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* ORGANO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO * VOLUMEN V MEXICO, OCTUBRE DE 1951 NUMERO 58 Celebración Centenaria de L la Universidad Mexicana D IV LA POR EL DR. LUIS GARRIDO Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México En el éstrado de la velada oficial del IV Centenario se ve, entre otras personas, al licenciadc Fernando Casas Alemán, Jefe del Departamento del Distrito Federal; docto'r Jean Sa- rrailh, Rector de la Universidad de ParoÍs; licenciado Miguel Alemán, Presidmte de la República; doctor Luis Garrido, Rector de la Universidad Nacio'lGl de México; licenciado Manuel Gual Vidal, Secretario de Educación Pública, y don Jaime Torres Bodet, Director General de la Unesco_ El 21 de septiembre de 195 1 se cumplieron cuatrocientos años de haber sido expedida la real cé- dula que fundó la Universidad de México. El centenario enfocó hacia nuestro país la atención del mun- do entero..La conmemoración fué una fiesta ecuménica. De todos los 'rumbos de la tierra vinieron representantes, y ninguna Uni- versidad excusó el envío de adhe- sión en cálidos mensajes, cuando no pudieron mandar legados per- sonales. Aquí álternaban, con el Rector de la Sorbona y Presiden- te de la Asociación Internacional de el ilustre his- ,panista doctor J eart Sarrailh, los legados de las Universidades ale- manas e inglesas; con el-Presiden- te deja. Unión de Universidades Latinoame-ricanas, doctor Carlos Martínez Durán, ex Rector de la Universidad de Guatemala, los le- <Yados de las Universidades de El 10> . Cairo, Jerusalén, la India, Har- vard, Princeton, California, Co- lumbia, Yale; un premio Nobel japonés; el vicerrector de Sala- manca; las Universidades católi- cas y las protestantes, las oficiales de los Estados y las privadas. Las agencias cablegráficas internacio- nales transmitieron amplias rese- ñas con la historia de la Univer- sidad Me:'cicana y con las crónicas de las solemnidades. La proyección universal de Mé- xico en esta ocasión y el rango universitario que le concedieron los centros culturales del mundo entero, son los dos mejores frutos del centenario y han sido podero- so estímulo para los universita- rios mexicanos. Otra cosa no de- bía esperarse, supuesta la magni- tud del acontedmiento que se ce- lebraba: el establecimiento de la Universidad Mexicana, la prime- ra que abrió sus puertas en el continente americano. El aniplio programa conmemo- rativo fué t.razado con estos pro- pósitos:' hacer una fiesta univer- sal de la cultura; restaurar el es- píritu humanista en que fué crea- da nuestra Universidad; mostrar a--México y demostrar el progreso de la ciencia mexicana en los úl- timos años. El primero de estos propósitos se vió cumplido por la nutrida asistenCia de Rectores, Legados e invitados de casi todos los paí- ses del mundo; por-los mensajes enviados de parte de las Universi- dades que no pudieron hacerse re- presentar; por el sentido que ins- piró a los actos y a los discursos realizados en estos días; por el otorgamiento de doctorados hono- ris causa a personas de diversas nacionalidades; por la serie de conferencias y otra clase de con- tribuciones internacionales que sustentaron' hombres de ciencia extranjeros; por los lazos de . amistad que quedaron estableci- dos al amparo de nuestra Univer- sidad. Dentro del segundo propósito cabe enumerar el uso del latín en el emblema del en las aclamaciones que se cantaron y en el discurso pronunciado en el ho- menaje a los fundadores de la Universidad, la mañana del día 21, en el patio ele la Facultad de Filosofía y Letras, frente a la es- tatua de Fray Alonso de la Vera- cruz; la exposición de la cultura mexic.ana, inaugurada en el Mu- seo de Chapultepec el día 24; la restauración de la toga taria, que prestó inusitada solem- nidad a los actos y que se ha tra- ducido en noble estímulo para los UTliversitarios mexicanos; la re- presentación del- Diálogo latino sobre -la primitiva Universidad, por' Cervantes de Salazar, hecho por alumnas de la Universidad Femenina como contribución a los festéjos centenarios. Al tercer propósÍto conspiraron la visita a la nueva Ciudad Uni- (Pasa d la página 24) Se publican seguidos, Ij en for- ma íntegra dada su significación, los discursos pronunciados por. el Rector Garrido, don Jaime Torres Bodet, y el Rector sá- rrailh, de la Universidad de Pa- rís, en la solemne velada oficial del IV Centenario efectuada el 2I de septíembce de 1951 en el Palacio de Bellas Artes_ LA VENA ENSOÑADORA exaltada por Cervantes en el Caballero de la Triste Figura. cabalgando en Rocinante con el yelmo de Mambrino. es la misma que hizo vibrar al pueblo español en el amor al ideal y en aquella audacia que realizó la epopeya de la conquis- ta, ensanchando las márgenes de la historia. A las dilatadas playas americanas. con el soldado ávido de oro. llegó también el misionero de la noble cru- zada evangélica. El pergamino y los sellos plúmbeos de las Bulas pontifi- cias de Alejandro VI. daban un senti- do espiritual al nuevo imperio. que al entregarlo a la España católica del si- glo XVI le transfería el sentido ecu- ménico de su cultura. Con los últimos disparos de arca- buz. se fundaba una nueva nacionali- dad con elementos de las dos razas. Los religiosos llegados. a la antigua Tenochtitlán. muchos de ellos sabios ilustres. se preocuparon por la ense- ñanza como medio de difundir los valores fundamentales de la civiliza- ción occidental. secundando la gestión de Fray Juan de Zumárraga. del Ayuntamiento y del Virrey don An- tonio de Mendoza para fundar un centro universitario en la ciudad de Méxic.o. En 1551. cuando Solimán ordena el exterminio de los caballeros que con un claro idealismo. con sus blaso- nes y divisas guardaban en Malta la iglesia de San Juan. desafiando el do- minio turco. y el sol abrasador del Mediterráneo. su Majestad Imperial Carlos V Emperador más gran- de que desde Cario Magno vis- to la cristiandad- manda por cédula expedida el 21 de· septiembre en la ciudad de Toro. que se fundara "un estudio Universidad de todas ciencias donde los naturales y los hijos de e-s- pañoles fuesen ilustrados en las cosas de nuestra santa fe católica. y en las demás Criollos. mestizos e indios dieron muestras de sus excelentes aptitudes para asimilar la cultura. La Real y

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* ORGANO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO *VOLUMEN V • MEXICO, OCTUBRE DE 1951 • NUMERO 58

Celebración Centenaria de ~ Lla Universidad Mexicana D ~

IVLA

CENT~NARIO

UNIV~RSIDADPOR EL DR. LUIS GARRIDO

Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México

En el éstrado de la velada oficial del IV Centenario se ve, entre otras personas, al licenciadcFernando Casas Alemán, Jefe del Departamento del Distrito Federal; docto'r Jean Sa­rrailh, Rector de la Universidad de ParoÍs; licenciado Miguel Alemán, Presidmte de laRepública; doctor Luis Garrido, Rector de la Universidad Nacio'lGl de México; licenciadoManuel Gual Vidal, Secretario de Educación Pública, y don Jaime Torres Bodet, Director

General de la Unesco_

El 21 de septiembre de 195 1 secumplieron cuatrocientos años dehaber sido expedida la real cé­dula que fundó la Universidad deMéxico.

El centenario enfocó hacianuestro país la atención del mun­do entero..La conmemoración fuéuna fiesta ecuménica. De todoslos 'rumbos de la tierra vinieronrepresentantes, y ninguna Uni­versidad excusó el envío de adhe­sión en cálidos mensajes, cuandono pudieron mandar legados per­sonales. Aquí álternaban, con elRector de la Sorbona y Presiden­te de la Asociación Internacionalde Univ~rsidades, el ilustre his­,panista doctor Jeart Sarrailh, loslegados de las Universidades ale­manas e inglesas; con el-Presiden­te deja. Unión de UniversidadesLatinoame-ricanas, doctor CarlosMartínez Durán, ex Rector de laUniversidad de Guatemala, los le­<Yados de las Universidades de El10> .

Cairo, Jerusalén, la India, Har-vard, Princeton, California, Co­lumbia, Yale; un premio Nobeljaponés; el vicerrector de Sala­manca; las Universidades católi­cas y las protestantes, las oficialesde los Estados y las privadas. Lasagencias cablegráficas internacio­nales transmitieron amplias rese­ñas con la historia de la Univer­sidad Me:'cicana y con las crónicasde las solemnidades.

La proyección universal de Mé­xico en esta ocasión y el rangouniversitario que le concedieronlos centros culturales del mundoentero, son los dos mejores frutosdel centenario y han sido podero­so estímulo para los universita­rios mexicanos. Otra cosa no de­bía esperarse, supuesta la magni­tud del acontedmiento que se ce­lebraba: el establecimiento de laUniversidad Mexicana, la prime­ra que abrió sus puertas en elcontinente americano.

El aniplio programa conmemo­rativo fué t.razado con estos pro-

pósitos:' hacer una fiesta univer­sal de la cultura; restaurar el es­píritu humanista en que fué crea­da nuestra Universidad; mostrara--México y demostrar el progresode la ciencia mexicana en los úl­timos años.

El primero de estos propósitosse vió cumplido por la nutridaasistenCia de Rectores, Legadose invitados de casi todos los paí­ses del mundo; por -los mensajesenviados de parte de las Universi­dades que no pudieron hacerse re­presentar; por el sentido que ins­piró a los actos y a los discursosrealizados en estos días; por elotorgamiento de doctorados hono­ris causa a personas de diversasnacionalidades; por la serie deconferencias y otra clase de con­tribuciones internacionales quesustentaron' hombres de cienciaextranjeros; por los lazos de

. amistad que quedaron estableci­dos al amparo de nuestra Univer­sidad.

Dentro del segundo propósitocabe enumerar el uso del latín enel emblema del Centenario~ en lasaclamaciones que se cantaron y enel discurso pronunciado en el ho­menaje a los fundadores de laUniversidad, la mañana del día21, en el patio ele la Facultad deFilosofía y Letras, frente a la es­tatua de Fray Alonso de la Vera­cruz; la exposición de la culturamexic.ana, inaugurada en el Mu­seo de Chapultepec el día 24; larestauración de la toga universi~

taria, que prestó inusitada solem­nidad a los actos y que se ha tra­ducido en noble estímulo para losUTliversitarios mexicanos; la re­presentación del- Diálogo latinosobre - la primitiva Universidad,por' Cervantes de Salazar, hechopor alumnas de la UniversidadFemenina como contribución a losfestéjos centenarios.

Al tercer propósÍto conspiraronla visita a la nueva Ciudad Uni­

(Pasa d la página 24)

Se publican seguidos, Ij en for­ma íntegra dada su significación,los discursos pronunciados por.el Rector Garrido, don JaimeTorres Bodet, y el Rector sá­rrailh, de la Universidad de Pa­rís, en la solemne velada oficialdel IV Centenario efectuada el2 I de septíembce de 1951 enel Palacio de Bellas Artes_

LA VENA ENSOÑADORA exaltada porCervantes en el Caballero de la TristeFigura. cabalgando en Rocinante conel yelmo de Mambrino. es la mismaque hizo vibrar al pueblo español enel amor al ideal y en aquella audaciaque realizó la epopeya de la conquis­ta, ensanchando las márgenes de lahistoria.

A las dilatadas playas americanas.con el soldado ávido de oro. llegótambién el misionero de la noble cru­zada evangélica. El pergamino y lossellos plúmbeos de las Bulas pontifi­cias de Alejandro VI. daban un senti­do espiritual al nuevo imperio. que alentregarlo a la España católica del si­glo XVI le transfería el sentido ecu­ménico de su cultura.

Con los últimos disparos de arca­buz. se fundaba una nueva nacionali­dad con elementos de las dos razas.

Los religiosos llegados. a la antiguaTenochtitlán. muchos de ellos sabiosilustres. se preocuparon por la ense­ñanza como medio de difundir losvalores fundamentales de la civiliza­ción occidental. secundando la gestiónde Fray Juan de Zumárraga. delAyuntamiento y del Virrey don An­tonio de Mendoza para fundar uncentro universitario en la ciudad deMéxic.o.

En 1551. cuando Solimán ordenael exterminio de los caballeros quecon un claro idealismo. con sus blaso­nes y divisas guardaban en Malta laiglesia de San Juan. desafiando el do­minio turco. y el sol abrasador delMediterráneo. su Majestad ImperialCarlos V ~l Emperador más gran­de que desde Cario Magno habí~ vis­to la cristiandad- manda por cédulaexpedida el 21 de· septiembre en laciudad de Toro. que se fundara "unestudio Universidad de todas cienciasdonde los naturales y los hijos de e-s­pañoles fuesen ilustrados en las cosasde nuestra santa fe católica. y en lasdemás fa~ultades".

Criollos. mestizos e indios dieronmuestras de sus excelentes aptitudespara asimilar la cultura. La Real y

O,.gano oficial de la UtliversidadNacional Autónoma de Müico

RECTOR:

Doctor Luis Garrido

M É x 1 C o. D·. F.

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Pontificia Universidad de México fué el último; Manuel Ignacio ·Cisneros.sin duda la institución científica más fundadqr del Colegio de Abogados;respetable de Amériéa, según el testi~ Juan Ignacio Castorena y Ursúa, pre­monio de sus ~iversas constituciones, cursor del periodismo en México; yfundiendo el humanismo renacentista jasé María Luis Mora, el eximio so­con las ideas y sentimientos de la nue- ciólogo y político.va nación. Por ello no podemos des- Hasta -'el segundo- tercio del Sl­

conocer nuestra ascendencia hispana, glü XVIII se. habían graduado 'en t,\pues como decía Renan: "Los verda- Universidad, según refiere"'don Juanderos hombres del progreso son ~que- de Palafox, mil ciénto sesenta y dosllos que tienen por 'punto de partida" doctore.s,- habiendo salido de su senoun respeto profundo al pasado: todo ochenta y cU,atro señores arzobisposlo ql!e hacemos, todo 10- que somos, y obispos y muchos eminentes toga­es el resultado de un trabajo secular." dos en las' Reales Audiencias d.~ Méxi-

En la cátedra de retórica, Cervan- co, Guatemala, Santo Domingo·ytes de Salazar nos traía la clara voz Manila, así como prebendados, canó­de las humanidades. Fray Alonso de nigos y' dignidades de ,ve!1erables ca­la Veracruz, el insigne agustino, pri· bildos, inquisidores, jueces, goberna- ­mer profesor de filosofía, comentaba. dores, alcaldes mayores, abogados,los textos de Aristóteles'y con gesto médicos y eminen-tes catedráticos :co­magnífico donaba dos millares de li- mo los doctores Juan de Cervantes ,ybros al Colegio de San Pedro y San -Maldon~do, que lo fueron de la Uni­Pablo. v~rsjdad de Salamanca; el doctor CQr-

La difusión de la cultura europea tés, que leyó filosofí,! en la de Alcaláen Nueva España se caracterizaba por' de Henares; el doctor Guevara, quela acción evangelízadora, asimiladora regenteó una cátedra de Cánones eny. univérsalista del conquistador, que . Valladolid, y otros que impartieronotorgó' a la Universidad las mismas enseñanza en las Universidades de Se­mercedes y privilegios de las de Sala- villa y Granada.manca y Alcalá' de Henares. De sus Pero de tan preclaros varones, nadaaulas salieron historiadores y cronis- tan fecundo como la obra de los mi-­tas, teólogos y médicos, los fundado- sioneros. Al ab~ndonar las aulas bu­res de misiones y colegios. . lliciosas de la Universidad Pontificia

Con los ojos del espíritu la evoco o la .blanca celda del conven~o, conasí: Cae el crepúsculo. Los pirules se . un pequeño fardel de ropa., se aventu­ensombrecen; cobran un tinte oscuro ran por los polvorientos caminos, ba­las piedras del cercano palacio .virrei- jo la luz dorada del atardecer, henchi­na!. La tenue luz de la tarcÍe se des- dos de fe y entusiasmo. Nada lesliza oblicua al ras de los canales. Ya amedrenta. Allá van hacia las pro­no atruenan en los claustros y patios vincias intern~s para evangelizar a losde la Universidad, las voces graves de indios, con abnegación, movidos nolos frailes; sólo se oye el rastreo de los por la riqueza sino por la caridad. Ypíes de algunos estudiantes rezagados, allá van bajo un sol de fuego, en laafables y sonrientes. En este ambien- tarde esplendorosa, con los ojos pues­te resignado y melancólico, en que la tos en 'la ermita que construirán paraEdad Media se prolonga ingenua, sen- enseñar su mensaje de inefable bon­timental y piadosa, se forman en el dad, sin importarles las horas angus­siglo XVI algunos universitarios nota- tiosas, las lluvias torrenciales, las hon­bIes, como el doctor Pedro Farfán, das barrancas, los ríos turbulentos odos veces Rector, visitador y autor de los llanos inmensos.los primeros Estatutos de la Univer- La fuerza intelectual de la Univer­sidad hechos en México; el canónigo sidad trabajó por la unidad de la Co­Juan González, insigne protector de lonia, difundiendo el idioma y la re­los indios; el oidor don Vasco de ligión de España. El ambiente espiri­Puga, compilador del Cedulario que' tu.al lo saturó de ideas ascéticas. Cano,.lleva su nombre, y fray Bartolomé de teros e imagineros, labraron con amorLedesma, una de las inteligencias más la piedra y madera de conventos epreclaras. .iglesias, para - crear flores, frutas y

Durante estos siglos coloniales Ía ,querubines en las columnas y entre­U niversidad ofrece, con caracteres casi paños, en las ventanas y los frisos,dramáticos, el eterno conflicto entre resaltando. afiligranados blasones enl~ razón y la fe. En el siglo XVII de- el dintel de templos y"palacios. Laambulan por sus aulas don Juan Ruiz esencia cristiana de España marcó lade Alarcón, supremo prestigio litera- cultura .de la dominación, que no an­rio; el celebérrimo escritor y matemá- heló tanto la grandeza científica cuan-

. tico don Carlos de Sigüenza y Gón- to el esplendor de la virtud, pues comogora; don Juan de Palafax y Mendo- decía Gracián: "~er del mundo, pocoza, visitador, virrey y capitan general, o nada es. Serlo del cielo es mucho;autor de los más importantes Estatue a cuyo gran Monarca sea la alabanza,tos que tuvo la Universidad de Méxi- sea la honra, sea la gloria." ,

co; don Francisco Javier Gamboa, fa- La Universidad Pontificia tiene susmaso comentarista de las Ordenanzas ·períodos de esplendor y decadencia.de Minería; los hermanos Javier, Ya el doctor Moya y Contreras diceJuan y Luis Becerra, gran juriscon- al Presidente del Consejo de Indias:sulto el primero y' notable poligloto "La Universidad está tan flaca y des:

$ 0.505.00

COLABORADORES:

Arturo Adame RodríguezJosé Attolini

Salvador AzuelaAlfredo Cardona PeñaAntonio Castro LealEnrique A. Cervantes

AH ChumaceroFrancisco Díaz de León

Isidro FabelaJustino Fernández

Mauricio Gómez MayorgaMartín Gómez Palacio

Francisco González de Cossío1. M. González de Mendoza

Efraín Huerta·Julio Jiménez Rueda

Roberto LlamasVicente MagdalenaJosé Luis Martínez

Pablo Martínez del RíoLucio Mendieta y Núñez

Vicente T. MendozaFrancisco Monterde

Federico K. G. Mul/erriedEdmundo Q'Gorman

Enrique Juan PalaciosMario Pan;

Salvador PinedaSamueJ Ramos

Víctor RicoFrancisco Rojas González

Jesús C. RomeroJ. Ignacio Rubio Mañé

José SilvaManuel Toussaint

Emilio UrangoLuz Vera

Leopoldo leo

U NIVERSIDAD DE MÉXICO

aparece mensualmente

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Bolivia 17 (Imprenta Universitaria)Teléfonos: 13-41-65 y 39-31-77

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La correspondencia. canÍe o valores debenremitirse así: Revista HUniversidad de Mé.

xico". Justo Sierra 16. México. D. F.

Precio del ejemplarSubscripción anual

UNIVERSIDADDE. MEXIC O

2 * UNIVERSIDAD DE MEXICO'

autorizada, que antes 'parece que vaen disminución' que en acrecentarilien­tó," La rutina, la tradición y la re­sistencia a que penetrara en sus aulasel libre aire de las ideas, selló la suertede la Institución.

Se la declaró "inútil, irreformabley perniciosa"; "baluarte del' obscu­rantismo"; "refugio de las ideas másañej'as", Es así como acabó de extin­guirse el centro de estudios que ilumi­nó la vida colonial con sus cátedrasde escolástica y teología, porque noreconoció el 'nuevo principio de ,vidaque el espíritu de la época imponía.De ella sólo quedaba el encanto me­lancólico de lo viejo.

El afán por encontrar for~as ade­cuadas a los ideales de soberanía, pro­greso y felicidad, cuando advino, conla Independencia, la República, afec­t6 de inmediato a la Universidad,que mudó el título de Real por el deNacional, y cuya historia, desde 1833hasta 1865, en que la suprimió Maxi­miliano, es una larga serie de muertesy resurrecciones, a compás de las vici­situdes .de nuestra historia,

Un h¿mbre de perfecto equilibrioespiritual, el Maestro Justo Sierra,consagrado como uno de los grandesmaestros de América, a quien le tocóla gloria de crear la nueva Universi­dad, atribuye su desaparición al "es­píritu de mejorar, destruyendo, en lu­gar de transformar, mejorando", se­gún afirma en el espléndido libroEvolución política del pueblo mexi­cano, pensamiento que reitera en laCámara de Diputados, el 26 de abrilde 1910, al exponer el proyecto de'Ley que crea la Universidad Nacionalde México: "La historia se componede resurrecciones -dijo ante los re­presentantes populares-; nada hamuerto, todo resucita y todo vivecuando ha resucitado, si se apropia ysabe adaptarse a las nuevas necesida­des, a los nuevos medios. En virtudde eso me atrevía yo a rectificar: estoque se llamaba muerto (ia Universi­dad) para mí no debía haber muerto,sino que debía haberse transformado;eso sí, radicalmente transformado."

Al servicio de este ideal de trans­formación radical, el maestro Sierraconsaúa treinta años de su vida ejem­plar. En 1881 formula el primer pro­yecto de nueva Universidad; el 22 deseptiembre de' 1910 la inaugura, co­ronando gigantesca labor al frente dela educación nacional.

Según palabras textúales dichas enel Consejo de Educación el 17 de ene­ro de 1910, al iniciar las discusionestécnicas del proyecto que habría dellevar a feliz realización, y después deesbozar la evolución de la Universi­dad Mexicana desde' el virreinato,afirmó: "Ahora tratamos de recons­truirla, para que sea un centro de altacultura científica, en consonancia conlos progresos modernos."

Para ma.rcar mejor este propósitode modernidad, en su célebre discurso

de inauguración pronunciado al abrir­se las puertas de nuestra Casa, el maes­tro Sierra cortó amarras con el pasa­do, celoso de que la Institución finca­ra en el presente y se proyectara sobre10 porvenir.

Pero una y la misma eran las fun­ciones de la vieja y de la nueva Uni­versidad. Una y la misma la fuentede donde procedía: por una parte,como acto del podér público; por otraparte, como necesidad de agrupar or­gánicamente las instituciones encarga­das de impartir la cultura superior,con jurisdicción nacional, que la Leynos otorga como hace cuatrocientosaños la otorgó la Cédula Real de Car­los V.

Conformes los universitarios mexi­canos con las citadas palabras delmaestro Sierra, no podemos declinarel honor de haber sido la sede de laprimera Universidad que abrió suspuertas en la tierra firme de América.y así como la Sorbona, suprimidapor la Revolución Francesa y res­taurada muchos años después, se ufa­na en ser la más antigua Universidad,como lo reconoció el propio don J us­to Sierra al invitarla por madrina denuestra Casa de Estudios, así nos­otros, este día, celebramos, con la fun­dación de la Universidad Mexicana,uno d.e los fastos mayores de la histo­ria cultural de América, timbre delabolengo espiritual de nuestra patria.

Al triunfo del liberalismo se inicióuna corriente educativa que, valori­zando las ideas renacentistas, cartesia­nas y humanistas, orientó la enseñan­za en un sendero científico y positivo.Barreda, discípulo de Comte, fué elque encauzó la corriente de esta re­forma en la Escuela Nacional Prepa­ratoria.

La vida universitaria no tardó enverse sometida a multitud de tropie­zos, primero, por la transformaciónsocial y económica que sufrió el país,y después, por dificultades internas.El gobierno, no pudiendo tener uncontrol efectivo sobre ella, le concediósu autonomía mediante la Ley dejulio de 1929, a fin de que pudieraorganizarse ella misma. A pesar delas condiciones adversas en que hatranscurrido esta etapa de la Universi­dad, puede afirmarse que la reformaha dado frutos indiscutibles, mante­niendo el principio de libertad, de in­vestigación y de crítica, perfilando asíla meta institucional de alcanzar lacultura para divulgarla y dar a la co­munidad las técnicas que requiere parasus necesidades.

En esta solemne ceremonia, la Uni­versidad evoca su pasado con la sensa­ción profunda del tiempo y de laeternidad. Pero su pasado, con ser tanglorioso, no puede ser ya fuente deinspiración ante las transformacionesdel mundo moderno. Esta fiesta aspi­ra a recordar que hace cuatro centu­rias, en estas vastas tierras americanas,se encendió la luz de la cultura y desde

•EliTE LOSCATARROS

CONSERVESE LLENO DE SALUDlas primeros señales de peligro, como.son:

e· Fatiga o f10iera constante,e Dolores de cabezo, de pecho,e Respiración fatigoso y

e Fuertes escolosfríos~

Le están indicando a USTED, que' sus ,defensas'orgóñicas ~8i '

hallan disminuídas, y que-será fatil preso de un cotorro que

puede ser el principio de uno pulmonía.1l'~

Vea de inmediato o su médico, poro queje recete los.me­

dicomentos que le evitorón complicaciones y le curorón:i@J

Además usted debe cuidarse de los. cambios br.uscosdetemperatura, los enfriamientorrepetidos,- IQJespiratión~[onstan·te de polvos. Yno olvide que el agente~causal de lo "gripa"'es

altamente contagioso y do lugar a10s.brotesePidémicos._~

_AISLESE y consulte de inmediato 01 médico paro no conta­giar o los seres queridos que le rodean.

Aumente sus defensas orgánicas y proteja su salud, hacién­

dose regularmente su exornen médico general.~

INSTITUTO MEXICANODEL SE-GURO SOCIAL

*******************

•UNIVERSIDAD DE, MEX/ca *~3

Feo. I. Madero N9 32

MEXICO, D. F.

que alimentan por el estudio y cono­cimiento de nuestra cultura. Son losaños de las energías r~volucionarias.

México se revela a sí mismo.

Es la época en que González Mar­tínez canta la dulce y temblorosa in­quietud de su espíritu profúndo bajolos signos nuevos. En que SaturninoHerrán aborda la pintura para revelarel ambiente mexicano: sus volcanesempenachados de nieve, sus danzaspopulares, los brillantes colores de susflores silvestr.es y, sobre todo, la clarabelleza de sus mujeres morenas. detrenzas y rebozo. Yen que un precla­ro hijo de la 'Universidad, don Al­fonso Reyes, fija los primeros sillaresde su agnífica y dilatada obra. quees honra de nuestra cultura.

La Universidad había rebasado elpositivismo auspitiado' por Barreda.Por sus aulas desfilan las doctrinas delos filósofos que superaron el concep­to científico. Restablecimos la ense­ñanza' de la Historia de la Filosofía yde las Humanidades. Desde entoncesnuestra Universidad ha equilibrado elconocimiento. Materia y'espíritu, ocu­pan con rigor científico el lugar queles corresponde. Un nuevo principio

.de vida supera· sus etapas teológica ymetafísica. Las Ciencias y las Huma­nidades se enlaian en una armoníacomparable a la de las leyes de la Na­turaleza y del espíritu humano.

En esta evolución cabe reseñar lainfluencia de los universitarios en los

s. A. de C. V.'

IngenierosCiviles

Asociados

dos honoríficos a hombres de.' cate­goría universaL por sus aportacionescientíficas o humanísticas.

i Cómo hubiera gozado esta cere­monia 'el espíritu universalista de An­tonio Caso, hijo preclaro de la Uni­versidad y uno de sus maestros másinspirados! "Nadie puede suprimir elpunto de vista humano -afirmabacon su elocuencia característica- enla obra de la escuela. Nadie puede con­sagrar a las juventudes al solo cultode la sangre y de la patria. Porqueno hay sangre ni patria que prevalez­ca sobre la obra total de la estirpe hu­mana ..."

y otro hijo insigne de sus aulas,don José Vasconcelos, la dotó, en sucarácter de Rector, con un criterio deuniversalidad y bellez"a. con el lemaque hoy ostenta: "POR MI RAZA HA­

BLARÁ EL EspíRITU", para signifi­car que la Institución está llamada,con sus hermanas de la América Es­pañola. a ser la expresió~ cultural dela raza definitiva del continente. "He­cha con el genio y con la sangre detodos los pueblos, y, por lo mismo,más capaz de verdadera fraternidad yde visión realmente espiritual."

En 1912, del seno de la Univer­sidad surge un grupo de jóvenes quefundan el Ateneo de la Juventud, yque más tarde ocupan \:lIgares encum­brados en las letras, la política o laciencia. Su acción intelectual debilitala influencia extranjera. por el fervor

entonces, como antorcha inextingui­ble, la Universidad ha iluminado loscaminos de la patria compartiendo susdolores y alegrías, dando ejemplos deabnegación, lecciones de moral y laconstante incitación de poner el saberal servicio de México, y de utilizarlos conocimientos en bien de la hu­manidad.

Estos cuatro siglos de vida univer­sitaria significan para la nación unprivilegio y una responsabilidad. Re­cibimos como preciado don, estandoen proceso aún la epopeya de la colo­nización, el de acoger la simiente dela cultura occidental, y cuando entantos otros lugares en. donde hoy selevantan naciones florecientes y po­derosas, reinaban aún el silencio o labarbarie. Pero también debemos ad­vertir que al recibir tan singular dis­tinción, contrajimos un deber ineludi­ble: ser dignos de tal gloria, mante­niendo nuestra jerarquía espiritual ba­sada en la justicia y en la libertadmás auténtica.

La historia de la Universidad se en­cuentra íntimamente enlazada connuestra evolución política. El pensa­miento de Independencia, la emanci­pación de la Reforma y los anhelos dela Revolución Mexicana han repercu­tido en sus aulas, pero también laUniversidad ha contribuído pode­rosamente a la unidad nacionaL comoagente del sentimiento patrio, for­mando en el fondo de nuestra almacolectiva ciertas miras y sentimientosque aseguran una verdadera solidari-

. dad fundada en elementos económi­cos, espirituales y técnicos.

De generación en generación laUniversidad Mexicana ha incremen­tado nuestras tradiciones y el acervode obras artísticas y científicas, perosobre todo ha formado a los hombresque investigan la realidad de nuestraexistencia para estudiar la naturalezay hacerla producir. La conciencia denación se manifiesta cada vez mejor,por esa unión y unidad que da el fac­tor educativo. Un pueblo, para pros­perar, necesita conocerse a sí mismo,lo cual sólo se obtiene mediante lareflexión sobre sus sentimientos eideas.

y en este conocimiento colabora laUniversidad. La Universidad que haestado vinculada a la nación comoprincipio espiritual en su pasado deesfuerzos, de sacrificios, de abnega­ciones, y en su anhelo presente de quela 'cultura beneficie a las masas paraque la ciencia y el arte no sean el pri­vilegio de una minoría.

Con plenitud de esfuerzos se aso­cia a la idea de que el hombre no pue­de alcanzar máxima cultura, sino mer­ced a la libertad del intercambio in­telectual en el orbe. Los ideales, an­helos y esperanzas de la UniversidadMexicana han estado al servicio de lacohesión humana. Por ello, en estamemorable ocasión ha conferido gra-

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*

MEXICO, D. F.

Publicación autorizada por laComisión Nacional B:mcariaen Oficio N' 6DI·II-í022 del29 de mayo de 1948.

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4 * UNIVERSIDAD DE MEXICO

El licenciado Agustín Yáñez impone la muceta de doctor honoris causa al RectorSarrailh, de la Universidad de París.

DISCURSO DEL DR. lEAN SARRAILHRector de la Universidad de París

destinos de la patria. La RevoluciónMexicana. que ha transformado alpaís. deJ:>e a ellos principalmente suesfuerzo técnico. En las leyes que or­ganizan nuestra sociedad y en lasgrandes obras materiales de serviciopúblico. siempre ha intervenido algúnegresado de nuestra Casa de Estudios.

En sus escaños estuvo Jaime TorresBodet. cuyo esfuerzo considerable yprestigioso es una lección de heroísmoeducativo y de concordia internacio­nal.

En el actual Gobierno de la Repú­blica encontramos un selecto grupo deascendencia universitaria presidido porun hijo de la Facultad de Derecho.siempre fiel a las mejores causas hu­manas, que con sostenida inspiración·ha logrado incuestionable progresociudadano. haciendo vibrar al paíscon las obras públicas, que eliminaránla obscura incertidumbre de nuestroporvenir económico.

En este admirable programa deconstrucciones figura la Ciudad Uni­·versitaria., que como un símbolo deunión entre el pasado y el presente,yergue sus edificios de líneas moder­nas sobre las rocas volcánicas del Pe­dregal, .que guardan vestigios de la ci­vilización· precortesiana. Ningún pre­sente. mejor podía hacer el Gobiernoa la Universidad en su actual etapa,que esta obra 'suprema, que le permi­tirá llevar a cabo las reformas que la~xperiencia aconseja y la renovaciónque el ideal suscita.

Con la decisión y la clarividenciade los estadistas auténticos, el Presi­dente de la República ha colocado enel primer plano la educación nacional.La Ciudad Universitaria deberá alentusiasmo y a la ayuda del doctorMiguel Alemán, su vida desarrolladabajo el triple anhelo de la libertad,de la tolerancia y de la idea.

El creciente adelanto de las disci­plinas científicas, que marca una erade gran esplendor a la industria y alas técnicas. afectando también a losproblemas sociales, ha merecido de laU niversidad preferente atención, des­tacando en la obra de la cultura cien­tífica, los progresos de la física. Es­tamos al comienzo de la más grandemodificación que la historia hayajamás sufrido y las universidades de­ben preparar a los hombres para esteperíodo inmediato.

Los hombres de ciencia de Méxicohan trabajado callada y celosamente.Es llegado el momento de contabili­zar los resultados obtenidos en losúltimos cincuenta años, y ningunaoportunidad mejor que estas fiestasjubilares de la Universidad. A ello sedebe la organización del CongresoCientífico; que en breve inaugurare­mos, con la asistencia de grandesmaestros e investigadores extranjeros.

Pero los desarrollos científicos nodeben hacer olvidar a la Universidad.que el mundo de hoy la obliga a con­tribuir en la afirmación del principio

de la dignidad de la. persona humana.a difundir el respeto a los derechosfundamentales del hombre, y a pro­mover su efectiva observancia. La dig­nidad del individuo y los derechosbásicos del hombre son a la vez unade las condiciones y una de las metasprincipales de la cultura.

Son condición para una auténticacultura, porque la cultura tiene plenosentido solamente como medio al ser­vicio del hombre. como instrumentopara que el hombre pueda realizar losvalores a los que está llamado, comoprocedimiento para la elevación de lapersona. La cultura resultará autén­tica y estimable, sólo en la medidaen que reconozcamos que es en la per­sona donde encarna la realización delos más altos valores. Y persona quie­re decir ser con fines propios. ser quetiene un fin en sí mismo y que nuncadebe ser_degradado a la situación demero medio al servicio de fines aje­nos; quiere decir, en suma, ser queposee dignidad.· Del reconocimiento

. de la dignidad fluyen como corola­rios los derechos fundamentales delhombre. Así; dignidad y. derechosfundamentales son requerimientos éti­cos de validez universal, que constitu-

. yen el supuesto de una verdadera cul­tura; pero son algo más, son tam­bién el requisito indispensable paraque pueda florecer de hecho una cul­tura genuina. É~ta puede desenvolver­se solamente sobre la base de la dig­nidad espiritual de la persona y gn ·unambiente de libertad, es decir, de librediscusión, de franquía para todas lasideas, de ilimitados horizontes parala investigación.

Ahora bien, la dignidad individualy los derechos humanos básicos son,además, una de las metas de la cul­tura, porque representan uno de losmás altos fines éticos. Filosofía, Cien­cia, Arte, Técnica y Economía debenelevar y mejorar al hombre y ayudar­le a desarrollar todas las potencialida­des de su personalidad. La cultura noes una realidad transpersonal inde­pendiente del hombre, sino que esuna función de la existencia humanapara orientar ésta hacia los valores,de los cuales ha menester. Por eso. alpromover el reconocimiento de la dig­nidad personal y la efectiva observan­cia de los derechos fundamentales delhombre, la Universidad cumplirá conuna capital exigencia de los valores.

En la vida de nuestra Universidadno ha dejado de brillar como estrellafulgente la libertad de pensamiento,como derecho inherente a la personahumana. Aún en la época colonial,eÍ doctor Díaz de Gamarra enseñó queen la investigación de la verdad debeseguirse a ésta sin jurar por la palabradel maestro. En tiempos más recientesconsagró su autonomía y libertad decátedra con sangre estudiantil. En me~

dio de las tempestades sociales, no de­jó de ser guía de la patria.

La obra de su pensamiento ,ha sido

teológica en .la dominación española.positivi.sta con Barreda; ha profesadoel criticismo con Sierra y la intuicióncon Caso. Hoy se. asienta en el exa­men obj~tivo de los fenómenos, en elanálisis libre de las doctrinas y las ins­tituciones, en el amor y servicio a lapatria, pero también con emoción defraternidad humana en el propósitode que reinen sobre la tierra los bienesdel espíritu.

Señores Delegados Universitarios:

La Universidad a cuyas fiestas ju­bilares asistís os da por vuestra pre­sencia las más cumplidas gracias y ensu nombre os suplico transmitáis, avuestras respectivas instituciones.. sumás afectuoso saludo. Con particularsimpatía y amistad recordamos a lasUniversidades madrinas, cuando en1910 se restableció nuestra Casa deEstudios. A nuestros hermanos de

J'Ar LE TRES GRAND HONNEUR deprende la parole au nom des nouveauxdoeteurs honoris causa pour offrir aM onsieur le President de la Repúbli­que et a M essieurs les Ministres quihonorent cette cérémonie de leur pré­sence nos respectueuses salutations.Nous savons tous leur efforts énergi­ques et couronnés de succés pour dé­velopper la culture et la science dansleur pays. C'est ace titre que nous lesprions d'agréer notre hommage le plusdéférent.

Je veux aussi exprimer a notre il­lustre ami, le grand juriste et admi­nistrateur, M onsieur le Reeteur D.Luis Garrido ainsi qu'atout le coipsprofesoral notre profonde gratitudepour la haute dignité académiquequ'ils viennent·de nous conférer. Nousvoulons aussi les assurer de notre sin­cere et cordiale affeetion.

Antes de proseguir esta breve alo­cución, quiero pediros ante todo, se­ñoras y señores, que me perdonéis por

raza e historia de Salamanca. A laUniversidad de París tan dignamenterepresentada en la persona de su egre­gio Rector Jean Sarrailh y a la Uni­versidad de California, exponente dela gran civilización americana.

Agradecemos con profunda grati­tud los mensajes de los centros decultura superior que no pudieron acre­ditar representantes. Es un presagioalentador advertir cómo las universi­dades del mundo se unen generosa­mente para conmemorar sus aniversa­rios, y para unir sus esfuerzos coordi c

nadas y perseverantes en la conquistade sus nobles ideales.

Por lo que concierne a nuestra Ca­sa. sus mejores anhelos y empeños es­tán en realizar. asociada a las demásuniversidades del mundo. un renova­do humanismo. un humanismo con­creto al servicio de los hombres rea­les. como promesa inefa9le de horasmás lúcidas y mejores.

el gran atrevimiento de hacer uso enadelante de vuestra lengua materna.Me figuro que bien entenderéis el sen­tido profundo de esta audacia: así meserá permitido afirmar con más fuerzala amistad entrañable que me une alpueblo y a la Universidad de México,y aseguraros que merced a la comuni­dad del idioma me siento más cercade vuestro pensamiento y vuestro co­razón.

Mis colegas y yo experimentamosen estos momentos gran emoción alvestir esta noche la toga de vuestraUniversidad, al ingresar en vuestrafamilia de alta alcurnia y noble abo­lengo espiritual. Es que, señoras y se­ñores, conocemos su historia ya viejade cuatro siglos, tan bien bosquejadapor los brillantes oradores de esta ma­ñana, su lento caminar en medio demuchas dificultades y grandes obs­táculos, sus luchas contra varias clasesde enemigos, sus fortunas y adversi­dades. sus horas de esplendor y deca-

UNIVERSIDAD DE MEXICO * 5

El Coordinador de- Humanidades de la UNAM, licenciado Agustín y áñez, invistecon las insignias doctorales a don Jaime Torres Bodet.

DISCURSO DE DON JAIME TORRES BODETDirector GI'ne-ral de la Une-sco

dencia. Sabemos muy bien que, comola venerable Sorbona y otras Univer­sidades europeas, sufrió el peso de ladisciplina escolástica, a pesar de lasinquietudes renacentistas y, más tar­de, del vendaval de libertad en el si­gló XVIII.

Pero no ignoramos lo que signifi­có la gloriosa fecha de 1910, cuandose trató no de restaurar un organis­mo viejo y casi moribundo, sino decrear úna escuela nueva, abierta alprogreso científico y consagrada a lailustración y prosperidad del pueblomexicano. Ya nos parece que en estosinstantes oímos la voz elocuente delapóstol de la cultura nacionaL delMaestro don Justo Sierra, cuandoafirmaba: "Los fundadores de laU niversidad de antaño decían: «Laverdad está definida, enseñadla.» Nos­otros decimos a los universitarios dehoy: «La verdad se va definiendo;buscad la» ."

Tampoco hemos olvidado, máscerca de nosotros, el concepto lumi­noso que tenía formado de la Uni­versidad el insigne arqueólogo donAlfonso Caso -he~inano del granfilósofo siempre llorado y recorda­do-, quien escribía, cuando veníameditando sobre el problema de laenseñanza superior: "El principio delibertad de cátedra y de investigacióndebe quedar consagrado como un pos­tulado esencial para la vida misma dela institución universitaria": y des­pués de haber hablado de "la absten­ción de la Universidad en los asuntospolíticos del Estado", añadía estasfrases memorabies: "Esto. por' su­puesto, no quiere decir que el univer­sitario. por tener tal carácter, pierdael más general e importante de ciuda­dano, y que no conserve todos susderechos. de acuerdo con las leyes denuestro país, para organizarse, en laforma que lo estime conveniente, conel objeto de participar en la vida cí­vica. Pero la Universidad, como taLha de permanecer constantemente aje­na a las cuestiones políticas."

Por ser, pues. según la voluntadde sus nuevos creadores. la Universi­dad de México un asilo de libertad eindependencia. un nuevo templo con­sagrado a la ciencia, comprenderéis,queridos compañeros. con qué pro­funda satisfacción aceptamos nos­otros, los nuevos doctores honoriscausa, la honra de sentarnos a vuestrolado y formar parte de vuestro digní­sima claustro.

Pero hay más. En los días aciagosque nos ha tocado vivir. y que sontan recargados de preocupaciones yamenazas, observamos con dolor que,por causa de la técnica y maquinismocuyos progresos se van desarrollandocon vertiginosa velocidad, se pierdepor todas partes el sentido de 10 hu­mano. y la noción de fraternidaduniversal. Lo espiritual retrocede de­lante de 10 mecánico: la solidaridad,delante de la cruel -competencia eco-

nómica. Ya no sabemos más lo· quees la dulzura de vivir, el arte de armo­nizar el ritmo individual con la mar­cha del tiempo, cada día más precipi­tada y apremiante. Ya, y esto es lomás grave, no se tiene respeto a lapersona huma'na a la cual se le quiereimponer un modo de pensar y de ac­tuar. por haber desaparecido la virtudcardinal de las grandes épocas histó­ricas, la tolerancia y la mutua com­prensión.

Pues bien, nosotros creemos que envuestra Universidad sigue por fortunael culto al humanismo. que se man­tiene aquí' siempre viva la jerarquíaestricta .de los valores humanos, y quetodos sus' ilustres maestros., fieles alespíritu de la latinidad, a su tradiciónoriginaria más pura y fecunda, d~­

fienden las prerrogativas del hombreeterno, sin rehusar por tanto de ser­vir incondicionalmente a la cienciamás moderna. tan dignamente repre­sentada en vuestras facultades e ins­titutos. Por la busca incansable de 10que constituye la esencia y la auten­ticidad humana. vosotros trabajáispara fortalecer la gran comunidadmundial. Así lo hicieron los filósofosfranceses del siglo XVIII y, verbigra­cia, Duclos,. cuando escribía en susConsideraciones sobre las costumbres:"Los hombres de mérito, de cual­quiera nación que sean, no formanmás que una entre sí."

Así lo proclamaba. por el mismotiempo. un español ya olvidado.Agustín Foronda. cuando afirmaba:"El hombre es ciudadano del mun­do." Así 10 explicaba el Padre JoséMárquez, mexicano de la misma cen­turia. cuando se expresaba de este mo­do: "El vetdadero filósofo es cosmo­polita y tiene por compatriotas a to­dos los hombres; la verdadera filo­sofía no reconoce incapacidad enhombre alguno o porque haya nacidoblanco o negro, o porque haya sidoeducado en los polos o en la zonatórrida. "

Bsta gran lección de solidaridadhumana y de amor. bien la habéisoído vosotros. cuando -según medijo mi amigo y éolega, el RectorGarrido- habéis decidido inéorpo­raros en la nueva Asociación Inter­nacional de Universidades, tan llenade esperanza, de espíritu de amistady concordia ~niversaI. y que cuentacon el valioso apoyo de la Uniónde Universidades Latinoamericanas.Tampoco vuestro Gobierno la des­atendió, pues. desde un principio,aprobó con entusiasmo la entrada devuestro país. en la Unesco. de granprestigio internacional, cuyo directorgeneraL que rige sus destinos con ma­no firme y preclara 'inteligencia. es;por cierto, el gran mexicano donJaime Torres .Bodet.

Temo. señoras y señores. haberpropasado los líniites' que me habíafijado al principio de esta breve. ora­ción. Pero conozco vuestra benevo-

lencia y supongo que puedo contarcon vuestra indulgencia. Al terminar,os quiero decir que mañana, cuandovolvamos a nuestras lejanas Univer­sidades, podremos dar cuenta a nues­tros colegas que no tuvieron la suertede asistir a este acto tan solemn~,

que México, su pueblo, su gobierno,y su Universidad. nos han acogidocon un esplendor y un cariño verda­deramente emocionante; que aquí, en

HACE TREINTA Y OCHO AÑOS, uncolegial penetraba anhelosamente enel recinto de la Universidad de Mé­xico. y, con tímida pluma, anotabasu nombre al pie de la solicitud deinscripción para el primer ·curso de laque era, en San Ildefonso. su granpórtico positivista: la Escuela Nacio­nal Preparatoria. Se abrían -ante sus

ojos todas las tentaciones de la cul­tura. Las matemáticas, con sus sím­bolos y sus signos. capaces de mediren fórmula estricta 10 mismo el diá­metro de la tierra que el paralaje deun astro, o el esfuerzo de un ala ...Las ciencias naturales, con sus metá­foras' hechas cuerpo, de sangre o declorofila, flores que curan o que ador­mecen, pájaros que hablan. como enlos cuentos; caballos y leones. deBuffon o de Plinio. resucitados siglosmás tarde en el tema de un frescode Diego Rivera o en el mármol deun endecasílabo de Díaz Mirón. Lahistoria, con su desfile trágico o pin­toresco, avanzando por los capítulosdel manuaL desde el Orie~te de Sesos­tris y Nabucodonosor, hasta el O~­

cidente de Morelos. de Lincoln y deBolívar. La geografía, con' sus excur­siones inmóviles sobre el mapa. poe­ma inmenso de naufragioS y de con­quistas, en cuyo texto. para separarlas estrofas de los continentes. el marinserta, ;con tipográfica pertinencia,el asterisco de una isla solitaria o lospuntos suspensivos de un arth~piéla-

vuestra poderosa capital de luz y debelleza, hemos participado en unaceremonia inolvidable de fraternidadespiritual; que, por fin. en este glo­rioso centenario, hemos afirmado contoda fe y energía. así la Universidadde México como sus hermanas delmundo entero. nuestra voluntad in­quebrantable de consagrarnos a laciencia y a la cultura. así como a lajusticia. la libertad y la paz.

go. .La filosofía. experiencia de rigory, a la vez, aprendizaje insigne de to­lerancia; disciplina y piedad del al­ma; diálogo infinito entre el hombreque vive dentro de una situación quele ha sido dada y el hombre que vivepara comprend$lr y, eventualmente.enmendar esa situación. y, entre lasprobetas de la ~la·se de' química. el

telescopio del observatorio escolar yla botella de Leyden de una lección defísica. la literatura, sueño despierto,espectáculo siempre activo, en que elespectador -quiéralo o no- es ac­tor irreal de 10 que presencia: Eneaen, Virgilio. Hamlet en Shakespeare oDon Quijote, cuando no Sancho, enla creación patética de Cervantes.

El colegial de que os hablo vivió.en aquella Casa de Estudios, la mayoraventura que puede vivir un joven: eldescubrimiento - iba a agregar: lainvención de sí mismo.

Maestros de mente honrada y depiedad sin flaquezas le guiaron en elperiplo que es menester intentar paraadentrarse. en el propio ser. Cuando.ahora, al término de la madurez. elcolegial de antaño ve 10 que una ex­periencia de varios lustros ha ido de­positando' sobre. su alma -en polende esperanzas tenaces o en polvo demisteriosas melancolías-lo que com­prueba, en primer lugar, es que cadaacontecimiento de esa experiencia ha­bría sido para él absolutamente dis-

6 * UNIVERSIDAD .DE MEXICO

(Autorizado por la Comisión Nacional Bancaria en Oficio N° 601-Il-7399 de28 de abril de 1948.)

COMPRE CERTIFICADOSDE PARTICIPAClON . ..

NACIONAL FINANCIERA, S. A.

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cionaría la mejor de sus tradiciones yperdería su más egregio timbre de glo­na.

Hombres universales, ejemplarescompletos de una humanidad verda­deramente solidaria, eso es lo que másfalta hace a las colectividades febrilesde' nuestra época.

Si proyectamos una mirada obje­tiva sobre el presente de la civiliza~

'ción, advertiremos hasta qué punto elhombre de hoy depende de las técni­cas, y en qué proporción el desarrollode las técnicas depende, a su vez, de lainvestigación científica desinteresada.Las más sencillas gestiones de la vidasocial, los actos individuales más sim­ples. están atados --como por hilosinvisibles y tenues- a algún invento.

Gracias al aeroplano, a la radio, ala televisión, las distancias han sidoacortadas para el cuerpo, cuando nosuprimidas para el espíritu. Una es­pecie de ubicuidad nos ha sido otor­gada. El día, la semana, el mes. el añose han henchido de posibilidades que,antes, hubieran sido juzgadas ilusiónde un fantástico novelista. Y esto ocu­rre, precisamente, en un período dela historia en que el promedio de lalongevidad del hombre ha aumentadode manera considerable.

Parece como si, en el transcurso deuna sola generación, nuestra existen­cia hubiera extendido maravillosa­mente sus límites, en el 'tiempo y enel espacio. Cuando se escriba la epo­peya del siglo xx y, sin omitir el re­lato de los desacuerdos y de las ba­tallas, se haga el registro de las vic­torias pacíficas del saber, se llegaráa' una conclusión que, para vosotros.resulta obvia: la de que hemos vivido-y estamos viviendo- la revolu­ción técnica más profunda que hayanconocido los hombres desde la era enque los habitantes de las cavernas co­menzaban a domesticar, no sé si in­conscientemente, los elementos que lanaturaleza ponia a su alcance.

Lo que' esta revolución técnica re­serve a la humanidad, no seré yoquien acepte el riesgo de imaginarlo.Muchísimo bien, sin duda; pero aca­so, desde otros puntos de vista, mu­chísimo mal. Basta recordar el con­flicto último, para darse cuenta de 10que puede aguardarnos en uno y enotro extremo.

Penetramos así en un terreno muydelicado: el de las amenazas que unaciencia sin equilibrio moral puede re­presentar para la civilización. No pre­tendo, por cierto, acusar a la cienciade las destrucciones ejecutadas en sunombre. Hacer responsables a los in­vestigadores -y a ellos nada más­del estado internacional que provocaesas destrucciones, sería descargar fá­cilmente. sobre una minoría, una res­ponsabilidad que todos compartimosy que, mientras la paz no se conso­lide, será una responsabilidad mun­dial. Pero, sin llegar al punto en que

México 1, D. F.

crueles para no intentar una acciónconjunta contra el desistimiento delos espíritus. Porque es deber de lainteligencia el generalizar en todoslos hombres, por la cultura, el sen­tido de la responsabilidad popular, afin de establecer un civismo interna­cional y hacer de la paz lo que debieraser toda paz activa: el fruto de unacolaboración permanente de todos lospueblos.

Estoy asistiendo, con la represen­tación de la Unesco, a los debatesdel Consejo Interamericano Cultural.Ahora bien: ¿qué es lo que ese Con­sejo se propone? ¿Y qué es 10 quebusca la propia Unesco, sino el robus­tecimiento de una solidaridad que,por intelectual y moral, no sea exclu­sivamente el efecto de una alia,nza po­lítica o de un co~venio económico?

En esa función de universalidad yde comprensión recíproca, las univer­sidades han precedido valientemente a,los Estados. En efecto, ninguna uni­versidad digna de ese nombre puedereducirse a ser un gabineIi.te de inves­tigación, una fábrica de diplomas o,

,incluso, un conservatorio de cultura.Si, abrumadas por, su papel instru­mental -producir profesionistas­las universidades desdeñaran su apti­tud más augusta -la de modelar ca­racteres de hombres capaces de ~nten­

der, ayudar y: querer a todos los otroshombres-la enseñanza superior trai-

Venustiano Carranza 25Apartado 353

En el programa tendiente a impulsar el desarrollo económico del paísla NACIONAL FINANCIERA, S. A., continúa cumpliendo su parte, al es­timular en una forma cada vez más vigorosa el desenvolvimiento industrialde México., Es a través de sus emisiones de Certificados de Participación como laNacional Financiera ha logrado absorber una considerable porción del ahorropúblico -más de 1,000 millones de pesos hasta el 31 de. enero pasado.- en­cauzándolo hacia la promoción de industrias que reafIrman la estructuraeconómica de México.

Colabore usted en esta magna tarea permitiendo que sus ahorros, juntoa los de miles de mexicanos, se traduzcan en inversiones productivas de lasque depende en buena parte nuestro progreso.

I

se m~ otorga? Al advertir lo exiguode mis merecimientos, he de percatar­me, por fuerza, de que este don tiene,antes que nada, el valor de un estí­mulo generoso.

Llevado por las circunstancias atrabajar en el seno de una instituciónerigida para defender la paz merceda la educación, la ciencia y la cultura,lo que en tal estímulo más 10 obligaes comprender que implica, de vuestraparte, un aliento a perseverar en laempresa internacional en que partici­po. Aceptad por ello toda mi gra­titud.

EJ;l un J!1undo en que las cicatricesse confunden {:on las heridas, en untiempo en que las ideologías se com­baten urias a otras, con tanta vio­lencia y pasión como los ejércitos,frente a una humanidad a la que sóloel miedo de perecer en común parecepersuadir, por momentos, de las ven­tajas de vivir en común, una obra deconciliación intelectual y moral no es,ahora; fácil ni cómoda. Sin embargo¿cuál más urgente? Y, a la postre,aunque lenta, ¿cuál más fructuosa?

Ciertamente, la educación, la cul­tura y, la ciencia no lograrán evitar'por su solo esfuerzo y en espacio depocos años lo que no eviten, con pru­dente energía, los estadistas. Pero hacesiglos q'ue se dice lo, mismo, ante cadacrisis. Y los resultados de esa abdica­ción de la inteligencia son demasíado

tinto si, a fin de explicarle la vida,hubiera empleado la humanidad in­térpretes menos, serios, menos cordia­les y menos justos que aquellos pro­fesores estoicos y bondadosos.

El colegial de entonces, señores-lo habéis comprendido ya-, es elhombre que os habla hoy.

Crecido al amparo de la Universi­dad, es infinita la deuda que he con­traído para con ella. He leído muchoslibros, pero los que evoco, entre to­dos, con particular 'estremecimiento,son aquellos que consulté en sus bi­bliotecas: biblioteca oscura, vasta ymonjil de la Escuela Preparatoria, bi­blioteca de Altos Estudios, clara y me­tálica, biblioteca de la Facultad de"Jurisprudencia, en la cual no revelaréa muchos de los presentes, ningún se­creto si confieso que fueron más lashotas que consagré a un amarillentoeJemplar del Espíritu de las Leyes quea los flamantes volúmenes de los Có­digos'. He visto, asimismo, muchospaíses. Pero, al llegar por primera veza cada capita} visitada, una voz co­nocida me saludaba desde el andén oe'n el vestíbulo del aeródromo: la vozde mi viejo maestro de Geografía que,á través de los años y de las distan­cias, me repetía su mensaje conmove­dor. Mensaje henchido -¿porquénegarlo?- de estadísticas ya preté­ritas. Y, sin embargo, mensaje tanimpregnado de honda sabiduría y tanpenetrado de simpatía para todos lospueblos del mundo, que, bruscamen­te, en las calles de la ciudad extran­jera, México revivía para mí al con­juro de aquel recuerdo de adolescen­cia.

,Todo esto que os digo lo sabéis,sin duda, mejor que yo. Una balanzainvisible pesa los actos de cada ser.La que, en mi interior, ha pesadoconstantemente los míos, buenos omalos, es una balanza moral cons­truída aquí, comprobada aquí, ennuestra venerada Casa de Estudios. Sufiel es el fiel de México.

¿Cómo podría expresaros más cla­ramente la emoción que me embargaen este ~omento, cuando la Univer­sidad se ilumina y se pone en fiestapara conmemorar cuatro siglos de his­toria, y cuando las autoridades que laadministran --entre las que saludo asu eminente Rector- me llaman acompartir con ellas y con vosotros unregocijo en verdad filial? Pero haymás aún. Yo, que hubiera podidovenir como el más modesto ex alumnoa esta ceremonia, recibo en ella unadistinción que nunca esperé. Me veo,de pronto, entre un grupo de mexica­nos por los que siento una admira­ción acendrada durante lustros. Se meconfiere al mismo tiempo que a ellos-y a un conjunto internacional depróceres del saber y de la enseñan­za- el más alto honor que puedeconferir la Universidad en un dia dejúbilo. Y me pregunto: ¿qué es lo quepremia, en mi caso, el doctorado que

,UNIVERSIDAD DE MEXICO * 7

MEXICO, D. F.

Seguros sobre la Vida

casos nos duelen menos cuando sen­timos que su recuerdo p6drá ahorrar­les un desástre posil;lle o un viejo'er·ror. Y núestros aciertos 1105 con­fortan porque pensamos que tal vezconsoliden en su conciencia ese opti·mismo viril que es imprescindible parainsistir, hasta la muerte, en la buscaincesante de la verdad. Para ellos, que'son promesa, la palabra mejor de micorazón.

Un aniversario, señores, es siempreuna cita con el destino. La Universi­dad Nacional Autónoma acude a esacita con entusiasmo y con lealtad. Unpasado ilustre la induce a superarse.U n inmenso futuro la aguarda en esaCiudad Universitaria, cuyas obras ve­mos con pasmo. Sobre el paisaje aus­tero elegido para su construcción, losedificios de esa Ciudad del mañanason el mejor testimonio de la fe queel pueblo y el Gobierno de. Méxicodepositan en los valores del .espíritu.

Ningú'n símbolo podría represen­tar de manera más vigorosa el au,gu­rio que elevo, en nombre de. la U nescoy en mi propio nombre, para el por­venir de la Universidad Nacional Au­tónoma. ¡Que sea, siempre, una fuer­za libre, regida sólo por las leyes dela ve(dad! ¡Que sea, siempre, unafuerza auténtica, expresión genuina ycordial de México!..i Y que sea, siem­pre, una fuerza pura, defensora sinreticencias de la libertad y la dignidaddel hombre!

OFICINAS" GEN ERALES:

Tels. 10-46-60 y 35-31-16San Juan de Letrán 9

SEGUROS DE MEXICO, S. ·A.

toda gran Universidad. He aqui lalección que incumbe, en México, anuestra Casa de Estudios. He ahí larazón del magnífico estímulo que pa-

. ra mí significa el diploma con queme honráis.

He hablado, hasta ahora. a losmaestros. ¿Y cómo podría no hablar,ante todo, a ellos, un hombre que lesdebe las mejores satisfacciones de suexistencia? De niño, el primer en·cuentro con la imagen de un universológico y sistemático. De estudiante, elapasionado \reclamo de las voces se­ductoras de la cultura. Y más tarde,cuandQ tuve el singular privilegio deservir en la Secretaría. de EducaciónPública, el ver cómo la Patria se hacetodos los días -y cada día- en losojos del párvulo sorprendido por larevelación magnética de las cosas, o enla mente de los analfabetos que, trasde la fatigosa jornada, en la ~s'cl,le1a

rural nocturna, deletrean. con ansie­dad, sobre la humilde cartilla, el amorde México! ....

Pero no podría terminar sin 'diri­girme a mis ·jóvenes compatriotas.Ellos -y sus hermanos del mundo

. entero-- son la justificación esencialde nuestro existir. La lámpara quecuidamos, en el santuario de nuestraintimidad más celosa, no tiene otrosentido que el de poder alumbrarlesun poco en la ruta por la,que avan­zan hacia la luz superior que todavíanosotros no poseemos. Nuestros fra-

vía parece hoy un soberbio enigma.por los contrastes de inteligencia y deinstintivos excesos en que se deleit!\ba.Tal frase adquiere, en nuestra era, trá­gica actualidad.

La conciencia a que aludo no es so- .lamente aquella que conduce al inves­tigador y al descubridor a una vigi­lancia constante de sus recursos téc­nicos y a una subordinación absolutaa las normas de ·la verdad. Semejanteregla me parece primordial requisitoen todo estudioso; En su aspecto másperceptible, esa es la que el públicollama, atinadamente, la concienciaprofesional del sabio. Pero hay otra,mucho más amplia y,- en los mejores,mucho más honda, espejo en que elsabio mira la imagen de su verdad,proyectada sobre la perspectiva com­pleta de la cultura a que pertenece.AhÍ, en esa confrontación esencial yconmovedora de lo que se sabe con.10 que se es, ahí, sobre todo, es dondese aprecia el valor humano de unaverdad. Y ésa, señores, es la concien­cia sin cuyo lúcido predominio seríala ciencia, tan sólo, ruina del alma.

Tal conciencia implica una solida­ridad interior de todos los aprendiza­jes y todas las experiencias del indi­viduo, porque constÍtuye una síntesis-universitaria y univ:ersal- que re­basa el marc? estrecho de la profesión:y asocia, en una sola' virtud, la ban­dad y la· inteligencia, la sensibilidad yel carácter, la especialización del "sabioy la integridad del hombre.

Ya 10 afirmaba en 1910, con su'majestuosa elocuencia. don, Justo Síe­rra: "No; no será la U riiversidad unapersona destinada a no separar losojos del telescopio o del microscopio,aunque en torno de ella una naciónse desorganice; no la sorprenderá latoma de Constantinopla discutiendosobre la naturaleza de la luz del Ta­bar." Y reconocía, en seguida, quehay problemas eternos que la Uni­versidad no tiene derecho a menos­preciar; y en presencia de los cuales,"el hombre no es más que el hombre,en todos los climas y en todas lasrazas". "Es decir --exclamaba ma­gistralmente- una interrogación antela noche."

No sé si la ciencia, la educación yla cultura podrán dar, por sí solas,

.una respuesta definitiva a esa tremen­da interrogación. Pero sí estoy segurode que, sin el auxilio de la cultura, dela educación y de la ciencia, todaotra respuesta será precaria.

Apreciar en la vida, incesantemen­te, la oportunidad de un serviciopú­blico, sentirse en cada momento res­ponsable de los demás como de símismo, estimar en los beneficios delsaber o del arte una obligación sa­grada de asistencia y de amor paracuantos viven sobre la tierra, ver enla justicia Una vocación de fraterni­dad humana, tratar, en fin, de fundarla paz sobre el respeto de todos lospueblos, he ahí la lección mayor de

3LITERATURA MEXICANA SIGLOXX (Primera parte). Por José Lui!Martínez, S 15.00.

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CLASfCOS y MODERNOS

la creaClOn de la ciencia escapa a laciencia ¿no creéis que hasta la cienciamás pura lleva en sí misma un enemi­go tácito y cauteloso? ¿Y no pen­sáis, acaso, que ese enemigo es la abs­tracción desmedida en que se compla­ce, crecientemente, .cada especialidad?

Un admirable químico decía, en lapasada centuria, que la generación delos químicos que habían sabido todala química estaba llamada a morir.con él. Su declaración era una prue­ba de modestia más que de jactancia,pues quien la hacía se daba cuenta deque la ciencia había entrado en eseperíodo de expansión en el que loscampos se restringen porque se pro­fundizan y en que los planos se re­ducen, para poder enfocarlos mejor.

Sin embargo, aun reconociendo elmérito incalculable que implica el serespecialista de algo -y de algo con­creto-, me perdonaréis que insista enla necesidad de que' el especialista noolvide nunca que su tarea fundamen­tal es la de ser hombre. Fuera del ga- .bine te, la vida existe también. Ycuanto mejor comprenda la funciónsocial de su actividad en el drama deesa vida exterior a su gabinete, mejorserá la contribución del sabio a laciencia del mundo - y a su concien­cIa.

"Ciencia sin conciencia no es sinoruina del alm;\" escribía, hace más decuatro siglos, un hombre que toda-

8 * UNIVERSIDAD DE. MEXICO