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Lectura del segundo libro de Samuel 12, 7-10.13 En aquellos días, Natán dijo a David: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí rey de Israel, te libré de las manos de Saúl, te entregué la casa de tu señor, puse sus mujeres en tus brazos, te entregué la casa de Israel y la de Judá, y, por si fuera poco, pienso darte otro tanto. ¿Por qué has despreciado tú la palabra del Señor, haciendo lo que a él le parece mal? Mataste a espada a Urías, el hitita, y te quedaste con su mujer. Pues bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías.”» David respondió a Natán: « ¡He pecado contra el Señor!» Natán le dijo: «El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás.» Palabra de Dios. Salmo 31 R/. PERDONA, SEÑOR, MI CULPA Y MI PECADO. Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. R/. Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/. Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación. R/. Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero. R/. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2,16.19-21 Hermanos: Sabemos que el hombre no se justifica por cumplir la Ley, sino por creer en Cristo Jesús. Por eso, hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe de Cristo y no por cumplir la Ley. Porque el hombre no se justifica por cumplir la Ley. Para la Ley yo estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. Yo no anulo la gracia de Dios. Pero, si la justificación fuera efecto de la Ley, la muerte de Cristo sería inútil. Palabra de Dios. ¡Dichosos los que acogen el perdón de Dios, porque serán signos vivos de la MISERICORDIA! + Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 36-50 En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.» Jesús tomó la palabra y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» Él respondió: «Dímelo, maestro.» Jesús le dijo: «Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?» Simón contestó: «Supongo que aquel a quien le perdonó más.» Jesús le dijo: «Has juzgado rectamente.» Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: « ¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.» Y a ella le dijo: «Tus pecados están perdonados.» Los demás convidados empezaron a decir entre sí: « ¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?» Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.» Palabra del Señor. Siguiendo las huellas del Maestro, queremos aprender el camino y cómo es el Dios que Jesús nos ofrece para ese caminar. El mensaje concreto de este domingo es claro y hermoso: la misericordia es el estilo de Dios en su relación con el hombre. Así nos lo va a presentar la Palabra de Dios en este día. Sólo se pedirá que el hombre reconozca su fragilidad y su pecado. La página evangélica nos presenta cuatro perspectivas diferentes desde las que se puede vivir este acontecimiento del perdón: la mujer pecadora, el fariseo, Jesús mismo y los distintos comensales. Lógicamente no es lo mismo una óptica que otra, porque llevan a conclusiones muy diferentes y opuestas. Jesús propone una óptica propia y que produce todo un escándalo en el fariseo y en los comensales, pero que da “vida” a la mujer, a quien los anteriores tachan de “pecadora”: “sus pecados quedan perdonados, porque tiene mucho amor”. Esto es, la mirada adecuada no son las “etiquetas” sociales o religiosas, sino la actitud profunda y vital del corazón. Y en este sentido, la mujer lleva toda la ventaja respecto del resto. Aquí no hay grandes “confesiones” por parte de la mujer. Sólo las lágrimas y el perfume expresan cuanto ella está viviendo. Todos hemos gustado, tantas veces, de ese perdón de Dios. Hoy somos invitados nuevamente a ello y, una vez vivido, a ser signos visibles y tangibles de la vida que produce ese perdón. El fondo del evangelio de hoy, entre otras cosas, nos anima a cambiar de modo de vida. Es posible, ante la presencia del Señor, mudar de actitudes, superar situaciones anómalas que pueden existir en nuestra conducta. Superar aquellos puntos oscuros que, tal vez, no nos dejan vivir en paz. Dios, que es amor y perdón, se nos revela con su comprensión. El mejor perfume, el supremo aroma que podemos derramar sobre Jesús, es precisamente el replanteamiento o la renovación de nuestras personas, de nuestros corazones. ¿Qué puede más en nosotros? ¿El pecado o la gracia? ¿La mediocridad o el deseo de perfección? ¿El arrepentimiento o los torreones de la arrogancia? Tal vez, como cristianos, tendríamos que ser más afectuosos y cercanos con los que nos rodean. Empujados por un ambiente racional e individualista se nos invita a la distancia, a las dudas y a la desconfianza. Pero, cuando alguien nos sonríe o nos echa una mano, enseguida sale la parte más positiva de nosotros mismos. A la mujer pecadora le ocurrió lo mismo: mucho se le perdonó y mucho amó. O dicho de otra manera, fue tan grande su expresión de cariño y de adhesión a Jesús que, el Señor, le ofreció aquello que más necesitaba: su perdón, su reconocimiento, la recuperación total de su dignidad. No podemos consentir que nuestra relación con Dios sea fría o caiga en posturas distantes. Tenemos que recuperar en nuestra vida cristiana algunos elementos sustanciales de los principios cristianos: la comprensión y el perdón, la alegría y la solidaridad, la sinceridad y la corrección fraterna. Ir en la dirección contraria no es bueno para nuestra Iglesia. Obviar el perdón con los demás no es la mejor fotografía de un buen cristiano. Podremos cambiar de vida, de modales y hasta de actitudes. Todo será posible si, en el centro de lo que somos y vivimos, colocamos al Señor. El nos hará sentir su fuerza y su valor, su perdón y su gracia, su mano y su Espíritu; será cuestión de situar al Señor de la Luz en la oscuridad de nuestra noche y, en esa noche, dejar que Cristo ilumine nuestro futuro. Vivir con Jesús es comprender como El comprende; amar como El ama; juzgar como El juzga; salir al encuentro de las personas como El lo hace, anteponiendo siempre el bien de la persona. Por eso, en el movimiento de los que hoy tratamos de seguirle, no necesitamos «maestros» que desprecien a los pecadores y descalifiquen a los «profetas» de la compasión de Dios. Necesitamos cristianos que miren con los ojos con que los miraba Jesús. Celebremos el amor de Dios, en su perdón y en su paz. Ahora transmitamos a los demás, a las personas con las que convivimos, que la vida tiene remedio, que el perdón rehace a la persona desde sus mismas raíces. Somos enviados a ser testigos de esta realidad.

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Lectura del segundo libro de Samuel 12, 7-10.13 En aquellos días, Natán dijo a David: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí rey de Israel, te libré de las manos de Saúl, te entregué la casa de tu señor, puse sus mujeres en tus brazos, te entregué la casa de Israel y la de Judá, y, por si fuera poco, pienso darte otro tanto. ¿Por qué has despreciado tú la palabra del Señor, haciendo lo que a él le parece mal? Mataste a espada a Urías, el hitita, y te quedaste con su mujer. Pues bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías.”» David respondió a Natán: « ¡He pecado contra el Señor!» Natán le dijo: «El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás.» Palabra de Dios.

Salmo 31

R/. PERDONA, SEÑOR, MI CULPA Y MI PECADO. Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. R/. Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/. Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación. R/. Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero. R/.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2,16.19-21 Hermanos: Sabemos que el hombre no se justifica por cumplir la Ley, sino por creer en Cristo Jesús. Por eso, hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe de Cristo y no por cumplir la Ley. Porque el hombre no se justifica por cumplir la Ley. Para la Ley yo estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. Yo no anulo la gracia de Dios. Pero, si la justificación fuera efecto de la Ley, la muerte de Cristo sería inútil. Palabra de Dios.

¡Dichosos los que acogen el perdón de Dios, porque serán signos vivos de la MISERICORDIA!

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 36-50 En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.» Jesús tomó la palabra y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» Él respondió: «Dímelo, maestro.» Jesús le dijo: «Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?» Simón contestó: «Supongo que aquel a quien le perdonó más.» Jesús le dijo: «Has juzgado rectamente.» Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: « ¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.» Y a ella le dijo: «Tus pecados están perdonados.» Los demás convidados empezaron a decir entre sí: « ¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?» Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.» Palabra del Señor.

Siguiendo las huellas del Maestro, queremos aprender el camino y cómo es el Dios que Jesús nos ofrece para ese caminar. El mensaje concreto de este domingo es claro y hermoso: la misericordia es el estilo de Dios en su relación con el hombre. Así nos lo va a presentar la Palabra de Dios en este día. Sólo se pedirá que el hombre reconozca su fragilidad y su pecado. La página evangélica nos presenta cuatro perspectivas diferentes desde las que se puede vivir este acontecimiento del perdón: la mujer pecadora, el fariseo, Jesús mismo y los distintos comensales.

Lógicamente no es lo mismo una óptica que otra, porque llevan a conclusiones muy diferentes y opuestas. Jesús propone una óptica propia y que produce todo un escándalo en el fariseo y en los comensales, pero que da “vida” a la mujer, a quien los anteriores tachan de “pecadora”: “sus pecados quedan perdonados, porque tiene mucho amor”. Esto es, la mirada adecuada no son las “etiquetas” sociales o religiosas, sino la actitud profunda y vital del corazón. Y en este sentido, la mujer lleva toda la ventaja respecto del resto. Aquí no hay grandes “confesiones” por parte de la mujer. Sólo las lágrimas y el perfume expresan cuanto ella está viviendo. Todos hemos gustado, tantas veces, de ese perdón de Dios. Hoy somos invitados nuevamente a ello y, una vez vivido, a ser signos visibles y tangibles de la vida que produce ese perdón. El fondo del evangelio de hoy, entre otras cosas, nos anima a cambiar de modo de vida. Es posible, ante la presencia del Señor, mudar de actitudes, superar situaciones anómalas que pueden existir en nuestra conducta. Superar aquellos puntos oscuros que, tal vez, no nos dejan vivir en paz. Dios, que es amor y perdón, se nos revela con su comprensión. El mejor perfume, el supremo aroma que podemos derramar sobre Jesús, es precisamente el replanteamiento o la renovación de nuestras personas, de nuestros corazones. ¿Qué puede más en nosotros? ¿El pecado o la gracia? ¿La mediocridad o el deseo de perfección? ¿El arrepentimiento o los torreones de la arrogancia? Tal vez, como cristianos, tendríamos que ser más afectuosos y cercanos con los que nos rodean. Empujados por un ambiente racional e individualista se nos invita a la distancia, a las dudas y a la desconfianza. Pero, cuando alguien nos sonríe o nos echa una mano, enseguida sale la parte más positiva de nosotros mismos. A la mujer pecadora le ocurrió lo mismo: mucho se le perdonó y mucho amó. O dicho de otra manera, fue tan grande su expresión de cariño y de adhesión a Jesús que, el Señor, le ofreció aquello que más necesitaba: su perdón, su reconocimiento, la recuperación total de su dignidad. No podemos consentir que nuestra relación con Dios sea fría o caiga en posturas distantes. Tenemos que recuperar en nuestra vida cristiana algunos elementos sustanciales de los principios cristianos: la comprensión y el perdón, la alegría y la solidaridad, la sinceridad y la corrección fraterna. Ir en la dirección contraria no es bueno para nuestra Iglesia. Obviar el perdón con los demás no es la mejor fotografía de un buen cristiano. Podremos cambiar de vida, de modales y hasta de actitudes. Todo será posible si, en el centro de lo que somos y vivimos, colocamos al Señor. El nos hará sentir su fuerza y su valor, su perdón y su gracia, su mano y su Espíritu; será cuestión de situar al Señor de la Luz en la oscuridad de nuestra noche y, en esa noche, dejar que Cristo ilumine nuestro futuro. Vivir con Jesús es comprender como El comprende; amar como El ama; juzgar como El juzga; salir al encuentro de las personas como El lo hace, anteponiendo siempre el bien de la persona. Por eso, en el movimiento de los que hoy tratamos de seguirle, no necesitamos «maestros» que desprecien a los pecadores y descalifiquen a los «profetas» de la compasión de Dios. Necesitamos cristianos que miren con los ojos con que los miraba Jesús. Celebremos el amor de Dios, en su perdón y en su paz. Ahora transmitamos a los demás, a las personas con las que convivimos, que la vida tiene remedio, que el perdón rehace a la persona desde sus mismas raíces. Somos enviados a ser testigos de esta realidad.

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Séptima: ROGAR A DIOS POR LOS VIVOS Y LOS DIFUNTOS “Dales, Señor el descanso eterno y brille sobre ellas la luz eterna, descansen en paz. Amén”Oración, obra de misericordiaLa última de las obras de misericordia espirituales por los vivos y por los difuntos, es decir, por todos los hombres. Con la oración los cristianos están llamados a “interceder”llevar ante los ojos de Dios los sufrimientos, los gozos, las necesidades y las esperanzas de sus hermanos. Como escribía san Juan Pablo II: “Dios ha confiado a los hombres su misma salvación (…) Ha confiado a cada uno cada persona y el conjunto de los seres humanos. Ha confiado a cada uno todos y a todos cada uno” ¿No es maravilloso este vínculo que npor nuestro prójimo nos hace más cercanos, tanto a Dios como al hermano por cuya vida nos interesamos. Cuando entendemos estooración se revela ante nuestros ojos como una red mantiene unidos; es una Alianza, una unión entDios por medio de Jesús, es una verdadera comunión, porque es una relación entre Dios y sus hijos. Están en paz “Las almas de los justos están en las manos de Dios, y ningún tormento los alcanzará. A los ojos de los necios parecía que habíanmuerto y su partida fue considerada como una desgracia; su salida de entre nosotros un desastre pero ellos están en paz. Los fieles permanecerán con él en el amor, pues para sus elegidos hay gracia y misericordia” (Sabiduría 2, 1-3.9) Nuestros difuntos no desaparecen en la nada sino que “viven en Dios” y permanecen unidos a nosotros por medio de la oración, sobre todo cuando participamos en la celebración eucarística. Cuando rezamos por los difuntos afirmamos nuestra fe que nos recuerda que la muerte física no es el final de la vida. Rezando por nuestros difuntos los encomendamos a la misericordia de Dios. En la oración eucarística con las palabras del sacerdote pedimos: “Da Señor a todos los que descansan en Cristo la bendición, la luz y la paz”. Rezad por todos A los ojos de Dios es “algo bello y agradable” que oremos por todos. Y esto porque Dios ama a todos los seres humanos y ha enviado a Jesús, su hijo, para que todos se salven. “Te ruego, ante todo, que se hagan peticiones, oraciones, súplicas, acciones de gracias por todos los hombre (…). Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Porque hay u solo Dios y los hombres. Cristo Jesús, también el hombre, que se entregó a sí mismo para liberarnos a todos” La oración no nos quita la responsabilidad de hacer, realizar y poner por obra opciones y comportamientosSan Ignacio de Loyola escribía “Reza como si todo dependiese de Dios y comprométete como si todo dependiese de ti”.Y como en la oración de San Francisco de Asís, pediremos que vida sea de verdad un “instrumento” de paz y de bienhaz de mi un instrumento de tu paz…Porque dando se recibe,/ perdonando se es perdonado/ mresucita a la vida eterna.

ROGAR A DIOS POR LOS VIVOS Y LOS “Dales, Señor el descanso eterno y brille sobre

ellas la luz eterna, descansen en paz. Amén” Oración, obra de misericordia La última de las obras de misericordia espirituales nos invita a orar por los vivos y por los difuntos, es decir, por todos los hombres. Con la oración los cristianos están llamados a “interceder”, es decir, a llevar ante los ojos de Dios los sufrimientos, los gozos, las necesidades

Dios ha confiado a los hombres su confiado a cada uno cada persona y el

conjunto de los seres humanos. Ha confiado a cada uno todos y a todos cada uno” ¿No es maravilloso este vínculo que nos une? Rezar por nuestro prójimo nos hace más cercanos, tanto a Dios como al

resamos. Cuando entendemos esto, la oración se revela ante nuestros ojos como una red de amor que nos

una unión entre nosotros y por medio de Jesús, es una verdadera comunión, porque es una

Las almas de los justos están en las manos de Dios, y ningún tormento los alcanzará. A los ojos de los necios parecía que habían muerto y su partida fue considerada como una desgracia; su salida

nosotros un desastre pero ellos están en paz. Los fieles permanecerán con él en el amor, pues para sus elegidos hay gracia y

o desaparecen en la nada sino que “viven en Dios”

y permanecen unidos a nosotros por medio de la oración, sobre todo cuando participamos en la celebración eucarística. Cuando rezamos por los difuntos afirmamos nuestra fe que nos recuerda que la muerte

Rezando por nuestros difuntos los encomendamos a la misericordia de Dios. En la oración eucarística con las palabras del sacerdote

“Da Señor a todos los que descansan en Cristo la

algo bello y agradable” que oremos por todos. Y esto porque Dios ama a todos los seres humanos y ha enviado a Jesús, su hijo, para que todos se

“Te ruego, ante todo, que se hagan peticiones, oraciones, súplicas, iones de gracias por todos los hombre (…). Esto es bueno y

agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Porque hay u solo Dios y los hombres. Cristo Jesús, también el hombre, que

entregó a sí mismo para liberarnos a todos” (I Timoteo 2, 1-6)

La oración no nos quita la responsabilidad de hacer, realizar y poner por obra opciones y comportamientos.

Reza como si todo dependiese de Dios como si todo dependiese de ti”.

Y como en la oración de San Francisco de Asís, pediremos que nuestra instrumento” de paz y de bien: “Oh, Señor,

haz de mi un instrumento de tu paz…Porque dando se recibe,/ perdonando se es perdonado/ muriendo se

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Invitación

Marcar la X a favor de la Iglesia y Otros fines en tu Declaración de la Renta 2

“Detrás de cada X hay una historia”

XI SEMANA TIEMPO ORDINARIO

Día 13 – Antonio de Padua , Fándila, Hipólito. 1Re 21, 1-16 – Sal 5 – Mateo 5, 38-42

Día 14 – Eliseo, Metodio el Confesor, Ricardo de St. Vanne, Bta. Mª

Cándida de la Eucaristía, Bta. Albertina. 1Re 21, 17-29 – Sal 50 – Mateo 5, 43-48

Día 15 – Mª Micaela del Stmo. Sacramento , Germana Cousin, Vito, Modesto y Crescencia. 2Re 2, 1.6-14 – Sal 30 – Mateo 6, 1-6.16

Día 16 – Aureliano, Benón, Quirico y Julita, Lutgarda.

Si 48, 1-15 – Sal 96 – Mateo 6, 7-15

Día 17 – Ismael y Samuel, Rainiero, Nicandro, Lancelot, AChmielowski. 2Re 11, 1-4.9-18.20 – Sal 131 – Mateo 6, 19

Día 18 – Marina, Gregorio Juan Barbarigo, Simplicio, Calóge no. 2Crón 24, 17-25 – Sal 88 – Mateo 6, 24

Año jubilar de la Misericordia “Porque la misericordia del Señor no tiene fin…”

JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD: CRACOVIA, del 25 julio a 1 agosto 2016

HORARIO DE VERANO: Desde el día 1 de junio hasta el 30

Eucaristía vespertina, a las 20:00h.

Martes, 14: 18:00h. Equipo de CÁRITAS Miércoles, 15: 19:30h . Oración R. Carismática Jueves, 16 : 20:00h. Oración de la comunidad Domingo, 19: Eucaristías : 11:00 y 12:30h.

“Nos conmueve la actitud de Jesús: no escuchamos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino sólpalabras de amor, de misericordia, que invitaconversión”. Papa Francisco- Primer Angelus NOTA: Día 23 de junio 18:30h Reunión del Consejo Pastoral Parroquia

19:30: Fin de Curso: Invitados todos los agentes de Pastoral

y Otros fines sociales en tu Declaración de la Renta 2015.

“Detrás de cada X hay una historia”

SEMANA TIEMPO ORDINARIO

Eliseo, Metodio el Confesor, Ricardo de St. Vanne, Bta. Mª

48

, Germana Cousin, Vito,

6.16-18

Aureliano, Benón, Quirico y Julita, Lutgarda.

Rainiero, Nicandro, Lancelot, A lberto

Mateo 6, 19-23

Marina, Gregorio Juan Barbarigo, Simplicio, Calóge no. Mateo 6, 24-34

Las Matas. Madrid

Pasando de la oscuridad al amanecer,cuando, en mis noches, destellas como ninguna otra luz. MI PERFUME PARA TI, SEÑOREl de mi arrepentimiento, consciente de mis errorespero sabiendo que me espeEl de mi alegría, dejando el yugo de la tristezay participando de la fiesta de tu banquete. MI PERFUME PARA TI, SEÑOROlvidándome de los pequeños amores y amando al AMOR que tú me traes.Soltándome de lo que me hace esclavo,para ser libre al so MI PERFUME PARA TI, SEÑORSiendo valiente y mirándote de frente aunque, los que me rodean, me juzguen fría y duramente.Siendo de los tuyos, Señor y vertiendo sobre tus pi eslas lágrimas de mi vida pasada y tan vacía. MI PERFUME PARPorque, a cambio de mi vida renovadame ofreces lo que nadie jamás me ha brindadoPorque, sin más riqueza que mis pecados,me pones antes que los que llegaron primeroPorque, sin haber soñado con un primer lugarquieres que participe del amMi perfume, por eso y por mucho más,

Año jubilar de la Misericordia “Porque la misericordia del Señor no tiene fin…”

ORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD: del 25 julio a 1 agosto 2016

HORARIO DE VERANO: esde el día 1 de junio hasta el 30 de septiembre:

istía vespertina, a las 20:00h.

CÁRITAS

. Oración R. Carismática

Oración de la comunidad

“Nos conmueve la actitud de Jesús: no escuchamos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino sólo

dia, que invitan a la Primer Angelus - 17/03/2013

18:30h Reunión del Consejo Pastoral Parroquial 19:30: Fin de Curso: Invitados todos los agentes de

Las Matas. Madrid - Año XI II - nº 825 - 12 de junio de 2016Domingo XI - T.O. – Ciclo C

http://www.sanjoselasmatas.es

Pasando de la oscuridad al amanecer, cuando, en mis noches, destellas como ninguna otra luz.

MI PERFUME PARA TI, SEÑOR El de mi arrepentimiento, consciente de mis errorespero sabiendo que me espe ras Tú. El de mi alegría, dejando el yugo de la tristeza y participando de la fiesta de tu banquete.

MI PERFUME PARA TI, SEÑOR Olvidándome de los pequeños amores y amando al AMOR que tú me traes. Soltándome de lo que me hace esclavo, para ser libre al so stenerme de tu mano.

MI PERFUME PARA TI, SEÑOR Siendo valiente y mirándote de frente aunque, los que me rodean, me juzguen fría y duramente.Siendo de los tuyos, Señor y vertiendo sobre tus pi eslas lágrimas de mi vida pasada y tan vacía.

MI PERFUME PARA TI, SEÑOR Porque, a cambio de mi vida renovada , me ofreces lo que nadie jamás me ha brindado . Porque, sin más riqueza que mis pecados, me pones antes que los que llegaron primero . Porque, sin haber soñado con un primer lugar , quieres que participe del am or que Dios nos traeMi perfume, por eso y por mucho más, para Ti, Señor.

de 2016

http://www.sanjoselasmatas.es

cuando, en mis noches, destellas como ninguna otra luz.

El de mi arrepentimiento, consciente de mis errores

los que me rodean, me juzguen fría y duramente. Siendo de los tuyos, Señor y vertiendo sobre tus pi es

or que Dios nos trae . para Ti, Señor.

J. Leoz