corazas energÉticas

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CORAZAS ENERGÉTICAS Cuando le pedimos a alguien que se mueva libremente con lo que una música le hace sentir, que dance con libertad, no siempre puede hacerlo, por inhibiciones. Éstas son bloqueos de energía que suelen encontrarseen algunos de los 7 Centros de nuestro cuerpo, constituyendo las llamadas corazas musculares o energéticas.Todos tenemos una particular manera de movernos y nuestro cuerpo tiene una forma personal, porque siempre nos movemos de la misma manera: heredamos una constitución y luego imitamos de nuestros padres o hermanos la manera de usar el cuerpo. Se las llama corazas porque son defensivas: a través del aprendizaje en la vida nos manejamos con nuestros movimientos y nuestra conducta de la manera más adecuada posible, pero que al final resultan repetitivos. Wilhelm Reich fue el primero en usar el término de corazas. Lo aplicó a las modalidades de carácter que presentaban sus pacientes. Describió en conjunto sólo las que ahora llamamos corazas duras y corazas rígidas. Nuestra observación nos permitió comprobar la existencia de otro tipo de coraza, la blanda, que Reich, sin describirla, la adjudicaba a las histéricas de su época. Existen entonces tres tipos de corazas: la dura, la blanda y la rígida. Esta última puede ser de entrada así o es una exageración cronificada de las dos primeras. Es la que menos podemos cambiar precisamente por su rigidez. Esta detención de energía produce finalmente contracturas, dolores, enfermedades orgánicas y dificultades de movimiento. Pero lo más importante es que las corazas, por ser memorias de movimiento, nos llevan a conductas repetitivas y a movimientos estereotipados, carentes de espontaneidad y de creatividad. Nuestros músculos son diferentes a los de otros por la manera como los usamos: algunos tienen músculos fuertes y grandes: les complace la gimnasia de fuerza y medir su capacidad con los demás en deportes o enfrentamientos. Otros tienen sus músculos débiles y poco voluminosos, y prefieren la danza, el yoga o el arte. No les gusta enfrentarse, y por el contrario, saben que su capacidad está en su sensibilidad o su destreza. Todos tenemos corazas pero difícilmente las reconozcamos a menos que sepamos de su existencia y adquiramos un buen conocimiento de nosotros mismos. En cambio nos resulta bien claro observarlas en los otros: la paja en el ojo ajeno es fácil de ver. Son memorias de nuestro cuerpo, como cuando aprendemos a tocar un instrumento

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psicoterapia corporal origen de las corazas

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Page 1: CORAZAS ENERGÉTICAS

CORAZAS ENERGÉTICAS

Cuando le pedimos a alguien que se mueva libremente con lo que una música le hace sentir, que dance con libertad, no siempre puede hacerlo, por inhibiciones. Éstas son bloqueos de energía que suelen encontrarseen algunos de los 7 Centros de nuestro cuerpo, constituyendo las llamadas corazas musculares o energéticas.Todos tenemos una particular manera de movernos y nuestro cuerpo tiene una forma personal, porque siempre nos movemos de la misma manera: heredamos una constitución y luego imitamos de nuestros padres o hermanos la manera de usar el cuerpo. Se las llama corazas  porque son defensivas: a través del aprendizaje en la vida nos manejamos con nuestros movimientos y nuestra conducta de la manera más adecuada posible, pero que al final resultan repetitivos.Wilhelm Reich fue el primero en usar el término de corazas. Lo aplicó a las modalidades de carácter que presentaban sus pacientes. Describió en conjunto sólo las que ahora llamamos corazas duras y corazas rígidas.

Nuestra observación nos permitió comprobar la existencia de otro tipo de coraza, la blanda, que Reich, sin describirla, la adjudicaba a las histéricas de su época. Existen entonces tres tipos de corazas: la dura, la blanda y la rígida. Esta última puede ser de entrada así o es una exageración cronificada de las dos primeras. Es la que menos podemos cambiar precisamente por su rigidez.

Esta detención de energía produce finalmente contracturas, dolores, enfermedades orgánicas y dificultades de movimiento. Pero lo más importante es que las corazas, por ser memorias de movimiento, nos llevan a conductas repetitivas y a movimientos estereotipados, carentes de espontaneidad y de creatividad.

Nuestros músculos son diferentes a los de otros por la manera como los usamos: algunos tienen músculos fuertes y grandes: les complace la gimnasia de fuerza y medir su capacidad con los demás en deportes o enfrentamientos. Otros tienen sus músculos débiles y poco voluminosos, y prefieren la danza, el yoga o el arte. No les gusta enfrentarse, y por el contrario, saben que su capacidad está en su sensibilidad o su destreza.

Todos tenemos corazas pero difícilmente las reconozcamos a menos que sepamos de su existencia y adquiramos un buen conocimiento de nosotros mismos. En cambio nos resulta bien claro observarlas en los otros: la paja en el ojo ajeno es fácil de ver. Son memorias de nuestro cuerpo, como cuando aprendemos a tocar un instrumento musical. Pero por la formación nos movemos siempre de la misma manera y no podemos cambiar aunque nos demos cuenta. ¡Cuántas veces hacemos el mismo error cuando tocamos música o bailamos! Es como si estuviéramos metidos dentro de una armadura de guerrero que no podemos sacarla nunca. Como si el guerrero al llegar a su casa abrazara a su mujer e hiciera el amor con ella con la armadura puesta. La coraza lo protege en la batalla pero le impide vivir su vida diaria.

Estas corazas presentan las características expresadas en el siguiente cuadro con respecto a la distribución de la energía, a las características de los músculos y del tejido subcutáneo por encima de esos músculos. También dan a nuestro psiquismo características propias, y hasta nuestros Centros tienen sus propias corazas.

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CaracterísticaDURA RÍGIDA BLANDA

Energía:Exceso de energía.

No circula

la energía. Poca energía. Pierde energía.

Músculos:Fuertes. Parecen no

Fibrosos, sin

fuerza. Se agotan,

se desgarran fácil. Blandos, sin Se cansan fácil. Poca

Tejido subcutáneo: Grasa dura. “Gordo duro”. “Flaco”. Grasa blanda. “Gordo blando”.

 

MIS COMIENZOS, TERAPIA CORPORAL DE CENTROS DE ENERGIA

Me acerqué al Yoga hace sesenta años, cuando un amigo me prestó la Ciencia de la Respiración Yogui deRamacharaka. Lo juzgué un libro de brujería, y no acepté las explicaciones fisiológicas con las que se quería justificar poderes a lograr con la práctica del pranayama (la respiración yogui).Pero, atraído por el misterio del tema, puse en práctica algunos ejercicios y quedé sorprendido por sus efectos. En ese entonces me estaba formando como concertista de violín y desde entonces, antes de cada concierto, la respiración abdominal yogui me daba la paz que necesitaba para enfrentar al público, en lugar de tomar sedantes o alcohol como otros músicos hacían.Me sorprendía también el enorme calor que producían las respiraciones “rítmicas” y las “alternadas” del Yoga. Mucho tiempo después, cuando me acerqué al Budismo Tibetano, supe que era uno de las técnicas para desarrollar el Tumo,o “fuego interno”, que permite a los lamas meditar semidesnudos en las nieves del Himalaya. Hace poco me enteré que el presidente egipcio Nasser accedió en su momento a mandar a su gurú a Rusia para iniciar en prácticas yoguis a los astronautas soviéticos. El yogui llegó a Moscú en pleno invierno, cubierto sólo con una túnica de algodón. Los generales rusos que lo esperaban en el aeropuerto se apresuraron para ofrecerle sus sobretodos creyendo que no estaba al tanto del clima. Él los detuvo explicándoles que podía regular su propia temperatura. El libro de Ramacharaka quedó guardado en un estante de mi biblioteca…Dos años más tarde caí en un cuadro de angustia por circunstancias difíciles. Tenía una intensa vida musical, había ganado una beca para estudiar en EE.UU. y un ex profesor mío, Zlatko Topolsky, concertino en la Orquesta Filarmónica de

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Viena, me propuso ingresar en ella para seguir estudiando con él en esa ciudad. Mi pianista de entonces, Mauricio Kagel, actual director de una importante orquesta sinfónica de Alemania, me vio tan mal que insistió en llevarme a hacer gimnasia yogui a un lugar que él acababa de conocer. Atraído nuevamente por la palabra yogui, accedí.Experimenté una transformación tan grande sólo en una clase, que no podía creerlo. La dirigía un instructor que recién se estaba formando con Susana Milderman.A partir de entonces asistí regularmente a las clases. Era una gimnasia muy extraña. No tenía nada que ver con las convencionales. Yo era un anti gimnasta, de modo que haber llegado hasta allí ya era un milagro. Y porque era distinta a las otras me quedé. Me molestaban algunos elementos, los rechazados por lo que ahora llamamos “coraza laríngea”: me resistía a todo aquello que no era valorado intelectualmente, que no tuviera una base clara y “científicamente” probado como eficiente. Me daba la impresión que de Yoga no tenía nada. No se hacían asanas, sino que todo era movimiento. Las respiraciones “rítmicas” y “alternadas” no aparecían nunca: se soplaba por la boca y a veces se gritaba, lo cual me parecía ridículo y lo evitaba porque me daba vergüenza. Todos los movimientos se acompañaban con música, pero no clásica, como era mi preferencia, sino popular. Por esa época comenzaban a aparecer el rock, el trío Los Panchos y Frankie Lane, y yo, culto músico que tocaba en la Orquesta Filarmónica del Teatro Colón, y adoraba a Bach, a Mozart y a Beethoven, no lograba entender por qué seguía haciendo esto.Me metí en un grupo de formación de instructores. Mi descontento aumentó cuando Susana Mildermanintrodujo la expresión en el movimiento. ¡Me creí envuelto en una escuela de danza!Me retiré indignado de una clase expresiva y decidí no volver más. Mientras me duchaba lloraba amargamente. Algo se me había movido adentro con el movimiento expresivo. Sentía un nudo en el estómago y mi cuerpo ardía sin poder darme ninguna explicación. Terminé de vestirme y me fui, decidido a no volver.Tres meses después una compañera me llamó por teléfono. Nos encontramos, me aclaró dudas, y como yo había sentido gran dolor con mi huída, decidí regresar. Comencé entonces a ver mejor: me di cuenta de cuántos cambios había experimentado en esos pocos meses de  gimnasia, cómo ésta había sacudido mi estructura psíquica desde las raíces de mi persona.

Vi con claridad la fuerza que tenían las defensas estructuradas por mi cultura, mi intelecto, la tradición cordobesa en la que había transcurrido mi adolescencia. Esa gimnasia me llevaba hacia algo muy profundo que no podía todavía entender, pero que intuía de gran importancia. Y podía formar parte ahora de un grupo humano sin egoísmos materiales, sin dogmas religiosos ni políticos, donde el amor nos unía sin explicaciones ni reclamos. Allí comprendí lo que eran las represiones sexuales, y empecé a sentir que el cuerpo es el camino más corto para llegar al espíritu. El camino estaba claramente marcado, pero se interponían esos impedimentos que Susana comenzó a llamar “corazas”, grabadas en el cuerpo, y con significados diferentes según el lugar que ocupaban. Esto era Tantra Yoga, sin duda…Dejé de leer literatura y de ir al cine porque mi vida comenzó a ser la más apasionante de las novelas. La vida de mis compañeros, lo que experimentaba en las clases de gimnasia, lo que les pasaba a mis alumnos, era todo de una riqueza tal que, si hubiera podido, habría escrito largas novelas en esos primeros dos años.

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Pero mi intelecto me seguía exigiendo, pidiendo explicaciones. Susana no daba muchas. Pero lo que decía me apasionaba y me seducía porque tenían la belleza de lo oculto y de lo oriental. Pero eran poco convincentes para mi “coraza laríngea”. Ella contaba que tenía un Maestro que le hablaba telepáticamente, y que todo lo recibía de él. Las maravillas que él nos enseñaba a veces se contraponían con las arbitrariedades del carácter de ella,tan autoritaria por momentos, tan dulcementematernal en otros.Decidí entonces estudiar por mi cuenta y comencé a leer libros de Yoga, y algo que la misma Susana me recomendó: Wilhelm Reich. Leí varios libros de este discípulo disidente de Freud y fue lo más esclarecedor que pude encontrar: con el “Análisis del carácter” y en “La función del orgasmo”, Reich me tranquilizó y me abrió la puerta de la explicación racional, que tanto necesitaba.Acepté entonces que esta gimnasia inventada por Susana, en realidad inspirada por su Maestro, era una forma de Yoga muy particular, creada para el ser humano al final de la Era de Piscis como preparación para la Era de Acuario, ya en comienzo.A este nuevo Yoga, Susana lo llamó Gimnasia Rítmica Expresiva Yogui. Era un modo integral de Yoga para mover las raíces de nuestras emociones. Las emociones nos impiden alcanzar el Cielo y la mayoría de la gente se queda tratando de resolver sus problemas en La Tierra. Pero aquí todo es ilusión y sufrimiento,consecuencias de la ignorancia. ¡Cuántas técnicas psicoterapéuticas se han creado para solucionar los baches de nuestra personalidad en la búsqueda de lo que el Yoga llama el Yo Superior!Susana proponía romper con los condicionamientos de la cultura y vivir la verdad desde un plano diferente al intelecto, hasta resolver las dificultades emocinales. “Todo cuanto responde a una determinada ideología pierde universalidad”, comentaba ella.“Esto no es Yoga“, nos decían los que hacían asanas o practicaban meditación, y nosotros no sabíamos cómo explicarles que sí hacíamos asanas y que también meditábamos, aunque de manera diferente. Pero que además toda la vida estaba involucrada en esta gimnasia. Una gimnasia de la vida, como el Juego de Abaloriosde Herman Hesse.Un día Susana me pidió que yo comenzara una clase; ella vendría después a reemplazarme. No apareció en toda la hora y así me inicié como instructor. Susana nos enseñaba que lo más importante era la propia experiencia: en el camino aparecerían las explicaciones y las técnicas. Este era de por sí un sistema pedagógico revolucionario, que echaba por tierra nuestra formación previa.“Susana, le decía yo, la gente tiene que tomar conciencia de lo que hace, no puede pasar por aquí, cambiar y no saber qué cambió, ni cómo, ni por qué”.

“Ustedes dan liebre por gato” nos decía la sublime Heddy Crilla cuando hacía gimnasia con nosotros: “La gente viene por un dolor de cintura y se encuentra con Dios dentro de sí”. “Pero se va sin saber por qué lo encontró aquí”, le agregaba yo.

“Estudiá medicina “, me contestaba Susana, “y encontrá las explicaciones que yo no puedo dar. Yo soy el tronco; que otros desarrollen las ramas”.Algunos compañeros comenzaron a decir que sentían al Maestro que los guiaba o les hablaba. Yo los criticaba con toda mi fuerza. Pero sus clases eran sublimes. Algunos eran un ejemplo de desarrollo de la intuición. Una mano superior las guiaba, porque tocaban en el masaje justo el dolor y lo hacían desaparecer. En la gimnasia movían justo lo que el alumno necesitaba. Yo también sentía que algo me decía qué debía hacer, pero no lo llamaba maestro. Era yo mismo que comenzaba a escucharme. Me sentía

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inducido por la energía de la persona que recibía mi masaje, y con el grupo de alumnos de una clase yo sentía lo que en mí pasaba, para irlo transmitiendo.*   *   *

En una oportunidad me iba a encontrar con Susana, en Córdoba, para comunicarle mi decisión de entrar ese año a la Facultad de Medicina. Una hora antes del encuentro me acosté a dormir una siesta en casa de un tío, en donde se llevaría a cabo el encuentro. Y soñé que estaba en un parque y escuchaba la voz de Susana que venía desde altoparlantes en los árboles. Me decía que mi decisión era correcta, que a partir de entonces mi Maestro me guiaría, y que el primer paso era que el instituto me daría una beca para que yo pudiera estudiar. Tendría como misión la aplicación de esta gimnasia a la Medicina, y realizaría la síntesis de este sistema. Me desperté muy impresionado. Cuando llegó Susana, y ante mi asombro, me repitió las mismas palabras que había escuchado en sueños momentos antes.    Renuncié al Teatro Colón, a la beca a EE. UU., a mi viaje a Viena, y me entregué a la facultad y a la gimnasia a fondo.En el Yoga se habla del maestro interior y yo entendía que sólo había que escucharlo. Pero esa voz no tenía sólo palabras sino sensaciones propias en cada parte del cuerpo. Cadazonaera diferente de otra, como comarcas de un país. Así nació la conciencia de los Centros de Energía, y de los Cuerpos que nos forman. Cada Centro es un corte transversal de nuestro cuerpo físico, y por lo tanto, un corte transversal simultáneo de los Siete Cuerpos que nos integran, con sus huesos, sus músculos y sus órganos:

 Otra de las cosas que enseñaba Susana a sus instructores es que cada uno debía ser capaz de mantenerse a sí mismo para desarrollar su propia fuerza, como dice el Hatha Yoga. Para esto, después de un año Susana suspendió los sueldos y las becas de todos los hombres del grupo. Debíamos seguir trabajando como instructores pero el sueldo nos lo daría Ricardo, uno de los integrantes del grupo, dueño de una fábrica de bombas de agua: trabajaríamos como obreros en su fábrica cuatro horas diarias.Ricardo nos colocó como aprendices bajo la dirección del capataz, quien nos iba pasando con rigor por diferentes, tareas hasta que llegué a manejar un torno. Pronto esto dejó de ser interesante y se convirtió en algo muy pesado: todo lo que hacía me resultaba agotador. Nada de lo que yo había aprendido antes me servía, pero aprendí el valor del superesfuerzo y la necesidad de aprovechar cada minuto de la vida para poder cumplir con mis tareas.

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Comencé entonces a aplicar técnicas del Hatha Yoga para mantener mi salud, y seguí tratamientos médicos como la Homeopatía, que atendiera al equilibrio de la Energía, y no sólo curar enfermedades. Me propuse para el resto de mi vida comer adecuadamente de acuerdo al Naturismo, no fumar ni beber, y descansar lo necesario.*   *   *

El elemento más extraordinario usado en nuestra gimnasia para liberar las corazas era el masaje. A quien no ha sido tocado porotra personacon afinidad energética no se le puede explicar lo que se sientecuando uno recibe un masaje. Es como hablarle de colores a un ciego. Elcúmulo de sensaciones,de pensamientos y de percepcionesque se desarrollan durante una sesión de masaje es inimaginable.No se necesita ser especialista, a menos que busque finalidades terapéuticas específicas. También en nuestras sesiones de Grupos Cerrados favorecemos los masajes entre compañeros, sin aprendizaje previo. La música durante el masaje tiene gran importancia: ayuda a sumergirnos en estado demeditación mientras se recibe el masaje. El contacto con las manos puede ser a través de la ropa, o con aceite, sobre la piel. Las técnicas surgen solas cuando los que dan masaje se abandonan a su propia intuición y pueden armonizarse entre sí.El masajeado termina relajado, en éxtasis o dormido. La recompensa es ver cómo en su rostro aparece una expresión generalmente reservada para los santos o los lamas.*    *   *

La expresión: para ese entonces nuestra gimnasia era ya fuertemente expresiva. Usábamos música de gran intensidad emocional. Una vez generada la Energía, la entrega a la música es completa. La fuerza de la melodía desgarra el alma. Parece que los recuerdos se desprenden de sus ataduras del cuerpo, y surgen vivencias de enorme poder, como si pasáramos varias sesiones de psicoterapia a la vez. Ya no son recuerdos, lo que siento no es de antes: es de ahora. Lo siento en el estómago, un nudoque se desata y sube hasta la garganta, ahogándome. Nunca viví esta situación con tanta intensidad. No aguanto más y me largo a llorar. Siento que otras personas en la clase también lloran, y hasta hay quien grita desesperado con tremenda angustia.Esto me alienta a sentir a fondo y no frenarme por pudor. Me siento solo con mis imágenes: la música me envuelve y me arrastra. Parezco un personaje de ópera que sufre: me aparecen algunos recuerdos y me muevo en el suelo retorciéndome de angustia. La vivencia con la que me conecté es desesperante. Claro, nunca pude expresar realmente el dolor que me produjo hace diez años esa chica que me dejó sin explicar su motivo. Nunca pude llorar así el dolor enorme que había sentido. Ahora puedo vivirlo y llorarlo sin que nadie me critique, sin que lo frenen mi vergüenza y mi recato.Muy cerca de mí una compañera baila con vivacidad. Alegre como una mariposa casi vuela, expresando lo que la música le hace sentir. ¡Cómo! ¿La misma música que a mí me retuerce de dolor? ¿Cómo puede ella conectarse con algo feliz si esa melodía es desgarradora, si se meten como cuchillos en las entrañas? ¿Con qué aspectos de su vida se habrá conectado ella? En el vértigo de la fantasía quedo tirado, más solo que nunca,envidiando a quien pueda moverse así y ser feliz. De pronto siento una mano en mi Centro Medio: otra compañera, a cuyo lado llegué por casualidad, está en más contacto con la realidad y entendió que necesito ser ayudado. Su mano es cálida. ¿Cómo pudo llegar tan oportunamente? Pone su cuerpo sobre el

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mío y me abraza con dulzura. Es hermoso sentir que no estoy solo. En realidad ya no estoy solo, ni tan triste, ni angustiado. Me siento mejor. Me siento bien. Fue como si algo muy profundo se hubiera abierto y una catarata de emociones me hubiera desbordado. Qué bien me siento ahora después de haber volcado cosas tan guardadas: imágenes de las más diversas épocas de mi vida parecían haber estado anudadas unas a otras ysalieron como las cuentas de un collar, todas engarzadas en un mismo hilo. Abrazo a mi compañera y le doy un beso como se lo daría a una hermana que me salvó de un remolino en un río turbulento. La quiero con gran cariño. Me sonríe, le sonrío y me pongo contento por su mano en mi estómago, que me alivió el dolor del alma.El Centro Medio es así: nos conecta inmediatamente con la vida emocional, con el “Cuerpo Emocional”. Se abren cajoncitos llenos de recuerdos. Una vez abiertos el recuerdo puede persistir, pero sin la emoción a la que estaba ligado. Si el cajoncito estaba cerrado, ¿para qué abrirlo? Porque por las rendijas se escapa el perfume o el olor nauseabundo de lo que allí guardamos, y tiñe nuestra vida diaria. ¿Para qué llevar en la mochila tantas cosas pesadas, tantas cosas pasadas? Nuestra vida psíquica es versátil y contradictoria. Los yoguis la llaman maya,que significa “ilusión”. Es falsa, irritante pero a veces seductora, porque también embellece la vida. En realidad las emociones nos acompañan en cada momento de nuestra existencia, y pueden llenarnos de felicidad como también de angustia y desesperación. Siempre tenemos emociones. Siempre estamos emocionados.Las emociones son el medio más directo para lograr el desprendimiento de la energía anclada en nuestro cuerpo. Se traduce en movimientos corporales especiales, llamados “expresiones”, que sirven de descarga, de catarsis, para que la Energía no quede dirigida hacia adentro. Hay muchísimos elementos que activan las emociones, como las distintas manifestaciones del arte, muy especialmente la música. Mediante el arteaprendemos a limpiar nuestra psiquis. Los artistas conocen la vida emocional a fondo. Son los encargados de expresarla y plasmarla en sus obras.¿Y ahora? Ahora tenemos una Escuela en la que transmitimos la Gimnasia o Terapia Corporal de Centros de Energía y enseñamos nuestra Filosofía y nuestra Técnica de Gimnasia, recordando siempre que si bien ahora es nuestra, me fue transmitida por Susana Milderman. Y a ella va este recuerdo de mi iniciación comohomenaje a su valor y a su amor.7 julio, 2015/Articulos Publicados