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Como enladrillar jardines

Nada más agradable en un jardín que un bien planeado y cuidadosamente realizado trabajo de

enladrillado, siempre que los ladrillos sean del tipo adecuado: no los radiantes ladrillos rojos de

los tiempos modernos, sino esos a los que los años a la intemperie han dado una pátina castaño-

rojiza, los que, en estos días en que las demoliciones están de moda, pueden obtenerse por el

precio del acarreo.

Los caminos de ladrillos no solamente añaden hermosura al aspecto del jardín, sino que están

siempre secos y limpios. Se secan rápidamente después de las lluvias, y se conservan fácilmente

en excelentes condiciones.

Un camino sencillo

El sendero que mostramos en la figura 1 es el más simple en su

diseño, pero, como todos los demás, debe ser colocado sobre

determinado tipo de cimiento para que preste sus mejores

servicios. Ante todo hay que medir el ancho que se le va a dar, y

marcarlo en el suelo con estacas pequeñas; después, por medio

de la azada se cortan los bordes, y se cava hasta una profundidad

de unos 20 cm. aproximadamente. Se’ nivela ligeramente el

fondo y se extiende sobre él una capa de pedregullo que se

apisona bien para que constituya una firme cimentación. Se

continúa poniendo relleno y apisonándolo hasta tener unos 10

cm. de espesor desde ni fondo de la excavación. Este relleno se

fija con arena o con concreto; este último proporciona una base

sólida y duradera, que prestará servicios durante muchos años sin

requerir ninguna atención.

Preparado del concreto

Para preparar un concreto conveniente para esta clase de

trabajo, se compran una o dos piedras de cemento. Para cada

balde de cemento se ponen tres de arena y cuatro o cinco de

ladrillos picados o pedregullo fino, que puedan pasar por una

criba de malla de 6 milímetros. Se mezclan todos los

ingredientes y se agrega agua en cantidad suficiente como para

hacer una masa espesa pero fácil de manejar. Se revuelve con

una pala hasta conseguir una consistencia uniforme. Se

extiende sobre el lecho del camino, apisonando y nivelando

suavemente con el lomo de la pala, y se le deja que cuaje, lo

que llevará un día o dos, procediéndose después a colocar los

ladrillos en la posición dada por el diseño, en el que se verá

que los bordes están marcados por ladrillos enteros colocados

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uno a continuación del otro, mientras que en la parte central, las uniones se van colocando

alternativamente.

Colocación de los ladrillos

Para comenzar este trabajo, se cortan algunos ladrillos por la mitad y se los coloca a lo largo de la

primera fila, alternándolos con ladrillos enteros después de lo cual se siguen usando siempre

ladrillos enteros hasta llegar a la última hilera, en que también son necesarios los partidos por la

mitad para completar el camino.

Cuídese de que todos los ladrillos queden a nivel, comprobándolo coa una regla, y levantando los

que queden hundidos para colocar bajo ellos una capa de arena. Se termina el camino en esta

forma, y luego se prepara una fina mezcla de concreto con una parte de cemento y tres de arena.

Se extiende sobre los ladrillos y luego se cepilla fuertemente hacia adelante y hacia atrás, con una

escoba dura, para que entre en los intersticios que

quedan entre uno y otro.

Déjese asentar, y luego se salpica con agua y se

lava, sacando todo el concreto de la superficie, de

modo que sea visible el color natural de los

ladrillos. La figura 2 muestra una sección del

sendero.

Otro tipo de camino

El camino ilustrado en la figura 3, es un poco más

complicado en su diseño, pero merece el recargo

de trabajo que significa cortar los ladrilles laterales

en los ángulos requeridos. El trabajo se simplifica

marcando el ángulo con regla y cortando después

con cortafrío. Un ligero corte bastará para romper

el ladrillo a lo largo de la debida línea, golpeando

suavemente con el martillo. Los ladrillos se

colocan sobre un lecho similar al anteriormente

descripto, pero se termina con arena pura y no con

concreto, como en el caso anterior. La figura 4 da

una sección del camino.

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Rebordes sencillos

Ladrillos colocados a un ligero ángulo, como se ve en la figura 5, constituyen rebordes bonitos

para cualquier tipo de sendero de jardín. Para prepararlos, se hace una estrecha excavación a lo

largo fie cada uno de los costados del sendero, verificando su rectitud con una regla, y se colocan

los ladrillos en la posición indicada. Se rellena el piso a los costados y se prensa firmemente para

mantener los ladrillos en la posición correcta.

La figura 6 muestra un baño para pájaros, verdaderamente atractivo. Se cava el lugar en que se le

va a ubicar y se preparan los cimientos en la forma indicada para el camino primero.

Se deja que cuaje el concreto; se le humedece con agua, y se vuelve a extender sobre él una ligera

capa de concreto fresco, con consistencia de mortero, constituido por tres partes de arena y una

de cemento. Primero se coloca la fila exterior de ladrillos, presionando bien contra la capa de

concreto, y colocando mortero entre las junturas. Se extiende sobre esta primera camada de

ladrillos una nueva capa de concreto, y se coloca la segunda hilera, midiendo cuidadosamente

para asegurar la simetría en todo el contorno. Después se continúa con el pedestal hasta que tenga

la altura necesaria. No es necesario usar ladrillos en buenas condiciones para rellenar su interior,

bastando para este uso pedazos rotos y uniéndolos con mortero para darles consistencia. Ahora

debemos encarar la parte más difícil de este trabajo; la formación de la cavidad para el baño.

En el diseño se puede ver la forma en que se

proyectan los bordes de la parte superior sobre

el pedestal, y para conseguir este efecto con

garantías de duración, es necesario aplicar una

ligadura de hierro galvanizado similar a la

ilustrada en la figura 7, que se puede conseguir

a poco precio la docena en cualquier casa de

materiales de construcción. Se colocan sobre el

mortero antes de ubicar los ladrillos salientes. Se pone la fila inferior de ladrillos, cortándolos a la

medida necesaria, y se deja secar el concreto antes de colocar la segunda hilera. Se vuelven a

colocar los hierros galvanizados, y después se pone la segunda fila de ladrillos sobresalientes.

Durante esta construcción se debe tener en uso constante, plomada y una escuadra, para que las

líneas sean perfectamente verticales y los ángulos estén a 90° en todo el trabajo.

La cavidad debe impermeabilizarse interiormente con una capa del mismo concreto utilizado en

la construcción. Bastará un centímetro y medio de espesor, y debe ser bien emparejada tanto

sobre los costados como sobre el fondo, hasta conseguir una superficie lisa, lo que se hace con

una paleta de albañil. Se deja secar y endurecer perfectamente antes de llenarla de agua.

Después de esto, toda la albañilería exterior debe ser alisada frotando contra ella un trozo de

ladrillo que haya sido sumergido en el agua. De este modo aparece toda la belleza de los viejos

ladrillos patinados por la intemperie, y el trabajo queda terminado.

Pared calada

La pared calada ilustrada en la figura 8 es de fácil construcción y muy útil para retener en su

lugar la tierra de un arriate o de una barranca. Los ladrillos se alinean dejando espacios entre sí,

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como se puede apreciar en la ilustración. Por los intersticios se ponen plantas en la tierra que

queda detrás de la pared. Cuando éstas trepan por los ladrillos y florecen, el efecto conseguido es

verdaderamente hermoso.

Es muy importante que la inclinación hacia atrás que se da a la pared se haga en forma progresiva

a partir desde la base, pues en caso contrario se corre el riesgo de que la tierra que queda detrás

del muro empuje los ladrillos y los arranque de su lugar. Sin embargo, una vez colocados y con

las plantas en crecimiento, las raíces de éstas contribuyen a enlazar todo el conjunto entre sí,

dándole unidad y resistencia.

Una escalinata

Una escalinata de pocas gradas, que conduzca de una parte del jardín a otra de nivel ligeramente

más alto, toma un aspecto especialmente atractivo si se construye con ladrillos dispuestos en

semi-círculo. En este caso también se hace necesario el uso del concreto para darles un lecho

firme. Es preciso, también, tomar cuidadosas medidas.

Ante todo se hace la primera fila de ladrillos, que

constituyen el más bajo de los peldaños, y se

rellena su interior con ladrillos rotos y mortero.

Una vez seca ésta, se colocan las demás gracias

procediendo siempre en la misma forma, hasta que

se llega a la plataforma superior. No es necesario

cortar los ladrillos para adaptarlos a la forma

circular, pues ésta se da colocando la parte interior

de los mismos tocándose entre sí, y dejando un

espacio conveniente en los extremos exteriores,

espacio que se rellena con una espesa capa de

concreto.

Aunque la figura 9 muestra una escalinata de

solamente 3 gradas, puede hacerse de la cantidad

que se desee, o necesite, de acuerdo a la altura del

desnivel que baya que escalar.

Una realización concienzuda de este trabajo puede convertir un lugar poco agradable del jardín

en el más atractivo de sus rincones.

Terminada la escalinata, y una vez que el concreto esté perfectamente seco, se pone el punto final

frotando los ladrillos con un trozo del mismo material humedecido.