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CONVERSACIONES SOCIALES Y DESARROLLO REGIONAL. POTENCIACION DEL CAPITAL SINERGETICO Y CREACION DE SINERGIA COGNITIVA EN UNA REGION (Región del Maule, Chile) SERGIO BOISIER SB 25.04.02 SB El autor es Consultor en Desarrollo Territorial. e-mail: [email protected]

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CONVERSACIONES SOCIALES Y DESARROLLO REGIONAL.

POTENCIACION DEL CAPITAL SINERGETICO Y CREACION DE SINERGIA COGNITIVA EN UNA REGION

(Región del Maule, Chile)

SERGIO BOISIER SB 25.04.02

SB El autor es Consultor en Desarrollo Territorial. e-mail: [email protected]

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INTRODUCCION

Durante el primer semestre del año 2000 se ha estado realizando un experimento académico y político en una región de Chile con miras a aumentar la asociatividad pública/privada en torno a una futura propuesta de desarrollo de la región en cuestión. El experimento, titulado COLOQUIOS DEL MAULE, ha buscado establecer una práctica de conversaciones sociales con y entre actores sociales individuales de la región, representantes éstos tanto de la sociedad civil como de la sociedad política e incluyendo además personeros de las Fuerzas Armadas y de las Iglesias, todos a título personal por cierto, conversaciones profesionalmente estructuradas sostenidas a lo largo de trece semanas, cada día Jueves (18:30 a 20:30 horas) en el mismo lugar (Casa Central de la Universidad de Talca, en la ciudad del mismo nombre, capital de la Región del Maule). La Región del Maule, una de las trece regiones chilenas, es una región de tamaño relativamente pequeño (30.000 Kms.² y cerca de 900.000 habitantes) situada 300 Kms. al Sur de la capital de Chile. Es una de las regiones con mayor proporción de población rural del país (40 %) y en el pasado fue considerada un territorio de latifundios y de estructura social oligárquica, rasgos que parecen mantenerse en el plano cultural de sus provincias. Como otras regiones del país y a pesar del tiempo transcurrido desde su inicio como tales, su conformación inconsulta deriva en tensiones entre provincias, afectadas por diferencias considerables en lo que se percibe como la dinámica económica de los últimos decenios. En particular, la otrora orgullosa población de Talca, provincia y ciudad capital regional, aparece como avasallada por la provincia y ciudad de Curicó, centro del “boom” frutícola de los últimos decenios. La estructura productiva regional es de carácter tradicional, con interesantes focos de modernidad en torno a la fruticultura de exportación, la genética vegetal, la vitivinicultura de exportación, tanto de gran escala como de tipo “boutique”, y la hidroelectricidad, generando la región un 40 % del total nacional, bajo el típico régimen de enclave. Más adelante se mostrará una radiografía socio-económica de la región. La región cuenta con dos universidades; una de ellas, la Universidad de Talca ha alcanzado un considerable desarrollo tanto cuantitativo como cualitativo, considerándosela como la sexta universidad chilena en cuanto a excelencia académica. Se trata de una universidad establecida en la década de los ochenta como parte del proceso de creación de universidades en cada región que se hiciese durante el Gobierno Militar. La Universidad de Talca está volcada preferentemente al campo de las ciencias de la ingeniería y de la administración, ciencias de la salud, ciencias jurídicas y en general se trata de una universidad con un elevado grado de “pertenencia” y de “pertinencia” regional. La Universidad está buscando mejorar aún más su inserción regional mediante el desarrollo de un proyecto amplio (Creación de capital sinergético en la Región del Maule) que incluye los Coloquios del Maule, dando cabida además a iniciativas complementarias como la creación de un Centro de Análisis Regional del Maule (CARMA) que se dedicará a la investigación y a la extensión en el campo del desarrollo regional, o como una línea de publicaciones especializada en desarrollo regional ya en circulación (Cuadernos Regionales) de cuidada calidad temática y editorial, o como, finalmente, el dictado de un curso de pre-grado de carácter optativo para estudiantes de cualquier facultad (Descentralización y Desarrollo Regional) destinado a difundir una “cultura” del desarrollo regional descentralizado entre los futuros profesionales, curso que se ofrece dentro del ámbito del Instituto de Estudios Humanísticos Abate Juan Ignacio Molina, el intelectual jesuítico (Siglo XVIII) emblemático de la región.

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Los Coloquios funcionan con una rutina cuidadosamente establecida y han logrado contar con una presencia reiterada de alrededor de treinta personas durante trece semanas, cifra no despreciable si se entiende que estas reuniones significan alterar las costumbres personales o las rutinas profesionales, incluyendo viajes inter-provinciales y si se tiene en cuenta la realidad sociológica de las regiones chilenas, creaciones de elevada artificialidad en las que “lo común”, la sensación de “comunidad imaginada” (Anderson;1991), es todavía un proceso en construcción. Las reuniones tienen una duración de dos horas divididas en tres bloques. El primero de ellos, de una hora de duración, incluye la exposición de un tema por parte del “animador” (un profesional especializado y con larga experiencia pedagógica), tema que se inscribe en un conjunto temático diseñado para alimentar doce o más sesiones. El segundo bloque, de treinta minutos (que sigue sin interrupción al primero) traslada a los participantes a una sala contigua en donde se ubican en mesas redondas para cinco a ocho personas cada una. En esta sala se realiza un juego participativo denominado “vino de opinión” que sigue una cuidadosa y obligada liturgia. En cada mesa se encuentra una hoja conteniendo una o dos preguntas (Anexo 1) y otra recordando siempre la liturgia; inmediatamente los participantes eligen un moderador de la mesa. En la mesa se encuentra además una botella de vino regional de primera calidad y un estudiante de la Universidad hace el papel de “sommelier” sirviendo y explicando las características del vino. El moderador procede inicialmente a levantar su copa para brindar por cualquiera de los asistentes (cada uno con un identificador de adecuado tamaño) con las siguientes palabras: “Brindo por ti (Elena, Francisco, etc.) y te pido que colabores con la Mesa respondiendo a la(s) pregunta(s) aquí planteada(s), en dos minutos y si no puedes hacerlo debes ‘pasar’ brindando por otro concurrente”. El moderador debe sintetizar una opinión de la Mesa. El tercer bloque procede sin interrupción por otros treinta minutos volviendo los participantes a la sala plenaria. Lo moderadores, sentados al centro, entregan sus informes al “animador” quien recibe y cruza las respuestas, incita al diálogo y termina ofreciendo respuestas basadas en el conocimiento científico o en hechos fácticos de manera de hacer claro el mensaje de que el conocimiento permite mejorar el entendimiento de las cuestiones planteadas. Ocasionalmente se reparten documentos de carácter profesional. Se persiguen dos objetivos al menos mediante los Coloquios. Por un lado se busca crear sinergía cognitiva, definida como una capacidad colectiva para intervenir sobre el proceso de desarrollo de la región, capacidad basada en la voluntad, pero sobre todo en el conocimiento científico compartido sobre la estructura y la dinámica del proceso mismo que convoca a los Coloquios. Si es posible lograr un entendimiento suficientemente compartido, el indispensable consenso social para el cambio se facilitará y ello generará a su vez el poder necesario para formular una propuesta viable. La sabiduría popular y la académica coinciden en apuntar, en lo popular, a que “la unión hace la fuerza” y en lo académico, según Hanna Arendt, a que “el poder surge entre los hombre cuando éstos actúan unidos”. En segundo lugar, este experimento busca provocar un cambio sustancial en la forma de entender los procesos de crecimiento y de desarrollo en la región. Se trata de incitar a la Región (no sólo al gobierno de ella) para dar un salto cualitativo radical en su propia propuesta de desarrollo a partir del hecho irrebatible de constatar que las propuestas anteriores (se han formulado dos en la década pasada) no conducen a parte alguna en materia de desarrollo de la Región y no pueden hacerlo porque operan con esquemas conceptuales completamente superados por la contemporaneidad y porque presentan serios problemas de lógica interna.

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Este desvío radical con respecto al pasado presupone coraje político y conocimiento contemporáneo. Tal conocimiento debe ser capaz de mostrar la naturaleza sistémica y compleja del problema de manera de dar cabida a modalidades de intervención social también sistémicas y complejas. El coraje político es necesario para vencer el conservadurismo y las rutinas burocráticas presentes en el aparato del Estado, tanto central como regional y porque se trata de “apostar” a una solución que no puede demandar garantías de éxito, toda vez que el éxito en materia de desarrollo regional depende no sólo de hacer las cosas correctamente, sino también de hacer las cosas correctas, es decir, requiere combinar el saber y el arte de hacer gobierno, de la administración y del liderazgo. El rompimiento con los procedimientos establecidos debe surgir de las propias regiones. El General Pinochet acostumbraba a comentar durante su gobierno que “la administración se descentraliza; el poder no, sólo se desconcentra”. Con esta frase representaba mucho más que una opinión autoritaria personal ya que en rigor se hacía eco de un pensamiento político-administrativo vertical y jerarquizado, que se encuentra en la matriz ideológica de la doctrina militar. Más aún, el General Pinochet resultó ser un buen vocero de la cultura política chilena, moldeada con principios similares. De hecho, la Ley Orgánica Constitucional de Gobierno y Administración Regional que opera desde 1993, hace de las autoridades regionales mucho más meros administradores que gobernantes en el amplio sentido político del término. Por ello no extraña que los cuerpos técnicos de los gobiernos regionales se dediquen con cierta urgencia a preparar “planes de inversión” más que propuestas de desarrollo, porque deben administrar los recursos financieros transferidos a las regiones. En tal tarea terminan por producir documentos que son verdaderas piezas de “información redundante” mayormente consistentes en anotar las inversiones y los proyectos que distintas agencias públicas harán de todas maneras en función a sus propias lógicas de actuación. Sin perjuicio de la necesidad de velar por la correcta asignación de recursos a proyectos específicos que satisfacen determinadas carencias regionales, ello debería ser en realidad un componente menor del más amplio propósito de hacer gobierno regional. Los Coloquios se basan en la hipótesis de que a través de conversaciones sociales profesionalmente estructuradas es posible avanzar en la dirección señalada. Esta hipótesis encuentra su raíz en la moderna lingüística y deriva del pensamiento de Heidegger, Austin, Searle, Bourdieu, que en sus versiones más actualizadas es recogido por Flores, Echeverría y otros. Como lo señala Echeverría (2000; 37) “Se ha reconocido que el lenguaje tiene un papel activo y generativo. Es lo que llamamos el poder transformador de la palabra...a través de él generamos nuevos objetos y productos, transformamos el mundo, abrimos o cerramos posibilidades, construimos futuros diferentes”.

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Como lo sostiene el PNUD, las personas deben entender los procesos de cambio, su entorno, sus posibilidades reales de intervenir y para ello es necesario conocer. Sólo conociendo se puede entender y ser libres y aspirar al desarrollo, llámese humano o califíquese de cualquier otra manera.

CONOCIMIENTO Y DESARROLLOHUMANO

El Desarrollo Humano consiste en hacer de los individuos y lascomunidades los verdaderos sujetos, gestores y beneficiarios del

desarrollo.Ello sólo es posible si

LAS PERSONAS SON CAPACES DE ENTENDER

esos cambios y gobernarlos a su favor. El buen gobierno exige actuarcoherentemente para compatibilizar de manera sustentable ciertosobjetivos sociales básicos, tales como la democracia, la integración

social y el crecimiento económico.

PNUD, Indice de Desarrollo Humano en Chile 1990-1998

SIN CONVERSACIONES, PUBLICAS YPRIVADAS, QUE TENGAN COMO OBJETO ALA SOCIEDAD NO HABRA ASPIRACIONES

COLECTIVAS

“Esto significa que será necesario fortalecer, por una parte, las dinámicasde la conversación social. Se requieren más y mejores espacios públicos

de intercambio comunicativo. Pero será necesario, por otra parte, unaética de la comunicación, donde se promueva un intenso respeto a aquel

sensible acto en el cual las personas expresan sus anhelos...

Al mismo tiempo, para que la sociedad misma sea objeto deaspiraciones, debe afincarse el convencimiento de que la sociedad es un

objeto en construcción permanente y que sus artífices son los sujetosconcretos”.

PNUD, El Desarrollo Humano en Chile, Santiago de Chile, 2000

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Las notas que siguen resumen los temas discutidos en los Coloquios. No tienen un carácter académico en consideración a la heterogeneidad del grupo de actores asistentes y su propósito es más bien constituirse en una “memoria” de estas conversaciones sociales.

CONCEPTOS DISCUTIDOS EN LOS COLOQUIOS

1.- Globalización y territorio. ¿Se justifica una preocupación acerca del territorio en el contexto abrumador de la globalización?

De la globalización se ha dicho casi todo. Que es la fase superior del capitalismo, que es una

especie de mantra contemporáneo, que es el triunfo definitivo de la técnica, “que es solamente un fetiche, un conjuro mágico, una llave destinada a abrir las puertas de todos los misterios presentes y futuros” (Bauman; 1999).

Se ha dicho que la globalización empuja la desaparición de los Estados nacionales (una

creación política por demás reciente en la historia de la humanidad), que impondrá definitivamente una lealtad e identidad corporativa con pérdida de todo lazo “atávico” con respecto al territorio, que ya tiene “teoría” (Ianni; 1996) e “historia” (Ferrer;19978), que la homogeneidad se impondrá por sobre la heterogeneidad, que es una amenaza, pero también una oportunidad, o que es una “emergencia sistémica” (Bervejillo;1996), o una propiedad emergente del capitalismo tecnológico. Pero, ¿qué acontecerá con la categoría conceptual y existencial de la cual nos ocupamos acá: el territorio, en su acepción amplia que incluye varios recortes geográficos? Según lo expone Simmies (1997) los especialistas en esta materia tienden a agruparse entre aquellos preocupados por los papeles cada vez más significativos desempeñados por las grandes corporaciones y aquellos preocupados con las empresas más pequeñas y ambos con las causas de la aglomeración espacial de las actividades económicas innovadoras. Un lado del argumento, sostenido por ejemplo, por Froebel, Heinrichs y Kreye, Henderson y Castells, Amin y Robins es que ha surgido una economía global dominada por grandes corporaciones transnacionales. Las decisiones de ellas acerca de dónde ubicar actividades tales como las productivas o de I&D determinan en gran medida qué tipo de actividad económica se aglomera en qué lugar. Así, el territorio se transforma en una suerte de “variable dependiente” en la función de crecimiento innovador. Otro lado del argumento, representado por ejemplo, por Piore y Sabel, Porter, Scott y Storper, Stöhr, Vázquez-Barquero, Garofoli, Cuadrado-Roura y muchos especialistas latinoamericanos—el autor entre ellos-- y del Tercer Mundo en general, es que los lugares y localidades están siendo más, y no menos importantes en su contribución a la innovación y a la alta tecnología. Los “globalizadores” se apoyan en el hecho evidente de que el capital se está concentrando y centralizando a nivel de la economía internacional y hay abundantes datos que confirman este hecho Se sigue de este tipo de línea argumental que las localidades, regiones, e incluso países, están siendo “re-diseñados” de acuerdo a la economía global y a sus principales actores: las

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corporaciones transnacionales. Los “localistas” se apoyan en una supuesta reacción del consumo frente a la homogeneización de los bienes y servicios transados y a la respuesta de una parte de las empresas vía la “especialización flexible”, una estrategia de permanente innovación que trata de acomodarse al cambio incesante, en vez de tratar de controlarlo. Especialización flexible que va de la mano con escalas pequeñas de producción y con la necesidad del “aprendizaje colectivo”, fuertemente facilitado por la cercanía geográfica, de aquí la revalorización del territorio. Es un hecho que ambos argumentos comparten la verdad. La globalización afecta el tamaño (e inevitablemente la localización) de las unidades productivas de dos maneras opuestas y simultáneas, como se muestra a continuación. Las economías de escala respaldan el gran tamaño en tanto que las economías de flexibilidad (Storper; 1997) respaldan el pequeño tamaño, pero como el pequeño tamaño aislado tiene una alta probabilidad de fracaso, estas economías empujan también la conformación de NID’s (New Industrial Districts o Nuevos Distritos Industriales).

Desde otro punto de vista, se pueden anotar por lo menos tres argumentos que avalan la tesis de una revalorización del territorio, precisamente en el contexto de la globalización. Comencemos por un argumento sociológico. Como lo señalara alguna vez Edgar Morin, la modernidad generó en el hombre una metástasis del ego, que lo ha llevado a creer en una nueva ciudadanía para él, la de “ciudadano del mundo”, desprovisto de cualquier lazo atávico que lo identificase con su “terruño”, chico o grande. “I’Been Moved”, la conocida interpretación de la sigla IBM es una expresión de esta vanidad (de no ser de aquí ni ser de allá ni tener color de identidad, como en la canción de Facundo Cabral) porque en verdad, la mayoría de nosotros ni siquiera somos “ciudadanos nacionales” (salvo en la acepción jurídica de ello). Somos, en la

GLOBALIZACION Y ESCALAS DEOPERACION

Procesos sensibles a laseconomías de escalapresionan a favor del

“GRAN TAMAÑO”. Deaquí el fenómeno de

fusiones en industriascomo la automotriz,

bancaria, farmacéutica,etc.

Procesos sensibles a laseconomías de flexibilidad

presionan a favor del“PEQUEÑO TAMAÑO”. De

aquí el fenómeno de laexpansión de las PyMES y

del empleo en ellas.Atienden mercados en los

cuales estar cerca de lademanda es importante y

“anidan” en distritosindustriales.

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generalidad de los casos, “ciudadanos locales”, viajeros de la proximidad, habitantes de lo cotidiano. Bastaría hacer una pequeña investigación empírica para mostrar que la abrumadora mayoría de la gente hace uso de su tiempo de vida acumulado en un espacio geográfico que, imaginariamente, no supera el área de un círculo de no más de 500 Kms. de radio. Allí vive, forma familia, trabaja, obtiene educación y salud, allí se recrea y generalmente termina por ser enterrado en ese mismo espacio, que es el territorio de la cotidianeidad. Es fácil inferir que para cualquier individuo, la realización de su proyecto individual de vida depende críticamente de los que acontezca a lo largo del tiempo en su entorno cotidiano. Por tanto para todos es de vital importancia que al entorno cotidiano “le vaya bien” ya que así la probabilidad de tener éxito en el proyecto individual de vida aumenta, in situ. Razón demás para envolverse como ciudadano en la gestión de su propio territorio. Obsérvese que un argumento semejante es válido para las PyMES (Pequeños y medianos establecimientos). Desde el punto de vista tecno-económico, la valorización del territorio es clara. Uno de los efectos más importantes de la Revolución Científica y Tecnológica es, vía micro-electrónica y otros mecanismos, permitir la segmentación funcional y territorial de los procesos productivos sin pérdida de eficiencia ni de rentabilidad. Esta es una cuestión clave ya que al ser posible desagregar un proceso tecno-productivo en partes componentes, para localizar dichas partes en diferentes lugares discontínuos en el globo, la firma debe examinar cuidadosamente las características de cada lugar para que la “apuesta” tenga un resultado positivo. El territorio puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso! No hay que confundir entonces la inevitable desnacionalización industrial comentada por Robert Reich, ex - Secretario del Trabajo de los Estados Unidos con una devaluación del territorio. Se trata de dos cuestiones distintas. Desde el punto de vista cultural e identitario el territorio también se valoriza, eso sí, dentro de una dialéctica globalizadora. ¿Quién se quedaría impávido ante una pérdida completa de la identidad, reemplazada por una alienación total? ¿Quién vería con indiferencia la pérdida de la nacionalidad a favor de una imaginaria ciudadanía corporativa? ¿Quién preferiría ser “ciudadano de la Coca-Cola” o de la Mitsubishi en vez de ser chileno, por ejemplo? Entre la alienación total y la marginación completa surge el sincretismo y la cultura “híbrida” de García Canclini. Al contrario de lo que sostiene Bauman ser local en un mundo globalizado [ no ] es una señal de penuria y degradación social. La síntesis se encuentra más bien en el neologismo de Robertson: glocal, piensa global y actúa local (para la empresa) y piensa local y actúa global (para el territorio). Si Aristóteles nos recuerda que el hombre es un “animal político”, no es menos cierto que es primariamente un “animal territorial”. Por algo el exilio es considerado como una pena extrema.

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2.- Si el territorio es ahora incluso más importante que antes, ¿quién es responsable de intervenir para potenciarlo?

Hasta la plena consolidación del modelo político y económico actual, una pregunta como la del título anterior tenía una respuesta inequívoca, clara y contundente: el Estado, en sus varios niveles y el instrumento de “intervención” sería el plan o, en ambientes más complejos, una estrategia de desarrollo. En América Latina la década de los años noventa ha sido denominada como la década de la recuperación democrática y en efecto, el 11 de Marzo de 1990, con la entronización de Patricio Aylwin como Presidente de Chile se pone término al ciclo de gobiernos militares en América Latina y por primera vez desde los albores del Siglo XIX todos los países latinoamericanos exhiben gobiernos democráticamente electos. Lo que interesa destacar, para los efectos de la cuestión en discusión es que no sólo se trata de una recuperación de la forma democrática de hacer política sino que se trata de ensayar una modalidad, un estilo diferente de entender y practicar la democracia, muy diferente a cómo se la entendía y practicaba hasta fines de los sesenta. Este cambio empujará desde luego el tema de la “modernización del Estado” toda vez que tratándose de cambiar la arquitectura política es de toda lógica cambiar consonantemente la arquitectura institucional, en este caso, el Estado. Como varios autores lo han señalado, Alain Touraine por un lado, Juan Carlos Portantiero por otro, por ejemplo, el nuevo estilo democrático marca el respeto por las minorías (Touraine) y la necesidad de administrar racionalmente los disensos (Portantiero), cuestiones suficientes para marcar una profunda ruptura con el estilo anterior que alardeaba de un derecho hegemónico de las mayorías y de una intolerancia virulenta hacia la “alteridad” ideológica o política. Pero el cambio más notable del nuevo estilo democrático yace en su apuesta por la sociedad civil. Esto es, en los inicios del Siglo XXI ya nadie parece sostener seriamente que el permanente proceso de modernización social pueda ser conducido por un único “agente”, sea el Estado, el Partido, la Iglesia, el Empresariado, el Proletariado o cualquier otro. Ahora se entiende que somos todos, los conductores de este proceso. Todos, somos, en otras palabras, la sociedad civil, ese tejido esponjoso, intersicial, difuso y poco institucionalizado de organizaciones de personas que poseen una visión colectiva de sí, la que, aunque difusa, es cohesionada por la participación y movilización de sus actores en torno a la consecusión de objetivos relativamente autónomos con respecto del Estado, de la actividad política ‘profesional’ y del mercado...(Boisier et. alli.; 1995). En conclusión entonces es la sociedad civil regional la llamada a compartir responsabilidades—y de manera principal— con la sociedad política regional, en la conducción del proceso de “ingeniería de intervención territorial” destinado a promover el real desarrollo de la región. La propuesta de desarrollo ya no puede originarse sólo en el ámbito del gobierno regional puesto que carecería de la legitimidad social que ahora se exige. Para que la sociedad civil regional (tanto o más débil que la correspondiente sociedad civil nacional en Chile) pueda asumir la función que ahora la gobernabilidad le asigna, debe el propio Estado devolver a las organizaciones que la constituyen la autonomía que históricamente les

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arrebató o de la cual las privó al reconocer su existencia. De otra forma la “apuesta” no pasa de ser una apuesta retórica, carente de fuerza real. Este acto reclamado ahora se confunde con la puesta en práctica de un proceso de descentralización política y territorial en este caso preciso. Sin descentralización efectiva la sociedad civil muere por asfixia. Hasta aquí todo bien. Tal parece que ahora tendremos en nuestras manos la posibilidad de modelar nuestro “pequeño mundo regional”. No obstante, esta posibilidad está sujeta a ciertas restricciones de no poca monta. Por un lado, la gobernabilidad exige que la participación en los asuntos colectivos sea eficaz y eficiente. Como lo sostiene el PNUD (1994): “Habitualmente, la gobernabilidad es enfocada en términos de la capacidad técnica y la consistencia moral de los equipos gobernantes. Pero ello es sólo una parte del problema. Es fundamental para la democracia que la eficiencia vaya de la mano con la legitimidad, que la población se reconozca en sus autoridades”. La descentralización, ejercida mediante una participación eficaz y eficiente contribuye a aumentar la gobernabilidad del sistema al permitir y legitimar la difusión del conflicto por el poder, que en sistemas unitarios y centralizados se agota en la disputa de un único cargo, la Presidencia por ejemplo. La ineficiencia de una participación descentralizada territorialmente en los asuntos de mayor interés colectivo, como es el propio desarrollo, no puede sino generar fuerzas regresivas favorables a procesos re-centralizadores. Por otro lado, la globalización exige que esta participación sea veloz, rápida, decisionalmente hablando. La globalización en su fase actual se caracteriza por la velocidad exponencialmente creciente de la interconexión y de la inter-conectividad y como al mismo tiempo la tecnología produce nuevos bienes y servicios en lapsos cada vez más cortos y con ciclos de vida cada vez también más cortos, cada organización, una región en este caso, está expuesta a una circulación de oportunidades rapidísima que exige idéntica rapidez para aprovecharlas. Al terminar este párrafo podría ser posible detectar en el mundo una nueva demanda por vinos tintos de una determinada calidad (Carmenere, por ejemplo) que la Región del Maule podría atender si actúa con suficiente rapidez, tanto porque la demanda al terminar la página será distinta como porque otras regiones podrían responder más rápidamente.

La conclusión que debe interesar en primera instancia es que la participación eficaz, eficiente y veloz presupone por parte de quien participa el poseer el conocimiento pertinente sobre la cuestión que convoca la participación, en este caso el desarrollo regional. Conocimiento pertinente que no es igual a un conocimiento enciclopédico, pero es la cantidad mínima de saber que permite entender a lo menos la naturaleza sistémica y compleja del problema. Un conocimiento básico de esta naturaleza, socializado en la comunidad ya sería un paso gigantesco en la dirección del desarrollo.

Como lo dice Dror (1996) : “ Se requieren élites de gobernación democráticas, comprometidas y

adecuadamente cualificadas para representar el futuro y los intereses de la humanidad, y para perfeccionar el eslabón entre conocimiento y poder. Al mismo tiempo deben hacerse vigorosos esfuerzos para elevar el nivel de entendimiento popular en relación con temas complejos” (subrayado de este autor).

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3.- ¿Quiere decir que lo que sabemos sobre desarrollo regional no sirve? Si fuese así, ¿qué nuevo conocimiento hay que adquirir?

Efectivamente, gran parte del conocimiento acumulado sobre todo en los últimos cincuenta

años sobre desarrollo regional no sirve para casi nada porque el mundo cambió de una manera radical. Un solo ejemplo tomado de la experiencia chilena es suficiente para ilustrar esta afirmación. Durante la segunda mitad de la década de los sesenta el gobierno chileno fue bastante exitoso en modelar y aplicar una política de localización industrial, que favoreció principalmente a Arica, La Serena/Coquimbo, Valparaíso, Los Andes, Rancagua, Concepción, Llanquihue y Puerto Montt, con plantas automotrices, electrónicas, pesqueras, mecánica ligera, petroquímica, azúcar, componentes mecánicos, neumáticos y otras. En buena medida el éxito de esta política se asoció al manejo discriminado, por región y rama industrial, de la tasa arancelaria de importación para maquinaria, equipo e insumos. En una economía con un alto nivel de cerramiento, con aranceles que para ciertos equipos de capital superaban el 300 %, fuertes rebajas arancelarias significaban fuertes reducciones en los costos fijos de instalación y por tanto el manejo del arancel constituyó un instrumento de política regional muy potente. Hoy, con un arancel modal del 9 % para la economía chilena es obvio que éste deja de ser un instrumento significativo para orientar la localización de inversiones.

Como resumen, hay que señalar que hemos pasado de una economía estatizada, cerrada y

centralizada, a otra, justamente caracterizada por la mayor importancia del sector privado, por la apertura y por la descentralización. Cambiado el contexto hay que cambiar la forma de intervenir y ello requiere nuevo conocimiento.

Si fuésemos psicólogos educacionales y si en tal calidad se nos pidiese ayudar al proceso de

desarrollo de un niño cualquiera, con seguridad que lo primero que haríamos sería examinar la familia, el hogar, la escuela, el barrio, es decir, los lugares y los ambientes en los cuales el niño socializa, esto es, el entorno.

Algo muy similar hay que hacer en materia de desarrollo regional. Pero para crear y adquirir

un nuevo conocimiento se requiere un paso previo: el convencimiento de que lo que se sabe ya no resulta útil. Una pequeña parodia de un conocido cuento infantil ayuda a entender esto.

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ALICIA EN LA REGION DEL MAULE

La Reina le dijo a Alicia: Aquí hay que correr mucho para permanecer en el mismo lugar.

¿Cómo es eso posible? preguntó Alicia. Es que repetimos siempre lo mismo, repetimos siempre lo mismo, repetimos siempre

lo mismo, repetimos siempre.....dijo la Reina. Alicia quedó pensativa, sin entender mucho y tan absorta estaba que no se dio cuenta

que el Gato de Cheshire, o mejor dicho, su sonrisa, se había instalado en una rama del árbol al frente de ella.

Yo sé lo que estás pensando le dijo el Gato a Alicia y yo te puedo explicar cómo correr y avanzar.

¿Cómo? preguntó Alicia. ¡Piensa todo de nuevo!

Tenemos que tomar conciencia de nuestras limitaciones que en el pasado han impedido tener

éxito en los intentos de intervenir sobre los procesos de crecimiento y de desarrollo regionales. Estas limitaciones, que provienen principalmente de la forma en que hemos sido entrenados intelectual y profesionalmente, impidieron conformar modelos mentales del desarrollo regional útiles para basar en ellos las modalidades de intervención, capaces de modificar los modelos reales, es decir, el funcionamiento concreto de los procesos (Boisier; 1998;2000).

Nuestras limitaciones intelectuales son de cuatro clases. Primero, se trata de limitaciones metodológicas que derivan de nuestro sobre entrenamiento

en un determinado paradigma científico, una determinada “forma” y “bagaje” para aproximarnos científicamente a cualquier problema. Se trata del paradigma positivista asociado principalmente a nombres como Isaac Newton y las leyes de la mecánica, a Francis Bacon y la experimentación como única base del conocimiento científico y a René Decartes y el método analítico. Desde luego, Comte merece también ser citado. Dado el tipo de supuestos que se encuentran en este paradigma tenemos dificultades para entender la complejidad del desarrollo, para pensar en términos sistémicos, para el manejo de la sinergía y por supuesto, no concedemos importancia alguna a la cultura en la fenomenología del desarrollo.

Segundo, se trata de limitaciones epistemológicas que tienen que ver con las bases

científicas del conocimiento para intervenir “sabiamente” a favor del desarrollo de una región, por una variedad de razones que están siendo desarrolladas precisamente a lo largo de estas páginas, pero que en lo principal tienen que ver con la obsolescencia del conocimiento anterior debido a la velocidad del cambio social y tecnológico.

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¿ CUÁLES SON NUESTRASDIFICULTADES DE MÉTODOPARA PENSAR LA REGIÓN?

1.- El paradigmaPOSITIVISTA impideentender laCOMPLEJIDAD.

2.- El método ANALÍTICOimpide pensar la totalidad

SISTÉMICA.3.- Manejamos más la

ENTROPÍA que laSINERGÍA.

4.- No reconocemos laCULTURA

¿CUÁLES SON NUESTRASCARENCIAS DE CONOCIMIENTOPARA INTERVENIR?

LA VELOCIDAD DEL CAMBIOSOCIAL HA TORNADOOBSOLETO NUESTRO

CONOCIMIENTO SOBRE ELCRECIMIENTO Y EL

DESARROLLO REGIONAL.

DEBEMOS1.- CONOCER EL

NUEVO“ENTORNO”

2.- CONOCER ELNUEVO “INTERNO”

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Tercero, tenemos dificultades praxeológicas, es decir, dificultades para organizar las cosas en la práctica. En particular esto se refiere al tratamiento dado a los actores, quienes se suponen son todos homo economicus, esto es, se les supone guiados por la racionalidad económica y se desconocen en consecuencia “otras racionalidades” como la racionalidad comunicativa (Jurgen Habermas) propia de la participación en mundos normativamente construidos y requeridos de interpretación para su funcionamiento, de entender al otro, o la racionalidad conversacional (Humberto Maturana). Con tal desconocimiento la participación de la sociedad civil en la generación de una propuesta para el desarrollo de su propio territorio se hace imposible, no hay diálogos ni triálogos ni coloquios, en suma, no hay conversaciones sociales posibles. Conversar supone reconocer y valorar la alteridad.

Cuarto, nos auto-limitamos ideológicamente al enfrentar hoy el tema del desarrollo

regional. Se hace una “lectura” del modelo neo-liberal a ultranza, más allá de sus propias restricciones y se supone que en el marco del neo-liberalismo no hay espacio para la planificación regional. No se leen adecuadamente las recomendaciones de los “ángeles guardianes” del neo-liberalismo, como por ejemplo, la OMC (Organización Mundial del Comercio) que en el Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias de la Ronda Uruguay establece claramente la posibilidad de ayuda a regiones siempre que ello se haga en el marco de un plan general de desarrollo regional!

¿CUÁLES SON LASDIFICULTADES PARAORGANIZAR EL TRABAJO?

Creemos que todos losactores convocados

razonan de acuerdo a lalógica económica.

Desconocemos otras“racionalidades” como laCOMUNICATIVA o laCONVERSACIONAL.

Desconocemos losaspectos emocionales.Todavía creemos en la

noción de PLAN, con unsolo actor.

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En el esfuerzo por crear un nuevo conocimiento más acorde con la contemporaneidad lo

primero que hay que entender en relación al desarrollo regional contemporáneo es que el entorno en que éste se sitúa ha cambiado. Han aparecido situaciones nuevas que pueden ser estructuradas como nuevos escenarios, como un nuevo escenario contextual, como un nuevo escenario estratégico y como un nuevo escenario político (Boisier; 1999).

El nuevo escenario contextual se apoya en dos procesos importantísimos que se retro-

alimentan entre sí. Por un lado, este escenario contextual deriva de la apertura externa de las economías, un proceso de carácter económico, cuantificable y que en síntesis consiste en abrir el sistema económico al comercio internacional. Se puede medir el grado de apertura externa mediante un simple coeficiente que compara el valor del comercio exterior con el valor del PIB (Producto Interno Bruto) y así se podrán clasificar los países según su coeficiente de apertura externa (Malasia con un coeficiente de 162 %, República Checa con 95 %, México con 54 %, Chile con 43 %, India con 23 %, Argentina con 17 % y Brasil con 12 %, todos en el año 1996). Por otro lado, el escenario contextual deriva de la apertura interna de los sistemas socio-económicos nacionales, un proceso ahora de carácter político y que tiene que ver con la modificación del sistema centralizado decisional público y privado y con la participación territorial. Usando indicadores de gasto fiscal por categorías territoriales de gobierno, o de participación electoral y otros, también puede evaluarse el grado de apertura interna y llegar a clasificaciones similares a la anterior.

Lo más importante sin embargo es observar que tanto la apertura externa como la interna

son en realidad resultados de procesos más complejos. La apertura externa es empujada por la globalización (que a su vez es acelerada y viabilizada por la Revolución Científica y Tecnológica) en tanto que la apertura interna es el resultado de la descentralización funcional, territorial y política

COMO SI FUESE POCO, NOSAUTOLIMITAMOSIDEOLÓGICAMENTE

CREEMOS INGENUAMENTEQUE EL MODELO NEO-LIBERAL DE POLÍTICA

ECONÓMICA NO PERMITEUNA MODERNA

PLANIFICACION REGIONALSIN SIQUIERA LEER LOS

ACUERDOS DE LAORGANIZACIÓN MUNDIAL

DEL COMERCIO.Se permiten los subsidios para

actividades y sectoresespecíficos si se enmarcan en

un plan regional.

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en marcha (una mega-tendencia a su vez catapultada por la misma Revolución C & T, por las demandas autonómicas de la sociedad civil, por la reforma del Estado y por la privatización). Hay que observar el mecanismo de interacción entre ambas formas de apertura: no se puede ser competitivo ahora con estructuras decisionales centralizadas!

El nuevo escenario estratégico deriva de la intersección de dos procesos. Por un lado,

emerge una nueva geografía, más virtual que física, que genera nuevas modalidades de organización territorial, surgen nuevos tipos de regiones que derivan de una lógica sistémica y no del voluntarismo del tecnócrata. Transformados los territorios organizados en los nuevos actores de la competencia internacional por capital, por tecnología y por mercados, hay que maximizar las posibilidades de emerger como “ganador” en la dura competencia globalizada. Examinadas empírica o especulativamente las características que muestran las regiones ganadoras, varios autores apuntan a cuestiones tales como la complejidad sistémica, la velocidad decisional de las organizaciones, la capacidad innovativa, la flexibilidad, la trama urbana, la infraestructura (pesada y liviana), la autonomía del gobierno respectivo, la cultura, etc. Muchas de estas características se asocian inversamente al tamaño y lo “pequeño”, hermoso o no se revaloriza. Surge el concepto de región pivotal, como célula básica de una estructura piramidal en la que aparecen regiones asociativas, resultado de acuerdos entre territorios contigüos y, en último término, las más potentes y post-modernas, las regiones virtuales ya sin sometimiento a la restricción de la contigüidad espacial. En estos arreglos el respeto a la voluntad democrática popular es irrestricto. Por otro lado, el escenario estratégico se asienta en nuevas formas de gestión territorial al dar cabida a la noción de región como cuasi-Estado y también como cuasi-empresa, usándose el primer concepto como un recordatorio del hecho de ser la cuestión del desarrollo regional una cuestión de naturaleza política expresada en relaciones de dominación y dependencia (de ahí la necesidad para toda región de acumular poder político) y el segundo concepto como indicación de la necesidad de imbuir a los gobiernos regionales de prácticas empresariales de gestión, en particular, la práctica de la gestión estratégica.

El nuevo escenario político emerge de la intersección del proceso de modernización del

Estado nacional y del surgimiento de nuevas funciones para los gobiernos regionales.

NUEVO ENTORNO DE DESARROLLO REGIONAL

NUEVO ESCENARIOCONTEXTUAL

NUEVO ESCENARIOESTRATEGICO

NUEVO ESCENARIOPOLITICO

APERTURA EXTERNA

APERTURAINTERNA

GLOBALIZACION

DESCENTRALIZACION

NUEVA ORG.TERRITORIAL

NUEVA GESTIONTERRITORIAL

MODERNIZ.ESTADO

NUEVAS FUNC.GOB.REG.

PIVOTALES ASOCIATIVAS

VIRTUALES

CUASI-ESTADOSCUASI-EMPRESAS

TERRITORIALIDAD

CONDUCCIONANIMACION

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El discurso modernizador del Estado en América Latina supone varias racionalidades

diferentes: acomodar la arquitectura institucional al nuevo juego democrático, alcanzar y mantener los equilibrios macro-económicos-- nuevos garantes de la gobernabilidad-- sanear la política fiscal, responder a concepciones ideológicas de uno u otro signo, etc. Lo que es notorio en esta modernización es la ausencia de una territorialidad en el “nuevo” Estado, es decir, falta en el diseño que se discute, una capacidad del Estado para hacer conducción territorial tanto como conducción política. Con esta “modernización trunca”, desprovista de una concepción de ordenamiento territorial, la exigencia por la modernización de los gobiernos regionales o territoriales en general, no tiene mucho sentido, ya que tal intento modernizador tocaría rápidamente el “techo” de un Estado nacional parcialmente moderno.

Desde otro punto de vista hay que convenir que en la mayoría de los países

latinoamericanos los nuevos gobiernos sub-nacionales, sobre todo, los de ámbito regional (los cuasi-Estados regionales), difícilmente dispondrán de la cuantía de recursos económicos que pudiesen equiparar el “monto” de las nuevas demandas que la sociedad les plantea. Por ejemplo, en Chile, si bien en la década de los noventa el total de la inversión pública decidida por los trece gobiernos regionales pasó de la nada a un 42 % del total nacional (un cambio notable en el marco de la cultura centralista del país) no es menos cierto que traducido este porcentaje a cifras absolutas se llega a un promedio por región de alrededor de US $ 80 millones por año que más sirve para el necesario proceso de aprendizaje social de la descentralización que para resolver significativamente los diversos problemas de las regiones. Esto significa que los gobiernos regionales deberán usar la imaginación creativa para allegar nuevos recursos, muchos de los cuales ni siquiera serán de naturaleza económica, sino de naturaleza psicosocial. Hay que “reinventar” el gobierno regional, siguiendo la conocida expresión de Gaebler y Osborne.

Surgen dos nuevas funciones para los gobiernos regionales en este contexto. Primero, la

función de conducción política ejercida en plenitud aún dentro del marco limitativo—en el caso chileno—de una Ley Orgánica reacia a transferir una real capacidad de hacer gobierno. Esta conducción política se expresa concretamente en la potenciación de la capacidad de negociación de los gobiernos regionales. Capacidad de negociación “hacia arriba” (gobierno nacional, grandes empresas, mercado internacional, etc.), “hacia los lados” (otros actores regionales reunidos mediante la capacidad de convocatoria del gobierno), “hacia abajo” (municipios y organizaciones de base). La negociación es siempre un proceso político, pero requiere una base técnica y el desarrollo de un profesionalismo negociador.

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La animación representa la segunda nueva función que deben asumir los gobiernos

regionales. Esta función se despliega en dos planos. Por un lado se trata de crear sinergía, ahora indispensable para extraer del conjunto de actores regionales un resultado orgánico, superior a lo que podría ser la suma de resultados individuales. Por otro, el gobierno debe enfrentar el fenómeno de la creciente masa entrópica de información que eleva la incertidumbre y los costos de transacción, dificultando el crecimiento y el desarrollo. Para resolver esto el gobierno debe efectuar un reprocesamiento estructurado de la información, poniéndola en función de la propia propuesta de desarrollo y devolviéndola a los usuarios reduciendo la incertidumbre y los costos de transacción. Dígase de paso que no se conoce gobierno regional alguno (en Chile) que siquiera perciba la importancia de este fenómeno.

Retomando la metáfora, ahora conocemos el “ambiente” en el cual el niño realiza su proceso

de socialización, conocemos “su entorno”. Es hora de observarlo y conversar largamente con él para conocer su ser, su interno. Como lo dice Heidegger: “Este es un ser que participa en la construcción de su ser, en la invención de sí mismo” (citado por Echeverría, op.cit.). En el lenguaje profesional, se trata ahora de conocer el interno regional, es decir, el conjunto o mejor dicho los elementos estructurales del sistema regional que explican sus procesos de crecimiento económico y de desarrollo.

Primeramente hay que insistir en la distinción entre los conceptos de crecimiento

(económico) y de desarrollo (societal). El crecimiento tiene que ver con la expansión, con el aumento de escala, de un sistema tecno-económico y con su capacidad de generar más y más bienes y servicios. Es un concepto esencialmente económico, mensurable, racional (en el sentido de la

CONOCIMIENTO Y CAPACIDADDE NEGOCIACION

CONOCIMIENTO Y CAPACIDADDE NEGOCIACION

“La persuasión y el pacto o contrato social, respaldado por el pesode la acumulación de antecedentes técnicos y el máximo

aprovechamiento, COMO RECURSO DE PODER, del prestigio queda el conocimiento científico, son quizás los instrumentos más

eficaces en una sociedad consensual”

E. Boeninger, Procesos sociales, planificación y políticas públicas, ILPES, 1976

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racionalidad económica) y mensurable mediante el PIB, sea agregado, sea en términos per cápita. Una pregunta sugerente es si este concepto seguirá siendo un indicador suficientemente válido del nivel de actividad en la economía virtual, del punto.com.

El desarrollo, por otro lado, tiene una dimensión diferente y una historia también diferente.

El concepto de crecimiento se encuentra en las raíces de la ciencia económica y bien se puede decir de él que es un concepto clásico, ya tratado por Smith, Malthus, Marx y otros exponentes de ese período. Se trata de una idea con más de 250 años de edad. El desarrollo por el contrario es un concepto muy reciente y si bien se podría decir de él que es un concepto neo-clásico, al ser la distribución un tema preferido del neo-clasicismo económico, en Ricardo, Marshall, Pareto, Walras, Pigou y otros, en realidad el concepto aparece en política recién en 1941 a través de la Carta del Atlántico suscrita por Roosevelt y Churchill, la que prevé un nuevo orden internacional destinado a garantizar la paz y el progreso de los hombres libres.

Inicialmente identificado precisamente con el crecimiento económico, el desarrollo quedó

entregado en manos del reduccionismo de los economistas, lo que limitó su propia explicación. Sería Dudley Seers quien a fines de los sesenta se preguntó en su famoso artículo: ¿qué estamos tratando de medir?, y respondió remarcando la naturaleza valórica, axiológica del concepto para preguntarse a continuación acerca de qué es lo que impedía a los seres humanos alcanzar su plena dignidad como personas. Su respuesta apuntó a la pobreza, al desempleo y a la inequidad y de ahí en adelante se entendió el desarrollo como una expresiva reducción en estas barreras al desarrollo de las personas.

La cuestión es que en forma acelerada, con contribuciones de muchos especialistas,

notoriamente Amayrta Sen, Mabuq ul Haq, Richard Jolly, Manfred Max-Neef et. alli., y otros, el concepto de desarrollo se transformó en un concepto valórico, intangible, holístico, asintótico a su propia realización y también de difícil medición, pero infinitamente más rico en contenido. El Indice de Desarrollo Humano calculado ahora por el PNUD para países y en algunos casos, para regiones sub-nacionales es un resultado de esta corriente de pensamiento. Hoy se puede decir que el desarrollo se entiende como la configuración de un ambiente, de un entorno, de un clima, o como quiera llamarse, que permite la potenciación de los seres humanos en personas humanas, en la doble sociabilidad individual y colectiva, en la doble capacidad de tener y ser, de conocer y de amar.

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Pero los Coloquios no son reuniones académicas sino conversaciones sociales en torno a

una misma y recurrente pregunta: ¿cómo se fomenta el crecimiento y el desarrollo de la región? y corresponde ahora responder a este pregunta primeramente en relación al crecimiento económico.

Inescapable resulta comentar brevemente el cambio ocurrido en años recientes con el

pensamiento teórico sobre crecimiento económico, dominado hasta hace poco por el modelo neo-clásico de Robert Solow cuya característica principal era considerar el progreso técnico como un factor exógeno y aleatorio a la función de producción, bajo condiciones de rendimientos constantes. Trabajos relativamente recientes (Romer, Lucas, Sala y Martin, principalmente) han reformulado el modelo neo-clásico de manera de “introducir” el progreso técnico como un proceso endógeno derivado de la internalización de los gastos en I & D. De aquí que se hable ahora del crecimiento endógeno.

SOBRE EL CONCEPTO DEDESARROLLO

Con el tiempo, se ha producido una creciente aceptación de que los sereshumanos no son simplemente agentes económicos en búsqueda racionaly unilateral de un mayor consumo de bienes y servicios. Los sereshumanos también quieren vivir en un entorno físico agradable, enarmonía social, en lugares tranquilos y seguros y en una comunidad queles permita vivir un estilo de vida compatible con sus aspiracionessociales y culturales. Igualmente importante, desean ejercer su capacidadpara hacer opciones para ellos e influir en las opciones de su comunidad.

Henri-Paul Normandin, International Cooperation on Government: fromPrinciples Politics to Development Pragmatism, 1997

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Los factores del crecimiento serían entonces: la acumulación de capital, la acumulación de conocimiento o progreso técnico y la acumulación de capital humano. Según un especialista “el crecimiento a largo plazo es un fenómeno económico endógeno, resultado de considerar que las inversiones respectivas son efectuadas por actores económicos motivados por la ganancia” (de Mattos; 1996), cita en la cual se hace referencia a las inversiones en C & T. No obstante, cuando el razonamiento actual sobre crecimiento económico se “baja” al territorio, por así decirlo, hay un par de cosas que agregar. Primero, si bien es lógico concordar con los citados factores del crecimiento, hay que decir que en el caso de territorios sub-nacionales importan de sobremanera, además: a) la existencia de un proyecto país o proyecto nacional que incluya un ordenamiento territorial que a su vez condiciona el futuro de cada región (no hay un mismo destino para la Región de la Araucanía si el proyecto nacional le atribuye la secular función de ser “el granero de Chile” o la función de producir muebles

modulares de madera de pino sin nudos o la función de turismo lacustre y de invierno de alto nivel), b) los efectos territorialmente diferenciados del cuadro de la política económica nacional (para toda región el tipo de cambio real, por ejemplo, “premia” o “castiga” según su carácter exportadora o importadora) y, finalmente, como es obvio, c) la demanda externa (incluído el gasto de no residentes). Segundo, lo más importante es que a medida que se desciende en la escala territorial, como producto de la globalización, la matriz de agentes controladores de los factores de crecimiento anotados se disocia más y más de la matriz de agentes socio-económicos locales. Esto transforma el crecimiento endógeno en un crecimiento territorial exógeno desde el punto de vista decisional y ello resulta de la mayor trascendencia política. En efecto, los gobiernos regionales no ejercen control alguno sobre los factores actuales del crecimiento y por tanto deben diseñar opciones altamente proactivas para influenciar, atraer, modificar, aumentar, incluso desanimar, la conducta de estos factores hacia el territorio. Acá el marketing regional juega un papel importante, como lo indica Matteo G. Caroli (1999) al desarrollar las cuatro funciones del marketing territorial: a) marketing para el reforzamiento del tejido económico existente; b) marketing para el desarrollo de nuevos emprendimientos; c) marketing para la difusión de la competitividad y de la innovación

CRECIMIENTO TERRITORIALEXOGENO

PROYECTO NACIONAL Y

ORDENAMIENTOTERRITORIAL

POLITICA ECONOMICANACIONAL

DEMANDA EXTERNA

CRECIMIENTO CON CAMBIO PROACTIVO

ACUMULACION DE

CAPITAL

ACUMULACION DE

PROGRESO TECNICO

ACUMULACION DE

CAPITAL HUMANO

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y; d) marketing para atraer “clientes” potenciales, o como se discute en el excelente trabajo de Reinhard Friedmann (s/f). Los gobiernos regionales deben desarrollar una agresiva cultura de aproximación al capital, a la tecnología y al propio mercado, una cultura que hemos denominado en otras oportunidades como la "cultura del cazador", en contradistinción con la tradicional actitud pasiva, de espera que el capital venga, la “cultura del trampero”. En América Latina, particularmente en el Brasil, se observa, en el nivel de los Estados, una conducta (la guerra fiscal) que probablemente exagera la “caza” de capital, pero que se ubica en la dirección correcta de todos modos. La cultura, siempre productora de identidad y de productos y servicios sui generis ahora de alto valor en el mercado internacional, la semiótica, el capital simbólico, las técnicas de marketing, la generación de imágenes corporativas del territorio y de “ideas fuerza” constituyen elementos importantes para generar crecimiento. Y estar en la WEB es absolutamente imprescindible, con el agravante de...if you don’t speak English you are out of the WEB!. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, el diseño de una imagen corporativa y de una o más ideas fuerza de una manera consensuada presupone poner en segundo plano las rivalidades internas regionales y asumir un verdadero regionalismo, que no es otra cosa que una voluntad para anteponer los intereses colectivos de la región a cualquier otro tipo de interés sectorial o de grupo, por legítimo que sea. En el caso de la Región del Maule ello requerirá de un esfuerzo generoso 1 de amplitud de juicio. Todo esto no es sino una prueba adicional de la dificultad de “hacer región” en Chile. ¿Y qué hay del desarrollo? Entender la naturaleza del proceso de crecimiento económico regional es un juego de niños comparado con develar la estructura y la dinámica del desarrollo, en el claro entendido de su acepción intangible actual. ¿Qué es a fin de cuentas el desarrollo regional? Actualmente hay que entender el desarrollo regional como un proceso de cambio estructural localizado (en un territorio que puede ser llamado “región”) que incluye la remoción de toda clase de barreras que entraben el potencial de los seres humanos que son integrantes de un grupo social al que hay que transformar en una comunidad que hace de su territorio su referente identitario básico.

1 Durante los Coloquios en más de una oportunidad se hizo referencia al río Maule como un posible elemento identitario regional. Incluso se propuso un “slogan”: Región del Maule, un río de oportunidades, siendo notorio un nada de sutil rechazo sobre la base de existir otros ríos en la región (Mataquito, por ejemplo), que difícilmente pueden igualar el simbolismo del Maule.

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Se trata de un concepto de alta y múltiple complejidad puesto que se superponen tres planos

conceptuales y de acción: el plano individual relativo al sujeto último, el ser/persona humana, el plano colectivo relativo a la conformación de una comunidad, que para algunos autores sería sólo la antesala de una sociedad (gesellschaft, en el sentido de Ferdinand Tönnies, es decir, bajo el predominio de la voluntad racional), pero que tal vez—en el post-modernismo—hay que volver a convertirla en una comunidad (gemeinschaft, según también Tönnies, es decir, bajo el predominio de la voluntad natural), y el plano si se quiere espacial y cultural, del surgimiento de una región, como territorio de lo común, de la identidad, de la ecuación socio-espacial.

Además, si se habla de un desarrollo bien entendido, éste no puede ser sino un desarrollo

endógeno (Boisier;2000) ya que es una contradicción lógica la mera suposición de una modalidad de desarrollo que pudiese ser “controlada” desde fuera de la región. Lo que es una realidad desde el punto de vista del crecimiento económico, no lo puede ser desde el punto de vista del desarrollo. Así es que junto con la definición “finalista” u teleológica presentada anteriormente hay que especificar las condiciones que garantizan la endogeneidad.

Una opinión tan importante como la de Celso Furtado respalda los argumentos anteriores.

A FIN DE CUENTAS ¿QUE ES ELDESARROLLO REGIONAL?A FIN DE CUENTAS ¿QUE ES ELDESARROLLO REGIONAL?

TRES DIMENSIONES DECAMBIO LOCALIZADO

1.- Remoción de toda clase debarreras que entraben elpotencial de los seres humanos

2.- que son integrantes de un gruposocial al que hay quetransformar en unaCOMUNIDAD

3.- que hace de su territorio suREFERENTE IDENTITARIObásico

YO SOYMAULINO

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CELSO FURTADO Y SUCONCEPTO DE DESARROLLO

CELSO FURTADO Y SUCONCEPTO DE DESARROLLO

“Haré una reflexión final, derivada de mi contacto en éste y en otros países, con los problemas deregiones que acumularon un gran atraso económico. Durante mucho tiempo prevaleció en todas

partes la tendencia a imaginar que el desarrollo es algo cuantificable, cuyo sustrato es laacumulación, la inversión, la formación de capacidad productiva. Sin embargo, la experiencia hademostrado ampliamente que el verdadero desarrollo es principalmente un proceso de activación

y canalización de fuerzas sociales, de mejoría en la capacidad asociativa, de ejercicio de lainiciativa y de la inventiva. Por lo tanto, se trata de un proceso social y cultural, y sólo

secundariamente económico. El desarrollo se produce cuando en la sociedad se manifiesta unaenergía capaz de canalizar, de forma convergente, fuerzas que estaban latentes o dispersas.

Una verdadera política de desarrollo tendrá que ser la expresión de las preocupaciones yaspiraciones de grupos sociales que toman conciencia de sus problemas y se empeñan en

resolverlos. No obstante, sólo la actividad política puede canalizar esas energías de forma deproducir los fenómenos de sinergía a que hice referencia. Qué otra cosa sino la rarefacción de la

vida política explica que, entre nosotros, los problemas del desarrollo hayan pasado a serencarados como simples cuestiones técnicas, prevaleciendo una visión simplificada de los procesos

sociales y culturales”.

A NOVA DEPENDENCIA, 1982 (p. 149) Editora Paz e Terra, Brasil, 1982

E L D E SA R R O L L O D E U N AR E G IO N : ¿Q U E IN C LU Y E ?E L D E SA R R O L L O D E U N AR E G IO N : ¿Q U E IN C LU Y E ?

U n m arco valórico del d esarrollo en e l cual seinserta un ú nico objetivo q ue den ota la centralid addel propio desarrollo (en torn o a qué se le concibe),

algo que supone la construcción social de laR E G IO N . E l único principal objetivo se

op eracionaliza en la rem oción de barreras queactualm ente im piden la p lena realización de la

persona h um ana, proceso que se inscribe a su vezen un m arco sinergético que abre espacio a la

endogeneidad del desarrollo .

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La endogeneidad del desarrollo se entiende como un espacio resultante de la intersección de

cuatro procesos: a) uno que se manifiesta en el plano político y que tiene que ver con una creciente autonomía decisional de la región, es decir, creciente capacidad para optar por su propio estilo de desarrollo (y no necesariamente por una reducción a escala y mimética del estilo global) y para definir instrumentos de acción congruentes; b) otro que se manifiesta en el plano económico y que se vincula con una capacidad en aumento para retener una parte del excedente económico generado (impuestos y utilidades) con el objeto de ser reinvertido in situ por la propia región (no confundir con una exacción de parte del sector público ni siquiera con una reinversión estatal); c) un tercero, propio del plano científico y tecnológico asociado con una creciente capacidad regional para generar sus propias innovaciones capaces de provocar cambios estructurales sistémicos y; d) un cuarto, de carácter cultural, capaz de generar identidad y auto-referencia territorial en la comunidad.

El desarrollo endógeno es entonces una propiedad emergente de un sistema territorial

altamente complejo, como se volverá a examinar más adelante. En términos simples, es la capacidad de una región de modelar su propio futuro, desde adentro.

4.- Desarrollo y capital intangible. Una discusión indispensable para acercarse a la contemporaneidad.

Se dijo que ahora se entiende el desarrollo, no como el logro de una o más cuestiones concretas (que no por ello dejan de ser importantes), sino más bien como el logro de un contexto, ambiente, clima, situación, que permita y facilite la realización del ser humano en persona humana, saga permanente y siempre inconclusa de la humanidad. Se trata entonces de una cuestión subjetiva desde luego, valórica o axiológica, constructivista (sujeto y objeto se confunden) y no positivista, recursiva y por cierto, de dimensión intangible.

Siendo ello así, siendo “el producto” de una imaginaria función de producción un logro

intangible, habría que convenir en que los “insumos” de esa misma función de producción deberían tener igual dimensionalidad. Sostener lo contrario sería un atropello a la lógica y equivaldría a descubrir una suerte de piedra filosofal, capaz de convertir materia en espíritu. Por ello es que se puede sostener que se ha estado buscando el desarrollo a través de una ecuación inconsistente en la cual la variable dependiente (el desarrollo) sería función de variables independientes de distinta naturaleza, de naturaleza material, como acumulación de capital bajo distintas modalidades concretas (caminos, escuelas, hospitales, viviendas, etc.) que son ciertamente necesarias en cuanto satisfacen carencias y demandas, pero que no tienen una relación directa con el desarrollo bien entendido. ¿Quién podría sostener que más edificios para tribunales garantice más y mejor justicia?, pero, ¿quién objetaría la necesidad de construir más tribunales?

Crecimiento y desarrollo son conceptos distintos, pero no son conceptos independientes. Por

el contrario, rechazada cualquier ligazón lineal entre ambos y cualquier secuencia temporal (primero crecer y después distribuir, en una acepción conocida de la “teoría” del derrame o trickling down), hay que reconocer sin embargo que ambos conceptos están ligados de manera

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compleja, precisamente con mucha recursividad, que tal vez la idea de rizo matemático (loop) sea la forma adecuada de referirse a la articulación, cuya naturaleza exacta desconocemos aún. Quizás si un efecto imprevisto de este tipo de razonamiento sea justamente revertir la “prescripción” del derrame; tal vez en realidad la necesidad sea “desarrollarse primero y crecer después”!

En cualquier caso, siendo el desarrollo un resultado intangible, habrá que identificar su

causalidad en esa misma dimensionalidad. Es decir, ahora se trata de identificar, en el lugar y en el tiempo, cuáles son los factores intangibles que están detrás del desarrollo. Como esos factores son muy variados, pero agrupables en categorías relativamente homogéneas, no resulta inapropiado introducir el concepto de capital intangible, para referirse a grupos de factores intangibles. Lo que sigue es un listado de capitales intangibles que pueden, eventualmente, estar presentes en cualquier región.

a) Capital cognitivo. Denominaremos como capital cognitivo al stock de conocimiento que

una comunidad tiene acerca de sí misma. Incluye una variada gama de saberes volcados al pasado, al presente y al futuro. En primer lugar se refiere al conocimiento de la comunidad (no sólo de sus miembros individuales) acerca de la geografía (en todas sus dimensiones) de la región y de la historia regional, interpretada y no sólo como relato; este último conocimiento es vital a la hora de explicar científicamente la situación actual de la región. A seguir, el capital cognitivo se refiere a un vasto universo de conocimientos que se relacionan con las posibilidades del “arco tecno-productivo” posible de poner en valor a partir de los recursos naturales (o como se suele denominar, capital natural) regionales. Por cierto que es diferente saber que se tienen yacimientos minerales a saber cuál es la cadena tecnológica que puede desarrollarse a partir de la materia prima (la incesante búsqueda de la agregación de valor).

Una parte creciente del capital cognitivo actual se está transformando en un capital exógeno

a las regiones en virtud tanto de la concentración mundial de las actividades de I&D en pocos lugares e instituciones como en virtud del modelo organizacional “matriz/filial” que se difunde en el nuevo esquema centro/periferia, de manera que una parte del incremento del capital cognitivo regional se produce mediante la importación de maquinaria y equipo y mediante la transmisión interna a las firmas, de sus propias innovaciones. Naturalmente que toda región debe intentar, en la medida de lo posible, generar o adicionar capital cognitivo en forma endógena.

¿Cuántas personas de la Región del Maule tienen un conocimiento, por leve que sea, acerca

de las personalidades históricas de importancia nacional que han sido originarias de la región, desde el dieciochesco científico y sacerdote Juan Ignacio Molina al contemporáneo escritor José Donoso? ¿Qué mínimo conocimiento técnico poseen los habitantes de la región en relación a una fruta como la manzana, producto principal de la economía de la región, o acerca del vino, otro producto importante y emblemático? Hay que observar que la Universidad de Talca cuenta con dos centros de excelencia en estos campos, un centro de estudios pomáceos y otro de estudios del vino. ¿En qué medida se socializan las investigaciones, los hallazgos? ¿Cómo se difunde el conocimiento?

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b) Capital simbólico. La noción de capital simbólico deriva directamente del concepto de “poder simbólico” de Pierre Bourdieu (1993, 1994, 1997) que se enlaza además, con la filosofía del lenguaje contemporánea de Heidegger, Austin, Searle, Echeverría y llevada al plano de la teoría organizacional por Fernando Flores, precisamente un intelectual y consultor mundial “maulino” en su origen.

En las propias palabras de Bourdieu, el capital simbólico es “el poder de hacer cosas con la

palabra...es un poder de consagración o de revelación”. En realidad, el poder de la palabra ha sido reconocido desde la antigüedad más remota si se recuerda que en el Génesis ya aparece la expresión (traducida al latín) Fiat lux (hágase la luz..., y la luz fue hecha) y la primera frase del Evangelio según Juan es “Al comienzo era el Verbo”. El mismo sociólogo francés ejemplifica el poder de la palabra para crear una realidad a partir de nombrarla, señalando que una constelación celeste, que ciertamente ha estado ahí desde la creación del universo o poco menos, sólo existe (en la percepción humana) desde el momento en que el astrónomo la nombra, le da un nombre que la identifica y la distingue de otras.

CAPITAL COGNITIVOCAPITAL COGNITIVO

Es el stock de conocimientosque es poseído por unacomunidad territorial. Cubreuna amplia gama deconocimientos, desde la propiageografía, pasando por lahistoria interpretada y no sólorelatada, hasta el conocimientoacerca del arco tecno-productivo que es posibleconfigurar a partir de losrecursos del territorio. Estambién el conocimiento acercadel desconocimiento.

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En el caso de Chile y de otros países, en donde en un momento se procedió a crear regiones

mediante un acto de voluntarismo político del Estado (sin mediar una demanda social), o sea, con un alto grado de artificialidad, casi de prestidigitación, la capacidad de la

palabra y del discurso sostenido para crear una realidad inexistente, para hacerlo ex-nihilo, para construir región en buenas palabras, es vital.2

El poder de la palabra y el poder del discurso para construir región, para generar

imaginarios, como por ejemplo, la región, un sueño común, usado en el Departamento del Tolima en Colombia, para movilizar energías sociales latentes, para hacer surgir una auto-referencia, incluso para construir imágenes corporativas territoriales indispensables en la concurrencia global actual, no se ha usado , por lo menos en forma consciente, en las regiones de Chile y es tiempo de hacerlo.

2 Las regiones en Chile tienen patronímicos númericos, son números romanos de Norte a Sur, una expresión casi patológica del racionalismo iluminista de los años sesenta. A pesar de esta extrema artificialidad, 35 años de uso de la palabra y del discurso han creado una realidad y muchas personas se autorefieren territorialmente como “soy de la octava (región)”, “ soy de la cinco (quinta región)”, lo que viene a demostrar la potencia del capital simbólico, para no optar por explicaciones alternativas que podrían aludir a una cierta debilidad mental!

CAPITAL SIMBOLICOCAPITAL SIMBOLICO

El poder o capital simbólico es,según Bourdieu, el poder dehacer cosas con la palabra, esun poder de consagración orevelación. El podertransformador de la palabrareconoce en el lenguaje unpapel activo y generativo. Eldespliegue de la palabra, suejercicio, nos conduce a lanoción de conversación. Muchodebe hacerse conversando:hablando y escuchando a otros,creando nuevos espaciosemocionales.

Hágase la luz

Al comienzo era elVerbo

RIO MAULE

Manuel, Elena

El desarrollo de laRegión....etc., etc.

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c) Capital cultural. El capital cultural (un concepto también vinculado a Bourdieu) es el stock de tradiciones, mitos, creencias, lenguaje, relaciones sociales, modos de producción, prácticas y bienes materiales e inmateriales (literatura, pintura, música, danzas, etc.) asociados a una determinada comunidad, cuya elaboración está inserta en una memoria colectiva de una manera tan fuerte que sólo quien es miembro de esa comunidad puede producirlos. Por ejemplo, sólo los nativos de la etnia Kuna que habitan el Archipiélago de San Blas en Panamá pueden fabricar los coloridos textiles conocidos como “molas” que sintetizan una cultura (fabril) y el simbolismo de las representaciones. Este tipo de productos “sui generis” gozan actualmente de una creciente demanda en el mercado global, ya sea por su carácter de “bienes culturales” o por su diseño, o por su calidad, o por su naturaleza única e irreproducible.En otras palabras, a partir del capital cultural es posible construir nichos de mercado específicos y rentables. Al respecto conviene recordar que el segundo rubro de exportaciones de Francia está constituído por bienes de lujo, valiosos precisamente por su calidad y diseño.

CAPITAL CULTURALCAPITAL CULTURALEs el stock de historias yprácticas sociales en manos deuna comunidad territorial, en ladoble acepción de “cultura”.Como una cosmogonía y unaética que responden a lasinterrogantes del hombre yregulan sus relaciones y que através de prácticas históricasproducen bienes y servicios suigéneris y como una cultura dedesarrollo, conjunto deactitudes hacia procesoseconómicos que en lavirtuosidad mezclancooperación y competencia.

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CULTURA DE DESARROLLOCULTURA DE DESARROLLO

ASUNTOS CLAVES

PREDISPOSICION AL TRABAJO¿QUE ES EL OCIO?

EL RIESGO: ENTRE EL JUGADOR Y EL TIMIDOAHORRO VERSUS GASTO

ALIANZAS O GUERRILLAS¿UNA PIZCA DE CALVINISMO?

¿EMPRESA FAMILIAR O FUNCIONAL?¿VALE LA PENA INNOVAR?

LA LEALTAD TERRITORIAL:¿SIRVE O NO?

Pero hay una segunda lectura del concepto de cultura, no como una cosmogonía y un ética particulares a una comunidad territorial sino como el conjunto de actitudes individuales hacia el trabajo, el ocio, el ahorro, el riesgo, la competencia, la cooperación, etc., es decir como una cultura de desarrollo. En rigor, se podrían describir dos situaciones extremas, polares, de esta cultura de desarrollo. Un primer caso sería el de una comunidad dominada por el par competencia/individualismo, en cuyo caso se verificaría seguramente un adecuado nivel y ritmo de crecimiento económico, pero ausencia de las características que ahora se atribuyen al desarrollo; un segundo caso sería inverso, una comunidad con una cultura de desarrollo dominada por el par cooperación/solidaridad, lugar en el cual sería observable un nivel menor de logro material, pero una satisfacción social mayor. Estas situaciones hipotéticas se parecen mucho a los resultados que Walton (1972) encontró en Medellín y en Cali en Colombia. Lo interesante sin embargo está en la observación empírica de muchas localidades consideradas como claros casos de éxito en materia de desarrollo local (en particular los “distritos industriales italianos”, la Tercera Italia) en los cuales la cultura de desarrollo parece ser una combinación virtuosa de los modelos polares, es decir, se trata de comunidades en las que la cooperación y la competencia van de la mano, cooperando los productores en ciertos aspectos (compra de tecnología, acceso al capital) y compitiendo en otros (diseño, mercadeo) de la fabricación y comercialización de un mismo tipo de producto. d) Capital social. El concepto de capital social parece ser la idea en boga, la moda en materia de desarrollo. Se tiene la impresión de ser una moda que obedece a razones políticas emanadas de la propia globalización y también pareciera haberse convertido en una piedra filosofal, capaz de transformar los exitosos resultados macro-económicos del neo-liberalismo en igualmente (pero hasta ahora esquivos) exitosos logros micro-económicos, para las personas de “carne y hueso” cuya

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mayoría experimenta hasta ahora una marginación más que una inclusión en la globalización. En efecto, a partir de la publicación de un documento de trabajo del Banco Mundial (Grootaert; 1998) difundido con el título original de Social Capital: a Missing Link? (Capital social: ¿un eslabón perdido?) se ha abierto una verdadera temporada de caza en torno al concepto y a su posible existencia real. Se puede aventurar la hipótesis de una seria preocupación en el seno del Banco Mundial y en otras instituciones similares (verdaderos ángeles guardianes del neo-liberalismo) debido a la creciente crítica social a los resultados del modelo (las impensadas reacciones masivas a reuniones internacionales en Seattle y Washington un tiempo atrás, dan cuenta de ello), críticas que podrían llegar a poner en peligro la continuidad del mismo, quizás más afirmada en la ausencia de alternativas claras que en sus méritos propios. De ahí la necesidad de buscar una explicación al divorcio entre los resultados macro y micro y qué mejor que sugerir que lo que falta es la construcción de capital social, un concepto que puede ofrecer pruebas empíricas de su potencia.

En términos simples el capital social representa la predisposición a la práctica de la ayuda inter-personal basada en la confianza en que “el otro” responderá de la misma manera cuando sea requerido. Esta confianza a su vez se genera en un medio que practica la “reciprocidad difusa” (reciprocidad que supera los lazos personales más evidentes, como los familiares o amicales). Francis Fukuyama (1995) cita a James Coleman como la fuente original del concepto (lo mismo hace Robert Putnam) señalando que el capital social es “el componente de capital humano que permite a los miembros de una sociedad dada, confiar el uno en el otro y cooperar en la formación de nuevos grupos y asociaciones...Al igual que otras formas de capital, el capital social es productivo...Por ejemplo, un grupo cuyos miembros manifiestan confiabilidad, y confían ampliamente unos en otros, estará en capacidad de lograr mucho más en comparación a un grupo donde no existe la confiabilidad ni la confianza” En este sentido, el capital social cumpliría un papel similar al progreso técnico en el modelo de Solow: sería exógeno y elevaría la productividad de los factores y, siendo un bien público, habría una persistente tendencia a sub-invertir en él.

CAPITAL SOCIALCAPITAL SOCIAL

El capital social es lo quepermite a los miembros de unacomunidad, confiar el uno en elotro y cooperar en la formaciónde nuevos grupos o en realizaracciones en común. Se basa enla reciprocidad difusa. Unacomunidad con elevado capitalsocial alcanza mayores logroscon recursos dados. Sereconoce la existencia de capitalsocial en la densidad del tejidosocial. Es un bien público y portanto hay una tendencia a sub-invertir en él.

Asociatividad:organización

voluntaria y noremunerada de

personas o grupos queestablecen un vínculoexplícito con el fin dealcanzar un objetivo

común lícito.

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Por supuesto, si son ciertas las virtudes del capital social, una pregunta importante es si se le

puede crear mediante ciertas formas de intervención o si simplemente es el resultado de una acumulación histórica de largo plazo derivada directamente de la cultura. La respuesta de los especialistas que han realizado investigaciones empíricas así como de los que hacen reflexión es cautelosa y apuntan a formas de ingeniería institucional “blanda” para por lo menos, acelerar el proceso (Durston, 1998, 2000).

La asociatividad suele ser mostrada como indicio de la existencia de capital social. Al

respecto conviene llamar la atención al hecho de ser la asociatividad un asunto a veces meramente formal (como parece serlo en la Región del Maule) siendo también cierto que la asociatividad no necesariamente genera la “reciprocidad difusa” que sí parece ser una conditio sine qua non.

Según el estudio del PNUD sobre el Desarrollo Humano de Chile en 1999 la Región del

Maule se caracterizaría precisamente por mostrar un relativamente elevado grado de asociatividad y...¿de capital social? Efectivamente como se muestra en la gráfica, en varios tipos de agrupaciones la región muestra un “coeficiente de asociatividad” mayor que la unidad, demostrando que la asociatividad sería proporcionalmente mayor en la región que en el país (el total de asociaciones regionales representa un 6.2% del total nacional). Sin embargo, consultada la opinión de los actores participantes de los Coloquios, ella tiende a señalar una asociatividad más formal que real; de hecho, dada la cultura presente en las provincias de la región, sería raro que hubiese una fuerte asociatividad real.

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e) Capital cívico. El concepto de capital cívico está fuertemente asociado al nombre de

Robert Putnam (1993) y a su conocida investigación acerca de los gobiernos regionales en Italia. Recuérdese que esta investigación mostró que la reforma regional de 1970 resultó exitosa en regiones en las cuales se había producido, durante siglos, una acumulación de capital cívico, esto es, de prácticas políticas democráticas, de confianza en las instituciones públicas, de preocupación personal por la cosa pública, por la res publica o, como se dice ahora, por los “negocios y asuntos públicos”, de asociatividad entre los ámbitos público y privado, de conformación de redes de compromisos cívicos. Como puede observarse, una buena parte de estos conceptos se encuentran precisamente en la concepción de los Coloquios del Maule.

La confianza, ahora hacia las instituciones de la sociedad civil y política se encuentra en la

médula del capital cívico. No es exactamente un punto a favor del desarrollo en América Latina. Una encuesta hecha por MORI-Latinbarómetro en 1998 en 17 países de América Latina

incluyendo ocho importantes instituciones (Iglesia, Parlamento, Partidos Políticos, Presidencia, FF.AA, Policía, Poder Judicial, T.V.) mostró decepcionantes resultados. En todo caso, en contraste con otras encuestas sobre otros tópicos, Chile aparece con un nivel de confianza de la ciudadanía a las instituciones considerablemente mayor que, inclusive, Argentina, para no mencionar otros países.

Sería por cierto del mayor interés “regionalizar” este tipo de investigación. Es fácil adivinar

que en el caso chileno, la Región de Valparaíso acusaría probablemente índices de

baja confianza muy superiores al promedio, habida cuenta del halo de ineficiencia y ¿corrupción? que se asocia ahora con esta región. En todo caso parece obvio y por tanto no es necesario

REGION DEL MAULEINDICADORES DE ASOCIATIVIDAD

R. MAULE CHILE

(1) (2) (1)/(2)

ASOC. S/OBJETIVOS

Adelanto 1.136 15.179 7.5

Promoc.Fomento 737 11.386 6.5

Gest.Administr. 385 3.449 11.2

Estud. Invest. 5 545 0.9

ASOC. S/TIPO

Juntas Vecinales 1.093 11.402 9.5

Asociación Gremial 241 3.264 7.4

Comunidades de Agua 332 2.859 11.6

PROFOS 39 501 7.8

Cooperativas 91 1.152 7.9

Colegios Profesionales 14 270 5.2

CAPITAL CIVICOCAPITAL CIVICO

Este concepto tiene que ver conla tradición de una prácticapolítica democrática, con la

confianza de las gentes en lasinstituciones de la sociedad

política y civil, con lapreocupación de los ciudadanoscon “la cosa pública”, con los“negocios públicos” tanto paraparticipar en ellos como paraexigir de ellos rendición de

cuentas públicas, con laconformación de redes decompromisos cívicos, etc.

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extenderse sobre ello, lo vital que para una propuesta de desarrollo regional resulta la confianza de la gente en su propia institucionalidad.

f) Capital institucional. En la línea de la escuela neo-institucionalista de desarrollo (North,

Oates, Williamson) el capital institucional3 se refiere en primer término al mapa, al conjunto de instituciones/organizaciones públicas y privadas que configuran el tejido o la malla institucional regional. Pero se trata de algo bastante más complejo que un mero recuento organizacional, si bien el solo catastro bien hecho sería de considerable ayuda práctica.

El capital institucional adquiere valor no sólo en función del número de

instituciones/organizaciones o del volumen de regulaciones a su cargo; quizás si tanto o más importante es el tipo de relación inter-organizacional existente, es decir, la densidad organizacional, densidad dada más por las relaciones entre ellas que por su número. Conjunto y sistema institucional son dos cosas distintas.

Desde este punto de vista “medir” las relaciones, evaluar la matriz de interacción a partir de

situaciones de cooperación, de conflicto o de neutralidad entre pares, será de la mayor importancia ya que tal medición revelará la existencia de un clima institucional más o menos propicio o francamente adverso a la implementación de una propuesta de desarrollo. El ILPES a 3 Que en rigor habría que denominar como capital organizacional para ser coherentes con la nomenclatura de North, según el cual las instituciones se refieren a las normas legales y éticas, explícitas o nó, que regulan las relaciones sociales y mercantiles, en tanto que las organizaciones son las estructuras formales.

CAPITAL INSTITUCIONALCAPITAL INSTITUCIONAL

Consiste en el stock deinstituciones (organizaciones en

el lenguaje de North) tantopúblicas como privadas

existentes en la región. Acáinteresan tres cuestiones: a] elnúmero de ellas, b] el clima derelaciones inter-institucionales

(cooperación, conflicto,neutralidad) y, c] el grado de

modernidad de ellas (velocidad,flexibilidad, maleabilidad,

resiliencia, inteligencia,identidad.

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través de la ahora inexistente Dirección de Políticas y Planificación Regionales diseñó, ha puesto en práctica y distribuye un software (ELITE) uno de cuyos productos es justamente la generación, a partir de una matriz institucional, de un coeficiente de conflictividad institucional, un insumo básico para preparar una propuesta. Después de todo hay que recordar que el proceso de desarrollo puede ser descrito como un permanente proceso de coordinación de instituciones y de agentes.

Adicionalmente el capital institucional varía según el grado de “contemporaneidad” de las

propias instituciones. Tanto mayor será el stock de capital institucional cuanto más modernas y contemporáneas sean las organizaciones, es decir, cuanto más nítidos sean sus atributos de velocidad decisional, flexibilidad estructural, resiliencia sistémica, inteligencia organizacional, e identidad regional.

g) Capital psicosocial. ¿Qué pasa con las personas cuando actúan, cuando dan respuesta a

las exigencias del medio y de los otros seres humanos? ¿Por qué se comportan de determinadas formas y no de otras? Para responder éstas y otras preguntas la psicóloga venezolana Maritza Montero (1994) examina seis conceptos que ayudan a entender la relación entre pensamiento y acción, porque precisamente el capital psicosocial está conformado por una serie de factores que mediatizan la transformación del pensamiento en acción; estos factores se ubican, metafóricamente, entre el cerebro y el corazón de las personas y ayudan a entender las “otras” racionalidades en juego en el desarrollo. Los conceptos de Montero se refieren a: actitud, creencia, opinión, valor, estereotipo, y representación social. Montero concluye que el saber y el sentir motivan, planifican, razonan, impulsan, precipitan, retrasan o evitan la acción. La introducción del sentir en la acción social remite a las ideas de Habermas y de Maturana sobre racionalidad comunicativa y conversacional respectivamente.

El capital psicosocial de una comunidad se refiere entonces a sentimientos, emociones,

recuerdos, ganas de, etc. y no es difícil mostrar ejemplos empíricos de ello. Estos elementos dan forma a cuestiones tan importantes y tan relegadas a segundos o terceros planos en la práctica desarrollista como auto-confianza colectiva, fe en el futuro, convencimiento de que el futuro es socialmente construíble, a veces la memoria de un pasado mejor, envidia territorial, capacidad para superar el individualismo y sobre todo, como ya lo anotase Albert Hirschman cuarenta o más años atrás, las ganas de desarrollarse.

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h) Capital humano. La teoría del capital humano fue desarrollada por Gary Becker a partir de los aportes iniciales de Schultz a comienzos de los sesenta. Para Schultz el concepto de capital humano había que entenderlo como los conocimientos y habilidades que poseen los individuos. Con tal definición, algunos gastos considerados normalmente como consumo no son sino adiciones al stock de capital humano, como es el caso de los gastos en educación y en salud (y en migrar según algunos autores).

Posteriormente Robert Lucas desarrolló un modelo de crecimiento en el cual el capital

humano es el motor, considerando entonces el capital humano como otro factor de producción, que afecta la productividad de otros factores a través externalidades positivas (recuérdese un argumento similar en la sección del capital social). Lucas insinuó dos formas mediante las cuales las personas aumentan su stock de capital humano (en el puro sentido de las habilidades y conocimientos): dedicando horas de trabajo a este fin (going to school) o dedicándolas a aprender en la práctica misma o mediante la experiencia (learning by doing). Es fácil apreciar que siendo hoy el progreso técnico o el conocimiento en general la principal fuente de crecimiento económico de las regiones, su dado stock de capital humano resulta vital.

De acuerdo con la mayoría de los autores, se concluye que políticas destinadas a mejorar la

calidad y cobertura de la salud y de la educación, incentivos tributarios para fomentar la capacitación laboral (tan escasamente usados por las empresas en Chile), flexibilización del mercado de trabajo, apertura al comercio exterior, son todas políticas que tenderían a aumentar el capital humanos y por ende, el crecimiento y el desarrollo.

CAPITAL PSICOSOCIALCAPITAL PSICOSOCIAL

El capital psicosocial estáconfigurado por un conjunto de

factores subjetivos quecondicionan la transformación

del pensamiento en acción. Metafóricamente se ubican entre el

cerebro y el corazón, tienen quever con el saber articulado con

el sentir. Corresponden aactitudes, creencias, valores,

estereotipos y representaciones.Autoconfianza colectiva, fe en

un futuro socialmenteconstruído, memoria y ganas de

desarrollarse.

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CAPITAL HUMANOCAPITAL HUMANO

Se entiende por capital humano elstock de conocimientos y

habilidades que poseen losindividuos y su capacidad físicay mental para ejercitarlos. Conesta definición, los gastos en

educación, en salud (y enmigrar) deben ser considerados

como inversión y no comoconsumo, ya que el capital

humano pasa a ser un factor deproducción, asociado a la

productividad y aexternalidades positivas.

i) Capital sinergético. Hemos llegado a un punto en que se tiene encima de la mesa, por así

decirlo, ocho formas de capital intangible, claramente vinculadas a la generación de desarrollo y por esa vía, de crecimiento.

¿Cómo transformar una buena idea en un buen proceso y producto? El capital sinergético consiste en la capacidad, real o latente, de toda comunidad o casi de

toda, para articular en forma democrática las diversas formas de capital intangible que se encuentran en esa comunidad, dándoles una direccionalidad consensuada. En otras palabras, es poner a trabajar el potencial endógeno de desarrollo.

Hay una relación precisa entre capital sinergético y tamaño territorial y es posible que igual

relación sea válida para las distintas formas de capital intangible. El capital sinergético se potencia más fácilmente en territorios de pequeña escala social y territorial, en las cuales las relaciones inter-personales cara a cara son importantes, donde las tradiciones cuentan, el intercambio de ideas y experiencias se facilita, etc. Son espacios más proxémicos que distémicos. Este tipo de afirmación encuentra su respaldo en la nueva geografía “institucional” ligada a Michael Storper en su inicio, que ha redescubierto la importancia de la pequeña escala territorial en relación a los fenómenos de interacción social y transmisión de información. Nuevamente, lo pequeño, ya sin calificativo estético, importa.

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CAPITAL SINERGETICO

Es la capacidad, real o latente,de toda comunidad, para

articular en formademocrática las diversas

formas de capital intangibleque se encuentran en la

comunidad, dándoles unadireccionalidad consensuada.

Es poner en trabajo elpotencial endógeno de

desarrollo. Para que emerja elcapital sinergético se requiereuna escala territorial y social

pertinente y un agenteinductor.

El hecho de encontrarse los capitales intangibles más fácilmente en territorios de pequeña escala no hace sino reafirmar la idea de que el desarrollo siempre ha sido y siempre será un fenómeno que en sus inicios es de pequeña escala, local, descentralizado y ciertamente endógeno. Esta afirmación es de la mayor importancia teórica y práctica, ya que desde este último punto de vista revaloriza la escala comunal y quizás si principalmente la escala provincial, a lo menos en Chile. Esto resulta una verdadera paradoja si se piensa en el devaluado papel que la Ley Orgánica Constitucional de Gobierno y Administración Regional confiere a esta entidad político-administrativa.

Independientemente del hecho de requerirse no poca investigación empírica para descubrir y

evaluar el stock de los diferentes capitales intangibles presentes en un territorio, la forma de poner en valor el capital sinergético es a través de la preparación de un proyecto político de desarrollo, colectivo y consensuado por definición. El proyecto político, una suerte de “fase superior” de la planificación estratégica, articula y direcciona los capitales intangibles, saca el desarrollo del campo de los resultados aleatorios (de la buena o mala suerte) para colocarlo en el campo de los resultados probables y transforma un conjunto desordenado de decisiones individuales de los distintos actores sociales en una matriz decisional congruente con el propio proyecto. Se volverá sobre esto más adelante.

5.- Hacia una síntesis comprehensiva o un modelo conceptual útil para el fomento del

desarrollo en la práctica.

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Toda la discusión anterior podría ser considerada como de alto valor académico, pero de escasa “utilidad” práctica si de ella no se pueden extraer recomendaciones que “sirvan” a los responsables de las iniciativas de desarrollo, si bien este autor sigue considerando como válido aquello de que “no hay nada más práctico que una buena teoría”.

Para comenzar a armar un modelo como el buscado, hay que dejar en claro que, como lo

sostenían ya hace años importantes especialistas como Furtado, Hirschman, Seers y otros y como se lee ahora con más y más frecuencia, el desarrollo es un concepto valórico o axiológico y por tanto lo primero es especificar el conjunto de valores que una dada comunidad acepta como tales. Esta podría ser una lista interminable que se puede acotar mediante un expediente simple: declarar la completa adhesión de la comunidad a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y a su práctica permanente. Sería una opción perfectamente válida, pero acá se optará por otra más acotada aún, que reconoce como eje central una visión humanista del desarrollo.

En esta perspectiva, y como ya fue sugerido más atrás, el objetivo único, central, primario,

del desarrollo de la región, consiste en generar un contexto que potencie la transformación del ser humano en persona humana, ente biológico y espiritual, dotado de una superior capacidad de conocer objetos y sujetos y en consecuencia de saber y amar, motivado por el kantiano imperativo categórico de hacer el bien, en el respeto al prójimo.

El marco valórico que se sugiere utilizar y en el cual se inserta el objetivo, está integrado por

conceptos como libertad, democracia, justicia, ética, estética, solidaridad, heterogeneidad. No es poca cosa, si se entiende que este vector axiológico tiene que encontrar una traducción concreta a medida que la propuesta de desarrollo se construye. Por ejemplo, aceptar que hay una ética en el desarrollo de la región tiene las siguientes implicaciones prácticas: primero, en tal caso el territorio de la región, que es el principal activo de la comunidad regional debe entenderse como algo que está primordialmente al servicio de la persona humana y no de otros intereses, como el mero utilitarismo. Naturalmente esto no significa caer en las aguas del “ecologismo profundo”. Significa sí la oposición radical a formas de crecimiento y a proyectos concretos de inversión que se basan en la sobre explotación de los recursos naturales o que degradan el medio ambiente, no importa cuántos “espejuelos y abalorios” prometan a cambio. La misma línea de razonamiento lleva a concluir en la necesidad de fortalecer la institucionalidad que resguarda este valor, como por ejemplo, una Comisión Regional del Medio Ambiente; segundo, en este mismo caso, hay que entender que el crecimiento económico de la región también está principalmente al servicio de la persona humana y por tanto son faltos de ética los modelos concentradores y excluyentes, que no contribuyen en nada al empleo y que agravan la distribución del ingreso. ¿Están todos los empresarios, que entusiastamente participan en los Coloquios dispuestos en verdad a aceptar esto? ¿Está el gobierno, siempre ansioso de mostrar realizaciones, dispuesto a sacrificar crecimiento x ética? Son preguntas incómodas, pero necesarias.

Si se acepta la solidaridad como otro deseable componente del marco valórico, ¿se está de

acuerdo en poner en práctica, por ejemplo, la solidaridad entre municipios de la región? Obsérvese que la actual discusión nacional en torno a elevar el monto de las patentes municipales de algunas de las más poderosas empresas, para aumentar la solidaridad a favor de los municipios más pobres, ya ha levantado un clamor de rechazo...por parte de los municipios más ricos del país!

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Pero el desarrollo jamás ha cristalizado en el modelo Robinson Crusoe (incluso su criado Viernes no es otra cosa que un invento de su imaginación), del solitario, porque el hombre es un ser gregario y para alcanzar su propio destino requiere del grupo. Por eso cuando se postula como objetivo central para la región la potenciación del ser humano ello obliga a insertar a dicho ser humano en un tejido social, en una red de relaciones inter-personales, una comunidad, más ligada por la emocionalidad y el sentido de pertenencia que por los intereses, única forma de dar paso a la persona. Ahora bien, el proceso de generación de la comunidad debe a su vez abrir cauce para que tal comunidad haga del territorio su principal auto-referente identitario. Comunidad, identidad y persona constituyen un trío inseparable, para que, por ejemplo, 900.000 personas que jamás se conocerán entre sí, se reconozcan en la comunidad imaginada (Anderson; op.cit.) que es toda región. Producir una comunidad con sentido de identidad y pertenencia es justamente lo que ha sido llamado, desde hace tiempo, la construcción social de las regiones (Boisier; 1989).

Este proceso de construcción social debe además, generar valores específicos de la región,

que se agregarán a los ya anotados. Hay que hacer surgir estos valores para dar sentido a la idea misma de la región e incluso, a la noción de gobierno regional. Si no es posible generar un conjunto valórico que diferencie a la Región del Maule del país, no existe entonces la Región del Maule, a lo sumo existe un recorte territorial llamado arbitrariamente Región del Maule y si no existe la región, ¿para qué debe existir un gobierno regional si no hay nada que gobernar, sólo un territorio a administrar? Eso lo puede hacer un órgano desconcentrado del gobierno nacional4. Habrá que descubrir o inventar qué es la “maulidad”, (un neologismo para adjetivar el Maule) como esencia del ser regional o habrá que investigar qué significa hoy en la región ser “huaso”, un personaje y

4 Cualquier parecido con la realidad chilena es más que una casualidad; es una realidad!

UNA ESTRUCTURA CONCEPTUALPARA EL DESARROLLO

UNA ESTRUCTURA CONCEPTUALPARA EL DESARROLLO

OBJETIVO CENTRAL

SER HUMANOPERSONA HUMANA

COMUNIDAD

IDENTIDAD

MARCO VALORICOLIBERTAD, DEMOCRACIA,

JUSTICIA, ETICA, ESTETICA,

SOLIDARIDAD, VARIEDAD

MARCO INSTRUM.INGRESO, DISTRIBUCION,

EMPLEO,DISCRIMINACION

MARCO SINERGICO

CAPITALES: COGNITIVO,CULTURAL, SIMBOLICO,SOCIAL. CIVICO,INSTITUCIONAL, PSICOSOCIAL,HUMANO

MARCO ENDOGENOAUTOMIA, REINVERSION,

CIENCIA &TECNOLOGIA,CULTURA

CONSTR.SOCIAL

REG.

VECTORESPRODUCT.

POL. SOC.

PyMES

EDUCACION

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una personalidad que ciertamente sigue siendo un arquetipo del habitante rural de la región. El uso del capital simbólico y del cultural nuevamente aparece como una cuestión vital.

Retornando a la cuestión central, el objetivo del desarrollo, hay que volver a Dudley Seers y

a su pregunta acerca de cuáles son los impedimentos que entraban el desarrollo de las personas. Seers anotaba la pobreza, el desempleo y la inequidad. Puesto de otro modo, el ingreso, la distribución del ingreso, el empleo, y la discriminación parecen definir un marco instrumental para el logro del objetivo del desarrollo. Es a través de este tipo de razonamiento que se produce una paulatina aproximación a cuestiones más concretas (como programas de inversión por ejemplo) porque la siguiente pregunta es: ¿cuáles son los elementos, los vectores, asociados a las barreras anotadas?

Ahora parece ser el turno de los economistas. Cualquier economista dirá, con razón, que el

nivel de ingreso de las personas depende de su productividad, que la distribución inter-personal del ingreso depende de la eficacia de las políticas distributivas y re-distributivas (políticas sociales en general), que el empleo depende del comportamiento del estrato productivo de la pequeña y mediana empresa y que la discriminación (racial, social, territorial, etc.) depende del sistema educacional.

Ahora están dadas las condiciones para operacionalizar el modelo. Ahora cabe preguntarse

acerca de las organizaciones directamente vinculadas con la productividad del trabajo, con las políticas sociales distributivas y re-distributivas, con el fomento y apoyo a las PyMES y con el contenido valórico de la educación. Y cabe por supuesto, acercarse a ellas para saber qué se proponen hacer, con qué recursos y en cuanto tiempo.

La productividad de la mano de obra depende principalmente de la adición de progreso

técnico en la cadena de valor y de la capacitación permanente del trabajador. La CORFO (Corporación de Fomento de la Producción), el SERCOTEC (Servicio de Cooperación Técnica) y el SENCE (Servicio Nacional de Capacitación y Empleo), todas agencias del sector público y todas desconcentradas regionalmente, y las propias empresas privadas son las organizaciones llamadas a responder las preguntas anteriores.

Las principales políticas distributivas tienen que ver con la redistribución de activos (la

reforma agraria fue el ejemplo máximo en el pasado), con el empleo, con la legislación laboral y con los llamados “activos sociales” (legalidad laboral, organización social, cultura) en tanto que las principales políticas re-distributivas tienen que ver con la seguridad social, con la redistribución de los ingresos monetarios (asignaciones familiares y de otro tipo) y con la provisión directa de bienes y servicios (educación, salud, vivienda, nutrición). Todos estos componentes de las políticas sociales están incorporados en instituciones y organizaciones regionales y nuevamente debe ser posible obtener de ellas planes concretos de acción.

La creación, acompañamiento y fortalecimiento del amplio espectro de actividades

contenido bajo el rótulo de PyMES es una responsabilidad principal del Ministerio de Economía y de sus agencias especializadas, casi todas presentes en las regiones y en condiciones entonces de entregar información pertinente a su accionar a futuro. Se sabe ahora que en todo el mundo el incremento proporcionalmente mayor del empleo neto se produce en el estrato de las PyMES,

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simplemente porque la estrategia competitiva de la gran empresa se basa en la productividad y no en el empleo. Esto hace de cualquier política de empleo en realidad una política de apoyo a las PyMES y como este estrato organizacional se “mueve” en un espacio geográfico de pequeño tamaño, tales políticas deben ser concebidas y puestas en práctica de manera descentralizada y por los gobiernos locales.

Por supuesto que es el sistema educacional, en sus componentes público y privado, quien

debe diseñar las acciones concretas que permitan paulatinamente, por la vía de la transmisión valórica, reducir y eliminar la práctica de la discriminación, cualquiera sea su forma específica. Tarea nada de fácil y ciertamente de carácter transversal, puesto que sería difícil imaginar una asignatura específica “anti-discriminación”. El componente valórico en la formación infantil no puede ser remitido exclusivamente a la escuela, ya que el hogar y la familia juegan en esta aspecto un papel de la mayor importancia. Como se sabe, la familia y la escuela son las dos instituciones más importantes desde el punto de vista de la transmisión inter-generacional de la cultura y no se puede perder de vista su carácter esencialmente conservador. ¿Un escollo más al desarrollo?

Así se va construyendo un programa de inversiones que responde a una concepción del

desarrollo y no sólo a una necesidad de autosatisfacción gubernamental por presentar un “listado” de inversiones. Listado y programa que incluso podrían terminar por ser altamente coincidentes en las cifras, pero de efectos completamente diferentes sobre el desarrollo.

Pero el verdadero desarrollo de la región no será alcanzado sólo por preparar un buen

programa de inversiones coherente con un “modelo conceptual” del propio desarrollo; se requiere además, introducir sistemáticamente todos los elementos que hacen a la endogeneidad del proceso mismo y de su resultado, ya que el desarrollo sólo puede ser generado desde “adentro”. Es una desviación patológica colectiva pensar que “otros” se harán cargo del desarrollo de la región, sin perjuicio de reconocer que en la cultura latinoamericana hay un componente simultáneo de “alteridad culposa y responsable”. Culposa porque tendemos culpar a otros de nuestros males y responsable porque al mismo tiempo se tiende a responsabilizar a otros por nuestro propio progreso; es casi una esquizofrenia producida quizás por la frustración del desarrollo!

Ahora se trata de traducir al campo de las acciones concretas los elementos propios del

desarrollo endógeno que fueron citados en páginas anteriores: autonomía decisional (endogeneidad política), reinversión local de excedentes (endogeneidad económica), innovaciones (endogeneidad científica y tecnológica), e identidad (endogeneidad cultural).

¿Cómo se interpreta el aumento de autonomía? ¿Se limita ello a reivindicar la elección de

los Consejeros Regionales, o va más allá, por ejemplo, la elección del Intendente? ¿Bajo qué tipo de modelo? ¿El prefectural francés? ¿Otro? ¿Qué hará el gobierno regional para aumentar su capacidad de toma de decisiones autónoma? ¿Qué mecanismos de presión usará frente a un reticente gobierno nacional? ¿Cómo mejorará su capacidad de negociación para obtener un mayor espacio decisional? ¿Cómo se apoyará en la sociedad civil?

El excedente económico está conformado por los impuestos pagados por las actividades

económicas y las utilidades de las empresas. ¿Qué podría hacer el gobierno regional para retener en la región –no necesariamente en sus manos—una parte del excedente? Si se toma como un caso el sector hidroeléctrico de la Región del Maule que produce cerca del 40 % de la energía

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hidroeléctrica nacional sin dejar nada en la región, ¿cómo se piensa que se podría reivindicar una participación? ¿Conoce el gobierno la situación internacional en esta materia? A la luz de los avances en la informática y en las técnicas contables, ¿sigue siendo indispensable que los impuestos se cancelen sólo en la región que alberga a la casa matriz de actividades que son desarrolladas en la región? ¿Qué hacen todas las regiones para actuar organizadamente en torno al perfil distributivo del FNDR, si es que la distribución actual es considerada como poco justa o poco eficiente?

¿Qué está haciendo la región para fortalecer su propio sistema de ciencia y tecnología de

manera de llegar en un plazo prudencial a producir innovaciones tecnológicas de alcance regional desde la propia región? Es evidente que algo se está haciendo vía universidades, ¿pero es ello suficiente?

Finalmente, ¿qué se hace y qué se puede hacer en materia de creación de una cultura regional, hoy inexistente? ¿Qué programas se pueden desarrollar a qué costo y en qué plazos? ¿Qué papel juega el capital mediático5 regional?

El carácter heterodoxo del “modelo” de desarrollo regional delineado en estas páginas queda

en evidencia con una sola pregunta: ¿cuántas de estas cuestiones son planteadas en las versiones conocidas de propuestas de desarrollo regional en Chile? Pero esto no es todo ya que el carácter innovativo de la propuesta quedaría trunco si no se operacionalizan también las distintas formas de capital intangible, indispensables para que surja un verdadero desarrollo.

¿Cómo crear y/o expandir el capital cognitivo, simbólico, cultural, social, cívico,

institucional, psicosocial, y humano de la región? ¿Acaso estos asuntos deberían estar fuera de una propuesta de desarrollo? No es un misterio que trabajar en la práctica con estos conceptos no es sencillo, ¿pero es ello razón para no intentarlo?

6.- La ingeniería de la intervención territorial para fomentar el desarrollo. El proyecto político de la región.

Más de alguien se preguntará: ¿qué significa un proyecto político para la región? ¿Será un

proyecto de la Concertación de Partidos por la Democracia (la coalición gobernante desde 1990)? ¿Será un proyecto de la Democracia Cristiana, o del Socialismo, o de Renovación Nacional? ¿Cómo se entiende esto?

Primero que nada hay que aclarar que la expresión “proyecto político de desarrollo” no tiene

nada que ver con los partidos políticos. Se habla de un “proyecto político” para una región porque actualmente se entiende que una propuesta de desarrollo se refiere principalmente a cómo una comunidad usa el poder que ella misma tiene, entendido el poder como la capacidad de

5 Esta es otra categoría de capital intangible, no mencionada en el acápite correspondiente, pero de indudable importancia práctica desde el punto de vista del desarrollo debido a la contribución de la “mass-media” al incremento del stock de capital simbólico, cultural, y social y por sus efectos en la socialización permanente del contenido de la propuesta de desarrollo. Dígase de paso que la situación de la “mass-media” regional en Chile es deplorable y la Región del Maule no es una excepción.

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controlar un recurso escaso, o sea, la capacidad de administrarlo y asignarlo. Este recurso escaso puede ser de variada naturaleza, político, desde luego, económico también y ahora muy importante, puede ser de naturaleza cognitiva, de saber, de información, de conocimiento. Bien se dice popularmente que “información es poder”. Y puesto que este poder reside en la comunidad y ésta se ocupa de los “asuntos públicos”, o sea de aquello que constituye lo político, es perfectamente apropiado emplear el término “proyecto político” para referirse al asunto de interés público por antonomasia: el propio desarrollo de la comunidad.

Desde el punto de vista académico, el concepto de proyecto político es un concepto

típicamente “cepalino” y asociado a nombres como Aníbal Pinto, Jorge Graciarena. Marshall Wolfe y Aldo Solari, todos pertenecientes a la generación fundacional de la CEPAL.

Según estos autores, toda sociedad, en todo momento de su historia, posee un “proyecto

político”, rara vez explícito eso sí y que puede ser de naturaleza conservadora, progresista, revolucionaria u otra, pero que siempre se refiere a la modalidad histórica específica y concreta mediante la cual se usan los recursos, incluído el recurso del poder. Dada esta definición, toda región si es que contiene una real sociedad regional, es decir, si es algo más que una suma de individuos o algo más que una colectividad esquizofrénica, tiene un proyecto político, que la mayor parte de las veces hay que descubrir. La cuestión reside en la representatividad de dicho proyecto, que sólo si es un proyecto de desarrollo, da paso a una representatividad colectiva, por pura definición.

Hay un argumento adicional para introducir en este terreno el concepto de proyecto político.

En el terreno de la “ingeniería de las intervenciones territoriales” rige un principio propio de la teoría de sistemas y conocido como la Ley de la Variedad Necesaria (Ashby) que obliga a trabajar con iguales niveles de complejidad entre el sistema y su mecanismo de regulación6.

Esto significa que en regiones de muy baja complejidad sistémica estructural, como podría

ser la Región de Aysén, una forma de regulación/intervención de baja complejidad podría ser apropiada, como un plan tradicional. Obsérvese que en rigor la noción de plan alude a un contexto en el cual existe un solo actor dominante con el control completo del medio, es decir, con poder total, normalmente el Estado. En estas condiciones el árbiter, puede imponer su visión y su construcción de futuro. La deformación política patológica de esta situación fue el stalinismo soviético. Hay regiones sin embargo de mayor complejidad, en particular caracterizadas por la presencia de varios actores que se expresan en un contexto de “poder compartido”, usando la expresión de Carlos Matus, en los cuales se puede reconocer un actor como hegemónico, pero que debe negociar su propuesta con otros actores poseedores de propuestas alternativas; en este caso el “plan” debe dar paso a una forma de intervención más compleja, conocida como estrategia, tan en boga desde mediados de los años sesenta. El descrito es el caso de varias regiones chilenas. Sin embargo, la complejidad puede ser aún más elevada en casos en los cuales no sólo existe una multiplicidad de actores sino que además, coexisten en ellos racionalidades distintas y diferentes de

6 Por ejemplo, el refrigerador doméstico es un sistema de baja complejidad. Sus estados son: a) producir frío o, b) no producir frío. Su mecanismo de “control” cibernético es el termostato, un artefacto de igual baja complejidad que el sistema o refrigerador. Su operación implica dos estados: a) conectar el compresor o, b) desconectarlo. Este es un ejemplo elemental de la Ley de Ashby.

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la racionalidad económica7 y donde por consiguiente la inter-subjetividad es elevada y los actores se mueven en un contexto de poder difuso. Acá se requiere, nuevamente, acudir a una forma de regulación/intervención de mayor complejidad que las anteriores, se requiere de un proyecto político.

La gráfica anterior agrega algunos elementos diferenciadores entre lo que se denomina como

proyecto político de desarrollo y formas históricamente previas de intervención. Una versión detallada de la estructura formal de un proyecto político de desarrollo regional puede verse en Boisier (1995). Acá se adoptará una versión más simple para discutir dicha estructura.

Puesto que, como se dijo, se trata de un asunto de naturaleza política porque se refiere a

cuestiones de interés general o colectivo, a cuestiones de la polis, el trabajo de concepción, diseño y puesta en ejecución debe ser colectivo. Por tanto se requiere convocar a él o a los actores relevantes o agentes de desarrollo. ¿Quiénes son éstos? Son aquellos individuos que tienen poder y por tanto capacidad para alterar el curso de los acontecimientos, para darles una direccionalidad

7 Una iniciativa privada en la Región del Maule, conocida como MAULE ACTIVA, que busca en primera instancia articular los treinta municipios de la región mediante una red de “infocentros” telemáticos, notoriamente dirigida por personas del mundo empresarial, no obedece a la pura racionalidad económica. Lo mismo se podría decir del conocido caso de la fábrica ROSEN en Temuco (Región de La Araucanía) y de tantas otras iniciativas privadas.

¿POR QUÉ UN PROYECTO POLÍTICO?¿ POR QUÉ NO UN PLAN O UNA

ESTRATEGIA?PLAN Y ESTRATEGIA

Un PLAN supone un único agentecon control total del medio (elEstado con todo el poder).

Una ESTRATEGIA supone unagente hegemónico operando enconjunto con otros agentes (elEstado en situación de podercompartido).

Ambos se basan sólo en laracionalidad económicainstrumental.

Ambos funcionan sólo con recursosde mercado.

Ambos suponen sistemas socio-tecno-económicos simples.

PROYECTO POLÍTICOUn PROYECTO POLÍTICO opera en

situaciones de poder difuso conelevado número de agentessociales.

Un PROYECTO POLÍTICO reconocediferentes racionalidades distintasde la económica.

Un PROYECTO POLÍTICO es denaturaleza constructivista

Es más teleológico que instrumental.Opera con recursos tanto de mercado

como intangibles.Supone elevada complejidad del

sistema.Es holístico y sistémico.

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juzgada como adecuada. Ya se dijo que son varias las fuentes actuales del poder: la posición política, el dinero, el saber, el prestigio moral y, por cierto, la fuerza.

También se dijo, de inicio, que ahora es la sociedad civil el agente principal o uno de los

agentes principales de la propuesta de desarrollo; en cualquier caso la atención es llevada a la cuestión de la identificación de los actores de la sociedad civil, tarea siempre difícil por la ubicuidad

de ellos. Los actores son convocados principalmente para con ellos construir un futuro posible, una

posibilidad alcanzable dentro de las muchas posibilidades abiertas (los futuribles) mediante el uso de la prospectiva como método de construcción de futuro (MIDEPLAN; 1994) ya que actualmente no es posible recurrir a los antiguos métodos de extrapolación al futuro en atención a la explosiva turbulencia del entorno.

Así como el “modelo” conceptual de desarrollo regional usado en esta oportunidad tiene una

considerable carga valórica, el proyecto político inscrito precisamente en ese modelo introduce valores adicionales que conforman una cierta ideología del proyecto y que deben ser explicitados para extraer de ellos las restricciones que imponen a la solución del crecimiento y del desarrollo.

A seguir, el proyecto debe incluir la especificación del modo de conducción de él, cuestión

que como se verá más adelante, no se agota en la respuesta de ser el gobierno regional el responsable por su puesta en práctica.

Un siguiente componente del proyecto es su fundamento técnico ya que no se trata de una

simple declaración de buenas intenciones. Debe identificarse él o los dos o tres (nunca más) problemas estructurantes de la región, definidos como aquellos cuya aminoración o solución provocan cambios estructurales y una “onda de reducción” de problemas secundarios o

PROYECTO POLITICO

ACTORES

FUTURIBLES

IDEOLOGIA

CONDUCCION

COMUNICACION

PROGRAMAS

FUNDAMENTO

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dependientes. Por ejemplo, si fuese posible eliminar de raíz la pobreza en la región, ello provocaría la desaparición sucesiva de una serie de problemas

que hoy son vistos casi como “auto-explicativos” (delincuencia, hacinamiento, etc.). Los problemas estructurantes son los problemas radicales de la región (están en la “raíz” de situaciones más amplias).

Dentro de esta revisión sumaria y primera de la estructura del proyecto político de

desarrollo8, hay que especificar la manera de hacer la socialización del proyecto, usando a toda potencia el “capital mass-mediático” de la región.

Por último el proyecto debe ser traducido en programas y proyectos concretos de inversión,

a los que ya se ha hecho referencia al comentar la forma en que el “modelo” valórico termina por expresarse en cuestiones concretas.

Este comentario general, que describe sumariamente los principales elementos componentes

del proyecto político hay que complementarlo con un esquema más apto para organizar las cosas en la práctica, legítima preocupación de, especialmente, los funcionarios de gobierno. La gráfica siguiente muestra la secuencia de tareas.

a) Reconocimiento del entorno. La primera tarea en la construcción misma del proyecto

político consiste en el reconocimiento del entorno regional, cuestión sobre la cual ya se han hecho algunos comentarios en referencia al nuevo escenario “contextual”. La consideración básica que está detrás del estudio del entorno radica en el reconocimiento de que ahora las regiones constituyen sistemas abiertos. La apertura del sistema regional, de las regiones simplemente, sugiere que los intercambios (de energía) de la región con su entorno son determinantes de la conducta y de los resultados del sistema. Como puede apreciarse, este hecho, objetivo y propio de la naturaleza de los sistemas, refuerza nuestra tesis acerca de la exogeneidad del crecimiento económico regional en la globalización. Hace ya treinta años que un grupo de notables especialistas portorriqueños exploró las implicaciones de la apertura económica para la planificación de sistemas abiertos (Gutiérrez, Ortiz y Villamil; 1971) llamando la atención a la importancia de las articulaciones externas en términos económicos y tecnológicos. En este clásico trabajo los autores remarcan que: “El elemento crítico en el análisis de los sistemas abiertos es la limitación que conlleva la apertura para la toma de decisiones”.

8 Cuya especificación paso a paso, detallada, se encuentra en el libro del autor El difícil arte de hacer región, publicado por el Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas, Cusco, Perú, 1992 y también en el libro Modernidad y Territorio, ILPES, Santiago de Chile, 1998 (tercera edición).

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Como se indicó apenas en páginas anteriores, el nuevo escenario contextual en el cual se insertan ahora las regiones se encuentra en la intersección de los procesos de

apertura externa y de apertura interna y es en ese cruce que debe plantearse actualmente el

desarrollo regional. Ello equivale a sostener que de ahora en adelante el principal desafío de todo gobierno regional consistirá en cómo ayudar al territorio bajo su jurisdicción a posicionarse adecuadamente en tal escenario a fin de lograr posiciones “modernas y competitivas” en el comercio y “equitativas y participativas” en el juego socio-político interno.

Para enfrentar este enorme desafío el manejo de la información y del conocimiento resulta

vital, como lo sostienen del Castillo y Sámano (1993): “ Cuanto mayor es el nivel de conocimiento se dispone de hecho de un horizonte de decisiones más amplio, lo que puede significar una ventaja considerable respecto a competidores y en cualquier caso una garantía de que al ampliar el campo de las soluciones posibles significará que la toma de decisiones seguirá un proceso secuencial, sin pararse necesariamente en lo que hubiera sido la primera solución evidente en un entorno más reducido, con lo que se disminuye la posibilidad de elegir un sub-óptimo...Esto, en un mundo cambiante, significa de hecho integrar más parámetros en la toma de decisiones (por tanto minimización del riesgo) e igualmente una mayor rapidez para aprehender los cambios del entorno de manera que la [región] se pueda adaptar a los mismos antes de que se hayan producido tales transformaciones que le sea imposible”.

b) Reconocimiento del interno. Hablar del “interno” implica por supuesto el uso de un neologismo para describir aquello que es propio de lo interior a la región. La estructura y la complejidad de la región son las dos cuestiones más importantes de relevar en este contexto.

El conocer la estructura de la región, en verdad su carácter sistémico, es algo muy distinto a

describir un conjunto de realidades regionales, muy distinto a sumar provincias o sectores económicos. Es de sobra conocida la noción elemental de sistema, como colección de objetos, atributos e interrelaciones, al punto de definir estos elementos una unidad, una unicidad indivisible, sólo posible de reducir a sus propios sub-sistemas componentes. Hasta los niños saben ahora que las

PROYECTO POLITICO. SECUENCIA DE TAREAS.

RECONOCIMIENTODEL ENTORNO

RECONOCIMIENTODEL INTERNO

LA CONVOCATORIA

LA EXPLICACIONDE LA

SITUACION

UN FUTURIBLE POSIBLE

¿QUIÉN HACE QUÉY CUÁNDO?

¿QUIÉN SUPERVISA, CONTROLA Y

EVALÚA?

¿QUIÉN Y CÓMO PREMIA, SANCIONA YREMUEVE?

LA MODERNIZACIÓNDEL GOBIERNO

REGIONAL:CLAVE DEL EXITO

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diferentes piezas identificables en un reloj no constituyen un reloj y que el objeto conocido como reloj sólo “emerge” del ensamblaje, de la interconexión de las partes, no de su suma. Esta es una de las mayores dificultades que ha enfrentado la práctica, poco conducente, de las intervenciones sobre el desarrollo, la incapacidad de “pensar” la región como sistema y en consecuencia la incapacidad para diseñar intervenciones sistémicas. Esto recuerda la temática de la clásica obra de Jay Forrester, Urban Dynamics.

La otra cuestión relativa al “interno” de la región es el análisis de su nivel de complejidad,

porque, claro, una región no sólo es un sistema; además es un sistema de complejidad variable y de apertura también variable.

El nivel de complejidad de la región tiene que ver con el número y variedad de sub-sistemas

reconocibles al interior de ella. Una matriz de insumo-producto regional suficientemente “llena” da cuenta de un sistema regional más complejo que el descrito por una matriz con muchos ceros. Pero esto es en realidad intuitivo: una región sobre especializada productivamente (Región de Antofagasta, por ejemplo) es menos compleja, desde este punto de vista que la Región del Maule, no importa el grado de tecnología de la industria cuprífera. También la complejidad regional tiene que ver con la jerarquía de los sub-sistemas existentes. Sub-sistemas altamente descentralizados elevan el grado de complejidad, y a la inversa9.

La cuestión que otorga una importancia enorme a la complejidad regional es la siguiente. El

“juego” globalizador, la competencia en la globalización, es un juego de alta complejidad. Son complejos los bienes y servicios transados, son cada vez más complejas las regulaciones y normas, los códigos se complejizan cada día y, ¿cómo se podría aspirar a una posición ganadora si no se dispone de una complejidad equivalente? De nuevo, la Ley de la Variedad Necesaria se hace presente y por tanto un objetivo permanente de toda propuesta de desarrollo es complejizar la región.

La complejidad es altamente recursiva (auto-referencia continuada) y contiene

realimentación y pro-alimentación de refuerzo así como realimentación y pro-alimentación de compensación . En los sistemas que encierran comunicación entre seres humanos, la auto-referencia y la recursividad forman parte de los bucles de refuerzo10, y el sistema (la región) sigue senderos de cambio más determinados por los bucles que por las decisiones iniciales tomadas, por ejemplo, por la autoridad política.

Naturalmente que el reconocimiento del interno debe también identificar la propia estructura

y dinámica de los procesos de crecimiento económico y desarrollo de la región, de acuerdo a las definiciones de ellos presentadas más atrás. ¿Cuál es la importancia relativa de los “factores de crecimiento” en su propia explicación y cuál es la importancia relativa de los “capitales intangibles” en la explicación del desarrollo?

9 En la Región del Maule por ejemplo, predominan firmas localizadas allí que son segmentos desconcentrados de estructuras mayores ubicadas fuera de la región, como por ejemplo, Cementos Bío-Bío, Colbún-Machicura, IANSA, Viña San Pedro, etc., bajando el nivel de complejidad regional. 10 El pensamiento sistémico es un pensamiento en círculos más que lineal, esto significa que un cambio o una influencia (modificada) “regresa” al punto de origen generando un “bucle de realimentación”.

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c) La convocatoria. Ahora que se conoce el “entorno” y el “interno” regional, tareas que competen en verdad a un equipo técnico de alta calificación, hay que “abrir el juego” a la participación de la sociedad civil. Hay que convocar a la sociedad civil. ¿Qué significa esto en la práctica misma? ¿Un aviso en los medios de comunicación social, del tipo: “invítase a los miembros de la sociedad civil de la Región a reunirse...”? ¿O hay que ser más selectivo, más estratégico? Y, ¿para qué convocar específicamente?

Se dijo inicialmente que es cierto que ahora la sociedad civil, junto a la sociedad política,

tiene un papel importante en “hacer el desarrollo”. Pero, ¿a quienes, con nombre y apellido, hay que convocar?

Entiéndase que los actores individuales regionales se encuentran en tres planos. Un primer

plano es el plano político en el cual la nómina de actores es conocida por tratarse de un plano altamente formalizado, público, transparente, jerarquizado. Aquí se encuentran los funcionarios y los que ejercen cargo de representación popular. Un segundo plano es el plano económico en el cual la nómina también es reducida y fácilmente identificable; se trata de los dueños y de los administradores del capital. No siendo un plano tan transparente como el primero, tampoco se podría hablar de una opacidad completa. Un tercer y un cuarto plano corresponden a los mundos militar y eclesiástico; sus actores principales, de nuevo, son figuras públicas conocidas.

El último plano es precisamente el plano de la sociedad civil, difuso, poco formalizado, de

extrema variedad. ¿Cómo identificar a los actores principales, a los que detentan poder en este plano? ¿Cómo llegar a disponer de una nómina práctica, no un listado interminable? Se requiere un método científico para ello.

El sofware ELITE11 es un algoritmo que, sobre la base de un sociograma permite identificar

en forma ordenada, es decir, desde la persona que detenta la mayor cuota de poder hasta quien lo tiene en escasa medida, el conjunto de actores con poder derivado de la intensidad de su inserción en el tejido institucional regional. No es necesario acá explicar técnicamente el funcionamiento de este instrumento; para una referencia acerca de su uso en la práctica se puede consultar un trabajo del CEUR de la Universidad del Bío-Bío (1995). En definitiva lo que interesa remarcar es que es posible, en plazos razonables, tener una nómina de quienes componen la malla del poder regional, que son quienes deben ser convocados.

¿Para qué? Pues, precisamente, para iniciar y mantener conversaciones sociales sobre el desarrollo de la

región, cuya finalidad es generar, paso a paso, el proyecto político de desarrollo. Para esto la capacidad de convocatoria de la autoridad política regional resulta esencial en la conformación de una mesa de conversación del desarrollo a fin de obtener actos comisivos (en el lenguaje usado por Fernando Flores) por parte de los agentes. Estas reuniones pondrán, por así decirlo, encima de la mesa, el variopinto conjunto de intereses, racionalidades, aprensiones, temores desconfianzas y, en general, pautas de conducta de los distintos actores. Para poder avanzar en una situación como ésta, un ejercicio de “catarsis” resultará imprescindible.

11 Diseñado en la Dirección de Políticas y Planificación Regionales del ILPES/CEPAL y disponible libre de costo.

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El resultado al cual debe llegarse se encuentra con seguridad más cerca de un mínimo común denominador que de un máximo imaginable en torno a la o las cuestiones estructurantes de la región. Una misma mirada sobre el diagnóstico y un consenso que no oculta las diferencias sobre el futuro debe ser el objetivo. Nuevamente cabe insistir en la contribución del conocimiento científico y ciertamente actualizado sobre la cuestión regional al logro de estos objetivos. Esto es lo que se persigue con los Coloquios del Maule.

d) La explicación de la situación. Para el logro del nivel de consenso aludido, las

explicaciones objetivas de la situación actual (descripción e interpretación) constituyen el punto de partida. Hay que reemplazar las interpretaciones emocionales y altéricas que son tan frecuentes en estos asuntos.

Primeramente cabe ocuparse del nivel y dinámica del Producto Interno Bruto regional. ¿Por

qué se tiene, por ejemplo, un bajo nivel de PIB? Para responder preguntas como ésta es imprescindible recurrir al pensamiento teórico primero y a su verificación empírica después.

De los factores anteriormente mencionados como explicativos del crecimiento, la

acumulación de capital (la inversión), la política económica, y la demanda externa, son los más fáciles de medir. Algo más complejo es identificar la contribución de la acumulación de progreso técnico y de capital humano. El manejo de estos elementos dará una adecuada explicación del nivel económico absoluto de la región y de su dinámica temporal. A ello debe agregarse una explicación adicional acerca de la dinámica relativa del producto regional comparado con otras regiones (y con el promedio del país en definitiva) ya que ello puede entregar luces acerca de las ventajas o desventajas comparativas regionales.

Las gráficas insertas a continuación ofrecen una panorámica regional para la Región del

Maule.

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Adicionalmente, la gráfica que sigue muestra, para todas las regiones de Chile, las

“tendencias pesadas” de su crecimiento en el largo plazo. Este tipo de análisis, basado en el método

RADIOGRAFIA DEL MAULE

Crecimiento del PIB en ellargo plazo 1960/1990

Levemente superior a media-----------------------------------Crecimiento del PIB en el

corto plazo 1990/1996Levemente inferior a media-----------------------------------Ingreso medio comparativo

Baja del 88% al 64% entre1990/1996

Aumenta desigualdad interna

RADIOGRAFIA DEL MAULE

Desarrollo Humano1990/1998

Mejoró menos que media.Posición regional pasa de

lugar 11 a 13-----------------------------------

Competitividad regional1999/1997

Mejoró, pasó de lugar 12 a11 con índice 2.8 en rango

1.9 a 9.2

La Región puedemás, si quiere

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de las variaciones relativas (shift and share analysis), genera resultados extremadamente sugerentes desde el punto de vista de políticas regionales.

TENDENCIAS REGIONALES DE LARGO PLAZO

ORDENAMIENTO TERRITORIAL CHILENO

SEGÚN COMPORTAMIENTO MACROECONÓMICO

RELATIVO DE LAS REGIONES 1960/1990

AUMENTO EN PRODUCTIVIDAD Y

COMPETITIVIDAD NACIONAL DE SECTORES

LOCALIZADOS EN LA REGION

RETROCESO EN PRODUCTIVIDAD Y

COMPETITIVIDAD NACIONAL DE SECTORES

LOCALIZADOS EN LA REGION

AVANCE REGIONAL EN LA ESPECIALIZACIÓN EN

SECTORES DINÁMICOS NACIONALES

REGIONES I, II, IV, R.M.

(regiones dinámicas)

REGIONES X, XII

RETROCESO REGIONAL EN LA ESPECIALIZACIÓN

EN SECTORES DINÁMICOS NACIONALES

REGIONES III, VII, XI

REGIONES V, VI, VIII, IX

(Regiones rezagadas)

MACROPOLITICAS REGIONALES

OBJETIVOS BÁSICOS DE POLÍTICAS REGIONALES

(para algunas regiones)

AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD GLOBAL

REGIONES Los Lagos

Magallanes RECONVERSIÓN

PRODUCTIVA GLOBAL

REGIONES Atacama

Maule Aysén

REGIONES Valparaíso O”Higgins

Bío-Bío Araucanía

Lo que el primer cuadro muestra es que la Región del Maule creció por encima del

promedio nacional durante el período 1960/1990 y que ello se explicaría por una combinación de dos procesos que operan en sentido contrario. Por un lado, hubo un aumento en la productividad y por ende en la competitividad (nacional) de ciertas actividades que se desenvuelven tanto en esta región como en otras y esta ganancia de productividad en el Maule más que compensó, por otro lado, a una pérdida de la importancia relativa que en esta región, experimentó un sub-conjunto de actividades que en el período en cuestión se mostraron como dinámicas a nivel del país (crecieron simplemente más que el promedio). Puesto en términos simples y figurativos: la productividad del

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sector pomáceo en la Región del Maule mejoró más que en otras regiones que compiten en este cultivo, pero bajó en la Región del Maule la proporción de actividades dinámicas nacionales ubicadas en ella, como por ejemplo, industria, minería, servicios, etc.

El segundo cuadro sugiere que en el caso específico de la Región del Maule y como

resultado de lo explicado anteriormente, una línea estratégica de desarrollo debe asociarse a una reconversión productiva, capaz de instalar en la región más actividades de elevada dinámica nacional. Obsérvese de paso la lamentable situación de las dos regiones que tradicionalmente han sido consideradas como las regiones prioritarias desde el punto de vista del desarrollo regional y como contra-magnetos de Santiago: la de Valparaíso y la del Bío-Bío.

e) Un futurible posible. Convocados los actores reales, es decir, los agentes que

efectivamente detentan distintas formas de poder en la región y logrado un conocimiento básico común (una sinergía cognitiva) a partir del cual se pueden plantear acciones colectivas, hay que construir un futuro. Ya se dijo que actualmente la tarea de construir un futuro no puede descansar en métodos del pasado, principalmente porque la turbulencia del entorno impide hacer uso de proyecciones determinísticas y que, entre las varias metodologías de construcción de futuro acá se opta por la prospectiva y por la construcción de escenarios.

La prospectiva, de acuerdo a Gastón Berger es una anticipación para guiar y orientar la

acción. Es una manera de centrarse y concentrarse en el futuro imaginándolo plenamente acabado, en lugar de sacar deducciones del presente. Los escenarios, según Michel Godet, son previsiones condicionadas a un conjunto de hipótesis coherentes, son juegos coherentes de hipótesis. El propósito primario de un escenario no es predecir el futuro, sino organizar, delimitar y sistematizar la incertidumbre. Todo escenario contiene cinco elementos estructurales: a) una teoría o un conjunto de hipótesis no contradictorias capaz de explicar la estructura y la dirección del cambio del sistema en cuestión; b) un conjunto de variables o factores derivado del marco teórico anterior y que representan los elementos esenciales del sistema y contexto considerado; c) un conjunto de actores de variada naturaleza que influyen o influirán significativamente en el sistema considerado; d) un conjunto de escenas, cada una de ellas configurando el estado o situación del sistema y de su contexto en un determinado instante de tiempo; e) una trayectoria, que es el recorrido o el camino, a lo largo del tiempo, del sistema considerado.

En la práctica se requiere elaborar cuatro escenarios regionales. El primero, el escenario

actual12, es el reflejo de una descripción estructurada (de acuerdo a un modelo conceptual) de la realidad actual. El segundo, el escenario tendencial, de gran dificultad por el uso de métodos subjetivos y probabilísticos, es una descripción igualmente estructurada (sobre la base del mismo modelo anterior) del estado probable del sistema a un cierto plazo. El tercero, el escenario contextual constituye el marco referencial externo futuro (el país o preferentemente el mundo) y en él se incluyen cuestiones como la base energética futura, el perfil tecno-productivo emblemático del futuro, y el perfil de comercio asociado al anterior. El cuarto escenario, el más importante, es el escenario estratégico, el futurible posible dentro de la gama de los deseables y representa lo que efectivamente la comunidad regional puede hacer y alcanzar colectivamente. En un sentido

12 Pareciera haber una contradicción lógica, por diferente temporalidad, en los términos “escenario actual”: No es así porque en la prospectiva el presente (el aquí y el ahora) se encuentra en un mismo plano con el futuro (el allá y el después).

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figurativo, este escenario deriva de una superposición (al estilo de la superposición de transparencias en ciertos estudios geográficos) de los tres escenarios anteriores.

f) ¿Quién hace qué y cuándo? Logrado un “pacto inteligente” entre los diversos actores

regionales, pacto dirigido a maximizar las probabilidades de generar un proceso de desarrollo en la región expresado en un proyecto político regional, hay que asignar responsabilidades y establecer un cronograma de acción.

Hay que distinguir entre la responsabilidad global y varias responsabilidades parciales en la

ejecución del proyecto. En cuanto a la primera, en la etapa ejecutiva debe mantenerse vigente la noción de que el proyecto regional es una responsabilidad colectiva o compartida por todos, y por tanto su puesta en marcha no corresponde solamente al gobierno regional. Será útil crear una suerte de comité cívico, pequeño pero representativo, (algo así como un steering committee) para llevar adelante el proyecto. Por supuesto, no son pocos los problemas cotidianos, de coordinación, de superposición, de administración en general que surgirán inevitablemente, pero aún así, lo más importante es mantener activa la responsabilidad colectiva.

Las responsabilidades parciales o específicas sólo pueden ser establecidas a la luz de un

proyecto concreto, aprovechando –ahora sí—la estructura administrativa del propio gobierno. En el caso de la Región del Maule por ejemplo, el gobierno debería hacer efectiva la responsabilidad (ofrecida de motu propio) de MAULE ACTIVA para instalar la red municipal de infocentros, naturalmente, en coordinación con el propio gobierno regional y con el Ministerio de Economía, a nivel nacional.

La experiencia muestra que sin importar cuán grande haya sido el entusiasmo inicial por el

proyecto, una vez formulado definitivamente este entusiasmo suele ser sobrepasado por la rutina cotidiana, y la "energía social” inyectada al proyecto se va debilitando en forma paulatina. Parece ser una suerte de un sistema con "final abierto disipativo". Esta es una situación que debe ser combatida abriendo espacios para acompañar permanentemente el proyecto con una estrategia de comunicación social que mantenga en alto nivel la energía social.

Lo importante es que nadie de los que han sido convocados en virtud de su posición de

poder, puede quedar fuera de la etapa de ejecución. g) ¿Quién supervisa, controla y evalúa? Como ya es claro, el proyecto regional no es el

proyecto del gobierno solamente ni de ningún otro agente en forma exclusiva; es el proyecto de todos y por tanto la supervisión, el control de avance y la evaluación son también tareas colectivas, pero que deben ser separadas de la ejecución. Tampoco se trata de crear nuevas instituciones, por específicas y de vida determinada que sean porque es de sobra conocida la Ley de Parkinson. En esta materia hay que atenerse a una regla de oro: cuanto menos instituciones, cuanto mejor, si son eficaces y eficientes.

Así pues, hay que buscar en el tejido institucional existente el organismo más adecuado –

con la mayor capacidad técnica, independencia y credibilidad—para supervisar, controlar y evaluar. Una posibilidad que salta de inmediato a la vista es entregar estas funciones al órgano

político colegiado de la región (el Consejo Regional en el caso chileno), siempre y cuando la

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legalidad vigente lo permita13. Ello supondría algunas ventajas, pero se violaría, al menos en parte, el principio de separación de funciones, tan importante en este caso.

Otra posibilidad es entregar estas tareas al cuerpo político nacional originado localmente,

esto es, a los parlamentarios elegidos en los distritos electorales de la región. Ello tendría la ventaja de obligar, en cierto modo, a conformar un bloque parlamentario regional, una cuestión de evidente interés, lejos, parece, de concretarse en esta región específica.

Además, puede considerarse el sistema universitario regional como una estructura

potencialmente aprovechable para estos fines. Se comprometería así directamente la función universitaria en la función pública y colectiva del desarrollo, y sin duda se alcanzaría el objetivo de realizar estas tareas con capacidad técnica, independencia y credibilidad y de paso, tal vez se contribuiría a generar sinergía en este estamento de la sociedad local.

Cualquiera sea la solución, la rendición pública de cuentas (accountability) es hoy exigida

en aras de la gobernabilidad y de la gobernanza. h) ¿Quién y cómo, premia, sanciona y remueve? El asunto entre manos, que no es nada

menos que el desarrollo de una colectividad, requiere que las responsabilidades sean asumidas teniendo presente que la evaluación conlleva un sistema de premios y castigos. En primerísimo lugar, los funcionarios públicos deben estar sometidos a un "juicio de responsabilidad"14, al estilo de los “juicios de residencia” instituídos por la administración real española para evaluar el desempeño y la probidad de los funcionarios designados en las colonias.

Los dirigentes políticos propiamente tales, que estarán o deberían estar involucrados en la

implementación de la propuesta de desarrollo son juzgados en la arena política mediante procesos electorales, que determinan la permanencia o la remoción de ellos. Sólo al pasar, hay que recordar que la actual Constitución de Colombia (reformada en 1991) establecer la llamada remoción programática de Alcaldes y Gobernadores, hecha por el pueblo cuando el incumplimiento del programa de gobierno es evidente. ¿Qué tal funcionaría esto en Chile? Un conocido analista con mucho sentido del humor señalaba que este sistema funciona en países con una población considerable, dada la eventual velocidad de recambio que se podría generar.

Los dirigentes sociales que han participado en la elaboración del proyecto no deberían ser

ajenos a una evaluación social, pero hay que reconocer que no resulta sencillo proponer fórmulas prácticas para ello. Los medios de comunicación social de la región podrían cumplir un papel en este sentido.

13 Es curioso observar en el caso chileno, que el artículo pertinente de la LOR (# 19.175) establece que le corresponde al Consejo: “Aprobar, modificar o sustituir el plan de desarrollo de la región...” No hace referencia alguna a una tarea más permanente, de seguimiento. 14 Nunca más puede repetirse la bochornosa escena mostrada por la televisión de Santiago durante el invierno del presente año, de un alto funcionario del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, enfundado en elegante impermeable y a cubierto de una ligera lluvia por un paraguas, comentando in situ a un periodista que una segunda inundación de un conjunto nuevo de departamentos para sectores de bajos ingresos se debía a que la ciudad no estaba preparada para una lluvia de....30 milímetros! Tal funcionario debería haber sido despedido de inmediato, por lo menos bajo la acusación de faltarle el respeto a los pobres.

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i) La modernización del gobierno regional: clave del éxito. Todos los actores (agentes) del desarrollo en la región son...en principio iguales. No obstante, una segunda mirada a la cuestión revela que la famosa primera regla corregida de la Granja de los Animales, la brutal novela de George Orwell en contra de la nomenklatura, es muy pertinente: todos los animales son iguales, pero hay algunos más iguales que otros!

Esto se aplica nítidamente al gobierno regional, como un privilegiado actor corporativo.

Todos los actores regionales requieren ahora modernizarse, pero para ninguno es más imperativa esta necesidad que para el propio gobierno regional, sobre todo, cuando se entiende bien el significado de “modernización”, mucho más allá de mejoramientos tecnológicos.

Cuatro campos definen la modernización del gobierno regional en este caso. El primero, ya

comentado, se refiere al manejo de la creciente masa de información entrópica y su transformación en conocimiento. El segundo se refiere a la administración, esto es , a la forma en que el gobierno presta servicios a la comunidad y a la eficacia y eficiencia de sus propios procedimientos internos (contabilidad, evaluación de proyectos, gerenciamiento de personal, etc.); este es el campo en el cual el gobierno nacional está haciendo sus mayores apuestas, como quedó muy bien reflejado en el primer mensaje del Presidente Ricardo Lagos al Congreso Pleno con motivo de la inauguración de la legislatura anual. INTERNET es el emblema. El tercer campo se refiere precisamente a la forma de hacer gobierno regional, una función esencialmente política, de dirección superior, de ejercicio de la autoridad, de guía social. Es cierto que el orden jurídico actual no es favorable a esta función.15 Algo de “subversividad” por parte de los Intendentes sería altamente recomendable para realmente “hacer gobierno” en las regiones. El cuarto campo es el más difícil ya que se trata de la modernidad, más que de la modernización, y la modernidad se refiere a procesos mentales, a la capacidad de entender el cambio contemporáneo, a “estar en el cambio”, como lo diría Marshall Berman. Se es “moderno” en esta acepción cuando, por ejemplo, jamás se repite la forma de hacer las cosas, aunque se haya tenido éxito en el pasado, porque el futuro es completamente distinto.

7.- A fin de cuentas, ¿qué tan novedoso es este planteamiento?

Hay quizás algo de masoquismo en el autor al plantearse él mismo esta pregunta. Pero el hecho es que resulta una pregunta inevitable e importante, la respuesta a la cual adquirirá el carácter de reiterativa.

Ciertamente en este documento (y en los Coloquios) se ha propuesto una forma diferente,

alternativa y nueva, de pensar y de actuar en el campo del desarrollo territorial. Tal vez cada uno de los elementos que se han ido articulando para dar forma a la propuesta no sea del todo original, pero nuevamente recurriendo a los ejemplos más elementales que ilustran el pensamiento sistémico, como es el caso de un reloj, quizás si el ancla, o el volante, o las manecillas, o el mecanismo de cuerda, no fueron en su tiempo, cada uno de ellos algo completamente original, pero unirlos de una cierta manera a fin de que emergiese de ellos algo estructuralmente diferente, un sistema denominado reloj, sí lo fue.

15 Al respecto veáse el excelente tratado del Prof. José Luis Cea Egaña El sistema constitucional de Chile. Síntesis crítica (Cap. IV especialmente), Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Austral de Chile, Valdivia, 1999.

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En el enfoque propuesto, cuya puesta en práctica puede estar muy distante debido a la

“altura” de las barreras mentales, hay por lo menos cuatro elementos a resaltar. Primero, se ha hecho un intento de recuperar la noción de ser el desarrollo territorial (como

cualquier otra modalidad de desarrollo) un proceso axiológico, de ejercitación de los valores trascendentes e intransables que tienen que ver con la espiritualidad de toda persona humana y de toda comunidad compuesta por, precisamente, personas y no meros individuos. El desarrollo es el ambiente en el cual se adquiere dignidad personal, aunque se sea “pobre” materialmente16. Seers, Sen, Furtado, Hirschman, Lebret, Max-Neff son algunos de los muchos especialistas que han insistido en este enfoque y hace pocos años, el entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Butros-Butros Gali, en un informe oficial de la Secretaría, amarró definitivamente el desarrollo con la paz, con la justicia y con la democracia.

Los valores entran dentro del vasto y diverso universo del comportamiento selectivo. Son

concepciones de lo deseable que influyen en el comportamiento selectivo. Los valores regulan la satisfacción de los impulsos de acuerdo con toda la serie de objetivos jerárquicos y duraderos de la personalidad, con la exigencia de orden por parte tanto de la personalidad como del sistema socio-cultural y con la necesidad de respetar los intereses de los demás y del grupo en su conjunto en la vida social (Kluckhohn;1951:399).

Los valores sirven de criterios para la selección de la acción, pero no son normas de

conducta, ya que éstas son reglas para comportarse de un modo determinado en tanto que los valores son patrones de deseabilidad que tienen mayor independencia de las situaciones específicas. Obsérvese que un mismo valor, como la igualdad, por ejemplo, genera diversas normas específicas (igualdad de género, igualdad racial, etc.)

Libertad, democracia, justicia, ética, estética, solidaridad y heterogeneidad (o variedad, o valoración de lo altérico) fueron colocados como valores genéricos, pero capaces de ser traducidos en restricciones concretas a una propuesta de desarrollo.Una cuestión muy importante agregada oportunamente es que la construcción social de las regiones, un proceso imprescindible en muchos casos, debe agregar valores regionales específicos a los anteriores, única forma de hacer región, única forma de que un mero recorte territorial arbitrariamente denominado como región lo sea en verdad y única justificación para tener un gobierno regional, ya que en situaciones diferentes bastaría un ente público desconcentrado para administrar un “recorte territorial” anómico, sin personalidad propia.

Segundo, el enfoque supone el pleno reconocimiento de la naturaleza sistémica del territorio

a ser intervenido. Lejos de ser una suma o una agregación, una región o una localidad, sólo hace sentido como tal cuando se la percibe con la unicidad y la articulación propia de los sistemas.

Pero el reconocimiento del carácter sistémico no se agota en sí mismo. Lo importante será

conocer y dar reconocimiento a las leyes de la organización sistémica, que limitan los grados de libertad que en principio pudiesen ser imaginados. Razonando en términos de las organizaciones

16 Tal vez muchos concuerden con este autor en relación a la abigarrada población que es posible observar, por ejemplo, en la capital de Haití, población sin duda “pobre”, pero que lleva su pobreza con una dignidad que es perfectamente perceptible y que no siempre se encuentra en otros lugares con carencias materiales similares.

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sociales, que no son sino sistemas, Johansen (1996) da cuenta de cinco “leyes” que tienen que ver con la supervivencia del sistema, como se anota a continuación:

a) la ley de la viabilidad, que tiene que ver con la capacidad de la organización (la región) en relación a su existencia y permanencia como fenómeno real (en éste caso no sólo como una creación administrativa). Según Johansen ella exige que “el valor de lo que la organización social entrega al medio (corriente de salida) tiene que ser capaz de generar todo lo que ella recibe de ese medio (corriente de entrada) y que es necesario para mantenerla en ‘producción’, es decir, para que pueda seguir entregando al medio aquello que la caracteriza como organización y que garantiza su existencia”. Agrega el autor que el primer objetivo y la mayor responsabilidad de la organización consiste en la mantención de su propia supervivencia y en esa línea, la organización (la región) es o se asemeja a un sistema autopoyético, que define su propia estructura y sus límites;

b) la ley de la complejidad, ésta en relación al concepto de complejidad dinámica del sistema (en contraposición a la complejidad de detalle, como la de un puzzle de gran tamaño, por ejemplo). De acuerdo siempre al autor, la ley de la complejidad sostiene que “en la medida en que una organización social aumenta la especialización interna (vía la división del trabajo), ella experimenta un incremento importante de su complejidad (que crece en forma exponencial) que tiende a incrementar la incertidumbre dentro de la organización”.

c) la ley de la jerarquía de la autoridad, relacionada con el aumento de la variedad del sistema y en consecuencia con el aumento de su complejidad y con la necesidad de establecer reductores de la variedad. Mientras la especialización se constituye en un amplificador de la variedad, la jerarquía es un reductor de ella y el equilibrio entre ambas permite la gobernabilidad de la organización. La ley se expresa como: “una relación directa entre la diferenciación (división del trabajo) y la integración (jerarquía de la autoridad). La organización permanecerá viable en al medida en que ambas variables se desarrollen equilibradamente”.

d) La ley del conflicto, que afirma que “la organización social, por estar compuesta por partes especializadas que se encuentran en una relación de interdependencia, y dado el hecho de que cada parte tiende a maximizar sus propios objetivos, inevitablemente las partes se encuentran entre sí en una situación conflictiva”. El desconocimiento de esta ley en particular es capaz, por sí solo, de explicar muchas de las carencias metodológicas de las propuestas regionales;

e) La ley de la desmaximización, una consecuencia inmediata de la ley anterior y que implica que no es posible maximizar a todos los subsistemas que componen a un sistema dado, en forma simultánea y que la optimización del sistema completo conlleva la sub-optimización de algunas de sus partes. Esta ley es de la mayor importancia para explicar las estructuras de dominación y dependencia entre regiones a nivel nacional (o entre provincias o entre comunas al interior de la región). “La organización social logrará su mejor objetivo en la medida en que los conflictos de objetivos que existen entre todas sus partes inter-relacionadas sean desmaximizados”.

Tercero, además del reconocimiento del carácter sistémico de la región, es necesario agregar

la naturaleza abierta de él, o sea se trata de un sistema abierto y de elevado grado de apertura habría que agregar. Como se dijo oportunamente, esto significa que los intercambios del sistema (de la región) con su entorno ampliamente entendido son determinantes del resultado alcanzado por el sistema. El grado de apertura de un sistema se puede visualizar al examinar la proporción de interacciones que son “completadas” adentro o afuera del sistema con respecto al total de

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interacciones posibles. En un ejemplo muy elemental y sólo para fines ilustrativos del argumento, piénsese en la matriz de viajes por buses entre todas las localidades de la Región del Maule. Si se puede inferir que una alta proporción de estos viajes se han originado o han finalizado fuera de la región, también se puede inferir, en principio, que la región presenta una elevada apertura. Sistemas territoriales de pequeño tamaño tienden a mostrar una elevada apertura sistémica y esto es totalmente coherente con la afirmación hecha en páginas precedentes acerca de la creciente exogeneidad del crecimiento a medida que se desciende en la escala territorial. Para evitar un estado final disipativo, el sistema o la región debe equilibrar los flujos de energía que intercambia con su entorno. Un sistema disipativo tiene la doble habilidad de aumentar y almacenar información bajo la forma de niveles cada vez mayores de complejidad estructural interna y de “exportar” desorganización a su entorno inmediato (Byrne; 1998). Cuarto, el enfoque propuesto se apoya fuertemente en la idea de la complejidad sistémica de la región, en una doble lectura del concepto. Por un lado, muchas regiones son hoy día sistemas de complejidad variable, alta o medianamente alta y es indispensable para el analista y para el tomador de decisiones entender su significado. Por otro lado, como se dijo, actualmente la posibilidad de un territorio de ubicarse como un territorio “ganador” en la globalización depende estrechamente de su propia complejidad debido a un razonamiento elemental como se recordará: el “juego” de la competencia globalizada es cada vez más complejo y contraría la lógica y el sentido común pensar que se puede ganar en tal contexto con estructuras organizacionales simples. De aquí deriva un imperativo categórico estratégico para toda región: aumentar permanente su propia complejidad y esto a su vez significa transformar en permanente una situación que hasta hace poco podía verse como excepcional, la reconversión, ahora permanente, de la estructura productiva.

Edgar Morin (1994) se pregunta: ¿qué es la complejidad? y dice textualmente: “A primera

vista es un fenómeno cuantitativo, una cantidad extrema de interacciones e interferencias entre un número muy grande de unidades... Pero la complejidad no comprende solamente cantidades de unidades e interacciones...comprende también incertidumbres, indeterminaciones, fenómenos aleatorios. En un sentido, la complejidad siempre está relacionada con el azar...Pero la complejidad no se reduce a la incertidumbre, es la incertidumbre en el seno de los sistemas ricamente organizados”.

El mismo pensador francés describe los tres principios de la complejidad: el primero lo

denomina el principio dialógico, que permite mantener la dualidad en la unidad de dos términos que son a la vez complementarios y antagonistas, como el orden y el desorden. Uno suprime al otro, pero también colaboran y producen la organización y la complejidad; el segundo es el principio de recursividad organizacional que explica procesos en los cuales los productos y los efectos son al mismo tiempo causas y productores de aquello que los produce17. La sociedad es producida por las interacciones entre los individuos, pero la sociedad, una vez producida, retro-actúa sobre los individuos y los produce. Este razonamiento es sumamente interesante en el contexto de la creación de una identidad regional, tarea inescapable en casi todas las regiones de Chile; el tercer principio es el principio hologramático, que establece que no sólo la parte está en el todo sino que el todo está en la parte. La comuna de Pelarco está, y ello es de simple evidencia, en la Región del Maule, pero hay que entender que la Región del Maule también está en la comuna de Pelarco! Esta

17 Morin ejemplifica este difícil concepto con el ejemplo del individuo. Somos los productos de un proceso de reproducción que es anterior a nosotros. Pero, una vez que somos producidos, nos volvemos productores del proceso que va a continuar.

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proposición, que parece difícil de entender se simplifica si se la contextualiza en el campo del conocimiento: para conocer realmente la Región del Maule es imprescindible conocer todas y cada una de sus comunas, pero es igualmente cierto que para conocer y entender la comuna de Pelarco es necesario conocer la Región. También es importante este principio para el diálogo entre sectorialistas y “globalistas” en la región.

Así , no son pocas las “innovaciones” que se propone introducir en la práctica de la gestión

regional y cualquier observador medianamente informado se preguntará si acaso el contexto de la Región del Maule es apropiado para introducir cambios de envergadura, si la región está preparada para un “salto de modernidad”.

La opinión de quien ha sido personalmente responsable de este operativo es que ninguna

región de Chile está especialmente preparada para ello; si así fuese, el impulso vendría desde adentro y no se requeriría de ningún “agente inductor externo” ni de ningún procedimiento especial como los Coloquios. Desde esta perspectiva, ésta región u otra habría sido igualmente desafiante. No obstante la Región del Maule tiene a su haber algunos puntos aunque no es claro si estas ventajas se mostrarán en definitiva en el diseño de su propio proyecto de desarrollo o si los Coloquios las han potenciado o no.

Si dos elementos permiten hablar de un “sistema”, habría que convenir que en tal caso el

“sistema científico y tecnológico” regional representado por las Universidades de Talca y Católica del Maule, constituye un activo proporcionalmente mayor en esta región que lo que un concepto homólogo tal vez representaría en otras regiones. Es perfectamente obvio que la Universidad de Talca en particular ha alcanzado un nivel de excelencia académica, de presencia regional, de prestigio social, de reconocimiento internacional, de influencia y de capacidad de convocatoria que la convierte en un verdadero polo cognitivo de la región. Sus actividades de investigación científica, tecnológica y cultural (de historia regional, de identidad regional y local) son de alto nivel y de elevada pertinencia regional y en el seno de la universidad se han gestado ciertas innovaciones (en genética vegetal, en fruticultura, en silvicultura y en vitivinicultura) de no poca monta. La función de difusión y de extensión universitaria es consistente y permanente.

Hay en la región una cierta “efervescencia” en el medio empresarial, un tejido amplio pero

poco denso habida cuenta de estar configurado en cerca de un 90% por pequeñas y medianas empresas, con escasa presencia de grandes establecimientos y con aún más escasa autonomía decisional. A pesar de estas condiciones desfavorables en varios aspectos, los empresarios regionales –propietarios o administradores—muestran preocupación por la “cosa pública” por antonomasia, es decir, por el propio desarrollo de la región y ello se expresa en organizaciones como la Corporación de Desarrollo e Inversiones del Maule, la Junta de Desarrollo del Maule, MAULEACTIVA.

Hay una capacidad latente de innovación en el manejo de asuntos de interés colectivo, como

por ejemplo se constata en el singular mecanismo salarial de los conductores de buses urbanos que opera ya hace alrededor de treinta años y que debería servir de ejemplo de soluciones cooperativas a problemas que normalmente envuelven un alto grado de competitividad agresiva y mal entendida (quién recoge más pasajeros, quién conduce más rápido) en otras localidades del país.

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Hay tradiciones importantes en amplios campos del quehacer cultural, social y político que constituyen un acervo de identidad, y un capital cultural a preservar, sin perjuicio de estar al mismo tiempo atravesadas por rencillas “provincianas”, sospechas, envidias, etc.

La anomia que parecía caracterizar a Talca a comienzos de la década de los noventa parece

estar en vías de superación y en muchos dirigentes de esta ciudad capital se observa un optimismo en el futuro, basado, eso sí, en el potencial de recursos naturales de la región, que para que sirvan como base de un desarrollo verdadero en el Siglo XXI requerirán de permanentes adiciones de conocimiento y progreso técnico.

En resumen, las condiciones de la Región del Maule no parecen ni significativamente peores

que las de otras regiones ni significativamente mejores y ello se refleja en el comportamiento económico agregado en el largo plazo pasado: a veces levemente mejor que el promedio nacional, a veces levemente peor. Es importante no obstante tener presente que si este tipo de experimento muestra algún grado de éxito en el corto o en el mediano plazo, hay sobradas razones entonces que igual metodología podría ser útil en otros lugares.

En definitiva, se aplica, mutatis mutandi, a la Región del Maule y a tantas otras lo que

afirma Yehezkel Dror:

“Las sociedades [regiones] no están preparadas para las transformaciones globales [radicales]. Y las formas disponibles de gobierno no son adecuadas para manejar las necesidades y oportunidades de un mundo en

constante cambio” (1996:77)

Pero los procesos de desarrollo requieren de un claro, eficaz, legítimo y democrático

liderazgo. Se puede crecer en un contexto dictatorial y no hay que mirar muy lejos para encontrar base empírica a esta afirmación, pero el desarrollo, tal como se le ha definido a lo largo de los Coloquios sólo es concebible en un contexto democrático capaz de generar un tipo de lideranza adecuada.

¿Qué es una lideranza “adecuada”? El poder de un líder depende de sus competencias y de su peso. Las competencias a su vez

dependen de un factor temporal (la duración del mandato, sea popular, sea delegado) y de las capacidades o del ámbito de competencias que otorga la ley. En el caso que interesa, los Intendentes regionales disponen de un poder precario desde el punto de vista temporal ya que su permanencia en el cargo es una cuestión de confianza presidencial y todavía más precario si se atiende a las limitadas competencias otorgadas por la LOCGAR, que, como se anotó y es bien sabido, hace de los Intendentes unos administradores más que unos gobernantes, políticamente hablando.

El “peso”18 de un líder está determinado por: a) sus capacidades, es decir, por su experticia,

por su energía, y por su reputación; b) el grado de control que ejerce sobre recursos (comunicaciones, información, apoyo del Consejo Regional, apoyo de la burocracia estatal, apoyo

18 En esto se sigue el pensamiento de Carlos Matus y de Y. Dror.

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partidario, de seguridad, etc.); c) el soporte externo (apoyo de países y de regiones poderosas, apoyo de la comunidad nacional e internacional) y; d) las adhesiones (popular, de fuerzas sociales, de personalidades relevantes).

¿Cuál sería un resultado de someter a los Intendentes chilenos a una evaluación en

concordancia con estos elementos? Es nuevamente Dror quien elabora las consecuencias de estas características de la lideranza

al desarrollar su idea de la reflexión normativa para afianzar la capacidad de gobernar. Para ello recomienda dieciocho principios, sólo enumerados a continuación, pero que debieran servir de base para un profundo proceso de reflexión al interior de los gobiernos regionales:

1.- Concentrarse en estrategias políticas a largo plazo

2.- Enfatizar la creatividad 3.- Iconoclastia y cambio de opinión 4.- Afán de aprendizaje 5.- Poner énfasis en los “futuribles”, los diseños ambiciosos y las visiones realistas 6.- Preocuparse por los recursos 7.- Concentrarse en las instituciones 8.- Reconocer los aspectos legales 9.- Reflexionar en términos de “grandes aventuras” 10.- Pensar en términos históricos sin sentirse atados al pasado 11.- Estar preparados para las crisis 12.- Estimar situaciones y procesos 13.- Afrontar profundas complejidades 14.- Apostar por políticas sutiles 15.- Empeñarse en el razonamiento moral y en el análisis de valores y los objetivos 16.- Distinguir entre normativa y política 17.- Disponer de mejor conexión con el proyecto social político 18.- Ser reflexivos ¿Algún parecido con el mensaje de los Coloquios?

CONCLUSIONES Los Coloquios del Maule constituyen una experiencia inédita en Chile, dicho esto sin

ánimo de magnificar en absoluto la idea o su puesta en práctica, pero, a lo menos en el campo del desarrollo, no se tiene conocimiento ni memoria de algo semejante.

El mérito de haber sostenido reuniones formales, de carácter participativo, con una gran

circulación de conocimiento, no es de los organizadores ni del “animador”, sino precisamente del variopinto conjunto de actores regionales que en un número que podría parecer pequeño, pero que debidamente contextualizado no lo es, han asistido en forma regular a estas reuniones.

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Como se dijo inicialmente, el propósito de este experimento fue establecido como la generación de una sinergía cognitiva derivada de sucesivas conversaciones sociales profesionalmente estructuradas, diseñadas parcialmente a partir de conceptos difundidos tanto por Fernando Flores como por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Escrito este documento, una suerte de “memoria” de los Coloquios, apenas dos o tres

semanas después de su término (en lo que se concibió inicialmente como una primera etapa), es imposible decir si la experiencia fue o no exitosa. Ello requeriría una especie de exámen formal evaluativo, impensable por no corresponder al contexto. De manera que sólo se pueden hacer “apuestas” en este sentido y la que aquí se hace es una apuesta por un éxito a mediano plazo, con una razonable probabilidad de acierto.

Habida cuenta del marco cultural que envuelve a la administración pública chilena, un

marco esencialmente conservador y burocrático y cuya “emotividad emocional” (para utilizar la terminología de Rafael Echeverría) se encuentra muy cerca del miedo propio del fordismo industrial, en consecuencia repetitivo de rutinas y procesos, no puede esperarse en modo alguno un cambio instantáneo en los procesos mentales al interior del aparato de gobierno, primus inter pares en el conjunto de actores sociales individuales y corporativos de la región.

Sería suficiente a corto plazo, como prueba de éxito, constatar que se instaló en la mente de

muchos, una sensación que hemos llamado en repetidas oportunidades como efervescencia creativa, o sea, una profunda insatisfacción con el logro regional y una desatada imaginación para buscar nuevas fórmulas de progreso.

En Chile el único ejemplo que podría tener rasgos de semejanza con los Coloquios se

encuentra en la Provincia de Valdivia y en el esfuerzo de partenariado que se está realizando entre el Gobierno Provincial y el sector privado a través de la CODEPROVAL (Corporación para el Desarrollo de la Provincia de Valdivia) y denominado con justa razón Agenda Pactada. No se basa exactamente en una actividad de conversaciones sociales, pero ciertamente la superación del antiguo conflicto entre Valdivia y la Nación (la demanda inicial por “capitalidad” y posteriormente por “regionalidad”) fue posible a partir de un diagnóstico contemporáneo de la situación valdiviana, que fue compartido por los principales grupos en pugna19. Dicho diagnóstico utilizó muchas de las categorías de análisis presentadas en los Coloquios.

Pero si hubo un referente implícito de la experiencia del Maule, si hubo un “modelo” de

resultado al cual aspirar, por cierto que estuvo representado por una experiencia extranjera: el denominado Pacto do Ceará, una experiencia de más de quince años de asociatividad pública/privada en el Estado de Ceará en el Nordeste del Brasil, un contexto inicial (a mediados de los años ochenta) definitivamente peor a la peor evaluación que pudiese hacerse de la Región del Maule.

Los notables logros de esta experiencia, una verdadera revolución que ha puesto a uno de los

Estados más pobres y corruptos del Brasil en una senda ininterrumpida de progreso se basan en un

19 En 1996 el Gobierno chileno, a través del PNUD, solicitó la colaboración de tres expertos independientes (Sergio Boisier, Eduardo Dockendorff, Esteban Marinovic) para preparar un estudio (Conflicto regionales y políticas públicas) que sirvió de base para la solución actual.

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argumento: “El desarrollo es viable y resulta, principalmente, del comportamiento y de la organización de la sociedad” (Rebouças et. alli.; 1995:11).

El Pacto de Cooperación es un movimiento informal, catalizador de acciones asociativas

entre los segmentos de la sociedad cearense (poderes públicos, sistema de educación e investigación, entidades comunitarias, sindicales, y organismos y agencias nacionales e internacionales) y sería imposible resumir sus logros, el principal de los cuales ha sido un cambio mental.

Alain Peyrefitte (1997:22), un “reflexionador” acerca del fenómeno del desarrollo en el

mundo cita al notable y ya fallecido economista francés François Perroux agregando su propio comentario: “François Perroux definía el desarrollo como ‘la combinación de cambios mentales y sociales de una población, que la tornan apta para acrecentar, acumulativa y perdurablemente, su producto global real’. ¿Podemos ir más lejos? ¿No es el cambio mental lo principal, a la vez primer y decisivo actor más que factor de desarrollo? (subrayado de este autor).

Peyrefitte anota exactamente una docena de factores que a su juicio producen la

combinatoria del subdesarrollo. Sin necesidad de mencionarlos todos, apenas una referencia a algunos cuya combinación define una “sociedad de no desarrollo” y que parecen ser muy “maulinos”: una sociedad inmóvil, una sociedad hostil a la innovación, una sociedad fragmentada, una sociedad oscurantista, una sociedad de economía dominada, una sociedad de penuria, una sociedad espasmódica (en relación a la confianza en las autoridades), etc. Este miembro de la Academia Francesa y de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Francia apunta a algo que parece que los cearenses han entendido y superado: “ Nos resulta difícil aceptar que nuestra manera de pensar o de comportarnos colectivamente pueda tener efectos materiales. Preferimos explicar la materia por la materia, no por la manera” (subrayado de este autor).

El subdesarrollo o la falta de desarrollo, ésta última una expresión que parece ambigüa, pero

que paradojalmente tiene mayor capacidad descriptiva que la primera, bien puede ser definida como un atractor, es decir, como un estado estable al cual tiende un sistema socio-económico, así como el desarrollo también sería un atractor (O’Connor y McDermott;1998). La cuestión es que para salir de ese “estado estable” se necesita introducir o hacer surgir una considerable cantidad de energía, en este caso, de energía social. Esta energía es la que se busca mediante el concepto de sinergía cognitiva. Esta energía es una energía social, por cierto, y es la que hace del desarrollo una propiedad emergente del sistema y por tanto, hace del desarrollo un fenómeno endógeno, local, descentralizado y descentrado.

Conocer, entender, intervenir, son conceptos que pertenecen al ámbito del

conocimiento para la acción. Exigen un idéntico nivel de complejidad para ser eficientes.

Los conceptos presentados en este documento y los propios Coloquios del Maule están fuertemente basados en los últimos libros y artículos profesionales del autor. Particularmente importantes como

complemento y profundización son: Teorías y Metáforas sobre Desarrollo Territorial (CEPAL, 1999)

Modernidad y Territorio (ILPES, 3ª ed., 1998) “El desarrollo territorial a partir de la construcción de capital sinergético”, Estudios Sociales # 99,

C.P.U, Santiago de Chile, 1999

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ANEXO 1 LOS CUESTIONARIOS PARA FACILITAR LA PARTICIPACION

EN LOS COLOQUIOS

COLOQUIOS DEL MAULE

OPINION GRUPAL 1

1.- ¿Cómo calificaría la Mesa el desempeño económico de largo plazo (19960/1990) de la

REGIÓN DEL MAULE? ¿Y el de plazo reciente (1990/1996)? ¿Cómo calificaría el desarrollo de la REGION DEL MAULE en el período 1990/1998?

2.- ¿Sobre qué bases fundamenta la Mesa su opinión? ¿Cuáles serían las principales

hipótesis que respaldarían las afirmaciones hechas?

COLOQUIOS DEL MAULE

OPINION GRUPAL 2

COLOQUIOS DEL MAULECONVOCATORIA

La Universidad de Talca invita a los actores sociales de la REGION DEL MAULEa participar del ciclo permanente de conversaciones profesionales estructuradas en

torno al desarrollo de la Región, y que tienen por objetivo básico contribuir agenerar un ambiente de confianza y de asociatividad entre el sector público y el

privado.

La REGION DEL MAULE PUEDE MAS si a partir de un conocimiento yentendimiento compartido que nos permita entender por qué estamos hoy donde

estamos como región, logramos construir una propuesta verdaderamentecolectiva, que sume y multiplique, que jamás reste y divida, que se convierta en la

partitura de una obra de todos para todos: EL DESARROLLO REGIONAL.

Los COLOQUIOS DEL MAULE se realizarán todos los días Jueves entre las18:30 y las 20:30 estrictamente, en la Casa Central de la Universidad de Talca yserán animados y dirigidos por el Profesor de la Universidad de Talca Sr. SergioBoisier, de dilatada experiencia nacional e internacional en desarrollo regional.

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1.- La REGION DEL MAULE data prácticamente de la primera regionalización (1966). ¿Cree Ud. que las provincias de Curicó, Talca, Linares y Cauquenes conforman desde siempre o han llegado a conformar una verdadera REGION DEL MAULE? Si tiene dudas al respecto, explicítelas y sugiera una o dos líneas de acción para cambiar la situación. 2.- Imagine la siguiente situación: “ Yo he descubierto la fórmula mágica para lograr el desarrollo de la región y necesito identificar a los actores regionales relevantes para compartir la fórmula, difundirla y ponerla en práctica y salir así adelante”. ¿Puede la Mesa nombrar (nombre, apellido y posición principal) a cinco personas que sean actores relevantes para el desarrollo de la región? (Excluya a funcionarios de gobierno, oficiales de las FF.AA., parlamentarios, y miembros de las Iglesias, dado que no pertenecen a la sociedad civil).

COLOQUIOS DEL MAULE

OPINION GRUPAL 3

1.- La globalización es vista tanto como una amenaza a muchas regiones así como también una oportunidad. ¿Qué opinión tiene la Mesa en relación a la REGION DEL MAULE? ¿Cuál es el efecto prevaleciente? (Excluya la típica respuesta a la chilena, “un poco de esto y algo de lo otro”). 2.- ¿Cree la Mesa que la REGION DEL MAULE está vendiendo fuera de ella más productos “modernos”, como consecuencia de la apertura? Indique tres de esos productos.

COLOQUIOS DEL MAULE OPINION GRUPAL

4 1.- Las alianzas estratégicas están a la orden del día. ¿Qué alianza estratégica recomendaría la Mesa para que la REGION DEL MAULE se “asocie” con una o más regiones vecinas? En otras palabras, ¿cuáles serían las regiones “socias”? 2.- Se solicita a la Mesa dar su opinión en relación a la siguiente cuestión: ¿cuál sería el mejor instrumento de promoción y de marketing regional? Se pide mencionar sólo uno.

COLOQUIOS DEL MAULE OPINION GRUPAL

5

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1.- Usando la escala de uno a diez califique la capacidad y calidad del poder de negociación de la REGION DEL MAULE con:

a) el Estado chileno, las empresas nacionales y transnacionales, las organizaciones internacionales;

b) los actores relevantes de la sociedad regional; c) los municipios.

Si la evaluación de la Mesa fuera baja, ¿cuáles serían las dos o tres sugerencias para mejorar la situación? 2.- Parece evidente que el Estado chileno dista bastante de ser un Estado “moderno” desde el punto de vista territorial. En otras palabras su acción en esta materia está por debajo de lo que demanda la sociedad civil (CONADERE) y la sociedad política (LOS “FEDERALES”). ¿Podría la Mesa ponerse de acuerdo en la medida (una única medida) que más modernizaría al Estado en esta materia?

COLOQUIOS DEL MAULE OPINION GRUPAL

6 1.-El Presidente Ricardo Lagos dijo a EL MERCURIO (28/05/00, pág.D/2): “Si generamos espacios para la inversión y los nuestros no están, otros llegarán a invertir acá. Yo espero que inviertan los chilenos”. Imaginariamente traslademos este juicio a la REGION DEL MAULE. ¿Cuál sería la opinión de la Mesa acerca de un juicio equivalente? 2.- Las enseñanzas de Budha dicen: “ El sol se eleva en el cielo del Oriente y despeja la oscuridad del mundo sin perjuicios ni favoritismos para ninguna región”. Evidentemente el Estado no se comporta como el sol. Se pide que la Mesa indique cuál de las siguientes políticas económicas o instrumentos de política ha sido más perjudicial para la región en el pasado (considerar las dos últimas décadas):

a) política fiscal (ingresos y gastos del Fisco en la región) b) política monetaria (cantidad de dinero, tasa de interés) c) política cambiaria (valor del dólar) d) política tarifaria de servicios públicos (no importa la propiedad) e) política privatizadora

3.- El Gobierno ha prometido elevar la inversión pública de decisión regional del 42 al 50% durante su actual gestión. A precios constantes ello significará que la REGION DEL MAULE manejará (en el año 2006) una cifra comprendida en cuál de los siguientes rangos:

a) 10 a 20 millones de dólares b) 25 a 50 *************** c) 50 a 100************** d) 100 a 200*************

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COLOQUIOS DEL MAULE

OPINION GRUPAL 7

1.- La Mesa, que supondremos representa al Gobierno Regional (Intendencia+Consejo Regional) ha recibido dos propuestas para dar cumplimiento a la instrucción presidencial de diseñar un nuevo programa de desarrollo para la región, aún dentro del año en curso. Una de las propuestas consiste en un acabado estudio de un Plan Sexenal de Inversiones; la otra consiste en un fundamentado discurso verbal y escrito sobre la cuestión del desarrollo de la REGION DEL MAULE. La Mesa debe optar por una u otra alternativa fundamentando su opinión. 2.- A partir de 1990 la REGION DEL MAULE ha preparado dos propuestas de desarrollo. ¿Puede la Mesa citar tres programas, iniciativas, proyectos u obras que claramente emanen de estos documentos? ¿Ha cambiado significativamente en algo la situación regional como producto de estas dos propuestas gubernamentales?

COLOQUIOS DEL MAULE OPINION GRUPAL

8 1.- La “asociatividad” es muy importante para acumular capital social: ¿Cómo cree la Mesa que se compara el nivel agregado de asociatividad en la REGION DEL MAULE con la que se observa en el país?

a) Muy superior en la región b) Levemente superior en la región c) Igual d) Levemente inferior en la región e) Muy inferior en la región

2.- Usando una escala de uno a diez, ¿cómo calificaría la Mesa la confianza en el

Gobierno Regional actual para generar una propuesta de desarrollo moderna, movilizadora, estructuralmente transformadora, eficaz, etc.?

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9 1.- ¿Cuál de las siguientes instituciones/organizaciones regionales cree la Mesa está en mejores condiciones para generar CAPITAL SINERGETICO en el Maule?

a) El Gobierno Regional (como Intendencia+SEREMI´s) b) El Gobierno Regional (como Consejo Regional) c) La(s) Universidad(es)

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d) La Corporación de Desarrollo e Inversiones del Maule e) MAULE ACTIVA f) Otra

2.- La construcción social de la REGION DEL MAULE es ahora un proceso todavía más urgente, entre otras cosas, para “defender” a la Región de la (alienación) de la globalización. ¿Cree la Mesa suficiente realizar este proceso dentro de un “gabinete” o bien se piensa que debe hacerse “en la calle”?. Si éste fuera el caso, ¿cuál de los siguientes mensajes (a ser pintado en paredes, transformado en afiche, difundido por los medios de comunicación social, etc.) sería el más adecuado? ¿Se puede justificar la opinión?

a) NUESTRA REGION: un sueño común b) EL MAULE: un río que hace región c) REGION DEL MAULE: nuestro pasado y nuestro futuro nos une d) REGION DEL MAULE: un tejido virtual de comunas e) REGION DEL MAULE: un río de oportunidades f) REGION DEL MAULE: con el corazón en la historia y la mente en el

futuro.

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10 1.- Se pide a la Mesa construir el escenario tendencial (diez años) de la REGION DEL MAULE, en función de una evaluación probabilística de los elementos siguientes (favor marcar con una X la opinión de la Mesa):

DESARROLLO

Autonomía Reinversión Inclusión Sustentabilidad Identidad Mayor Mayor Mayor Mayor Mayor Igual Igual Igual Igual Igual

Menor Menor Menor Menor Menor

CRECIMIENTO

Inversión Consumo Exportaciones Importaciones PIB MAULE

Mayor Mayor Mayor Mayor Mayor Igual Igual Igual Igual Igual

Menor Menor Menor Menor Menor

¿Puede la Mesa justificar sus marcaciones?

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11 1.- La Mesa (supuestamente responsable de formular la propuesta de desarrollo regional) está forzada a indicar un único problema regional estructurante, es decir, el problema cuya remoción o aminoramiento es capaz de generar una “onda expansiva” de mejoramiento en diversos ámbitos del quehacer regional (esto es, constituye la “base o el fundamento técnico” del proyecto político regional). Por favor, señálelo y justifíquelo. 2.- Por favor comente la Mesa acerca de las razones que explican la ausencia de una suerte de “Comité Parlamentario del Maule” como instrumento de defensa y de lobby.

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12 1.- Transcurridos ya cuatro meses de instalado el nuevo gobierno (nacional y regional) y habiendo prácticamente terminado el ciclo de Coloquios, la Mesa cuenta ya con elementos de juicio como para pronunciarse acerca del futuro mediato (año 2006) de la Región como resultado de su propia propuesta de desarrollo (que aún no es conocida, por tanto se trata acá de hacer presunciones).

EN RELACION A:

La Mesa es muy

optimista La Mesa es

medianamente optimista

La Mesa es pesimista

Consolidación de una verdadera REGION DEL

MAULE

Crecimiento económico regional

Desarrollo regional

2.- Es posible que la UTALCA pueda materializar una iniciativa para crear un centro de análisis regional del Maule (CARMA). ¿Podría la Mesa sugerir una o no más de dos líneas iniciales de investigación empírica para dicho Centro? Se sugiere pensar dentro de grandes categorías, como por ejemplo, investigaciones económicas, o sociológicas, o tecnológicas, u otras.

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INDICE INTRODUCCION 2 CONCEPTOS DISCUTIDOS EN LOS COLOQUIOS 6

1.- Globalización y territorio. ¿Se justifica una preocupación acerca de el territorio en el contexto abrumador de la globalización? 6 2.- Si el territorio es ahora incluso más importante que antes, ¿quién es responsable de intervenir para potenciarlo? 9 3.- ¿Quiere decir que lo que sabemos sobre desarrollo regional no sirve? ¿Qué nuevo conocimiento hay que adquirir? 11 4.- Desarrollo y capital intangible. Una discusión indispensable para acercarse a la contemporaneidad 5.- Hacia una síntesis comprehensiva o un modelo útil para el fomento del desarrollo en la práctica 39 6.- La ingeniería de la intervención territorial. El proyecto político de la región 44 7.- A fin de cuentas, ¿qué tan novedoso es este planteamiento? 59 CONCLUSIONES 64 ANEXO I: Los cuestionarios para facilitar la participación en los Coloquios 68 BIBLIOGRAFÍA 74