contra la pared reporte completo

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  • Contrala paredEstado de la Educacinen Mxico 2009

  • Los autores reconocen el aporte y orientacin que ofrecieron, en distintas fases del trabajo, lassiguientes personas: Mariel Escobar (INEE), Bernardo Naranjo (Proyecto Educativo, S.C.), SabinaAlkire (OPHI), Cintya Martnez, Yadira Peralta y Marlene Gras (Mexicanos Primero).

    Reconocemos la disponibilidad de los siguientes funcionarios y sus respectivos equipos de trabajopara responder a las solicitudes de Mexicanos Primero sobre informacin estadstica pblica: AnaMara Aceves (DGEP), Patricia Ganem (CONAPASE), Leticia Gutirrez (DGPDS) y Hctor Robles (INEE).

    Agradecemos las recomendaciones generales y las colaboraciones originales que, para esta obra,ofrecieron solidariamente un grupo destacado de especialistas internacionales: Ins Aguerrondo(Argentina), Harry Anthony Patrinos (Canad), Andreas Schleicher (Alemania), Sylvia Schmelkes(Mxico), Denise Vaillant (Uruguay) y Grover Whitehurst (Estados Unidos).

    Agradecemos el apoyo de las siguientes personas: Abelardo Avils, Grisel Espinosa, Viviana Tovar,Paolo Bonnave, Adriana Melndez, ngel Tovar, Alicia Caldern, Alberto Romay, Diana Espinosa,Ignacio Guzmn, Lesvia Tovar, Eduwiges Gmez, David Rodrguez, Fidel Antonio Melndez.

    DR Los autores por sus textos.Copyright 2009, Mexicanos Primero Visin 2030, A.C.Impreso en Mxico, octubre 2009

    Queda prohibida la reproduccin total o parcial de este libro por ningn medio o mtodo sin la previa autorizacin del editor.

    CONTRA LA PARED

    David Caldern Coordinacin general

    Ivn Barrera y Antonio de HaroInvestigacin

    Paulina Rocha/Tres PicosCoordinacin editorial

    Daniela RochaDiseo

    Cintya Martnez Villanueva /Yadira Peralta TorresRevisin tcnica

    Enzia VerduchiCorreccin de estilo y cuidado editorial

    EURO RSCG Becker / Adriana Del Valle TovarFotografa

    Concepto Grfico, diseo y edicin / Susana Guzmn de Blas y Armando Mendoza LeyvaFormacin

    MEXICANOS PRIMERO

    CONSEJO DIRECTIVO

    Claudio X. Gonzlez GuajardoPresidente

    Alejandro Ramrez MagaaVicepresidente

    David Caldern Martn del CampoDirector General

    Bruno Ferrari Garca de AlbaPablo Gonzlez GuajardoSissi Harp CalderoniFernando Landeros VerdugoAlicia Lebrija HirschfeldRoberto Snchez Mejorada

    PATRONATO

    Emilio Azcrraga Jean, Alejandro Baillres Gual, Agustn CoppelLuken, Jos Antonio Fernndez Carbajal, Carlos Fernndez Gonzlez,Claudio X. Gonzlez Guajardo, Pablo Gonzlez Guajardo, Carlos HankGonzlez, Sissi Harp Calderoni, Fernando Landeros Verdugo, AliciaLebrija Hirschfeld, Alejandro Ramrez Magaa, Carlos Slim Domit

    CONSEJO ACADMICO

    Miguel Basnez Ebergeny, Gustavo F. Iaies, Roberto Newell Garca,Bernardo Naranjo Piera, Harry A. Patrinos, Federico Reyes Heroles,Lucrecia Santibez Martnez, Sylvia Schmelkes del Valle

    EQUIPO DE TRABAJO

    Cintya Martnez VillanuevaDireccin de Vinculacin y Operacin

    Adriana del Valle TovarDireccin de Movilizacin y Comunicacin

    Francisco Melndez Garca Coordinacin Administrativa

    Lorea Palacios Urquiola Coordinacin de Medios

    Yadira Peralta TorresInvestigacin

    Laura Castillo Carro Asistente de Direccin

  • PresentacinClaudio X. Gonzlez Guajardo

    PrlogoDavid Caldern

    CAPTULO 1

    Valoracin generalDavid Caldern

    CAPTULO 2

    El estado de la educacin en las entidadesfederativas a travs del ndice DesempeoEducativo Incluyente (IDEI)Antonio de Haro

    CAPTULO 3

    El Primer Concurso Nacional Pblico deOposicin para el Otorgamiento de PlazasDocentes (Ciclo 2008-2009)Ivn Barrera

    EplogoDavid Caldern

    ndice

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    EN

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    DAR TU PROPIA RESPUESTA

    Es lugar comn afirmar que la educacin es la clave del desarrollo. Pero en nuestro pas hay un dficit grave de clari-dad y de honestidad al respecto. Nos queda realmente claro por qu el desarrollo est determinado por la calidadeducativa? En verdad estamos dispuestos, ms all de la retrica usual, a involucrarnos para avanzar en las deci-siones necesarias?

    Siendo algo tan crucial para nuestro futuro, lo menos que se puede decir es que para la mayora de los mexi-canos la educacin no est cumpliendo su papel de catalizador, de estrategia maestra para la justicia y la prospe-ridad. Las justificaciones posibles son muchas; pero ellas no nos llevan lejos. La escuela no est fatalmentecondenada a repetir las limitaciones de la comunidad que la circunda; la escuela est llamada a ser el proyectode la comunidad, no su reflejo. Como dice nuestro lema: Slo la educacin de calidad cambia a Mxico.

    Hay una complacencia, una enraizada tolerancia con procesos y resultados mediocres, que raya en la irrespon-sabilidad; si no nos involucramos decididamente en la trasformacin educativa, estamos todos poniendo a losnios y adolescentes de Mxico contra la pared.

    Ms an, la falta de una conciencia compartida sobre el estado real que guarda el sistema educativo, sus limi-taciones y posibilidades, es una de las condiciones que favorecen la pasividad y la inercia. En el mejor de los casos, in-cluso cuando hay pasin y voluntad de servicio, no contar con un marco comn de referencia sobre la educacinque necesitamos para el pas que queremos nos lleva a la dispersin y a la falta de foco en las pocas acciones quese emprenden para favorecer la calidad educativa, con lo que sus efectos se reducen y se disipan en el tiempo.

    Mexicanos Primero aspira, con este trabajo, a extender la invitacin a actuar. Es un ejercicio que, ante el enor-me reto que representa el cambio educativo, abordar temticas distintas cada ao, ofrecindonos materia para eldebate y sobre todo para la decisin, personal y colectiva. No es un nuevo diagnstico, sino una sntesis de losexistentes, buscando responder, al menos inicialmente, a la pregunta: Y qu puedo hacer yo?. Deseamos decorazn que, despus de leer y discutir este reporte, puedas dar tu propia respuesta.

    Claudio X. Gonzlez GuajardoPresidente del Consejo Directivo, Mexicanos Primero

    MEJOR EDUCACIN, MEJOR VIDA

    La educacin importa, tanto para los individuos como para los gobiernos. En los estados continentales deEstados Unidos, por ejemplo, la correlacin entre la mediana de ingreso de las familias y el porcentaje de lapoblacin que cuenta con el grado de licenciatura o superior es de +.86. Esto significa que el lugar que ocupacada estado en una ordenacin (ranking) en trminos del ingreso familiar es predicho casi perfectamente porla tasa de alcance del grado de bachillerato por los adultos dentro de ese estado. El alcance del grado debachillerato es fuertemente predicho, a su vez, por los niveles de logro acadmico en primaria y secundaria.

    Se obtienen resultados semejantes cuando los niveles de asistencia escolar y de logro acadmico se usanpara predecir las diferencias en el ingreso per cpita entre las naciones. El mensaje es claro: mejor educacinsignifica una mejor vida. La inversin gubernamental en la mejora de los resultados educativos genera retor-nos econmicos reales.

    The Brookings Institution se congratula en estar asociada con el trabajo de Mexicanos Primero. Los esfuer-zos que ustedes hacen para atraer la atencin pblica sobre la importancia que tiene la educacin y para esta-blecer indicadores a nivel estatal son una base necesaria y crtica para las mejoras de largo plazo en laeducacin dentro de Mxico.

    Grover (Russ) WhitehurstDirector del Brown Center on Education Policy, The Brookings Institution

    Presentacin

  • Poner a los alumnos contra la pared era una prcticatristemente comn en muchos sistemas educativos delpasado. No responder correctamente o no dar el resulta-do exigido tena como consecuencia el antipedaggicocastigo de colocar al nio o joven de pie, de espaldasa lo que ocurra en el grupo y de cara a la pared, a cortadistancia. El castigo por no aprender era seguir sin apren-der; se colocaba a las personas en la humillacin y sereiteraba el impedimento. Hoy esa detestable medida im-plicara, en la mayora de las escuelas, una demanda legalo al menos una airada queja, con justa razn. El punto esque, de una forma menos visible, pero igual de brutalen sus consecuencias ltimas, seguimos poniendo a lasgeneraciones jvenes de Mxico contra la pared.

    Qu es la pared? La pared es el cierre de las opor-tunidades vitales. La educacin es un derecho, el dere-cho a alcanzar la plenitud propia de capacidades parala vida por obra del aprendizaje significativo y continua-do. Sin educacin de calidad, las generaciones presentesy futuras de mexicanas y mexicanos estn condenadas atopar con un enorme muro, es decir, con graves barre-ras para gozar de salud, para ejercer la ciudadana,asumir empleos bien remunerados y productivos, involu-crarse en relaciones satisfactorias, consolidar un entornosocial donde prive la seguridad, la corresponsabilidad,la confianza mutua y el Estado de Derecho.

    La intencin del presente trabajo es, en primer lugar,ofrecer una visin compacta y actualizada, basada en evi-dencia, de los insuficientes resultados que se obtienenen la actual condicin de los servicios educativos de soste-nimiento pblico. A partir de ello, valorar las principalesdecisiones de poltica educativa del ao que transcurri,para determinar a qu punto se estn implementandolas acciones que nos conducen en la direccin correcta.Finalmente, planteamos conclusiones y recomendacio-nes para ratificar o rectificar esas decisiones, en un marcocomn para la demanda y la incidencia ciudadana.

    El captulo 1 ofrece la panormica tanto de los re-sultados educativos y sus consecuencias sociales, ahon-

    dando en la nocin de lo que significa poner contra lapared, como de las decisiones de poltica pblica delciclo 2008-2009. El captulo 2 describe con datosduros y un ranking global el desempeo de los siste-mas educativos de las 32 entidades considerando losprocesos que traducen los propsitos educativos (docen-cia, supervisin y participacin de los padres) y relacio-nndolos con los resultados en los alumnos (inclusin,eficacia y aprendizaje). Los estados de la Repblica soncalificados en su desempeo comparndolos entre s,pero solventando la tpica objecin que se suele hacera los ordenamientos o rankings siempre a partir de unmnimo esperado que ajusta de antemano la peculiarcondicin de cada uno. El captulo 3, que en edicionessubsecuentes de este reporte anual ser una monogra-fa con una temtica distinta para cada ocasin, retratael proceso y resultados del primer concurso nacional deoposicin para plazas docentes, para despus recapitularlos aprendizajes y ofrecer recomendaciones.

    La esperanza fundada que anima este Reporte Anualest precisamente en el carcter liberador del conocimien-to: saber para actuar. Merecemos saber que estamosmuy lejos de lo que podramos alcanzar, pero tambinque el cambio es posible y que hay suficientes elemen-tos para confiar en que podemos desencadenarlo. Laeducacin es algo sumamente importante como paradesentendernos y dejarla a la deriva de las intenciones ycapacidades de la autoridad educativa o los sindicatosmagisteriales. En nuestro pas hay abundante talento ycompromiso; lo que nos limita frecuentemente es la fal-ta de focalizacin y de estrategia comn. Ha llegado lahora de tener el atrevimiento de entrometernos coninteligencia, con generosidad, con tino en lo que siem-pre ha sido nuestro, de todos. Es momento de arreman-garnos y comenzar a derribar la pared.

    David CaldernDirector General, Mexicanos Primero

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    Prlogo

    En el espacio poltico, es frecuente que se diga que hace falta un proyecto de Nacincompartido por todos. Es precisamente la educacin pblica el espacio privilegiado para quetal proyecto se haga explcito y concreto. Y ese cambio comienza a darse en la medida enque comprendemos su urgencia, identificamos la ruta y nos sumamos a las acciones.

  • Valoracin general

    DAVID CALDERN

    Captulo 1

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    Este primer captulo no busca sustituir dichos reportes,sino que los presupone e integra datos fundamentalesde las mismas fuentes. El conjunto de Contra la paredse concibe en la lnea de los reportes paralelos a travsde los cuales algunas organizaciones de la sociedadcivil de un pas complementan, analizan y contrastanla visin de las instancias oficiales. Sin dejar de lado elrigor en el manejo de las cifras, lo que se proponecomo meta este captulo es comunicar la urgenciade actuar. Queremos facilitar que se ample el nme-ro y calidad de los interlocutores para la toma de deci-siones educativas, seleccionando los indicadores mselocuentes y ponindolos en la trama de sus conse-cuencias visibles.

    UNA GENERACIN HERIDA

    LOS QUE PERDEMOS

    Cmo saber si avanzamos lo suficiente en el campoeducativo? Vayamos, para iniciar, a una perspectivadinmica de la cantidad educativa. Si observamos elconjunto del sistema educativo mexicano no como unafotografa esttica, sino como un flujo en el tiempo,como si se tratara de un video, notaremos una preocu-pante disminucin del nmero de estudiantes por cadageneracin de la misma edad cronolgica o cohorte,a medida que se progresa en los ciclos escolares.

    Al seguir puntualmente a cada generacin en edadescolar tpicamente, de 2200,000 a 2100,000 demexicanas y mexicanos encontraremos que su paso porlos niveles que les corresponde normativamente cuentauna historia de progresivo deterioro, por el efecto

    combinado de la inclusin tarda, la reprobacin yla desercin. Si a cada generacin en nuestro pas, na-cidos ao con ao entre 1988 y 2002, la visualizamoscomo un saln de clase con cien lugares, para el primerda de primaria no estarn presentes dos de cada ciennios (INEE, 2009). Ya hacia el ltimo da de la escolari-dad obligatoria, en tercero de secundaria, estn fuera dela escuela o en rezago 38 adolescentes de esa misma ge-neracin. Apenas cruzando el verano, cuarenta o cincuen-ta das despus, slo 46 de los 62 posibles estudiantesestarn efectivamente cursando el bachillerato o la edu-cacin profesional tcnica. Slo 25 de ellos cerrarnadecuadamente ese ciclo; apenas 13 concluirn unalicenciatura en tiempo y forma, y slo dos o tres conti-nuarn hacia un posgrado (vase Tabla 1.1 y Figura 1.1).

    Con los ltimos datos disponibles consolidados, msde la mitad de los jvenes mexicanos de 15 a 18 aos es-tn por completo fuera de la escuela; en trminos ab-solutos, estamos hablando de al menos 4405,231personas (INEE, 2009: indicador AT02b-A). Esta pano-rmica es ms realista que la difundida comnmente,en la que se usa como indicador principal la Tasa brutade cobertura o Porcentaje de atencin a la demanda, conresultados que an reuniendo todas las entidadessuperan el 100% para primaria (lo cual es, en estrictalgica, imposible); as, se puede anunciar oficialmenteque la previsin sobre cobertura para el global de la edu-cacin bsica es alcanzar el 101.8% en el ciclo 2009-2010 (Presidencia de la Repblica, 2009, p. 455).

    La cobertura casi universal de educacin bsicaes un constructo que se aviene poco a la transparenciaprecisa, una pieza de discurso demaggico que impideuna conciencia ampliada en la opinin pblica sobre fe-nmenos como la importante desercin en secundaria

    Valoracin general

    Cada ao, la Presidencia de la Repblica incluye en su informe de gobierno un voluminosoapartado con el reporte de avance en el cumplimiento del Plan Sectorial de Educacin. Engeneral, ese reporte subraya multitud de cifras que refieren el crecimiento en volumen: msestudiantes, ms planteles, ms becas (p. ej., Presidencia de la Repblica, 2009, pp. 451-480).

    Con la misma frecuencia, atendiendo a sus atribuciones y responsabilidades, el Institu-to Nacional para la Evaluacin de la Educacin (INEE) presenta el Panorama Educativo deMxico correspondiente al ao anterior. Se trata de un amplio despliegue de indicadoresque dan cuenta, con un claro acento en la calidad y los parmetros normativos, de los mo-vimientos en la estadstica educativa nacional.

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    y la gran incapacidad de conectar a los egresados de esenivel con las opciones de educacin media superior.

    Las cifras de los reportes oficiales ponen el acento enla comparacin entre inscritos y egresados, en grandesgrupos de edad, de manera que el problema a simplevista parece menor de lo que resulta en la realidad co-tidiana. Por ejemplo, este ao se report una eficienciaterminal de 93.8% y 80.9% para primaria y secunda-ria, respectivamente (Presidencia de la Repblica, 2009,p. 460), dato que no considera las implicaciones de losestudiantes que no se encuentran ya en la edad norma-tiva para cursar el grado en el que estn inscritos. Conun poco ms de seriedad, en el Programa Sectorial deEducacin (SEP, 2007) se compromete, para el final delsexenio, las cifras de 99%, 68% y 30% respectivamente

    como metas de cobertura para primaria, secundaria ybachillerato. Independientemente de si los desempeosactuales permitirn o no alcanzar esas metas, la polticadeseable es una concentracin en trayectos exito-sos y no en la mera matriculacin.

    La primera constatacin que podemos hacer sindejar de reconocer el gran esfuerzo que hace el paspara garantizar el acceso a la educacin bsica es quevamos perdiendo en forma dramtica, etapa por etapa,la capacidad de asegurar un trayecto educativo regularpara todas y todos. Cada generacin llega herida alos espacios en los que la escolarizacin comienzaa rendir sus mejores frutos para ampliar las opor-tunidades personales y colectivas, que son las etapasdel bachillerato, el profesional tcnico y la licenciatura.

    TABLA 1.1

    Poblacin

    Grado absoluta Porcentaje de la

    Ciclo normativo inscrita en grado cohorte en grado

    Edad escolar correspondiente normativo y ms normativo y ms

    6 98/99 1o. primaria 2046,103 89.09%

    11 03/04 6o. primaria 1420,342 64.54%

    12 04/05 1o. secundaria 1335,301 60.68%

    14 06/07 3o. secundaria 1191,701 54.82%

    15 07/08 1o. educacin media superior 995,590 43.95%

    La cohorte que se sigue son los nacidos en 1992. Los datos consideran la poblacin escolarizable en relacin al censo INEGI de 2000, el conteo INEGI de 2005 y la estimacin para

    2008 del CONAPO, con los ajustes de defuncin y migracin fuera del pas.

    Fuente: Elaboracin propia, estimaciones a partir del indicador AT-02b-A de INEE 2009, Estadsticas continuas del formato 911 (inicio del ciclo escolar 2007/2008), DGPP-SEP

    y Proyecciones de la poblacin de Mxico 2005-2050, CONAPO.

    Inician primaria:98%

    Inician EMS: 46%

    Terminansecundaria:62% Terminan

    EMS: 25%

    Terminan licenciatura13%

    FIGURA 1.1

    Avance promedio para poblacin en edad escolar y matrcula, a partir del referente edad simple 15 aos y grado escolar para 2007/ 2008. FFuueennttee: Elaboracin propia, estimaciones a partir del indicador AT-02b-A de INEE 2009, Estadsticas continuas del formato 911 (inicio del ciclo escolar 2007/2008), DGPP-SEP y Proyecciones de la poblacin

    de Mxico 2005-2050, CONAPO.

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    La multitud de consecuencias concretas de estasangra las trataremos ms adelante, en el apartadoLa pared. Por ahora, baste recordar el estudio (ESRU,2008) en el que se muestra como el ingreso mensualpromedio de una persona avanza apenas $752 pesosmensuales si concluy la preparatoria como mximonivel de estudios ($6,106) con respecto a la situacinde quien termin la secundaria ($5,354); se trata de unatasa de mejora incluso menor con respecto a lo queocurre entre la propia secundaria terminada y la prima-ria, pues el plus que se logra al pasar de una situacina otra en ese segundo caso es de $1,232 extras. Eldespegue en el ingreso personal y por lo tanto lamejor oportunidad para romper el techo de cristaly sumarse a la movilidad social se halla ms adelan-te, hasta la frontera de contar con licenciatura con-cluida, donde el monto va ms all del doble con uningreso mensual promedio de $13,807, mientras queconcluir el posgrado habilita para ingresos de ms deltriple que en licenciatura, con un promedio de $51,891pesos, es decir, ocho veces ms que contar con slo ba-chillerato y diez veces ms que contar con slo secun-daria (vase Figura 1.2).

    El hecho es que tenemos un sistema educativoque no previene el tropiezo, que no incluye lo su-ficiente, que no logra absorber entre ciclos y queeventualmente expulsa a una parte significativade sus estudiantes.

    UN SISTEMA EXCLUYENTE

    Mirar de verdad a los estudiantes mexicanos exige unaperspectiva que no slo los acumule como unidadesestadsticas en sumatorias globales y promedios queofuscan la comprensin precisa de las situaciones. Con-centrarnos en la matriculacin, la simple asistencia, nonos acaba de explicar qu pasa si se van de la escuelay por qu ocurre que se vayan.

    Un gran avance en la investigacin educativa es ladecisin del INEE de construir y seguir un indicador queseale el cumplimiento de la normativa explcita sobreel compromiso que tiene el Estado para asegurar la edu-cacin bsica para cada mexicano. La Norma de Es-colarizacin Bsica (NEB) es un referente que consideralas garantas sealadas en el texto constitucional y loscompromisos que se desprenden de ellas en la Ley Ge-neral de Educacin. El incumplimiento de la NEB descri-be un contexto estructural de violacin del derecho ala educacin; adems de ubicar lo frecuente que pue-da ser dicha situacin, es crucial reconocer su intensidad,la severidad en que esas garantas no se cumplen y elagravamiento posible en el hecho de que este incum-plimiento toque a familias enteras. Es grave que en-contremos a nios que interrumpen su asistencia a laescuela, pero es ms grave an descubrir que hay hoga-res en los que se agolpa esta situacin para varios hijos,mientras que los mismos padres son analfabetas o per-sonas que no concluyeron la educacin bsica.

    As, la inclusin educativa no se limita a pequeas ypublicitadas medidas en las que se remueven algunasbarreras al primer acceso para alumnos con alguna dis-capacidad, o para nios de una etnia determinada, osiquiera para buscar que no haya asimetra por gne-ro. La verdadera inclusin es algo ms profundo, puesse incluye no slo cuando hay relativa accesibilidad alos servicios educativos de sostenimiento pblico, sinocuando el sistema de verdad incorpora a las personas,se pone a su servicio, consolida sus trayectos y previeneante bajos resultados posibles. Ms an, es claro que unsistema educativo es excluyente cuando se ve la repro-bacin como algo normal, cuando hay bajas tasas deabsorcin entre niveles, cuando no hay una poltica na-cional explcita para abatir la desercin. Tal es el casode Mxico.

    La generacin herida es un estrujante testimoniocon respecto de un sistema que urge mejorar. Ms que

    Sin estudios

    Primaria Secundaria Preparatoria Licenciatura Posgrado

    40.0%

    35.0%

    30.0%

    25.0%

    20.0%

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    10.0%

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    5.0%

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    30,000

    20,000

    10,000

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    FIGURA 1.2

    Ingresos promedio por nivel de estudios concluido. Fuente: ESRU, 2008.

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    una mayor inclusin educativa que avanza con peque-os pasos tmidos, se necesita que todo el sistemaresponda a una visin de educacin incluyente:de fondo, toda ella, por principio ha de ser incluyente.Estas reflexiones nos parecen tan importantes comoprincipios orientadores de poltica pblica que precisa-mente fueron usados como fundamento y justificacinde la seleccin de datos a partir de la cual calificaremosel desempeo de los 32 sistemas educativos de las en-tidades de Mxico, como se detalla en la nota tcnica alfinal del captulo 2. No es slo una cuestin tcnica quetambin lo es, y rigurosa es sobre todo una cuestinde convicciones sobre el bien pblico de la educa-cin: la desercin y el rezago no son un problema deellos, los desertores y rezagados, sino un problemanuestro, de todos.

    Como se concibe ya en los instrumentos internacio-nales, la inclusin abarca la presencia, participacin ylogro de todos los estudiantes, involucra un nfasis par-ticular en aquellos grupos en riesgo de marginacin,exclusin y bajos resultados, y es inseparable de las exi-gencias de calidad en el aprendizaje (UNESCO, 2005). Laatencin a alumnos en riesgo es, pues, un imprescin-dible para cualquier sistema educativo pblico yen Mxico se vuelve una clave para calificar eltrabajo de la autoridad educativa.

    La educacin incluyente apunta como meta al apren-dizaje. No se trata nicamente de que no falte ningu-no, de que todos vayan a la escuela. Se necesita eso, yadems que vayan en provecho, que en la escuela paselo que tiene que pasar, es decir, que se aprenda. El sis-tema tiene que incluir en el conocimiento, como exponeIns Aguerrondo:

    INCLUIR EN EDUCACIN ES INCLUIR EN EL CONOCIMIENTO

    En Amrica Latina, la escuela ha sido una de las institu-

    ciones ms eficaces. Gracias a ella hoy grandes masas de

    nuestros pueblos tienen acceso a la cultura letrada. Pero

    hemos llegado a un techo. El desafo que queda es supe-

    rar la exclusin.

    A pesar de los indudables buenos propsitos, las nue-

    vas prcticas no han implicado cambios en el curriculum

    o en la propuesta de enseanza ya que lo ms comn es

    que sean los estudiantes quienes deban adaptarse a las

    normas, estilos, rutinas y prcticas del sistema educativo

    clsico, en lugar de que stos cambien atendiendo a las

    necesidades diferentes de los estudiantes. No es extrao

    por ello que las tasas de abandono de los alumnos de

    ciertos sectores se incrementen cuando se integran en

    escuelas que no han llevado a cabo un cambio curricular

    y pedaggico serio y comprehensivo. La escuela tiene la

    obligacin de responder a las expectativas y necesidades

    de todos los nios y jvenes teniendo en cuenta que la

    integracin slo ser posible si se proveen oportunidades

    de aprendizaje efectivas.

    Esto es porque la verdadera inclusin es la inclusin en

    el conocimiento. Es necesario superar la idea de inclusin

    como incorporacin al sistema educativo y reemplazarla por

    inclusin al conocimiento. Hoy educacin de calidad quiere

    decir educacin que permita a todos la inclusin en el cono-

    cimiento vlido. La educacin mantendr su capacidad

    histrica de contrarrestar las tendencias hacia la inequidad,

    acentuadas como consecuencia del nuevo capitalismo glo-

    balizado, a condicin de que sea capaz de distribuir el tipo

    de educacin y las competencias de conocimiento corres-

    pondientes a las necesidades de la sociedad de la informa-

    cin y del conocimiento.

    La escuela como institucin, y los nuevos entornos de

    aprendizaje que estn surgiendo, tienen la posibilidad de dar

    ms integracin en un mundo de desiguales si es que se

    parte de una nueva visin. El conocimiento vlido para la

    modernidad no es el conocimiento vlido para la sociedad

    del conocimiento. Los sistemas escolares se organizaron

    para diseminar en la sociedad el modelo de conocimiento

    racional del Iluminismo, y tuvieron xito en ello. Pero ese mo-

    delo est tambin agotado, fuera de uso en el mundo actual

    que genera conocimiento como parte del avance social.

    Hoy se requiere un pensamiento complejo y sistmico que

    permita resolver problemas y enfrentar la incertidumbre.

    Por esto, el foco de atencin es la transformacin de los

    sistemas educativos y de las escuelas para que sean capa-

    ces de atender la diversidad de necesidades de aprendizaje

    del alumnado y, a partir de ellas, puedan lograr su inclu-

    sin en el conocimiento.

    Ins AguerrondoConsultora de la Unidad de Investigacin y Asistencia Tcnica

    Instituto Internacional de Planificacin de la Educacin IIPE/UNESCO

    La supervivencia escolar, en la situacin actual, escomparable a lanzar una moneda al aire: hoy en Mxicopara cada alumno las posibilidades de alcanzar untrayecto escolar completo son de 50/50, cuando

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    normativamente, en el texto explcito del Artculo 3Constitucional, se hace el compromiso de asegurar elderecho a la educacin bsica para toda la poblacin. Ensntesis, la escolaridad promedio de Mxico 8.7 aos,segn la Presidencia de la Repblica 2009 equivale auna poblacin con escolaridad de segundo de secun-daria, lo que nos ofrece el referente de un pas con de-sarrollo trunco, en el que urge revertir las condicionesque desangran a cada generacin.

    Tal como plantea Aguerrondo, no es slo un asun-to de cobertura, de cantidad. La educacin incluyente oes de calidad, o sencillamente no es. La verdaderainclusin es que aprendan todos, que aprendan losuficiente, que aprendan lo que necesitan para lavida social del presente y puedan seguir apren-diendo toda la vida: que se cumpla, pues, en cadauna, en cada uno, su derecho a una educacin decalidad.

    CALIDAD COMO DERECHO

    INSUFICIENCIA RECURRENTE

    Hemos trazado un seguimiento en el que cada gene-racin se va despoblando en su trnsito hacia la esco-laridad superior. El rezago educativo se est renovandodemogrficamente (Muoz Izquierdo, 2009); el hechoque los nacidos de 1970 hacia atrs vayan cediendo sulugar como proporcin de la poblacin de Mxico elrecambio generacional no ha trado consigo el efec-to de brincar el escaln y llevar el promedio nacional deescolaridad a siquiera diez aos.

    Pero visualizar las incidencias en el incumplimientodel derecho a contar con la educacin bsica completatiene que complementarse con revisar tambin la pro-fundidad de esa herida que debilita a cada generacin.Es lamentable que slo la mitad de cada genera-cin est llegando al bachillerato o equivalente; mstrgico an es que tratndose ya un grupo reduci-do y en cierto sentido seleccionado la calidad de suescolarizacin sea tan deficiente.

    Hasta hace poco tiempo eran slo medidas de volu-men, como la desercin o la reprobacin, las que esta-ban disponibles para conjeturar sobre la menor o mayorcalidad del sistema educativo nacional. En contraste,gracias a los exmenes estandarizados contamos ahora

    con elementos objetivos para comenzar a identificar ellogro de aprendizaje. Las pruebas EXCALE (diseadaspor el INEE) y ENLACE (diseadas por la DGEP) trazan unpanorama muy preocupante. Segn los propios estnda-res mexicanos ambas pruebas estn alineadas alplan de estudios oficial vigente se puede calcularque entre un cuarto y la mitad de los estudiantes mexi-canos de cada grado no alcanzan el nivel elemental, elmnimo aceptable que de ellos se esperara.

    Por ejemplo, en los resultados para matemticas dela prueba ENLACE 2008, encontramos que el 22% de losalumnos evaluados en sexto ao de primaria estnubicados en el nivel insuficiente. Pero si revisamos eltercero de secundaria, la proporcin de alumnos situa-dos en nivel insuficiente alcanza el 55.1%; para el lti-mo ao de bachillerato, la proporcin es de 46.5%(vase Figura 1.3).

    Como pas miembro de la OCDE, Mxico participa enel Programa Internacional de Evaluacin de Estudiantes,PISA por sus siglas en ingls. Es la evaluacin educati-va internacional ms consolidada, referente bsico paraun comparativo entre los distintos sistemas escolares.Muchas veces se destaca nicamente el ordenamiento

    FIGURA 1.3 ENLACE MATEMTICAS, 2008

    Insuficiente Elemental Bueno Excelente

    22.2%

    55.1%

    46.5%Media superior

    Secundaria

    Primaria

    37.8% 12.3% 3.4%

    35.7% 8.3% 0.9%

    54.3% 19.1% 4.4%

    Resultados de matemticas por nivel de logro en la prueba ENLACE 2008 paralos tres niveles.

    Fuente: Elaboracin propia con datos de DGEP, 2008.

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    por el resultado promedio de los pases. En 2006, laltima aplicacin con resultados publicados, Mxicoocup el lugar 30 de 30 entre los miembros de OCDE,y el 48 de 57 en la muestra ampliada, segn la escalapara el dominio de ciencias.

    Pero lo ms relevante de los resultados de Mxicoen PISA no est tanto en el ranking mismo, sino en la dis-tribucin de los niveles de logro. A diferencia de las eva-luaciones nacionales que antes mencionamos, PISA noest alineada al currculo, de manera que no examinasobre el aprendizaje de los contenidos del programa deestudio como tal, sino que valora las competencias, laposibilidad de resolver problemas ligados al dominiode las nociones y procedimientos matemticos, la com-prensin lectora y la puesta en juego de la apropiacincientfica, para la poblacin escolarizada que tiene entre15 y 16 aos cumplidos.

    Con los datos de PISA 2006 se confirma lo que hemosdicho: 56% de los estudiantes mexicanos que aplica-ron la prueba se ubican en los niveles 0 y 1, es decir, sinlas habilidades mnimas para enfrentar las demandasdel mundo contemporneo en trminos acadmicos(vase Figura 1.4).

    EL (D)EFECTO COMBINADO

    Articulando la cantidad y la calidad, en su efecto omejor, defecto combinado, se puede afirmar quecada generacin de mexicanos est llegando con un d-ficit del 75%: slo la mitad alcanzan a llegar al iniciodel bachillerato, y esa generacin diezmada, a su vez,slo cuenta en la mitad de sus integrantes con la pre-paracin suficiente para aspirar a seguir una trayectoriaregular. Por cada mexicano mayor de 15 aos encondiciones de avanzar en el aprendizaje, hayotros tres que van acumulando factores de vulne-rabilidad para su futuro a corto y mediano plazo.

    En la discusin internacional, las afirmaciones sonseveras: cantidad sin calidad puede significar simula-cin (PREAL, 2006). Como afirmamos en un trabajo previo(Abreu y Caldern, 2008), el impacto positivo de la cali-dad educativa en los distintos resultados sociales y eco-nmicos que se haban estudiado antes es mucho msfuerte y contundente con respecto a considerar ni-camente los aos de escolaridad cursados. Los aosadicionales de educacin no producen los mismos resul-tados en cualquier lado; si no hay una poltica nacionalexplcita y efectiva de aseguramiento de la calidad edu-cativa, el sistema no logra garantizar los mismosaprendizajes en la mayora de los nios (Filmer, Hasan yPritchett, 2006; Hanushek y Woessmann, 2007); por eso,en el largo plazo, alcanzar los mismos aos de escola-ridad puede no tener los mismos efectos para todos,como se ha demostrado para el caso de Mxico (Backhoffet al., 2007). Tristemente, los aos de escolaridad de lospobres siguen sin valer lo mismo que los de los estu-diantes de contextos con mejor ingreso.

    Tener una generacin herida tanto en cantidadcomo en calidad educativas hace que incluso las estra-tegias de transferencia econmica se queden sin efectonotable si no se avizora un umbral de calidad elemen-tal. Un estudio que recapitula las lecciones aprendidassobre el programa Oportunidades (Behrman, Parkery Todd, 2006) seala que los padres empobrecidos sonms consistentes para apoyar la asistencia de sushijos cuando las escuelas tienen mejores condicionespara el aprendizaje desde la infraestructura hastala asistencia y el trato de los maestros y cuentancon ms recursos didcticos, con lo cual las familias con-servan las transferencias condicionadas que otorga elprograma y se da continuidad a los efectos positivos

    FIGURA 1.4 PISA 2006

    Nivel 0 y 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 4 y ms

    47%

    56%

    51%Ciencias

    Matemticas

    Lectura

    31% 15% 3%

    25% 13% 5%

    29% 18% 6%

    Resultados por nivel de logro en la prueba PISA 2006 para los tres dominiosevaluados.

    Fuente: Elaboracin propia con datos de OCDE, 2007.

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    sobre las otras reas compensadas. Algunos impac-tos deseables del programa seran mayores si la ma-yora de los beneficiarios tuviesen acceso a escuelasde mayor calidad.

    No basta cursar individualmente muchos aos deescolaridad, pues sin cruzar el umbral de calidad esainversin de tiempo, de empeo colectivo, de desem-bolso familiar y social no va a ser significativa para el nivelde ingreso posterior. Y ello no slo tiene reflejo econ-mico, sino propiamente cultural: una escolarizacin deaos sin suficiente calidad, no va a desatar procesosslidos de autoestima o sentido crtico, de desplieguede autonoma tica o empeo por el cambio social; porel contrario, propiciar actitudes dependientes, confor-mistas, repetitivas, de masificacin y gratificacin po-bre e inmediata.

    No slo se descubre en el extremo inferior la limita-cin e inequidad de nuestro sistema. Si revisamos elextremo superior, aquellos estudiantes mexicanos quealcanzan el parmetro internacional de lo que se con-sidera excelente, tambin tenemos motivos para laconsternacin. Dichos estudiantes son pocos y no tie-nen garanta de continuar en ciclos superiores; ten-drn que competir contra muchos de sus coetneos deotros pases y la atencin que se les pueda ofrecer escrtica, pues sobre ellos pesa el grueso de la responsa-bilidad de las futuras tareas de liderazgo e innovacinen el pas.

    Los resultados de nuestro pas en PISA no slo arrojanun bajo promedio general; tambin podemos destacarque, del gran total de los estudiantes que presentaronla prueba en Mxico en 2003, una proporcin nfima apenas el 0.29% alcanz el nivel que se conside-ra avanzado en el estndar internacional (625 puntosy ms). Si cada cohorte de jvenes mexicanos quevan cumpliendo 15 aos ronda, como hemos dicho,los dos millones de personas, entonces en nmerosabsolutos menos de 3,500 de ellos previsiblementepueden cruzar ese lmite de desempeo.

    Un estudio apenas publicado (Pritchett y Viarengo,2009) ilustra la competencia desigual a la que se va aenfrentar esa pequea avanzada: el compacto grupode mexicanos coincidir con 124 mil coreanos que pun-tean igual. No slo la comparacin es desfavorable anteun pas que se caracteriza por los ms altos rendimientosgenerales: Estados Unidos tiene a 69 alumnos por cadamexicano de este nivel, y la India con su gran pobreza

    y un promedio general de desempeo ms bajo que elnuestro nos supera en una proporcin de 27 a uno;incluso Tailandia cuenta con casi tres veces ms jvenesque Mxico en el grupo mencionado (vase Tabla 1.2).

    TABLA 1.2 AVANZADOS EN PISA 2003 MATEMTICAS

    Jvenes con nivel avanzado en matemticas

    Jvenes con

    nivel avanzado Porcentaje

    Pas Cohorte en matemticas la cohorte

    Mxico 2007,721 3,493 0.29%

    India 21994,737 95,659 0.83%

    Tailandia 1021,145 10,979 1.51%

    Estados Unidos 4178,014 239,718 6.52%

    Rep. Eslovaca 85,095 6,012 9.42%

    Corea 701,056 124,020 18.20%

    Estimado de proporcin en la cohorte con altos resultados en pases seleccionados.

    Fuente: Tabla 1 de Pritchett y Viarengo, 2009.

    Si no cambiamos la lgica del sistema, la relacinentre el talento y las oportunidades va a estar distorsio-nada: slo por su poder de compra algunos van a llegarlejos en aos de escolaridad, pero sin sumarle despusa la riqueza y desarrollo generales; mientras que habrpersonas con talento que no van a ser recibidas porel sistema educativo superior, o van a encontrar barre-ras culturales y educativas que les alejen de trabajoscon alta rentabilidad social. Expandir los aos deescolaridad promedio de los mexicanos, sin quesimultneamente vaya aumentando la propor-cin de alumnos de alto desempeo, no nos va aalcanzar para activar el desarrollo.

    De prolongarse la tendencia a no contar en Mxi-co con un grupo suficiente en el extremo superior deldesempeo, no dispondremos de la fuerza de tareanecesaria para mantener a la nacin entera con sufi-cientes oportunidades. Slo cuando el paso por el sis-tema educativo permite desarrollar altas capacidadescognitivas y dichas capacidades se aplican a trabajossustantivos de innovacin (que requieren competen-cias tcnicas) y redistribucin (que requieren de com-petencias ticas y cvicas), entonces el crecimientoeconmico y la ampliacin de nuevas posibilidades deun pas como el nuestro pueden ir al paso de la din-mica mundial.

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    EL DERECHO A LA EDUCACIN DE CALIDAD

    Recapitulemos: en Mxico la educacin presenta gra-ves deficiencias en cuanto a cantidad, porque es un sis-tema que excluye, y con importantes problemas decalidad, porque no se alcanzan con suficiencia los pro-psitos inmediatos, es decir, no se estn produciendolos aprendizajes necesarios para cada uno, ni conve-nientes para todos.

    Las generaciones mexicanas llegan heridas, diezma-das en nmero, a las oportunidades de la educacinposbsica, y los jvenes que cruzan esa primera barre-ra tienen para enfrentar las tareas y aprovechar lasoportunidades inadecuados apoyos en cuanto a re-cursos exteriores y sobre todo insuficientes capacidadespara seguir aprendiendo por s mismos; ellos tambinse pueden encontrar contra la pared.

    La calidad, as, no es simplemente un atributodeseable de la educacin, sino un rasgo imprescin-dible, indivisible consustancial a la considera-cin de la educacin como un derecho. El derechoa la educacin no se reduce al derecho al acceso,sino que incluye el derecho a la permanencia, altrnsito regular y a los resultados equivalentes.

    Como se afirma en los acuerdos interamericanos(EPT/PRELAC, 2007):

    El acceso es un primer paso en el derecho a la educacin,

    pero su pleno ejercicio exige que sta sea de calidad, pro-

    moviendo el pleno desarrollo de las mltiples potencialidades

    de cada persona, con aprendizajes socialmente relevantes y

    experiencias educativas pertinentes a las necesidades y ca-

    ractersticas de los individuos y de los contextos en los que

    se desenvuelven. Es decir, el derecho a la educacin es el

    derecho a aprender a lo largo de la vida.

    Estar contra la pared, por los dficits de cantidad ycalidad, es una violacin sistemtica del derecho a laeducacin. Y en Mxico no hay una reaccin suficiente-mente vigorosa de parte de los ciudadanos justamentepor la baja calidad y limitado alcance de la educacin:estamos tan mal educados que no captamos lo impor-tante y urgente que es sacudirnos cuanto antes de estaslimitaciones; estamos tan mal educados que no sabe-mos lo importante que es la educacin.

    Nuestro recuento del Estado de la Educacin en Mxi-co no sera completo si no introducimos todava ese

    factor adicional. No slo tenemos una notable debilidaden la inclusin y calidad en la inclusin que implicacalidad, y en la calidad que implica inclusin del sis-tema, sino en la arraigada miopa y a veces falta devoluntad para reconocer la situacin.

    Comparemos la visin superficial y una perspectivainformada sobre el estado de la educacin en Mxico:hay una cobertura casi total de la demanda de educacinbsica vs. tenemos un grave problema de desercin yrezago; la calidad es insatisfactoria y es deseable me-jorar vs. la mitad de los estudiantes en Mxico tiene engeneral un desempeo inaceptable y es imprescindiblemejorar; el derecho a la educacin es la prerrogativalegal a ser matriculado en el sistema pblico vs. el de-recho a la educacin es el derecho humano y la garantaconstitucional a desarrollar al mximo las capacidadespropias.

    Incluso ahora, que en los espacios pblicos y las de-claraciones oficiales se formulan cuestionamientos porla falta de calidad, la mencin al derecho a la educacinde calidad es poco frecuente y todava se la consideraagresiva o pretenciosa. Aunque est implcito en el textoconstitucional, el enfoque de derechos no ha sido inclui-do en la normativa y en la cultura del entorno.

    La educacin, como es tratada en el marco jurdico mexi-

    cano, es ms el objeto de una prerrogativa del Estado

    que un derecho del individuo; esto se ha debido a los pro-

    psitos fundamentales que los legisladores y los gobier-

    nos posrevolucionarios han perseguido con la educacin: el

    afirmar la soberana del Estado, el procurar la cohesin de la

    sociedad y el promover una peculiar ideologa nacionalista

    acorde con las autodefiniciones de la Revolucin. Slo

    recientemente ha ido ganando terreno en la cultura jurdica

    y en la conciencia de los ciudadanos una perspectiva demo-

    crtica en la que se subraye el derecho del individuo a la

    educacin y se reclamen obligaciones de parte del Esta-

    do, para satisfacerlo (Latap, 2009).

    Ms adelante retomaremos la importancia de con-solidar jurdica y culturalmente la identificacin y la exi-gibilidad del derecho a la educacin de calidad. Hemosafirmado que, con la baja calidad, ponemos a nuestrasnias, nios y adolescentes contra la pared. Si no se cum-plen los propsitos inmediatos de la educacin, es todavamenos factible que se cumplan sus finalidades ltimas.Revisemos ahora en concreto las consecuencias persona-

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    les y sociales de la educacin incompleta y de baja calidad.Veamos en qu consiste la pared con la que topan las per-sonas menos educadas, la pared con la que topan nues-tros conciudadanos y tal vez nuestros propios hijos.

    LA PARED

    BARRERAS PARA MEJORAR EL DESEMPEOY RIESGOS DE DESERCIN Y REZAGO

    La pared contra la que se topan las nias, nios yjvenes mexicanos tiene, por as decirlo, una super-ficie inmediata: el riesgo de bajos resultados conti-nuos, que se precipita en rezago y abandono. Paraal menos la mitad de ellos, ser tpico arrastrar carenciasgraves de habilidades matemticas y lectoras; si no se haconsolidado el paso de aprender a leer para llegara leer para aprender, es an menos probable que se pre-sente un desarrollo sano y oportuno de sus capacida-des para solucionar problemas, comprender y utilizarmodelos cientficos; para aplicar un sentido crtico a larealidad social histrica y del presente; para integrarseal trabajo en equipo o ejercer el discernimiento tico.

    As, con todo el esfuerzo que se ha emprendidopara ampliar la educacin terciaria de sostenimiento p-blico, universidades y tecnolgicos siguen recibien-do como estudiantes de primer ingreso a personas congraves dficits de competencias. No slo es frecuenteque los trnsitos tambin en educacin superior sealarguen por ejemplo, tomando seis aos cronol-gicos para cubrir los cuatro ciclos normativos sinoque la tasa de titulacin sea muy insatisfactoria. Losmismos bachilleratos y escuelas profesionales tcnicasno alcanzan a propiciar mejores niveles de logro, con-siderando que mucha de la energa personal y colecti-va se emplea para compensar y adquirir tardamentelo que debiera haberse concretado como aprendizajeen la educacin bsica.

    Sin mucha esperanza de recibir una atencin dedi-cada a recomponer y mejorar su aprovechamiento actual,la acreditacin de los alumnos de primaria y secundariapuede irse espaciando y ese trnsito accidentado, conla repeticin de grados escolares, ni mejora su desempe-o ni disminuye las posibilidades de desercin. Tenemosen Mxico un grave problema de extraedad en los dis-tintos grados escolares; simplemente recordemos que

    950 mil alumnos entre 8 y 14 aos estn atrasados doso ms grados, por lo cual no concluirn la educacinbsica a los 15 aos (INEE, 2008: indicador AT03, Tasade matriculacin en rezago grave con respecto al gradonormativo). As, el paso a los ciclos superiores no sloest limitado por la insuficiente oferta, sino tambin porlos altos costos que tiene para las familias el apoyaruna escolarizacin prolongada de los hijos.

    La investigacin emprica confirma que, cuando elconsumo mismo se convierte en criterio de eventualinclusin o exclusin social, los jvenes especialmen-te los ms desfavorecidos descartan a la escuelacomo una opcin vlida y atractiva para su futuro inme-diato (Sarav, 2009). En un clculo desgarrador, perocon la racionalidad que reconoce cualquier economis-ta, la desercin escolar est tambin ligada a laconsideracin de que permanecer ms aos enla escuela no implica una verdadera ampliacin deoportunidades; as, el joven o su familia apuestan afavor de una inclusin temprana al mercado de trabajoy en contra de la permanencia en el sistema educativoformal. La forma ms dramtica de este fenmeno es eldesarraigo de nios y adolescentes migrantes que, lite-ralmente, llegan a estar contra la pared, el muro fron-terizo que divide a Mxico y Estados Unidos.

    Una vez que se ha abandonado la escuela, las posi-bilidades de volver a incorporarse son mnimas. Lasopciones de educacin no escolarizada, regularizaciny conclusin de ciclo por exmenes globales apenas al-canzan a una fraccin muy limitada de la poblacin; entodo caso, el empobrecimiento acumulado por el trnsitointerrumpido hace que los efectos positivos de la educa-cin, en la vida real de las personas, sean muy reducidos.

    La generacin herida llega entonces a sumarse algran global del rezago educativo nacional. Alrededordel 43% de la poblacin mexicana, de 15 aos y ms,no cuenta con educacin bsica completa (Presidenciade la Repblica, 2009); las consecuencias de este dete-rioro acumulado y extensivo son gravsimas para el tejidosocial, la convivencia entre ciudadanos y la viabilidad delas instituciones.

    BARRERAS PARA EL EMPLEO, EL CRECIMIENTOECONMICO Y LA COMPETITIVIDAD

    Una barrera masiva que se opone al desarrollo, ligadaa la poca cantidad y calidad educativas, son las reducidas

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    oportunidades de trabajo estable, remunerado y satis-factorio. Si dentro del grupo de mexicanos con estu-dios superiores la contratacin regular es una realidadpara apenas el 57.5% de ellos, para los que no cuentancon educacin bsica completa la situacin es mucho msspera: slo 13.8% pueden contar con contrato esta-ble (INEE, 2009: indicador RE05). La contratacin tpicaser entonces eventual, sin ofrecer tiempo para que seconsoliden prestaciones sociales referentes a gastos m-dicos, vacaciones, aguinaldo o ahorro. Las pausas entreuna contratacin y otra sern ocasiones de endeu-damiento, tensin y retrocesos en el bienestar familiar.

    Las personas de menor escolaridad y bajo apro-vechamiento educativo se topan con el riesgo cons-tante del empobrecimiento, pues tpicamente suingreso ser pequeo y debern aplicarlo de inme-diato a las necesidades bsicas, sin posibilidades dehacerlo crecer como verdadero patrimonio.Muchosde los trabajos disponibles para ellos sern de alto des-gaste fsico, rutinarios; sin posibilidades de ascenso nide aprendizajes diferenciados. Las condiciones sern desubordinacin inobjetable, con lo que se sigue alimen-tando en un crculo vicioso que el nico contrapesosea un modelo de sindicato que confa principalmen-te en el nmero, el empuje irreflexivo y la capacidadde paro o veto, con formas de organizacin tambinverticales, autoritarias y opacas.

    Los consumos para las personas menos educadasson caros, dispersos, con una prevalencia de lo pocoresistente y permanente; con la asimetra de informacin,baja disponibilidad de instrumentos que reducen costosde transaccin especialmente crditos favorablesy sin economas de escala, literalmente su dinero com-pra menos que las mismas cantidades en manos depersonas ms educadas. En condiciones como la crisiseconmica mundial en la actualidad, estos efectosnegativos sobre la cantidad y la calidad del empleo,as como sobre la oportunidad y la calidad del consu-mo comienza a afectar tambin a los estratos que seidentifican comnmente como clases medias.

    Con estas realidades, multiplicadas por cientosde miles de personas menos educadas, no es ex-trao que la productividad de Mxico sea baja, yque en consecuencia la competitividad del pasexperimente retrocesos. No se est alcanzando lamasa crtica para generar cadenas de alto valor agrega-do: el pas ha perdido preponderancia, en el contexto

    internacional, como proveedor de maquila intensiva ycomo suministrador de materias primas, pero el hechode no contar con esos esquemas como las frmulas prin-cipales de generacin de riqueza en Mxico tampocoha implicado un crecimiento, en la misma proporcin,en la reconversin para colocarse como proveedor deservicios y productor innovador con altos retornos.

    El efecto de la falta de educacin en la generacinde empleo no es aritmtico, sino geomtrico. Un casoconcreto que lo ilustra es cmo Mxico pierde inversio-nes por falta de grupos profesionales: una empresaglobal de tecnologa buscaba instalar una nueva plan-ta dedicada a una lnea novedosa para la industriay decidi no hacerlo en nuestro pas porque no encon-tr suficientes ingenieros informticos de alto perfil; lanueva unidad se instal en Panam y para nuestra so-ciedad no slo se dejaron de activar esos 500 empleosespecficos, sino tambin las otras 4,500 plazas para per-sonal menos calificado, que constituye el complementodirecto en el polo productivo de la nueva planta.

    En los pases ms desarrollados ocurre que mien-tras ms alto es el nivel de escolaridad de las personas,mayores son las posibilidades de tener un empleo enun rea distinta al tipo de formacin superior recibida.En Mxico tambin hay una alta dispersin entre reade estudio y empleo actual, pero no ligada a mejoressalarios y preferencias personales como s ocurre enlas naciones mencionadas; para los mexicanos, en sumayora, tiene la implicacin de un ajuste a la baja,tanto en expectativas de vida profesional como eningreso; son adaptaciones porque no se alcanzaronlas competencias exigidas en el rea propia o bien,porque no hay suficiente masa crtica de profesionalespara que la remuneracin y las tareas de ese campoestn alineadas.

    La poca escolaridad y baja calidad en los aprendi-zajes, finalmente, bloquea o distorsiona la cadenavirtuosa del emprendimiento. Con la generacin denuevas empresas se desata una consolidacin de organi-zaciones; esto conduce a su vez a una alta recau-dacin regular que permite un gasto social suficiente; sepropicia as trabajos estables con beneficios sociales,un poder de compra mejor distribuido, nuevas capita-lizaciones y un reinicio del ciclo. Sin el nivel adecuado decapital humano hay bajo impulso al emprendimiento,y la cadena descrita se rompe o se corrompe, con pr-didas sociales que se agravan con el tiempo.

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    PRESENCIA Y ATRACCIN DEL CRIMEN, RIESGOS PARA LA SEGURIDAD PBLICA

    Y EL ESTADO DE DERECHO

    La falta de educacin que hemos descrito: la escolariza-cin insuficiente y deficiente, tiene una muy alta corre-lacin con las sacudidas a la paz social y con las amenazasa la seguridad personal y patrimonial de los mexicanos.

    La primera constatacin en este campo es quela interrupcin de la escolaridad y su baja calidadcondiciona una fragilidad general y aumenta lasposibilidades de victimizacin. Nios y jvenes queya no estn en la escuela son poblaciones de alto ries-go para el abuso y el maltrato intrafamiliar, callejeroo laboral pues la red de contencin y presencia de laescuela ya no es efectiva para ellos. Adems, aunquepersonas de todos los estratos socioeconmicos estnsujetas a ser vctimas de un delito, los mexicanos menoseducados estn ms expuestos al robo y al asalto, por-que no tienen acceso a seguridad adicional y porque esms probable que el despojo en agravio a ellos quedeimpune. Por la asimetra de informacin sobre sus de-rechos y sobre los recursos legales disponibles, por lapoca confianza en la denuncia y la ausencia de me-dios para exigir eficazmente la procuracin de justicia,se dan condiciones de que padezcan una victimizacinfrecuente.

    La deficiente educacin de las personas es unode los factores centrales para que los propios siste-mas de seguridad y procuracin sean ineficientesy corruptos. Segn la Auditora Superior de la Federa-cin, slo tres de cada diez policas estatales, munici-pales y custodios en el pas cuentan con escolaridadsuperior a secundaria; casi uno de cada cinco no con-cluy la primaria (ASF, 2007). Si el 70% de los policasen Mxico no concluyeron la secundaria, no es extraoque su comprensin de la ley, la eficacia que desplieguenen la prevencin del delito y su discernimiento ante losconflictos cotidianos estn muy lejos de lo aceptable;aunado a bajos sueldos y pocas oportunidades de unaformacin continua y significativa, la tendencia a quepuedan llegar a prcticas de extorsin a los ciudada-nos de la mordida a las cuotas o que entren enconnivencia con los criminales mismos, es inquietante-mente comn.

    Los procesos de procuracin de justicia son de bajacalidad, tanto de una oferta insuficiente, sin sentido de

    urgencia y responsabilidad personal por parte de losagentes con el mandato, como de una demanda preca-ria, del lado de los afectados, limitada por el descono-cimiento de las leyes y del proceso debido. La mismadinmica de dependencia que aqueja a los apenas le-trados, favorece el abuso y eventualmente la doble vic-timizacin, una por el delito directo y otra a manos delos agentes con el mandato de la procuracin.

    La baja calidad educativa y las escasas posibi-lidades de continuar estudiando favorecen elreclutamiento al crimen. No sorprende que encon-tremos una baja escolaridad generalizada entre losinternos del sistema penal; los reclusos en Mxico sonen su mayora jvenes, de los cuales el 25% no conclu-yeron la primaria. Siguiendo sus historias de vida seencuentra un patrn frecuente: con pocos aos deescolaridad de calidad deficiente, uno de cada tres in-ternos comenz a trabajar antes de cumplir 12 aos, yuno de cada dos antes de cumplir 15 aos. Sin embar-go, no es la falta de trabajo, sino su mala paga, lo queparece haberlos inducido a la delincuencia. Muchosde sus padres ya presentaban antecedentes penales yparticipaban en los circuitos de la informalidad (Berg-man, Azaola y Magaloni, 2007).

    La posible cadena de efectos para los menores deedad es entrpica: estar fuera de la escuela espe-cialmente por expulsin disciplinaria o por desercin li-gada a fracaso escolar favorece la baja autoestima;la inhabilitacin consecuente para ejercer la ciudadanafacilita la exposicin a la extorsin y el reclutamientoirreflexivo o forzado para la delincuencia. En un ao secontabiliz casi 23 mil menores de 18 aos que come-tieron un delito, de los cuales 7,589 no concluyeron laprimaria y 10,332 apenas contaban con secundaria(INEGI, 2007).

    La prevalencia y virulencia del crimen organizadoligado al narcotrfico, la principal amenaza actual entrminos de seguridad nacional, est ligada a la posibi-lidad de un reclutamiento casi indefinido entre las per-sonas fuera de la escuela y sin contratacin estable. Losoperadores que manejan el ltimo eslabn en el trans-porte y distribucin, y las que conforman directamenteel poder de fuego de las organizaciones criminales, sonpersonas menos educadas; los claros riesgos que impli-ca contratarse a una asociacin criminal son asumidoscomo aceptables cuando las oportunidades de un em-pleo satisfactorio son lejanas.

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    Una ltima fuente de preocupacin es que la expe-riencia escolar no slo no est abonando lo suficientepara consolidar la base social de la cultura de la legali-dad y, por ende, del autntico Estado de Derecho, sinoque la escuela no est logrando revertir la prevalen-cia de patrones de convivencia abusiva o el uso dela violencia como va para procesar el conflicto. Enmuchos casos, el aprecio por las normas y las institu-ciones no se ve ratificado por las actividades escolares nilos ejemplos de los adultos del entorno, y hay una muyalta incidencia de creencias y actitudes que toleran o fa-vorecen el comportamiento violento; en una investigacindel ao pasado, el 52% de los jvenes de bachilleratoencuestados declar recibir maltrato o sufrir violencia enla propia escuela (AMDH, 2008).

    BARRERAS PARA EL DESARROLLO HUMANOY EL EJERCICIO DE LA CIUDADANA

    En un enfoque de derechos, el desarrollo no es un pro-ceso slo colectivo y visible en los espacios pblicos. Eldesarrollo autntico implica el reconocimiento, la tute-la y el impulso al disfrute de los aspectos del bienestaren el mbito tambin personal, familiar y de las peque-as comunidades de convivencia cotidiana. El nivel dedesarrollo humano de un pas se identifica precisamen-te con la disponibilidad real y oportuna de condicionesmateriales concretas para que los individuos ejerzan lalibre decisin y la participacin solidaria.

    Baste por ahora decir que el reciente retroceso enlos indicadores nacionales de superacin de pobrezademuestra que las transferencias condicionadas sonpor s mismas una intervencin frgil. Aunque hay unreconocimiento internacional al efecto positivo quetiene el programa Oportunidades para mantener a losnios en la escuela (p. ej., en UNESCO, 2009), quedapendiente resolver que la escuela misma no funcionecomo un factor de transmisin intergeneracional de lapobreza. Se hace un gran esfuerzo desde las finanzaspblicas para llevar a los nios hasta la puerta de laescuela; ese esfuerzo malograr sus propsitos ltimossi dentro de la escuela el proceso educativo sigue sien-do tan deficiente como se ha mostrado hasta ahora.

    Si no emprendemos una revolucin educativa,seguiremos reincidiendo en un error fundamen-tal al pensar que el mejor combate a la pobreza esel subsidio permanente. La educacin de calidad

    para todos no slo es ms efectiva y sustentable en eltiempo que las transferencias condicionadas; es tam-bin ms digna, porque reduce la tentacin asistencia-lista y clientelista de los agentes oficiales, y la sustituyepor el protagonismo y dignidad de las poblaciones quedejan atrs la condicin de pobreza, sin que la depen-dencia se perpete.

    En otras ediciones del Estado de la Educacin re-gresaremos a revisar con ms detalle estos aspectos. Porahora, slo trazaremos una breve referencia a las barre-ras para gozar de salud y ejercitar la condicin ciudadanaque impone el hecho de estar menos educados.

    Est plenamente demostrada la correlacin intensaque se da entre mayor y mejor escolaridad y la condi-cin de salud pblica: con educacin ms incluyente yde calidad se alcanzan mejores niveles de nutricin ehigiene, de vacunacin y de seguimiento al desarrollohasta la edad adulta. En Mxico, desde hace aos estdocumentado cmo las brechas en la escolaridad de lasmadres se correlacionan claramente con las diferen-cias en el espaciamiento de los nacimientos, la atencinprenatal, la baja en la mortalidad infantil, la vacuna-cin completa y la prevencin del SIDA y enfermedadesde transmisin sexual: las mujeres menos educa-das se encuentran en una condicin mucho msvulnerable y, en concreto, gozan de peor saludque sus coetneas con mayor escolaridad (Cam-pero, 1996). Tambin est demostrado el papel delnivel educativo en la prevencin y asiduidad a los tra-tamientos sobre adicciones y enfermedades crnicas,as como el apoyo a miembros de la familia con con-diciones de discapacidad o con requerimientos deatencin geritrica.

    Es claro que el nivel educativo condiciona no slola disponibilidad y eficiencia, del lado del Estado, en laprovisin de servicios de salud suficientes y de calidad;igualmente condiciona el autocuidado personal y fa-miliar, la eficacia de la prevencin e incluso la com-prensin misma de lo que implica demandar el propioderecho a la salud. Con ms educacin, las personas ysus familias amplan sus posibilidades de gasto mdi-co y de libre eleccin de tratamientos, y son capacesde establecer mejores relaciones ms claras, exi-gentes y horizontales con el personal de los servi-cios mdicos.

    Apenas se est vislumbrando en nuestro pas elimpacto de la educacin incluyente y de calidad en la

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    condicin de salud de la poblacin, pero hay un focode alerta en el reconocimiento de que sin el com-ponente de lo que una persona educada aprovechao anlisis de incidencia de beneficios puededarse que la ampliacin del gasto pblico ya norepresente ninguna mejora en la condicin desalud. En concreto, sin una mejora educativa, la cre-ciente complejidad y aumento en el gasto de los cua-tro paquetes de atencin prioritaria que coordina laSecretara de Salud tiene pocas posibilidades de abo-nar verdaderamente a favor de los poblaciones vulne-rables en Mxico (INSP, 2007).

    Otro ngulo destacado en el que impacta negativa-mente la exclusin y la baja calidad de la educacin es elejercicio de la ciudadana. Tanto la Declaracin Universalde los Derechos Humanos de 1948, como la Convencinsobre los Derechos del Nio, no menos que la mencin,en el artculo 3 Constitucional a la educacin democr-tica, entendiendo la democracia como una formade vida, adjudican a la educacin la finalidad de desa-rrollar las capacidades para la participacin social.

    Sin educacin de calidad, ponemos a los niosy jvenes contra la pared, condicionando que su

    presente y futuro de ciudadanos renueve de-mogrficamente los sistemas polticos corruptos yexcluyentes. La baja escolaridad est ligada a un reme-do de participacin, acumulativa y sujeta a la extorsin,en la cual las masas son vctimas de lderes corruptos,incitadas a expresiones destructivas o inducidas a lacompra de su voto o de su apoyo. Con gran frecuencia,agremiados o sostenedores reconocen que la cpula desus organizaciones es claramente abusiva, autoritaria,opaca y ventajosa, pero le dan su anuencia porqueperciben que su capacidad personal al margen delmsculo que da la agrupacin numerosa no alcan-za para obtener mejores oportunidades en salario o enla distribucin de servicios a cargo del Estado.

    Sin educacin de calidad, no hay una introduccinexplcita y temprana a las competencias ciudadanas.La prctica del aula y las mismas reglas de organizacinde la escuela no estn orientadas a reforzar la autoes-tima, el trabajo en equipo ni el aprendizaje participati-vo; la inercia y hasta oposicin de los actores cercanospadres, maestros, directores y supervisores no in-vita a la toma de la palabra, el ejercicio del dilogo o ladefensa fundada de las propias posiciones.

    Continuidad y desempeo educativo

    Empleo, crecimiento econmico

    y competitividad

    Seguridad pblica y Estado de Derecho

    Desarrollo humano y ciudadana

    Desarrollo insuficiente de las capacidades para solucionar problemas, trabajar en

    equipo y lograr discernimiento tico.

    Repeticin, extraedad, desercin.

    Rezago

    Pocas oportunidades de trabajo estable, remunerado y satisfactorio.

    Empobrecimiento, subordinacin laboral, distorsin gremial, consumo caro.

    Baja productividad, cada en la atraccin de inversin, desajuste entre capacidades y

    necesidades laborales.

    Ruptura del crculo virtuoso del emprendimiento.

    Victimizacin de los menos educados, impunidad.

    Ineficiencia y corrupcin en los sistemas de seguridad y procuracin de justicia.

    Reclutamiento al crimen.

    Prevalencia de la convivencia abusiva y de la violencia.

    Ineficacia de las transferencias, dependencia continua.

    Limitacin en la salud pblica, costos crecientes sin avance.

    Aceptacin de liderazgos corruptos y excluyentes, baja participacin, pobre capacidad

    de organizacin.

    REAS PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE LA EXCLUSIN Y LA BAJA CALIDAD EDUCATIVAS

    CUADRO 1.1

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    Resulta chocante que la inclusin de contenidos ymateriales referidos a tica y civismo se aborde en uncontexto que desmiente la propuesta en el momento mis-mo de formularla. En la escuela se aprende mucho desometimiento, simulacin, cumplimientos mediocres, ne-gociaciones injustas y beneficios extralegales. Hay pocasesperanzas, sin cambio educativo, de transitar a una de-mocracia que no sea slo electoral; al concluir unaeducacin bsica con los resultados que hemos descritoal inicio de este captulo, es comprensible que la socie-dad mexicana cuente con pocas estrategias de cuidadoy defensa cvicas, que las pocas iniciativas desde la basese estrellen en la desconfianza, inercia e intolerancia del pro-pio grupo de pares, que se muestre sistemticamenteuna pobre capacidad para la organizacin espontnea.

    El sistema educativo es un espacio privilegiado paraque, en pocas generaciones, una sociedad cambie susideas y estrategias de convivencia para llegar a arreglosms efectivos, ms justos y participativos. En resumen, lapasividad ante el estado actual de la educacin es inacep-table. Estn en riesgo el ingreso, la seguridad, la salud delos mexicanos. Incluso est en riesgo que los mexicanostengan siquiera la posibilidad de plantearse un cambio yconducirlo con xito. Nos urge derribar la pared.

    CMO LA DERRUMBAMOS?

    Hemos visto el desempeo no incluyente y la pobrecalidad educativa que se produce en la escolarizacinde las nias, nios y jvenes mexicanos. Hemos reflexio-nado sobre la indignante reduccin de oportunidadesvitales y los gravosos costos sociales ligados a esa situa-cin. Para que se agote el bono demogrfico la ven-tana de oportunidad que significa contar con la fuerzade trabajo joven proporcionalmente ms grande de lahistoria de Mxico quedan apenas 20 aos, y susposibles beneficios se malograrn en el caso de queesos ciudadanos sean personas con menos educacin.El muro ha estado ah durante dcadas, y no es senci-llo derribarlo, pero ya no podemos esperar ms.

    Ahora corresponde enunciar algunas lneas genera-les de accin que permitan convocar a la sinergia parael cambio. En otros reportes y comunicaciones busca-remos afinar y detallar recuperando casos, buenasprcticas y propuestas innovadoras estrategias a favorde la transformacin educativa. Revisamos en este apar-tado tres lneas de cambio necesarias: el cambio de

    actitud, el cambio en los agentes y el cambio en las re-glas, para pasar despus a una valoracin de las decisio-nes de las autoridades mexicanas en el ciclo pasado,precisamente a la luz de esas mismas dimensiones.

    EL CAMBIO DE ACTITUD: MEJOR INFORMACINY CONVICCIN COMPARTIDA

    Necesitamos un conocimiento bsico de la situa-cin actual y un acuerdo mnimo sobre lo que esdeseable; poder responder a las preguntas: cmoestamos? y a dnde queremos ir?. Sobre elprimer aspecto, es vital que la informacin sobre el de-sempeo educativo sea ms slida y ponderada. Engeneral, la informacin periodstica es crtica y puntual,pero no puede y no le corresponde ofrecer segui-mientos reflexivos o hacer propuestas. La informacinoficial es todava, salvo honrosas excepciones, justifica-toria y retrica, llena de propsitos y de reportes de ac-tividades, pero no inmediatamente disponible para elexamen y la verificacin de resultados significativos. Lainformacin acadmica es ms profunda, pero todavaes densa, de consumo endogmico y con bajas conse-cuencias. Necesitamos encontrar nuevas formas decomunicar el estado de la educacin en Mxico,destacando lo que es central, combinando el rigordelescrutinio con la sencillez de la comprensin.

    El captulo 2 del presente Reporte propone un re-ferente en esta lnea. Desarrollamos un ndice de Desem-peo Educativo Incluyente que permite ubicar la situacineducativa de cada entidad de la Repblica, pudiendocontrastar su logro actual con respecto de un mnimo es-perado, y estableciendo un comparativo con lo queestn logrando las dems entidades.

    El otro aspecto a considerar es la importancia deestablecer un punto de encuentro nacional sobre elsentido y las finalidades de la educacin. En otros tex-tos hemos sostenido que el modelo posrevolucionario,al que haca referencia Pablo Latap, sigue vigente en elsentido que la gran mayora de los mexicanos considerala escuela pblica como un sistema por completo ajenoa sus propias decisiones, una ddiva que agradecer alos gobiernos, una prestacin de calidad mediocrepero que cumple con ofrecer un servicio noble. De ellase piensa que es tal vez irreformable, que podemos con-formarnos con su funcionamiento actual y que slocon continuar y expandirse el sistema ya cumpli lo que

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    de l debe esperarse. La oferta de educacin en Mxicono necesita ser mejor, porque no se ve exigida a ello; lademanda no es todava tan especfica y tan intensa queestablezca los incentivos para cambiar. De momento, te-nemos lo que nos ofrecen y con eso nos conformamos.

    No va a darse una reforma sustantiva de la educacinen Mxico sin una reforma en las convicciones, del ima-ginario cultural, de los deseos y valoraciones intuitivasal respecto. Es posible y deseable que se instale una ex-pectativa compartida socialmente, una visin exigentesobre la educacin que queremos, una idea-fuerza quesea suficientemente general para abarcar la pluralidad yal mismo tiempo suficientemente precisa para ser usadacomo referente para compararla con el presente y ajus-tar los esfuerzos de mejora.

    Y no hay que ir lejos para ello. La educacin de ca-lidad es un derecho, y entenderlo como tal brindalas claves para tener un punto de referencia vlidopara todos los grupos sociales, para las diversascorrientes ideolgicas y los variados anteceden-tes formativos. Entender la educacin como derechopone al alumno en el centro, y revela que la mayora delas negociaciones entre los adultos no estn conside-rando los resultados que sus decisiones tienen en elpresente y futuro de los nios.

    La lgica es impecable: el derecho a la educacines el derecho a aprender, y por lo tanto a conseguir losbeneficios personales y sociales que de ello se despren-den. As lo indican los compromisos internacionales yel propio orden jurdico nacional. Con informacin re-levante, podemos saber si nos estamos acercando o noa su cumplimiento. Y ah hay un acicate para distribuirresponsabilidades e incentivar los compromisos.

    La calidad, sola, suena como algo genrico y optati-vo; una excelencia deseable pero no obligatoria. Peroal conocer, como hemos hecho, de su vnculo indi-visible con el desarrollo humano y la inclusin, lacalidad de la educacin se revela como deber ticoy eventualmente jurdico: como un derecho huma-no con caractersticas justiciables.

    El derecho a la educacin hace posible el ejercicio de

    otros derechos humanos fundamentales y, en consecuen-

    cia, de la ciudadana. Difcilmente se podr acceder a un

    empleo digno, o ejercer la libertad de expresin o de par-

    ticipacin, si no se tiene educacin. Esto supone que no

    puede ser considerada como un mero servicio o una

    mercanca negociable, sino como un derecho que el

    Estado tiene la obligacin de respetar, asegurar, prote-

    ger y promover. Los servicios pueden ser diferidos, pos-

    puestos y hasta negados, mientras que un derecho es

    exigible y justiciable por las consecuencias que se deri-

    van de su violacin (EPT/PRELAC, 2007).

    La educacin de calidad es un derecho. A dndequeremos ir con l? De qu nos sirve que se cumpla?Que tengamos mejor vida. Que en este pas contemoscon personas ms educadas. Hay que alimentar ladecisin, la conviccin, la pasin: podemos ser, nues-tros nios pueden ser, personas ms educadas. Esdeseable ser personas ms educadas, como explicaSylvia Schmelkes.

    PERSONAS MS EDUCADAS: LA MEJOR INVERSIN

    Hay muchos resultados comprobados de la educacin. Las

    personas ms educadas se preocupan ms por la educacin

    de sus hijos, o sea que hay un efecto intergeneracional que

    explica por qu un pas cuya poblacin est altamente

    educada, tendr mejores niveles no slo de escolarizacin

    de la poblacin ms joven, sino de logros educativos.

    Las personas ms educadas tienen familias ms pe-

    queas y ms saludables. Las personas ms educadas son

    ms capaces de analizar los cambios en el entorno y procu-

    rar aprovecharlos. Las personas ms educadas en general

    estn mejor informadas y pueden por lo mismo participar

    de manera ms calificada en la vida cvica y poltica de su

    comunidad y de su pas.

    Aunque evidentemente la relacin no es mecnica ni

    automtica hay criminales y polticos corruptos altamen-

    te educados las personas ms educadas estn en mejo-

    res posibilidades de definir principios morales superiores

    para juzgar sus actos y los de los dems. Las personas

    ms educadas han ampliado sus horizontes y eso ayuda

    aunque tampoco es automtico a que respeten y

    valoren a las personas con culturas y caractersticas dife-

    rentes a las propias, lo que hace a una mejor convivencia.

    Quienes trabajamos en educacin estamos convencidos,

    por las demostraciones cientficas que existen de todo lo

    anterior, de que estamos hablando de la mejor inversin

    que una sociedad puede hacer en su futuro.

    Sylvia SchmelkesDirectora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educacin

    Universidad Iberoamericana

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    EL CAMBIO EN LOS AGENTES: CONCENTRACINEN LOS MAESTROS

    Para echar abajo la pared se necesita primero de la in-formacin y la decisin, como acabamos de decir. Saberlo que urge cambiar y anhelar hacerlo es el primer paso;es como clavar el primer cincel para fracturar las barre-ras. Y luego qu sigue inmediatamente? Cul es lamedida precipitante, la intervencin sobre los factoresdel sistema educativo que ms rpida y efectivamen-te cierra las brechas de desempeo e impacta el logrode aprendizaje?

    La literatura especializada en todo el mundo coin-cide en sealar que el principal factor especfico paraalcanzar una educacin de calidad es el aporte de losmaestros. Ms que enseanza o instruccin en elsentido tradicional, lo que ellos pueden lograr es una con-duccin del aprendizaje que lleve a grupos generacio-nales enteros a contar con oportunidades vitales muysuperiores a las de sus padres, y a no restringirse a loque ofrece su crculo y ambiente inmediatos.

    Para cambiar el estado de la educacin en Mxicose necesita concentrarse en los maestros, brindarlestodo el apoyo, el reconocimiento y la exigencia posibles.Los maestros han de ser efectivos facilitadores del apren-dizaje y para ello requieren dominar los campos de co-nocimiento que les corresponden, aplicar las mejoresprcticas pedaggicas en el aula, emplear los recursos di-dcticos ms adecuados y aprovechar las oportunidadesdel entorno; personas que sepan integrar y conducir asus grupos; puedan mitigar las carencias, prevenir losrezagos y potenciar los talentos de sus alumnos; queestn inscritos en una dinmica de crecimiento pro-fesional y personal constante. En suma, ser docentesefectivos, como elocuentemente argumenta AndreasSchleicher en su colaboracin.

    MAESTROS COMO DOCENTES EFECTIVOS

    Promover altos niveles de desempeo y una distribucin

    equitativa de las oportunidades de aprendizaje son desa-

    fos maysculos para las polticas educativas. Lo que es

    claro es que las mejores polticas y prcticas darn resul-

    tado solamente si son implementadas efectivamente en

    la lnea del frente del aula, partiendo de la base que la

    calidad de un sistema educativo no puede ser mayor que

    la calidad de sus maestros y del trabajo que realizan.

    La mayora de los sistemas del ms alto desempeo

    hacen todo esfuerzo necesario para atraer a las mejores

    mentes a la profesin docente, con la conciencia de que

    tomar malas decisiones en la seleccin puede resultar en

    cuarenta aos de enseanza deficiente. Y entonces desa-

    rrollan a estos maestros para que sean docentes efectivos,

    y ponen a disposicin incentivos y sistemas diferenciados

    de apoyo para asegurar que cada nio est en condicio-

    nes de beneficiarse con una enseanza adecuada. Tam-

    bin saben que los estudiantes ordinarios tienen talentos

    extraordinarios, y por lo tanto establecen puentes entre

    las formas prescritas de enseanza, curriculum y evalua-

    cin para dirigirlas a una intervencin centrada en que

    cada estudiante pueda alcanzar su potencial.

    La imagen aqu es la de maestros que usan la eviden-

    cia para valorar constantemente las necesidades de

    aprendizaje de sus alumnos, maestros que consistente-

    mente van expandiendo su repertorio de estrategias

    pedaggicas para abordar la diversidad en los intereses y

    habilidades de sus alumnos. Ello requiere que los maes-

    tros sean conscientes de las debilidades especficas de sus

    propias prcticas, que busquen oportunidades para

    entender cmo mejorar y que estn motivados para hacer

    los cambios necesarios. Ello requiere que los maestros

    tengan altas expectativas, un sentido compartido de pro-

    psito y una creencia colectiva en su habilidad para jun-

    tos hacer una diferencia a favor de sus nios.

    Andreas SchleicherJefe de la Divisin de Estadstica e Indicadores

    Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmicos (OCDE)

    Hemos dicho que el mexicano es un sistema debajo desempeo educativo incluyente y hemos segui-do a la generacin herida: muchos alumnos desertano no se integran a los ciclos posteriores, e incluso losque lo hacen presentan, al menos en la mitad de los ca-sos, una apropiacin de los aprendizajes por debajo delo siquiera elemental.

    Ahora bien, su paso por las aulas de la escuela p-blica en la mayor parte de los casos los pone en contactocon maestros de preparacin deficiente y condicioneslaborales distorsionadas, sin estrategias para condu-cirlos al alcance de competencias slidas, docentes habi-tuados a prcticas educativas rutinarias, autoritarias ypoco significativas; profesores sin elementos para abor-dar procesos grupales serenos y con pocas posibilidad de

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    atender adecuadamente los ritmos de cada uno; edu-cadores enfrascados en una sobrecarga administrati-va, con bajo aprecio social y una identidad colectivaconfusa, ligada a una representacin gremial de muydeteriorado prestigio.

    Sin maestros en el nivel adecuado de desempeo,sirve de muy poco contar con mejores programas, textoso aulas: todos esos componentes suman en favor delalumno bsicamente gracias a la mediacin del maes-tro. Sin buenos maestros, no hay calidad educativa.

    No slo tenemos que evitar poner a los alumnoscontra la pared; tambin tenemos que hacerlo conlos maestros. Sin una revolucin en la calidad de la do-cencia, la transformacin educativa tendr resultadosmagros e inestables. Los grupos sociales y las autorida-des polticas tienen que reconocer con honestidad queste es un punto que no se puede obviar, rodear o pos-poner. El modelo magisterial actual ofrece ya pocomargen para seguir siendo viable; necesitamosuna gran refundacin que conjunte orgnica-mente la formacin inicial de calidad y seleccinexigente para incorporarse al servicio; la evalua-cin peridica, obligatoria y universal con la for-macin continua, la profesionalizacin plena yuna perspectiva de vida y carrera del docentemexicano ms digna y atractiva.

    Ningn cambio en la calidad de la educacin mexi-cana puede hacerse sin los maestros o contra ellos. Perotampoco ningn cambio significativo puede dejar sinmodificar profundamente las reglas de juego vigentes,que se establecieron para un modelo de estado autori-tario, corporativo y opaco. El magisterio nunca ms pue-de ser una carrera por descarte, sino una opcinvocacional completa, de un profesional del aprendizajeque se sabe agente del cambio social ms trascendente.

    EL CAMBIO EN LAS REGLAS: LA EDUCACINCOMO DESARROLLO

    Muchos de los condicionamientos que, con el tiempo,se han vuelto barreras formidables, gruesos ladrillosde la pared descrita, tienen su origen en la concep-cin de la educacin pblica como instrumento deingeniera social del rgimen. Los gobiernos posrevo-lucionarios concibieron la educacin pblica comouna estrategia de pacificacin e integracin regionalpara un pas que sala de la guerra civil y amenazaba

    con precipitarse de nuevo a ella. La realidad de Mxicohace mucho que cambi, y aunque la educacin no-minalmente se orienta por el propsito de impulsar eldesarrollo armnico de las potencialidades de cadapersona y su activacin conciente como ciudadanoparticipativo, las reglas de su funcionamiento no hancambiado lo suficiente.

    En el sistema se han introducido cambios de reglasque dejan sin tocar los temas medulares; las refor-mas posibles muchas veces han alejado las reformasnecesarias. Un ejemplo esclarecedor de alcances y li-mitaciones, cuando a pesar de ser amplia una reformano toca la concepcin misma de bien pblico, es elAcuerdo de Modernizacin de 1992. Agreg muchoselementos positivos, pero no se ha dejado de lamentar,y con razn, el desajuste que introdujo por va de unafederalizacin incompleta del sistema educativo y lainconveniente distribucin de poder que dio comoresultante (Gajardo, 2009).

    Otros ejemplos de cambio en las reglas son lapuesta en marcha de Carrera Magisterial, de los Con-sejos Escolares, los avances en autonoma en AGEs y elPrograma Escuelas de Calidad, o los nuevos parme-tros para la supervisin y la asesora a la escuela. Sueficacia a favor de la calidad educativa ha sido muydesigual; lo que destaca en todos los casos es la serialimitacin que se produce por los vacos o incompa-tibilidades que se dan entre las normas de operacinde estos programas y el resto del marco legal educativo.

    Hace falta estudiar seriamente un cambio en elmarco formal de la educacin mexicana. El derecho ala educacin de calidad necesita encontrar, comoya lo ubica la discusin entre expertos y activis-tas, un paradigma exigible y justiciable, de maneraque el avance continuado no dependa del poderde compra, del poder de veto o de la ventaja pol-tica coyuntural de los actores con poder fctico. Elpapel de la ley es precisamente reconducir el esfuerzosocial para que las finalidades sustantivas y generalesde la sociedad, para que los bienes pblicos como la edu-cacin, no sean presa de negociaciones limitadas y enltimo trmino privatizadoras, pues se realizan o no se-gn convenga a la parte.

    Con un reconocimiento explcito del derecho a laeducacin de calidad y de sus avenidas para hacerlojusticiable, se puede sistematizar los incentivos y san-ciones de manera justa y transparente, detallando las

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    consecuencias del ejercicio de la responsabilidad entodos los participantes del proceso educativo. Ajustar,ampliar y actualizar la ley abre un proceso que regula loexistente y acerca lo posible: podemos exigirnos profe-sionalizacin de los cuadros, claridad en las atribuciones,no tolerancia a la mediocridad en resultados y proce-sos, soluciones focalizadas, calidad de gasto, deberesde transparencia y rendicin de cuentas.

    Muchos de los cambios sobre los que hay un con-senso relativamente amplio, se topan continuamentecon la limitacin de carecer de un referente normati-vo. Multitud de funcionarios encuentran refugio en elestrecho margen de lo que sus atribuciones sealan,con plena conciencia de que no es suficiente parafavorecer la calidad; pero al mismo tiempo inhiben ydesestiman las propuestas de reforma jurdica, puesqueda claro que una sociedad ms exigente es toda-va poco atendible mientras no cuente con los instru-mentos de la ley.

    El impacto que tiene la baja calidad y el pobredesempeo incluyente del sistema educativo para laeconoma y la seguridad pblica de Mxico es demo-ledor. Ambos temas han ocupado la mayor parte de laatencin pblica reciente; lo que sorprende, y urgesuperar, es que en los diagnsticos y sobre todo en lasestrategias para enfrentar la crisis nacional en eco-noma y seguridad no se toca la raz educativa. Noscondenamos as a seguirnos desgastando, corriendodetrs de nuevos estallidos y shocks, slo mitigan-do las consecuencias de los problemas en lugar deenfrentar las causas. Un gran anlisis sobre el mar-co normativo de la educacin en Mxico es nece-sario, para alinearla a su papel de detonador deldesarrollo.

    LAS DECISIONES DEL AO

    Una primera valoracin de las decisiones de lasautoridades mexicanas durante el ciclo 2008-2009,para abonar al cambio de actitud, merece una ca-lificacin de insuficiencia precisamente por la faltade informacin relevante. Las declaraciones y comu-nicados se sucedieron a un ritmo destacado, pero depoco contenido sustantivo para saber realmente enqu punto se estaba.

    A nivel nacional, el referente que el gobierno fe-deral y la mayora de las autoridades educativas usa-

    ron para describir el estado de la educacin en Mxicofueron los avances de la Alianza por la Calidad de laEducacin. Una serie de trascendidos vino a explicar unsbito mutismo: las reuniones de las mesas temticasy de la Comisin Rectora (el espacio bilateral SEP-SNTEpara procesar los acuerdos) se suspendieron durantemeses y se mantuvo a los ciudadanos sin reporte pre-ciso de las razones ni de las posibles salidas.

    La DGEP y el INEE divulgaron los resultados de eva-luaciones y estudios, consolidando el patrimonio de in-formacin que, an teniendo un formato tcnico notan amigable, sirve sin embargo a una gradual apro-piacin, de parte de los grupos acadmicos y de lasociedad civil, de la conciencia sobre la calidad de pro-cesos y resultad