colette soler - las lecciones de las psicosis

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    deficitarias de los hospitales. No olvidar las gran variedad de las psicosis, desde la

    dificultad social al arreglo creativo, nos permite entender que la libertad puede ser

    ruinosa mucho ms que prometedora. Tomando este hecho podemos ir contra la

    tendencia a idealizar la libertad. Al neurtico le falta la libertad, tanto que suea con la

    libertad, siempre supone que un Otro lo sujeta, protesta contra lo que pudiera tocar su

    supuesta autonoma. La libertad que falta al neurtico est en el decir, no puede decir

    cualquier cosa y debemos decir algo Lacan lo seala en Ltourdit - que es copioso

    porque la combinatoria de elementos para decir algo en el anlisis es casi infinita,

    entonces de dnde viene la limitacin a decir cualquier cosa? Esa limitacin es de la

    estructura del lenguaje, pero el decir es otra cosa, ese lmite viene del discurso, de las

    limitaciones de cada discurso en la asociacin libre el discurso se repite, hace disco,

    hace disque-ours-courant .

    Es porque el decir no es puramente verbal, no depende de la lingstica, se encuentra

    ligado a los arreglos del deseo y del goce. La imposibilidad del discurso pulverulento

    es la condicin del anlisis. Por el contrario, no estar dentro de esa imposibilidad le

    permite al psictico decir cualquier cosa, gozar de cualquier cosa. Leo la cita, est en la

    resea de La lgica del fantasma : La imposibilidad experimentada del discurso

    pulverulento es el caballo de Troya por donde entra, en la ciudad del discurso en la cual

    el psictico es amo. 1

    No hay ciudad sino de discurso, uno cae en los lmites del discurso, el psictico est

    fuera de eso. La palabra de los neurticos son lastradas, giran alrededor de la misma

    cosa. Es el fuera-de-discurso del psictico lo que condiciona su libertad,

    paradjicamente, ya que no est fuera de lenguaje. La traduccin del psictico amo

    debe cuidarse, no se aplica a las figuras eminentes solamente, est en la poltica, el arte,

    el psicoanlisis y en la cultura. Es una tentacin decir que en esa frase el psictico es

    amo en la ciudad se trata de una predisposicin a ser amo, no serlo-, esto es, que no sesubroga al discurso, donde claramente todos somos esclavos.

    Al psictico le falta el camisol discursivo, si puedo decir. Si es amo no es del discurso

    del amo, amo que sabemos es esclavo del significante, del S1, por lo cual no se trata de

    la liberalizacin de la psicosis como modelo y nos ensea por una va negativa sobre la

    funcin del discurso como lazo social ordenado por el semblante sin lo cual no hay co-

    habitacin pacfica entre los hablantes.

    1 La cita corresponde a la resea de Lacan del seminario El acto psicoanaltico (1967-68). Reseas deenseanza . Manantial. 1988. P. 53

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    La segunda leccin es que de este hombre libre paradoja-, Lacan ha dicho el

    psictico mrtir del inconsciente, mrtir del lenguaje o de la lengua? Mrtir quiere

    decir que padece de eso, que lo soporta, podemos decir que el psictico es un testimonio

    privilegiado de padecer el lenguaje.

    Si consideramos ahora los fenmenos de lenguaje, en sus dos categoras, de lenguaje

    y de palabra (que implica el fuera de discurso), en el primero encontramos lo que Lacan

    llama en De una cuestin preliminar preliminar, el significante en lo real, lo cual no

    quiere decir en lo percibido, sino fuera de la cadena significante reducida a S1---S2.

    Cuando el significante se encuentra solo, la cadena cortada, rota, en la alucinacin

    verbal que Lacan ilustr con el ejemplo de Marrana, donde el significante funciona

    fuera de sentido sin conexin con el Je . Uds. no tienen la distincin entre je y yo? Que

    lstima (risas). Pero hay tambin los fenmenos de discurso continuo que se impone

    como comentario de los actos o como una palabra que se desarrolla sin cesar.

    Percibimos aqu la heteronoma del discurso del Otro, que es un parsito que se impone

    en lo real, en la superficie de los fenmenos.

    Lacan se ha acercado por esta va al inconciente real, del que hablo en El inconciente

    reinventado: como elementos de lenguaje que estn fuera de sentido y en lo real. La

    diferencia es que el significante en la psicosis desencadena fenmenos especficos:

    primero, en la dimensin interpretativa, donde un sentido oscuro se presenta, una

    certeza que aparece en lo real y le concierne. Si la paranoia es la psicosis, -en Lacan-

    eso designa las psicosis trabajadoras vamos a decir, y deja de lado las formas donde

    no hay la dimensin interpretativa sino angustia y pnico volver sobre esto.

    Del lado de la palabra tenemos las frases interrumpidas o al revs, la incontinencia

    verbal que en algunos sujetos no aparece impuesta pero la palabra fluye sin

    discontinuacin. Fenmenos de palabra cortada, donde hay un desfallecimiento del

    punto de capitn de la significacin, y que entonces son equivalentes al fuera de cadena.Discurso incontinente y frase interrumpida muestran hasta qu punto el psictico padece

    el parsito lenguajero. En Aun Lacan se pregunta todava por qu una frase debe tener

    un tiempo limitado, un punto que le d sentido, la pregunta concierne al punto de

    capitn.

    Hay que evocar la holofrase, a la que Lacan no le dedic mucho espacio, lo hace en el

    seminario de Los cuatro conceptos , que es tambin la ocurrencia de un significante

    fuera de cadena. El significante funciona como un Uno, sin intervalo, se manifiestacomo solidificado en el enunciado. Cuando el nio no cree en lo que sus padres dicen,

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    pregunta qu quieres decir con eso?, da cuenta que el intervalo es aqu donde el deseo

    del Otro, la hiancia del Otro puede ser cuestionada. Qu impide el por qu que

    cuestiona los enunciados del Otro? Lo que permite interrogar el intervalo es la cadena

    de la represin, es la estructura, hay tres elementos en verdad, S1, S2 y la cadena

    reprimida. El sujeto holofrsico es hiperdcil frente a las significaciones del Otro, es un

    sujeto que forcluye la x del deseo del Otro. Paradjico, hiperdcil y sin embargo, hemos

    dicho, libre. Tambin podemos pensar en las personalidades como s de Hlene

    Deutsch, sujetos que oscilan entre la tontera de algunos dbiles y la psicosis. Son lo

    contrario de la paranoia. Hay all una hipernormalidad, una adaptacin rigurosa a las

    normas del discurso. Si la psicosis es la normalidad, conocen esa frase de Lacan?, el

    sujeto holofrsico es lo contrario a la paranoia.

    El psictico es un perseguido del lenguaje y el neurtico ignora esa heteronoma del

    lenguaje, hasta tal punto que se imagina que es instrumento de comunicacin, siente un

    defecto en ese plano, tiene el sentimiento que no se expresa bien, que no se entiende lo

    que dice. No solo el neurtico cree eso, en la civilizacin pasa lo mismo recuerden a

    Chmosky para quien el lenguaje es un rgano-instrumento.

    No es el lenguaje, sino un lenguaje el que persigue al psictico. Los fenmenos de la

    palabra son solidarios de fenmenos especficos de arreglo del deseo y el goce. En el

    plano del deseo, se manifiesta desde la abulia hasta la voluntad inflexible, hasta la

    rigidez extrema, pasando por las formas caticas del deseo inconstante. Estas formas

    son opuestas al deseo en la neurosis, que es estable y dudoso. Estas formas del deseo las

    encontramos en Rousseau, Joyce y Pessoa. En cuanto al goce llamado deslocalizado,

    nos muestra cmo la cadena del lenguaje es aparato de goce y cmo cuando la cadena

    se rompe el goce se deslocaliza. El lenguaje es un aparato que excluye la relacin

    sexual, que programa su exilio, que produce la soledad. Pero no es ste el destino del

    psictico paradoja-. En Schreber, su delirio lo lleva a ser la esposa de Dios, lo que noes poca cosa. Lacan ha podido evocar la relacin sexual en la psicosis. Esto no quiere

    decir que el empuje a la mujer sea la solucin del delirio en todos los casos. La solucin

    ms general es el empuje a la excepcin, que se encuentra siempre. Las excepciones de

    goce estn siempre presentes, solidarias de la libertad de la que hablaba antes.

    Respecto de la tercer leccin, debo recordar el ttulo de las jornadas del Campo

    Lacaniano de Pars, La palabra y el escrito en psicoanlisis. Lo que les dir quiz no

    se entienda, requiere mayor desarrollo.

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    La escritura no consiste en el grafismo, sostiene Lacan en Aun , la escritura es un

    efecto de discurso y entonces necesariamente debe ser tocada en un sujeto fuera de

    discurso. La tesis es que hablando en el anlisis algo se escribe. Lacan dice que en el

    discurso analtico algo se escribe en el significado de lo dicho. Algo cesa de no

    escribirse y se escribe no en la pluma del escritor sino en razn del decir del analizante.

    La escritura es un efecto del texto producido a nivel del significado, es decir, del deseo

    y del goce.

    Todo sujeto se encuentra sometido al discurso analtico cuando su palabra se

    encuentra ordenada por el semblante de ese discurso. Lejos de ser comentario o

    fluyente, su palabra hace disco, se fija y se escribe. Vemos que el discurso pulverulento

    que puede decir cualquier cosa es un discurso donde falta la unidad del decir y la unidad

    de lo que se escribe.

    Debemos concluir, a pesar de la paradoja, que a la psicosis le falta la escritura. A

    pesar de la multiplicidad de las redacciones. Podra convocar los Heternimos de

    Pessoa, donde falta el uno unario. El Joyce del Finnegans no escribe nada en el sentido

    de producir una traza en el significado, falta ese sentido nico donde escribe el

    neurtico.

    La falta del sentido del Uno se encuentra en una pasin por las letras, por la letra

    idntica a s misma, es como si el desorden del lenguaje diera un acceso mejor a la

    materialidad ( moterialit ) de la palabra.

    El lenguaje de cada uno se fabrica con la lengua, pero al mismo tiempo la hace

    olvidar, la desmaterializa -por decirlo as. El amor del psictico por la lengua hace

    recordarlo, esa materialidad de la lengua y es una leccin de la psicosis que ms all de

    la puerta del lenguaje hay el recurso a la letra fuera de lo simblico, letra que no tiene

    orden y por lo tanto no conoce el desorden. Esa materialidad de la letra fuera de sentido

    fascina al neurtico, y hay que preguntarse, como lo hizo Lacan respecto de Joyce, siesa materialidad libera del parsito del lenguaje o libera el goce de lalengua. Esa

    pregunta vale para otras psicosis, es decir: si jugar con la letra fuera de sentido libera del

    goce de lalengua.

    Lo propio de Joyce no es solo gozar de la lengua, no solo su gusto por la letra fuera de

    sentido, sino que ha mostrado qu hacer sin el padre pero usando su funcin de

    sinthome , que es una funcin de nombramiento. A este ttulo Joyce es excepcional,

    incluso respecto de sus pares de la literatura fuera de sentido. Su nombramiento es otracosa que dejarse excitar por la lengua. Gracias (aplausos).