Cómo valorar los animalesy las plantas que aparentemente

no nos gtvenRamiro Ahumada Cervantes,* Sergio Avila Villegas,* Juan Flores García,*

Edith Calindo Manríquez,* lván Manríquez Castro,xErnesto YázquezMorquechorx Roberto Martínez Gallardo* e lleana Espejel**

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de Ia maestría en manejo de ecosis?bmas de zonas

OCTUBRE.DICIEMBRE / 2OOODIVULCARE

'Estudiantes del curso manejo y conse@Mn Ae ü

áridas, Facuttad de Ciencias, uABc. :; i;''&*.'

'*lnvestigadora de ta Facuttad de Ciencias ,&i;

I ser humano, desde que habita en laTierra, ha dependido de los otrosseres vivos (animales, plantas,

hongos, bacterias, virus) para podervivir. Suevolución y desarrollo han estado íntimamenteligados a la manera tan versátil como hausado la vida silvestre. Mató animales ycolectó plantas para comérselos, haciendoque éstos tuvieran un valor alimenticio (sobretodo cuando los cocinó y condimentó);sembró plantas con flores bellas y adornó sucuerpo con semillas, dándole entonces unvalor ornamental; cazó animales por placer,otorgándole un valor cinegético; usórepresentaciones de animales, plantas yhongos como símbolos patr¡os o en otrascuestiones con valor cultural. Todo esto con elfin de obtener un beneficio propio.

Nuestros antepasados, por su número yrelación con el campo, tenían la percepciónde que la vida silvestre y sus recursos eraninagotables, que podían consumirlos sinmedida. Sin embargo, al incrementarse lapoblación humana de la manera en que loha hecho, hoy en día vemos que losanimales y las plantas úti les se acaban,principalmente aquellas especies que másvalor t ienen para nosotros, y peor aún, seestán afectando los procesos ecológicosque hacen funcionar al mundo.

Para quitarnos la idea de que la vidasilvestre nunca se acaba y concientizarnos deque dependemos totalmente de ella, loscientíficos han buscado desesperadamenteformas de hacernos valorar lo que ahora, anuestro parecer, no sirve.

Aparentemente, y a los ojos de cualquiermortal, la vida silvestre no tiene valor, almenos no tan obvio como lo tiene unacomputadora, una manzana o una joya. Latendencia de asignar un valor monetario a lascosas que nos sirven dificulta la valoración dela vida silvestre, especialmente porque no seve o no se sabe para qué sirve.

Ahora bien, ¿cómo valorar algo que "nosirve" y que además hay que cuidarlo yconservarlo? Un esfuerzo ha sido tratardeentender que la vida silvestre y losecosistemas en los cuales habita puedenusarse, pero claro, sin agotar los recursos.Así, elvalor monetario que puede asignarse aun recurso naturaldependerá de cuánto valepor sí mismo, de cuánto cuesta conservarlo, omejor aún, de cuánto costaría si se perdiera.Estos valores asignados permiten que lagente sienta la responsabilidad de cuidar algoque le está costando mantener y cuya pérdidaafectará directamente su bienestar.

OCTUBRE-DICIEMBRE/DTYULeARE 5