cien años de soledad y uno de la muerte del...

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CAROHANA A N A C A R O H Nro. 7 / Mayo 2015 Cien Años de Soledad Y uno de la muerte del Gabo El autor Gabriel García Márquez encabeza de manera póstuma el número uno en ventas de libros en América Latina, con su obra cúspide escrita en 1967. El Premio Nobel de literatura 1982 Director: Juan Páez Ávila

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CAROHANAANACAROH

Nro. 7 / Mayo 2015

Cien Años de Soledad Y uno de la muerte

del Gabo

El autor Gabriel García Márquez

encabeza de manera póstuma el número uno en ventas de

libros en AméricaLatina, con su obra cúspide

escrita en 1967. El Premio Nobel

de literatura 1982

Director: Juan Páez Ávila

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Andreina RincónDISEÑO

GR

ÁF

ICO

CONSEJO ED

ITO

RIA

L

José PulidoWilfredo Páez Gallardo

Julio BolívarFausto Izcaray

Jorge Euclídes Ramírez Rafael Montes de Oca

Martínez

Reinaldo Chaviel

JEFE DEREDACCIÓN

Fundación CAROHANA

Juan Páez Ávila

DIRECTOR

DIRECTOR DE ADMINISTRACIÓN

REVISTA CULTURAL

Universidad PedagógicaExperimental Libertador

(UPEL).

Instituto Pedagógico “LuisBeltrán Prieto Figueroa”.

Cátedra libre literaria:Juan Páez Ávila

Gracias Gabo

Colombia mira en el espejo de Gabo y se acerca al hombre

07

AGOSTO.

CONT

06

Barquisimeto, VenezuelaTodos los Derechos. CopyrigthSeptiembre año 2014

c

Equipo FNPI

El año en que Gabo dejó este mundo para convertirse en eterno 08

El estado de la literatura venezolana: una conversación con el crítico CarlosPacheco

Todos somos Gabo, todos somos Macondo

10

09

JOSÉ CASTRO URIOSTE

Ana Maria Machado: "Hay una eclosión de nuevas voces" en Brasil 13

De la novela al ensayo, el español Andrés Barba indaga en la risa

14

15

05

“De Libros y Bibliotecas” 16

EDITORIAL

Ni soledad ni olvido, Gabriel

García Márquez sigue en la

memoria

03

04

Narrativa venezolana contemporánea, de Orlando Araujo: Comentarios de un lector 18

STEFANÍA MOSCA

Bogotá recuerda a García Márquez con un mural gigante

SERGIO RAMÍREZ

Venezolano Cruz-Díez recomienda el arte para conseguir "paz social"

Wilfredo Páez

SUBDIRECTORGorquin Camacaro

Héctor Saldivia SeijasOmar Ocariz

FRANCISCO RIVERA

Mireya Grau

Yelena Martínez

CONSULTORA JURÍDICA

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ENIDO

GALEANO SEPULTA "LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA” 36

"Amor innito", el nal de la serie juvenil "After" se publica en español 38

37

Dalí será "un fantasma" en el Pabellón Español durante la Bienal de Venecia 41

39

El boom según Harss, la explosiva sonrisa de los escaparates 43

42

Rolando Gabrielli

Fermín Toro y los inacabados

REINALDO ROJAS

El gasto en cultura estimula el

crecimiento en Alemania

Eugenio Aguirre novela la

historia de las

revolucionarias mexicanas

Grass: impactante

espejo alemán

El Poder y La Gloria: Novela de

Graham Greene

Don Quijote nos recuerda

el valor de la justa rebeldía

46

21

22

23

24

25

26

27

28

29

Carmen Cristina Wolf rinde

homenaje a otros escritores

ENTREVISTA A JOSÉ PULIDO,

ESCRITOR "Hay una crisis de

autenticidad"

Himno a Cervantes

LEGADO ARTÍSTICODe cuatro pintores venezolanos

¿Qué se hizo Luis Harss?

Galardón para Goytisolo

Un libro explora el lado periodístico y el activismo de Elena Garro

30MADRE TIERRA

ALEJO URDANETA

Héctor Saldivia Seijas

Tomas Eloy Martínez

Leer a Eliot Weinberger

31

Jill Abramson: “No me

arrepiento de mi trabajo

en 'The New York Times”

35

Disminuye producción editorial de América Latina pero sube formato digital

PÁEZ ÁVILA Y SUS CORONELES48

GUSTAVO MERINO FOMBONA

Miguel Ángel Caminos

50

HOMBRES DE PETRÓLEO

Gorquin Camacaro

Nelson Rivera

Benecios de la lectura

32 AJV

33

LOS VALORES DE LA OBRA

DE ARTE

Enrique Viloria Vera

Ramón Pérez Linárez

JPA

DANIEL FERMIN

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EDIT

ORIA

L

PRIMER ANIVERSARIO

03

Universidad Pedagógica Libertador Instituto Pedagógico de Barquisimeto Luis Beltrán Prieto Figueroa CLLJPA-UPEL-IPB

Reflexiones para celebrar un año de trabajo Cuando un grupo de profesores de la UPEL-IPB decidimos asumir la responsabilidad de promover la creación de una cátedra libre literaria, que la denominaríamos Juan Páez Ávila, fue un gran compromiso, por tres cosas fundamentales, primero darle organicidad institucional y actividades literarias que garantizaran su continuidad en el tiempo, segundo asumir el nombre del Profesor Juan Páez Ávila, con una trayectoria en el campo de la educación, en la narrativa y una prosa escrita que nos permitiría tener de primera mano fuente de estudio e investigación, y por ultimo y no menos importante, que sea la Universidad de los Maestros la UPEL-IPB la que nos apoyó en este noble proyecto , es una iniciativa de primer nivel. La Cátedra Libre Literaria Juan Páez Ávila ya cumplió un año de funcionamiento con muchas expectativas y un camino trazado que nos vislumbra con actividades que trataremos de resumir. El apoyo de las autoridades universitarias con especial al Dr. Nelson Silva, Director Decano de la UPEL-IPB, que desde el primer momento, es y ha sido parte de la CLLJPA UPEL-IPB, en cada actividad es colaborador así como sus aportes e iniciativas, luego está el departamento de Literatura, en su Coordinador del Programa la Profesora Zully Camacaro, los Profesores Carmen Mayela Evora y Juan Carlos Araque, en las cátedras que dirigen, parte de la obra del epónimo ha sido leída, estudiada y comparada con otros autores venezolanos, es invaluable los aportes que estos estudiantes han promovido para el género literario luego de leer y discernir sobre la obra, un ejemplo es “ Atarigua y otros relatos de Carohana” del cual ya existen productos literarios hechos por estudiantes de la Cátedra Literatura Venezolana. El papel que están haciendo los Profesores Gorquin Camacaro, Reinaldo Chaviel, Alonso Pérez y David Vargas con el apoyo de nuestra Coordinadora Miriam Morelia Muñoz, en la iniciativa de crear un concurso literario que incentive a los jóvenes, particularmente estudiantes de literatura, el hábito de la lectura y la reflexión en lo humano con algunas de las obras nacionales e internacionales, así como recalcar el trabajo de la profesora Mireya Grau en el Liceo Madre Emilia de Carora, que será el Liceo piloto para esta inmensa iniciativa, en este momento está en proceso de concretarse el plan de trabajo para este concurso. Es importante resaltar que esta CLLJPA UPEL-IPB es itinerante, hemos hecho encuentros con el Ateneo de Cabudare, El Patio de las Letras, con el Kotepa Delgado de Duaca, El Ateneo Guillermo Morón, contactos y conversaciones la Casa Chío y la Republica de Guarimure en Torres, así con algunas personalidades del acontecer cultural del Estado Lara y en todo el País. Como último en este primer aniversario estamos publicando la Revista Cultural Carohana, ya en su séptima edición, un proyecto literario que traspasó las fronteras nacionales, según comentarios bien significativos de personas vinculadas al arte, la literatura y todas las demás expresiones culturales. Un año en la Literatura es poco aunque su esfuerzo es grande, trabajaremos en la CLLJPA-UPEL-IPB para que en los próximos años sean de mayor producción.

Wilfredo Páez Gallardo.

DE LA CÁTEDRA DE LITERTURA

JUAN PÁEZ ÁVILA

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0404

Ni soledad ni olvido, Gabriel García Márquez sigue en la memoria

DPA

"La vejez no llega con los años sino con el olvido", escribió el célebre escritor colombiano Gabriel García Márquez sin saber que la frase sería una premisa para quienes lo conocieron y leyeron. Al cumplirse el primer año de su muerte, los homenajes y reconocimientos no cesan mientras que él descansa en el seno de su familia.Las mariposas amarillas y el olor a Caribe colombiano revolotean hoy más que nunca en la imaginación. Exposiciones, documentales, lecturas colectivas y conferencias en honor al Premio Nobel de Literatura 1982 llenarán cada espacio que el vacío de su ausencia dejó desde ese 17 de abril de 2014, cuando le llegó el momento del adiós.Colombia, país que lo vio nacer en 1927 y que dio gran inspiración a sus obras, y México, nación que lo acogió como uno de los suyos y desde donde partió, concentrarán toda su atención en García Márquez, cuyas cenizas permanecen en Ciudad de México con su familia, como lo asegura Jaime Abello Banfi, amigo y cómplice del escritor."Las cenizas (de Gabo) las tienen guardadas la familia en México y todavía no ha habido una exposición de ellas. No conozco todavía qué planea la familia. Él está con ellos todavía, está bajo el control de su familia", dijo a dpa Abello Banfi tras afirmar entre risas que hoy habla más de Gabo que antes."Desde que se murió lo que pasa es que hablo más de él y pienso más en él que antes. Yo creo que él (Gabo) dijo siempre que escribía con la intención de que sus amigos le quisieran más y, entendiendo esa noción, lo que nosotros ahora no queremos dejar es que se nos vaya", puntualiza el director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).El legado literario de García Márquez es inmenso e incomparable. Fueron más de tres decenas de escritos entre novelas, cuentos, reportajes, crónicas, artículos, discursos y guiones de cine los que hicieron que se convirtiera en el máximo exponente del movimiento literario llamado Realismo mágico.Escritores como su paisano Alberto Salcedo Ramos, cronista y columnista oriundo también de la costa Caribe colombiana, aseguran que "Gabo es un clásico, es decir, uno de esos raros autores que no necesitan llevar su obra a remolque, porque esa obra se defiende sola".Sin embargo, la herencia de Gabo va más allá de las palabras y los textos. A raíz de su muerte, el Congreso de Colombia creó la Ley 1741 con la cual un billete tendrá su imagen y cuyos artículos disponen de una serie de políticas públicas como la creación de un centro internacional para el legado de García Márquez en Cartagena de Indias."Yo creo que hacer ese tipo de proyectos es una manera de mantenerlo realmente vivo. Pero además, que su recuerdo se transforme en oportunidades para la educación, para la cultura, para el periodismo, para el cine, para las cosas que le interesaban a él", puntualiza Abello Banfi al referirse con entusiasmo a lo logrado por el Nobel.En Colombia, la conmemoración de la muerte de uno de los escritores latinoamericanos más reconocidos en el mundo incluye, entre otros, una exposición temporal en el Museo Nacional de su vida y obra, así como un taller de lectura y dos conferencias.Asimismo, las bibliotecas Luis Ángel Arango de Bogotá y Vasconcelos de Ciudad de México impulsarán la convocatoria #GaboEntreBibliotecas, que busca que los lectores envíen un mensaje por Twitter contando qué ha significado para ellos leer a García Márquez.La Feria Internacional del Libro de Bogotá también se unirá al homenaje y dedicará su edición de este año a Gabo y Macondo, el pueblo creado por el escritor como escenario de su obra más importante, "Cien años de soledad".Entre tanto, en México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en colaboración con la Editorial Planeta, realizará una lectura colectiva de sus obras y la proyección de al menos una decena de películas basadas en las historias del Nobel.Además, el Grupo Planeta México realizará hasta el 30 abril un homenaje en Centroamérica y el Caribe con la publicación de ediciones especiales, la venta y publicación de toda su obra en formato impreso y electrónico y mesas en torno a Gabo.

Exposiciones, documentales, lecturas colectivas y conferencias llenarán cada espacio

que el vacío de su ausencia dejó desde ese 17 de abril de 2014.

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05

Bogotá recuerda a García Márquez

con un mural gigante

"Es un homenaje a Gabriel García Márquez y a su mundo, que es el mundo colombiano

del Caribe, de Macondo".señaló Gustavo Petro, alcalde de la capital colombiana.

Bogotá.- El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, inauguró hoy un mural gigante con la imagen del escritor Gabriel García Márquez como homenaje de la ciudad en el primer aniversario de su fallecimiento, que se cumple mañana.

La intervención artística se hizo en la esquina de la Carrera 10 con Avenida Jiménez, uno de los lugares más transitados de la capital colombiana, y también, según el alcalde, una esquina que era "triste" y ahora tiene nueva cara gracias al colorido mural."Es un homenaje a Gabriel García Márquez y a su mundo, que es el mundo colombiano del Caribe, de Macondo, el realismo mágico que nos muestra por qué hemos sido violentos, por qué estamos en guerra pero también por qué nos merecemos una segunda oportunidad sobre la tierra", manifestó Petro en referencia al final reservado para las estirpes condenadas a cien años de soledad en su obra cumbre.

Según Petro, el mural, pintado por artistas de la ciudad, es "una obra de arte que nos recuerda a quizás el mejor colombiano del último siglo, nuestro gran nobel, el escritor Gabriel García Márquez", fallecido el 17 de abril de 2014 en Ciudad de México.

En el acto fueron leídos fragmentos del libro "Tres cuentos y una

Proclama", una selección de cuatro textos del nobel publicado por la Alcaldía como parte de su programa "Libro al viento".

Este es el segundo homenaje que la Alcaldía de Bogotá dedica al nobel, pues en diciembre de 2013 Petro inauguró en el Palacio Liévano, sede del gobierno local, una estatua que representa a Gabo en sus épocas de periodista en la capital colombiana.

Gabo llegó a Bogotá en 1947 para estudiar Derecho en la Universidad Nacional, carrera que no terminó porque solo asistió a clases durante 14 meses.

En ese periodo fue testigo del "Bogotazo" la ola de violencia desatada tras el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, lo que aceleró su regreso al Caribe y su instalación en la ciudad de Barranquilla.

García Márquez regresó a Bogotá en 1954 para trabajar como reportero en el diario El Espectador, donde siete años antes ya había publicado su primer cuento, "La tercera resignación", y en donde escribiría uno de sus más célebres historias por capítulos, "Relato de un náufrago" (1955), editada en formato de libro 15 años después.

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Colombia mira en el espejo de Gabo

y se acerca al hombre

"Gabo es un personaje y a través de su vida tuvo hitos y momentos realmente relevantes

que pueden contribuir a que el lector se quiera acercar a su obra",

explicó a Efe la directora de la Biblioteca Nacional, Consuelo Gaitán.

Bogotá.- Frente a elementos que le sirvieron como inspiración y al lado de otros icónicos en su vida, Gabriel García Márquez será protagonista de la exposición "Un espejo en el mundo" que humaniza al Nobel a partir de mañana en la Biblioteca Nacional de Colombia, en el primer aniversario de su muerte. "Gabo es un personaje y a través de su vida tuvo hitos y momentos realmente relevantes que pueden contribuir a que el lector se quiera acercar a su obra", explicó a Efe la directora de la Biblioteca Nacional, Consuelo Gaitán. En la exposición, que contará con diferentes ediciones de los libros de García Márquez en varios idiomas, brilla con luz propia la máquina "Smith-Corona" en la que escribió "Cien años de soledad", su obra maestra. La máquina que dio a luz la novela pasó por el laboratorio de restauración de la biblioteca donde los técnicos apuraron los cuidados de unas teclas que aún tienen las huellas de los dedos y la palma de la mano de García Márquez. Además, los expertos que la han tratado han podido observar que le permitía cumplir los deseos ya que las características técnicas de esta "Smith-Corona" servían a su obsesión de presentar los textos pulcros y bien mecanografiados. En la exposición también tendrán una posición de honor la medalla del Premio Nobel de Literatura de 1982 y el diploma que lo acredita como ganador, dos elementos que, junto a la máquina, han sido cedidos por la familia de García Márquez a la Biblioteca Nacional. "La familia siempre ha sido muy discreta en todo el manejo de información, incluso cuando se anunció que iban a donar estos elementos", comentó Gaitán sobre el regalo que la viuda e hijos de Gabo hicieron a la institución.Con esos elementos como centro, la Biblioteca Nacional tiene el objetivo de construir un "proyecto más ambicioso" que consiste en una sala permanente y un sitio web, "el más completo hasta ahora", que permitan "seguir propiciando la lectura de García Márquez". Y es que, según dijo Gaitán, "el eje de este homenaje (la exposición temporal que se inicia mañana) es hacer un tributo a su escritura". "Hay que exaltar sus libros, hay que divulgar y provocar la lectura", apostilló. En la exposición "Un espejo del mundo", que estará abierta hasta el 2 de mayo, también se explorará el valor que tenía para Gabo la amistad como elemento de creación literaria con una colección de libros dedicados por el Nobel colombiano que pertenecen al periodista Daniel Samper Pizano. "Soy escritor por timidez. Mi verdadera vocación es la de prestidigitador, pero me ofusco tanto tratando de hacer un truco, que he tenido que refugiarme en la soledad de la literatura. Ambas actividades, en todo caso, conducen a lo único que me ha interesado desde niño: que mis amigos me quieran más", afirmó el

Nobel en una ocasión. En esos libros cedidos por Samper pueden leerse dedicatorias de García Márquez que tienen "una cercanía y una jocosidad que es como una manera de entender la literatura y la amistad literaria de una forma muy bella", aseguró Gaitán. Así, aspiran a acercarse a sus futuros aficionados y continuar con esa máxima que hizo famosa el Nobel colombiano: "es más fácil cazar a un conejo que a un lector". "Porque la obra de García Márquez ha colonizado a generaciones de lectores y la muestra la estamos haciendo con las traducciones que han llegado de países insospechados como Laos o Camboya en idiomas que desconocíamos. No vamos a limitarnos a hablar solo de su bigote o de su taza, queremos que el mundo de Gabo esté presente", afirmó la directora de la Biblioteca Nacional La exposición la coronará el proyecto denominado "La Máquina de la Memoria", una convocatoria lanzada a través de Twitter que busca que los colombianos refresquen y revitalicen el significado de algunas palabras tomando como punto de partida la peste del insomnio que acomete a los habitantes de Macondo en "Cien años de soledad". Todo ello para conseguir "mostrar que ese hombre, sentado delante de una maquina de escribir pudo construir ese mundo (literario), mostrar a la gente que es posible que Colombia produzca valores universales, conocimiento o satisfacciones", concluyó Gaitán.

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Gracias Gabo Equipo FNPI

Gabriel García Márquez está con nosotros de manera intensa. No hemos tenido tiempo de extrañarlo, porque no ha pasado ni un solo día sin que sea homenajeado o que ocupe los temas en las noticias, en las redes sociales, en las calles. No ha sido un año de ausencia sino de una presencia distinta, renovada e inspiradora Gabriel García Márquez está con nosotros de manera intensa. No hemos tenido tiempo de extrañarlo, porque no ha pasado ni un solo día sin que sea homenajeado o que ocupe los temas en las noticias, en las redes sociales, en las calles. No ha sido un año de ausencia sino de una presencia distinta, renovada e inspiradora.

En la FNPI estamos agradecidos con todas esas manifestaciones de cariño hacia Gabo, porque nos animan a mantenernos firmes en el compromiso de cumplir la misión que nos encomendó: trabajar por un periodismo de excelencia con valor de servicio público.

Estamos convencidos de que la mejor manera de unirnos a la celebración de su memoria y su legado, es mantener vivas sus ideas y ese pragmatismo mágico con el que siempre sacó adelante sus proyectos.

Esta Fundación es fruto de su visión, energía e iniciativa. Por eso este año, cuando conmemoramos nuestro 20º. aniversario, nos damos cuenta de la vital tarea que Gabo nos dejó y de que apenas hemos recorrido una pequeña parte del camino que nos llevará “al primer siglo de labores” que nos auguró cuando creó la FNPI en 1995.

Parte del compromiso lo dedicaremos a partir de ahora al impulso y esfuerzo requeridos para que se concrete, de manera seria, consultada y bien estructurada, el proyecto del Centro Cultural Internacional para el Legado de Gabriel García Márquez en Cartagena, de acuerdo a lo establecido en la Ley de Honores No. 1741 del 24 de diciembre de 2014.

Otra manera de celebrar a Gabo es invitar a la inscripción, hasta el 11 de mayo de 2015, de trabajos periodísticos para concursar en el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, instituido con su nombre y por sus ideales de contribuir a incentivar la excelencia, la coherencia ética y la innovación en periodistas y medios de lenguas española y portuguesa, de toda América, España y Portugal.

Los premios se entregarán en el contexto del Festival Gabriel García Márquez de Periodismo. Desde ya invitamos a periodistas, estudiantes, profesores y en general a todas las personas interesadas del mundo entero, a que nos acompañen del 29 de septiembre al 1 de octubre de 2015 en Medellín, Colombia.Serán tres días de coloquios, talleres y muestras artísticas, con entrada gratuita, para disfrutar los cuentos y todas las ideas que aún nos falta por descubrir, no solo en el periodismo, sino también en el cine, en la literatura, en la búsqueda de la paz y otros temas de Gabo.

Ahí hemos preparado una línea de tiempo con los principales momentos en la vida y obra periodística de Gabo; además, estaremos exhibiendo imágenes de nuestras actividades y regalando suvenires a quienes pasen a saludarnos.

Queremos que este sea un punto de encuentro para compartir con ustedes el trabajo que hacemos y que hagan parte de toda esta realidad, de la cual el mismo Gabo, emocionado, nos dijo alguna vez: “…¡Y pensar que todo esto estaba en nuestra imaginación!”.

#GraciasGabo

Equipo FNPI

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Revista Cultural

El año en que Gabo dejó este mundo para

convertirse en eterno

En sus 87 años de vida, el colombiano fue haciéndose a sí mismo no solo como el gran maestro del realismo mágico,

sino como un personaje fabuloso, todo un mito.

México.- (EFE) Tras una vida nutrida de anécdotas personales que lo acercaron al mundo mágico de sus novelas, Gabriel García Márquez falleció hace un año convertido en un personaje mítico, como lo recuerdan sus allegados en México, país en el que vivió sus últimos años. Y es que en sus 87 años de vida, el colombiano fue haciéndose a sí mismo no solo como el gran maestro del realismo mágico, sino como un personaje fabuloso, todo un mito. "Él me enseñó que los límites de la literatura y la realidad no existen", contó a Efe la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Cristina García Cepeda. Ella tuvo "el privilegio" de contar con su amistad durante sus últimos años de vida y hoy cuenta que "no se ha ido, sigue entre nosotros", sigue "en mi alma y en mi ser" y "lo recuerdo cada día más". "Gabo me enseñó que gracias a la amistad la vida es mas rica y gozosa" y también que "las palabras nunca salen vacías del corazón", contó García Cepeda. Entre sus muchos recuerdos, lo recuerda en su amada Cartagena de Indias (Colombia), "vestido de blanco, con el sombrero, siempre sin perder la humildad y la grandeza que lo distinguían". Cuenta su también amiga, la escritora Ángeles Mastretta, que en una cena entre amigos en la ciudad caribeña empezaron a acercársele seguidores para fotografiarse con él y acabó recibiéndolos hasta altas horas de la madrugada, reportó Efe."Mercedes (Barcha, su esposa) llamaba a esto 'el santísimo está expuesto'", recordaba Mastretta en uno de los homenajes que el escritor ha recibido este año. "Gabo fue un hombre cuyo andar por el mundo era un hermoso ejemplo, era amigo de la humanidad", tenía una gran "capacidad de fraternizar que nacía de su pasión por la vida (...) convivía con la literatura y con los seres humanos", agregó García Cepeda. La directora del INBA coincidió con el escritor en más de un concierto en el Auditorio Nacional, en el que siempre acababa convirtiéndose en el protagonista oculto entre la multitud. La música era la otra gran pasión del colombiano. "Él, más en serio que en broma, decía que 'Cien años de soledad' es un vallenato de 400 páginas y 'El amor en los tiempos del cólera' un bolero de 380", expuso García Cepeda. Aquel 21 de marzo de 2014, cuando fue despedido en el Palacio de Bellas Artes, cuatro días después de que dejara de respirar en su casa de la capital mexicana, también hubo vallenato. Y centenares de rosas amarillas, sus favoritas, y miles de mariposas amarillas, aquellas que perseguían a Mauricio Babilonia en "Cien años de soledad", el libro más vendido de la Editorial Planeta en 2014. Desde que "El Gabo" murió, solo en México se han vendido casi medio millón de libros del maestro del realismo mágico. Su muerte ha revitalizado su obra y cada vez más personas saben del día en que Aureliano Buendía fue a conocer el hielo, del amor eterno de

Florentino Ariza por Fermina Daza o de la paciencia sin límites del coronel por recibir su pensión. Como Úrsula Iguarán, uno de los personajes de "Cien años de soledad", García Márquez murió en Jueves Santo, y si de algo ha servido este año sin él es para crecer el mito, multiplicarse las anécdotas de quienes lo conocieron, las historias que contaba, algunas reales, otras inventadas y otras adornadas por su prodigiosa imaginación. "Un escritor tiene dos historias, una real, de dónde nació y qué estudio... y la otra es la historia inventada, la historia alternativa y estamos creando una mitología fascinante de García Márquez", contó a Efe el escritor mexicano Elmer Mendoza. Él escuchó una vez que Gabo contaba que a uno de sus hijos le suspendieron una asignatura por defender que los motivos de que el Coronel ("El coronel no tiene quien le escriba") no quisiera matar al gallo es porque lo consideraba de la buena suerte. "Yo le conté eso a su hijo en una cena en París y se murió de la risa", "'es que mi papa se lo inventaba todo', me dijo", reveló Mendoza. Según el escritor mexicano "un autor tiene que contribuir a crear su mitología, una mitología que tiene que ver con su creación, sus propias verdades no tienen que pertenecer al mundo de la realidad". Y el mito de "El general en su laberinto". "A mí me contaron que él decía que una noche llegó a Cartagena y no sabía dónde quedarse y entonces durmió en una plaza. Cansado, triste, sucio, había una estatua de Simón Bolívar a caballo y se dijo 'un día voy a escribir una novela sobre usted'". El escritor, quien no tuvo la oportunidad de convivir con García Márquez, solo en una cena y de lejos, participará en uno de los homenajes que se le harán estos días al colombiano eterno.Mesas redondas, charlas, lecturas públicas de su obra y un muro de mariposas amarillas, que será instalado en las afueras del Palacio de Bellas Artes el próximo 26 de abril. Allí, los ciudadanos podrán escribir lo que ha significado para ellos su obra, el porqué de la eternidad del maestro de la literatura mágica, que pervivirá en cada persona que se acerque a sus libros, pasen los años que pasen.

08

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Todos somos Gabo, todos somos Macondo

SERGIO RAMÍREZ

El 18 de abril se cumplió un año del día en el que la creación literaria perdió a uno de sus hijos predilectos: Gabriel García

Márquez. Nobel de literatura y autor de 'Cien años de soledad'ESPECIAL Todo sobre el Nobel colombiano

Mi amigo Jean François Fogel me explicaba una vez el término “purgatorio” que se usa en Francia referido a los escritores: a la muerte de uno de ellos, se dice, se le abren las puertas del purgatorio donde debe aguardar por su suerte futura, hasta que pasado un tiempo prudencial es trasladado al infierno, que es el olvido, o a la gloria, que es la inmortalidad. Esta máxima parte del supuesto de que, mientras el escritor permanece en el purgatorio, sus libros dejan de venderse o se venden menos, porque ya no se espera nada nuevo él. Luego, en un plazo no determinado, alguien viene a descubrirlo otra vez, o alguna circunstancia hace que su nombre brille de nuevo, y entonces puede ser que quede instalado en los estantes de las librerías como un clásico. El gran Gatsby de Scott Fitzgerald dormía el sueño de los justos cuando en 1974 la película de Jack Clayton creó una Gatsbymanía, tanto que se llegó a imponer en Estados Unidos el color blanco en la moda, ropa, vajilla. Y cuando William Faulkner recibió el premio Nobel en 1949, sus editores corrieron a reimprimir sus libros, ausentes en el mercado. Gabo parece ajeno a esa regla, porque la muerte no hizo sino multiplicar las ventas de sus libros. Desde la aparición de Cien años de soledad en 1967, se volvió un personaje mítico, y lo sigue siendo con creces, de modo que las llamas purificadoras del purgatorio no lo tocaron ni de lejos. El escritor como personaje popular en vida, caudillo cultural, estrella de cine, es un fenómeno que se ha presentado al menos tres veces en la literatura latinoamericana. Primero Rubén Darío: cuando en La Habana o en Veracruz corría la voz de que se hallaba a bordo de un barco atracado en el puerto, miles se concentraban en el muelle para vitorearlo. Luego está Pablo Neruda, que también vivió en olor de multitudes gracias, sobre todo, a la popularidad de sus Veinte poemas de amor… Y el propio Gabo, frente al que, se hallara donde se hallara, en el foyer de un cine, o en un restaurante, se formaba de inmediato frente a él una cola de admiradores que, no se sabía de dónde, habían sacado sus libros que le presentaban para firmar.Vida de Nobel 1927. Nace el 6 de marzo en Aracataca (Colombia).1940. Es enviado a estudiar a Bogotá.1947. Publica su primer cuento, La tercera resignación, en el diario El Espectador.1948. Empieza a colaborar en el diario El Universal, de Cartagena de Indias.1954. Entra en El Espectador.1955. Publica su primera novela: La hojarasca. Además, una serie de reportajes sobre el único sobreviviente de un naufragio en el Caribe, que luego se titularía Relato de un náufrago. Viaja como corresponsal a París.1958. Se casa con Mercedes Barcha.1961. Llega con su familia a México DF. Trabaja como guionista y en publicidad.1967. Publica Cien años de soledad.1982. Recibe el Premio Nobel de Literatura.1994. Crea la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.2002. Publica sus memorias Vivir para contarla.

2014. Muere en México DF. el 17 de abril, a los 87 años.Novelas: La hojarasca, La mala hora, El coronel no tiene quien le escriba, Cien años de soledad, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera, El general en su laberinto, Del amor y otros demonios y Memoria de mis putas tristes.Cuentos: Ojos de perro azul, Los funerales de la Mamá grande, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada y María Dos Praceres. ¿Cuál es la clave de la Gabomanía? Por supuesto sus propios libros, que desbordan las barreras del lector culto, o del lector habitual, y alcanzan el vasto mundo del lector común. La lectura se vuelve así un fenómeno popular. Tanto los poemas de Darío como los de Neruda siguen siendo recitados de memoria por escolares y por enamorados, por amas de casa y por trasnochadores; pero los personajes y escenarios de las novelas de Gabo tienen sustancia real entre la gente, uno de los pocos casos en que el público llano coincide con los letrados, y el favor de las ventas coincide con el favor de la crítica. Macondo es como La Mancha, un territorio que la imaginación del autor ha traspasado a la imaginación popular, y por tanto se vuelve real. Historias cien veces contadas por voces anónimas, desde consejas y mitos hasta letras de vallenatos, las devolvió a la gente que volvió a apropiarse de ellas, un público fascinado porque alguien, desde la letra impresa, les contara algo que ya sabían, o creían haber vivido. Este traspaso de ida y vuelta es el que crea el realismo mágico, y el lector común, al entrar en ese país imaginario que se llama Macondo, lo hace con absoluta credulidad porque se reconoce como uno de sus habitantes. Macondo no es sólo el pequeño pueblo bananero de la ciénaga colombiana, sino cualquier pequeño pueblo latinoamericano, o de cualquier parte del mundo.El universo verbal de Gabo es reconocible para todos, y en este sentido Macondo se vuelve un país infinito donde letrados e iletrados pueden vivir a gusto. Todos somos Macondo. Todos somos Gabo, en las universidades y las academias, y en las galleras, las barberías y las cantinas. Todo lo que nos cuenta viene ya en los genes de nuestra memoria. Alguna vez hemos sido operados por los médicos invisibles. Remedios la Bella ha ascendido al cielo en el patio de al lado, envuelta en las sábanas puestas a secar, y hemos visto las nubes de mariposas amarillas que siguen a Mauricio Babilonia. Conocimos a alguien que nació con una cola de cerdo por culpa incestuosa, y bajo un árbol del solar de nuestra propia casa fue encadenado José Arcadio Buendía. Hemos visto por primera vez en nuestras vidas una marqueta de hielo. Hemos oído pitar el tren amarillo que lleva rumbo al mar los cadáveres de los miles de trabajados bananeros alzados en huelga. Esta es la realidad. Lo demás es mentira. La imagen triunfante de Gabo la veremos pronto en los billetes de banco de Colombia, ya hay un decreto legislativo al respecto; y en los billetes de lotería, y en las tapas de los cuadernos escolares, y, quién quita, en los altares domésticos, enflorada y con una velita encendida. Pero no le pidamos más milagros. Con sus libros es más que suficiente.

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El estado de la literatura venezolana: una conversación con el crítico Carlos Pacheco

JOSÉ CASTRO URIOSTE

Carlos Pacheco es uno de los intelectuales venezolanos más destacados de su generación.

Ha sido Catedrático Titular en la Universidad Simón Bolívar –donde fue Coordinador del Postgrado en Literatura– e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos “Rómulo Gallegos”. Sus estudios en el campo de la literatura recibieron reconocimientos como el Premio de Investigación “Andrés Bello” y el Premio de Crítica “Rafael Barret”. En 1997 fue miembro del jurado del Premio Internacional de Novela “Rómulo Gallegos”. Durante un período de dos meses, Pacheco fue invitado por la Universidad de Cincinnati para desarrollar sus investigaciones. Esta conversación la tuvimos precisamente allí, en Cincinnati, en noviembre de 2008. Abordamos temas como el rol de la crítica y del escritor, y el estado de la literatura venezolana. 1.- Hoy en día, en parte debido a los nuevos avances tecnológicos, se lee menos. ¿En este contexto cuál considera que es el rol de la crítica literaria? A mí me parece cierto que el desarrollo de los medios tecnológicos ha modificado los hábitos de lectura. En esta época, los niños crecen con el Internet que les proporciona píldoras de conocimiento. Es una búsqueda de conocimiento de manera utilitaria: en el sentido de que surge la necesidad de saber algo, se encuentra en el Internet y me lo apropio. Aquí, claro, no hay ningún concepto de autoría. Todo esto ha afectado a la lectura. Ya que un texto más elaborado, más exigente, sea de poesía o de narrativa, para ese público se transforma en una actividad más difícil. Ahora bien, respondiendo específicamente a tu pregunta creo que el crítico tiene que hacer varias cosas. Una de ellas es predigerir en su apreciación y comprensión las obras literarias, y devolverlas a la sociedad de manera valorativa para que encuentren el público adecuado. Es decir, que una labor del crítico puede ser producir la conexión, entre quien escribe y quien lee. Esto por supuesto, no sustituye su trabajo como un estudioso que realiza investigaciones que son dirigidas a sus colegas y sus pares. 2.- En los años sesenta el rol del escritor latinoamericano era hasta demasiado claro. En estos años tenemos un nuevo mapa político. ¿Cuál podría ser el rol del escritor en este nuevo contexto? Siempre he pensado que el escritor es también un ciudadano. Sin embargo, no me parece que esas dos dimensiones deban confundirse en su acto de escritura. Creo que el escritor debe realizar su obra como tal de acuerdo a los recursos, las temáticas, las elaboraciones estéticas, la complejidad o sencillez, la claridad o el hermetismo que corresponde a esas elaboraciones estéticas. Toda esto, a fin de cuentas, es personal, ni siquiera se elige.Pero al mismo tiempo el escritor, como cualquier otra persona que tenga una figuración pública –como puede ser un empresario, o un deportista– termina teniendo una responsabilidad con su sociedad. Y por lo tanto, podría tener la responsabilidad como ciudadano de expresar una opinión, de participar en un movimiento político, según su inclinación ética. Pero aquí creo que

hay otro punto que merece ser destacado: me parece que el concepto de compromiso que se manejaba en otra época era muy rígido, muy inflexible, era forzar a todo intelectual a tomar partido por una posición específica. 3.- Usted ha realizado varias investigaciones sobre la oralidad. ¿Por qué considera que estudiar la oralidad tiene importancia para la crítica literaria latinoamericana? En aquel momento –y creo que sigue siendo válido– estudiar la oralidad en nuestra literatura me pareció indispensable. Esa razón se explica en relación a las propuestas de nuestro amigo ya fallecido Antonio Cornejo Polar. Cuando Cornejo habla de la heterogeneidad en la literatura, justamente está tocando con el dedo en la llaga, la razón de ser de la oralidad. Porque en buena parte de esta literatura heterogénea el objeto que se representa es una sociedad en que la escritura no tiene un peso específico; puede que exista, puede no esté ausente, pero no tiene el valor que podría poseer en otras culturas. En mi tesis trabajaba autores como Rulfo, Arguedas, Roa Bastos, Guimaraes Rosas, un panorama que abarca varias partes del continente. Esos autores se interesan por sociedades que son básicamente orales, aunque exista en ellas la escritura. Y por eso en sus obras, como en la de otros escritores latinoamericanos, hay procedimientos muy diversos para expresar ese universo donde la oralidad es el vehículo de comunicación predominante. Estas obras han absorbido los recursos de la cultura oral, una cultura que tiene una específica manera de reflexionar, de preservar el conocimiento, de ver el mundo, de relacionarse entre sí. Eso es lo que me parece llamativo y que sigue siendo indispensable de la oralidad en la literatura latinoamericana. 4.- También uno de los temas que ha estudiado es la cuestión de la nación. Y aquí tomo una de las preguntas que le hicieron anteriormente y usted recoge en su libro La patria y el parricidio: en una época de globalización, de ruptura de las fronteras, ¿por qué es importante abordar la cuestión la nación en los estudios literarios y culturales? Tal vez sea una paradoja. Es cierto que las fronteras se han ido desdibujando en varios sentidos. El hecho que haya globalización, que exista la supranacionalidad, el hecho que exista el Internet y el correo electrónico, y que existan asociaciones que van más allá de lo nacional, ha producido fenómenos completamente nuevos y el mundo ya no es como era ni siquiera hace veinte años. Sin embargo, no estoy de acuerdo con aquellos que piensan tajantemente que esta novedad elimina la marca de lo nacional. Nosotros sabemos hoy en día que la nación es una construcción. Es decir, que lo nacional es una ficción de alguna manera creada por las leyes, por los periódicos, por los escritores, por el cine. Eso no la hace inoperante, ni existente. En cuanto a la literatura específicamente, uno sigue leyendo los textos como textos en primer lugar, pero también como textos que proviene de un escritor argentino, colombiano, español, porque sigue habiendo una conexión influyente (aunque el texto no tenga nada que ver) con la realidad de lo nacional.

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5.- En determinado momento el crítico uruguayo Hugo Achugar mencionó que la literatura venezolana tiene un carácter insular dentro del contexto latinoamericano. ¿A qué se refiere Achugar con ello? Es un fenómeno al que se le ha tratado de dar varias explicaciones pero ninguna resulta satisfactoria. Lo cierto es que Venezuela tiene una literatura bastante vigorosa, con valores importantes. Sin embargo, esa literatura no tiene el reconocimiento, el impacto, la lectoría que se merece fuera de Venezuela. ¿Qué razones se han dado? Se ha dicho que no ha tenido el suficiente estímulo oficial. Yo creo que no es cierto. Se ha dicho, en cuanto a su repercusión en Europa y Estados Unidos, que como los venezolanos no hemos migrado, eso ha hecho que nuestros libros no sean leídos, o ni se hagan congresos sobre literatura venezolana en el extranjero. Eso es solo parcialmente cierto. Es un lugar común en nuestra vida cultural el preguntarnos qué pasa con la literatura venezolana que no tiene impacto fuera de Venezuela. Por ejemplo, en los últimos ocho o diez años hay un desarrollo bastante vigoroso del cuento y novela venezolana. En las generaciones jóvenes hay premios importantes como el de Alberto Barrera que obtuvo el premio Herralde, y ha habido algunas publicaciones en el exterior, aunque todavía de una manera tímida. Podría nombrar diez narradores venezolanos que están escribiendo hoy en día que son de primera línea. Sin embargo, sigue siendo todavía una literatura de poco reconocimiento internacional, teniendo en cuenta la obra que han hecho esos escritores. En esa lista mencionaría a narradores como Ana Teresa Torres, Ednodio Quintero, Antonio López Ortega, Alberto Barrera, Miguel Gómes, Victoria de Stefano. Pero parece que sus obras se chocan en una especie de vacío cuando se llega al exterior. Tal vez una última razón es que a diferencia de México, de Cuba, de Perú, de Argentina, de Chile, ante el mundo exterior, Venezuela es nacionalmente una realidad difícil de identificar culturalmente. Ello se debe a que no tiene un trasfondo tan denso de pasado indígena, o a que no ha tenido –hasta hace muy poco– una identidad como proceso político claro, en contraste con Cuba o Colombia. Entonces, ¿qué significa Venezuela para alguien del exterior? Tal vez solo significa petróleo. Ahora, desde hace unos años, significa Chávez, con toda la ambigüedad que eso pueda poseer. Pero culturalmente qué significa Venezuela para alguien del exterior. Y a pesar que hemos tenido a Andrés Bello, a Simón Rodríguez, a Rómulo Gallegos, no encuentro que haya un peso justo, un reconocimiento apropiado a lo que nuestra literatura contemporánea puede ofrecer. 6.- ¿Cuáles podrían ser unas tendencias dentro de la narrativa última venezolana? Bueno, tenemos una gran variedad. Creo que hay una narrativa que ha vuelto a las historias bien contadas. Después de una época de experimentalismo, muchos de nuestros escritores están buscando que el lector se divierta y disfrute de una historia bien contada. Dentro de eso hay un interés por lo histórico. Por ejemplo, una de las novelas más vendidas es Falke de Federico Vegas. Falke es el nombre de un barco polaco, que en tiempos de la época de Gómez vino a liberar Venezuela de la dictadura. Los expedicionarios eran estudiantes e intelectuales, convertidos de una manera ingenua en militares y salvadores de la patria. Al llegar al país, sin embargo, fueron derrotados. Falke cuenta la historia desde el punto de vista de uno de los expedicionarios que era un joven que estudiaba medicina en París. Este joven, tiempo después, y con influencia de Rómulo Gallegos quien también aparece en la novela, llegó a

ser en un destacado médico psiquiatra y funcionario del ministerio de educación. La historia de Falke se cuenta por medio de las cartas y del diario de este joven expedicionario. Esa sería, en todo caso, una tendencia en la narrativa venezolana última. También creo que hay una tendencia en la que se presta atención a los hechos de la vida cotidiana: esas preguntas sobre la enfermedad y cómo ella cambia la vida de algunas personas cuando padecen la potencialidad de la muerte. Y veo una tercera tendencia en el ejercicio del género policial. Sin embargo, en Venezuela se está haciendo novela policial sin separarse del hecho político, o del hecho social, o de la vida cotidiana. Por ejemplo, la novela La última vez, narra la historia de un padre que desaparece. Aquí el hijo se convierte en una especie de detective para saber qué pasó con su padre, y la novela se convierte en una manera de explorar la situación política venezolana actual que, como bien sabemos, tiene grande polaridades. 7.- ¿Qué rol tienen los jóvenes hoy en día en la literatura venezolana? Hay mucho movimiento entre los jóvenes. Los concursos para autores inéditos, los premios para universitarios, son muy concurridos. Hemos tenido muy agradables sorpresas de encontrar muy buenos talentos que hacen su primer aporte en cuento o poesía. En algunos casos han tenido mucho que ver con el Premio Nacional Universitario. Hay talleres, hay grupos de lectura y discusión, hay revistas que dirigen esos muchachos y ellos tienen la iniciativa de organizar actividades y de promover su formación. 8.- En las tendencias que ha mencionado, ¿habría algún uso de la oralidad, o habría un retorno hacia la escrituralidad? Yo diría que se mantienen ambos intereses. Tal vez haya un predominio de la escritura. Una escritura que es muy consciente de sí misma, que se representa a sí misma. No son poco frecuentes las obras que se refieren a la propia construcción. Por ejemplo, esta novela Falke lo hace así. En los cuentos de Miguel Gómez esa veta está muy bien lograda. Hay un narrador de cuentos que no logra contarlos, y el cuento se trata de esa dificultad precisamente. En tal sentido, se podría decir que hay una vuelta a la “naturalidad” de escribir y cómo la novela es el hacerse de ella misma. 9.- Uno de los temas que ha estudiado en sus investigaciones es la representación del campo. ¿Cómo sería esa representación después del proceso de urbanización de mitad siglo XX? Por supuesto, a mitad de siglo en Venezuela se da un giro hacia la novela predominante urbana. Sería el caso de Salvador Garmendia. Y claro, empezaba a ser un poco extraño escribir desde otro lugar que no fuera la ciudad. Sin embargo, hay excepciones muy notables, como por ejemplo la narrativa de Ednodio Quintero. En su obra lo andino venezolano, es más que una geografía, es un acto ficcional. Y también en sus personajes hay un traslado a la ciudad, y un regreso de ésta al campo. También entre los escritores de la segunda mitad del siglo XX habría que mencionar el caso Alfredo Armas Alfonso que está dentro de la línea de los transculturadores, como Rulfo y Arguedas. El hace una literatura de escritura moderna y reflexiva, pero sus personajes tienen rasgos de los pueblos de su infancia en el Oriente de Venezuela. Son construcciones muy llamativas como logro artístico, dentro del mundo campesino. Pero para la mayoría de los autores contemporáneos la ciudad, y sobre

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todo Caracas, es su escenario predominante. Y a veces ese escenario es tan obvio que no es visible. Sin embargo, en muchas ocasiones se trata de la Caracas convulsionada, con una modernidad tardía, apresurada, e ingenua. Digo esto porque en las décadas que hubo mucho dinero como en los cincuenta, sesenta y setenta, Caracas creció demasiado rápido, sin ninguna planificación y hubo una serie de conflictos urbanos. ¿Quién es el habitante de Caracas? ¿Cómo vive atribulado en una ciudad con demasiados carros y autopistas? Son algunos de los temas que aparecen en la literatura venezolana. Y por supuesto, la vida política está en la ciudad con toda la polarización entre partidarios chavistas y antichavistas. * Purdue University at Calumet, Indiana, USA

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Ana Maria Machado: "Hay una eclosión de

nuevas voces" en Brasil

La escritora brasileña cuenta qué lugar ocupa el libro en su país, invitado de honor en el

Salón del Libro 2015 de París.

París.- (AFP) Un aumento en la publicación y la explosión de la literatura juvenil hacen de Brasil un país en plena efervescencia literaria. La escritora Ana Maria Machado cuenta, en francés, qué lugar ocupa el libro en su país, invitado de honor en el Salón del Libro 2015 de París:

-¿En qué se caracteriza la literatura brasileña en comparación con sus vecinos de América Latina?-La literatura brasileña es particular, en primer lugar, porque se escribe en portugués. Venimos de una tradición ligeramente diferente pese a ser ibérica. Por ejemplo, el realismo mágico, que tanto ha marcado la literatura hispanoamericana, no es tan frecuente en nuestro país. Eso, aunque el primero [en hacerlo] fuera un brasileño, Machado de Assis, que escribió en el siglo XIX "Memorias Póstumas". Tenemos una tradición en general más bien realista, con el realismo social de Jorge Amado desde los años 30 y, a continuación, el realismo psicológico. Pero lo que nos caracteriza más hoy en día es una gran diversidad de voces. Se trata de la primera generación verdaderamente alfabetizada en todo el país y hay una eclosión de nuevas voces, de gente que escribe sobre las ciudades con una diversidad de experiencias urbanas. Es difícil medir adónde nos va a llevar esto, pero este fenómeno de efervescencia es muy emocionante. -¿Este fenómeno se traduce en una explosión en el número de libros publicados?-Hay un mayor número de títulos publicados, y publicamos más en internet que en los periódicos. En la lista de escritores que vienen al Salón del Libro de París hay un gran número de periodistas que han reunido sus artículos en un libro, o que escriben novelas con esta experiencia de la escritura del día a día. Esto conlleva una escritura a veces fragmentaria, con un lenguaje muy vivo, muy realista, y un apego a las cuestiones urbanas. Hemos tenido una urbanización casi salvaje, a la vista de la rapidez con la que se ha hecho, y todos estos problemas aparecen en los libros.

Además, hay muchos más lectores jóvenes y la literatura juvenil está muy desarrollada en Brasil, tanto por la calidad como por el número de escritores. Ha habido a partir de los años 1990 un programa del gobierno que ha permitido comprar libros juveniles para distribuirlos por las bibliotecas de las escuelas. Esto ha desarrollado mucho este sector del mercado. -¿Qué lugar ocupa el libro en la sociedad brasileña?-Hemos saltado de la cultura oral a la cultura audiovisual y electrónica sin verdaderamente hacer una parada significativa en la [etapa] de Gutenberg. La brasileña siempre ha sido una sociedad muy desigual. Esto ha tenido consecuencias en la educación en general. La gente viene de familias en las que no había libros. No hemos tenido

suficientes bibliotecas. La lectura no estaba valorada y hay estereotipos negativos sobre la gente que lee. Hoy en día, hay casi una biblioteca en cada municipio. Pero las bibliotecas sufren en Brasil. La gente no tiene la costumbre de ir y en absoluto saben lo que se puede encontrar en una biblioteca. No es un espacio de ocio o de descubrimiento, sino simplemente un lugar donde los escolares hacen sus deberes. A pesar de eso, debemos tener esperanza y continuar trabajando para dar a conocer el libro.

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Venezolano Cruz-Díez recomienda el arte

para conseguir "paz social"

El artista dice que no sabe a dónde irá a parar Venezuela.

Panamá, 27 feb. (EFE).- El maestro venezolano Carlos Cruz-Diez, uno de los máximos exponentes del arte cinético, se siente "feliz de estar vivo en este momento de tránsito" hacia una nueva era y reivindica, en una entrevista con Efe, el poder del arte como medio para alcanzar la "paz social". Caraqueño de nacimiento, pero parisino de adopción desde hace casi 60 años, el nonagenario Cruz-Diez huyó hace tres meses del gélido frío de la capital francesa para instalarse en Panamá, donde vive uno de sus hijos, mientras dure el invierno europeo. "Estoy gratamente sorprendido por Panamá, la gente sonríe, la geografía es muy bella, es el encanto que tiene el trópico", comenta el artista que, a sus casi 92 años, hace gala de una lucidez admirable. Sentado en una silla en el Centro Cultural de España Casa del Soldado, en el casco antiguo de la capital panameña, Cruz-Diez habla brevemente con Efe de su trayectoria y expresa el "afecto profundo" que le profesa al color, uno de los centros de su obra.Señala que, aunque su visión de las cosas es casi siempre optimista y cromática, últimamente, ve que en el mundo hay "realidades en blanco y negro". Por eso, para los "tiempos revueltos" que se están viviendo en su Venezuela natal, Cruz-Diez recomienda el arte como medio para alcanzar la "paz social" porque la expresión artística es "fundamental para el espíritu y para la sociedad".Lo que ésta pasando en Venezuela, dice el maestro, "se preveía desde hace muchas décadas (...) no sé sabe muy bien dónde va a ir a parar el país, esperemos que el proceso sea lo más sano y lúcido posible", comenta. Cruz-Diez, cuyas obras figuran en las colecciones más importantes del mundo y también adornan espacios públicos, como el paseo marítimo conocido como Cinta Costera III en la capital panameña, reconoce que se siente "feliz de estar vivo en este momento de tránsito hacia una nueva civilización, hacia una nueva era". Para el artista, que saltó a la fama en la década de los 50 del pasado siglo gracias al movimiento cinético, las "comunicaciones inmediatas" lo han cambiado todo. "Los discursos económicos, políticos, sociales, las costumbres, todo se ha modificado porque ha entrado en juego algo importante, la transformación del tiempo, la compactación del tiempo", comenta, en alusión a la inmediatez que ofrecen las nuevas tecnologías de la información. Cruz-Diez, condecorado con la orden nacional de la Legión de Honor de Francia y distinguido con el Premio Nacional de Artes Plásticas de Venezuela, ha investigado y reflexionado durante toda su carrera sobre la relación que tiene el arte con el color, con el tiempo y con el movimiento. Confiesa haberse sentido un incomprendido durante décadas, pero que ahora está "muy feliz" porque "las nuevas generaciones

han comenzado a ver" lo que él ha propuesto, "una invención, un descubrimiento", apunta, en referencia a sus obras. El artista también tiene buenas palabras para la el Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela, que este 2015 celebra su 40 aniversario, y del que se considera un "seguidor absoluto". "Cada vez que veo o leo algo que esté relacionado con ellos, se me ponen los pelos de punta. Es un movimiento hermoso", afirma el artista en relación al proyecto social musical creado con la idea de ayudar a niños y jóvenes en condiciones de pobreza a través del aprendizaje de un instrumento musical y la integración a una agrupación de música sinfónica. Cruz-Diez fue el invitado de honor en el lanzamiento el jueves en Panamá del libro "Pioneros", que recoge los primeros años de la red de orquestas sinfónicas juveniles de Venezuela, escrito por el fotógrafo y diseñador Antonio Huizi y el periodistas Alejandro Blanco Uribe. Consciente de que ya le está ganando la batalla al tiempo, Cruz-Diez confiesa a Efe que le gustaría que le recordasen como un artista de su época. "Yo he querido ser siempre como esos artistas del pasado, a los que respetamos y recordamos porque representaron su tiempo. Mi tiempo es el que estoy viviendo, lo dinámico, lo ambiguo, lo efímero, el instante. Vivimos una situación del instante perpetuo", concluye amable y sonriente.

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De la novela al ensayo, el español

Andrés Barba indaga en la risa

DPA

Buenos Aires.- "La risa es un delatador de mentiras, es como una especie de crisol de la verdad", dice el escritor español Andrés Barba, que trabaja en un ensayo sobre el tema y acaba de publicar en Argentina su novela "En presencia de un payaso". El autor, una de las voces más representativas de su generación, tomó prestado este título de una película del sueco Ingmar Bergman, que le sirvió de disparador. "Me parecía que había una especie de novela encapsulada, eran como unas posibles reglas del juego: escribir una novela con lo que podía suceder en presencia de un payaso y lo que no", afirma en diálogo con dpa.En las páginas del libro que Barba (Madrid, 1975) presentó en Buenos Aires "hay un poco de política, un poco de reflexión sobre lo autobiográfico. Y la sombra de la paternidad está acampando a lo largo de toda la novela". El físico Marcos Trelles, su esposa Nuria y el hermano de ésta, el payaso Abel Cotta, mantienen relaciones complejas y llenas de matices, en una trama que gira sobre la construcción de la identidad, las falsas apariencias y el descubrimiento del otro. Los tres se reúnen en la casa en las sierras de la madre de Nuria y Abel, fallecida hace un año. Tiempo atrás Cotta se presentó a elecciones con el objetivo de sentar un maniquí en el Congreso. "Lo bonito es que podría haber existido un payaso así", dice Barba. Y cuenta que el personaje televisivo Violencia Rivas fue "muy inspirador". La creación del humorista argentino Diego Capusotto "está en el embrión de lo que este payaso intenta hacer en una sociedad como la española"."Delante de un payaso básicamente no se puede mentir. Eso es lo interesante del payaso, que funciona como un articulador de sentido solo con su presencia, tanto desde el punto de vista social como sentimental y familiar", asevera el autor elegido por la revista "Granta" como uno de los mejores narradores jóvenes en español.Barba está preparando una suerte de "cara B" de la novela, el ensayo sobre la risa. "Estoy tratando de poner un poco en orden muchas ideas precisamente sobre la risa política: hasta dónde podemos reír, de qué y quién nos pone los límites y hasta qué punto la risa es un arma de rebelión". Siempre le interesó la trayectoria del cómico italiano devenido en político Beppe Grillo, quien fue "absorbido por el sistema". Aunque sus votantes le piden que siga la humorada hasta el final y "que desarticule el falso sistema democrático por dentro haciendo de payaso, él se ve abrumado y hace lo contrario, se lo toma en serio. Entonces deja de ser lo que había prometido, un payaso".Mientras, califica de "interesante y esperanzador" el escenario político español con la aparición de Podemos. "Me parece que no ha habido un momento político tan fascinante como éste desde la instalación de la democracia en España", indica el autor de "Versiones de Teresa" (Premio Torrente Ballester) y "Muerte de un caballo" (Premio Juan March). "La ciudadanía está respondiendo mayoritariamente con un descontento muy real a un sistema que no funciona, a una democracia que no es representativa, y se abre de repente la

posibilidad de reconsiderar el asunto de Europa, reconsiderar el bipartidismo, reconsiderar discursos políticos que ya no son políticos sino sentimentales, y económicos fundamentalmente, y repensar qué tipo de democracia queremos", analiza Barba. "Podemos tiene a su favor la juventud y la audacia. Son dos cualidades perdidas en el escenario político europeo y extraordinariamente necesarias. Es una opción válida y una figura política como la de Pablo Iglesias, extraordinariamente oxigenante", agrega el escritor que se dio a conocer en 2001 con "La hermana de Katia", finalista del Premio Herralde. Su más reciente novela (Anagrama), publicada en España hace algunos meses y que también se distribuye en otros países latinoamericanos, se funda en la imposibilidad que tiene Trelles de describir su vida en 300 palabras para una revista científica. "Esa incapacidad patológica para resumir nuestra vida o para decir quiénes somos está en el corazón de lo que articula la relación con un padre, una madre o con cualquier familiar". "Todos los familiares son en algún punto testigos arbitrarios, porque no los hemos elegido nosotros, pero al mismo tiempo esenciales, porque nuestra imagen de nosotros mismos está compuesta en gran medida por lo que toda esas personas han decidido que somos", señala el novelista y ensayista traducido a 12 idiomas. "La relación con ese mundo, los otros, en un contexto familiar, para decidir quiénes somos en privado es fascinante y es un mundo muy literario, siempre me ha interesado". Consultado acerca de cómo alterna su labor de traductor con su propia escritura, apunta: "Tengo como la mejor parte del día, las dos o tres horas iniciales, las dedico a lo mío, y el resto a traducir". Actualmente reside en Madrid con su mujer argentina, pero pasa largas temporadas en el país sudamericano. "Un oficio tan mal pagado alguna ventaja tenía que tener, por lo menos poder estar moviéndote de un lado a otro". Recientemente se publicó su traducción de "Moby Dick" de Herman Melville y este año saldrán los cuentos completos de Joseph Conrad, casi 2.700 páginas que vertió al español. Y Barba destaca: "Evidentemente, cuando estás traduciendo autores así es fantástico, porque aprendes mucho".

El autor, una de las voces más representativas de su generación, tomó prestado este título de una película del sueco Ingmar

Bergman, que le sirvió de disparador.

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“De Libros y Bibliotecas” FRANCISCO RIVERA

Cuando alguien me pide –y la cosa ocurre con cierta frecuencia– que regrese al país de la infancia por unos momentos y que, con mis recuerdos, dibuje mi propio retrato, el título del hipotético cuadro siempre es el mismo: “Niño leyendo”. Así exactamente veo mi infancia. ¿Por qué? Porque, en efecto, toda mi vida ha estado marcada por el maravilloso descubrimiento de la lectura a la temprana edad de once años. Cursaba yo segundo de bachillerato y me encontraba desde hacía varios días postrado en cama con una de esas gripes que, si se es lo suficientemente sensible, pueden revelarle a uno el sentido de la eternidad, es decir, el fluir cíclico del tiempo, cuando una mañana una tía de mi madre a quien me gustaría llamar aquí Kali, puesto que, como la diosa india, manifestaba y distribuía por igual delicias y horrores, se presentó de visita con un insólito regalo para el niño enfermo (y digo insólito porque en casa nadie leía nada salvo la prensa diaria): un ejemplar del Romeo y Julieta de Shakespeare traducido por Astrana Marín y publicado en la “Colección Austral”. Creo que el tomito contenía también otra obra de Shakespeare, pero esto no viene al caso. Leí apasionadamente. Una vez llegado al final de la trágica historia, empecé a leerla de nuevo. Me sentí literalmente arrobado, transportado y muy lejos de mí mismo. No recuerdo ahora, claro está, ni una sola palabra de aquella traducción de la historia de los desdichados amantes de Verona. Todo lo leído en mi infancia de literatura inglesa en traducción española se me fue retraduciendo a la lengua original a partir de los diecisiete años, más o menos, cuando comencé a enfrentarme vorazmente con los escritos de Keats y Shelley, Poe y Melville, Pater y Ruskin en las excelentes ediciones de la “Modern Library”; pero lo que sí ha perdurado en mí de aquella febril –quiero decir: febricitante e intensa– lectura de Shakespeare es la revelación de la existencia del amor adolescente y de su lúgubre acompañante: la muerte viva. Todo “amor-pasión”, para emplear el término de Denis de Rougemont, es una muerte viva (parecía decir el autor en cada escena de la obra) que, ineluctablemente, conduce a la muerte verdadera. Pero no era que el chico de once años pudiera entonces llegar a formar intelectualmente la idea del “amor-pasión”. No. De lo que se trataba es de que aquel mocoso estaba conociendo ese fatídico amor por medio de un libro. Allí residía el hechizo del delicioso manjar y siniestro veneno que, sin sospecharlo, me había dado Kali, la diosa de los cuatro brazos. Como era de esperar, a los pocos días el niño se había recobrado completamente del virus gripal. Los dolores de huesos habían desaparecido, los escalofríos eran ya solo un recuerdo borrosamente desagradable, la calentura había pasado. Pero el otro virus, el que la obra de Shakespeare le había inyectado, permanecería alojado en su organismo para siempre. Desde ese día, a pesar de todos los tratamientos a los que he sido sometido, padezco de un morbo incurable, que algunos erróneamente tildan no de enfermedad sino de vicio (vice impuni, decía Valery Larbaud): la pasión de la lectura. Lo sabemos por Borges. A algunos mortales, para mayor gloria y mayor desgracia suya, el mundo se les da primero que todo en forma de libros. Como el narrador de «La biblioteca de Babel»,

puedo afirmar que «he peregrinado en busca de un libro, acaso del catálogo de catálogos». Como el Peter Kien de la novela Auto de fe de Canetti, mi infancia y mi primera adolescencia están marcadas por la coexistencia nada pacífica en mi mente de dos bibliotecas: una sumamente modesta que fui construyendo en mi dormitorio y otra, no infinita –no, no me atrevería a emplear ese calificativo– pero sí de vastas proporciones con la que constantemente soñaba y que llegaría a encontrar en la realidad en Berkeley, California, cuya universidad contaba, cuando yo empecé a estudiar allí, con una biblioteca de dos millones de volúmenes que durante nueve años fueron míos todos. Y, durante nueve años, yo fui el hombre más rico del mundo. Exagero. No fueron exactamente nueve años. Al principio, desde luego, no hallaba qué hacer con tantas riquezas amontonadas en esas interminables estanterías. Estaba lleno de una alegría loca y pensaba que poseer esas riquezas (¡tratar de leer el mayor número humanamente posible de aquellos libros!) era la meta más alta a que yo podía aspirar. ¡Manos a la obra! Concordaba, sin saberlo todavía, con el Peter Kien de Auto de fe en que «la mejor definición de patria es biblioteca» y estaba más que dispuesto, cuando se me preguntara por mi profesión u oficio, a confesar con gran orgullo que yo era, también como el personaje de Canetti, «propietario de una biblioteca». Sin embargo, en algún momento, no podría ahora decir cuándo, empecé a darme cuenta de lo absurdo de mi empresa. Una voz, emanada de un libro, desde luego, me susurraba al oído de vez en cuando: “Nathanael, ¿cuándo terminaremos de quemar todos los libros?”. La voz se detenía. Después de cierto tiempo se la volvía a escuchar. Repetía la pregunta y añadía: “No me basta con leer que las arenas de las playas son suaves; quiero que mis pies desnudos las sientan... Todo conocimiento que no ha precedido una sensación me resulta inútil”. Otras veces la voz que se oía era la de Unamuno: “todo eso es crítica literaria que debe importarnos muy poco. Trata de libros y no de vida». ¿Por qué y con qué objeto se dirigían a mí estas voces? ¿Qué intención tenían el joven Gide y el viejo Unamuno? ¿Qué quería decir el pobre Nietzsche cuando, en el Zaratustra, gritaba: “Yo odio a los ociosos que leen”? Nietzsche, ya lo sabía, había perdido la razón por haberse identificado completamente con Zaratustra. Pero, ¿Unamuno? ¿Gide? Y, algunos años después: ¿qué querían decir los alquimistas cuando le aconsejaban al novicio que, si iba a leer libros, no se contentara con uno solo, pues un libro abre otro libro, liber enim librum aperit? ¿No era esto lo que yo había estado haciendo? ¿Acaso no había seguido yo, sin saberlo, las instrucciones de Hoghelande cuando le recomienda al principiante que “reúna los libros de diversos autores ya que, de otra manera, es imposible comprenderlos, y que no deseche un libro que haya leído una, dos o tres veces, incluso si no lo comprende, sino que, antes bien, lo relea diez, veinte, cincuenta veces más, pues al final verá en qué están de acuerdo los autores en su mayoría...”? Y si esto era lo que se debía hacer, si los aprendices de alquimistas se entregaban en cuerpo y alma al estudio de centenares de libros, se dedicaban a releer miles y miles de pasajes y a cotejarlos entre sí; si este era el

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único modo de alcanzar la sabiduría suprema, ¿por qué los mismos alquimistas decían luego: Rumpite libros, ne corda vestra rumpantur, “romped los libros para que no se rompan vuestros corazones”? ¿Por qué? En esos momentos sentía vértigo (2). ¿Qué quería decir Shunryu Suzuki cuando, en el Zen Center de San Francisco hacia 1959, enseñaba a sus discípulos que el objeto del budismo no era estudiar el budismo, sino a nosotros mismos?Rumpite libros. Todas esas corrientes y contracorrientes estaban dentro de mí. Pero no por ello dejé de leer, sino que, muy despacio y casi sin percatarme, fui adoptando una actitud muy diferente ante la lectura, ante el mero saber intelectual, ante lo que capta solo el pensamiento. Un buen día descubrí de repente (aunque el proceso que me había conducido a esa revelación había sido larguísimo) que lo cotidiano del lector-escritor (e indudablemente había llegado también el momento en que tenía que descubrirme como escritor o, dicho con más sencillez, en que algo dentro de mí, pero colocado por encima de mi ego, me insinuaba tímida pero insistentemente que tenía que escribir), lo cotidiano del lector-escritor, decía, está compuesto de experiencias vitales profundas, de vivencias, con muchos libros, con un gran número de textos que se viven al leerlos o al escribirlos, pero no exclusivamente. Comprendí entonces en toda su magnífica y desesperada plenitud las palabras de Rilke, en Los apuntes de Malte Laurids Brigge, acerca de los poemas como experiencias. Comprendí entonces por qué Cernuda había escrito sus poemas y por qué esos poemas, de un pesimismo atroz, podían conmovernos y apasionarnos. Comprendí entonces por qué Cioran desdeñaba a Paul Valéry y a Stefan George por ser meramente “artistas”. En verdad, la locura de Peter Kien, uno de los personajes de ficción más repulsivos y mejor logrados que conozco, locura que inexorablemente tiene que llevarlo a la horrible escena final de la novela (quema de sus propios libros y suicidio por fuego), estriba precisamente en el hecho de que el erudito sinólogo se excede en su fetichización de la letra impresa, en su veneración absoluta de los conocimientos científicos, en su cultivada “ceguera”, en su intento monstruoso de negarse sistemáticamente a convertirse en contemporáneo de Lao-Tzu y Chuang-Tzu y a que estos se vuelvan, efectivamente, contemporáneos suyos, en su empeño diabólico de no atribuir a sus libros orientales (veinticinco mil tenía el pobre en su apartamento) la función que tenían que cumplir: la de servir de guías para la vida aquí y ahora, la de mezclarse armoniosamente con la vida y no la de substituir a la vida, la de anularla. Kien incendia su biblioteca por desconocer el significado simbólico del mandato de los alquimistas: Rumpite libros. Hay que atreverse a vivir cotidianamente con San Agustín y con Dante, con Cervantes y Unamuno, con Shelley y con Auden para así estar dispuestos metafóricamente a romper sus libros cuando ya se nos conviertan en un estorbo para la vida. Tomado de Francisco Rivera, La búsqueda sin fin, Caracas: Monte Ávila Editores, 1993.

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Narrativa venezolana contemporánea, de Orlando Araujo: Comentarios de un lector

STEFANÍA MOSCA

I Rehuyo de los especialistas, y de los solemnes, de los convencidos, de los exhaustivos y de los objetivos. Rehuyo del rigor infalible supuestamente de las normas –y no de su utilidad. Me exasperan los infatuados doctores de la república que desconocen la dimensión sintáctica del lenguaje. Ellos son especialistas, conocen los capítulos y parágrafos únicos, y algunas deslucidas referencias históricas. Tampoco me interesan los versadísimos en una mínima parcela del conocimiento. No desconozco que acaso hayan estudiado a fondo los libros, los manuscritos, las cartas, los diarios, los testimonios, las pequeñas insolencias, la turbia calidez de las perversiones de un solo autor pero muchas veces, esa dedicación sólo los lleva ajusticiar a su presa con el dominio total de la única interpretación, esta senda de la autoritas poca importancia tiene para mí. A estas alturas creo más en los iluminados, ungidos que en los científicos. Por eso puedo leer a gusto un libro que no es sistemático, cuyo cuerpo recompone, a través de la literatura como objeto o síntoma, el devastador proceso que ha pasado Venezuela del horror de la tierra al horror urbano. Novelas, cuentos, historias que son un mapa, que siguen un borde, ensayan una figura. Narrativa venezolana contemporánea (1972) de Orlando Araujo es el transcurso de una mirada que entre las expresiones narrativas del siglo teje relaciones, antinomias, rescata materiales del olvido, compara. Va y viene, como buen excursionista, de la raíz al fruto, del tallo a la tierra, salta entre pasado y presente para cerrar al borde, para chequear el recorrido, el territorio que ocupan estas historias. Hace juicios, es apasionado. No sigue un orden metodológico. Es buscador de signos, relacionador de textos, guía de sentidos. Desde su óptica de conocedor de las Ciencias Sociales, reconstruye, “interpreta” el contexto. La fricción entre la Venezuela rural y la petrolera es para el autor, también narrador y poeta, un proceso ardoroso que tiene su reflejo en la narrativa, en la expresión literaria. Recompone los motivos del imaginario venezolano, y valora el aspecto singular, las nuevas propuestas. Ve a las obras y los autores como una sola unidad. Los aspectos biográficos no tienen foco relevante, advertimos resaltadas sí las definiciones nacionales, lo histórico, la urgida pregunta sobre nosotros mismos. Son ensayos, comentarios de un lector que conoce al país, que sabe cuál es la lógica del articularse económico en los procesos sociales de la nación, los vaivenes de este siglo que ha tenido que vivir la modernidad en un estado de ausencia o estereotipización bárbaros. La modernidad transforma a Venezuela, más bien le adosa nuevos escenarios. Tampoco es Orlando Araujo el narrador consumado que ve las otras escrituras como un juego de espejos de su solo reflejo trascendente. Prefiere comparar las voces y las circunstancias. No es, seguramente, un especialista, pero, como ya he repetido, no me interesa el término o la cualidad. Leo con toda libertad este ensayo pues el mismo autor no se propone otra óptica que la del lector. Un lector que no se pretende objetivo, pero que tiene la concreción de articular los contextos, el horizonte temporal de los

libros que él acumula como contemporáneos.II Dónde se inicia la narrativa contemporánea venezolana para Orlando Araujo? En aquello que rompe el cuadro costumbrista y el reformismo sociológico. El fin de la fórmula criollista. El criollismo llega a su perfección, a decir del autor, con Doña Bárbara, a la perfección de un modelo que es de por sí esquemático y limitante. En 1931 “con la publicación de Las lanzas coloradas de Arturo Uslar Pietri comienza una nueva etapa de la novela venezolana” esta novela, aún talladas en las sangres decimonónicas, es para Orlando Araujo la puerta de salida del costumbrismo, del pintoresquismo, del reformismo, del tono edificante de nuestra narrativa. El asunto que marca la diferencia es un problema de forma. “Ideológicamente, el propósito de los nuevos novelistas es el mismo que el de los criollistas: expresar a Venezuela, buscar el ser venezolano, ir hasta la esencia de lo propio como un camino legítimo hacia lo universal; lo que varía es el procedimiento, la factura estética, el estilo y la estructura novelística”. Salvedad muy importante de anotar para entender la tradición, el afán por poblar un territorio que siempre vemos desierto. Nuestras huellas en el pasado son apenas visibles y como se pregunta Rómulo Gallegos en su Reinaldo Solar “¿Seremos un pueblo que marcha por un arenal seguido de un viento de fatalidad que va borrando los pasos? Los que vinieron después de ellos, los de las generaciones anteriores a la nuestra, buscaron, sin duda, esa huella, pero tampoco supieron dejar la suya en la tradición del arte nacional. Y así, uno tras otro, cada cual ha tenido que comenzar, siendo a la vez principio y fin de sí mismo”. Nos sentimos, aún hoy, en la obligación, en la deberosa tarea de recomponer la memoria: nuestra memoria. El despegue petrolero nos hizo sentir el estupor del abismo, la enorme distancia de otro modo de ser que tiene otro paisaje y responde a otro origen: nuestro origen. La constante reelaboración del tema de la tierra, la definición y predefinición de las finalidades de la narrativa venezolana. Esa manía hacia el realismo. El tema de la nación, su crítica y proyección saturó su intencionalidad e hizo pesado el espíritu de juego que subyace y es base de la novela como género. Orlando Araujo tipifica exacta y sintéticamente la tradición edificante de nuestra literatura.III Guillermo Meneses, Enrique Bernardo Núñez, Julio Garmendia, nos legan la conciencia de un hombre que ya por siempre sabe que, pese a los resabios de la razón, el sueño forma parte de lo real. Y se abren las líneas que vaticinan a un Oswaldo Trejo, Antonia Palacios, Adriano González León, Francisco Massiani, Salvador Garmendia, José Balza, Elisa Lerner, Carlos Noguera, Renato Rodríguez o Laura Antillano.Entra de lleno en su contemporaneidad. Los años sesenta son tiempos de profundas convicciones. De un coraje que parece extinto. Orlando Araujo afirma que la literatura contemporánea venezolana tiene su lugar en la expresión literaria continental. Esta voluntariosa enunciación no es causa de alguna

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tendencia delirante o megalómana, o de esa euforia de los melancólicos: No. Es cierto: los muertos hablan con los vivos, y el sueño y la realidad se funde en Cubagua, 30 años antes que Juan Rulfo escribiera su Pedro Páramo. En La galera de Tiberio (1939) el tiempo es todos los tiempos, la muerte y la vida, el día y la noche, el sueño y lo real están planteados como paradójicas equivalencias. No es una mentira, tampoco una exageración, es nuestra falta de valoración, de estima. Orlando Araujo evidencia esta cuestión, este penoso asunto (y valga aquí la frase hecha). Desde su “atormentada modestia”, Enrique Bernardo Núñez siempre se refirió de Cubaguacomo a “su novelita”, y decidió dedicarse al periodismo. Ocupados, sus contemporáneos aplaudían redundantemente a Arturo Uslar Pietri y a Gallegos y no veían más a nadie, y menos las formas sin calco, las que inician la tradición, la renuevan, la perpetúan siendo otra y otra nuevamente. Orlando Araujo hila las cuentas de este muestrario de tendencias, voces y evoluciones, aperturas y vacíos, sin necesidad de fundar, imprimir modelos, reformar, reconstruir ampulosamente. La narrativa estudiada en sus contextos dona a los lectores las formas que ha tomado la literatura venezolana en este siglo, sus hitos, su devenir, como un modo de pertenencia.¿Hay olvidos en estas páginas? Seguramente...IV Orlando Araujo reúne, un tanto arbitrariamente –y lo reconoce–, a las mujeres en un solo capítulo. Enfoca el horizonte temporal que permite o basamenta la construcción o la aparición de la mujer en la esfera de lo público: “cuando nuestros pensadores positivistas de fines del XIX y comienzos del XX abrazan la causa del divorcio, defienden la libertad de la mujer y le asignan un papel más activo dentro de la comunidad, están desafiando el establecimiento social del latifundio y, en términos de la concepción feudal de dicho establecimiento, están quebrando los sagrados lazos familiares. Era revolucionario entonces asumir la causa de la igualdad entre hombres y mujeres, y la lucha 'feminista' pasó justificadamente a ser un capítulo del reformismo y del progresismo en economía, en política y en literatura”. Y declara abierto el contexto donde se expresa Teresa de la Parra, Gloria Stolk y Mercedes Carvajal de Arocha (Lucila Palacios). Tras destacar los méritos que tiene Historias de la calle Lincoln, como toda la escritura de Carlos Noguera, escoge uno determinante “la perspectiva o el efecto humorístico, irónico, cuestionado y, sin embargo libre de carga ideológica, de documento novelado y del estereotipo de la violencia dramática”. En 1972, fecha de la primera edición de Narrativa venezolana contemporánea, José Balza contaba apenas 32 años, y Orlando Araujo, sin dudas, apunta el futuro éxito de una “obra concebida y formulada desde un ángulo que romper radicalmente, no sólo con los puntos de vista del realismo, sino con todo lo que hasta ahora se ha entendido como experimentación en nuestra narrativa y en gran parte de la narrativa hispanoamericana”. Más allá de los tratamientos del lenguaje a los que adscribe a González León o Guimaraes Rosa. Hace comentarios acertadísimos, de buen lector especialmente en el capítulo titulado “Negro es el humor con que amanece” donde se ocupa de Piedra de mar, de Francisco Massiani, y Al sur del Equanilde Renato Rodríguez, que no son “libros de evocación ni de reconstrucciones, sino de imaginación operando a quemarropa sobre el documento

de la vida, la literatura como piel y lo cotidiano entregándose a reg is t ros de apar ienc ia f r ívo los y de profundos desgarramientos coloquiales”. La picaresca del fracaso, el humor de los decepcionados. Vuelve a la raíz al culminar las últimas páginas, y aparece María Eugenia Alonso con la mueca de la risa. Las puertas abiertas por esa contemporaneidad, dieron paso al espacio donde hoy transitan y germinan formas sorprendentes y aún desoídas. Tenemos unos libros por leer los venezolanos. Orlando Araujo estima que son 200 libros contemporáneos (editados entre 1930 y 1960), que pasean por estas páginas, muy bien leídos, y reelaborados, los que pueden serlo, en su contexto latinoamericano. Nuestros clásicos contemporáneos ¿Qué sucede en las editoriales que no los promueven, ni reeditan?V Narrativa venezolana contemporánea es algo más que un inventario. Va un poco más allá de las listas. Además de estar absolutamente libre del tono apologético tan presente en los “panoramas” de la literatura venezolana, Orlando Araujo tiene el gran acierto de ver el proceso político y económico de Venezuela como escenario de su expresión literaria, no como su determinante. Logra demarcar una cronología verosímil de esa expresión, indicando los movimientos y sus contrarios en el tiempo, sin parámetros preestablecidos y diáfana y acertadamente. ¿Qué nos diferencia de estas valoraciones a casi tres décadas de distancia? Quizá ese aliento protagónico de los márgenes que la revolución cubana habían impreso en los intelectuales sentirnos latinoamericanos. Acaso la vehemencia. ¿Qué resentimos en estos comentarios? ¿Mayor organicidad, menor caudal de convicciones?Una característica grande en este libro de Orlando Araujo es el coraje que lo atraviesa. La claridad con que se enuncia el Juicio propio. Un intelectual comprometido. Habría que pensar si no empieza a ser una dulce nostalgia, es decir, una probable próxima añoranza, ese compromiso, esa toma de posesión del hombre que piensa y revisa su tradición.Ciertamente estos ensayos son apuntes, no sé si puedan figurar en la constelación de los estudios realizados por los especialistas, pero pueden ayudarnos eficientemente a refrescar, e identificar el origen de nuestras búsquedas. Con liquiliqui de lienzo blanco Conozco más el pesar de los amigos por su ausencia, que a su persona. Sin embargo, una imagen de Orlando Araujo ha quedado indeleble en mi memoria entre otras furtivas de principios de los ochenta. En el Restaurante El Parque, vestido en un perfecto Liquiliqui blanco, que no sé por cual fenómeno estaba libre, absolutamente incólume de ese barniz de prosperidad “nacional”, nada que ver con la rigidez del liquiliqui de Chávez, o el autoctonismo de Simón Díaz. Un liquiliqui ligero, de lienzo blanco. Sí, Orlando Araujo estaba allí, el rostro rojo, la mirada en el sitio que lo conmueve, es decir, expandida hacia todo. Sonreía y albergaba reconfortado el buen efecto de dilatados dos Old Pars, en la medida tarde de Caracas. Lo escuché más que en sus palabras, en su arrobada sensibilidad.–¿Ese señor es Orlando Araujo? Y discutimos. El era economista y yo no había desmerecido aún el afán de tener razón. A veces dudo, y no sé si valoro más la pasión que la inteligencia. Otras veces sé que no puede haber inteligencia sin pasión (y hay malas pasiones). Y en los momentos más álgidos del sueño o la pesadilla, me pregunto cómo sustituir el preámbulo de la claridad.

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En Mis canciones ya viejas el poeta canta la luz, al amor y al vino. Su naturaleza es la entrega, y a lo largo de sus ensayos exclama, se corrige y acusa de arbitrario, de no analítico. Esa tarde, la fiesta se hizo dilatada y hubo canciones y recitó sus poemas. La lucidez no lo abandonó. Dijo que no aceptaba esa vaina de dejar por fuera a Andrés Eloy Blanco. Y volvió a brindar por la vida. Un compañero de viajePor Jesús Sanoja Hernández 1968 fue año de entusiasmo para Orlando y sus (como yo) compañeros de viaje. Había triunfado en España Adriano González León con País portátil. Ese Seix Barral repetía de algún modo la historia de Andrés Eloy con su Canto a España y de Gallegos conDoña Bárbara. Fuimos a Los Ocumitos, Miguel Otero incluido, por ese entonces seudonomizado en Aureliano Buendía, y Orlando derrochaba ingenio al borde de la parrillera, sorbiendo de un vaso de cartón el licor que lo transforma en vehemente y tormentoso. Por los mismos días El Nacional premió por partida doble en su concurso anual de cuentos a “Viaje inverso”, de Gustavo Luis Carrera, y “Un muerto que no era el suyo”, de Orlando, que si lo había enviado con el seudónimo de S. Carmen Ñengue, lo respaldó con otro, por cierto empleado en ese diario para comentarios críticos. Juan Lucena, pues. Aquellos que antes preguntaban quién era es Juan Lucena supieron entonces que se trataba de Orlando Araujo. A Miyó Vestrini le declaró Orlando, a raíz de ese premio, que el tal cuento formaba parte de un libro por salir (Compañero de viaje) y que, además, él había enviado otro al concurso “Manos 0-010”, luego publicado, aclaro yo, en una de las entregas de la revista Papeles, dirigida a la sazón por Ludovico Silva. Pero le dijo más a Miyó: “No debe haber divorcio entre la palabra del escritor y su propia vida”, lo cual en Orlando más que una verdad era una obsesión. En ese sentido, él pertenecía a la familia literaria de Blanco-Fombona, aunque este careciera de las virtudes bohemias de Orlando, quien en su Crónica de caña y muerte escribió al respecto todo lo que se podía escribir. Ese fue un libro de retazos existenciales y episodios confesionales, surgidos con aires de presagio en la clínica Santiago de León. “Los caminos que andan” lo conducían lentamente hacia la muerte.Cuando se decidió a ordenar los materiales para Narrativa venezolana contemporánea, poco después de la experiencia renovadora en la Escuela de Letras, San Antonio de los Altos le sirvió de refugio ideal. Acumulaba como antecedentes en los estudios críticos aquel texto singular sobre la lengua y creación en la obra de Gallegos, producto de disciplina universitaria y en el cual Crema, Rosenblat y su pasión investigativa tuvieron mucho que ver. En el largo interludio, signado por la revuelta de los 60, Orlando había dado saltos increíbles: del rigor del economista y el trabajo en Pro Venezuela al periodismo combativo (El venezolano, Qué, La extra, Deslinde) y de aquí a la docencia rebelde, abierta a la comunicación con las ideas y los movimientos contestatarios. Para matar un complejo, la cárcel le sirvió de válvula sublimante. Los seis meses en el San Carlos, 1965, le permitieron conocer lo que había ignorado en los años de la dictadura. Su análisis de la obra de Díaz Rodríguez (La palabra estéril) fue redactado en los calabozos donde alguna vez acampó la División Táchira, al mando del terrible Romero García. Trina –su mujer, secretaria y ángel de la guarda– le llevó el rimero de fichas, porque ha de saberse que Orlando perteneció a esa generación donde la ficha (el orden, que le era caro en los momentos de investigación) y los papeles emborronados en los bares (el desorden, que le era

innato en los momentos de creación) constituían el preámbulo de la publicación. En Narrativa venezolana contemporánea es posible encontrar esas dos etapas del proceso. La disciplina lo llevó, tras revisión de conocimientos y su proyección crítica, a rechazar la moda, pasajera como todas, de la novela objetal del grupo Robbe-Grillet, y la violación de reglas, propia de su temperamento, lo condujo a calificar de novela a Memorias de un venezolano de la decadencia. En el buen sentido del término, Orlando era un provocateur, y en ejercicio de su condición temperamental fue capaz de alabar la poesía de Andrés Eloy solo para darle en la vena del disgusto a quienes no le veían segundo –ni mucho menos rivales– a Ramos Sucre. Lo mismo puede decirse de sus comparaciones entre Darío y Vargas Vila y de su adhesión pública al Partido comunista cuando ya este era sombra de un pasado, al parecer, irrecuperable. *Publicado el 17 de mayo de 1998 (Papel Literario de El Nacional)

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Fermín Toro y los inacabados REINALDO ROJAS

Inacabados denominó en 1925, el escritor y crítico literario Luis Correa, a quienes en el campo intelectual venezolano "no hallaron el tema que estuviera en armonía con los destellos de su genio y la fuerza de su concepción original". Sin obra culminada, sistemática y profunda, terminaron en esperanza, en promesa. Hombres de genio, inteligentes y cultos sucumbieron al elogio o a la censura, no entendieron el medio, no contaron con estímulos, tomaron el camino más fácil al reconocimiento público o pusieron su talento al servicio de causas políticas coyunturales. La lista es larga, pero uno de ellos, los representa a todos en nuestro siglo XIX: don Fermín Toro.Niño de cuna Este año 2015, el tribuno del Congreso de 1858, cumple ciento cincuenta años de muerte. Nació el 14 de julio de 1806 en El Valle, población cercana a Caracas, donde su padre don Antonio Rodríguez de Toro, subteniente del Batallón de Milicias de Blancos, tenía sus propiedades. Su madre, doña Mercedes Blanco, venía de una poderosa y respetada familia mantuana caraqueña, pariente de los Bolívar. Fue, pues, un niño de cuna.

Si nos detenemos en la fecha en que nace, cinco años antes de la declaración de la independencia y en la que muere, dos años después de culminada la guerra federal, podemos afirmar que su tiempo fue el de la fragua del Estado y de la nación venezolanos, en un escenario permanente de guerra y conflicto político y social. En estas condiciones, es válido preguntarse ¿cómo se formó; ¿cómo llegó a ser una de las figuras intelectuales más destacadas del país; y por qué apenas nos dejó los destellos de una obra que pudo ser grandiosa?

Educador Fermín Toro fue, primeramente, un educador, ingresando como docente al Colegio Independencia, creado en Caracas por don Feliciano Montenegro y Colón, en 1837. Allí dictó el curso de filosofía. Paralelamente, funda El Correo de Caracas y da sus primeros pasos en la administración pública, al asumir la Secretaría de la Legación de Venezuela en Londres. En el ambiente londinense, el joven descubre la ciencia. Estudia geología, química y se inicia en el estudio del griego. Más que científica, su vocación es la de un humanista. Ya en Venezuela, combina la labor docente con la de funcionario en la Secretaría de Hacienda. En 1842, es orador en el acto de recibimiento en Caracas de los restos mortales del Libertador procedentes de Santa Marta. Pronuncia el discurso que inaugura el culto oficial a Bolívar. Pero es también el hombre de la diplomacia en el periodo de los gobiernos conservadores de Páez y Soublette y diputado al Congreso. La instauración del gobierno liberal de los Monagas (1848-1858), lleva a Toro a la oposición política. Conspira contra los caudillos orientales, pero en sus ratos libres prosigue sus estudios de botánica. Llega 1858, caen los Monagas y nuestro escritor, científico y educador es llevado a presidir la convención nacional que va a redactar una nueva Constitución. Aparece el tribuno, el legislador. En el gobierno del general Julián Castro, ocupa la Secretaría de Relaciones Exteriores y luego es

nombrado ministro plenipotenciario en España, Francia e Inglaterra. Estamos en 1860 y Toro ya tiene 54 años. Luego viene su retiro de la actividad pública, en su hacienda en los valles de Aragua, para dedicarse a la investigación botánica, al estudio de las lenguas indígenas y a revisar su producción literaria, hasta que lo sorprende la muerte el 22 de diciembre de 1865.

Impecable Se trata, pues, de un hombre de carrera pública exitosa, pero de obra intelectual inacabada. "Cuando se leen lasReflexiones sobre la Ley de Abril de Fermín Toro -nos dice Correa- y se admira el caudal de ciencia y doctrina que expone, abrillantado por su estilo impecable, se piensa al punto en la profunda obra de historia y de economía política que hubiera podido legarnos". He ahí el problema: el escritor, el historiador, el botánico no resiste la "tentación política". La tesis de Luis Correa es llamativa, aún en el presente. Intelectuales de genio, pero con obra inacabada. De aquella generación de la independencia solo uno fue la excepción: don Andrés Bello, con obra educativa, intelectual y política reconocida, realizada en Chile. ¿Esta especie de fatalidad no es en el fondo la inquietud que impregna la novela primigenia de Rómulo GallegosReinaldo Solar? Ese permanente "volver a empezar" que nos caracteriza, porque no reconocemos ni maestros, ni modelos, ni obras, ni tradición a seguir ¿será una expresión de este modo de ser? Por eso dice Reinaldo Solar: "Es necesario emigrar. Es necesario escapar". En Gallegos, la obra literaria fue su respuesta. Si se reconoce el problema, es posible superarlo, pero con estudio, esfuerzo y dedicación. Lo otro es "arar en el mar".

He ahí el problema: el escritor, el historiador,

el botánico no resiste la "tentación política"

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El gasto en cultura estimula el crecimiento en Alemania

Las instituciones culturales, como los teatros de ópera, "atraen más trabajadores altamente cualificados y sus

ingresos más altos repercuten en el conjunto de la economía regional", estima IFO en su estudio sobre el retorno

social de la cultura.

Berlín.- (DPA) El gasto público en cultura, lejos de ser un peso para el presupuesto, tiene un efecto positivo en la economía de Alemania, en particular la ópera, según un estudio del instituto IFO publicado recientemente.

Las instituciones culturales, como los teatros de ópera, "atraen más trabajadores altamente cualificados y sus ingresos más altos repercuten en el conjunto de la economía regional", estima IFO en su estudio sobre el retorno social de la cultura.

Alemania es uno de los países con más teatros de ópera del mundo. En ellos se exhibe el 30% del conjunto de las óperas del planeta, según el portal especializado de datos Operabase.

Según la asociación alemana de teatros, Deutscher Bühnenverein, el país tiene 83 óperas financiadas con dinero público, muchas de ellas de la época en que Alemania estaba formada por ducados y principados.

En comparación, Francia y Gran Bretaña cuentan cada uno con una docena de óperas.

"Los resultados del estudio son un argumento clave en favor de las subvenciones a las instituciones culturales", estima uno de los autores, Oliver Falck.

Sin embargo, durante la última crisis financiera, las administraciones locales han empezado a recortar, en particular en países como España, en general en los presupuestos destinados a la cultura para sanear las finanzas públicas.

Y es que, "los trabajadores altamente cualificados, atraídos por las ciudades con una oferta cultural rica y variada generan recursos interesantes", asegura el estudio.

IFO asegura que una subida del 1% en el número de personas altamente cualificadas contribuye al aumento del 1,4% de los ingresos de personas de baja cualificación y del 1,6% en los de las personas cualificadas.

"Cuando una ciudad atrae compañías innovadoras con sus empleados, su economía puede cambiar y hacerse más atractiva para otras personas innovadoras", asegura IFO.

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Carmen Cristina Wolf rinde homenaje a otros escritores

La venezolana ya trabaja en nuevos proyectos literarios.

Al escritor lo que más lo enriquece son sus lecturas. A mí eso fue lo que me indujo al oficio: la fascinación por los libros. Mi abuelo al llegar a la casa tomaba café y se sentaba a leer. Nos hablaba de los personajes, de Homero, del Quijote, de Sancho. Nos hacía creer que eran reales, que eran sus amigos. Carmen Cristina Wolf (Caracas, 1953) le rindió homenaje a ciertos autores que le gustan en su libro Vida y escritura, que fue publicado por Diosa blanca. Eugenio Montejo, Rafael Cadenas, Luz Machado, Juan Liscano, María Zambrano, Edda Armas. Un libro que también es un tributo a la palabra en sí misma. "La obra muestra al lenguaje como visión del mundo, como instrumento que traza la vida, cómo nos hacemos a través de las palabras. Confucio, cuando le preguntaron qué haría si fuera gobernante, dijo que transformaría el lenguaje". La autora venezolana lleva parte de su vida dedicada al análisis de la literatura femenina. Tiene, incluso, un blog para la difusión y p r o m o c i ó n d e o b r a s e s c r i t a s p o r m u j e r e s (www.ccwolf.wordpress.com). "No es fácil encontrar ensayistas sobre escritura femenina. Hago hincapié en buscar tesoros en

ellas. Me he dado cuenta de la riqueza poética de la mujer venezolana. No hay manera de no asombrarse", indicó la autora, que planea sacar un libro sobre el tema. La abogada dejó su cargo de presidente del Círculo de Escritores de Venezuela para ejercer como directora ejecutiva. A través del ente organiza recitales y eventos literarios, que no políticos ni partidarios. "Los escritores deben tener libertad de credo y de política. A título personal digo que no deben apoyar a ningún gobierno. Todo el que lo hace se vuelve preso de eso. Lo que sí defiendo es el respeto por las ideas de los demás", agregó la poeta, que tiene varias obras por publicar. Carmen Cristina Wolf incursionó hace poco en la literatura infantil motivada por su nieto. También tiene un libro de poesía inédito y otro de ensayos que sería una especie de segunda parte de Vida y escritura. Aguarda por una editorial para publicar en papel o digital. "La tecnología me sedujo. Las editoriales alternativas tienen que lidiar con las dificultades económicas y de material. Por eso muchos se han ido por lo digital", concluyó la autora. Mientras, lee y escribe.

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El Poder y La Gloria: Novela de Graham Greene

En el año de 1938, la política laica del presidente Plutarco Elías Calles llevó a cabo en México la persecución religiosa, encaminada a disminuir las actividades educativas de la Iglesia católica y, sobre todo, a reducir los aspectos más visibles del culto religioso. La llamada revolución cristera presentó al gobierno mexicano una firme oposición. La trama de la novela se desarrolla en el Estado de Tabasco, México. El pueblo estaba en una absoluta pobreza, vivía en chozas hechas de barro y sufría el suplicio del hambre. Pero al final del día todos van a la iglesia, se arrodillan y rezan, mostrando su fe. Esto refleja la verdad del estado: el catolicismo romano es intrínseco a ambos, a la gente y a la tierra. Por otro lado, los terratenientes abusan de sus labriegos pero es suficiente si van a la iglesia y se confiesan. Los curas lo perdonan todo y lo olvidan una vez que salgan de la iglesia. Incluso celebran juntos las fiestas. Todo esto provoca una reacción en el Estado. Está dirigida contra el clero cuyo último representante es el protagonista de la novela, nuestro cura del whisky: un clérigo en apariencia orgulloso, con muchas ambiciones y más interesado en comer y beber que en sus parroquianos. El Estado ha ofrecido una última posibilidad a los curas: pueden casarse. Sólo uno de los del estado donde se sitúa la acción (Tabasco) lo hace, pero los otros prefieren morir. Nuestro protagonista, el cura del whisky, escapa. En este momento su degeneración comienza. Bebe, tiene una hija y abandona sus obligaciones. Mientras está huyendo se encuentra muchos otros personajes. Algunos le ayudan: le ofrecen una copa en una calurosa tarde; le dan de comer durante la huida, y otros, alemanes luteranos, lo aceptan en su casa varios días. Pero uno de los personajes ejecuta la traición. Este personaje, un mestizo, intenta engañar al cura varias veces, conduciéndolo al final al teniente, un ateo que piensa que la Iglesia tiene una gran responsabilidad en la situación del estado. Su propósito es el final de la pobreza que él vio y vivió cuando era un niño. Quiere ofrecer un futuro mejor a los niños. Sin embargo, considera que la mejor manera de conseguir ese cambio es destruyendo las iglesias, matando a los curas e incluso, matando a los mexicanos que ayuden a los curas. El cura fugitivo y el teniente perseguidor representan dos ideas abstractas que se oponen. Con doctrinas e ideologías contrapuestas, se extiende en la novela un conflicto que siempre aparece en la historia como un laberinto. El foco de la novela está sobre el cura y su huida. Tiene que escapar, pero al mismo tiempo ser el último cura del estado le conduce a sus deberes con la humanidad. Se mueve entre su

orgullo y sus responsabilidades, sus esfuerzos para escapar y su compasión por los otros. El cura del whisky se debate entre las acciones de su vida cargada de culpa, y la redención que busca en las obras que supone le han sido encomendadas por la gracia divina. La personalidad no es bloque unitario sino un complejo mosaico. Dentro de un solo hombre están el santo y el pecador, el héroe y el cobarde, el libertino y el místico. Así era el cura del whisky: “En el centro de su propia fe permanecía siempre la convicción misteriosa de que estamos hechos a imagen de Dios: Dios era el padre, pero también la policía, el criminal, el cura, el maníaco, el juez…” El cura fugitivo del relato no ha abandonado la fe, aunque en la confusión social y el temor parezca sucumbir a la falsa esperanza que todavía quedaba para él. Al final, después de una dura persecución, es capturado, más por su compasión que le lleva a ponerse en peligro, que por los esfuerzos de sus perseguidores, y ejecutado. El novelista Graham Greene retoma a los personajes iniciales que apenas vuelven a asomar en el resto del relato, en una especie de novela circular, y lo finaliza admirablemente.En maravillosa coda, un forastero está en la calle. Saluda al muchacho, aquel que había conocido al cura del whisky en la plaza y presenciado su fusilamiento. El forastero acaba de desembarcar; es otro sacerdote que viene en misión evangélica.Continúa la lucha entre las dos corrientes ideológicas opuestas.El escritor francés Francois Mauriac, de arraigados principios católicos, ha elogiado esta novela que comentamos: “Graham Greene parece haber penetrado furtivamente en el reino de lo desconocido, en el reino de la naturaleza y la gracia (…) Ninguna corriente de ideas lo aparta de esta clave que ha encontrado. No tiene ninguna idea preconcebida sobre lo que llamamos un mal sacerdote. (…) Existe la naturaleza corrompida y existe la Gracia omnipotente…”

ALEJO URDANETA

El Estado ha ofrecido una última posibilidad a los curas: pueden casarse. Sólo uno de los del estado donde se sitúa la acción (Tabasco) lo hace, pero los otros prefieren morir.

Nuestro protagonista, el cura del whisky, escapa

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"Hay una crisis de autenticidad"

ENTREVISTA A JOSÉ PULIDO, ESCRITOR. Por: Daniel Fermin

"Le doy más importancia al trabajo con el lenguaje. Utilizo la anécdota como un pretexto"

Un guerrillero que integra él solo un movimiento armado, un escritor que no encuentra quién le publique sus poemas, un negociante mafioso que reúne a otros colegas en un hotel, un terrorista que quiere matarlos a todos con un explosivo. Ponzoña de paisaje (Negro sobre blanco grupo editorial), la nueva novela de José Pulido, reúne a una serie de personajes variopintos en una imaginaria frontera venezolana.

El escritor aragüeño (Villa de Cura, 1945) hizo una crítica social a través de hombres que traicionan sus propios ideales. Porque un creador suele reflejar el tiempo en el que vive. "Quise mostrar una especie de país, una manera de ser hoy. Hay una crisis de autenticidad. La gente dice creer en algo pero actúa de la forma contraria. El discurso es uno y el hecho otro: habla de humildad y es soberbia, habla de honestidad y es ladrona, habla paz y es criminal. Queriéndolo o no reflejamos nuestra realidad. Uno escribe del pasado o del futuro y en verdad habla del presente", dijo el autor que tardó dos años en terminar la obra.

José Pulido escribió una novela coral de corte fragmentario con momentos en apariencia inconexos que luego confluyen. El autor se preocupó más por la forma que por la historia. "Yo le doy más importancia al trabajo con el lenguaje. Utilizo la anécdota como un pretexto para trabajarlo. No somos nada sin la palabra. La estructura la armé para que el libro sea rápido de leer".

Ponzoña de paisaje tuvo su origen en una propuesta de guión de cine que le hizo su amigo y director Carlos Azpúrua. La película nunca se concretó. "Venía de escribir una novela tan pesada que acepté el reto de hacer una historia ambientada en una frontera nacional. Lo hice con sentido del humor. Quería que la tragedia final parezca liviana y terrible a la vez. Hay mucho de novela policial. También influyó el hecho de que comenzara siendo un texto para llevarlo al cine".

José Pulido incluyó en su novela fragmentos de algunos viejos textos suyos ya publicados. Hay un capítulo que formó parte de Los héroes son villanos tímidos. "A veces uno escribes un relato y luego se da cuenta de que podría ser una novela. O viceversa. Varios de mis cuentos fueron antes algún poema. Muchas de mis novelas empezaron como una crónica o una entrevista o algo distinto. Con el tiempo comprende que se pudo desarrollar mejor", agregó el también periodista, que viene de publicar El Pintor de los misterios (una biografía de Luis Domínguez Salazar).

Ponzoña de paisaje le sirvió a José Pulido para divertirse. Porque Memorias del pecado, otra novela inédita que envió a concursos internacionales y que publicará en Venezuela en caso de no salir premiada, le dejo exhausto tras su término. "Tengo mi compromiso u obsesión de llegar un día al manejo de la escritura

como un arte", concluyó el propio creador, ganador del premio Municipal de Literatura en el año 2000. Mientras, le da forma a algunos poemas en los que trabaja desde hace algún tiempo.

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Eugenio Aguirre novela la historia de las

revolucionarias mexicanas

Algunas de ellas fueron Petra Herrera, Altagracia Martínez, Adela Rafaela Velarde y María del Carmen Rubio, cuya leyenda

quedó inmortalizada en "corridos" (canciones populares) como "Coronela",

"La Adelita", "Valentina" o "Marieta", la que da nombre a la novela.

Ciudad de México.- (Dpa) Enfermeras, amantes, consejeras y hasta espías o guerrilleras: en su novela "Marieta, no seas coqueta", el escritor mexicano Eugenio Aguirre se sumerge en la biografía de las mujeres que formaron parte de la Revolución Mexicana (1910-1917), una contienda social que no podría haber triunfado sin ellas. "Mi libro recoge las actividad de muchas 'soldaderas' que participaron en el movimiento revolucionario. La gente escucha los corridos y atribuye estas mujeres al imaginario popular. No se les conoce como personajes de la realidad que participaron en la génesis de la revolución", dijo el autor en entrevista con la agencia Dpa. Algunas de ellas fueron Petra Herrera, Altagracia Martínez, Adela Rafaela Velarde y María del Carmen Rubio, cuya leyenda quedó inmortalizada en "corridos" (canciones populares) como "Coronela", "La Adelita", "Valentina" o "Marieta", la que da nombre a la novela. En las páginas del libro Aguirre (Ciudad de México, 1944) narra, entre otras, la biografía erótico-bélica de Rubio, la llamada "Marieta". Esta especie de Mata Hari mexicana fue rescatada de un burdel para luego hacerse amante del revolucionario y luego presidente Francisco I. Madero, a cuyos enemigos seducía hasta arrancarles secretos de guerra o política, a base de sexo. Hermosa, aguerrida y sin prejuicios la figura de esta mujer sorteó el paso del tiempo en una canción que dice "Marieta, no seas coqueta porque los hombres son muy malos. Prometen muchos regalos y lo que dan son puros palos".Otra de estas "adelitas", como se conoce a las mujeres que formaron parte de la revolución, fue Valentina Ramírez, conocida como "La Valentina", que sedujo al mítico Pancho Villa con su valor y belleza. "Dicen que Pancho la invitó a comer y que ella exigió una botella de aguardiente", relata la novela. "Villa se mostró inconforme porque es abstemio y detesta a los borrachos. Sin embargo, la Valentina no se arredró". Cuando el revolucionario quiso protestar "se encontró con el revólver de la mujer apuntándole al pecho", dice el libro. Rastrear la biografía de estas mujeres llevó al también autor de biografías noveladas y novelas históricas como "Isabel Moctezuma", "Hidalgo" y "Leona Vicario" a buscar artículos periodísticos de la época, leer decenas de libros de historiadores y desempolvar textos, cartas y otros documentos en archivos, bibliotecas y otras instituciones. "Me preocupé no solo por al aspecto bélico, sino por las mujeres que influyeron ideológica e intelectualmente en el movimiento revolucionario", contó el escritor. Por eso, en su libro (que edita Planeta) "está la impronta de Matilde Montoya, la primera mujer en recibir un título de medicina en México que influye en la formación de hospitales de campaña, o María Sandoval de Zarco, la primera abogada en este país, quien

se dedica a defender a las mujeres que tienen rencillas con sus maridos o marcadas por una sociedad que decidía que eran personas no gratas". Buscando en el sur de México, en la zona de combate del caudillo Emiliano Zapata, el novelista, cuentista y ensayista halló a una mujer apodada "La Tortillera", líder de una cuadrilla de 20 "soldaderas" al servicio de la revolución. Todas estas mujeres, afirma, tuvieron un papel decisivo en la Revolución Mexicana y sin ellas el México actual no habría sido posible.

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Grass: impactante espejo alemán

DPA

El premio Nobel de Literatura 1999 falleció a los 87 años

Berlín.-(DPA) El mundo de las letras perdió a uno de los autores más reconocidos de las últimas décadas: el premio Nobel de Literatura alemán Günter Grass murió ayer a los 87 años en Lübeck, la ciudad donde vivía en el norte de Alemania.El autor de El tambor de hojalata tenía buena salud y había estado trabajando hasta la semana pasada en su nuevo libro, pero una infección grave provocó su súbita internación en un hospital de Lübeck, donde murió en la mañana acompañado por su familia. Alemania perdió así a una de las figuras más relevantes de su historia moderna, tanto por su decisivo papel en la proyección mundial de la literatura alemana tras la guerra como por su ardiente compromiso político y sus muchas polémicas, incluida la de su paso por el nazismo en la adolescencia."En sus novelas, en sus cuentos y en su lírica se encuentran las grandes esperanzas y equivocaciones, los miedos y los anhelos de generaciones enteras", definió el presidente federal alemán, Joachim Gauck. "Su obra es un impactante espejo de nuestro país y un componente de su patrimonio cultural y artístico".La canciller Angela Merkel, criticada en varias ocasiones por Grass, envió un telegrama a su viuda despidiendo "con profundo respeto" a un autor que "acompañó y marcó como pocos la historia de la posguerra en Alemania con su compromiso tanto artístico como político y social". El elogio más encendido llegó de la ministra de Cultura, Monika Grütters, que equiparó al escritor con el máximo hito de las letras germanas: "Günter Grass fue un literato mundial. Su legado literario se ubicará junto al de Goethe".Nacido el 16 de octubre de 1927 en la ciudad polaca de Gdansk, Grass se convirtió en una celebridad internacional con su novela El tambor de hojalata en 1959, primer volumen de una trilogía que siguió con El gato y el ratón (1961) yAños de perro (1963). En más de medio siglo de carrera, el autor dejó una amplia obra que recorrió géneros tan diversos como drama, lírica, piezas de ballet, aforismos, ensayos y novelas, además de esculturas, dibujos y pinturas.También una trilogía autobiográfica que incluía Pelando la cebolla (2006), donde Grass confesó que a los 17 años había formado parte de las Waffen-SS, cuerpo de seguridad especial del régimen nazi, y desató así una polémica que lo acompañó hasta sus últimos días. "Si miro hacia atrás, siempre lo he contemplado como una mancha que me oprime y sobre la que no podía hablar", contó entonces sobre su demora en admitir ese pasado.El conjunto de su obra fue reconocido en 1999 con el último Premio Nobel del siglo. "La decisión fue muy consciente", recordó ayer Per Watberg, miembro del jurado. "En la Academia Sueca lo vimos como la cima del siglo XX. Él fue el siglo XX, por lo menos después de Thomas Mann". Cuando lo premió, la academia de Estocolmo consideró que la obra de Grass llevó a cabo "una amplia revisión de la Historia recordando lo que había sido negado y olvidado: las víctimas, los perdedores y las mentiras que la gente quiere olvidar porque

creyeron en ellas un día".

También en 1999, Grass recibió el Premio Príncipe de Asturias.

Compromiso y polémica Encarnación del intelectual de izquierda comprometido, Günter Grass participó también activamente en el debate político alemán, hizo campaña para el partido socialdemócrata (SPD) y asumió una postura siempre polémica y de referencia en temas como la reunificación alemana, la energía nuclear o la superación del pasado nazi. El novelista volvió al centro de la polémica en 2012 al considerar a Israel "un peligro para la paz mundial" en un poema titulado Lo que hay que decir. Fue acusado de delirante y antisemita en Alemania y declarado persona non grata en Israel.Grass siguió comprometido con la actualidad hasta el último día: su firma era la primera en una petición a favor de "un derecho de asilo digno" en Europa entregada precisamente ayer al Ministerio del Interior alemán y firmada por más un millar de escritores. El autor trabajó en su nueva obra hasta días antes de fallecer aseguró su editor. La obra, titulada Vonne Endlichkait, se publicará en el verano (boreal)

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Himno a

Cervantes

GUSTAVO MERINO FOMBONA

Cuando vemos la fotografía donde bacterias, microorganismos que devoraron ferozmente el cuerpo Miguel de Cervantes (en el caso que ciertamente se compruebe que es del insigne polígrafo pero imaginemos que sí), nace la pregunta esencial, ¿es todo lo que queda como residuo del humanismo y su intento literario? Materialmente sí, inmaterialmente no, razones se comprenden sin entrar en el tema del diseño biológico del universo. Regresando a la materialidad corpórea sin acceder a devaneos multi-religiosos sobre la personalidad cruda de la naturaleza, unos se van y otros reciben sus boletos de viaje existencial y sigue el ciclo. Las propias bacterias y enzimas que están en nuestro organismo una vez extinto el oxígeno nos descomponen. Con respecto al prototipo de célula, las neuronas, tomándolas como referencia mueren en unos 3 a 7 minutos, mientras que las células de la piel se postergan más, pudiendo aguantar hasta 24 horas aún activas, e incluso pueden ser extraídas del cuerpo muerto y crecer normalmente en un cultivo de laboratorio. Aquí dura más la estética que la inteligencia. La desintegración por microbios, enzimas, bacilos tal como la clostridia y las coliformes de los intestinos junto a lo químico del metano y el sulfuro de hidrógeno terminan con el remanente corporal, quedando solo osamentas y piezas dentarias. El ambiente regula la conservación como es el caso de "La Doncella" uno de los tres niños que se encontraron congelados (liofilizados) como ofrenda inca en la cima del Volcán Llullaillaco en el noroeste argentino en marzo de 1999. En homenaje al impacto que nos debe causar apreciar a un genio hecho polvo que ofrendó su vida a remozar las virtudes humanas, que de acuerdo a la historia de la humanidad no son muchas, el Quijote salva la imaginación, la moral, la inocencia, la dignidad, la utopía, la creación, el amor, la fantasía, la amistad, la ironía del hombre sobre el concepto de triunfar y la moraleja de la ética de ser supremo en la sensibilidad en una existencia sin muchas respuestas vitales, donde corremos sin destino y nadie nos recuerda una vez pulverizados. Dijo Cervantes en el Quijote: "En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como Don Quijote los vio, dijo a su escudero: -La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. -¿Qué gigantes?-dijo Sancho Panza. -Aquellos que allí ves -respondió su amo-, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. -Mire vuestra merced-respondió Sancho-, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino. -Bien parece -respondió Don Quijote- que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio

que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla. Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes iba diciendo en voces altas: -Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete. Levantose en esto un poco de viento y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por Don Quijote, dijo: -Pues aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar. Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante, y embistió con el primer molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho Panza a socorrerle a todo el correr de su asno, y cuando llegó, halló que no se podía menear, tal fue el golpe que dio con él Rocinante...".Fábula entre otras que una vez este planeta de mucho engaño, saturación y contaminación nos deje, tengamos que retornar a estas lecturas para identificarnos siendo mejores, si queda alguna célula que retoñe hacia la recivilización.

Doctor en Patrimonio Cultural.Posdoctor en Gerencia y Administración.

Posdoctor en Estudios PolíticosProfesor UCV/Unimet/ULAC

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Don Quijote nos recuerda el valor de la justa rebeldía

Miguel Ángel Caminos

Siempre es oportuno volver a Cervantes, como lo es volver a Dante. O volver a Shakespeare. Son clásicos entre clásicos, que en otros tiempos formaron a generaciones enteras. En su época marcaron un punto de inflexión al renovar el idioma y, desde luego, la forma de hacer literatura. Cervantes encarnó la vanguardia de la novela moderna. Fue un transgresor, como lo fue García Márquez con Cien años de soledad. Cabe recordar una anécdota: cierta vez, ante el ostracismo de García Márquez, Cortázar le preguntó a Carlos Fuentes si sabía qué le pasaba. Fuentes le respondió: "Se recluyó para escribir el Quijote del siglo XX". Se refería, entre otras cosas, a la idea de la novela total, en la cual desfilara la esencia misma de la condición humana. En el complejo mundo actual, leer el Quijote equivale a realizar un ejercicio de reflexión. Ante tanta tecnología y tanto orden globalizado, con Estados que vigilan a las personas de a pie, una novela como el Quijote resulta indispensable. En el decir de Borges, inagotable. La historia y el personaje tienen mucho de resistencia contra el sistema, con asidero en una satírica locura. Por eso merece respeto detenerse en tantas páginas que retratan al protagonista. Su actitud díscola, pero digna, denuncia la supuesta normalidad que, paradójicamente, dio origen a un mundo enfermo. Y, quizá, cada vez más peligroso. A pesar del tiempo, la obra de Cervantes siempre está vigente. Así habían pensado, en la propia España, los escritores de la Generación del 98, cuyo paradigma para salir de la crisis de entonces fue interpretar en clave el Quijote. Fruto de esto es el excelente libro Vida de Don Quijote y Sancho, de Miguel de Unamuno. Junto con otros intelectuales, surcó el camino del llamado quijotismo, un ideario basado en la urgencia de provocar en los albores del siglo XX una revolución moral. El símbolo de los molinos de viento, en su versión, revivía antiguos fantasmas: la violencia y el autoritarismo. Unamuno selló su posición quijotesca con célebres palabras: "Venceréis, pero no convenceréis". Las pronunció mientras el falangismo echaba raíces y él, en un reclamo desesperado, buscaba libertad de expresión. ¿Acaso no resuena hoy el eco de esas palabras en cada rincón del planeta donde se instalan el poder y la corrupción? Cuando hace 400 años Cervantes publicó la segunda parte del Quijote, en abril de 1615 (un año antes de su muerte, el 22 de abril de 1616), supo que en esa triste historia de humor a retazos el hidalgo y el escudero ya no le pertenecían. Ambos habían abandonado el libro, al mejor estilo pirandelliano, para eternizarse como un antídoto contra las injusticias y las desigualdades. A cuatro siglos de esa publicación, don Quijote nos llama para que, en la actualidad, encontremos las señales de progreso en una justa rebeldía. Y, como dijo alguna vez Freud, en un sano escepticismo. La derrota del hidalgo cervantino enseña que, en tanto no abracemos el desafío de comprender la vida, sólo la muerte nos traerá alivio. Lo explicó muy bien Milan Kundera al escribir: "Don Quijote ha sido vencido. Y sin grandeza alguna. Porque, de golpe, todo queda claro: la vida humana como tal es

una derrota. Lo único que nos queda ante esta irremediable derrota que llamamos vida es intentar comprenderla". Tal vez nosotros, seres de carne y hueso, debamos armarnos de paciencia y luchar contra los males de la sociedad sin tanto ruido. Luchar para comprender. Hacerlo a favor de la paz, la convivencia y la honestidad. Abrevar en el quijotismo de Unamuno que, con certeza, afirmó: "Seamos padres del futuro y no hijos del pasado".En efecto, el futuro de la humanidad es lo que importa. Evocar la ética de don Quijote sirve para proyectarlo, para despertar en los lectores el afán por reivindicar la libertad y, detrás del humor, advertir la profunda seriedad de una novela llena de sabiduría. Es válido entonces celebrar el tono paródico del Quijote cuando parece que el mundo se derrumba, ya que su utopía no tiene por qué ser nuestra condena al fracaso sino nuestra esperanza. En el magnífico cuento "Pierre Menard, autor del Quijote", Borges sugiere que el lector es también el creador de la historia que lee. Tenemos derecho, pues, a crear nuestro propio Quijote del siglo XXI: el de la luz y no el del desencanto. El autor es profesor y escritor; su último libro es El sentido de educar.

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MADRE TIERRA(A PROPÓSITO DEL DÍA DE LA TIERRA)

Gorquin Camacaro

Madre tierra que cobija el germen de la vidaVapuleada por insensibles...suicidas.

Girando en un eje de ternuraAnidando muertes prematuras

Dando vida gratuitaCon aguas marchita de indolencia

Árboles sempiternos... ocresAnimales refugiándose en la mano asesina.

Madre tierra, nobleSin hálito de venganza

Ríos que claman cristalinos átomosAires de nubes impolutas

Fuego que no cesa en el corazónMadre tierra..

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Leer a Eliot Weinberger

NELSON RIVERA

UNODe leer a Weinberger: Puedo suponer, en lo sucesivo, que a esta hora Weinberger debe tener puesta su concentración en algún asunto del que tampoco tengo noticia, ajeno a mi estrecho horizonte de lector occidental. Neoyorkino (1949), la riqueza de su temario me recuerda que en el mundo pululan otros centros que no vemos. Weinberger visibiliza lo que subyace o vive más allá de nuestros límites mentales.Esa condición de 'remoto', lo es de muchas maneras. Puede, por ejemplo, transcurrir por rutas geográficas imprevistas: ir del Valle del Indo en la confluencia de Pakistán, Afganistán y La India, al subsuelo de Somalia donde viven unos animalitos llamados farunferes; distribuirse por las innumerables versiones que ha recogido de la Atlántida para luego recalar en ese desconcertante nudo del planeta que es Islandia; incitarnos a pensar en la significación de 'vórtice' para más adelante, en un ensayo cuya extensión es de 14 palabras, titulado “El Sáhara”, simplemente decir: “Las patas de los camellos dejan en la arena huellas de hojas de loto”. Remoto, también por la diversidad de los tiempos: Shen Fu, autor de una biografía, Seis testimonios de una vida flotante (1809) que no hace uso del tiempo cronológico; los Mandeos, pueblo más antiguo que el Islam, localizado en las fronteras entre Irak e Irán, que todavía sobrevive; el Upánishad Jaiminiya, cuyo origen posiblemente se remonta –todo, en estos ensayos de Weinberger, remonta– más allá del siglo VI antes de Cristo.Remoto (proviene del latín remotus: apartado, retirado) porque su guía de intereses desafía nuestra comodidad mental: las apariciones kármicas; los holotúridos que viven en los suelos de todos los mares del mundo y los chochines que “viven en casi todas partes, se alimentan de casi todo, se adaptan a la mayoría de los climas”; Santa Perpetua, mártir que murió atravesada por una espada romana en un circo, el 7 de marzo del año 203; los viajeros a las antípodas (que son numerosísimos en estas relaciones de Weinberger) o la controversia que, en una pieza titulada “La tribu cámara”, plantea a las prácticas que presumen de atrapar la realidad de etnógrafos, antropólogos y afines. Remoto, especialmente, por su modo de avanzar en cada ensayo. En Weinberger ensayar es recorrer. Caminar abierto, largo y decidido. Ir de un punto a otro en el pensamiento, de un tiempo a otro, de un saber a otro cuya conexión no siempre es obvia ni inmediata (no rinde ofrenda a la lógica argumentativa, ni a ninguna secuencia previsible). Lo excepcional no es que viaje (también Edgar Morin, George Perec, Aby Warburg o Rudy Kousbroek han usado el método del viaje para alcanzar otro lugar de la imaginación u otro ámbito del conocimiento), sino que desplazarse, viajar, tiene como finalidad la de no arribar. No cerrar y seguir. No clausurar puesto que el hombre y el mundo siguen abiertos. Weinberger no necesita detenerse: sus recorridos no pasan por la superficie. El efecto de acumulación que produce, podría provenir de la poesía, de los textos sagrados, de reminiscencias e invocaciones, del murmullo de las oraciones, de esa innombrable emanación de sensaciones e imágenes que tienen ciertas

palabras y ciertos nombres: el pensar, la condición poética de lo humano. Pero todas estas otras dimensiones de lo humano (evito aquí el uso de la fórmula 'realidades humanas', porque la palabra 'realidad' está cargada de tierra y piedras, y los desplazamientos de Weinberger parecen impulsados por vientos que dejan atrás tierras y mares), enterradas o no, arcádicas o no, afines o paralelas, en forma de ruina o deseo, comprensibles o prefiguradas más allá de nuestros sentidos, esos hombres y esos hechos que aparecen revestidos de lo que cuesta creer (como la historia del espiritista Indridi Indribason), que rebasa los compartimentos: pero estos ensayos ni siquiera podrían calificarse de interdisciplinarios, porque nada hay en ellos que se someta a las disciplinas, que no sea un deseo de ir más lejos: obra de un Odiseo sin Ítaca, un hombre en estado de desplazamiento que todavía no se ha propuesto volver. DOS Lo antiguo, el comienzo, lo paradójico, lo incontestable, los límites, la plegaria, la reaparición, la ausencia, el arcaísmo, la sonoridad, lo paralelo, los sueños, la rendición, las interpretaciones, el curso de las cosas, lo concerniente, las religiones, el tigre, los tigres, las sagas, la enumeración, el vínculo, los karmas, la invención, el hondo convencimiento de que toda lista es incompleta. El parafraseo. “El poema sigue siendo, como siempre, un himno a, y un sueño de, su río desaparecido o invisible, su tiempo perdido o a punto de estallar”. La acumulación, lo simultáneo, lo vacío, los vedas, la invocación, los obcecados, la cita, lo ajeno, las lenguas, la hipérbole, el vórtice, Blanqui, Borges, Mahoma, Buda, las cavidades, la paciencia, la variación, los ordenamientos, la derivación, lo místico, el paso del remolino a la vorágine, lo oculto, el murmullo, lo inconcebible, la hybris, la indagación, el desplazamiento de lo real hacia su invención, las posibilidades latentes, lo irreal que hay en toda realidad: el reconocimiento. La alegoría. La visión de 360 grados. La travesía a lo largo de los milenios. Weinberger domina al lector: nunca anuncia lo que viene. Cada línea no pronostica la que sigue. Leer es distinto a presuponer. Es la experiencia, no de la sorpresa, sino de lo imprevisible. Una presencia nunca dicta la siguiente. Las funciones previsibles del texto quedan suspendidas. De leer a Weinberger, emanan innumerables cuestiones: si estos tres libros son tres o es uno que se está rehaciendo de forma permanente como reordenamiento (incluso hay fragmentos de las traducciones de los mismos textos, que de una edición a la siguiente, cambian). Otra cuestión: si el asunto aquí es la Otredad o somos nosotros mismos (quizás nada sea verdaderamente remoto) interrogados por los desplazamientos de Weinberger. Otra: si la frase que dice, “Nunca antes una cultura había sabido tanto y entendido tan poco”, nos mira a los ojos o pasa a nuestro lado, sin siquiera rozarnos.

Rastros kármicos.Editorial Emecé.

España, 2002.

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Benecios de la lectura AJV

Beneficios de la lectura.

Leer es un placer. Además los beneficios de leer un libro incluyen una mejora en nuestra vida a nivel mental, espiritual y social. Si desarrollamos el hábito de nuestras habilidades de comprensión y retención aumentarán. Así que las invitamos a conocer 10 beneficios de leer, aunque hay mucho más.1. Aumenta tu vocabulario ¿Recuerdan cuando en la primaria aprendíamos a inferir el significado de una palabra leyendo el contexto de las demás palabras en la oración? Ese mismo beneficio lo obtendremos ahora si nos dedicamos a leer un libro. Se darán cuenta que mientras leemos, especialmente textos “difíciles”, nos veremos expuestas ante un mundo de nuevas palabras, que no conoceríamos de otra manera.2. Entrenas al cerebro Una de las grandes ventajas de dedicarnos a leer un libro, es que resulta entrenamos a nuestro cerebro. Cuando practicamos esta actividad ayudas al órgano a que lleve a cabo sus funciones de manera ideal. En otras palabras, cuando leemos, nuestro cerebro se pone a hacer ejercicio, pero para que tenga resultados a largo plazo, necesitamos que la actividad sea constante.3. Patrones de sueño saludables Si comienzas a tener el hábito de leer antes de dormir, la actividad funcionará como un aviso para tu cerebro y cuerpo, mandando señales de que ya es tiempo de descansar. Esto ayudará a que duermas profundamente y despiertes mucho más relajada.4. Disminuye el riesgo de padecer Alzheimer Leer incrementa de inmediato la fuerza de los tejidos del cerebro ya que es estimulado regularmente, lo que nos ayudará a prevenir ciertas enfermedades, entre ellas el Alzheimer. Investigaciones han demostrado que actividades como leer libros o revistas, completar crucigramas, rompecabezas o hasta el sudoku, pueden retrasar o prevenir la perdida de memoria. Estas actividades estimulan al cerebro de tal manera que las células del mismo se conectan y crecen.5. Aumenta la concentración Las personas que leen suelen tener mayor nivel de concentración, y el lector tendrá la habilidad de poner toda su atención en las cosas prácticas de la vida. También desarrolla la objetividad y la toma de decisiones.6. Siempre tendrás tema de conversación ¿Te has quedado sin cosas que platicar con un amigo, novio o con tu esposo? Si te ha pasado, sabrás lo incómoda que puede resultar la situación y muchas veces puede provocar que las personas se pregunten si sucede algo malo. Sin embargo, si nos dedicamos a leer más, siempre tendremos algo de que conversar con otros. Podemos discutir los conflictos de cierta novela, o aquello que aprendimos por leer ese libro sobre negocios, las posibilidades son infinitas.7. Mejora la memoria Muchos estudios han demostrado que si no usamos la memoria,

la comenzaremos perder. Crucigramas y rompecabezas, son sólo un par de ejemplos de juegos que nos pueden ayudar a prevenir el problema, y leer ayuda a fortalecer los “músculos” de la memoria en una manera muy similar. La acción de leer requiere que recordemos detalles, hechos, situaciones, conflictos, temas y personajes.8. Entretenimiento barato Una salida al cine, con todo y munchie, cuesta un promedio de 200 pesos. Lo disfrutamos, claro, pero la emoción es momentánea y pasajera. Por ese mismo precio puedes adquirir un libro que te entretendrá por mucho más tiempo. Busca una librería que también venda libros de segunda mano, que te saldrán mucho baratos, y así no afectarás tu cartera.9. Reduce el estrés Cuando leemos nuestra mente cambia de estado. Si tuvimos un día sumamente estresante un buen libro nos puede distraer con mucha facilidad; el género de fantasía es excelente para estos casos. Muchas veces nos será muy difícil soltar la novela pero aun así nos mantendremos relajadas.10. Desarrollo emocional Cuando nos dedicamos a leer nuestro desarrollo social y emocional aumenta. En un primer momento, los personajes de las grandes novelas generalmente representan diversos contextos, regiones del mundo, estatus social, razas y etnicidades, así como diferentes religiones. Así que nos encontramos con una diversidad con la que posiblemente no tengamos contacto real. Pero es importante entender que una vez que conocemos acerca de aquello que se encuentra “fuera”, podremos comenzar a generar empatía y tolerancia por los demás, y así desarrollar una sensibilidad emocional.AJV

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LOS VALORES DE LA OBRA DE ARTE

Enrique Viloria Vera

Todo necio confunde valor y precio.Antonio Machado

La conmoción que produce una obra de arte no es única, la misma es un hecho plural de innegables impactos en diferentes dominios del quehacer humano; es un hecho plástico que tiene repercusiones inevitables en lo social, y sobre todo, en lo económico. Indefectiblemente, la obra de arte plantea en quien la contempla, una necesidad de comprensión, de interpretación, de significado, más allá incluso de las razones – a veces inexistentes – que puedan o no habitar en la intención del propio artista. Esta búsqueda de explicaciones, de significados, lleva incluso a muchas personas a una inevitable confusión entre valor y precio. Recordemos, en este sentido, las conocidas anécdotas de Pablo Picasso cuando fue consultado, en momentos distintos de su vida y su creación plástica, acerca del sentido, del significado, de sus obras plásticas. Joven aún, en el Bateaux Lavoire en Montmartre, tolerante, coqueto, seductor y entusiasta, al ser interrogado por una fresca y atractiva mademoiselle acerca del significado de una de sus más recientes obras cubistas, le respondió: “Ma belle, ¿ para qué quiere UD. entender el canto de un pájaro? Más tarde, ya senil, intolerante y cascarrabias, al ser nuevamente consultado acerca del significado de uno de sus cuadros, esta vez por una dama ya no tan bella, fresca y agraciada, le respondió un tanto hastiado: “Chère Madame, eso, eso significa un millón de francos”.En efecto, continuamente entre coleccionistas, galeristas y críticos de arte se emiten conceptos, en apariencia disímiles y contradictorios, acerca de cuál es el valor intrínseco de una obra de arte. Los críticos, desde su perspectiva analítica, reivindican la exclusiva dimensión plástica, los galeristas, desde su punto de vista comercial, enfatizan su valor económico en el mercado, y muchos coleccionistas se muestran orgullosos del reconocimiento social, expresado por amigos, familiares y allegados ante la posesión de la obra de un determinado artista. En nuestro criterio, tanto el dicente epígrafe del poeta Machado como las irónicas respuestas del maestro Picasso, nos conducen a señalar que la obra de arte tiene diversos valores, en la medida en que es expresión de un conjunto de variables, de percepciones, que lejos de divergir deben integrarse en la consideración del valor final de la propia obra de arte, A los fines de una mejor comprensión de esas facetas, aspectos o valores reconciliables de la obra de arte, proponemos tres dimensiones que permiten aprehender y evaluar mejor los productos de la creación visual.1. La dimensión plástica La dimensión plástica de una obra de arte contemporánea, a diferencia de los criterios plásticos vigentes hasta las postrimerías del siglo XIX, se asienta ahora sobre su capacidad de conmoción e innovación, sobre su novedad y diferenciación, y no más en los exclusivos criterios de belleza formal, helénica o renacentista. En efecto, en la actualidad una buena obra de arte es aquella que aporta algo distinto, que añade un valor en la evolución de la historia del arte. La novedosidad se erige así en criterio plástico contemporáneo, aunque no necesariamente todo lo nuevo es bueno. Las nuevas

propuestas plásticas han llevado incluso a valorar tanto lo simple o esquemático del minimalismo, lo deleznable y marginal del arte pobre, lo desechable y espurio del arte efímero, la obviedad y elementalidad de las instalaciones, como, cada vez con más frecuencia, las propuestas plásticas realizadas con el auxilio de medios electrónicos: el video arte, el arte digitalizado en computadora, la fotografía tradicional o digital. El podio y el caballete, el óleo, la acuarela y el pastel, el lienzo y el papel dibujado o grabado, el bronce, la madera y el barro quedaron para otros tiempos dicen mucho de los críticos más contemporáneos y entendidos, aun cuando lo cierto es también que el fastidio y la repetición de las nuevas expresiones vienen propiciando un renacer, una nueva valoración de la pintura, el dibujo y la escultura tradicional. En fin, esta valoración plástica está en cabeza y apreciaciones de la crítica profesional y de las instituciones especializadas. La aceptación en salones o bienales de arte de reconocidaimportancia, los premios y menciones recibidos, las exposiciones en museos de prestigio o en connotadas galerías de arte, la incorporación de la obra a museos o a colecciones públicas o privadas de alta significación, su ubicación en espacios cívicos o corporativos, los libros y comentarios escritos en periódicos y revistas especializadas acerca de la producción plástica de un artista, constituyen, sin dudas, un índice, un indicador, y nunca un criterio seguro y suficiente, acerca del valor plástico de la obra de un determinado creador plástico.2. La dimensión económica Si bien es innegable el valor esencial y trascendente de una obra de arte es el plástico, no por eso es posible dejar de reconocer que en la actual sociedad capitalista de consumo, la obra de arte es también un objeto comercial, un valor de cambio.Una obra de arte, en nuestra economía mercantil, debe poder ser traducida en moneda, tener un precio, una cotización en ese incierto e imprevisible mercado del arte. Esta dimensión económica de la obra de arte está en manos de los galeristas comerciales, en la iniciativa y poder de venta< de los llamados marchands, en la convocatoria y profesionalismo comercial de las grandes casas de subasta nacionales e internacionales, a ellos corresponde la génesis, el origen, de esta hoy inevitable valoración económica. Invariablemente, aunque no sea norma aplicable a rajatabla, detrás de cada buen artista encontramos un buen galerista, y más en nuestros días cuando la división del trabajo, el sentido de equipo, la profesionalización tanto de la creación plástica como de la comercialización de la obra de arte amerita, exige, de gentes conocedoras de su oficio. Ambos, tanto el artista como el galerista, pueden entonces, cada uno, concentrarse en su disímil oficio, sin indebidas distracciones de su quehacer y sin distorsión de sus respectivas vocaciones: creadora una, comercial la otra; cuando esta relación entre artista y galerista es de mutua y genuina colaboración, pueden, en consecuencia, erigirse en genuino binomio de mutuo valor añadido.

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Sin embargo, como decía el poeta español Antonio Machado en el epígrafe: no se puede confundir valor y precio; aunque reconozcamos explícitamente el inevitable valor económico de una obra de arte, no debemos asimilar unívocamente valor y precio. Dicho de otra forma, no necesariamente la obra de arte más cara es la mejor.3. La dimensión socialPor último, es conveniente también aceptar que una obra de arte, además de constituir un valorde cambio, posee igualmente un valor de uso. Buena parte, por no decir toda, de este tercer valor de la obra plástica está en manos de los coleccionistas, en la disposición del público, del ciudadano común para tenerla en sus hogares y oficinas otorgándole un aprecio, en este caso absolutamente social. Este valor se expresa entonces en casas, jardines, paredes, pedestales, mesas, computadoras personales, en fin, en espacios reales o virtuales que los coleccionistas ponen a disposición de la obra del artista plástico de su preferencia.Una obra de arte se completa con el contacto con el espectador, con el dialogo con el público; amerita de ser explorada por otros ojos distintos al del artista, el crítico y el galerista, de lo contrario,

corre el riesgo de no ser nada, de permanecer anónima, de morir abrazada por las llamas de la perfección neurótica, tal como le ocurrió al artista de marras en la conocida novela de Honorato de Balzac.En fin, una obra de arte requiere del orgullo de quien la posee, de la pasión de su propietario; por ella - recordemos a Albert Camus - se puede matar o robar, se puede morir por tenerla o conservarla, o también se puede guardar por siempre, ocultándola del ojo ajeno, en un privilegiado y modesto closet, convirtiéndola en objeto de paranoica devoción y desquiciadas reverencias.En todo caso, podemos afirmar que no necesariamente la obra de arte más difundida entre los coleccionistas, la de mayor aceptación social, es necesariamente la mejor.En fin, en coherencia con lo expuesto, podemos concluir que el valor de la obra de arte esmúltiple e integral. La mejor obra es, inequívocamente, aquella capaz de equilibrar lasdimensiones o variables anotadas, generando conmociones, emociones y sorpresas permanentes que se traducen en crecimiento, en aprendizaje, en aumento de la sensibilidad en el sujeto que la transforma en objeto de su apreciación.

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Disminuye producción editorial de América Latina

pero sube formato digital

Bogotá.- La producción editorial latinoamericana, medida por el número de títulos con registro ISBN, fue en el primer semestre de 2014 un 4,8 % menor a la de igual periodo de 2013, con una participación en ascenso del libro digital, según el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe.

En el último boletín "El libro en cifras", ese organismo dependiente de la Unesco y con sede en Bogotá reseña que de enero a junio de 2014 se registraron 83.162 títulos con ISBN (Número Internacional Normalizado del Libro) en América Latina, de los cuales 16.933 fueron editados en formato digital.

Esos libros digitales significan un 20,4 % del total y el porcentaje va en aumento, según el CERLALC, que no menciona cuál fue el porcentaje en el primer semestre de 2013.

En seis de los 19 países que comprende el estudio el libro digital supera el 20 % del total: México, Panamá, Costa Rica, Colombia, Honduras y Brasil.

Ocho se encuentran en el rango de 10 % a 20 % y solamente en cinco la participación se sitúa por debajo del 10 %.

Tras advertir de que por segundo año se registra una variación negativa en los títulos con ISBN en el primer semestre, el CERLALC señala que hay que tener en cuenta que siempre la actividad es mayor en el segundo, cuando suele haber un repunte, y que la disminución no fue generalizada.

De los 19 países de los que hay datos, en trece hubo crecimientos en el número de títulos registrados.

Brasil, que es el país con mayor número de títulos registrados en el primer semestre, es también el que más contribuyó a la caída de la cifra regional, seguido por Perú y Paraguay.

Los 34.163 títulos brasileños significan el 41 % del total registrado por los 19 países, cuatro puntos menos que en igual periodo de 2013.

Con 13.535 títulos reportados, Argentina, por el contrario, gana espacio en el segundo lugar (16,3 %), seguido por México (16,1 %) y Colombia (8,3 %), con 13.371 y 6.899 títulos respectivamente.

Otros países con crecimientos destacados en el primer semestre de 2014 son Guatemala, El Salvador, República Dominicana, Panamá y Costa Rica, señala el boletín.

El país que menos títulos con ISBN reportó en el primer semestre de 2014 fue Venezuela, con 1.550.

El estudio revela también que la aportación de los editores comerciales al número total de títulos bajo seis puntos con relación

al primer semestre de 2013, de 60 a 54 %, y por el contrario sub ie ron las con t r ibuc iones de o rgan izac iones no gubernamentales y autores-editores, que supusieron un 21 % y un 12 % del total, respectivamente.

Esos libros digitales significan un 20,4 % del total y el porcentaje va en aumento, según el CERLALC, que no menciona cuál fue el porcentaje en el

primer semestre de 2013.

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GALEANO SEPULTA "LAS VENAS ABIERTAS DE

AMÉRICA LATINA”

El polémico autor uruguayo confiesa que "no volvería a leer"

su libro y que lo escribió "sin conocer debidamente de economía

y de política".

El escritor uruguayo Eduardo Galeano, símbolo de la izquierda intelectual latinoamericana, sepultó de manera lapidaria su famoso y polémico libro Las venas abiertas de América Latina al confesar públicamente, en la II Bienal del Libro y la Lectura de Brasilia, en mayo de 2014, que "no sería capaz de leer el libro de nuevo" porque "esa prosa de izquierda tradicional es pesadísima". Galeano reconoció, además, que lo había escrito "sin conocer debidamente de economía y de política".

El autor admitió que no se arrepentía de haber escrito Las venas abiertas… que ha sido la Biblia de la izquierda latinoamericana, pero subrayó que era "una etapa superada" y reconocía que al escribirlo "no tenía la formación necesaria". Esta obra de la ensayística anticapitalista, se publicó en 1971 y fue prohibida por las dictaduras militares que gobernaban Argentina y Chile en aquel momento y Uruguay a partir de 1973, año en que Galeano debió marchar al exilio. Otros libros, canciones y películas han hecho referencia de ese texto desde entonces.

En sus comentarios en Brasil, Galeano reconoció que la izquierda a veces “comete graves errores” cuando llega al poder, lo que en Latinoamérica ha sonado a crítica a Cuba bajo los hermanos Castro y a la errática administración de Venezuela bajo Chávez, quien murió el año pasado. Pero Galeano se describe como todavía muy de izquierda, y en otras ocasiones ha celebrado los experimentos en democracia social que se han dado durante la última década en su propio país y en Brasil y Chile.

“La realidad ha cambiado mucho, y yo también”, dijo en Brasil. Y agregó: “La realidad es mucho más compleja precisamente porque la condición humana es diversa. Algunos sectores políticos para mí cercanos pensaban que dicha diversidad era una herejía. Incluso hoy, hay algunos sobrevivientes de ese tipo que piensan que toda diversidad es una amenaza. Por fortuna no lo es”.

En el momento de su publicación, Las venas abiertas… recibió una mención honorífica del Premio Casa de las Américas, que se concede en La Habana, Cuba. Galeano, ahora de 73 años de edad, tenía 31 cuando se publicó el texto. El libro se propone demostrar que los países latinoamericanos han sido saqueados por las potencias occidentales desde la etapa colonial hasta nuestros días, principalmente por Gran Bretaña y Estados Unidos desde el siglo XIX.

Fue, además, el libro que el líder venezolano Hugo Chávez, fallecido en 2013, regaló al presidente norteamericano Barack Obama, como símbolo de la lucha antiimperialista del llamado Socialismo del Siglo XXI. Desde 1997, las ediciones de Las venas abiertas… han sido prologadas por Isabel Allende.

El economista y legislador uruguayo Hernán Bonilla, publicó un artículo en el diario El País de Uruguay con el título de La confesión de Galeano, en el que señala que "con estas declaraciones Eduardo Galeano se suma a la lista de intelectuales latinoamericanos de izquierda que luego de haber influido de forma nefasta en las ideas de millones de personas admiten, al menos parcialmente, sus errores".

Según Bonilla, la confesión de Galeano llega "demasiado tarde, quizás después de haber causado demasiado daño". El autor indica que se debe entender que Galeano "fue un profeta de la complacencia con nosotros mismos y el odio que impidió que el Uruguay y otros países del continente buscaran las respuestas a sus problemas en sus propias equivocaciones".

Tres autores latinoamericanos trataron de desmitificar las teorías de Galeano, basadas fundamentalmente en el marxismo, con otros cuatro libros que escribieron en equipo. Estos autores son el cubano Carlos Alberto Montaner, el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza y el peruano Alvaro Vargas Llosa, hijo del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Sus dos primeros textos, Manual del perfecto idiota latinoamericano y Fabricantes de miseria, salieron a la luz en la década de los 90. Un tercer libro, El regreso del idiota, fue publicado en 2007 cuando el proceso venezolano encabezado por Chávez ya se había radicalizado. Y en 2014 acaba de salir Últimas noticias del nuevo idiota latinoamericano.

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LEGADO ARTÍSTICO De cuatro pintores

venezolanos

Héctor Saldivia Seijas

Crítica a una muestra de cuatro artistas de la plástica venezolana.Si hacemos un análisis crítico de la pintura en los cuatro artistas plásticos que a continuación detallamos, podemos observar estilos distintos de abordar el lenguaje pictórico, su particular manera de crear y testimoniar, testificar, legitimar…en fin, atestiguar su percepción del entorno o de exponernos sus utopías o su oniria. En cada uno vemos elementos que atestiguan su trabajo, su oficio puesto que cada cual crea a punta de formas, motivos y colores, expone su propuesta, su legado artístico, para disfrute de quienes los contemplamos.

Esteban Castillo Un perfecto maridaje entre colores y formas de un abstraccionismo geométrico que bien pudiera ostentar el prefijo: “neo” (noeabstraccionismo sin llegar al neo-geo), pues refresca el motivo de esa corriente pictórica que promueve el distanciamiento de la figuración o el subjetivismo y que, en sus manos, las líneas poligónicas y su imbricación, denotan una profusión de espacios irreales, conseguidos por contrastes o por armonías que se alejan de lo puramente emocional y refuerzan su discurso crítico,para exaltar la bidimensionalidad; rompiendo con gran maestría la realidad tridimensional. La intensidad, la gama de colores, el brillo y la complejidad de formas son de cierto modo la expresión de sus percepciones y sensaciones que, según creo, rompen la tradicional figuración: leit motiv del abstraccionismo. Adelis González Campos En algún momento expresé de la obra de este artista plástico...” es un estallido de colores y formas, un entrelazado de corrientes pictóricas que sugieren la fragmentación de un mensaje sin acartonados rigores”. Logra una fluidez expresiva con cuestionamientos y proposiciones que parecieran la sinergia de una síntesis que enriquece con innovaciones en la constitución de sus elementos. Aseveré que construye o crea con “colores brillantes pero no vulgares que expresan humor” y debo añadir que tienen gran ímpetu, lo que conforma una experiencia visual novedosa para la mayoría de quienes enfrentamos sus cuadros. José Luis Aldana Las creaciones de José Luis parecieran tipificar una óptica donde se juega con el informalismo, la figuración, la sublimación de una oniria y una fantasía muy personales…pero que a ratos nos conecta, en perspectiva, con remembranzas de alucinaciones en las cuales se omite la gravitación universal y se recurre a una fantasía muy personal: para las proporciones, la luz, el color y la forma, la disposición de los espacios y sobre todo una composición muy inestable pues las figuras parecieran desandar el lienzo y colocarse caprichosamente, asumiendo tintes personales y un movimiento característico. Obras que van, en cuanto a colores; desde la monocromía hasta el fauvismo. Así

podemos observar su simbología pictórica. Alirio Sánchez Morales La pintura de Alirio es una especie de poema cromático en confluencia con excelente desenvoltura en cuanto al planteamiento. Me connota su pintura una mezcolanza de estilos y corrientes que acertadamente ha interconectado el creador. Sus creacionesutilizan para resolver el fondo una especie de “molde” que mueve el artista con gran maestría y una figuración pre-cubista picassiana que podemos recordar en los cuadros de saltimbanquis, acróbatas o de arlequines. También juega con la luz y el color, para mostrar figuras que tienen cierto hieratismo y detallan el oficio del dibujo acertadamente. Así emprende la búsqueda en su, ya madurado, trabajo plástico.

Obra de Adelis González Campos

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"Amor innito", el nal de la serie juvenil "After" se publica en español

Un libro recién publicado en España y que la editorial Planeta distribuirá en una quincena de países latinoamericanos.

Madrid.- "After", el mayor fenómeno digital de la historia de internet, con más de mil millones de lecturas en la red, llega a su fin con la publicación en papel en español del último libro de la serie: "Amor infinito".

Un libro recién publicado en España y que la editorial Planeta distribuirá en una quincena de países latinoamericanos.

La joven estadounidense Anna Todd era una lectora incombustible de la plataforma digital Wattpad cuando comenzó a escribir su propia historia, en abril del 2013, para entretenerse mientras esperaba por los nuevos capítulos.

Inspirada en el grupo musical One Direction, Anna Todd elaboró un "universo alternativo" basándose en los componentes del grupo. Un género conocido como "fan fiction", un relato de ficción creado por el seguidor de un grupo musical o una obra literaria.

Dos años después, Todd pone punto y final a la historia de amor entre Hardin y Tessa, los protagonistas de la serie, con la

publicación del último libro en papel, una edición revisada y ampliada respecto a la de Wattpad, en el que ambos se enfrentan al último desafío de sus vidas.

En estos años, el tiempo también ha hecho mella en los dos protagonistas de la saga: Tessa ya no es la chica buena y dulce que llegó a la universidad, y Hardin ya no es el chico malo y cruel del que se enamoró.

La madurez y el crecimiento personal de ambos, unido a la verdad que saldrá a la luz sobre sus respectivas familias les situará más cerca que nunca, aunque un secreto, que guarda Hardin, le alejará de todo y de todos, y también de Tessa.

Además de los libros, y con el rodaje y estreno de la película pendiente, ya que Paramount Comedy ha adquirido los derechos de la serie, la saga cuenta también con una aplicación para móviles (creada en exclusiva por Editorial Planeta) con contenidos extra, que suma ya más de 90.000 descargas.

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¿Qué se hizo Luis Harss? Tomas Eloy Martínez

La lista de nombres elaborada por Harss incluía a escritores que ya tenían reconocimiento internacional —Miguel Ángel Asturias, Jorge Luis Borges, Juan Rulfo y Joao Guimaraes Rosa— junto a otros que comenzaban a tenerlo, como Alejo Carpentier, Juan Carlos Onetti, Julio Cortázar, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa. También asomaba allí un desconocido, Gabriel García Márquez, a quien Harss añadió después de haber leído las primeras páginas inéditas de Cien años de soledad. Nunca explicó el autor por qué su selección dejó fuera del canon a figuras que la crítica europea ya mencionaba como protagonistas del renacimiento literario latinoamericano —Ernesto Sábato, Clarice Lispector, José María Arguedas, José Donoso, Augusto Roa Bastos y Guillermo Cabrera Infante— ni por qué eligió a los 10 que eligió. Lo cierto es que su lista hizo historia. Aunque Los nuestros no se reedita desde hace más de 30 años, sigue leyéndose en muchas universidades como la carta de navegación sobre una cultura que en menos de tres décadas se liberó de la modorra regionalista y de la retórica pomposa para salir al encuentro de un público de lectores ávidos, a los que les hablaba en su lengua de todos los días y les contaba historias con las que podían identificarse fácilmente. “¿Qué se ha hecho Luis Harss? ¿Quién ha sabido algo de él?”, preguntó García Márquez durante los fastos de su jubileo en Cartagena de Indias, a mediados de marzo pasado. Nadie lo sabía. Para quienes frecuentaron al brillante y erudito Harss en los años 60, es difícil imaginarlo lejos de los ruidos del mundo, en Mercersburg, un pueblito de 2.000 habitantes en Pennsylvania. En su pelo no hay canas y sólo su expresión es más sombría, acaso por las inevitables arrugas que le han surgido alrededor de los ojos. Si no me hubiera cruzado con él por azar en una calle de Buenos Aires una noche de octubre, sin duda lo habría perdido para siempre. Caminaba de la mano de su esposa, Patricia Conway, y tuve la fugaz impresión de volver a ver la foto del momento en que hablamos por última vez, en 1968. Cuando lo conocí, acababa de publicar Los nuestros, escrito en inglés como las dos novelas que lo precedieron, The blind (1962) y The little men (1963). Después se entregó de lleno al manuscrito de La otra Sara o la huida de Egipto, que daría a conocer en 1968.El inesperado fracaso de esa novela es una de las mayores decepciones en la vida de Harss y sin duda determinó el voluntario ostracismo en que se sumió desde entonces. Se sintió expulsado de su país, la Argentina. A ese amor no correspondido le ha dedicado casi toda su obra. El azar le reveló la novela latinoamericana, un universo inexplorado para Harss. Llevaba dos años en París cuando vio la portada de Rayuela en las vidrieras de la librería española. Recordó que un amigo, el pintor argentino-japonés Kazuya Sakai, le había recomendado que hiciera contacto con un escritor. Era el autor de ese libro. “Tuve un impulso y lo compré”, recordó. “La lectura de Cortázar me enseñó que era posible escribir en castellano de otra forma. Rayuela se alza contra la tradición española y contra la forma de escribir en español que regía entonces”. Cortázar le abrió las puertas de su casa, y muchas otras.

“¿Sabés que hay otro tipo, acá a la vuelta, no muy conocido todavía pero excelente escritor? Te lo recomiendo. Se llama Vargas Llosa”, le dijo. Harss entrevistó al joven que había publicado Los jefes y La ciudad y los perros, quien a su vez lo puso en contacto con Fuentes, quien a su vez le mostró a García Márquez. La Mafia, como ellos se denominaban a sí mismos: una fraternidad de escritores dispersos por México, París, Buenos Aires, que se leían los unos a los otros y se admiraban. “Los unía la idea de que su país común era el idioma español, y ese idioma era un artefacto arcaico y rechinante que necesitaba ser revivido y renovado, reclamaba desesperadamente una transfusión de sangre y de vida. La Mafia, entonces”. Carpentier le resultó untuoso, rimbombante, “un oportunista encabalgado en la montura de la revolución cubana”. Asturias, a quien visitó en un palazzo derruido de Génova, le devolvió la entrevista que Harss le había enviado para su revisión con retoques grandilocuentes: “Donde yo escribía 'un escritor guatemalteco del siglo XVIII', puso 'un insigne escritor'... Todo el capítulo estaba inflado”. En el magnífico retrato de Onetti, unas pocas líneas le alcanzan para que el lector lo vea por completo: “En la lenta llovizna, metido en un voluminoso abrigo, doblado bajo el peso de la ciudad, avanza, opaco, un sonámbulo en la noche insomne. Como la ciudad, lleva con fatiga la carga de los años”. Donoso quedó fuera porque lo encontraba “un autor de lengua muy trabada, luchaba y perdía sus batallas con el idioma”. Y aunque corrían los años del gran éxito de Sobre héroes y tumbas, descartó a Sábato: “Como novelista, me parecía de un dramatismo banal y estereotipado”. En cambio, lamentó haber dejado pasar a Cabrera Infante, a quien más tarde invitó a la Universidad de West Virginia. García Márquez, por el contrario, fue la gran revelación de su libro. Harss había leído apenas sus cuentos y la novela La mala hora. El manuscrito de Cien años de soledad llegó a sus manos por azar. Ya estaba muy adelantado cuando el autor envió una muestra de 70 páginas a varias personas. Harss no recuerda cómo llegó hasta él. Sólo recuerda que le llevó esas páginas a Paco Porrúa, el editor de Sudamericana, quien compartió su entusiasmo. La novela fue publicada meses después y cambió el mundo. La Argentina le sigue doliendo de un modo tan hondo que, cuando vuelve a ella, aunque sea de visita, todo lo atrae y lo rechaza a la vez. Harss se siente todavía excluido por un pasado de discordia que incluye, sobre todo, los años de la dictadura. Comparte con Patricia la idea de que la Argentina “es el país de los grandes fracasos, donde la gente de valor en cualquier esfera de la vida termina fundida, suicidada o expulsada”. El desencanto y la tristeza sólo embargan a Luis Harss cuando habla de la Argentina que ha dejado atrás y a la que tanto le cuesta volver. En lo demás sigue siendo el creador entusiasta, al que tantos lectores siguen identificando con un libro legendario. De Harss se podría decir lo que él dice, hablando de otros, en las últimas líneas de Los nuestros: “Tocó con delicada poesía una de las raíces del mito americano: el continente sin pasado que sigue en busca de sus momentos de verdad”.

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Un libro recoge por primera vez el epistolario entre Picasso y Dalí

El libro amplía el contenido de otro similar publicado en Francia e incluye, por ejemplo, "una carta inédita de Dalí a Picasso (un borrador

de telegrama), o el único documento de Picasso dirigido a Dalí".

Barcelona.-(EFE) El libro "Picasso y yo" recoge por primera vez el epistolario entre Dalí y Picasso, que reconstruye los encuentros y desencuentros entre ambos artistas y la fascinación que el ampurdanés sintió siempre por la obra del malagueño.

Editado por Víctor Fernández, que trabajó en este proyecto durante un año, el libro amplía el contenido de otro similar publicado en Francia e incluye, por ejemplo, "una carta inédita de Dalí a Picasso (un borrador de telegrama), o el único documento de Picasso dirigido a Dalí", explicó en la presentación.

El editor considera su trabajo meramente "periodístico", pues fue a las fuentes y recopiló lo que hay de documentación en archivos como el de la Fundación Dalí, el de los herederos de Miró o el del MOMA, que le proporcionó una carta de Dalí al marchante de Picasso, señala Efe.

Las cartas, señaló, están en los archivos Picasso de París, salvo una inédita que Descharnes publicó en Vogue en 1979, pero que está desaparecida.

"Picasso y yo" (Elba Editorial) reúne una postal firmada por Picasso y 70 cartas por Dalí, una documentación que pretende complementar la exposición que mañana presenta el Museo Picasso sobre las afinidades artísticas entre ambos pintores.

Fernández dijo que con el libro pretendía "acabar con el tópico de que las diferencias entre ambos artistas se explican sólo por motivos políticos e ideológicos, a partir de la Guerra Civil española".

"Creo que hubo más relación de la que se piensa entre Picasso y Dalí y, de hecho, entre 1926 y 1938, Picasso lo protege, le da dinero, financia el primer viaje de Dalí y Gala a Nueva York, le presenta a Paul Rosenberg, a Gertrude Stein, asiste al estreno de las dos películas que firman Buñuel y Dalí ("El perro andaluz" y "La edad de oro"), y está al tanto de sus exposiciones", apuntó.

Al hilo de las cartas, Fernández rastrea al menos tres intentos de reconciliación.

En la introducción, Fernández comienza con la imagen de Jacqueline Picasso lanzando por la ventana la corona de flores que le ha enviado Dalí.

"Por una vez, ese 8 de abril de 1973, Salvador Dalí quiso que su saludo final fuera en privado, lejos de los escenarios que tan afines eran a su causa publicitaria. Acababa de conocer la noticia del fallecimiento de Pablo Picasso, su padre artístico, el hombre al

que quiso imitar y superar, el maestro con el que se había enfrentado en el ruedo de la pintura, aunque el malagueño no había aceptado el acercarse al capote daliniano".

A su juicio, en las cartas aparecen "pistas que permiten que hoy podamos adentrarnos mejor en un terreno que ha sido fértil en polémicas, sobre todo a partir de 1948, cuando Dalí se instaló definitivamente en la España de Franco y Picasso ya se había convertido, como contraposición, en el principal estandarte del exilio y la oposición al régimen".

El libro recoge la primera "declaración afectuosa" de Dalí hacia Picasso: Se trata de un manuscrito, probablemente escrito en 1922, conservado en la Fundació Gala-Salvador Dalí de Figueres, que concluye con toda una declaración de principios: "Me gusta Picasso".

La práctica inexistencia de cartas de Picasso a Dalí se explicaría, según el autor, "por la poca disposición de Picasso a mantener relación epistolar, salvo raras excepciones, o a que esa correspondencia se pudo perder".

EFE

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Dalí será "un fantasma" en el Pabellón Español durante la Bienal de Venecia

Los artistas Francesc Ruiz, Cabello/Carceller y Pepo Salazar presentarán el próximo 9 de mayo un proyecto que gira en torno al pintor español

Madrid, 24 abril (EFE).- Dalí será "un fantasma", un perfume, presente en la atmósfera del Pabellón Español de la Bienal de Venecia, en el que no habrá ninguna obra suya y que propone una relectura del artista catalán desde la actualidad.

Los sujetos es el título del proyecto del comisario Martí Manen, que ha seleccionado a tres art istas Francesc Ruiz, Cabello/Carceller y Pepo Salazar para llevar a cabo un proyecto muy especial que se podrá ver durante la Bienal, que inaugurará su 56 edición el próximo 9 de mayo.

Estos artistas han realizado durante meses un trabajo previo en torno a la figura de "un Dalí muy específico". Un Dalí que se construyó una imagen pública para tener libertad en el contexto privado, el cual "también publicitó y estaba lleno de mentiras; no es un Dalí amable ni noble, es un Dalí difícil", según Manen.

Este trabajo previo, con sesiones en Barcelona, Madrid, Estocolmo y Roma, permite un montaje en el que no habrá una sola obra de Dalí, pero que contará con su presencia o con la construcción pública de su personaje.

El Dalí que se presentará "es capaz de generar un tipo de 'performance'; es el que se mueve en los platós de televisión, el que permite que una escritora feminista le acompañe durante una semana en Nueva York, el que habla de todo y que da pistas sobre su sexualidad".

Durante la presentación hoy en Madrid del Pabellón, el comisario insistió en que se ha trabajado en el Dalí que "abre cambios dentro de una dictadura, que juega con el poder y que en su entorno privado se rodea de personas que no representan lo normal".

Martí Manen considera que Dalí no existe como un posible referente "y está borrado de la historia del arte español. No está

bien visto desde el punto de vista académico, a pesar de ser un referente directo de muchas de las cosas que vemos hoy".

Partiendo de todo lo anterior, el comisario dio vía libre a los artistas para que llevaran a cabo unos proyectos en los que están actualmente trabajando en el Pabellón Español en los Giardini venecianos.

Cabello/Carceller plantearán una propuesta alrededor de la identidad variable y su opción como posicionamiento político. Helena Cabello y Ana Carceller han utilizado el pabellón vacío para filmar una "performance".

Francesc Ruiz utilizará el cómic para hacer una aproximación a la aparición de figuras gay en los "media" populares y para la creación de un modo de acercamiento lingüístico a la idea del quiosco.

Mientras que Pepo Salazar, en "una superposición de capas de alta y baja cultura" y una acumulación de materiales, en opinión de Martín Manen, hará difícil el acceso al pabellón cuestionando lo que es obra y lo que se sitúa fuera de obra, llenando el espacio de contenido.

La lectura de Dalí se completará, en la parte central del Pabellón, con entrevistas a Montserrat Aguer, directora del Centro de Estudios Dalinianos de la Fundació Gala-Salvador Dalí; a Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía; o a Vicente Todolí, director en la Tate Modern, cuando se presentó la exposición "Dalí & Film".

Con un presupuesto de 400.000 euros, la participación española está organizada por la Dirección de Relaciones Culturales y Científicas y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), con la colaboración de Acción Cultural Española (AC/E). EFE

Salvador Dalí

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Galardón para Goytisolo

El escritor Juan Goytisolo recibió el Premio Cervantes tras indicar que, al igual que le sucedía al Quijote no se resigna a un mundo aquejado de paro, corrupción y crecientes desigualdades sociales como el actual.

Los reyes Felipe y Letizia presidieron por primera vez como monarcas la entrega del galardón más importante de las letras españolas esta vez el escritor Juan Goytisolo recibió este jueves el Premio Cervantes, que, al igual que le sucedía al Quijote, los lectores "tocados por la gracia" de esa novela no se resignan a un mundo aquejado de paro, corrupción y crecientes desigualdades sociales como el actual.

"Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia", aseguró Goytisolo en su discurso, breve y de marcado carácter social, y en el que manifestó su admiración por el "Quijote", esa novela cuya fuerza genésica alcanzaría una dimensión sin fronteras ni épocas.

En el discurso, Goytisolo, "incurable aprendiz de escribidor", reivindicó la necesidad de volver a Cervantes y asumir la locura de su personaje como una forma superior de cordura. Esa es la lección del Quijote.

"Llevo en mí la conciencia de la derrota como un pendón de victoria". Esa frase del portugués Fernando Pessoa, con la que Goytisolo se identifica plenamente, le dio pie a afirmar que "ser objeto de halagos por la institución literaria" lo lleva a dudar de sí mismo, pero "ser persona no grata a ojos de ella" lo reconforta en su conducta y labor.

Desde la altura de la edad, siento la aceptación del reconocimiento como un golpe de espada en el agua, como una inútil celebración, dijo Goytisolo ante las autoridades que asistieron a la ceremonia, entre ellas los reyes de España, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, localidad cercana a Madrid.

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El boom según Harss, la explosiva sonrisa de los escaparatesí

Rolando Gabrielli

¿Los nuestros o los de Harss?

El boom de la literatura latinoamericana de los años sesenta conmemoró recientemente 50 años de su lanzamiento, comenzó en París y nació de una sugerencia del escritor argentino Julio Cortázar al cronista chileno Luis Harss. Nadie sabe aún quién inventó la palabra boom, que fue un éxito y auge repentino, como su significado en lengua inglesa. ¿Pobreza de la lengua o de la imaginación? ¿O efectividad del idioma inglés?.

El de la foto, que lee distraídamente, es Luis Harss, quien seleccionó a su gusto al selecto grupo miembro del futuro boom. Cuando comencé a leer a estos escritores a mediados de los sesenta, en pleno auge del boom, perdonen la redundancia, nunca puse atención a la existencia de este personaje, aunque todo estaba enmarcado dentro del boom. Las editoriales saben su negocio, pero los lectores también conocemos el nuestro. No recuerdo a nadie de mis amigos haberlo mencionado y pudo ser, lo cierto es que a instancias de Cortázar fue reuniendo a sus autores, que provenían de la llamada “mafia” que se transformaría en el alma de este movimiento de lo sorprendentemente nuevo del género narrativo latinoamericano: Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes. Esta afirmación se desprende del propio Harss, durante una entrevista con el escritor y periodista argentino Tomás Eloy Martínez. Una lectura ligera a las primeras páginas de Cien años de soledad salvaría a Gabriel García Márquez de las turbulentas aguas del boom y al propio Harss, autor de Los nuestros, donde incluyó en su arbitraria selección al colombiano junto a los mencionados, y agregó a Miguel Ángel Asturias, Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, Alejo Carpentier y João Guimarães Rosa.

Los lectores éramos nosotros Quedaron fuera del selectivo y futuro canon, del club de la nueva literatura latinoamericana, José Donoso, José María Arguedas, Augusto Roa Bastos, Ernesto Sábato y Cabrera Infante. Estas evidencias las reconoce Tomás Eloy Martínez en su entrevista, pero son realmente evidentes, aunque tienen sus explicaciones sobre el gusto y un poco “la ignorancia del autor”, quien es calificado como “el más famoso e influyente cronista latinoamericano” de fines de los sesenta. Harss reconoce su falta de lectura en distintas ocasiones durante su entrevista, de apreciaciones sobre la marcha, ser guiado por los propios autores y de apreciaciones absolutamente personales. Así se hacen estos libros, las antologías, y todo todo lo que demande una selección promedio, me parece. Los lectores, y si éramos jóvenes en su momento, con más razón, y mucho más corazón, teníamos nuestro propio escenario con olfato y radar incorporado. En los prados del Pedagógico de la Universidad de Chile, pasillos, en las calles a la salida de las aulas, en los bares, donde surgiera una relación de amistad y hubiese el tiempo, se leían y comentaban páginas, fragmentos, absorbíamos el olor de la tipografía. Cada cabeza un mundo, lecturas sin manuales, al dente, Cortázar/Rayuela, García Márquez/Cien años de soledad, Vargas Llosa/La ciudad y los perros,Rulfo/Pedro Páramo. Un menú sencillo, que con el correr del tiempo se iría agrandando. (Onetti/Carpentier/Cabrera Infante). Borges flotaba con su propia aureola de príncipe inglés, nórdico, escandinavo, y muy argentino a pesar de él. Antes del boom Venía, como algunos, de leer a Neruda y toda la poesía que se iba desgranando del choclo de la gran poesía chilena, latinoamericana, española, francesa, inglesa, norteamericana. En el telón de fondo del boom quedaba Neruda en su escena de gran patriarca con su cabeza de tortuga mítica en Isla Negra, según lo reconocerían Cortázar, Fuentes y García Márquez. El habitante y su esperanza, escrito en 1926 por el autor de Residencia en la Tierra, es un punto de inflexión para algunos narradores y críticos literarios latinoamericanos. La visión de Borges sobre la novela y la narrativa, su postura, crítica, no es mera literatura para entender los antecedentes del boom. La época de los sesenta en adelante se inundó de novela, prosa, narrativa, sencillamente. El hueco de la poesía era profundo y cada vez más solitario, los escaparates le sonreían a la novela. Borges orientaba su propia sombra sobre el panorama literario latinoamericano con Ficciones y El Aleph, pero sería su poemario El hacedor el que lo lanzaría a la “fama”, al compartir el Premio Formentor con Samuel Becket, en 1961. El boom quedó en manos de cuatro escritores, a pesar de que Luis Harss había santificado a diez, sólo dos manos, entre cuyos dedos estaba Alejo Carpentier, quien sonaba como candidato al Nobel, pero no superaba la primera letra del abecedario de presentación para el futuro mentor del movimiento literario en ciernes. En su entrevista a Tomás Eloy Martínez, Harss le pone su

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lápida al autor de El reino de este mundo y Los pasos perdidos, dos novelas previas al boom, en sólo tres líneas: “No me gustó cuando lo conocí. Era untuoso, rimbombante. Me pareció un oportunista encabalgado en la montura de la revolución cubana. Un tipo muy pretencioso, pero erudito, musicólogo, historiador, un típico intelectual latinoamericano con aspiración a la trascendencia universal”. Fuera del boom Después el cubano se consagraría con Concierto barroco, El recurso del método y Consagración de la primavera, entre otros libros de su maciza y reconocida obra. Es difícil negar, pasar desapercibida una obra de la dimensión americana y universal, como la de Carpentier, musicólogo, arquitecto de los espacios y de la palabra. El chileno José Donoso, otro de los borrados del boom, a pesar de su cercanía con los capitanes delmovimiento, a Harss siempre le pareció muy torpe como escritor. Herr Harss ha sido implacable, no sólo con estos dos escritores sino también con Cabrera Infante, que no llegó al reparto del boom, o Sábato, “de un dramatismo banal y estereotipado”. Al peruano José María Arguedas, un hombre quechua comprometido con la cultura de su tribu y antepasados, lo consideró un hombre “perdido en la vida” y también fue excluido. De paso cuenta, en la reveladora entrevista, a Martínez, que le da vergüenza de lo mal que Vargas Llosa trató a su compatriota autor de Los ríos profundos. “Vargas Llosa es un escritor apasionado”, lo califica Harss, “aunque algo mecánico a veces. Me parece poco permeable a las experiencias y realidades que están fuera de la cultura occidental”. Y agrega: “Sentí vergüenza al pensar que un escritor tan eminente pudiera tener una incomprensión tan grande de otro mundo dentro de su propio país. Claro: Vargas Llosa estaba en contra de cualquier indigenismo, pero Arguedas era más que eso. De todos modos, cuando escribí Los nuestros lo conocía mal. Aún hoy no sé qué hacer con un escritor como él...”. El retorno del cronista perdido ¿El boom en ese entonces era una mesa de tres patas? Harss armó su libreto y desapareció después de escribir Los nuestros, según leemos en la entrevista de Martínez, Luis Harss, el inventor del boomlatinoamericano. ¿Un título algo pretencioso, rimbombante, como alguno de los personajes descritos por Harss? El mérito, debemos reconocer, de la aparición del cronista Harss, desaparecido detrás de la fanfarria delboom, se lo debemos a Tomás Eloy Martínez, quien se lo sacó de la manga gracias al azar. Ni el mismísimo García Márquez, uno de los dos premios nobeles del boom, sabía del paradero del célebre Harss, y llegó a preguntar por él el día que el reino de España coronó en Cartagena de Indias al rey del realismo mágico. La pregunta en ese entonces quedó en el aire, reconstruyendo su propia atmósfera como un bumerán o boomerang perdido en el tiempo.Harss apareció en 2008 para sus lectores de la mano de Tomás Eloy Martínez, y al parecer ni se había arrugado después de escribir Los nuestros, más de tres décadas después. El autor de Santa Evita describe su encuentro fortuito en sólo dos líneas: “Si no me hubiera cruzado con él por azar en una calle céntrica de Buenos Aires una noche de octubre, sin duda lo habría perdido para siempre”. Harss, palabras más o menos de Martínez, en esos años, escribía sus propias ficciones en Mercersburg, un pueblito de dos mil habitantes, 120 kilómetros al sudoeste de Harrisburg, la capital de Pennsylvania. Esta entrevista que cito reiteradamente se llevó a cabo en Lancaster, una curiosa área alejada del mundanal ruido

donde reinan los amish. Según cuenta Martínez, Harss tenía el mérito de haber escogido el mejor lugar perdido en la nada de Estados Unidos, para ocultarse del mundo. Y al parecer el motivo no era otro que escribir su propia literatura, porque no se ocultaba, según cuenta más adelante Martínez, más bien “se sentía expulsado de su país, Argentina”. Con su novela La otra Sara o la huida de Egipto, Harss se estrenó en 1968, algo de lo que recién hoy me percato, que se transformó en “un inesperado fracaso y en el ostracismo de Harss”. El misterio de Harss estaba más o menos al descubierto, trabajó como cronista, traductor, profesor de secundaria y universitario, pero su oculto deseo era la novela. Después de Los nuestros, reeditado en varias ocasiones, tomado como referencia en Estados Unidos y Europa sobre el canon del boom, Harss, todo lo indica, sumó una colosal frustración narrativa de las dimensiones del Mississippi. ¿Un personaje de Bolaño? Ahora pienso que podría haber sido un magnífico personaje para Roberto Bolaño, y quizás decidió ignorarlo o no se le atravesó justo en el camino. ¿La ruta de la universalización de la novelística latinoamericana estaba en su propia ruta? Curiosamente fue un pintor argentino-japonés, Kazuya Sakai, quien le recomendó a Harss que visitara en París a Cortázar, y ahí partió la idea del boom, frase aún de autor desconocido y que algunos la identifican con Emir Rodríguez Monegal. La mafia estaba instalada en París, Cortázar, Vargas Llosa y Carlos Fuentes, y se formaría lo más cercano a un “cártel de escritores”, con la ayuda de la editorial española Seix Barral, que toma como referencia la edición de La ciudad y los perros, 1962, como el lanzamiento del boom.Después ingresó a la escena el mayor olfato de la narrativa latinoamericana: Carmen Balcells. ¿Un boomlatinoamericano cosechado en España? Historias debe haber mil, nosotros sólo leíamos, tomábamos apuntes de estos grandes fabuladores, ficcionistas renovadores de la lengua que usábamos “casi como un trabalenguas, contaminados por viejas lecturas provincianas”. Ya éramos unos simples cronopios. Fue un tiempo magnífico para la novela más allá de cualquier etiqueta, de norte a sur, cruzó toda la geografía de Latinoamérica, y algunos autores y obras ya son nuestros clásicos. El sorprendente retorno de Harss El inefable Harss, sepultado en la pedagogía y persistencia de sus propias ficciones narrativas, había salido de la escena pública desde el boom, retornaba en brazos del azar y de sus sombras, hace cinco años, en un encuentro fortuito con su entrevistador en Buenos Aires. La detallada conversación con el escritor Tomás Eloy Martínez reflejó en parte la cocina de Los nuestros y, como su autor, interpretaba las novelas y veía a sus autores sin anestesia. Un mérito de Martínez para hacer rodar el ovillo delboom, un movimiento que dejó grandes novelas del siglo XX en América Latina y en el habla castellana. Harss, tocado por la curiosidad cortazariana, había armado este puzzle para un género que atravesaba una gran crisis y en nuestra América renovaba el propio idioma español y una manera de contar las historias. No es poca cosa para los escritores y lectores que en definitiva tienen la última palabra. Es mentira que un manual, por bien escrito que esté, para guiar todas las lecturas de una generación y de las futuras, pueda resolver el tema del gusto, forma y contenido, el lenguaje que termina con la anécdota, la vida de los personajes estructurando el andamiaje de la novela. La novela, siempre he creído, es criatura camaleónica y de ella puede esperarse todo. Esa es su oxigenación. Sin embargo, y de eso no dan cuenta prácticamente los

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cronistas actuales, la poesía tuvo una notable influencia en autores del boom como Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa y Carlos Fuentes, quienes en distintas ocasiones lo reconocieron de manera explícita y directa. Borges es más que un dato y también el peruano César Vallejo. El fantástico Juan Rulfo De la novela y el boom se ha dicho tanto, que ambos “estiraron la pata” en términos mortuorios chilenos, pero qué va, la historia es la historia y la novela es la novela. Repaso estas líneas mientras diluvia como en los tiempos de “Isabel viendo llover en Macondo” y así ocurren las escenas precipitándose como en un río profundo, caudaloso, sin fin. La novela latinoamericana, al parecer, tenía espalda, pero no nuevos ojos. No podemos dejar de citar y volverlo a hacer, si es necesario, al mágico y legendario, al humilde Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, sí, Rulfo, y su Pedro Páramo editado en 1955. La novela latinoamericana tenía mayoría de edad antes del boom. Realmente mágico y fantástico, Rulfo, un escritor apartado de los escenarios novelescos y de la novelería menor. Lenguaje preciso desde el alma de sus personajes y del interior del paisaje mexicano, ese que no borra el viento. Así, como un espectro rulfiano, volvió a aparecer, retornó a la escena del crimen digital, Luis Harss, y lo hizo un martes 13 de noviembre, un día después de que escribiera la primera parte de este artículo, una coincidencia extraordinaria en este mundo ubicuo de Internet. La misma foto que edité 24 horas antes, un Harss distraído, relajado, y concentrado en una lectura cuyo contenido desconocemos. Es la foto de un anuncio que hizo en la fecha el diario español El País, en una notable coincidencia con mi blog en el marco de una entrevista digital con el escurridizo, mítico, representante de la metáfora de un movimiento que el azar disparó hace 50 años, por poner una fecha de una historia difusa aún en las mejores memorias. Cuando le vi, me animé a enviarle una pregunta como solicitaba la mecánica del diario para establecer algún vínculo, siempre y cuando la pregunta superara el cedazo del rotativo madrileño. Una incógnita más para un personaje que se identifica con una X a resolver. “¿Qué piensa de que sea un chileno quien dio a conocer elboom y sea otro chileno, Roberto Bolaño, quien abra las puertas post boom?”. La pregunta entró en el laberinto kafkiano, borgeano, y se perdió en su propio eco. No pasó la prueba, pero Harss tuvo la oportunidad de referirse al menos a lo que considera su nacionalidad y definirse, además de sentirse “peleado con la Argentina”. Una manera indirecta de tocar parte del tema fue cuando dijo: “Nací en Valparaíso, Chile, crecí en Argentina, y ahora vivo en EEUU y soy norteamericano también. Además mi madre era de Nicaragua, y también tuve pasaporte nicaragüense. Pero realmente nunca me he considerado chileno, porque no me crié ahí ni tuve nunca documentos chilenos (salvo la partida de nacimiento). Una cosa rara, ¿verdad?”. Faltó añadir que descubrió el boom en París, gracias a Cortázar, quien era argentino, y seguramente hablaban un mismo lenguaje porteño. Uno de los padres del boom nació en Panamá, Fuentes, y otro en Bélgica, Cortázar. Ninguno de los dos dejó de ser latinoamericano. Ni chilenos ni cubanos Siempre le sobró el chileno Donoso y no le agradaron los cubanos, Carpentier y posteriormente Cabrera Infante, dos escritores que no necesitan mucha presentación. Harss, interrogado sobre si congenió o no con Carpentier, dijo: “Se puede decir que Carpentier pertenecía a esa raza de

escritores que se consideraban a sí mismos como eminencias por su posición política y social. Esa época terminó, y los escritores más jóvenes son más escritores, más humildes. Yo congenié relativamente con varios”. Cuando Harss conoció a Carpentier, ya había escrito reconocidas obras y ensayos musicales, tres novelas fundamentales de la novelística latinoamericana y en idioma español que antecederían a otras tres grandes novelas del cubano. Tal vez aún no se da cuenta, porque en una de sus respuestas reitera, como en la entrevista con Tomás Eloy Martínez, que no está al día en la novelística latinoamericana.La pregunta que pasó el cedazo de El País es la siguiente: “Buenos días, Luis, de chileno a chileno, ¿quién le parece es el mejor novelista chileno? Un saludo cordial”. “No estoy demasiado al día, pero diría que probablemente es Roberto Bolaño. Fue un escritor muy curioso, que en realidad escribió poesía en prosa. Y es un descendiente de Cortázar en su sentido del humor, de los absurdos. Pero en el momento del boom siempre se citaba a José Donoso, aunque personalmente no era mi favorito. En el momento del boom no existía Bolaño, un autor incómodo para los sobrevivientes del boom, ya que sólo Vargas Llosa se refirió a él; los demás, fuera de los muertos, lo ignoraron, y de preferencia Carlos Fuentes, un acucioso lector, historiador y estudioso de la novelística latinoamericana y mundial. Se saltó a Bolaño con una verónica: “No lo he leído, lo haré cuando pase el efecto post Bolaño”. Todos sabemos que no será posible ahora, aunque queda la duda de si lo leyó en su tiempo y esperemos que sí, porque Los detectives salvajes es una de las mejores novelas sobre México, entre otras cosas. Bolaño fue, además, un parricida obsesivo, a tiempo completo, y consecuente con su manera de ver y hacer literatura. A Bolaño le ha pasado lo que García Márquez, son dos escritores leídos y que han “triunfado” en Estados Unidos. Y también se dijo en este encuentro digital lo más parecido a un gazapo literario, cuando Harss resolvió esta pregunta: “¿Cuál cree usted es el escritor que se ha dejado de lado en el boom siendo opacado por las grandes figuras literarias que se mantienen con el pasar del tiempo?”. “Se podría citar a Juan José Sáez, un escritor argentino que ha vivido toda la vida en Europa. Es muy leído y muy conocido, pero él en esa época pasó desapercibido. Salvador Garmendia, venezolano, también fue muy leído en esos años y después no sé qué pasó. Siempre hay mucha gente que por una razón o por otra no amanece en el momento exacto”. El escritor citado es Juan José Saer, no Sáez, quien no había escrito nada importante en la época del boom. A Garmendia lo conocí en Chile, ya había escrito Los pequeños seres, una novela de tinte filosófico camusiano, sartreano, escrita con una prosa punzante. En esta segunda aparición, Harss responde sobre un boom aparentemente masculino, el porqué y sus causas. “En esa época había excelentes poetas y también mujeres que escribían muy buenos cuentos, pero yo no conocí ninguna mujer novelista que estuviese al nivel de los autores del boom”. Ciertamente, nunca apareció una novelista en Las nuestras. ¿La novela es masculina? ¿Tiene pantalones la narrativa? ¿La prosa es para los próceres de la novela? Dicen que a Harss se le escapó una brasileña de su lista delboom. ¿No la conocía, ni él hablaba portugués? Clarice Lispector es su nombre, según Mar t ínez. Nació en Ucrania. Sinceramente, aún no la conozco. “La literatura brasileña es un secreto para los latinoamericanos. Algún día la conoceremos”. Jorge Amado es una excepción en idioma castellano, Carlos Drummond de Andrade y João Guimarães Rosa.

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Un libro explora el lado periodístico y el activismo de Elena Garro

En esta edición, que se presentó el 1 de marzo en el Palacio de Bellas Artes de México, "el asesinato simbólico comienza en 1938 cuando Paz, controlador y machista,

prohíbe a su esposa escribir, pues no quiere competencia", dijo la autora en conversación telefónica con dpa desde Nuevo México, Estados Unidos, donde vive.

Ciudad de México.- (DPA)"Me han robado mi vida, me han asesinado...", escribió a finales de los años setenta una desesperada Elena Garro (1916-1998), la escritora mexicana que compartió dos décadas de matrimonio con Octavio Paz y que fue asediada y censurada, hasta morir en la más absoluta miseria. La tesis de un paulatino y largo "aniquilamiento" personal, social, mental y literario de Garro es la que relata la académica mexicana Patricia Rosas Lopátegui en una reedición ampliada de su libro "El asesinato de Elena Garro", publicado por primera vez en 2005 y que esta vez se centra en su activismo y en su vasto trabajo periodístico. En esta edición, que se presentó el 1 de marzo en el Palacio de Bellas Artes de México, "el asesinato simbólico comienza en 1938 cuando Paz, controlador y machista, prohíbe a su esposa escribir, pues no quiere competencia", dijo la autora en conversación telefónica con dpa desde Nuevo México, Estados Unidos, donde vive. Garro fue autora de 16 obras teatrales, 12 guiones fílmicos, medio centenar de artículos periodísticos y unos 15 libros entre cuentos, relatos y novelas. Rompió moldes con sus polémicas declaraciones o con su trabajo como periodista infiltrada en un manicomio femenino para denunciar violaciones de los derechos humanos. Confrontó a la sociedad de su época y al Estado mexicano, aunque también fue acusada de ser informante del gobierno y de delatar a estudiantes en los años de la matanza estudiantil de 1968 en la capital mexicana, de acuerdo con documentos oficiales desclasificados en 2006 cuya veracidad rechazó su familia.Esta vez, la historia de Garro es narrada en 1.090 páginas, con 100 fotografías, cartas, documentos y casi todo el acervo periodístico de Garro, una polifacética mujer, poetisa, cuentista y novelista que todavía divide opiniones. Para unos es una de las más grandes autoras del siglo XX, mientras otros la denigran.Esta nueva obra revisa "la defensa de Elena en favor de unos campesinos despojados, torturados y masacrados en Ahuatepec (centro de México). Y lo hace como reportera. Aunque se cree que debutó como dramaturga en 1957, empezó en el periodismo", planteó Rosas Lopátegui, biógrafa oficial de Garro y agente literaria de su obra. La bella Elena estudiaba Letras Hispánicas cuando conoció a Paz en una fiesta familiar. Tenía 20 años cuando se casó en secreto con el futuro Premio Nobel de Literatura 1990, con el cual tuvo una hija, Helena. La edición ampliada del libro narra que en 1959 el autor de "El laberinto de la soledad" se divorció "ilegalmente" de Garro, que fue su primera esposa y madre de su única hija. Un juez disolvió el casamiento sin que el la se presentara y, según las investigaciones, jamás fue notificada.

"Garro padeció el sentimiento de muerte o aniquilamiento en diferentes formas y matices: la destrucción de su carrera, la intimidación y el rechazo, manipulados por la opinión pública. Físicamente sintió su exterminio en 1968, y en los últimos treinta años de su existencia sólo conoció un hambre feroz y una soledad mortífera", expuso Rosas Lopátegui. Algunos la consideraban una mujer paranoica por el eterno delirio de persecución que la rodeó desde los años 1960 y que la llevó a huir primero a Nueva York y luego a España en la década de 1980. Según la biógrafa, no eran alucinaciones de la Premio Sor Juana Inés de la Cruz 1996, sino que en realidad Elena Garro y su hija Helena Paz fueron espiadas, secuestradas por la Dirección Federal de Seguridad de México y obligadas a vivir de la caridad y sin poder trabajar. En papel y pluma, Garro, que murió de efisema pulmonar a los 77 años en su casa de Cuernavaca, plasmó su lamentable situación, en diversas ocasiones: "Lo sé y lo saben todos mis compatriotas que conmigo se ha cometido un crimen y con Helena (mi hija) también... Privar de trabajo a alguien deliberadamente es un asesinato cobarde, indigno e hipócrita". La reedición de la obra también ha ampliado su título. Ahora se llama "El asesinato de Elena Garro. Periodismo a través de una perspectiva biográfica". El libro ha sido coeditado por la Universidad Autónoma de Nuevo León en México y la Universidad de Nuevo México, donde Rosas Lopátegui imparte Literatura Mexicana e Hispanoamericana.Para la investigadora y académica hablar de la vida, obra y aportes de la autora de "Revolucionarios mexicanos" y "Memorias de España 1937" es indispensable."Sus aportaciones en cuanto a narrativa, teatro, poesía y periodismo forman parte de nuestro acervo cultural", afirmó, y "sin embargo, sigue siendo oculta, ensombrecida, no se habla de su obra ni es lectura obligada".

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CONCURSO DE CUENTO DE LA CÁTEDRA DE LITERATURA JUAN PÁEZ ÁVILA

La Cátedra Libre de Literatura Juan Páez Ávila , de la UnIversidad Pedagógica Experimental Libertador UPEL- IPB. Convoca al Primer

Concurso de Narrativa ( Cuentos Cortos)

BASES DEL CONCURSO:

1. Pueden participar todos los estudiantes del Municipio Autónomo Torres hasta los 18 años.

2. El tema será libre pero tomando en cuenta algunos aspectos de la obra del escritor Juan Paez Ávila, con una

extensión de dos a cinco cuartillas3. Los relatos deben ser inéditos y no estar comprometidos

con otros concursos.4. El original de la obra se presentará en formato digital a la

siguiente dirección: cá[email protected] firmado con un seudónimo, y en correo aparte: nombre, apellido,

número de cédula , teléfono. Institución a la que pertenece y seudónimo y datos del relato.

5. El lapso de recepción será desde el 1ero de junio hasta el 30 de noviembre

6. El fallo del jurado se hará público en la primera quincena del mes de enero

7. El jurado estará integrado por tres escritores reconocidos.8. Premio : Se otorgará un premio único , diploma y y publicación

en la Revista Cultural Carohana.9. La participación en el certamen implica plena aceptación de

estas bases.10. Lo no previsto en estas bases será resuelto por el jurado y

los organizadores.11. El fallo del jurado es inapelable, pudiendo quedar Desierto.

El equipo de la organización del evento está integrado por Gorquin Camacaro, Reinaldo Chaviel, Juan Araque , Mireya Grau , Esli

Suárez y Olimpa Bracho.

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PÁEZ ÁVILA Y SUS CORONELES

Ramón Pérez Linárez

El fino humanista, JUAN PÁEZ ÁVILA, con mucha frescura narra en su novela CORONELES DE CAROHANA, diálogos de viejas y nuevas datas, confundidos en el tiempo histórico, guerras de la Independencia, con historias actuales y los personajes o sus descendientes se entremezclan, en los tiempos.

Con una fluidez muy sencilla comenta anécdotas vivas y actuales, la construcción de la represa y la exhumación de los cadáveres del cementerio innundado, los primeros canarios que llegaron a cultivar la tierra, convierte a CAROHANA en escenario de luchas sociales, explotación, grandes negociados, prostitución y también historias de amores y desamores.

La imaginación de soldados y frailes, que el escritor quiere revivir la genealogía, sin lograrlo, ya que sus rostros no han sido marcados en lienzos, ni en bronces.

Quizás PEDRO LEON TORRES y JACINTO LARA, pasan a ocupar los primeros planos y al fondo una muchedumbre de anónimos frailes, indios, negros, esclavos, mujeres, médicos, cada uno con una historia particular muy humana, que parece vivirse en la actualidad junto a ellos.

Situaciones mágicas o místicas, como la desaparición de Esteban en la represa de Carohana, que presumimos muere, rescatando sus muertos, pareciera recordar el dicho del poeta “Dejad que los muertos entierren a sus muertos”.

Los héroes anónimos transitaban de patriotas a realistas o viceversa, eran movidos por DIOS en el ajedrez de la conveniencia.

El escritor PÁEZ ÁVILA, presenta una estupenda visión del conjunto de un proceso histórico sin tiempo.

Al lado de la historia guerrera, social, están las historias naturales de Octoloco o cualquiera de sus personajes, Felipillo, Gumersindo o la meretriz por obligación, administradora del Burdel “la jungla”.

El libro de PÁEZ ÁVILA, es un muestrario de una literatura fresca, sencilla, fácil de leer, humana, sentida y querida; presenta dramas, historias, sin llegar a la tragedia, hace transiciones de estilo, que sumergen al lector en la historia y en la realidad, al tiempo pasado y presente, hace profecías que parecen estar viviendo, con argumentos económicos, y realiza una pintura de la época pasada y actual.

El desorden en su obra no es casual, es una manera de mezclar el amor y la pasión, la virtud y el desvalor, por ellos este escrito no puede considerarse una critica, sino un comentario, al sentirme participe en la novela, identificándome con sus personajes y no como un espectador alucinado y no contar los hilos de sus relatos todos fascinantes.

El autor se convierte en confidente de los personajes y se enfrenta al Indio Reyes Vargas, apoyando al medico Bracho, quien con su pensamiento liberal quiere y desea un mundo mejor y mas humano, la unión de la sangre del conquistador y las princesas indígenas, produjeron un mestizo, que confundido, no sabia si abrazaba la causa de la Independencia o su lealtad hacia los reyes o por el contrario hacía sus propias guerras, defendiendo sus intereses.

El grito de libertad se oye y reclama que le han matado su pasado y le han impuesto un presente muy cerca del apocalipsis, sin embargo proclama que la muerte no puede ser la única alternativa para alcanzar la PAZ, por ello la novela no llega a la tragedia, sino que se convierte en un canto a la Libertad y a la PAZ.

“El aprendizaje mas caro y útil para nuestra existencia es el sufrimiento”, con esta cita, nos indica que se aprende haciendo, que se conquista, la PAZ y la LIBERTAD luchando no como simples espectadores.

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María Dueñas y su Templanza dominaron el mercado librero

Los lectores apoyaron durante el mes de abril a "Canción de hielo y fuego" de George R.R. Martin, gracias al reciente estreno

de la quinta temporada de "Juego de Tronos".

Montevideo.- Con el reciente estreno de su esperada tercera novela histórica, "La templanza", la española María Dueñas dominó las ventas en España y Latinoamérica y se consolidó como una de las mayores "best sellers" del momento. El mercado librero también disfrutó del repunte de la saga de George R.R. Martin, "Canción de hielo y fuego", gracias al reciente estreno de la quinta temporada de "Juego de tronos"; mientras "50 sombras de Grey" y las novelas juveniles de John Green comenzaron a perder terreno.

A continuación, los cinco libros más vendidos en el mercado hispano este mes:

1. "La templanza", de María Dueñas La autora española que debutó por todo lo alto con "El tiempo entre costuras" (2009), con más de un millón de ejemplares vendidos y una serie de televisión, prácticamente repitió la hazaña con "Misión olvido" en 2012. Su ya fiel legión de fans allanó las librerías para adquirir la tercera novela, "La templanza", que se posicionó en los ránkings de ventas de España y Latinoamérica desde su estreno a mediados de marzo. En una trama de emotivas historias de amor, glorias y derrotas, la novela transita "de la joven república mexicana a la espléndida Habana colonial; de las Antillas al Jerez de la segunda mitad del XIX, cuando el comercio de sus vinos con Inglaterra convirtió la ciudad andaluza en un enclave cosmopolita", según la reseña de la editorial Planeta. María Dueñas (Puertollano, sur de España, 1964) es doctora en filología inglesa y profesora en excedencia de la Universidad de Murcia.

2. "Canción de hielo y fuego", de George R.R. Martin Con el reciente estreno en la televisión de la quinta temporada de "Juego de Tronos", los seguidores de la serie se abocaron a los libros que la inspiraron, del autor estadounidense George R.R. Martin. "Canción de hielo y fuego" es el título de una saga con cinco entregas ya publicadas. La saga cuenta la lucha despiadada entre varias familias por conquistar "los Siete Reinos" de territorios imaginarios en una época indeterminada, pero muy parecida a la Edad Media.

George R.R. Martin (Bayonne, New Jersey, noreste de EEUU) nació en 1958. Estudió periodismo y eventualmente se mudó a Hollywood, donde comenzó a trabajar como guionista y productor.

3. "50 sombras de Grey", de E.L. James La relación sadomasoquista del multimillonario Christian Grey y

la joven Anastasia Steele dominó el mercado del libro en 2011 y volvió recientemente gracias al estreno mundial de la adaptación al cine el 14 de febrero, con Jamie Dornan y Dakota Johnson.

Nacida en 1963 en Londres, Erika Mitchell (seudónimo E.L. James) es una exejecutiva de la televisión que se dedicó inicialmente a escribir historias del género "fan fiction", en el que se reinventan los personajes de novelas populares.

4. "Ciudades de papel", de John Green El fenómeno sigue dando a los jóvenes qué leer. "Ciudades de papel" salió al mercado en inglés en 2008, cuatro años antes que "Bajo la misma estrella", aunque el público hispano pudo acceder a su traducción recién este año. Cuenta la historia del joven Quentin y de su amor no correspondido hacia su vecina Margo, quien le pide que la acompañe en un "road trip" algo particular. Nacido en Indianápolis en 1977, Green es actualmente uno de los autores estadounidenses más importantes de la llamada "Young Fiction" o literatura juvenil.

5. "La oculta", Héctor Abad Faciolince En el mercado colombiano en particular, la última novela de Héctor Abad Faciolince, que entró con fuerza tras su lanzamiento en noviembre, sigue dominando las listas de éxitos. La historia versa sobre una finca en un lugar remoto de las montañas colombianas, donde han vivido varias generaciones de una familia. Uno de los escritores contemporáneos más emblemáticos de Colombia, Héctor Abad Faciolince (Medellín, 1958) fue columnista de la revista Semana y del diario El Espectador.

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HOMBRES DE PETRÓLEO

A solicitud de profesores y estudiantes de la UPEL

Primer capítulo de la novela de Juan Páez Ávila

Después de seis meses de desempleo y agotadas mis prestaciones sociales, consumidos mis ahorros en un alto porcentaje y distanciado progresivamente de las caricias de mi mujer, acosado por el insomnio y la soledad, revisé mi archivo personal y encontré una carta con una oferta de trabajo de la Universidad de Tulsa. En sus aulas yo había realizado un postgrado en Exploración Sísmica y obtenido las más altas calificaciones, entre un grupo de ingenieros provenientes de diversas universidades del mundo. Habían transcurrido tantos años que no quise mirar la fecha, levanté el teléfono y llamé a la Universidad. Al preguntar por la vigencia de la oferta me respondieron que era por tiempo indefinido. Desperté a mi esposa y se lo informé. Rosmary me abrazó y se encendieron por un momento nuevamente nuestras pasiones amorosas hasta el éxtasis.-No quería formar parte de los profesionales que se fugan a prestar sus servicios a países desarrollados -le comenté al oído cuando separábamos nuestro aliento.-No seas romántico, Juan Manuel, tenemos que vivir la realidad. Te voy a hacer la maleta y espero no te arrepientas. Yo me iré con los niños cuando estés instalado en Tulsa. Desesperado salí al día siguiente para el Aeropuerto Internacional de Maiquetía a tomar el avión que me conduciría a Miami, escala obligada para viajar a Tulsa. En la puerta de entrada un hombre alto, fornido, de nariz puntiaguda, chaqueta negra, me interceptó.-Dr. Betancourt, usted no puede viajar hoy, tiene prohibición de salida del país. Acompáñeme –me expresó en tono autoritario y me mostró una placa que decía: DISIP. Mientras caminábamos hacia una pequeña oficina de la Policía Política, creí que estaba detenido y recordé la última reunión a la que había asistido con el Mayor del Ejército Vladimiro Nieto, a quien conocí a través de Aníbal, periodista que trabajaba en Petróleos de Venezuela y había establecido contacto con el oficial que formaba parte de un grupo de militares que conspiraban contra el régimen. Nieto me había informado de la disposición de algunos militares a sublevarse si se mantenía el paro petrolero que tenía más de un mes de haber comenzado y ya se hacía insostenible. Yo me había limitado a oír y no conocía los engranajes de la posible conspiración. Me sentí complicado en algo que podía ser muy grave y decidí aprovechar mi viaje como coartada.-Yo tengo urgencia de viajar hoy mismo a Nueva York, debo firmar un contrato con la Exxon-Mobil, para explorar en México o Canadá una zona donde pueden existir importantes yacimientos petroleros –le expresé al agente policial. -¿Puedo llamar a mi abogado, el Dr. Eudoro Caripe?-Dr., Ud. no está detenido. Aquí lo que hay es una orden de no dejarle salir del país. Puede llamar a quien quiera o puede regresar a su casa. Tomé un taxi y le pedí que me llevara a Altamira. En el trayecto recordé que Rosmary me había comentado que tenía la impresión de que un hombre con las características del “narizón” que me había impedido viajar, la seguía.-No exageres Rosmary, no hay ningún motivo para que nos estén

vigilando. Yo me limito a ir a las marchas para solicitar un Referendo Consultivo, y tú, aunque eres oligarca por el Blanco o el Machado, estás dedicada a la atención de nuestro hogar y no a la actividad política.-¡Yo sí soy oligarca! ¡Y a mucha honra! Lo que me preocupa es por qué te metiste en ese paro petrolero y a lo mejor también a golpista, como dice el gobierno, exponiendo a nuestros hijos a pasar hambre, y tú a un carcelazo. Si no encuentras trabajo tendré yo que salir a ver qué puedo hacer con mi piche título de bachiller. No terminé mi carrera porque tú ganabas mucho dinero. -Te aseguro que esto se arreglará muy pronto.-Eso me lo estás diciendo desde hace varios días, cada vez que regresas de una marcha solicitando la reincorporación al trabajo y la renuncia del Presidente -Tienes que entender que nosotros no podemos abandonar las calles, hasta que no renuncie.-¿Y si no renuncia todavía, cómo vamos a hacer con el colegio de los niños? Los ahorros que tenías en el banco se nos están acabando. Me horroriza pensar que tenga que inscribirlos en una escuela pública. Rosmary reaccionaba cada día con mayor agresividad. Observé que su rostro perdía la frescura de nuestros primeros años de convivencia. Dejaba traslucir en el entrecejo una señal de disgusto y desamor que distanciaban nuestros encuentros amorosos. Atrás iban quedando los encantos de su sonrisa, sus besos y abrazos cargados de erotismo, sustituidos por un formalismo rutinario. Comencé a considerar que no comprendía, y por lo tanto no me acompañaría en el gran despertar de la sociedad civil, que había decidido participar e influir en el rumbo de la nación. Sus temores porque nuestros hijos fueran a la escuela pública eran verdaderamente dramáticos y absurdos. Yo estudié en una escuela del Estado situada en la parroquia de Catia, en el liceo Aplicación y en la Universidad Central de Venezuela, en todas ocupé el primer lugar en calificaciones. Desde adolescente me caía a golpes con los compañeros de aula y cuando uno de un grado superior y más alto que yo me revolcó por el suelo, al día siguiente lo busqué para la revancha. Cuando todos esperaban que me volviera a padrotear, saqué de mi bolsillo una navaja “pico de loro” y mi agresor se atragantó.-Guarda esa navaja, Juan Manuel. Ya no peleamos más, somos amigos –me expresó casi aterrorizado y se retiró. Guardé el instrumento cortante y punzante que le había sustraído a mi padre, no lo regresé a su sitio durante varios días, dispuesto a usarlo sin la conciencia de lo que significaba cometer un crimen, decidido a que no me humillaran los más fuertes. Desde ese día mi primita Dolí no se separó de mi lado. Aprobamos juntos sexto grado e ingresamos al liceo, en el que éramos objeto de la mirada libidinosa de muchos compañeros que quedaban absortos ante los senos exuberantes y cierta coquetería que expresaba en su rostro cargado de dulzura, siempre sonriente. Me imaginaba que estaríamos mucho tiempo compartiendo tareas comunes, viajes en autobús y hasta nos casaríamos, aunque yo no le había hablado de amor. Dolí sobresalía en el Orfeón del liceo y en voleibol. Según su profesor tenía una voz de soprano que

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impactaba al público estudiantil y profesoral. Cuando jugaba voleibol se ponía unos shorts que dejaban al desnudo sus piernas contorneadas y parte de sus muslos tensos y provocativos. Se convertía en el centro de las miradas juveniles. Mi orgullo era salir a su lado, como si fuéramos novios. La mayoría de mis compañeros lo creían, pero no era cierto, hasta el día que Dolí tomó mi mano, entrecruzó sus dedos con los míos, en plena parada del autobús, subimos al vehículo y ocupamos el mismo asiento, sin separar nuestras manos que encendían un fuego interior que soldaba nuestra existencia. Nos bajamos en la parada cercana a su casa en la Urbanización Urdaneta.-Pasa adelante, creo que ninguno de mi familia ha llegado – me expresó, abrió la puerta y llamó: -¡Mamá! Nadie respondió. Ingresamos y Dolí volvió a tomar mi mano, yo tomé sus brazos, sus senos y su aliento. El día dejó ver nuestro desnudo y un volcán de pasiones nubló nuestra razón, desapareció el tiempo y la humedad facilitó el acoplamiento de los sexos, la conjunción de la vida. Al final del éxtasis percibí en Dolí una prima superior, un sueño de mujer, que sobresalía en todos los escenarios en los que la había visto desplegar las virtudes de su naturaleza dominante.-Esto tenía qué pasar, antes de que aprobáramos el quinto año de bachillerato –me dijo mientras terminaba de peinarse.-Esto nos debe pasar toda la vida –le respondí en tono firme, tratando de darle la impresión de que yo era un hombre.-Estamos cerca de los exámenes finales, por ahora nos toca estudiar y graduarnos. El tiempo so dirá si todo esto no es sólo el comienzo y el fin de un sueño muy grato. Conturbado por todo lo que había pasado tan rápido y apasionante no encontraba palabras ni ideas qué expresarle. Me sacó del embarazo la llegada de mi tía Romelia y la naturalidad de Dolí al recibirla.-¡Hola mami! Estamos en los exámenes finales y vamos estudiar juntos materias que uno no puede estudiar solo.-Espero que celebremos juntos la graduación de bachilleres de ustedes a finales de julio –le respondió mi tía.-Tía, tú preparas una buena comida, que mi padre trae la bebida y Dolí y yo ponemos la fiesta.-Yo no estoy muy segura –intervino Dolí.-¿Por qué? –preguntó mi tía con cierta preocupación que se le notaba en el rostro, que perdió en instantes la sonrisa.-Porque cada día entiendo menos la matemática.-Que te la explique Juan Manuel –fue su respuesta y se internó en la cocina. Aproveché para despedirme y prometerle que volvería a explicarle matemáticas. Lo que más deseaba era disfrutar de su compañía, la cual no deberíamos abandonar por ningún motivo del mundo. Pensé que llegaría el momento de casarnos y vivir juntos aunque fuera en su pequeña habitación, hasta que nos graduáramos en la Universidad y trabajáramos ambos para tener muchos hijos. La matemática es una materia muy sencilla, muy lógica, se la enseñaré en algunos minutos. Mi madre y sobre todo mi padre, que tenía un buen sentido del humor, notaron mi inusitada alegría al verme asumir responsabilidades que no me correspondían en la distribución del trabajo al interior de la casa, como lavar platos y participar en la preparación de la comida. -Descansa mamá, que yo te ayudo hoy –le dije cuando se acercó a realizar sus cotidianas tareas culinarias. Se regresó sonriente al comedor e inició conversación con mi padre. Oí cuando le expresó:-Por fin voy a descansar, Juan Manuel está convertido en todo un hombre, no me dejó cocinar, y con lo cansada que estoy, después de recorrer varias casas de familia, muy retiradas una de otra,

poniendo inyecciones, se lo agradezco en el alma y ya no tendré que prepararte la comida y esperar que llegues.-Me parece muy bien, y hasta creo que Juan Manuel te puede ayudar puyando a algunas de tus clientas, sobre todo si tienen otras necesidades –le contestó y largó la carcajada.-Tú siempre con tu doble intención. ¿No vas a cambiar nunca? Vas a terminar llevándolo a un burdel.-No, Aura, eso era en otra época, en esta época las mujeres están liberadas y buscan al hombre que les gusta, que no sea tan feo como yo.-Pero no son todas, Federico.-Claro que no, pero en la Creole todas o la mayoría de las mujeres salen con sus amigos o amantes, cuestión que ya es difícil distinguir. Vamos a probar la comida preparada por Juan Manuel.Nos sentamos a la mesa y mis padres sólo hablaron para aprobar mi cocina. Yo pensaba que mi padre tenía razón y recordaba la decisión de Dolí, quien resolvió que ese mismo día rompiéramos nuestra virginidad, aunque yo me sentí más virgen, más inocente que ella. ¿Pensará ella lo mismo? Mi madre me sacó de mis abstracciones.-¿Por fin, qué vas a estudiar, Juan Manuel?-Ingeniería Petrolera, pero tengo que conseguirme una beca porque esos estudios son costosos.-La Creole está dando becas a estudiantes sobresalientes -expresó mi padre.-Cuando presente el último examen iré a informarme mejor –le contesté. Cuando terminábamos de comer, mi padre se levantó y me dijo: -Mañana te traigo la planilla. Presenté mi último examen de matemáticas y aprobé con 20 puntos, pero sufrí un descalabro porque Dolí, no obstante todas las explicaciones que yo le había hecho, fue reprobada. Me dediqué a entusiasmarla para que reparara en septiembre, pero no logré que superara el estado depresivo que la consumía y la aislaba hasta de nuestras relaciones. A lo mejor necesitaba un psicólogo y ninguno de la familia lo sabíamos. La visitaba con frecuencia hasta que un día me dijo: -Déjame sola, yo creo que puedo superar este trauma. Ocúpate de tu ingreso a la Universidad, yo tomaré la decisión que más me convenga y te la comunicaré en su momento. Percibí el peso de su independencia y me fui a presentar el examen para optar a la beca. Saqué 20 puntos y me entregaron un sobre con 335 bolívares, equivalentes a 100 dólares. Creí que era un adelanto, pero me comunicaron que correspondía al mes de vacaciones, que aunque no lo había trabajado, la empresa me lo pagaba porque por mis notas yo era considerado un miembro de la familia Creole. Le entregué el dinero a mi madre y le pedí que lo administrara para beneficio de todos. Nunca habíamos tenido tanto. La beca alcanzó para ayudar a mis otros dos hermanos, Sofía y Juan Hilario que cursaban primero y segundo año de bachillerato.-Tenemos que celebrar este triunfo de Juan Manuel, ya somos dos los miembros de la familia Creole, que le garantiza un futuro económico muy promisorio al hijo mayor de la familia Betancourt-Linárez, porque yo ya me estoy acercando a la jubilación –expresó mi padre. Mi mamá y Sofía fueron al mercado popular y trajeron varios kilos de carne para una parrilla, chorizos, morcillas, yuca, guasacaca e ingredientes para una ensalada. No fui a invitar a Dolí por temor a oírle una firme negativa, que nos podía separar más de lo que ya estábamos. Mi padre trajo cerveza, en cantidades nunca vistas, y refrescos para mis hermanos menores. -Brindemos por el éxito de Juan Manuel, que será el éxito de todos

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–dijo mi madre y levantó el vaso de cerveza.-En la Creole puede realizar una carrera hasta ser Vicepresidente de la empresa, porque la Presidencia se la reservan para los gringos –afirmó mi padre.Comimos como nunca lo habíamos hecho, en cantidad y calidad, celebrando mi primer peldaño hacia un mejor nivel de vida familiar. Cuando todos experimentábamos los efectos de una gran satisfacción por las buenas noticias del presente y sobre todo por lo que presuponíamos que sería el porvenir, yo dí por terminada la celebración porque debería descansar, dormir lo suficiente, para asistir al día siguiente a la Universidad.Llegué entre los primeros al Aula “A”, dispuesto a ocupar un puesto en la primera fila de pupitres frente al profesor, oír y tomar apuntes sin distraerme un minuto. Delante de mí estaba una joven, extraña por su elegancia en el vestir y su rostro angelical, cubierto por un mechón amarillo que se desprendía de una cabellera infinita, en una Facultad en la que se decía que lo único que tenía de malo era que se

inscribían pocas mujeres y las que lo hacían eran muy feas. Me presenté como aspirante a especializarme en Ingeniería Petrolera.-¿Y tú que piensas estudiar? –le pregunté, como para iniciar un diálogo formal con una compañera que desmentía la imagen machista de la Facultad.-Ingeniería Química –me respondió. –Cuídame el puesto, que ya vengo –agregó y enseguida salió caminando al encuentro de otro joven que la besó en la mejilla. La suerte y éxito no siempre están con uno, pensé. Una de las pocas y la más bella de las mujeres que he visto este primer día de clases, y que ya comenzaba a ser centro de atracción de mis pensamientos, tiene novio. Un hombre también joven, vestido con flux y corbata, parecía más un ejecutivo de la Creole, que un estudiante. A su regreso, la primera compañera que conocí en la Facultad, me dio las gracias e ingresamos al aula. Nos sentamos en el primero y segundo pupitre.