Cmo or Jess?Todo cristiano tieneque reconocer los tres aspectos fundamentales en la vida de oracin cristiana. La oracin es (1) permitida, (2) esperada y (3) mandada. En otras palabras, para el cristiano la oracin es un derecho privilegiado, una actividad presumida y un deber establecido. Sabiendo esto, la mayora de nosotros ha llegado a la conclusin de que necesitamos aprender ms tocante a la oracin y a su prctica en nuestra vida.Sera difcil estudiar sobrela oracin en la vida de un creyente sin examinar la vida de oracin de Jess durante su ministerio terrenal. Los Evangelios nos ayudan a percibir un aspecto fundamental del carcter de Jess. As que debemos ver lo que Jess hizo para poder seguir sus huellas y, consecuentemente, llevar una vida de fe.Jess or a su Padre con intensidad y devocin. No or como si la oracin fuese un mero acto de piedad religiosa. No, oraba sabiendo que su Padre lo escuchaba. El escritor de la epstola a los Hebreos escribe,"En los das de su vida mortal, Jess ofreci oraciones y splicas con fuerte clamor y lgrimas al que poda salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisin"(Hebreos 5.7). Nos damos cuenta en seguida que Jess se esforz cuando oraba. El escritor de Hebreos dice que Jess ofreci esas oraciones con fuerte clamor y lgrimas. Obviamente, pensamos en los momentos antes de que Jess se acercara a la cruz:"Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con ms fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caan a tierra"(Lucas 22.44). La oracin de Jess fue tan ferviente - tanto que sud profusamente.Jess tambin vino a su Padre con alabanza.Cuando los setenta volvieron de su obra exitosa (Lucas 19.10) despus de anunciar que"el reino de Dios est cerca"(Marcos 1.15), la gratitud de Jess fue evidente. Lucas escribe, "En aquel momento Jess, lleno de alegra por el Espritu Santo, dijo:"Te alabo, Padre, Seor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como nios. S, Padre, porque esa fue tu buena voluntad"(Lucas 10.21). La alabanza de Jess estaba llena de espritu, y le dio la oportunidad de regocijarse en lo que el Padre haba realizado.Y todava, la forma enla que or el Seor fue reverente. En el pasaje que lemos de la epstola a los Hebreos 5.7, el escritor dice que Jess fue odo a causa de su piedad. Jess se enfrent a la ira implacable de su Padre para cancelar nuestros pecados. (Pero Jess no se qued muerto, ya que Dios lo salv de la muerte eterna al resucitarlo.) Jess se dedic a s mismo a la oracin y or con devocin al que tena el poder de salvarlo. Jess no exigi que el Padre contestara su oracin y no le suplic una sola vez solamente. Iba con reverencia al Padre repetidas veces.Nos damos cuenta deque Jess or continuamente. Y aunque or con frecuencia, sus oraciones no fueron meras frmulas repetidas ni solicitudes arrogantes. En vez de esto, Jess siempre oraba a su Padre con intensidad y devocin, tomando en cuenta la necesidad de su sumisin absoluta.Por qu or Jess?Jess era (y es) Dios en la carne!Jess mismo pudo haber solucionado las dificultades de su vida y de su ministerio. En realidad, Satans saba esto cuando tent a Jess en el desierto. Saba que Jess poda convertir las piedras en pan, poda tirar el templo abajo sin lastimarse y que poda poseer un reino sin ir a la cruz. Pero Jess se resisti a hacer estas cosas. Quera realizar la voluntad de su Padre, aunque significara que tena que padecer en la cruz cruenta. Jess le dijo a Satans que seguira la voluntad de Dios y cit del libro de Deuteronomio"Adorars al Seor tu Dios, y a l slo servirs'(Mateo 4.10; Deuteronomio. 6.13). Siempre quera llevar a cabo la voluntad de Dios. Hablando de su crucifixin, Jess dice,"Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrn ustedes que yo soy, y que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseado. El que me envi est conmigo; no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada"(Juan 8.28.29).En realidad, cuando Jessense a sus discpulos acerca de la oracin, les mostr que su propsito tena que ver con la glorificacin de su Padre."Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la har; as ser glorificado el Padre en el Hijo"(Juan 14.13).Podemos ver quela relacin de Jess con su Padre fue profunda y verdadera. Este lazo hizo que la comunicacin con su Padre fuera inevitable, ntima y natural. Debemos recordar que como discpulos la oracin es una actividad que Dios espera de sus hijos. Y confirmamos que esto es verdad cuando examinamos la vida del Hijo de Dios. Mientras Jess padeca, esperando su arresto y crucifixin, vemos esta representacin de l:"Yendo un poco ms all, se postr en tierra y empez a orar que, de ser posible, no tuviera l que pasar por aquella hora. Deca: Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres t"(Marcos 14.35-36). Jess ofreci oraciones y splicas con fuerte clamor y lgrimas as como podemos hacerlo nosotros. El Hijo us el trmino ntimo para Padre, "Abba," que hace hincapi en la dependencia de Jess hacia l. Y or para que Dios lo usara para cumplir la voluntad del Padre.Por qu orJess? Or porque realmente amaba a su Padre y quera que la voluntad de su Padre se realizase por su intermedio. Para Jess, la oracin era natural e inevitable. Tal vez una mejor pregunta espor qu no orara?La oracin para nosotrosHemos aprendido queJess oraba cuando tena una necesidad, lo que quiere decir que oraba continuamente. Jess no permiti que las actividades diarias impidieran sus oraciones. Segua orando con intensidad y devocin, cuando traa sus peticiones y palabras de gratitud al Padre. Or porque quera que la voluntad del Padre fuera cumplida, aunque significara sacrificar su propia vida. Y sus oraciones fueron actos naturales e inevitables entre un Hijo y su Padre. Como si esto no fuese tan maravilloso, el escritor de la epstola a los Hebreos comparte un hecho asombroso ms. El ministerio de oracin de Jess no se ha acabado. Todava intercede por nosotros hoy!"Por eso tambin puede salvar por completo a los que por medio de l se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos"(Hebreos 7.25).