christian jacq - lugar de verdad

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  • 8/14/2019 Christian Jacq - Lugar de Verdad

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    LA PIEDRA DE LUZ 4LUGAR DE VERDAD

    Autor: (2000) Christian JacqTtulo Original: La Place de Vrit

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    El Lugar de Verdad, la aldea secreta de los artesanos encargados de excavar y decorar lastumbas del Valle de los Reyes, estaba sumido en la angustia. Desde el asesinato del maestrode obras Nefer el Silencioso, hombres, mujeres, nios e incluso animales domsticos, como elperro Negrote o Bestia Fea, la oca guardiana, teman la puesta de sol.

    En cuanto se hunda en la montaa para emprender su viaje nocturno por el corazn delmundo subterrneo, todos los aldeanos se acurrucaban en sus pequeas casas blancas. Muypronto, una sombra malfica saldra del sepulcro de Nefer en busca de una presa.

    Una adolescente haba escapado por los pelos, pero nadie se atreva a importunar a Clara,la mujer sabia, que se encontraba sumida en el luto y la desesperacin como consecuencia dela muerte de su marido. Nefer y ella haban sido iniciados juntos en los misterios de la Gran ynoble tumba de millones de aos al Occidente de Tebas, segn la denominacin oficial de lacofrada, y se haban convertido en el padre y la madre de la pequea comunidad queagrupaba a unos treinta artesanos, los que haban odo la llamada y sus familias.

    Esto no puede seguir as! exclam Paneb el Ardiente, un coloso de ojos negros cuyaclera dej petrificada a Uabet la Pura, su bella y frgil esposa. Nos escondemos como sifuramos ratas y hemos perdido la alegra de vivir.

    Tal vez el espectro acabe marchndose aventur Uabet, asegurndose de que Selena,su hijita de dos aos, dorma apaciblemente en su cama.

    Aperti, su insoportable hijo de quince aos, dibujaba caricaturas sobre un fragmento decalcreo, para intentar olvidar el miedo.

    Slo la mujer sabia podra apaciguar el alma de su esposo difunto consider Paneb,pero ya no tiene fuerzas para ello... Acabarn acusndome de nuevo, ya lo vers!

    Paneb, hijo adoptivo de Nefer el Silencioso y de Clara, la mujer sabia, los dos seres aquienes veneraba, haba sido elegido como jefe del equipo de la derecha, en el simblico barcoque permita a la cofrada de los servidores del Lugar de Verdad navegar hacia el conocimientoy la realizacin de la Gran Obra. Y el peor de los seres, un traidor y un asesino que se ocultabaen el seno de la comunidad, haba intentado hacer pasar a Paneb por el asesino de su padreespiritual.

    El coloso, absuelto por la propia mujer sabia, senta sin embargo que unas miradassuspicaces se clavaban en l.

    Debo resolver este asunto yo mismo decidi Paneb.Uabet la Pura se arroj en sus brazos.No corras semejante riesgo suplic; la sombra de Nefer es especialmente peligrosa!Por qu voy a temerla? Un padre no le hace dao a su hijo.Ahora ya slo es un fantasma vido de venganza... Se introduce en los cuerpos por un

    canal cualquiera e impide que la sangre circule. Nadie, ni siquiera t, es capaz de vencerlo!

    Paneb tena cuarenta y un aos, nunca antes haba sido tan poderoso y no habaencontrado an adversario de su talla.Me niego a comportarme como un prisionero en mi propia aldea. Debemos seguir

    circulando libremente, tanto de noche como de da.Tienes dos hijos, Paneb, y una hermosa casa de jefe de equipo. No libres un combate

    que est perdido de antemano.El coloso tom a su esposa de la mano y la llev hacia la segunda estancia de su morada,

    que Uabet haba conseguido dejar reluciente, persiguiendo, sin cesar, hasta la ltima mota depolvo.

    Contempla esta estela que yo mismo esculp y que empotr en este muro. Representa elespritu luminoso de Nefer, su alma inmortal que viaja en la barca del sol y vierte sobrenosotros sus beneficios. El maestro de obras hizo vivir esta cofrada, no puede darle muerteahora.

    Pero el espectro...El nombre secreto de mi padre es Nefer-hotep. Hotep significa el poniente, la paz, laplenitud... Esta sombra se manifiesta porque uno de los ritos funerarios no se llev a cabo

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    correctamente. Estbamos todos tan conmovidos por su asesinato que debimos de cometer ungrave error. Y el alma de Nefer se manifiesta as para reclamar la paz a la que aspira.

    Y si se tratara de un espectro vido de sangre?Imposible.Paneb comprob que llevaba los dos amuletos indispensables para lanzarse a tan peligrosa

    aventura: un ojo y un escarabeo. El ojo, de esteatita, era un regalo de Ched el Salvador, el

    maestro que le haba revelado los secretos del dibujo y la pintura. El precioso talismn habasido animado por la potencia celeste y la mujer sabia; gracias a l, la mirada de Ardientediscerna aspectos de la realidad que escapaban a los dems hombres. En cuanto alescarabeo, tallado en la Piedra de Luz, el principal tesoro del Lugar de Verdad, encarnaba elcorazn justo, el rgano de percepcin de lo invisible y de las eternas leyes de armona.

    Es visible mi nombre?Uabet comprob que las palabras Paneb el Ardiente, escritas en tinta roja sobre el

    hombro derecho del coloso, estaban correctamente trazadas.Por ltima vez implor la muchacha, te suplico que renuncies.Quiero probar definitivamente mi inocencia y la de Nefer.

    Se haba levantado un extrao viento que penetraba en las moradas bien protegidas, noobstante, y su lgubre voz pareca proferir amenazas.

    Aperti, asustado, intentaba ocultarse en un cesto para la ropa; pero su corpulencia, que loconverta en el ms fortachn de los adolescentes de la aldea, slo le permiti ocultar el busto.Paneb lo asi por las caderas y lo puso bruscamente de pie.Eres grotesco, Aperti! Toma ejemplo de tu hermana, que duerme tranquilamente.En ese momento, Selena rompi a llorar. Su madre la calm, acunndola.Volver prometi Paneb.Era una noche de luna nueva, oscura, y el silencio reinaba en el Lugar de Verdad. Protegida

    tras los altos muros, la aldea pareca adormecida. Pero al pasar por la calle principal, orientadade norte a sur, Paneb oy fragmentos de conversaciones, murmullos y lamentos. La cofrada,situada a quinientos metros de los lmites de las crecidas ms fuertes, ocupaba todo el espaciode un valle desrtico, un antiguo lecho de torrente flanqueado por colinas que tapaban la vista.

    Aislado del valle del Nilo, a igual distancia del templo de millones de aos de Ramss elGrande y de la colina de Djm, donde descansaban los dioses primordiales, el Lugar de Verdad

    viva aparte del mundo profano; dispona de su propio templo, de capillas, oratorios, talleres,cisternas, silos, una escuela y dos necrpolis donde eran enterrados los artesanos y susntimos.

    Paneb se detuvo.Le haba parecido ver a alguien deslizndose por una calleja secundaria.Insensible al miedo, observ las moradas de eternidad de la necrpolis del oeste, la mayora

    de ellas coronadas por pequeas pirmides puntiagudas de calcreo blanco. Cuando Raestaba visible en el cielo, brillaban con una luz a veces cegadora. Estelas de vivos colores,jardincillos plantados de flores y arbustos, acogedoras capillas de fachadas blancas quitabancualquier carcter funerario al apacible paraje en el que los antepasados de la cofrada velabanpor sus sucesores.

    Pero aquella noche, en el sendero que llevaba a la tumba de Nefer el Silencioso, Panebpercibi una presencia hostil.

    Y si se tratara del traidor, que intentaba atraerlo hacia una emboscada para deshacerse del? El coloso se alegr ante aquella idea; qu placer le dara destrozar el crneo del perjuro!

    La morada postrera de Nefer el Silencioso era tan vasta como esplndida. Ante la entradade la capilla accesible a los vivos, Clara haba plantado una persea que creca conextraordinaria rapidez, como si el rbol tuviera prisa por extender su bienhechora sombra sobreel patio al aire libre donde se celebraran los banquetes en honor del difunto.

    Paneb franque el pilono, que pareca el de un templo, y se detuvo de nuevo, en medio deaquel patio. La presencia hostil se aproximaba. Pero de dnde podra surgir el espectro, sinode la hendidura practicada en la pared de la capilla para dejar a la estatua viva de Nefer laposibilidad de contemplar el mundo terrestre?

    El coloso se aproxim a ella lentamente, como si descubriera un lugar que, sin embargo,conoca mejor que nadie, puesto que l mismo lo haba decorado por completo: la morada deeternidad de su padre espiritual.

    Si se hubiera precipitado, como sola hacer, Paneb no habra visto la sombra rojiza quebrotaba del pozo funerario, que haba sido cegado con piedras. El espectro intent estrangular

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    a Ardiente, que se solt justo a tiempo e intent golpearle en la cara.Pero su puo se perdi en el vaco.La sombra roja, ondulando como una serpiente, buscaba un ngulo de ataque. Paneb corri

    hacia la capilla, donde una antorcha se consuma lentamente. La aviv y, luego, se dirigi haciasu enemigo.

    Apuesto a que no te gusta la luz!

    El rostro de la sombra roja no era el de Nefer. Haca muecas sin cesar, como presa deatroces sufrimientos.Apenas el fuego lo hubo rozado, el espectro desapareci en el pozo.No te ocultars ah dentro, muchacho!El coloso sac dos losas, entre las que fij la antorcha, y comenz a vaciar el pozo, piedra a

    piedra, decidido a llegar al cubil de la sombra malfica.

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    Tras haber asumido la funcin simblica de Isis la Viuda, durante la celebracin de losmisterios, Clara, la mujer sabia del Lugar de Verdad, viva en su propia carne esta terribleprueba. Nefer el Silencioso haba sido su nico amor y seguira sindolo.

    Desde su muerte, Clara haba perdido las ganas de vivir. Temindose lo peor, Negrote nose separaba de ella ni un instante. Atento como nunca, el perro negro de cabeza alargada ypelo corto dorma con un ojo abierto. Acechaba sin cesar a su duea con la mirada y compartasu luto sin reclamar juegos ni paseos.

    Clara llevaba a cabo las tareas mnimas para mantener una morada en la que haba sidoinmensamente feliz en compaa de Nefer. El magnfico mobiliario era un regalo de losartesanos que haban honrado de ese modo a su maestro de obras, cuya autoridad natural,firmeza de carcter y competencia excepcional los haban conducido siempre al xito.

    A sus cuarenta y ocho aos, Clara era una mujer arrebatadora, de cuerpo delgado y gil, derasgos puros y cabellera sedosa con reflejos rubios. De su rostro emanaba una luz suave ytranquilizadora, tena una voz melodiosa y unos ojos azules encantadores. Los aldeanos laveneraban, tanto ms cuanto, un da u otro, los haba curado a todos con ejemplar abnegacin.

    Pero la mujer sabia ya no tena fuerzas para cumplir su funcin. La ausencia de Neferabsorba su propia vida y se deslizaba hacia la muerte con el deseo de reunirse con l.

    La habitacin estaba iluminada por una sola lmpara una obra maestra esculpida por elcarpintero de la cofrada, Didia el Generoso. En una pequea columna en forma de papiro,apoyada en una base de calcreo, se haba dispuesto un recipiente de bronce que contenaaceite que alimentaba una mecha de lino que no humeaba, como las utilizadas en las tumbas.

    Era el ltimo fulgor al que se agarraba Clara, durante sus largas noches de insomnio; en lasuavidad de la llama crea percibir, a veces, el rostro de su marido, pero la ilusin se disipabaen seguida y la suma an ms en la desesperacin.

    Negrote pos la pata en el brazo de la mujer sabia, como si adivinara su terrible decisin.Clara no seguira adelante, no quera sufrir por ms tiempo aquella postracin; ahogndose enel ms all, por fin pondra trmino a su suplicio.

    El contacto de la pata del perro y la ternura que ley en sus ojos de color avellanaprovocaron una especie de milagro: Nefer apareci en la luz y habl: Si yo fracasara odesapareciese deca, no dejes que se extinga la llama del Lugar de Verdad. En nombre denuestro amor, Clara, promteme que seguirs adelante.

    El maestro de obras haba pronunciado aquellas palabras mientras viva, aunque ella lashubiera olvidado. Y ahora Nefer regresaba del ms all para recordarle su deber y su funcin,sin darle la posibilidad de compadecerse a s misma.

    Unos violentos golpes resonaron en su cabeza.

    Negrote, intranquilo, corri hacia la puerta de la casa, ladrando.Alguien llamaba.Abre, Clara! Abre, te lo ruego!La viuda reconoci la voz de Uabet la Pura.Negrote dej de ladrar, Clara abri.Ven, es grave!Explcate, Uabet.Paneb ha ido a la tumba de Nefer... Si se empea en combatir al espectro, morir. Slo t

    puedes convencerlo de que renuncie.Clara esboz una pobre sonrisa.Acaso crees que todava puedo ayudar a alguien?Paneb slo te escuchar a ti... Y no quiero perderlo!Un momento.

    La viuda del maestro de obras se retir a su alcoba, donde abri un joyero decorado conplacas de marfil.Por primera vez desde la muerte de su marido, se puso un collar, unos pendientes y

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    algunos brazaletes antes de contemplarse en un espejo de cobre cuyo mango tena la forma deun tallo de papiro, smbolo del florecimiento y de la fuerza vital.

    En l descubri el rostro de una mujer agotada por el dolor, y tuvo que maquillarlocuidadosamente para devolverle su vigor y juventud.

    La transformacin fue tan evidente que deslumbr a Uabet la Pura.Nunca has estado tan hermosa! Vamos.

    Precedidas porNegrote yseguidas porBestia Fea, las dos mujeres treparon hacia la tumbade Nefer el Silencioso.El oriente se enrojeca; la brisa hizo temblar a Uabet, que aceler la marcha.

    Tras varias horas de ininterrumpidos esfuerzos, Paneb haba conseguido vaciar el pozofunerario.

    Acababa de alcanzar la puerta de madera de la cmara funeraria de Nefer el Silencioso,que estaba precintada por un sello de arcilla.

    Levant los ojos y descubri el rostro de Uabet la Pura, que destacaba contra el fondo delcielo que se enrojeca.

    Vuelve a subir, Paneb!Ni hablar.No tienes derecho a violar una tumba!

    La sombra se oculta ah, voy a buscarla.La mujer sabia te lo prohbe.La mujer sabia! Pero...Est aqu.Con la ayuda de las asperezas de los bloques de piedra, Paneb trep con la velocidad de

    un felino. No crea a Uabet, por lo que quera comprobarlo por s mismo.En efecto, Clara estaba all, con su larga tnica roja de superiora de las sacerdotisas de

    Hator y acicalada con sus ms hermosas joyas.Me... me prohbes que siga adelante?Debo bajar contigo.Es demasiado peligroso! He visto la sombra roja, es temible. Y no es Nefer.Slo puede tratarse de una forma malfica nacida de un error ritual durante los funerales.Eso creo yo tambin, y voy a descubrirla. No dejes que huya si se me escapa a m.

    Paneb volvi a bajar al fondo del pozo.Sin vacilar, quebr el sello y abri la puerta que conduca al sepulcro.Apart las herramientas, los cofres para ropa, los cestos que contenan alimentos

    momificados y las estatuas del difunto para abrirse camino hacia el sarcfago. La sombra rojapoda surgir en cualquier momento de su escondrijo y abalanzarse sobre l. Paneb desplazabalentamente cada objeto, con los ojos bien abiertos. A pesar de su corpulencia, el pintor sabaser extremadamente delicado y moverse con el sigilo de un gato.

    El sarcfago, cubierto por un sudario verde muy fino, estaba colocado sobre un lecho. Entorno al cuello de la momia, un collar de cinco vueltas de flores de loto blanco y de hojas desauce; en el pecho, un ramillete de hojas de persea y parra.

    Un rayo de luz penetr en el sepulcro, cuyo fondo permaneca en la oscuridad. La sombrase agazapaba all, pero Paneb no consegua descubrirla.

    Sin duda era mejor salir para ir a buscar unas antorchas e iluminar la estancia con el fin de

    reducir el espectro a la impotencia; pero si el coloso retroceda, quiz su adversarioaprovechara para atacar. De pronto, algo llam la atencin de Paneb: por qu el disco decobre celeste colocado bajo la cabeza de la momia no emita luz alguna? Estaba cubierto detextos jeroglficos, y debera haberlo envuelto en una aureola dorada que habra apartado a losdemonios de las tinieblas.

    El coloso se acerc hasta tocarlo y advirti que el precioso smbolo haba sido colocado...al revs! No era un error, sino un acto de malevolencia. No contento con haber asesinado aNefer, el traidor haba provocado as la aparicin de un espectro.

    Cuando Paneb pos la mano sobre el disco, la sombra roja brot de l.Con la boca retorcida y la frente desgarrada por una arruga vertical, intent estrangular al

    artesano por segunda vez.En vez de luchar contra un enemigo que no ofreca presa alguna, Ardiente se apresur a

    darle la vuelta al sol de la momia para colocrselo correctamente bajo la nuca.

    La presin del agresor era tan fuerte que a Paneb empezaba a faltarle el aliento.De pronto, del disco brot una llama que toc a la sombra roja, cuyos ojos se agrandaron

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    hasta devorar su cara y, luego, su cuerpo entero.Paneb consigui respirar, pero una atroz quemadura en el cuello le arranc un grito de

    dolor. Instintivamente, golpe al espectro, que se redujo a una pequea bola de fuego antes dedesaparecer en el suelo.

    Jadeando, el coloso intent salir del sepulcro para regresar al aire libre.Pero los muros del pozo funerario se estaban aproximando y supo que iba a morir.

    Sube, Paneb! aull Uabet la Pura, sube en seguida!

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    Tras haber olisqueado el plato que le presentaba su cocinero, el general Mhy le tir a lacara las costillas de cordero.

    Demasiado hechas, imbcil!Pero he respetado vuestras exigencias y...Tu ensalada de pepino era infecta y te has atrevido a servirme un vino que ola a corcho.

    Mrchate y no vuelvas a poner los pies en esta casa.La clera de Mhy no era fingida y el cocinero desapareci. Las decisiones del hombre ms

    poderoso de la rica provincia de Tebas no se discutan.Mhy era ms bien bajo, tena la cara redonda, los ojos de un marrn oscuro, los labios

    carnosos, los cabellos muy cortos pegados al crneo, el torso ancho y poderoso y las manos ylos pies regordetes. Haba iniciado su carrera en los carros; seguro de s mismo y ambicioso,se haba convertido en jefe de las tropas tebanas y administrador principal de la orilla oeste,una de cuyas funciones consista en garantizar la seguridad y el bienestar del Lugar de Verdad.

    El Lugar de Verdad!... La maldita cofrada que se haba atrevido a rechazar su candidaturacuando era adolescente y que posea un tesoro inestimable, la Piedra de Luz, de la que debaapoderarse para convertirse en dueo del pas.

    Una noche, Mhy haba divisado esa piedra desde lo alto de una colina que dominaba elValle de los Reyes, donde los artesanos celebraban un rito; pero haba sido descubierto por unpolica, del que se haba librado destrozndole el crneo.

    Fue su primer crimen, seguido de muchos ms que haba llevado a cabo por s mismo oencargado a otros, para apartar de su camino a los adversarios que le impedan llegar al tesorosupremo.

    Lvate las manos, mi tierno len sugiri Serketa, presentando a su marido unaguamanil de plata provisto de una larga embocadura de la que emanaba un agua perfumada.

    Serketa, una falsa rubia de ojos claros y opulentos pechos, siempre preocupada por supeso. Serketa, una asesina nata que l haba revelado a s misma asocindola a su progresivaconquista del poder. Ella haba aprobado la supresin de su propio padre, que haba cado enuna emboscada organizada por el propio Mhy para apoderarse de su fortuna, luego la mujer lohaba asesinado con sus propias manos, sintiendo un vivo placer.

    Como Serketa slo le haba dado dos hijas, cuya suerte no le interesaba en absoluto, elgeneral haba pensado en repudiarla; pero ella haba adivinado sus autnticos proyectos y,presintiendo que poda resultar peligrosa, el general haba preferido convertirla en su aliada.Desde aquel momento, no se ocultaban nada y actuaban de mutuo acuerdo.

    Mhy bebi una copa de vino de palma, bastante alicorado, saturado de aromas y de casi18. El brebaje acababa con la mayora de los bebedores, pero el general aguantaba bien elalcohol y gozaba de una excelente salud, a excepcin de una enfermedad de la piel que se

    traduca en la aparicin de pequeos granos rojizos en su pierna izquierda cuando se sentacontrariado.Y comenzaba, precisamente, a rascarse.Serketa se arrodill ante l para abrazar sus muslos.Por qu te preocupas tanto, mi tierno cocodrilo? susurr con una voz de niita.Porque el asesinato de Nefer el Silencioso no nos procura las ventajas que suponamos!Un poco de paciencia... En primer lugar, nuestro principal adversario est muerto; luego,

    el traidor que acab con l por orden nuestra est definitivamente unido a nosotros; finalmente,sus ltimas informaciones confirman que la cofrada es presa de la ms profunda angustia.

    Tal vez, pero sigue existiendo...S, pero en qu estado? Al invertir la posicin del disco luminoso colocado bajo la

    cabeza de la momia, el traidor ha provocado la aparicin de un espectro que aterroriza a loshabitantes de la cofrada. Los aldeanos estn convencidos de que Nefer el Silencioso quiere

    vengarse de ellos y acabarn por odiarse unos a otros.Esperemos que tengas razn! Pero habra preferido que una delegacin me anunciaseque los aldeanos abandonaban el Lugar de Verdad y lo dejaban en mis manos... Habramos

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    registrado el lugar con toda legalidad y habramos descubierto el escondrijo de la Piedra deLuz.

    No se la habran llevado consigo los artesanos?En ese caso, habran sido vctimas de una agresin que yo hubiera deplorado en los ms

    conmovedores trminos. Pero no han cometido ese error... Y siguen acurrucados tras sus altosmuros, cuya estabilidad debo asegurar yo, su enemigo jurado.

    Asesinar a Nefer el Silencioso era indispensable consider Serketa; sin l, la cofradaya no tiene alma. Nadie es capaz de sucederle. El jefe del equipo de la izquierda es slo untcnico sin brillantez alguna, el escriba de la Tumba es demasiado viejo y la mujer sabia no serecuperar de la muerte de su marido.

    Olvidas a Paneb, el nuevo jefe del equipo de la derecha!Segn nuestro informador, es demasiado impulsivo para que lo designen como maestro

    de obras. La prdida de su padre espiritual lo volver loco, estoy seguro de ello. Comohabamos previsto, el Lugar de Verdad se destruir desde el interior y ya slo tendremos querecoger sus riquezas y sus secretos.

    El general llev a Serketa hacia el frondoso jardn de su suntuosa villa de la orilla oeste, unade sus propiedades cuidadosamente mantenida por una numerosa servidumbre. Se sentaron alabrigo de un quiosco rodeado de sicmoros y algarrobos. Mhy detestaba el campo, el calor y

    el sol, cuyos mordiscos tema.Un criado les sirvi inmediatamente cerveza fresca, que Serketa desde.Conoc al tal Paneb, hace ya mucho tiempo, en casa de un curtidor record Mhy;

    por aquel entonces era joven, insolente y poderoso como un toro salvaje. Hubiera tenido unbrillante futuro militar! Sin embargo, no quiso enrolarse y servir a mis rdenes... Cmo podaimaginar que iba a convertirse en uno de los pilares del Lugar de Verdad?

    El nico pilar era Nefer el Silencioso. Orientaba la obra y acallaba las querellas; no tequepa duda de que no ser reemplazado. El espectro har huir a varias familias y otrascalamidades abrumarn muy pronto a la cofrada.

    Uno de los guardias encargados de vigilar la villa corri hacia la pareja.General, un mensaje de Pi-Ramss!El soldado entreg el papiro sellado a Mhy y, luego, volvi a su puesto.Una carta del canciller Bay advirti el general; el faran Siptah y la reina Tausert

    desean verme para escuchar mi informe sobre la situacin econmica de Tebas y conocer losresultados de mi investigacin sobre el asesinato de Nefer el Silencioso.Saben muy bien que no tienes derecho a penetrar en la aldea!Claro, pero quieren comprobar que hago todo lo posible para identificar al culpable y

    garantizar la seguridad de la cofrada.Y si la tal Tausert te tendiera una trampa?Podra ser... Pero acaso su principal preocupacin no consiste en conservar el poder

    controlando a su sicario, el canciller Bay, que consigui hacer subir al trono al joven Siptah, untullido? La corte de Pi-Ramss ya es slo un nido de vboras. Desde la desaparicin deRamss el Grande, la autoridad faranica no deja de debilitarse... Y sta es nuestra suerte,amor mo! Cuando poseamos la Piedra de Luz, el pas entero ser nuestro. Lstima que nopueda enviar a mis soldados para que arrasen la aldea y maten a sus habitantes.

    Serketa se estremeci de gusto al imaginar semejante carnicera.

    Qu es lo primero que piensas hacer?Acudir a la zona de los auxiliares para encontrarme con el escriba de la Tumba y

    preguntarle si su investigacin interna avanza; luego, coger un barco hacia Pi-Ramss. T meacompaars, naturalmente.

    Serketa aguardaba ese detalle. Nunca permitira que su querido marido jugase su propiojuego y la dejara a ella de lado. Y si se le ocurra lanzar una sola mirada a una joven belleza,estrangulara a la muy zorra antes de castigar a Mhy.

    Pero su esposo era un hombre razonable. Era consciente de que no tendra xito sin laayuda de Serketa, que de buena gana actuaba como verdugo, desprovista de cualquierhumanidad y cualquier sentido moral. Y como aquella deliciosa compaera, ms peligrosa queuna vbora cornuda, era tan ambiciosa como l, el porvenir se anunciaba risueo.

    No deberas suprimir las entregas de provisiones a la aldea?Lo pens reconoci Mhy, y habra hecho que acusaran a uno de mis subordinados

    para reemplazarlo por un escriba de mayor celo. Pero he eliminado ya a los que molestaban y,en nuestra ausencia, el viejo escriba de la Tumba provocara un escndalo, cuyas

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    Los canteros llenaban de nuevo el pozo funerario de la tumba de Nefer el Silencioso.No cabe duda de que Paneb ha muerto afirm Karo el Hurao, un mocetn

    achaparrado de espesas cejas, nariz partida y brazos cortos y poderosos.Te equivocas repuso su colega Casa la Cuerda, plantado sobre sus enormes

    pantorrillas. Est tumbado en la capilla, y estoy seguro de que la mujer sabia lo devolver ala vida.

    Cuando se ha acabado, se ha acabado sentenci Fened la Nariz, que no se habaengordado mucho desde su divorcio.

    Yo lo he sacado del pozo record Nakht el Poderoso, que era casi tan fuerte comoPaneb, y todava respiraba.

    Elegante, con el pelo y el bigote muy cuidados, el pintor Ched el Salvador, que noparticipaba en ninguna tarea pesada, mir a sus colegas con desengao.

    Userhat el Len, el escultor jefe de imponente pecho, se asegur de que hubiera concluidoel cegado. Renupe el Jovial, de gran vientre y cabeza de genio malicioso, se dispona a fijar laslosas de la cubierta, ayudado por Ipuy el Examinador.

    El orfebre sale de la capilla! exclam Renupe.Thuty el Sabio, tan frgil que pareca que iba a quebrarse, corra hacia sus compaeros del

    equipo de la derecha.Paneb est vivo!Cmo vivo? pregunt Fened. Como una piedra, una legumbre o un hombre?No se sabe an.Vayamos a ver!Canteros y escultores se dirigieron hacia la capilla, cuya entrada custodiaban tres

    artesanos: Pai el Pedazo de Pan, de hinchadas mejillas, cuya alegra habitual habadesaparecido; Gau el Preciso, un hombre ms bien feo a causa de una nariz demasiado larga ycorpulento aunque algo fofo, y Unesh el Chacal, cuyo fsico recordaba el de un depredador.

    El carpintero del equipo de la derecha, Didia el Generoso, un mocetn de lentos gestos,ayudaba a Hay, el taciturno jefe del equipo de la izquierda, a mantener erguido el busto dePaneb para que Clara pudiese auscultarlo.

    Userhat el Len empuj a Unesh y a Pai.Habla o no?Cllate de una vez recomend Gau; la mujer sabia est escuchando la voz de su

    corazn.Paneb pareca una estatua; tena los ojos abiertos, pero estaba completamente inerte, y su

    piel estaba roja como si acabaran de escaldarlo.Afortunadamente, no haba perdido el ojo ni el corazn; y Clara frotaba ambos amuletos

    entre sus pulgares para devolverles el movimiento.La mujer sabia no haba pronunciado ni una sola palabra y en su mirada no se advertaningn destello de optimismo. Sin embargo, haba magnetizado ya la nuca y los riones delcoloso sin conseguir que circulase la energa.

    De pronto, un enorme gato manchado de blanco, negro y rojo salt sobre el regazo deArdiente; ms parecido a un lince que a un animal domstico, se hizo una bola y ronrone.

    De inmediato, los ojos de Paneb parpadearon y Clara lanz un suspiro de alivio. El felino,encarnando la victoria del sol sobre las tinieblas, haba absorbido los ltimos fluidos perniciososproyectados por el espectro en la carne del pintor.

    Finalmente el coloso despert.La sombra... Los muros... Los muros estn ahogndome... Dnde estn?Slo era una ilusin dijo Clara con dulzura, y ahora ests de nuevo entre nosotros.Ya saba yo que era indestructible! exclam Renupe el Jovial. Acaso no afirman

    que una parte del ka de Ramss el Grande pas al de Paneb? Gracias a esta energa, salv ala cofrada. Gloria a Paneb!El escultor contagi su entusiasmo a los presentes y el hombre milagrosamente salvado se

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    levant entre las aclamaciones de sus cofrades.Dejadme pasar orden la voz chirriante y autoritaria de Kenhir, el escriba de la Tumba,

    que tena setenta y siete aos.Kenhir, representante del poder central en el Lugar de Verdad, haba renunciado a una

    brillante carrera en Karnak para consagrarse a esa aldea y a sus habitantes, cuyosinnumerables defectos no dejaba de criticar, pero a los que quera ms que a cualquier otra

    cosa en el mundo, hasta el punto de que la administracin tuvo que renunciar a jubilarlo.Corpulento y patoso, Kenhir ya slo se desplazaba con un bastn, salvo cuando tena prisapor llegar a buen puerto y olvidaba adoptar el aspecto de un vejestorio achacoso y dolorido. Erael encargado de llevar el Diario de la Tumba, en el que consignaba los grandes y pequeosacontecimientos de la vida comunitaria, y para los artesanos era como un verdadero capatazque no toleraba ni un minuto de descanso. Contemplaba sin benevolencia cualquier motivo deausencia en el trabajo y, en caso de enfermedad, recurra a la mujer sabia para saber si elartesano estaba realmente enfermo y era incapaz de cumplir con su funcin.

    Tambin formaba parte de su trabajo velar por el buen estado de las herramientas, que eranpropiedad del faran, y distribuirlas, recuperarlas y hacer que fuesen reparadas. Sin embargo,cada miembro de la cofrada estaba autorizado a fabricar sus propias herramientas para su usopersonal, y se poda contar con Kenhir para evitar cualquier confusin.

    Se dice que la sombra ha matado a Paneb asegur con voz inquieta.

    El escriba ayudante Imuni, un hombrecillo con cara de ratn, estaba listo para tomar nota.Pues ha sucedido todo lo contrario declar el coloso.Kenhir examin a Paneb durante largo rato.En efecto, tienes aspecto de estar muy vivo.Paneb ha salvado a la cofrada! afirm Nakht el Poderoso. Si la sombra hubiera

    seguido aterrorizndonos, varias familias habran abandonado la aldea.Ha arriesgado su vida por nosotros advirti Fened la Nariz. Este acto, no slo lo

    exime de cualquier acusacin sino que, adems, lo designa como nuestro nico patrn.El escriba de la Tumba consult con la mirada a la mujer sabia y a Hay, el jefe del equipo de

    la derecha. Con un ademn, ambos le dieron su aprobacin.El traidor estaba aterrado.Al ver aparecer a Encantador, ya haba hecho un ademn de retroceso, pues aquel gato

    monstruoso le haba araado mientras estaba buscando la Piedra de Luz, que estaba tan bien

    escondida que an no haba conseguido descubrir su emplazamiento.Y ahora, tras su victoria sobre la sombra roja, Paneb se converta en el hroe de la cofrada,que iba a reconocerlo como maestro de obras.

    Pero lo esencial segua siendo la desaparicin de Nefer el Silencioso, querido por todos ycuya autoridad nadie discuta. Al colocar al revs el disco de luz bajo la cabeza de la momia, eltraidor haba intentado matar por segunda vez a Nefer; y aunque la intervencin de su hijoespiritual hubiese aniquilado al espectro, Silencioso no volvera.

    El tribunal de la aldea tal vez no cediera al momentneo entusiasmo en favor de Paneb elArdiente y, tras una madura reflexin, sin duda rechazara su candidatura. En cualquier caso, silo elegan, cometeran un gravsimo error, pues Paneb resultara un maestro de obrasexecrable; dividira a los artesanos y creara mltiples conflictos en el interior de la aldea. Eltraidor tendra que saber aprovechar el desorden.

    Era l, y nadie ms, quien debera haber dirigido el Lugar de Verdad desde haca mucho

    tiempo; y puesto que no haban reconocido su valor, su venganza era legtima.Gracias al general Mhy y a su esposa, que haban acumulado para l riquezas en el

    exterior, a cambio de las informaciones que les procuraba, el traidor ya era un hombre rico.Slo le quedaba apoderarse de la Piedra de Luz y negociar con ella.

    Gracias a Paneb advirti Clara, Nefer por fin descansa en paz. La luz brilla bajo sucabeza, su cuerpo de resurreccin acoge la potencia secreta del sol y su nombre de Nefer-hotep se ha consumado. Se ha convertido en uno de los ancestros benefactores de nuestracofrada, un espritu radiante al que veneraremos todas las maanas en cada una de nuestrasmoradas. Para l, las pruebas han terminado; y en su honor y para prolongar sus enseanzasseguiremos luchando para que viva el Lugar de Verdad.

    Todos sintieron que la tristeza nunca ms abandonara los ojos de Clara; pero la mujersabia estaba de nuevo activa, superaba su desesperacin para preocuparse por la pequeacomunidad. Gracias a su magia, ningn obstculo sera insuperable.

    Tengo un mal resfriado se quej Fened la Nariz; quieres cuidarme?Mi gabinete de consulta vuelve a estar abierto declar Clara, esbozando una hermosa

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    sonrisa.Yo tengo en el pie una herida que no cura dijo Casa la Cuerda, y es mucho ms

    grave que el resfriado de Fened.Clara examin al paciente.Es un mal que conozco y que curar.Thuty el Sabio se dirigi a Paneb.

    Cules son tus intenciones?Me convierto en servidor del ka de Nefer el Silencioso, mi padre espiritual, y prohbo atodo el mundo que se acerque a su tumba. Yo y slo yo aportar las ofrendas y cuidar sumorada de eternidad.

    Como quieras asinti Unesh el Chacal; pero deseas suceder a Nefer en todas susfunciones?

    Ser jefe del equipo de la derecha me basta y me sobra. Ahora, alejaos; deseo quedarmesolo con la mujer sabia para venerar la memoria de este ser irremplazable al que queremos.

    Nadie protest y se organiz una procesin.Paneb ser un excelente maestro de obras le sugiri el traidor al escriba de la Tumba.Eso debe decidirlo el tribunal respondi Kenhir.Cuando ste apenas haba cruzado el umbral de su morada, su joven esposa, Niut la

    Vigorosa, con la que haba pactado un matrimonio de conveniencia, se le lanz al cuello.

    El general Mhy est en la entrada principal de la aldea y desea veros urgentemente.

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    El general Mhy haba tenido que enunciar su nombre y sus ttulos en cada uno de los cincofortines dispuestos en el camino que llevaba a la entrada principal de la aldea. Los policasnubios no bromeaban con la disciplina impuesta por el jefe Sobek, y cualquier visitante, fueracual fuese su rango, deba respetar el reglamento.

    Sobek en persona haba acogido a Mhy en el quinto fortn.Incorruptible, el slido nubio estaba obsesionado desde haca veinte aos por un enigma:

    quin haba matado a uno de sus hombres en una de las colinas que dominaban el Valle delos Reyes? Ya haca mucho tiempo de aquello, las investigaciones se haban interrumpido y elasesinato de Nefer el Silencioso pareca relegar aquel crimen a un segundo plano, pero Sobeksegua convencido de que se conspiraba desde haca mucho contra la cofrada y de queaquellos dos casos estaban relacionados.

    Al nubio no le gustaba Mhy. Lo consideraba un arribista, pretencioso y muy pagado de smismo, pero no tena razn alguna para negarle el acceso a la zona de los auxiliares, dondelos hombres del exterior trabajaban para el bienestar de la cofrada bajo la direccin deBeken el alfarero.

    Algn problema, Sobek? pregunt Mhy con altivez.En lo que me concierne, ninguno.No dudes en avisarme si surge cualquier cosa. Deseo que mi gestin sea excelente.Los auxiliares reciben buenos salarios, aprecian sus condiciones de trabajo, y al parecer,

    a la aldea no le falta de nada.Haz que le comuniquen al escriba de la Tumba que deseo verlo urgentemente.Mientras el polica llevaba a cabo su tarea, Mhy contempl los talleres de los auxiliares

    que, al caer la tarde, regresaban a sus moradas, en el lindero de las tierras cultivadas. Eltrabajo estaba rigurosamente organizado, de modo que se evitara a los artesanos el mximo detareas y se les permitiera concentrarse en su razn de ser: hacer que en sus obras brillara laPiedra de Luz y encarnar los misterios de la Morada del Oro.

    Muy pronto, aquel dominio pertenecera al general y l sera el nico que dara rdenes.Kenhir se diriga hacia el visitante, caminando con pasos vacilantes. Ante Mhy, el viejo

    escriba se apoy en su bastn.Cmo estis, Kenhir?Mal, muy mal... El peso de los aos me abruma cada da ms.No deberais pensar en una merecidsima jubilacin?Me quedan demasiadas cosas por hacer, sobre todo despus del drama que nos afecta.Estoy aqu precisamente a causa del asesinato de Nefer. El rey me ha convocado en la

    capital y desea conocer los resultados de mi investigacin... Pero vos sois el nico que estautorizado a investigar en la aldea!

    En efecto, general.Habis identificado al culpable?Por desgracia, no.Tenis sospechas?Kenhir pareci molesto.Os dir la verdad, general, a condicin de que me prometis guardar silencio.Mhy se puso tenso.Habra el viejo escriba desenmascarado al traidor?Me exigs mucho, Kenhir... No puedo ocultarle nada a Su Majestad.El rey Siptah es un adolescente que vive en Pi-Ramss, muy lejos del Lugar de Verdad

    que vos y yo tenemos el deber de proteger. Redactar un detallado informe sobre lainvestigacin en curso para el rey, y vos lo tranquilizaris indicando que la cofrada seguiractuando como si nada hubiera pasado.

    Los msculos del general se contrajeron, y sinti picor en la pierna izquierda.As pues, la desaparicin de Nefer no haba conseguido doblegar a los artesanos.De acuerdo, Kenhir. Os prometo que guardar silencio.

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    Estamos casi seguros de que el culpable es uno de los miembros de la cofrada.Significara eso... que hay un traidor entre vosotros?Eso me temo deplor el anciano con voz fatigada.Me cuesta creerlo... Mi hiptesis me parece mucho ms plausible.Y cul es? pregunt Kenhir, intrigado.A mi entender, el asesino del maestro de obras no puede ser ms que un auxiliar.

    Un auxiliar... Pero si tienen prohibido el acceso a la aldea!El culpable habr conseguido introducirse en ella sin ser descubierto por el guardin, sinduda con la intencin de robar objetos valiosos en casa de Nefer. ste lo sorprendi y el ladrnlo mat.

    Un auxiliar... susurr el escriba de la Tumba con un brillo de esperanza en la mirada,cuya vivacidad segua intacta.

    Os aconsejo que los interroguis. Si no obtenis resultados, yo mismo los abordar en sucasa, fuera del territorio del Lugar de Verdad, y mis especialistas los harn hablar. Si el asesinoes uno de ellos, confesar.

    Propondr vuestra estrategia al tribunal.Dir, pues, al rey que unimos nuestros esfuerzos para descubrir la verdad.Sobre todo decidle que esperamos sus directrices para la construccin de su morada de

    eternidad y de su templo de millones de aos.

    En cuanto regrese, volveremos a vernos para puntualizar las cosas; espero que hayispodido confundir al asesino.Tambin yo lo espero, general.Mhy, consiguiendo contener su rabia, volvi a subir al carro sin haber planteado la

    pregunta esencial: quin haba sucedido a Nefer el Silencioso, si no Paneb el Ardiente? Sloel coloso haba podido salvar la cofrada de la desbandada. El traidor no tardara enconfirmrselo y Serketa tuvo razn al esbozar un plan para librarse de aquel importuno.

    Un auxiliar? se extra el jefe Sobek tras haber escuchado atentamente al escriba dela Tumba.

    Por qu no?El guardia lo habra visto penetrar en la aldea.El mejor de los guardianes no puede permanecer atento a cada segundo... y el asesino

    habra encontrado la manera de escalar el muro sin que advirtieran su presencia.

    En el interior habra sido descubierto en seguida objet Sobek.Habra tomado mayores precauciones.Y un auxiliar puede haber sido lo bastante loco para matar al maestro de obras...?Actu impulsado por el miedo.Me gustara que Mhy tuviese razn anunci el polica, y que todos los artesanos

    fueran inocentes, pero esa hiptesis no me convence demasiado.Interroga a los auxiliares, Sobek, compara sus testimonios e intenta descubrir algn

    indicio.Contad conmigo.Mientras el viejo escriba regresaba a la aldea, el nubio se haca una pregunta: por qu el

    general Mhy, sabiendo que forzosamente iban a confiarle la investigacin, no le habacomunicado sus sospechas?

    Paneb haba terminado una mesa de ofrendas de alabastro que depositara en la capilla dela tumba de Nefer el Silencioso, al pie de la puerta de piedra, cubierta de jeroglficos, que dabaacceso al otro mundo. En el interior de la forma rectangular haba esculpido una pata y unascostillas de buey, un pato, algunas cebollas, pepinos, coles, higos, uva, dtiles, granadas,pasteles, panes, jarras de leche, de vino y de agua.

    Mgicamente animada por la mujer sabia, aquella mesa de ofrendas funcionara por s sola,al margen de cualquier presencia humana, proporcionando al ka de Nefer las esencias sutilesde los alimentos encarnados en el alabastro. As, incluso cuando los ntimos del maestro deobras hubieran desaparecido, la piedra viviente seguira alimentndolo.

    Pero el hijo espiritual del maestro de obras asesinado no se limitaba a ese homenajerendido a todos los difuntos; l, el pintor, se aventurara a nuevas tcnicas que aplicaba trashaber examinado con atencin el trabajo de los escultores. Como en sus precedentesexploraciones por el mundo de la materia, Paneb comprobaba que la mano era espritu.

    Ardiente, guiado por los consejos de la mujer sabia, haba decidido moldear una estatua deNefer dotada de unos ojos excepcionales, correspondientes a la realidad anatmica que la

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    medicina egipcia haba descifrado al describir las distintas partes del ojo: una crnea de cristalde roca para poner de relieve la agudeza de la mirada, una esclertica de carbonato demagnesio que contena xidos de hierro que traducan la presencia de las vnulas, la pupilaperforada en el cristal de roca y el iris materializado por medio de resina parda, al tiempo queimprima las disimetras necesarias entre pupila y crnea(1).

    Naca el alba cuando Clara entr en el taller donde el miniaturista acababa de dejar susherramientas. Un rayo de sol iluminaba la estatua, cuya mirada contemplaba la eternidad.La esposa del difunto no pudo contener las lgrimas.Gracias al genio de su hijo espiritual, Nefer estaba vivo, fuera del alcance de la decrepitud y

    la muerte. Erguido, con el pie derecho adelantado y los brazos pegados al cuerpo, marchabapor los hermosos caminos del Occidente y segua guiando a la cofrada hacia el Oriente.

    Clara estuvo a punto de arrodillarse ante la estatua, pero Paneb la detuvo.Su ka subsistir en la tierra le dijo, pero vive en ti, y t eres la depositara de su

    sabidura. T eres la soberana del Lugar de Verdad, no nos abandones.

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    referente a su seguridad exterior.sta es una de mis misiones, canciller, y pretendo cumplirla.Entendmonos, general: vos y yo ya conseguimos evitar una guerra civil y ahora

    debemos confortar la autoridad del faran Siptah y la de la reina Tausert.Insinuis... que corren peligro?No os hagis el ingenuo, Mhy. Siptah est dotado de una inteligencia excepcional, pero

    carece de cualquier experiencia de gobierno y su salud es frgil; sin el apoyo de Tausert seraincapaz de soportar el peso de su funcin. La propia reina debe contar con temiblesadversarios... Una parte de la corte no le perdona que sea una mujer, y la otra, que sea la viudade Seti II.

    Su Majestad posee una personalidad fascinante que ha impresionado mucho a lostebanos... A mi entender, tambin ella tiene la talla de un faran.

    Sin duda, pero la casta militar de Pi-Ramss desea ver a la cabeza de Egipto a unhombre fuerte, capaz de resistir una eventual invasin, de declarar incluso una guerrapreventiva.

    Y ese hombre fuerte... se ha manifestado ya?Se llama Set-Nakht. Un dignatario de cierta edad, pero que conoce perfectamente la Sirio-

    Palestina y a quien escuchan las tropas de lite.Hasta el punto... de tomar el poder por la fuerza?

    Todava no, general, todava no... Pero por desgracia no podemos excluir esaeventualidad. Espero que Set-Nakht sea un legalista y que no se atreva a lanzarse a unaaventura destructora. Ser demasiado optimistas sera un grave error, no creis?

    Mhy se tom un momento de reflexin.El canciller Bay no destilaba informaciones tan importantes por casualidad y, por lo tanto, no

    le haba convocado en Pi-Ramss slo para hablarle de la situacin econmica de Tebas y dela desaparicin de Nefer el Silencioso.

    Frente a aquel temible estratega, el general se vea obligado a correr ciertos riesgos.Vuestra confianza y vuestras confidencias me honran, pero qu esperis de m?Excelente pregunta, Mhy... Mis palabras, en efecto, podran ser calificadas de secretos

    de Estado. Unos secretos de los que os he hecho depositario y que os convierten en uno de losdignatarios mejor informados de este pas. Lo que espero de vos es una colaboracin sinsegundas intenciones. Naturalmente, se os podra ocurrir jurar fidelidad a Set-Nakht, con la

    esperanza de convertiros en su primer ministro.Canciller, os aseguro que...Conozco muy bien la naturaleza humana, general, y prefiero prevenir que curar. Si

    intentarais traicionar al faran legtimo, sera implacable.

    Mhy y Serketa estaban entre los invitados a un fastuoso banquete que la reina Tauserthonraba con su presencia. La juzgaron ms hermosa y peligrosa que nunca, y Serketa se sinticelosa de su presencia. Por el fulgor que turb su mirada, Mhy comprendi que senta deseosde asesinarla.

    Tranquilzate, amor mo le murmur al odo; en su territorio, la reina est fuera dealcance.

    Serketa sonri a un anciano dignatario que no haba pronunciado una sola palabra desde elinicio del banquete.

    Nacisteis aqu? le pregunt ella para intentar complacerlo.Tuve esta suerte, hermosa dama, y he hecho una carrera perfecta sin cometer la menor

    falta. Y he tenido el privilegio de servir a verdaderos jefes.No ser uno de ellos el rey Siptah? se extra Mhy.Todos respetamos al faran legtimo, claro est, pero tememos su juventud y su

    inexperiencia. Deseemos que el tiempo sea su aliado y que aprenda a gobernar.Nunca asiste a festividades de este tipo? susurr Serketa.Nunca. Pasa la mayor parte del da en el templo, estudiando los escritos de los antiguos

    tras haber celebrado el ritual del alba. Semejante fervor es loable, pero corre el riesgo de no seradecuado a la situacin actual.

    Soy una tebana y no conozco la corte de Pi-Ramss... record Serketa, haciendoarrumacos, como una nia. No intentis hacernos comprender que la reina Tausert es laverdadera duea del pas?

    Nadie lo duda.Pero vos no parecis estar muy convencido de ello... observ Mhy.

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    Con el reverso de la mano, el dignatario rechaz a una joven sierva que le ofreca patoasado.

    No seis demasiado curioso, general, y limitaos a lo que poseis. Tebas es una ciudadagradable, la gobernis con mano de hierro, y vuestros resultados son apreciados en su justovalor. Desear algo ms os llevara por caminos peligrosos en los que no encontrarais aliadoalguno.

    Acaso ignoris que el canciller Bay me honra con su confianza?No ignoro nada de lo que ocurre en esta ciudad, y os aconsejo que os marchis lo antesposible.

    Mhy, ofendido, reaccion.Quin sois vos para atreveros a hablarme en ese tono?El anciano dignatario se levant y la pareja advirti que su corpulencia era sorprendente

    para un hombre de su edad.Tengo numerosas obligaciones y no suelo frecuentar los banquetes oficiales, pero ste

    me ha dado la posibilidad de conoceros. Antes de regresar a mi morada, quera advertiros queSet-Nakht no os necesita y que el primer deber de un general consiste en obedecer a su rey.

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    Apenas hubo llegado Beken el alfarero, jefe de los auxiliares, a la zona que les estabareservada, Sobek lo interpel.

    Rene a tus subordinados ante la forja de Obed orden el polica nubio.El alfarero, que era muy quisquilloso, le plant cara.Algo va mal?Ya lo vers.Exijo explicaciones.Sobek se rasc la cicatriz que tena bajo el ojo izquierdo, recuerdo de una lucha a muerte

    con un leopardo en la sabana de Nubia.Quien conoca bien al jefe de polica del Lugar de Verdad saba que aquel gesto revelaba

    una creciente irritacin, preludio de una clera devastadora.No te enfades recomend Beken, en tono vacilante. Slo deseaba saber si...Rene a los auxiliares.Beken consider preferible obedecer, pero tuvo muchas dificultades para reunir a los del

    exterior, entre los que figuraban lavanderos, carniceros, panaderos, cerveceros, caldereros,curtidores, tejedores, leadores, pescaderos y jardineros, nombrados todos ellos para asegurarel bienestar de los aldeanos.

    Obed el herrero fue el primero en protestar vigorosamente.Nos tratas peor que a bueyes destinados al matadero! Pero qu te pasa, Beken?rdenes del jefe Sobek... Yo no tengo nada que ver!Acaso no te encargas de defender nuestra causa si se producen abusos de autoridad?Qujate a los responsables.Obed el herrero era de origen sirio, barbudo, con las piernas cortas. Era un hombre de

    carcter, y no vacil en enfrentarse a Sobek, que observaba el tumulto con impaciencia.Somos trabajadores libres, y no tienes ningn derecho sobre nosotros declar el

    herrero.Te falta memoria asest el nubio; en caso de que un auxiliar cometa una falta grave,

    tengo el deber de detenerlo.Obed frunci el ceo.De modo que todos hemos cometido una falta grave? Te ests burlando de nosotros,

    Sobek, y voy a avisar inmediatamente al escriba de la Tumba.Acto por orden suya, pues todos sois sospechosos del asesinato de Nefer el Silencioso.El herrero se qued boquiabierto. De repente, el estruendo ces, para dejar paso a un

    pesado silencio.Poneos en fila orden el polica, y permaneced tranquilos. Os interrogar uno a uno

    en mi despacho.

    Exijo que Beken est presente para defendernos! intervino el calderero. Yaconocemos tus mtodos... Haras confesar a cualquiera!Sobek mir de arriba abajo al respondn.Puedes citarme un ejemplo concreto?El calderero baj los ojos.No, no...Necesito respuestas claras y me tomar el tiempo necesario para obtenerlas. Los

    inocentes tienen las manos limpias, por lo que no tienen nada que temer, y sern liberadosrpidamente. Sobre todo, no intentis mentir: tengo el olfato de un perro de caza.

    Beken se aproxim al polica.Puedo hablarte a solas?Mira, precisamente... Pensaba interrogarte en primer lugar.Los dos hombres entraron en la forja. A Sobek le gustaba el lugar, pues simbolizaba, a la

    perfeccin, la antecmara del infierno donde ardera el asesino.T, alfarero, tienes que revelarme algo.Falta un auxiliar.

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    Ests seguro?Libu, un lavandero, hijo de una libia y un tebano. Tiene cincuenta aos y trabaja mucho

    para alimentar a su familia. De vez en cuando roba alguna tela basta, pero yo hago como si nome diera cuenta.

    Tal vez est enfermo...Su mujer me habra avisado. Su ausencia es absolutamente anormal, te lo aseguro.

    Ir a su casa. Mientras tanto, podis reanudar vuestras actividades.

    Libu soaba despierto.Le costaba comprender lo que estaba sucedindole. Una campesina se haba dirigido a l,

    en el camino que llevaba al Lugar de Verdad, y Libu crey que lo tomaba por otro. Pero ella lohaba llamado por su nombre y lo saba todo acerca de l, incluso sus pequeos hurtos.

    Libu, inquieto, se haba defendido evocando su modesta situacin y las necesidades de sufamilia.

    La campesina lo haba tranquilizado. La haban enviado sus colegas lavanderos, queacababan de recibir un lote de ropa nueva salida de los talleres del Ramesseum y pensabanproceder a un discreto reparto de las mejores piezas antes de ir al trabajo. Una ganga que nopoda perderse!

    No te conozco... De dnde sales?

    Soy una nueva sobrina de Beken el alfarero respondi Serketa con voz de niita.Ah, bueno... Y no te da asco?Es tan amable! Gracias a l va a hacerse el reparto.Serketa sali del camino para dirigirse a un bosquecillo de tamariscos, en el lindero del

    desierto.Es el lugar de la cita precis; es un paraje muy tranquilo.Mejor as! Si el jefe Sobek nos descubriera, perderamos el empleo y nos caera una dura

    condena de crcel.No temas... Beken lo ha previsto todo.Libu ya pensaba en un ventajoso trueque que realizara su mujer gracias a las hermosas

    telas que l le llevara. Aunque el oficio de lavandero fuese duro, tena ciertas ventajas.El auxiliar contempl las hermosas formas de la campesina.Beken elige bien a sus sobrinas... Pero acaba de tomar una! Suele conservarlas por ms

    tiempo.En este momento tiene mucha energa.Menudo viejo verde! Si lo hubiera sabido, no me habra casado y habra vivido como l.Sabes?, yo no soy muy arisca... y donde come uno, pueden comer dos.Libu puso una mano sobre los pechos de Serketa.Si mi mujer lo supiera...Quin va a decrselo?El lavandero inclin la cabeza para besarle los pezones, luego sigui descendiendo hacia el

    bajo vientre. Su posicin era perfecta. Serketa sac de su peluca una larga aguja untada enveneno y la clav en la nuca de Libu con precisin de cirujano.

    En unos instantes, el cuerpo del auxiliar se puso rgido. Ella lo apart violentamente ycontempl, entre excitada y encantada, la horrible agona de aquel hombre.

    Luego recuper el arma del crimen, desnud a su vctima y la visti con un soberbio

    taparrabos que llevaba bajo su amplia tnica. Perteneca a Nefer el Silencioso y haba sidorobado por el traidor.

    Tras haberse asegurado de que el lugar estaba desierto, la campesina regres hacia loscultivos.

    Ya no caba duda: Libu el lavandero haba huido. Su esposa lloraba y el jefe Sobek habaordenado a sus hombres que peinaran el territorio del Lugar de Verdad y sus alrededores. Silas investigaciones no daban resultado, se vera obligado a pedir a Mhy que interviniera.

    No cabe duda de que Libu ha cometido un delito lo bastante grave como para incitarlo adesaparecer y a abandonar a su familia consider Beken.

    Nada demuestra que haya asesinado a Nefer objet Sobek; haba manifestadoalguna animosidad contra el maestro de obras?

    No, pero sin duda se trat de una desgraciada concurrencia de circunstancias. Libu era

    un ladronzuelo, ya te lo he dicho, y debi de intentar dar un buen golpe entrando en casa deNefer, que estaba all y lo descubri.

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    Y no lo vio nadie? Y no hay rastro alguno del botn en casa de Libu?Las preguntas del polica turbaron al alfarero. Estaba buscando alguna respuesta cuando un

    polica irrumpi en el despacho de Sobek.Ya est, jefe, lo hemos encontrado. Lo malo es que est muerto.El nubio acudi de inmediato al lugar.

    Habis visto el taparrabos? pregunt uno de sus hombres. Es muy lujoso! Inclusolleva una marca, en jeroglfico.El corazn y la traquearteria, es decir, el signo que serva para escribir la palabra Nefer.

    Sobek cogi el taparrabos.Supongo que no habr ningn testigo...Ninguno, jefe. A primeras horas de la maana este lugar est desierto.

    Clara examin la prenda.S, en efecto, perteneca a Nefer. Tena dos taparrabos nuevos de recambio, y acabo de

    comprobarlo: falta uno.Caso cerrado concluy Kenhir: el tal Libu asesin al maestro de obras. Cuando supo

    que el jefe Sobek iba a interrogar a los auxiliares decidi emprender la huida. Pero el destinono ha permitido que quedara impune y la muerte lo ha alcanzado antes de que pudiera

    aprovecharse de su fechora.se ser, pues, vuestro informe dijo Sobek.Nuestro informe rectific el escriba de la Tumba.Yo no voy a firmarlo.Por qu? pregunt Clara.Porque no creo en la muerte natural de ese lavandero.El taparrabos... No es una prueba suficiente de su culpabilidad? insisti Kenhir.Alguien intenta engaarnos.En ese caso, firma el informe recomend Clara. El monstruo que se oculta tras este

    nuevo crimen quedar convencido de que nos ha embaucado.

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    menos fogoso y ha probado que saba dirigir sin traicionar el espritu de la cofrada. Si lehiciramos quemar etapas, Paneb sera abrasado por su propio fuego. Dmosle tiempo paraaclimatarse a su nueva funcin y juzgumoslo por sus actos.

    Pero no disponemos de ese tiempo! afirm Nakht el Poderoso.Nuestro escriba de la Tumba goza de una forma excelente y sabr representarnos ante

    las autoridades mientras los dos jefes de equipo se consagran a sus tareas. Ms tarde

    tomaremos una decisin definitiva.Si slo faltara un voto favorable, el tuyo, aceptaras cambiar de opinin? preguntKenhir.

    Sera una cobarda imperdonable. Un fuego de la naturaleza de Set arde en el corazn dePaneb, un fuego tan terrible como el rayo; destruye cualquier obstculo que se interponga ensu camino, pero aniquilara a Ardiente si exigiramos demasiado de l.

    La mujer sabia no tom de nuevo la palabra, por lo que Kenhir ya slo tuvo que formular ladecisin del tribunal: Paneb no sera nombrado maestro de obras del Lugar de Verdad.

    Turquesa apart el capuchn de lino que cerraba el recipiente que contena un preciosocolirio compuesto de galena, pirita, carbn vegetal, cobre y arsnico. Como ayudante directa deClara, superiora de las sacerdotisas de Hator del Lugar de Verdad, la suntuosa pelirroja, quecontaba unos cuarenta aos muy bien llevados, velaba por los objetos rituales utilizados en el

    templo y por la preparacin de los productos de belleza que transformaban a sencillas amas decasa en siervas de la diosa.En aquella aldea que no se pareca a ninguna otra, cada cual realizaba una funcin

    sagrada; los artesanos y sus compaeras eran sus propios sacerdotes y sus propiassacerdotisas, y ningn celebrante exterior intervena en sus ceremonias. Ellos mismosconstruan su jerarqua, con total independencia, y slo reconocan como autoridad suprema ladel faran y su gran esposa real.

    Turquesa cont las redomas con ungento para asegurarse de que no faltara ninguna;panzudas, estables y hermticas, tapadas con capuchones de lino, eran otras tantas obrasmaestras talladas en calcreo, alabastro o serpentina.

    Una vez terminado el inventario, la sacerdotisa adorn con ramilletes los altares del templo,en el que pronto oficiara la mujer sabia. Antao, penetraba all acompaada por el maestro deobras para celebrar el rito del alba mientras que, en cada morada, los aldeanos ofrecan el

    fuego a los bustos de los antepasados y derramaban agua sobre las flores colocadas en suhonor, para desprender de ellas el perfume que encantara su ka. Se aseguraba as lacirculacin de la ofrenda, sin la que la cofrada no habra sobrevivido.

    Hoy, Clara estara sola, puesto que el tribunal haba rechazado el nombramiento de unnuevo maestro de obras. Sera a la vez el rey y la reina, el maestro de obras de los artesanos yla superiora de las sacerdotisas.

    Turquesa llevaba el collar de granates que Paneb le haba regalado, al regresar de unaexpedicin por el desierto; atraves el patio al aire libre pensando en la extraa relacin que launa al coloso.

    El uno al otro seguan ofrecindose un placer cuya intensidad no disminua, y no haba nadaque empaara su pasin. Paneb saba que Turquesa respetara su voto de permanecer solteray que nunca le dejara pasar una noche en su casa. Pero ignoraba que Turquesa le transmitauna fuerza mgica que Uabet la Pura no posea.

    Desde su primer encuentro, Turquesa haba presentido que Paneb el Ardiente iba adesempear un papel decisivo en la historia de la cofrada y que tendra que ayudarlo a forjarseun alma de jefe, a sercapazde superarse a s mismo y sus imperfecciones.

    Paneb se abrasaba en un fuego que slo la Gran Obra apaciguara. Uabet deba ofrecerle elequilibrio de un ama de casa, Turquesa deba mantener en l el dinamismo del deseo. Lo queNefer el Silencioso haba tenido la suerte de encontrar en una sola mujer, Paneb lo viva en laprueba de la dualidad. No buscaba la sabidura ni la serenidad, como su padre espiritual, sinouna potencia creadora que no era de este mundo.

    A veces, incluso Turquesa se asustaba; pero a diferencia de la mayora de los humanos,Paneb posea la capacidad de encarnar plenamente su destino. A ella, a la hechicera, le tocabaorientarlo hacia el amor por la obra y por la cofrada, evitando que el coloso se perdiera en lasmarismas de la ambicin.

    Ched el Salvador haba hecho bien al rechazar el nombramiento de Ardiente. Si hubiera

    sido necesario, Turquesa lo habra apoyado.Enfil la calle principal, mientras la aldea an dorma.

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    Paneb el Ardiente iba a su encuentro.Ya te has levantado?Hace tan buen tiempo... y tena ganas de verte.Es la hora de los ritos, Paneb, no la del placer.Precisamente por eso... Acaso no debemos pensar en embellecerlos constantemente?

    Un jefe de equipo debe conocer todas las tcnicas, he trabajado mucho con el orfebre Thuty en

    estos ltimos tiempos. Y he pensado que, en tu funcin de sacerdotisa de Hator, te vendrabien este atavo.Las primeras luces del alba se posaron en una fina banda de oro, de increble ligereza,

    adornada con rosetas coloreadas y dos minsculas cabezas de gacela, perfectamentecinceladas.

    Turquesa, estupefacta, se dej coronar por el coloso de manos de seda, que se alejcuando los aldeanos comenzaban su jornada celebrando el culto de los antepasados.

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    De entre los trigales salieron varios hombres que rodearon al artesano. Paneb cont nuevey advirti que se parecan: el mismo aspecto, la misma frente estrecha.

    Cada uno de ellos blanda un garrote.Ya ves dijo el mal afeitado, todos tendramos que estar tranquilos y no molestar a los

    dems. Pero t comienzas a ser molesto. De modo que mis compaeros y yo te ensearemosa permanecer tranquilo. Definitivamente tranquilo.

    Y si yo pronunciara una palabra, una sola, que pudiera arreglar la situacin?El jefe de la pandilla pareci sorprendido.Una palabra?... Cul?Ataca!Negrote dio un brinco y clav los colmillos en el antebrazo del mal afeitado, que lanz un

    grito de dolor. Paneb se lanz sobre el aclito ms cercano, embistiendo con la cabeza baja, yle golpe en medio del pecho. Luego, echndose a un lado, esquiv un garrotazo y consigui,con los puos juntos, quebrar la nuca de su agresor.

    El coloso, violentamente golpeado en las costillas, estuvo a punto de caer. Slo suexcepcional resistencia al dolor le permiti seguir de pie y, con la rodilla, rompi la mandbulade su adversario. Pero otro garrote cay sobre su hombro izquierdo, y entonces se percat deque la pandilla estaba formada por malandrines entrenados en el combate cuerpo a cuerpo.

    Paneb se arroj al suelo, levant a un pesado tipo agarrndolo por los testculos y lo lanz

    contra dos de sus compaeros, que cayeron hacia atrs. El coloso, rpido como un felino,acababa de aplastar de un taconazo la nariz de uno de ellos cuando la punta de un garrote lealcanz en los riones.

    Negrote solt su presa y mordi la pantorrilla del que se dispona a rematar a Paneb.Sorprendido, solt el arma, y el artesano se apoder de ella.

    El coloso, con la vista nublada y cubierto de sangre, consigui incorporarse y hacer girar subastn.

    Vmonos! grit el jefe.Los que seguan en pie recogieron a los heridos y la pandilla se dispers como una

    bandada de gorriones. Negrote los habra perseguido de buena gana, pero prefiri quedarsejunto a Paneb que, recuperando el aliento, se lo agradeci con una larga serie de caricias.

    Los soldados de guardia apuntaron con sus espadas cortas hacia la especie de monstruo

    cubierto de heridas que acababa de penetrar en el patio al que daban las oficinas de laadministracin central de la orilla oeste. Un escriba, aterrado, solt sus rollos de papiro y serefugi junto a su superior.

    Negrote gru y mostr los colmillos, dispuesto a librar un nuevo combate.Soy Paneb el Ardiente, artesano del Lugar de Verdad, y exijo ver de inmediato al general

    Mhy.La reputacin del coloso haba franqueado los muros de la aldea, y todos saban que poda

    vencer, con las manos, a un incalculable nmero de hombres armados.Voy a avisarlo prometi un oficial. Espera aqu y contn a tu perro.No tuvo que esperar mucho. Mhy, vestido a la ltima moda, fue a buscar personalmente a

    su husped.Paneb! Pero en qu estado...Me han agredido. Nueve hombres con garrotes. Y no eran campesinos.

    Qu quieres decir?Profesionales que saban combatir.El rostro de Mhy se ensombreci.Es lo que me tema...Paneb se indign.Sabais que intentaran matarme?No, claro que no, pero unos alarmantes informes hablaban de unas pandillas de

    mercenarios libios que, al aparecer, han atravesado el desierto para penetrar en la regin ycometer exacciones. Doblar de inmediato el nmero de patrullas para que esos bandidos seandetenidos lo antes posible. Nueve hombres... Y has conseguido vencerlos?

    Han huido, y algunos llevan huesos rotos.Te acompaar a la enfermera.La mujer sabia me cuidar. Como jefe del equipo de la derecha, debo comentaros un

    problema grave. Dada la importancia de mi cargo, mostraos menos familiar conmigo y dejad detutearme.

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    Aquella maana, Mhy estaba haciendo una verdadera matanza de martines pescadores,grullas y patos en el bosque de papiros donde estaba cazando desde haca ms de cincohoras. Pero aquella carnicera no bastaba para calmar sus nervios, que apenas haba podidocontrolar al escuchar a Paneb.

    Nueve soldados pagados a precio de oro para acabar con l, nueve veteranos que habanregresado ya a la frontera libia... Cmo haba conseguido el artesano vencerlos, por muycolosal que fuera?

    El plan de Serketa haba funcionado a la perfeccin: Paneb, sacado de la aldea por la falsarequisa de los silos, haba cado en la trampa tendida por el escuadrn que haba recibido laorden de interceptar a un peligroso malhechor y acabar con l si se resista. Siendo uno contranueve, Ardiente no tena posibilidad alguna.

    Slo haba una explicacin: Paneb gozaba de un poder sobrenatural, concedido por laPiedra de Luz. Se alimentaba con su energa y desplegaba luego una fuerza contra la quenadie poda luchar.

    Aquella certidumbre multiplic en Mhy el deseo de apoderarse del tesoro supremo delLugar de Verdad. La piedra era lo que daba a la cofrada la capacidad de resistir la adversidady enfrentarse, sin desesperar, con las peores pruebas. Mientras la poseyeran, los ms durosataques slo produciran mnimos daos.

    Naturalmente, el protector oficial del Lugar de Verdad haba superado las exigencias dePaneb, presentando excusas oficiales al escriba de la Tumba y ofreciendo a la cofrada botesde ungentos y jarras de vino para lograr que se olvidara el lamentable error de laadministracin.

    La belleza y la elegancia de la reina Tausert subyugaban al canciller Bay. La soberanaestaba deslumbrante, a cualquier hora del da, maquillada y acicalada con discretas joyas deoro fabricadas por el orfebre Thuty. Tausert, fiel al recuerdo de Seti II, no haba vuelto acasarse; gobernaba Egipto con autoridad pero sin ostentacin, evitando chocar con lospartidarios de Siptah.

    Ha mejorado la salud del faran, canciller?Desgraciadamente, no, majestad, pero el rey no se queja; es feliz leyendo los textos de

    los Antiguos y conversando con los sabios del templo.Ha olvidado definitivamente los asuntos del Estado?Os concede plena y entera confianza.Eso es lo que habas previsto, no es cierto?Bay baj la mirada.El viejo cortesano Set-Nakht est muy inquieto ltimamente prosigui la reina. Su

    nombre, Set es victorioso, resulta ms bien inquietante. Controlas la situacin?No por completo, majestad. La palabra de ese dignatario tiene mucho peso, y consideranecesario proseguir el linaje sedano interrumpido a la muerte de vuestro marido.

    Cules son sus argumentos?Piensa que Egipto se debilita y que no os preocupis bastante del ejrcito. Segn su

    punto de vista, sera indispensable una demostracin de fuerza en Siria-Palestina.sa no es mi poltica. Crees que es lo bastante audaz para intentar hacerse con el

    poder?Set-Nakht es un hombre ponderado, aunque voluntarioso; conviene, pues, tomrselo muy

    en serio.Veo que el nmero de mis enemigos no ha disminuido...Por desgracia, no, majestad, y la actual composicin de la corte no me hace ser muy

    optimista. Pero no les dejo el campo libre y refuerzo constantemente mi sistema de defensa

    para permitiros gobernar en paz.La sonrisa de la reina hizo que el canciller se ruborizara.Te haba prometido una sorpresa, lo recuerdas? Este mundo es slo una nfima parte de

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    la realidad, Bay, y debernos pensar en nuestra morada de eternidad. La mujer sabia no hafijado an el emplazamiento de la ma en el Valle de las Reinas, pero he tomado una decisinpor lo que se refiere a la tuya.

    El canciller sinti que se le haca un nudo en la garganta. Slo deseaba permanecer junto aTausert ms all de la muerte aparente.

    Residirs en el Valle de los Reyes, no lejos de Seti II, al que serviste fielmente.

    El canciller estuvo a punto de desmayarse.Yo en el Valle de los Reyes, pero...Dada tu abnegacin al servicio del pas, mereces ese honor excepcional. Partirs maana

    hacia el Lugar de Verdad y confiars a la cofrada su nueva misin: construir el templo demillones de aos de Siptah y dos tumbas, la del rey y la tuya.

    Majestad, cmo... cmo agradecroslo?Siendo t mismo, Bay.El canciller, temblando de emocin, se atrevi a murmurar la peticin que lo obsesionaba:Cuando los dioses os coronen faran, majestad, deseo que mi morada de eternidad est

    cerca de la vuestra.

    El templo se construir entre el de Tutmosis III y el Ramesseum anunci Hay, el jefe delequipo de la izquierda, en presencia de la mujer sabia, de Paneb y del escriba de la Tumba.

    En cuanto a la tumba de Siptah, hemos descubierto un buen emplazamiento, algo ms al norteque la de Seti II.El canciller Bay asinti con la cabeza.Puesto que sois el servidor de ambos reyes prosigui Hay, la vuestra se excavar

    junto a la de Siptah, en el mismo sector del Valle.Supongo que se tratar de un simple sepulcro sin decoracin?Es la costumbre por lo que se refiere a las personalidades no reales, en efecto, pero no

    es se el deseo de la reina Tausert, de acuerdo con el faran Siptah afirm Kenhir, Heaqu el plano que hemos elaborado.

    Varios corredores, uno tras otro, una sala del sarcfago, paredes para decorar... Bay estabaatnito.

    Pero... Si parece una tumba real!se es el deseo de la reina confirm la mujer sabia. Esta morada de eternidad no

    ser consagrada como la de un faran, pero evocar la magnitud de la tarea que su ocupanteha llevado a cabo.Por primera vezdesde que actuaba al servicio de Egipto, el canciller Bay se sinti perdido.

    Fened la Nariz comprob por ltima vez el emplazamiento elegido al que la mujer sabia,provista del mazo y el cincel de oro de Nefer el Silencioso, se acerc con respeto. Al dar elprimer golpe en la roca, no la hera, sino que revelaba su vida secreta, preservada en elsilencio. Y esa vida adoptara la forma de la morada de eternidad del faran Siptah.

    Sobek, inquieto, haba doblado la guardia en la entrada del Valle de los Reyes y habainspeccionado, personalmente, las colinas que dominaban la gran pradera donde, da trasda y noche tras noche, se realizaba la transmutacin del alma de los reyes que all reposaban.Estaba muy preocupado por la agresin de la que Paneb acababa de ser vctima; si en efecto,se trataba, de mercenarios libios, no vacilaran en asaltar las necrpolis con la esperanza de

    encontrar oro, y habra que adoptar precauciones especiales en el Valle de los Reyes.Pero Sobek no estaba seguro de poder confiar en Mhy. Ciertamente, el polica nubio no

    correra riesgo alguno, pero no poda evitar pensar que ese general tan ambicioso disfrazaba laverdad.

    Gracias a los ungentos de la mujer sabia, las heridas de Paneb ya slo eran un malrecuerdo. Y con todas sus fuerzas el coloso blandi el gran pico, en el que el fuego del cielohaba trazado el hocico y las dos orejas del animal de Set.

    Con ese simple gesto transmiti entusiasmo y deseo de llevar a cabo una nueva obramaestra a su equipo. Los canteros se pusieron manos a la obra, y los dems artesanosdispusieron un taller para preparar el programa de escultura, de pintura y de orfebrera.

    Y de nuevo se produjo el milagro: gracias al canto de las herramientas, a la comunin depensamiento y a la coordinacin de esfuerzos, la alegra rein en la obra. Ante la sorpresageneral, Paneb no manifest autoritarismo alguno; vel con placidez por la tarea de cada cual,

    resolvi las dificultades sin impaciencia y dio ejemplo a los dems en cualquier circunstancia.Nefer no se equivoc al elegirlo como hijo espiritual dijo Karo el Hurao.

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    Paneb estaba en su residencia oficial, situada en el ngulo sureste de la aldea. Habaterminado de tratar el revestimiento de madera, barnizndolo con aceite de cedro, unas vecestraslcido y otras negruzco para imitar el bano, y acunaba con ternura a Selena, su hijita deojos verdes, que tan frgil pareca en brazos de su colosal padre.

    El jefe del equipo de la derecha se haba tranquilizado por fin. A causa del esguince deUserhat el Len y la herida en la mejilla de Fened la Nariz, que haba sido alcanzado por unaesquirla de piedra, haba requerido la intervencin de la mujer sabia. Tras una noche deconjuros, Clara haba expulsado el mal de ojo de la obra.

    Los servidores del Lugar de Verdad teman que ocurriesen nuevos incidentes, pero habanaceptado, sin embargo, reanudar el trabajo. A excepcin de un cesto de restos de calcreo quehaba cado, no se haba producido ningn otro drama. Renupe el Jovial haba entonado unacancin de aliento, a la gloria del fundador de la cofrada, y el placer de trabajar haba animadode nuevo a los artesanos.

    La mujer sabia le haba asignado una tarea a Paneb: terminar lo antes posible la morada deeternidad de Siptah. No le haba dado ms explicaciones, pero presenta que aquella obra serade corta duracin. El coloso haba comenzado a excavar, tambin, la tumba del canciller Bay,por lo que tena que exigirle mucho a su equipo sin alterar la calidad del trabajo y sin reducir eltiempo de descanso.

    As pues, slo haba solicitado voluntarios que sacrificaran sus das de vacacionesreglamentarias a cambio de una prima; Nakht el Poderoso, Userhat el Len, Casa la Cuerda yUnesh el Chacal se haban esforzado mucho, pese a las protestas de sus compaeros, a losque Uabet la Pura haba conseguido calmar.

    Por primera vez desde haca varios meses, Paneb descansaba unas horas en su casa ydisfrutaba de la belleza de su morada, decorada con pinturas que representaban lotos ypmpanos.

    Uabet sali de su alcoba, muy enojada.Me faltan dos agujas para desenredar el pelo se lament. No me las habrs quitado

    t?Uabet apreciaba mucho aquellas pequeas varitas de madera y hueso, de unos veinte

    centmetros de largo y con una de las extremidades puntiaguda. Le permitan rascarse el cuerocabelludo o quitarse los lazos sin desbaratar sus trenzas. Adems, Paneb las haba decoradocon una cabeza de halcn minuciosamente esculpida, que despertaba la envidia de la mayorade sus amigas.

    Ya sabes que nunca toco tus cosas.Entonces, ha sido Aperti!Dnde est?

    No lo s. Desde que ha aprendido a hacer yeso, se cree que es maestro de obras yresulta incontrolable.Selena sonri a su padre, que la bes en la frente con dulzura.Te quedars conmigo toda la vida?Claro que s... pero de momento debo ir a buscar a tu hermano.Ha vuelto a hacer una tontera?Esperemos que no.

    Aperti? Ha abandonado la obra hace ms de una hora le dijo la esposa de Pai elPedazo de Pan a Paneb. Trabaja bastante bien, y la fachada quedar muy hermosa, perohay que ver qu carcter tiene! A la menor observacin, le sube la mosca a la nariz y se poneagresivo. Si no consigues hacerlo pasar por el aro, te aseguro que vas listo.

    El coloso pregunt a varias amas de casa, pero ninguna saba adonde haba ido Aperti. La

    esposa de Userhat el Len temblaba por su primognito que, aquella misma maana, se habapeleado con el hijo del jefe del equipo de la derecha.Paneb recorri en vano la aldea y sus dependencias. Si Aperti haba salido del territorio del

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    Lugar de Verdad, tal vez debera avisar a la polica. Pero an le faltaba echar un vistazo en elvertedero, que haba sido excavado al sur, tras el abandono del este y el del oeste. All sequemaban los diversos restos, reducidos a una masa compacta, purificada por el sol, y luegoeran enterrados en una cavidad rodeada de muros de piedras unidas con mortero.

    Paneb no daba crdito a lo que estaba viendo.En lo alto de un montn de detritus, Aperti torturaba al hijo mayor de Userhat el Len,

    amenazndolo con hundirle en las palmas de las manos las agujas que le haba robado a sumadre.Sal de ah! atron el coloso.Aperti permaneci largo rato petrificado, y su vctima aprovech la situacin para huir.Ese gamberro me haba insultado explic el muchacho de diecisiete aos, cuyo aspecto

    prometa igualar el de su padre.Por qu robaste estas agujas?La pregunta cogi desprevenido a Aperti.Para divertirme...Slo eres un ladronzuelo sdico, Aperti, y utilizas de un modo deplorable la fuerza que los

    dioses te han concedido.El adolescente sali temblando del vertedero.No... no vas a castigarme?

    Primero devulveme las agujas.Aperti se arrodill.Aqu estn... pero no me pegues! Mam no te lo perdonara y...El bofetn que le dio fue tan fuerte que Aperti cay al suelo.Esta aldea tiene sus leyes, muchacho, y debes respetarlas. Ya no habr otra advertencia.

    O ests en tu trabajo maana a primera hora o debers abandonar el Lugar de Verdad.Pu... puedo regresar a casa?Esta noche dormirs en el umbral, y sin comer. Con el estmago vaco es ms fcil

    reflexionar sobre los propios errores.

    El ataque de gota y la artritis de Kenhir haban desaparecido ya, pero ahora le dola laespalda y ya no poda pasar parte de la noche redactando su Clave de los Sueos. Por consejode Niut la Vigorosa haba encontrado una posicin que le permita olvidar el dolor: sentado

    sobre un almohadn, con una pierna estirada, tenda el brazo para escribir en una tablilla demadera colgada de un clavo que sobresala de la pared de su despacho. Sus jeroglficos erancada vez ms ilegibles, pero el viejo escriba tena su capacidad intelectual intacta y no ceda anadie el cuidado de llevar el Diario de la Tumba.

    Tendrais que desconfiar de vuestro ayudante recomend Niut.Imuni es un tcnico competente y serio. Gracias a l, los inventarios son de una exactitud

    absoluta.Mejor as, pero ambiciona vuestro puesto y su corazn no es bueno.Acaso te ha hecho algn dao?Que no se atreva a intentarlo! No, yo pensaba en vos...Tranquilzate, el pequeo Imuni an no est preparado para sucederme. Y tal vez no lo

    est nunca.Creo que eso no le har mucha gracia.

    Si es as, lo mandar a proseguir su carrera en una provincia tranquila. O Imuni se dacuenta de la inmensa suerte que tiene al vivir aqu, o se convertir en un vulgar funcionario.

    Vuestro desayuno est listo.Cereales perfectamente tostados, higos dulces como la miel y un pastel relleno de dtiles...

    Todas las maanas, Kenhir se daba un verdadero banquete, y lo mismo ocurra con elalmuerzo y la cena. A Imuni, en cambio, no le gustaba la buena carne, y ese grave defecto leimpeda desarrollarse.

    El pequeo escriba de rostro de hurn solicit audiencia. Niut lo hizo esperar hasta que sumarido hubo terminado de comer.

    Un informe del jefe Sobek!Por qu cacareas as, Imuni?Porque la reputacin del Lugar de Verdad corre peligro. Debemos intervenirde inmediato.Por qu razn?

    Ha desaparecido una vaca.Y en qu nos concierne eso?

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    Perteneca al Ramesseum y deba encarnar a Hator durante la prxima fiesta de la diosa,en el templo de Deir el-Bahari.

    Pero qu podemos hacer nosotros?La vaca huy por culpa de un artesano y, por tanto, la responsabilidad de la cofrada

    queda comprometida. El informe del jefe Sobek indica que hubo testigos y que no abrir la bocano bastar para disipar el escndalo.

    Quin es el artesano acusado?El informe no dice nada al respecto.En plena excavacin de una tumba real y de la del canciller Bay, aquello era una verdadera

    catstrofe!Dame m bastn dijo finalmente Kenhir.

    Sobek estaba sentado en un taburete al fondo de su despacho del quinto fortn; parecapreocupado.

    Realmente es tan grave? pregunt Kenhir.Lamentablemente, s. Por eso me he visto obligado a redactar ese informe e incitaros a

    que saquis a la luz todo el asunto.Pero en l no has designado al presunto culpable.No soporto la calumnia.

    Hablas de testigos...Los testigos se compran! Sobre todo cuando se trata de acusar a un jefe de equipo delLugar de Verdad, en este caso, a Paneb el Ardiente.

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    sostenindome durante mucho tiempo an.Varios colegas haban advertido al responsable de los rebaos que Kenhir no era fcil de

    manejar pero, con la edad, tal vez se mostrara menos obstinado y ms conciliador.Era evidente que se haban equivocado.Bueno, y esos testigos?Tal vez la palabra sea excesiva...

    Excesiva... Qu significa eso?Testigo implica un aspecto jurdico concreto, y yo no deseaba que...Vais a mostrarme a esos testigos, s o no?Son simples campesinos, sin instruccin y de palabra ms bien torpe. Un juez podra

    considerar que sus observaciones son bastante imprecisas y...Vieron o no a Paneb el Ardiente robando una vaca dedicada a Hator?Yo no me atrevera a asegurarlo, tanto ms cuanto existe un boyero de gran tamao que

    podra confundirse con Paneb.El escriba de la Tumba lo fulmin con la mirada.Estis explicndome que vuestro expediente de acusacin est vaco?No... no est muy lleno, en efecto; y creed que no pensaba realmente en un proceso.Y de todos modos habis armado este revuelo! Por qu razn?El responsable de los rebaos contempl una de las paredes.

    Buscaba una oportunidad... Vos, un escriba experimentado, deberais comprender queascender por los peldaos de la jerarqua es difcil. De modo que supuse que...Pertenecis a esa clase de jvenes depredadores que intentan que se hable de ellos por

    cualquier medio para obtener la benevolente atencin de sus superiores, sin preocuparse por laley de Maat.

    Escuchadme, Kenhir, esa vaca desapareci, en efecto, y...Evidentemente, por culpa vuestra! Y estis intentando que otro pague vuestro error

    utilizando la calumnia para lavaros las manos.Deberamos... encontrar un terreno de entendimiento, entre escribas. El Lugar de Verdad

    no es vuestra familia, a fin de cuentas.Sabed, muchacho, que el escriba de la Tumba no es un funcionario como los dems y

    que vive una fraternidad de la que nunca tendris la menor idea. Presentad vuestra dimisin yabandonad la orilla oeste lo antes posible. De lo contrario, me encargar personalmente de

    vuestro caso.El responsable de los rebaos se dej caer pesadamente en una silla baja.Y... mi vaca?Encentradla vos mismo.

    Kenhir regres a la aldea, aliviado. La marcha le haba fatigado un poco, pero se senta muyanimado ante la idea de poder anunciar buenas noticias.

    Clara sali de su gabinete de consulta, y el viejo escriba sinti una emocin comparable a laque provoc su primer encuentro: a pesar del luto, segua tan radiante como un suave sol deprimavera, y su mera presencia bastaba para hacer creer en la felicidad.

    Todo se ha arreglado indic; es un arribista que nos buscaba las cosquillas paraendosarnos una de sus faltas. Pensaba, incluso, que me asociara a su mediocre manipulacin.Paneb puede dormir tranquilo!

    Se ha marchado revel Clara.Marchado... Pero adonde ha ido?A buscar la vaca de Hator.Ese asunto ya no nos concierne!Creo que s, Kenhir. El funcionario del Ramesseum slo ha sido un instrumento del

    destino; creyendo incriminarnos, ha revelado la llamada de la diosa.Ya han intentado matar a Paneb, Clara. Enviarlo as, a lo desconocido, tal vez sea hacerle

    correr demasiados riesgos.Desde el punto de vista de las sacerdotisas de Hator, la misin es esencial.Kenhir se apoy en su bastn.Comienzo a comprender... Le estis imponiendo una de las pruebas que quiz lo

    conduzcan a la cima, no es cierto?Clara se limit a sonrer.

    Esa vaca sagrada est realmente en peligro.Y si Paneb no es capaz de traerla, tampoco l regresar nunca.

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    Que la diosa juzgue.La funcin de escriba de la Tumba no es una prebenda pens Kenhir; pero es

    preferible, aun, a la de jefe de equipo del Lugar de Verdad.

    He recibido un mensaje del traidor anunci Serketa, pasndose la lengua por susgolosos labios. La cofrada sigue excavando las tumbas del canciller Bay y del rey Siptah, y

    construyendo el templo de este ltimo en la orilla oeste. Pero sin Paneb...Mhy dio un respingo.Bromeas?Paneb ha abandonado la aldea, nadie sabe adonde ha ido.No lo celebremos demasiado pronto...El traidor afirma que no se trata de un viaje oficial. Y si Paneb hubiera perdido los

    nervios? Despus de la agresin que estuvo a punto de costarle la vida, tal vez haya decididoalejarse definitivamente de una aldea que slo le crea problemas.

    Extraa actitud... Pero no creo que ese mocetn sea capaz de renunciar tan fcilmente.Todo hombre tiene sus debilidades, tierno len mo susurr Serketa.

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    Examinador, el menor de nuestros esfuerzos adquiere todo su sentido.El sol penetr en la montaa de Occidente, la campia fue apacigundose y los artesanos

    guardaron silencio.Algunos se apartaron del grupo para aislarse y meditar. El traidor se dirigi hacia la parte

    trasera del templo.Se sent junto al muro, justo debajo de la gran placa de oro. Nadie poda verlo, pero esper

    largo rato para estar seguro de que no lo haban seguido.Desprendi la placa con la ayuda de un cincel de cobre.Ninguna luz brot de la cavidad.Lo que ambos jefes de equipo haban colocado all no era la piedra, sino una estatuilla de la

    diosa Maat, encarnacin de la rectitud.

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    A finales de abril el calor era abrumador. El escriba de la Tumba haba ordenado que sedoblaran las entregas de agua y, con el fin de preservar cierto frescor, los artesanos habancubierto las callejas con grandes palmas.

    Karo el Hurao llam a la puerta de Paneb. Le abri la pequea Selena.Quieres ver a mi pap?La agresividad natural del cantero desapareci.Est en casa?Est acabando de arreglarse, con mam. Quieres entrar?Bueno... s.Entonces me contars una historia de genios buenos y genios malos.La nia cogi al Hu