cocido
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Publicaciones de Aula de Letras
El cocido de los jueves
Charladrama sobre textos de Franc isco Umbral
J. Siroco
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© Publicaciones de Aula de Letras (2002) http://www.telefonica.net/c/aulasdeletras Correo electrónico: [email protected] © J. Siroco
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El Teatro
EL COCIDO DE LOS JUEVES
J. Siroco
Publicaciones de Aula de Letras 2002
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ÍNDICE
Escena I
Página 6
Escena II
Página 7
Escena III
Página 15
Escena IV
Página 20
Epílogo
Página 31
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El cocido de los jueves
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ESCENA I.- INTRODUCCION
El bisabuelo, D. Martín Martínez, tenía destrozado el piso de cuatro
calles de la ciudad con los cascos de su caballo: "Sirio".
-Mire usted, D. Martín Martínez, le decía el Alcalde, yo no le digo que vaya
usted a sus fincas andando, pero cuando llegue al centro urbano le ruego
que se baje del caballo.
- ! Con lo que usted me roba en nombre de Cánovas o Sagasta, que para
el caso es lo mismo, tiene suficiente para adoquinar toda la ciudad !
... ...
En casa del bisabuelo todos los jueves tocaba cocido, como está
mandado, y a él invitaba a todos los personajes más ilustres... daba lo
mismo que fuera un liberal o un dictador.
En eso comprendí que el abuelo era un frívolo.
Años más tarde vi que yo salía a él, lo cual me consternó, pero me
gustó.
... ...
Sí, ya sé que he venido a hablarles de la postguerra, pero permítanme
que les ponga un poco en situación y por favor no empujen, que para todo
hay tiempo.
...Veamos... érase una vez... o sea.
El cocido de los jueves—6
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ESCENA II.-TIEMPOS DE INFANCIA Y OBSERVACION.
Un tal Pablo Picasso andaba por la ciudad haciendo retratos a las
señoritas que se dejaban: La Tia Algadefina se dejó y la sacó en bolas.
Cuando el Bisabuelo, D. Martín Martínez, vio el desnudo de Tia
Algadefina en un escaparate de la Puerta del Sol, dijo que le gustaba que su
biznieta estuviera tan buena. Cuando el Abuelo Cayo vio el retrato, dijo
que toda la familia estaba condenada y se recluyó en su habitación con
higos secos, varias botellas de vino de Rioseco y...el Kempis.
Pasados los primeros espantos Tia Algadefina presentó al joven Pablo a
su grupo de amigas. Picasso se empeño en pintar a una de ellas: Sasé
Caravaggio.
-En su culo, Sasé, está el origen del cubismo.
-¿Y qué es el Cubismo, Pablo?
-¿Y tú me lo preguntas?....El cubismo eres tu.
El que no estaba de acuerdo con esta definición era el novio de Sasé, un
empleado del catastro que al enterarse se colgó de una viga en la pensión
de la calle de la Madera donde vivía. Las dueñas de la casa de huéspedes
estaban acostumbradas a que se colgasen a uno por mes.
-Lo que más sentimos, declararon, es que iba a sacar las oposiciones.
Un mechón pajizo le caía al ahorcado sobre media cara con cierta gracia.
La verdad es que era un ahorcado muy presentable.
Al dia siguiente Picasso comenzó a pintar el primer retrato cubista de la
Historia. Le puso a Sasé muchas más tetas de las que habitualmente tenía,
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confundiendo nalga con carrillo y boca con coño.
La Tia Algadefina pidió explicaciones a Picasso:
-Pero...¿Le estás pintando el culo a esa gorda?
-El culo y la cara.
-Creí que para culos tenías bastante con el mio.
-Lo tuyo es otra cosa. Lo tuyo es el stradivarius de los culos.
-!Stradivarius! !Stradivarius!...Pues no volverás tú a tocar este violín.
Y así acabaron las cosas. Tia Algadefina comenzó a salir con Rubén
Darío. Un indio feo, diplomático, meloso y borracho.
Rubén vivía en el Hotel París, junto a la Puerta del Sol. Cuando se ponía
su uniforme de Embajador estaba impresionante en su fealdad, pero a
medianoche andaba descalzo por la calle del Arenal, recitando en francés
versos a la luna y declarándole su amor a Tia Algadefina, con la que se
emborrachaba en una cervecería de la calle Hileras.
Mientras paseaba con él por el Retiro, Tia Algadefina, principió a
comprender que estaba en un cambio de época, en un cambio de siglo. El
modernismo la estaba haciendo mujer y quiso escapar a los rosarios en
familia, a las revistas decentes, los novios para toda la vida y las tardes de
mirador. Rubén, como decía Tia Algadefina, era un "revolucionario de la
poesía y de la vida".
Pero a Rubén le trasladaron a París y a Tia Algadefina le dejó un mazo
de cartas y versos, que ella conservó hasta la muerte. Ya en París fue
devorado por el alcohol. El se lo había dicho a Tia Algadefina: "Hay poetas
secos y poetas húmedos...Yo soy un poeta húmedo".
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...Cuando se fue, mi tía enfermó de vulgaridad, aburrimiento, pena y
soledad. En fin, que decidió ponerse tísica.
¿A qué otro hombre se puede amar después de haber amado a Rubén?
"Señora, amor es violento
y, cuando nos trasfigura,
nos enciende el pensamiento
de locura."
Tia Algadefina siempre estaba invitada en los bailes del Palacio Real y un
día hasta bailó con el Rey. Todas las mujeres de ese matriarcado en el que
me crié habían salido un poco ligeras y afrancesadas, muy dadas al cancán
y al anís.
-Dicen que el Rey seduce la las modistillas.
-Y a las chalequeras.
-Y a las pantaloneras.
-¿Por qué nos discrimina a la gente bien?
Al bisabuelo D. Martín Martínez, republicanote viejo, le hacía gracia que
su biznieta bailara con el Rey. Al Abuelo Cayo y a la Abuela Eloisa aquello
le parecía el final de la familia y de la religión, tras decir esto se metían a
beber tinto peleón en la despensa.
...Un día en plena crisis tísica de Tia Algadefina, apareció de nuevo en casa
Picasso:
-Ustedes disculpen mis ausencias, pero ando de huelga general y...
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aprovechando que nadie trabaja, nosotros vamos a trabajar.
Así que nos fuimos al Jarama de merienda y baño. Mientras mis tias y
primas se mojaban el culo, él hizo un retrato colectivo.
-¿Y cómo lo va usted a titular, Pablo?
-Las Señoritas de Aviñón.
-¿Por qué?
-No lo sé...Pero en el arte hay que jugar, putrefaccionar, confusionar..
-!Es una vergüenza!...Ese gitano paragüero las ha pintado desnudas...!
Una vergüenza! !No hay derecho!.
OFF: Suena un charlestón
Si el charlestón vino a desconyuntar un época... Miguel Primo de
Rivera vino a descoyuntar a D. Miguel de Unamuno.
D. Miguel y Primo coincidieron en algunos cocidos de los jueves.
- General, usted acabará exiliándome de España.
- !Por favor, D. Miguel, una gloria nacional, un hombre de su prosa!
- !Ustedes los militares, con perdón de las señoras, se pasan la prosa por
los cojones!
- !Vaya... vaya!...Eso lo va a repensar usted en Fuerteventura.
!Claro que lo repensó!
Cuando Unamuno volvió del destierro canario, a la caida de Primo, nos
dijo:
-Lo que España necesita es un Bismark con mano de hierro.
-Pero, decía el bisabuelo, usted predica la dictadura.
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![Page 11: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/11.jpg)
-España, como Rusia, precisa una dictadura. sí señor. Cuando se haya
matado el hambre jugaremos a la democracia.
... ... ...
D. Miguel Primo de Rivera era viudo, cuartelero y cachondo. En el
cocido de los jueves se fijó en la belleza dibujada e irónica de Tia
Algadefina.
-¿Quiere usted, le dijo D. Miguel, trabajar en mi secretaría particular?
-Soy biznieta de D. Martín Martínez, mi abuelo es liberal y yo no me
pongo al servicio de ningún dictador.
-Accederá al menos a venir conmigo a las verbenas de mi amado Madrid.
- !Iré por las verbenas, no por usted!
Pues sí. Tia Algadefina pensó que podía tener un tonteo con aquel señor
que mandaba en España...
(OFF: Suena un chotis en un organillo)
En las verbenas castizas del barrio de Lavapiés, del Rastro, de la Cava...el
dueño de España y mi tía bailaban el chotis. En el Retiro tiraban al blanco
y Tía Algadefina siempre ganaba la botellita de anís:
-Tira usted muy bien al blanco, señorita. Estoy por alistarla en lo de
Alhucemas.
-Sólo que yo estaría de parte de los moros...
-!Eso no se le puede decir al hombre que rige los destinos de España!
-!Pues no vuelva usted a invitarme!
...En fin, Tia Algadefina, se cansó pronto del galanteo macho de D.
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![Page 12: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/12.jpg)
Miguel.
OFF.-Vuelve a sonar el chotis organillero
... ... ...
También venía al cocido de los jueves la Condesa de Pardo Bazán.
- ¿Pero qué hace usted D. Martín con esa aristócrata vieja y fea?
- Cuando se quita la dentadura postiza, no crean ustedes, me las hace muy
bien.
Yo no entendía la frase, pero me daba bastante asco, no sé por qué.
Otro día oí en el Ateneo a Blasco Ibáñez diciendo que a la Pardo
Bazán se le estaba poniendo el bigote amarillos de comerle el coño a una
cómica famosa.
Yo no entendía como los mayores eran tan guarros, aunque yo mismo,
cuando me apretaban las ganas, en vez de hacerme una gayola, me
beneficiaba a mi cabra Penélope. Ya entonces iba siendo un niño raro:
estaba enamorado de mi tía Algadefina y era amante de una cabra.
En fin que Dª Emilia era aristócrata, intelectuala y directamente fea.
-Me gusta lo que hace, le dijo un día mamá, pero la juventud estamos con
Rubén.
-Rubén no es mas que un esteta aristocratizante...
-!Usted es aristócrata, Dª Emilia!
-Si usted se pone insolente mejor que lo dejemos. !El Modernismo es pura
decoración!.
-No lo creo. Rubén renueva la vieja Literatura Española.
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![Page 13: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/13.jpg)
-¡Vieja, vieja! ¿Soy yo vieja acaso?¿Acaso soy yo vieja?
A Dª Emilia le dio una alferecía y dio por terminados cocido y tertulia.
... ...
Al bisabuelo le tenían pedido todas las pájaras de la familia que invitara
al cocido de los jueves a D. Ramón del Valle Inclán.
- Esto no es una invitación, dijo no más entrar el manco del espanto, sino
una obra de caridad, porque yo no como sino muy de tarde en tarde.
- ¿Querrá usted decir que no come cocido?
- !Quiero decir, señoras, que no como absolutamente nada!
Un día coincidió Valle en casa con Unamuno.
- Lamento, dijo Unamuno, que desperdicie usted su talento, Valle.
-Soy el escritor que más lo aprovecha de España...
-Es usted un inmoral, Valle.
-Gracias a Dios.
-Además hace sólo frases.
-La verdad se acuña en frases, D. Miguel.
-¿Por qué no lo aplica usted a algo espiritual?
-!Soy más católico que usted!
-Su catolicismo es pura estética, Valle...Yo difundo verdades...
-Y yo mentiras, que es mucho más divertido.
-Su cinismo está pasado.
-El cinismo, D. Miguel, no pasará nunca, porque viene de los perros y de
los griegos...Y yo soy un cínico callejero de la Puerta del Sol.
El cocido de los jueves—13
![Page 14: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/14.jpg)
!Ay, Valle, el dandismo desplumado de los malditos y la dignidad
aventajada de los hidalgos...!
En los cocidos de los jueves fui yo diferenciando los grandes españoles
en hidalgos y señorucos.
Eran Hidalgos: Mi bisabuelo, Unamuno, Rubén e incluso D.
Miguel Primo.
Eran Señorucos: Galdós, Baroja y Azorín.
-¿Y Picasso?
- Picasso era un gitano paragüero y genial.
- ¿Y Valle?
- Valle Inclán era también un genial hidalgo.
Los gobiernos de Primo de Rivera se suceden, D. Alfonso XIII se pierde
tras un farallón de militares, Pablo Iglesias convoca a las masas y hasta D.
Antonio Machado va a escucharle, Tia Micaela se abarragana con un
primo lejano llamado Luis Gonzaga que, tras rezar tres avemarías, le
rebana el cuello en una fria pensión de Palencia, la prima Maena comida
por el juego verde del Casino se pega un tiro con una pistolita de plata en
la Puerta del Sol y yo me visto de hombre por primera vez justo cuando
Buñuel filma “El perro andaluz”, Valle profetiza que los Borbones están al
caer y Carlos Gardel trae a España el tango porteño y canalla.
OFF: Suena un tango, Garufa, tal vez.
El cocido de los jueves—14
![Page 15: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/15.jpg)
ESCENA III.-INTERMEDIO. LA REPUBLICA Y LA GUERRA.
(OFF: Suenan tenues las notas del Himno de Riego y sobre ellas...)
Tras las elecciones municipales del año 31, el Rey se retiró
elegantemente y el bisabuelo descubrió que no era republicano.
Sin embargo a mi eso de la República me ayudó bastante. Yo, con mis
pantalones bombachos, comencé a animarme... Por fin le metí mano en
los cines a Sasé Caravaggio, disfrutando así de sus abundancias cubistas.
Yo comprendí el arte de Picasso a través del coño de Sasé Caravaggio...
Pero mi alma seguía siendo un rehén incestuoso de Tia Algadefina.
La prima Maria Eugenia, por su parte, en la clausura de las Bernardas,
hizo amores con la Priora y tuvieron amores de celda que fueron un
tormento y unas comida de coño que fueron una orificería.
Desgraciadamente la Priora murió de una sobredosis de licor de pera e
hicieron Priora a una monja vieja que ignoraba el sexo. El nuevo amor de
Maria Eugenia fue el capellán de las Bernardas, D. Marcelino, un
castellano recio, grande y miope. Yo iba comprendiendo, niño como era,
que en los conventos de clausura había más pasión que en la Gran Vía,
siempre con las mismas putas y los mismos poetas. A María Eugenia
íbamos a visitarla los domingos y nos dijo que “ venía la República y que iban
a disolver las congregaciones religiosas”.
El cocido de los jueves—15
![Page 16: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/16.jpg)
Cuando los milicianos empezaron a quemar conventos fuimos a salvar a
Maria Eugenia de la quema. D. Martín se puso al pescante del simón de la
casa y al grito de “ Soy republicano, soy de Azaña, soy liberal” nos abrieron paso
hasta las puertas del convento. Maria Eugenia salió de paisano. D.
Marcelino, el capellán, quiso sumarse a la mudanza, pero D. Martín le
rechazó con un golpe de bota: “Anda ahí, dijo D. Martín, que se joda el capellán
que se las habrá fornicado a todas”
La República era una cosa popular, churrera y bonancible hasta que
empezó a agriarse. Yo la vivía contento de que España fuese el Reino de
las putas, las marquesas rojas y los escritores maricones. Pero el error de
Azaña fue traer un programa europeo a un pais africano. Encarceló a
March y March dio a Franco un cheque en blanco para su Alzamiento:
March había encontrado su militar y Franco había encontrado su
banquero.
Mi bisabuelo se murió a tiempo. Seis caballos negros llenaron de honra y
mierda la cabalgata hasta el cementerio, donde reposó junto al cuerpo de
mi propio padre, un soldado de Galán y García Hernández.
Tras el entierro mi prima Maria Luisa que ejercía de puta en una pensión
de la calle Jacometrezzo y me dijo:
-Yo fui amante del bisabuelo, ahora lo quiero ser del biznieto.
Con la muerte de mi bisabuelo se acabaron los cocidos de los jueves y
yo tuve que apañármelas en solitario para conseguir garbanzos y
conocimientos.
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![Page 17: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/17.jpg)
De mi infancia quedaban cada vez más lejos mis niñas/coliflor:
Clarita, a la que recuerdo jugando a las tabas durante los bombardeos.
Amalita, de la que recuerdo su tortuga de oro y sus braguitas malva.
Teresita, de la que hablaré más adelante.
Agustinito, a quien se le aparecía Pio XII, cuando iba a mear al corral,
para decirle:"Ni un rojo en tu santa ciudad, ni un rojo en tu santa provincia".
Y a Davidito, con el que iba los domingos a magrear criadas:
"Francesillo, me decía Mª de la Plata, eres más cachondo que la música
de los caballitos".
Por lo demás yo seguía fornicando con mi cabra Penélope, (debía ser
esta una costumbre muy extendida entre los escritores pues, según he
sabido, también Cela tenía su cabra...) con mi prima Mª Luisa, que,
como ya he dicho, trabajaba de puta en “Chicote”, y dedicando los
domingos a Tia Algadefina...
- Ya sólo te veo una vez por semana, Francesillo.
Tia Algadefina acercó mi cabeza a la suya y me besó en la boca.
... ... ...
Ya en la Guerra pasó por la ciudad Millán Astray. Le faltaba un ojo, un
brazo y... le sobraba media España.
Millán llegó a la ciudad cuando yo acababa de llegar a la pubertad.
-Si quieres, me dijo, te firmo una fotografía.
Por la tarde se lo dije a Teresita Rodríguez:
-Que he conocido al General Millán Astray y lleva grabado en el pecho un
Corazón de Jesús.
-¿Y más abajo?
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![Page 18: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/18.jpg)
-¿Más abajo?
-Sí, insistió Teresita, dicen que los moros le volaron un huevo y que es
ciclán.
-¿Ciclán?
-...o sea que le falta un testículo.¿Y tu vas para escritor? !Pues vaya
diccionario que tienes!
-¿A mi me falta un testículo, Teresita?
-Tienes dos, Francesillo...¿No esperarías tener cinco?
Teresita Rodríguez se casaría después con un Cadete de Caballería. Gracias
a eso, gracias a los Cadetes, somos libres.
... ... ...
Un dia de primavera me senté frente a la tisis bella de Tia Algadefina:
-¿Cómo ha podido Unamuno venderse a Franco, Tia?
-No se ha vendido, Francesillo, se ha entregado. Venderse es más noble.
-¿Más noble?
-Venderse es de grandes traidores. Entregarse de pobres meretrices.
-¿Y Valle, Tia?
-El mayor y mejor escritor de España, Francesillo...!Anda, léeme una
sonata, que tienes buena voz como tu padre!.
"Hoy, marchitas ya las juveniles flores y moribundos todos los entusiasmos, divierto
penas y desengaños comentando las Memorias amables, que empezó a escribir en la
emigración mi noble tio el Marqués de Bradomín, que, como yo, era feo, católico y
sentimental."
Al concluir miré a Tia Algadefina. La besé en los labios...frios. Estaba
muerta. Había perdido mi amor, mi guía, mi norte y mi verdad. Me sentí
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![Page 19: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/19.jpg)
absurdamente traicionado.
De su piano, como tantas veces durante la guerra, nació cálido un
charlestón.
(Off:Suena un charlestón)
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![Page 20: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/20.jpg)
ESCENA IV.-LA POSTGUERRA
!Hitler...le había dicho a Guillermina de Holanda, que, abriendo sus
canales, le inundaría las partes...bajas!
Los señores del Casino habían dicho que ganarían la guerra...y
efectivamente la ganaron, pero...la paz no fue mejor que la guerra. En la
postguerra empezamos a pasar frío, hambre...Teníamos que ir a la cola del
pan, de la leche, de los huevos...a todas las colas donde nos mandaban
nuestras madres.
Era tal la escasez de bienes de consumo, que la oferta de uno de ellos,
podía considerarse como una declaración de amor en toda regla:
Yo te daré,
te daré niña hermosa,
te daré una cosa...
una cosa que yo sólo sé.
¡ Café ¡
o también aquello de
El que tenga un jamón
que lo cuide, que lo cuide,
no sea que venga Abastos
y lo requise y lo requise.
... ... ...
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A Federico García Lorca lo habían matado en Granada, pero Granada
estaba muy lejos y nosotros no conocíamos a Federico. Nosotros
conocíamos Burgos, Salamanca, Valladolid. También los "Poemas de la
Falange Eterna" de Federico Urrutia, y el "Blanco y Negro".
Para mi el recuerdo de la Postguerra es el de un largo invierno de varios
años... sin duda debió de nevar mucho.
... ... ....
Sí, el hambre se saciaba con canciones. La hambruna creaba sueños
musicales como...
Tengo una vaca lechera
no es una vaca cualquiera.
Me da leche condensada
!Ay, qué vaca tan salada!
Tolón, tolón.
Pero si el hambre no se saciaba con canciones, para eso estaba el
Estraperlo. El estraperlo era el deporte nacional. A los españoles, de
pronto, nos salió esa cosa de estraperlistas que tenemos todos desde los
tiempos de Luis Candelas.
Cruzaban el país largos trenes repletos de mujeres con senos de
legumbres, vientres de café-café, caderas de pan blanco... y había un punto
en el viaje en que se echaban las cosas a voleo por las ventanillas y, de
entre los árboles, salían unos hombres oscuros para recogerlo todo.
¡Qué trasiego de comida y ropa!
El cocido de los jueves—21
![Page 22: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/22.jpg)
El estraperlo se nutría incluso con los artículos confiscados en Abastos.
Era una concepción del mundo, una manera de estar en la existencia...Los
Magistrados, los cirujanos, los aparejadores...todo el mundo en fin, afilaba
sus artes, para conseguir un poco de azúcar o un cuarto de jamón.
A pesar de todo iba renaciendo un cierto optimismo en el país. La gente
empezaba a sacar carbón de las minas de Asturias, sin huelgas ya, y en las
noches del sábado los matrimonios salían a bailar eso de...
Arriba con el tirurirurí,
abajo con el tiruriruriero...
...y los que podían volvían a veranear pacatamente y a descubrir el eterno
amor en los litorales...
"El vino en un barco
de nombre extranjero
lo encontré en el puerto
al atardecer...
Cuando el blanco faro
sobre los veleros
su beso de plata
dejaba caer...
Era hermoso y rubio como la cerveza,
su pecho tatuado con un corazón...
y en su voz amarga había la tristeza
doliente y cansada del acordeón...
... ... ...
El cocido de los jueves—22
![Page 23: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/23.jpg)
Si la guerra había dado madrinas, la postguerra dió “queridas”.
Sí, la querida era una cosa de postguerra. Un producto típico de los
cuarenta, como la escasez y el estraperlo. Una señorita, mas o menos bien,
a quien el papá se le había quedado en el frente o huido para siempre con
la coartada de la guerra... Lo cierto es que la madre y la hija se quedaban
solas en un piso enorme, con las cuatro cosas que habían conseguido
salvar de la guerra... Enviaban a los hijos pequeños a los frailes: ”¿Dónde
van a estar mejor?”... y ellas cogían huéspedes estables: " Búscase caballero
estable, casa formal, buena cocina, agua caliente tres días por semana". La niña se
ponía de "querida" con un señor de traje marrón, a ser posible con mano
en abastos.
- A ustedes es que no les falta de nada, decían las vecinas con cierto
retintín.
- Dios, nos ha ayudado mucho.
La querida, en fin, era una señorita ligeramente prostituida que no había
perdido, ni mucho menos, sus buenas maneras de familia: el gusto por el
piano, por el anisete, por el punto gordo y por los triduos. Las queridas
fueron un poco nuestras hadas. No sabíamos como, pero siempre traían,
ocultos entre sus abrigos de pieles, chocolatinas, caramelos o higos secos...
que tanto nos gustaban. Sí, como nuestras hadas, porque la verdad es que
los niños de la guerra no tuvimos otras.
... ... ...
También surgirían aunque más adelante las “Chicas Topolino”, pero
estas, a diferencia de las queridas, no provenían de la necesidad... Me
explico: Había unos coches pequeños que se llamaban "Topolinos", y una
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chicas, que también se llamaban topolinos, porque se las veía mucho en
estos coches. Las "chicas topolino" eran las herederas de las "señoritas jamón"
de antes de la guerra...: Las que bailaron el charlestón, jugaron al tenis y se
besaron con sus novios formales a la luz incierta de las películas mudas.
La familia a la que le salía una "chica topolino" ya tenía bastante cruz:
-Yo, mamá, a lo positivo.
Lo positivo era ir en coche, comer gambas, vivir la vida, y besar al
hombre que conducía el coche y pagaba las gambas.
... ...
HISTORIA DE ESPAÑA ES LA NARRACION ORDENADA DE
LOS SUCESOS MAS IMPORTANTES LLEVADOS A CABO POR
LOS ESPAÑOLES, DESDE LOS TIEMPOS MAS REMOTOS HASTA
NUESTROS DIAS.
Resultaba que los españoles, desde los tiempos más remotos hasta
nuestros días, nos lo habíamos pasado haciendo machadas por el mundo y
diciendo frases a cada paso. Los españoles teníamos frases para todo:
-Más vale honra sin barcos, que barcos sin honra.
-Yo no he venido aquí para luchar contra los elementos...
-Llora como una mujer, lo que no has sabido defender como un hombre.
-!Manos blancas no ofenden!
-Estos son mis poderes y a donde no se llega con la mano, se llega con la
punta de la ...espada.
No podía ser. Queríamos ir a colegios de hombres y nos llevaban a
colegios oscuros, en patios interiores, con olor a cocinas pobres y
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corriente de pasillo, donde hacíamos palotes, temblorosas y atormentadas
caligrafías, bajo la mirada miope y dura de unos maestros con mandilones
grises, bigotes negros y regla de pegar en la mano. En aquellos colegios
sórdidos nos enseñaron a odiar nuestro propio cuerpo y nos obligaron a
prender lo de "amor, amor, amor" en el lugar del excremento.
Menos mal que para aquella época existía el “guateque”...exacto,
geométrico, calculado...unas cuantas parejas ,unas gaseosas, un picú...a
veces había sangría. Un baile, una confidencia, un beso perdido, un
perfume, nada. Mejilla contra mejilla. Besos de gaseosa y sentimentalismo
dominical. Por nuestros brazos delgados comenzaron a pasar...mujeres.
Ramona como una dulce aparición
Ramona, llegaste tu a mi corazón...
Pero claro, la naturaleza adolescente comenzó a cansarse de ese leve
escarceo de los sábados... Un día tomamos el camino de aquel barrio de
conventos, meretrices y lagartos. Aquel barrio lejano y oscuro, donde
habíamos perderse durante la guerra a los moros y a los legionarios.
Allí comprendimos que las mujeres honradas no tenían pechos y que las
meretrices, como aprendimos que se llamaban, tenían unos senos
vivientes.
-¿Qué buscas , muchacho,?¿Qué haces aquí?
-¿y tu, quién eres, cómo te llamas?
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Yo soy esa,
esa oscura clavellina
que va de esquina en esquina,
volviendo atrás la cabeza.
Lo mismo me llaman Carmen,
que Lolilla, que Pilar...
con lo que quieran llamarme
me tengo que conformar.
!Soy la que no tiene nombre,
la que a nadie le interesa,
la perdición de los hombres,
la que miente cuando besa!
Ya lo sabes...
Yo soy esa.
!Ay, meretriz, sonaba a emperatriz, actriz, matriz!. !Hasta que un día
supimos que se llamaba "puta", como una explosión!.
... ... ...
También nos rondaba el pederasta. El pederasta estaba en todas partes,
aunque entonces no sabíamos que se llamaba así y le deciamos tio
bujarrón. El pederasta era un señor como los demás, sólo que más
simpático con nosotros y con inagotables caramelos en los bolsillos.
Cuando nos veía nos hacía señales, guiños, muecas, ofertas, hasta que
conseguía tenernos a su lado sobándonos mucho las manos y el
pescuezo. !Qué asco de tio bujarrón! o !Pobre bujarroncito, pederasta,
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mariconuela!... que un dia cogían entre cuatro o cinco golfos y lo tiraban al
rio helado para que se refrescase... y aún así volvía a buscarlos por las
esquinas del barrio o a sorprenderlos con sus gafas de miope en los
urinarios de los cines, para ofrecerles dinero, estampas, caramelos, cromos
de Zarra, Gainza o Ramallets...
... ...
Había mucha escasez de viviendas, porque aunque murió mucha gente
en la guerra, también fueron bombardeadas muchas casas. Lo cierto es que
no había casas para todo el mundo y entonces vinieron los realquilados.
La señora del realquilado siempre vestía de marrón y había perdido los
dientes en la guerra: ”Una infección de encías, dijo el médico, y estuve a punto de
quedarme calva”. Había que tener mucho cuidado en no beber del vaso de
aquella mujer, aunque sólo era al principio que después todo el mundo
bebía de su vaso y hasta metía mano en su plato, porque no estaban los
tiempos para andarse con bromas. Los realquilados eran muy finos al
principio y todo les parecía bien, y la señora de la casa le hacía laborcitas a
los niños de la realquilada, pero luego empezaban las riñas, las sisas, los
follones y las mujeres se decían cosas desagradables, los hombres
montaban sus maquinitas de liar cigarrillos en extremos opuestos de la
mesa del comedor, y los niños se peleaban abiertamente, a muerte. Hasta
que un día los realquilados se iban, violentamente o calladamente, a
convivir con otra familia, y entonces nos quedábamos con nuestra casa,
con nuestros muebles, nuestra pobreza, nuestro Sagrado Corazón: Dios
bendiga cada rincón de esta casa, con nuestros apellidos y con nuestro
olor. Sí, con nuestro olor, que en la casa donde había realquilados pugnaba
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el olor a naftalina de una familia con el olor a potaje de la otra, y eso no es
así, cada familia debe tener su olor.
... ... ...
La cosa de la postguerra era el piojo verde. A los niños nos pelaban al
cero en nuestras casas, porque el piojo hacía nido en la cabeza, como la
cigüeña en el campanario y con nuestras cabezas rapadas y pelonas
andábamos como más seguros por las calles, las ideas claras y los
pensamientos transparentes.
Pero la enfermedad terrible era la tuberculosis, nosotros la decíamos
tisis. En la postguerra lo peor que se le podía llamar a alguien era "tísico" o
"rojo".La verdad es que, como habían dejado el país, había más tísicos que
rojos.
Los ricos se curaban la tisis con jamón, los pobres con misas y con
cementerios. En caso de muerte los ricos solían morirse los sábados, para
así ser enterrados los domingos con mucha pompa y circunstancia. Los
pobres se morían cualquier día, a lo mejor un viernes. !Son ganas de
molestar!. Eran especialmente sensibles a la tuberculosis las señoritas que
estudiaban piano, los dependientes de droguería, las mecanógrafas, los
novios románticos de las prostitutas de clase y los carteros urbanos.
... ... ...
Había niños que vestían de blanco para todo, como si estuvieran
siempre haciendo la primera comunión. A nosotros nuestras tías y
nuestras madres nos hacían la ropa en sus viejas máquinas Singer con
retazos de otros abrigos y otros pantalones de la familia, generalmente
grises o marrones, y la prenda nacía vieja. La verdad es que tardamos
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![Page 29: Cocido](https://reader034.vdocuments.co/reader034/viewer/2022042821/55cf9450550346f57ba1271b/html5/thumbnails/29.jpg)
mucho tiempo en estrenar ropa de tienda. Había dos razas de niños: los
que tenían y los que no teníamos bicicletas. Los niños de las bicicletas
solían ser los mismos que vestían de blanco. Tampoco había bicicletas
para dar y tomar, esa es la verdad, de modo que incluso aquellos niños
solían tener una bicicleta para todos los hermanos, o a lo más dos
bicicletas, una de chico y otra de chica. Las bicicletas de chica solían tener
una redecilla en la rueda de atrás, hecha de varios colores, preferentemente
los de la bandera española. Algunas niñas llegaron a malograrse por esa
tontería, aunque parezca que no, la Ina sin ir más lejos, porque la Ina se
hizo una rotura entre las piernas, un desgarroncito sin remedio, una
sangrecita de nada, todo por culpa de la barra de la bicicleta. Lo que más
celos nos daba era que una niña accediese a que un chico la llevase a dar
una vuelta en su bicicleta, cosa que a veces ocurría, y entonces ella iba
sentada en la barra horizontal, con las dos piernas a un lado, la falda un
poco remangada y la cabeza levemente ladeada y hundida en el pecho, bajo
la cabeza del chico, que se inclinaba sobre ella para conducir y quedaba
constelado por los cabellos al viento de la niña. Debía ser muy excitante
llevar a una niña en la bicicleta de uno, pero nosotros ni siquiera teníamos
bicicleta. Ellos, los niños de blanco, tenían las bicicletas y nosotros las
chapas de gaseosa.
... ... ...
Para terminar les diré que había dos formas serias de ser español: Ser
futbolista o ser opositor. Gainza, Zarra, Ramallets, Campanal, Iriondo... los
periódicos venían llenos de fútbol como antes habían venido llenos de
guerra. Ser futbolista era una de las formas más serias de ser español. El
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fútbol era la épica nacional y el ideal patrio hubiera sido un pais con tantos
futbolistas como ciudadanos. El español llevaba dentro un futbolista nato,
como antes había llevado un torero. Así como el inglés sólo nace inglés, y
luego con la vida los años y los estudios se hace ingeniero de minas o
bibliotecario diplomado, el español nace español y futbolista, y a más a
más español y opositor. Había madres a las que las comadronas, ya nacido
el niño, les decía: "Señora, ha tenido usted un opositor". Y eso llenaba de
orgullo a las parturientas.
Yo mismo quise ser ejemplar y comencé a preparar las oposiciones de
Banca. !No para ser banquero, sino para ser bancario...que a la larga se ha
demostrado más seguro!
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EPILOGO
Yo iba entonces algunas noches al Diario Pinciano a entregar mi
colaboración, mi tímida colaboración, y fue allí donde por primera vez
tuve fe en que la Literatura era una cosa de verdad.
En aquella sala de máquinas aceitosas decidí ser escritor.
José Mª Stampa, era el más corpulento y el más brillante alumno de
Derecho de la Universidad de Valladolid. Paseábamos de madrugada a la
salida del Diario y me dijo:
-Tu tienes que ir a Madrid. Tu mundo literario, tu mundo narrativo lo
tienes aquí, pero tu porvenir lo tienes en Madrid.
Me fui del periódico sin despedirme de nadie. En la estación saqué un
billete de tercera. En un tren tranvía llegué a Madrid para siempre, justo
cuando Eisenhower llegaba a la capital para abrazar a Franco.
!Ay, Madrid!...Madrid era un chotis bailado por Lara y Conchita
Cinton.
En nuestra memoria de ex-niños sigue sonando, organillo triste de
postguerra, la fascinación pobre, nacionalista, cachonda, de una vida
mejor...que era la vida de Madrid.
OFF: suene el chotis “Madrid” de A. Lara.
Mientras cae lentamente el
T E L O N
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BIBLIOGRAFÍA:
“Las señoritas de Aviñón”- Francisco Umbral. Planeta, 1995, 2ª Edición.
“Memorias de un niño de derechas”.- Francisco Umbral, Edic. Destino
1976
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Aula de Letras 2002