clase caballero carmelo

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UNIVERSIDAD NACIONAL “PEDRO RUIZ GALLO” Facultad de Ciencias Histórico Sociales y Educación Escuela Profesional de Educación Lambayeque - Perú TEMA : «El Caballero Carmelo» BACHILLER : Clarisa Domitila Camacho Chiroque ASESOR : Milton Manayay Tafur MIEMBROS DEL JURADO Presidente : ______________________ ___________ Clase Magistral para obtener el Título de Licenciado en Educación

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clase magistral. sesion de aprendizaje SIGNIFICATIVO sobre el caballero carmelo

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UNIVERSIDAD NACIONAL

UNIVERSIDAD NACIONAL

PEDRO RUIZ GALLO

Facultad de Ciencias Histrico Sociales y Educacin

Escuela Profesional de Educacin

Lambayeque - Per

TEMA

:El Caballero CarmeloBACHILLER

:Clarisa Domitila Camacho Chiroque

ASESOR

:Milton Manayay Tafur

MIEMBROS DEL JURADO

Presidente

:______________________

___________

Secretario

:______________________

___________

Vocal

:______________________

___________

Lambayeque, 13 de mayo de 2011.I. DATOS GENERALES

1.1. Institucin Educativa: 27 de Diciembre - Lambayeque.

1.2. Nivel / Modalidad: Secundaria Bsica de Menores.

1.3. Grado de Estudios: 4.1.4. Seccin

: B.

1.5. rea Curricular

: Comunicacin.

1.6. Tema

: El Caballero Carmelo.

1.7. Turno

:Tarde.

1.8. Hora

:13.40 h.

1.9. Bachiller

:Clarisa Domitila Camacho Chiroque.II. COMPONENTES DIDCTICOSProblema didcticoPropsito didctico

Carencia de habilidades para poder expresar sus ideas con claridad

Analizar el contenido de un texto narrativo:

El Caballero Carmelo (cuento).

Contenido didctico

Habilidad /operacionesConocimientosActitudes

Analiza:. secuencia. organiza. condensa

Organizacin de una conferenciaSecuenciacin

OrganizacinCondensacinDilogo

Respeto

Mtodo didctico

ProcedimientoTcnicasEspacioTiempoMedios Materiales

. Fase de secuenciacin. Fase de organizacin. Fase de condensacin

Subrayado

Sumillado

Organizacin grfica

InterrogacinColectivo

50Visuales

Gua de lecturaPizarrn

Tizas

Borrador

Papel sbanaPlumones

Evaluacin

HabilidadOperacionesIndicadoresTcnicas/

InstrumentosMomentos/

Sujetos

AnalizarSecuenciar Delimita las secuencias del cuento.Observacin

Gua deobservacinProceso

Hetero-evaluacin

Organizar Organiza adecuadamente el contenido del cuento.

CondensarSintetiza el contenido del cuento.

3. ESTRATEGIAS DIDCTICASMOMENTOS

ESTRATEGIASTRECURSOS

Inicio Dilogo sobre experiencias de lectura narrativa, entre ellas, lecturas sobre historias de gallos (saberes previos). Interrogacin desestabilizadora: Por qu el ser humano tiende a narrar, contar, son los gallos motivos para contar (conflicto cognitivo).

Declaracin del nombre de la sesin de aprendizaje.

5Textos

Pizarra

Tiza

Proceso Lectura de un texto narrativo: "El Caballero Carmelo", de Abraham Valdelomar. Secuenciacin del cuento de acuerdo a las acciones que desarrolla. Organizacin de los contenidos de cada secuencia, atendiendo a las relaciones significativas que se dan entre personajes, sucesos, espacios, tiempos. Condensacin de los contenidos en una sola idea sintetizadora. Discusin de la idea sintetizadora: opiniones a favor, opiniones en contra. Integracin de saberes (sistematizacin) a partir de un interrogante problematizador: qu propuesta literaria plantea Valdelomar en El Caballero Carmelo?

40Pizarra

Tiza

Papelgrafo

PlumonesGua de lecturaHoja de Prctica

Hoja de Extensin

Final Valoracin de los aprendizajes.

5Hoja de Hetero-evaluacin

4. REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

4.1. Del Docente

Didctica

LOMAS, Carlos (1999). Cmo ensear a hacer cosas con las palabras: teora y prctica de la educacin lingstica. 2 Vols. Barcelona: Paids, Papeles de Pedagoga.

RAMREZ de ARELLANO, Margarita (1985). Modelo de secuencia para lengua y literatura castellanas. Enseanza Secundaria Obligatoria, Madrid: Sntesis, Aplicacin en el Aula / 12.

SERRANO, Joaqun y MARTNEZ, Jos Enrique (Coords.) (1996). Didctica de la lengua y literatura, Barcelona: Oikos-Tau, Prctica en Educacin 2, Primera edicin.

VIDAL, Luis Fernando (1979). Al pie de la letra: reflexiones acerca de la enseanza de la literatura, Lima: Amaru Editores.

Cientfica

GARRIDO DOMNGUEZ, Antonio (1993). El texto narrativo, Madrid: Editorial Sntesis.

GMEZ REDONDO, Fernando (1994). El lenguaje literario (teora y prctica), Ma-drid: Editorial EDAF, Coleccin Autoaprendizaje.

MUTH, K. Denise (Comp.) (1991). El texto narrativo. Estrategias para su comprensin, (traduccin de Isabel Stratta), Argentina: Aique.

4.2. Del alumno

HUAMN CABRERA, Flix (1996). Fichas de lectura en la enseanza-aprendizaje del lenguaje y literatura, Lima: Editorial San Marcos, Segunda edicin.

EL CABALLERO CARMELO Contado en primera persona por un nio de 12 aos, este cuento transmite el ambiente pueblerino y rural de la provincia de Pisco, al sur de Lima; el tono conmovedor del nio y de sus hermanos que tratan de salvar a un viejo gallo de pelea llamado Carmelo, que debe enfrentarse a otro ms joven, slo por lavar el honor del padre de los nios, cuyo orgullo fue menoscabado al ser tildado de ser un fanfarrn; el nio y sus hermanos menores, tratan de hacer que su padre desista de hacer pelear a su gallo sin conseguirlo. La accin se desenvuelve en la zona rural de la provincia de Pisco, al sur de Lima; narrado por un nio de 12 aos (el autor). El cuento transmite el ambiente pueblerino, la poca y el tono conmovedor del nio y de sus hermanos que tratan de salvar a un viejo gallo de pelea El Carmelo, que debe enfrentarse a otro ms joven, para salvar el honor del dueo (padre de los nios), cuyo orgullo fue menoscabado al ser acusado de fanfarrn. El Carmelo, sacando fuerzas de flaqueza, gana. Esto lo convierte en hroe, pero al da siguiente muere a consecuencia de las heridas recibidas. Este cuento es considerado su mejor ficcin; publicado en 1918, es de los primeros testimonios del cuento criollista peruano. En el Caballero Carmelo el autor, utiliza un vocabulario antiguo y una retrica propia de las novelas de caballera para narrar la triste historia de un gallo de pelea amado por los nios de la casa. Este cuento se entrega a los adolescentes y nios en el colegio peruano, lamentablemente no se gua a inferir todas las ideas que intentan abolir esta costumbre de la pelea de gallos, que estn presentes en el cuento, pero que necesitan ser decodificadas a la luz de la teora literaria. El momento ideal para sensibilizar a las personas es en su infancia, la tarea no puede ser exclusiva de las sociedades protectoras de animales, sin embargo en un mundo global, las reflexiones desde el arte y los juicios estticos pueden trascender en develar el deber ser de la convivencia armnica entre el hombre y los animales. El Caballero Carmelo (1918), recrea una desigual pelea de gallos donde el protagonista es un gallito viejo, el Carmelo, que tiene que enfrentar a un gallo ms joven y fuerte, el Ajiseco, en una pelea donde muere el joven retador y el protagonista agonizar unos das entristeciendo a sus amos nios. El medio rural Abraham Valdelomar escribi este cuento desde Roma, evocando su niez y reconstruyendo la ptica de un narrador infantil. Los recuerdos de su aldea natal San Andrs en Ica, Pisco describen el paisaje, la vida de pueblo y la fiesta nacional como pretexto para realizar apuestas en las peleas de gallos, espectculo a muerte que eleva la adrenalina de su pblico. El narrador recuerda su casa, a otros animales como pollos, patos, una cabra, sus hermanos, y el escenario de pueblo pequeo donde todo comentario se expande rpidamente, es reflejo de ello el desafo a su padre que compromete el prestigio del gallo, ya retirado de las lides y viejo, de negar su raza, por boca de otro gallero, lo que lleva a este jefe de familia en una interpretacin cerrada del honor a arriesgar a Carmelo ante el joven rival. Hay contacto con la naturaleza, el alba se relaciona a la niez evocada y al canto del gallo Carmelo, al regresar de la arena con el vencedor herido pasarn los nios por la orilla del mar en un camino largo hacia su casa, para purificar al desfalleciente anima l con la vista de la vastedad del agua del dolor de sus heridas. La recia autoridad paterna En el cuento, ni el padre ni la madre tienen nombres, si es saltante que la madre reclama por la crueldad del desafo, en contraste con el padre que decide hacer pelear a Carmelo sin importarle la reaccin familiar. Cuando hace entrenar al gallo con un hombre extrao, durante seis das no deja que sus hijos se acerquen a su mascota. Antes del desafo, el padre del narrador quiere castigar al gallo Pelado de su hijo Anfiloquio por su conducta en el corral, comindoselo; pero las lgrimas del nio hacen intervenir a la madre para evitar el sacrificio. Puede leerse esto como una rebelda en la crtica hacia el padre, por un factor generacional, que se correlaciona a la antigedad de la ria de gallos, se nace en ese contexto rural que impone la crueldad, pero la voz del narrador busca independencia del padre para expresar su propia sensibilidad y su rechazo a la perpetuacin de esta ria. El padre decide sin miramientos con su familia porque el gallo es suyo; se lo regal su hijo mayor Roberto y desde joven lo hizo participar en las lides. Adems en la agona de Carmelo, los nios tienen que ir al colegio, no hay condescendencias con ellos, el espacio rural impone su rudeza sumada a la autoridad del padre, este rasgo sirve para marcar el valor disfrico o negativo, caracterizacin del gallero, pues la costumbre disfrica viene de atrs y se enquista en el presente haciendo sufrir a las menores generaciones que ya empiezan a apartarse de la aprobacin del sangriento espectculo. Dignidad animal La descripcin de Carmelo es eufrica o positiva, su ethos es la justicia y el valor, el narrador usa eptetos de hidalgo, amigo, hroe y caballero medieval; se destaca su belleza y elegancia frente a la arrogancia del joven rival que trata de humillarlo por sus heridas. Los nios eligen a su mascota como un hroe, el nexo con el animalito es muy estrecho para afrontar su prdida. La agona se recrea con el sufrimiento material, el gallo no come ni bebe, pero antes de morir se levanta para mirar el cielo por la ventana, cantar, mirar a sus infantes amos mirndolos con amor y morir apaciblemente. Carmelo demuestra espiritualidad en estas acciones, querer trascender al cielo al momento de morir lo hace vislumbrar la otra vida. El sufrimiento ha purificado al gallo, quien busca la buena muerte. Esta visin del otro animal, compaero en la vida del hombre conduce a una revaloracin totalizante de la vida por s misma, marcando la individualidad de los seres que ocupan nuestro entorno. ConclusinEl relato recoge la sensibilidad de un nio que sufre por el peligro y luego por la muerte de su gallo, que ocurre por la decisin de su padre al aceptar el desafo de una pelea con un gallo ms joven, el duelo toma un matiz casi pico destacando la virtud para la lid de Carmelo, pero aparte de ello su prdida se actualiza como la falta de un amigo nico y el fin de la niez, marcado por su recuerdo ms triste.

Institucin Educativa

"27 de Diciembre"

LambayequeComunicacin

4. "B"

GUA DE LECTURAAprenderemos a analizar un cuento siguiendo dos niveles de anlisis: primero, cmo se secuencia; segundo, cmo se organizan sus significados. Lee oralmente:

El Caballero CarmeloAbraham ValdelomarI

Un da, despus del desayuno, cuando el sol empezaba a calentar, vimos aparecer desde la reja, en el fondo de la plazoleta, un jinete, en bellsimo caballo de paso, pauelo al cuello, que agitaba al viento; sampedrano pelln de sedosa cabellera negra y henchida alforja, que picaba espuelas en direccin a la casa.

Reconocmosle. Era el mayor que aos corridos volva. Salimos atropelladamente, gritando

Roberto, Roberto!

Entr el viajero al empedrado patio donde el orvo y la campanilla enredbanse en las columnas como venas en un brazo, y descendi en los de todos nosotros. Cmo se regocijaba mi madre! Tocbalo, acariciaba su tostada piel, encontrbalo viejo, triste, delgado. Con su ropa empolvada an, Roberto recorra las habitaciones rodeado de nosotros; fue a su cuarto, pas al comedor, vio los objetos que se haban comprado durante su ausencia, y lleg al jardn.

Y la higuerilla? dijo.

Buscaba entristecido aquel rbol cuya semilla sembrara l mismo antes de partir. Remos todos:

Bajo la higuerilla ests!

El rbol haba crecido y se meca, armoniosamente, con la brisa marina. Toclo mi hermano, limpi cariosamente, las hojas que le rebozaban la caray luego volvimos al comedor. Sobre la mesa estaba la alforja rebosante, sacaba l, uno a uno, los objetos que traa y los iba entregando a cada uno de nosotros. Qu cosas tan ricas!. Por donde haba viajado! Quesos frescos y blancos envueltos por la cintura con paja de cebada en la quebrada de Humay; chancacas hechas con cocos, nueces, man y almendras; frijoles colados en sus hermosas calabacitas, pintadas encima con un rectngulo de su propio dulce, que indicaba la tapa, de Chincha baja; bizcochuelos de yema de huevo y harina de papa, leves, esponjosos, amarillos y dulces, en sus cajas de papel, santitos de "piedra de Guamaya", tallados en feria serrana; cajas de manjar blanco, tejas rellenas y una traba de gallo con los colores blanco y rojo. Todos recibamos el obsequio, y l iba diciendo, al entregrselo:

Para mam, para Rosa, para Jess, para Hctor

Y para pap? le interrogamos cuando termin.

Nada

Cmo nada para pap?

Sonri el amado, llam al sirviente y le dijo

El Carmelo!

A poco volvi ste con una jaula y sac de ella un gallo que, ya libre, estir sus cansados miembros, agit las alas y cant estentreamente:

Cocorocoooooooooo!

Para pap, dijo mi hermano.

As entr en nuestra casa el amigo ntimo de nuestra infancia ya pasada, a quien acaeciera historia digna de relato; cuya memoria perdura an en nuestro hogar, como una sombra alada y triste: El Caballero Carmelo.

II

Amaneca, en Pisco, alegremente. A la agona de las sombras nocturnas, en el frescor del alba, en el radiante despertar del da, sentamos los pasos de mi madre en el comedor, preparando caf para pap. Marchbase ste a la oficina. Despertaba ella a la criada, chirriaba la puerta de la calle con sus mohosos goznes; oase el canto de gallo, que era contestado a intervalo por todos los de la vecindad; sentase el ruido del mar, el frescor de la maana, la alegra sana de la vida. Despus mi madre vena a nosotros, nos haca rezar arrodillados en la cama, con nuestras blancas camisas de dormir; nos vestamos y luego al concluir nuestro tocado se anunciaba a lo lejos la voz del panadero. Llegaba ste a la puerta y saludaba. Era un viejo dulce y bueno, y haca muchos aos, al decir de mi madre, que llegaba todos los das, a la misma hora, con el pan calientito y apetitoso, montado en su burro, detrs de dos "capachos" de acero repleto de toda clase de pan: hogazas, pan fresco, pan de mantecado, rosquillas.

Mi madre reciba el que habamos de tomar y mi hermano Jess lo reciba en el cesto. Marchbase el viejo, y nosotros dejando la provisin sobre la mesa del comedor cubierta de hule brillante, bamos a dar de comer a los animales. Cogamos las mazorcas de apretados dientes, las desgranbamos en un cesto y entrbamos al corral, donde los animales nos rodeaban. Volaban las palomas, picotebanse las gallinas por el grano y entre ellas escabullanse los conejos. Despus de su frugal comida hacan grupo alrededor nuestro. Vena hasta nosotros la cabra, refregando su cabeza en nuestras piernas; piaban los pollitos; tmidamente ese acercaban los conejos blancos con sus largas orejas, sus redondos ojos brillantes y su boca de nia presumida; los patitos recin sacados, amarillos como yema de huevo, trepaban en un panto de agua; cantaba desde su rincn entrabado el "Carmelo", y el pavo, siempre orgulloso, alharaquero y antiptico, haca por desdearnos, mientras los patos, balancendose como dueas gordas, hacan por lo bajo comentarios sobre la actitud poco gentil del petulante.

Aquel da, mientras contemplbamos a los discretos animales, escapse del corral el "Pelado" , un pollo sin plumas que pareca uno de aquellos jvenes de diecisiete aos, flacos y golosos. Pero el "Pelado", a ms de eso, era pendenciero y escandaloso, y aquel da, mientras la paz era en el corral y los otros coman el modesto grano, l, en pos de mejores viandas, habase encaramado en la mesa del comedor y rotos varias piezas de nuestra limitada vajilla.

En el almuerzo tratse de suprimirlo, y cuando mi padre supo sus fechoras, dijo, pausadamente:

Nos lo comeremos el domingo.

Defendilo mi primer hermano, Anfiloquio, su poseedor, suplicante y lloroso. Dijo que era un gallo que hara esplndidas cras. Averiguo que haba llegado el "Carmelo" todos miraban mal al pelado; que antes era la esperanza del corral y el nico que mantena la aristocracia de la aficin y de la sangre fina.

Cmo no matan deca en defensa del gallo a los patos, que no hacen ms que ensuciar el agua, ni al cabrito, que el otro da aplasto a un pollo; al puerco que todo lo enloda y solo sabe comer y gritar; ni a las palomas, que traen mala suerte?

Se adujeron razones. El cabrito era un bello animal, de suave piel, alegre, simptico e inquieto, cuyos cuerno apenas apuntaban; adems estaba comprobado que haba matado al pollo. El puerco mofletudo haba sido criado en casa desde pequeo. Y las palomas con sus alas de abanico, eran la nota blanca, subanse a la cornisa conversar en voz baja; hacan sus nidos con amoroso cuidado y se sacaban el maz del buche para darlo a los polluelos.

El pobre "Pelado" estaba condenado. Mis hermanos le pidieron que se les perdonase; pero las roturas eran valiosa y el infeliz solo tena un abogado: mi hermano, y su seor, de poca influencia. Viendo ya prdida su defensa y estando su audiencia al final, pues iban a partir la sanda, inclin la cabeza. Dos gruesas lgrimas cayeron sobre el plato, como un sacrificio, y un sollozo se ahog en su garganta. Callamos todos. Levantse mi madre, acercse al muchacho, lo bes en la frente y le dijo:

No llores; no nos lo comeremos.

III

Esbelto, magro, musculosos y austero, su afilada cabeza roja era la de un hgado altsimo, caballeroso, justiciero y prudente. Agallas bermejas, delgada cresta de encendido color, ojos vivos y redondos, mirada fiera y perdonadora, acerado pico agudo. La cola hacia un arco de plumas tornasoles, su cuerpo de color carmelo avanzaba en el pecho audaz y duro. Las piernas fuertes que estacas musulmanes defendan, cubiertas de escamas, parecan las de un armado caballero medieval.

Una tarde, mi padre, despus del almuerzo, nos dio la noticia. Haba aceptado una apuesta para la jugada de gallos de San Andrs, el 28 de Junio. No haba podido evitarlo. Le haban dicho que el "Carmelo", cuyo prestigio era mayor que el del Alcalde, no era un gallo de raza. Molestse mi padre. Cambironse frases y apuestas; y acept. Dentro de un mes tocara al "Carmelo" con el "Ajiseco", de otro aficionado, famoso gallo vencedor, como el nuestro, en muchas lides singulares. Nosotros recibimos la noticia con profundo dolor. El "Carmelo" ira a un combate, y a luchar a muerte, cuerpo a cuerpo, con un gallo ms fuerte y ms joven. Haca ya tres aos que estaba en casa, haba l envejecido mientras crecamos nosotros, Por qu aquella crueldad de hacerlo pelear?...

Lleg el da terrible. Todos en casa estbamos tristes. Un hombre haba venido seis das seguidos a preparar al "Carmelo". A nosotros ya no nos permitan ni verlo. El da 28 de julio, por la tarde, vino el preparador, y de una caja llena de algodones sac una media luna de acero con unas pequeas correas; era la navaja, la espada del soldado. El hombre la limpiaba, probndola en la ua, delante de mi padre. A los pocos minutos, en silencio, con una calma trgica sacaron al gallo, que el hombre carg en sus brazos como a un nio. Un criado llevaba la cuchilla y mis dos hermanos lo acompaaron.

Qu crueldad! dijo mi madre.

Lloraban mis hermanas, y la ms pequea, Jess me dijo un secreto antes de salir:

Oye, anda junto con l.. cudalo.. pobrecito!

Llevse la mano a los ojos, echse a llorar, y yo sal precipitadamente y hube de correr unas cuadras para poder alcanzarlos.

Llegamos a San Andrs. El pueblo est de fiesta. Banderas peruanas agitaban sobre las casas por el da de la Patria, que all saban celebrar con una gran jugada de gallos, a la que solan ir los hacendados y ricos hombres del valle. En Bentorillos, a cuya entrada haba arcos de sauces, envueltos en colgaduras, y en las cuales pendan alegres quitasueos de cristal, vendan chicha de bonito, butifarras, pescado fresco asado en brasas y anegado en cebollones y vinagre. El pueblo los invada, parlanchn y endomingado con sus mejores trajes. Los hombres de mar lucan camisetas nuevas de horizontales franjas rojas y blancas, sombrero de junco, alpargatas y pauelos anudados al cuello.

Nos encaminamos a la cancha. Una frondosa higuera daba acceso al circo, bajo sus ramas enarcadas. Mi padre, rodeado de algunos amigos, se instal. Al frente estaba el juez y a la derecha el dueo del paladn "Ajiseco". Son una campanilla, acomodronse las gentes y empez la fiesta. Salieron por lugares opuestos dos hombres, llevaban cada uno un gallo. Lanzaron al ruedo con singular ademn. Brillaron las cuchillas mirndose los adversarios, dos gallos de dbil contextura, y uno de ellos cant. Colrico respondi el otro echndose en medio del circo; mirndose fijamente, alargaron los cuellos, erizadas las plumas, y se acometieron. Hubo ruido de alas, plumas que volaron, gritos de la muchedumbre, y a los pocos segundos de jadeante lucha cay uno de ellos. Su cabecita afilada y roja bes el suelo, y la voz del juez:

Ha enterrado el pico, seores.

Bati las alas el vencedor. Aplaudi la multitud enardecida, y ambos gallos, sangrando, fueron sacados del ruedo. La primera jornada haba terminado. Ahora entraba el nuestro: "El caballero Carmelo". Un rumor de espectacin vibr en el circo.

El "Ajiseco" y el "Carmelo".

Cien soles de apuesta!

Son la campanilla del juez y yo empec a temblar.

En medio de la expectacin general, salieron los dos hombres, cada uno con su gallo. Se hizo un profundo silencio y soltaron a los dos rivales. Nuestro "Carmelo", al lado del otro, era un gallo viejo y achacoso; todos apostaban al enemigo, como augurio de que nuestro gallo iba a morir. No falt aficionado que anunci el triunfo del "Carmelo"; pero la mayora de las apuestas favoreca al adversario. Una vez frente al enemigo, el "Carmelo" empez a picotear, agit las alas y cant estentreamente. El otro, que en verdad pareca ser un gallo fino de distinguida sangre y alcurnia, haca cosas tan petulantes cuan humanas: miraba con desprecio a nuestro gallo y se paseaba como dueo de la cancha. Endurecironse los nimos de los adversarios, llegaron al centro y alargaron sus erizados cuellos, tocndose los picos sin perder terreno. El "Ajiseco" dio la primera embestida; entablse la lucha; las gentes presenciaban en silencio la singular batalla, y yo rogaba a la virgen que sacara con bien a nuestro viejo paladn.

Batase l con todo sus aire de un experto luchador, acostumbrando a las artes azarosas de la guerra. Cuidaba poner las patas armadas en el enemigo pecho; jams picaba a su adversario que tal cosa es cobarda , mientras que ste, bravucn y necio, todo quera hacerlo a aletazos y golpes de fuerza, Jadeantes, se detuvieron un segundo. Un hilo de sangre corra por la pierna del "Carmelo". Estaba herido, mas pareca no darse cuenta de su dolor. Cruzronse nuevas apuestas en favor del "Ajiseco", y las gentes felicitaban ya al poseedor del menguado. En un nuevo encuentro, el "Carmelo" cant, acordse de sus tiempos y acometi con tal furia, que desbarat al otro de un solo impulso. Levantse ste y la lucha fue cruel e intensa. Por fin, una herida grave hizo caer al "Carmelo", jadeante

Bravo!, bravo el "Ajiseco"! gritaron sus partidarios, creyendo ganada la prueba.

Pero el juez, atento a todos los detalles de la lucha y con acuerdo de cnones, dijo:

Todava no ha enterrado el pico, seores!.

En efecto, incorporse el "Carmelo". Su enemigo, como para humillarlo, se acerc a l, sin hacerle dao. Naci entonces, en medio del dolor de la cada, todo el coraje de los gallos de "Cauto". Incorporado el "Carmelo", como un soldado herido, acometi de frente y definitivo sobre su rival, con una estocada que lo dej muerto en el sitio. Fue entonces cuando el "Carmelo", que se desangraba, se dej caer despus que el "Ajiseco" haba enterrado el pico. La jugada estaba ganada y un clamoreo incesante se levant en la cancha. Felicitaron a mi padre por el triunfo, y, como esa era la jugada ms interesante, se retiraron del circo, mientras resonaba un grito entusiasta:

Viva el "Carmelo"!

Yo y mis hermanos lo recibimos y lo condujimos a casa, atravesando por la orilla del mar el pesado camino, y soplando aguardiente bajo las alas del triunfador, que desfalleca.

IV

Dos das estuvo el gallo sometido a toda clase de cuidado. Mi hermano Jess y yo le dbamos maz, se lo ponamos en el pico: pero el pobrecito no poda comer ni incorporarse. Una gran tristeza reinaba en la casa. Aquel segundo da, despus del colegio, cuando fuimos yo y mi hermana a verlo, lo encontramos tan decado que nos hizo llorar. Le dbamos agua con nuestras manos, le acaricibamos, le ponamos en el pico rojo granos de granada. De pronto el gallo se incorpor. Caa la tarde, y por la ventana del cuarto donde estaba entr la luz sangrienta del crepsculo. Acercse a la ventana, mir la luz, agit sbitamente las alas y estuvo largo rato en la contemplacin del cielo. Luego abri nerviosamente las alas de oro, enseorese y cant. Retrocedi unos pasos, inclin el tornasolado cuello sobre el pecho, tembl, desplomse, estir sus dbiles patitas escamosas y, mirndonos, mirndonos amoroso, expir apaciblemente.

Echamos a llorar. Fuimos a buscar a mi madre, y ya no lo vimos ms. Sobria fue la comida aquella noche. Mi madre no dijo una sola palabra, y bajo la luz amarillenta del lamparn, todos nos mirbamos en silencio. Al da siguiente, en el alba, en la agona de la sombra nocturna, no se oy su canto alegre.

As pas por el mundo aqul hroe ignorado, aquel amigo tan querido de nuestra niez: el "Caballero Carmelo", flor y nata de paladines y ltimo vstago de aquellos gallos de sangre y de raza cuyo prestigio unnime fue el orgullo, por muchos aos, de todo el verde y fecundo valle de Caucato.

ANLISIS DE EL CABALLERO CARMELO

Secuenciemos el cuento de acuerdo a sus acciones.

Organicemos los contenidos de cada secuencia, atendiendo a las relaciones significativas que se dan entre personajes, sucesos, espacios, tiempos.

Condensemos el contenido final del texto en una sola idea sintetizadora.

SECUENCIAS

CONTENIDOSENTIDO

Institucin Educativa

"27 de Diciembre"

LambayequeComunicacin

4. "B"

HOJA DE APLICACIN

El Caballero CarmeloDiscusin de la idea sintetizadora:

Ideas a favor:Ideas en contra:

Institucin Educativa

"27 de Diciembre"

LambayequeComunicacin

4. "B"

HOJA DE SISTEMATIZACIN

El Caballero CarmeloPara discusin:Qu propuesta literaria plantea Abraham Valdelomar en El Caballero Carmelo?

Institucin Educativa

"27 de Diciembre"

LambayequeComunicacin

4. "B"

FICHA DE HETEROEVALUACIN

El Caballero CarmeloNoEstudiantes INDICADORES

Delimita las secuencias del cuento.Organiza adecuadamente el contenido del cuento.Sintetiza el contenido del cuento.

ABCABCABC

1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

10.

11.

12.

13.

14.

15.

16.

17.

18.

19.

20.

21.

22.

23.

24.

25.

26.

A = Excelente

B = Bueno

C = Regular EMBED WangImage.Document

Clase Magistral para obtener el

Ttulo de Licenciado en Educacin

Especialidad de Lengua y Literatura

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