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DIOS TRABAJA CON LOS LÍDERES QUE SON

COMO NEHEMÍAS

PARA PASTORES, ENCARGADOS DE OBRA, OFICIALES, LIDERES DE CELULAS,

TIMONELES DE BARCAS, LIDERES DE ORACION, LIDERES DE JOVENES Y LIDERAZGO EN GENERAL.

Marino Miguel Muñoz

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Dedico este libro a: Rodrigo Esteban, mi segundo hijo.

Dios lo ha ungido con el Espíritu Santo para que sea un profeta en Su reino.

INDICE Agradecimiento Pág. 4 Nota del autor Pág. 5 Presentación Pág. 6

CAPITULO I El líder y la oración Pág. 10 El líder en oración intercesora Pág. 14 El líder y la oración de fe Pág. 18 El líder y la oración de confesión Pág. 21 El líder y el tiempo de oración Pág. 25 El líder en oración y acción Pág. 29

CAPITULO II El líder debe ser un organizador Pág. 34 El líder debe dar fuerza e impulso Pág. 43 Aparece la oposición Pág. 46 CAPITULO III Nehemías, un hombre de trabajo Pág. 53 Combine trabajo y espiritualidad Pág. 54 Tomemos lecciones sobre el trabajo Pág. 55 ¿Cómo reaccionamos nosotros al trabajo? Pág. 57

CAPITULO IV Hay que enfrentar la oposición Pág. 58 La oposición tiene su objetivo Pág. 71 Mantenga siempre el orden de las prioridades Pág. 75

CAPITULO V El líder muestra su corazón Pág. 85 Justicia social, segundo mandamiento Pág. 90 Olvide sus ambiciones personales Pág. 92 Don de servicio, Espíritu de siervo Pág. 94

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CAPITULO VI Ataque al líder Pág. 96 El líder pesa los espíritus Pág. 100 El líder termina la obra Pág. 104

CAPITULO VII El líder trabaja con los mejores Pág. 106 El líder hace un recuento de todos Pág. 111 El líder instaura la devoción a Dios Pág. 112

CAPITULO VIII La Palabra de Dios trae adoración Pág. 114 La Palabra de Dios trae alegría Pág. 119 La Palabra de Dios restaura Pág. 122

CAPITULO IX El día de la confesión Pág. 125 El día de la reconciliación Pág. 128 El día del pacto Pág. 130

CAPITULO X El líder ratifica el pacto Pág. 131

CAPITULO XI El líder sabe quien ocupa los espacios Pág. 140

CAPITULO XII El líder se fija en las personas Pág. 144 El líder dedica la obra a Dios Pág. 147 El líder vela por la administración Pág. 149

CAPITULO XIII El líder prueba su fidelidad a Dios Pág. 151 A la ausencia del líder... Pág. 155 El regreso del líder Pág. 157 El restaurador va hasta el final Pág. 161 BIBLIOGRAFIA Pág. 167

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

AGRADECIMIENTO

Debo agradecer profundamente a mi esposa Erica, a mis hijos Dámaris, Rodrigo y Salome. Ellos son mi fuente de inspiración y me han enseñado muchas más cosas de las que pudiera acordarme y enumerar. Es justo hacer una mención especial a Erica, ella me ha permitido estar muchas horas, miles de horas frente a la computadora, puesto que es bastante lo que escribo. Formamos un equipo muy especial, ella es exactamente la mitad de mi ministerio. Es, a su vez, la más férrea crítica de mis trabajos y me ha permitido superar muchos obstáculos. A decir de ella, COMO NEHEMÍAS es lo mejor que he escrito. Espero que el lector tenga la misma apreciación.

M.E.C.LID. MINISTERIO DE ENSEÑANZA Y CAPACITACIÓN

PARA LÍDERES

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

NOTA DEL AUTOR

He tenido el enorme privilegio de servir en docenas de iglesias en mi querida

nación Argentina y el exterior dando seminarios, conferencias y predicaciones, capacitando a los líderes para la obra de extensión del reino de Dios. Considero que cada cristiano luego de bautizado debe encontrar el lugar y la forma de cómo llevar a cabo personalmente o en grupo, de forma efectiva, la Gran Comisión; La iglesia debe ceder entonces el lugar adecuado donde cada persona reciba la capacitación necesaria para ello.

Si no hay preparación y capacitación para los líderes en cada iglesia estamos condenados al estancamiento, así, es imposible la tarea más alta que tenemos como cristianos, conquistar el lugar donde vivimos. Por eso Jesús especificó que no solamente era evangelizar, sino DISCIPULAR y enseñar a los bautizados cómo debemos alcanzar con el evangelio a otras personas.

La promesa personal de Jesús es que al hacer esto Él mismo estaría presente en medio nuestro si así lo hiciéramos. Vuelve a recordar ese mandato:

“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amen.”

Mateo 28:18-20

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

PRESENTACIÓN

oere

entiendo porque Nehemías no forma parte de nuestras prédicas, enseñanzas, studios y ejemplos habituales entre cristianos. Normalmente cuando nos ferimos a personas que Dios haya usado en el Antiguo Testamento

mencionamos a Moisés, David, Abraham, Eliseo, Elías y otros, pero raramente mostramos a Nehemías, Esdras y Malaquías. Por cierto, nos perdemos la bendición de conocer y saber aplicar lo que ellos nos legaron como Palabra de Dios para nuestra actualidad; es más, desaprovechamos el incomparable ejemplo de sus vidas y ministerios.

N

De forma particular parece una injusticia histórica el hecho que a Nehemías se lo recuerde por los cincuenta y dos días de reconstrucción del muro de Jerusalén, dejando de lado u olvidando los doce años que este hombre de Dios fue el gobernador más sobresaliente de su generación en la misma capital de Israel. Pocos reparan en este hecho, la mayoría de los cristianos conocen a Nehemías trabajando contrarreloj para terminar el muro. Pero para el propio Nehemías terminar el muro fue solo el inicio de una obra descomunal de reconstrucción moral, social, material y espiritual de Jerusalén; lo cual terminó afectando profundamente a toda la nación de Israel.

De veras que Nehemías afectó a su generación y también a la posterior, pero sus profundas reformas se extendieron por los cuatrocientos años intertestamentarios hasta que apareció Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios, caminando por las calles entre los edificios y el muro que restauró Nehemías. Es, por lo tanto, injusto que lo recordemos o lo relacionemos a la reconstrucción del muro solamente.

En forma especial Nehemías es el tipo de líder que Dios usa para sus planes y propósitos, porque Dios no tiene problemas de poner en funciones dentro de Su obra a personas que tienen las características de fidelidad y fuerza de carácter; pero por sobre ser una persona de oración, dependiendo de Dios totalmente. La palabra líder no aparece en la Biblia, por eso necesito aclarar a qué nos referimos cuando usamos la palabra líder:

a) Líder significa jefe, guía o conductor de una agrupación o colectividad. b) También se usa esta palabra para señalar al que va a la cabeza de una

competición. Sin embargo, Dios mismo es quién pone algunas personas en condición de jefe,

guiador o conductor de Su propio pueblo. Así hay varios ejemplos bíblicos que muestran cómo Dios establece a los líderes. Por ejemplo:

“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente;...” Josué 1:1-2,5-6

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Esta trascripción es clara al mostrar cómo Dios pone a un nuevo guía de Su pueblo luego de la muerte del libertador Moisés. Nadie puede dudar de la veracidad de esta Palabra dado el poder de Dios que acompañó a Josué en todo su ministerio, ni de cómo se realizaron por su mano portentosos hechos históricos para la nación de Israel como para el resto de las naciones vecinas. Así es que comprobamos que Dios se interesa particularmente en elegir, llamar y poner en funciones a los líderes, guiadores o conductores que van a ejecutar, cumplir y hacer cumplir solo su soberana Voluntad.

Podemos enumerar entonces a personas del pueblo de Dios que hicieron su trabajo de liderazgo como Moisés, Josué, David, Samuel, Gedeón y... ¿porqué no Nehemías?; cuya vida y ministerio vamos a estudiar particularmente en los capítulos de este libro. No nos cansaremos de encontrar enseñanzas muy particulares en todo el desarrollo de su liderazgo.

Hablemos entonces del liderazgo de Nehemías, ya que Dios lo levanta como guiador, reconstructor, organizador, defensor y restaurador del pueblo elegido; primero con influencia directa como gobernador de la ciudad de Jerusalén, luego, cuando su influencia se extendió sobre toda la nación de Israel. Y por supuesto, no podemos imaginar a este líder solo todo el tiempo, él se rodeo de personas que le merecieron total confianza y que por sobre todas las cosas tenían un corazón para Dios, siendo temerosas y fieles a Su Palabra. Así es que se torna muy interesante, por el ejemplo de vida de Nehemías, estudiar cómo se puede llevar adelante la tarea tan difícil de reconstruir una nación cuando aún sus cimientos están destruidos, los brazos caídos y el corazón del pueblo paralizado. Rodeados de enemigos externos y minados de enemigos internos, los judíos tenían muy pocas probabilidades de reestructurar nuevamente su vida nacional si no aparecía un líder semejante a Nehemías, a quién Dios le encomienda una tarea que no es menor a la realizada por otros grandes hombres de Dios.

Nehemías es muy particular y nos enseña aristas importantes del liderazgo por las decisiones que toma, por cómo planifica, cómo organiza, cómo ora, cómo elige la gente que lo rodea. Enseña mucho estudiar cómo piensa, cómo proyecta, cómo maneja su propia economía, cómo se relaciona con otros líderes que Dios levanta en Su pueblo; pero por sobre todo cómo trata y qué medidas toma contra la oposición, con los enemigos del pueblo de Dios, con los falsos “obreros”, con los falsos “ministros” y cómo hace para restaurar e instaurar el orden en una nación que sabia más de ruina, opresión, desorden, pecado y contaminación que de devoción a Dios.

De manera que debemos decir que no nos interesa tanto, en todo este libro, lo que es histórico sino lo que es práctico para el liderazgo; pero al estudiar detenidamente el libro de Nehemías caemos en la trampa de no poder obviar la historicidad ni la autenticidad de los hechos que allí se narran, incluyendo por supuesto, cada persona mencionada. Por tanto se crea una nueva necesidad, debemos contextualizar históricamente el ministerio de Nehemías para poder saber cuánto ha influido su liderazgo en la historia del pueblo de Dios. Felizmente descubriremos así a un personaje, un líder fenomenal, alguien digno de imitar en lo referente al liderazgo del pueblo de Dios.

Para que vayamos armando una referencia correcta de quién es Nehemías, en qué época esta situado su ministerio y con qué personajes bíblicos es contemporáneo tomemos en cuenta los siguientes puntos importantes:

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1. Nehemías es el último líder del pueblo de Israel en el Antiguo Testamento. Es decir, es la última persona guiadora del pueblo de Dios, levantado por Dios para ejecutar los planes de Dios, a la manera de Moisés, Josué o David. Luego de su ministerio y el de los profetas contemporáneos a Nehemías Dios hace cuatrocientos años de silencio y nace Jesucristo.

2. Nehemías es el líder reconstructor del muro de la ciudad de Jerusalén a la cuál acude Jesús y donde se registran los primeros hechos públicos de los cristianos. Todos sabemos lo importante que resulta hablar de la ciudad de Jerusalén, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Bien, fue precisamente en esa ciudad que Nehemías fue gobernador por doce años.

3. Nehemías es el líder que prepara el escenario para el desarrollo del Nuevo Testamento. Así como hoy se prepara el pueblo de Dios y el mundo mismo para presenciar los eventos escatológicos finales. Nehemías y su gente prepararon el escenario en donde los eventos proféticos acerca del Mesías tendrían cumplimiento.

4. Nehemías es el líder del pueblo de Dios contemporáneo a Esdras y Malaquías. Estos hombres que también tienen sus propios libros en el canon del Antiguo Testamento fueron los compañeros de trabajo y ministerio de Nehemías. Esdras era sacerdote y escriba, mientras Malaquías desarrollaba el ministerio profético. La verdad es que estos tres hombres de Dios trabajando en total combinación e interrelación. Ellos si que hicieron historia. Ya los observaremos de cerca.

Hablemos ahora de los aspectos o énfasis principales que resaltan en el estudio de

la vida y ministerio de Nehemías: a) Nehemías es un modelo bíblico excelente de un líder santo en el

gobierno: Se muestra como un hombre de sabiduría, principios, valor, integridad impecable, fe firme, compasión por los oprimidos y grandes dones de liderazgo y organización.

b) Nehemías es un hombre “incorruptible”: A través de más de una década de gobierno él permaneció justo, humilde, sin avaricia, abnegado, incorrupto e inquebrantable a pesar de su prominencia y poder.

c) Nehemías es un ejemplo de líder de oración: Tanto que la intercesión es tan aleccionadora como la del profeta Daniel. No menos de una decena de veces aparece Nehemías orando a Dios. Y aquí radica el secreto de porqué pudo realizar obras que a simple vista parecen imposibles. Impacta la dependencia que Nehemías tiene de Dios.

d) Nehemías es el líder que muestra con su propia vida estas particulares características: Cómo la conjugación de la oración, el sacrificio, el trabajo duro y la tenacidad de la fe cuando están juntas obran la realización de la visión dada por Dios.

Lamentablemente no tenemos la fecha de nacimiento de Nehemías, pero es

posible que haya nacido en la década entre el 470 al 480 antes de Cristo. Lo que sí sabemos con exactitud es la fecha de su ministerio en el pueblo elegido, entre el 445 al 432 antes de Cristo. Tampoco tenemos la fecha de su muerte, pero el historiador Josefo

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afirma que llegó a una edad avanzada (Ant.11:5,8) teniendo ingerencia sobre los asuntos públicos de Jerusalén hasta el último día de vida. Bagohi, uno de sus sucesores, era gobernador de Jerusalén en el año 411 antes de Cristo y entre ellos no hay registro de que algún otro haya ocupado ese lugar. Si estas fechas son correctas Nehemías tenía entonces entre 27 y 39 años cuando ejerció el liderazgo en el pueblo de Dios siendo gobernador en Jerusalén. Lo que sí sabemos con seguridad es que su obra tuvo tanto éxito que durante el período intertestamentario de cuatrocientos años, el pueblo de Dios no recayó en la idolatría que había vivido antes de Nehemías. Así que cuando el Mesías iba a nacer personas como Zacarías y Elizabet, María y José, Simeón y Ana, los pastores y muchos otros, eran santos a quiénes Dios podía hablarles y comunicarles Sus propósitos.

Sería inservible leer el libro de Nehemías sin sacar el ejemplo para imitarlo en nuestro ministerio y/o liderazgo. Creo que al igual que yo te sentirás desafiado por el ejemplo de vida de este líder, a ser ese tipo de persona que Dios puede usar para cumplir Sus propósitos hoy mismo.

Si Dios te ha llamado a trabajar en Su reino aquí tienes a alguien a quién copiar para que Dios imprima Su voluntad y propósito en esta tierra.

Levanta tu vista y mira con los ojos del espíritu cómo los campos hoy están esperando ser cosechados para el reino de Dios.

Nehemías te puede mostrar como hacer ese trabajo en total dependencia de Dios, de manera decidida, con oración, con fuerza de carácter, con disciplina, con organización, con planificación e intervención sobrenatural en tu vida y ministerio hoy mismo. Solo que, cada tanto, cierra el libro y ora al Señor para que pueda usarte como Nehemías en la ejecución de Sus planes.

Marino Miguel Muñoz

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

CAPITULO I EL LIDER Y LA ORACION Leemos en el libro de Nehemías:

“Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino, que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; esté ahora atento tu oído y abierto tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo. Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre. Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con mano poderosa. Te ruego, oh Jehová, esté atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía como copero al rey”. Capítulo 1:1-11

El libro de Nehemías comienza y termina con oraciones o plegarias. Son nueve las oraciones de este líder que figuran a lo largo todo el libro. La mayoría son breves oraciones, incluyendo en el capítulo 2 lo que considero la oración más breve de la Biblia, como si se tratasen solamente de momentos sueltos en la vida de un líder que conocía que orar era empezar a cambiar las cosas. Esto surge del mero análisis que uno hace de la conducta de Nehemías. Tan solo escucha de la situación en la que habían quedado sus hermanos tras la cautividad, que el corazón se le parte y rompe en llantos, hace duelo, ayuna y ora delante de Dios.

Esto es lo caracteriza a un genuino líder, la carga, la responsabilidad de la situación, la participación activa en las soluciones, el compromiso con los suyos. Nadie puede ser buen líder de un grupo si no se siente partícipe primario. En este sentido los

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líderes nacen líderes, ellos son los que se ponen al frente en situaciones de emergencias aunque nadie se lo pida.

Si se toma en cuenta qué es lo que desata la congoja en Nehemías, notaremos que se debe a sus preguntas e interés por saber como estaban sus hermanos. Por ello, estoy seguro que Nehemías ya imaginaba las dificultades que estaban pasando los habitantes de Jerusalén. Sus sospechas no eran infundadas, él sabía que hay judíos que habían escapado a la cautividad y habían vuelto para vivir en la ciudad de Jerusalén que estaba prácticamente destruida.

La particularidad del liderazgo en Nehemías surge por su interés en los demás. Si algo debemos aprender de esta enseñanza es que los líderes verdaderos realmente aman a su prójimo como a sí mismo y lo hacen de manera ejemplar.

Nehemías al ser copero del rey Artajerjes no necesitaba nada, deducimos que en el palacio no le faltaba comida, abrigo, techo, cuidados y seguridad (dada su cercanía al rey); esto daba a Nehemías todo lo que una persona puede desear al estar fuera de su tierra natal. Pero a este líder nato le falta el bienestar de su pueblo, el bienestar de sus hermanos y de la ciudad que lo había visto crecer. De manera que esto es lo que ocupa la mente y el corazón de Nehemías y cuando encuentra a su hermano Hanani (1:2) quiere saber enseguida la situación que vive el remanente que habita Jerusalén.

“...vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado en la cautividad, y por Jerusalén. Y me dijeron: El remanente, lo que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.” 1:2-4

¿Cuál es la primera reacción de Nehemías?. Se sienta a llorar, hace duelo ayuna y ora delante de Dios. Lejos de ver aquí a un hombre desesperado y abatido mas bien vemos a un hombre que confía en Dios y que expresa lo que está viviendo realmente.

La figura de un líder no se cae cuando se muestra ante los demás como lo hace Nehemías. Muchas veces pensamos que debemos mostrar compostura e “imagen” de dureza y control ante los que están a nuestro cuidado, pero eso nos quita espontaneidad.

Miremos nuevamente la escena y veremos a un grupo de hombres parados, reunidos con Nehemías contándole todo lo que acontecía en Jerusalén y sigamos con la vista a un hombre que dentro del grupo se sienta y comienza a llorar con duelo (1:4). ¿Qué deben haber pensado los demás?. ¡Algo afectó a Nehemías profundamente!. Es verdad, hay congoja en el corazón de un líder cuando sabe que los suyos no están bien, pero no oculta sus sentimientos. Al pesar le añade ayuno, ruegos y más oración. Realmente Nehemías no se pasa en llantos solamente, sino que allí mismo comienza su trabajo. El trabajo de orar, arrepentirse y confesar lo que su pueblo había hecho para airar a Dios, cometiendo pecado idolatría y rebelión a Su soberana voluntad.

Esta primera oración, que ocupa la mayor parte del capitulo 1 es la mas completa y extensa de todas. En cierto sentido no es solo un momento de oración, sino también un momento decisivo en la vida de Nehemías; como también un momento influyente e histórico en la vida del pueblo Hebreo. Pero si queremos aprender algo fundamental de Nehemías es que debemos volvernos a Dios primero antes que empezar a trabajar, decir

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o planificar cualquier cosa. Esa dependencia de Dios nos garantiza el éxito del liderazgo. Sigamos el curso de la oración del líder (1:4-11):

1. Notamos que no planifica entrar en oración, sino que ora como resultado de saber que es lo primero y más importante que debe hacer alguien si quiere servir a los demás. Si algo va a hacer Nehemías, primero va a presentárselo a Dios. Si toma una determinación primero se asegura en oración haber encontrado la Voluntad inequívoca de Dios. Si la empresa no requiere participación activa del líder en persona, la oración igual hará funcionar el motor de fuerza que animará a otros a llevar adelante la tarea.

2. El duelo es un sentimiento personal. Es un dolor íntimo, solo algo o alguien que se ha llevado con mucho aprecio en el corazón puede ser llorado con dolor cuando se ha perdido. No es que la vida y sentimientos de Nehemías nos marquen una regla de liderazgo, pero atinamos a pensar que solo una participación tan activa en el proceso puede darnos los resultados esperados al realizar la tarea. Por eso, el duelo no hace mas que mostrarnos hasta donde Nehemías personalmente estaba comprometido con lo que le pasaba a su gente.

3. Ayuno, abstención de alimentos, dedicación de tiempos que se usan para la alimentación. Estos ayunos muchas veces incluyen el ofrendar a Dios nuestro cuerpo antes que darle la satisfacción de una sabrosa comida; así se descubre que es cierto que “...no solo de pan vive el hombre” (Mateo 4:4). Es evidente que el ayuno al que nos dirige y nos mete, aún a veces sin planificarlo, el Espíritu Santo trae una completa satisfacción corporal que nos libera de toda atención de la comida. Esa también es mi experiencia personal. Quizás eso fue lo que le paso a Nehemías, ya que todo llega junto en cuanto tiene la noticia de cómo vivían los de su pueblo. Cuando estaba recién aprendiendo la práctica del ayuno en el liderazgo pregunté cuanto tiempo debía ayunar a mi pastor y él me contestó que podía empezar con tres días seguidos. Me quedé sorprendido y no supe que contestarle porque solamente tenía la experiencia de ayunar un día como máximo. Tres días me parecía mucho tiempo. Respondiendo a ese reto encontré que recién empezaba disfrutar del ayuno y la comunión con Dios después de los tres días. Así supe porqué mi pastor ayunaba entre los veintiuno a cuarenta días. Luego, encontré la bendición de un ayuno prolongado hasta los veintiún días para realizar correctamente la tarea del liderazgo (Daniel10:2-3). El ayuno solo abre tu comunión con Dios íntimamente al punto que disfrutas tanto de Su presencia y comunicación que no quieres salir más de allí.

4. Oración y más oración. Ocurre que en momentos no se puede parar de orar. No se puede dejar de clamar. No se puede uno abstraer a las lágrimas y la fuerza de oración que surge en nuestro ser cuando la obra de Dios debe ser cumplida. Sin esta participación necesaria en la oración el líder cae en el profesionalismo. El peligro latente es que creemos que todo lo solucionamos nosotros y que para todo siempre vamos a tener respuestas. Evidentemente

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queremos ser efectivos en nuestro liderazgo, pero eso no llegará antes que una fuerte carga de oración nos consuma. Personalmente me produce gozo la carga de oración por la obra de Dios, aún cuando se hace intensa y uno no puede dejar de orar mientras hay cosas urgentes que requieren nuestra atención. Tomo la carga de oración como la libertad de andar en el camino correcto del liderazgo. La oración comprometida es la única herramienta eficaz que tiene el líder. Todo lo que haga luego puede estar sujeto a márgenes de errores, pero la oración no. La oración no tiene pérdidas de ningún tipo, ni de tiempo, ni de esfuerzo, ni de dedicación. Al contrario, siempre le producirá seguridad y estabilidad, especialmente cuando la realidad no acompaña positivamente el trabajo que realizamos. En oración primero ganamos y proclamamos las batallas que después cobramos como botín de guerra en la tarea emprendida. El pastor David Cho en Seúl Corea, siendo el pastor de la iglesia más grande del mundo, asegura que trabaja más en la oración que en la oficina de planificación. Ese es el secreto de su éxito ministerial, no su dedicación a la tarea en sí. Eso es lo que saben hacer los líderes que llevan adelante tareas de conquista y reconstrucción como la de Nehemías. Él debía conquistar primero el valor y la fuerza necesaria para que el pueblo respondiera a su visión de reconstrucción. Y la tarea de reconstrucción en sí no fue nada fácil. Había enemigos adentro y afuera, ya lo veremos. La intencionalidad de sus preguntas cobra total sentido cuando se vuelca decididamente a la oración. Nehemías no había hecho unas preguntas de cortesía a su hermano, el interés mostrado y su reacción nos hacen pensar que Nehemías solo quería corroborar algo de gravedad que presumía, estaba pasando. La oración bajo la “conmoción” de la noticia es una muestra completa de cómo es su corazón. Su oración es específica por la desprotección que experimentan sus hermanos al tener el muro caído y las puertas de la ciudad quemadas. Identifiquemos dos puntos importantes en este aspecto. Primero: Tiene en mente la imagen clara de la situación, sabiendo que los enemigos están al acecho para terminar de saquear a Jerusalén cuando quieran. De todas formas, cuando no hay emoción se debe orar lo mismo, pero no podemos dejar de sentir el deseo de ser impulsados a la oración como lo fue Nehemías. La pregunta es: ¿Dónde se originaron sus emociones? Simplemente de una percepción muy vívida de la realidad. Cuando nos damos cuenta de la realidad del peligro en el área donde trabajamos entonces surge un tipo de oración parecida a la de Nehemías, en donde también nosotros estamos involucrados. Si no te percatas de la falta de compromiso de tu gente o el pecado de ellos deja de molestarte; no sufres por la precariedad espiritual de sus vidas, entonces no estás tú involucrado y no puedes orar efectivamente por la situación pues no te has contactado con la realidad. Segundo: Nehemías anhelaba la gloria de Dios, eso se muestra en los versículos 10-11. Esto es importante para tener en cuenta en la oración. Realmente: ¿Cuánto nos interesa que el nombre de Dios sea glorificado?. Si

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nos centramos en las necesidades inmediatas y en las cuestiones puntuales quizás perdamos de vista cuál es el propósito de Dios en toda la trama. Si recordamos un caso de urgencia donde estaba en juego la vida de uno de los amigos de Jesús, podemos decir que Jesús dejó que pasara lo peor, que su amigo Lázaro muriera; pero ese no era el fin último sino que el mismo Señor declaró que eso glorificaría a Dios de tal modo que todo Israel se iba a enterar (Juan 11:4,11-16). Recordemos que cuando Jesús está frente a la tumba de Lázaro llora, pero en plegaria a Dios para que Su gloria sea manifiesta a todos. Fue tan evidente el poder de Jesús que glorificó a Dios en aquella ocasión que una multitud entró con Él a los gritos en Jerusalén y sus agresores tuvieron que matarlo cinco días después porque todo el mundo se iba detrás de Él (Juan 11:45-48). Así, Nehemías nos enseña que interesarse por la gloria que va a recibir el Señor en cada situación es parte vital de la oración, no es solo orar para que se solucione un inconveniente o para salir de un paso apretado. Los líderes somos responsables de hacer notoria la gloria de Dios a todos los hombres, ese es el fin que Dios persigue; y si nosotros entramos en ese carril seremos testigos de manifestaciones extraordinarias y gloriosas de Su poder. Además, al hacerlo así nunca estaremos tentados a robarle la gloria al Señor cuando algo grande sucede. Nosotros salimos de escena, al igual que Nehemías, pero quedan las poderosas obras que sirven para que todo el mundo glorifique a Dios.

¿Has visto a personas que oran mucho tiempo y no ocurre nada?. He visto a personas que pasan buen tiempo de oración diaria pero tal esfuerzo que no se traduce en nada en su vida ni en los demás. No es solo orar, ni cuanto tiempo orar, sino cómo orar. Eso es lo que hace eficaz una oración. Incluso pueden sentirse fracasados los líderes que dedican horas de oración sin que tengan esas oraciones los efectos que desean. Muchas veces esto hace pensar que mejor es entrar al trabajo y nos volcamos al activismo, en vez de recurrir a la oración como arma y herramienta primaria de trabajo.

La oración es lo único que puede purificar nuestros deseos, mejorar nuestros objetivos, replantear nuestras motivaciones, mostrarnos a nosotros mismos cuanto realmente nos interesa una situación en particular, y descubrir nuestro corazón de líder. Por estos y otros tantos motivos Dios mismo usará la oración para trabajar en nosotros.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

EL LIDER EN ORACION INTERCESORA

La tarea de oración del líder es insatisfactoria si no tiene buena carga de oración intercesora.

Aquí, quiero echar por tierra toda mentira que el diablo nos haya predicado acerca de que la oración intercesora es para unos cuantos elegidos y nadie más. Muchos líderes se han auto eliminado de sus funciones porque creen que no tienen el “llamamiento” a la intercesión. Eso es una mentira satánica y quiero destruir esa mentira con la verdad de

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la palabra de Dios. Tenemos sobrados ejemplos, luego los voy a enumerar, en donde los líderes que Dios usa son fantásticos intercesores; aún la misma iglesia en su totalidad aparece como intercesora en Hechos de los Apóstoles como algo sumamente natural. Si Dios te ha dado un lugar para que lideres Su pueblo, entonces ya puedes interceder por otros. La intercesión es inherente al liderazgo. Hoy, si queremos admitir, reconoceremos nuestro fracaso como iglesia intercesora cuando tenemos grupos de “elegidos” que llevan la tarea de intercesión sin la intervención de toda la iglesia. Estos grupos no tienen registro alguno en el Nuevo Testamento. Lo que sí es comprobable en la Palabra que la iglesia toda, como un cuerpo, participaba de la intercesión. Pero hoy, por no poder hacerlo, admitimos solapadamente que tenemos cristianos de primera, segunda, tercera y cuarta clase. En la práctica, en la iglesia la que ministro hay un grupo de intercesión, pero la iglesia como cuerpo no se libera por eso de la tarea de intercesión, que debe ser ferviente. ¿Qué es interceder?: Rogar o mediar por una persona. Esa es la definición en el diccionario de nuestra lengua. Como líderes estamos a cargo de personas o grupos de personas, entonces: ¿cómo pensamos que no vamos a necesitar ser intercesores?. Mas bien, debemos aceptar que para ser líderes debemos ser necesariamente intercesores. De nosotros no dependen los proyectos y planificaciones que tengamos con respecto a la obra del Señor, sino que tenemos a cargo las personas que llevan adelante los proyectos. Las personas son las que deben recibir nuestro cuidado en oración, rogando por ellos y mediando ante el Señor por sus vidas, para que puedan alcanzar los objetivos que nos proponemos. Dejemos de mirar las planificaciones humanas, miremos como mira el Señor a las personas que ejecutan los planes de Su voluntad.

La definición de autoridad que expone Marcos Witt es: “Tenemos la responsabilidad de explotar al máximo las potencialidades de las personas que tenemos a cargo.”

Como líderes, si tenemos que realizar este trabajo, necesitamos irremediablemente meternos en la intercesión. Esto significa ruego, clamor y lágrimas ante Dios a favor de las personas que están bajo nuestro cuidado. Miremos detenidamente cómo ora Nehemías:

“...esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos,...” 1:6

Muchos que no conocen la responsabilidad y la dedicación de oración intercesora que tiene el liderazgo, solo miran desde afuera como algo atractivo el lugar del líder. Se fijan en el privilegio, en la importancia que tiene el nombre del líder y es llamativo el lugar de planificador, guiador, etc. pero no reparan en el peso que hay sobre ellos de intercesión por las personas que tienen a cargo. A los aspirantes a líderes hay que hacerles conocer esta realidad primero y si están interesados y son capaces de soportar el peso de oración intercesora hay que darles lugar en el liderazgo; no antes. Estoy seguro que así evitaríamos mucha deserción en el liderazgo. Podemos ser buenos para todo lo que respecta a conducción, planificación, visión, trato personal, dedicación y otras tantas cualidades que debe tener un líder pero si no conocemos la intercesión y no la manejamos debidamente nos frustraremos en la obra del Señor.

He visto como personas con capacidades para manejar efectivamente personal capacitado en empresas seculares han fallado al tratar de ser líderes de un grupo de

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personas en la iglesia. La razón indica que alguien que sabe manejar recursos humanos afuera puede hacerlo perfectamente en el cuerpo de Cristo, pero eso no ocurre en la realidad. En las cosas del Señor 2+2 todas las veces no son 4.

Yo sé que tales personas, las que se frustran como líderes, no saben cómo interceder por las personas que tienen en sus grupos de trabajo y ese es el motivo de su fracaso. ¡A veces, no saben que tienen que interceder!. Y muchas más veces, creen que si no han tenido un “llamamiento” como el de Isaías a la intercesión, deben olvidarse de orar por los demás. Esta mentira del diablo ha hecho y sigue haciendo mucho daño al liderazgo en el cuerpo de Cristo.

Seamos prácticos: Directamente pongámonos a orar por las personas que están con nosotros y veremos cómo surge la intercesión dentro de nosotros, pronto será como un río que va a fluir solo. No te llenes de prejuicios con respecto a la intercesión porque es tan simple como esto: “...orad unos por otros,...” Santiago 5:16 Pero esto para el liderazgo no es una sugerencia, sino una URGENCIA.

¿Te imaginas a Moisés sin oración intercesora, donde habría terminado el pueblo Hebreo? (Éxodo 32:11-14; Números 11:1-35). ¿Te imaginas a Samuel sin interceder ante Dios por Israel? (1 Samuel 8:4-9). ¿Te imaginas a David sin oración intercesora? (Salmos 32; 69; 109:30-31). ¿Puedes asociar a Daniel sin la oración intercesora? (Daniel 9). ¿Qué pensarías de un Jesús sin oración intercesora? (Juan 17). ¿Qué habría logrado Pablo sin la oración intercesora? (2 Corintios 13; Colosenses 1:3,9; 2 Tesalonicenses 1:11-12).

Busca material adecuado con respecto a la intercesión en libros o videos y prepárate para orar por los demás con fuerza y naturalidad como lo hacía Nehemías. Tu vas a influir en las personas a través de la oración intercesora, luego esos cambios se comprobarán en la realidad. Disfruta de esta tarea del liderazgo.

Sabía, personalmente, que era buena y necesaria la oración intercesora hasta que entré a la cárcel para predicar el evangelio a los internos de diversos pabellones. Allí comprendí que la intercesión es una herramienta válida para la evangelización, por supuesto, luego hay entregar la palabra del Señor. En ese tiempo un amigo y hermano vino a mi casa y me regaló un valioso libro titulado Evangelismo Por Fuego de Reinhard Bonnke; allí este formidable evangelista aclara algunos conceptos de manera muy sencilla, los cuales apliqué muchas veces y comprobé que son principios espirituales que pueden ser accionados independientemente del campo que trabajes. Es decir, si trabajas con células, o estás a cargo de grupos de adolescentes, de niños, de mayores, etc. los principios que enumero son válidos para cualquier campo. Esto escribe Bonnke. Aprécialos ahora:

Hay una gran cosecha de almas, edificación del Cuerpo de Cristo y cumplimiento de la Palabra de Dios. Por lo tanto, todo nosotros llegamos a ser compañeros de Cristo y accionistas de Su cosecha. Nuestros intercesores detienen a los ejércitos de Satanás hasta que las almas están seguras dentro del reino de Dios. Esta estrategia originó con Dios y por lo tanto es bendecida por Él. Afecta al cristiano individualmente, a las iglesias, a la ciudad, al país y por encima de todo al incrédulo. La intercesión edifica una autopista para el evangelismo que gana el mundo. (negrita del autor)

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Así Como Moisés y Josué trabajaron juntos en la batalla, el propósito del Señor es que la intercesión y el evangelismo actuaran en conjunto. La intercesión y el evangelismo forman una unidad en la batalla. Son como la mano en el guante, o el agua en el lecho del río, o las ramas en una vid. La intercesión que no está unida a la salvación de almas es como una flecha disparada al azar, un atleta que corre carrera sin meta, o un partido de fútbol sin arco. Si oramos por avivamiento, debiéramos hacer algo acerca de esto. También, la intercesión es trabajo preparatorio; es un arado que prepara la tierra para la siembra y la cosecha. Esto no significa que no debamos interceder hasta que se haya dispuesto realizar una cruzada o una obra similar, sino, ciertamente, que deberíamos tener una visión y un plan de extensión. Luego está la otra omisión: evangelismo sin intercesión. Es como hacer funcionar una máquina con la mano, sin fuerza motriz, o como ir de pesca sin una red y tratar de atrapar a los peces uno a uno, por la cola. (negritas del autor) Capítulo 20 Arietes de Intercesión, pág.234

Dentro de los pabellones donde había un cristiano organizamos la intercesión por los que todavía no conocían al Señor. Realmente se preparaba así la autopista por donde pasaba el poder de Dios para ganar los corazones ennegrecidos por el pecado. Así, cada noche de los años 93,94, 95 y 96 había una iglesia intercesora funcionando dentro del mismo penal de Villa Las Rosas en la ciudad de Salta. Desde afuera con programas de radio apoyábamos la tarea de oración, intercesión y la uníamos deliberadamente al evangelismo fuerte y desafiante. En el mes de Octubre del año 1995, Dios permitió que el evangelista Carlos Annacondia pudiera ingresar con nosotros para hacer una campaña en la cancha de fútbol más grande del penal, uniendo a internos de distintos pabellones, cosa inusual en una cárcel de máxima seguridad. También sumábamos las marchas para Jesús, que cada vez provocaban quiebres de yugos y roturas de cadenas en el ambiente espiritual. La desunión entre las congregaciones que ingresaban con permiso al penal empezó a menguar, los miedos y temores pastorales fueron desapareciendo y pudimos sentirnos parte de un mismo reino, trabajando para un mismo Rey y Señor, Jesucristo. Así, bautizamos doscientos cuarenta internos de los setecientos de la población penal total y como presidente de la Fundación Ministerio Carcelario Cristiano de Salta LA VERDADERA LIBERTAD en dos años de trabajo dejé establecida una iglesia con un pastor interno a cargo de ella.

La intercesión por los incrédulos nos devolvió el sentido de pertenecer a una sola iglesia, mas allá de las denominaciones. La oración de intercesión es vital porque afecta a la iglesia, al creyente individualmente y al incrédulo si queremos que ellos vean la luz de Cristo. También quita los temores y prejuicios rompiendo el campo contrario al reino de Dios.

¡Imagínate que puede pasar en tu iglesia, en tu grupo de célula o barca, en tu grupo de intercesión o de oración, si pones a funcionar el motor de la intercesión!.

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EL LIDER Y LA ORACION DE FE ¿Qué otra cosa puede caracterizar al genuino líder sino la fe?. Todos los líderes debieran procurar el don de fe (1 Corintios 12:9,31). La fe y la oración de fe van de la mano. Pero vale decir aquí que la fe en la oración es nada mas que la proclamación y anticipación en las palabras y pensamientos al mismo milagro. La fe da por hechas las cosas que no existen y tiene la plena convicción de las cosas que no se ven (Hebreos 11:1). La fe es la mano espiritual que se mete en el campo de Dios y toma las cosas destinadas para sus hijos. En la tarea del líder debe necesariamente aparecer a menudo la expresión de la fe en la oración de confianza y seguridad en Dios, proclamando así las cosas hechas cuando todavía no están. Escuchemos a Nehemías cuando ora así:

“Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre”.

1:8-9 ¡Qué seguridad, confianza y descanso se hallan en estas palabras de oración de

fe!. Nehemías da por hecho algo que era un imposible en la realidad del pueblo Hebreo. Ellos en la práctica todavía estaban dispersos, la ciudad saqueada, los muros derribados, las puertas quemadas a fuego. Un montón de evidencias fuertes se conjugaban para mostrar la realidad de una dispersión tan grande; pero este líder no está mirando la realidad, sino está mirando con el ojo de la fe las promesas de Dios que estaban listas para ser cumplidas en cuanto ellos se volvieran a Dios y lo buscaran definitivamente como Su señor. Eso implicaría el regreso de la dispersión, la reconstrucción del muro y la gloria de Dios en medio de ellos. Solo un hombre de fe puede pensar, orar y decir estas palabras. Esto es el liderazgo, guiar a otros al ejercicio de la fe en Dios.

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Porque hubo un hombre como Nehemías la historia de un pueblo cambió. Porque hubo un líder de fe que dio por hecho lo que todavía no era realidad permitió y trajo el cambio a la realidad. Porque hubo un hombre de oración como Nehemías el futuro de su pueblo se escribió de manera distinta.

Esto mismo va a pasar contigo estimado líder si te animas a ejercitar la fe en la oración al dar por hecho las cosas que todavía no son. No te afirmes en la realidad, afírmate en las promesas de Dios. No mires la realidad para orar con fe, solamente pronuncia con tus palabras, ora y cree lo que todavía no es realidad (Mateo 17:20). No importa que las cosas no estén todavía presentes, solo proclámalas y espéralas con fe y decisión profunda.

En el liderazgo cristiano se necesita que lo imposible sea posible; que lo sobrenatural se evidencie en lo natural. Así puedes guiar a otros correctamente. Recuerdo cómo el ejercicio de la oración de fe posibilitó un aprendizaje grupal para todos los músicos en nuestra congregación. Como joven y músico estaba a cargo de la orquesta de la iglesia que tenía una veintena de músicos, y ya habían sucedido milagros en cuanto a la compra de instrumentos pero necesitábamos un teclado nuevo porque el que teníamos no nos quería acompañar más, había cumplido su función y

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teníamos que reemplazarlo. Necesitábamos también un piano para que el Coro pudiera hacer su práctica por separado. Recuerdo que en varios ensayos estuve al borde de decirles que hiciéramos una oración de fe pero me retenía el posible fracaso de esa oración, no quería ilusionar a la orquesta para que luego nada ocurriera. Mi duda como líder estaba frenando una bendición muy grande.

Luego de un ensayo tuvimos un tiempo de conversación con todos solo para seguir pensando, midiendo y orando basados en la realidad que no teníamos dinero y que lo que necesitábamos estaba fuera de nuestro alcance. Algo empezó a hervir en mí en medio de esa conversación y podía sentir que mi cara se ponía roja del calor por no poder soltar mi fe y declararles a todos que las cosas eran posibles mientras la realidad seguía siendo imposible. Llegó el momento que no pude más y reventé como un volcán, me paré y empecé a decir a todos que estábamos sirviendo a un Dios grande y por el solo hecho de no apelar a la fe estábamos privándonos de bendiciones que ya eran nuestras; en fin, ni siquiera recuerdo bien todo lo que les dije porque estaba como fuera de mí. Algunos se pararon para mostrar su apoyo a lo que decía y otros sentados solo movían la cabeza incrédulamente. Antes de desafiarlos a orar con fe a los que sí me apoyaban recuerdo que les dije: “Díganme que color y marca de piano quieren y díganme que color y marca de teclado quieren”. Esto soltó carcajadas de risa de todos y yo también empecé a reírme de mí y de la situación, mientras veía varias personas con ojos desorbitados, quizás pensaron: ¡Esto sí que es una locura!. Finalmente como todo parecía irrealidad y locura nos subimos al tren de la fe con sonrisas. Acordamos después de un tiempo de deliberación que el teclado debía ser de marca japonesa con mueble de madera color marrón claro y el piano debía ser marca alemana y color negro. En este punto, lo que tanto había temido estaba frente mío, casi todo el grupo hablaba fuerte, se abrazaban entusiasmados y festejaban por anticipado; antes, había pensado en estos momentos de ilusión y luego la desilusión y el fracaso por no poder lograr el objetivo. Pero ahora que había echado a andar la fe debía mantenerme sobre la irrealidad. Hasta me parecía increíble que estuviéramos hablando entre todos esta idea que me había dado vueltas en la cabeza a mi solo. Llevamos todo lo hablado a la oración y descubrí a personas del equipo que habían tenido escondida su fe, solo faltaba un desafío de oración semejante al que les proponía para que se liberara la fuerza de su confianza en Dios. Oramos pidiendo las marcas y el color de los instrumentos y nos retiramos del lugar sin ningún plan a seguir.

De vuelta a casa en el auto comencé a mirar a las “olas y el viento” porque mis pensamientos daban giros vertiginosos como un torbellino. Apenas dije algo que delataba mi interior mi madre dijo mirándome fijamente: “Pone tu mirada en Jesús no en el viento y las olas y seguí caminando por fe”. La fe tiene un momento crítico, empieza justo cuando uno comienza a caminar (Mateo 14:28-33). Mi madre sabía de este momento de fe por muchas experiencias en su vida y liderazgo cristiano, yo tenía solo 19 años y recién estaba aprendiendo a orar y caminar en fe. La oración de fe con el grupo se realizó un día sábado por la noche y el martes en la tarde de la semana siguiente un hermano de la congregación que no sabía nada de esta locura, pidió las llaves del templo para llevar algo. Por cierto, grande fue la sorpresa cuando vimos en la noche del martes que el órgano viejo y gastado por los años y el uso estaba reemplazado por un flamante teclado con la marca y el color que habíamos pedido al Señor. La explicación que recibimos fue que este hermano fue a comprar un teclado pequeño para

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su hija y Dios le habló que llevara uno más grande y con tales características al templo, así que en obediencia a Dios este hermano no dudó en hacer la compra y gozoso lo donó a la iglesia. Cuándo vi lo que ocurría sentí que el corazón me iba a salir del pecho, pero... ¿y el piano?. ¿Quién tendría un piano para nosotros?. Mi trabajo ahora era tratar de callar y desoír todas las preguntas que asaltaban mi cabeza. Debía negarme a pensar en la realidad, debía poner mis ojos sobre la irrealidad. Corrieron los días hasta el sábado y al ingresar al templo en el púlpito vi un piano negro, hermoso como invitándome a tocarlo. Todos los integrantes de la orquesta estaban allí para festejar la irrealidad hecha realidad y a mí no me habían dicho nada. Esperaron a que ingresara y me diera de frente con el instrumento. A veces pienso que la fe no es apta para cardíacos. No sé que caras debo haber puesto pero en ese momento todos se reían de mí. Lo único que deseaba es que alguien me explicara algo. La explicación fue que un integrante de la orquesta fue a ayudar a hacer una mudanza a un familiar, este tenía un piano que no entraba en el nuevo domicilio y decidió venderlo inmediatamente, le comunicó esto a nuestro hermano y él le dijo que el instrumento era muy lindo y que lo necesitábamos, pero que era imposible conseguir ese dinero en efectivo. Finalmente le dijo que lo llevara y que le pagáramos en cuotas como pudiéramos. El instrumento era de las características y color que habíamos pedido, no teníamos duda que el Señor lo había preparado para nosotros.

Nuevamente nuestra realidad fue transformada por la irrealidad donde funciona la fe. Y la particularidad de la fe es que: Es lo único en el Universo que con el uso no se gasta, sino que crece y multiplica cuando se la ejercita. La fe siempre engendra más fe. Este particular hombre de Dios, Nehemías, tiene oraciones dispersas por todo el libro que lleva su nombre. Es notable que él no diga “ahora voy a orar”, “dispongo mi corazón para orar” o “enseguida voy a ir a orar”, nada de eso ocurre. Sus oraciones son parte de su ser, de sus pensamientos, de su trabajo y de sus intenciones íntimas; tanto que cuando uno va leyendo el registro bíblico necesita estar atento para saber en qué momento ya está orando a Dios, si es que uno quiere saber cómo ora este líder.

La primera oración se realiza de una manera profunda y extensa (1:4-11), pero las demás oraciones que aparecen en el libro suceden en la calle, cuando habla con las personas (2:4); cuando va caminando, cuando se acuerda de alguna situación en particular o cuando está renegando, discutiendo y peleando con el sacerdocio porque se olvidan de la ley de Dios, de los pactos y los sacrificios antes de volver a Su soberana voluntad (13:15-22,23-31). Siento que esto nos enseña mucho cómo orar.

Noto, al hablar con los líderes, que han “mistificado” la oración o la han “espiritualizado” de tal manera que no pueden hacerla suya naturalmente. A veces, piensan que las oraciones deben ser tan grandilocuentes, deben darse en una atmósfera especial o tienen que ser hechas necesariamente de formas ordenadas y planificadas para que Dios las escuche. Creo que muchos tienen más expectativas por cómo hacer la oración que observar lo que pasa durante el ejercicio de oración informal, espontánea y luego, por supuesto, después de la oración. No estoy negando por esto, en absoluto, que el líder necesite tener un tiempo apartado para la oración pero no vaya a ser que así caigamos en el esquema de querer orar a Dios solo dentro de nuestros programas. Confío más en que el Espíritu Santo nos guíe y seamos llevados a la oración cuando Él lo quiera, aunque sea fuera de nuestras estructuras, que tratar de orar solamente dentro

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de nuestras planificaciones. Dependamos de Dios más que de nuestro buen sentido. Aprendamos de Nehemías cómo, dónde y cuándo orar. Su estilo es informal. Recuerdo que cuando realizaba el ministerio carcelario en la ciudad de Salta, varias veces fui sorprendido por el Señor con respecto a la oración. Muchas más veces sentí cómo se quebraban mis torpes esquemas. Oraba en las noches, oraba también a las 6:00 o 7:00 Hs. (AM), subido en el cerro San Bernardo que está detrás de la cárcel, casi siempre acompañado por hermanos fervientes en la oración. Sentíamos que realmente Dios nos llevaba allí a orar con vista aérea del lugar. Cosas importantes sucedieron tal como lo cuento en la parte de intercesión, pero me llamó la atención un día que antes de entrar al penal dentro de mí surgiera la oración en lenguas de una manera casi incontrolable. Llegué al estacionamiento y cuando me bajaba del coche esto empezó a sucederme, así que mientras iba caminando por el perímetro que rodea los muros de la cárcel hasta que entraba, había fuerte oración no planificada, dado el horario. Tampoco era deseada porque ocasionalmente cuando me cruzaba con personas conocidas me miraban con atención no sabiendo que me sucedía ya que no podía casi ni saludarlas; puedo asegurar que las primeras veces yo tampoco sabía muy bien qué me pasaba. Esto estaba fuera de mis planes de oración, fuera de mis tiempos y fuera de mi comprensión.

El hablar en lenguas profusamente en las primeras veces me parecía algo superfluo porque mi mente no entendía nada; pero grande fue mi sorpresa cuando estaba en las celdas con las personas que necesitaban ministración, sabía dentro de mí todo lo que a ellos les pasaba. Tratando de seguir detrás del impulso del Espíritu rogué al Señor que esto fuera más claro y evidente aún; que si era Su estrategia de oración yo la aceptaba. Tomé precaución de ir con tiempo adelantado al estacionamiento y allí al empezar a orar bajo la dirección del Espíritu, Él me daba las lenguas y la interpretación de esas lenguas de todo lo que sucedía adentro con las personas que iban formando una iglesia poderosa. Entonces entendí lo que está escrito en Judas 20:

“Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”.

Nunca había experimentado la unión que hace este versículo de la Palabra acerca de la fe y la oración en el Espíritu Santo. Así, la fe obra la dependencia y firmeza del poder y la palabra de Dios mientras que el Espíritu Santo en la oración te lleva, te guía y descubre los secretos de Dios para ti.

Lamentablemente, como somos tan limitados en nuestra mente hacemos formulas de oración y Dios no nos oye por nuestras formulas, ni por los esquemas, ni por los lugares donde oramos, sino que nos oye simplemente porque somos sus hijos.

ORA CON FE Y EN LA LIBERTAD DEL ESPIRITU SANTO.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

EL LIDER Y LA ORACION DE CONFESION

La oración de confesión está enmarcada necesariamente en la identificación que tenemos al lugar y al grupo de personas que pertenecemos. Nadie puede orar

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confesando los pecados de otros como propios a menos que sienta que esos pecados son también sus pecados. Nehemías en oración dijo:

“...esté atento tu oído y abierto tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardados los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo”. 1:6-7

Ya debes recordar que solamente hay dos registros más en la Biblia de una oración semejante. La primera está en Éxodo 34:8-9 y la otra está en Daniel 9:5, quién dice casi las mismas palabras de Nehemías:

“Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas”.

¿Es posible describir la valentía de estos hombres de Dios?. Ellos, personalmente, no habían sido participe activo en los pecados que estaban confesando. Y no lo son al punto de estar hablando con Dios en oración, en una relación directa en la cual Nehemías describe ser el siervo del Señor.

Vale recordar que tanto en el Viejo Testamento como en el Nuevo Testamento la Palabra nos hace saber que quién carga pecados no puede relacionarse directamente con Dios ya que Él aborrece el pecado, aunque Dios ama profundamente al pecador.

Si el pecado crea un abismo entre Dios y el hombre entonces es incongruente que estos hombres de Dios estén llenos de pecados personales y hablando con Dios. La disyuntiva bíblica aparece cuando ellos están confesando los pecados y están implícitamente incluidos. Ellos alegan: “hemos pecado”, Señor, “hemos pecado y nos hemos apartado de ti, yo y la casa de mi padre”. En este punto hay que echar mano de un recurso bíblico que puede arrojar luz sobre la cuestión del pecado y es la IDENTIFICACION. ¿De que trata la identificación?. Necesariamente de la pertenencia. ¿Qué es la pertenencia?. Ser o formar parte de algo. En el caso de Nehemías es formar parte del pueblo de Dios. Si uno forma parte entonces puede identificarse con la necesidad, el problema, el pecado y también con la solución a las dificultades. Siempre y cuando las cosas andan bien todos queremos ser parte del movimiento, pero cuando se ha entorpecido o se ha echado a perder todo ya no queremos formar parte. Por el contrario, nos ponemos en la vereda de enfrente y señalamos con el dedo tratando de encontrar culpables, responsables o chivos expiatorios. Así somos.

Si queremos ser honestos aprendamos a enfrentarnos con nosotros mismos. De otra manera nunca llegaremos a ser líderes, porque los líderes tienen capacidad de identificación y pertenencia mayor que el resto de los mortales. El líder siente que cuando pasa algo malo a uno de los suyos a él está pasando. El líder se siente afectado por las vivencias de su gente porque pertenece y se identifica como uno de los integrantes del problema, es porque eso que quiere y busca ser parte de la solución.

Es fácil encontrar a las personas que no son líderes en este sentido, son las primeras que levantan dedo acusador y más parecen jueces dictando sentencias en un tribunal que afectados por el problema. La clásica frase para señalar a otros es: “Yo sabía que esto iba a pasar”. Cuando uno está en problemas personales lo primero que

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quiere y busca es encontrar una solución. Si trasladamos esto análogamente al campo del liderazgo veremos que el conjunto, el grupo, la célula, la barca, la iglesia, el equipo o cualquier otro agrupamiento de personas que dirijamos, cuando ellos están en problemas nosotros también nos vemos en problemas; porque el líder no deslinda responsabilidades sino que toma y asume responsabilidades. Como el líder es parte, tiene pertenencia y se identifica con el grupo que conduce, también se siente afectado personalmente. Este es el momento donde el líder es quién hace la punta para formar parte de la solución. En el caso de Nehemías era asumir que habían cometido pecado como pueblo y esto lo afectaba tanto que se consideraba incluido personalmente al decir: “yo y la casa de mi padre hemos pecado”; esa es la manera ejemplar en la que los líderes buscan soluciones definitivas a los problemas grandes. A grandes problemas grandes soluciones, reza un dicho popular. Y la grandeza en el liderazgo de Nehemías resulta del hecho de considerarse parte del pecado que afectó y afectaba aún a su pueblo, al lugar que él pertenecía y a la identificación personal y familiar dentro de ese contexto de pueblo.

Anotemos antes de seguir, que Nehemías asume una actitud cristológica al declarar los pecados del pueblo como suyos. Nehemías solo hace una anticipación de lo que haría nuestro Señor Jesucristo con Su pueblo; la tipificación es perfecta si tomamos las profecías de Isaías cuando dice:

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó de su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”. Isaías 53:5-6

Quizás, con la exposición acerca de la confesión de Nehemías estés recibiendo en estas líneas una nueva arista del liderazgo que no tomaste en cuenta antes, pero quiero llevarte más allá de señalar esto como una condición del liderazgo para que veas lo anticristiano que es no identificarse con el cuerpo donde pertenecemos. El “don” de juez, como le llamo al señalar y juzgar fácil e irresponsablemente a las personas, aparece muy a menudo en nuestro medio y a veces eso es propiedad de los que dirigen. Esto es grave. Sigue conmigo en esta línea de pensamiento y descubramos juntos algunas cosas más sobre el tema confesión, identificación y pertenencia.

Cuando en 1 Corintios 12:12-30 el apóstol de los gentiles escribe acerca de los dones y su funcionalidad en el cuerpo de Cristo, toma de forma completa la relación que existe entre los miembros del cuerpo humano señalando y ejemplificando su ejercicio en la práctica. Allí, naturalmente, nos dice Pablo de manera directa:

“...para que no haya desavenencia (peleas) en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”.

1 Corintios 12:25-25 Esto casi no necesita explicación, es demasiado evidente la interacción de unos

con otros y podemos agregar, es visible la interdependencia de todos los que forman el cuerpo. Se trata entonces de funciones y servicios expresados en dones, es decir,

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personas que deben ministrar a la iglesia en distintas áreas entonces es inevitable señalar su interdependencia; por ello la pertenencia e identificación con el conjunto es más necesaria aún; aunque esto resulta en muchos casos difíciles de lograr y mantener.

Lo que Pablo está señalando parece que debe importar a todos, sin distinción de funciones, la identificación y pertenencia a un cuerpo. Por eso encuentro que hay algo más íntimo y profundo en cuanto a la identificación que debemos tener como cuerpo de Cristo cuando Pablo enseña acerca de la cena del Señor escribiendo así:

“Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen”. 1 Corintios 11:29-30

¿Qué es discernir el cuerpo del Señor?. Sé que esto ha recibido todo tipo de explicaciones pero mírelo por un segundo desde el punto de vista del lugar que ocupamos dentro del cuerpo de Cristo y verá que esto no es exclusivo para quienes desarrollan dones o servicios reconocidos solamente; sino, más bien, lisa y llanamente para todos los que conformamos el cuerpo de Cristo teniendo o no dones y servicios dentro. Todo a causa y razón de que Cristo no está divido, ni el Espíritu de Cristo divide Su cuerpo (1 Corintios 1:12-13). Somos una unidad, entonces debemos responder y guardar celosamente esa unidad (Efesios 4:1-6).

¿Si agregamos esto el lector lo aceptará?. Para guardar la unidad estamos como líderes dentro del cuerpo de Cristo, para eso el Señor constituye ministros, para eso hay dones en ejercicio, para eso nos han dado el privilegio de ser siervos inútiles (Efesios 4:11-16).

Cuando haya pecado en la iglesia a la que pertenece no trate de encontrar culpables, responsables, chivos expiatorios, etc.; ni tampoco piense que está excluido del problema. Es decir, no se ponga de juez, porque eso evidenciaría que no pertenece ni se identifica con ese cuerpo, lo cual es mucho peor que estar rodeado de pecado.

Lo que nos muestra el líder Nehemías es cómo agarrar el toro por las astas y terminar con el pecado. Hay que confesar el pecado como nuestro, apelar a la misericordia de Dios y arrepentirse de todo corazón, no hay otra salida. Como líderes debemos hacer esto si queremos guiar al pueblo de Dios. Pero esto no es un juego querido lector. Ya veremos a nuestro líder Nehemías como se enfrenta a las personas que siguen cometiendo pecados y con eso siguen trayendo la ruina al pueblo de Dios. Nehemías los enfrenta, y hasta pelea violentamente con ellos. Vamos a ampliar estas acciones del líder en los capítulos posteriores porque merecen un profundo análisis, pero lo que primero hace el corazón de un verdadero líder del pueblo de Dios es confesar y arrepentirse de los pecados, haciendo suya la responsabilidad y participación en los mismos, aunque activamente haya permanecido fuera de los hechos.

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_________________________________________________Marino M. Muñoz

EL LIDER Y EL TIEMPO DE ORACION

Estudiar y releer el libro de Nehemías con respecto a la oración es muy interesante, sobre todo si queremos saber precisamente cuanto tiempo ora este líder. En muchas ocasiones da la impresión que a este hombre no le interesa tener tiempo de oración apartada, sistemática y medida. Si nos guiáramos solamente por lo que está en el registro bíblico hasta podemos achacar a Nehemías de falta de oración, por el escaso tiempo que duran sus oraciones. Por favor, no piense que este comentario es desfavorable a este siervo, debemos analizar la vida completa de Nehemías si queremos saber cuanto tiempo ora. Seguramente vamos a llevarnos más de una sorpresa. ¡Prepárese!.

Cuando escribí por primera vez alguna cosa que pueda leerse, o cuando pasé por primera vez a un púlpito para predicar (hace más de dos décadas), recuerdo haber orado al Señor con todas mis fuerzas. Cuando oraba para que Dios me preparara esposa, cosa que hice por años, oraba con todo mi ser. Cuando iban a nacer mis hijos también recuerdo muchos momentos de oración. Cuando debía predicar en la cárcel también recuerdo intensos y largos momentos de oración. Tú también debes estar pensando en los tiempos de oración que debiste hacer por motivos grandes e importantes, pero ambos debemos tener una pregunta en común: ¿Cuánto tiempo hay que estar en oración para restaurar una nación?. Solo Nehemías lo sabe. Pero podemos acceder a la Escritura en detalles para descubrir en parte este secreto guardado por el líder que estudiamos; más intrigante aún es saber que aquí se halla registrada la oración más breve de la Biblia. Ya lo dijimos, pero es bueno volver a recordar que una oración no es efectiva solo por el tiempo que pasamos orando, sino cómo oramos. Le propongo medir cuánto dura el tiempo de la primera oración de Nehemías 1:5-11. Toma tu reloj y léala en voz alta controlando cuanto tiempo dura esta oración.

Bien, si ya has hecho ese trabajo debo advertirte que esta es la oración más larga en todo el libro de Nehemías. En verdad que el tiempo de esta oración es muy breve, quizás con toda calma en la lectura dure un poquito más de dos minutos. A esto hay que agregarle un detalle. El espacio de tiempo que hay entre esta primera oración y la segunda es de cuatro meses. Entre el mes de Quisleu cuando él recibe la visita de Hanani, su hermano y los hombres venidos de Judá, y el mes de Nisán, cuando vuelve a registrarse la segunda oración, hay aproximadamente ciento veinte días de tiempo entre ambas. ¿Qué pasó entre tanto con la oración de Nehemías?. La Biblia guarda silencio. Por ese motivo debemos ir a la segunda oración para extraer detalles de la primera.

Haz el mismo trabajo que con la primera oración. Toma tu reloj y lleva adelante una puesta en escena de la segunda oración de Nehemías 2:4-5. Quizás pueda alguien ayudarte a representar por un momento el rey Artajerjes cómodamente sentado en su sillón de poder y tu representas a Nehemías. También necesitas en la escena una dama que haga de reina sentada a la par del rey. El rey debe esperar a que su vino sea servido por el copero Nehemías. La reina sigue con la mirada fija a Nehemías que tiene su rostro cambiado. Ya sabes que las mujeres suelen observar detalles casi imperceptibles, ese “sexto sentido” femenino les hace buscar pistas que rebelen nuevas cosas; entonces tú como Nehemías sientes cuatro ojos reales encima que te siguen en todos los movimientos y acciones; que además se proponen escrutar tu rostro angustiado y

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congoja interna por la situación del pueblo Hebreo. Convenimos en esta representación que tu tomabas el papel de Nehemías a punto de servir el vino al rey que ya espera la copa, entonces debes estar parado a escaso metro y medio del rey y la reina. El copero era responsable de seleccionar y servir el vino, probarlo para asegurarse que no estaba envenenado, que era agradable al paladar; además de ofrecerle una compañía apacible a la pareja real. El copero disfrutaba de la confianza del rey y ellos hasta debían esconder sus emociones para agradarlo. Ya sabes como copero que estar triste delante del rey es exponerte a la muerte.

La segunda oración dice: “Entonces oré al Dios de los cielos y dije al rey”. Repite esta oración en esa escena y toma el tiempo que tiene esta oración. De aquí se desprenden varios interrogantes:

¿Cómo harías para orar a Dios mientras se desarrolla la conversación entre tu y el rey?.

¿Cuánto tiempo te lleva orar así?. ¿Puedes acaso cerrar tus ojos y hacer una breve oración de un minuto?. ¿De medio minuto?. ¿Puedes arrodillarte?. ¿Puedes dar la espalda al rey y la reina mientras mascullas una oración?. Ciertamente nada de estas cosas puedes hacer allí. ¿Entonces cómo ora Nehemías?.

Todas estas preguntas tienen una sola respuesta: No. Imposible tomarse un minuto, imposible arrodillarse, imposible dar la espalda, imposible mostrar que estas orando de algún modo. Hay cuatro ojos reales que te observan detenidamente, dos de ellos son de la reina y todo lo que sea anormal se notará, así hasta puede terminar mal tu historia personal. Vuelvo a repetirte la pregunta y contéstala para ti, por favor. ¿Cómo harías para orar allí?.

¿Cuánto tiempo destinarías personalmente a una oración tan importante?. De esto depende el futuro de una nación. Cientos de miles de vidas están en juego. La tabla de salvación que tiene Judá se llama Nehemías y en este punto está casi por zozobrar. Pasa por el filo de la vida y la muerte.

Nehemías debe realizar la mayor tarea de su vida presentando al rey un proyecto completamente loco, ir a reedificar los muros de Jerusalén. Pero también necesita la comunión y la dependencia del Señor en oración y ella debe hacerse tan rápido como dura un suspiro. ⇒

⇒ ⇒ ⇒

No hay tiempo disponible a solas con el Señor, solo hay dependencia del Señor en esta oración. No hay pedidos allí, solo hay deseos de cumplir Sus propósitos. No hay condiciones para pactar tratos con Dios, solo hay entrega. No hay muestras exteriores de fabulosas oraciones religiosas, solo hay un corazón que dice sí a Dios a pesar de todos los imposibles.

Esa es la oración de Nehemías. Esta es la oración mas corta de la Biblia. Esta es la oración que hace cambiar el rumbo de la historia. Esta es la oración que hace un líder ejemplar. Esta oración nos enseña mucho acerca de cómo y cuanto tiempo orar. De esta oración podemos medir exactamente cuanta dependencia tenía Nehemías de Dios. Ahí esta la importancia primordial de la oración. Debemos aprender esta lección.

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Personalmente hice listados de oración para no olvidar los pedidos y motivos que presentaba a Dios. Sé que eso no está mal. Pero lo que aprendí a través de la práctica es que no debo depender de los motivos que tengo yo de oración, sino qué cosas se alinean a la Voluntad de Dios de antemano. Recuerde que no debemos hacer de ayuda memoria para Dios, ni tampoco repetirle las cosas porque se las olvida muy pronto. Tampoco le agradan las palabrerías (Mateo 6:7-8). La parte central de la oración tiene que ver con la Voluntad y el Propósito de Dios, qué piensa Él, qué sueña, hacia dónde se dirige. Por esto tengo la fuerte impresión que la oración no tiene como fin último convencer a Dios a que haga algo, sino que la oración está destinada a convencernos a nosotros a hacer lo que Dios quiere. Luego, es importantísimo lo que dice Dios mientras transcurre la oración. Es vital. Aquí encontramos que la oración se hace un diálogo no un monólogo. A medida que oramos conocemos más a Dios y podemos acceder a Sus secretos (Jeremías 23:18).

Mientras estudiaba en el seminario una profesora trajo una ilustración acerca de cómo oraba Pablo a Dios y la hice mía. Ella decía:

“Normalmente uno va en oración al Señor a pedirle que bendiga los proyectos y atienda nuestros motivos. Así, le pedimos tácitamente al Señor que firme nuestra hoja de oración. Pero Pablo se presentaba en oración con la hoja en blanco, firmaba abajo y le decía: Señor, llena la hoja con tus proyectos en tu Voluntad que yo estoy listo para ejecutarlos”.

En la práctica la oración así parece mas una reunión de planificación con el Señor que un cúmulo de pedidos nuestros con motivos mezquinos, egocéntricos y limitados. Por supuesto, así la oración deja de ser aburrida para presentar sorpresas y novedades constantes. Especialmente en el momento que surge una oración del corazón, como es el caso de Nehemías frente al rey y la reina del gran imperio persa. De veras que esa es una oración sin formas ni formulas, no tiene pedidos ni proyectos, solo dice con la intención: “Señor, si esta es tu Voluntad que se haga ahora mismo, yo quiero lo que Tu quieras”. Lo que Dios quiso en esa ocasión podemos leerlo en el resto de la historia del pueblo Hebreo. Es demasiado grande lo que hizo Dios después de esa fugaz oración para que la mente de un hombre pudiera escribirlo anticipadamente como motivo de oración. Nadie podía ni imaginar que de mano de este rey surgieran los propósitos de Dios. Es decir, si fuera por elegir a alguien que beneficiara al pueblo Judío de tan grandiosa manera nadie hubiera reparado en el rey Artajerjes, pero Dios sí. Eso es lo que sabe un líder como Nehemías. Por eso ora así.

Lo maravilloso del liderazgo en oración es que dependes tanto de Dios, como lo es el caso de Nehemías, que esperas estar parado justo en el tiempo, esperas el momento y la ocasión para decirle: “Si Señor, haz tu Voluntad”. No hay mucho más tiempo que ese en el suspiro que dura la segunda oración de Nehemías. Ahí está la particularidad de esta oración. De otra manera, pienso que si yo tuviese que escribir el libro de Nehemías le aseguro que no se me ocurriría incluir una oración semejante a esta. En comparación con otras oraciones de la Biblia no tiene ningún parecido. Aún parece insignificante a las otras por el hecho que esta oración dura solo un par de segundos. Pero no es insignificante el resultado de esta poderosa oración que cambió el rumbo de la historia de un pueblo. Pienso que eso motivó a Nehemías a incluir esta segunda oración en la

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narración del libro que lleva su nombre. Gracias a Dios por este obediente líder Nehemías, de otra forma nos perderíamos detalles tan interesantes de la oración. Luego de ver la variedad de tiempos que se ocupan en la primera y la segunda oración de Nehemías, quiero rescatar la situación que desencadenó la segunda oración frente al rey. Repasemos el texto:

“Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? Pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera. Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?. Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré”. 2:1-5

Lo que le pasa a Nehemías interiormente es imposible que no se refleje afuera. Ya hacen cuatro meses que ha recibido la noticia que está clavada como una espina y hace doler su corazón. Inmediatamente ha entrado en oración, ayuno y duelo delante de Dios (1:4), de manera que una pesada carga sobre él viene arrasando y consumiendo su tiempo y energía hace más de cien días. Inevitablemente su rostro exterior refleja su vivencia interior. Reprimir los sentimientos y emociones delante del rey ahora le cuesta mucho esfuerzo, pues ya se le nota exteriormente el quebranto de corazón. El hombre de confianza del rey, el confidente, el hombre que pasa tiempo en compañía de la pareja real llega a “temer en gran manera”, porque en este punto se presentan variantes que comprometen su vida, puede morir en el intento. No debe haber sido agradable estar en los zapatos de Nehemías en ese momento. Él sabe que está en peligro, pero no de perder su puesto de trabajo, el peligro es que puede perder su cabeza en esta situación.

De aquí se desprende mi presunción que Nehemías no ha escrito su primera oración y se sentó a esperar los cuatro meses. Tampoco me parece que haya estado repasando la primera oración a manera de rezo aburrido y lánguido durante todo ese tiempo. Mas bien, parece que la primera oración registrada es como un compendio de las infinitas oraciones elevadas a Dios durante los cuatro meses por este líder. Por eso, aunque podemos leerla en escasos dos minutos contiene tanta significancia que alcanza para escribir un libro.

Esta misma actitud de oración, duelo, ayuno y búsqueda de Dios desata de forma repentina la segunda oración frente al rey y la reina, pero ahora “temiendo en gran manera” de que la empresa de oración termine haciendo rodar su propia cabeza.

Si el lector comparte mis apreciaciones, encontramos que Nehemías en la realidad ha hecho con la primera un comienzo de duelo en oración y ayuno en el mes de Quisleu y lo ha llevado cargando a cuestas por cuatro meses hasta Nisán y que de forma violenta sacude el cielo con la corta segunda oración que parece, por el tiempo que dura, una estocada efectiva y fulminante. Este líder realmente sabe cómo orar y no ha desperdiciado ni el tiempo ni las fuerzas, sino que se ha metido al campo de batalla blandiendo la oración hábilmente. Esto además puede corroborarse cuando llegue el momento de ver al líder cómo se organiza para esperar los resultados de la oración. Nehemías no es un hombre desprevenido, siempre se está preparando para el próximo

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paso y esto es lo más sobresaliente que tienen los verdaderos líderes. Nehemías ora, pero no se duerme en los laureles, está preparándose para subirse a los resultados de la oración. Esto también constituye de por sí una prueba irrefutable del alcance de su fe.

Nehemías tiene el rostro que delata su “quebranto de corazón”, según el rey Artajerjes, pero la batalla de oración es efectiva a favor del líder aunque personalmente tema por su vida. La seguridad que tienen los líderes del pueblo de Dios, es que la oración juega favor del reino de Dios y es lo que los impulsa a orar aunque sus vidas corran peligro.

Solo así podemos entender a Daniel orando tres veces al día cuando el edicto del rey Darío había prohibido bajo pena de muerte, solo por treinta días, que se orara o pidiera a cualquier otro ser que no sea el mismo rey (Daniel 6:1-28). Lo primero que piensa el que no sabe ser líder de oración es en el tiempo y concluye fácilmente diciendo: “hagamos las cosas simples y fáciles, luego de los treinta días sigo orando y todos estamos contentos”.

El líder piensa de forma opuesta, sabe lo valioso que es ese tiempo de oración, ruego, ayuno, clamor, lágrimas, duelo, etc. que mueven el campo espiritual de manera irreversible a favor del pueblo de Dios, para mostrar Su gloria y poder a la humanidad.

Así son los tiempos de oración tanto de Nehemías como de Daniel, en ambos casos hecho bajo presión y so pena de muerte. ¡Que hermoso es aprender de Nehemías cómo y cuánto tiempo orar!.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

EL LIDER EN ORACION Y ACCION

De aquí en adelante vamos a ver a Nehemías involucrado con la acción. Por supuesto, los hechos portentosos de Dios son resultado de las dos primeras oraciones, pero la oración no deja de estar presente y cada vez que vamos leyendo los trece capítulos oímos a Nehemías que tiene un solo clamor expresado de varias maneras pero en ocasiones distintas. Leamos algunas expresiones de oración:

“Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo” 5:19 “Acuérdate de mí, oh Dios, en orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios, y en su servicio”. 13:14 “Acuérdate de ellos, Dios mío, contra los que contaminan el sacerdocio, y el pacto del sacerdocio y de los levitas”. 13:29

“Acuérdate de mí, Dios mío, para bien”. 13:31 ¿Qué sentido tiene orar así?. ¿Que tipo de oraciones son estas?. ¿Porqué Nehemías deja un registro de oración semejante?. Me parecen repetitivas y aburridas. ¿Acaso Nehemías ha dejado de tener la fuerza y el objetivo delante de sus ojos como en las dos primeras oraciones?. Analicemos por un instante el contexto en donde ocurren estas oraciones tan parecidas.

Cuando Nehemías dice la oración acerca de que Dios se acuerde de él por lo que ha hecho con el pueblo de Judá, es que han pasado doce años como gobernador y no ha

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tomado absolutamente nada que le perteneciera como gobernador. Se privó hasta del pan que debía comer como gobernador (5:14). Sus criados tampoco se enseñorearon del pueblo, por mandato suyo, a causa del temor de Dios (5:15). También restauró la parte que le correspondía del muro y recibía todos los que venían de naciones vecinas en su mesa (5:18). ¿Qué otra privación personal debe sufrir Nehemías?. La verdad es que ninguna. Menos aún ser olvidado por Dios a la hora de pesar las acciones de justicia y rectitud; por eso su oración es por él mismo.

Aquí Nehemías muestra por primera vez cómo el liderazgo pone a caminar por la cornisa a los líderes. Pablo lo dice de esta manera:

“Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea al aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo (campeón) para otros, yo mismo venga a ser eliminado”. 1 Corintios 9:26-27

Si tomamos el significado del tiempo de estas oraciones de Nehemías, realmente resultan irrisorios y no podemos decir que esta sea una oración formal o un tiempo de oración como nosotros conocemos. Pero es una oración con toda la responsabilidad de un hombre que no sólo quiere salvar a otros de la ruina, sino que necesita ser salvado él también por alguien más fuerte y poderoso que lo metió en la tarea de reconstruir el espíritu, el ánimo, el muro y los valores de una nación.

La oración de Nehemías es por lo tanto valiosa en extremo; además de mostrar la sensibilidad que debe tener un líder a la situación que vive su pueblo, como lo ubicada y atinada que parece la valoración de sí mismo. Nadie puede servir a otros como líder si no es capaz de ser objetivo en su valoración personal. Sé que esto es muy difícil, pero: ¿Qué haría un líder engreído, o un líder sabelotodo, o un líder puédelo todo?. Nehemías como líder reconoce en esta oración que todavía depende de Dios, a pesar de haber pasado doce años sin tomar el lugar, los requerimientos y la ración diaria que un gobernador con mucho menos influencia y visión que él lo hubiera hecho, aún esquilmando al pueblo. Pero esta es la grandeza del liderazgo de Nehemías, él tiene el temor de Dios (5:15), de ahí su dependencia de Dios, por eso también sus acciones están acordes a la realidad de un pueblo empobrecido hasta las lágrimas.

¡Dios mío, no te olvides de mí!, dice este hombre, que quizás como a nosotros se le ha concedido el privilegio de ser siervo inútil; ya que hizo solo lo que dijeron que haga (Lucas 17:10). La diferencia fundamental que puede existir entre nosotros y Nehemías es que él tenía la plena seguridad de estar haciendo y cumpliendo exactamente la Voluntad suprema del Señor. Pero si tu tienes esta seguridad puedes transmitirla como líder a otros, tal como Nehemías.

Seguramente esta situación arrancará alguna vez de tu corazón esta oración: “Acuérdate de mí para bien, Dios mío,

y de todo lo que hice por este pueblo”. 5:19 Esta oración emerge desde la misma conducta del líder y no hay nada, ningún don

ni ministerio que la suplante. Nada es tan seguro como la dependencia de Dios. Nehemías vuelve a exclamar desde su corazón una vez que el trabajo duro ha

finalizado. Necesita sentir la dependencia de Dios, necesita saber que Dios se acuerda de él y que su vida también encuentra la salvación que ha venido a ofrecer a su propio pueblo.

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Muchas veces nos olvidamos en el ejercicio del liderazgo que nosotros también debemos ser parte de lo que Dios hace con su pueblo. Nehemías ha hecho misericordias para con el pueblo de Dios y eso es lo que pide de corazón a Dios, que también Él tenga misericordia de su siervo.

“Acuérdate, de mí, oh Dios, en orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios,

y en su servicio”. 13:14 Cuando Nehemías vuelve a orar a Dios que se acuerde de él, lo hace en relación

directa con el sacerdocio. Lamentablemente había personas que contaminaban el sacerdocio y esto acarreaba juicio de Dios sobre el pueblo. El pecado siempre va a meternos en conflicto con Dios. Eso pasaba en Israel, el mismo sacerdocio estaba cargado de pecados. Nehemías tiene que tratar duramente a Eliasib, al punto de reñir, maldecirlo; maldijo e hirió a otros y les arrancó los cabellos literalmente, para que juraran que no iban a tomar mujeres amonitas y moabitas; tampoco ellos iban a dar sus hijas a estas gentes (13:23-31).

¿Hasta donde puede llegar el celo de un líder?. ¿No se ha excedido Nehemías en su trabajo?. ¿Qué es esto de reñir, maldecir, herir y arrancar los cabellos de su misma gente?. Aguardemos un tiempo hasta llegar a ver cómo era el trato de Nehemías como líder. Ahora nos interesa verlo solamente con respecto a la oración que surge después de estas acciones, propias de un celoso líder:

“Acuérdate de ellos, Dios mío, contra los que contaminan el sacerdocio, y el pacto del sacerdocio y de los levitas”. 13:29

Me da la impresión que Nehemías teme que el barco vaya a naufragar en el futuro pero no por la gente común del pueblo Hebreo, sino por los mismos dirigentes de ese pueblo. Esto parece idéntico al caso de Pablo, cuando escribe apresurado a Timoteo acerca de que iban a ingresar obreros como:

“...hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, ingratos, impíos, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella;...” 2 Timoteo 3:1-5

Nehemías quiere que Dios se acuerde de ellos, pero en relación directa al pacto que los sacerdotes y levitas habían hecho de dependencia de Dios, rechazando el pecado que producían las mujeres extrañas al pueblo que ellos tomaban para sí. Nehemías quiere alargar todo lo que pueda ser posible el dominio de Dios sobre el pueblo y para eso no solo debe tratar con los enemigos externos de Israel, sino con los internos.

Los peores enemigos siempre son los internos y en este caso, como en muchos de la actualidad, los mismos ministros, sacerdotes y levitas, son los que meten al pueblo en serios problemas a causa de sus pecados. ¿No es esto triste para un líder que acaba de restablecer la paz y el orden en el pueblo de Dios?. Es necesario que mientras riñe, vocifera, pelea y maldice, le arranca los cabellos y hiere a los mismos sacerdotes y levitas él deba orar (se me ocurre que a los gritos)

“Acuérdate de ellos, los que contaminan el sacerdocio...” Parece decirnos con esto Nehemías, ha llegado la hora de la acción y la oración.

La oración ha abierto las puertas, ya entré y tomé posesión de lo que pedí a Dios y ahora

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soy capaz de arrancarle los cabellos a quienes quieran tirar estas bendiciones al suelo. Acción y oración se conjugan sin problemas para este ejemplar líder del pueblo de Dios que no deja de orar mientras, por celo de Dios, debe reñir con los ministros propensos al pecado.

Aquí es bueno señalar la diferencia que hay entre ser líder y simplemente ocupar un puesto dentro de un sistema. El líder pelea por los intereses del reino de Dios, mientras que los que ocupan “puestos de trabajo” a quienes Jesús les llama “asalariados” (Juan 10:11-13) solo ponen delante suyo intereses personales o denominacionales. ¿Cuál prefieres ser?. Nehemías es un líder ejemplar, podemos imitarlo, podemos emularlo, podemos tenerlo de ejemplo (1 Corintios 4:11:1; Filipenses 3:17; 1 Tesalonicenses 1:6; Hebreos 6:12; 13:7; 3 Juan 11).

Después de años de haber escrito este libro vuelvo repetidamente a él, siempre me ha servido como material de consulta para estudiar qué debo hacer en las situaciones particularmente difíciles que viven los que somos líderes del pueblo de Dios; que deben luchar contra enemigos internos, muchos de ellos “asalariados”, pero con peso de decisión y voz y voto en las asambleas. Uno nota que sus motivaciones son solo el egoísmo y la ambición. Dios nos libre de cejar en nuestro trabajo. Llevémoslo adelante y encomendemos a Dios a estas personas como Nehemías lo ha hecho, seguramente ya tienen su justa retribución.

Si hay algo que personalmente me ha fortalecido en el liderazgo es confiar en la justicia de Dios, pensando por solo un minuto cada vez, que cada persona un día estará frente al tribunal del Señor y que cada uno dará cuenta de lo que hizo y su obra será probada por el fuego (1 Corintios 3:10-15). Esto me alienta, me fortalece y despeja mi camino para seguir hacia adelante porque prescindo inmediatamente de las personas corruptas que están en el ministerio, de aquellos que “tienen solo apariencia de piedad”, de los que tienen verborragia cristiana mientras sus hechos dan vergüenza; esto me enfocar en el camino correcto de la dependencia de Dios en oración y acción para realizar Su obra; para ver si de algún modo llego al final siendo al menos siervo inútil. Que halago sería que Jesús me dijera:

“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el reposo de tu Señor”. Mateo 25:21

La última oración de Nehemías es por demás escueta. La dependencia de Su Señor es más visible allí que en ningún otro lugar. Su ministerio estaba cumplido, su trabajo llega al final, su vida terminaría así; quizás despreciado por muchos y amado por muchos. Los sacerdotes y levitas seguramente no estarían de su parte para nada, pero Nehemías sabía que al final, de entre todos, había alguien que se iba a acordar de él para bien y ese era Dios.

Creo que eso sienten los líderes que están llegando al final de sus carreras en dependencia del Señor. Tienen una tranquilidad y aplomo distinto del resto, creo que ellos saben que han hecho bien, que han sembrado el bien y van a recoger el bien; muy a pesar de sus detractores. Creo que saben de antemano que la historia les dará la razón y que la fidelidad de Dios alcanzará allí donde las cosas, las razones y los mismos pensamientos no pueden entrar, la eternidad. Solo así yo podría hacer una oración tan corta como Nehemías al final de mi carrera diciendo:

“Acuérdate de mí, Dios mío, para bien”. 13:31

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Nehemías puede enseñarnos todavía mucho más acerca de la oración y para entrar allí debemos practicar la oración como tal.

Nadie puede ser un profesional de tenis viendo videos, sentado en las gradas como espectador o leyendo revistas afines sin nunca tomar una raqueta y una pelota. Nadie puede ser nadador excelente solamente viendo videos de cómo nadar. Nadie puede ser piloto de avión si nunca se ha subido a un aparato que lo lleve a volar. De la misma manera nadie puede ser un líder de oración si no ha pasado tiempo de oración, ruego, espera, intercesión, ayuno, dependencia, duelo, dolores de parto y clamor delante del Señor por los que están a su cargo.

No se puede dibujar la vida de oración de un líder, es necesario vivirla. Allí aprendemos mucho más que solo informándonos acerca de la vida de oración de un líder como Nehemías; pero sí que es una buena guía de cómo hacerlo.

Si quieres puedes orar conmigo así:

SEÑOR, QUIERO SER UN LIDER DE ORACION ....COMO NEHEMÍAS.

M.E.C.LID. MINISTERIO DE ENSEÑANZA Y CAPACITACIÓN

PARA LÍDERES

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

CAPITULO II EL LIDER DEBE SER UN ORGANIZADOR

“Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Porqué está triste tu rostro? Pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera. Y dije al rey; para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumida por el fuego?. Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides?. Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mi padre, y la reedificaré. Entonces el rey dijo: (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto durará tu viaje, y cuando volverás?. Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo. Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de Dios sobre mí. Vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo. Pero oyéndolo horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel. Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días, me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba. Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar, y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados y sus puertas que estaban consumidas por el fuego. Pasé luego a la puerta de la fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba. Y subí de noche por el torrente y observé el muro, y di vuelta y entré por la puerta del Valle, y me volví. Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra. Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien. Pero cuando lo oyeron Sambalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el

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árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?. Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén”. Capítulo 2:1-20

Dios debe mirar con mucho agrado a aquellos líderes que tienen las características de Nehemías. También se me ocurre que debe buscarlos en medio de los mortales y los aparta para realizar obras que requieren personas con virtudes. No es que Dios precie a algunos y deseche a otros, sino que selecciona finamente a su gente, como lo haría cualquier persona interesada en que su plan funcione. Nehemías hace cuatro meses ha recibido una noticia terrible, le han confirmado las sospechas de que su pueblo estaba en medio de un mal muy grande. Hanani, su hermano, le ha dado detalles de la situación y ya hemos visto como este líder recurre inmediatamente a la oración sin mezquinar ayuno, duelo y clamor a Dios. Vemos también como la segunda oración frente al rey Artajerjes es brutalmente eficaz en el plano espiritual, pero lo que no podemos dejar de ver en el capítulo dos es que Nehemías también es un hombre organizado. Quizás digas: ¿Cómo y donde podemos notarlo?. Fíjate en las palabras que siguen en la conversación con el rey. Nehemías ya había calculado el tiempo de ida, la reconstrucción del muro y la vuelta al palacio (2:6). También tiene calculada la cantidad de materiales que necesita, las cartas para los gobernadores para talar los bosques y la gente que precisa para esa descomunal tarea. Aunque se nos a privado aquí del dato de cantidad de tiempo, que es importante, mas adelante lo deduciremos fácilmente. Pero luego que el rey a dado el sí al tiempo, Nehemías no duda en sacar a luz la intención de hacer de este viaje un asunto de estado, por eso dice al rey:

“Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá,...”

2:7 ¿Nota la trama que lleva Nehemías? Él quiere ser una persona enviada por el rey

con cartas para los gobernantes por donde iba a pasar. Nehemías estaba planificando un viaje con todos los mejores recursos que el rey podía ofrecer en cuanto a su recomendación personal. Nehemías estaba organizando en su mente un viaje al mejor estilo de la época, no en cuanto a lujos, pero sí en cuanto a asuntos de gobierno.

Para mí Nehemías deja ver un carácter indómito al miedo. Este mismo hombre que “teme en gran manera” (2:2) por su vida dado el rostro de angustia y quebranto que mostraba frente al rey, pero un segundo después está diciéndole que le conceda cartas para los gobernadores de los lugares por donde iba a pasar, como si se tratase de un asunto real.

Resulta paradójico ver a un líder así, pero quizás esa sea la forma más común que tienen los líderes para vivir. Alguien dijo una vez que coraje no es no tener miedo. Sino tener miedo, pero a pesar del miedo, avanzar. ¿Cuántas veces debe pasar por estos estados un líder?. Creo que muchas y bastante veces. Pero esto no me admira tanto de Nehemías como el hecho de que en ese mismo momento Nehemías le pide al rey cosas muy valiosas. Él le dice:

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“...y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré”. 2:8

¿No te parece demasiado?. ¿Tú harías algo así?. De pronto Nehemías está pidiéndole madera en una cantidad tan grande al rey que, si tuviéramos que representarlo hoy, Nehemías vendría detrás de una caravana de una docena de camiones cargados con maderas entrando a la ciudad. ¡Es impresionante!. Un hombre de confianza del rey que sabe que puede rodar su cabeza mostrándose triste, un segundo después está pidiéndole un cargamento de maderas tan grande como para que alcance a enmaderar el palacio, su casa y las puertas del muro de la ciudad; parece y suena como a un estado de inconsciencia momentánea del líder.

Si Nehemías tomaba conciencia de la situación personal se hubiera conformado con salir con vida delante del rey ese día, pero al no hacerlo está de pronto recibiendo cartas para los gobernadores; permiso para talar los bosques del rey; también tiempo y un séquito de personas idóneas para acarrear los materiales y hacer la obra; con tal de llegar a Judá con los elementos necesarios para hacer la reconstrucción. Así trabaja un líder valiente y organizado.

Su tiempo en oración también es un tiempo de previsión, planificación y cálculo. Muchos dicen que la organización es mala porque ocupa el lugar del Espíritu Santo, pero creo que caen en un error al pensar que al Señor no le importa el orden, la planificación y la organización. Si Dios no fuera un Dios de orden este Universo sería un total caos y la palabra puede decirnos algo respecto en 1 Corintios 14:40; Salmos 37:23.

Evidentemente Nehemías tenía todo planificado de antemano a la segunda oración. Es seguro que ha tomado un mapa donde había marcado su trayectoria de viaje; había tomado en cuenta por cuáles ciudades y gobernaciones iba a pasar; había sacado un aproximado de cuanta madera necesitaba y marcó con círculos en el mapa los bosques del rey desde donde iba a extraer toda la madera y calculó la cantidad de personas necesarias para tal trabajo; dedujo también el tiempo que le tomaría viajar, reconstruir, y volver al palacio del rey Artajerjes.

Los cuatro meses de oración (Quisleu a Nisán) son en verdad muy productivos, no solo por lo que produce su ayuno y clamor, sino porque organiza todo lo referente a su viaje y calcula detalladamente qué cosas necesita para cumplir la ejecución de toda la tarea.

Esto debe enseñarnos que los lideres necesitamos trabajar de forma subterránea durante algún tiempo para orar, organizar, planificar y “mirar” la obra a la que Dios va a meternos.

El líder necesita gestar la obra de Dios en su interior. El líder necesita ese tiempo de embarazo, es muy importante lo que allí sucede con la visión que Dios le da. El tiempo de soledad y planificación prepara el corazón y forja una determinación interior profunda, para que una vez templada esa herramienta no se rompa en la tarea.

El pastor Rubén Ruiz me enseñó mucho con esta frase: “Dios se toma mucho más tiempo en prepararnos que en usarnos.” Mientras más grande es la tarea, Dios más usa el tiempo de preparación para

meternos en la fragua de la oración, el quebrantamiento y la planificación en fe.

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Me imagino haciéndole preguntas personalmente a Nehemías en un reportaje radial dentro de esos cuatro meses de planificación:

Luego del saludo correspondiente le diría: - ¿Estimado hermano Nehemías de donde sacará tantos recursos como para

reconstruir una ciudad arrasada por la acción de los enemigos de Israel y el fuego?.

- Seguramente su respuesta sería: Hay un bosque completo que es del rey y puedo extraer toda la madera que necesito para el muro, el palacio y mi propia casa.

- Tirándome hacia atrás en el asiento, sorprendido, le diría, sin tratar de desanimarlo: ¿Ya lo autorizó el rey a hacer eso?.

- Él contestaría secamente: No, pero estoy planificando esto y también estoy orando por esto.

- Estimado hermano Nehemías hasta llegar a Jerusalén hay varias gobernaciones en el camino. ¿Cómo hará para pasar por cada provincia con semejante cargamento?.

- El líder contestaría: Dios va a permitir que consiga cartas del rey para cada uno de los gobernadores.

- Entonces le recordaría: Querido hermano usted es un Judío en tierra ajena y solo es el copero del rey, no un embajador o ministro; ¿Qué le hace pensar que el rey haría tantas cosas por usted?.

- Nehemías esbozando una sonrisa y bajando el rostro me diría: No se preocupe pastor Marino yo estoy planificando, orando, ayunando y clamando a Dios para que esto suceda.

- Yo estaría azorado por sus respuestas pero le preguntaría con ingenuidad: ¿Sabe cuanta gente se necesita para hacer esa faraónica tarea entre cortar y acarrear por tantos kilómetros esta enorme cantidad de madera y luego reedificar el muro y los palacios como usted planifica?.

- Nuevamente menearía la cabeza este hombre de Dios y diría: No puedo contestarle a todas sus preguntas pero yo planifico con Dios en oración, Él sabrá qué y cómo debe hacerlo.

Desde este punto en adelante Nehemías ya no tendría más respuestas para mí ni la intrigada audiencia, pero dentro de él la fragua que se llama VISIÓN soplaría más y más el fuego que consume la mente y el corazón del líder; afianzando la seguridad que Dios proveería las cosas que todavía no tiene a mano. Su rostro quizás no nos diga nada pues se le vería con dolor, tal como un hombre que lleva quebranto de corazón; pero por dentro Nehemías saltaría vigoroso de fe en fe, organizando la irrealidad justamente para que la fe la haga real, pues él no está confiando en las reservas del rey ni en los “contactos” políticos, él confía en la poderosa mano de su Dios y así ora, planifica, organiza y espera.

Recuerda entonces que si planificas con lo que tienes entonces no planificas en fe. Debes aprender a organizarte con lo que todavía no existe. Unos meses más tarde llegaría a la oficina de producción de la radio una pequeña carta del líder Nehemías para la audiencia de mi programa y diría:

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Shalom, audiencia de radio la fe: Dios me concedió toda la locura que planifiqué en oración, “según la poderosa

mano de mi Dios sobre mí. ¡Ah!, y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo para hacer toda la tarea”. 2:8-9

P.D.: Estimado pastor Marino, aunque usted no lo crea ya voy medio camino de Jerusalén y estoy visitando a cada gobernador con las cartas que el rey Artajerjes me dio para ellos. A propósito, gracias por sus oraciones. Saludos a la audiencia de su programa.

Afectuosamente, Nehemías.

Nehemías taparía así mi bocona respondiendo todas mis preguntas y produciría fe en la audiencia. Así se muestra la organización de un verdadero líder.

Seguro que ese día contagiado de fe dedicaría el programa para hablar de la fe que organiza lo invisible.

Si el campo de la organización cae bajo la prédica del enemigo siempre vamos a tender a “dormirnos en los laureles” arguyendo confianza en Dios y diciendo:

a) Que el Señor se encargue... b) Él sabe lo que necesito... c) Ya veremos que se hace..., etc. Pero este no es el caso de Nehemías, ni de muchos otros líderes de la Biblia. Ellos

organizan antes, previenen y calculan hasta los detalles, mientras oran esperando el tiempo y el propósito de Dios. Debo recordarte que la obra de Dios hecha floja y perezosamente cuesta muy caro; seguramente porque Dios siempre quiere lo mejor de nosotros para Él. Lee detenidamente esto:

“Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Dios,...” Jeremías 48:10

¿Queda claro este pasaje?. Lea también el contexto. La organización que el líder realiza debe permanecer en secreto hasta que Dios te

indique cuándo revelarla. Nehemías nos enseña esto, pero antes quiero contarte una experiencia personal al respecto.

Siempre voy a recordar el mes de Julio del año 1993. Apenas hacía un par de meses comenzaba a entrar en la penitenciaría en la ciudad de Salta, Argentina. Mi corazón parecía un volcán en actividad. No desperdiciaba tiempo en la entrada de la cárcel mientras nos requisaban hasta dentro los zapatos, pasando por desnudarnos completamente a la entrada y a la salida; tomando así mucho tiempo ya que éramos cientos de personas. A ese tiempo de espera recuerdo haberlo aprovechado completamente, mientras en mi mente formaba una iglesia dentro de los muros con todo lo que ella requería. Hacía anotaciones y bosquejaba el desarrollo de la evangelización por sectores y pabellones. Vale decir que estaba en este trabajo por haber recibido una visión muy clara en el mes de Febrero del mismo año, con los ojos abiertos, luego de un tiempo de oración y ayuno. Pero en uno de esos días de larga espera para entrar al penal otro pastor de la ciudad estaba conmigo en la fila y, por supuesto, cometí el error de

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comentar todo lo que estaba planificando y abrí mi corazón para mostrar todo lo que bullía dentro. Recibí como respuesta una invitación para una reunión con el consejo de pastores de la ciudad, donde tenía la oportunidad de mostrar todo lo que hacía en la cárcel. Accedí a la invitación y luego de las formalidades del saludo el caso prédica del evangelio en la cárcel estaba sobre la mesa. Traté de ir contestando las preguntas con todas las referencias posibles a la visión que tenía para desarrollar el trabajo para que no quedaran vacíos de información que dieran lugar a dudas. En la cuarta respuesta, alguien de entre todos los presentes no soportó más y se levantó de la silla mientras me decía:

- Eso nunca ocurrió en una cárcel, otro se sumó con comentarios ácidos como... - es imposible lo que planificas como una iglesia adentro de los muros por el sistema de seguridad alguien sacó cuentas rápidamente y objetó: Hace cincuenta años que las iglesias de la ciudad visitan la cárcel y nunca ocurrió lo que vos hablas... ¿porqué ahora van a producirse todos los bautismos que vos decís? (ahí me enteré que hacía medio siglo que los cristianos entraban al penal donde había más de setecientos internos y solo ocho de ellos eran cristianos bautizados). - También se sumaron otros a la oposición pero con acusaciones tales como que entraba al penal para ganarme a los cristianos que visitaban los internos para mi iglesia. Recuerdo que les respondí que no me gustaba pescar en la pecera de mi casa (así considero a “pescar” hermanos de otras congregaciones). - Luego llegaron las amenazas, uno dijo: - El día que tengas problemas por meterte en la cárcel no vamos a asistirte. - Bueno... observé que mi exposición violentó un avispero que me picaba por todos lados.

Muy tarde... pero me di cuenta, que fue un error abrir mi corazón para mostrar la organización, planificación y oración antes del tiempo correcto. El barco podía llegar a naufragar dentro de mí, pero en esa primera tempestad de oposición lo único que me mantuvo vivo fue la VISIÓN tan clara y descriptiva que había recibido del Señor. Debo admitir una y otra vez que cometí un error que podía empañar el propósito de Dios, de manera que pedí perdón al Señor y volví al ensimismamiento.

Nehemías nos enseña sobre esto en particular cuando escribe en su libro: “Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días, me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba”. 2:11-12

Es necesario que la ORGANIZACIÓN del líder se mantenga en secreto por todo el tiempo que Dios quiera, a fin de no levantar la oposición anticipadamente.

LA INCOMPRENSIÓN ES LA COMPAÑÍA INSEPARABLE

DE LOS LÍDERES DEL PUEBLO DE DIOS.

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Por ese motivo debes cabalgar solo por un tiempo en la organización. Debes saber que los que te rodean van a acompañarte en la tarea, pero solo tu sabes los detalles de la organización, planificación, ejecución y finalización del trabajo.

A nadie de los que estaban con Nehemías iba a parecerle normal que puedan levantar el muro y reconstruir parte de la ciudad en un tiempo récord como ellos mismos lo hicieron. Nehemías solo iba a conquistar más oposición y opiniones encontradas si abría la boca antes para mostrar su organización. Ya llegaremos a ver como trata el líder a la oposición, pero debemos tener cuidado de no levantar más oposición por cuenta nuestra.

Muchos líderes se quejan porque sus planes son abortados por la oposición y esto es verdad, pero así ocurre solamente si el líder a descubierto la visión a otras personas antes del tiempo correcto en lo que Dios le ha entregado para él planifique y ore solo. Para eso debes mantener los planes fuera del conocimiento de los demás hasta que Dios te ordene mostrarlo, a ellos debes decirle lo próximo que vas a hacer y quizás puedas de noche, en las sombras, ir con algunos de los más allegados a dar unas vueltas para hacer un reconocimiento de la situación, pero mantén tu boca cerrada. Fíjate en esto:

“...me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba. Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego. Pasé luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba. Y subí de noche por el torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la puerta del Valle, y me volví. Y no sabían los oficiales a donde yo había ido, ni que había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra”. 2:12-16

¿Qué te parece un líder como Nehemías?. Viene orando hace meses y Dios a través del rey Artajerjes le ha provisto todo para que haga la obra de reconstrucción; llega a Jerusalén para realizar el trabajo pero no avisa a nadie de todo lo que va a ejecutar.

Créeme que hay motivos más que razonables para que los líderes no abran su boca antes de tiempo y es por la oposición. La oposición es la mejor muestra que estás en el camino correcto, por eso debes evitar toda oposición añadida. La oposición parece un mal necesario en la obra de Dios, pero Dios te enseña a través de Nehemías que la enfrentes sólo cuando es tiempo de aplastarla y no que terminen ellos abortando el plan del Señor.

Quiero tomar aquí una de las variantes que tiene la organización en la obra del

Señor. Suele pasar, muy a menudo, que lo que el líder organiza no tiene nada que ver con los propósitos de Dios. A veces Dios no te cuenta el final de la película y te pide que ores y te organices. Te da solo algunas pistas para que deshilvanes lo que Él quiere que hagas. Entonces empiezas a orar y a organizar y descubres de pronto que no va por ahí el Señor. ¿Qué debes hacer con tu planificación?. Toma los papeles de la

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organización, hazlos un bollo y mándalos a la basura. No te preocupes, esto pasa seguido.

Luego te preguntarás: ¿Será así mi trabajo de líder?. ¿No debería salir bien todas las veces mi planificación?. La respuesta es: No necesariamente. Pero sigue dependiendo del Señor porque allí está la seguridad.

Miremos al apóstol de los gentiles cómo planifica predicar en ciudades y viaja a cada una de ellas pero como esos no son los planes de Dios debe esperar nueva orientación y continuar la obra con los mismos ánimos, a pesar de haber sido impedido anteriormente. Leamos el registro de Hechos que dice:

“Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, no se lo permitió. Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, enseguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciemos el evangelio”. Hechos 16:6-10

La razón que tiene Pablo para cambiar tan fácilmente de rumbo es que entiende de primera mano que la OBRA no es de Él. Que él no es el Dueño de la viña y debe depender de Dios si quiere llegar acaso a ser siervo inútil. Sus esfuerzos, empeños, dedicación, organización, largos y cansadores trayectos de viajes y toda su energía están orientados a cumplir lo que Dios se propone hacer, no lo que Pablo planifica.

Resulta muy llamativo que el Espíritu Santo le prohíba predicar la palabra de Dios donde había tanta gente como en Asia. Los planes de Pablo dicen:

“Aquí en Frigia hay mas personas de las que yo imaginé, ellos deben saber de Cristo, ¡vamos a predicarles!”.

Los planes de Dios dicen: “Pablo tienes prohibido hablar de mí allí”. Pablo piensa: “Entonces me voy a Misia si en Frigia no quieres que vaya tan

lejos”, y en efecto allí va. El Espíritu le habla cuando llega a Misia y le dice: “Pablo no te permito hablar

aquí”. Entonces (risueñamente) Pablo dice: “Planifico dormir hasta que me des una

visión y me muestre qué debo hacer”. Llega la visión y “enseguida procuran partir” (Hechos 16:10). Pablo estaba acostumbrado a hacer bollos de papel con sus planificaciones y

organizaciones cuantas veces era necesario, cuando estas no correspondían a los propósitos del Señor; pero a su vez no estaba frustrado, sino siempre está presto para partir enseguida. EL FRACASO EN LA OBRA DE DIOS SOLO LLEGA CUANDO NO HACEMOS LO QUE DIOS QUIERE.

¿No hay fracaso en hacer planes, viajar, cansarse, ubicarse en la ciudad, ser prohibido por el Espíritu Santo y tirar todos los planes a la basura?. Hacer nuevos planes, volver a hacer las valijas, viajar, cansarse, ubicarse en otra ciudad, ser impedido por el Espíritu Santo y tirar nuevamente todos los planes a la basura. Nueva ciudad, nuevos planes, volver a hacer las valijas, viajar, cansarse, ubicarse en otra ciudad, etc. Esto no es fracaso, es búsqueda de la Voluntad del Señor.

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El diablo conoce nuestra ansiedad por hacer la OBRA de Dios y usa para sus prédicas temas tópicos como:

1- “la inconsistencia de nuestra planificación”, 2- “el tiempo perdido”, 3- “lo que no se logra no glorifica a Dios”, etc...

Pero es mucho más larga la lista de sermones que puede hacer desde nuestros cestos llenos de papeles arrugados con planificaciones incumplidas.

Pablo planificaba conquistar con su prédica toda Asia, o sea viajando hacia el este; Dios quería que Pablo conquistara Europa, viajando hacia el oeste, hacia España. Asia igual fue alcanzada por la prédica del evangelio, pero el Dueño de la viña quería que Pablo predicara en Macedonia desde donde conquistaría Europa y luego Europa conquistaría un nuevo continente: Las Américas.

Si Dios le contaba Sus extensos planes a Pablo, quizás no lo hubiera creído ni aceptado, de manera que Dios mantuvo en silencio su organización y le fue contando parte por parte a un increíble líder como Pablo; siempre dispuesto “a partir enseguida”, cuando Dios le abría una puerta para la evangelización.

Dentro de los planes de Dios estaba que Pablo estuviera preso en varias ocasiones. Ahora quiero enfrentarte a esa realidad de la vida de este apóstol:

¿Qué pensarías tu siendo Pablo y estando un total de seis años preso sin predicar la Palabra libremente?. Creo que a Pablo cada día que le tocó estar en prisión (2.190 días aproximadamente) tenía un nuevo plan si salía al otro día en libertad. ¿Pueden ser posible tantos bollos de papel en la prisión para un siervo tan ungido por el Señor como lo era el apóstol?.

¿Nunca se te ocurriría renegar y preguntarle al Señor qué hacer con tantas planificaciones incumplidas en tu ministerio?.

Pablo seguramente planificaba predicar a todas las personas de su época, mientras Dios planificaba predicar a través de él, con sus cartas y escritos en prisión, durante veintiún siglos después y en todo el mundo. ¿Alguien puede calcular cuantas personas en toda la humanidad, durante estos veinte siglos, han recibido directamente la influencia de la prédica del apóstol Pablo?. Creo que nadie puede calcularlo, pero... ¡hay que pasar los seis años como un líder prisionero!.

La visión de Pablo, aunque amplia, seguramente no habría alcanzado a ver donde Dios ya veía, por ejemplo a nosotros leyendo hoy las cartas que él escribía desde las prisiones; pero Pablo confiaba en que Dios sabía perfectamente porque él debía estar en prisión tanto tiempo y hacía lo que tenía que hacer personalmente.

Ese es el liderazgo que planifica con Dios, tira todos los borradores que no encajan con la suprema Voluntad y no reniega de nada. No es casualidad que la epístola del apóstol Pablo a los Filipenses sea un cántico al gozo y el regocijo en el Señor pero escrita dentro de una prisión. Pablo sabía cómo depender de Dios y confiaba en eso a ciegas.

Depende de Dios en oración y planifica, que si tus planes van con su Voluntad te pasará lo de Nehemías. Un día, que pasando entre la vida y la muerte frente al rey, dio a luz un plan organizado hasta los detalles. No había mejor momento para presentar el plan que ese pues Nehemías tenía todo calculado, el rey estaba dispuesto y la benéfica mano de Dios estaba extendida.

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En una conversación común uno de mis hermanos me dijo algo que me llevó a la reflexión. Me dijo textualmente:

“¡Que facilidad tienes para los cambios de planes en todo lo que haces en la obra de Dios!”.

Debo admitir que primero lo tomé como una dura crítica de desaprobación, pero muy poco tiempo después, al pensarlo, me sentí halagado por la observación. No sé con qué sentido él me dijo eso, pero de todas formas sé que es un buen paso en el liderazgo. Haz tu parte del liderazgo en la organización y depende de Dios para que ella se concrete. Si no sale tal como planificaste, haz nuevos planes y sigue dependiendo de Dios. Inténtalo una y otra vez.

Cada vez depende más de Dios, no de tus planes.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

EL LIDER DEBE DAR FUERZA E IMPULSO Todos sabemos que los líderes deben dar fuerza e impulso a quienes dirigen,

pero: ¿Cómo se hace esta tarea?. Hay bastante material en este capítulo 2 del libro de Nehemías, por lo que vamos a tomar cada parte por separado.

El líder primero debe tomar el peso de la realidad para sí: Este es el trabajo que Nehemías hace de noche tomando contacto con el muro caído, las puertas quemadas y los montones de piedras desparramados. Su cabalgadura no puede pasar, pero se baja y trepa hasta lo más alto desde donde tiene una vista aérea nocturna de toda la realidad que lo circunda. ¿Porqué no hace este trabajo personal de día?. Creo que se cuida de la latente oposición que despertó el solo hecho de entrar en la ciudad con tanta cantidad de madera (1:10). Si Nehemías se mostraba de día como un arquitecto tomando mensura para la reconstrucción levantaría oleadas de opiniones y críticas, todas distintas, de las cuales muchas servirían a la oposición; pero Nehemías calcula que no necesita opiniones ni divisiones sino fuerza e impulso y a eso debe lograrlo de una sola vez. De día este líder debe haberse aburrido como una ostra, pero de noche toma el peso de la realidad y lo hace suyo, de manera que estaba preparándose personalmente para dar el golpe de gracia a la vergüenza y el oprobio en que vivía su pueblo.

El líder, como segunda medida, vuelve a cotejar la realidad con los elementos que dispone para organizar el comienzo y la finalización de la obra. Si Nehemías solo hubiera conseguido tiempo de parte del rey, pero no las maderas y la gente para la obra, haría un suicidio a su liderazgo poniéndose a trabajar en algo que no iba a terminar. Aquí llega el momento que lo planificado debe concordar en un mínimo esencial con la realidad de la situación. Ambas no pueden ser totalmente distintas. Para eso Nehemías certifica la realidad de noche metiéndose entre las ruinas que quedaban del muro; calcula también que lo que tiene de madera es la cantidad suficiente y sumados a los elementos que están desparramados puede llegar a reconstruir buena parte; este paso es vital, no lo puede obviar. Este paso no indica falta de fe. Solo es indicativo de responsabilidad.

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¿Cuántas veces ha visto a los líderes embarcarse tareas sin poder concluirla?. ¿Cuántas veces los líderes le echan la culpa a Dios o al diablo de la

irresponsabilidad humana?. ¡No se puede achacar a Nehemías de falta de fe!. Hacerlo sería temerario de

nuestra parte. ¿Entonces qué hace cuando compara lo que tiene con lo que se necesita realmente para la reconstrucción?. Aparte de ejercer un responsable liderazgo para su pueblo, Nehemías nos deja una excelente lección de responsabilidad para nosotros. Si él tuviera todo el tiempo del mundo, buenas y animosas palabras para su gente y echara a andar la reconstrucción sin los elementos necesarios, sería como decirles a todo el mundo con los hechos que su Dios no sirve, que no provee para Su pueblo, que no le importa el bienestar de los suyos. La oposición tendría temas de prédicas y comentarios durante los siguientes cinco años y seguirían sometiendo al pueblo del Señor. Nehemías no va a largar la idea de reconstrucción si no puede llevarla a cabo hasta la finalización. Si le faltan materiales seguramente orará y planificará cómo conseguirlo, tal como ya hemos visto que hace, pero de ninguna manera va a comenzar la tarea sin cerciorarse de que va a terminar lo que empieza.

EMPEZAR Y NO TERMINAR POR IRRESPONSABILIDAD ES LA MEJOR Y MÁS EFECTIVA MANERA DE

PERDER EL LIDERAZGO.

Puedes dar todas las explicaciones que quieras si no terminas lo que comienzas, pero cada vez te costará más empezar y alguna vez ya no podrás comenzar porque nadie te seguirá. Allí tu liderazgo estará acabado. No puedes entrar en este callejón sin salida. He visto a tremendos líderes en el pueblo de Dios que terminan sus días a la vera del camino, y si uno estudia cuáles fueron las causas descubres que no fueron responsables en el liderazgo.

Fíjate que la oposición no tiene tanta influencia negativa sobre tu liderazgo como tu mismo. La oposición le saca brillo a tu liderazgo, si eres responsable. Inconscientemente ellos harán brillar lo que se proponen destruir si trabajas con responsabilidad y ese es el caso de Nehemías. Ya veremos como este líder se enfrenta a la oposición y la aplasta, pero por ahora se toma el trabajo de organizar y calcular que estén todos los elementos que va a necesitar.

Si ya has tomado contacto con la realidad y lo que tienes en mano cubre esa realidad, estás en condiciones de lanzarte a la acción poniendo fuerza e impulso para que la obra empiece y termine. Si analizáramos el estado de ánimo de los habitantes de aquella ciudad terminaríamos desanimándonos nosotros de emprender cualquier obra, pero como el líder analiza la realidad viendo como puede llegar a ser el futuro, no le importa mucho cuanto ánimo haya, lo que tiene que hacer es poner en la mente de todos la VISIÓN.

Comunicar la visión es la tarea por excelencia del liderazgo y Nehemías la cumple con creces. Anotemos cuales son las primeras palabras que el líder dirige a su gente desanimada, avergonzada y con la cabeza gacha por la situación de ruinas de la ciudad. Nehemías, me imagino que a voz en cuello grita:

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“Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena para mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así se esforzaron sus manos para bien”. 2:17-18

¡Qué hermosa respuesta! Todos los que lideramos quisiéramos tener todas las veces esas mismas respuestas afirmativas, pero no las logramos porque obviamos algunos detalles que podemos extractar de este pequeño pero poderoso mensaje que comunica una visión.

♦ Nehemías saca a relucir una realidad que se tornaba insoportable para el pueblo. Aunque todos conocían la situación, nadie le había echado un manto de realismo tal como lo hace Nehemías. El líder usa las palabras: “...el mal en que estamos”, Jerusalén esta desierta”, “...sus puertas consumidas por el fuego” . 2:17

♦ Seguidamente lanza el desafío de edificar el muro de Jerusalén con el condimento ideal de no estar más a merced de los enemigos, es decir, en oprobio. Este líder entiende que cuando se comunica una visión esta deber ser clara y debe tener un beneficio inmediato y/o a largo plazo para sus seguidores.

♦ Cuando todos han sido capturados por la palabra desafiante del líder, este expone algo necesario para todo ministerio tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, lo sobrenatural. El líder debe estar consciente que si no es acompañado en su tarea por lo sobrenatural está edificando su liderazgo en la arena. Secularmente un líder es considerado ejecutivo si solamente es capaz de realizar la tarea, pero en la obra del Señor se requiere algo más que la capacidad humana, se requiere lo sobrenatural y esto no es negociable. Fíjate en Nehemías como saca a relucir a los judíos diciéndoles como fue que la poderosa “mano de Dios había sido buena sobre mí”. (2:18) Lo sobrenatural debe ser expuesto por el líder tantas veces como sea necesario y esto no es publicidad propia, no querido lector, se trata de las marcas de la compañía y el poder de Dios sobre uno. No temas dar a conocer a todos lo que Dios hace a través de ti. El pecado de falsa humildad también destruye el liderazgo, pero puedo decirte a través de toda la Biblia que es necesario dar publicidad al poder de Dios, dando la gloria a Dios, para hacer la obra de Dios. Recuerda a Pablo decir: “Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor, y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”.

1 Corintios 2:3-4 ♦ Nehemías incluye en su propuesta de reconstrucción del muro “...las palabras

que el rey me había dicho”. (2:18) Este es el momento en que todos deben saber lo que Dios está haciendo por los habitantes de la desolada Jerusalén y es bueno destacar lo sobrenatural del asunto; los que son desafiados a tan

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ardua tarea deben saber que el rey Artajerjes también está en esto. Es decir, la autoridad está informada e interviene como corresponde y el líder Nehemías está respaldado por esa autoridad, aunque secular, tiene las muestras de ello. De otra manera: - ¿De donde habría sacado tanta madera para hacer la obra de

reconstrucción?. - ¿De donde conseguiría capitanes y gente de a caballo que acompañaban al

líder?. - ¿Cómo era posible que Nehemías con toda esa comitiva haya pasado por

las gobernaciones del reino sin ser detenido o requisado?. Indudablemente, la mayor autoridad del reino había intervenido para que Nehemías esté en el punto de invitar a todos para hacer una descomunal obra de reconstrucción. ¿Lo vez claramente?. Cuando llega el momento oportuno el líder debe abrirse como un libro y debe exponer, comunicar y transmitir la visión la fuerza y el coraje de hacer la obra de Dios.

Hagamos un resumen para saber qué decir cuando debemos comunicar la

VISIÓN, así podemos imitar a Nehemías: 1. Mostremos todo el peso de la realidad, aunque sepamos y/o supongamos que

todos ya lo saben y lo ven. 2. Mostremos el beneficio de salir del lugar en que estamos, ya sea de forma

inmediata o a largo plazo. 3. Mostremos cómo Dios se mueve sobre nosotros sobrenaturalmente y demos

las evidencias del accionar del Espíritu y del poder de lo Alto. 4. Mostremos cómo la Autoridad secular y/o eclesial nos avalan. 5. Mostremos a todos el entusiasmo y la firme decisión de hacer la tarea y no les

digamos: ¡Vayan!, sino, ¡Vayamos!.

Cuando un líder puede comunicar efectivamente la VISIÓN, no importa qué cantidad ni cuán difícil sea la tarea, solo escucharemos:

“...Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien”.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

APARECE LA OPOSICION

A veces pienso que estoy pasado de revoluciones en la obra de Dios cuando me río interiormente de la oposición. Me parece tan absurda y estúpida la oposición a Su voluntad que no puedo ocultar lo que siento. Solo saber que debo escribir las siguientes líneas sobre qué debemos hacer como líderes del pueblo de Dios con la oposición, me hace subir una fuerza interior que siento me esta saliendo por los poros. ¿Cómo se les ocurre a las personas que pueden oponerse a la soberana Voluntad del Señor?. ¿De donde sacan fuerzas estas personas para enfrentarse al Dios

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Todopoderoso?. En estas simples preguntas nos damos cuenta que las personas que se involucran en la oposición no han conocido al Señor; y con esto no estoy exagerando la nota.

El tema de la oposición, a mí personalmente, me hace sentir con más fuerza cada vez que aparece en mi ministerio y gracias al Señor así lo puedo compartir contigo. Pero también he visto, y no sé a que se debe, que hay líderes del pueblo de Dios que empiezan a temblar cuando saben que se enfrentarán a la oposición. Otro, son capaces de quedarse sin ejecutar los planes del Señor con tal de no enfrentarse con la oposición. Mira, si quieres quedar bien con todo el mundo, entonces ni asomes tu nariz en el liderazgo. En la posición de líder no puedes conformar a todos, no puedes lograr que todo el mundo se sienta bien contigo. Piensa en Jesús. Si él no pudo conformar a todos los hombres entonces nadie lo logrará jamás. La oposición es parte activa en el desarrollo de todo trabajo; es parte de lo que está escrito como Palabra de Dios y por ello nos ocupamos de escudriñar que hace este formidable líder Nehemías.

Presta atención a todo lo que descubriremos del líder con respecto a sus detractores y oraremos al Señor para que las mismas fuerzas vengan sobre ti. El texto dice así:

“Pero cuando lo oyeron (a Nehemías) Sambalat horonita, Tobías el siervo amonita y Gesen el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos menospreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?. Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.”

Encuentro muy interesante varias cosas en este primer pasaje del libro de Nehemías donde aparece la oposición.

En primer lugar: Surge de la lectura simple que Nehemías no le da mucha importancia a lo dice o hace la oposición.

En segundo lugar: Nehemías pone de manifiesto que quién no quiere el bien de Jerusalén y su gente no puede ser considerado parte del pueblo de Dios; eso parece bastar para dejar sueltos los cabos que tira la oposición. Cuando él habla a su gente sólo les muestra los planes de Dios, esto basta para que quienes son realmente parte de Su pueblo se aglutinen y formen fuerza de trabajo. Los que no pertenecen entonces tienen oportunidad de aparecer en la vereda de enfrente. Digamos, es como una selección natural.

Ahora analicemos a fondo como maneja Nehemías este primer momento cuando aparece la oposición, seguramente este líder nos enseñará algunas cosas.

a) Dijimos que en primer lugar que Nehemías no le da mucha importancia a lo que dice o hace la oposición. Podemos decir también que no le da información a esta gente, tampoco trata de explicarles detalladamente la visión como hemos notado que lo hace con el resto del pueblo que sí desea reconstruir el muro y restaurar las puertas quemadas. Creo personalmente que la primera lección es que debemos analizar a la oposición y para ello debemos darle “lugar”, dejarle el espacio para que se explaye en su escarnio de burla o crítica y de esa manera ponerlos en evidencia para el resto. El desprecio es algo que a las personas comunes normalmente les duele, pero a los líderes los incentiva, los desafía y los motiva a confiar con más

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fuerzas en el Señor de la obra y no en la obra en sí. Los líderes entienden que cuando la oposición hace desprecio no lo están haciendo directamente a la persona del líder, sino que están despreciando a la investidura de autoridad delegada que Dios ya le ha dado al líder, de manera que no le duele el desprecio por él mismo, sino suele molestarle que sean tan torpes los que hacen oposición. De todos modos debes saber querido líder que la oposición ha existido y existirá hasta que el Señor venga a buscarnos. Si esto debe ser así entonces cuando aparezca la oposición debemos darle cancha para que se muestren, hagan escarnio, burlas y desprecios; pero no gastemos nosotros energías sino hasta el momento adecuado cuando les saltemos encima para aplastarlos como lo hace este portentoso líder del cual ya venimos aprendiendo varias cosas. Entonces la primera táctica es darles lugar para que muestren públicamente la incapacidad de manejar las cosas sobrenaturales y hacerlos trabajar un poco para que se cansen; siempre los opositores aparecen como una tromba que van a arrasar todo, luego, al poco tiempo su escasa energía ha sido desgastada y el líder sigue hacia delante dando pasos firmes, siempre con una sonrisa en la cara.

b) Notamos que en segundo lugar la oposición queda fuera del contexto del pueblo de Israel al hacer el líder una expresión pública respecto que ellos no tenían memoria, ni arte, ni parte, ni suerte dentro de los destinos de un pueblo que tiene por padre a Dios mismo. Nada mejor que esto prueba que Nehemías considera a la oposición como fuera del perímetro del pueblo de Dios. Nosotros debemos hacer la misma separación entre unos y otros si queremos estar de acuerdo al corazón del Señor. Jesús mismo dijo abiertamente que:

“El que no está a mi favor, está en contra mía; y el que conmigo no recoge, desparrama”. Mateo 12:30 Versión Dios Habla Hoy

¡Qué problemas traemos los líderes a la iglesia cuando no entendemos esto!. He visto infinidad de veces que los líderes se esfuerzan por incluir en el pueblo de Dios a los rebeldes y opositores. He visto enormes esfuerzos de los líderes para explicarles la visión y tratar de convencerlos o “conquistar” a opositores que solo quieren ver al pueblo de Dios caído, sin el muro (seguridad) y sin las puertas de la ciudad restauradas (libertad). En muchos casos los líderes no nos damos cuenta que las personas que se oponen a la obra que dirige el Señor son personas que están contra del Señor y que en vez de recoger con Él están desparramando. No hay términos medios en esto, o es blanco o es negro. No podemos errar. A veces he sido tildado de duro por parte de mis colegas en el ministerio porque no quiero ni hablar con los opositores; ellos no se merecen nuestro tiempo, ni nuestro esfuerzo, ni nuestras palabras, ni nuestra atención. Nehemías no gasta absolutamente nada en la oposición. Sus fuerzas son reservadas para el servicio del Señor y para servir al Señor este líder sirve a sus hermanos que necesitan ser nuevamente resguardados de los enemigos externos del pueblo de Israel a través de los muros, porque los enemigos internos ya están en evidencia. Con el pueblo de Dios Nehemías si gasta toda

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su fuerza y a ellos este líder se brinda absolutamente, pero la oposición queda en ayunas. No tengas miedo de considerar fuera del cuerpo de Cristo a los que se oponen. Los razonamientos humanos que he escuchado infinidad de veces son:

a) Estos hermanos son los que más diezman b) Son los más antiguos de la congregación c) Son los fundadores de esta iglesia d) Son familia numerosa y pueden irse todos e) Son del equipo de finanzas f) Son los músicos de la iglesia, etc.

Dicen los que no entienden estas cuestiones de reino: “No debemos ser tan duros con ellos, no podemos considerarlos fuera de la iglesia”. La voluntad y el corazón del Señor dice:

El que no está del lado mío está contra mí; y si no está recogiendo conmigo está desparramando.

Por lo tanto: ¿Cómo puedes considerar a los opositores?. No quiero hacer esto pero me veo obligado, ¿qué prefieres?: ¿Los buenos razonamientos humanos o la Voluntad y las Palabras del Señor?. Ya sabes como medir a la oposición cuando esta aparece. Nunca te guíes por los apellidos, los títulos, las caras, la historia personal, la billetera que porta, su cuenta bancaria, o el número de familiares de las personas que hacen oposición, discierne primero qué espíritu inspira a la oposición y así trátalos porque el Espíritu de Cristo nunca divide ni retrasa la obra de Dios (1 Corintios 1:12-13). Nehemías, en este segundo ítems, notamos que habla a la oposición de los planes y los propósitos de Dios. Pregunto: ¿Acaso esta gente entiende algo de la voluntad del Señor? ¿Le importa a esta gente opositora si es o no Dios quien está detrás de tantas evidencias en las manos de Nehemías?. Lo que creo es que Nehemías solo proclama el Señorío de Dios, y se reconoce el siervo de Dios que haría la obra de Dios como ardid profético contra personas que tienen visión de gallina y no de águila. Por otro lado ellos se están refiriendo a que el rey nunca avalaría la reconstrucción y han enfocado su estrategia de oposición sobre la “base legal” que suponen está sustentada suficientemente por sus débiles y pobres deducciones mentales. Así la oposición solo muestra una falta total de fe en Dios, ningún propósito que beneficie al pueblo, y ceguera total porque no puede ver lo que ya Nehemías tiene en sus manos. Siempre he encontrado esa particularidad en la oposición, ellos se oponen por lo que pasa por sus limitadas mentes sin analizar cómo se mueve Dios y se oponen solo por oponerse ya que no tienen caminos alternativos. Una pregunta fatal para los opositores es esta: ¿En cuenta de esto que estamos haciendo muéstrame qué cosas, cómo, con qué medios y qué objetivos tienes tu para realizar esta misma tarea?. Te sorprenderás grandemente al descubrir que no tienen planes, ni con qué, ni metas ni sentido para solucionar nada, solo tienen una bocona grande para

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hablar estupideces. Se oponen por oponerse. Ellos verdaderamente no pueden estar inspirados por el Espíritu Santo entonces no tengas miedo por la burla, las críticas ni las palabras de desprecio. Los buenos líderes ven con visión de águila, con vista panorámica o con vista aérea la tarea a realizar, nunca se estancan por los primeros opositores que hacen su aparición. La oposición descansa o duerme mientras los líderes ayunan, oran, planifican, organizan, trabajan y se esfuerzan en silencio durante meses, solo es necesario que la obra sea visible para que aparezcan opositores de todos los colores. Si Nehemías hubiera conocido la leyenda del Quijote y Sancho habría dicho: “Ladran... señal que cabalgamos”. Los que ladran son siempre los que no van a ninguna parte, los que cabalgan son los que tienen objetivos claros y precisos. Afortunadamente los que cabalgan siempre son más que los que ladran, siempre fue y será así. Nehemías se prepara para una tarea que incluye a cientos o miles de personas mientras tres ladran y ellos son Sambalat, Tobías y Gesen. Fíjate: ¿Qué sentido tendría que Nehemías tratara de convencer a tres opositores mientras todo el capitulo tres de su libro está lleno de nombres de personas y familias enteras que sí están del lado del Señor?

El tercer capítulo del libro de Nehemías dice: “Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel. Junto a ella edificaron los varones de Jericó, y luego edificó Zacur hijo de Imri. Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y cerrojos. Junto a ellos restauró Meremot hijo de Urías, hijo de Cos, y al lado de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc hijo de Baana. E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor. La puerta Vieja fue restaurada por Joiada hijo de Paseah y Mesulam hijo de Besodías; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y cerrojos. Junto a ellos restauró Melatías gabaonita, y Jadón merodotita, varones de Gabaón y de Mizpa, que estaban bajo el dominio del gobernador del otro lado del río. Junto a ellos restauró Uziel hijo de Harhaía, de los plateros; junto al cual restauró también Hananías, hijo de un perfumero. Así dejaron reparada a Jerusalén hasta el muro ancho. Junto a ellos restauró también Refaías hijo de Hur, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén. Asimismo restauró junto a ellos, y frente a su casa, Jedaías hijo de Harumaf; y junto a él restauró Hatús hijo de Hasabnías. Malquías hijo de Harim y Hasub hijo de Pahat-moab restauraron el otro tramo, y la torre de los Hornos. Junto a ellos restauró Salum hijo de Halohes, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén, él con sus hijas.

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La puerta del Valle la restauró Hanún con los moradores de Zanoa; ellos la reedificaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos, y mil codos del muro, hasta la puerta del Muladar. Reedificó la puerta del Muladar Malquías hjijo de Recab, gobernador de la provincia de Bet-haquerem; él la reedificó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y cerrojos. Salum hijo de Colhoze, gobernador de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé hacia el huerto del rey, y hasta las gradas que descienden de la ciudad de David. Después de él restauró Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de la mitad de la región de Bet-sur, hasta delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa de los Valientes. Tras él restauraron los levitas; Rehum hijo de Bani, y junto a él restauró Hasabías, gobernador de la mitad de la región de Keila, por su región. Después de él restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Hanadad, gobernador de la mitad de la región de Keila. Junto a él restauró Ezer hijo de Jesúa, gobernador de Mizpa, otro tramo frente a la subida de la armería de la esquina. Después de él Baruc hijo de Zabai con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote. Tras él restauró Meremot hijo de Urías hijo de Cos otro tramo, desde la entrada de la casa de Eliasib hasta el extremo de la casa de Eliasib. Después de él restauraron los sacerdotes, los varones de la llanura. Después de ellos restauraron Benjamín y Hasub, frente a su casa; y después de éstos restauró Azarías hijo de Maasías, hijo de Ananías, cerca de su casa. Después de él restauró Binúi hijo de Henadad otro tramo, desde la casa de Azarías hasta el ángulo entrante del muro, y hasta la esquina. Palal hijo de Uzai, enfrente de la esquina y la torre alta que sale de la casa del rey, que está en el patio de la cárcel. Después de él Pedaías hijo de Faros. Y los sirvientes del templo que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía. Después de ellos restauraron los tecoítas otro tramo, enfrente de la gran torre que sobresale, hasta el muro de Ofel. Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfrente de su casa. Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Samaías hijo de Sacanías, guarda de la puerta Oriental. Tras él, Hananías hijo de Selemías y Hanún hijo sexto de Salaf restauraron otro tramo. Después de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, enfrente de su cámara. Después de él restauró Malquías hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina. Y entre la sala de la esquina y la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes. Capítulo 3:1-32

De esta aburrida lectura de nombres raros sacamos en claro que había centenas y miles de personas organizadas por familias y espacios dispuestas a una tarea colosal, la reedificación del muro que rodeaba Jerusalén, mientras tres mosqueteros hacen

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oposición. Esto para nada es coincidencia con lo que nos pasa hoy en la iglesia. Siempre hay una mayoría que se aboca al trabajo mientras que un pequeño grupo, en comparación, hace la tarea de burlarse, desanimar y despreciar la obra de Dios.

El líder debe tener la capacidad casi innata de distinguir a quién va a destinar sus fuerzas, ganas y visión.

También hay que tener presente un segmento social que siempre aparenta formar parte de la visión pero que en la práctica no hace su aporte. Nehemías se enfrentó a la negativa de personas que cualquier líder hubiera esperado fueran los primeros en contribuir. Lea esto: “...pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor”.

4:5 ¿Quiénes son los grandes?. Podemos decir que los grandes son los que tienen

grandes disponibilidades de dinero, tiempo, gente, esfuerzo y dedicación. Los grandes también hoy escasamente forman parte de la extensión del reino de Dios. El Señor bendiga a aquellos ricos que son la excepción de esta regla bíblica, pero hay que reconocer públicamente que la obra de Dios nunca ha dependido del aporte en su totalidad de los grandes poseedores de dinero y recursos. La obra de Dios se ha realizado centímetro a centímetro, metro a metro por el esfuerzo de los pequeños grandes hombres de Dios. Y siempre se han contado centavos tras centavos, dólar tras dólar, de los muchos pequeños contribuyentes para la extensión del reino de Dios.

Querido líder, nunca pongas tus esperanzas en los grandes para realizar la obra del Señor, si ellos están presentes con muy buenos aportes nunca los desprecies sino bendícelos, pero nunca esperes que a la obra en la que Dios te ha puesto venga una sola persona y te dé todo los recursos que necesitas. Dios debe tener sus motivos para que esto no suceda, quizás si dependiera de una sola persona el aporte económico para un gran ministerio, la obra de Dios estaría en jaque cuando esa persona ya no ande conforme a Su corazón. Pero de todos modos es bueno en estos casos el consejo del apóstol Pablo a los líderes diciendo:

“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancias para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.” 1 Timoteo 6:17-19

Vamos al próximo capítulo, allí hay cosas muy interesantes para aprender.

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CAPITULO III EL LIDER DEBE SER UNA PERSONA DE TRABAJO

El trabajo no reemplaza o aleja la espiritualidad. Muy por el contrario, son inseparables aliados. La fe y el trabajo siempre van de la mano. Son paralelos. Son como los rieles de una vía de ferrocarril, por encima de ellos pasa el tren de la realización. La oración y el trabajo no se excluyen entre ambas. Al contrario, son las dos caras de una misma moneda. La espiritualidad no es antagónica a la fatiga del trabajo. La habilidad organizadora de Nehemías y su calma bajo la tensión habrían sido vanas y sus oraciones inútiles si no hubiera trabajado. En ningún momento estoy diciendo que la oración no mueve montañas. Pero la oración y el sudor de la frente son aliados maravillosos. Hacen progresar cualquier empresa. En el servicio a Dios no hay realizaciones que no cuesten trabajo. Así vemos ejemplos de líderes actuales, como los de siglos pasados, cuánto han trabajado para hacer progresar la obra del Señor. Confiaron que el Señor estaba con ellos y esto fue el combustible que los movió al trabajo. Por eso unieron espiritualidad y trabajo. Fe y trabajo. Oración y trabajo. Para el líder no solo es necesario ser espiritual sino también es necesario ser trabajador. Tener fe y no trabajar no hace la diferencia. Oración y acción son complementos imprescindibles para la realización de la obra del Señor.

Pablo, el apóstol de los gentiles, escribió: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”. 1 Corintios 15:10

Wesley, de quién tenemos un legado ejemplar de liderazgo, frecuentemente predicaba varias veces al día, viajando a caballos a pie, o en carruajes en Inglaterra.

Francisco Penzotti, el pionero del evangelio en varias repúblicas sudamericanas, cruzó los Andes varias veces a lomo de mula con Biblias y recorrió infatigablemente varios países de nuestra América de un extremo a otro.

Mi abuelo Marino Mancinelli, para plantar unas sesenta iglesias en el noroeste de Argentina ha trabajado incansablemente entre los años 1930-1979. Unas veces ha viajado a lomo de mula por varios días. En otras ha entrado en los montes impenetrables de la provincia de Santiago del Estero; como también trepó a mas de cinco mil metros de altura en el oeste de la provincia de Salta, en los valles Calchaquíes, plena cordillera de los Andes. En esas latitudes ha construido templos para centenares de personas mientras aún no se veía tanta población cercana; pero era admirable ver llegar al templo a personas que bajaban de los cerros con sus provisiones para pasar varios días en reuniones de milagros. Cuarenta y nueve años de ministerio apostólico fueron muy fructíferos no sólo por la oración, la fe y el poder espiritual, sino por el arduo, constante y denodado trabajo, llegando el mismo a límites increíbles.

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No voy a repetir tantas veces en este libro como es necesario, si digo otra vez que en el evangelio no hay magia, nuestro Dios no es mágico. Él solo se mueve por fe donde hay personas que han abandonado la pasividad y se entregan completamente al trabajo de Su obra. La frase más usada por mi abuelo era: “Ningún gran siervo del Señor ha muerto en su cama”. Él mismo murió en los cerros de la cordillera cuando se desbarrancó unos ochenta metros la camioneta en que viajaban.

Jesús no solo enseñó que: “...la noche viene cuando nadie puede trabajar” Juan 9:4

Él mismo cayó en un sueño tan profundo que ni una tormenta del mar de Galilea pudo despertarlo. Abatido por el viento y azotado por la lluvia, su cuerpo estaba empapado y yacía sobre un cojín en la popa de un pequeño barco. Sólo aquel que ha trabajado hasta el cansancio duerme así tan profundamente.

El trabajo nos hace semejantes a Dios mismo. Si quisiéramos encontrar en qué ocupa la eternidad Dios el Padre, deberíamos escuchar a Jesús decir:

“...Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” Juan 5:17 No hay otra forma de hacer algo que valga la pena.

“¿Has visto hombre solícito en su trabajo?. Delante de los reyes estará” Proverbios 22:29

Ciertamente aquello que los grandes hombres de Dios tienen en común es el hecho que han trabajado incansablemente.

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COMBINE TRABAJO Y ESPIRITUALIDAD

Ahora bien, algunos creyentes tienen cierta confusión en este aspecto. Dicen, por ejemplo: “Que los líderes cristianos debieran orar y estudiar más y trabajar menos”. Pero no me gusta cuando se dice de esa manera. ¿Son acaso la oración y la predica o enseñanza una forma de descanso?. El líder cristiano que no se fatiga en sus oraciones y ocupaciones dándose de lleno a ello, no hará mucho. Otros lo expresan de una forma más sutil. No lo dicen explícitamente, pero dan la impresión de que el trabajo es algo menos espiritual. Para ellos la espiritualidad y la fatiga no son aliados, sino rivales. La idea es más o menos como si los líderes que trabajan no hubiesen descubierto algún misterioso secreto espiritual. Por sí sola la actividad no es la medida de la efectividad. Y es cierto que el mundo cristiano está plagado de actividades inútiles. Hay cantidades de reuniones sin sentido, que solo sirven para que los santos no se aburran en sus casas. El trabajo del líder es actividad en el Señor. Si el Señor está construyendo la casa, entonces aquellos que construyen con Él no están trabajando en vano. Si transpiran, su transpiración está bien invertida.

“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará dios el sueño”. Salmos 127:1-2

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Pese a todo lo que se diga en sentido contrario, el trabajo no produce crisis nerviosas. Trabaja cuanto quieras, por el tiempo que quieras. Si tienes buena salud te hará muy poco daño. Especialmente si tu trabajo es en el Señor. La tensión es la que mata, no el trabajo. Lo que produce daño es la lucha desesperada por mantener apariencias frente a personas a quienes tenemos que ministrar con una careta puesta. Pararse frente a amigos cristianos o público creyente mostrando siempre una sonrisa espiritual para destilar espiritualidad, cuando se sabe todo el tiempo que el interior no concuerda con la imagen presentada. Esto si cansa. Es la preocupación, no el trabajo, lo que produce crisis nerviosas. El yugo de Cristo es fácil y ligera su carga:

“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”. Mateo 11:29-30

El yugo es sinónimo de trabajo y lo que Jesús nos propone es trabajar en paz interior, paz en nuestra alma, esa es la paz que Él da, que, por supuesto, compensa cualquier molestia que el trabajo produce.

Si descansaras más en tu trabajo, no necesitarías descansar tanto de tu trabajo en el Señor.

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TOMEMOS LECCIONES SOBRE EL TRABAJO

En primer lugar Nehemías no tenía una falsa dignidad de sí que lo previniera de trabajar. De la misma manera que el Señor Jesús se quitó su manto, se ciñó una toalla y se puso a lavar los pies de los discípulos, Nehemías se quitó el manto de la dignidad y puso manos a la obra. Debe haber sorprendido a los nobles. Ellos fieles a su rango y posición...

“...no se prestaron para ayudar a la obra del Señor” 3:5 El trabajo en sí era para los sirvientes, para la gente común, quizás aun para los

levitas, pero no para ellos. Nehemías no tuvo escrúpulos en este sentido. Asimismo inspiró a otros por medio de su trabajo. Esto es importante. El trabajo de reedificación nunca se habría comenzado si no hubiera sido por la inspiración que dio Nehemías por medio de la acción concreta. Algunos de nosotros necesitamos aprender este arte.

Tú a lo mejor te quejas porque los demás te cargan con todo el trabajo y dejan que lo hagas todo solo. A lo mejor la culpa es tuya. Tienes que aprender a contagiar las ganas de trabajar: ¡Deja que otros vean el brillo en tus ojos mientras trabajas!. No andes mostrando una figura de mártir quejumbroso, porque esa es la manera más segura de desalentar a otros. Llegó el momento inevitable en que el pueblo se hartó con el trabajo del muro. Era la basura lo que los desalentaba, así como nos desalienta hoy a todos. Cualquier actividad constructiva produce escombros, pero en el caso de Jerusalén hubo escombros

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aún antes de que comenzaran el programa de reconstrucción. Un día llegó el aviso a Nehemías:

“Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro”. 4:10

Si Nehemías hubiera abandonado en ese momento el trabajo el muro nunca se habría terminado. Pero aun enfrentado la fatiga continuó con el trabajo. El y sus siervos siguieron trabajando:

“...desde la salida del alba hasta que salían las estrellas”. 4:21 La verdad es que él nunca buscó eximirse del trabajo. El problema, a veces, es

que nos preocupamos demasiado en protegernos a nosotros mismos. En algún momento se nos aconsejó y con razón, que cuidemos bien de nuestra salud. Pero a veces la salud se nos vuelve como una enamorada caprichosa que nos trae y lleva a su gusto. La salud debe estar a nuestro servicio, y no nosotros al servicio de ella. No te alejes de tu trabajo para cuidar tu salud. Cuida más bien tu salud a fin de que puedas trabajar.

Con una actitud así Nehemías se dio todo al trabajo. Las crisis se apilaban una tras otra y el volumen de trabajo crecía hasta colmar cada hora del día. Nehemías escribió:

“No nos quitamos nuestro vestido...” 4:23 Parece que este líder todas las noches él y sus compañeros caían exhaustos en un profundo sueño, vestidos y con las armas en la mano.

Es que para Nehemías el trabajo era urgente. Es decir, era más urgente que su comodidad personal, ya que él era el gobernador. El trabajo no era más importante que Dios, pues el trabajo era para Dios y hecho en Dios. Por eso persistió cuando otros dudaban. Alrededor de cualquier empresa que prospera, surgen proyectos comerciales secundarios. Pareciera, por el capítulo 5 de Nehemías, que hubo gente que encontró la forma de hacerse de dinero aprovechándose de la situación y la construcción del muro. Pero la vigorosa dedicación de Nehemías a su tarea en el muro no disminuyó. Él manifiesta:

“También en la obra de este muro restauré mi parte, y no compramos heredad; y todos mis criados mis criados estaban juntos allí en la obra”

5:16 Para Nehemías nunca existió la posibilidad de hacer “negocios” personales

mientras y cuándo debía trabajar arduamente para su nación. Demás está decir, los... “...grandes que no se prestaron para ayudar en la obra del Señor” 3:5

Los grandes fueron, y aún son ahora, las personas que sacan provechos personales cuando los otros trabajan mientras los líderes no se sacan la ropa para dormir a causa del trabajo y la defensa de la obra del Señor. Realmente:

“...no hay nada nuevo debajo del sol.” Eclesiastés 1:9 Hoy la historia se repite inexorablemente, pero el genuino líder reacciona, y

reacciona violentamente con toda las fuerzas de su corazón. Ya observaremos cómo lo hace este líder ejemplar.

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¿CÓMO REACCIONAMOS NOSOTROS AL TRABAJO? ¿Te cuesta empezar un trabajo? ¿Eres a veces perezoso a pesar de tus mejores

ideas o resoluciones?. Probablemente ya hemos mencionado algunos de los problemas fundamentales. O quizás te encuentres agobiado por temores secretos de que demasiado trabajo podría hacerte mal. Tal vez tu problema es la falta de fe y ésta suele producir dos resultados:

1) Puede moverte a trabajar como un desesperado (para hacer todo aquello que Dios no está haciendo)

2) Puede paralizarte. En la desesperación te cruzas de brazos. El hijo más chico de una familia trabaja mejor cuando su papá lo hace con él. Tareas que le parecen imposibles cuando tiene que enfrentarlas solo, repentinamente se achican. Hay brillo en sus ojos y gran entusiasmo anima sus pequeñas manos cuando su padre está a su lado. ¿Crees que Dios está en el trabajo que estás haciendo?. Si no lo estás si debes preocuparte. Quizás sencillamente estás aburrido. Esto puede ser por la falta de fe o algo que produce lo mismo que la falta de fe: la falta de visión. ¿No tienes una meta bien definida?. ¿Andas a la deriva?. En ese caso ora por tu trabajo en la obra. Pide al Espíritu Santo que te dé una meta definida y específica para los próximos tres meses. Luego dirígete hacia esa meta. O quizás no te gusta el trabajo para el que has sido llamado. Te sientes incapaz de hacerlo a gusto. Podrías trabajar como esclavo en otra cosa dentro del ministerio, pero tu propio trabajo no tiene atractivo. Bueno, si este es el caso recuerda esto:

“Todo lo que te viniere a la mano hacer, hazlo según tus fuerzas”. Eclesiastés 9:10

Es asombroso cuánto placer nos produce cualquier tarea cuando la dominamos. Decide que tu tarea diaria ha de ser hecha en forma excelente y cambiarás un trabajo penoso en una ciencia y esa ciencia en un arte. Nada es más aburrido que el trabajo descuidado y sin interés. Estoy seguro que hubo cosas frente a las cuales Nehemías se estremecía. Entre otras, las enormes pilas de escombros que tenían que ser sacadas a medida que se construía el muro. Sin embargo, Nehemías no tomó por un atajo. Comenzó enfrentando a los escombros y planeando mentalmente como moverlos. No evadió los problemas ni los hizo a un lado. Tenía una meta en su mente y sabía que Dios estaba con él. Y así trabajó. A causa de su ejemplo inspirador, cientos de personas trabajaron con él. Por medio de un esfuerzo sobrehumano hicieron lo imposible. Sin palas mecánicas ni tractores, acosados por los enemigos y plagados de reveses, construyeron el muro de la ciudad en cincuenta y dos días.

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CAPITULO IV

EL LIDER ENFRENTA A LA OPOSICION “Cuando oyó Sambalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará. Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban. Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. Pero aconteció que oyendo Sambalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche. Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se ha debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro. Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra. Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre nosotros. Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con espadas, con sus lanzas y sus arcos. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. Y cuando oyeron nuestros enemigos que o habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea. Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de la casa de Judá. Los que edificaban el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificábamos Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas.

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También dijo entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén; y de noche sirvan de centinela y de día en la obra. Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse”. Capítulo 4:1-23

En este punto Nehemías no solo enfrenta amenazas directas sino que los enemigos ya están dispuestos a un enfrentamiento armado. Los enemigos del pueblo de Dios cuando oyen que hay planes de trabajos se levantan en oposición, pero nada hace reaccionar peor a estos que el pueblo comience a trabajar en la tarea que Dios quiere.

Sambalat “se enojó y se enfureció en gran manera” entonces fue y hablo con el ejército de Samaria. Sabía que él solo no podría hacer nada contra la determinación de todo un pueblo. Sambalat, este malvado hombre, no esperó a que le salgan úlceras en el estómago por el enojo sino que buscó aliados y qué mejor que un ejército. Luego, sacó cuentas que era mejor seguir juntando fuerzas armadas “invisibles” contra el pueblo judío y habló con...

“...los árabes, los amonitas y los de Asdod y ...se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño”.

4:7-8 Aquí parece, fuera de toda risa, que hubo una buena transferencia de espíritus y

que no sólo había personas opositoras a Nehemías y sus planes de reedificación, sino que fuerzas espirituales y terrenales empezaron a unirse contra el pueblo del Señor.

Así ocurre siempre, alguien tiene que empezar por el pecado de ira para abrir el campo espiritual al maligno. Pocos cristianos se dan cuenta que cuando ellos no entienden la obra de Dios y se oponen hasta el punto de la cólera, lo único que lograron fue abrir el campo espiritual por el pecado para que el diablo mande a sus demonios a trabajar tranquilamente. Creo que muchos cristianos de años de asistir al templo todavía tienen la ocupación de Sambalat, no entienden la obra del Señor, no pueden discernirla, por lo tanto no pueden aceptarla y se oponen hasta el punto del pecado; de ahí en más no solo se sumarán personas a la oposición sino también habrá conspiración de fuerzas espirituales. Por eso es que los líderes debemos aprender a enfrentarnos a la oposición y batallar como lo hizo Nehemías.

Tobías suma en la oposición la parte jocosa y burlándose dice: “Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará”. 4:3

Todos los opositores deben haberse reído a carcajadas y los comentarios de esta sorna no necesitan estar escritos en el libro de Nehemías para que podamos leerlos entre líneas.

Pero me da mucho gusto ver al líder cuando entra en acción para enfrentar la oposición. Me parece ver a Nehemías observando la forma en que juntaban fuerzas sus enemigos y tengo la impresión que espera hasta el punto de la burla, la risa de sus opositores, que muestra a estos hombres como malos guerreros porque subestiman al adversario.

Nada es peor que perder en una guerra por subestimar al enemigo. Eso nos pasó a los argentinos cuando nos enfrentamos a los ingleses en las islas Malvinas en el año

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1982. Esa derrota fue muy amarga. Igual que la de los Estados Unidos de Norteamérica contra los Vietnamitas.

Perder por subestimar al enemigo trae dolor muy profundo y no cicatriza rápido. La risa es producto del exceso de confianza en los enemigos de Nehemías y él entiende que ese el momento de la acción. Enumeremos entonces los puntos sobresalientes de cómo hace el líder para enfrentarse a la oposición: NEHEMÍAS ORA DE MANERA ESPECIAL: Los líderes tienen potestad para orar por el pueblo en función sacerdotal, pero también tiene poder para orar por los opositores con efectos letales. Las palabras de este líder en la versión de la Biblia Dios Habla Hoy dicen:

“Dios nuestro: escucha cómo se burlan de nosotros. Haz que sus ofensas (baldón) se vuelvan contra ellos, y que caigan en poder del enemigo y sean llevados cautivos a otro país. No les perdone su maldad, ni borres de tu presencia su pecado, pues han insultado a los que están reconstruyendo la muralla”. 4:4-5 Se me ocurre que Dios le contesta a Nehemías: “Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”. Romanos 12:19

¿Qué es lo que hace el líder con esta oración?. Está reteniendo los pecados sobre las cabezas de sus opositores. Creo que Nehemías sabía algunas cosas sobre autoridad espiritual que nosotros debemos aprender y aplicar hoy mismo en el lugar donde ministramos. Estamos tan acostumbrados a orar para bendecir y liberar, sanar y desatar, etc. que a menudo nos olvidamos como líderes del pueblo de Dios, con autoridad delegada por el mismo Señor, que se nos ha dado la facultad de atar y retener los pecados de las personas sobre ellos cuando fuera necesario. Esto no es ni grave ni malo, solo puede parecernos rara esta actividad como líderes, pero encontramos en la Biblia numerosos casos en donde los pecados de las personas son retenidos sobre ellos y los efectos son tan reales como cuando son liberados, sanados o bendecidos. Recuerda estas palabras de Jesús:

“Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos”.

Juan 20:21-23 En la versión Dios Habla Hoy dice más claramente:

“A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.

Orar para retener los pecados de los opositores sobre sus cabezas es la forma de orar de un líder cuando se enfrenta a la oposición y quiere realizar la obra de Dios urgente.

Ahora quiero incluir algo que a mí me ha traído mucha luz: El ungido apóstol y autor de muchos libros Watchman Nee asegura:

“Es tanto pecado oponerse a la autoridad como no hacer uso de ella”.

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Sus propios prejuicios y fortalezas mentales han sido las barreras infranqueables que los líderes no han podido sortear en contra de los opositores. Tenemos más cuidado en este tiempo del “qué dirán los otros” a qué dice Jesús del asunto.

En la realidad, si no fuera por nuestras propias limitaciones los líderes que servimos de corazón al Señor nunca llegaríamos a tener verdaderos enemigos, veamos:

Los opositores quedarían encerrados en sus propias maquinaciones y pecados El diablo al ser resistido huye Santiago 4:7

Los demonios y toda fuerza de maldad están debajo de la planta de nuestros pies Efesios 1:11-23

¿QUÉ NOS DETIENE ENTONCES?: NOS DETIENEN NUESTROS PROPIOS PENSAMIENTOS QUE ARGUMENTAN EN COTRA DE LA PALABRA DE DIOS.

COMPLEJOS DE INFERIORIDAD, MIEDOS Y PREJUICIOS TONTOS.

Quiero mostrarte algunos ejemplos bíblicos de cómo algunas personas quedaron pegados a sus mismos pecados por la palabra de los líderes.

Pedro ante Ananías y Safira retiene el pecado de mentira sobre ellos (lee todo el contexto de Hechos 5:1-11).

Esteban es un ejemplo de cómo se puede remitir o quitar los pecados de las personas, mientras lo apedreaban se puso de rodillas y clamó a gran voz: “Señor, no les tome en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió”.

Hechos 7:60

Simón, el que ofreció dinero para tener el mismo poder que los apóstoles, recibió la respuesta de Pedro reteniéndole su pecado de falta de rectitud. “Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios” Hechos 8:20-21

Pablo descubrió que Elímas, el mago, trataba de apartar de la fe al procónsul Sergio Paulo y no dudó en retener el pecado sobre este hombre. “...lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?. Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano”. Hechos 13:9-11 Nehemías usa este principio de autoridad espiritual para tratar con los opositores,

pero cabe señalar el detalle que él aplica este principio cuando sus enemigos apenas se han reído y menospreciado a los constructores de la muralla. Nehemías no ha esperado a que usen armas o se acerquen a pelear, ni que comience un combate armado sostenido, este líder ha respondido de forma letal para sus oponentes en el campo espiritual solo

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porque menospreciaron y se rieron de los trabajadores de la obra. Si queremos agrandar la cosa diríamos que la respuesta de Nehemías a los que se burlan es desproporcionada, la comparación sería como responder con un misil solo cuando hemos escuchado un disparo de escopeta, pero esto caracteriza a los mejores líderes y los que son guiados bajo un liderazgo semejante saben perfectamente que tienen a alguien que realmente los cuida y los quiere.

¿Cómo pretenderemos que las personas nos sigan en nuestro ministerio si nosotros dejamos que los opositores puedan herirlos?. Los habitantes de Jerusalén tuvieron una prueba irrefutable hasta donde el líder de la reconstrucción podía defenderlos apenas si alguien osaba solamente reírse de los constructores. Ni que hablar de que alguien sufriera daño, ya veremos a un líder sumamente enojado porque su pueblo está sufriendo la opresión del pecado de injusticia.

Ser líder no es tener un cargo, ES CUMPLIR UNA FUNCIÓN y si tú como líder no apareces para defender a las personas que están contigo, entonces no eres líder. Los líderes entregan todo al servicio de los demás aún si tienen que exponer sus vidas.

Pero miremos ahora a Nehemías orando para retener los pecados sobre las cabezas de los opositores, ¿Qué pensarían sus seguidores? ¿Alguien tendría ánimo para decir: “esperemos un poco a ver si se calman los enemigos”?. No, nadie puede detenerse cuando el líder siempre camina hacia adelante. Entonces nadie tiene ánimo de sentarse a “esperar”. Nadie quiere perderse parte de la victoria que ya estaba mano. Por eso Nehemías puede escribir en su libro:

“Edificamos, pues, el muro y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar”. 4:6

Descubrimos entonces que: La mejor manera de animar a nuestra gente es defenderla como corresponde, orando como se debe por nuestros opositores, porque eso redunda en buen ánimo para los que realizan la tarea a la que estamos abocados.

No temas orar reteniendo el pecado de los persistentes opositores a la obra de Dios. Pedro al hacerlo con Ananías y Zafira logró que cayera el temor de Dios sobre todas las personas que oyeron lo que había acontecido. Pablo al hacerlo con Elímas logró afirmar en la fe de Jesucristo a un hombre de gobierno del imperio romano, Sergio Paulo.

No temas hacer uso de la autoridad que tienes, recuerda que se te pedirá cuenta si no lo haces. Dios te puso en la función de líder y te ha dado Su Espíritu para que puedas enfrentarte valientemente a la oposición.

NEHEMÍAS PONE GUARDAS: Nehemías parece saber lo que el apóstol Pablo explica en Efesios 6 acerca de la guerra espiritual cuando pone guardas de manera defensiva y preventiva contra los ataques del enemigo. Este principio bíblico de defender y prevenir es también explicado por Jesús en los evangelios. Fíjate en tu lugar de trabajo como líder dónde debes poner guardas, es un paso importante en el cumplimiento de tu deber. Los guardas de Nehemías son puestos luego de la oración. No hay tal cosa como la oración sola. La oración es la llave que abre la puerta para entrar en el campo espiritual, pero la acción es la toma de posesión en la guerra.

Nehemías no espera a los enemigos desorganizadamente, él ora y pone los guardas. La oración es lo primero pero la acción es lo pone en ejercicio la fe. ¡Que fe la de Nehemías!. Pone de guardas seguramente a personas que más sabían de recetas de

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cocina que de guerra. Del otro lado estaban los del ejército de Samaria, los árabes, los amonitas y los de Asdod quienes se caracterizaban por ser pueblos guerreros y crueles. Sin embargo, Nehemías fuera de toda lógica pone guardas en los lugares bajos de la muralla.

Si esto no te habla acerca de cómo trabajar en tu ministerio es posible que no entiendas que se necesita poner guardas mucho antes de organizar ataques. Muchas veces solemos salir al campo abierto de la guerra nombrando principados y potestades de la ciudad, arremetiendo contra los demonios y la obra de maldad cuando todavía no tenemos los guardas de oración, los que cargan armas espirituales en las partes bajas de nuestra obra. Debemos entender que nuestra obra necesita guardas en las partes bajas. Identifiquemos pues cuáles son las partes bajas de nuestra muralla y pongamos los guardas.

Recordemos que la guerra espiritual es un 90% defensiva y un 10% ofensiva debido a que Cristo ganó la guerra total, así es el contexto de Efesios 6. Léelo tantas veces como te sea necesario hasta que puedas verlo claramente. Jesús mismo declaraba que debemos velar, ayunar y orar...

“para que no entremos en tentación” Marcos 14:38 Esto es semejante a poner guardas en la parte baja del muro de nuestra edificación

espiritual personal. Muchos empiezan a orar y ayunar cuando ya se encuentra en el tobogán de caída a un pozo. Declaran: “Me siento muy mal, voy a comenzar a ayunar y orar”. Líder, el momento de ayunar y orar es cuando te sientes pleno, gozoso, fortalecido; o justo antes de entrar al fragor de la guerra.

La labor del liderazgo es primeramente preventiva, luego defensiva. Hay más de tres mil promesas en la Biblia que son nuestras, es muy poco lo que tenemos que realmente ganar, todo ya está ganado por Jesucristo, solo debemos retenerlo, defenderlo y apropiárnoslo definitivamente.

Hasta aquí hablamos del campo espiritual y afirmamos que es necesario buscar a esas personas de confianza para que sean los guardas, los escuderos en la obra de Dios. En este trabajo del líder debe ser selectivo. Con esto no estoy aludiendo ni a la discriminación ni la acepción de personas; para formar tu ejercito vas a necesitar hacer lo que hizo el líder David con sus valientes guerreros (2 Samuel 23:8-38) o Gedeón con sus hombres armados (Jueces 7:1-24). Estos guardas deben darte pruebas irrefutables que están dispuestos a exponer sus propias vidas por defender la visión que tú llevas.

David tuvo que tirar el agua que le trajeron para beber en ofrenda a Dios porque sus hombres la habían sacado de un pozo donde estaban los filisteos, estos valientes eran capaces de arriesgar sus vidas por un sorbo de agua para su líder. Encuentra a esos guardas en tu trabajo y ponlos en función, con eso no haces discriminación ni acepción de personas, solo estás formando un ejercito de voluntarios que serán capaces de defender la visión del reino de Dios a costa de lo que sea.

Delegar tareas es la tarea más noble de los líderes. Se acabaron los “hombres orquestas” en el evangelio. Hasta hace un tiempo atrás se pensaba muy erróneamente que el líder debía tocar el bombo, llevar el santo, hacer la misa y tocar las campanas, todo al mismo tiempo. Así no funciona la iglesia de Jesucristo sino como un cuerpo (1 Corintios 12). Debes delegar tareas a los guardas, y no solo eso, deberás prepararlos para la batalla.

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NEHEMÍAS HACE UN RECUENTO DE ARMAS: “Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos”. 4:13 “Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad se mantenía armada con lanzas, escudos, arcos y corazas. Y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá”.

4:16 versión Dios Habla Dios “Así pues, mientras trabajábamos en la obra desde la subida del alba hasta que salían las estrellas, la mitad de ellos montaba guardia con la lanza en la mano”. 4:21 versión Dios Habla Hoy

Parece sencillo pero en la práctica cuesta un poco. Debes descubrir en las personas qué armas cargan (identificando las armas con los dones y ministerios). Si alguien tiene el don de la enseñanza no hay que ponerlo en el equipo de finanzas, es evidente. Si alguien carga fuerzas para ministrar que no haga pozos. Hay que tener sentido común en el liderazgo. Aunque se ha dicho que el sentido común no es el más común de los sentidos. Estas cosas que parecen tan obvias en cuanto a las funciones en que deben estar las personas, no están presentes porque el líder no hace un recuento de armas cada tanto.

Fíjate bien que primero sean de total confianza para ti. Alguien que carga armas puede ser auto destructivo para los valientes del ejército si tiene espíritu de rebeldía. No temas separar y alejar a los rebeldes pues ellos están asociados al diablo, tienen su mismo espíritu. Satanás fue y es el primer rebelde. Tampoco aceptes en tu ejercito a mercenarios: gente que pelea si es pagada; alista en las filas del ejército sólo a personas que tengan puesta la camiseta de Jesucristo. Hay personas que solo desean sumarse en nuestra tarea a cambio de reconocimientos, puestos, cargos, nombramientos y otros sofisticados sistemas de canje de servicios y contraprestaciones; pero ese fue el hecho causante que el ángel más bello en el trono del Altísimo fuera destituido porque realizaba “contrataciones” y la versión Dios Habla Hoy de la Biblia dice:

“Tantos pecados cometiste y tanto te corrompiste con tu comercio, que llegaste a profanar tus templos”. Ezequiel 28:18

Así que ya sabes quién inspira a los mercenarios que aparecen para sumarse a tu ministerio. Ellos no deben tocar nada que pertenezca al reino de Dios.

Los valientes voluntarios del ejército del Señor tienen una sola corona y un solo pago, el que Cristo les dará en Su misma presencia, no hay otros anteriores ni mejores que este. Recuerda lo que dijo un valiente soldado del ejército del Señor:

“He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel. Ahora me espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y no me la dará solamente a mí, sino también a todos los que con amor esperan que él vuelva”.

2 Timoteo 4:7-8 Versión Dios Habla Hoy.

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NEHEMÍAS DISTRIBUYE EN PUNTOS ESTRATÉGICOS A LOS NOVATOS GUERREROS:

“...por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos,...” 4:13

Esos son nuestros lugares vulnerables. Esos lugares son aprovechados por el enemigo si no ponemos gente dispuesta a luchar. La prevención y la defensa parecen ser la primera estrategia de este líder de la reconstrucción.

Lo que puede parecer un punto vulnerable en la obra que estamos ahora debe captar nuestra atención y debemos distribuir a nuestra gente en esos lugares. Pero lo que más llama la atención de esta estrategia es que pone al pueblo mismo y asociados por familias. Pensemos un poco en el riesgo de esta decisión. ¿Cuánto sabían ellos de hacer guerra?. Podían estar animadas estas familias a reconstruir el muro, cosa que ya era onerosa por el esfuerzo económico y el desgaste físico, pero: ¿Por qué encargarles también la tarea de luchar desigualmente con un ejército enemigo?.

Hay una única razón: Nehemías sabía perfectamente que fue Dios quién lo metió en esta tarea estando todavía en la corte del rey Artajerjes; fue Dios quién proveyó todos los elementos necesarios para hacer esta obra y era Dios quién respaldaba a estos novatos y neófitos guerreros a quiénes también les daba una victoria contundente sobre los enemigos. Esta decisión por parte del líder está basada en el conocimiento de un Dios de propósitos claros y la acción de distribuir a la gente en los lugares vulnerables es la demostración de una fe y confianza en el Señor digna de imitarse actualmente.

Nehemías no confía en la fuerza humana, sino pone su confianza en la fuerza divina. Nehemías no confía en los cálculos estratégicos, sino que pone su confianza en los propósitos y la Voluntad del Señor para hacer la obra. Por lo tanto el líder ha renunciado a la razón y la lógica solo para caminar sobre la fe. Nehemías no se confía en lo natural sino se entusiasma con lo sobrenatural. No hay otra forma de tomar semejantes decisiones frente a tan desiguales enemigos.

No hay otra forma de hacer la obra de Dios querido líder. Si la obra de Dios puede ser hecha por cualquiera con suficiente dinero, recursos,

fuerzas armadas y poderío político no estaríamos hablando que es la obra de Dios, sino la de los hombres. Por este solo sentido es que Dios exige, requiere y reclama toda la Gloria para Él. Las capacidades humanas y todo lo que el hombre posee deben quedar a Su servicio para dar lugar a la acción sobrenatural de Dios. Dios no premia las capacidades humanas sino la fe puesta en Él. Por eso Nehemías no aparece en la Biblia como un gran estratega militar sino como un siervo de Dios. NEHEMÍAS LES DA LAS RAZONES POR LAS CUALES DEBEN PELEAR:

“Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.” 4:14 ESTA ES LA FORMA MÁS EFICAZ QUE CONOZCA DE CÓMO EL LÍDER DEBE INCENTIVAR A OTROS

El líder observa cuándo es el momento de alentar y persuadir a sus seguidores a una tarea humanamente arriesgada, pero victoriosa en la fe y el poder de Dios. Ya todos

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tienen es sus manos las armas, están ubicados en los lugares correctos, entonces allí necesitan buenos motivos y objetivos por los cuales luchar. Aparece entonces Nehemías haciendo gala de un ejemplar liderazgo. Él les provee de esas razones y sentidos por los cuales ellos deben pelear. Pero es inevitable aquí ver a un hombre, líder, que conoce muy bien quién es su Señor pues eso es lo que comunica primero.

Para Nehemías su Señor es “grande y temible”. Esa es su experiencia de vida. Allí está fundamentado todo su accionar, tanto que esta sola frase podría resumir todo el libro de Nehemías ya que él solo se mueve porque Dios lo mueve de manera grande y temible.

La primera razón entonces que ellos tienen es que deben pelear porque están en el ejército del Señor y pertenecen al equipo ganador. Dios tiene el control, ellos solo deben hacer su parte. ¡Esto es maravilloso!. Nadie puede dar lo que no tiene. Nehemías tiene un pleno y acabado conocimiento de quién es Su Señor y eso es lo que primero dice a su gente. Ya dijimos en el capitulo anterior que muchos líderes seculares se frustran en la obra de Dios y este es el mayor inconveniente que tienen, no conocen Quién es su Señor. Nehemías aprueba el primer requisito de un líder del reino de Dios, conoce perfectamente quién es su Señor, y aunque esto te parezca exagerado es el punto que marca las diferencias entre uno y otro líder en la obra de Cristo hasta el día de hoy.

Dios no ha planeado darnos Su Espíritu por medida (Juan 3:34), de manera que a la “medida” la ponemos nosotros. La medida del conocimiento de Dios es la medida de nuestro ministerio. No puedes dar lo que no tienes. Así como el cojo recibió lo que Pedro tenía y se levantó sobre sus pies (Hechos 3:1-10) así tu ministerio recibirá lo que tu tienes ya de Dios. Ahora has una prueba, mide tu ministerio y sabrás cuánto conoces del Señor. Es directamente proporcional. Para aquí la lectura y hazlo.

“Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba”. Romanos 14:22 revisión Reina-Valera1995.

Quizás descubriste que no te gusta la medida de tu ministerio actual que hasta hace poco aprobabas como buena. Entonces vuelve a Dios y conócelo más, eso mismo se reflejará directamente en la obra que lideras. Ya sabes que eso es directamente proporcional.

En segundo lugar Nehemías vuelve a ser duramente realista y exhibe a sus hermanos sus hijos y sus hijas, sus mujeres y sus propias casas. Si ellos no defendían y peleaban por lo que Dios les había dado ya, tampoco iban a recibir mayores bendiciones del Señor. Si ellos no lo hacían nadie iba a hacerlo por ellos. Esta es una ley inalterable del reino de Dios. Él te prueba sobre lo poco para que sepas tu mismo cuán fiel eres. Si sobre poco eres fiel sobre mucho te pondré dice el Señor (Mateo 25:23). Si esta gente no aprendía a ser fiel a lo que Dios le había dado ya con sus hijos e hijas, sus esposas y sus propias casas, entonces anhelaban en vano ser nuevamente un pueblo libre, un pueblo protegido de los enemigos externos, un pueblo con dignidad. Después de estas palabras del líder los habitantes de Jerusalén supieron perfectamente que nadie iba a venir a cuidar lo que era de ellos. Ellos debían ser sus defensores, sus guerreros, sus edificadores, sus acarreadores, sus guardas y los que enfrentaran esta situación límite como un desafío nacional.

Mientras... Judá decía: “Las fuerzas de los acarreadores se ha debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro”. 4:10

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Nehemías decía: “- No temáis delante de ellos; ...y pelead...” 4:14

Poner los motivos correctos delante de las personas hace que ellos se muevan sin medir consecuencias. No solo se necesitaba gente con mucho valor, sino gente arriesgada y Nehemías como buen líder estrujó de ellos el mayor potencial imaginado. Nadie podía dar crédito a que sucediera cosa tal unos meses o días antes. Sin embargo, ahí estaban frente al muro derribado y los enemigos armados poniendo todo de sí. Este esfuerzo titánico en la doble tarea se ilustra completamente en los versículos que cuentan lo siguiente:

“Los que edificaban el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban;...” 4:17-18

Saber de todo corazón que el Señor es grande y temible, y que Él nos ha mandado a defender lo que nos dio, realiza maravillas en la obra. Hasta el día de hoy no hay mejores motivos que estos para hacer la tarea que corresponde: ya sea reedificar Jerusalén con su muro, edificar una iglesia (no hablo de edificar un templo), mantener una familia, realizar el trabajo de las células y/o las barcas, las finanzas de la iglesia, el diaconado, la enseñanza y/o cualquier otra tarea que tengamos el privilegio de liderar. NEHEMÍAS PONE JUNTO A ÉL AL TROMPETERO:

Nunca te olvides de este detalle: Fíjate quién es el más bocón, el que más habla, el que tiene la voz de “bocina” o “corneta”, como decimos en Argentina, y pégatelo a tu lado. Si esta persona está lejos de tu control y de tus señales puede causarte serios disturbios, entonces ya no estarás ocupado en edificar la obra sino es solucionar los problemas que arma el trompetero.

Lamentablemente he visto cómo por falta de este risueño detalle muchos ministerios han quedado en tamaño bonsái. Parecen y tienen todo lo que tienen los grandes ministerios pero todo está todo en miniatura y no se desarrollan porque el líder debe solucionar problemas todo el tiempo, en vez de estar liderando el crecimiento.

Quizás sea exagerado decir que a veces la mayor parte de la tarea pastoral parece similar a la de un bombero que pasa todo el tiempo tratando de apagar incendios, en vez de pastorear y guiar al rebaño correctamente. En Nehemías encontramos una posición distinta en el liderazgo.

Nehemías nos propone usar el potencial de los trompeteros para la obra, no nos sugiere acallarlos o silenciarlos. La idea es que la actividad del trompetero esté dentro del trabajo que ya realizas.

Aquí Nehemías muestra cómo se vale de un medio de comunicación primario, pero medio al fin. En la actualidad puede llamarse también “trompeteros” a las revistas, periódicos, radio, televisión, etc. pero siempre cuídate de tenerlos cerca. Releamos el texto:

“... y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí. Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros. En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.” 4:19-20

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El trompetero pasa de ser un problema latente a servir como una pieza importante en la obra que lidera Nehemías. El trompetero entrará en acción sólo cuando Nehemías lo decida, cuando lo necesite, cuando sea conveniente y necesario. ¡Que genial es Nehemías como líder!. Lo mejor de todo es que esta historia registrada hace más dos mil quinientos treinta años, aproximadamente, nos sirve hoy mismo porque aplica principios del liderazgo que son atemporales. Sirvieron a Nehemías en su liderazgo y sin ninguna duda nos servirán a nosotros.

Notamos también la seguridad de Nehemías al afirmar que cuando ellos se junten en fuerza, unidad y cantidad a través del medio de comunicación, los reunirá en el lugar indicado para pelear, Dios entrará en escena para pelear por su pueblo. No es coincidencia que la unidad del pueblo de Dios en la guerra espiritual sea el arma que produce en Él una fortaleza inexpugnable. Jesús lo explicaba con sus palabras:

“Todo país dividido en bandos enemigos, se destruye a sí mismo y todas sus casas se derrumban una sobre otra”.

Lucas 11:17 versión Dios Habla Hoy ¿Cómo haces para mantener la unidad en la diversidad de tareas de tu ministerio?

Usa a los trompeteros, usa los medios de comunicación. No tienes opción, debes mantener la unidad porque en cuanto se dividan en bandos los del pueblo de Dios puedes dar por perdido todo.

Mientras mantengas la unidad puedes contar con la presencia del Señor... “....y nuestro Dios peleará por nosotros.”.

NEHEMÍAS HACE GUERRA DEFENSIVA CON PAUTAS CLARAS:

...que nadie salga de Jerusalén. Este es un principio bíblico que cuando es descuidado por los líderes cobra muchas víctimas el pueblo de Dios. La fundación Evangelismo de Cosecha, que tanta bendición ha traído a las naciones a través de hombres como Edgardo Silvoso y otros varones y mujeres ungidos de Dios, dan a llamar a este principio “el perímetro del reino”. Busca ese material, es imperdible.

LA PREMISA ES: DENTRO DEL REINO TODO, FUERA DEL REINO NADA

Esto incluye el hecho de total obediencia a la voz cantante del líder, quién determina cuándo es necesario abrir ese perímetro y extenderse; pero para mantener la seguridad y la unidad de la fuerza espiritual hay que mantener cerrado el perímetro. Para Nehemías el perímetro era el muro y ordenó que nadie saliera de ese perímetro porque hacerlo sería suicida. ¿Cuánto duraría una persona fuera de Jerusalén? El ejército de Samaria, los árabes, los de Asdod y compañía esperaban con muchas ansias a que alguien desobedeciera esa orden porque en ese momento ellos hacían un festín.

Lamentablemente he visto en la práctica del liderazgo que algunos se atrevieron a pasar ese perímetro, pero no pudieron volver para contar lo que ocurre afuera.

Delimita el perímetro de tu obra y ordena que nadie salga hasta que tú lo ordenes. Es necesario que lo hagas, es parte de la función de líder hacer saber hasta donde llega el perímetro establecido de tu liderazgo, como una pauta clara de prevención y defensa.

Personalmente no recibo más a los que trasponen esos límites si es que quedan vivos, sencillamente porque son personas temerarias y desobedientes que ponen en

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riesgo innecesario sus vidas y la de los demás. Si son capaces de salirse una vez lo harán dos y tres y luego cientos de veces; entonces será como si nunca hubiera establecido un perímetro.

Si aceptas esa actitud de desobediencia en tu gente terminaras cobrando peaje en tu muro.

Esta orden es sencilla y clara, además tiene una aplicación práctica porque dentro del muro la gente tiene ardua tarea. Nehemías dice a su gente:

“- Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén; de noche sirvan de centinelas, y de día trabajen en la obra”. 4:22

¿Es tan difícil cumplir esta orden?. No, en absoluto. ¿Es acaso absurda la idea? Tampoco. Entonces da esa orden en tu ministerio cuánto antes.

NEHEMÍAS NO SE DESVISTE PARA DORMIR;

HAY ALERTA ROJO TODO EL TIEMPO: Notamos al final de todo este análisis cómo el auténtico líder no es una persona

que todo el tiempo emite órdenes desde un escritorio. Si Nehemías hubiera usado teléfono seguramente no habría sido uno de línea sino

uno celular porque a él le gustaba andar con la gente y hacer el trabajo junto con ellos. Si hubiera tenido computadora habría usado una portátil porque no pasaría el tiempo encerrado en su oficina. Se me ocurre que este hombre, de tener una secretaria, habría sido una especie de secretaria ambulante cargando una valija de papeles, notas de la organización, distribución de las distintas y exigidas tareas, para un pueblo que había conocido la opresión del enemigo como pocos.

Es vital para el liderazgo que la gente observe qué hace su líder. Y no es tanto lo que influyen las palabras del líder como su actitud y conducta. Imagínate a un líder que da una orden y luego él mismo la desobedece. Tú preguntarás: ¿Pero eso puede pasar?. Sí estimado lector. A los líderes se les pueden escapar cosas tan importantes como esas. El líder está en una vidriera constantemente y es observado por sus seguidores al punto que cuando ha dado una premisa y luego el mismo la rompe, entonces ha roto el equilibrio de su liderazgo y tarde o temprano se desplomará. No existe en el liderazgo privaciones para unos y excepciones para otros, incluido el mismo líder. El líder debe renunciar al yo puedo y ustedes no. ¿Cómo te sentirías si tu más influyente líder rompiera las reglas y pautas que él mismo exige para ti?.

LA CONDUCTA COHERENTE ES LA BASE DEL LIDERAZGO Ninguna palabra reemplazará la fuerza de los hechos del líder. Figúrate a

Nehemías tomando sol en una playa cercana y ordenándole a su gente que no se saque la ropa porque hay que estar preparados para luchar en cualquier momento. ¡Que ridículo haría ese líder!. La Biblia dice:

“...los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban. Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas. ...Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía,

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nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse”. 4:21,23

De la manera que está expresada esta idea en las Escrituras, da la impresión que Nehemías no imparte la orden de no desvestirse por espacio de tantos días. No sería raro que Nehemías no se haya quitado la ropa la primera noche para dormir y nadie lo habría notado; la siguiente noche tampoco se sacó la ropa y algunos ya se dieron cuenta. En la tercera noche habría unos cuantos que ya imitaban al líder y para cuando llegó la primera semana la voz corría por todos lados:

“Nadie se saque las ropas para dormir, solo háganlo para bañarse, es necesario estar preparados, nuestro líder Nehemías así lo hace”.

Un líder completo no solo da pautas claras y las cumple sino que cuando quiere ir más allá muestra ejemplos personales irrefutables de cómo deben hacerse las cosas. Esto es totalmente contrario a la idea de ser líder sentado en una mullida silla detrás de un escritorio lleno de papeles. Nehemías es un líder de campo. Como Josué fue un líder de campo. Así también lo hizo Jesús. Pablo imitando a Jesús hizo exactamente lo mismo. Por eso Pablo pudo escribir:

“Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros,...”

(Filipenses 3:17 versión Dios Habla Hoy) En el campo de batalla espiritual no puede uno andar desvestido, así como

Nehemías tampoco podía andar delante de los enemigos sin tener puesta toda la indumentaria de trabajo y de guerra. Esto es semejante a lo que aconsejaba el apóstol de los gentiles a su discípulo Timoteo:

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra (espada) de verdad”. 2 Timoteo 2:15 versión Reina -Valera 1995

La única forma de tratar con la oposición es enfrentándola, pero entiéndase por

enfrentarla al hecho de encontrar los medios por los cuales, sin desgaste de esfuerzos, los enemigos queden neutralizados. No siempre enfrentar la oposición es hacer guerra abierta. Nehemías no hizo guerra abierta pero tomó todos los recaudos internos en su organización para enfrentar la oposición.

Nunca desprecies la oposición porque ella sacará brillo a tu liderazgo; tampoco la subestimes ni huyas, solo enfréntala guiado por el Señor para tomar las medidas correctas. Todos los líderes del mundo son sometidos al trato con la oposición, por eso quiero recordarte las palabras de Nehemías:

“- No temáis delante de ellos; ...y pelead...” 4:14

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

LA OPOSICIÓN TIENE SU OBJETIVO Lejos esté de nosotros pensar que la oposición no tiene objetivos. Analizando la

situación Nehemías se da cuenta fácilmente que la oposición sí tiene planes y que son muy sencillos y obvios.

Analicemos entonces algunos aspectos de la oposición que pueden llegar a sorprenderte, algunas veces por lo sencillo y otras por lo grave. En estos casos lo mejor es formularse preguntas acerca de cómo ven la realidad y qué buscan lograr nuestros enemigos.

Nehemías en un momento se pone nervioso y mientras caminaba ida y vuelta dentro del cuarto en el que dormía se preguntaba:

- ¿Qué quiere lograr esta gente que se opone?. - ¿Cuál es el mayor interés de ellos?. - ¿Qué es lo que más les importa?. - ¿Acaso están celosos que haya aparecido yo y organice a un pueblo

desprotegido?. - ¿Por qué necesitan aliarse con ejércitos para atacarnos?. - ¿Qué sentido o importancia tiene todo esto para ellos?.

Y mientras está esforzando su mente por elaborar nuevos interrogantes acerca de los enemigos un pensamiento salta a su mente y parece clarificar en buena medida el cerrado horizonte. Los enemigos habían acordado:

“...No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra”. 4:11

Nehemías para de caminar en su cuarto, levanta la cabeza y cierra los ojos como tratando de atrapar el sentido de esa frase y dice lentamente:

“¡Hagamos _cesar _la _obra!”. ¿Qué quiere decir eso...? Ah!, recién caigo en cuenta que esta gente tiene un

objetivo claro y es detener la obra a toda costa. ¡Bien!, ¡bien!, grita Nehemías, ¡bien, muchachos!: vamos, esto es sencillo y sale

corriendo a compartirlo con su gente.. Mientras corre por todos lados grita: Ya tenemos el objetivo de nuestros

enemigos, ahora trabajemos para hacer frente a esta oposición. Ellos quieren detener la obra aunque tengan que asesinarnos (esto es lo grave); entonces no les daré los que ellos quieren, los enfrentaré, reedificaremos el muro y luego arreglaremos las cosas de otro modo.

Aquí el líder se da cuenta porqué esta gente vecina quiere tener a Jerusalén con su muro caído: Así son fácil presa en cualquier ataque armado y no se pueden organizar para defenderse como pueblo. Mantener a Jerusalén sin muro reconstruido y sin puertas cerradas es como mantener en jaque constantemente a toda una ciudad.

Entonces Nehemías llega casi a pensar lo que pensaban sus enemigos: ¡Que fácil! decía la oposición, mientras hagamos cesar la obra de reconstrucción tenemos todo ganado. Así tendremos siempre a Jerusalén a nuestra disposición para lo que sea.

Nehemías ha descubierto el punto crítico de toda la jugada en el tablero y por lo tanto sabe perfectamente cuál es la pieza que debe mover en su turno. Las posibilidades eran varias:

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A) Armar un ejército y hacer prácticas militares. B) Salir a pelear fuera de Jerusalén con los enemigos. C) Reconstruir el muro. D) Dejarle todas las maderas y darles la idea de cómo hacer el trabajo a los

habitantes de Jerusalén y volverse a la corte de Artajerjes y servir vino al rey (de veras que eso era parecería tentador).

E) Razonar sobre el estado anímico de los habitantes de Jerusalén. F) Asustarse por la presencia del ejército de Samaria y escapar.

Podríamos hacer una lista de cien posibilidades, pero este líder elige la que sus enemigos no querían que él viera: Reconstruir el muro. Pero como el liderazgo de Nehemías no está basado en la fuerza de las armas, ni en la estrategia de grandes campañas militares, ni grandes disponibilidades de recursos sino en el poder de Dios, decide de forma casi automática:

VAMOS A RECONSTRUIR EL MURO HASTA TERMINARLO ¿Ves cuán importante es reconocer el objetivo de la oposición?. Esto te evitará muchos pasos innecesarios. También te evitará malgastar energía y recursos. No perderás tiempo, pero sobre todas las cosas realizarás la obra que Dios quiere que hagas.

Estudiemos ahora con Nehemías desde donde venía la oposición. Tiene mucho que ver con los objetivos de ellos.

1) Estaban los que no eran judíos y se habían establecido en esa área durante el exilio del pueblo judío. Capitaneaban ese grupo Sambalat, Tobías y Gesen el árabe. Este es el clásico grupo opositor entre las congregaciones cristianas de hoy: Personas que están con nosotros pero que nunca pertenecieron al pueblo de Dios. Por eso su desinterés cuando el muro está derribado y su cólera cuando decidimos reedificarlo. Son impiadosos a las necesidades más notables. Se oponen fácilmente cuando hay que hacer esfuerzos entre todos. Es más, se gozan de la injusticia, mientras más se retrase la obra o mientras más dificultades puedan aportar están gozosos y lo hacen sin escrúpulos. Así es nuestra realidad querido líder. Pero ¿cuál es la tarea del líder?. Hace lo que hizo Nehemías con esta gente. El establece una diferencia tajante entre ellos y los verdaderos hijos de Israel y lo hace delante toda la multitud diciendo:

“- El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros, sus siervos, nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén”. 2:20

¿Es difícil identificar a los que no pertenecen al reino de Dios? No, en absoluto. Entonces nuestra tarea es exponerlos delante de todos y hacerles saber nuestra determinación. Debemos decirles abiertamente delante de todos que nosotros sí somos el pueblo de Dios, que somos sus siervos y que el Dios de los cielos nos prosperará para hacer la tarea que Él nos ha encomendado, aunque la misma parezca imposible. Pero cómo les cuesta a los líderes ejecutar este paso. Ellos pueden identificar fácilmente quienes no son los pertenecientes del pueblo de Dios, pero temen exponerlos delante de todos.

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Los líderes cristianos a veces dudan sobre esto es correcto o no, si hacer esto es la voluntad de Dios o no, pero ya vamos a ver más ejemplos bíblicos para que la Palabra traiga tranquilidad y aplomo cuando debas ejecutar este paso importante. Toma atención a esto por un momento: ¿Qué pasaría si te dicen delante de toda tu familia que tú no perteneces a esa familia?. Si tú sabes positivamente que sí perteneces puedes reírte de lo que dicen o defenderte tratando de demostrar que perteneces a esa familia por varios motivos: Afectos, lazos de sangre, fotos, prueba de ADN, buenos recuerdos, tiempo compartido, intereses comunes, etc. ¡Te ingeniarás la manera de demostrarles a todos que sí perteneces allí!. ¿Pero que pasaría si realmente no eres de esa familia? No tendrías cómo demostrarlo, no tendrás nada en común, los intereses obviamente serían distintos del resto de los que sí pertenecen y a lo mejor terminas haciendo un descubrimiento en la historia de tu vida que por mucho tiempo te hizo vivir engañado. Entonces: ¿Cuál es el drama de hacer la diferencia pública entre los que son del pueblo de Dios y los que no lo son?. Los que realmente sean del pueblo de Dios se unirán y los que no sean se separarán. Debes entender que no puedes tener un ministerio dividido. Muchos líderes piensan que si tienen diez personas en su equipo y tienen que hacer estas diferencias se quedarán con cuatro, entonces renuncian a tener que tomar esta medida pero su ministerio jamás crecerá. Prueba alguna vez de tomar esta determinación y quedarte aunque sea con dos personas que sean cristianas genuinas y verás cómo florece tu trabajo en poco tiempo. Peor aún es todavía el caso donde el líder cede porque ellos aportan dinero; resulta repugnante una cosa así. Discúlpame por ser tan duro y directo con esto pero no puedes trabajar con gente del cielo y con gente del infierno a la vez; unos son luz, otros tinieblas; unos sirven a Jesucristo, los otros al diablo. Unos son el pueblo de Dios y los otros no. Tu gente debe ser homogénea. Ellos deben saber que pertenecen a la familia de Dios; y si quieres echarlos de puro gusto ellos pelearán contigo hasta que vuelvan a estar donde está su familia. Jesús era un experto en hacer líneas divisorias entre unos y otros. Mientras todos escuchaban el mensaje nadie se daba cuenta que había una buena mezcla de personas y el líder por excelencia, Jesús, hace deliberadamente algo para producir el quiebre de esa aparente unidad. Empieza a decir que iban a comer su carne y a beber su sangre y

“...muchos de sus discípulos dijeron: - Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?...Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él. Dijo entonces a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?. Le respondió Simón Pedro: - Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.

Juan 6:60,66-69

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Jesús se aseguró varias veces en su ministerio que los que se quedaban eran los que realmente iban a estar con Él en todas las circunstancias. Nehemías lo hace para el bien de todo un pueblo y evidentemente resultó para bien. Unió las fuerzas del pueblo judío y separó a los que no pertenecían a la familia escogida por Dios. La experiencias de vida de Sambalat, Tobías y Gesen nada tenían que ver con las experiencias de vida que tenían los del pueblo de Dios y fue acertada la delimitación que hizo Nehemías entre unos y otros; porque evidentemente no pueden trabajar bajo un mismo mando dos grupos con motivaciones opuestas. Esto es normal y natural en el liderazgo. Por lo tanto haz la diferencia si quieres ser un líder bajo el modelo bíblico como lo fue Nehemías.

2) Peor aún era la oposición que venía de los mismos hermanos judíos. O sea, esta oposición era desde adentro del pueblo.

“...sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra del Señor” 3:5 Esto normalmente se llama traición, pero ablandamos la situación incluyéndolos en la oposición. Nehemías no solo se enfrenta al odio de los que vivían alrededor de Jerusalén, sino a la traición criminal por parte de los grandes de Israel; grupo compuesto por principales, nobles y supuestos profetas. En todos los tiempos se ha manifestado este tipo de traición pero fíjate que tiene una particularidad especial. Los que traicionan son los más necesitados de protección. Debes saber que los hombres y mujeres simples del pueblo judío cuando eran llevados cautivos a otras naciones como fueron los casos de Asiria, Egipto, Babilonia, etc. servían de esclavos para la producción y el trabajo pesado, que con mano de obra gratis engrandecían a la nación conquistadora. En cambio, los nobles, los grandes, los principales del pueblo judío eran asesinados, pues no servían para nada en otra nación, eran considerados lastre, carga y por eso se los eliminaba incluso antes de ser llevados cautivos. Digamos que los enemigos de Israel no le perdonaban la vida a esta gente. Lee Ezequiel 11:1-13. Entonces no podemos explicarnos lógicamente cómo es que los más necesitados de protección traicionen a un líder como lo hicieron con Nehemías. En un enfrentamiento armado esta gente era la que más perdía. Si los enemigos entraban a Jerusalén ellos eran asesinados sin piedad, pero no contribuyeron para su propia seguridad; así como tampoco hay explicación a la conducta de nuestros “grandes” hoy. Ten esto presente querido líder: Los que traicionan dentro del pueblo de Dios son los que más necesitan protección.

La tendencia latina es palmear en la espalda a las personas para que se sumen a la visión de trabajo que Dios nos da. Pero vamos a tener que romper esos obsoletos esquemas mentales, argumentación engañosa del diablo, formas culturales y socialmente ancestrales para tener la actitud correcta como líderes en nuestro ministerio. Estoy seguro que nos costará mucho dejar de “buscar” a las personas y tratar de “ganarlos” para que se sumen a la visión del trabajo en la obra, porque esto nos sale naturalmente; pero estoy convencido que el modelo bíblico de liderazgo es mejor que nuestras tradiciones culturales, por eso te desafío a romper esos esquemas.

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Lo que tenemos que lograr de nuestros opositores es que nosotros podamos “ver como ellos ven la realidad”, para poder tomar las acciones y determinaciones correctas para dar en el OBJETIVO CORRECTO, dentro de la divina Voluntad del Señor.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

MANTENGA SIEMPRE EL ORDEN DE LAS PRIORIDADES

Hace años aprendí que en toda tarea ministerial y también en la vida cotidiana, existen dos premisas sobre las cuales debemos decidir constantemente para atender como prioridad.

Una es lo importante y la otra es lo urgente. Lo importante y lo urgente a veces son bastante parecidos, parecen niños

gemelos, pero siempre encontraremos pequeñas diferencias que nos permitirán distinguirlos. Como buenos líderes deberemos decidir casi diariamente qué atender primero, lo importante o lo urgente.

Piensa libremente por un minuto: ¿A qué atenderías primero tú, a lo importante o lo urgente?

Escríbelo aquí:.......................................................................................................... Bien, ahora vamos con Nehemías por un momento y luego volvemos a nuestro

tema. Ya vimos que Nehemías se encontró ante un cúmulo de variantes en su trabajo y que de todas ellas debía encontrar cuál era la crucial y definitoria en su ministerio. No solo debía orar y depender de Dios, sino debía abrir todos sus sentidos para discernir cuál era la correcta movida en la jugada próxima. Una vez establecido ese objetivo este líder nos enseña con su actitud que debemos llevarlo a cabo hasta el final, sin prisas pero sin pausas.

El trabajo de líder siempre será definir el punto B. Si miramos sobre una recta nuestra tarea estará en A___________B y definir el

punto B será llevar la obra hacia la concreción de un objetivo correcto. El punto B se torna así sumamente importante para el desarrollo de nuestro

ministerio y aparecerán enseguida las cosas urgentes. Casi al mismo tiempo debemos saber cuales son nuestras prioridades, entre lo importante y lo urgente para el cumplimiento de nuestro punto B. Si necesitamos saber cuál será la prioridad que vamos a atender primero, hagamos entonces un cuadro sinóptico donde podamos ver claramente lo importante y lo urgente, solo así haremos lo correcto. Nehemías sabe de estas cosas como para mostrarnos que cada tanto pesaba la situación entre estas paridades. En el cuadro de arriba ya identificamos algunas diferencias fundamentales, pero resulta vital decidir bien.

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IMPORTANTE URGENTE - Siempre es de mucho valor - No siempre es de mucho valor - Significa mucho para el futuro - Puede no significar mucho para el - futuro - Puede posponerse hoy - No puede posponerse hoy porque es una necesidad

Si Nehemías se llevaba por la urgencia habría salido a comprar armas para su gente, mientras solo decidió organizar a los habitantes de Jerusalén para lo importante.

Lo importante era tener el muro reconstruido, mientras lo urgente era defenderse de los enemigos. El valor agregado que tenía reconstruir el muro era importante para el futuro del pueblo, mientras que tratar de defenderse de los enemigos era lo urgente.

Dejar de construir el muro solo mostraba lo importante que eso era, mientras que las amenazas enemigas era una urgente necesidad que no podía desatenderse. ¿Cómo hizo entonces Nehemías?. Buscó qué era lo importante y lo puso primero de todo, luego solucionaba lo urgente. Aunque corrían peligro de muerte, Nehemías se fijaba en que las tareas de reconstrucción en el muro no pararan porque eso era lo importante y para tratar lo urgente hizo que la gente cargara sus armas mientras trabajaban.

Trabajar era primero porque era eso lo importante; defenderse era lo segundo porque eso era lo urgente. Solucionar lo importante para el futuro de Jerusalén con el muro terminado dejaba atrás lo urgente de siempre tener que defenderse de los enemigos. Abocarse a lo urgente de la defensa les retrasaba lo importante del resguardo del muro en el futuro.

DEFINITIVAMENTE, TRABAJAR POR LO IMPORTANTE CADA DÍA, HACE QUE LO URGENTE DEJE DE EXISTIR.

Lo importante es el punto B de tu ministerio mientras que lo urgente aparecerá en

el transcurso de la ejecución de la obra. Si decides atender primero lo urgente de hoy entonces olvidarás lo importante de mañana. Si decides atender primero lo importante del futuro, solucionarás también lo urgente de hoy. Tu prioridad número uno entonces es lo importante, sin dejar de atender por eso lo urgente. Vuelve al comienzo de este subtítulo. ¿Qué habías puesto como prioridad Nº 1? Si escribiste la palabra –importante- vas por buen camino. De todos modos escribe en orden correcto las prioridades, esto te ayudará mucho en tu ministerio. Prioridad Nº 1:............................................... Prioridad Nº 2:...............................................

Descuidar la atención de las prioridades puede hacer que el fracaso al ministerio de un buen líder llegue sin previo aviso.

Luego de una experiencia muy fea en mi familia este asunto de las prioridades cobró una importancia para mí desconocida; dado que como líder uno se mete de lleno en el trabajo de la obra y llega a creer que eso es lo único importante y urgente; pareciendo a su vez que todo lo demás puede quedar de lado.

Me gustaría analizar contigo algunas cosas importantes y otras urgentes que forman parte de tu vida como líder.

Haremos un ejercicio primero: Anota cuál es importante o urgente en los siguientes ítems y numéralos.

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Familia:................................. Nº............. Iglesia:.......................................Nº.............. Dios:.............................................Nº........... Trabajo:...........................................Nº........... Tu mismo:..........................................Nº............

Puedes seguir la lectura sólo si has llenado las líneas punteadas de arriba. No importa si te equivocas, yo mismo cuando analicé esto por primera vez puse todo al revés, luego al verlos de acuerdo a la Palabra de Dios cambié en los papeles y en mi vida todo lo que debía cambiar; porque cuando las prioridades están al revés es como ensillar el caballo al revés, no puedes ir a ninguna parte. Aquí voy a anotar las prioridades y voy a explicarlas luego, porque algunas te parecerán incorrectas a primera vista. Tenme paciencia si soy reiterativo en lo que te muestro, porque de esa manera me aseguro que has incorporado estos conocimientos básicos del liderazgo.

Nº 1: DIOS - importante Nº 2: YO - importante Nº 3: FAMILIA - importante Nº 4: TRABAJO - urgente Nº 5: IGLESIA - urgente

DESARROLLEMOS CADA PRIORIDAD: Nº 1: DIOS - importante.

Estoy seguro que concuerdas conmigo total y absolutamente. Si Dios no ocupa el primer lugar en nuestras vidas entonces no puede ocupar ningún otro. Lamentablemente para los líderes el entusiasmo y la dedicación a la obra de Dios pueden llegar a empañar la relación más importante de su vida. Llegamos, en la práctica, a amar más la viña que al Dueño de la viña. Esto se refleja en el tiempo que pasamos con Dios, en la lectura y estudio de Su Palabra, en la oración y comunión con el Espíritu Santo, etc. Este es el primer mandamiento:

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente”. Lucas 10:27

Sin ninguna duda afirmamos que esto es muy importante, lo Nº 1 en nuestra vida por lo consiguiente va primero que todo y antes que nada. Esto es lo primero que cuidamos, que conservamos y alimentamos, lo más importante de nuestras vidas. Lo urgente debe esperar, incluso nuestra labor en la iglesia.

Quiero compartir aquí cómo el pastor Pedro Ibarra, quién pastorea al reconocido evangelista Carlos Annacondia, en una oración antes de ir a predicar en la noche de culto más importante de esa semana, Dios le dijo que quería que pasara tiempo con Él. Lógicamente el pastor le dijo que debía ir a predicar a la congregación que ya esperaba el mensaje de la Palabra. Dios quería que se quedara con Él, pero el pastor insistió una y otra vez que debía ir a dar la Palabra. Sinceramente, yo hubiera hecho lo mismo. Finalmente se fue y mientras daba el mensaje le vino una descompostura, cayó en el púlpito y fue atendido por los hermanos. Dios quería darle una palabra muy importante para la congregación, mientras él juzgaba que lo urgente esa noche era predicar porque

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todos esperaban que él predicara. Así le sucedió en otro momento y este pastor habló con la congregación y dijo: “Hermanos, Dios me ha pedido que pase un tiempo con Él y voy ha hacerlo. Voy a internarme en ayuno y oración y voy a estar a solas con el Señor”. Por supuesto, atendió primero lo importante y su ministerio avanzó mucho más. ¿Cuántas veces nosotros debemos hacer lo importante antes que lo urgente en la iglesia? Siempre. Nº 2: YO - importante.

Admito que puedes estar en desacuerdo conmigo, pero déjame mostrarte algo que importa mucho. Jesús dijo:

“...el segundo (mandamiento) es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Mateo 22:39

Quiero darte aquí una nueva arista del segundo mandamiento que normalmente se pasa por alto. La relación “Yo Ellos” es directamente proporcional, de manera que se desprende una verdad inocultable cuando analizamos la acción y reacción de los demás con nosotros. Con la misma medida de amor que te amas a ti amarás a los demás y eso produce una retroalimentación; de manera que si notas que te aman poco, en la realidad tú has empezado a amarte poco hace tiempo. La medida de amor que diste a los demás esa medida vuelve a ti.

Después de Dios (primer mandamiento) estás tú y tus semejantes (segundo mandamiento). Si tienes constante reprobación para ti, sin duda eso darás a los demás. Si tienes buena autoestima, así mirarás a los demás. Si en tu vida hay constante insatisfacción eso darás a los otros, todos los que viven y trabajen contigo de alguna manera estarán también insatisfechos.

¿No crees que sea importante la medida de amor hacia ti?. En la medida está la clave. Es muy sencillo, por así decirlo, saber cuanta medida de amor tienes para ti. Fíjate cuanto cuidas tu salud, por ejemplo. Pensarás: No fumo, no bebo alcohol, no me drogo, estoy bien; pero si tienes un sobrepeso importante y no haces nada por cambiar los números de la balanza te amas poco.

¿Descansas o duermes lo que necesita tu organismo?. Me dirás: No puedo hacerlo por mis compromisos. Te digo por la Palabra que estás poniendo incorrectamente tus prioridades. Tú estás antes que las cosas. Las cosas deben estar al servicio tuyo, no a la inversa.

¿Cómo es tu aspecto exterior?. ¿Te vistes elegantemente?. ¿Estás aseado todo el tiempo?.

¿Cómo te sientes contigo mismo?. ¿Te aceptas totalmente?. ¿Qué piensas de ti?. ¿Te condenas, subestimas y excluyes constantemente?. ¿Cuántas cosas personales llevas postergadas ya?. No olvides que lo importante

puede postergarse fácilmente creyendo que debes atender lo urgente. Has un listado y revísalo.

¿Quisieras hacer deportes y no puedes?. ¿Quisieras estudiar y no logras hacer tiempo?.

Analiza estas y otras pautas sobre ti mismo y descubrirás cómo y de qué manera amas a los demás. Seguro que amas a tu familia pero no la amarás más de lo que tu mismo te amas.

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Si por hacer el trabajo de la obra estas auto-destruyéndote, ensillaste el caballo al revés en el carruaje. No producirás más ni mejorarás nada, al contrario todo será mayores esfuerzos con magros resultados y corres el peligro de creer que Dios no está de tu parte. La frustración no tardara en llegar, el horizonte se cerrara cada vez más. Así hay muchos líderes al costado del camino, todo comenzó por no poner y mantener en orden las prioridades.

Todos tenemos veinticuatro horas por día, pero unos líderes dirigen una iglesia de cien personas y viven exhaustos, otros líderes dirigen una iglesia de diez mil personas, viajan por todo el mundo, escriben libros, juegan su deporte favorito y siguen planificando el punto B que está delante de ellos. Algo saben hacer ellos que el resto no sabe.

Ya sabes que en el evangelio no hay magia ni acepción de personas. Dios no le da más a alguien porque te quiere menos a ti. Es clave el orden prioridades en tu vida y ministerio. Son tan importantes estos dos primeros que estamos analizando porque de aquí en adelante todo se basa en ellos. Las demás pautas en el orden de premisas son el resultado y la calidad de estas dos primeras. La segunda, el amar al prójimo como a ti mismo llega a ser el núcleo del propósito de Dios en toda la Biblia. Esto es lo que el apóstol Pablo escribe a los Romanos capitulo 13. Voy a transcribir solamente los versículos. 8-10:

“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros, pues el que ama al prójimo ha cumplido la Ley, porque: ‘No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás’, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la Ley es el amor”.

El amor a Dios nos hace amorosos con nosotros y con los otros, esa es la lógica del Nuevo Testamento. Dios quiere el bien para cada hombre y la fraternidad entre los hombres. Eso es lo que quiere y no quiere nada más que eso. Y cuando esto se realiza Él está en los hombres y los hombres en Él (1 Juan 3:7-10). Nº 3: FAMILIA - importante.

Después de Dios y tú está tu familia, no la iglesia. A decir de Pablo a su discípulo llamado Timoteo, tu familia es la primera iglesia. Pablo escribe:

“Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer,... que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios)”.

1 Timoteo 3:11-2,4 Si el líder evade la responsabilidad del gobierno de su propia familia entonces no

está en condiciones de gobernar la iglesia. ¿Sería coherente que tú quisieras correr sin saber caminar?. No. Así también el

cuidado de la grey del Señor en cualquier tarea de ministerio, necesita de líderes que hayan demostrado un buen gobierno de su casa. Esto incluye a su mujer, sus hijos, su economía, las relaciones con los allegados a la familia, vecinos, parientes, amistades, etc.

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Yo creo que la familia es el campo de entrenamiento del líder. No sería justo que exigieras a los demás cosas que no puedes hacer en tu familia. Lo que haces y cómo eres con tu familia será lo que llevarás y plasmarás en la iglesia. Siempre la relación es: primero nosotros, luego ellos. En la medida de nosotros, ellos.

Puedes tranquilamente medir lo que pasa en tu ministerio y te darás cuenta que eso es lo que haces en familia.

Si estás buscando un líder para tu congregación entonces pasa tiempo con su familia y te bastará para conocer lo que hará en la iglesia.

Así como gobiernas tu familia, del mismo modo lo haces con la iglesia. Esto no es algo que te propongas hacer sino que sale de manera natural. Hay entonces un grave error en descuidar la familia por cuidar en demasía a la iglesia. Cuídate de estos espejismos. A veces se trata de escapismos, no de trabajos en la iglesia.

Si bien la iglesia es urgente, tu familia es lo importante. Si llegas a gobernar muy bien tu familia que es lo importante, inevitablemente lo harás bien en la iglesia que es lo urgente. Lo importante siempre soluciona lo urgente.

Es importante que tengas buena comunicación con tu esposa, también con tus hijos, que ellos compartan tiempo contigo, que juegues, que hagan tareas juntos; destina un día a la semana como “día de familia” y desenchúfate de todo lo que no sea familia. Por experiencia personal digo que lo mejor es irse de casa a algún lugar porque te despejas, dejas el teléfono quieto y si es celular lo apagas, no prendes la computadora, ocupas de otro modo las horas del día; pero también conversa de cosas relativas a la familia, no sigas hablando y planificando cosas de la iglesia. ¡Cómo me ha costado aprender un principio que Jesús enseñó con simplicidad!... y dice así:

“Basta a cada día su propio mal”. Mateo 6:34 Uno cree que debe atender y solucionar todo en un solo día. Jesús nos dice:

“vive cada día”. ¿No has visto a los pastores, siervos del Señor, líderes muy reconocidos pero que

viven infartados?. El estrés, las úlceras y el agotamiento general son una manera sutil de acercarse al suicidio porque puedes evitarlos. Solo hay que mantener las prioridades querido líder.

Lo importante es primero, lo urgente después. No te engañes posponiendo la importante atención de tu familia por solucionar lo urgente de la iglesia. Incluye en tu agenda tiempo con tu familia. Atiende y ministra a tu esposa o esposo; también sexualmente deben estar satisfechos (este es un tipo de ministración algo más completa), así el diablo no tendrá ocasión de tentarlos en esa área (1 Corintios 7:5). ¿Por qué crees que hay divorcios en los matrimonios de líderes?. Nuestra esposa necesita ser contenida y recibir cobertura espiritual, así como nosotros necesitamos ser contenidos y mimados. La unidad en el matrimonio del líder es una necesidad básica. Sin esa unidad e interdependencias el matrimonio se resquebraja y el liderazgo resulta insatisfactorio.

De un tiempo a esta parte me ha llamado la atención la cantidad de hijos de líderes cristianos que están perdidos en el mundo. Algunos están heridos de tal manera que ellos creen que son irrecuperables. Otros están renegados del evangelio. Muchos de ellos se han cansado de vivir olvidados por sus padres porque debían atender la iglesia. ¡Que paradójico!. Lo que intentamos con la iglesia es que la gente se salve. ¿Entonces porqué no incluimos primero a nuestros hijos?. ¿Le vamos a echar la culpa al diablo? No podemos. Debemos mantener las prioridades correctamente.

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En el desarrollo de esta prioridad debe haber parecido que solamente me refiero al hombre como líder pero no es así, creo firmemente que las mujeres tienen condiciones de líderes; puestas en las manos del Señor son formidables para la extensión del reino de Dios. Gracias a Dios hoy es mas admitido el lugar de la mujer en el liderazgo, pero si las hermanas no sienten que eso sea así sigan demostrando que son buenas líderes en el campo de entrenamiento que es la familia y tendrán un lugar asegurado en la obra de Dios.

Pero debemos admitir que la mujer, por lo general, tiene menos problemas que el hombre en mantener las prioridades correctas. Sin embargo, ellas pueden llegar ser una buena ayuda, idóneas, si sus maridos se saltean el orden correcto. La persistencia de ustedes en hacernos recordar cosas siempre es buena. Nº 4: TRABAJO - urgente.

Cuando los líderes no son sostenidos económicamente por la iglesia y deben trabajar secularmente, tienen que estar preparados para mantener el equilibro entre las prioridades mucho más.

Hoy está muy difundida la idea que los pastores y obispos o ancianos de la iglesia deben ser sostenidos económicamente, pero no era así a principios de siglo pasado cuando mi abuelo desarrolló su ministerio apostólico en el noroeste de Argentina. Fue así a principios del siglo XX que a toda una generación de siervos se les enseñó a trabajar secularmente y desarrollar su ministerio pastoral, evangelístico y/o misionero. Particularmente mi familia incorporó ese concepto que es mantenido hasta el día de hoy como una verdad insustituible y en ese punto veo lo malo.

Es verdad que no depender económicamente de la iglesia permite ser completamente imparcial en las decisiones claves del desarrollo ministerial. Nadie puede intentar “comprarte” las decisiones o los objetivos y sobre todo sientes que no tienes que pedirle nada a nadie. Si alguien te da una ofrenda es realmente eso, no te da por “lastima” para que comas con tu familia. La fea sensación de que los demás te dan porque te tienen lástima corroe la autoestima del líder; y más vulnerables a esto son las mujeres que los hombres. No es lo que te dan ni la cantidad que te dan sino la actitud con la que dan las cosas. Por supuesto, estamos hablando cuando una congregación es desaprensiva con sus líderes y les hace faltar lo básico para vivir.

Mi padre ha heredado el concepto de trabajar y desarrollar el ministerio. Ha mantenido negocios por unos cuarenta y dos años, mientras ha trabajado ministerialmente plantando una veintena de iglesias que a su vez abrieron otras. ¡Que felicidad sentía él cuando nos sentábamos a la mesa y si teníamos para comer era porque se había trabajado!. Escuché de parte de él miles de veces las palabras del apóstol Pablo:

“...ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;...”

2 Tesalonicenses 3:8 Mi madre ha sido en todo esto una persona clave para el desarrollo ministerial y

nuestra familia; con mis hermanos le decíamos “la mujer de acero” porque era a prueba de balas.

¿Qué crees que hice yo cuando me llegó el llamado al ministerio?. Trabajaba como pianista en la Orquesta Sinfónica y desarrollaba el ministerio. Así pasaron diez

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años, dependía económicamente de lo que trabajaba en la Orquesta, pero el Señor quería enseñarme lo que no conocía haciéndome depender de Él en situaciones que si las contara no podrías creerme, pero se las ingenió para sostenerme de manera sobrenatural. Siempre hizo aparecer los cuervos para que me dieran de comer como lo hizo con Elías (1 Reyes 17:1-6). ¡Gracias Señor por enseñarme cosas tan bellas!. Debo decir aquí que mi esposa es la persona clave en todo nuestro desarrollo ministerial, ella jamás me ha reprochado absolutamente nada y si ha tenido que trabajar ella lo ha hecho siempre con una sonrisa.

Debemos tomar el tema TRABAJO como parte de las urgentes prioridades porque el líder debe trabajar secularmente si no es sostenido económicamente por la iglesia. Del ejemplo de Pablo (Hechos 18:14; 1 Tesalonicenses 2:9; 2 Tesalonicenses 3:8), se deduce claramente por la Palabra, que los ministros que tienen que trabajar en actividades seculares para su propio sustento y el de su familia no están ocupados en un ministerio de segunda clase. El ministerio que consta de dos ocupaciones tiene precedente bíblico y apostólico. Fíjate en estas palabras:

“...vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”.

Hechos 20:34-35 Pero dijimos anteriormente que en estas cosas se necesita mucho más equilibrio y

orden en cuanto al tiempo y a saber diferenciar qué prioridades atender primero, pero lo que cuenta en esto que es urgente es que el líder tenga muy buen testimonio. Lee esto:

“...Si alguno desea obispado, buena obra desea. Pero es necesario que... no sea codicioso de ganancias deshonestas,... También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y lazo del diablo”. 1 Timoteo 3:1-2,3,7

Lamentablemente algunos han visto en el pastorado, el liderazgo y el ser sostenidos por la iglesia una fuente de ganancias. Otros, en menor medida, lo han pensado como una opción laboral porque han sido mediocres en varios trabajos que intentaron antes; sin duda que estas circunstancias perjudican a la iglesia porque no hay “buen testimonio de los de afuera”. Lo que Pablo no dejaba dudas a nadie era que él era capaz de sostenerse trabajando secularmente, pero cuando recibía salario de la iglesia (2 Tesalonicenses 11:7-11) solo era para dedicar todo el tiempo a la prédica incesante del evangelio.

¡Que cada líder haga esto, por favor!. Demostrar y demostrarse a uno mismo que es capaz de solventar sus propias necesidades obra a favor de la iglesia del Señor. Nunca se te ocurra “transar o negociar” decisiones del reino de Dios por dinero. El hecho que todos sepan que puedes auto mantenerte ayuda a que nadie quiera presionarte por ese lado. Por otra parte hay una premisa dada por Dios a su pueblo:

“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario” 1 Timoteo 5:17-18

Nunca trabajes como un empleado de la iglesia. Debes recibir el dinero y los elementos que necesitas de la congregación para vivir si ellos te sostienen

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económicamente, pero nunca recibas órdenes. Tú eres un líder, un siervo, un guerrero, un conquistador, un Nehemías actual en el reino de Dios. Nunca te rebajes de esa posición.

Nº 5: IGLESIA – urgente.

¿Te parece que la prioridad de la iglesia es urgente?. Claro, estoy de acuerdo contigo. Muchas veces mientras expuse así las prioridades algunos líderes quisieron desmayarse cuando les dije que la iglesia está en quinto lugar. Una gran mayoría de líderes actuales piensa que la obra de Dios es lo único urgente e importante en su vida; pero por lo que hemos visto ya en la Palabra, Dios no piensa así de esta prioridad.

Yo mismo he superpuesto esta prioridad urgente de la iglesia a veces a mi familia, a veces a mí, y no exageraría si digo que a Dios también. Debo decirte que no estoy orgulloso de ello. He tenido que pedir perdón al Señor y a mi familia varias veces por equivocar el orden correcto. Ser temerario con las cosas que Dios a puesto a tu cuidado puede ser grave. Poner en peligro todo por ser tan irresponsable uno no puede quedar sin culpa; y los efectos en la familia a las generaciones futuras pueden causar tal destrozo que pueden llegar a ser irreparables. ¡Dios quiera que no aprendas esto por algo que debas lamentar mucho!.

Si el día de mañana mis hijos o nietos deciden no seguir al Señor lo lamentaría mucho, pero si lo hicieran porque yo fui el mal ejemplo, o mi descuido con ellos los hirió, o mi falta de interés en sus necesidades personales no les mostró a Dios: primero que sería ya irreparable, segundo, sería mortificante para mí. Particularmente me encanta bautizar personas que deciden por Cristo y quieren entrar al cielo, entonces cuánto sufriría si mis hijos no quieren hacerlo porque les fui estorbo por no atender el orden de prioridades correctamente. RESUMEN

¿Cómo sería tu desarrollo ministerial si no atiendes la primera prioridad?. Dios no puede ocupar otro lugar que no sea el primero. Olvidar a Dios es olvidar al Dueño de la viña.

¿Cómo sería tu desarrollo ministerial si no atiendes la segunda prioridad?. Tú no podrías dar mayor ni mejor amor a los demás si no lo haces primero contigo mismo. Ni qué hablar si eres evangelista, líder de célula o timonel de barcas; el amor es el pegamento con que se construyen relaciones fuertes para un gran ministerio.

¿Cómo sería tu desarrollo ministerial si no atiendes la tercera prioridad?. Tu familia es la carta de presentación como líder. Cuando tienes información de cómo ser líder presentas un título académico. Pero cuando tienes capacidad y realmente eres líder presentas a tu familia.

¿Cómo sería tu desarrollo ministerial si no atiendes la cuarta prioridad?. Si trabajas secularmente sabes cómo mantenerte al margen o ser imparcial ante las decisiones fuertes del desarrollo de tu ministerio, así que por ese lado eres una bendición para la obra y para tu familia.

No olvides que Nehemías tuvo un tiempo estipulado para volver a la corte del rey Artajerjes porque allí estaba su trabajo secular; servir el vino al rey porque era su

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copero (2:6). Mientras realizaba la obra de Dios estaba sostenido económicamente por esa obra, pero él debe volver a su trabajo en un tiempo.

SI ERES SOSTENIDO POR LA IGLESIA A TIEMPO COMPLETO, DEBES TU MEJOR Y MAYOR ESFUERZO EN BENEFICIO DE LA OBRA DE DIOS

¿Cómo sería tu desarrollo ministerial si no atiendes las primeras cuatro prioridades?. Un desastre total. De manera que podríamos decir que depende de estas cuatro prioridades lo que vayas a hacer en tu ministerio. La iglesia entonces parece ser el resultado de atender correctamente las prioridades importantes primero, luego las urgentes. Si están en correcto orden de atención las primeras cuatro prioridades serán las cuatro patas de apoyo firme a tu ministerio y por poco o por mucho que hagas será sólido tu trabajo en la iglesia, pero si falta un apoyo de algunas de tus prioridades tu ministerio tambaleará y el diablo no tardará en tirarlo abajo.

¿Es importante mantener el orden correcto de las prioridades?. Nehemías lo hizo y tuvo gran éxito en su ministerio. Hasta corroboraremos más adelante que cumple su palabra para con el rey al volver a su puesto de trabajo. Seguramente, con tantos laureles como gobernador de Jerusalén el rey ya no podrá soportar ver a Nehemías sirviéndole vino, algo debía cambiar para bien en la historia personal de un hombre que sabe ser líder con carácter, ya lo descubriremos. Si debes hacer cambios en tu vida para corregir el orden de prioridades hazlos con

toda la determinación que puedas. Recuerda que lo que no proviene de fe es pecado. Si vas a cambiar algo no lo hagas “para ver si resulta”, te animo a que produzcas los cambios con toda la fuerza, la certeza y la convicción que puedas encontrar en ti (Romanos 14:22-23).

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

CAPITULO V EL LÍDER MUESTRA SU CORAZON

“Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos. Había quien decía: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto hemos pedido prestado grano para comer y vivir. Y habían quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre. Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas. Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos e hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros. Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras. Entonces medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea, y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder. Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?. También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosle ahora este gravamen. Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, del grano, del vino y del aceite, que demandéis de ellos como interés. Y dijeron: Lo devolveremos, y nada demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que harían conforme a esto. Además sacudí mi vestido, y dijo: Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpliere esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda la congregación: ¡Amén! y alabaron a Jehová. Y el pueblo hizo conforme a esto. También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador. Pero los primeros gobernadores que fueron antes de mí abrumaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino más de cuarenta siclos de plata, y aún sus criados se enseñoreaban del pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios. También en la obra de este muro restauré mi parte, y no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí en la obra. Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros, estaban a mi mesa. Y lo que se preparaba para cada día era un buey y seis ovejas escogidas; también eran preparadas para mí aves, y cada diez días vino en

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toda abundancia; y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave. Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo”. Capítulo 5:1-19

A Nehemías no le faltó ningún problema para completar su álbum de líder. Se enfrentó, desde el mismo momento que recibe la noticia de Jerusalén, a casi todas las dificultades, circunstancias e imposibilidades que uno se pueda imaginar. Las más pasables, tolerables y entendibles dificultades a mi entender son frente a la oposición abierta de quienes no pertenecen al pueblo de Dios; pero las insoportables, intolerables e inadmisibles son aquellas que vienen de dentro del pueblo de Dios. Hay que estar prevenidos para esto querido líder.

Las dificultades mayores vienen de las personas que están más cerca de nosotros. Resulta escandaloso tener que aceptar esta idea pero necesitamos ser realistas en el liderazgo, esperemos las mayores dificultades de las personas que nos rodean. Oigo incansablemente hasta el día de hoy cómo a líderes que dan todo en la obra de Dios, las personas que menos aportan al trabajo tienen el tupé de señalarlos con dedo amenazador por... “falta de amor”, “falta de interés”, “falta de...”, etc; ¡ni qué hablar cuando el líder se enoja!. Llueven las acusaciones de todos lados. Pero hay algo que se nota y está como distintivo en todo el desarrollo de la vida y obra de un verdadero líder y es su corazón. Analicemos el contexto de estas palabras:

“Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras. Entonces medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea,..” 5:6-7

Si tuviera que escribir mi autobiografía jamás quisiera incluir en ella cuándo y cuánto me enojo, me parecería un punto débil de mi carácter y una mancha en mi ministerio. Al menos así pensaba antes que esta Palabra de Nehemías me fuera revelada. En el mismo momento de ver el corazón de este líder, expresado en estas palabras que transcribo arriba, se hizo añicos dentro de mí todo prejuicio acerca de una reacción de enojo que aparentemente parece desfavorable.

Muy por el contrario a todo esquema de prejuicio, el enojo de este líder, como los actuales enojos que absorbemos en la obra de Dios, vienen porque en su corazón jamás se le hubiera cruzado la idea de ser tan vil de dar en prestado, poner elevados intereses, apropiarse de las provisiones y posesiones de los bienes y finalmente esclavizar a las personas que están padeciendo hambre; a causa del estado vergonzante que vivían como ciudad los habitantes de Jerusalén. ¿A quién se le ocurre hacer cosa semejante?.

En el momento de compartir el pan del hambre con sus hermanos, los israelitas inescrupulosos le dan prestado y le ponen elevados intereses. En el momento de mancomunar esfuerzos unos fuertes sacan todo de los más débiles arrancándoles las pocas pertenencias. Y como si esto fuera poco, por no poder pagar los intereses los llevan a trabajar como esclavos para sus mezquinos propósitos. ¿Qué tipo de razonamientos usaban estos judíos esclavizadores?. Preguntemos mejor: ¿Qué tipo de espíritus impulsaba a estos desaprensivos “grandes, nobles y oficiales”?. ¿Cuánto tiempo hicieron esto como para adueñarse de todas las propiedades?. Esto no ocurrió de un día para el otro. Tampoco de un año para el otro. Esto mostraba los corazones de

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piedras que tenían los grandes, los nobles y los oficiales que había en Jerusalén, lo único que pensaban era en su propio negocio, en su ego.

Ten cuidado, las personas que más dan porque pueden estar guiadas por su ego y no por su devoción al Señor y el amor a los hermanos. Algunos creen de sí que son una réplica de la Madre Teresa de Calcuta porque ayudan a otros que tienen menos en un particular momento de necesidad, pero luego reclaman “servidumbre” a los ayudados. Creo que estamos rodeados de este tipo de personas, solo que nosotros no las hemos descubierto todavía. No sería extraño que cuando oigas el clamor y las palabras de los ayudados te brote del corazón un enojo semejante al de Nehemías.

¡Cómo un líder puede permanecer indiferente a semejantes actos!. El enojo de Nehemías ante la injusticia y el mal fue una reacción del corazón. La ausencia de tal enojo indicaría insensibilidad e indiferencia ante el sufrimiento del inocente y el necesitado. Pero el enojo de este líder no es infructuoso ni diluido, está dirigido a un grupo de personas que son las causantes y responsables directos de la opresión. Nehemías estaba atrapado en un doble sentimiento:

Por el sufrimiento del que necesitaba comer y debía tomar prestado. Por la opresión que hacía el soberbio y arrogante, prestamista, usurero y

devorador. Estos sentimientos activaban el volcán del enojo dentro del líder. Verdaderamente

él estaba del lado de la gente, sentía y vivía lo que su gente experimentaba. Ahora Nehemías tenía una oportunidad, como líder, debía revertir esta humillante situación para las personas afectadas y no pudo menos que empezar por enojarse en gran manera. ¡Cómo me hace acordar a otro líder que también se enojó terriblemente!. Leamos esto:

“Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos allá. ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino también te enseñorees de nosotros imperiosamente?. Ni tampoco nos has metido tú en la tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas. ¿Sacarás los ojos de estos hombres? No subiremos. Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda; ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal”. Números 16:12-15

Sabemos cómo terminó esta triste historia, la tierra terminó tragando a esta gente que rezongaba todo el tiempo y exigía mucho más de lo que podía dar. El líder Moisés, a pesar de ser el hombre más manso de la tierra (Números 12:3), se enojó en gran manera al punto de orar como para dejar pegados al pecado a Datán y Abiram; por supuesto, con resultado fatal para ellos.

Enojarse no es pecar. Mucho menos enojarse por cosas como las que tuvieron que pasar Moisés y Nehemías. No por esto se admite que el líder sea una persona iracunda (Tito 1:7). Lo que Pablo aclara es que el enojo que da riendas suelta a la ira produce pecado (Efesios 4:26). La ira descontrolada es destructiva para la persona que la vive. El enojo que vemos en los líderes que estudiamos es una reacción natural a la injusticia y la opresión; en definitiva, a la falta de amor.

A veces la oposición toma como punto de acusación el hecho de que nos enojemos, pero deja de llevarte por lo que dicen los que tienen el corazón de piedra. Tu

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corazón de líder, si lo eres en realidad, sentirá profundamente cuando vea la opresión sobre los débiles, la injusticia sobre los desprotegidos, la soberbia de los “grandes” y las arrogancias de los “nobles y oficiales”; ciertamente te molestarás al punto de enojarte mucho.

Puedo recordarte el enojo, la indignación y la descarga de adrenalina que produjo en Jesús la hipocresía, el comercio, la religiosidad; la insensatez de hacer del culto a Dios comercio y formidables ganancias:

“Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas; Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado”. Juan 2:13-16

Reacciones así ante semejantes actos se espera de cualquier buen líder. La purificación del templo fue el primer gran acto público del ministerio de Jesús, el que acabamos de transcribir, y también su último acto (Mateo 21:12-17; Marcos 11:15-17). Con gran enojo echó a los impíos, los insensibles, los avaros y a todos los que estaban destruyendo el verdadero propósito espiritual de la casa de su Padre. En tres años de ministerio Jesús hizo dos veces este mismo acto. ¿Sería justo de parte nuestra acusar a Jesús de falta de dominio propio?. ¿Falta de amor, o de paciencia? No, en absoluto. Sus discípulos se acordaron inmediatamente que la Escritura dice: “El celo de tu casa me consume.” Juan 2:17

El común denominador que encontramos ahora en las tres historias que analizamos es que en las personas que pertenecen al pueblo de Dios hay insensibilidad, avaricia, insensatez e injusticia que desvirtúan el propósito y el cometido de Dios para su pueblo. Así surgen el enojo de Moisés, el de Nehemías y el de Jesús. ¡Dios quiera hacer arder el celo de su casa en nosotros!.

Cantamos a todo pulmón con Marcos Witt que queremos ser un radical; pero no lo seremos a menos que reacciones con todo nuestro corazón a favor de Dios, a las cosas de Dios y la de nuestros hermanos. Nehemías fue un líder radical. Nos sorprenderemos más adelante por las acciones y reacciones que tiene este líder. Hoy Nehemías, por sus antecedentes de enojo, no sería llamado a pastorear ninguna iglesia ni a presidir ningún ministerio porque la gente prefiere los “blanditos”; aquellos que nadie sabe si son negros o blancos, todo el tiempo parecen grises. Pero a pesar de la influencia mundana en nuestras filas Dios seguirá usando a los radicales, a los que tienen un corazón para Él y no se “casan” ni “transan” nada que pertenezca al reino de Dios. Nehemías pasa del enojo a la meditación y de la meditación a la reprensión a los nobles y oficiales judíos. Nehemías se toma el trabajo de buscar correctamente donde descargar su enojo, no se lo traga ni se deprime, más bien lo canaliza correctamente. Moisés y Jesús hicieron lo mismo.

He visto a muchos líderes enojados pero guardándose el enojo en sus ya agujereados y ulcerados estómagos. ¿Qué sentido tiene eso?. Ninguno. Debes canalizar correctamente el celo de Dios que surge en tu corazón. Apunta bien y larga contra los que corresponde toda la artillería. Eso hizo Moisés y también Jesús. Nehemías reprende a los nobles y oficiales diciéndoles delante de todos:

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“¿Exigís interés cada uno de vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una asamblea,...” 5:7

¿Dónde vamos a aprender mejor qué hacer como líderes en un caso como el que debe enfrentar Nehemías?.

Hay líderes que dan lástima. En cuanto les surgen las dificultades con las personas lo primero que hacen es guardarse el enojo, deprimirse o ver por cual puerta escapar. No lector, enfrente las cosas y tome al toro por las astas. No guarde el enojo, solo medite bien qué decir y a quién decir las cosas.

Encare a las personas correctas porque muchas veces tienen que soportar nuestro enojo personas que no tienen nada que ver en el asunto. Y como es más fácil demostrarlo a las personas allegadas nos agarramos rabias con nuestros hijos, esposos, esposas, seres queridos y demás. Pido en estos momentos a Dios que te revele esta Palabra de Nehemías porque está escrita allí para el beneficio de la obra de Dios y la extensión del reino. Si tu corazón reacciona ante la injusticia entonces canaliza correctamente donde descargar toda la fuerza que hay allí. En la gran asamblea que convoca Nehemías contra ellos no presenta un escrito de protesta y descontento. Nehemías va a tocar directamente el punto crucial de la asamblea, estoy seguro que no dio ningún rodeo, ni dijo algo como introducción, fue directo y punzante. Leámoslo:

“...y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros?. Y callaron, pues no tuvieron qué responder”. 5:8

El silencio de los desaprensivos nobles y oficiales hace que el grito de los oprimidos pueda escucharse. Resultado:

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Nehemías está mostrando de esta forma su corazón. Su fuerza en el liderazgo aumenta. Su voz ahora es reconocida no solo por los enemigos externos, sino por los internos. Los oprimidos saben perfectamente que tienen un líder capaz de enfrentar a los opresores con toda la fuerza que tiene a disposición. Los opresores saben ahora que tienen a alguien que les pondrá él pié sobre la cabeza si se pasan de listos. El corazón de un líder como Nehemías siente que el equilibro está empezando a percibirse en el ambiente. Se respira un clima tenso, pero cargado de equidad. La balanza dejó de estar volcada hacia un solo lado porque el líder hace lo que es correcto.

Dios usa a líderes que tienen estas determinaciones. Ten la seguridad que Dios te usará en su obra si tu corazón siente enojo ante la injusticia y eres capaz de enfrentar a los injustos. Dios debe estar cansado de tanta mojigatería cristiana. Debe estar harto no sólo de los injustos ya que la injusticia es pecado (1 Juan 5:17), sino de los líderes cobardes que no enfrentan a los injustos.

En cuanto el líder tiene un corazón como el de Nehemías Dios lo pone a trabajar en Su viña y respalda su ministerio hasta las últimas consecuencias.

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JUSTICIA SOCIAL, SEGUNDO MANDAMIENTO

Mientras se mantiene el ensordecedor silencio de los nobles y oficiales de Jerusalén, Nehemías puede aplicar el segundo mandamiento ejecutando justicia social. El silencio de los opresores permite escuchar más claro el clamor de los oprimidos que decían:

“...hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos. Había quien decía: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto hemos pedido prestado grano para comer y vivir. Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre. Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas. Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros.” 5:15

La gran asamblea convocada por Nehemías en contra de los nobles y oficiales tiene un objetivo claro y es ejecutar justicia social. En la convocatoria los opresores y los oprimidos están juntos; los primeros callaron y los segundos gritaron. Los fuertes y los débiles están ahora a la espera de la palabra equitativa y definitiva del líder. De allí en más habría muerte o vida para miles de personas. Hacer lo que hizo Nehemías es cómo tener un quirófano del tamaño de una ciudad y como cirujano que sabe cómo hacer intervenciones quirúrgicas, lleva a cabo una macro cirugía, debe hacer transplantes de corazones a cientos de personas juntas para que puedan seguir viviendo otras miles. Entonces escuchamos al líder decir las sabias palabras que dicen aquellos que tienen como primera prioridad al Dios grande y temible:

“Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?. También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosle ahora este gravamen. Os ruego que devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés”. 5:9-11

¡Hay que tener autoridad espiritual y moral para decir estas cosas en público a quienes estaban contando cobrar abultados intereses!. No se trataba de unas cuantas monedas, había de por medio tierras, viñas, olivares, casas, dinero prestado, vino y aceite. Había tantas cosas materiales valiosas en juego que si no se solucionaba de la manera que propuso Nehemías, sufrirían un inminente estallido social. En definitiva la deuda pública interna era tan grande que solamente se podía solucionar haciendo una condonación gigante. La palabra que usó Nehemías fue quitar todo lo que demandaban los deudores, es decir, condenar todas las deudas.

Por otro lado, no puedo sustraerme a la impresión que me causa leer que Nehemías empieza por hacer empatía con esta gente usurera. Empatía es ponerse en el lugar del otro, pero no justificar ni aprobar lo que hace sino proponer el cambio o la solución. Al decir que él mismo había prestado dinero y grano y que sus hermanos y

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sus criados, había hecho lo mismo prestando cosas elementales para la supervivencia, con esto Nehemías salta a la vereda donde están parados los opresores. Por supuesto que Nehemías no había prestado ni dado las cosas (¡sí las dio en realidad!), para someter y esclavizar en servidumbre a esa gente; pero los usureros al tener a Nehemías de su lado están metidos en una trampa de donde no pueden salir. Nehemías es el líder, es el organizador, es el que proyectó traer madera, gente, recursos y libertad; es el estratega en la defensa de la población y también es su gobernador ¿Quién puede decirle ahora que no haga condonación de sus cosas dadas a la población?. Es más: ¿Quién puede decirle, de los nobles y oficiales, que no van a hacer condonación de las deudas?.

El grito desesperado del pueblo estaba oyéndose porque el líder hacía mantener el silencio los dirigentes nobles y oficiales. ¡No se puede callar una turba acosada por la injusticia!. Nehemías es realmente muy astuto en el liderazgo. Ha confrontado a las partes interesadas y él mismo es el moderador del encuentro, haciendo por momentos empatía con los grandes y por momentos con los pequeños. Nehemías es un líder que corre riesgos pero siempre de la mano de Dios. Está confrontando a esta gente prestamista y devoradora con Dios mismo pero delante de todos. Puede haber una respuesta negativa, él lo sabe, pero al ponerse él mismo encabezando la lista de los que condonan deudas, espera que la respuesta de los nobles y oficiales sea la misma. Finalmente llega la respuesta:

“Y dijeron: Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices.” 5:12

Creo que después de escuchar estas palabras la sangre empezó a correr otra vez normalmente por las venas a Nehemías. Se le había congelado. Esta cuestión social tan seria ponía en peligro la supervivencia de los habitantes de Jerusalén. Si había una respuesta negativa de los nobles y oficiales hasta podría suceder una revuelta civil. Pero se sumaría a este desorden interno un inminente ataque externo del ejército que rodeaba los muros caídos de Jerusalén. Tales proyecciones de posibilidades deben haber puesto a Nehemías bajo altísima presión. Todo el proyecto que había comenzado el líder en la corte del rey Artajerjes con meses de ayuno y oración podría haber volado por los aires fácilmente. Pero Nehemías no quiere dejar “dormir” esta situación, él mismo la activa y convoca a todos a una gran asamblea contra los opresores. El líder siempre quiere saber de primera mano cómo es la realidad. Si la hubiera dejado “dormir” quizás nunca se enteraba fehacientemente como se habría solucionado o agravado, prefiere activarla y ponerla en el último límite posible confrontando directamente y delante de todos a los opresores con Dios. Nehemías es la clase de líderes que no le teme a la acción pero que sí se perturba con la inacción. De la acción Nehemías podía esperar que surgiera un descontento tal que provocara una guerra civil, o apareciera una solución como la que él sabía Dios debía darle; ya que apelaba al segundo mandamiento para condonar él mismo a sus deudores y exigir de los demás la condonación de toda deuda al pueblo en general. Este principio de justicia social que activa Nehemías Jesús lo incluye en su conocida oración cuando dice:

“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” Mateo 6:12

Sin darse cuenta esta gente, nobles y oficiales, al condonar las deudas a los pobres habitantes de Jerusalén estaban trayendo sobre ellos el perdón de Dios, cosa mucho más valiosa que las propiedades y el dinero que iban a cobrar, pero no solo eso: Dejaban en

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libertad a quienes estaban oprimiendo con el hambre y la servidumbre. La acción directa del líder produce:

1) Sanidad, perdón, en toda la población 2) Aflojó todas las tensiones sociales y 3) Trajo la bendición de Dios sobre Jerusalén.

Aprendamos de este líder a confrontar a las personas que debemos confrontar, no dejemos “dormir” estos expedientes. Dios siempre estará de nuestro lado y nos dará la victoria. Estas acciones de Nehemías nos muestran su corazón, pero también su carácter. Entiéndase por carácter a las firmes determinaciones. Por ejemplo:

Determinar con quién hay que enojarse Tener la capacidad de confrontar a los que se salen de la línea de la voluntad de Dios Ser capaz de correr riesgos por aplicar principios de acuerdo a la Palabra de Dios Reaccionar con calma y precisión ante las acusaciones

Tener carácter no es ser gritón y/o malhumorado. No hay que confundir los tantos.

El carácter de un líder está impreso en la manera y en la forma que trata las interrelaciones humanas.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

OLVIDE SUS AMBICIONES PERSONALES ¿Cuantas veces hemos escuchado que la cama, la lana (el dinero) y la fama son

los mayores peligros que rodean la vida de un líder?. Es que las ambiciones personales carcomen internamente el liderazgo.

¿Crees que Nehemías no debió enfrentarse a estas tentaciones?. Especialmente siendo el gobernador, libertador y la más sobresaliente persona de Jerusalén por más de una década; Nehemías habría podido hacer cuantas cosas quisiera personalmente, especialmente dinero. Tenía todos resortes políticos y religiosos bajo su control a más el favor de todo el pueblo, este líder habría podido realizar sus más caras ambiciones personales. Sin embargo, la enseñanza que nos lega Nehemías en cuanto a deponer toda ambición personal en el liderazgo es muy valiosa. Sin ninguna duda ni vacilación, debemos tomar este ejemplo e imitarlo hasta en los detalles. A decir de Nehemías mismo los gobernadores anteriores a él más bien parecían interesados en acumular dinero, bienes y riqueza personales que velar por la vida y prosperidad de la población de la ciudad de Jerusalén. ¿Le suena parecido en algo a nuestros gobernantes actuales?, toda coincidencia es pura casualidad. También habían participado de este saqueo “legal” pero ilegítimo a la ciudad de Jerusalén los mismos criados de los gobernadores; pero Nehemías estaba lejos de parecerse a ellos, de tener los mismos intereses mezquinos y de estar interesado en tener grandes cuentas bancarias y hacer muchos registros de propiedad a su nombre sólo por una razón muy sencilla. Voy a escribir la razón en negrita y subrayado en el relato que sigue para que la veas claramente:

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“También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador. Pero los primeros gobernadores que fueron antes de mí abrumaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino más de cuarenta siclos de plata, y aun sus criados se enseñoreaban del pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios. También en la obra de este muro restauré mi parte, y no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí en la obra.” 5:14-15

Cada vez es mas clara la referencia acerca del éxito del liderazgo de Nehemías. Ya dijimos la primera imposibilidad que encuentran los líderes seculares y/o cristianos, es que no conocen al Señor como grande y terrible para trabajar en Su obra. Nehemías conocía quién era ese Dios grande y terrible, de allí su éxito en la lucha contra los enemigos. Ahora podemos alegar con equidad que los líderes que anteponen ambiciones personales a los intereses del reino de Dios no tienen temor de Dios. Nehemías no se enriquece ni cobra a este abrumado pueblo todo lo que debiera cobrar y exigir como gobernador; ni a sus criados deja hacer esto, solo por una causa muy sencilla; Nehemías en su corazón tiene temor de Dios. Deducimos fácilmente que los otros, aunque fueron tan gobernadores de Jerusalén como Nehemías, es decir, pertenecientes también al pueblo de Dios, no tuvieron temor de Dios. Ellos dieron a conocer a la historia un alto desconocimiento personal de quién era el Dios de Israel al sacar, exigir y esquilmar al pueblo de Jerusalén por ambiciones personales.

¿Acaso no conocemos hoy a líderes que se enriquecen a costa del liderazgo en la obra de Dios?. No estoy diciendo con esto que no creo que Dios nos prospere y vivamos y disfrutemos de todas las cosas, las cosas materiales y el dinero de forma particular, como una de las más notables y ricas bendiciones que podemos recibir de nuestro Señor. Me parece, personalmente, que las riquezas y el dinero en un líder que sirve al Señor grande y temible, son la mejor comprobación de que sirve a un Dios grande realmente. Lo que debemos diferenciar, tal como lo hizo Nehemías, es si en realidad nuestro liderazgo está motivado por el amor al dinero (1 Timoteo 6:10), el apego a las riquezas terrenales y al disfrute de las añadiduras (Mateo 6:33); porque de ser así estaríamos motivados incorrectamente. Esto mostraría enteramente que no conocemos el temor de Dios y que no sabemos que nuestro Dios es realmente grande y temible, ya que nos ocuparíamos de embolsar dinero y arrancar las propiedades y exigir y estrujar al pueblo de Dios para nuestro ambicioso provecho personal.

Los verdaderos y genuinos líderes, los que obran y tienen el mismo corazón de Nehemías para Dios y su pueblo, sin duda alguna estarán rodeados de las más ricas bendiciones aquí en la tierra; y el Señor les dará un lugar de privilegio para que dirijan las naciones en su reinado milenial (Apocalipsis 2:27).

El secreto del éxito de Nehemías en el liderazgo está en el conocimiento que tiene su corazón de quién es Dios y esto le permite ser lleno de sabiduría, ya que el temor de Dios es el principio de la sabiduría (Proverbios 1:6).

¿Qué le puede faltar materialmente a una persona que lidere al estilo de Nehemías?. Fíjate que es una bendición aún hoy este hombre. Lo que leemos en la Palabra de Dios no es una fábula, es historia, realmente ocurrió en la historia el

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liderazgo de un líder gigante llamado Nehemías. Esta grandeza en el liderazgo tiene tres bases sólidas:

1. Su grandeza consistió en estar rodeado de la mas completa humildad. 2. Su grandeza consistió en el conocimiento de quién es ese Dios: grande

y temible. 3. Su grandeza consistió que en su corazón había temor de Dios.

¡Necesitamos líderes al estilo de Nehemías!. ¡Señor moldea nuestro corazón con Tu temor!. ¡Enséñanos a ser líderes con tu temor Señor!.

El mundo está harto de las palabras querido líder, hoy necesita ver líderes con el corazón de Nehemías. Esto sí glorifica a Dios por todos los siglos: así lo hace Nehemías.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

DON DE SERVICIO, ESPIRITU DE SIERVO

Encontramos en la palabra de Dios que el servicio es también un don (regalo) que el Espíritu Santo otorga a sus hijos. Y si podemos procurar los mejores dones (1 Corintios 12:31), los líderes debemos tener en ejercicio constantemente el don de servicio. Dice el escritor a los Romanos:

“De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir;...” Romanos 12:6-7

Para un genuino líder servir a los demás es lo más natural y cotidiano, es parte de sus actos y pensamientos, de sus planes y proyectos. El servicio a los demás es la manera con que servimos a Dios. Es la mayor expresión de cualquier líder. Dios respaldará cualquier cosa que un líder haga mientras se trate del servicio a los demás. El servicio expresa el amor al prójimo y lo hace tangible. El servicio inspira confianza en los demás y se nos devuelve como una semilla fructificada al ciento por uno en nuestro lugar de liderazgo. Dios no se olvida de nuestro servicio porque Su Palabra asegura esto:

“Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.” Hebreos 6:10-12

TODO GRAN SIERVO DE DIOS DEBE SER TAMBIÉN UN GRAN SERVIDOR DE SUS HERMANOS.

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Así es Nehemías. Es a la vez el gobernador y siervo de Jerusalén. Nehemías ha puesto su vida como servicio a Dios y por hacerlo sirve constantemente a sus hermanos. No puede su corazón anteponer ambiciones personales en el liderazgo porque está sirviendo a sus hermanos. Nada puede ser más notorio en toda su estadía por doce años en Jerusalén que el servicio brindado en distintas áreas a su pueblo; de allí que encontremos a Nehemías rodeado de personas sentadas a su mesa en cada comida:

“Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros, estaban conmigo a mi mesa. Y lo que se preparaba para cada día era un buey y seis ovejas escogidas; también eran preparadas para mí aves, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave. Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo.” 5:17-19

Nada es más grande en el liderazgo que el privilegio de servir a otros. Este es uno de los principios que operan maravillas en el reino de Dios. Si nosotros estamos sirviendo de todo corazón a los demás entonces el Espíritu de Siervo que había en Jesús tiene libertad en nuestro ministerio. Él mismo declaró:

“Hubo también entre ellos (los discípulos) una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.” Lucas 22:24-27

“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.” Juan 12:26

Después de todo: ¡No es despreciable el don de servicio!. El Espíritu de Siervo nos lleva a tener don de servicio. Solamente así calificaremos para ser líderes al estilo de Nehemías.

Alguien dijo alguna vez con mucha razón:

“EL QUE NO VIVE PARA SERVIR NO SIRVE PARA VIVIR”

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

CAPITULO VI

ATAQUE AL LIDER “Cuando oyeron Sambalat y Tobías y Gesen el árabe, y los demás de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque en aquel tiempo no había puesto las hojas de las puertas), Sambalat y Gesen enviaron a decirme: Ven reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono. Mas ellos habían pensado hacerme mal. Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros. Y enviaron a mí con el mismo asunto hasta cuatro veces, y yo les respondí de la misma manera. Entonces Sambalat envió su criado para decirme lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en su mano, en la cual estaba escrito: Se ha oído entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros; y que por eso edificaste tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú el rey; y que has puestos profetas que proclamen acerca de ti en Jerusalén, diciendo: ¡Hay rey en Judá!. Y ahora serán oídas del rey tales palabras; ven, por tanto, y consultemos juntos. Entonces envié yo a decirle: No hay tal cosa como dices, sino que de tu corazón lo inventas. Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitaron las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, Oh Dios, fortalece tu mis manos. Vine luego a la casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte. Entonces dije: ¿Un hombre como yo ha de huir?. ¿Y quién, que fuera como yo, entraría al templo para salvarse la vida?. No entraré. Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sambalat lo habían sobornado. Porque fue sobornado para hacerme temer así, y que pecase, y les sirviera de mal nombre con que fuera yo infamado. Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sambalat, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa, y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo. Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra. Asimismo en aquellos días iban muchas cartas de los principales de Judá a Tobías, y de Tobías venían a ellos. Porque muchos en Judá se habían conjurado con él, porque era yerno de Secanías hijo de Ara; y Johanán su hijo se había tomado por mujer a la hija de Mesulam hijo de Berequías. También contaban delante de mí las buenas obras de él. Y enviaba cartas Tobías para atemorizarme.” Capitulo 6:1-19

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Este capítulo es la parte medular del libro de Nehemías. Si el líder no hubiera tenido todas las cualidades que vamos enumerando en los capítulos anteriores, en este punto hubiésemos visto a un líder acabado, con los brazos abajo, con la frente ceñida y sin poder continuar. En las líneas que acabamos de leer está puesto el nudo de toda la trama del libro. Es por lo tanto motivo de estudio profundo y serio de nuestra parte.

No podríamos concebir el libro de Nehemías sin la participación eminentemente protagónica del líder. No podríamos tener los registros históricos de esta hazaña de reconstrucción de la muralla en tiempo récord sin el líder; que ahora es atacado de manera fulminante por sus enemigos. No podríamos conocer cómo un pueblo vuelve a restaurar la vida social con equidad, con justicia, y con prioridades importantes como la vuelta a la Palabra y el culto a Dios sin el líder; que ahora se ve rodeado de supuestos “hombres de Dios” y supuestos “profetas” que quieren minar su vida con temor. Es en verdad este punto la mayor prueba al liderazgo que debe soportar Nehemías.

Los opositores de este líder han ido rotando de posición frente a la habilidad de este líder para tratar con ellos, tanto externa como internamente; pero ha llegado un punto donde sus enemigos buscan su vida directamente, quieren eliminarlo, quieren sacarlo de escena. Este líder ha resistido todos los embates que ellos planificaron, ha destruido todos sus argumentos y podríamos decir que los ha ridiculizado y rebajado no con palabras sino con su actitud. Esto fue lo que sus enemigos no midieron, ellos se han reído y burlado de todo, pero no habían medido la capacidad del líder en dependencia del Señor. La fortaleza y el carácter de Nehemías son sobresalientes pero lo más importante y evidente: posee un corazón que tiene el temor de Dios como principio de sabiduría para liderar y que sabe que su Señor es grande y temible. De manera que los enemigos ahora están obligados, por la situación, a iniciar una tentativa de trampas e intrigas para atrapar y derribar al líder.

El líder básicamente ha hecho tres cosas importantes para tratar con los enemigos: 1- Ha desgastado tan poca energía en los enemigos que se están poniendo

furiosos. Esto es muy conveniente para las fuerzas del líder. 2- Nunca ha huido sino que siempre ha enfrentado a sus enemigos. Esto

muestra cómo es su carácter. 3- No ha cambiado de planes en su objetivo de reconstrucción, pase lo que

pase. Y esto parece mostrar la tenacidad de la determinación interna, que yo le llamo fe en acción porque es certeza y convicción en ejecución.

¿Por qué no analizamos cada uno de estos tres ítems?. Nehemías tiene tanto para enseñarnos con su vida que es sumamente rico lo que podemos extraer de esta Palabra.

1. Ha desgastado tan poca energía en los enemigos que ellos se están poniendo furiosos. Nada es tan preciado para la oposición como que uno le preste atención, que luego analice sus estúpidas ocurrencias, que luego planee qué hacer con ellos o en contra de ellos. Todo esto resulta en un impresionante desgaste de energía, tiempo, fuerzas y recursos para el líder. Pero Nehemías como líder hábil ha resuelto que mientras los enemigos amenacen y se armen contra Jerusalén, él va a reconstruir el muro así tenga que llevar una lanza en una mano y una pala en la otra. No se ha sacado la ropa en cincuenta y dos días por el intenso trabajo, pero señalemos aquí que este líder, acertadamente, no está trabajando en lo que los opositores quisieran verlo ocupado. Nehemías ha orado y ayunado por cuatro meses para entrar en acción cuando el rey lo ordenara; ahora a llegado al lugar de trabajo y no ha dedicado tiempo a grandes

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ayunos y oraciones, ni vigilias, ni a pelear con sus enemigos; este líder está enfocado a la tarea de reconstrucción. Sus fuerzas están volcadas en el lugar correcto y con las personas correctas. Esto parece muy conveniente para las fuerzas del líder. Ahora sus enemigos son unos mendigos de la atención del líder:

“Y enviaron a mí con el mismo asunto hasta cuatro veces, y yo les respondí de la misma manera. Entonces Sambalat envió su criado para decir lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en su mano,...” 6:4-5

¡¡Ya sabes que hacer con tus enemigos!!. Destínales el mínimo de interés y energías. Haz que ellos gasten el tiempo persiguiendo tu atención. Nehemías solo aprovechaba ese tiempo para construir, hacer la obra, realizar los sueños de ayuno y oración que por meses habían consumido sus fuerzas y habían llegado a mudar su rostro en un semblante atribulado y acongojado.

Los enemigos de Nehemías pierden el tiempo que él aprovechó al máximo. Me imagino que cada vez que aparecían los mensajeros de Sambalat Nehemías debía ocultar la sonrisa que se le dibujaba en el rostro. Pensaría para sí: ¡Esta gente derrocha tiempo y energías en nada, yo estoy haciendo una gran obra!.

Nehemías parece haber grabado su respuesta en el disco rígido de su memoria, de manera que ha gastado el mínimo de tiempo y energías para elaborar respuestas. Una misma respuesta le sirvió en cinco oportunidades contra sus enemigos. ¿No es esto humillante para sus enemigos?. Por supuesto, pero ellos se han propuesto enfrentar a un hombre de fe que toma determinaciones y nada ni nadie va a sacarlo de allí con pavadas.

Lo que más me llama la atención es que la oposición hasta el día de hoy no ha cambiado su libreto, siguen haciendo acusaciones, calumnias e inventando situaciones incongruentes; con esto lo único que hacen es mostrar su negro corazón. ¡Cuánto le habría gustado a Sambalat ser el líder de la reconstrucción del muro para luego rebelarse contra el rey Artajerjes!. Eso había en el corazón de Sambalat por eso manda a decirle esto a Nehemías:

“Entonces Sambalat, por medio de un criado suyo, me envió por quinta vez el mismo mensaje en una carta abierta, que decía: ‘Corre el rumor entre la gente, y también lo dice Gesem, de que tú y los judíos están planeando una rebelión, y que por eso están reconstruyendo la muralla. Según estos rumores, tú vas a ser su rey, y has nombrado ya profetas para que te proclamen rey en Jerusalén y digan que ya hay rey en Judá. Estos rumores bien pueden llegar a oídos del rey Artajerjes, así que ven y conversemos personalmente.” (6:5-7 Versión Dios Habla Hoy)

Ahora era Nehemías quién se reía a carcajadas dentro de él diciendo: ¡Que ocurrencias tiene Sambalat!. Este hombre tiene espíritu de rebeldía y eso es lo que expresan sus palabras. Si por un minuto Sambalat se ponía los zapatos de Nehemías inevitablemente se rebelaría contra el rey Artajerjes. Contrario al de Sambalat es el corazón de Nehemías estando en sujeción a la autoridad, su puesto de copero todavía lo espera, el tiempo que él mismo dijo al rey que volvería corre sin pausa; él debe volver a Susa la capital del reino porque es un hombre de palabra, un líder de principios; y a la diferencia fundamental con sus enemigos la hace su corazón.

Hay un mecanismo psicológico de defensa, que muestra lo que hay dentro de las personas; por lo general ven por proyección en ti todos los defectos y las actitudes que

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ellos mismos tienen. Pero antes que la psicología hiciera ese descubrimiento Jesús asegura que:

“...de la abundancia del corazón habla la boca.” Lucas 6:45 Nehemías entonces no yerra en su juicio de apreciación y manda a contestarle a

Sambalat: “...envié yo a decirle: No hay tal cosa como dices, sino que de tu corazón tú lo inventas.” 6:8

2. Nunca ha huido por la tangente este líder sino que siempre ha enfrentado

a sus enemigos. Pero esta vez Nehemías está cerca de un sacerdote de Israel llamado Semaías. Sabemos que este hombre era sacerdote porque aparece en la lista del capítulo 3:29 donde están los sacerdotes que reconstruyen su parte en el muro y en el capítulo 10:8 donde están los sacerdotes que ratifican el pacto de Nehemías. Semaías siendo sacerdote y habiendo participado en la reconstrucción del muro en lo profundo de su corazón más simpatiza con el delincuente Sambalat, que con el decidido gobernador de la ciudad de Jerusalén. Algo hace que este sacerdote permanezca encerrado. Tiene miedo o participa de un complot contra Nehemías. La trampa ya está planeada para apresar a Nehemías y surgen las palabras de Semaías diciendo:

“Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.” 6:10

Creo personalmente que Nehemías no pensó la respuesta que dio a este menospreciable hombre. Nehemías parece sacar un recuento rápido de cuantas veces tuvo que enfrentar la oposición, cuantas veces tuvo miedo pero igual siguió hacia adelante, cuantas veces pasó entre la espada y la pared, cuantas veces estuvo en peligro su vida y en fracciones de segundos salió de él una respuesta coherente con su vida entera, con su actitud ante las dificultades y con la confianza ciega que un hombre puede poner en Dios. Responde a Semaías:

“¿Un hombre como yo ha de huir?. ¿Y quién, que fuera como yo, entraría al templo para salvarse la vida?. No entraré.” 6:11

Esta respuesta de Nehemías muestra cómo es su carácter. Este líder es indómito al miedo, el temor es alejado constantemente de su vida por sus actitudes cargadas de coraje. Pesa mucho en su corazón el hecho que está haciendo la obra de Dios y que si debe morir por hacerla, se cuida que no lo encuentren huyendo. Quiere morir con las botas puestas. Quiere estar en el liderazgo así le corten la cabeza mientras está parado. Él tiene una fuerte convicción interna, es decir: FE. Sabe que está en el lugar correcto, en el tiempo correcto y haciendo lo correcto, por lo tanto no teme que lo persigan para matarlo. Quiere enfrentarse a sus enemigos y mirarle a los ojos si deben asesinarlo, por eso rehúsa huir de cualquier forma y no quiere ni acariciar la idea de refugiarse en ninguna parte.

Me imagino los ojos desorbitados de Semaías mirándolo con mucha incredulidad y a su vez sorprendido por la respuesta de fe sacada del corazón del líder. Esa noche seguramente se despertaría cada hora cuando musitaban nuevamente las palabras de Nehemías que volvían a resonar en su cabeza:

“¿Y quién,... que fuese como yo..., entraría al templo para salvarse la vida...?”.

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Nehemías es verdaderamente el tipo de líder que Dios usa a gusto en su obra. No es que Nehemías tiene un mayor concepto de sí; solo cumple con dignidad el rol o la función con la que debe vivir un verdadero líder que sirve al Señor grande y temible. Se me ocurre que Nehemías tenía un dicho que siempre lo recordaba en voz alta:

Dejemos que huyan los cobardes.

3. Nehemías no ha cambiado de planes en su objetivo de reconstrucción pase lo que pase. Los enemigos han ideado ya una docena de estrategias y el líder no ha cesado la obra. Es más, el correr de los días hace que esté en las últimas etapas de reconstrucción. Nehemías está contando en el almanaque cuantos días llevan de titánico esfuerzo. Ahora sus enemigos quieren su vida pero él sigue despreciando huir de cualquier forma; prefiere enfrentarse siempre a sus enemigos antes que dejar la obra que ha emprendido en el nombre del Señor. Y esto parece mostrar completamente la tenacidad de la determinación interna de Nehemías, que yo le llamo fe en acción, porque es certeza y convicción en ejecución.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

EL LIDER PESA LOS ESPIRITUS

Nehemías parece un experto en detectar con qué espíritus actúan las personas. Solamente al escuchar las palabras de Semaías creo que la piel se le puso como de gallina. ¿Un sacerdote de Israel diciéndole la forma de escapar en vez de enfrentar a los enemigos?. Es realmente raro. Está bien que Semaías haya estado bajo una presión muy fuerte pero Nehemías dice claramente:

“Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sambalat lo habían sobornado. Porque fue sobornado para hacerme temer así, y que pecase, y les sirviera de mal nombre con que fuera yo infamado.” 6:12

¡Fue sobornado Semaías! No hay caso, no pueden encontrar in fraganti al líder. No ha mordido ningún anzuelo ni tomado ninguna pista falsa que los opositores inventaron. Los enemigos se ven acorralados por la actitud íntegra y altruista de Nehemías, entonces la oposición llega al colmo: deben sobornar a un sacerdote de Israel para que hiciera caer al líder. Los lazos de los enemigos ahora están disfrazados con túnicas, investidura sacerdotal, figura de ministro y en su boca “palabra de Dios”. ¡Qué difícil es detectar al enemigo disfrazado así!. Sin embargo, Nehemías lo detecta. ¿Cómo lo hace?. Pues bien debemos analizar algunas cosas básicas.

A - Nehemías escucha y pesa las palabras del sacerdote: Las palabras del sacerdote parecen las palabras de Pedro para Jesús cuando debía de ir a la cruz. Así Semaías también intenta sacar a Nehemías del cometido que Dios le había dado. Jesús dijo inmediatamente a Pedro:

“...¡Quítate de delante de mí Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en la de los hombres.” Mateo 16:23

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Pedro solamente había dicho esto: “...tomándolo aparte (a Jesús), comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.” Mateo 16:22

Semaías está diciéndole a Nehemías que se encierre, que se cuide que no lo maten, que se tenga lástima, que escape de sus enemigos. Nehemías sintió el mismo rechazo que Jesús sintió a las lastimeras palabras de Pedro. Jesús trata a Pedro como al mismo Satanás. Satanás mismo se expresaba a través de las palabras de Pedro. Ningún otro ser puede desear tanto que los líderes del reino de Dios cometan el pecado de indignidad y huyan despavoridos delante de los enemigos.

¿Nunca hemos sentido estas palabras aún de los más allegados familiares o amigos íntimos?. Es el mismo Satanás el que habla en ellos. Identifíquelo. Cada vez que alguien te hace escuchar estas palabras debes saber que no provienen de Dios. Tú debes estar anclado en la visión que Dios te dio, debes poner la mira en las cosas de arriba; la orden para tu ministerio viene de allí.

Cuando Dios te ha dicho que hagas algo en la obra luego no te dice que huyas para que no te maten, así tus enemigos vengan degollando. Dios no da contraórdenes. Visto así no parece tan difícil detectar al mismo Satanás cuando nos habla por las personas respetables; tal como un sacerdote de Israel.

Nehemías de pronto dejó de ver la figura de Semaías y la visión espiritual se clarificó mostrando al mismo diablo allí. Había sido sobornado Semaías, él ya estaba en pecado deliberado y eso permitía la intromisión del enemigo invisible que ahora atacaba al líder, el diablo. Por eso, nunca te dejes llevar por las apariencias querido líder. La investidura sacerdotal y todo el entorno, incluso el hecho de ofrecerle guarecerse en el templo de Dios, podrían parecer a ojos humanos como lo mejor que le podía pasar a Nehemías en ese momento. Pero este líder sabe algunas cosas espirituales y el discernimiento del bien y del mal (Hebreos 5:13-14) le permite saber que esas palabras no provienen de Dios, sino que Semaías ahora es un instrumento del maligno, aunque también sea un sacerdote de Israel.

Tú debes despertar a esta realidad espiritual donde las apariencias no cuentan.

B - Ante las palabras de Semaías Nehemías siente temor: Dios había mostrado a este líder que era posible tener temor cuando muerte pasaba frente a él delante del rey Artajerjes; cuando sus recursos eran escasos y debía pedir ayuda a los gobernadores para talar los bosques del rey; inclusive frente a la preparación de los ejércitos enemigos Nehemías también siente temor; sin duda ante la agitación social interna en Jerusalén siente miedo, etc. Pero en todas estas ocasiones el temor era por el arrojo para hacer algo grande, para conquistar un terreno todavía no ganado, para ir hacia delante en fe, para sobreponerse a las dificultades y vencerlas; pero el temor ante Semaías es un temor que llevaba al pecado. ¡Qué fuerte temor habría sentido este líder!. Las estructuras internas de su ser sintieron un terremoto. Tal es el grado de temor que Nehemías dice:

“Porque fue sobornado para hacerme temer así, y que pecase,...” 6:13 Nehemías siente en las palabras de este sacerdote alguien que lo incita a pecar.

Ese pecado se llamaba mal nombre e infamia. El mal nombre del líder es sinónimo del mal nombre de Dios. Nehemías es el siervo de Dios y que él incurriera en el pecado de cobardía, sus enemigos tenían para infamarlo. El festejo de los enemigos sería el mayor.

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Cobardía es algo que los líderes no debemos tener. Nehemías no aceptó estos sentimientos ni por un segundo. El mismo Espíritu inspiró las palabras del líder que preparó a Timoteo:

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” Timoteo 1:7

Nehemías ha dejado constancia que más de una persona “de Dios” en Israel ha tratado de meterle miedo. ¡Que ataque del diablo!. Estos son los enemigos invisibles de Nehemías; no se apostan detrás del muro, no cargan flechas y arcos visibles para pelear. El diablo y sus secuaces han apuntado su artillería espiritual contra el líder para un ataque invisible y letal. Los canales que el diablo usa son los “líderes espirituales” de Israel. Ellos han abierto las puertas de entrada a Satanás mediante el pecado y el maligno no desaprovecha la oportunidad de tratar a fondo con Nehemías. La munición preferida por el diablo es el miedo y Nehemías lo sabe. Solo que esas municiones son disparadas por las personas que menos esperamos. Nehemías cuenta:

“Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sambalat, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa, y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo.” 6:14 “Asimismo en aquellos días iban muchas cartas de los principales de Judá a Tobías, y las de Tobías venían a ellos. Porque muchos de Judá se habían conjurado con él,... También contaban delante de mí las buenas obras de él, y a él le referían mis palabras. Y enviaba Tobías cartas para atemorizarme.” 6:17-19

Pero lo que Nehemías vivió frente al sacerdote Semaías escapa a toda descripción. El temor que corrió por sus heladas venas sólo por unos segundos ha sido lo más fuerte que este líder pudo pasar en su ministerio, por eso lo pone de forma separada del resto de profetas que trataron de meterle miedo. Al descubrir esta realidad que vivió el líder que estudiamos nos damos cuenta que no podemos ser ciegos a nuestra realidad. No todo el que tenga investidura “sacerdotal” tiene siempre “palabra de Dios” para nuestro ministerio. No todo el llamado “profeta” tiene palabra de Dios para nosotros de forma personal. El líder debe pesar los espíritus si quiere permanecer victorioso en el campo de batalla, porque pronto verá que no solo hay enemigos reales en las personas opositoras de forma visible, sino que potentes fuerzas espirituales invisibles descargarán todo su arsenal sobre nosotros a través de “gente espiritual”. Juan nos aconseja en estos casos diciendo:

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.”

1 Juan 4:1 Ya dijimos que el liderazgo no es gratuito, tiene un precio y ¡qué precio!. No por

esto vamos a vivir paranoicos por los enemigos, pero vamos a tener que usar pié de plomo para movernos. Vamos a necesitar todo el discernimiento espiritual que el Señor pueda darnos. Nuestra relación con el Espíritu Santo va a tener que ser óptima todo el tiempo. Nuestra acción va a necesitar grandes bases de certeza y convicción, fe. Nuestras prioridades van a tener que estar alineadas perfectamente. Nuestro esfuerzo en

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el trabajo deberá ser siempre el mejor. Así lideró Nehemías. Imitémoslo porque Dios se vale de estos líderes para realizar Su obra.

Jesús les advirtió a sus discípulos catorce veces en los evangelios que esperaran la venida de falsos profetas y dirigentes engañosos. Revisa estos pasajes: Mateo 7:15-16; 16:6,11-12; 24:4,11,24; Marcos 12:38-40; Lucas 12:1; 17:23; 20:46-47; 21:8.

En ningún momento Dios nos ha puesto como jueces de los demás, pero debemos realizar una evaluación de quienes dicen ser ministros de Dios para que no seamos sorprendidos en nuestra buena fe. Debemos cuidarnos de emitir juicio sobre los demás, quien quiera que sea (Mateo 7:1-2), pero debemos saber perfectamente conque espíritu actúan las personas. Algunos pasajes de las Escrituras directamente exhortan a los creyentes a poner a prueba a los maestros, predicadores y dirigentes de la iglesia. Lee 1 Tesalonicenses 5:20-21; 1 Juan 4:1-6. Se deben dar los siguientes pasos para poner a prueba a los falsos maestros o profetas:

1- Discernir su carácter: Si los ministros cristianos no tienen un mínimo del fruto del Espíritu en ellos (Gálatas 5:22-23), estamos ante la presencia de personas capaces de dar lugar a la carne en su ministerio. El pecado es lo que abre la puerta a la acción del diablo y cualquier obra de la carne en los ministros será usada para destruir la obra de Dios. El carácter sobresaliente de los profetas, pastores, evangelistas y maestros conforme al corazón de Dios es que ellos aman la justicia, la equidad y aborrecen con toda la fuerza de su corazón la maldad. No temen denunciar y exponer el pecado mientras aman a los pecadores. Estos pasajes te ayudarán a identificarlos: Juan 3:16-21; Hebreos 1:9; Mateo 23; Lucas 3:17-20

2- Discernir sus motivos: Los verdaderos dirigentes cristianos procuran honrar a Cristo en todos sus actos y buscan que su propio testimonio deje el nombre de Cristo en alto. Así lo dicen 2 Corintios 8:23; Filipenses 1:20-21. Ellos también guían a la iglesia a la santificación porque entienden que los creyentes no podrán acceder a la eternidad sin esa experiencia. Los respaldan estos pasajes: Hechos 26:17-18; 1 Corintios 6:18; 2 Corintios 6:14-18. Los verdaderos ministros cristianos dedican todos los esfuerzos posibles para salvar a los perdidos. Lea 1 Corintios 9:19-23. Por excelencia la motivación genuina de los líderes que sirven de todo corazón al Señor está puesta en proclamar y defender el evangelio de Jesucristo y la doctrina de los apóstoles; ya que una pequeña desviación de las Escrituras hace una gran diferencia en la vida de las personas. Así lo dice Filipenses 1:15-16 y Judas 3-4

3- Examinar el fruto de la vida y del mensaje: La coherencia entre lo que predica y lo que vive el ministro hace que cada vez que abre su boca sea pura bendición para los demás. No pueden decir a los demás: “Hagan lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. Porque la fuerte combinación de vida y palabra hace que los no convertidos obedezcan a la Palabra de Dios y los creyentes sean edificados en la fe. Mateo 7:16

4- Discernir su confianza en las Sagradas Escrituras: Este es un aspecto clave. Los ministros que tratan de guiarnos: ¿Creen y enseñan que Dios inspiró todas las Escrituras originales del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento?. ¿Incluyen de forma íntegra su vida a la autoridad de la Palabra?. Lea 2 Juan 9-11.

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5- Probar su integridad con respecto al dinero: ¿Administran el dinero del reino de Dios con integridad y responsabilidad?. ¿Tiene o no amor al dinero?. ¿Tiene interés personal en ganancias deshonestas?. ¿Tiene fidelidad a Dios en el campo de las finanzas?. 1 Timoteo 6:8-10; Miqueas 3:9-12; Eclesiastés 5:10. Recuerda que el pecado del sacerdote Semaías fue recibir soborno.

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EL LIDER TERMINA LA OBRA

Que el líder termine la obra ante su fuerte determinación de hacerla no es raro. Pero el tiempo de realización de esta obra debiera ser incluido en el libro Guinnes de récord mundiales. Lo cierto es que el líder hace la obra hasta terminarla, aunque el tiempo juegue un papel importante para glorificar a Dios. Podemos decir que Nehemías termina la obra en tiempo y forma.

“Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.” 6:15-16

Nehemías no se ha despegado ni por un instante del motivo que sacudió su vida mientras estaba en la corte del rey. Oró a Dios, organizó todo lo necesario para hacer esa obra, enfrentó a la oposición y trabajó sin sacarse la ropa hasta que el muro fue terminado. Así trabajan los líderes que son usados por Dios para hacer Su obra.

Alguien dijo que: “La gloria es de Dios, pero de sus siervos la fama”. Eso también afirma Hechos de los Apóstoles 5:12-13. El nombre de Nehemías ahora era conocido en todas las naciones que estaban alrededor de Jerusalén, pero reconocían que este líder trabajaba donde Dios estaba trabajando. De allí que se sintieran humillados y temieran. Esto es un buen indicativo para cualquier liderazgo. Fíjate que esto ocurre solo cuando se hace la obra de Dios tal como Él quiere. Cuando se termina una obra a la manera de Dios, aún nuestros enemigos u opositores más acérrimos temerán y se sentirán humillados.

Terminar la obra no es otra cosa que dar gloria a Dios. Parece insignificante la lección pero si la miramos desde la óptica de Dios por el interés de Su gloria, descubriremos el sentido real que tiene terminar la obra en la que estamos. Terminar la obra no debe ser una carga, más bien debe ser el disfrute del líder al entregar de esta manera nuevas alabanzas al Señor. Nuestra obra, el muro que Dios nos dio parta reedificar, debe ser terminado en tiempo y forma, así Dios será glorificado. Y si Dios sabe que va a ser glorificado tenemos segura Su compañía, por consiguiente todo el despliegue de Su poder. Se terminó el muro porque Dios estaba con su pueblo (2:20; 4:15,20); y porque ellos tenían un dirigente valeroso, consagrado y perseverante, que dependía totalmente de Dios como su protección y fuente de fortaleza (5:14-19).

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Esta combinación entre Dios y el hombre es lo que los opositores no pueden superar. Dios es Dios pero se vale de sus siervos para mostrar su poder. Aquellos que deseen liderar deberán asimilar que la obra no se realiza por capacidades humanas sino por la dependencia del Señor. Esa dupla entre Dios y nosotros es imparable. Inevitablemente iremos hasta el final y terminaremos la tarea que Él nos encomendó. Los enemigos no conocen ni saben de estos recursos del liderazgo cristiano, por lo tanto, actuemos en consonancia con estas premisas:

Si voy a trabajar en la obra de Dios, debo hacerlo con y para Dios. Si Dios me ha enviado a trabajar en Su obra no debo parar por la presión de los

enemigos.

Si empecé la obra de Dios debo terminarla para Su gloria.

M.E.C.LID. MINISTERIO DE ENSEÑANZA Y CAPACITACIÓN

PARA LÍDERES

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CAPITULO VII EL LIDER TRABAJA CON LOS MEJORES

“Luego que el muro fue edificado, y colocadas las puertas, fueron señalados porteros y cantores y levitas, mandé a mi hermano Hanani, y Hananías, jefe de la fortaleza de Jerusalén (porque éste era varón de verdad y temeroso de Dios, más que muchos); y les dije: No se abran las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y aunque haya gente allí, cerrad las puertas y atrancadlas. Y señalé guardas de los moradores de Jerusalén, cada cual en su turno, y cada uno delante de su casa. Porque la ciudad era espaciosa y grande, pero poco pueblo dentro de ella, y no había casas reedificadas. Entonces puso Dios en mi corazón que reuniese a los nobles y oficiales y al pueblo, para que fuesen empadronados según sus genealogías. Y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito así: Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de los que llevó cautivo Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad, los cuales vinieron con Zorobabel, Jesús, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamani, Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum y Baana. El número de los varones del pueblo de Israel: Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos. Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos. Los hijos de Ara, setecientos cincuenta y dos. Los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Jesúa y de Joab, dos mil ochocientos dieciocho. Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. Los hijos de Zatu, ochocientos cuarenta y cinco. Los hijos de Zacai, setecientos sesenta. Los hijos de Binúi, seiscientos cuarenta y ocho. Los hijos de Azgad, dos mil seiscientos sesenta y siete. Los hijos de Adín, seiscientos cincuenta y cinco. Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho. Los hijos de Hasum, trescientos veintiocho. Los hijos de Bezai, trescientos veinticuatro. Los hijos de Gabaón, noventa y cinco. Los varones de Belén y de Netofa, ciento ochenta y ocho. Los varones de Anatot, ciento veintiocho. Los varones de Bet-azmavet, cuarenta y dos. Los varones de Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres. Los varones de Ramá y de Geba, seiscientos veintiuno. Los varones de Micmas, ciento veintidós. Los varones de Bet-hel y de Hai, ciento veintitrés. Los varones de Nebo, cincuenta y dos. Los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. Los hijos de Harim, trescientos cuarenta y cinco. Los hijos de Lod, Hadid y Ono, setecientos veintiuno. Los hijos de Senaa, tres mil novecientos treinta. Sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesús, novecientos setenta y tres. Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos. Los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete. Los hijos de Harim, mil diecisiete. Levitas: Los hijos de Jesús, de Gadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.

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Cantores: Los hijos de Asaf, ciento cuarenta y ocho. Porteros: Los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita y los hijos de Sobai, ciento treinta y ocho. Sirvientes del templo: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot, los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón, los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Salmai, los hijos de Gahar, los hijos de Reaía, los hijos de Rezín, los hijos de Necoda, los hijos de Gazam, los hijos de Besai, los hijos de Mehunim, los hijos de Nefisesim, los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur, los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa, los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema, los hijos de Nezía, y los hijos de Hatifa. Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Perida, los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel, los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Amón. Todos los sirvientes del templo e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos. Y estos son los que subieron de Tel-mel, Tel-harsa, Querub, Adón e Imer, los cuales no pudieron mostrar la casa de sus padres, ni su genealogía, si eran de Israel: los hijos de Delaía, los hijos de Tobías y los hijos de Necoda, seiscientos cuarenta y dos. Y de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos y los hijos de Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, y se llamó del nombre de ellas. Estos buscaron su registro de genealogías, y no se halló; y fueron excluídos del sacerdocio, y les dijo el gobernador que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote con Urim y Tumim. Toda la congregación era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, sin sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete; y entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras. Sus caballos, setecientos treinta y seis; camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte. Y algunos de los cabezas de familias dieron ofrendas para la obra. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales. Los cabezas de familias dieron para el tesoro de la obra veinte mil dracmas de oro y dos mil doscientas libras de plata. Y el esto del pueblo dio veinte mil dracmas de oro. Dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales. Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel, en sus ciudades.” Capitulo 7:1-73

Creo que el peor empleo en Jerusalén en el momento que lideraba Nehemías era trabajar en el registro civil. Admito que te hayas aburrido al leer las líneas anteriores pero esto es Palabra de Dios. Da la impresión que cada quién elegía el nombre que mejor le parecía y así se llamaba. Pero fuera de este tema intrascendente Nehemías nos muestra cómo él trabaja con los mejores. Ya hemos sacado muchas enseñanzas de este admirable líder pero quedan muchas más todavía.

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Hanani, el propio hermano de Nehemías, quien fuera el vocero para avisar al líder en la corte de Artajerjes de las condiciones lamentables en que vivían los de Jerusalén (1:2), es la persona elegida por Nehemías para hacerlo cargo de algo que era de mucha responsabilidad luego de la reconstrucción del muro. Él debía cerrar las puertas de la ciudad y controlar a que nadie salga ni entre de ella Hananías, jefe de la fortaleza de Jerusalén también es convocado por Nehemías para realizar una tarea conjunta con Hanani. Nehemías deja constancia de qué es lo que buscaba en las personas que iban a ocupar puestos claves en Jerusalén esos días, y de Hananías dice así:

“...éste era varón de verdad y temeroso de Dios, más que muchos;...” 7:2 Que bueno es saber que había personas como Hananías en Jerusalén después de saber lo que hizo el sacerdote Semaías, la profetiza Noadías y los otros profetas que trataron de meterle miedo a Nehemías (6:10,12,14); pero también es gratificante saber que el líder que estudiamos se mueve bajo parámetros que están en la voluntad del Señor. Nehemías no quiere saber cuanta capacidad profesional tiene Hananías, no está preocupado por si tiene buena presencia física o si se ha graduado del más prestigioso seminario bíblico del mundo; Nehemías solo busca alguien que sea varón de verdad y temeroso de Dios, eso le es suficiente, piensa Nehemías que con eso basta y sobra para llevar adelante la tarea en la ciudad de Jerusalén que estrenaba muros recién terminados de reconstruir.

La tarea para Hanani y Hananías no sería fácil pues el desorden reinante hasta el momento era lo “normal” pero eso debía tener un tope. Cualquiera podía entrar a la ciudad en cualquier horario y de cualquier manera, ahora había que instaurar un orden y hacerlo respetar y seguramente se enfrentarían a gente poco cortés; pero para ese cargo no se necesitaban militares con armamento pesado, sino alguien que tenga temor de Dios es su corazón.

Hay por ahí un dicho que ilustra bien lo que pasa en el liderazgo de Nehemías. El dicho reza: “Dios los cría y ellos se juntan”. Así es de cierto también en el liderazgo, en general. Nehemías y Hananías tienen algo en común y es un corazón temeroso del Señor por eso se buscan y se encuentran. Es más, creo que hay un atractivo especial en las personas temerosas de Dios que les hace unir las manos para realizar la obra del Señor.

Otra valiosa lección que podemos tomar de nuestro líder en la selección de líderes y dirigentes para la obra de Dios es designar a personas que hayan perseverado en fidelidad a Dios y a su Palabra; que hayan demostrado temor de Dios y que estén resueltos a denunciar al pecado. En definitiva los candidatos a ocupar lugares importantes deben ser...

“...ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.” 1 Timoteo 4:12

Así como Hananías, las personas que trabajen con nosotros en la obra deben ser ejemplo de los demás. Debemos trabajar con los mejores, no podemos incluir cualquier persona en la obra de Dios por amiguismo o conveniencias particulares. Tampoco debieran contar la capacidad de su chequera o los títulos que cuelgan en su oficina. Lo que hace la diferencia en el trabajo de la obra del Señor es el corazón temeroso de Dios; y que por ser temeroso de Dios seguramente es ejemplo de los demás en todas las cualidades que enumera el apóstol que escribe a Timoteo.

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Hay que tirar abajo todos los prejuicios si queremos tener un liderazgo ejecutivo en la obra de Dios. Alguien una vez me confrontó diciéndome:

- Pasas el tiempo eligiendo a las personas para el trabajo que realizamos y veo que tienes “preferencias” por unos mientras alejas a otros.

- Mi respuesta fue: ¿Cómo harías tú el mismo trabajo que yo?. Por toda respuesta bajó su cabeza por unos minutos como pensando y cuando la levantó tenía una sonrisa en el rostro.

- Luego le expliqué esto: Las personas que trabajan aquí no trabajan para mí, yo no les doy pago ni les doy recompensa personal alguna por lo que hacen, ellos trabajan para el Señor, el Dueño de la Viña; inclusive yo debo rendir cuentas del trabajo que tengo a cargo realizar. ¿Te parece que debo incluir a cualquier persona en esto?.

- Ella respondió: ¿Quién eres para decidir qué personas van a estar o no en esto?.

- Entonces pude decir muy confiado: Yo no elijo a las personas, ellas se eligen para estar y pertenecer a este equipo.

- Se levantó y se fue sin siquiera saludarme. Sé que esa persona no quiso mirar la realidad objetivamente por eso se fue mal

conmigo; pero después que se fue de la oficina me quedé por un momento sentado tratando de orar, pensar y mirar desde el punto de vista que me objetaron. Por un momento pasé analizando la situación hasta que el Señor inundó con una paz increíble mi ser y me dijo solamente estos nombres: David, Gedeón, Nehemías, Pablo. Empecé a pronunciar estos nombres lentamente, en voz baja y allí había una enseñanza para mí. Me fui dando cuenta cómo ellos habían hecho algo importante en la obra de Dios solo por tener la capacidad de elegir y trabajar con los mejores.

Digamos que hoy no podríamos concebir a David como guerrero sin sus valientes hombres. Hasta sus nombres pasaron a la posteridad por formar parte del equipo de David tales como:

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Joseb-basebet, principal de los capitanes de David quien en una sola ocasión mató a ochocientos hombres (2 Samuel 23:8) Eleazar, quien peleó hasta que la espada quedó pegada a su mano hiriendo a los filisteos (2 Samuel 23:9-10) Sama, este se paró en medio de un campo de lentejas y lo defendió y mató a los filisteos (2 Samuel 23:11-12) Tres de los treinta valientes cuando escucharon a David decir que tenía sed e inmediatamente irrumpieron en el campamento de los filisteos y sacaron agua del pozo de Belén. David no pudo tomar esa agua porque costaba la vida de tres personas y la derramó para Jehová (2 Samuel 23:13-17) Abisaí fue el principal de los treinta y el más renombrado. Con su lanza mató a trescientos enemigos (2 Samuel 23:18-19) Benaía, mató a dos leones, uno adentro de un foso y a un egipcio de gran estatura con un palo. David entonces lo puso como jefe de su guardia personal (2 Samuel 23:20-23).

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Es verdad que las personas se eligen solas para estar en los lugares adecuados. Tanto los valientes como los otros.

Así podríamos hablar de cuantos otros guerreros estaban con David pero ni se nos ocurra pensar que cualquier hombre estaba en el equipo de los treinta. Por ejemplo: Yo tengo 1,87 mts. de estatura y peso 94 kg. Hice deportes y tengo coraje para enfrentarme a cosas difíciles; pero estoy seguro que eso no me alcanzaría para formar parte del equipo de los treinta valientes de David, dada las hazañas que aquí se nombran. Entonces: ¿Sería justo si yo culpara a David de hacer “acepción de personas” por no incluirme en su elite de combate?. No, en absoluto.

Lo que debemos saber es que las personas deben calificar para poder estar en el lugar que ellos pretenden. Hananías calificaba para estar a la par de Hanani, hermano de Nehemías, en la función de responsabilidad que les tocaba. Las personas por lo general creen mucho más de sí de lo que pueden mostrar, entonces cuando uno les dice que no pueden integrar tal o cual trabajo lo toman como una cuestión personal. Pero esto no debe desalentarte en el liderazgo, es más, ya sabes que esto ocurre a menudo. Entonces toma y recluta a los mejores para la obra de Dios. Gedeón empezó su ministerio con 32.000 hombres listos para la guerra (Jueces 7:2). Antes de salir a la batalla Dios le ordenó dos selecciones. En la primera selección quedaron 10.000 hombres con él (Jueces 7:3). Por orden del Señor fueron a una segunda selección y quedaron con Gedeón solo 300 hombres (Jueces 7:4-7). ¿Podemos culpar a Gedeón de tener “preferencias” por unos y antipatía por otros?. De ninguna manera. Lo curioso del caso es que Dios quería que estuvieran con Gedeón personas obedientes, no grandes guerreros. Estos 300 hombres no dispararon una sola flecha, solo quebraron un cántaro cada uno, en la mano derecha tenían las trompetas que tocaron, y sostenían en la mano izquierda una tea encendida (Jueces 7:17-22). Verdaderamente Gedeón trabajó con la gente correcta. De allí el éxito de su incursión en campo madianita la cual comenzó una gesta de cuarenta años de paz y bendición para Israel. Con todo, los hombres de Efraín se enojaron grandemente con Gedeón porque no llevó a todos los miles de hombres armados (Jueces 8:1-3). Pero:

¿A quién debe obedecer el líder? Siempre a Dios antes que a los hombres (Hechos 5:29).

El líder siempre tiene que trabajar con personas y si esas personas no son las mejores pone en peligro su ministerio. El líder debe responder ante su superior por las decisiones que toma y entre tantas cosas deberá responder por las personas que trabajan con él. No puedes desentenderte de este asunto. El líder algún día también responderá al Dueño de la viña por las personas que trabajaron con él. No puedes olvidarlo. Leamos y aprendamos a trabajar con las personas como lo enseña el apóstol que lideró el ministerio a los gentiles: Romanos 16:17-18; Tito 3:10-11; Filemón 1-2,23-24; Romanos 16:1-16.

Trabajemos solo con las personas correctas.

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EL LIDER HACE RECUENTO DE TODO

Nehemías es del tipo de personas que no puede irse a dormir si no ha revisado la puerta con cerradura puesta dos veces. Nehemías no deja que su cabeza divague inútilmente. Apenas ha terminado la reconstrucción del muro sigue con una serie de medidas que parecen ir encadenadas unas con otras. Ya vimos como es capaz de poner en funciones a personas temerosas de Dios. Entre estas medidas que tratan de la vida social de Jerusalén Nehemías convoca a los nobles, oficiales, sacerdotes, levitas, cantores, porteros, sirvientes del templo y al pueblo en general.

“Toda la congregación junta era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, sin sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete; y entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.”

7:66-69 O sea, Nehemías sabe en detalles que hay cuarenta y nueve mil novecientos

cuarenta y dos personas dentro de los muros reconstruidos. Esto habla de cómo maneja las cosas el líder. Sabe en detalle cuántos hay de cada uno de los grupos y sabe también con ello el total de personas; Nehemías tiene un solo motivo para hacerlo. El líder debe ser organizado. Poner a todos dentro de los padrones correspondientes facilita a Nehemías seguir poniendo las personas correctas en los lugares correctos, por eso surge una situación inesperada para todos.

“Y de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos y los hijos de Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai gaaladita, y se llamó del nombre de ellas. Estos buscaron su registro de genealogías, y no se halló; y fueron excluidos del sacerdocio, y les dijo el gobernador que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote con Urim y Tumim.” 7:63-65

El ministerio de Nehemías es transparente por todos lados. No es que él tenga algo personal contra algunos y busque la manera de separarlos de las tareas, sino que la misma organización que lleva en detalles le permite saber de primera mano que hay un grupo de personas que dicen ser sacerdotes pero que no aparecen en los registros de genealogías de Jerusalén; y el líder no duda un instante en separar a esas personas y ordenarles que no tocaran ni comieran nada de las cosas santas.

La base de su accionar es la franqueza, notable y directa junto con una expeditiva forma de tomar decisiones. No manda a decir las cosas, no rehuye de los posibles enfrentamientos, no deslinda responsabilidades propias sobre otros, sino que enfrenta todas las situaciones con entereza, verdad, coraje y determinación profunda al hacer lo que es correcto. Así trata a los enemigos, a los amigos, a sus sirvientes y a los funcionarios de su gobierno; tanto religiosos como seculares. Este líder tiene muy pocas probabilidades de encontrarse con problemas sueltos, desconocidos o enterrados en el olvido. Nehemías es un líder pro-activo y está ocupado en sacar todo a la luz antes que sean una sorpresa cuando aparezcan desde las sombras. Este líder no deja nada librado al azar y esto puede probarlo.

“Sus caballos, setecientos treinta y seis; sus mulos, doscientos cuarenta y cinco; camellos, cuatrocientos treinta y cinco, asnos, seis mil setecientos veinte.” 7:68-69

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Estos detalles parecen risueños pero expresan qué tipo de organización tiene el líder. Verdaderamente Nehemías es la persona correcta para reedificar los muros, solucionar los conflictos internos y reorganizar la ciudad de Jerusalén totalmente.

¿Podemos tomar la iniciativa de organizar nuestro ministerio de una manera excelente?. Hagamos todas las notas que correspondan.

⇒ ⇒ ⇒ ⇒ ⇒

Tengamos todos los archivos que sean necesarios. Agendemos todas las fechas. Hagamos un legajo de cada persona que trabaja con nosotros. Controlemos las finanzas con los libros que corresponden. Hagamos los inventarios de los bienes que poseemos.

Seamos organizados y evitaremos problemas en el futuro.

SI TIENES PROBLEMAS, QUE NO SEAN POR DESORGANIZACIÓN

___________________________________________________Marino M. Muñoz

EL LIDER INSTAURA LA DEVOCION A DIOS

Ningún líder que pretenda guiar al pueblo de Dios puede obviar llevarlos ante el altar del Señor a quienes participan de su ministerio. Nehemías, antes de llevarlos a la Palabra de Dios los desafía de forma práctica acercarse a Dios a través de las ofrendas.

De forma práctica las cosas ofrecidas al Señor empezaron a aparecer así: “Y algunos de los cabezas de familias dieron ofrendas para la obra. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales. Los cabezas de familias dieron para el tesoro mil doscientas libras de plata. Y el resto del pueblo dio veinte mil dracmas de oro, dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.” 7:70-72

Mientras transcribo estas palabras del libro de Nehemías no puedo dejar de pensar en lo parecido que es la acción de la ofrenda de Nehemías a la ofrenda de Abraham y también de Gedeón. Abraham recibió las promesas más grandes que puede recibir un ser humano luego de dar sus ofrendas al Señor Todopoderoso. El conocimiento profundo de quién es Dios y cómo hay que agradarlo hizo que este siervo entregara diezmos y ofrendas agradables al corazón de Dios. Ya sabemos que Dios no necesita nuestro dinero, pero sí le interesa saber cuál es la expresión de nuestro corazón; eso es lo que queda al descubierto con las ofrendas. Observemos a Abraham por un momento:

“Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová.” Génesis 12:7-8

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Gedeón encontró que el ángel del Señor lo observaba mientras él trabajaba sacudiendo el trigo en un lagar para esconderlo de los madianitas. Y estas fueron las palabras para Gedeón:

“Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los, madianitas como a un solo hombre. Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo. Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas. Y entrado Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo so lo presentó debajo de aquella encina. Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así. Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista.”

Jueces 6:16-21 Como líderes, necesitamos ofrendar a Dios hasta que nuestro corazón pueda

hacerlo con total alegría y naturalidad. Creo que podemos darnos cuenta que ya hacemos lo correcto en las ofrendas cuando las personas que están con nosotros son inspiradas a ofrendar por nuestro ejemplo, tal como lo hizo Nehemías.

En el liderazgo del pueblo de Dios las cosas son muy prácticas. La teoría no tiene mucho sentido ni fundamento si no hay acción concreta. Podemos predicar, enseñar y exigir las ofrendas y los diezmos, pero si no nos ven hacerlo a nosotros de manera ejemplar los demás nunca lo harán, mas bien serán llevados por el mal ejemplo.

Nehemías es eficiente en su ministerio no porque era un gran maestro enseñando teorías y buenas razones para ofrendar al Señor. Nehemías logró cosas que muchos grandes maestros no logran hoy, solo porque no apeló a la conciencia de las personas con teorías y predicaciones superfluas. Nehemías como gobernador de Jerusalén saca de su bolsillo mil dracmas de oro, cincuenta tazones y quinientas treinta vestiduras sacerdotales y las da en presencia de todos. Los demás no pueden menos que empezar a dar y al copiar este ejemplo todos lo que eran cabezas de familia pudieron restaurar la adoración, la devoción y las ofrendas de sacrificio por parte de los ministros instituidos por la ley de Moisés; ya que tenían cómo mantener a los sacerdotes, levitas, porteros, cantores y sirvientes del templo.

¡Qué sabio es Nehemías!. Nehemías no solo ofrenda (que es lo correcto), sino que hace que otros ofrenden por medio de su ejemplar ofrenda.

El liderazgo es esto: Lograr que los otros hagan lo que nosotros hacemos. Y una vez que podemos repetir la experiencia unas cuantas veces eso se

establece. No erremos pensando que un líder puede hacer las cosas solo si es capaz de enseñarlas verbalmente. Necesitamos dejar que los demás vean como hacemos nosotros las cosas y ellos serán desafiados a hacerlas igual.

Nehemías tiene mucho para enseñarnos todavía. Aguardemos a los próximos capítulos.

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

CAPITULO VIII LA PALABRA DE DIOS TRAE ADORACION

“Venido el mes séptimo, los hijos de Israel estaban en sus ciudades; y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel. Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. Y el escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Zacarías y Mesulam. Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento. Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra. Y los levitas Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar. Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura. Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley. Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque es día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. Los levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque es día santo, y no os entristezcáis. Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado. Y al día siguiente se reunieron los cabezas de las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a Esdras el escriba, para entender las palabras de la ley. Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en tabernáculos en la fiesta solemne del mes séptimo; y que hiciesen saber, y pasar pregón por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al monte, y traed ramas de olivo, de olivo silvestre, de arrayán, de palmeras y de todo árbol frondoso, para hacer tabernáculos, como está escrito.

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Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín. Y toda la congregación que volvió de las cautividad hizo tabernáculos, y en tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande. Y leyó Esdras en el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito.” Capítulo 8:1-18

Cuando nos centramos en el estudio del liderazgo de Nehemías es imposible dejar de sorprendernos en cada acto de su vida. Nehemías realmente conocía lo que era vivir de... Victoria en victoria; lo que no permite discusión es que estas llegaron después de... Batallas tras batallas.

Recordemos que la última batalla de Nehemías se había producido en el campo espiritual. El diablo trató de meterle miedo por medio de las personas menos imaginadas para que huyera; pero resistió con firmeza y valentía el embate más fuerte y ahora caminaba sobre esa victoria. El corazón de una persona temerosa de Dios como Nehemías no puede sentirse mejor ni más contento que cuando ve a todo un pueblo que acude a oír la palabra de Dios, cuando se humilla y pide el favor de Dios.

La ciudad de Jerusalén estaba viviendo el comienzo de un movimiento espiritual que no había experimentado por muchos años. Pero esto no ocurría por alguna casualidad, detrás de esta victoria había un líder que venia luchando en varios campos a la vez. La culminación de su liderazgo no era solamente dejar una ciudad organizada, con el muro reconstruido para guarecerse de los enemigos, sino que trabajaba hasta ver el poder de Dios obrando en los corazones de todos y cada uno de los habitantes de su perímetro. Es evidente que Nehemías no se conformaba con poco.

“Venido el mes séptimo, los hijos de Israel estaban en sus ciudades; y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel. Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo.” 8:1-2

Podemos decir que este es el registro de unos de los avivamientos más notables del Antiguo Testamento; agradecemos al Señor que también nos deje enseñanzas de principios fundamentales para el avivamiento y la renovación de hoy.

Como este libro tiene la intención de observar el liderazgo, debemos apuntar que el líder que entra ahora en escena es el escriba y sacerdote Esdras. Preguntémonos entonces: ¿Quién es Esdras?. ¿Por qué recién hace su aparición en la vida pública de Israel?. ¿Qué conexión hay entre Nehemías y Esdras?. ¿Son acaso amigos?. Necesariamente vamos a tener que presentar a Esdras, así veremos porqué está trabajando junto con Nehemías. Esdras, según la tradición, fue el que hizo la colección de todos los libros del Antiguo Testamento como unidad, originó la forma de adoración usada en la sinagoga,

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y fundó la Gran sinagoga en Jerusalén donde se estableció por fin el canon de las Escrituras antiguas.

Esdras fue un líder piadoso que era supremamente fiel a la Palabra de Dios y la amaba profundamente. Su historia escrita en los libros de Crónicas, Esdras y Nehemías recalca los temas de esperanza, avivamiento, reforma y restauración para el pueblo de Dios. Toda la historia de su vida se escribió durante la segunda mitad del siglo V antes de Cristo. Esdras tiene su propio libro en la Biblia y es allí donde se registra la manera como Dios cumplió su promesa profética, hecha por medio de Jeremías (Jeremías 29:10-14), de restaurar al pueblo judío después de setenta años de exilio y traerlos de regreso a su propia tierra (Esdras 1:1).

La ruina de Judá como nación y su deportación a Babilonia ha ocurrido en tres etapas distintas:

La primera etapa comienza en el año 605 antes de Cristo cuando llevaron al exilio a los nobles jóvenes de Judá, entre lo que se encontraba el profeta Daniel.

La segunda etapa puede situarse en el año 597 antes de Cristo donde hubo 11.000 exiliados más, entre ellos iba el profeta Ezequiel.

En la tercera etapa fueron llevados el resto de los habitantes de Judá, corría entonces el año 587 antes de Cristo; solo quedaron los más pobres del pueblo y allí estaba incluido el profeta Jeremías.

Asimismo, la restauración del remanente del exilio, en cumplimiento de la profecía de Jeremías, tuvo lugar en tres etapas también.

La primera etapa comenzó en el año 538 antes de Cristo cuando regresaron 50.000 exiliados dirigidos por Zorobabel y el sacerdote Josué. Esta primera compañía de judíos regresó aproximadamente setenta años después de la primera deportación de judíos al exilio (Esdras 1:5; 2:64-65).

La segunda etapa siguió en el año 457 antes de Cristo donde Esdras dirigió el retorno de más de 17.000 hombres a la tierra de los sueños rotos, Jerusalén. El registro más importante está en Esdras 7:1-28.

La tercera etapa ocurrió en el año 444 antes de Cristo cuando Nehemías y su compañía dirigieron el regreso de otro gran grupo.

Señalemos que hay una laguna de unos sesenta años entre los capítulos 6 y 7 del libro de Esdras y es el tiempo donde reinó Ester en Persia junto con el rey Asuero (Jerjes I).

Los primeros que regresaron a Jerusalén realizaron la tarea de reconstrucción de la casa de Dios, mientras que cuando vino Esdras, en el segundo grupo, se dedicó a restaurar la ley de Dios en el corazón del pueblo (Esdras 8:1-8). Esdras halló una decadencia espiritual y moral generalizada entre los hombres de Judá, la cual se manifestaba abiertamente en sus matrimonios con mujeres paganas. Con profunda tristeza, Esdras confesó ese pecado a Dios e intercedió por el pueblo (capítulo 9 de su libro). Pero el celo de Dios terminó apoderándose totalmente de Esdras y dirigió a los hombres a un arrepentimiento público en el que rompieron los vínculos matrimoniales con sus esposas paganas (Esdras 10). Esdras demuestra con claridad cómo Dios vigila Su palabra para cumplirla (Jeremías 1:12; 29;10); Dios volvió el corazón de los reyes persas (Ciro, Darío y

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Artajerjes) para ser canales de restauración para Judá (Esdras 1:1; 7:11-28; Proverbios 21:1). Esdras dio un trato duro a las mujeres paganas incrédulas, con quienes se habían casado los hombres judíos (inclusive los sacerdotes), en violación a los mandamientos de Dios.

Esdras es ese líder radical usado por Dios para extirpar la transigencia cancerosa de su pueblo. La acción de Esdras recordaba enérgicamente al pueblo del pacto su principal llamado a ser no solo otra nación más sobre la tierra sino...

“...un reino de sacerdotes, y gente santa” Éxodo 19:6 ¿Responde en algo esta pequeña reseña de la vida de Esdras, acerca de su

cercanía a Nehemías y su participación vital en el sacerdocio de la nación israelita?. Nehemías solo trabaja con los mejores.

En el momento de la ministración espiritual al pueblo de Dios el gobernador Nehemías se corre del escenario y deja lugar al sacerdote Esdras para que haga la tarea que le compete. Esdras es del mismo talle espiritual que Nehemías para confrontar a todos con Dios. El gobernador Nehemías es tan grande como para permanecer sumiso a las directivas del sacerdote Esdras mientras ministra con la Palabra de Dios.

La historia fue así: Esdras como sacerdote ya traía en camino de restauración espiritual al pueblo y apareció Nehemías como gobernador para darle identidad y organización social a Jerusalén; entonces Esdras como gran líder espiritual se sometió totalmente a las órdenes de Nehemías.

¡¡Qué hermosos ejemplos de vida son estos dos portentosos líderes del pueblo de Dios!!.

Teniendo este panorama general en mente podemos retomar el capítulo 8 de Nehemías donde vemos a Esdras en su ministerio sacerdotal haciendo una tarea maravillosa.

Si Esdras viviera en nuestros tiempos seguramente lo identificaríamos como un siervo ungido. La unción que había en él atrae a todo Israel para escuchar la palabra de Dios. Durante siete días, seis horas cada día, desde el alba hasta el mediodía Esdras estuvo leyendo del libro de la ley a todo el pueblo.

“Y Los levitas... hacían entender al pueblo la ley; el pueblo estaba atento en su lugar. Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.” 8:7-8 “Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra.” 8:6

Esdras y los levitas demuestran lo que debe suceder cada vez que se proclama la Palabra de Dios a su pueblo. Ella es la que trae convicción profunda y permanente. Sin la palabra no hay luz para ver el pecado. Sin la palabra nadie puede entender a Dios. De allí que la adoración constituya acciones y actitudes que reverencian y honran la dignidad del gran Dios del cielo y la tierra. La adoración se concentra en Dios, no en el hombre.

La adoración pública no se formalizó hasta después del éxodo, cuando se construyó el tabernáculo en el monte Sinaí. De allí en adelante, los sacrificios regulares se efectuaron cada día señalado y Dios estableció varias fiestas religiosas anuales como

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ocasiones para la adoración pública de los israelitas. Esa adoración más tarde llegó a centralizarse alrededor del templo de Jerusalén.

La adoración de la iglesia primitiva tenía lugar tanto en el templo de Jerusalén como en los hogares particulares, las casas (Hechos 2:46-47). Fuera de Jerusalén, los cristianos adoraron en diversos lugares y mientras se les permitió, en las sinagogas. Cuando ya no se les permitió por la persecución, se reunían en otros lugares como casas particulares para la adoración o en algunos edificios públicos (Hechos 19:9-10; 20:7-12).

Mediante el sacramento de la Cena del Señor, la iglesia del Nuevo Testamento incesantemente conmemoró el sacrificio definitivo de Cristo (1 Corintios 11:23-26). Además, el Nuevo Testamento exhorta a que la iglesia ofrezca sacrificios a Dios:

“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.”

Hebreos 13:15 ¡Que importante resulta ver al liderazgo del pueblo de Dios unido o hilvanado por

el tema adoración!. No se puede llevar al pueblo a la adoración a Dios, a menos que el liderazgo haga la punta.

En el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento y en la época actual Dios se vale de los Nehemías, de los Esdras y de aquellos siervos que proclaman Su Palabra sin detenerse, sin quitarle fuerza, sin adulterarla. Así el pueblo es llevado a la adoración; y en adoración a Dios los hombres llegan a sentir el poder de Su presencia. Allí en adoración ninguna persona puede estar sin quebrantamiento, sin que sus ojos derramen lágrimas, sin que una profunda convicción del Espíritu Santo opere cambios importantes en su vida, a menos que esté en rebelión abierta a la Suprema Autoridad.

No temas dar la Palabra de Dios, ella es la que producirá quebrantamiento y adoración al Dios de los cielos. Ningún líder debe privarse de ver la poderosa Palabra de Dios actuando en los corazones, transformando vidas, cambiando las historias personales, produciendo vida plena y abundante. Pero el líder es la persona que ministra la Palabra de Dios.

Si resumiéramos en unos cuantos puntos los acontecimientos de la vida de Nehemías en este capítulo diríamos que:

1. Primero ordenó la casa 2. Confrontó a los opositores 3. Cumplió la voluntad de Dios 4. Echó a todos los emisarios encubiertos por el diablo y... 5. Llevó al pueblo de Dios a la adoración.

Allí es cuando vemos a Esdras entrar en acción. ¿Podemos entender la importancia de este orden para el pueblo de Dios?.

En comparación nosotros parecemos demasiado ansiosos, queremos llevar al pueblo a la adoración sin hacer nada de todo lo preliminar que debió hacer Nehemías. Por supuesto que no es grato enfrentar a la oposición, trabajar sin sacarse la ropa, estar bajo amenaza de muerte todo el tiempo, cuidarse de los mismos “hombres de Dios” y ordenar a los que hacen injusticia que se arrepientan de sus hechos confrontándolos delante de todos con Dios mismo. Este trabajo necesario no es grato. Todos quisiéramos evitarlo, pero te tengo una noticia. El arrepentimiento y la adoración a Dios no vendrán a menos que hayamos hecho este trabajo anterior. Si no estamos alineados en la

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Voluntad de Dios no podemos pedir la bendición de Su presencia cuando adoramos.

Dios no obra contradictoriamente. No podemos estar en pecado de rebeldía, mentiras, insensatez, injusticia y todo cuanto pertenece al reino de las tinieblas y esperar la bendición de Dios. Si Dios te ha puesto como líder es para que bajo la autoridad delegada de Dios puedas poner el orden del reino de Dios tal como lo hizo Nehemías. Jesús lo decía así:

“Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, como se hace en el cielo” Mateo 6:10

Watchman Nee lo dice de esta forma: “¡Recordemos que cuando Él se manifieste vendrá a juzgar, no vendrá a poner orden!” (del libro Autoridad Espiritual)

El trabajo de poner las cosas en orden en nuestro. ¡Que el Señor nos ayude a tomar nuestra posición!. El liderazgo cristiano no te costará mucho, te costará todo.

Debes estar preparado para hacer solamente la voluntad de Dios.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

LA PALABRA DE DIOS TRAE ALEGRIA

Muchos de los exiliados que volvieron a Jerusalén ya no entendían el idioma hebreo, porque su idioma ahora era el arameo. Así que cuando se leyeron las Escrituras hebreas, un grupo de hombres consagrados, los levitas, las traducían al arameo y explicaban su significado de manera que todo el pueblo pudiera entenderlas y aplicarlas a su vida. Como resultado todo el pueblo se alegró...

“Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo; dijeron a todo el pueblo; Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley. Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. Los levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad porque es día santo, y no os entristezcáis. Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado.” 8:12

Nunca temas al dar la Palabra de Dios, ella tiene suficiente poder por sí misma para hacer que los corazones se vuelvan a Dios; tu parte que es esa Palabra sea entendida.

Cuando el pueblo oyó y entendió la Palabra de Dios, sintió una profunda convicción de pecado y de culpa. Los pasajes de la ley presentaron una clara revelación de su condición espiritual. Justamente ellos venían del exilio en donde habían sido maltratados y aún estando en Jerusalén vivían en estado lamentable; rodeados de

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enemigos externos y minados de enemigos internos. El pecado había hecho del pueblo elegido por Dios para que muestre Su Gloria a las naciones, el pueblo de la vergüenza internacional. Se cree que la lectura que realizó Esdras era de Levíticos que entre tantas cosas dice:

“Si anduviereis en mis decretos y guardares mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros. Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos mis mandamientos, y si desdeñáreis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis mandamientos, e invalidando mi pacto, yo también haré con vosotros, terror, extenuación... Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.”

Levíticos 26:3,9,14,17 Estos pasajes se refieren a la bendición o al juicio de Dios, que dependen como

hasta el día de hoy, de la obediencia o la desobediencia del pueblo a Su Palabra. Hay que señalar también que en los avivamientos, el llanto, cuando va

acompañado del arrepentimiento profundo es señal de la obra del Espíritu Santo. Esto provoca apartarse del pecado y da por resultado el perdón de Dios y el gozo de la salvación del Señor. Ahora llegaba ese momento para los habitantes de Israel. Ellos milagrosamente habían sido salvados, o al menos no habían muerto en el exilio, y podían gozar todavía de las bendiciones prometidas por Dios para Su Pueblo. Estaban a las puertas de conseguir el sueño dorado del pueblo de Dios y ser bendecidos ricamente por Él. Lamentablemente esto siguió postergándose por muchos años más dado la dureza de sus corazones. Pero este no era le momento para llorar sobre el pasado, era el mejor momento para la celebración.

¿Pero quién iba a interpretar el momento histórico en el cual vivían?. El líder, por supuesto. El líder es la persona que se da cuenta perfectamente qué momentos están viviendo como grupo o iglesia. El líder es la persona que debe interpretar hacia donde van, qué momentos están viviendo, cuál es el propósito de Dios para ahora y cuál es el desafío hacia adelante. El líder es la persona indicada por Dios para guiar a Su pueblo. Por eso Nehemías, Esdras y los levitas del pueblo dijeron a su gente:

“Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” 8:10

La declaración de la Palabra de Dios, acompañada de un sincero deseo de seguir su instrucción, dará por resultado una alegría genuina y sincera. Ese “gozo de Jehová” está basado en la reconciliación con Dios y en la presencia del Espíritu en la vida del creyente. Ese gozo es mantenido por los creyentes mediante la seguridad de que han sido perdonados en Cristo y restaurados a la comunión con Dios, y que además viven en armonía con su soberana Voluntad.

¿Cómo era posible que Nehemías deba decirles tres veces que se callen, que dejen de llorar y se vayan a sus casas a hacer fiesta?. Realmente un quebrantamiento muy fuerte había ocurrido en el pueblo de Dios y el líder entiende que al “gozo de Jehová”

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deben festejarlo, deben darle lugar para que se exprese, deben dejar que el Espíritu de Vida dibuje nuevamente sonrisas en sus rostros.

¿Nunca viste como el gozo del Señor se apodera de las personas aún cuando ellas están bajo profundo dolor?. Cuando la palabra de Dios puede penetrar profundamente en un corazón acongojado produce una transformación interna de tal magnitud que la tristeza es convertida en gozo que no se puede contener ni explicar. Ministrando a las personas he visto en ocasiones cómo lo que era motivo de llanto y amargura se tornaba en gozo, danza y alegría incontrolables producidos por la Palabra. Bien, eso vivieron los del pueblo de Israel con el líder Nehemías y el sacerdote Esdras.

Recuerdo que la primera vez que viví personalmente el gozo del Señor fue en una oportunidad de tremenda presión. Había ido a visitar a un pastor amigo en la reunión de celebración del domingo por la noche en su iglesia. Allí estaba ministrando en esa ocasión el conferencista internacional Fernando Sosa Ficachi, de México. El Espíritu Santo no podía estar más a gusto esa noche poniendo gozo a cuanto se lo pedían. Un auditorio de unas tres mil personas parecía desbordar en carcajadas de risa por el Espíritu de Dios. Yo estaba parado cerca de la plataforma y me sentía lleno de la divina presencia pero no experimentaba el gozo que cientos de personas parecían recibir en grandes cantidades. Mi pastor amigo cayó de risa en la plataforma y no se podía parar. Los ujieres no podían parar de reír, por lo tanto no atendían a las personas que se desplomaban bajo un peso de gloria que parecía un sueño. Era un pedazo de cielo puesto entre los hombres.

Dada mis circunstancias personales en ese momento podía observar casi en detalles como las personas que habían sido tocadas por el gozo del Señor y no podían contenerse de reír y reír. Eso transcurrió por unas dos horas y cuando todo terminó algunos hermanos ayudaban a subir en los taxis a personas tan llenas de ese gozo que no podían hablar, ni pararse, ni contener la experiencia gloriosa del gozo del Señor. Los taxistas miraban con ojos desorbitados a sus ocasionales pasajeros. Dentro de mi cabeza sólo podía distinguir signos de preguntas por todos lados. ¿Cómo es posible responder a tantos interrogantes juntos cuando el Espíritu de Dios obra?. Imposible. Lo que más me llamaba la atención era que yo no había tenido la experiencia del gozo del Señor tal como muchos otros y en verdad la deseaba, es más la necesitaba.

No obstante, nos retiramos llenos de bendición celestial; pero al otro día las actividades del ministerio continuaban, los compromisos dados debían ser atendidos, mi agenda pactada en horarios y compromisos estaba llena. Eran las 9:00 de la mañana y recibí un llamado telefónico justo antes de salir de mi oficina. Ese llamado pesaba alrededor de 500 kilos, hubiera podido aplastarme por el resto de la semana, era una noticia terrible, podía empezar a llorar sin parar cuando quisiera: ¿Pero sabes que pasó?. El gozo del Señor se apoderó de mí de tal forma que no podía parar de reír. Por los horarios ya establecidos para los compromisos debía salir a la calle igual y salí riéndome, llegué al banco y seguía riéndome, saludaba a personas conocidas por la calle a las carcajadas y cuando me encontré con los hermanos contagié del mismo gozo a todos y no podíamos atender nuestros temas de reunión. Todos reíamos sin parar. “El gozo del Señor es nuestra fortaleza”, a eso lo viví como una experiencia maravillosa.

La declaración de la Palabra de Dios, acompañada de un sincero deseo de seguir su instrucción, dará por resultado una alegría genuina y sincera. Ese gozo de Jehová esta basado en la reconciliación con Dios y en la presencia del Espíritu Santo. Ese

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gozo de Jehová es mantenido constantemente por los que tienen la seguridad de haber sido perdonados y restaurados a la comunión con Cristo y que continúan viviendo en armonía perfecta con la Voluntad suprema de Dios. Tal gozo de Dios es la fortaleza que los protege de los problemas y tentaciones cada día (Gálatas 5:22; Filipenses 4:4), y también es lo que ayuda a perseverar en la fe hasta el fin.

Los judíos apreciaban mucho los alimentos preparados con bastante grasa y las bebidas dulces. Muchos de los vinos antiguos eran hervidos y condensados hasta que estaban muy dulces y espesos como miel o jaleas. Luego había que diluirlos antes de que pudieran beberse nuevamente, esa fue la orden del líder cuando interpretó que había gozo de Jehová. Ellos debían ahora hacer fiesta porque era el momento de celebración. Nehemías les dice:

“...Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” 8:10

Los hijos de Dios, los que pertenecen al pueblo de Israel por sangre y promesa, como los que pertenecemos al Israel espiritual de Dios por ser injertados en el olivo verdadero a través de Jesucristo como Señor; tenemos la particularidad de pasar por las más adversas circunstancias, por pruebas indescriptibles, por situaciones límites que harían desfallecer a cualquiera, pero nosotros contamos con un recurso sobrenatural y este es el gozo del Señor. Esto provoca tal fuerza interior que produce milagros históricos como los que escribieron la historia en el pueblo de Israel; y los que escribimos la historia presente, los pertenecientes al Israel espiritual de Dios, nosotros. Cuando todo parece estar acabado y terminado allí la provisión sobrenatural del gozo del Señor hace maravillas cambiando la tristeza en alegría, la debilidad en fortaleza y la muerte en vida.

Como líderes no podemos darnos el lujo de perder esta bendición, en cuanto sepamos por el Espíritu que el gozo del Señor está sobre Su pueblo declaremos fiesta, regocijo y celebración. IMITEMOS A NEHEMÍAS.

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LA PALABRA DIOS RESTAURA

Al día siguiente de la experiencia del gozo de Jehová hubo una reacción del pueblo en búsqueda de más Palabra de Dios y acción de gracias a Dios. A este efecto secundario podemos denominarlo restauración. En cuanto la Palabra de Dios ha penetrado produciendo quebrantamiento, arrepentimiento y limpieza, el gozo de Jehová puede celebrarse, pero luego del gozo, si este es genuino y no un emocionalismo, inevitablemente desembocaremos en una restauración completa hecha por Dios. No es casualidad que después de tantos años y de haber leído infinidades de veces la misma Palabra ahora hagan un descubrimiento que los impresione. Nehemías lo registra de la siguiente manera:

“Al día siguiente se reunieron los cabezas de las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a Esdras el escriba, para entender las

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palabras de la ley. Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en tabernáculos en la fiesta solemne del mes séptimo;...” 8:13-14

Aquí hay un hallazgo, parece ser que la Palabra de Dios no puede ser revelada a los ojos espirituales a menos que haya limpieza profunda. Aparte de salir del pecado en el que estaban como nación, ahora descubren una ordenanza de Dios a través de Moisés para que el pueblo habitase en tabernáculos.

Podemos preguntarnos: ¿Por qué esto no ocurrió antes?. Sencillamente sus ojos estaban cegados por el pecado. Se perdieron fiestas solemnes del mes séptimo por muchos años pues no había deseo de hacer la Voluntad del Señor, el corazón de ellos estaba apartado, no había gozo de Jehová en ellos, habían perdido la fuerza gracias a que la Palabra de Dios no estaba en vigencia. De pronto descubrieron que no podían vivir como pueblo de Dios sin ser alimentados por la misma Palabra. Lo que sucede felizmente a través del ministerio de Esdras es que en los judíos surge el hambre espiritual que les rasguña el estomago. Entonces corren desesperados donde saben que hay mas alimento luego del día del gozo de Jehová, para recibir más Palabra de Dios; todo surge porque un ministro de Dios se encargó de hacerles probar nuevamente del alimento celestial.

No hay forma de vivir sin ser alimentados por la Palabra de Dios. Jesús lo dijo claramente:

“Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” Mateo 4:4

Pero Jesús no ha inventado estas palabras pronunciadas tan oportunamente al mismo diablo. Jesús estaba refiriéndose a un registro dejado por Moisés que dice así:

“Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.” Deuteronomio 8:3

De manera que puedes estar seguro de dar la Palabra de Dios a tiempo y fuera de tiempo, así lo decía el apóstol de los gentiles a su discípulo líder:

“Te encarezco delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redargüye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.” 1 Timoteo 4:1-2

La Palabra por sí sola tiene suficiente poder para provocar cambios, para obrar transformaciones, para producir milagros, para traer avivamiento. Tú como líder tienes esta responsabilidad, debes administrar la Palabra fuertemente. La Palabra de Dios es más firme que el cielo y la tierra (Mateo 24:35), la palabra de Dios es atemporal. La Palabra hará que ocurran cosas sobrenaturales. Todo esto pasará solo por una sola razón: Es Palabra de Dios. Confía en esta Palabra:

“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Isaías 55:10-11

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En cuanto ellos bebieron y comieron la Palabra de Dios inmediatamente la restauración comenzó. Lo que estaba perdido y olvidado para el pueblo de Israel volvió a restaurarse. Levíticos 23:33-36,39-43; y Deuteronomio 16:13-15 volvió a ser parte del ejercicio del pueblo de Dios, tal como Él mismo lo había ordenado:

“Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín. Y toda la congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y en los tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Num, hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande.” 8:16-17

¡Cómo no va ha haber alegría!. Solo lejos de la Voluntad y la bendición del Señor podemos estar verdaderamente tristes. Dios ha provisto de todo lo que necesitamos como pueblo suyo, pero no podemos disfrutarlo a menos que estemos parados totalmente dentro de Su Palabra.

Pareciera a simple vista que todo está bien en Israel, pero el corazón de los líderes, Nehemías y Esdras, saben que se necesita hacer surcos más profundas en el corazón del pueblo de Dios si querían realmente disfrutar de Su gloria.

Entremos al capitulo noveno y descubramos el interesante papel que desempeñan los hijos de Dios llamados a liderar a Su pueblo.

M.E.C.LID. MINISTERIO DE ENSEÑANZA Y CAPACITACIÓN

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CAPITULO IX EL DIA DE LA CONFESION

“El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí. Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres. Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios. Luego se levantaron sobre la grada de los levitas, Jesúa, Buni, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani, y clamaron en voz alta a Jehová su Dios. Y dijeron los levitas Jesús, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza. Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas las cosas, los ejércitos de los cielos te adoran. Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y los sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham; y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo. Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo; e hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra, porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día. Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en las profundidades, como una piedra en profundas aguas. Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, parta alumbrarles el camino por donde habían de ir. Y sobre el monte Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos, y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley. Les dite pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías. Más ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos. No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los

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abandonaste. Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto, y cometieron grandes abominaciones, tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual debían de ir. Y enviaste tu Buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed. Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies. Y les diste reinos, pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán. Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla. Y los hijos vinieron y poseyeron la tierra, y humillaste delante de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, y a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hiciesen de ellos como quisieran. Y tomaron ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casa llenas de todo bien, cisternas hechas, viñas y olivares, y muchos árboles frutales; comieron, se saciaron, y se deleitaron en tu gran bondad. Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones. Entonces los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvasen de mano de sus enemigos. Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus misericordias muchas veces los libraste. Les amonestaste a que volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon. Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra. Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso. Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guarda el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día. Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo. Nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios con que les amonestabas. Y ellos en su reino y en tu mucho

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bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras. He aquí que hoy somos siervos; henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen su fruto y su bien. Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorearon sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestros ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia. A causa, pues de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.” Capítulo 9:1-38

¡Desgarrador, muy desgarrador!. La solo lectura de este capítulo hace caer lágrimas a cualquiera, pero cabe señalar que toda la historia resumida y condensada en las palabras que leímos no ocurrió de un día para el otro, esa triste historia no fue ocasionada de forma accidental, ni la desgracia estuvo del lado de los israelitas. Las decisiones de seguir detrás de otros dioses, de hacer lo malo y de olvidar las leyes de Jehová fueron tomadas unas y otra vez de forma consciente, soberbia y altanera. De manera que eso hecha un manto de sombras aún mayor a toda la historia de Israel, el pueblo elegido por Dios para ser depositario de Su gloria.

Esta historia es única en toda la historia universal, no hay otro pueblo que pueda escribir una historia semejante, no hay ninguna raza ni nación que haya visto milagros sobrenaturales y hechos poderosos del Dios Creador del universo tal como ellos lo vivieron. A ningún pueblo del mundo se le dieron tantas promesas de bendición, tantos propósitos de parte de Dios y tantos privilegios; pero paralelo, paradójico y paradigmáticamente ningún otro pueblo del mundo ha vivido las experiencias de derrota, fracaso, persecución y exterminación que los israelitas vivieron y viven aún hoy. La nación de Israel, por lo tanto, se levanta de entre las letras de la historia para hablarnos de un Dios de propósitos que desea poner Su gloria entre las naciones y a causa de un pueblo rebelde lo único que encontramos son lágrimas de dolor por el fracaso.

Si no podemos ver al mismo pueblo de Israel como un milagro mayor en la historia humana, entonces no podremos ver nada de Dios. Cualquier pueblo normal con todas estas experiencias se desintegraría, no conservarían sus ritos, costumbres, tradiciones, creencias y tantos elementos sociológicos que conforman la identidad de un pueblo. Por lo tanto debemos pensar que hay una mano detrás de ellos, que les permite escribir la historia de un modo totalmente distinto a todos los otros pueblos de la tierra. Parte de esa distinción es que ellos cuando recibieron la Palabra de Dios nuevamente a través del sacerdote ungido llamado Esdras, se volvieron a Dios para hacer algo que ningún otro pueblo del mundo puede hacer: Confesar sus pecados.

“El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí. Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres. Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios.” 9:1-3

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Los hechos que se relatan en este capítulo muestran el arrepentimiento del pueblo, profundo, continuo y realista. La cuarta parte del día para los judíos era unas seis horas aproximadamente y esto muestra la importancia que dieron a la confesión. Sabemos por el Nuevo Testamento que la confesión y el apartarnos del mal nos traen el perdón de Dios (1 Juan 1:9). Pero la confesión aquí llevó tiempo, no fue al pasar, no fue una confesión de compromiso. Felizmente estas personas venidas del exilio entendieron que no era hacer una “sana... sana...” sobre los pecados del pasado y seguir. Necesitaban una confesión seria y comprometida. Así lo hicieron.

Pero: ¿Dónde estaba Nehemías?. En este capítulo no se menciona su nombre, no hay ninguna acción sobresaliente del líder, no se lo ve dando ordenes, ejecutando trabajos, dirigiendo grupos de personas, etc. ¿Qué está haciendo?. Yo llamaría a estos momentos el silencio obligado de los líderes. Él siente que ha logrado el máximo de su cometido, no solo ha restaurado lo material y social de Jerusalén, sino que está en la etapa más profunda de restauración, la espiritual. Su silencio nos hace oír lo importante de su liderazgo porque en un momento más emergerá de entre todos y lo veremos nuevamente en escena.

Los líderes del pueblo de Dios deben entender que no son llamados a ser estrellas, sino servidores. Y cuando todo está cumplido y terminado en la tarea que nos encomendaron debemos tener en nuestras bocas estas últimas palabras para nuestro trabajo en el Señor:

“Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que deberíamos hacer, hicimos.” Lucas 17:10

Nehemías con este solo capítulo escrito en la historia de su liderazgo le bastaba para darse por satisfecho ya que lograr que el pueblo se vuelva a Dios de semejante manera, no sólo es muestra de lo que pasa en el corazón de ellos, sino que ahora los mismos habitantes de Israel, al futuro, iban a ser mucho más sensibles a la voz del Señor y la de sus líderes. Esto solo contribuye a dar alegría al líder y esperanzas de un futuro promisorio. Este es el mejor momento que le ha tocado pasar a Nehemías en su liderazgo. Tal como debiera pasar siempre, después de la confesión debe haber reconciliación. Allá vamos.

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EL DIA DE LA RECONCILIACION

La reconciliación con el Señor grande y poderoso debió estar precedida por el reconocimiento de Su poder, amor, misericordia y paciencia. Eso es lo que pasa luego de la confesión. Uno no puede menos que reconocer en Dios estas cualidades de Su carácter, ya que la paga del pecado no solo sería la muerte sino que seríamos consumidos si Dios no fuera clemente y misericordioso. No habría segundas oportunidades si Dios no fuera como es.

Reconciliarse con el Señor para los habitantes de Jerusalén significó reconocer en Dios estas cosas:

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1) Tú solo eres Jehová (v.6) 2) Tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército 3) La tierra y todo lo que hay en ella 4) Los mares y todo lo que hay en ellos 5) Tú vivificas todas las cosas 6) Los ejércitos de los cielos te adoran 7) Tú eres Jehová, que escogiste a Abran... y le pusiste el nombre Abraham (v.7)

8) Tú hiciste pacto con él para darle la tierra bendita 9) Miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto (v.9) 10) Hiciste maravillas contra faraón, contra sus siervos y contra todo el pueblo de su tierra (v.10)

11) Dividiste el mar delante de tu pueblo (v.11) 12) Con columna de nube los guiaste (v.12) 13) Descendiste sobre el monte Sinaí (v.13) 14) Diste leyes verdaderas y mandamientos buenos 15) Les diste pan del cielo en su hambre (v.15) 16) Les sacaste agua de la peña 17) Les dijiste que entraran a poseer la tierra que juraste le darías.

Reconciliarse con el Señor para los habitantes de Jerusalén significó que reconocieran que ellos eran responsables de estas cosas:

Que fueron soberbios y endurecieron su cuello (v.16) No quisieron oír ni se acordaron de las maravillas que Dios había hecho con ellos (v.17)

Que pensaron poner un caudillo y volver a Egipto Que hicieron un becerro de fundición y lo tomaron como el Dios que los sacó de Egipto (v.18)

Que cometieron grandes abominaciones A pesar de este comportamiento Dios hizo cosas increíbles con ellos y su amor y

misericordia estuvieron notablemente puestos sobre ellos todo el tiempo. Casi todo lo que queda del capítulo es un canto a la maravilla del carácter de Dios. Pero hay dos versículos que pueden resumirlo perfectamente:

“Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; y por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra. Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.” 9:30-31

En el Nuevo Pacto la reconciliación del hombre con Dios no es distinta. Debemos empezar a admitir el increíble propósito que tiene Dios con el hombre, y luego reconocer la responsabilidad del hombre por apartarse constantemente de esa Soberana, Perfecta y agradable Voluntad del Señor (Romanos 12:1-2).

A decir del apóstol Pablo, el liderazgo cristiano cumple un rol preponderante en la reconciliación. Mejor leámoslo completamente y luego extraigamos la esencia:

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de

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la reconciliación; porque Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” 2 Corintios 5:17-21

Reconciliación se traduce de la palabra Katalage del griego, que indica la restauración de la comunicación o comunión del hombre con Dios. Pero es imposible que vuelva a restaurarse la comunión si no hay confesión, arrepentimiento, reconocimiento del pecado y la expresión de la misericordia y la paciencia de Dios para con sus hijos. De manera que vemos al pueblo de Israel, representado aquí en las cabezas de familias, en los levitas y en los dirigentes de la nación haciendo algo histórico, crucial y determinante para la vida de un pueblo.

Sin duda que en este proceso el liderazgo es una pieza clave. El apóstol lo declara con estas palabras:

“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.” 2 Corintios 5:20

Si los líderes del pueblo de Dios no entienden este proceso necesario para la vida del pueblo del Israel espiritual actual que es la iglesia de Jesucristo, estamos ante la negativa de tener una vida plena de bendiciones y propósito de parte de Dios.

Ya veremos qué hace Nehemías cuando sale nuevamente a escena y se constituye nuevamente en protagonista necesario.

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EL DIA DEL PACTO

El Pacto con Dios. Son sencillas estas palabras pero profundas en sentido y contenido. Palabras extraídas del corazón arrepentido y deseoso de las bendiciones del Señor. Los contemporáneos del líder Nehemías toman una determinación correcta. Ellos dicen:

“A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.” 9:38

No se necesita más que esto para poner todo el corazón delante de Dios. Pero... ¡Qué importante es que a esto lo hayan hecho los príncipes, los levitas y

los sacerdotes de Israel!. El pacto así es valedero. Son los dirigentes quienes reconocen que han hecho mal y son ellos lo que

quieren volverse a Dios. Por eso fíjate el lugar que tienes porque sobre tus espaldas están tus pecados

personales, más todos los pecados del pueblo que lideras. Debes hacer algo con ellos. Pero este pacto necesita ser ratificado. Avancemos así podemos ver nuevamente a Nehemías.

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CAPITULO X EL LIDER RATIFICA EL PACTO

“Los que firmaron fueron: Nehemías el gobernador, hijo de Hacalías, y Sedequías, Seraías, Azarías, Jeremías, Pasur, Amarías, Malquías, Hatús, Sabanías, Maluc, Harim, Meremot, Obadías, Daniel, Ginetón, Baruc, Mesulam, Abías, Mijamín, Maazías, Bilgai y Samaías; éstos eran sacerdotes. Y los levitas: Jesúa hijo de Azanías, Binúi, de los hijos de Henadad Cadmiel, y sus hermanos Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán, Micaía, Rehob, Hasabías, Zacur, Serebías, Sebanías, Hodías, Bani y Bininu. Lois cabezas del pueblo: Paros, Pahat-moab, Elam, Zatu, Bani, Buni, Azgad, Bebat, Adonías, Bigvai, Adín, Ater, Ezequías, Azur, Hodías, Hasum, Bezai, Harif, Anatot, Nebai, Magpías, Mesulam, Hezir, Mesezabeel, Sadoc, Jadúa, Pelatías, Hanán, Anaías, Oseas, Hananías, Hasub, Halohes, Pilha, Sobec, Rehum, Hasabna, Maasías, Ahías, Hanán, Anán, Maluc, Harim y Baana. Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento, se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar que andarían en la ley de Dios, y que guardarían y cumplirían todo los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor. Y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos a sus hijas para nuestros hijos. Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles en día de reposo, nada tomaríamos de ellos en ese día ni en otro día santificado; y que el año séptimo dejaríamos descansar la tierra, y remitiríamos toda deuda. Nos impusimos además por ley, el cargo de contribuir cada año con la tercera parte de un ciclo para la obra de la casa de nuestro Dios; para el pan de la proposición y para la ofrenda continua, para el holocausto continuo, los días de reposo, las nuevas lunas, las festividades, y para las cosas santificadas y los sacrificios de expiación por el pecado de Israel, y para todo el servicio de la casa de nuestro Dios. Echamos también suertes los sacerdotes, los levitas y el pueblo, acerca de la ofrenda de la leña, para traerla a la casa de nuestro Dios, según las casas de nuestros padres, en los tiempos determinados cada año, para quemar sobre el altar de Jehová nuestro Dios, como está escrito en la ley. Y que cada año traeríamos a la casa de Jehová las primicias de nuestra tierra, y las primicias del fruto de todo árbol. Asimismo los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados, como está escrito en la ley; y que traeríamos los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la casa de nuestro Dios; que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la

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casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades; y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro. Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del aceite; y allí estarán los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores; y no abominaremos la casa de nuestro Dios.” Capítulo 10:1-39

En la obra del reino los líderes son elegidos para pactar con Dios. Así Nehemías se pone a la cabeza para firmar y ratificar el pacto de dependencia de Dios, la obediencia a Su ley, a Su Voluntad y Sus designios.

Hasta hace un momento el líder no aparecía, pero ahora ha vuelto a escena porque hay que ratificar el pacto con Dios. Nehemías fue el responsable de llevar restauración material al pueblo de Dios, pero por hacer esa obra se embarcó en un proyecto de restauración espiritual que Dios no le había mostrado de antemano.

A pesar de enfrentarse a este doble trabajo, el líder sigue llevando a cabo las tareas a costa de sortear muchos inconvenientes. Evidentemente, Nehemías comprende que si la restauración material se hubiera terminado y hubiera quedado allí su trabajo, sería solo una cuestión de tiempo el hecho que los enemigos internos y externos de Israel volvieran a destruir todo.

Lo que el líder trata de prevenir no solo corre bajo su responsabilidad, sino bajo la responsabilidad de todo el liderazgo de la nación de Israel y sobre todo de los dirigentes del pueblo de Dios. De aquí se desprenden algunas observaciones que se incluyen en este pacto que Nehemías ratifica. Lo que leemos aquí será retomado en los capítulos posteriores ya que se trata de algo serio, muy serio. Los dirigentes e integrantes del pueblo de Israel se proponen JURAR fidelidad a Dios. Estas palabras lo cuentan:

“Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento, se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar que andarían en la ley de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor”. 10:28-29

Esdras había comenzado por hacer la tarea, tal como se cuentan en los capítulos 8 al 10 de su libro, de restauración espiritual y ahora estaba llegando a la cima del proceso, el resultado fue un firme compromiso a obedecer la voluntad de Dios. Por otro lado, eso era lo que Dios esperaba como mínimo de parte de Su pueblo. El corazón de Dios y el corazón de los israelitas en este fugaz momento de la historia latieron juntos.

El sueño de oro esperado por la nación judía no era menos que las bendiciones de la Gloria de Dios, pero para que eso ocurriera debían instaurarse:

• Su Orden • Sus Leyes

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• Sus Designios • Su Voluntad • Sus Deseos. No hay formas de hacer compatibles con Dios las mejores ocurrencias y los más

altos deseos humanos, esto solo ocurre si somos capaces de alinearnos a Él. Israel, el pueblo de Dios, estaba entendiendo profundamente esta realidad y lo

evidenciaban mediante un pacto público, firmado por el gobernador Nehemías y por todo el liderazgo, incluidos los cabezas de familias de Israel. Estaban también presentes en este acto público todas las personas que podían entender y discernir lo magnífico del acto, lo importante que sería para el desarrollo futuro de la historia de la nación de Israel; y porqué no decir, lo que significaría para el resto de la historia universal.

Dios esperó por muchos años esta reacción del corazón de los judíos y allí, específicamente en ese momento, se daba lugar a que ocurriera un pacto semejante con el Señor. Por cierto, este fue un día histórico para la nación judía y a la cabeza de todos está el líder de la reconstrucción y restauración.

Hago esta acotación acerca del liderazgo para que podamos ver claramente cómo los líderes debemos estar siempre en la cresta de la ola. Nehemías no pensó ni por un segundo perderse semejante bendición de liderar al pueblo para llevarlo ante Dios a pactar. Además, no hay otra forma bíblica de hacerlo.

Siempre son los líderes lo que caminan un paso adelante del pueblo para llevarlos a Dios.

Ten presente esto porque no llevarás a la iglesia que lideras más arriba del “nivel” que tú tienes. No podrás guiar a otros más allá de donde tú conoces. No podrás hacer vivir de Dios a tu grupo más de lo que tú lo experimentas. El liderazgo puede ser una puerta abierta tanto como una puerta cerrada al trono de Dios.

Lamento muchísimo por aquellas personas que deciden quedarse en lugares donde sus líderes sólo saben dar vueltas por el desierto y se conforman con un “poquito” de mana cada día. El liderazgo cristiano actual debe entender que podemos caer en las trampas que Jesús denunció en los escribas, fariseos y saduceos. Él declaró públicamente esto:

“¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! Porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis. Diciéndoles él estas cosas, los escribas y los fariseos comenzaron a estrecharle en gran manera, y a provocarle a que hablase de muchas cosas; acechándole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle.” Lucas11:52-54

¿Qué significaba que ellos hayan quitado las llaves de la ciencia?. Que ellos mismos por el pecado de hipocresía estaban cerrando la posibilidad de dirigir al pueblo de Dios a las verdades profundas de Dios y definitivamente al trono de Dios.

Como la hipocresía significa vivir contrariamente a lo que se enseña, lo hace a uno colaborador y aliado de Satanás, el padre de la mentira (Juan 8:44). Pero esto no afecta sólo de manera personal a los líderes sino que termina afectando al pueblo de Dios. Por eso debes pesar, medir y conocer en que “nivel” estás tú del conocimiento de Dios, porque sin no puedes avanzar es imposible que puedas guiar a otros.

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¿Cómo era posible que todo un pueblo reaccionara y se levantara para pactar con Dios ahora?. ¿Por qué no lo hicieron antes?. ¿Tiene que ver acaso con el liderazgo?. Si, tiene que ver. Si no hubieran estado el sacerdote Esdras y el gobernador Nehemías esto que leemos en el capítulo 10 no hubiera sido posible.

Así será posible también que afectes a las personas donde estás liderando y lo hagas avanzar hasta las mismas puertas del trono celestial; por supuesto, si tú has ido primero, si conoces el camino, si sabes por la experiencia cómo es.

Fíjate que los líderes del pueblo de Israel terminaron matando al Mesías gracias a su ceguera espiritual, no pudieron ver al Hijo de Dios o al Hijo del Hombre en Jesús. La pregunta que cabe es la siguiente:

- ¿Cómo era posible que ellos pretendieran guiar más allá de esto al mismo pueblo?.

- Imposible. Ellos no conocían el camino, no eran una puerta abierta a Dios. La hipocresía, como negro pecado en sus corazones les había cerrado las posibilidades de entrar a todos, a ellos primero y luego a los demás.

Ahora debemos señalar tres elementos básicos para hacer un pacto con Dios y los líderes debemos saber esto a la perfección: Debemos servir al Señor en fidelidad a sus mandamientos: La ejecución o el cumplimiento de Sus mandamientos, Sus leyes y propósitos en nosotros hace que podamos conocer a Dios. No podemos olvidar Su Palabra y pretender una óptima relación con Él. Sabemos que la ley ahora es aplicada en nuestros corazones por la intervención del Espíritu Santo, de manera que será esto lo primero y principal para poder hacer un pacto con el Señor de dependencia del Él. Si el propósito de Dios es también que le conozcamos, entonces debemos pensar que el dejarnos Su palabra fue lo primero que Él ha tomado recaudos hacer; porque Él quiere que adecuemos nuestras vidas de acuerdo a Sus leyes y mandamientos. Las promesas de Dios acerca de Sus mandamientos y leyes para nosotros hoy son éstas:

“He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová: Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.”

Jeremías 31:31-33 El Salmo 1 es un canto a la prosperidad y muchos han hecho doctrina de la última

parte del versículo 3 pero la realidad es que no hay necesidad de hacer “doctrinas” si contextualizamos esa declaración. Lo sobresaliente y más importante del Salmo está en el versículo 2. Las personas deben entender que la prosperidad es un efecto, y la causa para provocar ese efecto está vivir en la ley de Dios. Debemos entender que la mayor bendición esta...

“...en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.” Salmo 1:2

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Si esto es así para todos los que se acercan a Dios, es todavía más real para los que lideran dentro del cuerpo de Cristo, porque recién cuando la ley de Dios sea una delicia y ella tome la mente y el corazón ocurrirá el efecto visible que:

“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo. Y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.” Salmo 1:3

¿Por qué crees que Nehemías no duda un instante en poner su firma para ratificar el pacto que se proponían hacer los judíos?. Este líder sabía que de la ley de Dios, de Sus mandamientos y Sus decretos no podía salir otra cosa que vida, bendición, prosperidad, abundancia; el líder quería eso para Israel. Además no hay ni habrá otra manera para traer la gloria de Dios sobre la tierra. Debemos mantenernos sin mancha y separados del mundo: Cuando personas no cristianas nos escuchan hablar de esto o nos leen así llanamente, no pueden dejar de horrorizarse ya que proponemos y declaramos un alejamiento total del mundo. No olvidemos que los mundanos aman al mundo, mientras para los hijos del Rey el mundo es solo un lugar pasajero, no estamos atornillados aquí pues tenemos puesta nuestra mirada en los cielos, en lo eterno y en lo sobrenatural. Pero para pactar con Dios no podemos descartar esta declaración necesaria e indispensable. Ellos dijeron en el pacto que...

“...no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos. Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles en día de reposo, nada tomaríamos de ellos en ese día ni en otro día santificado; y que el año séptimo dejaríamos descansar la tierra, y remitiríamos toda deuda.”

10:30-31 En el Nuevo Testamento estas palabras ratificadas por Nehemías son semejantes

a ponerle la firma al apóstol Juan cuando escribe: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”

1 Juan 2:15-17 La separación con el mundo es necesaria y no negociable. Estamos de un lado

o del otro. Los líderes son entonces los que proponen vivir dentro de los límites del reino de Dios y no bajo los parámetros del mundo. Para los judíos dar sus hijas a extranjeros y aceptar mujeres paganas dentro del pueblo elegido por Dios era ensuciar nuevamente el linaje escogido, negar la separación del resto de las naciones del mundo para ser santos, “separados” para Dios. ¿Puedes imaginar la alegría que sentía Nehemías mientras declararon estas cosas como pacto ante Dios?. Su corazón ese día latió más fuerte que el resto de su vida. ¡Y pensar que a raíz de haber hecho ese pacto luego hicieron enojar terriblemente a Nehemías!. Ya llegaremos a los hechos, por ahora vemos al liderazgo del pueblo de Israel en la posición correcta y haciendo lo correcto delante de Dios. Declararon la separación con el resto de las naciones y que no iban a deteriorar el día de reposo haciendo comercio con otros pueblos. ¡Dios quiera mostrarnos de cuántas maneras nosotros mezclamos cosas pecaminosas con Sus cosas santas!.

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Debemos respaldar la obra de Dios con nuestro tiempo, nuestro dinero y nuestras posesiones: Hacer un pacto con el Señor sin incluirnos a nosotros mismos es un imposible. No hay pacto si no hay dos partes que intervengan necesariamente. Los judíos entendieron que el tema de volverse al Señor y cumplir Su Voluntad suprema era meterse de lleno en Sus cosas; pero esto en relación directa sobre sus propias cosas. No podían dejar de planificar lo que harían con su tiempo, su dinero y sus posesiones. El gran mal de nuestra época se llama materialismo y ese dios ocupa nuestro tiempo, maneja nuestro dinero y se adueña de nuestras posesiones; por ello maneja e influye sobre nuestro carácter, imprime sus prioridades y destruye relaciones interpersonales incluyendo las relaciones familiares. Si de alguna manera todavía no hemos quebrado el pacto con el dios materialismo, a través de un nuevo y mejor pacto con Cristo, sus efectos serán muy visibles todavía sobre nuestro carácter, sobre nuestras prioridades y sobre nuestro dinero. Si los líderes del pueblo de Dios en la actualidad no abrimos nuestros ojos, rápidamente seremos absorbidos por la vorágine que nos circunda. Los judíos sabían que había una primera ofrenda que era por las personas, ese era un reconocimiento especial sobre el propósito de Dios de tener un pueblo al haberles hecho vivir cosas maravillosas poniendo sus vidas a salvo en medio de los enemigos cuando salían de Egipto. Ellos escribieron en el pacto:

“Nos impusimos además por ley, el cargo de contribuir cada año con la tercera parte de un siclo para la obra de la casa de nuestro Dios” 10:32

Esto no era nuevo ni por casualidad. Moisés había declarado lo que Dios quería de Su pueblo y podemos leer en el libro de Éxodo:

“Habló también Jehová a Moisés, diciendo: Cuando tomes el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará a Jehová el rescate de su persona, cuando los cuentes, para que no haya mortandad cuando los hayas contado. Esto dará todo aquel que sea contado; medio siclo, conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras. La mitad de un siclo será la ofrenda a Jehová. Todo el que sea contado, de veinte años arriba, dará la ofrenda a Jehová. Ni el rico aumentará, ni el pobre disminuirá del medio siclo, cuando dieren la ofrenda a Jehová para hacer expiación por vuestras personas. Y tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones, y lo darás para el servicio del tabernáculo de reunión; y será por memorial a los hijos de Israel delante de Jehová, para hacer expiación por vuestras personas.” Éxodo 30:11-16

Un siclo es una unidad de medida que en la actualidad es equivalente a 11,4 gramos de plata. Y una gera era equivalente a 0,57 gramos de plata. Esta era una ofrenda única, anual. Pero evidentemente ellos no se conformaban con el comienzo de esta declaración de libertad sobre las personas al comprometerse en traer anualmente la ofrenda correspondiente, sino que se comprometieron también con traer para:

1. El pan de la proposición (v.33) 2. Para la ofrenda continua 3. Para el holocausto continuo 4. Para los días de reposo 5. Para las lunas nuevas 6. Para las festividades

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7. Para las cosas santificadas 8. Para los sacrificios de expiación por el pecado de Israel 9. Para el servicio de la casa de Dios

Yo noto en este pueblo un genuino deseo de agradar a Dios ya que el pacto no eran sólo buenas intenciones, lindos proyectos generales para el futuro, sino que había en todo este asunto un compromiso muy fuerte. Esto incluía sacar dinero, destinar tiempo y apartar recursos que por la cantidad de cosas que enumeramos hasta llegarían a ser onerosos.

No están diciéndole a Dios queremos tener tus Leyes y vamos cumplir tus Mandamientos como si se tratara de una cosa ajena a lo cotidiano. Ellos están sacando buena parte de sus propios ingresos a través del trabajo y el esfuerzo, de sus productos, de sus bienes para destinarlos a la obra de Dios.

Si esto no llega en tu ministerio entonces puedes ponerte como próximo objetivo llegar a este punto cuanto antes. Si la gente no se compromete con sus cosas personales para apoyar la obra de Dios, entonces no está comprometida. Si esta enseñanza no está presente como Palabra poderosa de Dios va a haber escasez en el desarrollo del ministerio. Porque es directamente proporcional el compromiso personal con Dios con el cumplimiento del pacto.

Ya que Dios no pacta con cosas sino con el corazón de su pueblo. Evidentemente, Dios no necesita de nuestras cosas materiales para nada, pero ocurre que Dios pesa nuestro corazón a raíz de cuánto somos capaces de desprendernos de lo material. Y si el tesoro está puesto en Dios, no hay duda que el corazón estará puesto allí (Mateo 6:19-21). Mientras que si el tesoro está todavía sobre la superficie de esta tierra, en las cosas materiales, allí estará el corazón del pueblo y de hecho no habrá ningún pacto con Dios. Haga un poco de números y evalúe cuanto debían poner en valores si tenían que traer todas estas cosas a la casa de Dios:

Ofrenda de la leña (v.34) Las primicias de la tierra (v.35) Las primicias del fruto de todo árbol Los primogénitos de todo animal nacido (v.36) Las primicias de las masas y ofrendas (v.37) Las primicias del vino y del aceite El diezmo para los levitas. Y los levitas debían llevar todo el diezmo de los diezmos a las cámaras del tesoro de la casa de Dios (v.38)

Esto es comprometerse, esto es decirle a Dios queremos Tu Gloria sobre nosotros, aquí tienes todo lo nuestro porque es Tuyo. Reconocemos Tu señorío sobre nuestras cosas, nuestros bienes, nuestros animales, nuestros campos, nuestro dinero, nuestro aceite y aún de nuestro vino. ¡Todo es tuyo Señor!. Nosotros solo lo administramos. Y el pacto remataba con una firme declaración:

“Allí estarán los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores; y no abandonaremos la casa de nuestro Dios.” v.39

¿Sabes porque Nehemías tenía autoridad para firmar y ratificar un pacto semejante?. ¿Sabes que le daba permiso legal a Nehemías para hacerlo?. Su conducta. Su propia vida.

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Enumera estas cosas: Nehemías no se había comprado heredad en Jerusalén (5:16). Siendo el

gobernador lo primero que pudiera haber hecho sería elegir el mejor y más caro terreno y construir allí su palacio, pero no lo hizo, su corazón no lo permitía, su tesoro estaba en Dios, y allí estaba su todo.

Nehemías no había cobrado la ración diaria del gobernador, aunque había mas de doscientas personas cada día a su mesa (5:17-18).

Nehemías había reconstruido la parte del muro que le tocaba con dinero de su bolsillo (5:16).

Nehemías trabajó sin sacarse la ropa por más de cincuenta días (4:23). Nehemías nunca había huido de los opositores y pudo defender la causa de la

obra de Dios a riesgo de ser asesinado (6:10-12). Nehemías no es una persona “dibujada” en el liderazgo. Nehemías es

realmente un líder. Él está a la cabeza de los problemas y es quién disfruta cuando el pueblo está bien (8:10-12).

Nehemías es quién confronta a los opresores y usureros, a los que tenían puesto su tesoro sobre la tierra y los hace condonar los prestamos completamente (5:6-13).

Nehemías guarda silencio cuando el pueblo se compromete, pero no duda en ponerle la firma a toda esta declaración del capítulo 10 porque así es su vida.

Así piensa Así vive Así son sus palabras Así es su carácter Así son sus hechos

NEHEMIAS TIENE SUFICIENTE AUTORIDAD MORAL PARA RATIFICAR EL PACTO DE ISRAEL CON DIOS

Nehemías es la clase de líder al que todos pueden imitar porque los hechos de su vida son transparentes, no necesita esconder nada. Y son los hechos de vida del líder lo que le dan autoridad a sus palabras o su firma.

El apóstol Pablo también tenía las mismas características en el liderazgo. Su vida podía ser copiada con mucha facilidad porque estaba al descubierto, era transparente y él mismo sabía que esto bendecía a sus seguidores y discípulos cercanos. Tanto es así que el mismo les escribe diciéndoles esto:

“Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.” Filipenses 4:9

No son las palabras elocuentes, ni los sermones preparados, ni las apariencias las que dan autoridad a los líderes. Lo que hace que tenga peso lo que dicen es lo que hacen. Lo que viven. Pero Pablo no sufría del síndrome de falsa humildad, él les dice abiertamente y por escrito que vivan como él. Que hagan como él. Que copien sus ejemplos. Y les asegura, el Dios de paz estará con ustedes entonces.

¿Cómo crees que reaccionarían tus allegados si les dijeras que hagan lo que tú haces y que vivan como tú vives?. Bien, de acuerdo a esta métrica es tu influencia en el liderazgo. Es más, como hay un proceso inconsciente de evaluación en las personas que

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te rodean a ninguno de ellos puedes venderle un buzón. Ellos saben perfectamente si lo que tú dices es afirmado con tus hechos, si tienes los comprobantes de ello. Y si no los tienen entonces estás perdido. No puedes dirigir a nadie a ninguna parte.

Así terminamos el capítulo 10. Este es el capítulo donde el líder muestra su autoridad.

M.E.C.LID. MINISTERIO DE ENSEÑANZA Y CAPACITACIÓN

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CAPITULO XI

EL LIDER SABE QUIEN OCUPA LOS ESPACIOS “Habitaron los jefes del pueblo en Jerusalén; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de cada diez para que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las otras ciudades. Y bendijo el pueblo a todos los varones que voluntariamente se ofrecieron para morar en Jerusalén. Estos son los jefes de la provincia que moraron en Jerusalén; pero en las ciudades de Judá habitaron cada uno en su posesión, en sus ciudades; los israelitas, los sacerdotes y levitas, los sirvientes del templo y los hijos de los siervos de Salomón. En Jerusalén, pues, habitaron algunos de los hijos de Judá y de los hijos de Benjamín. De los hijos de Judá: Ataías hijo de Uzías, hijo de Zacarías. Hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Mehalaleel, de los hijos de Fares, y Maasías hijo de Baruc, hijo de Colhoze, hijo de Hazaías, hijo de Adaías, hijo de Joiarib, hijo de Zacarías, hijo de Siloni. Todos los hijos de Fares que moraron en Jerusalén fueron cuatrocientos sesenta y ocho hombres fuertes. Estos son los hijos de Benjamín: Salú, hijo de Mesulam, hijo de Joed, hijo de Pedaías hijo de Colaías, hijo de Maasías,, hijo de Itiel, hijo de Jesaías. Y tras él Gabai y Salai, novecientos veintiocho. Y Joel hijo de Zicri era el prefecto de ellos, y Judá hijo de Senúa el segundo en la ciudad. De los sacerdotes: Jedaías hijo de Joiarib, Jaquin, Seraías hijo de Hilcías, hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de Meraiot, hijo de Ahitob, príncipe de la casa de Dios, y sus hermanos los que hacían la obra de la casa, ochocientos veintidós; y Adaías hijo de Jeroham, hijo de Pelaías, hijo de Amsi, hijo de Zacarías, hijo de Pasur, hijo de Malquías, y sus hermanos, jefes de familias, doscientos cuarenta y dos; y Amasai hijo de Azai, hijo de Mesilemot, hijo de Imer, y sus hermanos, hombres de gran vigor, ciento veintiocho, el jefe de los cuales era Zabdiel hijo de Gedolim. De los levitas: Semaías hijo de Hasub, hijo de Azricam, hijo de Hasabías, hijo de Buni; Sebetai y Jozabad, de los principales de los levitas, capataces de la obra exterior de la casa de Dios; y Matanías hijo de Micaías, hijo de Zabdi, hijo de Asaf, el principal, el que empezaba las alabanzas de acción de gracias al tiempo de la oración; Bacbuquías el segundo de entre sus hermanos; y abda hijo de Samúa, hijo de Galal, hijo de Jedutún. Todos los levitas en la santa ciudad eran doscientos ochenta y cuatro. Los porteros, Acub, Talmón y sus hermanos, guardas en las puertas, ciento setenta y dos. Y el resto de Israel, de los sacerdotes y de los levitas, en todas las ciudades de Judá, cada uno en su heredad. Los sirvientes del templo habitaban en Ofel; y Ziha y Gispa tenían autoridad sobre los sirvientes del templo. Y el jefe de los levitas en Jerusalén era Uzi, hijo de Bani, hijo de Hasabías, hijo de Matanías, hijo de Mocaía, de los hijos de Asaf, cantores, sobre la obra de la casa de Dios. Porque había mandamiento del rey acerca de ellos, y

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distribución para los cantores para cada día. Y Petaías hijo de Mesezabeel, de los hijos de Zera hijjo de Judá, estaba al servicio del rey en todo negocio del pueblo. Tocante a las aldeas y sus tierras, algunos de los hijos de Judá habitaron en Quiriat-arba y sus aldeas, en Dibón y sus aldeas, en Jecabseel y sus aldeas, en Siclag, en Mecona y sus aldeas, en En-rimón, en Zora, en Jarmut, en Laquis y sus tierras, y en Azeca y sus aldeas. Y habitaron desde Beerseba hasta el valle de Hinom. Y los hijos de Benjamín habitaron desde Geba, en Micmas, en Aía, en Bet-el y sus aldeas, en Anatot, Nob, Ananías, Seboím, Nebalat, Lod, y Ono, valle de los artífices; y algunos de los levitas, en los repartimientos de Judá y de Benjamín.” Capítulo 11:1-36

Después de ratificar el pacto del pueblo de Israel con Dios, Dios amplía el ministerio de Nehemías. Nehemías no sólo es el gobernador de Jerusalén sino que se convierte en el líder referente de todo Israel. Dios le ha entregado mayor autoridad y ahora todos obedecen a su voz.

Entonces llega una tarea que no debe haber sido muy grata, separar y elegir a las personas que habitarían la ciudad capital, la ciudad santa, la ciudad de Jerusalén. Eso implicaba hacer mudanzas masivas de todos aquellos que no correspondían quedarse allí. Creo que a las persona no les gusta que le impongan donde vivir, pero ese era ahora el trabajo de Nehemías. Debía decidir sobre la residencia de miles de personas. Su liderazgo en este sentido creció, su palabra era respetada, sus órdenes obedecidas; pero siempre hay excepciones en la regla, ya lo veremos aunque no en el presente capítulo. Cuando ellos vinieron de regreso de Babilonia debieron tener este mismo proceso de organización:

“Los primeros moradores que entraron en sus posesiones en las ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y sirvientes del templo. Habitaron en Jerusalén, de los hijos de Judá, de los hijos de benjamín, de los hijos de Efraín y de Manases.” 1 Crónicas 9:2-3

Así que los que quedaron en Jerusalén fueron: “...los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel, en sus ciudades.” 7:73 “Habitaron los jefes del pueblo en Jerusalén; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de cada diez para que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las otras ciudades.” 11:1

¿Pero qué significa todo esto?. Significa que el líder debe poner a las personas correctas para que ocupen sus propios espacios. El líder no solo delega responsabilidades sobre otros, sino que los ubica en lugares correctos para que ellos puedan desarrollar perfectamente sus tareas. Hasta aquí la obra de reconstrucción del muro parece cada vez de menor monta, no por lo fácil sino por lo manejable del asunto, cuando comparamos el trabajo que debe realizar Nehemías con las personas.

Solo un diez por ciento del pueblo que vivía en Israel podía quedarse dentro de los muros de Jerusalén y esto hacía necesario un éxodo de personas desde Jerusalén a las ciudades y aldeas, otro desde las ciudades y aldeas a Jerusalén. Pero todo se resolvió bajo un clima de paz y armonía. No olvidemos que ellos terminaban de pactar con Dios

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y aquí ya hay evidencias de Su presencia por el entendimiento, las decisiones como pueblo y la obediencia a la autoridad delegada, Nehemías. Por eso el pueblo hizo algo importante:

“Y bendijo el pueblo a todos los varones que voluntariamente que se ofrecieron para morar en Jerusalén.” 11:2

Encuentro en el libro DESARROLLE LOS LÍDERES QUE ESTÁN ALREDEDOR DE USTED, del conocido escritor John Maxwell. En el capítulo dos escribe acerca de cómo crear un ambiente para los líderes potenciales. Aquí transcribo unos fragmentos:

“Quienes creen en nuestra capacidad hacen algo más que estimularnos: crean una atmósfera en la que se nos vuelve más sencillo triunfar. Es vital para cualquier organización crear un ambiente que atraiga líderes. Esta es la tarea de los líderes, los que deben ser activos, deben generar actividad productiva y deben animar, crear y exigir cambios en la organización. Deben crear un clima en el que prosperen los líderes potenciales.” Capítulo 2, página 21

Dios es muy sabio querido lector. Él ha puesto semillas donde luego de dar a luz la vida puedan desarrollar todo su potencial, pero para esto ha sido necesario crear el clima, el ambiente, lo que posibilita que ese proceso ocurra. John Maxwell vuelve a escribir:

“Los líderes de algunas organizaciones no reconocen la importancia de crear un clima propicio para desarrollar líderes potenciales. No entienden cómo funciona. El ejecutivo de publicidad William Bernbach, quien entiende la influencia que esto tiene, dijo en una ocasión: ‘Me da risa siempre que otras agencias tratan de sonsacar a mi personal. Tendrían que “contratar” también el ambiente. Para que florezca, una flor necesita tanto del abono adecuado como de la semilla adecuada’. Los líderes de una organización no tendrán éxito a menos que se den cuenta de esto, sin importar lo talentosos que sean los individuos que llevan dentro de la empresa. La atmósfera adecuada permite a los líderes potenciales crecer y desarrollarse. Por esto es que la atmósfera se debe valorar y desarrollar con anticipación. Aun cuando un líder de una organización con mal clima robe un líder potencial que empieza a florecer en el ‘vivero’ de una organización saludable, el líder potencial no continuará creciendo ni florecerá. A menos, por supuesto, que el líder haya convertido el ambiente de su propia organización de ‘ártico’ en ‘tropical’”.

Capítulo 2, páginas 2-3 En ese trabajo de ubicar las semillas en el ambiente que corresponde está

Nehemías. De otra manera: ¡Que desperdicio de recursos sería para el pueblo de Israel!. ¿Qué te parece los cantores sobre las peñas?. ¿Los sacerdotes cuidando ovejas?. ¿Los levitas haciendo agricultura?. ¿Los guerreros en el templo?. ¿Los principales, jefes y autoridades viviendo en las aldeas pequeñas?. Eso sería la mejor muestra de falta de liderazgo en Nehemías.

Ubicar a las personas en los lugares correctos es la mejor manera de permitir el desarrollo de nuevos líderes. Nehemías en la corte de Artajerjes era el copero, pero la semilla del liderazgo en él se desarrolló en el ambiente favorable de Jerusalén. Allí germinó y su desarrollo completo estuvo en el marco de esa ciudad y luego dentro de

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todo Israel. Pero si esto no hubiera sido posible sin un “ambiente” favorable para su desarrollo.

La gloria que habían vivido en el reinado davídico con respecto a la Gloria de Dios en la adoración y la alabanza quieren ser retomadas, y para eso lo mejor que puede hacer Nehemías es poner en función a las personas idóneas en la materia. Porque nada es mágico en el reino de Dios. (Vuelvo a repetir estas palabras que cada tanto las pongo nuevamente sobre el liderazgo).

Nehemías sabe que la bendición de tener a los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo en sus funciones hará que la adoración al Señor se perpetúe, que su Palabra esté constantemente en los oídos de todo el pueblo; que los sacrificios no paren de ofrecerse. Entonces toma las medidas correctas y ubica a las personas correctas en sus puestos: Esto a su vez permitirá que surjan nuevos líderes en cada área porque así es la naturaleza.

Pero también esto nos enseña que el liderazgo espiritual debe ir acompañado de necesaria capacitación, “ambiente” para ejercer correctamente el liderazgo. Es natural. Nadie puede ser músico sin hacer música o pintor sin tener contacto con la pintura.

Los líderes necesitan tomar los principios básicos del liderazgo para poder desarrollar sus tareas. Nehemías debe haber aprendido algo de esto en la corte de Artajerjes, a mas no ser por la mera observación de cómo hacía el rey las cosas.

La tarea ahora está de tu lado querido líder. Debes atender el desafío de poner a las personas correctas en el lugar correcto.

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CAPITULO XII EL LIDER SE FIJA EN LAS PERSONAS

“Estos son los sacerdotes y levitas que subieron con Zorobabel hijo de Salatiel, y con Jesúa: Seraías, Jeremías, Esdras, Amarías, Maluc, Hatús, Secanías, Rehum, Meremot, Iddo, Gineto, Abías, Mijamín, Maadíaas, Bilga, Samaías, Joiarib, Jadías, Salú, Amoc, Hilcías y Jedaías. Estos eran los príncipes de los sacerdotes y sus hermanos en los días de Jesúa. Y los levitas: Jesúa, Binuí, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, que con sus hermanos oficiaba en los cantos de alabanza. Y Bacbuquías y Uni, sus hermanos, cada cual en su ministerio. Jesúa engendró a Joiacim, y Joiacim engendró a Eliasib, y Elizasib engendró a Joiada; Joiada engendró a Jonatán, y Jonatán engendró a Jadúa. Y en los días de Jioacim los sacerdotes jefes de familias fueron: de Saraías, Meraías; de Jeremías, Hananías; de Esdras, Mesulam; de Amarías, Johanán; de Melicú, Jonatán; de Sebanías, José; de Harim, Adna; de Meralot, Helcai; de Iddo, Zacarías; de Ginetón, Mesulam; de Abía, Zicri; de Miniamín, de Moadías, Piltai; de Bilga, Samúa; de Semaías, Jonatán; de Joiarib, Metanai; de Jedaías, Uzi; de Salai, Clai; de Amoc, Eber; de Hilcías, Hasabías; de Jedaías, Natanael. Los levitas en días de Eliasib, de Joiada, de Johanán y de Jadúa fueron inscritos por jefes de familias; también los sacerdotes, hasta el reinado de Darío el persa. Los hijos de Leví, jefes de familias, fueron inscritos en el libro de las crónicas hasta los días de Johanán hijo de Eliasib. Los principales de los levitas: Hasabías, Serebías, Jesúa hijo de Cadmiel, y sus hermanos delante de ellos, para alabar y dar gracias, conforme al estatuto de David varón de Dios, guardando su turno. Matanías, Bacbuquías, Obadías, Mesulam, Talmón y Acub, guardas, eran porteros para la guardia a las entradas de las puertas. Estos fueron en los días de Joiacim hijo de Jesúa, hijo de Josadac, y en los días del gobernador Nehemías y del sacerdote Esdras, escriba. Para la dedicación del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas de todos sus lugares para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta de alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras. Y fueron reunidos los hijos de los cantores, así de la región alrededor de Jerusalén como de las aldeas de los netofatitas; y de la casa de Gilgal, y de los campos de Geba y de Azmavet; porque los cantores se habían edificado aldeas alrededor de Jerusalén. Y se purificaron los sacerdotes y los levitas; y purificaron al pueblo, y las puertas, y el muro. Hice luego subir a los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que fueron en procesión; el uno a la derecha, sobre el muro, hacia la puerta del Muladar. E ibas tras de ellos Osaías con la mitad de los príncipes de Judá, y Azarúias, Esdras, Mesulem, Judá y Benjamín, Semaías y Jeremías. Y de los hijos de los sacerdotes iban con trompetas Zacarías hijo de Jonatán, hijo

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de Samaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, hijo de Zacur, hijo de Asaf; y sus hermanos Samaías, azarael, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá y Hanani, con los instrumentos musicales de David varón de Dios; y el escriba Esdras delante de ellos. Y a la puerta de la Fuente, en frente de ellos, subieron por las gradas de la ciudad de David hasta la puerta de las Aguas, al oriente. El segundo coro iba del lado opuesto, y en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho; y desde la puerta de Efraín hasta la puerta Vieja y a la puerta del Pescado, y la torre de Hananeel, y la torre de Hamea, hasta la puerta de la cárcel. Llegaron luego los dos coros a la casa de Dios; y yo, y la mitad de los oficiales conmigo, y los sacerdotes Eliacim, Maaseías, Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Hananías, con trompetas; y Maasías, Samaías, Eleazar, Uzi, Johanán, Malquías, Elam y Ezer. Y los cantores cantaban en alta voz, e Izrahías era el director. Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos. En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían. Y habían cumplido el servicio de su Dios, y el servicio de la expiación, como también los cantores y los porteros, conforme al estatuto de David y de Salomón su hijo. Porque desde el tiempo de David y de Asaf, ya de antiguo, había un director de cantores para los cánticos y alabanzas y acción de gracias a Dios. Y todo Israel en días de Zorobabel y en días de Nehemías daba alimentos a los cantores y a los porteros, cada cosa en su día; consagraban asimismo sus porciones a los levitas, y los levitas consagraban parte a los hijos de Aarón.” Capítulo12:1-47

Para Nehemías este es el mejor día de su vida. La obra esta terminada y debe dedicarla a Dios. Pero la necesidad de chequear qué personas ocupan los lugares hace que Nehemías vuelva a destinar espacio en su libro para nombrar a cada uno de los sacerdotes, levitas y jefes de familias. Esto por un lado muestra la importancia que tiene para el líder quiénes son las personas que van a estar en su ministerio y a su vez muestra el conocimiento que tiene Nehemías acerca de cómo tener éxito en el mismo.

Muchos se ha escrito acerca del éxito en el desarrollo del trabajo y para mí solo se resume en los subtítulos que tiene este libro. No hay magia en ningún servicio al Señor. Todo depende de cuánto dependemos de Dios y qué determinaciones tomamos en fe.

La vida y obra de Nehemías para mí son suficientes para saber que bajo estos parámetros el éxito no se hace esperar. Quizás hoy nosotros estamos deslumbrados por las megaiglesias y solamente creemos que somos exitosos en lo que hacemos cuando tenemos una iglesia de veinte mil personas. Esta falsa impresión suele sepultar los mejores ministerios, porque le damos letra al diablo para que nos predique acerca de nuestra pequeñez, como si fuera que Dios solamente se place del mega - macro - grande ministerio. ¡Por favor! Rompamos con los paradigmas de pensamientos del mundo.

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Nuestro éxito está en hacer la Voluntad de Dios y en nada más. Así vas a sentirte totalmente satisfecho si Dios te ha llamado para que atiendas a dos personas en medio de la selva o en la cima de una montaña o en medio del desierto. Lo que suele pasar que es que nosotros tendemos a ver es el tamaño (cantidad), y el tamaño no nos dice mucho. Debo denunciar en este punto que los líderes cristianos hoy estamos tan preocupados por ser “exitosos” al modo que el éxito se mide en el mundo, que descuidamos saber qué piensa Dios acerca de mi ministerio, cuáles son Sus parámetros para medirme y si realmente estoy agradándole.

Normalmente las megaiglesias están en las grandes ciudades pero si te das cuenta que la proyección numérica de la cantidad de habitantes del lugar con la cantidad que son ganados para Cristo por estas megaiglesias siempre resulta menor, quizás no lo puedas creer. Si a esa misma comparación numérica la llevaras a un poblado donde tienes una iglesia de cincuenta personas y hay otra iglesias haciendo lo mismo para el reino de Dios; cuando sacas la proyección en números te das cuenta que está mas alcanzado con el evangelio un poblado o ciudad, donde puedes estar tú, que una mega iglesia dentro de una gran ciudad. Por eso es bueno que no te lleves por las métricas humanas. Si estás completamente seguro que Dios te ha puesto allí y Él te respalda y haces todo lo que Él quiere que hagas, entonces ya tienes éxito. Se dice que:

Si estás DONDE Dios quiere En el TIEMPO que Dios quiere HACIENDO lo que Dios quiere

¡¡¡...ya eres exitoso!!!. Compárate personalmente con Nehemías y mide tu ministerio, así sean los que

están contigo un puñado de personas. Mucho del éxito de Nehemías en el ministerio tiene que ver con las personas que

pone en funciones. Por eso, cuando tú formas el equipo que trabaja contigo, cuídate de hacerlo bajo parámetros bíblicos. Por ese motivo voy a enumerar algunos aquí:

Las normas neotestamentarias son primordialmente morales y espirituales. Lee 1 Timoteo 3:1-14. El carácter probado de los que procuran cargos de dirección en la iglesia es más importante que la personalidad, los dones de predicación o los logros académicos. El punto central descansa en la conducta de la persona, en las decisiones correctas que toma y en la santidad personal. Se puede pretender que esta persona sea un ejemplo o modelo de fidelidad, veracidad, honradez y pureza. La fidelidad es lo que va primero:

“Y su señor le dijo: bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor.” Mateo 25:21

La vida cristiana de estas personas se expresa en la fe que pueden mostrar, sobre todo en lo relacionado a sus cosas personales. Estudie 1 Timoteo 4:12; 1 Pedro 5:1-3. Esto es necesario porque el conjunto de la congregación no sólo aprende de la Palabra de Dios sino también de la conducta, a través del ejemplo, de los que están puestos en el liderazgo.

Es muy importante que las personas que van a ocupar tal función sean puestas porque tienen un llamado, un don o un ministerio para ejercer el liderazgo. Nadie puede ocupar un lugar por una simple votación. Esto es contrario a toda la Biblia, no hay forma de respaldarlo con la misma. La democracia en las filas cristianas no existe.

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Primero porque nadie en la Biblia a ejercido el liderazgo por votación de la mayoría, sino por llamamiento. En segundo lugar porque es incompatible con 1 Corintios 12. La iglesia de Cristo funciona como un cuerpo donde cada órgano de ese cuerpo está en estrecha e íntima relación unos con otros. Todo este cuerpo a su vez es coordinado perfectamente por la actividad del Espíritu Santo. Lo que sucede es que la iglesia es gobernada Teocráticamente, no democráticamente. Si nosotros incluimos la votación para elegir las personas es posible que pongamos en funciones comparativamente a: Los oídos para comer, los ojos para caminar y la nariz para oír. ¡Increíblemente, hasta el día de hoy en algunas congregaciones se hace esto todavía!. Así también es el desarrollo ministerial, muy pobre y pequeño. ¿Por qué no volvemos a 1 Corintios 12 completamente?. Allí encontramos al Padre, al Hijo y al Espíritu trabajando.

Nehemías pone a los levitas (v.22), mejor dicho a los hijos de Leví (v.23), los principales de ellos (v.24) para que hagan esto:

“...para alabar y dar gracias, conforme al estatuto de David varón de Dios, guardando su turno” 10:24

Nuestro ministerio está constituido en un 99% de personas, ellas hacen mucho del éxito o del fracaso, pero nosotros como líderes somos responsables de quiénes están en esas funciones. No dudemos en apartar a aquellos que no contribuyen a la obra de Dios, de otra manera nosotros nos hacemos responsables por el retraso del cumplimiento de la Voluntad “agradable y perfecta” de Dios (Romanos 12:2).

___________________________________________________Marino M. Muñoz

EL LIDER DEDICA LA OBRA A DIOS

El sueño dorado de Nehemías se ha hecho realidad. El muro está reconstruido y llega el momento de la dedicación. Por supuesto, las personas están elegidas para tal evento. Los sacerdotes fueron purificados y los levitas fueron reunidos para el momento de la dedicación. Nada pudo hacer más feliz a Nehemías que ese deseado momento llegara. Con la mayor alegría Nehemías escribe en su libro:

“Y se purificaron los sacerdotes y los levitas; y purificaron al pueblo, y las puertas, y el muro.” 12:30

Nehemías preparó dos coros grandes que fueron caminando uno a la derecha y el otro a la izquierda por sobre el muro hasta que llegaron a un punto de reunión en común que era la casa de Dios. El pueblo iba detrás de los coros y delante de ellos iban las personas adecuadas; los príncipes de Israel, los hijos de los sacerdotes con trompetas. Esdras encabezaba uno de los coros y Nehemías el otro. Creo que ese era el día donde Nehemías se sentía completamente realizado.

Estas palabras reflejan lo que sentía el escritor del libro bíblico y cómo sentía este momento el pueblo de Dios:

“Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos.”

12:43

148

Es bueno saber que no todo es trabajo, fatiga y compromisos pendientes. No todo en el ministerio es desgaste de energías. Hay momentos como estos que no podemos perderlos. Cuando la realización de la obra llega al momento de dedicarla al Señor, debemos festejar, debemos regocijarnos; tenemos que aprender a convivir en dos mundos, el del esfuerzo y el regocijo. Solamente así podremos llevar adelante la obra de Dios.

Para Nehemías esta era la segunda vez en su ministerio que debía alegrarse y contentarse con lo que estaban viviendo. La primera fue cuando la Palabra de Dios trajo entendimiento, compresión y recogimiento. La segunda es en esta dedicación del muro. Nosotros como líderes debemos saber identificar los momentos que vivimos y si ellos son de gozo debemos declararlo a todos, debemos acentuarlos, promocionarlos y hacer que nuestra gente sea contagiada. Nehemías dijo con toda razón a su gente:

“...día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” 8:10

El líder no solo vivía personalmente ese gozo sino que lo compartía y enseñaba su gente qué debía hacer en el momento de regocijo. Entiendo que el trabajo en la obra puede darnos dolores de cabezas, pero es importante que no tengamos a la presión, el desgano y la queja como dominador de nuestra labor, sino al gozo del Señor.

El apóstol Pablo vivió muchas circunstancias difíciles en su ministerio pero fueron vistas por él con una óptica distinta, por el gozo, y escribe algunas cosas como estas:

“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no es provechoso.” Hebreos 13:17 “No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado; antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, con palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.” 2 Corintios 6:3-10 “Mucha franqueza tengo de vosotros; mucho me glorío con respecto de vosotros; lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.” 2 Corintios 7:4 “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad.” 2 Corintios 8:1-2

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“Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.”

Hechos 20:22-24

Finalmente el apóstol Santiago nos dice: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”

Santiago 1:2-4 Dedicar la obra terminada al Señor ciertamente producirá gozo, pero a este no hay

que perderlo en el camino hasta que volvamos a tener motivos para gozarnos. Terminar la obra de Dios con gozo es muy bueno, pero personalmente yo quisiera terminar mi ministerio con gozo, tal como el apóstol Pablo.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

EL LIDER VIGILA LA ADMINISTRACION

Ahora llegamos a la parte más frágil de toda organización, la administración del dinero. Nehemías debe poner en funciones a las personas destinadas a la administración de las ofrendas, primicias y diezmos.

“En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían. Y habían cumplido el servicio de su Dios, y el servicio de la expiación, como también los cantores y los porteros, conforme al estatuto de David y de Salomón su hijo.” 12:44-45

Estos relatos son muy importantes ya que hablan de lo que iba a perdurar como bendición de Dios sobre su pueblo. Nehemías no solo se cuida de dedicar el muro con una fiesta y celebración descomunal, sino que había organizado a todo Israel y puesto la gente correcta para poder administrar las primicias, las ofrendas y los diezmos. El pueblo estaba tan contento en ese momento con la restauración material y espiritual que obraba el líder, que con mucho gozo daban ofrendas para la obra de Dios. Debemos decir que esto tampoco era extra a lo que Dios había establecido, sino solo el cumplimiento de Su Voluntad. Por eso Nehemías termina este capítulo anotando lo siguiente:

“Y todo Israel en días de Zorobabel y en días de Nehemías daba alimentos a los cantores y a los porteros, cada cosa en su día; consagraban asimismo sus porciones a los levitas, y los levitas consagraban parte a los hijos de Aarón.” 12:47

150

Entremos al último capítulo y aprendamos otra lección importante para el liderazgo.

LO MÁS DIFÍCIL NO ES QUE LA OBRA COMIENCE, SINO QUE PERMANEZCA.

M.E.C.LID. MINISTERIO DE ENSEÑANZA Y CAPACITACIÓN

PARA LÍDERES

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

CAPITULO XIII EL LÍDER PRUEBA SU FIDEL IDAD A DIOS

“Aquel día se leyó en el libro de Moisés, oyéndolo el pueblo, y fue hallado escrito en él que los amonitas y moabitas no debían estar jamás en la congregación de Dios, por cuando no salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua, sino que dieron dinero a Balaam para que los maldijera; mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición. Cuando oyeron, pues, la ley, separaron de Israel a todos los mezclados con extranjeros. Y antes de esto el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías, y le había hecho una gran cámara, en la cual guardaban antes las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del grano, del vino y del aceite, que estaba mandado dar a los levitas, a los cantores y a los porteros, y a la ofrenda de los sacerdotes. Mas a todo esto, yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia fui al rey; y al cabo de algunos días pedí permiso al rey para volver a Jerusalén; y entonces supe del mal que había hecho Eliasib por consideración a Tobías, haciendo para él una cámara en los atrios de la casa de Dios. Y me dolió en gran manera; y arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera de la cámara, y dije que limpiasen las cámaras, e hice volver allí los utensilios de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso. Entonces asimismo que las porciones para los levitas no les habían sido dadas, y que los levitas y cantores que hacían el servicio habían huido cada uno a su heredad. Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Porqué está la casa de Dios abandonada? Y los reuní y los puse en sus puestos. Y todo Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del aceite; a los almacenes. Y puse por mayordomo de ellos al sacerdote Selemías y al escriba Sadoc, y de los levitas a Pedaías; y al servicio de ellos a Hanán hijo de Zacur, hijo de Matanías; porque eran tenidos por fieles, y ellos tenían que repartir a sus hermanos. Acuérdate de mí, oh Dios, en orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios, y en su servicio. En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares en el día de reposo y que acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos y toda suerte de carga, y que traían a Jerusalén en día de reposo y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones. También en la ciudad tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en día de reposo a los hijos de Judá en Jerusalén. Y reprendí a los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo? ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo?. Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén antes del día de

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reposo, dije que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del día de reposo; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de reposo no introdujeran carga. Y se quedaron fuera de Jerusalén una y dos veces los negociantes y los que vendían toda especie de mercancía. Y les amonesté y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en día de reposo. Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día de reposo. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia. Vi asimismo en aquellos días a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas; y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de Aasdod, porque no sabían hablar judaico, sino que hablaban conforme a la lengua de cada pueblo. Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y los hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos. ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel?. Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aún a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras. ¿Y obedeceremos a vosotros para cometer todo este mal tan grande de prevaricar contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras?. Y uno de los hijos de Joiada hijo del sumo sacerdote Eliasib era yerno de Sambalat horonita; por tanto, lo ahuyenté de mí. Acuérdate de ellos, Dios mío, contra los que contaminan el sacerdocio, y el pacto del sacerdocio y de los levitas. Los limpié, pues, de todo extranjero, y puse a los sacerdotes y levitas por sus grupos, a cada uno en su servicio; y para la ofrenda de la leña en los tiempos señalados, y para las primicias. Acuérdate de mí, Dios mío, para bien.” Capítulo 13:1-31

Hacer un pacto con Dios es cosa seria, muy seria. Pero la gente de Israel no tomó el peso de la situación. Entonces Nehemías, el líder que estudiamos, aparece de nuevo en escena de una manera poco agradable para los judíos.

Lamentablemente hay una diferencia muy grande entre el corazón del pueblo y el corazón de su líder. Nehemías nuevamente pone en evidencia su fidelidad a Dios y su Palabra. Ese mismo día de la dedicación del templo el líder tiene que llevar a cabo algo tremendamente duro para el pueblo. Pero como él está parado en la Palabra de Dios, no teme hacer algo que a muchos hoy nos costaría siquiera planificar hacerlo. Mientras el pueblo se ha reunido para escuchar la Palabra de Dios el líder hace un nuevo hallazgo mientras escuchan la lectura. En el libro de Moisés, Números capítulo 25, se había dejado escrito que los Moabitas no eran bienvenidos en el pueblo de Israel porque los israelitas fornicaron con las hijas de Moab y terminaron llevando el pueblo de Dios a los sacrificios de sus dioses. Nada peor podía ocurrirle al pueblo elegido entonces. Pero esto fue un ardid en el pasado para desbaratar al pueblo de Israel ya que anteriormente Balac rey de Moab no había podido lograr que Balaam maldijera al pueblo de Dios por tres veces consecutivas, aún ofreciendo sacrificios (Números

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22)23;24;25). Pero en el libro de Moisés no había sugerencias sino órdenes terminantes. Decía:

“No entrará amonita, ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre, por cuanto no salieron a recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte. Mas no quiso Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba. No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.” Deuteronomio 23:3-6

Es muy posible que esta haya sido la lectura entonces; y también es posible que sea el mismo Esdras el que leía estas palabras a todo el pueblo.

Nehemías siente de repente que el peso de conocer la Palabra de Dios requiere un cumplimiento inmediato: Eso debe llamarse fidelidad a la Palabra de Dios. Entonces Nehemías pone de manifiesto esa faceta ejecutiva de su carácter he inmediatamente procede a separar a los que estaban mezclados dentro del pueblo de Israel.

Si tuviéramos que filmar este último capítulo de la vida y ministerio de Nehemías, sería la parte donde se produce un revuelo social descomunal.

Había que encontrar a los moabitas y los amonitas y sacarlos del perímetro del pueblo de Israel. Eso significaba hacer cientos o miles de mudanzas simultáneas. Por supuesto, no creo que todos los que iban a ser sacados de Israel fueran de caracteres apacibles y mansos, sin duda muchos de ellos ofrecerían resistencia a salir. ¡Imagínate aquellos que ya tenían formadas familias dentro del pueblo de Israel!. Muchas lágrimas se derramaron en ese día de dedicación del muro. Muchos gritos se mezclaban con el canto de los coros sobre el muro. Muchos sentimientos encontrados había en Israel. Unos estaban de fiesta y otros estaban amargados. No sólo era cuestión de hacer movimientos de lugares para vivir sino que había que quebrar familias, había que hacer una “caza” de moabitas y amonitas por todos lados para purificar a Israel de gente no santa.

¿Hasta donde llega el propósito de Dios con respecto a su pueblo?. Debiéramos hacernos algunas preguntas obligadas: ¿Por qué como líderes llegamos a creer hoy que Dios se agrada de un pueblo que incuba a rebeldes y gente no santa?. ¿Por qué como líderes nos atrevemos a cobijar a los que hacen divisiones, meten rebelión en el pueblo y son contumaces?. ¿Por qué como líderes permitimos que estén dentro del pueblo de Dios personas que no saben bendecir a otros?.

Este era el problema de los moabitas y amonitas, ellos no bendijeron al pueblo de Israel y no se los podía contener dentro de su perímetro. Pero ya ves que la cuestión no se centra en lo que pasa en el pueblo sino lo que pasa en el corazón del líder de ese pueblo. Aquí está la mejor explicación de porque Dios levantó a Nehemías para que lidere Su pueblo en esa época de la historia.

¡Podes ver lo que ocurre en el día de dedicación del muro reconstruido!. La felicidad de Nehemías de dedicar a Dios la obra se ve empañada por este hallazgo en los libros de Moisés.

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Una nueva tempestad se levantaba en su ministerio pero la fidelidad a la Palabra de Dios en su corazón era férrea. Nada haría que él cejara de su compromiso como líder del pueblo de Israel.

¡Por eso Dios trabaja con los líderes que son... COMO NEHEMÍAS!. Dios no duda en ponerlos en funciones dentro de Su pueblo. Ellos son a quienes les

importa más lo que dice su Dios antes de lo que dicen todos los demás. El mundo puede estar en contra de estos líderes pero ellos seguirán a pesar de todo. Podrán arruinarle la mejor fiesta y empañar la dedicación o inauguración de la mejor obra de su vida, pero a pesar de todo ellos se mantendrán fieles a Dios y su Palabra sin aflojar ni un centímetro. Nehemías no dejó para el otro día la aplicación de esta Palabra, empezó inmediatamente. Él quería el bien para Israel y no se permitiría tener nada ni nadie que dañe o afecte al pueblo de Israel. En el Nuevo Testamento el apóstol de los gentiles recoge la enseñanza de 1 Crónicas y la aplica al Israel espiritual de hoy diciendo:

“Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.”

2 Corintios 6:16-18 En el Antiguo Testamento la separación era un requisito constante para el pueblo de Dios. Lee Éxodo 23:24; Levítico 11:44-45; Deuteronomio 7:1-5; Esdras 9:1-2. Dios exigía de su pueblo que fuera santo, diferente y separado de todos los otros pueblos, a fin de pertenecer a Él como pueblo escogido. Pero la persistencia de acomodarse a la idolatría y las tradiciones de otros pueblos fue lo que llevó a Dios a dispersar a Israel y llevarlos al exilio, a Asiria y Babilonia donde sufrieron horrores. En el Nuevo Testamento Dios ha ordenado la separación del creyente del mundo para que sea santo.

Analice detenidamente esto: a) Dios nos pide separación del sistema inmoral del mundo y de las obras

impías. Esto dicen Juan 17:14-16; 2 Timoteo 3:1-5; Santiago 4:4 b) Dios nos pide separación de las personas de la iglesia que pecan y se niegan a

arrepentirse. Mateo 18:15-18; 1 Corintios 5:9-13; 2 Tesalonicenses 3:6-15 c) Dios nos pide separación de las congregaciones y sectas falsas que enseñan

errores teológicos y niegan las verdades bíblicas. Estudia esto: Mateo 7:15-20; Romanos 16:17-20; Gálatas 1:9-10; Tito 3:9-11; 2 Pedro 2:17-22; 1 Juan 4:1; 2 Juan 10-11; Judas 11-13

¿Por qué Dios quiere y exige de nosotros como cristianos esta separación?. Enumeremos los motivos:

• Perseverar en la salvación. 1 Timoteo 4:16; Apocalipsis 2:14-17 • Perseverar en la fe. 1 Timoteo 1:18-20; 6:8-10,20-21 • Perseverar en la santidad. Juan 17:14-21; 2 Corintios 7:1 • Tener como motivo de vida sólo servir Dios. Mateo 22:37; 2 Corintios

6:16-18 • Tener la capacidad de convencer al mundo incrédulo de las bendiciones

que se reciben con Dios. Juan 17:21; Filipenses 2:15

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Si no hay separación de toda especie de mal, los cristianos perdemos la comunión con Dios; que incluye para nosotros la pérdida de los derechos de hijos: 2 Corintios 6:16-18; Romanos 8:12-17.

Lo que no podemos hacer es escapar de nuestra posición de líderes. Nosotros somos los responsables, nosotros ejecutamos o no dentro del pueblo de Dios Su Palabra. Nehemías es nuestro ejemplo a seguir por ese motivo. Él no teme darle ejecución a la Palabra que lee en los libros de Moisés. Si había problemas familiares entre las personas deportadas los solucionaría y oraría a Dios para que les dé consuelo; pero nunca dejaría que la Palabra pasara sin ser ejecutada.

Creo, sin temor a equivocarme, que Nehemías habrá recibido muy duras críticas por su actitud. Debe haber sido odiado por muchos en Israel. Gracias a pegarse a la voluntad de Dios debe haber conseguido muchos enemigos personales en poco tiempo, pero eso lo tenía sin cuidado. No los incluye en su libro. No tiene trascendencia para él. Algo sí trasciende y es digno de mencionarse: La Palabra de Dios ese mismo día fue ejecutada, cumplida, obedecida. Todo lo demás es secundario.

Así piensa Nehemías, así vive y así es su ministerio. Nehemías ha pasado a la historia por esto, su fidelidad a Dios y su Palabra.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

A LA AUSENCIA DEL LIDER...

Es increíble lo que influye la presencia del líder sobre el lugar donde trabaja. Erróneamente hemos pensado que si nosotros permanecemos lejos, separados, igual las cosas seguirán su rumbo en nuestro ministerio. Esta teoría no es cierta ni en pequeño grado.

Nehemías ha trabajo durante doce años a la par de su gente, pero solo bastó que se fuera unos días del lugar de trabajo para que se descontrolara la dirección que llevaba el pueblo. Recordemos que Nehemías debía volver al rey Artajerjes, él mismo le había señalado el tiempo y debía cumplir su palabra (2:6).

“...yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia fui al rey; y al cabo de algunos días pedí permiso al rey para volver a Jerusalén;...” 13:6-7

Impresiona la capacidad de este líder de permanecer obediente a la autoridad superior. Nehemías no se maneja solo. Nehemías tiene autoridad porque está bajo autoridad. Estos principios son los que debemos mantener en el liderazgo.

Que tengas un lugar de importancia dentro de una organización no te habilita para que seas desobediente a la autoridad superior dentro de la misma. Está bien que sean las autoridades seculares a las cuales Nehemías debe obedecer, pero en nada ha cambiado hasta el día de hoy esta disposición del Creador; así lo asegura Su Palabra:

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” Romanos 13:1-2

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De manera que Nehemías después que han pasado algunos días habla con el rey para pedirle permiso para volver a Jerusalén. Deducimos que el rey Artajerjes vuelve a autorizarlo para volver a Jerusalén, mientras, el líder presume que algo irregular está pasando en Jerusalén. Es que una persona del sacerdocio de Israel está llevando las cosas fuera del orden que Dios ha establecido:

“...el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías, y le había hecho una gran cámara, en la cual guardaban antes las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del grano, del vino y del aceite, que estaba mandado dar a los levitas, a los cantores y a los porteros, y la ofrenda de los sacerdotes. Mas a todo esto, yo no estaba en Jerusalén,...” 13:4-6

Hacer esta cámara dentro de la casa de Dios para Tobías era como dejar que el enemigo Nº 1 del pueblo de Israel estuviera en el lugar más íntimo, aparte de ser un sacrilegio en la casa del Señor.

Ya hemos visto a miles de personas ser deportadas del perímetro de Israel porque no pertenecían al pueblo de Dios, ahora en contraposición, alguien ajeno a Israel entra a vivir, a permanecer, a estar y ocupar lugar dentro de la casa destinada al Señor. ¡Que inverosímil que resulta esto!.

Debemos hacer notar que el sacerdote Eliasib se vendió por el parentesco. Como gesto de consideración por el parentesco. Eliasib mismo hizo y decoró una gran habitación en el área más íntima del templo, como un apartamento, para Tobías. Tobías, para era amonita (2:10,19), o sea un extraño al pueblo de Dios y ellos no podían ser permitidos en Israel, pero menos aún dentro de la casa del Señor.

¡Cuánto dolor habría todavía en el pueblo a causa de separar a los que no eran hijos genuinos de Israel!. Muchas familias todavía sufrían quebranto. Nehemías se había propuesto limpiarlos de toda contaminación para que sean santos; pero para el sacerdote Eliasib esto no importaba mucho. Evidentemente para este ministro ni Dios, ni Su Palabra, estaban en primer lugar, podía ocupar ese lugar inclusive un enemigo del pueblo de Dios.

Parece increíble que esto mismo sucede hasta el día de hoy. Los “Eliasib” actuales siguen mostrando su peligrosidad pues son dirigentes del pueblo de Dios sin fidelidad a Su Palabra. Pero una vez detectados ellos no pueden permanecer en sus mismos puestos, deben ser removidos.

Eliasib puede hacer esa cámara para Tobías gracias a que ya no daban ofrendas como habían prometido traer a la casa del Señor. Entonces no había un solo problema en Israel, habían varios y de fondo. Todo estaba retornando rápidamente al lamentable estado anterior a la llegada de Nehemías.

En muy poco tiempo se puede volver al pasado. La máquina del tiempo para los judíos se llamaba desobediencia. Pero esto no era un juego, la infidelidad del sacerdocio y del pueblo sería castigada severamente por Dios.

Pero hay algo que llama la atención: Eliasib es un sacerdote que “ministra” al pueblo de Israel. Él es un dirigente, una persona influyente y no desconoce que el propósito de Dios es exactamente lo contrario que él hace. Esto en la práctica es similar a un genocidio para el pueblo de Israel. Solamente una persona desconsiderada consigo misma y con el pueblo de Dios puede hacer una cosa semejante. Se necesita carecer totalmente de temor de Dios para profanar así el lugar santo.

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- ¿Cómo pensaba Eliasib? - ¿Cuáles eran sus intereses mezquinos? - ¿La ausencia de Nehemías desata este descontrol? - ¿Quién pondrá frenos a la decadencia en los ministros de Israel? - ¿Tan fácilmente pueden olvidarse de Dios y el pacto hecho delante de Él?

___________________________________________________Marino M. Muñoz

EL REGRESO DEL LIDER

Aparece Nehemías en Jerusalén luego de unos días de ausencia. Recorre el muro revisando la parte de jardinería y mientras pasa hace comentarios

risueños a los trabajadores y sirvientes. Todos lo saludan con deferencia y respeto. Camina por todas partes, hay sonrisa en su cara y levanta sus manos al cielo diciendo: ¡Gracias Señor, que bendición es estar de nuevo en este lugar!. Llena sus pulmones de aire y apura el paso mientras se aproxima a la casa del Señor. Espera ver allí mucho más movimiento que en las calles de Jerusalén. Él sabe que hay unas trescientas setenta personas trabajando como sacerdotes, levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo. Sus cálculos son realistas pues eso es lo que dejó en pleno movimiento antes de partir a Susa.

Por unos segundos se para como mirando a todas partes, como escrutando con su vista y su oído la ausencia de movimiento cercano al lugar; sus sentidos descubren falta de actividad, pero trata de calmar sus pensamientos diciéndose que todo se desarrolla normalmente todavía, pero no puede dejar de oler rareza en el ambiente.

Este líder tenía cabal consciencia que Israel ha pactado con Dios y de ese punto en más, por el resto de la historia, ellos debían cumplir la parte del pacto que le correspondía y Dios haría sin dudas Su parte. Ellos estaban encaminándose como nación a vivir bajo la bendición, la Gloria, el cuidado y la provisión de Dios. El líder sabe que es más costoso mantener lo que se ha logrado que empezar la obra; y es por eso que anda comprobando a su llegada, que todo esté en actividad normal.

Llega al pórtico de entrada de la casa del Señor donde normalmente estarían todos los que él puso en funciones trabajando y solo ve algunas personas haciendo limpieza. Normalmente, él debería ser recibido por los porteros del lugar. Ellos escoltarían al gobernador a cualquier parte de la casa del Señor que quisiera ir. Pero... se dice para el mismo incrédulamente: ¿No hay nadie?. A su pregunta sigue un silencio serio.

A poco de caminar encuentra cerca al mayordomo de los sirvientes llamado Ziha (7:46) y le dice...

- En cinco minutos quiero una reunión con todos los que trabajan en la casa del Señor.

- Sí, señor gobernador. Es la respuesta correcta del mayordomo. Pero Nehemías apura el paso y empieza a recorrer por todas partes el lugar. Sus

ojos no lo pueden creer. Se dice para sus adentro: ¡Todo esto parece abandonado!. La sangre le fluye ahora por sus venas un poco más caliente que el resto del día.

Siente que su corazón bombea con mucha fuerza. Entra por todas las partes abiertas del

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conjunto de edificios cada vez más rápido, a su paso abre todas las puertas violentamente y las va dejando abiertas. Siente que una gran “soledad” llena el ambiente. No hay cantores, no hay porteros, no hay levitas... Busca con su vista por todos lados como queriendo encontrar personas, pero a su paso por los pasillos y lugares de sacrificios y adoración no hay quién esté cantando, ni ofreciendo sacrificios, no hay quién alabe, no hay que glorifique al Dios de Israel y el líder siente que todo lo que ha logrado hasta ese día se desploma sobre su cabeza. Él sabe con toda seguridad que si no está Dios en primer lugar en Israel, la nación del pacto, Dios no puede ocupar ningún otro lugar. Piensa: ¡Este es un día fatal para Israel!. No hay personas que oficien al Señor, no hay quién haga expiación por el pecado del pueblo.

Entonces el gobernador Nehemías se dirige por medio de los corredores casi a paso forzado, quiere llegar pronto a las cámaras de la casa del Señor. Se acerca a unas puertas laterales e intenta abrirlas con fuerza pero no se abren, están selladas por dentro. Se afirma en la pared posterior del pasillo y sus manos sudadas por los nervios se resbalan en los pasamanos laterales. Mira hacia arriba y nota que sobresalen unos tirantes y vigas como si fueran de un techo hacia dentro de la cámara. Nehemías no entiende mas nada; solo quiere reunirse con las pocas personas que ha visto limpiando el lugar. No saca sus pensamientos queriendo encontrar rápidamente a Ziha para que le aclare toda la situación.

Caminando más aprisa debe dar un rodeo grande a la cámara para entrar, abre bruscamente la puerta que golpea contra lo que un pórtico interno de entrada a un apartamento que estaba terminado y lujosamente decorado. Ziha y algunas personas más están allí amontonadas, con ojos desorbitados y como temerosas de la presencia de Nehemías. Saben que este hombre es decidido y puede llegar a hacer cualquier cosa por obedecer a su Dios. Ellos lo conocen muy bien y saben perfectamente que este hombre ahora se encuentra ante una sorpresa inexplicable y su rostro está desencajado.

Nehemías, de una vuelta completa con su cabeza, sus ojos aprecian todo de una sola pasada y no puede creer que hayan hecho un apartamento dentro de las cámaras de la casa del Señor.

Un grito interior resuena en su mente: ¡Han construido algo en el lugar secreto, en la cámara del Señor!. Se lleva las manos a la cabeza tirando hacia atrás sus cabellos, y deseando una explicación extensa pero resumida en tres palabras, pregunta entonces...

- ¿Quién hizo esta cosa aquí?. - Algunos contestan en coro pero en voz baja... no, no sabemos. Pero

alguien entre todos menciona en voz más baja que el resto....Eliasib, el sacerd….

- ¿¡Quién...!? Grita el líder. - Todos bajan la cabeza y uno de los sirvientes se acerca a Nehemías que

ya tenía el rostro desfigurado y casi en un murmullo le dice: Disculpe el señor gobernador, el sacerdote Eliasib ha construido esta cámara aquí como usted la ve.

- ¿Pero usted está seguro de lo que me está diciendo?. Responde Nehemías con voz fuerte y encimando sus palabras.

- Sí y hemos quedado nosotros solos porque... - ¿Dónde está el resto de los sacerdotes, los levitas y los cantores...?

pregunta Nehemías queriendo saber todo de una sola vez.

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- No están porque todos se fueron a sus casas... Es toda la respuesta que recibe de Ziha mientras se para delante de Nehemías.

Bajando la cabeza y meneándola para todos lados el líder se da por enterado que los diezmos, las ofrendas y las primicias ya no entraban en la cámara de la casa del Señor para repartir a cada uno de los ocupados en las cosas santas. El panorama aquí es desolador, pero... de repente surge una pregunta dentro del líder que lo hace gritar.

- ¿Quién vive aquí dentro de esta cámara?. Y mientras pregunta señala con el dedo índice.

- ¿Conoce usted a Tobías?. Responde Ziha sacando coraje, con una pregunta que traspasa el corazón del líder.

- ¡NO!. ¡No puede ser!. Exclama Nehemías. Mientras levanta sus manos y se toma fuertemente la cabeza.

- El señor Tobías se ha instalado en este apartamento, afirma Ziha. Él es pariente del Sacerdote Eliasib ahora.

Nehemías ya no dice nada más porque dentro de él se ahoga el llanto de dolor, le pesa mucho la infidelidad del sacerdocio de su pueblo. Solo escribe en su libro:

“...supe del mal que había hecho Eliasib por consideración a Tobías, haciendo para él una cámara en los atrios de la casa de Dios. Y me dolió en gran manera;..” 13:7-8

Pero este líder es de acciones rápidas y concretas. Sus decisiones son determinaciones. Sus objetivos son siempre precisos y prácticos. Nehemías sabe que Tobías es un amonita y no puede estar viviendo allí dentro de la casa de Dios.

La decisión que emerge de su dolido corazón es producir el desalojo inmediato y sin perder un minuto más de tiempo. Por lo tanto él mismo, el gobernador de Jerusalén se arremanga la ropa, entra al apartamento y encuentra un fino modular: Lo alza y sale con él hacia los pasillos, el mueble es pesado y se le resbala de las manos pero está tan decidido a sacarlo que la adrenalina humedece sus músculos y con fuerza del corazón lo arrastra hasta que llega a la puerta de calle y lo tira afuera de la casa del Señor. El fino mueble golpea y queda en el piso, muy deteriorado.

Los transeúntes ocasionales reconocen al gobernador Nehemías, ven en él un rostro de dolor profundo, está desalineada su ropa, transpirada su frente.

De repente desaparece de la puerta porque entra corriendo nuevamente hacia la cámara. Ni una solo persona hay a su paso, nadie hace limpieza, un silencio mortal se escucha en toda la casa de Dios por eso los pasos de Nehemías resuenan. Todos los que estaban reunidos en la cámara saben que él se acerca y algunos atinan a salir primero de la cámara.

Cuando llega Nehemías vuelve a entrar casi corriendo al apartamento, y si pudiera lo haría de una sola vez, pero no puede sacar todo de una sola vez, entonces arranca una fina cortina, descuelga los platos decorados, y limpia todas las paredes tirando todo al piso, junta de los montones del suelo y va sacando y tirando en el patio contiguo todo, rápidamente saca las vasijas finas, las alfombras, los muebles y los arroja literalmente fuera de la cámara.

Unas treinta personas presencian el desalojo más veloz que hayan visto en Israel. Nehemías siente que está todo transpirado, desarreglado y al sentirse observado hace una pregunta en voz alta:

- ¿Todos van a quedarse ahí mirando?

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- No. Respondieron en coro y cada uno trató de llevar algo fuera de la cámara.

- Quiero que todo esto esté limpio ahora mismo, ordena Nehemías. Y por favor, hagan volver aquí todos los utensilios de la casa de Dios; hagan depositar aquí también las ofrendas y el incienso 13:9

La noticia que Nehemías está desalojando a Tobías y que está muy dolido con todo lo que hacían los que él había puesto en funciones en el templo, ha corrido más rápido que un reguero de pólvora por todo Jerusalén y muy buena cantidad de los oficiales del templo vienen corriendo a la casa del Señor. Por supuesto, ellos esperan lo peor de parte de Nehemías. Nehemías como siempre, muy determinado a cumplir la Palabra de Dios toma contacto con ellos en el patio mayor. Ellos eran responsables de estar en sus funciones constantemente. Pero el líder sabe que al no haber provisión para que ellos se quedaran todo el tiempo en la casa del Señor, debían volver a sus casas para buscar qué comer.

“Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada?. Y los reuní y los puse en sus puestos.” 13:11

Seguidamente ordena a sus ayudantes: - Quiero que encuentren y hagan venir urgente delante de mí al sacerdote

Selemías, al escriba Sadoc, al levita Pedaías y al sirviente Hanán. - Y dijo luego a todos los presentes en voz alta: Sepan que de aquí en

adelante ellos serán los mayordomos en la casa del Señor. Nehemías tiene un solo motivo para poner a estas personas a esas funciones.

Ellos eran tenidos por fieles (13:13). Cuando se ha restablecido el orden en la cámara de la casa del Señor y hay

sacrificios por parte de los sacerdotes, ministración por parte de los levitas y personas nuevamente sirven en la casa del Señor, Nehemías siente que es momento de tranquilizarse y mientras se sienta en el suelo, en un rincón dentro del templo, con la cabeza entre sus brazos cruzados pronuncia estas palabras entre sus labios:

“Acuérdate de mí, oh Dios, en orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios, y en su servicio.” 13:14

De toda esta reconstrucción ficticia, aunque no tanto, de la realidad que vivió Nehemías, se desprenden enseñanzas como estas:

♦ Hay que estar preparados para ver en el suelo doce años de trabajo por malas decisiones por parte de los “sacerdotes, oficiales, etc.”, quién sea, si son ministros infieles a Dios.

♦ Debes estar resuelto a obrar determinadamente en cualquier parte, en cualquier momento y ante cualquier persona para cumplir y hacer cumplir la Voluntad del Señor.

♦ No debes temer al “que dirán”, porque como líder recibirás siempre críticas: Porque haces o porque no haces. Lo que debe importarte es qué dice el Señor de ti.

♦ Debes estar dispuesto a restaurar rápidamente lo que la Palabra del Señor ha ordenado que se haga. El responsable directo eres tú y el Señor te pedirá cuentas de esto.

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♦ No temas mostrar tus sentimientos. No eres un robot. Eres un ser humano y debes ser auténtico, no hipócrita.. Pero si te enojas o haces un “desalojo” al estilo de Nehemías por la causa del Señor, hazlo con toda la fuerza de tu corazón.

SOLAMENTE SI HACES Y VIVES EL LIDERAZGO COMO NEHEMÍAS PODRÁS ORAR COMO NEHEMÍAS.

___________________________________________________Marino M. Muñoz

EL RESTAURADOR VA HASTA EL FINAL

Nehemías es el tipo de líder que produce restauraciones profundas. No espera que las cosas se hagan solas porque las cosas nunca se hacen solas.

Al regreso de su viaje a Persia este líder encuentra que su pueblo está en pleno viaje al pasado. Ellos están en desobediencia abierta al pacto que habían realizado con el Señor. Pero Nehemías no es un hombre orquesta. Es decir, Nehemías no es gobernador, profeta, sacerdote, organizador, constructor, etc. Nehemías es quién tiene el ministerio de restauración para Israel, él en funciones es solo el gobernador, pero al corresponder completamente en el ejercicio de su función con el propósito de Dios y hacer por ello que su Palabra se ejecute sin rodeos y por eso recibe apoyo sobrenatural de parte de Dios que muchos líderes hoy soñamos tener.

Dios levanta a profetas que puedan denunciar el pecado, poner en evidencia a los que contaminan el sacerdocio y llevar al pueblo a cumplir el pacto que hicieron con Dios.

Por esos días Nehemías, inesperadamente, ve un profeta de Dios que se levanta en medio del pueblo de Israel para denunciar públicamente el pecado. Este hombre se llama Mal’akiah, a quién nosotros conocemos como Malaquías, hasta tiene un nombre profético pues su nombre significa “el mensajero de Jehová” y entra en acción. Al ver esto el líder de Jerusalén vuelve a respirar profundamente. El mejor regalo que podía recibir Nehemías era la intervención de un profeta de Dios en esos agitados días. Y Malaquías alrededor del templo vocifera a los cuatro vientos por varias horas al día:

“Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones y aun las he maldecido, porque no os habéis decido de corazón. He aquí, yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él. Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado. La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. Porque los labios del sacerdote han de guardar sabiduría, y de su boca el pueblo

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buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos. Más vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.” Malaquías 2:1-9

Cuando el líder ve esta obra de Dios a través de un profeta vuelve a levantar sus manos al cielo para bendecir el nombre de Jehová de los ejércitos. Nehemías sabe que si los sacerdotes se volvían del pacto realizado con el Señor llevarían la maldición sobre todo Israel. Al menos, dice Nehemías: No me siento solo. Dios me está respaldando cada vez que ejecuto su Palabra.

Nehemías sale de la zona del templo y empieza a recorrer la ciudad. Ahora los habitantes de Jerusalén miran escrutadoramente a su líder. Parece haber crecido más en autoridad espiritual sobre su pueblo. Dios lo está respaldando completamente. Nehemías se propone caminar por todo Jerusalén.

Luego de unos días de intenso recorrido llega el día de reposo y... nuevamente sorpresas desagradables. Nehemías está cada vez mas decidido a llevar restauración completa a la nación y para hacerlo debía chocar frontalmente con los problemas y confrontar a la gente que arma los problemas. Cuando debe anotar en su libro el líder lo registra así:

“En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares en el día de reposo y que acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos y toda suerte de carga, y que traían a Jerusalén en día de reposo y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones. También en la ciudad tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en día de reposo a los hijos de Judá en Jerusalén. Y reprendí a los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo? ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo?. Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén antes del día de reposo, dije que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del día de reposo; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de reposo no introdujeran carga. Y se quedaron fuera de Jerusalén una y dos veces los negociantes y los que vendían toda especie de mercancía. Y les amonesté y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en día de reposo. Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día de reposo.” 13:15-21 “La determinación profunda de hacer la Voluntad del Señor dentro de este líder lo lleva a tomar las cosas del Señor como si fuera una cuestión personal. El líder quiere restaurar profundamente a la nación y para eso no solamente se cuida que las cosas de la casa del Señor estén en orden sino se fija en qué anda el pueblo de Israel. En el día de reposo esta gente trabajaba, llevaban cargas de todo tipo.

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Los señores de Judá seguían poniendo sus intereses comerciales por encima del pacto con Dios; parecía que no habían sufrido nada en la persecución y exilio por estas mismas acciones. La memoria de los integrantes del pueblo de Dios parece muy frágil y olvidadiza. El sufrimiento parecía no haber sido registrado por ellos, pues el líder debe volver a presionar para que ellos cumplieran el pacto con el Señor. Este líder parece un loco que está solo contra el mundo. Tiene en la práctica en contra a todos los dirigentes de su nación. Pero ciertamente él ha ganado el favor del Señor. Sus oraciones al Señor están en el orden de lo personal. Mas de lo que ha hecho para con los de su nación no puede hacer, entonces sigue vigilando que lo que ha logrado restaurar pueda permanecer. Por eso escribe estas palabras sobre él mismo: “También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia.” 13:22

Aquellos días, como le llama el mismo Nehemías, eran importantes para terminar de restablecer el orden que Dios había mandado a su pueblo.

El profeta Malaquías anda por todos lados en medio de las gentes declarando que Israel estaba nuevamente dejando la santidad, el ser un pueblo “separado” del resto de las naciones para Dios.

Malaquías solo da la Palabra de Dios, pero Nehemías es en este caso el brazo ejecutor del Señor. Malaquías decía:

“Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario de Jehová que él amó, y se casó con hija de dios extraño. Jehová cortará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde, y al que ofrece ofrenda a Jehová de los ejércitos. Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu?. ¿Y por qué uno?. Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.” Malaquías 2:11-16

Cuando Nehemías escuchó estas palabras salió a encontrar a esas personas capaces de manchar el linaje que Dios quería hacer santo. Y en aquellos mismos días Nehemías hace un hallazgo muy lamentable:

“Vi asimismo en aquellos días a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas; y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod, porque no sabían hablar judaico, sino que hablaban conforme a la lengua de cada pueblo. Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de

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ellos, y les arranqué los cabellos, y los hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos. ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel?. Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aún a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras. ¿Y obedeceremos a vosotros para cometer todo este mal tan grande de prevaricar contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras?.” 13:23-27

Ya no podemos sorprendernos por las acciones de Nehemías. “Vi asimismo en aquellos días a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas; y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod, porque no sabían hablar judaico, sino que hablaban conforme a la lengua de cada pueblo. Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y los hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos. ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel?.”

Nehemías es capaz de tomar tan a pecho la Palabra de Dios, que cuando tiene que tratar con personas inescrupulosas que manchaban al pueblo de Dios termina peleando con ellos, los hiere y les arranca los cabellos. ¡Que fuerte debe ser tener tomado de los cabellos a alguien para hacerlo jurar que no pecaría más!.

Yo no creo que esta sea la metodología que debamos usar en nuestro ministerio constantemente, pero sí debemos aprender a comprometernos nosotros con las cosas de Dios de tal modo que si alguien tiene el descaro de romper el pacto con Dios nosotros seamos quién lo confronte inmediatamente.

Noto que Nehemías tenía una gran consciencia de pueblo, de unidad, de cuerpo y sabía que el pecado de unos cuantos afectaba a esas personas, a toda la nación y al líder mismo. Si seguían por esa vía de contaminación los judíos solo podían esperar que una nueva calamidad llegara al pueblo.

Por ese entonces algunos hombres miraban con agrado a las hermosas jóvenes de las naciones vecinas y no solo se divorciaban de sus esposas, según Malaquías, sino que se juntaban con ellas y también entregaban sus hijos e hijas a gente impía, haciendo así una práctica inmoral, abominable a los ojos de Jehová de los ejércitos.

Por otro lado el sacerdote Eliasib parece totalmente ciego a la realidad espiritual que vivía en ese momento. Primero emparentó con Tobías (13:4) y ahora Joiada, otro hijo de él era yerno de Sambalat. Peor no podía ser. Eliasib, como sacerdote de Israel estaba emparentado con los enemigos más acérrimos del pueblo de Dios. Por eso Nehemías toma una actitud de separación de tales personas:

“Y uno de los hijos de Joiada hijo del sumo sacerdote Eliasib era yerno de Sambalat horonita; por tanto, lo ahuyenté de mí.” 13:28

Nehemías vuelve a orar a Dios, pero esta vez no lo hace por él sino por aquellas personas como el sacerdote Eliasib que estaba trayendo maldición sobre su vida y la de todo el pueblo. Me parece que esta oración tiene un tono de deseo de justicia de parte de Dios sobre tales personas. Una oración pequeña puede producir grandes cambios, a eso ya lo vimos con este líder al comienzo de su libro. Así que Nehemías ora así como él sabe:

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“Acuérdate de ellos, Dios mío, contra los que contaminan el sacerdocio, y el pacto del sacerdocio y de los levitas.” 13:29

Nehemías por aquellos días había estado ocupado en la restauración moral de todo Israel, porque los verdaderos líderes del pueblo de Dios se ocupan de las tareas hasta el último aliento; pero había notado que para que pudieran permanecer en sus funciones los sacerdotes, los levitas, los cantores y los porteros de la casa del Señor se necesitaba que el pueblo cumpliera la parte que le tocaba en el pacto. Entonces Dios vuelve a levantar a Malaquías para que hable Palabra suya.

¡Que interesante resulta la conjugación ministerial de estos dos hombres de Dios, Nehemías y Malaquías!.

“Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes. Y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?. ¿Robará el hombre a Dios?. Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado?. En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.” Malaquías 3:6-12

Dos ministerios en acción no es uno mas uno. No hay matemáticas en el orden de Dios para su pueblo. La restauración de la nación de Israel sería un sueño irrealizable si no hubiera Palabra de Dios y un líder ejecutor de esa Palabra.

Nehemías es el tipo de líder que Dios usa porque no le teme a la interacción de los ministerios en el pueblo de Dios. No le asusta que Dios levante a otras personas a la par de él para hacer la obra. Más parece que Nehemías disfruta de esa diversidad y originalidad que tiene Dios en su multiforme sabiduría. Sabe ubicarse correctamente en su papel de líder y no duda en ejecutar la Palabra. Por eso puede escribir finalizando su libro:

“Los limpié, pues, de todo extranjero, y puse a los sacerdotes y levitas por sus grupos, a cada uno en su servicio; y para la ofrenda de la leña en los tiempos señalados, y para las primicias. Acuérdate de mí, Dios mío, para bien.” 13:30-31

Necesariamente debemos enunciar los puntos de enseñanzas vitales que

extraemos en esta última parte de la vida y ministerio de Nehemías: A Solamente cuando has ejecutado la función que te compete como líder, en el lugar

que Dios te puso, recibirás el apoyo sobrenatural del poder Dios. B No temas chocar frontalmente con las personas que desobedecen la Palabra de

Dios. Siempre Dios te respaldará porque estás haciendo Su obra. C Si llegas al enojo por hacer cumplir la Palabra de Dios, nunca pases a la ira.

“...porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.” Santiago 1:20

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D Debemos separar y separarnos de toda persona que abiertamente quiere vivir en pecado, fuera de la santidad que Dios quiere de Su pueblo.

E Debemos conjugar nuestro ministerio con aquellos ministerios que Dios levanta junto a nosotros para que se haga Su obra.

F Nunca veamos a los otros ministros que Dios levanta junto a nosotros como rivales, sino como complementos necesarios e indispensables para el desarrollo completo de Sus propósitos. Efesios 4:11-16; 1 Corintios 12; Romanos 12.

Así terminamos el libro de Nehemías después de haber extractado muchas

enseñanzas prácticas acerca de las actitudes, la conducta y el carácter, que deben ser común denominador de quienes somos líderes del pueblo de Dios.

• Dios trabaja con los líderes que son COMO NEHEMÍAS, porque sabe que ellos nunca cambiarán Su palabra por nada del mundo.

• Dios trabaja con los líderes que son COMO NEHEMÍAS, porque sabe que ellos son capaces de pelearse con todo el mundo con tal de instaurar y restaurar siempre el orden de Dios.

• Dios trabaja con los líderes que son COMO NEHEMÍAS, porque sabe que ellos se deleitan en cumplir la Voluntad suprema del Señor con todo el corazón.

Tengo deseos de terminar este libro con una corta oración al Señor junto a ti:

Señor... un líder COMO NEHEMÍAS deseo ser para Ti.

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___________________________________________________Marino M. Muñoz

BIBLIOGRAFÍA

EVANGELISMO POR FUEGO Reinar Bonnke Capítulo 20 Arietes de Intercesión, Pág.234

LÍDERES Y SIERVOS

J. White – S. Escobar. Capítulo III tema adaptado Editorial Certeza. Páginas 57-65

DESARROLLE LÍDERES ALREDEDOR DE USTED

John Maxwell Editorial Vida. Capítulo 2, página 21 – Capítulo 2, páginas 2-3

Biblia Plenitud – Editorial CARIBE Biblia Dios Habla Hoy – Edición de Referencia – Sociedades Bíblicas Unidas Biblia Revisión Reina-Valera 1995 - Diccionario Enciclopédico U.T.E.H.A. – Unión Tipográfica Hispano Americana