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proverbios 30

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Comentario Sobre Proverbios 30

Palabras de Agur, hijo de Jaqu; la profeca que dijo el varn a Itiel, a Itiel y a Ucal (Proverbios 30:1)

Proverbios captulo 30, puede dividirse en tres secciones que son: (1) La forma de obtener el conocimiento acerca de Dios, (2) El deseo de permanecer en el conocimiento de Dios, y (3) Consejos para permanecer en el conocimiento de Dios (o lo que compete a la vida cristiana).

I. La Forma de Obtener el Conocimiento Acerca de Dios

Palabras de Agur, hijo de Jaqu; la profeca que dijo el varn a Itiel, a Itiel y a Ucal (Versculo 1).Las palabras escritas son una profeca, por lo cual tienen aspectos de inters inmediato para sus destinatarios, como tambin futuros.Las palabras son de Agur (hijo de Jaqu), quien dijo la profeca inicialmente a Itiel y a Ucal. La doble mencin del nombre de Itiel, hace ver que Itiel tiene ms importancia que Ucal, probablemente porque Itiel fue ms receptivo a las palabras de esta profeca, o porque tena mayor jerarqua que Ucal.

Ciertamente ms rudo soy yo que ninguno, Ni tengo entendimiento de hombre. Yo ni aprend sabidura, Ni conozco la ciencia del Santo (versculos 2 y 3).

Aqu, Agur demuestra su incompetencia humana para entender las cosas de Dios, y nos da a entender que el hombre sin Dios no puede comprender las cosas de Dios. El hombre sin Dios, tiene el entendimiento como el de una bestia en lo que respecta al conocimiento divino.

Quin subi al cielo, y descendi? Quin encerr los vientos en sus puos? Quin at las aguas en un pao? Quin afirm todos los trminos de la tierra? Cul es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes? (Versculo 4).

Agur explica que para conocer las cosas de Dios, sera necesario subir al cielo y descender. De esa manera podramos entender al Dios inmenso, que puede disponer del viento as como un hombre dispone de lo que puede encerrar en su puo; o de toda el agua de la tierra as como un hombre puede disponer del agua que est encerrada en un pauelo. Este Dios afirm la tierra para que exista y tenga toda su dinmica actual.

Tambin sostiene que un aspecto fundamental para conocer a Dios, es conocer su nombre. Por eso los que conocen el nombre de Dios, tambin son llamados el pueblo de su nombre (2 Crnicas 7:14, Hechos 15:14, Apocalipsis 22:4).

Adems, esta porcintrae una profeca mesinica, cuando se refiere al nombre del Hijo de Dios. El Hijo fue el que revel el nombre del Padre en toda su plenitud, porque el Hijo llev el nombre del Padre y lo dio a conocer a todos los hijos de Dios (Juan 5:43, 17:26, Hebreos 1:4). Por lo tanto, el Hijo de Dios es el nico que nos ha podido revelar las cosas de Dios, porque nadie conoce al Padre sino el Hijo, y ninguno podr conocer al Padre si el Hijo no se lo quiere revelar (Mateo 11:27, Lucas 10:22). An ms, el Hijo se aplic a s mismo las palabras que Agur consider necesarias para alcanzar el conocimiento de Dios, cuando dijo: Si os he dicho cosas terrenales, y no creis, cmo creeris si os dijere las celestiales? Nadie subi al cielo, sino el que descendi del cielo; el Hijo del Hombre, que est en el cielo (Juan 3:12-13). As que tenemos la certeza de que el Hijo s sabe quin es el Padre y conoce las cosas del Padre, por lo cual estamos seguros en su testimonio. Por eso el que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida (1. Juan 5:12). De igual manera, Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene tambin al Padre (1 Juan 2:23). El Padre y el Hijo son uno y el mismo (Juan 10:30), porque el Hijo es la manifestacin del Padre en la carne (Isaas 9:6, Juan 14:9, 1. Timoteo 3:16). Por eso cuando creemos en el Hijo en realidad creemos en el Padre (Juan 12:44), cuando recibimos al Hijo en realidad recibimos al Padre (Juan 13:20), cuando aborrecemos al Hijo en realidad aborrecemos al Padre (Juan 15:23), y cuando veamos al Hijo en realidad veremos al Padre (Juan 12:45, 14:49, 1. Timoteo 6:14-16). Si permanecemos en la Palabra de Dios, entonces permaneceremos en el Hijo y en el Padre (1. Juan 2:24).

Es apenas natural que el Antiguo Testamento hable acerca del Hijo de Dios, porque el Antiguo Testamento nos anuncia que Dios se iba a manifestar como un Hijo, como un hombre, para rescatar a la humanidad. As como Adn fue hijo de Dios (Lucas 3:38), el Mesas en su condicin de humano santo, vendra a ser un verdadero Hijo de Dios (Lucas 1:35). El Hijo de Dios o el postrer Adn (1. Corintios 15:45), vino para quitarnos la naturaleza corruptible que heredamos del primer Adn y que nos impide alcanzar la salvacin, pues la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupcin hereda la incorrupcin (1. Corintios 15:50). Cuando la Biblia se refiere a Jess como el Hijo de Dios, se est refiriendo a la humanidad de Jess que naci de mujer y no a una segunda persona inventada por la teologa trinitaria, que segn esa enseanza, habitaba desde la eternidad al lado de Dios como Dios[1]

Al entender que el nico Dios fue manifestado en carne, entendemos entonces el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien estn escondidos todos los tesoros de la sabidura y del conocimiento (Colosenses 2:2-3).

Toda palabra de Dios es limpia; l es escudo a los que en l esperan. No aadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso (Versculos 5 y 6).

Para conocer las cosas de Dios, es necesario confiar en la Santa Escritura como nuestra lmpara y luz (Salmo 119:105). La Palabra de Dios es nuestra proteccin cuando confiamos en ella. Debido a que la Palabra de Dios es limpia, no debemos contaminarnos con ideas contrarias a ella.

Para un cristiano verdadero la nica autoridad doctrinal que debemos tener es la Biblia, as que aadiduras no valen. La palabra del Seor es clara, y afirma qu le pasar a cualquiera que aadiere o quitare al mensaje de la Palabra de Dios. La Biblia dice: Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profeca de este libro:si alguno aadierea estas cosas, Dios traer sobre l las plagas que estn escritas en este libro. Ysi alguno quitarede las palabras del libro de esta profeca, Dios quitar su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que estn escritas en este libro. (Apocalipsis 22:18-19) El que aade a las palabras de Dios para con eso pretender ensear doctrinas ajenas a las Sagradas Escrituras no est esperando sino la reprensin del Seor. La falta que acarrea el aadir a la Escritura para ensear doctrinas ajenas a ella, es un pecado muy grande. Es un pecado que conduce a que el ser humano pueda perder el privilegio de estar un da con el Seor. Y no es pecador solamente el que aadi una hereja a la Escritura, sino el que sabiendo que es hereja la repite y la ensea a los dems Ellos mismos son ciegos que guan a otros ciegos, y si un ciego gua a otro ciego ambos caern en el mismo hoyo (Mateo 15:14)[2]

II. El Deseo de Permanecer en el Conocimiento de Dios

Dos cosas te he demandado; no me las niegues antes que muera: Vanidad y palabra mentirosa aparta de m; No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: Quin es Jehov? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios (Versculos 7, 8 y 9).

Para un hombre que tiene el conocimiento de Dios, lo principal debe ser permanecer en ese conocimiento y comunin con Dios. Por eso Agur le implora a Dios que lo aparte de las cosas que puedan destruir su relacin con el Altsimo.

Lo primero que Agur le pide a Dios, es que lo aleje de las cosas vanas de esta vida. El hombre se esfuerza continuamente por obtener las cosas terrenales, sin darse cuenta que estas son efmeras, pero el conocimiento de Dios permanecer para siempre. Jess dijo: El cielo y la tierra pasarn, pero mis palabras no pasarn (Mateo 24:35, Marcos 13:31, Lucas 21:33). Asimismo, despus de que Salomn reflexion en el libro de Eclesiasts acerca de la vanidad de la vida, concluy diciendo: El fin de todo el discurso odo es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre (Eclesiasts 12:13).

Lo segundo por lo que clama, es para que Dios lo guarde de caer en la mentira. Esto est en consonancia con lo dicho en el versculo 6, y expresa el deseo de Agur de permanecer en la Palabra de Verdad, sin aadir a las Palabras de Dios, a fin de que no ser reprendido y hallado mentiroso.

Lo tercero por lo que clama es por una vida de moderacin, donde pueda obtener lo necesario para vivir dignamente, sin necesidad de desbordarse en lujos o naufragar en la miseria. Esto, porque l ha visto que muchos que cuentan con riquezas materiales, confan tanto en aquellas que ya no confan ni en Dios. Jesucristo dijo: Hijos, cun difcil les es entrar en el reino de Dios, a los que confan en las riquezas! (Marcos 10:24). De otro lado, ha visto tambin el otro extremo, donde personas que se encuentran en escasez han llegado a blasfemar contra Dios y se han visto tentadas a robar. No nos debemos alabar en lo que tenemos materialmente hablando, sino en el conocimiento de Dios, como lo dijo el profeta Jeremas: As dijo Jehov: No se alabe el sabio en su sabidura, ni en su valenta se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas albese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehov, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehov (Jeremas 9:23-24).

III. Consejos Para Permanecer en el Conocimiento de Dios

No acuses al siervo ante su seor, no sea que te maldiga, y lleves el castigo. Hay generacin que maldice a su padre y a su madre no bendice. Hay generacin limpia en su propia opinin, si bien no se ha limpiado de su inmundicia. Hay generacin cuyos ojos son altivos y cuyos prpados estn levantados en alto. Hay generacin cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres. (Versculos 9, 10, 11, 12, 13 y 14).

Seguidamente, Agur nos presenta algunas actitudes que debemos tener en cuenta para no salirnos de los caminos de Dios.

La primera actitudconsiste en no aprovecharse de alguna posicin ventajosa para abusar de los siervos, de los pobres de la tierra y de los menesterosos entre los hombres. Por el contexto, se observa que el llamado de Agur es a que no acusemos falsamente a un siervo delante de su seor, que por estar subordinado ante su jefe, podra encontrarse en la situacin desventajosa de que no le creeran por ms que desmintiera la acusacin. El criado podra maldecirnos y no seramos inocentes de ese pecado. Se nos invita a observar que hay personas que actan como fieras salvajes destrozando a los pobres y a los menesterosos de la tierra, pero el mandato de Dios es que no se oprima al jornalero, sino que se le pague su salario a tiempo justo (Deuteronomio 24:14-15) y que no se endurezca nuestro corazn contra el pobre y menesteroso (Deuteronomio 15:7). Todo el que oprime al pobre insulta a Dios nuestro hacedor, pero el que tiene misericordia del pobre honra a Dios (Proverbios 14:31). A Jehov presta el que da al pobre (Proverbios 19:17) y si aquel que ha hecho misericordia tiene que pasar por das malos, ser librado por Dios (Salmo 41:1).

La segunda actitudconsiste en obedecer el mandamiento de honrar a nuestro padre y a nuestra madre. Aun cuando veamos a personas que maldicen a sus padres, nosotros tenemos el siguiente mandamiento: Hijos, obedeced en el Seor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra (Efesios 6:1-3).

La tercera actitudconsiste en reconocer las faltas que cometamos delante de Dios, para que corrijamos nuestro andar, procedamos al arrepentimiento y hagamos frutos dignos de ese arrepentimiento (Mateo 3:8, Lucas 3:8, Romanos 2:4). Esto, aun a pesar de que veamos a personas que estando contaminadas por la inmundicia del pecado, tienen tan cauterizadas sus conciencias que no tienen sensibilidad ante la Palabra de Dios y se sienten limpios en su propia opinin aun a pesar de que estn perdidos en delitos y en pecados (Efesios 2:1). Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte (Proverbios 14:12, 16:25).

La cuarta actitudconsiste en aborrecer la presuncin, la petulancia y la ostentacin, an a pesar de que veamos a personas que tienen ojos altivos. Antes bien, el cristiano se debe caracterizar por la humildad (Mateo 5:5, Efesios 4:2-3, Tito 3:2), la modestia (1. Timoteo 2:9), la moderacin (1. Corintios 9:25) y la sencillez (Hechos 2:46, 2 Corintios 1:12).

La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: Dame! Dame! Tres cosas hay que nunca se sacian; Aun la cuarta nunca dice: Basta! El Seol, la matriz estril, La tierra que no se sacia de aguas, y el fuego que jams dice: Basta! (Versculos 15 y 16).

La quinta actitudconsiste en inclinar nuestro corazn a los testimonios de Dios y no a la avaricia (Salmo 119:36), pues como dijo el Seor Jess, Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee (Lucas 12:15) y el apstol Pablo escribi: Pero fornicacin y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos (Efesios 5:3). Agur compara la insaciable sed de sangre de la sanguijuela, con el proceder de aquellos que andan en pos de la avaricia y nunca se sacian con nada. Las dos hijas de la sanguijuela, son una referencia a sus dos bocas, en realidaduna boca a cada extremo de su cuerpo. Cada boca es una ventosa poderosa que se adjunta a su presa. Los peces y los reptiles son su presa habitual, pero los humanos pueden serlo tambin[3].

Agur presenta ejemplos de cosas que nunca estn satisfechas, como el seol que no se cansa de recibir a los muertos, la matriz estril que por ms que recibe la semilla masculina nunca satisface el deseo de procrear, la tierra que incluso llega a sobresaturarse absorbiendo agua, y el fuego que consume todo material combustible que tenga a su alcance. En sentido contrario a estos ejemplos, la Palabra de Dios nos ensea: Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenis ahora; porque l dijo: No te desamparar, ni te dejar (Hebreos 13:5).

El ojo que escarnece a su padre y menosprecia la enseanza de la madre, Los cuervos de la caada lo saquen, y lo devoren los hijos del guila (Versculo 17).Aqu, Agur vuelve a referirse ala segunda actitudque hemos mencionado previamente, y es que todo hombre y mujer de Dios, debe honrar a su padre y a su madre. As como vendr bendicin para los que obedezcan dicho mandamiento, tambin vendr maldicin para el que lo desobedezca.

Tres cosas me son ocultas; aun tampoco s la cuarta: El rastro del guila en el aire; El rastro de la culebra sobre la pea; El rastro de la nave en medio del mar; y el rastro del hombre en la doncella. (Versculos 18 y 19).

La sexta actitudconsiste en reconocer con humildad que el conocimiento humano es limitado, ya que hay caminos que son misteriosos para nosotros y no podemos seguirles el rastro, porque no dejan evidencias visibles completas de su accionar. Por esa razn no podemos seguir con exactitud el rastro del guila en el aire, el de la culebra sobre una pea y el de un barco en medio del mar. La expresin el rastro de un hombre en la doncella, podra entenderse en el sentido de que la procreacin es un verdadero misterio, y que para que esta ocurra, se requiere que una mujer tenga intimidad con un hombre.

Dado que Dios es un Ser infinito, ningn intelecto creado, por dotado que est, puede alcanzar sus profundidades. La Biblia misma afirma la inhabilidad del ser humano para comprender totalmente a Dios. Es cierto que nosotros no podemos entender todo lo que compete o pertenece a Dios, porque hay cosas que el Padre puso en su sola potestad (Hechos 1:7) y slo l las sabe y las entiende. Sin embargo, Dios dej al hombre su Santa Palabra, por medio de la cual podemos conocer lo que l ha querido revelarnos [para nuestra salvacin]. As, hay cosas que Dios no nos ha revelado y por lo tanto pertenecen solo a l, pero las cosas reveladas son para nosotros (Deuteronomio 32:32). Ahora conocemos en parte y en parte profetizamos (1. Corintios 13:9)[4]

El proceder de la mujer adltera es as: Come, y limpia su boca Y dice: No he hecho maldad (Versculo 20)

Aqu, Agur se vuelve a referir ala tercera actitudmencionada anteriormente, y es que el creyente debe saber que su limpieza espiritual depende de obedecer a los mandamientos de Dios y de venir delante de l con un corazn arrepentido. La gente que no tiene a Dios, intenta justificarse en su propia opinin, a pesar de que siguen contaminados con la inmundicia del pecado, que solo puede ser quitada por obedecer el evangelio. Se presenta el ejemplo de una mujer adltera que justifica su infidelidad conyugal diciendo que no ha hecho maldad, a fin de perseverar en su pecado y de no venir ante Dios con un corazn arrepentido.

Por tres cosas se alborota la tierra, y la cuarta ella no puede sufrir: Por el siervo cuando reina; Por el necio cuando se sacia de pan; Por la mujer odiada cuando se casa; y por la sierva cuando hereda a su seora (Versculos 21, 22 y 23).

La sptima actitudconsiste en prepararnos para asumir grandes retos, conservando siempre la humildad, entendiendo que somos nada sin Dios y que siempre debemos depender de su ayuda. El apstol Pedro escribi: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que l os exalte cuando fuere tiempo (1. Pedro 5:5-6). Todos aquellos que viniendo desde abajo han llegadoa alcanzar altos puestos, deben estar muy atentos en contra de la altivez y del orgullo.

Hay muchas almas indolentes y resentidas, que alcanzando bienes y riquezas se afianzan ms en su necedad y son llevados a la desgracia. Muchos despilfarran rpidamente lo que han obtenido, otros se deleitan en humillar a los dems y otros reniegan de Dios. Por eso debemos capacitarnos, ser pacientes y esperar en Dios para obtener sus bendiciones a su debido momento y recibirlas siempre con un corazn agradecido. No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios (2. Corintios 3:5).Cuatro cosas son de las ms pequeas de la tierra, y las mismas son ms sabias que los sabios: Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida; los conejos, pueblo nada esforzado, y ponen su casa en la piedra; Las langostas, que no tienen rey, y salen todas por cuadrillas; La araa que atrapas con la mano, y est en palacios de rey (Versculos 24, 25, 26, 27 y 28).

La octava actitudconsiste en buscar la sabidura en las cosas hechas por Dios, porque las cosas invisibles de l, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creacin del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas (Romanos 1:20).

Desde lo ms grande hasta lo ms pequeo, hay mucha sabidura en la creacin. As que Agur nos dice que hay cuatro cosas que son de las ms pequeas de la tierra y an as estas son ms sabias que los sabios, ya que nunca se apartan de las destrezas que Dios les ha dado.La hormiga nos habla de la provisin para afrontar con confianza los tiempos difciles, pero esta provisin requiere de organizacin, rectitud, laboriosidad y diligencia. En el mismo sentido, Proverbios 6:6-11 dice: Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y s sabio; la cual no teniendo capitn, ni gobernador, ni seor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, hasta cundo has de dormir? Cundo te levantars de tu sueo? Un poco de sueo, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo; as vendr tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado. En el sentido espiritual, el creyente debe trabajar abnegadamente por su vida espiritual para que no le vaya a faltar el Espritu santo y pueda estar preparado para su encuentro con el Seor Jess (Ver Mateo 25:1-13).En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espritu, sirviendo al Seor (Romanos 12:11).

El conejo (aunque algunas versiones se refieren al tejn o al damn) nos habla de que nuestra vida debe tener cimientos firmes. El conejo no tiene mucha fuerza, pero algunas clases de conejos poseen una gran habilidad para construir sus nidos en las hendiduras de las rocas. El hombre sabio es aquel que afirma su vida sobre la Roca espiritual que es Cristo (1. Corintios 10:4). El Seor Jess dijo: Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le comparar a un hombre prudente, que edific su casa sobre la roca. Descendi lluvia, y vinieron ros, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cay, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le comparar a un hombre insensato, que edific su casa sobre la arena; y descendi lluvia, y vinieron ros, y soplaron vientos, y dieron con mpetu contra aquella casa; y cay, y fue grande su ruina (Mateo 7:24-27).

La langosta nos habla de la solidaridad y del trabajo en equipo; de asociarnos con individuos que hagan que nuestro esfuerzo sea multiplicado, en lugar de arruinar lo que deseamos lograr. Las langostas no tienen un mando fijo, pero el orden en su actuar las hace moverse en cuadrillas como un ejrcito, logrando devorar en poco tiempo la verde naturaleza. La Biblia nos ensea que las compaas y las personas con las que nos asociamos son bien determinantes para nuestra vida. Proverbios 22:24-25 dice: No te entremetas con el iracundo, ni te acompaes con el hombre de enojos, no sea que aprendas sus maneras, y tomes lazo para tu alma (Proverbios 22:24-25). El apstol Pablo tambin escribi: No erris; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres (1. Corintios 15:33). Tambin dijo: No os unis en yugo desigual con los incrdulos (2. Corintios 6:14).

La araa (aunque algunas versiones se refieren a la lagartija), aun a pesar de su insignificancia, no teme habitar en la magnificencia de un palacio. Esto nos ensea a nosotros a anhelar las moradas que el Gran Rey se fue a preparar para nosotros (Juan 14:2-3). Los hombres sabios y de fe, no se conforman con esta morada terrestre sino que anhelan una mejor, la patria celestial, La Nueva Jerusaln, por lo cual Dios no se avergenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad (Hebreos 11:16). En la Nueva Jerusaln habr un solo trono para un solo Rey, el cual tendr un solo nombre. Cuando los vencedores vean al Cordero, en realidad estarn viendo a Dios, porque el Cordero es Dios manifestado en carne. De igual manera cuando mencionen el nombre del Cordero estarn mencionando el nombre de Dios. Y no habr ms maldicin; y el trono de Dios y del Cordero estar en ella, y sus siervos le servirn, y vern su rostro, y su nombre estar en sus frentes. No habr all ms noche; y no tienen necesidad de luz de lmpara, ni de luz del sol, porque Dios el Seor los iluminar; y reinarn por los siglos de los siglos (Apocalipsis 22:3-5).

Tres cosas hay de hermoso andar, y la cuarta pasea muy bien: El len, fuerte entre todos los animales, que no vuelve atrs por nada; El ceido de lomos; asimismo el macho cabro; y el rey, a quien nadie resiste (Versculos 29, 30 y 31).

La novena actitud,habla de que nuestro andar debe ser hermoso delante de Dios. Como dice la Escritura: Mirad, pues, con diligencia cmo andis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los das son malos (Efesios 5:15-16).

De la forma de andar del len, aprendemos a no retroceder sino a avanzar confiados ante las dificultades. Pues nosotros no somos de los que retroceden para perdicin, sino de los que tienen fe para preservacin del alma (Hebreos 10:39). Este ejemplo es parecido al del caminar del rey cuando est confiado (algunas versiones hablan del rey al estar con su ejrcito).

Del ceido de lomos, el cual es el gallo, aprendemos que nuestro caminar debe ser digno. El apstol Pablo escribi: os ruego que andis como es digno de la vocacin con que fuisteis llamados (Efesios 4:1) y Solamente que os comportis como es digno del evangelio de Cristo... (Filipenses 1:27).

El macho cabro mira con desconfianza a todo el que se acerca al rebao, por lo tanto de l aprendemos a velar por todo lo que tenemos a cargo, especialmente de nuestra salvacin. Por tanto, amados mos, como siempre habis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho ms ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvacin con temor y temblor (Filipenses 2:12).

Si neciamente has procurado enaltecerte, o si has pensado hacer mal, pon el dedo sobre tu boca. Ciertamente el que bate la leche sacar mantequilla, y el que recio se suena las narices sacar sangre; y el que provoca la ira causar contienda (Versculos 31 y 32).

La dcima actitud, hablade ejercitar la templanza (el dominio propio). La templanza abarca el dominio propio y la moderacin. Cualquier placer puede llegar a ser daino si es llevado a un exceso, y cualquier cosa buena puede ser arruinada si se lleva a un extremo. En 1. Corintios 9:24-27, Pablo ilustra el concepto de la templanza por medio del ejemplo de un corredor en una carrera. Para poder ganar su carrera, un corredor debe ser templado en todas las cosas. Debe tener disciplina y dominio propio. Debe tener un programa de entrenamiento bien equilibrado y debe ser moderado en sus actividades. Asimismo, Pablo practicaba la disciplina y el control. l dijo que saba lo que era su meta y que l mantena su cuerpo en servidumbre. La templanza es un atributo que debemos exhibir en todo momento.[5]

En caso de que pensemos hacer mal, entonces debemos inmediatamente poner freno a ese mal pensamiento y no darle rienda suelta. La expresin pon el dedo sobre tu boca indica que debemos detenernos antes de cometer cualquier mala accin, ejercitando el dominio propio. Hay cosas que ocurren de manera inevitable; por ejemplo, si se bate la leche se obtendr mantequilla, y si alguien se suena fuerte har sangrar su nariz. De la misma manera, si uno se deja dominar por la ira terminar peleando, y si uno se deja dominar por las bajas pasiones terminar pecando.