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    Volumen 44, N 4, 2012. Pginas 571-591

    Chungara, Revista de Antropologa Chilena

    AGUA Y MONUMENTALIDAD EN EL VALLE DE AZAPA:INDICADORES DEL USO DEL ESPACIO EN LAS

    POBLACIONES ALTO RAMREZ, PERODOFORMATIVO, NORTE DE CHILE*

    WATER AND MONUMENTALITY IN THE AZAPAVALLEY:INDICATORS FOR LAND USE AMONG ALTO RAMREZPEOPLE,

    FORMATIVE PERIOD, NORTH OF CHILE

    Ivn Muoz Ovalle1

    El estudio se enfoc bajo dos objetivos. En primer lugar se hizo una revisin bibliogrfica de los recursos de agua provenientes delas vertientes de Azapa en el contexto de la subsistencia y modos de vida de las poblaciones Alto Ramrez; en segundo lugar, sediscuti la funcin de los tmulos como identidades simblicas vinculadas al culto a los antepasados.Desde el punto de vista metodolgico y en relacin con los recursos de agua, se describieron cada una de las vertientes, se discutila calidad de sus aguas para fines agrcolas y, como informacin complementaria, se seala la importancia que tenan estas aguadasa la llegada del europeo.Respecto al trabajo realizado sobre la monumentalidad funeraria1, este se centr en una exhaustiva prospeccin, planificada apartir de cuatro nodos en el valle de Azapa. En esta prospeccin se consideraron trabajos previos, en especial los que presentanexcavaciones y descripcin de contextos funerarios. De la informacin obtenida por la prospeccin y referencias bibliogrficas,discutimos la funcionalidad de los tmulos como espacios de culto, donde se habran enterrado los ancestros, lo que habra per-mitido a partir de esta condicin simblica constituirse en marcadores de territorialidad e identidad de las poblaciones formativasAlto Ramrez en relacin con los espacios productivos, especialmente donde haba agua. Palabras claves:agua, tmulos funerarios, monumentalidad, agricultores tempranos.

    The archaeological research reported here has two primary developments. First, a bibliographic study was carried out on the

    survival and lifeways of the Alto Ramrezpeople and the water resources that drain from the low mountain slopes of the AzapaValley, in the context of survival and Alto Ramrez ways of living.Second, the function of the tombs was discussed as sacred spaces,where incipient agricultural groups were buried. From a methodology point of view related to water resources, every slope in the

    valley is described, as well as the quality of water used for farming purposes. As complementary information, the importance of

    these resources to Europeans also is considered. As for funerary structures, four nodal types were built and are described here.

    Discussion of previous works also are presented, especially those focused on tomb excavations and descriptions. Based on data

    obtained from these two approaches, the functionality of tombs as sacred spaces of buried ancestors is also analyzed, as well as

    those conditions that developed the tombs as territorial markers and identity markers of Formative Alto Ramrezvillages. Thesespaces are then related to the productive spaces, where the water was located.

    Key words:Water, funeral tumbs, first farmers, buildings.

    * Artculo proyecto ECOS-CONICYTDinmicas en el rea Centro Sur Andina, Cdigo C06H04 y PICS 4796.1 Departamento de Antropologa, Universidad de Tarapac, Arica, Chile. [email protected]

    Recibido: abril 2009. Aceptado: octubre 2010, revisado: agosto 2012.

    Los tmulos funerarios de la fase Alto Ramrezconstituyen el primer indicio de arquitectura prehis-trica monumental, en nuestros valles costeros, quese remonta a 2.500 aos. stos constituiran, despusde Chinchorro, las evidencias ms conspicuas paraentender el proceso de complejidad social2y loscambios en los grupos pescadores y recolectores

    de la costa del extremo norte de Chile. Muoz(2004), al discutir las estrategias de organizacinde estas tempranas poblaciones agrcolas, sealaque la construccin de estos tmulos habran sidoresultado de un proceso local, siendo los actoressociales representativos las poblaciones pescadoras-recolectoras que poblaron el territorio costero del

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    extremo norte de Chile desde los 9.000 aos a.p.La literatura arqueolgica seala que los tmuloscomenzaron a construirse aproximadamente en el500 a.C. y perduraron hasta el 300 d.C. (Muoz1987, Muoz y Gutirrez 2011). Se distribuyen enlos sectores bajos de los valles costeros, especfi-camente donde se hallan vertientes.

    Adems de la funcin funeraria espacios deentierro fueron lugares de ceremonias en periodosposteriores incluso hasta la llegada del europeo,depositando en su entorno ofrendas como gorrosdecorados, orejeras de plata; en otros casos, en lostmulos se quemaron artefactos como cermicas ytextiles. Para Muoz (2004), estos tmulos muestran

    una estrecha relacin con un ceremonialismo quemonumentaliz el espacio de los muertos. El presentetrabajo apunta, por lo tanto, a conocer cmo estuvieronorganizados territorialmente los tmulos en el con-texto del patrn de asentamiento de las poblacionesAlto Ramrez y qu rol cumplieron estos montculoscomo estructuras monumentales en relacin con losrecursos naturales, en el caso especfico de las ver-tientes de agua. Se discute, adems, la importanciade estos recursos de agua en el contexto del espacioagrcola y los recursos de subsistencia.

    Los Tmulos como Obras Monumentales

    Un ejemplo etnogrfico que ayuda a entenderel significado y funcionalidad de las estructurasmonticulares en la sociedad Mapuche lo planteaDillehay (1991), al sealar que su construccinlegitima derechos territoriales de autoridadeslocales en un contexto social dinamizado por rela-ciones de parentesco con grupos externos. SealaDillehay que constituiran una memoria basada

    en el surgimiento de la tradicin entendida comoespacio-temporal entre antepasados con el mundode los vivos y la tierra.

    Desde el punto de vista del paisaje, Criadoet al. (2000) sealan que algunos lugares naturalesy artificiales pueden ser percibidos como identi-dades, es decir, fueron reconocidos y mantenidospor la comunidad como puntos que incorporan yevocan una identidad. En el caso de los tmulos,estos posiblemente estuvieron relacionados con losorgenes de sus antepasados, de sus prcticas, y por

    lo tanto implic a la memoria como transmisinde la cultura. Knight (1981) ha sugerido que lamemoria humana construye ms que recupera, porlo tanto, en la medida que una comunidad se funde

    a travs de las acciones y actividades cotidianas, elpaisaje se convierte en un referente clave para laconstruccin y expresin de la identidad del grupo.Considerando esta idea, los tmulos pudieron habersido para los agricultores iniciales de los vallescosteros los monumentos ms representativos entorno a la construccin de su identidad, una suertede emblemas totmicos, constituyndose, por lotanto, en elementos estructuradores del paisaje social,representando a su vez, al igual como lo sealanKnapp y Ashmore (1999) y Lpez Mazz (2001), lamaterializacin de la vida, de la muerte y del manejoque la sociedad de los vivos hizo de sus antepasados.En el caso de las poblaciones que construyeron los

    tmulos, estas incidieron activamente en la evolu-cin del paisaje de los valles costeros: ordenaronel entorno, lo transformaron, lo conceptualizaron,se identificaron con l y lo memorizaron, por lotanto, escribieron su propia identidad; esta formade actuar y alterar el paisaje por parte del humanoconstituye el planteamiento fundamental de Bourdieu(1999) sobre la teora de la prctica cuyo conceptocentral es el habitus, proceso de socializacin en elque la gente experimenta el mundo a su alrededorde acuerdo a experiencias vividas.

    En los valles de Arica observamos desde losinicios del desarrollo aldeano un espacio de inte-raccin social permanente; las poblaciones localescrearon elementos de representacin simblica,siendo uno de ellos los tmulos funerarios, que lespermiti, adems de enterrarse y ser centro de cultode los antepasados, constituirse en indicador de laorganizacin territorial vinculado estrechamentecon los recursos hdricos, elemento vital para lasprcticas agrcolas.

    Una parte fundamental de la caracterizacin

    de los monumentos es la complejidad de los ritosy smbolos que estn en juego; de esta manerael ritual de la construccin de los tmulos debihaber sido complejo, por lo tanto, como lo sealaBradley (1998), se hizo necesaria la participacinde un grupo humano organizado. La organizacinespacial de conjuntos de montculos demuestrala inversin de energa social en su construccin.

    En el caso de los tmulos de Azapa, hay variashiptesis que se desprenden de la construccinde stos. En primer lugar, fueron construidos en

    terrazas cercanas a las vertientes; su cercana aestos recursos hdricos probablemente pudo habersedebido al inters de parte de los agricultores AltoRamrez por controlar y manejar dichos recursos,

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    fundamentales para las primeras prcticas agrcolas.Esta hiptesis podra avalarse a travs de ciertasevidencias, como el hallazgo de pequeas lminasde plata y productos agrcolas correspondientes a lafase Alto Ramrez, depositados en cerros cercanosa estas vertientes. Pensamos que estas ofrendas, alparecer, habran sido utilizadas como parte de unaparafernalia en ceremoniales relacionados con elculto al agua. En segundo lugar, si consideramosque la construccin misma del tmulo tanto en suvolumen como estructura arquitectnica constituyeronmonumentos de alta visibilidad, stos pudieron habertenido la funcin de marcadores territoriales. Estademarcacin territorial pudo haberse dado a travs

    de una pertenencia ancestral de parte de los gruposde pescadores y recolectores que desarrollaron lasprimeras experiencias agrcolas.

    Construccin de los MonumentosFunerarios y Patrn de Entierro

    Los antecedentes arqueolgicos indican que lostmulos se construyeron en espacios que ya habansido explorados por las tempranas poblaciones for-mativas vinculadas con la fase Faldas del Morro y/o

    Azapa. Ejemplo de esto lo constituyen los entierros,ubicados en el nivel bajo de los cementerios AZ-14

    y AZ-71, poblaciones que en vida tuvieron la misinde comenzar con las primeras prcticas agrcolasen el valle de Azapa (Muoz 1989; Muoz 2011,Santoro 1980 a y b, Nez y Santoro, 2011). SegnMuoz (1980, 2004), estos monumentos fueronestructuras artificiales de forma monticular de sec-cin plano convexa, formados por capas alternadasde sedimentos, cantos rodados y capas de restosvegetales, cuyas especies identificadas correspon-den a Pluchea, Grindelia, Trixis,Equisetum (colade caballo o yerba del platero), Tessaria(sorona obrea),Baccharis (chilcas),Juncossp. (junquillos)y Gossypium(algodn). La presencia de restos decarbn, huesos, pequeos maderos e incluso peque-

    os fragmentos de huesos humanos hallados en lascapas de sedimentos de los tmulos como el casode Az-122, sugieren que en la construccin de lostmulos se ocup material de asentamientos mstempranos proveniente de cementerios o viviendasposiblemente abandonados cuando se comenzarona construir los tmulos. Los entierros, depositadosen las capas de sedimentos, se caracterizan porser primarios (sin grados de alteracin) y secun-darios (removidos en distintos grados), algunosde ellos sin crneo, extremidades o presentando

    solamente el crneo en el entierro (Figuras 1 y 2).Este complejo patrn de entierro, especialmente

    Figura 1. Excavacin sitio AZ-70, tmulo 3, cuadrante N.O, Sector de San Miguel.Site excavation AZ-70, mound 3, quadrant N.O, San Miguelzone.

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    los reenterramientos, sugieren la idea de que lostmulos habran sido construidos en varias etapas,por lo tanto, una vez que los cuerpos y ofrendasfueron removidos de sus tumbas originales, fuerondepositados en el tmulo, sellndolos con las capasde fibra vegetal como se aprecia en los perfiles exca-vados. Esta hiptesis se apoyara en la informacincronolgica, fechas obtenidas de material provenientede dos entierros de AZ-70, tmulo 1, tumbas 28 y

    10, que registran entre una y otra una variacin de400 aos (490 a.C. - 70 a.C.). En el caso de AZ-70,tmulo 7, la diferencia cronolgica entre las tumbas5 y 8 son de 130 aos, aproximadamente; amboscasos sugieren que los tmulos pudieron haberseconstruido en etapas (Muoz 1987, 1995/1996).

    En los valles occidentales del rea centro surandina, el proceso de transicin de una sociedadde pescadores recolectores y cazadores hacia unasociedad de agricultores implic que las poblacionescosteras habran explorado y explotado experimen-

    talmente los valles costeros. En el caso del valle deAzapa, Muoz y Zalaquett (2011) sealan que losgrupos aldeanos, constructores de tmulos funerarios,se distribuyeron en forma segmentada, ocupando

    los lugares donde se hallaban los recursos de aguasubterrneas fundamentales para el ejercicio de lasprcticas agrcolas.

    De las hiptesis planteadas, los objetivos de lapresente investigacin apuntaron, en primer lugar, aanalizar, a travs de la arqueologa del paisaje, lasrelaciones entre tmulos funerarios y los recursosnaturales, especialmente vertientes, con la ideade determinar su explotacin. En segundo lugar,

    discutir la funcin de los tmulos como espaciosvinculados con el culto a los ancestros.

    Metodologa

    Se abord una metodologa orientada a regis-trar el mximo de informacin de las comunidadesconstructoras de tmulos, as como el espacionatural con el que se relacionan. Para tal efecto, serealizaron prospecciones en el sector medio y bajodel valle de Azapa, previo anlisis de la informacin

    cartogrfica.

    (1) Prospeccin Indirecta, basada en el anlisisde fotografa area, cartografa del servicio

    Figura 2. Sitio AZ-70 tmulo 3, entierro disturbado, ubicado en el centro del tmulo, sector San Miguel.Site AZ-70, mound 3, disturbed burial, located in the center of the mound, San Miguelzone.

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    Geogrfico Militar e Informacin GeogrficaSatelital. La informacin que entreg mayoresantecedentes corresponde a Google Earth y fotosareas del valle tomadas por el Ministerio deAgricultura de la Regin de Tarapac, Chile.

    (2) Prospeccin Intensiva, se realizaron mapasarqueolgicos detallados y se georreferenciaronlos yacimientos con G.P.S diferencial, con elobjeto de contrastar y completar la informacinobtenida a travs de la prospeccin indirecta.Se tom la posicin absoluta en cada puntodentro del conjunto de tmulos y se dibuj elcontorno para obtener as la forma y dimetrode cada tmulo. Se consideraron adems las

    superficies aradas que contenan evidenciasque all hubo un tmulo, se integr informacincomplementaria a los tmulos como cemente-rios en fosas bajo superficies, as como pisoso estructuras habitacionales vinculadas con elperodo Formativo.

    (3) Previa a la prospeccin se hizo un registrobibliogrfico en torno a las investigacionesrelacionadas con la fase Alto Ramrez, infor-macin que se menciona en el captulo Losasentamientos de tmulos y su relacin con

    las vertientes.

    Sistema de registro de datos

    Para las actividades de prospeccin se confec-cion una ficha de datos que incluy antecedentesrelacionados con la ubicacin con coordenadasUTM de los yacimientos, la descripcin generaldel entorno (relieve, vegetacin, relacin con ele-mentos naturales, visibilidad, accesos, propietariosde la tierra) y una descripcin arqueolgica general

    del yacimiento (dimensiones, lmites, estructurasvisibles, hallazgos de materiales, cronologa re-lativa, vinculacin con otros yacimientos, estadopatrimonial).Se utiliz una ficha para cada tmulocon informacin relacionada a dimensiones, altura,dimetro, formas, materiales en superficie, etc. Seconfeccionaron planos especficos por nodos con ladistribucin y caracterizacin de sus componentesculturales (cementerios, asentamientos, etc.) y suscomponentes relevantes de origen natural, medianteel uso de sistemas de informacin geogrfica (SIG),

    imgenes satelitales y planimetra. Se analizaron,bajo la perspectiva de la arqueologa del paisaje yel uso de sistemas de informacin geogrfica, lasrelaciones existentes al interior de cada nodo y las

    relaciones internodales utilizando como indicadorde visibilidad los tmulos funerarios.

    Resultados. Con la informacin procesada seplante una primera aproximacin en relacin a laorganizacin espacial y geogrfica de los tmulospara vincular espacialmente estos montculos conreas de ocupacin domstica, tierras agrcolas yvertientes.

    El Agua

    Las aguas del ro San Jos no llegan al ocanoPacfico en forma permanente, por lo tanto las ver-

    tientes del valle de Azapa constituyeron los recursoshdricos fundamentales para dar inicio al desarrolloagrcola. Son afloramientos de agua que emananen el lecho mayor del cauce del ro San Jos o ensus proximidades. En menor grado corresponden aafloramientos naturales de agua, en algunos casosvarios de ellos han sido intervenidos por la accinhumana para construir socavones. Estas vertientesse encuentran desde la confluencia de Azapa conla quebrada del Diablo por el Oriente, hasta laconfluencia de Azapa con la quebrada de Acha

    por el Poniente (Figura 3). Segn Tapia (2006),estos sectores de confluencia son propicios para elafloramiento de aguas subterrneas debido a que

    Figura 3. Vertiente El Socavn, ladera sur valle de Azapa.El Socavnslope, southern hillside of Azapavalley.

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    la depositacin de sedimentos sumada a las malascondiciones de permeabilidad impiden que el aguasubterrnea siga escurriendo normalmente hasta lalnea de la costa, producindose en consecuenciasu afloramiento.

    Las aguas de vertientes en Azapa provienen deinfiltraciones de recursos hdricos originados en lossectores cordilleranos. En cuanto a su distribucinen el valle de Azapa, Arrau (1997) distingue dosgrupos: el primero est ubicado en el sector LasRiberas, confluencia entre el valle de Azapa y laquebrada del Diablo y es motivado por una inte-rrupcin del acufero, provocada por los acarreosms finos de la quebrada del Diablo. El segundo

    grupo se encuentra en la zona de Las nimas alfinal de los sectores Las Maytas y Juan No, y esprovocado por una accin semejante debida a losacarreos de la quebrada de Las Llosyas. En el primergrupo se hallan las vertientes Pejerrey, Conchalique,Matavaca, La Noria, San Miguel, El Socavn, LaConcepcin, Pea Blanca y Caniviri; en el segundogrupo se ubican las vertientes de Mita Chica, MediaLuna, El Gallito y Las nimas (Tabla 1).

    En la confluencia de quebrada seca de Achacon el valle de Azapa hay informacin que seala

    la existencia de dos humedales Cerro San Miguel yPago de Gmez (Guillermo Focacci, comunicacinpersonal, 1980). En la franja costera de Arica anexisten restos de humedales denominados El Morroy La Chimba; por su parte, Keller (1946) seala quehasta comienzos del siglo pasado existi un grantotoral como consecuencia de aguas subterrneasconocido como Las Chimbas, que abarcaba el sectordonde se construy la piscina olmpica de Arica.Segn Tapia (2006), este tipo de afloramiento deagua es normal, ya que las aguas del ro San Josalcanzan su nivel de base en la lnea costera.

    En todos los sectores de vertientes y humedaleshemos registrado la existencia de tmulos funerarios

    correspondientes al perodo Formativo, lo cual nossugiere una estrecha relacin entre estos primerosasentamientos agrcolas y los recursos de aguasubterrneas.

    Calidad del agua de las vertientes

    Segn el estudio de aguas del sistema de vertien-tes del valle de Azapa realizado por Arrau (1997),caracteriza dicha agua por altos niveles de dureza,principalmente clcica y valores alcalinos de pH,

    Tabla 1. Vertientes del valle de Azapa.Azapa valley slopes.

    N Vertiente Ubicacin y caractersticas

    V1 Caniviri Se localiza en la ribera norte del ro San Jos en la propiedad de Juan Gutirrez. Rol 3430-14. No tieneutilidad prctica en regado.

    V2 Pea Blanca Se localiza fuera del lecho en la ribera norte del ro San Jos en el extremo sur-oriente de la propiedadde Amadeo Carbone. Rol. 3430-21.

    V3 La Concepcin Se ubica en la ribera norte del ro San Jos, aproximadamente a 150 m del lecho del ro entre la propiedad

    de Humberto Anda. Rol. 3430-1 y de Serafina Lombarda. Rol 3430-52. Sus aguas, en conjunto con lasde la vertiente San Miguel, riegan la colonia Juan No.

    V4 San Miguel Se localiza en la ribera norte del ro San Jos aproximadamente a 300 m del lecho del ro, entre la propiedadde Lido Carbone. Rol 3430-41 y de Eda Carbone. Rol 3430-22.

    V5 La Noria Se ubica en la ribera norte del ro San Jos aproximadamente a 300 m de la ribera del ro, en el extremosur-oriente de la propiedad de la sucesin Belmonte. Rol 3420-45.

    V6 El Socavn Se ubica en la ribera sur del ro San Jos en el extremo poniente de la propiedad de Manuel Madrid.Rol 3430-79.

    V7 Matavaca Se localiza en la ribera norte a orillas del ro San Jos, propiedad Rol 3420-40.V8 Conchalique Se ubica en la ribera sur y a orillas del ro San Jos en el extremo Nororiente de la propiedad Rol 3420-12.V9 Pejerrey Se ubica al lado sur del ro San Jos, aproximadamente a 150 m del lecho al oriente de la propiedad Rol

    3420-12 cercano al deslinde de la propiedad Rol 3420-08.V10 La Mita Chica Se localiza en la ribera sur del ro en la propiedad de Alicia Ponce. Rol 3410-7 y regaba la propiedad de

    Arturo Buitano. Rol 4310-3.V11 La Media Luna Se ubica en la ribera norte del ro San Jos, en la propiedad de Hugo Moz. Rol 3410-26.V12 El Gallito Se localiza en la ribera norte del ro San Jos en la propiedad de Rina Blamey. Rol 3410-39.V13 Las nimas Se localiza en la ribera norte del ro San Jos frente a la propiedad, Sucesin Fernndez. Rol 3400-8.

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    aunque la dureza aumenta significativamente en elsector costero. El contenido de boro en las aguaslimita su uso para el riego, ya que este elemento poseecaractersticas fitotxicas para algunos cultivos; lasconcentraciones de boro van desde 0,7 y 2 mg/1,los niveles de carbonatos no son altos, por lo tanto,permiten que se produzcan fuertes variaciones de pH.Segn Arrau (1997) estas sales determinan la alcali-nidad del agua. El nivel del cloruro aumenta hacia lazona costera, observndose un fenmeno global desalinizacin de las aguas subterrneas; un nivel similara los cloruros se encuentra en los sulfatos, con bajasconcentraciones en las vertientes del valle medio yalto; en el sector costero el contenido flucta entre

    los 200 y 700 mg/1, lo que limita su uso en riego yagua potable. Las mayores concentraciones de sodiose encuentran en el valle medio hasta 240 mg/l. Lasconcentraciones de arsnico se mantienen bajas, esdecir, 0,05 mg/1 (el arsnico es un elemento txicoacumulativo en los organismos vivos).

    De acuerdo con la distribucin de las vertien-tes, stas se hallan en mayor nmero en el sectormedio del valle, presentan adems las mejores aguasdesde el punto de vista de su calidad. Segn Arrau(1997), tienen un contenido de arsnico y salinidad

    bajo; esta situacin al parecer permiti el cultivode plantas como el camote, mandioca, calabazas,porotos, maz, ajes, etc., productos resistentes a loselementos salinos y txicos de las aguas.

    El uso de las Aguas de Vertientes en laAgricultura del valle de Azapa en el Siglo XVI

    La informacin del uso de estas aguas subte-rrneas para el riego en el valle de Azapa por partede las poblaciones indgenas se encuentra en la

    descripcin realizada por Vzquez de Espinosa en1948 [1629], que seala:

    vaxando de estos pueblos de Vmagata,pasando el Rio muchas veces, se vienen porgrandes llanadas que si uviera agua pararegarles, y sembrarlas, fuera el mejor valledel Piru, y tres leguas antes de la ciudad estel valle de asapa, donde ay buenas vias,y olivares con molinos para hazer azeite,de que se coge cantidad, y mas de 8,000

    votijas de vino; rieganlas de ordinario devnos ojos de agua que salen del pobreRio, sobre que tienen muchos pleitos devecinos, siembrasse mucho trigo, mais, agi,

    melones, pepinos de tierra, y todo generode hortaliza, que se da con abundancia,vaxando por el valle vna legua antes de laciudad salen otros ojos de aguadonde aybuenas vias, olivares, y higuerales, (y secoge de todo mucha cantidad siembrasetrigo, y mais, que se da en abundancia; eneste valle (482) se an cogido de vna hanegade trigo mill.sembrada a macollas, y guanea-da, las aceitunas de este valle y ciudad sonmejores que las buenas de Espaa, esto dosvalles son vn pedazo de paraso de muchafertilidad, y regalo, y la vendimia es porfin de cuaresma, luego viene el valle seco

    hasta cerca de la ciudad donde a la lenguadel agua de mar sale otro ojo de agua deeste pobre Ro, y est el celebrado totoralde Arica, que es vna mancha, de enea tangrande como vna placa, que proueio Diosalli de aquel remedio, con ella estriuan losnauios para la carga del vino y lo demasa,y todas las recuas se aderezan para lleuarlas cargas a Potos, (y en ella) hazen se-roncillos para lleuar los carneros el vino,y azogue, y finalmente con esta totora

    remedian muchas necesidades (Vzquezde Espinosa 1948 [1629]: prrafo 1417).

    Segn Crom (1988/1989:47), los espacios des-critos por Vzquez de Espinosa corresponderan en laactualidad a los sectores de mayor uso agrcola regadospor aguas de vertientes. De Oriente a Poniente enprimer lugar hay referencia al sector de Umagata, lasegunda correspondera a pampa Algodonal, cuandose refiere a las grandes llanadas. La tercera corres-pondera al sector quebrada del Diablo hasta Pago

    de Gmez, pasando por San Miguel, Las Maitas yAlto Ramrez, lugares donde se hallan las vertientesde La Media Luna, La Mita Chica, El Gallito y Lasnimas. La cuarta correspondera a Saucache, queincluira los sectores de Cerro Sombrero y CerroSan Miguel; finalmente, la quinta correspondera altotoral de Arica ubicado directamente en la costa yque abarcara en parte el sector de playa Chinchorro.Entre el sector Pago de Gmez y Saucache es impor-tante mencionar la presencia de la laguna de Ocurica.Segn Hidalgo (2004), esta laguna era alimentada por

    las vertientes ubicadas en el sector de Las nimas,El Gallito y La Media Luna. Hidalgo (2004:459)seala que la laguna se situaba en la banda sur dela caja del ro, abarcando hasta la desembocadura

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    de la quebrada de Las Llosyas; plantea adems queen los alrededores de esta los indgenas llamadosCamanchacas cultivaban maz.

    Si bien la informacin antes descrita pro-porcionada por Vzquez de Espinosa e Hidalgo,corresponde al siglo XVI, en el segundo y tercersector del valle hay registros de ocupacin que seremontan desde los tempranos agricultores, de lafase Azapa hasta el Inca, en forma ininterrumpida.Al parecer, en la medida que hubo una mayor manode obra, necesidades alimenticias, tecnologas yplanificacin del espacio, el terreno agrcola fueamplindose en el tiempo (Rivera 1983) (Figura 4).

    Los Asentamientos de Tmulos ysu Relacin con las Vertientes

    Asociados espacialmente a los sectores devertientes, hallamos varios montculos funerariosconstruidos sobre terrazas y faldeos de cerros,

    todos vinculados al proceso agrcola temprano(Tabla 2). Estos tmulos que hemos sectorizado encuatro nodos (Figura 5) han sido prospectados a lolargo del tiempo por el Museo Regional de Arica(MRA) (Dauelsberg 1995 [1959]; Espoueys 1973;Goldstein y Muoz 1991; Muoz 2004; Muoz yZalaquett, 2011); sin embargo, varios de ellos hansido arrasados por actividades agrcolas y urbanasquedando como testimonio las referencias de losinvestigadores mencionados y las publicacionessobre diversos temas del perodo Formativo (Bird1943; Focacci y Erices 1972/73; Muoz 1980,1987, 1995/1996, 2004; Rivera et al. 1974; Santoro1980a, 1980b; Schiappacasse et al. 1991; Romero

    et al. 2004). Desde el punto de vista cronolgico,los tmulos fechados corresponden a los sitiosindicados en la Tabla 3.

    De los fechados registrados podemos sealarque la construccin de estos tmulos tendra unavigencia de 400 aos, aproximadamente.

    Figura 4. Localizacin, equidistancia y distribucin de humedales, vertientes y tmulos en la costa de Arica y valle de Azapa.Location, equidistance and distribution of wetlands, slopes and mounds in Aricacoast and Azapavalley.

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    579Agua y Monumentalidad en el valle de Azapa: indicadores del uso del espacio en las poblaciones Alto Ramrez

    Tabla 2. Ubicacin de los tmulos del valle de Azapa.Location of the mounds of Azapavalley.

    Nodos Sector Tmulos

    Coordenadas

    Google Earth Superficie Referencias

    Desembocaduradel ro San Jos

    Faldeos del Morro Morro 3 19 k 360841.08 E7955861.46N

    No hay registro Bird (1943)

    Cerro SombreroCerro San Miguel

    Cerro San Miguel AZ-24 19K 365212.10E7954228.42N

    958.18 M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    Cerro Sombrero AZ-22 19 K 366.435.56E7952814.254N

    363.78 M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    Cerro Sombrero AZ-21 19K366433.63E7952814.91N

    381 M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    Alto RamrezLas MaytasLas nimasSan Lorenzo

    Quebrada Las Llosyas,Pampa Alto Ramrez

    AZ-17 19K 370130.58E7952374.67N

    7.885 M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    Quebrada Las Llosyas,Pampa Alto Ramrez

    AZ-84 19K 369636.19E7952596.13N

    No hay registro Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    Quebrada Las Llosyas,Pampa Alto Ramrez

    AZ-80 19K 371176.83E7951919.51N

    18.384 M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    Quebrada Las Llosyas,Pampa Alto Ramrez

    AZ-86 19K 369967.36E7952336.93N

    No hay registro Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    Quebrada Las Llosyas,Pampa Alto Ramrez

    AZ-122 19K 370.477.56E7951446.43N

    60M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    Las Maytas ySan Lorenzo

    AZ-146 19 K 373.339.47E7951.916.81N

    66 M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    AZ-12 (89) 19374.731.47E7951433.45N

    450 M2 Muoz (1986)

    AZ-142 19 K 372886.53E7952106.72N

    6.372 M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    Las nimasAZ-147 19K 372209.74E

    7953617.44N483.19 M2 Muoz-Rocha (informacin

    del presente texto)

    Altos de San MiguelLas RiberasQuebrada del Diablo

    San Miguel yQuebrada del Diablo

    AZ-70 N.O.complejo tmulo

    19 K 375957.71E7952192.39N

    1.910.3 M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)Romero et al. (2004)

    AZ-70 VrticeS.E.

    19 K 376.060.48E7951948.82N

    2.899 M2

    Las Riberas,Buen Retiro

    AZ-117 19 K 376.731.60E7950062.32N

    573.06 M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

    Cabuza,Cerro Moreno

    AZ-67 19K 378209.09E7950721.05N

    7.743.2 M2 Espoueys (1973)Goldstein y Muoz (1991)

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    Ivn Muoz Ovalle580

    Figura 5. Distribucin espacial tmulos costa de Arica-valle de Azapa.Spatial distribution of mounds in Aricacoast and Azapavalley.

    Tabla 3. Tmulos fechados, segn sitios.Burial mound dated by site.

    Sitio Aos (a.p.)

    Azapa 70/ Tmulo 1. Tumba 28 2.440Azapa 70/ Tmulo 1. Tumba 10 2.060Azapa 70/ Tmulo 7. Tumba 5 2.285Azapa 70/ Tmulo 7. Tumba 8 2.415Azapa 122 Tmulo 1. Tumba 6 2.200

    Nodo 1 desembocadura del ro San Jos

    En este sector hay registro de un tmulo fune-rario, Morro 3, que se ubicaba en los faldeos delMorro de Arica entre las calles General Lagos yBlanco Encalada. Fue descrito por Bird (1943) ycorresponde a un sitio desaparecido por la amplia-cin urbana. En cuanto a la relacin con otros sitiosdel perodo Formativo, sealemos que a 700 m,aproximadamente, hacia el poniente, se encontr el

    cementerio Morro 2/2, fechado en 840 a.C., cuyoscomponentes culturales, segn Focacci y Chacn(1989), se relacionan con la fase Faldas del Morro.Respecto a la relacin con reas agrcolas y vertientes,

    no hay informacin; sin embargo, por la ubicacindel tmulo, todo indica una estrecha relacin espa-cial con el humedal del Morro (Dauelsberg 1985).

    Nodo 2 Sector Cerro Sombrero yCerro San Miguel

    En este sector encontramos los tmulos AZ-24,AZ-22 y AZ-21. Respecto a las evidencias funerarias,en AZ-24 fueron hallados dos cuerpos en posicin

    decbito dorsal, con las piernas flexionadas cubier-tos con estera. Estos cuerpos se ubican en capas desedimentos, los que fueron cubiertos por capas devegetales compuestas por sorona, junquillos y totora.En AZ-22 se hallaron restos de osamentas de unprvulo y fragmentos de tejidos del color natural delcamlido; estos corresponden a camisas. En AZ-21,Espoueys (1973) seala la existencia de tres cuerpos:un nio y dos adultos en posicin decbito dorsal conlas piernas flexionadas; los cuerpos estaban cubiertoscon mantas gruesas de lana de colores obscuros sin

    teir, asociados a fragmentos de cestera. Comoofrendas se hallaron ceramios fragmentados y unacuchara. Estos cuerpos fueron hallados en capas desedimentos, cubiertos a su vez por finas capas de

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    Ivn Muoz Ovalle582

    Figura 7. Perfil tmulo AZ-122, sector Alto Ramrez.Mound profile AZ-122, Alto Ramrezzone.

    Figura 8. Tmulo AZ-122, tumba 5, entierro disturbado.Mound AZ-122, tomb 5, disturbed burial.

    aldea AZ-83; con respecto a las reas agrcolas, lostmulos de Alto Ramrez, Las Maytas y San Lorenzo

    presentan una estrecha relacin espacial con lasaguadas El Gallito, La Media Luna y La Mita Chica.En el sector de Las nimas se hallan los

    tmulos AZ-147; en sus perfiles expuestos se

    observan que sus estructuras interiores fueronconstruidas por capas de fibra vegetal y sedimen-tos. En uno de ellos se encontr un fragmentode tejido, restos de pelo humano y fragmentosde cestera. En este mismo sector se ubica lavertiente de Las nimas.

    Nodo 4 Altos de San Miguel - Las Riberas -Quebrada del Diablo

    En este nodo se halla el complejo de tmulosAZ-70, sectorizados por los vrtices NO y SE delcementerio cristiano. En AZ-70, vrtice NO, regis-tramos en 1994, 16 tmulos, los que se caracterizanpor estructuras monticulares de distintas dimensiones.Los sitios corresponden a: tmulos 1 y 2, excavadospor Focacci, Erices y Rivera (Figuras 10 y 11),

    tmulo 3 trabajado por Muoz (Figura 12), tmulo 4excavado por Santoro y Chacama (Figura 13), tmulo5 excavado por Focacci, tmulos 6 y 7 estudiadospor Muoz (Figura 14), tmulo 8 investigado porRomero. Ambos conjuntos de tmulos de AZ-70,vrtices NO y SE, se relacionan al cementerio delperodo Formativo AZ-115, fechado en 350 d.C. yal cementerio AZ-71, nivel bajo fechado en 990 a.C.(Santoro 1982). Ambos conjuntos corresponden ala mayor rea de tmulos estudiados donde se handesarrollado las mayores excavaciones, algunas de

    las cuales se han publicado a travs de monografasy sntesis (Focacci y Erices 1972/1973; Rivera et al.1974; Rivera 1983; Muoz 1980, 1987, 1995/1996,2004 y Romero et al. 2004).

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    583Agua y Monumentalidad en el valle de Azapa: indicadores del uso del espacio en las poblaciones Alto Ramrez

    Figura 9. Vista area sector Alto Ramrez, quebrada Las Llosyas; sitio AZ-83, restos de recintos de planta circular en el recuadro.Aerial view Alto Ramrezzone, Las Llosyasravine; site AZ-83, ruins of circular base in box.

    Figura 10. Sitio AZ-70, tmulo 1, sector San Miguel.

    Site AZ-70, mound 1, San Miguelzone.

    Figura 11. Sitio AZ-70, tmulo 2, sector San Miguel.Site AZ-70, mound 2, San Miguelzone.

    Figura 12. Sitio AZ-70, tmulo 3, sector San Miguel.Site AZ-70, mound 3, San Miguelzone.

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    Ivn Muoz Ovalle584

    Figura 13. Sitio AZ-70, tmulo 4, sector San Miguel.Site AZ-70, mound 4, San Miguelzone.

    Figura 14. Sitio AZ-70, tmulo 7, sector San Miguel.Site AZ-70, mound 7, San Miguelzone.

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    585Agua y Monumentalidad en el valle de Azapa: indicadores del uso del espacio en las poblaciones Alto Ramrez

    En AZ-70 vrtice SE, en 1976, registramos seispequeos tmulos que se ubicaban en los faldeos delos cerros de la ladera norte, en ellos se observaronrestos de camadas de fibra vegetal intercalas porcapas de sedimentos. Una estructura funeraria deformacin tumular fue excavada por Erices a comienzode la dcada de los setenta; se hizo una trinchera enel centro del tmulo no encontrndose evidenciasde entierros humanos (Sergio Erices comunicacinpersonal, 1975). Este sitio desapareci por laboresde ampliacin agrcola en el pueblo de San Miguel.

    En la confluencia del valle de Azapa con laquebrada del Diablo, sector Las Riberas, BuenRetiro flanco sur del Valle, se ubican los tmulos

    AZ-117. Espoueys (1973) describe dos entierroshallados en estos tmulos: el cuerpo 1 est cubiertocon pieles de pelcanos, sin ofrendas; en el cuerpo2 se hallaron fragmentos textiles de lana gruesa,sin decoracin, en la cabeza del difunto se hallun turbante de hilos de lana de color negro, similara las evidencias del sitio tipo Faldas del Morro yAZ-71, fase Azapa. Algunas vertientes ubicadas eneste sector corresponden a Pejerrey-Conchalique,Matavaca, San Miguel y La Noria.

    En el sector de Cabuza - Cerro Moreno hallamos

    los tmulos AZ-67, ubicados en el faldeo norte delvalle de Azapa, frente a Las Riberas. En este sectorde confluencia existe una estrecha relacin entretmulos y las reas agrcolas, las que al parecerfueron regadas por aguas tradas de las vertientesCaniviri, Pea Blanca y El Socavn.

    El diagnstico entregado de los distintosnodos nos arroja una similitud en cuanto al patrnarquitectnico de los distintos tmulos, as comoel patrn de entierro y ofrendas que lo acompaan;por lo tanto, correspondera a un patrn cultural que

    se dio dentro de un rango de tiempo de 400 aos,ocupando simultneamente los distintos sectoresproductivos del valle en el contexto de las primerasocupaciones de agricultores.

    Discusin

    La importancia de las vertientes en elcontexto del espacio agrcola y los recursosde subsistencia

    Los datos arqueolgicos sumados a las fuenteshistricas reconocen un espacio agrcola segmentadoen el valle de Azapa; estos espacios fueron alimentadospor brotes de agua de las vertientes. As lo describe

    Vzquez de Espinosa en XVI (1948 (1629) y recien-temente Hidalgo (1998), quien seala la presenciade un amplio espacio de agua al que denominabanlaguna de Ocurica. Lo interesante de la descripcinque ofrece Hidalgo es que los agricultores cultivadoreseran nativos locales llamados Camanchacas apa-rentemente ambientados a las difciles condicionesque ofrecan estos espacios acuosos para la saludhumana, especialmente en lo que se refiere a enfer-medades paldicas (tercianas), todo lo cual indicarauna poblacin adaptada a las condiciones del medio.

    Si bien es cierto la informacin histrica nosayuda a reconstruir el escenario donde se desen-volvieron las poblaciones prehispnicas, en el caso

    de las poblaciones formativas, hace 2.500 aos,no hay estudios sobre paleoambientes (columnasestratigrficas de medicin paleoambiental); sinembargo, es interesante sealar los estudios sobreidentificacin de restos vegetales hallados en la capasde fibra vegetal de los tmulos de Azapa (Belmonteet al. 1988 y Muoz, 2004), que corresponderana las mismas especies de plantas que crecen en laactualidad en el valle de Azapa, como son los ar-bustos leosos, tipo asterceas (Pluchea, Tessaria,Grindelia, Trixis, etc.) yEquisetum, lo que indicara

    un clima semejante al actual.La informacin resultante de la prospeccinde los distintos nodos de tmulos en el valle deAzapa sugiere una estrecha relacin espacial entrelos montculos funerarios y las vertientes de aguay tierras agrcolas (Muoz y Zalaquett 2011). Entrmino de distancia, la relacin espacial es muyestrecha, a menos de un 1,5 km a la redonda. Enrelacin a las potencialidades del recurso del agua,a pesar de su salinidad, se caracteriza por ser aptopara el riego, a su vez, los suelos agrcolas, que se

    ubican alrededor de estas aguadas, son limosos,ricos en nutrientes aptos para la agricultura.Respecto al abandono de las tierras agrcolas,

    ya sea por cambio o traslado de la comunidad oporque las vertientes se secaron, no tenemos evi-dencias para discutir esta hiptesis; sin embargo,pensando que estas prcticas agrcolas al ser decarcter experimental la comunidad utiliz variossegmentos de terreno agrcola para sus plantaciones.

    El consumo de productos agrcolas en laspoblaciones Alto Ramrez est determinado por la

    presencia de plantas cultivadas que fueron deposita-das en el ajuar funerario, as como la identificacinde estas en coprolitos humanos encontrados enlos intestinos de los cuerpos de AZ-70 y AZ-122

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    Ivn Muoz Ovalle586

    (Muoz 1987). En el interior de estas masas fe-cales identificamos semillas formadas de vulosantropos (aj o chile), restos de epidermis de mazy porotos, semillas de cactcea, hojas de plantasmonocotledoneas, como el cebolln, semillas dePhaseolus vulgaris. De la identificacin de estasespecies de plantas se desprende que la alimentacinde los tempranos agricultores del valle de Azapa fueen base a vegetales cultivados y silvestres como elcebolln, que crece en medios altamente acuosos.La presencia de estos restos botnicos nos sugieredos interesantes hiptesis: (a) es posible que loscultivos de estas poblaciones hayan sido pequeaschacras (a nivel familiar), al parecer construidas

    prximas a los lugares de vertientes, puesto quelas tierras agrcolas del lecho del ro son de buenacalidad, con nutrientes que ayudan el crecimientode los cultivos (Muoz 1985). La presencia deinstrumentos agrcolas, picos con punta aguzadahallados en los entierros en tmulos de AZ-70,sustentan la hiptesis de la existencia de unatecnologa agrcola por parte de las poblacionesAlto Ramrez, y (b) dentro del sistema agrcola, elagua tuvo que haberse conducido por un sistemade acequias. En pampa Alto Ramrez se hallaron

    evidencias de pequeas terrazas de cultivos y uncanal de riego que habra sido conducido desdeel sector bajo de la pampa. Segn Rivera (1983),estas evidencias se relacionan con la aldea AZ-83y los tmulos que bordean la pampa constituiranelementos claves de la tecnologa agrcola delperodo Formativo.

    La humedad generada por las vertientes permitiel crecimiento de una variedad de plantas silvestres,varias de ellas identificadas en las capas vegetalesque cubren los entierros; Belmonte et al. (1988) y

    Muoz (2004) sealan que corresponden a sauceamargo (Salix chilensis), molle (Schinus molle),grama salada (Distichlis spicata), hierba del platero(Equisetum xylochaetum), totora (Typha angustifolia)y juncos (juncos spp.). Tambin se identificaronespecies de la familia Asteraceae (Pluchea chin-goyo, Tessaria absinthioides[brea o sorona]), unaespecie no identificada de la familia Poaceae, unade Malvaceae (Gossypiumbarbadense,algodn),una de Anacardiaceae (sin identificar) y una deCaesalpiniaceae (Caesalpinia pulcherrima, tara).

    La identificacin de estas plantas nativas confirmananteriores hallazgos realizados en excavaciones detmulos en Azapa y fueron usadas no solamentepara la preparacin de camadas fnebres, sino que

    adems para confeccionar ofrendas y mortajas conlas cuales cubrieron los cuerpos de los difuntos(Erices 1975; Muoz 1986). Segn Muoz (2004),por el nmero de objetos hallados (vestimenta,tecnologas, esteras, cubiertas, etc.) la materiaprima vegetal ms utilizada en la confeccin devestimentas correspondi al algodn, totora y

    junquillos con las cuales confeccionaron falde-llines, cobertores pbicos y esteras, estas ltimasutilizadas para envolver el cuerpo de las personasfallecidas. Tambin con la totora y los junquillosconfeccionaron una variedad de cestos, cordelillospara tejer bolsas y lienzas para pescar. Adems seusaron para confeccionar toldos o esteras con las

    cuales cubran las viviendas. Los arbustos leososde especies de asterceas sirvieron como postes osoportes de techumbres de viviendas y para prepararla estructura base sobre las cuales se depositaron lascapas de fibra vegetal en los entierros de tmulos.El uso de estas plantas en la confeccin de la cul-tura material se puede observar en la costa desdelos tempranos grupos de caza y recoleccin, de talmanera que su continuidad en el perodo Formativosera consecuencia de un proceso que se remontadesde los 9.000 aos a.C. y continu en el tiempo

    especialmente en la confeccin de objetos ritualesy de uso cotidiano de los grupos aldeanos.Aparte de la flora, los ecosistemas de vertientes

    habran proporcionado otros recursos alimentariosde caza y recoleccin, como hurones, lizas y cama-rn; la presencia de estos recursos es posible quese halla dado con mayor frecuencia en perodosestivales cuando la cubierta vegetal crece comoconsecuencia de una mayor humedad. Evidenciasde restos de huesos de roedores y camarones fueronidentificados por Berwick (1984) en el asentamiento

    de AZ-83. En conclusin, la explotacin de lasvertientes habra permitido ecosistemas favorablespara asentamientos humanos desde periodos de cazay recoleccin, constituyndose adems en espaciosadecuados para el desarrollo de las primeras prcticasagrcolas en el valle.

    rea nuclear de asentamiento y monumentali-dad funeraria en las poblaciones Alto Ramrez

    La presencia de las vertientes distribuidas en

    tres sectores del valle fueron determinantes encuanto a la planificacin de los asentamientos AltoRamrez en el valle de Azapa. Por la cantidad detmulos registrados y superficie alcanzada, sumado

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    587Agua y Monumentalidad en el valle de Azapa: indicadores del uso del espacio en las poblaciones Alto Ramrez

    a la presencia de la mayor aldea (AZ-83) conocidahasta ahora para este perodo, da la impresin queel rea nuclear de estas poblaciones se situ en elvalle medio que incluye segn el nodo 3 los sectoresde quebrada Las Llosyas, pampa Alto Ramrez, LasMaytas/San Lorenzo, Las nimas y San Miguel.

    Rivera (1987) seala que AZ-83 constituirala aldea ms representativa de la poblacin AltoRamrez en Azapa. Segn Espoueys (1973), susestructuras eran de forma circular y rectangular;en los estratos ocupacionales se hallaron restos defragmentacin de cermica de engobes rojos conterminacin superficial espatulada. Esta aldea, quealcanz un dimetro aproximado de 16.000 m2,

    estuvo rodeada por un complejo de tmulos de granvolumen. La planificacin y construccin de estecomplejo asentamiento tuvo sus fundamentos en laubicacin en donde se hallaban los mayores recursosde agua, lo que habra permitido un uso permanentede estos para el riego, canalizado a travs de unsistema de acequias. A diferencia de este sector delvalle medio, en otros, como la confluencia del vallede Azapa con la quebrada de Acha y la quebradadel Diablo, la presencia de tmulos fue menor, nohallndose un complejo habitacional y funerario

    como los hallados y descritos en el nodo 3. Porlos restos obtenidos en las prospecciones en estosdos sectores de confluencias del valle de Azapa,pensamos que los recintos habitacionales fueronde construccin simple, con cubiertas de esteras,conformando pequeos campamentos.

    Por los datos obtenidos en la prospeccin y exca-vacin de los tmulos AZ-70 y AZ-122 (Figuras 15y 16), podemos inferir que el patrn de asentamientode las poblaciones Alto Ramrez estuvo conformadopor un rea nuclear situada en pampa Alto Ramrez,

    donde convergieron ncleos menores de poblacionesprovenientes de los nodos Las Riberas-quebrada delDiablo y Cerro Sombrero, donde al parecer hubopequeas estancias o campamentos de agricultoresoperando con sus chacras y levantando montculoscomo indicadores de territorio. Un rea separadadel valle, pero con un arraigo cultural fuerte en elsentido que de all al parecer habran surgido losgrupos que se trasladaron a explorar el valle desdela costa, correspondera a los faldeos del Morro deArica donde hay presencia de tmulos y vertientes,

    las que contribuyeron a formar un gran humedal;en este mismo sector, se ha reconocido una po-blacin ms antigua que las que construyeron lostmulos, Morro 2/2 y Morro 5, lo cual sugiere el

    establecimiento de una pequea aldea de pescadoresque estaba en trnsito hacia una economa agrcola,aproximadamente en el 800 a.C.

    La construccin de los montculos funerarios

    probablemente pudo haber sido una forma dereafirmar territorio y herencia entre los vivos ylos muertos, permitindoles establecer un eslabnhistrico de identidad y memoria y cierto grado deposesin de estos recursos hdricos; su visibilidadimponente, especialmente los que se ubican en lapampa Alto Ramrez y Azapa habra permitido unareorganizacin del paisaje cultural por parte de laspoblaciones Alto Ramrez. Tanto los montculosfunerarios como las vertientes habran sido perma-nentemente ritualizadas depositndoles objetos y

    bienes como los hallados en AZ-122 (Muoz 1980),AZ-70 (Focacci y Erices 1972/1973) y AZ-145(Castro et al. 1988). Por su estructura, volumen,posicin de los cuerpos y ofrendas, los tmulosconstituyeron huacasdonde posiblemente se habranenterrado a las poblaciones pioneras del desarrolloagrcola, adquiriendo por lo tanto una funcin sim-blica vinculada con la memoria histrica de estostempranos agricultores. Esta funcin sera similaral rol que habran cumplido similares estructurasmonticulares monumentales en otras reas culturales

    aborigen de Sudamrica, de acuerdo a los estudiosdesarrollados por Criado et al. (2000) y Gianotti(2000). Esta concepcin, vinculada tal vez conel culto a los ancestros, fue parte fundacional en

    Figura 15. SitioAZ-122, tmulo 1, sector Alto Ramrez.Site AZ-122, mound 1, Alto Ramrezzone.

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    Ivn Muoz Ovalle588

    Figura 16. Planta de distribucin de rasgos culturales sitio AZ-70, sector San Miguel.

    Distribution base of cultural characteristics, site AZ-70, San Miguelzone.

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    cuanto a la identidad de los grupos Alto Ramrez,la que al parecer perdur en el tiempo lo que hizoque poblaciones posteriores a estas ofrendaranestos montculos con bienes y objetos santuariosmuy particulares como orejeras de plata, gorros decuatro puntas, placentas humanas, etc.

    De lo anterior se desprende que la construccinde los tmulos pudo haber obedecido a un cambioideolgico de las poblaciones Alto Ramrez en tornoa concebir el patrn de entierro en forma distinta acomo lo entendieron las poblaciones costeras, enel sentido de enterrar a sus muertos cavando unafosa en un plano.

    Por el contrario, las poblaciones Alto Ramrez

    hicieron construcciones funerarias elevadas, las quefueron vistas a larga distancia con dominio visualdel paisaje. En un valle segmentado agrcolamente,la presencia de estos montculos durante el perodoFormativo habra ayudado en primer lugar a reafirmarterritorialmente la presencia de un grupo humanoy en segundo lugar que all estaban enterrados losantepasados, vinculados tal vez con los inicios delproceso agrcola. Por lo tanto, suponemos que en loscuerpos enterrados en dichos montculos pudo haberestado el relato mtico de los grupos Alto Ramrez,

    en cuanto a explicar el origen del proceso agrcolaen el valle y los actores sociales que participaronde la transformacin del espacio productivo. Estasituacin habra trado consigo respeto y adoracinpor parte de los vivos hacia los tmulos y a quienesestaban enterrados en ellos.

    Comentario Final

    El agua, elemento fundamental para el desa-rrollo de la vida humana en Azapa, se concentr

    permanentemente en los lugares de vertientes. Estasconstituyeron un recurso bsico no slo para lasactividades domsticas y de riego, sino que comoecosistemas de sobrevivencia, ya que ofrecen unaserie de posibilidades relacionadas con la caza yrecoleccin, actividades que se remontan desde los9.000 aos. Si bien es cierto sus aguas presentandureza y salinidad, fueron la base para experimentarlos cultivos como el aj, maz, porotos, calabazas,evidencias que hemos registrado en el contextoarqueolgico de los tmulos alrededor del 300 a.C.

    Es posible que el agua extrada de las vertientes hayasido conducida a travs de acequias para regar lasreas agrcolas. Del espacio vegetacional que crecealrededor de estos brotes de agua obtuvieron,

    mediante la recoleccin, plantas, tallos, races yfrutos, recursos que sirvieron como complementode dieta como sucedi con la totora y el cebolln.Por otro lado, tambin fueron ecosistemas favorablespara las actividades de caza menor y recoleccinde camarones.

    En cuanto a cmo se pobl el valle duranteel perodo Formativo, este se constituy por unasentamiento nuclear cuyos testimonios son lossitios AZ-83 (aldea) y los complejos de tmulosAZ-17, AZ-86. AZ-84, AZ-122, AZ-80, conver-giendo aparentemente en l los distintos gruposque se situaron a lo largo del valle conectado conlos recursos de agua de vertientes. Se eligi el

    sector de pampa Alto Ramrez para levantar, talvez, el mayor complejo habitacional y funerariopensando que era el espacio con mayor coberturavegetacional. Respecto a los tmulos funerarios,estos se caracterizaron por verdaderas obras arqui-tectnicas, las que fueron vistas a varios kilmetrosde distancia; su funcin, al parecer, estuvo ligadacon el culto a los ancestros (wacas); a su vez ha-bran sido determinantes en la demarcacin delespacio territorial donde se centraban los recursosde agua y por ende los espacios productivos (cha-

    cras) y domsticos (aldea y campamentos) de laspoblaciones Alto Ramrez. En cuanto a quienesfueron los que se enterraron en los tmulos, porel tipo de entierros tipo fsico, ofrendas y objetosceremoniales depositados en la cima y bordes delos montculos, seran grupos nativos de la costay valle vinculados al proceso de experimentacinagrcola.

    En esta discusin, en que abordamos desdeel punto de vista del paisaje la relacin agua ymonumentos funerarios, aparecen una serie de in-

    terrogantes que en la medida que avancemos en lainvestigacin trataremos de despejarlas. Una de ellastiene relacin con el culto al agua y las ceremoniaspropiciatorias, ceremonias que habran permitidocongregar a la poblacin para ciertas actividadesque se aseguraran la fertilidad de tierras, llevndolapor lo tanto a reforzar los elementos identitarios delegitimacin por parte de la comunidad y sus lderescomo actores que mantienen el orden natural delmundo, conectndola con su pasado y sus deidades.

    Respecto al rol de habitus, pensamos que la

    primera gran intervencin del hombre en estosvalles se produjo cuando construy sus primerosasentamientos, como los tmulos y aldeas, as comosus chacras donde plant los primeros cultivos, de

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    tal manera que a partir de esta intervencin lospescadores debieron haber concebido el paisajenatural del valle de manera distinta cuando sedesplazaban en bsqueda de caza y recoleccin;por ejemplo, pensamos que los hitos geogrficosms representativos del sector bajo del valledebieron haber tenido un mayor protagonismodesde el punto de vista de sus creencias, ya queposiblemente pasaron a ser parte de la identidady memoria colectiva de los pescadores en trnsitohacia la agricultura.

    No sabemos las razones del por qu la genteno se entierra ms en tmulos; sin embargo, stosno desaparecen de la memoria histrica de los agri-

    cultores de estos valles. La presencia de ofrendasrelacionadas a periodos posteriores como Medio yTardo, incluso hasta el perodo Indgena-Hispano,caracterizados por objetos y productos alimenticios,depositados en la cima como en los bordes de los

    tmulos, indican que estas construcciones fueronconcebidas como wakasy por lo tanto peridicamenteofrendadas. En lo que respecta al perodo Medio,la arqueologa funeraria seala que los lugaresescogidos para enterrarse fueron alrededor de lostmulos o muy cercanos a estos, cavando fosas,incluso algunas ofrendas textiles como talegas ybolsas vinculadas a este perodo fueron deposi-tadas en los tmulos cubrindose con camadasde vegetales, todo lo cual nos indica una estrecharelacin entre las poblaciones del Formativo y lasdel perodo Medio.

    Agradecimientos:Este artculo es resultado

    de los proyectos FONDECYT 1085106 y UTA-1830-3740-12. Se agradece al Sr. Jos Rochapor el material grfico y fotogrfico utilizado eneste trabajo, asimismo el apoyo del Convenio deDesempeo Universidad de Tarapac-Mineduc.

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    Notas

    1 Monumentalidad: artificializacin del entorno, provocadapor obras humanas las que por su arquitectura y tamaodestacan en el paisaje. Tienen la funcin de conmemorar,por lo tanto constituyeron los canales sociales a travs de loscuales oper la redistribucin de bienes, el establecimientosde alianzas con otros grupos, la reafirmacin de pertenenciade una unidad social, la sucesin de posiciones de presti-

    gio, los derechos sobre otros individuos y el control de los

    recursos. Su construccin en general requiere un considerabletrabajo, recursos y participacin de la comunidad.

    2 Complejidad social:existencia de mecanismos sociales talescomo alianzas, reciprocidad, intercambio, resoluciones deconflictos, etc., por las cuales las personas y los grupos sereconocen a s mismos y se diferencian de los dems. Estasnormativas sociales se cimentan y reafirman a travs de las

    prcticas rituales que suelen realizarse durante las mismas.

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