ciencia y romanticismo

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NDICE

Presentacin .................................................................................................. Prlogo ......................................................................................................... PARTE I. El Romanticismo en su contexto 1 La motivacin romntica de algunos cientficos europeos a principios del siglo XIX JEAN DHOMBRES ................................................................................ 2 Filosofa de la naturaleza y ciencia: Schelling ANTONIO PREZ ................................................................................ 3 Ciencia, poesa, romanticismo NICOLE DHOMBRES ........................................................................... 4 El Romanticismo como programa cientfico. La protoastrofsica JAVIER ORDEZ ............................................................................... PARTE II. Romanticismo y vida 1 Las Controversias de Goethe y la formacin del carcter cientfico DENNIS SEPPER ................................................................................... 2 La fisiologa de Schopenhauer MARCO SEGALA ................................................................................. 3 Romanticismo y Ciencia: el Caso de Franz Anton Mesmer GEREON WOLTERS ..............................................................................

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ciencia y romanticismo 2002

PARTE III. Figuras sobre fondo romntico 1 Del Neohumanismo al organicismo: Gauss, Cantor y la matemtica pura JOS FERREIRS .................................................................................. 2 Figuras sobre un fondo romntico. Representantes de las ciencias fsicas en Gttingen en la dcada de 1790 JOHN L. HEILBRON ............................................................................. 3 Experimentos romnticos? El caso de la electricidad FRIEDRICH STEINLE ............................................................................. 4 Anschauung versus visin matemtica en rsted ANJA SKAAR ........................................................................................

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PARTE IV. El mundo humano como escenario 1 Samuel Taylor Coleridge: Viaje por Ignotos Mares TREVOR H. LEVERE ........................................................................... 2 El mundo visto desde lo alto del Teide: Alexander von Humboldt en Tenerife MARIE NELLE BOURGUET................................................................. 3 Agustn de Betancourt: el modelo de la comunicacin profesional de los ingenieros a finales del siglo XVIII y principios del XIX IRINA GOUZVITCH ............................................................................ 4 Expediciones cientficas a las Islas Canarias en el perodo romntico (1770-1830) JOS MONTESINOS SIRERA-JRGEN RENN ......................................... ndice de autores ........................................................................................... ndice onomstico .........................................................................................

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PRESENTACIN

El Symposium Internacional Ciencia y Romanticismo, que se celebr en Maspalomas, Gran Canaria, en septiembre de 2002, reuni a destacados expertos en este tema, procedentes de diez pases. Sus aportaciones merecieron de inmediato nuestro inters y result evidente que debamos disponer de ellas en versin castellana, posibilitando as su acercamiento a un pblico ms amplio. Nos encontramos ante un libro que habla de matemticas y de poesa, de historia y de filosofa de la Naturaleza, de expediciones y viajeros cientficos europeos que vinieron a Canarias en ese perodo tan intenso de la Historia, al que designamos por Romntico, poca que va desde la Revolucin Francesa hasta bien avanzado el siglo XIX. Ese contenido interdisciplinar es uno de los rasgos distintivos de la Fundacin Canaria Orotava de Historia de la Ciencia, Institucin copatrocinada por la Consejera de Educacin Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias. Desde esta Direccin General de Ordenacin Educativa les animo a continuar en su labor de formacin del profesorado y de proyeccin de la cultura cientfica hacia mbitos sociales cada vez ms amplios.Abril de 2003 JUANA DEL CARMEN ALONSO MATOS Directora General de Ordenacin Educativa

PRLOGO

Presentamos aqu el contenido del Symposium internacional Ciencia y Romanticismo organizado por la Fundacin Canaria Orotava de Historia de la Ciencia, que se celebr en Septiembre de 2002 en el Centro Cultural de San Fernando de Maspalomas. Su principal objetivo era proporcionar una amplia visin del desarrollo de las ciencias y de sus conexiones con la filosofa, la literatura y el saber en general, durante el perodo comprendido entre la Revolucin Francesa de 1789 y los fracasados alzamientos revolucionarios del proletariado europeo en 1848. En las ltimas dcadas del siglo XX, algunos historiadores de la ciencia se han interesado por el Romanticismo de forma casi sorprendente, teniendo en cuenta el desdn que han mostrado casi siempre por ese ismo. As, algunos analistas de la ciencia, la cultura ms hegemnica e impositiva de nuestra poca, reivindican ahora el inters de un movimiento intelectual sobre el que generalmente se ha proyectado slo pasiones estticas y polticas en msica, literatura y filosofa. A tales estudiosos les parece que hoy no bastan las virtudes de la Ilustracin para explicar por s solas la complejidad que ha adquirido el conocimiento cientfico. Piensan que el conocimiento ilustrado de la naturaleza y de los lenguajes matemticos sufri profundas mutaciones al entrar en contacto con el romanticismo. En un contexto mestizo, ese conocimiento sufri mutaciones decisivas al fundar las ciencias particulares y divergentes del siglo XIX, y dio a luz las tecnologas emergentes y transformadoras en las revoluciones industriales que su mundo recibi como redentoras de la incuria y la ignorancia. Por ello, para entender el trnsito entre el saber del Ancien Rgime y las ciencias decimonnicas es necesario tomar en cuenta algo ms que el papel de los sabios a lo largo de la Revolucin Francesa. Y eso, aunque tal revolucin sea el origen del movimiento poltico ms proselitista de la historia, en forma de un nacionalismo constituyente de los nuevos estados que incorpor a su ideario el papel educador y organizador de las nuevas ciencias. Algunos historiadores creen ahora que no basta con atender al encanto del ingrediente ilustrado o apolneo incorporado en las ciencias que heredamos de entonces. Defienden que es preciso contar con un cierto elemento dionisaco, que aflor en el romanticismo, como si desde el Renacimiento hasta entonces hubiera circulado slo en un torrente subterrneo e ignorado. Las ciencias se consideran ahora construcciones cognitivas que surgen en contextos de una gran complejidad donde se usan todos los ingredientes disponibles. Si las ciencias tienen como finalidad resolver problemas, al hacerlo siempre echan mano de todos los elementos que les proporciona la cultura del momento en que se producen los enigmas. Por eso es difcil mantener que las ciencias fundadas en las ltimas dcadas del siglo XVIII y primeras del XIX se mantuvieran al margen del huracn romntico. Durante el symposium una serie de prestigiosos historiadores de la ciencia impartieron quince conferencias, acompaadas de sus correspondientes coloquios, a un pblico formado en su mayora por profesores de enseanza secundaria y de las dos universidades canarias. En la primera jornada, el matemtico francs e historiador Jean Dhombres, tras explicar que la ciencia romntica haba sido poco estudiada por comparacin con la ciencia de la Ilustracin o con la ciencia positivista, resalt las influencias de la Revolucin del 89 en el panorama cientfico francs, tanto en lo concerniente a los profundos cambios que experimenta la enseanza de las ciencias, como en lo que atae a los objetivos, intereses y procedimientos cientficos, marcando las diferencias entre el espritu de gentes como Lavoisier y Lagrange respecto a los jvenes como Fourier o Argand. A continuacin el profesor Antonio Prez Quintana, de la Universidad de La Laguna, expuso las relaciones mutuas entre la ciencia y la filosofa de

la Naturaleza tal como se presentan en las primeras obras del mximo exponente de la Natrphilosophie alemana, Friedrich Schelling, poniendo de relieve su profunda influencia en diversos mbitos de la cultura de la poca y sus diferencias con las posiciones de Fichte y Hegel. Dentro de una concepcin siempre unitaria de la Naturaleza, Schelling trat de conectar las fuerzas que operan en los procesos qumicos, elctricos y magnticos. Finalmente la historiadora francesa Nicole Dhombres recorri la historia de la poesa descriptiva en Francia entre 1730 y 1830. Ese gnero literario, usado para cantar los logros de la ciencia -en especial de la astronoma- y de los hroes cientficos como Newton, tuvo una presencia destacada en la cultura de la Ilustracin, pero entr en decadencia en la poca romntica, justo cuando los poetas y literatos -como parte de la elite cultural pos revolucionaria- haban recibido una slida formacin obligatoria en ciencias; es el caso de Lamartine, de Musset, Stendhal o Vctor Hugo. La segunda sesin se abri con una conferencia de Dennis Sepper, profesor de la Universidad de Dallas, sobre las controversias de Goethe y la formacin del carcter cientfico. Conectando elementos biogrficos -estudios, viajes, amistades- con los textos cientficos polmicos, en especial aquellos contra la teora newtoniana de la luz y los colores, los de la pugna con Knebel sobre el mtodo cientfico, y su intervencin en la controversia entre Cuvier y Saint-Hilaire sobre estructuras morfolgicas de los seres vivos, Sepper intent plasmar la visin goethiana sobre las formas adecuadas de hacer ciencia. A continuacin, Marco Segala, profesor de la Universidad de L'Aquila, deriv de la filosofa de Schopenhauer del Mundo como Voluntad la permanente importancia de la fisiologa cientfica para el pensador alemn, que pretenda validar sus ideas metafsicas mediante las aportaciones de la ciencia de su poca. El propio filsofo realiz cuidadosamente una serie de investigaciones, bajo la influencia de Blumenbach y Kielmeyer, sobre fisiologa de la visin y temas de neurofisiologa. Finalmente, el profesor de la Universidad de Konstanz, Gereon Wolters, estudi el caso del mdico austraco Franz Antn Mesmer, cuyas teoras sobre el magnetismo animal y sus terapias mediante el fluido magntico animal adquirieron tanta relevancia en Pars que el propio rey Luis XVI encarg a una comisin de relevantes cientficos -como Lavoisier y Jussieu- la confeccin de un informe sobre la validez cientfica de la teora y las prcticas del mesmerismo. La tercera sesin se inici con la conferencia de Jos Ferreirs, profesor de la Universidad de Sevilla, quien tras rechazar la usual identificacin entre romanticismo e idealismo absoluto puso de relieve la importancia del movimiento neohumanista -Herder, Kant, Goethe, Humboldt- en la cultura alemana del momento, al que caracteriz por su espritu antiutilitario y por la reivindicacin de la unidad de enseanza e investigacin. Estudi la influencia del neohumanismo en la obra matemtica de Gauss y la posterior influencia del organicismo en los orgenes de la teora de conjuntos de Cantor. A continuacin, John Heilbron, historiador de la ciencia y profesor de la Universidad de Berkeley, disert sobre la situacin de las ciencias fsicas en Alemania hacia finales del siglo XVIII. Tomando como modelo la Universidad de Gttingen, tras analizar el modelo estndar de los fluidos imponderables, bien establecido ya hacia 1790, describi la fra, cuando no hostil, recepcin prodigada por los fsicos de aquella universidad a las nuevas teoras fsicas que se apartaban de dicho modelo, como la qumica fsica de Lavoisier o la fsica matemtica de Coulomb. Seal el contraste con la mejor acogida que tuvieron los experimentos de Volta y Galvani, haciendo hincapi asimismo en la influencia de las ideas de Kant y Schelling sobre la fsica alemana del perodo 1780-1820. Friedrich Steinle, investigador del Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia cerr la jornada haciendo un recorrido por las formas de experimentacin caractersticas de los fsicos que consolidaron el electromagnetismo en la primera mitad del siglo XIX, como Oersted, Schweigger, Poggendorf, Davy, Ampre, Biot y Faraday. Distingui dos tipos bsicos de experimentacin. El primero, exploratorio,consiste en la variacin de los parmetros para obtener regularidades empricas. El segundo, verificativo, consiste en la comprobacin de los efectos predichos

por una teora. Acab sealando que no hay ninguna prctica investigadora especficamente romntica en la fsica de la poca. Trevor Levere, profesor de la Universidad de Toronto, comenz la cuarta sesin con una conferencia sobre los viajes -imaginarios y reales- del gran poeta ingls Samuel Taylor Coleridge, quien hacia 1800 pens establecerse en Canarias por razones de salud, proyecto nunca realizado. Estudiando su copiosa correspondencia Levere expuso las diversas formas en que mltiples elementos de la literatura de viajes del XVII y XVIII fueron aprovechados por Coleridge para transformarlos en ficcin, proceso que ejemplific con la elaboracin de la Balada del viejo marino. Intervino luego Marie-Noelle Bourguet, profesora de la Universidad Pars 7 Denis Diderot, que se centr en la filosofa de la Naturaleza de Alexander von Humboldt. A travs de sus diarios, sus cuadernos de viaje y su correspondencia, Bourguet fue desgranando las ilusiones, intereses y procedimientos de trabajo del polifactico cientfico alemn, prestando especial atencin a su estancia en Canarias y a la posterior presencia del archipilago en su obra Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, y ms tarde, en Cosmos. Irina Gouzvitch, investigadora del Centro Alexandre Koyr de Pars, estudi la figura del famoso ingeniero canario Agustn de Betancourt, a lo largo de sus estancias en la corte madrilea, en el exilio parisino y finalmente en San Petersburgo, al servicio del zar. La conferencia se centr en el anlisis de los canales de comunicacin profesional entre los ingenieros europeos entre 1780 y 1830, poca en la que los agitados acontecimientos polticos dificultaban las relaciones culturales entre las naciones europeas. La quinta y ltima sesin se abri con la intervencin de Anja Skaar Jacobsen, profesora de la Universidad de Aarhus, sobre Hans Christian Orsted, descubridor del electromagnetismo y prototipo del cientfico romntico. Frente a la fsica mecanicista y su programa de cuantificacin y representacin matemtica de la Naturaleza, Orsted defendi un enfoque ms especulativo y cualitativo a la hora de elaborar teoras fsicas a partir de los experimentos, acorde con su concepcin dinmica y organicista de la Naturaleza. Para Javier Ordez, profesor de la Universidad Autnoma de Madrid, el romanticismo mantuvo respecto a la ciencia de su poca una defensa de la pluralidad de los mtodos y enfoques, as como un juicio ambivalente respecto a su utilidad social. Ordez defendi que los programas cientficos de Goethe y de Schelling no fueron los nicos relevantes y como prueba expuso la situacin de la astronoma entre 1750 y 1850, centrndose en la obra de J. H. Lamben y los hermanos William y Carolina Herschel, iniciadores de la astrofsica. La conferencia de clausura fue impartida al alimn por Jrgen Renn, director del Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia de Berln, y Jos Montesinos, director de la Fundacin Canaria Orotava de Historia de la Ciencia. Disertaron sobre las caractersticas de las principales expediciones cientficas a Canarias en el perodo romntico (1770-1830), en particular las de Baudin-Ledru (1796) Leopold von Buch y Christian Smith (1815), sin olvidar la breve estancia en Tenerife de Alexander von Humboldt (1799). Precisamente las instituciones que ambos dirigen colaboran actualmente en el Proyecto Humboldt, cuyo objetivo es la localizacin y edicin digital de los principales documentos cientficos resultantes de las expediciones cientficas europeas a Canarias durante los siglos XVIII y XIX, para ponerlos a disposicin de los estudiosos e interesados de todo el mundo a travs de Internet. Entre las principales conclusiones del Symposium podramos destacar: I. Que el espritu romntico caracterstico de la literatura y el arte europeos tuvo la suficiente influencia en diversas ciencias -matemticas, fsica, qumica, astronoma, medicina- como para poder afirmar, desde el punto de vista historiogrfico, la presencia del romanticismo en la ciencia, aunque no tanto como para que pueda hablarse de ciencia romntica en trminos sustantivos, al igual que hablamos de ciencia mecanicista o positivista.

II. La enorme importancia que tuvo la creacin de nuevas instituciones de enseanza cientfica: - caso de Alemania a principios del XIX o la reforma de las antiguas - caso de Francia tras la Revolucin de 1789 y el papel destacado que jug la slida formacin matemtica impartida por esas instituciones en la renovacin cientfica y cultural de ese perodo. III. La existencia entre los cientficos de la poca de distintas concepciones acerca de qu es la ciencia y cmo debe hacerse, y en particular, sobre la relacin entre matemticas y conocimiento cientfico, y entre teora y experimentacin. IV. El nuevo rol y estatus social que adquieren los cientficos en cuanto actores destacados y necesarios del progreso de la civilizacin, y por ello, benefactores de la Humanidad, as como la importancia de la creacin de los Cuerpos y Escuelas de Ingenieros, que fueron admitidos por entonces en el gremio de los cientficos, crendose canales de comunicacin profesional entre los ingenieros europeos. V. La gran relevancia que tuvieron las expediciones cientficas europeas -privadas o institucionales- a otros continentes para transformar la visin de la Naturaleza, as como la creciente pertinencia de las imgenes, como cuadros, grabados, dibujos, y de los tiles del trabajo de campo, como instrumentos, cuadernos de viaje, mapas, esbozos, tablas, en la prctica cientfica. VI. La contraposicin entre la romntica Filosofa de la Naturaleza alemana, con Schelling como mximo valedor, que sentaba como presupuesto la unidad de la Naturaleza y una multiplicidad de vas para estudiarla, y la metodologa newtoniana de la filosofa natural, que impona como nica va la matematizacin de una Naturaleza compartimentada en disciplinas independientes. Nuestro agradecimiento a los relatores que moderaron las sesiones, Javier Moscoso de la Universidad de Murcia, Jess Hernndez y Dolores Martn de la Universidad Autnoma de Madrid y Sergio Toledo de la Fundacin Orotava. Agradecemos tambin su participacin a los autores de los posters que se presentaron durante la celebracin del congreso: Inmaculada Perdomo, Margarita Santana, Amparo Gmez, Susana Medina, Samuel Doble, ngeles Macarrn, Mara Jos Guerra, Ana Hardisson, Clara Curell, Cristina Uriarte, Jos Oliver, Pilar Gonzlez y Leonor Gonzlez. Dejamos constancia aqu, de la entusiasta colaboracin en las tareas de organizacin del symposium, de los miembros de la Fundacin Canana Orotava de Historia de la Ciencia de Tenerife y Gran Canaria, as como de la gentileza y hospitalidad de los miembros del Centro Cultural de San Fernando de Maspalomas. Gracias a todos ellos. Finalmente, nuestra gratitud a las Instituciones que patrocinaron el Symposium: la Consejera de Educacin, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, el Cabildo Insular de Gran Canaria, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el Ayuntamiento de San Bartolom de Tirajana.

JOS MONTESINOS JAVIER ORDEZ SERGIO TOLEDO

LA CIENCIA ES JOVEN. UNA AVENTURA POSITIVA, AUNQUE NOSTLGICA, ENTRE LAS RUINAS DE LOS VIEJOS MUNDOS. LA MOTIVACIN ROMNTICA DE ALGUNOS CIENTFICOS EUROPEOS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX.Jean Dhombres

Cualquier investigacin sobre lo que signific el romanticismo para el desarrollo histrico de la ciencia tiene que empezar con algunas oposiciones tpicas. Se resumen de la mejor manera mediante dos ismos: positivismo versus romanticismo. Por un lado tenemos la oposicin entre las virtudes burguesas de desarrollo y progreso que los cientficos supuestamente sustentaban y la aversin expresada por la mayor parte de los romnticos respecto a la burguesa. Tenemos tambin la oposicin entre la visin de futuro que la ciencia ofrece y la mirada hacia el pasado, que todos los escritores de la escuela romntica recordaban con nostalgia. Y tenemos finalmente la oposicin entre el mundo subjetivo de las fantasas humanas y el mundo objetivo que describan los cientficos. Pero como Henri Gouhier, el ms dotado bigrafo de Comte1, mostr con sarcstico placer hace 70 aos, tenemos asimismo la oposicin, dentro del propio positivismo, entre la vida de su fundador como una novela y su sistema filosfico en forma de tratado.

Una vida romntica para el creador del positivismo no romntico Auguste Comte empez su vida muy lejos de Pars, en el sur de Francia en 1798, en una familia de la pequea burguesa. Despus de su llegada a1 Henri Gouhier, La jeunesse dAuguste Comte et la formation du positivisme, Paris, 1936-41

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Pars, con 18 aos y por razones polticas fue expulsado de la Escuela Politcnica, que supuestamente le iba a asegurar el xito social que mereca su talento para las ciencias. Para sustituir a la nobleza, la Revolucin francesa haba institutido la seleccin de la lite y ese sistema selectivo se mantuvo de mala gana por los Borbones, a su vuelta al trono en 1815, una vez que el segundo gobierno del excntrico y romntico Napolen se derrumb en las llanuras de Waterloo. Comte tuvo entonces que dejar a su mentor, Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simon, que soaba con un gobierno grandilocuente dirigido por cientficos, economistas e ingenieros. Comte enloqueci durante una temporada y tuvo que ser atendido en la residencia de moda para alienados del doctor Esquirol. Se cas con una prostituta a la que quera redimir de su destino, pero finalmente tuvieron que vivir separados. Pese a todo, en 1830 requiri a toda persona relevante en el mundo intelectual y cientfico parisino para que asistiera a su Curso de Filosofa Positiva. En el estilo romntico de la profeca intelectual, estaba seguro de proporcionar la nueva filosofa para un siglo nuevo, abarcando todas las actividades humanas en una ciencia del hombre, que se convirti en la Sociologa. Durante dos aos, Comte acrecent su adoracin por Clotilde de Vaux y, tras su repentina muerte, transform su adoracin en una religin. En una escena fantstica y melanclica que bien pudo imaginar Hoffmann en 1817 en alguna de sus Nachtstcke, Comte pas una noche entera velando su cadver, impidiendo a todo el mundo, incluso a la familia, entrar en la habitacin. Esto por lo que respecta a la vida de Comte. Sin embargo, en su Curso de Filosofa Positiva no hay ficcin ni romance. El esquema positivista del desarrollo de la mente humana segn tres edades o estadios sucesivos (teolgico, metafsico y positivista) determin tan ampliamente la secuenciacin usada desde entonces por los historiadores de las ideas que impidi que los historiadores de la ciencia evocaran algo parecido a una ciencia romntica. Excepto al describir las vidas romnticas de los nuevos hroes, celebrados con regularidad en el calendario positivista. El hombre solitario a causa de su genio, al que Napolen puede simbolizar, responsable de las conquistas intelectuales y materiales en favor de todo el mundo, se convirti en un tpico del romanticismo: Mi vida es una novela dijo en la isla de Santa Helena el prisionero todava capaz de detectar nuevas tendencias2. Y ese estilo se halla bien representado en las biografas de cientficos, tal como fueron concebidas, para instruccin del pblico general, por Franois Arago, tras ser nombrado en 1830 secretario perpetuo de la Academia de Ciencias francesa de Pars. El gnero se puso de moda en toda Europa, al igual que los diarios de viaje, y fue quiz mucho ms apreciado que los autores del movimiento literario llamado romanticismo. Cuando Arago describa a Joseph Fourier, Alessandro Volta, Thomas Young o James Watt,

2 Las Cases, Le Mmorial de Sainte Hlne , Pars, 1823.

la motivacin romntica de algunos cientficos europeos...

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cientficos recin desaparecidos, proclamaba que la ciencia era una aventura. La verdadera aventura era conquistar la gloria en un nuevo mundo en construccin, o mejor dicho, en el mundo moderno. Por ello Arago citaba con placer el epitafio escrito por Lord Brougham en honor de Watt, muerto en 1829, lamentando que no hubiera sido nombrado par del reino, tal como Francia haba hecho con Laplace:James Watt, que al dirigir la fuerza de un genio original ejercido tempranamente en la investigacin filosfica para el desarrollo de la mquina de vapor, acrecent los recursos de su pas, aument el poder del hombre y alcanz un lugar eminente entre los ms ilustres seguidores de la ciencia y verdaderos benefactores del mundo. 3

No hay duda de que esta presentacin de un intelectual no se define a Watt como cientfico o ingeniero, sino como un hombre que filosofa libremente obtiene su tono moral a la manera romntica y revolucionaria: benefactor de la humanidad es la expresin usada por Lavoisier en julio de 1793 para justificar el mantenimiento de una Academia de Ciencias en la recin fundada Repblica4. Lavoisier usaba la retrica revolucionaria, segn la cual el desarrollo universal se consideraba el fruto natural del desarrollo nacional, siempre que la nacin fuese una repblica5. El epitafio de Watt responde a la misma lgica, dejando de lado el aspecto poltico. Con esa misma lgica, opuesta a cualquier sesgo nacional, Comte justificaba poner en su calendario nombres de cientficos en vez de santos.

El papel de la historia en las actividades cientficas El epitafio de Watt puede aportar motivacin al trabajo del cientfico. La palabra trabajo era nueva, pero importante, en el lxico revolucionario de la lite, con la desaparicin de lo que el ocio otium significaba tradicionalmente para un intelectual, incluyendo el tipo de curiosidad activa que haba promovido el siglo XVIII. Incluso para ser un benefactor el cientfico deba realizar su trabajo como un obrero. Sin embargo, no podemos usar solamente la razn abstracta y ahistrica o el desarrollo lgico para el contenido de la ciencia y dejar el romance slo para las vidas de los cientficos, como si fueran meros actores que hubieran vivido durante la poca romntica. Para cualquier interesado en tener una perspectiva histrica de la cien3 Franois Arago, James Watt, biografa leda en el Instituto, el 8 de diciembre de 1834, en uvres compltes de Franois Arago, J.-A.Barral (ed.), t. 1, Paris, Gide y J. Baudry, 1854, p. 477. 4 Vase Lavoisier, uvres, t. , 1793. 5 Jean Dhombres, Quelle fut la part du national dans le bilan postrvolutionaire des Lumires en Europe ? Annales Hist. Rv. Fr, 2000, 2, pgs. 197-211.

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cia como empresa cognoscitiva, la cuestin interesante es comprender si la calificacin romntica de benefactor de la humanidad, o simplemente benefactor de la nacin, en cuanto nueva representacin del papel del cientfico en la sociedad, ayudaba o guiaba a los cientficos al hacer ciencia. Aport motivacin a su trabajo? Podemos detectar durante el perodo romntico un nuevo ethos cientfico y una nueva forma de libido sciendi? Esas son las cuestiones que voy a tratar ahora. Tan pronto como he enunciado esas preguntas debo asumir una actitud reflexiva sobre las razones que me han llevado a elegirlas. Podra haberme centrado fcilmente en las vidas de los cientficos, no slo para explorar las oposiciones entre ficcin y ciencia con las que empec, sino tambin para comprender el trabajo del cientfico a partir de su propia vida6. Pero explorar las vidas de los cientficos exigira primero rehabilitar la centenaria cuestin sobre la psicologa del cientfico, que se halla en los inicios de la psicologa cientfica y positiva. Fue rechazada sistemticamente por la mayor parte de los historiadores de la ciencia, incluso por aquellos como Gaston Bachelard, que tan interesado estuvo en el psicoanlisis de la creatividad. As pues, a causa del positivismo, no contemplar el romanticismo como una postura de los cientficos en sus vidas, a pesar de que muchos de ellos sufrieron de espln 7, una nueva forma de la antigua melancola que Aristteles atribua al genio.Razones por las cuales son obviamente melanclicos todos aquellos que han sido hombres excepcionales, en filosofa, en poltica (politik), en poesa y en las artes (tecnaV). 8

Me mantengo dentro de este campo nacido con el positivismo, la historia de la ciencia, de modo que sencillamente voy a indagar en las relaciones entre ciencia e historia. Pero lo voy a hacer en una direccin bastante inusual. Para precisar la cuestin del trabajo de un cientfico, y de su resultado, ciencia, voy a investigar cmo la posicin sobre el significado de la Historia puede haber influido sobre la produccin cientfica a comienzos del siglo XIX. Una vez ms debo analizar mi eleccin. De hecho, no puedo dejar de lado el efecto del nuevo siglo, puesto que fue celebrado a menudo por Stendhal, Musset, Goethe o Coleridge, todos ellos asociados generalmente al romanticismo. El nuevo siglo era por necesidad el no muy feliz heredero de la Revolucin, y no slo en Francia, tal como atestiguan las pinturas y6 Es lo que hice hace tiempo cuando escrib una biografa bastante extensa de Joseph Fourier. Jean Dhombres, Jean-Bernard Robert, Fourier, crateur de la physique mathmatique, Berln, 2000. 7 Vase la melancola de Lagrange descrita por el historiador George Sarton o el desnimo de Cauchy a la edad de 24 aos. Jean et Nicole Dhombres, Naissance dun pouvoir. Scien ces et savants en France (1793-1824), Payot, Pars, 1989. 8 Vase Jackie Pigeaud, Aristote. Lhomme de gnie et la mlancolie, texto griego y traduccin francesa del problema XXX de Aristteles, 1, Pars, Rivages, 1988.

la motivacin romntica de algunos cientficos europeos...

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grabados de Goya. Jean Starobinsky, en su libro sobre 1789 y los emblemas de la razn, hace una referencia a Goya, quien aporta algunos pasos preparatorios del romanticismo, y concede a la bsqueda de los orgenes por el pintor espaol, o a lo que yo he llamado investigacin de una historia, una fuerza muy diferente a la del usual retorno a la Antigedad.El origen para Goya (como para Diderot y pronto para los romnticos) no es un principio ideal, sino una energa vital.9

Echemos una ojeada a la terrorfica ilustracin de Saturno, que es Chronos o la Historia, devorando a su hijo. En unas pginas inspiradas el historiador del arte Elie Faure comentaba que Goya haba explorado todas las experiencias intelectuales del pasado y poda ser un Watteau, un Dante, un Rembrandt, un Callot o un Hokusai, abarcando, pues, todas las historias.Es Goya, un campesino espaol, bromista y sentencioso, pilluelo feroz, filsofo furioso, un visionario imposible de detener en una forma, con algo de alegre, malvado, lbrico y noble a partes iguales al mismo tiempo.10

Cmo devoraba la ciencia su pasado en ese mismo perodo? Incluso si an se debate, respecto a las diversas artes y los distintos pases, las definiciones culturales o estilsticas del adjetivo romntico o del sustantivo acadmico romanticismo, y aunque se las use con reluctancia en la terminologa epistemolgica, ambas palabras se hallan realmente vinculadas a la historia. Como ya hemos visto, tenemos la historia de un genio particular cuya vida se halla intrnsecamente entretejida con el progreso intelectual, y es celebrado por ello, pero tenemos tambin la historia de un perodo de tiempo que reacciona respecto a un pasado destruido para definir la modernidad, en el que la ciencia se vea menos como una construccin por venir que como un mundo siempre en construccin. As pues, una gran parte del xito del positivismo entre la burguesa triunfante, clase que los miembros de la escuela romntica decan despreciar, se debe a la forma de explicar cientficamente el progreso como una Historia hecha por el hombre, y a pesar de ello, necesaria. Se trata, por tanto, de crear una ciencia, la ciencia del progreso, alimentada por la Historia vista como educacin del hombre para su futuro. El positivismo explicaba la historia intelectual como una conquista, que exiga la energa vital que mencionaba Starobinski respecto a Goya, para emprender algunos pasos necesarios y demoler otros. Para contemplar la ciencia en accin, o para comprender la produccin cientfica durante la era romntica, siguiendo en parte el notable anlisis de Gusdorf11, voy a

9 Jean Starobinsky, 1789. Les emblmes de la raison , Paris, 1979, Flammarion, p. 132 10 Elie Faure, Histoire de lart, II, J.J. Pauvert, Paris, 1961, p. 140. 11 Georges Gusdorf, Les sciences humaines et la pense occidentale. Fondements du savoir romantique, vol. 9, Du nant Dieu dans le savoir romantique , vol. 10, Payot, Paris, 1984.

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caracterizar el romanticismo por su interpretacin del pasado humano como un movimiento situado entre pero no necesariamente despus dela Antigedad, el cristianismo, el Renacimiento, la Ilustracin y la Revolucin, y desde luego, no separado del Antiguo Egipto, recuperado para la imaginacin gracias a un grupo de cientficos jvenes que se convirtieron en arquelogos, abriendo camino hacia una nueva profesin. El romanticismo recreaba la historia del pensamiento humano, y los inventos eran los jalones de esa historia, heredada slo parcialmente por el mundo moderno, ya que una parte se haba perdido con el paso del tiempo y la desintegracin de los imperios. En esto yace la mayor oposicin al positivismo, para el que la regla del progreso era el olvido de buena parte del pasado. Puesto que la cuestin es saber si la actitud romntica hacia la Historia, e incluso hacia su propia historia, ayudaba o motivaba a los cientficos en su tarea creativa, un primer indicio afirmativo reside en las contradicciones que este emplazamiento histrico y subjetivo provocaba respecto a los valores universales de objetividad atribuidos al conocimiento cientfico desde Aristteles, y capitalizado como progreso por el positivismo. Tales contradicciones pueden considerarse como una melancola colectiva, la otra cara del gusto por las ruinas y el destino destruido en la Europa de comienzos del siglo XIX. El romanticismo descubri que la razn humana, pese a lo coherente que pueda ser a largo plazo, haba tenido sus pocas, todas ellas ya arruinadas, pero conservando todava su belleza y su verdad para el presente. Poda evitarse este sentimiento por quienes hacan historia de la ciencia? Cuando en la Pascua de 1802, con motivo de la firma oficial del Concordato entre Bonaparte y Po VII, Chateaubriand public El genio del Cristia nismo, gran parte de su xito se debi a presentar la Cristiandad como Historia. Su culto exhiba la belleza de las cosas pasadas, al haber tomado la Cristiandad los mejores valores humanos de Grecia y Roma, aunque fueran mundos ya desaparecidos. A la vez Chateaubriand poda festejar el nuevo siglo, que llegaba tras el perodo crtico de la Ilustracin, lo que haca posible saborear el pasado cristiano de forma esttica y como inocencia perdida. Muchos cientficos del perodo, conscientes del difcil desarrollo de la ciencia, no olvidado an el caso Galileo, estaban buscando tambin la inocencia del espritu. Chateubriand conden el sistema decimal porque haba sido un invento de los cientficos que se beneficiaron con el jaleo de la Revolucin. Se dio cuenta de cmo borraba la memoria del pasado, cuando an haba onzas, libras y millas, y no la letana de kilo, hecto, deca, nombres abstractos para unidades abstractas. El sistema decimal caracterizaba una tendencia hacia la universalidad que reduca el mundo a cantidad, y el lgebra decimal mental que requera en vez de las proporciones usuales y tradicionales se adecuaba tanto al puro clculo que reduca a mera actividad mercantil a la nacin que lo usaba. Adems, por su precisin los decimales estaban hechos para los libros de cuentas y despojaban la aventura humana de todo misterio. Escalar una montaa se reduca a medir su altura y una expedicin cientfica a Australia a un presupuesto de costes. Sin un mnimo de miste-

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rio no haba accin humana posible, ni siquiera para los cientficos. Friedrich von Hardenberg, ms conocido como Novalis, lo expresaba a la manera que pondr de moda la Natrphilosophie:Wenn nicht mehr Zahlen und Figuren / Sind Schlssel aller Kreaturen / Wenn die, so singen oder kssen, / Mehr als die Tiefgelehrten wissen, / Wenn sich die Welt ins freie Leben / Und die Welt wird zurckbegeben. Cuando ya los nmeros y las figuras / no sean la clave de todas las criaturas, y los que cantan o besan amorosos / sepan ms que los estudiosos, / cuando el mundo sea libertad / para s mismo y su vitalidad.12

Mediante la reafirmacin del pecado original adnico haber degustado los frutos prohibidos del rbol del conocimento Chateaubriand deseaba probar que la Cristiandad siempre haba orientado bien la curiosidad cientfica del hombre. Era una maldicin que esa curiosidad se hubiera extendido tanto durante la Ilustracin, debido a las matemticas y sus poderes analticos, de manera que pareca posible borrar del mundo cualquier misterio. De modo paradjico, Chateaubriand estaba demasiado orgulloso del nuevo siglo y esta es la inconfundible parte romntica para evocar simplemente las serias dificultades de los cientficos. La terrorfica representacin que en 1795 hizo Blake de Adn castigado en sus Songs of experience es muy apropiada para expresar esa contradiccin, y un interrogante respecto a la Historia, el hombre desposedo de su verdadero origen. Adn, que luce avejentado, con sus largas greas cayendo sobre su joven y dinmico cuerpo desnudo, avanza todava hacia Dios, su origen; rechaza la otra direccin, su futuro, simbolizada por el caballo que galopa montado por Dios, que gobierna un cosmos en llamas. Coleridge prefiri iniciar su Balada del viejo marino con la destruccin del pjaro de la buena suerte por inspiracin satnica, que se halla en el origen de su poema: 13And I had done a hellish thing / and it would workem woe / for all averred, I had killed the bird / Thad made the breeze to blow.14

12 Novalis, Wenn nicht mehr Zahlen und Figuren. 13 Dios juzgando a Adn . William Blake, Tate Gallery. 14 Samuel Taylor Coleridge, The Rime of the Ancient Mariner.

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Y yo haba hecho algo infernal / que afliccin les iba a causar: / Porque todos afirmaban que yo haba matado al ave / que haca la brisa soplar.

Cmo se interpretaba o se viva dentro de la ciencia esa contradiccin romntica fundamental entre lo viejo y lo joven?

Joven y viejo: la interpretacin romntica del conflicto generacional Debido sobre todo a que la ciencia como moralidad haba quedado empaada por la Revolucin, a que el progreso disipaba cualquier misterio en beneficio de todos y a que la certeza se alcanzaba mediante pruebas humanas, los cientficos comenzaron a ser vistos como profetas. Se les consideraba preparadores de una nueva sociedad, a pesar de cierta profunda nostalgia por los diversos mundos del pasado, cuando el misterio era por doquier la esencia del conocimiento, e incluso un acicate para un mayor conocimiento. La ciencia se estaba convirtiendo en una funcin paternal y religiosa para la humanidad, de modo que el cientfico tena que ser un anciano y su conocimiento deba proceder del mundo antiguo. Esa visin chocaba con la evidente juventud de los cientficos. El contraste romntico entre lo viejo y lo joven, presente en un poeta como Musset, se limitaba exclusivamente a lo joven en el retrato de Joseph Fourier15. Se le representa enseando matemticas hacia 1798 en la misma Escuela Politcnica donde Lagrange actuaba como el Nstor de la ciencia. Casi de la misma edad que el general Bonaparte, Fourier exhibe la misma juventud, el mismo entusiasmo por la difusin del conocimiento cientfico, preparando por tanto un nuevo mundo, como tambin lo preparaba Bonaparte. Se representa a Bonaparte16 con la energa de Csar, y el retrato de Fourier es realmente el primero que tenemos de un cientfico y de un profesor (no universitario) con apariencia juvenil y pleno de vitalidad; tiempo despus Boilly representar a un Fourier burgus y apacible, siendo ya secretario perpetuo de la Academia de Ciencias y habiendo alcanzado la gloria gracias al difcil reconocimiento de su libro sobre la Teora Analtica del Calor. Cuando en 1822 apareci el libro de Fourier17, una parte estaba escrita con un estilo extraordinario, proclamando que la teora recin establecida iba a durar siempre. Esta ambicin romntica era precisamente efecto del pecado original adnico, segn Chateaubriand, y una negacin de la inevitable decadencia de los efectos del tiempo.15 Retrato de Fourier, por Dutertre, 1798. 16 Bonaparte en Arcole , por Gros. 17 Joseph Fourier, Thorie analytique de la chaleur, Paris, 1822, p. xxi.

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Las nuevas teoras que se explican en nuestra obra se han unido para siempre a las ciencias matemticas y se basan, como ellas, en fundamentos invariables; conservarn todos los elementos que hoy poseen y adquirirn continuamente mayor extensin.

Se presentaba la teora de Fourier como una historia exitosa porque de hecho haba una historia romntica que Fourier quera recordar. Como anotaba con entusiamo Comte hacia 1830, Fourier trabajaba slo con fenmenos para elaborar su teora del calor, y sus descubrimientos en matemticas fundamentales, las series e integrales de Fourier, no fueron accidentales. Era el propio lenguaje de la Naturaleza para producir fenmenos, y esto no era una versin de la Natrphilosophie, sino una filosofa de la Naturaleza. Fourier conserv esta idea denominando modos propios o naturales a las soluciones ms simples de la ecuacin diferencial parcial, la ecuacin del calor, que haba descubierto y de la cual se deducan todas las dems funciones. La Naturaleza era compleja (una funcin arbitraria para representar la distribucin de la temperatura) simplemente porque los fenmenos naturales tenan que ser analizados para ser producidos. Tanto Lagrange como Laplace rehusaron aceptar el descubrimiento de Fourier, sin negarle que hubiera encontrado la verdadera ecuacin. La generacin ms vieja, tan orgullosa del anlisis y el clculo, encontraba imposible que un fenmeno fsico como la propagacin del calor fuera simplificado de ese modo, sin ninguna aproximacin. Fourier era demasiado heredero de ambos como para poder reconocer su xito. Fue necesario que Fourier entrara en la Academia, y ms an, que llegara a ser secretario perpetuo, para conseguir la publicacin de su manuscrito de 1807, en el que apenas cambi nada. Puesto que sus ideas haban sido naturales, as lo declaraba l mismo, incluso aunque hubiese vas tcnicamente ms directas para llegar a sus resultados, su mtodo era el mtodo humano correcto o incluso el mtodo de Dios, y en todo caso, el mtodo sempiterno para entender la propagacin del calor. El modo en que las oposiciones entre los siglos XVIII y XIX fueron resueltas por Fourier, es el que encontramos en un poema que Alessandro Manzoni escribi sobre la muerte de Napolen en 1821, justo un ao antes del libro de Fourier. Esos versos fueron traducidos de inmediato por Goethe y celebrados por Lamartine:Ei si nom: due secoli / Lun contro laltro armato / Sommessi a lui si volsero, / Come aspettando il fato; / Ei fe silenzio, ed arbitro / Sassise in mezzo a lor. Les dio su nombre: dos siglos / en armas uno contra otro,/ se vuelven hacia l obedientes /

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esperando su destino./ Silencioso y como juez / se sent entre ambos.

Actuando como historiador en su Vorlesungen ber die Entwiclung der Mathematik im 18 Jahrhundert, en un libro publicado despus de la Primera Guerra Mundial, el ya anciano matemtico de Gotinga Felix Klein insista en el nuevo espritu introducido en la ciencia por la escuela donde enseaba Fourier. Klein la caracterizaba por su juventud y el entusiasmo por el poder analtico de la mente, ligado a un nuevo rigor con supuesta validez perenne, y sin olvidar el tan romntico tema del contacto personal con los creadores.Desde que aquellos que eran ante todo matemticos fueron contratados como profesores en ese asombroso taller, no fue sorprendente que los logros de la escuela se elevaran a cimas extraordinarias. Lo que se debi en parte al celo de los jvenes, que en clase, en los talleres artsticos y en los laboratorios estaban expuestos a la influencia personal de importantes y estimulantes profesores.18

Exista una formacin intelectual que Stendhal, con 16 aos, descubri en Grenoble. Un retrato de grupo, realizado en 1798, muestra muchos rostros jvenes, y entre ellos Henri Beyle, alias Stendhal, todos de la Escuela Central de la ciudad, y todos teniendo que aprender matemticas duras, como l mismo recuerda en su Vie de Henry Brulard, con el objetivo de prepararse colectivamente para la Escuela Politcnica y alcanzar as un progreso social hacia la notoriedad y el poder mediante la ciencia. Stendhal tena cierta dificultad en reconocer que el aprendizaje colectivo del lgebra era necesario, ya que era un tipo moderno de conocimiento, y por tanto, un conocimiento filosfico todava no digerido mediante libros de texto, aunque ya explicado en la Escuela Politcnica y transmitido a los profesores de la Escuela central. Stendhal se extraaba tambin de que siguiera siendo necesaria una evaluacin personal de las habilidades escolares, e incluso de que las actividades cientficas sirvieran como criterio de seleccin. En el manuscrito de su autobiografa, largo tiempo indita, Stendhal dibuj el modo en que alegremente padeca, confrontado al examinador de matemticas, su abuelo, prcer de la ciudad y notable ilustrado, frente al pizarrn (de hecho una tela encerada) imaginado como una guillotina. Confirmando la nueva posicin de los cientficos en sociedad, una pintura presentada por Louis-Leopold Boilly al Saln de 1802 en Pars, exhibe nuevos gustos y opiniones el mismo ao en que Chateaubriand public su libro, a veces presentado como una avanzadilla del romanticismo francs. El cuadro de Boilly19 muestra al habilidoso Jean-Antoine Houdon traba18 Felix Klein, Development of Mathematics in the 19th Century, transl. M. Ackerman, Math. Sc. Press, Massachussetts, 1979, p. 61. 19 Houdon esculpiendo, por Leopold Boilly, 1902. Museo Carnavalet, Pars.

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jando en un busto frente a un cientfico sentado, Laplace segn la tradicin. La famosa escultura de Voltaire hecha por Houdon, actualmente en la Comedia Francesa, es visible al fondo. Despus de la Revolucin pareca conveniente aadir al glorioso escritor dieciochesco la gloria de un soberano de las ideas y los clculos. Sin embargo, ninguna particularidad permite reconocer a la ciencia en este cuadro, y el hroe luce como un filsofo, con la misma cualificacin atribuida en el epitafio de Watt. El laureado cientfico, retratado en pleno proceso de glorificacin, tiene una apariencia similar a la de Gaspard Monge, el gemetra favorito de Napolen. Pero con toda seguridad se trata de Lagrange, el genio matemtico y melanclico nacido en Turn en 1736. Boilly era 20 aos ms joven que Houdon, el artista creativo que viste su ropa de trabajo, y Houdon tena casi la misma edad que Lagrange20. El cientfico va vestido al modo del Antiguo Rgimen, y por ello tiene un aire de hallarse fuera del presente mundo, y perteneca a un pasado distinguido, no hasta el punto de una cierta mudez, como algn historiador reciente ha expresado Su actitud est mucho ms cercana a la espantosa sonrisa de Voltaire, que Alfred de Musset ambiguamente describi como sonrisa moderna21. El poeta jugaba con lo que parece joven y lo que parece viejo; el siglo XVIII era demasiado inocente para los genios, pero el nuevo siglo poda alcanzar sus objetivos, aunque fuera como algo antiguo y obligatorio realizado por los jvenes del siglo XIX.Dors-tu content, Voltaire, et ton hideux sourire / Voltige-t-il encor sur tes os dcharns?/ Ton sicle tait, dit-on, trop jeune pour te lire / Le ntre doit te plaire, et tes hommes sont ns. Duermes contento Voltaire, y tu espantosa sonrisa / Revolotea an sobre tus huesos descarnados? / Tu siglo era demasiado joven para leerte, se dice; / El nuestro debe complacerte, tus hombres ya han llegado.

Echar una ojeada ms de cerca a la escultura de Houdon 22, como a la escena de Boilly, no nos ayudara demasiado: siempre es difcil interpretar histricamente una sonrisa. Sonrer no es una actitud romntica y en la sonrisa de Voltaire, tal como fue expresada por Houdon, vemos desde entonces la sonrisa romana atribuida a una poca antigua y prspera. La mirada romntica de la segunda generacin era diferente. Por ello la cabeza del20 Houdon naci en 1741, por tanto slo era cinco aos ms joven que Lagrange. 21 El reciente inters de los historiadores por las actitudes, como sonrer o rer, ha soslayado el romanticismo como tal. 22 Voltaire, con toga senatorial, sentado y sonriente, presto a incorporarse, por Houdon, en 1778. La versin en mrmol se halla en el vestbulo de la Comedia Francesa en Pars.

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papa Clemente XIII, tal como fue esculpida por Canova23 hacia 1789, representa mejor el mundo antiguo segn los artistas romnticos, pues no hay seales de ningn futuro feliz. Las tres mujeres de pie representadas en el cuadro de Boilly se trata de las hijas de Houdon y la seora sentada es su esposa se aburren ante la escena que tienen que contemplar. Con el surgimiento de la burguesa y la institucin del sistema meritocrtico, la ciencia ya no era una actividad intelectual apropiada para su sexo. La ciencia no se adecuaba a su juventud. Profundo contraste con el retrato que Louis David24 hizo del qumico Lavoisier, cuando ste iniciaba su madurez, trabajando en su laboratorio junto a su mujer, menos musa que ayudante. Por qu no citar aqu la historia tan romntica de la matemtica Sophie Germain, quien con 22 aos se vio obligada a usar el disfraz de un nombre masculino para enviar sus soluciones a los problemas matemticos desarrollados por el anciano Lagrange cuando era todava profesor de anlisis en la Escuela Politcnica, poco antes de 1800?

Invencin, imaginacin y nuevas prticas acadmicas en las ciencias: estudio del caso de los nmeros imaginarios Segn nos explicaba Stendhal, el lgebra era un modo de acabar con todas las cualidades de las cosas para pensarlas como mera cantidad; precisamente lo mismo que Chateaubriand reprochaba al lgebra. Era pues una abstraccin, que necesitaba del pensamiento lgico formal, y as pensaba Lagrange, que rehus dibujar figuras en su famosa Mecnica Analtica, publicada por primera vez en 1788, y considerada desde entonces como una preparacin del camino para la segunda geometrizacin de la mecnica (espacios fibrados, etc...). Sus contemporneos slo vieron el aspecto analtico. Ya que fue una especie de aprendizaje comn en el perodo formativo del romanticismo tiene sentido explicar aqu la invencin matemtica, sintetizada en el examen de la representacin geomtrica de los nmeros complejos. Invencin proveniente de la prctica escolar que Stendhal padeca, y que decididamente marcaba una diferencia con el siglo XVIII, con las imgenes en el papel que antes desempeaba la imaginacin abstracta. Invencin que tiene tambin una historia romntica, puesto que fue concebida de modo independiente y de formas diversas por el matemtico nacido en Oslo Caspar Wessel, cuando tena 54 aos, emigrante francs en la niebla de Londres, que utiliz las pginas de las Philosophical Transactions, y por un ciudadano de Ginebra nacido en 1768 como Fourier en un libro casi no ledo, tambin publicado en 1806. El libro se venda a expensas de

23 Cabeza de Clemente XIII , por Canova, 1789. Museo de Bellas Artes de Nantes. 24 Lavoisier y su esposa , por David.

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su autor, un contable parisino llamado Argand, emigrado de Ginebra por ser demasiado jacobino. A pesar de su publicacin en 1799 por la Real Academia de Copenhague el artculo de Wessel no tuvo xito. Pero Jean-Robert Argand fue redescubierto en 1813 por Gergonne, editor de la primera publicacin peridica dedicada enteramente a los profesores de matemticas. Los profesores estaban ciertamente debatiendo el contenido de los cursos complementarios de matemticas que tenan que impartir entonces a los chicos (slo chicos) matriculados en los liceos, que sustituan a los antiguos colegios, tras su colapso durante la Revolucin. Las matemticas haban sido siempre una asignatura optativa para los estudiantes de los colegios antes de 1789, pero desde 1802 en adelante los alumnos, y entre ellos los futuros miembros de la escuela romntica francesa, tenan todos una buena educacin matemtica, que no inclua el clculo diferencial e integral, pero con el lgebra como slida base. Y Stendhal lo reconoca. Gracias al uso de herramientas analticas se forj un nuevo tipo de geometra por gente de la vieja escuela, como Carnot y Legendre, hombres nacidos en la primera mitad del setecientos. Esa geometra fue inmediatamente denominada geo metra elemental. Era de una forma diferente a la geometra de Euclides. La teora de proporciones, por ejemplo, fue reemplazada por las fracciones y el lgebra, y aparecen en escena los centros de gravedad, lo que condujo al clculo prevectorial. Todo ello tena que ser definido por los nuevos profesores de matemticas, lo que explica el trmino elemental para calificar la geometra. Sin embargo, la primera dcada del XIX fue el ltimo y breve perodo en que se ley a los autores clsicos de la Antigedad por lo que podan aportar al conocimiento cientfico y a la construccin de la ciencia, como si an hubiera en sus obras algn misterio que pudiera beneficiar al nuevo mundo. Poco despus, en los aos treinta, esos autores antiguos fueron cedidos a los eruditos y olvidados por los inventores, o mejor dicho, erigidos como mitos. Legendre present su Geometra en el ao II (1794) como una recuperacin de Euclides, significando que quera olvidar los cambios acaecidos en la geometra durante la segunda mitad del XVII y la Ilustracin. Argand, al final de su libro de 1806, al precisar sus innovaciones (en particular las dos operaciones algebraicas operaciones vectoriales sobre lneas direccionales, adicin y multiplicacin) usaba el vocablo induccin, poco corriente en matemticas, y que sera desarrollado por Whewhell en su Historia de las ciencias inductivas. En 1846 Comte escribir su Tratado sobre la Geometra Analtica Elemental, para mostrar que las ideas fundamentales avanzadas por Descartes exigan una mejor comprensin. Era otra forma de induccin, no sobre objetos matemticos, sino sobre ideas matemticas. El libro de Argand tambin fue llamado Ensayo, ttulo raro por entonces para tales matemticas, como si el libro fuera algo muy personal y que slo posteriormente podra confirmarse como til. No era, desde luego, la va dogmtica de una sntesis de Euclides; el mismo Legendre, a pesar de su recuperacin del autor alejandrino, tuvo que reescribir constan-

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temente la prueba aducida para el quinto postulado. Leamos, pues, a Argand.Los mtodos que acabamos de exponer se basan en dos principios de construccin, uno para la multiplicacin y otro para la suma de las lneas direccionales; y se ha hecho notar que siendo resultado de inducciones que no tienen un grado suficiente de evidencia no podan, hasta ahora, ser admitidos sino como hiptesis, cuyas consecuencias, o bien razonamientos ms rigurosos, podran hacer que fueran admitidos o rechazados.25

Aunque esa tmida presentacin exhibe la retrica de un principiante en matemticas, expresa tambin una nueva fuerza joven, an no domesticada por los crculos acadmicos. Legendre es el nico acadmico citado por Argand, y no se menciona ninguna aprobacin por su parte. Sabemos que Legendre nunca present el libro de Argand en la clase superior del Instituto, lo que muestra que la diferencia generacional -un tema romntico- se halla presente en la ciencia. Expliquemos el caso de Argand, que no es igual a las dificultades que tuvo Fourier con la generacin provecta. Aos despus de la publicacin de su no ledo libro, en los Annales de mathmathiques pures et appliqus, y a peticin de Gergonne, Argand resuma lo que entonces llam una teora. Pero primero adoptaba el punto de vista acadmico, es decir, la perspectiva ampliamente dominante del siglo XVIII, explicando el uso de los signos como operaciones. Condillac haba reducido la invencin en matemticas, de modo que se vea al lgebra como el tipo de rigor requerido para la creacin matemtica. Dejando aparte irnicamente la cuestin de la verdad sorprendente declaracin Argand basaba su juicio en las consecuencias o frutos de la teora. Por entonces consideraba los usos de la Escuela como un hecho probatorio. Esto era una actitud revolucionaria: gente joven, incluso escolares, tenan que decidir qu era lo mejor para el futuro de las matemticas, que los brillantes inventores del siglo XVIII haban restringido excesivamente a un futuro analtico. En este contexto, el jovencsimo Evariste Galois no era una excepcin al publicar con 18 aos en los Annales de mathmatiques. A muchos de sus compaeros de escuela, renovada con la Revolucin, los profesores les exigan trabajar sobre temas nuevos y no limitarse a los mtodos matemticos de la Ilustracin.La teora de la que acabamos de dar un panorama puede ser considerada desde cierto punto de vista preparada para eliminar lo que pueda presentar de oscuro, y para lo que parece ser el objetivo principal, a saber, establecer nuevas nociones sobre las cantidades imaginarias. En efecto, dejando de lado la cuestin de si esas nociones son verdaderas o falsas, nos podemos limitar a ver esta teora como un medio de investigacin, no adoptando las lneas25 R. Argand, Essai sur une manire de reprsenter les quantits imaginaires dans les cons tructions gomtriques, reimpresin de la 2 edicin de 1874, Paris, Blanchard, Paris, p. 60.

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direccionales sino como signos de las cantidades reales o imaginarias, y no viendo en el uso que de ellas hemos hecho ms que el simple empleo de una notacin particular. Para ello basta comenzar por demostrar, mediante los primeros teoremas de la trigonometra, las reglas de multiplicacin y adicin susodichas; las aplicaciones vendrn a continuacin y no quedar ms que examinar la cuestin didctica: si el empleo de esa notacin puede ser ventajoso; si puede abrir caminos ms breves y fciles para demostrar ciertas verdades. Es algo que slo los hechos pueden decidir.26

Cules eran realmente los hechos? No haba hechos en matemticas, slo pruebas comprensibles, y los hechos, trmino al que Comte dar cierta importancia epistemolgica, consistan aqu en lo que nosotros ahora llamamos el plano, considerado como un espacio topolgico bidimensional. El plano de Argand es an reconocido en la presentacin de los libros de topologa, pero en lgebra generalmente no. A comienzos del siglo XIX la juventud estaba en el Anlisis; lleg al lgebra 30 aos despus. Pero Argand y Galois no fueron fcilmente reconocidos, al haber perdido Cauchy los trabajos de Galois, olvidados asimismo por Fourier. Esta situacin produjo posteriormente la idea de una vanguardia cuya tarea fue trastornar el status quo. El cambio intelectual con el plano de Argand es que la realidad, y no el razonamiento formal, obligaba a considerar las rotaciones y semejanzas (homotecias) como organizadoras del plano de dos coordenadas. Estas dos operaciones tambin podan ser representadas mediante dos nmeros, un mdulo y un ngulo. Mdulo es una palabra acuada por Argand, todava en uso, como si hubiera sido inventada junto con los nmeros complejos en el siglo XVII. Al estilo romntico, un ao despus de su primer artculo publicado en los Annales de Gergonne, Argand se sinti obligado a hacer uso de la Historia, porque quera mostrar cul era su innovacin. Argand interpretaba las frmulas trigonomtricas, un triunfo de lo que entonces se llamaba anlisis algebraico, que haba sido elaborado analticamente por Euler a partir de la ecuacin ex1 = cos x + 1sen x. Y por tanto la trigonometra dependa del uso de funciones, y ms especficamente del uso de las series exponenciales infinitas, cuyas funciones seno y coseno fueron tabuladas. Dnde haba una definicin? La aplicacin a la geometra, y as es como podemos ver ahora la representacin euleriana de los nmeros complejos, se mantena como una induccin, o como una adecuacin afirmada, pero ciertamente no como una prueba.27 Utilizando las dos dimensiones del plano geomtrico, Argand dio una prueba corta, convincente y rigurosa, de lo que se llam el teorema funda26 R. Argand, Essai sur une manire de reprsenter les quantits imaginaires dans les cons tructions gomtriques, Annales de mathmatiques pures et appliques, t. IV, p. 147; reproducido en R. Argand, Essai sur une manir e ..., Paris, Blanchard, Paris, pp. 90-91. 27 R. Argand, Rflexions sur la nouvelle thorie des imaginaires, suivies dune application la dmonstration dun thorme dAnalyse, en los Annales de mathmatiques, t. V, p. 198; reproducido en R. Argand, Essai sur une manir e ..., Paris, Blanchard, Paris, pgs. 112-113.

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mental del lgebra. Haba largos y no convincentes trabajos de Euler y de Lagrange sobre ese teorema, que haban sido ampliamente criticados por el joven Gauss en 1799. El genio haba comprendido que el anlisis algebraico, la forma ilustrada del Clculo, no slo estaba mal fundamentada, sino que no era eficaz para obtener nuevos resultados. Gauss, cuya vida es desde luego, la vida menos romntica posible para un cientfico, an tena un enfoque romntico sobre el pasado, al declararlo arruinado y solicitar un nuevo enfoque ontolgico para las matemticas, que condujo a la topologa. Mucho menos avanzado que Gauss, la prueba de Argand no se basaba en el pensamiento algebraico y era una crtica de las pruebas algebraicas previas, aunque slo fuera por su extrema brevedad. Argand saba que haba creado una poderosa herramienta, que no destrua las sofisticadas tcnicas algebraicas o formales usadas por Euler y Lagrange, pero que las desterrraba al olvido. Al menos, para los propsitos del anlisis, cuando uno quera trabajar con funciones y variables, tal como haba expuesto Euler en su Introductio in analysis infinitorum. Argand estaba regresando a los orgenes. Una parte del pasado reciente tena que ser olvidada. La situacin no era precisamente la que Thomas Kuhn describe como un revolucin cientfica, porque no haba perturbaciones accidentales y lo que se iba a destruir era un desarrollo histrico del ncleo duro de la teora, y la solucin era regresar a ese ncleo, o sea, al estado inicial de la matemtica euleriana. Argand usaba deliberadamente una denominacin posesiva para lo que se iba a convertir en un punto de vista objetivo y universal sobre el campo complejo y sobre el anlisis de los nmeros complejos. Es curioso cmo su origen realista ayud posteriormente al uso de los nmeros complejos en fsica, ptica, electricidad, etc.Reclamar, respecto a mi mtodo, un examen ms especfico. Sealo que es nuevo y que las operaciones mentales que exige, aunque muy sencillas, exigen cierto hbito para ejecutarse con la celeridad que da la prctica de las operaciones ordinarias del lgebra. 28

El juego romntico de Argand con la Historia, o mejor dicho, su intuicin de estar introduciendo un mtodo en la historia de las matemticas, era algo teorizado por un poeta como Alfred de Musset, el hijo del siglo29, que haba aprendido matemticas, como cualquiera de su edad: haba nacido en Pars en 1810. Explicaba con orgullo, pero tambin con cierto aire de desdicha schadensfreude podra haber escrito Freud, que aun sabiendo que el pasado quedaba destruido para siempre, su generacin avanzaba hacia un futuro mejor, una especie de Amrica, pero entre ruinas. A travs de las tormentas, se poda alcanzar ese El Dorado a vela, usando las esplndidas28 Idem, p. 115. 29 La autobiografa de Musset, La confession dun enfant du sicle, apareci en 1836.

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naves construidas segn la preceptiva de la Scientia navalis debida a matemticos como Jean Bernoulli, Leonhard Euler y Pierre Bouguer en el siglo XVIII, o bien usando barcos de vapor feos y pesados.El siglo actual, en una palabra, que separa el pasado del porvenir, que no es ni lo uno ni lo otro y que se parece a ambos a la vez, y en el que no se sabe, a cada paso que damos si caminamos sobre simientes o sobre pacotilla.30

Una ilustracin que viene al caso es una pintura de Turner, donde se ve un velero remolcado hacia su destino final por un barco de vapor. Pero igual de elocuentes son otras dos imgenes. Una es el plano de un barco del ltimo cuarto del siglo XVIII; nos presenta un barco a la vez como si fuera una tabla matemtica y como un esplndido objeto sobre el ocano. La otra imagen es increble durante el siglo XVIII, incluso siendo un siglo al que le gustaban las ruinas. Representa un barco transformado en prisin: era algo habitual en ese siglo, pero los pintores no se atrevan a mostrar esa decadencia, un barco destartalado. Se convertira en algo usual en pintores como Cooke, al igual que los paisajes litorales decadentes. Exige cierto hbito matemtico mostrar que Argand haba suministrado las tcnicas bsicas del anlisis del siglo XIX, con el uso de desigualdades y la divisin de . Requera dos pasos, correspondientes a las dos dimensiones del campo complejo, o al doble trabajo que hay que realizar con longitudes y ngulos, por ejemplo, lo que nosotros, de modo insuficiente, llamamos la representacin geomtrica de los nmeros complejos. Esta tcnica de anlisis creada por Argand en 1806 se halla presente en un artculo de Gauss de 1814 sobre la funcin hipergeomtrica, y ser formalizada y difundida por Cauchy en un libro de texto en 1821. Sera luego descrita como rigor weierstrassiano, en cuanto que requera propiedades uniformes para ser comprendida, lo que no era el caso de Cauchy y sus contemporneos. Por tanto, el libro de texto de Cauchy, sobre el que el positivista Comte no dijo nada, era realmente joven, y representaba todava un movimiento joven en el mundo de las ideas, lo que contradice la reciente presentacin por Michel Serres de los efectos de los libros de texto en las matemticas como sepulcrales, abolidores de la imaginacin. Es un efecto de la historia de su descubrimiento el que no se hiciera ningn dibujo para la prueba de Argand en 1806, ni para la de Cauchy en 1821. La nueva concepcin no derivaba de la geometra de Euclides: la propiedad dimensional era un clculo, un mtodo, una imaginacin, no una imagen. De modo romntico respecto a la Historia y a lo que se conserva actualmente como expresin de la representacin compleja, no se ha preservado el proceso mediante el que Argand realiz su descubrimiento. Los poetas romnticos, sobre todo en Alemania, lamentaban a priori que los30 A. de Musset, en La confession dun enfant du sicle, M. Allem, Paul-Courant (ed.), uvres compltes en prose, La Pliade Paris, 1960, p. 69.

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esfuerzos en pro de los cambios en el conocimiento no fueran celebrados, y que la obras de los creadores modernos ya no fueran festejadas. El tipo de filosofa analtica del siglo XVIII se haba apropiado en exceso del territorio de la reputacin y la gloria. Es asimismo interesante ver por qu Argand cometi inicialmente un serio error matemtico en su libro, o crea, al menos, haber probado ms de lo que realmente haba hecho. Y que la validez de la prueba exiga una tcnica de reductio ad absurdum, tcnica indirecta comn en Euclides, pero desde entonces ausente del lgebra.

Una relacin difcil y romntica con el pasado Al habitual conflicto generacional, los cientficos de este perodo romntico aportan el sentimiento de una herencia difcil.Realmente el mayor mrito de la actitud romntica en la poesa y del mtodo trascendental en la filosofa, es que nos hacen regresar a los orgenes de nuestra experiencia.31

As lo explicaba en unas conferencias universitarias en 1910 Jorge de Santayana, actualmente ignorado por los historiadores de la ciencia. Esta cita nos retrotrae a la descripcin que Starobinsky hace de los orgenes y a la cuestin de cul es la motivacin de un creador. El romanticismo cerr definitivamente la centenaria polmica sobre los Antiguos y los Modernos, una vez finalizada la recuperacin del pensamiento antiguo. Los Modernos ya no tenan que destruir todo lo de los Antiguos, incluyendo a los Antiguos recientes de la Ilustracin, porque los Antiguos estaban definitivamente muertos32. El poeta Victor Hugo, polticamente muy conservador, proclamaba en 1826, con 24 aos, que haba una clara ruptura con el pasado y jugaba con el hecho de que l haba nacido casi con el siglo que celebraba. Era acaso una declaracin de que no tena origen, del mismo modo en que Argand rechazaba para su invencin la continuidad con la matemtica anterior? Saba cunto le deba a Euler, tanto como Hugo conoca su propia deuda con la literatura del siglo XVII, pero rechazaban el pasado inmediato como origen.De nuestro siglo al otro no puedo descubrir la transicin. Es que en efecto no existe. Entre Frdric y Bonaparte, Voltaire y Byron, Vanloo y Gricault, Boucher y Cherlet, hay un abismo: la revolucin.3331 George Santayana, Three Philosophical Poets, Lucretius, Dante, Goethe , Harvard Uni versity Press, 1910, Doubleday Anchor Books, 1953, p. 175. 32 Victor Hugo, Les Contemplations, I, 7, respuesta a un acta de acusacin. 33 El manuscrito de Victor Hugo est fechado en 1825-1826 y fue publicado en 1834, Lit trature et philosophie mles (p. 166).

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Excepto Kline, que sigue a Comte, que a su vez sigue al fsico Biot que escribe hacia 1802, los historiadores de la ciencia han sido reacios a admitir cualquier influencia de la Revolucin francesa sobre la ciencia, excepto la social, con la institucionalizacin de la ciencia a travs de la enseanza. Leamos mejor a Hugo, quien en 1824 escribi un segundo prefacio a sus Odas y baladas de dos aos antes, donde justificaba la expresin romntica. Sus versos queran componer una historia lrica del perodo iniciado con la Revolucin, que haba conmovido por completo el corazn humano34, lo cual es otro modo de glorificar el advenimiento de un nuevo siglo. La nueva literatura, el romanticismo, era verdadera en el sentido de que era moderna, es decir, que estaba en relacin directa y adecuada con su poca.Es posible que la literatura actual sea parcialmente el resultado de la revolucin, sin ser su expresin. La sociedad, tal como la forj la revolucin, ha tenido su literatura, horrible e inepta como ella. Esa literatura y esa sociedad murieron juntas y nunca resucitaron. Por todas partes el orden renace en las instituciones; igualmente renace en las letras. La religin consagra la libertad, tenemos ciudadanos. La fe depura la imaginacin, tenemos poetas. Por todos lados regresa la verdad, en las costumbres, las leyes, las artes. La literatura nueva es verdadera. Y a quin le importa que sea resultado de la revolucin? Es acaso menos bella la cosecha porque haya madurado sobre el volcn?

Adecuarse a los tiempos modernos exiga la desaparicin de las viejas formas de pensar. Argand, con la lenta evolucin de su trabajo, se dio cuenta de que para sus clculos con lneas direccionales deba olvidar la centenaria tradicin de la teora de proporciones. Respecto a la explicacin que dio con imgenes geomtricas de los nmeros que Descartes en 1637 haba llamado imaginarios, porque podan ser pensados pero no vistos, Argand, en su respuesta a las objeciones, tuvo que abandonar el tipo de razonamiento basado en las razones (ratios), tan bien integradas en los hbitos filosficos desde Aristteles en adelante bajo el nombre de analoga.En cuanto al primer punto, probablemente siempre est sometido a discusin, en tanto se busque establecer la significacin de 1 por las consecuencias analgicas con las nociones recibidas sobre las cantidades positivas y negativas y sus proporciones mutuas. Se ha discutido y se discute todava sobre las cantidades negativas; con ms razn se podr argir objeciones contra las nuevas nociones de los imaginarios. Pero no habr dificultad si, como ha hecho M. Franais, establecemos como definicin qu es lo que se entiende como relacin de magnitud y de posicin entre dos lneas.35

Argand es matemtico y generalmente slo tiene que explicarse en trminos matemticos, pero aqu se halla confrontado a un gran problema. La rela34 Victor Hugo, uvres potiques, P. Albouy (d.), prefacio a Odes et Ballade s ( 1824), Paris, La Pliade, I, Gallimard, 1964, p. 273. 35 R. Argand, p. 112.

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cin entre dos lneas direccionales, o como diramos nosotros, entre dos vectores, ha de ser una relacin cuantitativa. Precisamente el modelo de relaciones cuantitativas, segn haba explicado bien Aristteles, era la teora de proporciones y razones, que tena un estatus matemtico desde el libro V de Euclides. Haba que organizar un nuevo tipo de relacin para las lneas direccionales, lo que nos acerca mucho al tema de las funciones. Argand sostena que haba hecho factible este nuevo tipo de relacin y ya hemos visto cmo proceda. Es posible an usar el trmino proporcin? Tiene un matemtico derecho a extender una definicin, o sea, a generalizar? Qu es el derecho a crear?La nica cuestin que queda por conocer es si est permitido designar esta relacin con las palabras relacin o proporcin, que ya tienen en el Anlisis una acepcin determinada e inmutable. Ahora bien, ello se permite efectivamente porque en la nueva acepcin no se hace sino aadir algo a la antigua, sin cambiar nada ms. Se generaliza sta de modo que la acepcin comn es, por as decir, un caso particular de la nueva. No se trata aqu de buscar una demostracin.

La mayor dificultad tcnica, oculta bajo la retrica de Argand como si slo se tratara del problema de un cambio de extensin, era que la generalizacin no preservaba algunas propiedades computacionales usuales de la antigua definicin de proporcin, particularmente en lo que concierne a las propiedades de orden. Sabemos que los nmeros imaginarios componen un campo, aunque no un cuerpo ordenado, y que para dos nmeros complejos no existe algo como z>z. El nuevo mundo no era el mismo que el viejo, aunque procediera de l. Este es el problema romntico por excelencia. Pierre Leroux, por entonces discpulo de Saint-Simon, al defender el estilo romntico en 1829, con ocasin de la publicacin de las Orientales de Victor Hugo, decide tratar el papel de los smbolos en la nueva poesa, con un trabajo especfico sobre las imgenes, de modo anlogo a Argand, que se ocupaba de la sustitucin de las propiedades algebraicas por propiedades geomtricas. Leroux fue ms lejos, considerando la posibilidad de extender una variedad infinita de significados a las imgenes. Estableca una comparacin con las matemticas, donde se entenda los nmeros como proporciones.Debemos recordar que toda poesa vive de la metfora y que el poeta es un artista que establece relaciones de todo gnero mediante todas las capacidades de su alma, y que sustituye relaciones idnticas por imgenes, igual que el gemetra sustituye, por el contrario, trminos puramente abstractos, letras que no representan nada determinado, por nmeros, por lneas, por superficies, por slidos, por todos los seres naturales y por todos los fenmenos.36

36 Pierre Leroux, Du style symbolique, Le Globe, 8 de abril de 1829, citado por Claude Milet, en Lesthtique romantique, Paris, Agora, 1994, p. 193.

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En una nota aada:La identidad es el principio de todas estas sustituciones. En geometra, como en poesa, como en todo, la comparacin es la gran va del espritu humano. El poeta te devuelve lo abstracto como sensible, el gemetra lo sensible como abstracto; pero ambos no hacen ms que sustituir relaciones por otras relaciones, o ms bien, reproducir mediante trminos diferentes relaciones idnticas. Slo que no trabajan sobre los mismos materiales.

No son solamente el poeta y el gemetra quienes no trabajan sobre el mismo material, sino el propio gemetra al extender el significado de lo que eran las proporciones. En un poema datado en 1834, pero escrito en 1854, Hugo explicaba su olvido de Aristteles de modo muy simple.Et sur lAcadmie, aeule et douarire / Cachant sur ses jupons les tropes effars, / Et sur les bataillons dalexandrins carrs, / Je fis souffler un vent rvolutionnaire. / Je mis un bonnet rouge au vieux dictionnaire./ Plus de mot snateur plus de mot roturier / Je fis une tempte au fond de lencrier, / Et je mlai, parmi les ombres dbords, / Au peuple noir des mots, lessaim blanc des ides / Et je dis: Pas de mot o lIde au vol pur / Ne puisse se poser, tout humide dazur / Discours affreux Syllepse, hypallage, litote, / Frmirent; je montais sur la borne Aristote, / Et dclarai les mots gaux, libres, majeurs. Y sobre la Academia, rentista y anciana / escondiendo bajo sus faldones los tropos pasmados,/ y sobre los batallones de alejandrinos cuadrados, / hice soplar un viento revolucionario./ Le puse un bonete rojo al diccionario./ Basta de palabras senatoriales Basta de palabras plebeyas / En el fondo del tintero una tempestad form/ y, entre las sombras desbordadas, mezcl/ con el pueblo negro de las palabras, el blanco enjambre de las ideas, / y dije: Ni una palabra donde posarse no pueda / la Idea de vuelo puro, de azul hmeda entera/ Horrible discurso Silepsis, hiplages, ltotes,/ se estremecieron; a Aristteles me lo salt / y a las palabras iguales, libres, mayores de edad declar.37

Pero Aristteles era citado por Fourier, en su primer artculo de 1798, presentndolo como el verdadero padre de la mecnica. Estaba reescribiendo la historia de la mecnica, porque desde Galileo se vea a Aristteles como37 Victor Hugo, Les Contemplations , I, 7, respuesta a un acta de acusacin.

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enemigo del progreso, y quiz como el rostro de la anticiencia. Tales viajes hacia el pasado lejano son similares a los organizados para conquistar cientficamente la Tierra.

Un viaje moderno hacia el pasado lejano y las vas modernas de un viaje cientfico En 1798 el viaje de Bonaparte a Egipto, acompaado por muchos jvenes profesores de la Escuela Politcnica y por un grupo de cientficos maduros que se sentan bastante jvenes como para seguir a un general tan joven, produjo muchos hbitos nuevos en la comunidad cientfica europea. Primero de todo, el hbito de que los cientficos se arrimaran al poder para ser capaces de construir un nuevo mundo; y tambin que se considerara a los ingenieros como cientficos, puesto que haban sido educados en ciencias, y eran capaces de proponer -o soar- una nueva organizacin para la sociedad. Egipto se convirti en un laboratorio, hasta el punto de que los egipcios fueron observados como un zologo hace con los animales. La mirada cientfica fra pareca justificada en cuanto que traera el progreso, y as la ciencia otorgara a sus partidarios una aventura, una vita activa, y ya no la vita contemplativa reservada antiguamente a las mentes ociosas. Para el cientfico trabajar tena ahora un significado social. Casi simultneamente se produjo el descubrimiento del antiguo Egipto, un juego posible con la ficcin y la historia, con otro mundo. Y el positivismo trajo la validacin de tales estudios eruditos con la idea de que el estudio del Egipto antiqusimo poda ayudar a modelar un futuro para el nuevo Egipto. Un imperio que deja tan grandes monumentos tena que ser un imperio basado en la razn y el buen gobierno, una especie de antiguo Egipto de la Ilustracin, cuando la religin era el disfraz de la ciencia en favor de las mentes ms humildes. Algunos cientficos franceses, imaginando los templos egipcios como laboratorios cientficos cimentaron su vocacin profesional y prepararon el camino para la arqueologa, superando la mera tradicin de los anticuarios. Analizamos, por tanto, un estilo colectivo cuando vemos una poderosa organizacin mental en marcha, intentando arreglrselas con el poder de la imaginacin usando reglas positivas para el establecimiento de la historia y la geografa. Lamentando haber perdido la salida desde Toulon hacia Alejandra, Alexander von Humboldt, durante su largo viaje a Amrica, experiment el mismo tipo de idea, que parece haber madurado durante su estancia en Canarias: intent establecer en la medida de lo posible una geografa positiva (y en especial intent comprobar qu nueva agricultura se poda desarrollar) y para ello tuvo que evitar el olvidar los logros polticos y econmicos de las civilizaciones pasadas y al mismo tiempo hacer una nueva evaluacin del progreso aportado por la colonizacin espaola. Vol-

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viendo al positivismo y al romanticismo, el propio Humboldt simbolizaba el mundo matematizado, la historia de los viajes, la ciencia y la naturaleza, para gloria del espritu humano.Der Snger geht auf rauhen Pfaden, / Zerreist in Dornen sein Gewand / Einseam und pfadlos fliesst in Klagen / Jetz ber sein ermattet Herz.38 El cantor camina por senderos difciles, / y sus vestidos estn desgarrados por espinas .../ Cuando a solas y sin rumbo / deja fluir las quejas de su cansado corazn.

38 Novalis, Der Snger.

FILOSOFA DE LA NATURALEZA Y CIENCIA: SCHELLINGAntonio Prez QuintanaUniversidad de La Laguna

I. Ciencia, filosofa, teosofa La Filosofa de la Naturaleza (FN) es un fenmeno caracterstico del romanticismo al que puede ser adscrito un considerable nmero de cientficos, filsofos y figuras de la cultura de la poca. Pero si atendemos al valor filosfico de sus creaciones, ser preciso reconocer que le corresponde a Schelling un lugar de absoluto privilegio entre ellos. Schelling es el gran filsofo de la naturaleza del romanticismo. Su sistematizacin de los principios del conocimiento de los fenmenos naturales es la ms completa y poderosa, y ejerce una influencia decisiva en numerosos discpulos y continuadores, en Hegel y, lo que es ms notable, en cientficos importantes del siglo XIX. Por eso centramos en Schelling el tratamiento de la cuestin de la relacin entre ciencia y filosofa en el romanticismo. Para desarrollar la tesis que afirma la realidad de una relacin entre filosofa y ciencia en la FN de Schelling ser necesario, ante todo, dar cuenta del trasfondo cientfico que sirve de inspiracin a esa Filosofa, as como de la influencia que la misma ejerce en algunos momentos de la historia de la ciencia posterior a Schelling. Pero antes de entrar en el tratamiento de la cuestin de la relacin de la filosofa schellingiana con la ciencia hemos de dejar constancia de otras presencias detectables en aquella. La schellingiana FN, en efecto, partiendo de la experiencia romntica de la naturaleza, se configura a travs del dilogo con la ciencia de la poca y con las filosofas del pasado, pero tambin mediante la incorporacin de elementos tomados de la teologa y de la mstica, de la mitologa y de la tradicin teosfica. Los

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Natrphilosophen leen apasionadamente a Bhme, son tesofos, se apropian argumentos del esoterismo, y no hacen otra cosa que seguir la tradicin teosfica cuando buscan semejanzas, analogas y correspondencias en todo o cuando ven en todas las cosas smbolos de otras realidades. La Natrphilosophie se propone recuperar la alianza (rota desde Galileo) de la ciencia con la teosofa e interpreta los descubrimientos de las nuevas ciencias a la luz de supuestos teolgicos y esotricos. Abre con ello las puertas a las ms arbitrarias extrapolaciones. Schelling, aunque en menor medida que otras figuras de la Natrphilosophie, comparte las tendencias que dominan el ambiente: abusa de las analogas, generaliza ms all de lo que autorizan los datos y orienta a la FN por derroteros que en ocasiones se confunden con los de la mitologa. La tendencia a la extrapolacin resulta potenciada en Schelling por el protagonismo de la intuicin intelectual, la cual propicia en su FN un constructivismo que vuelve la espalda a la experiencia y a las ciencias. Es sobradamente conocida, a este respecto, la crtica hegeliana que denuncia en la FN de Schelling, adems del formalismo vaco de las construcciones levantadas sobre analogas, el carcter fortuito de un saber derivado de la intuicin intelectual incapaz de hacer ver la necesidad de la conexin entre los fenmenos naturales 1. La asimilacin de la intuicin intelectual a la intuicin esttica, por otra parte, promueve una visin mitolgica de la realidad natural y favorece la aproximacin de la FN a la poesa, reforzando con ello, en opinin de Lukcs, el irracionalismo de Schelling y su tendencia a establecer conexiones entre fenmenos apoyndose en simples analogas2. Intuicionismo, teosofa, inquietudes teolgicas y msticas, todo ello confiere, en ocasiones, a la FN de Schelling ese sesgo de especulacin fantasiosa que tanto ha contribuido a desprestigiarla y que relativiza sensiblemente la dosis de rigor proveniente del encuentro con la ciencia. Schelling toma en consideracin el dato cientfico, pero frecuentemente lo manipula, lo extrapola o lo integra en una sistematizacin construda de acuerdo con principios extraos a la ciencia. La orientacin dominantemente especulativa de su pensamiento lo lleva a aproximarse a la ciencia guiado por el objetivo de encontrar en ella la confirmacin de sus puntos de vista, lo que se traduce en una sospechosa tendencia a destacar aquellos resultados de la investigacin cientfica que encajan en su sistema, mientras ignora aquellos otros que cuestionan alguna de sus concepciones. Puede comprenderse, por ello, que los textos schellingianos produzcan en algunos de sus intrpretes la impresin de que la FN, cuando no ignora a la ciencia, tampoco acierta a ir ms all de la burda instrumentalizacin de la misma. En realidad, en la filosofa de Schelling el impulso especulativo desplaza a un segundo trmino la

1 Adems de los conocidos textos del Prlogo de Fenomenologa del Espritu , ver Lec ciones sobre la Historia de la Filosofa, FCE, Mxico 1977, III, pp.492-493; 497-498. 2 El asalto a la razn , Grijalbo, Barcelona 1975, p. 125.

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atencin a la experiencia. Jaspers dice que Schelling no atiende suficientemente a la investigacin emprica y que no tiene una idea clara del sentido y del mtodo propios de la ciencia moderna3. Ms an, no resulta difcil constatar que en ocasiones las deducciones schellingianas invaden terrenos en los que no es posible entrar sin el concurso de la experiencia. Segn lo advierte la crtica menos complaciente con la Natrphilosophie, Schelling llega a enmendar la plana a la ciencia emprica en dominios que suelen considerarse reservados al mtodo experimental. Esto es lo que el hombre de ciencia no puede aceptar y lo que provoca el desprestigio de la Natrphilo sophie entre muchos cientficos ya en la poca de Schelling. Sirvan estas indicaciones de recuerdo de una crtica a Schelling que es justa y que ha sido hecha en innumerables ocasiones. Pero el apunte crtico tiene que ser matizado enseguida con la advertencia complementaria, pues con la misma contundencia que se rehuye la exaltacin acrtica de Schelling habra que evitar la posicin contraria que no viera en su FN ms que lucubraciones de una mente calenturienta. Aunque recibe la influencia de la tradicin teosfica y de Bhme, Schelling nunca se adhiere abiertamente a la teosofa. Schelling es un filsofo, no un tesofo. Siempre mantiene la distancia frente a los excesos de muchos representantes de la Naturphiloso phie4 y, en la orientacin de su pensamiento, resultan determinantes el dilogo con figuras importantes de la filosofa (Spinoza, Leibniz, Kant, Fichte, etc) y la reflexin sobre las aportaciones de las ciencias de la poca. Para hacer la valoracin de la FN de Schelling ser ineludible tomar en consideracin tambin su ocupacin con las ciencias naturales. Puede constatarse la atencin de Schelling a la ciencia especialmente en las primeras obras que publica sobre FN. Y no debera en absoluto considerarse carente de fundamento distinguir, atenindonos al criterio de su mayor o menor proximidad a la ciencia, dos perodos en la poca en que Schelling se ocupa intensamente de la disciplina en cuestin: el primero, en el que es ms visible la influencia de las aportaciones de las ciencias en la configuracin de su filosofa, correspondera a los aos 1797-1800; el segundo coincide con los aos en los que elabora el sistema de la identidad (1801-1806), y en l disminuye la valoracin de la repercusin filosfica de la ciencia en la misma medida en que gana terreno la visin mitolgica y religiosa de la naturaleza. Voy a centrar mi ponencia en el primer perodo, el ms interesante para la historia de la ciencia, dejando fuera de conside-

3 Schellings Grsse und Verhngnis, R. Pieper et co. Verlag, Mnchen 1955, pp. 247-249. Puede verse una contudente exposicin de la tesis que reprocha a Schelling un exceso de especulacin que le impide tomar en serio a la ciencia en Hans-Dieter Mutschler: Spekulative und empirische Physik: Aktualitt und Grenzen der Natrphilosophie Schellings , Stuttgart, Berlin, Kln, Kohlhammer 1990, pp.26 ss. Este autor polemiza con aquellos intrpretes, partid