cervantes en «tomás rueda»

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CERVANTES EN TOMÁS RUEDA Rita R. Rodríguez Universidad de Vigo Azorín intentó ver las creaciones de los autores clásicos a través de su propia sen- sibilidad. Por eso muchos de sus escritos son evocaciones de clásicos, como "Las nubes"¡, por ejemplo, donde nos encontramos a Calisto y Melibea casados y con una hija, lo que viene a anular el final trágico de La Celestina, o Don Juan, Doría Inés, o el propio Tomás Rueda 2 , entre otros. Como bien es sabido, esta última obra de Azorín es una recreación de El licenciado Vidriera 3 "novela ejemplar" cervanti- na publicada en 1613. AZORíN, "Las nubes", Castilla. Madrid, Espasa-Calpe, 1991, pp. 159-164. 2 He manejado la edición de Miguel Ángel Lozano Marco. Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil- Albert, 1994. A partir de ahora, para mayor comodidad, tras las citas en el texto indico, entre pa- réntesis. la página. 3 La edición utilizada de El licellciado Vidriera es la de Florencia Sevilla Arroyo y Antonio Rey Hazas (Galatea. Novelas Ejemplares y Persiles y Segismlll1da). Alcalá de Henares. CEC, 1994. Utilizaré paréntesis en los que va la página donde se encuentra la cita. 159

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Page 1: Cervantes en «Tomás Rueda»

CERVANTES EN TOMÁS RUEDA

Rita R. Rodríguez

Universidad de Vigo

Azorín intentó ver las creaciones de los autores clásicos a través de su propia sen­sibilidad. Por eso muchos de sus escritos son evocaciones de clásicos, como "Las nubes"¡, por ejemplo, donde nos encontramos a Calisto y Melibea casados y con una hija, lo que viene a anular el final trágico de La Celestina, o Don Juan, Doría Inés, o el propio Tomás Rueda2

, entre otros. Como bien es sabido, esta última obra de Azorín es una recreación de El licenciado Vidriera 3

• "novela ejemplar" cervanti­na publicada en 1613.

AZORíN, "Las nubes", Castilla. Madrid, Espasa-Calpe, 1991, pp. 159-164.

2 He manejado la edición de Miguel Ángel Lozano Marco. Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil­Albert, 1994. A partir de ahora, para mayor comodidad, tras las citas en el texto indico, entre pa­réntesis. la página.

3 La edición utilizada de El licellciado Vidriera es la de Florencia Sevilla Arroyo y Antonio Rey Hazas (Galatea. Novelas Ejemplares y Persiles y Segismlll1da). Alcalá de Henares. CEC, 1994. Utilizaré paréntesis en los que va la página donde se encuentra la cita.

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En la presente comunicación mi objetivo será el de examinar las diferencias y se­mejanzas entre las dos novelas para comprobar la influencia de Cervantes en el es­critor alicantino. Es preciso señalar que este estudio forma parte de un trabajo más amplio que. por falta de tiempo y espacio. no podrá ser expuesto aquí, aunque pron­tamente saldrán nuevos resu Itados.

Se trata, pues. de un primer acercamiento de forma general a aspectos tales como el título, el nombre del protagonista y el tema: la estructura y los personajes en am­bas obras; el tiempo y el espacio; y. por último, abordaré el desenlace de las dos no­velas.

Azoríll compone en 1915 una de sus obras pam conmemorar el tricentenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote. En esta ocasión celebra la fecha re­creando una de las Novelas Ejemplares. Este homenaje cervantino fue concebido en forma de 14 entregas que publicó desde el 19 de enero hasta el 20 de abril de 1915 en el periódico La VallglIardia

4 de Barcelona. En forma de libro sale por primera vez a la luz en las Publicaciones de la Residencia de Estudiantes. en ese mismo año, y lleva el título de El licenciado Vidriera visto por Azorín. La colección Austral en 1941 edita de nuevo la novela, pero su título, como dice el propio autor en el prólo­go, ahora "es más concreto" (53): Tomás Rueda.

Según Elella Catena. "tal vez el cambio de nombre fue debido a deferencia deli­cada hacia Cervantes, por no desear Azoríll que hubiera ninguna clase de ambigüe­dad al citarse su obra o la de Cervantes,,5. Esta nueva denominación, a mi juicio, puede explicarse teniendo en cuenta la parte de la "novela ejemplar" a la que el es­critor del 98 le confiere una mayor importancia. asunto que estudiaré más adelante.

Recordemos que Ulla de las características más peculiares de El licenciado Vi­driera es la polionomasia, al igual que en El Quijote; el protagonista afirma primero que su nombre es Tomás Rodaja6

, luego, a consecuencia de la locura que padece. se llamará "el licenciado Vidriera", y al final en toma de posición onomástica dice: " ... yo soy el licenciado Vidriera, pero no el que solía: soy ahora el licenciado Rue­da" (678). En consecuencia con lo antedicho se colige que Cervantes, al titular su "novela ejemplar" El licenciado Vidríera, lo que parece querer resaltar en su prota­gonista es la condición de loco.

4 AZORíN. "Ellícenciado Vidriera", La Vanguardia. Barcelona. 1915.

5 En su edición de Dolía Inés. M¡¡drid. Castalia. 1990. p. 40. nota 39.

6 Algún autor considera que se trata de un nombre ficticio. Cfr. SEGRE. Cesare. "La estructura psicológica de El licenciado Vidriera". Actas del I Coloqllio In/emacional de la Asociación de Cervallli.Has. Barcelona, Anthropos, 1990. pp. 53-62.

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El propósito de Azorín cuando en 1941 adopta un nuevo nombre para su "ensayo novelesco" (53) quizás fuese el de destacar el estado en el que el protagonista cer­vantino está cuerdo. Esto es, probablemente pretendiese otorgarle una mayor rele­vancia a Tomás Rueda, que será el protagonista indiscutible de su obra. En "Cambio de inteligencia", artículo incluido en Con permiso de los cervantistas, Azoríll señala que: "(La dificultad técnica, para Cervantes, consistía en hacer hablar a Tomás se­gún su nueva inteligencia. ¿Está vencida esta dificultad? ¿ Y ~ue importarán, en últi­mo resultado, las palabras, si contamos con la actitud?)" . Por consiguiente, el escritor alicantino intentará "hacer hablar a Tomás según su nueva inteligencia"S una vez recuperado de su locura; de ahí que opte, desde mi punto de vista, por este título para la obra. Además, frente a la polionomasia del texto cervantino, en Tomás Rueda tenemos un único nombre, que viene a mostrar un mismo temperamento e identidad a lo largo de todo el libro.

Ahora pasaré a señalar las posibles similitudes que se puedan observar en cuanto al tema. En El licenciado Vidriera Cervantes narra la historia de un inteligente y ad­mirable estudiante, que mientras estuviera loco fuera arropado por la sociedad, y, por contra, rechazado cuando recobra su cordura; circunstancia que le obliga a mar­charse a Flandes "donde pensaba valerse de las fuerzas de su brazo, pues no se podía valer de las de su ingenio" (678).

Para Azorín esta "novela ejemplar" es el símbolo de un hondo drama humano: la soledad que siente el hombre de talento, frente a la incomprensión de los demás9

. A diferencia con el personaje cervantino, el azoriniano cuando cae víctima de la calen­tura amorosa se pregunta si la causa de su estado "vidrioso" no la tiene el medio so­cial que le rodea. Por ello, Tomás abandona España y se marcha a Flandes.

Si Azorín en su artículo "La novela de la inteligencia" \O cita los rasgos autobio­gráficos de Cervantes en su "novela ejemplar" (los estudios en Salamanca, el gusto por la lectura, los viajes por Flandes e Italia) también en Tomás Rueda, como era de esperar, hay vestigios evidentes de la vida de su autor. Azorín se identifica con To-

7 Está incluido en el "Apéndice" de la ed. cit. de Tomás Rueda, p. IS3. (Los paréntesis de la cita pertenecen al autor).

8 Para Inman Fox, la palabra "inteligencia" "tiene un significado especial e .. ). Es un poder contem­plativo, la sensibilidad necesaria para captar "lo eterno". el espíritu de las cosas". En su edición de Amonio Aznrín, Barcelona, Labor, 1970, p. 26, nota 12.

9 RISCO, Antonio, Azorín y la ruptura con la novela tradicional, Madrid. Alhambra, 1980, pp. 254-255.

\O Cfr. "Apéndice" de Tomás Rueda, ed. cir.. pp. 184-186.

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más, el propio Tomás que dibuja en su libro. por ejemplo en el capítulo II cuando describe el retrato del pequeño que, sorprendentemente, guarda un gran parecido con su autor. También ambos estudian Leyes, son escritores de profesión; la mujer de Tomás coincide con la descripción de Julia!!, esposa de Azorín; incluso se llega a hermanar con Tomás Rueda por sufrir los dos un exilio voluntario 12. La sensibilidad tan exacerbada, el carácter susceptible y difícil de Tomás se corresponde. en defini­tiva de igual manera, con el de su autor. Alfonso Reyes indica, al respecto, que Azo­rín no crea personajes; lo que realmente hace es recordar nombres para describir su

. 1 13 propia a ma .

A continuación analizaré la causa de la enfermedad de los dos protagonistas para apreciar la diferencia. Si bien el Tomás de las Novelas Ejemplares cae enfermo por culpa de un bebedizo que le da "la dama de todo rumbo y manejo" (678) que de él se enamora, el Tomás de la recreación de 191 S queda hechizado por una mujer que lo desdeña y este "vino dulce y violento" (134) provocará sus altas fiebres. Los dos permanecerán en la cama unos seis meses, pero cuando vuelvan a erguirse ya no se­rán los mismos. El Tomás cervantino se creerá hecho de vidrio, enfermedad de la que se han constatado bastantes casos a lo largo de la historia 14, y que le va a durar unos dos años, tiempo en que el licenciado Vidriera dará a conocer la gran sabiduría y lucidez de la que goza. Cervantes utiliza otra vez la figura del loco-cuerdo para criticar y. dar a conocer algunos de los problemas que asolaban a la sociedad del si­glo XVI 15. Por su parte el personaje creado en 1915 a consecuencia de sus devaneos amorosos "la fiebre comenzó a devorarle" (135) hasta caer enfermo. Mediante un sÍ­mil compara la enfermedad de Tomás con el olmo que pierde sus hojas en otoño, y que en primavera le vuelven a brotar otras pero distintas de las primeras. Al igual que las hojas del olmo "Tomás- ¡ay !-, ya no es el mismo" (135).

En la novela de 1915 no hay locura, hay hiperestesia, pues en su primera inter­vención en primera persona el protagonista manifiesta: "Diríase -pensaba él- que ha-

11 En Memorias Inmemoriales. capítulo XXlI. nota 94 de la ed.át. de Tomás Rueda.

12 JI/sula. 556 (1993). Inman Fox dice que "el exilio de Azorín no fue, parece, por razones políticas sino psicológicas. En aquellas fechas [octubre de 1936], la guerra había llegado a las puertas de Madrid y los bombardeos ya habían empezado. Hay indicios de que tenía miedo y que se sentía acechado por la muerte. Las ejecuciones de Maeztu, Muñoz Seca y su cuñado Ciges Aparicio han tenido que impresionarle mucho" (p. 1).

13 Véase la "Introducción" a la ed. cit. de Tomás Rueda, p. 38.

14 Cfr. SEGRE, Cesare, 0[1. cit.

15 CERV ANTES, O[l. cit .. pp. 658-666.

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cia mi persona, como atraídos por un misterioso imán, acuden todos estos pormeno­res desagradables. Yo procuro poner un poco de lógica y de delicadeza en la vida; pero, fatalmente, de pronto, uno de estos detalles (...) viene a revolucionar mi sereni­dad espiritual" (139).

Si Cervantes critica a la sociedad de su época, Azorfn hará 10 mismo, aunque de forma más solapada, puesto que Tomás asegura que abandona España por el am­biente tan hostil y violento que había, y que le impedía encontrar la tranquilidad que deseaba16

.

En cuanto a la famosa dicotomía que presenta El licenciado Vidriera de armas / letras, es conveniente apuntar que en la recreación azoriniana no se menciona, ya que su objetivo no es el de enfrentar las dos posiciones. La propuesta de AzorÍn es presentar a un Tomás, igual de sensible que el de ) 613, pero plenamente interesado por las letras. Su viaje por Italia y Flandes apenas queda reflejado; la única referencia que tenemos de su estancia en el extranjero son los poemas de Dante y Petrarca que le recita a Asensio. Esto manifiesta que Tomás había aprovechado sus viajes para seguir indagando en la literatura, a pesar de lo que piensa cuando se va: "No quería ya los libros; no pasaba sobre ellos las horas. Ahora él tenía la preocupación de ser fuerte y libre" (115), 10 que realmente quería era disfrutar la vida 17

.

Hay que decir en lo concerniente a la estructura de las dos novelas que, desde una óptica formal, Tomás Rueda está constituido por 13 capítulos más el "Postfacio que pudiera ser prefacio" 18, frente a El licellciado Vidriera de Cervantes que es una novela corta sin ningún tipo de división formal. No obstante, atendiendo al conteni­do la "novela ejemplar" se puede dividir en tres períodos, que se corresponden con las tres etapas vitales del protagonista: el período formativo, el crítico y el activo l9

.

De las tres etapas la crítica es la que ocupa un mayor espacio, por lo que Cervantes concede una mayor importancia a los viajes por Flandes e Italia y a los sucesos que le ocurren a Tomás al regresar a España. En los trece capítulos20 de Tomás Rueda se pueden diferenciar cuatro partes. Éstas son:

16 Cfr. Cap. XL ed. ciI. de TomtÍs Rueda.

17 Éste es el mismo pensamiento que expresa Cervantes tanto en Ellicenci{ulo Vidriem (ed. dI" p. 649) como en El co¡oq!lÍo de los per/'Os ({'d. cit. p. 932).

18 En este apartado Azorín habla de la importancia que tienen los clásicos. y. entre otras cosas. re­cuerda también a don Francisco Gíner de los Ríos. al que le dedica el libro en 1915.

19 Cfr. el pr610go de la Novelas Ejemplares 11 de Avalle-Arce. Madrid, Castalia, 1987. pp. 16-25.

20 Están configurados por apartados (la mayoría están compuestos por tres o cuatro): el más extenso

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-La primera etapa aludiría a la infancia del protagonista (hasta la edad de once años). Es el período inventado por AzoTÍn y ocupa del capítulo I al tercer apartado del capítulo V (p. 94).

-El segundo período comenzaría con la cita del comienzo de El licenciado Vi­driera hasta el capítulo X. Coincide con la línea argumental de la novela de 1613: estancia en Salamanca, viaje por Italia y Flandes y regreso a la ciudad salmantina.

-La tercera parte ocuparía las capítulos X, XI Y XII. En estas páginas AzorÍIl rela­ta los avatares entre Tomás y la mujer que lo desdeña; el nacimiento de su fragilidad y su resolución de abandonar el país.

-La cuarta y última etapa se correspondería con el capítulo XIII, en el que se na­rra el estado de ánimo y la situación que vive Tomás en Flandes.

Los títulos que encabezan los capítulos, así como los apartados, son muy signifi­cativos y elocuentes: capítulo 11 "Las ventanitas" -motivo recurrente en AzorÍn

21_,

capítulo V "Acaba la Aurora" -muy simbólico, ya que hace alusión a la entrada del protagonista en la adolescencia-, capítulo X "Un vino dulce y violento" -metáfora de lo que será su experiencia amorosa-, capítulo XII "Vidrioso, un poco vidrioso" -de­nota la susceptibilidad tan acendrada que padece-, y el capítulo XIII "Realidad inte­rior" -muestra los sentimientos de Tomás en Flandes-. El resto de los capítulos hacen referencia a locativos (capítulo I "En Zamora o en Medina", capítulo VI "En Salamanca") o bien mencionan el aspecto más notable que encierran (capítulo IV "Las montañas y los libros", el XII "La postrera imagen").

Se puede afirmar, grosso modo, que en lo que respecta al contenido AzorÍn narra períodos de la vida de Tomás que Cervantes elude, y añade sucesos y digresiones

. 1 1 "d 22 propIas en as etapas en as que comCl en .

En el "ensayo novelesco" de 1915 intervienen personajes que en la "novela ejem­plar" no aparecían. Además de Tomás Rueda, en la obra de AzorÍn, hay otros perso­najes que mantienen algún tipo de relación con el protagonista. De los que estudiaré, los cinco primeros se relacionan con la etapa infantil de Tomás y los cuatro restantes con la adolescencia y juventud:

La madre: se llama María, nombre cargado de un gran simbolismo; es un perso­naje al que se hace alusión siempre por medio de evocaciones. La única parte de su

es el dedicado a Asensio (pp. 122-125) Y el más escueto es "Lo inesperado" -el último- (p. 161).

21 Cfr. Las confesiones de un peque/JO filásofo, Madrid, Espasa-Calpe, 1990, pp. 122-123.

22 V éanse, como ejemplo, las pp. 99, 107-110, 118.

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cuerpo que se nombra son las manos, unas manos que revelan delicadeza y ternura y que "han dasaparecido ya hace tiempo" (60).

El padre: la novela refleja su comportamiento hacia su hijo: despreocupado, vio­lento, una persona a la que sólo le interesaban las cacerías y no le importaba desha­cerse de objetos que antaño habían pertenecido a su mujer. En el capítulo III mediante una mención perifrástica se nos informa de su muerte: "Ha venido Loren­zo y le han dicho a nuestro niño que papá ya no volvía. Después le han vestido un traje negro" (76).

Por tanto se nos presenta a un niño huérfano que no guarda recuerdos de su ma­dre, y al que su padre no le ha prestado la atención ni el cariño necesari023

. La única persona que demostraba afecto sincero por el pequeño Tomás era Mari-Juana: una criada ejemplar -limpia, ordenada y enemiga de 10 ajeno-, "no tenía más que un de­fecto: era aficionada a las joyas y a los trajes vistosos. En sus manos llevaba unos anillos de oro, y los colores de su traje eran los más llamativos" (63).

En este primer capítulo tenemos ya la primera despedida de la novela, en la que se puede observar el dolor que siente Mari-Juana cuando se separa del pequeño ("los ojos de Mari-Juana estaban enrojecidos" (63». Este suceso viene a indicar que To­más, después de perder a sus padres, pierde también a la única persona que hasta ese momento le había dedicado instantes de ternura.

En el capítulo III surge Lorenzo como un sol protector del pequeño protagonista. Es el cachicán de La Olmeda. finca que había pertenecido a la familia del niño pero de la que ahora es dueño. Este viejecito le va a dar a Tomás el cariño que necesita y se preocupará por su educación, por eso le va a traer un maestro que le enseñe a leer.

El maestro: Azorín nos ofrece una descripción muy pictórica de este personaje, veámosla: "En su faz resaltan dos colores: el rojo, muy rojo de sus mejillas, y el blanco, blanco de nieve. de la barba. ( ... ) en lo alto [de su cara] distinguimos dos granitos de pimienta: son los ojos (. .. ) que brillan cuando se percibe una grato olor de cocina, o cuando pasa una linda moza, o cuando el maestro cuenta las cosas de Flandes o de Italia" (79). El maestro24recordará las delicias de la vida militar y de las tierras de Italia y Flandes junto al niño. Este personaje nos puede recordar el Cer­vantes-soldado, ya que se nos dice que había participado en una singular batalla de la cual había quedado lesionado (tenía una pierna de palo).

Después de aprender a leer el pequeño Tomás se va a Salamanca con sus amos.

23 Puede tratarse de una proyección biográfica del propio Azorín.

24 Probablemente influya en la decisión que tornará Tomás cuando decida irse con el militar.

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es el momento en que empieza a coincidir el hilo argumental de Tomás Rueda con la "novela ejemplar" de Cervantes. Allí en Salamanca conoce a don Lope de Almcndares que es un "caballero un poco provecto [del que se ríe la gente] (. .. ) sólo nuestro amigo Tomás ha visto que, por debajo de vuestra eterna quimera hay un co­razón bueno y un juicio discreto. Don Lope ha estado en Flandes y en Italia. Pero S.M. el Rey le tiene olvidado y postergado" (101 102). Este personaje, que ha esta­do en los mismos lugares que el maestro, puede ser considerado como una proyec­ción de la propia vida de Cervantes, a quien la Corte lo ignoró toda su vida aún habiendo participado en la batalla naval de Lepanto, "la más memorable y alta oca­sión que vieron los pasados siglos, ni espera ver los venideros" (431). Don Lope muere, como le sucediera a Cervantes, sin ver satisfecho su deseo de alcanzar un despacho real. Y en esta misma línea podemos advertir una cierta similitud con elli­cenciado Vidriera cervantino: los dos han estado en Italia y en Flandes, van a la Cor­te en busca de amparo y no lo reciben; asimismo, si Azorín subraya la discreción, claridad y "agudeza en su juicio" otro tanto había hecho Cervantes con su personaje. Es decir, en don Lope de Almendares hay características que recuerdan al propio Cervantes y a la vida del personaje creado por él -el licenciado Vidriera-o

Cuando Tomás sale de Málaga, después de acompañar a sus amos, se encuentra con un militar: este militar es don Diego de Valdivia, aunque aquí sólo se nombra su profesión. Esto está en relación con el hecho de que Azorín casi no le dedica es­pacio a este encuentro y al viaje por Italia y Flandes, en contraposición con la novela de Cervantes que ocupa extensos párrafos en describir lo acontecido.

A su regreso a Salamanca se entera de la muerte de don Lope, pero va a conocer a Asensio, al que le unirá una fuerte amistad. Este personaje es el contrapunto de don Lope: "No es caballero. ni siquiera hidalgo, no hace preceder su nombre de un sonoro don25

. ( ... ) un hombre que era labrador rico y que amaba la música" (122). Es un hombre invidente lleno de humildad y de bondad, y con una gran sensibilidad hacia la música y la literatura, por eso le entusiasman los versos que Tomás le recita. Es el polo opuesto de don Lope, como ya he mencionado, y así lo corrobora, inclu­so, el hecho de que "el Rey se había enterado de que Asensio Rodríguez26 era un su­tilísimo músico de tecla y lo hizo venir a su capilla" (129), mientras el pobre don Lope se cansó de esperar por el despacho real.

Por último, el personaje que interviene en la novela junto a Tomás es Gabriela,

25 Evidente alusión a don Lope de Almendares.

26 Apellido muy común que apoya lo dicho sobre su carácter.

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la mujer española que vive con él en Flandes. Es ingenua, bondadosa y le ayudará al protagonista a mantener siempre ilusión en la vida.

Aunque hay más personajes que participan en la novela, en esta ocasión, no voy a hacer referencia a ellos, pues aparecen de una forma más desdibujada.

Por lo que respecta a los personajes que intervienen en El licenciado Vidriera, solamente el capitán don Diego de Valdivia posee nombre propio, además del prota­gonista. Aparecen los amos, los amigos que cuidan de Tomás parte del tiempo en que está loco y la prostituta que de él se enamora; también participan en la novela las personas que representan a una gran variedad de oficios y profesiones a las que Cervantes critica (sastres, tahúres, libreros, etc.), En consecuencia, se podría consi­derar que, dado el tratamiento que reciben los personajes en la obra cervantina, esta es una novela con un único personaje: el licenciado Vidriera -junto a Tomás Rodaja y al licenciado Rueda-.

El tiempo en el que transcurren las dos obras está situado entre los siglos XVI y XVII, mas el escritor del 98 utiliza rasgos propios como la inclusión de citas bibliográficas posteriores a la fecha en que ocurre la histora27, así como analepsis y prolepsis tan características de este autor.

El licenciado Vidriera comienza cuando Tomás tiene la edad de "hasta once años", luego se nos dice que permanece en Salamanca ocho años, seguidamente en su viaje por Italia y Flandes tiene pensado emplear unos tres o cuatro años, a conti­nuación será el licenciado Vidriera durante unos dos años y medio, por lo que cuan­do decide volver de nuevo a Flandes debe de tener, aproximadamente, unos veinticinco o veintiséis años.

Azorín sitúa la acción en la época de Cervantes. Por ello inicia la novela en un pasado remoto, pues encabeza el primer capítulo con palabras típicas de la literatura oral: "Pues, señor, una vez era un rey ... No; no era un rey, Una vez era un gran caba­llero .. ." (59). Durante la niñez de Tomás sabemos que la Corte estaba en Madrid; cuando deja La Olmeda. exactamente el día de la Virgen de los Verdes, en el mes de septiembre, tiene once años; después vivirá ocho años con sus amos en la ciudad salmantina; en el capítulo IX en un pequeño párrafo se nos da noticia de sus viajes por el extranjero (es el apartado más condensado desde el punto de vista temporal); seguidamente se relata su nueva estancia en Salamanca, donde estará enfermo unos seis meses, para finalmente partir hacia Flandes. Pero este paso del tiemp028, que

27 Hace referencia a una edición del Oráculo manual y de El héroe de Gracián dc 1659 (ibíd. p. 155); nombra a Lamaítre (p. 157), escritor contemporáneo de Azorín.

] 67

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tanto obsesiona a Azorfn no sólo se refleja en Tomás Rueda, sino también en la na­turaleza, en los árboles (capítulo X) y en los objetos -el muro blanco de Salamanca­(capítulo VI).

Si se tienen presentes las observaciones que acabo de hacer acerca del tiempo en las dos obras, se puede decir que ambas novelas sitúan la acción a caballo entre los siglos XVI y XVII. Azorín sigue al pie de la letra las referencias temporales expre­sas en la "novela ejemplar" -la edad de Tomás cuando se va con sus amos, la estan­cia en Salamanca y el período que el protagonista permanece enfermo-, sin embargo, los dos años en que el licenciado Vidriera demuestra su sabiduría en la re­fundición azoriniana no aparecen, porque en esta obra su protagonista es Tomás Rueda y por tanto no hay locura.

Llegados a este punto, abordaré de forma sucinta la trayectoria espacial en la "novela ejemplar" y en la de 1915. El licenciado Vidriera comienza en las riberas del Tormes, después Tomás se dirige a Salamanca donde estará hasta que sus amos acaben sus estudios y regresen a Málaga, Tomás los acompaña, y a la salida de la ciudad se encuentra con don Diego de Valdivia con el que se irá por Italia y Flan­des; tras su largo viaje por distintas ciudades extranjeras vuelve a Salamanca, allí cae enfenno, se va a la Corte -que estaba en ValIadolid- y una vez recuperado se ve obligado a marcharse a Flandes, en esta ocasión como soldado.

Azorín, por su lado, en el primer capítulo ubica la acción en un ciudad de Casti­lla, que puede ser Zamora, Medina o Valladolid, y en sus alrededores donde estaba La Olmeda. A partir del capítulo V comienzan las similitudes con la obra cervanti­na: estancia de Tomás en Salamanca; luego en el capítulo VII abandona esta ciudad en compañía de sus amos para ir hacia Málaga y de camino la caravana se detendrá unos días en Madrid; en el IX capítulo el protagonista está otra vez en la ciudad sal­mantina, no obstante se alude a su largo periplo por Italia y Flandes; de esta ciudad parte a Valladolid donde decide dejar España. La novela acaba en una ciudad de Flandes, que puede ser Leyde, Harlem, o Dort, o Amsterdam ... , según indica el es­critor alicantin029

.

A la luz de lo visto se puede afirmar que tanto la acción de Tomás Rueda como la de El licenciado Vidriera están localizadas en los mismos lugares, excepto la referencia a la ribera del Tormes que en la novela de 1915 se elude y la visita a

28 Sobre el tcma del ticmpo en Azorín véasc el libro dc HERNÁNDEZ V ALCÁRCEL, Cannen y ESCUDERO MARTÍNEZ. Carmen, La lIarmtiva lírica de Amríll y Miró, Alicante, CAM, 1986, pp. 59-80.

29 Imprecisión típica cervantina, al igual que ocurre en el primer capítulo.

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Madrid que hace el protagonista azoriniano, que en la "novela ejemplar" no tiene lugar. En esta línea es conveniente matizar que las dos obras acaban en Flandes, si bien la de Cervantes de fOlIDa definitiva a diferencia con el final abierto de Tomás Rueda.

Relacionado con lo anterior está, pues, el distinto desenlace que presentan las no­velas. El licenciado Vidriera se marcha casi obligado a Flandes como soldado, te­niendo que renunciar a su condición de licenciado, por contra, el Tomás Rueda de Azorín abandona voluntariamente España para poder dedicarse por entero a su pro­fesión de escritor.

La historia de El licenciado Vidriera, según Riley, "acaba de un modo terminante -a primera vista más que ninguna otra ["novela ejemplar"]-. La vida y la historia de Tomás Rodaja o Rueda llegan simultáneamente al mismo punto final,,30. Sin embar­go, el escritor del 98 en su novela nos ofrece un final abierto, inacabado, ya que el lector no participa del contenido que encierra la inesperada carta de España; sólo sa­bemos que le produce júbilo y alegría al protagonista.

Además de los aspectos analizados en las dos novelas que demuestran el impor­tante influjo que ejerció Cervantes en Azorin, también se pueden advertir en la obra del alicantino características técnicas con un marcado matiz cervantino. Me estoy re­firiendo a las fórmulas de engarce entre los apartados de los capítulos3], a la indeter­minación espacial sobre el lugar de procedencia de Tomás Rueda y en el que vivirá en Flandes, O a los guiños que hace al propio lector como: " ... pero sigamos con nuestro cuento ... " (p. 68), o "¿En qué habíamos quedado? ¿Dónde estábamos? Es­perad un poquito ... ¡Ah, sí! ..... (p. 75).

A modo de conclusión, me gustaría destacar que, aunque Tomás Rueda está ba­sada en la quinta "novela ejemplar" y mantiene con ella similitudes que ya hemos señalado, el enfoque azoriniano es muy distinto, como se puede apreciar en el título, que unido a las novedades respecto al texto base (las digresiones, rasgos autobiográ­ficos ... ) y a las características estilísticas particulares de Azorín, hacen de Tomás Rueda una refundición muy personal que sigue su propio designio.

Para finalizar, estas breves notas sobre la huella de Cervantes en Tomás Rueda, citaré las palabras de Azorín en un artículo clave, a mi juicio, en el que el licenciado

30 RILEY. Edward. "Cómo se termina un relato: los finales de las Novelas tjemplares" en Actas del X Congreso de la Asociación Imertlllóo/lal de Hispanistas, Tomo l. Barcelona, PPU. pp. 351-382.

31 Cfr. Tomás Rueda. cd. cit.. pp. 68-69.100-101,133-134.

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Vidriera toma la palabra y afirma rotundamente: "Yo soy eterno, soy de ayer, de hoy, de mañana. Soy de Cervantes, de Galdós, de Baroja. No pertenezco a nadie y pertenezco a todos. Porque el problema angustioso de mi sensibilidad exasperada -de mi sensibilidad creadora de dolores y corroborante de placeres- es el eterno problema de la Humanidad toda,,32.

32 "El licenciado Vidriera" en Pensando en Espa/la, incluido en el "Apéndice" de la ed. cÍ{. de Tomás Rueda. pp. 176-177.

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CERVANTES, EL AMOR Y LA MUJER