Cómo superé una situación de duelo gracias al MindfulnessEscribí este artículo en un momento muy duro de mi vida: dos días después de que mi querida gata Rea haya muerto atropellada en la puerta de mi casa, falleciendo en el acto. En menos de 48 horas y con la ayuda del Mindfulness, comencé a superar la situación de duelo. Espero que compartir mi experiencia pueda ayudar a personas que pasen por una situación similar.

---------------------------------------------------------------------------------

Lo que sucedió

Mi pareja y yo nos enteramos de la muerte de Rea por el señor que cuida los jardines de la urbanización en la que vivimos, ya que llevábamos un día buscándola sin éxito. Parecía dormidita en un descampado en la que la había dejado la persona que la atropelló.

Cuando la miré allí no podía creerme lo que veía. Luego tocó recogerla, que lo hizo mi pareja porque yo no pude; y meterla en una cajita muy linda con fotos de gatitos. Después llamé a mi pareja anterior para comunicarle la noticia y destrozado se la llevó para enterrarla junto a un naranjero bajo las estrellas en un terreno que tiene su familia.

La respuesta desde el Mindfulness

Este hecho, se sumó a una serie de acontecimientos devastadores que sufrí en 2012, entre los que se encontraron el cierre de mi empresa física, traiciones de amigos, problemas de salud, separación de mi pareja anterior y otra suma de situaciones negativas que son demasiadas hasta para enumerarlas. Como supondrán, me sentí hundida y profundamente deprimida.

No tenía ánimos ni ganas de luchar, pero sabía que si aplicaba todo el conocimiento del que dispusiera para recuperarme, saldría de esta. Aún sin creer que podría hacerlo, porque como es habitual en este tipo de situaciones: pensé que esta vez sí que me volvía loca.

A continuación, les relato qué fue lo que puse en práctica, esperando que les sea de utilidad para ustedes o para ayudar a otros que pasen por una situación de duelo similar y les invito a que aporten cualquier otra idea que pueda ayudarme a mí o a cualquier persona.

1º Me rendí a lo que sentía.

Me tomé valerianas y un relajante muscular porque sé que cuando me siento superada me dan contracturas y me acosté a llorar hasta que no me quedaran lágrimas. En todo momento, evité tomar tranquilizantes químicos, tipo tranquimazín y una vez que comprobé que no me dio ninguna contractura tampoco tomé más relajantes musculares.

2º Tomé flores de Bach.

No tenía más que cuatro flores en casa y simplemente, miré en internet cuáles de las cuatro podría ayudarme a superar una situación como esta y de las cuatro, parece que Acebo y Estrella de Belén, podrían ayudar. Por supuesto que estaba segura de que no iban a funcionar, ya sabemos que en ese momento no es fácil pensar de otra forma: pero me las tomé igual cada media hora.

3º Comí chocolate.

Como estudiante de Neurociencia, sé que el chocolate estimula una serie de hormonas (oxitocina, serotonina, dopamina) que hacen que mejore el estado de ánimo de la persona. Así que sin ganas, también tomé pequeñas dosis de chocolate, por ejemplo, un bombón cada vez que me levantaba. Sin ganas y sólo un bombón porque no tenía ganas de comer nada.

4º Escuche conferencias que hablaban de resiliencia y autoestima.

Por lo que sé de percepción, estamos recibiendo información por medio de nuestros sentidos en todo momento, tanto desde nuestro interior, como del exterior y también desde nuestros recuerdos que generan respuestas sensoriales gracias a una estructura cerebral llamada hipocampo.

Como sabía, que en esta situación, mi cerebro comenzaría a repetir pensamientos automáticos negativos que me harían sentir peor y actuar de forma irracional, lo que hice fue asegurarme de sólo escuchar mensajes positivos. Así que pasé casi 24 horas ininterrumpidas escuchando de fondo conferencias grabadas de mis coachs favoritos.

5º Traté de entrar en estado de Mindfulness

El primer día no pude, ni quise, pero el segundo día, comencé a incluir meditaciones en los audios que escuchaba y poco a poco comencé a serenarme, tratando de afrontar la situación de una forma resiliente.

Me di cuenta de la importancia que había tenido en la vida de mi gatita, ya que la había salvado junto a su hermano Cronos de una muerte segura en la autopista cuando eran los dos unos bebés, de que no había sufrido porque murió en el acto, de que tenía muchos otros gatitos que me querían y por los que tenía que luchar, de que había encontrado a otro ser humano que compartía conmigo el amor por los animales y que además me amaba profundamente, de contar con el apoyo incondicional de mi amiga Mika, de la comprensión que habían demostrado mis clientes con los cambios y anulaciones de sesiones; y de muchas, muchas cosas más por las que podía dar gracias.

Así que en menos de 48 horas, comencé a volver a tener ganas de luchar. Ahora, mientras escribo esto no me siento feliz, he tenido que anular las sesiones del día y no creo que pueda trabajar hasta el lunes, pero sé que saldré de esta experiencia más fuerte, como siempre lo hago gracias a que aplico todo lo que aprendo en el día a día a cualquier problema, sin importar lo que mi ego me diga.

Si yo he podido hacerlo, también lo puedes hacer tú. Cada día tienes oportunidades para adquirir nuevos aprendizajes y compactarlos en un todo unificado, eso es Mindfulness. Decidir aplicar lo que sabes a tu vida es tomar una actitud responsable ante los problemas, ante lo que deseas conseguir, en otras palabras es decidir dirigir el timón de tu barco personal hacia donde tú quieras.

Dedicado a Reichipú,

Jenny Guerra Hernández

Neuropsicopedagoga.