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- 2 -

Contenido

Contenido

Carta del Editor. ................................................................................................................................................. 3

Caso Clínico. Manejo de vía aérea difícil, no previsible. .................................................................................... 4

Manejo anestésico del paciente diabético: consideraciones. Artículo de revisión: ........................................ 12

Factores de riesgo para complicaciones postoperatorias en resección de lesiones ventriculares por vía

endoscópica. .................................................................................................................................................... 25

- 3 -

Carta del Editor.

El avance tecnológico de los últimos 30 años en medicina y particularmente en Anestesia, ha

permitido un gran avance en técnicas de monitoreo, uso de fármacos más seguros y predecibles que

permiten el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas que se consideraban imposibles o de ciencia ficción.

Actualmente la Anestesiología ha salido de quirófano a un ámbito más extenso de participación; no solo

para procedimientos ambulatorios en salas de endoscopía, tomógrafos o resonancia magnética. Hoy el

anestesiólogo se obliga a participar en los cuidados de los pacientes en los diversos tiempos que

constituyen el “Acto anestésico” también llamado Medicina peri-operatoria, inclusive en algunos casos

derivado de los alcances de cada especialidad continuando la atención del paciente en salas de medicina

critica o cuidados intensivos.

El anestesiólogo de hoy, se encuentra en mayor contacto con los pacientes, fortaleciendo una

mejor relación medico paciente a través de la consulta o valoración pre anestésica, la cual no solo permite

disipar dudas del paciente y su familia respecto a los grandes mitos de la anestesia generados por el

desconocimiento y poco contacto con el especialista, también nos aporta información valiosa durante la

anamnesis y exploración del paciente, que nos permite diagnosticar y planear estrategias encaminadas a la

planeación de un procedimiento anestésico más seguro e implementar cuidados especiales durante el

trans-anestésico y recuperación del paciente.

En esta edición encontraremos dos artículos y un caso clínico de eventos que pueden

presentarse durante los procedimientos anestésicos, que pueden ser de utilidad en los diversos escenarios

de la práctica de la anestesiología.

Dra. Rosa Magdalena Márquez Castillo

Dirección de Difusión e Investigación

- 4 -

Caso Clínico. Manejo de vía aérea difícil, no previsible. Dr. Vitelio Antonio Monjardin Borguete, Dra. Rosa Magdalena Márquez Castillo

Resumen:

A pesar de que existen una gran variedad

de dispositivos para el manejo de la vía

aérea, así como índices diagnósticos para

pacientes con vía aérea difícil, existen

estudios serios que reportan que existe

intubación difícil en el 8 al 9% de los

pacientes1, que el 94% puede presentar

dificultad para la ventilación con

mascarilla facial en forma inesperada y

que del 75 al 93% pueden representar

una intubación difícil de forma

inesperada4, a pesar de no haber reunido

los criterios para ser catalogados como

pacientes con vía aérea difícil en la

valoración preanestésica a través de los

índices predictivos y las diversas pruebas

diagnósticas. Conocer los protocolos de

manejo es indispensable para el

anestesiólogo, sobre todo cuando se

enfrenta a esta contingencia y no cuenta

con el apoyo de personal capacitado y

debe ser quién asegure la vía aérea. Se

presenta el caso de paciente masculino

de 72 años de edad, programado para

colecistectomía, sin datos que sugieran

vía aérea difícil, el cual no presenta

problemas para la ventilación con

mascarilla facial y que durante la video

laringoscopía presenta deformación de

las cuerdas vocales en el ángulo superior

izquierdo, obstruyendo el paso de la

cánula endotraqueal en 2 ocasiones por

lo que se decide instalar dispositivo

supraglótico. La valoración de

Otorrinolaringología con paciente

despierto en posición sedente, no reporta

patología orofaríngea, la cual fue

observada con el paciente en decúbito

dorsal y con efecto de bloqueador

neurmuscular. Lo cual motivo la

publicación de este caso.

Summary:

Although there are a variety of devices

to manage the airway, as well as

diagnostic indices for patients with

difficult airway, there are serious studies

that report that there difficult intubation

in the 8 to 9% of patients.1, the 94% may

have difficulty mask ventilation

unexpectedly and that 75 to 93% can be a

difficult intubation so inesperada4,

despite not having met the criteria to be

classified as patients with difficult airway

in the assessment preanesthesia through

predictive indexes and various diagnostic

tests. Knowing management protocols is

essential for the anesthesiologist,

especially when faced with this

contingency and does not have the

support of trained personnel and must be

who secure the airway. For male patient

72 years old, scheduled for

- 5 -

cholecystectomy, no data to suggest a

difficult airway, which presents no

problems for mask ventilation and during

videolaryngoscopy presents deformation

of the strings is presented vowels in the

upper left corner, blocking the passage of

the endotracheal tube 2 times so you

decide to install supraglottic device. The

assessment of Otolaryngology with awake

patient in the sitting position, no

oropharyngeal pathology report, which

was observed with the patient supine and

neurmuscular blocker effect. Which is

why the publication of this case.

- 6 -

Introducción:

El manejo de la vía aérea en anestesiología,

representa un gran reto, La incidencia de

intubación difícil es de 8 a 9%.1 La dificultad

puede deberse a diversos factores en los

que se incluyen variantes anatómicas,

anormalidades de la vía aérea o

incapacidad del paciente para lograr una

posición optima para realizar la

laringoscopia e intubación.2 La capacidad

de predecir la dificultad para visualizar la

laringe a través de índices predictivos de

vía aérea preoperatorios, la modificación

y/o combinación de maniobras de acceso

con lleva a la reducción de eventos

adversos durante los procedimientos

anestésicos cuando de diagnóstica en

forma anticipada.3 Sin embargo el manejo

de la vía aérea difícil rara o inesperada (no

predecible) durante la inducción de la

anestesia resulta un problema, donde la

recuperación rápida de la ventilación es

una meta razonable ya que qué supone un

incremento en la morbi-mortalidad. En un

ensayo aleatorio Danés de 2008 a 2011

reportaron la estimación de predicción de

vía aérea difícil predecible y no predecible

para la intubación y ventilación con

mascarilla. Su estudio revelo que del 75 al

93% de todas las intubaciones difíciles,

eran inesperadas y el 94% eran de difícil

ventilación con mascarilla

inesperadamente.4 Los avances

tecnológicos de dispositivos para este

abordaje han evolucionado velozmente

desde la creación del laringoscopio de

Macintosh por Foregger en la década de

1940, El uso de la fibra óptica y video en la

laringoscopia e intubación traqueal

asistida, utilizada ampliamente en

pacientes diagnosticados con vía aérea

difícil; sin embargo esto no es una práctica

generalizada5. La Sociedad Americana de

Anestesiología ( ASA Difficult Airway

Guidelines) La define “como aquella vía

aérea en la que el anestesista entrenado

experimenta dificultad para la ventilación

con mascarilla facial, dificultad para la

intubación orotraqueal (IOT) o ambas: La

intubación difícil se define como la

necesidad de tres o más intentos para la

intubación de la traque o más de 10

minutos para conseguirla, situación que

ocurre en 1,5 a 8 % con anestesia general.6

Las escalas de evaluación de vía aérea son

herramientas preoperatorias para realizar

el diagnóstico de vía aérea difícil (VAD)

entre las que se encuentran: mallapathi,

patil aldreti, cormack, movilidad y

características el cuello, distancia

interincisivos, obesidad, enfermedades

asociadas a la VAD.7

La Sociedad Catalana de Anestesiología,

Reanimación y Terapéutica del dolor

(SCARTD): elaboro un protocolo de

valoración preoperatorio de la vía aérea8,

- 7 -

Figura 1

Cuando el anestesiólogo se enfrenta a

una vía aérea difícil no predecible o

imprevista, la cual se define como fallo

en la intubación traqueal después de un

primer intento y de haber tomado las

medidas recomendadas para realizar

una intubación exitosa; nos

encontramos con un paciente cormack 4

con adecuada ventilación pero

intubación difícil, en la cual los

algoritmos recomienda limitar el

número de intentos de intubación a 2 o

4 intentos, ya que múltiples intentos se

relacionan al incremento de la morbi-

mortalidad en anestesia9. Figura 2

Caso clínico:

Paciente masculino de 72 años de edad con

el Diagnóstico de colecistitis crónica

litiasica, el cual está programado para

colecistectomía laparoscópica. Valoración

pre anestésica: Paciente con signos vitales

de 130/80 FC 80X’, FR 22X’ SpO2 95%,

antecedentes quirúrgicos: de RTU hace tres

años bajo anestesia regional, HAS de 10

años de evolución controlado con prazocin

una capsula c/24 hrs., refiere arritmia

cardiaca controlada con propafenona 1

tableta c/8hrs por 5 días, clopidogrel una

diaria, hace una semana se le realiza CPRE

bajo sedación donde refiere se le extraen

aproximadamente 10 lítos y salida de

material purulento se le administra

antibiótico: ciprofloxacilo 1 tableta c

12/hrs, resto de antecedentes preguntados

y negados, a la E. F. paciente de edad

aparenté a la referida consiente orientado

con mucosas deshidratadas +, conjuntiva

ictérica +, boca con buena apertura,

distancia interdentaria grado 3.5,

mallapathy II, cuello con tráquea central

desplazable movible, no I.Y. patil aldreti

grado 3, y movilización del 90%,

cardiopulmonar se auscultan ruidos

cardiacos de buena intensidad, arrítmicos,

Campos pulmonares con buena entrada y

salida de aire, abdomen blando depresible,

dolor en hipocondrio derecho a la

palpación, peristalsis presentes, no se

palpan viseromegalias, extremidades

íntegras con pulsos periféricos

homócrotos, arcos de movilidad

conservados.

- 8 -

Laboratorios aumento de bilirrubinas 3.87

totales a expensas de directa resto de

laboratorios en parámetros normales.

RAQ. EIIIB.

Figura 3 Valoración de la vía aérea pre

anestésica.

Plan Anestésico Anestesia General

Balanceada.

Ingresa al quirófano canalizado con

solución Hartmann para vena permeable

Paciente masculino de 72 años de edad con

el Diagnóstico Colesistitis crónica litiasica,

programado para colecistectomía abierta.

A su ingreso a quirófano de monitoriza con

EKG continuo con presencia de ritmo

cardiaco arrítmico con T/A 140/80mmHg.

FC 82X’ FR 23X’ SatO2 94%, se premédica

con clodaset 1 amp ( metoclopramida 10

mgs + ondsetron 4 mgs ) IV Omeprazol 40

mgs IV, ketorolaco 30 mgs IV, midazolam 2

mgs IV se realiza narcosis basal con

fentanyl 150 mcgs IV hipnosis e inducción

propofol 120 mgs IV, bloqueo

neuromuscular vecuronio 6 mgs IV,Previa

oxigenación con mascarilla, sin dificultad,

se realiza laringoscopia con hoja macintosh

# 4 se visualiza un cormack de 4 por lo que

se decide realizar nueva laringoscopia con

hoja Mc Coy sin lograr visualizar cuerda

vocales por lo que se decide realizar nueva

laringoscopia con fibrolaringoscopio

observando las cuerdas vocales obstruidas

se intenta canular las misma con bougy sin

éxito. Se oxigena nuevamente con

mascarilla facial y se realiza nueva

fribolaringoscopía observando cuerdas

vocales obstruidas se intenta nuevamente

canular la vía aérea con bougy sin forzar la

canulación por lo que se opta por colocar

dispositivo supra glótico: mascarilla

laríngea proseal # 5 la cual se instala sin

problema y se fija en forma correcta, se

verifica colocación sin fuga de aire y se

conecta a circuito anestésico semi cerrado

para mantenimiento anestésico con

sevoflurano/O2 a contracciones variables

de 3.0- 2.0 vol%.

Figura 4. Video laringoscopía.

Monitoreo transanestésico con signos

vitales estables: ritmo cardiaco sinusal.

Medicación complemtaria: Administración

de 8 mgs. de dexametasona IV, y parecoxib

- 9 -

40 mgs IV. Sangrado quirúrgico minímo, sin

presencia de eventos adversos. Emersión

anestésica y retiro de dispositivo supra

glótico sin incidentes. Pasa paciente a su

habitación con Aldrete de 9.

Se informa a los familiares los hallazgos

durante el abordaje la vía aérea; así como

la necesidad de ser valorado por un

otorrinolaringólogo. Acude a valoración

pro el otorrinolaringólogo 15 días

posteriores al procedimiento quirúrgico,

en la cual reportan: fibrolaringoscopía

visualizando cuerdas vocales normales así

como la región subglótica normal

clínicamente no presenta cambios de voz

ni ronquera que sugiera estenosis

subglótica.

Discusión y conclusiones.

El abordaje y manejo de la vía aérea,

representa un reto aún para el

anestesiólogo más experimentado. La

incapacidad para majear la vía aérea

representa un alto riesgo de morbi

mortalidad por la valoración pre anestésica

y seguir los protocolos de manejo de la vía

aérea son obligatorios. A pesar de ello no

siempre se cuenta con el dispositivo

requerido adecuado y/o personal de apoyo

capacitado para auxiliarnos ante una

eventual vía aérea difícil que de acuerdo a

lo reportado por Sinofsky y colaboradores,

se presenta una intubación difícil

anticipada entre el 8 y 9% por alguna

variante anatómica o malformación de la

vía aérea1, las cuales son previstas y de

esta forma optimizar las estrategias para su

manejo. Sin embargo de acuerdo al reporte

de un amplio estudio danés, encontramos

que del 75 al 93% de las intubaciones

difíciles se presentan de forma inesperadas

a pesar de un diagnóstico durante la

valoración pre anestésica de la vía aérea a

través de índices predictivos de vía aérea

difícil (VAD) y el 94% presentaron dificultad

para la ventilación con mascarilla facial.4

No obstante la valoración de la vía aérea

difícil siempre será útil para poder tomar

estrategias y prevenir las posibles

situaciones de riesgo de eventos adversos

que incrementan la morbi mortalidad de

los pacientes en procedimientos

anestésicos. Estos datos son preocupantes

cuando el anestesiólogo en la práctica

privada se enfrenta a una vía aérea difícil

no prevista y no cuenta con auxiliares,

capacitados en el manejo de la vía aérea;

pues tendrá que tomar decisiones con los

recursos a su alcance con el objetivo de

asegurar la vía aérea y evitar catástrofes

que pueden originar secuelas desfavorable

o la muerte. Conocer los protocolos y guías

de manejos permiten al anestesiólogo al

realizar la laringoscopia valorar el grado de

dificultad para lograr la intubación según

las estructuras anatómicas que se

visualicen de acuerdo a la clasificación de

Cormarck-Lehane y modificar o combinas

posturas de la cabeza y cuello con técnicas

de abordaje de la vía aérea.3,4,5 haciendo

uso de de las diversa hojas de laringoscopio

(Macintosh, miller o mc coy) o auxiliares

como el uso de estiletes o bogie más la

maniobra de BURP (siglas en ingles Back,

Up and Right Pressure9 uso de

- 10 -

fibrolangoscopio cuando se cuenta con él,

con un alto índice de éxito para la

intubación, pero cuando existe obstrucción

subglótica para asegurar la vía como en el

caso clínico presentado es mejor optar con

dispositivos supraglóticos que faciliten la

ventilación, siempre y cuando dicha

obstrucción no comprometa la vía aérea

deberá optarse por dispositivos invasivos

como traqueotomía o ventilación jet

transtraqueal.8 Para el paciente del caso

clínico se opto por utilizar una mascarilla

laríngea “Supreme” por la facilidad de su

colocación además de contar con un

drenaje gástrico lo que nos da una cierta

protección contra la aspiración de

contenido gástrico, ya que el manipuleo de

la vía aérea podría provocar un sangrado lo

que nos comprometería seriamente la

ventilación y la protección de la misma. Es

importante mencionar que 1 semana

previa al abordaje quirúrgico, el paciente

fue sometido a procedimiento endoscópico

bajo sedación, lo cual pudo ser un factor de

riesgo condicionando edema de la vía

aérea por estimulación mecánica durante

el manejo del endoscopio.

- 11 -

Bibliografía:

1. Sinofsky AH, Milo SP, Scher C. The awake Glidescope intubation: An additional alternative to

the difficult intubation. Middle East J Anaesthesiol. 2010;20:743–6.

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prevista: Adopción de guías de práctica. Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2008;55:563-570

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de mascarilla laríngea y revisión de la literatura (Caso clínico). Rev. Mex. Anest. Vol. 31. No. 4 Oct-

Dic 2008; 31:4 322-327

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Declaración de Helsinki. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2013; 06 (Supl 1):34-45

10. Guzmán, J., Gazzabtt, F., Hidalgo, G. Recomendaciones de la sociedad de Anestesiología de

Chile para el manejo de la vía aérea difícil. Rev Chil Anest, 2012; 41: 166-178

- 12 -

Manejo anestésico del paciente diabético:

consideraciones. Artículo de revisión: Dra. Rosa Magdalena Márquez Castillo. Médico Anestesiólogo:

Resumen:

En México la Diabetes Mellitus (DM) se

encuentra dentro de las primeras causa de

muerte y asociación con otras patologías como

HAS en el 46.95% y antecedentes

heredofamiliares en el 54.46%.1 Los pacientes

diabéticos requieres tratamientos quirúrgicos y

diagnósticos con más frecuencia que los no

diabéticos, los cuales necesitaran de cuidados

peri operatorios, donde el anestesiólogo debe

evaluar cuidadosamente el estado clínico y

metabólico del paciente así como el

tratamiento que recibe para su control.3

Definir las estrategias de control glucémico

durante el tiempo de estrés quirúrgico y la

elección de la técnica anestésica adecuada de

acuerdo al tipo y extensión de la cirugía.5

Durante este periodo los pacientes diabéticos

tratados con hipoglucemiantes orales, deberán

suspenderlos y serán controlados con algún

esquema de insulina, reanudando su

tratamiento oral en cuanto se restablezca esta

vía. En los pacientes que usan insulina de larga

duración deberá suspenderse 2 a 3 días previos

a la cirugía y sustituirse por una combinación

de insulina de acción intermedia y acción corta

con un estricto monitoreo

glucémico.13Durante el período

transoperatorio: la concentración de glucosa

sanguínea debe ser evaluada para iniciar el

control glucémico con insulina en infusión

continúa antes de la inducción anestésica y

continuar su monitoreo. El control glucémico

puede ser manejado con insulina en infusión

continúa a concentración variable o controlada

(GIK), ambas requieren de un estricto

monitoreo para lograr concentraciones de 120

a 180mg/dl o 4 a 12mmol/l y evitar eventos de

hipoglucemia. 15,16 En los procedimientos con

anestesia general, es importante realizar una

inducción, ventilación e intubación gentil para

evitar el reflujo y bronco aspiración derivados

de gastroparesia así como evitar lesiones en

cavidad oral de difícil cicatrización en los

pacientes diabéticos.8Es importante tener en

cuenta que los anestésicos influyen en el

metabolismo de la glucosa, por ello su elección

debe ser cuidadosa, en los procedimientos

anestésicos loco regionales es importante

verificar la existencia de neuropatías que

pueden exacerbarse, así como, proteger al

paciente en las posiciones quirúrgicas, para

evitar lesione.21 El control glucémico debe

continuar en el posoperatorio para identificar

posibles complicaciones quirúrgicas, por

efectos anestésicos o comorbilidades. En caso

de difícil control glucémico es importante

evaluar es, estado de hidratación, presencia de

dolor o infección que dan como resultado

hiperglucémia o alteraciones neurológicas

resultado de eventos hipoglucémicosque

pueden ser irreversibles.9,20

Summary:

In Mexico, Diabetes Mellitus (DM) is among the

leading cause of death and association with

other pathologies such as SAH in 46.95% and

hereditary family history in 54.46% .1 Diabetic

- 13 -

patients require surgical and diagnostic

treatments more frequently than Non-diabetic

patients, who will need peri-operative care,

where the anesthesiologist must carefully

evaluate the clinical and metabolic status of

the patient as well as the treatment he

receives for control.3 Define strategies for

glycemic control during the time of surgical

stress and choice Of the appropriate anesthetic

technique according to the type and extent of

the surgery.5 During this period, diabetic

patients treated with oral hypoglycemic agents

should suspend them and be controlled with

some insulin regimen, resuming their oral

treatment as soon as this pathway is

reestablished. Patients using long-acting insulin

should be discontinued 2 to 3 days prior to

surgery and replaced with a combination of

short-acting intermediate-acting insulin with

strict glycemic monitoring.13 During the

transoperative period: blood glucose

concentration should be Evaluated to initiate

glycemic control with insulin in continuous

infusion before anesthetic induction and to

continue its monitoring. Glycemic control can

be managed with insulin in continuous infusion

at a controlled or variable concentration (GIK),

both of which require strict monitoring to

achieve concentrations of 120 to 180mg / dl or

4 to 12mmol / l and to avoid hypoglycemic

events. 15,16 In procedures with general

anesthesia, it is important to perform an

induction, ventilation and gentle intubation to

avoid reflux and bronchial aspiration derived

from gastroparesis as well as avoid lesions in

the oral cavity of difficult healing in diabetic

patients.8 It is important to take into account

That anesthetics influence the metabolism of

glucose, so its choice must be careful, in

regional crazy anesthetic procedures it is

important to verify the existence of

neuropathies that can be exacerbated, as well

as, to protect the patient in the surgical

positions, to avoid injury .21 Glycemic control

should continue postoperatively to identify

possible surgical complications, due to

anesthetic effects or comorbidities. In case of

difficult glycemic control, it is important to

evaluate the state of hydration, the presence

of pain or infection resulting in hyperglycaemia

or neurological alterations resulting from

hypoglycaemic events that may be

irreversible.9,20

- 14 -

La Federación Internacional de

Diabetes reporto en 2008 246 millones de

adultos alrededor del mundo tienen

diabetes y una prevalencia esperada de

380 millones para el 2025.1 En México la

diabetes se encuentra dentro de las

primeras causas de muerte, el 9.17% de los

adultos ha recibido un diagnóstico de

diabetes, el 46.95% se ha asociado a

hipertensión arterial, el 4.47% tiene

antecedentes de Infarto al miocardio y el

54.46% cuenta con antecedentes heredo

familiares de diabetes, también se

diagnóstico diabetes en 0.68% de la

población adolescente.2Los pacientes

diabéticos requieres tratamientos peri

operatorios con más frecuencia que los no

diabéticos, con importantes factores de

riesgos por patologías asociados a

enfermedad cardiovascular, neuropatía

autonómica, del tejido colágeno articular y

deficiencia inmunológicas. El anestesiólogo

debe evaluar cuidadosamente en la

consulta preanestésica: el estado de clínico

y tratamiento de cada paciente, incluyendo

el manejo metabólico durante el tiempo de

estrés quirúrgico, para establecer

estrategias optimas de manejo

perioperatorio.3

Es importante considerar que la diabetes

mellitus es la enfermedad endocrina más

comúnmente encontrada en el manejo

anestésico de pacientes obstétricas que

pueden aumentar la morbi-mortalidad peri

operatoria; Los efectos del estrés

quirúrgico y la anestesia tienen efectos en

los niveles de glucosa, la hiperglucemia

resultante es un importante factor de

riesgo para sepsias postoperatoria,

disfunción endotelial, isquemia cerebral y

alteraciones en la cicatrización de la herida.

La respuesta al estrés quirúrgico también

puede desencadenar cetoacidosis diabética

o síndrome hiperosmolar hiperglúcemico

perioperatorio.4,5 Por otra parte la

hipoglucemia puede originar

complicaciones neurológicas como

somnolencia, perdida del estado de alerta,

crisis convulsivas, daño neurológico

irreversible o muerte. De aquí que el

monitoreo de la glucemia peri operatoria

sea obligatorio en el manejo del paciente

diabético, pues la manifestaciones

neurológicas, son difícilmente advertidas

en pacientes bajo anestesia general o

recibir sedación/analgesia (con o sin

bloqueadores neuromusculares) o en el

postoperatorio inmediato. Estudios han

descrito que la hipoglucemia aumenta la

morbi-mortalidad en pacientes diabéticos

críticamente enfermos, aumentando su

estancia hospitalaria en general.5 A

medida que los pacientes diabéticos sufren

un mayor riesgo de complicaciones peri

operatorias, es imprescindible su manejo

integral en el entorno quirúrgico, ya que un

poco más de un tercio de los pacientes no

son identificados y no reciben tratamiento

integral.6

Las guías de manejo peri operatorio del

paciente diabético, resalta la importancia

de los niveles glucémico como crítico. Ya

que los efectos del estrés quirúrgico y la

anestesia tienen efecto sobre la glucosa en

sangre que deben tomarse en cuenta para

su óptimo control encaminado a mejores

resultados quirúrgicos para el paciente. Los

valores de la Hemoglobina glucosilada (Hb

A1c) preoperatoria, los cuales deben ser

determinados en pacientes programados

para cirugía mayor, no solo en los

pacientes con diagnóstico previo de

- 15 -

diabetes, esto de acuerdo con lo publicado

en los estudios de Dathariya y Lee; donde

incluyeron a pacientes diabéticos y no

diabéticos y registraron índices glucémico

elevados de la Hb A1c (>0.6% o

>.42Mmol.) asociados a resultados

adversos en varias especialidades

quirúrgicas.7 Existe evidencia que valores

de Hb. Glucocilada> de 8.6% o 70 mmol

mol-1 se asocian con un incremento de 4

veces más mortalidad en pacientes

sometido a cirugía cardiaca.

EVALUACIÓN PREOPERATORIA

La diabetes mellitus se asocian a otras

patologías secundarias, por lo que durante

la consulta pre anestésica, el

interrogatorio será dirigido al tipo de

diabetes, tiempo de evolución y co-

morbilidades que padece. En la exploración

física es importante la correcta evaluación

de la vía aérea por el riesgo potencial de

vía aérea difícil, analizando el estado de la

cavidad oro faríngea y rigidez articular, así

como la función cardiovascular, neuropatía

autonómica y función renal, que pueden

favorecer inestabilidad hemodinámica en

el transoperatorio, es importante descartar

gastroparesia diabética ya que esta,

favorece la regurgitación por lo que es

importante la pre medicación con

procineticos y bloqueadores H1 con la

finalidad de reducir el riesgo de bronco

aspiración durante la inducción anestésica.

Valorar el tratamiento farmacológico que

lleva el paciente: Control con dieta,

antidiabéticos orales o insulina, conocer la

dosis y vida media de cada uno, así como la

y administración de otros fármacos que

pueden descompensarlos.8

USO DE HIPOGLUCÉMICOS EN EL PRE

OPERATORIO:

El objetivo de la valoración pre anestésica

es conocer al paciente y mejorar su

condición clínica para poder elaborar la

estrategia del manejo anestésico y

prevención de eventos adversos, la terapia

hipoglucemiante no es la misma para los

pacientes, la cual se indica de acuerdo al

tipo de diabetes y estadío de evolución,

por ello es importante conocer la

farmacología e interacción de los

hipoglucemiantes y agentes anestésicos:

Biguanidas y tiazolidinedionas:

incrementan la sensibilidad a la insulina

Sulfonilureas y no sulfonilureas:

incrementan la secreción de insulina.

Nuevas drogas: agonistas de péptido símil

a guagón tipo 1 (GLP-1) e inhibidores de la

dipeptidilpeptidasaIV (DPP-4)

Remplazo de insulina

La recomendación actual de la ADA

(Asociación Americana de Diabetes) y la

EASD (Asociación Europea de Estudios para

la Diabetes) incluye la metfoermina, la

dieta y el ejercicio como tratamiento de

primera línea en pacientes con DMTII, ya

que no aumenta el riesgo de hipoglicemia,

cuando se utiliza como monoterpia y no

existe contraindicación en su

prescripción.9

Biguanidas: La metformina actúa como un

sensibilizador de la insulina e inhibe la

gluconeogénesis, cuando es administrado

sin combinaciones con otros fármacos, no

produce hipoglucemia y el riesgo de

acidosis láctica es muy bajo en pacientes

- 16 -

con función renal normal, pero es más

probable en aquellos con insuficiencia

renal.8 Las guías de la NHS, admiten que

hay pruebas limitadas para apoyar las

recomendaciones peri operatoria sobre la

metformina, sin embargo en una estudio

retrospectivo de 1284 pacientes diabéticos

cardiópatas quirúrgicos,se encontró que

aquellos pacientes diabéticos con función

renal normal que continuaron con la

metformina habían mejorado los

resultados en relación a los que la

omitieron. 7De acuerdo a lo anterior es

importante valorar el tipo de cirugía y

suspenderla uno o dos días previos cuando

existe riesgo de inestabilidad

hemodinámica o alteraciones de la

perfusión renal por ejemplo en cirugía

vascular mayor.

Sulfonilureas: Tienen vida media larga de

hasta 72 hrs, ejerce su acción cerrando los

canales de calcio dependientes de ATP.

Esta característica es responsable de los

efectos insulinotrópicos, así como de

efectos no deseados en sobre el corazón.

Durante la isquemia miocárdica, la

sulfonilurea inhibe parcialmente

parcialmente la apertura de los canales de

calcio, evitando así la hiperpolarización

requerida que protege la célula, evitando

el ingreso de calcio “preacondicionamiento

isquémico”10 Fisman y cols. Encontraron

en la unidad coronaria; aumento de las

causas de mortalidad en un lapso de 7.7

años de seguimiento en pacientes

diabéticos con tratamiento combinado de

metformina y glibenclamida, con una

relación de mortalidad que cuadriplicaba a

los pacientes coronarios no diabéticos.11

Por lo anterior se recomienda suspenderla

en la mañana de la cirugía o bien cuando

inicia el ayuno para evitar el riesgo de

hipoglucemia perioperatoria.

No Sulfonilurea: como repaglinida,

nateglinide o mitiglinide, actúan cerrando

los canales de calcio dependientes de ATP

parecen estar asociados a riesgos

cardiovasculares similares que la

sulfonilurea y la acarbosa se asocio a

mayor riesgo de insuficiencia cardiaca y

accidente vascular cerebral isquémico en

comparación con la metformina. En la

práctica clínica diaria las gliptinas se

prescriben con otros agentes

antidiabéticos, antihiperténsivos y

antihiperlipidémicos. Por tanto es de suma

importancia estableces si están presentes

algunos efectos secundarios o

indeseables.12 Se recomienda suspender

estos medicamentos posterior a la ultima

ingesta de alimentos previos a la cirugía.

Agonistas GLP-1 e inhibidores DPP-4: El

GLP-1 es un péptido endógeno que

aumenta la secreción de insulina ante la

ingesta de glucosa, inhibe la liberación de

glucagón y retrasa el vaciamiento gástrico.

Los inhibidores de la DPP4 tienen la

función de bloquear la degradación de la

GLP-1, ambos tienen la característica de no

producir hipoglucemia en estados de

euglucemia por su mecanismo de acción,

por lo que puede ser administrado el día

de la cirugía.13

En los pacientes que usan insulina, es

monitoreo es indispensable para vigilar

que los valores glucémico se encuentre en

parámetros dentro de rangos normales. El

paciente debe monitorear sus niveles

glucémico pre y postprandiales, así como

- 17 -

previo a la administración de dosis

suplementarias de insulina y cada 4 o 6 hrs.

Tradicionalmente la insulina de larga

acción debe suspenderse 2 o 3 días previos

a la cirugía y sustituirse por una

combinación de insulina de acción

intermedia e insulina de corta acción.

Existen evidencias que si el paciente está

siendo tratado con glargina puede

continuar con su tratamiento hasta el día

de la cirugía. Sin embargo, los pacientes

con Diabetes Mellitus TI deben continuar

con 0.2 a 0.3 U/kg/día de insulina de acción

prolongada.13 Aunque no existe un

método absoluto para predecir las

necesidades de insulina en pacientes que

van a ser sometidos a procedimientos

quirúrgicos. La experiencia clínica muestra

que la mayoría de los pacientes quirúrgicos

mantienen un rango de glucemia entre 120

y 180 mg/dl con una infusión de insulina

regular que aporte 1.0 o 2.0 unidades de

insulina por hora. La estimación inicial de

insulina se calcula tomando como base el

tipo de diabetes, terapia previa, grado de

control glucémico en relación a la dosis

total de insulina administrada durante el

día, terapia esteroides, obesidad, falla

renal o infección.

TRANSOPERATORIO:

La concentración de glucosa sanguínea

debe ser evaluada antes de la inducción

anestésica y continuar su monitoreo cada

hora si se encuentra en parámetros

adecuados y con menor intervalo si esta

fuera de rango. La inducción y ventilación

deben ser suaves para evitar el reflujo si

hay antecedentes de gastroparecia y tener

en cuenta que las lesiones de encías y

comisura bucal pueden ser más sangrantes

y de cicatrización lenta, por lo que se debe

realizar una laringoscopia cuidadosa, así

como mantener control estricto de la

posición del paciente en la mesa quirúrgica

para evitar agravar la neuropatía.8

El estrés sostenido durante la cirugía y la

anestesia, altera la glucorregulación

preexistente por aumento de la actividad

catabólica caracterizada por mayor

secreción de hormonas pituitarias (cortisol

y glucagón) y la activación del sistema

nervioso simpático, con efecto sistémico:

neuroendocrino y hemato-inmunológico

que induce la neogluconeogénesis e

hiperglicemia severa que modifica el

pronóstico postoperatorio. El tipo de

anestesia puede influir en la respuesta

hiperglucémica durante la cirugía, existen

evidencias de que la anestesia general

produce mayor concentración de glucosa

en sangre que la anestesia local y epidural.

La concentración de catecolaminas

circulantes (cortisól y glucagón) son

mayores en pacientes sometidos a

anestesia general.14

La hiperglucemia aguda tiene efectos

nocivos como la disminución de la

producción endotelial de óxido nítrico con

disminución de la vasodilatación, aumento

de la expresión de las moléculas de

adhesión endotelial y leucocitaria,

reducción de la función del complemento,

deterioro de la función de los neutrófilos y

aumento en la síntesis de citoquinas. Se ha

demostrado que el uso de insulina para

control de la hiperglucemia, disminuye la

activación endotelial, estimula la captación

de glucosa, protege las mitocondrias

hepáticas, mejora el perfil lipídico

- 18 -

circulante y disminuye los marcadores

inflamatorios circulantes.15

ESTRATEGIAS DE CONTROL GLUCÉMICO

INTRAOPERATORIO:

La extensión y el tipo de cirugía son

importantes para, estimar los

requerimientos de insulina de cada

paciente, el control glucémico suele

mantenerse mediante infusión intravenosa

de insulina, incluso en los no diabéticos

para obtener concentraciones glucémicas

de 140 a 180/ mg/dl como margen seguro

y aceptable para pacientes críticamente

enfermos en entornos peri operatorio, la

experiencia clínica con los sistemas de

infusión continúa de insulina ha

demostrado necesidades similares para la

mayoría de los procedimientos; excepto

para trasplantes renales y cirugía

extracorpórea. La administración de

insulina en infusión continua puede

realizarse mediante 2 procedimientos

básicos, A) Administrar glucosa e insulina

en una infusión y B) Administración de

glucosa e insulina por vías separadas. Es

recomendable iniciar la infusión 2 o 3 hrs,

antes de la cirugía para mantener un

adecuado control glucémico, es

fundamentar tener claro que es

indispensable, tener un método de

monitoreo seguro y rápido para poder

emplear esta estrategia.16 El régimen de

insulina “GIK” (glucosa, insulina y potasio)

es considerado una técnica segura

inotrópica y metabólica en situaciones

críticas. El mecanismo propuesto incluye la

disminución de los niveles circulantes de

ácidos grasos libres y su posterior

absorción por el miocardio (tóxicos en

situación de isquemia), aumento de la

producción de energía miocárdica a través

de la glucosa y estabilización del potasio

intracelular que puede estar agotado en

estos casos. El de infusión variable de

insulina, permite un control glucémico

estricto que puede combatir cualquier

cambio inesperado, esto debido a que la

insulina regular iv permanece

fisiológicamente activa aproximadamente

1 hr. Pero su vida media en suero es de 7

minutos, con lo cual se logra el control

glucémico. En pacientes tipo I, la tasa de

infusión inicial es de 0.5 a 1 U/hr. (mezclar

100U de insulina de acción rápida en

100ml de solución salina) es decir 1U = 1ml

, la velocidad de infusión puede ser

modificada a 2 o 3 U/hra. de acuerdo a las

necesidades de cada paciente con diabetes

tipo II.15,16

HIPOGLUCEMIA PERIOPERATORIA:

La incidencia de hiopoglucemia en

pacientes quirúrgicos y críticos, es variable

dependiendo del país, condiciones

demográficas y étnicas, tipo de diabetes,

diversidad de los regímenes terapéuticos

de control glucémico e informes no

uniformes del evento. Se realizo en Escocia

un estudio que, informa una prevalencias

de hipoglucemia de 7.1% en pacientes con

Diabetes tipo 1 y en pacientes con diabetes

tipo II: 7.3% con uso de insulina, y 0.8%

con uso oral de sulfonilurea, en Asía un

estudio similar reporto una prevalencia de

41.37% en pacientes diabéticos tipo II con

uso de sulfonbilureas.17 La gravedad de la

hipoglucemia se considera un predictor

independiente de la mortalidad en

pacientes con o sin diabetes, observaron

que los pacientes diabéticos mostraron

mayor mortalidad y menor intolerancia a

- 19 -

valores fluctuantes de glucosa en sangre

entre 4.4 y 6.1mmol/l . Los síntomas

hipoglucémicos son a menudo mal

reconocidos durante los procedimientos

quirúrgicos debido a la variabilidad

hemodinámica y efectos anestésicos en

anestesia regional, sin embargo en la

anestesia general, resulta imposible

reconocerlos.18 Uno de los períodos más

vulnerable para la aparición de

hipoglucemia incluye la entrega ineficaz del

paciente y la mala comunicación del

personal de salud en la UCI o paso de

pacientes de hospitalización a el área

quirúrgica. Los efectos perjudiciales

pueden verse en todos los órganos, pero el

cerebro puede sufrir lesión irreversible

durante un episodio agudo de

hipoglucemia. La adaptación fisiológica del

cuerpo a la hipoglucemia puede ser

atenuada en gran medida por el efecto de

analgésicos y sedantes, la lesión cerebral

isquémica se puede acentuar a medida que

se agotan los almacenes de glucosa y la

producción y utilización de lactato por el

cerebro durante el período de crisis.9,19 Si

ocurre la hipoglucemia, debe administrarse

solución dextrosa iv al 10 o 25%,

dependiendo de la gravedad del episodio

Anestesia en pacientes con diabetes

gestacional:

Existe una alta asociación de diabetes

mellitus con otras enfermedades

comórbidas, tales como hipertensión,

cardiopatías, preeclampsia, disfunción

renal, neuroipatía autonomica entre otras,

que favorecen que la paciente sea

vulnerable a la inestabilidad

hemodinámica. La elección de la técnica

anestésica debe evaluar la alta

probabilidad de dificultad en el manejo de

la vía aérea debido a limitación de la

extensión atlanto-occipital, la respuesta

exagerada al estrés y a la respuesta

reguladora a los niveles de azúcar en

sangre cuando pensamos en anestesia

general, sin embargo también durante los

procedimientos anestésicos loco

regionales existe el inconveniente de la

neuropatía autonómica y la respuesta

simpática exagerada, pero tiene la ventaja

de disminuir la respuesta al estrés, nos

permite identificar mejor períodos de hiper

o hipoglucemia, entre otros.9,20

El control metabólico optimo durante el

parto o cesárea es obligatorio para

prevenir las complicaciones maternas y del

recién nacido, ya que la hipoglucemia

puede interferir con el trabajo de parto y

la hiperglucémia aumenta el distres fetal;

debido a que la glucosa cruza la placenta

por difusión, existen reportes de acidosis

metabólica fetal secundaria a hipoxia

relacionados con glucemias maternas que

superan los 300mg/dl. La isulinoterapia

durante el parto o cesárea significa una

insulina de acción corta ajustada para

alcanzar niveles de glucosa entre 4 y

8mmol/l para prevenir la hipoglucemia

neonatal. Después del parto o cesárea se

debe hacer reajuste de la dosis para evitar

hipoglucemia especialmente en mujeres

que amamantan.20

El uso de beta adrenérgicos para retrasar el

parto o la dexametasona para inducir

madurez pulmonar fetal, incrementan las

necesidades de insulina. Para lograr valores

glucémicos de 80 a 120 mg/dl. Las pautas

posibles para su manejo incluyen

administrar dosis elevadas de insulina (2.5

- 20 -

a 3 U/hr.) y soluciones glucosadas al 10% y

KCl a través de 2 vías, con un monitoreo

estrecho. Es importante ajustar la dosis de

infusión de insulina a la mitad en el

período de expulsión de la placenta, ya que

disminuyen las necesidades de insulina a

partir de este momento.16

LOS ANESTÉSICOS Y SUS EFECTOS:

El uso de benzodiacepinas por infusión IV

como el midazolam, puede disminuir la

activación simpática y disminuir la

concentración de ACTH y cortisol, así como

aumentar la secreción de H de crecimiento

y suprimir la respuesta hiperglucémica en

cirugía. Los opiáceos deben utilizarse con

cautela ya que pueden perturbar el

metabolismo endocrino y hemodinámico

en pacientes con insuficiencia renal, sin

embargo se ha documentado que el uso de

morfina en el paciente diabético con

compromiso renal, no es recomendable ya

que su metabolito activo morfina-6-

glucurónido se elimina por esta vía, por lo

que se prefiere el uso de fentanilo para

proporcionar analgesia. El uso de fármacos

coadyuvantes como los agonistas α-2:

dexmetomidina y clonidina, ayudan a

atenuar la respuesta al estrés, previene la

hiperglucemia y mantiene la estabilidad

hemodinámica, además de su efecto

anestésico ahorrador, los bloqueadores

neuromusculares no despolarizantes

deben seleccionarse con base a la

capacidad funcional hepática y renal de

cada paciente. Cabe mencionar que

aunque estos agentes anestésicos pueden

disminuir la secreción de insulina durante

el período peri operatorio, la

hiperglucemia se evita globalmente

mediante la reducción de la actividad

simpática. Los agentes inhalados, inhiben

la liberación de insulina y también pueden

causar un efecto inotrópico negativo, el

uso prolongado de propofol puede

disminuir el metabolismo de los lípidos. 21

MANEJO POSOPERATORIO:

El control glucémico debe continuar en el

período posoperatorio debido a las

posibles complicaciones quirúrgicas, por

efectos anestésicos y comorbilidades. En

caso de control glucémico deficiente

posoperatorio, es indispensable evaluar el

estado de hidratación del paciente,

descartar focos de infección, efectos

adversos medicamentosos y asegurar que

el paciente no presente dolor, ya que

puede aumentar la secreción de hormonas

contra reguladoras, dando como resultado

hiperglucemia. Así como complicaciones

neurológicas derivadas de eventos

hipoglucémicos que pueden ser

irreversibles.1,19,20

Discusión:Estudios previos sugieren que el

control glucémico estricto en pacientes

diabéticos sometidos a cirugía mayor,

mejora las tasas de morbimortalidad

perioperatosia, Sin embargo también se ha

reportado que el control agresivo induce a

incidencias más frecuentes de eventos

hipoglucémicos e incremento en la tasa de

mortalidad. Los pacientes presentan

complicaciones cerebrales durante el peri

operatorio con más frecuencia que sus

contrapartes no diabético. 16,19 Sin

embargo existen evidencias de que el buen

control glucémico disminuye la infección y

por consiguiente la morbimortalidad, la

NHS indica que es aceptable un intervalo

- 21 -

de 4 a 12 mmol/l.8 Es importante

considerar el tipo de diabetes y tiempo de

evolución, ya que se asocian a otras

patologías que hacen muy difícil lograr una

estrategia ideal para el control glucémico

en el período peri operatorio. El

anestesiólogo debe evaluar

cuidadosamente en la consulta

preanestésica: el estado de clínico y

tratamiento de cada paciente, incluyendo

el manejo metabólico, durante el tiempo

de estrés quirúrgico, para establecer

estrategias optimas de manejo

perioperatorio.3con la finalidad de mejorar

las condiciones generales del paciente,

establecer el mecanismo de control

glucémico y la elección de la técnica

anestésica más conveniente. Ya los agentes

anestésicos tienen algunos efectos sobre la

circulación cerebral y la reactividad cerebro

vascular de dióxido de carbono. Por lo

tanto, los anestesiólogos deben tener un

conocimiento adecuado sobre los agentes

anestésicos que mantienen la integridad de

la circulación cerebral, efectos sobre el

metabolismo de la glucosa, la

hemodinamía y vías de eliminación de los

fármacos. Los pacientes con diabetes

mellitus (DM) tienen una mayor

susceptibilidad a las infecciones

peroperatorias. Un trabajo reciente

confirmó que una combinación de insulina

intravenosa y subcutánea como una

estrategia de administración de glucosa

tenía efectos beneficiosos idénticos a la

terapia con insulina intravenosa sola en la

reducción de las tasas de infección durante

el período postoperatorio.6,8 La extensión

y el tipo de cirugía intervienen en los

esquemas de requerimientos de insulina

en infusión para el control glucémico en

cualquiera de sus modalidades ya sea

subcutánea o iv, con régimen GIK o

infusión variable, cuyo objetivo final es

lograr una concentración glucémica de 140

a 180/mg/dl o de 4 a 12 mmol/l.15,16No

se debe perder de vista el riesgo de que los

paciente presenten eventos de

hipoglucemia, cuyos síntomas a menudo

no pueden ser reconocidos o son mal

reconocidos durante los procedimientos

quirúrgicos debido a la técnica anestésico

empleada y sus repercusiones

hemodinámicas. Estos eventos de

hipoglucemia pueden ser perjudiciales en

todos los órganos, en especial el cerebro

que puede sufrir lesión irreversible.9 Las

condiciones especiales como la diabetes

gestacional, tranplantes y trauma tendrán

las observaciones y modificaciones que

requieran particularmente. El manejo peri

operatorio de la glucosa, complicaciones

quirúrgicas encaminadas a prevenir o

reducir las secuelas derivadas de eventos

hiper o hipoglucémicas.

Conclusión:

La incidencia de diabetes mellitus (DM) es

una condición cada vez más alta en la

población mexicana, asociada a otras

patologías con daño a corto y largo plazo

de ojos, riñones, nervios y los vasos

sanguíneos, dando como resultado

hipertensión, isquemia cardíaca,

aterosclerosis e insuficiencia renal, entre

otros síndromes. Debido a esta prevalencia

es cada vez más frecuente que los

pacientes diabéticos requieran algún tipo

de cirugía y los anestesiólogos, deben estar

preparados para su manejo, La evaluación

preoperatoria adecuada y el manejo

- 22 -

racional intraoperatorio y postoperatorio

de los pacientes con esta entidad

patológica compleja en circunstancias

electivas y de emergencia son esenciales.

Estudios recientes han enfatizado la

necesidad de mantener un control

glucémico peri operatorio, sin embargo,

aun no existe un criterio ideal definido de

su manejo. Aunque todos los estudios

coinciden en que el control glucémico es

prioritario en el abordaje del paciente en

los diversos periodos de peri operatorio.

- 23 -

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- 25 -

Factores de riesgo para complicaciones postoperatorias en

resección de lesiones ventriculares por vía endoscópica. Márquez C.R., Ramírez C. J., Castellanos O. A., Mayoral C. M., Cruz L. J.

Resumen:

La resección endoscópica de lesiones

ventriculares, no está exenta de

complicaciones como: hemorragia,

hematomas y pneumoncéfalo, entre otras ya

reportadas. Nuestro objetivo fue demostrar

que PIC elevada durante el procedimiento

actúa como un factor de riesgo para

desarrollar complicaciones postoperatorias.

Método: 17 pacientes, ambos sexos y edad

promediode 42.7± 21.2 años, con

diagnóstico de lesión ventricular, ASA I-II y

Glasgow ≥ 11, programados para resección

endoscópica, bajo AGB y monitoreo invasivo;

PAM a través de línea arterial, parámetros de

70 a 110 mmHg, PIC con parámetros de 18 a

22 cm H20 (13 a 17 mmHg) utilizando el

canal de drenaje del endoscopio con drenaje

continuo, y PPC calculado. Resultados:

Análisis univariado de constantes vitales, en

3 tiempos: a) pre quirúrgica: PAM 95.23±12.8

mmHg PIC 20.47±5.57 mmHg y PPC

73.83±10.27mmHg; b) transquirúrgico la

PAM 85.42±10.91 PIC 17.27±8.78 y PPC

65.70±11.71 y c) postquirúrgico la PAM

87,32±9.09; PIC 14.38±1.26 y PPC

70.27±8.33, el análisis bivariado, no

paramétrico y correlación de variables, en el

transquirúrgicomostro evidencia que la

relación entre PAM y PIC, compromete la

PPC, cuando una de ellas es alterada,

relacionándose fuertemente con otros

eventos durante el mismo p=0.000, I.C.

95%.Los resultados muestran que existe una

fuerte relación entre la PIC, PAM y PPCc

duranteel transquirúrgico y el riesgo de

desarrollar alguna complicación en el

postoperatorio p=0.000. Conclusión:

Mantener la PIC y PAM procurando una

óptima perfusión cerebral, reduce

estadísticamente el riesgo de complicaciones

postoperatorias como despertar tardío

reportado en otros estudios.

Summary:

Endoscopic resection of ventricular injury is

not without complications such as bleeding,

bruising and pneumoncephalus, among

others already reported. Our objective was

to demonstrate that high during the

procedure PIC acts as a risk factor for

developing postoperative complications.

Methods: 17 patients, both sexes and age

42.7 ± 21.2 years promediode diagnosed

with ventricular injury, ASA I-II and Glasgow

≥ 11 scheduled for endoscopic resection

under AGB and invasive monitoring; PAM

through arterial line parameters 70 to 110

mmHg, PIC with parameters 18 to 22 cm H20

(13 to 17 mmHg) using the drainage channel

of the endoscope with continuous drainage,

and PPC calculated. Results: Univariate

analysis of vital signs, in 3 stages: a)

presurgical: PAM 12.8 mmHg ± 95.23 20.47 ±

5.57 mmHg PIC and 73.83 ± 10.27mmHg PPC;

b) trans-surgical MAP 85.42 ± 10.91 17.27 ±

8.78 and PIC PPC 65.70 ± 11.71 and c)

postsurgical 87.32 ± 9.09 PAM; PIC 14.38 ±

- 26 -

1.26 and PPC 70.27 ± 8.33, bivariate analysis,

nonparametric and correlation of variables in

the transquirúrgicomostro evidence that the

relationship between MAP and CIP,

compromises the CFP, when one of them is

altered, interacting strongly with other

events the same p = 0.000, IC 95% .The

results show that there is a strong

relationship between ICP, MAP and trans-

surgical duranteel PPCC and the risk of

complications in the postoperative p = 0.000.

Conclusion: Maintain the ICP and MAP

ensuring optimal cerebral perfusion,

statistically it reduces the risk of

postoperative complications like waking up

late reported in other studies.

- 27 -

Introducción:

Las nuevas tendencias en neurocirugía, es

cambiar a técnicas de mínima invasión y

menor daño cerebral. La endoscopía ofrece

una recuperación postoperatoria rápida

reduciendo la estancia hospitalaria debido a

limitación del daño resultado de menor

manipulación quirúrgica del tejido cerebral.

En los avances de la técnica

neuroendoscópica se reportan algunos

eventos durante el procedimiento y por lo

tanto se presentan complicaciones

postoperatorias que pueden ser transitorias

o permanentes en las que se puede existir la

muerte, con una incidencia reportada

alrededor del 1 %; de tal forma que hace

falta literatura de la técnica anestésica y el

monitoreo de la PIC durante el desarrollo de

la técnica quirúrgica y sus implicaciones en

esta tendencia cada vez más frecuente, que

permitan anticiparse a estos eventos que

repercuten exponencialmente en la

recuperación de los pacientes. De tal forma

que el binomio anestesiólogo cirujano es de

vital importancia en el perioperatorio. Ya que

es el neurocirujano quien coloca el catéter

de monitoreo de la PIC en uno de los canales

del endoscopio y el anestesiólogo quien es el

encargado de monitorear la presión

intracraneal, así como las demás constantes

vitales (presión arterial media, presión de

perfusión cerebral, frecuencia cardiaca,

saturación de oxígeno, CO2 espirado y el

equilibrio hidroelectrolítico) que tienen

repercusión directa en la dinámica cerebral y

por consecuencia en la evolución del

paciente en el postoperatorio mediato e

inmediato. Las complicaciones

perioperatorias en procedimientos

neuroendoscópicos reportadas en la

literatura se pueden definir en 2 grupos: I.-

Complicaciones transquirúrgicos a) por

efecto mecánico durante el procedimiento

quirúrgico tales como: hipotensión o

hipertensión intracraneal, lesión de

estructuras anatómicas o hemorragias

ventriculares, b) repercusiones en la

hemodinamía sistémica como: Hipertensión

arterial sistémica, taquicardia, bradicardia o

asistolia. II.- Complicaciones postquirúrgicas

a) transitorias como despertar tardío que

puede ser atribuido a efectos anestésico

residuales o al procedimiento endoscópico,

fiebre en las primeras 24Hrs, anisocoria por

lesión de nervios, cefalea o neuroinfección,

a1) se han reportado otras complicaciones

que requieren de tratamiento quirúrgico

como higromas, hemorragias, hematomas

subaracnoideas o pneumoncéfalo y b)

permanentes como infarto post isquémico y

muerte. Las técnicas quirúrgicas, la

instrumentación y los requerimientos

anestésicos, sus posibles eventos adversos

así como las complicaciones de esta técnica

deben ser conocidos para anticiparse a ellos

y asegurar un resultado exitoso. (1) Fábregas

y colaboradores son los pioneros en describir

parte de esta técnica anestésica y las

complicaciones peri operatorias en 100

neuroendoscopías realizadas en Barcelona,

España; reportando mortalidad del 1%, las

complicaciones transquirúrgicas,

hipertensión arterial hasta un 53% y picos de

incremento de la presión intracraneal con

valores > 30 mm Hg en un 25 %, > 50 mm Hg

el 6.3% y >100mm Hg 2.1%, las

complicaciones postoperatorias: Anisocoria

en el 31%, despertar tardío en el 29%de los

casos.(2) Durante la neurocirugía

- 28 -

endoscópica, los mecanismos de

estimulación directa al cerebro por el

endoscopio y el incremento de la presión

intracraneal causada por la irrigación

continua pueden causar cambios

hemodinámicos exponencialmente letales

como isquemia cerebral. Kalmar y cols.

reportan en un estudio experimental,

comparativo en modélelo animal, en quienes

produjo hipertensión endocraneal con

soluciones de irrigación y disminución de la

presión arterial media en el grupo 1 con

labetanol y en el grupo 2 con sevoflurano a 8

vol% encontrando que la supresión de la

presión de perfusión cerebral ocurre cuando

se presenta una hipertensión intracraneal

severa asociada a taquicardia o bradicardia,

ocasionando una disminución del

hematocrito en los primeros minutos de la

supresión, al suspender la irrigación

disminuye la presión intracraneal pero 5 de

los animales fallece por edema pulmonar,

también observaron que había un

desplazamiento de la solución de irrigación al

espacio intravascular(3) Más tarde Karmar

reporta que durante los procedimientos

neuroendoscópicos había cambios

hemodinámicos como respuesta a los

incrementos de la presión intracraneal y

cuando la presión de perfusión cerebral

disminuyó por debajo de 15 mm Hg los

pacientes presentaban hipertensión arterial

y taquicardia, “Reflejo de Cushing”. La

bradicardia, no se asoció con estos

incrementos de la presión intracraneal (PIC)

durante el procedimiento.(4) No muchos

centros miden rutinariamente la PIC durante

los procedimientos de Neuroendoscopía. Sin

embargo existe evidencia de los cambios

hemodinámicos que generan el incremento

de PIC durante los procedimientos

neuroendoscópicos y particularmente

durante la irrigación aun cuando los paciente

se encuentran bajo una técnica de anestesia

general estandarizada, durante la irrigación

el aumento de presión arterial es de 7 mm

Hg (p =0.02), mientras que el incremento de

la presión intracraneal es de 34 mm Hg (p <

0.001) y una disminución de la presión de

perfusión cerebral de 26 mm Hg (p < 0.001),

por lo que es importante la monitorización

continua de la presión intracraneal y la

presión de perfusión cerebral para anticipar

cualquier efecto adverso. (5)

La cirugía neuroendoscópica puede causar

incremento de la PIC que se asocia a cambios

en la PPC y complicaciones postoperatorias

principalmente como despertar tardío (6)

Dentro de las complicaciones descritas en

procedimientos de tercer ventriculostomía

endoscópica se han reportado hemorragia

venosa intraventricular, contusión talámica,

hemorragia cortical en el sitio de

introducción del endoscopio y hemorragia

subaracnoidea, asneuroinfección (7) La

autorregulación del flujo sanguíneo cerebral,

la reactividad al CO2 y la relación entre la

presión y el volumen, pueden disminuir o

abolirse en pacientes con la presencia de

masas en el parénquima, trauma cerebral,

vaso espasmo cerebral o incremento de la

elastance cerebral. La sedación, analgesia y

procedimientos anestésicos pueden inducir

mayores cambios en el flujo sanguíneo,

metabolismo cerebral y la PIC. El inadecuado

uso de estas drogas puede agravar la

patología intracraneal preexistente y puede

empeorar el resultado (8)

Los hipnóticos (barbitúricos, etomidato y

propofol), benzodiacepinas, narcóticos

(fentanil, sufentanil o alfentanil) y los alfa 2

adrenérgico agonistas (clonidina y

- 29 -

dexmetomidina) reducen el flujo sanguíneo

cerebral. El metabolismo cerebral disminuye

durante la sedación y la analgesia con

hipnóticos, benzodiacepinas y opiodes. Sin

embargo la disminución de la presión arterial

media durante la infusión de opioides induce

vasodilatación cerebral autorregulada, lo

cual general aumento del volumen

sanguíneo cerebral y en consecuencia

aumento de la presión intracraneal (9)

Los estudios respecto a los efectos cerebro

vasculares del sevoflurano en pacientes con

lesiones ocupantes. Bundgaard, Larsen y

colaboradores realizaron este estudio

midiendo los efectos de la dosis respuesta al

aumentar la concentración de sevoflurano

de 1.5% (0.7MAC) a 2.5% (1.3 MAC) en flujo

sanguíneo cerebral, presión intracraneal,

resistencias vasculares cerebrales, tasa

metabólica de consumo de 02 y reactividad

al CO2 en pacientes sometidos a

craneotomía para tumores cerebrales supra

tentoriales. Reportaron un incremento del

flujo sanguíneo cerebral de 29 +/-10ml a 34

+/-12 ml/100g de tejido cerebral/min;

disminución en las resistencias vasculares

cerebrales de 2.7 +/-0.9 a 2.3 +/- 1.2 mm Hg

/100g de tejido/m (p<0.05), mientras que la

presión intracraneal (PIC) y la tasa de

consumo metabólico de oxígenos cerebral

(CMRO2) se mantuvieron sin cambios, y la

reactividad del CO2 se mantuvo a

concentraciones de sevoflurano de 1.5 a

2.5% volúmenes. (10)

Material y Método: Se realizo un estudio

probabilístico coasi experimental,

prospectivo y longitudinal, con N de 17

pacientes con diagnóstico de lesión

ventricular y programados para resección

por neuroendoscopía, con ASA I-II y

valoración neurológica de Glasgow de 11

puntos mínimo, excluyendo a aquellos

pacientes en los que se cambio la técnica

quirúrgica. La técnica anestésica fue

anestesia general balanceada (AGB) con

sevoflurano, fentanil y rocuronio ; el

monitoreo tipo III con monitorización no

invasiva PANI, EKG, Saturación de O2, CO2

espirado, temperatura y FR, el monitoreo

invasivo se realizo con la canulación de la

arteria radial y se conecta a monitor para

registro continuo, el monitoreo de la PIC se

realiza a través de un catéter en el canal de

drenaje del endoscopio, lo cual lo realiza el

neurocirujano. Para mantener la PIC en

parámetros de 20±2 cm de H2O, se realizo

irrigación continua con solución salina a 40

gotas/min y el drenaje continuo a través del

cual se realizo el monitoreo.

El aporte endovenoso se realizo con solución

salina al 0.9% y colides, se administro

medicación complementaria con

dexametasona , DFH y atropina cuando fue

requerido.

Las constantes vitales fueron registradas en

la hoja de record anestésico para

posteriormente enviarse a una base de

análisis estadístico spps 16 y Stata 8 para

Windows.

Resultados.

En una N de 17 pacientes 9 masculinos y 8

femeninos con distribución de frecuencia por

edades X=42.7±21.2 años, mínimo 6 máximo

72, y con los siguientes diagnósticos:

Tumores 12 (70.6%), cisticercosis 4 (23.5%) y

cuerpo extraño o gelfoanoma 1 (5.9%). La

distribución de la estirpe histopatológica

reportada en el postquirúrgico de los

tumores fue: Astrocitoma anaplásico 3

- 30 -

(25%), Astrocitoma subependimario de

células gigantes 1 ( 8.3% ), Craneofaringioma

3 (25%), papiloma de plexos coroideos 1

(8.3%) y Germinoma 2 (16.6%). Respecto al

estado físico de los pacientes ASA I fueron 7

pacientes (41%) y ASA II 10 (58.8%) y la

distribución según la valoración neurológica

con escala de coma de Glasgow fue 15

puntos 7 pacientes (41.2%), 14 puntos 5

pacientes (29.4%), 13 puntos 4 pacientes

(23.5%) y 11 puntos 1 paciente (5.9%).

EL análisis univariado respecto a la

distribución de frecuencias de los signos

vitales fue la esperada en los tres tiempos

quirúrgicos respecto a la Saturación de

Oxigeno, CO2 espirado y frecuencia

cardiaca.

El análisis bivariado no paramétricas y

correlación de variables, reporto que la

relación que existe entre la presión arterial

media y la presión intracraneal durante el

periodo basal fue adecuado contraste con

signo de Wilcoxon p=0.00 con I.C. 95% para

permitir un adecuado aporte de flujo

sanguíneo cerebral a pesar de que en 7 de

los pacientes reportaron presiones

intracraneales por arriba de los valores

normales PIC X 20.47±5.57 mm Hg mínimo 8

y máximo 30. En el periodo transquirúrgico

la relación entre PAM Y PIC, se mantuvo en

parámetros normales a excepción de un

paciente, con contraste y signo de wilcoxon

p=0.00. con I.C. 95% La distribución de PIC

fue de 17.2±8.7 mm Hg , mínimo 8 máximo

48 mostro 3 pacientes con valores por arriba

de 20 mm Hg, de los cuales uno presento

hipertensión endocraneal con 48 mm Hg

promedio durante el periodo, La distribución

de la PAM reportada fue X85.42±10.9 mm

Hg, mínimo 66 máximo 110 y PPC X

65.7±11.7 mm HG mínimo 40 máximo 91.

Esto muestra que el paciente con

hipertensión severa a pesar de que la PAM

fue adecuada la PPC se vio comprometida,

generando isquemia, la cual puede ser

transitoria o no. En el periodo

postoperatorio la correlación entre los

signos vitales mostro los valores normales

con signo de Wilcoxon p=0.00 con I.C. 95%, y

distribución de frecuencias esperadas PAM

X 87.32±9.09 mm Hg mínimo 70 máximo

106, PIC X 14.38±1.26 mm Hg y PPC X

70.27±8.33 mm Hg

Grafica I

La relación entre los signos vitales en el

tranquirúrgico muestra la zona de riesgo de

PPC en un paciente por hipertensión

intracraneal, a pesar de que la PAM fue de

90 mm Hg

El análisis de la relación entre la PIC

tranquirúrgica y los eventos durante el

mismo periodo reporto con la prueba de

wilcoxon de p=0.000 con coeficiente de

Kendall significativo p 0.000 con I.C. 95%.

La relación entre la PIC tranquirúrgica y las

complicaciones postoperatorias reportadas

fue de p=0.000 con I.C. 95% prueba de

Wilcoxon p=0.000 y Kendall significativo =

0.000.

- 31 -

La distribución de eventos transoperatorios y

complicaciones postoperatorias se presentan

en la tabla I

La tabla muestra que durante el

transquirúrgico que solo un paciente

presento hipertensión endocraneal, 3

hemorragia ventricular y 2 presentaron

colapso ventricular, los cuales se resolvieron

durante el procedimiento, sin necesidad de

cambiar la técnica quirúrgica, Durante el

postoperatorio las complicaciones

transitorias que se presentaron son fiebre en

3 pacientes, despertar tardío 4, afasia 1, los

cuales se resolvieron en las primeras 72 hrs,

las complicaciones definitivas reportadas fue

1 infarto cerebral en las primeras 48 hrs, la

cual se presento en el paciente que ingreso

con HIC basal y transoperatoria.

El análisis de la correlación con prueba T de

la evaluación neurológica según la escala de

coma de Glasgow en el preoperatorio

respecto al postoperatorio, mostro p= 0.056

con I.C. 95% y prueba de Wilcoxon de 0.059

La recuperación de postanestésica reporto

una distribución de 10 puntos 4(23.5%), 9

puntos 11 (64.7%), 8 puntos 2 (11.8%).

Discusión:

En los resultados del estudio se cumplió con

el objetivo, que es demostrar que a través

del control de la hemodinámica, sistémica y

cerebral durante la resección de lesiones

ventriculares por neuroendoscopía, se

reduce el riesgo de complicaciones

postoperatorias, que han sido reportadas en

diversas publicaciones. El control de la

presión arterial media, a se mantiene con

una adecuada volemia para evitar la

hipotensión generada por efecto anestésico

y la presión endocraneal de 20±2 cm H2O (12

a 18 mm Hg) utilizando un mecanismo de

irrigación y drenaje continúo que nos

permitan garantizar una adecuada presión

de perfusión cerebral, disminuye

significativamente con p=0.00 la posibilidad

de desarrollar complicaciones generadas por

disminución del flujo sanguíneo cerebral

durante hipertensión o durante la

hipotensión endocraneal. Existen cambios

inevitables en la presión arterial sistémica,

debido al efecto de los fármacos anestésicos,

sin embargo estos cambios deben garantizar

una adecuada perfusión cerebral ya que la

relación que existe entre la presión arterial

sistémica y la presión intracraneal

determinan la presión de perfusión cerebral

y esta a su vez puede modificar el

pronóstico de la evolución del paciente en el

postoperatorio durante las primeras 72 hrs.

El monitoreo adecuado de estos signos

durante el procedimiento endoscópico

permite normar criterios y estrategias para

evitar las complicaciones ya reportadas en la

literatura, que pueden ser transitorias o

definitivas. Las complicaciones

postoperatorias reportadas en estos

procedimientos son: Anisocoria en el 31%,

despertar tardío en el 29%de los casos.(2),

existen casos reportados de pneumoencéfalo

con sintomatología clínica (12), hematomas

subdurales en la resección de quistes

aracnoides (13) en una serie de 78

- 32 -

procedimientos endoscópicos, reportan 2

casos de higromas como complicaciones

posquirúrgicas (14), Los resultados

reportados en el presente estudio reportan

que cuando las condiciones hemodinámicas

cerebrales y sistémicas se mantienen en

valores considerados fisiológicamente

normales los pacientes mostraron una

mejoría significativa para ello las condiciones

de riesgo anestésico quirúrgico ASA I y II así

como el estado neurológico Glasgow mayor

a 11 puntos, son adecuados para evaluar los

efectos de la PIC en la evolución

postquirúrgica. La técnica anestésica se

estandarizo de acurdo a edad y peso de cada

paciente a Anestesia general balanceada, con

propofol, fentanil, rocuronio y sevoflurano,

para controlar las variables de confusión, la

saturación de 02 y el C02 espirado se

mantuvieron en parámetros normales, en

cuanto a la frecuencia cardiaca no hubo

cambios importantes, a excepción de un caso

en donde la frecuencia cardiaca se elevo más

de un 50% posterior a la extubación. Los

resultados de la evaluación neurológica

final respecto a la preoperatoria de p =

0.000. Los incidentes transoperatorios

reportados son 3 casos de hemorragia

ventricular tranquirúrgica de los cuales 1 se

relaciono con la presencia de hipertensión

endocraneana, PIC mayor a 52 cm H2O (40

mm Hg) y 2 mayor a 22 cm H20 (17 mm Hg),

El colapso ventricular se reporto en 2 casos,

al inicio del procedimiento que se corrigió

durante el procedimiento de irrigación y

drenaje, sin repercusiones en la

hemodinamía cerebral, Las complicaciones

posoperatoria reportadas como transitorias

fueron: despertar tardío reportado en

nuestro estudio es de 23.5% (4 casos) menor

a los ya reportados en otros estudios que lo

reportan mayor a 29%, Fiebre en 17.6% (3

casos) en las primeras 24hrs, la cual se

controlo con medios físicos y antipiréticos,

afasia en 5.8% (1 caso) que se resolvió a las

24Hrs. Como complicaciones definitivas se

reporto el 5.8% (1 caso) de isquemia cerebral

que evoluciono a infarto, el cual presento

una PIC promedio durante el transoperatorio

de 48 mm Hg El análisis bivariado de

muestras relacionadas PAM y PIC

transoperatorias con una p =0.000 y pruebas

de contraste de Kendall y wilcoxon igual a

0.000. Existe 5.8% de probabilidad de

desarrollar alguna complicación

postoperatoria cuando no hay control de la

presión intracraneal durante el

procedimiento endoscópico por disminución

de la presión de perfusión cerebral y del flujo

sanguíneo cerebral y que en el presente

estudio se relaciono con un caso de isquemia

y posteriormente infarto cerebral. El tamaño

de muestra del estudio es probabilística, fue

calculada en 17 observaciones; calculado en

base a la prevalencia de la patología en

México, lo cual nos permite evaluar los

resultados con adecuada significancias

estadística.

- 33 -

Conclusiones:

Concluimos que el monitoreo de la presión

arterial media y de la presión intracraneal, es

indispensable durante el perioperatorio de

los procedimientos endoscópicos en general,

pues nos permite prever y tomar acciones

que garanticen un estado hemodinámico

sistémico y cerebral lo más cercano a lo

fisiológico. La presencia de hipertensión

intracraneal se asocia con el desarrollo de

complicaciones por disminución del aporte

sanguíneo cerebral, que se traduce en un

5.8% de posibilidad de isquemia que puede

evolucionar a infarto dependiendo de la

severidad de la HIC, cuando no hay control

de la PIC. Reflejada en la correlación de PAM

Y PIC con la prueba de Wilcoxon y Kendal = p

0.00

La respuesta presora sistémica, no se

presenta de forma inmediata como

respuesta al aumento de la presión

intracraneal como se observa en los procesos

patológicos crónicos, debido a efectos

anestésicos en la vasculatura sistémica,

aunado a que los cambios en la PIC son

súbitos y en periodos de tiempo breves, por

lo que es importante mantener una volemia

adecuada que mantenga la presión arterial

media sistémica en 80 mm Hg como valor

mínimo.

- 34 -

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