Déficit de Atención: ¿Cómo afecta a la educación de tu hijo?

Conseguir enseñar a un niño con Trastorno por Déficit de Atención es una tarea difícil. Muchas escuelas ya disponen de profesional cualificado para atender a niños con este trastorno, pero todavía hay algunos centros educativos que no han adaptado su sistema de enseñanza a las necesidades educativas que presentan los niños del siglo XXI y menos, a las propias del déficit de atención.

La forma en la que el niño con déficit de atención se comporta en la clase se puede observar incluso antes de que se conozca el diagnóstico del alumno. Es habitual observar a uno de estos niños absorto en su mundo mientras el profesor explica, o que tire al suelo todas las cosas de la mesa de su compañero al tropezar por enésima vez con esta. Por lo general, la maestra es la primera que reconoce que su alumno está teniendo problemas para seguir la clase o que se muestra más movido de lo normal. Pero la identificación del problema es simplemente el primer paso, y la parte más difícil es cambiar la conducta de inatención.

El tratamiento de este trastorno se inicia cuando todo el mundo lo reconoce y el diagnóstico se ha llevado a cabo. Existe un gran número de escuelas, que presionan de forma bastante insistente a los padres para que el niño que sufre de TDA reciba tratamiento farmacológico. Sin

embargo, otros colegios adoptan una actitud paciente y tratan de controlar el problema por sí mismos, y con la ayuda de los padres.

Que el niño reúna las condiciones para hacer frente a su condición de TDA será determinado por el tipo de escuela al que asiste. De forma ideal, el niño debería asistir a una escuela que entiende la importancia de trabajar en equipo con la familia para comprender mejor el trastorno y para ayudar al niño a desarrollar su verdadero potencial. Lamentablemente, algunas escuelas carecen de esta visión. Las comunidades que son pequeñas y los lugares que son pobres en comparación con otros distritos, tienen el hábito de ser demasiado conservadoras y no están abiertas para atender a los

niños que tienen necesidades específicas de apoyo educativo como los hiperactivos o los niños con déficit de atención. Si tu hijo es admitido en una escuela innovadora, entonces puedes relajarte un poco, pero si este no es el caso, deberás prestar atención a una serie de cuestiones.

El TDA hace que los niños se comporten de forma caótica y descontrolada. Por estas razones muchas escuelas se niegan a adaptarse a estos niños revoltosos. Bajo ningún concepto debes permitir que le den un tratamiento condescendiente, los castiguen o los etiqueten de “niños malos”. Para ello, la figura del psicopedagogo del centro o en su caso, externo, es fundamental. Ya que este profesional proporcionará pautas al profesorado para que conozca mejor el trastorno y lo afronte de forma apropiada.

Por otro lado, algunas escuelas recomiendan de forma apresurada que el niño asista a clases de apoyo o educación especial. En muchos casos, este paso se da para no quitarle tiempo al profesorado y así, evitar molestias a los otros chicos, más que para ayudar al niño con TDA. Así que si tu hijo acude al aula de Educación Especial, asegúrate de que esta decisión se ha tomado después de analizar profundamente las necesidades que presenta y llegar a la conclusión de que el profesor del aula ordinaria no puede atenderlas de forma apropiada.

Recuerda por último que tú y tu pareja sois los padres del niño y por lo tanto, sus representantes legales. Si consideras que cualquier decisión adoptada por el profesor va en contra del bienestar de tu hijo, siempre debes solicitar una reunión para hablar con él y así, llegar a un mejor plan que garantice la mejor respuesta educativa.

Como se dijo al principio, enseñar a un niño con TDA no es algo fácil, pero si es algo necesario. Por ello, lo mejor es armarse de paciencia y acompañar al profesorado en su proceso de conocimiento y ajuste de las necesidades que acompañan a este tipo de trastorno con el fin de ayudar al niño.

Jenny Guerra Hernándezwww.facilmente.org