colegio san blas
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COLEGIO SAN BLAS PEDAGOGÍA AMBIENTAL
CURSO 2016-2017
María Fernández González
Irene García Jiménez
Alicia Marín Hernández
Celia Morais Fernández
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Introducción
La educación es el arma más importante para comenzar a cambiar el mundo, no
para cambiar el pensamiento de los futuros adultos, sino para crear personas con un
pensamiento crítico que sean capaces por ellos mismo de determinar qué es lo que tienen
que hacer y cómo actuar ante diversas situaciones y cómo no. Eso es lo que se ha
pretendido hacer durante tres semanas en el CEIP San Blas con niños y niñas de entre 9
y 10 años. Las profesoras aconsejaron hacer las clases de conjuntamente, siendo de 45
minutos en cada aula de 4º de primaria.
Se ha hablado de los conocimientos previos con los que los alumnos contaban,
centrándonos más concretamente en el reciclaje. Nuestro objetivo principal siempre ha
sido que los niños y niñas del centro ya mencionado establecieran una conexión personal
con el medio ambiente y de esta forma sensibilizarlos para que por decisiones propias
fomentaran el reciclaje y concienciaran de igual forma a las personas de su círculo
cercano.
A lo largo de las tres semanas se llevaron a cabo actividades diversas, pero siempre
con un toque lúdico y sobre todo interactivo con el fin de hacerles partícipes a ellos de
toda la temática. Aunque la experiencia tuviese una duración limitada de 3 semanas desde
el equipo que llevó a cabo toda la actividad se pretendía conseguir un compromiso a largo
plazo con los niños y niñas asistentes.
Esta experiencia está orientada para que fuera beneficiosa tanto para aquellos
participantes a las tres sesiones como para aquellas que las llevaron a cabo, logrando un
primer contacto con uno de los colectivos con el que el día de mañana podrán tratar como
una mayor profundización en el tema que se trató y del cual ya se ha hablado unas líneas
más arriba. En las siguientes hojas se explicará más detalladamente qué se hizo en cada
una de las sesiones acompañándolo con imágenes para facilitar su comprensión.
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Objetivos
• Reflexionar sobre los modos y hábitos de consumo y desarrollar frente a éstos una
capacidad crítica y responsable.
• Conocer y aprender a disfrutar del medio ambiente.
• Conocer los diferentes tipos de contaminación que afectan al planeta.
• Comprender y concienciar de la necesidad del reciclaje.
• Conocer los diferentes procesos de reciclaje.
• Sensibilización y fomentación del cuidado al medio ambiente.
DIARIO
Primer día
Cuando llegamos, como ni los/as niños/as nos conocían, ni nosotras les
conocíamos a ellos/as hicimos una breve presentación, nosotras contamos que éramos
estudiantes de la Universidad de Salamanca, que estábamos estudiando Pedagogía y les
pedimos que pusieran sus nombres escritos en una hoja de papel, nos dijeron que ya lo
tenían hecho para Ciencias (hubo algún despistado que lo había perdido y por tanto tuvo
que repetirlo), aprovechamos esta ocasión para hablar de la importancia de reutilizar
papel, a aquellos niños que no lo tenían les ofrecimos hojas reutilizados, es decir, que por
un lado estaban escritas pero por el otro lado no, por lo que aún podían ser utilizados.
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Para comenzar e introducir el tema, les preparamos un pequeño debate mediante
el cual observamos qué conocimientos tenían al respecto, sobre, por ejemplo, qué es el
medio ambiente, qué problemáticas hay respecto a ello, qué consecuencias tienen, qué se
puede hacer para disminuir esas consecuencias… todo esto se llevó mediante preguntas
ya que lo que nos interesaba era conocer qué y cuánto sabían ellos sobre todo esto. Aquí
se produjo un parón en la charla ya que decidimos introducir la sopa de letras con el fin
de conocer qué palabras algo más técnicas conocían. Este ejercicio fue una manera de
introducir la siguiente parte de la charla que hablaba sobre “La teoría de las tres erres” ya
que en la sopa de letras aparecían, entre otras, las tres palabras que introducían cada una
de las explicaciones (reducir, reutilizar y reciclar).
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Dado que el tiempo era limitado, concluimos la primera sesión con una canción
que encontramos en YouTube, donde se concentraba todo lo que nosotras habíamos
hablado ese día, animamos a los alumnos a que la cantaran y tuvo un gran acogimiento.
Para finalizar, les entregamos una hoja donde se mostraban las diferentes acciones
cotidianas, como por ejemplo, dejar el grifo abierto cuando nos lavamos los dientes,
separar los diferentes materiales a la hora de tirarlos a la basura, ducharse o bañarse…
para que se la llevaran a casa y escogieran un día de la próxima semana y lo rellenaran
marcando en cada una de las casillas las veces que realizaban esa acción (es decir, cuantas
veces en un día se dejaban, por ejemplo, el grifo abierto al cepillarse los dientes). Esta
hoja la trabajaríamos en la siguiente sesión, con el fin de hacer partícipes a cada uno/a de
ellos/as y que se dieran cuenta de que cada uno de nosotros podemos cambiar pequeños
hábitos que mejorarán mucho la situación actual del medio ambiente.
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Segundo día
Comenzamos el día llevando a cabo una activación de los conocimientos previos
sobre la sesión anterior. Para ello, comentamos la ficha sobre el consumo de agua y de
luz de sus casas que les pedimos realizar el primer día. Les preguntamos si les parecía
que consumían mucho, si seguían buenos hábitos y si se planteaban cambiar las malas
costumbres. Una vez corregida la ficha de deberes dimos una pequeña clase teórica como
preparación de la actividad, nos ayudamos de una presentación de power point para que
fuese más visual para los niños.
En primer lugar, les explicamos qué materiales son los más usamos a diario y de
qué materia prima proceden, también recordamos lo comentado la semana anterior sobre
la importancia de reutilizar y reciclar los objetos. En segundo lugar, les explicamos
brevemente el proceso de reciclaje del vidrio, el papel, los plásticos y la materia orgánica.
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Finalmente, y como introducción al juego, diferenciamos los materiales con los cuales
están hechos los productos que utilizamos a diario.
A continuación, comenzamos la actividad de los contenedores, para ello les
proporcionamos a cada niño un producto como los que tiramos a la basura diariamente
(tubo de pasta de dientes, latas, botellas de vidrio y de plástico, pilas etc.). Cada alumno
de manera individual y por orden debía de tirar su objeto en el contenedor que estimase
oportuno. Resaltamos que debían hacerlo por ellos mismos y que después lo íbamos a
corregir entre todos. Los contenedores los elaboramos nosotras mismas.
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A continuación, pasamos a corregir la actividad con el siguiente procedimiento:
primero, dividimos a los alumnos en pequeños grupos y tenían la oportunidad de observar
uno de los contenedores y cambiar si consideraban oportuno algún producto. Segundo,
pegamos en la pizarra diferentes recortes de alimentos (materia orgánica), ropa, juguetes
y botellas de aceite. Les preguntamos a los niños si sabían a qué contenedor iban estos
productos. Las respuestas fueron muy variadas, algunos niños si conocían los
contenedores de ropa y aceite, otros nos sorprendieron proponiéndonos que la ropa y los
juguetes podíamos donarlos o llevarlos al punto limpio y los menos nos indicaron que al
contenedor “gris”. Posteriormente, se les aclaró los diferentes contenedores donde debe
ir cada material.
Por último, dejamos un contenedor en cada una de las aulas para que continuasen
reciclando y no quede como una simple actividad de clase.
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Tercer día
Esta última sesión la dedicamos a comprobar si habían adquirido los
conocimientos impartidos los días anteriores, evaluando su comprensión sobre el tema
trabajado. Hicimos dos actividades diferentes.
Al comenzar la clase, explicamos la primera dinámica, que consistía en la
elaboración conjunta de un decálogo de normas sobre acciones correctas para cuidar el
medio ambiente. Lo llamamos el “Decálogo del pequeño ecologista”.
Para ello, antes de comenzar con la actividad, hicimos una lluvia de ideas,
pidiendo voluntarios, para que entre todos pensaran en las reglas que íbamos a incluir en
el decálogo y así activar sus conocimientos previos. Nosotras escribíamos en la pizarra
los conceptos que iban diciendo, para hacer al final una votación y quedarnos con las 10
mejores propuestas. Algunas de ellas fueron: “Utilizar las papeleras”, “No encender la
luz de día”, “Reducir, reutilizar y reciclar”, “Fomentar el trasporte público”, “Cerrar el
grifo” etc.
Una vez elegidas las normas, pedimos que se juntaran en grupos de 4 o 5 personas
y les repartimos dos medios folios por grupo, para que en uno escribieran dos de las reglas
elegidas, y en el otro un dibujo relacionado con ellas. Formaron en total 5 grupos, y
nosotras designamos las dos frases que les tocaba elaborar a cada uno. Les pedimos que
se repartieran las tareas, para que llevaran a cabo un trabajo colaborativo y participaran
por igual todos los miembros del grupo.
Al finalizar, pusimos en la pizarra la cartulina donde íbamos a juntar todas las
normas, para que en orden fueran saliendo dos miembros de cada grupo y pegaran el
trabajo que habían elaborado. A continuación se muestra el decálogo terminado:
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Los niños fueron muy participativos, y se esforzaron para que los dibujos y las
frases les quedaran bonitos. Pegamos el mural en la pared para que así recordaran y
cumplieran las normas de compromiso con el medio ambiente.
Para la segunda actividad, les repartimos un cuestionario, para ver si habían
afianzado los conceptos expuestos en las sesiones anteriores. Constaba de dos partes: la
primera, eran preguntas tipo test sobre nuestro tema central, el reciclaje, y otras del
cuidado del medio ambiente en general.
En la segunda parte del cuestionario tenían que escribir tres actuaciones que
ayudaran a cuidar el planeta. Les dejamos 10 minutos aproximadamente, y les explicamos
que tenían que contestar según sus propios criterios, lo que ellos creyeran que era más
correcto, aclarando que no era un examen, ya que no les íbamos a poner una puntuación
y además iba a ser anónimo. Nos sirvió para analizar y evaluar si habían comprendido
nuestras explicaciones y actividades. El cuestionario es el siguiente:
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Para acabar con la sesión, les teníamos una pequeña sorpresa preparada. Les
entregamos un diploma, para reconocer la atención y la colaboración que nos habían
prestado en los tres días que estuvimos con ellos. Les hizo mucha ilusión y mandamos al
delegado de la clase que lo firmara, como símbolo de que nuestras explicaciones no iban
a quedar en el olvido, para que continuaran cuidando entre todos el planeta, a través de
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pequeñas acciones cotidianas que se dieron cuenta que tenían más importancia de la que
creían. La profesora se encargaría de colgarlo en la clase, para que nos siguieran teniendo
presentes. El diploma entregado era este:
Al despedirnos, las profesoras nos agradecieron nuestra asistencia e implicación
con las clases, ya que los niños quedaron encantados con las dinámicas y nos invitaron a
volver al colegio.
Evaluación
La evaluación se llevó a cabo en la última sesión de prácticas con los alumnos de
cuarto de primaria. Esta, se realizó a través de un cuestionario, que estaba compuesto por
dos partes:
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La primera de la evaluación era un cuestionario de preguntas tipo test. Este estaba
compuesto por nueve preguntas con múltiple posibilidad de respuesta A, B y C. Las
preguntas eran diversas y en ellas se exponían los temas tratados en las sesiones
anteriores, como el reciclaje, los residuos y el consumo de recursos. Las preguntas en las
que se encontró más dificultad de respuesta por parte de los alumnos fueron: “Si veo que
alguien va a tirar el cartón de zumo al contenedor azul …” y “¿Qué tipo de residuos
existen?”.
La segunda parte de la evaluación, trata de una actividad donde los alumnos
tendrán que exponer tres acciones que ellos realizan a diario y que ayudan a cuidar el
medio ambiente. Dentro de esta segunda parte de la evaluación se observan diferentes
respuestas: Reutilizar las cosas, separar la basura y tirarla al contenedor correspondiente,
no contaminar, ir al colegio andando etc.
La evaluación ha tenido buenos resultados, la mayoría de los alumnos, pese a
haber tenido dificultades en algunas de las preguntas del tipo test, está concienciado y
preparado para la realización de unas buenas prácticas para ayudar a cuidar el medio
ambiente, mediante diferentes estrategias como pueden ser la reducción de la
contaminación o el reciclaje.
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Conclusión
Como resultado, al finalizar las tres sesiones, hemos comprobado que las tres sesiones
han sido satisfactorias, tanto como para los alumnos, como para las estudiantes que las
llevaron a cabo. Esto lo pudimos comprobar mediante la evaluación que se les realizó a
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los alumnos el último día, tanto como en el nivel de participación a lo largo de las demás
actividades. Con los avances introducidos en los alumnos, afirmamos que hemos podido
introducir una rama de la educación ambiental en el aula, ya que se trataba de un tema
poco conocido hasta el momento.
Queremos resaltar el gran apoyo recibido por parte de las maestras, tanto de 4º A como
de 4º B dentro del aula, ya que estaban presentes en las sesiones, ayudándonos a poner
orden en las clases, aunque dejándonos en todo momento una total autonomía en las
clases. El colegio nos mostró su apoyo facilitándonos la adquisición de los recursos
materiales necesarios para las actividades, y resolviendo las dudas que nos fueran
surgiendo.
Por último, destacar la buena actitud de los alumnos que en todo momento se mostraron
atentos a nuestras explicaciones y participativos en las actividades. Por nuestra parte a
nosotras se nos hicieron cortas las sesiones, ya que les cogimos cariño enseguida y nos
dio pena no volver más. Nos ha parecido una experiencia muy bonita y enriquecedora, ya
que hemos tenido nuestra primera toma de contacto con el mundo educativo real, también
nos ha permitido formarnos profesionalmente al saber impartir y organizar una clase de
forma práctica, crecer como personas y adquirir una serie de valores.