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COMISIÓN NACIONAL DEL BICENTENARIO DE INDEPENDENCIA DE HONDURAS
EL BICENTENARIO
AÑO 1 Tegucigalpa, Honduras, 29 de Abril del 2021 N° 5
Juramentación de la Comisión Departamental
de Islas de la Bahía
José del Valle, la Independencia y el Bicentenario. Desde la mirada de Ramón Oquelí
NUESTRA
TEMPRANA
PRIVAMERA Y EL
DESPERTAR DEL
FERVOR CIVICO EN
LA HONDUREÑIDAD
Calendario de
actividades del
Bicentenario
de la
Independencia
EL BICENTENARIO 29 de Abril del 2021
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Dios, Unión, Libertad
Roatán, Islas de la Bahía, el jueves 22 de abril en esta
paradisíaca isla, la Comisión del Bicentenario 1821-2021,
coordinada por el Lic. Juan Ramón Martínez, llevó a cabo la
conmemoración del 162 aniversario de la devolución de las
Islas de la Bahía y La Mosquitia por parte de Gran Bretaña.
Haciendo un poco de historia recordamos que durante
muchos años las Islas de la Bahía y la Costa de La Mosquitia
fueron ocupadas por Gran Bretaña en un esfuerzo por
asegurar su dominio sobre el establecimiento de Belice. La
política imperial de Inglaterra los llevó a reconocer una
dinastía en la Costa de La Mosquitia con el objetivo de
aprovechar el litoral Atlántico en los cortes de madera de
caoba, palo de campeche, cedro y San Juan. Honduras, al
momento de su nacimiento como Estado Nacional, realizó
esfuerzos diplomáticos presentando quejas al gobierno inglés
para recuperar sus derechos soberanos sobre esa región
insular y La Mosquitia.
El 29 de noviembre de 1859, Honduras e Inglaterra firmaron
el Tratado Wyke - Cruz, por el nombre de los Ministros
Plenipotenciarios: Charles Lennox Wyke, 1815-1897, y
Francisco Cruz Castro, 1820-1895. El 22 de abril de 1861
Honduras acreditó al Comisionado Rafael Padilla Durán para
recibir del gobernador inglés de Belice, Alex W. Moir, los
territorios consignados en el Tratado. A partir de esa fecha,
Honduras nombró gobernador político y autoridades en las
Islas de la Bahía, e igualmente ejerció los derechos soberanos
como Estado. Al patriótico acto, al cual asistieron los
pobladores locales, también se hicieron presente destacadas
personalidades civiles y militares de la región y miembros del
Gabinete de Gobierno. Entre los principales puntos del
programa desarrollado estuvo la entrada de la Escolta de
Banderas, acto seguido la entonación de las gloriosas notas
de nuestro himno nacional. La invocación a Dios, un minuto
de silencio en respeto a las víctimas de la pandemia, dirigido
por la maestra de ceremonias, Lic. Exenia Mann.
El Lic. Dino Giovanni Silvestri dirigió unas palabras alusivas
a la importancia del evento. A continuación se escucharon las
palabras de bienvenida de la representante de la alcaldía de
Roatán, Trudy Hilton. Luego se escucharon las palabras del
Director Departamental de Educación, Lic. Delvin Merino,
quien agradeció la presencia de los asistentes y recalcó la
importancia del acto. Seguidamente la señora Alba Webster
leyó el Tratado de Devolución de Islas de la Bahía. La joven
Nekesha Webster entonó la canción, Dios Bendiga las Islas de
la Bahía. El profesor Jimmy Connors declamó un poema a
Islas de la Bahía.
A continuación se hizo entrega de reconocimientos a varias
personas sobresalientes del Departamento como el Dr. Charles
Patrick, la profesora Helena Idalia López, el Lic. Máximo
Castro Molina, la señora Melba Ofelia Allen, entre otras.
Seguidamente se presentó un video conmemorativo de la
conmemoración del Bicentenario.
El discurso principal estuvo a cargo del historiador Ismael
Zepeda, en representación del Coordinador General de la
Comisión del
Bicentenario,
Lic. Juan Ramón
Martínez, donde
recalcó que esta
conmemoración
es un acto de
orgullo para
Honduras. En
otros aspectos
deseaba
transmitir la
esperanza del espíritu catracho en la forja de un mejor destino.
Al mismo tiempo enfatizó que este Tratado le devolvía la
soberanía a nuestro país. Y que Honduras no sería la misma
sin la belleza de las Islas de la Bahía. Y, sobre todo, que la
conmemoración del Bicentenario nos recuerda que Honduras
es un país soberano e independiente del cual debemos
sentirnos orgullosos.
Asimismo, el historiador Ismael Zepeda juramentó la
Comisión Municipal y la Comisión Departamental, quedando
en plenas funciones para realizar una digna conmemoración
del Bicentenario de la Patria. El acto concluyó con la
entonación del himno La Granadera y la retirada de la Escolta
de Banderas.
Con la conmemoración de esta actividad, la Comisión del
Bicentenario sigue destacando la importancia de valorar
nuestra historia, para acrecentar nuestra identidad nacional. Y
recordarnos que el orgullo de sentirnos hondureños, y trabajar
por el bien común, es el mejor homenaje que le podemos hacer
la Patria.
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Dios, Unión, Libertad
ESTE ES UN ACTO LLENO DE EMOCIÓN Y ESPÍRITU CATRACHO
Ismael Zepeda Ordóñez
Coordinador Adjunto, Comisión del Bicentenario.
Autoridades del Departamento de las
Islas de la Bahía
Señores Miembros del Gabinete de
Gobierno
Invitados especiales
Distinguida concurrencia.
Hoy 22 de abril, que asistimos al 162
aniversario del reconocimiento de las
Islas de la Bahía y el territorio de La
Mosquitia al Estado de Honduras,
conmemoramos un hecho histórico que
nos llena de alegría, identidad y orgullo
a todos los hondureños, no importando
nuestras raíces étnico-culturales y lo
particular de la visión que tengamos
sobre el pasado, pero, lo más importante
y esencial, es que compartimos un
futuro y el porvenir por una Patria con
equidad y bienestar para todos. Esta es
la aspiración, la esperanza que
deseamos trasmitir en este acto lleno de
emoción y espíritu catracho. La entrada
en vigencia del tratado Wyke-Cruz en
donde los estados de Honduras y su
Majestad Británica, en nombre del reino
de la Gran Bretaña, acordaron la
oficialización del reconocimiento de la
soberanía de las Islas de la Bahía y la
costa de La Mosquitia pertenecientes a
Honduras desde tiempos inmemoriales.
El convenio suscrito el 28 de noviembre
de 1859 que ratificó los derechos de
Honduras que desde su condición de
Provincia del Reino de Goathemala
tenía sobre estos dominios insulares y
territoriales, fue un esfuerzo
diplomático del gobierno del Capitán
General Santos Guardiola, 1856-1862,
además, un compromiso de la nación
para asegurar los derechos de propiedad
y libertad religiosa a todos los
pobladores de las Islas. Sabemos que no
ha sido fácil asimilar los cambios
experimentados a lo largo del tiempo.
Sin embargo, a partir de 1860, cuando
el Congreso Nacional aprobó el
Tratado, el proceso de la configuración
del mapa de Honduras se fue
familiarizando en el imaginario de los
hondureños. Sin los territorios de la
parte insular y la costa de La Mosquitia,
el mapa de Honduras no tendría la
belleza, la armonía y la figura de un pez
que nada sobre la inmensidad de los dos
océanos.
Esta conmemoración del tratado Wyke-
Cruz debe situarse en un contexto más
amplio como lo es el convenio Clayton-
Bulwer firmado entre los Estados
Unidos y Gran Bretaña en 1850 para
asegurar la neutralidad de los grandes
proyectos de inversión en
comunicación interoceánica en la
región, particularmente de ferrocarril y
canales de navegación. El presidente
hondureño Juan Lindo, 1847-1852,
ordenó la publicación íntegra del
Tratado Clayton-Bulwer en el redactor
Oficial del Gobierno (Tomo I, número
15 del 15 de agosto de 1851) para que
la opinión pública tuviera conocimiento
de su importancia.
Eso significó la retirada de Inglaterra de los territorios que ocupaba
desde mediados del siglo XVIII en América. Solamente en esta
perspectiva se puede entender la posición de Gran Bretaña, y
comprender los alcances del convenio Wyke-Cruz entre la vieja
Albión y Honduras. Por eso, en una actitud arrogante, el Secretario
de Estado Henry L. Stimson, 1867-1950, manifestó en febrero de
1931: “Fue nuestra influencia la que causó la devolución de Gran
Bretaña a Honduras de las Islas de la Bahía y la Costa Mosquita,
incluyendo Greytown a Nicaragua” (Duron,1962). Debemos
advertir que desde 1856, Honduras e Inglaterra habían iniciado
conversaciones para la firma de un tratado sobre los derechos de
Honduras sobre las posesiones insulares y La Mosquitia.
Considerando lo anterior, queremos este día llamar la atención,
que un 22 de abril de 1861, el gobierno de Honduras volvió a
enarbolar su bandera y levantar el escudo, símbolo de la riqueza,
la dignidad y el valor de lo hondureño. La bandera británica fue
arriada y entregada a Alex W. Moir, magistrado inglés en las Islas.
La presencia de comisionados del gobierno de Honduras fue un
acto soberano que constituyó una muestra de pertenencia a una
posesión ancestral. Los habitantes de las Islas recibieron el
respaldo del gobierno y se les garantizó los derechos consignados
en la letra y espíritu del convenio Wyke-Cruz. No se efectúo la
recepción de los territorios en 1860 por las circunstancias de la
presencia del filibustero William Walker, que en una operación
combinada con Inglaterra y la naval francesa se capturó y fue
sentenciado a muerte por un tribunal hondureño. Sus restos
descansan en la fortaleza de Santa Bárbara en Trujillo desde
septiembre de 1860. Otros filibusteros recibieron indultos por
petición del gobierno británico. Cuando el comercio del banano y
los cocales se convirtieron en una próspera actividad con el sur y
este de Estados Unidos, el poblamiento continuó con grupos
humanos de diversa raíz.
Así, eso nos convirtió a todos en hondureños, sin importar si
somos afrodescendientes, negros del caribe, ex colonos británicos,
tolupanes, chortíes, Pech, misquitos, Tawakas o mestizos, que
conforman la múltiple etnicidad hondureña, sino que estamos
arropados bajo la bandera azul turquesa de nuestra nacionalidad,
que profesamos un mismo altar cívico, un mismo himno nacional
y compartimos una interesante geografía nacional. Pero el futuro
es mayor que todo el peso del pasado. Eso lo proclamamos en esta
celebración de la vigencia del tratado Wyke-Cruz, firmado el 28
de noviembre de 1859, y tomando posesión de estos territorios en
nombre del Estado de Honduras el 22 de abril de 1861.
Ratificamos nuestro compromiso
como hondureños en el futuro de
nuestra nación y en la búsqueda
de la felicidad trabajaremos por
alcanzar los objetivos y metas
como sociedad.
No podemos esperar un tercer
centenario en medio del
desánimo, desaliento y
desesperanza.
La felicidad y prosperidad como
nación es nuestro gran objetivo
estratégico.
¡No hay vuelta atrás! El porvenir
es nuestro futuro. Esta es la
visión de la Comisión Nacional
del Bicentenario.
Por todo lo anterior, en este
tiempo que conmemoramos
doscientos años de la Inde-
pendencia de Centroamérica, y
siguiendo el espíritu del Acta de
Independencia del 15 de
septiembre de 1821 de consultar
a los pueblos para mantener viva
la llama de la libertad, la
soberanía e independencia,
estamos presente en este lugar
maravilloso de Roatán para
juramentar la Comisión
Departamental del Bicentenario
de las Islas de la Bahía que
desarrollará una serie de
actividades durante el año 2021.
La Comisión Nacional del
Bicentenario, 1821-2021, pre-
sidida por el escritor Juan Ramón
Martínez, invita a todos los
sectores de la región insular a
sumarse en la conmemoración
del Bicentenario para que las
nuevas generaciones fortalezcan
su identidad, su orgullo y su
memoria de ser hondureños.
Aprovechamos la oportunidad
para respaldar las iniciativas de
la Comisión Departamental del
Bicentenario y compartimos
nuestras reflexiones bicen-
tenarias en aras de tener una
visión en favor de la libertad, la
Independencia y el porvenir de
Honduras.
Con una voz firme, el brazo
alzado, podemos expresar con
orgullo hondureño:
¡Viva la Independencia Patria!
¡Viva Honduras!
¡Viva el Bicentenario!
¡¡Viva la República!!
Muchas gracias.
Roatán, 22 de abril 2021.
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Dios, Unión, Libertad
Juan Ramón Martínez
Al momento de la Independencia, ocurrida en 1821 y
consolidada el 1 de julio del 1823, el territorio del Estado de
Honduras, correspondió estrictamente, al que tenía la
provincia de Honduras. Como es natural, en muchas
circunstancias, impreciso. Por ello, si de algo podemos afirmar,
sin riesgo de equivocarnos es que, ha sido evidente el interés
de Honduras por definir, en forma clara y específica, sus
dimensiones y límites territoriales. Tanto en lo referido a lo
estrictamente territorial, como al insular y marítimo.
La historia es larga; pero es útil que las nuevas generaciones
entiendan que, si hay algo que prioritariamente ha
preocupado a las autoridades, es la definición de las fronteras
terrestres y marítimas. Posiblemente las primeras acciones se
ejecutaron a mediados del siglo antepasado, como efecto del
interés nacional, también como producto del mismo
fenómeno de expansión de los Estados Unidos, sus relaciones
con Gran Bretaña y la toma de conciencia de los gobernantes
nacionales que pudieron reaccionar, casi siempre en forma
oportuna. Por ello, fue posible la devolución de las Islas de la
Bahía y La Mosquitia, aunque esta última siguió ocupada por
Nicaragua hasta 1957 en que los militares, los expulsaron en la
primera guerra fronteriza de nuestra historia. El primer intento
de definición fronteriza, estrictamente nacional –vía
negociación jurídica– lo hicimos con El Salvador, que el
Congreso de Honduras impidió su conclusión, al no aprobar el
Tratado que habían firmado los delegados de ambos países. El
segundo, con éxito parcial lo logramos con Nicaragua, vía el
Laudo del Rey Alfonso XIII en 1906 que, desafortunadamente,
este gobierno negó durante varias décadas, su obligada
aplicación. Cosa que solo se logró en 1960, cuando la Corte
Internacional de Justicia, ratificó en noviembre de aquel año,
la validez del Laudo Regio.
En 1935 –aunque con un procedimiento que no debimos
seguir– definimos nuestras fronteras con Guatemala. Haberle
entregado en carácter de juez, al Presidente de la Suprema
Corte de Estados Unidos, incurrimos en un error, porque
estaban de por medio los intereses bananeros de empresas
estadounidenses. Por ello, perdimos el Motagua y,
posiblemente, enfrentamos problemas de definición
fronteriza todavía, en el Golfo de Honduras.
En la década de los setenta del siglo pasado, Estados Unidos
nos devolvió las Islas del Cisne, cuando ya no le eran útiles en
su confrontación ideológica con Cuba. Actualmente, tenemos
un apostadero naval establecido allí;
y en esa zona solo tenemos pendiente la proyección de la línea de
las aguas del río Segovia –frontera con Nicaragua– desde la
desembocadura hasta tres millas en el mar Caribe.
Después de la guerra con El Salvador en 1969, Honduras logró
pactar el fin de las hostilidades haciendo que El Salvador, aceptara
definir su frontera terrestre, especialmente, con nuestro país.
En 1992, la Corte Internacional de Justicia, definió los límites
fronterizos y actualmente tenemos demarcada toda la frontera
terrestre.
En términos insulares, perdimos Meanguera y Meanguerita, por
irresponsabilidades de autoridades portuarias de Amapala. El
resto fue plenamente
atendido por la Corte
Internacional de Justicia.
De forma que, la isla Conejo
es una pretensión
salvadoreña sin ningún
fundamento jurídico e
histórico alguno y solo
tenemos pendiente, por
una decisión de la Corte Internacional de Justicia de la Haya que,
aunque justamente reconoció nuestros derechos en el Pacífico,
confió la definición de los límites de El Salvador, Nicaragua y
Honduras sobre la bocana de salida del Golfo de Fonseca, a un
acuerdo triple, entre los tres países. Posiblemente, tendremos que
acudir nuevamente a La Haya, para obligar a Nicaragua y El
Salvador –el más opuesto al acuerdo– para definir entre los tres
países, los derechos de cada uno en la bocana que, con todo, sigue
abierta a la navegación comercial y militar hondureña, solo
dependiendo de nuestra voluntad y capacidad empresarial, para
explotar las riquezas del Pacífico. Porque nuestros derechos de
acceso al Pacífico, están plenamente garantizados por el derecho
internacional.
En la limitación de las aguas del Caribe, casi tenemos todo
concluido. Hemos definido los límites de nuestras aguas con
Jamaica y con Cuba. Falta la proyección de la línea que dejó
pendiente la Corte Internacional de Justicia, al desconocer el
tratado de límites marítimos entre Nicaragua y Colombia, que
este último país, se niega a reconocer.
En conclusión, la tarea casi está concluida. Lo pendiente, tiene su
propia dinámica. De lo que tenemos que felicitarnos es que, en
estos últimos doscientos años, casi tenemos concluida la tarea y
territorialmente, tenemos a Honduras muy bien y, totalmente
definida. Lo insular que está pendiente es manejable por las
nuevas generaciones de juristas del derecho del mar.
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Dios, Unión, Libertad
Las Islas de la Bahía: un documento para pensar la zona insular caribeña y el Estado de Honduras
Este asunto pasó a conocimiento de los demás miembros y fue
motivo para levantar una gran polvareda. “Que ocurrencia” -decían
unos- “Que se civilicen ellos, si quieren”.
Tenemos aquí una aldea habitada en su mayor parte por indo-
hispanos, que carece de escuelas e iglesia; y de las 5 denominaciones
establecidas en la isla, ninguna se ha dignado mandar construir allí
siquiera una ermita. Para demostrar su pequeñez y su egoísmo, basta
un hecho: a principios de año, una de estas congregaciones fundó
una escuela en la que enseñan a leer, escribir, cantar himnos
religiosos, etc, y como faltaran asientos y otros materiales, el que no
ponía su trabajo personal, ayudaba de otro modo hasta adquirir lo
que hacía falta, en febrero; el Gobierno estableció la suya, y muchos
niños que habían asistido a la escuela privada se salieron y se
matricularon en la otra, por lo que el maestro se ve en el deplorable
caso de sentar a los niños en el suelo, o permanecen de pie, por la
gran aglomeración de escolares. Y los mismos padres de esos niños,
que en aquella escuela se prestaban atentos para ayudar en lo que
podían, no hacen lo mismo con esta, y prefieren que sus hijos sufran
de cansancio.
La pobre Municipalidad no puede comprar ni mandar hacer asientos,
pues no tiene con que, y el maestro se cansa de mandar notas que
son como -ilegible-, pues la autoridad local ni la departamental dan
oído.
Mientras, el dinero que es -ilegible- ingleses o americanos sacan a los
feligreses, no se vuelve a ver, por que se va afuera del país, cada uno
tiene su modo especial de sacar pisto; los metodistas rifan unos barcos
en miniatura, y colectan considerables sumas; los adventistas usan un
Thirteen Sabbath, función a la cual todo fiel esta obligado a llevar algo
en la bolsa, para depositarlo en una especie de sobre que estas
misiones tienen para tal fin.
La Republica de México ha considerado a su iglesia independiente de
la de Roma, pues comprendieron que el Papa es un pulpo insaciable
de dinero, para darse una vida principesca o regia en el su Vaticano, a
costa de nosotros los tontos de América; per como no solo el Papa
tiene tamaña cabeza, también los ingleses y anglosajones piensan lo
mismo, y con sus diversas sectas luteranas, calvinistas, anglicanas, etc,
han ido extendiendo sus tentáculos por todo el mundo, llegando
hasta nosotros, que ya empezamos a sentirlo. Toda colecta que hacen
aquí es remitida inmediatamente a Washington o a Londres, lugares
donde residen los papas protestantes. Nosotros somos muy pequeños
para revolucionar en este sentido como lo ha hecho la Republica de
México; pero seria bueno que las autoridades buscaran un medio
diplomático para poner coto a estas emigraciones de dinero que a
diario suceden en este asilado Departamento.
---
Miguel Rodríguez A., historiador
El lector tiene a su disposición un interesante documento sobre
las prácticas religiosas que se desarrollaron en la zona insular
atlántica hondureña en la década de 1920. Aunque relata las
vicisitudes religiosas de Guanaja, Islas de la Bahía, nos brinda
un panorama in situ de las relaciones entre el Estado de Honduras y sus
zonas insulares. La información del documento, redactada por un
corresponsal de “El Obrero”, que fue el “Semanario independiente,
órgano oficial de la sociedad de Artesanos El Progreso”, tenía como
objetivo hacer un llamamiento a las autoridades centrales del Estado para
la mediación de la cuestión religiosa en la zona insular. Empero, el
documento nos brinda una visión del “abandono” -según este- de los
gobiernos hondureños respecto a las Islas de la Bahía, desde el Tratado
Wike-Cruz de 1859.
Para el contexto de la época (1920), la zona insular y continental atlántica
de Honduras desempeñaba una función importante referente al fisco
nacional. Los historiadores analizan el enclave, generalmente en función
de la economía. Y es que, para estos años, la mayor parte de la
recaudación fiscal provenía de las empresas dedicadas al cultivo y
comercialización del banano y su participación indirecta con la política
nacional fue determinante. La historiografía referente al tema (economía-
enclave-política), menciona en parte el fenómeno que tratamos de
exponer con el documento que ahora se publica.
La economía de enclave, y el amplio teatro de relaciones humanas
(política, historia, sociedad, migración, cultura, etc.) que se dieron en la
zona en mención impulsaron una nueva forma de vida de los habitantes
locales y extranjeros. Entre estas relaciones humanas nos encontramos
con un choque cultural importante para el país, y es la llegada masiva de
nuevas “sectas religiosas” a la región. Para el caso de Guanaja, el
corresponsal expone que, en solo esa isla (Guanaja) había 5 órdenes
religiosas, entre ellas la católica, sin representación oficial para el año en
que se escribió este documento. El corresponsal, hizo mucho énfasis en
la cuestión económica, refiriéndose sobre las nuevas órdenes religiosas
que “quieren sacar dinero, buscan cualquier pretexto, por ejemplo, para
mandar misiones catequizadoras a la China, al África u otro lugar, para lo
que todos se prestan gustosos, dando el metálico sin refunfuñar”. El autor
se refiere a la economía insular respecto al poco desarrollo social en que
los locales se veían envueltos. Abogaba por un mejor trato de los
gobiernos centrales respecto a las administraciones locales. Y según
expone, a principios de 1926 conversó con un líder religioso para que, en
vez de enviar dinero a naciones extranjeras, estos se dedicaran a la
“civilización de La Mosquitia”. Lo importante de este, es que brinda al
lector actual, un acercamiento al estudio de cómo, se introdujeron otras
religiones al país, en función de la dinámica cultural de la época y, así
empezar a analizar la relación entre la Honduras continental y sus zonas
insulares, para este caso, el caribe hondureño.
Transcripción
Guanaja, mayo de 1926
Señor director de “El Obrero”
La Ceiba
Usando de su amabilidad, me permito enviarle esta ligera crónica para su
publicidad, si lo tiene a bien.
Como 67 años hace que estas islas están en poder de Honduras, siendo
Presidente el General Guardiola, mediante un tratado celebrado entre
este mandatario y el Gobierno de la Gran Bretaña. En todo quedaban
sujetos estos habitantes a nuestras leyes, excepto en lo concerniente a
creencias religiosas, para las que hay completa libertad. Pero en esta
parte del tratado, nuestros gobiernos nos han sido más que tolerantes,
pues no solo han permitido estas practicas a los nativos, sino que ha
dejado libre la incursión de sectas extranjeras, las que se han multiplicado
al grado de contar aquí con cinco, inclusive la católica, que generalmente
permanece ayuna de representante. No así las otras, que perennemente
tienen su padre o pricher, como le llaman; y cuando quieren sacar dinero,
buscan cualquier pretexto, por ejemplo, para mandar misiones
catequizadoras a la China, al África u otro lugar, para lo que todos se
prestan gustosos, dando el metálico sin refunfuñar. Una vez, hablando yo
con uno de esos ministros, le decía que, en vez de remitir esos dineros a
naciones extranjeras tan distantes de nosotros, es mejor que los inviertan
en mandar misiones y fundar escuelas en la Mosquitia, catequizar y
civilizar a esos indios que son nuestros hermanos, nuestros compatriotas,
pues lo necesitan tanto como los africanos y nos prestarían mejores
servicios.
En la prensa leí una gacetilla, dando aviso de que la Sociedad de
Artesanos “El Progreso”, de La Ceiba, iba a efectuar una jira por los
pueblos del interior, en propaganda del obrerismo hondureño;
porque estas asociaciones de obreros, que tienen sus asientos en La
Ceiba, Trujillo, San Pedro, Puerto Cortes, etc., no disponen venir a
hacer lo mismo en estas islas, a dictar conferencias, establecer
relaciones mutuas y protección efectiva con los isleños. Tanto los del
interior como los isleños estamos arropados con una misma bandera,
bajo un mismo cielo y gobernados por una misma Constitución,
aunque separados por un brazo de 40 a 45 millas; con este contacto,
aprovecharíamos mucho todos, pues se conocerían mejor nuestras
necesidades y, sobre todo, practicaríamos el hermoso idioma
cervantino que tanto necesitamos y que tan olvidado se tiene casi por
toda esta Costa. Aquí también podemos establecer una Sociedad de
Marineros, que prestaría importantes servicios y que hacen tanta falta.
Honduras cuenta con mas de seis puertos principales y en ninguno de
ellos hay una asociación de esta clase, y ya que la necesidad es
perentoria, seria bueno que se fundara una cuyo asiento principal
estuvieran en las Islas de la Bahía.
Corresponsal
Fuente: El Obrero. «Urge poner coto a la invasión de sectas religiosas,
cuyo fin no es más que explotar la bolsa de nuestros paisanos sencillos
e ignorantes.» 29 de mayo de 1926, Año I, Serie IV ed.: p. 5. Nota: Se
ha respetado la ortografía de la época.
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Dios, Unión, Libertad
EL PENSAMIENTO VIVO DE JOSÉ CECILIO DEL VALLE
Selección de Textos: Livio Ramírez Lozano.
“La independencia absoluta es nuestro primer derecho y el fundamento de los demás. Siendo independiente esta nación, sus destinos
dependerán de ella misma. No será Lima, no será Bogotá, no será México la que le dictará sus leyes, será Guatemala (Centroamérica) la
que las dictara a Guatemala.
Hagamos cuentas exactas, sofoquemos el interés mal calculado de familia o de individuo, no oigamos las voces fieras del orgullo sino los
acentos dulces de la razón. ¿Queremos que nuestra patria sea libre, independiente y señora de sí misma, o colonia o provincia de otro
pueblo?
Si queremos que subsista lo político, pensemos como corresponde, en lo económico. En la hacienda he visto siempre la columna de bronce
en que debe descansar la independencia.
La educación es la primera necesidad de la república.
La América se proclamó independiente con dos objetos: tener en su mismo seno el gobierno que debía dirigirla y organizarlo de modo que
fuese justo y protector de los derechos indudables de los hombres.
El trabajo es el origen de toda riqueza: el trabajo es el principio de la escala inmensa de valores.
El pueblo donde haya mayor suma de trabajo, debe tener mayor suma de riqueza. Esta es la verdadera balanza política. Las naciones que
quieran inclinarla a su favor, deben aumentar los trabajos, únicos pesos que la hacen volver a un lado más bien que a otro.
¿Por qué hay países de abundancia y lugares de miseria? ¿Por qué se estanca la riqueza en uno, o dos puntos solamente y no se distribuye
a todos? ¿Por qué hay pobres y ricos? Este es el problema grande de la economía política.
Solo un espíritu pequeño, incapaz de abrazar grandes relaciones, no percibe las del hermoso todo que forman las ciencias, influyendo unas
en otras para sus progresos y contribuyendo todas a la felicidad general. Solo la ignorancia puede desdeñar unas y alzar otras.
Los gobiernos deben a todas igual protección. Deben de ahogarse para siempre, tantos privilegios, tantos honores, tantas distinciones
concedidas a unas en perjuicio de otras que por no tener estímulos que animen a su estudio se ven abandonadas y envilecidas.
Las ciencias os llaman, jóvenes dignos de ellas. Sed sobrios: sed justos: observad primero: reunid hechos: meditad después: escribid al fin: y
presentad a la patria las luces a que tiene derecho.
En la escala de los seres, el hombre es el primero. En la escala de los hombres, el sabio es el más grande. El nacimiento de un sabio es época
en la historia del género humano.
Patriotas, si queréis que sea feliz la patria trabajad para que lo sea el mayor número posible de sus hijos. Todo es enlazado en las sociedades
políticas. La infelicidad de unos la produce al fin en otros.
En un país donde el pueblo no sea llamado a elegir y ser electo: donde no tenga personeros que sostengan sus derechos ni sabios que los
manifiesten: donde el sistema económico no tienda a distribuir la riqueza: donde una pequeña clase sea la que se aproxime a los empleados:
donde la división territorial haya sido viciosa desde su origen, es preciso que nazca el espíritu de familia y que se vaya fortaleciendo con el
tiempo.
Amamos la patria y deseamos su felicidad. Pero no olvidemos que los funcionarios son comprometidos a guardar la ley que han jurado; y
que la ley, aun no pareciendo justa, produce menos suma de mal que la anarquía.
La Constitución, extendiendo el bien a todos, irá formando el espíritu público; y cuando lo haya con toda la energía y latitud que debe tener:
cuando la ley grande que ahora comienza a plantearse hagan hacer los sentimientos y beneficios de la Fraternidad: cuando las sociedades
políticas sean compañías como quiere la Constitución, entonces las elecciones serán un cálculo pacifico hecho tranquilamente por amigos
de la patria. ¿Quién es el que puede hacer mayor bien al público? Este será el problema que resolverán los electores: el pueb lo disfrutará
los beneficios de su resolución; y sin ofendas ni agravios marcharemos todos al objeto que debemos proponernos.
Los derechos del hombre son sagrados; los hombres no se unieron en sociedad para ser víctimas unos de otros: las leyes deben tender al
mayor bien posible del mayor número posible: la ley que eleva la parte minia y deprime a la máxima es ley injusta.
Sabedlo hombres que despreciáis las ciencias y perseguís a los que la cultivan. No sabe lo que son las ciencias: no tiene idea exacta de ellas,
ignora su imperio; y no ha medido su influjo quien dude de su utilidad, o crea perdido el tiempo que se da a su estudio. Oídlo ciudadanos.
Toda nación ignorante, dice un sabio, es una nación envilecida, tarde o temprano subyugada.
Ni leyes sabias sin funcionarios activos; ni funcionarios activos sin leyes sabias. Leyes dictadas por la sabiduría: ciudadanos formados por
la educación: funcionarios provistos por la imparcialidad: estos son los elementos necesarios de un gobierno justo.
Las leyes que han sido origen de la distribución poco justa de las tierras: las leyes que poniendo obstáculos a la agricultura, estorbos a la
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Dios, Unión, Libertad
CONCURSO DE HISTORIA DE HONDURAS PREMIO
ÚNICO “JOSÉ CECILIO DEL VALLE”
Se convoca al Concurso “José Cecilio del Valle”, dirigido a historiadores.
1. Historia de Honduras para Escolares (texto y gráficas)
2. Historia de Honduras para estudiantes de secundaria
3. Historia de Honduras para estudiantes universitarios y público en
general.
El premio único consistirá en un Pergamino de Honor y una remuneración
económica de:
L. 100.000 en primaria (aproximadamente $4.000);
L. 150.000 en secundaria (aproximadamente $6.000);
L. 200.000 en el nivel universitario (aproximadamente $8.000);
La fecha límite de entrega es el 30 de agosto de 2021.
Para más detalles y obtener las bases completas favor ingresar a la página:
www.bicentenariodeindependenciahonduras.hn/
COMISIÓN NACIONAL DEL BICENTENARIO
industria y trabas al comercio, han embarazado el curso que deben tener las fuentes de la riqueza.
El indio a que se ha supuesto indolente y perezoso es activo y capaz de los trabajos más duros. Sus brazos son los que rompen montañas
y pulverizan peñas para sacar el oro y la plata que exporta el comercio; sus manos son las que han hecho esos millones que suponen
cantidad tan grande de trabajo. Habrá sabios entre los indios; habrá filósofos entre los indios; todos tendrán mayor o menor cantidad de
civilización y esta parte de la tierra será la más iluminada de todas.
No será el indio un ser degradado en su misma cara, que en los surcos de su frente manifiesta las señales de su humillación. Será lo que
es el hombre: un ser noble que en la elevación de sus miradas da a conocer las de su esencia. Tendrá la fisionomía noble del hombre
humilde.
La educación pública es la fuente o poder primero de una nación. Ella es la que debe formar legisladores, gobernantes, magistrados, militares
y funcionarios capaces de hacer el bien, no producir jamás el mal de los pueblos.
Las ciencias y las artes son las que ponen la naturaleza entera a los pies del hombre: las que dan el cetro del mar y la tierra. No puede
haber riqueza, poder ni prosperidad, sin ilustración.
No hay en un gobierno aristocrático otros intereses que los de la aristocracia: no se tiene otro objeto que la de su conservación. Si se
agotan las fuerzas que lo sostienen: sino las encuentran en el pueblo que oprime, va a buscarlas en naciones extranjeras. Poco importa la
patria, de tanto precio para la razón y la virtud. El aristócrata ingrato la ofrece, como si fuera propiedad suya, al conquistador que promete
conservarla superior al pueblo: sacrifica a un yo criminal, millones de hombres inocentes que no han cometido otro delito que el de no sufrir
más tiempo la opresión.
La verdadera ley no es destructora sino protectora de los derechos de los hombres, y todos los que han recibidos estos se reducen en
último análisis a un solo: el de ejercer, desarrollar y perfeccionar sus facultades y disponer libremente de los productos de ellos. Si tú puedes
ilustrarte, enriquecerte, y darte los valores de la belleza y de la virtud, ya obra como tú de la creación, individuo de la misma especie, ¿no
tendré la misma facultad? Este es el derecho primordial fuente de donde fluyen los demás derechos”.
El Quincenario de Honduras
Director Ejecutivo: Juan Ramón Martínez
Jefe de Redacción: Nery Gaitán
Redactores: Ismael Zepeda, Jubal Valerio, Walter Ulloa,
Miguel Rodríguez, Ricardo A. Flores,
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Diagramación y diseño: César Enrique Laínez Cruz
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Dios, Unión, Libertad
Marzo:
• Lanzamiento del año del Bicentenario. 18 de marzo. Comayagua.
Abril:
• Aniversario de la Batalla de Rivas (Nicaragua, 1856). 12 de abril. Tegucigalpa.
• Aniversario de la devolución de las Islas de la Bahía a la soberanía nacional. 22 de abril. Tegucigalpa.
• Aniversario de la fundación de la Fuerza Aérea de Honduras. 30 de abril. Tegucigalpa.
Mayo:
• Aniversario de la Huelga Bananera de 1954. 3 de mayo. Tegucigalpa.
• Presentar iniciativa de ley sobre Moral y Cívica. 27 de mayo.
Tegucigalpa.
• Iniciar programa del Bicentenario en radio y televisión. 27 de mayo.
Tegucigalpa.
• Noche de gala sobre el Bicentenario en el cerro Juan Laínez. 27 de
mayo. Tegucigalpa.
Junio:
• Homenaje al padre José Trinidad Reyes y Sevilla (1797). 11 de junio.
Tegucigalpa.
• Homenaje a José Trinidad Cabañas Fiallos (1805). 17 de junio.
Tegucigalpa.
• Simposio sobre el Himno Nacional. 24 de junio. Tegucigalpa.
Julio:
• Aniversario de la Independencia definitiva de México. 1 de julio. Comayagua.
• Emisión de hoja filatélica sobre ferrocarriles. 15 de julio. Tegucigalpa.
• Presentación del estudio Anales para la historia de Honduras (tomo I), DE Juan Ramón Martínez. 16 de julio. Academia Hondureña
de la Lengua.
• Días de la Identidad Nacional. 20 de julio. Gracias, Lempira.
• Entrega del Premio Rafael Heliodoro Valle. 29 de julio. Tegucigalpa.
Agosto:
• Develación de la estatua de Carlos Hartling. 13 de agosto. Tegucigalpa.
• Conferencia sobre la vida y obra de Carlos Hartling. 13de agosto. Tegucigalpa.
• Emisión de hoja filatélica sobre flora y fauna. 15 de septiembre. Tegucigalpa.
Septiembre:
• Colocación de la primera piedra del Museo José Cecilio del Valle. 15 de septiembre. Tegucigalpa.
• Discurso del Bicentenario en Cadena Nacional (empresas de cable y radio). 15 de septiembre. Tegucigalpa.
• Emisión de hoja filatélica sobre firma de Acta de Independencia. 15 de septiembre. Tegucigalpa.
• Conmemoración de la llegada de los Pliegos de Independencia siguiendo la ruta de llegada (Santa Rosa de Copán, Santa Bárbara,
Comayagua, Tegucigalpa, Danlí). 28 de septiembre.
• Celebración del aniversario de Tegucigalpa en honor a San Miguel Arcángel. 28 de septiembre.
• Ceremonia de entrega de los premios convocados (oratoria, historia, ensayo). 28 de septiembre. Tegucigalpa.
• Develación de la estatua de José Cecilio del Valle. 30 de septiembre. Alcaldía de San Pedro Sula.
• Develación de 18 estatuas de José Cecilio del Valle en las cabeceras departamentales. 30 de septiembre.
Octubre:
• Aniversario del nacimiento de José Francisco Morazán Quesada. 3 de octubre. Tegucigalpa.
• Conmemoración de la creación del Escudo Nacional (1825). Tegucigalpa.
• Conmemoración del Día del Soldado (1942). 3 de octubre. Tegucigalpa.
• Conmemoración del nombramiento de Tegucigalpa como capital de Honduras. 30 de octubre. Gobierno de la república a través
de la Secretaría de Educación. Tegucigalpa.
Noviembre:
• Entrega de los premios nacionales de Arte, Ciencia y Literatura. 22 de noviembre. Tegucigalpa.
• Emisión de hoja filatélica sobre personajes y monumentos. 22 de noviembre. Tegucigalpa.
• Entrega de premios a Empresario del Bicentenario: Jorge Bueso Arias, Empresa Valentín Flores, Antonio Nazar, Maya Selva Cigars,
Maribel Lieberman, Banco Atlántida. 23 de noviembre. Tegucigalpa.
Diciembre:
• Conmemoración del 79 aniversario de la fundación de las Fuerzas Armadas. 11 de diciembre. Tegucigalpa.
• Presentación de la Colección Bicentenario. 15 de diciembre (fecha tentativa). Tegucigalpa.
Calendario de actividades del Bicentenario
de la Independencia
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Dios, Unión, Libertad
Premio Internacional «José Cecilio del Valle» de Historia de Honduras
Con motivo de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia de Honduras, la Comisión del Bicentenario
convoca al Concurso de Historia de Honduras Premio Único «José Cecilio del Valle», dirigido a historiadores nacionales e
internacionales, para que redacten una historia de Honduras.
La convocatoria considerará tres niveles con un premio único:
• Primaria, 100.000 lempiras (aproximadamente $ 4.000)
• Secundaria, 150.000 lempiras (aproximadamente $6.000).
• Superior, 200.000 lempiras (aproximadamente $8.000).
En el nivel primario, las obras concursantes deberán considerar aspectos pedagógicos, didácticos y técnicos orientados a la
educación de la niñez. Además, deberán incluir las ilustraciones necesarias y lúdicas, respetando los derechos de propiedad
intelectual de cada imagen.
En el nivel secundario, las obras concursantes deberán considerar aspectos pedagógicos, didácticos y técnicos orientados a
la educación de la adolescencia y juventud. Además, deberán incluir las ilustraciones necesarias, respetando los derechos de
propiedad intelectual de cada imagen.
En el nivel superior, las obras deberán demostrar el rigor, complejidad, expertiz, el componente pedagógico, didáctico,
analítico y teórico pertinentes que el nivel requiere. Además, deberán incluir fuentes primarias, y las narrativas deben estar
dirigidas a expertos, universitarios y profesionistas.
En cada uno de los niveles, las obras deberán mostrar un notable dominio del aspecto técnico, estructural e investigativo,
acordes a las narrativas del presente.
El concurso se regirá por las siguientes bases:
1. Todas las obras concursantes deberán ser inéditas y no estar participando en ninguna otra convocatoria.
2. La obra deberá tener una extensión mínima de 80 cuartillas y una máxima de 100 cuartillas.
3. La obra deberá abordar los tres grandes períodos de nuestra historia (Prehispánico, Colonial y Republicano).
4. Los aspectos formales de la obra deberán cumplir la siguiente normativa:
• Formato: tamaño carta.
• Fuente: Times New Román.
• Tamaño de fuente: 12 puntos.
• Tamaño de títulos: 14 puntos en negrita.
• Tamaño de subtítulos: 12 puntos en negrita.
• Interlineado: 1.5 puntos.
• Márgenes: normal/estándar.
En cuanto a disposiciones técnicas, las obras concursantes deberán constar de lo siguiente:
• Manejo experto de las temáticas abordadas.
• Una bibliografía adecuada.
5. Los trabajos se remitirán (con dos copias) en sobre manila y en formato impreso a las oficinas de la Comisión del
Bicentenario, Boulevard Morazán, Residencial Los Almendros, Edificio García, Tegucigalpa, Honduras. Teléfono:
98473205.
6. En formato digital a: [email protected], en versión Word y PDF.
7. En la portada de una copia impresa se identificará el seudónimo del autor, y en el interior de la segunda, se incluirán
los datos reales más una breve hoja de vida del participante.
8. El concurso queda abierto a partir de la publicación de esta convocatoria y concluye el día lunes 30 de agosto de 2021.
9. La Comisión del Bicentenario se reserva los criterios de selección y no devolverá originales presentados al concurso.
10. El fallo del jurado será inapelable.
Para mayor información, consulte nuestro sitio web: www.bicentenariodeindependenciahonduras.hn
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Dios, Unión, Libertad Juan Ramón Martínez
GOTAS DEL SABER (36)
I José Martí, el apóstol cubano, no logró en
sus conversaciones con Rosa, la garantía
de un empleo que le permitiera ganarse la
vida en nuestro país. Por eso decidió
regresar a Cuba. Para hacerlo efectuó un
viaje por tierra desde Guatemala a
Trujillo. Creíamos que la travesía la
había hecho por mar. Sergio Ravelo
López, dice que “junto a su esposa,
efectuó una extensa travesía de más de un
mes y de unos 500 kilómetros desde
San Marcos de Ocotepeque, a donde
había llegado procedente de Guatemala, el 27 de julio de 1878, y
de allí, continuaría por Sensenti, Corquín, Santa Rosa de Copán,
Nueva Arcadia, Sula, Quimistán, Cofradía, San Pedro Sula, de
esta ciudad a Puerto Cortés, por mar, hasta La Ceiba y, por último
Puerto Trujillo, desde donde partieron el 18 de agosto a bordo de
un carguero hacia La Habana” ( “El recorrido de Martí y su
esposa, por tierra hondureña ha sido objeto de diversas
apreciaciones. Consideramos, sigue diciendo en cita de pie de
página Revelo López en su libro “Patriotas Cubanos en
Honduras”, pagina 22, que el más cercano a la época y la
geografía del país es el expuesto por los historiadores Froilán
Gonzales y Adys Capull, a partir de un tenso recorrido que
efectuaron y fuentes documentales en su libro “Por los caminos
reales”, aunque buena parte de las informaciones proceden de
referencias orales, así como de consultas y opiniones de
historiadores y otros especialistas, tanto hondureños como
cubanos”.
II Gonzalo R, Luque, en su libro “Las Revoluciones en Honduras”,
se refiere a la toma del cuartel de San Pedro Sula en los términos
siguientes: “A las seis de la mañana del 14 de noviembre de 1932,
después de once horas de fuego y un ataque por asalto, había caído
la Segunda Plaza Militar de la República en poder del
nacionalismo, defendiendo la Constitución y al Gobierno Liberal
constituido del Dr. Vicente Mejía Colindres, de sus propios
correligionarios. Como
dije antes, el jefe del
cuartelazo, Willy
Coleman, murió esa
noche en la esquina sur
oeste del Parque
Barahona – este parque
se llama Parque
Barahona porque fue
construido por el
Gobernador Político y
Comandante de Armas
General Luis Alonzo
Barahona y no por el Dr. Miguel Paz Barahona (Q.E.P.D.) como
creen muchos. Luis Alonzo Barahona fue uno de los gobernadores
más progresistas que tuvo Cortés.
También de los defensores del cuartel murió el Coronel Garay.
Cuando los asaltantes entraron al cuartel, unos de los defensores
se fueron a refugiar al sótano del cuartel, y ahí bajó el famoso
Chito Velásquez y empezaba a matar a los infelices que se rendían
a este criminal, y en ese preciso momento bajó a dicho sótano al
General José Castro López (Chepe López) e impidió que aquel
bruto siguiera cometiendo crímenes.
Recuerdo que en el torreón de la noreste esquina de la calle a La
Lima quedó muerto Lolo Sandoval, uno de los defensores y
muchacho muy querido en San Pedro, fue mi compañero en la
campaña de Azacualpa y El Guapinol, en 1922. (Chalo Luque,
“Las Revoluciones en Honduras”, Segundo Tomo, págs. 83-84).
III “El 9 de abril, el PINU acusa al “TNE” de fraude electoral. Ese partido
señala que el organismo electoral ha pasado por alto el informe de
cotejamiento. Dicen que hay evidencias del envió de listados a 11
departamentos, sin que se hayan efectuado las correcciones fijadas por
aquel procedimiento. El Partido Innovación y Unidad (PINU), acusó ayer
al Tribunal Nacional de Elecciones de fraude a la Ley Electoral al pasar
por alto el informe del cotejamiento censal efectuado por representantes
de los otros partidos políticos reconocidos. La protesta del PINU está
contenida en un documento oficial presentado ayer a ese organismo en
la que demanda también “una pronta publicación de los resultados finales
del cotejo electoral en el que se invirtieron varios miles de lempiras”. El
10 de abril el Ministerio de Gobernación dicta prohibiciones en el día de
celebración de los comicios. El Gobierno giró las instrucciones
pertinentes sobre las prohibiciones que habrá en el país para la fecha de
las elecciones. Las órdenes fueron dadas a través del Ministerio de
Gobernación y Justicia, por el titular del ramo, Coronel Cristóbal Díaz
García. Estas se contraen a que se observe lo previsto por la ley, por
ejemplo, ordenó a los alcaldes que para dar cumplimiento a lo
preceptuado en la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, con
motivo de las elecciones desde las seis de la mañana del día 19 hasta las
seis de la mañana del día 21 de abril, se proceda a mantener cerrados los
espectáculos públicos. Por otro lado, la prohibición abarca el mantener
cerrado los expendios o negocios de distribución de bebidas alcohólicas;
debe además de instruirse a la ciudadanía por medio de bandos o en la
forma que estime conveniente, que es prohibido presentarse a las mesas
electorales bajo efecto de bebidas alcohólicas, portando armas, insignias
o emblemas que demuestren la filiación política. La Ley estipula las
sanciones que deberán aplicarse a los infractores, sin perjuicio de la
acción criminal que corresponda”. (Alexis Oliva, “Gobernantes
Hondureños Siglos XIX y XX”, Tomo II, páginas 212 y 2013).
IV “El 15 de abril de 1843, el Gobierno de Francisco Ferrera sancionó el
Decreto de la Cámara de Representantes por el cual se reconocieron
como ciudades las Villas de Santa Rosa y Danlí. El Decreto emitido al
efecto dice a la letra lo siguiente: Artículo 1ero. Se dan por ciudades de
hoy en adelante la Villa de Santa Rosa en el Departamento de Gracias y
la de Danlí en el departamento de Olancho. Artículo 2do. El pueblo de
Ocotepeque, en el mismo departamento de Gracias, será reconocido
como Villa en lo sucesivo. Artículo 3ro. Gozarán por tanto dichas
poblaciones, en lo sucesivo, de los privilegios y preminencias que por
derecho pueden en virtud del ascenso que les conceden esta ley. Artículo
4to. Sirviéndoles ella de título correspondiente, será depositada en sus
archivos con la debida solemnidad. Pase al Supremo Poder Ejecutivo.
Dado en Comayagua al 12 de abril de 1843. Felipe Jauregui,
Representante Presidente. Vicente A. Bocanegra, Representante
Secretario. Macedonio Zúñiga, Representante Secretario”. (Víctor
Cáceres Lara, “Efemérides Nacionales”, Tomo II, página 124).
V Según Luis Mariñas Otero, en 1919 se inicia formalmente el bipartidismo
en Honduras. En efecto, el 4 de abril de ese año, el Congreso Nacional
convocó a elecciones de autoridades superiores para el periodo 1920-
1924. Mediante estas elecciones sería sucedido en el Poder Ejecutivo, al
Dr. Francisco Bertrand el que, para entonces, queriendo continuar
gobernando el país desde fuera del Ejecutivo, promovía la candidatura
de su concuño Dr. Nazario Soriano. Frente a Soriano luchaban por la
presidencia tres candidaturas: Alberto Membreño por el Partido Nacional
Democrático; Rafael López Gutiérrez por el Partido Liberal Republicano
y las del Mencionado Nazario Soriano por el Partido del Gobierno,
apoyado por el aludido Dr. Francisco Bertrand. El Presidente Bertrand
mediante el expediente de sucesivos “estados de sitio”, facilitó que las
autoridades departamentales y municipales, cometieran una serie de
arbitrariedades en contra de los ciudadanos que no estaban de acuerdo en
apoyar a su candidato el Dr. Nazario Soriano. Al final estas
arbitrariedades van a provocar la Revolución de 1919 encabezada por
Rafael López Gutiérrez y provocar la renuncia de la presidencia del
Presidente Bertrand que, junto a Soriano y otros incondicionales, fue
obligado a dejar la capital de Honduras bajo la protección de la bandera
de los Estados Unidos. En Amapala tomó una embarcación rumbo a
Guatemala, donde un tiempo después, falleciera.
Fuente iconográfica: http://www.madridhabana.com/
José Martí
Fuente iconográfica: https://www.hondurastips.hn/
Parque Central Luis Alonso Barahona
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Dios, Unión, Libertad
GOTAS DEL SABER (37)
I Manuel Midence Zelaya, era hijo de Antonio Midence y María Zelaya.
Fue el bisabuelo del ex presidente Ricardo Maduro Joest del Partido
Nacional, de los hijos de Jorge Cálix del Partido Libre, y se presume
que por la vía ilegitima, pariente del ex presidente Carlos Roberto Reina
del PL y de otros más. Siendo Tesorero de la Alcaldía de Tegucigalpa,
durante la época Colonial, se fugó con 26,659 pesos plata, dejando
prácticamente en la ruina la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa. La
Alcaldía de Tegucigalpa y las autoridades de la Intendencia de
Comayagua le acusaron de malversación de fondos. El acusado sostuvo
que el juicio tenía objetivos políticos. No hubo penas ni multas. (Marcio
Méndez Carías, “La Familia Midence”; Leticia de Oyuela (1996),
Historia Mínima de Tegucigalpa). La corrupción no es cosa nueva.
Viene desde muy atrás.
II La famosa Tienda Siercke, situada en el edificio del Centro Comunal se
estableció, a principios de los años veinte del siglo XX (hace más de
100 años). El edificio contaba con un encielado de madera de cedro y
con puertas y ventanas con doble hojas, también de cedro; las ventanas
estaban protegidas y adornadas con
hermosas verjas estilo alemán. Con
la remodelación del edificio, las
puertas, las ventanas y las verjas
fueron removidas. Si la
municipalidad aún las conserva,
deberían ser exhibidas en un futuro
Museo Municipal. El movimiento
comercial que generó la actividad
minera en la zona oriental –Agua
Fría y Yuscarán– a principios del
siglo XX, incentivó a las casas
comerciales Siercke, Roosner y
Ulher, a establecerse en la región. A
principios de los años veinte, la Tienda Siercke se estableció en el
edificio, que, para tal propósito, construyó en Jacaleapa la Casa Matriz
Siercke. Era administrada por los hermanos de nacionalidad alemana,
Francisco y Ernesto Siercke y estaba ubicada en la plaza del Barrio
Abajo del pueblo de Jacaleapa. Posteriormente el edificio pasó a poder
del señor José Calazán Valladares Maradiaga y del General Teófilo
Cárcamo. Al final, el edificio pasó a poder de la municipalidad de
Jacaleapa, el cual hasta el año 1966, fue utilizado como Escuela de
Educación Primaria. El edificio fue remodelado. Es el Centro Comunal
del Casco Urbano. (Wilberto López Valladares, Monografía de
Jacaleapa).
III El ferrocarril nacional, una de las iniciativas más importantes de la
historia de Honduras, fue impulsada en 1853 por el Presidente Jose
Trinidad Cabañas. Una vez que el probo gobernante se enteró de las
posibilidades de una vía que uniera a los dos mares, inició gestiones
para llevarla a la práctica. Si este proyecto imaginado por Cabañas, –y
para lo cual firmó el primer contrato– se hubiera efectuado, la historia
y el desarrollo de Honduras habría sido diferente. Desafortunadamente,
un movimiento militar en contra de Cabañas, dirigido por Juan López
Aguirre y apoyado por Rafael Carrera, depuso al honrado gobernante y
paralizó el proyecto. En 1868 el presidente José María Medina, intentó
y logró darle continuidad al más grande e interesante proyecto que
jamás se ha imaginado en Honduras. Firmó los primeros acuerdos para
buscar financiamiento en Europa, cosa difícil porque Honduras carecía
de crédito, especialmente porque no tenía nombre confiable ni con qué
responder. Después de varias vicisitudes, se obtuvieron los primeros
fondos, con los que se inició la obra. En 1870 llegan las primeras
locomotoras, pero para entonces el gobierno de Honduras estaba
sumido en una gran deuda. Además, un poco tiempo después, los
intereses de los cultivadores de banano se impusieron sobre los intereses
nacionales y en vez de un ferrocarril interoceánico como era la idea
original, el gobierno de Honduras cedió ante los industriales bananeros,
permitiendo la construcción de ramales para mover sus respectivas
producciones hacia Ceiba y Puerto Cortés.
Se construyeron dos vías que ni siquiera tenían las mismas dimensiones,
porque una era más estrecha que la otra, de forma que las vías de la
Standard, más estrechas y las de la United más amplias no permitían la
continuidad de los equipos
ferrocarrileros. El desarrollo
carretero del país, impulsado por
el gobierno, volvió obsoleto el
ferrocarril para las empresas
bananeras, por lo que éstas
entregaron al Estado equipo y
vías que carecían de sentido, por
falta de bienes que transportar.
Actualmente, del Ferrocarril
Nacional, solo queda un tren que funciona durante la feria juniana y en
la Unión, Atlántida, un pequeño tramo de la Standard que da servicios
turísticos hasta los ríos Cuero y Salado. El país perdió la gran
oportunidad por la falta de políticos inteligentes y previsores.
Perfectamente, se pudo conciliar el desarrollo bananero, sin detener la
marcha del proyecto que a estas alturas nos habría permitido ser una ruta
alterna a Panamá y una fuente de atracción de inversión extranjera para
nuestro país. IV
Antes de ser fusilado William Walker, que había sido capturado por
autoridades hondureñas, con la cooperación de una embarcación inglesa,
dijo lo siguiente: “Soy católico romano. Es injusta la guerra que he
hecho a Honduras por sugestiones de algunos roataneños. Los que
me han acompañado no tienen culpa sino yo. Pido perdón al pueblo.
Recibo con resignación la muerte, si ella (trae) bien para la sociedad”.
Era un poco antes de las ocho de la mañana del 12 de septiembre de 1860.
El lugar, Trujillo, actual cabecera departamental de Colón. El cadáver de
Walker fue enterrado en el cementerio de Trujillo, donde descansan sus
restos. Su tumba luce limpia y bien cuidada. La mejor atendida.
V El Presidente electo de los Estados Unidos, Herbert Hoover, visitó
Honduras, Nicaragua y El Salvador en 1828. El 26 de noviembre de
1828, tocó tierra en Amapala. Bajo las banderas de Estados Unidos y
Honduras, el presidente electo de los Estados Unidos, acompañado por
su esposa Lou, fue recibido por el presidente electo de Honduras, el
doctor Vicente Mejía Colindres. Es, posiblemente la única oportunidad
en que un presidente electo de Estados Unidos visita Centroamérica.
Actualmente después de Bush padre, que siendo vicepresidente visitó en
La Paz a Suazo Córdova y Ronald Regan San Pedro Sula en los ochenta
del siglo pasado, Honduras ha ido perdiendo influencia e interés para los
Estados Unidos. El último gobernando recibido en la Casa Blanca, fue
Manuel Zelaya Rosales y casi toda su familia.
VI “El 15 de abril de 1826 el Jefe del Estado de Honduras, Dionisio de
Herrera, fundado en que la ilustración es la fuente primera de todos los
bienes sociales, decretó que todos los jefes de los siete departamentos en
que se dividía el país, procuraran establecer tertulias patrióticas en los
lugares de su residencia –cabeceras departamentales– y las
municipalidades hicieran lo mismo en sus respectivos distritos, con
arreglo a lo establecido en el Decreto de la Asamblea Nacional
Constituyente del 8 de agosto de 1823 y el artículo 176 de la
Constitución Federal. El Jefe Herrera consideraba que las tertulias
patrióticas eran de gran utilidad para promover la ilustración del pueblo,
especialmente en materia política y por lo mismo decía que las
autoridades de todo el país deberían asistir personalmente a ellas,
cuidando de que estuviera presente el mayor número posible de
ciudadanos. A estos debería hacerse ver las grandes ventajas de tales
tertulias, procurando que a ellas asistieran en cada localidad los
elementos que por su juicio, talento e instrucción estuvieran en
condiciones de dirigir la opinión pública. En las tertulias en referencia,
según el Decreto del Gobierno, se dedicaría un rato a juicio de los
reunidos, a la lectura y explicación de las Constituciones de la República
de Centro América y del Estado de Honduras a fin de que todos los
ciudadanos conocieran sus deberes y sus derechos y los derechos y
deberes de las personas destinadas al ejercicio del gobierno”. (Víctor
Cáceres Lara, “Efemérides Nacionales”, Tomo II, página 127).
Fuente iconográfica: https://www.facebook.com/tegucigalpaysu
gentedelayer
Fuente iconográfica: https://www.honduras.com/
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Dios, Unión, Libertad
José del Valle, la Independencia y el Bicentenario. Desde la mirada de Ramón Oquelí
Rolando Sierra Fonseca (Director de FLACSO Honduras)
Introducción
Fuente iconográfica: https://hondurea.wordpress.com/
Al analizar la historiografía hondureña sobre la independencia de Centroamérica del imperio español y el Bicentenario, no se puede prescindir de la obra de uno de los principales estudiosos y heurísticos de las fuentes de este proceso, como fue Ramon Oquelí (1934-2004). Sin duda, en su obra se encuentran una serie de trabajos significativos sobre algunos de los personajes de la Independencia, como Francisco Antonio Márquez, Dionisio de Herrera, Francisco Morazán y sobre todo, José Cecilio del Valle, que en este contexto del Bicentenario de la Independencia centroamericana del imperio español el 15 de septiembre de 1821, es preciso revisitar para analizar sus aportes y perspectivas para
profundizar en el conocimiento del movimiento emancipador de la región y especialmente profundizar sobre la participación política de una figura como Valle, pensador y protagonista de este proceso. Analizar los escritos, pensamientos y figura de Valle en este contexto del Bicentenario es central, no solo porque fue él quien redactó el
Acta de Independencia de Centroamérica en 1821, sino porque su participación política fue crucial y en sus escritos se encuentra una lúcida interpretación, como una lectura de la política centroamericana del proceso de independencia. Este artículo tiene como objeto analizar los estudios de Oquelí sobre la Independencia Centroamericana y sobre José Cecilio del Valle (1777-1834) en el contexto del Bicentenario. Se parte, por un lado, que Oquelí es, hasta ahora, uno de los principales antólogos de los escritos del pensador centroamericano y conocedor de la bibliografía sobre su vida y pensamiento. Por otro lado, se asume como supuesto, que con Oquelí hay un cambio en la narrativa y
memoria sobre Valle, porque fue valiente al rescatar y proponer su pensamiento para el presente, en un ambiente donde la tradición intelectual y popular lo daba como conservador y reaccionario, en contraposición a la figura, principalmente, de Francisco Morazán.Oquelí, planteó que, para emprender un camino de reforma en el presente de Honduras, el punto de partida sería remontarse siempre a los más lúcidos de los propios pensadores y actores sociopolíticos.
En el caso de José del Valle, se trata de rescatar su afán sistematizador del conocimiento para
saber gobernar y encausar a la sociedad por las sendas de la democracia y de un desarrollo incluyente para todas y todos. Es así como, este trabajo, en un primer apartado, se acerca a los aportes de Oquelí como historiador de las ideas y del pensamiento hondureño sobre la Independencia y Valle. En
un segundo apartado, se analiza la lectura que Oquelí realizó de los escritos de Valle sobre el proceso de Independencia.
1. Valle en la obra de Oquelí Ramón Oquelí ha sido considerado como el más importante intelectual de Honduras de las últimas décadas. Dedicó su vida a la investigación en los archivos nacionales, a la lectura permanente, a establecer contactos con el mundo académico de gran parte de Europa, Estados Unidos y América Latina. Siempre escribió en diarios y revistas, participó en conferencias y exposiciones, prologó, presentó y comentó un sinnúmero de libros de autores nacionales y extranjeros. Mantuvo suscripciones
de revistas internacionales (véase: Sierra, 2004). Ramón Oquelí también recurrió al pensamiento hondureño para formarse intelectualmente y para comprender a la sociedad hondureña. Tres figuras son las que consideró fundamentales para tener una visión o un proyecto de país: José Cecilio del Valle, Ramón Rosa y Adolfo Guillén
Zelaya. Su opinión era que estos autores no sólo tuvieron un pensamiento sobre Honduras, sino que se caracterizaron por su originalidad y capacidad para sistematizar un conocimiento más complejo. Por lo tanto, era imprescindible estudiar su pensamiento. Por ello, como pocos, se dio a la tarea de antologar y analizar los escritos de cada uno de ellos.
En esa línea, Oquelí, desde los inicios de su trabajo intelectual, se ocupó de la obra de Valle al analizar su visión de la política y de la Independencia Centroamericana, convirtiéndose de esta forma en uno de los principales conocedores de sus escritos y estudiosos de su pensamiento y de la visión que tuvo del contexto
sociopolítico centroamericano. El primer artículo que Oquelí escribió sobre este personaje se tituló “Valle era Valle” (1969), en respuesta al debatido libro de Ramón López Jiménez: José Cecilio del Valle, Fouché de Centro América: ensayo político-histórico (1968), con el que, Oquelí, ubicó a Valle en contraposición al autor del libro, dentro de una perspectiva más equilibrada más allá de las visiones maniqueas o puramente ideológicas. Si bien Oquelí, reconoció que Valle “fue un hombre que con frecuencia cambio de parecer, a medida se iban modificando las circunstancias”, resaltó, también, que Valle: “…fue el primer centroamericano de su tiempo, en cultura y
madurez política, difería en muchos aspectos de Fouché, de tal manera que solo caprichosamente podemos identificarlo con el sagaz, pero no muy digno ministro francés”. (Oquelí, 1994a, 385).
En respuesta a López Jiménez, Oquelí,
argumentó que lo propio de Valle a lo largo de su vida es que fue una persona sin necesidades económicas y por lo tanto no se vio nunca condicionado a tener una acción política basada en la traición o la conspiración, lo que eran muy propias de su momento. Por el contrario, Valle fue más bien víctima de
ello al no reconocérsele sus triunfos electorales y ser víctima del primer fraude electoral de la región: “Valle, hombre que nunca sufrió privaciones económicas, ni tuvo necesidades de mendigar favores, fue favorecido por dos veces con el voto de sus conciudadanos, para presidente de la Federación, no ejerciéndola porque se lo impidieron, la primera vez el fraude, la segunda vez la muerte” (Oquelí, 1995b, 385). En ese sentido, estimó sin fundamento compararlo con el personaje de Fouché. Porque Valle no fue un demagogo político, ni un oportunista político y menos un canalla: “Desacertado, disparatado es pretender equiparar a Valle con Fouché: los enemigos de
Valle fueron los de un criollo ilustrado, que no quiso ser demagogo como muchos de sus contemporáneos, ni tampoco sus intereses y temple anímico, le permitieron ser auténtico revolucionario. Valle pudo haber sido cómplice de ciertas situaciones injustas, pero nunca un canalla” (Oquelí, 1994a, 385-386). En otro artículo del año de 1970, titulado “Monteagudo”, rescató la referencia hecha sobre Valle, en el libro biográfico del argentino E. M. S. Danero sobre Bernardo Monteagudo. En esta publicación se “revela un dato que desconocíamos: Valle inspiró un proyecto del ministro de relaciones exteriores de San Martín, para unir Latinoamérica y Bolívar también
presionó para que esta labor continuara” (Oquelí, 1994a, 388). Oquelí reseñó el libro de Danero aludiendo cómo desde muy temprano Valle se convirtió en un referente para las principales figuras de las nuevas repúblicas sudamericanas: “Monteagudo, conspirador con Irisarri, hombre
poderoso en el Perú, viajó a Guatemala a finales de 1823, para conocer a José Cecilio del Valle. Cansado seguramente -dice Danero- de andar tras los hombres de acción (San Martin, O’Hoggins, Bolívar) fue en busca de un hombre de ideas, no logró su deseo porque Valle no había regresado todavía de México y Bolívar escribió a su ayudante para que retornara a Perú
donde lo necesitaba. Tampoco logró el empréstito que Bolívar pretendía obtener de Centroamérica” (Oquelí, 1994a, 388). En el año de 1980 publicó el libro Antología de Valle, en el que reunió todos los escritos de este pensador conocidos hasta ese momento. La antología está precedida por un ensayo titulado
Certidumbres y vacilaciones de un provinciano, (1980), en el que sintetizó su pensamiento y biografía política. A su vez, en esta publicación, actualizó la bibliografía sobre Valle, que había recopilado y publicado Rafael Heliodoro Valle en 1934.
Ramón Oquelí
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Dios, Unión, Libertad Este trabajo es más que una antología y se diferencia de las anteriores recopilaciones de los escritos de Valle, porque en ella realizó una heurística de sus escritos, organizándolos en una especie de vocabulario sociopolítico y ordenados alfabéticamente los principales conceptos y temas desarrollados por Valle en su diversidad de escritos. Este vocabulario está compuesto por una serie de voces que van desde clase social, constitución, historia, política, democracia, hasta ciencia. En un artículo de 1984, titulado “Homenaje
venezolano”, reseñó el libro de los escritos de Valle compilado por Jorge Mario García Laguardia, publicado por la Biblioteca Ayacucho de Caracas, especificando que para el pensador argentino Aníbal Ponce, en 1934, Bolívar y Valle encarnaban el ideal americanista y ubicó a Valle en la perspectiva de Rafael Heliodoro Valle, para quien: “Por sus anticipaciones sobre muchos de los problemas insolutos de América, por haberle interesado la grandeza y miseria del hombre, porque vivió en una época en que todo confabula para fracasar. Valle recobra la importancia que en la lejanía del tiempo asumen los héroes de inteligencia amorosa” (Oquelí, 1995b, 165-166). Como escrutador de los escritos de Valle,
Oquelí en un extenso artículo publicado en Diario Tiempo en 1990 que título “Noticias del 22” hizo mención a dos acontecimientos significativos para acercarse cada vez más a los escritos y el pensamiento de Valle. El primero, la noticia que publicó diario El Heraldo, sobre que el biznieto de Valle, el oncólogo Bernardo Valle donó la biblioteca de su bisabuelo a la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala y la segunda noticia, que en la misma fecha del 22 de noviembre el ex Rector de la UNAH, Jorge Fidel Durón, asimismo, donó a la Universidad José Cecilio del Valle de Tegucigalpa 14 folders conteniendo originales, muchos de ellos inéditos y copias de los escritos de Valle, los
cuales fueron revisados por Oquelí y publicados en el año 1996 en libro titulado: Escritos inéditos de José Cecilio del Valle.
Pero en este artículo, al escrutar todos los fólderes reseñó su contenido: “En estos centenares de páginas es difícil
encontrar un tema que se atreviera a abordar en más de 10 mil días y noches de afanes y vigilias el más grande pensador americano del siglo 19, tal vez el único, incluido nuestro siglo, en tratar de englobar todo el saber en un solo sistema. Plantea la posibilidad de vida en otros planetas, los diversos niveles en que se debe estudiar la naturaleza y cómo desde las
asociaciones de cazadores y labradores se pasa a una sociedad en que todos eran socios hasta que las diferenciaciones culminaron en el poder absoluto ejercido por los jefes militares, ricos y sacerdotes que persiguen a quienes reclaman su condición de socios, acusándolos maliciosamente de enemigos de la sociedad” (Oquelí, 2001, 55).
Fue así, como Oquelí se hizo cargo de dichos escritos a solicitud de la Universidad José Cecilio del Valle y en el año 1996 editó el libro: Escritos inéditos de José Cecilio del Valle, que contiene 58 artículos, hasta entonces, desconocidos con temas sobre el plan de su obra que planificó escribir Valle, sobre filósofos, las ciencias, los sabios, las leyes de pensamiento, el método, el clima, los maestros, la imaginación, los poetas, la anatomía humana, las muelas, el temperamento y el carácter, la historia y sus etapas, la riqueza y la pobreza, la pena capital, la libertad de imprenta, la
gramática, el idioma, las lenguas, la retórica, Francisco Morazán, cartas y su renuncia a ser diputado por Granada. Como lector y conocedor en profundidad de los viejos y nuevos escritos de Valle, Oquelí, a inicios de la década de los noventa del siglo pasado, empezó a divulgar sus estudios sobre Valle mediante una serie de trabajos en los que escrutó con gran detalle sus escritos que fueron publicados en la Revista Paraninfo del Instituto de Ciencias del Hombre Rafael Heliodoro Valle. En el primer número de esta revista publicó el artículo “La obsesión científica de Valle” (1990b), en el que expuso su visión sobre la ciencia y su visión sistémica del conocimiento. Del análisis del pensamiento científico pasó al análisis de su
pensamiento social y político, en el artículo “La utopía social de Valle” (1992), y publicó un tercer artículo titulado “El arte de pensar y el derecho a expresarse, según Valle” (1993) con el que cerró una trilogía de trabajos orientados a sistematizar las ideas de Valle en torno a la teoría de la ciencia, la utopía social y lo que significaba pensar crítica y libremente. Entre 1994 y 1996 publicó cuatro artículos en los cuales analizó la visión de Valle sobre el proceso independentista de América Latina y Centroamérica, en los que realizó una detallada exégesis de los escritos de Valle en los periódicos: El Amigo de la Patria y en El Editor Constitucional. Analizó su participación política cuando fue diputado y canciller en el imperio mexicano de
Iturbide durante la anexión de 1823 de Centroamérica a México, y el protagonismo político de Valle durante la Federación Centroamericana. En un primer artículo se centró precisamente en la lectura y la perspectiva de Valle sobre la anexión de Centroamérica a México y su participación política como diputado y canciller del imperio de Iturbide, en el artículo titulado
“Viaje a México” (1994b). En un segundo artículo titulado “De España a Nueva España” (1995c), realizó una hermenéutica de los escritos de Valle sobre lo que significó políticamente la Independencia para la región, como ese paso del dominio español al dominio mexicano y la necesidad de la Independencia absoluta. En un tercer artículo, bajo el título “Después de la
euforia” (1995d), interpretó, cronológicamente cómo Valle fue leyendo el momento político posterior al 15 de septiembre de 1821 en que se decidió la anexión al imperio mexicano porque se generó un vacío de poder debido a la ausencia de un proyecto de república que acompañara a la misma Independencia y Federación. En el último de estos artículos, titulado “Patriarcas de la
rebelión y semilla de la independencia” (1996c), realizó un análisis detallado de cómo se gestó la Independencia en la Capitanía General de Guatemala a partir de la restauración de la Constitución de Cádiz en 1820 y de los levantamientos políticos internos que se dieron en las provincias que la componían desde 1812.
En este último artículo, Oquelí al hacer referencia a la independencia centroamericana respecto del imperio español, reflexionó sobre la forma y el contexto en que ésta se produjo, marcado por distintas limitaciones que condicionaron el desarrollo de la independencia y la crisis de la federación y su disolución: “Al declararse la Independencia de Centroamérica, existían en el erario de la capital, 60 pesos y medio real; según Manuel Vela, Ministro General del Ejército y Real Hacienda de la Provincia, cuyo déficit anual era de más de 92
mil pesos” (Oquelí, 1996c, 54). De hecho, para Oquelí, el germen de la Independencia de la América hispánica se situó y produjo con el cautiverio del rey Fernando VII, lo que motivó a varios criollos a separarse de las directrices de la Península, desarrollándose, de esta forma, el germen que tuvo como su principio la creación de la sociedad patriótica que fue promovida y entablada por un americano bien conocido hacia los años de 1794: “Se trataba de la Sociedad Económica de Amigos de Guatemala, impulsada por Jacobo de Villa Urrutia, nacido en Santo Domingo. La liberación del monarca fue celebrada en Guatemala” (Oquelí, 1996c,
55). Asimismo, Oquelí, en un artículo de 1971 titulado “Siglo y medio de olvido popular”, consideró, siguiendo a José del Valle, que los antecedentes centroamericanos de la Independencia, había que buscarlos hacia 1810 “desde entonces empezaron los acentos y comenzaron las voces de la libertad e independencia” (Valle, J. citado por Oquelí, 1995ª,191). Que el 15 de septiembre se diera la firma del Acta de Independencia, no significó un cambio sustancial para las provincias de la Capitanía General, porque esta fue “firmada por
autoridades españolas, clero y funcionarios criollos es conservadora, tímida. Verificada la Independencia, sobrevivía todavía el espíritu de la Colonia”. (Oquelí, 1995ª,191). En los escritos de Oquelí se encuentra una visión de la historia, de la Independencia y de la nación hondureña que responde a una
meditación crítica, clara e impávida, propia de un conocedor de la historia nacional en sus adversidades y obstáculos para la gestación del Estado y la nación. Por ello, para Oquelí, en su narrativa sobre la Independencia de Honduras se planteó como problema teórico el hecho de cómo podía
emerger una nación en las sendas de la modernidad sin una ciudadanía emancipada y educada. En ese sentido se preguntó «cómo era posible una nación en Honduras, cuando: “Sabemos que entre nosotros primero fue la Independencia y después vino la imprenta” (Oquelí, 1994a, 25).
Desde antes de su muerte el 10 de septiembre del año 2004, Oquelí a solicitud de Ediciones Subirana empezó a compilar y retrabajar varios de los artículos sobre Valle publicados en la revista Paraninfo. Fue así como se publicó póstumamente su libro: Valle entre la fantasía y el rigor, (2004). Para Infante (2017, 36), se trata de
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https://diarioroatan.com/
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Dios, Unión, Libertad “Un libro que no puede pasar desapercibido, en la línea vallista-oquelineana, es el siguiente: Valle, entre la fantasía y el rigor (2004), publicado por Ediciones Subirana y en donde el autor se explaya sobre el tema”. Al leer de forma conjunta todos estos trabajos se tiene una visión completa de las diversas facetas de este gran pensador del sigo XIX, como la del científico, el político utópico y humanista, entre otras. También permite comprender el proceso de Independencia y de la interpretación que Valle hace sobre la misma.
1. La hermenéutica oquelineana sobre Valle y la Independencia.
Pero ¿cuál fue la interpretación que Oquelí hizo sobre la posición y el papel de Valle en la Independencia? Para responder a esta pregunta, primeramente, es de tomar en cuenta, que en todos estos trabajos de Oquelí sobre José del Valle, él utilizó una metodología histórica para acercarse a sus escritos y pensamientos. Esta consistió en una hermenéutica histórica, que parte analizando los textos dentro del contexto en que se produjeron y en su postexto, es decir, las diferentes interpretaciones del pensamiento y acción política de Valle en su amplia literatura
sobre su figura y pensamiento. En segundo lugar, para Oquelí, siguiendo al mismo Valle, la historia tenía una función «creativa y educadora». (Oquelí, 2001, 210-212) Asimismo, planteó que para Valle la historia era un «sistema de los conocimientos humanos», afirmó que si se transmitía de unas a otras, de las primeras y subsiguientes generaciones, «un sistema ordenado de conoci-mientos», este conocimiento permitiría «a los Estadistas, citando a Valle, observar cómo han nacido los pueblos, cómo han crecido y de qué manera han muerto, conoce los resortes que han dado impulso a sus progresos y los obstáculos que los han impedido o retrasado,
descubre las causas de su vida y de su muerte» (Oquelí, 1986, 104).
En tercer lugar, para Oquelí, la importancia que Valle le otorgó al conocimiento histórico para el análisis político del presente, la relacionó con el paralelismo que estableció entre el sociólogo español Enrique Tierno y Galván en el modo
de entender la historia romana y cómo Valle entendió la república centroamericana: «‘Viejo Profesor’, del ‘joven bárbaro’, como gustaba ser llamado, con el de nuestro José del Valle, que empezó a comprender la historia romana hasta que estalló la guerra civil centroamericana» (Oquelí. 1991a, 131).
Dentro de este círculo hermenéutico realizado por Oquelí para comprender históricamente los escritos y la acción política sobre la Independencia centroamericana en Valle, partió, por un lado, ubicando la figura de Valle en sus proyectos y oscilaciones de vida como un: "Acaudalado heredero, poseedor de la biblioteca ‘más grande y escogida de
Centroamérica’, su vida oscila entre aspiraciones bien definidas: la seguridad de su familia, el que se reconozcan sus méritos, la organización de la República, el engrandecimiento de América y el anhelo permanente por lograr un mayor rendimiento de la capacidad humana en todos los niveles y latitudes" (Oquelí, 1980, 1).
El político comprendería la agricultura, indus-tria, comercio, población, gobierno y las revoluciones políticas. En el literario se encontrarían las ciencias físicas y abstractas y las revoluciones literarias. De los sis-temas físico y literario, se derivan las ciencias físicas y abstractas, sus revoluciones, su decadencia, destrucción y restablecimiento” (Oquelí, 1990b, 80-81). De este modo, para Oquelí, Valle sin
convertirse nunca en un repetidor común, logró sintetizar, rectificar, ampliar y utilizar el pensamiento recibido para analizar la realidad circundante, aun sin desconocer la génesis y alcance de las transformaciones violentas. Pero, Oquelí, consideró que Valle no logró desarrollar este ambicioso proyecto, debido a sus oscilaciones en la vida no se limitó a ser un intelectual, sino que era también administrador de sus haciendas y dedicó varios años de su vida al desempeño de cargos públicos en los poderes Ejecutivo y Legislativo de la Federación Centroamericana (Oquelí, 1996ª, 1.). Asimismo, Oquelí contextualizó a Valle para comprender su pensamiento sociopolítico sobre la
Independencia en su circunstancia de criollo, que desarrolló una conciencia del lugar que ocupaba en la estructura de la sociedad colonial. Valle, en su condición de criollo dentro de la Capitanía General de Guatemala, por ser hijo de españoles nacido en territorio americano quienes, si bien podían acceder a cargos públicos dentro del sistema de la administración colonial, eran intermedios y nunca los más altos, que eran propios de los españoles nacidos y provenientes de la Península. Así, en un artículo titulado “España vista por Valle” de 1990 situó a José Díaz del Valle, como el “biznieto de un español y funcionario también como ‘el del dominio hispánico en la Capitanía General de Guatemala’”, por lo tanto, consideró que Valle se encontraba
“inscrito en la contradictoria situación de los criollos o españoles americanos herederos y a la vez insuficientemente beneficiarios del régimen que servían” (Oquelí, 2001, 43). Mas aun, al considerar a Valle como alguien que con frecuencia cambió de parecer, a medida que se iban modificando las circunstancias y por el
hecho de ser un criollo, señaló que su situación “se agrava por su lamentable propuesta de escribir un memorial ofreciendo denunciar los movimientos independentistas, si se le aseguraba un cargo en la Península. Descargó la divagación acerca de cuál hubiera sido la trayectoria intelectual y política de un Valle inscrito en la metrópoli, por ser tema más adecuado a una novela, sí se puede afirmar que fue
consecuente al enjuiciar la Conquista y Colonia, con su concepción de que ningún hombre tiene derecho a esclavizar a otro, ni ningún pueblo conquistar a otro pueblo, ni ningún gobernante ostentar el poder absoluto” (Oquelí, 2001, 43). Si bien, para Oquelí, su circunstancia de criollo se manifestó en la lucha que siempre dio dentro de
su actividad pública desde su conciencia que, en el contexto de la Capitanía General de Guatemala, Valle fue un provinciano de Choluteca: “Esta posición sería constante y cada vez más clara y definida por parte de Valle, que como ‘provinciano’, palpaba con mayor profundidad lo que tal extremo significaba para quienes se hallaban al margen del poder tradicional” (Oquelí,
1980, 143).
Pero Valle era un ilustrado, con una visión racional que, comprendido su condición en su momento histórico, cuyo modo de pensar y proceder se caracterizó por la "duda metódica", trascendía su pensamiento, buscaba a entender lo propio de los acontecimientos, de tal forma hasta llegar a la explicación de los fenómenos. Para Oquelí, por la formación que recibió Valle en la Universidad San Carlos de Guatemala,
especialmente, por su vínculo con quien introdujo la ciencia moderna, como lo fue el franciscano José Antonio Liendo y Goicochea, y su interés particular por el estudio y por mantenerse informado de las tendencias del mundo y la literatura que circulaba por la región, es que no fue el acaso que Valle haya sido uno de los principales estudiosos y pensadores centroamericanos con un vasto conocimiento y lector de los principales pensadores europeos y americanos de su tiempo, por lo que se encuentra: "Inscrito resueltamente dentro del estirpe que más admiraba: la de los pensadores activos; Valle trata de ampliar la línea iniciada en Centroamérica por el costarricense Liendo y Goicochea. Si su
maestro, formado en España de Carlos III, era admirador de Quevedo, La Fontaine, Fontanelle y Boilcan, Valle se desvela por conocer hasta donde habían llegado las investigaciones, las realizaciones de griegos, romanos, europeos y americanos. Entre otros: Aristóteles, Cicerón, Lutero, Newton, Locke, Linneo, Cuvier, Pascal, Mably, Say, Montesquieu, Voltaire, Decandolle, Rosseau, Jovellanos, Humboldt, Benthon, Buffon, Pradt, Greoire, Caldas, Flores Estrada, Mirabeau, Mill, Filangieri, Saint Pierre, Lugasca, Gall, Destutt de Tracy, Napoleón, Mirbel, Bolívar, Vicente Cervantes, Sacck, Chanteubriand, Canning, Pechio,, Villaurrutia, Julien, Barrio, La Vigne, Condamine, Benjamín Constant, Bergaño, Mier y Terón, Umende,
Andrés del Río" (Oquelí, 1980, 2). Por ello, Oquelí, reconoció a Valle, como «…el pensador americano más ambicioso del siglo 19, el que tenía mayor conocimiento de autores de la antigüedad y contemporáneos (Destutt de Tracy y Saint Simon, por ejemplo), inscribiéndose dentro del pensamiento universal. No oculta sus fuentes, sintetiza las
obras que le atraen, pretende continuarlas y si es posible superarlas. Es difícil encontrar un tema que no haya tratado, desde las piedras y los vientos hasta Dios; y logró que en vida se le reconociera como Sabio…» (Oquelí, 2004, 8). De este modo, para Oquelí en los escritos de Valle se estructuró un pensamiento que fluía entre la fantasía y el rigor. A su vez, Valle pensó
desde una racionalidad científica moderna la historia y la política de la región como un intelectual claro e impávido, dos características que plantea el filósofo español Julián Marías: la claridad y la impavidez.
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José Cecilio del Valle
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Dios, Unión, Libertad Ambas estrechamente conexas, la una proveniente de la otra: «El intelectual es impávido porque ve las cosas claras, sabe que ellas ‘son así’, hay que aceptarlas como son. Y a la inversa, ve las cosas claras porque no se deja llevar ‘por la conveniencia, el favor, la moda, el temor; porque es impávido’... una vez más, se trata de la entereza de la condición de hombre entero», (Oquelí, 1994a, 190) pero a su vez Valle, también, fue un utópico social y político que visualizó la dirección que debía tener la nación independiente, como una sociedad de oportunidades y libertades para todos los
sectores sociales. Pero para comprender el pensamiento de Valle sobre la Independencia en los seis trabajos de Oquelí que componen el libro Valle entre la fantasía y el rigor, no se puede olvidar el recorrido que Oquelí hizo por su visión de la ciencia científica, su antropología filosófica, su utopía social, su visión de la libertad de expresión y la lectura de Valle del paso de la Colonia a la Independencia, su proyecto de república y su propuesta de anfictionía americana. Esta formación le permitió a Valle tener un planteamiento más claro sobre la Independencia y a la vez leer con más claridad
el momento político que la región vivía, pre, durante y post Independencia. Al mismo tiempo ser un político altamente propositivo en cuanto al rumbo que la república tenía que tomar. Para Oquelí, es desde esta visión sistémica que Valle comprendió su circunstancia criolla y lo que significó la sociedad colonial española, la cual condenó como una sociedad de “bárbaros opresores” que quisieron legalizar su dominio como conquistadores sobre los conquistados: “La herencia recibida de España, que desde el punto de vista negativo se manifiesta en la tradición represiva fomentada por las instituciones y leyes coloniales debe convertirse
en acción transformadora en los campos físicos, moral, económico, político, científico y literario” (Oquelí, 2004, 101). Es así como, para Oquelí, Valle realizó una lectura crítica y dura sobre el dominio español en América más allá del hecho que él y su familia fueron funcionarios en la administración colonial española. Su abuelo fue alcalde de
Choluteca y el propio Valle hasta antes de 1821 ocupó los cargos como funcionario. Por lo anterior, es que Oquelí comprende que Valle apenas ocho días antes de redactar el Acta de Independencia de Centroamérica el 15 de septiembre de 1821 planteó en el Amigo de la Patria que uno de los principales problemas de
desarrollo de la región era la inequidad de su desarrollo territorial, al escribir, “la irracionalidad e injusticia de la distribución territorial e institucional centroamericana” (Oquelí, 2004, 103). Lo que consistió, entre otros, en un elemento justificador para buscar la independencia del imperio español.
Solo así es como puede comprenderse que en la sesión del 15 de septiembre de 1821 en la ciudad de Guatemala donde salió la Declaración de Independencia de Centroamérica, Valle haya sido quien escribió este texto. No obstante, aun cuando Valle buscó y luchó por la Independencia, fue claro en analizar y
asumir las consecuencias.
Porque ella significó, también, el inicio del conflicto y división posterior de Centroamérica. En ese sentido, Oquelí llamó la atención sobre lo que escribió Valle al respecto. Consideró que a partir del 15 de septiembre de 1821: “se abrió una línea profunda que separará lo que es de lo que ha sido. Si era antes de aquella fecha, vasto el campo y multiplicándose objetos, después de época tan memorables los espacios son inmensos y los puntos infinitos. Dilataremos la vista por todo ello fajaremos en los principales la volveremos en lo pasado más lanzaremos a lo futuro pero la América y Guatemala (parte hermosa de América)
será siempre nuestro caro objeto” (Valle, en Oquelí, 2002, 105). En esta misma línea, Oquelí colocó la atención dentro de los escritos de Valle la evaluación que realizó una década después de haber firmado el Acta en la carta que envió al viajero holandés Jacabo Haeffkens el 29 de junio de 1831, en la que expuso sus ideas sobre el significado de la Independencia y los derroteros de la República Federal de Centroamérica: “La independencia de España y un Gobierno moderado objeto del movimiento de América. Pero proclamada una y establecido el otro, ¿ha habido reposos o tranquilidad? ¿No sigue el movimiento marchando más allá de los límites que se habían
propuesto?” “Esto es lo que me afecta más profundamente al contemplar la marcha de esta República. Se vio que el partido vencido su cambio por las injusticias que cometió, las contribuciones que exigió, e ineptitud de diversos de sus funcionarios, y el partido dominante comete también injusticias, aumenta contribuciones y coloca en muchos destinos hombres conocidamente ineptos. No lo dude el Partido Liberal no es ya tan numeroso como era antes, ni tiene el mismo prestigio que gozaba, no hay a su favor la misma opinión que disfrutaba” (Valle, en Oquelí, 2004, 111-12). Para Oquelí, esta carta es una clave de lectura
sobre la visión de Valle del proceso de Independencia y permite comprender el presente de Centroamérica. En el artículo titulado “Los subversivos y la paz” sobre la firma de los Acuerdos de Paz en Centroamérica de 1988, hizo una reflexión sobre cómo habría leído Valle dichos acuerdos. En la lectura que hizo del presente conflictivo de la región en clave
hermenéutica se fue a los orígenes, prácticamente desde el mismo momento de la Independencia de 1821 del imperio español: “La guerra civil centroamericana comenzó con una escaramuza, protagonizada por las tropas guatemaltecas y salvadoreñas, que 6 meses después de haberse declarado la Independencia chocaron en la hacienda ‘El Espinal’. Según Alejandro Marure,
iniciador de nuestra historiografía, fue a partir de esa fecha, 12 de marzo de 1822, que ‘quedó sembrada la semilla de la guerra civil de que ha sido víctima la nación centroamericana’ (…) Lo general dentro de 166 años de existencia que debió de ser propia, ha sido el predominio de la violencia armada, retroalimentando la violencia institucional” (Oquelí, 1995b, 331).
Desde esta clave de lectura es que Oquelí cierra el círculo hermenéutico al realizar el postexto de contextualizar y comprender en el presente el pensamiento de Valle y el significado del Bicentenario de la Independencia al interpretar la carta que le escribió a José del Barrio el 3 de mayo de 1827:
“‘La República de Centro América, por la cual he escrito, he trabajado y he sufrido tanto en tanto tiempo, se halla en situación muy delicada. Ya está encendida la guerra de las hogueras intestinas…”. Es así que, a la luz de los escritos de Valle, Oquelí le preguntó: “Ya está dado el primer impulso. ¿Cree Ud. que se acabará en breve el movimiento?’ ¿Se habrá dado el viernes 7, el primer impulso propio para lograr la paz centroamericana? ¿Qué opinaría sobre el particular Valle, de existir en la actualidad? El Valle intelectual y ganadero a quien vigiló la Inquisición, y a quien hoy, los modernos
cazadores de brujas no dudarían en calificarlo de subversivo, de esos indispensables subversivos para que en medio de la expectativa mundial no llegue la efectiva paz a Centroamérica, en la dignidad a su porción más central, a su ‘víscera entrañable’, como decía el otro gran Valle, el de nuestro siglo actual” (Oquelí, 1995b, 332-333). De este modo, Oquelí, planteó llegar al Bicentenario, aún más estudiando, sistematizando y articulando el pensamiento de José Cecilio del Valle en perspectiva de encontrar la senda perdida del proyecto emancipador y retomar su visión de una América verdaderamente soberana y sujeta de su propia historia:
“Cuando se articule su ambicioso planteamiento teórico, podemos comprobar que algo muy importante ocurrió también en el campo del pensamiento americano, a partir del vástago de la unión en la poca populosa Choluteca del último cuarto del siglo 18 de dos primos hermanos, nietos de un español, originario probablemente de Andalucía” (Oquelí, 2001, 46). El Bicentenario de la Independencia, para Oquelí, podría ser el momento para volver y revisar el desarrollo científico de la región y de Honduras y superar las insuficiencias existentes en este campo en la perspectiva y “obsesión científica” que tuvo José Cecilio del Valle:
«El futuro inmediato de nuestro desarrollo científico, lo decidirá la prontitud en superar una triple insuficiencia: falta de información, de imaginación y de disciplina. Sin limitaciones al respecto de las investigaciones sociales, lo interesante de algunas aportaciones hechas en las dos últimas
décadas, nos permite confiar en que no hay obstáculos insalvables para que transitemos con paso modestamente firme en la ruta que desde el siglo 19, proyectó con expansiones a la vez propias y universales, un ilustre hijo de Choluteca» (Oquelí, 1995a, 209). Este es el punto central de la lectura de Oquelí
sobre el Bicentenario y Valle, que podría ser una oportunidad para trabajar con las nuevas generaciones de hondureños y hondureñas en el ansiado proyecto colectivo de país. En un artículo titulado “Dentro y fuera” planteó que, al acercarse al Bicentenario de la Independencia, Honduras se encontraba lejos de cumplir la utopía de José Cecilio del Valle: «…la unión o
sociedad política de todos los ciudadanos de Honduras» porque no «todos actuamos como socios dentro de nuestra raquítica sociedad» (Oquelí, 2001, 30). De este modo, la «nación hondureña» no ha sido una realidad: «…ésta sólo ha sido un proyecto de algunos pensadores y estadistas como Valle, Herrera, Márquez, Rosa, Salatiel Rosales, Policarpo Bonilla o
Guillén Zelaya» (Oquelí, 2001, 30).
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Dios, Unión, Libertad
Bibliografía Infante, S. (enero 2017). Camino del ensayo hondureño. Cuadernos Hispanoamericanos. nº 799, pp. 30-43. Oquelí, R. (1980). Valle, antología. Editorial
Universitaria, Tegucigalpa. Oquelí, R. (1980). Certidumbres y vacilaciones de un provinciano, en Valle, antología. Editorial Universitaria, Tegucigalpa. Oquelí, R. (1986). Los hondureños y las ideas. Editorial Universitaria, Tegucigalpa. Oquelí, R. (1990a). Mixturas. Editorial Universitaria, Tegucigalpa.
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NUESTRA TEMPRANA
PRIVAMERA Y EL
DESPERTAR DEL FERVOR
CIVICO EN LA
HONDUREÑIDAD
Jubal Valerio Hernández
En Honduras, todos los años,
experimentamos un temprano surgimiento
de la primavera, desde que inicia la
segunda quincena del mes de febrero. La
cantidad y variedad de árboles que se
visten de diferentes y alegres tonalidades,
como las jacarandas, los macuelizos, las
acacias, los San Juanes, los izotes y la
Orquídea del Pobre, para sólo mencionar
los más abundantes, nos alegran la vista y
el espíritu. Es de hacer notar, que este
fenómeno florativo, se anticipa al
surgimiento “oficial” de la primavera, que
en los países del Hemisferio Norte inicia el
21 de marzo.
En este año 2021, cuando estamos
avocados a una celebración de singulares
proporciones del BICENTENARIO DE
NUESTRA INDEPENDENCIA, el
florecimiento del fervor cívico de la
hondureñidad, es palpable, en todos los
rumbos de nuestro territorio.
La Comisión del Bicentenario, que coordina
el escritor y periodista JUAN RAMON
MARTINEZ, junto con su equipo de
colaboradores, se han dado a la tarea de
organizar comisiones departamentales y
municipales que ya están en plena acción,
para la realización de un amplio programa
de actividades, que permitirá una
celebración ampliamente participativa de
la población de las diferentes
comunidades, en tan importante
efeméride. La niñez y la juventud que se
agrupa en los diferentes centros educativos
del país, tendrán, como nunca antes, la
oportunidad de expresar su capacidad
creativa en los diferentes campos del
civismo, tales como concursos de oratoria,
literatura y las diversas manifestaciones del
arte. Y ello está ocurriendo, en condiciones
difíciles, como lo son las restricciones que
inevitablemente se sufren en tiempos de
una pandemia tan dolorosa y destructiva
como el Covid 19. La creatividad se está
demostrando también, en la forma en
cómo se producen,
manifiestan y se divulgan las diferentes
actividades. Algunas de manera semi
presencial o virtual.
El gremio periodístico, a través de la
Asociación de Prensa Hondureña y el
Colegio de Periodistas de Honduras, ha
dicho ¡PRESENTE! Ante el llamado de la
Comisión del Bicentenario, contribuyendo
a esta divulgación.
Otras agrupaciones, como la Federación
Filatélica de Honduras, que preside el
ciudadano don Edgardo Alegría, están
asesorando en la preparación de la
emisión de varios sellos postales
conmemorativos de la Independencia y la
construcción de nuestro Estado
Republicano, contando con la cooperación
de la empresa Hondureña de Correos
(HONDUCOR).
Uno de los homenajes más significativos,
es la campaña que se ha iniciado en
relación a la correcta interpretación de
nuestro Himno Nacional, que además se
manifestará en un reconocimiento al autor
de su música, Maestro Carlos Hartling, en
cuyo honor se levantará un monumento y
se editará su biografía.
Una verdadera ola de civismo, está
comenzando a recorrer nuestro territorio
nacional, que abarca nuestro
departamento insular, Islas de la Bahía,
donde se celebra en el presente mes, el
aniversario de la recuperación de su
soberanía, de manos de la Corona
Británica.
El centro de la celebración, pasa,
inexorablemente, por el reconocimiento
del aporte brindado a nuestra
Independencia y construcción del Estado
Republicano, por el prócer JOSE CECILIO
DEL VALLE, cuya figura será exaltada,
mediante la colocación de bustos en las
diferentes cabeceras departamentales. De
Igual manera, su pensamiento será
exaltado y divulgado, mediante la edición
de sus obras y la realización de
conferencias magistrales a lo largo y ancho
del país.
¡Celebremos pues, con entusiasmo, el
surgimiento temprano de la primavera y el
florecimiento del fervor cívico de la
hondureñidad!
Tegucigalpa M.D.C, abril de 2021
EL BICENTENARIO 29 de Abril del 2021
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Dios, Unión, Libertad
Comisión Nacional del Bicentenario
visita Museo del Aire
Albany Flores Garca
El pasado 21 de abril del año en curso, representantes de
la Comisión Nacional del Bicentenario, encabezada por el
licenciado Juan Ramón Martínez, visitaron las instalaciones
de la Fuerza Aérea Hondureña en el anillo periférico de
Tegucigalpa, a la altura del aeropuerto Toncontín.
La visita, convocada por la Comandancia General de la
institución, contó con la agradable recepción de la plana
mayor, liderada por el comandante general Javier René
Barrientos, así como de los jefes del Estado Mayor Aéreo,
coronel Armando Martínez Rueda y coronel Carlos Adonis
Elvir Aceituno, quienes recibieron a los miembros de la
Comisión Nacional con esmerada atención.
A la cita también acudieron el director del Instituto
Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), Dr. Héctor
Portillo, y el representante del Gobierno, abogado Kalton
Harold Bruhl.
La reunión tuvo por objeto la realización de un recorrido —
guiado por la plana mayor y subalternos— por las
instalaciones del Museo Aéreo, con el propósito de
observar a detalle las colecciones históricas y de
patrimonio nacional con que cuenta el mismo, pero
también para iniciar conversaciones sobre la posible
ampliación y reorganización del museo en los terrenos de
la institución, como parte de las celebraciones del
Bicentenario Nacional.
Durante el recorrido, los representantes de la Comisión
Nacional y expertos invitados pudieron contemplar las
aeronaves emblemáticas (el primer jet presidencial, los
aviones de combate utilizados en la guerra contra El
Salvador en 1969,
y otras igualmente importantes en la defensa de la
soberanía nacional en distintos momentos de la historia
republicana),
el primer y quizá único automóvil construido por manos
hondureñas (El Compadre) perfectamente conservado,
así como fondos
fotográficos, placas y retratos de aviadores
emblemáticos, el monumento a los héroes, uniformes y
objetos de la antigua compañía de Servicio Aéreo de
Honduras (SAHSA), etcétera.
Entre los acuerdos alcanzados, los directores de las
partes, licenciado Juan Ramón Martínez y comandante
Javier Barrientos, reafirmaron la alianza entre la Comisión
Nacional y la Fuerza Aérea de Honduras para incluir las
festividades del 90 aniversario de la institución militar
(fundada el 14 de abril de 1931 durante el gobierno de
Vicente Mejía Colindres y fortalecida por la administración
del doctor y general Tiburcio Carías Andino), dentro de
las actividades programadas para la conmemoración de
los doscientos años de vida independiente en Honduras.
Para iniciar dicha alianza y comenzar la fiesta nacional, la
Comisión Nacional, en conjunto con la Fuerza Aérea,
festejarán los grandes hitos y proezas que la institución
ha cumplido a lo largo de noventa años al servicio de la
defensa, desarrollo del Estado y construcción de la nación
hondureña.
La cita será el próximo 30 de abril en las instalaciones de
la Fuerza Aérea de Honduras y será, entre otras cosas, el
inicio de los grandes homenajes dedicados a la nación por
sus doscientos años de emancipación política.