cdm músicaindígena - uruguay 1949

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8/17/2019 CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949 http://slidepdf.com/reader/full/cdm-musicaindigena-uruguay-1949 1/50 CDM CENTRO NACIONAL DE DOCUMENTACIÓN MUSICAL LAURO AYESTARÁN bIBLIOTECA dIGITAL Lauro Ayestarán La Música Indígena en el Uruguay Revista de la Facultad de Humanidades y Ciencias año III, n° 4, xii-1949, Montevideo, Uruguay, pp. 239-282. Publicado también como separata, Impresora Uruguaya , Montevideo, Uruguay, 1949. (solo cambia la numeración de páginas). En introducción, las modificaciones aportadas a este texto en la publicación del mismo como primer capítulo del libre La Música en el Uruguay (1953). libro investigación ensayo crónica crítica

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CDMCENTRO NACIONAL DE DOCUMENTACIOacuteN MUSICAL

LAURO AYESTARAacuteN

bIBLIOTECA

dIGITAL

Lauro Ayestaraacuten

La Muacutesica Indiacutegena en el Uruguay

Revista de la Facultad de Humanidades y Ciencias

antildeo III ndeg 4 xii-1949 Montevideo Uruguay pp 239-282

Publicado tambieacuten como separata Impresora Uruguaya Montevideo Uruguay

1949 (solo cambia la numeracioacuten de paacuteginas)

En introduccioacuten las modificaciones aportadas a este texto en la publicacioacuten del

mismo como primer capiacutetulo del libre La Muacutesica en el Uruguay (1953)

libro investigacioacuten ensayo croacutenica criacutetica

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1 El contenido de este documento elec-troacutenico accesible en el sitio del Centro Na-cional de Documentacioacuten Musical Lauro Ayestaraacuten CDM (Montevideo Uruguay) esla reproduccioacuten digital de un documento

o una publicacioacuten del dominio puacuteblicoproveniente de su coleccioacuten

2 Su uso se inscribe en el marco de la leynordf 9739 del 17 de diciembre de 1937 mo-dificada por la Ley nordm 17616 del 10 deenero de 2003- el uso no comercial de sus contenidoses libre y gratuito en el respeto de la le-

gislacioacuten vigente y en particular de lamencioacuten de la fuente- el uso comercial de sus contenidos estaacutesometido a un acuerdo escrito que se de-beraacute pedir al CDM Se entiende por usocomercial la venta de sus contenidos enforma de productos elaborados o de ser-vicios sea total o parcial En todos casosse deberaacute mantener la mencioacuten de la

fuente y el caracter de dominio puacuteblico

3 Los documentos del sitio del CDM sonpropiedad del Centro Nacional de Docu-mentacioacuten Musical Lauro Ayestaraacuten salvomencioacuten contraria en los teacuterminos defi-nidos por la ley

4 Las condiciones de uso de los conteni-dos del sitio del CDM son reguladas porla ley uruguaya En caso de uso no comer-cial o comercial en otro paiacutes correspondeal usuario la responsabilidad de verificar

la conformidad de su proyecto con la leyde ese paiacutes

5 El usuario se compromete a respetar laspresentes condiciones de uso asiacute como lalegislacioacuten vigente en particular en cuantoa la propiedad intelectual En caso de norespeto de estas disposiciones el usuarioseraacute pasible de lo previsto por la Ley nordm

9739 y su modificacioacuten por la Ley nordm17616 del 10 de enero de 2003

6 Para obtener un documento del CDMen alta definicioacuten dirigirse aconsultacdmgubuy

CDM

Centro Nacional de DocumentacioacutenMusical Lauro Ayestaraacutenwwwcdmgubuycorreo electroacutenico infocdmgubuy

CDMCENTRO NACIONAL DE DOCUMENTACIOacuteN MUSICAL

LAURO AYESTARAacuteN

bIBLIOTECA

dIGITAL

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Lauro Ayestaraacuten

La muacutesica indiacutegena en el Uruguay (1949)La muacutesica indiacutegena Cap 1 de La Muacutesica en el Uruguay

(1953)

Modificaciones y correcciones aportadas al artiacuteculo publicado en 1949 para su integracioacuten

como capiacutetulo 1 de La Muacutesica en el Uruguay (1953)

Las paacuteginas indicadas son las paacuteginas del capiacutetulo 1 del libro de 1953 con su paacuterrafo (sect) seguidas de las

paacuteginas del artiacuteculo de 1949 con su paacuterrafo En rojo el tipo de modificacioacuten ins = insercioacuten de paacuterrafos

agr = agregado dentro de un paacuterrafo supr= supresioacuten Los corchetes [ ] indican la extensioacuten de la modifi-

cacioacuten En la parte de correcciones entre [ ] se encuentra la palabra a corregir

Modificaciones

p 12 sect 2 - p 247 sect 3 [hellip] En ese sentido los misioneros lanzaron varias embajadas para

tentar si por el camino de los sonidos podiacutean llegar hasta ellos [ agr El Baroacuten de las Juras

Reales en el primer tomo de su fantaseoso Libro ldquoEntretenimientos de un prisionero en las

Provincias del Riacuteo de la Platardquo editado en Barcelona en 1828 publica un curioso grabado en

el que se ve una canoa con sacerdotes muacutesicos proacutexima a la ribera en la que un grupo de

indios escuchan extasiados agr ]

p 16 sect 3 - p 251 sect 2 [ ins 9 Cantos charruacuteas de combate en 1812 mdash A fines de noviem-

bre de 1812 Antonio Diacuteaz a la sazoacuten secretario del general [p17] Rondeau se acercoacute a un

campamento charruacutea ubicado en la costa del arroyo Arias afluente del Santa Luciacutea con el

propoacutesito de atraerlos a la causa de la revolucioacuten artiguista Durante 22 diacuteas estuvo en relacioacuten

con ellos y por fin ldquose unieron a Artigas sin pacto de alianza y conservando su indepcia sus

costumbres y haacutebitos ferocesrdquo En el cuarto timo de las ldquoMemoriasrdquo manuscritas de Diacuteaz

recientemente adquiridas por el Archivo General de la Nacioacuten se describen con lujo de de-

talles y lo que es maacutes importante con criterio de estudio etnoloacutegico las condiciones sociales

praacutecticas costumbres y caracteres psicoloacutegicos de nuestros aboriacutegenes Antonio Diacuteaz declaraestas intenciones en las siguientes palabras ldquoYo era entonces 1 joven de edad de 24 antildeos y

mis mprimeros pasos en esa indagacioacuten no pasaba de cierta curiosidad pero repitieacutendose las

ocasiones de verlos [a los charruacuteas] por que siendo yo Seco del Genl Rondeau iva con fre-

cuencia en comisioacuten de eacutel ver al Gral Artigas en la campantildea durante las desavenencias de

este Gral con el representante del Gob Nal Sarratea me propuse hacer un estudio mas de-

tenido y profundo del hombre salvaje moralmente consideradopueacutes que teniacutea tan buena pro-

I

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porcioacuten de hacerlo por mis relaciones con los charruacuteas que me trataban con amistad por los

pequentildeos dones que en mis viajes les haciacuteardquo

En lo que nos es pertinente corresponde transcribir unos paacuterrafos de este singular do-

cumento que conocemos por atencioacuten del Dr Eugenio Petit Muntildeoz y que refuerza nuestra

tesis sobre determinadas praacutecticas musicales de los charruacuteas Dice en primer teacutermino ldquoCuando

van a pelear o saben qe el enemigo se acerca el Cacique los forma a caballo en ala y los pro-

clama con una muy larga arenga en qe expone las injurias o agravios recibidos de los enemigos

y les recuerda los tiempos y glorias de sus mayores y sus propias hazantildeas y hechos de armas

El Cacique sada vez que en la arenga los incita y anima a la venganza mueve la lanza blan-

dieacutendola con fuerza y en toda laliacutenea se arma entonces una griteria prometiendo pelear con

valor para vengarserdquo Luego agrega estas palabras importantiacutesimas para nuestro estudio

ldquoMientras qrsquodura esa alocucion o proclama las mugeres se ponen en fila atras de la linea de

los hombres como a distancia de veinte varas y [ como ade ] estan cantando no se que pero su-

pongo qe sera algun himno pa animar alos combatientesrdquo

Toda esta escena concuerda exactamente con la que en 1825 ve el Sargento Mayor BenitoSilva que se registra en el llamado ldquoCodex Vilardeboacuterdquo analizando en paacuterrafos posteriores Alliacute

tambieacuten las ldquomugeres se ponen a cantar de un modo tan luacutegubre que hace enternecerrdquo mien-

tras los guerreros se preparan para el asalto haciendo sonar una bocina de guampa [p18]

Estos ldquopeanesrdquo guerreros se repiten en los pueblos de maacutes ancestral cultura y en uacuteltimo

teacutermino afloran tambieacuten en las ldquomarsellesasrdquo francesas o en los ldquohimnos patrioacuteticosrdquo de eda-

des y culturas tan nuestras ins ]

p 19 sect 4 - p 253 sect 2 [hellip] su maacutes completa expresioacuten [ agr colectiva agr ] En efecto [p

20] el pueblo al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrificio de la Misa y cumpliacuteasu cometido entonando los cantos lituacutergicos cristianos [ supr erpurgados por San Gregorio El

Grande alrededor del antildeo 600 supr ] [ agr si bien a traveacutes de las deturpadas versiones que corriacutean

por ese entonces agr ]

p 20 sect 2 - p 253 sect 2 [hellip] fueacuteronse moviendo hacia el Sur [ supr hasta supr ] [ agr para agr ]

enquistarse en el Pueblo de Durazno hoy capital del departamento del mismo nombre

p 21 sect 5 - p 255 sect 3 En este lapso [ supr de tiempo supr ] Guyunusa da a luz una nintildea [hellip

]

p 28 sect 6 - p 262 sect 4 Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo determina un

origen distinto sino una [ supr antiguumledad mayor supr ][ agr una evolucioacuten maacutes avanzada agr ][hellip] ( cursivas

del autor )

p 30 sect 4-5 - p 264 sect 1 [ supr Aquiacute Dumoutier se equivoca evidentemente Si el aacutembito es

el de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar un nuacutemero infinito de

notas puesto que se trata de un instrumento atemperado en el que se pueden obtener hasta

las menores subdivisiones del tono Veacutease por ejemplo la siguiente melodiacutea ejecutada en el

ldquoSokordquo arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute notado por Charles Joyeux

en su libro ldquoNotes sur quelques manifestations musicales observeacutees en Haute-Guineacuteerdquo y

transcripto por Stephen-Chauvet en ldquoMusique Negravegrerdquo paacutegina 161 (Pariacutes 1929) [ partitura ci-

tada ]

Volvamos a la referencia de Dumoutier supr ]

p 31 sect 1 - p 265 sect 1 [ supr Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases de los indiacutegenas

ebrios de Chile (42) [ fragmento de partitura ] Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta

II

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Desde el punto de vista musical excepto en la chana no se observa

en las tr ibus restantes ninguacuten sincretismo con el arte sonoro europeo

Bien es verdad que la documentacioacuten es de extraordinar ia rareza ya

que encerrados en sus pr imit ivas organizaciones t r ibales mueren antes

de dejarse penetrar por la conquis ta mis ionera y menos auacuten se so

meten a un reacutegimen civi l de mitayos o encomenderos espantildeoles Como

organizacioacuten social diferenciada en los primeros antildeos del s iglo XIX

el grupo chanaacute-charruacutea ha desaparecido las expediciones y ma

tanzas de 1831 y 1832 se dir igen hacia un turbio conglomerado de

indios alzados s in definicioacuten eacutetnica donde se mezclan tambieacuten los

grupos tupiacute-guaraniacutees

2deg) El gru po tu piacute- gu ara niacute que t iene su asiento en la oacuterb ita

del Paraguay y cubre las antiguas Misiones Orientales enviacutea a traveacutes

de los tapes su mejor representacioacuten Existen en el Uruguay desde

el s iglo XVII pero despueacutes de la expulsioacuten de los jesuiacutetas en 1767

l legan desde el nor te en abul tado nuacutemero e l tape mis ionero formaraacute

en el s iglo XVIII el nuacutecleo tr ibal de maacutes eficaz tendencia civil izadora

En numerosos

documentes

de f ines de esta centuria se habla de

los indios muacutesicos que acompantildeaban con f lautas tambor i les ar

pas y guitarras los oficios religiosos en las iglesias coloniales del

Uruguay actual en muchos casos se ref ieren concretamente a indios

misioneros Sin embargo el guaraniacute es en nuestro paiacutes un emigrado

cosa que no ocurre as iacute con el grupo chanaacute-charruacutea que ha dejado

en sus paraderos y ta l leres recuerdos de su ances t ral permanencia

en nues t ro ter r i tor io a t raveacutes de una piedra ta l lada con bas tante es

mero y de una ceraacutemica incipiente que se hal la mdashexcepcionalmente

desde

luegomdash

ya en una etapa zoomorfa

Desde que la Repuacutebl ica Oriental comenzoacute a tener conciencia de

su his tor ia se ha venido repi t iendo con un empecinamiento cas i

di r iacutea ejemplar que nues t ro indio charruacutea ignoraba los mis ter ios es-

tremecedores de una deacutebil cantildea soplada con dulzura de una cuerda

pulsada con des t reza de un parche o una madera bat idos a un r i tmo

exacto de una garganta en f in que sirviera para otra cosa que para

una gutural inf lexioacuten de pr imar io lenguaje o un bronco gr i to de

ances t ral barbar ie guerrera

La supuesta afirmacioacuten de que los charruacuteas no soacutelo desconociacutean

canciones e instrumentos sino hasta el ejercicio de la danza l legoacute

hasta el gabinete de trabajo del maacutes serio investigador alemaacuten de la

edad contemporaacutenea en esta uacutelt ima expresioacuten esteacutetica Curt Sachs

quien en su impor tante His tor ia Universal de la danza anota es tas

prudentes palabras soacutelo con reservas debemos aceptar vers iones re

lat ivas a los pueblos que no danzan De acuerdo con las fuentes

originales de informacioacuten los indios

charruacuteas

uruguayos y los

gua

raniacutees

brasilentildeos no poseen danzas de conjunto No obstante se sabe

hoy en diacutea que los

guaraniacutees

al menos ejecutan danzas acompasadas

acompantildeaacutendose con rudimentar ios tambores fabr icados con cor teza

de calabaza bailes eacutestos que no parecen ser de reciente adop

cioacuten (3)

mdash

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Las referencias de Azara

Mas he aquiacute que a quien escribe estas l iacuteneas dioacutele por seguir el

hilo de tal aserto y halloacute al cabo de pacientes vigil ias que todas

entieacutendase bien todas esas referencias veniacutean a morir en unas bre

ves palabras de Don Feacutelix de Azara estampadas en sus famosos Via

jes por la Ameacuterica Meridional real izados en las pos t r imer iacuteas del

siglo

XVIII

y publicados al amanecer del s iguiente (4)

Dice Azara que los charruacuteas no conocen ni juegos ni bailes ni

canciones ni instrumentos de muacutesica ni sociedades o conversaciones

ociosas (5) y al referirse a los minuanes aplicando sospechosamen

te hasta las mismas palabras agrega Otro tanto digo de su falta de

religioacuten de educacioacuten de leyes de recompensas de castigos de dan

zas de canciones de instrumentos de muacutesica de juegos

de

socieda

des y de conversaciones ociosas (6)

Aunque Azara se preocupa de adver t i rnos lo contrar io en su proacute

logo a la Descripcioacuten e historia del Paraguay y del Riacuteo de la Plata

bien sabida es su acti tud despectiva hacia nuestros aboriacutegenes a quie

nes teniacutea casi como una especie intermedia entre el hombre y los

animales Su falta de sensibil idad antropoloacutegica al lado de tantas

vir tudes de seriedad cientiacutef ica que lo adornan se evidencia en estas

palabras que dedica a los charruacuteas Han

tenido

el mismo maes tro

de lengua que ensentildeoacute a los perros a ladrar de la misma manera en

todos los paiacuteses y hasta al resaltar algunas de sus naturales predis

pos iciones subraya Todas es tas cual idades parecen aproximar les a

los cuadruacutepedos para entus iasmarse luego con es te peyorat ivo pa

rangoacuten y agregar Asimismo pueden tener cier ta relacioacuten con las

aves por la fuerza y agudeza de su vista con lo cual los hace des

cender un escaloacuten maacutes dentro de la escala zooloacutegica

Nues t ros charruacuteas vivieron por cier to

bajo

un signo sangriento

y doloroso desde la muer te de Juan Diacuteaz de

Soliacutes

hasta su destruccioacuten

y

mata nza en el Queguay en 1831 Desp ueacutes los histo riad ore s se en

cargaron de esculpir en su laacutepida una leyenda negra que es taacute pidien

do imperativamente una revisioacuten Bien es verdad que ellos se defen

dieron cerraacutendose a todo contacto extrantildeo

en

quistaacuten dose en su

pr imit iva organizacioacuten social has ta su muer te que como nuacutecleo t r i

bal se produce en los primeros antildeos del s iglo XIX

La primera referencia musical de 1531

Empero las referencias de Azara no son las uacutenicas fuentes para

el estudio de ellos En materia sonora existen otras referencias que

no

concuerdan

con las aseveraciones del viajero y que hasta la fecha

no han sido sopesadas Vamos a referirnos a el las

Descubier to el Riacuteo de la Plata y has ta la l legada del pr imer ade

lantado en 1535 se conservan preciosos documentos de los diarios de

navegacioacuten de aventureros geoacutegrafos y conquistadores portugueses y

espantildeoles En uno de los primeros documentos f idedignos de esos

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t iempos oscuros hal lamos una extrantildea referencia musical sobre los

char ruacuteas En e l memorable Diar io da Navegagaacuteo de Pero Lopes

de Sousa declara eacuteste que el 25 de octubre de 1531 desembarcaron

sus hombres en la playa del puer to de Maldonado para abas tecerse

de agua Los charruacuteas se les acercaron temerosos primero y confia

dos luego recibieacutendolos com grandes choros e cant igas mui tr is

t e s (7) Antonio Serrano sos t iene que se t rataba de chanaacutees es ta

opinioacuten no inval ida el intereacutes de la referencia por cuanto de todas

maneras se ref iere a una t r ibu del grupo

c h a n aacute -c h a r ruacute a

r ad icado

en nues t ro paiacutes en los albores de la conquis ta Durante mucho t iempo

creiacutemos que la palabra cant iga es taba cons ignada en el diar io bajo

su acepcioacuten popular de his tor ia poco veros iacutemil que se cuenta con

el f in de engantildear expres ioacuten por tuguesa que ha pasado al leacutexico

cr iol lo r ioplatense en es ta conocida locucioacuten iexclno me vengas con

cant ig as Sin em bargo es ta acepcioacuten es de data re lat ivam ente re

ciente al punto de que en los diccionarios portugueses anteriores al

1800 no f igura en cambio se emplea s iempre como s inoacutenimo de

copla de versos menores para se cantar (8) Jus tamente lo que

define la can tiga como he ch o mu sical es la brev ed ad de su estrofa

Por ot ro lado al decir cant igas mui t r i s tes Pero Lopes de Souza

desecha la idea de que fueran engantildeos o zalemas porque des

conocida cas i como era para eacutel la lengua nat iva e l adjet ivo t r is te

soacutelo t iene sentido aplicado a la expresioacuten de la melodiacutea

El primitivo instrumental charruacutea de 1573

En 1573 un cleacuter igo de armas tom ar Ma r t iacuten del Barco Cente

nera ex t rementildeo de nac imiento l l ega a l as Ind ias acompantildeando en

cal idad de Arcediano del Riacuteo de la Plata la expedicioacuten de Ort iz

de Zarate Baja en Diciembre de 1573 en San Gabr iel e interviene en

el combate l ibrado entre las hues tes del Adelantado y los charruacuteas

comandados por Zapicaacuten En Mayo del antildeo siguiente asiste a la re

vancha de Garay en San Salvador en la misma cos ta uruguaya donde

perece el cacique charruacutea Tras aventuras s in cuento de vuel ta al

viejo mundo publ ica en Lisboa en 1602 su poema Argent ina y con

quista del Riacuteo de la Plata (9) croacutenica r imada de sus andanzas por

lejanas t ierras Descontadas sus infanti les fantaseosidades

mdashanimales

miacuteticos etcmdash que por otro lado estaacuten ausentes de los certeros relatos

en que como tes t igo presencial habla en pr imera persona es ta obra

es un documento directo pero de farragosa escri tura a traveacutes de sus

1340 octavas reales En ella al relatar el combate de San Gabriel

desarrol lado en t ier ra or iental nos t rae la pr imera referencia de un

ins t rumenta l char ruacutea

El gapiacutecano exercito veniacutea

Con trompas y bozinas resonando

Al sol la poluadera oscureciacutea

La tierra del tropel estaacute temblando

(Canto XI es t rofa 18)

mdash

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fragmento eacuteste que se complementa con otro del combate de San Sal

vador en 1574 por curioso destino dos de los momentos de maacutes le

vantada entonacioacuten l i teraria de casi todo el poema de una versif i

cacioacuten rotunda y de un color real is ta de pr imera agua

Doze cauallos solos se ensillaron

El

Capitaacuten

con onze compantildeeros

Que muchas de las sillas se mojaron

Salieron veynte y dos arcabuzeros

Los ba rbaros a vista se llegaron

Con orden y aparato de guerreros

Con trompas y bozinas y atambores

Hundiendo todo el campo y rededores

(Canto XIV es t rofa 4)

iquestFueacute una simple l icencia l i teraria o un r ipio la inclusioacuten de es

tos t res ins t rumentos dentro del relato iquestPoseiacutean por lo menos dos

ins t rumentos a viento y un membranoacutefono los charruacuteas antes de la

conquis ta

Lo certero es que Barco Centenera oyoacute mdashbajo pa labra de honor

desde luego

mdasha

los charruacuteas acompantildearse de ins t rumentos musicales

para la accioacuten guerrera Y lo extrantildeo hubiera s ido precisamente que

el lo no ocurr iera cuando en toda la Ameacuterica Meridional y en las

tr ibus vecinas sobre todo los cronistas de consuno afirman la pre

sencia y juego de ins t rumentos pre-colombinos

Instrumental practicado por indiacutegenas en el Uruguay

Antildeo

1573

1573

1574

1627

1680

1680

1680

1808

1808

1808

1808

1815

1815

1815

1825

1832

Instrumento

T r o m p a s

Bocinas

A t a m b o r e s

Vihuela de arco

P inco l los

Piacutefanos

F lau tas

T a m b o r i l e s

F lau tas

T a m b o r e s

Tr iaacutengu lo

Vio l iacuten

T r i aacute n g u l o

T a m b o r a

Boc ina de guampa

Arco mus ica l

Indiacutegenas que lo practicaban

CharruacuteasChar ruacuteas

Char ruacuteas

Guaran iacutees

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Char ruacuteas

Charruacuteas (

G u a r a n iacute e s

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

)

Localidad o paraje

San Gabrie lSan Gabrie l

San Salvador

R iacute o U r u g u a y ( L it or al

o r ien ta l )

Co lon ia de l Sac ramen to

Colonia del Sacramento

Colon ia de l Sac ramen to

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto Domingo de Sor iano

Canelones

Cane lones

Cane lones

Cen t ro de l pa iacute s

Noroeste del paiacutes

Origen

Pre-colombino

Pre-colombino

Pre -co lombino

Mis ionero

Pre -co lombino

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Post-colombino

Pre -co lombino

243

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

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(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

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Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

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paacuteg s 168 a 183 Bru nsw ick

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paacute gs 185 a 204

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Mittelamericanische

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FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 2: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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Lauro Ayestaraacuten

La muacutesica indiacutegena en el Uruguay (1949)La muacutesica indiacutegena Cap 1 de La Muacutesica en el Uruguay

(1953)

Modificaciones y correcciones aportadas al artiacuteculo publicado en 1949 para su integracioacuten

como capiacutetulo 1 de La Muacutesica en el Uruguay (1953)

Las paacuteginas indicadas son las paacuteginas del capiacutetulo 1 del libro de 1953 con su paacuterrafo (sect) seguidas de las

paacuteginas del artiacuteculo de 1949 con su paacuterrafo En rojo el tipo de modificacioacuten ins = insercioacuten de paacuterrafos

agr = agregado dentro de un paacuterrafo supr= supresioacuten Los corchetes [ ] indican la extensioacuten de la modifi-

cacioacuten En la parte de correcciones entre [ ] se encuentra la palabra a corregir

Modificaciones

p 12 sect 2 - p 247 sect 3 [hellip] En ese sentido los misioneros lanzaron varias embajadas para

tentar si por el camino de los sonidos podiacutean llegar hasta ellos [ agr El Baroacuten de las Juras

Reales en el primer tomo de su fantaseoso Libro ldquoEntretenimientos de un prisionero en las

Provincias del Riacuteo de la Platardquo editado en Barcelona en 1828 publica un curioso grabado en

el que se ve una canoa con sacerdotes muacutesicos proacutexima a la ribera en la que un grupo de

indios escuchan extasiados agr ]

p 16 sect 3 - p 251 sect 2 [ ins 9 Cantos charruacuteas de combate en 1812 mdash A fines de noviem-

bre de 1812 Antonio Diacuteaz a la sazoacuten secretario del general [p17] Rondeau se acercoacute a un

campamento charruacutea ubicado en la costa del arroyo Arias afluente del Santa Luciacutea con el

propoacutesito de atraerlos a la causa de la revolucioacuten artiguista Durante 22 diacuteas estuvo en relacioacuten

con ellos y por fin ldquose unieron a Artigas sin pacto de alianza y conservando su indepcia sus

costumbres y haacutebitos ferocesrdquo En el cuarto timo de las ldquoMemoriasrdquo manuscritas de Diacuteaz

recientemente adquiridas por el Archivo General de la Nacioacuten se describen con lujo de de-

talles y lo que es maacutes importante con criterio de estudio etnoloacutegico las condiciones sociales

praacutecticas costumbres y caracteres psicoloacutegicos de nuestros aboriacutegenes Antonio Diacuteaz declaraestas intenciones en las siguientes palabras ldquoYo era entonces 1 joven de edad de 24 antildeos y

mis mprimeros pasos en esa indagacioacuten no pasaba de cierta curiosidad pero repitieacutendose las

ocasiones de verlos [a los charruacuteas] por que siendo yo Seco del Genl Rondeau iva con fre-

cuencia en comisioacuten de eacutel ver al Gral Artigas en la campantildea durante las desavenencias de

este Gral con el representante del Gob Nal Sarratea me propuse hacer un estudio mas de-

tenido y profundo del hombre salvaje moralmente consideradopueacutes que teniacutea tan buena pro-

I

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porcioacuten de hacerlo por mis relaciones con los charruacuteas que me trataban con amistad por los

pequentildeos dones que en mis viajes les haciacuteardquo

En lo que nos es pertinente corresponde transcribir unos paacuterrafos de este singular do-

cumento que conocemos por atencioacuten del Dr Eugenio Petit Muntildeoz y que refuerza nuestra

tesis sobre determinadas praacutecticas musicales de los charruacuteas Dice en primer teacutermino ldquoCuando

van a pelear o saben qe el enemigo se acerca el Cacique los forma a caballo en ala y los pro-

clama con una muy larga arenga en qe expone las injurias o agravios recibidos de los enemigos

y les recuerda los tiempos y glorias de sus mayores y sus propias hazantildeas y hechos de armas

El Cacique sada vez que en la arenga los incita y anima a la venganza mueve la lanza blan-

dieacutendola con fuerza y en toda laliacutenea se arma entonces una griteria prometiendo pelear con

valor para vengarserdquo Luego agrega estas palabras importantiacutesimas para nuestro estudio

ldquoMientras qrsquodura esa alocucion o proclama las mugeres se ponen en fila atras de la linea de

los hombres como a distancia de veinte varas y [ como ade ] estan cantando no se que pero su-

pongo qe sera algun himno pa animar alos combatientesrdquo

Toda esta escena concuerda exactamente con la que en 1825 ve el Sargento Mayor BenitoSilva que se registra en el llamado ldquoCodex Vilardeboacuterdquo analizando en paacuterrafos posteriores Alliacute

tambieacuten las ldquomugeres se ponen a cantar de un modo tan luacutegubre que hace enternecerrdquo mien-

tras los guerreros se preparan para el asalto haciendo sonar una bocina de guampa [p18]

Estos ldquopeanesrdquo guerreros se repiten en los pueblos de maacutes ancestral cultura y en uacuteltimo

teacutermino afloran tambieacuten en las ldquomarsellesasrdquo francesas o en los ldquohimnos patrioacuteticosrdquo de eda-

des y culturas tan nuestras ins ]

p 19 sect 4 - p 253 sect 2 [hellip] su maacutes completa expresioacuten [ agr colectiva agr ] En efecto [p

20] el pueblo al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrificio de la Misa y cumpliacuteasu cometido entonando los cantos lituacutergicos cristianos [ supr erpurgados por San Gregorio El

Grande alrededor del antildeo 600 supr ] [ agr si bien a traveacutes de las deturpadas versiones que corriacutean

por ese entonces agr ]

p 20 sect 2 - p 253 sect 2 [hellip] fueacuteronse moviendo hacia el Sur [ supr hasta supr ] [ agr para agr ]

enquistarse en el Pueblo de Durazno hoy capital del departamento del mismo nombre

p 21 sect 5 - p 255 sect 3 En este lapso [ supr de tiempo supr ] Guyunusa da a luz una nintildea [hellip

]

p 28 sect 6 - p 262 sect 4 Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo determina un

origen distinto sino una [ supr antiguumledad mayor supr ][ agr una evolucioacuten maacutes avanzada agr ][hellip] ( cursivas

del autor )

p 30 sect 4-5 - p 264 sect 1 [ supr Aquiacute Dumoutier se equivoca evidentemente Si el aacutembito es

el de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar un nuacutemero infinito de

notas puesto que se trata de un instrumento atemperado en el que se pueden obtener hasta

las menores subdivisiones del tono Veacutease por ejemplo la siguiente melodiacutea ejecutada en el

ldquoSokordquo arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute notado por Charles Joyeux

en su libro ldquoNotes sur quelques manifestations musicales observeacutees en Haute-Guineacuteerdquo y

transcripto por Stephen-Chauvet en ldquoMusique Negravegrerdquo paacutegina 161 (Pariacutes 1929) [ partitura ci-

tada ]

Volvamos a la referencia de Dumoutier supr ]

p 31 sect 1 - p 265 sect 1 [ supr Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases de los indiacutegenas

ebrios de Chile (42) [ fragmento de partitura ] Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta

II

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Desde el punto de vista musical excepto en la chana no se observa

en las tr ibus restantes ninguacuten sincretismo con el arte sonoro europeo

Bien es verdad que la documentacioacuten es de extraordinar ia rareza ya

que encerrados en sus pr imit ivas organizaciones t r ibales mueren antes

de dejarse penetrar por la conquis ta mis ionera y menos auacuten se so

meten a un reacutegimen civi l de mitayos o encomenderos espantildeoles Como

organizacioacuten social diferenciada en los primeros antildeos del s iglo XIX

el grupo chanaacute-charruacutea ha desaparecido las expediciones y ma

tanzas de 1831 y 1832 se dir igen hacia un turbio conglomerado de

indios alzados s in definicioacuten eacutetnica donde se mezclan tambieacuten los

grupos tupiacute-guaraniacutees

2deg) El gru po tu piacute- gu ara niacute que t iene su asiento en la oacuterb ita

del Paraguay y cubre las antiguas Misiones Orientales enviacutea a traveacutes

de los tapes su mejor representacioacuten Existen en el Uruguay desde

el s iglo XVII pero despueacutes de la expulsioacuten de los jesuiacutetas en 1767

l legan desde el nor te en abul tado nuacutemero e l tape mis ionero formaraacute

en el s iglo XVIII el nuacutecleo tr ibal de maacutes eficaz tendencia civil izadora

En numerosos

documentes

de f ines de esta centuria se habla de

los indios muacutesicos que acompantildeaban con f lautas tambor i les ar

pas y guitarras los oficios religiosos en las iglesias coloniales del

Uruguay actual en muchos casos se ref ieren concretamente a indios

misioneros Sin embargo el guaraniacute es en nuestro paiacutes un emigrado

cosa que no ocurre as iacute con el grupo chanaacute-charruacutea que ha dejado

en sus paraderos y ta l leres recuerdos de su ances t ral permanencia

en nues t ro ter r i tor io a t raveacutes de una piedra ta l lada con bas tante es

mero y de una ceraacutemica incipiente que se hal la mdashexcepcionalmente

desde

luegomdash

ya en una etapa zoomorfa

Desde que la Repuacutebl ica Oriental comenzoacute a tener conciencia de

su his tor ia se ha venido repi t iendo con un empecinamiento cas i

di r iacutea ejemplar que nues t ro indio charruacutea ignoraba los mis ter ios es-

tremecedores de una deacutebil cantildea soplada con dulzura de una cuerda

pulsada con des t reza de un parche o una madera bat idos a un r i tmo

exacto de una garganta en f in que sirviera para otra cosa que para

una gutural inf lexioacuten de pr imar io lenguaje o un bronco gr i to de

ances t ral barbar ie guerrera

La supuesta afirmacioacuten de que los charruacuteas no soacutelo desconociacutean

canciones e instrumentos sino hasta el ejercicio de la danza l legoacute

hasta el gabinete de trabajo del maacutes serio investigador alemaacuten de la

edad contemporaacutenea en esta uacutelt ima expresioacuten esteacutetica Curt Sachs

quien en su impor tante His tor ia Universal de la danza anota es tas

prudentes palabras soacutelo con reservas debemos aceptar vers iones re

lat ivas a los pueblos que no danzan De acuerdo con las fuentes

originales de informacioacuten los indios

charruacuteas

uruguayos y los

gua

raniacutees

brasilentildeos no poseen danzas de conjunto No obstante se sabe

hoy en diacutea que los

guaraniacutees

al menos ejecutan danzas acompasadas

acompantildeaacutendose con rudimentar ios tambores fabr icados con cor teza

de calabaza bailes eacutestos que no parecen ser de reciente adop

cioacuten (3)

mdash

240

mdash

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Las referencias de Azara

Mas he aquiacute que a quien escribe estas l iacuteneas dioacutele por seguir el

hilo de tal aserto y halloacute al cabo de pacientes vigil ias que todas

entieacutendase bien todas esas referencias veniacutean a morir en unas bre

ves palabras de Don Feacutelix de Azara estampadas en sus famosos Via

jes por la Ameacuterica Meridional real izados en las pos t r imer iacuteas del

siglo

XVIII

y publicados al amanecer del s iguiente (4)

Dice Azara que los charruacuteas no conocen ni juegos ni bailes ni

canciones ni instrumentos de muacutesica ni sociedades o conversaciones

ociosas (5) y al referirse a los minuanes aplicando sospechosamen

te hasta las mismas palabras agrega Otro tanto digo de su falta de

religioacuten de educacioacuten de leyes de recompensas de castigos de dan

zas de canciones de instrumentos de muacutesica de juegos

de

socieda

des y de conversaciones ociosas (6)

Aunque Azara se preocupa de adver t i rnos lo contrar io en su proacute

logo a la Descripcioacuten e historia del Paraguay y del Riacuteo de la Plata

bien sabida es su acti tud despectiva hacia nuestros aboriacutegenes a quie

nes teniacutea casi como una especie intermedia entre el hombre y los

animales Su falta de sensibil idad antropoloacutegica al lado de tantas

vir tudes de seriedad cientiacutef ica que lo adornan se evidencia en estas

palabras que dedica a los charruacuteas Han

tenido

el mismo maes tro

de lengua que ensentildeoacute a los perros a ladrar de la misma manera en

todos los paiacuteses y hasta al resaltar algunas de sus naturales predis

pos iciones subraya Todas es tas cual idades parecen aproximar les a

los cuadruacutepedos para entus iasmarse luego con es te peyorat ivo pa

rangoacuten y agregar Asimismo pueden tener cier ta relacioacuten con las

aves por la fuerza y agudeza de su vista con lo cual los hace des

cender un escaloacuten maacutes dentro de la escala zooloacutegica

Nues t ros charruacuteas vivieron por cier to

bajo

un signo sangriento

y doloroso desde la muer te de Juan Diacuteaz de

Soliacutes

hasta su destruccioacuten

y

mata nza en el Queguay en 1831 Desp ueacutes los histo riad ore s se en

cargaron de esculpir en su laacutepida una leyenda negra que es taacute pidien

do imperativamente una revisioacuten Bien es verdad que ellos se defen

dieron cerraacutendose a todo contacto extrantildeo

en

quistaacuten dose en su

pr imit iva organizacioacuten social has ta su muer te que como nuacutecleo t r i

bal se produce en los primeros antildeos del s iglo XIX

La primera referencia musical de 1531

Empero las referencias de Azara no son las uacutenicas fuentes para

el estudio de ellos En materia sonora existen otras referencias que

no

concuerdan

con las aseveraciones del viajero y que hasta la fecha

no han sido sopesadas Vamos a referirnos a el las

Descubier to el Riacuteo de la Plata y has ta la l legada del pr imer ade

lantado en 1535 se conservan preciosos documentos de los diarios de

navegacioacuten de aventureros geoacutegrafos y conquistadores portugueses y

espantildeoles En uno de los primeros documentos f idedignos de esos

mdash 241 mdash

16

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t iempos oscuros hal lamos una extrantildea referencia musical sobre los

char ruacuteas En e l memorable Diar io da Navegagaacuteo de Pero Lopes

de Sousa declara eacuteste que el 25 de octubre de 1531 desembarcaron

sus hombres en la playa del puer to de Maldonado para abas tecerse

de agua Los charruacuteas se les acercaron temerosos primero y confia

dos luego recibieacutendolos com grandes choros e cant igas mui tr is

t e s (7) Antonio Serrano sos t iene que se t rataba de chanaacutees es ta

opinioacuten no inval ida el intereacutes de la referencia por cuanto de todas

maneras se ref iere a una t r ibu del grupo

c h a n aacute -c h a r ruacute a

r ad icado

en nues t ro paiacutes en los albores de la conquis ta Durante mucho t iempo

creiacutemos que la palabra cant iga es taba cons ignada en el diar io bajo

su acepcioacuten popular de his tor ia poco veros iacutemil que se cuenta con

el f in de engantildear expres ioacuten por tuguesa que ha pasado al leacutexico

cr iol lo r ioplatense en es ta conocida locucioacuten iexclno me vengas con

cant ig as Sin em bargo es ta acepcioacuten es de data re lat ivam ente re

ciente al punto de que en los diccionarios portugueses anteriores al

1800 no f igura en cambio se emplea s iempre como s inoacutenimo de

copla de versos menores para se cantar (8) Jus tamente lo que

define la can tiga como he ch o mu sical es la brev ed ad de su estrofa

Por ot ro lado al decir cant igas mui t r i s tes Pero Lopes de Souza

desecha la idea de que fueran engantildeos o zalemas porque des

conocida cas i como era para eacutel la lengua nat iva e l adjet ivo t r is te

soacutelo t iene sentido aplicado a la expresioacuten de la melodiacutea

El primitivo instrumental charruacutea de 1573

En 1573 un cleacuter igo de armas tom ar Ma r t iacuten del Barco Cente

nera ex t rementildeo de nac imiento l l ega a l as Ind ias acompantildeando en

cal idad de Arcediano del Riacuteo de la Plata la expedicioacuten de Ort iz

de Zarate Baja en Diciembre de 1573 en San Gabr iel e interviene en

el combate l ibrado entre las hues tes del Adelantado y los charruacuteas

comandados por Zapicaacuten En Mayo del antildeo siguiente asiste a la re

vancha de Garay en San Salvador en la misma cos ta uruguaya donde

perece el cacique charruacutea Tras aventuras s in cuento de vuel ta al

viejo mundo publ ica en Lisboa en 1602 su poema Argent ina y con

quista del Riacuteo de la Plata (9) croacutenica r imada de sus andanzas por

lejanas t ierras Descontadas sus infanti les fantaseosidades

mdashanimales

miacuteticos etcmdash que por otro lado estaacuten ausentes de los certeros relatos

en que como tes t igo presencial habla en pr imera persona es ta obra

es un documento directo pero de farragosa escri tura a traveacutes de sus

1340 octavas reales En ella al relatar el combate de San Gabriel

desarrol lado en t ier ra or iental nos t rae la pr imera referencia de un

ins t rumenta l char ruacutea

El gapiacutecano exercito veniacutea

Con trompas y bozinas resonando

Al sol la poluadera oscureciacutea

La tierra del tropel estaacute temblando

(Canto XI es t rofa 18)

mdash

24 2

mdash

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fragmento eacuteste que se complementa con otro del combate de San Sal

vador en 1574 por curioso destino dos de los momentos de maacutes le

vantada entonacioacuten l i teraria de casi todo el poema de una versif i

cacioacuten rotunda y de un color real is ta de pr imera agua

Doze cauallos solos se ensillaron

El

Capitaacuten

con onze compantildeeros

Que muchas de las sillas se mojaron

Salieron veynte y dos arcabuzeros

Los ba rbaros a vista se llegaron

Con orden y aparato de guerreros

Con trompas y bozinas y atambores

Hundiendo todo el campo y rededores

(Canto XIV es t rofa 4)

iquestFueacute una simple l icencia l i teraria o un r ipio la inclusioacuten de es

tos t res ins t rumentos dentro del relato iquestPoseiacutean por lo menos dos

ins t rumentos a viento y un membranoacutefono los charruacuteas antes de la

conquis ta

Lo certero es que Barco Centenera oyoacute mdashbajo pa labra de honor

desde luego

mdasha

los charruacuteas acompantildearse de ins t rumentos musicales

para la accioacuten guerrera Y lo extrantildeo hubiera s ido precisamente que

el lo no ocurr iera cuando en toda la Ameacuterica Meridional y en las

tr ibus vecinas sobre todo los cronistas de consuno afirman la pre

sencia y juego de ins t rumentos pre-colombinos

Instrumental practicado por indiacutegenas en el Uruguay

Antildeo

1573

1573

1574

1627

1680

1680

1680

1808

1808

1808

1808

1815

1815

1815

1825

1832

Instrumento

T r o m p a s

Bocinas

A t a m b o r e s

Vihuela de arco

P inco l los

Piacutefanos

F lau tas

T a m b o r i l e s

F lau tas

T a m b o r e s

Tr iaacutengu lo

Vio l iacuten

T r i aacute n g u l o

T a m b o r a

Boc ina de guampa

Arco mus ica l

Indiacutegenas que lo practicaban

CharruacuteasChar ruacuteas

Char ruacuteas

Guaran iacutees

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Char ruacuteas

Charruacuteas (

G u a r a n iacute e s

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

)

Localidad o paraje

San Gabrie lSan Gabrie l

San Salvador

R iacute o U r u g u a y ( L it or al

o r ien ta l )

Co lon ia de l Sac ramen to

Colonia del Sacramento

Colon ia de l Sac ramen to

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto Domingo de Sor iano

Canelones

Cane lones

Cane lones

Cen t ro de l pa iacute s

Noroeste del paiacutes

Origen

Pre-colombino

Pre-colombino

Pre -co lombino

Mis ionero

Pre -co lombino

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Post-colombino

Pre -co lombino

243

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

mdash 244 mdash

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

mdash 245 mdash

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

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mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

mdash

253

mdash

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 3: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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Lauro Ayestaraacuten

La muacutesica indiacutegena en el Uruguay (1949)La muacutesica indiacutegena Cap 1 de La Muacutesica en el Uruguay

(1953)

Modificaciones y correcciones aportadas al artiacuteculo publicado en 1949 para su integracioacuten

como capiacutetulo 1 de La Muacutesica en el Uruguay (1953)

Las paacuteginas indicadas son las paacuteginas del capiacutetulo 1 del libro de 1953 con su paacuterrafo (sect) seguidas de las

paacuteginas del artiacuteculo de 1949 con su paacuterrafo En rojo el tipo de modificacioacuten ins = insercioacuten de paacuterrafos

agr = agregado dentro de un paacuterrafo supr= supresioacuten Los corchetes [ ] indican la extensioacuten de la modifi-

cacioacuten En la parte de correcciones entre [ ] se encuentra la palabra a corregir

Modificaciones

p 12 sect 2 - p 247 sect 3 [hellip] En ese sentido los misioneros lanzaron varias embajadas para

tentar si por el camino de los sonidos podiacutean llegar hasta ellos [ agr El Baroacuten de las Juras

Reales en el primer tomo de su fantaseoso Libro ldquoEntretenimientos de un prisionero en las

Provincias del Riacuteo de la Platardquo editado en Barcelona en 1828 publica un curioso grabado en

el que se ve una canoa con sacerdotes muacutesicos proacutexima a la ribera en la que un grupo de

indios escuchan extasiados agr ]

p 16 sect 3 - p 251 sect 2 [ ins 9 Cantos charruacuteas de combate en 1812 mdash A fines de noviem-

bre de 1812 Antonio Diacuteaz a la sazoacuten secretario del general [p17] Rondeau se acercoacute a un

campamento charruacutea ubicado en la costa del arroyo Arias afluente del Santa Luciacutea con el

propoacutesito de atraerlos a la causa de la revolucioacuten artiguista Durante 22 diacuteas estuvo en relacioacuten

con ellos y por fin ldquose unieron a Artigas sin pacto de alianza y conservando su indepcia sus

costumbres y haacutebitos ferocesrdquo En el cuarto timo de las ldquoMemoriasrdquo manuscritas de Diacuteaz

recientemente adquiridas por el Archivo General de la Nacioacuten se describen con lujo de de-

talles y lo que es maacutes importante con criterio de estudio etnoloacutegico las condiciones sociales

praacutecticas costumbres y caracteres psicoloacutegicos de nuestros aboriacutegenes Antonio Diacuteaz declaraestas intenciones en las siguientes palabras ldquoYo era entonces 1 joven de edad de 24 antildeos y

mis mprimeros pasos en esa indagacioacuten no pasaba de cierta curiosidad pero repitieacutendose las

ocasiones de verlos [a los charruacuteas] por que siendo yo Seco del Genl Rondeau iva con fre-

cuencia en comisioacuten de eacutel ver al Gral Artigas en la campantildea durante las desavenencias de

este Gral con el representante del Gob Nal Sarratea me propuse hacer un estudio mas de-

tenido y profundo del hombre salvaje moralmente consideradopueacutes que teniacutea tan buena pro-

I

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porcioacuten de hacerlo por mis relaciones con los charruacuteas que me trataban con amistad por los

pequentildeos dones que en mis viajes les haciacuteardquo

En lo que nos es pertinente corresponde transcribir unos paacuterrafos de este singular do-

cumento que conocemos por atencioacuten del Dr Eugenio Petit Muntildeoz y que refuerza nuestra

tesis sobre determinadas praacutecticas musicales de los charruacuteas Dice en primer teacutermino ldquoCuando

van a pelear o saben qe el enemigo se acerca el Cacique los forma a caballo en ala y los pro-

clama con una muy larga arenga en qe expone las injurias o agravios recibidos de los enemigos

y les recuerda los tiempos y glorias de sus mayores y sus propias hazantildeas y hechos de armas

El Cacique sada vez que en la arenga los incita y anima a la venganza mueve la lanza blan-

dieacutendola con fuerza y en toda laliacutenea se arma entonces una griteria prometiendo pelear con

valor para vengarserdquo Luego agrega estas palabras importantiacutesimas para nuestro estudio

ldquoMientras qrsquodura esa alocucion o proclama las mugeres se ponen en fila atras de la linea de

los hombres como a distancia de veinte varas y [ como ade ] estan cantando no se que pero su-

pongo qe sera algun himno pa animar alos combatientesrdquo

Toda esta escena concuerda exactamente con la que en 1825 ve el Sargento Mayor BenitoSilva que se registra en el llamado ldquoCodex Vilardeboacuterdquo analizando en paacuterrafos posteriores Alliacute

tambieacuten las ldquomugeres se ponen a cantar de un modo tan luacutegubre que hace enternecerrdquo mien-

tras los guerreros se preparan para el asalto haciendo sonar una bocina de guampa [p18]

Estos ldquopeanesrdquo guerreros se repiten en los pueblos de maacutes ancestral cultura y en uacuteltimo

teacutermino afloran tambieacuten en las ldquomarsellesasrdquo francesas o en los ldquohimnos patrioacuteticosrdquo de eda-

des y culturas tan nuestras ins ]

p 19 sect 4 - p 253 sect 2 [hellip] su maacutes completa expresioacuten [ agr colectiva agr ] En efecto [p

20] el pueblo al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrificio de la Misa y cumpliacuteasu cometido entonando los cantos lituacutergicos cristianos [ supr erpurgados por San Gregorio El

Grande alrededor del antildeo 600 supr ] [ agr si bien a traveacutes de las deturpadas versiones que corriacutean

por ese entonces agr ]

p 20 sect 2 - p 253 sect 2 [hellip] fueacuteronse moviendo hacia el Sur [ supr hasta supr ] [ agr para agr ]

enquistarse en el Pueblo de Durazno hoy capital del departamento del mismo nombre

p 21 sect 5 - p 255 sect 3 En este lapso [ supr de tiempo supr ] Guyunusa da a luz una nintildea [hellip

]

p 28 sect 6 - p 262 sect 4 Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo determina un

origen distinto sino una [ supr antiguumledad mayor supr ][ agr una evolucioacuten maacutes avanzada agr ][hellip] ( cursivas

del autor )

p 30 sect 4-5 - p 264 sect 1 [ supr Aquiacute Dumoutier se equivoca evidentemente Si el aacutembito es

el de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar un nuacutemero infinito de

notas puesto que se trata de un instrumento atemperado en el que se pueden obtener hasta

las menores subdivisiones del tono Veacutease por ejemplo la siguiente melodiacutea ejecutada en el

ldquoSokordquo arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute notado por Charles Joyeux

en su libro ldquoNotes sur quelques manifestations musicales observeacutees en Haute-Guineacuteerdquo y

transcripto por Stephen-Chauvet en ldquoMusique Negravegrerdquo paacutegina 161 (Pariacutes 1929) [ partitura ci-

tada ]

Volvamos a la referencia de Dumoutier supr ]

p 31 sect 1 - p 265 sect 1 [ supr Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases de los indiacutegenas

ebrios de Chile (42) [ fragmento de partitura ] Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta

II

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Desde el punto de vista musical excepto en la chana no se observa

en las tr ibus restantes ninguacuten sincretismo con el arte sonoro europeo

Bien es verdad que la documentacioacuten es de extraordinar ia rareza ya

que encerrados en sus pr imit ivas organizaciones t r ibales mueren antes

de dejarse penetrar por la conquis ta mis ionera y menos auacuten se so

meten a un reacutegimen civi l de mitayos o encomenderos espantildeoles Como

organizacioacuten social diferenciada en los primeros antildeos del s iglo XIX

el grupo chanaacute-charruacutea ha desaparecido las expediciones y ma

tanzas de 1831 y 1832 se dir igen hacia un turbio conglomerado de

indios alzados s in definicioacuten eacutetnica donde se mezclan tambieacuten los

grupos tupiacute-guaraniacutees

2deg) El gru po tu piacute- gu ara niacute que t iene su asiento en la oacuterb ita

del Paraguay y cubre las antiguas Misiones Orientales enviacutea a traveacutes

de los tapes su mejor representacioacuten Existen en el Uruguay desde

el s iglo XVII pero despueacutes de la expulsioacuten de los jesuiacutetas en 1767

l legan desde el nor te en abul tado nuacutemero e l tape mis ionero formaraacute

en el s iglo XVIII el nuacutecleo tr ibal de maacutes eficaz tendencia civil izadora

En numerosos

documentes

de f ines de esta centuria se habla de

los indios muacutesicos que acompantildeaban con f lautas tambor i les ar

pas y guitarras los oficios religiosos en las iglesias coloniales del

Uruguay actual en muchos casos se ref ieren concretamente a indios

misioneros Sin embargo el guaraniacute es en nuestro paiacutes un emigrado

cosa que no ocurre as iacute con el grupo chanaacute-charruacutea que ha dejado

en sus paraderos y ta l leres recuerdos de su ances t ral permanencia

en nues t ro ter r i tor io a t raveacutes de una piedra ta l lada con bas tante es

mero y de una ceraacutemica incipiente que se hal la mdashexcepcionalmente

desde

luegomdash

ya en una etapa zoomorfa

Desde que la Repuacutebl ica Oriental comenzoacute a tener conciencia de

su his tor ia se ha venido repi t iendo con un empecinamiento cas i

di r iacutea ejemplar que nues t ro indio charruacutea ignoraba los mis ter ios es-

tremecedores de una deacutebil cantildea soplada con dulzura de una cuerda

pulsada con des t reza de un parche o una madera bat idos a un r i tmo

exacto de una garganta en f in que sirviera para otra cosa que para

una gutural inf lexioacuten de pr imar io lenguaje o un bronco gr i to de

ances t ral barbar ie guerrera

La supuesta afirmacioacuten de que los charruacuteas no soacutelo desconociacutean

canciones e instrumentos sino hasta el ejercicio de la danza l legoacute

hasta el gabinete de trabajo del maacutes serio investigador alemaacuten de la

edad contemporaacutenea en esta uacutelt ima expresioacuten esteacutetica Curt Sachs

quien en su impor tante His tor ia Universal de la danza anota es tas

prudentes palabras soacutelo con reservas debemos aceptar vers iones re

lat ivas a los pueblos que no danzan De acuerdo con las fuentes

originales de informacioacuten los indios

charruacuteas

uruguayos y los

gua

raniacutees

brasilentildeos no poseen danzas de conjunto No obstante se sabe

hoy en diacutea que los

guaraniacutees

al menos ejecutan danzas acompasadas

acompantildeaacutendose con rudimentar ios tambores fabr icados con cor teza

de calabaza bailes eacutestos que no parecen ser de reciente adop

cioacuten (3)

mdash

240

mdash

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Las referencias de Azara

Mas he aquiacute que a quien escribe estas l iacuteneas dioacutele por seguir el

hilo de tal aserto y halloacute al cabo de pacientes vigil ias que todas

entieacutendase bien todas esas referencias veniacutean a morir en unas bre

ves palabras de Don Feacutelix de Azara estampadas en sus famosos Via

jes por la Ameacuterica Meridional real izados en las pos t r imer iacuteas del

siglo

XVIII

y publicados al amanecer del s iguiente (4)

Dice Azara que los charruacuteas no conocen ni juegos ni bailes ni

canciones ni instrumentos de muacutesica ni sociedades o conversaciones

ociosas (5) y al referirse a los minuanes aplicando sospechosamen

te hasta las mismas palabras agrega Otro tanto digo de su falta de

religioacuten de educacioacuten de leyes de recompensas de castigos de dan

zas de canciones de instrumentos de muacutesica de juegos

de

socieda

des y de conversaciones ociosas (6)

Aunque Azara se preocupa de adver t i rnos lo contrar io en su proacute

logo a la Descripcioacuten e historia del Paraguay y del Riacuteo de la Plata

bien sabida es su acti tud despectiva hacia nuestros aboriacutegenes a quie

nes teniacutea casi como una especie intermedia entre el hombre y los

animales Su falta de sensibil idad antropoloacutegica al lado de tantas

vir tudes de seriedad cientiacutef ica que lo adornan se evidencia en estas

palabras que dedica a los charruacuteas Han

tenido

el mismo maes tro

de lengua que ensentildeoacute a los perros a ladrar de la misma manera en

todos los paiacuteses y hasta al resaltar algunas de sus naturales predis

pos iciones subraya Todas es tas cual idades parecen aproximar les a

los cuadruacutepedos para entus iasmarse luego con es te peyorat ivo pa

rangoacuten y agregar Asimismo pueden tener cier ta relacioacuten con las

aves por la fuerza y agudeza de su vista con lo cual los hace des

cender un escaloacuten maacutes dentro de la escala zooloacutegica

Nues t ros charruacuteas vivieron por cier to

bajo

un signo sangriento

y doloroso desde la muer te de Juan Diacuteaz de

Soliacutes

hasta su destruccioacuten

y

mata nza en el Queguay en 1831 Desp ueacutes los histo riad ore s se en

cargaron de esculpir en su laacutepida una leyenda negra que es taacute pidien

do imperativamente una revisioacuten Bien es verdad que ellos se defen

dieron cerraacutendose a todo contacto extrantildeo

en

quistaacuten dose en su

pr imit iva organizacioacuten social has ta su muer te que como nuacutecleo t r i

bal se produce en los primeros antildeos del s iglo XIX

La primera referencia musical de 1531

Empero las referencias de Azara no son las uacutenicas fuentes para

el estudio de ellos En materia sonora existen otras referencias que

no

concuerdan

con las aseveraciones del viajero y que hasta la fecha

no han sido sopesadas Vamos a referirnos a el las

Descubier to el Riacuteo de la Plata y has ta la l legada del pr imer ade

lantado en 1535 se conservan preciosos documentos de los diarios de

navegacioacuten de aventureros geoacutegrafos y conquistadores portugueses y

espantildeoles En uno de los primeros documentos f idedignos de esos

mdash 241 mdash

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t iempos oscuros hal lamos una extrantildea referencia musical sobre los

char ruacuteas En e l memorable Diar io da Navegagaacuteo de Pero Lopes

de Sousa declara eacuteste que el 25 de octubre de 1531 desembarcaron

sus hombres en la playa del puer to de Maldonado para abas tecerse

de agua Los charruacuteas se les acercaron temerosos primero y confia

dos luego recibieacutendolos com grandes choros e cant igas mui tr is

t e s (7) Antonio Serrano sos t iene que se t rataba de chanaacutees es ta

opinioacuten no inval ida el intereacutes de la referencia por cuanto de todas

maneras se ref iere a una t r ibu del grupo

c h a n aacute -c h a r ruacute a

r ad icado

en nues t ro paiacutes en los albores de la conquis ta Durante mucho t iempo

creiacutemos que la palabra cant iga es taba cons ignada en el diar io bajo

su acepcioacuten popular de his tor ia poco veros iacutemil que se cuenta con

el f in de engantildear expres ioacuten por tuguesa que ha pasado al leacutexico

cr iol lo r ioplatense en es ta conocida locucioacuten iexclno me vengas con

cant ig as Sin em bargo es ta acepcioacuten es de data re lat ivam ente re

ciente al punto de que en los diccionarios portugueses anteriores al

1800 no f igura en cambio se emplea s iempre como s inoacutenimo de

copla de versos menores para se cantar (8) Jus tamente lo que

define la can tiga como he ch o mu sical es la brev ed ad de su estrofa

Por ot ro lado al decir cant igas mui t r i s tes Pero Lopes de Souza

desecha la idea de que fueran engantildeos o zalemas porque des

conocida cas i como era para eacutel la lengua nat iva e l adjet ivo t r is te

soacutelo t iene sentido aplicado a la expresioacuten de la melodiacutea

El primitivo instrumental charruacutea de 1573

En 1573 un cleacuter igo de armas tom ar Ma r t iacuten del Barco Cente

nera ex t rementildeo de nac imiento l l ega a l as Ind ias acompantildeando en

cal idad de Arcediano del Riacuteo de la Plata la expedicioacuten de Ort iz

de Zarate Baja en Diciembre de 1573 en San Gabr iel e interviene en

el combate l ibrado entre las hues tes del Adelantado y los charruacuteas

comandados por Zapicaacuten En Mayo del antildeo siguiente asiste a la re

vancha de Garay en San Salvador en la misma cos ta uruguaya donde

perece el cacique charruacutea Tras aventuras s in cuento de vuel ta al

viejo mundo publ ica en Lisboa en 1602 su poema Argent ina y con

quista del Riacuteo de la Plata (9) croacutenica r imada de sus andanzas por

lejanas t ierras Descontadas sus infanti les fantaseosidades

mdashanimales

miacuteticos etcmdash que por otro lado estaacuten ausentes de los certeros relatos

en que como tes t igo presencial habla en pr imera persona es ta obra

es un documento directo pero de farragosa escri tura a traveacutes de sus

1340 octavas reales En ella al relatar el combate de San Gabriel

desarrol lado en t ier ra or iental nos t rae la pr imera referencia de un

ins t rumenta l char ruacutea

El gapiacutecano exercito veniacutea

Con trompas y bozinas resonando

Al sol la poluadera oscureciacutea

La tierra del tropel estaacute temblando

(Canto XI es t rofa 18)

mdash

24 2

mdash

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fragmento eacuteste que se complementa con otro del combate de San Sal

vador en 1574 por curioso destino dos de los momentos de maacutes le

vantada entonacioacuten l i teraria de casi todo el poema de una versif i

cacioacuten rotunda y de un color real is ta de pr imera agua

Doze cauallos solos se ensillaron

El

Capitaacuten

con onze compantildeeros

Que muchas de las sillas se mojaron

Salieron veynte y dos arcabuzeros

Los ba rbaros a vista se llegaron

Con orden y aparato de guerreros

Con trompas y bozinas y atambores

Hundiendo todo el campo y rededores

(Canto XIV es t rofa 4)

iquestFueacute una simple l icencia l i teraria o un r ipio la inclusioacuten de es

tos t res ins t rumentos dentro del relato iquestPoseiacutean por lo menos dos

ins t rumentos a viento y un membranoacutefono los charruacuteas antes de la

conquis ta

Lo certero es que Barco Centenera oyoacute mdashbajo pa labra de honor

desde luego

mdasha

los charruacuteas acompantildearse de ins t rumentos musicales

para la accioacuten guerrera Y lo extrantildeo hubiera s ido precisamente que

el lo no ocurr iera cuando en toda la Ameacuterica Meridional y en las

tr ibus vecinas sobre todo los cronistas de consuno afirman la pre

sencia y juego de ins t rumentos pre-colombinos

Instrumental practicado por indiacutegenas en el Uruguay

Antildeo

1573

1573

1574

1627

1680

1680

1680

1808

1808

1808

1808

1815

1815

1815

1825

1832

Instrumento

T r o m p a s

Bocinas

A t a m b o r e s

Vihuela de arco

P inco l los

Piacutefanos

F lau tas

T a m b o r i l e s

F lau tas

T a m b o r e s

Tr iaacutengu lo

Vio l iacuten

T r i aacute n g u l o

T a m b o r a

Boc ina de guampa

Arco mus ica l

Indiacutegenas que lo practicaban

CharruacuteasChar ruacuteas

Char ruacuteas

Guaran iacutees

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Char ruacuteas

Charruacuteas (

G u a r a n iacute e s

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

)

Localidad o paraje

San Gabrie lSan Gabrie l

San Salvador

R iacute o U r u g u a y ( L it or al

o r ien ta l )

Co lon ia de l Sac ramen to

Colonia del Sacramento

Colon ia de l Sac ramen to

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto Domingo de Sor iano

Canelones

Cane lones

Cane lones

Cen t ro de l pa iacute s

Noroeste del paiacutes

Origen

Pre-colombino

Pre-colombino

Pre -co lombino

Mis ionero

Pre -co lombino

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Post-colombino

Pre -co lombino

243

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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17

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

mdash

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mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

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HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

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Busintana

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indianernas

musikbage Ymer

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JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

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paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

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mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 4: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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porcioacuten de hacerlo por mis relaciones con los charruacuteas que me trataban con amistad por los

pequentildeos dones que en mis viajes les haciacuteardquo

En lo que nos es pertinente corresponde transcribir unos paacuterrafos de este singular do-

cumento que conocemos por atencioacuten del Dr Eugenio Petit Muntildeoz y que refuerza nuestra

tesis sobre determinadas praacutecticas musicales de los charruacuteas Dice en primer teacutermino ldquoCuando

van a pelear o saben qe el enemigo se acerca el Cacique los forma a caballo en ala y los pro-

clama con una muy larga arenga en qe expone las injurias o agravios recibidos de los enemigos

y les recuerda los tiempos y glorias de sus mayores y sus propias hazantildeas y hechos de armas

El Cacique sada vez que en la arenga los incita y anima a la venganza mueve la lanza blan-

dieacutendola con fuerza y en toda laliacutenea se arma entonces una griteria prometiendo pelear con

valor para vengarserdquo Luego agrega estas palabras importantiacutesimas para nuestro estudio

ldquoMientras qrsquodura esa alocucion o proclama las mugeres se ponen en fila atras de la linea de

los hombres como a distancia de veinte varas y [ como ade ] estan cantando no se que pero su-

pongo qe sera algun himno pa animar alos combatientesrdquo

Toda esta escena concuerda exactamente con la que en 1825 ve el Sargento Mayor BenitoSilva que se registra en el llamado ldquoCodex Vilardeboacuterdquo analizando en paacuterrafos posteriores Alliacute

tambieacuten las ldquomugeres se ponen a cantar de un modo tan luacutegubre que hace enternecerrdquo mien-

tras los guerreros se preparan para el asalto haciendo sonar una bocina de guampa [p18]

Estos ldquopeanesrdquo guerreros se repiten en los pueblos de maacutes ancestral cultura y en uacuteltimo

teacutermino afloran tambieacuten en las ldquomarsellesasrdquo francesas o en los ldquohimnos patrioacuteticosrdquo de eda-

des y culturas tan nuestras ins ]

p 19 sect 4 - p 253 sect 2 [hellip] su maacutes completa expresioacuten [ agr colectiva agr ] En efecto [p

20] el pueblo al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrificio de la Misa y cumpliacuteasu cometido entonando los cantos lituacutergicos cristianos [ supr erpurgados por San Gregorio El

Grande alrededor del antildeo 600 supr ] [ agr si bien a traveacutes de las deturpadas versiones que corriacutean

por ese entonces agr ]

p 20 sect 2 - p 253 sect 2 [hellip] fueacuteronse moviendo hacia el Sur [ supr hasta supr ] [ agr para agr ]

enquistarse en el Pueblo de Durazno hoy capital del departamento del mismo nombre

p 21 sect 5 - p 255 sect 3 En este lapso [ supr de tiempo supr ] Guyunusa da a luz una nintildea [hellip

]

p 28 sect 6 - p 262 sect 4 Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo determina un

origen distinto sino una [ supr antiguumledad mayor supr ][ agr una evolucioacuten maacutes avanzada agr ][hellip] ( cursivas

del autor )

p 30 sect 4-5 - p 264 sect 1 [ supr Aquiacute Dumoutier se equivoca evidentemente Si el aacutembito es

el de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar un nuacutemero infinito de

notas puesto que se trata de un instrumento atemperado en el que se pueden obtener hasta

las menores subdivisiones del tono Veacutease por ejemplo la siguiente melodiacutea ejecutada en el

ldquoSokordquo arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute notado por Charles Joyeux

en su libro ldquoNotes sur quelques manifestations musicales observeacutees en Haute-Guineacuteerdquo y

transcripto por Stephen-Chauvet en ldquoMusique Negravegrerdquo paacutegina 161 (Pariacutes 1929) [ partitura ci-

tada ]

Volvamos a la referencia de Dumoutier supr ]

p 31 sect 1 - p 265 sect 1 [ supr Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases de los indiacutegenas

ebrios de Chile (42) [ fragmento de partitura ] Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta

II

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Desde el punto de vista musical excepto en la chana no se observa

en las tr ibus restantes ninguacuten sincretismo con el arte sonoro europeo

Bien es verdad que la documentacioacuten es de extraordinar ia rareza ya

que encerrados en sus pr imit ivas organizaciones t r ibales mueren antes

de dejarse penetrar por la conquis ta mis ionera y menos auacuten se so

meten a un reacutegimen civi l de mitayos o encomenderos espantildeoles Como

organizacioacuten social diferenciada en los primeros antildeos del s iglo XIX

el grupo chanaacute-charruacutea ha desaparecido las expediciones y ma

tanzas de 1831 y 1832 se dir igen hacia un turbio conglomerado de

indios alzados s in definicioacuten eacutetnica donde se mezclan tambieacuten los

grupos tupiacute-guaraniacutees

2deg) El gru po tu piacute- gu ara niacute que t iene su asiento en la oacuterb ita

del Paraguay y cubre las antiguas Misiones Orientales enviacutea a traveacutes

de los tapes su mejor representacioacuten Existen en el Uruguay desde

el s iglo XVII pero despueacutes de la expulsioacuten de los jesuiacutetas en 1767

l legan desde el nor te en abul tado nuacutemero e l tape mis ionero formaraacute

en el s iglo XVIII el nuacutecleo tr ibal de maacutes eficaz tendencia civil izadora

En numerosos

documentes

de f ines de esta centuria se habla de

los indios muacutesicos que acompantildeaban con f lautas tambor i les ar

pas y guitarras los oficios religiosos en las iglesias coloniales del

Uruguay actual en muchos casos se ref ieren concretamente a indios

misioneros Sin embargo el guaraniacute es en nuestro paiacutes un emigrado

cosa que no ocurre as iacute con el grupo chanaacute-charruacutea que ha dejado

en sus paraderos y ta l leres recuerdos de su ances t ral permanencia

en nues t ro ter r i tor io a t raveacutes de una piedra ta l lada con bas tante es

mero y de una ceraacutemica incipiente que se hal la mdashexcepcionalmente

desde

luegomdash

ya en una etapa zoomorfa

Desde que la Repuacutebl ica Oriental comenzoacute a tener conciencia de

su his tor ia se ha venido repi t iendo con un empecinamiento cas i

di r iacutea ejemplar que nues t ro indio charruacutea ignoraba los mis ter ios es-

tremecedores de una deacutebil cantildea soplada con dulzura de una cuerda

pulsada con des t reza de un parche o una madera bat idos a un r i tmo

exacto de una garganta en f in que sirviera para otra cosa que para

una gutural inf lexioacuten de pr imar io lenguaje o un bronco gr i to de

ances t ral barbar ie guerrera

La supuesta afirmacioacuten de que los charruacuteas no soacutelo desconociacutean

canciones e instrumentos sino hasta el ejercicio de la danza l legoacute

hasta el gabinete de trabajo del maacutes serio investigador alemaacuten de la

edad contemporaacutenea en esta uacutelt ima expresioacuten esteacutetica Curt Sachs

quien en su impor tante His tor ia Universal de la danza anota es tas

prudentes palabras soacutelo con reservas debemos aceptar vers iones re

lat ivas a los pueblos que no danzan De acuerdo con las fuentes

originales de informacioacuten los indios

charruacuteas

uruguayos y los

gua

raniacutees

brasilentildeos no poseen danzas de conjunto No obstante se sabe

hoy en diacutea que los

guaraniacutees

al menos ejecutan danzas acompasadas

acompantildeaacutendose con rudimentar ios tambores fabr icados con cor teza

de calabaza bailes eacutestos que no parecen ser de reciente adop

cioacuten (3)

mdash

240

mdash

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Las referencias de Azara

Mas he aquiacute que a quien escribe estas l iacuteneas dioacutele por seguir el

hilo de tal aserto y halloacute al cabo de pacientes vigil ias que todas

entieacutendase bien todas esas referencias veniacutean a morir en unas bre

ves palabras de Don Feacutelix de Azara estampadas en sus famosos Via

jes por la Ameacuterica Meridional real izados en las pos t r imer iacuteas del

siglo

XVIII

y publicados al amanecer del s iguiente (4)

Dice Azara que los charruacuteas no conocen ni juegos ni bailes ni

canciones ni instrumentos de muacutesica ni sociedades o conversaciones

ociosas (5) y al referirse a los minuanes aplicando sospechosamen

te hasta las mismas palabras agrega Otro tanto digo de su falta de

religioacuten de educacioacuten de leyes de recompensas de castigos de dan

zas de canciones de instrumentos de muacutesica de juegos

de

socieda

des y de conversaciones ociosas (6)

Aunque Azara se preocupa de adver t i rnos lo contrar io en su proacute

logo a la Descripcioacuten e historia del Paraguay y del Riacuteo de la Plata

bien sabida es su acti tud despectiva hacia nuestros aboriacutegenes a quie

nes teniacutea casi como una especie intermedia entre el hombre y los

animales Su falta de sensibil idad antropoloacutegica al lado de tantas

vir tudes de seriedad cientiacutef ica que lo adornan se evidencia en estas

palabras que dedica a los charruacuteas Han

tenido

el mismo maes tro

de lengua que ensentildeoacute a los perros a ladrar de la misma manera en

todos los paiacuteses y hasta al resaltar algunas de sus naturales predis

pos iciones subraya Todas es tas cual idades parecen aproximar les a

los cuadruacutepedos para entus iasmarse luego con es te peyorat ivo pa

rangoacuten y agregar Asimismo pueden tener cier ta relacioacuten con las

aves por la fuerza y agudeza de su vista con lo cual los hace des

cender un escaloacuten maacutes dentro de la escala zooloacutegica

Nues t ros charruacuteas vivieron por cier to

bajo

un signo sangriento

y doloroso desde la muer te de Juan Diacuteaz de

Soliacutes

hasta su destruccioacuten

y

mata nza en el Queguay en 1831 Desp ueacutes los histo riad ore s se en

cargaron de esculpir en su laacutepida una leyenda negra que es taacute pidien

do imperativamente una revisioacuten Bien es verdad que ellos se defen

dieron cerraacutendose a todo contacto extrantildeo

en

quistaacuten dose en su

pr imit iva organizacioacuten social has ta su muer te que como nuacutecleo t r i

bal se produce en los primeros antildeos del s iglo XIX

La primera referencia musical de 1531

Empero las referencias de Azara no son las uacutenicas fuentes para

el estudio de ellos En materia sonora existen otras referencias que

no

concuerdan

con las aseveraciones del viajero y que hasta la fecha

no han sido sopesadas Vamos a referirnos a el las

Descubier to el Riacuteo de la Plata y has ta la l legada del pr imer ade

lantado en 1535 se conservan preciosos documentos de los diarios de

navegacioacuten de aventureros geoacutegrafos y conquistadores portugueses y

espantildeoles En uno de los primeros documentos f idedignos de esos

mdash 241 mdash

16

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t iempos oscuros hal lamos una extrantildea referencia musical sobre los

char ruacuteas En e l memorable Diar io da Navegagaacuteo de Pero Lopes

de Sousa declara eacuteste que el 25 de octubre de 1531 desembarcaron

sus hombres en la playa del puer to de Maldonado para abas tecerse

de agua Los charruacuteas se les acercaron temerosos primero y confia

dos luego recibieacutendolos com grandes choros e cant igas mui tr is

t e s (7) Antonio Serrano sos t iene que se t rataba de chanaacutees es ta

opinioacuten no inval ida el intereacutes de la referencia por cuanto de todas

maneras se ref iere a una t r ibu del grupo

c h a n aacute -c h a r ruacute a

r ad icado

en nues t ro paiacutes en los albores de la conquis ta Durante mucho t iempo

creiacutemos que la palabra cant iga es taba cons ignada en el diar io bajo

su acepcioacuten popular de his tor ia poco veros iacutemil que se cuenta con

el f in de engantildear expres ioacuten por tuguesa que ha pasado al leacutexico

cr iol lo r ioplatense en es ta conocida locucioacuten iexclno me vengas con

cant ig as Sin em bargo es ta acepcioacuten es de data re lat ivam ente re

ciente al punto de que en los diccionarios portugueses anteriores al

1800 no f igura en cambio se emplea s iempre como s inoacutenimo de

copla de versos menores para se cantar (8) Jus tamente lo que

define la can tiga como he ch o mu sical es la brev ed ad de su estrofa

Por ot ro lado al decir cant igas mui t r i s tes Pero Lopes de Souza

desecha la idea de que fueran engantildeos o zalemas porque des

conocida cas i como era para eacutel la lengua nat iva e l adjet ivo t r is te

soacutelo t iene sentido aplicado a la expresioacuten de la melodiacutea

El primitivo instrumental charruacutea de 1573

En 1573 un cleacuter igo de armas tom ar Ma r t iacuten del Barco Cente

nera ex t rementildeo de nac imiento l l ega a l as Ind ias acompantildeando en

cal idad de Arcediano del Riacuteo de la Plata la expedicioacuten de Ort iz

de Zarate Baja en Diciembre de 1573 en San Gabr iel e interviene en

el combate l ibrado entre las hues tes del Adelantado y los charruacuteas

comandados por Zapicaacuten En Mayo del antildeo siguiente asiste a la re

vancha de Garay en San Salvador en la misma cos ta uruguaya donde

perece el cacique charruacutea Tras aventuras s in cuento de vuel ta al

viejo mundo publ ica en Lisboa en 1602 su poema Argent ina y con

quista del Riacuteo de la Plata (9) croacutenica r imada de sus andanzas por

lejanas t ierras Descontadas sus infanti les fantaseosidades

mdashanimales

miacuteticos etcmdash que por otro lado estaacuten ausentes de los certeros relatos

en que como tes t igo presencial habla en pr imera persona es ta obra

es un documento directo pero de farragosa escri tura a traveacutes de sus

1340 octavas reales En ella al relatar el combate de San Gabriel

desarrol lado en t ier ra or iental nos t rae la pr imera referencia de un

ins t rumenta l char ruacutea

El gapiacutecano exercito veniacutea

Con trompas y bozinas resonando

Al sol la poluadera oscureciacutea

La tierra del tropel estaacute temblando

(Canto XI es t rofa 18)

mdash

24 2

mdash

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fragmento eacuteste que se complementa con otro del combate de San Sal

vador en 1574 por curioso destino dos de los momentos de maacutes le

vantada entonacioacuten l i teraria de casi todo el poema de una versif i

cacioacuten rotunda y de un color real is ta de pr imera agua

Doze cauallos solos se ensillaron

El

Capitaacuten

con onze compantildeeros

Que muchas de las sillas se mojaron

Salieron veynte y dos arcabuzeros

Los ba rbaros a vista se llegaron

Con orden y aparato de guerreros

Con trompas y bozinas y atambores

Hundiendo todo el campo y rededores

(Canto XIV es t rofa 4)

iquestFueacute una simple l icencia l i teraria o un r ipio la inclusioacuten de es

tos t res ins t rumentos dentro del relato iquestPoseiacutean por lo menos dos

ins t rumentos a viento y un membranoacutefono los charruacuteas antes de la

conquis ta

Lo certero es que Barco Centenera oyoacute mdashbajo pa labra de honor

desde luego

mdasha

los charruacuteas acompantildearse de ins t rumentos musicales

para la accioacuten guerrera Y lo extrantildeo hubiera s ido precisamente que

el lo no ocurr iera cuando en toda la Ameacuterica Meridional y en las

tr ibus vecinas sobre todo los cronistas de consuno afirman la pre

sencia y juego de ins t rumentos pre-colombinos

Instrumental practicado por indiacutegenas en el Uruguay

Antildeo

1573

1573

1574

1627

1680

1680

1680

1808

1808

1808

1808

1815

1815

1815

1825

1832

Instrumento

T r o m p a s

Bocinas

A t a m b o r e s

Vihuela de arco

P inco l los

Piacutefanos

F lau tas

T a m b o r i l e s

F lau tas

T a m b o r e s

Tr iaacutengu lo

Vio l iacuten

T r i aacute n g u l o

T a m b o r a

Boc ina de guampa

Arco mus ica l

Indiacutegenas que lo practicaban

CharruacuteasChar ruacuteas

Char ruacuteas

Guaran iacutees

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Char ruacuteas

Charruacuteas (

G u a r a n iacute e s

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

)

Localidad o paraje

San Gabrie lSan Gabrie l

San Salvador

R iacute o U r u g u a y ( L it or al

o r ien ta l )

Co lon ia de l Sac ramen to

Colonia del Sacramento

Colon ia de l Sac ramen to

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto Domingo de Sor iano

Canelones

Cane lones

Cane lones

Cen t ro de l pa iacute s

Noroeste del paiacutes

Origen

Pre-colombino

Pre-colombino

Pre -co lombino

Mis ionero

Pre -co lombino

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Post-colombino

Pre -co lombino

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

mdash 251 mdash

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

mdash 260 mdash

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

mdash 261 mdash

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

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1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

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W

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L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

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R

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Mittelamericanische

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FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 5: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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Desde el punto de vista musical excepto en la chana no se observa

en las tr ibus restantes ninguacuten sincretismo con el arte sonoro europeo

Bien es verdad que la documentacioacuten es de extraordinar ia rareza ya

que encerrados en sus pr imit ivas organizaciones t r ibales mueren antes

de dejarse penetrar por la conquis ta mis ionera y menos auacuten se so

meten a un reacutegimen civi l de mitayos o encomenderos espantildeoles Como

organizacioacuten social diferenciada en los primeros antildeos del s iglo XIX

el grupo chanaacute-charruacutea ha desaparecido las expediciones y ma

tanzas de 1831 y 1832 se dir igen hacia un turbio conglomerado de

indios alzados s in definicioacuten eacutetnica donde se mezclan tambieacuten los

grupos tupiacute-guaraniacutees

2deg) El gru po tu piacute- gu ara niacute que t iene su asiento en la oacuterb ita

del Paraguay y cubre las antiguas Misiones Orientales enviacutea a traveacutes

de los tapes su mejor representacioacuten Existen en el Uruguay desde

el s iglo XVII pero despueacutes de la expulsioacuten de los jesuiacutetas en 1767

l legan desde el nor te en abul tado nuacutemero e l tape mis ionero formaraacute

en el s iglo XVIII el nuacutecleo tr ibal de maacutes eficaz tendencia civil izadora

En numerosos

documentes

de f ines de esta centuria se habla de

los indios muacutesicos que acompantildeaban con f lautas tambor i les ar

pas y guitarras los oficios religiosos en las iglesias coloniales del

Uruguay actual en muchos casos se ref ieren concretamente a indios

misioneros Sin embargo el guaraniacute es en nuestro paiacutes un emigrado

cosa que no ocurre as iacute con el grupo chanaacute-charruacutea que ha dejado

en sus paraderos y ta l leres recuerdos de su ances t ral permanencia

en nues t ro ter r i tor io a t raveacutes de una piedra ta l lada con bas tante es

mero y de una ceraacutemica incipiente que se hal la mdashexcepcionalmente

desde

luegomdash

ya en una etapa zoomorfa

Desde que la Repuacutebl ica Oriental comenzoacute a tener conciencia de

su his tor ia se ha venido repi t iendo con un empecinamiento cas i

di r iacutea ejemplar que nues t ro indio charruacutea ignoraba los mis ter ios es-

tremecedores de una deacutebil cantildea soplada con dulzura de una cuerda

pulsada con des t reza de un parche o una madera bat idos a un r i tmo

exacto de una garganta en f in que sirviera para otra cosa que para

una gutural inf lexioacuten de pr imar io lenguaje o un bronco gr i to de

ances t ral barbar ie guerrera

La supuesta afirmacioacuten de que los charruacuteas no soacutelo desconociacutean

canciones e instrumentos sino hasta el ejercicio de la danza l legoacute

hasta el gabinete de trabajo del maacutes serio investigador alemaacuten de la

edad contemporaacutenea en esta uacutelt ima expresioacuten esteacutetica Curt Sachs

quien en su impor tante His tor ia Universal de la danza anota es tas

prudentes palabras soacutelo con reservas debemos aceptar vers iones re

lat ivas a los pueblos que no danzan De acuerdo con las fuentes

originales de informacioacuten los indios

charruacuteas

uruguayos y los

gua

raniacutees

brasilentildeos no poseen danzas de conjunto No obstante se sabe

hoy en diacutea que los

guaraniacutees

al menos ejecutan danzas acompasadas

acompantildeaacutendose con rudimentar ios tambores fabr icados con cor teza

de calabaza bailes eacutestos que no parecen ser de reciente adop

cioacuten (3)

mdash

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Las referencias de Azara

Mas he aquiacute que a quien escribe estas l iacuteneas dioacutele por seguir el

hilo de tal aserto y halloacute al cabo de pacientes vigil ias que todas

entieacutendase bien todas esas referencias veniacutean a morir en unas bre

ves palabras de Don Feacutelix de Azara estampadas en sus famosos Via

jes por la Ameacuterica Meridional real izados en las pos t r imer iacuteas del

siglo

XVIII

y publicados al amanecer del s iguiente (4)

Dice Azara que los charruacuteas no conocen ni juegos ni bailes ni

canciones ni instrumentos de muacutesica ni sociedades o conversaciones

ociosas (5) y al referirse a los minuanes aplicando sospechosamen

te hasta las mismas palabras agrega Otro tanto digo de su falta de

religioacuten de educacioacuten de leyes de recompensas de castigos de dan

zas de canciones de instrumentos de muacutesica de juegos

de

socieda

des y de conversaciones ociosas (6)

Aunque Azara se preocupa de adver t i rnos lo contrar io en su proacute

logo a la Descripcioacuten e historia del Paraguay y del Riacuteo de la Plata

bien sabida es su acti tud despectiva hacia nuestros aboriacutegenes a quie

nes teniacutea casi como una especie intermedia entre el hombre y los

animales Su falta de sensibil idad antropoloacutegica al lado de tantas

vir tudes de seriedad cientiacutef ica que lo adornan se evidencia en estas

palabras que dedica a los charruacuteas Han

tenido

el mismo maes tro

de lengua que ensentildeoacute a los perros a ladrar de la misma manera en

todos los paiacuteses y hasta al resaltar algunas de sus naturales predis

pos iciones subraya Todas es tas cual idades parecen aproximar les a

los cuadruacutepedos para entus iasmarse luego con es te peyorat ivo pa

rangoacuten y agregar Asimismo pueden tener cier ta relacioacuten con las

aves por la fuerza y agudeza de su vista con lo cual los hace des

cender un escaloacuten maacutes dentro de la escala zooloacutegica

Nues t ros charruacuteas vivieron por cier to

bajo

un signo sangriento

y doloroso desde la muer te de Juan Diacuteaz de

Soliacutes

hasta su destruccioacuten

y

mata nza en el Queguay en 1831 Desp ueacutes los histo riad ore s se en

cargaron de esculpir en su laacutepida una leyenda negra que es taacute pidien

do imperativamente una revisioacuten Bien es verdad que ellos se defen

dieron cerraacutendose a todo contacto extrantildeo

en

quistaacuten dose en su

pr imit iva organizacioacuten social has ta su muer te que como nuacutecleo t r i

bal se produce en los primeros antildeos del s iglo XIX

La primera referencia musical de 1531

Empero las referencias de Azara no son las uacutenicas fuentes para

el estudio de ellos En materia sonora existen otras referencias que

no

concuerdan

con las aseveraciones del viajero y que hasta la fecha

no han sido sopesadas Vamos a referirnos a el las

Descubier to el Riacuteo de la Plata y has ta la l legada del pr imer ade

lantado en 1535 se conservan preciosos documentos de los diarios de

navegacioacuten de aventureros geoacutegrafos y conquistadores portugueses y

espantildeoles En uno de los primeros documentos f idedignos de esos

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t iempos oscuros hal lamos una extrantildea referencia musical sobre los

char ruacuteas En e l memorable Diar io da Navegagaacuteo de Pero Lopes

de Sousa declara eacuteste que el 25 de octubre de 1531 desembarcaron

sus hombres en la playa del puer to de Maldonado para abas tecerse

de agua Los charruacuteas se les acercaron temerosos primero y confia

dos luego recibieacutendolos com grandes choros e cant igas mui tr is

t e s (7) Antonio Serrano sos t iene que se t rataba de chanaacutees es ta

opinioacuten no inval ida el intereacutes de la referencia por cuanto de todas

maneras se ref iere a una t r ibu del grupo

c h a n aacute -c h a r ruacute a

r ad icado

en nues t ro paiacutes en los albores de la conquis ta Durante mucho t iempo

creiacutemos que la palabra cant iga es taba cons ignada en el diar io bajo

su acepcioacuten popular de his tor ia poco veros iacutemil que se cuenta con

el f in de engantildear expres ioacuten por tuguesa que ha pasado al leacutexico

cr iol lo r ioplatense en es ta conocida locucioacuten iexclno me vengas con

cant ig as Sin em bargo es ta acepcioacuten es de data re lat ivam ente re

ciente al punto de que en los diccionarios portugueses anteriores al

1800 no f igura en cambio se emplea s iempre como s inoacutenimo de

copla de versos menores para se cantar (8) Jus tamente lo que

define la can tiga como he ch o mu sical es la brev ed ad de su estrofa

Por ot ro lado al decir cant igas mui t r i s tes Pero Lopes de Souza

desecha la idea de que fueran engantildeos o zalemas porque des

conocida cas i como era para eacutel la lengua nat iva e l adjet ivo t r is te

soacutelo t iene sentido aplicado a la expresioacuten de la melodiacutea

El primitivo instrumental charruacutea de 1573

En 1573 un cleacuter igo de armas tom ar Ma r t iacuten del Barco Cente

nera ex t rementildeo de nac imiento l l ega a l as Ind ias acompantildeando en

cal idad de Arcediano del Riacuteo de la Plata la expedicioacuten de Ort iz

de Zarate Baja en Diciembre de 1573 en San Gabr iel e interviene en

el combate l ibrado entre las hues tes del Adelantado y los charruacuteas

comandados por Zapicaacuten En Mayo del antildeo siguiente asiste a la re

vancha de Garay en San Salvador en la misma cos ta uruguaya donde

perece el cacique charruacutea Tras aventuras s in cuento de vuel ta al

viejo mundo publ ica en Lisboa en 1602 su poema Argent ina y con

quista del Riacuteo de la Plata (9) croacutenica r imada de sus andanzas por

lejanas t ierras Descontadas sus infanti les fantaseosidades

mdashanimales

miacuteticos etcmdash que por otro lado estaacuten ausentes de los certeros relatos

en que como tes t igo presencial habla en pr imera persona es ta obra

es un documento directo pero de farragosa escri tura a traveacutes de sus

1340 octavas reales En ella al relatar el combate de San Gabriel

desarrol lado en t ier ra or iental nos t rae la pr imera referencia de un

ins t rumenta l char ruacutea

El gapiacutecano exercito veniacutea

Con trompas y bozinas resonando

Al sol la poluadera oscureciacutea

La tierra del tropel estaacute temblando

(Canto XI es t rofa 18)

mdash

24 2

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fragmento eacuteste que se complementa con otro del combate de San Sal

vador en 1574 por curioso destino dos de los momentos de maacutes le

vantada entonacioacuten l i teraria de casi todo el poema de una versif i

cacioacuten rotunda y de un color real is ta de pr imera agua

Doze cauallos solos se ensillaron

El

Capitaacuten

con onze compantildeeros

Que muchas de las sillas se mojaron

Salieron veynte y dos arcabuzeros

Los ba rbaros a vista se llegaron

Con orden y aparato de guerreros

Con trompas y bozinas y atambores

Hundiendo todo el campo y rededores

(Canto XIV es t rofa 4)

iquestFueacute una simple l icencia l i teraria o un r ipio la inclusioacuten de es

tos t res ins t rumentos dentro del relato iquestPoseiacutean por lo menos dos

ins t rumentos a viento y un membranoacutefono los charruacuteas antes de la

conquis ta

Lo certero es que Barco Centenera oyoacute mdashbajo pa labra de honor

desde luego

mdasha

los charruacuteas acompantildearse de ins t rumentos musicales

para la accioacuten guerrera Y lo extrantildeo hubiera s ido precisamente que

el lo no ocurr iera cuando en toda la Ameacuterica Meridional y en las

tr ibus vecinas sobre todo los cronistas de consuno afirman la pre

sencia y juego de ins t rumentos pre-colombinos

Instrumental practicado por indiacutegenas en el Uruguay

Antildeo

1573

1573

1574

1627

1680

1680

1680

1808

1808

1808

1808

1815

1815

1815

1825

1832

Instrumento

T r o m p a s

Bocinas

A t a m b o r e s

Vihuela de arco

P inco l los

Piacutefanos

F lau tas

T a m b o r i l e s

F lau tas

T a m b o r e s

Tr iaacutengu lo

Vio l iacuten

T r i aacute n g u l o

T a m b o r a

Boc ina de guampa

Arco mus ica l

Indiacutegenas que lo practicaban

CharruacuteasChar ruacuteas

Char ruacuteas

Guaran iacutees

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Char ruacuteas

Charruacuteas (

G u a r a n iacute e s

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

)

Localidad o paraje

San Gabrie lSan Gabrie l

San Salvador

R iacute o U r u g u a y ( L it or al

o r ien ta l )

Co lon ia de l Sac ramen to

Colonia del Sacramento

Colon ia de l Sac ramen to

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto Domingo de Sor iano

Canelones

Cane lones

Cane lones

Cen t ro de l pa iacute s

Noroeste del paiacutes

Origen

Pre-colombino

Pre-colombino

Pre -co lombino

Mis ionero

Pre -co lombino

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Post-colombino

Pre -co lombino

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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17

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3450

N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

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8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

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STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

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and Musicians

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BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

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Sant iago de Chile 1900

R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

( T e x t o )

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a r t iacute cu lo en

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ricano de M uacutesica

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paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 6: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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Desde el punto de vista musical excepto en la chana no se observa

en las tr ibus restantes ninguacuten sincretismo con el arte sonoro europeo

Bien es verdad que la documentacioacuten es de extraordinar ia rareza ya

que encerrados en sus pr imit ivas organizaciones t r ibales mueren antes

de dejarse penetrar por la conquis ta mis ionera y menos auacuten se so

meten a un reacutegimen civi l de mitayos o encomenderos espantildeoles Como

organizacioacuten social diferenciada en los primeros antildeos del s iglo XIX

el grupo chanaacute-charruacutea ha desaparecido las expediciones y ma

tanzas de 1831 y 1832 se dir igen hacia un turbio conglomerado de

indios alzados s in definicioacuten eacutetnica donde se mezclan tambieacuten los

grupos tupiacute-guaraniacutees

2deg) El gru po tu piacute- gu ara niacute que t iene su asiento en la oacuterb ita

del Paraguay y cubre las antiguas Misiones Orientales enviacutea a traveacutes

de los tapes su mejor representacioacuten Existen en el Uruguay desde

el s iglo XVII pero despueacutes de la expulsioacuten de los jesuiacutetas en 1767

l legan desde el nor te en abul tado nuacutemero e l tape mis ionero formaraacute

en el s iglo XVIII el nuacutecleo tr ibal de maacutes eficaz tendencia civil izadora

En numerosos

documentes

de f ines de esta centuria se habla de

los indios muacutesicos que acompantildeaban con f lautas tambor i les ar

pas y guitarras los oficios religiosos en las iglesias coloniales del

Uruguay actual en muchos casos se ref ieren concretamente a indios

misioneros Sin embargo el guaraniacute es en nuestro paiacutes un emigrado

cosa que no ocurre as iacute con el grupo chanaacute-charruacutea que ha dejado

en sus paraderos y ta l leres recuerdos de su ances t ral permanencia

en nues t ro ter r i tor io a t raveacutes de una piedra ta l lada con bas tante es

mero y de una ceraacutemica incipiente que se hal la mdashexcepcionalmente

desde

luegomdash

ya en una etapa zoomorfa

Desde que la Repuacutebl ica Oriental comenzoacute a tener conciencia de

su his tor ia se ha venido repi t iendo con un empecinamiento cas i

di r iacutea ejemplar que nues t ro indio charruacutea ignoraba los mis ter ios es-

tremecedores de una deacutebil cantildea soplada con dulzura de una cuerda

pulsada con des t reza de un parche o una madera bat idos a un r i tmo

exacto de una garganta en f in que sirviera para otra cosa que para

una gutural inf lexioacuten de pr imar io lenguaje o un bronco gr i to de

ances t ral barbar ie guerrera

La supuesta afirmacioacuten de que los charruacuteas no soacutelo desconociacutean

canciones e instrumentos sino hasta el ejercicio de la danza l legoacute

hasta el gabinete de trabajo del maacutes serio investigador alemaacuten de la

edad contemporaacutenea en esta uacutelt ima expresioacuten esteacutetica Curt Sachs

quien en su impor tante His tor ia Universal de la danza anota es tas

prudentes palabras soacutelo con reservas debemos aceptar vers iones re

lat ivas a los pueblos que no danzan De acuerdo con las fuentes

originales de informacioacuten los indios

charruacuteas

uruguayos y los

gua

raniacutees

brasilentildeos no poseen danzas de conjunto No obstante se sabe

hoy en diacutea que los

guaraniacutees

al menos ejecutan danzas acompasadas

acompantildeaacutendose con rudimentar ios tambores fabr icados con cor teza

de calabaza bailes eacutestos que no parecen ser de reciente adop

cioacuten (3)

mdash

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mdash

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Las referencias de Azara

Mas he aquiacute que a quien escribe estas l iacuteneas dioacutele por seguir el

hilo de tal aserto y halloacute al cabo de pacientes vigil ias que todas

entieacutendase bien todas esas referencias veniacutean a morir en unas bre

ves palabras de Don Feacutelix de Azara estampadas en sus famosos Via

jes por la Ameacuterica Meridional real izados en las pos t r imer iacuteas del

siglo

XVIII

y publicados al amanecer del s iguiente (4)

Dice Azara que los charruacuteas no conocen ni juegos ni bailes ni

canciones ni instrumentos de muacutesica ni sociedades o conversaciones

ociosas (5) y al referirse a los minuanes aplicando sospechosamen

te hasta las mismas palabras agrega Otro tanto digo de su falta de

religioacuten de educacioacuten de leyes de recompensas de castigos de dan

zas de canciones de instrumentos de muacutesica de juegos

de

socieda

des y de conversaciones ociosas (6)

Aunque Azara se preocupa de adver t i rnos lo contrar io en su proacute

logo a la Descripcioacuten e historia del Paraguay y del Riacuteo de la Plata

bien sabida es su acti tud despectiva hacia nuestros aboriacutegenes a quie

nes teniacutea casi como una especie intermedia entre el hombre y los

animales Su falta de sensibil idad antropoloacutegica al lado de tantas

vir tudes de seriedad cientiacutef ica que lo adornan se evidencia en estas

palabras que dedica a los charruacuteas Han

tenido

el mismo maes tro

de lengua que ensentildeoacute a los perros a ladrar de la misma manera en

todos los paiacuteses y hasta al resaltar algunas de sus naturales predis

pos iciones subraya Todas es tas cual idades parecen aproximar les a

los cuadruacutepedos para entus iasmarse luego con es te peyorat ivo pa

rangoacuten y agregar Asimismo pueden tener cier ta relacioacuten con las

aves por la fuerza y agudeza de su vista con lo cual los hace des

cender un escaloacuten maacutes dentro de la escala zooloacutegica

Nues t ros charruacuteas vivieron por cier to

bajo

un signo sangriento

y doloroso desde la muer te de Juan Diacuteaz de

Soliacutes

hasta su destruccioacuten

y

mata nza en el Queguay en 1831 Desp ueacutes los histo riad ore s se en

cargaron de esculpir en su laacutepida una leyenda negra que es taacute pidien

do imperativamente una revisioacuten Bien es verdad que ellos se defen

dieron cerraacutendose a todo contacto extrantildeo

en

quistaacuten dose en su

pr imit iva organizacioacuten social has ta su muer te que como nuacutecleo t r i

bal se produce en los primeros antildeos del s iglo XIX

La primera referencia musical de 1531

Empero las referencias de Azara no son las uacutenicas fuentes para

el estudio de ellos En materia sonora existen otras referencias que

no

concuerdan

con las aseveraciones del viajero y que hasta la fecha

no han sido sopesadas Vamos a referirnos a el las

Descubier to el Riacuteo de la Plata y has ta la l legada del pr imer ade

lantado en 1535 se conservan preciosos documentos de los diarios de

navegacioacuten de aventureros geoacutegrafos y conquistadores portugueses y

espantildeoles En uno de los primeros documentos f idedignos de esos

mdash 241 mdash

16

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t iempos oscuros hal lamos una extrantildea referencia musical sobre los

char ruacuteas En e l memorable Diar io da Navegagaacuteo de Pero Lopes

de Sousa declara eacuteste que el 25 de octubre de 1531 desembarcaron

sus hombres en la playa del puer to de Maldonado para abas tecerse

de agua Los charruacuteas se les acercaron temerosos primero y confia

dos luego recibieacutendolos com grandes choros e cant igas mui tr is

t e s (7) Antonio Serrano sos t iene que se t rataba de chanaacutees es ta

opinioacuten no inval ida el intereacutes de la referencia por cuanto de todas

maneras se ref iere a una t r ibu del grupo

c h a n aacute -c h a r ruacute a

r ad icado

en nues t ro paiacutes en los albores de la conquis ta Durante mucho t iempo

creiacutemos que la palabra cant iga es taba cons ignada en el diar io bajo

su acepcioacuten popular de his tor ia poco veros iacutemil que se cuenta con

el f in de engantildear expres ioacuten por tuguesa que ha pasado al leacutexico

cr iol lo r ioplatense en es ta conocida locucioacuten iexclno me vengas con

cant ig as Sin em bargo es ta acepcioacuten es de data re lat ivam ente re

ciente al punto de que en los diccionarios portugueses anteriores al

1800 no f igura en cambio se emplea s iempre como s inoacutenimo de

copla de versos menores para se cantar (8) Jus tamente lo que

define la can tiga como he ch o mu sical es la brev ed ad de su estrofa

Por ot ro lado al decir cant igas mui t r i s tes Pero Lopes de Souza

desecha la idea de que fueran engantildeos o zalemas porque des

conocida cas i como era para eacutel la lengua nat iva e l adjet ivo t r is te

soacutelo t iene sentido aplicado a la expresioacuten de la melodiacutea

El primitivo instrumental charruacutea de 1573

En 1573 un cleacuter igo de armas tom ar Ma r t iacuten del Barco Cente

nera ex t rementildeo de nac imiento l l ega a l as Ind ias acompantildeando en

cal idad de Arcediano del Riacuteo de la Plata la expedicioacuten de Ort iz

de Zarate Baja en Diciembre de 1573 en San Gabr iel e interviene en

el combate l ibrado entre las hues tes del Adelantado y los charruacuteas

comandados por Zapicaacuten En Mayo del antildeo siguiente asiste a la re

vancha de Garay en San Salvador en la misma cos ta uruguaya donde

perece el cacique charruacutea Tras aventuras s in cuento de vuel ta al

viejo mundo publ ica en Lisboa en 1602 su poema Argent ina y con

quista del Riacuteo de la Plata (9) croacutenica r imada de sus andanzas por

lejanas t ierras Descontadas sus infanti les fantaseosidades

mdashanimales

miacuteticos etcmdash que por otro lado estaacuten ausentes de los certeros relatos

en que como tes t igo presencial habla en pr imera persona es ta obra

es un documento directo pero de farragosa escri tura a traveacutes de sus

1340 octavas reales En ella al relatar el combate de San Gabriel

desarrol lado en t ier ra or iental nos t rae la pr imera referencia de un

ins t rumenta l char ruacutea

El gapiacutecano exercito veniacutea

Con trompas y bozinas resonando

Al sol la poluadera oscureciacutea

La tierra del tropel estaacute temblando

(Canto XI es t rofa 18)

mdash

24 2

mdash

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fragmento eacuteste que se complementa con otro del combate de San Sal

vador en 1574 por curioso destino dos de los momentos de maacutes le

vantada entonacioacuten l i teraria de casi todo el poema de una versif i

cacioacuten rotunda y de un color real is ta de pr imera agua

Doze cauallos solos se ensillaron

El

Capitaacuten

con onze compantildeeros

Que muchas de las sillas se mojaron

Salieron veynte y dos arcabuzeros

Los ba rbaros a vista se llegaron

Con orden y aparato de guerreros

Con trompas y bozinas y atambores

Hundiendo todo el campo y rededores

(Canto XIV es t rofa 4)

iquestFueacute una simple l icencia l i teraria o un r ipio la inclusioacuten de es

tos t res ins t rumentos dentro del relato iquestPoseiacutean por lo menos dos

ins t rumentos a viento y un membranoacutefono los charruacuteas antes de la

conquis ta

Lo certero es que Barco Centenera oyoacute mdashbajo pa labra de honor

desde luego

mdasha

los charruacuteas acompantildearse de ins t rumentos musicales

para la accioacuten guerrera Y lo extrantildeo hubiera s ido precisamente que

el lo no ocurr iera cuando en toda la Ameacuterica Meridional y en las

tr ibus vecinas sobre todo los cronistas de consuno afirman la pre

sencia y juego de ins t rumentos pre-colombinos

Instrumental practicado por indiacutegenas en el Uruguay

Antildeo

1573

1573

1574

1627

1680

1680

1680

1808

1808

1808

1808

1815

1815

1815

1825

1832

Instrumento

T r o m p a s

Bocinas

A t a m b o r e s

Vihuela de arco

P inco l los

Piacutefanos

F lau tas

T a m b o r i l e s

F lau tas

T a m b o r e s

Tr iaacutengu lo

Vio l iacuten

T r i aacute n g u l o

T a m b o r a

Boc ina de guampa

Arco mus ica l

Indiacutegenas que lo practicaban

CharruacuteasChar ruacuteas

Char ruacuteas

Guaran iacutees

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Char ruacuteas

Charruacuteas (

G u a r a n iacute e s

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

)

Localidad o paraje

San Gabrie lSan Gabrie l

San Salvador

R iacute o U r u g u a y ( L it or al

o r ien ta l )

Co lon ia de l Sac ramen to

Colonia del Sacramento

Colon ia de l Sac ramen to

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto Domingo de Sor iano

Canelones

Cane lones

Cane lones

Cen t ro de l pa iacute s

Noroeste del paiacutes

Origen

Pre-colombino

Pre-colombino

Pre -co lombino

Mis ionero

Pre -co lombino

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Post-colombino

Pre -co lombino

243

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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253

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

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Atti del XXII Congreso

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(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

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Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

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W

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Ufe

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L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

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R

ET

M

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Mittelamericanische

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l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 7: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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Desde el punto de vista musical excepto en la chana no se observa

en las tr ibus restantes ninguacuten sincretismo con el arte sonoro europeo

Bien es verdad que la documentacioacuten es de extraordinar ia rareza ya

que encerrados en sus pr imit ivas organizaciones t r ibales mueren antes

de dejarse penetrar por la conquis ta mis ionera y menos auacuten se so

meten a un reacutegimen civi l de mitayos o encomenderos espantildeoles Como

organizacioacuten social diferenciada en los primeros antildeos del s iglo XIX

el grupo chanaacute-charruacutea ha desaparecido las expediciones y ma

tanzas de 1831 y 1832 se dir igen hacia un turbio conglomerado de

indios alzados s in definicioacuten eacutetnica donde se mezclan tambieacuten los

grupos tupiacute-guaraniacutees

2deg) El gru po tu piacute- gu ara niacute que t iene su asiento en la oacuterb ita

del Paraguay y cubre las antiguas Misiones Orientales enviacutea a traveacutes

de los tapes su mejor representacioacuten Existen en el Uruguay desde

el s iglo XVII pero despueacutes de la expulsioacuten de los jesuiacutetas en 1767

l legan desde el nor te en abul tado nuacutemero e l tape mis ionero formaraacute

en el s iglo XVIII el nuacutecleo tr ibal de maacutes eficaz tendencia civil izadora

En numerosos

documentes

de f ines de esta centuria se habla de

los indios muacutesicos que acompantildeaban con f lautas tambor i les ar

pas y guitarras los oficios religiosos en las iglesias coloniales del

Uruguay actual en muchos casos se ref ieren concretamente a indios

misioneros Sin embargo el guaraniacute es en nuestro paiacutes un emigrado

cosa que no ocurre as iacute con el grupo chanaacute-charruacutea que ha dejado

en sus paraderos y ta l leres recuerdos de su ances t ral permanencia

en nues t ro ter r i tor io a t raveacutes de una piedra ta l lada con bas tante es

mero y de una ceraacutemica incipiente que se hal la mdashexcepcionalmente

desde

luegomdash

ya en una etapa zoomorfa

Desde que la Repuacutebl ica Oriental comenzoacute a tener conciencia de

su his tor ia se ha venido repi t iendo con un empecinamiento cas i

di r iacutea ejemplar que nues t ro indio charruacutea ignoraba los mis ter ios es-

tremecedores de una deacutebil cantildea soplada con dulzura de una cuerda

pulsada con des t reza de un parche o una madera bat idos a un r i tmo

exacto de una garganta en f in que sirviera para otra cosa que para

una gutural inf lexioacuten de pr imar io lenguaje o un bronco gr i to de

ances t ral barbar ie guerrera

La supuesta afirmacioacuten de que los charruacuteas no soacutelo desconociacutean

canciones e instrumentos sino hasta el ejercicio de la danza l legoacute

hasta el gabinete de trabajo del maacutes serio investigador alemaacuten de la

edad contemporaacutenea en esta uacutelt ima expresioacuten esteacutetica Curt Sachs

quien en su impor tante His tor ia Universal de la danza anota es tas

prudentes palabras soacutelo con reservas debemos aceptar vers iones re

lat ivas a los pueblos que no danzan De acuerdo con las fuentes

originales de informacioacuten los indios

charruacuteas

uruguayos y los

gua

raniacutees

brasilentildeos no poseen danzas de conjunto No obstante se sabe

hoy en diacutea que los

guaraniacutees

al menos ejecutan danzas acompasadas

acompantildeaacutendose con rudimentar ios tambores fabr icados con cor teza

de calabaza bailes eacutestos que no parecen ser de reciente adop

cioacuten (3)

mdash

240

mdash

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Las referencias de Azara

Mas he aquiacute que a quien escribe estas l iacuteneas dioacutele por seguir el

hilo de tal aserto y halloacute al cabo de pacientes vigil ias que todas

entieacutendase bien todas esas referencias veniacutean a morir en unas bre

ves palabras de Don Feacutelix de Azara estampadas en sus famosos Via

jes por la Ameacuterica Meridional real izados en las pos t r imer iacuteas del

siglo

XVIII

y publicados al amanecer del s iguiente (4)

Dice Azara que los charruacuteas no conocen ni juegos ni bailes ni

canciones ni instrumentos de muacutesica ni sociedades o conversaciones

ociosas (5) y al referirse a los minuanes aplicando sospechosamen

te hasta las mismas palabras agrega Otro tanto digo de su falta de

religioacuten de educacioacuten de leyes de recompensas de castigos de dan

zas de canciones de instrumentos de muacutesica de juegos

de

socieda

des y de conversaciones ociosas (6)

Aunque Azara se preocupa de adver t i rnos lo contrar io en su proacute

logo a la Descripcioacuten e historia del Paraguay y del Riacuteo de la Plata

bien sabida es su acti tud despectiva hacia nuestros aboriacutegenes a quie

nes teniacutea casi como una especie intermedia entre el hombre y los

animales Su falta de sensibil idad antropoloacutegica al lado de tantas

vir tudes de seriedad cientiacutef ica que lo adornan se evidencia en estas

palabras que dedica a los charruacuteas Han

tenido

el mismo maes tro

de lengua que ensentildeoacute a los perros a ladrar de la misma manera en

todos los paiacuteses y hasta al resaltar algunas de sus naturales predis

pos iciones subraya Todas es tas cual idades parecen aproximar les a

los cuadruacutepedos para entus iasmarse luego con es te peyorat ivo pa

rangoacuten y agregar Asimismo pueden tener cier ta relacioacuten con las

aves por la fuerza y agudeza de su vista con lo cual los hace des

cender un escaloacuten maacutes dentro de la escala zooloacutegica

Nues t ros charruacuteas vivieron por cier to

bajo

un signo sangriento

y doloroso desde la muer te de Juan Diacuteaz de

Soliacutes

hasta su destruccioacuten

y

mata nza en el Queguay en 1831 Desp ueacutes los histo riad ore s se en

cargaron de esculpir en su laacutepida una leyenda negra que es taacute pidien

do imperativamente una revisioacuten Bien es verdad que ellos se defen

dieron cerraacutendose a todo contacto extrantildeo

en

quistaacuten dose en su

pr imit iva organizacioacuten social has ta su muer te que como nuacutecleo t r i

bal se produce en los primeros antildeos del s iglo XIX

La primera referencia musical de 1531

Empero las referencias de Azara no son las uacutenicas fuentes para

el estudio de ellos En materia sonora existen otras referencias que

no

concuerdan

con las aseveraciones del viajero y que hasta la fecha

no han sido sopesadas Vamos a referirnos a el las

Descubier to el Riacuteo de la Plata y has ta la l legada del pr imer ade

lantado en 1535 se conservan preciosos documentos de los diarios de

navegacioacuten de aventureros geoacutegrafos y conquistadores portugueses y

espantildeoles En uno de los primeros documentos f idedignos de esos

mdash 241 mdash

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t iempos oscuros hal lamos una extrantildea referencia musical sobre los

char ruacuteas En e l memorable Diar io da Navegagaacuteo de Pero Lopes

de Sousa declara eacuteste que el 25 de octubre de 1531 desembarcaron

sus hombres en la playa del puer to de Maldonado para abas tecerse

de agua Los charruacuteas se les acercaron temerosos primero y confia

dos luego recibieacutendolos com grandes choros e cant igas mui tr is

t e s (7) Antonio Serrano sos t iene que se t rataba de chanaacutees es ta

opinioacuten no inval ida el intereacutes de la referencia por cuanto de todas

maneras se ref iere a una t r ibu del grupo

c h a n aacute -c h a r ruacute a

r ad icado

en nues t ro paiacutes en los albores de la conquis ta Durante mucho t iempo

creiacutemos que la palabra cant iga es taba cons ignada en el diar io bajo

su acepcioacuten popular de his tor ia poco veros iacutemil que se cuenta con

el f in de engantildear expres ioacuten por tuguesa que ha pasado al leacutexico

cr iol lo r ioplatense en es ta conocida locucioacuten iexclno me vengas con

cant ig as Sin em bargo es ta acepcioacuten es de data re lat ivam ente re

ciente al punto de que en los diccionarios portugueses anteriores al

1800 no f igura en cambio se emplea s iempre como s inoacutenimo de

copla de versos menores para se cantar (8) Jus tamente lo que

define la can tiga como he ch o mu sical es la brev ed ad de su estrofa

Por ot ro lado al decir cant igas mui t r i s tes Pero Lopes de Souza

desecha la idea de que fueran engantildeos o zalemas porque des

conocida cas i como era para eacutel la lengua nat iva e l adjet ivo t r is te

soacutelo t iene sentido aplicado a la expresioacuten de la melodiacutea

El primitivo instrumental charruacutea de 1573

En 1573 un cleacuter igo de armas tom ar Ma r t iacuten del Barco Cente

nera ex t rementildeo de nac imiento l l ega a l as Ind ias acompantildeando en

cal idad de Arcediano del Riacuteo de la Plata la expedicioacuten de Ort iz

de Zarate Baja en Diciembre de 1573 en San Gabr iel e interviene en

el combate l ibrado entre las hues tes del Adelantado y los charruacuteas

comandados por Zapicaacuten En Mayo del antildeo siguiente asiste a la re

vancha de Garay en San Salvador en la misma cos ta uruguaya donde

perece el cacique charruacutea Tras aventuras s in cuento de vuel ta al

viejo mundo publ ica en Lisboa en 1602 su poema Argent ina y con

quista del Riacuteo de la Plata (9) croacutenica r imada de sus andanzas por

lejanas t ierras Descontadas sus infanti les fantaseosidades

mdashanimales

miacuteticos etcmdash que por otro lado estaacuten ausentes de los certeros relatos

en que como tes t igo presencial habla en pr imera persona es ta obra

es un documento directo pero de farragosa escri tura a traveacutes de sus

1340 octavas reales En ella al relatar el combate de San Gabriel

desarrol lado en t ier ra or iental nos t rae la pr imera referencia de un

ins t rumenta l char ruacutea

El gapiacutecano exercito veniacutea

Con trompas y bozinas resonando

Al sol la poluadera oscureciacutea

La tierra del tropel estaacute temblando

(Canto XI es t rofa 18)

mdash

24 2

mdash

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fragmento eacuteste que se complementa con otro del combate de San Sal

vador en 1574 por curioso destino dos de los momentos de maacutes le

vantada entonacioacuten l i teraria de casi todo el poema de una versif i

cacioacuten rotunda y de un color real is ta de pr imera agua

Doze cauallos solos se ensillaron

El

Capitaacuten

con onze compantildeeros

Que muchas de las sillas se mojaron

Salieron veynte y dos arcabuzeros

Los ba rbaros a vista se llegaron

Con orden y aparato de guerreros

Con trompas y bozinas y atambores

Hundiendo todo el campo y rededores

(Canto XIV es t rofa 4)

iquestFueacute una simple l icencia l i teraria o un r ipio la inclusioacuten de es

tos t res ins t rumentos dentro del relato iquestPoseiacutean por lo menos dos

ins t rumentos a viento y un membranoacutefono los charruacuteas antes de la

conquis ta

Lo certero es que Barco Centenera oyoacute mdashbajo pa labra de honor

desde luego

mdasha

los charruacuteas acompantildearse de ins t rumentos musicales

para la accioacuten guerrera Y lo extrantildeo hubiera s ido precisamente que

el lo no ocurr iera cuando en toda la Ameacuterica Meridional y en las

tr ibus vecinas sobre todo los cronistas de consuno afirman la pre

sencia y juego de ins t rumentos pre-colombinos

Instrumental practicado por indiacutegenas en el Uruguay

Antildeo

1573

1573

1574

1627

1680

1680

1680

1808

1808

1808

1808

1815

1815

1815

1825

1832

Instrumento

T r o m p a s

Bocinas

A t a m b o r e s

Vihuela de arco

P inco l los

Piacutefanos

F lau tas

T a m b o r i l e s

F lau tas

T a m b o r e s

Tr iaacutengu lo

Vio l iacuten

T r i aacute n g u l o

T a m b o r a

Boc ina de guampa

Arco mus ica l

Indiacutegenas que lo practicaban

CharruacuteasChar ruacuteas

Char ruacuteas

Guaran iacutees

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Char ruacuteas

Charruacuteas (

G u a r a n iacute e s

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

)

Localidad o paraje

San Gabrie lSan Gabrie l

San Salvador

R iacute o U r u g u a y ( L it or al

o r ien ta l )

Co lon ia de l Sac ramen to

Colonia del Sacramento

Colon ia de l Sac ramen to

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto Domingo de Sor iano

Canelones

Cane lones

Cane lones

Cen t ro de l pa iacute s

Noroeste del paiacutes

Origen

Pre-colombino

Pre-colombino

Pre -co lombino

Mis ionero

Pre -co lombino

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Post-colombino

Pre -co lombino

243

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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17

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

mdash

258

mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

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Busintana

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musikbage Ymer

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JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

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(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

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mdash 270

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httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3850

TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 8: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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Las referencias de Azara

Mas he aquiacute que a quien escribe estas l iacuteneas dioacutele por seguir el

hilo de tal aserto y halloacute al cabo de pacientes vigil ias que todas

entieacutendase bien todas esas referencias veniacutean a morir en unas bre

ves palabras de Don Feacutelix de Azara estampadas en sus famosos Via

jes por la Ameacuterica Meridional real izados en las pos t r imer iacuteas del

siglo

XVIII

y publicados al amanecer del s iguiente (4)

Dice Azara que los charruacuteas no conocen ni juegos ni bailes ni

canciones ni instrumentos de muacutesica ni sociedades o conversaciones

ociosas (5) y al referirse a los minuanes aplicando sospechosamen

te hasta las mismas palabras agrega Otro tanto digo de su falta de

religioacuten de educacioacuten de leyes de recompensas de castigos de dan

zas de canciones de instrumentos de muacutesica de juegos

de

socieda

des y de conversaciones ociosas (6)

Aunque Azara se preocupa de adver t i rnos lo contrar io en su proacute

logo a la Descripcioacuten e historia del Paraguay y del Riacuteo de la Plata

bien sabida es su acti tud despectiva hacia nuestros aboriacutegenes a quie

nes teniacutea casi como una especie intermedia entre el hombre y los

animales Su falta de sensibil idad antropoloacutegica al lado de tantas

vir tudes de seriedad cientiacutef ica que lo adornan se evidencia en estas

palabras que dedica a los charruacuteas Han

tenido

el mismo maes tro

de lengua que ensentildeoacute a los perros a ladrar de la misma manera en

todos los paiacuteses y hasta al resaltar algunas de sus naturales predis

pos iciones subraya Todas es tas cual idades parecen aproximar les a

los cuadruacutepedos para entus iasmarse luego con es te peyorat ivo pa

rangoacuten y agregar Asimismo pueden tener cier ta relacioacuten con las

aves por la fuerza y agudeza de su vista con lo cual los hace des

cender un escaloacuten maacutes dentro de la escala zooloacutegica

Nues t ros charruacuteas vivieron por cier to

bajo

un signo sangriento

y doloroso desde la muer te de Juan Diacuteaz de

Soliacutes

hasta su destruccioacuten

y

mata nza en el Queguay en 1831 Desp ueacutes los histo riad ore s se en

cargaron de esculpir en su laacutepida una leyenda negra que es taacute pidien

do imperativamente una revisioacuten Bien es verdad que ellos se defen

dieron cerraacutendose a todo contacto extrantildeo

en

quistaacuten dose en su

pr imit iva organizacioacuten social has ta su muer te que como nuacutecleo t r i

bal se produce en los primeros antildeos del s iglo XIX

La primera referencia musical de 1531

Empero las referencias de Azara no son las uacutenicas fuentes para

el estudio de ellos En materia sonora existen otras referencias que

no

concuerdan

con las aseveraciones del viajero y que hasta la fecha

no han sido sopesadas Vamos a referirnos a el las

Descubier to el Riacuteo de la Plata y has ta la l legada del pr imer ade

lantado en 1535 se conservan preciosos documentos de los diarios de

navegacioacuten de aventureros geoacutegrafos y conquistadores portugueses y

espantildeoles En uno de los primeros documentos f idedignos de esos

mdash 241 mdash

16

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t iempos oscuros hal lamos una extrantildea referencia musical sobre los

char ruacuteas En e l memorable Diar io da Navegagaacuteo de Pero Lopes

de Sousa declara eacuteste que el 25 de octubre de 1531 desembarcaron

sus hombres en la playa del puer to de Maldonado para abas tecerse

de agua Los charruacuteas se les acercaron temerosos primero y confia

dos luego recibieacutendolos com grandes choros e cant igas mui tr is

t e s (7) Antonio Serrano sos t iene que se t rataba de chanaacutees es ta

opinioacuten no inval ida el intereacutes de la referencia por cuanto de todas

maneras se ref iere a una t r ibu del grupo

c h a n aacute -c h a r ruacute a

r ad icado

en nues t ro paiacutes en los albores de la conquis ta Durante mucho t iempo

creiacutemos que la palabra cant iga es taba cons ignada en el diar io bajo

su acepcioacuten popular de his tor ia poco veros iacutemil que se cuenta con

el f in de engantildear expres ioacuten por tuguesa que ha pasado al leacutexico

cr iol lo r ioplatense en es ta conocida locucioacuten iexclno me vengas con

cant ig as Sin em bargo es ta acepcioacuten es de data re lat ivam ente re

ciente al punto de que en los diccionarios portugueses anteriores al

1800 no f igura en cambio se emplea s iempre como s inoacutenimo de

copla de versos menores para se cantar (8) Jus tamente lo que

define la can tiga como he ch o mu sical es la brev ed ad de su estrofa

Por ot ro lado al decir cant igas mui t r i s tes Pero Lopes de Souza

desecha la idea de que fueran engantildeos o zalemas porque des

conocida cas i como era para eacutel la lengua nat iva e l adjet ivo t r is te

soacutelo t iene sentido aplicado a la expresioacuten de la melodiacutea

El primitivo instrumental charruacutea de 1573

En 1573 un cleacuter igo de armas tom ar Ma r t iacuten del Barco Cente

nera ex t rementildeo de nac imiento l l ega a l as Ind ias acompantildeando en

cal idad de Arcediano del Riacuteo de la Plata la expedicioacuten de Ort iz

de Zarate Baja en Diciembre de 1573 en San Gabr iel e interviene en

el combate l ibrado entre las hues tes del Adelantado y los charruacuteas

comandados por Zapicaacuten En Mayo del antildeo siguiente asiste a la re

vancha de Garay en San Salvador en la misma cos ta uruguaya donde

perece el cacique charruacutea Tras aventuras s in cuento de vuel ta al

viejo mundo publ ica en Lisboa en 1602 su poema Argent ina y con

quista del Riacuteo de la Plata (9) croacutenica r imada de sus andanzas por

lejanas t ierras Descontadas sus infanti les fantaseosidades

mdashanimales

miacuteticos etcmdash que por otro lado estaacuten ausentes de los certeros relatos

en que como tes t igo presencial habla en pr imera persona es ta obra

es un documento directo pero de farragosa escri tura a traveacutes de sus

1340 octavas reales En ella al relatar el combate de San Gabriel

desarrol lado en t ier ra or iental nos t rae la pr imera referencia de un

ins t rumenta l char ruacutea

El gapiacutecano exercito veniacutea

Con trompas y bozinas resonando

Al sol la poluadera oscureciacutea

La tierra del tropel estaacute temblando

(Canto XI es t rofa 18)

mdash

24 2

mdash

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fragmento eacuteste que se complementa con otro del combate de San Sal

vador en 1574 por curioso destino dos de los momentos de maacutes le

vantada entonacioacuten l i teraria de casi todo el poema de una versif i

cacioacuten rotunda y de un color real is ta de pr imera agua

Doze cauallos solos se ensillaron

El

Capitaacuten

con onze compantildeeros

Que muchas de las sillas se mojaron

Salieron veynte y dos arcabuzeros

Los ba rbaros a vista se llegaron

Con orden y aparato de guerreros

Con trompas y bozinas y atambores

Hundiendo todo el campo y rededores

(Canto XIV es t rofa 4)

iquestFueacute una simple l icencia l i teraria o un r ipio la inclusioacuten de es

tos t res ins t rumentos dentro del relato iquestPoseiacutean por lo menos dos

ins t rumentos a viento y un membranoacutefono los charruacuteas antes de la

conquis ta

Lo certero es que Barco Centenera oyoacute mdashbajo pa labra de honor

desde luego

mdasha

los charruacuteas acompantildearse de ins t rumentos musicales

para la accioacuten guerrera Y lo extrantildeo hubiera s ido precisamente que

el lo no ocurr iera cuando en toda la Ameacuterica Meridional y en las

tr ibus vecinas sobre todo los cronistas de consuno afirman la pre

sencia y juego de ins t rumentos pre-colombinos

Instrumental practicado por indiacutegenas en el Uruguay

Antildeo

1573

1573

1574

1627

1680

1680

1680

1808

1808

1808

1808

1815

1815

1815

1825

1832

Instrumento

T r o m p a s

Bocinas

A t a m b o r e s

Vihuela de arco

P inco l los

Piacutefanos

F lau tas

T a m b o r i l e s

F lau tas

T a m b o r e s

Tr iaacutengu lo

Vio l iacuten

T r i aacute n g u l o

T a m b o r a

Boc ina de guampa

Arco mus ica l

Indiacutegenas que lo practicaban

CharruacuteasChar ruacuteas

Char ruacuteas

Guaran iacutees

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Char ruacuteas

Charruacuteas (

G u a r a n iacute e s

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

)

Localidad o paraje

San Gabrie lSan Gabrie l

San Salvador

R iacute o U r u g u a y ( L it or al

o r ien ta l )

Co lon ia de l Sac ramen to

Colonia del Sacramento

Colon ia de l Sac ramen to

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto Domingo de Sor iano

Canelones

Cane lones

Cane lones

Cen t ro de l pa iacute s

Noroeste del paiacutes

Origen

Pre-colombino

Pre-colombino

Pre -co lombino

Mis ionero

Pre -co lombino

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Post-colombino

Pre -co lombino

243

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

mdash 244 mdash

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

mdash 245 mdash

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

mdash

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mdash

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

The musical bow in California en Science paacuteg 274 New York

15 de F e b r e r o de 1901 ( D H a r c ou r t )

LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

Dictionary of

Music

and Musicians

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 9: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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t iempos oscuros hal lamos una extrantildea referencia musical sobre los

char ruacuteas En e l memorable Diar io da Navegagaacuteo de Pero Lopes

de Sousa declara eacuteste que el 25 de octubre de 1531 desembarcaron

sus hombres en la playa del puer to de Maldonado para abas tecerse

de agua Los charruacuteas se les acercaron temerosos primero y confia

dos luego recibieacutendolos com grandes choros e cant igas mui tr is

t e s (7) Antonio Serrano sos t iene que se t rataba de chanaacutees es ta

opinioacuten no inval ida el intereacutes de la referencia por cuanto de todas

maneras se ref iere a una t r ibu del grupo

c h a n aacute -c h a r ruacute a

r ad icado

en nues t ro paiacutes en los albores de la conquis ta Durante mucho t iempo

creiacutemos que la palabra cant iga es taba cons ignada en el diar io bajo

su acepcioacuten popular de his tor ia poco veros iacutemil que se cuenta con

el f in de engantildear expres ioacuten por tuguesa que ha pasado al leacutexico

cr iol lo r ioplatense en es ta conocida locucioacuten iexclno me vengas con

cant ig as Sin em bargo es ta acepcioacuten es de data re lat ivam ente re

ciente al punto de que en los diccionarios portugueses anteriores al

1800 no f igura en cambio se emplea s iempre como s inoacutenimo de

copla de versos menores para se cantar (8) Jus tamente lo que

define la can tiga como he ch o mu sical es la brev ed ad de su estrofa

Por ot ro lado al decir cant igas mui t r i s tes Pero Lopes de Souza

desecha la idea de que fueran engantildeos o zalemas porque des

conocida cas i como era para eacutel la lengua nat iva e l adjet ivo t r is te

soacutelo t iene sentido aplicado a la expresioacuten de la melodiacutea

El primitivo instrumental charruacutea de 1573

En 1573 un cleacuter igo de armas tom ar Ma r t iacuten del Barco Cente

nera ex t rementildeo de nac imiento l l ega a l as Ind ias acompantildeando en

cal idad de Arcediano del Riacuteo de la Plata la expedicioacuten de Ort iz

de Zarate Baja en Diciembre de 1573 en San Gabr iel e interviene en

el combate l ibrado entre las hues tes del Adelantado y los charruacuteas

comandados por Zapicaacuten En Mayo del antildeo siguiente asiste a la re

vancha de Garay en San Salvador en la misma cos ta uruguaya donde

perece el cacique charruacutea Tras aventuras s in cuento de vuel ta al

viejo mundo publ ica en Lisboa en 1602 su poema Argent ina y con

quista del Riacuteo de la Plata (9) croacutenica r imada de sus andanzas por

lejanas t ierras Descontadas sus infanti les fantaseosidades

mdashanimales

miacuteticos etcmdash que por otro lado estaacuten ausentes de los certeros relatos

en que como tes t igo presencial habla en pr imera persona es ta obra

es un documento directo pero de farragosa escri tura a traveacutes de sus

1340 octavas reales En ella al relatar el combate de San Gabriel

desarrol lado en t ier ra or iental nos t rae la pr imera referencia de un

ins t rumenta l char ruacutea

El gapiacutecano exercito veniacutea

Con trompas y bozinas resonando

Al sol la poluadera oscureciacutea

La tierra del tropel estaacute temblando

(Canto XI es t rofa 18)

mdash

24 2

mdash

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fragmento eacuteste que se complementa con otro del combate de San Sal

vador en 1574 por curioso destino dos de los momentos de maacutes le

vantada entonacioacuten l i teraria de casi todo el poema de una versif i

cacioacuten rotunda y de un color real is ta de pr imera agua

Doze cauallos solos se ensillaron

El

Capitaacuten

con onze compantildeeros

Que muchas de las sillas se mojaron

Salieron veynte y dos arcabuzeros

Los ba rbaros a vista se llegaron

Con orden y aparato de guerreros

Con trompas y bozinas y atambores

Hundiendo todo el campo y rededores

(Canto XIV es t rofa 4)

iquestFueacute una simple l icencia l i teraria o un r ipio la inclusioacuten de es

tos t res ins t rumentos dentro del relato iquestPoseiacutean por lo menos dos

ins t rumentos a viento y un membranoacutefono los charruacuteas antes de la

conquis ta

Lo certero es que Barco Centenera oyoacute mdashbajo pa labra de honor

desde luego

mdasha

los charruacuteas acompantildearse de ins t rumentos musicales

para la accioacuten guerrera Y lo extrantildeo hubiera s ido precisamente que

el lo no ocurr iera cuando en toda la Ameacuterica Meridional y en las

tr ibus vecinas sobre todo los cronistas de consuno afirman la pre

sencia y juego de ins t rumentos pre-colombinos

Instrumental practicado por indiacutegenas en el Uruguay

Antildeo

1573

1573

1574

1627

1680

1680

1680

1808

1808

1808

1808

1815

1815

1815

1825

1832

Instrumento

T r o m p a s

Bocinas

A t a m b o r e s

Vihuela de arco

P inco l los

Piacutefanos

F lau tas

T a m b o r i l e s

F lau tas

T a m b o r e s

Tr iaacutengu lo

Vio l iacuten

T r i aacute n g u l o

T a m b o r a

Boc ina de guampa

Arco mus ica l

Indiacutegenas que lo practicaban

CharruacuteasChar ruacuteas

Char ruacuteas

Guaran iacutees

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Char ruacuteas

Charruacuteas (

G u a r a n iacute e s

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

)

Localidad o paraje

San Gabrie lSan Gabrie l

San Salvador

R iacute o U r u g u a y ( L it or al

o r ien ta l )

Co lon ia de l Sac ramen to

Colonia del Sacramento

Colon ia de l Sac ramen to

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto Domingo de Sor iano

Canelones

Cane lones

Cane lones

Cen t ro de l pa iacute s

Noroeste del paiacutes

Origen

Pre-colombino

Pre-colombino

Pre -co lombino

Mis ionero

Pre -co lombino

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Post-colombino

Pre -co lombino

243

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

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LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

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and Musicians

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New York 1941

W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

and customs of the Lengua Indians of the Paraguayan Chaco paacuteg 75

L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

TOMaacuteS GUEVARA Historia de la Civilizacioacuten de Araucaniacutea

t I paacutegs 280 a 286

Sant iago de Chile 1900

R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

( T e x t o )

p aacute g s 79 a 84 Pariacutes 1925

mdash 269 mdash

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ERLAND NORDENSKIOLD An

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paacuteg s 168 a 183 Bru nsw ick

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ANDReacute SCHAEFFNER

Origine des instruments de musique

paacute gs 185 a 204

Pariacutes 1936

EDUARD SELER

Mittelamericanische

Musikinstrumente

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Globus

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FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 10: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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fragmento eacuteste que se complementa con otro del combate de San Sal

vador en 1574 por curioso destino dos de los momentos de maacutes le

vantada entonacioacuten l i teraria de casi todo el poema de una versif i

cacioacuten rotunda y de un color real is ta de pr imera agua

Doze cauallos solos se ensillaron

El

Capitaacuten

con onze compantildeeros

Que muchas de las sillas se mojaron

Salieron veynte y dos arcabuzeros

Los ba rbaros a vista se llegaron

Con orden y aparato de guerreros

Con trompas y bozinas y atambores

Hundiendo todo el campo y rededores

(Canto XIV es t rofa 4)

iquestFueacute una simple l icencia l i teraria o un r ipio la inclusioacuten de es

tos t res ins t rumentos dentro del relato iquestPoseiacutean por lo menos dos

ins t rumentos a viento y un membranoacutefono los charruacuteas antes de la

conquis ta

Lo certero es que Barco Centenera oyoacute mdashbajo pa labra de honor

desde luego

mdasha

los charruacuteas acompantildearse de ins t rumentos musicales

para la accioacuten guerrera Y lo extrantildeo hubiera s ido precisamente que

el lo no ocurr iera cuando en toda la Ameacuterica Meridional y en las

tr ibus vecinas sobre todo los cronistas de consuno afirman la pre

sencia y juego de ins t rumentos pre-colombinos

Instrumental practicado por indiacutegenas en el Uruguay

Antildeo

1573

1573

1574

1627

1680

1680

1680

1808

1808

1808

1808

1815

1815

1815

1825

1832

Instrumento

T r o m p a s

Bocinas

A t a m b o r e s

Vihuela de arco

P inco l los

Piacutefanos

F lau tas

T a m b o r i l e s

F lau tas

T a m b o r e s

Tr iaacutengu lo

Vio l iacuten

T r i aacute n g u l o

T a m b o r a

Boc ina de guampa

Arco mus ica l

Indiacutegenas que lo practicaban

CharruacuteasChar ruacuteas

Char ruacuteas

Guaran iacutees

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Chanaacutees y

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Char ruacuteas

Charruacuteas (

G u a r a n iacute e s

Guaran iacutees

Guaran iacutees

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

Guaran iacutees ( )

)

Localidad o paraje

San Gabrie lSan Gabrie l

San Salvador

R iacute o U r u g u a y ( L it or al

o r ien ta l )

Co lon ia de l Sac ramen to

Colonia del Sacramento

Colon ia de l Sac ramen to

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto

Domingo de Sor iano

Sto Domingo de Sor iano

Canelones

Cane lones

Cane lones

Cen t ro de l pa iacute s

Noroeste del paiacutes

Origen

Pre-colombino

Pre-colombino

Pre -co lombino

Mis ionero

Pre -co lombino

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Mis ionero

Post-colombino

Pre -co lombino

243

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

mdash 251 mdash

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

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(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

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HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

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R

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M

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FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 11: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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Veamos los antecedentes organoloacutegicos de la t rompa y bocina

La t rompa seguacuten Pedrel l (10) palabra bajo- lat ina (del gr iego

Strom-

bos) s ignif ica caracola De ahiacute que auacuten cuando por otro lado la

t rompa sea cons t ruida por el cuerno de un animal su or igen maacutes

remoto alcanza al caparazoacuten de los caracoles mar inos Ahora bien

en el iacutendice Geograacutef ico e His toacuter ico redactado por Don Pedro de An-

gelis para la publ icacioacuten de la His tor ia Argent ina de Rui Diacuteaz de

Guzmaacuten

en su coleccioacuten del antildeo 1836 (11) aclara con excelente cri

ter io a propoacutes i to de una ci ta ins t rumental s imilar los cuadruacutepedos

que se hallaren en Ameacuterica con muy pocas excepciones careciacutean de

cuernos Si esta observacioacuten es exacta como parece que lo es las

bocinas de que habla el autor debiacutean ser de huesos de animales oacute

mas bien de cantildeas Presumiblemente fueran de cantildea o de hojas

arrol ladas las bocinas que los charruacuteas empleaban para t ransmit i r oacuter

denes en t iempo de guerra ya que las caracolas del Riacuteo de la Plata no

acusan muy grandes dimensiones como para

peder

emitir a traveacutes de

ellas sonidos potentes y diferenciados Por supuesto que con ello no

se deduce aue esos toques de trompeta o bocina poseyeran una curva

meloacutedica def inida o una r iacute tmica de

elementariacutesimo

valer esteacutet ico

Ahora s i se piensa que serviacutean para animar al combate entonces su

impor tancia es muy grande como hecho etnoloacutegico al adquir i r una

trascendencia aniacutemica y psicoloacutegica

En cuanto a los atambores

mdashacepcioacuten

espantildeola de la eacutepoca de

los tambores o cajas pro bab lem ente fueran cons truidos s in mem

brana a la manera de los pueblos primitivos es decir s imples troncos

batidos con un palo esto es idioacutefonos de percusioacuten

Creemos f i rmemente que Barco Centenera di jo verdad acerca de

estos instrumentos por cuanto casi tres s iglos maacutes tarde en uno de

los maacutes impor tan tes documentos char ruacuteas mdashel l lamado Coacutedice Vi-

lardeboacute que es tudiamos maacutes adelantemdash se repi te el mismo problema

Y si los charruacuteas conociacutean por lo menos ancestrales instrumentos

musicales guerreros iquestpor queacute deducir entonces que ignoraban por

completo en su vida de pazmdash que nadie pudo es tudiar con prol i

jidadmdash

otres

ins t rumentos maacutes propicios a la creacioacuten musical

Este desconocimiento quizaacutes provenga por otro lado de la fal ta

de adaptacioacuten de ellos a la civil izacioacuten de los conquistadores Casi

ignorada su vida en comuacuten veiacuteasele al charruacutea en grupos no muy

numerosos cuando en oscuro maloacuten asal taba poblaciones y pasaba

como un torbell ino dejando tras de siacute una secuela de sangre y fuego

para perderse ot ra vez en los bosques l levaacutendose un magro bot iacuten

Como no era pueblo agr icul tor o ganadero y por lo tanto no seden

t a r io

se hace desde luego dif iacuteci l pensar por su vida noacutemade en una

condicioacuten meloacutedica para quienes ignoraban la quietud egloloacutegica de

una pas toral propicia al es tat ismo de una melodiacutea

Por ot ro lado aquel los que tuvieron opor tunidad de convivir en

armoniacutea con los charruacuteas contados por cierto y pris ioneros o proacutefu

gos en todos los casos aseveran que ellos eran sumamente cordiales

Maacutes auacuten a quienes se les

dio

ese juego ya que bastante de azar

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

The musical bow in California en Science paacuteg 274 New York

15 de F e b r e r o de 1901 ( D H a r c ou r t )

LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

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Music

and Musicians

t I I I l aacute m i na

L I I

New York 1941

W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

and customs of the Lengua Indians of the Paraguayan Chaco paacuteg 75

L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

TOMaacuteS GUEVARA Historia de la Civilizacioacuten de Araucaniacutea

t I paacutegs 280 a 286

Sant iago de Chile 1900

R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

( T e x t o )

p aacute g s 79 a 84 Pariacutes 1925

mdash 269 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3750

CARLOS ISAMITT LOS instrumentos araucanos

a r t iacute cu lo en

Boletiacuten Latino Ame

ricano de M uacutesica

t IV paacuteg s 307 y 309 Bog otaacute Oc tub re de 1938

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A m ission record oj the California Indians

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cheology and Ethnology

vol

13 N deg 8 paacuteg 278 Berke ley 1922 (D Harcour t )

ROBERT

LEHMANN-NITSCHE

Patagonische Gesange und Musikbogen en Anthro-

pos t II I paacutegs 922 a 933 Antildeo 1 9 0 8 ( D H a r c o u r t )

CARL

LU M H O LTZ

El Meacutexico desconocido (Traducc ioacuten espantildeola de Ba lbino Dabull

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VICENTE T MENDOZA Muacutesica precolombina en Ameacuterica en Boletiacuten Latino

Americano de Muacutesica

t IV paacuteg 243 Bogotaacute Oc tu bre d e 1938

ERLAND NORDENSKIOLD An

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paacute g 3 San

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P REICHEL-DOLMATOFF Los indios motilones

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PAUL

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Amerique

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DUMOUTIER Consideacuterations phreacutenologiques sur les tetes de quatre Charruacuteas

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SACHS The history of musical instruments

paacuteg s 56 y 57 New Yo rk 1940

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I n s t r um e n t os M us i c a l e s

Buenos Ai res 1947)

DR KARL SAPPER Das nordische mittel-Amerika

paacuteg s 168 a 183 Bru nsw ick

1897 ( D H a r c o u r t )

M H SAVILLE The m usical bow in Aacutencient Meacutexico en American Anthropobull

logist

vo l X I N deg 9 W a s h i ng t on 1898 ( D H a r c ou r t )

ANDReacute SCHAEFFNER

Origine des instruments de musique

paacute gs 185 a 204

Pariacutes 1936

EDUARD SELER

Mittelamericanische

Musikinstrumente

en

Globus

t 76 paacuteg s

109 y s i gu i e n t e s B e r l iacute n 1899 ( D H a r c ou r t )

A

SICHEL Histoire de la musique des malgaches

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musique et Dictionnaire du

Conservatoire

d i r ig id a por Albe r t Lavign ac y Lione l

de l a Laurenc ie pr imera par t e t 5 paacuteg 3229 Par iacute s 1922

FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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teniacutea ese acaecimiento los charruacuteas se les franquearon con toda na

turalidad Pocos fueron en verdad los que con ellos convivieron pero

todos a su vuelta nos trajeron una serie de noticias que por cierto

rectif icaban las opiniones emitidas al respecto por viajeros y cronis

tas maacutes o menos apresurados

La muacutesica en las misiones orientales

En el pr imer tercio del s iglo XVII l legaron a la banda or iental

los primeros misioneros Los franciscanos se dispersaron por el Sur

y los jesuiacutetas por el Norte La obra de estos uacutelt imos se extendioacute al

septentr ioacuten dentro de los l iacutemites del tratado de San I ldefonso y sus

Mis iones Orientales per tenecientes al conglomerado de las l lamadas

Mis iones del Paraguay quedaron fuera por completo de nues t ra actual

configuracioacuten geograacutefica En siete Reducciones jesuiacutet icas de la an

t igua Banda Oriental mdashSan Juan Baut is ta Santo Aacutengel San Fran

cisco de Borja San Nicolaacutes San Luis Gcnzaga y San Miguelmdash se co

nocioacute y pract icoacute la muacutesica dentro de las maacuteximas pos ibi l idades de la

eacutepoca Bien conocidas son las actuaciones de los excelentes muacutesicos

Verger Vaseo Anesanti o Sepp y de uno de los maacutes grandes com

positores de muacutesica para oacutergano de todos los t iempos Domenico

Zipol i acerca de quien tuvimos opor tunidad de demostrar que murioacute

en Coacuterdoba (Repuacutebl ica Argent ina) despueacutes de haber entrado en eacutel

noviciado de la Compantildeiacutea de Jesuacutes en 1716 en Sevil la y haber par

t ido para el Riacuteo de la Plata en 1717 actuando como Maestro de

Capilla de la Iglesia y Universidad de los Jesuiacutetas en Coacuterdoba desde

1718 a 1726 fecha esta uacuteltima de su oacutebito (12)

En las Misiones orientales la muacutesica era una actividad natural

y espontaacutenea que acompantildeaba al indiacutegena en sus manifes taciones puacute

blicas de trabajo de religiosidad desde luego y tambieacuten de guerra

Ejecutantes composi tores has ta luthiers y cons t ructores de oacuterganos

viviacutean bajo la vigilancia y el adiestramiento jesuiacutet ico desarrollando

en todos los sentidos sus apti tudes Muratori nos trae en su raro

Chris t ianes imo fel ice un inventar io del ins t rumental mis ionero

guitarras arpas espinetas lauacutedes violines violoncelos trombones

cornetas oboes e tc y ref iere que tanto manejaban el l lamado canto

fermo

semplice como el f igurado con igual destreza agregando un

relato de la visi ta del Obispo a las Reducciones del Uruguay en la

que oye ejecutar el violoncelo a un indiacutegena con tal destreza du

rante un cuar to de hora

tan

a t iempo con una tal desenvol tura y

celeridad que le reportoacute la admiracioacuten y el aplauso de todos (13)

En los uacuteltimos antildeos de las Misiones Jesuiacuteticas el gusto por la

muacutesica y su adecuado ejercicio alcanzoacute un nivel encumbrado l legaacuten

dose has ta cantar Motetes en idioma guaraniacute y representarse Operasbastante completas Leacutease esta descripcioacuten de unas festividades en las

Mis iones Orientales conmemoraacutendose el natal ic io de Car los I I I A

la tarde se cantan viacutesperas con mucha solemnidad esmeraacutendose en

mdash 245 mdash

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

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mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

mdash

253

mdash

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 13: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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esto no poco los rel igiosos curas y despueacutes vuelven a las escaramuzas

entretanto disponen algunos bai les oacute danzas de muchachos que ma

ravil la el orden y

compaacutes

que guardan aunque sean de tan cor ta

edad que no l legan a ocho antildeos Los bailes que usan son antiguos

o estrangeros yo no he visto en Espantildea danzas semejantes ni en las

diversiones puacuteblicas de algunos pueblos ni en las que se usan en

el diacutea y octava de

Corpus

Ahora modernamente van in t roduciendo

algunas contradanzas inglesas danzas valencianas y ot ros bai les que

usan los espantildeoles A es tos muchachos danzantes los adornan con ves

t idos aacute propoacutesito con coronas y guirnaldas que hacen vistosas las

danzas hay algunas que se componen de 24 danzantes que forman

var ios enlaces y aun let ras con el nombre que quieren

Entre danza y danza hacen juegos oacute entremeses que en su idio

ma l l aman

menguas

todos d e su inv enc ioacuten (14)

Advieacuter tase la presencia de la contradanza a mediados del s iglo

XVIII en plenas reducciones enclavadas praacutect icamente en la selva y

a enormes distancias de las capitales coloniales

En el Uruguay dentro de la demarcacioacuten actual los Jesuiacutetas soacutelo

establecieron algunas estancias y desde luego su casa central en

Montevideo pero en es ta uacutel t ima uacutenicamente dedicaron sus esfuerzos

en mater ia musical a los habi tantes espantildeoles y cr iol los de la ciudad

quedando por lo tanto su ejercicio de muacutesica religiosa fuera de este

capiacute tulo dedicado a la indiacutegena

Por ot ro lado e l charruacutea en sus correr iacuteas hacia el Nor te era por

el contrar io uno de los maacutes temibles enemigos de las Reducciones

Jesuiacute t icas compar t iendo su responsabi l idad des t ructora muchas veces

con los mamelucos En contadas ocas iones reunieacuteronse los charruacuteas

bajo la organizacioacuten mis ionera pero la terminacioacuten es taba fatalmente

dictada por la destruccioacuten a sangre y fuego de la Reduccioacuten Asesi

nado el Misionero y quemadas las casas volviacutea otra vez el charruacutea

hacia el Sur para lanzarse de nuevo a su vida noacutemade En 1615 el

Superior de los Jesuiacutetas en Buenos Aires sugiere a los misioneros que

dos sepudieran occupar en miss ionperpetuacon vna nacioacuten que esta

all iacute cerca de yndios ynfieles y tan barbaros que todas las vezes que

m u e r e

alguacuten

par ientesuyo se cor tanalga coyuntura de los dedos de

las manos y assi ay algunos q le fal tan quatro o seys coyunturas con

forme alnumo

desuacutes

di functos y quanto ha quesefundo esa Prouina

neseles hapodido qui tar (15)

Se refiere desde luego a los charruacuteas y al parecer esta baacuterbara

mutilacioacuten de la falange de los dedos por cada uno de los parientes

fallecidos es una de las pocas cosas ciertas que sobre ellos se aseveran

ya que en todos los documentos posteriores y por conductos dist intos

cada vez que se habla de ellos se insiste en destacar esta costumbre

que bajo apar iencias tan ter r ibles descubre un fondo de sombriacutea

so

l idar idad t r ibal hacia los desaparecidos

E n 1691 el P ad re A nto nio Se pp S J no ble t iro leacutes l legado alRiacuteo de la Plata en ese antildeo muacutesico de super ior cal idad ins t rument is ta

y has ta fabr icante de ins t rumentos intentoacute extender la

feacute

cris t iana

has ta los charruacuteas del Nor te de la actual Repuacutebl ica mdashespecialmente

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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17

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

mdash

258

mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

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Busintana

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musikbage Ymer

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JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

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(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

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mdash 270

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httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3850

TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 14: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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en el hoy es tado bras i lentildeo de Riacuteo Grande del

Surmdash

tomando como

punto de reunioacuten el Yapeyuacute en la costa argentina frente a la desem

bocadura del Ibicuy en el Riacuteo Uruguay

A ese respecto escr ibe lo s iguiente el propio P Sepp Se tomoacute

pocos antildeos ha la determinacioacuten de extender la Fe entre los pueblos

infieles que aquiacute se l laman

Chamas

Son casi tan feroces como las

bestias con las cuales viven Van casi desnudos y apenas t ienen maacutes

que la f igura de ho m br es Se p ensoacute pues hu m aniz ar a es tos

baacuterbaros y anunciar les el Evangel io Se el igieron para es to dos mi

sioneros l lenos de celo y de valor es a saber al P Antonio Bohm

muer to poco ha en olor de sant idad y al P Hipoacutel i to Daacutect i l i i ta l iano

El uno y el ot ro habiacutean adquir ido un gran conocimiento praacutect ico

entre los indios con el mucho nuacutemero de gente del Paraguay que

han conver t ido a la

feacute

(16) Sigue despueacutes el relato refir iendo la

convers ioacuten de un charruacutea l lamado Moreyra Bien que t iene 60 antildeos

de edad no t iene repugnancia de sentarse con los nintildeos de hacer

la sentildeal de la Cruz y aprender como ellos el catecismo Reza el Ro

sario con los cris t ianos En f in estaacute tan de veras convertido que po

demos esperar que su ejemplo inf lui raacute mucho en la convers ioacuten de sus

compatriotas Le ha seguido ya su mujer con diez familias de la mis

ma nacioacuten que piden el baut ismo y viven en es te pueblo para

aprender el catecismo

Salvo estas esporaacutedicas conversiones el charruacutea se cerroacute por

completo a la penetracioacuten mis ionera no causando en el aacutenimo de eacutel

ninguna impres ioacuten los peregr inajes musicales que por sus t ier ras rea

l izaban sacerdotes acompantildeados por indios muacutesicos En ese sent ido

los mis ioneros lanzaron var ias embajadas para tentar s i por e l ca

mino de los sonidos podiacutean l legar hasta el los Al parecer no dio n inguacuten

resultado y con ello se

dedujo

equivocadamente que los charruacuteas ni

pract icaban la muacutesica ni eran sens ibles a el la Me place t ranscr ibi r

esta relacioacuten de una de esas misiones en 1627 que bajando por el

Riacuteo Uruguay has ta el Riacuteo de la Plata at ravesoacute el lugar donde los

charruacuteas habiacutean levantado sus toldos en aquel t iempo que era de

carnestolendas viniese de la provincia del Uruguayel Pe Diego de

Alfaro por el Rio Uruguay y por el Rio de la plata s in ser l lamado

con diversas embarcaciones y con setenta Yndios de aquellas reduc

ciones que negaban nues t ros contrar ios con que quedaron confusos

y abergonzados pr incipalmente porque los 20des tos Indios que se

avian

bautigado

en estos tres antildeos eran buenos cantores y

muacutesicos

de vihuelas de arco que trugeron consigo con que festejaron la f iesta

de las quarenta horas con l inda muacutesica cur iosas dangas i saraos que

hicieron con mucho donayre i destreza con vistosos aderecos y plu

meriacutea de varios colores (17)

Pero si el charruacutea no fueacute conocido por los misioneros menos lo

fueacute auacuten por el espantildeol iquestCoacutemo podiacutea ser esto uacutelt imo si hasta los

propios indios mis ioneros teniacutean la maacutes profunda avers ioacuten y ter ror

por el conquis tador Leacutease al respecto es te hecho relatado en una

Carta Anua del 1627 Mas ellos que no t ienen otra cosa maacutes odiosa

quel

nombre de Espantildeol luego comenzaron a alvorotarse i aun a que-

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

mdash 248 mdash

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

249 mdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

mdash 250 mdash

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

mdash 251 mdash

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

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15 de F e b r e r o de 1901 ( D H a r c ou r t )

LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

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Music

and Musicians

t I I I l aacute m i na

L I I

New York 1941

W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

and customs of the Lengua Indians of the Paraguayan Chaco paacuteg 75

L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

TOMaacuteS GUEVARA Historia de la Civilizacioacuten de Araucaniacutea

t I paacutegs 280 a 286

Sant iago de Chile 1900

R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

( T e x t o )

p aacute g s 79 a 84 Pariacutes 1925

mdash 269 mdash

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CARLOS ISAMITT LOS instrumentos araucanos

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vol

13 N deg 8 paacuteg 278 Berke ley 1922 (D Harcour t )

ROBERT

LEHMANN-NITSCHE

Patagonische Gesange und Musikbogen en Anthro-

pos t II I paacutegs 922 a 933 Antildeo 1 9 0 8 ( D H a r c o u r t )

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El Meacutexico desconocido (Traducc ioacuten espantildeola de Ba lbino Dabull

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VICENTE T MENDOZA Muacutesica precolombina en Ameacuterica en Boletiacuten Latino

Americano de Muacutesica

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ERLAND NORDENSKIOLD An

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DR KARL SAPPER Das nordische mittel-Amerika

paacuteg s 168 a 183 Bru nsw ick

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ANDReacute SCHAEFFNER

Origine des instruments de musique

paacute gs 185 a 204

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EDUARD SELER

Mittelamericanische

Musikinstrumente

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Globus

t 76 paacuteg s

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de l a Laurenc ie pr imera par t e t 5 paacuteg 3229 Par iacute s 1922

FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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xarse de los Pes que los reduciacutean con

condigion

que no avia de en

t rar Espantildeol a sus t ier ras agregaacutendose luego es te pintoresco insul to

hacia cier tos indiacutegenas que habiacutean aceptado la presencia de un civi l

peninsular en su pueblo les sal ieron al encuentro t recientos indios

armados de los infieles del Uruguay a matarlos ofendidos con ellos

por es to mismo que lo teniacutean por infamia afrentaacutendoles con pala

bras i

llamaacutendolos

mugeres que avian admit ido por mar ido al Es

pantildeol (18)

Una verdad profunda emit ioacute al respecto Francisco Bauza mdashquien

tambieacuten por ot ro lado ins is te en aquel lo de que Hay algo

teacutetrico

en la melancol iacutea imperante entre esas masas de baacuterbaros s in caacutent i

cos ni jueg os (oh manes de A za ra )mdash al af i rmar con leva ntad a

ser ieda d No eran s in em bargo torpes corrom pidos oacute feroces de

manera que sus tr is tezas parecen ser maacutes bien el estado de un aacutenimo

en cr is is que no la displ icencia resul tante de una depres ioacuten moral

cuyo influjo no sentiacutean De todos modos la tumba encubrioacute el se

creto de estas manifestaciones externas y la induccioacuten desprovista

de elementos de juicio no puede penetrar has ta el las (19)

Al concretar todas estas noticias colaterales cabe preguntarse

ahora iquestse oyoacute o bien se pract icoacute muacutesica indiacutegena mis ionera en

nues t ro ter r i tor io def ini t ivo durante los t iempos coloniales A lo

cual debemos responder af i rmat ivamente no soacutelo durante ese per iacuteo

do sino auacuten hasta 1823 por lo menos Van las pruebas

Misas cantadas entre charruacuteas y chandes de 1624

Uno de los hechos menos conocidos con respecto a la presunta

fundacioacuten de Soriano y a las Misiones en el Uruguay nos trae una

referencia concreta de muacutesica rel igiosa durante la conquis ta

El 17 de Diciembre de 1624 l lega a Buenos Aires el Gobernador

Francisco de Ceacutespedes sucesor en este cargo de don Diego de Goacuten-

gora A las pocas semanas aprovechando la presencia en Buenos Aires

de un grupo de charruacuteas a los que habiacutea llamado para hacer un gran

foso para defensa de la poblacioacuten contra los ataques de los holan

deses

les convence para que hagan reduccioacuten en la Banda Oriental

y les hace acompantildear de vuel ta con dos espantildeoles lenguaraces que

ponen una cruz en la t r ibu

chana

y ot ra en la charruacutea a manera de

pedimento de mis ioacuten Ceacutespedes l lama entonces al

Obispo

y le insta

para que se haga misioacuten en estos dos puntos El Obispo convoca a

los jesuiacutetas y a los franciscanos exponieacutendoles el pedido del Gober

nador El Padre Francisco Vaacutezquez Super ior de los jesuiacute tas mani

f iesta no tener a la sazoacuten religiosos a quienes poder enviar a la otra

banda del r iacuteo El Provincial de los f ranciscanos Fray Bernardino de

Guzmaacuten

hal laacutebase en el inter ior de la Argent ina

mdashrecueacuterdese estomdash

y entonces Fray Juan de Vergara guardiaacuten del Convento de San

Francisco manif ies ta que aunque no t iene autor izacioacuten de su Su

per ior se anima a tentar esa empresa

mdash 248 mdash

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

249 mdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

mdash 257 mdash

17

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

mdash

258

mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

mdash 260 mdash

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

mdash 261 mdash

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

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(Roma Se t i embre

de 1926)

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Busintana

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indianernas

musikbage Ymer

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JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

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paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3850

TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3950

(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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A fines de 1624 se embarca pues para la Banda Oriental acom

pantildeado de Fray Pedro Gut ieacuter rez cr iol lo lenguaraz en las lenguas

generales de los dichos yndios Cruzan el r iacuteo en dos canoas en una

extensioacuten de seis leguas y se adentran de 20 a 30 leguas hacia el

inter ior Al l iacute fundan dos reducciones a la a l tura aproximada de Su

riano en 1624 San Francisco de Olivares con los charruacuteas y San

Antonio de los Chaneces con los chanaacutees Permanecen all iacute 15 diacuteas

y retornan a Buenos Aires con caciques de ambas tr ibus sus mujeres

e hijos

Comienzan entonces rei terados pedidos de Ceacutespedes al Bey para

que le facil i te medios para la catequizacioacuten de la Banda Oriental

Sus disidencias con el Obispo de Buenos Aires determina que se deje

sin

efecto

es te intento de penetracioacuten en la Banda nues t ra

De todas maneras en la Informacioacuten hecha en Buenos Aires

ante el Gobernador Ceacutespedes sobre los servicios realizados por Fray

Juan de Vergara aparece una referencia musical en la que estaacuten de

acuerdo todos los deponentes que en la Banda Oriental se cantaron

misas entre los charruacuteas y chanaacutees El Licenciado Francisco Cabal lero

Bazaacuten arcediano de la Catedral de Buenos Aires informa que les

dixo missas Rezadas y cantadas (20) Bernardo de Leoacuten confirma

lo mismo con es tas palabras Predicaacutendoles diferentes vezes y di-

ziendoles

missas rrezadas y cantadas (21) El Capitaacuten Salvador Bar

bosa de Aguilar repite a su vez les dixo missas cantadas y rreza

das (22) Y por uacutel t imo el propio interesado Fray Juan de Vergara

declara que les Predico el santo ebangelio y celebro dixo missas rre-

dadas y cantadas entre el los y les ynstruyo en nuestra santa fee ca-

tholica ensentildeaacutendoles la Dotr ina xptiana y las oraciones y sauiendo los

dichos yndios que estaua en sus t ierras vinieron otros yndios de otras

partes y a todos les alago y hizo buen tratamiento y agassajo y se

r reduxeron en dos r reduciones que les pusso por nombre ala vna sant

francisco de oliuares de los

charruacuteas

y ala otra sant Antonio de los

chanaacutees (23)

Lo interesante de todo el lo es que Fray Bernardino de

Guzmaacuten

fueacute ajeno por completo a estas fundaciones que ellas se realizaroon

a f ines de 1624 y que en ellas se oficiaron misas cantadas hecho mu

s ical que por su ant iguumledad no puede escapar a es ta enumeracioacuten de

referencias sonoras sobre nuestros indiacutegenas charruacuteas y chanaacutees

Instrumental indiacutegena de 1680

En el ya lejano antildeo de 1680 Don Manuel Lobo funda en nuestro

actual terr i torio hacia el confiacuten Oeste del Riacuteo de la Plata la Co

lonia del Sacramento plaza fort if icada bajo la tutela portuguesa en

pleno ter r i tor io espantildeol y que es or igen de la maacutes complicada re

yer ta colonial En el mismo antildeo e l Gobernador espantildeol en Buenos

Aires

Joseacute del Garro despueacutes de int imar inuacutet i lmente su evacua

cioacuten a los intrusos inicia una expedicioacuten para expulsarlos violenta

mente hecho eacutes te que culmina con un eacutexi to momentaacuteneo

bullmdash

249 mdash

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

mdash 251 mdash

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

252

mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

mdash

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

The musical bow in California en Science paacuteg 274 New York

15 de F e b r e r o de 1901 ( D H a r c ou r t )

LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

Dictionary of

Music

and Musicians

t I I I l aacute m i na

L I I

New York 1941

W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

and customs of the Lengua Indians of the Paraguayan Chaco paacuteg 75

L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

TOMaacuteS GUEVARA Historia de la Civilizacioacuten de Araucaniacutea

t I paacutegs 280 a 286

Sant iago de Chile 1900

R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

( T e x t o )

p aacute g s 79 a 84 Pariacutes 1925

mdash 269 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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CARLOS ISAMITT LOS instrumentos araucanos

a r t iacute cu lo en

Boletiacuten Latino Ame

ricano de M uacutesica

t IV paacuteg s 307 y 309 Bog otaacute Oc tub re de 1938

KARL

GUSTAV IZIKOWITZ

Musical and other sound instruments of the South

Americans indians

Goteb org 1935

DR

H TEN

K A TE The musical bow in Formosa

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American Anthropologist

nue va s e r i e t V L a nc a s t e r 1903 ( D H a r c ou r t )

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de la musique et Dictionnaire du Co nservatoire

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Lione l de l a Laurenc ie pr imera par t e t 5 paacuteg 3117 Par iacute s 1922

A L KROEBER

A m ission record oj the California Indians

en

American Ar-

cheology and Ethnology

vol

13 N deg 8 paacuteg 278 Berke ley 1922 (D Harcour t )

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LEHMANN-NITSCHE

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Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

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paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 17: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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Y he aquiacute que en medio de es ta roja croacutenica guerrera surge una

de las primeras noticias de la muacutesica en nuestro terr i torio Joseacute del

Garro solici ta al P Cristoacutebal Altamirano que reclute hasta 3000 in

dios de las Mis iones del Paranaacute y Uruguay para incorporar los a la

al tura del Pueblo de Santo Domingo de Sor iano s i tuado al Nor te de

la Colonia a las tropas de espantildeoles al mando de Vera Muxica con

el f in de atacar en grueso numero la fort if icada plaza El Padre Al

tamirano dicta entonces ins t rucciones mil i tares a los Padres Mis io

neros de las Doctr inas del Paranaacute y Uruguay y entre el las ordena

que todos los indios se lleven sus pingollos oacute piacutefanos oacute flautas con

que se animen a la guerra (24)

Es te pr imi t ivo ins t rumenta l p robablemente ind iacutegena resuena en

nuestro terr i torio en los primeros meses del antildeo 1680 El pinkil lo o

tarka l lamado en el documento del P Al tamirano pingol lo es en

la actual idad un aeroacutefono del ambiente indiacutegena inmigrante rara

mente aceptado en el ambiente de los abor iacutegenes locales seguacuten (25)

Carlos Vega lo cual coincide perfectamente con la entrada de indios

misioneros en el Uruguay Se construye con un tubo de cantildea de unos

treinta cent iacutemetros de largo por dos o t res cent iacutemetros de diaacutemetro

con seis perforaciones ci rculares y una pequentildea cuadrada desviada

hacia la derecha del ejecutante El canal de insuflacioacuten en la parte

inferior del extremo se corta en bisel y un taco de madera cierra el

tubo dejando la rendi ja que da forma de cinta al soplo en la par te

superior se hace una muesca en el tubo contra cuyo f i lo choca la

cinta de aire

Pinkil los fueron pues los que animaron a la guerra a los indiacute

genas que atacaron a Manuel Lobo en la Colonia del Sacramento de

la Banda Oriental en el antildeo 1680

Los indios m uacutesicos de Soriano a fines del siglo XVIII

Al traveacutes de todos los documentos coloniales que hemos hallado

con relacioacuten a la muacutesica en las iglesias de Montevideo y del interior

de la Banda Oriental se deja constancia de que el instrumental con que

se acompantildeaban las funciones religiosas era el s iguiente oacutergano gui

tarra arpa y violines La l legada del Obispo al pueblo de Soriano en

1779 determina una condigna efervescencia musical en el aacutembito de

la igles ia El Maes tro Hi lar io modes to Kappelmeis ter de la loca

l idad convoca a todos los indios muacutesicos y forma con ellos un con

junto ins t rumental ponderable El Cabi ldo de Sor iano los vis te de

pies a cabeza y su generosidad l lega hasta pagarles seis pesos y tres

rea les

por el gasto de jab oacuten que ha n in sum ido en su l impiez a en

el t ranscurso de 34 semanas (26) Seguacuten se desprende del Libro de

Cuentas del Cabi ldo de Sor iano entre los indios habiacutea has ta un

compositor por esos antildeos Y no un compositor alia men t e p r i mi

t ivo e i letrado s ino un muacutesico que dominaba la escri tura sonora

Entre los gastos que autoriza la corporacioacuten f igura el pago de un

mdash 250 mdash

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

mdash 251 mdash

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

252

mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

mdash

253

mdash

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

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paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

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Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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LUCIANO GALLET Estudos de folclore

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Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

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paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3850

TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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peso al Indio que hizo la Solfa (27) No fueacute sin embargo una es

poraacutedica intervencioacuten la de es tos indios muacutesicos en antildeos pos ter iores

f iguran en las cuentas del Cabi ldo ideacutent icos pagos para los ins t rumen

tis tas y cantores para la renovacioacuten de las cuerdas de arpas gui

tar ras y viol ines y para los anoacutenimos composi tores que escr ibieron

sus melodiacuteas rel igiosas No es posible determinar la f i l iacioacuten eacutetnica

de estos muacutesicos Bajo la denominacioacuten de indios estaban los cha

r ruacuteas

los chanaacutees y las ot ra t r ibus que habi taban el ter r i tor io uru

guayo Fundamenta lmente es ta denominac ioacuten abarcaba t ambieacuten a los

guaraniacutees de las antiguas reducciones jesuiacutet icas que a part ir de la

expuls ioacuten de la Compantildeiacutea de Jesuacutes vagaban por los campos y nuacute

cleos poblados de toda la Banda Oriental Aquellos soacutelidos muacutesicos

que se habiacutean formado en las Reducciones t ransmit ieron a sus des

cendientes sus conocimientos y los batallones de la heroica Patr ia

Vieja contaban con orgul lo en sus bandas a los piacute fanos y tambores

de tez cobriza En 1820 Augusto Saint-Hilaire conocioacute en la casa

de campo del Conde de Figueira en las afueras de Por to Alegre a

un pequentildeo guaraniacute que habiacutea servido de piacute fano en las t ropas de

Art igas preguntado por el dis t inguido viajero s i deseaba permanecer

en la fazenda del Conde de Figueira contestoacutele el indiecito muacutesico que

deseaba vol tar para junto de Art igas y anota de inmediato Saint -

Hi la i r e Ar t igas posee una par t i cu lar hab i l idad para hacer se que

rido por los indios (28)

Entre las maacutes importantes referencias sobre estos indios muacutesicos

destacamos una muy curiosa que data de 1808 En noviembre de ese

antildeo se realiza en el pueblo de Santo Domingo de Soriano la solemne

fiesta de la ascencioacuten al reinado espantildeol de Fernando VIL El Ca

bildo de esta localidad organiza grandes festejos populares que cul

minan el diacutea 28 Llegoacute enfin el dia 28 de Nobe

habieacutendole

prece

d ido l a in luminac

o n

de t res noches las f lautas y Tambori les

deacutelos

Indios y diversos coros de

muacutesica

q

e

r epar t idos p

r

dist intas calles

anunciaban la proximidad de este gran dia En el al salir el sol apa

recioacute renobada toda la Poblac

o n

y t ransformada en un r isuentildeo bos

q u e

l as ca ll es bar r id as y decoradas con l a u re le s (28 B) Du rante

todo el diacutea se oyoacute la dulce Armoniacutea deacutelos I n s t r um

t o s

muacutesicos pero

al entrar en la igles ia es ta vez el ins t rumental indiacutegena no par t ic ipoacute

de la funcioacuten Deposi tado el

R

1

Es tandar te al lado del Ebangel io

del Altar Mayor subieron al Coro todos los muacutesicos a excepcioacuten deacutelas

t amboras y t r eangulos

Instrumental misionero de 1815

Cinco noticias

mdashuna

de el las de t rascendental

i mpor t anc i amdash

queremos sopesar en es te capiacute tulo dedicado a nues t ra muacutesica indiacute

gena La pr imera referencia versa sobre los indios mis ioneros que

se radicaron en la Banda Oriental (dentro de las actuales demar

caciones de nues t ra Repuacutebl ica) los cuales des t ruidas las Reducciones

mdash 251 mdash

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

252

mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

mdash

253

mdash

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

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BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

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R

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DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

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ANDReacute SCHAEFFNER

Origine des instruments de musique

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Mittelamericanische

Musikinstrumente

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FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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Jesuiacutet icas del Norte se fueron corriendo hacia el Sur diseminaacutendose

en todo el aacutembi to de nues t ro ter r i tor io

Hacia el antildeo 1815 hab ieacutendo se produ cido cier to entred icho entre

el gobierno de Otorgues ins talado en Montevideo y Joseacute Art igas ra

dicado a la sazoacuten en Pur i f icacioacuten (Dto de Pa ys an duacute ) e l Cabi ldo

montevideano envioacute al campamento ar t iguis ta una delegacioacuten que

integraban el sabio Daacutemaso Antonio Larrantildeaga cura inter ino de

Montevideo Antol iacuten Reyna Fray Joseacute Beni to Lamas y Miguel Pisani

para entrevis tarse con el Protector de los Pueblos Libres

Larrantildeaga anotoacute cuidadosamente todas las per ipecias del viaje

y a su llegada a Canelones el 1deg de Junio de 1815 he aquiacute lo que

dejoacute es tampado Lo que l legamos al Pueblo fueacute nues t ra pr imer di

l igencia pasar a ver al Comandante Este nos hizo entrar a su casa

y nos recibioacute con tanto agrado y miramiento que me avergonzoacute re

cibieacutendonos con una muacutesica regular de dos biol ines tamboras y t r iaacuten

gulo tocados por quatro Indios de Misiones (31)

El valor de esta referencia es desde luego muy relativo dentro

del historial de nuestra muacutesica pero de todas maneras es s ignif i

cativo de un estado general de cosas a part ir de la expulsioacuten de los

jesuiacute tas en 1767 los guaraniacutees corr ieacutendose paulat inamente hacia el

sur fueron disolvieacutendose en el conglomerado eacutetnico del Uruguay

que sufrioacute la influencia maacutes por parte de los indios misioneros que

por los charruacuteas o por las ot ras t r ibus que lo poblaron de maacutes ant iguo

Las danzas indianas de 1816

La segunda referencia l leva de indiacutegena soacutelo el t iacute tulo Durante

las f iestas mayas del antildeo 1816 en Montevideo que se conmemoran

en ese antildeo con singular esplendor en la Plaza Matriz aparecen sobre

e] tablado espacioso fabricado en la plaza una vistosa y bien dir igida

danza de 17 nintildeos vestidos a la indiana cuya airosa marcha agra

dable diversidad de f iguras s imetriacutea de enlaces y s ingular gracia en

la expres ioacuten de sent imientos encantaron por mucho t iempo la aten

cioacuten del pueblo espectador (29)

Al diacutea s iguiente 26 de Mayo se repite la misma escena esta vez

descri to el desarrollo de la pantomima en un impreso de la eacutepoca con

mayor r iqueza de detal les se repi t ioacute la danza de nintildeos indianos

que cada vez ofreciacutea nuevos estiacutemulos aacute la

admiracioacuten

y al aplauso

El pequentildeo cas ique cor i feo se presentaba sentado en apt i tud de sa

tisfaccioacuten

y natural idad Al l iacute recibiacutea di ferentes homenages de los

hijos del sol Luego se poniacutea de pieacute y arengaba en honor del l ibre

derecho de los Americanos y el pueblo hacia resonar mil vivas al

despejo y habi l idad de la t ierna juventud (30)

Esta inocente pantomima es taba concebida de acuerdo con el

concepto que en la eacutepoca se teniacutea de las civil izaciones incaica y

azteca Concebida quizaacutes por alguacuten espantildeol en homenaje a los nintildeos

indianos no pasaba de un pintoresquismo maacutes o menos audaz iquestCon

queacute muacutesica se bailoacute esa danza Nada dice al respecto la descripcioacuten

mdash

252

mdash

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

mdash

253

mdash

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

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8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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Canto gregoriano en el pueblo de Durazno en

1824

La tercera noticia a que aludimos l iacuteneas arr iba se refiere tambieacuten a

la muacutesica religiosa misionera y complementaacutendose con la anterior es

de singular importancia En 1824 l legoacute a Montevideo la Misioacuten Apostoacute

l ica Muzi que integraban el Canoacutenigo Mastai Ferret t i mdashelevado lue

go al solio pontif icio bajo el nombre de Piacuteo

IX mdash

y Joseacute Sallusti

secretario de la misma quien a la vuelta publicoacute en Roma en 1827

el Diario de la Misioacuten Y en eacutel se relata este curioso acaecimiento

mientras permanecimos en Montevideo e l sentildeor Pedro Juan Sala

digniacutesimo sacerdote y confesor miacuteo all iacute se fueacute a pasar una tempora

da al campo a distancia de cuarenta leguas de aquella ciudad cerca

de un pequentildeo pueblo de indios l lamado Durazno Invi tados por

ellos a cantar misa en sufragio de una persona principal que habiacutea

muerto en aquellos diacuteas quedoacute muy edif icado de la rel igioacuten y ver

dadera piedad de aquellos buenos indios los cuales se reunieren en

gran nuacutemero en su capi l la con mucha devocioacuten Despueacutes una par te

de ellos con su l ibro en mano cantoacute el oficio de difuntos con mucha

pausa y apropiado tono Se cantoacute despueacutes la misa y los mismos in

dios en uno de los l ibros corales dejados por los Padres Jesuiacutetas

acompantildearon al sacerdote con el canto gregor iano muy bien

ente

n a d o

como si estuviesen todaviacutea bajo el reacutegimen de aquellos buenos

Directores de la Compantildeiacutea que los habiacutean ins t ruidos Notoacute tambieacuten

el dicho sacerdote que todas las familias aquiacute y al laacute reunidas en

pequentildeas poblaciones t ienen su capi l la cons t ruida de greda y de ma

dera con techo de paja en la que se reuacutenen todas las tardes para

oir la lectura de cualquier l ibro devoto rezar el santo Rosario con

su letaniacutea y practicar otros actos de piedad reunioacuten aacute que ellos

dan el nombre de

Escuela de Cristo

(32)

En pleno corazoacuten de la Repuacuteblica se entonaba pues en 1824 el

canto gregoriano en su maacutes completa expresioacuten En efecto el pueblo

al igual que en el medioevo era el acompantildeante al Sacrif icio de la

Misa y cumpliacutea su cometido entonando los cantos l i tuacutergicos cris t ianos

crpurgados por San Gregorio El Grande alrededor del antildeo 600

Y ese pueblo integrado exclus ivamente por indios a l deci r del

relator habiacutea recibido su t radicioacuten desde la era mis ionera que habiacutea

desaparecido haciacutea ya maacutes de medio siglo No nos habla el cronista

de su f i l iacioacuten eacutetnica No es audaz presumir que fueran ellos otrora

integrantes de las Misiones Orientales que perseguidos por Charruacuteas

y Mamelucos fueacuteronse moviendo hacia el Sur hasta enquistarse en el

Pueblo de Durazno hoy capi tal del depar tamento del mismo nombre

Bocinas de guampa entre los charruacuteas de 1825

La cuarta referencia trae un poco de luz para el conocimiento

directo de la raza ch arruacute a E n 1825 el Sargen to Mayo r Be nito Silva

cae pris ionero de una banda de charruacuteas y con ellos convive cierto

mdash

253

mdash

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

mdash 254 mdash

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3450

N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

The musical bow in California en Science paacuteg 274 New York

15 de F e b r e r o de 1901 ( D H a r c ou r t )

LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

Dictionary of

Music

and Musicians

t I I I l aacute m i na

L I I

New York 1941

W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

and customs of the Lengua Indians of the Paraguayan Chaco paacuteg 75

L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

TOMaacuteS GUEVARA Historia de la Civilizacioacuten de Araucaniacutea

t I paacutegs 280 a 286

Sant iago de Chile 1900

R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

( T e x t o )

p aacute g s 79 a 84 Pariacutes 1925

mdash 269 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3750

CARLOS ISAMITT LOS instrumentos araucanos

a r t iacute cu lo en

Boletiacuten Latino Ame

ricano de M uacutesica

t IV paacuteg s 307 y 309 Bog otaacute Oc tub re de 1938

KARL

GUSTAV IZIKOWITZ

Musical and other sound instruments of the South

Americans indians

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A m ission record oj the California Indians

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cheology and Ethnology

vol

13 N deg 8 paacuteg 278 Berke ley 1922 (D Harcour t )

ROBERT

LEHMANN-NITSCHE

Patagonische Gesange und Musikbogen en Anthro-

pos t II I paacutegs 922 a 933 Antildeo 1 9 0 8 ( D H a r c o u r t )

CARL

LU M H O LTZ

El Meacutexico desconocido (Traducc ioacuten espantildeola de Ba lbino Dabull

va l o s ) 2 t N e w Y or k 1904 ( D H a r c ou r t )

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Americano de Muacutesica

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ERLAND NORDENSKIOLD An

ethno-geographical analisys

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paacuteg s 56 y 57 New Yo rk 1940

(Veacutease l a edic ioacuten en cas te l l ano His tor i a Universa l de

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I n s t r um e n t os M us i c a l e s

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DR KARL SAPPER Das nordische mittel-Amerika

paacuteg s 168 a 183 Bru nsw ick

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vo l X I N deg 9 W a s h i ng t on 1898 ( D H a r c ou r t )

ANDReacute SCHAEFFNER

Origine des instruments de musique

paacute gs 185 a 204

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EDUARD SELER

Mittelamericanische

Musikinstrumente

en

Globus

t 76 paacuteg s

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tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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t i empo

Teodoro

Vi lardeboacute le toma antildeos maacutes tarde una declaracioacuten

sobre la vida y costumbres de los aboriacutegenes y entonces Silva despueacutes

de establecer el uacutenico vocabulario que se conoce hasta la fecha a

ciencia cierta de ellos describe esta curiosa escena La sentildeal de

que el enemigo se acerca o de alarma es ( [so nar un ]) un al lam ada

con una guampa y ponerse a dar vuel tas ( [unos]) enhi lera det raacutes

de los otros mientras que las mugeres ( [ha cen ] ) se ponen a ( [ can

ta r ] ) ( [g r i ta r ] ) de un mo do tan luacutegub re que hace ente rnec er (33)

El hecho de emplear una guampa a manera de boc ina para am

pl i f icar oacuterdenes de guerra nos dice claramente de la procedencia

post-colombina

de es te ins t rumento La int roduccioacuten del ganado va

cuno

posterior al descubrimiento es la demostracioacuten de este aserto

De todas maneras cumple agregar ot ro aeroacutefono al acervo orga-

noloacutegico musical del charruacutea jfor otro lado la danza piacuterr ica que

forman en hi lera los charruacuteas antes de lanzarse al combate concuer

da perfectamente con todas las expresiones coreograacuteficas de los pue

blos pr imit ivos Era eacutes ta una de las referencias que s iempre espe

raacutebamos hallar y que viene a afirmar el escepticismo de Curt Sachs

acerca de los pueblos que no danzan entre los cuales coloca

mdasha

benef icio de inventar iomdash al charruacutea uruguayo

El arco musical de Tacuabeacute (1833)

La quinta y uacutel t ima not icia se ref iere presumiblemente a los cha

rruacuteas en el momento de su desaparicioacuten definit iva y nos trae a traveacutes

del t iempo un ins t rumento ances t ral e l arco musical de Tacuabeacute

uno de los l lamados cuatro uacutel t imos charruacuteas

El charruacutea como ent idad t r ibal di ferenciada desaparece en los

pr imeros antildeos del s iglo XIX despueacutes de innumerables matanzas que

se escalonan a lo largo de las dos centur ias anter iores Cuando en

documentos pos ter iores al 1810 se habla de charruacuteas conviene pre

venir al lector que con este nombre se designaba geneacutericamente a

todo indiacutegena que merodeaba por la ant igua Banda Oriental come

t iendo depredaciones Desde luego que en esos grupos noacutemades e l

charruacutea debiacutea f igurar en buena proporcioacuten pero de todas maneras

no se t rataba ya de una organizacioacuten racial di ferenciada

Y cuando el naciente gobierno de la Repuacutebl ica se planteoacute el

problema de estos grupos indiacutegenas que asaltaban estancias y pobla

ciones del noroeste del paiacutes lo resolvioacute definit ivamente a sangre y

fuego Contra el los marchoacute Fructuoso Rivera en la conocida expedi

cioacuten punit iva y los l iquidoacute en las puntas del Queguay en 1831

En junio de 1832 l legan a Montevideo entre una quincena de

prisioneros cuatro indiacutegenas a los que se les teniacutea por charruacuteas los

uacutel t imos ves t igios de aquel la raza que poblara la margen uruguaya

del Riacuteo de la Plata Si se l legara a demostrar cientiacutef icamente que

no lo eran el lo no atentariacutea contra el intereacutes musicoloacutegico de la re

ferencia de su instrumental ya que en uacutelt imo caso se trataba de un

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

255 mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

mdash 257 mdash

17

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

mdash

258

mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

mdash 260 mdash

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

mdash 261 mdash

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

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(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

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HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

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CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3850

TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3950

(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 4050

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 4150

Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 22: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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indiacutegena que habi taba el Uruguay y teniacutea en nues t ro paiacutes su campo

de desplazamiento

Es tos cuatro indiacutegenas eran e l cacique Vaimaca-Peruacute e l meacute

dico de t r ibu Senaqueacute e l joven guerrero Tacuabeacute y su mujer Gu-

yunusa Un ant iguo capi taacuten del Es tado Mayor Franceacutes l lamado Curel

agregado

al Ministerio de Guerra de su paiacutes y director a la sazoacuten

del Colegio Oriental de Montevideo logroacute autorizacioacuten del gobierno

or iental para t ranspor tar los a Francia y exhibir los al l iacute con el objeto

de dar a conocer a la ciencia antropoloacutegica europea unos de los

uacutel t imos ejemplares de una raza a punto de ext inguirse objeto eacutes te

que no eximiacutea una secreta aspiracioacuten de obtener de paso pinguumles

ganancias

El 25 de febrero de 1833 se embarca Curel en Montevideo a bordo

del br ik Phaacuteeton l levando cons igo en bodega a los cuatro charruacuteas

en cal idad de equipaje El 7 de mayo desembarcan en Saint-Malo

y t ras ladados de inmediato a Par iacutes e l 8 de junio son vis i tados por

pr imera vez por los Miembros de la Academia de Ciencias Natura

les presidida por el eminente hombre de ciencia Geoffroy Saint-Hi-

l a i r e Expuestos luego a la curiosidad del puacuteblico franceacutes previo

pago de la entrada correspondiente mdashdigamos tambieacuten en benef icio

de los franceses que esta exhibicioacuten fueacute condenada desde algunos

perioacutedicosmdash el 26 de Julio fal lece de consuncioacuten Senaqueacute y en no

viembre el cacique Vaimaca-Peruacute En es te lapso de t iempo Guyunusa

da a luz una nintildea

mdashel

20 de Set iembre del mismo antildeo seguacuten una no

table descr ipcioacuten del par to regis t rada por

Tanchou

en la Gazette

des Hoacutepi tauxmdash y muere en Lyon un antildeo maacutes tarde e l 22 de Jul io

de 1834 de t is is pulmonar En ese mismo mes se pierde el rastro de

Tacuabeacute y su hi ja nacida de Guyunusa

No

obstante con toda gravedad cientiacutef ica se han anotado sus ges

tos acti tudes y costumbres y a la muerte de los tres primeros se

han repar t ido buenamente sus cadaacuteveres entre los Acadeacutemicos y todas

sus medidas antropomeacutetr icas han quedado regis t radas con una no

table precis ioacuten

Mas he aquiacute que entre los breves ensayos publ icados en di feren

tes revistas de especializacioacuten y recopilados hace unos antildeos por el

Secretar io General de la Societeacute des Ameacutericanis tes M Paul Ri-

vet (34) surgen dos referencias musicales sobre los presuntos cha

r ruacuteas de s ingular impor tancia desarrol ladas con toda ampli tud la

reaccioacuten de los cuatro aboriacutegenes ante una ejecucioacuten de la orquesta

del Conservator io de Par iacutes y la descr ipcioacuten detal lada del arco mu

s ical que habiacutea cons t ruido Tacuabeacute su relacioacuten organoloacutegica y los

aires que en eacutel ejecutaba

Efectivamente en Julio de 1833 los miembros de la Academia

de Ciencias Morales deseando juzgar el efecto que la muacutesica produ

ciacutea en los charruacuteas decidieron invitar a un conjunto de profesores

de la Orquesta del Conservatorio de Pariacutes y a su director el eminente

composi tor Cherubini para hacer un rato de muacutesica y observar

luego las reacciones de nuestros aboriacutegenes

mdash

255 mdash

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

mdash 257 mdash

17

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

mdash

258

mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

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8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

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2

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 23: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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Entre los ins t rument is tas se hal laba nada menos que Toulou e l

ceacutelebre f laut is ta Jean-Louis Toulou (1786-1865) aqueacutel a quien Le-

brun dedicoacute su oacutepera Le ros ignol especialmente para que su f lauta

maravi l losa cantara el papel del ruisentildeor composi tor eacute l mismo de

un centenar de obras para dicho ins t rumento y considerado auacuten en

los actuales diacuteas como uno de los maacuteximos instrumentistas en la his

toria de la f lauta

En verdad que nues t ros pobres charruacuteas no pudieron ser mejor

servidos desde el punto de vista sonoro Y en realidad hicieron a

su manera los debidos honores a tan eminentes ejecutantes porque

saliendo de su habitual apatiacutea dieron en sus rostros sentildeales de vivo

intereacutes y de entus iasmo especialmente hacia el ar te de Toulou

Leamos esta sabrosa croacutenica de Le National del Pariacutes de la

eacutepoca Se ha ejecutado pr imeramente a lejados de la presencia de

los salvajes y fuera de la vista de ellos un quinteto para cornos y

t rompetas a pis toacuten que les ha sorprendido porque el los no espera

ban esta armoniacutea pero no parecioacute causarles una viva impresioacuten pol

lo menos en lo que se refiere al cacique Vaimaca-Peru y al joven

Tacuabeacute Guyunusa y el viejo guerrero Senaqueacute han expresado en

su f isonomiacutea algunas sentildeales de sensibil idad part icularmente el uacutelt i

m o de ordinar io bas tante impas ible De inmediato los sentildeores eje

cutantes se aproximaron y tocaron en presencia

de

los indios algunos

fragmentos de un esti lo maacutes alegre y un movimiento maacutes vivo igual

que al comienzo entonces los audi tores del des ier to parecieron mu

cho maacutes animados fueron sobretodo muy sensibles a algunos solos

de f lauta y trompeta que Toulou y uno de los profesores que les acom

pantildeaban tuvieron la amabi l idad de hacer les

oir

(355)

Un grupo selecto de miembros de la Academia eminencias cien

tiacutef icas y damas de la sociedad asist ieron a esta experiencia Cheru-

bini l legoacute un poco tarde por lo cual dice el cronista no pudo gozar

de este espectaacuteculo

La otra referencia del breve traacutensito de los charruacuteas por Pariacutes

posee un intereacutes fundamental Tacuabeacute ha l levado cons igo un extrantildeo

ins t rumento Algo as iacute como un viol iacuten cons t ruido por eacutel que es

anal izado es ta vez con profunda ser iedad por Dumout ier en un en

sayo aparecido en el Journal de la Socieacuteteacute de Phreacutenologie de

P a r i s

de 1833 int i tulado Consideacuterat ions phreacutenologiques sur le te tes de

quatre Charruacuteas (36)

Si bien no fabrican maacutes que los objetos que les son de pri

mera neces idad se encuentran tambieacuten s in embargo algunos ot ros

de puro esparcimiento ta les como una especie de viol iacuten

monecorde

del que les he visto arrancar sonidos muy dulces y bastante armo

niosos Escogen una pequentildea rama de aacuterbol bas tante recta luego de

haber le qui tado la cor teza hacen cerca de uno de sus extremos una

pequentildea hendidura ci rcular a diez pulgadas o un pie de dis tancia

hacen ot ra semejante y cor tan la var i ta cinco pulgadas maacutes abajo

de la segunda hendidura eacutes te es el mango del ins t rumento Atan

fuertemente de quince a veinte crines de cola de caballo de manera

mdash 256 mdash

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

mdash 257 mdash

17

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

mdash

258

mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

mdash 260 mdash

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

mdash 261 mdash

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

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(Roma Se t i embre

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Ox ford 1899

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Busintana

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indianernas

musikbage Ymer

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W

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CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

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JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3850

TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3950

(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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de formar un lazo que es atravesado por el bastoacuten y que lo hacen

subir maacutes o menos has ta dos pulgadas de la hendidura infer ior la

ot ra extremidad de las cr ines la f i jan luego en la hendidura super ior

de modo que ella no puede soltarse Para tocar esa especie de violiacuten

hacen doblar el bastoacuten hasta que el haz de crines descienda hasta

la hendiduda infer ior y permanezca tenso como la cuerda de un arco

toman e l mango con la mano izquierda de manera que t res dedos

les puedan servir de tacto para variar los sonidos y f i jan entre los

dientes la ot ra extremidad del viol iacuten una pequentildea vara recta y l i sa

que mojan con saliva es el arco que hace vibrar las crines y la aber

tura de los labios que abren y cier ran como para tocar la guimbarda

les s i rven para modular y var iar e l tono Sobre ta l ins t rumento es loacute

gico pensar que el nuacutemero de notas que se pueden obtener es bas

tante l imitado s in embargo da casi una octava y los aires que per

mite tocar son monoacutetonos y poco var iados y su compaacutes es ordinar ia

mente a t res t iempos

E l ins t rumento de Tacuabeacute no era otra cosa que un arco mu

s ical e l pr imer cordoacutefono que conocioacute el hombre

Por viacutea culta en la organologiacutea musical europea de la era cris

t iana aparece el arco musical bajo el nombre de monocordio hacia

fines del antildeo mil en las miniaturas que i lustran los Comentarios

al Apocalipsis de San Beato existente en El Escorial (37) Angeles

impasibles a solo en uno de esos miniados y en una serie de siete

ejecutantes

mdashnuacutemero

cabaliacutes t ico del Apocalipsismdash en otro dan su

demostracioacuten de

la

manera de ejecutarse Es un arco semicircular

un

mango

y un remate discoidal Ademaacutes como no pueden darse al

t i tudes por cuanto la mano izquierda sos t iene solamente el ins t ru

mento se neces i tan

tantos

ejecutantes cuantas notas dist intas con

tenga la melodiacutea (Fig 12)

Antecedentes del arco musical

Este monocordio de los s iglos X y XI t iene su equivalente po

pular arqueoloacutegico en su or igen en ot ras cul turas pr imar ias Y en

Ameacuterica e l arco musical de Tacuabeacute posee numerosos hermanos de

cuya relacioacuten se pueden extraer sugestivas conclusiones y sobre los

cuales corre una bibl iograf iacutea muy impor tante (38)

De acuerdo con la evolucioacuten de los l lamados ciclos culturales

en los modernos t ratados de cul turologiacutea e l arco musical aparece en

la cuar ta etapa

Seguacuten Imbel loni (39) en el l lamado Ciclo de la Azada mdashci

clo papua or iental seguacuten Graebner ciclo af r icano occidental se

guacuten

A n k e r m a n n

ciclo de las dos clases seguacuten Foy-Graebner ci

clo exogaacutemico matr i l inear seguacuten Schmidt y

Koppermdash

vemos por

pr imera vez ins t rumentos capaces de desarrol lar una melodiacutea aeroacute

fonos f lauta de Pan cordoacutefonos el arco musical y la primera ciacuteta

r a conjuntamente con los probables idioacutefonos de percus ioacuten tambo

res de madera de t ronco excavado y con hendidura

mdash 257 mdash

17

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

mdash

258

mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

mdash 260 mdash

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

mdash 261 mdash

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

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and Musicians

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W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

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R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

( T e x t o )

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mdash 269 mdash

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a r t iacute cu lo en

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paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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Este cuar to ciclo de la azada se encuentra en Ameacuterica en la

costa del Paciacutef ico entre California y el norte de Canadaacute en el sector

cont inental cont iguo a la Flor ida y en la zona andina como una

de las capas antiguas que sirven de pedestal al ciclo

pro tohi s toacuter ico

Es el c iclo l lamado de la cul tura de las maacutescaras unidas a la danza

y a la declamacioacuten geacutenesis del arte dramaacutetico Se halla en estado de

pureza mdashteacutengase presente para maacutes adelantemdash en el Oceacuteano Paciacute

fico p r i nc i pa l men t e

En 1899 Sir

Henry

Balfour publ icoacute en Oxford el pr imer t ratado

sobre es te pr imit ivo y cur ioso ins t rumento bajo el t iacute tulo de The

natura l h i s tory of the musical bow Balfour sostiene que su evolu

cioacuten se desarrol la en t res etapas bien di ferenciadas

I

a

)

el arco del

cazador se t ransforma t rans i tor iamente en un ins t rumento sonoro y

sirve indist intamente para estos dos f ines 2

a

) aparece el arco musi

cal como ins t rumento exclus ivamente sonoro 3

a

) se le agrega un

resonador en forma de vasija (calabaza vaso de barro etc) que pue

de estar unido o noacute al mango Pieacutensese que el arco musical de esta

tercera etapa ya estaacute proacuteximo al violiacuten la calabaza se transforma en

una pul ida caja de madera y la cuerda se mul t ipl ica por cuatro

Cur t Sachs en The his tory of musical ins t ruments niega la

aseveracioacuten de Balfour con respecto a la procedencia del arco mu

s ical muchos antropoacutelogos lo creyeron der ivado del arco del caza

dor pretendiacutean que los cazadores notando el zumbido de la cuerda

al soltarse de golpe comenzaron a usar sus arcos como instrumentos

musicales Esto es verosiacutemil pero erroacuteneo como muchas explicaciones

verosiacutemiles Las formas de arco musical que tenemos buenas razones

para cons iderar como las maacutes ant iguas no t ienen nada que ver con

el arco del cazador Tienen tres metros de largo y por lo tanto son

inuacuteti les para disparar Algunos de esos arcos son idiocoacuterdicos es de

cir que su cuerda proviene de la misma cantildea con la cual se fabrica

el ins t rumento separada imperfectamente por una incis ioacuten que la deja

adher ida a la cantildea por los puentes y por eso no puede ser usada

para disparar Maacutes auacuten todos es tos arcos requieren un resonador

sin un art if icio que amplif ique el sonido el instrumento es ape

nas audible Finalmente los arcos musicales no es taban asociados con

creencias y ceremonias de los cazadores

A su vez Sachs divide los arcos musicales en tres categoriacuteas

arcos con resonador separado arcos con resonador adosado o arcos

de calabaza y arcos en los que la boca del ejecutante hace de reso

nador o arcos de boca

Clasificacioacuten del arco musical

Dentro de la moderna clas i f icacioacuten ins t rumental de

Erich

von

Hornbostel y Cur t Sachs corresponde al arco musical pract icado por

Ta cu ab eacute la cifra 31112111 Re m itim os a l lector al cu ad ro organoloacutebull

gico adjunto Hemos detenido la marcha de la clasif icacioacuten en los

mdash

258

mdash

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

mdash 260 mdash

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

mdash 261 mdash

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

The musical bow in California en Science paacuteg 274 New York

15 de F e b r e r o de 1901 ( D H a r c ou r t )

LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

Dictionary of

Music

and Musicians

t I I I l aacute m i na

L I I

New York 1941

W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

and customs of the Lengua Indians of the Paraguayan Chaco paacuteg 75

L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

TOMaacuteS GUEVARA Historia de la Civilizacioacuten de Araucaniacutea

t I paacutegs 280 a 286

Sant iago de Chile 1900

R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

( T e x t o )

p aacute g s 79 a 84 Pariacutes 1925

mdash 269 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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CARLOS ISAMITT LOS instrumentos araucanos

a r t iacute cu lo en

Boletiacuten Latino Ame

ricano de M uacutesica

t IV paacuteg s 307 y 309 Bog otaacute Oc tub re de 1938

KARL

GUSTAV IZIKOWITZ

Musical and other sound instruments of the South

Americans indians

Goteb org 1935

DR

H TEN

K A TE The musical bow in Formosa

en

American Anthropologist

nue va s e r i e t V L a nc a s t e r 1903 ( D H a r c ou r t )

GASToacuteN KNOSP Histoire de la musique dans VIndo-Chine

en

la Encyclopeacutedie

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mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

mdash 260 mdash

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

mdash 261 mdash

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

The musical bow in California en Science paacuteg 274 New York

15 de F e b r e r o de 1901 ( D H a r c ou r t )

LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

Dictionary of

Music

and Musicians

t I I I l aacute m i na

L I I

New York 1941

W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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renglones que se desgajan del tronco que nos conduciraacute al instru

mento en cues t ioacuten nos l iemos val ido de la admirable t raduccioacuten de

Car los Vega es tampada en su l ibro Los ins t rumento musicales abor iacute

genes y criollos de la Argentina (Buenos Aires 1946)

En el cuadro correspondiente podraacute ver el lector la l iacutenea que

asciende desde la serie inicial de cordoacutefonos o instrumentos de cuer

da resonante has ta el ins t rumento que uno de los cuatro uacutel t imos

charruacuteas l levoacute a Pariacutes El grupo de arcos musicales es r ico y

complejo y dentro de eacutel nues t ro ins t rumento se reconce como uno de

los maacutes elementales Cumple ins is t i r en un detal le fundamental que

puede provocar confusiones al desprevenido lector aquellos arcos mu

sicales en los que la boca humana hace de caja de resonancia se les

considera sin resonador (cifra 3111211) guardaacutendose el teacutermino de

resonador para aquel los en los cuales la cuerda resuena en una

cavidad mdashcalabazas vasijas etcmdash que puede estar unida o no al

mango de l ins t rumento

Si entramos maacutes en profundidad al anaacutelis is del arco musical

monoheterocorde es decir a l arco que t iene una sola cuerda de ma

ter ial dis t into al del mango podremos esquemat izar sus caracter iacutes t i

cas de la s iguiente manera (Veacuteanse las f iguras que se estampan al

f inal del presente ca piacute tul o) iexcl

A) Resonador

1) Sin reso nad or

a) Arcos de boca en los cuales la cavida d buca l hac e de caja

de resonancia La madera del mango puede sos tenerse

apretada con los dientes y con la cuerda hacia afuera

(Fig 9) o bien aquellos en los que la cuerda toca le

vemente los labios del ejecutante como en el arco de

Ta cu ab eacute (Figs 1 2 3 4 6 y 11 )

b) El mang o del ins t rum ento hace de resonad or siendo

comunmente de cantildea de bambuacute (F ig 10)

c) Arcos mu sicales s in nin gu na suerte de reso nad or (Fi

guras 5 y 12)

2) Con reso nad or

a) Sepa rado del man go del ins t rum ento Se apoya sobre

una vas i ja suel ta (calabaza canas ta cacharro de barro

cocido vaso de metal etc)

b) Unido al ma ngo del ins t rum ento La boca del resona dor

puede es tar hacia ar r iba debajo de la cuerda o hacia

abajo apoyaacutendose en el pecho o vientre del e jecu

tante (Fig 8)

d) Un ido a la cue rda y deslizaacutendose sobre ella (Fig 7 )

mdash 260 mdash

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

mdash 261 mdash

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

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8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

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Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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Β)

Obtencioacuten del sonido La cuerda puede ser

1) Frotada

a) Con un a vara o un hueso (Figs 1 3 4 y 6 )

b) Con la cue rda de otro arco (Figs 5 y 12 )

c) Con una rue da

2 ) Pun teada

a) D irecta m ente con un dedo (Figs 8 9 y 10 )

b) Ind i rectam ente con una vara espina o hueso

3) Perc ut ida con una vara (Fig 11 )

4) Tip o M ir l itoacuten (El arco musical del hote ntote t iene una

pluma de ave en uno de los extremos por al l iacute se sopla can

tando suavemente y eacutesto hace vibrar la cuerda Fig 7)

C)

Cambio

de altitudes Las distintas alturas de las notas de un a

melodiacutea se obtienen

1) Pisand o la cuerd a

a) Con un de do ta l como se rea liza en el violiacuten a ctu al

(Figs 1 3 4 9 y 10)

b) Con un palo (Figs 8 y 11 )

2) Co rr ien do un lazo qu e divide la cue rda en dos secciones (Fi

guras 6 y 7)

D) Material de la cuerda

1) Crine s reto rcida s (Figs 1 y 3)

2) Tr ip a (Fig 9)

3) Cu ero (Fig 11)

4) Fib ras vegetales retorc idas (Rafia l iana s etc)

5) Alambre

6) De la mism a m ater ia del ma ngo

E )

Material del mango

1) M ad era (Fig s 1 2 3 4 6 7 8 9 y 11)

2) Cantilde a (Fig 10)

3) Hu eso (Fig 5)

El arco musical en Ameacuterica

De toda esta compleja clasif icacioacuten surge para nuestro estudio

una impor tante der ivacioacuten El arco musical en Ameacuter ica t iene dos

grandes var iantes que a l redactar e l s iguiente cuadro comparat ivo

mdash 261 mdash

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

mdash 262 mdash

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

The musical bow in California en Science paacuteg 274 New York

15 de F e b r e r o de 1901 ( D H a r c ou r t )

LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

Dictionary of

Music

and Musicians

t I I I l aacute m i na

L I I

New York 1941

W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

and customs of the Lengua Indians of the Paraguayan Chaco paacuteg 75

L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

TOMaacuteS GUEVARA Historia de la Civilizacioacuten de Araucaniacutea

t I paacutegs 280 a 286

Sant iago de Chile 1900

R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

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mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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nos ha planteado un apas ionante problema eacutetnico como consecuencia

El arco musical de boca y el arco musical con resonador Junto a el los

y de menor proyeccioacuten se hal la el arco musical araucano cuya cuerda

no resuena en par te alguna

Una raacutepida ojeada al mapa adjunto en funcioacuten del cuadro corre

lat ivo precedente nos l leva a una serie de interesantes conclusiones

Se observaraacute que el arco musical de boca aparece en la

Oceaniacutea

y en la costa del Paciacutef ico en tanto que el que l leva resonador de ca

labaza en Aacutefrica bullmdashsalvo las necesarias

excepcionesmdash

y en la costa

del At laacutent ico que sufr ioacute fuer te esclavatura negra En la Ameacuterica

Central donde la franja de t ierra es maacutes angosta y se confunden las

dos corrientes observamos la aparicioacuten simultaacutenea de estos dos

sistemas

Para nosotros la aparicioacuten del resonador de calabaza no soacutelo

determina un origen distinto sino una antiguumledad mayor

El arco

musical s in resonador parecer iacutea ser de maacutes ant igua prosapia en tanto

que la apar icioacuten de la calabaza es un impor tante paso hacia la ges

tacioacuten de la caja armoacutenica del futuro violiacuten

iquestA queacute famil ia per teneciacutea el arco de Tacuabeacute Por sus condi

ciones organoloacutegicas al que se registra en Oceaniacutea y en toda la costa

del Paciacutef ico Patagonia y Paraguay Seguacuten Rivet se habloacute lengua po

l ines ia y aus t ral iana en Cal i fornia y Tier ra de Fuego iquestHubo migracioacuten

de los habi tantes de Oceaniacutea a la Ameacuterica antes del descubr imiento

y trajeron aquellos sus arcos musicales Las proyecciones de este pro

blema y auacuten su planteamiento quedan fuera de los alcances de es ta

historia de los oriacutegenes de la muacutesica en el Uruguay Lo cierto es que

el arco musical pertenece al cuarto ciclo cultural que se halla en su

pureza pr imigenia en la Oceaniacutea precisamente

El problema que atantildeir iacutea a es te l ibro es el de su presumible

origen negro Los esposos dHarcourt s is tematizaron la teoriacutea en torno

al arco musical amer icano adjudicando a los sudamericanos una in

fluencia de la Oceaniacutea y destruyendo su origen negro con estas cuatro

raz on es 1deg) No existiacutea esclavitud en muc hos de los lugares don de

aparecioacute ant iguamente como en la Patagonia por ejemplo 2 deg ) Si

bien el arco musical no se conoce en coacutedices americanos es porque

no existen coacutedices en Ameacuterica 3deg) No se registra en decoraciones de

ceraacutemicas arqueoloacutegicas porque estas decoraciones son simples geo

metriacuteas 4deg) No l levan resonador de calabaza como el afr icano

Algunos arcos del Norte y de la costa del Brasil seriacutean de ori

gen negro 1deg) Porque se construyen y ejecutan igual (con resonador

de ca labaza) 2 deg ) Porque adoptan nombres a f r i canos Car imba

Marimba e tc

Pos iblemente el arco musical de Tacuabeacute provenga del de la oacuter

bita del Paraguay Se insiste a veces que estos cuatro uacutelt imos charruacuteas

fueran tapes que se corr ieron desde el Nor te has ta enquis tarse en

los depar tamentos del l i toral Noroes te de la Repuacutebl ica

Lo cierto es que el arco musical no es de origen misionero ya

que los jesuiacutetas emplearon con los indios los

violines

que t raiacutean de

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3450

N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

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15 de F e b r e r o de 1901 ( D H a r c ou r t )

LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

Dictionary of

Music

and Musicians

t I I I l aacute m i na

L I I

New York 1941

W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

and customs of the Lengua Indians of the Paraguayan Chaco paacuteg 75

L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

TOMaacuteS GUEVARA Historia de la Civilizacioacuten de Araucaniacutea

t I paacutegs 280 a 286

Sant iago de Chile 1900

R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

( T e x t o )

p aacute g s 79 a 84 Pariacutes 1925

mdash 269 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3750

CARLOS ISAMITT LOS instrumentos araucanos

a r t iacute cu lo en

Boletiacuten Latino Ame

ricano de M uacutesica

t IV paacuteg s 307 y 309 Bog otaacute Oc tub re de 1938

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GUSTAV IZIKOWITZ

Musical and other sound instruments of the South

Americans indians

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de la musique et Dictionnaire du Co nservatoire

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A m ission record oj the California Indians

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cheology and Ethnology

vol

13 N deg 8 paacuteg 278 Berke ley 1922 (D Harcour t )

ROBERT

LEHMANN-NITSCHE

Patagonische Gesange und Musikbogen en Anthro-

pos t II I paacutegs 922 a 933 Antildeo 1 9 0 8 ( D H a r c o u r t )

CARL

LU M H O LTZ

El Meacutexico desconocido (Traducc ioacuten espantildeola de Ba lbino Dabull

va l o s ) 2 t N e w Y or k 1904 ( D H a r c ou r t )

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ERLAND NORDENSKIOLD An

ethno-geographical analisys

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paacuteg s 168 a 183 Bru nsw ick

1897 ( D H a r c o u r t )

M H SAVILLE The m usical bow in Aacutencient Meacutexico en American Anthropobull

logist

vo l X I N deg 9 W a s h i ng t on 1898 ( D H a r c ou r t )

ANDReacute SCHAEFFNER

Origine des instruments de musique

paacute gs 185 a 204

Pariacutes 1936

EDUARD SELER

Mittelamericanische

Musikinstrumente

en

Globus

t 76 paacuteg s

109 y s i gu i e n t e s B e r l iacute n 1899 ( D H a r c ou r t )

A

SICHEL Histoire de la musique des malgaches

en la

Encyclopeacutedie de la

musique et Dictionnaire du

Conservatoire

d i r ig id a por Albe r t Lavign ac y Lione l

de l a Laurenc ie pr imera par t e t 5 paacuteg 3229 Par iacute s 1922

FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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Europa y aquel los que sobre es tos modelos fabr icaban sus rudimen

tar ios luthiers Es te viol iacuten mis ionero auacuten se puede ver en grupos

tr ibales del Nor te argent ino Construidos a la manera i ta l iana con

maderas de los bosques indiacutegenas el indio actual lo apoya sobre el

pecho y arranca de eacutel sus r i tmos danzas y canciones maacutes o menos

vernaacuteculas

El arco musical t iene una procedencia dis t inta y maacutes ances t ral

como que es quien da origen a aqueacutel Auacuten se ejecuta en los t iempos

que corren mdashsi bien por excepcioacutenmdash al Sur del Brasil en el Estado

de Riacuteo Grande y en el Uruguay ci rcula todaviacutea un viejo muacutesico po

pular que lo pract ica Pol icarpo Perei ra vulgarmente conocido bajo

el nombre de el negro de la mar imba nos hizo oir en agosto de

1943 mdashfecha del pr imer relevamiento folkloacuter ico real izado en el

Uruguay mdash en su u r icu ng o (40) (asiacute le l lama ba eacutel ) un nutr i do re

per tor io en el barr io del Cerro lugar donde moraba despueacutes de haber

es tado radicado

largo

t iempo en el pueblo Bat l le y Ordoacutentildeez Su ins

t rumento era un perfecto arco musical de madera de membri l lo de

unos

setenta cent iacutemetros de extens ioacuten a manera de cuerda teniacutea un

t iento de cuero de viacutebora que golpeaba con ot ra var i l la de membri l lo

tambieacuten de unos cuarenta cent iacutemetros que accionaba con la mano

derecha apoyado sobre los labios la boca obraba a manera de caja

de resonancia la mano izquierda sos teniacutea ademaacutes del ins t rumento un

palo de veinte centiacutemetros que apoyaba sobre el t iento a dist intos lu

gares para dar las al t i tudes Seguacuten declaracioacuten del mismo se practi

caba por el antildeo 1890 en el Sur del Brasil de donde proveniacutea Poli-

carpo Pereira nacioacute en 1856 en Durazno y emigroacute al Brasil a los 10

antildeos aprendiendo al l iacute a e jecutar en ese ins t rumento retornando al

Uruguay a los 20

iquestQueacute funcioacuten sonoro-social desempentildeaba el

arco

musical Cuando

el volumen sonoro es

apreciable

por la colectividad que rodea al ins

trumentista t iene por objeto servir de fondo riacute tmico en las danzas

ri tuales como en los arcos musicales de los mexicanos Pero comun

mente el sonido que emite solo se oye a 20 centiacutemetros del ejecu

tante es decir que praacutecticamente soacutelo lo oye quien lo ejecuta De

ahiacute que el indiacutegena diera un contenido maacutegico a su ejecucioacuten y dijera

mdashlas t r ibus cal i fornianas tehuelches y chaquensesmdash que serviacutea para

conversar con les espiacuter i tus

El arco musical de Tacuabeacute per tenece a es ta uacutel t ima categor iacutea De

acuerdo con sus dimensiones el escaso nuacutemero de cerdas y el hecho

de ser frotado con una vari ta mojada en saliva no podiacutea ser un ins

t rumento de comunicacioacuten colect iva

Pero la referencia de Dumout ier que cont iene el t rabajo de Paul

Rivet nos trae ademaacutes una serie de noticias precisas acerca de la

muacutesica que del arco musical obteniacutea Tacuabeacute Sobre ta l ins t rumento

se supone que el nuacutemero de notas que se puede obtener es bas tante

l imitado s in embargo da cas i una octava y los ai res que permite

ejecutar son monoacutetonos y poco var iados su compaacutes es ordinar iamente

a t res t iempos

mdash 263 mdash

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

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(Roma Se t i embre

de 1926)

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Busintana

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musikbage Ymer

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JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

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(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

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paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3850

TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3950

(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 31: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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Aquiacute Dumout ier se equivoca evidentemente Si e l aacutembi to es el

de una octava dentro de este registro el arco de Tacuabeacute puede dar

un nuacutemero inf ini to de notas pues to que se t rata de un ins t rumento

atemperado en el que se pueden obtener has ta las menores subdivi

siones del tono Veacutease por ejemplo la s iguiente melodiacutea ejecutada en

el Soko arco musical con resonador de calabaza de la Guinea Fueacute

notado por Char les Joyeux en su l ibro Notes sur quelques manifes-

tat ions musicales observeacutees en Haute-Guinea y t ranscr ipto por

Stephen-Chauvet en Musique Neacutegre paacutegina 161 (Par iacutes 1929)

Volvamos a la referencia de Dumout ier Habla el preci tado aca

deacutemico de una melodiacutea en compaacutes ternar io iquestser iacutea acaso una forma

similar al Yaraviacute incaico a tres t iempos que viajoacute por el Norte ar

gent ino y l legoacute has ta nues t ro charruacutea Y decimos es to porque s iempre

nos han hecho cavi lar aquel los aventurados versos de nues t ro Zorr i l la

de San Mart iacuten en su poema Tabareacute compuesto entre 1879 y 1887

en el que

mdashliterariamente

desde luegomdash se niega la aseveracioacuten de

Azara

Ella no exprime el fruto del quebracho

Ni recoge en la selva para su indio

La miel del guabiyuacute ni lleva el toldo

Ni entona el yaraviacute de triste ritmo

(Libro I I I Canto I I I Par te I I Es t rofa

10

a

)

mdash 264 mdash

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

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and Musicians

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W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

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L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

TOMaacuteS GUEVARA Historia de la Civilizacioacuten de Araucaniacutea

t I paacutegs 280 a 286

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R

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M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

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p aacute g s 79 a 84 Pariacutes 1925

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ANDReacute SCHAEFFNER

Origine des instruments de musique

paacute gs 185 a 204

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Mittelamericanische

Musikinstrumente

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FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 32: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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El conocimiento de la muacutesica indiacutegena peruana y mexicana los

dos grandes estadios culturales de la Ameacuterica precolombina en el

momento del descubr imiento se apoya en breves referencias l i terar ias

de cronistas y viajeros Existen no obs tante notables piezas arqueo

loacutegicas de alfareriacutea como silbatos ocarinas o f lautas de barro cocido

El descubr imiento de la escala pentatoacutenica incaica recieacuten data de

1897

(41) Sin embargo e l re levamiento folkloacuter ico de ambos pueblos

realizado con espiacuter i tu cientiacutef ico apenas data de unos antildeos a esta

par te e l ya ceacutelebre l ibro de los esposos d Harcour t La musique des

Incas pr imero en su ter reno fueacute publ icado recieacuten en 1925 Su re

copi lacioacuten di recta t iene un valor cronoloacutegico presente Deducir que

lo que hoy cantan o ejecutan descendientes incaicos maacutes o menosdirectos fueacute lo que se oyoacute en Ameacuterica antes de Atahualpa es algo

que ni auacuten a los propios musicoacutegrafos interesados se les ha ocurrido

insinuar Las referencias de los cronista y viajeros uacutenica fuente son

harto vagas e incompletas Frezier en 1713 anotoacute estos ocho compases

de los indiacutegenas ebrios de Chile (42)

Su figuracioacuten exacta fraseoloacutegicamente perfecta con sus com

pases capi tal y caudal enteros poco t iene de indiacutegena y mucho menos

de ebrio

El s iglo XIX que hubiera s ido el uacutel t imo momento para recoger

de los sobrevivientes una coleccioacuten de sus canciones y danzas vernaacutecu

las

fueacute last imosamente desaprovechado En esa eacutepoca fueacute el tr iunfo del

memorial is ta maacutes

preocupado

por la croacutenica amable de los recuerdos

de infancia o de la trasmisioacuten adulterada de las referencias de sus

antepasados relatadas en las largas tertulias propicias a la fantasiacutea y

al entus iasmo del momento Se ha dicho que nunca se podraacute lamentar

bastante la nefasta influencia que tuvieron en toda la Ameacuterica las

ceacute lebres Tradic iones Peruanas de R icardo Pa lma c readoras b ien

es verdad de todo un bel lo geacutenero l i terar io pero fomentadoras de

la inexact i tud his toacuter ica sacr i f icada en aras del l lamado toque pinto

r esco

o del color de eacutepoca Agreguemos que por lo menos se salvoacute

esto uacutelt imo

En el Uruguay Ricardo Palma tuvo un aprovechado y br i l lante

disciacutepulo en Is idoro De Mariacutea y ademaacutes una cohor te de imitadores de

segunda mano Quienes pudieron habernos dado ese nexo de unioacuten

entre los viajeros del s iglo XVIII y los verdaderos historiadores de

principios del s iglo actual perdieron la gran oportunidad en sus des

madejadas croacutenicas y confusos recuerdos

265

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3450

N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

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HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

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DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

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JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3950

(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 33: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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La

musicografiacutea

americana t iene pues un vaciacuteo que seraacute ir re

mediable desde el punto de vista de su repertor io indiacutegena No asiacute

afortunadamente desde el punto de vista cr iol lo La pautacioacuten inva

lorable del l lamado Cancionero bonaerense de Ventura R Lynch

del 1883 tanto p ara la A rgent ina como pa ra e l Uruguay represe nta

un ja loacuten fundamental que a su debido t iempo estudiaremos Recueacuter

dese que el pr imer cancionero de Chile por e jemplo Cantares del

pueblo chileno de Antonio Alba data recieacuten de 1898

Cierto es que las discipl inas folkloacutericas apenas se pract ican en

todo el mundo desde hace un siglo y que la noviacutesima ciencia bau

t izada con e l nombre de Folklore por Wil l iam John Thcms desbrozoacute

def in i t ivamente su campo hace unos 50 antildeos pero es que en Ameacuter ica

fal la auacuten la l lamada fuente seca registrada en los paiacuteses europeos

en los grandes cancioneros cultos o populares Nos fa l ta un Can

cionero de Palacio de Barbier i y nos fal ta tambieacuten una recoleccioacuten

de canciones populares del t ipo de las ant iquiacutes imas rusas pautadas

en el siglo XVIII

iquest Q u eacute

valer

t ienen

mdashvolviendo

a lo nuestromdash las referencias sobre

la muacutesica indiacutegena urug uay a que hem os t ransc r ip to y com entado

liacuteneas arr iba Ni maacutes ni menos que el de todas las anotaciones va

lederas para el resto de la muacutesica indiacutegena lat ino-americana que

yacen en los l ibros y papeler iacutea de archivo

Desde luego que con el lo no se deduce que el indio oriental po

seyera una escala y una teacutecnica tan diferenciadas como las del incaico

o azteca Pero no por esto cumple asignarle un papel que por otro

lado hubiera s ido excepcional uacutenico y hasta d igno de exal tarse que

por pr imera vez en la histor ia de los pueblos pr imit ivos exist ioacute una

t r ibu que ignoroacute por

completo

el juego de la muacutesica

Emigrados unos destruidos totalmente a sangre y fuego los otros

en 1831 los indiacutegen as urug uay os se l levaron a la tu m ba el secreto

de sus cantos y danzas Apenas quedan flotando estas vagas referencias

de su primaria organologiacutea Desaparecioacute el indio y desaparecioacute su

muacutesica Soacutelo quedoacute como puente visible entre dos mister ios el re

cuerdo de sus ancestrales instrumentos

mdash 266 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

I I paacutegs 333 y 413 Rom a 1928 (Refe renc ia de Car los V eg a)

HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

( D H a r c o u r t )

STEPHEN-CHAUVET Musique ISegre

paacute g 97 Pa riacutes 1929

D IX O N

The musical bow in California en Science paacuteg 274 New York

15 de F e b r e r o de 1901 ( D H a r c ou r t )

LUCIANO GALLET Estudos de Folclore paacute g 39 Riacuteo de Jan eir o 1934

Groves

Dictionary of

Music

and Musicians

t I I I l aacute m i na

L I I

New York 1941

W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

the

Ufe

and customs of the Lengua Indians of the Paraguayan Chaco paacuteg 75

L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

TOMaacuteS GUEVARA Historia de la Civilizacioacuten de Araucaniacutea

t I paacutegs 280 a 286

Sant iago de Chile 1900

R

ET

M

DHARCOURT La m usique des Incas et ses survivances

( T e x t o )

p aacute g s 79 a 84 Pariacutes 1925

mdash 269 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3750

CARLOS ISAMITT LOS instrumentos araucanos

a r t iacute cu lo en

Boletiacuten Latino Ame

ricano de M uacutesica

t IV paacuteg s 307 y 309 Bog otaacute Oc tub re de 1938

KARL

GUSTAV IZIKOWITZ

Musical and other sound instruments of the South

Americans indians

Goteb org 1935

DR

H TEN

K A TE The musical bow in Formosa

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nue va s e r i e t V L a nc a s t e r 1903 ( D H a r c ou r t )

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Lione l de l a Laurenc ie pr imera par t e t 5 paacuteg 3117 Par iacute s 1922

A L KROEBER

A m ission record oj the California Indians

en

American Ar-

cheology and Ethnology

vol

13 N deg 8 paacuteg 278 Berke ley 1922 (D Harcour t )

ROBERT

LEHMANN-NITSCHE

Patagonische Gesange und Musikbogen en Anthro-

pos t II I paacutegs 922 a 933 Antildeo 1 9 0 8 ( D H a r c o u r t )

CARL

LU M H O LTZ

El Meacutexico desconocido (Traducc ioacuten espantildeola de Ba lbino Dabull

va l o s ) 2 t N e w Y or k 1904 ( D H a r c ou r t )

OLIS

T

M A S oacute N On the geographical distribution of the musical bow

en

American Anthropologist

vo l

X Ndeg 2 paacuteg 377 Washington 1897 (Ba l four )

VICENTE T MENDOZA Muacutesica precolombina en Ameacuterica en Boletiacuten Latino

Americano de Muacutesica

t IV paacuteg 243 Bogotaacute Oc tu bre d e 1938

ERLAND NORDENSKIOLD An

ethno-geographical analisys

of the material culture

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EUGENIO PEREIRA SALAS

Los oriacutegenes del arte musical en Chile

paacute g 3 San

t iago de Chile 1941

P REICHEL-DOLMATOFF Los indios motilones

en la

Revista del Instituto

Etnoloacutegico Nacional vol I I en t rega 1

a

Bogotaacute 1945

PAUL

RIVET Les Meacutelaneacutesos mdash Polyneacutesiens -et les Australiens en

Amerique

Pariacutes 1924

DUMOUTIER Consideacuterations phreacutenologiques sur les tetes de quatre Charruacuteas

op cit en nota Ndeg 26

CURT

SACHS The history of musical instruments

paacuteg s 56 y 57 New Yo rk 1940

(Veacutease l a edic ioacuten en cas te l l ano His tor i a Universa l de

los

I n s t r um e n t os M us i c a l e s

Buenos Ai res 1947)

DR KARL SAPPER Das nordische mittel-Amerika

paacuteg s 168 a 183 Bru nsw ick

1897 ( D H a r c o u r t )

M H SAVILLE The m usical bow in Aacutencient Meacutexico en American Anthropobull

logist

vo l X I N deg 9 W a s h i ng t on 1898 ( D H a r c ou r t )

ANDReacute SCHAEFFNER

Origine des instruments de musique

paacute gs 185 a 204

Pariacutes 1936

EDUARD SELER

Mittelamericanische

Musikinstrumente

en

Globus

t 76 paacuteg s

109 y s i gu i e n t e s B e r l iacute n 1899 ( D H a r c ou r t )

A

SICHEL Histoire de la musique des malgaches

en la

Encyclopeacutedie de la

musique et Dictionnaire du

Conservatoire

d i r ig id a por Albe r t Lavign ac y Lione l

de l a Laurenc ie pr imera par t e t 5 paacuteg 3229 Par iacute s 1922

FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 34: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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N O T A S

(1)

ANTON IO SERRANO LOS tributarios del Riacuteo Uruguay en la Historia de la Nacioacuten

Argentina

diri gida por Ricardo Levene volumen I paacutegs [443] a 472 Buenos

Aires

1939 (2

a

edicioacuten)

mdash

Confrontar ademaacutes

J O S eacute H FICUEIRA LOS primitivos

habitantes

del Uruguay

Montevideo

1892 RAFAEL SCHIAFFINO

Historia

de la

Medicina

en el

Uruguay

2

tomos Montevideo MCMXXVII

JUAN FAUSTINO SALLA-

BERRY

S J Los charruacuteas y Santa Feacute Montevideo 1926

A N TO N IO SER R A N O

Etnografiacutea

de la

Antigua Provincia

del

Uruguay

Paranaacute 1936

(2) S PEREA ALON SO

Filologiacutea comparada

de las

Lenguas

y

Dialectos Arawak

tomo I

Montevideo 1942

(3) CURT SACH S

Historia universal

de la

danza

paacute g 23 Buenos Aires 1944

(4) F eacute L I X DE AZARA Voyages

dans

lAmeacuterique Meacuteridionale 4 vol de texto y un atlas

Pariacutes 1809

(5)

lis ne connaissent ni jeux ni danses ni chansons ni instrumens de musique ni

socieacuteteacutes ou conversations oiseuses

( F eacute L I X DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 14)

(6) Jen dis

autant

de leur

deacutefaut

de

religioacuten

de

politesse

de

lois

de recompenses

de chaacutetimens de danses de chansons dinstrumens de musique de jeux de socieacuteteacutes

et de conversations oiseuses

( F eacute L I X

DE

A Z A R A

op cit t II cap X paacuteg 33)

(7) PERO L O P E S DE

S O U S A

Diario da ISavegaqao

paacute g 266 Ri o d e Jan ei ro 1927

(8)

RAFAEL BLUTE AU

Diccionario

da

lingua portugueza composto pelo padre

D

Rafael

Bluteau reformado

e

accrescentado

por

Antonio

de

Moraes Silva

Lisboa

1789

(En

la

biblioteca

del Dr

Buenaventura Caviglia hij o)

(9)

M A R T iacute N

DEL BARC O

C E N T E N E R A

Argent ina y conquis ta del Riacuteo de la Plata Lisboa

1602 (E n la Biblioteca Pablo Blanco Ace vedo )

(10) FELIP E PEDRELL

Organografiacutea musical antigua espantildeola

paacute g 62 Barcelona 1901

(11)

PEDRO DE ANGELIS iacutendice Geograacutefico e Histoacuterico a la Historia Argentina de Rui

Diacuteaz de Guzmaacuten ( Coleccioacuten de obras y documentos relativos a la historia antigua

y moderna de las Provincias del Riacuteo de la Plata

dirigida

po r

Pedro

de

Angelis)

t

I

Buenos Aires

1836

(12) LAURO AYESTARaacuteN

Domenico Zipoli

el

gran compositor

y

organista romano

del

1700

en el Riacuteo de la

Plata

Montevideo 1941

(13) In tal guisa si eacute sta- bilita in ciascuna delle Riduzioni una Capella d i Musici

ottimamente

ammaestrati e

concordi

nel

Canto

fermo

semplice

e nel

figuacuteralo

Quel

che e piuuml mirabile non vha forse St rumeniacuteo Musicale in Europa che no n si suoni

da loro come Oacutergano Chitarra Arpa Spinetta Leuto Violino Violoncello Trom-

bone Cornetto Oboe e famili Al che voglio aggiugnere quanto sta ecritto

da altro Autore della visita fatta dal Vescovo alie Riduzioni dellUraguai In una

delle ultime visite (cosi

scrive

egli) che si fecero nelle Riduzioni deGuaranis una

delle cose

che

recarono maggior meraviglia

a noi altri

Spagnuoli

fu di

vedere

nelVincontro che faceva una Riduzioni a Sua Signoria Illustrissima nel Coro de

Fanciulli

che

venivano cantando

la

Dottrina Cristiana accompagnati

daacutesuoi

istrubull

menti

fu dissi il

vedere

un

Giovinetto

di

dodici anni

in

circa

il quale

sonava

il

Violoncello ma con tal grazia e destrezza che ammirandolo moho il Prelato fece

fermare

il

Coro

e ordinoacute che

venisse avanti

il

Fanciullo

e

facesse

una

sonata

a

solo

Ubbidi egli e fatta al Prelato e suo seguito una profondissima riverenza posoacute il

suo Violoncello sopra aVun piede

e

sonoacute circa

un

quarto dora

cosiacute

giusto

con

tale

disinvoltura e celerita che riportb lammirazione e il plauso

dognuno

Ε mentre in

altro

tempo

era io di

passagio

per alcune Riduzioni

alloggiato

con

somma

carita da

PP

Missionari udii piuuml

a una

volta di

queste

Musiche e

restai

molto

stupito

delVunione

e

rigoroso tempo

con ciu

vanno

nel

cheson

di

par

ere

che non

cedano

qualsisia delle

piuuml

insigni Cattedrali

di Spagna

(Ludovico Antonio

Muratori

I L

C R I S T I A N E S I M O

FELICE

N E L L E M I S S I O N I

DE PADRI

D ELLA CO M PA CN IA

DI

G E S uacute

NEL

PARACUAI paacute g 60

Venezia

MDCCXLIII)

(14)

GONZALO

DE

DOBLAS Memoria histoacuterica geograacutefica poliacutetica y econoacutemica sobre la

Provincia

de

Misiones

de

indios guaranis

(Coleccioacuten

de

Angelis)

t III

paacutegs

45

y 46 Buenos Aires 1836

(15) Octava Carta Anua del P Pedro Ontildeate en la que se relaciona lo acaecido dur ante

el

antildeo 1615

(Facultad

de

Filosofiacutea

y

Letras Instituto

de

Investigaciones Histoacuter icas

Documentos para

la

Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) paacutegs 37 y 38 Buenos

Aires 1929)

(16) Segunda carta del P Antonio Sepp publicada en el trabajo de CARLOS LEONHARDT

El Padre Antonio Sepp

S J

insigne misionero

de las

Reducciones

Guaraniacuteticas del

Uruguay 1691-1733

en

revista Estud ios

antildeo

XII I paacutegs

451 y 452

Buenos Aires

1924

(17) Duodeacutecima Carta Anua

del P

Nicolaacutes Mastrillo

Duran en la que se

relaciona

lo

acaecido en la provincia en los antildeos 1626 y 1627 (Facultad de Filosofiacutea y Letras

Instituto

de

Investigaciones Histoacutericas

Documentos para la Historia Argentina

t XX ( Iglesia ) p aacute g 247 Buenos Ai res 1929)

mdash 267 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3550

(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

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HENRY BALFOUR The Natural History of the Musical Bow

Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

1917

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Music

and Musicians

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W

BARBROOKE GRUBB An unknow people in an unknow land An account of

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L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

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FRANCeacuteS TOOR A Treasury of Mexican Folkways

l aacutemin a 15 New York 1947

CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3850

TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3950

(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 35: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

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(18) Ib id em paacuteg 306

(19) FRANCISCO BAUZA Historia de la Dominacioacuten Espantildeola en el Uruguay t I paacute g 116

Montevideo 1895

(20)

ENRIQUE PE ntildeA Don Francisco de Ceacutespedes

paacuteg 92 Buenos Ai res 1916

(21) Ib idem paacuteg 102

(22) Ib id em paacuteg 114

(23) Ibi dem paacuteg 118

(24) Instrucciones militares del P Cristoacutebal Altamirano a los Padres Misioneros del

Paranaacute y Uruguay Arch ivo de Indi as Audienc ia Cha rcas estante 76 cajoacuten 2

legajo 21 Documento tr ansc rip to en el libro d e Luis

ENRIQUE AZARoacuteLA

G I L

La

epopeya de Manuel Lobo paacutegs 194 y 195 Ma dr id 1931

(25) CARLOS VECA LOS instrumentos musicales aboriacutegenes y criollos de la Argentina

paacuteg 223 Buenos Aires 1946

(26)

Cabildo de Soriano Libro de Cuentas

Libro Ndeg 69 paacuteg 57 Archi vo Genera l

de la Nacioacuten Fondo Archivo General Administrativo

(27) Ibi dem paacuteg 58

(28)

AUGUSTE SAINT-HILAIRE

Voyage a Rio Grande do Sul paacute g 28 Orleacuteans 1887

(28B) Arch ivo Genera l de la Naci oacuten Archivo de Don Mariano Ber ro Libro Copiador

de Oficios del Cabildo de Sto Domingo de Soriano Antildeos 1796 a 1 8 2 [ 7 ] Folios

57

58 y 59

(29) DESCRIPCIOacuteN DE LAS FIESTAS CIacuteVICAS CELEBRADAS EN LA

CAPITAL I DE LOS PUEBLOS ORIENTALES EL VEINTE Y CINCO DE

MAYO DE 1816 paacuteg 11 Montevideo 1816

(30) Ib id em paacutegs 14 y 15

(31) DaacuteMASO ANTONIO LARRAntildeACA Diario del viage desde Montevideo al Pueblo de

Paisanduacute publicado en Escritos de don Daacutemaso Antonio

Larrantildeaga

editados

por el Instituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t III paacutegs 43 y 44 Monte

video 1924

(32) Diario de

la

Misioacuten Muzi publicado en el trabajo del P GUILLERMO FURLONG

CARDIFF S J La Misioacuten Muzi en Montevideo (1824-1825) en Revista del Ins

tituto Histoacuterico y Geograacutefico del Uruguay t XII I paacute g 253 Montevideo 1937

(33)

fiacute

NotIacutecias sobre los indios charruacuteas dadas por el Sargento Mayor Benito Silva y

recogidas por el Dr Teodoro Vilardeboacute Coleccioacuten de Manuscritos t CXC III

fol 6 Museo Histoacuterico Nacional

(34) PAUL RIVET Les derniers charruacuteas en Revista de la Sociedad Amigos de la

Arqueologiacutea t IV paacutegs 5 a 117 Montevi deo 1930

(35) MM

les

commissaires

nommeacutes

pa r

lAcadeacutemie

des sciences et

celle

des sciences

morales deacutesirant juger de leffet que la musique produisait sur les Indiens-Charruas

ont eacuteteacute mercredi dernier visiter

ees

sauvages M Berton avait conduit avec Jui

quelques professeurs des orchest res de FAca deacutemi e de musi que et du Conservato ire

parmi lesquels nous avons remarqueacute MM Tulou et Meifred

On a exeacutecuteacute dabord hors de la preacutesence des sauvages un

quinteuo

pour

cors et trompettes aacute pistoacuten qui les a surpris parce quils ne sattendaient pas aacute

cette harmonie

mais

qui

n a

pas

paru leur

causer une bien vive impression du

moins

par rapport au cacique Peacuteru et au jeune Tacuabeacute Guyunusa et le vieux

guerrier

Seacutenaqueacute ont

laisseacute

voir sur leur physonomie quelques marques de sensi-

biliteacute particulieacuterement le dernier dordinaire assez impassible

Bientoacutet MM les exeacutecutans se sont rapprocheacutes et sont venus jouer en preacutesence

des indiens des morceaux dun

style

plus gai et dun mouvement plus vif que

celui

pa r

lequel ils

avaient commenceacute et alors les auditeurs du deacutesert ont paru beau-

coup plus animes

ils

ont surtout eacuteteacute fort sensibles a quelques solos de

fluumlte

et

de trompette que Μ T u l o u et l u n des professeurs qui

Faccompgnaientildet

ont bien

voulu leur faire entendre

Une socieacuteteacute distingueacutee composeacutee de

membres

de

lInstitut

dautres savans et

de dames a assiteacute

aacute ceite

epreuve et en a

suivi

les diverses circonstances avec un

vif inteacutereacutet Nous avons beaucoup regretteacute que M Cheacuterubini et sa famille arriveacutes un

peu trop tard pour

pouvoir

jouir de ce spectacle dautant plus curieux quacute

il nest

pas de na tu re a eacutetre reacutep eacuteteacute ( Le Nat ional de Par iacutes 14 de Julio de 1833 art iacutecu lo

reproducido en el trabajo de PAUL RIVET Les derniers charruacuteas op

cit

paacutegi

nas 19 y 20)

(36) Bi en quacute ils ne fassent que les objets qui sont po ur eux de premieacutere neacutecessiteacute

cependant on leur en trouve aussi quelques-uns de pur agreacutement telle est Fespece

de

violoacuten

monocorde dont je les ai vus tirer des sons tres doux et assez harmonieux

Un e petite branche darbre ayant assez de raideur est celle quacuteils preacutefeacuterent

apreacutes

en avoir enleveacute

Feacutecorce

ils font

pres

dune des ses extreacutemiteacutes une petite entai-

lle

circulaire aacute dix pouces ou un pied de

distance ils

en font une autre semblable

et coupent la baguette a cinq pouces environ

audessous

de la seconde entaille cette

mdash 268

mdash

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partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

Internazionale degli Americanisti

(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

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Ox ford 1899

GUSTAV BOLINDER

Busintana

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indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

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and Musicians

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L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

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ET

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CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 36: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3650

partie es t l e manche de rinstrument Quinze a v ingt c r ins de queue de clieval sont

f o r t e m e n t

attacheacutes

d e m a n i e r e

aacute former

une bouc le qui es t t raverseacutee

pa r

l e ba ton

et que

lon

fait moniacuteer jusqu aacute deux pouces envi ron de

1entaille

i n f e r i e u r e

lautre

extreacutemiteacute des crins es t f ixeacutee apreacutes Tentaille supeacuter ieure d ouuml e l l e ne doi t pas pouvoir

se seacutepare r

Pour jouer de ce t t e

espeacutece

de

v i o l oacuten ils

font p loyer l e ba ton pour que

lanse

de c r ins descende dans

1entaille

i n f e r i e u r e e t qu i l s y de m e ur e n t t e ndus comme

l a corde d un

a r e

i l s prennent l e manche de l a main gauche de maniere a ce que

trois de

leurs

doig iacute s pui s sent s e rv i r de touches pour var i e r l e s sons e t f ixent ent re

les dent s l au t re ext reacutemi teacute du v io loacuten une pe t i t e bague t t e droite et lisse qu i l s moui -

llent de sal ive es t l archet qui fai t vibrer les c r i n s e t l ouver ture des

l eacute v r e s

qu i l s

a g r a nd i s s e n t ou r e s s e r r e n t c om m e pou r j oue r de l a gu i m ba r de l e u r s e r t

a

m o d u l e r

et varier le ton

Sur un

tel

ins t rument on peut b ien penser que l e nombre de notes que l on

peut obteni r e s t a s sez l imi teacute cependant il d o n n e presque un octave et les airs

quil permet de jouer sont monotones et p e u

v a r iacute e s

l eur mesure es t ord ina i rement

en t ro i s

t emps

II es t tres preacutesumable qu i l s ont que lques chant s mai s j e n en a i pas entendu

Lun des qua t re qui sont aacute P a r i s siffle assez jus te lorsque la fantais ie luiacute en prend

II

resul t e de

ees

fai ts que

lassertion dAzara

r e p r odu i t e pa r M V i r e y r e l a t i -

vement a l e u r m us i que ou a l eurs amusemens n e s t pas exac te i l y es t d i t Is

nont

ni ehansons n i danse n i mus ique n i soc ieacute teacute toujours graves e t t ac i turnes e t c

Cest preacuteciseacutement l e coniacute ra i re on a eacute t eacute induit en erreur par l eur excess ive rese rve

t ant i l s meiacute t ent de soin a se cacher et a dissimuler devant l e s eacute t rangers toutes l eurs

sensa t ions Pour m o i je les ai vus et entendus r i re aux eacutec la t s ra rement i l e s t

v r a i

mais

neacuteanmoins

cet te manifes tat ion a

lieu

chez eux comme chez nous

Ils

ont

meme que lques j eux

dadresse

tels q ue celui du couteau et les osselets ils j oue n t

au couteau aacute-peu-preacutes c om m e nous jouons au bouchon et en place d osselets i ls

se servent de

petites

p i e r r e s

(D U M O U TIER

Consideacuteratiacuteons phreacutenologiques

sur les

tetes de qua tre Charruacuteas

apare c ido en e l

Journal de la Socieacuteteacute Phreacutenologique de

Pariacutes t I I paacutegs 94 a 96 t ransc r ip to como apeacutend ice Ndeg IX de l t raba jo de

PAUL

RIVET Le s

derniers

charruacuteas

op c i t paacuteg s 112 y 113)

(37)

FEL IPE PEDRELL Organologiacutea musical antigua espantildeola

op c i t paacuteg s 39 y 40

(38) El pr imer es tudio profundo y ordenado de l a rco mus ica l s e debe a Henry Ba l four

quien en 1899 publ i ca un fo l le to T he N atur a l History of the Mus ica l Bow que

aceacuteptense o no sus conc lus iones s igue s i endo un m ode lo d e organologiacutea mus ica l com

parada Desde ese entonces has ta e l breve y jugoso paraacutegra fo dedicado a es te ins

t rumento por Car los Vega en su rec iente l ibro Los Ins t rumentos Mus ica les abor iacute

genes y c r io l los de l a Argent ina l a b ib l iogra f iacute a s e ha ido extendiendo en impor tantes

apor tes Sobre e l los hemos e laborado l a t ab la y e l mapa que f iguran en e l presente

ensayo A cont inuac ioacute n de ta l l amos la b ib l iogra f iacute a qu e hemos seguido para su rea l i

zac ioacuten de jando cons tanc ia de que cuando l a not i c i a nos l l ega de segunda mano es t am

pamos entre pareacutentes is al f inal de la f icha bibl iograacutefica el autor que lo ci ta

RENATO ALMEIDA

Historia

da muacutesica brasileira

2

a

ed paacuteg 115 Riacuteo de

Jane i ro 1942

ONEYDA ALVARENGA Muacutesica popular brasilentildea paacuteg s 24 Meacute xico 1947

ONETDA ALVARENGA A influencia negra na muacutesica brasileira

en el

Boletiacuten

Latino Americano de Muacutesica antildeo VI tomo V I paacutegs 368 y 369 R iacuteo de J ane i ro

abri l de 1946

JUAN ALVAREZ Oriacutegenes de la muacutesica argentina paacuteg s 36 a 38 y 43 Rosa

rio

1908

Atti del XXII Congreso

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(Roma Se t i embre

de 1926)

vo l

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Ox ford 1899

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Busintana

mdash

indianernas

musikbage Ymer

t 37

S t okho l m

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L o n d r e s 1 9 1 1 ( D H a r c o u r t )

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ET

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CARLOS VEGA LOS Instrumentos Musicales aboriacutegenes y criollos de la Argeacutenbull

tina

paacute gs 96 y 97 Bu eno s Aire s 1946

JULIO VICCIANO ESAIN

Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

(39) J

IMBELLONI Epiacutetome de culturologiacutea

paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

(40)

LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

(42)

FREZIER Relation du voyage de la Mer du Sud au x cotes du Chilly et du Perou

paacute g 60 P a r iacute s M D C C X X X I I ( E n l a B i b l io t e c a P a b l o B l a nc o A c e ve d o )

mdash 270

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3850

TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3950

(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 4150

Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

Page 37: CDM MúsicaIndígena - Uruguay 1949

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 3750

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Instrumentologiacutea

Musical Popular Argentina

paacuteg s 117

a 124 Coacuterdoba 1948

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paacuteg s 105 a 109 Bue nos Aires 1936

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LUCIANO GALLET Estudos de folclore

paacuteg 61 R iacuteo de Jane i ro 1934

(41)

CARLOS VEGA

Muacutesica Sudamericana

paacuteg 12 Buen os Ai res 1946

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mdash 270

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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TA B LA S M A P A Y F I G U R A S

Aacuterea de Extensioacuten del Arco Musical en las Am eacutericas

Oceaniacutea y Aacutefrica

( L o s n uacute m e r o s s e r e f i e r e n a l m a p a a d j u n t o )

A M Eacute R I C A S

Tribu o localidad

Estados Unidos

1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

Car imba

Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

cav bucal

0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Referencia

Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Spier ( Iz ik )

Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

T o o r

dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Balfour Iz ikowitz

Balfour

Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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1 Klamath

2 P o m o

3 Maidu

4 Y o k u t s

5

Havasupai

6 Diaguentildeo

7 Sal inan

Meacutexico

8 Mayas

9 Cora

Antillas

10

Esclavos negros

Honduras Britaacutenica

11

Mayas

Guatemala

12 Kekchi

San Salvador

13

Honduras

14 Lenca

Nicaragua

15 Mosqu i tos

16

Colombia

17

Mot i lones

18

Bus in tana

Guaacuteyanos

19 K u n i b o s

Nombre del arco

Pitjol cumui

9

M a w u o Mawuwi

9

Jul o Huiacute

Mito te

Pastse

Arpa-cheacute

Marimba-cheacute

o

Caramba

Car imba o Caramba

Bu m - u n Bu m - b u m

V u r u n - b u m b u m

Car imba o Caramba

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Qui jongo

Tomangu

Resonador

cav bucal

cav bucal

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calabaza

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0)

cav bucal

(

2

)

calabaza

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cav bucal

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Spier ( Iz ikowitz)

L o e b (Izik)

Faye Spier ( Iz ik )

Kroeber ( Iz ik )

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Masoacuten (Iz ik )

Bassauri Savil le

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dHarcourt

Thompson ( Iz ik )

Sapper ( Iz ik )

Balfour Iz ikowitz

Balfour

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Reichel-Dolmatoff

Bol inder ( Iz ik )

Re ich ( Iz ik )

( 1 ) P os t e r i o r m e n t e s e

le

adju ntoacute un resona dor de ca labaza

(2) Pos te r io rm ente con cuer da de meta l y resona dor de ca labaza

271

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

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cav bucal

t ipo mir l i -

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3

)

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T e s s m a n n (Izik)

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(Iz ik )

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Alva renga

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Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

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At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

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Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

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four)

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

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Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

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2

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iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

mdash

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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(3) Exi s t e una var i ante indiacutegena con resonador de ca labaza s imi la r a l Ur icungo de or i

gen angoleacutes

mdash 272 mdash

Tribu o localidad

Ecuador

2 0 J iacutevaros

Peruacute

2 1 Kasch ibos

22

Panos

Brasil

23

2 4

Esclavos negros y

actual

2 5

Omagua

Paraguay

26 Choroti

27

Ashushlay

28

Chamacoco

2 9 Lengua

30

G u a r a n iacute

Argentina

31

P i lagaacute

32

T e h u e l c h e

Chile

33 Araucanos

34

F u e g u i n o s

Uruguay

35 Char ruacuteas

Nombre del arco

Tomangu

Kandiroeacute

Trumpa

U m c u n g a

U r u c u n g o U r i c u n g o

Be r i m b a u o M a r i m b a u

Kanutitsunanikuya

9

H o n o r o a t e

Kainguaacute Ka iova

K a n g u a P iacute a Raaiwua o

Gua lamban (F igura 2 )

Cora (Figura 4)

Kohlo (Figura 3)

Q u i n q u e c a h u e

Quincahue o

Kunkulkawe (Fi gura 5)

(Fig ura 1)

Resonador

cav bucal

sresonador

cav bucal

t ipo mir l i -

toacuten (

3

)

calabaza

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

sresonador

cav bucal

cav bucal

Referencia

T e s s m a n n (Izik)

Tessmann

(Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

Masoacuten Ba l four

Ga l le t

A l m e i d a

Alva renga

Tessmann ( Iz ik )

Nordensk io ld ( Iz ik )

T e n Kate (Iz ik )

Tessmann ( Iz ik )

de Waurin (Iz ik )

At t i de l XXII

Congresso Int

degli Amer ican is t i

Vega Viggiano

Ten Ka te Ba l four

Lehmann-Ni tsche

Vega

Isami t t Guevara

Alva rez Lehmann-

Nitsche Vega

dHarcout

D u m o u t i e r ( R i v e t )

iexcl6 (Nuevas Heacutebr idas )

57 (Nueva Guinea )

58

(Nueva Bre tantildea )

39 (Sa lomoacuten)

tO (Marquesas )

11

(Hawai )

V u h u d e n d u n g

Pagoacutela

Pangoacutelo (Figura 6)

Ka loveacute

Utete

U k e k e

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

cav bucal

Masoacuten (Ba l four )

Masoacuten (Ba l four )

F insch (Ba l four )

Codr ing ton (Ba l

four)

Fea the tman (Ba l

four)

Balfour

O

C

Ε Ν I

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

Me983085me983085ra983085jan

(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

tipo mirlitoacuten

con calabaza

calabaza

calabaza

calabaza

cavidad del

bambuacute y bucal

calabaza

cav bucal

cav bucal

calabaza

calabaza

Referencia

Balfour Chauvet

Balfour

Balfour

Chauvet

Schaeffner

Balfour

Kirby (Schaeffner)

Chauvet

Chauvet

Chauvet

2

fjty

iquesto

mdash

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FIG 1

mdash

Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

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WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

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de IS ABE L ARE T Z )

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

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3

9

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1

Angola)

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Bangango

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H u n g a

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ra 10)

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Tsijolo

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(Figura 9)

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2

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Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

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Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

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( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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Aacute F R I C A

Tribu o localidad

2

4

3

9

0

1

Hotentote

1

Angola)

Zuluacutes

Bangango

ι Senegal)

Basuto

e n d a

Cnrmos Belga)

Foulah

Cafres

Nombre del arco

G o r a ( F i g u r a 7)

H u n g a

G u b o

M u t a n d a

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(Figu-

ra 10)

T h o m o

Tsijolo

Lutantaacute

(Figura 9)

Soko

(Figu ra 8)

Resonador

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con calabaza

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FIG 1

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Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

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Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

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C aacute E L O S I S A M I T T )

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( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

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ANDReacute SCHAE FFNE R)

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

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de IS ABE L ARE T Z )

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

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FIG 1

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Arco mus ica l de T acuab eacute

(Uruguay)

( E L A U T O R )

mdash 274 mdash

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Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

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(Gran Chaco

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( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

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( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

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muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

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Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

mdash 279 mdash

8172019 CDM MuacutesicaIndiacutegena - Uruguay 1949

httpslidepdfcomreaderfullcdm-musicaindigena-uruguay-1949 4850

FIG 9 mdash

Arco

mus ica l

rongo IacuteBajo Congo Belga)

( S T E P H E N C R A U V E T

)

FIG 10 mdash Arco musical senegal

Aacutefrica)

ANDReacute SCHAE FFNE R)

mdash

280

mdash

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

(Foto

de IS ABE L ARE T Z )

281 mdash

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

(FFXIPF PKDRFI I )

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FIG 3 mdash

Arco

musica l t ehue lche (Argentina)

( R O B E B T L E H M A N N - N I T S C H E )

276 mdash

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ARCO DE

FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

WASTIL O

ARCO

T DU R DE L CUERD

F I G

4 mdash

Arco musica l p i l agaacute

(Gran Chaco

bull

Argentina)

( J U L I O V I C C I A N O E S A iacute N )

F I G 5 mdash Arco musical araucano Chile)

C aacute E L O S I S A M I T T )

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F1G 6 mdash Arco mus ica l melanes io (Nueva Bretantildea)

( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

278

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Γ Κλ 8 mdash Arco

muacutesica] basuto

(Sud - Aacutefrica)

( S T E P H E N

CHALVET)

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( S T E P H E N C R A U V E T

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F I G 1 1 mdash Arco musical p rac t i cado ac tu a lmen te y por excepc ioacuten en e l Uru gua y

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FROTACIOacuteN

ATADURA DEacuteLA CUERDA

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ARCO

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C aacute E L O S I S A M I T T )

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( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

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(Sud - Aacutefrica)

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Arco

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FIG 10 mdash Arco musical senegal

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( H E N B Y BALFOUR)

FIG 7 mdash Arco mus ica l hoten to te (Aacutefrica)

( P E T E R

K O L B E N )

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FIG 10 mdash Arco musical senegal

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

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Arco

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FIG 12 mdash Arro mu s i ra l de los siplos X y XI (Miniatura espantildeola)

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