conceptismo quevedo

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QUEVEDO Es un escritor vinculado al conceptismo. Hay pocas figuras tan grandes, tan variadas y complejas, tan ricas de matices y contradicciones como la de Quevedo. La fama literaria de que gozó en su tiempo no ha hecho sino robustecerse con los años, sin conocer períodos de eclipse o disfavor. Y, sin embargo, pocos hombres tan discutidos como él; no en su valor global, nunca en entredicho, sino en sus múltiples facetas, como escritor y como hombre público. Todavía hoy quedan puntos oscuros de sus escritos y de su vida. Don Francisco de Quevedo y Villegas nació en Madrid, en septiembre de 1580. Sus padres eran cortesanos, así que el futuro escritor anduvo desde niño por palacio y pudo adquirir muy temprana experiencia de la turbia vida cortesana. Entre 1596 y 1600 estudió en la Universidad de Alcalá lenguas clásicas, francés, italiano y filosofía. Licenciado en Artes, se matriculó en Teología, pero se tuvo que trasladar a Valladolid, donde siguió sus estudios teológicos de los Santos Padres. La corte residía allí y Quevedo encontró un empleo en el palacio. Empezó a ser conocido como poeta. Vida del Buscón Ninguna otra obra ha contribuido como el Buscón a dilatar la fama de Quevedo. La novela se publicó por primera vez en 1626 en Zaragoza, pero había sido escrita mucho antes, los críticos consideran que se redactó entre 1603 y 1608. La novela pertenece a la juventud del autor. Comparada con las demás novelas picarescas, el Buscón encierra un mundo aparte, creado por el peculiar estilo del autor. Destaca su capacidad de caricaturizar, de retorcer hasta el frenesí, de amontonar rasgos grotescos, de estirar y contorsionar a sus peleles humanos, con un desborde de ingenio en que el autor encuentra su complacencia. Ninguna medida humana sirve para la fauna quevedesca que puebla el Buscón. Los retratos de Quevedo no son una pintura real, sino deformada, visión esperpéntica, fantasía goyesca, es 1

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Conceptismo Quevedo

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QUEVEDO

QUEVEDO

Es un escritor vinculado al conceptismo.

Hay pocas figuras tan grandes, tan variadas y complejas, tan ricas de matices y contradicciones como la de Quevedo. La fama literaria de que goz en su tiempo no ha hecho sino robustecerse con los aos, sin conocer perodos de eclipse o disfavor. Y, sin embargo, pocos hombres tan discutidos como l; no en su valor global, nunca en entredicho, sino en sus mltiples facetas, como escritor y como hombre pblico. Todava hoy quedan puntos oscuros de sus escritos y de su vida.

Don Francisco de Quevedo y Villegas naci en Madrid, en septiembre de 1580. Sus padres eran cortesanos, as que el futuro escritor anduvo desde nio por palacio y pudo adquirir muy temprana experiencia de la turbia vida cortesana. Entre 1596 y 1600 estudi en la Universidad de Alcal lenguas clsicas, francs, italiano y filosofa. Licenciado en Artes, se matricul en Teologa, pero se tuvo que trasladar a Valladolid, donde sigui sus estudios teolgicos de los Santos Padres. La corte resida all y Quevedo encontr un empleo en el palacio. Empez a ser conocido como poeta.

Vida del Buscn

Ninguna otra obra ha contribuido como el Buscn a dilatar la fama de Quevedo.

La novela se public por primera vez en 1626 en Zaragoza, pero haba sido escrita mucho antes, los crticos consideran que se redact entre 1603 y 1608. La novela pertenece a la juventud del autor.

Comparada con las dems novelas picarescas, el Buscn encierra un mundo aparte, creado por el peculiar estilo del autor. Destaca su capacidad de caricaturizar, de retorcer hasta el frenes, de amontonar rasgos grotescos, de estirar y contorsionar a sus peleles humanos, con un desborde de ingenio en que el autor encuentra su complacencia. Ninguna medida humana sirve para la fauna quevedesca que puebla el Buscn. Los retratos de Quevedo no son una pintura real, sino deformada, visin esperpntica, fantasa goyesca, es decir: algo que no procede de una normal captura, sino de caprichosa elaboracin, sustitucin del dato por la invencin ingeniosa, con una clara voluntad de creacin artstica. Quevedo hace que Pablos cuente las cosas ms tremendas con una impavidez glacial, hasta cuando alude a la muerte de su padre ajusticiado. El novelista no se siente unido por ningn lazo de emocin hacia las figuras que maneja; todo ese mundo repugnante, que parece satirizar, toda esa rueda alucinante de hampones, hambrientos, matones, buscones, verdugos, alcahuetas, toda esa sucesin de golpes, violencias y suciedades, constituyen para l un espectculo divertido, materia prima de su obra, que Quevedo manipula con frialdad cruel y convierte en sustancia literaria despus de elaborarla en las oficinas de su cerebro.

Lzaro Carreter niega al Buscn dos caracteres que siempre le han sido atribuidos: la protesta social y el didactismo, es decir la intencin crtica y el propsito de leccin moral, y precisamente en la ausencia de estos dos rasgos hace consistir lo peculiar de esta novela. Quevedo no crea que fuera posible corregir a sus personajes y precisamente este escepticismo haca posible la glacial deshumanizacin que se constata en el Buscn. Por eso Quevedo tomaba a risa, transformndolo en literatura, lo que a otras mentes, que tenan ms fe en el hombre, les provocaba dolorosa irritacin e intencin de moralizar. Quevedo, en cambio, pensaba que no vala la pena. En este sentido s que parece cierta la afirmacin de Lzaro Carreter de que el Buscn carece de propsito: dardo sin meta. Pero la denuncia satrica est all, con todo el peso enorme y acusador de los propios hechos, que no necesitan comentario. Lo malo de Quevedo es que la emprende muchas veces con gentes y cosas que carecen de toda importancia (esos pasteleros, sastres, barberos, vinateros, poetas, tan insistentemente criticados). Pero hay que admitir que en el Buscn da tambin plaza a otras cuestiones: todas esas farsas de devocin, que cubran el pas de una apestosa capa de hipocresa, la venalidad de la justicia, pormenorizada en hechos muy concretos; la miseria y vergenza del hampa organizada, que explota adems credulidad pueril de gentes bien nacidas. La mera denuncia de la maldad o de la farsa moraliza por la sola virtud de poner al descubierto el dao o la mentira; y Quevedo no lo hace comoquiera, sino con plena conciencia de su actitud.

Caracteres de la prosa de Quevedo

Pocos escritores espaoles han posedo el dominio del lenguaje que Quevedo mostraba ya en sus primeros escritos. Dispone de un ilimitado caudal de vocabulario, pero su riqueza ms que en el nmero de las palabras reside en su capacidad para manejarlas, extrayendo de ellas matices infinitas, jugando con su significado, volvindolas del derecho y del revs, violentando su naturaleza, sustantivando verbos y adjetivando sustantivos, haciendo posibles los ms ingeniosos equvocos. Leer la prosa de Quevedo es andar a salto de sorpresas ante lo inslito de sus eptetos y la indita gracia de sus comparaciones.

Todo Quevedo su personalidad y su obra- est amasado de contrastes; hay una irreductible diversidad entre el escritor asctico-religioso, poltico avisado, grave moralista, y su vertiente no menos honda y personal que se goza en la bufonada y en la gracia soez.

La poesa de Quevedo

La produccin potica de Quevedo iguala casi en extensin su obra en prosa y est a la par de ella en importancia y calidad: Quevedo es uno de los grandes poetas de la literatura espaola y superior a todos en muchos aspectos. Como su prosa, la poesa de Quevedo se extiende a lo largo de toda su vida de escritor, y encontramos en ella idnticos contrastes: el Quevedo grave, doctrinal, poeta religioso, apocalptico moralista, censor saudo, incluso profundamente enamorado, junto al desgarro ms popular, la chocarrera desvergonzada, el procaz insulto, la stira despiadada, el chiste escatolgico.

Quevedo no lleg a publicar ninguna edicin completa de sus versos, aunque parece que en sus aos postreros se dispona a prepararla; composiciones sueltas haba innumerables en colecciones y en libros de otros escritores.

A pesar de su insistente antifeminismo y de sus burlas crueles vertidas en todos los tomos contra la mujer, es uno de los mximos poetas amorosos. No hay soneto ms hermoso como aquel en que promete a Lisi su amor ms all de la muerte.

Escribi poesa severa, moralizadora, y tambin poesa burlesca y satrica.

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