certamen literario 2011/12

VII CERTAMEN LITERARIO VII CERTAMEN LITERARIO VII CERTAMEN LITERARIO --- CEIP. JOSÉ CORTINES PACHECO CEIP. JOSÉ CORTINES PACHECO CEIP. JOSÉ CORTINES PACHECO --- LEBRIJALEBRIJALEBRIJA

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JORGE GONZÁLEZ FUENTES 6º A

IRENE DOBLADO ANDRADES 6º A

LORENA DOBLADO PÉREZ 6º B

ANA ISABEL ROMERO PÉREZ 6º B

AINHOA QUERO RAMOS 5º A

CRISTINA VIDAL ALCÓN 5ª A

ANA MARÍA MORENO MUÑOZ 5º B

CRISTINA LÓPEZ FALCÓN 5º B

PAULA VALENCIA RODRÍGUEZ 4º A

EVA MARÍA MACÍAS MÁRQUEZ 4º A

MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ RIVAS 4ª B

PABLO FUENTES CALVO 4º B


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SANDRA CAÑETE ARRIAZA 3º B

CARMEN JIMÉNEZ RODRÍGUEZ 2º A

JOSÉ ANTONIO HIDALGO AGUILAR 2ª B

MARÍA RUIZ CASTEL 2º B

DANIEL RINCÓN ELÍAS 1º A

LUCÍA PALMA DÍAS 1º A

ARANZAZÚ LÓPEZ GONZÁLEZ 1º B

ÁNGELA MONTOYA GANDULLO 1º B

ÁNGELA SERRANO GARCÍA 3ª A

ARIADNA PÉREZ GONZÁLEZ 3º A

MANUEL MUÑOZ FERNÁNDEZ 3º B

NEREA GRANADO AGUILAR CELIA DORANTES RUIZ

2º A


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CURSO TÍTULO PÁGINA AUTOR

3 AÑOS “B” CAPERUCITA ROJA 5 INFANTIL DE 3 AÑOS B

3 AÑOS “B” EL CABALLERO TRISTE 7 INFANTIL DE 3 AÑOS B

5 AÑOS “A” EL REY Y LA REINA DEL MUNDO… 9 INFANTIL 5 AÑOS A

5 AÑOS “A” LA PRINCESA Y LA BRUJA 11 INFANTIL 5 AÑOS A

5 AÑOS “B” ÉRASE UN CUENTO AL REVÉS 13 INFANTIL 5 AÑOS B

5 AÑOS “B” EL RESCATE DEL MAMUT 15 INFANTIL 5 AÑOS B

1º EP B LA PERRITA TACHA 17 ÁNGELA MOTOYA GANDULLO

1º EP B FLORENS Y SUS ZAPATOS DE BAILE 19 ARANZAZÚ LÓPEZ GONZÁLEZ

1º EP A LOS HUEVOS PERDIDOS 21 DANIEL RINCÓN ELÍAS

1º EP A EL MÓVIL DE CLEO 22 LUCÍA PALMA DÍAZ

2º EP B SUMI Y RESTI 23 MARÍA RUIZ CASTEL

2º EP B EL MONSTRUO TRISTE 25 JOSÉ ANTONIO HIDALGO AGUILAR

2º EP A EL DIENTE PENDIENTE 26 NEREA GRANADO Y CELIA DORANTES

2º EP A EL SEÑOR GUERRAY LA SEÑORA PAZ 27 CARMEN JIMÉNEZ RODRÍGUEZ

3º EP A EL ÁRBOL Y LA NIÑA 28 ARIAZANA PÉREZ GONZÁLEZ

3º EP A LA MALETA MÁGICA 30 ÁNGELA SERRANO GARCÍA

3º EP B NOCHE PARA NO OLVIDAR 32 SANDRA CAÑETE ARRIAZA

3º EP B YOGUI Y ZAFACHITO 35 MANUEL MUÑOZ FERNÁNDEZ

4º EP A MAX Y EL FÚTBOL 37 PAULA VALENCIA RODRÍGUEZ

4º EP A LA ESCUELA DE BAILE 38 EVA MACÍAS MÁRQUEZ

4ºEP B LA POCIÓN MÁGICA 39 MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ RIVAS

4ºEP B LOS “W” 42 PABLO FUENTES CALVO

5º EP A EL PEQUEÑO LOBITO 46 AINHOA QUERO RAMOS

5º EP A LA MÁQUINA DEL TIEMPO 49 CRISTINA VIDAL ALCÓN

5º EP B FIESTA DE NAVIDAD 51 ANA MARÍA MORENO MUÑOZ

5º B LOS NIÑOS DE MAGCOCO 53 CRISTINA LÓPEZ FALCÓN

6º A MISIÓN “HAY QUE LEER” 55 JORGE GONZÁLEZ FUENTES

6º A EL HEREDERO 58 IRENE DORANTES ANDRADES

6º B LA PRIMAVERA HA LLEGADO 61 ANA ISABEL ROMERO PÉREZ

6º B LA TORTUGA ALICIA LORENA DOBLADO PÉREZ 62


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3 AÑOS B


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Érase una vez una niña llamada Cape-rucita Roja. Fue al Bos-que y se en-contró al lobo. El lobo se la comió y un ca-

zador pasó y la salvó.


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3 AÑOS B


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Había una vez una dama y un caballero. Una bruja encerró a la dama y el caballero la salvó.

Se casaron y la bruja Patuja se hizo buena.


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5 AÑOS A


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Había una vez un rey y una reina que vivían en una cueva con su tribu. Tenían hambre y salieron a cazar.

Vieron a un mamut y lo cazaron con las lanzas. Vol-vieron a la cueva y comieron todos felices.


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5 AÑOS A


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Había una vez una princesa que vivía en un castillo y una bruja mal-vada. A la princesa la metió en una jaula

Y vino un príncipe y la salvó. Se casaron y fueron felices


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5 AÑOS B


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Érase una vez una niña que se perdió en un bosque. Allí apareció un lobo y la niña se asustó mucho.

Pero el lobo era bueno y la invitó a merendar galletas y sandwiches. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.


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5 AÑOS B


-16-

Érase una vez un mamut que vivía cerca de un po-blado. Unos cazadores quisieron atraparlo.

Pero los dinosaurios fueron a rescatarlo. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.


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Había una vez una perrita que se lla-maba Tacha. Era de color blanco y muy pequeñita, parecía una bolita de nieve. Vivía con su dueña que se llamaba Julia en una casa muy grande que tenía un

jardín precioso. Un día, mientras jugaba en el jardín se subió a un árbol demasiado alto y al bajarse se cayó y se partió la patita. Entonces llegó Julia que la cogió y la llevó al veterinario. Allí le dijeron que tenía la patita rota y se la vendaron. Finalmente Julia se la llevó a su ca-sa y, con el tiempo y mucho reposo, a Tacha se le curó la patita y nunca más se le ocurrió montarse en sitios peli-grosos. Y colorín colorado, este cuen-to se ha acabado.

Ángela Montoya Gandullo 1º B


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Había una vez una niña que se llamaba Florens, alegre y diverti-da y le gustaba mu-cho bailar. Vivía en París al lado de la to-rre Eifel. Un día Florens pasó por un escapa-rate y vio unos zapa-tos de baile muy caros. Enton-ces su madre le dijo que si era una niña buena y obediente le daría una moneda por cada día que se portara bien. Finalmente Florens consiguió sus monedas para comprarse sus zapatos. Y colorín colorado, este cuen-to se ha acabado. Aranzazú López González

1º B


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Un día los Angry Birds estaban tranquilos con sus huevos. Pero un día, de un agujero que estaba en el cielo, salió un cubito de hie-lo, cayó a la tierra y cogió sus huevos y se fueron. Se lanzaron al agujero y les dio un calam-bre. Al llegar al espacio cambiaron. Después cogieron el tirachinas y les tiraron y fueron felices.

Daniel Rincón Elías 1º A


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En Monster High, Cleo tiene un móvil -¡Ey, chicas, tengo un móvil! -Qué chulo, Cleo –responde Franqui. -Es fantástico –responde Draculaura. -Gracias –responde Cleo. Dentro de unos días Cleo está furiosa. -¿Qué te pasa Cleo? -Se me ha perdido el móvil. -¿Es este tu móvil? -Sí –responde Cleo. Y nunca más lo volvió a perder.

Lucía Palma Díaz 1º A


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Había una vez una ciudad llamada Mate, en ella vivían dos niños lla-

mados Sumi y Resti.

Un día preguntó Resti a su madre: ¿Por qué nos llevamos mal con

Sumi?

Y la madre respondió: Porque nosotros restamos y Sumi es de la fa-

milia de la suma.

Un día mientras Resti estaba jugando con sus amigas a la comba,

se levantó una gran tormenta y em-

pezó a llover, pero Resti no se mojó

porque Sumi estaba allí y vio la tor-

menta y le dejó su paraguas prefe-

rido, solo a ella, y él se mojó muchí-

simo y llegó chorreando a su casa.

Después de secarse le contó la his-

toria a su madre y, a la media hora,

se despejó el cielo y salió el sol y un gran hermoso arcoíris. Entonces,

más tarde, llegó Resti a devolverle el paraguas de Sumi, que tanto le

gustaba, ¡vaya sorpresa que se llevó Resti cuando le abrió la puerta!

El hermano pequeño de Sumi se quedó muy cortado porque no se

lo esperaba. Resti le preguntó al pequeño por su hermano, pero el pe-

queño sólo sabía decir: “uno más uno, uno más uno”. Resti pensó,

¡ “Qué pesados! ¡Sólo saben sumar!”

De pronto, como por arte de magia apareció Sumi con su tío “Por”,

que venían de pescar. Resti le dio su paraguas y le dio las gracias. Sumi

le dijo que si quería merendar y Resti muy colorada le dijo que sí. La

madre de Sumi les preparó tarta de números, que a Resti le encantó.

Desde ese día Sumi y Resti se hicieron amigos.

Y colorín colorado, este cuento de sumas y restas se ha acabado.

María Ruiz Castel 2º B


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Érase una vez un monstruo que no tenía amigos por-

que daba mucho miedo y por eso nadie quería estar

con él. Pero un día ocurrió algo maravilloso. Encontró

un niño que quería jugar con él.

El monstruo dijo. “¿no me tienes miedo?. Y el niño

respondió: “Pues claro que no.

El monstruo dijo: “¿De verdad?”

-De verdad de la buena –respondió el niño

-¿Te quieres venir a tomar un helado? -dijo el mons-

truo

Y después de tomar el helado fueron muy amigos y

se quisieron mutuamente. José Antonio Hidalgo AguILar

2º B


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Érase una vez un ratón que sólo tenía un

diente y se encontró una almendra, le pegó

un bocado y se le cayó el diente. Lloró mucho

porque creía que no le iba a nacer y se lo di-

jeron a sus padres y le dijo la madre: “No te

preocupes, te va a nacer, cariño”.

Y el ratón Pérez le trajo un regalo y le na-

ció el diente.

Nerea Granado Aguilar Celia Dorantes Ruiz

2º A


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Érase una vez en un pueblo muy chico, en la colina, había una casa de madera que nadie la alquilaba. Des-de hacía muchos años nadie quería vivir en aquella ca-sa, porque al lado vivía un hombre muy malo. Un día llegó una mujer que se enamoró de la casa y no echó cuenta a las advertencias de los vecinos. Un día le pi-dió una cita al vecino y éste le dijo que sí. La vecina le preguntó cómo se llamaba y el le con-testó: -Me llamo señor Guerra, ¿y usted? -Yo me llamo señora Paz. Y desde aquel día se llevaron muy bien y se casaron y tuvieron un hijo.

Carmen Jiménez Rodríguez 2º A


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Érase un árbol muy viejo y estropeado, porque los niños que van

al bosque le tiraban pape-

les y le sacaban raíces.

El árbol quería que

se fueran para que deja-

ran de maltratarlo, así

que les dijo:

-¡Dejadme!

Y los niños se pusie-

ron a llorar y se fueron todos menos una niña que lo arregló un poco y

le metió las raíces en su sitio. La niña era hermana del más malo y

ella la más buena, así que dijo:

-Vendré dodos los días a regar-

te.

-Gracias, me hace falta -

contestó el árbol

Al día siguiente fue al bos-

que a regarlo. Hablaron un poco

y la niña se fue por la noche.

Cando fue otra vez el árbol le dio una mala noticia: “¡Me van a ta-

lar”. La niña comenzó a llorar.

-Pero, no te pueden talar –respondió.

Y se fue a hablar con

los leñadores y decidie-

ron hacerle caso y se pu-

so muy feliz. Se fue para

el bosque y se lo dijo al

árbol, que se puso muy

feliz y le dijo:

-GRACIAS POR TODO.

Ariadna Pérez González 3º A


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Érase una vez una niña que tenía una maleta mágica. La

niña no sabía que su maleta era mágica y un día, cuando esta-

ba en el Colegio, se iluminó la maleta. Todos los niños de la

clase se asombraron. Sara, la niña de la maleta dijo:

-¡Oh, no! ¿Qué ha pasado con mi maleta, se va a estropear,

señorita Laura?

.-No, es que la ma-

leta es mágica.

-¿Mágica?

-Sí, es mágica y a lo

mejor tú también te

vuelves mágica.

Al mes siguiente la

niña se convirtió en un

hada con poderes de agua . Pero Sara no quería ser un hada y

vendió la maleta mágica a una tienda de maletas.

Sara echaba de menos ser hada.

-Voy a ir a la tienda de las maletas –dijo.

Cuando Sara llegó a la tienda preguntó si tenían su maleta.

-Esa maleta se vendió ayer por la mañana –le dijo el de-

pendiente.

-Vale, ¡adiós! -dijo Sara.

Sara se enfadó mucho porque no pudo recuperar su male-

ta.

Al fin y al cabo descubrió que su nueva maleta también era

mágica y recuperó los poderes, pero no eran iguales, sino me-

jores que los primeros. ¡Eran los poderes del arcoíris!

Ángela Serrano García 3º A


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Un día, Oliver, una niña de Lebrija escuchó un ruido y se levantó.

Miró para todos los lados cuando de pronto vio una cosa muy pequeña

de color amarillo chillón en la ventana que parecía saltar hacia su ca-

ma.

-¡Ahhhhh! Eres un marciano.

-¡Chisssssss! ¿Te quieres callar? No quiero que se entere nadie de

que estoy en la Tierra.

-Entonces, ¿por qué estás aquí?

-Es que sin querer me caí de mi nave espacial, en la que iba con

mis padres de vuelta a mi casa.

Me estampé contra el suelo de

un hermoso y colorido bos-

que., donde de pronto apareció

una sombra con dos puntitos

que decía ¡miauuuu!

-¡Ah! Es el gato de la veci-

na que tiene muy malas pulgas.

-En ese momento salí corriendo hacia una pequeña puerta y ahí fue

donde te encontré.

-Y, ¿cómo te llamas?

-Me llamo Amarillín, y tú, ¿cómo te llamas?

-Yo me llano Oliver.

-¡Muaaaa! -¿Por qué lloras ahora? -Porque no sé dónde están mis papis. -Bueno, por eso no te preocupes porque super Oliver los encon-trará. -Pues lo primero que hay que hacer es ir al sitio más alto de este pueblo y después tengo que emitir mi ultrasonido con mis orejas. Cogieron la bicicleta, que para Oliver era superchula y superpoten-te, porque llegaron al castillo, el sitio más alto de Lebrija en menos de un minuto, y eso que Oliver vivía cerca de la estación de trenes. -¡Ya hemos llegado! -dijo Oliver. -¡Buaaa!. Este sitio es superalto. Vamos a subirnos a esa roca. La roca estaba muy mal, pues se desprendían pequeños trozos. -Ahora quiero que te alejes porque voy a hacer mi utlrasonido con mis orejas. ¡turí, turí, turí, …!


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De repente apareció un punto brillante en el cielo que poco a poco

se hacía más grande.. Se produjo una pequeña explosión.

-¡Bien, son mis papis!

De aquella nave salieron dos marcianos de color amarillo que

tenían pinta de no hacerle daño a nadie.

-¡Hola!, somos los padres de Amarillín. Venimos del planeta Urana.

-Oliver, te presento a mis papis, Amarillón y Amarillita.

-Bueno, chicos, despediros porque se hace de día y no quiero que

nos vea nadie.

-Muchas gracias por cuidarme y no haberle dicho a nadie que era

un marciano. ¡Te echaré de menos!

-Yo también te echaré de menos y espero que no caigas otra vez de

tu nave.

Cuando Amarillín se fue Oliver cogió su bici que parecía más po-

tente. Él sabía que su padre a punto de llamarle para desayunar, cuan-

do de pronto …

-Oliver, a desayunar y, por cierto, ¿has sido tú el que ha abierto la

ventana?

-Yo no, pero sé quién ha sido.

Y verde y amarillo, Oliver no olvidará nunca a su amigo.

Sandra Cañete Arriaza 3º B


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Hace varios años, vivían un oso pardo y una lagartija llamados Yo-

gui y Zafachito. Yogui tenía el pelo castaño y los azules. Zafachito no

tenía pelo y sus ojos era marro-

nes. A los dos le gustaban depor-

tes, como el fútbol, kárate, balon-

cesto, coche, etc., aunque se les

daban bien. Los dos nacieron en

Lunfor, un pueblo americano.

Un día apareció en la ciudad

la banda de los Chigan, que eran

tan malvados, que con la ayuda

de muchos robots se apoderaron

de la ciudad. Zafachito descubrió

una puerta de la que salían los ro-

bots, y junto con Yogui, se enfrenta-

ron para acabar con ellos y cerra-

ron la puerta. Después de luchar

mucho consiguieron ganar a los ro-

bots. Todos los niños del pueblo lu-

charon para echar la banda de los

Chigan y no volvieron jamás a Lunfor.

Yogui y Zafachito celebraron con

los amigos del pueblo la victoria.

Nunca más se vio a la banda de

los Chigan en el pueblo.

Manuel Muñoz Fernández 3º B


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Había una vez un niño llamado Max.

Era simpático, agradable, listo y guapo.

Su pelo era negro, su piel morenita y sus

ojos azules. Siempre iba vestido con la

equipación de fútbol de la selección es-

pañola. Y también llevaba tacos amari-

llos y rojos. ¡Le encantaba el fútbol!

Vivía en Lebrija, pero allí no podía ju-

gar porque estaba prohibido. Entonces

Max le dijo a sus padres que se quería

mudar al único lugar de España entera

en el que enseñan a jugar al fútbol de

verdad y ese lugar era Madrid.

Los padres, después de pensarlo mucho, decidieron mudarse a Ma-

drid y dijeron a Max que preparase las maletas. Su madre, por internet,

empezó a buscar una casa en la que alojarse. Cuando la encontró la

compró y se fueron a vivir. Cuando llegaron Max empezó a deshacer las

maletas y a guardar la ropa. Una vez guardada se fueron a apuntar al

chico a fútbol y conoció a cinco amigos, que se llamaban: David, Pepe,

Adrián, Iván y Pablo. También conoció a cinco amigas que eran Ana,

Rocío, Eva, Araceli y Sara. Los diez se llevaban muy bien.

Un día en los entrenamientos, el entrenador se acercó y les dijo

que al sábado siguiente iban a jugar un partido de fútbol contra el Sevi-

lla. Max se alegró mucho y cuando llegó a su casa lo dijo muy contento.

Llegó el día del partido y jugando Max se lesionó y tuvo que quedar-

se un mes sin jugar. Ese mes lo pasó muy mal y no lo habría superado

de no ser por sus amigos. Pasado ese mes volvió a jugar y todo volvió a

la normalidad.

Paula Valencia Rodríguez 4º A


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Hace mucho tiempo una escuela de baile cerró por falta de dinero.

Una de sus bailarinas se quedó muy triste, porque era su

escuela de baile favorita.

La bailarina se llamaba aurora. Se entristeció mucho y

llamó a sus amigas: Clara, Sandra y Mónica. Ellas pensa-

ron un plan para salvar la escuela de baile. Consistía en

que cada una se pusiera a trabajar para que entre todas

consiguieran once mil euros.

Clara trabajó en una peluquería; Mónica, en un colegio;

Sandra, con un veterinario y Aurora, en un supermercado.

Pasaron tres meses y sólo tenían cinco mil euros recaudados. To-

das estaban muy preocupadas … ¡Todas menos Clara! Aurora le pre-

guntó que por qué no estaba preocupada. Ella contestó que ya sabía la

forma de conseguir más dinero. Todas se quedaron muy asombradas.

-¿De qué trata tu idea? -preguntó Mónica.

-Vamos a pedir un préstamo al banco y después se lo llevamos a la

Directora –respondió Clara.

-Pero, ese dinero, después se tiene que devolver ¿No? -dijo Sandra.

-Sí, pero ya hablaremos de ese problema cuando se nos presente

–contestó Clara.

Todas se fueron directamente al banco y le pidieron seis mil euros

y el banco se los prestó. Al día siguiente se lo llevaron a la Directora,

que les dio las gracias a las cuatro.

A los tres días hicieron una fiesta en la escuela de baile. Había chu-

ches, sándwiches, refrescos y sobre todo música. Aurora estaba muy

feliz de que hubiera abierto otra vez la escuela de baile y todo gracias a

ella.

Después de la fiesta el padre de Aurora le dio una sorpresa a ella y

a sus amigas. Y vosotros os preguntaréis que cuál fue la sorpresa.

¡Pues era que él había pagado el préstamo del banco!

Eva Macías Márquez 4º A


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Hace mucho tiempo, cuando existía la magia y los dragones y mu-

chas cosas más, un niño llamado Marcos, que

era mago, hacía pociones y las vendía en una

tienda. Un día quería hacer una poción muy

difícil y necesitaba escamas de dragón, plu-

mas de avefrías y veneno de una criatura muy

rara: la hidra. La hidra es un león que escupe fuego y tiene cola de ser-

piente.

La madre de Marcos, Julia, una estupenda maga, no le dejaba ir

por el veneno de hidra. Decía que era muy peligroso. Así que Marcos

llamó a sus amigos que eran Julio y Sandra. Julio era muy miedoso y

muy confiado, pero muy buen amigo y Sandra era valiente y arriesgada

y también muy buena amiga.

Bueno, a lo que íbamos, les dijo que si querían escaparse por la no-

che y tanto Julio, como Sandra aceptaron. Después les dijo que era pa-

ra conseguir veneno de hidra.

Cuando llegó la noche Marcos, Julio y Sandra se escaparon y salie-

ron de la aldea.

Por la mañana llegaron al puente del dragón, que es un puente con

un dragón y sólo se puede pasar si aciertas una adivinanza que te dice.

El dragón soltó la adivinanza:

-¿Qué pasaría si yo no estuviera?

Sandra se echó a

reír y dijo:

-¡Qué fácil! La res-

puesta es que todo el

mundo podría pasar el

puente.

El dragón con-

testó que era correcto y cruzaron el puente.

Después del puente se acercaron al valle de fuego, donde vivía la

hidra.

En la aldea, Julia, la madre de Marcos y las madres de Julio y San-

dra, estaban preocupadísimas por sus hijos, porque no sabían dónde

estaban.


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Cuando llegaron al valle del fuego se pusieron a buscar pero no en-

contraron a la hidra, así que se fueron a descansar.

Pasó el tiempo y, de repente, ¡plan!, la hidra apareció y rápidamen-

te Marcos sacó un frasco, que era una poción. Se la tiró a la hidra y

ésta se quedó paralizada y aprovechó para sacarle el veneno.

Cuando estaba a punto de sacarle el veneno pasó el efecto de po-

ción. Sandra, cabreada, le pegó una patada y se desmayó. Le sacaron

el veneno y se fueron a sus casas.

En la aldea, con todos los ingredientes, hizo la poción, bebió un po-

co y Marcos empezó a brillar y, ¡a que no sabéis el poder de la poción?

¡PUES SER INMORTAL!

Miguel Ángel López Rivas

4º B


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Érase una vez un grupo de amigos llamados los “W”. La pandilla

estaba formada por Hugo de diez años, que es el mayor, es moreno,

travieso, rápido y un poco travieso para su edad; César, de nueve

años, es muy alto, serio e inteligente; Pedro, con nueve años, de me-

diana estarura pelirrojo, con mucha imaginación y gran jugador de ba-

loncesto; Manuel, también de nueve años, es alto, moreno, fuerte e in-

teligente y les gustan los coches y las motos; Andrés, con nueve años,

moreno, ágil y rápido y le gusta el fútbol. Todos viven en Lebrija, un

pequeño pueblo de Sevilla, muy antiguo y que tiene algunos monu-

mentos, co-

mo el Casti-

llo, la Parro-

quia, etc.

La pan-

dilla de los

“W” tiene su

base secre-

ta en San Benito, un parque muy grande y bonito.

Querían hacer una nave espacial, pero no tenían las piezas nece-

sarias. En China encontraron los motores, en Francia el hierro, en Ru-

sia los controles, en España las herramientas y en Alemania los sillo-

nes. En ese viaje vivieron aventuras, hicieron amigos y, como en San

Benito no cabía la nave, buscaron otro escondite en la Balsa de Me-

lendo.

Al fin consiguieron construir una nave para viajar por el mundo y

por el espacio. Nombraron capitán a un nuevo amigo llamado Villa,

que tenía 12 años, era moreno, ágil y fuerte. Al final hicieron muchos

más amigos y viajes por el mundo y por el espacio.


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Villa y los demás se monta-

ron en la nave espacial a la que

llamaron “La nave Espacione-

tor” y salieron en busca de nue-

vos planetas. Pero lo que ellos

no sabían es que si no atrevesaban la capa de ozono con cuidado,

podría explotar la nave. Despegaron y estuvieron muy a gusto, hasta

que se escuchó ¡¡¡pun, pun, pun!!! Se asomaron y vieron que la nave

había explotado. De repente cayeron en picado, sin alas y sin moto-

res, hasta un océano, al lado de Estados Unidos. Tuvieron que ir

arrastrando la nave por el agua hasta llegar a tierra firme. Allí cono-

cieron a Shelena Gómez que les invitó a su casa y al rodaje de un

capítulo de su serie.

Arreglaron la nave, volaron hasta España. Aparcaron la nave en la

Balsa Melendo. Los mecánicos le pusieron más potencia y resisten-

cia. Montaron de nuevo en la nave Espacionetor y despegaron. Se lo

pasaron “pipa” y atravesaron la capa de ozono con cuidado.


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Llegaron a un planeta verde, desierto y lleno de cráteres. Ese lo

pasaron de largo y llegaron a otro con muchísimos árboles con hojas

de colores. Bajaron a explorarlo. Había ríos, montañas, etc. Vieron

muchos planetas.

Pablo Fuentes Calvo 4º B


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Un día por la mañana, en la pequeña montaña verde, había pasa-

do algo alucinante: un pequeño lobito acababa de nacer, pero la ma-

dre del lobito había muerto. Horas más tarde tres hermanos llamados:

Noa la mayor, Pablo el mediano y Jesús el menor, fueron a la montaña

a jugar. Noa era morena y sus labios rojos como la sangre y sus her-

manos rubios como el sol, de ojos celestes como el cielo, eran precio-

sos.

Más tarde, los tres hermanos empezaron a jugar a su juego favori-

to: el escondite. Al cabo

de un rato Noa encontró

al pequeño lobito y llamó

a sus hermanos dicien-

do:

-Pablo, Jesús, ¡venid

rápido!

-¿Qué pasa Noa? -preguntaron los hermanos emocionados.

-Mirad, el pequeño lobito está solo, tiene hambre y frío –respondió

Noa.

A los hermanos se les ocurrió una idea y Pablo dijo:

-¡Lo tengo! Le daremos el biberón que tiró mamá y le llevaremos a

la casita de madera, pero mamá no lo puede ver. Entonces lo llevaron

a la casita que consistía en un jardín, pero por la noche el lobito aulla-

ba y la madre de los tres hermanos sabía que venía de la casita y

sabía que tenía algo que ver con sus niños. Pero otro terrible proble-

ma a la vez, dos hombres buscaban al valioso lobezno, que tenía mu-

cho valor, cada vez que alguien enfermo lo tocaba se curaba de la en-

fermedad, lo quería para hacerse ricos.

La abuela de los pequeños estaba en sillita de ruedas, pero al to-

car al lobito se curó y dijo de la emoción:

-¡Esto es un milagro! Es un puro milagro. Y los niños dijeron casi


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llorando:

-No se lo cuentes a mamá, pero, es que la madre del pequeño lo-

bito ha muerto y nos lo vamos a quedare porfi, porfi, no se lo cuentes.

Al día siguiente estaban dando de desayunar al lobito cuando a

Noa se le ocurrió una idea y era ponerle nombre al lobito y como era

milagroso lo llamaron Duque, los hermanos gritaron de emoción.

Al rato la madre los llamó para desayunar y sin darse cuenta, por

el hambre que tenían, se dejaron la puerta abierta y el lobito Duque se

había escapado.

Él estaba por la calle cuando dos mafiosos gritaron:

-Este es el perro sisi, este es.

Y después de muchas horas y después de correr mucho atrapa-

ron a Duque. El pobre lobito tenía frio y estaba tiritando.

Luego, por la noche, Duque se puso a aullar y la niña, Noa lo es-

cuchó desde su ventana y fueron a por él a través del aullido del pe-

queño lobito y noa contestó:

-¡Ohh, no! Duque está en la fábrica abando-

nada.

Entonces los tres hermanos entraron, todo

estaba lleno de animales y ahí estaba Duque,

más tarde lo cogieron porque los hombres esta-

ban durmiendo. Volvieron a casa y la madre dijo:

-Ya sé lo de Duque, ¿por qué no me lo contasteis?

Nos daba miedo de que nos riñeras. Se quedaron con el lobito y a

los malos a la cárcel.

Ainhoa Quero Ramos 5º A


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Carlos, un niño de trece años de piel muy morena y pelo

marrón como el barro y bastante alto, estaba paseando por la ca-

lle y vio a un hombre tirando una lámpara con una forma

algo rara.

De repente estaba frotando la lámpara sin saber por

qué.

Entonces salió un genio de bigotes puntiagudos co-

mo una espada. El genio le concedió tres deseos. Carlos pidió una

máquina del tiempo que no fuera muy pesada para moverla sin difi-

cultad y Nala, una perra que tenía antiguamente.

Fue rápidamente a su cochera para probar junto a Nala la

máquina del tiempo. Fue a la época medieval cuando llegó estaba

aun dormido, aunque a Nala no le afectó mucho porque le estaba

chupando la cara con su lengua áspera. Cuando despertó estaba

en una calle con muchas tiendas. Miró a todos mientras se quitaba

a Nala de encima. Vio la máquina

del tiempo y se montó en ella pe-

ro, nada, no funcionaba, necesita-

ba medio vaso de zumo de limón,

pero no tenía limones, así que al-

gunos de los comerciantes le dar-

ían uno a un niño. Pero todos le pedían dinero, cosa que él no ten-

ía.

Una mujer le propuso un trato: si él trabajaba un día para ella,

le daría dos limones. Al final del día había ganado el doble que de

costumbre..

La mujer, viendo lo que había ganado, le pidió que se quedara

otro día con ella trabajando. Pero no tenía donde quedarse.


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Como ella vivía sola le dijo que se quedara con ella. A él no le

importaba, así que se quedó un día más.

La mujer gano tanto dinero en ese día, que le dijo que fuera de

vez en cuando por allí.

Cuando llegó abrazó a su madre y ella le preguntó qué hacía,

pero no se lo pudo explicar, porque creería que estaba loco y lo

mandaría al psiquiatra y como no quería ir no se lo contó a su ma-

dre.

Cristina Vidal Alcón 5º A


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Un día hace muchos años en una aldea había una chica llamada Rosi

que era muy buena, amable y cariñosa. Era una niña guapa, alta, rubia co-

mo el oro, de ojos azules como el agua y de piel blanca como la nieve.

Tenía 15 años. Pero había un chico muy malvado, llamado Roberto,

que era feo, de pelo castaño, piel morena y ojos marrones muy oscuros.

Tenía 19 años. Era antipático, desagradable y poco amigable. Un día se

encontraron un libro y como no sabían lo que era no lo co-

gieron, pero el libro empezó a hablar solo y dijo:

“Navidad” Todos se quedaron perplejos ya que nunca

habían visto una cosa que hablase. Entonces salieron co-

rriendo, pero mientras corrían a Rosi se le ocurrió una

idea. Los llamó a todos y les contó la idea. Era que por

qué no celebraban una fiesta. Prepararon comida, ador-

nos, mesas … ¡Claro! ¿Cómo no? A Roberto no le pareció

buena idea porque como no fue idea suya y siempre le

gusta llevar la contraria, iba destrozando las comidas, los adornos, …,

hasta que Rosi dijo que basta, que alguien estaba destrozando las cosas,

y de pronto vio una sombra. Salió detrás de ella ¡descubrió que era Ro-

berto!, pero eso de que le pillaran por sorpresa no le gustó

nada a Roberto, que la empujó y la tiró al río. Rosi pedía so-

corro. Todos los aldeanos la pudieron coger a tiempo, pero

no consiguieron pillar a Roberto que salió corriendo. Pero

no dodo le salió bien, porque se chocó con un dragón que

estaba durmiendo en una cueva. Menos mal que el dragón

era bobo. Porque cuando se despertó creía que Roberto

era su mamá. Gracias a eso Roberto aprovechó la oportuni-

dad para escapar. Salió corriendo pero se cayó a un preci-

picio y allí se quedó inconsciente. Cuando ya por fin en la aldea prepara-

ron las cosas por segunda vez iban a empezar, pero dijo Rosi que espera-

ran a Roberto. Al resto de la aldea no le pareció bien, ya que fue él el que

destrozó las cosas. Rosi salió en busca de Roberto. Se lo encontró in-

consciente, pero cuando despertó hablaron y lo convenció y así todos

fueron felices y comieron perdices.

Ana María Moreno Muñoz

5º B


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En un país llamado Mangcoco los niños viven muy tristes porque

sus padres no tienen trabajo y en sus casas no hay nada para alimen-

tarlos.

Hoy es un día muy especial en Mangcoco porque son las eleccio-

nes para elegir al presidente del país.

Los niños no pueden elegir al presidente, pero están hartos de que

los políticos de los diferentes partidos siempre estén discutiendo, se

insulten y no se ayuden y sus padres sigan sin trabajo.

Los niños han decidido hacer una manifestación para que el presi-

dente que salga elegido busque que todos los políticos trabajen uni-

dos.

Miguel, que es un niño muy inteligente ha propuesto a sus amigos:

-¡Vamos a hacer una gran pancarta!

-¿Y qué ponemos en ella? -dijo una niña amiga suya.

Pedro que era otra amiga suya dijo:

-Podemos poner: “Sin discusiones, trabajando juntos encontraréis

soluciones?

Los niños hicieron la manifestación. Los políticos vieron la pancar-

ta y todos pensaron: “Es cierto nuestros, nuestros padres tienen razón,

si dejamos de discutir y nos ayudamos unos a otros seguro que todo

irá mejor”.

Al día siguiente de las elecciones resultó elegido como presidente

Pepito Pardo, del partido Danone, pero daba igual porque Pepito se re-

unió con todos los políticos, daba igual de qué partido fueran, y les

propuso trabajar juntos. De esa forma lo hicieron y desde entonces to-

do va mejor en Mongcoco. Los papás y las mamás tienen trabajo, los

niños y las niñas van al colegio felices y con ganas de estudiar y, lo

más importante de todo, los políticos no discuten sino que dialogan y

así encuentran soluciones para todo.

Cristina López Falcón

5º B


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Iba yo un día andando por la calle

camino de la biblioteca. Entré y pre-

gunté si habían traído libros nuevos.

Me respondieron que no, porque los

niños de hoy en día, con tanta maqui-

nita no saben qué es leer, pero me

aconsejaron llevarme uno de los clási-

cos infantiles como

Pinocho o Caperucita

Roja.

Escogí Pinocho.

Con el libro en la ma-

no fui de camino hacia

mi casa. Allá por las

nueve de la noche empecé a leer, pero

al abrir el libro, … ¡Salió un agujero

que me absorbió a un paradero desco-

nocido.

-Hola, ¿hay alguien? -dije.

Me respondió el eco. Un esca-

lofrío recorrió mi espalda. Sentía algo

moverse. Ese algo me atrapó, me me-

tió en una bolsa y me llevó a su casa.

Cuando me sacaron de aquella

bolsa me encontré a unos personajes

que me resultaban muy familiares. Un

momento, pero … ¡si son los persona-

jes de los cuentos!

-Te hemos traído aquí para que

salves al mundo de los cuentos - me

dijo Peter Pan.

-¿Yo? ¿Y cómo crees que podré

salvaros?

-Pues yo tampoco lo sé, pero te

necesitamos -dijo uno de los enanitos

de Blancanieves.

-El mundo de los cuentos se está

acabando porque los niños no leen

-dijo Peter Pan.

-Para salvarnos habrá que des-

truir toda la tecnología -dijo Alicia.

- ¿Pero cómo? -preguntó Blancanie-

ves.

Fuimos todos armados con pisto-

las y globos de agua hacia el mundo

de Tecnópolis (Ciudad de las máqui-

nas).

-¿Cómo entraremos? Si entramos

así nos descubrirán -dijo Peter.

-¡Pues ya sé! Coged cubos de ba-

sura y les hacemos agujeros para los

brazos. Nos haremos pasar por robot

–dije yo.

Entramos en la ciudad, aquello

era todo eléctrico. Nos dirigimos poco

a poco hacia el centro de comandos.

Allí hacían robots de guerra y estaba

el núcleo que lo dirigía todo.

-Tenemos que destruir el núcleo

y todo se acabará y todos los niños del

mundo no

tendrán na-

da que

hacer y co-

mo remedio

volverán a

leer -dijo Alicia.


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-Eso suena un poco maléfico, por

lo menos del modo en que me lo has

contado –dije yo.

-Sí, ya lo sé -respondió Alicia

riéndose.

- Bueno, vayamos al grano. Entre-

mos en el centro de comandos -les

animé a todos.

Entramos en el centro de opera-

ciones, pero un detector de humanos

advirtió a los robots de nuestra pre-

sencia y todos salimos corriendo. Sin

darnos cuenta llegamos al Núcleo y

yo, en un acto reflejo, lancé una bom-

bita de agua y, ¡zas!, destrocé el

Núcleo. Todas las máquinas se apaga-

ron.

-¡Oh! No, otra vez ese agujero negro -

dije yo.

Me desperté en mi casa, pero, …

el libro de Pinocho estaba allí y en la

última página ponía “GRACIAS”.

Leí la penúltima página y ¡El mun-

do de los cuentos no había desapare-

cido!

Aquel sueño fue muy raro, pero

tenía la mano mojada como en mi sue-

ño del globito de agua.

Sería real o simplemente un sue-

ño …

Jorge González Fuente

6º A


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En un país llamado Eslove-

nia, había un rey llamado Jack

que murió por una pulmonía. Su

hijo mayor, Jhon, era el heredero

y tenía 21 años. Su hijo pequeño,

llamado Jacobo tenía 15 años y

no estaba conforme con que su

hermano heredara el poder.

Una semana antes de la co-

ronación, la sobrina del rey les

visitó. Se llamaba Sofía, blanca

como la nieve y se presentó con

un lujoso vestido. Reunió a la fa-

milia y les informó que se que-

daría hasta la coronación de

Jhon. Esa misma noche, Jacobo

se fue pronto a la cama y Sofía le

siguió. Sofía se sentó en la cama

junto a su primo y empezaron a

hablar.

-¿Estás conforme con que tu

hermano herede el reino?

-No, en absoluto. Mi hermano

es un analfabeto. ¡Si yo pudiera

hacer algo …!

-Sí que puedes. Si tu herma-

no muere antes de la coronación

serías tú el heredero. Pero no

creo que seas capaz de hacer na

da.

-Si no crees que pueda

hacerlo ya verás. Mañana mismo

vamos de caza. Me llevaré plo-

mos más grandes y los bañaré

en veneno. Cuando el mayordo-

mo esté distraído lo haré pasar a

mejor vida.

Y al día siguiente fueron de

caza, montados en dos carruajes

tirados por esbeltos caballos. En

uno iban Jacobo y Sofía planean-

do el crimen perfecto y en el otro

el mayordomo y Jhon, que no

sabía lo que iba a ocurrir. Bajaron

de los carruajes y cuando el ma-

yordomo no miraba, Jacobo,


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apuntó y apretó el gatillo.

Recogieron el cuerpo de

Jhon y le dieron la mala noticia a

la reina que lloró durante tres

días.

Una hora después de la

muerte informaron a la reina so-

bre la conversación que tuvieron

Sofía y Jacobo. La reina, llena de

furia, mandó al calabozo a Jaco-

bo que fue torturado por dos

guardias por orden de su madre.

Con lágrimas en los ojos, la reina

le dijo a Sofía que ella era la here-

dera y que al día siguiente sería

coronada.

Y así fue como Sofía, con in-

teligencia y maldad llegó al po-

der.

Irene Doblado Andrades

6º A


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Mares amarillos,

cantan los pajarillos.

Las mariposas revolotean

y las amapolas el mar colorean

A lo lejos, picos blancos,

el agua corre por los barrancos.

Verde en las orillas

germina la semilla.

Las flores florecen,

el invierno desaparece

El verano se acerca

¡Y la gente en la playa se refresca!

Ana Isabel Romero Pérez

6º B


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Alicia es una tortuga recién naci-

da, de color verde y con el caparazón

marrón.

Ha tenido mucha suerte, porque

la mayoría de las tortugas al entrar al

mar meren.

Alicia fue en busca de sus padres.

Ahora tiene diez años y sigue sin en-

contrarlos. Ella nació en el Océano

Atlántico y ahora ha dado ya casi dos

vueltas al mundo.. Se encuentra en-

trando en el Océano Pacífico y es la

única esperanza que le queda.

En el último tramo, Alicia encontró

una cabaña.

-¿Quién vivirá allí?

Se acercó y llamó.

Vio una familia de tortugas.

¡Podría ser la suya!.

La familia le dijo que entrara.

Comenzaron a hablar y hacerse

preguntas, como por ejemplo : ¿Cómo

se llamaba?, ¿cuántos años tenía?, ¿de

donde era?, ¿dónde nació? …

Todas las preguntas a ser coinci-

dencias. Al final de tantas preguntas,

Alicia había descubierto a su familia.

Descubrió que tenía una hermana

llamada Lulú y un hermano llamado

Cheep. Lulú era un año más pequeña

que Alicia y Ceep era el más grande de

los tres. Su madre se llamaba Daysi y

su padre Gary.

Al final de la noche cenaron como

una familia feliz y Alicia ya no estuvo

sola nunca más, hasta fue al colegio y

era una buena estudiante.

Lorena Doblado Pérez

6º B

certamen literario 2011/12

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