colaboraciones ii

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II COLABORACIONES PALABRAS E ILUSTRACIONES Juan Luis López Anaya http://dididibujos.blogspot.com/

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Libro de micros y textos junto a mis dibujos. 63 escritores-as, más de 80 textos y dibujos.

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Page 1: Colaboraciones II

II COLABORACIONES

PALABRAS E ILUSTRACIONES Juan Luis López Anaya

http://dididibujos.blogspot.com/

Page 2: Colaboraciones II

.

De nuevo,

gracias a todos y todas por vuestras letras,

por compartir un trozo de vosotros mismos.

A Loli y Candela, sin ellas no sería posible.

Page 3: Colaboraciones II

1. Agustín Martínez Valderrama (2)

2. Amparo Martínez Alonso (Petra Acero) (1)

3. Ana Crespo Tudela (2)

4. Ana M. Blanco (2)

5. Ana Vidal (2)

6. Arte Pun (1)

7. Carmen Martínez Marín (2)

8. Caro Fernández (1)

9. Che Ruiz Hódar

10. Danik Lammá (1)

11. David Moreno (2)

12. Elena Casero Viana

13. Elisa Brioa Escudero (2)

14. Esperanza Temprano Posada (1)

15. Fernando Vicente (1)

16. Fortunata Pérez de la Ossa (1)

17. Hugo Perea (2)

18. Javier Ximens (2)

19. Jesús Humberto Olague Alcalá (1)

20. Josa Rodríguez Hódar (1)

21. Jose Luis Sandín (1)

22. Juan Luis López Anaya (1)

23. Juan Romagnoli (2)

24. Kum* (1)

25. Laura Garrido (2)

26. Leire Brenan (2)

27. Lucía García Moral (1)

Page 4: Colaboraciones II

28. Luisa Hurtado (2)

29. M.A. (1)

30. M. Ángeles Martínez (1)

31. Manuel Rebollar Barro (1)

32. Mar González (Puck) (1)

33. Mar Horno (1)

34. María José Abia Sainz (1)

35. Mariela Méndez (1)

36. Mayte Sánchez Sempere

37. Mei Morán (1)

38. Miguelangel Flores (1)

39. Miguel Ángel Molina (1)

40. Mis textículos (1)

41. Montse Aguilera (2)

42. Nicolás Jarque (2)

43. Niño Cactus (2)

44. Norhra Velez (1)

45. Pablo Gonz (2)

46. Paloma Hidalgo (1)

47. Patricia Nasello (1)

48. Pedro Alonso Da Silva (1)

49. Pedro Llamazares González (2)

50. Pedro Sánchez Negreira (1)

51. Purificación Menaya Moreno (2)

52. Rosa Martínez (2)

53. Sandra Montelpare (2)

54. Santamaría (1)

55. Santiago Eximero (1)

Page 5: Colaboraciones II

56. Sara Lew (2)

57. Sara NY (1)

58. Su (2)

59. Sucede (1)

60. Torcuato González Toval (1)

61. Víctor Lorenzo (1)

62. Volarela (2)

63. Yashira (1)

Page 6: Colaboraciones II

Colaboraciones II.

Idea original: Juan Luis López Anaya.

Revisión de textos: Por parte de cada autor.

Diseño: Juan Luis López Anaya.

Ilustraciones: Juan Luis López Anaya.

Todos los derechos reservados.

De los textos: Los Autores.

De las ilustraciones: Juan Luis López Anaya.

Para distribución gratuita en medios electrónicos.

http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/deed.es

Colaboraciones II se comparte bajo un acuerdo de licencia Creative

Commons versión 3.0. Puede ser difundido o distribuido parcial o

totalmente siempre que se reconozca de manera pública el crédito de

los autores, se utilice para fines no comerciales y se otorgue una

licencia similar en caso de que de su uso resulte una obra derivada.

Page 7: Colaboraciones II

OLEAJE

Agustín Martínez Valderrama

http://acusmartvald.blogspot.com.es/

La mar va y viene, viene y va, como el coño de la

Bernarda. La mar, la puta mar, se contonea y gime como el fuelle

oxidado de un viejo colchón. Luis toca el piano desnudo frente a

la ventana y espera que una ola iracunda, salvaje, lo engulla y

arrastre al fondo. Pégate un tiro o vete a vivir a un camping, dice

la canción. Pero Luis nunca fue hombre de mar, de dormir al raso.

Hay, ya se dijo, mares que vienen y van, mujeres que lloran,

coños que huelen a salitre, pianistas que flotan. Y así.

Page 8: Colaboraciones II

DECONSTRUCCIÓN

Agustín Martínez Valderrama

http://acusmartvald.blogspot.com.es/

Un diáfano destello dieléctrico desgaja la euritmia cual devastador desvelo de desdicha y desazón. En su desdén, nada detiene la deriva de su desquicio, el desvío de su desatino, el desenfreno despiadado de su designio decrépito. El desafecto - desliz, deceso, devaneo y dislate del desamor - deviene en desaliento y desluce el descrédito diligente de la dúctil derrota desvalida. Todo lo dispersa, disipa, disemina, disuelve, divide, disgrega, dilapida, dirime y difumina. Se desvanece el deseo, desaparece el delirio, se diluye el desvarío. Distantes. Desnudos. Sístole. Diástole. Tú y

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LA FIGURA NEGRA

Amparo Martínez Alonso (Petra Acero)

http://petraacero.blogspot.com.es

—…Y esta es la última.

—Pues a mí me ha entrado hambre. Siempre me pasa con las

esculturas negras.

El pequeño grupo se dirige hacia el restaurante del museo.

—¿De verdad quieren hacernos creer que esos humanos oscuros

se pasaban el día pidiendo?

—¿Humanos?

Page 10: Colaboraciones II

Amparo Martínez Alonso (Petra Acero)

http://petraacero.blogspot.com.es

Abro el trastero. Sus ojos vivos me miran llenos de ilusión.

Con el cuchillo en la mano me acerco. Él no vuela, pero mueve

sus alas impulsándose hacia mí. Me paro, espero. Llega acalorado

y me sonríe. ¿Por qué? Me siento incómodo. Escondo el arma

detrás de mi espalda, como un traidor. Me picotea un zapato, el

derecho. Me mira desde abajo con gesto agradecido.

Permanezco inmóvil. Él sigue con sus caricias, alternando sus

picotazos de uno a otro de mis zapatos. Le dejo hacer. Me mira

cada tres picotazos, como interrogándome, como si esperase

algo de mí, alguna recompensa por su picoteo acompasado: tres

golpecitos a mi puntera derecha y mirada hacia arriba; tres

golpecitos sobre la izquierda y mirada arriba… Siempre buscando

mis ojos, mi gesto, mi asentimiento… ¡Yo qué sé! Continuo

parado, esperando… Mi pato repite su picoteo, yo sigo sin

entender.

Me cambio el arma de mano y deja de sonreírme. Entonces patea

su pata derecha y coloca sus alas en jarras. Permanece así,

pateando y mirándome como una madrastra muy enfadada;

luego bascula su peso a la otra pata, sin alterar la postura en

Page 11: Colaboraciones II

jarras, y golpea las baldosas del trastero con su pata izquierda.

Escondo el cuchillo en el bolsillo trasero de mis vaqueros y,

lentamente, le muestro mis manos vacías. Él relaja sus alas y me

devuelve la sonrisa, forzando tanto el gesto que me recuerda una

máscara: la del pato diabólico. Retrocedo. Camino de espaldas

hacia la puerta, como una gallina, pero no me importa. Cuando

palpo el picaporte sonrío de verdad. El pato diabólico sigue ahí,

parado, sin quitarme ojo.

En la cocina, con el cuchillo otra vez en mi mano derecha,

corto las naranjas y me hago un zumo.

Page 12: Colaboraciones II

CAÍDA LIBRE

Ana Crespo Tudela

http://acuatroletras.blogspot.com/

Oigo los gritos de los vecinos

pidiendo que no lo haga. Mi

madre, a mis espaldas suplica

mi clemencia, pero yo ya

estoy dispuesta, así que la

balanceo cogida por las

orejas y canturreo.

_La tiro, o no la tiro. La tiro, o

no la tiro

Hecho!! La lanzo por los aires

mientras observo cómo cae

en mitad del patio. Tan solo

unos segundos de suspense.

Por fin se mueve, está viva. Un

suspiro de alivio, recorre la

manzana. Y triunfal me giro y

le digo.

_Ves mamá como sí que

tienen siete vidas.

Page 13: Colaboraciones II

SHERLOCK

Ana Crespo Tudela

http://acuatroletras.blogspot.com/

Quién hubiera imaginado que cada noche a las 12,

puntual como el Big Ben, al cerrar la puerta de su dormitorio, se

quitaba el traje de hombre tranquilo, se ponía el disfraz de

Sherlock, se sumergía en la lectura de una novela policiaca y

jugaba a adivinar quién era el asesino, antes de llegar al

desenlace de la historia.

Page 14: Colaboraciones II

FEÍSMO

Ana M. Blanco

http://arrimadosalasombra.blogspot.com.es/

Son las doce de la mañana. Se acaban de abrir las puertas

de la sala. Numerosos periodistas se arrebujan en las escaleras de

los juzgados. Parece ser que a consecuencia de una mala gestión

protocolaria no ha podido llegar a tiempo la solicitud de indulto

para la acusada.

Los hechos tuvieron lugar el mes pasado cuando, en

cumplimiento de la orden ministerial, se suprimieron de las

praderas septentrionales del país las socorridas bañeras-

abrevadero, dando lugar a sonadas algaradas del ganado bovino

en las plazas de los ayuntamientos, con los consiguientes

disturbios. La vaca instigadora, que respondía al nombre de

Walesa, fue detenida como escarmiento. Mañana será sacrificada.

Page 15: Colaboraciones II

IBERDROLA

Ana M. Blanco

http://arrimadosalasombra.blogspot.com.es/

Se privatizaron las energéticas, subieron los recibos y se

felicitaron todos por el libre comercio.

Para evitar las malas lenguas, una se disfrazó de verde y

erigió un monolito de proporciones gigantescas, a fin de adornar

la ciudad. El monumento es aparentemente ecológico e

inofensivo. Pero en las noches de luna llena, excitado tal vez por

la visión de algún cráter lunar, se transforma en un henchido falo,

enciende su muselina blanca de esperma y amenaza a la

población con una lluvia ácida.

Page 16: Colaboraciones II

LA NEGRURA PESA

Ana Vidal

http://relatosdeandarporcasa.blogspot.com.es

Abre un ojo, ha dormido suficiente pero todavía no es de

día ¡qué raro! Trata de conciliar el sueño, pero no puede. Se

siente extraño pero no sabe por qué. Abre el otro ojo y nota algo

pesado que le cubre. La noche hoy es diferente: pesa.

Se acerca a su compañera pero no la encuentra a su lado,

sino más arriba, entre una capa espesa y negra. Se eleva hacia la

superficie, no nada. Qué raro, piensa, qué estará haciendo, se

pregunta.

Entonces él mismo empieza a boquear, le falta oxígeno, el

agua pesa en sus branquias. No es agua. Todo se vuelve negro a

su alrededor. Flota.

Page 17: Colaboraciones II

HASTA LA LUNA

Ana Vidal

http://relatosdeandarporcasa.blogspot.com.es/

Sabía que encontraría a la

princesa de mis sueños,

aunque tuviera que ir a la

luna a buscarla. Ahora

estamos juntos, ella me

acompaña siempre. Y yo la

besaré cuando me

acostumbre a esta

atmósfera, en cuanto pueda

quitarme la escafandra.

Page 18: Colaboraciones II

MASCOTAS

Arte Pun

http://codivergencia.blogspot.com.es/

Aunque ya es tarde y le he cogido cariño, a veces pienso

que me equivoqué de mascota. Se llama Rodolfo. Es muy

independiente, y con carácter. Me escucha con atención pero

hace lo que le parece. Desordenado, todo lo que toca lo deja por

medio. Para comer es muy delicado, cuatro son las comidas que

le gustan, y no lo intentes cambiar. Y hablar, poco, lo justo, no es

de los que maúllan por maullar. En cambio, sí tiene una estrella,

es muy zalamero, y todo lo que quiere de mí lo consigue cuando

me viene con su ronroneo. Porque, yo tengo un hombre, ¿qué

tienes tú?

Page 19: Colaboraciones II

ENTRE LOS BESOS

Carmen Martínez Marín

http://aymaricarmen.blogspot.com.es/

Los besos parecen peces que flotan entre los intervalos de

las olas, fundiéndose entre labios de sabores salinos entre

milhojas dulces, escritos sobre la mar en su caleidoscopio, son

besos de colores que navegan entre caricias de agua, fluyen y

salen a nado en busca de bocas o vienen mezclados entre las

redes de los pescadores cuando llegan a puerto.

Sentada en la orilla, sobre la fina arena o asomada por la

ventana de un cuadro conocido, está esa mujer de azul que

contempla el mar y la magia de los besos. Entre los besos dados

y los que le quedan por dar, se queda entre los últimos.

Page 20: Colaboraciones II

¡MÍRENLAS!

Carmen Martínez Marín

http://aymaricarmen.blogspot.com.es/

La luz era tenue y el aforo estaba completo:

―La palmera mira al cielo y a la tierra con ojos amarillos.

Con sus múltiples brazos saluda al aire que la agita. Sus ojos

parecen los de un cíclope de huerto; vigilante de los demás

congéneres de su alrededor.

Y la morera sola. En soledad perpetua, además de

desnuda ahora que le han podado las ramas. Escucha las voces

de los que pasan por su lado y observa, un poco tuerta, la mirada

furtiva de los otros.

Ahora bien cuando de las moreras cuelgan las ramas

repletas de hojas verdes y los naranjos empiezan a florecer, en mi

ciudad se combinan los colores y los sabores con los sentidos, en

una encrucijada de caminos distintos, pero parecidos haciendo

que los que deambulan por las calles sientan ese aire diferente

que los impregna, hasta tal punto que sin querer, se creen otros.

Otra imagen habitual que sirve de ornamento a parques y

jardines en los tiempos modernos es el olivo. De cuándo este

árbol de labor y rico fruto, es un elemento de adorno. Hoy en día

tan usado en los minúsculos parterres del nuevo formato de

vivienda, en el extrarradio de las ciudades…

…Y la palmera sin viento parece dibujada; cuando salgan

a la calle ¡Mírenlas!‖.

Page 21: Colaboraciones II

Así empezaba la joven Licenciada en Medio Ambiente su

ponencia en el ―Primer Encuentro para Ciudades Sostenibles‖. El

aforo del auditorio quedó en un silencio tan delicado como

patente. Al terminar su exposición, recibió un aplauso sonoro y

rotundo.

Page 22: Colaboraciones II

REALIDAD

Caro Fernández

www.tripl-c.ning.com

Es la princesa quien, indefectiblemente, debe besar al

sapo. Si fuese al revés, la mayoría de los cuentos terminarían con

un príncipe soltero o conviviendo con la cruel bruja, que puede

ser muy diabólica pero carga con un cuerpo escultural.

Page 23: Colaboraciones II

JAVI

Che Ruiz Hódar

http://yotambientengounblogpuntocom.blogspot.com.es/

Era un niño muy imaginativo. Muchas veces, estando solo

en su habitación, lo escuchaba hablar con el sentido de quien

conversa con un amigo, entre sus juguetes, jugando como quien

juega con un compañero. Cuando se sentaba a la mesa tampoco

parecía sentarse solo. Incluso cuando nos tumbábamos juntos en

la cama, debíamos dejar un hueco para aquel amigo

omnipresente aunque invisible a cualquier vista que no fuera la

suya. ―Se llama Javi.‖, me dijo un día. ―Tiene cinco años y la ropa

mojada porque se ahogó en la piscina‖. ―¿Y cómo sabes tú eso?‖,

pregunté asombrada. ―Me lo ha dicho él‖, contestó

escuetamente.

Durante aquel verano Javi vivió entre nosotros como uno

más. Había días, sin embargo, en los que no aparecía y cuando

preguntábamos dónde estaba, la respuesta era ―Lejos‖. Y seguía

impasible con lo que estuviera haciendo, como si la ausencia

esporádica de aquel compañero fuera natural.

A principios de septiembre, un domingo aciago, su cuerpo

apareció flotando en el agua. No sé cómo pudo llegar él solo a la

piscina en la oscuridad de la noche o al filo del amanecer. No sé

cómo se le ocurrió bajar solo la calle hasta llegar a la zona

vallada y cerrada de noche por el vigilante de la urbanización. No

sé qué le impulsó a lanzarse al agua. Hace ya veinte años de

aquello, hoy ya sería un hombre de veinticinco. No obstante, el

recuerdo todavía duele como aquel día en que se rompió mi

corazón.

Page 24: Colaboraciones II

A veces la brisa trae a mis oídos una risa infantil

multiplicada y confío con toda la fuerza de mi alma en que no

estén solos, confío en que no sientan la fría humedad del agua,

confío en que no estén jugando con un niño vivo.

Page 25: Colaboraciones II

REYES MAGOS DE ORIENTE

Danik Lamma

http://daniklamma.blogspot.com.es/

En la mañana del 6 de enero, de la cama cayeron unos hilitos pegajosos. El niño corrió a despertar al padre, excitado y sorprendido.

—¡Papá! ¡Papá! ¡Los Reyesssss!

—¿Vinieron? —Responde el padre todavía adormilado por la faena nocturna—

—¡Sí, vinieron y me dejaron toda su magia!

—¿Y...los regalos? —Pregunta el padre, divisando los envoltorios intactos y conduciendo al niño hacia los paquetes acomodados en la sala—

—¡Mira Mario! ¡Hay que abrir los regalos!

—No, no, papá. ¡No soy Mario, soy Spiderman!

Page 26: Colaboraciones II

¿RASCACIELOS?

David Moreno

http://microseñalesdehumo.blogspot.com

Hace unos días que estrené el nuevo

ascensor. Descendiendo hasta la planta

calle, sucedió que primero me creció el

pelo, luego noté en la cara acné juvenil

y finalmente, justo cuando el ascensor

se detuvo, me encontré babeando, a

cuatro patas y con pañales.

Desconcertado, alcé la cabeza y los

botones quedaban altísimos.

Ante la ausencia de vecinos, tan sólo

pude gatear escaleras arriba con la

suerte de que ya en el primer piso, me

crecieron los dientes y en el segundo,

aunque inestable, mi cuerpo se

enderezó.

Ahora voy por el piso setenta, ayudado

por un bastón.

Page 27: Colaboraciones II

PRINCIPIOS ROTOS

David Moreno

http://microseñalesdehumo.blogspot.com

De niño prometí a mi padre, que nunca me arrodillaría

ante nadie. Que eso es de cobardes. Y los Menéndez, no lo

somos.

Doy fe que no lo he hecho en ninguna situación adversa

de mi vida. Ni en el colegio cuando el grupo de los mayores me

dejó en calzoncillos en el recreo, ni en la mili cuando el primer

día los compañeros veteranos me despertaron apuntándome con

sus fusiles.

Esto es distinto.

Sin poder contener las lágrimas y con las rodillas clavadas en el

suelo de la iglesia, ruego a Dios que no se lo lleve tan pronto.

Page 28: Colaboraciones II

TRES TRISTES TIGRES

Elena Casero

http://escriptorum54-adlibitum.blogspot.com.es/

Era normal escuchar en las conversaciones de los mayores

las referencias hacia el lugar lejano que habían dejado atrás,

muchos, muchos años antes. No parecían ponerse de acuerdo en

las razones de aquel viaje. Unos decían que el planeta no era el

mismo, otros alegaban el instinto de aventura, otros la necesidad

de buscar nuevos espacios para los más jóvenes. Pero en sus

respuestas encontrábamos contradicciones y tristeza. Tan sólo

parecía haber un recuerdo común al que todos aludían con un

deje de añoranza, con los ojos enrojecidos: el paisaje, los

abrumadores colores y sonidos de la naturaleza, las puestas de

sol y el murmullo de los bosques en otoño.

Antes de que el sol enrojeciera, los tres tomamos una

pequeña nave y nos dirigimos, impulsados por la curiosidad,

hacia el lejano mundo originario de nuestros antepasados. Un

pequeño planeta llamado Tierra. Nada más aterrizar pensamos

que habíamos confundido las coordenadas. Los colores eran

abrumadoramente grises y el único sonido que llegó hasta

nuestros oídos fue el del silencio.

Page 29: Colaboraciones II

RENACER

Elisa Brioa Escudero

http://elystone.blogspot.com/

Todo estaba perdido, sólo negación y desánimo. Muchos

abandonaron la fe, se rindieron.

Algunos niños asustados ante tanta aridez empezaron a

llorar, se fueron uniendo más; después algunos adultos: poetas,

escritores, dibujantes, soñadores que todavía conservaban la

capacidad de creer.

Fueron muchas las lágrimas derramadas, el caudal de ese

llanto empapó la tierra seca y sin vida que era su hogar. De

pronto… algo les hizo tambalearse; primero fueron pequeñísimas

vibraciones, después leves temblores y al fin ante la mirada

atónita de los incrédulos y la luminosa expresión de los que

había regado el cuerpo de la Tierra, allí estaba.

Una pequeña ramita verde, apenas una minúscula mota

sobresaliendo de la humedad, desafiando a los incrédulos y

agoreros, regalando esperanza para los soñadores, anunciando

una nueva forma de empezar a convivir con el mundo de los

seres vegetales.

Page 30: Colaboraciones II

PUNTO DE APOYO

Elysa Brioa Escudero

http://elystone.blogspot.com.es/

No, señor juez, no

pienso declararme culpable.

No lo soy, hice lo que mi

conciencia me dictaba.

Sí, si tengo algo que

alegar y me gustaría

contarlo y que me

atendieran con cuidado.

Ahora sé que llegué hasta

aquel camino por un

motivo: escuchar la

desesperación de aquel

hombre. Y la escuché ¡vaya

si la escuché…! Lloraba

como un niño, ¡no! como un

animal herido. Lo que vi fue

un tipo estrujando una

gruesa cuerda, apoyado en

el tronco del único árbol de

aquel secarral. Ya no quería

vivir, ignoraba como seguir

y no le quedaban fuerzas.

¿Qué debía hacer yo?

Solo fui el punto de apoyo,

nada más. Eso no es un

crimen ¿verdad?

Page 31: Colaboraciones II

LA TRISTE HISTORIA DE LA TIA RITA

Esperanza Temprano Posada

http://elrastrodelapalabra.blogspot.com

Nació ya siendo mayor y

se perdió lo mejor, por

eso siempre luce la

sonrisa de un monigote

triste. Se quedó

enganchada en esa

guerra que le robó los

besos que nunca dio y

los novios que nunca

tuvo, y se refugió en la

pegajosa felicidad de las

pastillas de café con

leche. Una noche de

marzo, cuando los

caramelos empezaron a

saberle a café amargo,

saltó al vacío, pero se

levantó y siguió

muriendo. Ahora ya ni

los prueba, no sea que

se le peguen a los

dientes que no tiene y a

los recuerdos que no

guarda.

Page 32: Colaboraciones II

RESTOS ARQUEOLÓGICOS

Fernando Vicente

www.fernandovicente.me

En los últimos meses se ha intensificado el enfrentamiento

entre los representantes de las dos principales corrientes de

investigación arqueológica. El motivo de la disputa es la

morfología, taxonomía y preeminencia de la vida animal que un

día pobló el planeta conocido por Tierra.

Así, la Escuela Arqueológica de Urano sostiene que la vida

fue primordialmente terrestre, según han podido deducir sus

investigadores de los documentos hallados en las excavaciones,

entre los que se encuentran los llamados legajos «Carnecería

Garrote. Carnes del país. Toro de lidia durante toda la

temporada».

Sin embargo, para una fundación adscrita a la Universidad

de Marte, la vida fue primordialmente acuática. En defensa de su

teoría exhiben unos documentos hallados en un yacimiento

cercano al de sus rivales y que denominan «Lourdes. Pescados

del Cantábrico. Marisco directamente desde las lonjas».

Pero en lo que ambas corrientes coinciden es en que la

vida en el planeta se extinguió en un estado de placidez y

felicidad absoluta, como prueban profusamente los restos

denominados «CocaCola».

Page 33: Colaboraciones II

LA SIRENA

Fortunata Pérez de la Ossa

http://afortunata.blogspot.com.es/

Al atardecer, iba a pescar con mi padre. Caminábamos

hasta una zona de rocas, él arriba, y yo abajo. Me gustaba ver

los círculos concéntricos en el agua y las sombras de los peces

nadando.

Fue una noche de luna nueva; un pez volador emergió del

mar agitando las alas, cientos de gotas se esparcieron por el aire,

de ellas brotaron mariposas doradas que subieron hasta el cielo.

Quise volar tras ellas.

Esa noche mi padre me llevó en brazos envuelta en una

manta.

—Mirad, traigo una sirena —dijo.

Y fue verdad, nunca más supe caminar sobre la tierra.

Page 34: Colaboraciones II

RENATA

Hugo Perea

http://microrrelatosexecrables.blogspot.mx/

Le dije a mi hija que los monstruos no existen. Ella cerró

sus nueve ojos, satisfecha con mi respuesta. Y me alejé volando.

Page 35: Colaboraciones II

BUEN SAMARITANO

Hugo Perea

http://microrrelatosexecrables.blogspot.mx/

Cada semana acude al hospital a donar un poco de

sangre. Pero nunca es la suya.

Page 36: Colaboraciones II

EL POZO DEL DESEO

Javier Ximens

http://ximens-montesdetoledo.blogspot.com/

Sacar el cuerpo del pozo le costaría poco esfuerzo. En

silencio oprimido, el viejo Tiburcio tejió una red con atillos de

esparto, como la que hacía para resguardar en el redil a las

indefensas ovejas del ataque de los lobos despiadados. En

presencia del señor Juez, de la Guardia Civil y de su joven mujer

—que con lágrimas deshilachadas y manos trémulas estrujaba el

mandil en un rincón del patio—, colocó el aparejo alrededor del

cadáver del señorito Andrés, que flotaba en el agua. Enhebrada la

cuerda a la polea, lo extrajo.

Arrojarlo le había costado mucho más.

Page 37: Colaboraciones II

EL PESCADOR DE LÁGRIMAS

Javier Ximens

http://ximens-montesdetoledo.blogspot.com/

En Ibiza, enganchada entre sus redes, un pescador ha

recuperado un ánfora fenicia llena de lágrimas. Lo supo por el

aroma de llanto. Son de las mujeres de los pescadores que la mar

se quedó. En una de ellas, la más grande y cristalina, le ha

parecido ver el rostro de su padre y ha sentido la fragancia de su

madre.

Después de abismar la vasija en el azul y empujado por

brisas d gaviotas, ha remado rápido a puerto con deseos de

abrazar a su mujer y decirle a su madre, con voz afable, que ya

no hace falta que vuelva a llorar en el acantilado.

Page 38: Colaboraciones II

ERROR DE CÁLCULO

Jesús Humberto Olague Alcalá

http://jholaguepersonal.blogspot.com

Tomás Feliú se levantó temprano y preparó el globo,

mientras Jesús González Green dispuso el equipaje necesario. La

ruta estaba bien definida, y la intención también. No esperaban

que, apenas alzar el vuelo, un viento de levante les lanzaría por

los aires en sentido contrario al que se habían trazado. Cinco días

después, al descender en Venezuela, González Green lanzó un

suspiro de alivio, ¡no era Santa Cruz de Tenerife pero también en

Maturín había carnaval! Después de todo podrían utilizar el

contenido del maletín: algunos pares de zapatos puntiagudos y

arriscados, varios trajes coloridos de arlequín y una pequeña

colección de máscaras y antifaces a juego.

Page 39: Colaboraciones II

REMORDIMIENTO

Jesús Humberto Olague Alcalá

http://jholaguepersonal.blogspot.com

Me siento como un ciego, un sordo, un mudo. Las horas

pasan y los recuerdos me escarban las entrañas, me carcomen y

hacen túneles, como las hormigas bajo los árboles que alimentas.

Page 40: Colaboraciones II

EL BESO AZUL

Josa Rodríguez Hódar

http://josamotril.wordpress.com/

El beso azul es el menos de los

besos, ese que se da cuando uno se

despierta cuando se tiene que

marchar. Es ese ósculo que no se

puede dar porque a quien quieres

darlo… ¡Ese ya no está! Ni estará.

El beso azul es ese que

imaginas porque ya no te pertenece,

Aunque conserves su sabor. Ese beso

se pierde en el azul, pintándose

también de azul, ―azulando‖ lo gris y

lo negro, volando y posándose en el

aire, y allí viaja hasta esos labios, ya

muertos, donde se posa tranquilo, sin

que ella lo sienta…sin que ella sepa

nada de mí… Y luego vuelve a mí,

siempre vuelve, y se queda a mi lado

disfrazado de beso, siempre pintado

de azul, como el cielo que lo entregó

y como el mismo que lo trajo siempre

manchado de azul… Azul, nunca de

rojo fuego, que es el color de todos

los besos que ya nunca podré darte…

El beso azul es una lágrima que se derrama, y que no me

atrevo a secar.

Page 41: Colaboraciones II

TORMENTA

Jose Luis Sandín

http://josseluiss.blogspot.com/

Los rayos caían con tristeza, acaso con palidez: ya no había

árboles que los recibieran.

Page 42: Colaboraciones II

PENSAMIENTOS

Juan Luis López Anaya

http://dididibujos.blogspot.com.es

Prisioneros en círculos individuales de egoísmo concéntrico, vacíos de ilusión y movimiento...¿hasta cuándo?

Page 43: Colaboraciones II

RECORTES

Juan Luis López Anaya

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Consumo Resumo Recorto Y aprieto

"pero la calidad en sanidad es la misma" Aumento Masifico Castigo

Y condeno "pero la calidad en la educación es la misma"

Miento Engaño

Manipulo Y me enriquezco

pero quiero más, por eso soy político.

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TUIT I

Juan Romagnoli

Parece que mi donante de corazón estaba enamorado de

la misma mujer que yo. Increíble.

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TUIT II

Juan Romagnoli

Aquel hermoso unicornio, para no llamar la atención,

simulaba ser un caballo que iba a una fiesta de disfraces.

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AROA

Kum*

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Aroa habitaba el presente. No entendió nunca de mañanas

ni de ayeres. Vivía su vida sin más, consumiendo los instantes

como quien saca agua del mar. Pequeña como un santiamén y

bella como un orgasmo, sentía una cercanía innata y un cariño

natural por todos los seres con los que compartía el planeta:

personas, animales, plantas, pero también por las rocas, el fuego,

la lluvia, el viento, la pradera o la montaña.

Aroa no lloró nunca. Nació con los ojos abiertos,

celebrando con balbuceos la alegría de una nueva vida. Aquel día

no murió nadie, ni cerca ni en ningún sitio. Ni siquiera fue

miércoles, lunes o domingo, no llovió, no hizo frío ni calor. Nada.

Aquel día sólo ocurrió su llegada al mundo.

La comadrona que asistió el parto estuvo un rato dándole

vueltas al bebé buscándole las alas, convencida como estaba de

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que aquella criatura tenía que ser un ángel, por su belleza, su

felicidad y la calidad de su piel, que tuvo siempre la textura de

los momentos alegres.

Sus padres, Sol y Luna, eran dos hippies practicantes del

amor libre que creían a su manera en dioses de su propia

invención. Dioses con cabeza de animal y nombres

impronunciables que tallaban ellos mismos en el corcho de los

árboles. Varias veces estuvieron a punto de asfixiar a la niña Aroa

con el humo de las velas y los inciensos con los que celebraban

sus días sagrados, que eran uno sí y otro también. Luna y Sol

eran adictos a los abrazos, amantes de los animales y

vegetarianos recalcitrantes, claro, pero su hija fue más allá: se

alimentaba exclusivamente de los frutos y las flores que se

desprendían a su paso de los árboles con los que solía hablar,

jugaba con las pirañas del río y los escorpiones velaban su sueño.

Nunca le temió a nada, nunca nada le hizo daño.

Una noche de equinoccio a sus padres se les fue la mano

con los hongos alucinógenos y agarraron un globo tal que

salieron flotando hacia el sureste cantando mantras inventados y

no regresaron jamás. Aroa esperó tres días y tres noches

contando hormigas. En el cuarto amanecer le prendió fuego a la

casa y puso rumbo a su destino, llevando sólo en su bolsa un

reloj que daba el Ahora y una brújula payasa que señalaba el

Aquí.

Atravesó las Montañas del Norte escoltada por los lobos

que cuidaban sus descansos, recorrió las Ciénagas del Olvido a

lomos de los caimanes, y llegó por fin a los bosques que desde

siempre se le aparecieran en sus vigilias. Fue allí donde los búhos

la guiaron hasta el sendero que terminaba en la plaza.

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El día que llegó Aroa no murió nadie en el pueblo ni pasó

nada en la aldea. Sólo ocurrió su llegada.

Al verla pasar los vecinos se daban la vuelta para mirarle

las alas, convencidos de que era un ángel por la expresión de sus

ojos y el matiz de su sonrisa, que tuvo siempre la cualidad del

contagio. El padre Anselmo, cercano ya de la muerte, pensó que

era un querubín que venía a anunciarle algo. La China, al

barruntarla en el bosque, recordó con cierta nostalgia los

tiempos ya remotos de las hadas. El Pulga se enamoró de ella sin

haberla visto siquiera, cuando las bestias fueron al prado a

contarle de su llegada. Buenaventura se la cruzó camino de la

taberna y ya sentado en su mesa, después de un trago de ron,

dijo como para nadie:

—La vida se vive a sí misma.

Amador fue el primero en saludarla. Deslumbrado por su

belleza y ahinado por el aroma como a rosas que desprendía,

sólo acertó a quitarse el sombrero y a decir a trompicones:

—Bienvenida…

Aroa se le acercó y lo abrazó de puntillas. Él, sobrecogido,

respondió como pudo al abrazo, como con miedo a romperla, y

así estuvieron durante más de tres horas, paraditos en la plaza,

sintiéndose el uno al otro, mientras el resto del pueblo desfilaba

alrededor murmurando cosas sobre el amor y la dicha.

Desde que la niña llegara, la meteorología, que el padre

Anselmo consiguiera meter en vereda a base de procesiones ya

tantos años atrás, volvió a olvidarse del calendario y llovía, hacía

frío o calor, no cuando era de ley, sino cuando a Aroa se le

antojaba. Tal era su conexión con el universo que jamás tuvo que

pedirle nada. Le bastaba por ejemplo con desear un día nublado

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para que el sol fuera haciéndose el despistado a esconderse tras

de un cirro o un estrato. Amanecía cuando ella despertaba y la

noche llegaba con su sueño. Y así fue que las estaciones se

acomodaron a sus caprichos y las cosechas a sus antojos. Nunca

hubo en la aldea tomates de aquel tamaño, tal abundancia de

todo, ni se había visto antes semejante orgía floral por todos

lados. Bastaba con que la muchacha Aroa pasara por un cortijo,

una calle o una cueva, para que al rato en aquel lugar florecieran

hasta los caracoles.

Aroa no se murió. Se despegó del suelo una tarde, como

aquella vez sus padres, y se fue volando quedito rumbo a su

nuevo destino, acaso cerca del cielo o en algún lugar mejor. El

día que se marchó no pasó nada en el pueblo, ni murió nadie

tampoco. Sólo ocurrió su partida. Quizás al Pulga en su prado se

le escapara un suspiro de más, al padre Anselmo en su iglesia un

ya era hora envidioso y a Bienvenido en su tasca una lágrima de

menos que se enjuagó con el trapo de sacar brillo a los vasos

mientras el colibrí, posadito en su hombro izquierdo, dormitaba

feliz una de sus siestas diminutas.

Su marcha les dejó a todos la nostalgia alegre de haber conocido

a un ángel y la certeza contenta de que los seres de luz nunca se

van del todo aunque no se queden nunca.

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HISTORIA DE UN PARAGUAS, UN FLOTADOR Y UN CRISTAL

Laura Garrido

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Emily equivocó una parte de su vida al casarse con

Jon. Jon acertó por primera vez en su vida al casarse con Emily.

Ella, muy responsable. El, despreocupado. Ella, hormiguita, él,

cigarra. Un día el amor resbaló por el cristal de la ventana hasta

desvanecerse con las primeras lágrimas de Emily.

El abrió su paraguas, ella se compró un flotador. De la casa

donde vivían, sólo les dejaron llevarse el cristal de la ventana.

Emily lo llevaba bajo el brazo con sumo cuidado para no pinchar

su flotador. Jon sólo llevaba el paraguas. Llegaron andando hasta

la costa, y Jon vio la libertad dibujada en las olas del mar. Le

arrebató el flotador a Emily y la abandonó en la orilla junto al

cristal y el paraguas. Emily se sentó protegida por su sombrilla-

paraguas y observó a través de su cristal-ventana.

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A Jon se le pinchó el flotador y pidió ayuda agitando los

brazos.

Emily no sabía nadar. ¿Cómo salvar a un hombre con un

cristal y un paraguas? Sus lágrimas resbalaron de nuevo por el

cristal, igual que el día que él abrió su paraguas.

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AVES DEL PARAÍSO

Laura Garrido

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No es extraño que en el paraíso existan aves, ni que las

aves más bellas, se llamen aves del paraíso.

No es extraño que un día me comprara un plumero con

cien mil plumas de colores y le enseñara a volar.

No es extraño que mi plumero volara y que lo hiciera

igual que las aves del paraíso.

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Lo extraño es que recorriera el mundo sobrevolando esta

tierra en completa soledad.

Lo extraño es que ninguna de las treinta y nueve especies

de aves del paraíso se ofreciera para hacerle compañía en su

larga travesía.

Lo verdaderamente extraño es que desde hace varios días

no me haya cruzado con ningún ser humano.

Lo verdaderamente extraño es que el mundo se haya

sumergido en esta completa oscuridad y sea un plumero volador

el que me ilumina una hora al día. Extraño, sí, muy extraño.

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BEGOÑA CATAPUM

Leire Brenan

http://aliciavillares.blogspot.com/

Un mes llevaba Begoña Catapum anunciando a los cuatro

vientos sus vacaciones a destino exótico y secreto. Aprovechaba

la menor oportunidad para dejarlo caer: en la cola de la

panadería, en la sala de espera del dentista, en el rellano de la

escalera… Los vecinos del pueblo conocían de su preparación

metódica de maletas, del misterio que envolvía sus viajes, tan

preocupada de no herir los sentimientos de los menos pudientes.

Llegado el día de partir, la casa sonaba como si fuera a

desplomarse. Golpes de ventanas, lo atronador del dejar caer las

persianas, cajones, puertas, sillas, todo moviéndose sin orden y

con mucho escándalo. Tras el alboroto, salía Begoña Catapum

con sus maletas y en la espera paciente de un taxi se despedía

con besos efusivos de cualquiera que pasara a su lado.

Ya de noche, oculta de miradas indiscretas, Begoña

Catapum entraba en su casa acompañada del mayor de los

silencios. No encendía luces. No abría ventanas. No utilizaba

cisternas ni grifos. Sólo se sentaba callada en su butaca marrón, a

oscuras, y dejaba pasar su semana de vacaciones.

A hurtadillas, abandonaba la casa en la víspera de su

regreso, recogía las maletas en la consigna de la estación

ferroviaria y a la mañana siguiente volvía al pueblo con una gran

puesta en escena. Arrastraba calle arriba el equipaje, repartiendo

besos, abrazos y anécdotas emocionantes de su viaje. De nuevo

tras la puerta blindada el estruendo de su presencia: ventilar,

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limpiar, ordenar… Y los siguientes días transcurrían en un alardeo

constante de aventuras, paisajes, amores…

Un pueblo conocedor del secreto de Begoña, que se

preguntaba lo que haría encerrada en casa durante una semana y

le dejaba fantasear siguiéndole la mentira porque, al fin y al

cabo, era inofensiva, buena vecina y de la familia –siempre

respetada- Catapum.

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AGUDELO

Lucía García Moral

Vestidos de lunares interpretábamos mapas con el silencio

de secretos inconfesables...

Ebriedad del instante; manos furtivas; mirada baja de

quien siente el rubor.

Algún día te escribiré un poema con el ritmo de tus

pulsaciones, - pensé, mientras me dabas a probar, los corazones

de gominola en los que te habías convertido.

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EXPULSIÓN

Luisa Hurtado

http://microrrelatosalpormayor.blogspot.com/

La nave estaba llena de dolorosas y numerosas ausencias y

muchas de ellas señalaban a un único culpable.

Enfadado, Noé entró en el arca y echó a la pareja de

humanos.

―Esta vez sálvalos tú si te da la gana‖, dijo mirando al cielo

y sin más, fletó el barco.

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LOMBRILUZ

Luisa Hurtado

http://microrrelatosalpormayor.blogspot.com.es/

La foto que tienen delante hace

por fin justicia a la pequeña

lombriz que, capturada en primer

plano gracias a la pericia de

nuestro fotógrafo, trabaja más que

nadie, callada y anónimamente,

para que todos podamos disfrutar

de flores como ésas. Ella es el

mejor abono, ella oxigena y

remueve la tierra pero, sobre todo

y principalmente, como todos

ustedes saben, es una excelente

recicladora de desperdicios

orgánicos.

Sabe que fuera de la tierra su

vida corre serio peligro, sabe que

no es fotogénica; pero, mírenla en

esta foto, mostrándonos su mejor

perfil y lista para continuar con su

tarea

Si ella puede hacer tanto, ¿se

imaginan qué no podríamos hacer

nosotros?, ¿se lo imaginan?

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M.A.

http://explotarenelvacio.blogspot.com/

LOS ALMENDROS SON MENTIROSOS. Y DESHONESTOS;

SE DEJAN FLORECER POR CUALQUIER:

Febrero

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ANHELO

M. Ángeles Martínez

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Ola que has venido a mí sin ser llamada,

Ola que te vas con otras almas.

Llévame contigo hasta tu almohada,

te llenaré de sueños y esperanzas.

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LA INTIMIDAD CORRECTA

Manuel Rebollar Barro

http://cazadoresdeintervalos.blogspot.com/

Esperas a que se haga más de noche, ya sabes cómo es el vecindario y lo que dirían si te vieran salir a estas horas. Ya está, es el momento, ya no hay luces que puedan delatarte. Aprovechas la oscuridad y avanzas por el callejón hasta llegar al garito que, oculto, te espera. Saludas al portero, entras y vas al baño de caballeros. Cierras con pestillo. Ahí está. Notas la excitación, palpas el bulto de tu pantalón. Lo sacas, le quitas el capuchón y gimes de placer cuando, sobre la puerta, marcas con bolígrafo rojo las faltas de ortografía.

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NATURALEZA

Mar González (Puck)

http://losjardinesdepuck.blogspot.com/

Le gustaba esconderse entre los árboles, correr con los

ciervos, seguir en el cielo la estela de los pájaros y, con los brazos

extendidos, jugar a ser mariposa. Siempre caminaba descalza

sobre la hierba y las gotas de rocío le besaban sus pies color

tierra. Ella era feliz, pero el bosque era cada vez más pequeño y

sus paseos más cortos. El primer día que pisó el asfalto notó

como sus raíces comenzaban a secarse. Para continuar su

camino, necesitó comprarse unos zapatos que se quita cada vez

que llega a casa. Tiene césped en el salón. Abre la ventana, mira

al cielo, extiende los brazos y, por un instante, le vuelve el color a

las mejillas.

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EL ÚLTIMO SUPERVIVIENTE

Mar Horno

http://marhorno.blogspot.com/

El espantapájaros mira el horizonte amarillo y seco con el

único ojo que le queda. Su pantalón, ya sin relleno, ondea al

viento solano como una bandera olvidada en el campo de

batalla. Hace mucho que ya no ve pájaros. Hace mucho que ya

no pasan nubes. Hace mucho que no se suceden las estaciones.

Sólo el mismo sol ardiente recorre en círculos polvorientos los

yermos campos sin cultivos. Por un agujero de su cabeza de tela

se van escapando las últimas briznas de paja y con ellas sus

recuerdos de lluvia fresca, ruido de azadón y verde huerta.

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NACER CON UNA FLOR EN EL CULO

María José Abia (MJ)

http://tampocotengoprisa.blogspot.com.es/

Con una flor en el culo se tiene la suerte de cara

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EL HACHA

Mariela Méndez

www.tripl-c.ning.com

DIRÉ: Sí, es el hacha de mi abuelo. Pero también diré, por

las dudas, que se la robaron hace tiempo. Toda ella resplandecía

con un hilo rechoncho de sangre fresca. Y se irán por donde

vinieron.

Se acercó don Zoilo y me dijo: parece que mataron a

alguien aquí cerca.

Salí corriendo entre las chilcas, a

curiosear cómo era un muerto.

Tuve que taparme la boca para

no gritar al ver algo tan

horrendo, lo habían partido en

dos, justo en el medio del

ombligo. Me acerqué otro poco,

para sentir lo que siente un

héroe, le miré la cara y salí

cuarteando la tierra. Ese hombre

anoche me llevó por delante

cuando iba de regreso a la casa.

Mi madre lloraba mucho y se la

panza. Su vestido era una hilacha.

Me mandaron a dormir

temprano.

De refilón pude notar que en la pared ya no estaba el hacha.

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EL PÁJARO

Mayte Sánchez Sempere

http://maytesanchez.blogspot.com.es/

Ainhoa se asomó a la ventana. Un pájaro escarbaba con patas y pico entre las hojas muertas. No era un mirlo.

El pájaro levantó despacio la cabeza y la giró para, con el ojo derecho, mirar a Ainhoa. Volvió a girar la cabeza y la miró con el ojo izquierdo. Ainhoa se imaginó cómo la vería el pájaro: plana y desenfocada.

Del pico rojo colgaba una lombriz que no dejaba de retorcerse.

—¡Buh! – gritó Ainhoa, con intención de ahuyentar al pájaro.

—¡Buh! – gritó el pájaro, con intención de ahuyentar a Ainhoa y dejó caer la lombriz.

—¡Buh! – gritó la lombriz desde el suelo, con intención de salvar la vida. Y se escabulló entre la hojas.

Ainhoa se dio la vuelta, cogió el mando a distancia y apagó el televisor.

—¡Jo Mamá! ¡Que está superinteresante!

—Si quieres ver algo interesante, asómate a la ventana.

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POR-VENIR

Mei Morán

http://meimoran.blogspot.com.es/

Cada día unos cuantos elegían el sol que más convenía. A veces, se decantaban por uno cubierto de nubes negras, adobadas en agua de lluvia. Otras, el sol de luz diáfana, que gustaba a la mayoría. Con las lunas no se acababan de poner de acuerdo. Unos reclamaban constantemente plenilunio para poder bañarse con reflejos plateados y algunos, más taciturnos, querían sólo una hendidura de claridad en el cielo, para perderse en la nocturnidad.

Rendidos ante la evidencia, callaban al hablar de la tierra que habitaban. Aceptaban cabizbajos e impotentes la imposibilidad de cambiar de planeta. El único en el que se podía respirar. Aunque si no lo remediaban, quizá ya no por mucho tiempo.

Page 68: Colaboraciones II

LA PRESA

Miguelangel Flores

http://eternidadesypegos.blogspot.com/

Al principio siempre se lo toman a broma, y cuando ven

que va en serio, ya no pueden hacer nada. Mi madre los trata

muy bien y, mientras beben, les habla con mucho cariño.

Nosotros, debajo de la mesa, no aguantamos la risa cuando se

empiezan a quedar como tontos. Y les pellizcamos las piernas al

ver que ya no pueden moverlas. Me gustan esos días, son

divertidos. Me chiflan sus caras cuando despiertan, y quemar la

ropa. Pero, sobre todo, que mamá nos guarde a los más

pequeños las orejas, y que las fría mucho para que crujan.

Page 69: Colaboraciones II

VÍA CRUCIS

Miguel Ángel Molina

http://en99palabras.blogspot.com.es

Juana ha abandonado hoy su casa de la calle del Calvario,

donde ha vivido durante años. Arrastra dos maletas, respira con

dificultad, y tiene las lágrimas empujando para salir. Sabe que los

años cada día se notan más, pero no son estos ni las maletas los

que dificultan su marcha sino el peso de las deudas y el del

desahucio. Ahora prefiere no pensar en ello, solo desea un sitio

para descansar. Ha pensado en cobijarse bajo el Viaducto, pero

aún no ha decidido si al llegar allí se quedará bajo los arcos o

intentará llegar hasta la barandilla.

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Mis Textículos (escritor, que no título;)

http://www.impulsos.org/

No conviertas el amor en cosa seria.

Page 71: Colaboraciones II

REBELIÓN DE INVERNADERO

Montse Aguilera

http://letrasparapasarunrato.blogspot.com

Los pétalos se agitan de inmediato

al notar el áspero tacto del guante

en el esqueje.

Es la señal.

La orquídea alza el vuelo, dejando

al jardinero con un palmo de

podadoras y un tallo desflorado,

sabe que su sacrificio no es en

vano. Desde el aire que la mece,

más consciente que nunca de que

su belleza no se marchitará en un

jarrón, contempla una perspectiva

general de la lucha: algunos

miembros de la Resistencia

disparan polen a discreción

mientras que los rebeldes sumados

a la causa atacan con espinas por

todos los flancos.

La revolución ya ha empezado y su

bandera es verde.

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ALIMENTO

Montse Aguilera

http://letrasparapasarunrato.blogspot.com/

La tierra sigue saturada de ceniza.

El suministro de agua más cercano contiene demasiada sal.

Incluso a la luz del sol le cuesta abrirse paso hasta este recóndito

lugar.

Las plantas, ignorantes de la situación, florecen al contacto

con los susurros de aliento que manan de la boca del

hombrecillo de piel tostada.

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EL MILAGRO DE LAS SEMILLAS

Nicolás Jarque

http://escribenicolasjarque.blogspot.com/

En mi pueblo hubo un tiempo en el que las calles se

despoblaron: los jóvenes partían a la ciudad y a los mayores les

daba por morirse. Fue cuando el alcalde reunió en el Mesón a

todos los vecinos para encontrar remedio a la situación. Don

Camilo propuso clausurar el municipio y marcharse de allí;

Angelillo presentó un proyecto para construir viviendas de lujo,

todas en sus terrenos; y unos cuantos sugerimos una caravana de

mujeres para los solteros que aún quedábamos por casar.

Ninguna de ellas logró la aprobación general. Cuando nos

proponíamos a marcharnos, entró de sopetón un joven charlatán,

que al parecer estaba al tanto de nuestra preocupación. Venía

cargado de un gran baúl que dejó a su vera, tomó la palabra y

nos explicó su plan. Se trataba de plantar en nuestros corrales

las semillas humanas que él vendía. Para demostrar el éxito del

producto, extrajo una maceta de su equipaje y demandó agua al

mesonero. Cuando la vertió sobre el tiesto, como por arte de

magia, creció una manecita humana con sus cinco deditos. Todos

quedamos boquiabiertos ante el espectáculo que presenciamos y

nos abalanzamos a comprarle el género. Como escaseaban, el

precio se disparó y cada cual fue en busca de sus ahorros. El

joven se marchó con un buen fajo de billetes.

Al día siguiente, todos sembramos en nuestras casas las

simientes mágicas y comprobamos con el paso del tiempo que

de ellas no florecía ningún ser humano ni nada que se le

pareciese. ¡Nos habían timado! Pero de este engaño se hicieron

eco los periódicos y pronto recorrió la noticia cada rincón del

país. Los curiosos aparecieron y se quedaron. En un año se

Page 74: Colaboraciones II

reabrió la escuela, se construyeron varias casas y se inauguró un

hostal. La vida brotó de nuevo en nuestras calles y al charlatán lo

encontraron plantado como un espantapájaros en medio de un

campo riojano.

Page 75: Colaboraciones II

FELICIDADES

Nicolás Jarque

http://escribenicolasjarque.blogspot.com/

La aprendiz de palabras entró con media sonrisa —algo se

esperaba— y disimulando entristeció el rostro. En la mesa

central, una tarta con dos velas encendidas le esperaba. Aún en

soledad, quiso sorprender a los asistentes ocultos y sopló las

velas provocando una lluvia de palabras que mojaron a todos los

invitados. En el suelo, el chaparrón de vocablos dejó la siguiente

frase: ―¡Felicidades, escritora, no dejes nunca de crear historias!‖

Page 76: Colaboraciones II

LOS SIETE CABRITILLOS

Niño Cactus

http://borronycuentonuevo.blogspot.com.es

Se había quedado viuda demasiado joven y, con siete

pequeños a su cargo, todo se hacía cuesta arriba. Llevaba varios

meses sin fuerzas para salir de la cama. Ya no soportaba aquel

griterío, los llantos, las peleas... «¡Ojalá viniera el lobo y os comiese a

todos!».

Poco a poco se obsesionó con aquella idea. Ni siquiera fue

consciente de la metamorfosis: la rabia, el acecho, el hambre... Hasta

que, finalmente, se convirtió en su anhelado depredador. Cuando

volvió en sí y vio lo que había hecho, llenó su barriga de pastillas, y

se ahogó en una botella de alcohol.

Page 77: Colaboraciones II

DE PUERTAS ADENTRO

Niño Cactus

http://borronycuentonuevo.blogspot.com.es

-¿Por qué me mira así?

-Porque le gustas.

-Anda ya. Una chica como ella jamás se fijaría en un chico yo.

-Te sorprenderías si pudieses leer el pensamiento de la gente.

-Puedo.

-¿En serio?

-Sí. Al menos el mío. (Esboza una leve sonrisa).

-¿Ves? Guapo no eres pero tienes sentido del humor.

-¡Qué idiota!

-Deberías levantarte e ir a hablar con ella.

-¿Y qué le digo?

-Tampoco importa mucho. Para eso se inventaron los lugares comunes.

-Tienes razón. Es hora de reunir un poco de coraje...

-...Y de dejar de hablar siempre contigo mismo.

-Es que es muy aburrido pensar en monólogo.

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CELOS

Norhra Velez

Cuando el marinero se despidió, la sirena pegó a la embarcación

una escama de su cola. Dicen que el sol es su aliado.

Page 79: Colaboraciones II

CAMBIO CLIMÁTICO

Pablo Gonz

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Bajo al piso tercero y monto en la barca. Remo con fuerza

hasta la avenida y me sumo a los otros. En la plaza del obelisco

extendemos la red y entonamos nuestros alegres cánticos. Ante

nosotros hierve el agua de capturas. Pero en el cielo surge de

nuevo esa horrible mancha azul.

Page 80: Colaboraciones II

EXCENTRICIDAD GRANADINA

Pablo Gonz

http://pablogonz.wordpress.com/

Compramos la Gran Campana de San Petersburgo y la

subimos al pico Mulhacén. Luego la tiramos hacia Motril. ¡No

veas cómo sonaba!

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21 DE DICEMBRE DE 2012

Paloma Hidalgo

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Son las doce horas, un minuto y quince segundos y todo sigue igual. Necesito pensar con urgencia la manera más convincente de pedir perdón a mi jefe; además de muchas verdades, le dije una ristra de lindezas que ahora pueden costarme muy caras. Luego está lo mi chica, aunque eso se presenta más fácil: un ramo con sus flores favoritas. Trescientos mensajes diciéndola que la quiero y jurarle por lo más sagrado que no está gorda.

El tema de los colegas puede esperar. Ya encontraré la forma de que vuelvan a creer en mí si realmente me hicieron caso y dilapidaron todos sus ahorros ayer.

Pero lo que debe concentrar todas mis energías, lo más importante, es convencer a mi madre para que siga llenándome el depósito del coche, planchándome las camisas y dándome sus tupper con las lentejas. De no llegar a conseguirlo, el fin del mundo, el verdadero fin del mundo habrá llegado para mí.

Page 82: Colaboraciones II

MIL Y UN AÑOS DESPUÉS

Patricia Nasello

http://patricianasello.blogspot.com

En el mismo momento en que perdía el paraíso, Adán tuvo esa espeluznante visión.

Bosques y montes, valles y montañas, playas, desiertos, la tierra entera trepidaba hendida por millares de ríos petrificados.

Debía nombrar el fenómeno.

—Asfalto —dijo.

Page 83: Colaboraciones II

DEVASTACIÓN

Pedro Alonso Da Silva

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Por favor, hija, no llores. Plantaremos otro árbol. El que tú

quieras. Compostaremos nuestros residuos para nutrir la tierra.

La humedad de la nieve y esa escasa luz que se filtra a través de

las nubes, hará el resto. Cuando dé frutos, recolectaremos sus

semillas y repoblaremos, con paciencia y trabajo, éste gélido e

inhóspito desierto. Volverá a ser nuestro paraíso. Ya sé que…,

muy probablemente, éste sea el último. Pero cariño, entiéndelo,

si no lo talamos, moriremos de frío.

Page 84: Colaboraciones II

COLGADA

Pedro Llamazares González

http://bicefalepena.blogspot.com/

Estaba cansada. Estaba cansada de ver la misma cara triste todos los días. Sus pasos estaban cansados de ver la misma cara triste todas las mañanas, día tras día, al arreglarse.

Decidió cambiar de vida.

Se colgó de un árbol. Se colgó de un árbol grande. Una grande y lejos que querían cortar. Una secuoya sin espejos. Una que estaba cansada de tantos días y tantas caras.

Una mañana sin espejos, con distinta cara y en el mismo árbol en el que había decidido salvarse, se vio feliz.

Page 85: Colaboraciones II

SOSTENIBLES

Pedro Llamazares González

http://bicefalepena.blogspot.com/

Renovado

Y al tercer día, se dieron cuenta de que se había fugado con la reponedora de colonias del Mercadona. Resucitó su pasión, su Ó de Pasión.

Reciclado

De naturaleza helicoidal y dado a la narrativa, decidió no reencarnarse en candelabro, ser estático, figurativo y centro de todas las miradas. Se hizo tornillo sin fin de una fábrica de chocolate, de ese relleno de naranja.

Reutilizado

Como ser humano, se había indignado lo suficiente para ser tenido en cuenta, pero no coma para ser temido. Ese era su padre y su vocación de pandereteiro. Como jersey de cuello alto, le salían bolas.

Page 86: Colaboraciones II

DULCE COMPAÑÍA

Pedro Sánchez Negreira

http://entrenuncayquiensabe.blogspot.com.es

Apareció por primera vez la noche en que volvimos de

nuestra luna de miel y nos instalamos en el ático de la calle

Cardenal Rouco. Sonrió al notar que la veía, y compuso un gesto

de satisfacción plena cuando, con sorpresa ahogada, le hablé.

Con aquel «¿Eres capaz de oírme?», que murmuró en un susurro

adictivo, comenzó todo.

Después de haberme explicado quién era y por qué yo no

podría haberla imaginado antes, me contó cuáles eran sus

deseos y siguió presentándose cada noche, prevaliéndose de que

María no notaba su presencia. Así, una vez que aparecía, me

rondaba esperando a que mi mujer se durmiera. Luego, más que

hacerme el amor, me follaba con furia asordinada.

Page 87: Colaboraciones II

No tardé en confesárselo todo a María, en una de esas

charlas con las que intentábamos superar el naufragio que

comenzaba a anegar nuestra convivencia. Sobra decir que no me

creyó. Ni la historia real, ni mi fingida tribulación. Sólo cuando

nuestra vida sexual transitó de mínima a nula, María decidió que

había llegado el final y se marchó.

Que mi matrimonio se fuera a la mierda por la lascivia de

mi ángel de la guarda ya no me duele. Lo que no logro superar

es que —ahora— ella me diga que no hay suficientes ángeles

para tantos humanos cada vez que me desampara y me deja solo

en este ático vacío.

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DESPEDIDA

Purificación Menaya Moreno

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Me hundo en el último sorbo de tus besos.

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PARA QUÉ SIRVEN LOS PARAGUAS

Purificación Menaya Moreno

http://purificacionmenaya.blogspot.com.es/

Cuando lo vi por primera vez, creí que el mundo se había vuelto del revés. Llovía, yo llevaba paraguas y él también, aunque en realidad era el paraguas el que lo llevaba a él. Navegaba en la lluvia dentro del paraguas, ese barco que tripulaban sus sueños y que yo contemplaba con envidia.

Al pasar sobre mí, su mirada me encontró y por una vez no bajé los ojos ante la mirada de un desconocido y me atreví a decirle:

—Te estás mojando...

—Con tu paraguas no nos mojaremos —contestó y alargando su mano hacia la mía, me invitó a subir a su barco, a sentarme a su lado y con mi paraguas quedamos los dos refugiados del aguacero, aunque teníamos los pies chapoteando y los ánimos humedecidos.

—¿Por qué estás triste? —me preguntó.

—No lo sé –contesté—; solo sé que llueve en mi interior y que la lluvia me pone todavía más triste —le dije bajando los ojos mientras sentía que una pareja de lágrimas resbalaban lentamente por mis mejillas.

—Entonces será mejor que nos mojemos y que lloremos —dijo arrebatándome el paraguas y arrojándolo a la calle—. La lluvia limpia, lava las tristezas y el llanto aligera el corazón —añadió.

En mi desesperación solo pude decir estas palabras:

—Me gustaría llorar todas las lágrimas del mundo y arrastrar con ellas toda la tristeza.

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Recorrimos la ciudad en aquel paraguas, cada vez más lleno de gotas de lluvia y de nuestras propias lágrimas. Y cuando el agua nos llegaba ya a la garganta, salió el arcoíris. Él aplaudió como un niño, yo también, y al mismo tiempo una sonrisa apareció en su rostro y como si yo fuera su espejo, mis labios se abrieron a su vez a la alegría.

Page 91: Colaboraciones II

Atracamos nuestro barco en la acera, saltamos del paraguas, y entre los dos vaciamos el agua del paraguas, que corrió a escaparse por el desagüe.

—Allá se van nuestras tristezas —dijo él.

—Sí —asentí yo suspirando hondo, muy hondo, y en cada suspiro, inexplicablemente sentía un pellizco de felicidad.

Cuando salió el sol nos despedimos y yo le dije:

—¿Volveremos a vernos?

—Sí —contestó él—, como los caracoles, siempre salgo cuando llueves.

Page 92: Colaboraciones II

IMAGINA

Rosa Martínez

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Puedes hacer lo que quieras, me dijo, mientras alborotaba

mi pelo con su áspera mano. Puedes trepar a sus ramas, sentarte

a su sombra y ver como se filtra el sol entre sus verdes hojas.

También puedes contar estrellas apoyado en su viejo tronco y

mirar como las aves anidan sintiéndose seguras y acogidas. Miré

a mi abuelo con cara de sorpresa mientras observaba atónito el

árido paisaje que nos rodeaba.

_Abuelo, aquí no hay árboles

_No has mirado bien, me dijo, cierra los ojos.

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LLOVERÁN

Rosa Martínez

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Y de mi boca saldrán las palabras,

lloverán sobre tu cabeza como piedras.

y el corazón huirá de mi pecho

para siempre… dejando un hueco

tan vacío como el infinito.

No valdrán paraguas para detener la lluvia.

No valdrá que te escondas

entre la bruma.

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DEBER MATA

Sandra Montelpare

http://ficcionariobreve.blogspot.com/

Abre la correspondencia por inercia. El membrete del juzgado es

un monstruo silencioso que ha devorado su voluntad.

La angustia hecha un borceguí en su pecho la arrastra hacia el

balcón. Cuatro pisos la separan del trajín indiferente de viernes.

Cierra los ojos y de un salto se hunde en un cielo final de

estrellas rojas.

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VOLVER EN SÍ

Sandra Montelpare

http://ficcionariobreve.blogspot.com/

Desde el accidente, un desconocido tomó el control de su

cabeza. Hoy despertó y la luz que atravesó sus pupilas

condujo al polizón a la salida.

Page 96: Colaboraciones II

CIUDAD JARDÍN

Santamaría

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La primavera entró ese año rara, podía haber ocurrido

como cualquiera de los anteriores, con el olor a polen de los

primeros días de Abril o con una canción de Ruibal, pero no, fue

al abrir el grifo del lavabo. Sin más, empezaron a brotar todo tipo

de flores, primero margaritas, luego amapolas, peonías y cuando

trataba de cerrar el grifo manaban delicadas orquídeas.

Rápidamente comprobé el resto de los grifos y, cambiando

colores y especies, todo era igual. Abrí las ventanas para que

saliera la mareante mezcla de perfumes y, al salir al balcón, pude

ver como en el resto de los edificios salían por las ventanas

cascadas de flores. Los vecinos también asomados compartían la

misma estupefacción con sonrisas estúpidas y risitas nerviosas.

Aquello fue rápido, al caer la noche una maraña de tallos, pétalos

y hojas cubría la ciudad. Unas semanas después el olor de

nuestros cuerpos putrefactos era apenas perceptible sobre la

fragancia de la nueva ciudad jardín.

Page 97: Colaboraciones II

ALICIA

Santiago Eximeno

http://www.eximeno.com/

Este es mi regalo, abuelo. Ábrelo. Deja que te ayude si no

puedes. ¿A que es bonito? Un pequeño cuaderno de princesas

con cien hojas de colores. Mira, puedes arrancarlas, así. ¿Lo ves?

En cada hoja he escrito una palabra. Cama, mesa, silla, armario,

lámpara, espejo, baño. Todo lo que tienes aquí, en tu cuarto, en

la residencia. Mira, las hojas son adhesivas. Ahora te ayudaré a

pegarlas todas. Todas menos una, la que he prendido a mi

vestido nuevo. Mira, he escrito en ella Alicia. Así no tendrás que

improvisar más excusas cuando no logres recordar mi nombre.

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INCOHERENCIAS

Sara Lew

http://microrelatosilustrados.blogspot.com

Cuando el viejo pastor se jubiló, traspasó al hijo el cuidado

del rebaño. Sin embargo, el joven aprendiz de cosmopolita

abandonó los pastos por la ciudad. Allí acudió a la Universidad y

fue un estudiante comprometido con la protección del medio

natural, ecologista y ferviente defensor de los derechos de los

animales. Mientras tanto, sus ovejas desfallecían de hambre, y su

anciano padre moría de pena pensando que su hijo rechazaba su

legado porque odiaba el campo.

Page 99: Colaboraciones II

Greguería

Sara Lew

http://microrelatosilustrados.blogspot.com.es/

―Cuando llega la tormenta, al gigante se le nublan los ojos y

parece que llora‖

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EL VERDADERO PELIGRO DE LOS VIAJES ASTRALES

Sara NY (Samaniyu)

http://palabraspreciosas.blogspot.com.es/

La noche que Aurora cerró los ojos y notó cómo se le salía

el alma del cuerpo gritó aterrorizada. El fenómeno se fue

repitiendo y terminó por acostumbrarse. Descubrió que podía

atravesar paredes y al año ya estaba al corriente de los secretos

más íntimos del vecindario. Según dominaba la técnica se hacía

más audaz. Hasta que una noche se encontró flotando junto a

Pilar, la del segundo izquierda, en el dormitorio de los

Rodríguez-Bueno, nunca pensó que nadie más pudiera hacerlo.

Desde entonces, apenas intercambian un ―buenos días‖ en el

ascensor calibrando mutuamente el tamaño de sus ojeras.

Page 101: Colaboraciones II

CORAZONES SALTONES

Su

http://aprendizdepalabras.blogspot.com.es/

Lo intento ocultar pero el corazón se escapa por mis ojos y

salta hacia ti.

Se te nota en la mirada– dicen quienes nos rodean.

Lo recoges para que no se haga daño contra el suelo y lo

agradezco. Pero no te atreves a mirarlo, o no sabes, o lo

disimulas. Temes que al igual que salió de mi entre en ti y tu

corazón quiera saltar junto al mío.

Page 102: Colaboraciones II

Cielo y tierra

Su

http://aprendizdepalabras.blogspot.com.es/

Vivían en mundos inversos. Ella, con los pies bien en

tierra, todo siempre tenía que cuadrar. Pero su cabeza bien

extendida hacia el cielo de vez en cuando le permitía soñar.

Él bailoteaba en el universo, sus pies saltaban de estrella

en estrella. Con la sensación de que siempre vivía en el más allá,

alguna vez dejaba descender su cabeza, necesitaba saber que

existía tierra firme.

Un día, ella intentando volar y él intentando aterrizar, sus

miradas se cruzaron y sus corazones se engarzaron.

Desde entonces saben lo que es acariciar el cielo y la

tierra.

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ERA

Sucede

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Era una noche cerrada, de polvo negro y olor a rosas. Era

una calle olvidada, de adoquines muertos y huellas mojadas. Era

una casa dormida, de agonizantes enredaderas y chimenea vacía.

Era una habitación con eco, de paredes blancas y cama desierta.

Era una ventana abierta, un alma cansada y un corazón de viento.

Era una acera mojada, bebiendo las venas del alma cansada. Era

una casa maldita, en una noche áspera y escrupulosamente

abrupta. Era una vida preciosa, casi casi perfecta.

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VISIÓN POLARIZADA

Torcuato González Toval

http://todonuevobajolaluna.blogspot.com/

Una interminable hilera de cerdos cebados a base de

piensos transgénicos, hinchados con hormonas y antibióticos,

después de vivir estresadamente en mínimos habitáculos, van

entrando, uno a uno, a su particular paraíso, previo paso por una

muerte aséptica. En otro lugar, en la costa almeriense o

murciana, se crían gordos tomates bajo kilómetros de plástico,

recibiendo, gotita a gotita todos los aportes químicos necesarios

para dar la talla en el mercado.

Por la noche, en el piso 4º de una gran ciudad, la familia

Pérez se lamenta delante del televisor. Visionan un documental

que aborda la problemática del medio ambiente.

Deforestación, delfines con las cuencas oculares sangrantes y a la

deriva debido a los sonar militares, contaminación de aguas

dulces y saladas,...

Hoy para cenar, comen un rico bocadillo de jamón con

tomate.

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CORRESPONDENCIA BÉLICA

Víctor Lorenzo

http://realidadesparalelos.blogspot.com.es/

El sudario de Laertes quedó precioso.

Besos,

Penélope.

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SOLOS

Volarela

www.volarela.blogspot.com

En la manzana se abrió un pequeñísimo orificio por el que

asomó la cabecita blanda de María. Sus ojos vieron a lo lejos otra

esponjosa melenita asomar. La manzana de enfrente era de Pilar.

Sacó un instante su bolso nuevo de piel de cocodrilo, pero su

blandísima mano temió la seca y dura luz y volvió a refugiarse en

su sabrosa pulpa con aire acondicionado.

La manzana de Roberto casi se cae al suelo cuando un

pájaro la picoteó. Pero enganchó su piolet a la roja piel estrellada

y se salvó, pudiendo volver a sus excavaciones. En sus ojos

sorprendidos se reflejó un instante la soledad de enfrente. Era la

de Miguel. Nunca podía adivinarse la expresión de su mirada tras

sus gigantescas gafas oscuras; pero se sabía que moraba en una

manzana escuálida, casi en las pepitas, y que su tristeza era la

que iba devorando su hogar. Más allá, Susana suspiraba por ser

cantante mientras miraba con sueño de lavadora intermitente el

televisor.

Todos intuían que un día caerían al suelo, y se

derrumbarían sus mundos de carne aromática y cerrada. Todos

sabían del corazón rojo que los inmovilizaba y separaba. Hasta

que alguien, con insistentes hilos de colores en la frente, salió de

su túnel de azúcar y exploró el magnífico manzano. Descubrió

que eran millones los que allí moraban, en sus burbujas podridas

y a punto de caer. Gritó y gritó para que le siguieran hacia el

camino de las copas iluminadas.

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Pero todos prefirieron seguir viendo el sol ocultarse desde

sus orificios, que confiar en el brillo de una luna nueva. Y cada

cuál se sumergió de nuevo en su lecho mortal.

Page 108: Colaboraciones II

AMBIVALENCIAS

Volarela

www.volarela.blogspot.com

Ayer quedé carcomido por un enjambre voraz de negras

avispas vaciadoras de almas. La

devastación fue tal que me

sentí espina de pez varada en

la memoria de las olas.

Pero hoy has vuelto tu rostro

de alba, y me has mirado hasta

la eclosión de cada mariposa

de mi sangre: hoy salto a la

comba con un arco iris; mis

piernas se reparten entre

Venus y Saturno; mi sonrisa

flota como miles de calamares

excitados; arropo un desierto

de caracoles en mi pecho.

Hoy tengo los pulmones

de un ciclón y la precisión de

un pico de colibrí para soplar

al oído de todos los hombres

que la inmortalidad es real.

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YA NUNCA LA TENDRÉ

Yashira

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Sus ojos anclados en la copa. Ella no puede evitar la nostalgia. La miro, sé lo que siente. Me acerco con cariño para sacarla de allí. Caminamos hacia la salida del local, la copa queda abandonada sobre la mesa del bar. Se para en seco, me mira sorprendida y una lágrima resbala por su blanca mejilla; instintivamente aprieto más fuerte su mano en señal de asentimiento, para que entienda que sé, que siento, que puedo comprender ese desaliento.

En coche la playa no queda lejos. Aparco junto al faro, bajamos hacia la izquierda, dónde una pequeña cala permite acercarse a la orilla. Se respira el olor a sal, a algas, se escucha el rumor de las olas en su incesante retornar.

Ella, desaparecida la tristeza de su cara, resplandece. Me dirige una mirada de agradecimiento y comienza a adentrarse en el mar. Y pienso: ―con este gesto jamás la podré tener‖. Alza los brazos y me reclama a su lado, las

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frías aguas chocan contra mi cuerpo. Temblando y azorado me acerco y agradezco su abrazo, me permite sentir cómo sus piernas se transforman en una hermosa cola de pez, me besa con beso apasionado, dulce, tras mirarme de nuevo, se aleja.

Con su partida no tengo sensación de pérdida, ese abrazo y ese beso me han dejado una profunda huella: la certeza de que ―hasta siempre‖ tiene un significado diferente. Ahora, con mi copa en la mano, soy el reflejo de la nostalgia que a ella le estaba matando.