cómo se expone la homilía

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1 CAPÍTULO V CÓMO SE EXPONE LA HOMILÍA Como se ha visto hasta el momento, la Homilía es un ministerio al i celebración litúrgica que se inserta en el amplio proceso del anunc Tiene por tanto una especificidad y características propias. Sin em quita que al fin de cuentas sea tambin una forma de comunicación o tanto, en cuanto a su reali"ación concreta, comparte algunos elemen comunes al arte de hablar en público. #os ministros ordenados est$n suficientemente formados en lo que re teología y la Sagrada %scritura, pero sigue siendo un enorme desafí convenientemente formados en las ciencias de la comunicación oral. esto es una parado&a, porque el ministro ordenado ha de s 'comunicador(, una persona que por ra"ón de su vocación, sabe comun dem$s la alegría de la fe con competencia y habilidad. )ero frecuen encontramos con el caso de predicadores que tienen mucha claridad e mensa&e que han de transmitir, pero que a la hora de e*ponerlo no s presentarlo a los dem$s con precisión. %sa es la ra"ón por la cual la predicación homiltica en muchas de celebraciones es un 'trago amargo( que los fieles padecen cada ve" la misma,porqueel predicador no la hace de manera pedagógica. %s sorprendente, por otro lado, cómo los políticos, la gente que est$ mercadeo y otro tipo de profesionales se preocupan por ser buenos o aunque no tengan nada 'que decir(. #a homilía es la actividad que los ministros ordenados e&ercen de m frecuente. Si no se predica entre semana, es fi&o que los fines de ante grupos grandes de personas. %so sería, por una cuestión de sen un motivo para prepararse de la me&or manera posible y poner todo e para desempe+ar esteministerio de la me&ormanera de acuerdo a las competencias y capacidades de cada uno. CRITERIOS A TENER EN CUENTA CON EL FIN DE LOGRAR UNA BUENA COMUNICACIÓN EN LA HOMILÍA 1 #a Homilía se desarrolla en un $mbito 'materno eclesial(, que favor del Se+or con su pueblo. %sto se ha de fomentar y cultivar mediante la cer cordial del predicador, la calide" de su tono de vo", la mansedumbr sus frases, la alegría de sus gestos -% /012. 1 Se siguen algunas ideas de: ALDÁZABAL, José Op. Cit. páginas 159 a l

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Este texto trata acerca de la manera en cómo se ha de exponer la homilía

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CAPTULO V

CMO SE EXPONE LA HOMILA

Como se ha visto hasta el momento, la Homila es un ministerio al interior de la celebracin litrgica que se inserta en el amplio proceso del anuncio del evangelio. Tiene por tanto una especificidad y caractersticas propias. Sin embargo, ello no quita que al fin de cuentas sea tambin una forma de comunicacin oral. Y por lo tanto, en cuanto a su realizacin concreta, comparte algunos elementos que son comunes al arte de hablar en pblico.

Los ministros ordenados estn suficientemente formados en lo que respecta a la teologa y la Sagrada Escritura, pero sigue siendo un enorme desafo el estar convenientemente formados en las ciencias de la comunicacin oral. Ciertamente esto es una paradoja, porque el ministro ordenado ha de ser ante todo un comunicador, una persona que por razn de su vocacin, sabe comunicar a los dems la alegra de la fe con competencia y habilidad. Pero frecuentemente nos encontramos con el caso de predicadores que tienen mucha claridad en cuanto al mensaje que han de transmitir, pero que a la hora de exponerlo no son capaces de presentarlo a los dems con precisin.

Esa es la razn por la cual la predicacin homiltica en muchas de nuestras celebraciones es un trago amargo que los fieles padecen cada vez que asisten a la misma, porque el predicador no la hace de manera pedaggica. Es sorprendente, por otro lado, cmo los polticos, la gente que est en el mundo del mercadeo y otro tipo de profesionales se preocupan por ser buenos oradores, aunque no tengan nada que decir.

La homila es la actividad que los ministros ordenados ejercen de manera ms frecuente. Si no se predica entre semana, es fijo que los fines de semana se hace ante grupos grandes de personas. Eso sera, por una cuestin de sentido comn, un motivo para prepararse de la mejor manera posible y poner todo el empeo para desempear este ministerio de la mejor manera de acuerdo a las competencias y capacidades de cada uno.

CRITERIOS A TENER EN CUENTA CON EL FIN DE LOGRAR UNA BUENA COMUNICACIN EN LA HOMILA[footnoteRef:1] [1: Se siguen algunas ideas de: ALDZABAL, Jos Op. Cit. pginas 159 a la 171]

La Homila se desarrolla en un mbito materno-eclesial, que favorece el dilogo del Seor con su pueblo. Esto se ha de fomentar y cultivar mediante la cercana cordial del predicador, la calidez de su tono de voz, la mansedumbre del estilo de sus frases, la alegra de sus gestos (EG 140). Toda comunicacin oral y por supuesto la homila, si quiere realmente llevar de manera adecuada el mensaje que contiene la Palabra de Dios a los fieles ha de observar los siguientes criterios:

La homila ha de ser simple, sencilla. Cuando se dice que ha de ser simple y sencilla no se hace alusin a que haya que expresarla en categoras elementales. Hace alusin ms bien al hecho de que nuestro mensaje debe ser sencillo. Como deca Albert Einstein, si no puedes explicarlo de una forma sencilla, entonces es que t no lo entiendes suficientemente bien. No hay que complicarse, basta con expresar el mensaje con frases claras y accesibles para todos los oyentes[footnoteRef:2]. [2: PALOMARES, Jos Mara. Hablar en pblico en una semana. Editorial Planeta Colombiana S. A.Bogot 2013 pginas 16 y 173 Ibd. p. 17]

El lenguaje de la homila ha de ser fcil de comprender, sin palabras griegas o hebreas de por medio, sin citas eruditas. Y eso, no slo en cuanto a la terminologa, sino tambin en la construccin de las frases y en su sintaxis, evitando oraciones subordinadas complicadas o frases enrevesadas. Es un lenguaje que debe estar al servicio de la Palabra, sin empobrecerla ni rebajarla. Tal vez los fieles no sabrn "hablar teolgicamente", pero s son capaces muchas veces de "escuchar teolgicamente" el mensaje de Dios. Pero, a la vez, debe ser asequible a todos y unvoco, o sea, que no admita duplicidad de sentidos y equvocos[footnoteRef:3]. [3: ALDAZBAL, Jos. El ministerio de la homila p. 163 y 164]

Habr que aplicar al homileta lo que san Pablo les dijo a los Corintios: "si al hablar no pronunciis palabras inteligibles, cmo se entender lo que decs? Es como si hablarais al viento" (1 Co 14,9).Todo lo cual no significa que este lenguaje sencillo deba ser pobre, infantil o vulgar.

La homila debe ser Fcil. La memoria del ser humano es limitada y selectiva hagmoslo fcil entonces. Hay que limitar el nmero de ideas clave que queremos transmitir. Esto permite que la asamblea tenga ms posibilidades de recordar aquello que se dijo. Esto tambin exige de parte del homileta pensar cules son las ideas ms relevantes del mensaje bblico para ser presentadas[footnoteRef:4]. [4: 4 PALOMARES, Jos Mara. Op. Cit p. 19]

La homila debe ser concreta. Adems de fcil y sencilla, la predicacin litrgica debe ser concreta, o sea, con ideas plsticas, imgenes y comparaciones tomadas de la vida misma[footnoteRef:5]. Por esa razn el esquema que sigue el predicador debe ir al grano. La importancia de ir al grano es fundamental, por esa razn se ha de prescindir de toda aquella informacin que es irrelevante y que de alguna forma ocupa espacio innecesario en la mente de la asamblea[footnoteRef:6]. Por ejemplo datos anecdticos que no vienen al caso, detalles de los textos que no son fundamentales para el mensaje, etc. [5: ALDAZBAL, Jos. El ministerio de la homila p. 165] [6: 5 PALOMARES, Jos Mara. Op. Cit. p. 20]

Por el hecho de ser concreta, la homila tambin debe ser clara en su estructura. Debe tener orden en las ideas, sin idas y vueltas ni repeticiones innecesarias. Debe tener claridad en el esquema que se sigue, de modo que los oyentes puedan captar la lgica de un razonamiento o de una enumeracin. Sin demasiados temas, sino centrada en uno o en dos, con sus oportunas anttesis y comparaciones. Sin dejar que "el caballo corra locamente en todas direcciones", como dira el Quijote. A un oyente le debera resultar fcil captar cul ha sido la intencin y el desarrollo de la homila[footnoteRef:7]. [7: ALDAZBAL, Jos. El ministerio de la homila p. 164]

La homila debe ser creble. Uno de los factores ms importantes en una buena comunicacin oral y por supuesto de la homila es la credibilidad. Claro que sta es ms bien es una condicin personal del homileta y tiene que ver mucho con la coherencia de vida. Aqu lo que interesa presentar es la credibilidad de lo que se dice. Esto quiere decir, que la homila debe hacerse con rigor y seriedad. Si el homileta presenta su mensaje de manera trivial o fantasiosa se corre el riesgo de que la asamblea se desconecte del mensaje.

La homila debe ser breve. Es famosa la frase de Baltasar Gracin, aunque no se suele citar en su totalidad:

"lo bueno, si breve, dos veces bueno; incluso lo malo,si poco, menos malo".

La homila ha de ser breve en principio por dos razones expuestas en el nmero 138 de Evangelii Gaudium:-. Aunque el predicador puede ser capaz de mantener el inters de la gente durante una hora, debe saber que de ser as su palabra tiende a volverse ms importante que la celebracin de la fe.-. La segunda razn, es que si la homila se prolongara demasiado, afectara dos caractersticas de la celebracin litrgica: la armona entre sus partes y el ritmo total de la celebracin. Diferentes estudios demuestran que la capacidad de atencin de una persona ante una presentacin es limitada y que a partir de un determinado momento (generalmente, en torno a los veinte minutos) sta cae en picado. Con este dato, lo ms sensato sera que la exposicin de la homila no durara ms de veinte minutos. O sea, lo ideal es que no llegara a esos veinte minutos. Los momentos de ms atencin los constituyen al comienzo y al final de la homila, por eso se ha de aprovechar esos tiempos de mxima atencin para colocar el mensaje fundamental. El resto del tiempo debe utilizarse para reforzar con argumentos slidos la esencia del mismo[footnoteRef:8]. [8: ]

RECURSOS PEDAGGICOS A LA HORA DE LA EXPOSICIN DE LA HOMILA

Algunos creen que pueden ser buenos predicadores por saber lo que tienen que decir, pero descuidan el cmo, la forma concreta de desarrollar una predicacin. Se quejan cuando los dems no los escuchan o no los valoran, pero quizs no se han empeado en buscar la forma adecuada de presentar el mensaje. Recordemos que la evidente importancia del contenido no debe hacer olvidar la importancia de los mtodos y medios de la evangelizacin (EG 156).La preocupacin por la forma de predicar tambin es una actitud profundamente espiritual. Es responder al amor de Dios, entregndonos con todas nuestras capacidades y nuestra creatividad a la misin que l nos confa; pero tambin es un ejercicio exquisito de amor al prjimo, porque no queremos ofrecer a los dems algo de escasa calidad. En la Biblia, por ejemplo, encontramos la recomendacin de preparar la predicacin en orden a asegurar una extensin adecuada: Resume tu discurso. Di mucho en pocas palabras (Si 32,8) (EG 156).En definitiva la homila es una pieza de oratoria. Esa es la razn por la cual se rige por los principios del arte de hablar en pblico. A continuacin se ofrecen algunos recursos pedaggicos a tener en cuenta a la hora de predicar.

Cuidar la expresin oral[footnoteRef:9] [9: Para la primera parte de este apartado se va a seguir textualmente a ALDAZABAL, Jos, El ministerio de la homila, Op. Cit. En el tema Las leyes de la comunicacin p. 160-161]

No basta con hablar, hay que hablar con precisin. William Shakespeare

Ante todo, el homileta debe respetar las leyes del buen decir: debe cuidar la "ars dicendi"[footnoteRef:10]. Una de las definiciones clsicas del buen predicador fue la de "vir bonus dicendi peritus": un hombre bueno, experto en el arte del decir. [10: J.A. VALLEJO-NJERA, Aprender a hablar en pblico hoy, Planeta, Barcelona 1990, 150 pgs.; J. M. LAHIDALGA, De nuevo, Vallejo-Njera como pretexto: "Aprender a hablar en pblico hoy": Surge 511-512 (1990) 224-241; ID., Atencin y lenguaje no verbal: Surge 513-514 (1990) 294-310 (el libro de Vallejo se refiere a hablar en pblico en general, pero sus consignas son muy aprovechables para la homila, como comentan bien los dos articulas de Lahidalga).4 A. ORTEGA, Retrica y homiltica en la Iglesia, Cervantes, Salamanca 1993; K.SPANG, El arte del buen decir. Predicacin y retrica (=Dossiers CPL 95) CPL, Barcelona 2002, 142 pgs.; T.J. SCIRGHI, Preaching in a postmodern context: Quest Liturg 3-4 (2000) 236-249; VARIOS, El arte de hablar en pblico, San Pablo, Madrid 1998. En el Dizionario di Omiletica se presta especial atencin a la retrica por parte de varios autores (pp. 1345-1372). ]

La homila, aunque sea un ministerio sagrado, es una "pieza oratoria" y, por tanto, debe seguir las reglas elementales del bien decir. Debe ser lenguaje digno, no slo teolgicamente, sino tambin literariamente.

Aunque hablar de "retrica" puede tener en algunos casos un sentido peyorativo ("retrico", como "vaco de contenido"), sin embargo, en su buen sentido, sigue teniendo importancia para la homila. Despus de perodos en que la retrica era muy apreciada en la oratoria sagrada, ha pasado por otros en que se la haba abandonado con una cierta suspicacia. Ahora se vuelve a apreciar, porque tambin ayuda a una buena comunicacin de la Palabra a la comunidad cristiana[footnoteRef:11]. [11: Este apartado sigue a PALOMARES, Jos Mara. Op. Cit. p. 54-55]

El homileta debe conocer bien su lengua y respetar su gramtica, su sintaxis, su pronunciacin. La belleza de la diccin forma parte tambin del ministerio de la comunicacin religiosa. Estamos en la cultura de la imagen, ciertamente, pero tambin se aprecia una palabra bien dicha y hermosa, una diccin serena, clara y bien construida, un lenguaje bello, correcto gramaticalmente, sin anacolutos (frases sin terminar), que no haga sufrir por las dudas y titubeos. Nunca pasar de moda la fuerza de la palabra bien comunicada.

Claro que una homila no tiene como finalidad primaria la belleza literaria ni un tono afectado, teatral o amanerado, en el que el predicador "se escucha a s mismo". Pero tampoco es bueno descuidar el lenguaje literario y maltratar la gramtica de la propia lengua. El predicador cristiano, como todo orador en su mbito, debe cuidar el arte de construir su homila, de exponerla bien, de hacer agradable el contenido de la Palabra, y de intentar persuadir a que los oyentes, empezando por l mismo, la lleven a la prctica en su vida. Todo ello, naturalmente, sin perder la sencillez y el carcter fraterno de esa "pltica" que es la homila.

San Agustn, que haba estudiado bien las reglas de la retrica romana y se consideraba seguidor del gran orador clsico Cicern, supo aplicar despus magistralmente a la predicacin cristiana estas normas del buen decir. l fue quien dijo que la doctrina cristiana deba tener estas tres cualidades: "ut veritas pateat (claridad), ut veritas placeat (agradable), ut veritas moveat" (estimulante). Para que pueda resultar eficaz en su exhortacin, antes debe ser agradable y literariamente conveniente.

La voz[footnoteRef:12] [12: ]

Non vox, sed votum; non clamor, sed amor psallit in aure Dei[footnoteRef:13] [13: Texto grabado en el coro hecho de madera de la iglesia de San Damin, en Ass: No es la voz, sino el deseo; no es el clamor, sino el amor el que canta a los odos de Dios.]

La voz de una persona la revela. Igualmente refleja su estado anmico y fsico. Se puede no compartir la opinin, pero es verdad que la palabra constituye el medio ms inmediato con el que la persona se ex-pone a s misma y se pro-pone. Es como una gota de agua que, con slo mirarla, hace que nos imaginemos el mar[footnoteRef:14]. Por esa razn; la entonacin, el volumen, los silencios, el acento, el timbre o la inflexin de la voz son caractersticas que se tienen que manejar adecuadamente en el momento de realizar la homila si desea conectar con la asamblea. [14: PERI, Vittorio. La Homila Sgueme, Salamanca 2013 p. 46]

Al hablar se debe recordar que slo se tiene una voz y, ante s, muchos ojos y muchos odos de ordinario bastante exigentes. Si dices maravillas, pero las dices mal, es como si no hubieras dicho nada, escribi San Francisco de Sales. Pero si dices poco y lo dices bien, has dicho mucho[footnoteRef:15]. [15: Ibd. p. 47]

Una homila expuesta con una voz cansada y montona provoca que la asamblea se desconecte de la exposicin. Igual, un ritmo demasiado lento puede llegar a ser letal.

Analicemos alguno de estos aspectos:

Volumen. La primera regla que hay que tener en cuenta es que todo el mundo debe poder escuchar la homila correctamente. Si no hay un sistema de megafona en el templo o lugar de la celebracin, hay que asegurarse de que las personas que estn ms alejadas del presbiterio escuchan sin dificultad. Una vez resuelto este asunto, es importante que no hablar demasiado alto (porque el mensaje puede interpretarse como una imposicin) ni demasiado bajo (caracterstica tpica de las personas introvertidas que dificulta seriamente la comprensin del mensaje).

Ritmo. Hay que cambiar de ritmo durante la exposicin de la homila para enfatizar determinados aspectos del mensaje. Con ello se acentuar la expresividad y ayudar a los miembros de la asamblea a comprender mejor la homila. Con un ritmo dinmico se consigue una mayor atencin de la asamblea.

Velocidad. Hablar muy rpido dificulta la comprensin completa del mensaje y transmite indecisin. Por el contrario, hablar muy despacio genera aburrimiento y monotona. Algn estudio sugiere que la velocidad adecuada est entre las 125 y las 175 palabras por minuto. En todo caso, cada homileta debe preocuparse por saber si habla deprisa o despacio. Si es as, hay que intentar moderar o incrementar la velocidad segn el caso.

Entonacin. Sin entonacin, no hay sentido. Nadie puede imaginarse un fragmento musical de una sola nota. Por eso hay que desarrollar las propias gamas. La clave en este caso est en variarla de vez en cuando para ayudar a fijar los mensajes en la asamblea.

Articular las palabras. Articular contribuye a ralentizar la cadencia y favorece la atencin. Para articular bien, hay que ejercitar los labios, la lengua y las mandbulas[footnoteRef:16]. [16: DORNANO, Barberine y BESSON, Mara. Hablar en pblico sin miedo. Cuaderno de prcticasTerapias Verdes, S. L. Barcelona, 2013 p. 4014 Ibd. p. 42]

Saber respirar[footnoteRef:17]. Sin respiracin no hay sonido, por eso hay que saber respirar. De la misma manera que lo hacen los cantantes o los actores, se he de respirar con el vientre para controlar mejor el ritmo respiratorio y oxigenar tu cerebro. [17: ]

Finalmente la entonacin, la articulacin, el volumen, cadencia visten el discurso. Respirar bien ayuda a colocar la voz, hace ganar en conviccin, en tono y en volumen. Dar el tono otorga sentido: hablar fuerte, articular y puntuar es afirmar. Sonrer, hablar ms lentamente y bajar el volumen es tranquilizar[footnoteRef:18]. [18: Ibd. p. 42]

Cuidado con las muletillas![footnoteRef:19] Etimolgicamente, el nombre de la palabra muletilla deriva demuletaen cuanto es algo que sirve como soporte, en el caso lingstico como soporte de un discurso. Unamuletillaes una palabra o frase que se repite mucho por hbito, en ocasiones llegando al extremo de no poder decir frase alguna sin ella. Suelen ser expresiones innecesarias, comodines o palabras abstractas y breves, generalmentepronombresojergas, que se utilizan sin cumplir una funcin primordial en una determinada oracin (tomado de Wikipedia). [19: Ibd. p. 37]

Las muletillas molestan. Por esa razn hay que hacerse consciente de ellas para ayudar a evitarlas en la homila. Para ello puede ayudar escuchar a un vecino, a un amigo, a un compaero: localizar y cuentar sus muletillas. Pueden ser algo semejante a pues, sabes lo que te quiero decir?, vale, de acuerdo, eh, as es, correcto, cmo, bien, etc.

Jugar con las palabras[footnoteRef:20]. Ayuda contar de manera detallada y concreta un suceso. Consultar a menudo un diccionario de sinnimos. Esforzarse por ampliar el vocabulario. [20: Ibd. p. 38]

La terminologa empleada[footnoteRef:21] [21: Para este aparatado se seguir textualmente a ALDAZBAL, Jos, EL ministerio de la homila Op. Cit. En el tema: Una terminologa ms accesible p. 166]

En el lenguaje usado en la predicacin tienen particular influencia los trminos que empleados. El homileta ha de estar atento a usar una terminologa ms accesible para los oyentes.

Hay conceptos que no necesitan explicacin, porque son fcilmente captados por todos: caridad, solidaridad, paz, justicia, humildad, universalidad, servicialidad, ansia de vivir, derechos humanos, el Dios cercano y personal, libertad, perdn de los pecados...

Pero hay otros conceptos y expresiones, bblicas o litrgicas, que necesitan "traduccin" o explicacin: redencin, salvacin, expiacin, cordero pascual, xodo, testamento, unin hiposttica, anamnesis, epiclesis, exegesis, teofana, hermenutica, escatologa, parusa, la comunin de los santos, Jess como Hijo del hombre o como Pantocrator y Kyrios, "los Santos Padres", "ex opere operato", la lucha contra los prncipes de este mundo, que los salvados lavaron sus tnicas en la sangre del Cordero, que Jess subi a los cielos...

Si se usan esas expresiones, habr que explicarlas muy brevemente, sin empobrecerlas, pero acercndolas a la comprensin de los cristianos de hoy. Habra que" descongelar" frases hechas que a los eclesisticos, les resultan familiares, pero a los fieles por lo general les resultan extraas.

El lenguaje bblico es fundamental para entender el misterio cristiano, y hay que acostumbrar a los fieles a l, pero explicndoselo claramente: qu significa que Cristo "est sentado a la derecha del Padre", o que es "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo", o por qu son "bienaventurados los perseguidos por la justicia", o qu sentido tiene para nosotros la "Jerusaln celestial"...

De la Virgen se puede hablar afirmando que es la Reina de los ngeles o los profetas, y se la puede invocar como "rosa mstica" o "arca de la alianza", todo ello, con resonancias bblicas que deben ser muy ricas para los que las conocen. Pero tambin se puede decir de ella que era la mujer creyente, experta en dolor, madre recia al pie de la Cruz, la primera cristiana, hermana nuestra, abierta a Dios, solcita a favor de los dems. Todo lo cual tambin es bblico y ms cercano a nosotros.

Un lenguaje vivo[footnoteRef:22] [22: Para este aparatado se seguir textualmente a ALDAZBAL, Jos, EL ministerio de la homila Op. Cit. En el tema: Un lenguaje vivo p. 167]

La gente se olvidar de lo que dijiste, la gente se olvidar de lo que hiciste, pero las personas nunca olvidarn cmo les hiciste sentir. Maya Angelou escritora norteamericana nacida en 1928.

El gran dramaturgo B. Brecht utiliz para el teatro un mtodo que se ha llamado "Verfremdung" = extraamiento, alejamiento, contraste[footnoteRef:23]. [23: H.D. BASTIAN, Verfremdung und Verkndigung, Mnchen 1967.]

Con lenguaje provocativo y eficaces industrias escnicas, logra l que los espectadores no se identifiquen sin ms con lo tradicional o con las actitudes convencionales (por ejemplo, que siempre tiene que "ganar el bueno"). Ms bien, de entrada, desconcierta a los espectadores, los deja insatisfechos o indignados, para que as conserven su sentido crtico y su capacidad de reaccionar.

Las cosas normales de cada da, hace que les parezcan nuevas, extraas, interesantes. Provoca que no acepten sin ms lo de siempre. Su palabra es crtica, interpeladora. Provoca dudas, interrogantes y anttesis, no sigue la lgica, no pretende dejar tranquilos y consolados.

No sera descaminado que el predicador, alguna vez, aplicara esta dinmica a su lenguaje homiltico, evitando repetir siempre los mismos moldes, sino aprovechando la fuerza interpeladora de la Palabra de Dios.

Una predicacin demasiado "pacfica" busca confirmar lo que ya se sabe, evita preguntas, ms bien da ya las respuestas, presenta la verdad como algo fijo y ya adquirido, intenta proteger y conservar la fe.

Una predicacin ms "viva" replantea lo que ya se sabe, provoca preguntas y ayuda a buscar respuestas, suscita extraezas, exhorta a la accin y a las opciones, hace reflexionar para ir descubriendo la verdad.

No es acaso el sistema que tantas veces utiliz Jess en su predicacin? Seguramente, resultaron provocativas sus posturas crticas sobre el Templo y el sbado, sus comparaciones del fariseo y del publicano, sus afirmaciones de que las prostitutas iban a estar delante en el Reino, o de que no haba venido a traer la paz sino la guerra, y su insistente afirmacin de que a veces los paganos responden a Dios mejor que los judos. A nadie se le ocurri nunca tachar a Jess de aburrido o poco concreto.

Es tambin lo que haban hecho algunos profetas, con un lenguaje claramente crtico sobre las instituciones ms sagradas del pueblo judo. Ejemplos muy estimulantes de un lenguaje vivo y "dialogado" son, por ejemplo, la pgina que dedica el profeta Ams a fustigar la falsa seguridad de las clases dirigentes, (Am 6,1-6) Y el captulo en el que Pablo tiene que defender su ministerio (2Co 22, sobre todo vv. 16-33)[footnoteRef:24]. [24: Estos dos ejemplos los comenta sabrosamente san Agustn: De Doctrina christiana IV, 7, 12 Y 15.]

Tampoco se trata de que la homila tenga que ser siempre provocativa y escandalosa, e ir alabando a las prostitutas o a los administradores que llevan doble contabilidad. Pero tampoco es bueno que sea demasiado fra y tranquila, con frmulas hechas y resabidas que no transmiten nada.

Es bueno recordar el mtodo que segua santo Toms en su gran tratado teolgico. Ante la "tesis" propuesta, iniciaba su reflexin con una clara "anttesis": "videtur quod non", "parece que no". Ante una determinada argumentacin opona una dificultad que l intua en sus interlocutores posibles: "sed contra...", "pero, por el contrario...".

Una homila podra muy bien, alguna vez, empezar con un "videtur quod non": de veras hay que amar a los enemigos? Pero es posible perdonar? Se puede alabar a ese administrador infiel? No querr Jess que pongamos en verdad la otra mejilla?, a quin se le ocurre conformarse con los ltimos puestos? Vale la pena ser cristiano en el mundo de hoy? Tiene futuro ser religioso, si nadie parecer creer nuestro testimonio?...

No podemos conformamos con un lenguaje asptico. A veces se ha proclamado una pgina del evangelio o de un profeta o de Pablo llena de vitalidad y pedagoga, y sera una pena que luego le siguiera una homila desangelada. Debera conservar la frescura y la fuerza comunicativa que tiene la Palabra misma, sobre todo la de Cristo, maestro en el arte de suscitar inters y provocar la extraeza de sus oyentes.

CONSEJOS EN RELACIN AL INICIO, EL FINAL Y EL USO DEL SENTIDO DEL HUMOR EN LA HOMILA

A la hora de empezar la homila. Uno de los objetivos de conocer a la asamblea es lo que los anglosajones denominan el engagement, que en castellano se traduce como compromiso. Se trata de conectar con los fieles de tal forma que se trascienda la mera comunicacin formal o la atencin para llegar a un genuino inters de todos por el mensaje que se quiere transmitir[footnoteRef:25]. [25: ]

Por ello es muy importante cuidar la forma en que se comienza la presentacin de la homila. Se puede apostar por comenzar de una forma intensa: con un chiste o una provocacin. Pero para ello hay que tener en cuenta que se tiene que tener habilidad para manejar el sentido del humor en la comunicacin en pblico, esta recomendacin es bastante arriesgada, ya que se requiere mucha habilidad para mantener el nivel despus[footnoteRef:26]. [26: Ibd.]

Puede hacerse as, sin ms, o en forma de dilogo consigo mismo (preguntas retricas del tipo luego de escuchar estos textos de la palabra de Dios, se preguntarn ustedes qu nos dice el Seor ahora o seguro que se estn preguntando qu significado tiene esta fiesta litrgica para nosotros) para inmediatamente despus ofrecer la explicacin correspondiente[footnoteRef:27]. [27: Ibd. p. 31]

Durante la exposicin. Luego que se ha iniciado la predicacin y se tiene la atencin de la asamblea puede hacerse el desarrollo de la homila haciendo uso de estos recursos:

Contando una historia[footnoteRef:28]. Los que los anglosajones llaman storytelling. Esta tcnica narrativa es tan antigua como el propio ser humano, previa a la escritura, y consiste en convertir una idea o mensaje en una pequea historia. Esta tcnica est basada en la idea de que comunicar emocionalmente es mucho ms eficiente que la pura transmisin de informacin. El storytelling es un mtodo probado para comunicar de forma efectiva y para generar empata con la asamblea. Una historia bien narrada y coherente con lo que se quiere comunicar en la homila es quizs el mejor mtodo para conectar emocionalmente con la comunidad celebrante. La esencia del storytelling es el aspecto emocional. Para ello conviene que la narracin sea coherente con el mensaje y a la vez que sea breve. [28: Ibd. p. 31 y 3728 Ibd. p. 3229 Ibd. p. 39]

Una buena alternativa para una historia es pedir a la asamblea que se imagine en un marco determinado. Hacindole protagonista de la situacin conseguir una mayor conexin con los oyentes. Con frases del tipo: imagnense ustedes que tienen que resolver este dilema se puede conducir a las personas que estn escuchando a la conclusin que previamente se ha planteado como parte esencial del mensaje que se quiere comunicar.

Si resulta difcil desarrollar una historia propia, se puede recurrir al uso de pequeas ancdotas o experiencias personales que ilustren el sentido del mensaje. De nuevo en este caso, el uso de referencias personales ayudar a empatizar con la asamblea y a establecer una comunicacin ms emocional[footnoteRef:29]. Slo hay que tener cuidado que las ancdotas o referencias personales no distraigan del mensaje contenido en la Palabra de Dios. [29: ]

Otro recurso que puede emplearse durante la homila es la Repeticin[footnoteRef:30]. Es importante aclarar aqu que la repeticin no supone decir siempre lo mismo de la misma forma. Se trata de insistir en el concepto, pero explicndolo de manera distinta. En este punto es conveniente ser creativo. Pero hay que tener cuidado si se insiste demasiado en ella se puede obtener unos resultados contrarios a lo que se busca. [30: Ibd. p. 41]

El uso de citas y testimonios. Es otra herramienta til es a homila. Se trata de poner en boca de otras personas aquello que se quiere decir[footnoteRef:31]. [31: Ibd.]

En todos los casos mencionados es importante ser breves. Hay que procurar siempre ser claro, conciso y completo. Uso del sentido del humor. Si el contexto es el apropiado, se puede recurrir al sentido del humor a la hora de comunicar. Los mensajes calarn ms y mejor, y la asamblea se lo agradecer. No obstante, es importante aclarar dos puntos: no se trata de hacer un monlogo al mejor estilo de un show de standup comedy. Hay que recordar el verdadero propsito de la homila y no permitir que un exceso de humor acabe empaando su mensaje. Tampoco se trata de forzar las cosas: si no se es bueno contando historias divertidas o chistes, no hay que intentarlo. Hay que limitarse entonces a mantener una actitud positiva y receptiva. Por tanto, en este asunto, como en casi todos los dems, hay que procurar aplicar el sentido comn[footnoteRef:32]. [32: Ibd. p. 55]

Los Coletazos finales[footnoteRef:33]. El final de la homila es tan importante como el inicio. Para ello puede echarse mano a estos recursos: [33: DORNANO, Barberine y BESSON, Mara. Op. Cit. p. 30]

Resumir las ideas que tengan ms fuerza: Lo esencial es Movilizar: La pelota est en su tejado Estimular: nimo! Valorar: Ustedes saben, estoy seguro, de qu modo actuar mejor. Crear imgenes: La vida es como un buen vino, mejora con el tiempo. Terminar con una frase fuerte, una nota de humor o, mejor, un gesto o una palabra de amistad.

LA IMPORTANCIA DEL LENGUAJE NO VERBAL EN LA HOMILA[footnoteRef:34] [34: Vamos a seguir en este tema a ALDAZBAL, Jos, El ministerio de la Homila Op. Cit. p. 170]

Adems de la palabra, principal medio que tenemos para comunicar nuestro pensamiento, tiene tambin importancia el lenguaje no verbal, que influye ms de lo que a veces pensamos[footnoteRef:35]. Nos comunicamos tambin con el cuerpo, ste representa el instrumento privilegiado para manifestar sentimientos y emociones[footnoteRef:36]. [35: 37 Ibd. ] [36: PERI, Vittoriono, Op. Cit. p. 50]

Existen muchos estudios que demuestran la importancia de la comunicacin no verbal. Quizs el ms citado sea el del profesor Albert Mehrabian, profesor emrito de la UCLA (mediciones recogidas en su libro Tactics in social influence, Prentice-Hall, Englewood Cliffs, 1970) quien tras varios experimentos lleg a la conclusin de que en determinadas situaciones la comunicacin verbal es muy ambigua, hasta el punto de que slo el 7% de la informacin se atribuye a las palabras. El 38 % se relaciona con la voz (entonacin, proyeccin, resonancia, tono, etc.) y el 55% con el lenguaje corporal (gestos, posturas, respiracin, mirada, etc.)[footnoteRef:37] [37: PALOMARES, Jos Mara, Op. Cit. p. 48]

Lo relevante aqu es ser conscientes de que comunicamos con algo ms que las palabras. Su actitud, su lenguaje corporal o el tono de sus palabras son, al menos, tan importantes como su discurso en un acto de comunicacin en pblico[footnoteRef:38]. [38: Ibd. p. 49]

Para esta comunicacin no verbal hay que tener en cuenta estos aspectos:

Actitud[footnoteRef:39]. Adoptar una actitud positiva, agradable y simptica. La mejor forma de trasladar esta actitud a un hecho fsico es con la sonrisa. Recordar: sonrer es gratis y a todo el mundo gusta. [39: Ibd.]

Es especialmente importante mostrar entusiasmo y energa a la hora de realizar la homila.

Contacto visual[footnoteRef:40]. La mirada tiene una gran capacidad de cautivar y ofrece mucha informacin reveladora. Con la falta de contacto visual, una persona nos est trasladando su desinters por nosotros o por nuestra conversacin. Tambin puede denotar timidez o falta de autoestima. Todos ellos son ingredientes que no son especialmente atractivos para alguien que est realizando una comunicacin en pblico. Hay que utilizar la mirada para conectar con la asamblea. En el caso de que tenga que hablar a un grupo reducido de personas, intentar mirarlas a los ojos al menos un par de veces a lo largo de su intervencin. [40: Ibd.]

En el caso de grandes audiencias o grandes espacios celebrativos, donde no es posible a veces ni siquiera ver la cara de las personas que estn escuchando, es importante acordarse de dirigir la mirada en todas las direcciones con una cierta frecuencia.

Imagen personal[footnoteRef:41]. La imagen constituye una parte muy importante del mensaje que se emite cuando uno se expone al pblico este tema es importante. Durante unos minutos o ms, todas las miradas van a estar fijas el homileta. Merece la pena, por tanto, sin caer en la vanidad, dedicarle un tiempo a la imagen. Para ello vale la pena tener en cuenta: [41: Ibd.]

Naturalidad en los movimientos. Si se suele gesticular mucho con las manos para comunicarse, no hay motivo para dejar de hacerlo durante la presentacin. Es ms: ayudar a ser ms convincente, a empatizar con su audiencia. Slo hay una excepcin a esta regla: si estn grabando en vdeo la celebracin, conviene controlar los brazos y las manos, ya que la pantalla multiplica el efecto del movimiento.

En la medida en que el espacio, las circunstancias y la tecnologa lo permitan, hay que procurar moverse, acercarse a la asamblea, salir del ambn. La comunicacin en pblico busca la conexin con la audiencia, y para ello nada mejor que la cercana fsica. Todo ello con moderacin, por favor. Evitar ir de un lado a otro sin parar o continuos paseos por el patio de butacas que obliguen a las personas que estn escuchndole a hacer grandes esfuerzos para seguirle.

Hacer un autodiagnstico de los tics (o pida a un buen amigo que se los diga).

Estar atento a las actitudes de la asamblea. Los silencios, las expresiones del rostro, los gestos y las actitudes de nuestros interlocutores son algunos de los signos que hemos de captar y descifrar: unas veces, refuerzan; otras, invalidan las palabras pronunciadas. Hay que prestarles atencin y tenerlos en cuenta.

El homileta debe saber intuir e interpretar el "feed-back", o "retro-alimentacin" y "retroaccin" que siempre se establece entre el emisor y los oyentes. La homila es, exteriormente, un monlogo, porque dentro de la celebracin litrgica slo toma la palabra el predicador. Pero interiormente el predicador debera saber" dialogar" con sus oyentes aunque no intervengan en la homila. Debera saber interpretar el silencio con el que se le escucha, que no siempre significa asentimiento a lo que est exponiendo. Debera ser capaz de sentir "empata", ponerse en el lugar del oyente y "colocarse en los bancos de los fieles", o sea, escucharse a s mismo desde la actitud anmica de los fieles. Y, si es el caso, y logra interpretar los signos del "feed-back", saber cambiar sobre la marcha.

Para concluir. Lo no verbal tambin incluye el ambiente: iluminacin, visibilidad, condiciones acsticas, temperatura... Cabestrero le llama "ecologa ambiental", que influye en la celebracin y en la homila[footnoteRef:42]. [42: Cf. T. CABESTRERO, Se entienden nuestras homilas?, o.c. pg. 63]

Este lenguaje no verbal tiene mucha influencia en la comunicacin, tambin dentro de la celebracin litrgica. Los fieles oyen nuestras palabras, pero tambin nos ven a nosotros y se dan cuenta de nuestra actitud de cercana o lejana, de humildad o de presuncin, si nos tenemos a nosotros mismos como superiores a la Palabra o somos oyentes y pregoneros de lo que Dios dice, si nuestro tono es de irona o de agresividad, de pesimismo o de serena esperanza, si estamos convencidos de lo que decimos o lo decimos por obligacin.

Todos podemos tener la experiencia de cmo algunos locutores de TV nos parecen siempre enfadados, o asustados, o tensos, mientras que otros aparecen serenos y afables, sea cual sea la noticia que transmiten.

Esto tiene tambin un aspecto complementario: tambin el lenguaje no verbal de los oyentes nos puede decir a nosotros, si lo sabemos interpretar, cundo estn atentos o cundo ya se han cansado. En su cara y postura podemos ver si se sienten sorprendidos, satisfechos o contrariados por lo que estamos diciendo o cansados ya por la duracin de la homila. Y actuar en consecuencia.