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    El mapa migratoriode Amrica Latinay el Caribe, las mujeresy el gnero

    Jorge Martnez Pizarro

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    El mapa migratoriode Amrica Latinay el Caribe, las mujeresy el gnero

    Jorge Martnez Pizarro

    Proyecto Regional de Poblacin CELADEUNFPA (Fondo de Poblacinde las Naciones Unidas)

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    poblacin y desarrollo

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    Santiago de Chile, septiembre de 2003

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    Este documento fue preparado por Jorge Martnez Pizarro, profesional del reade Poblacin y Desarrollo de la Divisin de Poblacin-CELADE. El autor deseadejar expreso reconocimiento de la colaboracin de Andrea Riedemann durantelas primeras fases de la investigacin y de Daniela Vono, cuya asistencia en lainvestigacin y en el procesamiento de informacin contribuy decisivamente aque este documento germinara.

    Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido arevisin editorial, son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden nocoincidir con las de la Organizacin.

    Publicacin de las Naciones UnidasISSN impreso: 1680-8991ISSN electrnico: 1680-9009

    ISBN: 92-1-322244-0LC/L. 1974-PNde venta: S:03.II.G.133Copyright Naciones Unidas, septiembre de 2003. Todos los derechos reservadosImpreso en Naciones Unidas, Santiago de Chile

    La autorizacin para reproducir total o parcialmente esta obra debe solicitarse alSecretario de la Junta de Publicaciones, Sede de las Naciones Unidas, Nueva York,N. Y. 10017, Estados Unidos. Los Estados miembros y sus institucionesgubernamentales pueden reproducir esta obra sin autorizacin previa. Slo se lessolicita que mencionen la fuente e informen a las Naciones Unidas de tal reproduccin.

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    ndice

    Resumen...............................................................................................5Introduccin ........................................................................................7I. La migracin internacional a comienzos del ao 2000..11

    1. Hechos estilizados en las tendencias migratorias..................112. La vlvula de escape: una breve revisita ...........................153. Inquietudes sobre las remesas:

    la necesidad de una visin crtica..........................................17

    4. La visibilidad de las mujeres:feminizacin de la migracin? ........................................... 19

    II. Continuidades y cambios en el mapa migratorioregional latinoamericano y caribeo:un retrato en cifras ..................................................................211. Los patrones tradicionales.....................................................22

    a. La inmigracin de ultramar: un agotamientoindeclinable ....................................................................22

    b. La migracin intrarregional: moderada intensidady predominio femenino....................................................23

    c. La emigracin hacia los Estados Unidosconcentra tres cuartas partes de los migrantes

    de la regin ......................................................................272. Un nuevo patrn extrarregional: Espaa y Japncomo los destinos ms dinmicos destinos ...........................32

    3. Migracin y retorno a la regin: hecho ms frecuentede lo esperado .......................................................................37

    III. Birds of passage are also womenLa participacin de las mujeresen la migracin internacional ...............................................41

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    1. Las fuentes de informacin y las mujeres migrantes:hechos y desafos ............................................................................................................. 42a. Las falencias empricas......................................................................................... 42b. Los stocks.............................................................................................................. 43c. Los flujos .............................................................................................................. 44d. Un desafo pendiente: la informacin para la proteccin de las mujeres........ 45

    e. Invisibilidad de las mujeres migrantes? ........................................................ 462. Los estudios de gnero y la migracin internacional: breve recuentoy evolucin en la regin...................................................................................................47a. Birds of passage are also women.......................................................................... 48

    3. Las decisiones de migrar entre las mujeres: factores de carcter estructural,social e individual............................................................................................................ 52a. Un enfoque integrado y centrado en la regin ...................................................... 52

    4. Mujeres que migran solas: insercin laboral exitosa?.................................................... 565. Los derechos humanos y la vulnerabilidad de las mujeres migrantes:

    intenciones y realidades................................................................................................... 57a. La vulnerabilidad de las migrantes y sus difciles fronteras ................................. 58b. Comiendo sobras del amor.................................................................................... 61c. Las otras vulnerabilidades..................................................................................... 62

    Bibliografa......................................................................................................................................... 65Anexo .................................................................................................................................................. 71Serie poblacin y desarrollo: nmeros publicados................................................................ 89

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    Resumen

    Se examina la evolucin del mapa migratorio latinoamericano ycaribeo, con especial atencin a la participacin de las mujeres y a lasexpresiones de gnero que demanda su interpretacin. Primero se analizanalgunos hechos estilizados en las tendencias migratorias recientes, enparticular, el efecto de la vlvula de escape, las inquietudes pendientessobre las remesas y la feminizacin cuantitativa de la migracin.

    En el segundo captulo se describen los patrones migratorios

    regionales tradicionales: a) la inmigracin de ultramar y su agotamientoindeclinable; b) la migracin intrarregional y su moderada intensidad ypredominio femenino, y c) la emigracin hacia los Estados Unidos, queconcentra tres cuartas partes de los migrantes de la regin. A ello seagrega un nuevo patrn, de carcter extrarregional, y Espaa y Japn sonlos destinos ms dinmicos. Se hace tambin una referencia a los procesosde retorno a la regin. Muchos de los antecedentes que sirven a estosanlisis estn basados en informacin censal, cuya actualizacincorrespondiente a la ronda de 2000 ha sido posible gracias a lacooperacin de los pases.

    Un tercer captulo se dedica a la migracin de mujeres y al gnero.Se examinan las fuentes de informacin, sus falencias y potencialidades,

    fijando lmites y abriendo nuevas interrogantes sobre un lugar comn en lainvestigacin social: la invisibilidad de las mujeres migrantes. Acontinuacin se resea la evolucin de los estudios de gnero y lamigracin internacional, para profundizar en los factores estructurales,sociales e individuales que estn detrs de las decisiones de migrar entrelas mujeres. Se analiza la insercin laboral de las mujeres en pases dedestino y la situacin de sus derechos humanos y su vulnerabilidad.

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    Introduccin

    Los pases de Amrica Latina y el Caribe enfrentan un nuevoperodo abierto a la economa internacional. A pesar de que la regincuenta con alrededor del 10% de los migrantes del mundo y una crecienteparticipacin de personas, comunidades y pases en la migracininternacional, los antecedentes disponibles sobre el conjunto de patronesmigratorios sealan que uno de sus recursos ms abundantes tienerestricciones para circular: la mano de obra en edad de plena contribucin

    productiva. En la actual globalizacin, la regin es claramente origen demigracin y est exportando capital humano a destinos diversificados, y lohace con importantes riesgos para sus migrantes, con deterioros de sucapacidad de innovacin y con sntomas de una nueva dependencia derecursos que provienen de sus emigrados.

    Simultneamente, la migracin cobra cuerpo en las agendasnacionales, y todos los pases de la regin destinan esfuerzos a sugobernabilidad compartida. Ms lentamente, pero tal vez de manerairreversible, se percibe que la vlvula de escape que pudieranrepresentar los procesos migratorios se ha traducido en prdidascuantitativas y cualitativas de capital social y humano, y, a la vez, sereconoce la existencia de ciudadanos en el exterior, que envan remesas yamplan el concepto de nacin. Se discute con creciente inters sobre elimpacto de esos recursos, cuya proporcin en flujos mundiales a la regines la primera en el mundo y su incidencia macroeconmica es ostensible.Esto llev a visibilizar a las personas migrantes, mostrando la existenciade redes migratorias que permiten su vinculacin con los pases de origen,y les otorga un papel cada vez ms determinante en la vida econmica ypoltica nacional. Las remesas invocan numerosas inquietudes; d igamos,por ahora, que las iniciativas individuales de las y los migrantes soncapaces de superar a la asistencia que los pases desarrollados entregan alos pases en desarrollo.

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    seleccionados de la regin, que revelan una frecuencia importante y que acompaa la inmigracinreciente.

    El tercer captulo se dedica a la migracin de mujeres y el gnero. Se examinan primero lasfuentes de informacin, sus falencias y potencialidades, fijando lmites y abriendo nuevas interrogantessobre un lugar comn en la investigacin social: la llamada invisibilidad de las mujeres migrantes. Acontinuacin se resea la evolucin de los estudios de gnero y la migracin internacional, para

    profundizar en los factores estructurales, sociales e individuales que estn detrs de las decisionesmigratorias de las mujeres. Un punto especial es el anlisis de la insercin laboral de las mujeres enpases de destino y la situacin de los derechos humanos y vulnerabilidad de las mujeres migrantes. Sebusca destacar que el combate a la trata de personas apenas se ha iniciado.

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    I. La migracin internacional acomienzos del ao 2000

    1. Hechos estilizados en las tendenciasmigratorias

    En los aos noventa aument la complejidad de la migracin

    internacional. Una de las expresiones ms distintivas es la controversiaque despierta, ya que se mantiene una visin conflictiva de la inmigraciny se realza la oportunidad que ofrece la emigracin para las sociedades deorigen y las personas migrantes, no sin riesgos que amenazan sus derechoshumanos y la erosin de masas crticas de capital humano.Simultneamente, se difunde la idea que la actual fase de globalizacinest ntimamente ligada al aumento de la movilidad, o lo que es lo mismo,que la creciente interdependencia econmica y comercial se acompaa delaumento de la migracin internacional. Se ha sealado al respecto que estaasociacin exige precisarse: en la globalizacin contempornea losEstados ceden parte de su poder a entidades supranacionales y reconocenel imperio de instrumentos universales sobre los derechos humanos, peroretienen sus atribuciones para regular el ingreso y permanencia de losextranjeros en sus territorios (CEPAL, 2002; Villa y Martnez, 2002). Porello, lejos de existir una globalizacin de la migracin, lo que hay es unaparadoja: en un mundo ms interconectado que nunca y cuando los flujosfinancieros, de informacin y de comercio se liberalizan, la movilidad delas personas es fuertemente estimulada, a pesar de enfrentar fuertesbarreras que intentan restringirla (salvo regiones y regmenes migratoriosespecficos); ello revela que la globalizacin es asimtrica y profundizalas desigualdades en los niveles de desarrollo (CEPAL, 2002).

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    En el examen de las agendas regionales, nacionales, gubernamentales y de la sociedad civil, en losmedios acadmicos y en la literatura, en las actividades de organizaciones internacionales y, muyespecialmente, en los medios de prensa, se constata una innumerable cantidad de alusiones, tratamientos,declaraciones, propuestas y posturas frente a la migracin internacional. Es el debate actual. Se revisitanviejos asuntos de preocupacin y se agregan otros nuevos. Sin afn de agotar su identificacin, podemosmencionar entre los primeros a la migracin de cientficos y profesionales, el flujo de remesas, la

    migracin fronteriza, el retorno de migrantes, la dispora, la integracin y exclusin de los inmigrantes, lareconfiguracin de identidades, el costo social y econmico de la inmigracin, la orientacin de laspolticas migratorias, la reunificacin familiar, el refugio, la xenofobia y la discriminacin de losinmigrantes.

    Entre algunos de los temas nuevos, estn las preocupaciones por los derechos humanos de losmigrantes y la participacin de las mujeres, especialmente por sus consecuencias sobre la desigualdad degnero; se enfatiza crecientemente que la migracin es inseparable del desarrollo social y econmico yse progresa, lentamente, en la inclusin del tema en las negociaciones de integracin subregional,regional y hemisfrica; en el tema, destacan las diversas modalidades de la movilidad, la conformacinde mercados laborales ampliados, las posibilidades de las ciudadanas comunitarias y los desafos delmulticulturalismo. Hay, en realidad, numerosos asuntos ms: el papel de la inmigracin en el reemplazogeneracional y frente a los procesos de envejecimiento demogrfico, las relaciones entre migracin y

    pobreza, las tendencias del transnacionalismo, las relaciones de la migracin y la salud, lagobernabilidad de la migracin, la ayuda al desarrollo y la cooperacin regional.

    Recientemente, han asomado las demandas de organizaciones de la sociedad civil, cuyasexperiencias en la proteccin y afirmacin de los migrantes han sido decisivas. Estas demandas sevuelven ms legtimas al relevarse las relaciones de la migracin con la seguridad de los Estados que, asu vez, ha introducido una vieja acepcin para caracterizar fenmenos sociales: la crisis, esta vezmigratoria, que afectara a las alternativas de polticas por ejemplo, frente al asilo y la inmigracinirregular y estara fundada en la ampliacin de la escala de las presiones migratorias, si bien suprincipal expresin est en un conjunto de crisis ms que en un problema de carcter global (Nyberg-Sorensen, Van Hear y Engberg-Pedersen, 2002). Frente a las preocupaciones por la seguridad y lamigracin, los especialistas han sido enfticos y sugieren no olvidar la circularidad virtuosa de losprocesos de transnacionalizacin en la difusin de los derechos humanos y los valores democrticos

    (Faist, 2002).Sin duda, la complejidad de la migracin internacional dimensiones, visiones y actores ha

    aumentado y probablemente en adelante se haga cada vez ms difcil distinguir el trigo en la paja (vaserecuadro 1), aunque hay importantes estmulos para consagrarse a su estudio (vase recuadro 2).

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    Recuadro 1

    UN CAMPO DE ESTUDIOS LLAMADO MIGRACIN INTERNACIONAL

    Fuente: Sobre la base de Ariza (2000); Castles (1999); Martnez (2000); Massey y otros (1993); Sutcliffe (1998).

    La migracin internacional siempre ha tenido una relevancia poltica, pues la relacin entresoberana y control de la admisin y permanencia de los extranjeros es ntida. Menos persistenteha sido su relevancia econmica (factor abundante y ms mvil), social (configuracin desociedades) y cultural (interaccin entre comunidades, asimilacin y crisoles), y en su base est

    la amplitud de dimensiones de la migracin. En los tiempos actuales parece haber consenso enque no debe hacerse abstraccin de los numerosos asuntos involucrados al analizar la migracincontempornea. Muchos autores destacan que es muy difcil superar la fragmentacin y laheterogeneidad. La vasta literatura muestra que el objeto de estudio se sita en una posicin aveces fusinde intereses compartidos por diferentes disciplinas y enfoques dentro de las mismas;existen tantas formulaciones tericas como enfoques disciplinarios sobre la migracininternacional, algunos de los cuales, contaminados por alarmismo y popularizados por suscontenidos mediticos, poco tienen que ver con parmetros de validez cientfica. Deberaesperarse que cada una de esas formulaciones cientficas contribuya al conocimiento de losdeterminantes y las consecuencias, pero eso entraa el riesgo de reconocerlas como observacionesaisladas. Es posible que la aspiracin de una teora nica nunca se materialice y as habra queinterpretar el discurso de los impactos de la globalizacin sobre la migracin y las nuevasnarracionesque buscan concatenar los elementos distintivos del actual orden internacional en losplanos econmico, poltico y cultural. La ausencia de una orientacin terica integradora no esexcusa para identificar la articulacin sistmica de los diversos asuntos alineados bajo elconcepto de migracin internacional.

    A: NivelMacrosistmico

    -Derechoshumanos-Gnero-Globalizacineconmica-Migracin ydesarrollo- Rgimeninternacional(instituciones y

    normas)-Salud-Vulnerabilidad-Xenofobia ydiscriminacin

    B: NivelExosistmico

    -Conflictos armados ycatstrofes naturales-Refugio-Fronteras-Integracin ycomercio-Integracin,asimilacin ,multiculturalismo,transnacionalismo e

    identidades-Mercados laborales-Polticas-Sistemas deinformacin

    C: Nivel Micro

    -Comunidades ydisporas-Familia-Redes-Remesas-Status migratorio-Tipos demovilidad-Tradicinmigratoria

    D: NivelIndividual

    -Biografa-Calificaciones-Decisionesindividuales-Sexo y edad-Escolaridad-Perfilpsicosocial

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    Recuadro 2

    TRES GENERACIONES EN EL ESTUDIO DE LA MIGRACIN INTERNACIONAL

    Fuente: Faist (2000).

    La particularidad de estas inquietudes es que, frecuentemente, dan cuenta de tensiones que, porejemplo, se relacionan con el contraste entre la necesidad de la inmigracin y las restricciones para laacogida de los inmigrantes (supuestamente orientadas a controlar la inmigracin irregular), o bien entre lapreferencia por fuerza de trabajo altamente calificada y el rechazo a los trabajadores del otro extremo decalificaciones (ambos son factores productivos demandados en los mercados laborales). Saskia Sassen(2001) describi esta situacin como la llave que acogota la soberana de los Estados; Jagdish Bhagwati(2003) destaca que The reality is that borders are beyond control and little can be done to really cut downon immigration (p. 4). Estas tensiones se constatan incluso entre pases signatarios de acuerdos de librecomercio y existe consenso en reconocer que son la raz de las crecientes situaciones de indocumentacin y

    La migracin en espacios sociales transnacionales marca una tercera generacin en la conceptualizacinde la migracin internacional. En una primera fase, los modelos destacaban la naturaleza de expulsin-atraccin de los factores de la migracin en el contexto del desarrollo. Los flujos son movimientos distintossegn se trate de regiones de emigracin o de inmigracin, con algunas contracorrientes, como el retorno.

    Expulsin-atraccinRegin de emigracin Regin de inmigracin

    Factores expulsores Factores de inmigracin

    La segunda generacin de estudiosos de la migracin internacional argumenta que la migracin laboral y losflujos de refugiados se insertan en la dependencia estructural entre periferias y centros de la economacapitalista mundial. Muchos Estados de emigracin son regiones poscoloniales, mientras las regiones deinmigracin ocupan los grados ms altos en la jerarqua poltico-econmica mundial. Se forman sistemasmigratorios regionales, ligados por mltiples lazosde comercio, militares y culturalesque estn en la basede la migracin internacional. Los flujos migratorios conectan los centros a las periferias. Mientras lapenetracin de la periferia es la causa ltima de la migracin sur norte, el tercer mundo llega al norte a travsde la migracin y lleva a conflictos cuando los migrantes son vistos no slo como agentes econmicos sinotambin como agentes culturales y polticos.

    Sistema migratorioFlujos migratorios

    Flujos de bienes

    Flujos de informacin

    La tercera generacin de investigadores est en proceso de formacin. En lugar de un mero acoplamientoque conecta regiones de emigracin e inmigracin, el concepto de espacio social transnacional buscareconocer prcticas de migrantes y no migrantes que conectan ambos mundos y las actividades deinstituciones como los Estados-naciones que intentan controlar estos espacios. Esta visin escomplementaria de las anteriores. Los migrantes internacionales transmigrantes si la migracin esrecurrente construyen lazos que atraviesan las fronteras polticas, por la mantencin de relacionesmltiples a nivel familiar, econmico, social, religioso, cultural y poltico. La migracin no es un nico viaje ytiende a hacerse parte integral de la vida del migrante. Se vuelve cada vez ms difcil clasificar a los pasescomo de origen o destino: muchas veces son ambas cosas, pues es frecuente que muchos migrantes

    retornen o se transformen en transmigrantes. La metfora de los espacios sociales transnacionales amplael campo de los estudios migratorios al incluir la circulacin de ideas, smbolos y material cultural, y nosolamente el movimiento de personas, y al hacerlo, reconecta la idea de espacios sociales transnacionalescon la segunda visin, que centra los vnculos macro-estructurales entre pases de emigracin einmigracin.

    Modelo estilizado de la migracin en espacios sociales transnacionales

    Estadode migracin periferia

    Estado deinmigracin centro

    Estadoperifrico

    Estadocentral

    Espacios sociales transnacionales con denso flujo circularde personas, bienes, ideas y smbolos entre fronteras deEstados-naciones

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    de los delitos del trfico y trata de personas; para muchos migrantes, estas situaciones se traducen en ladesproteccin y la vulnerabilidad, realzadas despus de los sucesos del 11 de septiembre de 2001.

    En todas las situaciones descritas participan los pases de Amrica Latina y el Caribe. En muchossectores se ha percibido que el efecto de vlvula de escape de la emigracin de trabajadores y,especialmente, de las remesas que envan los emigradosson una prueba de los impactos positivos de lamigracin. Pero tales creencias tropiezan con la falta de evidencias unvocas, el cuestionamiento a lainaccin de varios gobiernos y la escasa sistematicidad dedicada a la investigacin. Recientemente se haforjado la imagen de que los derechos individuales de migrar, permanecer y vincularse con los pases deorigen suelen ser vulnerados; en muchos casos la migracin no es opcin libre, sino que ocurre bajocircunstancias que conculcan el ejercicio de la ciudadana.

    De all, puede concluirse que, durante mucho tiempo, los beneficios de la migracin han estadorestringidos en una doble dimensin: por un lado, debido a las prcticas exacerbadamente selectivas demuchos pases desarrollados receptores, que adems han buscado regular infructuosamente la inmigracincon cuotas, controles e iniciativas precarias de integracin, incapaces de hacer frente a factores de demanda(Bhagwati, 2003). Por otro lado, los pases emisores han mantenido posturas reactivas, pasivas, errticasy hasta cuestionablesfrente a la emigracin.

    Transcurridos varios aos desde que la migracin internacional se instal en la agenda regional, hay

    seales de que la situacin est cambiando. Tres ejes de esta transformacin son: El cuestionamiento gradual de la visin tradicional de la migracin como vlvula de

    escape, con la legitimacin del debate sobre las consecuencias de la emigracin y lapreocupacin por los emigrados;

    La discusin creciente aunque fuertemente mediticasobre el papel de las remesas enlas economas, sociedades y familias receptoras, que contribuye a la visibilidad de losmigrantes para los pases de origen y destino; y

    La incipiente consideracin de las mujeres en los flujos contemporneos, que desafa buenaparte del conocimiento acumulado e introduce las perspectivas de gnero y de derechoshumanos, que tan caro cuestan en las discusiones sobre migracin.

    2. La vlvula de escape: una breve revisitaSi bien no hay evidencias para afirmar que existi una promocin deliberada de la emigracin en la

    regincomo s ocurre en otras latitudes, la visin de la emigracin como una salida, una alternativa oun alivio frente a las presiones del mercado laboral y las necesidades de atencin gubernamental a grandescontingentes de poblacin, ha tenido importante aceptacin en varios pases de la regin.1 De hecho, elloexplica que durante muchos aos algunos gobiernos apenas dedicaran menguados esfuerzos por promovermedidas directas para atender las presiones migratorias y mejorar la situacin econmica y ciudadana depotenciales migrantes, no atendieran las perspectivas de vinculacin con los emigrados, no establecierandemandas a los pases receptores y tuvieran posturas pasivas frente a las amenazas de vulneracin de losderechos humanos (Bustamante, 2003; Nyberg-Sorensen, Van Hear y Engberg-Pedersen, 2002).

    Tal vez la excepcin a estas omisiones fue la preocupacin por la migracin de personal calificado,que tempranamente despert inquietudes, porque se percibi como una prdida de capital humano quehaba que encarar, ya sea reteniendo a los potenciales migrantes o exigiendo compensaciones de los pasesbeneficiados, las cuales nunca se concretaron. Esas prdidas son cuantitativas y cualitativas e interactan.

    Las consecuencias ms directas de la emigracin sobre los mercados laborales nacionalesnivelesde empleo, desempleo, subempleo y salariosy el crecimiento han sido imperceptibles, muy inestables ohan estado afectadas por coyunturas; cuando puede reconocerse un impacto positivo, ha sido por efectos

    1 Es ampliamente reconocido que diversos pases asiticos, como Filipinas, Indonesia, Sri Lanka y Tailandia cuentan desde hacetiempo con instrumentos explcitos para estimular la emigracin, lo que ha sido notorio en el caso de las mujeres. Slo recientementese discute en algunos sobre la ciudadana de sus emigrados (un lema actual: Once a Filipino, always a Filipino).

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    contracclicos, como los derivados de transferencias e incentivos tributarios (Bustillo y Ocampo, 2003). 2En general, las consecuencias positivas sobre los mercados laborales han sido ms evidentes en lospases de menor tamao demogrfico y en regiones especficas dentro de los pases de mayor emigracin.Esto lleva a pensar que la emigracin ha generado ms bien prdidas cuantitativas de capital social yhumano, sobre todo en aquellos pases de la regin que han registrado una persistente salida de personaspor convulsiones internas.

    La dcada perdida y la que le sigui sugieren que la vlvula de escape, en su sentido genrico,traera beneficios en el corto plazo, especialmente en las naciones que enfrentaron fuertes alzas dedesempleo. Pero, a la larga, la descalificacin de la fuerza de trabajo y la prdida de poblacin jovenpueden derivar en un impacto cualitativo negativo. Si, tericamente, la emigracin masiva puede alterarregresivamente la distribucin del ingreso y deteriorar las posibilidades de elevar los niveles decompetitividad, su presencia como opcin de futuro la convierte en un factor de pesimismo ydescompromiso con los proyectos nacionales, en mecanismo inhibidor de la acumulacin de activosescasos, y termina por incentivar un crculo vicioso que conduce a una mayor expulsin de poblacin(CELADE, 1999; Pellegrino, 2003; SIEMCA, 2002).

    En ese contexto, y tratndose de personas de alta calificacin, se ha tendido a aceptar que persiste laerosin de recursos humanos, que puede ser irrecuperable y tener consecuencias adversas para lastransferencias de conocimiento y de tecnologa (Castillo, 2003; CONAPO, 2002; Pellegrino, 2000; Villa y

    Martnez, 2002). Dicha prdida es manifiesta si se considera que muchos pases registran escasodinamismo en la generacin de capital humano en los ltimos aos y que existen prcticas agresivas ypolticas destinadas a su reclutamiento en los pases desarrollados. Una aproximacin al impacto de laemigracin sobre la disponibilidad de personal calificado en los pases de la regin es indicativa del altodesmantelamiento de su capacidad intelectual: hay pases donde cerca del 10% de sus profesionales ytcnicos se encuentra en el exterior.3 Como contrapunto, ms conocidos son los beneficios de lainmigracin calificada sobre el cambio tecnolgico, emblematizados en el xito empresarial de SilliconValley (Benson-Rea y Rawlinson, 2003).

    En ocasiones se argumenta que la migracin temporal sustituye el drenaje de cerebros,representando un factor de estmulo para los pases de origen, dado que la circulacin contribuira a romperel aislamiento en el que pueden quedar los sectores ms calificados del mercado de trabajo en los pases endesarrollo (Pellegrino, 2003). No obstante, las posibilidades de circulacin e intercambio de cientficos

    para los pases de la regin son reducidas, al menos en su comparacin con los migrantes de otras regiones.En la actualidad, el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios, que incluye solo el desplazamientotemporal de personas con calificaciones, supedita la movilidad a condiciones y limitaciones como lasque restringen la equivalencia de calificaciones y la someten a estrictas disposiciones de las leyesmigratoriasque, en la prctica, son incompatibles con la apertura de mercados (CEPAL, 2002).

    En la regin, la hiptesis de la vlvula de escape est dando paso, progresivamente, a una lecturadiferente, donde se acepta que la legitimidad de la emigracin y sus potenciales impactos positivos paratodos los actores solo pueden tener lugar si se reducen los numerosos riesgos derivados de las restriccionesinstitucionales, la xenofobia y las limitaciones a la movilidad calificada. Adems, las preocupaciones por ladispora y la vinculacin con los emigrados se tradujeron en el redescubrimiento de las comunidades en elexterior, que han pasado a formar parte del acervo de materias de poltica para los prximos aos. Ahorabien, el descrdito de la percepcin de alivio que significaba la emigracin ha trado dos consecuencias

    importantes que deben discutirse apropiadamente: la creacin de autnticas condiciones que encaminen auna libre retencin de potenciales emigrantes y el aprovechamiento creativo de las numerosaspotencialidades de las disporas.4

    2 Reconociendo las controversias existentes, los autores realizan un anlisis de Puerto Rico en la segunda mitad del siglo XX ypostulan que la emigracin habra contribuido al desarrollo de la isla al proteger el nivel de ingresos y elevar su ritmo de crecimiento:la emigracin habra agregado un cuarto de punto porcentual al crecimiento del PIB per cpita en los aos ochenta (p. 30).

    3 Se trata de Panam, Paraguay y El Salvador (alrededor de 1990). Un nmero importante de pases tena en esa fecha entre un 5% yun 10% de sus profesionales y tcnicos en el exterior (Pellegrino y Martnez, 2001).

    4 El concepto dispora se est empleando crecientemente. Algunos autores lo remiten a la idea de dispersin (el acto de dejar el lugarde origen) y otros lo asocian como sinnimo de comunidades transnacionales. De todos modos, existe consenso que el concepto se

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    Debe reconocerse tambin que existen riesgos; por un lado, el de reducir la ecuacin de lasconsecuencias de la migracin al impacto de las remesas, y, por otro, a explorar parcialmente larelevancia de las remesas al privilegiar uno u otro tema sin una visin ms comprehensiva. Desde laptica del mercado imperfecto, se discute sobre las mejores formas de competencia para disminuir loscostos de transferencia y darle transparencia; desde el lado de quienes las envan, se debate sobre lacanalizacin de las remesas colectivas hacia la inversin comunitaria y el apoyo a la organizacin de los

    migrantes (por definicin, grupos heterogneos); desde el lado de los derechos de ciudadana, seempieza a reconocer que las remesas deben ser la contraparte de la extensin de derechos civiles ypolticos a los emigrados; desde el lado de las compensaciones, se admite que las remesas no sustituyena las prdidas de capital humano (Castillo, 2003; CEPAL, 2002; CONAPO, 2002; Orozco, 2003).

    Existe una creciente teorizacin sobre la evaluacin macroeconmica y microsocial de los impactosde las remesas y se cuenta con acabados diagnsticos en algunos pases a nivel de subregiones, reasurbanas, rurales y localidades menores; ello ha permitido avanzar en el conocimiento de sus potencialesbeneficios, de sus efectos encontrados sobre la pobreza y la distribucin del ingreso; y adems es posibledisponer de una pltora de propuestas para programas y polticas destinadas a facilitar su canalizacinhacia fines productivos (Martnez, 2003a). Sin embargo, nadie que est familiarizado con el campo de lasremesas en la regin podr reconocer que dichos propsitos se estn cumpliendo y son ms las preguntaspendientes, entre otras, las formas de reduccin del costo de transferencias, el monto y modalidades

    involucradas en los envos informales, los efectos de dependencia macroeconmica y sobre los hogaresreceptores, el papel, eficiencia y disciplina de las mujeres vis--vis con los hombres como emisoras yreceptoras de remesas, o la sostenibilidad de esta fuente de recursos en ausencia de iniciativas de apoyo alas disporas.

    Por ejemplo, el problema de los costos de envo ha sido puesto en el centro de las disquisicionessobre las remesas, particularmente en Amrica Latina y el Caribe; la regin registra mayores costos detransferencia debido a la menor participacin de instituciones financieras (Orozco, 2003) y eso haimpedido que lleguen a su destino varios miles de millones de dlares.

    Se destaca tambin la necesidad de la participacin de los propios actores, aprovechando lasiniciativas destinadas a establecer alianzas estratgicas entre bancos, instituciones financieras y los propiosmigrantes. Con todo, los resultados de esas concertaciones poco tienen que ver con polticasgubernamentales. En Mxico, por ejemplo, caracterizado por algunas experiencias exitosas (CONAPO,

    2002), resalta, no obstante, la ausencia de incentivos al flujo de remesas. En palabras de Garca Zamora(2000): Lejos de apoyar a los migrantes con algn tipo de incentivos, se les perjudica hasta en lossistemas de envo de remesas, tanto por la falta de regulaciones al mercado cambiario como por laausencia de proteccin legal ante los abusos de las compaas que dominan el negocio... (p. 13).

    Se sabe de contradicciones entre el aumento del consumo y sus eventuales efectosmultiplicadores, la mayor propensin al ahorro y el aumento de la dependencia y vulnerabilidad ante unafuente externa de recursos, inestable y sometida a las etapas del ciclo familiar de quienes las envan yreciben. Se conocen tambin las dificultades para darles un uso productivo y las escasas experienciasexitosas. A nivel macrosocial, es importante destacar que, transcurrida una dcada de flujos intensos, laevaluacin sobre el bienestar de pases con fuertes ndices de pobreza y desigualdad no es ntida, y as lohemos demostrado en el anlisis de situaciones nacionales, si bien tales impactos son diferentes enescalas comunitarias y hasta regionales (Martnez, 2003a). Algunos autores se preguntan hasta dnde

    puede llegar la solidaridad de los migrantes con sus familias y comunidades, pues el pas de origen se verecompensado injustamente, porque se trata de personas que no recibieron la educacin que el Estadode origen se haba comprometido constitucionalmente a proporcionarles, violando as su derecho a laeducacin (Franco, 2003). Tras esta visin est el reconocimiento que los flujos de remesas sonsoluciones transnacionales a las reducidas oportunidades econmicas nacionales y una subyacentepredisposicin poltica de los actores (Eckstein, 2003).

    Paralelamente, se ha destacado el papel estratgico de las remesas en la economa. Se seala, sinms, que los pases de alta emigracin que no reconozcan el papel de sus comunidades en el exteriorquedarn rezagados en la competitividad internacional (Bhagwati, 2003). Sin embargo, la contribucin de

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    las remesas al desarrollo est lejos de verificarse y tampoco debera esperarse mucho ms. Suttcliffe (1998)se pregunta: Normalmente no se aplican al trabajo nacional los mismos criterios que se aplican en laliteratura sobre el trabajo en el extranjero. No se pregunta si los sueldos del trabajo nacional se gastan detal manera que aceleren el desarrollo del pas (p. 143).

    Tal vez, como seala Tuirn (2002), lo que queda como premisa para los prximos aos es que elimpacto de las remesas debe valorarse segn su utilizacin en cada contexto especfico, lo que dar luz

    sobre sus efectos multiplicadores y de sus consecuencias sobre la dinmica migratoria. Puede ser muydiferente el impacto sobre comunidades rurales de Mxico con relacin al de localidades urbanas deotros pases cuya emigracin es ms calificada y remite remesas destinadas a la inversin inmobiliaria yde la construccin.6 La otra exigencia es la necesidad de abordar la canalizacin de las remesascolectivas, que sugiere desplazar o compartir la preocupacin por los receptores hacia los emisores,ofrecindoles un genuino protagonismo como actores sociales. En esta misma lnea, habr que escuchartambin a los actores desde su propia subjetividad, conduciendo el anlisis de la generacin yadministracin de las remesas segn gnero.

    4. La visibilidad de las mujeres: feminizacin de la migracin?

    El anlisis de la participacin de las mujeres en la migracin internacional exige numerosasprecisiones. En primer lugar, no se trata de un tema ms en la agenda de investigacin y gubernamentalsobre migracin, por ms que muchos investigadores y sectores de opinin tiendan a alinearlo junto alamplio abanico de temas; en segundo trmino, y por incontables razones, es imprescindible suinterpretacin desde una perspectiva de gnero, si bien en el anlisis puede ser importante privilegiar laparticipacin de las mujeres. En tercer lugar, en la introduccin de su estudio el anlisis estadstico esfundamental, pues la mayor visibilidad cuantitativa de las mujeres es una dimensin altamente relevante dela migracin contempornea. En cuarto trmino, lafeminizacin cuantitativa es una faceta fundamental deun fenmeno que tiene significados profundos, no unvocos y de muchos componentes objetivos ysubjetivos, ya que comprende tanto a las transformaciones econmicas mundiales y su resultantereestructuracin en los mercados laborales como a la consolidacin de redes sociales y familiares, lapotencial autonoma de las mujeres, o bien una definitiva subordinacin a los patrones de desigualdad. Porltimo, es unnime el reconocimiento de que las polticas sobre migracin ignoran a menudo la dimensin

    de gnero, eludiendo ya sea el tratamiento de situaciones agudas de vulnerabilidad que afectan a muchasmigrantes o victimizando a las mujeres de tal modo que impiden su reconocimiento como actores sociales.

    Efectivamente, en la escala mundial, las mujeres han tenido una gravitacin importante en lamigracin internacional que registra un aumento relativo virtualmente constante desde 1960, a pesar deque todava no son mayora. En la actualidad, s lo son en las principales regiones de inmigracin (enrigor, desde 1990); sin embargo, con fluctuaciones, en las regiones menos desarrolladas siguenmanteniendo la proporcin que tenan en 1960 (46%, cuadro 1).

    Entre las regiones de menor desarrollo, Amrica Latina registra la mayor proporcin de mujeresentre las personas migrantes internacionales, con un guarismo similar al de las regiones msdesarrolladas en su conjunto. Esta feminizacin cuantitativa en la escala intrarregional es un rasgocaracterstico de la migracin en los ltimos decenios (Villa y Martnez, 2002).

    Zlotnik (2003) destaca que desde que existen estimaciones a escala mundial, se observa una altaparticipacin de las mujeres; esto no fue advertido mayormente y la literatura sobre migracin seconcentr en los hombres, principalmente trabajadores. For more than 40 years, female migrants havebeen almost as numerous as male migrants. In 1960 there were 35 million female migrants and 40million male migrants; by 2000, although the total number of migrants had more than doubled, the gap

    6La ciudad de Governador Valadares, de Minas Gerais, Brasil, ilustra esta distincin. Como apunta Weber Soares (1995), hastamediados de los aos noventa los dineros de los emigrantes permitieron activar el mercado inmobiliario, generando un gran nmerode empleos en una poca de estancamiento. Al disminuir las remesas, la ciudad desaceler su dinamismo en algunos sectores y se vioafectada por una merma en la recaudacin de impuestos.

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    between females and males remained about the same, 85 million female migrants versus 90 million malemigrants (Zlotnik, 2003, p. 2).

    Cuadro 1

    PORCENTAJE DE MUJERES MIGRANTESEN EL TOTAL DE MIGRANTES INTERNACIONALES, SEGN REGIONES. 1960-2000

    Regiones 1960 1970 1980 1990 2000Total Mundo 46,6 47,2 47,4 47,9 48,8Regiones ms desarrolladas 47,9 48,2 49,4 50,8 50,9Regiones menos desarrolladas 45,7 46,3 45,5 44,7 45,7Europa 48,5 48,0 48,5 51,7 52,4Norteamrica 49,8 51,1 52,6 51,0 51,0Oceana 44,4 46,5 47,9 49,1 50,5Norte de frica 49,5 47,7 45,8 44,9 42,8frica sub-sahariana 40,6 42,1 43,8 46,0 47,2Asia Meridional 46,3 46,9 45,9 44,4 44,4Este y Sudeste de Asia 46,1 47,6 47,0 48,5 50,1Asia Occidental 45,2 46,6 47,2 47,9 48,3Caribe 45,3 46,1 46,5 47,7 48,9

    Amrica Latina 44,7 46,9 48,4 50,2 50,5Fuente: Zlotnik (2003).

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    II. Continuidades y cambiosen el mapa migratorio regionallatinoamericano y caribeo:un retrato en cifras

    Durante la dcada de 1990, el mapa migratorio regional mostrsignos de continuidad en las tendencias y tambin algunos cambios en sus

    patrones. Entre los primeros, destacan la disminucin del stock deextranjerosprincipalmente europeos, la moderada intensidad de losintercambios intrarregionales y, especialmente, la mantencin de losEstados Unidos como pas de fuerte inmigracin. La fuerte emigracinhacia el exterior de la regin y con destinos diferentes de los EstadosUnidos, as como la significativa participacin de mujeres en esas nuevasorientaciones, insinan una diversificacin de destinos y la emergencia deun nuevo patrn durante la dcada de 1990. A ellos se agrega el retorno depersonas a sus pases de origen.7

    De acuerdo con los antecedentes disponibles algo ms de 20millones de latinoamericanos y caribeos viven fuera de su pas denacimiento, cifra que equivale a poco ms del 10% de los migrantes

    internacionales en el mundo.

    7 Nos referimos al proceso de retorno de personas emigradas que captan los censos de poblacin; el perodo se refiere al quinquenioprevio a la fecha del ltimo levantamiento censal.

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    1. Los patrones tradicionales

    En la segunda mitad del siglo XX, Amrica Latina y el Caribe registran tres grandes patronesmigratorios: la inmigracin de ultramar originada principalmente en el Viejo Mundo la migracinintrarregional y la emigracin hacia el exterior de Amrica Latina y el Caribe, cuya concentracin en losEstados Unidos fue notable hasta hace pocos aos.

    a. La inmigracin de ultramar: un agotamiento indeclinableEntre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX la inmigracin de ultramar fue intensa

    en varios pases. En su mayora, provena del sur de Europa y en menor medida del Cercano Oriente yAsia (Villa y Martnez, 2002). Empleando la clasificacin de Kingsley Davis, la hegemona europea migracin transatlntica en este patrn permite asimilarlo a uno de los tres grandes movimientos delarga duracin de la migracin en la poca moderna, junto a la colonizacin europea y la migracin surnorte desde la posguerra (Faist, 2000).

    De los once millones de europeos inmigrantes, el 38% provino de Italia, 28% de Espaa y 11%de Portugal; la mitad se asent en Argentina y ms de un tercio en Brasil (Pellegrino, 2001). Ladisminucin observada en la inmigracin a partir de la segunda guerra mundial conllev un sostenido

    envejecimiento del stockinmigratorio europeo; el total de inmigrantes de ultramar censados en los pasesde la regin disminuy de casi cuatro millones de personas en 1970 a menos de dos y medio millones en1990, y si se considera que en Brasil y Venezuela experimentaron una disminucin, se espera una ciframenor hacia 2000. De este modo, la proporcin de los inmigrantes de ultramar sobre el stock deinmigrantes censados en los pases latinoamericanos baj de algo ms de las tres cuartas partes del totalen 1970 a poco ms de la mitad en 1990 (Argentina, Brasil y Venezuela concentraban el 80% del stockde inmigrantes extrarregionales censados alrededor de 1990) y debi seguir hacindolo hacia 2000, deacuerdo con la informacin disponible (grfico 1 y cuadro 2).

    Por otra parte, pese al envejecimiento de los antiguos inmigrantes, es an notorio el predominiomasculino en los stocks de ultramar y ello se manifiesta en la mayora de los pases con informacindisponible hacia 2000.

    Grfico 1AMRICA LATINA Y EL CARIBE: PORCENTAJE DE POBLACIN INMIGRANTE

    SEGN PROCEDENCIA, 1970-2000

    Fuente: Proyecto IMILA del CELADE. Para el ao 2000 la informacin corresponde a 10 pases.

    0 %

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    1 0 0 %

    1 9 7 0 1 9 8 0 1 9 9 0 2 0 0 0F e c h a s c e n s a l e s

    R e s t o d e l m u n d o ( in m i g r a c i n d e u l tr a m a r ) A m r ic a L a t i na y e l C a r ib e ( m i g . i n tr a rr e g io n a l )

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    Cuadro 2

    AMRICA LATINA Y EL CARIBE: STOCKSDE POBLACIN NACIDAEN EL EXTRANJERO SEGN PAS DE NACIMIENTO Y SEXO,CIRCA 2000

    Total nacidos en el extranjero Nacidos en A. Latina y el CaribePas denacimiento A. sexos Hombres Mujeres IM* A. sexos Hombres Mujeres IM

    Belice 34 279 17 517 16 762 104,5 29 305 14 804 14 501 102,1

    Bolivia 95 764 49 299 46 465 106,1 76 380 38 853 37 527 103,5Brasil 683 769 365 915 317 854 115,1 144 470 78 800 65 670 120,0Chile 195 320 94 677 100 643 94,1 139 082 64 693 74 389 87,0Costa Rica 296 461 149 495 146 966 101,7 272 591 136 055 136 536 99,6Ecuador 104 130 52 495 51 635 101,7 74 363 36 569 37 794 96,8Honduras 27 976 14 343 13 633 105,2 20 097 9 915 10 182 97,4Mxico 519 707 261 597 258 110 101,4 91 057 43 071 47 986 89,8Panam 86 014 43 719 43 264 101,1 53 322 25 259 28 063 90,0Venezuela 1 014 318 508 958 505 360 100,7 752 819 363 115 389 704 93,2Total pases 3 057 738 1 558 015 1 500 692 103,8 1 653 486 811 134 842 352 96,3

    Fuente: Proyecto IMILA del CELADE. *IM = ndice masculinidad.

    b. La migracin intrarregional registra una moderadaintensidad y predominancia femenina

    Los inmigrantes provenientes de la propia regin son mayora en el conjunto de pases (grfico 1),si bien en Brasil y en Mxico se acercan al 20% del total. Junto a estas cifras, no obstante, el rasgo msvisible es la moderada intensidad promedio de la inmigracin intrarregional, ya que, como aconteci enla dcada anterior, el stock de migrantes vari ligeramente con respecto a 1990, sobre todo si se lecompara con la evolucin en los Estados Unidos (grfico 2). La situacin es heterognea segn lospases (cuadro 3): algunos vieron aumentar considerablemente su stock de extranjeros (siendoparticularmente notorios los casos de Chile y Costa Rica), en tanto que dos de los que poseen losmayores stocks (Brasil y Venezuela) registraron un pequeo crecimiento, que no revirti la tendenciadescendente de la inmigracin de ultramar.

    Grfico 2AMRICA LATINA Y EL CARIBE: MIGRANTES INTERNACIONALESDENTRO DE LA REGIN Y EN LOS ESTADOS UNIDOS. 1970-2000

    Fuente: Proyecto IMILA del CELADE.

    0

    2 0 0 0

    4 0 0 0

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    1 0 0 0 0

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    1 9 7 0 1 9 8 0 1 9 9 0 2 0 0 0 (e s tim a c i n )

    A o s

    Miles

    D e n tro d e la re g i n E n E E U U

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    Los intercambios migratorios entre los pases de la regin son de larga data y no solamenteconsignan los traslados de residencia, sino que tienen diversas expresiones, como, por ejemplo, lamovilidad temporal o circular, asociada a los ciclos econmicos y a actividades agrcolas, a laconstruccin de grandes obras y al comercio, entre otras, y su influencia se deja sentir especialmente enlas regiones fronterizas. Como lo indica la experiencia de dcadas pasadas, el patrn intrarregional hasido sensible, adems, a las coyunturas de expansin o retraccin econmica y a la violencia; esta ltima

    ha generado oleadas de exiliados y retornantes entre naciones vecinas; en algunos casos, estosmovimientos derivan del desplazamiento interno, y ese es el caso de Colombia en los ltimos aos; loscolombianos siguen representando el principal flujo migratorio intrarregional y la bsqueda de refugioen pases vecinos ha sido uno de los factores de su vigencia.

    Cuadro 3

    AMRICA LATINA Y EL CARIBE: STOCKSDE POBLACIN NACIDA EN EL EXTRANJEROY TASAS DE CRECIMIENTO, 1990 2000

    Total nacidos en el extranjero Total nacidos en Amrica Latina y CaribePas de

    nacimiento 1990 2000Tasa de

    crecimiento 1990 2000Tasa de

    crecimientoBelice 25 746 34 279 3,18 19 732 29 305 4,39

    Bolivia 59 807 95 764 5,23 46 623 76 380 5,48Brasil 767 780 683 769 -1,29 116 417 144 470 2,40Chile 114 597 195 320 5,33 66 405 139 082 7,39Costa Rica 88 954 296 461 7,52 73 754 272 591 8,17Ecuador 73 179 104 130 3,21 53 165 74 363 3,05Honduras 34 387 27 976 -1,59 29 392 20 097 -2,92Mxico 340 824 519 707 4,22 86 880 91 057 0,47Panam 61 400 86 014 3,37 38 747 53 322 3,19Venezuela 1 024 121 1 014 318 -0,09 669 355 752 819 1,07Total pases 2 590 795 3 057 738 1,51 1 200 470 1 653 486 2,91

    Fuente: Proyecto IMILA del CELADE.

    Durante el decenio de 1970 hubo un gran aumento de la migracin intralatinoamericana y elnmero de migrantes se duplic. Desde los aos ochenta en adelante, el crecimiento del stockde estosmigrantes fue modesto, pues el total acumulado slo aument a 2,2 millones de personas (1990) y sepuede conjeturar que dicha cifra se increment ligeramente hacia el ao 2000.8 El comportamientoobservado durante los aos ochenta se debi al impacto de la crisis econmica y sus programas dereforma estructuralque se hicieron sentir con especial fuerza en las principales naciones de destino;la dcada perdida para el desarrollo trajo, no obstante, la recuperacin de las formas democrticas deconvivencia en varios pases. La dcada de 1990 ha sido de luces y sombras y los principales pasessudamericanos de inmigracin (Argentina y Venezuela) no han tenido la estabilidad suficiente paraatraer migrantes como en otras pocas, si bien los traslados a esos pases siguieron producindose, estavez con menor intensidad. Como hemos indicado, es probable que parte de la migracin tradicional seareemplazada por formas reversibles de movilidad (Villa y Martnez, 2002).

    Aunque no se puede concluir todava que los orgenes y destinos de las corrientes migratoriasdentro de Amrica Latina no se alteraron mayormente en el ltimo decenio tendencia de dcadaspasadas, es claro que hay seales en esa direccin. Venezuela experiment un leve aumento en elnmero de sus inmigrantes de la regin (81% colombianos). Los colombianos tienen tambin importantepresencia en Ecuador y en Panam, y su nmero aument significativamente, en el primer caso,principalmente mujeres. Segn el ACNUR (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas paralos Refugiados), los colombianos siempre han constituido poblaciones flotantes en zonas fronterizas yesto se exacerb debido a la intensificacin de la violencia; adems, una fraccin minoritaria ha

    8 Para verificar esta hiptesis faltar la informacin de los censos de varios pases, pero fundamentalmente de Argentina y Paraguay,dados sus comportamientos histricos. Los datos disponibles en los 10 pases arrojan un total de 1,7 millones de inmigrantes de laregin.

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    adquirido el estatus de refugiado (www.acnur.org).9 La inmigracin hacia Chile principalmente deciudadanos peruanos fue importante durante los aos noventa, al punto que marca la presenciacuantitativa de extranjeros ms elevada de su historia, producto de un gran crecimiento, si bien estatendencia no fue del todo indita y el stock de extranjeros tiene una gravitacin porcentual apenassuperior al 1% de la poblacin del pas (Martnez, 2003b).

    En Centroamrica, luego de las convulsiones de los decenios de 1970 y 1980, los acuerdos de paz,las repatriaciones y la estabilidad democrtica no han alterado el mapa migratorio subregional: Belice yCosta Ricacon magnitudes absolutas de inmigrantes muy diferentes, pero con tendencias e impactosrelativos similares en las esferas demogrficas, sociales y econmicas siguen siendo los nodos delsistema migratorio del istmo. En Belice, los extranjeros asentados provenientes esencialmente deGuatemala y El Salvador equivalen al 15% de la poblacin del pas, cifra que no incluye a lostrabajadores temporarios ni a los migrantes en trnsito (SIEMCA, 2002). Costa Rica sigui siendo eldestino de grandes contingentes de nicaragenses (83% de los inmigrantes regionales a este pas) y esmanifiesta la fuerte atraccin de los mercados laborales agrcolas y de los servicios para la mano de obraproveniente de Nicaragua. En su conjunto, los inmigrantes representan el 8% de la poblacin del pas.10

    La emigracin intrarregional tiene gran significacin en los casos de El Salvador y Guatemala.Adems, el istmo se caracteriza por la condicin de trnsito de los territorios, que sirve a migrantes delsur de la regin y de otras regiones en sus rutas al norte. La migracin en Centroamrica se une a unsistema migratorio cada vez ms relacionado con Mxico, aunque la subregin exhibe los mayoresrezagos sociales. Las remesas tienen un impacto macroeconmico considerable en El Salvador,Guatemala, Honduras y Nicaragua.

    Ya hemos destacado que la migracin entre los pases anglfonos de la Comunidad del Caribe sedistingue por la intensa circulacin de personas y una ms reducida movilidad vinculada a traslados deresidencia (Villa y Martnez, 2002). La informacin ms reciente se remite a comienzos de la dcada de1990 y seala que los inmigrantes representaban casi el 4% de la poblacin de los pases, y destacan porsus mayores stocks de inmigrantes cinco pases: Bahamas, Barbados, Islas Vrgenes de los EstadosUnidos, Jamaica y Trinidad y Tabago (Mills, 1997). En esta subregin tiene lugar, adems, una intensamovilidad irregular; se conoce de deportaciones masivas de caribeos desde los Estados Unidos y seescenifica singularmente la operacin de organizaciones criminales internacionales dedicadas a la tratade personas (Thomas-Hope, 2002).

    Sin duda, la migracin de haitianos a Repblica Dominicana es una de las ms distintivascorrientes intrarregionales en el Caribe y en Amrica Latina (vase recuadro 3). Hasta mediados delsiglo XX se registraban importantes flujos de poblacin originados principalmente en el noroeste deHait, densamente poblado y con una deteriorada base de recursos, a zonas situadas ms all del lmiteinternacional, cuyo mayor potencial productivo dejaba la imagen de una frontera agrcola.Gradualmente, estos flujos se fueron convirtiendo en traslados estacionales, con una temporalidadvinculada a la dinmica de las cosechas en las regiones del norte y oeste de Repblica Dominicana(Pellegrino, 2000) y luego devinieron en flujos hacia zonas urbanas, caracterizados por la irregularidad yla insercin laboral informal, el origen urbano, la mayor escolaridad respecto a los residentes en losbateyes y una creciente participacin de mujeres (Sili, Segura y Dore, 2002). En los ltimos aos

    9 Ecuador y Panam han asistido mayoritariamente a la poblacin solicitante de refugio. En Ecuador, sobre un total de 16 milsolicitudes durante el ao 2002, se otorg poco ms de una cuarta parte. La internacionalizacin del conflicto armado ha preocupadoa muchos gobiernos, analistas y organizaciones internacionales, pues se reconoce que la atencin a las necesidades de laspoblaciones demandantes de refugio es tarda y precaria o, peor an, inexistente (vase www.codhes.org.co). Como sucedi conotros grupos en Centroamrica y Mxico, la repatriacin precipitada representa un nuevo riesgo para las personas afectadas.

    10 La combinacin de la incidencia relativa con el tamao absoluto de la poblacin nicaragense en Costa Rica hace que la migracinsea uno de los temas ms espinudos en este pas. Y en Nicaragua? Alberto Corts (2003) describe los silencios que invoca laemigracin de nicaragenses planteando cuatro hiptesis interrelacionadas: a) la comunidad acadmica ha estado concentrada en lastransformaciones radicales del pas; b) los emigrantes no cuentan con niveles de organizacin social y poltica que les permitan serreconocidos; c) la emigracin es muy funcional para la clase poltica y la elite del poder (recurdese la vlvula de escape); y d) losmigrantes corresponderan a clase media empobrecida, familias pobres y gente oscura. Estos silencios quizs con las mismasexplicacionespueden encontrarse en otros pases de fuerte emigracin.

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    Repblica Dominicana ha sido uno de los principales pases caribeos de origen de trabajadoras sexualesvctimas de trata, cuyos destinos son variados e incluyen una escala en pases de la propia subregin(CELADE, 2003; Thomas-Hope, 2002).

    Recuadro 3

    HAITIANOS EN REPBLICA DOMINICANA

    Fuente: Gavigan (1997).

    De acuerdo con los antecedentes del Proyecto IMILA, la migracin intrarregional acusa unpredominio de mujeres desde los aos ochenta, tendencia que se mantendra en la actualidad y que, como

    ya se seal, le confiere un rasgo distintivo en el mundo en desarrollo (grfico 3). Un anlisis detallado delos intercambios muestra que la composicin segn gnero de las diversas corrientes migratorias es muyheterognea, si bien sigue algunas tendencias. Los datos disponibles alrededor de 2000 muestran que losprincipales flujos intrarregionales tienden a ser predominantemente femeninos: colombianos en Venezuela(91,4 hombres por cien mujeres), nicaragenses en Costa Rica (99,8 por cien), colombianos en Ecuador(89,2 por cien) y peruanos en Chile (66,5 por cien), lo que marca la tendencia de la emigracin de cada pasde origen. Con todo, hay importantes excepciones (como los argentinos en Chile y Brasil, los colombianosen Panam, los peruanos en Venezuela y los uruguayos en Brasil) y son numerosos los movimientos depequea magnitud que alcanzan comportamientos extremos. Detrs de esta heterogeneidad estn tanto lacomplementariedad entre los mercados de trabajo de los pases emisores y receptores como la demandalaboral en actividades de servicios, adems de los efectos de la reunificacin familiar. Hay, sin embargo,importantes elementos de juicio para reconocer que, crecientemente, la migracin de mujeres obedece amotivaciones de diversa ndole y, adems, diferentes a la de los hombres, desde aquellas estrictamentelaborales, pasando por las de carcter familiar, hasta otras ms individuales.

    En el Caribe, los datos censales del conjunto de pases hacia 1990 presentan un ligero predominiofemenino, asociado a las ocupaciones de la industria turstica (Thomas-Hope, 2002).

    Hait y la Repblica Dominicana comparten una isla y una historia larga y antagnica, que data del perodocolonial. La migracin estacional de cortadores haitianos de caa de azcar, que se inici a principios desiglo, fue estableciendo gradualmente y de manera permanente una creciente poblacin haitiana en las zonasagrcolas y en algunas de las principales ciudades dominicanas. Durante los aos recientes se agreg a estainmigracin una corriente mucho ms variada de haitianos que cruzan la frontera en busca de trabajo en unaamplia variedad de actividades, por ejemplo, en los agronegocios del arroz y el caf, la construccin, elservicio domstico, el turismo y las fbricas textiles en zonas francas. La magnitud de la poblacin haitiana enRepblica Dominicana es muy difcil de estimar.

    Las expulsiones masivas y peridicas de haitianos han constituido un rasgo caracterstico de la historia deambos pases. Las deportaciones, como la ola que se desat en 1981 a raz de informes periodsticos sobreel uso extensivo de mano de obra haitiana en la agricultura, el decreto de Balaguer en 1991, una campaa deinspiracin militar que determin la deportacin de varios miles de haitianos antes del frustrado intento deretorno del presidente Aristide en octubre de 1993, son slo algunos episodios salientes de este dramaprolongado y amargo.

    La migracin se mantuvo bajo control durante los aos de Duvalier (y de su hijo, despus), quien cobraba unaespecie de impuesto por cada ciudadano que iba a trabajar en los caaverales dominicanos. Lasdeportaciones masivas han causado malestar en Hait, generando tensiones. Un protocolo acordado porambos gobiernos para regular el trmite de las repatriaciones ha sido ignorado; el gobierno dominicano hamanifestado una creciente sensibilidad frente a las crticas internas y externas a propsito de este problema ymejor la forma en que se llevan a cabo las deportaciones, al tiempo que ha renovado su actitud frente a estamigracin. En este sentido, se ha sugerido que una organizacin internacional supervise las repatriaciones, afin de que se cian a las normas internacionales

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    Grfico 3

    RELACIONES DE MASCULINIDAD DE LATINOAMERICANOS Y CARIBEOSEN LOS STOCKSDE MIGRANTES SEGN REGIONES DE PRESENCIA, 1970-2000

    Fuente: Proyecto IMILA del CELADE. Para el ao 2000 la informacin corresponde a diez pases de laregin.

    c. La emigracin hacia los Estados Unidos concentratres cuartas partes de los migrantes de la regin

    La emigracin a este pas ha sido protagnica desde todo punto de vista y encarna buena parte de lasrepresentaciones problemticas, desafos y oportunidades que registra la migracin contempornea. Es, sinduda, parte de la migracin sur norte, que ha sido muy bien descrita por Thomas Faist: First, there are huge,and in many cases still growing, international differentials in income per head and quality of life. This

    difference seems to be wider now and than ever in the past. These differentials are widely, almost universally,known. Mass communication, pioneer migrants, and transnational circuits of recurrent migrants create theimpression that the relative volume of international migration has achieved an extent not reached before(Faist, 2000, p. 27).

    Tradicionalmente alimentada por los flujos de mexicanos y caribeos, hoy incluye, con crecientefuerza, a centroamericanos y sudamericanos. De all que la presencia latina, estimada en 15 millones deinmigrantes ms sus descendientes, sea actualmente la primera minora tnica en los Estados Unidos. Unaestimacin gruesa nos permite imputar a este pas unas tres cuartas partes del total de migranteslatinoamericanos y caribeos. Es de ley destacar tres hechos relevantes: la emigracin de la mayora de pasesgeogrficamente ms cercanos tiende a concentrarse con mayor fuerza en los Estados Unidos, aunque hayimportantes excepciones (como la emigracin desde Nicaragua y algunos pases del Caribe ingls); entre lospases de Amrica del Sur la situacin es ms diversificada y la emigracin desde varios de ellos a los Estados

    Unidos comparte primaca, a lo menos, con otros destinos, ya sea dentro de la regin o fuera de ella. Por otraparte, la inmigracin es heterognea en su composicin, antecedente muy importante para su examen. Laimagen media del inmigrante latino o hispano no constituye una figura real y uno de sus ms directosindicadores es la composicin por sexo, cuyo promedio que refleja un predominio masculinoescondeimportantes variaciones.

    Los stocks han aumentado significativamente desde 1970, pero con una tendencia de menorintensidad; adems, el aumento se vio acompaado de una diversificacin de los pases de origen. Segn seobserva en el cuadro 4, el ritmo anual de crecimiento del decenio de 1990 fue inferior al de los perodos

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    anteriores, lo que obedece al comportamiento de mesoamericanos y, especialmente, de los caribeos.11 Lossudamericanos recuperaron su ritmo de crecimiento, que les llev a elevar su gravitacin relativa; sinembargo, siguen siendo los de menor representacin (grfico 4). Mxico contribuye con ms de la mitad deltotal. En el Caribe, sobresalen los oriundos de Cuba (cerca de un milln de personas), Repblica Dominicana(casi 700.000), Jamaica (411.000) y Hait (cerca de 400.000). Entre los centroamericanos destacan lossalvadoreos (765.000) y guatemaltecos (327.000). Los sudamericanos estn compuestos principalmente por

    colombianos (435.000), peruanos y ecuatorianos (328.000 y 281.000 personas, respectivamente).Hay que destacar que la informacin de 2000 corresponde a la Encuesta Continua de Poblacin

    (Current Population Survey) de los Estados Unidos, que est sujeta a errores muestrales. Sus cifras indicanque los inmigrantes de la regin equivalen a poco ms de la mitad del stock total de inmigrantes en losEstados Unidos (Lollock, 2001). Segn estos antecedentes, la participacin de mujeres y hombres es variadasegn el origen: caribeos y sudamericanos registran ndices de masculinidad que denotan una muy elevadaparticipacin femenina. El promedio no refleja estas variaciones, debido al comportamiento de losmesoamericanos (grfico 5).

    La imagen media del inmigrante de la regin pierde tambin sustento al contrastar algunascaractersticas sociodemogrficas y socioeconmicas. Los mesoamericanos tienen una mayor concentracinde poblacin en edades activas y sus perfiles de escolaridad son ostensiblemente ms bajos que los decaribeos y sudamericanos (estos exhiben los mejores ndices). A su vez, la participacin laboral de las

    mujeres es notoriamente ms elevada entre las caribeas y sudamericanas aunque en todos los grupostienen una intensidad mayor que la de los pases de origen; y, por ltimo, las ocupaciones profesionalesabarcan significativamente ms proporciones entre los oriundos del Caribe y Amrica del Sur (vansegrficos 6 a 9). La extendida nocin de que el perfil sociolaboral del conjunto de inmigrantes se polariza entrelos que tienen alto grado de calificacin y se insertan en ocupaciones gerenciales y de ciencia ytecnologa, y los que se concentran en subsectores econmicos de baja productividad (los ms numerosos),puede aplicarse tambin a la propia comunidad latinoamericana y caribea.

    Grfico 4

    ESTADOS UNIDOS: PORCENTAJE DE POBLACIN INMIGRANTEDE ORIGEN LATINOAMERICANO Y CARIBEO, 1970-2000

    Fuente: Villa y Martnez (2002), sobre datos de IMILA. Para el ao 2000 la informacin corresponde a laEncuesta Continua de Poblacin.

    11 El fuerte ritmo de aumento del stockde latinoamericanos y caribeos en los Estados Unidos en el decenio de 1980 se vio influido porla amnista concedida por la Ley de Control y Reforma Migratoria de ese pas en 1986.

    0 %

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    1 9 7 0 1 9 8 0 1 9 9 0 2 0 0 0

    F e c h a s c e n s a l e s

    A m r ic a de l S u r M es o a m ric a C a r ib e y o tro s

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    Grfico 7

    ESTADOS UNIDOS: GRADO DE ESCOLARIDAD DE LA POBLACIN NATIVAY DE INMIGRANTES SEGN REGIN DE ORIGEN, 2000

    (Poblacin de 25 y ms aos)

    Fuente: SIEMCA (2002), segn datos de la Encuesta Continua de Poblacin de 2000.

    Grfico 8ESTADOS UNIDOS: TASA DE ACTIVIDAD ECONMICA DE LA POBLACIN NATIVA

    Y DE INMIGRANTES SEGN REGIN DE ORIGEN, 2000(Poblacin entre 25-54 aos)

    Fuente: SIEMCA (2002), segn datos de la Encuesta Continua de Poblacin de 2000.

    0

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    2030

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    Total nativosEE.UU.

    Totalinmigrantes

    TotalAmricaLatina

    Caribe Mxico AmricaCentral

    Amrica delSu r

    Porcentaje

    Hombres Mujeres

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    Total nativosEE.UU.

    Totalinmigrantes

    TotalAmricaLatina

    Caribe Mxico AmricaCentral

    Amrica delSur

    Porcentaje

    Secundaria incompleta Secundaria completa y ms

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    Grfico 9

    ESTADOS UNIDOS: ESTRUCTURA DE LAS OCUPACIONES DE LA POBLACIN NATIVAY DE INMIGRANTES SEGN REGIN DE ORIGEN, 2000

    Fuente: SIEMCA (2002), segn datos de la Encuesta Continua de Poblacin de 2000.

    Recuadro 4

    LOS HISPANOS: MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

    0

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    Total nativosEE.UU.

    Totalinmigrantes

    Total AmricaLatina

    Caribe Mxico Amrica Central Amrica del Sur

    Porcentaje

    Servicios, laboresmanuales yagrcolas

    Tcnicos,vendedores,administrativos

    Profesionales

    La Oficina del Censo de Estados Unidos ha derrotado el aforismo segn el cual nadie es profeta en sutierra. Desde hace tiempo vena prediciendo que los hispanos desplazaran a los negros como primeraminora y las cifras que acaba de hacer pblicas el gobierno indican que ya suman algo ms de 38millones, una pizca por delante de los negros. Entre 2000 y 2002, la poblacin hispana aument cuatroveces ms que la del resto del pas y represent la mitad del crecimiento de la poblacin total.

    Cul es el significado, para los pases de origen de los hispanos, de este fenmeno descomunal?Empecemos por el econmico. Si el aumento de poblacin se debiese slo al fervor reproductivo, lasignificacin sera importante, pero ni tanto; sin embargo, la inmigracin explica la mitad del aumento depoblacin de los hispanos. Eso garantiza, de modo ms o menos sostenido, la nostalgia y elcompromiso. No sorprende que las remesas de dlares a los pases latinoamericanos sumen ya ms deUS$ 25 mil millones anuales, casi la mitad del tamao de la economa peruana. No hay elementos paraafirmar que los hispanos inciden en el comercio entre los Estados Unidos y Amrica Latina o en elflujo de inversiones, ms que el resto de la poblacin estadounidense, de modo que la importanciaeconmica reside en esos envos de dlares, que permiten hoy a Mxico, Centroamrica y pasessudamericanos (como Colombia, Per y Ecuador) aliviar sus necesidades.

    Y qu ocurre en el campo poltico? A pesar de que son casi 40 millones de personas de un total de288 millones, los hispanos tienen un peso poltico menor. Carecen de la representacin poltica de losnegros y, por supuesto, de la influencia de los judos (la excepcin son los cubanos, bien organizados atravs de grupos de poder tanto poltico como econmico). Una razn fundamental es que muchos delos hispanos son ilegales o inmigrantes recientemente legalizados. Otra razn tiene que ver con lamultiplicidad de orgenes: el mexicano de California no tiene en comn con el dominicano de NuevaYork ms de lo que lo une a otros grupos. A diferencia de los negros, no constituye una raza: el censolos considera una etnia que abarca muchas razas. Una tercera razn puede ser la condicineconmica de muchos hispanos, que no les permite el lujo de tener un peso poltico. Y una ltimapuede ser cultural: la inmigracin hace de los hispanos un grupo que todava no ha abandonado deltodo su pertenencia a la tierra de origen y, por tanto, no se ha adaptado an a hbitos participatorios delnuevo sistema.

    Pero estas razones dejan algo que desear. Hay un nmero suficiente de hispanos aclimatados y concierta certidumbre econmica como para traducir el fenmeno demogrfico en influencia poltica.Queda, pues, un cierto misterio. El hecho de que no estn organizados como bloque electoral ogrupo de cabildeo implica que el gobierno de los Estados Unidos no siente urgencia en atender los

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    (Contina)(Conclusin recuadro 4)

    Fuente: Mario Vargas Llosa, diario La Tercera, Chile, 21 de junio de 2003.

    Cuadro 4

    ESTADOS UNIDOS: STOCKSDE POBLACIN INMIGRANTE DE ORIGENLATINOAMERICANO Y CARIBEO: 1970, 1980, 1990 Y 2000

    Fechas censales a Tasas de crecimientoProcedencia1970 1980 1990 2000 1970-1980 1980-1990 1990-2000

    Amrica del Sur 234 233 493 950 871 678 1 876 000Porcentaje 13,6 11,3 10,4 13,0 7,5 5,7 7,7Mesoamrica 873 624 2 530 440 5 391 943 9 789 000Porcentaje 50,6 57,7 64,4 67,6 10,6 7,6 6,0Caribe y otros 617 551 1 358 610 2 107 181 2 813 000Porcentaje 35,8 31,0 25,2 19,4 7,9 4,4 2,9Total 1 725 408 4 383 000 8 370 802 14 478 000

    Porcentaje 100,0 100,0 100,0 100,0 9,3 6,5 5,5

    Fuente: Proyecto IMILA del CELADE.a : 2000 corresponde a la Encuesta Continua de Poblacin.

    2. Un nuevo patrn extrarregional:Espaa y Japn son los destinos ms dinmicos

    La emergencia de un nuevo patrn migratorio orientado al exterior de la regin, principalmentefuera de las Amricas, cobra creciente vigor a contar de los aos noventa y a medida que se conocen lascifras de la migracin regional y algunas especificidades que lo acreditan como un patrn diferente. Laemigracin a destinos alternativos a los Estados Unidos no ha sido un hecho sin precedentes entrelatinoamericanos y caribeos. Canad y el Reino Unido han oficiado, en distintas pocas y condiferentes atractivos y perspectivas, como pases receptores de migrantes de la regin. Canad mantieneun programa significativo de admisin permanente de inmigrantes basado en un sistema de puntos quefavorece su incorporacin de acuerdo con su capacidad de integracin a la economa y sociedadcanadienses. Su reciente Ley de Inmigracin de 2002 recoge una larga experiencia, que se resume en lavisin beneficiosa de la inmigracin y en el propsito de lograr la integracin econmica, social ycultural de los extranjeros (Biles y Burstein, 2003). El Reino Unido dio preferencias a los inmigrantes dela Comunidad del Caribe, aunque desde hace dcadas termin la poltica de libre admisin. Varios paseseuropeos y Australia recibieron a exiliados polticos sudamericanos durante los aos setenta y ochenta,

    asuntos hispanos, salvo cortejos efmeros cada cuatro aos. Si estuvieran organizados, sera impensableque el Presidente Bush quien al comienzo de su administracin prometi hacer de Amrica Latina suprimera prioridad de poltica exterior y legalizar a los mexicanos indocumentadosincumpliera su palabra.

    Aun si los hispanos se volvieran influyentes, es improbable que se produzcan cambios en la polticaexterior de los Estados Unidos. La razn es sencilla: salvo los cubanos, que tienen una causa muy

    concentrada, los dems tienen, con respecto a sus pases de origen, causas nacionales difusascomo lasuperacin econmica que no resultan fciles de convertir en exigencias concretas hacia la CasaBlanca o el Congreso. Por lo tanto, sus urgencias seran mucho ms de la poltica domstica que de lapoltica exterior.

    Significa que Amrica Latina no debe esperar nada de la explosin hispana, salvo remesas de dlares?No. Si algn pas latinoamericano, como Mxico, encontrara la forma de dotar a sus emigrados de unacausa atractiva y reductible a demandas concretas, y al mismo tiempo los lderes hispanos encontraran laforma de darle organizacin poltica a esa promisoria pero amorfa demografa, podra surgir un poderosomovimiento poltico. Quizs slo la poltica exterior latinoamericana pudiera convertir a los hispanos enuna influencia significativa en la poltica exterior estadounidense. Alguna cancillera latinoamericanatrabaja en ello?

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    lo que marca uno de los principales antecedentes para la actual presencia de inmigrantes en ellos y, depaso, sugiere el protagonismo de esos orgenes.

    Lo que realmente es novedoso es que Espaa y Japn han emergido como los destinos de mselevada dinmica reciente de la emigracin regional. De acuerdo con la informacin disponible, sepuede estimar que hacia el ao 2000 unos 2,8 millones de latinoamericanos y caribeos residen en pasesde fuera de la regin distintos de los Estados Unidos, concentrados en Espaa, Canad, Reino Unido y

    Japn (cuadro 5). Caribeos y sudamericanos son los principales grupos; en estos ltimos, destacan losbrasileos, ecuatorianos, colombianos y argentinos. El otro rasgo llamativo es que, en general, lainformacin disponible por sexo indica que participan ms mujeres que hombres, si bien hay importantesexcepciones como para caracterizar a este patrn de manera tajante como feminizado.

    Cuadro 5

    LATINOAMERICANOS Y CARIBEOS EN EUROPA Y OTROSPASES CON INFORMACIN DISPONIBLE. CIRCA 2000

    Pas de presencia Total

    Alemania 87 614Austria a 2 308Blgica 4 962

    Dinamarca 865Espaa 840 104Francia a 41 714Holanda 157 745Italia 116 084Noruega 14 937Portugal 25 531Reino Unido 500 000Suecia 19 930Total Europa 1 811 794Australia 74 649Canad 575 955Israel 78 259Japn 284 691Total pases con informacin 2 825 348

    Fuente: Proyecto IMILA del CELADE.a: Corresponde a 1990.

    El patrn extrarregional de migracin tambin guarda relacin con una modalidad determinada deretorno, de acuerdo con dos componentes. Por un ladopor lo menos hacia las antiguas metrpolis yJapn, existe un retorno diferido generacionalmente: la inmigracin se ve beneficiada por laposibilidad para algunas personas de recuperar la ciudadana de origen de sus antepasados inmigranteshacia Amrica Latina entre fines del siglo XIX y las postrimeras de la primera mitad del XX. Por otro,se tratara de una restitucin de recursos humanos.

    No toda la inmigracin latinoamericana a Espaa se asocia directamente al reconocimiento deciudadana; en promedio, casi un tercio de los latinoamericanos se han nacionalizado; no obstante, lasproporciones alcanzan a ms del 40% entre varios grupos (con porcentajes ms significativos entre

    venezolanos y uruguayos, segn cifras del censo de 2001; vase grfico 10). Esto hace suponer un efectoindirecto de la ciudadana, que se expresa vigorosamente sobre las redes sociales; estas se conforman devnculos familiares y no familiares. De all que la otra caracterstica de la migracin a Espaa sea su condicinde segundo destino de la emigracin regional, con 840 mil inmigrantes, casi la mitad de los cuales sonecuatorianos y colombianos. Adems del enorme crecimiento de la inmigracin de latinoamericanos ycaribeos desde 1990 (sobre todo en los ltimos aos), se trata fundamentalmente de poblacin nacida en lospases sudamericanos y con fuerte predominio de mujeres, lo que le imprime su singular gravitacin comodestino de la emigracin regional (cuadro 6). La inmigracin en este pas ha estado signada por la fuertedinmica y el cambiante perfil de los inmigrantes, cuya composicin ha alternado la participacin deafricanos, europeos del este y sudamericanos (Anguiano, 2002).

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    Sin duda, la participacin de mujeres sudamericanas es muy elevada, aunque su predominio ha venidodescendiendo, posiblemente debido al asentamiento de las familias. Esto significa que las mujeres han sidopioneras en la instalacin, contraviniendo los enfoques tericos ms conocidos. Dicho en palabras de losinvestigadores espaoles: Viene el hombre tras la mujer y los hijos (Izquierdo, Lpez y Martnez, 2002, p.7). Pero ellos reconocen que esta conducta es posible por la dinmica de la demanda laboral y las facilidadespolticas y preferencias empresariales (entre otras, por el idioma).

    En el caso de Japn, la inmigracin compuesta principalmente de brasileos y peruanos se viofavorecida directamente desde 1990 por las disposiciones que facilitaron el visado de ingreso y permanenciatemporal a los descendientes sanguneos (dekasseguis) de japoneses instalados desde las primeras dcadas delsiglo en Brasil y Per (los nikkei) (Pellegrino y Martnez, 2001; Sasaki, 2000).12 Los brasileos, a poco delcentenario del inicio de la llegada de japoneses a Brasil (1908) em um caminho de volta dos japoneses eseus descendentes radicados no passon el tercer grupo en nmero de extranjeros en Japn, despus decoreanos y chinos; en su conjunto, los latinoamericanos representaban un 19% de los inmigrantes en este pasa fines de la dcada de 1990, luego de haber sido el 15% en la mitad del decenio (Sasaki, 2000). Estosinmigrantes son en su mayora hombres, empleados en los sectores manufactureros, si bien se registra unprogresivo aumento de la participacin de las mujeres (cuadro 7). Entre 1994 y 1997, la poblacin brasileaen Japn aument aproximadamente en setenta mil personas, en un contexto de alta demanda de mano deobra y oferta de elevados salarios relativos. Los trabajadores brasileos son reclutados a travs de agencias

    especializadas para destinarlos a las ocupaciones de las cinco k: pesados (kitsui), peligrosos (kiken), sucios(kitanai), exigentes (kibishii) e indeseables (kirai) (Kawamura, 1999, citado por Fusco, Yoiti y Guimares,2002). En el ao 2000, la Oficina de Inmigracin del Ministerio de Justicia de Japn informa que ms de 300mil no nativos residentes en ese pas eran latinoamericanos y que los brasileos seguan constituyendo msdel 80% de ese total (Villa y Martnez, 2002).

    Grfico 10

    ESPAA: PORCENTAJE DE NACIONALIZADOS ESPAOLESEN LOS NACIDOS EN AMRICA LATINA Y EL CARIBE, 2001

    Fuente: www.ine.es.

    12 Cerca de 250 mil japoneses llegaron a Brasil (principalmente a Sao Paulo) en el siglo XX y en la actualidad habra 1,5 millones denikkeis (Rossini, 2000).

    0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 50,0 60,0 70,0 80,0

    Amrica Central y Mxico

    Cuba

    El Salvador

    Honduras

    Mxico

    Rep. Dominicana

    Otros Centroamrica

    Amrica del Sur

    Argentina

    Bolivia

    Brasil

    Colombia

    Chile

    Ecuador

    Paraguay

    Per

    Venezuela

    Uruguay

    Otros Amrica del Sur

    Total Regin

    Porcentaje

  • 8/2/2019 CEPAL Study on Migration

    39/95

    CEPAL - SERIE Poblacin y desarrollo N 44

    35

    Dos hechos adicionales destacan en esta emigracin hacia Japn. Uno de los factores de la inmigracinde mujeres parece ser la demanda asociada a la trata, pues se sabe que el mercado internacional tiene en Japnuno de los centros de articulacin de redes europeas y asiticas, cuyos puntos de operacin y reclutamientoestn principalmente en Brasil y otros pases de la regin. De hecho, informacin oficial consigna una cifra deentre 3 mil y 5 mil brasileas dedicadas al comercio sexual, lo que representa una fraccin elevada de quienesse dedican a los servicios y supera varios rubros de actividad (CELADE, 2003; Chiarotti, 2003; Rossini,

    2000). Por otra parte, la poblacin inmigrante dekassegui enfrenta una doble amenaza de exclusin: por unlado, son considerados extranjeros en Brasil por su ascendencia y, por otro, no logran adaptarse a la sociedadjaponesa por no hablar el idioma y tener tradiciones muy distintas (Rossini, 2000).

    Cuadro 6

    ESPAA: STOCKSDE LATINOAMERICANOS Y CARIBEOS RESIDENTESPOR PAS DE NACIMIENTO Y SEXO, 1991 Y 2001

    Ambos sexos Hombres Mujeres *IMPas de nacimiento1991 2001 1991 2001 1991 2001 1991 2001

    Mesoamrica 49 960 131 383 20 875 50 467 29 085 80 916 71,8 62,4Cuba 24 059 50 753 10 659 22 185 13 400 28 568 79,5 77,7El Salvador ... 2 754 ... 1 014 ... 1 740 58,3

    Honduras ... 3 498 ... 1 212 ... 2 286 53,0Mxico 11 776 20 943 4 980 8 899 6 796 12 044 73,3 73,9Rep. Dominicana 7 080 44 088 2 331 13 264 4 749 30 824 49,1 43,0Otros 7 045 9 347 2 905 3 893 4 140 5 454 70,2 71,4Amrica del Sur 160 499 708 721 75 185 324 943 85 314 383 778 88,1 84,7Argentina 53 837 103 831 25 486 51 690 28 351 52 141 89,9 99,1Bolivia 13 184 5 987 7 197 83,2Brasil 13 673 33 196 6 048 12 224 7 625 20 972 79,3 58,3Colombia 174 405 73 099 101 306 72,2Chile 18 083 8 468 9 615 88,1Ecuador 218 351 106 601 111 750 95,4Paraguay 2 113 822 1 291 63,7Per 53 621 22 164 31 457 70,5Venezuela 42 344 67 150 20 116 31 526 22 228 35 624 90,5 88,5

    Uruguay 24 626 12 291 12 335 99,6Otros 50 645 161 23 535 71 27 110 90 86,8 78,9Total Regin 210 459 840 104 96 060 375 410 114 399 464 694 84,0 80,8

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica, en www.ine.es.*IM = ndice de masculinidad.

    El retorno a las antiguas metrpolis e Italia puede ser visto tambin como una fase contemporneade las antiguas relaciones entre el Viejo Mundo y Amrica Latina, como una restitucin de recursoshumanos y un motor que despliega energa al crecimiento demogrfico. En Espaa algunos lodenominan la latinoamericanizacin de la inmigracin: Latinoamrica y Europa nos restituyen buena

    parte de los recursos humanos que necesitaron. Es la devolucin inesperada de una deuda histrica.Europa lo hace en una situacin de privilegio mientras que Amrica Latina anda removida en sus

    fundamentos y pendiente de otra deuda ... Tambin resulta de inters el estudio de la inmigracin

    latinoamericana por su hlito de preferidos de la sociedad espaola. Y casi de reclamados y deseados.Lo son con el fin de anular la dependencia de la mano de obra marroqu en la agricultura y laconstruccin. O para eludir el choque cultural con otra religin. Sea por unos o por otros motivos, locierto es que son pocos los que esconden la predileccin que sienten por los inmigranteslatinoamericanos. Los prefieren los empresarios y los polticos, los vecinos del barrio, lasorganizaciones catlicas y los maestros en los colegios. Es verdad que no todos los latinoamericanosson vistos de igual modo, pues unos son ms ensalzados que otros. Pero segn los modos ms diversosde sondear las preferencias de la poblacin, latinoamericanos y europeos del este ap