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By Deren. Published on December 3, 2012.

Las huellas de la ciudad

Tan necesarias como el agua o el aire que se respira, las calles sonlos corredores del alma y de las oscuras trayectorias de la

memoria.

Paul Virilo.

Ciudad Pnico.

Francis Als lleva aos recorriendo ciudades. Puede ser Mexico(donde actualmente vive) Londres, Jerusaln o Dinamarca.Cualquier lugar es suceptible de ser interpretado desde laptica del camino artstico. Als es consciente de ello: el paseoes su arma de intervencin poltico- esttica. No pasea porplacer, ni por diversin, est muy lejos de aquellos paseosparisinos (Baudelarire) londinenes (Virginia Woolf o Allan Poe) otambin berlineses (Franz Hessel). No es un observador-escritor que traslada los acontecimientos urbanos al papel. Suspaseos estn ms bien cargados de una veladura cida, de uncuestionamiento crtico. Sin embargo, la eleccin del paseocomo reexin sociolgica encierra ya un planteamientopotico: en el momento en que la ciudad se convierte enlaboratorio de experimentacin, se convierte tambin en unasuerte de laberinto que obliga al homo lundens a recorrerlay perderse, como si slo el hecho de torcer a derecha o aizquierda constituyera ya un acto esencialmente potico[1]

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del desplazamiento automtico que nos lleva al lugar dedestino. Podemos ser sombras grisceas que se mueven amerced de los ujos continuos del trnsito masivo. Metros,estaciones, plazas. Lugares del afuera, que se han convertidoen puntos centrales de la articulacin de nuestrasnecesidades cotidianas. Lugares que se repiten en el discurrirde la vida diaria, donde apenas prestamos atencin a losdetalles de los acaeceres cotidianos, a los smbolos, lashuellas, los rastros urbanos que forman un conjunto designos, mensajes encriptados, invisibles retales del tejidourbano. Sin embargo, Francis Als, entre otros artistas, literatoso tericos, han querido ver toda una suerte de estudio yexperimentacin que tiene la ciudad como su mayor laboratoriode operaciones. Artistas encargados de otorgar un nuevosentido y una reinterpretacin capaz de cuestionar losguiones en los que nos movemos. Por eso, reside un cada vezmayor impulso por tejer el mundo que le rodea,[2] porcircunscribirlo, por aduearse del entorno urbano. Unaestrategia que consiste en absorber las realidades cotidianas,fagocitar los euvios que acontecen en la prctica diaria. Lasnuevas herramientas topogrcas[3] permiten realizar unaaproximacin al entorno que ha experimentado un auge en losltimos aos

Frente a la estructuracin y ordenacin cartesiana que sueleimperar en el urbanismo de las ciudades contemporneas,an quedan resquicios alejados del control urbano, lugarespoco transitados, periferias, ngulos muertos donde tienencabida formas artsticas que se aduean y reconguran el

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obras de Als, me interesa resaltar aqullas en las que la utilizala caminata, la deriva o el paseo como cuestionamientoesttico- poltico. Ms all del valor artstico que susintervenciones llegan suscitar, qu motivos impulsan a Als ahacer del paseo una de sus prcticas ms comunes? por quel retorno del paseante en el auge de la posmodernidad?

Las actuales deambulaciones urbanas responden a unasuerte de estrategia crtica, que supera la observacin, apriori pasiva, de un primitivo neur decimonnico, parafundamentar una cuestionamiento crtico de las matrices ycdigos cotidianos.

Francis Als, es consciente de que sus deambulacionesconstituyen una duda urbana, una observacin emprica de laciudad, de los trazos cotidianos, huellas diarias deexistencialidad perdida. Desde sus primeras obras consistentesen paseos por la ciudad de Mxico, Als crea situaciones deextraamiento, de reexin prctica de la urbe,planteamientos que replantean los modos actuales deexistencia. Sus intervenciones por lo comn, tienen enconsideracin las realidades cotidianas, la calle comoinspiracin. Apunta Guilbaut: Als tiene las suelas de plomo.Sus zapatos estn remendados, ornados de imanes muypoderosos que atraen todo lo que se arrastra por las calles dela ciudad que atraviesa. Recoge metales, viejas chatarras,fragmentos del mundo urbano abandonados en lascunetas[4]

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colectivos, la ciudad es el foco de atencin principal.

La ciudad como espacio poroso, donde tiene lugar acciones,pliegues, accidentes, acontecimientos rutinarios, endenitiva, movimientos, desplazamientos. Es eldesplazamiento el axioma que rige toda retrica del paseo; elpaseo como mutabilidad, como accin fsica y a la vez mental:El movimiento o la efervescencia se encuentra en todas lasmentes[5]. Por ello, una de las guras que mejor representaeste precepto sera la de nmada, aquel errante que seencuentra en contino movimiento, siempre atravesandoterritorios y fronteras. Nomadismo entendido como actitudcotidiana, naturalizada, que rechaza el estatismo y buscasiempre en la imposibilidad una certeza. Una manera de viviren la incertidumbre, en la indecisin y en la exibilidad,estado del que habla Foucault, para quien se tratara de

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normalizacin y control que cada vez se ha convertido en algocomn en las ciudades (captulo aparte sera analizar lavigilancia y los dispositivos CCTV por ejemplo) por ello, lainactivad del paseo, funciona como una actitud desaante,inclasicable y por tanto fuera de los lmites biopolticos. Esdecir, el paseo se convierte en una obra protesta, una formade denunciar la vorgine conformista, la estabilidad, y lainclinacin sedentaria que la sociedad de consumo alza comosus valores principales. Por este motivo, caminar se formulacomo actitud subversiva, as lo apunta Mart Pern: el andarocioso deviene antagonista; rescatando la potencialidadlaberntica de la ciudad como espacio disponible para laconstruccin de experiencia propia, ahora s, sin obediencia alo previsto[7]

Als retoma la gura del paseante, del nmada, del errante enbusca de respuestas. El paseo es una forma de vida, unamanera de transitar y de estar en el mundo, un desplazamientoperpetuum y adems constituye una de las formas subversivas ycrticas ms ecaces en nuestra actualidad. Als, en suscaminatas, absorbe los esfuerzos crticos que, desde laliteratura, se ha venido realizando en los ltimos siglos. Laliteratura es, en ltima instancia, aquel territorio comn desdedonde surgieron las primeras reexiones, siempre sinsistematizar, sobre el paseo reexivo y creativo. Por ello, en lahistoria de la literatura bucearemos para encontrar losprimeros paseantes, aqullos que hace ya algunos siglos,comenzaron a cuestionarse algunas de los planteamientosimplcitos que se encuentran presentes en la obra caminada de

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urbano, como hemos descrito anteriormente, se erige como elenclave idneo donde conuyen las experiencias necesariaspara la creacin e inspiracin literaria. Por ello, la mayora deescritores paseantes surgen con el advenimiento de lamodernidad y la construccin de los nuevos espacios yreorganizacin urbanstica. Sin embargo, ya en el siglo XVIII,ciertos pensadores tenan presente el acto de caminar comoforma de inspiracin creativa. Rousseau se ha convertido enuno de los referentes ms caractersticos a la hora de situaruna posible historia del caminar como forma losca-artstica. Si bien, algunos autores como Rebecca Solnit[8]sitan ya, en la cultura griega, el paseo como reexinontolgica.

La escuela peripattica, guiada por Aristteles, debe sunombre al acto de caminar que hacan constantementemientras discutan sobre cuestiones loscas, introduciendo elcaminar en la losofa, un hecho bastante comn que se hadado desde Kant hasta la actualidad[9]. Sin embargo, se puededecir que es Rousseau el encargado de iniciar un recorrido en lahistoria del pasear que contina siendo vigente, y que no cesaen su empeo de reinterpretacin y revisin. El paseo entoncespuede ser denido como necesidad orgnica, como pulsin deescapismo, de evanescencia. Robert Walser, escritor paseantepor excelencia, apuntaba: Pasear, respond yo, me esimprescindible, para animarme y para mantener el contactocon el mundo vivo, sin cuyas sensaciones no podra escribirmedia letra ms ni producir el ms leve poema en verso oprosa. Sin pasear estara muerto, y mi profesin, a la que amo

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Walser, en sus paseos rutinarios

Las Ensoaciones de un paseante solitario, son para Rousseau, unencuentro con el individuo, una conquista del espacio interior, ypor tanto, constituye una de las primeras autobiografas. Sonnuevas frmulas de pensamiento[11] que presagian lasrepresentaciones posteriores del yo.[12] Si bien es cierto queRousseau inaugura, en cierta medida, el gneroautobiogrco, es en ese contexto salvaje y de naturaleza,donde tiene lugar estas reexiones ontolgicas. No poda serde otra manera, el locus amoenus funciona, en el lsofofrancs, como paradigma del hombre ilustrado que debe volvera la naturaleza para encontrar su verdadero origen. Sentidoanlogo encontramos en Williman Hazlitt cuando escribe, casipor las mismas fechas Dar un paseo, donde el individuo,siempre en solitario, y el paisaje conuyen en sintona, as dice

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otra aportacin en la literatura del paseo, sigue a Rousseau ensu elogio a la naturaleza y al encuentro con el paisaje. Al igualque Balzac, quien se preguntaba en Teora del andar sobre larelevancia del propio acto de caminar: No es realmenteextraordinario el que, desde que el hombre anda, nadie sehaya preguntado por qu anda, si puede andar mejor, quhace al andar ?[14]

Atencin especial merecen Karl Schelle y Rtif de la Bretonne,ambos autores escriben sobre la gura del paseante desde unaperspectiva diferente, dejando atrs las ensoaciones ytribulaciones meditativas sobre la naturaleza, sitan la gura delcaminante en entornos urbanos. Schelle en su Arte depasear(1802) ya plantea recorridos urbanos, a pesar de que nose tiene constancia de que habitase en ningn ncleo urbano,todo lo contrario, acab sus das en el manicomio (un claroantecesor de Robert Walser)

Nicolas-Edme Restif de la Bretonne, un personaje peculiar de lacultura parisina, apodado el buh de Paris, public varioslibros de temtica pornogrca en rivalidad con el marques deSade. Las noches revolucionarias, (1793) que perteneca a unproyecto literario ms ambicioso llamado Las noches de Pars, constituye un relato en primera persona del climarevolucionario que aconteci a nales del siglo XVIII,descripciones de atrocidades como violaciones, prostitucininfantil o asesinatos, se mezcla con la observacin urbanasiempre de noche, en el lmite de lo prohibido e ilegtimo. Loque interesa resaltar de esta novela, ms all de valor

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La observacin de la ciudad ir adquiriendo un mayordesarrollo en la literatura, impulso que evoluciona en paraleloal proyecto de la modernidad y de los nuevos espacios en lasciudades. Rousseau, con sus reveries meditativas inicia elcamino hacia la conquista de la subjetividad, de una toma deconciencia del individuo, aspecto que convergir en el neururbano, gura que es plenamente consciente de la posesinde su individualidad.[15]

En efecto, fue Victor Fournel el primero en denir el conceptode anerie ya en mitad del siglo XIX. Como bien es sabido, elarquetipo del neur estaba representado por el poeta cuyopersonaje protagonista fue Baudelaire, atento observador delos cambios sociolgicos a nales del siglo XVIII. Pertenece a laburguesa, pero no participa de ella. Es una gura difusa,

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umbral tanto de la gran ciudad como de la clase burguesa.Ninguna de las dos les ha dominado. En ninguna de las dos seencuentra como en su casa. Busca asilo en la multitud.[16]Los lugares en los que el neur se senta a sus anchas eran losPasajes, bulevares acristalados repletos de cafs y comercios,donde los parisinos paseaban y se relacionaban.

La nueva urbanizacin de Paris llevada a cabo por el barnHaussman y demandada por Napoleon III, supuso un nuevoplanteamiento urbanstico basado en trazados rectilneos y congrandes calzadas para el trnsito de los coches de caballo.Adems se intentaba a su vez cambiar los viejos barriosmedievales, escondidos entre callejuelas estrechas y oscuras,ideales para acciones reivindicativas como las barricadas, pornuevas y amplias calles, menos proclives al escondrijo yresguardo[17]. Sabido es la polmica que supuso tal

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llama callejeo es una especie de protesta contra un ritmo devida orientado nicamente hacia la produccin[19].

Por ello el cambio de paradigma urbanstico ocasion un fuerteimpacto que tuvo inmediatas consecuencias en la poblacinparisina. El neur es testigo de los cambios acontecidos amitad de siglo XIX y respira el nuevo aire de modernidad quese instala progresivamente en la ciudad de Pars. Observa,escondido, el tumulto de los transentes que se renen en losPasajes. Medita y reexiona a la vez que pasea bajo los arcosabovedados. El Spleen[21], que denci Baudelaire,es caracterstico de la decadencia decimonnica y del declive delos pasajes. Ese spleen tiene connotaciones histricas, sepuede denir como el umbrculo que separa dos mundosirreconciliables; ser testigo de tal acontecimiento supone laabsorcin de una cierta sensibilidad melancolizada, unaactitud, una toma de posicin que se esgrime como la nicasalida posible a los cambios sociolgicos, a la resignacin desaber vivindose entre el abismo de la sutura histrica.

Francis Als es consciente del estado continuo de melancolaque rodea al neur decimonnico, por eso rechaza cualquierposible intento de comparativa. Para el comisario CuathemocMedina, las caminatas de Als responden a una forma deanti-paseo, y por tanto se congurara como lo opuesto alneur.

Segn Als el paseante decimonnico representa un arquetipomelancolizado, en su gusto demasiado romntico[22]. Sin

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conciencia espacio- temporalcualidades que lo convierten enun espa, un socilogo- etngrafo o un escritor[23]. Por tanto, lagura del neur se debe considerar en toda su amplitudconnotativa. Pese a todo debemos ser conscientes de que Alsjams ser Baudelaire, lo que queda de neur en Alsrespondera a una determinada actitud ante la vida, un ver conotros ojos el entorno, experimentar el espacio- tiempo de formadiferente. Se trata de una evolucin del neur, vestigios quese materializan en hacer de la vida una obra de arte, algopresente tambin en la gura del dandy[24].

Direccin nica

Walter Benjamin escribi en 1926 Direccin nica, un libroparadigmtico que funciona como embrin para su granproyecto: Los Pasajes. Compuesto por fragmentos breves, amodo de montaje (una constante en su produccin intelectual)cada uno de ellos podra ser una calle, un punto en el mapa delpensamiento benjaminiano, Para Ritcher[25], es un textopuramente urbano y guardara relacin con una supuestaanerie visual, ya que Benjamin lo concibe como imgenes-pensamientos, una metodologa collage constante en ellsofo alemn. Si cada apartado funciona en Direccin nicacomo una calle en el mapa personal de Benjamin, as lo hacentambin las diferentes intervenciones que Als ha idoconstruyendo desde que lleg a Mxico en 1986.

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inspiracin urbana tambin es un aliciente en Als, desde susprimeras obras ha experimentado el acto de caminarcomparndolo con el proceso de creacin. La ciudad es elcentro de operaciones donde se pueden producir situacionesespontneas, es el perfecto lugar para que ocurranaccidentes[26].

Para el artista, caminar supone una especie de resistencia, ala vez que resulta ser tambin un mtodo muy inmediato para desplegar historias. Es un acto fcil y barato de representar.[27] A pesar de que en los ltimos aos Als hapaseado por otras ciudades occidentales como Londres, ha sidoMxico la ciudad que ms ha recorrido y experimentado. Noresulta extrao, puesto que lleva ms de veinte aos viviendoall. Curioso es la latinoamericanizacin[28] que Als vive desdeque llega a Mxico. Es all donde decide dedicarse al arte y dejarapartada la profesin de arquitecto (aunque su inuenciasiempre permanece latente en sus obras.) Mxico es, segnAls, el lugar donde la prctica urbana adquiere mayorconsistencia, una de las capitales con ms densidad humanapor territorio, donde todas las posibilidades de existencia tienencabida. De ah su inters por los pequeos acontecimientos quesuceden en la prctica diaria, idea que se relacionadirectamente con el lsofo francs Michel de Certeau, quinformulase la retrica del paseo en un nivel terico, lo que lllamaba procesos del caminante eran susceptibles de serregistrados en mapas urbanos.[29] que forman parte de laciudad concepto.

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Por otro lado, la creacin de objetos reales y construidos queintroduce en sus paseos, ejercen una funcin de extraamiento,que tienen a veces, una funcin ldica u humorstica, otraspoltica o de crtica social, pero para Als, la esencia siempreest constituida por la narracin urbana, por la preocupacinde la delimitacin del entorno urbano como lugar deconuencia, de posibilidades, de existencia. Por eso, ya en susprimeras obras, el elemento narrativo se hace presente, comoocurre en Placing Pillows (1990) una pequea accin consistenteen colocar almohadas en las ventanas de los ediciosdevastados tras un terremoto, con la intencin de protestarcontra las autoridades por haber reconstruido los destrozos.

Los espacios pblicos y privados suscitan en Als materia deinvestigacin urbana. En Doppelnger (1999) se dedica aperseguir a sujetos desconocidos por las calles mexicanas,estableciendo de este modo, los mrgenes dialcticos entrelos espacios pblicos y privados, la frontera entre lo lcito, y loprohibido. Accin que haba realizado con anterioridad VitoAcconci en 1969.

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La fascinacin que la ciudad de Mxico ejerce en Als le lleva arealizar estas primeras intervenciones, atrapado, en parte, porlas inmediatez y espontaneidad de la vida diaria mexicana. Parael artista, la bsqueda de una individualidad, en medio delcaos urbano, supone un desafo, una lucha por lasupervivencia que queda muy alejada del consumismo yconformismo de las ciudades europeas.

En este contexto, se entiende que Als reniegue de la gura delneur como fenmeno puramente europeo y burgus. Laciudad de Mxico sera el lugar para el anti paseo, puesto quese congura como una ciudad poco segura para el turistaoccidental, acostumbrado a la tranquilidad y confort de losbulevares o centros comerciales, en denitiva, lapersonicacin de la globalizacin. Lo que Als busca en elcontexto mexicano radica en el opuesto; la incertidumbre, laautenticidad, la posibilidad de crear espacios para la reexindentro de la rudeza del DF. De ah radica el afn dedocumentar la vida de las calles mexicanas, no slo porque laciudad suponga una mezcla cultural: la indgena, la hispana, lagringa, sino porque an conserva ciertos anacronismos que sehacen extraos a los ojos de un occidental, que intenta pasardesapercibido ante la poblacin autctona.

Anacronismos que Als intenta desmenuzar, deglutir ydocumentar. Series como Sleepers (1996- 2000) donde retrata a

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vulnerabilidad se acenta porque los protagonistas, en sumayora vagabundos, duermen, suean acaso, a ras del suelo.

Para verlos, debemos bajar nuestra mirada, para descubrir a loshomeless, las prostitutas, los marginados, habitantes y usuariosde la ciudad, al obligarnos a agachar la cabeza, Als nos estrecordando una tierra real, poltica, conictiva.[30] Otraserie similar es Ambulantes (92- 00) donde Als busca en laciudad, personas que tienen que arrastrar carros, comida,puestos ambulantesel mosaico que compone esta serie lo

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de su jersey a modo de Ariadna en el laberinto, convertidoesta accin, en actos nimios, casi invisibles, que introducenpequeas narraciones urbanas de forma anecdtica, casianodina.

Image by Francis Als Francis Als.

El paseo funciona en Als como el desencadenante de eseregusto por la fbula, por la creacin de historias irracionalesen medio de la gran urbe mexicana y a la vez encierra unareexin crtica de nuestra sociedad. The collector (1991),tambin de las primeras obras, consista en pasear por Mxicoun objeto metlico con forma de perro, representa unanarracin de la urbe desde una nueva perspectiva. Signica

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largo de su vecindario. Conforme se va derritiendo, el bloquegigante deja un surco, una lnea imaginaria que cambia muysutilmente la sonoma habitual de las calles mexicanas. Sonactos apenas perceptibles, pero cargados de una fuerzapotica capaz de sublimar las experiencias de los quehaceresdiarios.

Por otra parte, el sentido poltico es una constante la totalidadde sus obras. En The green line, realizada en 2004 en Jerusaln,Als, mientras camina, dibuja gracias al chorreo de un bote depintura, un lnea divisoria que deja un rastro visible y marcalos lugares por los que ha caminado.

El arte respondera entonces a una estrategia social y poltica,precepto que coincide con los situacionistas y su formulacinpor la creacin de un urbanismo relacional. Es inevitable, no

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paseo sin rumbo predeterminado. Para realizar dicho procesose necesitaba identicar aqullos lugares y espacios con los quese experimenta una mayor sinergia y conexin. Debord inventel neologismo psicogeografa, un sentimiento que se respira enlas ciudades, donde se presenta un relieve psicogeograco,con corrientes constantes, puntos jos y vrtices que nosdisuaden de entrar o salir segn que zonas.[31]La deriva se convierte as en un estado crtico que comulgaba ala perfeccin con el programa ideolgico de los situacioncitas,se trata de desvelar los lugares prohibidos de las ciudades, a lamisma vez que se constituye como crtica a los paseosartsticos iniciados por los dadastas y practicados con unamayor envergadura por los surrealistas,[32] Debord secuestiona la insustancialidad de estos paseos, basados segn l,slo en el sentido ldico, crtica bastante irnica, puesto quetambin la deriva situacionista contaba con el componenteocioso[33].

Debord inuenciado en parte por Asger Jon, desarrolla la GuidePsycogographique de Pars, una cartografa de la capitalfrancesa donde muestran una ciudad fragmentada, aislada, susformas son acaso un archipilago, pequeas islas quedeambulan libremente a merced del azar. No hay conexionesentre cada islote, salvo por unas echas rojas que funcionancomo unit d ambient, que sealan los gradientesintersticiales[34], hiatos que unen las parcelas divididas de lacapital.

Es por tanto, un mapa anti- turstico, que invita a la dispersin

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de vagar por la ciudad en busca de espacios nosincronizados, de unit d ambient subversivas y decontradiccin productiva., fragmentar el carcter homogneodel espectculo[36]

La deriva situacionista supone una formulacin terica delpaseo como reexin y crtica social, reexiones con las queAls coincide, pero siempre de manera sesgada; puesto que suspaseos encierran un fuerte contenido poltico, incluso cuandoha realizado paseos que pudieran parecer ociosos, comoNarcotourism (2000) donde recorri la ciudad de Dinamarcabajo las sustancias psicodlicas, encierra una mirada irnicahacia una sociedad que l considera burguesa. Pero Als, adiferencia de cualquier analoga situacionista, lleva el paseohasta el lmite, rozando la ilegalidad, como en Re- enactment,(2004) donde pase con un arma en la mano hasta que fueasaltado por la polica.

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Image by Francis Als Francis Als.

Son entonces paseos que coinciden en la bsqueda de losespacios muertos, de los intersticios, aquellos lugares fsicos ymentales que suponen una barrera normativa. No es slo unacto de provocacin sino de puesta en escena, un sentidopreformativo que Als experimenta para evidenciar las faltas,las suturas, las heridas de nuestra sociedad. Una sociedad queen Mxico an conserva un pice de antagonista, contraria a laglobalizacin pero que va incorporando tambin los valores dela sociedad de consumo, como una especie de epidemia de laque no queda apenas lugares completamente libres.

Por otro lado, la inuencia que los situacionistas recibieron delsocilogo Henri Lefebvre, as como de la Escuelade Chicago fuedecisiva. Lefebvre, que haba formulado la teora de losmomentos, es decir, la apreciacin de los instantes cotidianosque ocurren en el entorno urbano, se convierte en una guraprincipal a la hora de desarrollar la teora del urbanismo

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la que consigui, gracias al trabajo de 500 personas, moverapenas unos milmetros de una de las montaas de Per.

Als construye, como arquitecto, paseos conceptuales[38],paseos con una clara dimensin social, que tambin rozaracon la experimentacin del paseo urbano como experienciafenomenolgica. Als, con estas caminatas, no cesa en labsqueda de aquello que pasa inadvertido; la construccin deindividualidad, los paseos urbanos, las representacionesnarradas, responden a interrogantes y cuestiones que soninmanentes al ser humano, un poso heredado, ancestral, quepermanece en la intrahistoria y que a la vez es perecedero,fugaz, ftil. El acto de caminar es sumarse en un ejercicio de

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ha mutada en la prctica artstica, sufriendo un proceso dedesplazamiento de la idea a la accin.

Paseos que hemos repasado en todas las vertientesexperimentadas por Als, diferentes formas de plantear elcamino como forma artstica, el paseo convertido enestrategia esttica capaz de potenciar y cuestionarplanteamientos crticos. Como deca Benjamin, el hecho depasear es ya una forma de resistencia, de no legitimar losvalores hegemnicos capitalistas, de subvertirlos. Hoy en da, elpaseo tambin puede estar asociado con otra maneracompletamente diferente a sta: el nuevo turismo, los centroscomerciales, no lugares que se han convertido en el punto dereunin y socializacin. Segn Giandomenico Ammendola loscentros comerciales tendran su antecedente en los pasajes:constituyen el verdadero arquetipo de los shoppings mallsactuales por su funcin de esplendorosa gora de la nuevaEuropa urbana y burguesa[39] Los paseos comerciales soncada vez ms comunes, asociados a la consumismo masivo,idea que apunta Susan Buck- Morss, para quien la nerecomo una forma de percepcin se conserva en lacomercializacin de las personas y las cosas en la sociedad demasas.[40]

Estas frmulas artsticas que Als realiza, constituyen elreverso del caminar consumista, se erige como prcticas deresistencia que pueden ser manifestadas desde diferentespuntos de vista. Estrategias que tiene como teln de fondo laciudad como escenario urbano, como marco geogrco

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somos capaces cuestionarlos, rechazarlos, cambiarlos osimplemente asumirlos.

En denitiva, constituyen tcticas de desplazamiento, demovimiento tanto fsico como intelectual, un desplazamientoque con el paseo se hace posible. Ardenne, as lo entiende:desplazarse por la ciudad es entonces una de las apuestasdel artista moderno. Se trata a veces de dar cuenta de unaposibilidad de extravo geogrco, a veces del anonimatociudadano, a veces de la ciudad como materia psquica ydeposito de huellas de la vida social o individual[41].

Francis Als ha heredado las intuiciones que se planteasenBaudelaire, Benjamin o Hessel y las ha subvertido,adaptndolas a la creacin actual.

Nos preguntbamos al comienzo de este texto el porqu delpaseo en el siglo XXI. Quiz la respuesta sea mucho mssencilla de lo que en apariencia se pueda pensar. Als llega a lamisma conclusin que Buck Morss; el neur, arquetipo delParis decimonnico, pasa sus das consumiendo en lasciudades estereotipadas occidentales. Pasear, en nuestrosdas, es sinnimo de consumir. La conclusin es concisa y noda lugar a equvocos. La manera ms ecaz de paliarlo es laaccin repetida, el loop, tan caracterstico de Als. Repetir elpaseo burgus pero invirtiendo sus valores, mnimasintervenciones imperceptibles a los ojos de los hombres grises,mnimas intervenciones que a la vez sugieren un grancontenido simblico.

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Mxico DF entendida tambin, como la periferia en laconstruccin geopoltica del mundo. Buscar lo extraordinario,pero que a la vez es anodino, ritual, ceremonial, como aquellospuestos ambulantes que se arrastran por el vecindario, comolos perros olvidados en las calles de Mxico en la serie deSleepers, como el hilo que Als va soltando en Fairy tales, quenos ayuda a no perdernos en el laberinto del Minotauro.

Buscar la individualidad, construirla, como buen arquitecto,con retales del tejido urbano. Y no es esa conquista del sujetoa la que apelaba Rousseau? No se encontraba el neur, talcomo deca Fournel, en a posesin de su individualidad?Quizs, de lo que Als no se percata, es de que toda historia se

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fascinacin por el DF era sentirse perdido entre un milln derostros desconocidos en mitad del DF, ciudad sin ley. Esaprdida, deca, constitua, un desafo, porque cuando lograbaestar siendo consigo mismo, consegua una de las mayoressatisfacciones que poda alcanzar, y era en el DF, donde eseencuentro tena lugar.

Mxico, que segn el artista: contina la funcin en la base deuna pre moderna economa paralela[42] Als, en esta ciudad,est siendo testigo de los cambios, cambios combinados convestigios pre modernos. Als, como el neur de Baudelaire,sigue viviendo esa sutura histrica, esas variacionessociolgicas y econmicas que tienen lugar en la poca de laglobalizacin y siente devocin por aquellos rituales urbanos,vida en la ciudad, que aun le recuerda que existe laindividualidad en medio de la sociedad globalizada.

El contexto no es el mismo: Mxico, como ciudad herida ymarginada, miseria y crudeza en carne viva, pero la esencia,la bsqueda, siempre es la misma, aunque est tamizada conla reexin poltica, con la crtica, con la subversin.

[1] Benjamin(2005), p. 436.

[2] Ardenne (2008), p.16.

[3] Bourriaud (2008) pp. 34- 45.

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[7] Pern(2005)p. 23.

[8] Solnit (2001), p. 32.

[9] Populares son los paseos de Nietzsche ver La gayaciencia(2002) o Heidegger: Camino de campo (2003)

[10] Walser(1997), p. 41.

[11] De Diego(2010), p. 31.

[12] Ibidem, p.32

[13] Hazlitt, (2003), p.7.

[14] Balzac(1998), p. 34.

[15] Fournel (1858), p. 262.

[16] Benjamin (1998) p. 81.

[17] Vilder(1986), pp. 86-96.

[18] Ferry (2000)

[19] Maesoli(2005), p.20.

[20] Pizza(1995), p 29.

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[24] Bourriaud (2009) p 24.

[25] Ritcher(2006), p.134.

[26] Medina(2007),p. 13.

[27] Ibidem, p. 14.

[28] En este trabajo tratamos Als desde el punto de vista delpaseo artstico. Tambin cabe la posibilidad de su estudio en elcontexto latinoamericano.

[29] De certeau(1999) p 105.

[30] Ramirez(2008), p. 87.

[31] Debord (1968) p. 13.

[32] Uno ejemplo sera Nadja de Andr Breton (1962)

[33] Debord (1958), p. 23.

[34] Andreotti (1996), p. 55

[35] Benjamin (1990)

[36] Andreotti(1996), p. 56

[37] Medina(2008) p. 13.

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[41] Ardenne(2008), p. 64.

[42] Ltgens (2004) p. 61.

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TAGS ERRANCIA FLNEUR FRANCIS ALS LITERATURA

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