conduccion politica-cap iv,v,vi

46
JU AN DOMINGO PERÓN CONDUCCIÓN POLÍTICA (CAPÍTULOS IV, V Y VI) INSTITUTO NACIONAL “J U AN DOMINGO PERÓNDE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES HISTÓRICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS BUENOS AIRES 2006 “Cuando uno conduce con verdadera pasión, lealtad y sinceridad, es mucho más difícil el puesto del que dirige que el puesto del que ejecuta y es por eso que debemos formar  y preparar a nuestros hombres    Juan Doming o Perón

Upload: daro-lagos

Post on 11-Oct-2015

9 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • Juan Domingo Pern

    ConDuCCinPoltiCa

    (Captulos IV, V y VI)

    InstItuto naCIonal Juan domIngo pernde estudIos e InVestIgaCIones HIstrICas, soCIales y poltICas

    Buenos aIres2006

    Cuando uno conduce con verdadera pasin, lealtad y sinceridad, es mucho ms difcil

    el puesto del que dirige que el puesto del que ejecuta y es por eso que debemos formar

    y preparar a nuestros hombres

    Juan Domingo Pern

  • ConduCCIn poltICa

    101

    Diseo, composicin y armado:Caligrafix Servicios Grficos Integrales S. H.Av. Pueyrredn 1440, 2 - C1118AAR Buenos AiresTelefax: [email protected] - www.caligrafix.com.ar

    Impresin:Talleres Grficos DEL S. R. L.E. Fernndez 271/75 - PieyroTelefax: 4222-2121

    Marzo de 2006

    Captulo IVorganizaCin De la ConDuCCin

    Alejandro y la oligarqua Despus de haber escuchado la clase de la seora, tan interesante, espe-

    cialmente en lo tocante a la oligarqua que ella trat, pensaba yo que es, hasta cierto punto, tentadora la oligarqua.

    Deca ella que Alejandro el Grande, que sin duda fue un rey descamisado, que al salir de Macedonia regal todos sus bienes conservando para l slo la esperanza, tambin cay en manos del sentido y del sentimiento oligrquico.

    Cuando se apoder de Persia y entr al palacio de Daro, y vio su trono de oro, se dio vuelta y dijo a los generales que lo acompaaban: Esto s que se llama ser rey.

    Claro que l siempre haba sido un rey descamisado.Tambin dijo la seora que Alejandro, despus de estar entre los persas, se

    asimil a ellos y cay en manos de la oligarqua otra vez.Le pas lo que dice la seora que no nos tiene que suceder a nosotros. Los

    conductores han cado mucho en eso.Yo voy a seguir tratando de los otros conductores, de los que no se asimi-

    laron a la oligarqua.

    Los organismos de la conduccin Habamos visto ya los elementos de la conduccin, las caractersticas moder-

    nas de la conduccin, la doctrina, la teora, las formas de ejecucin y el mtodo de la conduccin. Hoy voy a hablar sobre los organismos de la conduccin.

    Antes de estudiar la conduccin conviene referirse, siquiera sinttica-mente, a todos los rganos componentes de la conduccin.

    Por eso, cuando hablamos de los elementos de la conduccin como valores intrnsecos de la conduccin misma, nos referimos a los conduc-tores, a los cuadros y a la masa en sus caractersticas originales. Cuando hablamos de las caractersticas de la conduccin moderna, la situamos en el tiempo y en el espacio.

    Cuando nos referimos a la conduccin, a la doctrina y a las formas de ejecucin, nos referimos a los elementos de unidad de la conduccin.

  • Juan domIngo pern

    102

    ConduCCIn poltICa

    103

    Cuando hablamos del mtodo de la conduccin, establecemos las dis-tintas particularidades acerca de cmo ha de considerarse, desenvolverse y tratarse la conduccin en s.

    Desarrollo orgnico y control de la conduccinHoy vamos a conversar sobre los rganos constitutivos de la conduccin. Va-

    le decir, el conductor, los auxiliares de la conduccin, la transmisin, la ejecucin y el control de la conduccin.

    La conduccin en s necesita tener un desarrollo permanentemente orgni-co. Es uno de los problemas bsicos de la conduccin, porque es, sin duda, una actividad difcil, no slo en la concepcin, en la planificacin y en la ejecucin, sino tambin en el control.

    No se concibe una conduccin sin un control. Vale decir, que no es suficiente que yo d una disposicin, que ha de cumplirse, si no compruebo personalmen-te que se cumple, porque los hombres son siempre rebeldes al cumplimiento, unos por inercia, otros por apata y otros por mala intencin.

    De manera que no es suficiente decirle al hombre lo que hay que hacer, sino que es necesario comprobar si lo hace.

    Esa es la experiencia ms clsica en toda clase de conducciones.

    Una actividad centralizadaPor eso, al analizar cada uno de estos elementos constitutivos diremos,

    en lo que se refiere al hecho de conducir, que es necesario escalonar clara-mente cul es el aspecto en que acta cada una de las conducciones. Por eso debemos establecer, como punto de partida, que la conduccin moderna en todos los campos, tanto en lo econmico, como en lo poltico, en lo social o en lo militar, se caracteriza por ser una actividad centralizada.

    Es decir, hoy no se concibe una conduccin como en la Edad Media, donde se diriga a larga distancia o con gran espacio de tiempo, mediante largas directivas.

    Hoy existen los medios de comunicacin necesariosPor qu? Porque no existan los medios de comunicacin necesarios. Para

    ir de un pueblo a otro tardaban lo que se tarda hoy en ir en avin de Amrica del Sur a Europa. Es decir, los medios han hecho evolucionar la forma de la conduccin. Y lo que digo para estas comunicaciones intercontinentales, lo di-go tambin para las comunicaciones y transmisiones dentro de un territorio.

    Hoy para que todo el pas quede impregnado de una noticia, de una di-rectiva o de una orden, es suficiente que yo tome la radio en cadena general, diga una cosa, y diez minutos despus todo el pas est envuelto en la ola de esa noticia o de esa disposicin.

    Acciones estratgicas y tcticas Lgicamente, con esto ha ido evolucionando tambin la conduccin. An-

    tes era ms necesario confiar en rganos intermediarios. Hoy es posible rea-lizar la conduccin directa en ciertos rdenes de accin.

    Esto sirve para la conduccin general, o sea, lo que desde hoy en adelante llamaremos la conduccin estratgica, porque en la poltica hay tambin una accin estratgica y hay acciones tcticas, porque la poltica es una lucha, y donde hay una lucha, hay una lucha general y hay luchas particularizadas.

    La lucha general es la estratgica y la lucha particularizada es la lucha tctica.

    Definicin de estrategia y tctica en polticaQu hace la estrategia en la poltica? Prepara las mejores condiciones

    generales para obtener el xito tctico en las acciones parciales. Eso tomaremos en adelante, para entendernos, como definicin de lo

    que es la estrategia poltica. Estrategia poltica es la serie de medidas y acciones que la conduccin general establece dentro del marco total, para preparar las mejores condiciones de la lucha tctica en los lugares donde ella se realiza.

    Y la lucha tctica, o sea la tctica poltica, es la accin puesta en movi-miento en los sectores de accin poltica para vencer en la lucha dirigida contra los adversarios.

    Es decir, en otras palabras, que quien hace la conduccin general, el con-ductor, tiene por misin actuar en el campo poltico en forma tal que posibi-lite las mejores condiciones de lucha, en cada lugar que ella se realice.

    Estbamos acostumbrados a confiar slo en la lucha tcticaPor qu, seores, debe dividirse este campo? Por qu razn no se hace

    solamente la lucha estratgica y no la tctica? Por qu razn no se hace solamente la tctica y no la estratgica? Nosotros estamos acostumbrados, en nuestra poltica, a confiar demasiado en la lucha tctica.

    Hasta ahora se ha hecho muy poco en el orden de la lucha estratgica. Se confiaba en la accin de los caudillos parciales.

  • Juan domIngo pern

    104

    ConduCCIn poltICa

    105

    El gobierno cometa un sinnmero de errores en el orden poltico, empe-zando por hacer demagogia en vez de obra de gobierno; haca poltica desde el gobierno, en lugar de realizar obra en el campo de las satisfacciones popu-lares, que son la base del predicamento general en poltica, y que los caudillos locales estaban obligados, despus, a destruir de una u otra manera.

    Qu ayuda tenan los colaboradores locales de la accin poltica general? Ninguna, por parte del gobierno o del que gobernaba y conduca la poltica en el campo estratgico.

    Otras veces se efecta slo la accin estratgica En otros casos se efecta una accin estratgica en la direccin de la po-

    ltica, pero no siempre acompaada con la accin tctica, porque, eficaz en una forma general, la conduccin estratgica afloja los resortes parciales. En-tonces, all donde no hay enemigos, los hombres se ponen a luchar entre ellos en vez de formar un frente para realizar la lucha.

    El ideal: la mejor estrategia con una hbil accin tcticaEl ideal, en este tipo de conduccin, ha de ser tratar de ejercitar la mejor

    conduccin estratgica, que ha de ser cumplida con una hbil y combativa accin tctica en los campos particulares.

    Pregunto yo: por qu deben ser las dos y no una sola?Primero, porque en la prctica hay inconvenientes y factores desfavorables

    cuando se realiza unilateralmente la conduccin; y segundo, por una razn de ser de la conduccin misma: debe haber una conduccin estratgica, porque es la que fija los grandes objetivos que deben ser bien y hbilmente elegidos.

    Ejemplo de la estrategia peronista: las tres banderas Por ejemplo, en nuestra conduccin poltica estratgica, cules son los

    objetivos que nosotros hemos elegido como gran orientacin de nuestro Movimiento? Cules son las banderas que hemos puesto al frente? La Justi-cia Social, la Independencia Econmica y la Soberana Poltica.

    Por qu razn han sido bien elegidos esos tres objetivos? Porque nuestros adversarios, si quieren actuar, tendrn que tomar los mismos objetivos nuestros. Nadie puede ir ya en este Pueblo contra la Justicia Social, contra la Independen-cia Econmica o contra la Soberana. Y si van, peor para ellos.

    De manera que, elegidos hbilmente los grandes objetivos estratgicos, la accin de la lucha en cada lugar est habilitada enormemente para los que

    la realizan. Por qu? Porque tienen tres banderas irreemplazables, contra las cuales ni los adversarios pueden luchar.

    Las acciones son complementariasEsto lo doy slo a ttulo de ejemplo de cmo ha de complementarse una

    accin con la otra. Por qu dicen algunos no dirijo yo toda la poltica del pas? No puede ser, por una simple razn: cmo podra yo manejar, gober-nar o conducir la poltica en la provincia de La Rioja, estando yo en Buenos Aires, si all hay una lucha local encauzada en un medio que desconozco, en una situacin que vara diariamente y que yo tambin desconozco?

    Yo necesito que esa lucha local la dirija alguien con conocimiento perfec-to del lugar, costumbres, accin y situacin diariamente variables.

    Esa es la conduccin tctica; y as como yo no puedo permitir que se que realiza la accin tctica me venga a interferir, o a dar las directivas de cul ser la conduccin estratgica que yo llevo en el pas, tampoco me puedo meter a enmendarle la plana al que sabe y conoce la situacin local.

    Gobierno de conjunto Yo mando en conjunto, pero no en detalle. Mando en conjunto creando

    las mejores condiciones para que en La Rioja est en buenas condiciones y pueda empear su lucha tctica y triunfar.

    De manera que en el orden de la organizacin de las acciones, dentro de las caractersticas naturales y especiales que cada situacin estratgica o tc-tica plantea a los conductores, cada uno debe actuar en su puesto, ayudando sin interferir, porque toda interferencia es inoportuna y perjudicial.

    Interferencias en la conduccinObserven ustedes que todos los conflictos que se nos plantean en la conduc-

    cin poltica, dentro del Movimiento, son motivados por esas interferencias. As llega el desacuerdo, el que est arriba interviene, observa, dice: Yo

    estoy con ste. Y as se produce la divisin en el partido.

    Solucin de los conflictos: La unidadYo, que conduzco desde aqu, no estoy con nadie, estoy con todos! Por

    esa razn no puedo estar con ningn bando ni ningn partido.Cuando se hacen dos bandos peronistas, yo hago el Padre Eterno: los

    tengo que arreglar a los dos.

  • Juan domIngo pern

    106

    ConduCCIn poltICa

    107

    Yo no puedo meterme a favor de uno o del otro, aunque alguien tenga la razn.

    A m solamente me interesa que no se dividan. No puedo darle la razn a ninguno de los dos, aunque vea que, evidente-

    mente, alguno de los dos la tiene. Eso sera embanderarme, y si yo me embandero, el arreglo se hace ms

    dificultoso. Ms bien los llamo, converso con ellos, y les digo: Djense de cuestiones;

    qu van a seguir discutiendo!; pnganse de acuerdo y arreglen el conflicto. Y cuando nos arreglamos y nos ponemos de acuerdo, no hay problemas en-tre nosotros que no se puedan solucionar.

    El conductor superior no puede embanderarsePor eso, en mi funcin de conductor superior, si me embanderase pasara

    a meterme en la conduccin tctica del lugar, donde no es mi esfera de accin. Perjudicara los intereses locales, abandonara el problema, intervendra en lo que no es objeto de mi conduccin, y al abstraerme en ese programa, abando-nara la conduccin de conjunto y estara mal conducido lo estratgico y mal conducido lo tctico. Y sa no es la funcin del que conduce desde arriba.

    El sentido comn divide la conduccin tctica de la estratgicaPor esa razn he hecho esta disertacin, para explicar dnde est la lnea

    divisoria entre la conduccin tctica y la conduccin estratgica. No hay una lnea divisoria; hay un sentido comn que dice hasta dnde

    llega uno en su actividad y una prudencia que anuncia dnde debe dete-nerse antes de invadir la jurisdiccin de los dems, pero sobre todo eso, hay un espritu de amistad, de correligionario, de partidario, de doctrina, que le dice a uno que cualquiera sea la esfera de accin donde acte, si lo hace con buena voluntad y para ayudar, est bien; y si lo hace con mala fe, con mala voluntad, para entorpecer o para producir friccin, est fuera de su accin y de su misin.

    Con buena fe y con buena voluntad, en todas partes; con mala fe y mala voluntad, en ninguna parte resultar eficaz.

    Conduccin superior y relaciones con los conductores tcticos Por esa razn, al establecer estos elementos de la conduccin, yo quiero

    ser suficientemente explcito para que dejemos ya, dentro de nuestro movi-

    miento, esas ideas perfectamente fijadas: cada uno en su casa y Dios en la de todos, como reza el proverbio.

    En este caso, con disculpa de lo que digo, el que conduce lo estratgico es el que est en todas partes, pero de una manera general, y el que conduce lo tctico es el que est todo en su funcin y en su accin. No se mete en la casa de al lado.

    Si acta dirigiendo la poltica en la Capital Federal, que no se meta en un pueblo de Buenos Aires. Si acta en un pueblo de Buenos Aires, que no se meta en la Capital. Si acta en La Rioja, que no se meta en Catamarca.

    Eso est fuera de la funcin de ellos. Y est fuera de la esfera de ellos porque la conduccin general y las rela-

    ciones entre los distintos sectores de la conduccin corresponden a la con-duccin superior.

    El peronismo elimin los factores disociantesSi todos actuamos dentro de esta esfera de accin que nos fija la propia

    funcin, nosotros no podremos interferir nunca, molestar o crear problemas inexistentes.

    Ya en nuestro pas se han producido. La intencin de formar una liga de gobernadores se produjo.

    En nuestro movimiento todos esos que han actuado con antigua con-cepcin, han producido factores disociantes y de molestias en la con-duccin.

    Hoy, afortunadamente, ya se ha delimitado perfectamente bien. No se ha terminado con las interferencias, pero, sin embargo, lo vamos realizando orgnicamente bien.

    Cada provincia, con su gobierno y su representante del Partido Peronista en el Consejo Superior, con sus autoridades partidarias dentro de cada una de ellas, con amable comprensin y conduccin parcial, va desenvolvindose perfectamente bien.

    Solucin amigable de los pequeos conflictos Cuando hay alguna pequea cosa, nos reunimos, hablamos, nos ponemos

    de acuerdo. Sobre todo, viviendo la verdad y no teniendo reservas mentales, no hay problemas, para nosotros, que no podamos arreglar.

    Cuando se produce algn pequeo roce, yo pongo especial atencin y en seguida llamo a las partes y les digo: A ver, qu pasa? Vamos a estudiar.

  • Juan domIngo pern

    108

    ConduCCIn poltICa

    109

    Estudiamos y arreglarnos el roce y restaamos lo que pueda haber. No dejo profundizar. Hay que estar atento cuando se produce la rasgadura, para que despus no se haga la grieta. Cuando se produce la rasgadura voy y pon-go un poco de mezcla, fratacho, y listo.

    La conduccin militar En otras palabras, la conduccin no es el mando. Por eso los generales no sirven para esto, porque los generales estn acos-

    tumbrados a mandar. Son unos hombres que a los quince aos son puestos al frente de una unidad o empiezan a educarse en la disciplina. Cuando tie-nen dieciocho aos recin empiezan a mandar; y entonces para ellos todo es mando. Luego, cuando llegan a general les ponen tres o cuatro mil hombres a sus rdenes, les dan su grado, el cdigo de justicia militar y el mando. Nadie dice que no. Cmo va a decir que no!

    Conduccin poltica y conduccin militar En la poltica el asunto es otra cosa. Primero, que nadie le da los tres mil

    hombres; se los tiene que ganar el conductor. El grado no lo tiene, ni tampo-co el cdigo, y si manda una cosa sin sentido no le obedece nadie.

    Esa es una conduccin muy distinta. Aqu hay que arreglrselas para que la gente haga caso y, sobre todo, tener cuidado de no ordenar nunca nada que no se pueda hacer, porque si eso se hace una vez, abre la puerta para que por ah pasen todos los dems que no quieren hacer lo que deben o lo que conviene hacer.

    Es decir, hay que procurar que no desobedezcan por primera vez. Cuando se trata de un asunto escabroso, mejor es maniobrar bien para que no tenga nada que decir nadie.

    Desde que estoy en el gobierno nunca he tenido que decir: Hay que ha-cer tal cosa, siempre me las arreglo para que me vengan a decir los dems lo que yo quiero que se haga.

    Y sobre todo, en esta clase de conduccin superior es conveniente estar acorazado con la condescendencia y sobre todo con la transigencia.

    Transigencia y toleranciaLa poltica, a pesar de que en ella hay algunos intransigentes, es un juego de

    transigencia. Se debe ser intransigente slo en los grandes principios. Hay que ser transigente, comprensivo y conformarse con que se haga el cincuenta por ciento de lo que uno quiere, dejando el otro cincuenta por ciento a los dems.

    Pero hay que tener la inteligencia necesaria para que el cincuenta por ciento de uno sea el ms importante.

    En esta conduccin, nada rgida, todo dctil, nada imponente, todo sen-cillo, hay que ser tolerante hasta con la intolerancia.

    El concepto de la energa en el gobiernoNaturalmente que hay que tener tambin el concepto de la energa cuan-

    do la energa est justificada. Un gobierno dbil termina con su prestigio, pero no hay que ejercer la

    energa inoportunamente. Un acto de energa realizado en una oportunidad, por impulso, por pasin, por odio o por cualesquiera de esos malos conseje-ros, lleva al desprestigio.

    Cuando uno toma una medida enrgica, ha de pensarlo muy framente que no sean las pasiones las que se lo aconsejen, sino el raciocinio. Que sea framente meditada; que sea apreciada en todas sus consecuencias y muy consultada antes de tomarla.

    Consultar hasta a los propios interesados, que cuando uno los sabe consultar, ellos aconsejan lo que uno quiere, porque es lo justo. Entonces se toma la medida enrgica y no se afloja aunque vengan degollando como dijo Martn Fierro. Se lleva adelante y se cumple. De lo contrario, no se deba haberla tomado.

    Las rdenes deben meditarse profundamenteLa conduccin poltica es difcil, porque es cuestin de tacto, ductilidad y

    aplicacin consciente de las medidas de la conduccin.Si un general da una orden mal dada, lo ms que le puede pasar es arre-

    pentirse y dar una contraorden. En poltica, una vez que se toma una medida mala, ya no tiene arreglo. Dirn que es un torpe, un sinvergenza, y eso nadie se lo sacar ms de encima, porque no tiene el cdigo ni un montn de cosas con que cuentan los militares.

    De manera que esta conduccin ha de meditarse muy profundamente, porque la disciplina con que se acta en poltica es muy distinta de la militar.

    Disciplina poltica y disciplina militar Es una disciplina consciente, como lo es tambin la militar, pero sin rigi-

    dez; porque el militar est all en un servicio: si es soldado, obligatorio, y s es jefe u oficial, en su profesin, de la cual l ha hecho fe para cumplirla y ha jurado realizarla con honor, disciplina y dignidad.

  • Juan domIngo pern

    110

    ConduCCIn poltICa

    111

    De manera que cuando recibe una orden, buena o mala, est obligado a cumplirla, porque est en su servicio, en su obligacin; pero al poltico si le dan una orden que no le gusta, manda al diablo al conductor y no la cumple.

    Es decir, que hay un grado y una forma totalmente distintos de disciplina. Es una disciplina de corazn, basada en la comprensin y en la persuasin, no en las rdenes ni en las obligaciones.

    El conocimiento de los hombres Los hombres que actan en poltica deben ser siempre manejados con

    persuasin.Nadie puede actuar si no va convencido de que lo que va a hacer es bueno,

    lo comparte y lo quiere realizar.Indudablemente que en esta clase de conduccin hay que tener una gran

    intuicin para conocer a los hombres. En poltica, a los hombres hay que ayu-darlos a ir adelante, cuando lo merecen. El que no tiene condiciones y puede ser peligroso para el propio movimiento, a se hay que anularlo!

    En poltica no se puede herir. Nunca hay que largar a uno con una pata rota, porque hay qu ver el mal que hace! En poltica no se hiere, se mata o no se hace nada. Esas son imposiciones del medio en que uno acta en esa clase de conduccin.

    Educacin de los elementos fundamentalesIndudablemente que realizada la conduccin dentro de las esferas de ac-

    cin a que me he referido, en lo grande y en lo particular, o en lo estratgico y en lo tctico, dentro de formas perfectamente orgnicas, cumpliendo cada uno su funcin, conscientemente, en la realizacin de esa conduccin, puede llegar a adquirir un alto grado de perfectibilidad.

    Para lograr esta perfectibilidad, influye, ms que nada, la educacin de los tres elementos fundamentales de la conduccin: el conductor superior, y los cuadros auxiliares de la conduccin y la masa.

    Educar al soberanoClaro que ese ideal no se alcanza en dos, ni en cinco, ni en veinte aos;

    son necesarios cincuenta aos de trabajo para educar al soberano, como decan antes.

    Cuando nosotros decimos que hay que educar al ciudadano, nos pone-mos a educarlo. Antes, de acuerdo con las formas de la conduccin poltica,

    les convena ms bien que el soberano no estuviera muy educado, que no tuviese mucha conciencia de sus derechos y de sus prerrogativas.

    En 1945 no tenamos fuerzas organizadas Seores, yo me extend un poco en esto porque quera dar una idea

    general sobre los dos grandes aspectos de la conduccin. Por ejemplo, para particularizar y terminar este tema debo decirles que cuando tom la direccin de la conduccin, recin tuvimos nosotros algunas fuerzas orgnicas.

    En 1945, cuando se prepar la eleccin del 24 de febrero, me vinieron a decir que no tenamos fuerzas organizadas, que cmo bamos a hacer noso-tros frente a esos partidos que haca tantos aos que estaban organizados, que gastaban mucho en su propaganda, que tenan todos sus comits insta-lados, que gastaban millones en movilizar a sus hombres, y que nosotros no tenamos ni partido, ni comit, ni dinero, ni propaganda, sino la que hacan los descamisados con carbn en la calle.

    La eleccin es un acto cuantitativo Para m, la eleccin es un acto cuantitativo. Son votos que se meten den-

    tro de las urnas, los hombres que comparten mis ideas y las de todos los que pensamos as, necesitamos estar organizados? Lo que necesitamos es gente que vote, y para eso no es necesario organizar. Es cuestin de llamar a la gen-te para que vote. Y si nosotros hemos persuadido al Pueblo Argentino de que tenemos razn, para qu vamos a tener comits?

    Efectivamente, los hechos me dieron la razn en las elecciones, pues con lo poco que pudimos hacer nosotros orgnicamente se super todo lo previsto.

    Que iba a conducir a una masa como la que tena el Peronismo, total y absolutamente inorgnica? Qu conduccin poltica poda-mos hacer?

    Para conducir hay que tener una masa organizada, hay que tener coman-dos organizados y hay que tener un comando superior, tambin organizado, que pueda actuar. Si no se cuenta con eso, es mejor callarse la boca y no conducir; hay que dejar que todo se conduzca solo, sobre todo en la eleccin, que es un acto cuantitativo.

    Los hechos me dieron la razn en estos problemas, a pesar de que no tenamos nada.

  • Juan domIngo pern

    112

    ConduCCIn poltICa

    113

    Para gobernar es imprescindible la organizacinEl tiempo, que nos dijo que para ganar elecciones no se necesita organi-

    zacin, nos dijo, despus, que para gobernar es imposible hacerlo sin tener una organizacin, porque el gobierno es un acto cualitativo.

    Ah se necesita seleccionar a los hombres. Y hemos pagado caro, en el peronismo, el no haber estado organizados y

    no haber seleccionado los hombres con que hemos actuado.

    En poltica, no hay nada que por s sea decisivoDe manera que, bien apreciada, sa debe ser una pauta que nos presenta

    la clase de conduccin y el valor de la conduccin en cada uno de los actos polticos en que actuamos nosotros, considerando como actos polticos el gobierno y la lucha comicial.

    En este sentido la conduccin tiene aspectos sumamente diversificados, a muchos de los cuales uno les asigna coeficientes exagerados.

    Algunos giran alrededor de puntos fijos y dicen: Vea, el que nosotros tengamos a tales hombres en el movimiento es decisivo para l.

    Otros dicen: Es decisivo que hagamos tal cosa en tal parte. En poltica no hay nada que por s sea decisivo. Lo decisivo es que aunemos todos los coeficientes de accin efectiva y los

    conduzcamos bien. Eso es lo nico que la conduccin puede hacer dentro de la poltica: Los dems son resortes de otra naturaleza, administrativos o de gobierno,

    pero no de la poltica.

    Cada uno en su funcinY esto divide el otro sector en que acta la poltica: el gobierno por un

    lado y la poltica por otro. Ni los del gobierno haciendo la poltica ni los de la poltica haciendo el gobierno.

    Este es otro de los factores fundamentales de la conduccin: no emba-rullar los tpicos, cada uno en su funcin. Y nada de cada uno fuera de su funcin, ni en la del vecino.

    Por esa razn, al establecer nosotros las bases para la conduccin, debe-mos fijar claramente esos cuatro aspectos.

    El que conduce la poltica acta en lo estratgico y en lo tctico. El que gobierna por un lado y el que conduce la poltica por otro.

    Creacin del Consejo Superior PeronistaPor eso, mientras he estado en el gobierno, no he querido tomar la di-

    reccin de la poltica y he creado el Consejo Superior Peronista, que es quien conduce.

    Nadie podr decir que estando yo en el gobierno he dicho: Quiero que fulano de tal sea tal cosa.

    Slo el pueblo elige los candidatosNo! A m me vienen a preguntar y me lo preguntan todos los das:

    Quin es su candidato? Yo, invariablemente, contesto lo mismo: El que elija el pueblo. Ese es mi

    candidato.Flaco servicio hara si yo me pusiera a digitar quines han de ser los hom-

    bres que deben actuar en cada parte. Empezara por demostrar que faltaba a la verdad, cuando deca que cada

    peronista lleva el bastn de mariscal en su mochila. Ser el pueblo quien lo elija y si tienen las condiciones morales necesarias

    para actuar en la funcin pblica.

    Eliminar los motivos de friccin en el movimiento Yo puedo decir: Ese no debe ser, porque no tiene condiciones morales

    para serlo. Pero si el pueblo lo decide yo le dir al pueblo: Este hombre tiene tales condiciones que no convienen. Pero si l no renuncia o el pueblo no lo renuncia, yo tampoco lo voy a renunciar.

    Mientras nosotros mantengamos bien dividido eso, no habr motivos de friccin dentro del movimiento peronista.

    Empujar con lealtad desde cada puesto Los que gobiernan, los que conducen la poltica, los que la conducen en el

    campo estratgico y los que la conducen en el campo tctico, deben empujar desde el puesto que les ha correspondido, y al que tienen derecho, y empujar lealmente y corriendo ligero, pero no hacindole zancadillas al que corre al lado para hacerlo caer y ganar l.

    No; con formas lcitas cada uno en su andarivel, como decimos los que hemos hecho atletismo, sin molestar a los costados.

    Si la conduccin se realiza en esta forma, todo se facilita, absoluta-mente todo.

  • Juan domIngo pern

    114

    ConduCCIn poltICa

    115

    El que conduce en grande vive en jauja, porque no tiene problemas con los hombres, ya que los problemas de las cosas se solucionan inme-diatamente.

    Siempre es lo mismo. El hombre lo complica todo.La naturaleza es maravillosa, si el hombre no la echa a perder, algunas veces. Todo esto que conforma una tcnica general para la conduccin, est ba-

    sado en no interferir en esos cuatro aspectos a que me he referido.

    Hay que evitar interferenciasEsto lo debemos fijar profundamente en todo el movimiento pero-

    nista.Si ustedes echan una mirada al panorama, se darn cuenta de que todos

    los inconvenientes que tenemos surgen de eso. El que est arriba se mete en lo de abajo, o el de abajo se mete en lo de

    arriba o en lo de al lado; el que est en el gobierno se mete en la poltica, y el que est en la poltica se mete en el gobierno.

    Esta es una accin de conjunto que manejamos de acuerdo, respetando en cada caso lo que hay que respetar.

    Si yo me metiese en la conduccin de detalles de cada provincia o territo-rio, cometera muchos desaguisados.

    Interdependencia de poltica y gobierno Nosotros hemos creado una organizacin que permite que la poltica est

    conducida de acuerdo con el gobierno, porque no podemos dividirlos en forma absoluta, ya que el gobierno es parte de esa poltica y la poltica es parte de ese gobierno; pero cada uno en lo suyo.

    Cada uno en su conduccin y todos de acuerdo. Claro est que es ms fcil decirlo que hacerlo. Pero con la prctica y el

    respeto de esas grandes directivas, llegaremos a ejecutarlas mecnicamente, sin que nadie imagine siquiera que puede hacer lo que no debe.

    Si cada uno entra en esta accin, con la prdica de unos cuantos aos por ejemplo veinte, tendremos educada a la masa, a los dirigentes y a los conductores.

    Elemento primordial: el conductor y su doctrina De esta misma accin surge que el conductor es el elemento primordial,

    porque tiene una accin directa y otra indirecta en la conduccin.

    La accin directa es la que l realiza y la indirecta es la que sugiere, con su propio procedimiento, al resto de las conducciones locales, a las dems conducciones.

    Por otra parte, de esa conduccin superior es de donde sale la doctrina. La doctrina no puede salir de otra parte, y es la influencia de esa doctrina

    la que va preparando los mtodos y sistemas de accin en la conduccin tctica de toda la poltica.

    La responsabilidad de la conduccin Esa accin directa e indirecta del conductor, su ejemplo, sus virtudes, sus

    defectos, sus mtodos, sus sistemas, trascienden todos hasta el ltimo esca-ln de la masa.

    De tal palo, tal astilla. Como l sea, ser la masa. Sus virtudes las cosechar en los hechos y sus defectos los sufrir tambin

    en los propios hechos. Esto es sumamente importante. Por eso, uno debe tratar, aunque no sea nada, de serlo todo, si tiene la

    responsabilidad de la conduccin.

    La elevacin cultural de la masaIndudablemente que eso se facilita extraordinariamente con la difusin,

    el perfeccionamiento y la elevacin del nivel cvico y cultural de la masa.Es ms comprensible, ms fcil y todo se sistematiza mejor, cuando hay

    una alta comprensin y sta viene con la elevacin del nivel cultural.De ah que yo crea que el peronismo tiene una funcin esencial que rea-

    lizar dentro del Pueblo Argentino: ir elevando la cultura poltica, la cultura cvica del pueblo.

    Sin eso estaremos siempre expuestos a que nos saquen la masa, engandola; pero si le enseamos a la masa a discernir por s, a apreciar por s, a comprender por s, entonces estamos seguros de que no la volvern a engaar nunca ms.

    Y no engaada, no podr irse con los que tienen la mala intencin, sino que ir con los que tienen la buena intencin.

    Cada conductor crea su instrumentoEso ser a la vez el reaseguro del peronismo para que nunca estemos

    tentados de tener una mala intencin, para que seamos siempre instru-

  • Juan domIngo pern

    116

    ConduCCIn poltICa

    117

    mentos del pueblo y no lleguemos jams a hacer del pueblo un instrumen-to nuestro.

    Por esa razn, al hablar del conductor es necesario decir que forma sus fuerzas, las organiza, las instruye, las prepara y las conduce.

    De lo contrario, no es conductor.Cada conductor crea su instrumento como cualquiera que debe realizar

    un trabajo. Nadie lo puede hacer en su lugar, de manera que l tenga algo que

    agradecer.

    Con el sacrificio de todos los dasSi no lo hace l personalmente, con sacrificio de todos los das, con la

    prdica constante y permanente, con el ejemplo, si l no se empea con todas sus fuerzas y con toda su vida y la vida de un hombre es demasiado corta para hacerlo todo no podr conducir bien.

    Por esa razn, creo y lo he sostenido siempre que el genio es trabajo.Nada puede realizarse por inspiracin de nada, sino por la prdica cons-

    tante y permanente, por la continuidad extraordinaria del esfuerzo. Sola-mente as se podrn vencer las malas inclinaciones, a las cuales es siempre ms propensa la gente, que a las buenas.

    Dosificacin de la prdica doctrinariaDe manera que todo eso est sobre los hombros de uno. Es necesario ir

    arbitrando los medios para realizarlo, pensando que a los pueblos no se les puede dar eso por bolsas; hay tambin una dosificacin.

    No es suficiente con que el pueblo engulla; es necesario que asimile, y hay que hacerlo de manera que el pueblo asimile.

    No hay que hacerlo en la medida de lo que uno puede decir o ensear, sino en la medida en que el pueblo aprende, dndole lo suficiente para que asimile.

    No mucho; poco, pero bueno. Esta prdica de la doctrina, desarrollada paulatinamente, ha de ser con-

    venientemente dosificada.Nosotros podemos estar contentos con los resultados que hemos obteni-

    do con nuestra prdica. Hasta nuestros propios adversarios estn hablando en peronista desde sus propias tribunas!

    Quiere decir que nuestra doctrina no slo ha entrado en los peronistas, sino tambin en los contrarios.

    Los conductores auxiliares Si es importante la accin del conductor, no lo es menos la accin de los

    conductores auxiliares. Estos representan la multiplicacin del conductor. Si hombres de las mismas ideas y sentimientos, de la misma orientacin doc-

    trinaria, de la misma manera de ser, actan en forma directa, en contacto con la masa, dando los mismos ejemplos, evidenciando las mismas virtudes, inculcan-do los mismos principios, se llega a inspirar a la masa con mucha ms rapidez.

    Por esa razn es elemental y fundamental la formacin de los hombres auxiliares de la conduccin.

    Era imposible formar conductores en 1946 Me dirn: por qu nosotros no comenzamos ya en el ao 1946 a for-

    mar esto? Dir a ustedes que pens sobre eso, y que me dije lo siguiente: Dios nos

    libre de los malos maestros, porque un mal alumno es un mal y un mal maestro son miles de males, por todos los alumnos que forma.

    Cuando el peronismo se form no sabamos quin era quin. No nos co-nocamos, no ramos amigos, porque si hubiramos dicho que en aquellos tiempos ramos amigos, hubiramos mentido.

    ramos hombres de una misma causa, que pensbamos alcanzar los mismos objetivos, pero que venamos de todas partes y de todas direc-ciones.

    Cmo podamos pensar que ya ramos amigos? Recin ahora comenzamos a hacernos amigos, cuando nos conocemos y

    sabemos cules son los puntos que calza cada uno.Las resoluciones, en su iniciacin, marcan las horas de los audaces. Me

    he dado cuenta de que cuando se produce una revolucin que a todos los que vienen a ofrecerse, diciendo: Yo soy bueno para esto, hay siempre que dejarlos e ir a buscar a los que no vienen a ofrecerse.

    Generalmente, sos convienen ms. Todos saben tanto como yo cuntos hombres hemos tenido que sacar de

    los que actuaron en los primeros tiempos, porque sus valores morales no estaban a la altura de sus ambiciones o de sus deseos.

    La Escuela Superior Peronista La Escuela Peronista pudo haber empezado a funcionar en 1946. Esto que

    hemos hecho ahora lo podamos hacer entonces, pero quines hubieran ve-

  • Juan domIngo pern

    118

    ConduCCIn poltICa

    119

    nido a la Escuela Peronista? Hubiramos podido seleccionar a los hombres que deban obtener por lo menos la iniciacin de esta marcha en la prepara-cin para la conduccin?

    Eso me hizo pensar muchas veces, y nunca me apur. Algunas veces senta la necesidad, pero prefera que siguisemos desenvolvindonos ms o menos como bamos.

    Ahora que nos conocemos, ahora que entre nosotros mismos nos se-leccionamos de acuerdo con nuestros valores morales, ahora un hombre sin condiciones morales que viniese a esta escuela, l solo se ira; no se encontrara cmodo.

    Y en el futuro, con los cuadros auxiliares de la conduccin haremos lo mismo.

    El hombre que no est a tono con las virtudes que deben tener los que conducen, a los que dirigen, no se sentir cmodo entre nosotros.

    Dirigentes con una profunda moral Quiz en ciertos aspectos tiene ms importancia el conductor auxiliar

    que el propio conductor, porque el auxiliar es el que est en contacto directo con la masa, y por buenas que sean las intenciones del que conduce de arriba, l no puede dar su ejemplo personal ni llegar con su palabra todos los das a quienes l debe ir formando en la misma mstica y en la misma moral.

    Un partido poltico cuyos dirigentes no estn dotados de una pro-funda moral, que no estn persuadidos de que sta es una funcin de sa-crificio y no una ganga, que no est armado de la suficiente abnegacin, que no sea un hombre humilde y trabajador, que no se crea nunca ms de lo que es ni menos de lo que debe ser en su funcin, ese partido est destinado a morir, a corto o a largo plazo, tan pronto trascienda que los hombres que lo conducen y dirigen no tienen condiciones morales sufi-cientes para hacerlo.

    La descomposicin comienza por la cabezaLos partidos polticos mueren as, porque ya he dicho muchas veces

    que los pescados y las instituciones se descomponen primero por la cabeza.

    El da en que nos descompusiramos nosotros, no tardara mucho en descomponerse todo el movimiento, disolverse y dispersarse.

    As mueren las instituciones.

    Por esa razn creo que es una responsabilidad la que adquirimos los que tomamos los puestos directivos.

    Siempre que veo una orquesta lo miro al que dirige y pienso: Preferira estar tocando all un instrumento y no ser el director que tiene que vigilar a los que tocan y debe tener una capacidad superior. Es ms cmodo tocar y hacer lo que le indican.

    En esto de la conduccin es lo mismo. Cuando uno conduce con verdadera pasin, lealtad y sinceridad, es mu-

    cho ms difcil el puesto del que dirige que el puesto del que ejecuta y es para eso que debemos formar y preparar nuestros hombres.

    Grandes directivas para la conduccin estratgicaSobre las formas de la conduccin en el orden estratgico, en grande, se

    conduce por grandes directivas, con gran amplitud. Por qu? Porque deben ser cumplidas por todos en distintos lugares, circunstancias y tiempos.

    No se pueden dar rdenes que resulten ciertas en una parte e inciertas en otra; que resulten buenas en una parte y malas en otra; dbiles en un lado y fuertes en otro.

    Hay que dar directivas que permitan que los que tengan que ejecutarlas dispongan de un amplio campo para jugar dentro de todas las soluciones que se pueden presentar.

    Por eso se dan solamente directivas para la conduccin en grande, o sea, grandes lneas de accin con amplio frente para moverse dentro de esa accin.

    rdenes para la conduccin tcticaLa conduccin tctica se dirige directamente por disposiciones. Por qu?

    Porque l est viendo la lucha all y puede decirle al otro: Haga tal cosa para tener la unidad y la centralizacin en la direccin de la lucha.

    Por eso cuando acta el Consejo Superior Peronista, no debe hacerlo por rdenes, sino por grandes directivas de conjunto; pero cuando acta el que dirige la lucha en una localidad, lo hace por disposiciones rgidas, que no deben ser violadas por nadie. Es decir, por rdenes.

    La conduccin tctica es por rdenes; la estratgica por directivas.

    Informacin de ida y vuelta Dentro de la conduccin debe funcionar, en forma permanente, una in-

    formacin de ida y vuelta. Esto quiere decir que uno debe dar informacin a

  • Juan domIngo pern

    120

    ConduCCIn poltICa

    121

    los que ejecutan, para dar conciencia de accin, es decir, que nadie debe ac-tuar en poltica sin saber que est haciendo algo y qu est haciendo, adems de llevar la persuasin de que debe hacerlo.

    En una orden militar se dice: Haga tal cosa y se termin. En poltica no se puede hacer. El que lo hace se equivoca. Se debe llamar al hombre y decir-le: La situacin es sta. Nosotros tenemos que lograr estos objetivos. Yo he pensado que esto es lo que podemos hacer. Qu le parece a usted?

    Y as lo persuade y lo va convenciendo. Si lo larga sin convencerlo, cumplir de mala gana o no lo har, pero si se va convencido, es probable que lo haga.

    Y siempre hay la posibilidad de llamarlo despus y decirle por qu no cumpli, o por qu lo hizo mal, si en verdad estaba convencido de que deba hacer lo que se le indic.

    Informacin recproca permanenteEsto de los sistemas y de las formas tiene una importancia extraordinaria,

    pero implica un trabajo tambin extraordinario. Para tenerlo siempre despierto al que realiza la tarea en el punto de con-

    tacto, es necesario tenerlo permanentemente informado, y que l a su vez lo tenga informado a uno.

    As, cuando va mal, se lo puede llamar y decirle: Va mal; agarre para el otro lado. Ese cambio de opiniones, ese consejo, esa consulta permanente que puede realizarse en las pequeas esferas, favorece y ayuda extraordina-riamente la conduccin, sobre todo la comprensin, y uno puede vigilar si cuando trabaja ese hombre lo hace para todos o para l, lo que es muy im-portante tambin en la conduccin.

    Ese sistema de informacin de ida y vuelta es indispensable en la reali-zacin de toda la conduccin, no slo para mantener latente y permanente la accin, sino tambin para vivir informado sobre lo que hacen en el lugar de la conduccin.

    Equilibrio entre la accin particular y la de conjunto Otra cosa que hay que vigilar permanentemente, en la conduccin, es

    que las partes se encuadren siempre en la situacin de conjunto y en la accin de conjunto.

    Una de las cosas ms comunes en la conduccin poltica es que el que conduce en el lugar cree que el mundo gira alrededor del pueblo que dirige,

    y entonces no hay problema que l no subordine a la accin poltica que desarrolla all en el pueblito.

    Cuando viene alguna cosa, la resuelve por su cuenta. No es se el procedimiento. El que hace una conduccin de su pueblito, departamento, provincia o

    territorio, ha de pensar siempre que va a resolver alguna cuestin de lucha poltica, y ha de pensar, tambin, si eso que l hace favorece a la accin de conjunto o no la favorece, en cuyo caso, si no est seguro, lo mejor es consul-tar a la accin de conjunto, y all le dirn si conviene o no conviene, porque ellos estn ms en la accin de conjunto.

    La conduccin tctica no debe resolverse unilateralmente Vale decir, que nunca, en la conduccin tctica de una accin poltica,

    ha de pensarse y resolverse unilateralmente, porque as es como se rompe la unidad de accin y se acta en fuerzas disolventes en vez de fuerzas concu-rrentes, que es la base del xito en la poltica.

    De la misma manera, en una situacin estratgica falsa, el xito en el pue-blito no salva nada.

    Qu va a hacer con que venza en el pueblito si perdemos en la Repblica? Es una cosa bien clarita: en una situacin poltica estratgica, el xito tctico no conduce a nada.

    Lo que decide es la situacin de conjuntoPor esa razn, en esto hay que llevar a los hombres y a la mentalidad de

    los hombres que conducen, que nada ha de hacerse fuera de la situacin de conjunto, porque lo que decide es esa situacin de conjunto.

    De nada le va a valer a un peronista ser convencional en Calamuchita, si el presidente de la Repblica fuese un radical o un conservador.

    Es decir, que hay que servir al conjunto, en primer trmino, y dentro del conjunto, actuar, porque todo se viene eslabonando desde arriba.

    Las disposiciones y el control Adems de la informacin y del encuadre del conjunto en la accin,

    es necesario cuidar las disposiciones y el control. Vale decir, que hay que utilizar todos los medios posibles para que las noticias, directivas, dis-posiciones u rdenes, alcancen oportunamente a los rganos a que estn destinadas.

  • Juan domIngo pern

    122

    ConduCCIn poltICa

    123

    Una de las fallas fundamentales de los polticos es que se renen en orga-nismos directivos y conversando, dicen: Bueno, esto hay que transmitirlo. Transmtelo, le dicen al secretario. Este dice a otro: Transmitilo.

    Pasa el tiempo y la noticia, la orden o la directiva llega a algunas partes y a otras no llega.

    A algunas partes llega al da siguiente, a otras al ao siguiente; a algunas partes llega completa, e incompleta a las otras.

    Un sistema completo de transmisiones permanentesEsto es algo que tiene un valor importantsimo, aunque nos parezca que

    no. Que todo el mundo est igual y oportunamente informado, despus de la unidad de concepcin, es lo nico que asegura la unidad de accin.

    De nada vale que nosotros lo pensemos si no lo hacemos pensar a todos los dems que deben actuar.

    De manera que esto, que parece una cosa secundaria, es fundamental. Hay que organizar un sistema de transmisiones permanentes y completo

    para que las noticias, informaciones, disposiciones, directivas y rdenes lleguen oportunamente y a todas partes, porque, si no, la aplanadora no se forma.

    Esa aplanadora de que tanto hemos hablado no marcha, no funciona. Este defecto lo he observado mucho en nuestro trabajo, y es muy comn.

    El fraude, los radicales y los manifiestos Yo recuerdo siempre a los radicales y menciono esto como un caso de la

    eficacia de las medidas que se toman contra la accin del adversario. Siempre, con los radicales amigos mos, he criticado una cosa: A us-

    tedes los engaaban, en la provincia de Buenos Aires, y con el fraude les ganaban la eleccin. Ustedes se reunan en el comit, lanzaban un mani-fiesto y se quedaban tan tranquilos por cuatro aos, y la masa tambin se conformaba.

    Levantar al pueblo, para combatir al fraudeHay que hacer una cosa, hay que levantar al Pueblo. Qu manifiesto

    ni qu ocho cuartos! Una orden: levantar al Pueblo. Frente al fraude se reacciona de una sola manera. Hay que tener todo bien conectado y a la voz de ahora, se levanta todo el mundo, le queman los comicios, le ma-tan los fiscales, cualquier cosa. Es la nica forma de combatir el fraude; pero con manifiestos!...

    Indudablemente, que para hacer una cosa as es necesario tener la con-duccin y todo un sistema de accin establecido, de transmisin, para que llegue y se conecte en un todo, y accione todo el mundo junto.

    La accin de conjunto es extraordinaria. Ya vamos a hablar, cuando hablemos de los principios de la conduccin,

    de la accin de masa, que es base, en poltica.

    Accin de masa, economa de fuerzaLa accin de masa es un principio eterno e inmutable de la conduccin,

    porque todas las conducciones, en el orden militar o econmico, la usan. Es decir, no hay que echar gotas. Hay que echar con el balde para que

    haga efecto. Eso se llama el principio de la economa de la fuerza que dice que no hay

    que pretender ser fuerte en todas partes, porque entonces uno termina por no ser fuerte en ninguna.

    Tambin dice que no se puede pretender ser siempre fuerte porque termi-na por no ser fuerte nunca.

    Hay que ser fuerte en un lugar y en un momento, y por eso que hay que tener todo en la mano para poderlo manejar a fin de conducir.

    Ganar la calle en un momento y lugar decisivosEsa accin de masa destruye cualquier cosa. Recuerdo que una vez, cuando estaba en la Secretara de Trabajo, en 1944,

    que salan a la calle la FUBA y la UD, yo estaba metido dentro, pero tena todos los obreros atrs y les deca: De casa al trabajo y del trabajo a casa.

    Venan y me decan todos los das: Nos estn ganando la calle y no hay que dejrsela ganar.

    Yo contestaba: Y bueno, para qu quieren la calle?; dejmosles que ten-gan la calle.

    Que hacen manifestaciones, que insultan a la gente, que nos pegan cuan-do nos encuentran aislados, que matan vigilantes, me decan.

    Paciencia contestaba, somos una vctima ms de los polticos. Hay que ganar la calle en un momento y en un lugar decisivo. Pretender

    tener siempre la calle es gastar la fuerza y no ser nunca fuerte. Les dije: Les voy a demostrar que en esto la economa de la fuerza triunfa. Llam a los madereros y les ped: Muchachos, hganme unos garrotes

    grandes.

  • Juan domIngo pern

    124

    ConduCCIn poltICa

    125

    Despus llamamos al gremio de la carne y les dijimos: Muchachos: se animan con 500 bastones a salir a la calle?

    Les dimos quinientos palos, salieron, ganaron la calle y los otros no la volvieron a recuperar ms.

    Hay que dominar la tcnica de la conduccinClaro que para hacer eso nosotros esperamos dos meses. Cuando ellos se haban aburrido de andar solos por la calle, nosotros

    estbamos fresquitos, listos y con ganas de salir a la calle. Lgicamente todo se termin en un solo acto.Todo eso tiene una tcnica, no se hace porque s. Esa tcnica es la que hay

    que dominar en la conduccin, y est basada en principios cientficos, en los verdaderos principios del arte de la conduccin.

    No se conduce a ojo de buen cubero, sino a conciencia y estudiando mi-nuciosamente un problema y resolvindolo todo cientficamente.

    Hay que hacerse un conductor, un profesional, si es posible, dominando los principios del arte y aplicndolos bien y oportunamente.

    El elemento de accin y la organizacinTodo eso lo vamos a considerar en su momento. Me refiero a que para

    poder realizar eso, cumplir los principios y ejecutarlos es indispensable que tengamos esto que es la base.

    Se podr dominar y accionar en conjunto, porque de qu sirve el principio si no podemos juntar la gente y hacerla salir en un momento oportuno con unidad de accin y de concepcin. Es intil. Uno se queda con la linda idea.

    Decimos muy bien las cosas, las pensamos mejor, pero las hacemos mal, porque no tenemos el elemento de accin, la tcnica ni la organizacin.

    Para poder golpear con un martillo, primero hay que tener la fuerza y el martillo.

    Con esto es exactamente igual.No se puede accionar en la conduccin si uno no ha preparado su ins-

    trumento y su herramienta. Cuando tiene la herramienta en la mano, golpea fuerte y bien.

    Trabajo paulatino de adoctrinamiento Todo esto que nosotros tratamos de formar y que haremos paulatina-

    mente, no se improvisa.

    Es trabajo de aos y aos, porque hay que ir llevando estos conocimien-tos a la masa, a los dirigentes, y ponindolos en prctica para que la expe-riencia misma lo vaya formando a uno en la escuela de la accin, que es la mejor escuela.

    El que lo haya hecho una vez, no se olvida ms; el que se haya equivocado una vez, tal vez se olvide menos, porque tiene la leccin del fracaso, que es una de las grandes lecciones que da la vida. Claro que es una experiencia cara y que llega a menudo tarde, pero siempre vale para la vida.

    La masa debe conocer la situacinOtra de las cosas indispensables en la conduccin, y para la cual hay

    que estar conectado hasta con el ltimo rgano, es que hasta el ltimo hombre conozca la situacin; qu es lo que se quiere hacer y qu se debe hacer.

    Hay que arbitrar los medios para que todo hombre conozca la situacin, sepa lo que hay que hacer y cmo hay que proceder.

    Eso hay que llevarlo a la masa. Cuanto ms penetrada est la masa de es-tas cuestiones, mejor ser el procedimiento, ms inteligente, ms comprensi-va y a la unidad de accin vendr con ms fuerza y decisin. Esa es otra cosa que hay que sistematizar.

    Fracaso por insuficiencia de informacin

    Generalmente, las acciones fracasan porque las noticias son insuficien-temente conocidas, porque la persuasin no ha llegado a todos los hombres y unos estn indecisos; esto es lo que pasa generalmente aqu, y que yo he tratado de ir terminando por la informacin.

    Es una cosa muy comn que en determinadas situaciones todo el mundo diga: Qu dice el General?

    Se habla de un candidato: Qu dice el General? Eso no se debe decir en una masa organizada. Cuando llega la noticia debe llegar completa y todo el mundo debe saber

    qu se piensa en el medio, arriba y abajo. Esto hay que sistematizarlo, porque todava no lo tenemos bien siste-

    matizado. Si eso se realiza, es posible la ejecucin con unidad de accin. Y si se asegura un sistema, es algo que se va produciendo en las mejores

    condiciones.

  • Juan domIngo pern

    126

    ConduCCIn poltICa

    127

    El clculo de las fuerzas Si la conduccin poltica es buena, frente a una conduccin poltica in-

    orgnica, es invencible. Un partido poltico que tenga una conduccin bien realizada, tiene que ser invencible, porque forma un cuerpo de accin que aplica la fuerza en el momento oportuno, donde hay que aplicar la mitad de la fuerza para vencer, reservando la otra mitad.

    Claro que hablo teniendo en cuenta que existe un predicamento po-ltico como el del peronismo, porque de lo contrario sera intil que se condujera, bien.

    Primero es necesario cumplir las dems condiciones que hemos mencio-nado, porque si furamos demcratas progresistas, por bien que condujra-mos, nuestro esfuerzo resultara intil.

    El control de la ejecucinOtra cosa importante es lo que se refiere al control de la ejecucin, que es

    otro de los factores que cierran el ciclo de la conduccin. Adems de todos los elementos mencionados, es necesario ejercer un

    control permanente y minucioso de la ejecucin. Los hombres son todos buenos, pero si se los vigila son mejores. Es decir, que

    en la conduccin no puede considerarse solamente que las cosas se han de hacer, sino que se debe tener la seguridad de que se hagan, y que se hagan bien.

    Por eso, todos los organismos de la conduccin deben tener sus controles de ejecucin.

    Razones de la necesidad del control Vale decir, que la funcin de un elemento directivo de la accin poltica

    no slo ha de conformarse con decir lo que hay que hacer y comunicarlo, sino tambin en comprobar que se haga.

    En todas las actividades es necesario realizar esto. An en el gobierno, yo sigo siempre el mismo sistema. Cuando me olvido,

    las cosas no se realizan hasta que hago sentir el control.Ese control de todos los actos es necesario por dos razones: primero, para

    saber si las cosas se hacen; y segundo, porque si todos nos controlamos a todos, tendremos mayor inters en andar mejor.

    En poltica, como en muchas otras cosas de la vida, hay que obrar siem-pre como si uno estuviera en presencia de Dios, como si estuviera ante una presencia superior.

    La esencia del conductorSeores: por hoy yo doy por terminada esta clase con la que he cerrado

    los captulos preliminares de la conduccin y desde la prxima clase deseo entrar directamente en la conduccin.

    Todo lo que hemos hablado, como prolegmenos de la conduccin, es muy importante, pero la mdula misma de toda la parte de la conduccin la comen-zaremos a tratar en la prxima clase, hablando del conductor como la parte vital del arte de la conduccin, sus condiciones morales, intelectuales y partidarias.

    Har una rpida recopilacin de lo que yo creo que debe ser el con-ductor, para despus entrar inmediatamente en lo referente a la parte inerte del arte.

    Parte vital y parte inerte de la conduccin El arte est compuesto siempre de una parte vital, que es el artista; de una

    parte inerte, que es la teora del arte. La primera que quiero presentar es lo que considero que constituye el

    artista en la conduccin. Como en todas las artes, la conduccin no escapa a las reglas generales. Quiero presentar al conductor como considero que debe ser: cules son

    sus valores y cualidades, para despus considerar directamente la teora del arte, analizando una serie de principios que lo caracterizan.

    Los principios del arte de la conduccinNadie puede decir cules son los principios del arte de la conduccin,

    ni tampoco nadie se ha animado a decirlo. Unos han dicho mucho y otros poco.

    Que existen principios, es indiscutible, porque si no existieran, la con-duccin no sera un arte. Y es arte y tiene principios porque de lo contrario no sera arte.

    Cristalizando unos cuantos principios, y analizndolos, nos iremos me-tiendo suavemente, como un tornillo, dentro del arte mismo, pensando que de nada vale la teora si no se tiene un poco del artista.

    Lo que la teora puede dar es una tcnica, y eso no es solamente tcnica.

    El artista de la conduccinLa teora sirve al arte, pero si no hay un artista se har una obra perfecta,

    pero sin vida. La inspiracin es del artista. En esto todos tienen un poco de

  • Juan domIngo pern

    128

    ConduCCIn poltICa

    129

    artista, segn la cantidad de gotas de leo sagrado de Samuel que Dios ha puesto en cada uno.

    Unos lo hacen con acierto y otros con menos acierto, porque de artista y de loco, como dicen, todos tenemos un poco.

    Todo el mundo tiene, en esto, un poco de artista. Pero eso se perfecciona extraordinariamente por el mtodo.

    Al arte se llega por el genio o por el mtodo Los antiguos decan que al arte se llegaba por dos caminos: por el genio o

    por el mtodo. Los que no tengamos la suerte de haber recibido mucho leo sagrado, por lo menos tengamos la perseverancia de persistir en el mtodo para arrimarnos al arte.

    Por otra parte, la conduccin no requiere solamente genios, necesita hombres medianos y de trabajo, que muchas veces son ms eficaces.

    La inspiracin puede dar una solucin, en algunas circunstancias: No hay que caer en la escuela que estuvo en boga en 1800, que deca que el arte es solamente para los que nacen artistas y que los que no nacen artistas para qu se van a dedicar al arte! Se nace o no!

    En la conduccin se triunfa o se fracasaEsa escuela negativa no es la de la conduccin. Si en la conduccin apare-

    cen los hombres artistas, mejor, pero no son siempre indispensables. Se puede conducir mejor sin artistas. En el arte aparece un artista, pero hay muchos otros que pintan bien y

    que a veces gustan como los mismos artistas. Hay muchos cuadros de un pintor moderno, que pinta ms o menos, y

    que a m me gustan mucho. Es cuestin de gustos. Y en la conduccin hay mucho de gustos.

    Pero, naturalmente, el arte de la conduccin es ms perfecto en ese senti-do, porque a un cuadro o a una escultura uno la aprecia y le gusta o no; pero en el arte de la conduccin el tipo triunfa o fracasa.

    Enseanza prctica de la conduccin Yo tratar, en pocas clases, de poner en evidencia esos factores de

    xito o de fracaso en el anlisis del conductor y de la teora de la con-duccin.

    Si lo consigo, quedar satisfecho.

    Es una cosa bastante difcil.Yo tratar de hacer un anlisis lo ms profundo posible, y despus que

    hayamos terminado con la exgesis de esos grandes principios, haremos al-gunos ejercicios terico-prcticos sobre conduccin.

    Yo plantear una situacin; ustedes harn la apreciacin de la situacin, tomarn la resolucin y proyectarn un plan de accin.

    Eso es lo ms prctico, porque sobre la conduccin se procede por dos sistemas: primeramente, por el anlisis y estudio terico; y despus, por los estudios aplicados, que pueden ser situaciones concretas; porque esto de ha-blar de la conduccin es fcil, pero lo difcil es conducir.

    Las ejercitacionesNo queremos formar hombres que sepan hablar de la conduccin, sino

    que sean capaces de tomar una resolucin y ejecutarla. Esa ejercitacin es la que va a ir dndole alas a uno para comenzar a volar

    en la aplicacin de los grandes principios de la conduccin. Esas ejercitaciones son tambin, en algunos casos, anlisis de hechos

    histricos. Se plantea una situacin producida en la historia, se estudia crticamente

    y se dice por qu fracas o triunf. Cules son los factores que condujeron al xito. No se estudia una situacin para volverla a aplicar, porque esa situa-cin no se repite ms. Se la estudia como una gimnasia, para ser ms sabio en todas las ocasiones.

    Ese es el camino para ejercitar la conduccin.

    La experiencia del General PernYo podra hablarles aos sobre esto, porque me he pasado la vida

    estudiando, pero nunca podra transmitirles la enseanza que ustedes sacarn en cuatro o cinco trabajos sobre situaciones, que ustedes estn obligados a analizar, a aislar y a familiarizarse con los factores del xito y del fracaso, como as a apreciar situaciones concretas, tomar resolucio-nes concretas y preparar un plan, para llevar a cabo una accin tctica o estratgica en la poltica.

    En las prximas clases empezaremos a tratar del conductor. Sobre esto he escrito varias cosas, que si las tienen a mano, podrn leerlas. Hay varios trabajos mos sobre el conductor, y un librito mo que habla mu-

    cho sobre la conduccin. Es de carcter militar, pero es aplicable a la poltica.

  • Juan domIngo pern

    130

    ConduCCIn poltICa

    131

    Captulo Vel ConDuCtor

    La conduccin: arte y cienciaEn nuestra clase anterior habamos dejado para tratar hoy lo referente al

    conductor, es decir, lo que yo llamo, la parte vital del arte.Se ha llegado a discutir muchas veces si la conduccin es un arte o una ciencia.Asunto difcil diremos de establecer en forma categrica, porque en

    ella uno utiliza todos los conocimientos, sean stos de la ciencia o sean de la vida, que es la ms grande de todas las ciencias, para un conductor.

    Sin embargo, es indudable que la conduccin es un arte; es puramente un arte, y utiliza tambin, como las dems artes, partes de la ciencia. Si en lugar de arte fuese una ciencia, ya existira alguna frmula para crear una obra de arte como la de Napolen, como la de Alejandro o la de Csar.

    Ciencia y arte: diferencia Creo que todava no existe una ciencia que capacite al hombre para

    realizar esa clase de trabajo. La ciencia, en general, difiere del arte y se rige por leyes, las cuales establecen que, a los mismos efectos, correspon-den las mismas causas.

    El arte, en cambio, es una cosa distinta; no tiene reglas fijas ni leyes, sino que se rige por principios, grandes principios que se enuncian en una misma forma, pero que se aplican de infinitos modos y maneras. Vale decir que nada nos da la posesin de un arte, de un principio como cierto, sino mediante la transformacin que el criterio y la capacidad del conductor hace en su apli-cacin en cada caso concreto; porque las mismas causas en la conduccin no producen los mismos efectos.

    La conduccin es permanente creacinIntervienen los hombres e intervienen los hechos y aun en casos similares,

    a iguales causas no se obtienen iguales efectos, porque cambian los hombres y cambian los factores que juegan en la solucin del problema.

    De manera que la conduccin es un arte sui generis. Es distinto de to-dos los dems. Es un arte porque presupone, permanentemente, creacin. La

    Las condiciones del conductor, en la poltica, son ms o menos las mis-mas que se requieren para la tcnica de la conduccin. Claro que las condi-ciones son otras, y es sobre eso que voy a tratar.

  • Juan domIngo pern

    132

    ConduCCIn poltICa

    133

    conduccin sin espritu creador no existe, y es permanente creacin porque todos los casos que la historia plantea en la conduccin son distintos, como distintos son los factores que intervienen en cada caso.

    La habilidad del conductor La habilidad del conductor est en percibir el problema, en captar cada

    uno de sus factores en su verdadero valor, sin equivocar ninguno de los co-eficientes que, con distinta importancia, escalonan las formas principales y las formas secundarias del hecho.

    Captado el problema en su conjunto, elaborado por el propio criterio y resuelto con espritu objetivo y real, el hecho se penetra; el anlisis lo des-compone, la sntesis lo arma y el mtodo lo desarrolla.

    Eso es todo cuanto se puede decir de la operacin que, naturalmente, se produce en la personalidad del conductor. Es algo tan extraordinario como lo que sucede con los organismos fisiolgicos que, ingiriendo distintas subs-tancias, pueden producir reacciones y efectos similares.

    Es un arte simple para el que posee las cualidades El conductor es un ente de transformacin maravilloso, que percibe

    un fenmeno y saca una solucin elaborada por s, parte intuitivamente, parte por el anlisis y parte por la sntesis. Difcil de comprender, porque son fenmenos que no creo haya nadie que pueda explicar de una ma-nera certera.

    Lo que s se puede expresar es que ste es un arte simple y todo de ejecu-cin, como deca Napolen. Simple, para el que tiene las cualidades y calida-des; difcil para el que no las posee. Que esas cualidades y calidades pueden adquirirse realmente, es cierto.

    El conductor puede crearse y perfeccionarseDe manera que el conductor, indudablemente, puede nacer, pero puede

    tambin crearse y perfeccionarse. De esto se podra hablar con sentido analtico y con sentido filosfico das

    enteros. Pero no es nuestra finalidad extendernos en conocimientos abstrac-tos de lo que es un conductor, sino en catalogar algunos de los conocimien-tos que l debe poseer para ser ms sabio en cada una de las ocasiones en que deba actuar. Por principio, el conductor no es solamente un captador, diremos, de fenmenos y que elabora xitos, y fracasos.

    Quien proceda con un criterio ms o menos formal a cristalizar sistemas, a establecer mtodos y a crear recetas para conducir como para hacer la comida se equivoca.

    Si fuese posible realizar la conduccin poltica con sentido esquemtico, con sentido dinmico, mediante sistemas preestablecidos o recetas al alcance de todos, sera una cosa muy fcil.

    La creacin, exigencia del conductor Pero es difcil, precisamente porque la principalsima exigencia de la

    conduccin es crear y hasta ahora, lo que ms difcil se le ha presentado al hombre es la creacin. Tenemos mucho hecho en el mundo, pero no mucho creado. La tarea del conductor es crear, crear siempre, estar siempre predispuesto a crear.

    Parte inerte y parte vital de la conduccin Al dividir el arte de la conduccin deben tenerse en cuenta dos partes

    fundamentales: la parte vital del arte, que es el conductor, el artista, y la parte inerte, que comprende toda la teora del arte y su tcnica.

    Esta teora del arte y su tcnica puede ser aprendida por cualquiera y, en consecuencia, cualquiera puede llegar a poseer los secretos de la conduccin.

    El secreto de la creacin Ahora bien; conducir ya es otra cosa. Los secretos estn ntegramente

    en la teora y en la tcnica, pero hay un secreto superior a todos que es el de la creacin; algunos hombres lo poseen naturalmente, otros lo adquie-ren, pero lo alcanzan con distinta medida. Yo lo he calificado como el leo sagrado de Samuel, como califico a menudo las cosas que no se pueden definir exactamente.

    Uno de los grandes errores en la preparacin de los hombres de Estado en el mundo, ha sido precisamente prescindir de la tcnica de la conduccin.

    Conduccin poltica en el orden internacionalLa conduccin poltica en el orden internacional se distingue muy clara-

    mente de la conduccin militar. Se dice que la conduccin militar es la continuacin de la conduccin

    poltica; o, en otras palabras, que la guerra es la continuacin de la poltica por otros medios.

  • Juan domIngo pern

    134

    ConduCCIn poltICa

    135

    Hay una continuidad absoluta entre una y otra conduccin. En la poltica interna la tcnica de conduccin es tambin la base de la conduccin militar, porque quien hace la conduccin de la poltica por otros medios, vale decir, la guerra, utiliza el instrumento natural del trabajo de toda la conduccin interna.

    Unidad en la preparacin de la NacinCuando elaboramos dentro del pas una poltica, estamos preparando la

    conduccin de un pueblo en lo interno y tambin en lo internacional para que haya unidad en la preparacin de la Nacin. No se prepara la Nacin uni-lateralmente para un trabajo o para otro; la Nacin se prepara para que tenga aglutinacin, doctrina, una vida nacional y un sentido nacional; se educa, se prepara, se forma, se organiza y se conduce en conjunto. Yo no entiendo la conduccin de la Nacin en compartimentos estancos por distintas materias.

    El hombre no vive por partes, sino integralmente. La Nacin no vive por sectores, sino universalmente, y se es el punto de partida fundamental.

    Concepto de universalidad en la accin polticaEs necesario que el hombre tenga el concepto de la universalidad de la

    accin poltica. Esta no se puede dividir: la poltica forma un campo indi-visible e integral. El que no llegue a comprender eso, no podr jams actuar bien en poltica.

    Vale decir, que la poltica no se aprende por especialidades y por compar-timentos: la poltica se comprende.

    Es as como hay hombres que han hecho poltica toda su vida y nunca la comprendieron; as como hay hombres que quiz jams hicieron poltica, pero cuando actuaron, lo hicieron bien, porque la haban comprendido.

    La poltica es actividad integralEl error de enfoque y de penetracin del aspecto poltico de la Nacin est en

    no mirar en grande la poltica; ella no se puede mirar en pequeo, porque es la actividad integral; todo est comprendido por la poltica; y quien no abarque el programa y mire slo un sector por un pequeo agujerito, no podr hacer nada en poltica. Por qu? Porque las grandes causas estn en los fenmenos integra-les, no en las pequeas partes que componen ese fenmeno de conjunto.

    De manera que para ser conductor poltico, lo que hay que estudiar es esta po-ltica integral. No pequeos sectores de especializacin en la poltica, porque aun-que tenga a su lado a tcnicos, no le servirn; sos son asesores y no conductores.

    La poltica se comprende, no se aprendeEn otras palabras, no se comprende la poltica si no se tiene un panorama

    de la unidad integral de la poltica, que es universal e indivisible, pero que uno la puede penetrar y comprender. La poltica no se aprende; se comprende.

    Tonto es perder una vida estudiando la poltica solamente para aprender-la, porque cuando se la ha aprendido, se muere y no sirve para nada. Debe tratarse de comprenderla.

    Valor de la experiencia polticaEs imposible aprender la poltica. Es tan infinito el nmero de casos concretos

    que la poltica plantea, que quien quisiera aprenderlos todos se morira antes de haber aprendido la milsima parte. Vale decir que la experiencia poltica es com-prensible para el entendimiento de los hombres, para elaborar el criterio necesario que permita enfocar los problemas y resolverlos de por s con sentido objetivo.

    Jams pretender acordarse de qu caso ha pasado que se parezca al que se debe resolver, o qu es lo que la teora dice como principio a aplicar. Eso no tiene ningn valor; es la penetracin y la comprensin del problema lo que va a dar la solucin.

    De la situacin al objetivoDe cualquier situacin fluye, teniendo en cuenta el objetivo, qu es lo que hay

    que hacer para que marchemos desde esta situacin en que vivimos a ese objeto que perseguimos. El camino surge de la experiencia de la situacin. Y eso hay que mirarlo objetivamente. Es poner en movimiento la materia, directamente, y en-tonces de ah va a salir el camino, camino nico o camino mltiple, pero camino, que es lo que uno busca entre las situaciones y el objetivo que persigue.

    Las posibilidades de solucin son infinitasEs difcil establecer tambin en este campo nada ajustado a una realidad

    concreta. En este tipo de actividad nada hay concreto, sino la situacin que plantea cada caso. Y para resolverla, los caminos son infinitos, como infinito es el nmero de hombres, y como infinito es el nmero de las distintas y diversas maneras de pensar y de actuar.

    Napolen y las acciones poltica y militar Sin embargo, Napolen que es uno de los hombres ms admirables, no

    slo en la solucin de los problemas, sino por las ideas que ha legado sobre

  • Juan domIngo pern

    136

    ConduCCIn poltICa

    137

    sus mtodos de conduccin tena una afirmacin de extraordinario valor para todo el que conduce, no slo en lo militar, sino tambin en lo poltico.

    Porque Napolen fue, por sobre todo, un poltico. El luch con una idea poltica, no luch jams con una idea militar. La accin militar de Napolen fue un medio para ejecutarla. Su objetivo su gran objetivo fue poltico.

    Si l enfrent a ocho o diez coaliciones, no lo hizo nunca por una razn militar. Las enfrent militarmente, pero por una razn poltica.

    Es que siempre la accin militar est subordinada a la poltica.

    El xito se construyeLa guerra no se hace nunca por s; no tiene valores intrnsecos; se hace

    siempre al servicio de una idea poltica. Y l, entonces, ha afirmado una teo-ra que para m es lo ms valioso que se puede encontrar en la conduccin: una verdadera trouvaille, como dicen los franceses. En la teora que Napo-len esboz en varias oportunidades, dijo: El xito no depende de la suerte, tampoco de la casualidad y no es un designio del destino. El xito dijo Na-polen se construye; el xito se realiza.

    Es decir, que el xito se concibe, se prepara, se organiza, se realiza y se explota, porque el xito de los hombres est en los hombres mismos, est en su propia accin.

    El conductor: un constructor de xitosEl conductor es un constructor de xitos. Esa es la mejor definicin que se

    puede dar de un conductor. Es decir, es un hombre que recibe un elemento que es una situacin y que recibe un objetivo, que es lo que l debe lograr, partiendo de esa situacin. Entonces l concibe.

    El xito es alcanzar el objetivo. Lo prepara, lo organiza, lo realiza y cuando llega all, le saca provecho.

    Los xitos casuales son muy rarosLa conduccin es, lisa y llanamente, la construccin de xitos, y el conductor

    es un constructor de ellos. Quiere decir que el xito puede construirse. Algunos creen que es la casualidad, otros que es la suerte, que es la fortuna. Si, puede ha-ber xitos casuales, pero en un hombre que obtiene ochenta xitos, puede haber tres xitos casuales. Los setenta y siete restantes los ha construido l mismo.

    Es difcil que a uno se le d setenta y siete veces la suerte en la ruleta; puede darse tres veces...

    A Napolen, que enfrent durante treinta aos cientos de suertes dis-tintas, no fue la casualidad ni el azar quienes lo favorecieron siempre hasta Waterloo, en que la suerte no lo favoreci. All l no prepar ni realiz el xito; quiz lo esper al azar, y por ser sta quiz la nica vez que l esper de la suerte, ella le jug una mala partida. Pero sa es la realidad.

    Las gradaciones en los xitos de la conduccin Si yo quisiera determinarles a ustedes cul es la virtud del conductor y

    qu es la conduccin, podra decirles, como cosa absolutamente cierta, algo vaga pero real: el conductor es un constructor de xitos y la conduccin es la elaboracin de esos xitos por intermedio del conductor, que utiliza una tcnica, una inspiracin y su capacidad propia.

    Si tiene una gran tcnica, puede salir una linda casa, una buena casa; si tiene una buena inspiracin, puede hacerla grande; pero si tiene talento, en-tonces la hace hasta linda, y si tiene ms talento, hace una cosa nueva que revoluciona la arquitectura en el mundo.

    En fin, esto tiene infinito nmero de gradaciones, como infinitas pueden ser las creaciones del hombre.

    Sobre el conductor en s y sobre la conduccin, yo no les podra decir nada ms nuevo ni ms concreto que esto, que por otra parte no es mo; es, en muchos conceptos, de Napolen.

    Un criterio amplioPero podemos sacar de aqu tambin alguna enseanza para la conduc-

    cin. Lo primero que se necesita es tener un criterio amplio y descartar los sistemas, la rutina y la receta. Es decir que en esto no hay que copiar; hay que crear, porque el arte es creacin.

    Nadie se ha hecho famoso copiando cuadros o esculturas, ni tampoco co-piando ejemplos, porque algunas veces se copian tambin los malos ejemplos.

    Es cuestin de discernimiento de cada individuo; pero lo importante es que cuando se quiere realizar una obra de este orden, que tenga algn valor, haya creacin.

    En consecuencia, hay que poner en juego el criterio, no la memoria, los modelos, las recetas ni los sistemas. Para esto no hay sistemas.

    No puede sistematizarse la conduccinLa conduccin es uno de los aspectos de la vida imposible de sistematizar;

  • Juan domIngo pern

    138

    ConduCCIn poltICa

    139

    no puede haber sistematizacin. Esa es la enseanza que surge de la teora de la construccin de los xitos.

    Por otra parte, es necesario pensar que lo que el conductor enfrenta es una situacin concreta y que lo que necesita es una solucin, que no encon-trar en ninguno de los ejemplos de la historia, ni sacar explcitamente de ninguno de los principios de la teora del arte.

    Los principios surgen de las obras maestras Los principios de la teora del arte han surgido de las grandes obras maes-

    tras de la conduccin poltica. De manera que, siendo principios empricos, no los podremos fabricar nosotros, sino que surgen de los hechos. Por eso la conduccin no es una tcnica, sino un arte, y de all que el conductor no es un tcnico, sino un artista.

    El conductor acta ante casos concretosEl artista que debe crear tiene ante s un caso concreto; le encargan la

    obra, tiene los materiales, todo lo necesario. El debe darle vida; sa es la solu-cin que buscar si es escultor o pintor. Si es conductor le dan un desorden tremendo y tiene que arreglarlo para salir adelante.

    Le entregan una Argentina capitalista, sin justicia social, sin soberana poltica y sin independencia econmica, y tiene que solucionar todos los problemas.

    No es que yo quiera citar un ejemplo nuestro, pero s quiero dar el ejem-plo real.

    Hay que darse cuenta de los inconvenientes con que se tropieza en la rea-lizacin de una obra de conduccin, los malos ratos que hay que pasar, las amenazas, las noches y los das tristes; pero al final se llega a una solucin y entonces la satisfaccin compensa todos los malestares.

    La experiencia propia es difcil La experiencia propia en la conduccin es difcil. Generalmente llega tar-

    de y cuesta cara, porque se aprende sobre los errores y la experiencia en carne propia es, en poltica, maestra de los tontos: hay que tratar de aprender en los errores que cometen los dems.

    De manera que en esta gimnasia espiritual permanente, que es el estudio de todos los hechos, de todos los casos y su anlisis, se van acoplando, en todas las situaciones, los conocimientos necesarios.

    No se estudian los casos concretos ocurridos en la historia de la conduccin poltica del mundo para volverlos a aplicar por si el caso se repite; no, se estudian para ser sabios en todas las ocasiones, para entrenamiento, pura y exclusivamen-te, para hacer una gimnasia de la conduccin. Ese es el valor de los ejemplos.

    El conductor no debe dejarse conducirPero, aunque parezca una verdad de Perogrullo, una de las cosas ms

    importantes para el conductor es que tenga presente que quien debe con-ducir los acontecimientos es l. Y que no debe ser conducido jams por los acontecimientos.

    Esa es una de las condiciones fundamentales del conductor. Que sea con-ductor; que l conduzca los acontecimientos, y que no sean los aconteci-mientos los que lo conduzcan a l. Primera cuestin. Y segunda, que debe saber siempre lo que quiere.

    Debe conocer cul es el objetivoDebe conocer siempre cul es el objetivo sobre el cual marcha. Estas dos cosas parecen asimismo dos verdades de Perogrullo, porque

    conducir, lgicamente, presupone que sea uno el que origina, desencadena y realiza los acontecimientos, y no que sea l el juguete de esos sucesos.

    Tambin hay que saber lo que se quiere, cul es el objetivo por el cual se conduce.

    Yo les dira a ustedes que en la historia son muchos ms los con-ductores que han sido conducidos por los acontecimientos y que no saban qu era lo que queran, o cul era su objetivo, que los que han conducido y los que han tenido claro el objetivo y la finalidad por la que luchaban. Es una cosa extraordinaria, pero es as. Es exactamente como yo les digo.

    Hay que abarcar los factores fundamentalesOtra de las cuestiones que el conductor no debe jams olvidar es que

    todos los hechos tienen factores determinantes y factores secundarios. Gene-ralmente, como le pas a Don Quijote, muchos de los hombres luchan, diri-gen la accin contra los molinos de viento, y se olvidan de sus enemigos. Es decir, son atrados a esos objetivos secundarios donde gastan toda su energa y su tiempo, mientras ven desfilar los objetivos principales sin apoderarse de ellos y encaminarlos a su voluntad.

  • Juan domIngo pern

    140

    ConduCCIn poltICa

    141

    Vale decir, que en todas las acciones de la poltica hay factores determi-nantes o principales y factores secundarios. El secreto est en abarcarlos bien, comprenderlos bien y dominar los fundamentales, dejando libres los secundarios que no tienen mucha importancia; o, cuando mucho, atendiendo los objetivos fundamentales con los medios fundamentales o principales, y atendiendo los secundarios slo con fuerzas y con medios de segundo orden.

    Desechar los objetivos sin valor Otro asunto que a menudo olvidan los hombres en la conduccin y us-

    tedes han de haberlo observado mil veces, es que hay personas que tienen temas fijos. Se ocupan de cosas sin importancia, se ven atradas por un objetivo que no tiene valor, y por l desprecian los verdaderamente importantes.

    Eso es muy comn en los hombres, porque el hombre no solamente tiene criterio para discernir, sino que tiene tambin pasiones que lo arras-tran; y las pasiones lo llevan, generalmente, hacia los objetivos secundarios. Muchas veces un poltico, por perseguir a otro, ha perdido toda su accin poltica. Se hundi l por otro, sin alcanzar el objetivo que persigui; per-di todo lo que buscaba.

    Esto es un asunto muy importante, porque contiene la razn misma de ser de la conduccin. Y tambin est en la naturaleza del hombre. El hombre suele ser pasionista por naturaleza y aun por costumbre. Y el conductor no puede tener esa clase de defectos.

    Lo que no debe olvidarse En otras palabras, seores, surgira de todo esto, que yo muy sinttica-

    mente expongo en razn del tiempo, que el conductor debe tener ciertas cualidades y ciertas calidades sin las cuales ser siempre obstruido por su propia personalidad durante la conduccin.

    Hay cosas que no debe olvidar jams, ya que el olvido de ellas constituir una serie de inconvenientes y factores desfavorables que se sumarn a los factores desfavorables que los hechos le van a presentar, y que, a medida que l los vaya poniendo en juego durante la conduccin, se irn multiplicando en progresin geomtrica hasta que el cmulo de errores y de factores desfa-vorables anulen toda su posibilidad de conduccin.

    Por eso quiero mencionar brevemente estas cualidades y calidades. Lo sublime de los principios no est en su enunciacin, sino en su ejercicio.

    Cualidades indispensables del conductorDiremos al pasar algunas de las cualidades que yo creo son indispensables

    en el conductor. Empecemos por establecer que el conductor es un artista; no un tcnico.

    Vale decir, que l no elabora nada mecnicamente, que la conduccin es pro-ducto de su creacin. De lo contrario, no va a tener nada que agradecer a su accin de conductor.

    En este sentido un perito en ciencias polticas y sociales no presupone, en manera alguna, un conductor, como tampoco un conductor necesita ser un perito en ciencias polticas y sociales. Uno es un tcnico; el otro es un artista. Para hacer una Piedad, de Miguel ngel, o una Cena, de Leonardo, o un Chacabuco, de San Martn que he citado tantas veces o un Wagram, de Napolen, no intervino un tcnico. Tcnicos ha habido muchos, y al lado de Napolen haba tambin un tcnico. Ahora, probablemente en Napolen, cuando en Italia venci a los austracos y piamonteses, no haba un tcnico si era un hombre de veintin aos!: haba un artista, y l supli toda la tcnica como la supli Miguel ngel; y ste era un hombre que no tena tc-nica, segn sostienen los pintores. Pero l hizo las grandes obras. Otros, que han sido tcnicos, no han hecho ninguna obra.

    Lo mismo pasa, ms o menos, con todos. No es la tcnica, sino el arte lo que lleva a la produccin de las obras

    maestras.

    Conducir es actuar y crear El arte tiene un sentido vital que no puede reemplazarse con la tcnica.

    Por eso digo que no son en realidad los conocimientos ni la extraordinaria erudicin lo que da la capacidad.

    Conducir es actuar, es crear. Lo nico que la tcnica ensea es un sistema, pero no ensea los medios

    de realizarlo. Eso est en cada individuo, o no est. Por eso digo que no presupone un perito en ciencias polticas y sociales

    un buen conductor poltico. Tenemos tantos formados por nuestras facultades y, sin embargo, no

    he visto ninguno que se haya destacado en el orden de la conduccin poltica.

    La conduccin poltica necesita, para triunfar, en este orden de cosas y en primer trmino, un conductor. Pero un conductor en la poltica no ha de ser

  • Juan domIngo pern

    142

    ConduCCIn poltICa

    143

    slo eso; tiene que ser un maestro, porque su accin no es solamente condu-cir, sino que es, primeramente, ensear; luego formar; organizar despus, y por ltimo, recin conducir.

    Lo primero, forjar el propio instrumentoPorque el instrumento de trabajo de l es tan heterogneo e inmenso, que

    lo primero que tiene que hacer es formar su instrumento. De lo contrario, cmo va a trabajar!

    El podra suplir, en algunos casos, con la accin, la falta de instrumento, del mismo modo que alguno podr modelar a dedo o pintar con el dedo. Pero no puede ser ste el sistema permanente, porque no llegar a producir obras de arte acabadas, como deben ser las que produce la conduccin.

    Complejidad de las funciones del conductor Por esa razn l debe ser tambin el conductor de pueblos; tiene que ser,

    adems de un hombre que conduzca, un hombre que sepa ensear, que sepa formar al pueblo, que sepa organizarlo y que sepa, finalmente, conducirlo.

    Muy pocos han sido los conductores argentinos Por eso creo que los conductores de la poltica, en la Argentina, han sido

    muy pocos. Por qu pienso as? Porque hemos llegado hasta esta altura y vemos que el pueblo argentino no est todava ni formado, ni instruido, ni organizado para posibilitar esa conduccin.

    Nosotros hemos tenido caudillos; no hemos tenido conductores. Si hu-biramos tenido conductores, el pueblo ya estara educado, formado, organi-zado, y sera fcil conducirlo. Por eso no lo podemos conducir ahora con un sentido tcnico. Somos capaces de hacer una diablura o una accin popular, pero no somos capaces de construir una obra perfecta a travs de los aos.

    Luchadores de montonera Es decir, somos luchadores de montonera; no somos luchadores cons-

    tructivos de una organizacin permanente. Por eso tenemos todava el senti-do gregario y no el sentido tcnico de la conduccin.

    Para qu es ese sentido tcnico? Para dar continuidad a las obras y a la existencia misma de la organizacin y d