Asociación genética entre la conformación de los aplomos en cerdas jóvenes y su capacidad reproductiva en la edad adulta

Boletín informativo nº 13

Control de la reproducción

Investigación al día

Las cojeras son un problema importante en producción porcina, de-bido a que disminuyen los niveles de bienestar de los animales y con-llevan pérdidas económicas. Una cerda coja sufre dolor y estrés, lo que tiene como consecuencia peores registros reproductivos. La conformación de los aplomos y la locomoción de los animales jóve-nes se asocia el riesgo de sufrir cojeras cuando son adultos. El propósito de un estudio* llevado a cabo en Suecia fue estimar los parámetros genéticos que determinan la conformación de los aplomos a los cinco meses de edad aproximadamente y relacionarlos con las características reproductivas de los animales una vez llegados a la edad adulta. Así, se recogieron datos de 123.307 cerdas de raza Swedish Yorkshire y los registros de 22.204 camadas (primer y segundo partos). Se analizaron ocho caracteres de conformación de aplomos y locomoción, y cuatro caracteres reproductivos. La heredabilidad de los primeros se estimó en un rango entre 0,02 y 0,20 y la de los segundos entre 0,06 y 0,10. Se encontró una correlación genética significativa entre la calidad de las pezuñas y la puntuación total de los aplomos y el número de lecho-nes nacidos vivos en la primera camada. La puntuación de la marcha

de las cerdas a los cinco meses de edad se correlacionó también posi-tivamente con el número total de lechones nacidos y nacidos vivos al primer y segundo parto, así como con el intervalo destete-cubrición en el segundo parto. La mala posición en estación se correlacionó negati-vamente de forma marcada con el número total de lechones nacidos y nacidos vivos en el primer y segundo parto. Todo ello indica que las cerdas con mejores puntuaciones en los caracteres locomotores y de conformación de los aplomos cuando son jóvenes consiguen mejores registros reproductivos en el primer y segundo partos: camadas más numerosas y un intervalo destete-cubrición más corto.La heredabilidad de estos caracteres y su correlación genética favora-ble permitirían la mejora simultánea de la calidad de los aplomos y la capacidad reproductiva mediante la selección de las cerdas jóvenes con mejores caracteres de locomoción y conformación de las patas.

*Hong Thu Le, Katja Nilsson, Elise Norberg, Nils Lundeheim. Genetic association between leg conformation in young pigs and sow reproduction. Livestock Science. August 2015. Volume 178, pp. 9-17. doi:10.1016/j.livsci.2015.05.025

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Técnica quirúrgica de la vasectomía en verraco En los sistemas actuales de producción porcina se hace indispen-sable el uso de verracos dentro de la explotación para el correcto manejo reproductivo de la cerda reproductora así como de la nu-lípara, tanto para la inducción de una correcta ovulación y estro como para la detección del mismo: son los denominados “verra-cos de recela”. Los machos utilizados se seleccionarán de entre razas con las ca-racterísticas y aptitudes necesarias para esta función, como son fuerte olor corporal, docilidad y facilidad de manejo, etc. Para su obtención, si nuestros finalizadores no fuesen adecuados para este fin, bastaría con comprar unas dosis de Duroc o Ibérico para cubrir alguna de las reproductoras de la explotación y así obtener los fu-turos recelas de entre su descendencia. Para evitar gestaciones indeseadas por verracos destinados única y exclusivamente a la recela, cuya descendencia tendría un bajo valor comercial, hemos de proceder a su vasectomización. Paso a describir la técnica anestésica y quirúrgica empleada.

La vasectomización se puede llevar a cabo a cualquier edad y peso del cerdo. Sin embargo, según mi experiencia, hay un peso óptimo al cual el coste del procedimiento será inferior y, sobre todo y más importante, ganaremos manejabilidad y comodidad a la hora de realizar la técnica. Este peso se establece en una hor-quilla de 15 a 25 kg. El instrumental que necesitaremos es bastante simple, basta con un mango de bisturí nº 4, hojas de bisturí, unas tijeras Metzem-baum rectas A/R, un portaagujas Mayo-Hegar, unas pinzas de di-sección Adson y varias pinzas hemostáticas tipo Moskito-Halsted. Necesitaremos también gasas, desinfectante yodado, material de sutura, jeringuillas y agujas G25 0.25 x 16 mm (1). En primer lugar sedamos al animal, preferentemente con aza-perona. Utilizaremos azaperona mejor que xilacina, debido fun-damentalmente a la vasoconstricción periférica que provoca la xilacina y que dificulta posteriormente la inducción anestésica intravenosa; esta vía es la más interesante ya que obtendremos

David EspigaresTécnico Porcino

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con ella una anestesia de mayor calidad y una inducción en un plazo inferior de tiempo. Una vez transcurridos 10 minutos aproximadamente, cuando el estado de sedación es óptimo, se induce la anestesia con ketamina (ketamina solución inyectable 100 mg/ml) en la vena auricular. Para ello será importante que un ayudante nos sujete correctamente el animal, presione en la base del pabellón auricular para ingurgitar las venas auriculares y nos facilite el acceso a una vena de tamaño apropiado para la in-yección del anestésico (2). Tras 3-5 minutos tendremos al animal

perfectamente anestesiado durante unos 20-30 minutos, tiempo suficiente para vasectomizarlo.Colocamos al animal en posición decúbito dorsal (3), colocando algún material pesado de sujeción a ambos lados con el fin de mantener fija la posición (bloques de hormigón o garrafas de agua) y limpiamos y desinfectamos la región inguinal con una solución yodada (4, 5). Una vez limpia y desinfectada el área quirúrgica, realizamos una incisión en la región media de unos 5-6 cm de longitud (6). Mediante disección roma (7, 8) atravesamos el tejido subcutáneo hasta que visualizamos los canales inguinales, reconocibles al con-tener arteria y vena testicular que les confieren un tono oscuro que contrasta con el tejido subcutáneo. Se pueden palpar fácilmente cuando retraemos el testículo (9, 10). Podemos traccionar con los dedos el canal inguinal (11) e introducir una pinza o mosquito por debajo, con el fin de fijar la posición para poder trabajar en él (12). Realizamos la disección de la fascia vaginal y la túnica espermáti-ca hasta acceder al conducto deferente, que se visualiza como un cordón de color blanco nacarado dentro del canal entre arteria y vena testicular (13, 14). Hay que ser cuidadoso en la disección del cordón para no dañar el plexo pampiniforme. Una vez tenemos diseccionado el conducto deferente, realiza-mos dos ligaduras con una separación de unos 2 cm (15, 16).

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Ceva Salud Animal S.A.www.ceva.es - cevasalud-animal@ceva.comCarabela La Niña, 12 - 08017 BarcelonaTel.: 902 36 72 18 - Fax: (34) 932 920 669

Posteriormente, seccionamos la parte de conducto que queda entre las ligaduras (17) y reintroducimos el conducto en el canal (18). Realizamos la acometida del otro canal con idéntico proce-dimiento. Una vez tenemos ambos conductos deferentes ligados y seccio-nados cerraremos ambos canales inguinales con sutura sintética absorbible (ácido poliglicólico o gliconato), grosor de 2/0 a 0, y aguja HS26. Es interesante traccionar hacia arriba del tejido cir-cundante a la apertura del canal inguinal o de los extremos con el objetivo de tener una buena perspectiva de la incisión realiza-da anteriormente que ahora tenemos que cerrar (19).

Una vez hemos cerrado ambos canales inguinales, suturamos el tejido subcutáneo (20) y finalmente la piel. Se utiliza siempre sutu-ra sintética reabsorbible. La piel puede suturarse con puntos suel-tos si no se tiene experiencia realizando suturas, o bien mediante sutura continua (21 a 24). Finalmente, aplicamos una solución desinfectante sobre la sutura y región circundante (25), un antibiótico de larga acción y un analgé-sico inyectable. No son necesarios unos cuidados postoperatorios especiales, si bien se aconseja mantener un buen nivel de higiene en la cuadra donde se vayan a tener alojados los animales recién vasectomizados.

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Para más información contactar con David Espigares

david.espigares@ceva.com

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