coral herrera gómez - la construcción sociocultural de la realidad, del género y del amor...

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1 Coral Herrera Gómez LA CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL DE LA REALIDAD, DEL GÉNERO Y DEL AMOR ROMÁNTICO. De cómo Occidente construye nuestras emociones a través de los símbolos, los mitos y los ritos, y de cómo el amor romántico perpetúa el capitalismo, el patriarcado y las democracias.

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  • 1

    Coral Herrera Gmez

    LA CONSTRUCCIN

    SOCIOCULTURAL DE LA REALIDAD,

    DEL GNERO Y

    DEL AMOR ROMNTICO.

    De cmo Occidente construye nuestras emociones a travs de los smbolos, los mitos y los ritos,

    y de cmo el amor romntico perpeta el capitalismo, el patriarcado y las democracias.

  • 2

    Esta tesis fue leda el 30 de Enero de 2009 en la Universidad Carlos III de Madrid, Espaa.

    Obtuvo una calificacin de Sobresaliente Cum Laude

    Autora de la tesis:

    Coral Herrera Gmez, Doctora en Humanidades y Comunicacin Audiovisual UC3M

    Direccin de la tesis:

    Don Gerard Imbert, Catedrtico de Comunicacin Audiovisual UC3M

    Tribunal:

    Presidente:

    Don Antonio Rodrguez de las Heras, Catedrtico de Historia UC3M

    1 Doa Cristina Peamarn Beristain, Catedrtica de Teora de la informacin

    UCM.

    2 Doa Charo Lacalle, Catedrtica de Periodismo de la UAB.

    3 Don Gonzalo Abril, Catedrtico de Comunicacin Audiovisual UCM.

    4 Doa. Blanca Muoz, Doctora en Ciencia Poltica y Sociologa UC3M.

  • 3

    Esta tesis fue escrita en El Tiemblo (vila)

    y terminada en Usurbil (Guipzcoa),

    en diciembre de 2008.

    ESPAA

    REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL:

    NUM EXPEDIENTE: 12/RTPI-004030/2009

    REF. DOCUMENTO: 12/044115.2/09

    FECHA: 27/04/2009.

  • 4

    BIO CORAL HERRERA GMEZ

    Doctora en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid. Tesis doctoral: La construccin

    sociocultural de la realidad, el gnero y el amor romntico. Trabaj en la Universidad Carlos III como

    profesora de cursos de Humanidades de su especialidad, y como lectora de espaol en Pars IV

    Universidad de la Sorbona.

    Actualmente es Consultora de Gnero y Comunicacin y ha trabajado en instituciones como UNESCO o

    AECID. Ha publicado dos libros, "La construccin sociocultural del Amor romntico", en la Editorial

    Fundamentos, y "Ms all de las etiquetas", en la Editorial Txalaparta, y un captulo en el libro colectivo

    de 25 aos de Cine y Mujeres publicado por Ipes Elkartea, Navarra. .

    En 2011 dirigi la Serie Gnero de la Coleccin Ciencia en la Editorial Fundamentos. Ha participado en

    varios congresos queer y feministas internacionales (Barcelona, Quito, San Jos), ha impartido

    conferencias en distintas universidades de Espaa (UCM, UC3M y Mondragn) y de Costa Rica (UCR,

    UNA, UL) y ha publicado diversos artculos sobre cultura audiovisual, feminismos, masculinidades y

    teora queer en revistas internacionales.

    Tiene un blog desde hace 5 aos, El Rincn de Haika, en el que publica sus investigaciones y trabajos

    sobre el amor romntico, las diversidades sexuales y amorosas, los mitos patriarcales, las identidades de

    gnero, y las luchas por la igualdad.

    http://haikita.blogspot.com/

  • 5

    INDICE GENERAL

    INDICE GENERAL .......................................................................... 5

    INTRODUCCIN ........................................................................... 10

    1 LA CONSTRUCCIN SOCIOCULTURAL DE LA

    REALIDAD ..................................................................................... 28

    1.1 QU ES LA REALIDAD? .............................................................. 28

    1.1.1 EL ACCESO A LA REALIDAD Y EL CONOCIMIENTO: ORIENTE Y OCCIDENTE. .............................................................................................................. 28

    1.1.2 EL CONOCIMIENTO A TRAVS DE LA RELACIN SEXUAL: PLATN Y BACON........................................................................................................................ 32

    1.1.3 LA CIENCIA MODERNA ............................................................................... 36

    1.1.4 CRITICAS A LA CIENCIA MODERNA ......................................................... 39

    1.1.5 EL CONOCIMIENTO CIENTFICO EN LA ACTUALIDAD ......................... 61

    1.1.6 EL FIN DEL PENSAMIENTO BINARIO: NATURALEZA/CULTURA,

    RAZN/EMOCIN ..................................................................................................... 70

    1.2 COMO CONSTRUIMOS LA REALIDAD? ................................. 79

    1.2.1 LA CONSTRUCCIN SOCIAL DE LA REALIDAD. ..................................... 79

    1.2.2 LA CONSTRUCCIN CULTURAL DE LA REALIDAD ............................... 98

    1.3 CULTURA Y COMUNICACIN DE MASAS. DE CMO LOS

    MEDIOS CREAN LA REALIDAD. ......................................................... 129

    1.3.1 LA CULTURA DE MASAS Y LOS MASS MEDIA. ..................................... 129

    1.3.2 LA TELEVISIN: BREVE HISTORIA DEL MEDIO. .................................. 145

    1.3.3 LA CONSTRUCCIN DE LA REALIDAD EN EL MEDIO TELEVISIVO .. 160

  • 6

    2 LA CONSTRUCCIN SOCIOCULTURAL DE LA

    IDENTIDAD Y DEL GNERO ................................................... 183

    2.1 TEORA Y ESTUDIOS DE GNERO .......................................... 183

    2.1.1 QU ES EL GNERO?. CMO SE CONSTRUYE

    SOCIOCULTURALMENTE EL GNERO. ............................................................... 183

    2.1.2 ESTUDIOS DE GNERO .............................................................................. 207

    2.2 LOS HOMBRES ............................................................................. 247

    2.2.1 QU ES SER UN HOMBRE?. CONSTRUCCIN SOCIAL DE LA

    IDENTIDAD MASCULINA ...................................................................................... 247

    2.2.2 LA CONSTRUCCIN CULTURAL DE LA IDENTIDAD MASCULINA .... 269

    2.3 LAS MUJERES............................................................................... 300

    2.3.1 QU ES SER UNA MUJER? CONSTRUCCIN SOCIAL DE LA

    IDENTIDAD FEMENINA. LOS ROLES FEMENINOS. ........................................... 300

    2.3.2 CONSTRUCCIN CULTURAL DEL CONCEPTO DE MUJER. .................. 333

    ANEXO I: DEFINICIONES DE GNERO................................................................................. 375

    ANEXO II: CLASIFICACIN DE LAS PATOLOGAS MASCULINAS ............................... 376

    ANEXO III: LOS RITOS DE INICIACIN VIRIL. .................................................................. 380

    ANEXO IV: DIOSES MASCULINOS ......................................................................................... 386

    ANEXO V: CITAS DE HOMBRES Y MUJERES MISGINAS............................................... 387

    ANEXO VI: DOAS JUANAS SEGN ELENA SORIANO (2000) .......................................... 388

  • 7

    3 LAS RELACIONES ENTRE LOS GNEROS: LA

    CONSTRUCCIN SOCIOCULTURAL DEL AMOR .............. 394

    3.1 LA CONSTRUCCIN SOCIOBIOLGICA DEL AMOR ......... 394

    3.1.1 QU ES EL AMOR?..................................................................................... 394

    3.1.2 POR QU Y PARA QU EXISTE EL AMOR?............................................ 419

    3.1.3 LA SEXUALIDAD HUMANA. ..................................................................... 441

    3.1.4 EL AMOR Y EL PODER ENTRE LOS GNEROS. ...................................... 499

    3.2 LA CONSTRUCCIN CULTURAL DEL AMOR ....................... 542

    3.2.1 LA CONSTRUCCIN SIMBLICA DEL AMOR ........................................ 542

    3.2.2 LA CONSTRUCCIN DEL AMOR EN TELEVISIN. LAS BODAS COMO

    HAPPY END DE LAS NARRACIONES. ANLISIS DE LA BODA REAL DE LOS

    PRNCIPES DE ASTURIAS ...................................................................................... 588

    3.2.3 EL AMOR COMO UTOPA EMOCIONAL DE LA POSMODERNIDAD .... 631

    ANEXO VI: DISCURSO DE SU ALTEZA REAL EL PRNCIPE FELIPE EN EL BANQUETE

    DE BODAS . .................................................................................................................................. 687

    ANEXO VII: DATOS SOBRE EL DISPOSITIVO MILITAR Y POLICIAL DE LA BODA

    REAL ............................................................................................................................................ 689

    ANEXO VIII: DATOS ECONMICOS DE LA BODA REAL .................................................. 690

    ANEXO IX: ESTADSTICAS SOCIOLGICAS EN TORNO A LA BODA REAL. ............... 693

    NDICE DE TRMINOS ............................................................. 696

    BIBLIOGRAFA ........................................................................... 702

  • 8

    AGRADECIMIENTOS

    Quera dedicar la tesis en primer lugar a mi madre y a mi padre, porque ellos fueron

    los primeros que me pusieron un libro en las manos y porque han sabido transmitirme,

    sabiamente, su amor por el conocimiento y su pasin por la lectura. Tambin porque han

    financiado todos mis aos de estudio, y porque me han ayudado a todos los niveles en el

    proceso final de esta obra. Durante un verano largo, mis padres se encargaron de la

    intendencia (compras, comidas, limpieza), me animaron mucho psicolgica y

    emocionalmente, me sustentaron econmicamente, y estuvieron a mi lado en los momentos de

    flaqueo y cansancio. Mi padre ley concienzudamente la tesis y he de agradecerle

    enormemente su labor de edicin en cuanto al estilo de escritura. Gracias a l he adquirido

    conciencia de la importancia de cuidar nuestro lenguaje, y creo que he aprendido a escribir un

    poquito mejor. Han sido fundamentales para m las charlas filosficas de los paseos al

    atardecer acerca de la Realidad y la Existencia. A mis abuelos les agradezco el refugio que me

    proporcionaron en el pueblo; en l pas estos dos ltimos aos rodeada de naturaleza y

    tranquilidad, lo que me permiti concentrarme cien por cien en esta tarea. Aunque ellos no

    entendieron del todo mi labor investigadora, ambos me animaban a terminarla; no han podido

    ver el resultado pero s que se sentiran felices de saber que lo logr. Asimismo, estoy muy

    agradecida a mi hermana Viki y a Mikel por su hospitalidad y tremenda generosidad. En su

    hogar escribo estas lneas que pretenden poner punto y final a un trabajo que dura aos. Su

    apoyo econmico y emocional ha sido fundamental para m, porque me han cuidado mucho y

    me han estimulado para volver al mundo cruel despus de aos de aislamiento.

    Es importante hacer una mencin especial a la Fundacin Carlos III, que me otorg

    una beca de 5 aos gracias a la cual pude desarrollar mi proyecto de investigacin. Asimismo,

    estoy muy agradecida Maria Jos Snchez, Gonzalo Abril y Cristina Pea Marn, miembros

    del Grupo de Investigacin Sociosemitica de la comunicacin intercultural de la

    Universidad Complutense de Madrid, porque me he sentido muy estimulada intelectualmente

    acudiendo al Seminario de Comunicacin, Esttica y Poltica durante los dos ltimos aos.

    Con ellos he aprendido mucho; adems he tenido la oportunidad de exponer mi primera

    ponencia en pblico gracias a este grupo de investigadores cuyas inquietudes son parecidas a

    las mas. En este sentido, siento que son un referente para m, no slo a nivel acadmico, sino

    tambin ideolgico, filosfico, intelectual y personal.

    Por supuesto, agradecer al director de este proyecto su confianza puesta en m, la

    libertad que me ha dado para elegir el tema de la investigacin, y la paciencia que ha tenido

    durante todos estos aos. De Grard Imbert he aprendido a ser rigurosa en el plano cientfico,

    a argumentar bien mis ideas, y sobre todo, creo que he heredado su afn antropolgico, y la

    importancia del estudio de los smbolos, los mitos y los ritos sociales. Despus de tantos aos

    ha surgido entre nosotros una relacin que supera el mbito acadmico; porque no slo lo

    admiro como investigador, sino tambin como persona. Su pensamiento libertario, su afn por

    el conocimiento, su amor por la cultura y su juventud de espritu me han aportado mucho;

    espero poder seguir trabajando con l muchos aos.

    No puedo dejar de mencionar a Cristina Flores, la Reina del Word, que emple unos

    cuantos das en darle formato a esta tesis, con una paciencia sin lmites. Tambin porque me

  • 9

    anim mucho y porque me contagi su ilusin, que era ver esta obra terminada. Su granito de

    arena ha sido fundamental para m, porque esta vez no me he desesperado con las notas al pie

    de pgina, ni con la numeracin, ni con los encabezados con la tesina el proceso ltimo fue

    un infierno plagado de dificultades; esta vez en cambio, con su ayuda, el proceso de

    embellecimiento de la tesis ha sido un placer, sobre todo porque he aprendido mucho.

    Por ltimo, quera agradecer a todas las personas con las que he mantenido

    conversaciones durante horas acerca de los contenidos y la metodologa de esta tesis. Fidel

    Moreno me regal largos paseos por la Casa de Campo y la idea del amor libre, el terzo

    excluso, y numerosas referencias bibliogrficas. Eva se ley partes de este libro para

    ayudarme a descubrir errores; su punto de vista fue importante para m porque necesitaba

    saber si me expresaba correctamente, cuando ya no tena perspectiva alguna respecto a lo que

    yo misma haba escrito. Sostuvimos adems charlas de horas de duracin durante las cuales

    salieron a la luz muchas ideas aqu expresadas. Juan me descubri el mundo Queer, y Gema,

    Virtu, Mario e Isabel tambin me proporcionaron horas de deliciosas charlas acerca de mi

    tema, y me sugirieron numerosos recursos bibliogrficos. Me han estimulado mucho y los

    siento a todos como parte fundamental de mi desarrollo intelectual y emocional desde que

    empec mis estudios universitarios all por 1996.

    Tambin a mis amigos de la Concha, al grupo de Carabanchel, a la gente de Ave

    Mara en Lavapis, a mis compaeros de teatro, porque con todos ellos he crecido. Los

    abandon para centrarme en el proyecto de investigacin; y a pesar de ello, me han prestado

    todo tipo de ayudas. A menudo pienso que con ellos, en la calle, aprend gran parte de las

    cosas que luego le en los libros, y que la calle, con mis vivencias y aventuras vitales, es lo

    mejor que puedo aportar al mbito universitario. Con ellos aprend a vivir y crec como

    persona; por eso los siento como parte de este proyecto vital y semitico.

    Y por ltimo, gracias a las personas a las que he amado con pasin, hombres y

    mujeres. A travs de ellos, gracias al desarrollo de mis sentimientos y emociones, aument

    mi afn por el conocimiento, y mi necesidad de comprender este fenmeno cultural que se

    inscribe en los cuerpos, las mentes y las emociones como un todo, a veces de manera

    invasiva. Siempre quise entender este fenmeno humano tan peculiar de rasgos mitolgicos,

    mgicos, sagrados e incomprensibles, especialmente en su dimensin social. Por eso ha sido

    para m un privilegio poder estudiarlo desde la doble dimensin de la razn y la emocin; lo

    mejor ha sido darme cuenta de que no son procesos separados ni independientes. En

    definitiva, Platn tena razn: a travs del amor se accede al conocimiento.

    Y desde lo ms hondo de mi corazn, a Toni.

    Coral Herrera Gmez

    http://coralherreragomez.blogspot.com/

  • 10

    INTRODUCCIN

    No hay pueblo ni civilizacin que no posea poemas, canciones, leyendas o cuentos

    en los que la ancdota o el argumento el mito, en el sentido original de la palabra- no sea el encuentro de dos personas, su atraccin mutua y los trabajos y penalidades que deben afrontar para unirse. Octavio Paz. (1993).

    Mi propsito en este trabajo es analizar cmo se construye socioculturalmente el amor

    y cmo esta construccin influye significativamente en las estructuras econmicas y polticas

    de la sociedad occidental. Sin embargo, esta tesis no hubiera sido posible si, a lo largo del

    siglo XX, no se hubiese dado el gran debate epistemolgico que destron al cientifismo

    empirista y gracias al cual surgieron investigaciones que demostraron el sesgo etnocntrico y

    androcntrico del pensamiento cientfico occidental. Los principales protagonistas de este

    debate fueron los pensadores de la Teora Crtica liderada por la Escuela de Frankfurt en los

    aos 30, el Postestructuralismo, la Sociologa del Conocimiento y la Teora Feminista, que

    sacaron a la luz teoras y cientficos marginados (sobre todo cientficas), que pusieron en

    cuestin muchas verdades dadas por supuestas, y que desmontaron el mito del cientifismo.

    Pronto se vio que lo que se consideraba Ciencia Universal era sencillamente una actividad

    ejercida por hombres blancos, occidentales, de clase media; y que la mayor parte de sus

    investigaciones estaban impregnadas de intereses ideolgicos, econmicos, sociales y

    polticos. Se quiso derribar, as, el mito del cientfico como un robot objetivo sin emociones,

    sin condicionamientos culturales, sin intereses personales; fue entonces cuando se revel la

    dimensin hipermasculina de la Ciencia, que haba marginado durante siglos a la mujer como

    sujeto y como objeto de estudio cientfico.

    Gracias a este debate y a este proceso deconstruccionista, la Ciencia vio cuestionada

    profundamente la pretensin de validez universal y de neutralidad de la que haba hecho gala

    desde el siglo XVII. Las principales consecuencias de este debate fueron la ampliacin de los

    lmites del conocimiento y el surgimiento de nuevas reas de investigacin cientfica. Este

    hecho posibilita, en la actualidad, adentrarse en espacios del conocimiento que no han sido

    considerados, hasta hoy, dignos de ser estudiados, como es el caso del tema del gnero y del

    amor. Hoy se acepta comunmente que todos estamos influidos por la cultura en la que nos

    hemos criado, por el gnero al que se nos adscribi al nacer, por la educacin que recibimos y

    las instituciones sociales, la religin, nuestro estatus social y econmico, adems de nuestras

    propias aspiraciones personales y experiencias vitales, que conforman nuestra identidad. Por

    ello, ningn cientfico, institucin cientfica o investigacin empirista puede hoy declararse

    objetivo o neutral. De hecho, se considera ms honesto que los y las profesionales de la

    Ciencia admitan en sus investigaciones el punto del que parten, y tengan en cuenta a la hora

    de elaborar sus teoras e hiptesis la perspectiva personal desde la que ejercen la actividad del

    conocimiento, para as diferenciar sus propios condicionamientos culturales y personales del

    objeto de estudio. Es decir, admitir la inevitable subjetividad que impregna cualquier

    actividad humana en el rea del conocimiento cientfico, dejando atrs mitologas cientficas

    antes nunca cuestionadas.

  • 11

    En esta tesis, mi intencin es centrarme en la dimensin cultural de las emociones

    humanas; en concreto, la del amor de pareja. El eterno debate entre cultura y naturaleza que

    ha recorrido nuestro acceso al conocimiento y que ha atravesado la investigacin y la

    Filosofa desde Grecia hasta nuestros das, parece ya inclinarse hacia la fusin de ambas

    dimensiones en una sola. Mi visin pretende evitar el reduccionismo; de ah la

    multidisciplinariedad de mi estudio, que ha precisado de lecturas sobre Antropologa,

    Psicologa social, Estudios de Gnero, Teoras de la Comunicacin y Semiologa, ensayos

    sobre la Posmodernidad, Sociologa, Biologa, Filosofa de la Ciencia, Historia, etc. Lo que he

    pretendido es hacer una compilacin de los estudios sobre el amor en diferentes disciplinas

    para poder presentar el fenmeno del amor en toda su complejidad, de un modo transversal,

    pero incidiendo en la construccin cultural de las emociones y del amor.

    Mi deseo es integrar las esferas biolgica, social y cultural para explicar un fenmeno

    transcultural como es el del amor, aunque, por supuesto, mi investigacin se centrar en el

    modo en cmo construimos culturalmente las emociones y cmo estas construcciones

    culturales crean y modelan nuestras formas de organizacin poltica, social y econmica; lo

    que llamamos la realidad suprema1. Mi rea de conocimiento trasciende de algn modo la

    posibilidad de posicionarme acerca de la cuestin fundamental de si existe una realidad

    exterior a nosotros, o si es una ficcin o ilusin como plantean filosofas orientales (por

    ejemplo el budismo). Pero s entiendo que lo que denominamos la realidad de la vida

    cotidiana (Berger y Luckmann, 1986) es un constructo que se elabora en el seno de la esfera

    social. Por ello me propongo analizar la dimensin emocional de la cultura, que es el lugar

    donde se conforman y se transforman nuestras creencias, cosmovisiones, prejuicios, formas

    de sentir y de pensar, y donde se crean los hbitos, las costumbres, las religiones, las

    ideologas, el arte y el sentido de trascendencia del ser humano.

    Aunque cada vez hay ms estudios acerca de este fenmeno, la mayora de estos se

    inscriben en el mbito de la Literatura, la Psicologa, o la Filosofa. Recientemente han

    surgido algunas obras en el mbito de la divulgacin cientfica, en reas como la Biologa, la

    Etnologa, o la Antropologa (Helen Fisher, Eduardo Punset, David Buss, Eibl-Eibesfeldt,

    Barash y Lipton). Slo ahora, en los primeros aos del siglo XXI, se ha empezado a tratar

    el tema desde una perspectiva social (Ulrich Beck, Zigmunt Bauman, Pascal Bruckner, Erich

    Fromm, Anthony Giddens, entre otros). La mayor parte de los grandes tericos occidentales

    ha escrito libros acerca de los sentimientos y las pasiones, pero han sido siempre considerados

    obras menores, poco menos que ancdotas dentro de la sesuda literatura cientfica y filosfica

    de estos grandes autores (Ortega y Gasset, Roland Barthes, Francesco Alberoni entre otros)2.

    1 Comparto las tesis del construccionismo social, pero no me inclino a considerar que todo es social y surge en el seno de la cultura, y que no hay una realidad externa que nos condicione. En realidad, considero que estamos igualmente condicionados por ambas dimensiones, la biolgica y la dimensin social, y que adems no son dos cuestiones distintas o contrapuestas, sino

    que conforman un todo. Sin embargo, como es lgico debido a mi formacin humanstica, mi rea de investigacin se incardina en los procesos sociales y culturales humanos. 2 En este sentido, Octavio Paz (1993) se pregunta en su ensayo que si para tener una idea de lo que ha sido y es nuestra civilizacin es imprescindible el estudio de las instituciones polticas y religiosas, las formas econmicas y sociales, y las ideas filosficas y cientficas, cmo no va a serlo el de nuestros sentimientos, entre ellos el de aquel que, durante miles de aos, ha sido el eje de nuestra vida afectiva, la imaginaria y la real? El ocaso de nuestra imagen del amor sera una catstrofe mayor que el derrumbe de nuestros sistemas econmicos y polticos: sera el fin de nuestra civilizacin. O sea: de nuestra manera de sentir y vivir.

  • 12

    El hecho de que las emociones y las pasiones no hayan sido temas considerados

    dignos de estudio cientfico serio es un hecho ntimamente relacionado con la estructura

    patriarcal que ha subordinado a la mujer durante siglos. En esa actitud discriminadora y

    despreciativa hacia la mujer se inclua todo lo que se consideraba femenino, como las

    emociones. Y ello sucedi porque el conocimiento ha partido siempre de procesos

    polarizadores, dualistas, dialcticos, entre elementos opuestos que, en mi opinin, han

    empobrecido y reducido, en general, el saber y el conocimiento en nuestra cultura desde hace

    siglos.

    Afortunadamente, en la actualidad se entiende que el estudio de cualquier fenmeno

    fsico, qumico o social est atravesado por multitud de variables interrelacionadas entre s.

    Nuestra propuesta metodolgica ha sido investigar partiendo de la idea del pensamiento

    complejo, trmino acuado por Edgar Morn, o del pensamiento en red, concepto acuado por

    Helen Fisher. Estos autores proponen abarcar la complejidad de los fenmenos naturales o

    sociales en detrimento de una de las leyes del pensamiento formuladas por Aristteles y

    vigente hasta nuestros das: la del tercio excluso o pensamiento polarizante. Esta ley establece

    oposiciones entre razn y emocin, naturaleza y cultura, lo masculino y lo femenino, lo

    positivo y lo negativo, el bien y el mal, la verdad y la mentira, etc. Estas oposiciones en pares

    binarios ocultan la amplia gama de matices y factores interrelacionados que se dan en todos

    los procesos de conocimiento e investigacin.

    En el seno de este paradigma dualista que simplificaba el mundo en dos extremos

    opuestos, se consider que el hombre representaba la Cultura (el raciocinio, la civilizacin, la

    Ciencia, la ley, el orden, la filosofa), y la mujer la Naturaleza (los sentimientos, lo irracional,

    lo salvaje, lo catico, lo oscuro, lo incognoscible). Los hombres han sido representados como

    dioses solares, y las mujeres han sido representadas como fuerzas nocturnas, diosas

    misteriosas o crueles. Slo en este siglo la primaca de la mente y la razn sobre el cuerpo y

    las emociones ha dado paso al estudio de los sentimientos como parte constitutiva

    fundamental del ser humano en conjunto, sin distinciones de gnero.

    Y gracias a ello, hoy me encuentro aqu escribiendo acerca del amor. Entiendo que es

    un tema que, por su complejidad y extensin, no se puede abarcar en su totalidad; pero s que

    he pretendido demostrar que las emociones estn mediadas culturalmente, y que estn

    predeterminadas por la cultura en la que se incardinan (construidas a travs del lenguaje, de

    los relatos, los smbolos, los mitos, los estereotipos, los ritos, y las creencias). El poder

    simblico incide de forma poderosa, creo, no slo en la nuestros sentimientos, sino tambin

    en la construccin de la realidad social, econmica y poltica de las sociedades.

    Dado que la cultura evoluciona a la par que los sistemas polticos y econmicos, bien

    sostenindolos, bien transformndolos, considero que es necesario analizar la cultura para

    entender cmo construimos la realidad, cmo la reificamos y cmo unas ideologas se

    imponen sobre otras, (y a la vez coexisten) formando lo que Abraham Moles denomin el

    retablo cultural. El motivo por el que he decidido centrar mi anlisis sobre los mitos y las

    representaciones simblicas del Amor es porque la mayor parte de nuestros productos

    culturales desde la Antigedad hasta nuestros das se basan en las relaciones sexuales y

    amorosas entre los gneros: desde las cosmologas (como la griega, que se basa en las

  • 13

    relaciones de amor y odio entre los dioses) hasta las series de ficcin televisiva, pasando por

    la escultura, la pintura, la cermica, la msica, el baile, la narrativa oral, la poesa, los cuentos

    y leyendas, los folletines, las radio-novelas, las canciones, las novelas, las pelculas, la pera,

    y todas las representaciones culturales que han tenido y tienen como tema central el amor y

    las pasiones3.

    Adems de su dimensin cultural y emocional, el Amor constituye, en su dimensin

    social, econmica y poltica, un potente dispositivo de consumo que potencia las industrias

    nupciales: agencias de contactos, Iglesia catlica, restaurantes, ropa y complementos para

    novios y novias, agencias de viajes, tiendas de regalos de boda y aniversario, la industria

    inmobiliaria, muebles y menaje del hogar, los centros comerciales en los que emplean su

    tiempo libre las familias, la industria de los bebs que colman de dicha el hogar de los

    enamorados, los profesionales de la psicologa y de la abogaca que resuelven los procesos de

    divorcio, etc. Es decir, una gran parte de nuestra economa se sustenta en la base de creacin

    de nidos de amor para parejas, y esto es un hecho que ha sido invisibilizado y que se ha

    presentado siempre como algo natural que acontece en el interior de cada uno, pese a que

    nuestras leyes y nuestro ordenamiento jurdico estn determinados por este sentimiento

    colectivo.4

    As, veremos cmo a travs de la cultura, la ideologa hegemnica impone o determina

    mayoritaria y normativamente nuestros sentimientos y nuestra forma de vivir (en Occidente,

    en pareja, mongama y heterosexualmente). Analizar cmo, mercantilizado, sirve de

    instrumento de control social para canalizar, mediante su dimensin emocional, los deseos,

    aspiraciones y sueos colectivos. Adems, defender la idea de que el amor romntico se

    asemeja hoy a la religin porque es una emocin preada de misterio, porque posee sus

    propios rituales y sus propias mitologas.

    Para estudiar este fenmeno bio-cultural, discursivo y meditico he dividido el libro en

    tres grandes bloques, que corresponden a la construccin social de la realidad, la construccin

    social del gnero, y finalmente, la construccin social del amor.

    En el Bloque I analizar en profundidad el debate epistemolgico acerca de cmo

    conocemos, y sealar algunas posturas de la Filosofa de la Ciencia que cuestionan qu es lo

    real y si podemos acceder a su conocimiento, para llegar a la conclusin de que la realidad es

    construida por sus habitantes a base de representaciones simblicas y creencias que

    determinan nuestra forma de conocer, de pensar y de sentir.

    3 La preponderancia del tema amoroso en nuestras obras literarias muestra que el amor ha sido una pasin central de los hombres y las mujeres de Occidente. La otra ha sido el poder: de la ambicin poltica a la sed de bienes materiales o de

    honores. Octavio Paz (1993). 4 A mi juicio, la invisibilizacin terica, intelectual y narrativa de la dimensin econmica y social de las emociones ha logrado que estas se hayan considerado siempre un fenmeno caracterstico del individualismo que atraviesa la cultura occidental; lo comn es que se piense que es un sentimiento que acaece en el interior del sujeto, pese a que es un fenmeno masivo. Quizs esta haya sido la razn de que los estudios ms antiguos y rigurosos en torno al amor provengan del campo de la Psicologa.

  • 14

    Bajo mi punto de vista, la realidad es un conglomerado de realidades de carcter

    poltico, econmico y social, pero tambin cultural. Los seres humanos construimos universos

    simblicos y representamos simblicamente la realidad, de modo que para conocerla nos es

    preciso analizar esas representaciones simblicas en forma de narraciones y discursos que

    conforman la realidad suprema o realidad de la vida cotidiana. Para ello ahondar en los

    procesos de construccin de la realidad en los que pusieron acento Berger y Luckmann en su

    famosa obra, y partiendo de esta base, analizar brevemente el lenguaje como primera

    instancia de construccin social de la realidad, nuestra capacidad de simbolizacin, la

    creacin de las culturas a partir de los mitos, los ritos, los hbitos, las creencias, las

    costumbres, las narraciones, los modelos y hroes que determinan nuestra concepcin de lo

    que es normal y lo que es anormal, lo que est bien y lo que est mal, y la amalgama de

    esquemas tipificadores, arquetipos, estereotipos, que conforman nuestra identidad. Tambin,

    por supuesto, cmo se sedimentan estas representaciones simblicas en el imaginario

    colectivo mediante procesos de institucionalizacin, legitimacin, socializacin e

    internalizacin de la realidad.

    Por supuesto, me centrar en los modos en los que, en la actualidad, en el contexto de

    la sociedad de la informacin, los productores culturales transmiten su ideologa a travs de la

    creacin de la cultura y la informacin. Creo que aqu ser imprescindible explicar la

    importancia de las industrias culturales porque constituyen un cuarto poder si cabe ms

    potente que el poder militar, legislativo, judicial o ejecutivo. As, estudiaremos el fenmeno

    fundamental y fundacional de la cultura de masas: el hecho de que la cultura no se crea en la

    interaccin social, como antao, sino que una minora produce cultura para una masa (gracias

    a los espectaculares avances tecnolgicos de este siglo); y ese proceso, seal Umberto Eco,

    va de arriba abajo, es decir, no se produce cultura horizontalmente, sino verticalmente, en

    posiciones jerrquicas; unos pocos difunden cultura para todo el planeta, fenmeno que se ha

    denominado globalizacin o americanizacin5 de la cultura y la economa.

    Mi intencin es analizar el modo en que los medios de comunicacin, y especialmente

    la televisin, apelando a los sentimientos y emociones de la audiencia, transmiten

    determinados valores a la sociedad (como el matrimonio, la exclusividad sexual y

    sentimental, la familia nuclear tradicional, o el consumismo como forma de vida), y cmo

    gracias a ello se mantiene el statu quo econmico, poltico y social.

    Este estudio semitico parte del trabajo previo de la tesina6. En ella estudi los

    procesos de espectacularizacin de los medios de comunicacin de masas, centrndome en la

    televisin y en la capacidad que posee en la actualidad para aglutinar grandes audiencias a

    travs de un proceso de seduccin continuo y cuya funcin social predominante es el

    entretenimiento. La oferta continua de entretenimiento conlleva una invasin del espectculo

    evasivo y un proceso de aligeracin de los contenidos, as como una serie de transformaciones

    mediticas y sociales: la informacin mezclada con el entretenimiento (el infotaiment), la

    espectacularizacin de los discursos, la hibridacin de gneros, la repeticin incesante de

    temas y contenidos. Sus principales consecuencias son la cultura del exceso, el vaciamiento

    5 Trmino propuesto por Rom Gubern (2000) 6 Herrera Gmez, Coral: Televisin y espectculo. Crnicas Marcianas como nuevo modelo de entretenimiento, Universidad Carlos III de Madrid, 2004.

  • 15

    del espacio social, la colonizacin meditica y consumista del ocio, el individualismo, el

    conformismo e infantilizacin de la audiencia, la despolitizacin de la sociedad, la sustitucin

    del folklore tradicional endgeno por la cultura pop de masas, la marginacin de otros

    soportes culturales y artsticos (literatura, msica, cine, teatro, danza etc.).

    En mi tesina analic el modo en cmo el medio de comunicacin ms masivo hasta la

    fecha influye, modela, manipula y crea la realidad a travs de la seduccin; apelando a la

    dimensin emocional de la audiencia. Pudimos observar entonces que la mayor parte de los

    mensajes mediticos se dirigen principalmente al inconsciente, a nuestras emociones y

    sentimientos ms profundos (como el miedo, las inseguridades y complejos, la violencia, el

    amor, el odio, etc.). Vimos cmo el medio televisivo, mediante imgenes veloces que se

    superponen unas a otras sin tiempo para ser desglosadas por la mente, se dirige a la parte

    emocional de los telespectadores. Los productos televisivos se nos dan ya confeccionados,

    listos para ser engullidos, y estn dirigidos no tanto a la esfera racional como a la emocional.

    Los programas televisivos ms escatolgicos, morbosos, obscenos, pasionales, son los

    que ms audiencia tienen (ejemplo: Gran Hermano, donde los telespectadores ven a los

    vecinos de la casa relacionarse sexual y sentimentalmente entre ellos las 24 horas del da).

    Esta sed de emociones lo denomina Gubern (2000) el dficit emocional del mundo

    tecnolgico existente en la Era de la comunicacin, que l redefine como la Era de la

    soledad. Estos espacios emocionales constituyen el paradigma del deseo escapista de la

    sociedad; una huida hacia delante irresponsable, descomprometida, infantil y por supuesto

    individualista. En este sentido, Erich Fromm (1947) afirma que el hombre moderno es

    profundamente infeliz y est hambriento de vida, aunque acepta como sucedneo cualquier

    cosa que le pueda causar excitacin o estremecimiento. Lo que la rutina diaria no nos

    proporciona, nos lo ofrece la televisin en detrimento de la experiencia directa; es as como se

    empobrece gradualmente la realidad de la vida cotidiana, la capacidad crtica y la calidad de

    nuestras relaciones afectivas.

    Mi intencin es pues, profundizar en la dimensin emocional de la Neotelevisin, y su

    incidencia sobre la sociedad que la ve. Veremos que los ltimos estudios llevados a cabo en

    torno a los usos y efectos de los medios de comunicacin tienden a diferenciar claramente dos

    tipos de efectos: los racionales (cuando se genera un aprendizaje integrado, ya que queda

    asimilado en los sistemas de opiniones, valores y creencias) y los emocionales (que suelen

    permanecer en el texto de forma latente). Las estrategias del medio para provocar los efectos

    emocionales son ms eficaces, por ejemplo, para retener y fidelizar a la audiencia, y tambin

    son eficaces persuasivamente, segn Miguel Roiz (2002).

    Considerando que la televisin es hoy en da un instrumento para la construccin

    social de la realidad, y para la creacin de sentido, me gustara profundizar en el poder que a

    travs de este potente dispositivo en manos de unas pocas multinacionales y los gobiernos,

    ejercen efectivamente en las masas. Porque sus intereses, al fin y al cabo, son perpetuar el

    sistema social, poltico y econmico; pertenecemos a una cultura que reabsorbe los mrgenes

    del sistema, incluyendo dentro de l mismo todo el aparato anti-sistema creado por sus

    detractores. El sistema evoluciona dentro de su lgica capitalista y democrtica, de modo que

    al no existir cambios radicales o transgresiones que lo pongan verdaderamente en peligro, el

  • 16

    sistema poltico, social y cultural posee una tremenda estabilidad cuya lgica es la

    conservacin o mantenimiento del statu quo.

    He dotado a esta investigacin de una perspectiva de gnero (Bloque II) porque me

    parece un concepto fundamental a la hora de analizar cmo se construye la identidad de los

    sujetos; el gnero se ha convertido en la primera instancia de diferenciacin, definicin y

    clasificacin de las personas en dos grupos. Mostrar como estos procesos primarios de

    clasificacin y construccin de la identidad corresponden a la estructura binaria y jerrquica

    del pensamiento occidental. Analizar ese proceso de construccin en base a los modelos

    narrativos, los mitos en torno a la feminidad y la masculinidad, y los arquetipos simblicos,

    porque son los que configuran los estereotipos y los roles de gnero que tienen su correlato en

    la realidad social, econmica y poltica de los individuos.

    Considero importante analizar cmo nos condiciona el establecimiento rgido de los

    gneros en los procesos de formacin de la identidad a la hora de relacionarnos

    amorosamente. En este sentido, coincido con numerosos autores que entienden que el amor

    solo puede darse entre iguales es difcil que se d entre personas unidas por relaciones de

    subordinacin o dominacin completas. Los fenmenos amorosos en la cultura humana

    siempre se han dado paralelamente a procesos de emancipacin social femenina; analizaremos

    entonces cmo la igualdad y su contrario, la desigualdad, determinan las relaciones amorosas,

    y por extensin las relaciones entre las dos mitades de la poblacin humana. Incidiremos

    especialmente en el modo en que el patriarcado no solo ha minusvalorado y marginado a la

    mujer por cuestiones reproductivas y de trabajo domstico, sino que tambin analizaremos,

    siguiendo a Anna Jonsdottir, cmo los hombres han acumulado durante siglos la entrega, la

    devocin, el cario y el apoyo emocional de las mujeres como un derecho exclusivo de los

    hombres. En este sentido, analizaremos cmo el amor ha servido como instrumento de

    sujecin sentimental o emocional de la mujer, y cmo este fenmeno ha sido clave para el

    mantenimiento y desarrollo del patriarcado. Tambin veremos cmo los hombres tambin han

    sufrido la dependencia de las mujeres, y por ltimo trascenderemos el gnero, analizando las

    relaciones de poder que se dan en el mbito amoroso como un fenmeno complejo y lleno de

    matices.

    En el Tercer Bloque dar paso al anlisis de la dimensin sociobiolgica y simblica

    del amor de pareja. Tras una breve introduccin acerca de las definiciones y teoras del amor,

    dar paso a la dimensin sociobiolgica de las relaciones entre gneros. Analizar cmo se

    construye la sexualidad humana atendiendo a su doble dimensin porque entiendo que es un

    proceso que hoy en da es difcilmente separable. El ser humano ha trascendido su evolucin

    en base a la seleccin natural para dar paso a una evolucin de carcter cultural y

    tecnolgico7. Tambin analizar la dimensin sociobiolgica de fenmenos como el

    emparejamiento, el matrimonio, el divorcio, y el adulterio para centrarme principalmente en

    las relaciones de poder y luchas de dominacin que atraviesan todas las relaciones humanas

    7 Considero esencial tomar en cuenta la dimensin biolgica del amor, ya que existe una amplia literatura cientfica a este respecto y porque considero empobrecedor para la investigacin cientfica el centrarse nicamente en su dimensin cultural. Porque adems, las representaciones simblicas acerca del amor desvelan a su vez los condicionamientos biolgicos que como seres vivos, mamferos e inteligentes, conforman tambin nuestras formas de amar y sentir.

  • 17

    (amorosas, familiares, profesionales, contractuales, etc.) y en especial las relaciones entre los

    gneros.

    En el ltimo captulo de este Tercer Bloque me centrar en la dimensin simblica y

    cultural del amor. Con breves referencias a otras culturas y formas de amar, me voy a centrar

    en la concepcin cultural del amor en Occidente en la actualidad, y de cmo las

    representaciones simblicas del amor han ido transformndose y variando geogrfica y

    temporalmente. Estudiaremos las implicaciones de las narraciones en la conformacin de los

    sentimientos pasionales y amorosos, analizaremos la dimensin religiosa, mitolgica y

    utpica del amor, y daremos un breve repaso a los principales modelos y mitos amorosos de

    nuestra cultura desde la Antigedad a la Posmodernidad.

    La Posmodernidad ha supuesto el fin de los pilares que sustentaban las antiguas

    cosmovisiones y creaban la identidad: la familia y el trabajo se han desacralizado y

    flexibilizado. Ahora son sistemas abiertos, cambiantes, fragmentados, en continuo proceso de

    prueba, negociacin y fragmentacin. Adems, el espacio social y simblico ha

    experimentado la multiplicacin hasta el infinito de mensajes; realidad y ficcin se mezclan

    en un fenmeno meditico como es la hiperrealidad televisiva. En la actualidad, el amor

    ofrece la salvacin frente a la angustia existencial, el horror vacui, y la falta de sentido que

    impregna la realidad del ser humano desde que Nietzsche proclam la muerte de Dios.

    El ser posmoderno es urbanita, se mueve en la sociedad del anonimato y sufre de

    angustia existencial, hambre de emociones y soledad. En este contexto posmoderno, el amor

    constituye una creacin de sentido personalizado y colectivo, una promesa ideal de

    autorrealizacin, una tabla de salvacin, un sentimiento cargado de trascendencia y

    espiritualidad, una forma de transgresin y una meta que en el camino nos convierte en

    personas especiales, nicas, autnticas, a modo de estrellas del rock o del star system

    cinematogrfico.

    En mi tesis desarrollar la idea de que la sociedad occidental ha perdido en gran parte

    su instinto de supervivencia para dar paso al de autodestruccin; de ah la proliferacin de las

    depresiones en el Primer Mundo, que visibilizan la angustia vital que sienten las personas una

    vez satisfechas sus necesidades bsicas (alimento y un techo donde cobijarse). La sensacin

    de alienacin permanente que posee la sociedad occidental (la gente no est satisfecha con las

    condiciones laborales, no ha elegido su trabajo, ni posee la casa de sus sueos, ni la pareja

    perfecta) se traduce en un anhelo de ficcin permanente, de emociones placenteras o fuertes, y

    una necesidad de evasin y de entretenimiento en unas cantidades y dimensiones hasta hace

    poco desconocidas.

    El amor cubre estos anhelos del mismo modo que las drogas, la fiesta, o los deportes

    de riesgo, y en este sentido, se puede afirmar que es una emocin tan intensa que ofrece

    conexiones con lo sagrado: la totalidad, la fusin definitiva, el placer total, la eternidad

    (premisa fundamental de todo amor verdadero). Una de las ficciones ms importantes que

    proyecta el amor es la del cese de ese doloroso sentimiento de soledad que nos acompaa a

    todos los seres humanos desde la cada de las grandes construcciones sociales como la

    religin o la clase social, y cualquier institucin en la que antes nos podamos sentir

  • 18

    pertenecientes a una comunidad o grupo unido por cuestiones religiosas, econmicas o

    polticas. As, las representaciones simblicas, con mitos como el de la media naranja (de

    resonancias platnicas), nos anuncian el fin de la perpetua soledad a la que estamos

    condenados. Esta serie de idealizaciones son, segn mi parecer, las que constituyen nuestras

    formas utpicas actuales (utopas emocionales), una vez derrumbadas las utopas polticas.

    En la investigacin sobre las representaciones simblicas en torno al amor, he llevado

    a cabo un anlisis semitico, narrativo y sociolgico a travs del cual veremos cmo en esta

    era de la soledad, de la individualidad, del aislamiento, los nicos grupos sociales que

    encuentran un verdadero apoyo en los medios siguen siendo la pareja (el matrimonio

    tradicional) y la familia nuclear tradicional. El amor romntico heterosexual se presenta

    como la causa anterior o el requisito fundamental para acceder a la institucin matrimonial y

    la familia, que constituye en la actualidad un dispositivo de consumo indispensable, dada su

    capacidad adquisitiva y de ahorro.

    Veremos, por tanto, cmo en la televisin (y en los medios de comunicacin en

    general) nunca se trata el amor desde una perspectiva social, comunitaria, extensible a todos

    los miembros de la sociedad. Las industrias culturales hablan siempre de t y de yo, pero

    no de nosotros. Esta dimensin individualista, asocial y emocional de los medios es

    peligroso para la democracia, para las relaciones humanas, para la capacidad de reflexionar,

    organizarse, y decidir por s mismo que posee el ser humano porque segn Fromm, son

    mtodos de embotamiento de la capacidad de pensamiento crtico. Y ese peligro se traduce

    en una masa uniforme de ciudadanos irresponsables, infantilizados, desinformados y aislados

    entre s; ciudadanos que consumen y aceptan las cuestiones relativas a la poltica como algo

    lejano a ellos, como algo que deba de ser dejado en manos de unos pocos seres humanos que

    tomen decisiones por el resto.

    La televisin nos induce a escapar a otros mundos para no permanecer siempre en el

    nuestro, y nos permite evadirnos de la realidad empobrecida en la que vive la mayor parte de

    la poblacin humana. La realidad televisiva es siempre mucho ms divertida e intensa que la

    propia, de modo que la audiencia se engancha a este dispositivo de emociones creadas y

    servidas de modo inmediato para su deleite de la audiencia a travs de esta seduccin masiva

    de audiencias. De este modo se suavizan las noticias sobre un mundo violento, desigual e

    injusto que nos presentan los telediarios y se rebajan las angustias que se concentran en torno

    al proceso autodestructivo de la especie humana.

    Este modo de evadirse de la realidad que no nos gusta a travs de la ficcin, la

    informacin y el consumismo es un mero espejismo, peligroso porque supone poner crear otra

    realidad ms amable para no participar en su construccin, poniendo as en manos de otros las

    tareas de gobernar y gestionar los recursos, y la capacidad de crear y comunicar. Con el

    triunfo del individualismo la democracia se encuentra en manos de los gobernantes, no de una

    poblacin adulta, sensibilizada, culta, comprometida y unida para hacer frente a las

    desigualdades y abusos del sistema actual. Esto es grave, porque que deja en manos de unos

    pocos empresarios y polticos nuestro destino como especie, y por supuesto,

    coextensivamente, el del resto de los seres vivos de este planeta.

  • 19

    En este sentido, mi tesis es que a la televisin no le interesa reflejar un nosotros si no

    es para vender unos seguros de vida o para que la gente se anime a cambiar de compaa

    telefnica. El medio televisivo solo potencia la sensacin de pertenencia en pequeos grupos

    como la familia o el equipo de ftbol del barrio, pero nunca en grandes grupos sociales como

    las asociaciones de vecinos, asociaciones culturales, colectivos de trabajadores, etc. que solo

    son tenidos en cuenta cuando realizan acciones mediticas susceptibles de ser transmitidas,

    como las manifestaciones originales o las masivas. Evidentemente, a un sistema capitalista no

    le conviene una excesiva solidaridad entre las personas, ni facilitar la autorganizacin y

    autogestin de las comunidades; a causa de esta necesidad econmica en televisin nunca se

    apela al amor de las personas por sus semejantes, por la totalidad humana, ni el amor hacia el

    propio planeta o el resto de sus habitantes. Ms bien se le incita al consumismo que es una

    actividad solitaria que ayuda al funcionamiento de la economa capitalista.

    Slo se representan amores colectivos en televisin cuando se trata de un sentimiento

    social hacia conceptos artificiales como nacin o patria, o hacia algn objeto o persona

    determinada (como la religin cristiana o el Islam, los partidos polticos y sus lderes, los

    grandes clubes de ftbol que aglutinan miles de seguidores, o las estrellas mediticas del rock

    o el cine). Por ello he credo importante exponer el reduccionismo interesado de la concepcin

    del amor ms representada en las producciones culturales como algo que concierne

    exclusivamente a dos personas, o como mucho al ncleo familiar, excluyendo siempre al

    Otro, excluyendo siempre lo desconocido, lo lejano, lo extrao. Este fenmeno es, por otro

    lado, caracterstico de la cultura occidental, que se ha centrado en la luz y lo luminoso y ha

    apartado de su rea de conocimiento todo lo sombro, el lado oscuro, incognoscible,

    inexplicable o misterioso, dando primaca a la razn y el orden, y olvidando el caos y lo

    irracional, como si fueran dimensiones que no formaran parte del ser humano.

    Teniendo en cuenta que los medios de comunicacin son potentes creadores de los

    cdigos que crean y a su vez reflejan la realidad, e imponen unas cosmovisiones

    determinadas, unos valores y unas creencias concretas, me parece interesante estudiarlos y

    analizar el modo en cmo determinan, en concreto, nuestras relaciones sociales. Un ejemplo

    interesante lo constituyen los mensajes publicitarios, a travs de los cuales se nos lanzan

    propuestas de estilos de vida divididos en cuatro etapas (infancia, juventud, adultez,

    ancianidad), que recordemos no se establecen solo en torno a la Biologa y la edad, sino que

    es, sobre todo, una creacin cultural. Los estereotipos creados en torno a las diferentes etapas

    funcionan y se perpetan en la televisin; a la juventud se le asignan valores, como la libertad,

    la independencia, la capacidad adquisitiva, el triunfo social, la locura, el xito profesional, el

    estar a la moda, el consumismo, el ser atractivo sexualmente, la rebelda contra la tradicin,

    la innovacin como bandera (principalmente en cuanto al orden de lo esttico), y a una

    poblacin ms adulta se le envan mensajes sobre la importancia de asentar la cabeza,

    asumir compromisos, adquirir propiedades, o fundar una familia. A los adultos se les

    vende seguridad, confort, estabilidad, rutina, tras una alocada juventud, y en este sentido,

    tanto el matrimonio como la familia juegan un papel esencial.

    Considerando que la televisin contempla diferentes tipos de amor para cada etapa de

    la vida (el amor platnico adolescente, el amor romntico para jvenes, el amor domstico y

    el amor adltero para los adultos, la tranquilidad del matrimonio de ancianos), me gustara

  • 20

    analizar cmo todo este dispositivo que continuamente ensalza la necesidad del ser humano

    de estar enamorado, en realidad constituye una estructura ficcional que oculta la verdadera

    funcin de la produccin cultural, que es perpetuar la democracia, el capitalismo, la

    institucin matrimonial, (y por extensin, la familiar) y el consumo como estilo de vida.

    El amor romntico es, a mi juicio, un poderoso instrumento de control social que a

    travs de su extensin (amor romntico-matrimonio-familia) despoja a estas tres instituciones

    de su dimensin social, poltica y econmica, situndolas en la esfera de lo emocional y lo

    individual mediante un proceso de seduccin engaoso. Es por ello que me gustara analizar

    el modo en que las industrias culturales actuales inundan de amor romntico todos sus

    contenidos ficcionales y reales; como vimos, la frontera entre ambos conceptos es cada vez

    menos slida y cada vez menos percibida por la sociedad actual.

    Si antes la canalizacin de los deseos y aspiraciones la detentaba la religin en alianza

    con el Estado, en la actualidad es la televisin la que desempea esta funcin. La descomunal

    importancia que se otorga al amor romntico en la publicidad, en las series de ficcin, en las

    pelculas, en la msica, etc. supone una omnipresencia del amor romntico no slo en los

    contenidos, sino que modela y crea tambin determinados gneros y formatos como las

    telenovelas latinoamericanas, las sitcoms estadounidenses, los reality shows, los talk shows, y

    sobre todo los espacios de la prensa rosa, que supuestamente hablan de sentimientos,

    cuando la realidad es que se ocupan de matrimonios, adulterios, divorcios, patrimonios y

    herencias, juicios y sanciones, entramados familiares, venganzas, etc.

    En lugar de analizar los comportamientos humanos, este tipo de hiperrealidad los

    descontextualiza, convirtindolos en sucesos, hechos aislados o escandalosos. As es como

    contribuyen al entretenimiento de su pblico, en lugar de inducirlo a pensar el modo en que

    los seres humanos nos relacionamos y cmo podramos mejorar estas relaciones no solo a

    nivel local, con la gente del entorno, sino tambin a nivel internacional, a escala planetaria. La

    complejidad de las relaciones humanas en las representaciones simblicas actuales que

    consumimos a travs de los medios, se traduce en una simple polaridad entre buenos y malos,

    entre gente que ama y gente que no ama y utiliza los sentimientos de los dems para alcanzar

    sus propios fines, y reduce esta complejidad a travs de mitologas como el amor para

    siempre o el amor salvador.

    En su deseo (o necesidad econmica) de atraer y atrapar a la audiencia, de mantenerla

    enganchada, la televisin ha creado unas series a medio camino entre la ficcin y la realidad,

    como Operacin Triunfo, Fama, o la Isla de los Supervivientes, y cuyo predecesor ms

    exitoso fue Gran Hermano, donde los presos-estrella de Telecinco se relacionan con otras

    personas en un espacio reducido y plagado de cmaras, donde la intensidad de lo cotidiano se

    multiplica por mil y las pasiones, los enfados, amoros, conspiraciones, alianzas, nostalgias, se

    crean y desaparecen, sucedindose unas tras otras para crear finalmente una realidad nueva,

    que no es la de la calle ni la de una serie de ficcin. La hiperrealidad creada por el medio

    televisivo a travs de sus procesos de retroalimentacin, y su dimensin emocional es un

    fenmeno peligroso que vaca an ms el espacio social, ya de por s empobrecido. Aunque

    en la televisin se representan otro tipo de familias (las monoparentales, las formadas por

    parejas homosexuales, etc.), stas an continan perteneciendo al terreno de lo excntrico, lo

  • 21

    marginal o lo cmico (Aqu no hay quin viva). Paralelamente a la desocializacin que supone

    ser consumidor asiduo de la televisin (pues el visionado se realiza siempre en solitario o en

    familia), los medios siguen apoyando los ncleos denominados bsicos de relacin social, que

    como ya sabemos, supone una instancia primera de transmisin y perpetuacin de los valores

    tradicionales, las creencias, los mitos, los saberes y las cosmovisiones.

    Por ltimo, queremos centrarnos en el principal recurso narrativo para crear un happy

    end: la boda en su dimensin mitolgica y ritual. Coincidimos con Gonzalo Abril en que los

    ritos son un gnero televisivo, y ste es uno que en concreto aglutina grandes audiencias.

    Consideramos que las bodas o los compromisos matrimoniales son elementos narrativos de

    primer orden porque clausuran los textos y los dotan de sentido; porque adems son noticia a

    diario (incluso en los telediarios), ocupan multitud de portadas en revistas y peridicos, y

    adems constituyen una representacin simblica que es imitada por los ciudadanos, que

    eligen mayoritariamente el ritual catlico y el traje de princesa (y otros smbolos medievales)

    para sellar su compromiso pblicamente.

    Nuestra intencin es analizar la boda real de los Prncipes de Asturias porque

    constituye un relato massmeditico a medio camino entre la realidad y la ficcin, y porque

    condensa en un solo acto muchos de los smbolos y mitos que hemos estudiado en torno al

    amor; mitos que conforman el imaginario colectivo actual y que construyen la realidad social

    humana. Creemos que la boda real del heredero de la Corona puede ser una potente

    herramienta de trabajo y anlisis porque fue vista por millones de personas en nuestro pas y

    en el resto del mundo, y porque contiene abundantes elementos simblicos que nos pueden

    dar la clave de las aspiraciones, metas y deseos de las mujeres y los hombres actuales.

    La boda real fue insistentemente definida por sus protagonistas como una boda por

    amor; un amor que se compromete en pblico a ser slido y eterno y que se liga a

    instituciones sociales como la monarqua parlamentaria, el Ejrcito espaol, el Estado, la

    Iglesia catlica, la Familia y los medios de comunicacin (que para nosotros son tambin

    instituciones sociales). El profundo amor de Felipe y Letizia invisibiliz a dimensin

    econmica, poltica y social del contrato nupcial. Como veremos, todas las bodas reales son

    ritos colectivos en los que tienen lugar transacciones econmicas y polticas, y constituyen un

    espacio de encuentro entre las pocas personas que monopolizan el poder (empresarios,

    productores culturales, polticos, empresarios y jerarqua eclesistica). La boda entre el

    prncipe y Letizia no slo simboliza la normalizacin entre Monarqua y sociedad y la

    modernidad de la Corona, sino que tambin supone el triunfo social e institucional de un

    producto meditico cercano a la sociedad. En la poca de la Paleotelevisin, la princesa de

    Asturias hubiese sido una heredera al trono de cualquier monarqua europea, o al menos una

    mujer emparentada con la aristocracia nobiliaria (es por ello que en los ochenta se prefera a

    Tatiana de Lichenstein como candidata a esposa del heredero en lugar de Isabel Sartorius);

    pero en la Neotelevisin la futura reina de Espaa es una mujer posmoderna: independiente y

    trabajadora, de padres divorciados, que estudi en la Universidad pblica, que se cas y se

    divorci. Una mujer que trabaj muchos aos, que sabe lo que es pagar una hipoteca y que

    acab convirtindose en una profesional reconocida. Y que, adems, lo dej todo por amor.

  • 22

    Por ello creemos que su figura meditica corresponde al Mito de la Cenicienta, que

    asciende socialmente por amor, y que adems es un modelo en el que es fcil proyectarse y

    sentirse identificada, como sucedi con Lady Di, porque Letizia Ortiz no naci princesa

    europea de sangre real, ni sali de un cuento: es una mujer real de la que se enamor el

    prncipe azul y en la que pueden verse reflejadas muchas mujeres. La prxima reina consorte

    espaola, madre de la futura reina de este pas, no slo viene de la realidad, y an ms, del

    pueblo, de un barrio de la periferia madrilea, sino que fue y es una estrella televisiva, un

    fenmeno meditico que ha logrado la aceptacin mayoritaria no del pueblo espaol, sino de

    la audiencia espaola. Este es, precisamente, uno de los aspectos ms impactantes de este

    relato: la hoy Princesa de Asturias estuvo, noche tras noche durante algunos meses antes del

    anuncio del compromiso, cenando con gran parte de los espaoles mientras presentaba los

    informativos de TVE 1. Qu mejor modo de presentar a los espaoles a la futura reina de

    Espaa: no es casual que el da en que se destap la noticia, a toda la nacin espaola le

    sonaba su cara.

    Por su parte, el prncipe heredero representa no solo la figura del hombre ideal y el

    mito del prncipe azul, sino que adems es un prncipe que cree en el amor y que mantuvo

    siempre su postura de que se casara por amor respetando su profesin de prncipe, es decir,

    quiso conciliar su papel laboral con su vida personal; en este sentido su rol es la vez moderno

    y posmoderno. Gracias a su proyeccin meditica, el Prncipe romntico y su amor

    invisibilizan o llevan a un segundo plano la funcin institucional, poltica y econmica de su

    matrimonio. El Prncipe posmoderno es un hombre que habla varios idiomas, tiene una

    formacin transdisciplinar, y tambin es trabajador (los medios siempre inciden en su

    incesante actividad diplomtica). Como hombre posmoderno, acta bajo el libre albedro, es

    dueo de su destino, toma sus decisiones apoyado por sus padres, elige a la mujer de sus

    sueos (a su princesa), y antepone o compatibiliza sus sentimientos con las instituciones a las

    que sirve. Como hombre moderno adopta el papel de cabeza de familia feliz propio de la

    cultura burguesa, y el trono del Reino de Espaa.

    Lo ms milagroso del relato es que la audiencia espaola cree que lo ha conseguido:

    se ha casado por amor sin poner en peligro la monarqua, y sin descuidar sus funciones como

    heredero, con una mujer que adems rene las condiciones para ser princesa (capacidad para

    permanecer en segundo plano, dedicarse a tareas caritativas y sociales, presidir actos

    relacionados con las Fuerzas Armadas o la Iglesia, y traer herederas reales al mundo). Esta

    pareja representa un ideal de amor romntico que ha atravesado la cultura occidental desde el

    Medioevo hasta nuestros das: es una pareja perfecta, feliz, con descendencia y sin problemas

    econmicos que adems es real en el doble sentido del trmino.

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    BLOQUE I

    La construccin sociocultural de la

    Realidad

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    INDICE BLOQUE 1

    1 LA CONSTRUCCIN SOCIOCULTURAL DE LA

    REALIDAD ..................................................................................... 28

    1.1 QU ES LA REALIDAD? .............................................................. 28

    1.1.1 EL ACCESO A LA REALIDAD Y EL CONOCIMIENTO: ORIENTE Y

    OCCIDENTE. ..............................................................................................................28

    1.1.2 . EL CONOCIMIENTO A TRAVS DE LA RELACIN SEXUAL: PLATN

    Y BACON ....................................................................................................................32

    1.1.3 LA CIENCIA MODERNA ................................................................................36

    1.1.4 CRITICAS A LA CIENCIA MODERNA .........................................................39

    1.1.4.1 LA TEORA CRTICA ................................................................................................................. 40 1.1.4.2 LA INVESTIGACIN FEMINISTA ............................................................................................. 43 1.1.4.3 LA SOCIOLOGA DEL CONOCIMIENTO .................................................................................. 52 1.1.4.4 EL CONSTRUCTIVISMO ............................................................................................................ 54 1.1.4.5 EL CONSTRUCCIONISMO SOCIAL: ......................................................................................... 57

    1.1.5 EL CONOCIMIENTO CIENTFICO EN LA ACTUALIDAD ..........................61

    1.1.6 EL FIN DEL PENSAMIENTO BINARIO: NATURALEZA/CULTURA,

    RAZN/EMOCIN .....................................................................................................70

    1.2 COMO CONSTRUIMOS LA REALIDAD? ................................. 79

    1.2.1 LA CONSTRUCCIN SOCIAL DE LA REALIDAD. .....................................79

    1.2.1.1 EL SENTIDO Y LAS REPRESENTACIONES ............................................................................. 81 1.2.1.2 LAS IDEOLOGAS ...................................................................................................................... 82 1.2.1.3 LOS MECANISMOS DE CONSTRUCCIN SOCIAL ................................................................. 87 1.2.1.4 LA CONSTRUCCIN SOCIAL DE LA IDENTIDAD .................................................................. 93

    1.2.2 LA CONSTRUCCIN CULTURAL DE LA REALIDAD ...............................98

    1.2.2.1 LAS OTRAS REALIDADES EN LA CULTURA. ......................................................................... 98 1.2.2.2 LA COMUNICACIN Y LA MEDIACIN ............................................................................... 122

    1.3 CULTURA Y COMUNICACIN DE MASAS. DE CMO LOS

    MEDIOS CREAN LA REALIDAD. ........................................................ 129

    1.3.1 LA CULTURA DE MASAS Y LOS MASS MEDIA. ..................................... 129

    1.3.1.1 LOS MEDIOS DE COMUNICACIN DE MASAS .................................................................... 129 1.3.1.2 LAS INDUSTRIAS CULTURALES ........................................................................................... 132 1.3.1.3 LA CULTURA DE MASAS ....................................................................................................... 138 1.3.1.4 EL ESPECTCULO Y EL ENTRETENIMIENTO...................................................................... 140

  • 27

    1.3.2 LA TELEVISIN: BREVE HISTORIA DEL MEDIO. .................................. 145

    1.3.2.1 LA PALEO-TELEVISIN FEMENINA: DESDE SU CONDICIN PBLICA AL CONSUMISMO INDIVIDUALIZADO. .................................................................................................................................... 146 1.3.2.2 LA NEOTELEVISIN: DE LA TELEVISIN ESTATAL A LA TELEVISIN BASURA. ......... 152 1.3.2.3 LA POST-TELEVISIN O EL TRANSFORMISMO TELEVISIVO. ........................................... 157

    1.3.3 LA CONSTRUCCIN DE LA REALIDAD EN EL MEDIO TELEVISIVO .. 160

    1.3.3.1 EL PODER SIMBLICO DE LA TELEVISIN ......................................................................... 162 1.3.3.2 LA DIMENSIN ECONMICA DE LA TELEVISIN .............................................................. 167 1.3.3.3 LA DIMENSIN SOCIO-POLTICA DE LA TELEVISIN ....................................................... 172

  • BLOQUE I

    28

    1 LA CONSTRUCCIN SOCIOCULTURAL DE LA

    REALIDAD

    1.1 QU ES LA REALIDAD?

    1.1.1 EL ACCESO A LA REALIDAD Y EL CONOCIMIENTO: ORIENTE Y OCCIDENTE.

    Qu es la realidad?, podemos conocerla?, cmo podemos acceder a ella?, son

    algunas de las preguntas que se ha formulado el ser humano desde la Antigedad hasta

    nuestros das. Estas preguntas han ido ligadas a la nocin de la apariencia de las cosas, al

    modo en como captamos la realidad a travs de nuestros sentidos (si lo hacemos

    fidedignamente o estamos limitados por nuestros sistemas de percepcin), y sobre todo, a los

    lmites en torno a qu es lo que podemos conocer.

    Occidente y Oriente han sostenido dos formas contrapuestas de entender qu es la

    realidad. La Filosofa Oriental es holstica en el sentido de que no divide las esferas de la

    realidad dicotmicamente, sino que las integra en un todo. El vaco est integrado en la nada,

    lo masculino en lo femenino, el bien en el mal, la cultura en la naturaleza, y viceversa. En la

    mentalidad oriental el acceso a la realidad est determinado por dos dimensiones que no se

    superponen jerrquicamente, sino que ambas explican y conforman lo real. Por ejemplo, la

    muerte para el pensamiento oriental no es algo distinto de la vida, no considera que sean

    conceptos contrarios o paradjicos entre s; ambos se engloban en un todo y no pueden

    entenderse el uno sin el otro.

    Para el pensamiento oriental, la realidad es una ilusin creada por nuestra mente, y

    percibimos influidos no solo por nuestros pensamientos, sino tambin por nuestros

    condicionamientos sociales, culturales, religiosos, emocionales y sentimentales. El ser

    humano esta constreido por las restricciones que impone el Ego en forma de miedo, deseo,

    intereses personales, subjetividades, etc. Parte de la Filosofa Oriental ha insistido en que lo

    nico que podemos tratar de conocer es nuestra propia mente, y liberarla de sus ataduras,

    prejuicios, valores, etc. para poder tener acceso a lo que es. Toda cosa que vemos, la vemos

    a travs de nuestra propia experiencia, de nuestro propio trasfondo. De modo que la realidad

    no puede ser totalmente independiente del hombre, afirma Krishnamurti (1975).

    Como el ser humano conoce a travs de su mente, nunca podr conocer la realidad

    porque siempre la ver distorsionada, a travs de un proceso de autoengao e ilusin. De

    modo que siendo todo una ilusin, siempre surge la pregunta de si hay algo que podamos

    conocer, si hay un afuera de nuestras construcciones mentales y sociales, si existe una

    realidad no condicionada culturalmente, de carcter objetivo o universal.

  • La construccin sociocultural de la realidad

    29

    La Filosofa y el pensamiento occidental evolucionaron por caminos totalmente

    diferentes, hasta llegar a un proceso de empirismo y positivismo que entenda que solo es real

    lo que se puede comprobar por los sentidos, a travs de la experiencia. Una de las

    caractersticas fundamentales del modo de pensar occidental es que divide la realidad en dos

    categoras contradictorias (cuerpo/alma, hombre/mujer, fuerza/debilidad, da/noche, etc.).

    Estas dicotomas encuentran su fundamentacin metafsica en el dualismo ontolgico de

    Platn, creador del logocentrismo y de la metafsica de la identidad. Para el filsofo griego, la

    realidad se presenta dividida en dos mundos distintos y contrapuestos: por una parte, el

    mundo superior, invisible, eterno e inmutable de las ideas y, por otra, el universo fsico,

    visible, material, sujeto a cambios y a mutaciones. Purificacin Mayobre (2007) entiende que

    el dualismo ontolgico platnico da pie a un dualismo antropolgico que, consecuentemente con los principios metafsicos en los

    que se basa, defiende la idea de que es el alma, la mente o la razn la que permite trascender lo meramente corporal, lo casi animalesco, y alcanzar la dignidad humana. Dicho estatuto humano segn la filosofa platnica est slo al alcance de los varones, ya que las mujeres participan muy imperfectamente de la capacidad racional.

    La filosofa de Platn es, pues, para esta autora, la causante de una importante

    jerarqua entre espritu y naturaleza, mente y cuerpo, hombre y mujer etc., a pesar de que

    Platn admite una cierta interconexin entre ambos mundos. Como veremos ms adelante,

    para l la filosofa es amor a la sabidura y no solamente la posesin de la sabidura, por lo

    que Eros (el amor) desempea un papel muy importante de mediador entre el mundo

    sensible y el inteligible. Sin embargo, el Eros estar reservado slo a los varones y ser

    precisamente ese amor homosexual lo que permita que los varones den a luz a la Filosofa, al

    orden simblico.

    Aristteles, en esta lnea, tambin afirm que la realidad est dividida en pares de

    opuestos, que son la base del pensamiento humano y nuestra forma de acceso al

    conocimiento. Esta idea culmina en la Ley del Tercio Excluso, que forma parte de las

    denominadas leyes del pensamiento (junto con el principio de identidad, de no contradiccin y

    de razn suficiente) elaboradas por Aristteles y que han seguido vigentes hasta el siglo XX.

    Esta ley tambin se conoce como "tertium non datur" ('una tercera (cosa) no se da), y segn

    este principio, toda proposicin es verdadera o falsa. Entre estos dos valores de verdad no se

    admite nada intermedio o tercero.

    Sin embargo, esta concepcin dualista y excluyente de la realidad es anterior a Platn

    y Aristteles, pues su cultura es heredera de esta forma de pensar que surgi como

    consecuencia de una mutacin fundamental que se dio en la mayor parte de las culturas

    humanas a finales de la Edad del Bronce y principios de la Edad del Hierro: la sustitucin de

    la Gran Diosa o la Madre Naturaleza por dioses y mitos patriarcales. Joseph Campbell (1964),

    explica en su obra que en la primera de las grandes civilizaciones, Sumeria (3500-2350 a.C.),

    la Gran Diosa de veneracin suprema fue un smbolo metafsico totalizante, que abarcaba

    toda la realidad, la cognoscible y la incognoscible, el tiempo y la materia, lo oscuro y lo

    luminoso, lo masculino y lo femenino.

    En los ms antiguos mitos y ritos de la madre tanto los aspectos luminosos como los

    oscuros de esa mezcla de ambos que es la vida, haban sido honrados por igual, mientras que en los posteriores mitos patriarcales, orientados hacia el varn, todo lo que es bueno y noble

  • BLOQUE I

    30

    se atribua a los nuevos y heroicos dioses dominantes, dejando a los poderes naturales nativos slo el carcter de oscuridad, al que ahora se aada tambin un juicio moral negativo.

    Segn Campbell, los nmadas arios desde el Norte, y los semitas del Sur, pastores de

    ovejas y cabras, impusieron violentamente estos hroes y dioses masculinos. Las literaturas de

    la primera Edad del Hierro estn atravesadas por el tema de la conquista por un hroe radiante

    del monstruo oscuro y desacreditado del anterior orden divino, de cuyos anillos se obtendra

    algn tesoro: una doncella, una tierra, un regalo de oro o la liberacin de la tirana del propio

    monstruo. En la cultura griega, gracias a la victoria de Zeus sobre Tifn, (el menor de los

    hijos de Gea, la Diosa Tierra), qued asegurado el reino de los dioses patriarcales del Monte

    Olimpo sobre la anterior progenie de la Gran Diosa Madre.

    En Occidente, el principio de indeterminacin representado por el hroe que acta

    sobre la historia, dotado de libre albedro, no solamente conquist el terreno, sino que lo ocup y lo ha conservado hasta el presente. Esta victoria del libre albedro, junto con su corolario de moral de la responsabilidad individual, establece la primera caracterstica destacada del mito especficamente occidental: aqu quiero incluir mitos no slo de la Europa aria (griegos, romanos, celtas y germanos) sino tambin de los pueblos semitas y arios de Levante (semitas, babilonios, fenicios, hebreos, rabes, arios, persas, armenios, frigios, tracios, eslavos, etc.). Porque, tanto si pensamos en las historias de Zeus y Apolo, Teseo, Perseo, Jasn y los dems sobre los dragones de la Edad de Oro, como en las de Yahv sobre Leviatn, la leccin que se obtiene es la de un poder autnomo ms grande que la fuerza de cualquier destino sujeto a la tierra como el de la serpiente.

    Segn Jane Ellen Harrison, citada por Campbell, esta mitologa se presenta

    primero y principalmente como protesta contra la adoracin del Tierra y los

    demonios de la fertilidad de la tierra. As, el punto de vista patriarcal se distingue de la anterior visin arcaica porque separa a todos los pares de opuestos: varn y hembra, vida y muerte, bueno y malo, verdad y mentira, como si fueran absolutos en s mismos, y no meros aspectos de la ms amplia entidad de la vida.

    En la India, en cambio, la antigua mitologa del poder de la serpiente recuper fuerza

    al poco tiempo, hasta que hacia la mitad del primer milenio a.C. absorbi la totalidad del

    panten y el espritu de los dioses vdicos Indra, Mitra, Vayu y los dems. La diosa Kali de

    la India concede con la mano derecha sus dones y en la izquierda sostiene una espada alzada.

    De Kali nacen todos los seres del universo, sin embargo la lengua le cuelga roja y larga para

    lamer su sangre. Lleva un collar de crneos y una falda de brazos y piernas amputadas. Ella es

    el Tiempo Negro, tanto la vida como la muerte de todos los seres, el tero y la tumba del

    mundo: la primigenia, la sola y la nica, la realidad ltima de la naturaleza, de quien los

    propios dioses no son sino los agentes operantes.

    El poder de la Diosa Madre acab prevaleciendo de tal manera que el principio de

    iniciativa del Ego masculino fue suprimido, incluso hasta el punto de anular el deseo de vida

    individual. En Grecia, sin embargo, la voluntad y el Ego masculino no slo se mantuvieron,

    segn Campbell, sino que prosperaron de una forma que en aquella poca fue nica en el

    mundo, por la forma de una inteligencia responsable de s misma, que considera

    racionalmente y juzga responsablemente el mundo de los hechos empricos, con la intencin

    ltima no de servir a los dioses, sino de desarrollar y madurar al hombre.

  • La construccin sociocultural de la realidad

    31

    Los rituales hindes del sacrifico humano ante Kali ignoraban al individuo; eran

    disciplinas destinadas a inspirar y consumar una espiritualidad de devocin impersonal a los

    arquetipos mitolgicos del orden social. Pero en Grecia, con su apreciacin apolnea de la

    forma individual, su belleza y su excelencia particular, el acento de los antiguos temas mticos

    bsicos pas del arquetipo repetido continuamente a la individualidad nica de cada vctima

    en particular: y no slo a esta individualidad particular, sino tambin a todo el orden de

    valores que podemos llamar personal en oposicin a los impersonales. Este cambio

    trascendental es lo que Campbell seala como el milagro griego, y afirma que es comparable

    a una mutacin psicolgica evolutiva.

    La victoria de las deidades patriarcales sobre las anteriores matriarcales no fue tan

    decisiva en la esfera grecorromana (los dioses no exterminaron a las diosas de la Tierra, sino

    que se casaron con ellas, con lo cual siguieron teniendo poder e influencia) como en los mitos

    del Antiguo Testamento.

    En la mitologa de los nuevos dioses se dirigi la atencin hacia las figuras en

    primer plano de la dualidad y el combate, poder, beneficio y prdida, por donde suele discurrir el pensamiento del hombre de accin. Mientras que el propsito de la mitologa anterior haba sido sostener un estado de indiferencia hacia las modalidades del tiempo y la identificacin con el misterio no dual que reside en todo ser, el de la nueva era exactamente lo opuesto: alentar la accin en el terreno del tiempo, donde el sujeto y el objeto son dos separados y no iguales, donde A no es B, la muerte no es la vida, la virtud no es un vicio, y el asesino no es el asesinado. Todo es simple, luminoso y recto.

    Segn Joseph Campbell, la nueva mitologa se utiliza para crear no slo un nuevo

    orden social, sino tambin una psicologa nueva, una nueva verdad, una nueva estructura de

    pensamiento y sentimiento humana a la que se atribuye alcance csmico. La batalla, como si

    fuera la de los dioses contra los Titanes antes del principio del mundo, en realidad se libr

    entre dos aspectos de la psique humana en un momento crtico de la historia, cuando las

    funciones racionales y luminosas, bajo el signo del Varn Heroico, derrotaron a la fascinacin

    del oscuro misterio de los ms profundos niveles del alma.

    Adems, Campbell cree que el hecho de que la Gran Diosa Madre haya sido relegada,

    insultada, sustituida, y asesinada por sus propios hijos en la mitologa griega sigue actuando

    como oponente en el inconsciente de la civilizacin actual, lo que ha creado una especie de

    neurosis de evitar todo lo que ella representaba y ha reducido nuestro pensamiento a pares de

    elementos en los que uno prevalece sobre el otro, declarndose superior y conformando

    dimensiones jerrquicas que marginan lo oscuro, lo misterioso, y lo que se presenta

    inaccesible a la razn.

    Para nosotros, la revolucin patriarcal contra la parte femenina de la sociedad fue

    decisiva para el establecimiento de un sistema patriarcal. La base de esta revolucin fue de

    carcter cultural: se impusieron smbolos y hroes masculinos, se aniquilaron o relegaron los

    femeninos, y de este modo comenz un sistema patriarcal con consecuencias en polticas,

    sociales y econmicas conocidas hoy por todos nosotros. Un vestigio de la denigracin

    simblica de lo femenino es que en nuestras sociedades, an en la fase Terminal del

    patriarcado, sigue sin valorar ni incentivar la tarea reproductora y las esenciales tareas

    cotidianas para la supervivencia de la especie. Seguimos viviendo en una cultura violenta

    que no otorga prestigio a la capacidad de dar vida, sino que venera y admira la

  • BLOQUE I

    32

    capacidad de dar muerte y someter al Otro. En el seno de este sistema patriarcal encontramos

    que nuestra concepcin de la realidad se reduce a dos colores: blanco o negro. Es de este

    modo cmo, durante siglos, hemos estado insertos en un paradigma de conocimiento de

    carcter dialctico, tratando de acercarnos a la Realidad (si esta existiese) mediante pares de

    elementos que se oponen entre s: razn/emocin, cultura/naturaleza, mente/cuerpo,

    masculino/femenino, sujeto/objeto, verdad/falsedad En este orden operaba el dominio de

    una sobre otra, dejando a un lado todo lo que se supona falso, catico, oscuro e irracional.

    Este pensamiento binario basado en trminos contrarios tuvo, a juicio nuestro, unas

    consecuencias desastrosas porque propici el reduccionismo, la polarizacin y la

    simplificacin del pensamiento cientfico, empobrecindolo y limitndolo. Veremos ms

    adelante cmo, una vez superada la oposicin entre naturaleza y cultura, y una vez

    cuestionada la ley dicotmica del tercio excluso, el pensamiento posmoderno llegar a

    reconocer la importancia de lo que Edgar Morn denomina pensamiento complejo o lo que

    Helen Fisher denomina pensamiento en red. Ambos trminos pretenden tomar en cuenta

    multitud de variantes y factores que actan interrelacionados, lo que ha ampliado las

    posibilidades de conocimiento y ha abierto numerosas reas de investigacin, entre ellas las

    dedicadas al estudio de las emociones que atraviesan todo nuestro corpus simblico y cultural.

    Pero antes de llegar a esta propuesta holstica, queremos repasar brevemente la evolucin del

    pensamiento Occidental desde Platn a la actualidad atendiendo principalmente al modo en

    cmo el ser humano se ha acercado al conocimiento y cmo hemos fundado la Ciencia y la

    Filosofa. Veremos que son herramientas construidas en la cultura para entender y construir la

    Realidad.

    1.1.2 EL CONOCIMIENTO A TRAVS DE LA RELACIN SEXUAL: PLATN Y BACON

    Para Evelyn Fox Keller (1989) las respuestas a las cuestiones fundamentales de qu es

    lo que hace posible el conocimiento y de cmo podremos llegar a ese conocimiento, estn

    vinculadas a las imgenes subyacentes de mente y naturaleza, de sujeto y objeto. Para esta

    autora, sin mediacin, puesta en comn o intercambio entre sujeto y objeto, no es posible el

    conocimiento. En la historia occidental, una de las metforas ms comunes de esa mediacin

    ha sido la relacin sexual: el conocimiento es una forma de consumacin del mismo modo

    que el sexo es una forma de conocimiento. Existen autores como Goodfield (1981)8 que

    afirman, poniendo en relacin la Ciencia y la emocin, que la mejor analoga para la prctica

    de la investigacin cientfica es el amor. La recompensa que proporciona el descubrimiento

    es el sentimiento de que se ha tocado algo central para otra persona, o para una cuestin, y

    se experimenta una sensacin de silencio y agrado por haber podido penetrar en un estrato del conocimiento que era impenetrable para los dems

    Siguiendo a Keller, nos centraremos en este apartado en dos autores que sostuvieron

    ideas diferentes y que han influido en el pensamiento occidental durante siglos: Platn y

    Francis Bacon.

    8 En Keller, 1989.

  • La construccin sociocultural de la realidad

    33

    Platn fue el primer escritor de la historia intelectual occidental que hizo un uso

    explcito y sistemtico del lenguaje de la sexualidad en el conocimiento. Para Platn, as

    como para los pensadores griegos anteriores a l, mente y naturaleza estaban vinculadas por

    una esencia comn, y divididas por una diferencia esencial. El Logos es aquello que es

    explicable, o mensurable, y que busca explicaciones racionales a las cosas. Pero tambin

    estaban las fuerzas irracionales y oscuras, simbolizadas en las Furias.

    Para Platn, del mismo modo que el deseo es causa del amor, el amor es causa del

    conocimiento. Eros empuja al alma en dos direcciones, hacia la razn y hacia la pasin, hacia

    lo sublime y hacia lo srdido. La dialctica entre inmanencia y trascendencia tiene pues, lugar

    en el mbito de Eros. Para mostrar su visin del acoplamiento espiritual entre mente y forma,

    Platn ide una nueva imagen de amor homosexual y pederasta. De las tres formas sociales de

    relacionarse sexualmente en la sociedad griega, la ms valorada, y la nica que para Platn

    constitua un modelo relevante, era la relacin entre un varn adulto (el erastes, o amante) y

    un joven de un estatus social comprable (eromenos, el amado). Esta relacin se distingua