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CAPÍTULO 6 ELECCIONES Y SISTEMAS ELECTORALES Elecciones: definición, tipos y funciones En principio, una elección puede definirse como “una forma de procedimiento, reconocida por las normas de una organización, en virtud de la cual todos o algunos de sus miembros escogen a un número menor de personas, o a una sola persona, para ocupar cargos en tal organizaciónOtros métodos: sucesión hereditaria, la designación, el criterio de la antigüedad, la adjudicación ex officio, la adquisición, el sorteo, o la apropiación por la fuerza. A diferencia de los métodos mencionados, la elección entraña la existencia de un corpus electoral determinado con anterioridad a ella, una votación por al menos un postulante o grupo de candidatos para un o unos puestos reconocidos y, en ambos casos también preestablecidos, una regla de cómputo de esos votos y un criterio de decisión para determinar la asignación de él o los cargos en juego (Nohlen, 1981). Aunque existen antecedentes de procesos electorales en la Antigüedad -por ejemplo, en las ciudades-Estado griegas- y también en la Edad Media -como ocurría en el seno de la Iglesia católica, pero asimismo en ciertos consejos feudales-, el fenómeno de las elecciones como el procedimiento más difundido para determinar los ocupantes de una infinidad de cargos públicos, es relativamente reciente: su historia no va más allá de los últimos doscientos cincuenta años y está vinculada en forma directa con la génesis, el desarrollo y la consolidación del principio del gobierno basado en la voluntad del pueblo (véase capítulo 3). En efecto, cuando en las postrimerías del Antiguo Régimen cobró fuerza la concepción de considerar injusto al gobierno obtenido por herencia o por conquista, la idea de convocar

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CAPÍTULO 6ELECCIONES Y SISTEMAS ELECTORALES

Elecciones: definición, tipos y funcionesEn principio, una elección puede definirse como “una forma de procedimiento, reconocida por las normas de una organización, en virtud de la cual todos o algunos de sus miembros escogen a un número menor de personas, o a una sola persona, para ocupar cargos en tal organización”

Otros métodos: sucesión hereditaria, la designación, el criterio de la antigüedad, la adjudicación ex officio, la adquisición, el sorteo, o la apropiación por la fuerza.

A diferencia de los métodos mencionados, la elección entraña la existencia de uncorpus electoral determinado con anterioridad a ella, una votación por al menos unpostulante o grupo de candidatos para un o unos puestos reconocidos y, en ambos casostambién preestablecidos, una regla de cómputo de esos votos y un criterio de decisión paradeterminar la asignación de él o los cargos en juego (Nohlen, 1981).Aunque existen antecedentes de procesos electorales en la Antigüedad -por ejemplo,en las ciudades-Estado griegas- y también en la Edad Media -como ocurría en el seno de laIglesia católica, pero asimismo en ciertos consejos feudales-, el fenómeno de las eleccionescomo el procedimiento más difundido para determinar los ocupantes de una infinidad decargos públicos, es relativamente reciente: su historia no va más allá de los últimosdoscientos cincuenta años y está vinculada en forma directa con la génesis, el desarrollo yla consolidación del principio del gobierno basado en la voluntad del pueblo (véase capítulo3). En efecto, cuando en las postrimerías del Antiguo Régimen cobró fuerza la concepciónde considerar injusto al gobierno obtenido por herencia o por conquista, la idea de convocara elecciones de carácter popular se convirtió en una de las más importantes entre lasenarboladas por el movimiento revolucionario liberal-democrático para acabar con losprivilegios de los grupos más acomodados: en primer lugar, la nobleza y los clérigos y, enmenor medida, los gremios de mercaderes y artesanos de cada ciudad. Desde entonces, supráctica se extendió en forma progresiva a distintos órganos gubernamentales -como lasotrora aristocráticas segundas cámaras parlamentarias, las instituciones municipales o lamisma jefatura del Estado-, y también a organizaciones y asociaciones de todo tipo,públicas y privadas, grandes o pequeñas, tales como los partidos políticos, los sindicatos,los clubes deportivos y las universidades.Para puestos gubernamentales, una primera y básica distinción entre las eleccioneses la que se funda en el status político del cargo o los cargos a cubrir. Así, las elecciones demayor relevancia son las de carácter nacional, sea para miembros de la asamblealegislativa (por ejemplo, diputados y senadores) como para titulares de órganos ejecutivos(i.e., presidente), pues en ellas se decide quién estará a cargo de la maquinaria central delgobierno y, por lo tanto, la convocatoria a votar involucra a toda la ciudadanía del país. En3cambio, las elecciones para autoridades de unidades políticas subnacionales -tales como los"estados", las "provincias", los "länders", los "cantones" o las “regiones”- (por caso,gobernadores y legisladores provinciales), las celebradas para resolver la integración deórganos representativos de nivel supranacional (como, por ejemplo, el parlamento europeo)y, también, las de cargos municipales o locales (intendente, alcalde o burgomaestre en elcaso de puestos ejecutivos, y concejales o consejeros vecinales cuando se trata de cargoslegislativos), suelen ser consideradas por los académicos -y asimismo por los partidos

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políticos y la ciudadanía- como de “segundo orden” (Reif 1984, 1985).Las elecciones de carácter nacional han ocupado tradicionalmente la mayor atenciónde casi todos los especialistas en la materia, pero en las últimas décadas ha cobrado uncreciente vigor el interés por los comicios subnacionales, tanto por su importante valor parael estudio de la política nacional, como por la cada vez más usual realización de este tipo deconsultas cívicas; ya sea como resultado de procesos de descentralización política(devolution) en las naciones más avanzadas -tal el caso del Reino Unido y de Italia-, ocomo consecuencia más o menos lineal del advenimiento de la “tercera ola”democratizadora a los países del Tercer Mundo (i.e. la elección directa de los intendentesen las ciudades capitales latinoamericanas). Algo similar ocurre con los comiciossupranacionales. Aunque sólo existen en el Viejo Continente, las sucesivas contiendaselectorales para el parlamento europeo han concitado un atractivo ascendente desde laprimera experiencia de 1979, que puede adjudicarse, sobre todo, a la consolidación delfenómeno de la globalización económica y política.Por su parte, estos dos tipos de elecciones registran importantes diferencias encuanto al comportamiento de las organizaciones partidarias y, en particular, de los votantes.Las elecciones subnacionales, y especialmente las supranacionales, han resultado ser unaexcelente oportunidad para la emergencia de temáticas y de corrientes políticas en formahabitual opacadas en los comicios de carácter nacional, puesto que cierto sector delelectorado prefiere orientar su voto hacia opciones minoritarias o marginales (como ocurriócon los movimientos ecologistas en Europa durante los años ochenta). Pero también debeseñalarse que, en otras ocasiones, estas consultas han sido concebidas por la ciudadaníacomo un medio para enviar señales de aprobación o de rechazo al gobierno nacional,priorizando aspectos tales como la marcha de la economía y soslayando las auténticascuestiones en liza. En cualquier caso, tanto unas como otras elecciones registran una tasa departicipación más baja que los comicios de “primer orden”.Las elecciones también pueden distinguirse según su nivel de intermediación y, portanto, en directas e indirectas o de segundo grado. En las directas, los propios electoresdeciden inmediatamente quiénes serán los ocupantes de los cargos, mientras que en lasindirectas éstos votan por un grupo de personas más reducido, unos delegados orepresentantes, que toma tal determinación por ellos.Las elecciones indirectas resultan más comunes en países federales, enorganizaciones que contemplan más de una instancia o nivel de gobierno (como es el casode ciertos partidos políticos y sindicatos), y en todo tipo de instituciones con un electoradomuy numeroso, heterogéneo, territorialmente disperso o con estos tres atributos a la vez.Entre los propósitos buscados con la institución de una elección de segundo gradoha sido frecuente el de limitar el número de los potenciales candidatos para