colombia. necesitamos una seria reforma...

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48 Revista África - América Latina: Cuaderno nº 49 Colombia. Necesitamos una Seria Reforma Constitucional Alejo Vargas Velásquez * A propósito de la iniciativa anunciada por el Ministro del Interior de presentar una nueva reforma constitucional en relación con la inmu- nidad y la doble instancia para juzgamiento de los Congresistas, con- sidero de la mayor importancia comenzar a preparar una seria refor- ma constitucional para afrontar el período post-Uribe. Asumiendo que en 2010 empezará un nuevo Presidente y que la va- loración acerca de los ocho años de Álvaro Uribe será una tarea que habrá de realizarse en su momento –seguramente con aspectos posi- tivos, otros menos y otros negativos, como es lo normal en cualquier gobierno-, sí deberíamos con seriedad empezar a preparar una refor- ma constitucional integral, que ajuste los aspectos que se desequili- braron con la reelección presidencial, pero que igualmente introduzca los cambios que se requieren y sobretodo que establezca unos proce- dimientos más rígidos para su reforma para terminar con el deporte nacional de estar reformando la Constitución cada año. Se requiere una gran reforma constitucional para que no sigamos haciendo refor- mitas al menudeo. Primero, deberíamos volver a un sistema de prohibición de la reelec- ción presidencial pero incrementando la duración del período a cinco o seis años, a partir del Presidente que se elija en 2014 –para ser consecuentes con la idea que las reformas siempre deben regir hacia delante-. Similar situación debería establecerse para mandatarios re- gionales y locales. Segundo, hay que volver a revisar los sistemas de pesos y contrape- sos acorde con la nueva situación en lo relacionado con la elección de Magistrados de la Corte Constitucional, miembros de la Junta Directi- va del Banco de la República, responsables de los organismos de con- trol y vigilancia, de tal manera que un elemento central de la demo- cracia, que es el sistema de pesos y contrapesos, efectivamente fun- cione. Tercero, el tema del juzgamiento de los Congresistas en lo relaciona- do tanto con el llamado tema de la inmunidad, como en lo relaciona- do con la segunda instancia que toda persona debe tener como un derecho fundamental que es. Esto obliga igualmente a revisar lo rela- cionado con el juzgamiento de las otras cabezas de los poderes del Estado y de los organismos de control. * Profesor Universidad Nacional

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48 Revista África - América Latina: Cuaderno nº 49

Colombia. Necesitamos una Seria Reforma ConstitucionalAlejo Vargas Velásquez*

A propósito de la iniciativa anunciada por el Ministro del Interior de presentar una nueva reforma constitucional en relación con la inmu-nidad y la doble instancia para juzgamiento de los Congresistas, con-sidero de la mayor importancia comenzar a preparar una seria refor-ma constitucional para afrontar el período post-Uribe.

Asumiendo que en 2010 empezará un nuevo Presidente y que la va-loración acerca de los ocho años de Álvaro Uribe será una tarea que habrá de realizarse en su momento –seguramente con aspectos posi-tivos, otros menos y otros negativos, como es lo normal en cualquier gobierno-, sí deberíamos con seriedad empezar a preparar una refor-ma constitucional integral, que ajuste los aspectos que se desequili-braron con la reelección presidencial, pero que igualmente introduzca los cambios que se requieren y sobretodo que establezca unos proce-dimientos más rígidos para su reforma para terminar con el deporte nacional de estar reformando la Constitución cada año. Se requiere una gran reforma constitucional para que no sigamos haciendo refor-mitas al menudeo.

Primero, deberíamos volver a un sistema de prohibición de la reelec-ción presidencial pero incrementando la duración del período a cinco o seis años, a partir del Presidente que se elija en 2014 –para ser consecuentes con la idea que las reformas siempre deben regir hacia delante-. Similar situación debería establecerse para mandatarios re-gionales y locales.

Segundo, hay que volver a revisar los sistemas de pesos y contrape-sos acorde con la nueva situación en lo relacionado con la elección de Magistrados de la Corte Constitucional, miembros de la Junta Directi-va del Banco de la República, responsables de los organismos de con-trol y vigilancia, de tal manera que un elemento central de la demo-cracia, que es el sistema de pesos y contrapesos, efectivamente fun-cione.

Tercero, el tema del juzgamiento de los Congresistas en lo relaciona-do tanto con el llamado tema de la inmunidad, como en lo relaciona-do con la segunda instancia que toda persona debe tener como un derecho fundamental que es. Esto obliga igualmente a revisar lo rela-cionado con el juzgamiento de las otras cabezas de los poderes del Estado y de los organismos de control.

* Profesor Universidad Nacional

Cambios constitucionales en América Latina 49

Cuarto, algunos sectores consideran necesario revisar lo de la cir-cunscripción nacional de Senado y volver quizá a un sistema mixto que combine lo nacional con lo regional, pero eso debe ser objeto del análisis y discusión respectivo.

Quinto, un sistema estric-to de sanciones políticas para parlamentarios y partidos políticos, que re-sulten involucrados en alianzas –consentidas o no-, con grupos delin-cuenciales de cualquier naturaleza.

Sexto, establecer un con-junto de mecanismos que garanticen una mayor ri-gidez constitucional en lo

relacionado con los procedimientos de reforma; por ejemplo, algunos sistemas políticos establecen que una reforma constitucional debe ser aprobada por doble vuelta aprobada en dos Congresos distintos, o la aprobación de las reformas constitucionales requiere unas mayorías altamente calificadas –las cuatro quintas partes de los miembros de cada Cámara del Congreso-, igualmente en cuanto a requisitos de participación para reformas plebiscitarias y por referendo. Todo lo an-terior para garantizar que las reformas constitucionales no respondan simplemente a mayorías transitorias –que siempre son efímeras-, sino a grandes consensos nacionales.

Para adelantar una reforma de reajuste institucional con temas como los planteados y probablemente otros es que se requiere, como lo han venido planteando varios dirigentes políticos, una gran coalición post-Uribe o mejor una gran coincidencia –en la cual deben estar in-cluidos los uribistas, por supuesto-, que permita que la misma sea de gran consenso nacional. El interrogante grueso es si el Congreso ten-drá la grandeza que se requiere para tramitar y sacar adelante una reforma de esta envergadura –como sería lo deseable-, o habrá ne-cesidad de acudir a un mecanismo excepcional como sería un Asam-blea Nacional Constituyente.