cómo viven su espiritualidad para la paz las copartes...

24
Somos el brazo solidario de Dios Cómo viven su espiritualidad para la paz las copartes de Pax Christi en América Latina y El Caribe

Upload: trinhthuan

Post on 21-Sep-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Somos el brazo solidario de DiosCómo viven su espiritualidad para la paz

las copartes de Pax Christien América Latina y El Caribe

SomoS el brazo Solidario de dioS2

ISBN: 978-958-752-014-9

Dirección: Martha Inés Romero M.

Edición: Laura Hernández y Cinthia Correa

Diseño, diagramación Editorial CÓDICE Ltda.e impresión: [email protected]

Derechos Reservados:Pax Christi Internationalabsl: www.paxchristi.net

Mayo 2011Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas - Chiapas, MéxicoCentro Dominicano de Asesoría e Investigación Legal - Cedail - República DominicanaCatholics for Peace/Pax Christi Toronto - CanadáComisión Justicia, Solidaridad y Paz de la Conferencia de Religiosos/as de Colombia - CRC, ColombiaComissão Pastoral da Terra - Brasil

Pax Christi Montréal - Canadá

Red Nacional de Iniciativas Ciudadanas por la Paz y contra la Guerra (Redepaz) - Colombia

Tutela Legal del Arzobispado Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz - El Salvador

Grupo de Apoyo Mutuo - GAM, Guatemala

Commission Episcopale Nationale Justice et Paix d’Haitit - Jilap - Haití

Pax Christi Port-au-Prince - Haití

Pax Christi - Perú

Pax Christi - Puerto Rico

Maryknoll Office for Global Concerns - USA

Pax Christi - USA

3SomoS el brazo Solidario de dioS

Pág.

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

¿Cómo viven su espiritualidad las copartes de Pax Christi? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

1. ¿Con qué cualidades nos identificamos en nuestro trabajo por la paz y la justicia? . . . . . . . . . . . . . . . . 72. ¿Qué sentimos ante hechos de injusticia? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83. ¿Cómo afrontamos hechos de injusticia? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104. ¿Cómo ha sido mi relación con Dios ante hechos de injusticia? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115. ¿Qué entendemos por espiritualidad en el trabajo por la paz y los derechos humanos? . . . . . . . . . . . . 146. Espiritualidad y paz, P. Jorge Julio Mejía, s.j. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

A modo de conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

Anexo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

• Y… ¿quién ayuda al que ayuda? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21• ¿Qué hacemos para cuidarnos? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

Tabla de contenido

SomoS el brazo Solidario de dioS4

A partir de 2010 el Secretariado Internacional de Pax Christi, red católica global de paz con sede en Bruse-las, emprendió un proyecto para establecer un marco es-piritual, ético y teológico que alimentara las reflexiones del movimiento sobre la no violencia activa y sus impli-caciones. El proyecto tiene como meta final desarrollar una Teología y una Espiritualidad de la Paz, como fuente de inspiración para el camino colectivo de los miembros del movimiento, hacia un futuro en paz.

Entre Agosto 2010 y Abril 2011 se realizaron nueve ta-lleres en América Latina y el Caribe, con quien escribe esta página como Facilitadora y el apoyo para la Región de Mesoamérica del colega José A. Henríquez, y para la región Caribe de Claudette Werleigh, Enviada de Paz; las Organizaciones Miembro en la Región –con excepción de Puerto Rico se embarcaron entonces en un viaje ex-periencial que significó adentrarnos en memorias a veces dolorosas, pero siempre esperanzadoras, sobre su cami-no por la defensa, la protección y la promoción de los derechos humanos y la construcción de la paz.

Sentimos con ellos y ellas –copartes y líderes comunita-rios invitados–, la intensidad de su compromiso, su altísi-mo grado de sensibilidad y su convicción de que ante un contexto de injusticia, violencias complejas e intereses por los recursos naturales, la única respuesta es la de-fensa de la vida, de la dignidad humana, la opción por quienes sufren y han sido vulnerados en sus derechos.

Conocimos la sincera alegría que experimentan ellos/as en cuanto hacen, en contextos tan diversos como los de comunidades urbanas en Perú, indígenas en Chiapas (México), trabajadores rurales en Brasil, defensores de derechos humanos en Guatemala, promotores juveniles y asesores legales en El Salvador, religiosos/as que acom-pañan a comunidades en medio del conflicto y promo-tores de paz en Colombia, y agentes de pastoral y ase-sores legales en República Dominicana y en Haití . Fue una polifonía que se alimentó de la rica diversidad que significa un movimiento de paz global y su expresión la-tinoamericana y caribeña.

Pax Christi International busca, desde una Teología y una Espiritualidad para la Paz, fortalecer el trabajo de sus Or-ganizaciones Miembros –OM–, comunidades y otras or-ganizaciones amigas, en su trabajo de reflexión y análisis sobre la no violencia, educación para la paz e incidencia política a nivel local, nacional e internacional. Y en este sentido, el proceso que ha comenzado con América Lati-na y el Caribe aporta valiosos insumos a dicho propósito.

Martha Inés Romero MedinaCoordinadora Pax Christi Internacional

América Latina y El Caribe

Introducción

5SomoS el brazo Solidario de dioS

Metodología

El proceso para explorar la forma en que las co-partes de la región vivenciaban su espiritualidad fue un proceso participativo en el cual, a partir de unas ideas-fuerza y unas preguntas abiertas, se escuchó y se captó la complejidad de las experiencias de vida de personas y comunidades en contextos diversos, pero con el referen-te común de injusticias, violencia y conflicto.

Posterior a la reflexión sobre hechos vividos o de los cua-les los y las participantes fueron testigos, se procedió a hacer plenarias para compartir testimonios y en algunos casos trabajo en pequeños grupos. Fueron momentos difíciles, en los que se re-creaban hechos de injusticia que habían significado un impacto en sus vidas. Poste-riormente, se preguntaba sobre la forma como habían actuado y las actitudes, pensamientos y sentimientos que cada uno/a había sentido ante estos hechos. Fue eviden-te que existieron momentos en los cuales sentimientos de odio, rabia, impotencia afloraron, pero también sen-timientos de compasión, solidaridad y bondad rápida-mente ocuparon esos momentos iniciales.

Se interrogó de manera directa cómo la gente había ex-perimentado la presencia de Dios –en muchos casos, se testimonió el sentimiento de no-presencia de Dios ante hechos graves de injusticias, “¿cómo Dios puede permitir que esto esté pasando?”. Y la conclusión generalizada de que actos de violencia no podrían ser obra ni deseo del Ser Supremo, sino de cómo algunos seres humanos se han acostumbrado a tramitar las diferencias o a ejercer el poder y la injusticia de manera violenta sobre otros seres

humanos. Por último, se interrogó sobre las acciones que se habían realizado en respuesta a hechos de injusticia, acciones que daban fe de valentía y compromiso, aun a riesgo de su propia integridad e incluso de su vida. Los testimonios permanecieron en el anonimato –en el tex-to, en cursiva–, para alentar a una mayor apertura a sus reflexiones desde el interior de cada uno/a.

Aunque no estaba previsto en el proyecto original, un tema salió a la luz y tomó vida propia en el desarrollo de los talleres: en contextos de injusticia y de un gran compromiso de nuestras copartes por apoyar a sus co-munidades, generalmente hay una sobre-demanda de sacrificio y de trabajo que necesita ser tomada en cuen-

SomoS el brazo Solidario de dioS6

ta. Abordamos entonces la metodología denominada “Apoyo al Apoyo”, para conocer experiencias, compartir otras, sobre la necesaria atención que debe existir en to-das las organizaciones y grupos, del auto-cuidado como una inversión en la salud mental y espiritual, no solo de las comunidades afectadas directamente por injusticias y violencias, sino de quienes las acompañan en su ca-minar.

Quisimos elicitar recursos que pudieran mostrar a otros/as sobre las formas sencillas y a la vez profundas en que las comunidades y las copartes de Pax Christi en Amé-rica Latina y el Caribe viven una teología para la paz y construyen las bases para un mejor vivir en armonía es-piritual, con sus congéneres y con la creación.

7SomoS el brazo Solidario de dioS

1. ¿Qué nos identifica en nuestro trabajo por la paz y la justicia?

Las copartes Organizaciones Miembro en América Latina y el Caribe –OM–, tienen labores como defen-sores y defensoras de los derechos humanos, desarro-llan acciones de asesoría legal a comunidades vulnera-das, trabajan en temas de no violencia, educación para una cultura de paz y fortalecimiento de capacidades de aquellos grupos marginados por situaciones de injusticia, inequidad, exclusión.

“Las abejas, como símbolo importante para las comu­nidades”.

“Una flor que tiene hojas y tiene espinas, estamos para dar alegría, el compromiso que nos lleva, y so­mos como espinas, damos alegría y damos problemas cuando nos encontramos con gentes que no aceptan nuestro trabajo”.

“La mariposa, que representa búsqueda interna de li­bertad, algo inacabado”.

¿Cómo viven su espiritualidad las copartesde Pax Christi?

Por ello, manifiestan una gran sensibilidad frente a la vida, en consonancia con la naturaleza, con sus raíces; existe un sentido de identidad con los más vulnerables, que son los pobres, los oprimidos, los excluidos y los marginados; por ellos luchan, se sacrifican y al mismo tiempo, celebran la vida en cada acción solidaria y en espacios y momentos específicos de espiritualidad. Re-conocen su respuesta ante el dolor que les mueve, y que al mismo tiempo les da fortaleza para ir adaptándose a las circunstancias y servir a quienes sufren. Se reconocen en su liderazgo y en la gran responsabilidad que tienen con sus comunidades, desde valores como la Justicia, la Verdad, la Solidaridad y el Amor.

En un ejercicio preliminar de integración “Me identifico con”: respondieron…

SomoS el brazo Solidario de dioS8

“Las montañas; había una muchacha de Chiapas que vivía en una comunidad, y pensaba que si se subía has­ta la montaña podría tocar el cielo, y cuando tuvo 14 años, entre más se subía, más montaña había, la mon­taña nos enseña a ver siempre más allá”.

“Un puente, porque su tarea consiste en unir personas de distintas organizaciones, como servicio”.

“Una estrella, porque pensando en la construcción de la paz, las estrellas parecen pequeñas, pero son una forma de pensar que el cielo sonríe”.

“Un árbol, porque da vida, raíces profundas, da som­bra, da frutos, por más problemas que tenemos, somos cada día más fuertes”.

“Mariposa, porque simboliza el seguir creyendo en la transformación de las cosas, pensar que a veces hay que ser gusanito para tener la oportunidad de ver el mundo con más espacio, mayor perspectiva y liber­tad, seguir creyendo que las cosas pueden ser de otra forma”.

“Pájaro, que lleva un mensaje nuevo a las comuni­dades”.

“Un triángulo amarillo, como un símbolo que muestra la capacidad de hablar con la gente, que no sea solo con palabras”.

“Flor y al mismo tiempo una cruz, símbolo nahuatl de los cuatro puntos cardinales y en el centro, una abeja con las alas desplegadas, por su trabajo con ellas. Es la cruz maya y la cruz cristiana, y el sentido del lenguaje cotidiano, porque se cruzan el camino, las lecturas y la conmemoración, está Monseñor Romero, y la Virgen de Guadalupe”.

“Un sol y espiral al mismo tiempo, que significa luz, ca­lor, si no hay luz, se deprime, hay alegría, calor… la es­piral es significativa porque siempre hay un comienzo y un nuevo comienzo aparece al aparente final… tiene que ver con los procesos con los que estamos… parece que se acaban, pero hay renacer de un nuevo proceso”.

“Colibrí, porque tiene el don de la observación, brinda alegría, representa vida, saluda y sigue su camino”.

2. ¿Qué sentimos ante hechos de injusticia?

Frente a hechos de injusticia, surgen sentimientos de do-lor, sentimientos que podríamos denominar “negativos” en el sentido de despertar la ira, el odio –hacia el agresor o hacia un sistema injusto–, indignación, miedo y/o frus-tración. Estos sentimientos fueron expresados por el 90% de los y las participantes en los talleres. Y es normal que

9SomoS el brazo Solidario de dioS

surjan estos sentimientos, al ver hechos de injusticia, al ver que se abusa de la integridad o de los derechos de un individuo o de una comunidad.

Otros sentimientos expresados fueron:

Pero al mismo tiempo o como reacción ante el choque inicial del hecho injusto, surgen sentimientos “positivos” o “asertivos”1, de contemplación, capacidades de super-vivencia y de superación del impacto inicial, expresado

Coraje Culpa

Desesperación Repudio

Tristeza Preocupación

Memoria dolorosa Confusión

Zozobra, intimidación Culpa

1 Tomado del término en inglés “assertive”, que significa actuar de manera proactiva, con confianza y fortaleza.

Es un reto que nos mueve a la acciónLa idea de que “había que hacer algo”El sentido de justiciaLa solidaridadLa compasiónLa empatíaEl amor, el afectoLa necesidad de brindar apoyoLa seguridadUna Fuerza extraña que sólo puede venir de DiosLa motivación del acompañamiento con quien la pasa mal

Un sentimiento de unidadLa motivación de mi compromisoLa convicción de que lo que haga, ayuda a enriquecer mi relación con DiosSentí alegría, cuando vi que la gente, a pesar de la agresión, es capaz de organizarseEl deseo de trabajar con los otros para cambiarLa necesidad de luchar para que los campesinos se orga-nizaran y consiguieran obtener la tierra tan pronto como fuera posibleAnimar a los campesinos para que no renunciaran a la lucha

por las copartes como aquella “memoria que da fuerza de vida”, la capacidad de “generar creativamente nuevas oportunidades” y de “promover la resiliencia y fortalecer la resistencia”. Aunque sentimientos de revancha y vio-lencia tocan los corazones de las víctimas y de quienes les acompañan, surge un sentimiento de humanidad que enaltece la presencia y la acción. “Es como una ener­gía extraña”, afirmaron algunos participantes, “tomamos conciencia”, “aunque sentimos y sufrimos por la injusti­cia, no actuamos de manera violenta, actuamos con mi­sericordia”.

La vocación de servicio lleva a las OM a transformar el dolor en una fuerza nueva para el cambio, para la resis-tencia, para construir una visión de futuro; de las situa-ciones adversas, toman “nuevo aliento” para continuar su trabajo. Así lo expresaron en los talleres ante la pre-gunta “¿qué sentimientos “positivos” tuvimos luego del impacto inicial ante un hecho de injusticia?”:

Muchos de estos sentimientos reflejan sólidos valores: la no-violencia: “no podemos caer en más violencia”; la convicción de que “los paradigmas de violencia son cíclicos, lo que requiere de nosotros mucha convicción

SomoS el brazo Solidario de dioS10

y visión estratégica”; la misericordia y la compasión, de proteger al vulnerable, porque “es un asunto de digni­dad” y es el compromiso con un ideal de equidad y de democracia. En últimas, estos sentimientos dejan entre-ver un sentido de humanidad interconectada, que nos lleva a ser en la medida en que otros y otras sean, a soñar sueños colectivos superando el individualismo y el egoísmo. Se reacciona con generosidad, a pesar del miedo y de los riesgos supuestos o ciertos.

3. ¿Cómo afrontamos hechos de injusticia?

Para hacer esta reflexión, se partió de enumerar esas si-tuaciones vividas o conocidas por los participantes, que suscitaron en ellos y ellas frustración, revés, maltrato, desesperanza, no futuro. Situaciones de injusticia, de violencia contra jóvenes, de abuso de autoridad, de fra-gilidad de la institucionalidad estatal, incluyendo la im-punidad y debilidad del aparato de justicia, la corrup-ción, la influencia de la ilegalidad en el manejo de lo pú-blico, el narcotráfico, los intereses foráneos en recursos naturales, etc., fueron relatados por los/las participantes de sus contextos nacionales o locales.

Ante estas realidades, las OM hacen ejercicios sistemá-ticos de análisis de realidad, reflexionando sobre las causas y efectos de la injusticia, el mapa de actores, las relaciones de poder inmersas, etc., que influyen en su contexto local o nacional, para interpretar en profundi-dad los paradigmas de violencia e injusticia que sufren las comunidades acompañadas y tratar de trazar estra-tegias de protección y de fortalecimiento de sus redes comunitarias.

Las OM están atentas a los hechos que afectan a su con-texto y la sociedad en la que viven, desarrollan una ca-pacidad de análisis y conocimiento de los derechos y

deberes ciudadanos. “Existe una toma de conciencia, que invita a preparase, informarse para actuar”. Es así como se llenan de argumentos y normas para resguardar la vida, la justicia y la paz en los escenarios más hostiles: “la confianza viene de Dios, pero hay que acompañarla con las normas” dicen. La opción por la vida, la esperan-za y la fe son las grandes motivaciones. En el contexto de los talleres, se analizaron varias formas de afrontar la injusticia:

• se apela a la norma (se menciona la Corte Penal Inter-nacional, la Corte Interamericana de Derechos Hu-manos, la Justicia nacional)

• se niega la norma cuando hay una prioridad superior (por ejemplo, la preservación de la vida)

• se apela a la voluntad del agredido• se apela a la voluntad del agresor, porque “hay algún

sentimiento de humanidad en el fondo del corazón del agresor, al que hay que apelar”

• se cuestionan los procedimientos del agresor, de ma-nera creativa, intentando neutralizarlo en su accionar, desde principios de la no-violencia

• se apela a la comunidad internacional, visibilizando los hechos, incidiendo por protección internacional y nacional, presión hacia gobiernos que pecan por acción o por omisión y por acciones de solidaridad desde sociedad civil de gobiernos del Norte.

Se reflexionó sobre el hecho de que un inicio de recupe-ración después de una situación traumática suele ser el reconocimiento de esas situaciones y la transformación de sentimientos de indignación y de venganza, por senti-mientos de compasión, empatía y solidaridad; una de las formas más efectivas de contrarrestar las injusticias en la región latino americana y caribeña es el acompañamien-to de nuestras OM a sus comunidades que, junto con el respaldo familiar, la fuerza y valentía de la comuni-dad, permite superar momentos difíciles y resistir desde la construcción de un tejido social resiliente, que sana

11SomoS el brazo Solidario de dioS

sus traumas y transforma los paradigmas de violencia en paradigmas de cambio hacia la paz.

El acompañamiento es la forma en que congregaciones religiosas y laicos/as ejercen una especie de protección a las comunidades, estando allí en su mismo territorio, abogando porque cese la violencia, apoyando procesos de sanación de trauma, orando y celebrando con ellas, gestionando asistencia humanitaria para ellas, caminando su proceso con ellas. Esta idea de acompañamiento y de camino marca una impronta en lo que ha significado el rol de la Iglesia Católica desde Chiapas en México hasta Joâo Pessoa en Brasil o Córdoba en Colombia: estar con las comunidades en una presencia activa, como un fac-tor disuasor de nuevas agresiones. “Es que los violentos le tienen temor a lo que la Pastoral Social pueda denunciar”, afirmaban en los talleres; “se tiene confianza en la Iglesia o en la organización”, porque constituye una red privile-giada de presencia en lugares apartados en los que gene-ralmente ni el Estado central alcanza a llegar y al mismo tiempo, la capacidad de incidir a niveles nacional y global. Es su opción por identidad y por solidaridad, acompañar.

En contextos de injusticia, la confianza y el sentido de comunidad se afectan de manera importante. En El Sal-vador existe violencia organizada y juvenil (las “Maras”, bandas juveniles altamente peligrosas) cada día se incre-menta más la inseguridad; un testimonio nos llamó la atención: “en un año reciente, solo cuatro municipios no tuvieron ni un muerto. Al preguntar la razón, la persona de la comunidad dijo ‘a lo mejor es porque aquí todos nos saludamos’”.

Y ese sentimiento de humanidad interconectada es el que mueve a la acción, al acompañamiento, desde la idea de que “quien está sufriendo no es extraño a noso­tros/as, es de nuestra misma naturaleza”. “No podemos ser neutrales ni indiferentes… ¡tenemos que actuar!”, porque “mientras haya injusticia, continuaremos en la lucha”. El acompañamiento se expresa en una “escu­cha activa, como elemento clave para re­dignificar a la persona”. Acompañamiento “como terapia, para que la persona y la comunidad puedan expresar, reír, llorar, terapia acompañada de actividad –lúdica, de oficios, de organización comunitaria, etc.”. Y una forma de acompa-ñamiento eficaz y asertivo se da mediante el desarrollo de acciones de Formación: “preparar a la gente con in­formación y formación, para que puedan responder en un futuro de manera más organizada y puedan protegerse de nuevos actos de injusticia y violencia”.

4. ¿Cómo ha sido mi relación con Dios ante hechos de injusticia?

En esta pregunta se apeló a un sentimiento íntimo de las personas frente a su relación con la trascendencia, con ese Ser Supremo, frente a la realidad que viven los pue-blos de injusticia, miedo y dolor. “Hay algo que vence el miedo, aunque nos cueste actuar”.

SomoS el brazo Solidario de dioS12

Por supuesto que algunas personas expresaron que tu-vieron “pleitos” con Dios en momentos de injusticia, in-cluso algunas adujeron haber tomado distancia por un tiempo de su ejercicio de fe, porque no podían creer que Dios permitiera dichos hechos violentos. “Me ha pa­sado, he pensado que por qué Dios deja que sucedan esas cosas si Él es amor.”

Se evidencia una toma de distancia para mejorar la perspectiva, la mirada interna y la relación con ese Dios: “…Hace tiempos dejé de pelear con Dios, porque

sé que no vale la pena; siento el silencio de Dios, lo que sucede es responsabilidad de nosotros, no es de Dios… ese silencio me lleva a buscar respuestas, ver qué puedo yo hacer, para ver las cosas con más serenidad”.

En muchos de los talleres se reflexionó sobre qué tipo de imagen de Dios es el que la gente tiene. Consideran que en muchos casos se trata de un Dios impuesto por los colonizadores hace cientos de años, aquel que tiene una relación castigadora, que solo mira el pecado, que inculca miedo. En esa reacción de lucha con Dios está implícita una visión de un Dios que está para poner or-den, un Dios poderoso, que está al lado de los podero-sos. Expresiones populares como “Diosito lo permitió”, “Dios así lo quiso”, lo único que hacen es justificar he-chos de injusticia como si fuera “la voluntad de Dios”. La pregunta que nos hicimos fue: ¿será que esa imagen que la gente tiene de Dios es la que permite que sigamos aceptando tanta violencia, que no cambiemos la situa-ción, que nos resignemos? “Es una imagen de Dios de la muerte, equivocado. Cuando tomamos la vida de Jesu­cristo, que tiene una espiritualidad muy diferente, desde el amor, actuamos”.

Así, se evidencia un compromiso como creyentes que consideran que el ejemplo de Jesucristo es el mejor estí-mulo para actuar en defensa de quienes sufren: “La cruz que Jesús cargó, la cargamos”, que afirman que Dios es un Dios de amor, en frases como “Dios no quiere que nos hagan daño”, “Así como Dios me compromete, así Dios me cuida”, “Estar con Dios es estar en el lugar más indicado para defender los Derechos Humanos”, “Somos nosotros el brazo solidario de Dios, la ternura de Dios se expresa en la reacción de las personas, que pueden ser o no cristianas”, “la opción de Dios está al lado de las víctimas”.

Se constituye Dios en una fuerza motivadora, en un factor de protección y de fortalecimiento en lo que las

13SomoS el brazo Solidario de dioS

OM de Pax Christi hacen en sus comunidades, algunas frases así lo ilustran:

“Cuando me falta fuerza para hacer algo contra la injus­ticia, platico con Dios y siento que él se manifiesta en la acción, siento que soy obra de sus manos, sin él no soy nada…”

Desde la cosmovisión indígena, se manifiesta: “Tengo certeza de protección: en situaciones de injusticia, me voy en la búsqueda de lugares sagrados, manantiales, lu­gares altos en los que siento que habitan los dioses de mis antepasados; platico con El, se siente su energía; por medio de los sueños también podemos encontrarnos con el Ser sagrado, Dios Papá/Mamá, representado en una persona, mujer, joven o niño, en un árbol, en el maíz… es un Dios que orienta y tranquiliza, da fuerza al corazón, a pesar del dolor.”

Al preguntar por Dios, en los talleres se identifica esa relación como una relación con la trascendencia, que implica oración, diálogos y narrativas, pero también im-plica silencios para interiorizar nuestros miedos, nuestras dudas:

“Cuando platico con Él y pregunto qué me quiere decir con estas situaciones, siento sufrimiento, pero también ternura; miro su ejemplo, cómo pudo actuar, cómo resol­vió las cosas, qué haría Él en situaciones similares, cómo lo resolvería y le pido sabiduría para poder encontrar las mejores situaciones para resolver esas injusticias y le pido que me enseñe a Amar profundamente, para hacer accio­nes más concretas ante esta situación”.

“Siento que tengo la presencia del Ser Supremo; muchas veces no me acuerdo de Él cuando tengo necesidades, siento que tengo la presencia de Él cuando asumo una actitud positiva para actuar, para aceptarlo. Tengo claro que Dios no lo va a resolver todo solo, que Él es sólo una

guía, y que somos nosotros los que tenemos que accio­nar, ‘no basta rezar’.”

Otro elemento interesante identificado en los talleres es que se visualizan espacios de relación con Dios: la iglesia, el espacio de retiro, la montaña, el manantial, el Camino:

“Mi relación con Dios ha sido un camino, un proceso; Él era quien resolvía las cosas; he aprendido a ir caminando, a ver a un Dios Padre y Madre que camina conmigo, que me acompaña y está conmigo; es mi vivencia; es como si de repente desaparecieran mis miedos, y sale toda esa fuerza, y me pregunto cómo lo hice, mi relación con Él ha pasado de preguntarle, a sentir que está ahí, que sufre con su pueblo, con su gente, que es un Dios de confianza, de esperanza, que acoge mis interrogantes, mis pregun­tas, y que me ayuda a encontrar las respuestas.”

“…Que Dios es bueno y es amor, pero que ha puesto frente a la humanidad dos caminos, el de la vida y el de la muerte, el bien y el mal; la bendición y la maldición y también le ha dado a la humanidad libre albedrío; por lo tanto, cada quien decide darle muerte a alguien o respe­tar su vida; hacer el bien o hacer el mal.”

El trabajo por la paz y por la defensa de los derechos de los más vulnerables se basa en un entramado complejo de valores y principios que le dan sentido y autoridad moral a cuanto hacen:

1. El principio de la no-violencia: “No podemos caer en más violencia”.

2. La convicción y la persistencia: “Los paradigmas de violencia son cíclicos ­ es una lucha constante y por esto tenemos que continuar con fuerza y con ánimos”.

3. La coherencia: “la espiritualidad se vive en la cotidia­nidad de la vida”.

SomoS el brazo Solidario de dioS14

4. La fe: “He encontrado en la fe, en la persona de Je­sús, en los valores evangélicos, me dan la fuerza para actuar”.

5. El sentido de humanidad interconectada: “es ver el rostro de Dios en el otro, en la otra”.

6. La generosidad: “Uno no siempre disfruta del cambio, pero es agente de ese cambio”.

7. La misericordia: “Se protege al vulnerable, es un asun­to de dignidad”.

8. El compromiso con una utopía, con “un ideal de de­mocracia en equidad”.

5. ¿Qué entendemos por espiritualidad en el trabajo por la paz y los derechos humanos?

Las copartes de Pax Christi Internacional en la región de América Latina y el Caribe, constructores y constructoras de paz, manifiestan vivir en medio de su labor cotidiana sintiendo la presencia de un Ser trascendente; en comu-nicación y armonía con la cosmovisión presente en su cultura y entorno diverso; el contexto de dolor no les ha alejado de la fe; la espiritualidad en el trabajo con sus comunidades se convierte así en un soporte para conti-nuar el camino de lucha por un presente y un futuro de justicia y tiene como base el amor por el hermano y la hermana vulnerados.

Cuando hablamos de Espiritualidad nos referimos a una vida animada por el Espíritu, ese ser intangible que ins-pira y renueva. En este sentido, de la riqueza de las re-flexiones realizadas durante este período, podemos eli-citar algunas ideas-fuerza:

• La espiritualidad no es un activo exclusivo del Catoli-cismo o de las Religiones. Cada ser humano desarro-lla –en mayor o menor medida– su espiritualidad, sea agnóstico o creyente.

•Aunque está presente, inherente al ser humano, es necesario cultivar nuestra espiritualidad, en un pro-ceso de crecimiento personal y colectivo; es interiori-zación, escucha y re-valoración. ¿Cómo lo hacemos? Desde el cultivar el amor desinteresado, el que mue-ve a la acción. “Amar hasta dar la vida por el prójimo”, muchas veces con miedo, pero superándolo.

•La espiritualidad implica la certeza de que “no todo está permitido”, de que hay límites, y esos límites los da la dignidad de la persona y la integridad de la creación.

•La espiritualidad es en comunidad, es conducida y vi-venciada en la comunidad, entendida en un sentido más amplio como que todos y todas pertenecemos a la misma familia humana, “lo que da certeza de que no estoy sola, de que Alguien superior me protege”.

•La espiritualidad tiene un fuerte compromiso con los derechos humanos: “nuestro compromiso por los de­rechos humanos parte de la convicción de fe, que es la fuente permanente de nuestra espiritualidad”.

•Existen diferentes concepciones de espiritualidad: aquella que podría denominarse “intimista” y la que

15SomoS el brazo Solidario de dioS

promueve la coherencia entre mis principios y valo-res y la acción: “Se piensa que la espiritualidad es so­lamente algo abstracto, oración y prácticas religiosas que no llevan a un compromiso de cambio, que está escindida de la realidad, etérea, abstracta; que la vive ‘gente buena’, pero que no mueve a nada, una espi­ritualidad muy intimista”. En este sentido, para otro de los participantes, “la espiritualidad puede llevar a ‘estar en paz con Dios’, pero con una relación nula con la comunidad”.

Luego del ejercicio de reflexión individual, y colectivo en pequeños grupos, y en plenarias sobre hechos de injus-ticia que les habían impactado, sobre cuáles habían sido sus pensamientos y actitudes, sobre su relación con Dios, pasamos a interrogar a los y las participantes acerca de lo que para ellos es y la forma como conciben la espiri-tualidad, en sus palabras; para ello, se organizaron por grupos y trabajaron sus propias definiciones, sencillas y a la vez profundas; en algunos de los talleres se logró cons-truir de consenso una definición del grupo:

Definición de espiritualidad participantes delTaller con Pax Christi Perú

“Espiritualidad es la vivencia y la experiencia perso­nal, que se expresa en nuestro caminar juntos/as como miembros de una misma comunidad humana. Desde la fe en Dios, su palabra, su ejemplo de vida en su hijo Jesucristo, presente en la Eucaristía y en cada ser humano, la espiritualidad nos inspira, nos impulsa, nos anima, nos sostiene, nos apoya y nos motiva a la acción en nuestro trabajo por la paz, la justicia y la dignidad humana. Nosotros/as somos parte de la naturaleza, íntimamente inter­relacionados y somos responsables de su cuidado y su protección. La vio­lencia hecha a la naturaleza es una ofensa contra Dios, su Creador”.

Definición de espiritualidad en El Salvador

“La espiritualidad es una esfera de articulación, que par­te del principio de que no hay realización para mí si no la hay para otros/as. La espiritualidad es camino de trascendencia y, libremente elegida y cultivada, nos mo­tiva a actuar, desde el amor y otros valores, con y por el otro/a (incluyendo a la creación), para discernir y servir, como motor y brújula”.

Otras ideas de los trabajos en grupo, sobre lo que la Es-piritualidad es para las copartes de Pax Christi y sus co-munidades:

G “Espiritualidad es la vivencia y la experiencia perso­nal que se expresa en nuestro caminar juntos y juntas como miembros de una misma comunidad humana, en interrelación con la naturaleza y nuestro entorno”.

G “Se refiere a motivaciones profundas, a una apuesta por la vida, una visión utópica o irreal, es un camino a la libertad, a transcender, en constante diálogo con la realidad y con los acontecimientos para construirnos como personas y colectivos. Es algo que da sabiduría”.

G “Son aquellos valores, creencias que no podemos ver

pero que nos llevan a realizar acciones concretas des­de la esperanza y que da sentido a nuestras vidas en cada momento, asumiendo riesgos”.

G “Nada más rezar o sentirse conectado con Dios o con el cosmos NO es espiritualidad, solo vivimos la espiri­tualidad cuando es una fuerza que nos impulsa a ac­tuar”.

G “Aquellos que fuimos formados en la Teología de la Liberación, entendimos ese sentido de espiritualidad

SomoS el brazo Solidario de dioS16

que nos lleva a una praxis y un compromiso social, de un Cristo liberador, que acompaña a los otros”.

Algunos elementos adicionales que enriquecieron nues-tros reflexiones en el común caminar en la construcción de la paz y la lucha por la vigencia de los derechos hu-manos:

•Nuestra esencia de creyentes se fundamenta en nues-tra espiritualidad, que requiere de cada uno de noso-tros/as credibilidad, coherencia y confianza.

•Lo que importa es el ser humano (humanidad plena y sentido de familia), libre de temores, no caer en el “síndrome del mundo malo”.

•La lucha es por las personas, es un asunto de con-ciencia, de convicción, de voluntad y de una cierta “inconciencia” en la espiritualidad –se afirmaba en los talleres que “muchas veces no éramos conscientes de nuestra espiritualidad”.

•La Espiritualidad está íntimamente ligada al principio de la regla de oro o ética de la reciprocidad (presen-te en todas las religiones, en el catolicismo en Mateo 7:12 o Lucas 6:31) y que se resume en la siguiente frase: “Trata a tus semejantes de la misma manera en que quisieras ser tratado”.

6. Espiritualidad y pazJorge Julio Mejía M., S.J.2

Al presenciar a diario ese doloroso espectáculo de las injusticias y las diferentes violencias que hieren grave-mente al mundo, bien podríamos inclinarnos por definir al ser humano como violento por naturaleza.

Sin embargo la definición más justa de lo que somos los seres humanos nos la dio Jesús cuando en su ser, en su vida, en su enseñanza nos dio un claro testimonio de cuál es el potencial de humanidad que poseemos.

Jesús dijo en una oportunidad “yo soy la verdad”. ¿Qué verdad es la que sirve para definirlo a él como verdad? No es una verdad que se conoce sino una verdad que se es. La verdad auténtica del ser humano es manifestada en ese modo de ser de Jesús. Ese hombre que ama, que

2 Rector del Centro Interprovincial de Formación Teológica de la Compañía de Jesús en Bogotá.

17SomoS el brazo Solidario de dioS

perdona, que es misericordioso, que está dispuesto a perdonar hasta setenta veces siete, que llega al extremo de dar la vida por los demás, que devuelve con bien el mal que le hacen, que es sanador. Ese ser es verdad. Es decir: la verdad sobre quiénes somos los seres humanos se revela en la vida de Jesús.

Y podríamos decir que todo aquel que es violento, es un ser humano mentira. Todo aquel que no es solidario, ni misericordioso, que odia, es un ser humano mentira. En Jesús tenemos un hondo llamado a ser verdad.

¿Y cómo podemos ser verdad?

El camino de la verdad está señalado por el mismo Jesús cuando nos explicó en la parábola del árbol y las ramas cuál es la posibilidad de ser verdaderos. Cuando noso-tros, como ramas que brotamos del tronco del árbol que es Dios, que hacemos parte del mismo, dejamos circular la vida que da la posibilidad de producir frutos. Es decir, que la íntima unión con Dios es el verdadero llamado a la verdad que es nuestra condición y nuestro destino. Y cuando damos los frutos, comienzan a aparecer los com-portamientos de humanidad que harían viable la vida sobre la tierra.

Por lo tanto, esta es la vocación humana: ser transpa-rentes a la manera como Dios quiere ser y actuar en y a través de nosotros. Y Dios, como bien lo afirmó San Juan, es amor. Por lo tanto nuestra vocación es ser seres amorosos, justos, solidarios, que saben perdonar. Y esto es lo que sería la verdad de nuestra condición humana.

Y cuando seamos verdaderos tendremos en la sociedad un impacto transformador, como el que tiene la luz en las tinieblas, la sal en lo insípido y la levadura en la masa.

Por algo Jesús deja bien claro que la gran pregunta de Dios al comienzo y al final de los tiempos será la pregun-

ta por el hermano: “¿dónde está tu hermano?” Preguntó a Caín. Y al final de los tiempos nos preguntará qué hi-cimos con los hermanos excluidos, desnudos, hambrien-tos. Amor, solidaridad, misericordia. Es lo que caracteriza la verdad que se es, desde la perspectiva de Jesús.

El camino para lograr esa verdad es el trabajo espiritual que nos transforma gracias a la íntima unión con Dios, que “es más íntimo que lo más íntimo de nosotros mis-mos”. En estrecho contacto con Él nos vamos dejando transformar. Para esto, hay que adoptar una ascesis que va haciendo posible que nuestra vida entera sea transpa-rente a ese ser y acción de Dios en esa manera única e irrepetible de ser Dios en cada ser humano. Y este traba-jo en lo cotidiano, constante, hecho de oración, de vida en comunidad de hermanos y hermanas, de silencio, de conciencia en el momento en el que debemos ser res-ponsables y cumplir nuestra misión, es el que nos hará dóciles a la guía de Dios. Ese es el proceso.

Esa condición de seres unidos a Dios y transparentes a su acción es la que nos hace verdaderas manifestaciones de la paz porque seremos también justos y capaces de perdonar. Estaremos fortalecidos para devolver con bien el mal que nos hacen, para poner la otra mejilla porque resolvemos los conflictos de otra manera, con otra lógi-ca que toca el potencial humano del otro y lo invita a reaccionar según su verdad, abierto al diálogo, a la re-conciliación, a la paz. Y esta transformación conduce ne-cesariamente a asumir las responsabilidades ciudadanas. Porque entre las diversas globalizaciones, también existe la de las violencias sin derramar sangre. Ese sistema que pierde el corazón llega a considerar que una gran parte de la población del mundo no vale.

La espiritualidad conduce a la sabiduría, que no es in-genuidad, ni pasividad. Sabiduría que comprende la complejidad de los entramados sociales, de las luchas de intereses y acciones de destrucción de los rivales. Y tie-

SomoS el brazo Solidario de dioS18

ne un profundo fundamento que alimenta la esperanza, porque fortalece la fe en el ser humano, convenciéndo-nos de que “hay otro mundo en la barriga de este mun­do” como dijo recientemente Eduardo Galeano.

Los seres humanos de la paz son fuertes y valientes. Es-tán habitados por la fuerza divina. Saben muy bien que querer conservar la vida frente a la violencia, es perderla. Pero perderla como Jesús, Gandhi y Martin Luther King y tantos otros héroes de la paz, es ganarla. Es una fortaleza del alma que es inimaginable e inquebrantable y nunca se deja enfermar por el odio ni la sed de venganza. Es una opción no negociable por la vida, por la paz.

La espiritualidad escoge la vida. Más allá de toda la vio-lencia, de todo dolor. Dejemos resonar en nuestro inte-rior el canto de Benjamín González Buelta:

Esta mañanaenderezo mi espalda,

abro mi rostro,respiro la aurora,

escojo la vida.

Esta mañanaacojo mis golpes,acallo mis límites,

disuelvo mis miedos,escojo la vida.

Esta mañanamiro a los ojos,

abrazo una espalda,doy mi palabra,escojo la vida.

Esta mañanaremanso la paz,

alimento el futuro,comparto alegría,

escojo la vida.

Esta mañanate busco en la muerte,

te alzo del fango,te cargo tan frágil,

escojo la vida.

Esta mañanate escucho en silencio,

te dejo llenarme,te sigo de cerca,escojo la vida.

19SomoS el brazo Solidario de dioS

Los y las participantes en los talleres en América La-tina y El Caribe reconocieron con gratitud la iniciativa de Pax Cristi Internacional de conocer y re-conocer las ex-periencias que permiten aprender mutuamente sobre la forma en que se vive y se cultiva la espiritualidad, como motor que nos da esa capacidad distintiva de expresar sensibilidad, mover a la acción, abogar por quienes su-fren violaciones a sus derechos, construir la paz.

A nivel general:

“Cualquier trabajo por la paz no puede ser des­espiritua­lizado. Como seres humanos somos espirituales, hay que hacer procesos de acompañamiento y reparación integral a comunidades con una espiritualidad plena”.

“Espiritualidad de la no violencia” debe incluir a la na-turaleza, a la creación. La razón es que “nosotros somos parte de la naturaleza, íntimamente interrelacionados y somos responsables de su cuidado y su protección. La violencia hecha hacia la naturaleza es una ofensa contra Dios, su Creador”.

“Queremos fortalecimiento en nuestro trabajo y, gracias a Pax Christi que lo está promoviendo, llevamos 27 años de trabajar casi en todos los departamentos con indígenas y comunidades afro descendientes, sin cuidar mucho por nosotros”.

“Los trabajos que desarrollamos con muchas agencias do­nantes se reducen a veces a llenar de contenidos a las comunidades; los espacios deben tener otra novedad que sea integral, la gente está muy necesitada de ello. Brindar­

le a la gente algo que les sea útil para superar su situación es lo que está haciendo Pax Christi con esta propuesta de espiritualidad, incluyendo el auto­cuidado”.

“Espacio importante porque facilita toma de conciencia de lo que uno está viviendo, ayuda a reflexionar cómo soy yo a nivel espiritual, cómo está mi camino, cómo crear espacios donde otros y otras se unan para compartir y para aprender”.

“Muchas instituciones no hablan de espiritualidad, como una fuerza que está en las comunidades, que es transfor­madora. Nosotros copartes de Pax Christi con el apoyo del Secretariado Internacional, podemos ayudar a darle contenido al trabajo por la paz, desde la espiritualidad”.

A modo de conclusión

SomoS el brazo Solidario de dioS20

Sobre la metodología:

“La metodología fue acertada, porque toma como punto de partida nuestras propias experiencias de violaciones de derechos humanos; aunque al comienzo nos carga de sentimientos, nos impacta y nos afecta, es un punto de partida lógico, metodológico, adecuado”.

“La historia relatada al comienzo por la facilitadora es una historia viva, que nos tocó; luego la reflexión sobre situa­ciones de violencia que nos hayan impactado; las defini­ciones de espiritualidad, para luego terminar con ‘quién cuida a los que cuidan’, es una buena metodología, por­que comienza con un tema que toca el corazón, y termi­namos en uno que atienda a nuestro auto­cuidado, eso suaviza, da ánimos”.

“El taller intenta acercarnos a la realidad desde lo que cada uno hace, nos anima a profundizar sobre la espiri­tualidad, los pasos para cuidarnos, no habíamos pensado en eso antes”.

Sobre el proceso:

“Debemos continuar con el proceso de fortalecimiento de nuestra espiritualidad, para poder seguir acompañan­do el trabajo por la paz”.

“En términos de continuidad, sería interesante ahondar en algunas pedagogías, técnicas o terapias alternativas para poder fortalecer a las comunidades estresadas por eventos de violencia”.

“Es necesario hacer más esfuerzos por aglutinar trabajos comunes, sería importante si Pax Christi Internacional pudiera apoyarnos en favorecer el encuentro de quienes trabajamos en temas de derechos humanos y paz, seguir encontrándonos para fortalecer procesos”.

“Sería importante que Pax Christi organice un Seminario para devolver a los y las participantes, los insumos del proceso, incluyendo la publicación, con presencia de teó­logos/as que pudieran alimentar las reflexiones”.

Aquí está este material que recoge las ricas experiencias de nuestras Organizaciones Miembro en la Región de América Latina y el Caribe. Con humildad lo ponemos a disposición de quienes se interesan por el tema y por la coherencia entre fe y acción social transformadora. Al final de esta etapa, concluimos desde nuestra identidad como latinoamericanos y caribeños, desde nuestra iden-tidad como miembros de un movimiento global de paz, como es Pax Christi Internacional:

“¡Hay Testigos de la Esperanza!¡Somos Testigos de la Esperanza!”

21SomoS el brazo Solidario de dioS

Y… ¿quién apoya al que apoya?

LAS MULETASBertolt Brecht

Durante siete años no pude dar un paso.Cuando fui al gran médico

me preguntó: –¿Por qué llevas muletas?Yo le dije: –Porque estoy paralítico.

–No es extraño, me dijo. Prueba a caminar.Son esos trastos

los que te impiden andar.¡Anda, atrévete, arrástrate a cuatro patas!

Riendo como un monstruome quitó mis hermosas muletas,

las rompió en mis espaldas…Y, sin dejar de reír, las arrojó al fuego.

Ahora estoy curado. Ando.Me curó una carcajada.

Tan sólo a veces, cuando veo palos,camino algo peor por unas horas.

“Me curó una carcajada”… En el trabajo que desarro-llan nuestras copartes, se llevan a cabo acciones desde un enfoque psicosocial, que buscan reducir el impacto emocional de hechos de injusticia signados generalmen-te por violencia sobre la población y como estrategia de restauración del tejido social y de fortalecimiento colec-tivo, a través de la recuperación de la memoria, de prác-ticas culturales ancestrales y la resistencia a la violencia, desde la no-violencia activa.

En ese trabajo, en la cotidianidad del trabajo comunita-rio, se afrontan situaciones límite, bien sea por la exclu-sión o por amenazas o violencias hacia las comunidades y quienes las acompañan. En ese proceso de acompa-ñamiento para que las comunidades superen sus trau-mas, elaboren su duelo cuando hay pérdidas de vidas, manejen el miedo, los miembros de las organizaciones acompañantes tienen impactos emocionales de los cua-les no siempre son conscientes. Es así como desarrollan niveles de estrés y de desgaste ante una situación que les demanda y les reta. Mucho de este estrés se somatiza y termina afectando la salud de quienes acompañan a co-munidades, como lo hacen todas las OM de Pax Christi Internacional.

Durante el desarrollo de los talleres surgió la pregunta que titula este capítulo: “Y…. ¿Quién cuida de ustedes? ¿Quién apoya a los que apoyan?”. La pregunta preten-día que las personas participantes hicieran un alto en sus reflexiones sobre hechos que afectan a otros y otras, y pensaran en sí mismas, interiorizaran sobre sus dilemas, en la forma como afrontan estos retos y los niveles de estrés que de manera consciente o inconsciente desarro-llan en su trabajo de paz y derechos humanos.

Posteriormente, se hizo una introducción a la meto-dología de “Apoyo al Apoyo”, por medio de la cual se busca atender a los posibles impactos de las personas que trabajan con poblaciones víctimas de violencia, me-diante técnicas de auto-cuidado. Muchas participantes consideraron que la espiritualidad se fortalece cuando hay una conjunción entre cuerpo, mente y espíritu, “es

Anexo

SomoS el brazo Solidario de dioS22

de alguna manera una forma de sembrarte en la vida”. Y en este sentido, la metodología de “Apoyo al Apoyo” se orienta a reducir el impacto emocional y fortalecer el tejido social, promover el análisis de contexto de manera periódica para poder identificar paradigmas de riesgo y acciones para transformar la situación y proteger comu-nidades desde la recuperación emocional. La metodo-logía también busca promover en las comunidades y las organizaciones acompañantes recursos y todo su poten-cial para activar la resiliencia e incrementar la habilidad para resistir y reconstruir sus proyectos de vida. En esta metodología, los valores de la solidaridad y la reciproci-dad están en el centro y la espiritualidad fortalece dicha recuperación.

“Si no nos reciclamos constantemente, si no profun­dizamos en lo que hacemos, vamos a caer en el vacío… meternos en la recicladora, para volver a salir con más fuerza”.

Monseñor (Don) Raúl Vera,Presidente del Frayba

El “Apoyo al Apoyo” afronta el impacto emocional del trabajo con comunidades, mediante mecanismos alter-nativos como terapias de aromaterapia, hidroterapia, mesoterapia; visualizaciones, relajación, meditación y yoga. Varias de estas terapias fueron desarrolladas en los talleres para mostrar cómo las tensiones producto del trabajo diario con comunidades en contextos de injusti-cia, afectan nuestro balance físico, emocional y espiritual y las sensaciones de alivio y recuperación que se pueden sentir luego de estas terapias. Se pretende a través de ellas generar un espacio de recuperación y auto-cuida-do, pero también el sentimiento de comunidad, de que como grupo que acompaña a comunidades, constituyen en sí mismo una familia que se apoya, que se protege.

La metodología de “Apoyo al Apoyo” era conocida por algunas de nuestras copartes, para otras era algo nuevo; todas ellas reconocieron que era necesario poner más énfasis en el tema de salud mental y auto-cuidado en sus planes de trabajo. Algunos de los testimonios recogidos decían:

• “Tenemos que tomar más conciencia de que necesita­mos aprender a cuidarnos a nosotros mismos/as”.

•“Aprendiendo más acerca de cómo cuidar más de mí misma, aprendí a confiar más que antes en mi equipo”.

•“Aprendí que transformando comportamientos y to­mando un respiro en nuestro trabajo mediante sesio­nes de meditación, relajación o entretenimiento como equipo, nosotros podemos trabajar más eficientemen­te en apoyar a la superación del trauma de las víctimas y en su sanación”.

•“Aprendí acerca de herramientas y dinámicas de traba­jo para el auto­cuidado, para desarrollar con las comu­nidades”.

•“Viví una experiencia de convivencia y de compartir experiencias, de fortalecimiento de equipo, para to­mar distancia de nuestro trabajo y reflexionar sobre nuestra salud emocional”.

•“Sería bueno tener más talleres como éste, para recar­garnos de energía en nuestro trabajo”.

•“Si cuidamos de nosotros y nosotras, podremos cuidar más a los demás”.

El autocuidado también es un tema de seguridad y au-toprotección: si estamos cansados, agotados, nuestros niveles de alerta bajan y los riesgos pueden subir.

¿Qué hacemos para cuidarnos?

Ante eventos de injusticia y violencia, las copartes y sus comunidades realizan acciones de autoprotección, recu-peración emocional y de vivencia de su espiritualidad; en primer lugar, la oración:

23SomoS el brazo Solidario de dioS

“La oración, para muchas comunidades es la que fortale­ce el corazón”.

“Cuando sacaron a varios miembros de la organización arrastrados del Palacio Nacional, protestando por la de­saparición forzada, una de las líderes gritó: ‘No nos mova­mos, estamos luchando por vidas humanas’. Pienso que las bendiciones y las oraciones de los familiares de las víctimas, a quienes ayudamos, son las que nos cuidan”.

Existen otras maneras de compartir que tienen los miem-bros de las organizaciones coparte del movimiento para mantener su salud mental y su balance en medio de si-tuaciones complejas y exigente trabajo. En las reflexio-nes sobre el tema, surgieron experiencias institucionales válidas para que los miembros se recuperen, recarguen de energía y seguir con el compromiso; algunas de las acciones que las copartes y sus comunidades realizan desde a perspectiva del auto-cuidado son:

•“La biodanza”3.•“Salir a trotar temprano para encontrarme con los ár­

boles, los pájaros, la gente”.•“La oración en comunidad, nos da el sentido de comu­

nidad, son espacios en donde se puede compartir y a la vez interiorizar”.

•“La escucha de música suave, que ayude a descansar, a meditar, a solas”.

•“Los hermanos de comunidad, la confianza de perte­nencia, saber que lo que pasa conmigo le interesa al otro y lo que le pasa a él me interesa”.

•“La terapia de la cocina, que relaja, permite crear, de­sestresa muchísimo”.

•“La familia, encontrarse con el espacio familiar, compar­tir, jugar”. “Sentirnos en familia, recibe/aporta, siente que se cuida cuando llega de nuevo a casa, se encuen­tra con la comunidad, con hermanos/as, se comparte energía y se siente como manifestar ese cuidado hacia mí mismo y hacia lo que estoy experimentando”.

•“Terapias alternativas como la meditación Zen y los masajes”.

•“Irse de vacaciones o programar actividades fuera de la oficina una vez al mes o cada dos meses”.

•“Festejos internos de pequeños logros”.•“Ciclos de cine o de pausa periódica”.

Fue importante en este proceso de talleres sobre espiri-tualidad en nuestro trabajo por la paz y la justicia, lograr este objetivo adicional: se ayudó a fortalecer la idea de que es importante dedicarnos tiempo de calidad para la reflexión y el auto-cuidado; esto nos ayuda a afrontar la realidad difícil con mayor serenidad, para resguardar la vida y la salud de nosotros/as y de quienes acompaña-mos; por ello, la conciencia de la importancia en des-tinar tiempo para la oración y la relación interior con el Ser Supremo, para el disfrute de la naturaleza, para compartir con nuestra familia o comunidad religiosa, auto-cuidado para el bienestar, la protección y el acom-pañamiento.

3 Ejercicio de “danzar la vida”, dedicar un tiempo para expresar con el cuerpo diversos ritmos que permiten el encuentro consigo mismo desde el movimiento físico armonioso con su carácter y situación-terapéutico.

SomoS el brazo Solidario de dioS24

JESÚS NO TIENE MANOS

Eduardo Cáceres Contreras, Chile(Oración compartida por Pax Christi Perú)

Jesús no tiene manostiene solo nuestras manospara construir un mundodonde habite la justicia.

Jesús no tiene piestiene solo nuestros piespara poner en marchala libertad y el amor.

Jesús no tiene labiostiene solo nuestros labiospara anunciar al mundo

la Buena Nueva a los pobres.

Jesús no tiene mediostiene solo nuestra acción

para lograr que todos los hombresseamos iguales.

Jesús, nosotros somos tu evangelio hoy el único evangelio que la gente puede ver si nuestras vidas son transparencia de ti,

si son obras y palabras que dan Vida.

Jesús, danos tu musculatura moralpara desarrollar nuestros talentos personales

en tu proyecto de justicia y de paz y hacer bien todas las cosas.