comisariato

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De Juvenal Medina. Para Misión Ribas. Para finales de la segunda década del siglo xx, quienes migraban desde Falcón, Lara, los Andes y el Oriente venezolano hacia Cabimas, se asentaron fundamentalmente alrededor de Tierra Negra y La Rosa. Estos migrantes abarrotaron la capacidad de alberge de estos núcleos poblacionales diseminados por el espacio que hoy constituyen el Municipio Cabimas. Estas poblaciones se establecieron en núcleos dispersos con poca comunicación entre sí, no estaban en capacidad de albergar la avalancha migratoria atraída por el boom petrolero, creándose un verdadero caos en la calidad de vida. Víctimas no solo de enfermedades propias del hacinamiento, sino de comerciantes inescrupulosos, quienes pretendían vaciar los bolsillos de los recién estrenados obreros petroleros. Los trabajadores petroleros empiezan a crear mecanismos en defensa de sus intereses y al acceso de los bienes y servicios que gozaban los gringos en los campamentos petroleros, pues era bien sabido que las compañías petroleras importaban grandes cantidades de maquinarias, alimentos, bebidas y hasta juguetes, todo ello libre de impuesto. De la lucha de los trabajadores en función de lograr, la obligación de la Creole, Shell y la Mene Grande de crear casas de abastos en sus áreas operacionales o campamentos en las Salinas, Tía Juana y Lagunillas, nacen los conocidos comisariatos. A pesar de esta conquista de los trabajadores petroleros de la época, tal solución fue aprovechada por los sectores apostados en los puertos, impulsando la política de importación a su máxima expresión. Gracias al comisariato, la burguesía parasitaria en Venezuela logra un mercado cautivo con el mejor poder adquisitivo jamás soñado por mercader alguno.

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Page 1: comisariato

De Juvenal Medina.

Para Misión Ribas.

Para finales de la segunda década del siglo xx, quienes migraban desde Falcón, Lara, los Andes y el Oriente venezolano hacia Cabimas, se asentaron fundamentalmente alrededor de Tierra Negra y La Rosa. Estos migrantes abarrotaron la capacidad de alberge de estos núcleos poblacionales diseminados por el espacio que hoy constituyen el Municipio Cabimas.

Estas poblaciones se establecieron en núcleos dispersos con poca comunicación entre sí, no estaban en capacidad de albergar la avalancha migratoria atraída por el boom petrolero, creándose un verdadero caos en la calidad de vida. Víctimas no solo de enfermedades propias del hacinamiento, sino de comerciantes inescrupulosos, quienes pretendían vaciar los bolsillos de los recién estrenados obreros petroleros.

Los trabajadores petroleros empiezan a crear mecanismos en defensa de sus intereses y al acceso de los bienes y servicios que gozaban los gringos en los campamentos petroleros, pues era bien sabido que las compañías petroleras importaban grandes cantidades de maquinarias, alimentos, bebidas y hasta juguetes, todo ello libre de impuesto.

De la lucha de los trabajadores en función de lograr, la obligación de la Creole, Shell y la Mene Grande de crear casas de abastos en sus áreas operacionales o campamentos en las Salinas, Tía Juana y Lagunillas, nacen los conocidos comisariatos.

A pesar de esta conquista de los trabajadores petroleros de la época, tal solución fue aprovechada por los sectores apostados en los puertos, impulsando la política de importación a su máxima expresión. Gracias al comisariato, la burguesía parasitaria en Venezuela logra un mercado cautivo con el mejor poder adquisitivo jamás soñado por mercader alguno.

Cabimas, 19 de marzo 2015