conexiones atlánticas: fr. apolinário da conceição, la erudición religiosa y el mundo del...

7/23/2019 Conexiones atlnticas: Fr. Apolinrio da Conceio, la erudicin religiosa y el mundo del impreso en Portugal y la Amrica portuguesa durante el siglo XVIII

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111 ISBN: 978-84-669-3493-0

Conexiones atlnticas: Fr. Apolinrio daConceio, la erudicin religiosa y el mundo del

impreso en Portugal y la Amrica portuguesadurante el siglo XVIII*

FedericoPALOMOUniversidad Complutense de Madrid

[email protected]

Fecha de recepcin: 23/04/2014

Fecha de aceptacin: 08/09/2014

RESUMEN

A travs de la gura del franciscano portugus Fr. Apolinrio da Conceio, este estudio examina algu -nas cuestiones relativas a la cultura religiosa y erudita en el mundo ibrico del siglo XVIII, y a la ediciny circulacin de impresos en el mbito de la monarqua portuguesa. En primer lugar, se adentra en eluniverso tradicionalmente relegado por la investigacin de la cultura escrita y de la produccin litera-ria de los franciscanos portugueses, en un periodo de progresiva intelectualizacin de la Orden dentrodel contexto luso. Las condiciones especcas que rodearon la actividad intelectual de Fr. Apolinrio daConceio permitirn comprender mejor los contornos que denan la gura del escritor en el seno dela orden serca. Por otro lado, el anlisis de la trayectoria de este religioso, entre el espacio brasileo

y el metropolitano, mostrar las conexiones que estableci entre ambos mundos. stas se adivinan deci -sivas para la edicin de algunos de los textos del franciscano, mostrando un mbito poco explorado porla historiografa como es la participacin del mundo colonial luso-americano en el patrocinio de obrasy autores. Al mismo tiempo, favorecieron la implicacin del religioso en el comercio librero lisboeta,descubrindonos un original mercado de impresos, paralelo a los circuitos habituales y restringido a loscrculos clericales.

Palabras clave: Fr. Apolinrio da Conceio, franciscanos, cultura escrita, erudicin religiosa, impre-sos, comercio librero, Portugal, Brasil, Siglo XVIII

Atlantic connections: Fr. Apolinrio da Conceio, religiouserudition and print culture in Portugal and the Portuguese America in

the eighteenth century

ABSTRACT

Through the character of the Franciscan Fr. Apolinrio da Conceio, this article analyzes some ques-tions regarding the religious and erudite culture in the eighteenth-century Iberian world, as well as theedition and circulation of prints throughout the Portuguese Monarchy. On one hand, it explores a subject

http://dx.doi.org/10.5209/rev_CHMO.2014.46794

*El presente trabajo se ha elaborado en el marco del proyecto Letras de frailes: textos, cultura escritay franciscanos en Portugal y el Imperio portugus (siglos XVI-XVIII) HAR2011-23523 (Ministerio deEconoma y Competitividad, Espaa).

Cuadernos de Historia Moderna2014, Anejo XIII, 111-137


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Federico Palomo Conexiones atlnticas: Fr. Apolinrio da Conceio...


traditionally forgotten by historiography: the Portuguese Franciscan written culture and literary produc-tion, especially during a period shaped by a progressive intellectualization of the Seraphic Order inPortuguese contexts. In this regard, the specic circumstances of Conceios intellectual activity willallow us a better understanding of the features dening the writers prole inside the Franciscan Order.

On the other hand, the analysis of Conceios trajectory between Brazil and Lisbon shows the connec-tions he established among these two worlds. These connections were crucial for the publishing of someof Conceios works, revealing the scarcely known contribution of the Luso-Brazilian colonial worldto printed book patronage. They also supported indirectly Conceios participation in the commerceof books, revealing an original, cleric-centred book market, functioning in parallel to the more usualcircuits.

Key words:Fr. Apolinrio da Conceio, Franciscans, written culture, religious erudition, printed ma-terial, book market, Portugal, Brazil, eighteenth century

El primero de noviembre de 1755, la ciudad de Lisboa se vio devastada por un poten-te y prolongado temblor de tierra, al que siguieron tres olas de enormes dimensionesy un sinfn de incendios que acabaran por destruir una buena parte de la urbe. Nadani nadie qued al margen de la catstrofe. Numerosos palacios, hospitales, iglesias,etc., se desmoronaron o quedaron consumidos por las llamas, y no fueron pocos losque perdieron casas, negocios, familia o peor la propia vida. El episodio, como es

bien conocido, se hizo sentir en todo el suroeste de la pennsula Ibrica. Su magnitudcatastrca caus adems una gran conmocin en el resto de Europa, originandoentre eruditos y hombres de letras numerosos debates, en los que ciencia, losofa

y teologa no dejaran de estar presentes. Entre las mltiples vctimas que aquel daperecieron en la capital lisboeta, quiso la fatalidad o la providencia que se encontraseun religioso de la provincia franciscana de la Inmaculada Concepcin de Ro de Ja-neiro. No se trataba de un annimo fraile de los muchos que entonces murieron, sinodel hermano Fr. Apolinrio da Conceio, religioso que, desde mediados del sigloXVIII, haba ido ganando una notoriedad discreta en los crculos eruditos portugue-ses, y cuya vida como regular de la orden serca haba transcurrido durante casiveinte aos en el hospicio que los franciscanos de la Amrica portuguesa tenan en lacorte. A su muerte, dej un buen puado de volmenes escritos, muchos de los cualeshaban sido adems dados a estampa, convirtiendo a Fr. Apolinrio en uno de los au-

tores franciscanos ms prolcos del Portugal de la primera mitad del siglo XVIII, y,sin duda, en el religioso vinculado a las provincias brasileas de la orden serca quetuvo una mayor produccin escrita durante ese periodo.

Bien es cierto que no estamos ante una de esas personalidades que, centrales, ha-bran de tener un protagonismo singular en el contexto intelectual y cultural del Se-tecientos portugus. Nadie que desempease un papel determinante en alguna de lasinstituciones literarias y eruditas patrocinadas por nobles, gobernadores, monarcas,etc., favoreciendo muchos de los cambios que se haban de producir en el horizontede las prcticas intelectuales dentro del Portugal de la poca1. En realidad, la posicin

1 Una visin renovada de conjunto sobre el contexto cultural del Portugal del siglo XVIIIy sobre sus actores y prcticas,es la deARAJO, A. C.:A Cultura das Luzes em Portugal. Temas e problemas, Lisboa, Livros Horizonte, 2003.


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de Fr. Apolinrio da Conceio dentro de ese universo erudito fue mucho ms modes-ta, aunque, como se tratar de mostrar en las prximas pginas, no dej de habitar losaledaos de algunos de aquellos crculos culturalmente ms relevantes. No obstante

este carcter de actor secundario, en el religioso capuchoconuiran toda una seriede circunstancias que le habran de otorgar alguna singularidad, fruto de su propiaexperiencia como franciscano y como autor, pero tambin como consecuencia de unitinerario vital que le permitira conectar el mundo metropolitano y el americano.

El anlisis de algunos de estos elementos va a consentir que profundicemos sobredeterminadas cuestiones relacionadas con los contextos de la cultura religiosa y eru-dita en el mundo ibrico del siglo XVIII, pero tambin sobre aspectos que tocan a laedicin y la circulacin de impresos en el mbito de la monarqua lusa2. Por un lado,

permitir que nos adentremos en el universo de la cultura escrita y de la produccinliteraria de los franciscanos portugueses. El asunto ha merecido en general escasa

atencin historiogrca, sobre todo, si se compara con la centralidad y el carctercasi paradigmtico que tradicionalmente se ha atribuido a la escritura jesutica, endetrimento de otras tradiciones literarias e, incluso, de otros modos posibles de en-tender y encarar la prctica de la escritura. En ese sentido, la gura de Fr. Apolinrioda Conceio no dejar de inscribirse en un periodo particular. Desde nales del sigloXVII, se asiste a lo que se podra calicar si no de progresiva intelectualizacinde la congregacin franciscana en Portugal, al menos s de relativa intensicacinentre los frailes menores de los usos de la escritura y, a su vez, del impreso comoinstrumento de comunicacin, de memoria y de elaboracin erudita 3. Al tiempo, laimplicacin de religiosos de la orden serca en la llamada Repblica de las Letras

ser cada vez ms visible, teniendo su mejor expresin, ya en la segunda mitad delsiglo XVIII,en sujetos como Fr. Manuel do Cenculo, Fr. Vicente Salgado o, dentrodel contexto especco de la Amrica portuguesa, Fr. Antnio de Santa Maria Ja-

boato. Pero, al margen de esta dimensin ms erudita que la congregacin pareceasumir en el siglo XVIII, un personaje como Conceio y las particulares condicionesque, como se ver, rodearon su dedicacin a las tareas de pluma y papel, permitenigualmente indagar aspectos ms especcos acerca de la prctica de la escritura enel seno de un instituto religioso como el de los frailes menores y, en particular, sobrelos contornos que denan la gura o el estatuto de escritor en el mundo franciscano

portugus o, incluso, en otros contextos coetneos.

Por otro lado, el religioso, a pesar de que su trayectoria entre el espacio brasileoy el metropolitano no revistiese particular originalidad, acab ocupando una posicinrelativamente privilegiada a la hora de establecer vnculos entre ambos mundos, frutode una presencia permanente en la corte que, sin embargo, no le impidi mantener

2 Sobre la circulacin de impresos en Portugal y la Amrica portuguesa durante el siglo XVIII, vansealgunos de los ensayos incluidos en DUTRA, E. FREITASy MOLLIER, J.-Y. (orgs.):Poltica, nao e edio: olugar dos impressos na construo da vida poltica, Brasil, Europa e Amricas nos sculos XVIII-XX, SoPaulo, Editora Annablume, 2006.

3 PALOMO, F.: Misin, memoria y cultura escrita. Impresos y copias de mano en las estrategiasmemorsticas de franciscanos y jesuitas en el mundo portugus de los siglo XVI y XVII, en GARCABERNAL,J. J.:Memoria de los orgenes: el discurso histrico-eclesistico en el mundo moderno, Sevilla, Universidadde Sevilla, en prensa.


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su liacin institucional a la provincia franciscana de Ro de Janeiro (de la que, in -cluso, lleg a ser cronista), atender los intereses y necesidades de sus hermanos de laAmrica portuguesa y, en ltimo trmino, conservar una comunicacin uida con los

contextos coloniales que empleara en benecio de su actividad como escritor. No envano, estas conexiones habran de ser un factor fundamental en el marco de las rela-ciones que Conceio teji con el mundo del impreso. No slo fueron decisivas parala propia edicin de algunos de los textos del franciscano, mostrando as un mbito

poco explorado por la historiografa que tiene que ver con la participacin del mundocolonial en el patrocinio de obras y autores. Tales conexiones tambin favorecieronque Fr. Apolinrio se convirtiese en un actor clave a la hora de abastecer de libros alos conventos de su provincia, apuntando as el papel singular que l y otros religio-sos como l pudieron llegar a desempear durante la poca moderna en la circulacinde impresos hacia y en la Amrica portuguesa. El desempear esta tarea supondra a

su vez la implicacin del franciscano en el comercio librero lisboeta, permitindonosponer de relieve la existencia de un mercado de impresos de contornos particulares,paralelo a los circuitos habituales y, aparentemente, restringido a los crculos cleri-cales.

INOCENCIA PERSEGUIDA: SER ESCRITOR EN LA ORDEN FRANCISCANA

No son muchas las noticias que nos han llegado sobre el itinerario vital de Fr. Apo-linrio da Conceio. Barbosa Machado, que, sin duda, lo conoci y lo trat du-

rante los aos que pas en Portugal, apuntaba en el correspondiente artculo de laBibliotheca Lusitanaque haba nacido en Lisboa, el 23 de julio de 1692 4. En 1705,con apenas trece aos, se haba trasladado a la ciudad de Ro de Janeiro, que, desdehaca algunas dcadas, vena ganando peso como centro poltico y econmico en elcontexto de la Amrica portuguesa5. Fue, no obstante, en So Paulo donde, en 1711,decidi entrar en religin, inclinndose por el instituto de los frailes capuchos(fran-ciscanos recoletos), cuya presencia y actividad misionera en las distintas regiones delBrasil y del Maranho se haba intensicado notablemente a lo largo de los siglosXVII y XVIII,permitiendo la sucesiva constitucin de custodias y, ms tarde, de

provincias, como la de la Inmaculada Concepcin de Ro de Janeiro (o del Brasil) 6.

Habiendo aparentemente renunciado a convertirse en sacerdote, Fr. Apolinrio pro-

4 BARBOSAMACHADO, D.:Bibliotheca LusitanaHistorica, Critica, e Cronologica: Na qual se comprehendea noticia dos Authores Portuguezes, e das Obras, que compusero desde o tempo da promulgao da Ley daGraa at o tempo presente, Lisboa, Antnio Isidoro da Fonseca, 1741-1759, vol. I, pp. 430-432.

5 Sobre la ciudad de Ro de Janeiro durante el siglo XVIII y su peso creciente como interlocutor, dentro delespacio de la Amrica portuguesa, con el poder metropolitano, vase el estudio deBICALHO, M. F.:A Cidade eo imperio. O Rio de Janeiro no sculo XVIII, Ro de Janeiro, Civilizao Brasileira, 2003.

6 En relacin con la presencia de los franciscanos en Brasil y, en particular, sobre provincia de la InmaculadaConcepcin de Ro de Janeiro, constituida en 1677, vanse los trabajos clsicos de RWER, B.: A OrdemFranciscana no Brasil, Petrpolis, Vozes, 1942; ID.: Pginas de histria franciscana no Brasil, Petrpolis,Vozes, 1941; ID.:O Convento de Santo Antnio do Rio de Janeiro, Petrpolis, Vozes, 1937; ROMAG, D.: AHistria dos Franciscanos no Brasil (1500-1659), Curitiba, s.n., 1940; WILLEKE, V.:Misses franciscanas noBrasil, 1500-1975, Petrpolis, Vozes, 1974.


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fes como simple hermano lego, lo que, en el marco de la orden franciscana, le con-fera un estatus especco y, en todo caso, inferior al que tenan aquellos frailes quereciban rdenes sacras. Lejos de las tareas espirituales, apostlicas o intelectuales

que stos solan realizar, el religioso lego, sin apenas formacin, quedaba connadoal desempeo de trabajos domsticos y de labores manuales dentro de los conventos,siruiendo y ministrando a los clrigos como sealaba Fr. Marcos de Lisboa concharidad y humildad7.

A pesar de los lmites que, en principio, conllevaba su condicin, lo cierto es queConceio acab desempeando funciones de mayor sustancia. Fue as elegido pro-curador del convento de Ro de Janeiro, cabeza de toda la provincia, pero, sobretodo, dedic mucho de su tiempo a la lio dos livros, como armaba el propioBarbosa Machado8. Esto se tradujo, como ya se ha sealado, en una intensa actividadescritora que, dentro del mundo portugus de la primera mitad del siglo XVIII, lo

habra de acreditar como un autor particularmente fecundo entre los propios religio-sos franciscanos. No slo compuso algunas obritas de carcter piadoso y destinadas

principalmente a la prctica de la oracin, la mayora de las cuales circul manus-crita9. Elabor asimismo algunos escritos de tenor historiogrco sobre la presenciafranciscana en Portugal y el Nuevo Mundo, como Claustro franciscano, PrimaziaSerca na Amricay elEpitome, en el que, a modo de crnica, abord la historiade la provincia de la Inmaculada Concepcin de Ro de Janeiro 10. En 1750, adems,vera la luz el primero de los tomos que tena previsto componer sobre la historia dela parroquia lisboeta de Nossa Senhora dos Mrtires, en la que el propio Conceio

7 MARCOS DE LISBOA: Iesvs. Tercera Parte de la Chronicas de la Orden de los Frayles Menores delSeraphico Padre S. Francisco, Lisboa, En la Ofcina de Pedro Caresbeeck, 1615, Lib. VII, cap. XL: Delestado de los legos en la orden, fol. 207.

8 BARBOSAMACHADO, op. cit.(nota 4), p. 431.9 De entre sus obras de devocin, la ms conocida ser laViagem devota, e feliz que os Navegantes

exercendo algumas devooens, e discorrendo em cousas espirituaes, que abonaro com varios exemplosdistribuyo o tempo o que tudo se manisfesta em Dialogos, Lisboa, Por Theotonio Antunes de Lima, 1737. Sinque su nombre apareciese indicado, circularon asimismo impresas unasInstrucoens para os que deixandoo mundo procuro o Ceo pelo caminho dos Frades Menores s quaes se d principio com a Regra, vida, eTestamento do N. Seraco Padre S. Francisco, Lisboa, Domingos Gonalves, 1740;Suplica das benditasalmas do purgatorio, e devoam utilissima... Da vida, paixam, resurreiam, e subida aos ceos de JesusChristo, Lisboa, Na Ofcina de Joze Antonio Plates, 1746;y unaNovena de S. Benedicto, Lisboa, na Ofcina

de Ignacio Rodrigues, 1752. Por ltimo, Barbosa Machado le atribuye otras obras de carcter piadoso quehabran permanecido manuscritas:Louvores divinos distribuidos nos sete dias da Semana em que se descrevemvarios exercicios para utilidade das almas devotas(1714);Novenario nas Fetividades da alguns Santos, eConceio de Nossa Senhora, traduzido dos idiomas Italiano, e Espanhol(1716); Guia de Acolitos, e practicadas cerimonias, que devem fazer tanto nas Missas, como nos mais actos da Communidade da nossa SantaProvincia;Excellencias do Santissimo nome de Maria, e devoo ao mesmo dulcissimo Nome discorrendo porcada huma das cinco letras que comprehende;cfr.:BARBOSAMACHADO, op. cit.(nota 4), vol. 1, pp. 431-432.

10 APOLINRIO DA CONCEIO: Claustro Franciscano, erecto no dominio da Coroa de Portugal, eestabelecido sobre dezaseis venerabilissimas Columnas, Lisboa, Off. de Antnio Isidoro da Fonseca, 1740;ID.: Primazia Sefca na Regiam da America, Novo Descobrimento de Santos, e Veneraveis Religiosos daOrdem Seraca, que ennobrecem o Novo Mundo com suas vietudes, e acoens , Lisboa, Na Off. de Antniode Sousa Sylva, 1733; ID.:Epitome do que em breve suma contem a Santa Provincia da Conceio do Riode Janeiro em o Estado do Brasil(1730). Este manuscrito se conserva en la Biblioteca Nacional de Ro de

Janeiro. Una edicin moderna es la que realiz Fr. Gentil Titton, publicada enRevista do Instituto Histrico eGeogrco Brasileiro, 296 (1972), pp. 68-165.


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haba sido bautizado11. Pero, sobre todo, dedic buena parte de su actividad literariaa la elaboracin de textos de naturaleza hagiogrca, centrndose particularmente enlas vidasde aquellos religiosos que, como l, haban profesado como hermanos legos

de la orden franciscana. A esta materia, adems de varios opsculos y algn volumende porte menor que se destinaban a pblicos relativamente amplios 12, consagr suproyecto literario ms relevante y extenso, la obraPequenos na Terra, grandes noCeo, que, dirigida a lectores ms eruditos, saldra impresa en cinco volmenes in-

folio, publicados en Lisboa, entre 1732 y 175413. Su recepcin, adems, no se limital contexto portugus. En 1741, el tambin lego Fr. Manuel Barbado de la Torre yAngulo, franciscano de la provincia de San Diego de Andaluca, solicitaba al Consejode Castilla la licencia correspondiente para imprimir una traduccin que haba hechode los primeros tomos de la obra de Conceio14. No consta que stos llegasen a verla luz en su versin castellana, aunque el propio religioso andaluz public impreso

en 1745 un Compendio histrico lego-seraphico, que haba elaborado a partir de losvolmenes del franciscano portugus15.

Una ocupacin de esta naturaleza en quien no pasaba de ser un hermano lego,no dej de ser vista por muchos como un trazo de singularidad, llegando, incluso, asuscitar alguna controversia y cierta contrariedad entre aquellos que entendan queno era tarea conforme a la condicin de Fr. Apolinrio. No en vano, la mayora dequienes elaboraron las censuras para la obtencin de las correspondientes licenciasde impresin de sus escritos, acabara por hacer mencin de una forma u otra a esa

paradoja que supuestamente entraaba el que anduviese enfrascado en el estudio y en

11 APOLINRIODACONCEIO:Demonstraam Historica da Primeira, e Real Parochia de Lisboa de que singular patrona, e titular N. S. dos Martyres: devedida em dous tomos. Tomo primeiro, em que se trata da suaorigem, e antiguidade, e se mostra a sua primasia, a respeito das mais parochias da mesma cidade , Lisboa,na Ofcina de Ignacio Rodrigues, 1750.

12 Compuso, de hecho, dos opsculos dedicados especcamente a san Benito de Palermo y al hermanode la provincia de Ro y coetneo del propio Conceio, Fr. Fabiano de Cristo. APOLINRIODACONCEIO:Flor Perigrina[Sic] por Preta, ou Nova Maravilha da Graa. descuberta na prodigiosa Vida do B. Benedictode S. Philadelpio Religioso Leigo da Provincia Reformada de Sicilia, das da mais estreita observancia daReligia Seraca, Lisboa, na Off. Pinheiriense da Musica, 1744; ID:Ecco Sonoro da Clamorosa Voz, quedeu a Cidade de S. Sebastiam do Rio de Janeiro, em o dia dezoito do mez de Outubro do Anno de 1747, nasaudoza despedida do Irma Fr. Fabiano de Christo, enfermeiro do Convento de S. Antonio da mesma cidade,Lisboa, na Ofcina de Ignacio Rodrigues, 1748. Hizo imprimir asimismo un volumen a modo de compendio

de vidas de hermanos legos: Seculos da Religio Seraca brilhante em todos com seus religiosos leigos, dosquaes se expoem huns illustrados com o dom da sciencia, de outros se aponto os escriptos, dos Canonisados,e Beaticados os nomes, e de muitos varios Apothemas espirituaes, e doutrinaes, Lisboa Occidental, AntonioIsidro da Fonseca, 1736.

13 APOLINRIODACONCEIO:Pequenos na Terra, grandes no Ceo. Memorias Historicas dos Religiososda Ordem Seraca, que do humilde estado de Leigos subira ao mais alto grao de perfeio, t. I: Lisboa, NaOfcina da Musica, 1732; t. II: Lisboa, Na Ofcina da Musica, 1734; t. III: Lisboa, Na Ofcina da Musicade Theotonio Antunes Lima, 1738; t. IV: Lisboa, Na Ofcina de Jos Antonio Plates, 1744; t. V: Lisboa, NaOfcina do Doutor Manuel Alvarez Sollano, 1754.

14 Archivo Histrico Nacional [= AHN], Consejos, leg. 50637, exp. 43. Agradezco a Fernando Bouzala indicacin de esta referencia documental, as como de la existencia de un volumen del propio Fr. ManuelBarbado de la Torre inspirado en la obra de Conceio (vase, a continuacin, nota 15).

15 BARBADODELATORREYANGULO, M.: Compendio histrico, lego-seraphico: Fundacin de la Orden delos Menores, Sus Familias, Provincias, conventos, individuos,... de el humilde estado de los Legos de ella,Madrid, Imprenta de Jos Gonzlez, 1745.


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la composicin de escritos aqul que por su estatus tena obligacin de atender tareas

bien ms humildes y prosaicas.

El agustino Fr. Manuel da Trindade, por ejemplo, no acertaba a cifrar ms que en

el espritu, celo y devocin del propio Fr. Apolinrio la causa de que ste, no pudien-do por su estado sino ignorar as altissimas especulaoens das ciencias humanas, eat os rudimentos da grammatica, hubiese escrito as pasmosas virtudes de tantosSantos, Beatos Martyres, e Veneraveis de la orden franciscana 16. Ya el carmelitaFr. Jos Pereira de Santa Ana reconoca en Conceio un inteiro e abalizado es-critor, entendiendo eso s que sus textos no parecan en modo alguno fruto de unreligioso lego y s obra de sugeito laureado em muitas faculdades, cuya ocupaciny estudio exceda, sin duda, la de muitos professores de sciencias 17. En parecidostrminos elogiosos se expresaba Fr. Joo de Nossa Senhora, cronista de la provinciafranciscana de los Algarves. No slo subrayaba la fama que como autor acompaaba

ya a Conceio dentro y fuera de Portugal, habiendo sido incluido en la BibliothecaUniversa Franciscanade Juan de Soto (Madrid, 1732) y en la Oriental y Occidentalde Antonio Len Pinelo, en su edicin de 1737 18. Haca adems una decidida defensadel religioso y de su empeo en componer libros, asegurando que, a este respecto,no le mova sino el acudir a lo que entenda ser innocencia perseguida. Apuntaba

y censuraba as algunas de las duras crticas que, por su estatus, haba recibido y anreciba Fr. Apolinrio. Muchos armaba le reprochaban precisamente el habersemetido a escrever tendo tal estado, mostrando en el fondo que tenan una enormedicultad en verem hum leigo metido na Religio entre os sacerdotes, a escrever

livros, como si por ello hubiese cometido un grave pecado o hubiese introducidoalguna novedad cannica y moralmente censurable, uma cousa a Leigos estranha,de seu estado estranhada, e a elle totalmente prohibida. Lo cierto es que, como bienrecordaba Fr. Joo de Nossa Senhora, nada impeda que estos religiosos pudiesentambin ocuparse en la elaboracin de libros y escritos, como haba venido haciendo

y con pericia reconocida incluso por sus crticos el propio Conceio. Adverta, noobstante, el cronista algarbo que, de sus palabras, tampoco caba deducir que todoslos hermanos legos pudiesen o tuviesen que hacerse escritores, ni siquiera que fueseconveniente el incentivarlos a ocuparse de tales tareas, abandonando aqullas para las

que estaban expresamente destinados. Tal como a las mujeres les estaba prohibido elpredicar, tambin a estos religiosos quedaba vedado el estudiar para componer libros,pero eso no signicaba que, del mismo modo que haba habido en el pasado mujerespredicadoras, no hubiese habido y pudiese haber asimismo escritores que fuesen le-gos. No todos, ciertamente, podan serlo, pero, entre tantos sacerdotes dados al estu-

16 MANUELDATRINDADE: Censura a APOLINRIODACONCEIO: op. cit. (nota 13), t. II, sin paginar en estaparte.

17 SANTAANA, J. PEREIRADE: Censura a APOLINRIODACONCEIO, op. cit. (nota 13), t. III, sin paginar enesta parte.

18 Se refera, en concreto, al Eptome de la Bibliotheca Oriental, e Occidental de Len Pinelo, en laedicin aumentada por el marqus de Torre Nueva (Madrid, 1737); cfr.JOODENOSSASENHORA: Censura aAPOLINRIODACONCEIO, op. cit. (nota 10, 1740), sin paginar en esta parte.


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dio y la escritura, caba que algunos de esos hermanos aunque pocos se ocupasenen tareas tanelevadas19.

No cabe duda de que un particular inters por los libros, en una especie de aparenteejercicio autodidacta que los propios superiores consintieron, hizo que Fr. Apolinrioacabase gurando entre esos pocos religiosos legos que habran de dedicar parte desu tiempo al estudio y a la composicin de textos escritos. Con todo, el carcter ex-cepcional que habra de marcar su trayectoria como religioso, as como los propiosdebates que, supuestamente, suscit su participacin en el campo literario, no dejande ser expresivos de algunas de las circunstancias que determinaron la prctica de laescritura el quin y quin no poda escribir en el seno de muchas congregacionesde regulares durante la poca moderna y, en concreto, entre los franciscanos. En efec-to, la de escribir raramente constituy una ocupacin que cualquier sujeto vinculadoa una orden religiosa, pudiese acometer sin ms y, en especial, si el fruto de una parte

importante de esa actividad como en el caso de Conceio haba de acabar en lasprensas tipogrcas, superando as la frontera de una circulacin manuscrita, gene-ralmente ms restringida y controlada20. A este respecto, los estatutos de la provinciafranciscana de Ro de Janeiro no diferan sustancialmente de lo que se prescriba enotros contextos de la orden serca. Si bien la de autor se estableca en ellos comocategora especca que poda denir a un sujeto dentro del instituto franciscano, stano dejaba de situarse signicativamente entre la de predicador y la de lector de Artesy Teologa, otorgando en cierto modo un carcter contiguo a esas tres funciones21. Y,si bien se prescriba que el provincial deba prestar todo el favor y ayuda a los reli-giosos que, ocupados en la composicin de libros edicantes y tiles para los eles,

quisiesen dar a pblico sus escritos, tambin se estableca que nadie imprimiese libro,sermn o tratado sin que contase con la licencia del provincial que deba mandarrevisar la obra y con las otras que eran preceptivas dentro de la monarqua portu-guesa (inquisitorial, diocesana y regia)22. Siguiendo la misma lgica, ms adelante,el control sobre la tarea de escribir en concreto, sobre la prctica epistolar llegabaincluso a asumir en el texto estatutario una dimensin material explcita. Se determi-naba que ningn religioso, a excepcin de predicadores y confesores, tuviese en sucelda tintero y candela propios sin contar con el necesario beneplcito del superior,

19 Ibidem, sin paginar en esta parte.20 Aunque referido al mbito ibrico de los siglos XVI y XVII, sobre la circulacin manuscrita, vase

BOUZA, F., Corre manuscrito: una historia cultural del Siglo de Oro, Madrid, Marcial Pons, 2001.21 Estatutos Municipaes da Provincia da Immaculada Conceyo do Brasil, tirados de varios estatutos

da Ordem, acrescentando nelles o mais util, & necesario reforma desta nossa Santa Provincia, LisboaOccidental: Na ofcina de Joseph Lopes Ferreyra, 1717, pp. 44-45.

22 Ibidem. Sobre las instancias de censura en Portugal y el mundo lusoamericano de la Edad Moderna,vase, entre otros, MARQUILHAS, R.:A Faculdade das Letras. Leitura e escrita em Portugal no sculo XVII,Lisboa: INCM, 2000, pp. 141-209; VILLALTA, L.C.:Reformismo ilustrado, censura e prticas de leitura: usosdo livro na Amrica portuguesa, tesis de doctorado indita, So Paulo, Universidade de So Paulo, 1999,pp. 146-273; ID.: Censura literaria en el mundo luso-brasileo (1517-1808): rganos censores, criteriosde censura y obras prohibidas, Cultura escrita & Sociedad, 7 (2008), pp. 98-117; MEGIANI, A. P. TORRES:Imprimir, regular, negociar: elementos para o estudo da relao entre Coroa, Santo Ofcio e impressores nomundo portugus (1500-1640), Anais de Histria de Alm Mar, 7 (2006), pp. 231-250. Aunque centradoespeccamente en el periodo pombalino, vese asimismo el trabajo de TAVARES, R.: Le censeur clair(Portugal, 1768-1777), tesis doctoral indita, Pars, EHESS, 2014.


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que poda concederlo apenas para trasladar algumas cousas devotas, ou casos deconsciencia23. Pero, ms all de estas formas de vigilancia sobre escritos y autores,otros elementos podan asimismo condicionar tanto las posibilidades que stos te-nan de componer un texto, como, sobre todo, las de hacerlo imprimir. El propio Fr.Apolinrio se vio impedido en sus pretensiones de dar a estampa la breve crnica dela provincia del Brasil que compuso en 1730, debido a que el ministro general de laorden, al parecer, le haba negado la correspondiente licencia de impresin, apenas

por evitar el inconveniente da m obra que V.C. parece que faz ao cronista da suaprovincia24. No caba por tanto imprimir un texto que, por su propia naturaleza derelato memorstico, habra correspondido a otro religioso el haberlo elaborado y, enconcreto, a quien haba recibido formalmente de sus superiores y como obra de obe-diencia, el encargo expreso de elaborar las crnicas provinciales. En denitiva, ml-tiples condicionantes desde el estatus a las funciones que cada cual desempeaba

dentro de la congregacin y, cmo no, el control sobre lo que se escriba determina-ban la capacidad de un religioso de la orden serca a la hora de ocuparse en tareasde pluma y papel y de dar a conocer sus frutos, poniendo de maniesto el carcter deescritura autorizada que, en buena medida, sigui rodeando la produccin francis-cana an durante la primera mitad del siglo XVIII.

El propio Fr. Apolinrio da Conceio tuvo en el favor y la proteccin de algunos desus superiores la va que, de hecho, le consentira ocuparse en el estudio y en la com-

posicin de sus escritos. En el quinto y ltimo volumen de su obraPequenos na terra(Lisboa, 1754), l mismo dej constancia expresa del papel que a este respecto habadesempeado Fr. Fernando de Santo Antnio. En su calidad, primero, de provincial

del Brasil y, ms tarde, de denidor de la orden, haba posibilitado e incentivado laactividad literaria que el religioso haba venido desarrollando, al menos, desde 1728,cuando dio comienzo a la elaboracin de la obra monumental que ahora, en 1754,

pareca encerrar25. Siendo superior en Ro, Fr. Fernando de Santo Antnio no slo ha-ba consentido y aprobado que un hermano como Conceio se dedicase al ejerciciode las letras. Haba mostrado adems particular empeo en que llevase a buen puertosu empresa hagiogrca de reunir en varios volmenes las vidas de los religiososlegos de toda la orden franciscana que se haban signicado por su ejemplaridad yvirtudes. A tal efecto, lo llam a Lisboa en 1728 (donde el provincial se encontrabatemporalmente), con el n de poder diligenciar as noticias de mais Servos de Deos,

at quinhentos, com que completasse a Primeira Parte, e a desse a luz por meio doprelo, ya que en Ro de Janeiro, donde haba elaborado hasta entonces la memoriade trescientos religiosos, no lograba conseguir mais noticias, nem ter modos paradaquelle Continente o mandar a Europa imprimir 26. Al margen de la queja implcitasobre la supuesta falta de libros, habitual entre los eruditos de la Amrica portuguesa,

23 Estatutos Municipaes da Provincia da Immaculada Conceyo do Brasil, op. cit. (nota 21), pp. 136-137.

24 APOLINRIODACONCEIO, op. cit. (nota 10, 1972), p. 79.25 APOLINRIO DA CONCEIO: A Nosso Charissimo Irmo Fr. Fernando de Santo Antonio, Lente de

Sagrada Theologia, Ex-Difnidor Geral da Religio Seraca, Qualicador do Santo Ofcio, &c, en ID., op.cit.(nota 13), t. V, sin paginar en esta parte.

26 Ibidem.


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lo cierto es que la presencia de Conceio en Lisboa, donde permaneci hasta 1730o 1731, le permiti dejar preparada la edicin del primer tomo dePequenos na Terra(Lisboa, 1732) y elaborar el manuscritoEptome da Santa Provincia de Nossa Senho-ra da Conceio do Brasil, que dedic al propio Fr. Fernando de Santo Antnio. En1731, se encontraba de nuevo en Ro, donde acabara el volumen Primazia Sercana America(Lisboa, 1733) y la segunda parte dePequenos na Terra(Lisboa, 1734).

No obstante, apenas permaneci ah algunos meses, hasta que el propio Fr. Fernandode Santo Antnio, habiendo acabado su provincialato en 1732 y teniendo que regre-sar de nuevo a Portugal para asumir sus funciones de denidor general de la orden,quiso hacerse acompaar de Fr. Apolinrio para que como a meu Prelado servisse,obedecesse em tudo, estivesse s suas determinaoens em qualquer parte que meordenasse, e por todo o tempo que quizesse. As, al menos desde 1733, el religiosose estableci de forma permanente en Lisboa, residiendo hasta su muerte, como se

ha indicado, en el hospicio que la provincia del Brasil tena en la corte. La proteccinde Fr. Fernando, de hecho, sigui hacindose sentir. En 1736, obtena patente delMinistro General de la orden en la que se instaba a Fr. Apolinrio, por mandato deobediencia, a continuar su obra hagiogrca, al tiempo que se estableca que ningnotro superior de la orden pudiese impedirle el permanecer ocupado en esta tarea, fre-nando as las pretensiones de los provinciales cariocas de hacerle regresar al Brasil.Del mismo modo, alcanz del general franciscano las licencias necesarias para queel religioso pudiese transitar a outros Reinos, e Cortes de Madrid, Roma, &c. emordem a colher noticias, das que os Livros impressos ainda no tratavo y completaras muchas de las vidas que integraban los tomos III, IV y V de su escrito. Finalmen-

te, consigui que el Captulo General celebrado en Valladolid en 1740, nombrase aConceio cronista de la provincia de Ro de Janeiro, pasndole la correspondientecarta patente (aos ms tarde de nuevo conrmada por el general Fr. Pedro Juan deMolina) y concedindole as un estatuto que, en buena medida, legitimaba institucio-nalmente su actividad escritora y memorstica 27.

ENTRE DOS MUNDOS: MEMORIA Y ERUDICIN RELIGIOSA

Al margen de estas cuestiones, la pronta implicacin de Fr. Apolinrio da Conceio

en una tarea escritora de tenor claramente memorstico y su circulacin entre el es-pacio brasileo y la corte, antes de su establecimiento denitivo en Lisboa, permitendirigir la mirada hacia algunos de los contextos que entonces denieron la vida in-telectual en el mundo portugus y en el luso-americano, y considerar en qu medidadeterminados crculos eruditos pudieron repercutir sobre la actividad escritora delreligioso e, incluso, otorgarle su reconocimiento dentro del campo historiogrco. Enla Amrica portuguesa, la actividad literaria durante la primera mitad del siglo XVIIIestuvo marcada por el desarrollo de distintas academias eruditas, surgidas al calor delos centros del poder colonial en ciudades como Baha y Ro de Janeiro, siguiendomodelos de sociabilidadsavanteque venan siendo ensayados en la metrpoli desde

27 Ibidem.


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nales del siglo XVII. En el mbito carioca, se cre inicialmente la academia llamadade losFelizes(1736-1740), bajo patrocinio del gobernador Gomes Freire de Andrade,y, aos despus, la de los Seletos(1752). Fueron, no obstante, las sociedades que enesos mismos aos surgieron en Baha las que habran de desempear un papel msdestacado. En efecto, tanto la academia de los Esquecidos(1724-1725), como la delosRenascidos(1759), estudiadas por ris Kantor, desarrollaron proyectos historio-grcos que tendran como objetivo la elaboracin de una Historia de la Amrica por-tuguesa, en los que, junto a la incorporacin de criterios metodolgicos similares alos establecidos en los crculos eruditos portugueses coetneos, se articul una visin

paralela americanista a la que aqullos venan construyendo en torno a la historiadel imperio portugus y de los procesos de colonizacin del continente americano28.

Desconocemos hasta qu punto Fr. Apolinrio pudo tener relacin con los crculosintelectuales de Ro mientras residi en la ciudad, si bien es cierto que, estando ya en

Lisboa, mantuvo aparentemente contacto con algunos personajes de proyeccin y re-levancia intelectual en el contexto de la colonia, como Jos Fernandes Pinto Alpoim,de quien el religioso franciscano habra recibido unos papeles que le sirvieron paracomponer suEcco Sonoro29.Tampoco tenemos constancia de las relaciones que pudollegar a tejer con los crculos que se formaron en torno a la academia bahiana de los

Esquecidosy a sus corresponsales en los distintos centros de la Amrica portuguesa.Ciertamente, no cabe establecer vnculos directos entre los programas historiogr-cos que se emprendieron en el contexto de estos espacios de sociabilidad eruditay la actividad escritora de Conceio. No obstante, fue durante los aos en los queel franciscano anduvo a caballo entre Lisboa y Ro de Janeiro, cuando emprendi

la composicin de dos de sus escritos que, si bien no dejaban de hacer referenciaal universo de la orden franciscana, haban de tener una dimensin americana msexplcita, haciendo del continente un espacio de santidad y convirtindolo, en ltimotrmino, en objeto historiogrco: elEptome(1730), en el que elaboraba una brevecrnica de la provincia de la Inmaculada Concepcin del Brasil, y laPrimazia Sera-ca na Regio da Amrica(1733), donde habra de reivindicar el papel primigenio delos franciscanos en la conversin del Nuevo Mundo, tanto en el contexto del imperiohispnico, como en el del imperio portugus.

En estos mismos aos, sin embargo, las varias estancias en Lisboa antes inclusode su marcha denitiva le habran permitido entrar en contacto con aquellos crcu-

los clericales de la corte que tuvieron un papel destacado en determinados proyectosculturales de nuevo cuo patrocinados por la monarqua portuguesa, como los que sedesarrollaron en torno a laAcademia Real da Histria, creada en 172030. El mismo

28 KANTOR, I.: Esquecidos e Renascidos. Historiografa acadmica luso-americana, 1724-1759, SoPaulo-Salvador, Hucitec, 2004. Para el mbito de la Amrica hispana, donde se asiste a procesos similares deconstruccin del canon historiogrco del continente, vese el estudio ya clsico de CAIZARES-ESGUERRA, J.:Cmo escribir la historia del Nuevo Mundo, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2008.

29 As lo sealaba el propio Fr. Apolinrio en este escrito que consagr a la gura del hermano Fr. Fabianode Cristo. Entre las relaciones que haba usado para componer el opsculo, adems de las de varios religiososde su provincia, armaba haber empleado una que Alpoim haba dedicado a la gura del franciscano delconvento de Ro de Janeiro; APOLINRIODACONCEIO, op. cit.(nota 12, 1748), p. 2.

30 Sobre la Academia Real da Histria, creada por el rey Juan V en 1720, y sobre el carcter de susproyectos historiogrcos, remitimos al trabajo de MOTA, I. FERREIRADA:A Academia Real da Histria. Os


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Fr. Apolinrio indicaba en el prlogo al segundo de los tomos dePequenos na Terra(Lisboa, 1734) cmo durante uno de esos periodos que pas en la metrpoli, entre1728/29 y 1730/31, haba entrado en contacto con los padres teatinos de la Casa da

Divina Providncia, cuyo protagonismo en las iniciativas historiogrcas de la aca-demia lusa, como se sabe, fue notorio. La presentacin e introduccin del religiosofranciscano en este medio haba sido posible gracias a otro religioso descalzo, que,como l, estaba vinculado a los espacios del imperio: Fr. Afonso da Madre de DeusGuerreiro, procurador y asistente de una de las provincias franciscanas de la Indiaoriental, y, a su vez, acadmico de la Historia. Conceio como l mismo armabano slo haba tenido as la oportunidad de consultar la generosa biblioteca que la con-gregacin teatina de Lisboa posea, accediendo a volmenes que le haban permitidocompletar tanto el primero como el segundo de los tomos de su obra ms preciada. Lohaba hecho adems de la mano aseguraba de Manuel Caetano de Sousa, personaje

cuya vastsima erudicin en el campo de la historia, la genealoga y la bibliografa,como es bien conocido, estara estrechamente ligada a su actividad, precisamente, enel seno de la Academia Portuguesa, de la que fue uno de sus principales artces jun-to a otros teatinos coetneos como Rafael Bluteau, Lus Caetano de Lima o AntnioCaetano de Sousa31.

Cabe pensar que, para Fr. Apolinrio, el recurso en los prlogos a este tipo dereferencias, al margen de la probable veracidad de las mismas, no dejaba de ser unmodo de legitimar sus escritos de carcter histrico, estableciendo un nexo entre las

prcticas que acompaaban los procesos de elaboracin de los mismos y aquellospersonajes y crculos que entonces gozaban de prestigio y reconocimiento institu-

cional en la construccin del saber historiogrco. Lo cierto es que la bsqueda delegitimacin por medio de autores de probada erudicin en el campo de la Historia,como los miembros de la Academia, fue un ejercicio que practicaron otros escritoresde la poca32. No obstante, la consideracin que merecieron Conceio y su obra, entrminos generales, fue positiva, si bien no dej de encerrar algunos matices y, enocasiones, se vio determinada tanto por su estatus de hermano lego, como por susfunciones de cronista ocial de la provincia. Ms all de su presencia como seal-

bamos en repertorios bibliogrcos franciscanos de la poca, alguno de sus escritosy, en particular, suDemonstrao Histrica da Real Parochia de Nossa Senhora dos

Mrtires(Lisboa, 1750), aparecera referenciado en catlogos y publicaciones fran-ceses como elJournal de Savants, en su fascculo de agosto de 1751, laBibliothqueannuelle et universelle, en su volumen de 1753 o laMthode pour tudier lHistoire,

intelectuais, o poder cultural e o poder monrquico no sculo XVIII, Combra, Minerva, 2003.31 APOLINRIODACONCEIO: Prologo ao Leitor, en ID., op. cit.(nota 13), t. II, sin paginar en esta parte.

Sobre los teatinos portugueses, no cabe sino remitir al artculo de GOUVEIA,A. CAMES: Teatinos (caetanos),enDicionrio de Histria Religiosa de Portugal, Lisboa, Crculo de Leitores-CEHR, 2000, t. III, pp. 271-274.Vase, adems, BEM, T. CAETANODE:Memrias histricas, chronolgicas, da Sagrada Religio dos ClrigosRegulares em Portugal e suas conquistas da India Oriental, Lisboa, Regia Offcina Typogrca, 1792-1794,2 vols.

32 Aunque referido a autores como Jos Pereira Baio, que escriban para pblicos ms amplios y, porconsiguiente, menos eruditos, este fenmeno de bsqueda de legitimacin del discurso histrico es analizadoen MOTA, op. cit.(nota 30), pp. 169-185.


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del abate Nicolas Langlet, en la edicin de 1772 que prepar Etienne Drouet33. En unplano ms domstico, la nmina de los acadmicos lusos con los que aparentementetuvo relacin el franciscano inclua a Diogo Barbosa Machado. La correspondencia

que mantuvo con el gacetista Lus Montez Matoso (de la que nos ocuparemos msadelante), deja entrever, de hecho, un trato directo del religioso capuchocon el bibli-grafo y abad de Santo Adrio de Sever34. ste, por su parte, no dej de servirse pun-tualmente de los escritos del franciscano como fuente de autoridad para algunos delos textos de otros autores que guraban referenciados en suBibliotheca Lusitana35.Tampoco evit el adoptar un tono elogioso en el artculo que en esta misma obra con-sagr a Conceio o en las censuras que realiz para algunos de los volmenes que elreligioso mand imprimir en aquellos aos. En la que hizo al tomo IV de Pequenosna Terra(Lisboa, 1744), cuando el franciscano ya haba sido designado cronista desu provincia, peda retricamente permiso para hacer antes panegrico que censura

del escrito y de la gura de su autor, del que destacaba su indefenso trabalho, e in -canavel desvelo revolvendo os Arquivos, e Cronicas da sua Religio, e discorrendopor diversas partes deste Reyno, e fora delle. Reconoca as en el franciscano delque, con todo, no dejaba de recordar su condicin de lego y, por tanto, la ausenciade una cultura de estudos un trabajo de erudicin documental y bibliogrca que,en ltimo trmino, vena a autorizar el carcter de sus escritos como narracioneshistricas36. Ms explcito resultaba Fr. Francisco Xavier de Santa Teresa, que nodudaba en reconocer en su correligionario un exacto Memorista y, sobre todo, uncelebre, conspicuo, e imparcial Historiador, si bien, ms que en los mtodos, cifra-

ba tal calidad en el estilo sencillo de Fr. Apolinrio, permitiendo eso s situarlo en

la estela de Guicciardini, el abate Fleury, Buchanan o Joo de Barros 37. El tono, contodo, se matizaba en los juicios de otros acadmicos y, sobre todo, cuando se tratabade obras histricas de menor porte. Lus Caetano de Sousa, por ejemplo, entendaque un volumen como el Claustro franciscano, una especie de compendio de las

33 Journal des Savans, pour lanne M.DCC.LI, Pars, Gabriel-Franois Quillau, 1651, p. 564;Bibliothque Annuelle et Universelle. Tome troisieme. Contenant le cathalogue des livres qui ont t imprimsen Europe pendant lanne 1750. Seconde partie, Pars, P. G. Le Mercier, 1753, pp. 485-486; LANGLETDUFRESNOY, N.: Mthode pour tudier lHistoire, avec un cathalogue des principaux historiens Noouvelledition, revue, corrige & considrablement augmente par M. Drouet, Pars, Chez Debure & N. M. Tilliard,1772, t. XIII, p. 428. Agradezco de nuevo a Fernando Bouza las indicaciones sobre la presencia de Fr.

Apolinrio en esta obras y repertorios.34 APOLINRIODACONCEIO: Cartas a Lus Montez Matoso (Lisboa, 5-11-1740 y 19-11-1740), Academia

das Cincias de Lisboa (=ACL), Srie Vermelha 835, fols. 3 y 8v, respectivamente.35 En efecto, Barbosa Machado recab ocasionalmente informacin de algunos de los volmenes de Fr.

Apolinrio, como la Primazia Sefca na Amricao los tomos de Pequenos na Terra, a la hora de referirobras manuscritas y otros textos de autores franciscanos pertenecientes a la provincia de Ro de Janeiro, comoFr. Manuel da Encarnao, Fr. Lus da Cruz, Fr. Lus de Santa Maria, Fr. Caetano de Belm, etc.; vase, porejemplo: BARBOSAMACHADO, op. cit.(nota 4), t. I, p. 555 y t. III, pp. 91 y 92-93.

36 BARBOSAMACHADO, D: Censura a APOLINRIODACONCEIO, op. cit.(nota 13), t. IV, sin paginar en estaparte. Adems de sta, Diogo Barbosa Machado elabor asimismo las censuras para los textosFlor peregrinapor Preta(Lisboa, 1744), consagrado a la gura de S. Benito de Palermo, y Ecco sonoro(Lisboa, 1748),dedicado a la gura de Fr. Fabiano de Cristo, religioso lego de la provincia del Brasil. En esta ltima, empleabaexpresamente la idea de histrica narrao para referirse al texto de Fr. Apolinrio.

37 FRANCISCOXAVIERDESANTATERESA: Censura a APOLINRIODACONCEIO, op. cit.(nota 13), t. I, sinpaginar en esta parte.


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provincias y fundaciones de la orden serca en los espacios de la corona portugue-sa, no dejaba de estar composto con averiguao seria de verdade, pero no cabaconsiderarlo ms que un texto de utilidad para Curiosos de Historia Ecclesiastica

y de edicacin para el conjunto de sus lectores

38

. De modo parecido, Jos Soaresda Silva no pareca ver tanta erudicin en el religioso franciscano, como, sobre todo,applicao, curiosidade e genio a la hora de discurrir por las materias abordadas enuna obra comoPrimazia Serca na America, que, sin duda, se destinaba a pblicosdiversicados, movidos esencialmente por la curiosidad y la edicacin.

No cabe ciertamente situar a Conceio y a sus escritos en parmetros idnticos alos que orientaron los proyectos historiogrcos de los crculos acadmicos lisboetaso, incluso, luso-americanos. Sus esfuerzos y objetivos, a pesar de un genuino empeoerudito, parecen haber sido ms modestos. El carcter mayoritariamente hagiogrcode sus escritos memorsticos pudo haber determinado tanto el concepto y la cons-

truccin de la narrativa histrica, como los nes que por medio de ella se perseguan.En Sculos da Religio Serca(Lisboa, 1736), donde, con un formato ms mane-jable, compendiaba buena parte de lo que previamente haba dado a conocer en losdos primeros tomos in-foliodePequenos na Terra, no dejaba de expresar un modotradicional de entender la Historia eclesistica. sta, como armaba, no tena comonalidad sino el de propor exemplos de virtude, e motivar pontuaes imitaoens.Lejos de pretender formar Catoens, e de fabricar novos Tacitos, buscaba moveros animos Religiosos, inamar as vontades, persuadir as virtudes39. El relato asumaas un claro sentido edicante, ordenado a proporcionar modelos de virtud y a servirde acicate a la emulacin. Esta visin que probablemente se haca ms explcita en

los escritos menores no impedira, sin embargo, que Fr. Apolinrio adoptase formaseruditas de investigacin, tratando de ensayar mtodos crticos de elaboracin deldiscurso histrico que, sin duda, imitaban los que se venan desarrollando en el senode las academias.

EL DISPENDIO DE IMPRIMIR: CONEXIONES ATLNTICAS

Si la cercana de Fr. Apolinrio a determinados crculos eruditos contribuy al desa-rrollo de una considerable actividad escritora, sta no dej asimismo de traducirse,

como ya se ha indicado, en una destacada produccin impresa. El recurso a las tipo-grafas, con todo, no dej de verse rodeado de dicultades. Muchas de ellas serande orden nanciero, pues, en principio, las ediciones que el franciscano encomend,se costearon principalmente por medio de las limosnas que, a tal efecto, obtendra,llegando incluso a movilizar, como se ver a continuacin, sus lazos atlnticos ya conseguir de ese modo el patrocinio de algunos sujetos vinculados a la Amrica

portuguesa. El propio contexto colonial en el que dio comienzo su actividad literariano dejara ser un factor condicionante, dada la ausencia de talleres de imprenta en

38 SOUSA, L. CAETANODE: Censura aAPOLINRIODACONCEIO, op. cit.(nota 10, 1740), sin paginar enesta parte.

39 APOLINRIODACONCEIO: Prologo, en ID., op. cit.(nota 12, 1736), sin paginar en esta parte.


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Brasil hasta 1747/1808. No en vano, cuando, a instancias de su superior, se trasladpor primera vez a Lisboa, como ya se indic, no slo pretenda concluir el primerode los volmenes de Pequenos na Terra, sino poder asimismo darlo a estampa. En

realidad, la falta de tipografas en los contextos del Atlntico portugus, aunque pudoobedecer a razones de ndole poltica, tuvo probablemente mucho que ver con laposicin central que, a lo largo de casi todo el perodo moderno, ocup Lisboa enun mercado editorial, como el luso, relativamente pequeo. Pero, al mismo tiempo,no deja de recordarnos los obstculos aadidos que planteaba la impresin de textos

para quienes habitaban en los espacios coloniales del Imperio portugus, sujetos atener que enviar sus escritos a la metrpoli, donde adems se ubicaba la mayora delas instancias de censura previa y donde la propia distancia incrementaba las dicul-tades que los autores tenan para controlar e intervenir sobre los propios procesos deimpresin de sus obras. La presencia en Lisboa de Fr. Apolinrio evitara algunas de

estas dicultades, aunque traera consigo otras, toda vez que su vnculo a la provinciafranciscana de Ro obligara durante algn tiempo, si no al envo de los manuscritos ala ciudad carioca, al menos s a la obtencin de las correspondientes licencias de lossuperiores provinciales40.

Entre los impresores lisboetas a los que Fr. Apolinrio recurri para la edicin desus textos, se encontraban los propietarios de algunos de los principales talleres deimprenta que funcionaron en la ciudad durante la primera mitad del siglo XVIII. Lostres primeros volmenes in-folio de Pequenos na Terra, de hecho, saldran de las

prensas de la llamada Ocina da Msica que, vinculada inicialmente a la gura delcompositor cataln Jaime de la T i Sagau, pasara a estar regentada por Teotnio

Antunes de Lima desde, al menos, 1736 41. De igual modo, destacaran impresorescomo Antnio de Sousa e Silva, que, activo entre 1733 y 1750, dara a estampa el vo-lumen en 4 tituladoPrimazia Serca na Amrica(1733), o como Incio Rodrigues,en cuyo taller de Santa Justa, se imprimieron el opsculoEcco Sonoro, consagradoa la gura de Fr. Fabiano de Cristo (1748), el primer tomo en 4 de laDemostrao

Histricada Primeira, e Real Parochia de... N. S. dos Martyres(1750), y unaNovenade S. Benedito(1752)42.

Mencin aparte merece el impresor Antnio Isidoro da Fonseca, de cuya imprentalisboeta salieron otros dos textos de Fr. Apolinrio da Conceio: por un lado, losSculos da Religio Serca, que vera la luz en 1736, en un volumen en 8 de ca.300 pginas; por otro lado, el Claustro Franciscano erecto no domnio da Coroa

Portugueza, que, impreso en 1740, recoga como se ha sealado una especie decatlogo de las provincias y casas que la orden franciscana posea en los espacios de

40 Al menos hasta 1738, todas las obras de Fr. Apolinrio tuvieron la correspondiente licencia de lossuperiores provinciales, expedida en Ro de Janeiro. Lo volmenes impresos a partir 1740, tuvieron apenascontaron con la licencia del ministro general de la orden franciscana.

41 DODERER, G.: Jayme de la T i Sagu e as suas cantatas de cmara (1715-1725),Recerca Musicolgica,19 (2009), p. 126.

42 Sobre estos impresores y su actividad en Lisboa, remitimos a las escuetas noticias que se incluyenen CURTO, D.RAMADA, DOMINGOS, M. D., FIGUEIREDO, P. y GONALVES, P.:As gentes do livro. Lisboa, sculoXVIII, Lisboa, Biblioteca Nacional, 2007, pp. 65, 105 y 160; GAMA, .BARCELOSDA: Livreiros, editores eimpressores em Lisboa no sculo XVIII,Arquivo de Bibliograa Portuguesa, 13 (1967), pp. 43, 65-66 y 61.


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la monarqua portuguesa43. Al margen del tono relativamente menor de estos dosescritos, Antnio Isidoro da Fonseca fue, sin lugar a dudas, uno de los principalesimpresores portugueses durante los aos centrales del siglo XVIII. Activo en Lisboa

entre 1735 y 1745, de sus prensas salieron obras de cierta envergadura material eintelectual, como el primero de los volmenes de laBibliotheca Lusitanade BarbosaMachado (Lisboa, 1741), la reedicin de lasNotcias de Portugalde Manuel Severimde Faria (Lisboa, 1740), las Memrias Histricas e Genealgicas dos Grandes de

Portugal, de Antnio Caetano de Sousa (Lisboa, 1742) o el poema heroico tituladoHenriqueida, que compuso D. Francisco Xavier de Meneses, conde da Ericeira (Lis-boa, 1741). Dio igualmente a estampa varias de las obras poticas de Antnio Jos daSilva, o Judeu, as como un nmero importante de textos para la pera o dramas permsica, sin olvidar un sinfn de sermones, relaciones y otros opsculos que, como

para la mayora de los impresores de la poca, representaran una parte fundamental

de su produccin44

. No obstante, como es bien conocido, la gura de este impresorhabra de destacar por su implicacin en el establecimiento de un primer taller deimprenta en la Amrica portuguesa, que, precisamente, funcionara en Ro de Janeiro,entre 1747 y 1749. Sin que se conozcan las razones que lo llevaron a trasladarse a laciudad brasilea, Fonseca supo desarrollar en este tiempo una actividad editorial quehabra estado principalmente vinculada a instituciones como el colegio de la Compa-a y el obispo Fr. Antnio do Desterro, y que, al parecer, habra contado con el apoyodel gobernador Gomes Freire de Andrade. La intervencin desde Lisboa frente a unosimpresos que, a pesar de contar con el beneplcito episcopal, circulaban sin las pre -ceptivas licencias del rey y del Santo Ocio, pondran coto a la actividad impresora

en contexto brasileo y acabaran con el proyecto de Fonseca, que se vio obligado acerrar su taller y a regresar a la corte45.

Las conexiones atlnticas que rodearon los impresos de Fr. Apolinrio, con todo,no se redujeron a los lazos que el autor pudo establecer con un personaje como An-tnio Isidoro da Fonseca, al que, en cualquier caso, habra conocido antes de queste acometiese su empresa americana. En realidad, tales conexiones asumieron unadimensin mucho ms explcita y material por medio del papel que desempearondeterminados sujetos directamente vinculados con la Amrica portuguesa a la horade hacer realidad algunas de las ediciones de los textos del religioso capucho. Estan-do an presente en Ro de Janeiro, con ocasin de la edicin de Primazia Seraca

43 APOLINRIODACONCEIO, op. cit.(nota 12, 1736); ID., op. cit.(nota 10, 1740).44 Sobre la produccin impresa de Fonseca, adems de la consulta de PORBASE, remitimos a RATTNER, J.N.:

Levantamento das obras impressas por Antnio Isidoro da Fonseca existentes na Biblioteca Nacional deLisboa, Lisboa, s.n., 1990. En relacin con la produccin de folletos, vase la relativa relevancia que losimpresos de Isidoro da Fonseca alcanzaran en colecciones como la de Diogo Barbosa Machado; MONTEIRO,R. BENTESy CARDIM, P.: Seletas de uma sociedade: hierarquias sociais nos documentos compilados por DiogoBarbosa Machado, en MONTEIRO, R. BENTESy CALANHO, D. BUONO(eds.):Razes do privilgio. Mobilidadesocial no mundo ibrico do Antigo Regime, Ro de Janeiro, Civilizao Brasileira, 2011, pp. 69-104.

45 La actividad impresora de Antnio Isidoro da Fonseca en Ro de Janeiro, ya referida en la obra clsicade MORAES, R. BORBADE:Livros e bibliotecas no Brasil colonial, Brasilia, Briquet de Lemos, 2006, pp. 68-78,ha sido analizada de forma ms extensa en el trabajo reciente de BARROS, J. DUQUEESTRADADE:Impresses deum tempo: a tipografa de Antnio Isidoro da Fonseca no Rio de Janeiro (1747-1750), tesis de mster indita,Niteri, Universidade Federal Fluminense, 2012.


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na America, impresa en 1733, Conceio habra contado con el apoyo nanciero deDomingos Martins Brito, uno de los principales hombres de comercio de la ciudadcarioca durante la primera mitad del siglo XVIII 46. No en vano, su nombre aparecaya destacado en la portada de la obra que el franciscano le dedicaba, rerindose a lcomo mecenas y como especial Patrono del que no poda sino reconocerse comodeudor47. En realidad, a tenor de las palabras que le diriga en la dedicatoria del vo-lumen, se colige que la contribucin de Domingos Martins Brito a la edicin de estetexto no vena sino a inscribirse en el marco de unos lazos estrechos que aqul habaido tejiendo a lo largo de los aos con la congregacin franciscana y, en particular,con el convento uminense en el que resida Fr. Apolinrio. Junto a las funcionesque, al parecer, Martins Brito desempeaba como procurador ponticio y sndico ge-neral de la provincia de la Inmaculada Concepcin del Brasil, el religioso no dejabaasimismo de referir otros aspectos que ponan de relieve la particular relacin que el

comerciante carioca haba ido estableciendo con los franciscanos: desde su contribu-cin a la fundacin de un hospicio de la orden serca en la ciudad de Sacramento,al patronazgo de una de las capillas de la iglesia de San Francisco de Ro (dondehaba dispuesto ser enterrado), la ereccin de un altar durante las celebraciones quetuvieron lugar en la ciudad por ocasin de la canonizacin de Francisco Solano o ladistribucin regular de pan en la portera del convento con el n de que se atendiesea los pobres48.

Al margen de aquellos crculos y personajes que, como Martins Brito, pudieronllegar a tener cierta vinculacin a la orden franciscana, Conceio no dej de procurarel mecenazgo a la edicin de sus obras en otros contextos del Brasil colonial. Cuando

ya resida en Lisboa, en 1733-1734, l mismo tratara de involucrar a distintos sujetosque, desde el otro lado del Atlntico, estuviesen dispuestos a costear los gastos deimpresin de algunos de los volmenes de su obra ms monumental,Pequenos na Te-rra, cuyo primer tomo haba sido ya dado a estampa en 1732. El propio Fr. Apolinrioexplicaba en la dedicatoria a uno de dichos volmenes cmo, habiendo obtenido laslicencias necesarias para imprimir la segunda parte de su escrito, no haba encontra-do, sin embargo, quin se mostrase dispuesto a hacerlo, por carecer de recursos conlos que costear o dispendio da impresso. Fue entonces cuando segn l mismocontaba se resolvi a enviar al Brasil unos registroso pequeos oratorios con laimagen de la virgen venerada en el convento de Madre de Deus de Lisboa, que,

acompaados de las correspondientes cartas, ofreci a algunos de los habitantes deldistrito de Minas Gerais 49. Al pedido del franciscano, acudieron dos hombres prin-

46 Sobre los hombres de negocios en el contexto de Ro de Janeiro durante la primera mitad del sigloXVIII, vanse los trabajos de SAMPAIO, A. C. JUC DE: Na encruzilhada do Imprio: hierarquias sociais econjunturas econmicas no Rio de Janeiro (c. 1660-c.1750), Ro de Janeiro, Arquivo Municipal, 2003, sobretodo, pp. 239-272; ID.: Famlias e negocios: a formao da comunidade mercantil carioca na primeira metadede Setecentos, en FRAGOSO, J., SAMPAIO, A. C. DEJUCy ALMEIDA, C. M. CARVALHODE(orgs.): Conquistadorese negociantes: histrias das elites no Antigo Regime nos trpicos. Amrica lusa, sculos XVI a XVIII, Ro deJaneiro, Civilizao Brasileira, 2007, pp. 225-264.

47 APOLINRIODACONCEIO: Dedicatoria, en ID., op. cit.(nota 10, 1733), sin paginar en esta parte. Ladedicatoria estaba rmada en Ro de Janeiro, a 1 de diciembre de 1732.

48 Ibidem.49 APOLINRIODACONCEIO: Dedicatoria a ID., op. cit.(nota 13), t. III, sin foliar en esta parte.


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cipales de esta regin aurfera de la Amrica portuguesa: Paulo Rodrigues Duro yAntnio Ramos dos Reis, que habran de nanciar, respectivamente, el tomo II y lostomos III y IV de la obra.

Ambos respondan a un perl semejante, delineado al calor de determinadas estra-tegias de armacin social, desplegadas en el seno de una sociedad compleja comola de Minas Gerais que, durante la primera mitad del siglo XVIII, estaba an en vasde denirse y consolidarse50. El primero de estos dos mecenas, Rodrigues Duro,era originario de vora de Alcobaa (Portugal) y se haba trasladado al Brasil ya enedad adulta, habiendo hecho rpidamente fortuna en Minas, en el contexto al pare-cer de las primeras oleadas colonizadoras de la regin, protagonizadas por hombres

procedentes principalmente de So Paulo, de orgenes sociales muy diversos, y a losque el oro recin descubierto, de hecho, les abrira enormes posibilidades de ascensosocial51. Habindose instalado en la parroquia de Incionado, donde tena su hacien-

da, la trayectoria de Rodrigues Duro no slo estuvo marcada por su implicacin enla actividad minera y por ser seor de ms de 70 esclavos, sino que se vio asimismodeterminada por los servicios a la corona y a sus representantes, en un periodo que nodejara de ser particularmente conturbado en el contexto de Minas Gerais, donde nofaltaron protestas y revueltas de signo variado durante las primeras dcadas del sigloXVIII. Fr. Apolinrio, de hecho, lo presentaba como un personaje que habra tenidoel reconocimiento de los sucesivos gobernadores de la regin. No en vano, fue asu-miendo cargos militares y civiles, como los de capito-morde la villa de Incionado,

sargento-morde las ordenanaso milicias del distrito de Mato Dentro oguarda-morde las reparticiones de tierras minerales en el distrito de Catas Altas e Incionado. El

nombramiento para estos cargos, ciertamente, no era sino expresin de la conanzadepositada por los gobernadores en sujetos como Rodrigues Duro, que, de hecho,no dejara de movilizar hacienda y esclavos en favor de D. Pedro de Almeida, condede Assumar, durante el levantamiento que tuvo lugar en Vila Rica, en 1720 52. Noobstante, el ejercicio de este tipo de funciones y, en especial, aquellas de carctermilitar constitua asimismo una va principal y muy valiosa de distincin social y

50 En relacin con la compleja conformacin de la sociedad mineira, desde nales del siglo XVII ydurante el siglo XVIII, vanse los trabajos de SOUZA, L. DE MELLO E: Nobreza de sangue e nobreza decostume: ideias sobre a sociedade de Minas Gerais no sculo XVIII, en ID.: O Sol e a Sombra. Poltica e

administrao na Amrica portuguesa no sculo XVIII, So Paulo, Companhia das Letras, 2006, pp. 148-181; ID.:Desclassicados do Ouro. A pobreza mineira no sculo XVIII, Ro de Janeiro, Edies Graal, 1990;STUMPF, R. GIANNUBILO: Cavaleiros do Ouro e outras trajetrias nobilitantes: as solicitaes de hbitos dasOrdens militares nas Minas setecentistas, tesis doctoral indita, Brasilia, Universidade de Brasilia, 2009.

51 Diogo de Vaconcelos, de hecho, lo sita entre las familias que, desde So Paulo, participaron en elpoblamiento de los primeros asentamientos de la regin y, en particular, entre las primeras familias quecolonizaron la comarca de Carmo. Rodrigues Duro se habra instalado inicialmente en el Morro Vermelhopara, de inmediato, trasladarse a la parroquia de Incionado, cuya iglesia mand construir;cfr., VASCONCELOS,D. DE:Histria antiga de Minas Gerais[1948], Belo Horinzonte-Rio de Janeiro, Itatiaia, 1999, p. 211.

52 Ibidem, p. 373. El levantamiento de Vila Rica (actual Ouro Preto), en 1720, estuvo protagonizado poralgunos potentados locales que se sublevaron contra la introduccin del quinto real, contestando en ltimotrmino el ejercicio de la autoridad por parte del representante de la Corona en la regin mineira. Sobre larevuelta, vase FONSECA, A. TORRES: A revolta de Felipe dos Santos, en RESENDE, M.E. LAGEDEy VILLALTA,L. C. (Orgs.),Histria das Minas Gerais. As Minas Setecentistas, Belo Horizonte, Autntica- Companhia doTempo, 2007.


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de ennoblecimiento en una regin en la que, a diferencia de aquellos espacios de laAmrica portuguesa que descansaban sobre la economa azucarera, la posesin de latierra no sera an un factor esencial de denicin de los grupos de poder locales53.

Similar, aunque quizs ms notoria, fue la trayectoria de Antnio Ramos dos Reis.Natural de Oporto, haba servido como soldado en uno de los tercios de la guarni-cin de Ro de Janeiro antes de trasladarse posiblemente en la primera dcada de1700 a la regin de Minas, donde, con el pasar del tiempo, se convertira en uno delos sujetos ms ricos de la capitana. A su fortuna como minero y como seor de unnmero considerable de esclavos, se unira asimismo una notable carrera al serviciode la Corona. Una carta-patente de 1750 que lo conrmaba como capito-morde lasordenanaso milicias de Vila Rica, daba cuenta de una buena parte de su itinerario 54.

No slo haba servido como soldado, sino que, en 1711, haba acudido en auxilio dela ciudad de Ro de Janeiro, tomada por los franceses, levando seus escravos arma-

dos, e fazendo esta jornada a custa da sua fazenda55

. Al regresar a Minas, recibisucesivamente distintos cargos militares, al tiempo que contribuy a sofocar algunosmotines, actuando tambin l en favor del conde de Assumar durante la revueltade 172056. No dej tampoco de ocupar cargos de la repblica en la propia VilaRica, habiendo desempeado las funciones de almotacn, siendo miembro de con-sejo municipal en 1719 y 1724, y habiendo sido elegidojuiz dos rfosen 1732. Elreconocimiento nal a sus servicios vendra con la concesin del hbito de caballero

profeso de la Orden de Cristo, al que se haca ya referencia en el tercero de los tomosde la obra de Fr. Apolinrio da Conceio.

En realidad, que un potentado de la Amrica portuguesa patrocinase la impresin

de un texto, asumiendo los costes que conllevaba su paso por las prensas tipogrcas,no era algo nuevo. Es conocido el caso de Manuel Nunes Viana, igualmente vincu -lado a los comienzos de la colonizacin de Minas Gerais y uno de los protagonistas,adems, de la llamada Guerra de los Emboabas (1707). En 1725, de hecho, sufrag laedicin del conocido Compendio Narrativo do Peregrino da Amricade Nuno Mar-ques Pereira, impreso tres aos ms tarde en el taller lisboeta de Manuel Fernandes daCosta57. Algunos aos despus, costeara asimismo la impresin del tercero y ltimode los tomos de las Dcadas da siade Diogo de Couto, en la edicin que llev a

53 SOUZA, op. cit.(nota 50), pp. 148-154.54 Carta Patente conrmando a nomeao de Antnio Ramos dos Reis, no posto de Capm. Mor das

ordenanas de Villa Rica (Lisboa, 9 de noviembre de 1750), publicada enRevista do Arquivo Pblico Mineiro,4 (1899), pp. 119-121.

55 Ibidem, p. 119.56 Entre los cargos militares que consta habra desempeado, estaban los de capitn de las milicias de

Guarapiringa, capitn de la compaa de auxiliares de So Bartolomeu, capitn de las milicias del barrio deOuro Preto, maestre de campo y, posteriormente, Capito-morde las milicias de Vila Rica; ibidem, pp. 119-120.

57 PEREIRA, N. MARQUES: Compendio Narrativo do Peregrino da America: em que se tratam variosdiscursos espirituaes, e moraes, com muitas advertencias, e documentos contra os abusos, que se achaintroduzidos pela melicia diabolica no Estado do Brasil, Lisboa Occidental, na Ofcina de Manoel Fernandesda Costa, 1728. Aunque dedicado a la Virgen de la Victoria, el volumen inclua una Supplica ao senhorMestre de Campo Manoel Nunes Vianna, donde, adems del elogio de su gura, se reconoca expresamentela contribucin de Viana a la edicin del volumen. Esta Suplica a modo de dedicatoria, por otro lado, sereproducira asimismo en las ediciones posteriores de 1731 y 1760.


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cabo Domingos Gonalves en 173658. No obstante, parece pertinente preguntarsecules fueron las razones que movieron a estos personajes y, en concreto, a sujetoscomo Domingos Martins Brito, Paulo Rodrigues Duro o Antnio Ramos dos Reisa sufragar la publicacin en letra impresa de escritos como los de Fr. Apolinrio daConceio.

En este sentido, cabe pensar que, mediante el patrocinio de obras de este tenor, nose pretenda sino exhibir un perl que acentuase las supuestas virtudes cristianas deestos sujetos, sumndose as a otras muchas iniciativas de carcter religioso que, engeneral, las elites incipientes de Minas y Ro adoptaron entonces como forma de au-mentar y consolidar su reputacin dentro de las comunidades a las que pertenecan yen las que haban progresado fundamentalmente por va del comercio, del oro y/o delas armas59. Conviene no olvidar, de hecho, los vnculos con la orden franciscana que,en su dedicatoria, el religioso capuchoatribua a Martins Brito, tratando de inscribir

as su mecenazgo literario, como apuntbamos, en una especca trayectoria devota.En realidad, nada de muy diferente con respecto a la imagen que quiso construir desus otros dos patrocinadores, de los que no dudaba en encomiar y enumerar sus con-tribuciones a la vida religiosa de la regin, por medio de fundaciones, capellanas,obras de caridad o, como era el caso en esta ocasin, mediante la impresin de vidasde santos. En realidad, la dimensin religiosa que concurra en el patrocinio de estosvolmenes, no era sino un factor aadido dentro de una estrategia ms ambiciosa de

promocin social. En espacios como los de Ro de Janeiro y Minas, cuyo carcterurbano favorecera el desarrollo ya en la primera mitad del siglo XVIII de una inci-

piente cultura letrada entre sus lites (que hacen uso cotidiano de la escritura, envan

a sus hijos a los colegios de la Compaa, adquieren gacetas y folletos, constituyenbibliotecas o participan en academias)60, el costear la edicin de un volumen y serobjeto de la correspondiente dedicatoria no dejara de entenderse como una forma dedistincin, como un modo de invertir en la adquisicin de un determinado capital so-cial y cultural. En contextos en los que unas lites an por conformar necesitaban deelementos que les proporcionasen honra y estatus dentro y fuera del mbito colonial,el patrocinar la impresin de un texto en la corte se inscriba en todo un universo de

prcticas que respondan claramente a lgicas de ennoblecimiento61.

58 COUTO, D. DE:Decadas da Asia, que tratam dos mares que descobriram, armadas, que desbaratara,

exercitos, que vencera, e das acoens heroicas, e faanhas bellicas, que obrara os portugueses, nasconquistas do Oriente, Lisboa Occidental, na Ofcina de Domingos Gonsalves, 1736. El tercero de lostomos que compona esta edicin de la obra del cronista portugus, comprenda las dcadas VII, VIII y IX,constituyendo, adems, la edicinprncepsde esta ltima.

59 Sobre el valor que la componente religiosa adquira en las estrategias de distincin social dentro decontextos como el de Minas Gerais, vase STUMPF, op. cit.(nota 50), cap. II.

60 Aunque referidos, sobre todo, al contexto de Minas Gerais de la segunda mitad del siglo XVIII, algunosde los aspectos mencionados en relacin con el desarrollo de una cultura letrada en espacios como los de Roy Minas de la primera mitad de la centuria, quedan recogidos en los trabajos de VILLALTA, L. C.: O que se falae o que se l: lngua, instruo e leitura, en NOVAIS, F. A. (coord.),Histria da Vida Privada no Brasil, vol.I: SOUZA, L. DEMELLOE(org.), Cotidiano e vida privada na Amrica portuguesa, So Paulo, Companhia dasLetras, 1997, pp. 332-487; ID.:Ler, escrever, bibliotecas e estraticao social, en RESENDE, M. I. DELAGEyVILLALTA, L. C. (orgs.), op. cit.(nota 52), vol. 2, pp. 289-312.

61 SOUZA, op. cit. (nota 50); STUMPF, op. cit. (nota 50), cap. II. Sobre las diversas estrategias deennoblecimiento que adoptaron las elites de Minas Gerais en el siglo XVIII, vase asimismo STUMPF, R.


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Fig. 1. Portada dePrimazia Serca na Regiam da Amrica(Lisboa, 1733)Biblioteca Histrica Marqus de Valdecilla, Universidad Complutense de Madrid.

GIANNUBILO: Nobrezas na Amrica portuguesa: notas sobre as estratgias de enobrecimento na capitania deMinas Gerais,Almanack, 1 (2011), pp. 119-136.


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En este sentido, no resultaba casual que el nombre de cada uno de los tres mecenasganase particular visibilidad en las portadas de los volmenes que costearon, siendoinscritos en tinta roja, con letras capitales y en un cuerpo de letra semejante al del

propio ttulo de la obra (imagen 1). De modo parecido, la retrica de las dedicatoriasabundaba en esta ptica de distincin. Si de Domingos Rodrigues Brito, como indi-cbamos, se subrayaban los elementos religiosos, ya la dedicatoria a Paulo RodriguesDuro aluda a una supuesta y atribuida nobleza de sangre, a la que l haba unidootra nova, e mais superior gloria, qual he a da nobreza adquirida. Haba sabidoas conjugar os dous mais estimaveis Mineraes de ouro, e da nobreza, haciendouso do ouro para as acoens, que s podia exercitar a nobreza, e da nobreza paraas emprezas, que s podia conseguir o ouro. Se haba distinguido de tal modo porsus acciones que se constituio primeiro entre os principaes habitadores desse novoMundo 62. Sin aludir de forma tan explcita al universo nobiliario, la semblanza que

se haca de Antnio Ramos dos Reis en la dedicatoria del III tomo dePequenos naTerra, no dejaba de seguir una estrategia retrica semejante. Ms all de subrayar lasvirtudes morales y religiosas del sujeto, se destacaba aquellas mercedes de las quesus hechos y, en particular, sus hechos de armas y sus servicios al rey le haban hechomerecedor, entre las cuales ciertamente destacaba aquella que expresamente le con-fera nobleza, como era el hbito de caballero de la Orden de Cristo63. En denitiva,ambos vean as reconocido un estatuto que, por medio de los impresos que habansostenido, no dejaba de proyectarse tambin en el mundo metropolitano, superandolos lmites del espacio colonial.

DOS TOMOS DE SERMONES, DOCE MISAS

La relacin de Conceio con el universo de los impresos, con todo, no se limit nia su papel de mero lector y consumidor habitual de textos dados a estampa, ni a lostratos que hubo de mantener con los mecenas e impresores de sus diferentes escritos.Lo cierto es que la presencia del religioso en Lisboa y su insercin en los medios li-terarios de la ciudad hicieron que, en el marco de las tareas que haba de desempear

para sus hermanos del Brasil, acabase ocupndose de la adquisicin de libros conlos que nutrir las bibliotecas de los conventos de la provincia franciscana de Ro de

Janeiro. Ms all de la familiaridad con determinados libreros lisboetas, con autoresy otros sujetos relacionados con el mundo de la edicin y la venta de textos escritos,esta funcin atribuira a Fr. Apolinrio un papel de intermediario poco conocido yescasamente analizado cuando se examinan los mecanismos que articularon la circu-lacin de libros en la Amrica portuguesa, pero que, sin duda, fue central y en todosemejante al desempeado por otros religiosos de la poca, involucrados asimismoen el envo de obras impresas a los espacios coloniales64.

62 APOLINRIODACONCEIO: Dedicatoria, en ID.,op. cit.(nota 13), t. II, sin foliar en esta parte.63 APOLINRIODACONCEIO: Dedicatoria,ibidem, t. III, sin foliar en esta parte.64 La cuestin de los agentes involucrados en el envo de impresos a la Amrica portuguesa, aunque

centrada en el contexto de nales del siglo XVIII, ha sido analizada en ABREU, M.: Os caminhos dos livros,Campinas-So Paulo, Mercado de Letras-Fapesp, 2003, pp. 139-161.


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Al mismo tiempo, la implicacin del religioso capuchoen esta tarea acabara pro-piciando su participacin directa en lo que no era sino un peculiar mercado librero.Cierto es que, dentro de la enorme variedad de agentes que intervenan en el comerciode impresos, la presencia de clrigos y religiosos que, a ttulo personal o al amparo desus instituciones, vendan libros en sus casas o en sus conventos, fue relativamentecomn en el contexto lisboeta del siglo XVIII 65. En el caso especco de Fr. Apolin-rio, lo cierto es que ste no slo hara acopio de volmenes con los que proveer a lasnecesidades de los establecimientos brasileos de la orden, permitindole a menudoreunir un nmero relativamente generoso de libros. Al parecer, se ocup tambin desuministrar impresos a algunos particulares que no habitaban en la corte, bien aten -diendo a sus encargos y tratando de conseguir los textos que le pedan, bien brindn-doles la oportunidad de adquirir ejemplares sobrantes de las obras destinadas a losconventos de su provincia. Entre los sujetos que acudieron al franciscano para obte-ner libros, estaba el P. Lus Montez Matoso, clrigo vinculado a la villa de Santarm,autor de varias obras eruditas de historia local y conocido, sobre todo, por su papel,

junto a Rodrigo Pereira de Faria, en la redaccin de una de las gacetas manuscritaselDirio/Folheto de Lisboa que mayor circulacin tuvieron en el Portugal de laprimera mitad del siglo XVIII66. La correspondencia que Fr. Apolinrio mantuvo conl entre al menos noviembre de 1740 y octubre de 1742, ofrece numerosas pistassobre los trminos en los que se fundamentaron tanto las relaciones intelectuales en-tre ambos, como, en particular, la actividad que el franciscano desarroll en aquellosaos como proveedor de libros 67.

En las misivas que se conservan, de hecho, son recurrentes las menciones a losimpresos que Conceio ofreca o, simplemente, enviaba por va uvial al de Santa-rm, as como las indicaciones que ste le sola dar para que buscase y consiguieseuna u otra obra de reciente publicacin, que, en parte, destinaba a su propio consumo,

pero que le permita tambin alimentar a escala local un comercio domstico de li-bros68. En noviembre de 1740, el religioso franciscano, a la par que sealaba el envode un lote de libros en el barco de Gregrio Machado, daba as noticia de algunos

65 DOMINGOS, M. D.: Mercado livreiro no sculo XVIII: mecanismos e agentes, en ID.: Livreiros deSetecentos, Lisboa, Biblioteca Nacional, 2000, pp. 55-57.

66 Sobre la gura de Lus Montez Matoso y su participacin en la elaboracin de gacetas manuscritas,vase LISBOA, J. L.: Gazetas feitas mo, en LISBOA, J. L., MIRANDA, T. C. P. DOSREIS, OLIVAL, F. (eds.):

Gazetas manuscritas da Biblioteca Pblica de vora, Lisboa, Colibr, 2002, vol. I, pp. 13-42. En general,sobre la circulacin de gacetas impresas y manuscritas en Portugal del siglo XVIII, remitimos a este mismotrabajo, as como a LISBOA, J. L.: News and Newsletters in Portugal (1703-1754), en LSEBRINK,H.-J. yPOPKIN, J. D. (eds.):Enlightenment, revolution and the periodical press, Oxford, Voltaire Foundation, 2004,pp. 35-45; BELO, A.:As Gazetas e os Livros. A Gazeta de Lisboae a vulgarizao do impresso (1715-1760),Lisboa, ICS, 2001; ID.:Notcias impressas e manuscritas em Portugal no sculo XVIII: horizontes de leiturada Gazeta de Lisboa,Horizontes Antropolgicos, 22 (2004), pp. 15-35; ID.:Nouvelles dAncien Rgime. LaGazeta de Lisboa et linformation manuscrite au Portugal (1715-1760), tesis doctoral indita, Pars, EHESS,2005. Una relacin de las numerosas obras de erudicin que, al margen de su participacin en la referidagaceta, compuso Montez Matoso, en BARBOSAMACHADO, op. cit.(nota 4), vol. III, pp. 120-121.

67 ACL, Srie Vermelha 835, fols. 1r-45r.68 La implicacin de Matoso en la posterior venta de los libros que reciba de Conceio, parece conrmarse

en las propias palabras del religioso franciscano que, en una de sus misivas al gacetista de Santarem, asegurabano tener necesidad alguna de saber a quin distribua y por qu cuanta los textos que le enviaba regularmente;APOLINRIODACONCEIO: Carta al P. Lus Montez Matoso (Lisboa, 7-1-1741), ibidem, fol. 16r.


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conexiones atlánticas: fr. apolinário da conceição, la erudición religiosa y el mundo del...

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