conocimiento en relacion. reflexiones so

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  • 7/24/2019 Conocimiento en Relacion. Reflexiones So

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    Recibido 15-04-2013. Recibido con correcciones 10-07-2013. Aceptado 07-06-2014

    Arqueologa

    Revista del Museo de Antropologa 7 (1): 25-38, 2014 / ISSN 1852-060X (impreso) / ISSN 1852-4826 (electrnico)http://revistas.unc.edu.ar/index.php/antropologia/index

    Facultad de Filosofa y Humanidades Universidad Nacional de Crdoba - Argentina

    RMA

    Conocimiento en relacin. Reflexionessobre el trabajo de campo

    arqueolgico en el curso medio einferior del Ro Salado bonaerense

    Virginia M. Salerno* y Mara Isabel Gonzlez**

    * CONICET, Instituto de Arqueologa, Facultad de Filosofa y Letras, Universidad deBuenos Aires, Argentina. [email protected]

    ** Instituto de Arqueologa, Facultad de Filosofa y Letras, Universidad de BuenosAires, Argentina. [email protected]

    ResumenEn este artculo se reflexiona sobre el trabajo de campo, entendido como un momento clave del proceso deinvestigacin arqueolgica. Su importancia reside no slo en que permite obtener materiales arqueolgicos sino en

    que es una experiencia de creacin de vnculos institucionales y personales. Adems es una instancia de aproximacinen/con el paisaje. El objetivo de este artculo es discutir el modo en que las relaciones sociales desplegadas duranteel trabajo de campo (entre agentes, materiales, paisaje y conocimiento) impactan en la manera en que diversosagentes de la comunidad se vinculan con los arquelogos, los materiales y el conocimiento que se busca generar.Con este fin se analiza con una perspectiva diacrnica, la experiencia de un equipo de trabajo de amplia trayectoriaen la arqueologa de la regin pampeana bonaerense que viene realizando sus investigaciones en el curso inferiordel ro Salado, en particular en la localidad de Chascoms.

    Palabras Clave: trabajo de campo arqueolgico, arqueologa y comunidad, historia de la arqueologa pampeana.

    Knowledge in relation. Thoughts on archaeological fieldwork in the middle and lower basin of the Salado river,province of Buenos Aires

    AbstractFieldwork, conceived as a key moment in the process of archaeological research, is reflected on. In addition to itsrole in the recovery of archaeological materials, it is important as an experience of creation of institutional and

    personal relationships, and reconnaissance of and approach to the landscape and its inhabitants. The aim of thispaper is to discuss the way in which social relations made during fieldwork have an impact on the way in whichdifferent agents within the community connect with the archaeologists, the materials, and the knowledge that isbeing generated. To this end, the experience of a work team with an extensive career in the archaeology of thePampean region is analyzed from a diachronic perspective, namely the archaeological research carried out in themiddle and lower basin of the Salado River, in particular in the district of Chascoms.

    Keywords: archaeological fieldwork, archaeology and community, history of Pampean archaeology.

    Dentro de un proyecto de investigacin arqueolgica,el trabajo de campo se define y organiza como partedel conjunto de estrategias diseadas para responderpreguntas especficas, resolver un problema concretoo contrastar determinadas hiptesis (Carandini 1997,Renfrew y Bahn 2011). En esta instancia intervienen ungrupo de especialistas y colaboradores en una serie de

    Los das de trabajo de campo, los arquelogos no slo estn ocupados con cuestiones tales como Cuntos aostiene la unidad geolgica? Cul es la procedencia de esta punta? sino tambin con asuntos mundanos y hasta trivialescomo Cundo regresar el cocinero del pueblo? Qu diablos quieres decir con que tu destrozaste la puerta de lacamioneta?

    D. H. Thomas, 1979: 146

    actividades destinadas a obtener materiales arqueolgicosin situ y registrar esa evidencia. Si bien las tareas enel campo se organizan de acuerdo con procedimientosy reglas de razonamiento cientfico, constituidashistricamente, en su desarrollo se despliegan otro tipode procesos relacionales que favorecen la creacin dediferentes criterios valorativos. Como seala Thomas

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    (1979), el trabajo de campo tambin incluye aspectosmundanos de la vida cotidiana: qu y cundo comer, elcuidado del instrumental de campo, los momentos dedescanso, entre otros. Nos preguntamos sobre el impactode estos aspectos en las relaciones que los agenteslocales establecen con los arquelogos, la materialidad

    arqueolgica y el conocimiento que se busca generar.

    Para discutir estos aspectos, se presenta el caso delas investigaciones arqueolgicas desarrolladas en lalocalidad de Chascoms, provincia de Buenos Aires.Con la eleccin de este caso, nos proponemos generarun acercamiento diacrnico y pormenorizado sobre laexperiencia de un equipo de trabajo cuyas investigacionescomenzaron en el ao 1985 y continan en la actualidad.Esta continuidad posibilit que se establecierandiversos lazos de colaboracin, tanto personales comoinstitucionales, que mediaron la produccin y la gestindel conocimiento arqueolgico del rea. Si bien, elcaso de Chascoms nos permite poner en perspectivahistrica los encuentros y desencuentros generados en eltrabajo de campo, el anlisis propuesto en este artculose nutre de una experiencia de trabajo que no se limitaa esa localidad. Las investigaciones arqueolgicas quedesarrolla nuestro equipo comprenden los municipiosde Lobos, San Miguel del Monte, Lezama, Ranchos yGeneral Belgrano, ya que articulan diferentes niveles deun problema de investigacin referido al uso del espaciode humedales por parte de poblaciones cazadoras,recolectoras y pescadoras, en el curso inferior del roSalado. Es as como, el trabajo de campo en este proyecto

    de investigacin se prolonga en el tiempo y se desarrollaen diferentes lugares.

    El caso que aqu presentamos tambin es significativo parala comprensin del desarrollo de los estudios arqueolgicosde las ltimas dcadas, en la regin pampeana. A lo largodel tiempo, el equipo de investigacin dirigido por unade las autoras (M. I. G.) estudi el modo de vida depoblaciones de cazadores recolectores que habitaron lazona en tiempos prehispnicos. Las preguntas y modos deabordaje utilizados se fueron organizando y legitimandoen dilogo con otros arquelogos que estaban trabajando

    en la provincia de Buenos Aires. En conjunto, estaspropuestas fueron delineando agendas de problemasrelevantes para investigar, modelos interpretativos yformas de aproximacin cuya consolidacin se manifesten la organizacin de Jornadas Arqueolgicas Regionales.La primera en Pig (1989) y la segunda en Chascoms(1991). En esos momentos se organizaron una seriede prospecciones, relevamiento de colecciones y/omuseos, visitas a sitios arqueolgicos y yacimientospaleontolgicos de catorce localidades de la provinciade Buenos Aires, entre ellas Chascoms. En concordanciacon los marcos interpretativos de la nueva arqueologa, eltrabajo de campo adquiri un lugar central y fue objetode diversas discusiones que se desarrollan en la prximaseccin.

    Paralelamente, se realizaron jornadas de capacitacindocente difundiendo los resultados de las investigacionesen curso (Bayn et al.1991). La consolidacin de estasinvestigaciones se reflej en los Congresos de Arqueologade la Regin Pampeana Argentina (CARPA) iniciados enel ao 1998. En la actualidad ya se han celebraron seis

    de estos congresos.

    Para este estudio hemos recurrido a diferentes vas deindagacin que incluyen el relevamiento de informesy libretas de campo confeccionadas por el equipo dearqueologa a lo largo del tiempo (entre 1985 y 2010),registro de observaciones en reuniones y trabajos decampo y entrevistas con agentes que han participado enesas actividades. El uso de estos mltiples registros nospermiti generar una perspectiva histrica y relacional.Los registros de observaciones y las entrevistas serealizaron en el marco de la investigacin doctoral deuna de las autoras, durante los aos 2008, 2009 y 2010(Salerno 2011-2012). En ese momento, el objetivo fueincorporar la visin de los agentes con respecto a susexperiencias y actividades segn su pertenencia dentrode grupos sociales y/o espacios de interaccin en los que,de distinta manera, la arqueologa es parte. Para esteartculo, la informacin proveniente de las entrevistasaport una mirada retrospectiva sobre las actividades decampo, en la que los entrevistados elaboraron narrativasconsiderando su participacin en eventos concretos. Porsu parte, las observaciones, informes y libretas de camponos permitieron poner en tensin diferentes lecturas delas entrevistas y los cuadernos de campo. Los informes

    y libretas se analizaron teniendo en cuenta que son unaseleccin del investigador, con el propsito de registrarsus propios actos. Estos incluyen aspectos relacionadoscon la investigacin en s misma junto con factorestcnicos, logsticos y ticos (Dabezies 2011). Es as queestos documentos pueden pensarse como productosde actos interpretativos que evocan representacionesde acciones en un momento concreto y en funcin delo que se considera importante para la investigacin enese momento.

    En la primera parte de este artculo se consideran

    diferentes aspectos que fueron discutidos por losarquelogos en torno al trabajo de campo. A partir deesos aspectos, es posible rastrear las dimensiones msrepresentativas que lo definen. Sin embargo, ellas nodan cuenta de la complejidad de las experiencias queocurren durante el trabajo de campo. En la segundaparte, discutimos esa complejidad a partir del anlisis denuestro caso de estudio. Proponemos que la experienciadel trabajo de campo permite la formacin de vnculosentre los distintos agentes involucrados, los procesosque intervienen en la investigacin y los diversos paisajesdonde se trabaja. Paisajes que se convierten en un lugarsimblico, asociado a nuestras preguntas de investigaciny al entusiasmo que nos impulsa a resolverlas.

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    El trabajo de campo en arqueologa

    Muchos han sido los arquelogos que se han propuestocomo tema de discusin el trabajo de campo enArqueologa. Ya sea con fines didcticos y/o con el objetivode generar una discusin terico-metodolgica de esta

    actividad, en este tipo de publicaciones encontramosexplicaciones que remiten al trabajo de campo como unaaccin que implica un movimiento/viaje del investigadorfuera de su espacio de trabajo y lugar de residencia, con elfin de ubicar y obtener materiales arqueolgicos (Binford1965, Gamble 2002, Hodder 1999, Refrew y Bahn 2011,Thomas 1979, entre otros). A lo largo del tiempo, en estosacercamientos encontramos diferentes fundamentos deltrabajo de campo que remiten a diferencias en las formasde entender la arqueologa, segn contextos sociales,histricos e institucionales particulares (Guber et al.2007). No es el objetivo de este espacio desarrollar unadiscusin sobre estos diversos fundamentos. Aqu nosproponemos indagar de qu modo estos aportes permitenarticular ciertas concepciones comunes que nos permitantrazar una respuesta a la pregunta: de qu hablamoscuando nos referimos al trabajo de campo?

    Desde un enfoque de la historia interna disciplinar,varios autores indagaron sobre los modos en que losprocedimientos y tcnicas empleados durante el trabajode campo, permitieron aumentar la integridad y validezde las colecciones arqueolgicas, contribuyendo alprogreso de la arqueologa. Este es el caso de losestudios de sntesis y/o revisiones que abordaron la

    historia de la arqueologa en Argentina (Boschin 1991-1992, Fernndez 1982, Orquera 1987, Politis 1992,entre otros). A pesar de sus diferencias, estos autoresproporcionan una macro-narrativa de la historiadisciplinar signada por la sucesin de marcos tericos quese superan a si mismos y que incluyen un progresoen el uso de tcnicas, especialmente vinculadas conel trabajo de campo (centradas en problemticascronolgicas y contextuales). Siguiendo estos estudios,puede decirse que durante las ltimas dcadas del sigloXX se gener un cambio fundamental en la Arqueologaargentina, producto de la progresiva incorporacin de

    mtodos y recursos conceptuales promovidos por elmovimiento estadounidense de la Nueva Arqueologa(Binford 1965). Lejos de conformar un programahomogneo y cerrado, la Nueva Arqueologa representun movimiento dinmico que se reformul a lo largodel tiempo con el nombre de Arqueologa Procesual(Johnson 2000).

    La Nueva Arqueologa gener un cambio conceptualen el modo de entender la arqueologa y su objetode estudio. En este replanteo, las nuevas formas deabordar y realizar el trabajo de campo tuvieron un papelprimordial. Al respecto, Guber et al. (2007) sealan queen la Arqueologa argentina, el cambio de perspectivaen relacin con el trabajo de campo no slo incluy la

    incorporacin de nuevas tcnicas y el uso de instrumentalespecfico, sino que implic un cambio conceptual enla forma de articulacin de esta instancia dentro deun proyecto de investigacin arqueolgica. Adems,la inclusin de estudiantes en formacin, le otorg altrabajo de campo una funcin educativa esencial en la

    preparacin de futuros investigadores (Guber et al. 2007).La importancia de las aproximaciones propiciadas por laNueva Arqueologa residi en que permitieron conectarmodelos explicativos, generar resultados y promovernuevas discusiones en concordancia con los estndarescientficos de esos momentos. Con el fin de estudiar lavariabilidad cultural se disearon metodologas y teorasespecficas del campo arqueolgico como la teora derango medio, definiendo el registro arqueolgico comoobjeto de investigacin (Binford 1983). Esta concepcinse diferencia de los abordajes previos que considerabanal pasado como el objeto a estudiar.

    En la Arqueologa argentina, estos marcos conceptualesse presentaron como una alternativa a las interpretacionesde la escuela Histrico Cultural. Su inclusin generalizadaposibilit la elaboracin de modelos y estudios especficossobre los materiales recuperados, promovi el uso deenfoques interdisciplinarios y el mejoramiento de lastcnicas utilizadas para el registro y la conservacindurante el trabajo de campo (Bayn y Flegenheimer2003, Bern y Politis 1997, Boschin 1991-1992, Cerutiy Gonzlez 2007, Fernndez 1982,Gallardo y Cornejo1985, Orquera 1987, Politis 1992, Politis y Madrid 2004,entre otros). Adems, el enfoque procesual promovi el

    estudio de reas y temas que haban sido escasamenteconsiderados hasta el momento, entre ellos se destacannuevas preguntas en el estudio de los grupos cazadores-recolectores que habitaron la regin pampeana (MenaLarran 1989, Guber et al.2007). Estos grupos dejaron deverse como una entidad homognea y se enfatizaron loscambios diacrnicos. En el caso de las investigaciones enla localidad de Chascoms, estos enfoques permitieronconstruir nuevas miradas sobre el objeto, remarcando laspeculiaridades areales que incluyeron aspectos vinculadoscon la actividad de pesca (C-R-P) y sus estrategias demovilidad (Gonzlez 1997a, 1997b).

    Estas macro-historias disciplinares resultan funcionalespara promocionar la disciplina y gestionar sus recursosporque organizan el devenir disciplinar de acuerdo conconceptos cuyo valor es parte del presente en que seenuncian (Hurtado de Mendoza 2010). En contrapartida,invisibilizan la complejidad de relaciones sociales quecaracterizan a la produccin de conocimiento y querequieren un abordaje de la historia disciplinar, centradoen prcticas situadas, acotadas a momentos y lugaresespecficos. Al respecto se ha llamado la atencin sobrelos diversos modos en que los recortes regionales y localesen los que se desarrolla la Arqueologa se articulan conel contexto mayor configurando situaciones particularesque no se explican mediante las narrativas generales

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    (Endere 2005, Fontn 2005, Haber 2004, Mazzanti2010, Podgorny 2004, Ramundo 2009, entre otros). Enrelacin con el trabajo de campo, se destac que unode los efectos de la incorporacin del procesualismo,fue la progresiva prdida de valor cognitivo de conjuntosarqueolgicos originados por coleccionistas y aficionados

    en comparacin con las colecciones obtenidas medianteexcavaciones sistemticas (Prez de Micou 1998). Adems,otros estudios mostraron que estos cambios en las formasde valoracin de las colecciones arqueolgicas tuvieronlugar en el marco de procesos de profesionalizacinde la disciplina. Tambin, como parte de este procesose limit la intervencin de diversos agentes noespecialistas (aficionados, estudiosos de los mbitoslocales y coleccionistas) en la construccin y validacinde conocimiento sobre la materialidad arqueolgica(Bonomo 2002, Pupio 2005, Salerno y Vigna 2012, entreotros).

    En concordancia con estas perspectivas, varios autoressealaron el lugar central del trabajo de campoarqueolgico en los procesos de distincin entrearquelogos y otros agentes no especialistas. Estadiferenciacin se entiende como una construccin social ehistrica que prescribe formas de participacin en relacincon el conocimiento y sus referentes materiales tanto enlos espacios del campo como en el gabinete (Bourdieu2003, Latour 1990). Durante el trabajo de campo seelaboran criterios que se basan en el conocimientodel especialista en torno a las tcnicas y dispositivosde registro empleados (Trigger 1992, Podgorny 2008,

    2009). En estos procesos, la distincin de la actividaddel arquelogo no solo se define en relacin con otrosno especialistas (coleccionistas, buscadores de tesoros,pobladores locales, etc.), sino tambin en relacin conotros especialistas que realizan trabajo de campo comopor ejemplo, gelogos, paleontlogos y antroplogos(Guber et al. 2007, Nacuzzi 2002, Podgorny 2008). Losautores citados, destacan la complejidad de estos procesosde diferenciacin, cuyas caractersticas especficas sedefinieron de acuerdo con los diversos contextos en losque se desenvolvi la prctica arqueolgica. En provinciade Buenos Aires, el estudio planteado por Pupio (2012),

    advierte que estos sistemas de distincin no operaron deforma excluyente hasta mediados del siglo XX.

    Otro tipo de discusiones en relacin con el trabajode campo han buscado aportar una mirada reflexivasobre el mismo, destacando el valor cognitivo de estaexperiencia. Estos argumentos resaltan que la actividaden el campo no es una instancia separada con respectoal momento de estudio de los materiales excavados(Amuedo y Kergarabat 2008, Hodder 1999). En tanto lasinterpretaciones y supuestos derivados de la experienciadel investigador en el campo permiten incluir el entornode los hallazgos como parte de la contextualizacindel conocimiento generado (Bradley 2003, Hodder1999). En la misma sintona, algunos estudios valoran la

    recuperacin del conocimiento prctico de los agenteslocales en relacin con el paisaje y con los materialesarqueolgicos, llegando a replantear el modo en quese establecen las relaciones entre arquelogos y estosagentes (Acuto et al. 2008, Delfino 2003, Endere yCurtoni 2006, Haber et. al. 2007). Lo interesante de estas

    discusiones, es que amplan la mirada con respecto a loque entendemos por trabajo de campo y nos recuerdanque el proceso de la recoleccin y registro de materialeses una instancia de produccin de conocimiento, dondelos materiales ya comienzan a ser interpretados.

    Finalmente, un aspecto que ha sido observado en relacincon el trabajo de campo es su alto impacto y visibilidadpblica en representaciones mediticas y literarias quecirculan ampliamente en la sociedad occidental (Confortiy Endere 2012, Hall 2004, Ramundo 2009, Refrew y Bahn2011, Salerno 2009, Salerno y Pupio 2009). Excavaciny hallazgos son dos caras altamente visibles del procesode investigacin arqueolgica en detrimento de otrasinstancias/aspectos del mismo. En estas representacionesla arqueologa es asociada con la aventura y el misterio(Lemaitre y Schall 2009). Adems, resulta llamativo quela experiencia del trabajo de campo como parte habitualen la vida profesional del arquelogo suele ser uno delos principales objetos de reflexin y en ocasiones esmencionado como un aspecto definitorio de la eleccinprofesional. Los arquelogos suelen mencionar comoparte de las experiencias significativas de trabajo decampo el contacto directo con la naturaleza, la accinde desenterrar objetos y las relaciones que se establecen

    con los habitantes del lugar (Bianchi et al. 2008, CGA2011, Matera et al. 2008, Rex Gonzlez 2000). En estasrepresentaciones el trabajo de campo se define a partirde la experiencia del viaje, el traslado de los miembrosdel equipo de investigacin y la exploracin del paisaje.Estos aspectos convierten al mismo en una experienciaextica en trminos noticiables, recordable en trminosbiogrficos, irreemplazable para la produccin deconocimiento.

    En conjunto, puede decirse que las diferentes discusionesque los arquelogos elaboraron en torno al trabajo

    de campo arqueolgico se articulan en funcin de lasprcticas involucradas y del desarrollo de tcnicas yprocedimientos destinados a la ubicacin y obtencinde materiales. Estas prcticas son consideradas centralesdesde un punto de vista histrico, desde un punto devista conceptual e inclusive en la representacin pblicade la arqueologa. En los enfoques reflexivos, se incorporaa esta mirada la mediacin que conlleva el vnculo conagentes locales. En todos los casos la centralidad otorgadaa la obtencin y la ubicacin de materiales, nos remitea lo que el socilogo Bernard Lahire (2006) llam poloms representativo de un domino de prcticas:

    en cada dominio de prcticas existe siempre un polo msrepresentativo de ese dominio que los otros, un polo

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    en el que se piensa en forma ms espontnea cuandose evoca el dominio y que por eso mismo impide ver elresto del dominio (Lahire 2006: 149).

    En este trabajo nos preguntamos sobre esos otros aspectosque forman parte de lo no visible, lo no representativo

    del trabajo de campo y que, por esos motivos, surevisin requiere un ejercicio reflexivo (Bourdieu 2003).Para indagar estos aspectos en el prximo apartadopresentamos el caso de Chascoms.

    Investigaciones arqueolgicas en Chascoms

    En 1985 el Instituto de Ciencias Antropolgicas dela Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad deBuenos Aires (UBA) y el Museo Pampeano de Chascomsfirmaron un convenio para formalizar la colaboracin deun profesional en el ordenamiento de las coleccionesarqueolgicas del museo. Con esta mediacin institucionaly la obtencin de una beca de iniciacin otorgada porla UBA1, una de las autoras (M. I. G.) inici los primerosestudios arqueolgicos sistemticos en la localidad deChascoms, donde eran muy escasos los trabajos previos.En ese momento el pas se encontraba en un proceso dereorganizacin a nivel poltico e institucional productode la apertura democrtica. Los mbitos universitariosen los que se desarrollaba la ciencia y dentro de ellosla Arqueologa, se vieron favorecidos por la aperturade programas de investigacin y de colaboracin entreinstituciones nacionales e internacionales, la formacinde equipos de trabajo y el aumento de investigadores

    profesionales y becarios (Hurtado de Mendoza 2010,Politis 1992, entre otros). Particularmente, la UBA atravs de su Secretara de Ciencia y Tcnica, inici unprograma de becas de investigacin promoviendo lainstitucionalizacin y jerarquizacin de esta actividad(Primeras Jornadas de Becarios de Investigacin 1988).En consonancia, el Instituto de Ciencias Antropolgicasde la UBA se reorganiz en diferentes secciones, conespacios concretos para el desarrollo de distintas lneasde especializacin disciplinar: Antropologa Biolgica,Arqueologa, Etnologa y Folklore y a partir de 1985,Etnohistoria y Antropologa Social (CGA 1989). Los

    trabajos de M. I. G. se desarrollaron en el marco de laSeccin Arqueologa2.

    En principio M.I.G. reclasific las colecciones arqueolgicasque estaban en el Museo Pampeano de acuerdo connuevas categoras y preguntas generadas desde elmarco terico procesual. Uno de los principales objetivos

    1 Beca interna de iniciacin. Res. 1817/85. 1/3/86 al 30/5/88.Continuando con la Beca de Perfeccionamiento 1/6/88 al 30/5/91luego Incorporada al Programa de Incorporacin a la Docencia eInvestigacin de Becarios de PerfeccionamientoRes. (C.S.) n 3258/88.1991-1996 Secretaria de Ciencia y Tcnica. Instituto de CienciasAntropolgicas. Facultad de Filosofa y Letras. Universidad de Buenos

    Aires.2La Direccin del Instituto de Antropologa estaba a cargo de la Dra.A. M. Lorandi y la Seccin Arqueologa a cargo de A. M. Aguerre.

    de las investigaciones arqueolgicas formulados, quese sostuvo a lo largo del tiempo, se relacion con laposibilidad de construir conocimiento sobre los usosdel espacio por parte de las poblaciones prehispnicas.Para su cumplimiento fue necesario indagar sobre laorganizacin del paisaje, las caractersticas del ambiente

    natural, los procesos de transformacin en escala regionaly la ubicacin de lugares con concentracin de materialarqueolgico (Gonzlez de Bonaveri 1989). En el diseode estas investigaciones el trabajo de campo siempretuvo un papel primordial. De acuerdo con los registros delas libretas de campo es posible afirmar que entre 1985y 2010 el trabajo arqueolgico incluy por lo menosuna salida al campo por ao. En la tabla 1 se detalla lacantidad de salidas a lo largo del tiempo, como puedeverse los primeros ocho aos de investigacin en el reaestas actividades tienen una frecuencia mayor, llegandoa un mximo de cinco campaas anuales en 1988.Durante estos primeros momentos de investigacin,se prioriz el trabajo de campo debido a la ausenciade excavaciones arqueolgicas previas en la zona y lanecesidad de obtener materiales arqueolgicos mediantela aplicacin de procedimientos especficos. Si bien lascolecciones existentes en el museo permitan generaralgunos estudios, la arqueloga sostuvo que en realidades la excavacin arqueolgica la que nos brinda unagran cantidad de informacin para interpretar procesosde devenir histrico (Gonzlez de Bonaveri 1988). Fueas como el equipo de M.I.G. realiz prospecciones,sondeos y excavaciones en puntos especificos del paisaje,vinculados con cursos de agua fluviales y lagunares, zonas

    no inundables y presencia de montes de tala (Gonzlezde Bonaveri 1989,1991).

    Con el paso del tiempo, la organizacin del trabajo decampo fue cambiando de acuerdo con las redefinicionesde la estrategia general del proyecto tales como: laformulacin de nuevos problemas y preguntas deinvestigacin, la disponibilidad fluctuante de recursos(econmicos y humanos), las historias de vida de losmiembros del equipo, la consolidacin del equipo detrabajo, la incorporacin de nuevos miembros, entreotros. El trabajo de campo se organiz promoviendo un

    enfoque interdisciplinario al incorporarse en el equipo elDr. Marcelo Zrate, gologo especialista en el Cuaternario,con quien a travs de la geoarqueologa, se pudierondescifrar reconstrucciones geomorflogicas y procesosde formacin de sitios (Gonzlez de Bonaveri y Zrate1993/94, Zrate 1994).

    Las diferentes actividades realizadas durante los trabajosde campo definieron en parte la duracin (que vari entretres a quince das) y la cantidad de miembros del equipocomprometidos en las salidas de campo (entre 2 y 8personas muchas veces 16 al desdoblar los momentos deregreso y de llegada de un nuevo contingente en la mismatemporada, quienes dirigan el trabajo permanecan a lolargo de ese tiempo).

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    Adems del trabajo de campo (realizado en mbitosrurales), la organizacin del trabajo arqueolgico incluydiferentes actividades que pueden diferenciarse de acuerdocon los contextos sociales e institucionales involucradosen las mismas. Se incluyen las gestiones e indagacionesen instituciones locales (archivos, museos, otros) y lasacciones destinadas a la socializacin del conocimientoen mbitos acadmicos (congresos, universidades), y

    no acadmicos (con medios masivos de comunicacin,museo, escuelas). Cada una de estas instancias reunimomentos y actividades especficas cuyos objetivos seenmarcaron dentro de la estrategia mayor del proyecto.Todas ellas, son actividades superpuestas en un continuotemporal que en este caso suma 25 aos de trabajosistemtico. Aqu nos abocaremos a considerar algunosaspectos referidos al trabajo de campo y al modo enque las relaciones, experiencias y saberes que se ponenen juego durante esta actividad, posibilitaron que segeneraran espacios de discusin y resignificacin de losmateriales y de los conocimientos arqueolgicos. Coneste propsito, a continuacin analizamos el trabajo decampo desde la ptica de las relaciones en las que sedesarroll esta actividad, teniendo en cuenta el papel de

    lo institucional, las visitas y las interacciones cotidianasdurante esta actividad.

    Un espacio de mediacin institucional

    En Chascoms nos recibe HB, quien nos traslada al

    museo. All conversamos sobre efectuar un trabajo anivel divulgacin para publicar. Llegamos a la Intendenciahablo con X quien me comunica con R para arreglar viajeal ro Salado. El Director PP me consulta sobre antigedadde unas valvas halladas en la cordillera. Somos recibidaspor el Intendente, quien se interes por nuestro trabajo yprometi ayuda de vehculos, autorizndonos a viajar conlos chicos al Salado [se refiere a los transportes escolaresque el municipio dispone para los chicos que viven enreas rurales sin escuela cercana]. Nos traslada el Sr. P alo de PP y all instalamos la carpa. Caminamos para llegaral casco de la horqueta (Registro en libreta de campo,20 de febrero de 1987).

    Por la maana nos vino a buscar un camin de lamunicipalidad, llegamos al museo 11:30 de la maana,separamos el material que queda en el museo y lo queregresa a Buenos Aires [sigue detalle del inventario] ABhizo que una combi de la municipalidad nos llevara hastaBuenos Aires con todo el equipaje. Conversamos acercade los resultados de la excavacin (Registro en libretade campo, 15 de marzo de 2003).

    Las citas con las que iniciamos este apartado refierena un momento particular, sistemticamente registrado

    en las libretas de campo: los inicios y finales de unatemporada de trabajo. La particularidad de estosmomentos reside en que se involucran diversos lugares,agentes e instituciones locales. Se trata de movimientosen la ciudad, donde el museo municipal de la localidad 3particip como institucin mediadora, lugar de posta:es a donde el equipo llega desde Buenos Aires (a vecesincluyendo estudiantes que arribaban de la Plata y/oBaha Blanca), se reorganiza y contina viaje al campo ya la inversa cuando se vuelve del campo. Es un momentofugaz, los arquelogos estn ansiando estar en otrolado (o llegar al campo o regresar a sus casas luego del

    trabajo de campo), los agentes del museo interrumpensu quehacer cotidiano, reciben y colaboran con la futuracampaa, y/o se ponen al corriente de lo que sucedi enla campaa. Usualmente el equipo de arqueologa dejacajas con herramientas de campo en la institucin (cuyoinventario se detalla en las libretas de campo cada fin decampaa) y avisa de contactos nuevos, producto de losintercambios con pobladores locales durante la estadaen el campo, para que el museo pueda gestionar futurospermisos de acceso con los propietarios. En ocasiones,durante estos encuentros el museo invit a periodistaslocales que realizaron breves entrevistas, para difundir en

    3 Museo Pampeano de la Municipalidad de Chascoms, en adelantese mencionar como museo

    Ao Cantidad de trabajos de campo

    1985 1

    1986 4

    1987 3

    1988 5

    1989 1

    1990 1

    1991 2

    1992 2

    1993 3

    1994 1

    1995 2

    1996 2

    1997 0

    1998 0

    1999 1

    2000 0

    2001 02002 1

    2003 1

    2004 3

    2005 3

    2006 2

    2007 2

    2008 2

    2009 1

    Tabla 1: Cantidad de trabajos de campo realizados por el equipo dearqueologa a lo largo del tiempo.

    Table 1 . Amount of field work carried out by the team of archeologyover time

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    los medios masivos locales el proyecto de investigacin.

    Durante los trabajos de campo, los investigadoresestuvieron condicionados en su actuar por los permisos deingreso a las propiedades rurales, as como por aspectosprcticos afines al movimiento e instalacin de personas

    (estudiantes y profesionales) y recursos (desde carpasy bidones de agua hasta herramientas para el registroy conservacin de materiales arqueolgicos). El museolocal tuvo un papel importante como facilitador para elacceso a los lugares y el establecimiento de los contactosiniciales con los dueos de los campos. Mientras quela organizacin logstica fue variando de acuerdo conlas colaboraciones recibidas no slo por el museo sinotambin por diversos agentes locales. En todos los casos,el museo siempre ofreci su respaldo y garanta a losinvestigadores.

    Anteriormente hemos mencionado el contexto nacionalde transformaciones polticas, sociales e institucionales enque se iniciaron los trabajos de investigacin arqueolgicaen esta zona. Para este trabajo, interesa destacar queen la localidad de Chascoms, estas transformacionestuvieron su eco en reorganizaciones a nivel institucional.En el museo se reemplazaron los agentes a cargo, seincorporaron jvenes profesionales en un programa debecarios del municipio y se formul una agenda tendientea modernizar y reciclar las exposiciones de las diferentessalas del museo. En este marco, el acompaar e impulsarun proyecto de investigacin cientfica respaldado porla Universidad de Buenos Aires fue un elemento que

    contribuy con el nuevo perfil que la institucin estabaelaborando. Mientras que para el equipo de arqueologa,el trabajo de campo fue/es una accin indispensableen tanto es el momento en que se recuperan losvestigios que sustentan las investigaciones. Para elmuseo local, los trabajos de campo fueron instanciasque prometieron nuevos materiales para la exposiciny nuevas posibles formas de participacin y actuacininstitucional vinculadas con las actividades de difusin delos materiales y los conocimientos generados.

    As por ejemplo, durante los primeros diez aos de

    investigacin, la Asociacin Amigos del museo tuvo unimportante rol como difusor y soporte material de lasactividades. Estas acciones posibilitaron el acercamientode colaboradores locales con el equipo de arqueologa,a la vez que contribuyeron a ampliar el prestigio delmuseo. En una entrevista a un miembro de la AsociacinAmigos, ste record que colaboraban con los trabajosarqueolgicos principalmente en la organizacin deeventos de difusin y en la logstica del trabajo de campo:

    A raz de mi incorporacin al museo tuve la oportunidadde conocer a Mara Isabel, aunque yo haba asistidoa algunas de sus charlas. Ah empezamos a conversarmucho y a veces ayudaba a preparar cosas que llevabanpara realizar el trabajo de campo (en particular me

    acuerdo cuando iban a La Guillerma (creo as se llamabael sitio arqueolgico). Participaba GG. Conoc variosarquelogos ya que particip de todas las reunionesque se hacan en el museo. Me acuerdo en especial unaque vena una chica tipo de alemana, muy alta y con lacaracterstica de arqueloga. Despus a Isabel la vi dando

    charlas sobre lo hallado en sus trabajos en la sala delmuseo, donde recuerdo haba pedazos de gliptodontes,piedras, restos indgenas. Era una sala ms. (Entrevistaex integrante de la Asociacin Amigos, 2 de agosto y 30de julio 2010)

    Un evento especialmente mencionado en estas memoriasfue cuando:

    Conseguimos un subsidio4, usamos la mitad para hacerun fechado y la otra para arreglar el edificio. El fechado sehizo en Estados Unidos, nos sentamos muy importantes,era algo que se haca por primera vez, ac (Entrevistaex integrante de la Asociacin Amigos, 15 de marzo del2011)

    La relacin entre arquelogos y muselogos se fueredefiniendo con el paso del tiempo. Algunos puntosestables fueron la sostenida colaboracin entre lasinstituciones involucradas (Museo Pampeano Municipaly Universidad de Buenos Aires), la organizacin deactividades educativas en conjunto y las diversas formasde apoyo que el museo sostuvo para el trabajo de campoarqueolgico. Entre las acciones que generaron altoimpacto y visibilidad en la localidad, se destacan una serie

    de encuentros cuya sede fue el museo. Entre los aos1989 y 1995, se realizaron de forma anual, jornadas deArqueologa local en las que se difundieron los resultadosde las investigaciones locales junto con arquelogos,gelogos y paleontlogos invitados que presentaron unaactualizacion de sus investigaciones en distintas regionesdel pas. Adems, en el ao 1990 se llevaron a cabo lasPrimeras Jornadas de Capacitacin Docente y ParticipacinArqueolgica y Antropolgica en la provincia de BuenosAires. Como resultado de estos encuentros se form unbanco de datos con alumnos de escuelas secundariaslocales interesados en participar en las tareas de campo.

    A raz de ello, algunos estudiantes de esas institucionesparticiparon como ayudantes de campo. De esta manera,se convirtieron en agentes multiplicadores en tanto susexperiencias fueron compartidas en sus escuelas mediantecharlas con apoyatura visual elaboradas en conjunto conel equipo de investigacin.

    Desde el punto de vista institucional, es posible decirque el intercambio generado, conllev la introduccinde otros criterios para pensar, clasificar e interpretar lascolecciones arqueolgicas del museo. Criterios que se

    4Se refiere a un subsidio para la investigacin arqueolgica otorgado

    a la Asociacin Amigos del Museo Pampeano. Cmara de Diputadosde la Nacin Art. 34 Ley 24191 Orden n 2832/94. Investigadoraresponsable: Mara Isabel Gonzlez.

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    vieron reflejados en el ao 1992, en el reciclado de lasala Arqueologa e indgena que pas a llamarse SalaArqueolgica-Paleontolgica (Salerno y Vigna 2012).En este proceso la continuidad y el lugar preponderantedel trabajo arqueolgico hicieron que la gestin de lamaterialidad prehispnica del museo fuera parte de un

    proyecto ms amplio que excedi el rol educativo dela exhibicin de las colecciones. Por ello en los criteriosy formas de pensar la exhibicin se incluy todo elproceso de investigacin arqueolgica: recoleccin dedatos, anlisis y transferencia. En este caso, el enfoquereflej la separacin de la Paleontologa y la Arqueologaposibilitando la afirmacin de esta ltima. Adems sereformul la historia de las poblaciones prehispnicasmediante el uso de categoras temporales elaboradasdesde la Arqueologa.

    En el ao 1995 se organiz una exposicin temporal enel Archivo Histrico y Museo del Banco de la Provincia deBuenos Aires de la Capital Federal. Esta muestra no slosintetiz la informacin generada durante los primerosdiez aos de trabajo arqueolgico en la zona, tambinexpres la consolidacin del intercambio institucionalentre el Museo Pampeano y la Universidad de BuenosAires. De hecho, el diseo y el montaje expositivo secoordin entre agentes del museo y del equipo dearqueologa. En la muestra se expuso el trabajo decampo representado en una cuadrcula hecha con tierra,cordeles, cucharines, etc. Adems, en la redaccin de losguiones participaron otros arquelogos que trabajan enla provincia de Buenos Aires incluyendo la informacin

    sobre las poblaciones prehispnicas de la localidad dentrode una narrativa mayor vinculada con los procesos depoblamiento de la regin pampeana. Informacin quese reprodujo en los distintos medios locales. Adems, aesta muestra asistieron las autoridades municipales y seorganizaron la visita de contingentes escolares. En totalhubo alrededor de mil personas que visitaron la exposicinen el perodo que estuvo abierta.

    Desde estas primeras exposiciones, han transcurridoveinte aos. En este tiempo las distintas salas del museofueron objeto de reestructuracin y de diversas acciones

    destinadas a la conservacin de las colecciones. En el casode la sala arqueolgica su actualizacin en el ao 2012,se realiz como parte del intercambio entre arquelogosy muselogos, como un paso necesario para incluir nuevainformacin producida a travs de las investigaciones encurso e incorporar los nuevos materiales de exposicinal museo.

    De la misma manera que se involucraron institucionesy agentes locales, las actividades de campo junto conlos eventos de comunicacin fueron ampliamentedifundidas en los diarios locales (Salerno 2011-2012).En la representacin meditica de los primeros aosde trabajo de campo, las noticias sobre su realizacin,se acompaaron con agradecimientos por las buenasdisposiciones de los dueos de los campos, la donacin de

    agua por parte de una empresa local, siempre se destac laparticipacin de estudiantes de la localidad, entre otros. Talcomo se plante en otro trabajo, estas representacionesse focalizaron en el relato sobre el trabajo de campo(actividad realizada por los profesionales) ms que enel contenido generado mediante estas actividades (el

    pasado investigado). A tal punto que el producto generado(conocimiento) se fusion con el proceso de produccin(la investigacin arqueolgica), haciendo que el primero seconstituyera en un bien/valor exclusivo de los especialistas.As la informacin arqueolgica sobre el pasado localfue referida mediante imgenes y descripciones de lamaterialidad categorizada en trminos de hallazgosarqueolgicos, actividades desarrolladas en el campo,instituciones y agentes (especialistas y colaboradoreslocales) que intervinieron en su construccin (Salerno2008). Ahora bien, en este modo de hacer pblico eltrabajo arqueolgico, entendemos que la importanciaotorgada a la participacin de agentes locales, construyuna va indirecta de inclusin/participacin en lainvestigacin arqueolgica. Inclusin investida de prestigioen tanto la participacin local se presenta como primordialpara la realizacin de las actividades.

    Visitas y testigos en el campo

    Nos entusiasmbamos, cada vez que ellos encontrabancosas... una vez trajeron unas piedritas y uno deca,y esto para que les puede servir? para ellos eranvaliossimas (), ellos hablaban todo el da, venan,tomaban mate, y contaban lo que encontraban. Al final

    uno sin entender viste, pero tambin se entusiasma ycontentos de que ellos pudieran encontrar cosas. () eraun hombre interesante [en referencia a un investigadoracompaante], que se pona a conversar, ah en lamesa, te poda dar una leccin hasta a uno que no sabanada (Entrevista a poblador rural, 10 de marzo 2011)

    Se pudo observar en el curso de la citada visita, elalboroto producido, al creer haber encontrado un restofsil, que result ser el borde de una tinaja colocada bocaabajo, que al ser extrada mostraba una serie de incisionesprolijamente realizadas y un espesor en el tratamiento de

    la arcilla realmente encomiable (Diario El Imparcial, 31de marzo 1992)

    Las visitas de diferentes agentes al lugar dondelos arquelogos excavaban resultaron experienciassignificativas en diferentes sentidos. En principio, esde destacar que en este caso de estudio la presenciaen el campo de agentes que no pertenecen al equipode arqueologa fue espordica y ocurri en el marcode diferentes tipos de visitas. Esto fue as porque lasexcavaciones se realizaron en lugares de difcil acceso,tanto por las distancias como por tratarse de propiedadesprivadas.

    Por un lado, se destacan las visitas realizadas por lospobladores rurales que vivan en los campos cercanos.

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    En las libretas de campo, se encuentran registros deexplicaciones de agentes locales sobre el paisaje y sobreel modo de realizar determinadas actividades (sobrecmo X persona proces un animal de caza, formas depreparacin de alimentos, si en tal o cual lugar anteshaba o no un monte de tala). Tambin figura informacin

    sobre las caractersticas de colecciones privadas con pocosobjetos, as como referencias sobre lugares donde loshabitantes del mbito rural encontraron materiales. Enalgunos casos, se mencionan intercambios de bibliografay prstamos de materiales, informaciones sobre ubicacinde material y sobre cmo llegar a ciertos lugares. Adems,en estos registros tambin aparecen datos de nuevoscontactos con pobladores locales establecidos durantela estancia en el campo. Este intercambio de materiale informacin tuvo lugar en el marco de relacionesinformales que se establecieron con distintas personas.As se destaca que los pobladores rurales suelen ayudara los miembros del equipo de investigacin para questos puedan instalarse. Se trata de una colaboracinespontnea que es parte de la vida cotidiana, sin por ellodejar de ser primordial en el xito de la actividad. Duranteeste tiempo, los arquelogos conviven con personas queen ocasiones, se convirtieron en espordicos ayudantes decampo. En estas relaciones se construyeron amistades yconocimientos mutuos, en tanto parte de las interaccionesrefieren al trabajo que se est haciendo: en relacincon las caractersticas de los materiales hallados, sobreinterpretaciones hipotticas elaboradas en el campo,procedimientos metodolgicos, etc.

    Otro tipo de visitas, son las generadas por pobladores dela ciudad y/o funcionarios municipales que llegaron al sitiopara conocer el trabajo. Si bien se trata de encuentrospoco usuales, cuando ocurrieron, estos eventos fueronimportantes para generar visibilidad y otro tipo de lecturassobre el trabajo de campo. Encontramos informacinsobre estas visitas en las libretas de campo y en algunoscasos, en publicaciones de los peridicos locales. As porejemplo, una de las citas que antecede este apartadorelata parte de la experiencia de la Directora de Culturamunicipal, quien visit a los arquelogos en el lugar deexcavacin en el ao 1992. El relato de lo observado se

    public en varios peridicos locales con detalles sobrela forma de excavacin y el tipo de materiales hallados.Mediante estos relatos se difundieron representacionesdel trabajo arqueolgico que se centran en el esfuerzoy la paciencia de los arquelogos durante su da detrabajo, conformando alternativas a la tradicional miradade los arquelogos como exticos aventureros. Otrotipo de reflexiones realizadas por agentes que visitaron ellugar se refirieron a un componente energtico derivadodel estar en el campo, expresado en trminos de fuerzay energa trasmitida en determinados puntos del paisaje.

    Tambin encontramos registrado en libretas de campo yen publicaciones mediticas la presencia de docentes yestudiantes de la escuela rural cercana. En estos casos,se resalt la experiencia de compartir el da de trabajo, el

    propsito educativo de los encuentros, las explicacionesproporcionadas por los arquelogos sobre su trabajo. Lamovilizacin de los estudiantes en estas visitas se realizcon la participacin de padres que colaboraron para lostraslados con sus vehculos. En este tipo de encuentrosse establecieron importantes lazos con otros pobladores

    rurales, que permitieron intercambiar conocimiento conrelacin a la localizacin de materiales arqueolgicos enel paisaje.

    Finalmente, otro tipo de visitas lo constituyen aquellasgeneradas por otros especialistas, colegas de losinvestigadores. Un evento especial estuvo dado porun recorrido organizado en el sitio arqueolgico LaGuillerma en el ao 1993, como parte del trabajo decampo de un curso sobre Geoarqueologa dictado porel Dr. Marcelo Zarate en la Universidad de La Plata. Estaactividad se realiz con el doble objetivo de generaruna experiencia didctica, as como de propiciar unacercamiento interdisciplinario para el estudio de lalocalidad arqueolgica. La presencia de expertos, tantoarquelogos como gelogos, favoreci la discusinen el terreno acerca de la formacin de los sitios, delas caractersticas de los materiales y dentro de ellosparticularmente los referidos a la cermica. Fueronespecialmente interesantes las puestas en comn referidasa las geoformas de estos paisajes a partir de los cualesse pudo caracterizar a esta localidad con el concepto desitio somero. Esta categora fue luego discutida en untrabajo especfico (Zrate et al. 2000/2002). Adems,algunos arquelogos/as presentes, eran investigadores del

    NOA argentino con una vasta experiencia en el anlisis dela cermica de aquella regin, lo que favoreci la discusinacerca de diferentes aspectos de la manufactura, acabadoy decoracin de los materiales cermicos pampeanos.

    Otros especialistas que participaron del trabajo decampo fueron ceramistas locales, quienes asistierona las prospecciones y/o excavaciones en diferentesoportunidades. Las experimentaciones iniciales abrieron elcamino para la formulacin de un diseo de arqueologaexperimental tendiente a la replicacin de materialescermicos bajo condiciones cientficas cuidadosamentecontroladas. A partir de estos trabajos, la ceramista A.

    Francese comenz a integrar el equipo de investigacinarqueolgica y se generaron rplicas de vasijas obtenidasen la cuenca del ro Salado, para una exposicin en elMuseo y Archivo Histrico de Baha Blanca realizadaen el ao 20035(Pupio et al.2004). Estos intercambiosposibilitaron la objetivacin del conocimiento de lacermica arqueolgica en trminos de contenidocurricular del Instituto Superior de Formacin Artstica(ISFA) de la localidad (Salerno 2011-2012). Se abrieronas nuevos caminos de participacin y accin en relacincon la cermica prehispnica. En el ao 2011, un proyectogenerado en el ISFA y subsidiado por el Ministeriode Educacin, posibilit que un grupo de ceramistasdirigidos por A. Francese, realizara un conjunto de rplicas

    5 Museo y Archivo Histrico de Baha Blanca. Inauguracin SalaPermanente de Arqueologa: 5 de diciembre de 2003. Proyectocoordinado por la Dra. A. Pupio. Municipalidad de Baha Blanca.

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    cermicas que actualmente se exponen en el museo local(Francese et al. 2011).

    Para concluir este apartado, es de destacar que en todoslos casos, las visitas de agentes que ocasionalmentellegaron al lugar, junto con los colaboradores en el campoy las visitas organizadas en el marco de actividadeseducativas y de intercambio con otros especialistas,permitieron hacer pblicas diferentes miradas sobrela actividad del trabajo de campo. Los visitanteselaboraron relatos sobre lo que observaron, relatos quese organizaron en dilogo con la propuesta de los propiosarquelogos. Los mismos resaltaron y caracterizaron

    diferentes aspectos seleccionados por los visitantes quepermitieron generar lecturas heterogneas en torno acmo se entiende la actividad del arquelogo, el sentidode la investigacin, la caracterizacin de los materialeshallados, entre otros. De este modo, en los intercambioscotidianos, se elaboraron y legitimaron diversos criterios apartir de los cuales se reivindic el conocimiento en tornoa los materiales arqueolgicos. Por ejemplo, el trabajode campo gener visibilidad y reconocimiento para losagentes locales, de pequeos fragmentos de cermica,restos arqueofaunsticos, lascas y microlascas, comoparte de lo arqueolgico. De la misma manera, para

    los arquelogos fueron trascendentes los relatos sobre losusos del paisaje en momentos de secas e inundaciones,el empleo de recursos vegetales, las narraciones oralesen torno a vasijas de indios, la ubicacin de hallazgosocasionales al arar los terrenos (principalmenteboleadoras de piedra). Estas experiencias relacionadascon los materiales arqueolgicos refieren a un modo deexistir de dichos materiales y junto con ellos, del pasadoindgena que evocan. En el caso de las visitas de otrosespecialistas, debe agregarse que stas contribuyeron a lalegitimidad de la investigacin que se estaba realizando.No slo porque dieron cuenta del reconocimiento deltrabajo del equipo de arqueologa en el campo, tambin

    porque en esos intercambios se consensuaron formasde interpretacin y anlisis de los materiales y su paisaje.

    Palabras finales

    El punto de partida de este artculo fue abordar el trabajode campo como un espacio relacional, que involucraagentes, materiales y paisaje. Con esta aproximacinbuscamos llamar la atencin sobre diversas prcticas

    cotidianas que, siendo centrales al trabajo de campoarqueolgico, raramente son objeto de reflexin porparte de los agentes involucrados (Bourdieu 2003).Por ello es lcito pensarlas como micro prcticas quemedian la produccin de conocimiento durante el trabajode campo. En este trabajo destacamos los intercambioscotidianos producidos en el marco de diversos tipos devisitas en el campo, as como la mediacin institucionalen la que se despliega esta instancia de la investigacin.En conjunto, estos aspectos del trabajo de camporemiten a la dimensin relacional del proceso deconstruccin de conocimiento. Como prctica social, laorganizacin de los saberes en objetos de conocimientoimplica un recorte de la realidad, as como una seleccinde la forma de conocer y de comunicar lo conocido queremiten a diferentes posicionamientos y experienciasde los agentes participantes (Beillerot 1998). Ennuestro caso de estudio, puede verse cmo a lo largodel tiempo, el trabajo de campo promovi diferentestipos de acercamientos con conocimientos y materialesarqueolgicos, a la vez que habilit espacios pblicos dediscusin en torno a los mismos.

    As, como parte de la cotidianeidad del trabajo de campo,la participacin de pobladores rurales y las diversas

    visitas descriptas, fueron instancias en que se elaboraroncriterios de valoracin sobre esta actividad, los materialesarqueolgicos y los usos del espacio. Desde la arqueologase utiliza una nocin inclusiva de lo que se entiende comoarqueolgico que se ampla de acuerdo con patronesconstruidos en el marco de la disciplina. Mientras quelos agentes colaboradores y participantes espordicos,dieron distinta importancia a criterios vinculados tantocon el tipo de material, tamao y fragmentacin de unobjeto, como con caractersticas objetivadas en el paisaje,discusiones en relacin con la toponimia, experiencias devida en un determinado lugar y/o historias e imgenes

    populares trasmitidas de forma oral. En estos procesos,se destaca la importancia del conocimiento prctico delos agentes locales y el hecho de que, en ocasiones, loscriterios a partir de los cuales se construyen valoracionessobre los materiales, se articulan con representacionesestereotipadas producto de las experiencias y los modosen que se organiz el saber en torno a los pueblosoriginarios de la zona desde el poblamiento hispnico(Salerno 2011-2012).

    Tambin es importante recordar que gran parte de lasvisitas de este caso de estudio remiten a actividadeseducativas como parte de las actividades del trabajode campo. Las mismas incluyeron visitas de estudiantesuniversitarios vinculados con la arqueologa como

    Figura 1: Visita al sitio arqueolgico La Guillerma, ao 1993.

    Figure 1. Visit to La Guillerma archaeological site, 1993.

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    estudiantes de escuelas secundarias y primarias dela zona. Los visitantes se convirtieron en testigos/colaboradores de la accin cuyo papel fue importantepara generar veracidad en torno a la misma. En estesentido, posibilitaron replicar y validar representacionesen relacin con los materiales arqueolgicos y el propio

    trabajo de campo.

    De la misma manera, pensar el campo como espacio demediacin institucional, conlleva a adentrarnos con lasrelaciones de poder y saber que se desplegaron. Requierereflexionar sobre la actividad del trabajo de campocomo disparadora de prestigio, movilizacin de recursosy personas. Aspectos que para el caso de estudio noestuvieron exentos de conflictos y negociaciones entre losdiferentes sujetos involucrados. El contexto institucionaldefine parte de las limitaciones y posibilidades de larealizacin de la investigacin en trminos de tiempo,recursos materiales disponibles, diferentes exigenciasy objetivos en relacin con la investigacin. En el casopresentado, la realizacin de los trabajos de campo seorganiz en conjunto con el museo local, en tanto estainstitucin facilit el acceso a los lugares, establecilos contactos iniciales con los dueos de los camposy ofreci su nombre como respaldo y garanta paralos investigadores. Por su parte, los medios masivosdifundieron representaciones sobre la actividad y eltrabajo que se realiz, promoviendo otros espaciospblicos de discusin de esta actividad. A su vez, estosintercambios propiciaron la inclusin de diferentescolaboradores locales con el equipo de arqueologa.

    Con el transcurrir del tiempo se fue construyendo unsentido de pertenencia y participacin por parte delos agentes locales en relacin con la investigacinarqueolgica. Hecho que convirti este trabajo deinvestigacin en un tema de inters compartido por partede las instituciones participantes, aunque con dismilesobjetivos y necesidades. En el caso de los vnculos con elmuseo, las diferencias remiten a distintas expectativas yprcticas en torno a la materialidad arqueolgica que esentendida en un caso, como objeto de exposicin y enotro, como objeto de anlisis. No se trata de concepcionescontrapuestas sino de miradas que acentan dos

    dimensiones diferentes de la materialidad e involucrandistintas prcticas y tiempos. A su vez, en el marco deestas trayectorias institucionales se forjaron diversosvnculos entre los agentes del museo y los miembros delequipo de arqueologa que incidieron de diferente maneraen la gestin y produccin de conocimiento sobre elpasado prehispnico en la localidad.

    En fin, lejos de presentar reflexiones acabadas,consideramos que el inters principal de este artculoradica en llamar la atencin sobre las diversas prcticasinvolucradas en el trabajo de campo y aportar al debatesobre la incidencia de las relaciones desplegadasdurante esta instancia en los procesos de construccin yresignificacin del conocimiento arqueolgico. En el caso

    aqu presentado, la informacin arqueolgica producida,en ocasiones se convirti en herramienta-insumo parala realizacin de proyectos personales, principalmenteartsticos, literarios y docentes (Francese et al. 2011,Gonzlez de Bonaveri, M.I. y M.M. Frre 1998, Salerno2011-2012). En otros casos y de forma discontinua, estas

    interacciones se convirtieron en acciones que sirvierontanto a agentes del equipo de arqueologa como adiversos agentes locales. Por ejemplo, se facilitarondiversos aspectos logsticos y circul informacin sobrelugares con materiales arqueolgicos. En conjunto, estosintercambios posibilitaron los reconocimientos recprocos(entre arquelogos y agentes e instituciones locales ascomo con otros especialistas) y la produccin de sentidosen torno a la materialidad tanto para arquelogoscomo para los distintos agentes que participaron enellos. En estos movimientos, los criterios sobre lo queform parte del material arqueolgico se ampliaron yredefinieron, en ocasiones interpelando las categorasdel propio investigador. Adems, estos procesos pusieronde manifiesto el carcter colectivo de la construccin delconocimiento arqueolgico.

    Ciudad de Buenos Aires, 15 de abril de 2013

    Agradecimientos

    Las autoras agradecen la colaboracin de la Lic. CristinaBayn y la Dra. Ana Mara Presta. Al Dr. Marcelo Zratey a todos los que participaron, a lo largo de los aos,en los trabajos de campo. A los colegas que visitaron

    el sitio La Guillerma en el ao 1993. Este trabajo fuerealizado en el marco de los proyectos UBACyT 2011-2014 20020100100134 y PICT 01517.

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