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Los centros de psicología advierten de

un exceso en la prescripción de antidepresivos

Psicoadapta

fecha

En los últimos tiempos se ha manifestado un aumento del número de personas que paceden trastornos emocionales siéndole prescrito en la mayoría de los casos un antidepresivo o ansiolítico sin tener en cuenta las particularidades de cada caso, las soluciones alternativas, o las necesidades del paciente.

Introducción

Desde hace tiempo se observa una realidad

recurrente en los centros hospitalarios,

principalmente en las consultas de los médicos

de atención primaria, quienes atienden a un gran

número de pacientes aquejados de

padecimientos emocionales que desencadenan

síntomas ansiosos, depresivos, de excesiva

preocupación o estrés.

En la mayoría de los casos al paciente se le

prescribe algún tipo de antidepresivo o ansiolítico,

ya que se considera que le mejorará su

sintomatología negativa. Pero curiosamente, son

pocos los casos que la citada medicación ayuda

en sus problemas, de una forma definitiva, a este

tipo de pacientes, pues diferentes estudios han

determinado que aquellos que sufren la

sintomatología anteriormente descrita acuden

aproximadamente 20 veces más a la consulta

médica que el resto de pacientes, tras observar

pocos cambios tras la realización del tratamiento

marcado.

Estos datos deberían preocuparnos y

replantearnos que se está haciendo mal, pues

evidentemente no solo es un gasto económico

mayor el cuál asumimos todos en la sanidad

pública, sino que se están realizando o

prescribiendo tratamientos que no terminan de

ayudar en el sufrimiento de la persona que

padece este cuadro.

Sea como fuere, está muy claro por muchos

estudios que lo avalan y por evidencias tan claras

como las comentadas en líneas anteriores, que la

medicación no es suficiente para el tratamiento

de trastornos como la depresión o la ansiedad.

Debemos decir que no es una cuestión de estar a

favor o en contra de este tipo de tratamiento

farmacológico, simplemente cuestionarnos que

no es el único método ni el más eficaz. Los

medicamentos, en muchos casos, no solo son

recomendables sino que además son necesarios

para poder trabajar a nivel cognitivo en una

terapia psicológica. Sin embargo, en otros

muchos casos, la medicación no es necesaria,

pues la terapia cognitivo conductual por si sola,

arroja resultados muy positivos.

En los pacientes que toman solo medicación se

observa un mayor porcentaje de recaídas, un

desconocimiento de lo que padecen y

especialmente, ignoran que es lo que pueden

hacer a nivel de sus pensamientos o de sus

conductas para cambiar sus emociones y

sentimientos. Dicho de otra manera, el

medicamento ayudará a estos a que su

sintomatología negativa, en la gran mayoría de los

casos, disminuya, pero en ningún caso aportará

un tipo de aprendizaje, habilidades o nuevas

técnicas para que pueda utilizarlo ante aquello

que le angustia, teme o le deprime en el presente

y como vía preventiva para no recaer en el futuro.

En el año 2007 en El Reino Unido, tras llegar a

estas mismas conclusiones, se decidió modificar

algún aspecto de su modelo sanitario para

observar si estos cambios permitían por una parte

a la salud pública ahorrar dinero, y por otra,

mejorar la eficacia del tratamiento recomendado

por los médicos para la curación de sus

pacientes. Comenzaron a integrar a equipos de

psicólogos que demostraron que sus tratamientos

tenían una mayor eficacia que la prescripción de

un medicamento, y tras este hecho, el sistema

sanitario siguió incrementando el número de

psicólogos pues era un beneficio para todos.

Actualmente en España se está iniciando una

investigación en este sentido apoyada por los

centros de psicología como Psicoadapta, a fin de

comprobar y ver si realmente esto supone un

beneficio para todos, y en caso positivo, intentar

llevarla a cabo.