coloquio semiótica y comunicación. lanzamiento de la revista
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Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
COMITÉ ORGANIZADOR:
Neyla Pardo Abril: coordinadora Designis 20 edición Colombia
Horacio Rosales: coordinador Designis 20 edición Colombia
Germán Charum: coordinador del lanzamiento
Luis Eduardo Ospina: coordinador de comunicaciones
AUTORES INVITADOS
Lucrecia Escudero. Universidad de Lille III de Francia.
Álvaro Góngora. Pontificia Universidad Javeriana.
Neyla Pardo. Universidad Nacional de Colombia.
Armando Silva. Universidad Externado de Colombia.
José María Paz Gago. Universidad de la Coruña.
Jesús María Pinedo-Patrón. Pontificia Universidad Javeriana.
Germán Charúm. Universidad Autónoma de Colombia.
Jairo Leal Palacio. Universidad Autónoma de Colombia.
Douglas Niño. Universidad JTL – Presidente (E) SOCESCO
María Cristina Asqueta. Universidad Minuto de Dios Presidente (E) ACES
Luis Fernando Arévalo. Universidad Industrial de Santander.
Creación y diagramación:
Luis Eduardo Ospina
Instituto de Estudios en Comunicación y Cultura (IECO)
Universidad Nacional de Colombia 2013
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
MEMORIAS DEL COLOQUIO SEMIÓTICA Y COMUNICACIÓN
LANZAMIENTO DE LA REVISTA DESIGNIS 20 EDICIÓN COLOMBIA
El material presentado a continuación reúne las conferencias expuestas en el Coloquio
que se realizó el día 11 de abril de 2013 en el auditorio Azul de la Universidad Autónoma
de Colombia, ubicado en la ciudad de Bogotá. El tema central de la revista Designis en su
edición Colombia gira en torno a las semióticas urbanas y los espacios simbólicos. Varios
de los autores que escribieron en dicha versión, presentan sus textos en el presente
coloquio.
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
CONTENIDO:
Apertura con Lucrecia Escudero. Directora de la Revista Designis.
Álvaro Góngora. Semiótica del paisaje urbano.
Neyla Pardo. Representación semiótica del despojo de la prensa digital.
Armando Silva. Los imaginarios como hecho estético.
José María Paz Gago. Breakfast at Tiffany's literatura, cine, moda. Universidad de la
Coruña
Jesús María Pinedo-Patrón. El tejedor de signos.
Germán Charúm y Jairo Leal Palacio. Semioestética del producto.
Douglas Niño. Abducción en inducción en Peirce: evolución y criterios.
María Cristina Asqueta. Los signos de la publicidad.
Luis Fernando Arévalo. Identificación e identidad.
Clausura con Lucrecia Escudero y Neyla Pardo Abril
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
PRESENTACIÓN
Es mérito de la semiótica colombiana y de sus investigadores, el haber instalado el tema
de lo urbano como espacio simbólico por excelencia, pero sobre todo imaginario. La
Revista Designis en su edición número 20 se adentra en ese amplio campo de
conocimiento. El evento que nos reúne se vuelve una invitación para aventurarse a
conocer el presente número de la Revista. La organización de este Coloquio, pone
manifiesto el tema de lo urbano como hábitat semiótico. En esta tarea se ha contado con
el compromiso de varias instituciones académicas del país, lo cual testimonia el interés
que hay en los programas de Humanidades, Ciencias Sociales, Artes y en general en las
disciplinas que forman en ciencias del lenguaje y la comunicación, en formar un
pensamiento más creativo y crítico desde la ciencia de la significación.
La participación de la Universidad Nacional de Colombia a través del Instituto de Estudios
en Comunicación y Cultura (IECO), la Universidad Industrial de Santander, la Universidad
Autónoma de Colombia que ha sido la anfitriona del Lanzamiento, y la de la Sociedad
Colombiana en Estudios Semióticos y en Comunicación (SOCESCO).
Es importante resaltar además, el acompañamiento constante de la Federación
Latinoamericana de Semiótica (FELS), que hizo posible que todas esas organizaciones se
constituyeran como un equipo académico en torno a los problemas de esta ciencia. En
definitiva, la presencia masiva de investigadores, profesores y estudiantes al presente
Coloquio es una invaluable motivación para seguir impulsando estas iniciativas.
Todos ustedes hacen que se conforme una propuesta académica concisa, materializada en
el número 20 de la Revista Designis, edición Colombia. La profesora Lucrecia Escudero,
directora general de esta importante publicación latinoamericana, manifiesta su alegría
por ser el día en que se incorpora la reflexión semiótica colombiana en el marco de las
propuestas y el equipo de trabajo de la FELS.
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Apertura con Lucrecia Escudero.
Directora general Revista Designis
Nosotros creamos la FELS en 1987 en la ciudad de Rosario, Argentina. Fue un congreso
con 800 personas en una época en que no existía internet, por ello fue una obra enorme
poder reunir a la gente. Allí llegó una primera delegación colombiana integrada por
Armando Silva y Mariluz Restrepo. Titulamos este congreso “De la práctica a la teoría”,
porque nos parecía que la reflexión en América Latina era, básicamente, sobre los objetos.
La realidad latinoamericana es de una riqueza inmensa. Hay una fuerza en sus productos
culturales y en su cultura popular que atraviesa el continente.
Teníamos los objetos, teníamos la práctica, pero nos faltaba un encuadre teórico.
Creamos la FELS, que tuvo como antecedente la primera reunión de semiótica
latinoamericana en París en 1986. Allí nos agrupamos en torno a la figura de Greimas, ese
gran semiólogo francés. Estaba presente Paolo Fabbri muy joven, estábamos los primeros
semiólogos latinoamericanos. Iván Ávila de Venezuela, Roberto Flórez de México, entre
otros. Ese primer encuentro se convirtió, un año más tarde, en la organización que reúne
el más valioso equipo de investigadores de la semiótica en América Latina. La FELS.
El Acta de constitución de la FELS fue escrita a mano, la hicimos en el hall del Hotel Italia.
Todos los que nos reuníamos parecíamos unos conjurados porque era una disciplina que
no se sabía a dónde iba. El tono era absolutamente fundacional, estábamos creando algo
que se iba a desarrollar en el tiempo. El acta dice “Nosotros los abajo firmantes,
responsables de diferentes asociaciones y grupos de investigación en semiótica,
constituimos hoy 6 de octubre de 1987 en la ciudad de Rosario Argentina, la Federación
Latinoamericana de semiótica”. La firman representantes de Brasil, Perú, Uruguay,
Venezuela, México, Chile, Argentina y Armando Silva por Colombia.
Esta amistad con Armando sigue durante muchísimos años. Me parece un rasgo
importante, porque las instituciones son habitadas por la gente. Son espacios que
nosotros podemos hacer florecer. En este equipo de DeSignis, ustedes entran a participar
hoy con este Lanzamiento. Es un equipo diverso. Individualmente cada uno de los
investigadores tiene especificidades en su estudio de la semiótica, pero nos une la
perspectiva del estudio de la Semiótica, en tanto disciplina aplicada al análisis de los
textos, de los productos de la cultura, de las expresiones de los medios de comunicación.
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Guillermo Olivera ha trabajado el discurso queer, Teresa Velásquez el discurso político,
Eliseo Colón ha trabajado la cultura popular, María Eugenia Olavarría la corporalidad, pero
la Revista ha acercado temas como la semiótica del mundo digital, o las semióticas
culinarias, por señalar solo algunos de las preocupaciones semióticas de los investigadores
de la FELS. Trabajamos los diez primeros números y luego presentamos la nueva agenda
de la semiótica. En los diez números iniciales tocamos temas de la semiótica tradicional,
es decir, esa semiótica del discurso político, de los géneros, de la televisión, del iconismo.
Todos esos grandes problemas que se planteó la teoría de la semiótica en treinta años de
investigación.
La nueva perspectiva que estábamos proponiendo, a partir del número que dirigía Teresa
Velásquez sobre fronteras, buscaba renovar la agenda de la semiótica con temas de la
posmodernidad. Carlos Scolari, que trabaja el tema de las nuevas tecnologías dirigió el
número titulado Corpus digitales, también el número sobre la marca. Cristina Peña Marín,
de la Universidad Complutense dirigió el número sobre conflictos interculturales en medio
de la guerra de Irak. Fue un coloquio que hicimos en España y trabajamos el tema del
cruce intercultural, desde lo que dice la semiótica como mecanismo de traducción.
La presencia de nuestro gran maestro Umberto Eco, está siempre acompañándonos. Él ha
apoyado este proyecto desde el primer momento, es figura en el comité de patronaje de
nuestra revista. Cuando cumplimos los primeros diez años hicimos un encuentro en Sevilla
España, que se llamó “Semiótica, cultura y comunicación, nuevas identidades culturales y
mediaciones digitales”, que son el eje esta nueva agenda que estamos desarrollando en
los números. Es aquí donde Neyla Pardo se incorpora con nosotros y dice que va a hacer
un número de Colombia. El grupo de trabajo le apostó a la idea y a nosotros nos convence
absolutamente que los semiólogos colombianos formen parte de este equipo.
La pregunta de fondo es como nosotros llegamos a producir un objeto como la Revista y a
la vuelta de unos años ya hemos producido 20 objetos maravillosos bajo el nombre de
DeSignis. A lo largo de diez años estamos perfeccionando el mecanismo colectivo de la
escritura. Ya ven que tenemos muchos hijos. Son muchos los números que hemos
publicado y a lo largo de este proceso yo he aprendido enormemente, no solo porque nos
obliga a leer, sino porque nos obliga a trabajar juntos.
La foto que está en pantalla en este momento le tengo un cariño particular. Ella muestra
el equipo que tenemos. Los chilenos, los uruguayos, los argentinos, los españoles, los
venezolanos y yo que vengo de Rosario. Falta ver al final de esta sesión la foto de los
colombianos. Esta es nuestra aventura semiológica, a la cual yo los invito a participar con
absoluta emoción y respeto sobre la originalidad de pensamiento colombiano, del cual
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luego de la reunión de hoy ustedes saldrán tan convencidos como yo. La buena noticia es
que hemos producido una revista espléndida. Realmente es un gran número, Neyla Pardo
muchas gracias.
Título: Semiótica del paisaje urbano.
Autor: Álvaro Góngora.
La conferencia que se presenta a continuación es una síntesis de un trabajo de
investigación de semiótica urbana, que he venido trabajando desde hace varios años. Esa
síntesis reúne las características de un aspecto fundamental de la semiótica urbana, que
es el paisaje urbano. El día de hoy me voy a referir a cinco de las características principales
que conforman el trabajo sobre la semiótica del espacio del paisaje urbano.
Inicio con una afirmación de Heidegger que dice que el ser humano por decidir morar
sobre la tierra necesita construir su propio espacio, de tal manera que pueda adecuar la
condición natural con la condición bioantropológica propia. Esto significa que el ser
humano decide morar y por eso construye su espacio. La decisión de morar sobre la tierra
lo lleva a transformar la naturaleza y a hace un encuentro entre naturaleza y realidad
bioantropológica. De este encuentro surge lo que nosotros llamamos ecología.
Esto significa que los asentamientos humanos, son un producto cultural y no natural. Las
casas no son productos de la naturaleza. Los puentes, las vías, los objetos, son productos
culturales. Son complejos y se pueden tipificar en cinco grandes grupos. La naturaleza,
todo lo que la naturaleza le brinda al ser humano para que pueda construir sus propios
productos. El ser humano mismo como agente. Las construcciones que el produce, no
solamente edificaciones (casas, caminos, puentes) sino también de objetos. Las redes que
le permiten comunicarse y la sociedad que nace de esa comunicación que se llama
sociedad urbana.
Esos cinco puntos los encontramos en cualquier acercamiento que hagamos al espacio
urbano. Por ejemplo en esta foto, capturada en un barrio, encontramos elementos que
provienen de la naturaleza (plantas ornamentales en las terrazas), encontramos seres
humanos (camino a su casa), encontramos vías, encontramos grupos y encontramos
también asuntos referentes a esa intercomunicación.
Esto nos permite entender que el paisaje urbano consiste en mirar el paisaje urbano. Es
mirarlo desde nuestro punto de vista y en ese sentido la mirada constituye lo que
llamamos paisaje. El paisaje urbano es un producto cultural pero también es un constructo
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personal, del sujeto. Los asentamientos urbanos se especifican de esta manera porque
requieren de la creación y desarrollo de un conjunto de relaciones permanentes, de
instituciones de recursos que hagan posible la vida en grupo.
Lo que significa esto, es que el paisaje urbano es una de las muchas formas que puede
tener el habitante para conocer la propia realidad del asentamiento en el cuál vive. No es
el único, pero si es una de las formas que nos permiten identificar. Esto es posible gracias
a que este habitante lo percibe a través de sus propios sentidos. Es un espacio de vida que
se vive, se valora, se siente de manera personal, por quienes lo habitan y lo recorren
cotidianamente.
La percepción de imágenes que cada individuo tiene sobre su entorno urbano condiciona
el comportamiento de sus habitantes. Es a partir de estas imágenes que el habitante
comprende sentidos signo-simbólicos de la complejidad de la estructura urbana. No es
posible comprender su complejidad pues es resultado de procesos racionales, pero
también de procesos irracionales. De lo apolinio y lo dionisiaco, de lo mental y lo pasional.
Del sujeto sapiens y del sujeto demens, de lo claro y lo oscuro, de todo lo que se anida en
la vida integra. Allí cada experiencia es única, es la experiencia irrepetible del presente. El
sentido del paisaje de hoy, no es el mismo de ayer, ni será el mismo de mañana.
El sentido del paisaje urbano es entonces una experiencia personal y subjetiva, pero
también vivida en sociedad. El paisaje urbano se exterioriza e interioriza
permanentemente. Allí se expresa tanto la interacción social como los conflictos que toda
interacción implica. Ello permite construir los códigos que sirven de barrera o de apertura
a la comunicación urbana.
La visión ecológica de lo urbano surge de la mirada sobre las complejas relaciones entre
naturaleza y sociedad. Estas relaciones son elementos fundamentales de una ecología
urbana y de su mundo social. Se busca gozar socialmente de los placeres que ofrece la
tierra. Es la vivencia natural que engendra una innegable vivencia social. En la foto
podemos observar a las personas preocupándose por la limpieza de sus lugares de
vivienda, lo que permite entrever una visión ética, de preocupación por la limpieza de su
espacio cotidiano.
La condición proxémica del ser humano, hace de su vida urbana una trama comunitaria
que incluye tanto las relaciones con el otro como las relaciones con el territorio. Los
paisajes urbanos, por su dimensión semiótica, permiten comprender las múltiples
relaciones entre los diferentes grupos sociales y la manera como estos se insertan o se
marginan entre sí en el seno de la comunidad urbana. La exclusión se opone a la
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integración social, a la armonía social. Se vuelve una posición desintegradora de la vida del
individuo de su comunidad.
Como conclusión hay que decir que la perspectiva semiótica de lo urbano, permite
comprender el sentido de la proximidad y la lejanía, de la acogida y del rechazo, de la
empatía y antipatía. De la inclusión y la exclusión que se manifiesta en las relaciones
humanas y que expresa en mayor o menor grado la posibilidad de vida urbana como una
forma de vida humana digna.
La mirada paisajística que planteo, es una mirada sobre las complejas relaciones que se
dan en los asentamientos urbanos entre la naturaleza y la sociedad, entre la ecologización
del mundo social y la socialización de la naturaleza. El paisaje urbano, para terminar, es
desde su misma condición una realidad semiótica. Ella permite al morador percibir y
comprender el sentido complejo de su existencia personal y social. Los asentamientos
humanos se caracterizan como urbanos, se vuelven mundos que requieren para su
conservación, crear, desarrollar e incrementar las relaciones armónicas.
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Título: Representación semiótica del despojo de la prensa digital.
Autor: Neyla Pardo.
Buenos días, el tema que vamos a abordar a partir de este momento, gira en torno a la
representación semiótica del despojo en la prensa digital. Este análisis se construye sobre
el constructo teórico de los Estudios Críticos del Discurso Multimodal. Vamos a entender
este tipo de estudios como una línea de pensamiento que está proponiendo estudiar todo
el campo discursivo de la sociedad constituido por distintos sistemas sígnicos.
Esto quiere decir que cuando leo la prensa, cuando veo la televisión, cuando voy por la
calle y leo el mobiliario urbano, lo que hay allí es una integración de sistemas de signos.
Esto incluye lo verbal, lo gráfico, los colores, las formas, las texturas, el sonido. De suerte
que cuando hablamos de un hecho discursivo, en perspectiva semiótica, estamos
hablando de un objeto semiótico que está constituido por muchos sistemas sígnicos.
Esta manera de abordar los hechos discursivos se enmarca en dos principios
fundamentales. Por una parte la idea de que todo hecho de comunicación humana ha sido
históricamente multimodal. El hombre primitivo producía discursos multimodales
caracterizados por las formas, el color, los diseños, las texturas, entre otras. Hoy lo
hacemos a través de internet. Quienes usan cotidianamente la web se enfrentan a este
tipo de expresiones discursivas, caracterizadas porque la prensa trae fotografía fija,
fotografía móvil, se oye la radio desde internet, maneja un diseño gráfico, tiene el uso de
una lengua, etcétera.
Esta propuesta teórica tiene como fundamento básico los conceptos de Kress y de van
Leeuwen. El trabajo que vamos a hacer hoy lo hemos realizado a partir de una muestra,
que forma parte del corpus de una investigación mucho más grande que estamos
desarrollando, llamada Representación mediática del despojo en Colombia. Ese corpus
está constituido por 127 artículos de prensa de diversos géneros y en medios, tales como
El Tiempo, El Espectador y Semana.com. Tiene como eje el despojo de tierras a propósito
de una coyuntura política muy importante, pues en junio de 2012 se aprobó en Colombia
la ley de tierras.
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Los objetivos generales apuntan a hacer una revisión de una manifestación estética, un
artículo de prensa. Me propongo dar cuenta, de la manera como se producen y
reproducen o se estabilizan las representaciones que propone el medio de comunicación
que circula por la web. Me interesa que mirar los efectos que resultan de esa propuesta
mediática.
Voy a mencionar asuntos importantes a propósito de la noción de discurso. Por una parte
hay que entender que el discurso es un tejido sígnico. En segundo lugar, cabe reconocer
que los discursos proponen de forma permanente diferentes tipos de representaciones.
Esas formas de representar la realidad tienen una incidencia en la vida social. En tercer
lugar quiero señalar que todo hecho discursivo permite interpretar, de alguna manera,
nuestra realidad social, natural, política, cultural etc. Al hacerlo desde luego posiciona esa
realidad.
Para hacer este proceso de investigación, nosotros hemos construido una manera de
hacerlo. Inicialmente rastreamos el material semiótico que nos interesa a través de unas
unidades claves, para mirar cómo se comporta ese corpus en el medio que estamos
tratando de analizar. En este caso, nos preguntamos cómo queda representado el
problema del despojo en Colombia, cuándo se habla mediáticamente de eso. Fuimos al
material que está en la web y lo exploramos.
Utilizamos palabras claves. Por ejemplo si yo busco la palabra despojo de tierras, miro qué
aparece. Si busco solamente despojo qué datos me arroja, si busco ley o ley de tierras,
miro qué aparece. Si pongo el número del decreto 4478, qué aparece. Entonces vamos
recopilando toda esa información para luego observar dentro de ese material, que tipo de
género discursivo está implicado. Si se trata de una noticia, si es una caricatura, si es una
fotografía, o un vídeo y empezamos a categorizar ese material.
En este punto se toman decisiones sobre qué tipo de género me interesó a analizar.
Dentro del proceso descriptivo hacemos una tarea para encontrar las maneras como
podemos categorizar lo que está ahí. Lo sometemos a programas de análisis estadístico
textual. En la segunda fase tenemos categorías y empezamos a mirar cómo se comportan
esas categorías, para poder llevar a cabo el proceso de identificar esos recursos semióticos
y estrategias discursivas implicadas, para finalmente hacer una interpretación cultural,
política y social de lo que allí está propuesto.
Para poder hablar del despojo necesariamente hay que hacer una contextualización del
fenómeno. Hay unas cosas que son fundamentales. Por ejemplo que el despojo está
relacionado con el conflicto armado. Es el resultado de un conjunto de acciones violentas
de los actores armados del conflicto. Trátese del Estado Colombiano, las fuerzas armadas
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ilegales (guerrillas o paramilitares) y de manera más reciente –por no decir histórica– las
empresas trasnacionales y algunos funcionarios del estado. Esa es la gama de actores
armados que tenemos involucrados en este fenómeno.
Cuando hablamos de despojo, hablamos de un fenómeno social muy complejo que se
caracteriza porque desarraiga a la víctima de sus condicionamientos culturales, sociales,
políticos, de su vida familiar, además de destruir sus vínculos con su territorio, con sus
propiedades, con sus historias naturales y sociales. Esa definición la tomamos del Grupo
de Memoria Histórica de la Universidad Nacional, es la fuente de nuestra revisión para
poder dar cuenta del despojo.
En el caso concreto de este tema, tenemos una noticia que se titula “Como un Regalo de
Dios”, es publicada por El Espectador.com. Se caracteriza porque pone en relación un
conjunto de sistemas sígnicos. Hay una fotografía, un conjunto de sistemas verbales, una
narrativa en español. Aquí nos acercamos a una primera categoría de análisis, que
llamamos la atribución. Esta consiste básicamente en poder poner en relación el hecho de
que hay un fenómeno social que procede de una relación: alguien recibe algo de alguien.
En este caso, esa relación atributiva tiene un beneficiario y tiene un dador. Está anclada en
las creencias religiosas judeo-cristianas. Hay un ser omnipotente que nos da cosas. El
segundo asunto consiste en que la noticia se estructura como una narrativa, que parece
una noticia, pero se construye como una crónica. Es el relato testimonial de una de las
víctimas. Entonces Alicia Díaz, que es la persona que allí se referencia, cuenta la manera
como desde su perspectiva ocurrió el fenómeno del despojo para su caso. Desde allí
procede la noticia.
Que ocurre con la imagen. Ustedes pueden observar que tenemos a un lado a una
persona, el supuesto beneficiario, y un dador que está a la derecha –coincidencialmente–.
Los dos están vestidos pulcramente de blanco. El dador observa a su beneficiario, pero el
beneficiario no lo mira y produce un aparente estado físico de bienestar que lo propone
como un sujeto realizado plenamente.
El subtítulo que acompaña esta imagen dice “Avanza programa de restitución de tierras”.
Está la expresión sígnica que nos pone el foco sobre los personajes y el escenario
completo. Noten en la imagen que en el techo hay una luz, que está puesta para tomar la
fotografía. El dador está por encima del beneficiario y el foco es este documento.
Todos esos recursos que hemos señalado. Luz, colores, formas, posiciones, jerarquización
de la información etc, son recursos semióticos al servicio de la construcción del significado
que allí está propuesto y que se articulan con el significado general de la noticia. En el
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orden de lo verbal, tenemos una narrativa que está construida por la periodista y tenemos
una crónica. Tanto el pie de foto, como el subtitular de la foto, sirven para poner en
correlación lo que se dice con la imagen.
Lo que nosotros nos encontramos es que la imagen y el discurso verbal, dan cuenta de
una manera de entender el problema del despojo y el asunto de la restitución de tierras
en particular. El despojo es una narrativa dolorosa de un sujeto, víctima de ese fenómeno,
y la imagen es una puesta en escena de una relación cristiana en donde está marcada la
Ley de tierras. O sea la Ley de tierras no es un recurso para el reconocimiento de los
derechos, sino que es un regalo, una dádiva, es una limosna, es una entrega de alguien
poderoso a otro alguien.
En realidad hay varios fenómenos. El desconocimiento de las identidades reales de las
víctimas, se expresa en ese personaje anónimo (el supuesto beneficiado) de la fotografía.
Pero si aparece el nombre propio del vicepresidente y lo que tenemos es una manera de
construir una forma de comprender un problema social. Resulta que la ley de tierras no
está pensada para resolver una problemática fundamental sino para hacer actos de
caridad.
Dos conclusiones preliminares: se mantienen vigentes en el país las políticas asistenciales.
Pareciera que no hemos evolucionado. Desde finales del siglo XVIII y lo que tenemos hoy
parece ser lo mismo. El estado es un dios protector, es un padre, es un dador. El otro
asunto está relacionado con los deberes del estado. A través de esta noticia el estado
queda reconstruido como ese sujeto que ante una problemática social tan compleja, que
tiene tantas víctimas –los últimos datos hablan casi de cinco millones de personas
despojadas de sus territorios–, tiene como respuesta a un estado incapaz de asumir las
causas mismas de la problemática. Al no poderlas asumir se vuelve un “remendador” de
esa situación y de hecho suspende de manera absolutamente consciente las causas de esa
problemática.
De suerte que el estado hoy, porque estamos en proceso de paz, parte del presupuesto de
que ya no hay conflicto armado, que ya no hay violaciones a los derechos humanos, que
ya no se está matando a las víctimas del despojo y lo que sabemos es que está pasando
una cosa distinta. Se está re victimizando a las víctimas del despojo desde las acciones del
estado a través de la tramitología que se les impone. Sabemos también que se están
asesinando líderes defienden sus comunidades, que se siguen cometiendo todo tipo de
atropellos desde los distintos grupos armados. En consecuencia, el espacio donde se está
desarrollando el proyecto de ley de tierras no parece ser la alternativa de solución para
una problemática como esta.
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
Autor: Armando Silva.
Título: Los imaginarios como hecho estético.
Muchas gracias. Este es un día de muchos recuerdos, con todos mis amigos y colegas con
quienes iniciamos esta aventura de la semiótica en América Latina desde hace muchos
años. Siempre acompañados de Lucrecia, por su capacidad no solo intelectual sino de
gestión, en la casa de América Latina, fundamos la Sociedad Latinoamericana de Estudios
Semióticos. Creo que ahí ya estaba Chema (José María Paz Gago). Después fundé la
Sociedad Colombiana de Estudios Semióticos en el año 1986. Luego con Neyla, con
Horacio, con Douglas y con otros amigos fundamos lo que es la Sociedad de Estudios
Semióticos y en Comunicación que es la que está haciendo esta invitación.
Gracias a todos ellos, a todos les dedico esta charla, que corresponde a la última parte de
mi trabajo. Donde hay un libro que está por salir, que se llama Imaginarios: el asombro
Social. Allí logré generar un modelo lógico formal para poder comprender en que
situaciones se está al frente de una imagen que es producto de un imaginario social.
Hemos llegado a una buena sofisticación. En el Museo de Mira-fuera en San Pablo,
hicimos una exposición muy grande con este trabajo y distinguimos las tres partes del
modelo que ahora les voy a desarrollar. Hemos llegado al punto en el cuál se puede
discernir, desde ciertas guías semióticas, cuando se está frente a una imagen de arte y
cuando ante una imagen de imaginario urbano.
Hay producción de imaginarios en el acto social donde una función estética se hace
dominante para producir asombro. Este no es un acontecimiento de arte sino una
interacción social. En la construcción de los imaginarios urbanos de una comunidad lo
estético es parte de la vivencia de cada sujeto. Se vuelven verdades asimiladas como parte
de una existencia y por eso se reacciona ante ellos como se reacciona ante una identidad
compartida. Los imaginarios urbanos estudian los programas sociales donde la función
estética se hace dominante, como un modo de percibir y de hacer actuar una colectividad.
Quiero mostrarles esta primera foto, que fue capturada en el centro de Bogotá, muy cerca
de este auditorio. Se ve un caballo corriendo bajo la lluvia, está desbocado lo que hace ver
la ciudad como fantasmal. En su rasgo colectivo, los imaginarios urbanos hacen posible la
formación de ciudades imaginadas, donde residen las percepciones de los ciudadanos y es
allí desde donde se viven, se usan y se evocan las ciudades realmente existentes. Es por
ello que los imaginarios alegan para si una condición epistémico y estética a la vez. Se
vuelven matrices de percepción ciudadana.
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Yo recuerdo hace unos años, cuando escribí Bogotá Imaginada, que me preguntaron cómo
había hecho para detectar los puntos de inseguridad en la ciudad que había publicado en
el libro. Me preguntaban si había ido hasta esos lugares, cómo logré darme cuenta de
ellos. La respuesta es que yo solo hablaba con las personas, preguntándoles su percepción
en torno a los sitios que les parecía inseguros. No tuve que ir hasta esos lugares a
observar de primera mano lo que suponían las percepciones.
Dentro de un enfoque analítico esas matrices admiten una modelización según los modos
como los ciudadanos perciban sus objetos cotidianos. La base tríadica, permite incluir en
el modelo de encarnación los sentimientos sociales dentro de los objetos de su
cotidianidad. El imaginario Urbano se trata de una condición en la que el sujeto piensa
siente y actúa al mismo tiempo. Es una teoría de los sentimientos y de su expresión
colectiva manifestándose de modo grupal. Peirce, formuló algo similar a lo que llamo
imaginarios bajo en concepto de creencia. La creencia para él no es un modo de
conciencia sino un estadio de acción mental.
Con todo esto, existen tres situaciones de producción social de imaginarios urbanos que
sostienen el modelo de ciudad imaginada. La primera situación se representa en la
formula I a la R es decir, ciudad Imaginada elevada a la potencia de lo Real. Esta fórmula
se hace para significar que la situación imaginada es dominante y real lo potencia, por
tanto I se eleva a la R potencia. Esto pasa cuando un hecho o un objeto no ocurren en la
realidad empírica comprobable. Sin embargo una colectividad los imagina y los vive como
realmente existentes.
Por ejemplo, la avenida Hidalgo, en el centro de la Ciudad de México, solía identificarse
con un mal olor por ser paso de aguas negras. El gobierno de la ciudad solucionó el
problema en el año 1999 y los malos olores desaparecieron de la realidad objetiva, pero
siguieron presentes en la percepción ciudadana. La solución consistió en que las
autoridades decidieron hacer una escultura amarilla llamada Cabeza de caballo. Esta se
instaló en el lugar de donde provenían los pésimos olores. Solo de esta manera, se cambió
una desagradable percepción olfativa imaginaria, por una potente imagen visual.
La segunda situación está representada en una fórmula donde lo real está elevado a lo
imaginado. Para significar que este hecho lo Real es dominante e Imaginado lo potencia.
Por lo tanto R se eleva a la I potencia. Se trata de un objeto, de un relato o de un hecho
existe empírica y referencialmente, pero no se le usa ni evoca por la sociedad. Caben acá
las situaciones más empiristas y ayudan a distinguir estados de olvidos de sitios. Objetos
borrados de la memoria, hechos históricos apenas recordados o lugares que no se visitan.
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En esta foto de la parte rica y la parte pobre de Venezuela, se ve una realidad invisible
para la sociedad cotidianizada. La foto muestra esos grandes condominios divididos de los
barrios populares únicamente por una autopista. En la foto es evidente el contraste. Hay
una división social en el reparto del territorio en clases adineradas y sectores populares en
Caracas, diferenciados por esta avenida. En esta situación el hecho factual, no amerita
recreación para una sociedad. Esto hace que exista abandono por parte de un número de
habitantes. Hay una especie de negación sobre el objeto de una parte de la ciudad o de un
hecho social como el de la foto de Caracas.
La tercera situación se representa en la formula Real es igual a Imaginado y esto es igual a
Real. Se describe así, para significar que I, lo imaginado, es equivalente a lo real y que
vuelve a lo imaginado de forma enriquecida. En este caso, la percepción colectiva coincide
con la realidad empírica. La mayoría de situaciones urbanas se agrupan en esta fórmula.
Es la forma en que los ciudadanos se imaginan hechos, ubican algunos lugares dando
datos, fruto de su saber sobre la ciudad y su cultura urbana.
Ya les hablé sobre la coincidencia de los lugares peligrosos en Bogotá Imaginada que
coincide con las estadísticas empíricas. Cuando intentamos llevar ese modelo a Caracas, se
encontró que no había coincidencia. Esto nos dice que en 2005, los caraqueños no sabían
detectar los lugares inseguros. Siguiendo con Bogotá, aquí vemos una foto del edificio
Colpatria, como un emblema nocturno de la ciudad, fotografiado justo cuando la luna se
posa sobre el edificio. La percepción ciudadana del tiempo, coincide con las distintas horas
que pasan en el emblema nocturno de Bogotá. En este caso los ciudadanos perciben
impresiones, de donde elaboran el objeto representado de modo colectivo.
Así, no es el objeto lo que perciben los ciudadanos, sino su condición estética de emblema
nocturno de la ciudad, lo que lo resalta en el sentido perceptivo de los moradores. Sirve
este ejemplo además, para mencionar la dimensión temporal de los imaginarios sobre su
misma espacialidad. Esta otra foto del edificio Colpatria, al amanecer, nos muestra ese
cambio en su dimensión representada. Aquí ya no es un emblema, el pasar del tiempo lo
marca con otro sentido.
Es por ello que los imaginarios se fundamentan en el tiempo, su movimiento y circulación.
Lo que hace que no se piense en lugar sino en sitio. Lo que indica que los ciudadanos no
están pegados a un lugar sino que se sitúan. Lo que lleva a pensar que el objeto de estudio
no es la ciudad sino su urbanismo ciudadano. En la situación 3 el ciudadano logra un
adecuado equilibrio de lo real con lo imaginado. Es real porque así mismo se lo imagina, y
lo usa para su vida en la colectividad.
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
Título: Breakfast at Tiffany's literatura, cine, moda.
Autor: José María Paz Gago
Buenas tardes, me place mucho estar con ustedes hoy, en el Lanzamiento de la Revista
Designis Edición 20. Les vengo a hablar Breakfast at Tiffany's. Esta es una película
obligada, en todas las facultades de comunicación social y periodismo que exploran el
tema del periodismo narrativo. Los que no la conocen ha de ser porque están en los
primeros semestres de la carrera y los invito a que la vean. Su interés, radica en que es
una adaptación cinematográfica del libro de Truman Capote que lleva el mismo nombre.
En el texto de Capote se cuenta la amistad entre la protagonista –Holly–, Holiday
Golightly y un narrador anónimo que quiere ser escritor. Ambos son inquilinos de un
edificio en el Upper East Side de Manhattan. Holly es una muchacha tejana de veinte años
que se ha introducido en la vida de la alta sociedad saliendo con hombres adinerados.
Ella vive de seducir a esos hombres elegantes. Justo en el momento en que están en la
habitación, les dice que quiere ir al tocador, pero no tiene su bolso –y su dinero– con sigo.
El hombre, que en este punto daría cualquier cosa por la protagonista, le da un billete de
50 dólares. Ella sale de la habitación y nunca más regresa. Holly vive de esos 50 dólares
que obtiene de esta manera. Ese papel, había sido pensado para Marilyn Monroe, amiga
del escritor Capote.
Sin embargo a Monroe le dijeron equivocadamente que un personaje de prostituta podía
ser lesivo para su imagen, mal interpretando la verdadera esencia del personaje de Holly.
Audrey Hepburn fue la artista que le dio vida a este papel y que, cómo veremos fue el
inicio de una tendencia en la moda. La fotografía de Holly justo al frente del prestigioso
local de Tiffany's con un vestido negro impecable, sus gafas oscuras y su bello rostro como
vemos aquí en este fotograma, evocan todo una representación de la moda.
La versión de cine, dista mucho de la novela original de Capote. En la película, espléndidos
planos muestran a Holly desde el interior, en un inigualable ángulo imposible que reflejan
su elegante figura en el cristal, a la vez que se sobredimensiona el título de filme. Es
entonces cuando saca de una típica bolsa de papel su croissant y su vaso de café, dando
sentido al título original del texto narrativo que plasma visualmente el texto fílmico.
Enunciando una estructura clásica cinematográfica como el flash back que abre la novela
corta, donde el narrador rememora muchos años después su amistad con Holly, el filme
de Blake Edwards narra magistralmente esas inolvidables secuencias en la fachada de
Tiffany's. Esas secuencias han quedado grabadas a fuego, en el imaginario colectivo de
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
casi todos nosotros. Los que tenemos más de 22, que somos los menos aquí. Casi todos
tienen menos de 22 y estamos entre 22 y 30. (Risas).
Desde el inicio de su propia historia se produce ese proceso de los ambientes espaciales.
Aquí me interesa este punto para la relación entre cine, literatura, moda y lujo. Así el
anónimo narrador describe el apartamento newyorkino. Se establece el vínculo entre ese
escritor frustrado y Holly. Se describe un apartamento aporreado por sus admiradores,
locamente enamorados de ella y que se creen con derecho a todo después de haber
pagado nada más que 50 dólares y este escritor que llega al apartamento y se instala allí al
lado de Holly.
El anónimo narrador en la novela describe el apartamento como “una sola habitación
atestada de muebles de trasteo” dice el texto propio de la novela. “Con sillones
desvencijados, sombrío y con una única ventana que da a la escalera de incendios”.
Cuando Holly visita por primera vez, esa pobre habitación de su nuevo vecino, es más que
explícita su visión, y cito “parece la cámara de los horrores”. Es un apartamento
glamurosísimo como imaginario, con muebles viejos y de trasteo.
Pues bien, en la lectura fílmica de la productora Paramount que llevó la novela al cine,
esto había que cambiarlo, pues están vendiendo al público alta comedia de ambientes
lujosos y glamurosos, no puede ser este apartamento así. Entonces lo adornan muy bien.
Se trata de un apartamento lujosamente decorado por la riquísima amante del escritor,
pudiente decoradora, a cuyas expensas vive este literario gigoló.
Así, en el filme este escritor frustrado se transforma en un mantenido, con una riquísima
decoradora que lo instala en un apartamento de todo lujo adornado con los mejores
muebles, con un teléfono impresionante. Fijaos que gran traición al tipo texto original de
Truman Capote.
En el texto escrito, una pequeña revista universitaria le comunica al escritor que le van a
publicar un cuento y le dicen que no pueden permitirse el lujo de pagarle. A lo cual, en la
novela, el escritor está borracho de excitación. Es un escritor frustrado y una revista
universitaria le va a publicar un libro del cual no le van a pagar y el tipo está que se sale.
En el filme, mucho menos idealista, el escritor si cobra un significativo cheque y lleva a
Holly a Tiffany's para celebrar.
Es en esa visita, a la más lujosa de las joyerías de New York, desde muy pronto instalada
en Londres y París, donde encargan grabar un modesto anillo que parece en una bolsa de
golosinas. Como vamos a ver en la novela de Capote Tiffany's no aparece explícitamente,
sino es una mera alusión imaginaria. Es una evocación que hace Holly. Vamos a ver, sobre
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
todo, cómo en la novela de Capote, Tiffany's se convierte en la gran metáfora de lujo y de
la alta moda. Esa reflexión que se hace Holly sobre lo que para ella representa Tiffany's. En
ningún momento en la novela aparece en la joyería de la quinta avenida.
En el texto de Capote hay interesantes menciones a las repetidas evocaciones que hace
Holly de la anhelada joyería, como espacio simbólico de la felicidad existencial y como
metáfora del universo emocional de lujo. Yo estoy dictando aquí en una universidad
vecina y no obstante amiga de la Universidad Autónoma, (en la universidad Piloto) un
curso sobre moda. En la etapa que yo llamo el prêt-a-porter, de las tres etapas de la moda
que estamos tocando: el anta porter, prêt-a-porter y el meta porter, son los tres periodos
que tienen que ver con la comunicación de la moda.
Cómo sabéis en esa última etapa la moda ha dejado de hacer referencia a los creadores de
moda, a los grandes modistos, y se ha convertido en un asunto de marca. La marca le da
un añadido emocional. Hay todo, hay gente normal, pero hay gente fashión, he visto por
ahí varios, incluso nos hemos hecho una foto ahí afuera. Es decir cuando uno se pone una
prenda Dolce & Gabbana, eso te hace la reina del mundo, te da una carga sensual que se
van desmallando todos por la carrera séptima.
Eso es lo que hace aquí Tiffany's, es un espacio simbólico de la felicidad existencial.
Metáfora desde el asunto emocional del lujo y de la moda utilizando esta lectura fílmica
aunque los personajes de la novela disten mucho del concepto que se propone en el filme.
Para Holly siempre el espacio del glamour, de la felicidad, de la emoción y del sentirse
bien, está en Tiffany's. Eso es lo que hacen hoy las marcas de moda, vendernos a través de
los medios, ese estado de felicidad que es bastante perecedero, bastante fútil, pero
mucho menos de lo que parece.
Breakfast at Tiffany's representa una encrucijada privilegiada entre el discurso literario y
los lenguajes fílmico y televisivo, están entreverados la cultura letrada y los tips de la
cultura de masas, propiciada por la sociedad de consumo norteamericano, entonces en su
esplendor. Puede apreciarse ese fenómeno en la descripción detallada de la protagonista
femenina que va trenzando el protagonista masculino, el escritor, quien es el narrador
que nos va contando la historia.
Se puede apreciar en la sociedad de consumo la importancia de la televisión en el discurso
literario. A mí me parece esto fascinante. Hoy ya estamos acostumbrados, pero que
Capote en 1958 haciera metáforas televisivas en la descripción de los personajes, era
sorprendente. Cuando acaba de conocerla la presenta de este modo no exento de humor:
“Holly llevaba un fresco vestido negro, sandalias negras, collar de perlas, pese a su
distinguida delgadez”. Cabe decir que aquí Capote está describiendo a Audrey Herburdn,
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
no a Marilyn Monroe para quien dijo había compuesto este personaje como amiga suya.
Aquí tenemos una quiebra, al no hacer esta película Marilyn y hacerla Audrey Herburdn
pasamos a un tipo de silueta delgada, casi anoréxica, a diferencia de las formas
voluptuosas de Marilyn Monroe.
Esa es la nueva silueta que se ha impuesto a nosotros, la mujer hiper-delgada sobre la que
he reflexionado mucho. Por ejemplo esas modelos europeas que parecen cadáveres
ambulantes y que sinceramente a mí como hombre no me dicen nada. Sigo con Capote:
“sandalias negras y collar de perlas. Pese a su distinguida delgadez tenía un aspecto casi
tan saludable como un anuncio de cereales para el desayuno. Una pulcritud de jabón a
limón, tenía la boca grande y la nariz respingona y unas gafas oscuras que le ocultaban los
ojos”. Mirad que metáfora tan televisiva esa que hace referencia al cereal para el
desayuno. Más adelante vuelve a describirla con otra comparación de la sociedad
televisiva. “Se alisó el despeinado cabello y sus variados colores brillaron como en un
anuncio de champú”.
Como estamos a límite de tiempo voy a cortar este discurso y concluyendo que hay una
gran relación entre discurso literario, discurso cinematográfico y discurso de la moda y el
lujo. Son unas relaciones muy complejas entre estas cuatro expresiones artísticas porque
para mí la moda es el octavo arte, es una expresión artística. Voy a leeros un texto breve
sobre mi concepción de la semiótica muy especial en este caso.
“Nosotros protegemos los datos, ellos los roban. La clásica historia de policías y ladrones.
Los semióticos transfieren al mercado negro gran parte de la información que consiguen
de manera ilícita y obtienen con ello pingües beneficios. Y lo que es peor se reservan para
ello la información más valiosa y la utilizan en beneficio propio de un modo muy eficaz”.
Lo que acabo de leer es un párrafo de la novela El fin del mundo y un despiadado país de
las maravillas, en la que el escritor japonés Haruki Mutakami, uno de los grandes genios
de la literatura mundial, describe a los semióticos como una mafia, dedicada a robar datos
numéricos pertenecientes a complejos trabajos de investigación.
“Los semióticos tratan de apropiarse de las investigaciones del abuelo. Cuyo extraño
trabajo va desde la fisiología cerebral, hasta la acústica la filología y la teología”, esas
ramas del saber curiosamente coinciden con las que más interesaron al fundador de la
semiótica C.A Peirce. Los trabajos de investigación que el anciano está realizando, consiste
en comprender los sonidos que emiten los huesos del cráneo de los mamíferos, un
auténtico lenguaje articulado para lograr eliminarlo y manipularlo. Se trata de un
auténtico trabajo semiótico.
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
“Cada hueso tiene un sonido propio, es como si dijéramos la señal secreta de los huesos y
no digo que los huesos hablen en un sentido metafórico sino literal. La investigación que
realizo en estos momentos tiene como objeto analizar esa señal. Porque si llegásemos a
descodificar esas señales podríamos controlarlas artificialmente”. El viejo sabio, el abuelo,
necesita de los cálculos del protagonista, un informático, para que los semióticos no
puedan piratear los datos de sus experimentos.
Este informático realiza los cálculos matemáticos y los valores numéricos codificándolos y
encriptándolos. Este complejo proceso de codificación ha sido realizado para evitar que
los semióticos logren descodificar, tendiendo puentes provisionales desde su ordenador a
las cifras pirateadas. Ya sabés lo que hace por ahí el profesor Charum. En esta novela los
semióticos son presentados –con acierto– como extremadamente inteligentes. Capaces
de descifrar las combinaciones más complejas.
No sé con qué intención hizo Murakami esta descripción de nosotros, pero en cierto modo
acertó en su cartografía de la comunidad científica actual de la FELS que conocemos y
también de la asociación colombiana que en estos días se está refundando. Según el
escritor japonés, esta mafia de datos surgió como una empresa de alto riesgo de pequeña
envergadura, pero creció de forma acelerada. La FELS ha crecido también en los últimos
años y está presente en Latinoamérica. Se ha afianzado en Colombia, exactamente tal
como describe el proceso la novela de Murakami.
“Hay quien habla de una mafia de datos y lo cierto es que su manera de ramificarse en
organizaciones clandestinas de diversa índole tal vez sea propia de la mafia, sin embargo
la factoría únicamente trata con información y en este caso difiere de la mafia, la
información es limpia y rentable”. O sea que tranquilos que con lo que traficamos es algo
limpio pero nada rentable.
Los semióticos representamos un colectivo singular en todas las áreas de las ciencias y las
humanidades, compartimos un conjunto de métodos útiles y creativos caracterizados por
su rigor y su sentido crítico y su agudeza intelectual. Por todo ellos somos una excepción
en el contexto cultural y científico de la contemporaneidad, tal como expresa el genial
narrador nipón, desde su sabio personaje abuelo acerca de los ruidos de los huesos de los
animales: “me extrañaría que los asnos del mundo académico entendieran algo de mi
teoría. Pero los semióticos no son idiotas, son unos genios analizando y seguro que
entenderían esta investigación”. Muchas gracias.
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
Título: El tejedor de signos.
Autor: Jesús María Pinedo-Patrón.
El trabajo que voy a presentar hoy, responde a un resumen que vengo haciendo en mi
ejercicio docente en la Universidad Javeriana y con la Universidad Central. No he hecho
más en mi vida sino trabajar con semiótica del objeto y semiótica y retórica publicitaria. La
experiencia creativa que les vengo a presentar la he denominado el tejedor de signos pues
con el insumo de una semiótica ecléctica –pues aunque suene un poco grosero
estéticamente hablando–, he hecho unos enlaces, unas interligas entre conceptos y
categorías semióticas.
Lo primero que cuestionamos es el objeto como tal. Si miramos el diccionario de la RAE,
vemos que el objeto se define como una cosa. Siempre con una importancia
comunicativa. Los objetos trasladan información. Barthes nos dice que ningún objeto
escapa al sentido. Cuando recordamos a Greimas, nos dice que el sentido es una dirección
que toma el objeto. En este sentido los objetos nos están comunicando, nos están
diciendo que son parte de una comunidad, justamente porque tienen sentido.
Retomamos la idea de texto de Roland Barthés, que nos dice que es incompleto, que un
texto se va haciendo. Como docente he reconocido que los estudiantes padecen de una
necesidad de llegar al objeto lo más pronto posible, sin reflexionarlo, sin pensarlo, sin
apoyarse en referencias –en este caso semióticas– para entender el objeto como un
sistema complejo de comunicación y de significación. Esta idea de Barthés hace que los
estudiantes lleguen a la calma y entiendan que la creación del objeto es un proceso
creativo y es un proceso pausado que requiere reflexión.
Esto nos ayuda a comprender, además, que en gran medida el significado que se le da al
objeto viene dado por el intérprete. El diseñador puede transformar la vida a través de la
creación de objetos con significación. Como es el caso de la revolución que ha hecho
Apple en el mundo. Como este objeto ha transformado la vida de nosotros en todo el
planeta. La utilización de ese arsenal –porque no lingüístico, pero también semiótico– de
categorías y referentes, conceptos e imágenes. Le permite al diseñador generar una
postura del lenguaje, pues tiene que tener una postura del lenguaje, que se construye
gracias al conocimiento de todos estos conceptos.
Los objetos comunican. El sentido y la significación en ellos, se hace evidente. Los objetos
sirven para construir mediaciones, para intermediar entre los seres humanos. Otro
aspecto que trabajamos es la percepción y la captación. En este diseño de Naoto
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
Fukasawa, que son unos frascos de jugos de frutas, las pieles de las frutas son las pieles
del objeto (frasco). Mediante la percepción y la captación, el diseñador puede acercarse al
diseño, con prontitud ya reflexionada.
Para que el estudiante pueda crear el objeto, tiene que tener una idea de tejido –esta idea
es extraída de Barthés–, para ello puede optar por una postura ecléctica, que contribuya a
una visión propia. En el fondo de todo el discurso de semiótica del objeto es un discurso
sincrético, que está escrito por signos creativos, que tiene una respuesta en el hacer, en el
producto final. Es un trabajo crativo y comunicativo que utiliza las herramientas teóricas
para decir algo respecto a su objeto.
Agregamos aquí que si hay habla en su discurso de diseño, es porque el objeto hace
posible enunciarse a través de ese discurso simbólico. Les voy a mostrar a continuación lo
que hemos producido en diferentes talleres de clase en la Universidad Javeriana y en la
Universidad Central. Hemos analizado unos quince autores de semiótica y hemos extraído
signos. Esos signos los llamamos ensambles, o hipertextuales, cambios, mediadores etc. El
primero que les compartimos es este afiche, diseñado por Rey Herrera. Es la imagen del
último ATP, aquí el receptor es el responsable de terminar la figura humana del tenista,
pero donde también, por connotación, recibe la información del torneo, que está en el
cuerpo del jugador de tenis.
En este sentido se da el tejido, porque el tejido signico es, en este y otros ejemplos, la
provocación que hace el objeto, para que el receptor se acople y se una la pieza y culmine
el sentido y la significación. En este sentido el tejedor de signos resulta ser provocante y
manipulador, como lo es toda la publicidad y el diseño. En esta imagen por ejemplo, que
evoca La Creación de Adán, la obra de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Donde el rostro
de Adan es sustituido por Messi, donde se escribe “La creación de los grandes”. Este
remake fue trabajado por Camilo Morales y María Araque de la Universidad Central.
El sinequismo que lo aprendimos a través del Uruguayo Fernando Andach. Por un artículo
suyo muy interesante, aprendimos que es la muerte de la realidad. Es decir el signo no
puede quedarse quieto. El signo necesita, movilización y dinámica. En este otro ejemplo,
en que vemos un diseño de medias veladas donde se ve a un pequeño sujeto subiendo a
través de la media. Aquí el observador tiene que completar esa idea y esto le permite
hasta erotizarse, porque no.
Por último quiero mostrarles una aproximación que hacemos al cuadro de Greimas. De la
postura de Greimas me declaro tremendamente enamorado. Si vemos el siguiente cuadro
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semiótico, vemos que silla se opone a sofá, silla es complementario de no silla. Aquí
habría no sofá, pero Andrei van Roon rompe el cuadro y a través de una metaforización
coloca la palabra animal. Por este cambio resulta ser su lexema, su semema –animal–. De
lo que resulta las categorías de elegancia, delicadeza y deslizante. Lo que a la postre es
una silla en forma de cisne como muestra la foto.
Para terminar les quiero mostrar este vídeo, que fue un ejercicio colectivo que hicimos
con los estudiantes de cuarto semestre de la Universidad Javeriana. Les propuse hacer un
ejercicio colectivo de diseño de experiencias. La idea era vincular a toda la Facultad de
Arquitectura y Diseño con ese objeto que ellos pensaban hacer. Les dije que trabajaran el
término –prohibido–. Este término, semánticamente tiene dos acepciones. Por un lado lo
tabú y por otro el deseo. La idea era hacer algo de diseño de experiencia, que convocara a
la comunidad.
Como ven, sobre una lámina de icopor los estudiantes clavaron decenas de dulces bom
bom bum, pero signando (formando) el símbolo de prohibido. Lo llevaron afuera de la
Facultad, al espacio de lo público donde transitan muchos estudiantes y las personas
empezaron a acercarse que fueron atraídas por los dulces. Fue un ejercicio que duró
menos de 45 minutos. En el vídeo, que lo pueden encontrar en mi canal de You Tube
llamado Chulespe, está condensado en 5 minutos. Logramos convencernos que el trabajo
semiótico y de diseño es un trabajo de experiencias que interactúan en la vida cotidiana.
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
Título: Semioestética del producto.
Autor: Germán Charúm y Jairo Leal Palacio.
Arrancamos hace más de diez años con el cuestionamiento sobre el problema de la
innovación en diseño. Partimos de creer que la semiótica y la estética eran los campos a
abarcar en la búsqueda de esos marcos de innovación. Dando como tácito el valor
fundamental de un producto que es su uso y su usabilidad. Partíamos de una presupuesto
que todos los objetos deben funcionar para la esencia de lo que son. Una silla para
sentarse, un televisor para ver, un esfero para escribir. Sin embargo, el gran valor que
empezaban a tener esos objetos tenía que ver con el lenguaje que ellos adquirieran y con
la intención de ese lenguaje.
En esa medida partíamos de esa dimensión dicotómica en ciertos aspectos, para leer el
hecho significativo y entender el grado de afectación o de compromiso que genera en el
usuario. Nosotros llamamos a eso experiencia estética. También partimos del hecho de
ser diseñadores industriales, de productos. Siempre hemos tratado de hacer un acto de
sentido y de significación. Siempre hemos navegado en la semiótica. La idea consistió
entonces en robarnos los significados y los discursos acerca de la semiótica y empezamos
a trabajar el diseño como el designar, es decir el dar signo a algo.
La investigación tiene la idea de hacer una lectura semio-estética del producto. Utilizamos
el término de lectura por la multiplicidad de significados que nos agrupaba, entre ellos
que concientiza. La lectura además exige una construcción de sentido en este caso del
diseñar. Asunto que antes los diseñadores hacíamos de manera no consciente, o por lo
menos no la teorizábamos. Encontrábamos entonces que el objeto es un texto, con
simples relaciones como la que nos dice que para poder leer hay que saber escribir y en
esa medida entendimos que el aprender a leer los objetos como hecho semiótico, como
un mensaje interesado y direccionado.
Esto nos iba a permitir poder entender dinámicas de consumo, de contexto y de sociedad.
Nos permitía enunciar posibles evoluciones de estos lenguajes. A eso lo llamamos
innovación. Como profesores la idea era tomar conciencia de los sentidos y los
significados con una intensión mucho más precisa de esta microsemiótica del diseño, si se
quiere. Miramos diversos autores y teorías como Eco, Barthés, de Saussure, algo miramos
de la Poética del espacio de Bachelard entre muchos otros.
La visión e interpretación del signo, partía del concepto de semioestética, desde Herman
Parret, quien establece este concepto como una multiplicidad de disciplinas implícitas en
relaciones directas o tácitas. Habla de la psicología, habla de la estética, habla del arte y
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de la semiótica. Por ello entendemos el diseño desde su concepción multidisciplinar, pues
este se nutre de otros discursos. Esto nos permitió buscar estas distintas concepciones del
signo y entenderlo como un hecho unidireccional sino como producto, como objeto
terminado. Como habla Jean Baudrillard en su libro Crítica a la economía política del signo.
Donde el signo es un producto, un objeto terminado que se lee desde diferentes facetas.
Otra de las visiones era la hermenéutica, donde se asumían interpretaciones para la
lectura del mismo signo.
Hubo varias rutas, miramos el asunto del espacio, como un evento, un incidente o una
acción. Hicimos un recorrido histórico para mirar elementos estéticos desde categorías
propuestas por autores como Kant. El manejo del cuerpo como un fenómeno importante
de construcción de estética y territorio que hace el hombre a través de su cuerpo como un
performance. Entonces influyen dos vertientes; una desde la estética y otra desde la
semiótica. Estamos mirando esa relación, esos espacios híbridos determinados por la
semiótica y la estética.
Ese criterio hibrido de discursos, nos permitía tomar algunos vectores como la imagen, la
densificación del espacio –que va a enunciar una serie de lenguajes nuevos en los sistemas
de uso–, la identidad como enunciación del yo como elemento fundamental. Los
escenarios están desde una semiótica activa, mirando los actos de sentido. Por el lado de
la estética miramos los grados de afectación. La afectación como las ideas que se suscitan
en las sociedades, en los grupos de consumo y construyen estilos de vida y enunciaciones
del yo.
Para nosotros era muy importante la noción de compromiso, entendido como un hecho
profundo, además de la noción de inmediatez. Ambos tienen que ver con la obsolescencia
del producto que nos presentan. Ambos son compromisos profundos que se modifican
rápidamente. Son compromisos estéticos volátiles en esa relación.
Todas esas perspectivas nos permiten crecer en la visión del producto, partiendo del
hecho que todo significa algo, pero no todo comunica algo. El hecho de significación está
marcado desde el referente de conocimiento de los sujetos, desde su experiencia, desde
sus posibilidades cognitivas entre otras. Este producto siempre tendrá una valoración sea
cual fuere la manifestación (objeto, arte, música), va a tener un valor. Sin embargo no
todo comunica. Esto quiere decir que el acto de comunicar se debe cargar de una
significación direccionada y para eso buscábamos definir esa nueva dimensión de
producto.
Hemos superado esa etapa reactiva de los sesentas, donde le producto simplemente tiene
una estructura funcional, donde era valorado por lo que hacía y no por lo que es. Hoy en
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día el producto supera su problema funcional y es valorado por lo que representa y
construye. Va más allá de la simple acción de lo que el objeto contiene. Esto nos lleva al
concepto de modo. Las realidades se transforman en nuestro vivir y lo que buscamos son
modos de hacer las cosas. No necesitamos sino deseamos. La necesidad se transforma en
deseo y el deseo es un modo de hacer las cosas.
De diferentes socializaciones en congresos académicos ha salido y trabajos donde se
aplica este concepto de semioestética a ejercicios de diseño. No era solo hacer la parte
reflexiva sino hacer una parte proyectiva y de aplicación. Son varios trabajos de grado,
aquí en la Universidad Autónoma, en donde han enfatizado en un análisis semioestético.
Además, la creación del producto bimodal, la mutación del signo en el objeto de uso e
incluso en productos concretos creados por nosotros, como la Biblioteca Pública de
Facatativá. En la Fiscalía nos han llamado como expertos, para abordar casos de copia de
patentes y productos industriales, desde una lectura semioestética del producto.
Para terminar, queremos resaltar el interés y la importancia de dominar el signo y
comprenderlo hacia una finalidad de creatividad y de crecimiento en términos de las
disciplinas. Compartimos la reflexión de orientar una semiótica a la realidad, a la vida
cotidiana. Creemos también que es posible que la semiótica, más allá del análisis
construya modelos de vida. El reto es hacer pactos consientes de la posibilidad del signo
en función del crecimiento de sus disciplinas particulares y de la innovación.
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Título: Abducción en inducción en Peirce: evolución y criterios.
Autor: Douglas Niño.
La semiótica de Peirce es sumamente ambiciosa. Intenta explicar cualquier sentido en
general. En la semiótica de Peirce hay una cuestión muy típica y es que cualquier razón de
sentido se entiende de esta manera por medio de signos. Los signos nos están solamente
en el mundo externo (señales, banderas) sino que hay una tesis cognitiva y es que todos
pensamos en signos y sólo pensamos en signos. Es una tesis cognitiva porque se refiere al
pensamiento.
La estructura del signo en Peirce se lee como si fuera tríadica, pero es curioso que tenga
cuatro elementos. Está el signo, está aquello que representa al signo (objeto), está la
respuesta que se genera con el signo que es una emoción, otro pensamiento, una acción y
cosas así, pero eso siempre se hace con respecto a un propósito. La acción es dirigida a un
propósito. La interpretación no es en el vacío sino en relación con algún propósito. La
aparición del propósito permite lograr o fallar en él. Es decir, si uno quiere interpretar algo
también está el riesgo de la mal interpretación.
En la semiótica de Peirce siempre hay una búsqueda por los criterios de corrección.
Cuando estamos haciendo bien las cosas, es decir significando adecuadamente. Otro de
los rasgos que tienen importancia (partiendo del hecho que siempre pensamos en signos),
es que el signo va a tener una estructura de inferencia, una estructura lógica. Esas
estructuras en Peirce son muy conocidas: Abducción, deducción e inducción. Esas tres
formas de inferencia hacen parte del legado de Peirce a la semiótica igual que otras
categorías.
Yo me quiero dedicar en este panorama a los criterios de corrección respecto a los
criterios de la abducción e inducción en un ámbito particular que es el de la investigación
científica. Si uno cambia de ámbito, por ejemplo en la vida cotidiana, esos criterios
también cambian. Esto me interesó porque hay una versión estándar de la manera cómo
evoluciona esta noción en Peirce. Él es un polígrafo, escribió de psicología, matemáticas,
biología, ecología entre otras. Sus escritos suman como cien mil páginas.
Si ustedes editaran esto en volúmenes de 500 páginas, serían 102 volúmenes. La
Universidad de Harvard, encargó a unas personas que editaran sus manuscritos y
publicaron ocho volúmenes que se conocen como los Collected papers. Los párrafos de
estas ediciones, que están pegando las ideas de Peirce, son temáticos y no cronológicos.
Por ejemplo, pueden encontrar un párrafo de 1865, seguido de uno de 1900 y seguido de
otro 1990. Con esto se vuelve muy difícil seguirle la pista a las inconsistencias.
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La abducción es el proceso por el cual uno genera y selecciona hipótesis. Hipótesis para
explicar y para crear cosas. La versión estándar de cómo es la abducción en Peirce, está
sellada por Fann (Fann, k.t. 1970), que publica en 1970 su tesis iniciada en 1963. Según
Fann, Peirce tiene tres periodos para hablar de la Abducción. El primero es un periodo
temprano, vinculado al silogismo aristotélico y axiológico. Hay un periodo de transición
donde no se sabe muy bien que se hace pero la inducción y la abducción están pegadas.
Allí la inducción se convierte en verificación de hipótesis y hay un periodo tardío después
de 1900. Según la versión oficial, en este periodo hay una transformación total y la
relación entre abducción e inducción se convierte entre la primera y la tercera etapa del
método científico.
La gente que cita a Peirce en filosofía de la ciencia, en pragmatismo, en semiótica, en
inteligencia artificial, en filosofía de la lógica, también citan a Fann. Yo quisera decir que
hay un problema dado que Fann hace su contribución teniendo en cuenta solo los
Collected papers. No tenía acceso a más. Pero si uno revisa todos los manuscritos
encuentra otra historia. Armar esta historia a partir de unos pocos datos es como armar
un rompecabezas con las fichas incompletas.
Si se recorren los manuscritos, desde la primera vez que habla de abducción en 1864,
hasta la última entrada que tiene en 1914, puede seguir tres criterios para diferenciar la
abducción (este proceso de generar y seleccionar hipótesis) de la inducción como un
proceso de poner a prueba y verificar hipótesis. Esos criterios son tres. Uno de tipo formal,
uno metodológico y uno epistémico. Con formal me refiero a la forma lógica sabiendo que
son inferencias. Metodológico quiere decir, cómo se emplean, cuántos se emplean y
porque se emplean y epistémico es a qué autorizan. Lo epistémico tiene que ver con la
formación de creencias.
El criterio formal de la abducción enuncia: El hecho sorprendente C es observado; Pero si
A fuese verdadero, C sería un asunto obvio, Por tanto, hay razón para sospechar que A es
verdadero. Es decir, C, uno encuentra un fenómeno que hay que explicar. Entonces uno
dice –si esto fuera cierto entonces esa otra cosa sería absolutamente clara– Eso lleva a
sospechar que tal hipótesis es valiosa. Fíjense que hay la generación de una hipótesis. Eso
que uno encuentra es su consecuente directo, entonces uno infiere el antecedente. La
forma lógica de la abducción en 50 años ha sido esta. Un antecedente es lo que va antes
del consecuente. El consecuente es lo que se sigue del antecedente. Una consecuencia es
la secuencia de antecedente y consecuente.
La inducción es completamente diferente, esta consiste en que exista una muestra al azar
y en ella uno detecta, con cierta proporción, unos ciertos caracteres y se generaliza de esa
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muestra la proporción de esos caracteres al todo de la muestra. En ese caso, no se trata
de una forma lógica. Lo que se infiere es la consecuencia a partir del antecedente y el
consecuente. En la deducción según Peirce, ustedes tienen una consecuencia, un
antecedente y se sigue el consecuente.
El ejemplo clásico para explicar esto, supone que hay un saco de fríjoles blancos. Ustedes
saben que todos los fríjoles que hay ahí son blancos. Ustedes meten la mano y no tienen
que ver lo que tienen en la mano para saber que son fríjoles y que son blancos. Eso es un
caso de deducción, tienen la regla, tienen la consecuencia y saben que hay ahí. Además
tienen una muestra y saben a qué atenerse.
Supongan algo diferente. Hay un bulto que no saben que es. Ustedes meten la mano,
sacan una muestra y dicen –estos son como fríjoles–, luego ven que todos son blancos.
Toman una segunda muestra y miran que los fríjoles de la mano son blancos. Y entonces
dicen: todos los fríjoles son blancos. Eso es completamente diferente porque ustedes
entran sin saber que hay ahí y a partir de muestras y de sus características, generalizan el
resultado. Ese es el segundo caso.
En el caso de la abducción es diferente. Supongan que aquí encuentran unos fríjoles
blancos, y por ejemplo saben que allá en ese costal hay unos fríjoles blancos y dicen: Esos
fríjoles vienen de ese saco. El movimiento es completamente diferente. Fíjense, ni en la
inducción ni en la hipótesis ustedes saben eso. Porque en el caso de la inducción basta con
que saquen el último fríjol como rojo. En ese caso no son todos sino la mayoría. En el caso
de la hipótesis encuentran los fríjoles blancos y suponen que viene de ese saco de fríjoles
blancos, pero puede ser que alguien los puso acá y los trajo de otro lado.
Mi punto es, uno siempre puede mostrar que hay una diferencia en la forma lógica. El
investigador debe saber que está haciendo. Una deducción, una inducción o una
abducción, con base en su forma lógica. No es lo único en juego. Está el problema de la
verificación. Peirce desde 1900 va a decir que en la inducción científica lo que hay es una
verificación de una hipótesis. Por ejemplo en el caso de Kepler. Él sabía, por sus
antecesores, que las orbitas de los planetas eran circulares. Va y mira marte y se da
cuenta que su órbita no puede ser circular. Ese es el caso sorprendente. Finalmente hace
una hipótesis: Puede ser que las orbitas de los planetas sean elípticas.
Luego dice, si las órbitas son elípticas, entonces en dos meses o un mes, marte va a estar
aquí, allá y allí (tres puntos ubicados) espera y mira. Cuando mira que marte está según
donde él lo ubicó, como el predijo, verifica el fenómeno. Esto es inducción. Pero si eso es
inducción como es con la forma lógica. Ese es el problema, hay una forma lógica de ir y
descifrar.
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Peirce nunca ha sido claro y esta es mi propuesta: cuando ustedes tienen una hipótesis
científica los que hacen los científicos en medicina, en física y en diferentes disciplinas es
decir –si esta hipótesis es cierta resulta esto. Si es cierta se deriva de ella esta conclusión y
esto es lo que va a verificarse. Esas conclusiones son una muestra de todas las
conclusiones que se pueden ir sacando. Uno lo que hace es sacar una muestra de las
consecuencias. Es decir, una muestra de los antecedentes en una consecuencia y luego
pone a prueba a ver si es cierto que son los consecuentes. Si eso es cierto, toda la
hipótesis es correcta.
Entonces la forma lógica se encuentra en la verificación. Uno necesita una muestra de las
cosas que se puede decir de la hipótesis o deducción, luego busca algunas de ellas. No
todas se pueden poner a prueba. Y según Kant, (que fue leído de cerca por Peirce) si todas
las consecuencias de una cognición son verdaderos, la cognición misma es verdadera.
Entonces, si el antecedente consiste en que esas consecuencias son de una hipótesis y el
consecuente dice que estos experimentos son verdaderos la generalización consiste en
que todas las consecuencias son verdaderas y si todos los consecuentes son verdaderos
entonces la hipótesis es verdadera.
Así, se muestran que todos los rasgos formales se mantienen en Peirce. Un criterio
metodológico se centra según Peirce en la manera como obtenemos los datos. Eso es lo
que importa para saber cómo estamos procesando los datos. Si volvemos al enunciado de
la abducción, ustedes tienen que el hecho sorprendente es verdadero. Algo es
sorprendente porque es algo que uno no esperaba. Es decir, uno tiene una creencia, se
presenta algo que cancela esa expectativa, entonces uno queda sin saber en qué creer.
Esa es la emergencia de una duda.
La primera premisa del criterio metodológico, es testimonio de que no sabemos. Uno no
introduce una hipótesis si uno no duda. Segundo es el hecho sorprendente, no es
deliberadamente buscado, uno se lo encuentra y uno debe tener en cuenta el proceso de
seleccionar la hipótesis. Un ejemplo de lo que no es una inducción puede ser el hecho que
aquí menos del diez por ciento de la gente usa gafas. Entonces digo; en todo Colombia
menos del diez por ciento de la gente usa gafas. Esa no es una inducción, porque primero
digo la muestra y luego digo que voy a estudiar. En una inducción genuina uno hace al
revés, primero se dice que voy a estudiar y luego intento extraer en una muestra la
frecuencia de eso.
Por último, aparece en 1911 una regla que yo denomino de precisión. Consiste en que una
inducción siempre va después de hacer una abducción requerida. Es decir, someter a
prueba la hipótesis para extraer las consecuencias. Las consecuencias de ella son
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necesarias para una inducción y tiene que hacerse después de que se ha hecho la
abducción. El criterio metodológico implica dos cosas. Lo que cuenta como evidencia para
una abducción es diferente a lo que cuenta como evidencia para una abducción. Los
hechos en la abducción son encontrados pero no buscados, eso es lo que lo sorprende.
Los hechos en la inducción hay que buscarlos. Para eso es el diseño experimental. En esto
me puedo demorar mucho porque describo las recomendaciones para seleccionar una
hipótesis.
Lo que sucede cuando uno no sigue las normas metodológicas e que obtiene falacias. Una
falacia de la abducción es pensar que la mejor hipótesis es la más probable. Eso es una
falacia, si uno piensa que lo más probable es lo mejor lo que hace es reforzar los propios
prejuicios. La mejor hipótesis es la que contribuye mejor a su propósito. El propósito de la
investigación científica es obtener verdad. Pero el propósito de la abducción es el camino
más corto. Es mejor deshacerse rápidamente de una hipótesis falsa, pero que sea
productiva que acoger una hipótesis que lo único que hace es edulcorar nuestros propios
prejuicios.
Quiero señalar este punto que dice que la generalización no es una característica de la
inducción y la abducción. Esto es importante porque los libros de metodología de la
investigación dicen una y otra vez que deducción es ir de lo general a lo particular. Que es
inducción, ir de lo particular a lo general. Eso no es definitorio, eso es confundir el proceso
por el cuál uno crea una hipótesis y la selecciona, del proceso por el cuál uno la pone a
prueba. Quien sabe eso por cuanto tiempo seguirá en los libros de texto.
El criterio epistémico tiene que ver con el pragmatismo. Este es una escuela filosófica que
se inventa Peirce. En el marco de la teoría de la duda y la creencia. El fin del pensamiento
es obtener creencia. Un estado de creencia es un estado de tranquilidad en el que hay
fluidez en el actuar. Si usted cree algo es porque está dispuesto a actuar. Cuando hay un
hecho sorprendente aparece la duda que es la suspensión de una creencia. El punto
entonces radica en saber cuáles son los métodos para adquirir creencias.
Hay un método científico que es el que él (Peirce) va a defender. Hay otros, el de
autoridad y demás. Una cosa curiosa que él no va a decir es que siempre hay que usar el
método científico, eso sería absurdo. Si yo necesito el baño y le pregunto a alguien de esta
universidad, no voy a dudar ni a ponerme a dudar –será que me está mintiendo–, eso
sería absurdo. Uno confía en lo que le dice, es una autoridad, alguien local, debe saber
dónde es, se acabó.
En los casos donde es mejor usar el método científico, la abducción tiene unas
características. Se acuerdan del hecho sorprendente si C es observado, pero si A fuese
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verdadero C sería un asunto obvio, por tanta razón para sospechar que A es verdadero.
Sospechar no es creer. Para sospechar que algo es verdadero uno puede por ejemplo
motivarse para averiguar si es verdadero. Entonces la abducción no nos da derecho a
creer nuestras hipótesis. Uno es un irresponsable, no solo moral, sino epistémico si uno
simplemente cree lo que se imagina. La abducción lo que hace es preservar la vida. No nos
dice que la hipótesis es verdadera, nos dice que vale la pena investigarla, pero cuando hay
un hecho sorprendente, quiere decir que uno tenía una creencia y si la expectativa se
frustra, esa creencia era falsa.
Entonces lo que hace la primera premisa de la abducción es testificar que somos
ignorantes, que no sabemos. Nosotros adelantamos una hipótesis para saber que si fuera
cierta, dejaríamos de ser ignorantes. Resulta que la abducción no nos permite quitarnos
de encima la duda y por lo tanto permanecemos ignorantes. La primera vez que se le
ocurre a alguien una hipótesis, por máxima que sea, no sabe. Lo que me interesa decir es
que la abducción no autoriza la formación de creencias. La inducción por el contrario,
autoriza la formación de creencias y descarga la noción de duda. Voy a dejar hasta ahí.
Muchas gracias.
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Título: Los signos de la publicidad.
Autor: María Cristina Asqueta.
La propuesta tiene que ver con los signos en la publicidad. En general, los estudios
iniciados por los estructuralistas sobre la publicidad tenían una perspectiva diádica desde
denotación y connotación. Eso dio lugar a muchas críticas pues no se tomaba en cuenta la
perspectiva pragmática y esta es fundamental para que la publicidad cumpla su función
social. Esa función tiene que ver con el contacto, con la audiencia, que luego se van a
transformar en los consumidores. Hay una transformación del propio sujeto que recibe
esa propuesta publicitaria pasando de ser audiencia a ser consumidor.
El trabajo que he hecho es cotejar algunos estudios. Creo que el asunto consiste en mirar
la perspectiva teórica con los mismos enunciados para mirar que hay ahí. Hay denotación
y connotación o hay otra cosa. Roland Barthés hizo un estudio célebre llamado Retórica de
la imagen. La perspectiva estructuralista, quizá está un poco atrasada en la perspectiva
pragmática. Sin embargo hay un germen, incluso en la propuesta del propio Roman
Jakobson en Lingüística y poética cuando habla de la paranomasia y explica como el
propio componente fonológico del lenguaje ya tiene aspectos pragmáticos.
Esto va a ir a parar en la perspectiva cognitiva. Porque tiene que poner a funcionar el
aparato cognitivo. Hay dos ayudas. La primera es el tema de la atención y cuál es el signo
que viene a representar atención. Yo digo que los estructuralistas no lo tuvieron en cuenta
y partieron de lo que se sería la dicotomía para explicar la representación. Aquí está el
asunto de la retórica de la imagen y del tema de identificar un producto. Luego está lo que
Barthés llama el segundo mensaje que es icónico y connotado. El primero es denotado, es
un mensaje lingüístico, literal que es denotado. El segundo que es el icónico es connotado.
El tercero es un mensaje simbólico, connotado.
Este último lo podemos vincular con la cuestión de la publicidad, en el sentido en que ella
es una generadora de estética y que este asunto pragmático tiene que ver con el hecho de
que hay una estética propuesta y el público va a responder a ella de repente. Por ejemplo,
estamos viendo un comercial de la enseñanza del inglés y lo que se lee –open english–, es
comúnmente repetido por las personas. Antes también había un comercial donde se decía
–te lo repito– y eso se volvió cotidiano mencionarlos por ese tiempo. En sus estudios de la
persuasión de masas el profesor José Luis León dice que la publicidad es un discurso de
baja credibilidad. Nadie cree lo que se dice ahí.
En este caso puntual, el profesor habla de un sexto letargo que tiene que ver con la
repetición. Eso lo podemos vincular con la redundancia para que los signos sean
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efectivamente pragmáticos. Mi propuesta es que cuando hablemos de publicidad,
hablemos del índice. En esta imagen de los labios rojos. En la dicotomía peirciana no hay
dos signos, tampoco hay tres signos. Hay un signo que tiene aspectos diversos de
semiósis. Hay uno de ellos que se llama índice. La función de este es atraer la atención. Si
nosotros tenemos un enunciado que va a estar destinado por el aspecto pragmático del
discurso, o sea que la gente lo retenga en la consciencia, lo repita y haga cosas con él, esto
va a necesitar de la atención como también de la memoria.
La publicidad es efectiva en la medida en que cuente con la atención de la audiencia y
luego de los consumidores que son quienes van a transformar eso en una acción. Morris
habla de la semiósis, donde esto es un proceso, donde un signo interpreta a otro signo. La
interpretación es un signo donde vamos a reconstruir nuestra representación. Entonces
para qué sirve la crema de belleza, para ser más joven –en realidad no sirve para nada–,
pero se tiene esa idea sobre esa utilidad. Un signo da lugar a otro signo.
En Barthés la noción de índice y la noción de ícono están muy relacionadas, en el sentido
que uno va a traer la atención y el otro va a representar esa realidad. La imagen que les
muestro a continuación –publicidad de aguardiente Néctar Azul, donde se ven unos labios
azules de mujer– me llamó poderosamente la atención. Tiene que haber un ruido, en el
sentido que por ahí acostadito dice: el exceso del alcohol es perjudicial para la salud. Pero
claro en la imagen publicitaria ustedes no lo ven y yo tampoco.
O sea, hay una prohibición institucional de beber, pero sin embargo esto es promoción de
una bebida alcohólica. Ese ruido lo minimizan con un recurso gráfico de poner
verticalmente la advertencia. Bueno ya tocando el asunto del índice, en el anterior
enunciado –de champaña– también estaban los labios. Cuando yo me hice colombiana y
tuve que aprender a hablar en colombiano, aprendí término como super chévere. La
cuestión gramatical no debe verse solo desde el lado del intérprete sino también desde el
lado del productor.
El lenguaje como facultad, también debe tener en cuenta cómo es que implica al
destinatario. La publicidad permite ver que es la semiótica, en el sentido de que la
semiótica va más allá y permite ver que es el enunciado y todas estas cosas que se van
decantando en la interpretación y por el cuál uno apropia el enunciado. Esto hace que la
semiótica tenga sentido en campos como el de la publicidad, en la comunicación, del
diseño entre otras.
La importancia de pensar el índice como parte de los signos que integran el texto
publicitario consiste en que no existen desde la perspectiva de Peirce, ícono y símbolo sin
índice. Para él es muy importante esa relación en el sentido de que prácticamente son la
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misma cosa. Representan lo que es el signo y como el signo se transforma en una acción.
El aspecto del color por ejemplo, que se ven en uno de los labios rojos que tenemos en
uno de los textos publicitarios, está funcionando como índice y entonces llamando la
atención.
Para concluir quiero mencionar que el ícono exhibe, es la exhibición de alguna cosa,
incluso del pensamiento. De modo que llamar ícono a la publicidad puede resultar una
falacia, puesto que el ícono subsume al ícono e incluso al símbolo, por tanto el signo
publicitario resulta ser básicamente un índice.
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Título: Identificación e identidad.
Autor: Luis Fernando Arévalo.
El tema que voy a tratar es el tema de la identidad y la identificación ubicados en una
perspectiva de la semiótica discursiva de la Escuela de París, o Semiótica greimaciana. Son
dos conceptos que se tocaron tangencialmente en esa semiótica y la idea es ampliarlos a
través de un análisis concreto, reflexionando sobre esos dos conceptos. Esta reflexión
surge de un proceso de investigación titulado Negación del yo y destrucción del otro en
Scorpio City y relato de un asesino en la película Satanás de Mario Mendoza.
Una de las hipótesis que se plantea es que la identidad es una construcción discursiva de
orden cognitivo, axiológico y pasional, donde se utilizan permanentemente los sistemas
de significación. A veces se confunde con el concepto de identificación. Aunque estos dos
conceptos están relacionados consideramos que no son iguales. La identificación
corresponde al proceso, a través del cual el sujeto se encuentra con su alteridad y puede
entrar en crisis. El yo está reconociendo otros en sí mismo y está reconociendo a los otros
diferentes de ese yo, ese concepto implicaría una crisis del yo.
Por el contrario la identidad es ese punto de llegada a través de ese proceso o esos puntos
de llegada. A través del proceso de identificación se puede llegar a diferentes puntos
identitarios. La semiótica discursiva dice que la identifiación es una de las fases del hacer
interpretativo. Es una fase del enunciatario cuando identifica el universo del discurso con
su universo propio. Es algo así como cuando nosotros estamos en un proceso de
identificación nos convertimos en lectores de nuestras vidas y de las vidas ajenas.
Se dice también que la identificación es asumida por un sujeto observador. A partir de ahí
estamos en esos procesos permanentes de identificación y de puntos de llegada para la
identidad. Greimas definió que la identificación implica reconocer a ese otro, distinto
como un objeto. Lo que se está proponiendo aquí es una relación sintáctica. Donde está el
sujeto observador y objeto observado. Empieza a darse esa observación y donde hay
observación habrá juicio y habrá sanción.
Miremos eso en un corpus concreto, en este caso la novela Satanás de Mario Mendoza. Es
una novela inspirada en una masacre ocurrida en Bogotá en 1986 en el Restaurante
Pozzetto. En donde Campo Elías Delgado asesinó a varias personas. Él es un ex militar, que
se dedica en la historia a estudiar lenguas y además es profesor de inglés. El comete la
masacre en el Restaurante y se suicida.
Esta novela se compone de un epílogo y diez capítulos. Hay uno muy interesante donde se
puede observar ese proceso de identificación. Es casi una novela que da cuenta de la
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relación dialéctica entre identificación e identidad. El capítulo se titula Diario de un
Asesino. Miremos cómo se da un proceso de identificación retomando pasajes de la
novela.
La semiótica dice, dar cuenta de la identificación consiste en retomar el hacer
interpretativo de un enunciatario. Es importante el papel de observador que cumple el
sujeto. En ese capítulo Campo Elías empieza a escribir su diario. Llama la atención que los
empieza a escribir un doce de octubre fecha representativa para nuestra identidad. Él va
escribiendo día a día sus experiencias y la reflexión sobre su propia vida.
Ese diario funciona como un espejo, es decir, Campo Elías empieza a ser observador de su
vida y de las vidas ajenas que lo observan. De ahí pasa al juicio y empieza a sancionar eso
que observa. Otra etapa de la identificación es el reconocimiento de la identidad de dos
objetos que observa. En su diario Campo Elías empieza a observar a los otros como
objetos. Dice “estoy por fuera, observante, periférico y observo el comportamiento de
aquellos que me rodean y no me identifico con ellos”.
Así, a todos aquellos que lo rodean los convierte en objetos de observación y empieza a
compararlos consigo mismo. De hecho los agrupa en un solo conjunto, con una sola
identidad. No hace una distinción entre su vecina, entre el presidente de la república o
entre su madre, solo los agrupa como un objeto distinto a él. Esa distinción no termina
ahí. Se mira a sí mismo, se observa y se sanciona a sí mismo. Empieza a reconocer que
dentro de él hay un sujeto que quiso ser escritor, que lo es pues está escribiendo su diario.
Además es un maestro pues orienta clases de inglés, además se ve como militar.
Ese yo empieza a observar objetos distintitos. El yo escritor, el yo docente y el yo militar.
Se cumple la condición de la identificación en la medida en que se empiezan a comparar
objetos. El yo como hombre acción y como militar empieza a ser valorado positivamente y
el yo escritor, profesor, y donde también ubica al resto de la sociedad, empiezan a ser
valorados negativamente. Esas valoraciones surgen de su constante propósito de ubicar a
la sociedad como anti sujetos de ese yo observador. Siempre son sujetos investidos de
valores negativos, que se oponen a sus deseos.
Siempre ubica a los otros desde el lado de la disforia o valor negativo. También los ubica
como objetos que alguna vez quiso ser u obtener pero no pudo. “Yo siempre quise ser
escritor pero eso me aburre yo soy un sujeto de acción”. En contraste frente a esa
observación, hay siempre valoraciones negativas frente a su yo militar. “Ese es el destino
de los guerreros, casarnos con la muerte”, dice Campo Elías, siempre asociando esa
valoración a través de su diario en un relato.
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
Es su relato se teje una ley de tercero excluido, donde todo tiene que ser o no ser, donde
A es B o A no es B. Es lo que hace en cierto momento del relato. “Definitivamente yo soy
el militar y es lo que voy a hacer de aquí en adelante”. Cuando toma esa decisión deja de
escribir y la escritura era aquella que contenía ese dilema, esa contradicción. A este punto
asume una posición.
Respecto a la ley de razón suficiente que nos dice que todo objeto tiene que tener una
razón suficiente que lo explique. En el caso de la Novela Campo Elías encuentra esa razón
suficiente en el destino. Él se va a una comunidad espiritual que le dice que fue un
guerrero en otras vidas. Él le da razón suficiente a su identidad con este relato ajeno. El
personaje siempre está haciendo una evaluación de sí mismo de carácter pasional que lo
sumen en permanentes disforias.
Eso lleva a contradicciones, desesperos al punto de decir cosas como: “Estoy sufriendo de
depresiones agudas que me obligan a encerrarme en mi habitación durante horas. Cuando
estoy frente al espejo solo veo un pedazo de mierda”. Campo Elías no vive esa crisis del yo
durante todo el tiempo del proceso de identificación. Llega a un punto, que es la
identidad. Ese yo llega a un momento donde busca subsanarse, un punto donde dice, yo
soy esto y ahí es donde toma una decisión.
Se identifica y construye la identidad como militar y dice ha llegado la hora de demostrar
lo que somos. Deja de escribir el diario y empieza a asesinar. Él se cree un sujeto casado
con la muerte. Empieza a asesinar, a su madre, a sus vecinas, va al restaurante Posseto y
asesina a quienes están ahí, luego se suicida. Desde esta perspectiva confirmamos que la
identidad es una construcción discursiva como lo decía Ricoeur.
Ricoeur utiliza el término identidad narrativa, es decirse a sí mismo, que es lo que ocurre
en esta novela, lo que hace Campo Elías a través de su diario. Destaco que no es
solamente decirse a sí mismo sobre la identidad sino también decir de los otros. En este
caso la identidad se da en una doble construcción, en el discurso propio y el discurso
ajeno. Con esto termino y agradezco su atención.
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
Clausura con Lucrecia Escudero y Neyla Pardo
Es difícil dar por concluido este Coloquio pues yo tengo el sentimiento que la acumulación
de masa crítica que hay acá, es tan grande que esto hace que no haya un punto final, sino
que es un punto de comienzo. Esta es la primera vez que estoy en un Coloquio dedicado a
la semiótica en sus distintos aspectos aquí en Colombia. Estoy muy sorprendida de la
madurez del pensamiento y de la reflexión de los colegas colombianos. No solo en el
manejo de una bibliografía absolutamente pertinente. No hay diferencia con el tipo de
bibliografía que manejamos en París, en la Universidad París VIII donde hemos trabajado
en otros años, sino también en la forma de la importación de las hipótesis y del
vocabulario.
Estoy en la necesidad de compartir con ustedes ese diagnóstico. Creo que aquí hay una
masa crítica con una inteligencia colectiva que nos va a llevar lejos. A ustedes en los
procesos de investigación, lejos a la semiótica latinoamericana en el crecimiento mutuo
del diálogo. Quisiera concluir diciendo que el manejo de una disciplina, –eso lo digo
siempre a mis estudiantes en teoría y modelos de la comunicación–, es el manejo de un
vocabulario. El trabajo sobre el vocabulario específico, bien no lo mostraba Douglas el
vocabulario de Peirce o José Maria cuando mostraba la hipótesis del diseño trabaja ciertas
áreas del conocimiento.
Ese manejo de vocabulario es el distintivo de conocimiento de una disciplina y en esto hay
que ser muy vigilantes. Uno de los problemas que tenemos en Francia es el riesgo de las
nuevas metafísicas. La semiótica a diferencia de la medicina o de la arquitectura exige
ciertas cosas. Si usted como arquitecto se le cae una casa, usted va preso. Si usted es
médico y opera de apendicitis y se le murió el paciente por falso diagnóstico, usted va
preso. Es decir hay una sanción social por el ejercicio errado de la disciplina.
Eso no existe en la semiótica, usted puede producir palabras y hablar eternamente en
congresos, ser aplaudido, ser fotografiado impunemente. Eso ha producido un enorme
problema en la disciplina de la semiótica. Cuál es el problema, la producción de nuevas
metafísicas. Roland Barthés decía que se tardaron trece siglos en la evolución de la ciencia
para sacarse de encima el pensamiento religioso en la ciencia de occidente.
Esta especie de discurso sobre lo inefable del ser, se cuela en la semiótica del último
milenio y aparece con discursos absolutamente comprensibles, donde llega un momento
donde usted no sabe de qué está hablando el orador. No solo hay que manejar un
vocabulario sino que hay que recordar, como decía Peirce, que la semiótica es una
disciplina empírica, que da cuenta de los textos de la cultura y esa es una de nuestras
labores.
Coloquio semiótica y comunicación. Lanzamiento de la revista Designis 20
De ahí la riqueza que yo encuentro en Colombia, están muy pegados a los objetos. Esa es
la gran característica de la semiótica latinoamericana. Nosotros no producimos metafísica
sino producimos reflexiones que tienen que ver con responder a una cuestión. Cómo se
produce sentido en la complejidad de nuestra sociedad. Esto es lo que les dejo por hoy
porque yo voy a volver. No digo que es mi segundo hogar porque tengo un montón, pero
es un territorio que me encarna una gran atracción. Entonces no les digo adiós sino hasta
pronto. Les paso la voz a mis colegas con el más profundo agradecimiento. Le doy la
palabra a Neyla Pardo.
Muy bien, yo intervengo simplemente para cerrar y no dejar pasar por alto nuestro deseo
sincero que todos ustedes como gente joven, como gente en formación, como gente que
está buscando propuestas de trabajo académico y de investigación, encuentren en la
sociedad Colombiana de Estudios en Semiótica y Comunicación el espacio adecuado para
ese ejercicio académico. No olviden que en el mes de septiembre tenemos congreso y que
con personas a la cabeza como Douglas y con el trabajo enorme de Germán esto ha sido
posible. Mil gracias a todos y hasta que otro congreso nos convoque.