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INSTITUTO ESPAÑOL DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS
Estudios de-investigación realizados porel Seminario de: <(Sociedad y Fuerzas Armadas»
LA FUNCIÓN DE LAS FUERZASARMADAS ANTE EL PANORAMAINTERNACIONAL DE CONFLICTOS
MINISTERIO DE DEFENSA
CENTRO SUPERIOR DE ESTUDIOS DE LA DEFENSA NACIONAL
CUADERNOS 56
ESTRATEGIA
INSTITUTO ESPAÑOL DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS
Estudios de investigación realizados porel Seminario de: «Sociedad y Fuerzas Armadas»
LA FUNCIÓN DE LAS FUERZASARMADAS ANTE EL PANORAMAINTERNACIONAL DE CONFLICTOS
Octubre, 1 992
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CATALOGACION DEL CENTRO DE DOCUMENTACIONDEL MINISTERIO DE DEFENSA
La FUNCION de las Fuerzas Armadas ante el panorama internacional de conflictos / Instituto Español deEstudios Estratégicos, estudios de investigación realizadospor el Seminario de «Sociedad y Fuerzas Armadas». —
[Madrid] Ministerio de Defensa, Secretaría GeneralTécnica, 1 992, — 160 p. ; 22 cm. — (Cuadernos deestrategia 1 56)Precede al tít. : Centro Superior de Estudios de laDefensa NacionalNIPO 076-92-083-8. — D.L. M. 15040-1 993ISBN 84-7823-239-71. Instituto Español de Estudios Estratégicos. Seminariode Sociedad y Fuerzas Armadas II. Centro Superior deEstudios de la Defensa Nacional (Madrid) III. España.Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica, ed.IV. Serie
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Ed:ta: MINISTERIO DE DEFENSA
Secretaría General Técnica
NIPO: 076-92-083-8
ISBN: 84-7823-239-7
Depósito Legal: M-1 5040-1 993
IMPRIME: Imprenta Ministerio de Defensa
C E S E D E N Instituto Español de EstudiosEstratégicos
SEMINARIO NÚM. 4: «SOCIEDAD Y FUERZAS ARMADAS»
Grupo de Trabajo «G» Sociología Militar
LA FUNCIÓN DE LAS FUERZAS ARMADASANTE EL PANORAMA INTERNACIONAL
DE CONFLICTOS
ÍNDICE
Página.
INTRODUCCIÓN9
Capítulo /
PROBLEMÁTICA INTERNACIONAL ACTUAL 15
Posibles órdenes internacionales ante el nuevo panorama deconflictos1 7
Por María Luisa Rodríguez Mojón
España y sus intereses de defensa ante los cambios en el escenarioeuropeo33
Por Jesús Ignacio Martínez Parido
Capítulo II
EL ENCUADRAMIENTO DE LA ORGANIZACIÓN DEFENSIVAESPAÑOLA47
El futuro de las Fuerzas Armadas españolas dentro de una órbita dedefensa multinacional49
Por Ana María Huesca González
Capítulo III
LA VOCACIÓN IBEROAMERICANA63
Las relaciones entre las Fuerzas Armadas de América Latina yEspaña65
Por Julio Molina Benayas
Página
Capítulo 1V
ESPAÑA A CABALLO ENTRE CULTURAS83
Las soçiedades del Mediterráneo Occidental85Por Eulogio Sánchez Navarro
Áreas de impacto del resurgimiento del islam111Por Emilio Benavent Escuin
La opinión pública española ante los nuevos retos defensivos11 7Por María José Ramírez Lafita
Capítulo V
LAS MISIONES INTERNACIONALES DE PAZ135
El papel de las Fuerzas Armadas como cascos azules de mantenimiento de la paz137
Por Carlos Echevarría Rodríguez
El renacimiento de una nación145Por Jorge Aspizua Turrión
CONSIDERACIONES FINALES157Por Jesús Ignacio Martínez Paricio
COMPOSICIÓN DEL SEMINARIO161
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Los tiempos que corren han trasladado el conflicto hasta lo más profundo dela estructura social a diferencia de otros tiempos no tan lejanos que lo eranmás estables en términos institucionales y organiza tivos, lo que no suponeque fueran más justos. No es cuestión de averiguar si estos conflictos queson tantos y de tan diverso contenido servirán como reconoce elpensamiento clásico de núcleo y medio de la nueva vida moral. Aunque laprimera evidencia puede que sea negativa al respecto, cabe esperar,prestando confianza en lo clásico y siempre en términos de optimismoesperanzado, que algo bueno saldrá de todas estas mudanzas.
La defensa y lo militar, tanto en España como fuera de ella no ha quedadoal margen de la barahúnda. Los nuevos escenarios han abierto no pocasinestabilidades. Todo ello exige replantear, que no inventar, el papel de lasFuerzas Armadas.
A los Ejércitos les corresponde si cabe, ahora más que nunca, seradministradores legítimos de la máxima violencia del Estado. Esta función seve reforzada aún más pues pocas veces como ahora la institución militarestá obligada a defender un modelo de sociedad que es propio desociedádes avanzadas por la que tantos, tanto se han esforzado. Quedaronatrás los tiempos donde los militares eran utilizados como brazo armado deun poder particular, o de un modo de vida, o de una idea que se imponía alos demás.
En nuestro caso además las Fuerzas Armadas descubren funciones que sonnuevas y que deben añadir a las que les eran ya conocidas. Descubrimientoque corre paralelo a las nuevas obligaciones que corresponde a España y alos españoles en el espacio más abierto, que no más fácil, de la ComunidadEuropea y aún más, de la Comunidad lnterncional. La solidaridad tiene
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estos costes que antes o después, por qué no, tienen que resultar tambiéngratos a la mayoría.
Si hacemos caso a las encuéstas la población española lo entiende cadavez más en este sentido. Cuando los datos presentan perfiles más negativos,que también los hay, si se leen con detenimiento los porcentajes, se puedeobservar que buena parte de la explicación se encuentra en que, los que asíopinan nadie les ha explicado como era debido las razones de laintervención más allá de las fronteras. Otra parte de la explicación se puedeencontrar en los intereses torcidos por presentarlos en términos melodramáticos.
El riesgo que queda es que el deslumbramiento de lo internacional y lasganas por quedar bien y ser más que nadie ante unos socios reciéndescubiertos trasto que el sentido de la defensa, que es cada vez máscomunitario y global, o pierda una parte, o incluso el todo de su sentidonacional. En esto como en tantos otros negocios la imaginación de losplanificadores estriba en saber sumar sin que ninguna de las partes pierdasus esencias, y mucho menos crear ficciones que no sirven nada más quepara satisfacer vanidades de no se sabe muy bien de quién.Volviendo a los datos de las encuestas. Se está asentando en la opinión delcomún la especie lo que se desea por parte de grupos cada vez másnumerosos, que llegan ya a todas las partes de la estructura social, es laexistencia de un ejército europeo que arrincone en la memoria histórica y enlas salas de los museos a los ejércitos nacionales. Alguien con autoridadpara ello deberá salir al paso y poner las cosas en su sitio. No se trata derenacionalizar nada, sino que cada cual vea y se identifíque en la accióncombinada con lo que es propio. No cabe pensar que en esta faceta del vivircolectivo también se burocratice en términos de gobierno del mundo.Tampoco se puede pedir, como dice el refrán, que para vestir un santo setenga que dejar desnudos a tres. Cada cual debe saber sus limitaciones yactuar con cautelas cuando se gastan los dineros, que son siempremenguados y cumplir con el sabio principio que dice que gastar mal es peorque gastar mucho, y es mucho más grave en épocas de estrecheces.Por todo ello, los esfuerzos y/os trabajos que se van a requerir para alcanzarlos objetivos que se fijan en las directrices para el desarrollo de la política dedefensa y militar que fija la Diréctiva de Defensa Nacional no son pocos, nimedianos.
Uno que resulta previo e imprescindible a todos los demás y que resulta serde carácter general es explicar las razones, justificar los objetivos y hacer
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comprender los sacrificios que se tienen que llevar a cabo para que hasta elúltimo de los protagonistas de la mudanza haga suyo el cambio.
Las páginas que siguen presentan algunas líneas del marco de referenciade los cambios que e presentan en nuestras Fuerzas ,Armadas. El objetivo,una vez más, es presentar las ideas de sus autores y someterlas a lascríticas de quien las lee.
En un primer momento se hace un repaso a los diferentes escenariosinternacionales y las fuerzas y protagonistas que intervienen en cada uno deellos. Dentro de ese panorama general se entra en el detalle del papel quele puede corresponder a España. Se pasa a continuación a señalar e/futurode las Fuerzas Armadas españolas dentro de esa urdimbre que se estátejiendo considerando su participación y esfuerzo en un marco internacional.
La obsesión es Europa, y hay razonas más que justifica das y de ordenestructural que lo explica sin duda alguna. No obstante se consideratambién que la Historia marca y condiciona y que no se puede ir contra ella,ni hacer tabla rasa. Los retos que supone incorporar la dimensióniberoamericana en este aspecto es indudable, pero no se podía soslayar.
España por razón de los vínculos con la Comunidad Europea tiene quehacer frente a un nuevo reto. ser puente, o con vertirse en muro de laComunidad frente a otra cultura y otras sociedades, las del Magreb. En estecaso toda la imaginación y prudencia que se ponga en juego será poca. Eseespacio del Sur está marcado por el resurgimiento del islam en su facetamás conflictiva: el integrismo. A su análisis se dedican también unas páginasbreves, pero significativas.
En todas estas referencias no puede faltar la opinión de los españoles,fundada o no, manteniendo peligrosos estereotipos al respecto. Lo quepiensa la población debe considerarse como una variable que no puedefaltar en todo proyecto como el que aquí se considera.
Por último este Cuaderno se cierra: por un lado, con el análisis de las nuevasmisiones de paz que comienzan a desarrollar las Fuerzas Armadasespañolas, por otro, se interpreta el papel jugado por el desmoronamiento deun imperio que por lo que se ve lo fue menos, o supo vender muy bien unaidea vacía, y de un ejército que debía sustentar/o y los esfuerzos por crearuna nueva nación.
EL PRESIDENTE DEL GRUPO DE TRABAJO
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CAPITULO PRIMERO
PROBLEMÁTICA INTERNACIONAL ACTUAL
POSIBLES ÓRDENES INTERNACIONALESANTE EL NUEVO PANORAMA DE CONFLICTOS
Por MARiA LUISA RODR1GUEZ MOJÓN
El orden internacional al comenzar la décadade los noventa. Escenarios posibles
E/legado del pasado
EL PERiODO POSTERIOR A LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Después de la última gran contienda mundial, las líneas políticas másimportantes del mlJndo occidental, se diseñaron de acuerdo con tresplanteamientos teóricos fundamentales: el realismo político, el idealismo yun economicismo desarrollista en la línea del neofuncionalismo.
EL PREDOMINIO DEL «REALISMO POLÍTICO»
Como esta doctrina tradicional se apoya en la certidumbre de que la defensadel «interés nacional>) es lo más importante en las relaciones entre Estados,y considera válido el uso de la coacción y la amenaza de sanciones paraasegurar el predominio propio, en unas relaciones marcadas por labúsqueda de la supremacía y el control político de los demás (en línea conel tipo de relaciones mantenidas por los Estados europeos durante los dossiglos anteriores), los defensores de su validez, que fueron predominantesen el diseño de la política estadounidense después del año 1945, seocuparon de conseguir que este país, y sus aliados, dotaran a la políticainternacional de un componente bélico muy importante.
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La «seguridad nacional» se consideraba que estaba por encima de la«seguridad colectiva» y esto incluía el desarrollo de una potente industria dearmamento planificada a largo plazo, combinándose la defensa con lapolíticá exterior de manera que asegurase la consecución del mayor poderposible. Con el elemento innovador que supuso la introducción del armanuclear en la política de defensa, y su consecuencia de la constitución de unmundo bipolar, la práctica de una confrontación basada en la tradicional«disuasión», llevaba, inevitablemente, a una carrera de armamentos en laque se acumulaba material inutilizable sin que resultase fácil prever dónde,cómo, o cuándo, terminaría.Paralelamente, los partidarios de la línea definida como «idealista» consiguieronver realizadas algunas de sus aspiraciones. Fundamentalmente, la de lacreación de un organismo que sirviese de plataforma para intentarsolucionar los conflictos internacionales de manera pacífica, a través deldiálogo, la solidaridad y la cooperación: la ONU y sus agencias especializadas.Esto significó un avance importante en el modelo tradicional de relacionarselas naciones, e introdujo otros elementos, o «actores», nuevos, quédemostraron con el paso de los años ser de gran utilidad en la dinámica delas relaciones internacionales.
Sin embargo, la influencia de los llamados «idealistas» fue poco más allá dela constitución de estas organizaciones, y poco a poco, a medida que elrecuerdo de los horrores de la guerra fue perdiendo fuerza en la memoriacolectiva de gobernantes y pueblo, sus planteamientos perdieron tambiéncapacidad de renovación.De esta manera, el orden mundial predominante después de la SegundaGuerra Mundial, tanto en las relaciones Este-Oeste, como en las relacionesNorte-Sur, ha sido el correspondiente al sistema de valores del realismopolítico, en el que ocupa lugar predominante la construcción de unacapacidad militar, tanto a nivel de Ejército €omo de armamento, paradefender el interés nacional, concebido como algo aislado y en relación conla capacidad de acumular poder, a través de la coacción si esto esnecesario, y a costa incluso de la estabilidad del sistema internacional, dadala necesidad de construir «zonas de influencia» que sirvieran de colchón, yque demostraran al potencial enemigo la capacidad extendida de ejercer lapropia soberanía.
LA «VÍA EUROPEA»
La creciente interdependencia política, económica y militar, se ha sentido yvalorado de manera especial en Europa Occidental, constituida por paísescercanos y con mucha historia en común.
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La idea de que el interés de cada nación se multiplicaba geométricamenteal combinarse con el de las otras naciones de su entorno, supuso un impulsoimportante para los partidarios de integrar los esfuerzos de las nacioneseuropeas más prósperas en un proyecto colectivo. Interacción y cooperaciónse convirtieron en la base para intentar un esfuerzo de integración de lospaíses de Europa Occidental. El «economicismo» triunfó como sistemaestructurador de las relaciones intereuropeas (occidentales). Desde mediadosde la década de los años setenta, crece masivamente el afianzamiento del«poder legitimado» por el consentimiento de las partes y el apoyo voluntariode tas metas comunes. Su consecuencia, la Comunidad EconómicaEuropea (CEE), se convierte en uno de los grandes poderes económicos anivel mundial.Paralelamente, Europa Occidental apoya la política militar de la guerra fría,en alianza con su socio natural, los Estados Unidos de América.
EL PAPEL DE JAPÓN
La doctrina del «economicismo» queda internacionalmente afianzada con elejemplo japonés, que, eliminada la posibilidad de construir un fuerte Ejércitopropio, pasa de ser una potencia derrotada a convertirse en uno de lospoderes económicos más fuertes de la década de los años ochenta. Entrelos años 1 984 y 1 989, Japón ha sido reiteradamente el mayor acreedor detodos los países del mundo. Sólo en el año 1990 se ha alterado estasituación, al pasar a serlo Alemania (1). En ambos casos, el dato parececonfirmar la hipótesis de que, en el mundo actual, el dedicarse a construiruna ecdnomía sólida en lugar de un sistema de seguridad fuerte, tiene comoconsecuencia el constituirse en una nación poderosa.Para la década de los años noventa, algunos expertos prevén que Japón seconvertirá en el centro económico de la región conocida como «Costa delPacífico» (además de Japón, Corea, Malasia, Indonesia, Singapur, Taiwan,Filipinas, Hong Kong) e incluso compitiendo con Estados Unidos por la costaoccidental de América del Norte y del Sur (2).
EL TRIUNFO DEL ORDEN BASADO EN LA INTERDEPENDENCIA
El desarrollo de la tecnología y las comunicaciones ha alterado el tipo deestructura del poder, que queda ligada más a la economía que a la potenciamilitar.
(1) The Economist. 5 de octubre de 1991, p. 102(2) Attali, J. Lines Qn the horizon: a new orden in the Making, en Jackson, R. M. (editor): Global
lssues. 1991-1992. The DushknPubIishing Group. Inc. Connecticut. 1991 p. 19.
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La riqueza ha dejado de ser medida por la posesión de recursos, paramedirse por la capacidad de movilización de esos recursos, de poseer lacapacidad técnica para sacarles provecho.
Europa Occidental y Japón se reafirman en su política de concentrar susesfuerzos en elevar su nivel tecnológico, sin desperdiciarlos en armamentosde dudosa utilización inmediata. En los países de la CEE, la investigaciónmilitar se une al progreso tecnológico civil, y los proyectos más avanzadostienden a hacerse en cooperación.
A finales de la década de los años ochenta, se ha llegado a un ordenmundial en que la interdependencia es muy alta: tanto militarmente como anivel de la economía industrial y tecnológica predomina una gran interacción,con relaciones de competición, cooperación, y conflicto, en mutua interdependencia.
Cada vez se valora más el juego de la diplomacia económica, que puedehacerse en paz, sin guerras y sin muertos. Se empieza a considerar másimportante la unión que lasdivisiones. Las empresas transnacionales son yaactores importantes a nR’el mundial, y los organismos internacionalesjuegan papeles fundamentales de diálogo y mediación.
Los principios de la teoría del «equilibrio de poderes», tan importante para lospartidarios del «realismo político», se sustentaban en un mundo de interesesdivididos, y, por lo tanto, han perdido gran parte de su legitimidad en el actualmundo de intereses compartidos.
A finales de la década de los años ochenta, parece, pues, que se estáentrando en una reestructuración del orden internacional construidodespués de la Segunda Guerra Mundial.
Esto se confirma con el reconocimiento, por parte del presidente de la UniónSoviética, de la incapacidad de su sistema político para sostener su rol degran potencia en el nuevo juego de intereses que se ha impuestointernacionalmente.
La década de los años noventa. Escenarios del futuro
El sistema político internacioñal, se encuentra en pleno proceso dereestructuración al comienzo de la década de los años noventa. Ha caído elsistema bipolar que había caracterizado el período posterior al final de laSegunda Guerra Mundial, y está en marcha el proceso de construcción deun nuevo orden multipolar, que todavía no se sabe bien como va a quedar
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estructurado. A la decisión de cambio político llamada perestroika, se añadeel comienzo de una política de paulatina apertura y liberalización de laeconomía en China.
A los acuerdos de reducción de armamentos entre Estados Unidos y laUnión Soviétic, se contrapone un creciente armamentismo en el TercerMundo, con introducción de aspectos cualitativamente importantes como esun creciente interés por conseguir armas de destrucción mavisa, noconvencionales: misiles balísticos y de crucero (Argentina, Brasil, India,Indonesia, Irak e Israel); armas nucleares (África del Sur, Pakistán, Israel eIndia) y armamento químico (Irak, y es posible que varios países más) (3).
El triunfo del «economicismo» no ha sido resultado de un progreso idílico enel que la cooperación solidaria sirviera para mejorar el nivel general debienestar, sino de la unión eficaz de naciones prósperas y tecnológicamenteavanzadas, que no han dudado en mantener una relación de poder acordecon los esquemas clásicos en su trato con terceros países, de la que no haestado ausente la utilización de sus capacidades superiores (incluida lamilitar) siempre que se ha considerado imprescindible para asegurar lacontinuidad de tratos y contratos útiles para su proyecto de desarrollo.Además, los intereses geoestratégico se siguen defendiendo por todos losmedios diplomáticos y militares.
Tampoco ha sido, ni es, pequeño el número de enfrentamientos armadosentre países, fuera del ámbito de la confrontación bipolar de la dossuperpotencias.
El panorama de construcción del nuevo orden multipolar, por lo tanto, tal ycomo se presenta para la observación de los expertos, ofrece unacombinación de aspectos económicos y hilitares, con aspectos cualitativospropios que enriquecen las perspectivas del análisis.
POSIBLES ESCENARIOS DE FUTURO
Combinando los aspeátos militar y económico, nos atrevemos a hacer unaincursión en el pronóstico de posibles escenarios de futuro, siempreteniendo en cuenta que las previsiones pueden alterarse por múltiplesrazones: catástrofes económicas y sociales, guerras imprevistas, etc.
Para nuestro estudio, hemos elegido plantear los posibles escenarios deacuerdo con unos ejes ya tradicionales en las relaciones internacionales,
(3) Anuario del Sipri, 1989. Ed Taylor and Francis. Londres, 1990.
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que tiene en cuenta aspectos políticos, económicos, sociales y estratégicos:Norte, Sur, Este y Oeste (4).
RELACIONES SUR-SUR
Se refiere especialmente a la posibilidad de conflictos regionales entre lospaíses en vías de desarrollo, o no industrializados.
En este contexto se pueden prever dos tipos de escenarios:a) El interés de algunos de estos países por convertirse en una «superpor
tencia a nivel regional»: ésta podría ser la explicación de la actualtendencia de varios de ellos por dotarse de armas estratégicas, dedestrucción masiva.
Las razones para ello podrían ser:1) La eliminación, o neutralización, de vecinos indeseados, o (como
circunstancia complementaria) la necesidad de evitar el sereliminado oneutralizado, por vecinos poco amistosos. Este sería elcaso de Israel y los países árabes, India y Pakistán, etc.
2) El deseo de aumentar el peso específico propio dentro del sistemamundial. El reforzamiento de la capacidad diplomática frente avecinos más débiles. sería el caso de Brasil, Argentina, la India, etc.En este escenario sería previsible una carrera de armamentos,especialmente de misiles estratégicos, armas nucleares, y armamentoquímico (5).
b) Conflictos fronterizos y de represión de minorías étnicas insurgentes.Los conflictos previsibles serán mayoritariamente de origen racial(África) o ideológico (Asia). En este escenario se impondría elmilitarismo tradicional, con ejércitos clásicos y guerrillas. Armamento noexcesivamente sofisticado, especialmente debido a razones económicas,pero se puede esperar una alta incidencia de recurso a la guerra parasolucionar los problemas, especialmente en África.
En ambos casos, la responsabilidad de los países industrializados deberíaincluir la reducción de la venta de armamentos, especialmente los de grancapacidad de matar, y muy especialmente, el control de las transferenciasde tecnología.
(4) Utilizamos la división operativa de Senghaas. D. Konflictforrnat,onen im lnternationalemSystem. Ed. Suhrkamp. Frankfurt, 1 988.
(5) Markowitz D. M. Strategic Weapon in ¿‘he Third World. En Jackson, A. M. (editor): Globallssues 1991-1992. The Dushkin Pubiishing Group. Guilford, Connecticut, 1991, p. 180.
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RELACIONES NORTE-SUR
Relaciones entre países industrializados y países en vías de desarrollo.
Los conflictos más importantes pueden derivarse de la sensibilidad de lospaíses industrializados hacia todo aquello que se relacione con susintereses económicos, especialmente las fuentes energéticas, y secundariamente las materias primas. En este sentido, hay «zonas vitales’>, comopued ser el golfo Pérsico, en las que el «Norte» va a considerar que tienederecho a intervenir para salvaguardar sus intereses. Esto incluye laconsideración de su derecho a intervenir militarmente, en la tradición delbalance of power. La política de alianzas que esto implica va a tener al Nortepermanentemente ligado a la política del Sur.
Pero tampoco excluye medidas de presión económica: positivas (premios);y negativas (castigos).
Es muy probable que se continúe apoyando a las élites que basan su poderen la coacción, silos intereses económicos del Norte lo requieren.
Militarmente, esto implica la necesidad del Norte de mantener ejércitos muyespecializados, como las llamadas Fuerzas de Intervención Rápida, deacuerdo con el modelo planteado por Francia en el invierno del año 1 991.(No se deseará que se repita una experiencia como la de Vietnam). En elterreno de la profesión militar, este tipo de actuación preferirá ejércitosprofesionales, altamente especializados. Con un desarrollo del armamentoconvencional sofisticado, basado en la utilización de tecnologías avanzadas(sistemas de alerta temprana, técnicas de detección a distancia, etc.).
RELACIONES ESTE-ESTE
Tema muy delicado y difícil de pronosticar. Es el escenario de la UniónSoviética y los países de su antiguá zona de influencia en el este de Europa,así como la Unión Soviética en sí misma:
Las principales fuentes de conflicto serán:a) Problemas de transformación económica.
Si la transformación se lleva despacio, al estilo inicialmente propuestopor Gorbachov, preservando la capacidad de compra de los soviéticos,sin cambiar demasiado los mecanismos de la economía, se puedellegar al estancamiento y a la pobreza (crisis interna tradicional rusa).
Si se realiza de prisa, con un cambio total y rápido hacia el capitalismo,puede ilegarse a terribles problemas sociáles: paro, deuda externa
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impagable, etc., con unas áreas muy desarrolladas, y otras muy pobres(6). Esto reforzaría los movimientos de separatismo, que por el momentosuponen una complicación especial a nivel mundial, dada la confusiónsobre el control del sofisticado y peligroso armamento acumulado por laUnión Soviética durante los años de la guerra fría.
Otra circunstancia delicada, en relación con la independencia de lasrepúblicas soviéticas, es la concentración en algunas de ellas derecursos energéticos importantes.
Todo el escenario se complica por la falta de organizaciones civiles(asociaciones, sindicatos libres, grupos de consumidores, etc.) quepuedan servir de intermediarios entre los intereses de las poblacionesimplicadas en el proceso, y afectadas por sus aspectos negativos, y lasautoridades encargadas de resolverlos.
Se pueden prever dos posibilidades contradictorias de evolución delcomportamiento de los gobiernos implicados en la solución de losproblemas de transformación económica. Por un lado, un intento dediálogo con las fuerzas sociales capaces de organizarse en grupos deinterés, si es que esto es posible. Por otro, ante una incapacidadestructural de que se produzca tal proceso de agregación de intereses,la represión policial y militar de manifestaciones y marchas de protesta.
Los últimos acontecimientos sucedidos en la Unión Soviética, a partirdel fracasado golpe de Estado del mes de agosto del año 1 991, parecenindicar una seria posibilidad de que la iniciativa civil acelere losprocesos de transformación, y se beneficie de un creciente interés porparte de las potencias económicas occidentales de ayudar a que lareestructuración del sistema soviético sea lo más rápida y menosconflictiva posible.
b) Problemas de conflictos interétnicos.
Uno de los resultados colaterales de la existencia del Pacto de Varsoviafue el que, de hecho, suprimió el estallido de los conflictos nacionalistasy étnicos latentes en la región
Si la estructura interna de este Pacto hubiera sido democrática, esposible que dichos conflictos se hubieran ido resolviendo poco a poco,de forma duradera, a base de transformciones políticas, o de otro tipo,basadas en la flexibilidad o la búsqueda de entendimientos. Al no ser
(6) Remacle, E. Esquisse pour un Nouveau Paysage Euopéen. UNDIR. Ginebra. Octubre,1990.
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así, hay que plantearse la posibilidad de que algunos de estosproblemas resuciten con la desaparición del Pacto de Varsovia, y no sepuede asegurar que su resolución se haga exclusivamente a través denegociaciones y acuerdos. Por ejemplo, la antigua disputa entreBucarest y Budapest sobre los derechos de la población de origenhúngaro residente en territorio rumano.
Tampoco se ha resuelto el conflicto de grupos étnicos diversos que seencuentran dentro de un mismo Estado sin desearlo, como consecuenciade las fronteras trazadas después de 1 945. Sería el caso de Yugoslavia,en donde se ha llegado ya a una situación de guerra abierta por estemotivo. Este tipo de conflictos muestran, hasta la fecha, una capacidadde desatar la preponderancia de un orden militar de represión interna.
c) Relaciones de la Unión Soviética con los países de su antigua zona deinfluencia, en el este de Europa.
Es de prever que no aparezcan conflictos, siendo las relacionesfundamentalmente de intercambio económico. El único origen deproblemas pudieran ser los pagos en moneda convertible, lo quetenderá a solucionarse a través de acuerdos flexibles.
En consecuencia, para el escenario Este-Este, se podría adelantar laprevisión siguiente:
1) Orden internacional: de interdependencia económica.2) Orden nacional: de militarismo, con mantenimiento del ejército
según el «viejo modelo» de conscripción no profesional, dotado dearmamento convencional clásico, probablemente reforzado por unaparato policial fuerte.
RELACIONES ESTE-OESTE
a) Relaciones Oeste-países europeos del Este, excluida la Unión Soviética.Los conflictos que pueden presentarse en el escenario «paísesoccidentales-antiguos países del bloque del este europeo» serían losderivados de la adaptación económica de estos últimos a la econoíníacapitalista. La solución más probable será una situación de cooperacióneconómica y tecnológica.
No es de prever que se plánteen necesidades militaristas en esteescenario. Por el contrario, hasta el momento se ha producido algunapetición de ingreso en el sistema de seguridad occidental (Checoslova
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quia, por ejemplo). Sin embargo, los posibles conflictos de nacionalidadese interétnicos, entre los países del antiguo bloque del Este puedenrepercutir en las relaciones con los países del Oeste. En este sentido lacooperación económica puede también resultar un factor decisivo, yaque, como asegura Robert Mauthner:
«A! ayudarles a resolver sus problemas económicos, el Oeste lesestará ayudando, al mismo tiempo, •a resolver algunas de lascausas que están en la raíz de la inestabilidad e inseguridad de lospaíses de Europa Central y Este» (7).
b) Relaciones Oeste-Unión Soviética. Por el momento, está realizándoseuna acelerada firma de tratados de desarme, tanto convencional comonuclear y estratégico. Pero tampoco significa esto que se vaya haciauna desmilitarización total de las relaciones. Se trata, más biende rebajar el nivel de agresión (,defensa?) mutua, tras el cese de laguerra fría.
Se mantendrán sistemas de defensa similares a los construidosdespués del final de la Segunda Guerra Mundial, a menor nivelcuantitativo, aunque tal vez con una reestructuración de las estrategiasglobales.
RELACIONES NORTE-NORTE U OESTE-OESTE
Es en este escenario en el que más claramente se pueden observar losproces6s crecientes de interdependencia y de pérdida de primacía de losactores estatales a favor de los actores transnacionales, con su consecuenciade reducción de la importancia de las fronteras nacionales. En EuropaOccidental se espera haber derribado casi completamente estas fronterasdurante la década de los años noventa.
En cuanto a las relaciones transatlánticas, las dudas más importantes, eneste momento, se plantean básicamente a nivel de transacciones comerciales.Estados Unidos ha advertido a Europa de los inconvenientes que sederivarían de la constitución de una Europa Comunitaria proteccionista (la«Europa fortaleza»). Algunos economistas han previsto, para la década de losaños noventa, la creación real de tres bloques económicos: la CEE, Japón ysu área de influencia en Asia, y Estados Unidos y «las Américas». Encualquier caso, los tres bloques están forzados a entenderse. Es dudoso quese. intentara resolver algún conflicto económico por medios militares.
(7) Maulhner, IR. «A Security Limbo«. En Financial Times, miércoles, 19 de unjo de 1991.
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De hecho, las alianzas militares entre Estados Unidos y los países europeo-occidentales continúan firmes. Las posibles alteraciones se refieren acambios de tipo cuantitativo respecto a la presencia física de tropasmilitares estadounidenses en Europa, o de armamento, que va reduciéndoseen virtud de progresivos tratados internacionales. Probablemente, GranBretaña, Francia y Alemania continúen valorando el papel de EstadosUnidos como posible árbitro de sus divergencias en materia de seguridad(mientras que Alemania prefiere una Europa de mercaderes, Gran Bretañaestima altamente el prestigio y privilegios derivados de mantener susoberanía individual, apoyada en el arma nuclear, y Francia se sentiríaorgullosa de convertirse en el «paraguas nuclear>’ de una Europa unida).
n cualquier caso, Estados Unidos ya ha manifestado en varias ocasionessu deseo de que Europa Occidental aumente sus responsabilidades en latarea común llamada «defensa occidental’>, que durante las últimas décadasse ha apoyado principalmente en la fuerza militar de los norteamericanos.
El reequilibrio de las relaciones transatlánticas implica la reestructuración delas responsabilidades a nivel mundial. Tendrán que tomarse decisionessobre actuáciones «fuera de zona», que podría pasar por un reforzamientodel papel de la ONU, en la línea de las decisiones tomadas con ocasión dela invasión de Kuwait por Irak.
Una posibilidad de integración de este escenario sería a través delreforzamiento de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea(CSCE), dentro de la que ya se ha creado un organismo de prevención deconflictos.
Queda en pie el mantenimiento de unas Fuerzas Armadas capaces demantener el prestigio europeo. Algunos países son partidarios de queEuropa refuerze su capacidad militar conjunta, ya sea basándose en laUnión Europea Occidental (UEO), o a través de otra formación. En cualquiercaso, los Estados Unidos continuarán siendo militarmente fuertes. Y se haexpresado públicamente que se mantendrá la defensa occidental conjunta.
Dentro de todo lo anterior se inscribe la resolución de adoptar un nuevoconcepto estratégico para la OTAN tomada por sus 1 6 miembros el pasadodía 8 de noviembre del año 1 991. En esta reunión se decidió que la Alianzamantendría la seguridad a través de tres elementos que se reforzabanmutuamente: diálogo, cooperación y el mantenimiento de una capacidadcolectiva de defensa. De acuerdo con la resolución adoptada. la Alianzareformará sus planes estratégicos de la siguiente manera:
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a) Reducción’del tamaño global de las fuerzas convencionales, acompañadode un incremento en la flexibilidad, movilidad y autosuficiencia de lasque queden. stas incluirán: Fuerzas de Reacción Rápida, con capacidadreforzada.
b) Reducción de hasta un 80 por 1 00 de las fuerzas nucleares de la OTAN.Al mismo tiempo, se decide que las fuerzas nucleares que quedencumplirán un papel esencial en la salvaguardia de los países miembros,como impedimento para que estos se vean forzados a comenzar unaguerra. Es decir, que continuarán siendo el elemento disuasorioesencial.
c) La capacidad de acción global de los países miembros de la OTANcontinúa centrada alrededor de la estructura militar conjunta, y seprevén acuerdos de cooperación y coordinación adicionales, con unnivel sin precedentes de fuerzas multinacionales (8).
En este escenario, se han tomado ya decisiones de mantenimiento defuerzas multinacionales, aitamente profesionalizadas, con armamento convencional y nuclear, lo más eficaz y reducido posible
Las relaciones Oeste-Oeste serán de cooperación en lo económico y en lomilitar, de acuerdo con el modelo economicista que se ha venidodesarrollando en los últimos años. En las relaciones con otros países, lanueva estrategia de la OTAN indica una voluntad de defensa de losintereses de los países del Norte, considerados como una entidad global.
Conclusiones
En la situación mundial que los avances tecnológicos nos plantean, acomienzo de la década de los años noventa, parece que la globalidad se veinterferida por las diferencias regionales. Efectivamente, frente a un, alparecer inevitable, empuje hacia el comportamiento coordinado (si nosolidario) que los avances en las comunicaciones y en el sistema financierointernacional parecen imponer sobre la mayor parte de los Estados y losautores transnacionales, se encuentran situaciones específicas, de tiporegional, que se desvían de la tendencia general, con un tipo de evoluciónqué no podemos dejar de tener en cuenta.
Un abordaje global del reequilibrio de las relaciones entre los diversosactores internacionales, nos llevaría a afirmar que se camina hacia unamenor militarización de la resolución de los conflictos, con un importante
(8) Office of the press secretary of fhe While House. Fact Sheet en NATO.s New StrategicConcepL de 8 de noviembre de 1991
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componente de salvaguardia de los intereses económicos, reforzados por laprosperidad lograda a través de la evitación de guerras destructivas.
Sin embargo, a escala más pequeña, se pueden distinguir situaciones muyespecíficas, especialmente en los países de menor desarrollo industrial ytecnológico, en los qué se observa la decisión de mantener el control de lasposibles crisis por medios militares tradicionales, tanto en lo que respecta aconflictos de tipo interno como en las relaciones internacionales.
A consecuencia de ello, el «orden economicista» propio de los países detecnología avanzada, se combina con el mantenimiento de una actitud«militarizada» frente al conjunto de países menos desarrollados.
Al ser menor la capacidad tecnológica de este segundo grupo de países,también las necesidades de armamento se reducen a nivel cualitativo, loque rebajé la tensión global del sistema.
En cualquier caso, la desaparición de la bipolaridad, basada en un fuerteenfrentamiento ideológico entre países con una gran capacidad tecnológica(aunque uno de ellos fuera débil a nivel financiero), se traduce en unadisminución de las posibilidades de destrucción colectiva, que habíanllegado a niveles muy altos en los años setenta y ochenta. La precauciónfrente a los posibles problemas imprevisibles que pudieran surgir aconsecuencia de la reestructuración interna por la que están pasandoalgunos países, no introduciría elementos nuevos en el esquema anterior.
Todo ello explica el tipo de reestructuración estratégica adoptado por laOTAN. Podrían esperarse algunas otras reestructuraciones en organismosmultinacionales o internacionales. De hecho, ya se están completando lasresponsabilidades de la CSCE, y existen propuestas de reestructuración delConsejo de Seguridad de la ONU.
La «multipolaridad» de que tanto se habla podría quedar en una «tripolaridad»,si se confirman las previsiones actuales, basadas en el liderazgo económicoy financiero de tres grandes bloques (Estados Unidos, Japón y la CEE) entrelos que las relaciones se mantendrán dentro de los márgenes de losintereses complementarios y la diplomacia.
La primacía del militarismo parece que va siendo lentamente sustituida porun crecimiento de economicismo, aunque de momento, lo más probable esque diversas zonas del mundo se encuentren en una u otra situación debidoa las desigualdades en sus niveles de desarrollo, tanto económico comosocial y cultural.
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Llegados a este punto, podríamos volver a preguntarnos: ¿estamosrealmente ante el nacimiento de un nuevo orden internacional?
El desarrollo del proceso iniciado con la revolución industrial, traducidoahora en un espectacular avance de las comuniciones y otras tecnologíascon las que la humanidad ni siquiera soñaba hace cien años, han alteradosustancialmente lamanera de relacionarse los ejércitos (9), los gobiernos, ylos medios financieros. Pero parece que todavía no se han alterado lasrazones profundas (sean cuales fueren) que mantienen los enfrentamientosentre los distintos grupos étnicos y nacionales, o entre ricos y pobres. Dehecho, el que la riqueza se mida por la capacidad de movilización de losrecursos más que por la posesión de dichos recursos, casi complica más lasituación, al aumentar las relaciones de subordinación entre los diferentesgrupos implicados.
Si embargo, el tipo de cambio que se ha iniciado puede ser el comienzo deun orden social que requiera de un grado creciente de cooperacióninternacional.
El orden economicista se basa en el aumento progresivo de los niveles devida, a través de un aumento del consumo y una extensión de éste al mayornúmero de personas posible. Si las actuales previsiones se confirman, variospaíses de Asia, y algunos de América Latina y el norte de África, estaránpronto incorporados a este modelo.
Un propósito extendido de expansión económica implica el incrementosustancial de la demanda energética; así como de materias prima; y de laprestación de servicios esenciales: viviendas confortables, vehículos,infraestructura para el transporte, etc. Todo ello implica en alto grado lostradicionales planteamientos de obtención de poder a través de acciones detipo militar, o de control económico y financiero (dependencia e interdependencia), al introducir un elemento nuevo: la inevitable degradación del medioambiente que sería la consecuencia de la aplicación extensiva del actualmodelo de crecimiento económico.
No hay que descartar la posibilidad de lograr unos avances tecnológicosque ayuden a rebajar la intensidad, o incluso eliminar, el crecimiento delconsumo de energía, o de las fuentes de contaminación de origen industrialy agroalimentaria, aún manteniendo unos niveles altos de bienestar. Peroesto requeriría un aumento importante de las nversiones iniciales, sin
(9) ver Rodríguez, M. lntegración Militar en la Sociedad del Cambio Tecnológico Cuadernode Estrategia núm. 19, CESEDEN. Julio, 1990.
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retornos a nivel de la empresa a corto plazo. Esto puede provocarresistencias a nivel de los inversores privados, e incluso públicos.
Por el momento, no se dispone de la tecnología que nos proporcione unagran cantidad de energía, y productos de consumo, sin atentar contra elestado de salud del medio ambiente. Es necesario dedicar mucho esfuerzo,y mucho dinero, a la investigación. Desde una perspectiva internacional,sólo unos pocos países tienen la capacidad de hacerlo (1 0).
Lo más importante de este proceso, en relación al tema que nos ocupa, esque los procesos relacionados con el medio ambiente son globales. Y por lotanto, sólo pueden abordarse y solucionarse desde la perspectiva de laglobalidad.
A partir del año 1974, los organismos internacionales han comenzado apreocuparse por esta situación, comprendiendo su papel de mediadores enel esfuerzo cooperativo que la problemática medioambiental requiere.Durante la década de los años ochenta, han tenido lugar una serie deiniciativas, desde la ONU, la CEE, etc., para establecer plataformas deacción de preservación del medio ambiente, basadas en la cooperaciónregional, que hasta la fecha parecen estar funcionando adecuadamentebien.
Programas como el Plan de Acción del Mediterráneo, adoptado en laConferencia Regional de Barcelona, bajo el paraguas de la ONU, hanlogrado integrar los esfuerzos de todos los países ribereños, exceptoAlbania, incluyendo a Israel y los países árabes de la región. No sinreticencias, por supuesto, pero salvando los obstáculos políticos gracias auna comprensión de la importancia (y la inevitabilidad) de la coordinación deesfuerzos en un interés común: frenar el deterioro de uno de los mares máscontanimados del mundo.
En la década de los años ochenta han tenido lugar varios fenómenospolíticos y económicos de gran relevancia internacional: la firma del ActaÚnica Europea, consolidando el avance hacia una integración efectiva delmercado en los países europeo-occidentales; las reformas económicas deChina, restaurando el papel de la familia como unidad central de laeconomía agrícola, y abriendo siete zonas de «economía especial» a losinversores extranjeros; la perestroika y el final de la guerra fría, con larecuperación de su soberanía de los países del este de Europa y la
(10) Para información más detallada, ver el artículo de Dreyfus, D. and Ashby, A. Fuel/ing ourQioba! Future. En Jackson, R. (editor), op. cit. Pp. 106 a 114.
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reunificación de Alemania. Esperemos que también pueda decirse, dentrode algunos años, que se inició un irreversible proceso de cooperacióninternacional impulsadc por la voluntad colectiva de conseguir prosperidady preservar, al mismo tiempo, la calidad de las relaciones entre los hombres,y de éstos con su entorno.
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ESPAÑA Y SUS INTERESES DE DEFENSA ANTE LOS CAMBIOSEN EL ESCENARIO EUROPEO
Por JESÜS IGNACIO MARTÍNEZ PARIdo
Nadie duda de que los tiempos que toca vivir son de grandes mudanzas.Para algunos, son tantas y de tan gran transcendencia que se ha llegado aproponer que la Historia ha llegado a su fin. Si se repasan las grandesdeclaraciones de los políticos y se recuerdan las explicaciones de no pocosintelectuales y las tomas de posturas de los líderes de opinión ante losacontecimientos que vivimos, la única conclusión evidente que se puedededucir es que la Historia va y corre por delante de los hombres.
Estos son tiempos de grandes palabras que pretenden resumir no menosgrandes conceptos. Proliferan los encuentros y las mesas redondas dondese debate acerca de la perplejidad que produce este mundo de cambios. Sinembargo, tras concluir por aclamación hacia dónde se quiere ir, sinpresentar apenas interés dónde se está y de dónde se viene, la tercarealidad desborda las previsiones que se quedan obsoletas apenasenunciadas. Se acumulan así retrasos y se hipotecan las soluciones defuturo.
En este asunto de imaginar el futuro que corresponde a las FuerzasArmadas españolas, o cualquier otra institución, en el complejo y cambianteescenario europeo existen varias formas de adivinarlo. Siguiendo el modeloclásico, ese futuro tendrá que moverse en un «eje espacial» cuyos valoresextremos van a ser la concreción material —xtopía» (lugar)— o bien la faltade materialización puesto que no existe nada más que en el papel de lapropuesta imaginada por el autor —«utopía» (sin lugar)—.
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La otra variable, refleja la «calidad» de lo imaginado. Considerando tambiénlas situaciones opuestas, cabe hablar de un futuro que es copia del presentesin alterar para nada las cualidades que tiene éste. Se mantienen lascontradicciones y sus limitaciones —«dystopía» (mal lugar)—, o por elcontrario las supera en calidad tanto en el todo, como en las partes—«eftopía» (buen lugar)—.
De las cuatro opciones presentadas en la figura 1, sólo una es la que deberáseguirse. Por comenzar por una de ellas, la A, supone «un camino deevasión», significa aceptar una condición social y política que reúne todaslas condiciones de ser la más deseable, aunque dadas las circunstanciasque cabe suponer no ya a medio plazo, sino a largo, se aleja más de larealidad probable. Esa opción no es otra que, siguiendo a Raymond Aron, laexistencia de un «Estado único» donde el soldado ya no será necesario puesno tendrá otro soldado al que enfrentarse. La organización militar habrádesaparecido pues las guerras, en cuanto violencia extrema de los Estadossoberanos habrán dejado de existir, pues ya no existirán aquéllos. Comomucho habrá que hablar de «policías-soldados».
No han faltado apuestas en este sentido por parte de prestigiadossociólogos de lo militar. Charles Moskos así lo dejó bien sentado en el últimoCongreso Mundial de Sociología cuando propuso el escenario de las«sociedades sin guerras». Que el mundo de los deseos no acompaña ni
Figura 1.—Esquema de las cuatro opciones.
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siquiera la realidad soñada por los sociólogos quedó probado en los mismosmomentos que hacía su vaticinio. Irak tenía las tropas dispuestas y todoestaba preparado para lanzarse al ataque. Únicamente esperaban la ordende invadir el territorio de Kuwait. Todos tenían todo listo para iniciar unanueva guerra.
Una segunda opción, 6, supone junto con la D «un camino de cambio», sejustifica en rázón de la «política de gobierno», y la no menos concluyente«limitación de los recursos». Se trata de la disyuntiva clásica en la teoríaeconómica: «cañones o mantequilla». No es cuestión de entrar en el debatede cómo por razón del efecto multiplicador de los gastos en defensa sepueden consumir mayores cantidades de mantequilla por parte de unnúmero elevado de personas que nada tienen que ver con los asuntosmilitares.
Apoyados en estos argumentos se explica que en determinadas ocasioneslos objetivos de la política militar queden relegados a un plano secundario.Entre nosotros se ha reconocido de manera oficial, en el preámbulo de laLey sobre Dotaciones Presupuestarias, mayo de 1 987, que:
«El criterio básico que nspiró la definición del Objetivo de FuerzaConjunta fue dotar a las Fuerzas Armadas de los medios imprescindiblesajustados a las posibilidades económicas de la Nación, lo que haobligado a considerar las necesidades de la Defensa Nacional bajouna visión de mínimos...»
Cuando las relaciones internacionales se mueven en un ambiente dedistensión, o cuando desaparece el Pacto de Varsovia se explica que losejércitos pongan en marcha los mecanismos de «desmovilización», y por ellose recorten los porcentajes presupuestarios dedicados al capítulo de ladefensa. Cuando son otras y muy perentorias las necesidades y problemascon las que tiene que enfrentarse el común del vecindario, no resultaextraño que los «gastos militares para hacer frente a las necesidades de ladefensa» se consideren siempre excesivos, sean los que sean.
Debe admitirse como lógica la ambivalencia que plantea la opinión públicacuando contesta que a nuestros Ejércitos les faltan medios materiales paraser eficaces, pero al mismo tiempo y en el mismo cuestionario se afirmancon contundencia que los gastos militares, aún contados, son excesivos.
Las necesidades de oportunidad política podrá justificar los reajustespresupuestarios, pero se habrá de aceptar las dificultades con las que setienen que enfrentar los que fijan los planes de defensa al ver cómo lascantidades con las que tienen que contar para conseguir los objetivos de
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«funcionamiento» que se les asignan aumentan de forma considerable unaño, para caer al siguiente; recuperarse algo en un tercer ejercicio, parasubir de manera importante en otro, y volver a disminuir en cifrasdesconocidas hasta entonces en un quinto. Esas fluctuaciones sin regularidadalguna en los años más inmediatos, pero también en tiempos que ya casison historia, pueden verse en otra parte (1).
Otros capítulos del presupuesto de defensa no menos importantes comoson el de inversio’ s, o el de personal, presentan comportamientossimilares con lo cual, en términos de técnicas presupuestarias todo lo queno sea «salir del paso» es una osadía para el qye tiene que administrar unosrecursos que además de ser contados, se desconocen los que van a ser alfinal del ejercicio.
La conclusión más inmediata no puede ser otra que bajo ese principio de«falta de tendencia», el futuro se queda sin preparar, y la respuesta posibley probable resultará siempre escasa, ya que la deseable no se puede nisiquiera plantear, mientras que el presente se encara con el único objetivode «ir tirando», haciendo toda suerte de votos para que no pase nada gravemientras tanto, que tampoco se sabe muy bien qué puede ser. Y todo loanterior referido a un «mantenimiento de la maquinaria>’, que no a unapreparación de la misma, aunque ésta no sea nada compleja.
Respecto del desmantelamiento de la OTAN, como hipótesis, ante ladesaparición del Pacto de Varsovia y la distensión se pueden traer a esteapartado los avisos bien argumentados de pensadores militares españolesclásicos. No hace falta citar la doctrina extranjera cuando la doméstica nodeja nada que desear en este punto. Santa Cruz de Marcenado, Almirante oVillamartín llamaban la atención, cuando trataban sobre las ventajas einconvenientes de las alianzas, organizaciones y pactos militares con otrasnaciones, o sobre riesgo de hipotecar los intereses y necesidadesdefensivas propias a los de los demás, o dejar en manos de otros, extrañosy ajenos siempre, la organización del esfuerzo defensivo propio. Tampoco sepuede pretender, decían aquéllos, contar con unos recursos defensivos porencima de las posibilidades reales del país pues se estaría destruyendo loque se quiere defender. La cita del pensamiento de Almirante (2) puede serde utilidad, sobre todo por su pedagógica actualidad.
«Lo primero que debía entrar en una alianza, y lo que generalmente seexcluye, es la buena fe: y la multitud de trampas, redes y sutilezas
(1) Jesús Ignacio Martínez Paricio. Defensa Naciona/ y militares en el umbral del nuevosiglo, en José Vidal Beneyto (Ed.) España a debate, Tomo 1, Ja política. Madrid,Tecnos, 1 991
(2) José Almirante. Diccionario militar. Madrid. Ministerio de Defensa.
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hacen de este uno de los actos más difíciles de la alta política ydiplomacia... En materia de alianzas, lo que importa es salir del estadoen que hay que mendigarlas, para llegar a la altura de concederlas ymejor de imponerlas. En ambos casos los deberes y las atencionesmilitares se complican. Los generales aliados se ven forzados arepresentar intereses, traducir inspiraciones y ejecutar proyectos desus respectivos gabinetes, casi nunca acordes, se van separando, porrencillas y altercados, hasta el punto de dar a sus rivalidades másimportancia que a la guerra con el enemigo común... Lo mejor es«concertarse», armonizar y hacer convergentes los movimientos y
- operaciones..., aliarse, pero no confundirse».
Tampoco estará de más eñaar que el rechazo de la hipótesis dedesmantelamiento por los que están destinados en tan cosmopolitaorganización, no lo es tanto por necesidad imperiosa de mantener yasegurar un medio de defensa, que lo es, sino como de asegurar por partede cada cual su prestigioso puesto de trabajo. Aventuro este argumento apartir de conversaciones que no pueden considerarse en ningún momentocomo muestra representativa ni por razón del número, ni por abarcar todaslas categorías, pero sí en cuanto es opinión de profesionales caracterizados, así como por verificar una vez más hipótesis sociológicas confirmadas en otras grandes corporaciones que se han encontrado en parecidassituaciones.
La tercera alternativa, C, que supone «un caminar hacia ningún sitio», la máscompleja por cierto, aunque la más sencilla pues supone no hacer nada, encuanto a los resultados a corto, medio y largo plazo es la «dejar todo talcomo está», y posponer las soluciones para mejor ocasión, o como muchoponer remedios a problemas que no solucionan nada pues son pocofundamentales.
En esta situación, no se encaran con rigor los problemas dentro de un planconocido por todos los interesados, que puede o no convencerles, pero a losque se les ha explicado con todo detalle los costes en los que cada cual vaa tener que participar, y los beneficios que se van a obtener. Esta actitudpuede resultar cómoda para quien tendría que hacer tamaña declaración,pero resulta costosa para el fin de la corporación.
•En ese plan debe quedar claro quién tiene que quedarse al margen,asegurándoles sus derechos y reconociéndoles al tiempo su colaboración,pero sin que por doloroso y traumática que pueda suponer la decisión nodebe ponerse en duda por parte de quien la toma.
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Esta exigencia de «contar con planes y cumplirlos», supondrá superar unrasgo que Domínguez Ortíz (3) ha considerado como condicionamiento fatalen toda la historia de la Administración española:
«El continuo manejo de papeles íntimos de aquella Administración meha convencido de que aquellos hombres carecían de normasgenerales de actuación, y si algunas tenían, con frecuencia no podíanseguirlas, empujados como estaban por acontecimientos superiores asus fuerzas y obligados con frecuencia a tomar decisiones que sabíaneran funestas y contrarias a sus intereses. Buscar una unidad decriterios.., me parece frustradora.»
Otra limitación no menos significativa para comprender la falta de acción esel convencimiento entre el común que se legisla mucho, pero después seexige poco. Que todo queda recogido en grandes e iluminadas letrasimpresas en papeles oficiales, pero también se sabe que apenas se va aprestar atención a la letra minúscula que es la que de verdad afecta lavividura cotidiana de cada cual. Incluso no faltan reglamentos que no se handesarrollado en los plazos previstos, o los que se derogarcn sin habersesiquiera desarrollado.
F-Jay que añadir también a este panorama lo que se puede empezar aconsiderar entre nosotros como «tradición legislativa» en los momentos degrandes cambios políticos: desconocer, cuando no descalificar de plano elesfuerzo legislador previo, llegando incluso a «reconocer», que el tiempoprevio no existe, pues «nada de entonces tiene validez alguna para esemomento». Esta situación podría resumirse con una voz de mando en lainstrucción de orden cerrado: «media vuelta, ar!». El problema es cuando alpoco de haberla ejecutado, y una vez alineados los pelotones, se vuelve amandar la misma orden, y así un buen número de veces dando comoresultado el mareo de todos, sin que nadie haya aprendido nada.
Se puede justificar que la inoperancia en determinadas ocasiones searesultado de una consecuencia lógica de una situación que resulta serilógica por la complejidad burocrática en la planificación.
La planificación «multicentral», a la que le ha faltado una interacción fluida,por razones de desconfianza, puede explicar la falta de identificación de losobjetivos, de sus prioridades, o de los medios para llevarlos a cabo por partede la mayoría del colectivo. El resultado no puede ser otro que ladesmotivación y la incomodidad de todos con todos, cuando no la quiebra
(3) Domínguez Ortiz. Prólogo al libro de De Darío. Sobre los or(genes del burócrata moderno.
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de valores fundamentales para la institución. Al final cada cual busca suspropias soluciones que las impondrá si cuenta con la confianza suficientedel poder, o se encuentra en una posición deferencial de proximidad a quienlo detenta. En este, como en otros aspectos, la inoperancia parlamentaria enasunto tan central ha quedado analizada de manera sobrada y con granagudeza por Remiro Bretons (4) para insistir aún más sobre este asunto.
En esa situación excéntrica el resultado no puede ser otro que el desarrollode un «formalismo extremo» donde la única realidad son los papeles y no loshechos, al tiempo que el funcionamiento másfrecuente y aceptado portodos será el de moverse por canales «informales’> y situaciones toleradasde hecho, que no de derecho.Por último, la cuarta opción que se presenta al imaginar el futuro posible ydeseable, señalado en la figura 1, p. 34, con la letra D, supone (<un caminode reconstrucción’>, significa aceptar la reflexión que se hacía militar tanilustrado como fue Cadalso cuando puso en boca de un soldado viejo, ensus Cartas Marruecas, la reflexión que resumía su interpretación de laHistoria como encadenamiento lógico de los diferentes acontecimientos:
«Son lo que fuimos y serán lo que somos.’>
- En términos más abstractos como son los de la estadística, la «paradoja deStein» señala que la predicción Óptima de un suceso futuro se alaborapromediando los sucesos pasados. Por ello, el primer punto de partida pararealizar semejante cálculo no puede ser otro que conocer ese pasado. En lamedida que se conocen los puntos de partida, se podrá entender el presentey, por ello y aún con no pocas limitaciones, se podrá anticipar con algunagarantía el futuro.Como es lógico, no es lugar para dar cuenta de esos antecedentes. En unapublicación semejante a ésta se recogeuna amplia bibliografía donde sepueden rastrear esos tiempos pasado, y no pocos de los contemporáneos.
Debe quedar claro que ese futuro no cabe pensarlo con ánimo de aceptaren un sentido virtual, sino de preverlo con el fin de optar entre diferentesalternativas la que más convenga por quiénes están investidos de autoridadpara hacerlo.
Para empezar, debe reconocerse que los vientos que corren son los de losacuerdos y la distensión. En esa tendencia no estará de más encaminar elesfuerzo de la defensa en la idea de:
«Somos fuertes porque no queremos batirnos».
(4) Antonio Remiro Brotons. Política exterior de defensa y control parlamentario. Madrid,centro de Estudios Constitucionales, 1988.
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Se tendrá que buscar esa fortaleza no en un aumento de los gastos militaresque, en un final paradójico, esa «defensa» puede llegar a destruir la sociedadque se ve obligada a producir y acumular un arsenal excesivo, Omilitarizando la sociedad toda para imponer una ventaja militar sobre elenemigo potencial, sin tener en cuenta los factores de compensación tandifíciles cuando no imposibles de cuantificar, y que puede que nunca lleguea desencadenar ningún tipo de hostilidad.
Esa fortaleza habrá de conseguirla en la confianza que lo que hay quedefender responde a un objetivo aceptado por todos, y que lo que sedefiende responde a unos principios nobles que deben mantenerse y que nopueden soslayarse pues responden a intereses de la comunidad toda. Elesfuerzo por conseguirlo y asentarlo entre todos no será pequeño pues enese sentimiento habrá que incluir la nueva realidad europea. La comunidadno es ya únicamente la nacional, sino que lo es la de los países-socios,algunos de ellos contrincantes en esferas particulares, de un proyectoilusionado de futuro.
En un plano más pragmático, dejando a un lado el momento de las grandesdeclaraciones que pocos o casi nadie discuten, el reto consiste en construirJa «seguridad europea desde la seguridad nacional», tal como señalabaAlmirante. Bien aumentando las responsabilidades europeas, al disminuir lasde Estados Unidos, o bien «recreando», la UEO como pilar de la OTAN y delos propios Estados Unidos.
En ese futuro que averiguamos, las relaciones internacionales por muchoque repugne no se fundarán, ni moverán de manera principal por impulsosde concordia. A pesar de ello, las guerras entre sociedades de la mismacultura religiosa, política y económica seguirán pesando como una amenazaimprevisible. Ese principio de incertidurpbre no se podrá abandonar a no serque se quiera caer en el riesgo de quedar indefensos, o de tener unaorganización militar que no sea capaz de hacer frente a una agresión que noesté incluida en los manuales que recogen la doctrina del uso militar de lafuerza.
De aquí que el pensamiento y la doctrina militar propia no debe quedarhipotecada por la tecnología, la economía o las alianzas y pactos. Debe irpor delante de todas esas circunstancias y superando las situaciones deapatías y dejadez que la falta de continuidad en aspecto tan central se haproducido entre nosotros.
Aunque la percepción sea de remota lejanía, ese futuro que ya está presentequedó marcado por el «referéndum» que fijó nuestra pertenencia a la OTAN.
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Por ese acuerdo se nos exige la definición de una organización militar queademás de cumplir con los objetivos fijados por la Constitución, contribuyaa la defensa colectiva. El marco de política militar deberá tener en cuenta loque allí se aprobó, al tiempo se cumplen los seis puntos que definen nuestraparticipación y cooperación en la Alianza. Por razones de los cambiospolíticos habidos mientras tanto, alguna de esas exigencias han quedadotrastocadas.— Defensa del territorio nacional.— Defensa del espacio aéreo español.— Control del estrecho de Gibraltar.— Operaciones aéreas y navales en el Atlántico Oriental.— Operaciones aéreas y navales en el Mediterráneo Occidental.— España será considerada como base logística de retaguardia.
Estas decisiones se encaminan, además de participar en la defensa delmundo occidental, a defender un estilo de vida propio de «sociedadesdemocráticas avanzadas», principio que suele olvidarse con demasiadafrecuencia, y a proteger y defender el «espacio estratégico de interésnacional». Este espacio debe considerarse como «aquella área terrestre,marítima y del espacio, donde pueden ocurrir acontecimientos que afectena los objetivos señalados por la Constitución».
Nuestra contribución a la Alianza exigió en su momento definir laorganización militar de acuerdo a la doctrina de la OTAN, así como a laconsideración de las unidades militares en cuatro categorías o situaciones.No debe olvidarse que, por lo dicho anteriormente, esas obligacionespertenecen a un tiempo que ya es muy remoto.— Permanentemente dispuestas.— Asignadas.— Reservadas.— Otras fuerzas.
En principio, nuestra presencia en la OTAN supone mantener misiones deinterés con carácter exclusivo nacional. La firma de adhesión a la UEOsupone una vinculación más automática a la defensa de cualquiera de susmiembros ante cualquier agresión. España se verá obligada a disponer deuna capacidad militar capaz de responder a ese automatismo. De ahí laconsideración de contar con unidades especiales capaces de «proyectar lafuerza» sobre el punto de agresión o donde interese en razón del plan militar.Otra cosa será cómo se puede llegar a cumplir con ese objetivo teniendo encuenta todas las limitaciones señaladas hasta aquí y las que quedan en eltintero.
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Esta exigencia va a significar que nuestras Fuerzas Armadas se veránobligadas a responder ante mayores compromisos, con las exigencias deremodelación, potenciación y apoyo logístico que esto supone. La adecuacióndel espíritu de la letra a la realidad será motivo de otras reflexiones.
Hasta aquí se supone la existencia de nuestra integración como una más delas fuerzas multinacionales en la OTAN. Es una hipótesis, a pesar de lapérdida en parte de su propia justificación por lo dicho más arriba, que exigeredefinir su zona de influencia, hacer frente a una diversificación deamenazas, cuando no son completamente nuevas, así como la reconstituciónde las fuerzas donde juegan papel principal las «unidades multinacionalesde reserva» con las que hacer frente tanto a una hipotética escalada, comoa una desescalada de tensiones.
Una segunda hipótesis de futuro puede ser la integración de las fuerzasnacionales en un sistema de defensa integrado y europeo. Como se estáviendo en los últimos meses, esta situación se supone el punto final de unaunión política y económica europea previa, así como consecuencia de una«conciencia de defensa europea». Las noticias nos dicen que las cosas noson nada fáciles ni en lo uno, ni en lo otro. Habrá que aclarar además lacoordinación con la OTAN y con Estados Unidos, así como haber superadode una vez por todas las suspicacias entre los propios socios, en especiallos tres grandes: República Federal Alemana, Gran Bretaña y Francia, altiempo que España tendrá que clarificar su apoyo explícito e implícito aalguno de los proyectos, y no jugar con dobles intenciones que pasaránfactura en algún momento.
La tercera opción, puede que la más utópica, sería la integración delesfuerzo de Defensa Nacional, o la parte alícuota que correspondiese, enunas fuerzas multinacionales con poder efectivo en el marco de la ONU. Denuevo en este punto se podría plantear el interrogante de si todavía existe enverdad la Organización. Desde luego lo que no cabe pensar a corto, ni amedio plazo, es que en su seno se constituya una estructura militarpermanente y eficaz capaz de imponer las decisiones que se puedan tomaren su asamblea.
La última opción no es otra que la de la «rencionalizar los ejércitosnacionales». Con la excepción de los países del Este, no cabe pensar en esahipótesis como probable, ni tampoco que sea muy deseable, dada la marchaapresurada de la Historia. La única alternativa se podría presentar en casode que desaparecieran «todas las alianzas militares».
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Sea en el marco de la OTAN o de la UEO, o en cualquier otro de los marcosseñalados, las Fuerzas Armadas españolas, de acuerdo con el mandatoconstitucional, están obligadas a asegurar.
La disuasión del enemigo potencial, sin poderlo precisar de antemano, ladefensa de sus territorios y zonas de interés estratégico, así como dar unarespuesta adecuada a las posibles agresiones de las que sea objeto.
Para cumplir esos mandatos se debe poseer un «poder militar» suficienteque, en términos de probabilidad, asegure el éxito de su empleo con losmenores costes posibles.
Ese poder militar debe consistir en la posesión de los medios suficientes, encantidad y calidad, para llevar a cabo la guerra; influir en tiempo de paz enel comportamiento político y en el planeamiento militar de un enemigopotencial o, declarada la guerra, alterar sustancialmente sus intencionesmediante la fuerza.
Ese poder no puede ser otro sino la integración de la capacidad de coaccióncreada por las Fuerzas Armadas, a la que habrá que añadir llegado elmomento el potencial económico de la nación que se tendrá que poner a sudisposición para alcanzar los objetivos que se le señalarán, así como el«capital humano» qu participaría y sostendría el esfuerzo bélico en sucontribución personal y como apoyo al combatiente. Un elemento imprescindible será la «determinación política» para mantener el esfuerzo quepermita alcanzar los objetivos señalados.
Ese poder militar estará condicionado por la oposición política y militar de laamenaza que, corno queda señalado, es impredecible a medio y largo plazo.Al tiempo que quedará definido por los objetivos políticos propios y lasgrandes líneas de acción de la política general, así como los objetivosestratégicos y tácticos, las misiones y cometidos que se asignen a la fuerzamilitar por parte del poder político.
Para cumplir esas exigencias será necesario que en tiempo de paz laorganización militar tenga la fuerza suficiente para que el agresor hipotéticodesista de atacar. Una vez desencadenado el ataque, se tendrá que tener lacapacidad de absorver y amortiguar los efectos del ataque y poder llevar acabo la represalia suficiente con objeto de permitir la respuesta adecuadapara contribuir al control y conducción de la crisis.
No será menos importante la «voluntad decidida e inquebrantable» deemplear esa fuerza, convenciendo al «enemigo» de que esa fuerza seríaempleada en caso necesario.
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De esa manera se alcanzará y mantendrá una situación favorable que debepermitir ejercer el control del «espacio estratégico de interés» y que tendráque garantizar el desarrollo de las operaciones propias y la de los aliados.
Esos objetivos genéricos deberán conseguirse con los elementos necesariosque señalo más adelante, integrados preferentemente en una organizsciónmilitar en la que habrá que considerar un sistema más amplio definido por lapolítica de defensa del gobierno. Esa organización deberá tener capacidadsuficiente para desempeñar no sólo acciones de defensa directa sinotambién para realizar simultáneamente acciones de respuesta deliberadacon la finalidad de neutralizar la agresión, incrementando y controlando laacción de la respuesta, para que el riesgo a aceptar por parte del agresorllegue a ser desproporcionado para él en relación con los objetivos que seproponga alcanzar.
Los objetivos se podrán conseguir siempre que se disponga «necesariamente»de los elementos adecuados. No se deberá olvidar que de no contar conellos se estará falseando las expectativas que se tiene de las propiasFuerzas Armadas, al tiempo que se malgastan unos recursos que soncontados. No habrá que olvidar tampoco que por lo anterior no se trata demantener el prestigio ni la satisfacción interna que recomiendan lasordenanzas de la institución, por fundamental que pueda ser, sino que setrata de la sobrevivencia de un Estado, de una Nación que se rige por noblesprincipios. Por tanto deberá mantenerse por encima de los interesesparticulares, de oportunidad o de clientelismo político. El principio que tendráque regirla no tiene que ser otro que el de la «eficacia» organizativa.
Esa eficacia se alcanzará en términos de probabilidad en los tiempos de paz,pues la guerra desbarata cualquier.cálculo, siempre que se disponga de:— Una organización fundada en el principio de unidad de mando que
permita distribuir el esfuerzo militar de una forma equilibrada, según lasnecesidades operativas, en acciones ofensivas y/o defensivas. Esta-organización debe responder a las ideas de acción unificada, asegurandouna eficaz dirección y coordinación del sistema a fin de lograr una tomarápida de decisiones en el control del espacio de interés.
— Sistemas de armas ofensivos y defensivos debidamente integrados o, sino es posible, coordinados al máximo no sólo entre grupos, sino tambiénentre cada uno de los elementos de esos grupos para un empleo eficazen el control del espacio de interés.
— Sistemas de mando, control, comunicaciones e inteligencia que permitanel conocimiento de la situación en tiempo real para hacer pósible elejercicio del mando permanente sobre ese espacio.
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— Un sistema logístico que permita establecer y mantener la capacidadcombativa de la fuerza.
Lo anterior no significa otra cosa que el esfuerzo que hace la sociedad seencuentra encaminado a lograr una mejora en la capacidad de combateconvencional, corno se prevé en los planteamientos de la «respuestaflexible», al tiempo que se reduce y aún desaparece la necesidad del empleodel armamento nuclear.
Esa organización, deberá esforzarse en:— Disponer de una mayor capacidad de combate que no significa
necesariamente contar con sistemas de armas más sofisticados sino enla racionalidad de su uso y en la integración adecuada de los que sedisponen.
— Disponer de los recursos adecuados y la capacidad de reacciónnecesaria para oponerse a un ataque por sorpresa.
— Mantener la continuidad suficiente para combatir en la batalla intensamentedurante todo el período de tiempo que sea necesario para resistir laagresión del enemigo y doblegar su voluntad de ataque.
Estos requisitos materiales, inexcusables, deben operar sobre otros componentes «supraestructurales» que, a no dudarlo, presentan los problemas máscomplejos por pertenecer al mundo de las actitudes e ideologías. Debenasegurar la eficacia última de la planeación de uso y la coordinación deunos sistemas de armas y unas acciones militares que ya no podránreducirse a los estrechos límites definidos por las fronteras tradicionales.Hoy, esas fronteras se consideran un impedimento cuyo respeto esincompatible con la racionalidad del sistema. Sin duda que conseguir unaalternativa a esta situación es uno de los mayores retos con el que seenfrenta no sólo el ciudadano anónimo. Esa anómala situación quedarádestacada cuando se establezca en la práctica las exigencias del ActaUnica en el espacio de la CEE.
La vía de una siempre mayor integración va por lo tanto más allá de laexigencia primaria de la defensa, también un modo con el cual el mundomilitar, en línea con cualquier otro sector de nuestra realidad social, puedeaportar su contribución activa a la construcción de una Europa que estáabandonando el plano de lo utópico para pasar al terreno de lo concreto. Aligual que en su momento el Estado nacional se consolidó con la ayuda dela acción militar, puede que nos encontremos en los albores de una nuevaetapa histórica donde la función de la defensa se le requiera que vuelva aapoyar ese ideal soñado por tantos durante tanto tiempo.
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• CAPÍTULO SEGUNDO
EL ENCUADRAMIENTO DELA ORGANIZACIÓN DEFENSIVA ESPAÑOLA
EL FUTURO DE LAS FUERZAS ARMADAS ESPAÑOLASDENTRO DE UNA ÓRBITA DE DEFENSA MULTINACIONAL
Por ANA MARiA HUESCA GONZÁLEZ
Superada la utopía de la «sociedad sin guerras», por una aplastante realidad,aunque sin perderla de vista como horizonte de los esfuerzos de lahumanidad, hay que considerar la Defensa Nacional como una necesidadpermanente de toda sociedad organizada.
Para poder hacernos una idea lo más exacta posible de lo que seránnuestras Fuerzas Armadas dentro del nuevo panorama de conflicto, temaactual de mi reflexión, no pdem’os olvidarlo que en. ello han influido todoslos últimos acontecimientos producidos desde la caída del muro de Berlín,en mi opinión uno de los hechos más cruciales de la Historia contemporánea.
Hemos asistido a la caída de los regímenes políticos de los países del Esteeuropeo, la desaparición del Pacto de Varsovia, la reunificación de losEstados alemanes, la discusión en el seno de la OTAN sobre !a reforma dela Alianza, el debate sobre el futuro de la UEO, la guerra del Golfo, el golpede Estado en la Unión Soviética y la presente crisis de la unión que dado elpotencial bélico de la Unión Soviética se le otorga menos importancia que ladebida para la seguridad occidental, y los últimos acontecimientos deYugoslavia que son una prueba decisiva para saber cómo se desarrollará enel futuro la cuestión de la seguridad europea.
Sin duda vivimos unos momentos de conmoción y cambio que no tiene másremedio que reflejarse en las Fuerzas Armadas españolas y del resto de lospaíses de nuestro entorno, unos momentos en que esos «nuevos panoramas
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de conflicto» nos hacen plantearnos cuáles son las perspectivas de riesgosy amenazas que se nos presentan, básico a la hora de definir una política dedefensa adecuada y por supuesto una política militar a seguir incluyendo lacuestión de cantidad y calidad de los ejércitos.
Se podrían definir en breves líneas los más importantes riesgos y amenazascomo sigue:— La inestabilidad de la Unión Soviética y la incógnita del futuro de esta
superpotencia nuclear.— En general la evolución de los conflictos nacionalistas y étnicos en los
países del Este, y en especial en Yugoslavia. Así como su posiblecontagio en otras potencias occidentales.
— La extensión del mercado internacional de armamento de tecnologíapunta que facilita su posesión a cualquier país no controlado, como losdel Tercer Mundo e incluso a facciones concretas del interior de lospaíses (véase Croacia) y la posibilidad del uso de armas químicas.
— Las cada vez mayores diferencias de desarrollo económico entre elNorte y el Sur y su diferente demografía, especialmente importante paraEspaña.
— Inestabilidad del mundo árabe y avance del integrismo con su repercusiónen la cuenca mediterránea (Argelia).
En conclusión, una diversificación de amenazas y riesgos no consideradosen el pasado y que hoy han saltado a la arena de la política de seguridad,marcando un período de cambio que supone «inestabilidad», en definitiva un«incremento» global «del riesgo».
Asimismo, lo que nos demuestran el tipo de amenazas con que nosenfrentamos es una posibilidad real para nuestras Fuerzas Armadas deactuación fuera de las fronteras nacionales y en defensa del ordeninternacional.
En esta línea es como cada vez más se tiende a contemplar laestructuración de los ejércitos, como fuerzas multinacionales, ya venganencuadradas por las Naciones Unidas o por la OTAN como realidades, obien imaginándonos para el futuro la posibilidad de unas Fuerzas Armadasestrictamente europeas dentro de las instituciones comunitarias.Tampoco cabe descartar como hipótesis aunque está fuera de lo probableuna vuelta a la nacionalización de la defensa, un reforzamiento de losejércitos nacionales. Pero, más bien el proceso que sigue nuestro mundo.nos hace pensar que el camino a seguir vendrá marcado por unas fuerzasmultinacionales en el sentido ya comentado, dentro. de la OTAN, en unsistema propiamente europeo o como fuerzas de las Naciones Unidas.
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La última cuestión, es decir la de unas Fuerzas Armadas multinacionales en.el marco de las Naciones Unidas ha sido tratada por otro de los miembrosde este seminario por lo que yo aquí me detendré más en las otras opcionesposibles de defensa en este nuevo marco internacional en que nosencontramos.
La Alianza
Con todos los acontecimientos a los que venimos asistiendo en los últimostiempos la Alianza ha entrado en un período de reflexión, que otrospreferirían llamar crisis, que tienen sus puntos neurálgicos en torno a trespostulados:— La posible ampliación de su zona de intervención.— La diversificación de las amenazas a las que hipotéticamente se podría
enfrentar.— La estrategia de la organización misma.
Existen varios documentos de entre los emanados por la OTAN que nospueden dar las claves de cómo se va resolviendo en el seno de la Alianzaesta reflexión. Destaco el comunicado emitido tras la Reunión Ministerial delConsejo del Atlántico Norte, celebrada en Copenhague los días 6 y 7 dejunio del año 1 991, que recuerda que el objetivo de la Alianza sigue siendoel mismo que aparecía en el Tratado de Washington y en la Declaración deLondres:
«salvaguardar la libertad y seguridad de todos sus miembros a travésde medios políticos y militares de acuerdo con los principios de laCarta de las Naciones Unidas. Basándose en los valores comunes dela democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley, la Alianzase ha esforzado desde sus comienzos por establecer un orden justo ypacífico en Europa, objetivo éste que permanece inalterable.»
Según este documento la OTAN sigue manteniendo la unidad de Norteaméricay Europa en su seguridad, entendida como esfuerzo colectivo, para lograr laestabilidad en Europa y la cooperación entre los miembros y otros Estadosy además se señala expresamente que «los miembros de la Alianza, enunión con otras naciones, intentan desarrollar estructuras cooperativas deseguridad para una Europa unida y libre».
Como vemos se defiende la continuación del sentido original de la Alianza.Sus misiones quedan establecidas para proporcionar un entorno deseguridad estable para Europa sin que ningún país pueda recurrir al uso dela fuerza; como foro de consultas transatlántico en campos de interéscomún; para disuadir y defender el territorio de los Estados miembros contra
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cualquier amenaza de agresión y preservar el equilibrio estratégico enEuropa.
Se hace expresa mención de la CEE, la UEO y la CSCE como institucionesparalelas con similiar sentido pero en ningún caso se introduce elpensamiento de que pudieran ser sustitutorias.
Con todo ello, concluye que la «esfera de competencia de la Alianza, asícomo sus derechos y obligaciones, siguen siendo los mismos que estipularaen su día el Tratado de Washington».
También podemos aludir dentro del comunicado final de la ReuniónMinisterial de Copenhague, a un significativo primer punto en el que seconsidera la Alianza transformada elemento esencial de la «nueva arquitecturade una Europa unida». Esto se refleja en el fortalecimiento del llamado «pilareuropeo» que se concreta en un mayor realce del papel de los miembroseuropeos de la Alianza y se aprueba el proceso hacia la unión políticaeuropea incluyendo su aspecto de seguridad. Se da por sentado que estecamino va por la vía de la UEO ya que lo que se desea potenciar son losmecanismos de coordinación de ésta con la Alianza.
Por otro lado se apuesta, a partir del Tratado CEE, por el desarrollo de laCSCE y por incrementar las relaciones con ella. Así como por un prontoacuerdo sobre el régimen de «cielos abiertos» y por los acuerdos deReducción de Armas Estratégicas (START). Según la OTAN, la crisis del golfoPérsico ha demostrado que la proliferación’ de armas nucleares, químicas ybiológicas y la transferencia excesiva de armas convencionales, reducen laseguridad internacional, y ésta es una idea que pretenden potenciar, inclusoa través de foros específicos ad hoc.
Para terminar, se reconoce por fin otro de los puntos cruciales de larenovación de la Alianza, el de fuera de área, con una alusión general a que«cualquier tema que surja en alguna parte del mundo que afecte a nuestrosintereses de seguridad constituye tema legítimo de consulta y de coordinaciónentre nosotros». Quizás sea éste un problema que debería tratarse desde laperspectiva de la evolución sufrida por el concepto de soberanía, que vamás allá del territorio a otros intereses, por ejemplo económicos.
En cuanto a la renovación del Concepto Estratégico de la Alianza y de susestructuras de fuerzas convencionales y nucleares, sólo hay que acudir a ladeclaración aprobada por los jefes de Estado y de Gobierno participantes enla última reunión del Consejo del Atlántico Norte, celebrado en Roma entrelos días 7 y 8 de noviembre del año 1 991, para conocer este concepto
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estratégico en su conjunto, al igual que las características que deben reunirlas fuerzas convencionales’y las nucleares.
A modo de resumen extraeré como ideas más importantes: la continuaciónde las nociones de la Cumbre de Londres, la reducción del volumen de lasfuerzas de los aliados, repartición geográfica de las fuerzas en tiempo de paz(abandonando la región centro), flexibilidad y movilidad de las mismas,control de las exportaciones de armamento, no posesión de armas químicaspero sí toma de precauciones para la defensa, papel clave de la estructuramilitar integrada que comprenda las fuerzas multinacionales, medioseficaces de vigilancia, sistemas flexibles de mando y control y unacapacidad logística adecuada,... además de incidir en la cada vez mayorimportancia de los recursos civiles y en la tendencia a la formación deunidades multinacioriales dentro de OTAN que completen las aportacionesnacionales; todo ello dentro de las fuerzas convencionales.
En cuanto a las fuerzas nucleares se alude a la necesidad de estacionar entiempo de paz fuerzas nucleares dentro del territorio de los aliados junto adispositivos de control, mando y consulta. Al tiempo, se pretende reducirsignificativamente las fuerzas nucleares subestratégicas, que estaránformadas sólo por aviones de doble capacidad, eliminándose la artillería ymisiles nucleares tierra-tierra y los navíos de superficie o submarinos nollevarán ningún arma nuclear estratégica en tiempos de paz.
Hacia un sistema de seguridad europeo
La opción de un sistema de seguridad íntegramente europeo se vinculanormalmente a dos posibilidades: como inserto en el sistema institucionaleuropeo plenamente o bien a través de una potenciación de la UEOestableciendo una pautas de relación y colaboración con la Comunidad.
Para mí, la verdadera opción eúropea es la que estaría encuadrada en losesquemas comunitarios pues no podemos olvidar que la UEO sigue siendola Alianza si bien en su pilar europeo, como se le suele llamar, con laslimitaciones que ello significa sobre todo de falta de independencia deactuación respecto a otras potencias y de las diferentes condicionesparticulares de países europeos. Tendría una ventaja adicional que sería lapresencia dentro de ese sistema de seguridad de países europeos que nopertenecen a la Comunidad. Por el contrario una de las desventajas dedesarrollar uná seguridad estrictamente en el marco comunitario eliminaríala posibilidad de una determinada actuación a países que no pór nopertenecer a ella dejan de tener intereses en su misma área.
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Una defensa europea es algo ya soñado desde muy atrás y realmente hoydía nos acercarnos más que nunca a la posibilidad de su existencia debidoa la evolución que se está produciendo en la CEE desde la aprobación delActa Única, una evolución no exenta de peligros de involución según se vandesarrollando los acontecimientos, como en los últimos tiempos todos losque nos declaramos europeístas tememos.
Parece que la idea europea está en crisis —está dejando de ser moda—pero no se puede permitir que un proyecto cuyo desarrollo significa laresolución de muchos de los problemas que se tienen planteados a nivelnacional se abandone tan fácilmente, sin tenerla como objetivo último de losesfuerzos, aunque sea a largo plazo.
No cabe duda que un progreso de la unión polítida lleva consigo un avanceen la defensa común pues es indisociable una y otra.
La realidad es que no existe hoy en día una tendencia clara hacia laconsolidación de un esquema de seguridad europeo. Habrá de esperarse laresolución de todos los acontecimientos que se están viviendo en losúltimos tiempos, sobre todo la cuestión yugoslava, en donde se puededemostrar si existe realmente una voluntad europea de constituirse enfuerzas multinacionales o si de nuevo se cae en considerar las fuerzasamericanas como una solución a os poblemas europeos.
La muestra de esta tendencia si podemos encontrarla en primer lugar através del propio artículo 6 del Acta Única. También realizando un repaso delas resoluciones, documentos y recomendaciones realizados por el Parlamentoy la Comisión en los últimos años en temas relacionados con la seguridad yque son, sin duda, un antecedente y una base sobre la que construirmayores avances.
Por supuesto que el aliado europeo por excelencia es Estados Unidos y enese sentido, no es de extrañar la afirmación de que cualquier eventualavance en la seguridad europea debe venir acompañado de una relaciónespecial con dicho país. Esto se conseguiría naturalmente con mucha másfacilidad a través de la UEO pero en cualquier caso se produciría, sobre todoporque en ningún caso se pretende perder la relación con la OTAN.
Entrando ahora en las distintas posiciones que adoptan los países miembrosde la Comunidad al respecto, podemos hablar de Alemania cuya respuestaes favorable a la unión política y al. desarrollo de una seguridad europeacomunitaria, ante todo después de la unificación para el reforzamiento de suposición hegemónica europea. Francia, por el contrario, desea vincular laseguridad europea más decididamente hacia la UEO, para conservar su
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influencia actual en Europa ante la competencia alemana, si bien estapostura se contradice, o se ha modificado, con la aparición de la propuestafranco-alemana de seguridad europea independiente; y el Reino Unidotambién se decanta hacia la UEO pero para entorpecer la unión política deEuropa por lo que se niega asimismo a la posibilidad de que dichoOrganismo pasase a depender del Consejo Europeo.’ En cuanto al ejércitoeuropeo propuesto por Francia y Alemania en cualquier caso lo reduciría auna fuerza autónoma delimitada que actuase fuera de zona, esto últimoapoyado por Italia.
La posición española transcurre, como normalmente, entre dos aguas,indicando que lo más realista es el desarrollo de una seguridad europea enel seno de la UEO y apoyando por otro lado la propuesta franco-alemana.Realmente para la especial vinculación de España con OTAN seríapreferible realizar una política que potenciase una defensa meramenteeuropea en la cual no hubiese más limitaciones que la de cesión de parte desu autonomía de decisión militar, como pasaría en el resto de los países yque no dejaría de ser coherente al ir vinculada con una unidad política, porla cesión de soberanía nacional a favor de esta unión.
Para conocer las últimas decisiones respecto a este tema deberemosesperar a la cumbre de jefes de Estaçlo y de Gobierno que se celebrará lospróximos 9 y 10 de diciembre en Maastricht.
La «política mundial» de las Naciones Unidas
Como se dice en el título de este apartado, con esta idea de fuerzasmultinacionales superamos el marco meramente europeo y nos situamos anivel mundial. En cualquier caso es una posibilidad para el sistema dedefensa al que no se puede evitar aludir aquí, aunque someramente, pues esmotivo de otro trabajo del seminario.
Sólo unas palabras para hacer notar que esta posibilidad de actuaciónmundial sólo es posible dentro de la ONU, ya que ninguna otra posibilidad delas tratadas aquí podría asumir esa función de policía mundial y en esesentido debe ser una idea que no se puede abandonar.
Sin embargo nos encontramos con que esa misma amplitud a la hora deenglobar a todos los países de la Tierra (1 66 naciones), es un insalvableimpedimento para que se consiguieran unas fuerzas militares multinacionalespermanentes, debido a las grandes dificultades de mantenimiento que seencontrarían. Por otra parte, su creación ad hoc para cada caso, inevitable
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mente encuentra otras dificultades como la de rapidez en la intervención,cuando ésta fuera necesaria.
Esta deficiencia está ya incluso prevista en el capítulo séptimo de la Cartade las Naciones Unidas, en donde bajo el título «Acción en caso de amenazasa la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión», se dice en elartículo 51:
«Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanentede legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armadocontra un miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejode Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener lapaz y la seguridad internacionales...»
Ahora bien una ventaja indudable de este tipo de actuación militarmultinacional sería la intervención de la Unión Soviética, potencia que nodeja de verse interesada por muchos acontecimientos y que no tiene cabidaen la Alianza ni de momento en un sistema europeo de seguridad.
La renacionalización de los sistemas de defensa
Se puede hablar efectivamente de una renacionalización de los sistemas dedefensa, como otra más de las posibilidades futuras en nuestra seguridadLo que no se podría decir es una renacionalización de los ejércitos, ya queéstos, hasta ahora, siguen siendo un instrumento de poder de los Estadosnacionales como detentadores de la fuerza armada e incluso en los últimostiempos estamos asistiendo a un proceso de desmembración de antiguosEstados y creación de nuevos ejércitos inclusive donde aún no hay unEstado reconocido (véase el caso de Croacia).
Así pues se da una doble tendencia polarizada y coetánea, a lo macro y lomicro, a la extensión fuera de las fronteras estatales hacia un ejércitomultiestatal y a la creación de nuevos ejércitos —nuevos Estados dondeantes había un solo Estado— un solo eiército. Es el resultado de losmomentos de conmoción y «crisis» en que nos encontramos y del cual sólose puede buscar unas hipótesis de resolución futura acordes con el análisisque cada uno haga de los acontecimientos y del grado de optimismo enrelación con el desarrollo futuro de la humanidad.
Desde mi punto de vista no es en absoluto deseable la pérdida de lossistemas defensivos internacionales actuales, ni de las tendencias hacia lacreación de unas fuerzas multinacionales como garantes de la estabilidad yes el camino que seguían los países europeos occidentales y del que ahorasólo cabe esperar un desenlace.
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En cualquier caso como hipótesis no se puede negar la posibilidad de quese retrotraigan las fuerzas y que se busque mantener sólo la relación a unnivel de cooperación que podría venir dado por la OSCE. Esto tendría el claroinconveniente de las dificultades para una respuesta inmediata, en caso denecesitar una intervención internacional, que es como estamos comprobandolo usual en este momento de nuestra historia y que, a diferencia de lo que sedijo respecto a la fuerzas de Naciones Unidas, contarían con un problemaañadido, la ausencia de una organización preestablecida que asegurase laeficaz estructuración de la misma.
La configuración de la defensa en torno al Mediterráneo
La relajación en Europa de la idea de amenaza por el Esté ha provocado elcambio de consideración de ésta hacia el Sur, planteándose la importanciaque tiene el Mediterráneo para la estabilidad de Europa y el mundo. Si bientodos los acontecimientos que se han ido produciendo desde la caída delmuro indicaban esta idea, sobre todo tras la guerra del Golfo y como asíparecía de las nuevas tendencias de la OTAN a la actuación fuera de zonay las distintas propuestas de países ribereños —incluido España— sobreuna conferencia de seguridad en el Mediterráneo. Hoy la volvemos acontemplar minimizada por los últimos acontecimientos de Rusia y Yugoslavia,principalmente, y en general por esta acometida general que llevan a cabolos nacionalismos en Europa, reabriendo antiguas heridas y no permitiendoque definjtivamente se vuelva la cara hacia el Sur en «busca» de amenazaspuesto que el fenómeno nacionalista es un claro factor de riesgo para laseguridad, como por otra parte la Historia siempre nos ha demostrado.
Aún así no podemos prescindir de la consideración del Mediterráneo comouna posible fuente de inestabilidad, por las razones que luego veremos, y unámbito hacia el que desarrollar esfuerzos en el campo de la defensa. Ningúnplan estratégico puede olvidar la presencia de ese Sur como un riesgopotencial hacia nuestra seguridad.
En primer lugar y antes de detenernos algo más en lo que es la propuestaespañola para una conferencia de cooperación y seguridad en el Mediterráneo, hay que dar cierta explicación sobre un par de conceptos. El términoseguridad cada vez más, y aún más cuando se habla del Mediterráneo,incluye otros aspectos diferentes a los estrictamente militares que hastahace poco ostentaban el monopolio, abriéndose paso los políticos, sociales,económicos, religiosos, culturales... todos los cuales, pues, habrán dé sertenidos en cuenta para la configuración de una estrategia de seguridad paraEstados y coaliciones. Es desde esta consideración del término seguridad
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desde la cual se estudian en otro trabajo el paro, la demografía galopante, laemigración masiva (tanto más preocupante si la unimos a la que viene delEste) como factores clave para la seguridad europea y desde luego tambiénespañola.
Por otro lado, en muchas ocasiones funciona la tendencia reduccionista deconsiderar el Mediterráneo como algo homogéneo, cuando su principalcaracterística es la heterogeneidad. No se puede hablar de Mediterráneo sinmás pues existen distintas dimensiones en el tratamiento de la cuestión: lapercepción Norte-Sur (cristiana-musulmana; Este-Oeste; las diferenciasNorte-Sur y Norte-Norte y la diversidad del Sur (ya que en la orilla Sur delMediterráneo podríamos hacer otras varias distinciones).
Como ya hemos adelantado de una u otra forma, las posibilidades para unaconfiguración de la defensa en el Mediterráneo pueden provenir de variosforos —lo que sí queda claro es que esa intervención siempre se dará en elplano multinacional, no pareciendo posible políticas individualizadas másque a nivel parcial— estos podrían ser: la propia OTAN si cuaja la idea deintervención fuera de área y se dota de una estructura militar integrada parael Mediterráneo; o paralelamente capacitar a la UEO para realizaractuaciones multinacionales; o continuar en la línea de la Conferencia deSeguridad y Cooperación en el Mediterráneo (CSCM) que coordine lasfuerzas de los países ribereños (o bien ampliada a todos los interesados); ypor último entraría dentro de lo posible, pero poco probable, que se creaseun sistema militar estrictamente europeo con una estructura militarintegrada para la actuación en el área. También podrá darse una mayorimportancia a la dimensión mediterránea dentro de la CSCE, pero en estalínea se llegaría antes por la vía de una nueva CSCM que en realidad seinsjira en aquélla.En cualquier caso, toca ahora explicar un poco en qué consistiría laposibilidad de la CSCM, que es la propuesta propiamente específica para elMediterráneo pues las otras ya han sido explicadas.
Cualquier reflexión sobre el Mediterráneo debe tomar en consideración quecuando en Europa asistimos a una consolidación (con un relativo debido alos últimos acontecimientos) de la cooperación, en la cuenca mediterráneaexiste la tendencia al conflicto, sobre todo por las características quepresenta de fragmentación, inestabilidad, etc. Y lo que no debemos olvidares que por definición el Mediterráneo es diversidad e interdependencia.
Diversidad del Sur respecto al Norte en cuanto a desarrollo económico, nivelde vida, integración social, demografía,... y además diversidad dentro del Sur,con toda seguridad más compleja que la anterior.
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E interdependencia, porque el Mediterráneo es un mar común a todos lospaíses ribereños del Norte y del Sur y todos ellos tienen íntimos vínculos conél. Lo que ocurra en un punto repercutirá en todos los demás.
El año 1 989 fue decisivo para incrementar el interés por este área ya quecoincidieron la presidencia española en la Comunidad y Francia acabada deprómover durante su mandato esta tendencia. Esto dio lugar a que los cuatropaíses europeos del Sur iniciasen conversaciones y se realizó la primerareunión de expertos de los nueve países del Mediterráneo Occidental, la quefue llamda «Reunión 4 más 5.
Desde aquel momento todos los países han realizado sus propuestas, sinolvidar que en este momento se encuentra en una fase de estancamiento,donde sólo España e Italia parecen mantener la idea. Analizará acontinuación lo que fue la propuesta española para la CSCM.
Esta propuesta parte de la idea de considerar el Mediterráneo como un todo,con participación no sólo de los países ribereños sino de aquellos quetuvieran interés en él (éste ha sido uno de los puntos más criticados).Asimismo, que mirase no sólo por la resolución de problemas puntuales,sino a largo plazo, adoptando desde el principio un «Acta del Mediterráneo».
Asimismo, siendo conscientes de esa nueva definición de seguridad queabarca los más diversos aspectos se proponen tres cestos: uno deseguridad, otro de desarrollo económico y un tercer cesto de derechoshumanos.
El cesto de seguridad tiene como principal objetivo mantener medidas deconfianza y transparencia: mantener el equilibrio del proceso y la estabilidad,facilitando la distensión y la gestión de las crisis, sin frustar expectativasgenerales. También se especifica que se. deberá mantener la operatividadde la Alianza y la salvaguardia de la cooperación militar con Italia y Francia.Siendo además complementarios con la CSCE y la CEE.
En general en el ámbito de la seguridad se dan dos posiciones polarizadasentre los que (sobre todo en el Sur) exigen la retirada de la VI Flota y laEskadra con promesas de paz y los que reducen el problema de la seguridaddel Mediterráneo a la defensa. España se mantiene intermedia proponiendo:
— La CSCM se ocupará del eje Norte-Sur de la seguridad del Mediterráneo.— En principio se ocupará de la dimensión terrestre de la seguridad.— Se resaltan los aspectos políticos y no militares de la seguridad.
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— El objetivo de la CSCM será crear unas Medidas de Confianza delMediterráneo (MCM) preliminares al tiempo que se controla comoprevención la proliferación de las distintas armas.
— Se seguirá el principio de gradualidad espacial, temporal y funcional.
En el siguiente cesto se considera que la cooperación económica es elprincipal medio para mantener el equilibrio en el área a través de lareducción de la diversidad económica y social. En relación con esto deberáocuparse de la migración, la cuestión demográfica y la política de empleo.Será la síntesis de las distintas iniciativas bilaterales o no ya en marcha y laplataforma para la actuación en esos y otros temas como la alimentación,medio ambiente, etc.
Por último la dimensión humanitaria deberá empezar por tomar enconsideración todas las diversidades existentes. Y el principio de nointervención deberá conciliarse con el de respeto a los derechos humanosy las libertades fundamentales, considerándose la Declaración un mínimocomún entre las culturas.
Todo ello con el objetivo de crear un modelo que implique previsión y controlsobre el actual sistema del Mediterráneo aunque no se logre un paraíso depaz sí se podrá amortiguar posibles crisis.
Conclusiones
Con todo lo dicho comprobamos la necesidad de que la planificación de ladéfensa en España, y en consecuencia de su política militar, esté ligada a lade otros Estados de su entorno de cooperación. Por tanto no es posibleimaginar una política aislada de lo que ocurre en el mundo. Se confirma laidea de que, en el futuro, las iniciativas vendrán marcadas por una cada vezmayor tendencia a la existencia de unas fuerzas multinacionales para laresolución de los conflictos, que conlleva una posibilidad cada vez mayorpara nuestras Fuerzas Armadas de actuar fuera de nuestras fronteras endefensa del orden internacional, como ya se ha dicho.
Para expresar una toma de postura personal al respecto, he de decir que meinclino, siendo consciente de que asumo un alto nivel de riesgo, por aalternativa europea que es sin embargo la más difícil. Creo, que aunqueEuropa siga guiando su defensa en otros ámbitos externos a ella mismadurante aún mucho tiempo, terminará por decantarse hacia una defensapropia, integrada dentro de las instituciones europeas, a la manera de lo quehoy sucede dentro de los Estados nacionales. Todo ello condicionado a quese siga en la línea de evolución hacia una unidad europea.
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Sin embargo, la alternativa más realista es una potenciación de la UEO, yaque al menos sobre el papel dejó comprobada su eficacia en la guerra delGolfo y que cuenta con una ¡nf raestrutura ya constituida y adecuada a losfines de una fuerza multinacional, junto con unos cauces de conexión con laAlianza establecidos, sin duda, uno de los factores que más pesarán a lahora de decidirse por esta opción.
En lo que respecta a la OTAN hay que reconocer que está jugandointeligentemente sus piezas y que efectivamente está consiguiendo que sedeje de cuestionar su validez como se venía haciendo desde la desaparicióndel Pacto de Varsovia. Ello lo podemos percibir a partir de las declaracionessurgidas de la reunión de los días 7 y 8 de noviembre en Roma, en donde seha realizado un ajuste de los conceptos estratégicos de la Alianza conformea los nuevos tiempos, que reafirma la pervivencia de todos los derechos yobligaciones surgidos del Tratado de Washington y de la Declaración deLondres, recalcando un principio de flexibilidad para su adaptación acualquier nueva circunstancia futura.
Se puede decir al respecto como una de las principales conclusiones aextraer de la «nueva» presentación que la Alianza hace de sí misma laaparición de un concepto amplio de seguridad, basado en la diversificaciónde los riesgos (económicos, demográficos, étnicos...) y una imprevisibilidadde las amenazas. Por otra parte, el avance en la creación de una fuerzamultinacional europea se integra dentro de la estrategia de la Alianza ya quemás que como una alternativa se contempla como un reforzamiento del pilareuropeo de ésta, constituyendo un aspecto favorable para el incremento desu eficacia. Asimismo, el desarrollo de la CSCE se contempla como unaaportación al papel de la Alianza como mantenedora de lá estabilidad enEuropa. En definitiva podemos traducir todas estas afirmaciones de la OTANcomo un intento de continuar justificando su validez (que no es mi intencióncuestionar) y mantener su preponderancia como valedora de la defensaoccidental, evadiendo el problema del fuera de zona.
Las consecuencias más inmediatas para España, son dentro de esatendençia a la constitución de fuerzas multinacionales, la superación de unmodelo de defensa conjunto por otro combinado en el plano internacional yla adaptación de las Fuerzas Armadas a los requisitos de los nuevos tiempos—que no son ni más ni menos que los señalados por la OTAN—: movilidad(estratégica y táctica) y capacidad de respuesta rápida, flexibilidad einteroperatividad.
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CAPÍTULO TERCERO
LA VOCACIÓN IBEROAMERICANA
LAS RELACIONES ENTRE LAS FUERZAS ARMADASDE AMÉRICA LATINA Y ESPAÑA
Por JULIO MOLINA BENAYAS
Introducción
Al comenzar a trabajar sobre este asunto, sentí una gran inquietud. En primerlugar, porque habitualmente simplificamos América, olvidamos que nosreferimos a un continente, no a dos o tres países con característicascomunes, sino a 1 9 países iberoamericanos —sin incluir al Estado LibreAsociado de Puerto Rico y a los países anglófonos y francófonos—. Lo quesignifica que son muy diferentes en geografía, climatología, demografía, etc.Sin contar su historia, que para muchos se reduce a las esperpénticasfiguras de los «Tirano Banderas». Creo que nada mejor que las palabras delescritor chileno Jorge Edwards para sintetizar estas ideas:
«Discursos y ceremonias aparte, el conocimiento real de España porlos países de América, como el de América por España, es pobrísimoy está plagado de prejuicios y simplificaciones>’ (El País, 12 de octubrede 1991).
Incluso las palabras provocan controversias y malentendidos. De qué otramanera podemos enterder que hoy hablemos de Iberoamérica, que incluyea España y Portugal, en lugar de América Latina. Cada concepto tiene queser aceptado en lo que vale, nos guste o no.
En segundo lugar, porque a las puertas del V Centenario del Descubrimientode América ha surgido un ímpetu americanista en nuestro país. Constantemente escuchamos: «Comunidad Iberoamericana de Naciones». Tanto looímos de las más altas autoridades de nuestra nación, que si noestuviéramos atentos a los acontecimientos internacionales en los queparticipa España, creeríamos que la prioridad de nuestra política exterior es
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Iberoamérica. Pero desgraciadamente la realidad es bien distinta. La simplelectura del interesante artículo del asesor del presidente del Gobierno, donCarlos Alonso Zaldívar, titulado «El año que nunca acabó (La política exteriorde España en 1 990)» para el Anuario del CIDOB, nos permite comprobarque nuestra meta es Europa, aunque nunca se olvide a Iberoamérica.Además nuestro Gobierno no está únicamente desarrollando una política deintegración en los organismos europeos políticos, económicos y militares,sino que está defendiendo una política de unión europea en los mismos.Pero no todo es tan negativo, la diplomacia española está intentando en lasreuniones de ministros de Asuntos Exteriores, previas a la Cumbre deMaastricht (Holanda), que la cooperación con Iberoamérica no quede fuerade la declaración de intereses comunes de la nueva Europa. Si hubieseexistido una auténtica Comunidad Iberoamericana, seguramente lo habríaconseguido.
Hemos de reconocer que el interés europeísta no es patrimonio delGobierno, sino que también lo comparte la sociedad española. Hojeando lassiempre reveladoras tablas de las encuentas del Centro de Investigacionessobre la Realidad Social (CIRES), dirigido por el catedrático don Juan DíezNicolás, encontramos, en la que realizó en enero del presente año paramedir la imagen de los países entre los españoles, así como averiguar sugrado de conciencia internacional, que los intereses de los españolesentrevistados se sitúan en los países miembros de la CEE de formamayoritaria —el 68 por 100—; mientras que el resto apenas concentra laopinión de un 7por 100, precisamente el porcentaje de respuestas queseñalan el norte de África como la zona en la que se interesan de.formaprioritaria. Sin embargo cuando analizamos la distancia social respecto a losnacionales de distintos países, podemos establecer la siguente escala de«desprestigio»: Marroquíes (48 por 1 00), gitanos (47 por 1 00), ingleses (35por 100), norteamericanos (29 por 100), africanos (29 por 100), franceses(26 por 100), polacos (26 por 100), rusos (22 por 100), alemanes (22 por100), portugueses (22 por 100), chinos (19 por 100), japoneses (16 por 100),italianos (12 por 100), argentinos (11 por 100) y mexicanos (11 por 100).
Es decir, queremos a los «sudacas», pero no nos preocupamos por ellos.Esa ha sido la política española con América Latina hasta nuestros días. Ynuestro miedo a que continúe en el futuro, una vez pasado el V Centenario.
«Entre la hojarasca de una retórica atosigante, cabe escarbar algunoscontenidos, curiosamente de orden muy distinto según el lado delAtlántico. El iberoamericanismo para España —para continua sorpresade los latinoamericanos, que no se lo acaban de creer— es en extremo
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superficial; lo caracteriza una ignorancia mayúsCula sobre la realidadlatinoamericana, no sólo ya en la sociedad, propensa a abrigar unsinfín de prejuicios sobre los sudamericanos, sino también en losmedios universitarios y científicos. Si comparamos la investigación quesobre América Latina se hace en España con la del Reino Unido,Francia y Alemania, no se podrá concluir que España esté especialmenteinteresada por América Latina. Mayor es el esfuerzo por invertir o paracolaborar en proyectos de desarrollo, pero aquí decide la limitación denuestra capacidad económica y es natural que nuestras cifras sequeden muy por debajo de las de los países europeos más pujantes)).(Ignacio Sotelo. El País 1 2 de octubre de 1991).
Por último, porque las relaciones entre las Fuerzas Armadas de los paísesamericanos son sólo una parte, importante, pero pequeña, de todas lasrelaciones que se pueden y deben producir entre los países iberoamericanos.Y que dependen del desarrollo de las otras relaciones: políticas, comerciales,científicas... para que tengan éxito. Pero que no las podemos excluir de lapolítica de cooperación general por prejuicios, pues ello iría en detrimento deesas relaciones generales. Y para terminar reconozco que impone escribirsobre un tema para el que existe una Secretaría de Estado para laCooperación Internacional e Iberoamérica.
Antecedentes
Aunque tradicionalmente las conclusiones siempre aparecen al final, eneste caso permítanme que encabece este apartado, pues no hacen sinocorroborar lo expuesto en la introducción: la endeblez de las relacionesmilitares entre España y América Latina.
Relaciones militares con los países de América Latina
DESDE FINALES DEL SIGLO XIX HASTA LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Siempre ha exitido un interés mutuo entre ambos continentes. Sin lugar adudas la influencia europea ha sido profunda y persistente, pues no sóloexistía una relación cultural —los intelectuales y grupos elitistas americanosadmiraban la cultUra francesa—, sino también por el flujo inmigratorioconstante —España e Italia, éstos jredominantemente a Arpentina—.Desde el punto de vista político y económico la principal influencia fue laejercida por el Reino Unido, su interés fue obtener ventajas económicas y nola adquisición generalizada de territorios —Las Malvinas no fueron unaregla—, aunque en el Caribe mantuvo pugnas con Estados Unidos hasta elTratado Clayton-Bulwer (185O) según el cuál ninguno de los dos países
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construiría unilateralmente un canal transístmico; a fines del siglo XIX dejaríade competir con Estados Unidos en esa zona Tratado-Hay-Puncefote(1901), por el que los Estados Unidos podían construir dicho canal.
La posición de privilegio del Reino Unido fue socavada, a finales de lacenturia, por Estados Unidos y Alemania. El interés alemán es tambiéneconómico, aunque centrado en la vinculación a los grupos étnicosgermanos de América. Francia ocupó un lugar más marginal, sobre tododespués de sus fracasos en México (1860) y la construcción del canaltransístmico (1888), no llegando nunca a competir con las anteriorespotencias. Portugal mantenía una porción sustancial de su comercio conBrasil, adonde seguía enviando la mayoría de sus inmigrantes. EstadosUnidos consolidá su hegemonía y presencia en el Caribe, no demostando uninterés primordial en América del Sur.
España, después de la guerra de Cuba (1898) intentó introducirseeconómicamente, pero no lo consiguió por su debilidad económica. Ademásla política cultural denominada hispanismo», que afirmaba una comúncivilización hispánica, nunca dispuso de suficientes recursos económicospara desarrollarla adecuadamente.
Pero tratando el aspecto militar, fueron Alemania y Francia las que másinfluyeron en el desarrollo de los Ejércitos sudamericanos, extendiendo asía América su competencia en Europa y las colonias. Así aprovechaban elinterés de los Estados sudamericanos en el siglo XIX de buscar misionesmiilitares extranjeras que los asesoraran y entrenaran. Alemania predominabaen los Ejércitos de Argentina y Chile, mientras que Francia prevalecía enBrasil, Perú y Uruguay, y los dos Estados competían en el caso de Bolivia,Guatemala y Paraguay. Estados Unidos y el Reino Unido mantenían susrelaciones navales esencialmente como empresas comerciales que apoyabana sus industrias de construcción naval.Lógicamente la competencia también afectaba a las empresas armamentísticas europeas, para las que Sudamérica era un excelente mercado.
EL PERIODO DE ENTREGUERRAS EUROPEAS
El Reino Unido continuó ocupando un papel central en América duranteestos años, pero su preponderancia fue decayendo, así a finales de esteperíodo Estados Unidos eran la fuente principal de capital extranjero para lospaíses al sur de Río Grande.
En los años veinte, tanto como el Reino Unido mantuviéron las mismasrelaciones internacionales militares que en los años anteriores. Por ello,
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después de la Primera Guerra Mundial pareció que Francia monápolizaríalas misiones militares de entrenamiento, libre de la seria competencia militarque representaba Alemania en dicho continente, porque el Tratado deVersalles prohibió a Alemania enviar misiones militares e instructores alexterior y abolió todas las instituciones educativas militares que pudieranrecibir militares extranjeros.
Sin embargo el Tratado demostró ser ineficaz, porque Alemania volvió arecuperar la influencia que había tenido. Las relaciones militares alemanasy francesas habían cimentado sólidas bases anteriores a la guerra:Alemania reanudó sus relaciones con Argentina, Bolivia —hasta el final dela guerra del Chaco (1 935)— y Chile y Francia continuó con Brasil y Perú.Hubo paísés como Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Venezuelaque recurrieron a más de una misión militar.
En estos años se producirán algunos hechos significativos:
— Comienzo de las relaciones interamericanas. Los chilenos enviaronmisiones militares a Colombia, Ecuador, El Salvador, Nicaragua yParaguay, Chile y Perú recibieron personal americano en sus institucionesmilitares, transmitiendo las doctrinas aprendidas de sus respectivosinstructores europeos.
— En los años treinta la competencia militar se incrementó no sólo por lairrupción de nuevos países: Estados Unidos, Italia —principalmente enaeronáutica— y el Reino Unido e incluso, España y Suiza, sino tambiénporque se necesitaron más misiones para el desarrollo de la aviación yde las fuerzas de orden público y no como hasta ese momento sólo parael Ejército y la Armada.
— También en los años treinta, Estados Unidos cambiaron, por razonespolíticas, su tradición de contemplar las relaciones militares desde elpunto de vista esencialmente comercial, para contrarrestar la influenciade los países del Eje en América. Durante este período, aquellos paísesque poseían una posición militar influyente tenían importantes ventajaseconórhicas, pues la mayoría de los países de Sudamérica deseabanmodernizar sus luerzas Armadas. Así las transacciones de armamentoestuvieron ligadas a las actividades diplomáticas militares.
DURANTE YDESPUS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
En el período prebélico Estados Unidos conscientes del desarrollo de losfascismos y de su irradiación a América comenzaron a aumentar suinfluencia más allá de su tradicional área caribeña. Con la guerraformalizaron una serie de acuerdos interamericanos multilaterales para la
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defensa hemisférica —excepto con Argentina—, pero como la mayoría delos países no podían defenderse por si mismos, Estados Unidos se hicieroncargo progresivamente de la defensa común, adquiriendo —medianteconvenios— derechos de instalación de bases —aeropuertos y basesnavales—, así como permisos para sobrevolar territorios. Hacia mediadosde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos había reemplazado a todaslas potencias europeas que había actuado en América Latina, siendoademás el mayor socio comercial e inversor de capital.Durante la guerra, Estados Unidos aumentó la asistencia bilateral aciertos países latinoamericanos mediante el programa lend-lease (préstamo-alquiler). La Ley de 11 de marzo de 1941 terminó con las restriccioneslegales a la provisión de armamentos a América Latina. Recordemos queesa Ley fue la que permitió ayudas a los aliados de Estados Unidos másdirectamente involucrados en el frente europeo.Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos articulando supolítica militar en base a la defensa hemisférica común, que terminaráplasmándose en el Tratado de Asistencia Recíproca (Tratado de Río, 1 947).
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta el año 1952 EstadosUnidos careció de un programa bien organizado de Asistencia militar aAmérica Latina, pues el Congreso rechazó las propuestas para organizar unprograma de cooperación militar Interamericano. Sin embargo se siguióvendiendo armamento por medio de la Ley de Propiedad Excedente (1944)y la Ley de Defensa Mutua (1 949). Pero no será hasta la Ley de SeguridadMutua (1951) —aprobada con el fondo de la guerra de Corea— en querealmente se organizase la cooperación militar estadounidense. Esta Leyautorizaba dos clases de misiones militares:a) Grupos de asesores de asistencia militar, que administraban las
transferencias militares siguiendo los Acuerdos de Asistencia. a laDefensa Mutua.
b) Misiones de entrenamiento de servicio que ayudaban, medianteasesoramiento, a entrenar a las Fuerzas Armadas.
Asimismo miembros de las Fuerzas Armadas latinoamericanas comenzarona recibir instrucción en Academias militares estadounidenses —creación dela escuela de las Américas en Panamá, donde las doctrinas militaresestadounidenses se impartían en español—.La Ley de Seguridad Mutua autorizaba concesiones de equipos militarespara países escogidos, según acuerdos bilaterales llamados «Pactos deAsistencia a la Defensa Mutua», en los años cincuenta se firmaron un totalde 1 6 acuerdos con países del continente.
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Al término de la Administración Eisenhower y. sobre todo. en la de Kenhedy-—recordemos la ..Alianza para el Progreso»— la política de Estados Unidosviró desde la defensa hemisférica a combatir la subversión interna enAmérica Latina. Se decidió que el desarrollo económico y social será másfácil en un ambiente de estabilidad política y que la supresión de lasubversión ayudaría a crear esa estabilidad. Así se estimé que los gastosmilitares en áreas no dedicadas a la subversión no estaban justificados. Enel año 1 967. fue aprobada la Ley de Ventas Militares Extranjeras que impusoun límite de 75.000.000 de dólares a las ventas directas de armamento aIberoamérica Además se enfatizaba en la acción cívica de las FuerzasArrnadas y de la ayuda estadounidense.
A finales de los años sesenta, se redujo la presencia militar de los EstadosUnidos. no sólo por las causas expuestas anteriormente, sino también por lapreocupación por otras escenarios: Vietnam.
Cuando Estados Unidos restringió su política militar, los países europeos.que después de la Segunda Guerra Mundial habían tenido una presencialimitada, ocuparon una posición preferente. En un estudio del Departamentode Estado de Estados Unidos (1 973) que evaluó las compras de armamentodesde los años 1966 a 1 973, los países latinoamericanos realizaron el 75 por1 00 de sus compras en Europa Occidental (Reino Unido, Francia yAlemania), mientras que tan sólo el 13 por 100 en los Estados Unidos, elresto: Canadá el 1 0 por 1 00 y Australia el 2 por 1 00. Sólo otra potencia, laUnión Soviética, tenía amigos en América: Cuba y Perú, con este último paíslas relaciones abarcarán desde los años setenta hasta finales de los añosochenta.
Aunque el tope de ventas de armamento estadounidense se eliminé en1974, por motivos económicos. Sin embargo en el año 1976 se iniciaron drásticasreducciones de asistencia militar a América Latina. La Ley de ControlInternacional de Asistencia por la Seguridad y Exportación de Amias (1 976)fue la plasmación de esa política. Para la Administración Carter latransferencia de armas era un instrumento de su política exterior. Losderechos humanos fueron un factor deterHnante en dicha política,prohibiendo la transferencia de armamento a la mayoría de las dictaduras deIberoamérica.
Naturalmente esta política fue aprovechada por los competidores europeos,que continuaron vendiendo armamento, pero no sólo por ellos, sino tambiénpor otros países como Israel y Sudáfrica.
Con la Administración Reagan cambió la política, auhque para ello tuvieraque vencer las resistencias del Congreso. En este período fue vendido
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material muy sofisticado —los F16 a Venezuela—. Se temió que esto seconviertiera en el principio de una venta ilimitada a América Latina, pero nofue así por las dificultades económicas de una buena parte de los paíseslatinoamericanos.
Relaciones militares de España con los países de América Latina
ANTERIORES A LA GUERRA CIVIL
Las relaciones militares de España con América Latina tardaron casi unsiglo en normalizarse tras la independencia americana, pues las pretensionesespañolas en dicho continente durante el siglo XIX y la guerra de Cubainfluyeron negativamente en dicho continente.
No será hasta la década de los años.veinte y más concretamente de losaños treinta de este siglo que encontremos unas relaciones estables.independientemente de hechos concretos como el vuelo del Plus Ultra.Estas relaciones las podemos rastrear a través de las referencias bibliográficas, pues en esos años hallamos muchos autores latinoamericanosescribiendo en las publicaciones españolas. Como ejemplo, en la ColecciónBibliográfica Militar —dirigada por los entonces capitanes Vicente Rojo.futuro jefe del Estado Mayor del Ejército Popular de la República, y EmilioAlamán—, en el tomo XVI, incluyen reseñas muy completas de las revistasmilitares de Alemania, Argentina, Austria, Bélgica. Bolivia, Brasil. Colombia.Cuba, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña.Honduras, Italia, México, Perú, Portugal, El Salvador. Suiza y Uruguay, elexponer toda la relación es para comprobar que no se cernían únicamentea los países más representativos europeos, y que existía un conocimiento dedichas revistas, hoy desgraciadamente no podríamos decir lo mismo.
Siguiendo en la misma Colección, en el tomo XIX. el Memorial del Ejército deChile solicitaba colaboraciones de militares españoles para el mismo. Incluso elorigen de esta importantísima Colección, imprescindible para acabar con tantostópicos sobre la profesión militar antes de nuestra guerra civil, está en unapublicación argentina La biblioteca del oficial, aunque variando elmarco editorial al ampliar el espacio para los escritos originales endetrimento de las traducciones.
Otro ejemplo importante es hojear los índices de la Guerra y su preparación.revista editada por la Dirección General de Preparación de Campaña—antiguo Estado Mayor—.
Pero lo más significativo será la publicación de una nueva revista militar DeRe Bellica, dirigida por el teniente coronel peruano Julio C. Guerrero y el
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general alemán Von Westhoven, publicada en español en Alemania.Resaltamos al teniente coronel Guerrero porque desarrolló una sorprendenteactividad en España, antes de ser agregado militar en Berlín, escribióartículos en la Guerra y su preparación y tradujo y recensionó libros para laColección Bibliográfica Militar. Y es de los pocos militares latinoamericanosque tiene obras en la Biblioteca Nacional de Madrid.El resumen de estas relaciones es la ayuda solicitada por el general VicenteRojo a varios jefes de Estado Mayor latinoamericanos para los militares delEjército Popular de la República que se encuentran internados en Francia altérmino de la guerra civil. Solicitud fundamentada en las relaciones habidasanteriormente.
POSTÉRIORES A LA GUERRA CIVILLas relaciones, excepto con Argentina, quedaron congeladas en los añosposteriores a la Segunda Guerra Mundial por el aislamiento decretado por laONU contra España.Vuelta la normalidad diplomática de la década de los años cincuenta, noprodujo el tan deseado estrechamiento de las relaciones debido al enormepeso que ejercía Estados Unidos y a que España también necesitaba de laayuda estadounidense para modernizar sus Fuerzas Armadas.
Será a partir de los años sesenta en que comience el goteo de jefes yoficiales latinoamericanos para realizar cursos en España, pero aunquesiempre eran bien recibidos, no podemos hablar de un auténtico programade colaboración. Dicho programa no llegará hasta la década de los añosochenta en que e Ministerio de Defensa articule el Programa de AsistenciaTécnica, más conocido como el PAT-FAS. Y no será hasta finales de lamisma década en que se firme el primer acuerdo de colaboración industrialy tecnológica con un país latinoamericano (Argentina).
Estado de las relaciones con Iberoamérica
Creo que nada más ilustrativo que el cudro 1, pp. 74-77, en el que sólo faltala relación de las agregadurías militares españolas en Latinoamérica.Lamentablemente no las hay en todos los países —hay casos justificadoscomo el de Panamá que no quiere agregados militares, Costa Rica en la quenó existen Fuerzas Armadas o el caso cubano que es obvio—, pero no sólohay que valorar las relaciones actualmente existentes, sino las posibilidadesde ayuda futuras y más cuando España, a través de los cascos azules dela ONU (O.NUCA y ONUSAL) está interviniendo en América Central —no seaborda este aspecto, porque es tratado específicamente por el coronelCarlos Echevarría en esta misma publicación—.
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Un indicio es el hecho que la cooperación militar —por ejemplo, en materialde defensa— no forma parte de los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD),sino que depende directamene de los presupuestos de Defensa. Quedaclaro que para cualquier acción en el exterior se necesita dinero.Prácticamente todos los proyectos de entidad con Argentina, Bolivia yNicaragua están congelados por falta de fondos.
Las relaciones entre nuestros países mejorarán si hay dinero. Pero ¿cuál esnuestro conocimiento de la realidad militar latinoamericana?, sinceramentenulo. Hojeando las revistas militares oficiales españolas son escasísimos losartículos sobre Latinoamérica. Si nos acercamos al recientemente creadoCentro de Documentación del Ministerio de Defensa —es de agradecer quese haya organizado un centro en el que todo son facilidades para losestudiosos e investigadores de la profesión militar— comprobaremos que noexisten revistas militares latinoamericanas —excepto la Revista del Ejércitoy Fuerza Aérea mexicanos—, así que si queremos saber algo sobre lasFuerzas Armadas latinoamericanas tendremos que recurrir a revistas civiles:Tecnología Militar, Iberoamericana de Tecnología y Defensa o bien arevistas militares extranjeras como la edición en español de la estadounidenseMilitary Review —revista de la Escuela de Estado Mayor del Ejército deEstados Unidos—.
Hay que reconocer el cambio de actitud de la revista Ejército que desdeantes de la IV Conferencia de Editores Iberoamericanos de RevistasMilitares, celebrada en Madrid este año, está publicando artículos demilitares latinoamericanos en sus páginas. Pero ¿continuará mucho tiempóesta iniciativa? sinceramente creemos que sí. Pero no cabe duda que sedebe apoyar a la revista Ejército en esa iniciativa. En el número de octubredel año 1 991 de la misma revista se nos informaba que «la creación de una“Junta de Editores Iberoamericanos” se vio que estaría plenamentejustificada si prosperaba el lanzamiento de una revista “iberoamericana” enla que colaborásemos todos los países interesados y cuya difusiónalcanzase a la generalidad de nuestros cuadros de mando».
Sin ánimo de menospreciar a nadie, los países latinoamericanos no van apoder dedicar mucho capital a esta empresa. ¿Podremos nosotrosaportarlo?
Surge otra pregunta en nuestro horizonte: el grado de difusión de las revistasmilitares españolas en América Latina. No creo que costara mucho enviarnúmeros gratuitos a las bibliotecas de todos los organismos militareslatinoamericanos.
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Como comprobamos a cada paso en este capítulo, en nuestras relacionescon Latinoamérica siempre aparece el mismo escollo: el dinero. Tenemosbuenos programas como el PAT-FAS, pero es limitado porque sólo cubre laenseñanza y los gastos de estancia —siempre que no hablemos deMadrid—, pero quedan flecos como el pasaje, que a veces obligan arenunciar a los cursos. Dos países han solicitado cooperación en granescala —cuadro 1, pp. 74-77—: Bolivia y Nicaragua, pero esa cooperaciónsupondría organizar algo parecido a la ayuda estadounidense a España enlas décadas de los años cincuenta y sesenta, y la reducción de lospresupuestos ha paralizado todas las acciones, a pesar de las visitas yencuentros mantenidos. En el caso boliviano es doloroso por la enormeinfluencia española ejercida por el general Vicente Rojo, durante su exilio enBolivia, en las aulas de la Escuela de Comando y Estado Mayor del Ejércitoboliviano en Cochabamba.
Pero ¡qué pensar de las esperanzas perdidas con Argentina!, ¡qué pensar delas horas y días de trabajo para lograr el Convenio de ColaboraciónIndustrial y Tecnológica en Materia de Defensa entre los Ministerios deDefensa de la República Argentina y España (1989)!, ¡qué pensar de lashoras y días de trabajo dedicadas a definir los proyectos que tendríancobertura bajo ese Convenio! Antes de tirar todo por la borda, es preciso unmomento de reflexión y más teniendo en cuenta que, por el momento, lasrelaciones militares con Latinoamérica son uno de los campos dondeEspaña puede actuar con más independencia con respecto a organismoseuropeos e internacionales a los que pertenece.
Lógicamente, como conclusión debería realizar algún tipo de propuestas. Eneste caso me complace presentar el Plan de Acción hacia Iberoamérica(PLACIDEF) elaborado por la Dirección General de Política de Defensa(DIGENPOL) del Ministerio de Defensa —ver resumen de uno de susapartados en el anexo—, y me alegra presentarlo como muestra de quemuchos organismos no improvisan, sino que planean. En el primer borradordel Plan se detallaban todas las posibles acciones a tomar, pero los motivospresupuestarios han «congelado» en PLACIDEF que fue terminado el 16 deenero del año 1 991, es decir, con tiempo suficiente para arbitrar las medidasnecesarias.
Como colofón, únicamente desear que el PLACIDEF y s otras iniciativasque se están llevando a cabo cómo la de la revista Ejército tengan un finalfeliz. Lo mismo que desear que cuando acabe el «92», no acaben todos losproyectos del V Centenario no terminados —Proyecto Libertadores (ferroviario), Interconexión Eléctrica de América Central, PROANDES (acciones
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sanitarias y educativas con la UNICEF), Fondo del Banco Interamericano deDesarrollo) y no se cierren las puertas a los proyectos por venir.
Anexo
Plan de Acción hacia Iberoamérica (PLACIDEE)
(Presentado el 1 6 de enero de 1 991 y no puesto en funcionamiento pormotivos presupuestarios).
ÁREAS DE ACTUACIÓN
Como punto de arranque se estima que el Plan debe limitarse básicamentea las siguientes actividades:— Enseñanza: perfeccionamiento (PAT-FAS). Formación. Instrucción.— Intercambios.
Cooperación tecnológica e industrial.— Donaciones y ayudas.
ENSEÑANZA
Comprendería la formación, el perfeccionamiento y la instrucción dealumnos, tanto españoles como iberoamericanos. El Programa (PAT-FAS)será la «herramienta básica y principal» del Plan pues a través de laenseñanza es donde se espera conseguir, sin costes primitivos, losrendimientos más efectivos y duraderos del Plan. A través del organismoencargado de esta actividad, la SEDAM (DIGENEN), se tratará de alcanzarlos objetivos que se especifican más adelante, teniendo en cuenta lassiguientes premisas:— Dar la mayor difusión al PAT-FAS y como primera medida en ese sentido,
se editaría en el menor plazo un folleto explicativo de este Programa.— Se procurarán ampliar y potenciar las ayudas y el número de cursos
ofertados, de modo que se consigan las mayores cotas de asistencia, sintener en cuenta, en principio, limitaciones económicas.
INTERCAMBIOS
Este área de actuación comprende actividades muy diversas que seespecificarán a lo largo del Plan. A grandes rasgos, pueden consistir:«intercambios políticos», que se inscriben en el marco de la política dedefensa al nivel de autoridades del Ministerio de «intercambios militares». Eneste campo es muy importante que exista una coordinación muy estrechade forma que el esfuerzo se aplique en aquellos aspectos y países que más
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convenga a la política de defensa y siempre en línea con ella y enconsonancia también con la política exterior del MAE. La dirección de esteárea de actuación corresponde al propio ministro y en caso de delegaciónal DIGENPOL, aunque serán los Cuarteles Generales los que en mayormedida los lleven a la práctica.
COOPERACIÓN INDUSTRIAL Y TECNOLÓGICA
Otro aspecto básico, con el de enseñanza, de la cooperación. Sin embargo,su desarrollo en los momentos actuales se verá muy afectado e hipotecado,por las graves crisis y la recesión económica en Iberpamérica, razón por laque a corto e incluso a medio plazo, debe esperarse que la aportaciónespañola en este campo será muy superior a la iberoamericana. Noobstante, a largo plazo y apostando por el desarrollo iberoamericano, será loque reporte unos beneficios más tangibles.
Por consiguiente el SEDEE (DGAM) deberá atender este aspecto de lacooperación con Iberoamérica de acuerdo con las diferentes categorías decooperación, que se establecen más adelante, aunque al principio el mayorénfasis habrá que ponerlo en los siguientes cuatro países: Argentina, Chile,México y Venezuela, sin olvido de Brasil, caso de existir posibilidades depoder consolidar la cooperación con ese país de tanto peso y futuro.
DONACIONES Y AYUDAS
Ante el escaso desarrollo tecnológico y los problemas económicos demuchos países iberoamericanos, este área de actuación será, en algunoscasos, necesaria e ineludible. En el corto e incluso en el medio plazosustituirá a la cooperación tecnológica e industrial, la cual no obstante a máslargo plazo se verá beneficiada indirectamente por las gratitudes generadaspor estas primeras ayudas y donaciones. Aquí será imprescindible lacontribución del SEDEE (DIGENECO-DGAM) en la materialización de laayuda.
Bibliografía
No quiero presentar una amplia biografía, sino recomendar la lectura de dos librosmuy interesantes para todos aquellos que quieran conocer las relaciones exterioresde América Latina. »
— G. Pope Atkins. América Latina en el sistema político internacional. Buenos Aires.Grupo Editor Latinoamericano (Colección Estudios Internacionales), 1 991.
— Sudamérica en la década de 1990. El desarrollo de las relaciones internacionalesen una nueva era. Edición preparada por G. Pope Atkins. Buenos Aires. GrupoEditor Latinoamericano (Colección Estudios Internacionales), 1990.
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CAPÍTULO CUARTO
ESPAÑA A CABALLO ENTRE CULTURAS
LAS SOCIEDADES DEL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL
Por EULOGIO SÁNCHEZ NAVARRÓ
El presente trabajo pretende ser un acercamiento a los aspectos y factoresque existen en el contexto del Mediterráneo Occidental, en el que la idea deconflicto y desestabilidad parece estar presente, y una reflexión sobre lapostura española al respecto, como por ejemplo su posibilidad de actuarcomo mediador en las posibles relaciones futuras entre los países de dichoámbito, debido a sus características y peculiaridades al respecto que, enunos casos, parece acercarla al mundo árabe y, en otros, favorecen sudistanciamiento.
Considerando el ámbito de relaciones internacionales entiendo que en losúltimos años se produce un cambio considerable en lo que respecta a lasperspectivas de la sociedad española, en la que Europa y mundo occidentalen general, aparece corno el claro modelo y objetivo a seguir y, el mundooriental, particularmente el magrebí, es dado de lado y al que, como algunosautores señalan, se le da la espalda, nos referimos, más concretamente, alSáhara y a Marruecos donde la presencia española ha sido más relevantey sobre los que centraré básicamente los comentarios que realice a lo largode esta exposición.
Dicho esto podría alegarse que España no es el único país europeo que hatenido unas relaciones o intereses con el denominado mundo árabe. Sinembargo, mi propósil;o es destacar los aspectos que caracterizan a nuestropaís y a nuestra sociedad respecto al resto de los países europeos y, másconcretamente, de los del denominado Mediterráneo Occidental como, porejemplo, Francia e Italia.
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Expondré primeramente los aspectos o factores que considero másrelevantes de España respecto a Europa y al mundo occidental y, acontinuación me centraré en esos mismos aspectos considerados pará conel mundo árabe, pero más particularmente hacia Marruecos y el Sáhara.
Deseo aclarar que este modelo de exposición responde a un intento deresultar más esclarecedor, pero que todo lo expuesto debe entendersedentro de una percepción global y totalizadora con la idea de que lasrelaciones analizadas responden a un proceso dinámico y lleno deinterconexiones y fluctuaciones de multitud de elementos y factores que secrjzan e interfieren en mayor o menor grado e intensidad, y se intercondicionan egún el momento y el espacio. Por tanto, la idea de globalidad ytotalidad debe estar siempre presente aunque el análisis pueda aparecercomo puntual y aislado.
España y el mundo occidental
Aspectos de un acercamiento español hacia el mundo occidental y europeo.Dentro de la dinámica general de la Historia en el contexto mediterráneo hanexistido fluctuaciones Sur-Norte y Norte-Sur de muy diversas intensidades ymotivaciones como, por ejemplo, comerciales, culturales, etc... en las quelas situaciones de conflicto y de guerra han destacado como puedeobservarse en los anales de la Historia y en la que los pueblos y sus culturasse han ido interrelacionando, tomando y cediendo valores y aspectospropios de unas y otros.
Sin embargo, en las últimas décadas, España se ha decantado indudablemente hacia lo que conocemos como Europa hecho que responde, en miopinión, a factores de dependencia fundamentalmente en los ámbitoseconómicos, políticos y tecnológicos entre otros, pero también a aspectosrelacionados con el sentimiento y la ideología conexos con acontecimientoshistóricos como la guerra de África, Primera Guerra Munidal, guerra civilespañola, Segunda Guerra Mundial y procesos de independencia de lospaíses africanos etc. que, en conjunto, favorecen al sentir de España encontra del mundo árabe y a sentir la necesidad de acercamiento al mundoeuropeo y occidental, impulsado por relaciones internacionales de tipobilateral o multinacional según los casos.
Desde una perspectiva histórica podemos observar cómo las relaciones deEspaña y otros países europeos, por ejemplo Francia, han sufrido modificaciones y fluctuaciones rasando de ser un oaís aliado con el que se han
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establecido lazos matrimoniales entre las familias de la realeza de cada país,a ser un país invasor y enemigo como ocurriera con la invasión napoleónica.
Dichas relaciones han cambiado de sentido también con otros paíseseuropeos como Italia, Alemania, Inglaterra, etc... con las consiguientesmodificaciones en las relaciones económicas, políticas, sociales, etc.. y losposibles intercambios e influencias en los mismos aspectos que tambiénhan influido en los intercambios demográficos, en los procesos deindustrialización, en las influencias de tipo político e ideológico, en losaspectos religiosos, lingüísticos y, como no, en los elementos simbólicos, losyalores, las señas de identidad y, en resumen, en la propia percepción de lavida que para algunos llega a configurar la particular forma europea depercibir las cosas cuando se refiere a otras entidades de igual nivel o,puntualizando más, la particular forma de vivir del denominado mundomediterráneo por contrastación con países que ño pertenecen a estecontexto.
Podríamos, sin duda, seguir estableciendo más niveles de comparación yreferencia considerando, por ejemplo, lo particular de los países delMediterráneo Occidental para considerarlo respecto al Oriental, o referirnosa la ribera del sur de Europa para analizarla con los de la ribera africana yseguir reduciendo y complicando esos nivelesde referencia hasta quedarnosal nivel de países o culturas, o tomar como referencia grupos étnicos, tribus,etc... El caso es que siempre encontraríamos elementos de similitud yelementos de diferenciación y que predominaría la idea de diversidad dentrode la unidad sea cual sea ésta, según el caso y el nivel comparativo elegido.
Hecho este inciso debo señalar que consideramos el nivel nacional comopunto de referéncia pues hablamos de España, pero sin olvidar que lasrelaciones se dan también a otros niveles. Continuando en esta línea vemoscómo España es un país de corte occidental, europeo y mediterráneo, peromás particularmente pertenece al denominado Mediterráneo Occidentalpero además es un país con un sistema político democrático y liberal,profesa la religión católica, su población pertenece mayoritariamente a ladenominada raza blanca, el idioma oficial es el castellano que tiene susraíces básicas en el latín como muchos otros . pueblos europeos, y susistema económico responde al modelo capitalista-liberal.
Pero dentro de esas características existen’ aspectos que le hacen diferenteo particular y que en parte pueden explicar su tendencia prooccidental enlas últimas décadas, así, por ejemplo, destacaría su ubicación y característicasfísicas y geográficas que la hacen ser un país diferente a los demás, es el
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país europeo del Mediterráneo Occidental más próximo a las costasafricanas de la cual se separa únicamente 1 4 km, domina totalmente el pasodel estrecho de Gibraltar, salida natural del Mediterráneo hacia el océanoAtlántico, lo que unido a la posesión de las plazas de Ceuta y Melilla le hanconvertido en las décadas pasadas en un país de gran interés geoestratégicoen el contexto mediterráneo aunque no sólo para los países pertenecientesa dicho entorno, como evidencia el interés de Estados Unidos en mantenerrelaciones con España para favorecer el tráfico de su VI Flota.El control del movimiento de embarcaciones, mercancías, y personas dedistintas nacionalidades y propósitos a través del estrecho de Gibraltar,hacen de España un país de marcado interés a nivel europeo pues seconstituye en un puente natural entre Europa y los países del Magreb. Peroson otros muchos aspectos los que han despertado el interés por parte deEspaña hacia el mundo occidental europeo del cual nunca se hadesvinculado realmente, aunque los motivos de las relaciones y laintensidad de la mismas han variado según el momento histórico. Desde elplano político e histórico en general podría considerarse como Españadurante la guerra civil se constituyó en-un campo de experimentación ypreparación para las potencias europeas que se encontraban enfrentadas yal borde de la lucha armada, movilizando fuerzas expedicionarias en unbando u otro de los que se constituyeron en España.
Los acontecimientos y el modo en que terminó la contienda con el triunfo delgeneral Franco y las tropas nacionales, apoyadas por alemanes e italianosque simbolizaban el totalitarismo y el fascismo, frente a las tropasrepublicanas, apoyadas por el resto de las potencias europeas que seconsideraban liberales y democráticas, así como el apoyo del generalFranco a las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial con lafamosa División Azul, supusieron un factor de distanciamiento y diferenciaciónde España respecto al resto de los países europeos durante ese período quehizo quedar a España relegada y distanciada de los procesos dereconstrucción y desarrollo en diversos ámbitos, por ejemplo, el sistemapolítico español, de carácter dictatorial y autárquico, era rechazado por lospaíses europeos y occidentales vencedores de la gran contienda munidal, locual supuso un freno para el proceso de integración en Europa, además lasayudas americanas de la posguerra a los países europeos no favoreció deigual modo a España, lo que unido al hecho deque tras la guerra civilespañola los países que podrían haberla ayudado a levantarse se dedicarona hacer su propia guerra con las consiguientes repercusiones a todos losniveles.
En un segundo plano se pueden analizar los aspectos relacionados con elalto proteccionismo estatal respecto a la empresa y a la economía nacional
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en general que, en parte, dificultó un acercamiento al proceso europeo, loque unido a las grandes obras de carácter infraestructural como pantanos,puentes, carreteras, etc... propios del período franquista mantenían muchamano de obra ocupada pero no favorecía la constitución de empresasprivadas que pudieran resultar competitivas en el ámbito europeo.
Los planes de apoyo a las familias numerosas favorecían el impulso ycrecimiento demográfico que no tendría expectativas laborales a medioplazo como ocurriera en los años sesenta al no existir una industria y unasentidades láborales suficientes para absorberla, lo que unido a los procesosde desarrollo y crecimiento industriales de los países europeos favoreció losgrandes movimientos migratorios de los españoles hacia los paíseseuropeos más próximos y prósperos surgiendo los fenómenos de movimientode mano de obra no cualificada y barata para estos países, pero a su vezsupuso un flujo de divisas que, en parte, ayudarían a España a despegar.
También los contactos entre estos españoles residentes en estos paísescon los habitantes de los mismos tenía sus peculiaridades y característicaspropias de este tipo de emigraciones que se repiten en otros contextos ymomentos, como son las dificultades de adaptación, la no integración yrechazo social, la marginación y configuración de gueto, el autoaislamiento,que favorecía las relaciones endogámicas, los problemas a nivel lingüístico,a nivel cultural y respecto a los valores y señas de identidad, etc... Pero, porotra parte, favoreció la toma de contacto con ese otro mundo de los paíseseuropeos, los hijos de los primeros emigrantes empezaron a aprender elidioma local, a adcluirir una educación y formación laboral y profesional que,en muchos casos, les serviría a su regreso a España para adquirir un buenpuesto de trabajo pero, además para introducir esa forma europea detrabajar. También se dieron algunos matrimonios mixtos aunque puntualespero que favorecieron el acercamiento en el plano sentimental.
Otro aspecto importante de las relaciones con Europa se desarrolla en elsector turístico que hace de España un país ideal para viajar y veranear a losojos de los europeos, que ven en nuestro país no sólo un lugar radiante ysoleado, sino barato y curioso, diverso y peculiar, con gentes alegres eingenuas, con bellos y pintorescos parajes y rutas. Todo ello, en conjunto,constituye un acercamiento del europeo hacia Españá aunque basado enuna relación inicialmente disimétrica, en la medida en la que el europeoencuentra en España un vergel, pero la relación con el lugareño esbásicamente de servilismo y explotación pues, aunque no ofrece unexcelente servicio resulta, sin embargo, enormemente económico. Esta
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relación resultará, a la larga, provechosa para España pues el turismo nosólo se constituye como una de las más importantes fuentes de ingresospara nuestro país, sino que favorece el desarrollo e incremento del sectorservicios. Además favorece un intercambio y acercamiento en otros nivelesinterculturales, a la larga, pues permite al europeo no sólo conocer anuestros pueblos y paisajes sino, nuestras costumbres, nuestros valores,nuestros productos y, en general los aspectos positivos de nuestro mundodecidiendo, en muchos casos a esos visitantes circunstanciales a invertir ennuestro país de muy diversas formas y en muy diversos grados adquiriendo,por ejemplo, la costumbre de veranear con regularidad en determinadaszonas de nuestra geografía llegando a adquirir residencias, lo que favorecea largo plazo las relaciones humanas, el acercamiento a la lengua y laaproximación a un nivel sentimental entre esos miembros de culturasdiferentes, o invirtiendo indirectamente al animar a conocidos y familiares aviajar a nuestro país e incluso a empezar a entablar relaciones comercialesde muy diverso tipo, como por ejemplo, potenciando el comercio deproductos locales como cítricos, legumbres, aceite, etc... o. demandandomano de obra en fechas determinadas como los famosos movimientos parala vendimia francesa. -
En conjunto todos estos factores favorecieron el acercamiento entre Españay los españoles con los paíss europeos y los ciudadanos de dichos países.
Pero en otro plano se dan otras relaciones y factores que favorecen o enalgunos casos imponen un acercamiento español respecto a ese mundooccidental, así por ejemplo la clara dependencia tecnológica, hace queEspaña tenga. que mirar hacie el modelo europeo, para su desarrolloindustrial y económico en cuyo campo se da una clara relación disimétrica,necesitamos la tecnología y los modelos económicos occidentales, o porextensión de los países avanzados, para que nuestros productos resultencompetitivos en el mercado europeo, un claro ejemplo de esto lo muestra elsector automovilístico, o el de la informática, etc...
Un proceso en parte similar se da en el relacionado con el lenguaje, puesaunque el castellano sea una lengua nuy difundida a nivel mundial, sinembargo, en el ámbito europeo y en el del denominado mundo desarrolladoy avanzado juega un papel poco relevante. Así los españoles se venobligados a aprender en un período histórico concreto el idioma francés,condicionado por diversos aspectos de las relaciones con este vecino paísfundamentalmente en el ámbito económico, como aspectos relacionadoscon el turismo, las exportaciones, etc. y por otros factores como la
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proximidad geográfica que podía hacerle parecer como más semejante yallegado en el plano del complicado mundo de los sentimientos y los valoressimbólicos, también el hecho de que junto a las lenguas italiana, oportuguesa resulta un idioma más asequible para el castellano parlante porrazones puramente lingüísticas, por poseer raíces comunes y los posiblesnexos de identidad que esto pudiera suponer frente a otras lenguas másdistantes y que encierran mayor dificultad de asimilación para el españolcomo pudieran ser el alemán o el inglés.
Sin embargo se da un segundo proceso en el ámbito de la lengua quesupone un giro hacia el inglés como idioma a estudiar, éste se introduce ennuestro país, corno en muchos otros, de una forma absoluta en las últimasdécadas debido a diversas razones y condicionado más por el proceso deinvasión del mundo anglosajón a través del «gran coloso» americano quepor los representantes del Reino Unido. El proceso es impulsado comosabemos por el bombardeo de los anglicanismos a través de los medios decomunicación, el mundo de la música y el espectáculo, de los avancestecnológicos y comerciales, de la dependencia en el campo de lainformática, que se escribe en inglés. También los manuales y referenciasen el contexto armamentístico del denominado bloque occidental tiene unclaro predominio del inglés como idioma funcional. Pero además el inglés esuna de las lenguas oficiales, por no decir la predominante, en todos losorganismos, congresos y acontecimientos de ámbito internacional e inclusoeuropeo...
El español, como incluso el ruso, o cualquier ciudadano del mundo estáhaciendo, debe aprender el inglés si quiere viajar, o mantener relacionesfuera de su particular contexto lingüístico. El español debe aprender el ingléssi quiere occidentalizarse, si desea engancharse en el proceso de desarrolloque viven los países denominados avanzados, pues a través de estesegundo idioma a. nivel coloquial, pero primer idioma en el plano económicoy otros planos señalados, se adquiere una nueva y particular forma depercibir las cosas, una percepción occidental, diferente característica delmundo considerado desarrollado y avanzado.
El factor religioso es un factor más a considerar en el tema que nos ocupacomo podemos observar en los acontecimientos internacionales e inclusolocales que se están desarrollando en el mundo. Dentro de los grandesmovimientos religiosos que permiten ser puntos de referencia paradiferenciar a los hombres, o más concretamente a los pueblos o culturas,podemos considerar que el cristianismo, judaísmo, islamismo y budismo,son las religiones de mayor consideración para establecer esos referentes.
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Como sabemos la religión predominante en España es la cristiana al igualque sucede en el resto de los países europeos y en general en el mundooccidental, esta característica permite establecer un cierto nivél deproximidad y aportar nexos de identificación común, independientemente delas diferencias que, como sabemos, existen en la concepción formal de losdistintos países al respecto, diferencias que en casos y momentosconcretos, como sucediera en las famosas guerras religiosas en tiempos deCarlos y contra los movimientos protestantes, o como losconflictos entre lossectores católico y protestante que persisten en Irlanda, donde predominanlos aspectos diferenciadores a nivel religioso aunque sin duda quedanrelegados a un segundo plano factores y aspectos de otro ámbito pero nopor ello menos importantes, sin embargo, aparecen como diferenciadoresdentro del marco de la religión cristiana, pero si nos elevamos a un nivelsuperior de análisis, el «ser cristiano>’ sirve como punto de referencia y nexode unión que otorga una particular percepción del mundo frente a la queofrecen las otras grandes religiones.
Así pues independientemente de las diferencias existentes entre losdistintos países occidentales relacionadas con la religión el profesar en suconjunto más general y de forma mayoritaria la religión cristiana en el fondolas aproxima más que las separa pues aspectos como la percepcióndicotómica del mundo, que la caracteriza, donde lo terreno y temporal por unlado y lo espiritual e intemporal por otro aparecen escindidos y pertenecena niveles distintos, son aspectos que unen en el plano mental de losindividuos y sirve al menos como un factor de acercamiento para los quecomparten dichas ideas frente a aquellos que, como por ejemplo losmusulmanes, no comparten dicha percepción del universo.
España por tanto busca en el modelo occidental y particularmente en eleuropeo su guía ‘y referencia, quiere participar de la dinámica y procesos deese particular mundo, integrándose cuando puede en los organismos yentidades de orden internacional que le permitan engancharse al «tren’> delos avances y progresos del denominado mundo moderno, avanzado,desarrollado, industrializado, próspero y fuerte como se considera al mundooccidental por excelencia, frente al resto de los países que constituyen eldenominado mundo subdesarrollado, o en vías de desarrollo, donde parecenprédominar la miseria y el desorden en general.
España desea formar parte de forma absoluta de ese primer grupodeterminado y próspero y para ello recurre a todos los aspectos que le
• puedan identificar con él y abrirle las puertas para integrarse de forma totaly participar de su particular modus vivendi. Para ello no duda, o en algún;
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caso, es empujada a ingresar en organizaciones de carácter militar como laOTAN, o establecer relaciones bilaterales como por ejemplo las establecidascon Estados Unidos y participar así de forma implícita en la configuración debloques en el ámbito mundial según el caso bien en el aparentementedesaparecido binomio Este-Oeste o en el que parece predominar en laactualidad Norte--Sur, pero integrándose en el bloque correspondiente alámbito occidental como se evidencia en el plano económico con su recienteingreso en la CEE.
De igual modo se pueden observar tendencias similares en el plano políticopues la dinámica al respecto desde los años setenta con la búsqueda demodelos democráticos y multipartidistas. Así como el predominio delsocialismo democrático en las instancias gubernamentales le hacenparticipar sin duda de los modelos predominantes en el mundo europeo.
También la consolidación de la sociedad española en el proceso consumistacaracterístico de los modelos capitalistas es de destacar para observar eseproceso de occidentalización y desarrollo.Los fenómenos demográficos son también de interés, así la tasa denatalidad se asemeja ya a la de los países europeos consideradosavanzados, el modelo familiar es copiado igualmente y la religión católicapierde su premorninio absoluto al establecerse la libertad religiosa con lasconsiguientes repercusiones en el ámbito familiar.
El papel de la mujer en la sociedad española se ve modificado igualmente,pues empieza a ocupar un lugar diferente e integrarse en el mundo laborale intelectual. Los procesos migratorios cambian notablemente y Españapasa de ser un país exportador de mano de obra barata a ser un paísreceptor de la misma, procedente, en una primera instancia, de los paíseslatinoamericanos y en la actualidad de los países del norte de África y deldenominado África Negra, en lugar de ser, como hasta hace poco, un mero«puente natural», un lugar de paso entre África y Europa.
España sé constituye como una nueva «frontera» europea frente aldenominado Tercer Mundo y frente al mundo magrebí, tal y como evidencianlas actitudes gubernamentales con el establecimiento de la obligatoriedadde visados para entrar en nuestro país, lo que sirve, a su vez, de freno y filtropara acceder al resto de los países europeos a los ciudadanos de lospueblos magrebíes. Estos por otra parte, empiezan a constituirse en lamentalidad española como una amenaza algo más que latente como ocurríahasta ahora, pues hoy ya les vemos la cara en nuestras calles y ciudades yel sentimiento racista y xenofóbico toma otros niveles en el sentir del puebloespañol.
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Igualmente debemos considerar los posibles movimientos migratorios deorigen en los países del Este, aunque éstos parecen menos fuerte ypreocupan menos a los españoles por diversas razones entre otras, sonmiembros de la denominada raza blanca, profesan un cristianismo, enalgunos casos, más «profundo>) que los propios españoles, sus niveleseducativos y capacitaciones profesionales suelen ser elevados y, además,esos países se encuentran a gran distancia en el pensamiento del puebloespañol.
En conjunto, y según lo expuesto hasta ahora España parece integrada enese mundo occidental por multitud de factores e intereses pudiéndose decir,en términos generales, que participamos de ese particular modo deentender y concebir las cosas del mundo en cuestión, sin olvidar, noóbstante, la existencia y aceptación de las diferencias y peculiaridades quecaracterizan a cada uno de esos países que constituyen ese mundooccidental entendido en términos de globalidad.
España y el mundo árabe
En este apartado intentaremos reflejar aspectos relacionados con eldistanciamiento de España respecto al mundo árabe y al mundo magrebí,especialmente Marruecos y el Sáhara con quienes ha mantenido relacioneshistóricas por todos conocidas. España se aleja de este mundo con el quetiene, en el fondo, bastantes nexos de unión y que está, sin duda, presente,en una u otro medida, en la mentalidad de los españoles, a su vez España,o al menos parte de ella, está presente en el pensamiento de los pueblos delmundo árabe que les recuerda, con nostalgia, la grandeza de otros tiempos,en el añorado Al-Andalus, como refleja, en mi opinión el escritor de origenlibanés Amin Maalouf en su obra León el Africano.
Por todos son, sin duda, conocidoslos aspectos históricos que nos unen conel mundo árabe, no sólo debidos a la ocupación que sufrió España que duró,como sabemos, unos ocho siglos, lo cual supuso un intercambio culturalentre esa cultura extranjera y la predominante en la Península, pues aunquelos pueblos que entonces vivían en ella consideraban al árabe como invasory no se identificaban con él como hicieran con los romanos, sin embargo, laconvivencia durante tantos siglos supuso un proceso de arabización en losmás diversos niveles.
Para algunos pudo ser la tolerancia con la religión de los vencidos, por partede los musulmanes, un factor a destacar en el caso de la ocupación de lapenínsula Ibérica pues permitirá, en una primera instancia, una cierta
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convivencia que facilitará un resurgimiento y reorganización de loscristianos en torno a esa bandera que, en ocasiones, ha sido la religión, paraen este caso, enfrentarse al «otro» y expulsarlo por profesar, entre otrascosas, una religión que es distinta y falsa a los ojos del cristiano.
Sin embargo, son muchas las consecuencias que suponen dicha ocupacióny que nos caracteriza y diferencia respecto al resto de los países europeos,no olvidemos que la península Ibérica fue el único territorio de la actualEuropa moderna ocupado, casi absolutamente, durante tan largo tiempo, porel pueblo árabe. Los rasgos de influencia son muy diversos y destacan enmuy distinto grado, como evidencian aspectos de la lengua, el folclore, lagastronomía, arquitectura, agricultura, y diversas obras literarias, en los quepodemos encontrar aún hoy la impronta de ese período de nuestra historia.
Un aspecto a señalar, en lo referente a la historia más reciente, nospermitiría, profundizando en ella, aclarar algunos aspectos en el orden delsentimiento y de las percepciones en pro o en contra del mundo árabe en elpensamiento de los españoles. Me refiero, concretamente, al períodocomprendido entre las guerras de África, cuando nuestro país luchaba enese complicado momento histórico por mantenerse como una potencia deprimer orden y contrarrestar, en la medida de lo posible, sus fracasos en elcontinente americano, recordemos el incidente del Maine en el año 1 896que supuso la guerra con Estados Unidos y las pérdidas de colonias comoCuba y Filipinas. España buscará su parcela en el reparto del continenteafricano con las famosas Campañas de Africa que se prolongarán, endistintas fases, hasta entrado el siglo XX y que estarán salpicadas deacontecimientos y hechos que calarán en el profundo sentir del puebloespañol creándose, en conjunto, un sentimiento de rechazo hacia el puebloárabe por extensión de las consideraciones respecto al «moro».
Será fundamentalmente entre aquellos que no participaron directamente enla contienda, pero que oído hablar de ella y sufrían por los seres queridosque marchaban «‘tan lejos» sin saber muy bien por qué, para enfrentarse aunos seres «despiadados, crueles, ruines, falsos, sucios y bárbaros», comomás o menos los definiría cualquiera de los que sufrieron en la retaguardiaespañola debido a los tristes acontecimientos, como los de la SemanaTrágica de Barcelona en el año 1 909, acaecidos por la decisión delGobierno de Madrid de llamar a los reservistas para sofocar la rebelión delas cabilas en las proximidades de Melilla, a causa de los trabajos de lacompañía española de minas del Rif, al evacuar el mineral de hierro hacia elpuerto de Melilla.
Los desastres del barranco del Lobo en el año 1 909 y el de Annual en el año1921 contribuyen, entre otros, a incrementar, si cabe, el desprecio de la
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población española frente al pueblo árabe, sin entender ni profundizar en losfactores e intereses del momento, tanto económicos como políticos, etc... delas grandes instituciones españolas o el propio interés de los militares porbuscar una forma de elevar su moral y limpiar su honor y malestar, fruto delos acontecimientos en las colonias americanas. Tampoco conocían ovaloraban la desastrosa forma de organizar la campaña, ni el mal hacer delos mal equipados y preparados militares del momento. Por lo que, enconjunto, se produce una sensación de desprecio y rechazo frente al «moro»al que se culpa de todos los sucesos.
Siguiendo el proceso histórico es importante destacar el hecho de que en laguerra civil española el levantamiento se ¡niciara en el norte de África, desdedonde partieron las tropas españolas denominadas nacionales, fortalecidascon un componente de tropas musulmanas, lo que tuvo, sin duda, susrepercusiones en el sector republicano, en cuyas mentalidades podíainterpretarse, a nivel simbólico como una nueva invasión del mundo árabe y,por asimilación, de las ideas de la barbarie y el caos.
Además en el transcurso de la contienda, las andanzas de las tropas«moras», su comportamiento y actitudes contra las tropas enemigas y lapoblación civil fueron, en parte, ensalzadas y utilizadas como un factor máspara crear la incertidumbre y el miedo en las líneas enemigas, comosabemos se realiza en la denominada estrategia de la guerra psicológica.Las tropas «moras» utilizadas como fuerzas de choque, jugaban unimportante papel fomentándose en la opinión pública un rechazo frente aesas fuerzas «mercenarias» y, por extensión hacia la cultura y el mundoárabe, sin duda desconocidos.
Los factores geográficos y físicos con sus connotaciones estratégicas yeconómicas son también relevantes en este análisis. La proximidad deEspaña con el norte de África y. su configuración como puente natural,hacen que España haya tenido y siga teniendo una importancia específicaal tratar los temas del Mediterráneo Occidental.
España ha sido y sigue siendo un lugar de paso obligado para las personasy las mercancías que circulaban en uno y otro sentido entre gran parte deEuropa y el mundo magrebí. Todos tenemos conciencia del fenómenomigratorio de los meses de verano cuando los trabajadores del norte deÁfrica que residen en los países europeos retornan en sus vacaciones a suslugares de origen para ver a sus familiares y amigos, portando con ellos susenseres y familias, formando una caravana interminable de vehículossobrecarQados y, en muchos casos vieios y maltrechos, creando problemas
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circulatorios, lo cual unido a la reticencia de los mismos a frecuentarestablecimientos hosteleros de la carretera fomentan, sin duda, un sentimientode rechazo hacia ellos por parte de la población española, sin que éstaatienda a los problemas con que se enfrentan dichos viajeros comocarencias de infraestructuras adecuadas, falta de información, abusos enlos precios en los establecimientos comerciales e incluso timos en laexpedición de billetes para los ferrys. A ello debe sumarse el hacinamientoque se producía en los puertos de Algeciras, Ceuta y Melilla que suponían unfactor importante para crear un cierto rechazo hacia la población magrebí.
Sin embargo, las medidas tomadas por las instituciones correspondientes enlas que ha predominado el raciocinio y la organización, creando lugares dedescanso apropiados en la ruta habitual de los viajeros señalados,estableciendo puntos de venta de billetes de barco, reconocidos, indicacionesen árabe y unos lugares de descanso apropiados, así como una planificaciónde los horarios de entrada y salida de los ferrys han hecho que muchos delos problemas anteriormente descritos se subsanaran o, al menos, disminuyeran demostrando que muchas de las consideraciones negativas y derechazo que se generaban respecto a esos traseúntes circunstanciales, nose debían a su propia condición cultural y su origen’ musulmán.
En el ámbito geográfico y económico es igualmente relevante el hecho deque a nivel internacional y más concretamente europeo, los países delMagreb se constituyen como competidores de España, al ser exportadoresde reductos agrícolas hacia los mercados europeos con los que, enocasiones, se reproduce un antiguo vínculo colonial que prevalece pese a laindependencia de estos países, la dependencia económica con respecto ala antigua metrópoli sigue siendo básica para estos países.
Así pues, la producción de cítricos, frutas, verduras, productos del mar, porparte de los países del Magreb, son un elemento de posible descontento ytensión para los sectores españoles que se ven amenazados al respecto, asícomo por los desagradables acontecimientos y fricciones con los pesquerosespañoles que faenap en esas costas siendo un foco de tensión.
Otro aspecto en la misma línea lo ocupa el sector turístico que estásurgiendo en los países del Magreb, a los cuales empezaba a asistir granparte del turismo que tradicionalmente acudía a nuestrs costas, debido alencarecimiento del sector turístico español y al hecho de que en las costasmagrebíes se ha producido un fuerte incremento de las inversioneseuropeas que ha provocado una afluencia turística cada vez mayor, queincluso ha desviado al propio turismo español hacia estos lugares. En las
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últimas fechas, los acontecimientos de la guerra del Golfo han frenado enbuena medida esta corriente.
En el sector comercial, España empieza a establecer unas relacionesasimétricas en el perídodo del denominado protectorado español de losterritorios del hoy Marruecos y Sáhara, donde la explotación de mineralestales como los fosfatos favoreció a la economía española y no en la mismamedida a las tribus y cabilas que entonces ocupaban dichos territorios. Porotra parte, como expuse anteriormente, parece que fue el incremento de laactividad comercial y minera de las empresas españolas la que generó, dealgún modo, el descontento entre las cabilas y el levantamiento agresivocbntra los, hasta el momento, tolerados explotadores españoles.
En el plano físico la presencia de España en Ceuta y Melilla, consideradaspor Marruecos como territorios que les corresponden es, sin duda, unimportante foco de tensión, pues además de los intereses territoriales quepuedan suponer también son significativos en el ámbito emotivo ypsicológico del mundo árabe, no en vano son los últimos reductos quepersisten del período colonial, y son elementos utilizados por los sectoresriás radicales y nacionalistas del Magreb para exaltar a la opinión públicamusulmana en contra de la presencia española en dichos enclavesaludiendo para ello que se constituyen como símbolos del dominio europeoy occidental, de la opulencia y el mundo opresor en los territorios que, en suopinión, les pertenecen históricamente, son para ellos símbolos de humillaciónque favorecen a su autoconsideración de inferioridad.
Por otra parte, las cuestiones de defensa y conflicto en el sector magrebíque atañe a España, no son considerados como primórdiales en losacuerdos de la OTAN dejando a España sola respecto a los focos de tensiónque realmente parece que puedan afectarle, aunque en los últimos años lapreocupación por los temas del mundo árabe, en general, y del Magreb, enparticular, han empezado a cobrar mayor importancia en el escenario de lasrelaciones internacionales del conjunto europeo condicionando, sin duda,por la caída del muro y el derrumbamiento de la amenaza del Este, con loque las posibles tensiones entre el denominado Norte-Sur empiezan aocupar un papel predominante motivado, además, por el incremento de losmovimientos migratorios de estos países que compiten con los procedentesde los países del Este. También por la importancia de los movimientosreligiosos del mundo árabe con los integristas y sectores más fanáticos, quecontribuyen a la formación de grupos terroristas, de gran preocupación parael mundo occidental, por su carácter desestabilizador que atenta contra losprinciDios de toda sociedad del mundo desarrollado y moderno.
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Aunque, por los acontecimientos más recientes los temas del mundo delEste vuelven a cobrar gran interés en el escenario mundial.
Los movimientos de los países del Magreb, con pretensiones de cooperaciónentre ellos, como la Unión del Magreb Árabe (UMA), pueden favorecer elsentimiento de temas entre los países o las gentes de Europa. Pero a esterespecto, diré que son muchas las especulaciones y consideraciones porparte de los expertos que consideran al mundo árabe como aparentementehomogéneo y unido se caracteriza precisamente por su diversidad yheterogeneidad, donde las relaciones entre sí no han proliferado, manteniéndose, sin embargo, unas relaciones verticales con las antiguasmetrópolis, pero dirigidas y orientadas por el interés de. estas últimas.No obstante, dentro de esa heterogeneidad existen unos rasgos generalesque caracterizan, en mayor o menor medida, a estos países y los constituyecomo centros de inestabilidad; así ninguno de ellos es autosuficiente en suproducción alimenticia, no poseen un comercio intermagrebí desarrollado,su economía depende básicamenfe de factores naturales, sus circuitoscomerciales están condicionados por los circuitos europeos, los precios desus materias primas tienden a decaer, poseen un endeudamiento generalizadoy son países incapaces de fomentar un ahorro adécuado para crear unaadecuada infraestructura de progreso.
Poseen una enorme tasa de desempleo por las disimetrías internas en tornoa las tasas de crecimiento de la población que determinan una sociedad conun enorme componente juvenil en demanda de educación y puesto detrabajo, lo que se une a una disimetría en la distribución de la población quese hacina en las ciudades abandonando el ámbito rural lo que incrementalos posibles focos de tensión interna por la inadecuación y carencia deinfraestructura de dichas ciudades para absorber tal afluencia de población.Suelen poseer un sector público muy desarrollado y un peso específico delaparato burocrático, administrativo y político sobre la economía. En el ámbitode la distribución de la riqueza y estratificación social también se dangrandes diferencias respecto al mundo europeo pues, predomina unaestratificación social poco vertebrada con popos ricos y muchos pobres.
Un Estado hipertrofiado con una persistencia del poder de los clanes y tribusno favorece al sistema político, además persisten, en parte, el autoritarismoy la tutela de los dirigentes que se apoyan en el ejército y en los clanes. Elcaso marroquí es quizá peculiar en este aspecto, pues en la persona delMonarca confluyen los poderes político, económico y religioso lo quesupone una enorme dificultad para una posible transición hacia los modelosmás occidentales.
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En el ámbito económico y estratégico se da también el caso de que ningunode los paísesmagrebíes es productor de armamento, con lo que debido a lastensiones latentes o expresas entre los mismos países obliga a invertir granparte de sus presupuestos en sus ejércitos y armamentos, creciendo de estaforma su endeudamiento y desviando una gran cantidad de sus riquezashacia sectores que no favorecen su desarrollo industrial y económico engeneral, creando una cierta sensación de temor y de desconfianza entrealgunos de los países europeos.
Aspectos demográficos
Son un factor claramente diferenciador entre España y los países delMagreb. Como señalé anteriormente España se ha integrado en esteaspecto en los procesos predominantes en los países europeos másavanzados, con una notable disminución en las tasas de natalidad y unareestructuración en el modelo familiar. Así como en la distribución de lapoblación. Y aunque siguen existiendo grandes concentraciones de poblaciónen las grandes urbes y los pequeños pueblos van siendo paulatinamenteabandonados, sin embargo las ciudades, denominadas de provincias,absorben gran parte de su propia producción demográfica, cuyo descensofavorece una mejor y más fácil asimilación de la misma junto con el hechode que los movimientos de retorno de emigrantes españoles anteriormenteubicados en el extranjero no son tan notables como en fases anteriores.
Los movimientos migratorios generales en el ámbito que nos ocupa son otrofactor claramente diferenciador, pues España ha pasado de ser un paísproductor de emigrantes, permanentes o circunstanciales, que constituíamano de obra barata para países más desarrollados, a ser como digo unpaís receptor de dicha mano de obra que procede fundamentalmente depaíses africanos, que constituyen para nuestra sociedad lo que en algunoscírculos se ha considerado como una nueva clase social denominada«subproletariado» con los consiguientes problemas que esta toma decontacto con ese «otro» extranjero y de diferente origen cultural y étnico, quefavorece en algún caso el surgimiento o afloración de sentimientos racistasy xenofóbicos que pudieran no existir, o encontrarse en todo caso latentessiendo negados por la población española al no existir por parte de ésta uncontacto real y directo con ese «otro» diferente.
Pero el problema de la «amenaza demográfica» debe ser considerado, en miopinión, como un problema fundamentalmente de desarrollo, pues potenciandoy favoreciendo el desarrollo de los países de origen de dichos emigrantes se
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evitaría así la nec ‘,sidad de hacerlo. Otro aspecto de este plano humano esla no homogeneidad étnica del mundo árabe pues aunque pueda parecerdesde nuestra perspectiva que sí se da una cierta homogeneidad, sinembargo existen diferencias notables, pues incluso en un país comoMarruecos confluyen dos grandes grupos étnicos, el bereber y el denominado,en términos generales, árabe, los cuales a su vez poseen ciertas diferenciasinternas de carácter lingüístico. El pueblo bereber, por ejemplo posee unafuerte identidad propia y reivindica su ser diferente, llegando a tener unacierta representatividad en el contexto marroquí.
Aspectos lingüísticos
Los países, o más concretamente los individuos que los habitan, del mundomagrebí, se caracterizan en cuanto a la lengua por un marcado bilingüismoo plurilingüismo, donde en el contexto que tratamos el francés como lenguaocupa un lugar relevante, de forma que su uso llega al menos a igualarse alárabe, debido a factores históricos y coyunturales, es la lengua de lacolonización, mayoritariamente usada en los medios de comunicación, enlos niveles bucrocráticos y administrativos, en las actividades de representación política, así como en las relaciones comerciales con el exterior. Estefenómeno de invasión lingüística ha supuesto sin duda un problema para elpueblo árabe magrebí pues contribuye a la desorientación y a la pérdida delas señas de identidad más profundas de los pueblos a los que se impone.
Por otra parte, en la actual dinámica internacional, el inglés aparece como lalengua económica y tecnológicamente dominante, lo que puede suponer unproblema añadido para el desarrollo de los pueblos que tratamos.
Sin embargo el árabe es la lengua propia de estos pueblos, pero debemosconsiderar la diferenciación entre el denominado árabe «culto» que es elárabe escrito, el coránico, que se constituye como una lengua sagrada einmutable, a través de la cual se transmite la Sha ría, la ley del islam que rigetodos los aspectos de la vida musulmana, y que se constituye en algo másque un mero código de comunicación en el pensamiento árabe. Debemospor tanto respetar esta lengua si deseamos entender y respetar al puebloárabe. Es además el árabe que se enseña en las escuelas y posee una grancomplejidad para el pensamiento occidental, pues entre otras cosas seestructura formalmente de derecha a izquierda y los textos empiezan por loque para nosotros sería la parte final de los mismos, éspectos que aunqueaparentemente anecdóticos e irrelevantes son una muestra más de laestructuración mental de este pueblo árabe y que constituyen un verdadero
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problema al intentar acceder a él o a la inversa, aunque parece que ellos hanpodido asimilar con mayor facilidad nuestra estructura lingüística comoevidencia el extendido uso del francés.
Sin embargo existe un segundo orden a nivel lingüístico respecto al árabe,me refiero al denominado árabe dialectal que se caracteriza por lasdiferencias fonéticas que se dan entre los árabeparlantes de diferentescontextos, lo que dificulta la comunicación en términos globales entre esosgrupos diferenciados, lo que les obliga en ocasiones a recurrir a idiomasexógenos como el francés en detrimento de su propia identidad común.
Tampoco debemos olvidar la presencia dél «bereber» como lenguaparticular de ese grupo étnico que se caracteriza por su ausencia deexpresión escrita y es por tanto una lengua de transmisión únicamente oral,con las connotaciones en el ámbito emotivo que esto puede suponer, lo quese constituye como un factor diferenciador en el mismo y un elementoreivindicativo de estos grupos bereberes, de la cual dicen que es a su vez«su fuerza y su flaqueza».
En este punto las relaciones lingüísticas de España con el mundo árabe seremontan al período de ocupación en la Edad Media que nos dejó grandessecuelas en la configuración de nuestro idioma, muchas de las palabras delcastellano son de origen árabe, como albornoz, alférez, atún, alcázar, aceite,etc... hasta un total de unos cuatro miJ vocablos pero además expresionescomo ojalá!, ¡ya!, ¡arre!, etc... tienen su origen en este período y nombres depersonas, y términos toponímicos como Guadalupe, Susana, poseen susraíces en ese período histórico.
El problema es que España en las últimas décadas ha abandonado en eseaspecto a los pueblos que en su día usaban el castellano como segundalengua, dejando olvidados los centros de enseñanza bilingüe y nopreocupándose por fomentar el desarrollo y conocimiento del castellano enesos contextos pero, además, tampoco se ha preocupado por aprender yconocer la lengua árabe en profundidad para seguir manteniendo loscontactos adecuados con ese pueblo antes tan cercano.
España, en resumen, abandonó y olvidó por las razones que fueran a su—en otros momentos— «hermano musulmán» permitiendo así que lenguascomo el francés usurparan de forma absoluta el lugar que en otros tiemposocupara el castellano. Sin embargo, en un nivel profundo y sentimentaltodavía existen nexos de unión entre nuestros mundos que podríanfavorecer un acercamiento si existiera un auténtico propósito de ello, puescomo en algún caso señaló el profesor Martínez Montávez:
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«... sectores del pueblo marroquí nos siguen viendo como primos hermanoslejanos y no nos consideran como muy europeos».
Deberíamos, por tanto, retomar las actitudes de nuestros antecesoresdenominados «africanistas» y estudiar e intentar conocer como elloshicieron ese complejo mundo como muestran, por ejemplo, los documentose información existente en los archivos de la sección de África de laBiblioteca Nacional, pero superando, en lo posible, los problemas propios deesos movimientos intelectuales que contribuyeron a fomentar en lamentalidad ocidental lo que era ese mundo árabe y africano. Sin embargo,no debemos caer en el error de presentar únicamente la percepción de esemundo desde una perspectiva exclusivamente occidentalista y etnocentristaen la que se destacaría únicamente los aspectos exóticos y llamativos deese, en mi opinión, gran desconocido, como ocurriera mayoritariamente enel siglo XIX.
En este plano lingüístico España supone, sin embargo, un contexto deinterés para un posible acercamiento, pues aunque pocos, aún existencolectivos árabes que conocen y utilizan el castellano y podrían actuarcomo mediadores para acercarnos a sus coetáneos árabes, estoy pensando,concretamente, en las comunidades residentes en Ceuta y Melilla y en losgrupos que constituyen el Sáhara que manifiestan, en ocasiones, sucondición de hispano parlantes y se autoconsideran el único país árabe dehabla hispánica que podría favorecer un acercamiento en diversos niveles,independientemente de los problemas y diferencias que surgieran enmomentos históricos pasados y que despertaran en ellos un ciertosentimiento de abandono y despreocupación por parte de los españoles.
El fenómeno religioso
Sin duda es un factor importante en el establecimiento o no de las relacionesentre España y el resto de los países como señalé, en este plano Españapuede encontrar unos referentes más afines en el contexto europeo que enel magrebí, pues frente a la tradición cristiana y, en algunos momentos unatradición profunda y determinante como en la época de Carlos V, que selevantó como defensor del catolicismo frente a los movimientos protestantes,pero también frente al turco o, por ejemplo, los movimientos que favorecieronla expulsión de los judíos y moriscos en tiempos de Felipe III son muestrasdel tradicional apego de nuestra cultura a la religión católica presenteasimismo, en la propia guerra Civil, y en el pensamiento generalizado delpueblo español contemporáneo.
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Este es, pues, n elemento diferenciador que estalece una distinció.n clararespecto a lospueblos árabes con el problema añadido de que ambaspartes se autoconsideran como los seguidores y poseedores de la únicaverdad y al otro como equivocado o, en términos más duros, como infieles.Sin embargo, los niveles de tolerancia mutua han ido variando con el pasodel tiempo y exceptuando los movimientos extremistas de tendenciaintegrista y fundamentalista, potenciados por grupos dirigentes que buscanen la religión un medio para mover a. tas masas en beneficio de sus propiosfines e intereses, o impulsados por una desviación más profunda que leshace degenerar en el más absoluto de los fanatismos, pues exceptuandoestos casos pienso que, en conjunto, lo que predomina, o deberíapredominar es una tolerancia y un respeto mutuo, no debemos olvidar queel islam bebe de las fuentes del cristianismo y del judaísmo para suconfigurción y comparte con ellos algunos aspectos de interés como es, porejemplo, la aceptación de la figura de Jesucristo como un profeta por partedel mundo islámico, por otra parte, la simbología del cordero está presenteen ambas religiones.
Sin embargo, las diferencias son evidentes, la religión islámica acepta laexistencia de un solo Dios omnipotente y misericordioso pero no acepta laidea de la Trinidad propia del catolicimo, además el islamismo es fatalistapues considera que el destino está fijado únicamente por Dios comomanifiestan con el uso reitrado de la expresión «será lo que Dios quiera».
El Corán es además una guía general para el comportamiento delmusulmán, que no tiene una percepción diferenciada entre el mundoespiritual y el mundo físico y temporal, en su cosmovisión la relación ycomunicación hombre-Dios es directa y por ello realizan un acercamiento aél sin necesidad de un mediador concreto.
Debemos considerar que aunque el islam pueda constituirse como un factoraglutinador y homogeneizador así como un elemento estabilizador, enpotencia, en el mundo árabe, sin embargo, no debemos olvidar que no existeun único islam sino que se dan diferentes escuelas de tendencias más omenos ortodoxas y que las manifestaciones religiosas responden a nivelesoficiales pero también populares a través de cofradías que, en ocasiones,derivan hacia personalidades locales.
Sin embargo, es en la concepción popular de los aspectos, digamos,externos y formales de las distintas religiones donde se pueden encontrarelementos que favorezcan el sentimiento de discrepancia y rechazo porparte de los miembros de dichos colectivos, aunque, en ocasiones,responan a percepciones equívocas. Por ejemplo, los hábitos alimenticos
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del pueblo árabe ligados a su religión suelen ser incomprendidos e inclusorechazados por los españoles menos tolerañtes, no es extraño oír en bocade uno de estos individuos expresiones de rechazo ante la actitud de noingerir vino u otros bebidas alcohólicas por los seguidores del islam lo cual:podría deducirse de que además del tradicional consumo de dichas bebidasen nuestra cultura pueden existir connotaciones mucho más profundas, noolvidemos que el vino a niveles simbólicos representa, para nosotros, «lasangre de Cristo>’ y el rechazo de éste por parte de los musulmanes puedeinterpretarse a un nivel subliminal como un desprecio hacia nuestro «Señor».El modo mismo de sacrificar a los animales, con el proceso de desangracióny las palabras de rigor utilizadas en dichos actos, así como la forma decocinarlos puede suponer otro factor más de diferenciación e incomprensión.
El ayuno propio del Ramadán no es tampoco muy comprendido, o lanecesidad de descalzarse y «limpiarse» antes de entrar en las mezquitas, oel cubrirse el rostro por parte de las mujeres, o el hecho de que éstas ocupenlugares separados en dichos contextos no son, en muchos casos,entendidos por los españoles que los rechazan y los consideran como actospropios de una religión y un mundo subesarrollado e inferior.
Sin embargo, estos rasgos no están tan lejos de nuestra propia cultura eincluso persisten en algunas ocasiones aspectos que nos asemejan a esascostumbres y hábitos, por ejemplo el ayuno sigue presente en la tradicióncristiana en los tiempos de Cuaresma, el asearse es propio antes de ir amisa e incluso Jesucristo divulgaba y practicaba las abluciones, el que lasmujeres se cubran el rostro tampoco nos es tan extraño, pues el velo ha sidoun componente propio de la indumentaria de nuestras mujeres endeterminados actos y aún persiste en acentecimientos tan señalados comolas bodas, la separación entre hombres y mujeres en determinadoscontextos tampoco es desconocida y persiste en algunos pueblos denuestra geografía.
Por tanto, estos lactores y actitudes aparentemente rechazables en lamentalidad popular deberían ser analizados con mayor detenimiento yprofundidad llegando así a poder constituirse como elementos de acercamiento y no de distanciamiento y rechazo por parte de esas mentalidades untanto superfluas que suelen predominar al observar únicamente lo aparentey exótico de ese otro cultural.
El plano familiar y el papel de la mujer en el mundo islámico merecentambién algunas consideraciones, pues la extensión de la poligamia, por unlado y la concepción desde una perspectiva occidental del papel de la mujer
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árabe como sumisa y servil son factores que sin duda, generan un ciertorechazo e incomprensión en el contexto europeo y español. El problema dela poligamia encierra grandes dificultades al igual que el tema del papel dela mujer musulmana, sin embargo, debemos considerar que se estánproduciendo grandes cambios al respecto, en primer lugar por que no sonaspectos que se traten por igual en todo el mundo árabe y en segundo lugarpor que los procesos de interacción a niveles internacionales e internosfavorecen modificaciones y readaptaciones estructurales.
Así, por ejemplo, no es descabellado considerar que las relacionesmonogámicas empiezan a destacar en el ámbito de las ciudades árabes, encontraposición a la poligamia más extendida en contextos rurales apegadosa una tradición agrícola o ganadera más acorde con esas necesidades. Encuanto al papel de la mujer es también diferente según contextos y losniveles de sumisión y vasallaje son distintos según el caso y los grupos quese consideren.
Por otra parte, cada vez más, aunque dependiendo del nivel social de origeny pertenencia, la mujer árabe accede a centros de enseñanza y universidades,así como a determinados puestos de trabajo que antes eran dél todoprohibitivos para ellas. Lo cual no quiere decir que esté todo conseguido enese campo, pero sí que se vislumbran unos rasgos de dinamización yprogreso hacia los aspectos que denominados liberales e igualitarios desdenuestra percepción occidental. Sin embargo quisiera destacar al respectoque tampoco nosotros hemos superado de forma absoluta todos losproblemas de esa índole, por tanto, deberíamos dejar al islam un margen deconfianza y prestar, en todo caso, nuestro apoyo para que busque su modeloy adecuación para obtener un desarrollo y procesos positivos en todos losámbitos.
Me parece interesante señalar como cierre a este apartado un párrafo quese publicó en el diario El País el jueves 1 7 de octubre de 1991, fruto de unencuentro euromagrebí donde aparece la siguiente reseña:
«el furor religioso de matriz islámica, pero también de algunosintegrismos cristianos, parece que ahonda las diferencias entre lospueblos europeos y norteafricanos. El tema de la laicidad se replantea,por tanto, para algunos como tema a defender... o, para otros comounas libertades a conquistar en la propia Africa del Norte. Un temorrecíproco entre inmigrante y país de acogida hace que pocos prestenatención a las razones del otro. El cisma es cada día más pavoroso,hasta tomar el carácter de una nueva guerra de religión».
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Conclusiones
Hechas las exposiciones anteriores considero la necesidad de elaborarprogramas generales de cooperación y seguridad en el MediterráneoOccidental, y a un nivel mundial en general, no basados en una pretensiónegoísta de una de las partes con la bósqueda de beneficios o de poder, sinocon el propósito de un desarrollo conjunto y adecuado, rompiendo con losmodelos clásicos de corte imperialista y colonialista.
Dirigir recursos y ayudas hacia países subdesarrollados para impulsar yfavorecer su propio desarrollo interno que les permita adaptarse a losprocesos de industrialización y progreso de los países denominadosavanzados, para que así puedan absorber y formar a su propia poblaciónevitando los problemas actuales relacionados con los procesos deemigración masiva que se producen en dichos países por la búsqueda, porparte de sus jóvenes, de ese ideal occidental exortado a través de losmedios de comunicación.
Favorecer la transición de dichos países hacia unos modelos políticos más«modernos» y basados en el deseo y derecho de los pueblos y no de unospocos gobernantes, con lo que conseguiríamos establecer unas relacionesmultilaterales entre semejantes siguiendo unos códigos de comunicación yactuación en el ámbito de la política internacional de igualdad y no devasallaje y sumisión como persiste en la actualidad, lo que favorece elsurgimiento de conflictos y tensiones fomentados por grupos que buscan, encualquier aspecto, como elementos religiosos, reivindicaciones territorialeso históricas, pretextos para crear conflictos y favorecer sus propiosintereses.
La toma de actitudes en el plano de los derechos humanos es igualmenteimprencindible. Considerar y respetar los caracteres y aspectos religiosos,lingüísticos y culturales en general de ese «otro» que es el pueblo árabe,como elementos diferenciadores y propios de esos pueblos pero no comoaspectos o factores de inferioridad o barbarie, de incivilización o brutalidad.,sino como elementos de distinción pero que pertenecen a un mismo nivelque los factores que nos caracterizan y diferencian a nosotros y quen no nosdan, por sí mismos, el título de superiores.
Debemos superar los prejuicios y las percepciones propias del siglo XIX quenos hacen ver desde una perspectiva etnocentrista a todo aqél que no esigual como inferiore incivilizado, creando así una barrera entre los grandesmundos culturales y una percepción equívoca de la realidad cultural de lospueblos, a los que marginamos por el mero hecho de ser diferentes,
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supervalorando nuestros propios valores y creando en ellos una ansiedad ysentimiento de rechazo y frustación que puede general tensiones ysituaciones de conflicto dirigidas hacia nuestro mundo y nuestra cultura quese levantan ante ellos como símbolos de opresión y abuso y que puedeconstituirse, a la larga, como una verdadera obsesión y un elemento deunión entre esos grupos marginados a los que hemos despertado, enocasiones, desde nuestra propia ignorancia una sensación de desprecio ydesorientación al robarles lo más valioso para los pueblos que es su propiadignidad que les hace sentirse orgullosos de ser como son y fomentar supropia identidad.
Los casos de Ceuta y Melilla no pueden ser pasados por alto en estasúltimas consideraciones, no debemos olvidar que en dichas plazas existe unelevado porcentaje de población musulmana pero que además sonciudadanos españoles y que contribuyen, en la medida de sus posibilidades,al desarrollo de dichas ciudades y del conjunto del país. Pero hasta que elresto de los españoles, fundamentalmente los que conviven cón ellos, nosean capaces de verles comó igJales y respetarles como lo que son,permitiéndoles el acceso a una educación y formación similar así como aldesarrollo de sus capacidades rompiendo con la actitud tradicional deachacar todos los males locales al «moro» y obligándoles a autorecluirse enguetos que favorecen la desconfianza y el distanciamieto.
Hasta que no se produzcan, como digo, dichos procesos de cambio en lasmentalidades de los citados españoles no se producirá un adecuadoacercamiento e integración que permitan una mayor comprensión entre losmundos culturales que no deben corresponderse necesariamente con losámbitos políticos y nacionales y permitir así que dichos españolesmusulmanes se sientan orgullosos de su «ser español», y no necesitenbuscar en el vecino marroquí sus señas de identidad a nivel nacional,dificultándose así el surgimiento de posibles tensiones internas en dichasplazas que podrían desembocar en acciones, en ningún caso adecuadas,para esa aparente línea de acción a nivel del Mediterráneo Occidental queparece optar por una vía de cooperación y seguridad conjunta en labúsqueda de la estabilidad y el progreso general.
Propongo la necesidad de establecer esas directrices generales para eladecuado desarrollo de las relaciones humanas entre los pueblos y que através de unos programas adecuados, tanto por un lado, como por el otro, serompan los factores que posibilitan y fomentan los sentimientos racistas yxenofóbicos que parecen proliferar en nuestra vieja Europa y que, pordesgracia, pueden extenderse e incrementarse en el pensamiento de los
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españoles, condicionado, a su vez, por la toma de contacto real que se estáproduciendo con la afluencia de inmigrantes de origen africano que llegan anuestro país buscando nuevas esperanzas y unas formas más dignas devivir que no pueden obtener en sus lugares de origen por las razones decarácter superestructual, estrutural e infraestructural que, en parte, han sidoseñaladas a lo largo de esta exposición.
España debe y puede, en mi opinión, adoptar una actitud de mediación entreel resto de los países europeos y los países del Magreb y del mundo áraben general, por las características que nos pueden relacionar y acercar a
dicho mundo aprovechando los lazos y aspectos emotivos que de algúnmodo nos unen con ese pueblo y su cultura y que podrían superarpositivamente a los aspectos negativos o diferenciadores que nos distancian.Para ello debemos reestablecer un propósito de acercamiento, de conocimiento y repeto mutuo que nós ayude a establecer unas actitudesadecuadas y dinámicas n el devenir histórico en el que el papel de Españapodría ser trascendental dentro de ese marco global que constituye lahumanidad.
No considero que los asepctos culturales, língísticos, étnicos o religiosossean en sí mismos un freno para el progreso y desarrollo de los puebloscomo demuestra el hecho de que las distintas culturas y civilizaciones hanocupado lugares distintos y, en algún caso, predominantes según elmomento histórico.
Una propuesta interesante sería hacer un análisis profundo de los factoresy circunstancias que concurren en los delimitados entornas de Ceuta yMelilla que son, sin duda, pecualiares y representativo para analizar losposibles intentos de acercamiento a integración, que no absorción, de losdos mundos que confluyen en dichas ciudades.
Posiblemente podrían salir a la luz muchos elementos y aspectos de interésque favorecieran a ese acercamiento tras un adecuado tratamiento de losmismos.
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ÁREAS DE IMPACTO DEL RESURGIMIENTO DEL ISLAM
Por EMILIO BENAVENT ESCUIN
Las áreas de impacto del resurgimiento del islam son las determinadas porla vecindad geográfica, desde Marruecos al Irán, el crecimiento demográficode los países árabes, la presión emigrante de las masas musulmanas quebuscan en las naciones europeas no sólo mejorar su nivel de vida sinosimplemente poder vivir cuando proceden de zonas extremadamentedéprimidas.
También potencian el crecimiento del resurgimiénto islámico la posesión delas fuentes de energía de los hidrocarburos y del gas natural y la necesidadimprescindible del acceso y el uso a las referidas fuentes energéticas porparte de las naciones más industrializadas.
.No deja de influir el nuevo islamismo en las tensiones que surgenpermanentemente entre los pueblos árabes por los conflictos de interesesentre ellos y la falta de un alto liderazgo común, siempre anhelado y nuncaconseguido, que unifiquen sus recursos, sus esfuerzos y sus sacrificios.
Los movimientos radicales islámicos quisieran conseguir una mayorequidad y una efectiva hermandad árabe y una unión que les haga fuertesen el enfrentamiento con Israel y respetados y tenidos en cuenta por todasla naciones.
La emigración de los países árabes, especialmente de Marruecos, Argel yTúnez, que llega a constituir núcleos numerosos en las grandes ciudades yen zonas industrializadas, sobre todo de Francia, no da origen a unaintercomunicación cultural positiva.
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Los emigrantes no se integran fácilmente. Socialmente suelen pertenecer ensu inmensa mayoría a las clases sociales más humildes. Aunque no faltangrupos de estudiantes y de profesionales más promocionados.
Sin embargo, no puede decirse que la población conozca y estimeadecuadamente los valores que caracterizan la cultura que determina laidentidad islámica actUal.
Que no sólo contiene las grandes obras que los escritores árabes de la EdadMedia y del progreso técnico obtenido en el medievo como las innovacionesde ingeniería hidráulica, sino que incluye la reacción a la opresión y a laexplotación coloniales y el resentimiento que nace de la marginación ydesestima de que son objeto por las naciones que deciden el rumbo de losacontecimientos por la superioridad técnica.
De hecho se trata de dos mundos distintos y de mentalidades y tradicionesdiferentes y no fácilmente conjugables. Y, sin embargo, por el bien de la paz,la actual situación debería ser modificada.
Conviene tener presente que, por el simple hecho del crecimientodemográfico y por las tendencias migratorias, por las diferencias de nivel devida y las oportunidades de promoción, actualmente se pueden prever que,en un plazo breve de tiempo, Europa contará con 100.000.000 demusulmanes. Así lo deduce én los iHfrme presentados recientemente alInstituto Islámico de París, Cherif Abderrhaman Ja, presidente de laFundación Occidenal de Cultura Islámica en España.
«Ello obliga —según el señor Ja— a los habitantes del continenteeuropeo a prepararse a fondo para una convivencia pacífica.»
La imposibilidad de simplificar —excepción hecha de muy escasos puntosconcretps— los conflictos y las actitudes adoptadas en ellos durante laguerra del Golfo de agosto del año 1 990 y la celebración de la recientísimaConferencia de Paz para el Próximo Oriente en Madrid, dan alguna idea dehasta que punto hay todavía que avanzar por los caminos de la comprensióny de la efectiva solidaridad.
Por una parte no existen síntomas de que crezca el interés y la estima de lacultura islámica. Por otra todavía no se percibe que decrezca significativamenteel rechazo a la occidentalización que caracteriza el resurgimiento delislamismo.
Antes al contrario, es creciente el fundamentalismo musulmán que exalta laidentidad étnica y religiosa en la amplía zona de pueblos que integran elMagreb, el norte oriental de África y el Próximo Oriente. Y simultáneamente,
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por contraposición, se desestima y hasta se rechaza con cierto fanatismo lainfluencia cultural del mundo occidental.
Generalmente se suele atribuir a la eclosión revolucionaria shiíes lideradapor el ayatolá Jomeini que derrocó el régimen del sha de Persia, Reza Palevi,el día 16 de febrero del año 1979, el inicio desbordante del resurgimientoislámico.
Verdéderamente con las características arrolladoras y radicales quecaracterizan la instauración y enraizamiento del nuevo régimen iraní no tieneprecedente.
Pero con anterioridad hubo otros movimientos políticos que dieron lugar anuevas formas de entender la gobernación de las naciones árabes, como elnasserismo o el movimiento Baat o Bass, creado en el añó 1 952, de carácternacionalista y socialista que actualmente rigen en Siria y en Irak.
Sin embargo, la gran diferencia de estos regímenes con la revolución shiíesiraní y con los grupos revolucionarios a los que ha dado origen, está en queel movimiento Baat no es primordial ni radicalmente religioso sino laicomientras que el resurgimiento islámico más difundido recientemente esfundamentalista.
El fundamentalismo pretende que se tomen a la letra los preceptoscoránico.s y que se consideren como las mejores leyes. Todas las guerrasmotivadas por la defensa del islamismo o la imposición de sus normas sonsantas. Quienes se oponen a ellas son herejes y quienes mueren en ellasson mártires. .
El pluralismo político le parece carente de sentido y lo más que estádispuesto a conceder a quienes profesan una fe distinta es la tolerancia. Enlas relaciones internacionales el Irán actualmene rechaza el comunismo porateo y condena a Estados Unidos de América como el «supersatán»enemigo irreconciliable del islam.
La historia de las humillaciones inflingidas a los rehenes norteamericanos enIrán es buena prueba de ello. Además el fundamento religioso delmovimiento revolucionario shiíes cuenta con el apoyo del Irán para inspirary sostener a ‘los grupos terroristas que con distintos nombres actúan en elLíbano, protagonizando atentados y secuestros perpetrados contra losintereses y personas de procedencia occidental representativa.
También hay que contar con los Hermanos Musulmanes, grupo al quepertenecieron los asesinos del presidente egipcio Muamar el Sadat. Pero el
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fenómeno más expresivo y preocupante es la llegada a Argel del FrenteIslámico de Salvación (FIS) que ha crecido de tal forma que puede alcanzaruna mayoría aplastante en las elecciones e instaurar un régirpen islámicopor la fuerza de las urnas.
En Túnez y en Marruecos los grupos afines existen pero con mayoresdificultades para extenderse por la oposición, hoy por hoy, de lasautoridades.
El resurgimiento del islamismo en los últimos tiempos cuenta a su favor conla sencilla formulación de las creencias musulmanas, con su capacidad demovilización para la militancia con la afinidad de la fe, con los iustos afanesde justicia y equidad de las masas, con el noble deseo de terminar con elescándalo personal y la corrupción de los dirigentes, con el resentimientopor la incomprensión y el desprecio de los pueblos poderoso que se sientensuperiores por la fuerza de las armas y la superioridad técnica.
Realmente el resurgimiento del islam puede dar origen a conflictosinquietantes. La solución no consiste en verlos venir y no hacer nada porremediarlos.
Las actitudes colectivas de los pueblos europeos y las políticas de susgobernantes necesitan ser modificadas. No se pueden contener conmedidas policiacas a las poblaciones del norte de África que necesitan ytienen derecho a emigrar hacia Europa.
Lo primero que habría que hacer es invertir en la industrialización del nortede África y, tal vez aún antes, o simultáneamente, dedicar todos los recursosnecesarios a la formación profesiónal de los trabajadores. Así se conseguiríaque en lugar de huir de su patria en busca de trabajo los emigrantesprefirierar como es razonable, trabajar y vivir mejor con sus familias en latierra donde nacieron.
También necesitamos los europeos, especialmente del Sur, —que tenemosun contacto más estrecho con los grupos de emigrantes norteafricanos—,conocer y estimar los valores característicos de su cultura, de suscostumbres, de cuanto facilite la mutua comprensión y la pacífica y gozosaconvivencia libre de todo recelo y deses.tima y lejos de cualquier riesgo deenfrentamiento o rencores abiertos o latentes.
Ahora bien las inversiones y la promoción cultural no bastan. Habrá quepromocionar y coordinar las políticas de defensa de los países europeos delSur e incluir en las coordinaciones, en la medida de lo posible, de losnorteafricanos.
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Hay que evitar qué ningún país implicado tenga un sistema defensivo tanvulnerable que, por su propia vulnerabilidad, incite al potencial enemigo adesencadenar el ataque abierto. Pero es igualmente necesario que el niveldel armamento y del equipamiento y preparación del personal militar noparezcan excesivos y provoquen precipitadamente el desencadenamientode la espiral del rearme que puede producirse en los países limítrofes deaquél que se destaca desmesuradamente por su superioridad militar.
Finalmente, y es la larea más difícil cuando la marea cultural y política delislam está en cuarto creciente, habrá que aprovechar todas las ocasionespara favorecer en los países árabes el influjo de las actitudes de toleranciaque son características de la mejor tradición isláínica.
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LA OPINIÓN PÚBLICA ESPAÑOLA ANTE LOS NUEVOSRETOS DEFENSIVOS
Por MARÍA JosÉ RAMÍREZ LAFITA
Introducción
Para conocer la opinión que tiene la sociedad española, respecto a unacuestión tan relevante como lo que, debe ser la defensa de España en unfuturo inmediato, habría que clarificar algunas cuestiones previas queayudarán, sin lugar a dudas, a abordar con mayor profundidad este tema.Hay que constatar en primer lugar, que los españoles están tomandoconciencia (muy especialmente en la década de los años ochenta), decomo afectan a sus vidas sucesos ocurridos en el escenario internacional.Es preciso por tanto abandonar el secular aislacionismo que ha caracterizadola historia de España a lo largo de este siglo (de hecho esta tendencia esabsolutamente irreversible).A este mayor conocimiento e interés por el contexto internacional, hancontribuido acontecimientos de índole tan diverso como la irrupción delturismo en la década de los años sesenta, así como los procesos migratoriosque se produjeron en nuestro país en esa década. Que duda cabe queambos hechos-contribuyeron a acercar parte de la sociedad española a larealidad europea. Pero es en la década de los años ochenta, cuando seproduce una mayor síntesis y reforzamiento en la identificación de losespañoles como europeos.Sin duda alguna, el proceso democrático español ha contribuido a unreforzamiento en la integración de España en Europa tanto a nivelinstitucional (incorporación al Consejo de Europa, a la CEE, a la OTAN, UEO,etc.), como a nivel de mercado (incremento de las inversiones extranjeras,así como la implantación de multinacionales).
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Pero como matiza Díez Nicolás es preciso señalar que todo proceso deintegración, «de identificación con», suele implicar asimismo procesoscontrarios de distanciamiento de otros grupos sociales o nacionales.Por ello es plausible estalecer, que este acercamiento e integracion enEuropa, traerá parejo un alejamiento o distanciamiento de otras identidadesnacionales. Será conveniente saber por tanto con quien se sientenidentificados los españoles en la actualidad. Al analizar una cuestión comola identificación supranacional actual de los españoles, conviene tener encuenta la peculiar historia de España, pues si bien por su posicióngeográfica, ha estado vinculada con Europa, no hay que olvidar la presenciadl mundo islámico en nuestro país, pues como señala el humanista eislarríóíogo marroquí Cherif Abderrhaman:
«El debate entre el mundo occidental y el árabo-islámico ha existidodesde los orígenes del islam. Semejante a dos colosos que necesariamente, por proximidad geográfica e incluso —aunque parezca mentira—ideológica, han tenido que vivir uno cerca del otro, atrayéndose yrepeliéndose según las circunstancias a lo largo de la Historia.Mirándose siempre pero sin comprendersenunca.»
Y más adelante, enjuicia en los siguientes términos la llegada del mundoislámico a Europa:
«Por contra, el Occidente medieval consideró la llegada de los ejércitosárabes a la península Ibérica, Francia e Italia, como la invasión de unpueblo bárbaro y devastador, que expandía una religión falta de
llena de sensualidad, que era la antítesis del cristianismo.Esta imagen del islam es la que perdurará hasta la Edad Moderna».
España, además de la influencia y convivencia con el mundo islámico, hamantenido una relación especial con el mundo iberoamericano, por lo quese puede concluir que tres identidades geográficas y culturales diferentesentre ellas han conformado la actual identidad de España. Por ello, el primerepígrafe de este trabajo se centrará, en explicar la identificación supranacionalde la sociedad española.
Identificación supranacionalEn los primeros años de la denominada «transición democrática española»,los españoles estuvieron, lógicamente, más pendientes de los cambiospolíticos y sociales que se estaban produciendo en nuestro país, que deótros aspectos de carácter internacional.Pero a medida que el nuevo sistema político ha ido adquiriendo un carácterestable, los españoles han dedicado cada vez mayor importancia y atención
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a las cuestiones internacionales. Además, han tenidoconciencia de hastaqiie punto situaciones o hechos ocurridos lejos de nuestras fronteraspueden afectar a su vida cotidiana.
Así se va a analizar, en primer lugar, el grado oe interés de los españoles porcuestiones internacionales. Para ello se va a utilizar los datos de la encuestaGIRES de enero del año 1990 (conviene tener en cuenta que el trabajo decampo de esta encuesta se realizó precisamente la semana en que se inicióla guerra del golfo Pérsico).
Por ello no debe resultar extraño que prácticamente, dos tercios de losespañoles de 18 y más años afirmen que están muy o bastante interesadospor las cuestiones internacionales.
Cuadro 1.—Grado de interés por cuestiones internacionales por característicassocio-económicas del entrevistado, enero 1991, en porcentaje.
Entrevistados Mucho BastantePoco NingunoNs/Nc índice
TOTAL 18 44 27 10 * 125
Sexo .
Varones 20 47 25 8 * 133Mujeres . 1 7 42 29 1 2 1 11 8
Edad18-29 años 23 49 24 4 1 14330-49 años 19 50 24 6 1 13950-64 años 18 36 30 16 — 1096symás 10 34 34 21 1 90
Educación del entrevistadoBaja 14 37 34 15 1 102Media 20 57 21 3 — 153Alta 36 51 9 2 1 175
Posición socialBaja 13 36 32 18 1
*
98Media 18 48 27 7Alta . 31 51 16 3 — 162
Identificación espacialLocal 16 41 30 13 1 115Nacionalista 16 48 27 8 * 130
Supranacional 36 54 9 1 — 180
* Valores inferiores a 0,5 por 100.
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Al analizar esta cuestión por diferentes segmentos sociales (cuadro 1, p. 11 9),se comprueba que hay un auténtico interés por las cuestiones internacionalesen todos ellos. Tan sólo entre los mayores de 65 y más años, y los de bajaposición social, se observa que la proporción que afirma tener poco o ningúninterés por dichas cuestiones es mayor que la proporción que afirma tenermucho o bastante interés.No obstante, copviene resaltar que aunque a práctica totalidad de lossegmentos parecen mostrar un alto interés, los varones, los entrevistados demenor edad, los de mayor nivel educativo y posición social y los que seidentifican con espacios supranacionales, son los que un mayor interésdqmuestran por las cuestiones internacionales.Pero como era previsible esperar, no todo lo internacional interesa en lamisma medida, en efecto, cuando se pregunta a los entrevistados por lasáreas del Mundo cuyos asuntos interesan más, dos tercios de losentrevistados mencionan, en primer lugar, los de la CEE, frente a un 7 por100 que menciona los países árabes, un 6 por 100 que se refiere aIberoamérica y un 31 por 100 que menciona Europa del Este. Prácticamentese observa el mismo orden si se observa las tres referencias señaladasconjuntamente por cada entrevistado (cuadro 2).Conviene resaltar, al analizar este cuadro, que la Europa Comunitaria es sinlugar a dudas, el área del Mundo por la que los españoles parecen mostrarmayor interés, y a ésta le sigue Iberoamérica y en una proporción idéntica
Cuadro 2.—Áreas del Mundo por los que se muestran más interés, en porcentaje.
Áreas Primera mención Primera, segunda otercera mención
CEE 66 77Europa del Este 3 30Iberoamérica 6 41América del Norte (EstadosUnidosy Canadá) 1 26Japón * 6India 1 6Países árabes del norte deAfrica(Marruecos,
Argelia, Egipto) 7 30Países del África Negra 3 1 7Otros 2 7Ninguno 9 19Ns/Nc 3 3.
* Valoración inferior a 0,5 por 100.
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interesan los asuntos de Europa del Este y los de los países árabes del nortede África (Marruecos, Argelia, Egipto).
Aunque pueda resultar curioso que los españoles muestren el mjsmo interéspor los países de Europa del Este, que por los países del norte de África (conlos que ha mantenido mucha mayor relación), los históricos cambios quehan tenido lugar recientemente en los países de Europa del Este,contribuyen en buena parte a explicar esta situación.
Por ello no debe resultar extraño, que al preguntar qué acontecimientos lesafectan más —que puedan ocurrir en distintos países o bloque de países—,los entrevistados estiman que los acontecimientos de la CEE les afectan bastante más que los de cualquier otro país o bloque de países.Así, utilizando una escala de cuatro puntos, resumida en un índice quepuede variar entre O y 200, se observa como el índice atribuido a laCEE (1 58) es muy superior al de América del Norte (1 00) y al de cualquierotro país o bloque de páíses árabes (98), Iberoamérica (87) y Europa delEste (86).
Con el fin de concretar la identificación supranacional de los españoles ycon independencia del interés que muestran por los asuntos de diferentesáreas del Mundo, y de su percepción respecto al grado en que dichosasuntos afectan a España, ha parecido conveniente conocer que sentimientostienen los españoles hacia esas mismas regiones del Mundo, y cual es suevaluación de cada una de ellas (excluyendo lógicamente a España),cuadro 3.
Cuadro 3.—Grado en que afectan 1o siguientes acontecimientos a los entrevistados,en porcentaje.
Áreas Mucho Bastante Poco NingunoNs/Nc Índice
CEE 33 44 15 5 4 158Europa del Este 7 33 36 1 7 7 86Iberoamérica 8 32 37 16 7 87América del Norte
(Estados Unidos y Canadá) 13 33 27 20 7 100Japón 5 23 38 26 8 64India 4 15 37 35 9 47Países árabes del norte de Africa
(Marruecos, Argelia, Egipto) 13 32 28 19 8 98Países del África Negra 7 20 32 33 8 61
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Para ello, se ha utilizado una escala de cuatro puntos (desde sentimientosmuy favorables, a muy desfavorables) sintetizado en un índice que puedevariar de O a 200 (con punto de equilibrio en 100, que significa que laproporción de entrevistados con sentimientos muy o bastante favorables esequivalente a la proporción con sentimientos muy o bastantes desfavorables),se observa que el saldo es favorable a todos los países o bloques de países,aunque con diferencias importantes de grado.
Es decir, parece plausible afirmar que los españoles no parecen tenersentimientos mayoritariamente desfavorables hacia ningún país o bloque de‘países. La clasificación resultante, al ordenar estos países o bloques, desdeaqueuos hacia los que se muestran sentimientos más favorables hasta losmenos.Cuadro 4.—La clasificación de los países o bloques.
Países o bloques ‘ Índice
Comunidad Económica Europea 178iberoamérica 161Europa del Este 151Japón 137India 131Países del Africa Negra 130América del Norte (Estados Unidos yPaíses árabes del norte de Africa
Canadá) 122112
La lectura de la clasificación (cuadro 4) permite extraer las siguientesconclusiones:1. La preferencia de los españoles por la Europa Comunitaria, y la
pervivencia de lazos afectivos con Iberoamérica. Conviene resaltar laproximidad afectiva hacia ambas áreas geográficas, mientras que en losdatos anteriores se observa una diferencia mayor entre ambas zonas.Ello puede obedecer a que los españoles se interesan mucho más porlos asuntos de la CEE que por los de Iberoamérica, y opinan que losasuntos que acontecen en esta comunidad nos afectan mucho más quelos de Iberoamérica, pero cuando se habla de afectividad, todavía sesienten muy ligados a Iberoamérica.
2. A pesar de las relaciones que nos han unido históricamente con el nortede África, a las que hemos hecho referencia a lo largo de este trabajo,los países árabes del norte de África, ocupan el último lugar de laclasificación muy por debajo incluso de países tan ajenos históricamentea nosotros como el Japón y la India.
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Actitudes hacia otros grupos étnicosCon el objeto de completar la opinión que tiene la sociedad españolarespecto a otros países o grupos de países, se va a analizar en este epígrafe,de forma más concreta la actitud de los españoles respecto a unos gruposétnicos o nacionales concretos.
Para ello, se van a analizar los resultados de otra encuesta GIRES, realizadaen marzo del año 1991.
Así, se pidió a los interesados que valorasen utilizando una escala de ceroa 1 0 puntos, a 1 0 grupos nacionales o regionales en los cuadros 5 y 6, loseuropeos occidentales de la CEE son los más valorizados por los españoles,
Cuadro 5.—Valoración de habitantes de varias áreas del Mundo, marzo 1991.
—
Areas0 1 234
. a’ a’
¡ hL56 78 910zO.LoL
Asiáticos (orientales) 1 1 2 3 639 8 9 96 8 8 92 6,0 36Europeos del Este 1 1 2 3 535 10 12 107 9 7 93 6,2 34Norteamericanos 5 2 4 6 632 9 9 96 8 5 95 5,6 46Rusos 3 2 3 3 6361011 86 6 6 94 5,7 39Arabes 8378931675 665954,954Europeos occidentales de la CEE 1 1 1 3 333 10 14 128 9 5 95 6,3 34Gitanos 10 4 7 8 729 7 7 66 6 3 97 4,8 58Judíos 6234535887 777935,448Sudamericanos 2 2 2 4 532 9 12 1 09 9 5 95 6,1 38Africanos de raza negra 2 2 4 535 9 10 88 8 5 95 5,9 40
Cuadro 6.—La clasificación de mayor a menorvaloración devarias áreas.
Áreas Va/oración media(en porcentaje)
Europeos occidentales (CEE) 6,3Europeos del Este 6,2Sudamericanos 6,1Asiáticos orientales 6,0Africanos de raza negra 5,9Rusos 5,7Norteamericanos 5,6Judíos 5,4Arabes 4,9Gitanos 4,8
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y por el contrario los gitanos (que parecen ser culturalmente un grupodiferenciado, pero son sin embargo españoles, y han sido miembros de lasociedad española desde hace muchos siglos) los que obtienen una menorvaloración.
Como puede comporbarse, los españoles valoran mejor sobre todo a loseuropeos (má a los de la CEE que a los otros países del Este, peronuevamente se pone de relieve que los sudamericanos son muy estimadospor razones históricas y culturales). Pero otra vez vuelve a sobresalir la malaimagen que los árabes parecen tener en la sociedad española. En efecto, enla clasificación se comprueba que estos ocupan una de las últimasposiciqnes, sólo algo por encima de la valoración asignada a los gitanos. Esdecir, la clasificación vuelve a corroborar los datos encontrados en elepígrafe anterior, en el sentido que los españoles se identifican y valoranmás a los mismos grupos étnicos, esto es a los europeos occidentales eiberoamericanos, mientras que con los norteafricanos se identifican muchomenos y así mismo los valoran en mucha menor medida.
La percepción de la amenaza exterior
Tras haber analizado en los epígrafes anteriores, tanto la identificaciónsupranacional de los españoles, como la actitud hacia diversos gruposétnicos, y con el objeto de perfilar y situar la percepción de la amenazaexterior en la sociedad española, se va a analizar a continuación los datosde una encuesta de ASEP realizada en noviembre del año 1 988.
Al analizar estos datos, conviene tener en cuenta dos aspectos internacionalesmuy importantes que pueden ayudar al análisis de las mismas:— En primer lugar hay que recordar, que si bien en el momento en que se
realizó la encuesta, ya se habían iniciado en la Unión Soviética y laEuropa del Este las profundas transformaciones que han conducido aldesmoronamiento de los sistemas comunistas o del socialismo deEstado, pero no se habían producido todavía acontecimientos —<(devértigo histórico»— de la envergadura de la reunificación alemana,elecciones democráticas en muchos de estos países y la caída y elposterior fusilamiento del matrimonio Ceausescu, la situación de guerracivil en Yugoslavia y el frustrado golpe de Estado en la Unión Soviética.
— Otra cuestión internacional de máxima importancia fue la invación deKuwait el día 2 del mes de agosto por el Ejército iraquí, y la posteriorsituación de querra que este hecho rjrovocó. Así como la nueva situación
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internacional que se ha quedado configurada, y que puede describirsecomo la aparición de un nuevo orden internacional, que parece sugerir laaparición de una única superpotencia: Estados Unidos.
No obstante, los datos que se analizan a continuación, tienen el indudableinterés de recoger en un lenguaje muy coloquial, la actitud de la poblaciónespañola ante algunas situaciones hipotéticas.
Así, en el cuadro 7, se observa al preguntar a los entrevistados que país Jecae mejor, más simpático, que éstos mencionan un país concreto de EuropaOccidental, Italia, y tras éste figura otro país europeo: Portugal.
Los últimos países citados en esta línea, son los países árabes: Argelia yLibia. Conviene resaltar, que prácticamente una quinta parte de losentrevistados no menciona ningún país o no responden.
Pero al preguntar de forma específica que país le cae peor o más antipático,Estados Unidos es el país mencionado, seguido de Marruecos y Libia.Lógica y coherentemente con los datos comentados anteriormente, Italia esel país mencionado, en esta ocasión, en menor proporción. Así mismo,resulta significativo que prácticamente un 30 por 1 00 de los entrevistados nomencione ningún país en concreto respecto á esta cuestión.
Cuadro 7.—Países que le caen más simpático, más antipático, que podrían iniciar unata que contra España o que le ayudarían a defenderse, en porcentaje.
.PaisesLe cae
.
masOsimpatico
Le cae.mas
antipa fico
Podría.in/ciar un
contra.
Espana
.Ayudaría.
a Espanadefenderse
PortugalMarruecosFranciaReino Unido
141
115
21384
82129
8*
123
República FederalEstados Unidos
Alemana 119
414
19
521
Libia 3 12 5 *
Italia 23 * * 3Unión Soviética 5 7 7 2ArgeliaNinguno, Ns/Nc
*
196
283
481
45* Valores inferiores a 0,5 por 100.
— 125 —
Finalmente, al plantear dos cuestiones hipotéticas, la primera de ellas quepaís de una lista podría iniciar un ataque militar contra España, se constataque prácticamente uno de cada dos españoles opina que ningún paísiniciaría un ataque contra España. Pero una quinta parte de los entrevistados señala a Marruecos como posible país agresor. El resto de los paísesson mencionados por proporciones inferiores al 1 0 por 1 00 de los entrevistados.Asimismo, respecto a la segunda cuestión teórica planteada, que paísayudaría a España a defenderse de una agresión, Estados Unidos es el paísseñalado en mayor proporción por los entrevistados como el país que másayudaría a España a defenderse de ese hipotético ataque militar. En efecto,algo rnás de un 20 por 1 00 menciona ese país y algo más de un 40 por 1 00opina que ninguno o no contesta la cuestión.
Pero sorprende encontrar, que tan sólo un país europeo (Francia) esmencionado por más del 1 0 por 1 00 de los entrevistados como posibledefensor de España.
Al analizar por diferentes segmentos sociales (cuadro 8) la cuestión de quepaís podría iniciar un ataque militar contra España conviene resaltar lassiguientes cuestiones:— En todos los segmentos sociales, sin excepción, proporciones nunca
inferiores al 35 por 1 00 opinan que ningún país, podría iniciar un ataquemilitar contra España.
— Asimismo en todos los segmentos, Marruecos es el país más mencionadocomo posible agresor.
— Alrededor de un 1 0 por 1 00 de los segmentos de edad más joven citana Estados Unidos como posible país agresor.
— Y prácticamente un tercio de los entrevistados de mayor posición social(líderes de opinión), mencionan a Marruecos.
Los datos encontrados no hacen sino confirmar la escasa percepción deamenaza exterior que tiene la sociedad española. Ello obedece probablementea que el territorio español no ha sido invadido por ningún ejército extranjerodesde la Guerra de la Independencia. Asimismo, España mantuvo unapostura neutral en las dos grandes guerras europeas.
Por ello, parece lógico que no se perciban situaciones de amenaza exterior,y también parece plausible encontrar que sea Marruecos el país que en unarelativa mayor proporción los españoles mencionan como posible paísagresor. Fue precisamente con este país con el que España mantuvo susúltimos enfrentamientos bélicos.
— 126 —
Cuadro 8.—País que podría iniciar un ataque militar contra España, por característicassocíoeconómicas del entrevistado, en porcentaje.
Entrevistados3
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—
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SexoVarónMujer
* 21 2— 28 2
4 14 1
9 5 * 78 6 * 6
3 484 43
Edad18-2930-4950-6465ymás
Posición social
1 14 2* 17 2
— 24 31 17 1
4 15 35 12 *
10 4 — 813 8 — 99 6 * 65 2 — 5
3 535 383 432 65
Muy bajaBajaMediaAltaMuy alta
2 7 —
1 15 2— 23 3— 30 1— 28 —
2 24 15 23 —
— —
9 4 — 18 3 — 79 5 * 6
10 8 — 63 21 — 3
2 662 584 413 39
— 48
* Valores inferiores a 0,5 por 100.
Cuadro 9.—Opiniórl sobre el gasto del Estado en los siguientes sectores, junio 1991,en porcentaje.
Sectores DemasiadoSuficienteDemasiado
Ns/Nc Índice
Medio ambiente 6 22 59 14 4744Sanidad 4 27 60 876Cuidado de las grandes ciudades 9 43 34 14
9 36Lucha contra la delincuencia 3 21Educación 3 43 45 10
14 114Defensa 34 33 20Asistencia a las clases bajas 3 1 8 71
288
103279Carreteras 8 5475Transporte y comunicaciones 6 53 31 11
9 44Pensiones de jubilación 3 28 6044 12 59Cultura 3 41
Ayuda al desempleo 5 33 5366
1010 36Vivienda 2 22
— 127
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— 131 —
Parece plausible establecer alguna relación casual entre esta situación y losdatos comentados al principio de este trabajo. En el sentido de que si bienlos españoles no verbalizan directamente actitudes que pueden hacerpensar que se sienten amenazados exteriormente, no deje de ser indicativoque junto a una escasa identificación con el mundo árabe, un país de eseentorno sea el que en opinión de los españoles, podría iniciar un ataquemilitar contra España.
No obstante, la reciente historia de España ha contribuido, sin lugar a dudas,a desarrollar una actitud «de un sentimiento de no agresión» en buena partede la sociedad española.
Así, al analizar (cuadro 9, p. 1 27), la opinión de los españoles respecto aldinero que se gaste el Estado en los siguientes sectores comprueba, que tansólo en defensa alrededor de un tercio de la población opina que se gastademasiado. En el resto de las partidas propuestas, la opinión generalizada esque se gasta tan sólo lo suficiente o demasiado poco (especialmente ensanidad, la lucha contra la delincuencia, la asistencia a las clases bajas, laspensiones de jubilación, y la vivienda).
En el cuadro 1 0, pp. 1 28-1 29 y el cuadro 11, pp. 1 30-1 31, se ofrecen losíndices correspondientes a las trece partidas propuestas, índices construidoscon la diferencia entre la proporción de entrevistados que piensa que segasta demasiado, menos la proporción que opina que se gasta demasiadopoco, sumando 1 00 para estandarizar (y situándose en el valor 1 00 el puntode equilibrio) por diferentes segmentos sociales. En el mismo se compruebaque el valor del índice respecto a los gastos en defensa se sitúan siemprepor encima del punto de equilibrio. Tan sólo entre los entrevistados de 50 a64 años no se alcanza ese nivel.
Por ello, se puede concluir que la sociedad española, al igual que buenaparte de las sociedades europeas occidentales, y debido probablemente aun largo y desconocido hasta ahora período de paz en el continenteeuropeo, no percibe una amenaza exterior significativa. Consecuentemente,con esta situación, se piensa que los gastos que hace el Estado en defensason demasiados o en todo caso suficientes.
Resumen
En resumen, se pueden resaltar los siguientes puntos:— Se observa un importante y creciente interés de los españoles por
cuestiones de carácter internacional.— 132 —
— Asimismo, en las últimas décadas se asiste a una progresiva identificaciónde la sociedad española con la Europa Comunitaria, pero continúanexistiendo importantes lazos afectivos con la Comunidad Iberoamericana.
— Consecuentemente, los europeos occidentales es el grupo social másvalorado por la sociedad española, y por el contrario el mundo islámicoo árabe tiene mucha menor valoración.
— •Debido fundamentalmente a un largo período de paz, la sociedadespañola no parece percibir una amenaza exterior.
— Respecto a los gastos en defensa que realiza el Estado, éstos sonconsiderados excesivos o en todo caso suficientes.
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CAPÍTULO QUINTO
LAS MISIONES INTERNACIONALES DE PAZ
EL PAPEL DE LAS FUERZAS ARMADAS COMO CASCOS AZULESDE MANTENIMIENTO DE LA PAZ
Por CARLOS ECHEVARRÍA RODRÍGUEZ
Una cuidadosa evaluación de la experiencia de las llamadas Fuerzas deMantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas, puede realizarse desdediversos enfoques.
Mi posible aportación al tema viene enmarcada por la doble condición demilitar y de titulado en psicología. Fundamentalmente podría llevarse a cabouna aproximación desde el punto de vista diplomático-legal, desde un puntode vista diplomático-militar, o desde un enfoque sociológico.
Para cada uno de ellos puede a su vez considerarse su evolución históricay las perspectivas’ para el futuro.
El punto de vista diplomático legal
El primer propósito de la ONU recogido en su Carta Magna es:«Mantener la paz internacional y la seguridad y con ese fin tomarmedidas colectivas eficaces para la prevención y tratamiento de lasamenazas para la paz y para la supresión de actos de agresión o deotras rupturas d,e la paz y para obtener por medios pacíficos y enconformidad con los principios de justicia y leyes internacionales, elajuste o arreglo de disputas internacionales o situaciones que podríanconducir a una ruptura de la paz.»
El Consejo de Seguridad es el órgano fundamental encargado delmantenimiento de la paz y seguridad. Los artículos 41 y 42 constituyen el¿orazón del sistema jurídico de seguridad colectiva.
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El primero de ellos indica qué medidas que no impliquen el uso de lasFuerzas Armadas pueden emplear los miembros de la ONU, incluyendo lainterrupción parcial o completa de las relaciones económicas, las comunicaciones y la ruptura de relaciones diplomáticas.Si el Consejo de Seguridad considera estas medidas como insuficientes,puede aplicar el artículo 42:
«Las acciones por aire, mar o fuerzas de tierra que puedan sernecesarias para el mantenímiento y la restauración de la pazinternacional.
Las Operaciones de Mantenimiento de la Paz (OMP) no estaban explicitadasen la Carta y se basan en el artículo 40 que establece:
(<El Consejo de Seguridad, antes de hacer las recomendaciones de quetrata el artículo 39 podrá instar a las partes interesadas a que cumplancon las medidas provisionales que juzgue necesarias o aconsejables.Dichas medidas provisionales no perjudican los derechos, las reclamaciones o la posición de las partes interesadas.»
Como vemos, tiene una apoyatura en la Carta Magna, más bien jurídicamentedébil. Los miembros permanentes del Consejo son China, Francia, UniónSoviética, Gran Bretaña y Estados Unidos de América.Estos países pueden bloquear cualquier decisión por tener derecho a veto ycontrolan las actividades del Comité Asesor Militar (MiUtary Staff Comittee).Como consecuencia de ello el sistema de seguridad colectiva y especialmenteel aspecto fundamental que concierne al uso de la fuerza, puede funcionarsólo si hay un completo acuerdo y cooperación entre los miembrospermanentes.Durante la mayor parte de la historia de las Naciones Unidas no se han dadoestas condiciones. Después de la Segunda Guerra Mundial han surgidonuevos conflictos muchos de ellos en el período de descolonización.
Había que buscar un medio para detener las hostilidades y controlar losconflictos impidiendo que se llegase a una confrontación más abierta.Las operaciones de paz de la ONU han significado esencialmenteoperaciones de contención. No había y no hay una teoría específica o unadoctrina sobre el tema: nacieron como una necesidad improvisada, unarespuesta práctica a un problema que requería algún tipo de actuación. Eltérmino operaciones de mantenimiento de la paz (peace keeping operation)no fue acuñado hasta mucho más tarde.La concepción de las operaciones de mantenimiento de la paz podrían ser,aproximándonos al pensamiento de Clausewitz, la gestión de la diplomaciacon otros medios.
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Tal como se han desarrollado en el pasado, una operación de este tipopuede ser definida como una operación que lleva a cabQ personal militar,con carácter normalmente voluntario y fundamentada en el consentimientoy la cooperación de las partes, aunque implica personal militar, no logra susobjetivos por la fuerza de las armas. Por ello contrasta con las acciones defuerza del artículo 42, anteriormente citado.
El punto de vista diplomático-militar
Las operaciones de mantenimiento de la paz pueden estar divididas dentrode amplias categorías: misiones de observadores que están constituidas ensu mayor parte por personal militar y fuerzas de mantenimiento de la paz,que suelen estar constituidas por unidades de Infantería ligeramentearmadas con los elementos necesarios para el apoyo logístico. Estos dostipos no son mutuamente excluyentes. Las misiones de observación están aveces reforzadas por unidades de Infantería o Logísticas, normalmente conun propósito pacífico y un corto período de tiempo. Las fuerzas demantenimiento de la paz están, a menudo, apoyadas en su trabajo porobservadores militares desarmados.
El primer empleo de personal militar por las Naciones Unidas fue en el año1947, en dos puntos: La Comisión Consular en Indonesia y el ComitéEspecial de los Balcanes. No obstante como en estos casos un pequeñogrupo de oficiales trabajó como miembro de las delegaciones nacionales yno estaban bajo la autoridad del secretario general, no pueden considerarseoperaciones de paz de la ONU, tal como ahora se consideran.
Desde el año 1988 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas haestablecido cinco nuevas operaciones de mantenimiento de la paz. Essorprendente el incremento en número si recordamos que sólo 1 3operaciones de este tipo habían sido organizadas durante los 40 añosprecedentes. En septiembre de 1 988, el Comité Noruego otorgó el PremioNovel a las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas.
Desde el año 1 988 España ha participado en tres misiones de pacificaciónde la ONU: La Misión de las Naciones Unidas para la Verificación de Angola(UNAVEN), en el Grupo de Asistencia de las Naciones Unidas a laTransición de Namibia (UNTAG) y en el Grupo de Observadores de lasNaciones Unidas para Centroamérica (ONUCA).
Este último fue dirigido por un general de división español y supervisó laentrega de armas de la Contra nicaragüense siguiendo la resolución 649 deI
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Consejo de Seguridad. Ha implicado un numeroso grupo de oficialesespañoles y ha tenido centro de verificación en Guatemala, Honduras,Nicaragua y Costa Rica.
El punto de vista puramente militarDiríamos siguiendo a Carlos von Clausewitz:
«La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdaderoinstrumento político, una continuación de las relaciones políticas, unagestión de las mismas con otros medios.Queda sólo como exclusivo de la guerra, la peculiar naturaleza de susjnedios. Puesto que las orientaciones y propósitos políticos no debenestar en oposición con estos medios, esto es lo que requiere el arte dela guerra en general y el jefe en cada caso particular, y este derechono es de escaso valor, la fuerte recesión que en determinados casosejerce la guerra sobre las intervenciones políticas debe estimarsecomo una modificación de éstas, y únicamente así, pues el propósitopolítico es el fin, la guerra el medio y jamás pueden concebirse mediossin un fin.»
Citando a don Manuel Díez-Alegría, maestro de parte de la actualgeneración de oficiales:
«Ninguna instancia política o jurídica es efectiva, si no cuenta con elcorrespondiente instrumento coactivo y este problema se ha manifestadodesde el primer momento en que ha querido establecerse enorganismo de cooperación internacional. Se han buscado para crear elórgano necesario (ejército internacional), varios procedimientos. Ya en1 932 Tardieu, el entonces ministro de la Guerra francés, propuso dotara la Sociedad de las Naciones de una fuerza militar a la que losEstados entregarían la totalidad de su armamento pesado... pero elproyecto quedó enterrado en aquella oganización.»
Analógamente, en el primer momento de la constitución de las NacionesUnidas, se pensó en dotarla de una fuerza armada compuesta decontingentes perteneientes a los Estados miembros, de los que continuaríana todos los efectos dependiendo en tiempo de paz.
«Pero en ninguna de sus formas esta constitución prevista de talejército internacional ha alcanzado resultado práctico, no obstante lasmedidas establecidas en los artículos 43 a 47 de la Carta».
El mayor general sueco Carl von Horn, que durante muchos años trabajópara la ONU, publicó un libro de cuya lectura se desprenden las dificultadesque hay que vencer, para que este tipo de continqente internacional
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verdaderamente eficiente, tanto a consecuencia de efectos propios de laadministración internacional como derivados de la propiaconstitución de lafuerza. La razón de la vista de ellas comenta:
«Difícilmente recomendaría el servicio militar internacional como unaocupación tranquila».
Las primeras dificultades surgen del absoluto desconocimiento que laAdministración de la ONU tenía de todo lo que respecta a cualquierproblema de tipo militar.
Un punto de vista militar en la actuacióncomo fuerza de separación entre contendientes.
Desde el punto de vista militar, considero que hasta ahora los mandosmilitares de los cascos azules se han limitado a una concepción yrealización de acciones desde una perspectiva táctica, sin posibilidad deconcepciones estratégicas que han sido mantenidas casi exclusivamentepor el mando político. Táctica, según la definición clásica, es el arte dedisponer, mover y emplear las tropas en el campo de batalla con orden,rapidez y recíproca protección, teniendo en cuenta la misión, el terreno, elenemigo y los medios propios.
La misiónUn problema importante en estos casos se deriva de que la intervenciónmilitar no es, como opinaba Clausewitz, la continuación de la política porotros medios, sino la continuación de «las políticas». Dado que la ONU, al serun organismo cc’legiado y representar los intereses de tan numerosospaíses con idiosincrasias y circunstancias tan dispares, tiene que renegociarpermanentemente sus políticas de actuación, que pueden tener en eltranscurso del tiempo fuertes contradicciones.
Como consecuencia, las misiones en el pasado no solían estar suficientemente definidas o suficientemente claras, para poder actuar como unaespecie de policía militar en un marco legal a veces confuso. Las tropasestaban dentro del avispero. (Las misiones dependientes de otras instanciasdiferentes a la ONU, dada sus especiales peculiaridades, deberían sermotivo de otro trabajo).
El terrenoPodemos considerarlo en una doble acepción, el terreno real, geográfico, enque desplieguen los cascos azules, y el terreno político en que se
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desenvuelven y donde deben resolverse los diversos incidentes que puedenocurrir en la vida habitual de las tropas.
Con respecto al primero, no hay que tener una concepción muy diferente ala tradicional militar, aunque con la salvedad de que debe atender a dosfrentes al mismo tiempo y que por lo tanto tiene simultáneamente dosretaguardias. Es una mala posición militar en todos los casos.
Pero puede ser peor todavía desde una concepción del terreno, como«terreno político» donde actúan los cinco agentes o actores que concurrenen la escena. La ONU, los dos bandos enfrentados y las autoridadespolíticas o militares del propio país al que pertenecen las fuerzas asignadascornó cascos azules.
Como vemos se trata de un terreno movedizo, con un posible cambio deestructura en muy poco tiempo. Yo diría que, en ocasiones, hay que dibujartodos los días unos nuevos planos sobre los que desarrollar la maniobra. Meatrevería a decir que se puede parecer más a la visión de un meteorólogoque a la de un militar, un topógrafo o un geodesta. El terreno político estácambiando continuamente.
El enemigo
Inicialmente no existe enemigo. Los dos bandos deben haber aceptado lamediación de la ONU para que la misión sea realizable. No obstante en laexperiencia real, muchos contendientes pueden convertirse localmente enenemigos. Entre ellos ya lo son. Luego no es difícil concebir a las tropas dela ONU como aliadas del bando contrario, disfrazados de neutrales. A estodebe sumarse que los bandos enfrentados suelen ser del Tercer Mundo, contodas las miserias que ello conlleva.
Como psicológico, tengo que decir que la «suspicacia» o técnicamentehablando el «paranoidismo» es profundamente humano y probablementeuna de las razones de supervivencia de la especie. Contradictoriamentepuede ser el rasgo fundamental para su destrucción.
Se mantiene en la psicología de la Gestalt (una escuela moderna depsicoterapia humanística) que «el salvador siempre se convierte en víctima».
Las tropas y los mediadores de la ONU, tienen ya una abundante lista debalas en todos los niveles de responsabilidad y catecioría.
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Los medios propios
La heterogeneidad de los cascos azules, con diferentes culturas, concepciones militares, niveles económicos, afinidad con los bandos enfrentados eidiomas, hace de su mando un ejercicio especialmente complicado.
Por otra parte, las fuerzas subordinadas tienen también que jugar a tresbandas. Los mandos políticos y militares de un propio país, de los cualesdependen y dependern en un futuro y el mando operativo de las fuerzas dela ONU.
Se trata por tanto de un juego de billar a muchas bandas y en donde haceruna serie atinada de carambolas exige una sabiduría y una pacienciarealmente importantes.
Sumando a esto que la potencia de fuego suele ser reducida y que suelentener las manos muy atadas para poder actuar, la situación puede sercom prometida.
Conclusión
Se trata de unas misiones y situaciones en muchas ocasiones enormementecomplejas y que antes de entrar en ellas deben ser muy reflexionadas..Como dice un viejo aforismo:
«Es mucho más fácil meterse en una situación que salir de ella».
El enfoque socioIógco
Los trabajos consultados, fundamentalmente los de Charles Moskos, asícorr las entrevistas mantenidas por el autor del trabajo con diversosprofesionales que han formado parte de las Fuerzas de Mantenimiento de laPaz parecen desprender las siguientes conclusiones:— La preparación tradicional de las Fuerzas Armadas basada en la
disciplina, jerarquía, responsabilidad y respeto a la legalidad permitenormalmente su adaptación a este tipo de operaciones.
— Hay dificultades iniciales de adaptación a una función que puedeaparecer como parapolicial y que puede suplirse con un enfrentamientoespecífico, ya que cada misión tiene específicas peculiaridades.
— Hoy no obstante pueden existir diversas disfuncionalidades tal comohemos expuesto previamente.
— La aceptación por la opinión pública del país de este tipo de actuaciones,parece indispensable para desarrollar la misión con éxito.
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— El desgaste personal y que las unidades puede ser muy fuerte ensituaciones que no impliquen: una duración limitada en el tiempo. unabuena comunicación entre el plano político y el militar, una preparaciónadecuada y un apoyo por parte de la opinión pública.
— El futuro de este tipo de intervenciones debe ir enmarcado dentro de unamayor clarificación de los aspectos legales, diplomáticos y militares quepermitan superar las disfuncionalidades que actualmente se aprecian enalgún tipo de intervenciones.
Creo que dado el previsible aumento del número de operaciones de estetipo, deberíamos tender hacia ello.
Bibliografía
— Díez-Alegría, Manuel. Ejército y Sociedad. Madrid, Alianza Editorial 1 973.— Echevarría, Carlos. La formación militar, roles, pautas, escenarios y objetivos.
Cuaderno de Estrategia número 19. CESEDEN. Instituto Español de EstudiosEstratégicos, 1 990.
— Le Peillet, Pierre. Les bérets bleus de 10 nu a travers 40 ans de con flict israéloarabe. París, Editions Frances-Empire 1 988.
— Moskos, Charles C. Peace So/diers. The sociology of a Unites Nation MilitaryForce. Chicago-London, The University of Chicago Press 1 976.
— Revista Española de Defensa (diversos autores).— Rikhye, Indar sit and Skjelsbaek, Kiell. The United Nations and Peace Keeping.
England, Mac Millan Press Ltd. 1990.— Seminario sobre Operaciones de Mantenimiento de la Paz (OMP,s). Madrid,
Ministerio de Defensa, CESEDEN, pp. 21 —25. Octubre, 1 991.— United Nations. The Blue Helmets. United nations publication, 1 990.— Von Clausewitz. De la guerra. Madrid, Ediciones Ejército, 1988.— Von Horn, Carl. Soldierinq for peace. London, Cassel, 1 966.
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EL RENACIMIENTO DE UNA NACIÓN
(Aspectos sociales y miliares de los sucesos en Rusia)
Por JORGE ASPIZUA TURRIÓN
Introducción
<(Doble y vertiginosa sensación: lo que acaba de ocurrir pertenece yaal mundo de lo infinitamente lejano y, al mismo tiempo la antigüedadmilenaria está infinitamente cerca... Puede concluirse de todo esto quela tradición moderna, y las ideas e imágenes contradictorias quesuscita esta expresión, no son sino la consecuencia de un fenómenoaún más perturbador: la época moderna es a de la aceleración deltiempo histórico (...) Pasan más cosas y todas pasan casi al mismdtiempo, no una detrás de otra, sino simultáneamente. Aceleración esfusión. Todos los tiempos y todos los espacios confluyen en un aquí yun ahora» (1).
En el año 1972, cuando Octavio Paz reflexionaba una vez más sobre laevolución de la lírica contemporánea, hubo de detenerse en el análisis de lapercepción del tiempo en la historia humana. No siempre fue la misma esapercepción; la universalmente aceptada hoy se adoptó hace tan sólo dossiglos y medio en Europa, desde donde se expandió. Nuestra idea del tiempose elabora en los prolegómenos de la era de las revoluciones y tiene alfuturo como el referente paradigmático de su conceptuación.
(1) Paz. Octavio. Los hijos del limo, en La tradición de la ruptura. Editorial Seix Barral.Biblioteca de Bolsillo. Tercera edición, Barcelona, 1990.
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Su fin —que sería el de la Historia, si seguimos a Francis Fukuyama—estaría aparejado al fin de esa era de las revoluciones que su aceptación porla filosofía política alentó. En diciembre del año 1989 pareció que el ocaso deesa era, anunciado en el texto citado de Paz, estaba tomando forma. En unaño y medio, sucedió algo que, acaso, señala que esa concepción deltiempo sigue siendo válida aún con los matices que quepa introducir.
Ese algo ha sido, es, la segunda revolución rusa; una revolución que, desdeel 21 de agosto de 1991, vuelve a Rusia y al Mundo ante la perspectiva defuturo (2).
Cuando Gorbachov inició las reformas del sistema soviético sólo los másoptiHstas espeaban que alcanzara en su importancia a las que casi tressiglos antes iniciara Pedro 1 el Grande: modernizar, para hacerlo viable ydecente, el sistema realmente existente en Rusia y su Imperio. La mayoríacreía que la ambiciosa formulación de la perestroika tan sólo encubría unaoperación de imagen de un encantador de serpientes. La necesidad desupervivencia del Estado soviético, tocado del ala pese a lo propagado enlos informes de la CIA, obligaba a Gorbachov a proponer tres grandes líneasde reformas: descentralización de la economía, modernización tecnológica ydesarme en gran escala. Estas líneas de acción se aceleraron cuando secomprob& que lamagnitud del desastre soviético era tal que Gorbachov sevio obligádo a:
«... rectificar sobre la marcha, abordando la solución de los problemasque iban surgiendo en el desarrollo de la reforma técnica. Así la llamda“política de aceleración”desembocó en la perestroika y ésta se hizoinseparable de la glasnost» (3).
En otras palabras, por seguir a Castells, de una reforma de caráctertecnocrático economicista se hubo de pasar a una reforma política y social.Este salto era obligado puesto que la transparencia —glasnost—, necesariapara Gorbachov y sus asesores supieran lo que pasaba realmente, sirviópara que un parte de la Unión Soviética, la mayoría amordazada, empezaraa expresar librémente su malestar y, con ello, a hacer evidentes los límitesde la revolución des’de arriba que pretendía Gorbachov.Cuando éste intentó abanderar la reforma política, se encontró en unincómodo centro entre las posiciones reaccionarias de la vieja nomenklaturay las de las élites emergentes de carácter rupturista. Unas elecciones
(2) Para la percepción rusa del problema vid.: Kozirev, Alexis «No perder el futuro». El Sol. 11de septiembre de 1991. El señor Kozirev es ministro de Asuntos Exteriores de laFederación Rusa.
(3) Castells, Manuel. »La nueva revolución rusa». Claves, núm. 16, p. 4, octubre, 1991.
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semilibres dieron la muestra de cual era la voluntad mayoritaria de loshombres y pueblos que integraban la Unión Soviética. Asimismo dieronseñal de que algo había cambiado entre las corporaciones de funcionariosque integraban el inmenso Estado totalitario. Se había producido «irrupciónde la sociedad civil» con una expresión «nacionalista» de la voluntaddemocrática (4).
Yéltsin, un antiguo aparatchick transformado en líder democrático, obtuvola mayoría en la Federación Rusa, principal de las repúblicas soviéticas. Losnostálgicos del poder bolchevique cometieron un máximo error: intentaronun golpe de Estado. De su fracaso dio muestra la imagen de Boris Yeltsinencaramado a un, carro de combate T-72 emitiendo su proclama comoLenin hiciera la suya sobre una autoametralladora blindada Austin-Putilov.Una gran historia en espiral se cerraba, por una nueva aceleración deltiempo histórico y paradójicamente, en una ruptura. Con ello el futuro, comose apuntó anteriormente, más, vuelve a estar abierto y parece que la Historia,tal como se concibe desde la cultura judeocristiana laicizada euroamericana,está lejos del fin.
Una historia particular: la éspiral del Ejército Rojo (1917-1991)
Un coñocido sofisma asegura que cada pueblo tiene el gobierno que semerece. Analizando la radicalidad, de las cosas, es relativamente fácil darpor válida esa afirmación. Y si tal se hace, se puede convenir que cadapueblo tiene en sus instituciones reflejo acabado de lo que es. Otro tantoocurrirá con los integrantes de esas instituciones que serán, en corporaciónde iguales, reflejo de las inquietudes de los integrantes del pueblo en suconjunto; con sus especificidades, sí, pero no rabiosamente distanciados delos sentires de las gentes.
En la corporación de funcionarios conocida popularmente como EjércitoRojo esto ha ocurrido. No es que se haya producip una’ mLit’ación de’ lanoche a la mañana. Para notarlo, conviene repasar las líneas de su historia.
Los orígenes
El Ejército Rojo nació del proceso de descomposición de un ejército zaristamal mandado, mal aprovisionado y minado por una acción subversiva quese apoyaba en un acertado análisis de la situación. La crisis específica del
(4) Las palabras entrecomilladas se refieren a conceptos usados por Manuel castelis op. cit..pp. 8 a 11.
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aparato militar zarista tenía su correlación en la crisis del aparato productivoimperial que no sólo no lograba cubrir las necesidades del ejército sino queestaba dejando en la pauperización al conjunto de la población delimperio (5).
El golpe de Estado bolchevique, pues otra cosa no fue lo que la hístografíadel régimen soviético califica como Revolución de Octubre, no fue sino elepisodio final, adelantándose al promovido por el partido agrario Kadet deesa descomposición aprovechada por los revolucionarios profesionales. Apartir de ahí la creación del Ejército Rojo atendió las necesidades dedefensa del nuevo régimen ante la prolongación de la guerra con Alemania,la guerra civil y la intervención aliada.
Para su encuadramiento se recurrió a muchísimos oficiales del extintoEjército ¡mperial impelidos en muchos casos por las esperanzas que elnuevo régimen les otorgaba en tanto que integrantes de un nuevo Estadoruso y como profesionales. La posterior expansión soviética sobre Polonia,epílogo de la guerra civil y de la intervención internacional, representó unaprimera derrota que llevó a los largos años de internaización de la actividadmilitar soviética (6).
La institucionalización estanilista
Esos años, desde el plano militar supusieron la institucionalización delEjército Rojo hasta convertirse en un peligro para Stalin, convertido endictador de todas las Rusias. La purga de 1 937-1 938, pese al componenterenovador que supuso el paralelo relanzamiento tecnológico de la industriamilitar soviética, fueron los elementos de liquidación del «profesionalismolegado por los antiguos oficiales zaristas y del «politicismo> remanente delos bolcheviques de primera hora convertidos en militares de profesión.
xitos como los de lá campañs de Manchuria contra los japoneses fueronseguidos de fracasos comb el de la guerra de Invierno contra Finlandia.Supusieron el fiel de la balanza para la calificación de una refundación delEjército Rojo, que cristalizó en 1949, con el abandono oficial de esadenominación en favor de la de Ejército soviético tras la victoria contra el Eje.
(5) Para un breve y correcto examen del proceso de desintegración zarista y de las causas delfracaso de la solución democrática vid.: McNeill, William H. La búsqueda del poder.Tecnología, Fuerzas Armadas y sociedad desde el 1 000 d.C. Siglo XXI. Editores. Madrid,1988, pp. 366 a 368 y 375 a 378.
(6) Siguen siendo de primera necesidad la consulta de los textos de <Trotski», LeónDavidovich Brostein. Historia de la Revolución Rusa. Sarpe Ediciones. Madrid, 1985,2 volúmenes. Mismo autor: Mi vida (Autobiografía). Editorial Akal. Madrid, 1979.
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La Gran Guerra Patria —no la guerra comunista revolucionaria terminó deforjar un ejército burocratizado en extremo, alineado junto con otrasburocracias en torno a un liderazgo único y personalizado e imbuido de unaideología conservadora del status quo del nuevo Imperio soviético—.
La guerra fría
La lucha por la hegemonía mundial dada a partir del año 1948 tuvo comovector primerísimo una carrera de armamentos cuya imagen era la de laproliferación nuclear. Básicamente esta carrera fue una competencia porlograr un desequilibrio tecnológico que procura un margen de tiemposuperior para la toma de decisión última: superioridad de la acción histórica.
Dadas esa condiciones, no es de extrañar que al aparcamiento por un poderdemocrático del mando efectivo del eneral McArthur tuviera su paralelo enla defenestración política del mariscal Zhukov bajo la acusación debonapartismo. Es bastante probable que esos dos hombres, cuya formacióncorrespondía al tiempo prenuclear compartieran una visión del mundo y delas fórmulas de su gobierno más cercanas al pasado lejano —guerra corohecho diferenciado de la paz— que al futuro —holocausto nuclear— hechoamenaza cotidiana.
No tardó en ponerse al frente del complejo militar —tecnológico— industrialel mariscal Ustinov, que no era militar de carrera, sino un ingeniero civilespecializado en la creación de las estructuras productivas necesarias paraestablecer la pirámide nuclear de disuasión.
Desde los años 1957 hasta 1977 sólo supusieron una etapa de pugna deequilibrio tras el asentamiento del poder bipolar. Para el año 1 978, los usosde la guerra fría estaban perfectamente claros y las negociaciones entreambas superpotencias se resumían en el intento de lograr un acuerdo desobre los procedimientos para evitar la mutua destrucción. En tanto, doselementos crearon las condiciones para el cambio: la crisis política enOccidente agravada por la crisis de la economía-mundo de mercado libre yla arterioclerosis política de Oriente, correlato del empantanamiento de laeconomía centralizada soviética.
El derrumbe secuencialmente acelerado
Si la crisis del mes de octubre de 1 962 puede considerarse como una crisisde consolidación del sistema bipolar, las múltiples crisis nucleares de losaños setenta y ochenta fueron las del comienzo del fin del modelo.
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La crisis político-económica de los años 1 972-1 973 en Occidente coincidiócon la aparición de un potencial de salto tecnológico sin precedentes: laposibilidad de la producción masiva de microprocesadores basada en laaplicación de las teorías de la superconductividad eléctrica. Más que en unahorro de energía, que lo fue, su impacto fue vital en el incremento derapidez en el procesamiento de la información; esto es, la liberación de mástiempo a disponer para la toma de decisión.
La digestión del nuevo potencial y su transformación en potencia real fuemás rápida cuanto más avanzaba la adopción práctica de las sucesivasgeneraciones de productos microelectrónicos. sta se, vio acelerada almáximo en la dotación de medios para el ensayo de la Iniciativa de DefensaEstratégica impulsada por la Administración Reagan desde el año 1 981.
El sistema económico soviético estaba en los límites de su potencialidad.Generar y asignar los recursos necesarios para hacer frente al reto querepresentaba este salto tecnológico era poco menos que imposible sin quela calidad de vida de los súbditos soviéticos se resistiera gravemente.
La evidencia de la crisis del complejo militar-industrial soviético
Afganistán supuso el elemento de desmoralización a modo de Vietnamsoviético sobre la constatación de la inviabilidad del sistema, evidente ya enlos últimos años del mandato de Bréznev. El Ejército soviético se vio anteuna guerra para la que no estaba preparado conceptualmente. En un planointerno, resultó que las victorias parciales no compensaba un proceso dedescomposición cuya expresión más patente era el incremento de índice dedeserciones en su seno. Ineficacia en la acción militar, imposibilidad decompetir en la carrera tecnológÍca y pauperización de las condiciones devida de la población componían la triada de elementos que dieron origen ala perestroika.
La nacionalización: fin del Ejército soviético
«Yeltsin ha hecho un esfuerzo consciente para cuidar a las FuerzasArmadas, convirtiendo a algunos sectores de los cuerpos de oficialesen un poder de base. Mientras que otros reformistas pedían investigaciones sobre supuestos abusos cometidos por los militares, Yeltsinhizo todo lo contrario, elogiándolos como incorruptos y pilar de lasociedad» (7).
() Nudy, Juliár. «Yeltsin y los miIitares.-Ef País. 2de aqosto de 1991.
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El proceso general descrito en cero —llevó a una efectiva nacionalizaciónde las claves de desarrollo político del Imperio soviético—. La extensión atoda la población del disfrute de unos derechos políticos individuales,aunque mínima, impregnó todos los sectores del apartado del Estado. ElEjército y sus integrantes no fueron ajenos a esa evolución. Y mientrasalgunos iniciaron inmediatamente la petición de purga, otros supieronbuscar en los mismos elementos que habían configurado las mentalidadesde los cuadros militares soviéticos desde la Segunda Guerra Mundial,, laspalancas que harían oscilar la decisión corporativa en favor del cambiodemocrático. La elección como presidente de la Federación Rusa, el 1 2 dejunio del año 1 991, de Boris Yeltsin, sirvió para conocer el sentido del voto,no sólo de los rusos, sino de la mayoría de los cuadros militares: mayoritarioa favor de los radicales demócratas. Patria, honor y servicio al pueblo eranvalores y actitudes que se resolvían en una intención en favor de la ruptura.La definitiva nacionalización del Ejército se plasmaba con el rechazo a lasopciones apoyadas por el partido único. No tardaría en verse cuál era lasolidez de la decisión.
Enroque, golpe y contragolpe: hipótesis sobre tres días de agosto
El ajedrez es un juego cuyo origen indo-pérsico ha sido olvidado por laprimacía que de siempre se ha observado por parte de los campeonessurgidos dentro de la órbita eslava. Recomendado de antiguo a pólíticos ymilitares, como sano sustitutivo ejercitante de sus habilidades, se hancomparado los logros más relevantes de las artes política y militar con lasmejores jugadas del ajedrez.
El enro queEn noviembre del año 1990, Gorbachov —e! «rey»—, entre el rechazo de lamasa de opositores demócratas y los parabienes de los conservadores,trocé el «alfil» —el conjunto de ministros y asesores más cercanos a lasposiciones de los demócratas— por su «torre» —el conjunto de ministros yasesores más afines a las posiciones del aparato representado por Soyuz enel Sóviet Supremo—.
Se ha dicho que Gorbachov actuó así debido a sentirse incapaz de rompercon el Comité Central del PCUS dada «su profunda adhesión de principio asu identidad comunista>’ (8). Sea o no acertada esa apreciación lo cierto esque a la vista de lo sucedido el movimiento político realizado en el mes de
(8) castells, Manuel op. df.. p. 11.
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noviembre liberó el juego del «alfil» demócrata y, como años antes tras laruptura personal de Yeltsin con el Comité Central, dio alaal liderazgo y a lacausa democrática. sta se reforzó con los Shevardenadze y Shatalin y,mientras tanto, se incrementó la observación sobre el juego del «caballo»—el Ejército soviético—.
El golpe
Habiéndose demostrado inviable la intervención armada en tareas derepresión masiva interior —sucesos de Tbilisi, sucesos de Riga— elelemento militar de juego estaba en pleno proceso internalización de lanueva situación. La comentada elección de Yeltsin como presidente de laFédráción Rusa y el aporte en votos a su causa no despejaba la incógnita.Esta se despejó cuando, ante la antesala de la firma del nuevo Tratado dela Unión —de hecho una refundación del Estado desde nuevos prismas decolaboración democrática entre las repúblicas integrantes— la «torre>)conservadora dio un movimiento: la intentona golpista. Su ejecuciónrespondió a un modelo intermedio entre el golpe de palacio y elpronunciamiento.
El contragolpe
El diario El País destacó en su primera plana la noticia del golpe con elsiguiente’ titular: «Un golpe de Estado militar derriba a Mijail Gorbachov».¿Hubo tal golpe de Estado militar? El lenguaje del comunicado de losgolpistas del Comité Estatal para el Estado de Emergencia —(vid, reproducciónen E/Mundo, 20 de agosto de 1 991 )— era un calco del usado desde la GranGuerra Patria, reeditado por el propio Gorbachov a poco de asumir el podery junto con el escaso, aunque estratégico, despliegue de medios militares ychekistas vinculados a los golpistas no permitían, a poco de conocer lanoticia de la intentona, suponer que «todo» el aparato militar soviético estabadetrás de ésta.Del «caballo» militar se sabe, por boca del general Yachin, que el miércoles20 de agosto, el Colegio del Ministerio de Defensa soviético se reunió parapedir en presencia del mariscal Yazov:
«... que se retirase del Comité Estatal para el estado de emergencia...se decidió retirar las tropas de Moscú, suprimir el toque de queda, darcuenta al Sóviet Supremo de la Unión Soviética de la situación yexpresar la desconfianza hacia el Comité» 9).
(9) Declaraciones del general ‘{ury Yachin, viceministro de Defensa de la URSS a AFP,publicadas en extracto en El País, 24 de agosto de 1991.
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El general Yachin calificó de absurda la tesis del golpe de Estado militar yaque consideraba que los preparativos eran de algunos políticos sectariosque lo habían hecho en secreto. Ciertamente, antes de la reunión delmiércoles 20. de agosto por la mañana, el EJército soviético ya se habíadefinido en la práctica, cuando ni tan siquiera los golpistas pudieron hacersecon el control operativo de sus armas nuçleares tácticas de menor nivel. Nitan siquiera el grueso de los OMON del general Gromov, fuerzaá militaresadscritas al Ministerio del Interior, ni la unidad de élite uniformada del KGBdenominada ALPHA secundaron las concretas órdenes que los golpistasimpartieron para reprimir la resistencia democrática:
«... Yeltsin y Sobchak lograron el suficiente apoyo para que el Ejércitoy la Policía en Moscú y en Petessburgo tuvieran que haber matado acientos —si no miles— de personas para asegurar el éxito del golpe.
El cuerpo de oficiales rusos estaba demasiado dividido políticamente,demasiado desacostumbrado a dar golpes de Estado y demasiadohorrorizado ante la idea dematar a su propia gente. Como en el año1 91 7, un golpe fracasadode la derecha ha-desacreditado totalmente alconservadurismo» (1 0).
Lejos de lo temido en las noches dd defensa del Parlamento ruso, fueronmuchas las unidades y muchos los militares individualizados que realizaronmovimientos de apoyo a los dirigentes democráticos. Así el comandante deldistrito militar de Petessburgo se puso a las órdenes del alcalde Sobchakpara defender el distrito contra toda acción de fuerza de fuerzas golpistas.
Los altos mandos militares implicados en la intentona como Yazov, sesumaron a estas más en su condición de aparatchick deseoso de conservarel régimen del Partido Comunista que de militar pofesional. Nuevos hombrescc no Kobetz, Lobov o Shaposhinikov, pusieron su esfuerzo al servicio de losresistentes encarnados en los ciudadanos que, en progresión geométrica,iban agregándose en la defensa activa de las libertades y contribuyerondecisivamente a que su organización pesara en la resolución favorable a laopción democrática llevando a otros, como Ajromeiev, a un suicidio físico,expresión de su suicidio político.
Personajes como Moiseyev, quien pareció presidir la transición del mandodel Ministerio de Defensa soviético a la nueva gerencia, o el generalGromov, el duro admirador de Zhukov, presentan perfiles que acaso aúntengan algo que ver con los sucesos que se avecinan tras el duro invierno.Una vez disuelto formalmente el KGB, ha adquirido renovada importancia el
(10) Lieven, Dominic. La esperanza» Hechos, núm. 16, 16 de septiembre de 1991.
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GRU, el servicio de información del aparato central de la nueva Unión deRepúblicas Soberanas Libres. Los movimientos del «alfil)) democráticodecidieron los que habría de realizar el «caballo>) militar. El movimiento cortode la «torre» conservadora fue su perdición, al tiempo que dejó al «rey»Gorbachov desprotegido: pero ¿acaso en una democracia el poder no ha dequedar algo desprotegido frente a la voluntad soberana de la población?
La situación militar, hoy en Rusia
«... la Revolución Soviética nos pareció una ruptura de tal modo radicalentre pasado y futuro, que un libro de viaje a Rusia se llamó, si norecuerdo mal, Visita al porvenir. Hoy, medio siglo después de eseacontecimiento en el que vimos la encarnación fulgurante del futuro, loque sorprende al estudioso o al simple viajero en la persistencia de losrasgos tradicionales de la vieja Rusia» (11).
Nuevamente tomando a Octavio Paz como punto de partida, es posibleaventurar unas afirmaciones cuya concatenación sirva para formularhipótesis que sólo un estudio detenido podría confirmar.El Ejército soviético, que una vez supuso el modelo de un futuro a la veztemido y deseado, acabó siendo exponente de los rasgos tradicionales de lavieja Rusia, si por tal podemos tener los que definen una mastodónticaineficacia.
La conciencia de ese estado de cosas, entre los mandos y tropas que locomponían, basó todas las acciones que desde dentro de él y desde fuerade su estructura humana eclosionaron en tomas de postura contradictoriasentre sí. La mayoritaria expresaba un deseo de ruptura con el pasado ycompartía espacio con otras conservadoras, periféricas e incluso disgregadoras (pro Soyuz profesionalismo elitista y agitaciones nacionalistas dedistinto signo respectivamente).Esas posturas, incluso la que llevó a destacados militares reformistas deprimera hora a apoyar la intentona golpista del día 18 de agosto, siguenactuando en el transcurso de los acontecimientos generados a partir de lanueva dinámica política. No de menor importancia en ese punto es lasituación de inseguridad social en el que queda una buena porción delEjército, obligado a abandonar su destino en los países del extinto Pacto deVarsovia y para los que no se ha habilitado ni tan siquiera la dotación deviviendas permanentes. A esto, a medio plazo, habrá que unir los efectos dela desmovilización de una gran parte de la estructura militar en una sociedad
(11) Octavio Paz, op. cit.. p. 24.
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que no puede absorber las habilidades específicas de los cuadros de mandomilitares.
Uno de los acontecimientos más importantes a cuyo desarrollo se asistirá enlos próximos meses, e incluso años, es a la formación de un nuevo sistemade defensa militar de las gentes, territorios e intereses de la nueva Unión deRepúblicas Federadas. Este sistema de defensa estaría determinado por laexistencia de Guardias Nacionales cuyo contrapeso político sería laarticulación de un ejército federal sujeto a las directivas del poder central. Yase han hecho patentes los primeros encontronazos y la cuestión está lejosde resolverse, manteniéndose el temor al potencial de desestabilización queencierra (1 2).
Conclusión
Se ha abierto un período constituyente entre los pueblos y territorios que unavez fueron integrantes del Imperio soviético. El reconocimiento de laindependencia de los países Bálticos fue la consecuencia inmediata deldesenlace de la intentona golpista. La reelaboración del Tratado de la Uniónbusca conseguir la creación de un nuevo centro encargado de dirigir laagregación a la Federación Rusa, núcleo fundamental del espacio continentaleuroasiático, de las dos repúblicas eslavas de su entorno —Bielorrusia yUcrania y del resto de las repúblicas resurgidas tras los tres días de agosto(1 3). No parece que el proceso vaya a ser fácil, dadas las extraordinariasdificultades socioeconómicas que atraviesan la Confederación (14).
A la vista de o expuesto, sólo cabe adherirse a la declaración hecha por elministro Fernández Ordóñez el día 20 de agosto de 1 991: «Esto no ha echomás que empezar».
E tiempo, siempre el tiempo, dirá si el futuro recién abierto nuevamente hasido para bien de todos.
(12) Entre otras muchas noticias, pueden verse los siguientes titulares: «Gorbachov amenazacon actuar en contra de la creación de ejércitos repubIicanos. El Sol, 22 de octubre de1991: y «El Ejército de la URSS no consiente que las repúblicas se apropien de susinstalaciones». El Independiente, 25 de octubre de 1 991. Nótese que Gorbachov pide dosunidades: la del mercado económico interior y la de la estructura de defensa.
(13) Para un estricto resumen geoestratégico de la cuestión vid. Valcárcel, Darío. «El regresode Rusia», Revista profesional de la Guardia Civil. Octubre, 1991.
(14) Para anotar la posición de los demócratas rusos al respecto vid. Kabakov, Víctor. «Rusiaexistirá siemre’. El Sol, 16 de octubre de 1991.
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CONSIDERACIONES FINALES
CONSIDERACIONES FINALES
Por JESÚS IGNACIO MARTÍNEZ PARIdo
Aunque se pretende la construcción de un orden global, las peculiaridadesde las regiones, no sólo en los aspectos materiales, sino también en losculturales, seguirán teniendo su peso que, en ocasiones, puede llegar aentorpecer esa marcha.
Como resultado de la distensión, la resolución de los problemas en términosmilitares, están siendo sustituidas por acciones de eliminación de tensionesy diferencias que eviten llegar al extremo de usar las armas. Sin embargo, enzonas periféricas sociales y estratégicas cabe pensar en esta últimaposibilidad.
Las decisiones que se puedan tomar para planificar el futuro no puedenpasar por olvidar ni el presente, ni el pasado. Romper la tradición es tareavana que, además de no solucionar nada, agrava el futuro.
El diseño de los objetivos estratégicos de futuros probables, la definición denecesidades materiales y tecnológicas, de organización, no pueden olvidarque todos esos cambios los van a tener que llevar a cabo las personas.
Las decisiones de planificación ‘a no se puede pretender tomarlas demanera aislada, deben sumarse a los esfuerzos colectivos de los países conlos que se mantienen y comparten obligaciones. En este caso se deberáaprovechar la ventajas de participar en esfuerzos colectivos, para reforzar lapropia seguridad nacional.
Las obligaciones de una sociedad van más allá de las exigencias queimpone la proximidad y el contacto físico. La Historia une tanto o más
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que otras variables, aunque sus resultados sean más intangibles. Se exigeun esfuerzo mayor para saber sacar provecho a esta circunstancia a la queno se puede renunciar si no se quiere perder buena parte de la identidadpropia. Por supuesto que esa imaginación tiene que ir más allá de lo que esmera anécdota temporal.
La cooperación con otras culturas se puede entender en términos de razóny justicia, más aún cuando existen desfases manifiestos entre ellas. Perotambién se debe buscar esa cooperación como medio para evitar tensionesque en su escalada pueda poner en peligro la propia estabilidad.
El apoyo y la colaboración con los países árabes deberá prestar especialátersción a favorecer todo lo que suponga estimular las actitudes detolerancia que en ellos existen.
La opinión sobre lo internacional es cada vez mayor entre la poblaciónespañola. Pero se mantienen prejuicios frente a lo militar, y estereotiposfrente a zonas de especial interés para España que hace falta replantear sinfalta.
Aunque no se puede renunciar, ni poner reparos a las nuevas misiones demantenimiento de la paz, la novedad y los problemas que llevan implícitasexigen precauciones que eviten plantear conflictos añadidos.
Rehacer la tendencia de la historia de los pueblos que fue rota por violenciasque no han conducido a nada, o a poco, no es tarea fácil y como poco llenade peligros que por lo que se juega en el embite, todos deberán apoyar, o porlo menos no entorpecer.
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COMPOSICIÓN DEL SEMINARIO
Presidente. D. JUAN DIEZ NICOLÁSCatedrático de Sociología.
Secretario: E). ALBERTO BENDITO MARTÍNEZ DE BUJOCoronel de Infantería de Marina.Ingeniero Industrial Técnico.
Grupo de Trabajo «G» Sociología Militar
Presidente: [1. JESÚS IGNACIO MARTÍNEZ PARICIODoctor en Ciencias Económicas y Empresariales.
Vocales: D. JORGE ASPIZUA TURRIÓNLicenciado en Filosofía y Letras.
D. EMILIO BENAVENT ESCUINGeneral de División del Cuerpo Eclesiástico.
D. CARLOS ECHEVARRÍA RODRÍGUEZCoronel de Artillería.
D.a ANA MARÍA HUESCA GONZÁLEZLicenciada en Sociología.
D. JULIO MOLINA BENAYASLicenciado en Historia Moderna y Contemporánea.
D. JORGE ORTEGA MARTÍNComandante de Caballería DEM.
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D. JOSE ANTONIO DE QUEROL PAGANAlférez de navío. Licenciado en Sociología.
D.a MARÍA JOSÉ RAMÍREZ LAFITALicenciada en Sociología.
D.a MARÍA LUISA RODRÍGUEZ MOJÓNLicenciada en Cíencias Políticas y Sociología.
D. EULOGIO SÁNCHEZ NAVARROLicenciado en Sociología.
D. FRANCISCO JAVIER SIGUENZA MATEOCoronel de Artillería.Licenciado en Ciencias Empresariales y en Psicología.
Las ideas contenidas en este trabajo son de responsabilidad de sus autores, sin querefleje, necesariamente, el pensamiento del IEEE que patrocina su publicación.
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CUADERNOS DE ESTRATEGIA DEL CESEDEN
N.° TÍTULO
01 La industria alimentaria civil como administradora dé. las FAS y sucapacidad para la defensa estratégica.
02 La ingeniería militar de España ante el reto de la investigación y eldesarrollo en la Defensa Nacional.
03 La industria española de ¡nters para la defensa ante la entrada envigor del Acta Única.
04 Túnez: su realidad y su influéncia en el entorno internacional.
05 La Unión Europea Occidental.
06 Estrategia regional en el Mediterráneo Occidental.
07 Los transportes en la raya de Portugal.08 Estado actual y evaluación económica del triángulo España-Portugal
Marruecos.
09 Perestroika y nacionalismos periféricos en la Unión Soviética.
10 La batalla del año 2000 (las operaciones en el espacio estratégico deinterés nacional).
11 La gestión de los programas de tecnologías avanzadas.12 La batalla del año 2000 en el espacio (II).
1 3 Cobertura de la demanda tecnológica de las necesidades de ladefensa nacional.
14 Ideas y tendencias en la economía internacional y en la española.
1 5 Identidad y solidaridad nacional.
16 Implicaciones económicas del Acta Única 1992.
1 7 Investigación de fenómenos belígenos. Método analítico factorial.
18 Las telecomunicaciones en Europa en la década de los 90.
1 9 La profesión militar desde la perspectiva social y ética.
20 El equilibrio de fuerzas en el espacio sur europeo y mediterráneo.
21 Efectos económicos de la unificación alemana y sus implicacionesestratégicas.
N.° TÍTULO
22 La política española de armamento frente a la nueva situacióninternacional.
23 Estrategia finisecular española. México y Centroamérica.
24 La Ley Reguladora del Régimen del Militar Profesional.
25 Consecuencias de la reducción de los arsenales militares negociadaen Viena.
26 Estrategia en el área iberoamericana del Atlántico sur.27 El espacio económico europeo. Fin de la guerra fría.
28 Sistemas ofensivos y defensivos del espacio.
29 Sugerencias a la Ley y Reglamento de Ordenación de las Telecomunicaciones (LOT).
30 La configuración de Europa en el umbral del siglo XXI.31 Estudio de inteligencia operacional.
32 Cambios y evolución de los hábitos alimenticios de la poblaciónespañola.
33 Repercusiones en la estrategia naval española de aceptarse laspropuestas del este en la CSBM.
34 La energía y el medio ambiente.
35 Influencia de las economías de los países mediterráneos del norte deÁfrica en su política de defensa.
36 La evolución de la seguridad europea en la década de los 90.
37 Análisis crítico de una bibliografía básica de sociología militar enEspaña. 1 980-1 990.
38 Recensiones de diversos libros de autores españoles editados entre1980-1 990 relacionados con las FAS.
39 Las fronteras del mundo hispánico.
40 Los transportes y la barrera pirenaica.
41 Estructura tecnológica e industrial de Defensa ante la evoluciónestratégica del fin del siglo XX.
42 Las expectativas de la l+D de Defensa en el nuevo marco estratégico.
N.° TÍTULO
43 Cóstes de un ejército profesional de reclutamiento voluntario. Estudiosobre el Ejérc:ito profesional del Reino Unido y (III).
44 Sistemas ofensivos y defensivos del espacio (II).
45 Desequilibrios militares en el Mediterráneo Occidental.
46 Seguimiento comparativo del presupuesto de gástos en la década1982-191 y su relación con el de Defensa.
47 Factores de riesgo en el área mediterránea.
48 Las Fuerzas Armadas en los procesos iberoamericanos de cambiodemocrático (1 980-1 990).
49 Factores de la estructura de seguridad europea.
50 Algunos aspectos del régimen jurídico-económico de las FAS.
51 Los transportes combinados.
52 Presente y futuro de la conciencia nacional.
53 Las corrientes fundamentalistas en el Magreb y su influencia en lapolítica de defensa.
54 Evolución y cambio del Este europeo.
55 Iberoamérica desde su propio sur.
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Colección Cu aderntos de Estrategia