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Jefe de Gobierno Dr. Anbal Ibarra Vicejefe de Gobierno Sr. Jorge Telerman Secretario de Descentralizacin y Participacin Ciudadana Sr. Hctor Capaccioli

Ley n 866 Cantidad de ejemplares: 1.000

Editado, diseado y producido por la Subsecretara de Comunicacin Social, Gobierno de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires. Hecha depsito que establece la ley 11.723. Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin autorizacin escrita de los titulares de los derchos de propiedad intelectual, bajo sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin total y/o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento incluidos la reprografa y tratamiento informtico. Ejemplar de distribucin gratuita.2

Ciudad de Buenos Aires: de la fundacin a la participacin ciudadana

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Prlogo | Jefe de Gobierno

Anbal Ibarra Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

nuestro carcter de ciudad abierta al mundo y tambin nuestras dualidades. Habla tambin de la diversidad de Buenos Aires desde la conformacin de su fisonoma arquitectnica y urbanstica: desde las casas coloniales a los conventillos, desde las casas chorizo a la magnificencia europesta que comenz a plasmarse entre fines del siglo XIX y las primeras dcadas del XX. Pero este es un trabajo realizado desde un rea particulamente significativa dentro del sistema de gobierno de la Ciudad: el rea de Descentralizacin. Particularmente significativa, digo, porque aunque en nuestro gobierno apostamos a transversalizar polticas y a evitar los problemas que suelen derivarse de una gestin cuando se la practica desde compartimentos estancos, desde Descentralizacin se juega en buena medida uno de los desafos ms apasionantes, complejos e ineludibles que debe afrontar toda gestin local moderna si se quiere democrtica, en el sentido ms profundo, novedoso y hasta revulsivo del trmino. Desde el primer perodo de mi gestin venimos apostando muy fuertemente a las polticas de descentralizacin y de participacin ciudadana. No slo porque as lo prescribe la Constitucin, sino porque es nuestra conviccin que cuanto ms cercano y mejor articulado sea el trabajo entre las instituciones y la sociedad, ms se ganar en eficacia de gestin, en transparencia y en mejor calidad de vida para todos. Ni bien se comienza la lectura de este trabajo puede leerse una cita que llama la atencin por lo sugerente: El barrio era un espacio simblico signado por relaciones que muchas veces reemplazaban a la familia perdida y a la vez constitua un microcosmos protector que ayudaba a los recin llegados a sentirse en casa o a conseguir trabajo. La cita tiene su contexto y su sentido

histrico especfico, pero tiene una peculiar vigencia. Desde hace tiempo Buenos Aires -como tantsimas ciudades del mundo- suele vivir una suerte de aoranza melanclica por el pasado, por el barrio perdido. Si hacemos de esta observacin un mal tango, existe un riesgo de cada en la pura melancolizacin, que tiene adems una componente falsa. Porque no es cierto que la ciudad en su conjunto haya perdido esa hermosa vida de barrio, a la que por otra parte potenciamos y recuperamos desde diversos programas nacidos en Descentralizacin, Cultura, Desarrollo Econmico. Pero s es verdad que es una marca de la poca -en Buenos Aires y en muchas ciudades del mundo- la sensacin de no pertenencia y de desarraigo. Es ms que una marca de poca, es un problema y un desafo, nacido desde mucho antes de la globalizacin y potenciado por sta en lo que tiene que ver con fenmenos de sedentarismo y de repliegue a lo privado. Este libro es una seal indicial, entre muchas, de la batalla que estamos dando por recuperar esa cohesin social tan daada en los 90, ese sentido de pertenencia, esa necesidad de generar entusiasmos colectivos. Y es tambin el sntoma de una revolucin cultural silenciosa que se est dando en cada barrio de la ciudad, en articulacin con programas que pusimos en marcha desde hace ya varios aos. Una revolucin de bajo perfil, de tiempos largos, de frutos seguros.

Soy de la idea de que la cohesin social y la potencia cultural que tengan las sociedades son factores fundamentales a la hora de discutir y saber construir mejor proyectos de futuro, hablemos de ciudades, de pueblos, de naciones. El que existan esa cohesin social, ese sentido de pertenencia comunitaria y esa potencia cultural es producto de las historias que hayan atravesado esas mismas sociedades. Este libro es valioso porque aborda desde muy distintas miradas y disciplinas -como es necesario hacerlo- las historias que conforman la actual ciudad de Buenos Aires. Es un libro que habla de lo que fuimos, de cmo y por qu se constituyeron las identidades que an nos marcan. Habla de lo que somos hoy y de lo que podemos ser en el futuro a partir de eso que somos. Desde esa necesidad de autoafirmacin para saber qu se quiere, el repaso de este trabajo no se queda corto. Arranca desde los orgenes mismos de la ciudad: las fundaciones de Mendoza y Garay. Hace un repaso necesario sobre la conflictiva historia institucional de Buenos Aires y su relacin con la Nacin. Asunto vigente si se tiene en cuenta que los porteos estamos todava peleando por mayores niveles de autonoma. Recorre la historia de la inmigracin, la que ms poderosamente forj nuestra cultura, nuestra actual y rica diversidad,

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Prlogo | Secretario de Descentralizacin y Participacin ciudadana

la ciudad y de sus habitantes, la creacin de las comunas. No es un hecho menor. Hctor Capaccioli Secretario de Descentralizacin y Participacin Ciudadana No bastan las instituciones centralizadas; as lo ha demostrado la prctica y as lo fueron entendiendo hombres de gobierno y legisladores en distintas oportunidades y en diferentes tiempos. Nuestro propio instrumento constitucional, en su artculo primero, organiza sus instituciones bajo la forma de una democracia participativa e incluye en la misma, mecanismos en los cuales la ciudadana encuentra un mbito propicio para su integracin: los consejos consultivos, el presupuesto participativo y las audiencias pblicas. No es menor el rol que los constituyentes porteos otorgaron a la descentralizacin, rol sin dudas fundamental que acerca al gobierno a los deseos de los vecinos, creando a su vez en ellos conciencia de pertenencia. En las vsperas de la implementacin real de las comunas en la Ciudad de Buenos Aires es til echar una mirada hacia lo que fuimos y recibir esa herencia rica y compleja, en su totalidad, con los aciertos y los errores de una historia de varios siglos. Creemos que es el mejor modo para que los propios ciudadanos conozcan y se reconozcan en el valor de la accin colectiva y que tambin los extranjeros tengan una referencia poco convencional pero completa y atractiva sobre nuestra Ciudad. Que quede tambin como marca de una gestin en donde la descentralizacin no es sinnimo de desdear lo pblico, sino de asegurar la promesa de participacin en la toma de decisiones acerca de cmo vivir, con qu valores y en qu condiciones.

Por qu otra publicacin sobre Buenos Aires? Porque entendemos que comprender nuestra historia es una buena forma de proyectarnos al futuro, y estamos convencidos de que sin la memoria del pasado, difcil ser resolver antinomias y evitar la repeticin de errores. Buenos Aires y su gente son los protagonistas de este trabajo, en el que hemos querido brindar, en un breve paseo por nuestro pasado, algunos hechos histricos, culturales y econmicos, con el deseo de identificar las caractersticas propias de la ciudad desde un mbito que fuera a la vez panormico sin ser superficial, analtico sin ser anecdtico, ameno a la vez que riguroso. Sin negar que Buenos Aires siempre haya estado en estrecha relacin con el pas, al punto de que a veces la historia de la Argentina parece resumirse errneamente- en la de la Ciudad de Buenos Aires, pensamos que sera interesante identificar esos tres aspectos esenciales, muchas veces tratados de forma alejada, para disear una dinmica poltica de la ciudad. Vivimos un momento especial. Esta relacin entre historia, cultura y economa, llega en tiempos en que es preciso establecer un marco de reflexin pertinente para una nueva etapa en la vida de

Este es sin dudas, un perodo de cambios. De modo que no es posible pensar la Argentina como Nacin justa y soberana sin tener en cuenta a Buenos Aires, de la misma manera que no es posible tener una visin slo municipal en la idea que nos hacemos de la Ciudad. Esto se resume en la funcin que le asignamos a la prctica poltica, que puede ser el mejor instrumento para todos los ciudadanos en la superacin de los problemas que enfrentamos a diario, mientras conozcamos de dnde venimos, qu pensamos y cules son los desafos de la transformacin.

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Sumario del Captulo N 1 Desde la fundacin a la actualidad Hacia Amrica La primera "Ciudad" de Buenos Aires La Ciudad definitiva Superficie, habitantes Los habitantes y sus viviendas Los inmigrantes Esclavos Los puertos La vivienda portea Desarrollo institucional La Constitucin de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires Centros de Gestin y Participacin

1.

Memoria y presente institucional de la Ciudad de Buenos Aires

El estudio de la ciudad es un tema tan sugestivo como amplio y difuso; imposible de abordar para un hombre solo, si se tiene en cuenta la masa de saberes que habra que acumular.1

El barrio era un espacio simblico signado por relaciones que muchas veces reemplazaban a la familia perdida y a la vez constitua un microcosmos protector que ayudaba a los recin llegados a sentirse en casa o a conseguir trabajo.2

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Ciudad de Buenos Aires: de la fundacin a la participacin ciudadana

DESDE LA FUNDACION A LA ACTUALIDADNo puede pensarse en el nacimiento de nuestra Buenos Aires sin recordar el contexto histrico que le dio origen; de lo contrario, se amputara una parte importante de nuestro conocimiento sobre ella. Este singular perodo histrico se enmarca en una Europa jaqueada por las guerras, que acababa de conquistar para los reinos de Castilla y Aragn, el limitado espacio de territorio hispnico que an quedaba en poder de los moros; pero al mismo tiempo, por otra parte, con la casi contempornea prdida de Constantinopla (1453), tena cerrados los caminos hacia el Oriente proveedor de especias, telas y materias primas de especial importancia para su desarrollo. Nos ubicamos apenas algo ms de cien aos despus de la peste negra, que diezm casi un tercio de su poblacin; se haban desvanecido de modo definitivo los sueos, materiales o espirituales, que generaron las cruzadas. Por stas y otras muchas circunstancias, tom entonces fuerza la necesiIdad de Olcanzar por otros caminos aquello que el imperio otomano, de acuerdo con la visin de entonces, haba alejado definitivamente. La burguesa, dedicada al comercio y al artesanado, aliada circunstancial de las monarquas frente al poder de los seores feudales, contribuy adems para la definitiva ruina de aquel poder y la consolidacin de los Estados. La mentalidad burguesa, orientada por sus actividades ms hacia el beneficio material que hacia las creencias cerradas del medioevo cristiano con su10

teocentrismo, encontrar en el Humanismo y el Renacimiento su sendero cultural; al mismo tiempo, las nuevas rutas comerciales constituirn la base de un posible progreso econmico. La sociedad feudal se encamina hacia nuevos rumbos, con la expansin de Europa y el surgimiento del mundo capitalista. Tanto con las bsquedas de los espaoles como las que realizan otros pases hacia Oriente, se perciben los inicios de un perodo de globalizacin al menos , desde el aspecto de las relaciones comerciales; este proceso se consolidar al lograrse el dominio casi total de los nuevos territorios, en el siglo XVII. Navegantes genoveses como Nicoloso di Recco -que lleg a las Canarias en 1341 al servicio de Portugalcatalanes, florentinos, venecianos, expertos en las artes de la navegacin, haban comenzado las travesas; lo hacan tanto por cuenta de sus ciudades como en este caso, al servicio de otros pases o ciudades. Bordeando las costas africanas, alcanzaron los portugueses las islas de Cabo Verde, Ceuta en 1415 y a posteriori el Cabo de Buena Esperanza en 1487 orien, tados en el camino que los llevara hacia la India, China y Japn en poco tiempo ms. En tanto Espaa, recin salida de las luchas internas que llevaron a la consolidacin de la monarqua castellano-aragonesa por sobre los intereses feudales de los seoros, se encontr frente a la disyuntiva de encerrarse en s misma dentro de la rbita europea o intentar caminos similares a aquellos de sus vecinos peninsulares. Como Portugal, su posicin geogrfica la colocaba frente a la posibilidad de contactarse no slo con los

territorios por entonces desconocidos o poco conocidos, sino con las factoras de Europa del norte. La cercana del mar haba desarrollado una cultura marinera, fortalecida por los nuevos avances tcnicos que tuvieron lugar en esa poca (la brjula, el astrolabio, ms precisas cartas de navegacin). A ella se agregaron las nuevas tcnicas constructivas, que resuman diversos modelos anteriores en la nave conocida como carabela; se facilit as la posterior expansin en la bsqueda de oro, marfil y especias.

Sello y firma de Hernandarias de Saavedra.

Memoria y presente institucional de la Ciudad de Buenos Aires

Hacia AmricaEl genovs Cristbal Coln haba propuesto en 1484 a Juan II, rey de Portugal, navegar en direccin contraria a la utilizada por los navegantes de ese pas, para dirigirse hacia Oriente. Sea por diferencia de intereses o por disensos de otro carcter, no encontr eco favorable, y se dirigi a Espaa. Corra el ao 1485, y no fue sino hasta 1492 que los monarcas Isabel de Castilla y Fernando de Aragn tomaron la decisin de apoyar financieramente sus propuestas. Fueron algunos de los motivos de tal tardanza los lgicos desencuentros imaginables, cientficos y comerciales, de cara a una propuesta que si bien no tocaba temas desconocidos para los asesores de los reyes, implicaba compromisos que podemos suponer inquietantes para un reino inmerso en otros conflictos. Fijadas las condiciones en un acuerdo conocido como Capitulaciones de Santa Fe en abril de 1492, , Coln parti en agosto de ese mismo ao y lleg el 12 de octubre a tierras desconocidas para l y para los europeos. Por cierto que estos territorios no estaban deshabitados. Varias decenas de miles de aos antes, algunas corrientes asiticas haban entrado por el norte del continente; otras, atravesando el Pacfico desde Oceana. As, numerosos grupos con un mayor o menor grado de civilizacin, ocupaban los extensos territorios de lo que despus se denominara Amrica. Las sociedades ms avanzadas fueron la azteca en la parte norte de Amrica Central y Mxico, y la inca

en los Andes Centrales. Los mayas, predominantes durante varios siglos en Mesoamrica, estaban organizados en ciudades-estado y nunca constituyeron un imperio. En las reas marginales Caribe, Brasil y la mesopotamia argentina se encontraban pueblos cazadores recolectores, mientras que se podran ubicar en un estadio intermedio a los pueblos subordinados a los grandes Imperios Inca y Azteca, como los diaguitas del norte argentino. De all en adelante, y a partir del descubrimiento de Amrica, se busc un paso hacia el Pacfico, que evitara transbordos que prolongaran an ms los ya interminables viajes hacia las Indias; para descubrirlo, se enviarn numerosas expediciones.

Grabado de Ulrich Schmidl, 1599 - Atlas de Bs. As., MCBA 1980

Asentamiento de Pedro de Mendoza.

As llegar a estas llanuras en 1515 Juan Daz de Sols. Descubrir, intrigado, la extensin del que denominar Mar Dulce nuestro Ro de la Plata. Creer , tanto l como los que le sucedieran, que era sendero seguro, sea hacia el Pacfico, sea hacia las tierras del Per, sobre cuyas riquezas en ese metal el extremeo Francisco de Pizarro se extendi en sus informes a Felipe II hacia 1534. Ser el portugus Hernando de Magalhaes tambin bajo pabelln hispano, quien en 1519 atravesar el Cabo de Hornos, y encontrar el paso hacia el Ocano Pacfico en el extremo sur del continente. Navegar entonces por el Pacfico hacia las Indias, completando su sustituto, Sebastin Elcano, la vuelta al mundo cuando regres a Espaa en 1522. Sebastin Gaboto remont el Paran en 1520, y lleg hasta donde hoy se encuentra la ciudad de Asuncin del Paraguay.11

Ciudad de Buenos Aires: de la fundacin a la participacin ciudadana

La primera Ciudad de Buenos AiresEn 1534, el rey de Espaa, Carlos V, otorg a Pedro de Mendoza, veterano de las guerras italianas y participante del saqueo de Roma en mayo de 1527 el nom, bramiento de Primer Adelantado, Gobernador y Capitn General con el encargo de fundar por lo menos cuatro ciudades en los territorios del Ro de la Plata. Mendoza se hizo a la mar el 24 de agosto de 1535 desde Sanlcar de Barrameda, con catorce navos, ms de mil doscientos hombres y algunas mujeres. Traa adems caballos y perros, algunos de cuyos ejemplares, una vez escapados del control humano, dieron origen a las primeras manadas, que se reprodujeron sin lmites por la casi ausencia de predadores; es probable que con posterioridad se hayan incrementado con animales cimarrones de algunos de los otros asentamientos hispanos. En el futuro, asombraron por su nmero a los visitantes de estas tierras. Pedro de Mendoza concretar el 3 de febrero de 1536, la fundacin del primer asentamiento sobre algn sitio del actual Parque Lezama, segn algunos historiadores; en la Vuelta de Rocha o bien ms hacia el interior del curso del Riachuelo, segn otros. Coloc el nuevo asentamiento bajo la advocacin de Nuestra Seora del Buen Ayre. Dice Carlos Moreno que el asentamiento fundacional...tuvo como objetivo acotar y proteger un ignoto territorio. El Real que construyeron fue una especie de precaria fortaleza cercada por un muro de tapia con unas 150 varas por lado y una fosa con una palizada; adentro haba ranchos destinados a ser viviendas y cinco iglesias. El Real no tena carcter de asentamien12 Mapa de Amrica del Sud, Alonso de Santa Cruz, 1540. U. Schmidl; Asiento de P de Mendoza - Atlas de Bs. As., MCBA 1980 .

to para colonizar, sino que pretendi ser un fuerte punto clave para la defensa y ocupacin del territorio 3 . Las tierras donde se asentaron estaban ocupadas por los querandes, que eran tribus nmades, cazadoras y recolectoras. Su economa se basaba en los productos que podan recoger, por lo cual la migracin estacional era habitual en ellos. Innumerables inconvenientes generados por las enfermedades fueron diezmando al correr del tiempo la dotacin que acompaaba a Mendoza y que comparta las precarias construcciones de barro y paja, en un fuerte cuyo recinto estaba apenas rodeado por un muro de tierra no ms alto de dos metros. La reprobable actitud de los espaoles hacia los indgenas que en principio haban colaborado con el suministro de alimentos -, termin generando su reaccin, y el hostigamiento se agreg a las dems carencias.

No podemos ignorar que tambin existieron luchas internas entre los mismos espaoles, motivadas sobre todo por sus intereses contrapuestos, entre los que no deba faltar la decepcin frente a la ausencia de riquezas al alcance de la mano, con las que muchos de quienes se embarcaban soaron durante la larga travesa. Frente a estos problemas, hacia fines de abril, el Adelantado encomend a Juan de Ayolas avanzar hacia el norte por el Paran, con la intencin explcita de proveerse de vveres. Estableci el fuerte de Corpus Christi y posteriormente fund otro similar, que llevara el nombre de Buena Esperanza. A su muerte, le sucedi en la tarea Domingo Martnez de Irala, quien se traslad a la recin fundada Asuncin. Sin duda, Mendoza estaba a la vez estimulado por la necesidad de establecer un asentamiento ms cerca-

Memoria y presente institucional de la Ciudad de Buenos Aires

no a las seguras riquezas del Per y de las ms improbables del supuesto Dorado; pero el agravamiento de la sfilis, enfermedad que sufra , as como la inestabilidad que se viva en la nueva ciudad, motivaron que abandonara el proyecto en manos de Irala. En abril de 1537 parti desalentado hacia Espaa , y muri en el trayecto.Los indios asaltaron nuestra ciudad ... con gran poder y fuerza... Tenan la intencin de matarnos a todos pero Dios Todopoderoso no les concedi tanta gracia, aunque consiguieron quemar nuestras casas... En este ataque quemaron tambin cuatro buques grandes, que se hallaban a una media legua de nuestra ciudad... Cuando los indios vieron y sintieron la artillera, se retiraron dejndonos en paz. 4

La Ciudad definitivaPasaran casi cuarenta aos hasta que el 11 de junio de 1580, con el ceremonial de rigor establecido por la corona espaola, el vasco Juan de Garay, establecera de modo definitivo la que llam Ciudad de la Santsima Trinidad y Puerto de Nuestra Seora de los Buenos Aires . Los asentamientos espaoles que fueron apareciendo en Tucumn y Crdoba, Santiago del Estero, Concepcin del Bermejo, Santa Fe, Asuncin carecan de una salida ms o menos protegida hacia el Atlntico y requirieron a la Corona el repoblamiento de Buenos Aires. Y fue cumpliendo ese mandato que Garay, acompaado por algo menos de cien hombres de armas, -espaoles, criollos nativos de aquel asentamiento y algunos indios-, parti desde Asuncin. Nada quedaba en el lugar que recordara aquel ranchero abandonado haca tantos aos. El nuevo poblado comprenda ciento treinta y cinco manzanas, a una distancia de alrededor de kilmetro y medio del sitio de uno de los supuestos asentamientos de Mendoza, y algo ms de las orillas del Riachuelo, cubriendo una superficie que iba desde la lnea de las actuales 25 de Mayo-Balcarce hasta la avenida Independencia y de all por Salta-Libertad, hasta Viamonte, aproximadamente. Tradicionalmente tambin se reconocen como sus lmites el zanjn de Granados por el sur que desembocaba por la actual calle Chile-, las orillas del ro hacia el este, las actuales calles Salta - Libertad hacia el

oeste y el zanjn de Matorras hacia el norte, que desaguaba en el ro por donde corre la calle Viamonte y el pasaje Tres Sargentos; estas delimitaciones motivaron entre los estudiosos algunas controversias en cuanto al nmero real de manzanas que compusieron esa Buenos Aires primigenia.

A fines de 1538 lleg a Buenos Aires el veedor real Alonso de Cabrera, portador de la Real Cdula que designaba como sucesor de Mendoza a Ayolas. Como vimos, ste haba muerto, por lo que Cabrera, cuando se dirigi a Asuncin, coloc en el mando a Irala, que orden el abandono definitivo y la destruccin de Buenos Aires. Sus habitantes fueron trasladados hacia el norte en 1541: Por cuanto yo, Domingo Martnez de Irala, teniente de gobernador por el muy magnfico seor Juan de Ayolas, gobernador y capitn general de estas provincias del Ro de la Plata, por suma he determinado de llevar la gente que estaba en el puerto de Buenos Aires para la juntar con la que est arriba, en el Paraguay... 5 Y hacia Asuncin parten los pocos centenares de protoporteos...

Una fortaleza sobre las barrancas del Ro de la Plata fue el primer ncleo... A su sombra, flanqueado por tres conventos se extiende el casero de paja y barro donde viven las familias protegidas por los soldados del presidio, mientras los vecinos recorren sus chcaras, que con facilidad pueden labrar y visitar cada da ... El lugar era de riesgo de enemigos por la mar y por la tierra. La silueta de alguna urca pirata flamenca o inglesa sola dibujarse en las afueras del ro y les dejaba su impresin siniestra... Se vive bajo la presin del enemigo exterior. En 1582, un corsario ingls lleg hasta Martn Garca y no tom Buenos Aires por ignorar que all estuviesen poblados los castellanos... Nada de extrao que la ciudad d impresin de un campamento, con su disciplina especial y severa, la obligacin de tener armas y estar siempre listos, de no salir o ausentarse sin permiso del gobernador, dejando reemplazante bien aderezado de armas y caballos que sustente la vecindad... 6

Cada manzana meda ciento cuarenta varas de lado, algunas de ellas eran urbanas y el resto dedicadas a chcaras destinadas a la produccin de alimentos. Hacia el estuario del ro la ciudad estaba protegida. Las aguas poco profundas constituan una defensa natural, ya que impedan la llegada directa de naves enemigas o piratas hasta la costa. La elevacin de las barrancas que bordean el territorio comprendido entre el Riachuelo y el arroyo Maldonado, servan para controlar los movimientos de quien se acercara por el ro. Se organiz segn el modelo utilizado para otras13

Ciudad de Buenos Aires: de la fundacin a la participacin ciudadana

ciudades americanas: trazado en damero alrededor de una plaza mayor y espacios para el pastoreo comunal. Garay traz, desde la Plaza Mayor donde se ubicarn los edificios representativos de los poderes temporales y espirituales, las calles que limitarn la cuadrcula del ejido. Las primeras calles tenan un ancho de 11 varas, aproximadamente 9,50 metros. Reserv para s la manzana que ocupa hoy el edificio del Banco de la Nacin, frente a la Plaza de Mayo. Slo una mujer recibi un predio como propietaria, Ana Daz, a quien toc la esquina de las actuales avenida Corrientes y Florida. Se adjudic para la Catedral media manzana en el extremo noreste de la plaza Mayor, el mismo que ocupa actualmente; al Cabildo se le otorg el predio que hoy tiene, pero que era de mayor tamao, pues se fue reduciendo por la apertura de la Avenida de Mayo y, aos despus, de la Diagonal Sur. De sus once arcos originales, solo conserva cinco; la historia de las sucesivas modificaciones que sufri requerira extensas pginas.

Frente al ro, el este de la plaza estuvo, desde comienzos del siglo XVII, cubierto por el Fuerte, cuya obra se complet en la segunda dcada del siglo XVIII. En las esquinas haba baluartes con caones. Justamente, la extraa ochava que an hoy exhibe el edificio del Banco de la Nacin Argentina, corresponde a la forma que le daba al sitio ese ngulo de la construccin. Amurallado con piedras probablemente extradas de la vecina isla de Martn Garca, lo rodeaba un foso perimetral atravesado por un puente levadizo; a la construccin slo se acceda por la Plaza Mayor, un sitio ubicado ms o menos donde hoy vemos el arco central de la Casa Rosada, que a partir de fines del siglo XIX fue emplazada en el mismo predio. En 1615, el licenciado Francisco de Trejo, comisario del Santo Oficio de Lima, pudo manifestar que, mediante el trato y comunicacin con Per, Chile y TucuPlanta de Buenos Aires en 1708, J. Bermdez. - Atlas de Bs. As., MCBA 1980

mn, haba ido engrosando y aumentando su poblacin, edificando gran nmero de casas, poblando chacras, donde tena mucha labranza y cra de ganado, y era una de las buenas ciudades de estas provincias, con cuatro monasterios, San Francisco, Santo Domingo, La Merced y la Compaa de Jess; Iglesia Mayor, Hospital y muchas cofradas; cuatro compaas de lanza y adarga de a caballo y dos de infantera, un fuerte bien aderezado y guarnecido de artillera. 7 Cada una de estas iglesias, a las que se agrega rn las que se irn erigiendo en aos sucesivos, sern el ncleo de los primeros barrios. Durante los siglos XVI y XVII, se registraron pocos cambios en la ciudad. En el siglo XVIII comenz un leve desarrollo de la planta original, hacia el sur, vinculado con el intercambio comercial con mercaderas que se introducan de modo legal o ilegal, por el puerto del Riachuelo. En 1769 se establecieron las seis primeras parroquias: Catedral, San Nicols, El Socorro, Montserrat, La Pie-

Casa de la Virreina Vieja, sede del primer Montepo.

Escudo de Armas y firma del Virrey Juan Jos de Vrtiz.

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Memoria y presente institucional de la Ciudad de Buenos Aires

dad y La Concepcin, sus lmites se extendan hasta el atracadero del Riachuelo. Era una ciudad que tena un contacto directo con su ro, que era el camino por donde venan las noticias y sus vituallas, por donde transitaban los viajeros, ya fueran del Paraguay o de Santa Fe, de Espaa o del exterior. Sus habitantes utilizaban el ro para aprovisionarse de agua o para lavar sus ropas sobre las toscas. Adems, desde tiempos inmemoriales existi el sector de la costa hacia el norte del fuerte, que con los aos y las mejoras, se denominar, Paseo de la Alameda . Este Paseo fue cuidado con esmero durante la poca virreinal, bajo los gobiernos de Vrtiz y de Sobremonte; as fue por muchos aos uno de los pocos sitios de esparcimiento pblico, donde cualquier paseante enfrentaba sin trabas el panorama del enorme estuario, tal como lo ser, mucho tiempo despus, la vista de los porteos desde el balneario y las costaneras actuales. El relleno costero, necesario para las obras portuarias, modific el aspecto de la zona, convertida en el siglo XIX en Paseo de Julio, alejndola del ro.

Superficie y habitantesLa superficie de la Buenos Aires de Garay, examinada con una precisin de la que se careca en ese momento, era de unos 2,34 km2, que en el proceso de su crecimiento pasaron hacia fines del perodo virreinal a 6,15 km2. El ao 1867 encontr a la urbe portea con una superficie de 44,85 km2, que con la incorporacin de los partidos de Flores y Belgrano en 1888 aument a 190 km2.No era entonces Buenos Aires lo que es ahora. La fisonoma de la calle Per y la de la Victoria, han cambiado mucho en los veintids aos transcurridos: el centro comenzaba en la calle de la Piedad y terminaba en la de Potos,... El barrio de las tiendas de tono se prolongaba por la calle de la Victoria hasta la de Esmeralda, y aquellas cinco cuadras constituan en esa poca el bulevar de la faon de la gran capital... En fin, yo, que haba conocido aquel Buenos Aires de 1862, patriota, sencillo, semitendero, semicurial y semialdea, me encontraba con un pueblo con grandes pretensiones europeas, que perda su tiempo en flanear en las calles...8

plic 90.076 habitantes, hacia 1855, en tiempos de la secesin. A partir de ese ao y hasta el Censo Municipal de 1887 slo existen clculos aproximativos. Al incremento natural se le agrega la llegada masiva de inmigrantes europeos, con lo que en esos 32 aos pasamos a contener 433.375 habitantes; a su vez, el Censo Nacional de 1914 indica que viven en la ciudad 1.575.814 individuos.9 A principios del siglo XX vivan en Buenos Aires ms habitantes extranjeros que argentinos nativos. Durante algunos aos, es la ciudad que ms gallegos e italianos contiene en el mundo, por encima de las mayores urbes de Italia y Espaa.

Buenos Aires desde el camino de las carretas, de Fernando Brambilla.

El territorio se increment en los ltimos aos del siglo XX con los espacios ocupados por la denominada Reserva Ecolgica de la Costanera Sur hasta llegar en 1995 aproximadamente a los 202,04 km2. Los lmites actuales dan un permetro estimado de 60 kilmetros, determinados por el Ro de la Plata, el Riachuelo, la Avenida General Paz y su prolongacin imaginaria hasta el ro. La poblacin, partiendo de los pocos pobladores de 15809, llegaba en 1810 a 46.000, cifra que casi se duBuenos Aires en 1807.

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Ciudad de Buenos Aires: de la fundacin a la participacin ciudadana

EN NUMEROS ABSOLUTOS LA CANTIDAD DE POBLACION DE LA CIUDAD CAPITAL ES LA QUE SE DETALLA A CONTINUACION:AOS POBLACION

LOS HABITANTES Y SUS VIVIENDAS Los InmigrantesLa llegada de la inmigracin masiva provoc en la Argentina modificaciones de enorme trascendencia, imposibles de enumerar. Todo cambi, tanto en la vida de Buenos Aires como en el interior del pas. No se puede pensar la Argentina actual sin tener en cuenta esa presencia y los cambios que provoc en nuestra identidad.

1869 1875 1887 1895 1904 1909 1914 1936 1947 1960 1970 1980 1991

187.346 230.000 433.375 663.854 950.891 1.231.698 1.575.814 2.415.142 2.981.043 2.966.634 2.972.453 2.922.829 2.965.403

ofrecera de sus nuevos habitantes. La situacin anterior estaba marcada por las incesantes guerras internas, la mnima necesidad de mano de obra de la economa ganadera, limitada al cuero y el tasajo, as como la carencia de legislacin promotora de las migraciones, por innecesaria hasta ese momento. Este panorama cambi de modo sustancial en la poca de la unidad nacional: la Constitucin de 1853 estimul las migraciones, el fin de las guerras civiles aport un mayor margen de seguridad y la economa de exportacin requiro una mano de obra ms abundante; en especial, aparecieron los barcos frigorficos, con destinos hacia mercados ms exigentes que las economas esclavistas a las que se provea de tasajo y carnes saladas. Por otra parte, la expansin de la revolucin industrial en Inglaterra estimul procesos migratorios internos hacia las urbes, donde los campesinos encontraron el trabajo que haban perdido en los campos, y necesitaban los alimentos que la Argentina poda proveer. El 10 de agosto de 1869 se cre la Comisin Central de la Inmigracin y por Decreto del 22 de mayo de 1872, firmado por Domingo Faustino Sarmiento y Dalmacio Vlez Sarsfield, se estableci la Oficina Nacional del Trabajo, para facilitar una pronta colocacin a aquellos que llegaban al pas, segn su capacitacin y sus conocimientos; esta Oficina funcion hasta el 7 de enero de 1874.12 La Ley N 817 del 19 de octubre de 1876 define al inmigrante: Reptase inmigrante, a todo extranjero jornalero, artesano, industrial, agricultor o profesor, que siendo menor de sesenta aos, y acreditando su

Fuente: Anuario Estadstico de la Ciudad de Buenos Aires. 10

Partimos de Gnova con un barco de mons Lavarello en 1858. ramos 150... Preferamos los barcos de Lavarello porque sobre los mismos nos dejaban llevar nuestras cosas ms queridas sin hacernos pagar sobretasa... 11

El fuerte de Buenos Aires, de Carlos E. Pellegrini.

Al europeo meridional no le eran extraas las migraciones. Este modo de integrarse al mundo del trabajo, se haba orientado desde las primeras dcadas del siglo XIX hacia reas capitalistas ya consolidadas -por ejemplo los italianos del Noroeste hacia Francia, o los del Sur hacia la Lombardia o el Piemonte- o por lo menos hacia un mercado de trabajo externo al de la propiedad familiar; en la segunda mitad de ese siglo, la emigracin hacia Amrica se superpuso a esa modalidad. En Espaa y en Italia, la reducida demanda de trabajo de las pocas reas urbano-industriales nacientes, no consiguieron absorber la expulsin que produca el campo. Mientras tanto, en la Argentina se produjeron diversos sucesos que enmarcaron las posibilidades que

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moralidad y sus aptitudes llegase como pasajero de segunda o tercera clase en una nave de inmigrantes con la intencin de establecerse en la Repblica Argentina En el perodo 1871-1940, entraron 8.002.370 . inmigrantes y se fueron 4.034.348, con un saldo total de 3.968.002 personas, lo que implica un promedio anual de 56.000 imdividuos. En diversos lugares de Europa se abrieron oficinas donde los candidatos a migrar deban inscribirse y presentar sus documentos de identidad. Hacia fines de la dcada del 80, en esas oficinas se difundan folletos para informar a los interesados en migrar a la Argentina que aqu, por medio de ahorros fciles, el trabajador europeo poda hacerse propietario de la tierra que cultivaba, y cambiar as su suerte de obrero sin posibilidades propias, por la de propietario independiente. En 1894 el Departamento de Inmigracin confeccion una lista de las regiones donde la Argentina tiene inters en reclutar: en Italia (Piamonte, Lombardia, Emilia y Toscana), en Espaa (provincias vascas), en Austria (Tirol y Croacia), en Alemania, Suiza y Dinamarca; se intentaba as frenar la corriente proveniente de las regiones retrasadas de la cuenca mediterrnea y los Balcanes.

PROPORCIN DE LOS GRUPOS NACIONALES EN LA POBLACIN EXTRANJERA DE BUENOS AIRES 1869 1936NACIONALIDADES Italianos Espaoles Frances Ingleses Alemanes 1869 47,9 15,8 15,3 3,4 2,2 1887 60,4 17,3 8,7 1,8 1,7 1895 52,5 23,2 9,6 1,9 1,5 1904 53,4 24,5 6,4 1,2 1,2 1909 49,3 31 4,5 1,2 1,3 1914 39,1 38,4 3,4 1,1 1,3 1936 34,3 37,2 1,7 0,5 2

Fuente: Guy Bourd, op. cit. Se han transcripto slo las comunidades ms importantes. 14

Haca algunos aos que el acceso a la propiedad de la tierra cultivable ya estaba bloqueado para los recin llegados sin poder econmico, por lo cual los campesinos inmigrados se encontraban reducidos al rango de arrendatarios, aparceros o asalariados agrcolas. Las menores posibilidades de establecerse cubriendo las expectativas que los trajeron, hicieron que ms inmigrantes abandonaran la Argentina. Decepcionados, dejaron el campo, fueron a las ciudades o se embarcaron de retorno a Europa. En 1895 retornaron 20.000 personas, y en 1913 esa cifra fue de 156.000 migrantes. La frontera haba alcanzado sus lmites y la propiedad de la tierra se haba repartido entre los latifundistas. En sntesis, si en los comienzos del perodo hubo pocos retornos, las crisis argentinas de la dcada del 90 generaron a partir de all un incremento que oscila de un 14.3% (1880) hasta un 46.3% (1929) sobre el total de inmigrantes ingresados en cada ao, con un mximo entre los de ese origen al entrar Italia en la Primera Guerra Mundial en 1915. Los motivos del retorno eran muchos, pero bsicamente se trataba del desaliento por expectativas no satisfechas, fuerte atraccin del paese lejano y nostalgia familiar, y una paulatina mejora de las posibilidades laborales y las condiciones de vida en Italia, a medida que la ola de la industrializacin se consolidaba en las reas del norte. El reflejo de ese crecimiento y de las posibilidades de trabajo se ejemplifica en mayores retornos de italianos del norte que del sur. La participacin del excedente migratorio en el aumento demogrfico de la Ciudad de Buenos Aires, duplic la poblacin cada quince aos aproximadamente, y slo es comparable al de Nueva York en el mismo perodo.17

De 1860 a 1890, el nmero de regresos a Europa es bajo, pues en este perodo los inmigrantes tienen todava oportunidades para establecerse. Al acceder a la propiedad, sea en las colonias agrcolas, sea en la ciudad, los inmigrantes no piensan en el retorno a su pas de origen. Entre 1890 y 1930 el xodo del campo europeo hacia las ciudades argentinas, y sobre todo hacia la capital, es sumamente intenso.

Por razones que todava hay que elucidar, las autoridades argentinas jams resolvieron revisar las disposiciones liberales de 1853 y 1876 y practicar una poltica de inmigracin selectiva. Aunque en lugar del campesino suizo y el obrero calificado de Miln vieran llegar al campesino desposedo de Galicia, al desocupado de Sicilia y al vendedor ambulante del Lbano... Segn los perodos, la inmigracin europea tiene orgenes regionales distintos. En un primer tiempo, de 1860 a 1890, el origen de la inmigracin se sita en la periferia inmediata de la Europa industrializada, en regiones que presentan bastantes afinidades estructurales : Francia meridional, Espaa del norte y la llanura del Po. Los trastornos de la revolucin industrial obligan a los pequeos agricultores y artesanos de las ciudades a emigrar. La mano de obra, relativamente calificada y eficaz, se integra bien en la Argentina. En un segundo tiempo, de 1890 a 1930, los efectos econmicos y demogrficos de la revolucin industrial se hacen sentir ms lejos del noroeste de Europa. Los campesinos sin tierra y los desocupados de las aldeas de Andaluca, del Mezzogiorno, de los Balcanes, del Lbano, de Polonia y de Ucrania toman a su vez el camino de la Argentina. La nueva migracin es menos calificada, menos instruida, ms difcil de asimilar. Adems de estos inmigrantes proletarios, ciertos grupos de tcnicos ingleses, franceses y alemanes vienen a controlar y encuadrar la valorizacin del pas en provecho de las metrpolis occidentales.13

Ciudad de Buenos Aires: de la fundacin a la participacin ciudadana

En el perodo 1880-1930 la proporcin de inmigrantes masculinos era de 264 por cada 100 mujeres, porcentaje que sirve como muestra para esa poca, pero que cambi con las posteriores migraciones huidas del fascismo y de la Segunda Guerra Mundial. Sobre el total de 2.032.711 inmigrantes del perodo 1857-1901, ms de 1.260.000 eran italianos; y hacia el final del siglo pasado, la mayor colonia italiana en la Argentina y quizs en el mundo resida en Buenos Aires.

LA NACIN - 23 de septiembre de 1899 PARQUE LEZAMA Compaa de fantoches norteamericana Funciones martes, jueves, sbados y das de fiesta El domingo 24 de septiembre en conmemoracin de las fiestas italianas, se representar el hecho histrico: EL DESEMBARCO DE GARIBALDI CON LOS MIL EN MARSALA Concluir el espectculo con una APOTESIS final representando la alianza italoargentina con los DOS HROES MUNDIALES SAN MARTN Y GARIBALDI. Asiento 0,10.

dad, que no siempre se lograba, contena una paradoja, una contradiccin dolorosa: el emigrante, extranjero en Argentina, volva a serlo al retornar al suelo natal despus de muchos aos. No slo se haban producido transformaciones tangibles y concretas en aquella tierra, sino que l mismo no era el que haba partido haca mucho tiempo. No era el mismo italiano, espaol, polaco o lo que fuera y su tierra tampoco era la misma. De hecho, en muchos casos, los emigrantes anteriores a la unificacin italiana (1871) ni siquiera saban que eran italianos. Similar caso vale para los centroeuropeos o los medioorientales. Dejaban por ejemplo en 1900 Palestina, una parte del imperio turco, y volvan en 1935 a un dominio britnico.ORFEN GALLEGO PRIMITIVO Maana sbado celebrar una interesante velada en los salones del Orfen Espaol, Piedras 534. Se representarn las comedias Maruja y Valiente Amigo, cantando el Coro Social una composicin en dialecto gallego, escrito por el Sr. R. Conde Salgado y titulada Fora DO Nio. Finalizar la velada con un baile familiar. 15

CUADRO SINTETICO DE LAS PROFESIONES DE LOS INMIGRANTES 1876 - 1929PROFESION Agricultor Jornalero Artesano Comerciante Profesionales Varios 1876 82,3 10,2 2 0,9 1,3 3,3 1929 45,3 22,7 25,6 2,3 1,4 2,7

argentinos-, entre los propietarios de inmuebles, siendo sus propiedades superiores en cantidad y valor a las de todos los otros extranjeros. Ncleos enteros de familias dejaban en aquellos aos sus pases de origen. En definitiva, el que emigraba lo haca porque deseaba mejorar su situacin econmica y por qu no, social. Los sentimientos con los que los emigrantes llegaban al puerto de destino eran contrastantes: si por un lado venan con la voluntad de establecerse y de "fortuna", para salvarse de la pobreza sufrida en la tierra natal, por el otro estaba la nostalgia por todo lo que perteneca a la vida en su propio pas, el idioma en algunos casos, los alimentos, los aromas, la gente. El recuerdo del trabajo y los sacrificios que hicieron en la patria abandonada adquiran con la lejana una ptina rosa que intentaba hacer parecer menos dura la realidad de la vida antes de la emigracin. Muchas veces, atenaceados por la nostalgia, los emigrantes permanecan en el exterior el tiempo imprescindible para ganar algo de dinero, de forma tal de poder retornar con lo necesario para vivir decorosamente. Pero esta posibili-

Por nmero, por industrias, por comercio, por capitales, por propiedades inmobiliarias, por profesionalidad an en las artes liberales, la colectividad italiana ocupaba un lugar preeminente y prominente en la vida de la ciudad. Para el perodo 1857-1924, los italianos forman el 44,9% del saldo migratorio total, mientras que el Censo Nacional de 1895 nos muestra que eran mayoritarios en oficios como albail, carpintero, zapatero, pintor, sastre, ebanista, adoquinador y asalariado en general, aunque por otra parte ocupaban el primer lugar en Buenos Aires -apenas despus de los18

Tanto aquel como el que se estableca definitivamente aqu, permanecan ligados no tanto a la realidad de su pas de origen, sino a los recuerdos que de l haban quedado en su memoria, recuerdos que la nostalgia y los pesares del abandono, con el pasar de los aos, hacan siempre ms maravilloso. Las generaciones contemporneas, que en algunas ocasiones tienen la opcin de elegir un medio ms razonable para programar su emigracin, viven la separacin del pas natal de modo menos traumti-

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Recordaba la despedida casi silenciosa, con palabras entrecortadas que moran en la garganta sin poder salir, all en la puerta de su humilde casita blanca de cal y ladrillos pintados, rodeada de una pequea reja de madera, casi tapada por la enredadera y los jazmines...Y as lo rememorara muchos aos despus...Sabiendo que seguramente no los volvera a ver, all quedaban el ltimo beso de su madre y el abrazo fuerte de su padre, que le miraba en silencio a travs de sus ojos vidriosos. Apenas si recordaba las palabras de su madre, pronunciadas al conjuro de su llanto. El...se contuvo envuelto en un hondo silencio...El comisionista Brunelli, una vez cumplidos los trmites, lo dej en la cubierta. As viajara, solo con sus diez aos, consignado a un to que se encontraba en Buenos Aires. Sus padres no pudieron acompaarlo a Gnova, porque eso les permita darle al muchacho algunas liras ms para el largo viaje. Ahora ya en el barco senta un indescifrable deseo de volver...Era un inmigrante ms, y pronto tuvo que bajar hasta los largos corredores de hierro de tercera clase, para encontrar un sitio donde acomodar sus bultos y buscar un lugar que fuera su ubicacin durante el largo viaje que le esperaba. Una litera cerca de un ojo de buey cerrado y sucio...All colocaron una tarjeta donde constaban su nombre, edad, nacionalidad y nmero de pasaje. Apenas haban partido, una cancin rompi en medio de los murmullos y las interminables conversaciones de la bodega donde estaba...Era una suave y triste cancin de despedida al terruo, a la familia que quedaba en Italia, una cancin que a cada uno le haca soltar, con secreta vibracin, una emotiva lgrima, un recuerdo para los que ya no volveran a ver, con seguridad, nunca ms...Una maana luminosa de 1887 se present a sus azorados ojos de nio la ciudad de Buenos Aires. Estaba ya en la Argentina, le pareca un sueo. Ahora s estaba realmente lejos de su pueblito de Lungro, y qu enorme le pareci la ciudad, cuntas casas y galpones agrupados se distinguan desde el barco... 16

co, aunque no por ello sin consecuencias. Las razones de esta diferente sensacin residen seguramente en el hecho de que la facilidad de las comunicaciones telfono, internet, medios de transporte ms rpidos, no ejercen sobre el emigrante la sensacin de abandono que sufrieron en siglos pasados. Por cierto, en el imaginario colectivo de un pas de inmigrantes, como la Argentina y en especial Buenos Aires europeos ayer, latinoamericanos hoy, se ha perdido el aura de coraje y fascinacin que distingui esa epopeya y de las que muestra abundantes aparecen en la literatura, la msica, el tango y tantas expresiones artsticas que hoy consideramos cotidianas. Tambin es cierto que las nuevas presencias, bien recibidas desde algunos grupos nacionales, no lo fueron tanto en otros sectores, de lo que es buena muestra la literatura culta de la poca de las grandes inmigraciones europeas, que critica sangrientamente a sus protagonistas: Eugenio Cambaceres, Miguel Can, Julin Martel, Rafael Obligado son ejemplo de ello, aunque no podemos excluir a Jos Hernndez y su Martn Fierro . En la actualidad, la peyorativa opinin de muchos porteos hacia los migrantes, sean nuestros conna-

cionales del interior, sean los de pases vecinos, supuestos portadores de todos los males que nos aquejan, nos hacen recordar, en su superficialidad, a las crticas antes mencionadas. Por cierto, cuando, obligados por la crisis o la represin a trasladarnos hacia el exterior, los criticados somos los argentinos, las cosas cambian. No nos gusta que nos llamen sudacas u otras expresiones tan peyorativas como las de paraguas brasucas chi, , lotes bolitas o como antes ponjas tanos ru, , , , sos o gaegos tan habituales en la conversacin de muchos habitantes de Buenos Aires que parecen haber olvidado no ya los principios ticos de la vida, sino su propio pasado, su origen migrante, sin duda. Y es que aunque no lo sepan, migrar en busca de mejores oportunidades fue y es primera condicin del hombre desde lo ms remoto de la historia...

A la espera en el Hotel de Inmigrantes, 1900.

EsclavosEl infame comercio de esclavos adquiri en nuestra ciudad importantes caractersticas como mercado de entrada al territorio que se iba conquistando: De

aqu salan enormes caravanas de gente encadenada que viajaba para ser vendida en Potos, Crdoba, Tucumn o Santiago de Chile. Nadie los vio partir, nadie los oy pasar; Hernandarias inform al rey que entre 1612 y 1615 slo tres aos de esos tempranos tiempos, salieron desde la aldea que era Buenos Aires 4.515 esclavos hacia el interior; eran ms que caravanas, eran hileras de terror y muerte. 17 19

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Elementos insoslayables como formadores del capital econmico que hizo crecer al pas, los esclavos, como trabajadores y artesanos fueron productores ...de capital para su amo mediante el trabajo por cuenta propia, del que deba entregarle una buena parte cada da..., como informa Schvelzon ; o bien explotados directamente por su amo, sea en actividades agrcolo-ganaderas, sea en tareas domsticas o comerciales.18 Su manumisin no fue inmediata a la emancipacin argentina, sino un largo proceso pleno de contradicciones, desengaos, falsas conmiseraciones y reconocimientos encubiertos. Surgieron nuevas formas de exclusin y explotacin, ya sea en los cuerpos militares desde los aos de las luchas por la independencia hasta la ocupacin del desierto en la dcada de 1880 -, o bien como conmilitones polticos en tiempos de Rosas. No obstante, en algunos casos limitados se produjo una cierta integracin.

Los PuertosSi en los alrededores de la Plaza Mayor se concentraban las actividades polticas, religiosas y comerciales de la ciudad, el puerto natural de la ciudad fue el del Riachuelo de los Navos, ms protegido que las costas frente al Fuerte, que estaban abiertas a tempestades, saqueadores y piratas, e imposibles de abordar sin transbordos; ello porque la poca profundidad del ro impeda el acercamiento de los navos, lo que si bien generaba proteccin por un lado, por el otro era un inconveniente para el normal desarrollo de actividades portuarias, que en ese entonces la tecnologa no poda superar.

una descripcin de nuestro protopuerto en un volumen publicado en Estocolmo en 1855:

...A lo largo de la orilla del ro corre una calle ancha que posee dos hileras de acacias y lleva el nombre de Alameda. Se encuentra a cinco o seis yardas de altura sobre el nivel del ro y las barrancas que de tal modo se forman, han sido parcialmente revestidas de mampostera durante los ltimos aos. Prximo al desembarcadero se encuentra la sede de la Capitana del puerto...lo general es transbordar del bote a una carreta de altas ruedas que lo lleva a uno a tierra. De esas carretas hay siempre varias listas en la playa y a menudo los botes se ven asediados por hasta media docena de las mismas, mientras los respectivos conductores pregonan a gritos las ventajas o cualidades de su vehculo, que por otra parte, saben conducir con mucha destreza. 20

Recuerda Pastor Obligado que el primer buque de vapor sali del puerto de Buenos Aires el domingo 13 de noviembre de 1825. Se trataba del ...bergantn Druid, capitn Bell. Buque, mquina, capitn y marinera, matrcula y pasajeros, todo era ingls, hasta el aceite de sus tornillos, y apenas el ro en que navegaba haba escapado de serlo, gracias al herosmo de sus hijos (de los de Buenos Aires, sin duda)...Despus de tercera y cuarta demora...en cuatro horas a todo vapor, lleg desde este puerto al de San Isidro el primer buque a lo mismo, en su viaje de ensayo, quedando en ensayo. Como un signo anticipado de los tiempos que vendran, nos recuerda adems que Apenas cinco aos transcurridos en aquel en que Fulton ensayara sobre el Hudson el primer vapor...un norteamericano obtuvo ya en 1812 privilegio por diez aos del gobierno argentino para la navegacin a vapor. 19

Corra el ao 1854 cuando una ley autoriz al gobierno porteo la construccin de un muelle para pasajeros. La obra, ubicada aproximadamente entre las actuales calles Pern y Sarmiento, frente a la Capitana del Puerto, se inaugur el 11 de septiembre del ao siguiente. Ya haca algunos aos que un muralln de cinco metros de alto, con una baranda de hierro en su parte superior, defenda la Alameda de los peridicos avances del ro. Haba sido diseada en tiempos de Rosas por Felipe Senillosa. Thomas Joseph Hutchinson relata que el muelle tena dos pequeas casillas de guardas de Aduana, con techos de cpula y la figura de un pequeo vapor sobre cada una 21 . Estas casillas fueron colocadas por Prilidiano Pueyrredn en su rol de arquitecto, y se haban trado de Inglaterra. Tenan forma octogonal y buenas ventanas vidriadas para permitir el control de los aduaneros. Su estructura era de hierro.

Boleto de venta de un esclavo.

Eduardo Pinasco recopila recuerdos de distintos viajeros que nos muestran imgenes del puerto desde los primeros aos de nuestra ciudad hasta el centenario de la Revolucin de Mayo. Encontramos all que hacia 1851 el Rey de Suecia envi a la fragata Eugenia en cuya oficialidad se , encontraba el teniente Carl Skogman, quien dejar

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El muelle se introduca algo ms de doscientos metros en el Plata, y el material empleado para su estructura era madera dura. Contaba con una va central para el traslado por medio de vagonetas, de equipajes y cargas de los viajeros. Pero el aumento del intercambio comercial, con la aparicin de naves de mayor tamao y calado, a lo que debe agregarse el aumento de la inmigracin, hizo necesaria la construccin de un nuevo amarradero de cargas con un edificio que sirviera para depsito de mercaderas y las instalaciones adecuadas para el control aduanero. De all que hacia 1855 se encarara el proyecto y la construccin, que se inaugur en 1859.

La denominada entonces Aduana Nueva se debe al diseo del ingeniero ingls Eduardo Taylor (18011868). Ubicada sobre el ro, detrs de la Casa de Gobierno, la separaba de sta una calle, por la que aos despus correran las vas del Ferrocarril a Ensenada, cuya estacin se edific en su lado norte, sobre el Paseo de Julio, aproximadamente a la altura de Bartolom Mitre. El edificio semicircular, posea en su frente amplias ventanas de arco de medio punto, constaba de cinco pisos que albergaban cincuenta y un almacenes abovedados y luca en su parte central una importante torre con reloj y en su cspide el faro de Buenos Aires. 22 El muelle que parta del eje central se internaba en el ro 300 metros, contando con un riel que facilitaba el movimiento de zorras de carga hacia los barcos y barcazas que se acercaban, en algunos casos sin transbordo previo a los carros tirados por caballos. Su torre contaba con un faro que poda observarse desde varios kilmetros dentro del estuario. La presencia de este gran edificio se destacaba en la ciudad, como lo comprueban numerosas fotografas y postales, pero sin embargo, fue smbolo de Buenos Aires durante un perodo relativamente corto. Su demolicin se inici en 1895, ya que la construccin de Puerto Madero haba inutilizado el muelle y transformado en poco prcticos esos depsitos, ahora alejados de los nuevos sitios de embarque y desembarque. Hoy se encuentran al aire libre y a la vista de todos, restos de sus depsitos, parte de su planta baja y del primer piso, rescatados de su encierro bajo un tramo de la avenida Paseo Coln que pasaba detrs de la Casa Rosada. En tanto, algunos otros sectores suprstites, junto a los an ms antiguos de los almacenes de la Real Hacienda, que es-

Lavanderas en el ro. Al fondo, Aduana de Taylor y Casa de Gobierno.

Elevadores de granos de Puerto Madero, 1910.

taban ubicados en los stanos del Fuerte, son cobijados hoy por el Museo de la Casa de Gobierno. En el siglo XX se inaugur, en el lugar que ocupaba la Aduana de Taylor, la actual Plaza Coln con el monumento que lo honra. Exista adems otro muelle, el que en 1867 construy la empresa Depsitos y Muelle de Las Catalinas, de Francisco Seeber. Se encontraba a la altura de la bajada de las calles Viamonte y San Martn, en Retiro, cerca del convento de las Catalinas, que le dio su nombre. Tambin desapareci cuando se construy Puerto Madero.21

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La ciudad se consolid con el impulso de la valorizacin de las materias primas que produca el pas, ya que era la principal y casi nica salida para las transacciones internacionales. Era el centro de las actividades administrativas del estado, de las mercantiles en general y de las relacionadas con el puerto; da a da era ms intenso el movimiento de exportacin de las producciones agropecuarias y de la importacin de manufacturas e insumos de todo tipo. Con el apoyo de capitales ingleses, Eduardo Madero present en tres oportunidades sendas ideas para dotar a Buenos Aires de un puerto. Rechazada la primera propuesta, en 1861, la reiter con algunas modificaciones en 1869, representando la firma Prouffort, Madero & Co. Esta propuesta gener duros conflictos de intereses, ya que prevea la explotacin exclusiva y a perpetuidad del puerto por parte del proponente y sus auspiciantes. Madero persevera y en 1882 siendo vicepresidente de Roca su to Francisco , en un corto lapso el congreso vot la ley que autorizaba al gobierno nacional a contratar la obra con l... El aspecto tcnico de la propuesta lo haba realizado sir John Hawkshaw y estaba financiado por Baring Brothers. Se adopt un sistema de cuatro drsenas cerradas vinculadas entre s y en cuyos extremos ambos puentes conducan hacia los silos y galpones ubicados hacia el este, antes de la zona donde tiempo despus se construira la avenida Costanera y el Balneario sur. Surgieron enormes galpones de ladrillos de estilo britnico, y una amplia parrilla ferrocarrilera atravesa el sector hacia el sur, el norte y el este, uniendo los distintos docks con los ramales imprescindibles para un adecuado servicio.22

NAVEGACION-PUERTO MADERO: Vapores transatlnticos entrados durante los primeros siete meses de 1892 a1899BANDERA Inglesa Alemana Italiana Francesa Espaola Argentina Dinamarquesa Noruega Brasilea Holandesa Sueca Rusa Austraca Norteamericana VAPORES DE ULTRAMAR 394 124 63 52 7 24 7 7 10 5 3 2 2 1 TONELADAS DE REGISTRO 1.039.486 577.215 198.140 178.923 26.394 26.057 15.606 15.558 12.229 10.712 6.572 5.400 4.464 2.729

Puente Transbordador Nicols Avellaneda, en la Boca.

Fuente:

23

Una drsena al norte y otra al sud facilitaban el ingreso y salida de los buques. En 1894 el nuevo puerto estuvo habilitado aunque no concluido, mientras que su impulsor falleca en Europa. Tres aos despus se inauguraban el dique 4 y la Drsena Norte. Haba quedado atrs la polmica con el ingeniero Luis ngel Huergo, defensor a ultranza de su proyecto de nuevo puerto vinculado con el Riachuelo. Los intereses britnicos, ya definitorios para las decisiones importantes del pas, impusieron su criterio, y el Riachuelo qued en condiciones absolutamente secundarias desde el punto de vista portuario, hasta llegar a la situacin de abandono que conocemos hoy.

No pasaron muchos aos y las insuficiencias notorias que muchos crticos haban sealado aparecieron tan evidentes, que el Congreso sancion la Ley 5944, en octubre de 1908, para la construccin del actual Puerto Nuevo, construccin que por cierto, se otorg a la empresa inglesa C.H. Walker & Co. El que hoy denominamos Puerto Nuevo fue habilitado provisoriamente en julio de 1919. Los barcos modernos, de mayor tamao y nueva tecnologa comenzaron a atracar en las nuevas instalaciones, ubicadas hacia el norte de la avenida Crdoba. Este puerto est compuesto por drsenas abiertas, que facilitan el movimiento naviero. En la dcada final del siglo XX el Puerto Madero se convirti en el 47mo. barrio porteo, nuevo y exclusivo, mientras que el todava utilizado Puerto Nuevo era reprivatizado, junto a los

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emprendimientos ms importantes que en dcadas pasadas el Estado Argentino haba recuperado paulatinamente (ferrocarriles, telfonos, obras sanitarias, etc.) o creado (YPF carbn, lneas areas, etc.). , Puerto Churrinche, en Belgrano, sobre la desembocadura del arroyo Vega; Puerto de los Tachos en La Boca, fueron denominaciones casi irnicas para sealar apostaderos ms que precarios, como los que se utilizaban an ms circunstancialmente en las bocas de los arroyos Medrano, White y Maldonado hacia el norte.

La vivienda portea

Un edificio de departamentos al lado de otro edificio de departamentos, ascensores, expensas, semforos, porteros, paradas de colectivos, subterrneos, ofertas, demandas, bocinas, parqumetros, gente de todas las edades, ideas, ideales, cantidades y ms cantidades. La ciudad es un invento del hombre y como tal, no pude sino volverse contra su creador y morderle la mano.Cmo fue que comenz todo?Qu hizo que los hombres quisieran vivir juntos? Se puede confiar en mticas explicaciones tergiversadas y retocadas a travs de los siglos?25

UN TNEL BAJO EL RIACHUELO - El presidente de la Compaa del Ferrocarril del Sud y el Director General de Navegacin y Puertos han examinado recientemente el proyecto de construccin de un tnel bajo el Riachuelo, que tiene por objeto facilitar el trfico entre la Capital Federal y el Dock Sud del puerto de Buenos Aires. El monto de los costos de tal obra sera de 15 millones de pesos. El proyecto forma parte integrante de aquellos ampliaciones generales de la ciudad bonaerense, cuyo objetivo es colocarla a la altura de las crecientes necesidades del trnsito.24

La federalizacin en 1880, la influencia poderosa del capital extranjero y de la inmigracin y el establecimiento en el rea de la mayora de la incipiente industria en la misma poca, fueron produciendo naturalmente la concentracin de la poblacin en nuestra ciudad, adems del litoral y de la Provincia de Buenos Aires. Desde las primeras construcciones precarias, de barro y paja, y una vez que la perspectiva del asiento definitivo gan los espritus de sus habitantes, la ciudad fue poblndose de casas construidas con materiales ms consistentes.

baja. Su superficie comprenda dos o tres patios y numerosas habitaciones relacionadas entre s por puertas y galeras, como podemos ver en los viejos catastros. Las primeras vigas de los techos y las columnas que sostenan las galeras solan ser troncos de palmeras del Paraguay, sin mucha elaboracin. Sus muros encalados o coloreados, con rejas sencillas al frente y puertas de madera, raramente empapelados o coloreados en aquellas viviendas de las clases sociales detentadoras del poder, eran capaces de contener familias numerosas, a menudo compuestas de abuelos, padres e hijos, a las que se les agregaba en los medios sociales ms elevados, una importante servidumbre compuesta generalmente por esclavos. Los fondos, adems de contener los deficientes sanitarios de la poca y la cocina, eran un espacio en el que algunas pequeas piezas eran msero asentamiento para el descanso del personal de servicio. Las limitadas comodidades que gozaban los propietarios eran verdadera riqueza comparadas con las condiciones en que vivan los sirvientes y una vez iniciada su trata los esclavos africanos. ,

La vieja viviendaAquellos ranchos fueron superados, pero no desaparecieron sino que ganaron los suburbios, asiento de las clases populares con el paso de los aos; y una vez que los hornos de ladrillos y la manufactura de tejas comenzaron a ser comunes, las casas, aunque de amplias proporciones, no contaron con ms que planta

La Aduana de Taylor, 1855.

Casa de los Ramos Mexa, refugio de Rosas luego de la batalla de Caseros. 23

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Cuando el terreno lo permita, era posible encontrar all una quinta con frutales entre los que no faltaban los limoneros, parras e higueras y un gallinero a veces complementado con un palomar, que producan alimentos para los habitantes de la casa.

nocido la ciudad virreinal. Charles Darwin, que pasar por estas tierras como parte de un extenso viaje que durar casi cuatro aos (1832-1836), visit Buenos Aires a partir del 20 de septiembre de 1833, y dejar plasmados en su Diario estos recuerdos:

Era una sucesin de tres patios a la espaola. El primero, a cuyos lados se agrupaban la sala, el comedor y las habitaciones ms hermosas, desapareca entre las flores admirablemente cuidadas...haba camelias, gardenias, santaritas, heliotropos y clemtidas. En el segundo patio, que daba entrada a los dormitorios, crecan algunas palmeras, limoneros, higueras, naranjos y hasta vias. El tercero, la huerta serva para lo que indica su nombre y estaba rodeada por las cocinas, las habitaciones de los criados, gallineros, etc. 26

Caballerizas y cocheras, innecesarios en la ciudad primigenia vistas las cortas distancias y los costos de los carruajes, fueron apareciendo cuando el lento pero constante crecimiento urbano dndoles razn de presencia, y eso a pesar del lamentable estado de las calles, que ningn viajero dejara de sealar. No fueron ajenas a Rivadavia las dificultades que el crecimiento poblacional iba generando en la ciudad. Por su recomendacin o su inspiracin, llegaron contratados a Buenos Aires Pedro Benoit, Prspero Catelin (que dirigir el Departamento de Ingenieros Arquitectos), Carlos Enrique Pellegrini, Santiago Bevans (a cargo del Departamento de Ingenieros Hidrulicos), y otros profesionales. Ellos fueron contribuyendo, por su propia accin en los cargos que ocuparon o bien a travs de los discpulos que pudieron formar, a esbozar una ciudad ms acorde con las nuevas necesidades en materia de salubridad, urbanismo y tambin ornamentacin suntuaria, distinta de la que haba co24

La Ciudad de Buenos Aires es extensa y, a mi parecer, una de las de trazado ms regular del mundo. Sus calles se cortan en ngulo recto, y como guardan las paralelas igual distancia entre s, los edificios constituyen slidos cuadrados, de iguales dimensiones, a las que se llama cuadras. Consideradas desde el interior, las mismas casas son cuadrados huecos. Todos sus aposentos dan a un pequeo y agradable patio. Dichas casas tiene generalmente una sola planta con azotea, provista de asientos, que los habitantes frecuentan en verano. La plaza ocupa el centro de la ciudad y a su alrededor estn las oficinas pblicas, la fortaleza, la catedral, etctera, y antes de la Revolucin, tambin all tenan su palacio los virreyes. El conjunto de esas construcciones ofrece un hermoso aspecto aunque ninguna, aisladamente, pueda jactarse de su arquitectura. 27

As fue desde el siglo XVII hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando sea por las modas constructivas llegadas desde Europa con los inmigrantes, o bien por la copia indiscriminada de los estilos desarrollados en la cole des Beaux Arts de Pars, el estilo sencillo que por generalizacin llamamos colonial fue abandonado. Las propiedades disponibles fueron reducindose, ya que la especulacin inmobiliaria y la falta de normas de edificacin facilitaron ese negocio.

La casa chorizoUna vivienda caracterstica de los sectores populares fue la denominada casa chorizo tal vez original, mente creada dividiendo los patios de las viejas residencias coloniales en dos partes, y luego aprovechada como modelo en los barrios que iba creando el desarrollo de la urbe.

Plano de la casa de Lorenzo Burgos.

Aviso de remate de lotes en Parque Chas. (AIHCBA)

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Esas caractersticas, una pieza tras de la otra, facilitaban el crecimiento de la vivienda cuando las condiciones econmicas lo permitan o las necesidades familiares urgan una solucin. Desvalorizadas en el imaginario cultural tradicional, su desaparicin a pasos agigantados, debera obligar a la ciudad a preservar algunos ejemplos de estas construcciones, tan tradicionales en los barrios de clase media y populares.La mayor parte de las viviendas construidas en Buenos Aires entre 1870 y 1930 son las conocidas casas chorizo, una tipologa con antigua historia. Casas entre medianeras con una gran adaptacin a los distintos gustos y necesidades. Se poda empezar con una simple pieza con la esperanza de transformarla en una casa con patio, cocina atrs y un retrete al fondo. Muchas veces se dejaba en el frente un espacio para ser la sala pero que casi siempre termin siendo un simple jardn con un limonero, malvones y hortensias. La casa chorizo es el mejor ejemplo de una arquitectura adecuada a las posibilidades y esperanzas. 28

Los conventillos

POBLACION DE LA CAPITAL FEDERAL RESIDENTE EN CONVENTILLOAO CONVENTILLOS 1.770 1.868 2.835 2.462 HABITANTES EN CONVENTILLOS 51.915 64.156 116.160 138.188 RELACION 29 34 41 56

Conventillo, eres dolor crudo, llaga viva; un da estallar tu humor; blasfemia del hombre rudo y mujeres que se reprimen, y manchars la ciudad pedantesca con tu hlito de vicio y crimen y tu carcajada grotesca 29

1880 1883 1887 1904

Fuente: Elaboracin propia en base al cuadro elaborado por Sergio Bag, a partir de censos municipales, de estadsticas municipales y del texto de Nicolas Besio Moreno, Buenos Aires, puerto del Ro de la Plata, capital de la Argentina, Buenos Aires, 1939.

Los conventillos aparecieron desde mediados del siglo XIX; fueron la solucin encontrada para contener a la inmigracin, y constituyen el antecedente negro de los actuales hoteles que vemos en casi todos los barrios porteos. Antiguas casonas obsoletas son aprovechadas por sus propietarios para transformarlas en antihiginica vivienda de los recin llegados y de los ms humildes. As, la que fuera casa de los Ramos Meja, en la calle Bolvar, vecina a la de Mercedes Rosas de Rivera, hermana de Juan Manuel. Durante algunos aos funcion como conventillo la denominada Casa de la Virreina Vieja 30, tena veinte habitaciones y caballerizas y fue derrumbada en 1913. 31 Paralelamente, la especulacin se dedica ya desde 1880, a construir edificios destinados exclusivamente a servir de alojamiento supuestamente precario, en las mismas condiciones infectas de los ya existentes.

Son espacios en los que el hacinamiento y la promiscuidad no van a la zaga de las carencias de mnimas condiciones de salubridad. Constituyen la base inevitable de la frecuente irrupcin de epidemias que se ensaarn con sus habitantes, de las que fueron caractersticas las del clera de 1867 y 1868 y la de fiebre amarilla de 1871. Si en 1881 el nmero de conventillos ascenda a 1821, con 65.260 habitantes (un 18% de la poblacin de la ciudad), en 1887 el promedio haba aumentado al 26%; luego disminuy proporcionalmente, pero no en lo referente a la cantidad de habitantes de esos antros, que en 1904 llegan a 138.188, distribuidos en 2.462 conventillos, casi 56 habitantes por cada uno, contra 35 en 1881. Fueron famosos Las 14 Provincias Los Dos Mundos El Palomar Babilonia y , , , muchos ms. Su explotacin comercial aument la riqueza de sectores que muchas veces escondieron su identidad detrs de los "encargados", objeto de odio de los des25

Conventillo de las 14 provincias, segn Cao (Caras y Caretas), 1906.

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EL INDUSTRIAL 24-12-1882 - Pantanos, conventillos y cloacas He aqu el complemento del Riachuelo podrido. Los barrios del Sud, las calles principales de entrada, como la de Caseros, se pueden ver ahora pantano tras pantano. Los Conventillos con la lluvia ltima exhalan miasmas pestferos que infeccionan las casas de familia por ms aseo higiene que tengan...Las cloacas, caos de tormenta son verdaderos focos de infeccin. He aqu, pues, los compaeros del Riachuelo, de los que lo infectan y de los que lo toleran. No est de ms recordarlo!

Las villas de emergenciaLas villas miseria capitalinas han sabido sobrevivir a todo porque son parte inherente de una historia econmica y social dinmica, imposible de aislar y aniquilar en laboratorio. Son tambin parte de la vida de la ciudad, parte de su fuerza laboral. An cuando la ciudad quiera verse blanca, bonita, pulida, moderna y eficiente y an cuando pretenda quitarse de encima el problema de las villas, describe con precisin Eduardo Blaustein 33, poniendo en negro sobre blanco una realidad dolorosa en especial para quienes viven en ella. Si tradicionalmente se comenta que las primeras villas" se formaron en Puerto Nuevo en la dcada del 30, no otra cosa haban sido los antiguos asentamientos del Barrio de las Ranas o en otros vaciaderos de basuras o rincones abandonados de la ciudad. En 1926, el intendente Horacio Casco se dirigi al Prefecto General de Puertos, contralmirante Hermelo, informndole que ...entre el muralln y el nuevo terrapln del Ferrocarril Central Crdoba, desde la altura de la Avenida Casares hasta las inmediaciones del Arroyo Maldonado han sido construidos varios ranchos con tablas viejas, juncos, barro, latas, etc., aprovechndose para casi todos un antiguo terrapln ya abandonado por aquella Empresa. Por cierto, tras de las consideraciones sobre la higiene y la salud, aparecen otros desconceptos de reiterada actualidad ya que segn Casco las precitadas casillas no solo sirven de refugio a vagos y elementos de mal vivir... (son) por otra parte un atentado a la esttica, cometido en pleno Parque 3 de Febrero, por cuya conservacin y embellecimiento se aunan los esfuerzos de to-

dos los habitantes del Municipio. Concluye Casco pi diendo la ayuda del Jefe de Polica para el desalojo y demolicin de las casillas. Cuando en 1934 se avanza con la construccin de la Avenida Costanera, el intendente Mariano de Vedia y Mitre reclama al Ministro del Interior, Melo, sobre la permanencia del campamento de desocupados que se ha establecido en la zona de Puerto Nuevo, al Norte de las lneas de varias empresas ferroviarias y cuyas vas de acceso a la Capital son las calles Canning35 al Oeste y Avenida Costanera al Este, ha sido un motivo de constante preocupacin para esta Intendencia, no solamente por las razones de esttica que tal situacin plantea sino tambin por el peligro que para la moral, la seguridad y la higiene pblicas entraa la subsistencia de ese campamento, constituido por covachas de paja, latas y tierra, cuyos moradores viven en la ms completa promiscuidad y al margen de los ms elementales principios de higiene. Entre los recurrentes argumentos, aparece el de la desocupacin que tanto las autoridades nacionales como municipales estn empeadas en comba-

dichados que all vivan y de burla en los sainetes de inicios del siglo XX. Las situaciones a las que eran sometidos sus habitantes dio origen a numerosas quejas, que culminarn entre agosto y fines de 1907 con una huelga de inquilinos fallada por cierto por las autoridades, que reco, nocieron cierta legitimidad a los reclamos, pero que aplicaron la ley con todo el rigor posible ...para mantener el orden y defender los derechos de los propietarios y arrendatarios de las casas de inquilinato..., co mo certeramente explica Noem Girbal-Blacha.32 Las consignas bsicas de los huelguistas eran la reduccin de los alquileres en un 30%, garantas contra los desalojos y mejoras en las instalaciones de estos edificios. El movimiento, que se extendi rpidamente, comenz en conventillos de la calle Ituzaingo, en Barracas, donde residan alrededor de 130 personas.

La pieza en una casa cntrica cuesta alrededor de 20 pesos como mnimo y puede subir 5 a 7 pesos ms con ventana a la calle. La valorizacin de la propiedad urbana, el aumento en los costos de la construccin y el sistema de locacin redundan en el cobro de alquileres altos, que constituyen una parte sustancial y fija del presupuesto del obrero.

Villa de emergencia.

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tir. La polica haba realizado una especie de censo, informando que procede al retiro paulatino de los desocupados y demolicin de las casillas, habiendo as reducido la colonia, de 1000 casillas y 3000 hombres...a un total de 400 y 800 respectivamente. El intendente pide al ministro que la Jefatura de Polica adopte las medidas a su alcance para llegar a la eliminacin total de dichas viviendas, con lo que se facilitar la terminacin de obras de tan gran importancia como la Avenida Costanera y se evitar a la poblacin un espectculo tan poco edificante como el de la colonia de desocupados y el peligro de una probable epidemia. 34 El Barrio de las Ranas se encontraba en los terrenos de la Quema de Parque de los Patricios, vecino a la actual cancha del club Huracn, y cercano a la actual Villa 21, en Barracas.

En esa ciudad inmensa que progresa desde hace treinta aos an quedan por hacer muchas cosas. El barrio ... llamado de las Ranas, es un vestigio persistente, tenaz, del Buenos Aires de antao. All, en medio de una triste llanura, ... la arquitectura de sus viviendas puede jactarse de originalidad: el estilo lata de petrleo. No se ven all ms que casas construidas con hojalata, cuyas paredes, tejados, puertas y columnas resplandecen al sol. El trust del Standard Oil, presidido por Mister Rockefeller ha proporcionado casi todos los materiales.38

mismos estaban, bsicamente, ubicados en la zona cntrica de Buenos Aires. Y sus habitantes debieron buscar nuevos espacios. La masividad adquirida por el proceso en la dcada de 1960, con el persistente deterioro de las ya decadentes economas regionales, acerc una nueva poblacin a la ya tradicional de estos espacios. Las condiciones de vida de sus habitantes eran muy precarias: gas en garrafas, colgados de la luz elctrica, carencia de aguas corrientes y cloacas, superficies de los terrenos muchas veces producto de rellenos de deshechos, zonas inundables a la menor precipitacin, calles de tierra, etc. Esta psima situacin se agrav durante la dcada del 90, con el incremento de la desocupacin y la disminucin de las posibilidades laborales de enormes cantidades de pobla-

De all la otra denominacin del barrio, de las Latas donde a fines del siglo XIX unas seiscientas , personas se ganaban la vida revolviendo las basuras y extrayendo aquello que pudiera seguir utilizndose, compitiendo con cerdos, perros, roedores y otras alimaas. Una parte de esa poblacin, empujada por las construcciones de las parrillas de vas de la Compaa General de Ferrocarriles de la Provincia de Buenos Aires, fue instalndose en un ranchero que se form en el baado ubicado detrs del cementerio de Flores. Las villas de emergencia que nada tienen de tales y s de permanentes , ms merecidamente llamadas villas miseria podran representar una manera de , apropiacin del espacio urbano concretada por los migrantes internos o de los pases limtrofes, en busca de una mejor calidad de vida que la abandonada en la tierra de origen. La creciente industrializacin de las grandes urbes influye en la aceleracin de esas migraciones. Como decamos, ya desde la dcada del 30 comenz a acrecentarse el fenmeno, al cual podra no ser ajena la paulatina desaparicin de los conventillos, al valorizarse la propiedad urbana. No olvidemos que los

El ncleo ms compacto de casas, si as podemos llamarlas, se ubic entre la prolongacin de las actuales calles Colonia y Zavaleta, muy prximo a la avenida Amancio Alcorta, aunque tambin podan encontrarse algunas desperdigadas por los alrededores. Se las construa directamente sobre el piso formado por las propias basuras con los materiales que all mismo se encontraban. 37

Dado que en esos tiempos el querosn y luego la nafta se importaban en latas de ms o menos veinte litros, stas se llenaban de barro y se utilizaban como paredes, mientras que con las mismas latas, cortadas y alisadas, cartones y arpillera se hacan los techos.

Villa Miseria en 1960.

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cin. Por otra parte, los bajos niveles de educacin y capacitacin, se reiteraron generacin tras generacin, ante la indiferencia de las autoridades; qued planteada as una problemtica difcil, que de una vez por todas deber ser asumida como tal, ofreciendo desde el Estado no la beneficencia ritual -y habitual-, del clientelismo, sino soluciones efectivas y dignas de seres humanos.

Los edificios de departamentosLos edificios de departamentos aparecieron cuando el desarrollo tecnolgico, junto a la subdivisin de la tierra, permitieron imaginar formas rentsticas mejores. Sin la aparicin del uso racional de la electricidad, el desarrollo del ascensor fue muy pobre (los hubo a fuerza humana), y es casi imprescindible cuando las construcciones superan los cinco o seis pisos. Otros ejemplos son la aparicin de materiales como los nuevos cementos, el uso de columnas y vigas de hierro, que tambin facilitaron la construccin y el vivir en altura. Los primeros edificios de departamentos en Buenos Aires se construan como casas de renta ya que la , inexistencia de normativa legal impeda la subdivisin en propiedades distintas. Primero fueron generadoras de ingresos muy importantes para sus dueos. Pero recin en la dcada de 1940 facilitaron el acceso a la vivienda propia a vastos ncleos de la clase media portea. Aparecieron entonces las leyes de propiedad horizontal que permitieron la subdivisin, adems de una ley de alquileres mucho ms beneficiosa para los inquilinos. Con el correr del siglo28

XX se ampli la importancia de los departamentos. Entre los ms caractersticos edificios de renta podemos nombrar varios destinados a la clase media alta, el Kavanagh (c.1934, arq. Snchez, Lagos y de la Torre) frente a la plaza San Martn, el Estrugamou (c. 1929, arq. Sauze y Huguier, en Esmeralda y Juncal) y la torre Mihanovich, (c. 1925, arq. Calvo, Jacobs y Gimnez), en la calle Arroyo, hoy devenido en hotel de una cadena internacional, o los algo anteriores de la Avenida de Mayo. Otros se destinaban a oficinas, como los que bordean la Diagonal Roque Senz Pea, como la torre de la Galera Gemes (1915, arq. Gianotti):

Casa colectiva ubicada en Caseros y 24 de Noviembre, c. 1920.

El edificio consta de tres subsuelos, un cuerpo de seis pisos y dos alas de ocho pisos ms en el centro del terreno. Una gran torre con un faro corona el frente sobre Florida ... Un gran arco marca la entrada al pasaje, de tres niveles, a lo largo del cual se distribuyen los locales. Dos grandes halls de distribucin alojan las circulaciones verticales. En los subsuelos se aloja un restaurant de lneas modernas, una sala de fiestas estilo Imperio y una hermosa sala de teatro. 39

Un tipo de vivienda que tuvo poca representacin en la ciudad era la propugnada por el arquitecto Fermn H. Beretervide, dos de cuyos ejemplos recordamos . La Mansin de Flores est edificada en la manzana comprendida por Caracas, Yerbal, Gaviln y las vas del ferrocarril. Este complejo habitacional... consta de cinco pabellones con ochenta y ocho departamentos... , adems de amplios jardines que los vinculan. Los fondos para la obra se obtuvieron mediante una colecta nacional patrocinada en 1921 por la Unin Popular Catlica Argentina. Se inaugur con la presencia del presidente Marcelo T. de Alvear. 40

Otro complejo de caractersitcas similares es el que Beretervide realiz, luego de ganar el correspondiente concurso, en el barrio de Chacarita. La piedra fundamental del hoy Barrio Parque Los Andes fue colocada el 17 de marzo de 1927 y su construccin es, tuvo a cargo de la Municipalidad en la manzana que rodean las calles Rodney, Concepcin Arenal, Guzmn y Leiva. En una superficie de 13.224,14 m2 se dispusieron doce edificios compuestos por una planta baja y tres pisos en alto... , con jardines, patios y veredas de comunicacin. 41 Este tipo de edificacin fue defendido por su autor en un trabajo que se public en 1934, bajo el ttulo de Por qu casas colectivas? en el que entre otros , conceptos enuncia que lo que falta no es dinero; lo que falta no son terrenos; lo que falta no es demanda; lo que nos falta, y en esto consiste el problema, es sentimiento de humanidad, es comprensin del dolor ajeno, es confianza en los que saben de esto, es voluntad de hacer. Enumera ventajas y desventajas de la vivienda individual y los edificios de departamen-

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calles cntricas hacia el norte (Florida, San Martn) y luego hacia el Retiro, Recoleta y desde principios del siglo XX, hacia la que hoy conocemos como Avenida del Libertador.

Como ya lo hemos dicho, este barrio del sur era el faubourg St. Germain de la capital portea, antes que lo fuera el de La Merced. 43

El Palacio Paz representa un momento sociocultural de gran intensidad entre 1880 y 1930, afirmacin de un mundo que necesitaba un nuevo programa de vida, una gran vida social y el querer ser en lo externo parte de una nueva imagen de la sociedad acorde al primer mundo de la poca... el cuidado y servicio del palacio estaba a cargo de ms de 50 personas... Las formas de vida se desarrollaban bajo un cuidado protocolo donde los ritmos estaban pensados y regulados de antemano.44

Palacio Ortz Basualdo

El modelo europeo influy marcadamente en la remodelacin de Buenos Aires hacia las dcadas finales del siglo XIX. Esto se reflej en los estilos de las casas, ya sean las imitaciones de palacios, ya en las construcciones industriales, en las plazas y parques y tambin en viviendas populares. tos tradicionales frente a las obras realizadas con criterios que contemplen amplias reas libres para jardines y juegos, adems de la posibilidad de adquisicin de cada departamento pagndolo totalmente en algunos aos tema que en esa poca, por la inexisten, cia de la ley de propiedad horizontal, se haca complicado. Beretervide fue tambin el autor del edificio del Hogar Obrero de Rivadavia y ngel Gimnez. 42 Surgieron construcciones impresionantes, en general de estilo francs, obra de arquitectos prestigiosos de la poca como Alejandro Christophersen (c.1909, Palacio Anchorena, de 8.100 m2, hoy Ministerio de Relaciones Exteriores, frente a la plaza San Martn), Louis Marie Sortais (c. 1914, Palacio Paz, 12.000 m2, enfrentado al anterior, hoy Crculo Militar y Museo de Armas de la Nacin), Julio Dormal (c.1918, palacio Pereda en la plaza Carlos Pellegrini, hoy Embajada del Brasil), arq. Pater (c.1913, palacio Ortz Basualdo, vecino al anterior, actual Embajada de Francia), y tantos otros como el palacio BoschAlvear (Avenida del Libertador frente al bosque de Palermo, hoy Embajada de Estados Unidos), palacio de Federico de Alvear (c.1920, en la misma arteria, Embajada de Italia), palacio Errzuriz-Alvear (c.1911, actual Museo Nacional de Arte Decorativo); estos edificios cumplieron su rol de residencias particulares por breves espacios de tiempo.

Sea el Anchorena, vendido en 1936 al Gobierno Nacional, sea el Paz, desde 1938 en las mismas manos, el de Federico de Alvear, vendido a la embajada italiana casi sin ser utilizado como vivienda por quien lo construy, dan la impresin que, o bien mantenerlos exceda las posibilidades reales de sus propietarios, o que meras especulaciones financieras motivaron tanto su construccin como su posterior y rpida venta. Altos funcionarios de los ferrocarriles y dems empresas inglesas, as como una importante parte de la comunidad alemana, solan elegir reas menos cntricas y ms tranquilas. Desde principios del siglo XX y hasta bien entrada su primera mitad, se instalaban en la zona del barrio de Belgrano, poblado de residencias hoy demolidas. En la actualidad se ha transformado en una de las zonas ms cotizadas de la ciudad y est ocupada por altas torres que le dieron una caracterstica diferente, an cuando en muchos lugares se han preservado las arboledas antiguas.

La vivienda de las clases altasLas clases ms beneficiadas por el comercio de importacin y exportacin o por el latifundio monoproductor, requeran terrenos ms amplios para edificar sus viviendas a la moda del momento, imitacin de los palacetes europeos. As, fueron abandonando los barrios del sur, dirigindose en primer trmino a las

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Aviso de remate de terrenos, 1886. (AIHCBA)

DESARROLLO INSTITUCIONALEl primer perodo que podemos limitar es el que nace con la ciudad y se prolonga hasta la creacin del Virreinato del Ro de la Plata en 1776, del que Buenos Aires ser capital, como lo fuera de la Gobernacin mientras dependa del Virreinato del Per. La enorme extensin del territorio abarcado por aquel Virreinato lo haca difcil de defender ante los presumibles ataques de Inglaterra o Portugal, que fund en 1680 la Colonia del Sacramento. De all que en 1776 se separaran las vastas zonas que comprenden Buenos Aires y los territorios de la Patagonia, Paraguay, Tucumn, Cuyo y el denominado Alto Per. Estas ltimas dependan de la Gobernacin de Chile... 45 Durante el perodo de las gobernaciones que sucedieron a la segunda fundacin, el desarrollo de la ciudad fue escaso, y sobrevivi gracias al contrabando que le impusieron las restricciones del rgimen vigente. Co30

mo vemos, el contrabando es previo al Virreinato, y una de las causas de su instalacin es justamente esta transgresin legal; adems exista la necesidad de Espaa de crear una organizacin superior a la anterior para oponerse a las intenciones invasivas de Portuga