comunidad en misiÓn al servicio de la vida...ser testigos mensajeros de la alegría del evangelio,...

COMUNIDAD EN MISIÓN AL SERVICIO DE LA VIDA

II CAPÍTULO PROVINCIAL SAN JOSÉ DEL SUR

DOCUMENTO CAPITULAR

COMUNIDAD EN MISIÓN AL SERVICIO DE LA VIDAII CAPÍTULO PROVINCIAL SAN JOSÉ DEL SUR


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INTRODUCCIÓN



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1. Somos comunidad en misión al servicio de la vida, esta es

nuestra conciencia como Claretianos del Sur de América. Ser

comunidad es un don, porque nos sentimos llamados por

Dios a ser signo de comunión y esperanza, compartiendo

nuestras vidas y comprometiéndonos en la construcción del

Reino de Dios; a la vez es un desafío porque nos impulsa al

servicio allí donde la vida clama, por tanto, experimentamos

la misión como una tarea junto a quienes trabajan y luchan

por un mundo más justo.

2. Nos sentimos interpelados por el Espíritu en nuestra búsque-

da de la voluntad de Dios, que nos invita a descubrir su pre-

sencia y a escuchar su llamado:

a. En la herencia de una comunidad provincial que recuer-

da a tantos misioneros que entregaron su vida en nuestra

tierra para que Dios sea conocido, amado y servido...: Maria-



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no Avellana, en los inicios de la llegada de la congregación

al sur de América y Tobías Martín en época reciente, entre

otros, nos invitan a una vida misionera audaz y generosa.

b. En la invitación que nos hace el XXV Capítulo General a

ser Testigos Mensajeros de la alegría del Evangelio, asu-

miendo el llamado del Papa Francisco a ser una Iglesia en

salida, transitando todas las fronteras que mueven nues-

tro corazón al servicio de la Palabra que inspira y da vida.

c. En el propio camino que hemos realizado como Pro-

vincia de San José del Sur, y en la necesidad de consoli-

dar nuestra propia identidad familiar para servir mejor al

proyecto de Dios. Lo hacemos junto a quienes se sienten

invitados a compartir la misión según el carisma de Anto-

nio María Claret.

3. Experimentamos el deseo de ser “artesanos de la alegría” en

nuestras comunidades, con la convicción de que para moldear

la comunidad es necesario implicar la propia vida, con la pa-

ciencia y delicadeza de un artesano, que con el corazón inspi-

rado da vida y libertad a diversas formas de expresar un mismo

ser, recreando así la riqueza de nuestro carisma para el mundo.



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I. INTERPELACIONES DE DIOS EN LA REALIDAD ACTUAL DE LA PROVINCIA SAN JOSÉ DEL SUR



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A. LAS INTERPELACIONES EN LA REALIDAD SOCIAL

Neoliberalismo - Pobreza estructural -

Problemática Ecológica

4. El modelo neoliberal se basa en una economía de mercado

del lucro supremo que acumula riqueza y genera esclavitud y

corrupción, se ha impuesto en la realidad social de nuestros

pueblos.

Todo ello nos sigue desafiando a profundizar aún más nuestro

compromiso por la justicia, la paz y la integridad de la crea-

ción, en un claro servicio a la vida amenazada (cf. TE 14-15.17).

Esta situación nos interpela a entrar en un proceso de “con-

versión ecológica” que incida en nuestra misión y estilo de



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vida. Los problemas de la ecología se han suscitado de ma-

nera particular a raíz de la economía neoliberal imperante,

cuya dinámica se basa en la explotación sistemática de los

bienes naturales, que se realiza de manera irresponsable y

sin miramientos de la auto-sustentabilidad (cf. LS 216 – 232).

Nuevas periferias

5. Las antiguas y nuevas periferias, donde aún sigue restringida

la alegría del Evangelio para los empobrecidos, nos interpe-

lan a abandonar nuestras zonas de confort y nuestra excesiva

preocupación por nosotros mismos. Entre estos empobreci-

dos nos solidarizamos con:

a. Los Migrantes que intentan mejorar sus condiciones de vida.

b. Los Pueblos Originarios portadores de una inmensa rique-

za, que atraviesan un complejo proceso de transformación.

c. Los Movimientos Populares, que buscan una sociedad más

inclusiva (cf. MS 20; TE 6, b-d).

d. En fin, otras periferias que el Papa señala como aquellas

periferias del pensamiento, de la increencia, muchas ma-

nifestaciones propias de los ámbitos urbanos (cf. EG 74).



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Familias – Nuevas Generaciones –

Perspectiva de Género

6. Somos testigos de un momento histórico en el que emergen

nuevos rostros de familia, jóvenes y diversidades sexuales.

7. Las familias con sus nuevas configuraciones, nos provocan la

apertura a nuevos esquemas para acompañarlas con sabiduría,

siendo lugares de encuentro y fraternidad, prestando especial

atención a la violencia intrafamiliar y contra las mujeres (TE 38. 3).

8. Las nuevas generaciones que, con sus múltiples realidades exis-

tenciales, aportan vida y novedad a la Iglesia y nos interpelan a

renovar la opción por ellas, dedicando con audacia, personas,

proyectos y recursos.

9. Hoy la sociedad nos desafía a mirar el fenómeno humano más

allá de los géneros conocidos tradicionalmente. Esto nos in-

terpela para que, con misericordia y valentía, reconozcamos y

abordemos dentro de nuestras realidades de misión estas nue-

vas perspectivas.

10. Estas interpelaciones de la realidad, verdadero llamado de

Dios para nuestras vidas, nos impulsan a potenciar nuestra sa-

lida misionera según nuestro carisma evangelizador, a superar



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todo tipo de acedia o mundanidad, y a crecer en disponibilidad

misionera, inculturación, encarnación y apertura (cf. MS 20).

B. LAS INTERPELACIONES EN LA REALIDAD ECLESIAL.

Nueva Eclesialidad – Conversión pastoral –

Iglesia Centrada en la Palabra

11. Vivimos una realidad eclesial variada y muy rica en cuanto a

la vivencia de la fe, especialmente en la gente sencilla. Con

un corazón agradecido valoramos el caminar recorrido, que

a lo largo de los años ha fortalecido una nueva eclesialidad

misionera centrada en la Palabra que promueve, desde pe-

queñas comunidades, una conversión pastoral transforma-

dora desde los pobres y excluidos.

12. El Papa Francisco nos ha traído un gran aire renovador que

nos invita, con nueva fuerza a escrutar los signos de los tiem-

pos y lugares para dejarnos llevar por el Espíritu (cf. EG 14).

A veces nosotros como evangelizadores, somos reacios a

estos cambios a los que se nos invita, olvidándonos de la

exhortación del Papa Francisco “Espero que todas las comu-

nidades procuren poner los medios necesarios para avanzar

en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no

puede dejar las cosas como están”. (EG 21).



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13. La comunidad eclesial nos desafía a tener presente de

manera especial la Palabra de Dios que será el centro de

su vida cotidiana, pastoral y misionera, recobrando la fuerza

kerygmática, pues ya no se puede sostener como presupuesto

que el primer anuncio del Evangelio ha llegado a todas las

personas. (cf. EG 24).

Misión Compartida – Laicos – Mujeres

14. Herederos de San Antonio María Claret, Padre y Fundador

de la Familia Claretiana, que quiso hacer con otros “la grande

obra” de la evangelización, nos sigue interpelando el compro-

miso por la vida en misión compartida como nuestro modo

normal de misión.

15. El protagonismo ministerial de los laicos y, en la actualidad,

con mayor profundidad el de las mujeres, nos lleva a revisar

nuestros modelos de Iglesia para que sean verdaderamente

inclusivos.

Evangelización de masas y minorías -

secularismo ambiental - anhelos de espiritualidad

16. Constatamos que la Iglesia se ve desafiada al anuncio del

Evangelio tanto de las masas como de las minorías, todos



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llamados a la alegría de ser pueblo de Dios. Lo primero se da

especialmente en los Santuarios, donde las gentes concu-

rren multitudinariamente. Esta realidad, presente en algunas

de nuestras posiciones, interpela nuestra sabiduría pastoral

para acompañar, especialmente la piedad popular, desde las

devociones hacia una experiencia más profunda de encuen-

tro con Jesucristo, arraigada en la vida cotidiana y sin renun-

ciar a suscitar pequeñas comunidades (cf. EG 122).

17. En cada uno de nuestros países, también se vive un am-

biente impregnado por otras propuestas, a veces en mar-

cada contradicción con las de Jesús y su Evangelio, lo que

interpela la credibilidad y coherencia de nuestro estilo de

vida (cf. EG 2, MS 14-15).

18. Frente al secularismo ambiental, la indiferencia por lo reli-

gioso y los escándalos eclesiales, se constatan búsquedas y

anhelos de espiritualidad. Ante la variedad de propuestas re-

ligiosas, la Iglesia siente el fuerte llamado a irradiar en medio

del pueblo una espiritualidad que contagie, que no se circuns-

criba a lo ritual, sino que se atreva a innovar y a salir de los es-

quemas pre-establecidos que no son significativos al pueblo y

no satisfacen sus necesidades más profundas (cf. MS 23-24).



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Juventudes – Vocaciones

19. Nos sigue interpelando la realidad juvenil con la particularidad

propia de cada país que presenta sus desafíos y límites,

como así también sus posibilidades.

20. Toda la gran comunidad eclesial se siente llamada a po-

sibilitar y potenciar en todas las comunidades los distintos

carismas, vocaciones y ministerios, por eso, es importante

estar atentos a lo que el Espíritu nos va indicando, dada la

urgencia de suscitar y consolidar vocaciones “en el pueblo

de los muchos rostros y carismas” (MS 21).

C. LAS INTERPELACIONES EN LA REALIDAD CONGREGACIONAL.

Comunidad - Pastoral vocacional Claretiana -

Interculturalidad - Sentido de Provincia - Animación

Provincial

21. Provenientes de un camino de seis años como Provincia,

aún seguimos mirando los antiguos Organismos. El sexenio

pasado ha sido un período de consolidación de la nueva Pro-

vincia y, a la vez, “ocasiona el duelo y luto por la desaparición



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de las viejas estructuras”1, lo que nos interpela a seguir cul-

tivando el “nosotros” provincial, como un único proceso de

inclusión y trascendencia, de continuidad y novedad. Si bien

es una tarea que implica la corresponsabilidad de todos, exi-

ge al Equipo de Gobierno, buscar y ensayar estrategias para

una animación acorde a la nueva realidad provincial.

22. Observamos con preocupación que muchas comunidades ha-

yan quedado reducidas a un número exiguo de miembros y que

existan entre nosotros algunos misioneros que desempeñan sus

ministerios al margen de la comunidad. Nos sentimos interpela-

dos a revisar y potenciar nuestro ser claretiano, viviendo nuestra

vocación en comunidad y siendo testimonio convocante.

23. Constatamos nuestra disminución y elevada edad media de

la Provincia, pudiendo generar en algunos la incertidumbre.

Además, no ha sido suficiente el ímpetu y la dedicación a la

Pastoral Vocacional Claretiana, por lo cual nos urge mayor

dedicación y coordinación en este ámbito (cf. TE 52).

24. La riqueza de la interculturalidad en el proceso de nuestra

vida en misión nos llama a profundizar en el enriquecimiento

de nuestra identidad misionera.

1 Vattamattam, Mathew CMF, Superior General. Discurso inaugural del II Capítulo Provincial de San José del Sur, 8 de enero de 2018.



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25. En la Revisión de Posiciones se han dado los pasos perti-

nentes en el discernimiento y la reflexión, con consensos y

resistencias, aunque sin mayores concreciones, razón por la

cual le daremos una atención urgente y eficaz (cf. TE 53-54).

Formación inicial y permanente - Servicio Misionero de

la Palabra – Espiritualidad Mariana

26. Nos sentimos desafiados a actualizar nuestra formación de

tal manera que responda a los requerimientos de un mundo

que cambia de manera vertiginosa. Se cuenta con un Plan

Provincial de Formación, recientemente elaborado, con el

desafío de una aplicación audaz y creativa.

27. Hemos caminado en la revisión y el fortalecimiento de un

itinerario de formación bíblica para los misioneros acorde a

nuestro mandato de ser “Oyentes y Servidores de la Palabra”

(cf. TE 39 C), exigiéndonos profundización y actualización.

28. La dimensión de la fidelidad a la profecía con “Corazón”, que

brota de la fraternidad en el Corazón de la Madre, en ocasio-

nes no tan presente en las vivencias personales y comunita-

rias de la consagración, invita a una mayor profundización.



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Misión Compartida – Áreas y Equipos Pastorales

29. Nos urge seguir ahondando en la misión compartida con

todas sus consecuencias, ya que la misma aparece con nive-

les disparejos de experiencias, reflexiones de prácticas, de

visión y de definición. Corremos el riesgo de considerar la

vocación de los laicos como la de meros trabajadores o co-

laboradores. La Misión Compartida también nos muestra su

vertiente ecuménica, dialogal y multiplicadora de discípulos

misioneros de Jesucristo (cf. MS 57).

30. El camino de creación y consolidación de los Equipos Pasto-

rales Provinciales ha sido fructuoso. Éstos desarrollan su vida

y misión ligados a las diversas áreas pastorales que operan,

en transversalidad, con las posiciones de la Provincia.



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II. RASGOS CARISMÁTICOS DE NUESTRA VIDA EN MISION



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EN LA HERENCIA DEL FUNDADOR

31. Nuestra Congregación nació para evangelizar y, como

evangelizadores que somos, estamos llamados a ser hom-

bres que arden en caridad, dóciles y abiertos a ser condu-

cidos por las mociones de Espíritu (cf. MS 39). Siguiendo el

ejemplo carismático de Claret, esta apertura al Espíritu debe

hacerse realidad en el modo obediente, casto y pobre de

nuestro ser religiosos (cf. MS 40).

32. La vivencia personal de Claret es una realidad normativa

para nosotros. Despierta una espiritualidad misionera que

se caracteriza por una actitud expectante, discernimiento

permanente y apertura a las preguntas y desafíos que el

mundo nos hace. Una espiritualidad que, integrada en un

itinerario permanente de formación, nos debe mantener

siempre tensionados entre las preguntas que escuchamos



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y las respuestas adecuadas, en un proceso de conversión

personal y pastoral. Este dinamismo incluye la clave de la

multiculturalidad e interculturalidad, con una dimensión

profundamente eucarística y cordimariana que re-significa

nuestra vida y misión.

33. La experiencia claretiana de encuentro con Jesucristo nos

lleva a asumir “la llamada de la Iglesia a resaltar mucho más

en nosotros, con audacia y creatividad la opción por los po-

bres y desplazados. No se puede ser claretiano como si los

pobres no existieran” (cf. MS 49). La opción preferencial por

ellos es pues, para nosotros, una llamada que viene de Dios

(cf. MS 49). Por eso acoger, escuchar y acompañar a los más

frágiles sigue siendo algo en lo que debemos poner pasión

y acción. Esto se hace creíble a partir de nuestro propio tes-

timonio de una vida pobre y austera (cf. MS 50).

CULTIVADA EN COMUNIDAD

34. El XIX Capítulo General señaló como nuestros los siguien-

tes rasgos carismáticos: una profunda experiencia de Dios

como Padre; la configuración con Cristo ungido y enviado

para salvar a los hombres; un profundo sentido de la filiación

cordimariana; la estricta vida evangélica, siguiendo a Cris-



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to pobre, virgen y obediente; la vida de comunidad al estilo

apostólico; la expresión ferviente de la caridad que une a

Dios y celo apostólico por la salvación de los hombres; el

ministerio en fe, oración y amor a la Palabra escuchada e

interiorizada (cf. MS 35). Estos rasgos carismáticos son reso-

nancia específica de Claret y su relación con la Palabra en

nuestro mundo actual. Fieles a nuestra vocación claretiana,

hoy expresamos nuestra evangelización al anunciar con es-

peranza la alegría del Evangelio.

35. También nuestro Padre Fundador frente a los males del

mundo no dudó en ser palabra clara de denuncia y suscitar

iniciativas transformadoras, creativas y solidarias que promo-

vieran el desarrollo y la dignidad humana, lo que nos alcan-

za a todas las generaciones de misioneros, ya que el segui-

miento de Jesús al estilo de los Apóstoles, comporta abrazar

sus opciones de vida (cf. CC 4–5).

EN MISIÓN AL SERVICIO DE LA VIDA

36. Nos esforzamos cotidianamente por conocer las periferias

humanas y estimulamos en nuestras comunidades una dis-

posición en salida misionera, plasmando una visión común

del proyecto de misión (cf. MS 47). Para ello vemos necesario



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reforzar el sentido de pertenencia a nuestros Proyectos Pas-

torales comunitarios provinciales y locales. (cf. MS 48).

37. Apostamos por un modelo de Iglesia que nos hace vivir la

misión compartida como el “modo normal de vivir la misión”

con otros/as, como así también con otros grupos religiosos y

sociales que buscan el Reino de Dios (cf. PTV 35 – 37; HAC

22, 58; MS 53. 57). Siendo hombres que arden en caridad y

fieles a la Iglesia, estamos llamados a encender en el fuego

del Amor a todos aquellos hijos e hijas amados/as por Dios.

38. Hemos de considerar el objeto por el que existimos en la

Iglesia y esforzarnos a ser fieles a nuestra vocación. Como

misioneros nos sentimos llamados a buscar, junto con la Igle-

sia, la trasformación del mundo (cf. MS 53). Para ello conti-

nuamos creando nuevos ámbitos de integración, formación

y participación (cf. MS 57).

39. El Papa Francisco en la encíclica “Laudato Si” enmarca

nuestra misión en la actualidad entendida dentro de la visión

de una ecología integral claretiana, de modo que tanto nues-

tro estilo de vida como nuestro ministerio estén al servicio

del Reino de Dios. El mundo, que asumimos como habita-

do por Dios, grita desesperado, y nuevas voces se hacen



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escuchar por los más variados medios. Nuestro espíritu es

para todo el mundo. Esto nos desafía a poner en práctica un

diálogo profético marcado por la misericordia y la caridad (cf.

MS 60). Debemos estar, por tanto, abiertos al aprendizaje, a

las posibilidades de un diálogo creativo y sensible que nos

pone en un terreno de nuevos horizontes, posibilidades, y

nos concede impulsos y energías para una misión más crea-

dora, imaginativa e innovadora (cf. MS 62).



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III. PROCESOS DE TRANSFORMACIÓN



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40. Al releer la Declaración del XXV Capítulo General “Testi-

gos-Mensajeros de la alegría del Evangelio”, desde nuestra

Provincia de San José del Sur, en lo referente a los procesos

de transformación (MS 64-75), asumiremos en los próximos

seis años tres procesos que el Espíritu nos inspira, en res-

puesta a las interpelaciones de la realidad y en fidelidad crea-

dora con nuestros rasgos carismáticos congregacionales.

41. Los sujetos preferenciales que atraviesan nuestra vida en

misión seguirán siendo: Los pobres y su justicia (MS 9.49; TE

38.1); Los jóvenes y sus proyectos de vida (MS 68; TE 38.3)

Las familias y sus nuevas configuraciones (cf. MS 67, 2; TE

38.3).



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PRIMER PROCESO DE TRANSFORMACIÓN: SER CONGREGACIÓN EN SALIDA.

42. Queremos ser una Provincia en salida, abierta tanto a los

nuevos escenarios del anuncio del Evangelio como a todas las

periferias que nos interpelan, ya referidas en el apartado de la

realidad (cf. MS 66-67). La misión compartida continuará sien-

do la matriz de todo tipo de propuestas de acción, reflexión y

formación carismática y pastoral en cuanto “se constituye en

nuestro modo de ser y de actuar” (MS 57). Para caminar y abrir

fronteras, nos proponemos las siguientes acciones:

a. Concretaremos con la mayor celeridad posible el proce-

so de Revisión de Posiciones comenzado y elaboraremos

un Plan que se proponga metas para el sexenio, mante-

niendo el discernimiento continuo sobre este desafío.

b. Defenderemos y cuidaremos la vida en todas sus for-

mas y manifestaciones. Desde nuestras comunidades y

posiciones insertas en distintos contextos, apelaremos a

un serio discernimiento en vistas a concretizar esta acción

en relación con todas las personas, especialmente las

más vulnerables y víctimas, como también con los colecti-

vos, pueblos y culturas. Prestaremos especial atención al



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compromiso ecológico por la repercusión que tiene por el

cuidado de la vida, particularmente la de los pobres.

c. Acompañaremos a las mujeres, a los pobres y excluidos

que son sujetos prioritarios de nuestra Provincia que necesita

continuar desarrollando sus procesos de evangelización,

inclusión y transformación social (cf. MS 67.6; TE 40 A).

Hemos de ser sensibles a los distintos y variados rostros

de los pobres, buscando respuestas efectivas (cf. TE 49

A 1-2), atendiendo a sus crecientes expresiones como, las

migraciones y desplazamientos de personas y grupos.2

43. Pastoral de Juventud y Vocaciones: Retomaremos la cercanía,

el intercambio y la opción por una evangelización del mundo de

las juventudes de nuestros países, evaluando y aprendiendo de

lo ya transitado y lanzándonos con creatividad misionera a es-

bozar nuevos caminos (cf. MS 68). Para ello dispondremos de:

a. Una Prefectura de Pastoral de Juventud y Vocacional

para ayudar a reorientar la atención de estos sujetos

prioritarios, implementando el Plan Provincial de Juventud.

b. Un Plan de Formación de Referentes de Pastoral de Juventud

2 (cf. Declaración del encuentro solidaridad y misión en clave de JPIC – MICLA, 14 de Agosto 2015).



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y Vocacional en vistas a cualificar el servicio de asesores y

animadores y en continuidad con lo planeado anteriormente,

diseñando nuevas estrategias, con criterios actualizados y

conformando grupos y comunidades misioneras (cf. TE 49 B).

44. Asumiremos el compromiso con la Pastoral Vocacional Cla-

retiana como prioridad de prioridades. “La alegría radiante

de la vida y de la misión de un Misionero Claretiano es el ele-

mento más importante para invitar a otros a unirse a nuestra

Familia”3. Hemos de reflejar en nuestro rostro comunitario el

compromiso de todos por lo vocacional que abarca, desde

los jóvenes que recién inician su búsqueda hasta aquellos

misioneros que han entregado la vida plena al servicio del

anuncio del Reino (cf. TE 52). La Prefectura de Pastoral de

Juventud y Vocacional Claretiana afianzará el Equipo Pasto-

ral Vocacional Claretiana para que dé a conocer y trabaje el

Plan elaborado en el sexenio pasado.

45. Pastoral de Solidaridad y Misión: Incluye las áreas de Jus-

ticia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC), Voluntariado,

Proyectos y Procura Misionera. Seguiremos creciendo en la

articulación de estas áreas y la revisión de su transversalidad

en todas las dimensiones y equipos y comunidades locales,

3 Vattamattam, Mathew CMF, Superior Provincial. Discurso inaugural del II Capítulo Provincial de San José del Sur, 8 de enero de 2018, n.4.



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coordinando con la Pastoral Social de nuestras posiciones

para evitar la dispersión de esfuerzos y la multiplicación de

tareas (cf. TE 39 A, 40 A, 42, 49 A).

46. Pastoral Bíblica: Procuraremos los dinamismos más idóneos

para que siga consolidándose en la Provincia la animación

bíblica de la Pastoral y se multipliquen todos los espacios

favorecedores para ello.

47. Pastoral de Comunicaciones y TICs.: Revisaremos el Equi-

po Provincial de Comunicaciones en orden a los desafíos

asumidos en nuestro Capítulo, para que siga aportando a la

integración de la Provincia. Nos ocuparemos de la Editorial

Claretiana como un medio evangelizador y carismático que

necesita ser reorganizado y potenciado (cf. TE 40 D, 50 C MS

18). Cualificaremos nuestra presencia en los nuevos areópa-

gos y plataformas mediáticas.

48. Pastoral de Educación: Articularemos el triple frente

pedagógico, pastoral y administrativo, de tal manera que

interrelacionen correcta y armoniosamente: a) la formación

humana y académica b) el proyecto pastoral desde la

transversalidad de los ejes (cf. TE 39) y las distintas áreas

pastorales de la Provincia y c) la sustentabilidad económica.



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Tendremos siempre presentes los principales interlocutores

de estas posiciones que son: los niños, los jóvenes, la familia

y demás miembros de la comunidad educativa (cf. TE 50, D 5-6).

49. Pastoral de Parroquias y Santuarios: Coordinaremos los es-

pacios de encuentro y reflexión entre los misioneros claretia-

nos religiosos, especialmente párrocos, junto a laicos y lai-

cas en misión compartida. Buscaremos la elaboración de un

Proyecto común para una mayor efectividad en la transver-

salidad de los ejes y de las áreas en las diversas parroquias

y santuarios teniendo como horizonte lo que se planteara en

Tejedores de Esperanza (TE 39 D).

50. Pastoral de multiplicación de evangelizadores: Nos servire-

mos del Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos como

plataforma de formación para los referentes pastorales de

la Provincia y otros agentes evangelizadores y para el diá-

logo de las fronteras del pensamiento, ayudándonos a ser

Congregación en salida. “La multiplicación de agentes evan-

gelizadores está cerca del corazón de la forma de misión de

nuestro Fundador. En este sentido el CEFyT necesita explo-

tar nuevos horizontes y posibilidades para cumplir su misión

en este nuevo contexto de hoy en día”4.

4 Vattamattam, Mathew CMF, Superior General. Discurso inaugural del II Capítulo Provincial de San José del Sur, 8 de enero de 2018, n.7.



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SEGUNDO PROCESO DE TRANSFORMACIÓN: SER TESTIGOS Y MENSAJEROS DEL EVANGELIO

Comunidad de Testigos - Mensajeros

51. Cuidaremos la calidad de vida de nuestras comunidades (el

respeto, el amor mutuo, el verdadero perdón donde fluya la

comunicación en libertad y confianza) que deben ser testi-

monio de encuentro y de seguimiento de Jesús misionero.

De este modo, seremos más creíbles ante la sociedad y los

distintos grupos humanos. (cf. Aut 609; MS 69).

52. Sabemos que nuestras comunidades están conformadas

por hermanos de diversas edades y culturas, por lo cual, pro-

curaremos prestar especial atención a las relaciones inter-

generacionales e interculturales, abriéndonos a una cultura

recíproca entre los miembros de la comunidad. Cuidaremos

con especial atención y cariño de nuestros misioneros ancia-

nos y enfermos.

53. Confeccionaremos nuestro proyecto comunitario de vida y

misión con espíritu de discernimiento y oración (cf. MS 70.3),

el cual deberá ser revisado y evaluado periódicamente.



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54. Favoreceremos la cualificación de los Animadores Locales

en su servicio, en sintonía con las propuestas del XXV Capí-

tulo General (cf. MS 72. 1.)

Equipo de Gobierno y Animación Provincial

55. Animará y acompañará los procesos de la comunidad provin-

cial, siendo garante de la ejecución de las decisiones de este

II Capítulo Provincial. Por su parte, la comunidad provincial,

será corresponsable y facilitará los procesos para que los her-

manos puedan realizar el ejercicio de su gobierno (cf. MS 72).

56. Equipo de Consejo Pastoral Provincial: sostendremos este es-

pacio coordinado por el Gobierno Provincial, especialmente por

el Prefecto de Apostolado, para el discernimiento y acompaña-

miento pastoral a través de los Equipos Provinciales existentes.

Economía Provincial y Comunión de Bienes

57. Siempre tendremos presente que nuestra economía se basa

en el trabajo cotidiano y está al servicio de la misión (TE 55),

por tanto, sigue siendo necesario generar los ingresos para

que la misión encomendada cumpla sus objetivos. Todos los

miembros de la Provincia deberemos tener el correspondiente



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acercamiento a la economía para no olvidar de dónde y cómo

generamos los recursos y de qué modo los utilizamos en vistas

de la misión, en transparencia y con honestidad (cf. TE 51).

58. Intensificaremos la comunión de bienes a nivel Provincial

y Congregacional, procurando una adecuada optimización

de los recursos para realizar los ajustes necesarios que nos

permitan responder mejor a la vivencia de la pobreza evan-

gélica y a las necesidades del bien común (TE 55. F). Redes-

cubriremos la alegría de ser pobres como Jesús (cf. CC 23,

26) para avanzar en la conformación de una vida coherente

que dé testimonio de austeridad, laboriosidad, solidaridad y

de confianza en la Providencia, evitando el aburguesamiento

y la mundanidad (cf. CC 23,26; MS 69; TE 55.F).

59. Asumiremos con mayor compromiso la formación de ecóno-

mos aprovechando los cursos de economía propuestos por

el Gobierno General y, además, avanzaremos en el desarro-

llo de las medidas necesarias para seleccionar a los mismos

(cf. MS 71. 2; TE 55. E).

60. Potenciaremos el Consejo Provincial de Economía como ór-

gano cualificado que ayude y asesore en los temas propios

de la economía de la Provincia.



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TERCER PROCESO DE TRANSFORMACIÓN: ADORADORES DE DIOS EN EL ESPÍRITU

61. Procuraremos el encuentro personal con Dios que nos po-

sibilitará encontrarnos con nuestros hermanos. La acción de

adorar a la cual nos invitó el Papa Francisco, “ese perder el

tiempo sin pedir, sin agradecer, incluso sin alabar, solamen-

te adorar, con el alma postrada”5, nos ayudará a continuar

nuestro camino de espiritualidad y de formación inicial y per-

manente.

Camino de Espiritualidad

62. Dinamizaremos el encuentro con Jesús y los hermanos a la

luz de la Palabra y en cada Eucaristía. La identidad de Ser-

vidores de la Palabra que nos la hace priorizar, nos lleva a

profundizar esta dimensión fundante y enriquecedora de

nuestra vida entregada, que se nutre en la comunión con

Cristo en cada Eucaristía que transforma la vida (cf. EG 138).

63. Participaremos en la experiencia de formación carismática

“La Fragua” ofrecida a toda la Congregación, según lo dis-

ponga el Gobierno Provincial.

5 cf. Audiencia del Papa Francisco en el XXV Capítulo General.



41

64. Integraremos en nuestra espiritualidad un proceso de con-

versión ecológica que nos lleve a incidir nuestra misión y

nuestro estilo de vida, tal como el Papa Francisco nos invitó

en Laudato Si (LS 216)6.

Camino de Formación

INICIAL

65. Acogeremos las vocaciones que el Señor envía a nuestra

Provincia y las acompañaremos en su itinerario formativo

con el estilo del Señor que formó a sus discípulos para estar

con Él y enviarlos en misión. Nunca olvidaremos que cada

joven que ingresa en nuestros centros de formación es un

don precioso de Dios.

66. Acentuaremos un acompañamiento sostenido y gradual

desde los inicios de la formación a fin de que la misma sea

una experiencia integral y transformadora de la persona des-

de el encuentro personal fundante con Cristo7. En estas eta-

pas son fundamentales, por un lado, el reconocimiento de la

voluntad de Dios por la cual son llamados, como la atención

6 cf. Vattamattam, Mathew CMF Superior General, Carta Circular “Llama-dos a irradiar la alegría del Evangelio en el mundo de hoy”, n° 23.6.7 Vattamattam, Mathew CMF Superior General, Discurso inaugural del II Capítulo Provincial de San José del Sur, 8 de enero de 2018, n. 4.



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integral a las distintas dimensiones de la persona para vivir

más plenamente nuestra vocación misionera.

67. Facilitaremos que los misioneros en formación conozcan las

diferentes áreas pastorales de la Provincia para que progre-

sivamente se cualifiquen en las opciones que nos animan.

68. Cuidaremos especialmente la formación de los formadores

y la preparación de nuevos formadores, subrayando la nece-

sidad de su dedicación a este ministerio.

PERMANENTE

69. En todo trayecto formativo tendremos a la Palabra de Dios

como eje fundamental de donde tienen que partir y enraizar-

se todas las dimensiones de nuestra vida misionera.

70. Elaboraremos e iremos implementando un Plan Provincial

de Formación Permanente.

71. Elaboraremos un Plan de Especialización, de los misione-

ros, que nos posibilite un trabajo pastoral más acorde a las

actuales exigencias y a los equipos que se quieran potenciar.



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comunidad en misiÓn al servicio de la vida...ser testigos mensajeros de la alegría del evangelio,...

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