contribuciones especiales

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UN AGRAVIO COMPARATIVO INTOLERABLE Art. 129. Cuando la realización de una obra pública municipal beneficie a los propietarios de inmuebles y contribuyan a aumentar el valor de dichos inmuebles, dará lugar a una contribución especial, excluyéndose las obras pagadas a prorrata por los propietarios. Este es uno de los artículos de la Ley que regula la imposición de contribuciones especiales. De la tristemente famosa obra de la Plaza, hay un par de cosas que son las que más han llamado la atención. Por un lado, no cabe duda porque ha estado en boca de mucha gente, lo innecesario de dicha obra y el gasto exagerado y superfluo que ha supuesto, y que lo convierte en un derroche. Y por otro la ausencia de imposición de contribuciones especiales, ese tipo de tasa que han tenido que soportar todos los vecinos de Zuera, cuando han visto arregladas, modificadas o asfaltadas las calles donde viven. Calles y plazas, se llamaran Candevanía, Los Arenales o plaza de la Iglesia. Y se hicieran, contando con subvenciones de otras Administraciones o sólo con la aportación del Ayuntamiento. La falta de imposición de dicha tasa en el caso de la plaza adquiere un carácter más escandaloso, si tenemos en cuenta que algunas de las familias afectadas por la obra tienen un parentesco directo con las personas que actualmente gobiernan el Ayuntamiento. No sólo se ha creado un agravio comparativo con el resto de las familias propietarias de inmuebles en todo el municipio, que en su día pagaron religiosamente, sino que en este caso hay motivos para pensar que, una vez más, quienes nos gobiernan han actuado de manera

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Artículo crítico con gobierno municipal

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UN AGRAVIO COMPARATIVO INTOLERABLE

Art. 129. Cuando la realización de una obra pública municipal beneficie a los

propietarios de inmuebles y contribuyan a aumentar el valor de dichos inmuebles, dará

lugar a una contribución especial, excluyéndose las obras pagadas a prorrata por los

propietarios.

Este es uno de los artículos de la Ley que regula la imposición de contribuciones

especiales.

De la tristemente famosa obra de la Plaza, hay un par de cosas que son las que más

han llamado la atención. Por un lado, no cabe duda porque ha estado en boca de

mucha gente, lo innecesario de dicha obra y el gasto exagerado y superfluo que ha

supuesto, y que lo convierte en un derroche. Y por otro la ausencia de imposición de

contribuciones especiales, ese tipo de tasa que han tenido que soportar todos los

vecinos de Zuera, cuando han visto arregladas, modificadas o asfaltadas las calles

donde viven. Calles y plazas, se llamaran Candevanía, Los Arenales o plaza de la

Iglesia. Y se hicieran, contando con subvenciones de otras Administraciones o sólo

con la aportación del Ayuntamiento. La falta de imposición de dicha tasa en el caso de

la plaza adquiere un carácter más escandaloso, si tenemos en cuenta que algunas de

las familias afectadas por la obra tienen un parentesco directo con las personas que

actualmente gobiernan el Ayuntamiento. No sólo se ha creado un agravio comparativo

con el resto de las familias propietarias de inmuebles en todo el municipio, que en su

día pagaron religiosamente, sino que en este caso hay motivos para pensar que, una

vez más, quienes nos gobiernan han actuado de manera abusiva y prepotente,

despreciando al conjunto del vecindario o, lo que es todavía peor, tomándonos por

tontos.

Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina y éste debería ser un

motivo más para sopesar si queremos que Zuera continúe gobernada por este tipo de

personas arbitrarias e injustas o merece la pena poner en su lugar gentes más serias y

competentes.