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Id Cendoj: 28079120012010100458 Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal Sede: Madrid Sección: 1 Nº de Recurso: 11429/2009 Nº de Resolución: 513/2010 Procedimiento: PENAL - PROCEDIMIENTO ABREVIADO/SUMARIO Ponente: JUAN RAMON BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE Tipo de Resolución: Sentencia Resumen: VOTO PARTICULAR. Asesinato. Detención ilegal. Robo y Tenencia ilícita de armas. SENTENCIA En la Villa de Madrid, a dos de Junio de dos mil diez. En los recursos de casación por quebrantamiento de forma, infracción precepto constitucional e infracción de Ley que ante Nos penden, interpuestos por Jose Enrique , Alfonso , Darío , contra sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Zaragoza, Sección Primera, que condenó a los acusados, por delitos asesinato, detención ilegal, robo y tenencia ilícita de armas ; los componentes de la Sala Segunda del Tribunal Supremo que al margen se expresan se han constituido para la deliberación y Fallo, bajo la Presidencia del Primero de los indicados y Ponencia del Excmo. Sr. D. Juan Ramon Berdugo Gomez de la Torre, siendo también parte el Ministerio Fiscal y estando dichos recurrentes representados por los Procuradores Sres. Esteban Gutiérrez y Olmos Gómez. I. ANTECEDENTES Primero.- El Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza, instruyó sumario con el número 2 de 2007, contra Jose Enrique , Alfonso , Darío y otros, y una vez concluso lo remitió a la Audiencia Provincial de Zaragoza, cuya Sección Primera, con fecha 10 de julio de 2.009, dictó sentencia, que contiene los siguientes: HECHOS PROBADOS: Conforme a la prueba practicada y en virtud de lo establecido en el artículo 741 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ha resultado probado que desde Valladolid, Jose Enrique , Alfonso , Darío , todos ellos mayores de edad, y una cuarta persona sin identificar pero que era conocida como " Pulga ", se desplazaron a la ciudad de Zaragoza, tras tener conocimiento de que Prudencio , conocido en la ciudad de Zaragoza por la Policía, por su implicación en el mundo de las drogas, podía tener dinero por valor de unos doscientos millones de las antiguas pesetas, con el claro propósito de apoderarse de la cantidad citada en poder del mentado Prudencio , y para cuya consecución estaban dispuestos a realizar las actividades necesarias, incluida la muerte de Prudencio . Para ello, Jose Enrique se hizo con la pistola marca Llama, modelo M-82, calibre 9 milímetros, con la numeración de serie borrada y que empleó posteriormente a tal fin. En la madrugada del pasado 28 de marzo de 2006, los citados Pulga , Alfonso , Darío y Pulga llegaron a la localidad zaragozana de La Almunia de Dª Godina donde en el Hotel denominado "El Patio de Goya", en una habitación simple (la número NUM016 ) y en otra triple (la número NUM017 ) pernoctaron los cuatro, abandonando por la mañana del mismo día el hotel y dirigiéndose a Zaragoza. Una vez en esta ciudad, los cuatro citados se dirigieron al barrio de Valdefierro donde, en hora no concretada pero en todo caso durante la tarde, interceptaron a Prudencio a quien abordaron cuando se disponía a entrar en su domicilio habitual sito en el número NUM000 de la CALLE000 , introduciéndole por la fuerza y contra su voluntad en una furgoneta desde la que se habían desplazado desde Valladolid y que conducía Alfonso , donde Jose Enrique , usando una navaja o cuchillo le estuvo haciendo cortes al objeto de que revelara dónde tenía el dinero. Como quiera que Prudencio nada dijera, o diera explicaciones insatisfactorias, Alfonso , Darío , Jose Enrique y Pulga , con Prudencio y contra su voluntad, procedieron a Centro de Documentación Judicial 1

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Id Cendoj: 28079120012010100458Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal

Sede: MadridSección: 1

Nº de Recurso: 11429/2009Nº de Resolución: 513/2010

Procedimiento: PENAL - PROCEDIMIENTO ABREVIADO/SUMARIOPonente: JUAN RAMON BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE

Tipo de Resolución: Sentencia

Resumen:

VOTO PARTICULAR. Asesinato. Detención ilegal. Robo y Tenencia ilícita de armas.

SENTENCIA

En la Villa de Madrid, a dos de Junio de dos mil diez.

En los recursos de casación por quebrantamiento de forma, infracción precepto constitucional einfracción de Ley que ante Nos penden, interpuestos por Jose Enrique , Alfonso , Darío , contra sentenciadictada por la Audiencia Provincial de Zaragoza, Sección Primera, que condenó a los acusados, por delitosasesinato, detención ilegal, robo y tenencia ilícita de armas ; los componentes de la Sala Segunda delTribunal Supremo que al margen se expresan se han constituido para la deliberación y Fallo, bajo laPresidencia del Primero de los indicados y Ponencia del Excmo. Sr. D. Juan Ramon Berdugo Gomez de laTorre, siendo también parte el Ministerio Fiscal y estando dichos recurrentes representados por losProcuradores Sres. Esteban Gutiérrez y Olmos Gómez.

I. ANTECEDENTES

Primero.- El Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza, instruyó sumario con el número 2 de2007, contra Jose Enrique , Alfonso , Darío y otros, y una vez concluso lo remitió a la Audiencia Provincialde Zaragoza, cuya Sección Primera, con fecha 10 de julio de 2.009, dictó sentencia, que contiene lossiguientes:

HECHOS PROBADOS: Conforme a la prueba practicada y en virtud de lo establecido en el artículo741 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ha resultado probado que desde Valladolid, Jose Enrique , Alfonso, Darío , todos ellos mayores de edad, y una cuarta persona sin identificar pero que era conocida como "Pulga ", se desplazaron a la ciudad de Zaragoza, tras tener conocimiento de que Prudencio , conocido en laciudad de Zaragoza por la Policía, por su implicación en el mundo de las drogas, podía tener dinero porvalor de unos doscientos millones de las antiguas pesetas, con el claro propósito de apoderarse de lacantidad citada en poder del mentado Prudencio , y para cuya consecución estaban dispuestos a realizarlas actividades necesarias, incluida la muerte de Prudencio . Para ello, Jose Enrique se hizo con la pistolamarca Llama, modelo M-82, calibre 9 milímetros, con la numeración de serie borrada y que empleóposteriormente a tal fin.

En la madrugada del pasado 28 de marzo de 2006, los citados Pulga , Alfonso , Darío y Pulgallegaron a la localidad zaragozana de La Almunia de Dª Godina donde en el Hotel denominado "El Patio deGoya", en una habitación simple (la número NUM016 ) y en otra triple (la número NUM017 ) pernoctaron loscuatro, abandonando por la mañana del mismo día el hotel y dirigiéndose a Zaragoza.

Una vez en esta ciudad, los cuatro citados se dirigieron al barrio de Valdefierro donde, en hora noconcretada pero en todo caso durante la tarde, interceptaron a Prudencio a quien abordaron cuando sedisponía a entrar en su domicilio habitual sito en el número NUM000 de la CALLE000 , introduciéndole porla fuerza y contra su voluntad en una furgoneta desde la que se habían desplazado desde Valladolid y queconducía Alfonso , donde Jose Enrique , usando una navaja o cuchillo le estuvo haciendo cortes al objetode que revelara dónde tenía el dinero. Como quiera que Prudencio nada dijera, o diera explicacionesinsatisfactorias, Alfonso , Darío , Jose Enrique y Pulga , con Prudencio y contra su voluntad, procedieron a

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TS 2-6-2010 CASO ZARAGOZA, ASESINATO Y SECUESTRO. ESCUCHAS LEGALES EN LOS CALABOZOS DE UNA COMISARIA DE VALLADOLID. (Ver al final la sentencia completa de la APZ de 2009) RECOPILACION DOCUMENTACION PROFESIONAL: PL ZARAGOZA [email protected]
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registrar el citado domicilio de la CALLE000 número NUM000 de Zaragoza, que poseía un sistema dealarma desconectado hacía tiempo para a continuación, en la furgoneta de referencia, los cuatro citados,llevando consigo y contra su voluntad a Prudencio , se dirigieron a la localidad de Pinseque, próxima aZaragoza, donde éste tenía una segunda vivienda o chalet que ocupaba de manera más esporádica, dondetras desconectar durante la madrugada, concretamente a las 1,36 horas, del día 29 de marzo de 2006 elsistema de alarma, procedieron a su registro, no encontrando lo que buscaban, los doscientos millones depesetas, si bien entre las dos viviendas se apoderaron de 18000 euros que Prudencio tenía guardados asícomo de su teléfono móvil Motorola V600 con IMEI número NUM001 , usado con el número de teléfonoNUM002 , de dos teléfonos móviles más, Motorola V975, con IMEIS números NUM003 y de un brazalete,una cadena y de un cordón todos ellos de oro que portaba consigo.

Tras acabar este segundo registro, y ya en la madrugada del día 29 de marzo de 2006, volvieron a lafurgoneta, y una vez dentro de ésta, Jose Enrique disparó con la pistola que portaba, de arriba abajo, en larodilla de Prudencio que se encontraba sentado, para a continuación dispararle, a cañón tocante o muypróximo, en la parte de atrás de la cabeza, en concreto en la zona parieto occipital izquierda, y saliendo elproyectil con estallido, por la acumulación de los gases del disparo, por la zona parieto frontal derecha, loque ocasionó la muerte inmediata de Prudencio , todo ello en presencia de Alfonso , Darío y el llamado "Pulga ". Darío y Pulga procedieron inmediatamente a retirar el cadáver de Prudencio y arrojarlo a unaacequia de riego próxima (Acequia de San Juan), oculta a la vista por unos cañaverales y de un metro deprofundidad. Seguidamente y como quiera que la bala que fue disparada en la nuca a Prudencio , habíaatravesado el cerebro y salido por la zona frontal, dato perceptible por Jose Enrique , Alfonso , Darío yPulga , procedieron a buscarla dentro de la furgoneta, y al no aparecer optaron por hacer desaparecer lafurgoneta, quemándola, si bien no ha sido posible encontrar sus restos.

Mientras ocurre esta secuencia de hechos, desde el teléfono Motorola V600 con IMEI númeroNUM001 , y teléfono NUM002 , propiedad de Prudencio , se realizaron por Alfonso y Darío varias llamadastelefónicas a los números NUM004 (doce llamadas) y NUM005 (diez llamadas), cuyas titulares eran Auroray Gloria , ambas mayores de edad, y compañeras sentimentales en ese momento de los citados Alfonso yDarío respectivamente. También se realizan dos llamadas al número de teléfono móvil NUM006 , propiedadde Rafael , mayor de edad, hospitalizado en ese momento en Valladolid en el Hospital Sagrado Corazón, ypadre de las anteriormente citadas Gloria y Aurora . La última llamada desde el teléfono móvil de Prudenciose realiza a las 1,27 horas de la madrugada del día 29 de marzo de 2009.

El cadáver de Prudencio fue encontrado, en alto grado de descomposición, el día 22 de mayo de2006 en la citada acequia de san Juan del término municipal de Garrapinillos (Zaragoza), en lasproximidades de Pinseque por unos operarios cuando procedían a la limpieza de la misma. La identidadquedó determinada por la documentación y ropa que portaba así como por el estudio de ADN que laconfirmó.

El cadáver presentaba en sus ropas desgarraduras y coseduras indicativas de agresión física.

En la zona fronto lateral derecha, el cadáver presentaba estallido craneal de amplias dimensiones, yen la zona de unión parietal occipital posterior, presentaba un orificio de contorno regular redondeado de 9mm de diámetro compatible con bala del mismo calibre. Conforme al estudio radiológico efectuado, elcadáver presentaba además fractura de la clavícula izquierda y fractura en el extremo distal de la diáfisis delfémur izquierdo con impactación en la zona intercondilea, compatible con disparo por arma de fuego, siendola data de la muerte compatible con la fecha de desaparición a finales de marzo de 2009.

Por auto del Juzgado de Instrucción número Cinco de Zaragoza de fecha 14 de marzo de 2007 , seautorizaron la entrada y registro en los domicilios de los acusados encontrándose en el domicilio de JoseEnrique y de María del Pilar , sito en la calle Zaratán de Valladolid, un total de doce teléfonos móviles entreellos los dos Motorolas, uno modelo V600 con IMEI número NUM001 , y otro modelo V975 con IMEI númeroNUM003 , y otro marca SAMSUNG, modelo SGH T100,con IMEI número NUM007 , todos ellos propiedaddel fallecido; una pistola marca Llama, modelo M-82, calibre 9 mm con la numeración de serie borrada porprocedimientos físicos y recamarada para cartuchos de 9 mm parabellum y quince cartuchos metálicos conbalas ojivales blindadas, oculta en la mesilla de noche y con el cargador con munición, en perfecta aptitudde disparo; una escopeta recortada con el número de serie borrado y en perfecto estado de funcionamiento,tratándose de un arma prohibida encuadrada en el artículo 4-1-a del vigente Reglamento de Armas yExplosivos, doce cartuchos de escopeta de calibre 12, tres vainas percutidas, dos cartuchos del calibre22,29 cartuchos del calibre 9 mm y 33 cartuchos de escopeta del calibre 12 en perfectas condiciones paraser disparados; dos navajas, una báscula de precisión y 1,10 gramos de cocaína con una riqueza del29'96% y 322'16 gramos de polvo blanco. Ni Jose Enrique , ni María del Pilar poseen licencia ni las guías depertenencia de las armas citadas. El terminal telefónico con IMEI número NUM001 venía siendo utilizado

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desde el día ocho de abril de 2006 con el número de teléfono NUM008 , correspondiente a una tarjetaprepago de la que era usuaria María del Pilar .

En el domicilio de Rafael sito en el piso NUM009 , letra NUM010 del número NUM011 de laCALLE001 de Laguna del Duero de Valladolid, se intervinieron 22.600 euros en metálico, más 995 eurosque portaba encima. En su casa de Camino de Fuente Amargo, también de Valladolid, se intervinieron, tresvehículos de alta gama puestos a su nombre en la Dirección General de Tráfico, una báscula de precisión,una cadena y un cordón de oro reconocidos como propiedad de Prudencio , y un brazalete de oro.

En el domicilio de Aurora y de Alfonso , sito en la AVENIDA000 , numero NUM012 , NUM013 deLaguna de Duero (Valladolid) se intervino una canana de 25 cartuchos de escopeta calibre 12 con lainscripción Long-40.

Junto al río Pisuerga, y en la denominada "Bodegas Moya", sita en Cabezón de Pisuerga (Valladolid),se halló una pistola semiautomática de la marca "Victoria", recamarada para cartuchos metálicos de 6,35mm con número de serie 93276, y provista de su correspondiente cargador, con fuerte oxidación y no aptapara el disparo, encontrada en el citado paraje por la Policía quien manifiesta que Teodosio fue quien indicóel lugar en el que se encontraba.

Segundo.- La Audiencia de instancia dictó el siguiente pronunciamiento:

FALLO: PRIMERO.- CONDENAMOS al procesado Jose Enrique , cuyos demás datos personales yaconstan en el encabezamiento de esta resolución, y en quien no concurren circunstancias modificativas deresponsabilidad criminal, como autor responsable de un delito Asesinato agravado, ya definido, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, a la pena de VEINTIDÓS AÑOS YSEIS MESES DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena.Como autor responsable de un delito de Detención ilegal, ya definido, a la pena de cinco años de prisión,con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.Como autor responsable de un delito continuado de Robo con violencia e intimidación en las personas, yadefinido, a la pena de CINCO AÑOS DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación especial para elderecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena. Y como autor responsable de un Delito detenencia ilícita de armas, ya definido, a la pena de DOS AÑOS y SEIS MESES DE PRISIÓN, con laaccesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

SEGUNDO.- CONDENAMOS al procesado Alfonso , cuyos demás datos personales ya constan en elencabezamiento de esta resolución, y en quien no concurren circunstancias modificativas deresponsabilidad criminal, como autor responsable de un delito Asesinato agravado, ya definido, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, a la pena de VEINTIDÓS AÑOS YSEIS MESES DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena.Como autor responsable de un delito de Detención ilegal, ya definido, a la pena de cinco años de prisión,con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.Y como autor responsable de un delito continuado de Robo con violencia e intimidación en las personas, yadefinido, a la pena de CINCO AÑOS DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación especial para elderecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

TERCERO.- CONDENAMOS al procesado Darío , cuyos demás datos personales ya constan en elencabezamiento de esta resolución, y en quien no concurren circunstancias modificativas deresponsabilidad criminal, como autor responsable de un delito Asesinato agravado, ya definido, sin laconcurrencia de circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, a la pena de VEINTIDÓS AÑOS YSEIS MESES DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena.Como autor responsable de un delito de Detención ilegal, ya definido, a la pena de cinco años de prisión,con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.Y como autor responsable de un delito continuado de Robo con violencia e intimidación en las personas, yadefinido, a la pena de CINCO AÑOS DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación especial para elderecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

CUARTO.- En cuanto a responsabilidad civil los condenados, conjunta y solidariamente, deberánindemnizar a los herederos de Prudencio en la cantidad de 100.000 euros por su fallecimiento más lacantidad de 18.000 euros por el dinero sustraído, más los intereses legales oportunos.

QUINTO.- Los condenados satisfarán la parte proporcional de las costas, con inclusión de la de laAcusación Particular.

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SEXTO.- ABSOLVEMOS a los procesados Gloria , Aurora , Rafael , Teodosio y María del Pilar de losdelitos de asesinato, detención ilegal, robos con violencia y tenencias ilícitas de armas por los que veníansiendo acusados respectivamente por el Ministerio Fiscal y la Acusación Particular, con declaración de oficiode la parte proporcional de las costas procesales.

SÉPTIMO.- Entréguense a los herederos de Prudencio la cadena y el cordón de oro intervenidos, asícomo los tres terminales telefónicos, dos Motorolas, uno modelo V600 con IMEI número NUM001 , y otromodelo V975 con IMEI número NUM003 , y otro marca SAMSUNG, modelo SGH T100, con IMEI númeroNUM007 , todos ellos propiedad del fallecido.

Devuélvase a Rafael el brazalete de oro y el dinero que se le intervino.

Devuélvase a los acusados absueltos el dinero que se les intervino.

Dése a los demás efectos intervenidos el destino legal correspondiente.

Declaramos la insolvencia de los citados condenados, aprobando los autos que a este fin dictó yconsulta el Sr. Juez Instructor.

Y para el cumplimiento de las penas principales que se imponen, les abonamos todo el tiempo quehan estado privados de libertad por razón de esta causa; y que ya consta en el encabezamiento de estaresolución.

Cúmplase con lo establecido en el artículo 15.4 de la Ley 35/95, de 11 de diciembre , de delitosviolentos y de agresión sexual.

Tercero.- Notificada la sentencia a las partes, se prepararon recursos de casación porquebrantamiento de forma e infracción de Ley, por Jose Enrique , Alfonso , Darío , que se tuvieron poranunciados, remitiéndose a esta Sala Segunda del Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para susubstanciación y resolución, formándose el correspondiente rollo y formalizándose los recursos.

Cuarto.- Las representaciones de los procesados, basan sus recursos en los siguientes MOTIVOSDE CASACION.

Recurso interpuesto por Jose Enrique

PRIMERO .- Al amparo del art. 851.3 LECrim .

SEGUNDO .- Al amparo del art. 852 y 849.1 LECrim . y art. 5.4 LOPJ . se alega infracción art. 24 CE .

TERCERO .- Al amparo del art. 852 LECrim . se alega la infracción del art. 18.3 CE .

CUARTO .- Al amparo del art. 852 y 849.1 LECrim . y art. 5.4 LOPJ . se alega infracción art. 24 CE .

QUINTO .- Al amparo del art. 849.1 LECrim . se alega infracción del art. 11.1 LOPJ .

SEXTO .- Al amparo del art. 852 y 849.1 LECrim . y art. 5.4 LOPJ . se alega infracción art. 24 CE .

SEPTIMO .- Se alega error de hecho en la apreciación de la prueba.

Recurso interpuesto por Alfonso y Darío

PRIMERO .- Al amparo del art. 5.4 LOPJ . y art. 852 LECrim . se alega infracción del art. 24 CE .

SEGUNDO .- Al amparo del art. 849.1 LECrim . se alega la aplicación indebida de los arts. 163, 139.1y 2 y 140 CP. así como de los arts. 237, 242.1 y 2 y 74 CP.

Quinto.- Instruido el Ministerio Fiscal de los recursos interpuestos no estimó necesaria la celebraciónde vista oral para su resolución y solicitó la inadmisión y subsidiariamente la desestimación de los mismospor las razones expuestas en su informe; la Sala admitió el mismo quedando conclusos los autos paraseñalamiento de Fallo cuando por turno correspondiera.

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Sexto.- Hecho el señalamiento se celebró la deliberación prevenida el día dieciocho de mayo de dosmil diez.

II. FUNDAMENTOS DE DERECHO

RECURSO INTERPUESTO POR Jose Enrique

PRIMERO: El motivo primero por quebrantamiento de forma al amparo del art. 851.1 LECrim .por cuanto la sentencia recurrida no establece con precisión y claridad cuales son les hechos que hanresultado probados.

Se señala en síntesis en el motivo que la sentencia omite cuales son las razones y argumentos envirtud de los cuales llega al convencimiento de la autoría del recurrente, al no exponer las pruebas que lellevan a tal convicción, y al acudir a la prueba de indicios no discierne cuales son la pluralidad de hechos,cuales son los periféricos plenamente acreditados, qué relación guardan para que no nos encontremos anteuna simple conjetura en la participación del recurrente en los hechos enjuiciados.

El motivo debe ser desestimado.

La falta de claridad solo deberá apreciarse cuando el Tribunal haya redactado el relato fácticoutilizando términos, frases o expresiones ininteligibles, oscuras o dubitativas, en extremos jurídicamenterelevantes del mismo, de tal modo que no sea posible conocer con precisión qué es lo que el Tribunaldeclara probado y, por tanto, resulte imposible su calificación jurídica (STS. 161/2004 de 9.2 ).

Los requisitos que conforme a reiterada doctrina jurisprudencial (SSTS. 1006/2000 de 5.6, 471/2001de 22.3, 717/2003 de 21.5, 474/2004 de 13.4 ) hacen viable a este motivo son los siguientes:

a) Que en el contexto del hecho probado se produzca la existencia de imprecisión, bien por el empleode términos o frases ininteligibles, bien por omisiones que hagan incomprensibles el relato, o por el empleode juicios dubitativos, por la absoluta carencia de supuesto fáctico o por la mera descripción de laresultancia probatoria sin expresión por el juzgador de lo que considera probado, debe ser interna y nopodrá oponerse frente a otros apartados de la sentencia, y debe ser gramatical, sin que quepa su alegaciónfrente a una falta de comprensión lógica o argumental, cuya impugnación deberá articularse por otras vías,como el error de derecho o vulneración derechos fundamentales.

b) La incomprensión, la ambigüedad, etc. del relato fáctico debe estar causalmente relacionado con lacalificación jurídica de la sentencia. La falta de claridad impide la comprensión del hecho probado e impideuna correcta subsunción.

c) Además, la falta de claridad debe producir una laguna o vacío en la descripción histórica del hechoque se declara probado que suponga la imposibilidad de calificar jurídicamente los hechos. (En este sentido,entre otras STS núm. 1610/2001, de 17 de septiembre, STS nº 559/2002, de 27 de marzo ). Tales aspectosdeben quedar suficientemente explícitos en la motivación.

Sin embargo, este motivo, incluido legalmente entre los que dan lugar a la anulación de la sentenciapor quebrantamiento de forma no permite integrar el hecho probado con otros aspectos fácticos que, segúnel recurrente hayan quedado probados y considere de interés para su posición. La valoración de la pruebano corresponde a las partes, sino al Tribunal de instancia. En consecuencia, la redacción del hecho probadose efectúa por el Tribunal expresando en el mismo los aspectos del hecho que hayan quedado probados,según aquella valoración, y que sean relevantes para la subsunción, pudiendo excluir aquellos queconsidere intranscendentes. En este sentido es exigible que describa claramente aquello que después esobjeto de la calificación jurídica. Las pretensiones modificación del relato fáctico solo podrán encauzarse através de un motivo formalizado por error de hecho en la apreciación de la prueba, desde la perspectiva dela acusación, o, además, a través de la alegación de la presunción de inocencia, desde la óptica de ladefensa.

Pero, en todo caso -dice la STS. 140/2010 de 23.2 - la estimación de un motivo por falta de claridadcon apoyo en el artículo 851.1º de la LECrim , nunca daría lugar a una rectificación del relato fáctico y a lasustitución de los hechos que declaró probados el Tribunal de instancia por otros diferentes.

En el caso presente el relato de hechos probados es claro y comprensible y detalla lo acaecido entérminos que permiten la adecuada calificación jurídico penal y pues basta leer la narración para comprobar

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cómo resulta plenamente inteligible su contenido, lo que pretende el recurrente al denunciar la ausencia depruebas o corregir el resultado que de su valoración obtiene el Tribunal es ajeno a este motivo casacional.

SEGUNDO: Los motivos segundo, cuarto y sexto por vulneración de precepto constitucional,al amparo del art. 852 LECrim . por infracción, respectivamente, del art. 24 CE . (derecho a la tutelajudicial efectiva), y del art. 24.2 CE (derecho a la presunción de inocencia), y por infracción del art.849.1 LECrim . al amparo del art. 5.4 LOPJ . por infracción del art. 24 CE (derecho a la presunción deinocencia).

El recurrente expone de forma conjunta las vulneraciones denunciadas dada su intima conexión.

Así considera producida las vulneraciones denunciadas por cuanto se articula el pronunciamientocondenatorio a partir de una prueba de indicios, vertebrada a partir de la existencia de unas escuchastelefónicas cuya constitucionalidad también se cuestiona.

Dichas escuchas no fueron ratificadas en la vista oral y no se ha acreditado por ningún medio niestudio fonográfico que las personas grabadas en dichas cintas con las mismas que resulta encausadas.

Además de las escuchas telefónicas, la sentencia recoge de forma imprescindible para la condena,escuchas realizadas en los calabozos de los detenidos, en dependencias policiales, en calidad dedetenidos, alcanzándoles el art. 520 LECrim . en tanto que se les debe informar del derecho constitucional ano declarar contra si mismos, a no declararse culpables y a no conocer el motivo de su detención, por lo queel incumplimiento de este precepto, debe anular por inconstitucional las escuchas así realizadas, máximecuando no han sido ratificadas posteriormente a presencia judicial.

Consecuentemente estima vulnerado el derecho a la presunción de inocencia dada la exigencia deque solo puede entenderse como prueba la producida con las debidas garantías, practicada en el juicio oralcon la inmediación del órgano judicial y con observancia de los principios de publicidad y contradicción.

Las quejas del recurrente no pueden ser acogidas.

a) Es necesario dejar claro que el material probatorio son en realidad las cintas grabadas y no sutranscripción, que solo tiene como misión permitir su más fácil manejo de su contenido. Lo decisivo, por lotanto, es que las cintas originales están a disposición de las partes para que puedan solicitar, previoconocimiento de su contenido, su audición total o parcial. Las transcripciones, siempre que esténdebidamente cotejadas bajo la fe publica del Secretario Judicial, una vez incorporadas al acervo probatoriocomo prueba documental, puedan ser utilizadas y valoradas como prueba de cargo, siempre que las cintasoriginales estén a disposición de las partes a los fines antes dichos, de manera que puedan contradecir lasafirmaciones y argumentaciones que sobre su contenido se presenten como pruebas de cargo. Así lo haentendido esta Sala en SSTS. 960/99 de 15.6, 893/2001 de 14.5, 1352/2002 de 18.7, 515/2006 de 4.4 ócomo dice la STS. 1112/2002 "su introducción regular en el plenario lo será primordialmente mediante laaudición directa del contenido de las cintas por el Tribunal, fuente original de la prueba. Ahora bien, tambiénes admisible mediante la lectura en el juicio de las transcripciones, diligencia sumarial documental,previamente cotejadas por el Secretario con sus originales, e incluso por testimonio directo de los agentesencargados de las escuchas".

En definitiva los requisitos relativos al protocolo de la incorporación de las escuchas para su posteriorutilización como prueba en el juicio son:

1) La aportación de las cintas.

2) La transcripción mecanográfica de las mimas, bien integra o bien de los aspectos relevantes parala investigación, cuando la prueba se realice sobre la base de las transcripciones y no directamentemediante la audición de las cintas.

3) El cotejo bajo la fe del Secretario judicial de tales párrafos con las cintas originales, para el caso deque dicha transcripción mecanográfica se encargue -como es usual- a los funcionarios policiales.

4) La disponibilidad de este material para las partes.

5) Y finalmente la audición o lectura de las mismas en el juicio oral, que da cumplimiento a losprincipios de oralidad y contradicción, previa petición de las partes, pues si estas no lo solicitan, dando por

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bueno su contenido, la buena fe procesal impediría invocar tal falta de audición o lectura en esta sedecasacional.

Consecuentemente las transcripciones de las cintas, solo constituyen un medio contingente -y portanto prescindible- que facilita la consulta y constatación de las cintas, por lo que sólo están lasimprescindibles. No existe ningún precepto que exija la transcripción ni completa ni los pasajes masrelevantes, ahora bien si se utilizan las transcripciones su autenticidad solo valdrá si están debidamentecotejadas bajo la fe del Secretario judicial (SSTS. 538/2001 de 21.3, 650/2000 de 14.9 ).

En el caso presente aunque en el juicio no se procedió a la audición de las cintas, las transcripcionesde las mismas fueron leídas por el Secretario, en concreto los folios 1021 a 1033 de la causa relativos a lasconversaciones mantenidas entre el acusado Alfonso con un tercero inicialmente imputado, en el calabozode la Comisaría de policía de Las Delicias de Valladolid, y con Sonia y Gloria , y aunque las transcripcionesde las conversaciones telefónicas intervenidas a los acusados y de las grabadas en los calabozos deValladolid fueron realizadas por la Policía, fueron cotejadas por el Secretario del Juzgado Instrucción nº 5 deZaragoza, en presencia de los letrados de las partes, correspondiéndose con lo grabado (acta audiciónfolios 1224, 1225 y 1226).

b) Y con respecto a la falta de prueba fonométrica, en la STS. 705/2005 de 6.6 , decíamos en cuantoa la alegación de que no se puso en conocimiento de los acusados la audición para reconocer sus voces yen su caso, realizar la prueba fonométrica, que consta en los autos que el material quedó a disposición delas partes, que bien pudieron en momento procesal oportuno solicitar aquella prueba y no lo hicieron, por loque sería aplicable la doctrina de esta Sala (SSTS. 3.11.97, 19.2.2000, 26.2.2000 ), según la cual "es laparte la que debió instar su realización, de modo que si no lo hizo, reconoció implícitamente suautenticidad", tal como sucedió en el caso examinado en el que no consta petición en tal sentido sureferencia a ello en los escritos de conclusiones provisionales de las partes.

c) Respecto a las escuchas realizadas en los calabozos de las dependencias policiales, se denunciasu nulidad, en base al art. 520 LECrim . en tanto infracción del Derecho Constitucional a no declarar contrasí mismo, a no declararse culpable y a conocer el motivo de su detención, denuncia que debe ser analizadadesde la jurisprudencia del TEDH relativa a denuncias por violación del art. 8.1 convenio según el cual "todapersona tiene derecho al respeto a su vida privada y familiar de su domicilio y de su correspondencia".

Así en la STEDH de 20.12.2005, Wisse contra Francia se precisa que: «Hay una serie de elementospertinentes a tomar en consideración cuando se trata de determinar si la vida privada de una persona se veafectada por unas medidas tomadas fuera de su domicilio o de sus locales privados. Puesto que hayocasiones en que la gente, sabiéndolo y de manera intencionada, se implica en actividades que son opueden ser grabadas o de las que se informe públicamente o puedan serlo, la expectativa de privacidad deuna persona puede ser significativa, aunque no necesariamente un factor concluyente. Una persona quecamina por una calle será vista inevitablemente por cualquier otra persona que también esté presente.Controlar por medios tecnológicos la misma escena pública (por ejemplo, un guardia de seguridadobservando por un circuito cerrado de televisión) es de similares características. Las consideraciones sobrela vida privada surgen, sin embargo, una vez que existe un registro sistemático o permanente de tal materialdel domino público». El Tribunal distingue así la vigilancia de los actos de una persona en un lugar públicopor seguridad, de las grabaciones de dichos actos que pueden ser utilizadas con otros fines que van másallá de los que el interesado haya podido prever (STEDH Perry contra Reino Unido de 17.7.2003) paraestablecer, en el ámbito de las medidas secretas de vigilancia o de captación de comunicación por lasautoridades públicas, la frontera de la intimidad de la vida privada garantizada por el art. 8 del Convenio ".

En la jurisprudencia del TEDH se ha constatado a menudo que la captación secreta deconversaciones o imágenes por medio de aparatos de grabación de audio y vídeo entraba en el campo deaplicación del artículo 8 del Convenio , tanto en lo referente al derecho al respeto de la vida privada comode la correspondencia. Lo ha hecho, por ejemplo, en la colocación y utilización de aparatos de escucha enuna celda de un detenido en prisión (STEDH de 25.9.2001, P.G y J.H. contra Reino Unido); en elestablecimiento de un dispositivo de vigilancia de audio y vídeo colocado en la celda de un detenido enprisión y en la zona de visita de esta (STEDH. 5.11.02), (Allan contra Reino Unido); a la grabación yconversaciones telefónicas de un preso por las autoridades penitenciarias, utilizadas posteriormente comoelemento de prueba para condenarle por otro delito (STEDH. 27.4.2004, Doerga contra Holanda) y la yacitada 20.12.2005, Wisse contra Francia, sentencia ésta que considera que la grabación sistemática de lasconversaciones en el locutorio de la prisión entre los demandantes y sus allegados, con fines distintos alafán de seguridad de la prisión preventiva, puede incluirse en las nociones de "vida privada" y de"correspondencia" y además nada indica que los demandantes sometidos a prisión preventiva esperasen

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que se grabasen en el locutorio con la intención de constituir pruebas susceptibles de ser aportadas en eljuicio.

En estas consideraciones el Tribunal consideró que la grabación y subsiguiente utilización de lasconversaciones mantenidas en el locutorio por los demandantes con sus allegados se consideran unainjerencia en la vida privada.

No obstante queda por determinar si dicha injerencia se justificaba respecto al segundo apartado delart. 8 ("no podrá haber injerencia de la actividad pública en el ejercicio de este derecho, sino en tanto encuanto esta injerencia "está prevista por la Ley" y constituye una medida que, en una sociedad democrática,sea necesaria para (...) la prevención del delito (...)".

La expresión "prevista por la Ley" que figura en el artículo 8.2 exige en primer lugar que la medidaimpugnada tenga alguna base en la Legislación interna; en segundo lugar se refiere a la calidad de laLegislación en cuestión, exigiendo que sea accesible a la persona afectada, que además debe ser capaz deprever sin consecuencias para ella y que sea compatible con la norma de Derecho STEDH Koop contraSuiza de 25.3.98). En el contexto de la intervención de comunicaciones por las autoridades públicas, debidoa la falta de control público y al riesgo de mal uso de esta facultad, la legislación interna debe disponeralguna protección de las personas contra las injerencias arbitrarias en los derechos protegidos por el art. 8del Convenio (sentencia Halford contra el Reino Unido de 25.6.97 ).

Sin embargo la frase "prevista por la Ley" implica condiciones que van más allá de la existencia de subase legal en la legislación interna y exigen que la base legal y sea "accesible" y "previsible".

Una norma es «previsible» si está formulada con la suficiente precisión como para permitir a lapersona afectada, si es necesario con el consejo adecuado, regular su conducta. El Tribunal ha recordadoconstantemente -por ejemplo Matheron contra Francia de 29.3.2005- que las condiciones cualitativasincluidas en las palabras "previstas por la Ley" en el sentido del art. 8.2 exigen la accesibilidad de la Ley a lapersona en cuestión, que asimismo debe poder prever sus consecuencias y su compatibilidad con lapreeminencia del Derecho. En los casos Kruslin contra Francia y Huvig contra Francia, sentencia de 24.4.90, el Tribunal subrayó la importancia de ese concepto en los siguientes términos:

«Implica que debe existir una medida de protección legal en la legislación interna contra lasinjerencias arbitrarias de las autoridades públicas en los derechos protegidos por el apartado 1 [del artículo8 ]. Especialmente cuando una facultad del Ejecutivo es ejercida en secreto, los riesgos de arbitrariedad sonevidentes. Indudablemente, las exigencias del Convenio, principalmente en lo que respecta a laprevisibilidad, no pueden ser exactamente las mismas en el especial contexto de la intervención de lascomunicaciones con fines de investigación policial o judicial, ya que éstas son donde el objeto de lalegislación aplicable tiene que poner restricciones a la conducta de los individuos. En concreto, la exigenciade la previsibilidad no puede significar que una persona deba ser capaz de prever cuándo las autoridadespodrán interceptar sus comunicaciones para que pueda adaptar su conducta a ello. Sin embargo, lalegislación debe ser suficientemente clara en sus términos como para dar a los ciudadanos una indicaciónadecuada de las circunstancias y las condiciones en las que las autoridades públicas están facultadas paraacudir a esta secreta y potencialmente peligrosa injerencia en el derecho al respeto de la vida privada y lacorrespondencia. En su sentencia de 25 marzo 1983 en el asunto Silver y otros, el Tribunal decidió que "unaLey que confiere discrecionalidad debe indicar el alcance de esa discrecionalidad", aunque losprocedimientos detallados y las condiciones que deben ser observadas no hayan necesariamente quedadoincorporados en las normas de la Ley sustantiva. El grado de precisión exigido por la "Ley" dependerá de lacuestión concreta. Ya que la puesta en práctica de medidas de vigilancia secreta de las comunicaciones noestá abierta al control de las personas afectadas o del público en general, sería contrario a la norma deDerecho que la discrecionalidad legal concedida al Ejecutivo o a un Juez se expresara en términos de podersin límites. Por lo tanto, la Ley debe indicar el alcance de tal discrecionalidad conferida a las autoridadescompetentes y la manera de su ejercicio, con la suficiente claridad como para proporcionar a las personas laprotección adecuada contra una injerencia arbitraria».

Además, la derivación y otras formas de intervención de las conversaciones telefónicas constituyenuna grave injerencia en la vida privada y la correspondencia y debe por lo tanto estar basada en una «Ley»particularmente precisa. Es esencial tener claras y detalladas normas a este respecto (véanse Kruslin contraFrancia y Huvig contra Francia, anteriormente citadas.

TERCERO: Analizando estas exigencias desde el prisma de nuestra legislación interna, el art. 18.2CE . garantiza el secreto de todas las comunicaciones, sea cual sea el medio por el que éstas se producen,por tanto también de aquellas comunicaciones que, de forma verbal y directa, puedan producirse entre dos

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o más personas en un lugar cerrado, sin mediación de artificio o aparato alguno, sin embargo tanto ladoctrina como la jurisprudencia han cuestionado la posibilidad de que pueda alzarse el secreto de lascomunicaciones, aún con resolución judicial habilitante.

Así un sector doctrinal mantiene que la autorización judicial para la instalación de aparatos deescucha, transmisión y grabación en lugar cerrado está fuera del ámbito de aplicación del art. 579 LECrim .porque una interpretación contextual del término comunicaciones, y no gramatical, remite a las enumeradascomo tales en el primer inciso del precepto, esto es, las postales, telegráficas o telefónicas.

Igualmente otros autores en la misma postura descartan la licitud de la intervención verbal por sercontraria al art. 18.3 CE y por lesionar directamente la intimidad, art. 18.1 CE , de quienes fueron objeto dela intervención u observación. Destacan que el estudio de este precepto obliga a buscar su contenido,mediante su interpretación en un triple sentido.

Primero, interpretación restrictiva de la norma en cuanto limitativa de un derecho fundamental. Ensegundo lugar, interpretación lógico-sistemática buscando el sentido de los términos legales, según suubicación y contexto en que se utiliza, de acuerdo con la finalidad de la norma para decidir cuales son lossupuestos objeto de aplicación, toda vez que la interpretación gramatical deviene insuficiente, de acuerdo alos criterios acogidos en el art. 3 C.Civil . En tercer lugar, la aplicación del principio de legalidad procesal, exart. 1 LECrim . prohíbe la analogía iu malam partem. Formulada así la operación intelectual de lainterpretación del art. 579.3 LECrim , considera que es notorio que el legislador se ha querido referirúnicamente a las comunicaciones postales, telegráficas y telefónicas y no a otras distintas a éstas.

En sentido contrario otro sector doctrinal opina que el precepto constitucional para la intervención uobservación de dichas comunicaciones es el art. 18.3 CE . y el requisito de la previsión legal que exige alart. 8 TEDH, se encuadra en el párrafo 3 del art. 579 que también sería aplicable a este tipo decomunicaciones verbales directas entre dos o más personas. La cuestión a resolver consistiría en lainterpretación adecuada del último inciso del aludido párrafo tercero que se refiere a las comunicaciones delas que se sirvan para la realización de sus fines delictivos. Según este sector doctrinal caben dos posiblessoluciones. La primera consiste en entender que así como al utilizar antes en el mismo párrafo el términocomunicaciones se refiere específicamente a las comunicaciones postales, telegráficas o telefónicas, al finaldel párrafo se refiere a las comunicaciones en sentido genérico, que incluye por tanto, todo tipo decomunicaciones efectuadas por cualquier medio. Y si bien en este punto la doctrina suele poner comoejemplo los modernos medios de transmisión de las comunicaciones como el teléfono, terminales deordenador, videofónos etc.., entiende en una interpretación gramatical del termino comunicación debe llevara la conclusión de incluirse aquí no solo las demás comunicaciones efectuadas a través de esos modernosmedios de telecomunicación, sino también todo tipo de comunicaciones de la que se sirva la persona sobrela que recaen indicios raciones de criminalidad para la realización de sus fines delictivos, y entre ellos, claroestá, la que se efectúa a través del medio más simple la verbal, efectuada a viva voz, directamente, entredos personas, y que puede ser objeto de escucha, aprehensión e incorporación a un documento sonoro através de los modernos aparatos de escucha y grabación que proporciona el avance de la técnica. Lasegunda interpretación consiste en entender que las comunicaciones a las que se refiere el último inciso delpárrafo tercero del art. 579 LECrim. son las comunicaciones de terceras personas que no saben que sonutilizadas con fines delictivos, ambas interpretaciones, consideran estos autores, no se excluyen y por tanto,entiende que existe una regulación legal, de carácter procesal en la que basarse para poder determinar losrequisitos son necesarios y en qué forma debe adoptarse la intervención de las comunicaciones de dos omás personas a través de la instalación de aparatos de escucha, transmisión y/o grabación en lugarcerrado, insistiéndose en que no parece lógico afirmar la ausencia de regulación para grabar unaconversación verbal directa, cuando lo sustantivo, en la protección del art. 18.3 CE , es el hecho deconversar y no el medio utilizado. Por ello se dice que cuando el legislador regula la intervención de lascomunicaciones en el art. 579 LECrim . está dando por supuesto que se incluye la conversación oral, puestoque lo que se protege es la conversación en sí misma considerada.

Otros autores consideran licita la instalación de ingenios en los domicilios de particulares osimplemente en los lugares donde tenga lugar la conversación, aunque rechazan el criterio de la analogíacon el art. 579 LECrim , pues en la adopción de medidas restrictivas de derechos solo es admisible laanalogía in bonam partem, siendo así que la intervención de comunicaciones sin empleo de mediosmecánicos supone una mayor gravedad en la intromisión de la intimidad de las personas, y estiman que laautorización judicial que contempla el art. 18.3 CE . sería por sí sola bastante para la adopción de este tipode intervenciones.

Siendo así si bien el art. 579 LECrim . adolece de vaguedad e indeterminación en aspectosesenciales, por lo que no satisface los requisitos necesarios exigidos por el art. 18.3 CE , para la protección

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del derecho del secreto a las comunicaciones interpretado, como establece el art. 10.2 CE , de acuerdo conel art. 8 Convenio , la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y de esta Sala ha venido supliendo aquellasdeficiencias y la STC. 26/2006 de 30.1 , ya ha señalado que "no puede afirmarse, en el momento actual queel Derecho interno no respete las exigencias derivadas del art. 8 Convenio , sino que a este Tribunal lecorresponde suplir las insuficiencias apreciadas en el precepto legal citado hasta que se produzca lanecesaria intervención del legislador", lo que ha llevado al propio TEDH Auto de 25 septiembre 2006 casoAbdulkadir contra España a declarar que "si bien es deseable una modificación legislativa incorporando a laLey los principios que se desprenden de la jurisprudencia del Tribunal, tal y como ha señaladoconstantemente el propio Tribunal constitucional, el tribunal considera que el art. 579 LECrim, modificadopor LO. 4/88 de 25.5 y completado por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremoformula normas claras y detalladas y precisa, a priori, con suficiente claridad el alcance y las modalidadesdel ejercicio del poder de apreciación de las autoridades en el ámbito considerado". (sentencia Lambertcontra Francia de 24.8.98 ).

CUARTO: Postura esta que fue la seguida por esta Sala en STS. 173/98 de 10.2 , que afrontódirectamente el problema que presentan este tipo de comunicaciones cuestionándose la constitucionalidady legalidad de la instalación de artificios técnicos en una celda, lo que se hizo para conocer lasconversaciones entre dos presos preventivos, con la esperanza de obtener así la identidad de otra personaimplicada en delitos de homicidio, violación y tenencia ilícita de armas, y en particular abordó el problema desi la autorización judicial para la instalación de aparatos de escucha y grabaciones, mediante aparatos enlugar cerrado, en concreto en una celda de prisión preventiva cumple la exigencia de previsión y reservalegal que legitima tal injerencia en el ámbito del derecho fundamental a la intimidad personal y al secreto delas comunicaciones, y señaló que en principio, la distinción entre conversaciones telefónicas y cualquier tipode conversación privada no es aceptada por el Tribunal Constitucional que destacó en sentencia 114/1984,de 29 de noviembre , que "sea cual sea el ámbito objetivo del concepto de <<comunicación>>, la normaconstitucional se dirige inequívocamente a garantizar su impenetrabilidad por terceros (públicos o privados,el derecho posee eficacia erga omnes ) ajenos a la comunicación misma..." También las sentencias delTribunal Supremo, por ejemplo sentencias de 18 de abril y 23 de diciembre de 1994 , entre otras, hanrecogido que el art. 18.3 de la Constitución contiene dos partes completamente diferentes y diferenciadas:una primera, imbuída del carácter de defensa de los derechos fundamentales del individuo frente al Estado,afirma el derecho al secreto, plasmación singular de los principios declarados en el art. 10.1 de laConstitución Española -dignidad de la persona y afirmación del libre desarrollo de su personalidad comofundamento del orden público y de la paz social- y que se encuentra íntimamente vinculado al derecho a laintimidad, pero sin confundirse plenamente, ya que toda comunicación es para la norma fundamentalsecreta y sólo algunas, como es obvio, serán íntimas y privadas.

A este Tribunal no le resulta concebible que se proteja menos una conversación por ser telefónica -encuanto pueda ser legítimamente intervenida por el Juez- y no lo pueda ser una conversación no telefónicade dos personas en un recinto cerrado.

Y aunque se aceptase la argumentación del recurrente de que la intervención se produce en loscalabozos de la policía y a unos detenidos habrá que recordar que la LO. 1/79 de 26.9, GeneralPenitenciaria, art. 51 y el Reglamento Penitenciario , Real Decreto 190/96 de 9.2, arts. 46 y 47 , permitenque las comunicaciones orales (y escritas) sean intervenidas motivadamente por el Director delestablecimiento, dando cuenta a la autoridad judicial, mucho más cuando sea el propio Juez Instructor de lacausa el que lo acuerde.

Y como ha destacado la sentencia de este Tribunal 245/95 de 6 de marzo de 1995 , la sentencia1283/1994, de 20 de junio , se refiere al artículo 51,2 de la Ley Orgánica General penitenciaria y querecoge, precisamente, que no deben confundirse las dos clases de comunicaciones que son de distintanaturaleza y vienen, por ello, a suponer regímenes legales claramente diferenciados. Dice así la sentenciadel Tribunal Constitucional: <<Es evidente, en efecto, que el art. 51 de la LO.G.P . distingue entre lascomunicaciones que podemos calificar de generales, entre el interno y determinada clase de personas -art.51,1 - con los requisitos que de forma resumida señala la STC. 175/97 : persecución de un finconstitucionalmente legitimo y que esté previsto por la Ley, que la medida sea adoptada medianteresolución de la Dirección del Centro especialmente motivada; notificada al interesado, por cuanto debetenerse en cuenta que la intervención tiene únicamente fines preventivos, no de investigación de posiblesactividades delictivas para lo que se requeriría previa autorización judicial, por ello la mencionadanotificación en nada frustra la finalidad perseguida y supone una garantía para el interno (SSTC. 40/97 de24.11, 192/2002 de 28.19 ), y que sea comunicada al Juez de Vigilancia para que éste pueda ejercer elcontrol de la misma. Asimismo la intervención ha de ser idónea y proporcionada con el fin perseguido, y lascomunicaciones específicas que aquél tenga con su Abogado defensor o con el Abogado expresamentellamado en relación con asuntos penales -art. 51,2-; la primera clase de comunicación viene sometida al

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régimen general del art. 51,5 , que autoriza al Director del Centro a suspenderlas o intervenirlas "porrazones de seguridad, de interés del tratamiento y del buen orden del establecimiento", según precisa el art.51,1, mientras que las segundas son sometidas al régimen especial del art. 51,2 , cuya justificación esnecesario encontrar en las exigencias y necesidades de la instrucción penal, a las cuales es totalmenteajena la Administración Penitenciaria que no tiene posibilidad alguna de ponderar circunstancias procesalesque se producen al margen del ámbito penitenciario>>. La razón resulta clara, pues la intervención de laconversación de un interno y su Abogado defensor (o el Abogado llamado por aquél) realizada por laautoridad administrativa "es totalmente incompatible con el más intenso grado de protección que la normalegal confiere al derecho de defensa en los procesos penales". Por ello la legislación penitenciaria exige nocomo alternativas, sino como acumulativas para tal restricción el "supuesto de terrorismo" y "la orden de laautoridad judicial".

Pues bien, sí se permite al Director en la normativa penitenciaria mucho más al Juez de Instrucción aautorizar la grabación de las conversaciones entre detenidos en calabozos policiales, cuando su finalidad ysu labor sea garantizar precisamente una pluralidad de valores en una sociedad democrática que nopueden desconocerse.

En este sentido el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no ha estimado violación del art. 8.1 delConvenio cuando la injerencia resulta necesaria en una sociedad democrática para la seguridad nacional, ladefensa del orden y las prevenciones penales (sentencia 6.9.76 , caso Klass y otros); cuando está previstapor la Ley y es justificable como necesaria en una sociedad democrática (sentencia 25.3.83 , caso Liver yotros); o sea particularmente proporcionada al fin legitimo perseguido (sentencia 24.3.88 , caso Olson). Ellosin perjuicio de las especiales cautelas y garantías que deberán adaptarse para la instalación de aparatosde escucha, transmisión y grabación en estos casos para intervenir las comunicaciones de una o variaspersonas. Así, en todo caso, deberá ir precedida de la existencia de indicios racionales suficientes de laexistencia de un delito y de criminalidad contra personas determinadas. Asimismo, la adopción de la medidadeberá estar presidida por los principios de proporcionalidad y subsidiariedad. En base al primero deberánponderarse cuidadosamente los intereses en juego, los beneficios a obtener para la causa y los principiosque puedan ocasionarse. La aplicación del principio de proporcionalidad en lo que a la aplicación de lamedida se refiere nos llevará a la conclusión de que solo debe aplicarse en supuestos excepcionales, pordelitos graves, en los que concurran claros indicios de la existencia del delito y de las personascriminalmente responsables del mismo, sin que pueda nunca basarse su adopción en meras sospechas oconjeturas y por el tiempo imprescindible que, por la propia naturaleza de la medida acordada, será en lapráctica, mucho menor que el usual en las intervenciones telefónicas. Por otra parte, el principio desubsidiariedad nos indica que esta medida únicamente debe acordarse cuando no sea posible obtener, deotro modo, el mismo resultado y al mismo tiempo sea necesaria su adopción para el buen fin de lainstrucción de la causa.

QUINTO: En el caso presente la Brigada de Policía Judicial -delincuencia violenta-, Jefatura Superiorde Aragón- Dirección General de la Policía, mediante oficio de 13.3.2007 (folios 445 a 453), tras efectuar unamplio resumen de las investigaciones llevadas a cabo por la desaparición y posterior muerte violenta dePrudencio y poner en conocimiento del Juzgado que se iba a proceder a la detención de las personasimplicadas en la investigación ( Rafael , Aurora y Alfonso , Teodosio , Eliseo , Aurora y Darío ; Jose Enriquey María del Pilar ), solicitó, además de diversos mandamientos de entradas y registros en los domicilios delos anteriores que se autorizara la colocación de medios ocultos de grabación audiovisuales (captación deimagen y sonido) en las celdas de los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Valladolid en la queingresen los detenidos al considerarse una medida necesaria e imprescindible para el buen fin de lainvestigación, habida cuenta que así podrían aportarse las conversaciones de los detenidos al procesojudicial.

El Juzgado de Instrucción por auto de 14.3.2007 considera el precepto habilitante para la intervencióndel art. 579.2 LECrim . y aplicando la doctrina sentada en la STS. 10.2.98 , antes citada, por la que "noresulta concebible que se protege menos una conversación por ser telefónica, en cuanto puede serlegítimamente intervenida por el Juez y no lo puede ser una conversación no telefónica de dos personas enun recinto cerrado", y de forma analógica la elaborada en torno a la captación de imágenes en las que sehace constar por la policía actos criminales considerándose prueba válida incluso sin autorización judicialque solo debería recabarse en el supuesto de que las mismas se realizaran en un recinto cerrado (SSTS.23.9.99 y 27.9.2002 entre otras), teniendo en cuenta que se trata de investigar una muerte violenta de unapersona, cuyo cadáver fue encontrado con un disparo en la cabeza y cuyo teléfono móvil fue utilizado porsus supuestos captores antes de producirse esta, lo que dio lugar a la adopción de una línea deinvestigación basada en la intervención de una serie de teléfonos móviles cuyo resultado arrojó fundadosindicios en relación a las personas cuyas conversaciones se pretende grabar y tras proceder a su detencióny con anterioridad a ser puestas a disposición judicial pudieran encontrarse implicadas en el hecho en

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cuestión, concluye con la idoneidad, necesariedad y proporcionalidad de la medida solicitada yprecisamente "para evitar que los imputados pudieran ver mermado su derecho de defensa y su derecho ano declarar contra sí mismos, no se podrá instalar los aparatos de escucha en el lugar donde aquéllostengan acceso a la entrevista reservada con su letrado dado que el imputado puede revelar a su letrado lossecretos que quedan bajo la reserva del secreto profesional", acordando en la parte dispositiva que nopodrán utilizarse los sistema de captación en el habitáculo reservado para que los imputados mantengan laentrevista reservado con su letrado, que permanecerá separado de las celdas en que se instalarán lasescuchas y que la colocación de los micrófonos se realizará por los técnicos de la policía judicial "enpresencia del Secretario Judicial que levantará acta en relación a la citada colocación y, en su caso, de laseparación debida entre las celdas y el lugar donde los detenidos se entrevisten con su letrado".

Como tal acuerdo del Instructor no cabe considerarlo arbitrario en cuanto a la proporcionalidad de lamedida, sus cautelas y garantías, para preservar los derechos de los detenidos, art. 520 LECrim , hay queestimar tal prueba legitima e infundada la queja del recurrente.

SEXTO: En efecto, en relación a la infracción de los derechos previstos en el art. 520 LECrim , altratarse de detenidos en calabozos policiales: derecho a guardar silencio, a no declarar contra sí mismo o aconfesarse culpable, arts. 17.3 y 24.2 CE , debemos recordar que tales derechos se ponen enfuncionamiento cuando el acusado está sujeto a los poderes coercitivos del Estado por su detención. Elderecho le protege contra el uso por parte del Estado del poder de subvertir el derecho de un acusado aelegir si quiere o no hablar con las autoridades.

En cuanto al privilegio contra la autoincriminación o el derecho a permanecer en silencio el TEDH,sentencia Allan contra Reino Unido de 5.11.2002 , ha reiterado que esos derechos están generalmentereconocidos en los patrones internacionales que se encuentran en el núcleo de un proceso equitativo. sufinalidad es proporcionar a un acusado la protección contra una coacción impropia por parte de lasautoridades y evitar así errores judiciales y garantizar los fines del art. 6 /sentencia John Murray contraReino Unido de 8.2.96 ). El derecho a no autoincriminarse afecta en primer lugar al respeto a la voluntad dela persona acusada a permanecer en silencio y presupone que la acusación en un proceso penal buscaprobar el caso contra el acusado sin recurso a pruebas obtenidas por medios no previstos legalmentedesafiando la voluntad del acusado (sentencia Saunders contra Reino Unido de 17.12.96 ), por cuanto-decimos nosotros- la verdad no puede ser hallada en el proceso penal a cualquier precio sino que seencuentra limitada por el escrupuloso respeto a los derechos fundamentales.

Al examinar si el proceso ha hecho desaparecer la verdadera esencia del privilegio contra laautoincriminación, el Tribunal deberá examinar la naturaleza y el grado de la coacción, la existencia decualquier protección importante en el proceso y el uso que se hace del material así obtenido (veásesentencia Heaney y McGinness contra Irlanda de 27.12.2000 y sentencia J.B. contra Suiza de 3.5.2001 ).

Cuando la policía utiliza un subterfugio -por ejemplo, introducir en la celda otra persona, de acuerdocon la Policía- para sonsacarle información, para interrogar a su acusado, después -o antes- de que éstehaya advertido que no quiere hacer declaraciones, está consiguiendo de manera incorrecta información queno habría podido obtener de haber respetado el derecho constitucional del detenido o permanecer ensilencio, se violan sus derechos porque se le priva de su opción. Sin embargo, en ausencia decomportamiento para obtener esa información por parte de la policía, no existe violación del derecho delacusado a elegir si quiere o no declarar ante la Policía. Si el detenido habla, es su propia opción y se debesuponer que ha aceptado el riesgo de que quien reciba esa información pueda informar a la policía o de quesu conversación está siendo grabada.

En el caso presente, se advierten similitudes en los casos del TEDH, Khan contra Reino Unido de12.5.2000 y P.G y J.H. contra Reino Unido de 25.9.2001, la fijación de los aparatos de escucha y grabaciónde las conversaciones no fueron ilegales en el sentido de ser contrarias a la Ley penal interna, y no existeindicio alguno de que el detenido, en su conversación con otro detenido por los mismos hechos y conocidosuyo, hubiera sido coaccionado para hacerlas o de que fuera una trampa o una inducción.

En estas condiciones no debe entenderse que la información obtenida de las grabaciones -con lasespeciales garantías que se señalaban en el auto habilitante para preservar el derecho de defensa ycomunicación con un letrado-, haya sido obtenida en contra de la voluntad del detenido y su utilización enjuicio fuera en contra de su derecho a permanecer en silencio y a no autoincriminarse.

SEPTIMO: El motivo tercero por vulneración de precepto constitucional al amparo del art. 852LECrim . por infracción del art. 18.3 CE (derecho al secreto de las comunicaciones), dado que lasescuchas realizadas en el presente procedimiento deben considerarse como ilegales al vulnerar tal derecho

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al no haberse configurado como última ratio sino que resultaron ser el nacimiento de la investigación, talcomo reconoce la propia sentencia.

El inicio de las escuchas se produce por el oficio policial de 5.4.2006, pero dicha petición no cumplelos requisitos exigidos por el Tribunal Constitucional sobre la existencia de un posible delito, personas quepueden estar implicadas y mínima actividad investigadora, existiendo solo "meras hipótesis subjetivas", y elauto de 5.4.2006 es nulo en cuanto a su fundamentación jurídica sin que analice los presupuestos objetivosexigidos por la jurisprudencia ni tampoco fundamenta la necesidad de la medida.

Además se inicia la investigación con el listado de llamadas del teléfono de Prudencio , listado cuyaobtención mediante el mecanismo técnico utilizado por las compañías telefónicas constituye una injerenciaen el derecho fundamental al secreto de las comunicaciones, al cubrir también dicho secreto la identidadsubjetiva de los interlocutores.

El motivo debe ser desestimado.

Por lo que respecta a las exigencias de motivación que ha de cumplir la autorización judicial de unaintervención telefónica para considerarla constitucionalmente legitima, reiteradamente hemos afirmado que,además, de precisar el número o números de teléfono que han de intervenir, la duración de la intervención,quien ha de llevarla a cabo y cuándo ha de darse cuenta al órgano judicial, han de explicitarse en ella lospresupuestos materiales habilitantes de la intervención, esto es, los datos objetivos que puedanconsiderarse indicios de la posible comisión de un hecho delictivo grave y de la conexión de las personasafectadas por la intervención con los hechos investigados. Y ello a fin de excluir que se trate de unainvestigación meramente prospectiva, pues el secreto de las comunicaciones no puede ser desvelado parasatisfacer la necesidad genérica de prevenir o descubrir delitos o para despejar las sospechas sin baseobjetiva que surjan de los encargados de la investigación, ya que de otro modo se desvanecería la garantíaconstitucional (SSTC 49/99 de 5.4, 166/99 de 27.9, 167/2002 de 18.9, 259/2005 de 24.10, 253/2006 de11.9, 197/2009 de 28.9 ). También hemos afirmado que aunque es deseable que la resolución judicialcontenga en sí misma todos los datos anteriores, puede considerarse suficientemente motivada si, integradacon la solicitud policial a la que puede remitirse, contiene todos los elementos necesarios para llevar a caboel juicio de proporcionalidad (SSTC. 167/2002 de 18.9, 184/2003 de 23.10, 259/2005 de 24.10, 136/2006 de8.5 ). En igual sentido esta Sala Segunda, sentencias 14.4.98, 19.5.2000, 11.5.2001, 2.11.2004, 11.9.2995 ,ha estimado suficiente que la motivación fáctica de este tipo de resoluciones se fundamenta en la remisión alos correspondientes antecedentes obrantes en las actuaciones y concretamente a los elementos fácticosque consten en la correspondiente solicitud policial, que el Juzgador tomó en consideración como indicioracionalmente bastante para acordar la intervención telefónica como señalan las SS. 26.6.2000, 3.4 y11.5.2001, 17.6 y 27.10.2002 , entre otras muchas, los autos de autorización de intervenciones telefónicaspueden ser integrados con el contenido de los respectivos oficios policiales en los que se solicitan lasintervenciones en cada caso, de forma que es licita la motivación por referencia a los mismos, ya que elórgano jurisdiccional por sí mismo carece de la información pertinente y no seria lógico que abriese unainvestigación paralela al objeto de comprobar los datos suministrados por la Policía Judicial. Así pues, lamotivación en cuanto a los hechos que justifican la adopción de la medida, debe contemplar laindividualidad de cada supuesto en particular y puede hacerlo remitiéndose a los aspectos fácticoscontenidos en el oficio policial en el que se solicite su adopción. No se trata desde luego de una prácticarecomendable -a pesar de la frecuencia con que se recurre a ella- pero no determina por sí misma la nulidadde lo actuado.

En el caso presente el auto de 5.4.2006 con base al art. 18.3 CE , decreta la intervención y escuchadel teléfono correspondiente a Prudencio haciendo referencia al oficio policial en que se solicita dichaintervención para el esclarecimiento del delito investigado.

En el oficio policial se destaca el Atestado NUM018 tramitado por la Comisaría de Delicias de éstaciudad como consecuencia de la denuncia de la desaparición de Prudencio , siendo el último día que setuvo noticias del mismo, el pasado día 28.3.2006, sobre las 20,00 horas, y ante la extrañeza de no acudir aldomicilio materno durante la mañana del día 29, su madre se trasladó al domicilio de aquel, comprobandoque la puerta de acceso se encontraba abierta y en el interior revuelto. A continuación se detallan lasinvestigaciones llevadas a cabo por los funcionarios del grupo de la Brigada de Policía judicial junto confuncionarios adscritos a la Brigada de Policía científica, trasladándose con Amadeo , hermano deldesaparecido, al domicilio de éste, comprobando que efectivamente, su interior presentaba indicios dehaber sido objeto de un registro, faltando al menos, las joyas que guardaba en un joyero en su dormitorio,por lo que se realizó la correspondiente Inspección ocular y reportaje fotográfico del lugar.

Asimismo se señala que tras efectuar esta inspección ocular, los funcionarios actuantes, junto con el

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hermano del desaparecido, se trasladaron a una segunda residencia que este poseía en la localidad dePinseque (Zaragoza) en la AVENIDA001 NUM014 , comprobando que al igual que en el anterior, se habíaefectuado un registro en su interior, por lo que necesariamente se procedió a realizar una Inspección técnicopolicial, por parte de los funcionarios de la Brigada de Policía científica.

Por ello y dado que la desaparición de Prudencio pudiera haber sido violenta, se solicitó, entre otrasdiligencias, la intervención de las comunicaciones, con todos los datos asociados, del teléfono NUM002 ,perteneciente al propio Prudencio , intervención que fue acordada por auto judicial de 5.4.2006 , que nopuede entenderse vulneradora del derecho al secreto de las comunicaciones, art. 18.3 CE , al ser unamedida necesaria en una investigación ya iniciada para averiguar la desaparición denunciada por la familiadel titular de aquella línea telefónica, siendo fundada la sospecha de que esa desaparición había sidoviolenta.

De otra parte, el citado auto -a pesar de la omisión meramente material de su parte dispositiva-identifica a la persona y al teléfono objeto de intervención, sin que el hecho de que de la autorizaciónotorgada pueda identificarse a las personas implicadas -cuya identidad se desconocía- supongaindeterminación subjetiva alguna. Como se advierte en la STC. 150/2006 de 22.5 , de la jurisprudencia dedicho Tribunal "no se desprende que la previa identificación de los titulares o usuarios de las líneastelefónicas a intervenir resulte imprescindible para entender expresado el alcance subjetivo de la medida,excluyendo la legitimidad constitucional de las intervenciones telefónicas que, recayendo sobresospechosos, se orienten a la identificación de los mismos u otorgando relevancia constitucional a cualquiererror respecto de la identidad de los titulares o usuarios de las líneas a intervenir "pues tales exigencias"resultarían desproporcionadas por innecesarias para la plena garantía del derecho y gravementeperturbadoras para la investigación de delitos graves, especialmente cuando éstos se cometen en el senode estructuras organizadas". Lo relevante para preservar el principio de proporcionalidad es la aportación deaquellos datos que resulten imprescindibles para poder constatar la idoneidad y estricta necesidad de laintervención y excluir las escuchas prospectivas -en este caso las sospechas fundadas de la desapariciónviolenta del titular del teléfono-.

Siendo así, no puede considerarse constitucionalmente ilegitima la intervención de lasconversaciones de las personas que comunican a través o con este teléfono, al parecer sustraído por losimplicados en aquella desaparición, en la medida en que tales conversaciones estén relacionadas con eldelito investigado, correspondiendo al Juez, a través del control de la ejecución de la medida, laidentificación de las conversaciones relevantes.

OCTAVO: Respecto a la cuestionada obtención del listado del trafico telefónico, llamadas efectuadasy recibidas del teléfono NUM002 del desaparecido Prudencio , solicitado en el oficio policial de 5.4.2006,desde el periodo comprendido entre el 28.3.2006 y ese día, hemos dicho, STS. 707/2009 de 22.6, queresulta imprescindible plasmar la doctrina del Tribunal constitucional sobre esta modalidad de limitación delsecreto de las comunicaciones y los matices que presenta con respecto a otras injerencias de mayor caladoen el referido derecho fundamental.

En la STC. 123/2002 de 20.5 , con motivo de cuestionarse la aportación de un listado de llamadastelefónicas que había sido autorizado mediante una mera providencia judicial sin la debida motivación, elTribunal Constitucional comienza recordando que el TEDH en el caso Malona, reconoció que el sistema delrecuento es por naturaleza distinto a la interceptación de las comunicaciones, pues puede tener unafinalidad licita como es la comprobación de la exactitud de los cargos que se exigen a los abonados,examinar sus reclamaciones o descubrir posibles abusos, mientras que la interceptación de lascomunicaciones no es deseable ni licita en una sociedad democrática y también dejó afirmado que lautilización de los datos obtenidos por el recurrente puede plantear problemas en relación con el art. 8 TEDHya que "en los registros así efectuados se contienen informaciones -en especial, los números marcados-que son parte de las comunicaciones telefónicas. En opinión del Tribunal, ponerlos en conocimiento de lapolicía, sin el consentimiento del abonado, se opone también al derecho confirmado por el artículo 8 ".

Continua argumentando la STC 123/2002 que el derecho al secreto de las comunicacionestelefónicas "garantiza a los interlocutores o comunicantes la confidencialidad de la comunicación telefónicaque comprende el secreto de la existencia de la comunicación misma y el contenido de lo comunicado, asícomo la confidencialidad de las circunstancias o datos externos de la conexión telefónica: su momento,duración y destino; y ello con independencia del carácter público o privado de la red de transmisión de lacomunicación y del medio de transmisión -eléctrico, electromagnético u óptico etc...- de la misma.

Por ello -dice el Tribunal Constitucional- la vulneración del derecho al secreto de las comunicaciones

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telefónicas requiere la interferencia directa en el proceso de comunicación mediante el empleo de cualquierartificio técnico de captación, sintonización o desvío y recepción de la señal telefónica como forma deacceso a los datos confidenciales de la comunicación: su existencia, contenido y las circunstancias externasdel proceso de comunicación antes mencionadas. De modo que la difusión sin consentimiento de lostitulares del teléfono o sin autorización judicial de los datos de esta forma captados supone la vulneracióndel derecho al secreto de las comunicaciones.

La aplicación de la doctrina expuesta -prosigue razonando la referida sentencia- conduce a concluirque la entrega de los listados por las compañías telefónicas a la policía sin consentimiento del titular delteléfono requiere resolución judicial, pues la forma de obtención de los datos que figuran en los citadoslistados supone una interferencia en el proceso de comunicación que está comprendida en el derecho alsecreto de las comunicaciones telefónicas del art. 18.3 CE . En efecto, los listados telefónicos incorporandatos relativos al teléfono de destino, el momento en que se efectúa la comunicación y a su duración, paracuyo conocimiento y registro resulta necesario acceder de forma directa al proceso de comunicaciónmientras está teniendo lugar, con independencia de que estos datos se tomen en consideración una vezfinalizado aquel proceso a efectos, bien de la lícita facturación del servicio prestado, bien de su ilícitadifusión.

Dichos datos configuran el proceso de comunicación en su vertiente externa y son confidenciales, esdecir, reservados del conocimiento público y general, además de pertenecientes a la propia esfera privadade los comunicantes.

El destino, el momento y la duración de una comunicación telefónica, o de una comunicación a la quese accede mediante las señales telefónicas, constituyen datos que configuran externamente un hecho que,además de carácter privado, puede asimismo poseer un carácter íntimo.

Ahora bien -matiza la sentencia del Tribunal Constitucional 26/2006 de 30.1 - aunque el acceso yregistro de los datos que figuran en los listados constituye una forma de afectación del objeto de proteccióndel derecho al secreto de las comunicaciones, no puede desconocerse la menor intensidad de la injerenciaen el citado derecho fundamental que esta forma de afectación representa en relación con la quematerializan las "escuchas telefónicas", siendo este dato especialmente significativo en orden a laponderación de su proporcionalidad.

A los efectos del juicio de proporcionalidad resulta especialmente significativo el dato de la menorintensidad lesiva en el objeto de protección del derecho al secreto de las comunicaciones que el acceso alos listados comporta, de modo que este dato constituye elemento indispensable tanto de la ponderación dela necesidad de esta medida para alcanzar un fin constitucionalmente legítimo, como a los efectos deestimación de la concurrencia del presupuesto habilitante de la misma.

Esa doctrina del Tribunal Constitucional ya ha sido aplicada en algunos precedentes de esta Sala deCasación, especialmente en la sentencia 889/2004, de 9 de julio , en la que después de explicar que el"recuento" consiste en el uso de un instrumento - un contador combinado con un aparato impresor- queregistra los números marcados en un determinado aparato telefónico y la hora y la duración de cadallamada, ha admitido la aplicación de ese procedimiento de obtención de datos en virtud de una resoluciónjudicial que reviste la forma de providencia, integrada a su vez en los hechos indiciarios que contiene lasolicitud policial de la adopción de la medida, argumentando la Sala con base en la menor intensidad lesivaen el objeto de protección del derecho al secreto de las comunicaciones que el acceso a los listadoscomporta.

La traslación de la doctrina precedente al caso que se enjuicia en el presente recurso de casaciónhace inviable la pretensión de nulidad probatoria que formula la defensa con el argumento de la vulneraciónde derechos fundamentales; por cuanto la autorización judicial para averiguar el listado de llamadasefectuadas y recibidas desde el teléfono móvil NUM002 del desaparecido Prudencio solicitada en el oficiode 5.4.2006 fue concedida por auto de la misma fecha, lo que impide hablar de tal vulneración.

NOVENO: El motivo quinto por infracción del art. 849.1 LECrim . por haber infringido preceptospenales de carácter sustantivo y normas jurídicas de igual contenido que deben ser observadas enla aplicación de la Ley Penal, dados los hechos que se declaran probados en la sentencia, en concreto elart. 11.1 LOPJ, lo que supone la nulidad de todas aquellas actuaciones que tengan su origen en unaintervención telefónica ilegitima o irregular, como incide en la sentencia que se recurre: ausencia defundamento bastante para su autorización, conculcación del principio de proporcionalidad y defectostranscendentales en la resolución judicial dado que el auto judicial de su parte dispositiva no comunica el

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número de teléfono que deben intervenir, siendo de aplicación la teoría del fruto del árbol envenenado alexistir una conexión de antijuricidad entre la prueba inicialmente viciadas y odas las derivadas de ella por loque toda la prueba ha de ser declarada ilegal.

El motivo debe ser desestimado.

En este extremo, debemos recordar la doctrina de esta Sala, mantenida en sentencias 416/2005 de31.3, y 261/2006 de 14.3, 25/2008 de 29.1, 1045/09 de 4.1, 1183/2009 de 1.12 , al examinar cual es latrascendencia mediata a los efectos inhabilitantes de la prueba obtenida con violación del derechofundamental, en el sentido de superar las diversas interpretaciones y la integración, en los más justostérminos, de lo que el mandato legal contiene como severa proscripción del uso de practicasconstitucionalmente reprobables en la obtención de elementos probatorios y de la búsqueda de eficacia, entérminos de estricta justicia, para el proceso penal, impone una alternativa, de la que se hacen ecosentencias como la del Tribunal Constitucional 8/2000 de 17.1 y la de esta Sala 550/2001 de 3.4 , entreotras, asentadas sobre las siguientes aseveraciones en orden a la transferencia mediata de la nulidad porvulneración del derecho fundamental a una prueba que directamente no produjo esa vulneración:

a) que en primer lugar, hemos de partir de una fuente probatoria obtenida, efectivamente, conviolación del derecho fundamental constitucionalmente conocido, y no afectada simplemente deirregularidad de carácter procesal, por grave que sea ésta.

b) que la nulidad institucional de una prueba en el proceso no impide la acreditación de los extremospenalmente relevantes mediante otros medios de prueba de origen independiente al de la fuentecontaminada, pues si no existe una "conexión causal" entre ambos ese material desconectado estará desdeun principio limpio de toda contaminación.

c) Por ultimo, y esto es lo mas determinante, que no basta con el material probatorio derivado de esafuente viciada se encuentre vinculado con ella en conexión exclusivamente causal de carácter fáctico, paraque se produzca la transmisión inhabilitante debe de existir entre la fuente corrompida y la prueba derivadade ella lo que doctrinalmente se viene denominando "conexión de antijuricidad", es decir, desde un punto devista interno, el que la prueba ulterior no sea ajena a la vulneración del mismo derecho fundamentalinfringido por la originaria sino que realmente se haya transmitido, de una a otra, ese carácter deinconstitucionalidad, atendiendo a la índole y características de la inicial violación del derecho y de lasconsecuencias que de ella se derivaron, y desde una perspectiva externa, que las exigencias marcadas porlas necesidades esenciales de la tutela de la efectividad del derecho infringido requieran el rechazo de laeficacia probatoria del material derivado.

En definitiva, que para que tan nocivos efectos se produzcan es siempre necesario que la admisión avaloración de una prueba conculque también, de alguna forma, la vigencia y efectividad del derechoconstitucional infringido por la originaria que, de este modo, le transmite una antijuricidad que la obligaciónde tutela de aquel derecho está llamada a proscribir. De no ser así, aunque la segunda prueba haya sidoobtenida a causa de la constitucionalmente inaceptable, conservará su valor acreditativo, pues esavinculación causal se ha producido en virtud de unos resultados fácticos que no pueden excluirse de larealidad y no existen razones de protección del derecho vulnerado que justifiquen unas consecuencias másallá de la inutilización del propio producto de esa vulneración.

Recordaba la STS 2210/2001 de 20.11 , que el tema ha sido abordado en diversas sentencias delTribunal Constitucional que han deslindado cuidadosamente la causalidad material de la causalidad jurídicaen relación a la extensión que ha de dársele a la nulidad de una prueba y las consecuencias que de ella sederiven, de suerte que no es la mera conexión de causalidad la que permite extender los efectos de lanulidad a otras pruebas, sino la conexión de antijuricidad la que debe de darse.

En palabras de la STS 161/99 de 3.11 , es la conexión de antijuricidad con las otras pruebas lo quepermite determinar el ámbito y extensión de la nulidad declarada, de suerte que si las pruebasincriminadoras "tuvieran una causa real diferente y totalmente ajenas (a la vulneración del derechofundamental) su validez y la consiguiente posibilidad de valoración a efectos de enervar la presunción deinocencia sería indiscutible..." Doctrina que constituye un sólido cuerpo jurisprudencial del que puedencitarse las SSTC 81/98, 49/99, 94/99, 154/99, 299/2000, 138/2001 .

En idéntico sentido podemos decir con la STS 498/2003 de 24.4 y la muy reciente 1048/04 de 22.9 ,que hay que diferenciar entre las pruebas originales nulas y las derivadas de estas ya directa oindirectamente, de acuerdo con lo prevenido en el art. 11.1 LOPJ ., de aquellas otras independientes yautónomas de la prueba nula y ello porque si bien desde una perspectiva de causalidad material pueden

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aparecer conectadas con el hecho constitutivo de la vulneración del derecho deben estimarseindependientes jurídicamente por proceder de fuentes no contaminadas, como serían aquellas pruebasobtenidas fruto de otras vías de investigación tendente a establecer el hecho en que se produjo la pruebaprohibida, como seria el supuesto de nulidad de unas intervenciones telefónicas que no extendería a losconocimientos policiales exclusivamente obtenidos a través de vigilancias estáticas y seguimientosacordados al margen de aquella intervención, o bien en aquellos casos en los que no se de la llamadaconexión de antijuricidad entre la prueba prohibida y la derivada.

En similar dirección el Tribunal Constitucional en reciente sentencia 66/2009 de 9.3 , ha precisadoque la valoración en juicio de pruebas que pudieran estar conectadas con otras obtenidas con vulneraciónde derechos fundamentales sustantivos requiere un análisis a dos niveles: en primer lugar, ha de analizarsesi existe o no conexión causal entre ambas pruebas, conexión que constituye el presupuesto para poderhablar de una prueba derivada. Sólo si existiera dicha conexión procedería el análisis de la conexión deantijuricidad (cuya inexistencia legitimaría la posibilidad de valoración de la prueba derivada). De no darsesiquiera la conexión causal no seria necesaria ni procedente analizar la conexión de antijuricidad, y ningunaprohibición de valoración de juicio recaería sobre la prueba en cuestión. En definitiva, se considera licita lavaloración de pruebas causalmente conectadas con la vulneración de derechos fundamentales, perojurídicamente independientes, esto es, las pruebas derivadas o reflejas (por todas SSTC. 81/98 de 2.4,22/2003 de 10.2 ).

Por último el Tribunal Constitucional ha afirmado que la valoración acerca de si se ha roto o no elnexo entre una prueba y otra no es, en sí misma un hecho, sino un juicio de experiencia acerca del grado deconexión que determina la pertinencia o impertinencia de la prueba cuestionada que corresponde, enprincipio, a los Jueces y Tribunales ordinarios, limitándose el control casacional a la comprobación de larazonabilidad del mismo (STC. 81/98 de 2.4, citando ATC. 46/83 de 9.2, y SSTS. 51/85 de 10.4,174/85 de17.12, 63/93 de 1.3, 244/94 de 15.9 ).

En el caso que se examina las cuestiones relativas a la ilicitud de las intervenciones telefónicas yahan sido analizadas en los motivos precedentes, remitiéndonos a lo argumentado para evitar innecesariasrepeticiones, y respecto a la omisión en la parte dispositiva del auto del número de teléfono a intervenir, lasentencia impugnada da respuesta adecuada a la queja del recurrente desde el momento en que el delitodebe ser valorado como en todo, de modo que todas sus partes quedan integradas entre sí, por lo que laexpresa mención que a tal respecto se hace en los hechos de la citada resolución, mención claramenteunívoca y ausente de cualquier tipo de duda, subsana esa irregularidad meramente formal.

DECIMO: El motivo séptimo por infracción de Ley del art. 849.2 LECrim. por haber existido erroren la apreciación de la prueba, basado en documento que obran en autos que demuestran laequivocación del juzgador, sin resultar contradichos por otros elementos probatorios.

Como hemos dicho en la reciente sentencia 383/2010 de 5.5 , debemos recordar que la vía del art.849.2 LECrim . solo se pueden combatir los errores fácticos y no los errores jurídicos que se entiendancometidos por la sentencia en la interpretación de los hechos.

Por ello, el ámbito de aplicación del motivo de casación previsto en el art. 849.2 LECrim . secircunscribe al error cometido por el Tribunal sentenciador al establecer los datos fácticos que se recogenen la declaración de hechos probados, incluyendo en la narración histórica elementos fácticos no acaecidos,omitiendo otros de la misma naturaleza que si hubieran tenido lugar o describiendo sucesos de maneradiferente a como realmente se produjeron.

En todo caso, el error a que atiende este motivo de casación se predica sobre aspectos o extremosde naturaleza fáctica, nunca respecto a los pronunciamientos de orden jurídico que son la materia propia delmotivo que por "error iuris" se contempla en el primer apartado del precepto procesal, motivo éste, art. 849.1LECrim . que, a su vez, obliga a respetar el relato de hechos probados de la sentencia recurrida, pues enestos casos solo se discuten problemas de aplicación de la norma jurídica y tales problemas han deplantearse y resolverse sobre unos hechos predeterminados que han de ser los fijados al efecto por elTribunal de instancia salvo que hayan sido previamente corregidos por estimación de algún motivo fundadoen el art. 849.2 LECrim . o en la vulneración del derecho a la presunción de inocencia.

La sentencia de esta Sala 1850/2002 , indica en relación con el art. 849.2 LECrim . que ..."constituyeuna peculiaridad muy notoria en la construcción de nuestro recurso de casación penal: era la única normaprocesal que permitía impugnar en casación la apreciación de la prueba hecha en la instancia mediante unafórmula que podemos calificar ahora como un caso concreto de interdicción de la arbitrariedad de lospoderes públicos (art. 9.3 CE ), pues sólo podía aplicarse en supuestos muy concretos en que, habiendo

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una prueba indubitada sobre un extremo determinado, la Audiencia Provincial la había desconocido y habíaredactado los hechos probados a espaldas de tal medio probatorio. Pero ello sólo era posible de formasingularmente restrictiva, pues únicamente cabía apreciar ese error del Tribunal de instancia cuando laprueba que lo acreditaba era documental, porque precisamente respecto de esta clase de prueba podíatener la inmediación judicial la misma relevancia en casación y en la instancia, ya que el examen deldocumento se hace en las propias actuaciones escritas lo mismo por la Audiencia Provincial que conoció deljuicio oral que por esta sala del Tribunal Supremo al tramitar el recurso de casación.

Cuando una prueba documental acredita un determinado extremo y éste tiene relevancia en elproceso de forma tal que pueda alterar alguno de los pronunciamientos de la sentencia recurrida, si ademásno hay contradicción con algún otro medio probatorio, este nº 2º del art. 849 LECrim . obliga en casación aalterar los hechos probados de la resolución de la audiencia con la consecuencia jurídica correspondiente.

Esta era la única vía que existía en nuestro proceso penal para alterar los hechos probados fijadospor la Audiencia Provincial tras la celebración de un juicio oral en instancia única, vía particularmenteestrecha, que trataba de subsanar manifiestos errores de la sentencia recurrida a través de una fórmula queahora encajaría, repetimos, en el art. 9.3 CE como un caso concreto de interdicción de la arbitrariedad delos poderes públicos, y que actualmente aparece ampliada en una doble dirección:

a) Por lo dispuesto en el art. 5.4 LOPJ , que permite los recursos de casación cuando hay infracciónde precepto constitucional, lo que ha permitido conocer en la casación penal de las denuncias por violacióndel derecho a la presunción de inocencia.

b) Por la doctrina de esta sala - a que nos referiremos más adelante con más profundidad- que en losúltimos años viene considerando como prueba documental, a los efectos de este art. 849.2º LECrim ., a lapericial, para corregir apreciaciones arbitrarias hechas en la instancia cuando hay unos informes odictámenes que no pueden dejar lugar a dudas sobre determinados extremos.

Centrándonos en el motivo de casación por error en la apreciación de la prueba, la doctrina de estaSala, por ejemplo SS. 936/2006 de 10.10 y 778/2007 de 9.10 , viene exigiendo para su prosperabilidad laconcurrencia de los siguientes elementos:

1) ha de fundarse, en una verdadera prueba documental, y no de otra clase, como las pruebaspersonales aunque estén documentadas en la causa;

2) ha de evidenciar el error de algún dato o elemento fáctico o material de la Sentencia de instancia,por su propio y literosuficiente poder demostrativo directo, es decir, sin precisar de la adición de ningunaotra prueba ni tener que recurrir a conjeturas o complejas argumentaciones;

3) que el dato que el documento acredite no se encuentre en contradicción con otros elementos deprueba, pues en esos casos no se trata de un problema de error sino de valoración, la cual corresponde alTribunal, art. 741 LECrim .;

4) que el dato contradictorio así acreditado documentalmente sea importante en cuanto tengavirtualidad para modificar alguno de los pronunciamientos del fallo, pues si afecta a elementos fácticoscarentes de tal virtualidad el motivo no puede prosperar ya que, como reiteradamente tiene dicho esta Sala,el recurso se da contra el fallo y no contra los argumentos de hecho o de derecho que no tienen aptitud paramodificarlo.

Asimismo han de citarse con toda precisión los documentos con designación expresa de aquellosparticulares en los que se deduzca inequívocamente el error padecido y proponerse por el recurrente unanueva redacción del "factum" derivada del error de hecho denunciado en el motivo. Rectificación del"factum" que no es un fin en si mismo sino un hecho para crear una premisa distinta a la establecida y,consiguientemente, para posibilitar una subsunción jurídica diferente de la que se impugna.

Esto es lo que pretende el recurrente al proponer una nueva redacción del factum en los siguientesextremos:

a) no existe prueba alguna de que en la fecha de los hechos Jose Enrique se encontrase en la ciudadde Zaragoza.

b) existe una discrepancia importante entre los móviles reflejados en el Acta de registro realizado porel Secretario (10 móviles) y los que aparecen finalmente en los Autos (12), no pudiendo identificar con

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precisión qué tipo de móvil fueron los encontrados en el domicilio de Jose Enrique .

c) nadie reconoce el Motorola V600 (IMEI NUM001 ) como propiedad de Prudencio .

d) no existe ni una sola grabación en los autos del IMEI NUM001 de donde se deduzca que María delPilar utilizaba dicho móvil.

e) no existe prueba directa ni indirecta que nos permita suponer que con la pistola encontrada enposesión de Jose Enrique se realizasen los hechos enjuiciados.

Ahora bien para llegar a estas conclusiones el recurrente lo que realmente impugna es la existenciade prueba de cargo de su participación en los hechos, cuestionando la prueba indiciaria tenida en cuentapor la Sala entremezclando, por tanto, cuestiones relativas al error de hecho con otras propias de lavulneración del derecho a la presunción de inocencia.

DECIMO PRIMERO: No obstante la voluntad impugnativa del recurrente permite a esta Sala corregir,en beneficio del reo, cualquier error de derecho suficientemente constatado (SSTS. 139/2009 de 24.2,268/2001 de 19.2, 306/2000 de 22.2, 212/99 de 18.2, 401/99 de 10.4, 1044/98 de 18.9). En efecto esta Salacasacional, con asunción de su plena jurisdicción, puede entrar en el estudio de una cuestión jurídica deobligado estudio y resolución y que forma parte de la demanda de justicia inevitablemente unida a la tutelajudicial efectiva que como derecho fundamental implícitamente está asumido por el acusado al formularpretensión revocatoria, criterio ya aceptado por la Sala en Sentencia de 449 de 26 de Marzo de 1998 .

Analizando por tanto la pretensión del recurrente que se traduce en afirmar la inexistencia de pruebaque permita desvirtuar el derecho a su presunción de inocencia, como venimos afirmando -por ejemplo STS.56/2009 de 3.2 - tal derecho a la presunción de inocencia se configura, en tanto que tanto que regla dejuicio y desde la perspectiva constitucional, como el derecho a no ser condenado sin pruebas de cargoválidas, lo que implica que exista una mínima actividad probatoria, realizada con las garantías necesarias,referida a todos los elementos esenciales del delito y que de la misma quepa inferir razonablemente loshechos y la participación del acusado en ellos. De modo que, como declara la STC. 189/98 de 28.9 «sólocabrá constatar la vulneración del derecho a la presunción de inocencia cuando no haya pruebas de cargoválidas, es decir, cuando los órganos judiciales hayan valorado una actividad probatoria lesiva de otrosderechos fundamentales o carente de garantías, o cuando no se motive el resultado de dicha valoración, o,finalmente, cuando por ilógico o insuficiente no sea razonable el iter discursivo que conduce de la prueba alhecho probado». Constituye también doctrina consolidada de este Tribunal que no le corresponde revisar lavaloración de las pruebas a través de las cuales el órgano judicial alcanza su intima convicción,sustituyendo de tal forma a los Jueces y Tribunales ordinarios en la función exclusiva que les atribuye el Art.117.3 CE . sino únicamente controlar la razonabilidad del discurso que une la actividad probatoria y el relatofáctico que de ella resulta.

En este ámbito además de los supuestos de inferencias ilógicas e inconsecuentes el TribunalConstitucional, sentencia 204/2007 de 24.9 , ha considerado asimismo insuficiente las inferencias noconcluyentes, incapaces también de convencer objetivamente de la razonabilidad de la plena convicciónjudicial.

Por otro lado, a falta de prueba directa, también la prueba indiciaria puede sustentar supronunciamiento de condena sin menoscabo del derecho a la presunción de inocencia, siempre que:

a) Los indicios se basen en hechos plenamente probados y no en meras sospechas, rumores oconjeturas.

b) Que los hechos constitutivos del delito o la participación del acusado en el mismo, se deduzcan delos indicios a través de un proceso mental razonado y acorde con las reglas del criterio humano, detalladoen la sentencia condenatoria.

Como se dijo en las SSTC. 135/2003 de 30.6 y 263/2005 de 24.10 , el control constitucional, de laracionalidad y solidez de la inferencia en que se sustenta la prueba indiciaria .puede efectuarse tanto desdeel canon de su lógica o coherencia (de modo que será irrazonable si los indicios acreditados descartan elhecho de que se hace desprender de ellos o no conduzcan naturalmente a él), como desde el de susuficiencia o carácter concluyente , (no siendo pues, razonable, cuando la inferencia es excesivamenteabierta, débil o imprecisa), si bien en este último caso se debe ser especialmente prudente, puesto, que sonlos órganos judiciales quienes, en virtud del principio de inmediación, tienen un conocimiento cabal,

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completo y obtenido con todas las garantías del acervo probatorio.

En este sentido la sentencia del Tribunal Constitucional 189/1998 partiendo en que además de lossupuestos de inferencias ilógicas o inconsecuentes, deben considerarse asimismo insuficientes lasinferencias no concluyentes, incapaces también de convencer objetivamente de la razonabilidad de la plenaconvicción judicial, ha señalado que un mayor riesgo de una debilidad de este tipo en el razonamientojudicial se produce en el ámbito de la denominada prueba de indicios que es la caracterizada por el hechode que su objeto no es directamente el objeto final de la prueba, sino otro intermedio que permite llegar aéste a través de una regla de experiencia fundada en que usualmente la realización del hecho basecomporta la de la consecuencia. En el análisis de la razonabilidad de esa regla que relaciona los indicios yel hecho probados hemos de precisar ahora que solo podemos considerarla insuficiente desde lasexigencias del derecho a la presunción de inocencia, si a la vista de la motivación judicial de la valoracióndel conjunto de la prueba, cabe apreciar de un modo indubitado o desde una perspectiva externa y objetivaque la versión judicial de los hechos es más improbable que probable. En tales casos... no cabrá estimarcomo razonable bien que el órgano judicial actuó con una convicción suficiente ("más allá de toda dudarazonable"), bien la convicción en si (SSTC. 145/2003 de 6.6, 70/2007 de 16.4 ).

En similar sentido la STS. 745/2008 de 25.11 nos dice que el ámbito de conocimiento de esta Sala decasación cuando se alega vulneración del derecho a la presunción de inocencia queda delimitado por estostres aspectos:

a) La comprobación de si el juzgador de instancia contó con suficiente prueba de cargo, aunque fuesemínima para dictar un fallo condenatorio. Ello integra la afirmación de que la carga de la prueba sobre loshechos constitutivos de la pretensión penal, corresponde exclusivamente a la parte acusadora, sin que lesea exigible a la defensa una probatio diabólica de los hechos negativos.

b) La comprobación de que tales pruebas se han obtenido sin violar los derechos fundamentales, loque las haría inválidas a los efectos probatorios, debiendo estar incorporadas dichas pruebas con respeto alos principios de inmediación y contradicción, a salvo de lo previsto en la prueba preconstituida en los casospermitidos en la Ley.

c) Constatación de la racionalidad de las declaraciones y conclusiones alcanzadas por la Salasentenciadora, lo que es de mayor importancia en los supuestos de prueba indiciaria.

En efecto esta Sala -por todas STS. 1372/97 de 11.11 - tiene establecido que los criterios paradistinguir entre pruebas indiciarias capaces de desvirtuar la presunción de inocencia y las simplessospechas se apoyan en que:

a) La prueba indiciaria ha de partir de hechos plenamente probados.

b) Los hechos constitutivos de delito debe deducirse a esos indicios (hechos completamenteprobados), a través de un proceso mental razonado y acorde con las reglas de criterio humano, explicitadoen la Sentencia.

Por tanto la prueba indiciaria o por presunciones queda ceñida a dos puntos: desde el punto de vistaformal a verificar la expresión de los indicios o hechos-base acreditados que partiendo de ellos, lleguen alhecho-consecuencia ; y desde un punto material , el control casacional se contrae en la verificación de queexistan varios indicios, o uno de singular potencia acreditativa, y que no estén destruidos porcontraindicados, y fundamentalmente a la expresión del juicio de inferencia y que éste sea razonable,entendiendo tal razonabilidad como "enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano" , entérminos del art. 1253 del Código Civil (SSTS. 1085/2000 de 26.6, 1364/2000 de 8.9, 24/2001 de 18.1 ).

DECIMO SEGUNDO: En el caso presente la sentencia recurrida admite que no existe una pruebadirecta de la autoría de los hechos, pero existen declaraciones de los coimputados y una serie de indiciosque permiten llegar a la plena convicción de que Jose Enrique es el autor material de los delitos deasesinato, detención ilegal y robo con violencia e intimidación.

Así parte de que de las conversaciones intervenidas judicialmente al coimputado Alfonso y de ladeclaración judicial del coimputado Darío , se deduce que la persona que mató a Prudencio se desplazó conellos y otra persona conocida como Pulga desde Valladolid, pernoctando todos en La Almunia de DoñaGodina.

En los registros efectuados en el domicilio del recurrente Jose Enrique se encuentran los tres

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teléfonos móviles del fallecido: Motorola modelo V600 con IMEI número NUM001 , Motorola modelo V957con IMEI número NUM003 , y Samsung modelo SGHT 100 con IMEI número NUM015 , y una pistola marcaLlama, modelo M-82, calibre 9 mm. Con la numeración de serie borrada por procedimiento físicos yrecamara para cartuchos de 9 mm. Parabellum, pistola del mismo calibre del arma con que se disparó ymató a Prudencio .

En las conversaciones intervenidas (folio 1027) Alfonso manifestó que fue el " Chili " quien se quedócon el oro del " Gamba ", siendo aquél, según la policía, el apodo del recurrente, por lo si en poder delinicialmente acusado y absuelto en la sentencia Alfonso , persona con la que de las conversacionestelefónicas mantenidas con posterioridad a la muerte e Prudencio , se deduce que Jose Enrique teniarelaciones, se encontraron una cadena y un cordón de oro, que han sido reconocidos como propiedad de lavíctima por su hermano Jesús María y su compañera sentimental Miriam , es lógico deducir que tales joyasllegaron a su poder a través del recurrente, siendo también relevante que mientras Prudencio fue retenido,desde uno de su teléfonos, motorola V600 con IMEI núm. NUM001 y teléfono NUM002 , se efectuaron dosllamadas al móvil propiedad de Rafael , doce llamadas al número NUM004 y diez al número NUM005 cuyostitulares eran Aurora y Gloria , hijas de Rafael y compañeras sentimentales de los coimputados Alfonso yDarío .

La compañera sentimental del recurrente María del Pilar era la usuaria del teléfono NUM008 , queestuvo asociado al terminal telefónico con IMEI NUM001 -el número del motorola V600 propiedad delfallecido, desde el 7.4.2006- días después de la muerte de Prudencio . Por ello, es evidente que la personaque cometió el homicidio se hizo con su teléfono móvil y se lo entregó a María del Pilar , siendo lógico yracional deducir que fue el recurrente, su compañero sentimental y en cuyo domicilio se encontraron los tresmóviles del fallecido.

De todos estos datos y sobre la base de que no está acreditado que Jose Enrique estuviera enValladolid en la fecha en que ocurren los hechos y la presencia del arma que se encuentra en su domicilio,llevan a la Sala de instancia a la conclusión racional de que fue el mismo quien golpeo, hirió con una navaja,disparó en la rodilla y luego a cañón tocante o muy próximo a la cabeza, disparó contra Prudencio ,matándole, pese a que ni Alfonso ni Darío se atrevan a identificarle, desprendiéndose de las conversacionestelefónicas intervenidas que fue la misma persona quien realiza todas estas acciones.

El recurrente cuestiona la fuerza acreditativa de los indicios señalados en la sentencia: así intentaacreditar que él se encontraba en Valladolid cuando los hechos sucedieron presentando un certificado devida laboral (folio 1285) y las declaraciones de dos testigos uno de ellos el responsable de la empresa, quele sitúan en una época en Valladolid, pero olvida que quedan excluidos del concepto de documentos aefectos casacionales, todos aquellos que sean declaraciones personales aunque aparezcan documentadas,la razón reencuentra en que las pruebas personales, como la testifical, están sujetas a la valoración delTribunal que con inmediación la percibe (SSTS. 1006/2000 de 5.6, 1701/2001 de 24.9 ).

Que el acusado no tenga mote alguno está en contradicción con los informes policiales en sentidocontrario en relación con la conversación obrante al folio 1027.

En cuanto al posible error de la sentencia al recoger que fueron doce los teléfonos móvilesencontrados en el domicilio del recurrente cuando del acta de entrada y registro se deduce que fueron diez(folios 566 y ss.), lo que resulta indiscutible (folios 800 y ss.) es que el IMEI NUM001 era usado porPrudencio y que dicho IMEI estuvo asociado al Motorola V600, usado con el número de teléfono NUM002 ,el recurrente aduce que nadie ha reconocido el motorola V 600 (IMEI NUM001 ), como propiedad delfallecido, con independencia de que sea cierto de que en la diligencia de reconocimiento de efectosintervenidos en relación a estos hechos, la mayor parte de los comparecidos no reconocen los teléfonosmóviles que se les exhiben, el hermano del fallecido Jesús María si reconoció el Motorola V975, y respectodel V600, al que se refiere el recurrente, dijo estar en duda aunque creía que también era de su hermano, aligual que el Samsung, modelo SGH T100, (folio 827 y ss.), lo importante es que desde el 7.4.2006 elTerminal telefónico con IMEI número NUM001 de aquél móvil y usado con el número teléfono NUM002 ,propiedad del fallecido, venia siendo utilizado con el número de teléfono NUM008 correspondiente a unatarjeta prepago de la que era usuaria María del Pilar (folio 352).

Y respecto a la pistola intervenida en el domicilio del recurrente, es cierto que salvo la coincidenciadel calibre con el indicado en los informes periciales era la utilizada en los hechos, no existe pruebacientífica de que fuera el arma con la que se disparó al fallecido, aunque dado el tiempo transcurrido desdelos hechos 29.3.2006 a la ocupación del arma 14.3.2007, casi un año con la más que probablemanipulación de la misma para hacer desaparecer cualquier resto compatible con la existencia de undisparo - pero sí constituye un indicio más que puede ser valorado por el Tribunal, y en todo caso esta Sala,

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SS. 1012/2003 de 11.7, 260/2006 de 9.3, 1057/2006 de 3.11, 487/2006 de 17.7, 56/2009 de 3.2, ya hadescartado el error de pretender valorar aisladamente los indicios, ya que la fuerza probatoria de la pruebaindiciaria procede precisamente de la interrelación y combinación de los mismos, que concurren y serefuerzan mutuamente cuando todos ellos señalan racionalmente en una misma dirección (SSTS. 14.2 y1.3.2000 ). Es decir la recurrente se limita a analizar cada uno de aquellos elementos y a darles otrainterpretación, o bien a aislarles del conjunto probatorio extrayendo sus propias e interesadas conclusiones,pero sabemos que la fuerza convictiva de la prueba indirecta se obtiene mediante el conjunto de los indiciosprobados, a su vez, por prueba directa, que en esta sede casacional no pueden ser nuevamente revisados yque no se trata del aislado análisis de cada uno de los indicios en su particularidad probatoria, que puedenser, en si mismos, cada uno de ellos, insuficientes a los efectos que resolvemos (porque en caso contrariosobraría su articulación referencial) pero en conjunto arrojar, a juicio de la Sala sentenciadora, unaconvicción que despega del propio análisis de cada uno de ellos en particular, ofreciendo en su totalidaduna conclusión probatoria, sobre la que esta Sala casacional únicamente tiene que comprobar que cuentacon la necesaria racionalidad y con un adecuado soporte estructural de tipo argumental (SSTS. 19.10.2005,4.7.2007 ).

No otra cosa acaece en el caso que se analiza. Se está en presencia de una prueba indiciariacompuesta por varios hechos base totalmente acreditados, no desvirtuados por indicios de signo adverso,que en una global y conjunta valoración ha permitido a la Sala de instancia construir un juicio de inferencia yllegar al hecho consecuencia que se quería acreditar y que se describió en el factum, que fue el autormaterial de los delitos imputados.

No se está, por tanto, ante insuficiencia probatoria alguna, antes bien, la conclusión surge de formanatural del encadenamiento de los indicios analizados, fruto de un juicio inductivo totalmente acorde con lasmáximas de experiencia, reglas de la lógica y conocimientos científicos, por lo que con toda claridad se estáextramuros de toda decisión arbitraria o infundada (STS. 506/2006 de 10.5 ).

El motivo por lo expuesto se desestima.

RECURSO INTERPUESTO POR Alfonso y Darío

DECIMO TERCERO: El motivo primero al amparo del art. 5.4 LOPJ . y art. 852 LECrim . porhaberse infrinjo el art. 24 CE . que reconoce el derecho a la presunción de inocencia, a no sufririndefensión y a un proceso con todas las garantías, así como a la tutela judicial efectiva. Igualmenteen cuanto al derecho a no confesarse culpable incluido en el derecho a la defensa, y el art. 9.3 CE .(principio legalidad y seguridad jurídica).

Cuestiona el recurrente la falta de motivación del auto inicial de 5.4.2006 que acordó la intervencióntelefónica del desaparecido y la omisión del numero de teléfono a intervenir y su titular en la partedispositiva, que las escuchas fueran transcritas y seleccionadas por la policía, y no por el Secretario apresencia de los imputados y de sus letrados, sin que se haya hecho o practicado prueba fonotécnica de lasvoces de los recurrentes, las cuales han negado haber mantenido dichas conversaciones.

Asimismo en relación a las escuchas autorizadas judicialmente en los calabozos de lasdependencias policiales y que iban a ocular los detenidos no pueden considerarse válidas por vulnerarderechos fundamentales, y por último, partiendo de esa nulidad inicial del auto de 5.4.2006 , todas lasdemás pruebas obtenidas a raíz de estas escuchas son nulas y no deben ser tenidas en cuenta comoprueba suficiente para condenar a los recurrentes.

Siendo las cuestiones planteadas similares a las suscitadas en el recurso del coimputado JoseEnrique , el motivo debe ser desestimado, dando por reproducidos los argumentos expuestos en losfundamentos jurídicos que anteceden para evitar innecesarias repeticiones.

DECIMO CUARTO: El motivo segundo por infracción de Ley por la vía del art. 849.1 LECrim. poraplicación indebida de los arts. 163, 139.1 y 3 y 140 CP, así como de los arts. 237, 242.1 y 2 del mismoTexto legal.

Los recurrentes entienden que no quedó acreditada, en relación al delito de robo con violencia ointimidación, que el fallecido tuviera dinero en sus casas, ni pueden afirmarse que las joyas y móvilesintervenidos fuesen de su propiedad, sin que esté probado la violencia o la intimidación.

En relación con el delito de detención ilegal no existe prueba alguna que determine su participaciónen los hechos, al no poder ser tenida en cuenta la conversación transcrita por la Policía mantenida en los

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calabozos, que no ha sido reconocida por el Sr. Alfonso , y el simple hecho de que estuvieran en lalocalidad de La Almunia a Doña Godina no se puede utilizar para situar a los recurrentes en el lugar de loshechos.

Y en cuanto al delito de asesinato tampoco existe prueba de su autoría pues el hecho de queestuvieran en el lugar de los hechos no implica que su presencia fuera necesaria para la muerte del Sr.Jesús María , cuyo autor material fue otra persona.

El motivo debe ser desestimado.

Los recurrentes insisten en cuestionar la prueba practicada, cuya racionalidad y suficiencia debióimpugnarse por la vía del art. 852 LECrim . vulneración presunción de inocencia, olvidando que -como diceen la STS. 121/2008 de 26.2 - el recurso de casación cuando se articula por la vía del art. 849.1 LECrim . hade partir de las precisiones fácticas que haya establecido el Tribunal de instancia por no constituir ni unaapelación ni una revisión de la prueba. Se trata de un recurso de carácter sustantivo penal cuyo objetoexclusivo es el enfoque jurídico que a unos hechos dados, ya inalterables, se pretende aplicar, endiscordancia con el Tribunal sentenciador. La técnica de la casación penal exige que en los recursos deesta naturaleza se guarde el más absoluto respeto a los hechos que se declaren probados en la sentenciarecurrida, ya que el ámbito propio de este recurso queda limitado al control de la juridicidad, o sea, que loúnico que en él se puede discutir es si la subsunción que de los hechos hubiese hecho el Tribunal deinstancia en el precepto penal de derecho sustantivo aplicado es o no correcta jurídicamente, de modo quela tesis del recurrente no puede salirse del contenido del hecho probado.

Por ello con basta reiteración en la práctica procesal, al hacer uso del recurso de casación basado enel art. 849.1 LECrim . se manifiesta el vicio o corruptela de no respetar el recurrente los hechos probadosproclamadas por la convicción psicológica de la Sala de instancia, interpretando soberana yjurisdiccionalmente las pruebas.

Pues bien en el factum expresamente se recoge como los dos recurrentes en unión de Jose Enriquey una cuarta persona sin identificar pero que era conocida como " Pulga ", "se desplazaron a la ciudad deZaragoza, tras tener conocimiento de que Prudencio , conocido en la ciudad de Zaragoza por la Policía, porsu implicación en el mundo de las drogas, podía tener dinero por valor de unos doscientos millones de lasantiguas pesetas, con el claro propósito de apoderarse de la cantidad citada en poder del mentadoPrudencio , y para cuya consecución estaban dispuestos a realizar las actividades necesarias, incluida lamuerte de Prudencio . Para ello, Jose Enrique se hizo con la pistola marca Llama, modelo M-82, calibre 9milímetros, con la numeración de serie borrada y que empleó posteriormente a tal fin.

En la madrugada del pasado 28 de marzo de 2006, los citados Jose Enrique , Alfonso , Darío y Pulgallegaron a la localidad zaragozana de La Almunia de Dª Godina donde en el Hotel denominado "El Patio deGoya", en una habitación simple (la número NUM016 ) y en otra triple (la número NUM017 ) pernoctaron loscuatro, abandonando por la mañana del mismo día el hotel y dirigiéndose a Zaragoza.

Una vez en esta ciudad, los cuatro citados se dirigieron al barrio de Valdefierro donde, en hora noconcretada pero en todo caso durante la tarde, interceptaron a Prudencio a quien abordaron cuando sedisponía a entrar en su domicilio habitual sito en el número NUM000 de la CALLE000 , introduciéndole porla fuerza y contra su voluntad en una furgoneta desde la que se habían desplazado desde Valladolid y queconducía Alfonso , donde Jose Enrique , usando una navaja o cuchillo le estuvo haciendo cortes al objetode que revelara dónde tenía el dinero. Como quiera que Prudencio nada dijera, o diera explicacionesinsatisfactorias, Alfonso , Darío , Jose Enrique y Pulga , con Prudencio y contra su voluntad, procedieron aregistrar el citado domicilio de la CALLE000 número NUM000 de Zaragoza, que poseía un sistema dealarma desconectado hacía tiempo para a continuación, en la furgoneta de referencia, los cuatro citados,llevando consigo y contra su voluntad a Prudencio , se dirigieron a la localidad de Pinseque, próxima aZaragoza, donde éste tenía una segunda vivienda o chalet que ocupaba de manera más esporádica, dondetras desconectar durante la madrugada, concretamente a las 1,36 horas, del día 29 de marzo de 2006 elsistema de alarma, procedieron a su registro, no encontrando lo que buscaban, los doscientos millones depesetas, si bien entre las dos viviendas se apoderaron de 18000 euros que Prudencio tenía guardados asícomo de su teléfono móvil Motorola V600 con IMEI número NUM001 , usado con el número de teléfonoNUM002 , de dos teléfonos móviles más, Motorola V975, con IMEIS números NUM003 y de un brazalete,una cadena y de un cordón todos ellos de oro que portaba consigo.

Tras acabar este segundo registro, y ya en la madrugada del día 29 de marzo de 2006, volvieron a lafurgoneta, y una vez dentro de ésta, Jose Enrique disparó con la pistola que portaba, de arriba abajo, en larodilla de Prudencio que se encontraba sentado, para a continuación dispararle, a cañón tocante o muy

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próximo, en la parte de atrás de la cabeza, en concreto en la zona parieto occipital izquierda, y saliendo elproyectil con estallido, por la acumulación de los gases del disparo, por la zona parieto frontal derecha, loque ocasionó la muerte inmediata de Prudencio , todo ello en presencia de Alfonso , Darío y el llamado "Pulga ". Darío y Pulga procedieron inmediatamente a retirar el cadáver de Prudencio y arrojarlo a unaacequia de riego próxima (Acequia de San Juan), oculta a la vista por unos cañaverales y de un metro deprofundidad. Seguidamente y como quiera que la bala que fue disparada en la nuca a Prudencio , habíaatravesado el cerebro y salido por la zona frontal, dato perceptible por Jose Enrique , Alfonso , Darío yPulga , procedieron a buscarla dentro de la furgoneta, y al no aparecer optaron por hacer desaparecer lafurgoneta, quemándola, si bien no ha sido posible encontrar sus restos".

Relato fáctico al que la Sala llega a partir de las pruebas que detalla en el fundamento jurídico sextoque ya han sido detalladas en el motivo séptimo del recurso interpuesto por el coimputado Jose Enrique-especialmente las conversaciones intervenidas judicialmente en dependencias policiales en las que elrecurrente Alfonso habla de una muerta ocurrida en Zaragoza (folios 1021 y 1023) y que fueron ellosquienes le pegaron un tiro en la rodilla y otro en la cabeza (folios 1023, 1024 y 1130), que lo tirano (almuerto) Darío y el Caqui a un riachuelo, que le clavó cuchillos y que estuvo tres horas de agonía (folios1023 y 1024). Asimismo Alfonso habla de una furgoneta que llevaba (folios 1021, 1022, 1129 y 1130) ydescribe el lugar donde es arrojado el cuerpo de Prudencio , cañaverales con agua estancada y próximo auna fabrica de cemento, de forma coincidente al lugar donde el cadáver apareció (folio 1139), y ladeclaración de Darío a presencia judicial (folios 1558 a 1560) en la que reconoce que tanto él como Alfonsoy un tercero estuvieron en un hotel, lo que se corresponde con la factura abonada por Alfonso , que habíanacudido con una furgoneta que conducía éste último, que luego encuentran a quien resulta fallecido y queesa tercera persona que les acompaña es quien lo mata en Pinseque.

De lo expuesto, unido a las llamadas que estos recurrentes realizaron mientras estos hechossucedían desde el teléfono Motorola V600 con IMEI NUM001 y teléfono NUM002 , propiedad de la víctima asus compañeras sentimentales, deduce la Sala racionalmente que tanto Alfonso como Darío estuvieronpresentes en el momento en que se da muerte a Prudencio , obligándole a subir en la furgoneta cuando ibaa su domicilio.

Asimismo la sentencia de las mismas conversaciones intervenidas a Alfonso considera acreditado-fundamento jurídico 5º-, que entraron en las casas (folios 1021, 1022, 1023) y cogieron dos millones o tres(folio 1022) y que el " Chili " llevaba el oro del " Gamba " (el fallecido), lo que unido a que las viviendashabían sido registradas y que había desaparecido una cadena, un brazalete y un cordón de oro, que fueronhallados en poder de un tercero, así como tres teléfonos móviles que luego aparecieron en el domicilio delcoimputado Jose Enrique , evidencia la comisión del delito de robo.

Siendo así la subsunción que la Sala efectúa del referido relato fáctico es plenamente acertada,discrepan los recurrentes de que su simple presencia en el lugar de los hechos no permite calificar talactuación como de necesaria, pues el autor material del disparo lo hubiera llevado a cabo sin necesidad deayuda alguna.

El tribunal de instancia razona sobre la calificación jurídica de la conducta de los ahora recurrentes,partiendo de ese acuerdo entre todos ellos, aceptando incluso que fuera necesaria la muerte del asaltado, yconsidera necesaria su presencia para que Jose Enrique materializara la muerte de Prudencio , al llevarle allugar, forzando y obligándole a entrar contra su voluntad en la furgoneta y en sus domicilios, y estandopresentes cuando era maltratado y disparado en la rodilla por Jose Enrique , y en el momento del disparo enla cabeza.

Esta Sala comparte la calificación jurídica de su conducta realizada por el Tribunal de instancia: no sepuede aceptar el argumento esgrimido por los recurrentes sobre la innecesariedad de su presencia ycarencia por tanto del dominio del hecho.

Ciertamente la entrega de un cuchillo, cuando se ha iniciado una pelea con agresiones físicas,supone un aporte relevante que acorde con doctrina de esta Sala integra la participación a título decooperador necesario en la muerte causada con el uso de ese cuchillo.

No se puede aceptar el argumento esgrimido por el recurrente, para rechazar la cooperaciónnecesaria, afirmándose que carecía del dominio del hecho.

Tiene declarado esta Sala, como es exponente la Sentencia 258/2007, de 19 de julio , que ladiferencia entre cooperador necesario y coautor, que es una imposición del nuevo texto del art. 28 de 1995 ,tiene una especial relevancia a partir de la introducción de la coautoría y la autoría mediata en el texto de la

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ley y de la adopción en la jurisprudencia del criterio del dominio del hecho para diferenciar entre autores(coautores y autores mediatos) y partícipes. En efecto, es evidente quien pone una condición sin la que elhecho no se hubiera cometido tiene el dominio del hecho, pues éste debe ser atribuido a quien puedeinterrumpir la ejecución del delito retirando la que es una condición sin la que éste no se hubiera efectuado.Ello podría sugerir que la cooperación necesaria es superflua, porque no es más que una repetición delconcepto de autor. Sin embargo, la cooperación necesaria en sentido estricto se refiere a quienes ponenuna condición necesaria, pero no tienen el dominio del hecho, pues no toman parte en la ejecución delmismo, sino que realizado su aporte, dejan la ejecución en manos de otros que ostentan el dominio delmismo. En otras palabras el cooperador necesario realiza su aportación al hecho sin tomar parte en laejecución del mismo.

Y eso es lo que ha acaecido en el supuesto que examinamos. Es cierto que el ahora recurrente nointervino en la ejecución de la acción homicida realizada por el coacusado Segismundo . Su aporte fueanterior, haciendo entrega a éste último del cuchillo que utilizó para ejecutar la acción homicida, sin quetuviera, por consiguiente, el dominio del hecho en la causa de esa muerte, pero ello no excluye que suaportación puede ser calificada como de cooperador necesario.

La distinción del cooperador necesario del mero cómplice ha sido igualmente examinada por lajurisprudencia de esta Sala, y se ha inclinado por la relevancia de la aportación, como se señala en laSentencia 434/2007, de 16 de mayo , en la que se declara que quien hace una aportación decisiva para lacomisión del delito en el ámbito de la preparación, sin participar luego directamente en la ejecución, notiene, en principio, el dominio del hecho, pues en la fase ejecutiva, la comisión del delito ya está fuera desus manos, pero sí puede ser un partícipe necesario. Lo decisivo a este respecto es la importancia (larelevancia) de la aportación en la ejecución del plan del autor o autores.

Y la Sentencia 123/2001, de 5 de febrero , declara que ajustándose a la eficacia de los medios, se hapuesto énfasis en las aportaciones necesarias para el resultado, teniendo en cuenta el criterio de la escasezde medios y, en este campo, toda actividad claramente criminal, que por serlo, el ciudadano corriente noestá dispuesto a llevar a cabo, es escasa y constitutiva de cooperación necesaria si, además es causal parael resultado y supone la remoción de un obstáculo serio para la comisión del delito. Esta Sala vienedeclarando (cfr. Sentencia de 11 de junio de 1999 ) que la diferencia entre la complicidad y la cooperaciónnecesaria radica en la consideración de la actividad del cómplice como secundaria, accesoria o auxiliar de laacción del autor principal, frente a la condición de necesaria a la producción del resultado de la conducta delcooperador necesario.

Y esa relevancia y necesidad pueden afirmarse en quien interviniese con anterioridad -ayudando adetener a la víctima e introducirla en la furgoneta-, estar presentes cuando se realiza el disparo que acabócon su vida, actuación que era previsible para ellos dada la secuencia anterior de los hechos, e incluso, conposterioridad, cooperan en retirar el cadáver y arrojarlo a una acequia de riego próxima, oculta entrecañaverales, por lo que de no haber contado el autor material con la presencia de los recurrentes y suactuación cooperando en la detención de la víctima y su traslado en los términos fijados en el relato fáctico,difícilmente podía haber podido consumar su víctima.

El motivo, por lo expuesto se desestima.

DECIMO QUINTO: Desestimándose los recursos, las costas se le imponen a los recurrentes, art. 901LECrim .

III. FALLO

Que debemos declarar y declaramos no haber lugar a los recursos de casación, interpuestos porJose Enrique , Alfonso , Darío , contra sentencia de 1o de julio de 2009, dictada por la AudienciaProvincial de Zaragoza, Sección Primera, que les condenó como autores de un delito de asesinato,detención ilegal, robo y tenencia ilícita de armas; y condenamos a los recurrentes al pago de las costascausadas en la tramitación de sus respectivos recursos.

Comuníquese esta resolución al Tribunal Sentenciador a los efectos legales procedentes, condevolución de la causa que en su día remitió, interesando acuse de recibo.

Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos,mandamos y firmamosD. Carlos Granados Perez D. Perfecto Andres Ibañez D. Jose Manuel Maza Martin D.Juan Ramon Berdugo Gomez de la Torre D. Siro Francisco Garcia Perez

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Voto particular

que formula el magistrado Perfecto Andres Ibañez a la sentencia número 513/2010, de 2 de junio queresuelve el recurso de casación número 11.429 /2009P El criterio de la mayoría es que la instalación, conautorización judicial, de un dispositivo de escucha oculto, en la celda de la comisaría en que se encontrabandetenidos los sospechosos de un delito, con el fin de captar sus conversaciones, y porque, era previsibleque fueran a hablar entre ellos del asunto objeto de investigación, por el que ya estaban siendopolicialmente imputados, es conforme a nuestro derecho interno, pues contaría con la necesaria coberturalegal y constitucional, y también al art. 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Si no he entendidomal, se considera que existe la necesaria previsión legal, de un lado porque la clase de comunicación(directa entre los implicados), si amparada por el derecho al secreto del art. 18,3 CE sería también de lassusceptibles de injerencia judicialmente autorizada dentro de un proceso penal; y, además, en este caso, lamedida estaría entre las contempladas en el art. 579,3 Lecrim y entre las que permiten los arts. 51 de la LeyGeneral Penitenciaria y 46 y 47 del Reglamento de la misma. En fin, se estima que el carácter subrepticiode la escucha en el lugar de la detención habría respetado el derecho de los afectados a guardar silencio,porque no fueron forzados a hablar y tampoco estimulados a hacerlo por algún medio insidioso, sino que secomunicaron entre ellos de manera voluntaria. Mi discrepancia con tal modo de discurrir es plena: porque noconcurre previsión legal en los términos del Convenio citado y como la requiere conocida jurisprudencia delTEDH, que cita la sentencia, y, en tal sentido, la interceptación fue ilegítimamente practicada, convulneración del derecho al secreto de las comunicaciones y a la intimidad de los escuchados. Y también -yde manera muy especial, dado el marco- porque se hizo con franca ruptura del derecho de defensa, que escomo decir del proceso penal acusatorio, y de otros derechos fundamentales. En cuanto a lo primero, hayque señalar que la sentencia identifica dos posiciones doctrinales sobre la posible instalación, conautorización judicial, de escuchas en lugar cerrado para captar sonido ambiente, al amparo de los arts. 18,3CE y 579 Lecrim; para al fin decantarse por la más laxa, la que brinda la menor tutela a los derechosfundamentales en riesgo y que, además, no puede tener más precario fundamento. En efecto, pues, enesencia, se cifra en el uso del último inciso del párrafo tercero del segundo artículo citado, cuando habla "delas comunicaciones de las que se sirvan" (los sospechosos), desconectando esta expresión de lainmediatamente anterior, la vertebradora del precepto en su totalidad, comprensiva sólo de las"comunicaciones postales, telegráficas o telefónicas", que, en una interpretación contextual e integrada delmismo, son el verdadero y único objeto de regulación. Lo que significa, lisa y llanamente, que la intervenciónsobre las de otra clase no está contemplada : para ellas no hay previsión, y mal podría acordarse con elimprescindible fundamento legal. Así, es bien claro que el art. 579 Lecrim no ampara la posibilidad deinvasión de las comunicaciones entre sujetos presentes. Y que el vocablo "comunicaciones" de su apartadotercero no introduce -no podría hacerlo de forma implícita, en materia tan sensible- una modalidad de lasmismas ajena a las expresamente consideradas. Cuando, además, la expresión en la que se integra tieneun sentido francamente obvio: la observación puede también extenderse a las comunicaciones que sonpreciso objeto de regulación , esto es, las "postales telegráficas o telefónicas" mantenidas por otros sujetosde "las que se sirvan" los investigados. Cierto que en una interpretación hiperliteralista y deconstructiva delprecepto en el término "comunicaciones", debidamente descontextualizado, caben las de cualquier tipo.Pero obrar así no es interpretar con rigor, y menos con el que exigen las normas de aplicación del iuspuniendi ; sino valerse de una clara e injustificable imperfección técnica del lenguaje legal para construir unanorma contra la ratio legis : un precepto no escrito de creación jurisprudencial. Una regla tercera osupernumeraria que diga lo que no dice ninguna de los tomadas como supuesta base de la misma. Otrotanto hay que afirmar de la invocación de los preceptos citados relativos al marco penitenciario (verdadero yúnico objeto de regulación) para convertir por esa vía oblicua una medida de tal régimen específico en unmedio de investigación procesal objetivamente ausente y extraño a nuestro sistema jurídico vigente enmateria de proceso criminal. Sin que pueda servir como argumento que el juez tendrá que poder lo quepuede el director de un centro de reclusión. Porque esta clase de analogía de un supuesto sentido común losería del propio del hombre de la calle, no del jurista, que mal puede convertirla en fuente de derecho.Máxime cuando concurre una patente heterogeneidad tanto en el fin como en la modalidad de ejercicio de lainterceptación. Y semejante modo de discurrir, que podría servir para mover la voluntad del legislador, novale en cambio para cubrir el ostensible vacío legal. Esto, en rigor, debiera bastar para excluir esa suplenciaextensiva, porque no cabe trasladar al campo de la jurisdicción instrumentos de control propios de unrégimen administrativo de especial sujeción, que no es, precisamente, el de quienes gozan del amparo depreceptos como los que conforman la disciplina constitucional del proceso. El TEDH en múltiples sentenciashabla de la necesidad de previsión legal, en tanto que condición de legitimidad de las injerencias en elmarco de la intimidad y del secreto de las comunicaciones. Ello como garantía de conocimiento por loseventuales afectados de las actuaciones que podrían llegar a concernirlos, a fin de que puedan saber a quéatenerse . De aquí se deriva para el legislador una ineludible exigencia de calidad en el uso del lenguaje,más precisamente, de transparencia y rigor descriptivo en la delineación de los supuestos. Pues bien,siendo así, es patente que, en este punto, el legislador español -en la hipótesis de la mayoría- no ha

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cumplido en modo alguno sus deberes. Para demostrarlo basta reparar en el auténtico laberintointerpretativo en el que hay que sumergirse para llegar a la conclusión de que nuestro ordenamientocontiene una disposición legal como la tan artificiosamente fabricada en este caso. Acudiendo a unaalambicada y amplificadora operación de síntesis de otras varias ideadas con un fin distinto del perseguidocon la operación que se cuestiona. Pero hay más, dado que en el supuesto a examen no sólo concurreafectación del secreto de las comunicaciones verbales entre personas presentes. Pues éstas se hallaban,precisamente, en el que tendría que considerarse en ese momento su domicilio , el ámbito de ejercicio de suúnica posible y precaria intimidad, necesariamente compartida, que fue invadido; justo porque iba a ser esesu destino, y por un motivo que nada tenía que ver con la seguridad de los detenidos ni con laspeculiaridades propias del régimen administrativo de la detención. En una actuación, no justificada pormotivos de esta última clase y completamente ajena en la forma a las previsiones de la Ley deEnjuiciamiento Criminal en materia de allanamiento domiciliario. Por si fuera poco, la medida incidiópesadamente en el derecho de defensa, banalizándolo, con manifiesta quiebra del nemo tenetur. Cierto quese dice que en la obtención de las declaraciones no habría habido provocación o trampa . Pero no lo veoasí, porque es claro que los escuchados hablaron en la creencia de que lo hacían sólo para ellos , en elaludido ámbito de intimidad compartida; obrando, con toda seguridad, de un modo distinto a como lohabrían hecho ante el posible provocador infiltrado con el encargo sonsacarles al que se alude en lasentencia; o sea, en situación de total inermidad ante el investigador. Y -diría- no cabe mayor insidia que lade convertir en declaración autoinculpatoria o heteroinculpatoria la conversación o el soliloquio del detenidoque se considera a salvo de escuchas, y da por descontado que, privado de libertad, goza, sin embargo, delos restantes derechos fundamentales previstos en la Constitución, y, en particular, los que asisten alimputado. Sucede, en fin, que el derecho a no declarar expresa algo más que una facultad o una opcióndefensiva, de uso facultativo por aquél. Es también, o, mejor dicho, primero, expresión de la renuncia delordenamiento constitucional a servirse de él como medio de prueba, en especial contra sí mismo: porimperativo del derecho a la presunción de inocencia, que desplaza toda iniciativa incriminatoria y el deber deprobar sobre quien acusa, imponiéndole la utilización de otras fuentes de conocimiento. En definitiva, creoque la intervención judicial de que se trata es constitucionalmente ilegítima, y así debió ser declarada en lasentencia, con los efectos del art. 11,1 LOPJ. Y en tal sentido tendría que haberse estimado el recurso.

Voto Particular

VOTO PARTICULAR QUE FORMULA EL MAGISTRADO EXCMO. SR. D. Jose Manuel MazaMartin

Con el máximo respeto que me merece la opinión mayoritaria de este Tribunal he de expresar, noobstante, mi plena conformidad con el contenido del Voto Particular discrepante de aquella, suscrito por eltambién miembro de la Sala D. Perfecto Andres Ibañez.

Por consiguiente, junto a las que en mi opinión son ya de por sí acertadísimas argumentacionescontenidas en dicho Voto, en referencia a aspectos tan esenciales como la ausencia, en nuestroordenamiento, de cobertura legal habilitante para la práctica de la diligencia en cuestión o la dimensiónconstitucional de semejante carencia, argumentaciones a las que expresamente me adhiero, tan sóloconsidero de interés insistir aquí en el dato, para mi del todo concluyente, de la situación de absolutosometimiento en que los "espiados" se hallaban, privados de libertad en las dependencias policiales, lo quehace que una injerencia en su intimidad como la consistente en escuchar sin su conocimiento sus pláticas,que en circustancias distintas de la referidas podría quizá llegar a considerarse lícita si, como en este caso,cuenta con el debido control jurisdiccional, se convierta en una verdadera "trampa" o "treta" ("trickery" en elDerecho anglosajón, que con mayor amplitud y frecuencia ha abordado estos tipos de "artimañas" utilizadaspor los investigadores del delito), ejecutada precisamente por quienes, en su condición de funcionariosencargados de la custodia de los detenidos, mayor obligación tenían de preservar y garantizar todos losderechos de éstos, incluidos los correspondientes al ámbito de su intimidad, y a excepción por supuesto dela privación de libertad deambulatoria, que es la única y exclusiva limitación de derechos que puede obrarcomo contenido propio de la detención acordada.

Aprovechar, por tanto, esa detención y la situación de aislamiento e impedimento de otras alternativasque la misma ocasiona, para obtener información de manera subrepticia y ajena a la voluntad de unosinformantes sometidos a tales condiciones sin posibilidad alguna de eludirlas, a mi juicio constituye unaactuación por completo ajena a los instrumentos propios de un Estado de Derecho, que en modo algunopuede merecer aprobación como técnica de investigación criminal y, menos aún, como vía para la obtenciónde material probatorio ulteriormente utilizado en el enjuiciamiento.

Así mismo, he de significar lo que tal comportamiento policial y judicial supone, en mi criterio, deevidente vulneración de los derechos de los investigados a no declarar contra sí mismos y a no declararse

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culpables, derechos de los que gozaban plenamente al tiempo de la debatida diligencia de investigación yde los que habían sido ya debidamente instruidos los detenidos con carácter previo a su privación delibertad, pues en realidad se obtuvo de ellos una información que voluntariamente no deseaban facilitar,haciéndoles creer que estaban solos en el calabozo, cuando ello no era así, ya que los oídos de unosterceros ocultos a su vista asistían también a la conversación, tomando conocimiento del contenido de lamisma desde el exterior de la celda.

Por otra parte, el hecho de que la información obtenida de tal modo no fuera utilizada de maneraprincipal para la inculpación de los propios conversadores objeto de "escucha" sino contra una personaajena a ellos, copartícipe de los mismos hechos delictivos, a cuya identidad éstos hicieron alusión en sudiálogo, extremo en el que la opinión mayoritaria del Tribunal hace especial hincapié para excluir lavulneración del referido principio "nemo tenetur se detegere" o "nemo tenetur se ipsum accusare" , en modoalguno puede servir a ese fin de la exclusión de la infracción constitucional puesto que, en definitiva, através del contenido de la conversación los detenidos confirmaban también su participación en los ilícitos,con independencia de que pudieran existir otros elementos probatorios independientes que igualmente lesincriminasen, pues el derecho constitucional a no declarar evidentemente no puede resultar dependiente dela existencia, o no, de otras pruebas, sino que merece ser respetado por sí mismo, aunque existaacreditación plena por vía ajena a la declaración respecto del contenido de ésta.

Es precisamente por todo ello por lo que se explica, según mi opinión, el que, aunque en nuestroordenamiento esté permitida, mediando la oportuna autorización judicial, una injerencia tan gravísima parael investigado como la intervención de sus conversaciones telefónicas, la práctica de tal diligencia noresulte, sin embargo, posible una vez que se ubica al investigado en el lugar de imputado, precisamenteporque a partir de ese momento su derecho a no ser fuente productora, ni voluntaria ni involuntariamente, nicon conocimiento de ello ni de manera inconsciente, de material probatorio que le incrimine ( "nemo tenetur") ha de prevalecer sobre cualquier otra consideración, especialmente frente a eventuales planteamientosutilitaristas y de mera eficacia policial que tan contradictorios suelen resultar con el respeto adecuado a lasgarantías básicas de un procedimiento penal democrático.

En definitiva, concluyo reiterando la coincidencia con mi compañero Marco Antonio en que laexpresada diligencia y su resultado debieron de ser declarados ilícitos, por vulneración de derechosfundamentales, con las consecuencias procesales que a partir de ello habrían de derivarse.

PUBLICACION .- Leida y publicada ha sido la anterior sentencia por el Magistrado Ponente Excmo.Sr. D Juan Ramon Berdugo Gomez de la Torre , estando celebrando audiencia pública en el día de su fechala Sala Segunda del Tribunal Supremo, de lo que como Secretario certifico.

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Audiencia Provincial de Zaragoza (Sección 1ª).Sentencia núm. 357/2009 de 10 julio JUR\2009\340943

Derecho a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.Derecho al secreto de las comunicaciones.Derecho a la presunción de inocencia.Homicidio y sus formas.Delitos contra la libertad.Delitos contra el patrimonio y contra el orden socioeconómico.Delitos contra la Administración de Justicia.Delitos contra el orden público.Proceso Penal.Penas.Personas responsables criminalmente.Armas y Explosivos. Jurisdicción: Penal Sumario núm. 7/2007 Ponente: Ilmo. Sr. D. mauricio murillo y garcía atance

AUD.PROVINCIAL SECCION N. 1

ZARAGOZA

SENTENCIA: 00357/2009

SENTENCIA NÚM. 357/2009

EN NOMBRE DE S.M. EL REY

ILUSTRÍSIMOS SEÑORES

PRESIDENTE

D. ANTONIO ELOY LÓPEZ MILLÁN

MAGISTRADOS

D. FRANCISCO JAVIER CANTERO ARÍZTEGUI

D. MAURICIO MURILLO y GARCÍA ATANCE

En la Ciudad de Zaragoza, a diez de Julio de dos mil nueve

La Sección Primera de la Audiencia Provincial, constituida por los Ilmos. Señores que al margen se expresan, ha visto en juicio oral y público la presente causa, Sumario nº 2/2007, Rollo de Sala número 7/2007, procedente del Juzgado de Instrucción número CINCO de Zaragoza por delitos de asesinato, robo, detención ilegal y tenencia ilícita de armas, contra los procesados Olegario , con N.I.E. nº NUM000 , nacido en Santiago de Estero (Argentina), el día 7/5/1973, hijo de Norberto y de Norma, de estado soltero, de profesión Montaje de Estructuras, con instrucción, sin antecedentes penales, insolvente, y en prisión provisional por esta causa de la que aparece privado desde el 15/3/2007; representado por la Procuradora de los Tribunales Doña Natalia

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2

Ferrer Pérez y defendido por el Letrado Don Mauricio Izquierdo García. Contra Santiaga , con N.I.E. nº NUM001 , nacida en Fusagasuga (Colombia), el día 14/1/1986, hija de Giovanni y de Clara, soltera, ama de casa y vecina de Zaratán (Valladolid), Camino de DIRECCION000 nº NUM002 , NUM003 , con instrucción, sin antecedentes penales, insolvente y en libertad provisional por esta causa de la que aparece privada desde el 15 de marzo de 2006 hasta el 4 de marzo de 2008; representada por el Procurador de los Tribunales Don José María Corz Moreno y defendida por el Letrado Don Pedro Pascual Langa. Contra Blas , con D.N.I. nº NUM004 , natural de Alaejos (Valladolid), de 54 años de edad, hijo de Ángel y de Martina, casado, industrial y vecino de Valladolid, c/ DIRECCION001 nº NUM005 , NUM006 , con instrucción, sin antecedentes penales y de solvencia parcial, y en libertad provisional por esta causa de la que aparece privado desde el 15 de marzo de 2006 hasta el 4 de marzo de 2008; representado por la Procuradora de los Tribunales Doña María Belén López López y defendido por el Letrado Don Marcos García Montes. Contra Francisca , con D.N.I. nº NUM007 , nacida en Bilbao el día 8/6/1979, hija de Juan Antonio Francisco y de Valentina, separada, ama de casa, vecina de Cabezón de Pisuerga (Valladolid), c/ DIRECCION002 nº NUM008 , con instrucción, con antecedentes penales, insolvente, y en libertad provisional por esta causa de la que aparece privada desde el 15/3/2006 hasta el 4 de marzo de 2008; representada por la Procuradora de los Tribunales Doña María Belén López López y defendida por el Letrado Don Marcos García Montes. Contra Regina , con D.N.I. nº NUM009 , nacida en Bilbao el 18/2/1977, hija de Juan Antonio Francisco y de Valentina, casada, azafata, y vecina de Laguna de Duero (Valladolid), Avenida DIRECCION003 nº NUM010 , NUM011 , con instrucción, insolvente, y en libertad provisional por esta causa de la que aparece privada desde el 15/3/2006 hasta el 4 de marzo de 2008; representada por la Procuradora de los Tribunales Doña María Belén López López y defendida por el Letrado Don Marcos García Montes. Contra Melchor , con D.N.I. nº NUM012 , nacida en Valladolid el día 9/5/1975, hijo de Manuel y de Francisca, casado, de profesión técnico de aislamiento térmico y acústico, vecino de Laguna de Duero (Valladolid), DIRECCION003 nº NUM010 , NUM011 , con instrucción, con antecedentes penales, insolvente, privado de libertad por esta causa desde el 15/3/2006; representado por la Procuradora de los Tribunales Doña María Pilar Bonet Perdigones y defendido por la Letrada Doña Olga Oseira Abril. Contra Cosme , con D.N.I. nº NUM013 , nacido en Valladolid el día 2/11/1977, hijo de Mariano y de Esperanza, separado, de la construcción, vecino de Cabezón de Pisuerga (Valladolid), c/ DIRECCION002 nº NUM008 , con instrucción, sin antecedentes penales, insolvente, y en prisión provisional por esta causa desde el 15/3/2006; representado por la Procuradora de los Tribunales Doña María Pilar Bonet Perdigones y defendido por la Letrada Doña Olga Oseira Abril. Y contra Jenaro , con D.N.I. nº NUM014 ,

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nacido en Valladolid el día 20/12/1980, hijo de Ángel y de Pilar, soltero, camionero, y vecino de Cabezón de Pisuerga (Valladolid), C/ DIRECCION002 nº NUM008 , con instrucción, sin antecedentes penales, insolvente, y en libertad provisional por esta causa de la que aparece privado desde el 15/3/2006 hasta el 4 de marzo de 2008; representado por la Procuradora de los Tribunales Doña María Belén López López y defendido por el Letrado Don Marcos García Montes.

Es parte acusadora el MINISTERIO FISCAL y ejerce Acusación Particular Doña Dulce , representada por la Procuradora de los Tribunales Doña Ana Silvia Tizón Ibáñez y defendida por la Letrada Doña María Cristina Ruiz-Galbe Santos.

Es Ponente en esta causa el Ilmo. Sr. Magistrado Don MAURICIO MURILLO y GARCÍA ATANCE, quien expresa el parecer del Tribunal.

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO.- A virtud de atestado policial se instruyó por el Juzgado de Instrucción número CINCO de Zaragoza el presente Sumario, en el que fueron procesados Olegario , Santiaga , Blas Francisca , Regina , Melchor , Cosme y Jenaro . El Sumario es declarado concluso por Auto de fecha 24 de Enero de 2008 .

SEGUNDO.- Formado el oportuno Rollo de Sala, y elevado el Sumario a esta Audiencia Provincial, tras los trámites procedentes se decretó la apertura del juicio oral contra el citado procesado, y evacuado el trámite de calificación por todas las partes, se señaló la vista oral, que ha tenido lugar los días 15, 16, 17 y 18 de Junio de 2009.

TERCERO.- El Ministerio Fiscal, en sus conclusiones definitivas, ha calificado los hechos de autos como constitutivos de

a) Un delito de detención ilegal del artículo 163 del Código Penal

b) Un delito de asesinato del artículo 139 1º y 3º y 140 del Código Penal

c) Un delito de tenencia ilícita de armas respecto a la pistola Llama y la escopeta del artículo 563 en relación con el artículo 564.1 y 2, 1º y 3º del Código Penal

d) Un delito de robo con violencia e intimidación en las personas del artículo 237, 242.1 y 2 del Código Penal respecto al robo del domicilio de Zaragoza

e) Un delito de robo con violencia e intimidación en las personas del artículo 237, 242.1 y 2 del Código Penal respecto al robo del domicilio de Pinseque (Zaragoza)

f) Un delito de tenencia ilícita de armas respecto a la pistola Victoria del artículo 564. 1 1º del Código Penal

De los citados delitos responden

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Olegario responde como autor de los delitos de detención ilegal, asesinato, tenencia ilícita de armas y robo de las letras a), b), c) d) y e)

Melchor responde como autor de los delitos de detención ilegal, asesinato y robo de las letras a), b), d) y e)

Cosme responde como autor de los delitos de detención ilegal, asesinato y robo de las letras a), b), d) y e)

Francisca responde como autora de los delitos de detención ilegal, asesinato y robo de las letras a), b), d) y e)

Regina responde como autora de los delitos de detención ilegal, asesinato y robo de las letras a), b), d) y e)

Blas responde como autor inductor de los delitos de detención ilegal, asesinato y robo de las letras a), b),d) y e)

Santiaga responde como autora material de un delito de tenencia ilícita de armas de la letra c)

Jenaro responde como autor material de un delito de tenencia ilícita de armas de la letra f) y como autor por cooperación necesaria del delito de tenencia ilícita de armas de la letra c)

No concurren circunstancias modificativas de responsabilidad criminal y procede imponer a cada uno de los acusados las siguientes penas:

A Olegario :

Por el delito de detención ilegal, la pena de cinco años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

Por el delito de asesinato, la pena de 22 años de prisión con la accesoria de inhabilitación absoluta.

Por cada uno de los dos delitos de robo con violencia, la pena de cuatro años prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena (en total ocho años de prisión).

Por el delito de tenencia ilícita de armas, la pena de dos años y seis meses de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

A Blas :

Por el delito de detención ilegal, la pena de cinco años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

Por el delito de asesinato, la pena de 22 años de prisión con la accesoria de inhabilitación absoluta.

Por cada uno de los dos delitos de robo con violencia, la pena de cuatro años

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de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena (en total ocho años de prisión).

A Melchor :

Por el delito de detención ilegal, la pena de cinco años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

Por el delito de asesinato, la pena de 22 años de prisión con la accesoria de inhabilitación absoluta.

Por cada uno de los dos delitos de robo con violencia, la pena de cuatro años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena (en total ocho años de prisión).

A Cosme :

Por el delito de detención ilegal, la pena de cinco años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

Por el delito de asesinato, la pena de 22 años de prisión con la accesoria de inhabilitación absoluta.

Por cada uno de los dos delitos de robo con violencia, la pena de cuatro años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena (en total ocho años de prisión).

A Francisca :

Por el delito de detención ilegal, la pena de cinco años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

Por el delito de asesinato, la pena de 22 años de prisión con la accesoria de inhabilitación absoluta.

Por cada uno de los dos delitos de robo con violencia, la pena de cuatro años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena (en total ocho años de prisión).

A Regina :

Por el delito de detención ilegal, la pena de cinco años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

Por el delito de asesinato, la pena de 22 años de prisión con la accesoria de inhabilitación absoluta.

Por cada uno de los dos delitos de robo con violencia, la pena de cuatro años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena (en total ocho años de prisión).

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Audiencia Provincial de Zaragoza (Sección 1ª).Sentencia núm. 357/2009

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A Jenaro :

Por cada uno de los dos delitos de tenencia ilícita de armas, la pena de dos años y seis meses de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena (en total cinco años de prisión).

A cada uno de los acusados deberá condenársele al abono de las costas procesales correspondientes, e interesando el comiso del dinero intervenido, así como el de las joyas, armas, municiones y teléfonos, salvo las joyas y teléfonos reconocidos que deberán entregarse a la madre de Edmundo .

Los acusados deberán indemnizar conjunta y solidariamente a los legales herederos de Edmundo en la cantidad de 60.000 euros más los intereses legales correspondientes.

Se retira la acusación inicialmente ejercida contra Santiaga por el delito de tenencia ilícita de armas por el que inicialmente se la acusaba.

CUARTO.- La Acusación Particular en igual trámite se mostró coincidió con la calificación del Ministerio Fiscal en cuanto a los hechos, autoría y ausencia de circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, si bien en cuanto a penalidad solicitó:

PARA Olegario : por el delito de asesinato, la pena de 25 años de prisión; por el delito de detención ilegal, la pena de seis años de prisión; por el delito de tenencia ilícita de armas la pena de tres años de prisión; y por los dos delitos de robo con violencia e intimidación en las personas, la pena de cinco años de prisión para cada uno de ellos (en total diez años).

PARA Blas : por el delito de asesinato, la pena de 25 años de prisión; por el delito de detención ilegal, la pena de seis años de prisión; y por los dos delitos de robo con violencia e intimidación en las personas, la pena de cinco años de prisión para cada uno de ellos (en total diez años).

PARA Melchor : por el delito de asesinato, la pena de 20 años de prisión; por el delito de detención ilegal, la pena de seis años de prisión; y por los dos delitos de robo con violencia e intimidación en las personas, la pena de cinco años de prisión para cada uno de ellos (en total diez años).

PARA Cosme : por el delito de asesinato, la pena de 25 años de prisión; por el delito de detención ilegal, la pena de seis años de prisión; y por los dos delitos de robo con violencia e intimidación en las personas, la pena de cinco años de prisión para cada uno de ellos (en total diez años).

PARA Francisca : por el delito de asesinato, la pena de 25 años de prisión; por el delito de detención ilegal, la pena de seis años de prisión; y por los dos delitos de robo con violencia e intimidación en las personas, la pena de cinco años de prisión para cada uno de ellos (en total diez años).

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PARA Regina : por el delito de asesinato, la pena de 25 años de prisión; por el delito de detención ilegal, la pena de seis años de prisión; y por los dos delitos de robo con violencia e intimidación en las personas, la pena de cinco años de prisión para cada uno de ellos (en total diez años).

PARA Jenaro : igual que el Ministerio Fiscal.

Todos los acusados deberán pagar las costas procesales incluidas las de la Acusación Particular. En cuanto a responsabilidad civil deberán indemnizar a los herederos de Edmundo en la cantidad de 180.000 euros.

Se retira la acusación inicialmente ejercida contra Santiaga por el delito de tenencia ilícita de armas por el que inicialmente se la acusaba.

QUINTO.- La defensa del procesado Olegario , en igual trámite alegó que los hechos eran únicamente constitutivos de un delito de tenencia ilícita de armas previsto y penado en los artículos 564.1, 1ª y 3ª del Código Penal , del que es responsable en concepto de autor Olegario , en quien no concurren circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, si bien es de aplicación lo dispuesto en el artículo 565 del Código Penal al evidenciarse la falta de intención de usar las armas con fines ilícitos. Procede imponer al citado Olegario la pena de un año de prisión. Procede la absolución por los demás delitos de que viene siendo acusado por el Ministerio Fiscal y la Acusación Particular, no procediendo establecer responsabilidad penal ninguna.

SEXTO.- Las respectivas defensas de los procesados Melchor y de Cosme ; de Francisca y de Regina ; de Melchor ; de Jenaro ; y de Santiaga solicitaron la libre absolución de sus defendidos con todos los pronunciamientos favorables.

SÉPTIMO.- No se ha podido dictar sentencia en el plazo previsto en la Ley de Enjuiciamiento Criminal dada la complejidad y extensión de la presente causa.

HECHOS PROBADOS

Conforme a la prueba practicada y en virtud de lo establecido en el artículo 741 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ha resultado probado que desde Valladolid, Olegario , Melchor , Cosme , todos ellos mayores de edad, y una cuarta persona sin identificar pero que era conocida como " Gamba ", se desplazaron a la ciudad de Zaragoza, tras tener conocimiento de que Edmundo , conocido en la ciudad de Zaragoza por la Policía, por su implicación en el mundo de las drogas, podía tener dinero por valor de unos doscientos millones de las antiguas pesetas, con el claro propósito de apoderarse de la cantidad citada en poder del mentado Edmundo , y para cuya consecución estaban dispuestos a realizar las actividades necesarias, incluida la muerte de Edmundo . Para ello, Olegario se hizo con la pistola marca Llama, modelo M-82, calibre 9 milímetros, con la numeración de serie borrada y que empleó posteriormente a tal fin.

En la madrugada del pasado 28 de marzo de 2006, los citados Olegario ,

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Melchor , Cosme y Gamba llegaron a la localidad zaragozana de La Almunia de Doña Godina donde en el Hotel denominado "El Patio de Goya", en una habitación simple (la número 217) y en otra triple (la número 200) pernoctaron los cuatro, abandonando por la mañana del mismo día el hotel y dirigiéndose a Zaragoza.

Una vez en esta ciudad, los cuatro citados se dirigieron al barrio de Valdefierro donde, en hora no concretada pero en todo caso durante la tarde, interceptaron a Edmundo a quien abordaron cuando se disponía a entrar en su domicilio habitual sito en el número NUM015 de la DIRECCION004 , introduciéndole por la fuerza y contra su voluntad en una furgoneta desde la que se habían desplazado desde Valladolid y que conducía Melchor , donde Olegario , usando una navaja o cuchillo le estuvo haciendo cortes al objeto de que revelara dónde tenía el dinero. Como quiera que Edmundo nada dijera, o diera explicaciones insatisfactorias, Melchor , Cosme , Olegario y Gamba , con Edmundo y contra su voluntad, procedieron a registrar el citado domicilio de la calle DIRECCION004 número NUM015 de Zaragoza, que poseía un sistema de alarma desconectado hacía tiempo para a continuación, en la furgoneta de referencia, los cuatro citados, llevando consigo y contra su voluntad a Edmundo , se dirigieron a la localidad de Pinseque, próxima a Zaragoza, donde éste tenía una segunda vivienda o chalet que ocupaba de manera más esporádica, donde tras desconectar durante la madrugada, concretamente a las 1,36 horas, del día 29 de marzo de 2006 el sistema de alarma, procedieron a su registro, no encontrando lo que buscaban, los doscientos millones de pesetas, si bien entre las dos viviendas se apoderaron de 18000 euros que Edmundo tenía guardados así como de su teléfono móvil Motorola V600 con IMEI número 353683005106824, usado con el número de teléfono NUM016 , de dos teléfonos móviles más, Motorola V975, con IMEIs números 355886004632157 y de un brazalete, una cadena y de un cordón todos ellos de oro que portaba consigo.

Tras acabar este segundo registro, y ya en la madrugada del día 29 de marzo de 2006, volvieron a la furgoneta, y una vez dentro de ésta, Olegario disparó con la pistola que portaba, de arriba abajo, en la rodilla de Edmundo que se encontraba sentado, para a continuación dispararle, a cañón tocante o muy próximo, en la parte de atrás de la cabeza, en concreto en la zona parieto occipital izquierda, y saliendo el proyectil con estallido, por la acumulación de los gases del disparo, por la zona parieto frontal derecha, lo que ocasionó la muerte inmediata de Edmundo , todo ello en presencia de Melchor , Cosme y el llamado " Gamba ". Cosme y el Gamba procedieron inmediatamente a retirar el cadáver de Edmundo y arrojarlo a una acequia de riego próxima (Acequia de San Juan), oculta a la vista por unos cañaverales y de un metro de profundidad. Seguidamente y como quiera que la bala que fue disparada en la nuca a Edmundo , había atravesado el cerebro y salido por la zona frontal, dato

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perceptible por Olegario , Melchor , Cosme y Gamba , procedieron a buscarla dentro de la furgoneta, y al no aparecer optaron por hacer desaparecer la furgoneta, quemándola, si bien no ha sido posible encontrar sus restos.

Mientras ocurre esta secuencia de hechos, desde el teléfono Motorola V600 con IMEI número 353683005106824, y teléfono NUM016 , propiedad de Edmundo , se realizaron por Melchor y Cosme varias llamadas telefónicas a los números NUM017 (doce llamadas) y NUM018 (diez llamadas), cuyas titulares eran Regina y Francisca , ambas mayores de edad, y compañeras sentimentales en ese momento de los citados Melchor y Moral respectivamente. También se realizan dos llamadas al número de teléfono móvil NUM019 , propiedad de Blas , mayor de edad, hospitalizado en ese momento en Valladolid en el Hospital Sagrado Corazón, y padre de las anteriormente citadas Francisca y Regina . La última llamada desde el teléfono móvil de Edmundo se realiza a las 1,27 horas de la madrugada del día 29 de Marzo de 2009.

El cadáver de Edmundo fue encontrado, en alto grado de descomposición, el día 22 de mayo de 2006 en la citada acequia de san Juan del término municipal de Garrapinillos (Zaragoza), en las proximidades de Pinseque por unos operarios cuando procedían a la limpieza de la misma. La identidad quedó determinada por la documentación y ropa que portaba así como por el estudio de ADN que la confirmó.

El cadáver presentaba en sus ropas desgarraduras y coseduras indicativas de agresión física.

En la zona fronto lateral derecha, el cadáver presentaba estallido craneal de amplias dimensiones, y en la zona de unión parietal occipital posterior, presentaba un orificio de contorno regular redondeado de 9 mm de diámetro compatible con bala del mismo calibre. Conforme al estudio radiológico efectuado, el cadáver presentaba además fractura de la clavícula izquierda y fractura en el extremo distal de la diáfisis del fémur izquierdo con impactación en la zona intercondilea, compatible con disparo por arma de fuego, siendo la data de la muerte compatible con la fecha de desaparición a finales de marzo de 2009.

Por auto del Juzgado de Instrucción número Cinco de Zaragoza de fecha 14 de Marzo de 2007 , se autorizaron la entrada y registro en los domicilios de los acusados encontrándose en el domicilio de Olegario y de Santiaga , sito en la calle Zaratán de Valladolid, un total de doce teléfonos móviles entre ellos los dos Motorolas, uno modelo V600 con IMEI número 353683005106824, y otro modelo V975 con IMEI número 355886004632157, y otro marca SAMSUNG, modelo SGH T100,con IMEI número 350861817185557, todos ellos propiedad del fallecido; una pistola marca Llama, modelo M-82, calibre 9 mm con la numeración de serie borrada por procedimientos físicos y recamarada para

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cartuchos de 9 mm parabellum y quince cartuchos metálicos con balas ojivales blindadas, oculta en la mesilla de noche y con el cargador con munición, en perfecta aptitud de disparo; una escopeta recortada con el número de serie borrado y en perfecto estado de funcionamiento, tratándose de un arma prohibida encuadrada en el artículo 4-1-a del vigente Reglamento de Armas y Explosivos, doce cartuchos de escopeta de calibre 12, tres vainas percutidas, dos cartuchos del calibre 22,29 cartuchos del calibre 9 mm y 33 cartuchos de escopeta del calibre 12 en perfectas condiciones para ser disparados; dos navajas, una báscula de precisión y 1,10 gramos de cocaína con una riqueza del 29'96% y 322'16 gramos de polvo blanco. Ni Olegario , ni Santiaga poseen licencia ni las guías de pertenencia de las armas citadas. El terminal telefónico con IMEI número 353683005106824 venía siendo utilizado desde el día ocho de abril de 2006 con el número de teléfono NUM020 , correspondiente a una tarjeta prepago de la que era usuaria Santiaga .

En el domicilio de Blas sito en el piso NUM006 del número NUM005 de la DIRECCION001 de Laguna del Duero de Valladolid, se intervinieron 22.600 euros en metálico, más 995 euros que portaba encima. En su casa de Camino de Fuente Amargo, también de Valladolid, se intervinieron, tres vehículos de alta gama puestos a su nombre en la Dirección General de Tráfico, una báscula de precisión, una cadena y un cordón de oro reconocidos como propiedad de Edmundo , y un brazalete de oro.

En el domicilio de Regina y de Melchor , sito en la DIRECCION003 NUM010 , NUM011 de Laguna de Duero (Valladolid) se intervino una canana de 25 cartuchos de escopeta calibre 12 con la inscripción Long-40.

Junto al río Pisuerga, y en la denominada "Bodegas Moya", sita en Cabezón de Pisuerga (Valladolid), se halló una pistola semiautomática de la marca "Victoria", recamarada para cartuchos metálicos de 6,35 mm con número de serie NUM021 , y provista de su correspondiente cargador, con fuerte oxidación y no apta para el disparo, encontrada en el citado paraje por la Policía quien manifiesta que Jenaro fue quien indicó el lugar en el que se encontraba.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO

Tanto el Ministerio Fiscal como la Acusación Particular ejercitan acciones penales contra los acusados por diferentes delitos, y siendo que la averiguación de los mismos se debe a una prolija investigación policial basada fundamentalmente en escuchas telefónicas y en los calabozos de dependencias policiales en Valladolid, ante el alegato de las Defensas en el Plenario, debe de procederse al estudio de la idoneidad y validez de las citadas escuchas.

En primer lugar debe de hacerse especial referencia al auto obrante al folio 8 de las actuaciones por el que se decreta la intervención y escucha del teléfono

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móvil NUM016 , propiedad del fallecido Edmundo , y por la que se comienzan las actuaciones ante la desaparición del mismo denunciada por un familiar.

El bien constitucionalmente protegido es el derecho de los titulares de la línea telefónica a mantener el carácter reservado de una información privada o, lo que es lo mismo, a que ningún tercero pueda intervenir en el proceso de comunicación y conocer de la idea, pensamiento o noticia transmitida por el medio, debiendo de tenerse en cuenta que en el caso presente, si bien no se conocía el fallecimiento del titular, el mismo ya había fallecido y ninguna personalidad jurídica poseía por ello.

El artículo 18.3 de la Constitución dispone que "se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial" que deberá revestir forma de auto, en el curso de unas diligencias judiciales que ya se habían iniciado y revestían forma de Diligencias Previas (SSTC 166/1999, 202/2001 y 167/2002, y STS 1191/2004, de 21 de Octubre ). El auto en cuestión, como lo que es, es una resolución motivada que debe de fundamentar la limitación de tal derecho fundamental y acorde con criterios de proporcionalidad (SSTC 54/1996 y 49/1999, y SSTS de 12 de enero de 1995 y 229/2008, de 15 de mayo .

La cuestión estriba en determinar si el auto de fecha cinco de abril de 2006 (obrante al folio 9 de las actuaciones), y dictado por el Juzgado de Instrucción número Cinco de los de Zaragoza, en el ámbito de las Diligencias Previas número 1511/2006 , luego Sumario número 2/2007, reúne las condiciones de idoneidad para su validez, es decir, apto para decretar la intervención y escucha del terminal telefónico con número NUM016 , propiedad de Edmundo .

El auto en cuestión debe de ser valorado como un todo, de modo y manera que todas sus partes quedan integradas entre sí. Así, la ausencia en la parte dispositiva de la mención al número telefónico y a su titular debe de entenderse realizada con la expresa mención que a tal respecto se hace en los Hechos de la citada resolución, mención claramente unívoca y ausente de cualquier tipo de duda por lo que una mera irregularidad formal no puede ni debe invalidar la mención a la que se refiere el auto en sí mismo.

La siguiente cuestión que debe de valorarse es si la fundamentación jurídica es suficiente a los efectos que se pretenden. La fundamentación es muy ajustada en sí misma, pero a tenor de la reciente jurisprudencia de nuestro Tribunal Supremo (SSTS 118/2007, de 16 de febrero, y 343/2007, de 20 de abril ), cabe lo que se denomina "motivación por remisión". Así, en el caso presente, el auto hace referencia a la solicitud policial en el ámbito de las entonces Diligencias Previas que se habían incoado, así nombradas también por la Policía, en donde en un oficio (obrante a los folios 7 y 8 de las actuaciones), se justifica de una manera adecuada y suficiente, ante la desaparición de Edmundo y sospechar que algo grave le podía estar ocurriendo, o haber ocurrido, como así fue, dado el

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resultado de la inspección ocular de sus viviendas, y se consideraba que la intervención de su teléfono móvil era la vía más adecuada para comenzar investigaciones al respecto.

Dicho oficio debe de ser considerado parte integrante de la motivación del auto por remisión, ya que éste hace referencia a tal oficio que contiene una argumentación lógica, racional y suficiente de la intervención que el auto acuerda, entendiéndose por ello que la motivación así planteada cumple las exigencias, no sólo de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo ya expuesta, sino también la del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, concretada en sentencias como las de 24 de octubre de 2002 (Caso Messina) y la de 18 de febrero de 2003 (Caso Prado Bugallo)

La intervención telefónica debe de salvaguardar los derechos del titular de la línea, persona que en esos momentos había fallecido, no teniendo personalidad jurídica por lo tanto, y debiendo de colegirse asimismo que la protección del secreto que se rompe mediante auto motivado está más encaminada a la protección de personas imputadas, cuestión que tampoco era el caso. En este sentido, el auto de fecha cinco de abril de 2006 que decreta la intervención y escucha del teléfono NUM016 es proporcional al derecho que se trata de salvaguardar y contiene una argumentación suficiente para el fin pretendido, entendiendo que determina el número telefónico y la titularidad del mismo, siendo válidas todas las escuchas e intervenciones telefónicas que con posterioridad se decretan para cada caso concreto y que se contienen en el cuerpo del Sumario 2/2007.

SEGUNDO

La siguiente cuestión sobre la que la Sala debe de pronunciarse antes de estudiar el fondo del asunto, ya que afecta a la misma valoración de la prueba practicada en el Plenario, es la relativa a las escuchas que se autorizan judicialmente con carácter previo en los calabozos de dependencias policiales y que iban a ocupar como detenidos los imputados en la presente causa. Se discute la idoneidad y oportunidad del auto de fecha catorce de marzo de 2007 (folios 767 y 768 de las actuaciones), en el que el Juzgado de Instrucción número Cinco de los de Zaragoza, en el ámbito de las Diligencias Previas número 1511/2006 , luego Sumario número 2/2007, decretaba la instalación de "artificios técnicos de escucha, grabación de sonido e imagen" en los calabozos de la Comisaría de Policía que ocupen los detenidos a fin de escuchar las conversaciones que tengan lugar entre ellos durante el tiempo de su detención y que puedan afectar a la muerte violenta de Edmundo . Se alega que las personas escuchadas no estaban todavía detenidas, siéndolo al día siguiente, quince de marzo de 2007.

El auto en cuestión, correctamente fundamentado, tiene una lógica absoluta, pues independientemente de que las personas que iban a ser escuchadas

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estuvieran o no detenidas, sí las especifica con perfecta claridad, determina dónde no deben de colocarse las escuchas como es la habitación o dependencia donde el detenido deba entrevistarse con su abogado, y no tiene ningún sentido decretar esas escuchas a posteriori de la detención, con un cambio de calabozos que pueda dar lugar a sospechas y abortar así una prolija tarea de investigación. El argumento que recoge el auto del Juez instructor, en referencia a la sentencia del Tribunal Supremo de fecha 10 de febrero de 1998 (también pueden citarse las sentencias del mismo Tribunal de 23/9/1999 y 27/9/2002 ), es plenamente asumida por la Sala ya que si, en base al criterio de proporcionalidad y con la adecuada motivación, puede intervenirse una conversación telefónica de una persona en situación de libertad, incluso no imputada, no menos podrá hacerse ello en relación a personas privadas de libertad e imputadas por delito cuya gravedad justifica tal intervención, máxime cuando la misma hace referencia expresamente a la muerte violenta de Edmundo .

La intervención de las conversaciones de los posteriormente detenidos, y plenamente identificados, lo que satisface los requisitos subjetivos que debe de contener el auto habilitante, es plenamente acorde con la legalidad vigente y con la propia jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en cuya sentencia de fecha 24 de marzo de 1988 (Caso Olson), declaró que la intervención acordada debe de ser acorde y fundarse sobre la necesidad social imperiosa y particularmente proporcionada al fin legítimo perseguido, siendo en este caso la muerte violenta de una persona el fin legítimo perseguido y fundamento del auto en cuestión, por lo que debe de concluirse que el mismo, de fecha 14 de marzo de 2007 , establece una medida proporcional al fin perseguido y expuesto, con las cautelas y garantías pertinentes, siendo que la prueba así obtenida es legítima y sujeta a la valoración que impone el artículo 741 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal al Juzgador.

Por último y en relación a la no escucha de las cintas grabadas de las conversaciones telefónicas intervenidas a los acusados, y la de las conversaciones grabadas en los calabozos de Valladolid, en el Plenario cuando las acusaciones así lo habían solicitado, debe de tenerse en cuenta que las transcripciones leídas por el Señor Secretario coinciden con la realidad, pues aunque transcritas por funcionarios policiales, son escuchadas por el Señor Secretario Judicial del Juzgado de Instrucción número Cinco de Zaragoza, a presencias de los Letrados intervinientes en la causa, siendo que las transcripciones se corresponden con lo grabado (Acta de Audición obrante a los folios 1224, 1225 y 1226 de las actuaciones). Dichas actas son leídas en el acto del juicio a petición de las partes acusadoras, no oponiéndose las Defensas, por lo que su contenido, y siguiendo el criterio jurisprudencial del Tribunal Supremo recogido en la sentencia 897/2008, de 17 de diciembre, que confirma una sentencia de esta misma Audiencia de fecha dos de julio de 2007 , debe de valorarse al haber tenido las partes la posibilidad de debatirlas y contradecirlas,

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de 10 julioJUR\2009\340943 _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

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y en consecuencia de evitar cualquier tipo de indefensión.

TERCERO

Así, y valorando la prueba practicada con inmediación y contradicción, los hechos declarados probados son legalmente constitutivos de un delito de asesinato, previsto y penado en el artículo 139.1 del Código Penal por cuanto de los mismos, se desprende la existencia del elemento objetivo constituido por la muerte de una persona, y el elemento subjetivo, personal e interno del «"animus necandi"» o voluntad de matar.

La doctrina jurisprudencial ha señalado que el elemento interno, en cuanto pertenece al intelecto, salvo que el propio acusado lo reconozca, debe inferirse por el juzgador de una pluralidad de datos acreditados que se concretan en los siguientes: a) La dirección, el número y la violencia de los golpes y parte del cuerpo sobre la que impactan. b) Las condiciones de espacio y tiempo. c) Las circunstancias conexas con la acción. d) Las manifestaciones del propio culpable, palabras precedentes y acompañantes a la agresión y actividad anterior y posterior al delito. e) Las relaciones entre el autor y la víctima. f) La misma causa del delito.

En el caso presente no hay ninguna duda de que nos encontramos ante una muerte violenta dado el contenido del informe de la autopsia realizada en el Instituto de Medicina Legal de Aragón y que ha nadie ha puesto en duda, en donde se concluye la muerte de Edmundo por traumatismo cráneo encefálico por arma de fuego, realizado a cañón tocante, o muy próximo, con la parte posterior de la cabeza de manera que los gases del disparo provocan, no sólo la salida del proyectil por la parte frontal de la cabeza, sino el estallido de la masa encefálica que sale por un boquete mucho mayor que el de entrada.

Con carácter previo a la muerte en sí, ha quedado probado que al fallecido le habían disparado en la pierna izquierda, por encima de la rodilla, en un momento de flexión de la misma, probablemente cuando se encontraba sentado, tal y como se concluye en el informe forense de fecha 27 de septiembre de 2007, obrante a los folios 1256 y 1257 y siguientes de las actuaciones. Asimismo, queda probado que el fallecido había sido violentado, o torturado, es decir, se le inflingieron lesiones con arma punzante y fue golpeado en repetidas ocasiones al objeto de que manifestara a quienes luego le mataron, dónde escondía el dinero que habían ido a buscar. Y ello es así, pues el propio Melchor , durante su detención en la dependencias policiales en Valladolid, así lo manifestó al inicialmente imputado Carlos Jesús , también detenido (folios 1021 y siguientes de las actuaciones), describe cómo murió Edmundo , en el interior de una furgoneta que conducía el citado Melchor , y a quien previamente le habían "clavado cuchillos", para referirse a continuación a una navaja que tenía quien materialmente disparó contra el citado Edmundo . Relata asimismo que el fallecido tuvo tres horas de agonía y que murió de un tiro en la sien. A este

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respecto debe de resaltarse que los agentes de la Guardia Civil con carnets profesionales números NUM022 y NUM023 , constatan y dictaminan la existencia de un forcejeo antes de la muerte por la forma en que estaban las ropas del fallecido. La manifestación por otro lado del también coimputado Cosme es clara al respecto (folios 1558, 1559 y 1560 de las actuaciones) cuando preguntado a presencia judicial por los hechos relata la muerte de una persona por otra estando el mismo presente en el lugar de los hechos en el interior de una furgoneta que conducía Melchor . De lo expuesto queda claro de manera meridiana la voluntad de matar pues el hecho de llevar una pistola, el propósito de apoderarse de doscientos millones de pesetas, o la cantidad equivalente en euros que poseía Edmundo , las circunstancias previas que concurren a la muerte de éste y que luego se explicitarán, y la necesidad de borrar el rastro de su actuación llevan a considerar racionalmente la concurrencia del dolo, o elemento subjetivo de lo injusto, de matar a la víctima.

En la muerte de Edmundo concurre la agravante de alevosía del artículo 139, 1ª del Código Penal, que requiere la presencia de tres elementos: a) un elemento normativo, en cuanto se encuentra expresamente delimitado su ámbito de aplicación a los delitos contra las personas; b) un elemento objetivo, que constituye la verdadera esencia de esta agravante, consistente en que la agresión ha de hacerse de manera tal que elimine las posibilidades de defensa del agredido, lo que conlleva la inexistencia de riesgo para el agresor; y c) un elemento subjetivo, que no es, sino la aplicación al caso, del dolo como requisito necesario en todos los delitos dolosos, consistente en que la voluntad consciente del agente ha de abarcar la circunstancia de que la muerte del ofendido se produce mediante una agresión que elimina todas las posibilidades de defensa del mismo. Los tres elementos citados se dan en el caso presente pues no sólo nos hallamos ante un delito contra las personas enmarcado en la muerte violenta de Edmundo , sino que de la prueba forense practicada, y no discutida, al fallecido se le disparó con arma de fuego, pistola de nueve milímetros, en la cabeza por detrás y sorpresivamente lo que elimina cualquier posibilidad de defensa por su parte. Y en lo que se refiere al dolo, la existencia de un arma de fuego, implica el mismo ya que ello elimina la posibilidad de defensa de la víctima.

También se considera que en la muerte de Edmundo concurre la circunstancia agravante prevista en el artículo 139, 3ª del Código Penal , ya que la muerte de Edmundo se produce con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor de la víctima. Así queda acreditado que Edmundo , antes de su muerte, y con una agonía de al menos tres horas tal y como reconoce Melchor en su conversación con Carlos Jesús obrante al folio 1024 de las actuaciones, fue previamente torturado con una navaja con la que se le pinchó en diferentes partes del cuerpo, hecho constatado por el imputado Melchor en la conversación que se le intervino con Carlos Jesús (folio 1023) y por lo

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manifestado por los agentes de la Guardia Civil que intervienen en el levantamiento del cadáver y examinan el mismo al manifestar que hubo forcejeo previo antes de la muerte lo que ratifica lo manifestado por Melchor . Existe un disparo previo en la rodilla izquierda de Edmundo antes de su muerte, y el propio Melchor reconoce al folio 1024 de las actuaciones que el fallecido les manifestó que no le dejaran allí pues no podía volver al pueblo cojeando. Todas estas circunstancias conllevan a considerar la concurrencia de la agravante citada, la que al concurrir con la de alevosía van a implicar la adopción de una penalidad acorde con lo dispuesto en el artículo 140 del Código Penal .

Tales hechos, la muerte de una persona y la voluntad de matarla que se desprende por el hecho de emplear un arma de fuego, cuestión que implica tal certeza, las torturas previas y el hecho de disparar sobre la víctima por detrás y sorpresivamente de manera que no pudo hacer ni mención de defenderse tal y como se ha razonado, configuran el tipo delictivo de asesinato previsto y penado en el artículo 139.1 y 3 , en relación con el artículo 140, todos ellos del Código Penal .

CUARTO

Los hechos son asimismo constitutivos de un delito de detención ilegal, previsto y penado en el artículo 163 del Código Penal . Es un delito contra la libertad y la conducta típica consiste, según la opinión mayoritaria de doctrina y jurisprudencia, en encerrar o detener al sujeto pasivo, privándole de la libertad ambulatoria, o de la posibilidad de trasladarse de lugar según su libre voluntad. Más concretamente, la detención ilegal consiste en encerrar o detener a una persona privándole de la libertad de abandonar un lugar en el que no quiere permanecer. El bien jurídico protegido en este delito, por lo tanto, no es la libertad ambulatoria considerada en su totalidad, sino una parcela muy concreta y delimitada de la misma: la libertad de abandono.

Esta matización es imprescindible para distinguir la detención ilegal de otras conductas que también afectan a la libertad ambulatoria pero que no son constitutivas de detenciones ilegales, sino de coacciones o amenazas: si se obliga a una persona a dirigirse a un lugar donde ella no quiere ir o se le obliga violentamente a abandonar un lugar en el que tiene derecho a estar, se está viendo afectada su libertad ambulatoria, pero está siendo víctima de unas coacciones o unas amenazas y no de una detención ilegal. Si por el contrario, se impide al sujeto pasivo el abandono de un lugar delimitado, impidiéndole, por cualquier medio, salir de los límites del mismo, estaremos ante una detención ilegal.

En el caso de autos Edmundo es obligado a montar en una furgoneta contra su voluntad, y ello se constata por las manifestaciones de Melchor realizadas en su conversación con Carlos Jesús en los calabozos de Valladolid. Así al folio 1021

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manifiesta que le cogieron (a Edmundo ); al folio 1022 manifiesta que le cogieron, le metieron a la fuerza, le llevaron a un campo y no cantó; al folio 1024 manifiesta que estuvo tres horas de agonía y que sufrió mucho, cuestión que implica que estaba retenido contra su voluntad; al folio 1129 manifiesta que le cogió de la pechera, que estaba "acojonao", que lo pillaron en la calle; y al folio 1130, previo a ponerse a su par, que no quería entrar, que no podían con él y que le enganchó y que le apretó la mano derecha para meterle (en la furgoneta).

A estas manifestaciones hay que añadir el hecho del disparo previo en la rodilla izquierda como se ha constatado y probado por la pericial forense practicada, y por el hecho de que los agentes de la Guardia Civil con carnets profesionales números NUM022 y NUM023 , constatan y dictaminan la existencia de un forcejeo antes de la muerte por la forma en que estaban las ropas del fallecido, razones todas ellas que vienen a objetivar no sólo el maltrato padecido previamente a morir, sino la retención contra su voluntad que padeció el finado y que configuran el tipo delictivo expuesto por el que procederá asimismo condena, una vez determinada la autoría del mismo.

QUINTO

Los hechos son asimismo constitutivos de un delito continuado de robo con violencia e intimidación en las personas, previsto y penado en el artículo 242.1 y 2 del Código Penal en relación con el artículo 74 también del Código Penal .

El Código Penal define el delito de robo en el art. 237 : Son reos de tal delito los que, con ánimo de lucro, se apoderaren de las cosas muebles ajenas empleando fuerza en las cosas para acceder al lugar donde éstas se encuentren, o violencia o intimidación en las personas. En realidad, pues, como se aprecia, son dos modalidades tan diferentes entre sí, que bien podría hablarse de dos delitos diferentes, como de hecho sucede en otras legislaciones: la sustracción con fuerza en las cosas, que más parece una modalidad agravada de hurto; y la sustracción con violencia o intimidación en las personas, que sí sería la verdadera modalidad del robo. El legislador, en cierta medida, ha hecho tal distinción mediante la diferente penalidad prevista en el artículo. 240 para el robo con fuerza, y en el artículo 242 para el robo con violencia o intimidación.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define la violencia, entre otras acepciones, como cualidad de violento, acción y efecto de violentar o violentarse, acción violenta o contra el natural modo de proceder. Desde otra perspectiva la violencia es un comportamiento deliberado que ocasiona daños físicos o psicológicos a otros y se asocia con agresión. En el ámbito penal, el TS reconoce que la violencia puede recaer no sólo en las personas, según la definición anterior, sino también en las cosas (ej: las coacciones del art. 172 del CP ). Al igual que la intimidación, en numerosas tipologías del CP la violencia aparece de forma implícita (ej: homicidio) o explícita (ej: maltrato habitual).

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Hay tipos en los que violencia e intimidación van unidos (ej: robo contra las personas).

Las clasificaciones sobre la violencia son variadas según la perspectiva adoptada, entre otras clasificaciones se puede distinguir:

- Violencia directa o física, estructural (agresión política o económica), cultural y juvenil (vandalismo).

- Violencia física, psíquica, legítima e ilegítima (la violencia criminal siempre es ilegítima en cualquiera de sus modalidades e intensidades).

A veces es difícil deslindar el concepto violencia de otros conceptos similares. En este sentido, desde el punto de vista criminológico los conceptos violencia y agresividad no se consideran sinónimos aunque en alguna de sus facetas puedan converger.

Intimidación es la acción y el efecto de intimidar. En su primera acepción intimidar significa causar o infundir miedo, y en la segunda acepción significa entrarle o acometer a alguien el miedo. En definitiva, intimidar es el acto de hacer que los otros hagan lo que se quiere a través del miedo. Y como todos los rasgos del comportamiento existe en mayor o menor medida en cada persona a través del tiempo pudiendo ser un comportamiento compensatorio más significante para unos que para otros. En Derecho penal se hace alusión a vis compulsiva para referirse a intimidación. Ésta aparece implícita y explícitamente en muchas tipologías del Código Penal y en muchas ocasiones unida a la violencia (en el allanamiento de morada agravado, en el robo contra las personas, entre otros supuestos).

Otra exigencia del tipo delictivo del robo es el ánimo de lucro que es un elemento de carácter subjetivo que forma parte de la descripción de la conducta típica de los más característicos delitos contra el patrimonio (como el hurto, el robo o la estafa), aunque también aparece formando parte del comportamiento típico de otros delitos como el delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros del art. 318 bis CP o el de malversación de caudales públicos del artículo 432 . Como tal elemento subjetivo, la exigencia típica de ánimo de lucro condiciona la relevancia penal del comportamiento del sujeto activo a que éste se encuentre guiado por la finalidad o propósito de obtener una ganancia o provecho, sin necesidad -salvo que otros elementos típicos lo demanden- de que se logre efectivamente tal ganancia para la consumación de la conducta. La doctrina de la Sala 2ª del Tribunal Supremo se ha caracterizado por la considerable amplitud que asocia al campo semántico de la expresión "ánimo de lucro". Así, si bien es frecuente encontrar en las sentencias de la Sala 2ª alusiones a la necesidad de que la ventaja perseguida tenga carácter "patrimonial" o "económico", estas afirmaciones van habitualmente acompañadas de la precisión de que basta para apreciar ánimo de lucro la finalidad de lograr "cualquier utilidad o beneficio", "incluyendo las pretensiones

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meramente lúdicas, contemplativas o de ulterior beneficencia " (por todas, sentencia de la Sala 2ª del Tribunal Supremo de 21 de julio de 2006 ), o incluso los beneficios "de carácter recreativo o de mero placer" (sentencia de la Sala 2ª del Tribunal Supremo de 23 de noviembre de 2001 ). Son acostumbradas también en las sentencias de la Sala 2ª referencias a la admisibilidad tanto del ánimo de lucro propio como del ajeno, y a la compatibilidad del ánimo de lucro con otros propósitos o finalidades perseguidos por el sujeto activo.

En el caso presente, y de las conversaciones intervenidas a Melchor con Carlos Jesús , ha quedado acreditado que entraron en las casas (folios 1021,1022 y 1023), que tenía mucha pasta, asegurado al cien por cien doscientos kilos (folio 1022), no cantó nada, cogimos nada, dos millones o tres (folio 1022). También manifiesta que el "cabezorro" (se entiende que quien mata a Edmundo ) llevaba oro del "mullao" (fallecido), y que se lo compró a él (folio1027). En la conversación transcrita a los folios 1129, 1130 y 1131 Melchor relata a Carlos Jesús cómo obligaron a Edmundo a subir a la furgoneta que conducía, y que cogieron tres millones cuando pensaban que eran doscientos millones. Si a todo esto añadimos que las viviendas de Edmundo habían sido registradas, y que le había desaparecido una cadena, un brazalete y un cordón de oro en poder luego de Francisca , así como tres teléfonos móviles que luego aparecen en el domicilio y en poder de Olegario , queda claro el hecho del robo que se produce empleando violencia e intimidación, existiendo un evidente ánimo de lucro que se concreta en el apoderamiento de los bienes expuestos y sobre la base de que lo que se buscaba era dinero por valor de doscientos millones de pesetas. y cuya autoría se concretará más adelante.

Tanto el Ministerio Fiscal como la Acusación Particular mantienen la existencia de dos robos dada la simultaneidad de los mismos, si bien la Sala se decanta por la continuidad dado que se entiende más racional el robo sucesivo en cada una de las viviendas de Edmundo ya que sólo se constata la existencia de un único vehículo, que es la furgoneta que conduce Melchor , y la pernocta de cuatro personas que acuden en la misma en La Almunia de Doña Godina el 28/3/2006. Se hablará posteriormente de la autoría de los hechos, pero de lo ya expuesto en cuanto a la detención ilegal, se constata que Edmundo es sorprendido cuando iba a entrar en el domicilio de Zaragoza, y si el asesinato se produce en Pinseque en la madrugada del día siguiente, ante la intervención de cuatro personas, y no más como se dirá más adelante, no tiene ningún sentido el robo simultáneo sino el sucesivo en los domicilios de Edmundo lo cual encuadra con el concepto "plan preconcebido" que se define en el artículo 74 del Código Penal , pues buscando los autores del delito una importante suma de dinero, proceden a su búsqueda en los lugares en donde puede estar de manera sucesiva y a presencia de la víctima que nada dice, o dice algo que no satisface a los autores del delito.

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SEXTO

En relación a la autoría de los tipos delictivos de asesinato, detención ilegal y robo con violencia e intimidación expuestos en los fundamentos anteriores, tanto el Ministerio Fiscal como la Acusación Particular mantienen que es autor material del asesinato Olegario , y que son responsables asimismo como autores de los mismos por aplicación de lo dispuesto en el artículo 28 del Código Penal , como cooperadores necesarios o inductores, Blas , Melchor , Cosme , Francisca y Regina . En cuanto a los delitos de robo y detención ilegal se considera autores materiales a todos ellos menos a Blas que lo sería por inducción. No existe una prueba directa de la autoría de los hechos si bien existen una serie de indicios y de declaraciones que deben de ser objeto de especial atención y valoración al objeto de adjudicar responsabilidades por los delitos descritos anteriormente.

A este respecto es doctrina reiterada, de la que son exponentes las sentencias del Tribunal Supremo de 17 de junio de 1991 y 10 de enero de 1992 , en orden a la operatividad de la prueba indirecta o derivada de indicios, la existencia de los siguientes requisitos: 1-Pluralidad de varios hechos-base o indicios, pues uno solo de ellos no es suficiente por la posible equivocidad del mismo (STC de 18 de junio de 1990 ); 2-Que esos hechos periféricos estén plenamente acreditados por prueba directa; 3-Que estén racionalmente interrelacionados; y 4-Que en la resolución se fundamente debidamente los grandes hitos de su razonamiento al objeto de diferenciar esta clase de prueba de las simples conjeturas o sospechas, de manera que los indicios o hechos-base estén suficientemente probados y la racionalidad o coherencia del proceso mental se exteriorice en la resolución judicial (SSTC 22/12/1986 y 21/12/1988 ).

También debe de tenerse en cuenta la doctrina jurisprudencial del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional en relación con las declaraciones de los coimputados que carecen de consistencia plena como prueba de cargo cuando, siendo únicas, no resultan mínimamente corroboradas por otras pruebas. La exigencia de corroboración se concreta, por una parte, en que no ha de ser plena, sino mínima y, por otra, en que no cabe establecer qué ha de entenderse por corroboración en términos generales, más allá de que la veracidad objetiva de la declaración del coimputado ha de estar avalada por algún hecho, dato o circunstancia externa, debiendo dejarse al análisis caso por caso la determinación de si dicha mínima corroboración se ha producido o no. Siendo necesario que existan datos externos a la versión del coimputado que la corroboren, no en cualquier punto, sino en relación con la participación del recurrente en los hechos punibles que el órgano judicial considera probados (STS número 274/2009, de 18 de marzo, y STC número 134/2009, de uno de junio , por todas).

Así, en el caso presente, contamos con las declaraciones de Melchor quien en

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las conversaciones intervenidas judicialmente en dependencias policiales de Valladolid, habla de una muerte ocurrida en Zaragoza y que fueron ellos (folios 1021 y 1023), que le pegaron un tiro en la rodilla y otro en la cabeza (folios 1023, 1024 y 1130), que lo tiraron (al muerto) Cosme y Gamba a un riachuelo (folio 1023), que le clavó cuchillos y que estuvo tres horas de agonía (folios 1023 y 1024). Asimismo Melchor habla de una furgoneta que llevaba (folios 1021, 1022 y 1023), que metieron por la fuerza a quien luego matan (folios 1021, 1022, 1129 y 1130). Asimismo Melchor describe el lugar donde es arrojado el cuerpo de Edmundo , en unos cañaverales con agua estancada y próximo a una fábrica de cemento o así, siendo que es arrojado a una acequia donde hay cañaverales y a dos kilómetros existe una cementera (folio 1130). Y consta que el 28 de marzo de 2006 Melchor y tres personas más estuvieron pernoctando en La Almunia de Doña Godina, localidad próxima a Zaragoza (folios 633, 634 y 635).

También debe de reseñarse la declaración de Cosme a presencia judicial y obrante a los folios 1558, 1559 y 1560, en donde reconoce que tanto él como Melchor y un tercero estuvieron en un hotel, lo que se corresponde con la factura abonada por Melchor obrante a los folios 633, 634 y 635 de las actuaciones. Confirma que habían acudido con una furgoneta que conducía Melchor , que luego encuentran a quien luego resulta fallecido y que esa tercera persona que les acompaña es quien lo mata en Pinseque, localidad también muy próxima Zaragoza.

De lo expuesto se deduce racionalmente que tanto Melchor como Cosme estuvieron presentes en el momento en que se da muerte a Edmundo , obligándole a subir a la furgoneta cuando iba hacia su domicilio y estando presentes cuando era maltratado por quien le mató y disparó en la rodilla momentos antes de darle el tiro de gracia. En el mismo sentido, y de las conversaciones intervenidas, se deduce racionalmente que la persona que mata a Edmundo se desplaza con ellos desde Valladolid por la pernocta en La Almunia de Doña Godina y al afirmar en todo momento que va con ellos. En los registros efectuados en la zona de Valladolid capital y poblaciones próximas, en el domicilio de Olegario (folios 566 y 567) se encuentran los tres teléfonos móviles propiedad del fallecido, así como un arma en perfecto estado de funcionamiento, con munición y del mismo calibre con el que se dispara y mata a Edmundo . El arma es encontrada en un cajón de la mesilla de noche de Olegario , así como otra arma en un armario a la que luego haremos referencia, con la munición a su lado, como si fuera a ser utilizada de inmediato, y en las conversaciones telefónicas posteriores al asesinato, intervenidas judicialmente y que obran en las actuaciones, se denota que mantiene relación con Blas y por lo tanto es racional deducir que la tuviera con las hijas de éste y con los entonces compañeros sentimentales de las mismas, Melchor y Cosme . En concreto se desprende que es persona que se dedica a hacer el trabajo sucio que se le

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encomienda (folio 626, así como los folios 358, 359, 627, 628, 629 y 631 de las actuaciones). Debe de hacerse notar que mientras se retiene a Edmundo y hasta que se le mata, empleando uno de los teléfonos de Edmundo se llama a los teléfonos de Regina y de Francisca , también al del Blas , entonces hospitalizado, lo que explica el porqué han llegado a su poder. Asimismo son datos relevantes el hecho de que quien mata a Edmundo se quede con su oro (cadena, cordón y brazalete) que luego se encuentran en poder de Blas (folio 1027) y que la compañera sentimental de Olegario , Santiaga , tuviera y utilizara con su tarjeta telefónica, desde el día ocho de abril de 2006 el terminal telefónico con IMEI número 353683005106824, muy pocos días después de la muerte de Edmundo (en concreto once días), hechos que puestos en relación con los demás, hilvanados racionalmente y sobre la base de que no está acreditado que Olegario estuviera en Valladolid en la fecha en que ocurren los hechos y la presencia del arma que se le encuentra en su domicilio, llevan a la conclusión racional de que el mismo fue quien golpeó, hirió con una navaja, disparó en la rodilla y luego a cañón tocante, o muy próximo a la cabeza, disparó contra Edmundo matándole, pese a que ni Melchor ni Cosme se atrevan a identificarle, y ello por cuanto de las conversaciones intervenidas se desprende claramente que fue la misma persona quien realiza todas estas acciones.

La Sala tiene la plena convicción de que Olegario es autor material del asesinato descrito en el fundamento anterior en virtud de lo dispuesto en el artículo 28 del Código Penal , y Melchor y Cosme también lo son por cooperación necesaria ya que su presencia fue necesaria para que Olegario materializara la muerte de Edmundo al llevarle al lugar, forzando y obligando a Edmundo a entrar contra su voluntad en la furgoneta y en sus domicilios, que iban a ser registrados para encontrarle el dinero por el que fueron los tres citados a Zaragoza, junto a una cuarta persona, no identificada, llamada o apodada " Gamba " quien no causa la muerte de Edmundo al quedar plenamente diferenciada su actuación de quien lo hace tal y como se desprende de las conversaciones que mantiene Melchor con Carlos Jesús en los calabozos de Valladolid.

El Ministerio Fiscal y la Acusación Particular ejercen la acción penal por asesinato contra las hermanas Francisca y Regina cuya participación en los hechos parece deducirse de lo manifestado por Melchor a Carlos Jesús en los calabozos de Valladolid, en donde manifiesta que Francisca entró en uno de los domicilios de Edmundo y que les había dicho a Francisca y Regina que no vinieran (folio 1026), hecho que reitera a Regina en los mismos calabozos (folios 1026, 1028 y 1029). Lo cierto es que éste es el único dato que pone en evidencia la presencia en el lugar de los hechos de las hermanas Regina Francisca , siendo que existen otros datos que ubican a ambas en Valladolid, tales como el hecho de hacer repetidas llamadas desde uno de los teléfonos

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móviles de Edmundo a los de Francisca y Regina , cuestión que implica que no estaban con Melchor o con Cosme . Se ha defendido que los registros en los domicilios de Edmundo fueron simultáneos, si bien una secuencia lógica, y siendo necesaria la presencia de Edmundo , implica que ambos fueron sucesivos, el primero en Zaragoza y el segundo en Pinseque, cuestión que no casa con lo que manifiesta Melchor . Se ha demostrado que Blas , padre de Francisca y Regina , estaba hospitalizado en la fecha de los hechos en Valladolid, y ha existido prueba que ha venido ha corroborar la presencia de ambas hermanas en esa ciudad. No obstante es más que razonable pensar que ambas sabían lo que estaba ocurriendo en Zaragoza y Pinseque dadas las llamadas telefónicas que reciben de sus compañeros sentimentales mientras ocurren los hechos, pero al estar amparadas en la excusa absolutoria del artículo 454 del Código Penal no puede exigírseles responsabilidad por conocer de los hechos en que participaban sus compañeros sentimentales. Es cierto que Francisca , en su declaración indagatoria obrante al folio 1552 de las actuaciones manifiesta que ya se había separado de Cosme , y éste manifiesta (folio 1560) que estaban conviviendo a medias razón por la que en una interpretación favorable en aplicación del principio in dubio pro reo, le alcanza la excusa absolutoria del citado artículo 454 del Código Penal . También puede argumentarse que al estar Francisca junto a Regina quien sí mantiene su relación con Melchor , puede implicar las llamadas de éste a Regina ya a su teléfono, como al de Francisca , o al del padre de éstas. Así, y siendo que la única prueba de la presencia y participación de ambas en los hechos, son las manifestaciones de Melchor , al no existir otro dato objetivo que avale tal aseveración, en aplicación del criterio jurisprudencial antes expuesto, procede absolverlas de los delitos que se les imputan.

Se ejerce también acusación por los tipos penales de asesinato, robo con intimidación y detención ilegal contra Blas , en calidad de inductor, tal y como previene el artículo 28 a) del Código Penal . Se ha constatado una relación entre éste y Olegario en las conversaciones que ambos mantienen con posterioridad, y que han sido intervenidas (folios 358 y 359, 627, 628, 629 y 631), siendo botón de muestra la que figura en el folio 626 de las actuaciones en donde Olegario tiene que coaccionar a una mujer para que cambie su declaración contra una tal Valentina, pero no hay ninguna prueba fehaciente de que Melchor encargara ni a los compañeros sentimentales de sus hijas, Melchor y Cosme , ni a Olegario , ni al " Gamba ", que se desplazaran a Zaragoza a por los doscientos millones de pesetas que tenía Edmundo . Sí aparecen en su poder una cadena y un cordón de oro que han sido reconocidos como propiedad de Edmundo por su hermano, Jon , y su compañera sentimental, Teresa , y sin que los justificantes que se aportan durante el Plenario para justificar su propiedad sean fiables dado que se hace constar en euros lo que debía figurar en pesetas dada la fecha de la factura. Melchor al folio 1027 manifiesta que el " Matavacas " ( Olegario ) es quien se

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queda el oro del "mullao", por lo que es quien transfiere tales objetos a Francisca , no estando acreditado por lo expuesto que éste tuviera conocimiento de su procedencia. Consta asimismo que mientras ocurren los hechos que aquí se enjuician, Blas estaba ingresado en el Hospital Sagrado Corazón de Valladolid por una lumbalgia y que se llama a su teléfono móvil en dos ocasiones desde un terminal telefónico de Edmundo , pero ello puede obedecer al hecho de que las hijas de éste no contesten a las llamadas de Melchor y Cosme , pues se ha manifestado que se habían ido a tomar unas copas, y al ser factible que no lo oyeran aquéllos llamaran al teléfono del suegro para contactar con ellas. Aplicando el mismo criterio jurisprudencial antes expuesto, la mera manifestación de un imputado sin corroboración objetiva, impide un pronunciamiento condenatorio, debiendo entenderse por lo ya expuesto que el hecho de que aparezcan en poder de Blas la cadena y el cordón de oro de Edmundo , no es dato objetivo suficiente para ello.

SÉPTIMO

Se ejerce acusación por la comisión de delitos de tenencia ilícita de armas previsto y penado en los artículos 563 y 564 del Código Penal en relación a la tenencia de la pistola Llama y la escopeta de cañones recortados, así como de la pistola Victoria.

El Capítulo V del Título XXII del Libro II da acogida a una serie de conductas delictivas que tiene como bien jurídico protegido "la seguridad de la comunidad frente a los riesgos que representaría la libre circulación y tenencia de armas concretados en una más frecuente utilización de las mismas". La jurisprudencia a su vez señala la seguridad colectiva como bien jurídico protegido. Cabe diferenciar varias conductas. En primer lugar, en los arts. 563 y 564 , la tenencia de armas de fuego que consiste en la posesión del arma en el domicilio o su porte fuera del mismo y para cuya consumación bastará con que la relación que se establece entre el arma y el sujeto activo del delito permita la disponibilidad de la misma, es decir, haga posible su utilización conforme al destino o función objetiva que le es inherente: la defensa o el ataque, siendo posible una tenencia compartida y necesaria la viabilidad de la misma, es decir que se pueda verificar la aptitud para disparar. El Código distingue la tenencia de armas prohibidas de aquellas que, siendo reglamentadas, hayan sufrido una modificación sustancial de sus características de fabricación. Por otro lado, castiga igualmente la tenencia de armas reglamentadas careciendo de los permisos necesarios, todo ello entendido en el sentido de que van dirigidas a un uso ilícito, pues, de lo contrario, estamos en presencia del art. 565 .

En concreto, el Ministerio Fiscal y la Acusación Particular ejercen acusación contra Olegario por la tenencia ilícita de armas al hallarse en su poder la pistola Llama de nueve milímetros y una escopeta de cañones recortados, ambas con munición y aptas para su uso. En concreto, y según pericial obrante a los folios

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1274 y siguientes y 1354 y siguientes, a la pistola Llama, modelo M82, se le ha borrado el número de serie, por lo que es de aplicación la figura agravada prevista en el artículo 564. 1 y 2.1ª al ser un arma corta. Y en cuanto a la escopeta de cañones recortados la misma ha sido obviamente objeto de modificación y borrado el número de serie, tal y como asimismo se constata pericialmente, siendo de aplicación la agravación prevista en el artículo 564. 1 y 2.3ª al ser arma larga transformada a la que se han modificado sus características originales.

De la citada infracción criminal es responsable en concepto de autor, tal y como previene el artículo 28 del Código Penal , Olegario quien asume la tenencia al ser halladas tales armas en su domicilio, sin que proceda aplicar la atenuación prevista en el artículo 565 del Código Penal ya que las citadas armas estaban listas para su uso con munición suficiente para ello. Procede la absolución de Santiaga sin más argumentos al serle retirada la acusación tanto por el Ministerio Fiscal como por la Acusación Particular.

Se ejerce la acusación, tanto por el Ministerio Fiscal como por la Acusación Particular, contra Jenaro al considerarle autor de dos delitos de tenencia ilícita de armas. El primero por la tenencia de una pistola marca Victoria que es encontrada en un paraje o descampado a las afueras de Valladolid. Conforme a la pericial practicada y obrante en el tomo correspondiente al Rollo de apelación de la causa, es un arma no operativa cuando se encuentra, está oxidada interna y externamente y no es poseída por el acusado. Simplemente se manifiesta por la Policía que el acusado dijo donde estaba sin que esto tenga corroboración objetiva, salvo el hecho de que se encontró. Si a ello aplicamos lo manifestado por el Tribunal Constitucional en su sentencia número 24/2004, de 24 de febrero , por la que declara la constitucionalidad del primer inciso del art. 563 CP si se entiende que con él se prohíben la tenencia de armas que sean materialmente armas; que tal conducta se prohíba a través de una norma extrapenal con rango de ley o por el reglamento al que la ley se remite, excluyéndose todas aquellas que se introduzcan en el catálogo de los arts. 4 y 5 Reglamento de Armas mediante Orden ministerial, por impedirlo así la reserva formal de ley que rige en material penal; que posean una especial potencialidad lesiva y, por último, que la tenencia se produzca en condiciones o circunstancias que la conviertan, en el caso concreto, en especialmente peligrosa para la seguridad ciudadana, quedando excluida la intervención del Derecho penal cuando no concurra realmente ese concreto peligro sin perjuicio de que se acuda, en ese caso, al Derecho administrativo sancionador, debe de concluirse un fallo absolutorio al no ser peligrosa el arma encontrada dada su oxidación y por la no tenencia de la misma por el acusado.

En cuanto a la acusación ejercida contra Jenaro como autor por cooperación necesaria de la tenencia de la pistola marca Llama, modelo M82, debe de

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llegarse también a otro fallo absolutorio, pues de las conversaciones intervenidas a éste con Gemma (en noviembre y diciembre de 2006), no se desprende necesariamente que haya proporcionado el arma a Olegario y, en su caso, si fue éste arma (Llama, modelo M82) en concreto, por lo que a falta de más datos procede la absolución por falta de prueba material.

OCTAVO

En la realización de los dichos delitos no han concurrido circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal. Las circunstancias de alevosía y aumento deliberado e inhumano del dolor del ofendido apreciadas, configuran el tipo delictivo agravado de asesinato por lo que no procede su apreciación de manera independiente, y no se han apreciado otras circunstancias modificativas de responsabilidad criminal ya que las pericias médicas practicadas no han acreditado el consumo drogas o sustancias, o trastornos, que hubieran mermado la capacidad volitiva o intelectiva de los acusados en el momento de los hechos que aquí se enjuician. Por ello y en relación a lo dispuesto en el artículo 66 del Código Penal , ante la ausencia de circunstancias de ningún tipo, salvo las que configuran los tipos delictivos ya agravados y que se aplican, deben de imponerse unas penas conforme a la facultad que otorga el artículo 66.1.6ª del Código Penal , habida cuenta que a las tres personas que se condenan lo son por delitos de especial gravedad como es un asesinato agravado y detención ilegal, aparte de dos más. Procederá imponer asimismo las penas accesorias de inhabilitación absoluta con el alcance previsto en el artículo 41 del Código Penal , y la de inhabilitación especial, a tenor de lo dispuesto en el artículo 55 del mismo cuerpo legal, según el delito por el que se condene.

NOVENO

Todo responsable criminalmente de un delito o falta lo es también civilmente conforme previene el artículo 116 del Código Penal, y en el caso presente se ha acreditado la sustracción de 18.000 euros a Edmundo , así como de tres teléfonos móviles y de una cadena, de un brazalete y de un cordón ambos de oro que deben de ser objeto de restitución a sus herederos, salvo el brazalete aprehendido ya que no ha sido reconocido como propiedad de Edmundo . En cuanto al fallecimiento de Edmundo , la vida humana es insustituible por lo que es muy difícil dar una valoración, si bien siguiendo criterios de orden jurisprudencial puede fijarse la cantidad de 100.000 euros. Las cantidades citadas devengarán el interés legal oportuno.

VISTAS las disposiciones legales citadas y demás de pertinente y general aplicación.

EL TRIBUNAL, por la autoridad que le confiere la Ley, emite el siguiente:

F A L L O

PRIMERO

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CONDENAMOS al procesado Olegario , cuyos demás datos personales ya constan en el encabezamiento de esta resolución, y en quien no concurren circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, como autor responsable de un delito Asesinato agravado, ya definido, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, a la pena de VEINTIDÓS AÑOS Y SEIS MESES DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena. Como autor responsable de un delito de Detención ilegal, ya definido, a la pena de cinco años de prisión, con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena. Como autor responsable de un delito continuado de Robo con violencia e intimidación en las personas, ya definido, a la pena de CINCO AÑOS DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena. Y como autor responsable de un Delito de tenencia ilícita de armas, ya definido, a la pena de DOS AÑOS y SEIS MESES DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

SEGUNDO

CONDENAMOS al procesado Melchor , cuyos demás datos personales ya constan en el encabezamiento de esta resolución, y en quien no concurren circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, como autor responsable de un delito Asesinato agravado, ya definido, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, a la pena de VEINTIDÓS AÑOS Y SEIS MESES DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena. Como autor responsable de un delito de Detención ilegal, ya definido, a la pena de cinco años de prisión, con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena. Y como autor responsable de un delito continuado de Robo con violencia e intimidación en las personas, ya definido, a la pena de CINCO AÑOS DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

TERCERO

CONDENAMOS al procesado Cosme , cuyos demás datos personales ya constan en el encabezamiento de esta resolución, y en quien no concurren circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, como autor responsable de un delito Asesinato agravado, ya definido, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de responsabilidad criminal, a la pena de VEINTIDÓS AÑOS Y SEIS MESES DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena. Como autor responsable de un delito de Detención ilegal, ya definido, a la pena de cinco

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años de prisión, con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena. Y como autor responsable de un delito continuado de Robo con violencia e intimidación en las personas, ya definido, a la pena de CINCO AÑOS DE PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

CUARTO

En cuanto a responsabilidad civil los condenados, conjunta y solidariamente, deberán indemnizar a los herederos de Edmundo en la cantidad de 100.000 euros por su fallecimiento más la cantidad de 18.000 euros por el dinero sustraído, más los intereses legales oportunos.

QUINTO

Los condenados satisfarán la parte proporcional de las costas, con inclusión de la de la Acusación Particular.

SEXTO

ABSOLVEMOS a los procesados Francisca , Regina , Blas , Jenaro y Santiaga de los delitos de asesinato, detención ilegal, robos con violencia y tenencias ilícitas de armas por los que venían siendo acusados respectivamente por el Ministerio Fiscal y la Acusación Particular, con declaración de oficio de la parte proporcional de las costas procesales.

SÉPTIMO

Entréguense a los herederos de Edmundo la cadena y el cordón de oro intervenidos, así como los tres terminales telefónicos, dos Motorolas, uno modelo V600 con IMEI número 353683005106824, y otro modelo V975 con IMEI número 355886004632157, y otro marca SAMSUNG, modelo SGH T100, con IMEI número 350861817185557, todos ellos propiedad del fallecido.

Devuélvase a Blas el brazalete de oro y el dinero que se le intervino.

Devuélvase a los acusados absueltos el dinero que se les intervino.

Dése a los demás efectos intervenidos el destino legal correspondiente.

Declaramos la insolvencia de los citados condenados, aprobando los autos que a este fin dictó y consulta el Sr. Juez Instructor.

Y para el cumplimiento de las penas principales que se imponen, les abonamos todo el tiempo que han estado privados de libertad por razón de esta causa; y que ya consta en el encabezamiento de esta resolución.

Cúmplase con lo establecido en el artículo 15.4 de la Ley 35/95, de 11 de Diciembre , de delitos violentos y de agresión sexual.

Así por esta nuestra sentencia, de la que se unirá certificación al Rollo, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.

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PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la anterior Sentencia por el M.I. Sr. Magistrado Ponente que la dictó, estando celebrando audiencia pública en el mismo día de su fecha esta Audiencia Provincial. Doy fe.