cies (2001) resumen del libro blanco de la economía social en cataluña
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El objetivo principal del Libro Banco de la Economía Social en Cataluña fue construir una visión conjunta de los diferentes componentes de la Economía Social y visualizar su relevancia económica y social como sector empresarial creador de riqueza, puestos de trabajo y cohesión social. Los objetivos intermedios fueron: a) la elaboración de informes sectoriales, fundamentalmente a partir del criterio de forma jurídica y de rama de cooperativa, dichos informes han permitido obtener una fotografía actualizada de la realidad empresarial y social de la Economía Social en Cataluña; b) realizar un análisis del actual reconocimiento institucional de la Economía Social en Cataluña a partir del estudio específico de la normativa jurídica que hace referencia explícita a la Economía Social o a algunos de sus componentes; c) analizar el nivel de reconocimiento científico de la Economía Social en las universidades catalanas; d) evaluar la visualización mediática de la Economía Social en los medios de comunicación; e) conocer la importancia económica de la Economía Social dentro de la economía catalana y f) elaborar propuestas con el objetivo de potenciar el nivel de desarrollo de la Economía Social en la sociedad catalana.TRANSCRIPT
RESUMEN DEL LIBRO BLANCO DE LA ECONOMÍA SOCIAL
EN CATALUÑA
Por Dra. Isabel Vidal,
Directora del proyecto y Presidenta del Centro de Investigación de Economía y
Sociedad, CIES,
Universidad de Barcelona, Barcelona 2001
Libro Blanco de la Economía Social en Cataluña
Centro de Iniciativas de la Economía Social – www.grupcies.com
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Introducción
En el curso del año 2001 el Centro Investigación Ciudadanía y Sociedad Civil
(CISC) de la Universidad de Barcelona, con el soporte técnico del Centro de Iniciativas
de la Economía Social (CIES), elaboró el Libro Blanco de la Economía Social en
Cataluña. Es un informe realizado por encargo de la Consejería de Trabajo de la
Generalidad de Cataluña. Escrito en lengua catalana, se puede acceder a todo su
contenido en la dirección electrónica www.gencat.es/treball/. Por su interés se ha
considerado oportuno realizar este resumen en lengua castellana.
El objetivo principal del Libro Banco de la Economía Social en Cataluña fue
construir una visión conjunta de los diferentes componentes de la Economía Social y
visualizar su relevancia económica y social como sector empresarial creador de riqueza,
puestos de trabajo y cohesión social. Los objetivos intermedios fueron: a) la elaboración
de informes sectoriales, fundamentalmente a partir del criterio de forma jurídica y de
rama de cooperativa, dichos informes han permitido obtener una fotografía actualizada
de la realidad empresarial y social de la Economía Social en Cataluña; b) realizar un
análisis del actual reconocimiento institucional de la Economía Social en Cataluña a
partir del estudio específico de la normativa jurídica que hace referencia explícita a la
Economía Social o a algunos de sus componentes; c) analizar el nivel de
reconocimiento científico de la Economía Social en las universidades catalanas; d)
evaluar la visualización mediática de la Economía Social en los medios de
comunicación; e) conocer la importancia económica de la Economía Social dentro de la
economía catalana y f) elaborar propuestas con el objetivo de potenciar el nivel de
desarrollo de la Economía Social en la sociedad catalana
Metodología de trabajo
En la realización de este informe se han utilizado tres metodologías de trabajo
distintas. En primer lugar, la consulta de fuentes estadísticas y registrales. En segundo
lugar, la realización de trabajo empírico, en concreto, la construcción de una central de
balances a partir de los balances y cuentas de explotación facilitados por las empresas.
Para ello se solicitó la colaboración de todas las ramas del cooperativismo, de las
fundaciones y de las asociaciones. Se firmó un convenio de colaboración con todas las
federaciones de representación de los diferentes componentes de la Economía Social
que quisieron participar en la realización de este informe. Las federaciones fueron las
responsables de recopilar la información económica-financiera de las empresas y
hacerla llegar al equipo de trabajo. La tercera metodología de trabajo fue recoger la
opinión del sector a partir de convocatorias de seminarios. Una vez escrito el capítulo
correspondiente a cada rama del cooperativismo o a otra fórmula jurídica se convocaba
un seminario para discutir el texto provisional y posteriormente escribir la versión
definitiva recogiendo los comentarios de los actores. Se realizaron 13 seminarios de
trabajo, en cada uno de ellos participaron los empresarios de la Economía Social del
sector de actividad correspondiente, sus representantes políticos, los agentes sociales, en
concreto representantes de los dos principales sindicatos de ámbito estatal, y expertos
en el tema. En total unas 325 personas participaron en alguno de estos seminarios de
trabajo.
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El equipo de trabajo ha estado configurado por 21 personas entre autores y
colaboradores. Han intervenido aquellas personas que por su trayectoria de
investigación o por su actividad profesional han desarrollado un cierto interés y
sensibilidad por este perfil de empresa.
Contenido del Informe
El Informe se inicia planteando qué se debe entender por Economía Social. Para
ello se convoca a todos los presidentes de federaciones y organizaciones de
representación de cooperativas, fundaciones, asociaciones, mutuas y sociedades
laborales al primer seminario de trabajo. En dicha reunión de trabajo se consensua una
definición de Economía Social independientemente de su fórmula jurídica. Se asume
que para que una iniciativa pertenezca a la Economía Social debe cumplir parcial o
totalmente alguna de las dos series de garantías en relación a sus aspectos económicos y
sociales, que se presentan a continuación.
En relación al aspecto económico, cinco características identifican la dinámica
empresarial:
1.- Actividad económica continua de bienes o venta de servicios
Las empresas de la Economía Social están directamente implicadas a la
producción de bienes o servicios de manera continuada y como una de las razones
principales de su existencia.
2.- Alto nivel de autonomía
Las empresas de la Economía Social son creadas voluntariamente por un grupo
de personas que las dirigen en un proyecto autónomo. Por consiguiente, son empresas
que pueden depender de las subvenciones públicas pero no están gestionadas, directa o
indirectamente, por las instituciones públicas o por otras instituciones (federaciones,
empresas privadas...) y tienen capacidad propia para tomar la decisión de cerrar la
empresa.
3.- Nivel de riesgo significativo
El grupo promotor que constituye una empresa de la Economía Social asume,
total o parcialmente, el riesgo de la iniciativa. La viabilidad financiera depende del
esfuerzo de sus miembros y trabajadores para garantizar recursos suficientes.
4.- Un mínimo de trabajo pagado
Las organizaciones de la Economía Social combinan los recursos monetarios
con los recursos no monetarios, voluntarios y trabajadores que reciben un salario.
Señalar, sin embargo, que la actividad desarrollada por las empresas de la Economía
Social requiere de un nivel mínimo de trabajadores.
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5.- Una orientación al mercado
Significa que una parte importante o creciente de los ingresos de la empresa
procede del mercado (venta de bienes o servicios directamente al usuario) o de las
transacciones contractuales con las administraciones públicas.
En referencia al aspecto social, se aceptaron cinco garantías:
1.- Un objetivo explícito de beneficio a la comunidad
Uno de los principales objetivos de las empresas de la Economía Social es servir
a la comunidad o a un grupo específico de personas. En este sentido, una de las
características de las empresas de la Economía Social es el deseo de promover un
sentido de responsabilidad social desde un punto de vista local.
2.- Una iniciativa procedente de un grupo de ciudadanos
Las empresas de la Economía Social son el resultado de dinámicas colectivas de
personas que pertenecen a una comunidad o de personas que participan de ciertas
necesidades o objetivos y que han de mantener en un sentido u otro.
3.- El poder no se basa en la propiedad del capital
En general, significa el principio de “una persona, un voto” o, al menos, que el
derecho a voto no depende de la participación en el capital social de la empresa. La
propiedad del capital es importante, pero en la toma de decisiones participan todos los
colectivos y grupos de interés que configura la empresa: accionistas, trabajadores,
usuarios, consumidores, clientes, etc.
4.- Naturaleza de la participación, que implica a las personas afectadas por la
actividad
La representación y la participación de los clientes / consumidores en el consejo
de dirección y una gestión democrática son peculiaridades importantes de las empresas
sociales. En la mayoría de los casos uno de los objetivos de las empresas de la
Economía Social es profundizar en la democracia desde un punto de vista local a través
de la actividad económica.
5. Distribución limitada de beneficios
Las empresas de la Economía Social no sólo incluyen organizaciones que tienen
como característica la limitación de la no distribución de beneficios, sino también
incluye organizaciones que pueden distribuir beneficios sólo hasta un determinado
límite, o organizaciones cuyos estatutos les impiden tener un comportamiento de
maximización de beneficios.
En general, el término Economía Social sugiere un conjunto de empresas que
compaginan una orientación empresarial hacia el mercado y financiación por ventas con
tareas y orientaciones sociales. Este conjunto de organizaciones empresariales también
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puede recibir el nombre de “empresas sociales”. Las características anunciadas pueden
servir para diferenciar el “núcleo” de la “periferia”. Sin embargo, no todas las empresas
que pertenecen al sector de la Economía Social cumplen con todos los requisitos de esta
definición.
La idea central de este informe es constatar que en la economía de mercado hay
empresas que actúan con objetivos diferentes a los de la simple maximización de
beneficios monetarios. Las formas jurídicas más frecuentes que utilizan las empresas de
la Economía Social en Cataluña son las mutuas, cooperativas, sociedades laborales,
fundaciones y asociaciones. Este Informe apuesta por identificar Economía Social con
Tercer Sector y con Tercer Sistema. Considera que los tres términos expresan alianzas
estratégicas entre diferentes formas jurídicas e insta a los actores políticos,
representantes de estas diferentes expresiones jurídicas, que opten por una única marca
de identificación.
Mutuas
El mutualismo entendido como una forma de previsión social surge del deseo de
un grupo de personas de poner en común sus fuerzas con el objetivo de hacer frente a
los riesgos sociales; nace y se desarrolla ante la actitud pasiva de un Estado frente a los
infortunios que padece la clase trabajadora. Basándose en la idea de solidaridad, que
rige y está presente en el concepto de ayuda mutua, se crearon entidades sin ánimo de
lucro, constituidas libremente por personas y que inspiradas en la solidaridad de sus
miembros, que se manifiesta mediante la aportación de una contribución periódica,
generalmente en forma de cuota social, pretenden contribuir al bienestar de sus
miembros. Otras expresiones como cofradías, hermandades y montes de piedad se
basan, aún hoy, en los principios del mutualismo que se encuentra en las mutuas de
previsión social y en las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
La Revolución Industrial, conjuntamente con el abandono de las teorías y
principios del liberalismo político y económico, modificaron rápidamente el panorama
de la previsión social en España en el momento que el Estado empieza a asumir un
papel activo en relación con el fomento y desarrollo del mecanismo de protección
social.
Entre las diferentes entidades de carácter mutualista que se establecieron a partir
de la segunda mitad del siglo XIX y durante el siglo XX, las entidades que más
proyección tuvieron fueron los montes de piedad, las mutalidades de previsión social,
las mutualidades laborales y las de accidente de trabajo y enfermedades profesionales.
Las mutualidades de previsión social se configuran como asociaciones de
carácter personalista que se rigen por la ausencia de ánimo de lucro y donde sus
miembros tienen los mismos derechos políticos y de participación con independencia de
las aportaciones que realicen, asumen a la vez la condición de asegurador y asegurado, y
disponen de una importante facultad de autogestión. Son entidades que actúan en el
ámbito asegurador, especialmente ante de riesgos personales y desarrollan un papel
alternativo o complementario del sistema público de protección social.
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Las mutuas de accidente de trabajo y enfermedades profesionales se consideran
asociaciones sin ánimo de lucro dirigidas por empresarios que asumen una
responsabilidad mancomunada y con el objetivo principal de colaborar con la Seguridad
Social, sin perjuicio de la realización de otras prestaciones, servicios y otras actividades
que sean legalmente atribuidas.
Cooperativas
Cooperativas agrarias
Las cooperativas agrarias son a la vez sociedades de personas y empresas. Los
agricultores y ganaderos se agrupan voluntariamente en cooperativas, que son la
prolongación de sus explotaciones, en el sentido que les permiten gestionar en común
sus inputs de producción, maquinaria, transformación de su producto e incrementar el
valor añadido de su producción con el objetivo de optimizar los ingresos de los socios.
A 31 de diciembre del año 2000 el número de cooperativas agrarias registradas
en Cataluña es de 650. De las cuales 350 son cooperativas con base social real, unas 100
son de tipo instrumental, que en muchos casos tienen carácter familiar y unas 200 no
están en actividad, aunque estén registradas.
De 451 cooperativas, 433 son de primer grado y las 18 restantes de segundo
grado. El número de productores totales es de 74.431, de forma que representan
prácticamente la totalidad de las 77.860 explotaciones contabilizadas en el censo agrario
de 1999. Por ámbito territorial de actuación, el 70,9% de las cooperativas son locales, el
25,9% comarcales y el 3,2% son de ámbito regional. En general se observa que
predomina el modelo de cooperativa de dimensiones reducidas. La Federación de
Cooperativas Agrarias de Cataluña estima que las 350 cooperativas que tienen una base
social se encuentran, casi todas, integradas en al menos una de las estructuras de
segundo grado y que las estructuras de segundo grado son básicamente estructuras
comerciales. Las cooperativas agrarias se concentran en las demarcaciones territoriales
de Lérida y Tarragona.
Las cooperativas actúan principalmente como “central de ventas” o “central de
compras”, aunque algunas realizan también actividades de mayor valor añadido. De una
muestra de 433 cooperativas agrícolas, el 18 % realizan actividades de molturación y
elaboración de aceite. Agrupan a un total de 12.503 agricultores (12,5 % del total de la
muestra). Son cooperativas de dimensión mediana, la media de socios es de 162
miembros. Otra actividad que concentra un número importante de cooperativas es el
vino. La actividad cooperativizada principal consiste en el almacenamiento y la primera
prensada de uva que lleva el socio a la cooperativa. La actividad del vino agrupa el 15,5
% de las cooperativas de la muestra con 9.361 productores de uva (9,3 % de los socios
de la muestra). Cada cooperativa tiene una dimensión media de 140 socios y sólo hay
una estructura de segundo grado que agrupa a 17 cooperativas. Otra actividad con un
número importante de cooperativas es la fruta. En 1997 existían 52 cooperativas cuya
actividad principal era el almacenamiento y comercialización de la fruta. Este
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cooperativismo agrupaba 4.344 productores de frutas y las cooperativas tenían una
media de 84 socios. Al ser estructuras de dimensión reducida deben trabajar en red,
como consecuencia se detectaron tres estructuras de segundo grado que en total
agrupaban a 11 cooperativas de primer grado.
En tanto que central de compras, el cooperativismo facilita los inputs a sus
miembros para la explotación de la tierra. En 1997 habían unas 43 cooperativas agrarias
cuya actividad era suministrar producto a sus socios. En conjunto agrupaban a 5.610
socios con una media de 130 socios por cooperativa y sólo se detectó una estructura de
segundo grado constituida por 17 cooperativas. La mayor dimensión de las cooperativas
de la muestra se observa en la producción de pienso. En 1997 se registraban 20
cooperativas que agrupaban 6.128 socios con una media de 306 miembros por
cooperativa. Se registró una estructura de segundo grado que agrupaba 15 cooperativas.
Si se centra la atención en el aspecto de la concentración empresarial, sobresalen
las cooperativas dedicadas a la producción de pienso animal, con 8 cooperativas que
agrupaban 28.263 socios. Significa una dimensión media de 3.533 personas. Destacar
que no se registró ninguna estructura de segundo grado en este ámbito de actuación
empresarial.
En referencia al cooperativismo productor de leche, está configurado por 13
cooperativas que representan 3.058 socios y cada cooperativa tiene una dimensión
media de 235 miembros. Es un tipo de cooperativismo medio-grande que no registra
ninguna estructura de segundo grado. La muestra incluye 20 cooperativas dedicadas a la
producción de cereales, que cuentan con una media de 130 socios. Destacar el hecho
que 12 de estas cooperativas trabajan de forma coordinada como resultado que son
miembros de un consorcio cooperativo de segundo grado. En el ámbito de los cítricos,
hay 4 cooperativas que agrupan un total de 344 socios. La dimensión mediana es de 86
socios por cooperativa. Cuadro 1. Cifras agregadas del cooperativismo agrario en Cataluña. 1999 y 2000 Número de cooperativas agrarias de primer grado en
funcionamiento
433 cooperativas
Número de cooperativas de segundo grado en funcionamiento 18 cooperativas
Número de cooperativas de primer grado con base social real 350 cooperativas
Total de trabajadores 8.118 personas
Socios de cooperativas agrarias 74.431 explotaciones agrícolas
Aportación monetaria de productos por socio 15.446 €
Facturación anual mediana por cooperativa 2.566.000 €
Facturación anual cooperativa pequeña 300.506 € - 601.012 €
Facturación anual cooperativa de dimensión mediana1 4.411.428 €
Facturación anual cooperativa de dimensión grande 9.015.182 €
Valor añadido por cooperativa2 194.126 €
Número mediano de socios por cooperativa 166 productores
Número mediano de trabajadores por cooperativa de dimensión
mediana
18 personas
Facturación anual total estimada del cooperativismo agrario 1.157 millones de €
Porcentaje de la producción agropecuaria en Cataluña 37 %
Valor añadido total
(valor añadido por cooperativa x 350 cooperativas con base
social)
68 millones de €
1 Este perfil de cooperativa es la que ha participado en el trabajo empírico de este estudio.
2 Media de valores centrales de la muestra.
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Fuente: Libro Blanco de la Economía Social
Las previsiones que realiza el Informe son que el cooperativismo agrario
continúe integrándose en estructuras de segundo grado y consolidando sus consorcios y
grupos empresariales. Se recomienda potenciar la formación, la integración y la
participación de los socios. En el presente, el socio se encuentra muy interrelacionado
con su propia cooperativa de primer grado, pero debe conseguir depositar su confianza
en las uniones necesarias y en las concentraciones de cooperativas en un ámbito
superior, comarcal o nacional.
Cooperativas de consumo
Las personas o colectivos que deciden voluntariamente asociarse y crear una
cooperativa de consumo son ciudadanos que quieren resolver colectivamente la
necesidad de adquirir bienes o servicios determinados. Crean una empresa a su servicio,
-cooperativa de consumidores-, y gestionan el propio consumo según sus preferencias y
en las condiciones que democráticamente establecen. Las cooperativas que operan en el
sector de la distribución de bienes funcionan generalmente mediante la compra al por
mayor con el objetivo que el socio consumidor pueda adquirir, a través de la
cooperativa, estos bienes en mejores condiciones de calidad y/o precio del que podría
conseguirlos en el sector privado tradicional. Esta fue la razón histórica del desarrollo
del cooperativismo en Europa a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
El cooperativismo de consumo conoció su época de mayor desarrollo económico
y social en el transcurso de la guerra civil española. En este contexto, el cooperativismo
adoptó formas de mutualismo y realizó una función de caja de resistencia. Además de
facilitar el consumo de bienes, procuró asistencia sanitaria a los asociados y
prestaciones por desocupación o enfermedad. A partir de los años cuarenta el
cooperativismo tradicional de consumo entró en una fase de retroceso como
consecuencia de la confiscación de su patrimonio y el cierre de numerosas cooperativas.
Pero en el transcurso de los años sesenta y principios de los años setenta en Cataluña
nacen nuevas experiencias que se basan en unas clases sociales diferentes y se amplía a
otros ámbitos de consumo como las cooperativas de distribución cultural o el
cooperativismo sanitario.
En el año 2000 en Cataluña hay 240 cooperativas de consumo registradas de las
cuales, según la Federación de Cooperativas de Consumidores y Usuarios de Cataluña,
sólo 80 están en activo y facturan por un valor de 211 millones de euros con un total de
553.780 socios y 2.050 trabajadores.
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Cuadro 2.- Cifras agregadas del cooperativismo de consumo en Cataluña. Año 2000.
Número de cooperativas de consumo en
funcionamiento
80
Socios cooperativas de consumo 553.780
Socios de consumo en tres cooperativas 491.948
% total de socios de consumo 89 %
Superficie 84.594 m2
Establecimientos 110 puntos de venta
% dos cooperativas 57 %
Facturación total 211 millones €
Facturación tres cooperativas 181 millones €
% total facturación 87 %
Valor añadido unitario3 194.127 €
Total trabajadores 1.500
Total trabajadores a dos cooperativas 1.106
Porcentaje total trabajadores 74 %
Valor añadido total
(Valor añadido unitario x total de empresas en
activo)
15.53 millones €
Fuente: Libro Blanco de la Economía Social
Destaca el hecho que tres cooperativas facturan el 87% de la facturación total de
cooperativismo de consumo en Cataluña. Estas tres cooperativas han incorporado la
figura del socio de trabajo, de manera que tanto consumidores como trabajadores
participan en la toma de decisiones.
Cooperativas de servicios y de transportes
Las cooperativas de servicios y de transportes son empresas que aglutinan
pequeños y medianos empresarios, profesionales, comerciantes, transportistas y
artesanos para potenciar conjuntamente unos servicios que les ayuden a mejorar la
gestión y la calidad de su actividad empresarial. Desde un punto de vista empresarial,
las cooperativas son centrales de compra al servicio de sus socios.
En Cataluña a 31 de diciembre del año 2000 se registraban 390 cooperativas.
Barcelona y su área de influencia concentraba 306 cooperativas. Este índice de
concentración se explica por el fenómeno de las economías de aglomeración y por la
misma configuración de la red de comunicaciones catalanas, las cuales se articulan a
partir del epicentro que es la ciudad de Barcelona. Del total de las 390 cooperativas de
servicios y de transportistas registradas, la Federación de Cooperativas de Servicios y
Transportistas tiene detectadas 243 de las cuales 96 son de transportes.
En 1999 el conjunto de las cooperativas de servicios y de transportistas facturó
3.185,36 millones de euros. En términos de ocupación, representaba un colectivo de
50.000 trabajadores y de 18.000 socios empresarios. Más de un 50% de estas
cooperativas registran un mínimo de 100 socios cada una y un nivel de distribución al
por mayor por un valor superior a los 6 millones de euros. 3 Media de valores centrales de la muestra.
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Cuadro 3. Cifras agregadas del cooperativismo de servicios y de transportistas. Año 2000.
Número de cooperativas de servicios y cooperativas
de transportistas
243
Servicios 147
Transportistas 96
Socios empresarios 18.000
Valor mediano de la compra que hace el socio a la
cooperativa
18.030 €
Facturación total 3.185’36 millones €
Facturación anual mediano por cooperativa4 12 millones €
Facturación anual cooperativa dimensión pequeña 901.518 €
Facturación anual cooperativa dimensión mediana 48 millones €
Facturación anual cooperativa dimensión grande + 90 millones €
Valor añadido Unitario 557.949 €
Total trabajadores 4.535
Número de trabajadores de media por cooperativa 18
Número de trabajadores cooperativa de dimensión
mediana
56
Valor añadido total
(Valor añadido unitario x total de empresas en
activo)
135 millones €
Fuente: Libro Blanco de la Economía Social en Cataluña
El informe considera que la viabilidad del trabajo autónomo y de la pequeña
iniciativa empresarial tiene más posibilidades de consolidarse si se encuentra
organizado en estructuras cooperativas de servicios. Sin embargo, detecta la poca
visibilidad y fuerte desconocimiento entre los ciudadanos catalanes de la existencia de
este perfil de trabajo en red a la vez que considera que es un instrumento estratégico de
consolidación de la iniciativa empresarial autónoma.
Cooperativismo de vivienda
Una cooperativa de vivienda es una asociación de personas que voluntariamente
se organizan con el objetivo de procurarse una vivienda, servicios o edificaciones
complementarias de forma exclusiva a sus asociados. Algunas cooperativas se
constituyen para rehabilitar viviendas. En la mayoría de los casos, la cooperativa
construye y a continuación se disuelve. Otras veces, la cooperativa continua y se
responsabiliza de la conservación y mantenimiento de espacios comunes.
Históricamente Cataluña cuenta con una interesante trayectoria de construcción
de vivienda en régimen cooperativo. Por ejemplo, Antonio Gaudí diseñó un complejo
cooperativo para la Cooperativa Obrera Mataronense el 1878, que en aquella época
facilitó la visión del cooperativismo como una de las soluciones más versátiles para
poder hacer frente al problema de la vivienda entre las clases trabajadoras. La expansión
de la vivienda cooperativa se produjo en el curso de los años veinte y treinta del siglo
XX. En el año 1935 en la ciudad de Barcelona se contabilizaban un total de 32
cooperativas de viviendas. Durante la posguerra, se debió esperar a la recuperación
4 Media del valor central de la muestra.
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económica de la segunda mitad de los años cincuenta para volver a documentar
viviendas cooperativas. En este contexto, las ideas sociales que surgen del catolicismo
ven en la cooperación un factor importante para solucionar el déficit de vivienda. Por
ejemplo, en Sant Boi del Llobregat, población cercana a Barcelona, se construye todo
un barrio que se denomina Ciudad Cooperativa entre 1963 y 1973. En este periodo
algunas cooperativas de consumo construyeron también viviendas para sus socios. Con
el inicio de la etapa democrática, aparece un nuevo actor como promotor de
cooperativas de viviendas: los sindicatos de clase. Las cooperativas promovidas por los
sindicatos procuran facilitar vivienda a sus afiliados.
A inicios del año 2001 había 60 cooperativas de viviendas registradas, de las
cuales la Federación de Cooperativas de Viviendas de Cataluña estima que cincuenta
desarrollan cierta actividad. En el periodo 1997-2000 el número de socios cooperativos
que anualmente esperaban la entrega de una vivienda era aproximadamente de 5.500
familias.
Cuadro 4. Cifras agregadas del cooperativismo de vivienda. 1999
Número de cooperativas de vivienda registradas el año 2000 600
Número de cooperativas en activo 50
Viviendas cooperativas construidas en el periodo 1990-1996 259.561 viviendas
% oferta total de viviendas 2 %
% oferta vivienda protegida 15 %
Valor añadido por cooperativa 178.272 €
Número de socios cooperativos anuales, es decir, que
esperan una vivienda
5.500
Transacciones financieras media anual por cooperativa 60 millones €
Inversión media por cooperativa anual 90 millones €
Financiación hipotecaria por cooperativa anual 96 millones €
Valor añadido total
(Valor añadido unitario x total de empresas en activo)
8.9 millones €
Fuente: Libro Blanco de la Economía Social en Cataluña
En la última década del siglo XX, el cooperativismo de vivienda se ha
especializado en la construcción de vivienda protegida y ha demostrado ser un
instrumento de colaboración con la gestión de la política de vivienda.
Cooperativas de enseñanza
Las cooperativas de enseñanza y escolares pueden ser de consumo, de trabajo
asociado o mixtas. Son cooperativas de consumo cuando sus socios miembros son
consumidores o beneficiarios del servicio educativo, -alumnos o padres. Son de trabajo
asociado cuando los socios son los maestros y mixtas cuando consumidores y
productores son miembros de los órganos de gobierno de la escuela.
Hay 235 cooperativas registradas que se encuentran prácticamente concentradas
en el área de influencia directa de la ciudad de Barcelona. Son escuelas concertadas y el
análisis económico financiero permite deducir que se trata de empresas no lucrativas
donde los maestros trabajan con sueldos muy ajustados.
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En este informe se entiende la escuela cooperativa como un instrumento
educativo para la transmisión de valores cooperativos, de gestión democrática, de
participación directa en los proyectos y de corresponsabilidad de los diferentes actores
que interactúan: alumnos, maestros y padres. Quizás uno de los principales puntos
débiles de la sociedad actual es la creencia fuertemente generalizada que servicio
público solo se puede proporcionar mediante la gestión pública directa y con demasiada
frecuencia se olvida la posibilidad de una gestión privada y democrática de los servicios
públicos. El informe permite entrever que quizás el cooperativismo de enseñanza en
Cataluña forma parte de la historia de la transición democrática de este país. En
definitiva, una rama del cooperativismo que su nacimiento y mayor desarrollo lo tuvo
en la época de la transición política en España.
Cooperativismo de trabajo asociado
El cooperativismo de trabajo asociado es la rama que asocia personas físicas que
mediante su trabajo se proponen ejercer alguna actividad económica o profesional para
terceros. Es una fórmula jurídica adecuada para aquellas personas que quieren trabajar
en su propia empresa y que desean que los conceptos de solidaridad y ayuda mutua
estén presentes en la gestión empresarial. A diciembre del año 2000 se contabilizaron
3.987 centros de producción con un total de 29.184 trabajadores en Cataluña.
Cuadro 5. Cifras agregadas del cooperativismo de trabajo asociado en Cataluña. Año 2000
Número de cooperativas de trabajo asociado en activo
4.000
Total de trabajadores y socios de trabajo
30.000
Prototipos de empresa que han participado en el análisis
económico financiero
Dos perfiles de empresa:
a) Perfil empresarial de una cooperativa de trabajo
asociado de excelencia
Facturación media 5
Valor añadido por empresa cooperativa de excelencia
Ventas por trabajador
Número medio de trabajadores
5 millones €
1.2 millones €
177.899 €
29 personas
b) Perfil empresarial más frecuente de una cooperativa
5 Según información económico financiera facilitada por la Federación de Cooperativas de Trabajo de
Cataluña en relación con cooperativas miembros de esta federación. No es un prototipo representativo. La
Federación escogió un grupo de empresas de excelencia que no representan el perfil de empresa
cooperativa media. En consecuencia, para calcular el valor añadido que aporta el cooperativismo de
trabajo asociado, este informe trabaja con la información económica que se encuentra en el apartado b) de
este cuadro. Además, hace falta reconocer que el valor añadido que se obtiene es excesivo, pero se
mantiene, ya que compensa los menores valores añadidos que se asignan a otras expresiones o que
simplemente no se pueden tener en cuenta al no disponer de la información que debe permitir el cálculo.
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de trabajo asociado, según la central de balances.
Facturación media
Valor añadido
Ventas por trabajador
Número medio de trabajadores
1.5 millones €
756.000 €
68.520 €
21
Valor añadido total
(Valor añadido unitario perfil b) x total de empresas en activo)
3023 millones €
Fuente: Libro Blanco de la Economía Social en Cataluña, 2001
Las cooperativas de trabajo asociado forman parte del movimiento de
microempresa que vigoriza el tejido productivo del país. Actúan en todos los
subsectores de actividad económica industrial y de servicios y actualmente muestran un
comportamiento activo y emprendedor en las actividades relacionadas con los nuevos
yacimientos de ocupación. Son empresas orientadas al mercado, que no reciben ayuda
pública directa que incida de forma destacable. Gestionan su crecimiento empresarial
con escasa dependencia de la financiación externa como resultado de la reinversión de
todos los beneficios empresariales y la utilización de los ahorros familiares de sus
miembros para la capitalización y consolidación empresarial de la cooperativa. Son
empresas intensivas en trabajo: la partida más notable de los gastos son el conjunto de
los costes laborales.
Son empresas que crean puestos de trabajo estables y riqueza en cualquiera de
las coyunturas económicas, incluso y, sobretodo, en épocas de recesión de la actividad
económica.
Sociedades laborales
Las sociedades laborales son, juntamente con las cooperativas de trabajo
asociado, las dos formas jurídicas que permiten el trabajo asociado: al no producirse la
disociación clásica entre capital y trabajo, permiten que los socios sean a la vez
trabajadores de la sociedad.
La Ley 4/1997, de 24 de marzo, de sociedades laborales tiene la finalidad, según
indica la exposición de motivos, de “conseguir nuevos métodos de creación de empleo,
fomentando, a la vez, la participación de los trabajadores en la empresa”. La sociedad
laboral se regula por primera vez en 1986 y puede considerarse que es un producto
genuinamente español. No existe en ninguna otra legislación de los actuales países
miembros de la Unión Europea. La ley vigente de sociedades laborales establece la
posibilidad de la existencia de sociedades limitadas laborales, ya que la sociedad laboral
se puede configurar indistintamente como un tipo de sociedad anónima o limitada.
Entre 1986 y 2000 se registraron un total de 26.854 sociedades laborales. A
diciembre del 2000 había en funcionamiento 11.935 sociedades laborales en España.
Representa un índice de supervivencia del 45 %. Son empresas que se han consolidado
en el actual sistema de mercado. Los 1.577 centros de producción de Cataluña que
cotizan a la Seguridad Social tienen dados de alta 9.640 trabajadores. El área de
Barcelona concentra el 82% de los centros de producción y el 88,6% de la ocupación
catalana de las sociedades laborales.
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Cuadro 6. Cifras agregadas de las sociedades laborales en Catalunya. Año 2000
Número de sociedades laborales en activo 1.577
Total de trabajadores y socios de trabajo 9.640 personas
Prototipo de empresa que ha participado en el
análisis económico-financiero de este informe
Facturación media6 1.21 millones €
Ventas por trabajadores 88.350 €
Valor añadido por empresa7 567.686 €
Número de trabajadores por empresa 14
Valor añadido total
(Valor añadido unitario x total de empresas en
activo)
89.53 millones €
Fuente: Libro Blanco de la Economía Social en Cataluña. 2001
Las sociedades laborales son, sobretodo, pequeñas empresas y microempresas.
En sus documentos económicos-financieros, el gasto principal hace referencia al
conjunto de costes laborales. Trabajan sin una ayuda pública directa apreciable. Son
empresas con un nivel de capitalización aceptable, creciente y de una escasa
dependencia de la financiación externa, que en buena medida procede de los propios
socios trabajadores o socios capitalistas pero a través de la vinculación financiera con
alguno de los socios trabajadores. El total de beneficios se reinvierte. Muestran una
gestión basada en criterios de prudencia. En conjunto la situación financiera está
saneada, las empresas son rentables, crean puestos de trabajo y cuentan con un activo
que está bien correlacionado con la estructura financiera. Las sociedades laborales crean
puestos de trabajo estable en cualquiera de los sectores económicos y en cualquier
coyuntura económica. La característica de empresa pequeña les permite cubrir los
vacíos intersectoriales del tejido productivo, principalmente en los mercados
industriales y de servicios, de manera que globalmente éstos incrementa su cohesión, su
competitividad y su eficiencia.
Fundaciones
La fundación es una persona jurídica sin ánimo de lucro. Nace cuando una o
diversas personas físicas o jurídicas afectan un patrimonio para la realización de
finalidades de interés general que ha de beneficiar a colectivos genéricos de personas. El
aspecto básico de la fundación es que su patrimonio se destina a una finalidad de interés
general.
En el Registro de Fundaciones de la Consejería de Justicia de Cataluña habían
1489 fundaciones inscritas en el año 2000. El 48 % corresponden a fundaciones
culturales, el 35 % a fundaciones asistenciales, a las fundaciones docentes el 13% y a
las científicas el 4 % del total. El fenómeno fundacional irrumpe en Cataluña en la
década de los años noventa del siglo XX : durante este decenio se realizaron 991
6 Según información económico financiera facilitada por la Federación de Sociedades Laborales de
Cataluña (FESALC). 7 Media de valores centrales de la muestra.
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inscripciones, el 66% del total de fundaciones inscritas en el año 2000. El fenómeno
fundacional toma un carácter eminentemente urbano: tres de cada cuatro fundaciones
catalanas se ubican en el área metropolitana de Barcelona.
Estas entidades son fundaciones que prestan directamente servicios; es lo que se
denomina en terminología inglesa “operating foundation” para diferenciarlas de las
fundaciones que realizan actividades de patrocinio o foundraising. Es importante
señalar este tema ya que en principio la fundación americana es un instrumento
principalmente de foundrasing. Contrariamente, en Cataluña y en España en general,
las fundaciones se pueden asimilar perfectamente a una empresa que presta servicios. Se
constató un elevado grado de concentración empresarial, medido en términos de
volumen presupuestario: las 10 fundaciones más grandes de una muestra de 422
gestionan el 66% del total de los presupuestos del conjunto de la muestra. La mayor
parte de los recursos son absorbidos por las fundaciones hospitalarias (28,5%) y por las
escuelas y colegios privados con fórmula jurídica fundación (23,8%). La diferencia es
que las fundaciones hospitalarias son 37 y las fundaciones dedicadas a actividades de
docencia son 191. Las fundaciones que actúan en el sector de prestaciones de servicios
sociales a las personas gestionan el 20% del total pero registran un fuerte crecimiento
empresarial. La dimensión media de una fundación hospitalaria es de 9 millones de €.
La fundación cultural gestiona una media de 660.000 €. La dimensión media de una
fundación de investigación es de 1,6 millones de €. Si no se toma en consideración el
sector de la salud, la dimensión media de una fundación es de 1,23 millones de €.
Cuadro 7. Cifras agregadas de las fundaciones asistenciales. Años 1999
8 y 2000
Número de fundaciones asistenciales 525
Total trabajadores 17.325 personas
Número de colaboradores por fundación 97
Número de trabajadores por fundación 33
Número de voluntarios por fundación 52
Ingresos por fundación 655.103 €
% ventas 55 %
% aportaciones usuarios 3.4 %
% donaciones 12.75 %
% subvenciones 28.85 %
Valor añadido unitario 537.905 €
Valor añadido total
(Valor añadido unitario x total de empresas en
activo)
282.48 millones €
Fuente: II Directorio de las Fundaciones Catalanas, 2001 y Libro Blanco de la Economía Social, 2001
Responsabilidad social y fundaciones de empresas
Cada vez es más importante el número de empresas que fomentan sus estrategias
de responsabilidad social como respuesta a diversas presiones sociales,
medioambientales y económicas. Su objetivo es transmitir una señal a los interlocutores
8 Información elaborada a partir del Directorio de les Fundaciones Catalanas, 2001.
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con los cuales interactúa: trabajadores, accionistas, consumidores, administraciones
públicas, entidades sociales...
Este comportamiento está en consonancia con el mensaje básico de la estrategia
de desarrollo sostenible para Europa acordado en el Consejo Europeo de Gotenburg en
junio del año 2001: a largo plazo, el crecimiento económico, la cohesión social y la
protección medioambiental deben avanzar en paralelo. Las empresas empiezan a
descubrir que la responsabilidad social puede tener un valor económico directo.
Empiezan a entender que la estrategia de toda empresa tiene que ser la de maximización
de beneficios a largo plazo, interiorizando todas las externalidades negativas que genere
su actividad.
Este informe destina un capítulo a evaluar el grado de responsabilidad social de
la empresa catalana en relación con la comunidad en la cual actúa a partir de conocer
sus prácticas de patrocinio. Señalar que las empresas pueden utilizar la fórmula de
fundación de empresa para desarrollar estas actividades de implicación directa con la
comunidad pero no es el mecanismo más frecuente. Además, Cataluña se caracteriza
por un predominio de las cajas de ahorro en el sector de la intermediación financiera.
Las cajas de ahorro son organizaciones no lucrativas; es decir, no pueden distribuir
beneficios y, después de destinar parte de los excedentes a la capitalización de la
entidad, el resto se canaliza a obra social. En los últimos años, algunas cajas de ahorros
han optado por construir una fundación como órgano responsable de la gestión de esta
obra social. Probablemente el perfil de fundaciones que gestionan obras sociales de las
cajas se encuentre en la frontera del concepto de Economía Social como consecuencia
que tienen su razón de ser por motivos legales y no por motivos voluntarios.
Paralelamente, no son organizaciones autónomas. Sin embargo, se han incorporado en
este estudio para cumplir con la voluntad de recoger todas las manifestaciones que no
forman parte del sector público ni de la empresa privada convencional.
En Cataluña hay treinta fundaciones de empresas que se han constituido en el
curso de los años noventa del siglo XX. Se trata de un fenómeno muy reciente.
La magnitud económica del patrocinio de empresa se encuentra en torno a los
270,5 millones € en toda España. Las aportaciones de las cajas con obra social propia o
en colaboración fue de unos 871,5 millones € en el año 2000 (un 26% del beneficio
después de impuestos). Esta cantidad es tres veces superior a la que destinan a
patrocinio el resto de las empresas en España. Los 871,5 millones de euros se
distribuyeron de la manera siguiente: la obra social realizada directamente por las cajas
representó el 70%, mientras que las colaboraciones y subvenciones a otras entidades
significó el 30% restante. En el año 2000 la obra social de las 10 cajas catalanas supuso
el 25% del total español. En la distribución por actividades, la obra social catalana
destinó a cultura el 51,7%, a asistencia el 30,4%, a docencia el 13% y a patrimonio el
4,9% de su presupuesto. La obra social de La Caixa concentró el 70% de la obra social
del conjunto de las cajas catalanas.
Asociaciones
La asociación es la fórmula jurídica por excelencia que cumple con los
requisitos de democracia y entidad no lucrativa. En el curso de los últimos 25 años, el
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asociacionismo se ha convertido en un elemento importante de la estructuración de la
sociedad civil catalana. Ha ido incidiendo en las nuevas problemáticas que se han
generado en la sociedad. En este aspecto, el asociacionismo ejecuta una tarea pionera e
innovadora ya que se avanza y da respuesta a las nuevas demandas insatisfechas que
surgen en la sociedad a medida que evoluciona.
El asociacionismo ha desarrollado diferentes modalidades. Durante los años
cincuenta y hasta bien entrado los años sesenta, la modalidad de asociacionismo
dominante fue la resistencia al mantenimiento de los valores catalanes, a la defensa de
la lengua y de la cultura. A finales de los años sesenta, se desarrolla con fuerza un
nuevo modelo asociativo que tiene como referente prioritario el territorio. Se trata de las
asociaciones de vecinos. A partir de los años ochenta el asociacionismo se diversifica,
se sectorializa y alcanza un nivel de desarrollo hasta aquel momento desconocido. Se
pasa de la creación de 200 asociaciones anuales en el año 1975 a más de 1000 sólo
cuatro años más tarde. A finales de los setenta y principios de los ochenta coincide con
el fuerte desarrollo de la cooperación internacional.
El número de entidades asociativas registradas en Cataluña era de 35.819 a
diciembre del año 2000. Sólo en este año se inscribieron más de 1.957 asociaciones.
Una de las principales novedades de estos últimos 25 años es el componente
empresarial que han desarrollado las asociaciones. Hasta los años setenta estas
organizaciones realizaban fundamentalmente funciones de defensa de los intereses de
los diferentes grupos de ciudadanos. Posteriormente, estas asociaciones han
desarrollado una actividad empresarial en los ámbitos relacionados con la prestación de
servicios a las personas con una orientación de mercado, tanto público como privado.
Cuadro 8. Cifras agregadas de las asociaciones beneficioasistenciales. Año 1999
Número de asociaciones 1.800
Número de trabajadores total 158.400
Número de trabajadores por asociación 88
Número de socios por asociación 3.865
Número de voluntarios por asociación 9.975
Ingresos unitarios 1.99 millones €
% ventas tanto al sector privado como al sector
público
51.0 %
% subvenciones públicas 32.5 %
% donaciones 12 %
% aportación usuario 4.5 %
Valor añadido unitario 1.63 millones €
Valor añadido total
(Valor añadido unitario x total de empresas en
activo)
2.933 millones €
Font: II Directori de les Fundacions Catalanes, 2001, i Libro Blanco de la Economia Socialen Catalunya,
2001
Existen asociaciones de carácter educativo que desarrollan su actividad e el
espacio social que constituye el “tiempo libre”. Con inspiraciones ideológicas diversas,
buscan prolongar fuera de las fronteras institucionales la influencia estructuradora de la
escuela, de la familia, de la iglesia o de la empresa con una finalidad social. Son
organizaciones que han despertado el interés de las administraciones públicas
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territoriales como consecuencia de su capacidad potencial en creación de empleo y los
niveles de facturación que empiezan a generar.
Aportación de la economía social a la economía catalana
Analizada la realidad económica y social de las diferentes expresiones formales
de la Economía Social, el informe se atreve a cuantificar la importancia económica y de
creación de empleo en el contexto de la economía catalana. Considera que las empresas
de la Economía Social representan entre el 5 % y el 7% del PIB de la economía catalana
y entre el 6,7% y el 8,4 % del valor añadido que aportó el sector servicios a la economía
catalana en el año 2000. El valor que aportan las entidades sin ánimo de lucro,-
asociaciones y fundaciones-, representa el 45% del valor añadido procedente de la
Economía Social. Cooperativas de trabajo asociado y sociedades laborales aportarían el
45% y el resto de las ramas de cooperativas el 5%. Esta distribución del valor aportado
por fórmula jurídica explica el fuerte interés que las asociaciones y fundaciones han
despertado en los últimos diez años. Si durante el curso de los años ochenta las
cooperativas de trabajo asociado y las sociedades laborales captaron la atención de las
autoridades públicas por su capacidad de crear empleo incluso en momentos
económicos adversos, en la década de los años noventa del siglo XX la atención se ha
desplazado hacia las asociaciones y fundaciones que han desarrollado una actividad
empresarial innovadora en la prestación de servicios sociales a las personas. Las
previsiones para los próximos años son que las cooperativas de trabajo asociado,
conjuntamente con las asociaciones, fundaciones y sociedades laborales incrementen su
presencia empresarial y su cuota de mercado en el sector de los servicios a la
comunidad.
Las cooperativas agrarias y las de servicios aportan un valor añadido
relativamente pequeño pero desempeñan un papel estratégico muy importante ya que
dan soporte técnico a una base social amplia fundamentada en la pequeña explotación y
el negocio familiar, elementos primarios del tejido productivo catalán. El informe
considera que este tipo de cooperativismo de soporte al trabajo autónomo y al trabajo
familiar es un perfil de cooperativismo que debería replantearse, también para dar
soporte a aquellas minúsculas empresas en forma de cooperativa de trabajo asociado,
asociaciones, fundaciones que prestan servicios o sociedades laborales. Deberían ser el
alma de lo que también se conoce por “consorcios”: estructuras de segundo grado que
deberían dar el apoyo técnico y profesional que debe facilitar la consolidación
empresarial del conjunto de expresiones empresariales que han nacido en el seno de la
Economía Social en el curso de los últimos veinticinco años.
En términos de ocupación, el informe considera que la Economía Social aportó
entre 250.000 y 300.000 puestos de trabajo. En términos porcentuales significa entre el
10% y el 12% de la ocupación catalana en el año 2000. Si lo comparamos por sectores
de actividad económica, se constata que la Economía Social dispone 4 veces más de
empleo que el sector agrícola y un 38% más de empleo que el sector de la construcción.
Representa entre el 36% y el 43% de los puestos de trabajo del sector industria y entre
el 16% y el 19% de los puestos de trabajo del sector servicios en Cataluña.
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Se enfatiza que mientras no hay perspectivas de crecimiento importante de la
ocupación en el sector agrario, industria y construcción, en el caso de la Economía
Social las perspectivas de creación de empleo son importantes ya que sus empresas se
encuentran preferentemente ubicadas en lo que se ha venido denominando yacimientos
de empleo y dentro de estos los que son más intensivos en trabajo. Se señala, también,
que mientras la agricultura y la industria pueden continuar aumentando su aportación al
valor añadido bruto y al mismo tiempo reducir o mantener los puestos de trabajo
creados, ya que el crecimiento empresarial se realiza preferentemente por la vía de
incrementos de la productividad, en el caso de las empresas de a Economía Social y,
sobretodo, las que actúan en el ámbito de la prestación de servicios a las personas,
afrontan el crecimiento empresarial preferentemente a través de la contratación de
nuevo personal. En el supuesto que contabilizáramos el trabajo voluntario que atrae este
perfil de organizaciones, podríamos incluso llegar a contabilizar crecimientos negativos
en la evolución de la productividad de estas organizaciones.
El informe muestra que, aunque las asociaciones son la expresión jurídica que
más atrae al recursos productivo “voluntario”, es el perfil de organización que más
empleo crea: se calcula que entorno al 60% del empleo de la Economía Social se
encuentra en el sector asociativo. Sin embargo, se constata que las posibilidades de
continuar siendo grandes generadoras de empleo depende del entorno institucional. La
normativa vigente no fomenta la forma jurídica de asociación como empresa social.
Este informe aboga por facilitar desde el ámbito institucional la posibilidad que la
asociación pueda actuar como empresa orientada al mercado tal como sucede en otros
países como Francia y Bélgica.
El informe concluye con un capítulo de recomendaciones dirigidas al propio
sector y a los diferentes niveles de administraciones públicas. La principal
recomendación es la necesidad de la visualización de este sector. Las cifras que se han
aportado muestran que es un sector lo suficientemente importante como para ser mejor
conocido por los ciudadanos, agentes sociales y responsables públicos. Se solicita un
esfuerzo de todas las partes para incrementar el conocimiento de este sector. Otra de las
grandes recomendaciones es la necesidad de la profesionalización de las personas que
trabajan en el sector, sobretodo en el campo de las empresas que actúan en los
yacimientos más intensivos en empleo. Se considera que los promotores de estas
organizaciones han reflejado que son capaces de crear organizaciones orientadas al
mercado pero ahora el reto principal es mostrar que son capaces de gestionar su
crecimiento y consolidación empresarial. Por último, en el ámbito de la representación
política se propone que todas las familias que componen la Economía Social creen una
gran confederación de la empresa social que sea el órgano máximo de representación y
de defensa de los intereses del conjunto de organizaciones que se identifican con la
marca Economía Social.
Barcelona, abril del año 2002