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Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala Práctica Clínica 2 “Articulaciones de Charot” DR. Rommel Granados López DRA. Verónica Myrna Sánchez Ortiz

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Page 1: Charcot

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Iztacala

Práctica Clínica 2

“Articulaciones de Charot”

DR. Rommel Granados LópezDRA. Verónica Myrna Sánchez Ortiz

Hernández Velázquez Lailah Itzel

Grupo: 1257

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Articulación de Charcot

La articulación de Charcot es una consecuencia de lesiones de los nervios, que impiden la percepción del dolor articular por parte de la persona afectada. Por consiguiente, las lesiones y fracturas insignificantes y repetitivas pasan inadvertidas, hasta que el deterioro acumulado destruye la articulación de forma permanente.

Así mismo, los nervios que transmiten sensaciones a las articulaciones pueden resultar afectados como consecuencia de una variedad de lesiones, enfermedades y trastornos como la diabetes mellitus, las enfermedades de la columna vertebral y la sífilis.

La artropatía neuropática descrita por Charcot en 1868 es una afectación grave, anatómica y funcional del pie. El conocimiento de los factores de riesgo, las medidas de prevención, el diagnóstico oportuno y un tratamiento que logre la adhesión del paciente y que permita llegar a la etapa de consolidación con un pie plantígrado y calzable, son determinantes para mejorar la calidad de vida del enfermo.

Los pacientes afectados por esta enfermedad tienen una neuropatía sensitiva grave que frecuentemente está asociada con la diabetes, pero que puede tener otras causas como son la siringomielia, el alcoholismo, la tabes dorsal, el mielomeningocele e injurias nerviosas periféricas. En el caso de la diabetes, la artropatía afecta primariamente el pie y el tobillo.

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Clasificación anatómica:

Tipo 1: Articulaciones tarso metatarsales. La localización más común es la articulación de Lisfranc, con una frecuencia de 60%. Se producen luxaciones de cuñas o metatarsianos, provocando prominencias óseas en la planta del pie y en sector interno o externo. También se puede ver el hundimiento del medio pie por luxación cuneo metatarsiana produciendo el típico pie en mecedora con una prominencia ósea plantar que puede producir ulceraciones. En general el talón se eleva con acortamiento del Aquiles.

Tipo 2: Articulaciones subastragalinas y medio tarsianas Se ven afectadas en un 30%. Puede producirse luxación astrágalo escafoides, calcáneo cuboidea y de articulaciones subastragalinas. Puede haber fragmentación ósea extensa y desplazamiento completo de estas articulaciones, lo que determina gran inestabilidad del pie, que a menudo se compara con una bolsa de huesos y que los hace proclives a largos períodos de inmovilización que pueden llevar de 1 a 2 años. Las prominencias óseas son menos frecuente que en el tipo 1.

Tipo 3a: Articulaciones del tobillo Esta artropatía es frecuentemente secundaria a eventos traumáticos que por tener Rx normal en su inicio, no se inmovilizan determinando así que el paciente, que no tiene dolor, continúe apoyando en su pie lesionado con las consecuentes luxaciones y fracturas.

Tipo 3b: Calcáneo Es una lesión rara, que puede llevar al colapso del arco interno. Se caracteriza por avulsión fractura de la extremidad posterior de calcáneo pudiendo producir lesiones de piel e infección en el talón por la prominencia ósea que se produce.

Tipo 4: Múltiples articulaciones Es una lesión muy grave en que pueden verse fracturas de más de una región anatómica y es muy común la periastragalina es decir una combinación de los tipos 2 y 3.

Tipo 5: Ante pie Son poco frecuentes y se localizan fundamentalmente en las articulaciones metatarso falángicas, pudiéndose confundir con osteomielitis u osteoartritis de dichas articulaciones. Deben ser tratadas con inmovilización inmediata y descargando el apoyo porque rápidamente pueden extenderse a la articulación de Lisfranc.

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Presentación clínica:

Los estadios precoces de un pie de Charcot se caracterizan por inflamación, edema, calor y, sorprendentemente, poco dolor. Las imágenes radiológicas de osteopenia asociadas a úlceras sobre las prominencias óseas, a veces se diagnostican erróneamente como infección u osteomielitis. Las aparentes áreas de osteolisis son producidas por hiperemia y no por infección. Con frecuencia no existe dolor en pacientes con síntomas crónicos.

La hinchazón y la deformidad se deben a la fragmentación ósea y luxación de las articulaciones, estando en valgo el retropié. En la exploración puede observarse una sobrecarga en el borde medial del pie, la cabeza del primer metatarsiano o de los metatarsianos laterales. Cuando se produce una subluxación dorsal de los metatarsianos, la sobrecarga puede afectar al cuboides, que suele estar en flexión plantar. El aumento de presión puede originar la aparición de úlceras, principalmente bajo la cabeza del primer metatarsiano, sobre todo si existe hiperactividad del peroneus longus, llegando incluso a producir una infección profunda.

La posición en valgo del retropié puede causar inestabilidad de la columna medial y pie plano, aumentado por el tendón de Aquiles o el gemelo acortado. La deformidad en garra de los dedos se debe a la denervación de la musculatura intrínseca por la neuropatía, lo que expone las cabezas de los metatarsianos a una sobrecarga por la falta de flexión de las articulaciones metatarsofalángicas y al peso que debe ser soportado por los dedos.

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Diagnóstico:

Es muy importante tener un alto índice de sospecha para realizar el diagnóstico precoz de neuroartropatía de Charcot y esto debe ser seguido de una intervención temprana para prevenir las deformidades propias de esta patología.

En la osteoartropatía aguda el paciente no presenta fiebre y el dolor o disconfort está presente en el 30% de los casos. La temperatura del pie puede estar levemente aumentada con eritema y edema local, y generalmente no hay lesión de piel. Los pulsos periféricos pedio y tibial posterior están presentes. El recuento de glóbulos blancos y la eritrosedimentación son normales.

El diagnóstico diferencial debe establecerse con:

- Esguince o entorsis.- Celulitis. - Osteomielitis.

La afección motora produce cambios en la integridad del arco del pie e incremento de la presión en ciertos puntos de descarga.

La alteración sensorial lleva al aumento de osteopenia y destrucción progresiva, microfracturas, deformidad ósea, estiramiento ligamentario y subluxación continua. Clínicamente el Charcot se puede presentar en forma uni o bilateral.

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El pie tiene cuatro articulaciones fundamentales:

1) la articulación tibio-astragalina, encargada de la flexión dorsal y plantar del pie.

2) la articulación sub-astragalina, encargada del valgo y el varo.

3) la articulación mediotarsiana o tarso-metatarsiana, encargada de aducción y abducción del antepie.

4) La articulación metatarsofalángica del primer dedo, a cargo del despegue durante la marcha. La mayor parte de las lesiones ocurre en la articulación tarso-metatarsiana o articulación de Lisfranc.

Tratamiento:

En la etapa aguda es imprescindible evitar el apoyo y disminuir el edema. Para ello puede ser de utilidad el uso de un yeso de contacto o un Walker (caminador). El paciente deberá usar muletas. Sin embargo, debemos reconocer que en muchos casos esto es dificultoso, sobre todo si el paciente tiene otras co-morbilidades incluyendo pérdida de la propiocepción, hipotensión ortostática y/u obesidad. Así también, el uso de silla de ruedas suele ser poco práctico, tanto en el hogar como para el traslado fuera del mismo.

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BIBLIOGRAFÍA:

Artropatía neuropática o Pie de Charcot , Nuri Schinca, Josefina Alvarez, BIOMEDICINA, 2012, 7 (1) | 44 - 50 | ISSN 1510-9747

Pie de Charcot: reconstrucción funcional y procedimientos de rescate, F. Noriegaa, P. Villanuevaa y S.T. Hansen. Instituto Internacional de Cirugía Ortopédica del Pie. Madrid.