clase 7. tilly

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  • 8/18/2019 Clase 7. Tilly

    1/11

    Los movimientos sociales

    Transformaciones poliricas

    y cambio cultural

    Edici6n de Pedro Ibarra

    y Benjamin Tejerina

    r,

  • 8/18/2019 Clase 7. Tilly

    2/11

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    COLECCION

    ESTRUCTURAS Y

    PROCESOS

    Serie

    Cienc io .

    Socioles

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    15

    g s 1

    e i t \ I I 0 7 ~ : . - .. ~  

    © Editoriol Trotto. SA, 1998

    Sogoslo, 33. 28004

    Modrid

    Telelono: 91 5939040

    Fox:91

    5939111

    E·mail: Irolla@inforneles

    h ~ p : / / w w w . l r o l l a . e s  

    ©

    Pedro Ibarro

    Guell y

    Benjamin

    Tejerino

    Montano,

    1998

    Disefro

    Joaquin Gallego

    ISBN 84,8164282·7

    Deposito Legol: VA8 11/98

    lrnpresion

    Simoncas Ediciones, SA.

    Pol. Ind. Son Cristobol

    C/

    Eslano, porcela

    152

    47012 Vohcdohd

    CONTENIDO

    lntroduccion: Hacia

    unas

    nuevas

    formas de accion colectiva

    '

    9

    I.

    PRpCESOS, CO NTEXTOS Y TRANSFORMACIONES POLlTICAS

    1.

    Conflicto politico y

    cambio

    social:

    Charles Tilly

    . 25

    2. Movimientos sociales y democracia en Euskadi. Insurnision y

    ecologismo:

    liiaki Bdrcena, Pedro Ibarra, Mario Zubiaga

    . . 43

    3. La evolucion de los nuevos movimientos sociales en el Estado

    espafiol:

    Jaime Pastor

    , , , , . 69

    4. Origenes conceptuales,

    problemas

    acruales y direcciones fu-

    turas:

    Doug

    Mc dam

    , .

    89 v

    II. DIMENSI6N

    CO l

    TURAL Y ASPECTOS

    SIMB6uCOS

    1.

    Los movimientos sociales y la accion colectiva. De la produc-

    111 , /

    cion sirnbolica al

    cambio

    de valores:

    Benjamin Tejerina . . . .

    2. La

    praxis cultural

    de los

    movimientos

    sociales:

    Ron

    Eyerman 139

    3. Los movimientos sociales y la creacion de un sentido cornun

    alternativo: Jose Manuel Sabucedo, Javier Grossi, Concepcion

    Fernandez

    . 165

    4. EI analisis de marcos: una rnetodologia para el estudio de los

    movimientos

    sociales: ntonio Rivas .

    181

    v

    III. PARTICIPACI6N INDIVIDUAL Y

    MOVlLIZACl6N

    SOCIAL

    1. Las

    motivaciones

    individuales en las

    organizaciones

    politicas

    clandesrinas:

    Donatella della Porta

    2 9 ~ ;  

    2. Las redes de los movimi entos: una perspecti va de analisis:

    Ma·

    rio Diani

    243

    3. La

    necesidad

    de un

    estudio longitudinal

    de la

    participacion

    en

    movimientos

    sociales: Bert Klandermans . . . . . . . . . . . . . 271

    7

    .:

  • 8/18/2019 Clase 7. Tilly

    3/11

    1

    CONFLICTO pOLfTICO Y CAMBIO SOCIAL

    harles

    Tilly

    FLACSO ibliofeca

    Desde 933 los intelectuales occidentales, contrarios tanto al comunis-

    mo como al fascismo, se han preocupado a menudo por el surgimiento

    de las sociedades de masas en

    eI

    mundo

    occidental. A su juicio, estas

    sociedades de masas parecian mas vulnerables que las sociedades pre-

    cedentes a los rnovimientos politicos peligrosos, tanto en

    momentos

  • 8/18/2019 Clase 7. Tilly

    4/11

    CH RLES TILLY

    mentos causales tradicionales propios del siglo XIX. He aqui

    una

    de sus

    propuest as mas Ilamativas:

    A traves de esta teorfa de la sociedad de masas se pueden aunar lin buen nurnero

    de

    observaciones

    acerca de los fenornenos politicos en

    organizaciones,

    clases, co-

    munidades particulares,

    y

    sociedades

    en general,

    para

    formar una

    imagen

    cohe-

    rente

    de las

    condiciones

    que favorecen las conductas de

    masas

    en polftica. Los

    grupos

    especialmente vulnerables

    a los

    movimientos

    de maSJS rnanifiesran

    gran

    des

    discontinuidades

    en su

    estructura durante

    period

    OS

    de

    cambio.

    Asi, el

    comu

    nismo

    y el fascismo ganaron fuerza en

    sistemas

    sociales que estaban

    sufriendo

    cam bios repenrinos y arnplios en la estrucrura de autoridad y de la comunidad.

    Graves

    rupturas

    causadas en el tejido social por el extenso desempleo 0 por una

    irnportante derrota rnilitar son muy Iavorables a la accion politica de masas. Las

    clases sociales que proporcionanun. tpoyd·i: esproporcionado a los

    movimientos

    sociales son aquellas que poseen menores lazos sociales entre sus miembros, es

    decir,

    sobre

    todo las clascs sociales mas ba jas. Sin embargo, puesro que hay gru

    pos de

    todas

    las clases sociales que rienden a

    estar

    socialrnenre

    arornizados, tam

    bien se encuentran

    miembros

    de rodas las clases sociales entre los

    participantes

    en la accion politica de rnasas: intelectuales sin ataduras (especialrnenre autono

    rnos),

    hombres

    de negocios y

    granjeros marginales

    (especial

    mente

    los pequeiios),

    as como trabajadores

    aislados,

    se han

    dedicado

    a la rnovilizacion polirica de ma-

    sas en tiempos de crisis (Kornhauser,

    1959,228-229).

    Dos teorias diferentes del cambia confluyen en este pasaje. La pri-

    mera sostiene que el

    cambio

    estructural amplio y o abrupto destruye

    los coercitivos y protectores lazos sociales. La segunda afirma que tal

    disolucion de coacciones facilita las alianzas ent re los indiv iduos ato-

    mizados y los lideres extremistas.

    Ninguna

    de las teorias deja claros cuales son sus mecanismos cau-

    sales, pero en el primer caso parece estar actuando algo parecido al

    desmantelamiento de los refuerzos sociales producidos par normas in-

    ternalizadas, mientras que en la segunda parecen actuar deseos com-

    plementarios de

    poder (por parte

    de los lideres) y de estabilidad (par

    parte de los seguidores) en la direccion del sistema. Los procesos psico-

    16gicos juegan un papel central, generalmente irnplicito, en el

    drama

    de

    la sociedad de masas y sus resultados tragicos, En su famosa formula

    Kornhauser codifica los modelos teoricos tradicionales refiriendolos a

    las consecuencias politicas del cambio social rapido y a gran escala.

    Criticos, teoricos e investigadores posteriores cuestionaron los ar-

    gumentos de Kornhauser, no

    tanto

    refutando sus supuestas causas sino

    prestando atencion preferente a los efectos, generalmente negativos, de

    la atomizaci6n y la marginalizaci6n de la participacion

    popular

    en la

    polftica, asi como en la significaci6n de la integraci6n en redes que po-

    sibilita el reclutamiento para el movimiento social (Halebsky, 1976;

    McAdam, 1982; McPhail, 1991; Morris, 1984). Tarnbien recalcaron la

    importancia

    de creencias relevantes, intereses y compromisos cultura-

    les que existian anteriorrnente en lugar de la mera disponibilidad 0

    vulnerabilidad

    psiquica-

    a la

    hora

    de encauzar a los grupos sociales

    hacia diferentes tipos de accion politica colectiva. Aunque pocos criti-

    26

    CONFLICTO pOLiTICO

    Y

    C MBIO

    SOCI L

    cos han desarrollado alguna vez serias investigaciones sobre los meca-

    nismos psiquicos que menciona la teoria, en los analisis que se hacen

    hoy en dia de los movimientos sociales y de los conflictos politicos

    queda

    poco de la teoria de la sociedad de masas.

    Puede parecer, por tanto, que este texto no es sino la exhumaci6n

    del cadaver de una teoria que lieva largo tiempo rnuerta, sornetiendola

    a una ejecuci6n ritual para volverla a enterrar posteriormente. En ab-

    soluto. Aunque la formulaci6n de Kornhauser sobre los rasgos de la

    socie dad de masas ha perd ido el atractivo que tuvo en su dia, la vision

    tradicional que subyace detras de ella reaparece bajo un aspecto acade-

    mico cada vez que una nueva serie de terribles fen6menos politicos lIe-

    gan

    a la opinion publica. A la

    hora

    de explicar el genocidio, la limpieza

    etnica, la guerra civil, el terrorismo 0 la corrupci6n todavia se destacan

    regularmente la disolucion de los lazos sociales integradores, sacudidos

    par el cambio social, asi

    como

    el carisma que demagogos sin escrupu-

    los provocan en individuos desarraigados.

    Hasta

    entre reoricos mas so-

    fisticados de la transici6n politica, la sociedad civil a

    menudo

    figura

    como un baluarte

    contra

    amenazas muy parecidas a aquellas censura-

    das

    por

    Kornhauser. Estos hechos cruciales todavia tienen lugar en

    mentes angustiadas yen toda una generacion de trabajo acadernico que,

    en desacuerdo con tales explicaciones, han hecho bastant e poco

    por

    al-

    terar el curso de este discurso publico.

    Es importante

    sefialar

    que al rechazar las explicaciones de Korn-

    hauser acerca de los movimientos de masas par inadecuadas, los pos-

    teriores estudiosos han abandonado indebidamente una serie de

    preguntas que se presentaban como urgentes desde la investigaci6n de

    Kornhauser. (Que relaciones sisternaticas existen, si es que existe algu-

    na, entre el cambio social a gran escala y los cambios en la moviliza-

    cion politica popular? (Que impacto, si es que tiene alguno, tienen las

    variadas forrnas de acci6n politica

    popular

    sobre el curso del cambio

    social a gran escala?

    Centrados

    en refutar las medrosas explicaciones

    que desacreditan la acci6n popular, los especialistas en movimientos

    sociales, rebeliones y

    otras

    formas de conflicto social, han empleado

    poco esfuerzo en

    encontrar

    las consecuencias de estas acciones para la

    organizaci6n social existente. Estos analistas han hecho menos, inclu-

    so, para descubrir las cadenas causales precisas entre la acci6n colecti-

    va y la transforrnacion social.

    Este capitulo no

    reparara todo

    el dana dejado por tres decadas de

    abandono, pero al menos esbozara un programa de rehabilitaci6n. Pre-

    tende: 1 especificar que entend emos par cambio social, conflictos poli-

    ticos y sus relaciones; 2) identificar algunas regularidades dentro del

    conflicto politico, y 3) identificar algunos procesos causales que conec-

    tan las politicas conflictivas can el cambio social. Debido a las dificul-

    tades conceptuales del es tudio del conflicto politico, este apartado sera

    dense en la utilizacion de definiciones y dedicaremos bastante tiempo a

    los esquemas conceptuales; y sin

    embargo

    reduciremos los aspectos

    empiricos de la cuesti6n, en mayor medida de 1 que cualquier lector

    27

  • 8/18/2019 Clase 7. Tilly

    5/11

    CHARlE

    STI l l Y

    exigeme -incluyendome

    a rni

    mismo-

    estimarfa

    adecuado.

    Espere-

    mos que el texto compense su abstracci6n con la identificaci6n de nue

    vas Oportunidades para investigaciones empfricas, incluyendo mis pro

    pios estudios hist6ricos

    sobre

    los

    cambios

    en los conflictos

    populares

    europeos.

    1. C MBIa SOCIAL

    2Que

    queremos

    decir

    con

    cambio social?

    Puesto que

    el mundo

    nunca

    esta quieto, cambio social a veces parece significar todo 10 que sucede

    a las personas para definir al gran rio en el que

    todos

    los humanos na-

    dan. Desde Vico hasta Sorokin, los analistas sociales han intentado -

    petidamente captar esa comprehension On las teorias generales del

    progreso,

    la

    evolucion

    social, los ciclos 0 la decadencia.

    Una

    teoria de

    este tipo

    que

    tuviese

    exito

    serfa

    una Teoria

    del Todo.

    Aunque podemos

    aprender mucho acerca de las conexiones del mundo social desde estas

    teorias,

    todas

    elias fallan

    porque

    asurnen un

    proceso unitario

    dominan

    te

    que determina rodos

    los

    cambios

    en la experiencia social, es decir,

    todas asurnen la existencia de

    una

    sola corriente.

    Existe

    2 una corrienre

    unitaria? cambio

    social discurre en general

    como un rio?

    ~ o d e m o s  

    trazar su direcci6n, medir su profundidad,

    identificar sus contenidos y estimar su impacto? Un rio tiene un

    curso

    bien

    marcado, una

    direccion

    clara

    de flujo y sus

    propias

    reglas. Las re-

    glas del rio dependen adernas de los climas por los que discurre el rio, el

    terreno por el que discurre y las criaruras

    que

    viven en sus

    profundida

    des. Una persona que vaya en kayak puede

    conocer

    sus rapidos, un pes-

    cador

    con mosca los

    rnejores

    puntos de pesca, un hidr610go su ffsica,

    un ecologista sus sistemas de vida, un

    capitan

    de barco su

    curso

    entero,

    EI cambio social en general no se parece al cauce de un rio. La ex-

    i presion carnbio social simplemente etiqueta cierros aspectos de multi

    \ tud de diferentes procesos sociales,

    cada

    uno de los cuales sigue su pro

    i pia logica individual. Es cierto

    que

    los procesos sociales, al contrario

    que el cambio social, a veces se parecen a los rios y funcionan de mane

    ra unitaria. Podemos aprender cierros cam bios sociales concretos, por

    ejemplo, las recientes alteraciones en los procesos nacionalistas de los

    BaIcanes, 0 la globalizaci6n de los mercados financieros, de igual rna-

    nera a

    como

    conocemos un riachuelo cercano. Pero no

    podemos

    aprender el cambio social como un todo.

    La nocion de

    cambio

    social en general se parece

    mas

    a la idea abs-

    tracta de una corrienre, Las corrientes incluyen rodo tipo de perrnanen- <

    tes movimientos de fluid os

    que corren

    hacia

    delante.

    Por

    supuesto que

    pod

    emos

    cartografiar

    las

    corrientes

    de un

    rio

    en

    concreto, pero

    la idea

    general de

    una

    corriente es el terrnino medio de una gran

    variedad

    de

    torbellinos, remolinos y remansos. De hecho podernos aplicar la misma

    idea a cualquier cuerpo f1uido, buscar las direcciones dominantes del

    movirnienm e identificarlas como

    sus corrientes. Sin embargo, aun en

    28

    CONfl lCTO pOLiTICO Y CAMBIO

    SOCIAL

    esos

    casos

    la idea no se

    ajusta correctarnente

    a todos los

    supuestos:

    al-

    gunos cuerpos f1uidos permanecen

    tan

    quietos que no podemos derec-

    tar

    ninguna corrienre, rnientras que otros sufren tal turbulencia que la

    propia idea de

    direccionalidad pierde

    su

    sentido. Tan solo como

    un

    terrnino medio,

    la idea

    amplia

    y abstracta de

    corriente nos

    ayuda a

    or

    denar

    nuestras observaciones.

    La

    analogla funciona razonablemente

    bien

    para

    el

    cambio

    social.

    Exarninando cualquier grupo concreto de cambios sociales podemos,

    logicarnenre, preguntarnos por las relaciones de

    estes con

    la

    variable

    tiempo. Entre otras cosas

    podemos

    preguntarnos acerca de la

    variacion

    sirnulranea, la direccionalidad y la recurrencia:

    1 Simultaneidad:

     

    mueven

    juntos

    los

    cambios

    en el tiempo de

    la

    misma manera

    en

    que

    sue len

    hacerlo

    las huelgas reivindicativas

    (aquellas que los trabajadores plantean para la mejora de salarios y

    condiciones de

    trabajo)

    en relaci6n con los ciclos econornicos? Si es asi,

    tenernos ya una cierta garantia para investigar esras conexion-s C: usa-

    les entre sf

    0

    con algun otro proceso subyacente.

    2 Direccionalidad: 2Se dirigen los

    cambios

    sociales en una direc-

    cion

    durante

    largos periodos,

    tal y

    como

    hacen

    los

    procesos acumulati

    vos

    como, por ejemplo, la difusi6n de innovaciones operarivas en la es-

    trategia

    militar? Si es asi,

    nos enfrenrarnos

    a la

    posibilidad

    de

    oescubrir

    mecanismos que fornentan la dependencia de

    cambios trazados,

    I"

    auto

    reproduccion

    y/o efeetos multiplicadores.

    3 Recurrencia: 250n ciclicos los

    cambios

    sociales,

    volviendo

    re-

    gularmente a sus puntas de parrida, como en el caso de aconrecimien

    tos programados (por ejemplo las carnpaiias electorales)? Si es asi, po

    demos

    razonablemenre buscar ritmos institucionalmente

    irnpuestos,

    procesos que

    se agotan en sf

    mismos,

    y

    mecanismos equilibradores.

    Igual

    que

    la palabra «corriente» implica preguntarse acerca de

    as

    direcciones del movimiento en f1uidos encauzados, las paJabras «c.un-

    bio

    sirnultaneo», «direccionalidad»

    y

    «recurrencia» planrean pregun

    tas abstractas sobre procesos concretos de cambio. A tan altos niveles

    de absrraccion,

    parecidas pregunras

    son aplicables al

    proceso

    de

    urba

    nizacion

    europea,

    a los

    cambios

    en la

    composici6n

    de la familia

    india,

    a cambios en la politica islamica, 0 a la difusion

    mundial

    de la rnusica

    rock.

    Podemos

    hacer pregunras generales acerca de muchos

    cambios

    so-

    ciales

    concretos

    sin suponer

    que

    las

    respuestas siempre seran

    las

    rnis-

    mas, sin

    asumir que

    todas las

    pregunras

    tienen respuestas significativas

    en cada caso, y sin imaginar que existe un fenorneno general y auten

    tico lIamado carnbio social del que los carnbios particulares son sirn-

    plemente casos especiales. En este caso, nuestro conocimiento general

    acerca del cambio social consistira no en

    acumular

    respuestas, sino en

    hacer preguntas

    urgentes.

    Tarnbien

    podemos

    invertir

    el

    angulo

    de

    ob

    servacion,

    aportando

    diferentes sistemas de

    conocimiento para

    refe-

    29

  • 8/18/2019 Clase 7. Tilly

    6/11

    CHARlES i l lY

    rirnos a un tinico caso. A[ igual

    que

    los hidrologos, ecologistas, nave

    gantes, especialistas en

    salud

    publica y geologos tienen

    importantes

    y

    diferentes cosas

    que

    decir acerca de cualquier rio

    concreto,

    las distintas

    ramas

    del

    ana

    [isis social presentan, de hecho, diferentes enfoques en el

    analisis de

    cualquier

    dimension

    concreta

    del

    cambio

    social.

    2. CONFLICTO POLITICO

    Para reconocer

    el espacio de los conflictos politicos necesitamos dos

    definiciones cruciales:

    1. Las reiuindicaciones

    consisten en declara r determinadas prefe

    rencias respecto al

    comportamiento

    de

    otros

    actores: incluyen deman

    das,

    ataques,

    peticiones, suplicas,

    muestras

    de apoyo u oposicion, y de

    claraciones de

    compromiso.

    2. Un gobierno es una

    organizacion

    que

    controla

    el principal me

    dio

    concentrado

    de coerci6n dentro de un

    territorio importante.

    El go

    bierno es un Estado si claramente no cae

    bajo

    la jurisdiccion de

    otro

    gobierno

    y recibe

    reconocimiento

    de

    otros gobiernos

    relativamente au

    tonomos

    El conflicto politico incluye

    todas

    las ocasiones 1) en las que algiin

    grupo

    de

    personas

    realiza reivindicaciones colectivas publicas visibles

    sobre

    otros actores (reivindicaciones que si se cumpliesen afectarian los

    intereses de estos ultimos) y 2) en las

    que

    al

    menos

    una de las partes

    afectadas

    por

    reivindicaciones, incluyendo terceras partes, es un go

    bierno.

    Por

    [0

    tanto,

    el conflicto politico

    abarca

    revoluciones, rebe

    liones,

    guerras,

    conflictos etnicos, movimientos sociales, genocidio,

    carnpafias electorates, [a

    mayoria

    de [as huelgas y cierres patronales,

    parodias

    publicas, incautaciones colectivas de mercancias, y muchas

    otras

    formas de interaccion. (Me concentrate aqui en el conflicto den

    tro

    de un solo

    ambito

    politico

    u n

    Estado

    y sus r elaciones

    con

    actores

    bajo su jurisdiccion-e-,

    pero

    en principio las regularidades

    dentro

    del

    conflicto politico se

    pueden aplicar

    mutatis mutandis tarnbien al con

    f1icto interestatal y transnacional). El

    plantear

    reivindicaciones

    dentro

    de la familia,

    grupos

    de parientes, vecindarios y redes de amigos/as

    solo se p.ueden

    catalogar

    de conflicto politico en la medida en que los

    gobiernos se convierten en

    parte

    de las reivindicaciones.

    Por

    que tiene lugar el conflicto politico?

    Cuatro

    tipos de explica

    ciones disponibles se

    corresponden con

    las

    cuatro

    principales

    ontolo

    gias de la ciencia social: [as teorias de sistemas, el individuali smo

    meta

    dologico, el individualismo fenornenologico y los

    modelos

    relacionales:

    1. En [a teoria de sistemas tal y

    como

    ha sido ejernplificado en el

    analisis de la sociedad de masas de

    Kornhauser,

    cl conflicto politico se

    explica

    como

    una

    interrupcion

    de los procesos de equilibrio,

    1

    que ge

    30

    CONFLICTO POliT ICO

    Y

    CAMBIO SOCIAL.

    nera la

    aparicion

    de reivindicaciones conflictivas, mas a

    menu

    do deno

    minadas como

    «protestas»

    0

    «disturbios».

    2. En el indiuidualismo metodol6gico (el

    modo dominante dentro

    del estudio del conflicto politico), el conflicto politico se explica

    como

    el

    choque

    entre los intereses de los individuos

    0

    las colectividades, im

    pulsando

    la competencia

    dentro

    de los lirnites impuestos

    par

    la estruc

    tura

    de

    oportunidad

    politica y la

    capacidad

    organizativa.

    3.

    En

    el

    indiuidualismo [enomenologico

    (una orientacion

    cada

    vez mas

    popular),

    el

    cambio

    de [as definiciones

    compartidas

    de la si

    tuacion

    politica promueve y regula [as tendencias a la competencia.

    4. En el

    andlisis relacional

    (Ia

    menos conocida

    pero mas promete

    dora ontoiogia,

    no solo para

    el

    conflicto politico sino

    para todos

    los

    procesos sociales), los cambios en las conexiones entre actores poten

    ciales

    conforman

    las identidades sociales, las definiciones

    compartidas i i .

    de

    1

    que es posible y deseable, los costes y beneficios colectivos de la

    aceion

    conjunta,

    y los

    compromisos

    rnutuos; en definitiva, los actores

    moldean

    la

    confrontaci6n.

    En el analisis relacional,

    por

    tanto, la

    pregunta

    sobre por que [as

    personas estan en c onflicto

    puede

    tener un

    gran

    sentido

    0

    ninguno en

    absoluto.

    Es

    1

    mismo

    que

    preguntar

    el

    por

    que la gente

    habla,

    crea la

    zos sociales

    y

    protege

    del

    dafio

    a sus semejantes. Aunque algun impul

    so, gen

    0 capacidad

    social universal

    pudiera subyacer

    muy en el fondo

    de

    todas

    esas interacciones, estas, en la practica, surgen a

    partir

    de

    una

    amplia variedad

    de motivaciones y actividades

    humanas.

    De momento

    i

    es

    mejor preguntarse

    p Q . r q t l H < l i _ p e r s Q n a § . _ ~ n t r a n . ~ n

    conflictodedistin-

    j

     

    maneras . con diferentes intensidades,

    que

    buscar modelos universales

    I

    de conflicto.

    Creo que

    mi insistencia en

    subrayar

    la

    mutua_Y_< }A-

    l i } l t ~  

    cl2.ns_gucci6n

      g . u _ e i v i n d i c ~ s i ~  

    en vez de fijarme en distur

    bios, calcUlos inCffi.iduales

    0

    actitudes generalizadas,

    1

    deja

    bastante

    claro: soy

    partida

    rio de hacer un analisis relacional de las variaciones

    sisternaticas que se

    dan

    en los conflictos politicos.

    No tenemos a

    mana ninguna

    teoria general fuerte, relacional

    0

    de

    cualquier

    otro

    tipo.

    Aunque cada

    cierto tiempo alguien

    prop

    one una

    sintesis del conflicto social

    0

    de la accion colcctiva en general (p.c. Boul

    ding,

    1962;

    Garrison,

    1968;

    Hardin,

    1983;

    Marwell y Oliver,

    1993;

    0[

    son,

    1965;

    Schellenberg,

    1982;

    Schelling,

    1960;

    Smelser,

    1963),

    los es

    tudiosos del 'conflicto politico se e specializan genera lmente 'en una

    0

    dos de sus variantes: conflicto industrial, revoluciones, movimientos

    sociales

    0

    alguna otra cosa parecida. Esta especializacion tiene la ven

    taja de que hace

    controlable

    las investigaciones y reduce las dificulta

    des al

    sacar

    del

    estudio

    la institucionalizacion historicarnente condicio

    nada

    de las relaciones causales recurrentes.

    Cuanto

    de la diferencia

    entre huelgas y manifestaciones proviene del desarrollo de tradiciones

    culturales y legales diferentes en

    cada

    una de elias,

    cuanto

    se debe a la

    presencia de secuencias causales diferentes

    para cada

    una de elias, y

    ,

    como interacnian

    las tradiciones legales-culturales

    can

    las causas gene-

    31

  • 8/18/2019 Clase 7. Tilly

    7/11

    CHARlES TillY

    rales? Sin

    embargo,

    la especializacion tiene sus costes,

    sobre

    todo en la

    duplicacion de e sfuerzos y las

    oportunidades perdidas

    para la

    analogia.

    Doug McAdam,

    Sidney Tarraw y yo mismo estarnos en la actuali-

    dad intenrando reducir las barreras que impiden hacer la sinresis en el

    analisis del

    conflicto

    politico

    (McAdam, Tarraw

    y TilIy,

    1996). Nues

    tra cautelosa esrrategia es la de impulsar ideas relativamente bien esta-

    blecidas,

    sacadas principalmente

    del

    estudio

    comparativo

    de los movi-

    mientos sociales en las democracias occidentales a zonas adyacentes de

    conflicto para ver

    que

    tal se sostienen

    determinadas

    prapuestas, 0 si

    por el contrario estos conflictos se

    sustentan

    en

    otros

    principios dife-

    rentes. Por ejemplo,

    creemos

    que existen paralelismos entre los ciclos

    1

    del

    movimiento

    social y las situaciones revolucionarias (Cartacin y

    Passy,

    1993;

    Fillieule,

    1993; Goodwin, 1994b; Hoerder, 1977;

    ]oppke,

    1991; Koopmans, 1993;

    Traugott,

    1995).

    En ambos

    aparecen

    simulta-

    neamente

    una

    serie de condiciones

    para que

    un actor previa mente des-

    favorecido pueda

    lograr

    el exiro en su desafio reivindicativo: 1) publi

    citar la vulnerabilidad de las

    autoridades;

    2) proporcionar un modelo

    para un

    planteamiento operativo

    de las reivindicaciones; 3 j identificar

    posibJes aliados y 4) poner en

    peligra

    los intereses de otros

    actores

    po

    liticos que tienen interes en el statu quo y

    conseguir

    asi tarnbien su ac-

    tivacion,

    Una

    situacion tan

    abierta

    se convierte en un ciclo si

    alguno

    de los

    grupos

    en lucha

    contra

    el poder logra alcanzarlo. Entonces se alian

    para fortificar sus posiciones

    contra otros

    nuevos

    contrincantes,

    y asf

    al final e

    praceso

    divide a los

    actores

    colectivos moviJizados

    entre

    gru-

    pos

    en el poder y

    grupos

    fuera de el,

    alguna

    de cuya gente es desmovili-

    zada. Luego mueve a los restantes hacia acciones cada vez

    mas

    arries-

    gadas

    hasta

    que la represion, la

    cooptacion

    y la fragmenracion acaban

    con e ciclo, Tales cicIos se repiten tanto en los movimientos sociales

    como

    en las revoluciones. Sin lugar a

    dudas

    rarnbien

    podemos

    identifi-

    car

    secuencias equivalentes en Ja

    guerra,

    conflictos industriales, y

    otras

    formas de politica conflicriva (Botz, 1976, 1987; Cohn, 1993; Cruz,

    1992-1993; Franzosi, 1995; Kriesi et at. 1981; Most y Starr, 1983;

    Porter,

    1994; Shorter

    y TilIy,

    1974; Starr, 1994;

    Stevenson,

    1992).

    Trabajando

    simultaneamente con

    dos 0 tres formas bien

    documen

    tadas de conflicto, McAdam, Tarrow y yo mismo estarnos intentando

    localizar analogias

    dentro

    de los

    ambitos

    de estrategias de

    enmarque

    discursivo, identidades poliricas, pracesos de rnovilizacion, repertorios

    de accion y redes sociales. Este

    capitulo

    se cenrra en mi

    parte

    de nues-

    tra empresa cormin,

    pero por supuesto

    se hace eco de la

    continua con

    versacion que

    mantenemos entre todos nosotros.

    3. IDENTIDADES EN CONFLICTO

    A traves de este dialogo con

    McAdam,

    Tarraw y otros investigadores,

    espera poder definir

    las

    condiciones bajo

    las cuales el

    conflicto

    pone

    32

    ~ ~ \ S O  

    .  ib\io\eCa

    CONFLICTO pOliTICO Y CAMBIO SOCIAl

    en juego diferentes tipos de

    identidad.

    Quizas

    finalrnente podamos

    abandonar el viejo conflicto entre «inreres» 0 «identidad», reconocien-

    do que todQ_

  • 8/18/2019 Clase 7. Tilly

    8/11

    CHARLES Til lY

    f

    ques

    individuales,

    sino que coloca

    las relaciones entre los

    actores

    en

    el

    centro

    de los

    procesos

    sociales.

    Que

    significa «relacional y colectivo»?

    Una

    identid d politic es la

    experiencia

    que

    tiene un actor de una relacion social compartida en la

    .' fj

     

    que

    al

    menos una

    de las partes, incluyendo las terceras partes, es un in

    dividuo

    u organizacion que controla

    medias

    de coercion

    concentrados.

    Generalmente

    las identidades politicas se sola

    pan

    can

    represent ciones

    publicas

    compartidas tanto

    de la relacion

    como

    de la experiencia. En

    diferentes

    momentos

    las mismas personas se representan a sf mismas

    como trabajadores,

    vecinos, minorias etnicas, mujeres, ciudadanos, ho

    mosexuales, revolucionarios, y

    otras

    categorias que les distinguen de

    otros

    segrnentos de la poblacion, En

    cada

    casa se implican en

    actuacio-

    nes que

    confirman

    el

    merito,

    la

    unidad

    y el compromiso,

    par

    ejemplo

    desfilando

    juntos,

    llevando insignias,

    cantando

    canticos de

    solidaridad

    a

    gritando

    esloganes,

    Baja condiciones sociales

    determinadas,

    las identidades colectivas

    que la gente utiliza en los conflictos se

    corresponden can

    «identidades

    colectivas,

    ~ i J . ~ 1 9 2 ? . 9 _ < J . s ~ n t a d a s J ) ,  

    aquellas que

    forman

    ..

    pane

    ..de las

    r ~ t i n a s . g e ~ J J . Y ~ Q . a d i a r l g ,   raza, genero, clase, etnicidad,localidad, rela

    ciones de parentesco, etc. Los analistas sociales

    tienden

    a

    etiquetar

    como

    «espontaneas»

    a «tradicionales» las acciones colectivas de ven

    ganza,

    ridicule,

    obstruccion

    y

    manipulacion mutua

    que surgen de las

    identidades asentadas. Los

    observadores tambien imaginan

    que los me

    canismos

    causales centrales de la movilizacion derivan de

    transforma-

    ciones de la conciencia individual,

    cuando

    de hecho 10

    que

    impulsa

    ta -

    les movilizaciones es el

    reforzamiento

    selectivo de ciertos lazos sociales

    a costa de

    otros. Aunque

    generalmente

    operen

    a pequeiia escala,

    cuan-

    do

    son presionadas par

    los

    detentadores

    del

    poder

    a sus enemigos, las

    identidades colectivas as

    entad

    as,

    como

    las de base religiosa a etnica,

    pueden

    provocar duros

    y extensos conflictos. La

    Reforma protestante

    y la

    quiebra

    de la

    Union

    Sovietica se

    enmarcan

    en la activacion de este

    tipo

    de

    identidades

    colectivas asentadas.

    Baja

    otras

    condiciones sociales, la gente puede organizarse en

    « i ~ s  

    coLectivas

    s ' : ; W ~ E _ t ? Q . e § » ,  

    las cuales .

    . . Q . . n u r J . ~ j ~ ~

    tan p r e s ~ n t e s - _ 1 l 1 ~ s

    : r e l e C i 0 1 2 e . L . S Q . f j ' J . ~ s . _ c o t i d @ E j § . ,  

    Las identidades

    colectivas segmenta3as a

    menudo

    incluyen asociaciones

    voluntarias,

    grupos nacionales y

    categorias

    legales

    como «rninoria » «rribu»

    a

    «personas discapacitadas». En estos

    casas,

    las pers

  • 8/18/2019 Clase 7. Tilly

    9/11

    CH RLES

    T LLY

    politica de los movimientos sociales nacionales en la

    Europa

    de princi

    pios del siglo

    XIX, cuando

    un

    cambio

    importante

    dirigido a

    plantear

    los conflictos en la

    arena

    nacional

    estaba

    transformando la politica po

    pular Tarrow, 1994; Traugott,

    1995). En formas de inreraccion rei

    vindicativa como ceremonias burlescas (p.e.

    parodias,

    tamborradas),

    apropiacion del grano y

    quema

    de efigies, la gente generalmente expre

    saba identidades colectivas que se

    correspondian

    casi completarnente

    con

    las

    dominantes

    en las

    rutinas

    de la vida social: inquilino, carpinte

    ro, vecino, etc.

    Podemos llamar

    a estas

    farmas

    de interaccion parro-

     

    quiales y particularistas,

    puesto

    que generalmente tertian lugar dentro

    de entramados de relaciones sociales locales,

    incorporando

    las

    practi-

    cas y la cornprension caracterfsticas de esos

    entrarnados

    locales. A me

    nudo

    tarnbien

    tomaban

    una forma clientelisra,

    confiando

    en la inter

    vencion de intermediarios privilegiados ante las autoridades mas

    lejanas.

    POI

    otro

    lado, en manifestaciones, carnpafias electorales y reunio

    nes publicas, los

    participantes

    a

    menudo

    se

    presentaban como

    seguido

    res de un partido,

    miembros

    de asociaciones,

    ciudadanos

    y parecidas

    identidades colectivas segmentadas. EI

    caracter

    nacional, flexible y

    au-

    tonorno de estas reivindicaciones definia su frecuente fijacion en los te

    mas y objetos nacionales, su

    estandarizacion

    de un

    asunro

    u

    otro,

    y la

    frecuencia

    con

    la

    que

    los participantes se dirigian directamente a los

    detentadores del

    poder, con

    los que no tenian ningun

    conracto

    social

    cotidiano. La diferencia

    marcaba

    grandes

    contrastes

    en las relaciones

    sociales

    entre

    los parricipantes, en las pautas de movilizacion y en la

    propia

    organizacion de la accion, EI

    cambio

    de las formas de accion

    parroquiales y particularistas, frecuenrernente formas clientelares de

    reivindicacion, a

    otras autonomas,

    nacionales y flexibles se

    articulo

    con

    profundos cambios

    en la estructura social.

    Estas modificaciones en las formas

    predominantes

    de plantear rei

    vindicaciones en

    Europa

    aparecieron, de distinto

    modo,

    en diferentes

    mementos y

    con

    diversas trayectorias de una region a

    otra.

    En

    conjun-

    to consrituyeron una impresionante alteracion de los repertorios de ac

    cion colectiva. Los repertorios se asemejan a convenciones linguisticas

    que enlazan entre sf grupos concretos de interlocutores: mucho mas que

    pOI

    las capacidades tecnicas de los actores,

    0

    par las exigencias de los

    inrereses en juego, los repertorios se forman y cambian par medio de la

    mutua interaccion de las propias reivindicaciones. Al igual que las institu

    ciones economicas evolucionan a rraves de la interrelacion entre las orga

    nizaciones, restringiendo de manera significativa las formas de relacion

    econ6mica en un

    momenta

    concreto del tiempo, tambien las reivindica

    ciones limitan las posibilidades de la accion colectiva (Nelson, 1995).

    La evolucion de la manifestacion

    como medio

    de

    plantear

    reivindi

    caciones presenta a activistas, policfas, espectadores, rivales y funcio

    narios publicos ante formas perfectamente definidas de

    organizar,

    anti

    cipar y responder a las

    demandas

    realizadas a traves de este medio, y

    en marcada distincion con medios

    como

    la colocacion de

    bombas 0

    el

    36

    CONfLICTO pOLiTICO Y

    C MBIO

    SOCI L

    soborno

    (Favre, 1990). Las huelgas,

    sentadas,

    reuniones de masas, y

    otras formas de exigir

    cambios,

    enlazan

    entre

    si identidades bien pre

    definidas y

    producen

    incesantes innovaciones

    hasta

    el

    punto

    de cam

    bial', a la larga, su configuracion, ya que

    acumulan

    sus

    propias

    histo

    rias, memorias, tradiciones, leyes y pracricas rutinarias. En resumen,

    los

    repertorios

    son productos culturales que aunque evolucionan histo

    rica mente tienden a ser fuertement e restrictivos a los cambios.

    5. CONFLICTO Y CAMBIO

    Pregu ntarse pOI' que tiene lugar un giro de un tipo de

    repertorio

    a

    otro

    nos

    plantea

    la cuest,ion de las relaciones generales

    entre

    e conflict o y el \

    carnbio social. En

    d

    caso de la Europa de los siglos

    XVIII y XIX,

    las cau- :

    sas posibles de

    cambio

    de repertorio incluyen las

    transformaciones

    en

    la organizacion de los gobiernos nacionales, el

    incremento

    de las rela

    ciones de

    propiedad capitalista, los movimientos de

    poblacion

    desde

    areas rurales a

    urbanas,

    el pape

    cada

    vez

    mas irnportante

    de dirigentes

    profesionales en los movimientos sociales y la difusion de modelos

    para

    plantear

    reivindicaciones

    claramente

    efectivas en estas circuns

    tancias cambiantes.

    Todas

    estas supuestas causas

    promueven cambios

    dentro

    del conflicto politico. Pero si

    miramos

    el as unto desde el

    otro

    lado, tambien

    podemos

    observar como la propagacion de rnanifesta

    ciones afecta a la practica policial, como las hue gas repetidas

    provo-

    can cambios

    en los niveles de los sueldos, en que casos la

    coordinacion

    de demandas

    conduce

    a la extension del sufragio, en resumen, como el

    conflicto politico provoca el

    cambio

    social. EI conflicto y el cambio so

    cial se influyen

    mutuamente.

    Las presuposiciones politicas y Ia desigual observacion de los aeon

    recimientos han producido una

    gran desproporcion.

    Si bien todas las

    proposiciones referentes al conflicto politico son conflictivas,

    sabemos

    mucho mas acerca de

    como

    el cambio social

    produce

    el conflicto que

    como

    el conflicto

    produce

    e

    cambio

    social.

    Cuanto

    mas nos alejemos

    de los efecros evidentes del conflicto, tales como las

    perdidas

    y

    ganan-

    cias de una huelga,

    menos

    informacion sistematica rendrernos acerca

    de las consecuencias de la

    contienda

    en los

    participantes,

    sus objetivos

    reivindicativos, las terceras

    partes

    y sus

    contextos

    sociales.

    Sin

    embargo,

    los analistas del conflicto politico suelen re acionar

    can frecuencia los efecros incluidos dentro de estas categorias super

    puestas:

    1. Reorganizaci6n: EI esfuerzo del conflicto transforma las rela

    ciones sociales internas y

    extern

    as de los aetores implicados, incluyen

    do auroridades, terceras

    partes

    y el

    objeto

    de sus reivindicaciones.

    2 Realineamiento:

    Mas

    concretamente,

    la lucha, la defensa y la

    cooptacion alteran

    las alianzas, rivalidades y enemistades

    entre

    gober

    nantes, otros contendientes y los

    grupos

    reivindicativos.

    37

    II.

    c)'

  • 8/18/2019 Clase 7. Tilly

    10/11

    CH RLES Til lY

    3. Represi6n: Los esfuerzos de las autoridades en la represi6n

    0

    consentimiento

    de los

    que

    los desafian

    producen cambios

    directos

    l a

    declaracion

    de

    poderes

    de emergencia- e indirectos -efectos en los

    gastos de vigilancia,

    actividad

    policial y fuerzas militares- en el ejerci

    cio del poder

    4. Realizaci6n: Los

    demandantes

    exigen

    cambios

    especificos, ne

    gocian

    con exito con los detentadores del poder y hasta los desplazan.

    No

    es

    ninguna coincidencia

    que las categorfas se

    correspond

    an

    aproximadamente con

    los elementos de la

    estructura

    de

    oportunidad

    politica (EOP), tal y como la entienden la mayorfa de los

    analistas

    de

    los

    movimientos

    sociales:

    organizaci6n

    de instituciones politicas, ali

    neamientos entre

    las elites, represion-facilitacion, y

    apertura

    del siste

    ma

    politico

    (Fillieule,

    1993;

    Giugni,

    1995;

    Kitschelt,

    1986;

    Kriesi,

    1993; della Porta, 1995; Tarrow, 1994). Desde el punto de vista de

    los

    que desafian

    al poder, la

    EOP

    es

    mas favorable

    alii donde las insti

    tuciones politicas proporcionen multiples espacios

    para plantear

    rei

    vindicaciones, las elites

    estan

    divididas, la

    represion

    es debil y existen

    f

    canales

    solidarnente

    establecidos por donde encauzar

    eficazmente las

    reivindicaciones.

    A su vez estas

    condiciones

    se corresponden con

    cuatro

    ejes que nos

    jerarquizan

    los diferentes regimenes desde los

    autoritarios hasta

    los de

    rnocraticos:

    1.

    Extension

    de los derechos ciudadanos (0 a 1).

    2. Igualdad

    entre los

    ciudadanos

    (0 a 1).

    3.

    Proteccion

    de los ciudadanos frente a la acci6n arbitraria del

    i

    obierno

    (0 a 1).

    f

    4.

    Consulta

    vinculante a los

    ciudadanos

    respecto al

    personal

    del

    gobierno

    y a las poliricas (0 a 1).

    De este modo,

    0000

    implica un regimen puramente

    desp6tico,

    0010 una autocracia

    benevolente,

    1100

    un

    autoritarismo participativo

    y

    1111

    una

    democracia

    ideal

    (actualmente

    inexistente). Los casos rea

    les

    ocupan

    lugares intermedios:

    por

    ejernplo,

    .20, .50, .75,

    .8,

    para una

    fuerte

    oligarquia

    como la de Venecia del siglo

    XIV.

    El marco analitico

    de la

    EOP

    implica

    que

    los niveles de conflicto siguen un

    patron

    curvili

    neo: aumenta continuamente con el movimiento desde el

    0000

    hacia el

    1111, pero

    decae con niveles de

    democracia muy

    altos

    (alrededor

    de

    .80,

    .75,

    .85, .90). En este punto, el

    razonamiento

    es que

    para

    la movi

    lizacion de los acto res es menor el

    costa

    de acceder a determinados

    centros de poder

    que

    lIevar a cabo un conflicto colectivo.

    ,

    Cuanto mayor

    sea la

    capacidad

    del

    Estado para proporcionar

    bie

    nes colectivos, inferior sera

    el

    nivel de

    democracia

    en el que se

    produce

    el punto de inflexion descendente del conflicto, puesto que un

    estado

    de

    alta capacidad

    dernocratica

    integra

    mas reivindicaciones en respues

    ta a menos presi6n que un

    estado

    de baja

    capacidad. Una

    de las pre-

    f

    ON f l l TO

    pOliTICO

    Y

    C MBIO

    SOCI L

    guntas

    mas conflictivas en el

    estudio

    de los conflictos politicos se cen

    tra

    en

    saber

    si los niveles de conflicto se

    comportan

    de esta

    manera

    sec

    torial y

    longitudinalmente

    (y si es asi,

    por

    que).

    La pregunta merece que se le preste gran atencion porque, si la in

    vertirnos, se convierte en

    una

    de los mayores

    interrogantes

    respecto a

    la propia democracia: a

    partir

    de un cierto grado de democracia, los

    regimenes dernocraticos cinevitablemente se autodevoran en la gesti6n

    de

    agendas

    conflictivas?

    Quizas

    resulte

    satisfactorio

    descubrir que las

    investigaciones

    sobre

    el conflicro politico, lejos de

    constituir

    un

    campo

    analitico separado, nos lIevan directarnente a problemas profundos de

    la teoria dernocratica.

    cProporcionan estas reflexiones una alternativa comprensiva a la

    teoria de Kornhauser de la sociedad de masas y el razonarniento po pu

    lar que subyace implicito

    detras

    de ello? cLogran lIenar los huecos ge

    nerados

    por

    el olvido del estudio de las relaciones entre cambio social

    y conflicto politico? Existen

    numerosos

    espacios vacfos en este

    ambito,

    pero cabren

    nuevas direcciones a la reflexi6n teorica? Si, dirigen la in

    vestigacion a perspectivas relacionales de los procesos politicos, a tra

    tar de especificar

    mecanismos

    causales socialrnenre efectivos, en vez de

    procesos psiquicos patologicos,

    hacia una cornprension

    mas clara de

    las interdependencias

    en

    ambas direcciones- entre el conflicto poli

    tico y las diferentes

    variedades

    del

    cambio

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