudiramos tener un semanario en Barcelona! Se convertira rpidamente enun centro organizador. Si tuviera mil pesetas, lo lanzara inmediatamente

    *25 de agosto de 1931

    Tengo la posibilidad de crear aqu, en varias ciudades, organizacionescomunistas. Dnde deben adherirse? Al Bloque o al Partido oficial? Tengo grandesdudas al respecto. Hacerlas adherir al partido oficial es bastante difcil, pues apenasexiste organizacin alguna en Catalua. Por otra parte, la posicin poltica del Bloque es

    actualmente tan errnea que an es ms difcil aconsejarles que se adhieran a esaorganizacin. De todas formas me inclino por esta segunda solucin

    La tarea ms importante para nosotros es ahora la publicacin del semanario. Mha pasado por aqu y volver a pasar en dos o tres das. Nos veremos en Barcelona conLacroix los tres juntos para determinar definitivamente el plan de trabajo. Ya haaportado algo de dinero

    Dos palabras sobre la cuestin francesa. O bien me he expresado mal (lo cual esmuy posible, pues, a causa de mi falta de tiempo, escribo muy precipitadamente), o bienusted no me ha comprendido correctamente. No he subordinado nunca (lo cual seraabsurdo), las cuestiones polticas a las cuestiones personales S que creo (y usted es delmismo parecer) que las personas juegan un gran papel. No he tenido tiempo de estudiara fondo los documentos que conciernen a la cuestin francesa. Lo estoy haciendoactualmente y seguramente por esta circunstancia no lo veo demasiado claro. Su formade enfocar la cuestin sindical me parece absolutamente justa, en general. Pero todavano he podido apreciar en qu medida los errores que usted seala existen realmente. Yes aqu donde las cuestiones personales pueden jugar un papel. A veces, se atribuye a lagente concepciones que jams han tenido. No es una acusacin que yo haga en su contra(esto est muy lejos de mis intenciones); pero esta hiptesis no est excluida del ladofrancs. Lo repito, slo se trata de conjeturas. Un estudio en profundidad de losdocumentos me ayudara sin duda a llegar a conclusiones precisas. Por otra parte, heconocido a M (circunstancia que tiene su importancia) y debo decirle que la impresin

    que me ha producido ha sido excelente. No dejar de hacerle conocer mi opinindefinitiva. En lo que concierne a Rosmer, comparto enteramente su punto de vista*

    6 de septiembre de 1931Insisto en creer que nuestra tarea ms urgente es la de fundar un semanario de

    combate en Barcelona.*

    18 de septiembre de 1931Durante estas dos ltimas semanas, he estudiado a fondo todos los documentos

    concernientes a la cuestin francesa. He conversado algo ms largamente sobre estacuestin con M quien, como usted sabe, ha estado entre nosotros. Pues bien, todas mis

    dudas se han desvanecido. Ahora estoy convencido de que la razn no est del lado deNaville y de Rosmer. (Esta vez no he visto a Rosmer). Por otra parte, estoy muy

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    contento de haber conocido a M, de quien he apreciado su abnegacin y en quien hevisto a un verdadero revolucionario Debo confesarle que lo que Rosmer haba dichosobre M me haba producido una cierta impresin. Pero lo repito, ahora ya no tengodudas. La posicin de M me parece absolutamente justa, y la adquisicin de militantescomo l, la juzgo como un gran bien para la Oposicin.

    Hemos examinado detenidamente con los camaradas de Barcelona, as como conM y Lacroix, la cuestin de la adhesin eventual de las organizaciones al Bloque o alPartido. Naturalmente, desde el punto de vista de los principios, usted tiene razn;habra que hacerlos ingresar en el Partido. Pero la complejidad de nuestra situacinexige una situacin mixta. En Barcelona, haremos que todo el mundo se adhiera alPartido; en las provincias catalanas, les haremos adherirse al Bloque. Aqu, demomento, es la nica solucin posible. En primer lugar, porque sera difcil haceradherir las organizaciones al Partido (no querran ir); en segundo lugar, porque, no hayque olvidarlo, en Catalua el Partido, de hecho, no existe. En todos estos grupos, losmejores elementos estn con nosotros, y podrn contribuir activamente, bajo nuestradireccin, a la descomposicin del Bloque.

    Consideramos absolutamente inadmisible e imposible hacer adherir a estosgrupos a la Oposicin, y pedirles su adhesin al Partido. En primer lugar, no se trata degrupos compuestos de oposicionistas, sino de comunistas recientes, entre los cuales hayalgunos oposicionistas. Incluso en el caso de que consiguiramos su ntegra adhesin ala Oposicin (sera saludable?), no debemos inclinarnos por tal solucin; no seranadmitidos en el Partido oficial y de hecho sentaramos las bases para un nuevo partido.En el interior del Bloque, estos grupos sern una base de trabajo muy fructfera paranosotros; sern los pioneros de la unidad y los adversarios ms implacables de la

    poltica de los dirigentes [del Bloque]. Es cierto que usted considera necesario, dada latctica que preconiza, la existencia de un centro de la Oposicin en Catalua. Y ustedaade textualmente: Si usted se acuerda, yo ya insist sobre esto desde el primer da desu llegada a Barcelona; pero, desgraciadamente, no tuve xito. El centro, ya lotenemos. Que era necesario, nunca lo he dudado. Pero para llegar a esto, hemosnecesitado casi un ao.

    *7 de octubre de 1931

    Otro da, le escribir ampliamente sobre la cuestin de la fraccin estrecha olarga. He traducido su carta y vamos a discutirla en nuestras organizaciones. Prefierotransmitirle con mi opinin personal la de todos los camaradas. Me apresuro aanunciarle que no comparto su `punto de vista, que me parece dictado por unainsuficiente informacin sobre la situacin

    *7 de noviembre de 1931(Carta al S.I.).La persecucin de que era objeto nuestroEl Sovietpor parte del gobernador nos

    ha permitido suspender la publicacin de forma honorableYa habamos previsto correctamente todas las dificultades a las que bamos a

    enfrentarnos. En ese sentido, y a causa de ello, no habamos lanzado antes el semanario.Pero el camarada Moliner nos hizo firmes promesas, en nombre del S.I.

    Pero las promesas se desvanecieron en el vaco y nuestra situacin econmica sehizo muy grave. El culpable directo de todo esto es el camarada Moliner, que haactuado con una ligereza incalificable. En realidad, un saboteador consciente de la

    Oposicin no habra obrado mejor que Molinier.*

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    24 de noviembre de 1931Sin duda, el SI le ha remitido copia de la carta que le he enviado sobre este tema

    (suspensin de El Soviet). Slo quiero aadir que la Oposicin espaola constata

    unnimemente el nefasto papel desempeado por M en la Liga francesa y en laOposicin internacional. Todas las informaciones que poseo (adems de nuestra propiaexperiencia) me confirman en tal posicin.

    Nuestro trabajo marcha muy bien y no existe entre nosotros la menordivergencia (en la seccin espaola).

    No hay divergencias sobre la cuestin de las fracciones "amplias". Slo setrataba de un malentendido entre nosotros y de nada ms

    *7 de diciembre de 1931

    Dice usted que el rgimen actual de Espaa puede ser comparado al"kerenskismo"... No lo creo as. El "kerenskismo" era la ltima carta de la burguesa.

    Anunci Octubre. Azaa anuncia a Lerroux , es decir, a Miliukov, la gran burguesa.*

    7 de febrero de 1932No tengo nada que aadir a lo que le he dicho en mis anteriores cartas sobre la

    cuestin que motiva nuestras divergencias. Lo que agrava la situacin no es su aspectopoltico, sino su carcter personal. En el caso de Francia, esto tiene una importanciadecisiva.

    *7 de junio de 1932

    (Entre estas dos cartas, una del 12 de marzo y otra del 20 de mayo)Su carta del 29 de mayo me ha sorprendido enormemente por el tono y por el

    contenido. Hice una sincera tentativa por reemprender una correspondencia cuyautilidad para nuestro movimiento (cada da ms importante) sera incontestable. Noencontr en usted la misma buena voluntad Consideramos que su directacolaboracin ha sido preciosa, pero aun sin ella (puesto que nos la rehsa), hemosconsagrado hasta el da de hoy todas nuestras energas en la tarea de crear una granfuerza comunista de Izquierda en Espaa.

    Quiero subrayar adems que entre nosotros no existe ninguna divergenciapoltica y que es muy penoso que el hecho de no compartir su opinin sobre unmilitante (militante?) francs haya determinado una ruptura real, cuya responsabilidadrecae enteramente sobre usted.

    *25 de noviembre de 1932Ni la Oposicin espaola como tal, ni yo, personalmente, hemos dicho nunca

    que la revolucin espaola haya terminado. Es una monstruosidad inconcebible. Dehecho, estimamos superflua la publicacin de una resolucin del C.C. a este propsito,

    pues nadie nos ha acusado aqu de haber sostenido un punto de vista fundamentalmenteopuesto a nuestra posicin poltica

    *

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    4.- Extractos de las cartas de Trotsky a in

    13 de septiembre de 1930... No dudo de que en Pars le pondrn al corriente de la lucha interna en la

    Ligue. Es por esto que creo necesario exponerle mi punto de vista sobre esta cuestin...Si en Pars profundiza usted en todos estos asuntos internos (pienso que debe

    usted hacerlo), es necesario que escuche a las dos partes. Me alegrar si me escribeusted detalladamente sobre las impresiones que extraiga.

    ota del cam. Trotsky: Nin no hizo esto, limitndose a una conversacin con elgrupo de Rosmer.

    *21 de noviembre de 1930

    Como la Oposicin de Europa occidental en general no ha vivido una vidapermanente ideolgica y poltica, no ha respondido a las grandes cuestiones, y no se haimplicado en la vida interna del Partido, sus seguidores ocasionales (Urbahns,

    Overstraeten, Souvarine, Paz) podan aparecer ante ellos mismos y ante los dems comonuestros partidarios. Pero en realidad han causado los peores perjuicios, cerrando elcamino a las ideas de la Oposicin de Izquierda dentro del Partido, que todos handeclarado liquidado y muerto, porque esto es mucho ms fcil y da la posibilidad devivir tranquilamente en su rincn, consagrando una hora por semana a lasconversaciones oposicionales...

    En su carta hay la frase: "La escisin en Francia tendra consecuenciascatastrficas para nosotros". Evidentemente, toda escisin tiene un carcter malsano.Evidentemente, el alejamiento del camarada Rosmer asestara un golpe aLa Vrit y yo,

    por mi parte, estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para evitarlo. Es en este sentido queescribo a los camaradas franceses y a R. mismo. Pero debo decir que una escisin as no

    puede ser para nosotros catastrfica...Para que los pequeos grupos nacionales, sin base terica suficiente, sintradiciones, sin experiencia, no se extraven del camino en el proceso de pacienteesclarecimiento, hace falta un firme vnculo entre ellos, hace falta una verificacinrecproca constante, hace falta el control ideolgico organizado, hace falta unaimplacabilidad ideolgica doble y triple...

    Escribe usted que Landau, sin su autorizacin, ha anunciado la correspondenciaentre ustedes. Pero, en este caso de dnde ha tomado esta correspondencia?...

    *29 de noviembre de 1930

    ...Habla usted del atraso de los obreros espaoles y de la necesidad de darles a

    conocer las ideas fundamentales del comunismo antes de plantear las cuestiones de laOposicin de Izquierda...

    Confieso que no me imagino poder dar una conferencia sobre el comunismo alos obreros ms atrasados sin plantear al mismo tiempo las cuestiones de la Oposicinde Izquierda. Si yo diera una conferencia sobre el comunismo a los grupos de obrerosms atrasados, espaoles o de otros lugares, despejara el camino desde el principio conla declaracin siguiente: "En el comunismo, hay varias corrientes. Yo pertenezco a talcorriente y les expondr cmo percibe esta corriente las tareas de la clase obrera".

    En conclusin, llamara a los obreros a unirse a la organizacin que defiende lospuntos de vista que acabo de exponer. Sin esto, la propaganda y la agitacin adquiriranun carcter acadmico, seran despojadas de un eje organizativo y, a fin de cuentas,ayudaran a los adversarios, es decir, a los centristas y los derechistas.

    *

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    15 de marzo de 1931...Cmo ser definida y se explicar polticamente su participacin en el

    Bloque? Como la de un representante de una fraccin comunista o como la de unrevolucionario conocido aislado? Es posible que algunos elementos de la Federacin, encaso de tener necesidad de un acuerdo con la burocracia de la I.C., declaren ms tarde

    que formaban un bloque con el campesinado y la pequea burguesa revolucionaria enla persona de Nin. Quedarse sin pasaporte poltico, sobre todo durante la revolucin, esmuy peligroso...

    *29 de marzo de 1931

    Recibo de Pars cartas cada vez ms inquietantes sobre la situacin en Espaa.Debo decirle que comparto esa inquietud. En Espaa, la situacin es revolucionaria, enEspaa, tenemos representantes totalmente calificados de la Oposicin de Izquierda.Mediante correspondencia, artculos, etc., hemos elaborado algo as como un proyectode plataforma de la Oposicin de Izquierda. Todas las miradas estn puestas en Espaa.Y sin embargo, la Oposicin de Izquierda, como organizacin oficial y activa, no existe

    en Espaa. Y cada da perdido repercutir gravemente en los momentos decisivos.Nadie, fuera de la Oposicin de Izquierda, es capaz de dar una orientacin justa ni defijar una poltica justa a las condiciones revolucionarias de Espaa. Y, sin embargo, laOposicin de Izquierda no existe; esto provoca inquietud en muchos camaradas, y estainquietud, yo la comparto...

    Dnde est la salida? Los camaradas de Madrid creen que con la participacinde los camaradas de Asturias es posible editar una revista terica mensual. Estntambin dispuestos a editar un Boletn de la fraccin de izquierda. Me parece que hacefalta apoyarles con todas nuestras fuerzas. Conservando el enlace permanente entreusted y Madrid de una parte, entre Espaa, Pars y Constantinopla (21) de la otra, se

    puede llegar al acuerdo poltico, terico y organizativo necesario. Esperar con granimpaciencia su respuesta a esta cuestin, ms an teniendo en cuenta que todas miscartas precedentes se han quedado sin respuesta sobre este punto...

    La presentacin de su candidatura a las elecciones municipales es evidentementeun hecho muy importante. Pero estar usted evidentemente de acuerdo que en poltica,y sobre todo durante la revolucin, slo son preciosas las conquistas que se traducen enel crecimiento del partido o, en el caso actual, de la fraccin? Sin esto, la tempestad dela revolucin disipar completamente la iniciativa individual, tanto en caso de victoriacomo en caso de derrota de la revolucin...

    *1 de abril de 1931

    ...Sus conferencias y sus xitos me complacen enormemente. Su intencin deocuparse, durante su viaje, de la organizacin de una fraccin oposicionista deizquierda, me da an quizs ms esperanza. Es importante tener un cristal preparado: eldesarrollo de la revolucin crear una solucin saturada...

    *12 de abril de 1931

    Acabo de recibir su carta en la que me informa por primera vez de su rupturacon la Federacin Catalana y la prxima aparicin de un rgano de la Oposicin deIzquierda, Comunismo. La ltima noticia me llena de una alegra tal que he dejado delamentar los meses perdidos en el asunto de la formacin de una Oposicin deIzquierda. No dudo de que recuperar usted cien veces el tiempo perdido...

    21 Trotsky estaba en esa poca exiliado en Turqua.

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    *20 de abril de 1931

    ...Usted demuestra en su segunda carta la necesidad de influenciaramistosamente y con tacto a la Federacin Catalana. Estoy plenamente de acuerdo conusted...

    Pero no puedo dejar de subrayar desde aqu, desde lejos, el segundo aspecto dela cuestin. Hace dos o tres meses, usted estimaba que la organizacin sera conquistadasin dificultades por usted; elabor junto a Maurn las tesis, etc.; algn tiempo despus,result que la Federacin, a causa de sus equvocas relaciones con la I.C., encontrinoportuna su entrada directa en sus filas. Esta historia es, en mi opinin, una razncontra las tentativas de influenciar a la Federacin slo personalmente, individualmente,

    pedaggicamente, al margen de una fraccin de izquierda organizada que interviene entodas partes con la bandera desplegada. Trabajar en el interior de la Federacin? S.Trabajar con paciencia, amistosamente, sin temer los fracasos? S, s y s. Pero trabajarabiertamente, como oposicionista de izquierda, como bolchevique-leninista que tiene sufraccin, y que exige para esa fraccin la libertad de criticar y de exponer sus opiniones.

    *22 de abril de 1931

    ...La ms importante de las informaciones de su carta es su entrada en el ComitCentral de la Federacin Catalana y la redaccin por usted del rgano diario de laFederacin: no hace falta decir qu significado tiene este hecho. Slo que,desgraciadamente, las premisas polticas no me quedan claras. Hace unas semanas,escriba usted que se vio obligado a romper con la Federacin, porque sus jefesconsideraban que su pertenencia a la Oposicin de Izquierda era incompatible con la

    pertenencia a la Federacin. Dicho de otra manera, los jefes se mostraronextremadamente hostiles con nosotros y emplearon los mtodos y la fraseologa de la

    burocracia estalinista. Despus de esto, su entrada, al cabo de algunas semanas, en lospuestos dirigentes de la Federacin, lo confieso, me desorienta mucho. Qu le hapasado a la Federacin? Ha cambiado la posicin de sus jefes? Supunto de vista hacambiado radicalmente bajo la influencia de la convulsin republicana y delreblandecimiento general y brusco de las maneras? Han perdido la esperanza dereconciliarse con la burocracia de la I.C.? Con qu condiciones ha entrado usted en laFederacin? Sobre todas estas cuestiones, esperar, con mucha impaciencia, surespuesta.

    Haba escrito usted que estaba dispuesto a utilizar su gira para organizar lafraccin de izquierda. Desgraciadamente, no lo menciona en su carta.

    Ahora, respecto al aspecto poltico general de los hechos, la Federacin

    Catalana, por lo que yo entiendo, ni tiene ni busca una organizacin de mbito espaol.Si esto es as, se conduce a s misma y conduce al movimiento obrero cataln a laderrota... Precisamente, la fuerza de la Oposicin de Izquierda en Espaa podra ydebera consistir en elevar todas las cuestiones a un punto de vista histrico, no

    permitiendo a los grupos aislados y a las sectas destruir la revolucin por elprovincialismo, por el nacionalismo pasivo o activo, por la miopa burocrtica, etc. Seha perdido mucho tiempo en este terreno y el tiempo es un factor muy precioso de larevolucin. Una nueva prdida de tiempo sera un crimen. Sobre los comunistasespaoles y sobre usted personalmente, querido amigo, recae una responsabilidadhistrica gigantesca. La Federacin Catalana no es ms que una palestra para ganarinfluencia, pero no es una palanca segura. Sin una base de principios seria, sin una lnea

    estratgica clara, la Federacin Catalana, atiborrada de numerosos prejuicios, nosoportara las pruebas de la revolucin y sufrira una derrota al primer contratiempo. Un

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    ncleo marxista pequeo pero firme, que sepa bien lo que quiere, puede salvar nosolamente a la Federacin Catalana sino tambin a la revolucin espaola. Con una solacondicin: este pequeo ncleo debe avanzar con un programa propio y claro y bajo su

    propia bandera.Le ruego que me responda lo ms rpido posible y de manera precisa a estas

    cuestiones, dado que tienen, en mi opinin, una importancia decisiva.ota del cam. Trotsky: Nin jams respondi a estas cuestiones y jams explicsobre qu bases entr en el Comit Central de la Federacin.

    *26 de mayo de 1931

    ...Me veo obligado a constatar que usted prefiere anunciarme en las cartas loshechos que en general ya conozco por los peridicos y, al mismo tiempo, evita ustedsistemticamente las cuestiones que, en mi opinin, tiene una importancia decisiva. Sinduda, no tengo ningn derecho a exigirle una informacin efectiva o incluso respuestastotalmente breves (s-no) a las preguntas que le hago. Pero comprender usted que unacorrespondencia diplomtica no puede satisfacerme en absoluto. Como resultado de mis

    mltiples intervenciones por medio de la correspondencia, con el objetivo de llegar auna claridad elemental, me he formado la impresin de que usted no quiere tal claridad.Por qu? Evidentemente porque ha tomado usted una posicin contradictoria, dejausted que las cosas vayan a la deriva esperando que se solucionen por si mismas. Laexperiencia y la teora me indican que tal poltica tiene consecuencias fatales...

    *30 de mayo de 1931

    ...Ver usted que, al final de mi nueva obra sobre la revolucin espaola, adjuntoun nmero considerable de las cartas que le he dirigido, retirando todo lo que tena uncarcter personal o "polmico", aunque fuera amistoso; he dejado solamente lasconsideraciones fundamentales y polticas...

    ota del cam. Trotsky: Todas estas cartas Nin las excluy de la edicin espaola.*

    31 de mayo de 1931Desgraciadamente, no puedo estar de acuerdo con las observaciones

    tranquilizadoras que hace usted a propsito de la situacin en Espaa y, sobre todo, enCatalua. Cree usted que no hay razn para temer acontecimientos prematuros enCatalua, dado que los anarcosindicalistas, que poseen la hegemona en el movimientoobrero, retienen con todas sus fuerzas a los obreros. En el mismo sentido acta segnusted la Federacin Catalana. Veo en esta informacin, que concuerda con lasinformaciones de la prensa burguesa sobre los anarcosindicalistas, no una fuente de

    tranquilidad, sino al contrario, de inquietud. Los anarcosindicalistas, hasta donde yopuedo juzgar, llevan una poltica de conciliacin hacia el rgimen pobre y miserable delcoronel Maci, encargado barcelons de los imperialistas de Madrid. Los jefes de losanarcosindicalistas probablemente se han convertido en subencargados y, de hecho, enagentes de una paz civil nacional en Catalua. La Federacin Catalana, hasta donde yo

    puedo juzgar por su carta, ocupa una posicin conciliadora hacia los anarcosindicalistas,es decir, reemplaza la poltica revolucionaria del Frente nico por la polticaoportunista, defendiendo y embelleciendo a los anarcosindicalistas, y por ende, alrgimen de Maci. Es aqu precisamente donde veo una de las fuentes de explosinfatales que pueden, en un cierto estadio, tomar un carcter peligroso. La tarea de lossindicatos no es retener a los obreros sino, al contrario, movilizarlos y organizarlos para

    la ofensiva...

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    bordiguistas; finalmente ha apoyado a la camarilla de Landau, sobre cuyos mtodos ypuntos de vista he escrito de una manera suficientemente detallada en la carta circular.Parece que todas estas cuestiones sean exclusivamente polticas, ms incluso que

    programticas. Pero usted escribe que quiere ver a Molinier y a Frank para decidir dequ lado est. No puedo en absoluto entender esto...

    De qu manera, como organizacin internacional, podramos actuar en caso denuevas divergencias de principio en las diferentes secciones? vamos a transportar a losrepresentantes de los dos grupos a todas las capitales del mundo? Hay algnmalentendido que an no tenga claro, ya sea de carcter fundamental o episdico?

    Tal vez, estando demasiado ocupado con los asuntos espaoles, no lea usted laspublicaciones extranjeras de la Oposicin, entre otrasLa Vrit, el Boletn ruso y sobretodo el Boletn internacional? De otra manera, yo debera comprenderlo as: todo eltrabajo ideolgico de los dos ltimos aos es inexistente para usted, en su lugar deberansituarse las impresiones personales. Pero esto sera impresionismo y no marxismo. Esevidente que sta no puede ser su poltica.

    *

    26 de agosto de 1931

    Se queja usted de no recibir cartas mas; no obstante, yo le he escrito ms amenudo que usted a m. En particular, le he enviado una larga carta a propsito deRosmer. An no s hasta este momento si la ha recibido. Por otra parte, los camaradasde Berln se quejan de que usted no responde a las cartas de nadie...

    Me veo obligado a declarar de una manera absolutamente formal lo que sigue:todas esas "acusaciones personales" que Rosmer emite contra Molinier nos eranconocidas desde mucho tiempo antes del conflicto y, junto con Rosmer, consideramosestas acusaciones como calumnias y tomamos medidas para llevar a los calumniadores aasumir sus responsabilidades. Rosmer se rebaj a retomar estas acusaciones slodespus de haber surgido un conflicto poltico entre l y Molinier...

    *1 de septiembre de 1931

    He recibido su carta del 25 de agosto. Se plantea usted la cuestin: "A dndellamar a los obreros? Al Partido o a la Federacin?"

    A juzgar por los resultados actuales de la colaboracin con la Federacin, stosnos aportan, a mi parecer, ms perjuicios que ventajas. Toda la prensa de la I.C., y antetodo laPravda, nos han hecho responsables de la confusin oportunista de Maurn. Losartculos de Mill enLa Vrit han contribuido mucho. Sin embargo, se tuvo que rompercon la Federacin sin conseguir casi nada. En otras palabras, la experiencia de la

    colaboracin con la Federacin nos debilit a escala espaola e internacional, y no seconsigui casi nada a nivel de Catalua. Es hora de hacer este balance. A mi parecer, esnecesario un brusco giro poltico, si no, continuaremos siendo confundidos con Maurn,en beneficio de Maurn y en detrimento nuestro.

    Lo ms justo sera hacer un llamamiento por una fraccin comunista deizquierda, formar sus clulas y reclamar su entrada en el Partido. Esto no excluye enabsoluto la creacin simultnea de clulas de izquierda, tanto en la Federacin como enel Partido oficial. Pero para una poltica as es necesario tener un centro oficial, aunquesea minsculo, de la Oposicin de Izquierda en Catalua. Si usted se acuerda, yo yainsist sobre esto desde el primer da de su llegada a Barcelona, pero desgraciadamenteno tuve xito. Incluso ahora, no veo otra va.

    ...Sin duda, a Rosmer le parece que sus adversarios se inventan divergencias.Esto se explica porque Rosmer se detiene justo all donde empieza la cuestin. Este

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    hombre tiene cualidades personales muy grandes y un pasado muy estimable. Pero tienetres defectos: 1) no es marxista; 2) no es revolucionario; 3) no es un hombre poltico...

    Mis divergencias con Rosmer empezaron casi desde el primer da de su regresode Prinkipo a Pars. De nuevo en el viejo ambiente, retom casi automticamente lasantiguas relaciones y hbitos de pensar.La Vrit tom de golpe de manera manifiesta

    la desviacin sindicalista. Respecto al tema de MacDonald y de su partido, Rosmer noescribi de otra manera que en ese espritu de que esos "no entienden" cmo esnecesario defender los intereses de la clase obrera. Si Cuvier poda determinar por lamandbula a los animales, por estas palabras "no comprenden"se puede determinar lamanera de pensar de Rosmer. Estim que el Partido es una cosa y queLa Vrit es otra.

    No aliment ninguna misin para la organizacin internacional. Tuvo con ella lasrelaciones que se tienen con un fardo. Protegi a Overstraeten, a los bordiguistas y atodo lo que es confuso e indeterminado, buscando con esto un punto de apoyo para su

    propia indeterminacin. Si hubiera sido el caso de un camarada joven, uno podradecirse sin duda: "Aprender". Pero, desgraciadamente, todo el mundo esperaba queRosmer enseara a los otros, y muy pronto todo el mundo se desencant. De ah surgi

    el conflicto de los elementos vivos y revolucionarios con el grupo Rosmer.Persuadiendo y criticando a Rosmer en cartas personales, hice al mismo tiempo todo loque dependa de m para salvaguardar no slo la unidad de la organizacin, sinotambin la posicin responsable de Rosmer en ella. Sin embargo, l no busc ningncompromiso, quera aplastar a esos jvenes camaradas que, en el fondo, tenan razn ensu contra...

    *27 de septiembre de 1931

    ...Necesita la Oposicin de Izquierda espaola una fraccin amplia o reducida?Ayer, por lo que concierne a Catalua, la cuestin se planteaba, como veo en su carta,de este modo: Hay que llamar a los obreros a entrar en el partido comunista oficial o enla Federacin Catalana?... Se puede decir en serio que la Oposicin de Izquierda,incluso en este momento, pueda llamar a los obreros a entrar en la Federacin Catalana?

    No puedo entenderlo. Esto sera un error muy grave que no slo debilitara, sino queadems deshonrara a la Oposicin de Izquierda.

    La cuestin respecto al partido oficial se plantea en principio de otra manera.Siempre he pensado que muchos camaradas no aprecian suficientemente las

    posibilidades de desarrollo del partido oficial en Espaa. He escrito ms de una vezsobre esto. Ignorar al partido oficial como un valor imaginario, darle la espalda, me

    parecera un error muy grave. Al contrario, hacia el partido oficial debemos conservar laperspectiva de la unificacin de las filas. Sin embargo, esta tarea no es en absoluto tan

    simple. Mientras sigamos siendo una dbil fraccin, esta tarea, en general, esirrealizable. Provocar en el interior del partido oficial un giro serio en favor de unaunin slo lo lograremos cuando nos convirtamos en una fuerza seria. Los adversariosde una "fraccin amplia" responden a esto: pero si agrupsemos a nuestro alrededor auna amplia capa de obreros, nos transformaramos por este hecho en un segundo

    partido. Confieso que este argumento me sorprende. Si se razona mediante este mtodopuramente formal, entonces, para evitar el peligro del segundo partido, losbolcheviques-leninistas deberan como mnimo desaparecer de la Tierra. Esto estambin lo que quieren los estalinistas. El malthusianismo poltico es la ms contraria ala naturaleza de todas las clases de malthusianismo. Toda corriente poltica que tengaconfianza en sus fuerzas no puede dejar de aspirar a unificar a su alrededor a las ms

    amplias masas posibles...

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    La Oposicin de Izquierda se convertira en una secta si llegara a la conclusinde que su tarea consiste slo en criticar las acciones del partido oficial y de lasorganizaciones de masas del proletariado. La revolucin espaola es un hecho, se ha

    perdido un tiempo enorme en aceptarlo, incluso por parte de la Oposicin de Izquierdaespaola. Dentro de un ao no podremos reproducir a nuestro antojo la situacin

    revolucionaria que hoy desperdiciamos. Es precisamente en Espaa donde la Oposicinpuede convertirse en un corto espacio de tiempo en una gran fuerza. Pero la primeracondicin para esto es no tener miedo a convertirse en una fuerza, sino aspirar a serlo...

    *19 de noviembre de 1931

    ...Escribe usted sobre la "honorable"suspensin deEl Sovietcomo del rechazo asometerse a la censura formal del gobernador. Encuentro esta manera de plantear lacuestin no ajustada en lo fundamental. Una organizacin revolucionaria no puede cesaruna publicacin encubrindola bajo la forma de una simple protesta poltica. Este gestoes digno de un demcrata, pero no de un marxista. Un marxista debe utilizar las

    posibilidades legales hasta el final, completndolas con las ilegales. No hay nada de

    "vergonzoso"en la sumisin a la censura, si no se tiene la fuerza de derrocarla; es unacuestin de relacin de fuerzas, no de moral abstracta. Cesar una publicacin sinreemplazarla por una ilegal significa simplemente desertar. En esto, yo no veo nada "dehonorable".

    Entonces cmo se debera haber actuado? Exponiendo abierta y francamente alos obreros lo que pasaba: el apoyo interior de los obreros no es suficiente, el apoyo

    prometido por amigos no ha llegado, nos vemos obligados a cesar provisionalmente laaparicin deEl Sovietcomo semanario, pero retrocedemos para saltar mejor. Obreros,ayudadnos! He aqu cmo, en mi opinin, se tena que explicar la suspensinmomentnea del semanario...

    *28 de noviembre de 1931

    En cuanto a los mayores errores en la poltica espaola, nos hemos limitado a lacorrespondencia, a la persuasin mutua y no hemos llevado sin necesidad lasdiscusiones a la palestra internacional, aun bajo la forma ms amistosa. Incluso lascartas de Mill sobre Espaa, completamente mentirosas y oportunistas, se han quedadosin respuesta pblica (cosa que considero un error). Sin embargo, el malentendidosurgido sobre la base del presupuesto se ha convertido en objeto de una intrigainternacional. No le ocultar que este incidente me produce una impresinextremadamente desfavorable. Creo que debera usted explicar su primera carta,corregir sus acusaciones absolutamente inadmisibles, tanto en la forma como en el

    fondo, y declarar si ha destinado usted su carta a la difusin internacional. De este modoel incidente podra considerarse como liquidado y desaparecera la necesidad de unapolmica internacional...

    *16 de diciembre de 1931

    Usted, por lo que parece (por lo dems, as lo escribe), no ha ledo con lasuficiente atencin las tesis sobre la situacin mundial, si no, su objecin seraincomprensible. Todo depende de la manera en que se defina el "kerenskismo": como elltimo gobierno burgus despus del cual la burguesa debe perecer, o como el ltimogobierno de izquierda, el ms a la izquierda que la burguesa puede colocar en la lucha

    por conservar su rgimen, y que puede salvar a la burguesa (que no puede sino pe